Habíaunavez…unajovenprincesaqueeratanhermosacomolaluzdeldía;queeraaúnmáshermosaquelapropiareina.
Cindery suscompañeros lograronsuspender laboda real.Elnuevoplaneslograr lo imposible: la rebelión en Luna, pero un solo paso en falso puedeacabarconlavidaylossueñosdetodos.LoqueCinderaúnnosabeesqueenLuna encontrará una aliada decisiva: una joven que con su belleza y subondadpuedeserlaclaveparadestronaralareinaLevana.
¿SeráWinter, lamuchachafrágileingenua,laquelesmuestrealoslunaresqueexisteunavidamásalládelamanipulaciónydelterror?
En el último tomo de «Crónicas Lunares», Marissa Meyer cierramaravillosamente una historia que te mantuvo en vilo, te enamoró de susprotagonistas y te hizo desear el tan esperado «y vivieron felices porsiempre». ¿Sucederá? Con la magia de un cuento de hadas y la emociónvertiginosadelaficcióndistópica,«CrónicasLunares»atrapaallectordesdelaprimerapágina.
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MarissaMeyer
WinterCrónicasLunares-4
ePubr1.0Titivillus23-03-2020
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Títulooriginal:WinterMarissaMeyer,2015Traducción:RoxannaErdmanEditordigital:TitivillusePubbaser2.1
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ParaJesse,queconviertecadadíaenunfelicesparasiempre
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LibroUno
Lajovenprincesaeratanhermosacomolaluzdeldía.Eraaúnmáshermosaquelapropiareina…
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Uno
LosdedosdelospiesdeWintersehabíanconvertidoentémpanosdehielo.Estaban tan fríos como el espacio.Tan fríos como el lado oscuro deLuna.Tanfríoscomo…
—…grabacionesdeseguridad locaptaronentrandoalnivel inferiordelcentromédicoalas23:00HUC…
El taumaturgo Aimery Park sonreía al hablar; la cadencia de su vozsonabaserenaymesurada,comounabalada.Erafácilperderlanocióndeloque estabadiciendo, fácil dejar que todas las palabras se confundierany sevolvieranborrosas.Winterencogiólosdedosdelospiesdentrodesuszapatosdesuelasdelgadas,temerosadequesedesprendieransiseenfriabantodavíamásantesdequeeljuiciollegaraasufin.
—… estaba intentando interferir con uno de los vacíos actualmentealmacenados…
Desprenderse.Unoauno.—… los registros indican que el niño vacío era hijo del acusado,
capturadoel29dejuliodelañopasado.Actualmentetienecatorcemesesdeedad.
Winterescondiólasmanosenlosplieguesdesufalda.Estabantemblandode nuevo. En los últimos días siempre parecía estar temblando. Apretó losdedos para mantenerlos quietos. Presionó las plantas de sus pies contra elduro suelo.Luchópormantenernítida la imagende lahabitacióndel tronoantesdequesedisolvieraporcompleto.
La vista era impactante desde el salón del trono, en la torre central delpalacio.Desdesuasiento,WinterpodíaverellagoArtemisa,quereflejabaelpalacio blanco, y la ciudad que se extendía hasta los confines del enorme
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domotransparentequelosprotegíadeloselementosexternos…odelafaltadeellos.
El salón del trono propiamente dicho había sido construido para que seextendieraallendelosmurosdelatorre,demodoquealcaminarmásalládelbordedel pisodemosaicos se llegaba a una cornisa de cristal transparente.Era como estar suspendido en el aire, a punto de precipitarse a lasprofundidadesdellagoenelcráter.
A la izquierda, Winter pudo distinguir las huellas de las uñas de sumadrastra al clavarse en el apoyabrazos del trono, un imponente asientolabrado en mármol blanco. Normalmente su madrastra estaba tranquiladurante esos procesos, y escuchaba pacientemente los juicios sin asomo deemoción.WinterestabaacostumbradaaverlaspuntasdelosdedosdeLevanaacariciardespacioelapoyabrazospulidodesutrono,sinprisa.Perolatensiónse había intensificado en el palacio desde que Levana y su séquito habíanvuelto de la Tierra, y en meses recientes su madrastra había tenido másarranquesdeira.Desdequeesafugitivalunar—esacyborg—habíaescapadodelaprisiónenlaTierra.
DesdequehabíacomenzadolaguerraentrelaTierrayLuna.DesdequeelprometidodelareinahabíasidosecuestradoyaLevanale
habíanrobadolaoportunidaddesercoronadaemperatriz.El planeta azul estaba suspendido sobre el horizonte. Se veía como si
alguien lo hubiese cortado perfectamente por la mitad. Había transcurridopocomás de lamitad de la larga noche en Luna, y la ciudad deArtemisaresplandecía por las luminarias azul pálido y el brillo de los vidrios de lasventanas.Susreflejosdanzabansobrelasuperficiedellago.
Winterextrañabaelsolysucalidez.LosdíasartificialesdeLunanuncaeranlomismo.
—¿Cómosupoéldelosvacíos?—preguntólareinaLevana—.¿Porquénocreyóquesuhijofueasesinadoalnacer?
Sentadasenelrestodelasala,encuatrohilerasescalonadas,estabanlasfamilias.La corte de la reina.Losnobles deLunaque se habíanganado elfavordeSuMajestadpor su lealtaddurantegeneraciones, su extraordinariotalentoconeldonlunaronadamásporlasuertedehabernacidociudadanosdelagranciudaddeArtemisa.
Luego,estabaaquelhombre,derodillas juntoal taumaturgoPark.Élnohabíanacidocontantasuerte.
Susmanosestabanjuntas,suplicantes.Winterdeseabapoderdecirlequeera inútil, que todos sus ruegos no servirían de nada. Sentía que podía ser
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reconfortantesaberquenohaynadaquesepuedahacerparaevitarlamuerte.Aquellos que habían comparecido ante la reina habiendo aceptado su
destinonoparecíanhaberlopasadotanmal.Winter observó sus propias manos, aún aferradas a su vaporosa falda
blanca.Vioquesusdedostambiénhabíansidomordidosporlaescarcha.Enciertomodoerabonito.Relucientes,brillantesyfríos,tanfríos…
—Tureinatehahechounapregunta—dijoAimery.Wintersesobresaltó,comosilegritaranaella.Concentrarse.Debíatratardeconcentrarse.Alzólacabezaeinhaló.Aimery vestía de blanco, por haber reemplazado a Sybil Mira como
taumaturgomayordelareina.Losbordadosdeoroensutúnicaresplandecíanmientrascaminabaalrededordelprisionero.
—Losiento,SuMajestad—dijoelhombre—.Mifamiliayyolehemosservidolealmentedurantegeneraciones.Soyconserjeenlaclínicay,verá,heescuchado rumores. No era asunto mío, así que nunca me importó, nuncapresté atención. Pero… cuandomi hijo nació vacío…—gimió—.Él esmihijo.
—¿Nopensaste—dijoLevanaconvozfuerteynítida—quepuedehaberunarazónporlacualtureinadecidiómanteneratuhijoyatodoslosdemáslunaressindonseparadosdenuestrosciudadanos?¿Quecontenerloscomolohemoshechopuedetenerunpropósito,porelbiendetodanuestragente?
ElhombretragósalivacontantafuerzaqueWinterpudoversumanzanadeAdánsubirybajar.
—Lo sé, reina mía. Sé que usted usa su sangre en algunos…experimentos. En sus laboratorios. Pero…pero usted tienemuchos, y él essolounbebé,y…
—Susangrenosoloesvaliosaparaeléxitodenuestrasalianzaspolíticas,algoquenoesperoqueentiendaunconserjedelossectoresexternos,sinoqueél también es vacío, y los de su especie han demostrado ser peligrosos eindignosdeconfianza,comorecordarásporlosasesinatosdelreyMarrokylareinaJannali,hacedieciochoaños.¿Aunasíexpondríasanuestrasociedadaestaamenaza?
Elhombremirabaenloquecidodemiedo.—¿Amenaza, reina mía? Es un bebé —se detuvo. No parecía
abiertamenterebelde,perosufaltaderemordimientonotardaríaenhacerqueLevanaenfureciera—.Ylosotrosquevienesostanques…muchosdeelloseranniños.Niñosinocentes.
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Lahabitaciónsecongeló.Era claro que sabía demasiado. El infanticidio de vacíos se practicaba
desdeelmandatodelahermanadeLevana,lareinaChannary,despuésdequeunvacíosehabíainfiltradoenelpalacioyhabíamatadoasuspadres.Nadieestaríacomplacidoalsaberquelosbebésnohabíansidoasesinados,sinoqueen realidad estaban encerrados y eran usados como pequeñas fábricas deplaquetas.
Winter parpadeó, imaginando su propio cuerpo como una fábrica deplaquetas.
Bajó de nuevo la vista a sus dedos y miró que el hielo ya se habíaextendidoasusmuñecas.
Esonoseríabuenoparalascorreastransportadorasdeplaquetas.—¿Elacusadotienefamilia?—preguntólareina.Aimerymoviólacabezadearribaabajo.—Los registros indican una hija, de nueve años de edad.Tiene además
doshermanasyunsobrino.TodosvivenenelsectorGM-12.—¿Esposa?—Muertahacecincomeses,porenvenenamientoporregolito.Elprisioneromiróalareina;ladesesperaciónseacumulabaensusojos.Lacortecomenzóaagitarse,susvibrantesropajessemovíanyondeaban.
Estejuicioyahabíademoradodemasiado.Estabanaburriéndose.Levanasereclinóenelrespaldodesutrono.—Declaro culpable al acusado de intrusión e intento de robo contra la
Corona.Estoscrímenessoncastigadosconlaejecucióninmediata.El hombre se estremeció, pero su rostro se mantuvo suplicante,
esperanzado. Siempre parecía que les llevaba algunos segundos entendersemejantesentencia.
—Cadaunodelosmiembrosdetufamiliarecibirádoceazotesenpúblico,pararecordaratodosentusectorquenotoleraréquemisdecisionesvuelvanasercuestionadas.
Laquijadadelhombreseaflojó.—Tuhija,cuandolaencuentren,seráentregadacomoobsequioaunade
las familias de la corte.Allí le enseñarán la obediencia y la humildad que,claramente,nohaaprendidobajotucuidado.
—No,porfavor.¡Déjelavivirconsustías!¡Ellanohahechonada!—Aimery,puedesproceder.—¡Porfavor!
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—Tu reina ha hablado —dijo el taumaturgo Aimery—. Su palabra esdefinitiva.
Aimerysacóuncuchillodeobsidianadeunadesusmangasacampanadasy extendió la empuñadura al prisionero, cuyos ojos se habían agrandadohistéricamente.
La habitación se enfrió aún más. Winter notó que sus exhalaciones seestabanconvirtiendoennubesdecristalesdehielo.Seabrazóconfuerza.
Elprisionerotomólaempuñaduradelcuchillo.Sumanoestabafirme.Elrestodeéltemblaba.
—Porfavor.Miniñita…yosoytodoloque tiene.Porfavor, reinamía.¡Majestad!
Levantólahojahastasugarganta.Fue en esemomento cuandoWinter desvió lamirada. Cuando siempre
desviabalamirada.Viosuspropiosdedosesconderseensuvestido,susuñasarañandolatelahastaquepudosentirlapunzadaensusmuslos.Miróelhieloascendersobresusmuñecas,haciasuscodos.Ahídondeelhielolatocaba,supielseadormecía.
Seimaginódandounagolpizaalareinaconesospuñosdehielomacizo.Imaginósusmanosestrellándoseenmilpedazosdeestalactita.
Ahoraelhieloestabaensushombros.Ensucuello.Aunsobreloschasquidosyelcrepitardelhielo,escuchólahojacortarla
carne. El borboteo de la sangre. Un atragantamiento apagado. El durodesplomedelcuerpo.
El frío se había escabullido hacia el pecho deWinter. Apretó los ojos,recordandoquedebíamantenerlacalma,respirar.PudoescucharlavozfirmedeJacinensucabeza,susmanossujetándolaporloshombros.
Noesreal,princesa.Essolounailusión.Normalmente lebastabarecordarloparasuperarelpánico.Peroestavez
parecíaestimularelhielo,queyarodeabasuscostillas.Roíasuestómago.Seendurecíasobresucorazón.
Seestabacongelandodeadentrohaciaafuera.Escuchamivoz.Jacinnoestabaallí.Quédateconmigo.Jacinsehabíaido.Todoestáentumente.Oyó las fuertes pisadas de las botas de los guardias al acercarse al
cadáver. Cómo lo arrastraban hacia la cornisa. Cómo lo empujaban, y el
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distantesonidodelcuerpoalchocarcontraelagua.Lacorteaplaudióconsilenciosacortesía.Wintersintióquelosdedosdesuspiessedesprendían.Uno…a…uno.—Muy bien—dijo la reina Levana—.TaumaturgoTavaler, encárguese
dequeelrestodelasentenciasecumplacomoesdebido.El hielo ya había avanzado hasta la garganta de Winter y estaba
ascendiendo por su mentón. Había lágrimas congelándose dentro de susconductos.Habíasalivacristalizándoseensulengua.
Levantólacabezacuandounacriadacomenzóalimpiarlasangredelosmosaicos.Aimeryfrotabasucuchilloconuntrapo.SumiradaseencontróconladeWinterysonrióconmordacidad.
—Metemoquelaprincesanotieneestómagoparaestosprocesos.Losnoblesdelaaudienciarieroncondisimulo:larepulsióndeWinterpor
losjuicioseracausadehilaridadparalamayorpartedelacortedeLevana.La reina giró paramirarla peroWinter no pudo alzar la vista. Era una
chica hecha de hielo y cristal. Sus dientes eran frágiles, sus pulmonesestallaríancondemasiadafacilidad.
—Sí—dijoLevana—.Confrecuenciaolvidoqueestáaquí.Erescasitaninútilcomounamuñecadetrapo,¿cierto,Winter?
Laconcurrenciariodenuevo,másaltoestavez,comosilareinahubieradadopermisoparamofarsedelajovenprincesa.
PeroWinternopodíaresponderalareinanialasrisas.Manteníalavistaclavadaeneltaumaturgo,tratandodeocultarsupánico.
—Oh,no.Noes tan inútil—dijoAimery.MientrasWintermiraba, unadelgadalíneacarmesíaparecióatravésdesucuelloylasangreborboteóporlaherida—.¿LachicamásbonitadetodaLuna?Algúndíaserálafeliznoviadeunmiembrodeestacorte,supongo.
—¿Lachicamásbonita,Aimery?—eltonoligerodeLevanacasiocultóelgruñidosubyacente.
Aimeryhizounarápidareverencia.—Sololamásbonita,reinamía.Ningunamortalpuedecompararseconsu
perfección.Lacorteseapresuróacoincidir,ofreciendouncentenardecumplidosal
mismotiempo,aunqueWinteraúnpodíasentirsobreellalasmiradaslascivasdemásdeunnoble.
Aimerydiounpasohaciaeltrono.Sucabezacercenadaseinclinó,cayóconungolpesecosobreelmármolyrodó,rodó,rodóhastadetenersejustoalospiesheladosdeWinter.
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Aúnsonreía.Ellagimió,peroelsonidoquedósepultadobajolanieveensugarganta.Todoestáentumente.—Silencio—dijo Levana, una vez que terminó de recibir su cuota de
alabanzas—.¿Yaterminamos?ElhielofinalmentellegóasusojosyWinternotuvomásalternativaque
cerrarlosfrentealaimagendeAimerydecapitado,encerrándoseenelfríoylaoscuridad.
Ellapodíamorirallísinquejarse.Quedaríasepultadabajoesaavalanchainerte.Jamástendríaquepresenciarotroasesinato.
—Hayotroprisioneroquedebeserjuzgado,reinamía.LavozdeAimeryhizoecoenlafríacavidaddelacabezadeWinter.—Sir Jacin Clay, guardia real, piloto y protector designado de la
taumaturgaSybilMira.Winterjadeóyelhieloestalló;unmillóndeafiladostrozosvolaronporel
salóndeltronoysedeslizaronporelpiso.Nadiemáslosescuchó.Nadiemássediocuenta.
Aimery, con la cabezabienpuesta, estabamirándoladenuevo, como sihubieraestadoesperandoversureacción.Esbozabaunasutilsonrisadeburlacuandodevolviósuatenciónalareina.
—Ah,sí—dijoLevana—.Tráiganlo.
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Dos
Laspuertasdelsalóndeltronoseabrieron,yahíestabaél,atrapadoentredosguardias, con las muñecas atadas a la espalda. Tenía el cabello rubioenmarañado,yalgunosmechonescolgabanhastasumandíbula.Parecíacomosi hubiera pasado mucho tiempo desde que había tomado una ducha, peroWinternopudodetectarseñalesclarasdeabuso.
Suestómagodiounvuelco.Todoelcalorqueelhielohabíaextraídodeellaseprecipitódevueltaalasuperficiedesupiel.
Quédateconmigo,princesa.Escuchamivoz,princesa.Lollevaronalcentrodelsalón,conexpresiónvacía.Winterclavólasuñasensuspalmas.Jacinnolamiró.Niunavez.—JacinClay—dijoAimery—: se te acusa de traición a la Corona por
haberfracasadoenprotegeralataumaturgaytambiénpornohaberlogradoaprehender a una conocida fugitiva lunar, a pesar de haber pasado casi dossemanasencompañíadeella.EresuntraidoraLunayanuestrareina.Estoscrímenesameritanlapenademuerte.¿Quétienesquedecirentudefensa?
El corazónde la princesa retumbócomoun tambor contra sus costillas.Mirósuplicanteasumadrastra,peroLevananoleestabaprestandoatenciónalguna.
—Medeclaroculpabledetodosloscrímenesseñalados—admitióJacin,captando nuevamente la atención deWinter—, excepto de la acusación dequesoyuntraidor.
Las uñas de Levana se movían trémulamente sobre el apoyabrazos deltrono.
—Explícate.
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Jacin se irguió, tan alto y fornido como si vistiera uniforme, como siestuvieraenservicioynoenunjuicio.
—Como dije antes, no aprehendí a la fugitiva cuando estuve en sucompañíaporqueestabatratandodeconvencerladequeyoeraconfiable,afindereunirinformaciónquepudieraenviarposteriormenteamireina.
—Ah,sí.Estabasespiándolosaellayasuscompañeros—dijoLevana—.Recuerdoqueesa fue tu excusacuando fuiste capturado.También recuerdoquenoteníasinformaciónrelevantequedarme,solomentiras.
—Noeranmentiras, reinamía, aunquedebo admitir que subestimé a lacyborgysushabilidades.Eraclaroquemelasestabaocultando.
—Todoporganarsuconfianza—habíaunaintencióndeburlaeneltonodelareina.
—No solo estaba buscando información sobre las habilidades de lacyborg,reinamía.
—Sugieroquedejes los juegosdepalabras,sirClay.Estásagotandomipaciencia.
ElcorazóndeWinterseencogió.Jacinno.EllanopodíaquedarseallíyverlosmataraJacin.
Decidió que rogaría por él, aunque la decisión enfrentaba un problemaobvio. ¿Qué podía ofrecer?Nadamás que su propia vida, y ella sabía queLevananoaceptaríaeso.
Tal vez podría hacer un berrinche. Ponerse histérica. En ese punto noestaríamuylejosdelarealidad,ypodríadistraerlosporuntiempo,perosabíaquesoloretrasaríaloinevitable.
Sehabíasentidoimpotentemuchasvecesensuvida,peronuncaasí.Entonces,soloquedabaunaalternativa.Pondríasupropiocuerpofrenteal
filodelacero.Oh,Jacindetestaríaeso.Ignorante de la decisión de Winter, Jacin inclinó respetuosamente la
cabeza.—Durante el tiempo que estuve con Linh Cinder descubrí información
acerca de un dispositivo que puede anular los efectos del don lunar si seconectaalsistemanerviosodeunapersona.
Estoprovocóunaoleadadecuriosidadentre laconcurrencia.Rigidezdeespaldas,inclinacióndehombroshaciaadelante.
—Imposible—dijoLevana.—LinhCinderteníaevidenciasdesupotencial.Segúnsudescripción,el
aparatopuedeevitarque labioelectricidaddeun terrícolaseaalterada.Pero
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en un lunar impedirá que utilice su don. La propia Linh Cinder tenía elartefacto instalado cuando llegó al baile de laComunidad.Solo cuando fuedestruido ella logró usar su don… como usted pudo comprobar con suspropiosojos,reinamía.
Suspalabrasdenotabanunairedeimpertinencia.LosnudillosdeLevanasepusieronblancos.
—¿Cuántosdeesoshipotéticosdispositivosexisten?—Hastadondesé,únicamenteelaparatoaveriado instaladoen lapropia
cyborg. Pero sospecho que solo se requerirían las especificaciones y losplanosparahacerotro.ElinventoreraelpadreadoptivodeLinhCinder.
Lareinacomenzóarelajarlasmanos.—Esta información es fascinante, sir Clay. Pero parecemás un intento
desesperadoporsalvartequeunaverdaderapruebadeinocencia.Jacinseencogiódehombros,tranquilo.—SimilealtadalaCoronanopuedeserapreciadaporlaformaenqueme
comportéconelenemigo,obtuveinformaciónyalertéa la taumaturgaMirasobre la conspiración para secuestrar al emperador Kaito, no sé qué otraevidenciapuedoproporcionarle,SuMajestad.
—Sí, sí, el mensaje anónimo que Sybil recibió para alertarla sobre losplanes de Linh Cinder —Levana suspiró—. Me parece demasiadoconvenientequeelmensajequedices haber enviadono lohayavistonadiemásqueSybil,quienyaestámuerta.
Porprimeravez,Jacinparecíadesconcertadobajolamiradafulminantedelareina.AúnnohabíavistoaWinter.
LareinasedirigióaJerricoSolis,elcapitándesuguardia.Aligualquelamayoríade losguardiasde la reina,Jerricohacíasentir incómodaaWinter,quien a menudo imaginaba que el cabello rojizo del muchacho despedíallamasysucuerposeprendíafuegocomouncarbónardiente.
—Jerrico, tú estabas con Sybil cuando emboscó la nave enemiga aqueldía, y aun así dijiste que Sybil no habíamencionado esemensaje. ¿Tienesalgoqueagregar?
Jerricodiounpasoalfrente.HabíaregresadodesuexpediciónalaTierracon una gran cantidad de heridas en el rostro, las cuales empezaban adesvanecerse.FijólosojosenJacin.
—Reinamía:lataumaturgaMiraconfiabaenqueencontraríamosaLinhCinder en esa azotea, pero en ese momento no mencionó haber recibidoninguna informaciónproveniente de afuera, anónimaodeningúnotro tipo.
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Cuando la nave descendió, fue la taumaturgaMira quien ordenó que JacinClayfueraarrestado—Jacinalzóunaceja.
—Talvezaúnestabamolestaporqueledisparé—hizounapausayagregó—:mientrasestababajoelcontroldeLinhCinder,endefensapropia.
—Parece que tienes mucho que decir en defensa propia —observóLevana.
Jacinnorespondió.EraelprisioneromástranquiloqueWinterhabíavistoen ese salón: él, quien sabíamejor quenadie las cosas terribles quehabíanocurrido sobre aquel suelo, en elmismo sitio donde estaba parado. Levanadebía de estar furiosa por su audacia, pero su aspecto era simplementepensativo.
—¿Mepermitehablar,reinamía?Lamultitudmurmuró, y aWinter le llevó unmomento distinguir quién
había hablado. Era un guardia. Uno de los silenciosos ornamentos delpalacio.Aunqueloreconoció,nosabíasunombre.
Levana lo fulminó con la mirada, y Winter pudo imaginar que estabadecidiendoentreconcederelpermisoocastigaralhombreporhablarcuandonolecorrespondía.Finalmente,habló.
—¿Cuálestunombreycómoteatrevesainterrumpiresteproceso?Elguardiadiounpasoadelantemirandoalapared,siemprealapared.—Mi nombre es Liam Kinney, reina mía, y fui parte del equipo que
rescatóelcuerpodelataumaturgaMira.Alzóuna cejabuscando la anuenciade Jerrico; finalmente, estehizoun
gestodeasentimiento.—Continúa—ordenóLevana.—Cuandoencontramoselcuerpodelataumaturga,descubrimosquetenía
una pantalla portátil. Aunque había quedado casi destruida por la caída, sepresentócomoposibleevidenciaenelcasodesuasesinato.Solomepreguntosialguienhaintentadorecuperarelsupuestomensaje.
LevanadevolviósuatenciónaAimery,cuyorostroeraunamáscaraqueWinterreconoció.Cuantomásapacibleerasuexpresión,másirritadoestaba.
—De hecho, nuestro equipo logró tener acceso a sus últimascomunicaciones—dijo—.Estabaapuntodepresentarlaevidencia.
Eraunamentira,yesoledioaWinteralgodeesperanza.Aimeryeraungran mentiroso, en especial cuando le convenía. Y odiaba a Jacin, lo quesignificabaquenoentregaríanadaquepudierasalvarlo.
Esperanza.Frágil,endebleypatéticaesperanza.
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Aimery hizo un gesto hacia la puerta y un sirviente avanzó deprisa,trayendoenunabandejaunapantalladestrozadayunnodoholográfico.
—Esta es la pantalla portátil que mencionó sir Kinney. Nuestrainvestigación ha confirmado que efectivamente había un mensaje anónimoenviadoaSybilesedía.
Elcriadoencendióelnodoyunhologramabrillóenelcentrodelsalón.Detrásdeél,Jacinsedesvaneciócomounfantasma.
Elhologramamostrabaunmensajedetexto.
LinhCindersecuestraráalemperadordelaCO.Planeaescapedesdelaazoteadelatorrenortealatardecer.
Algodemasiadoimportanteentanpocaspalabras.JustocomoeraJacin.Levanaleyólaspalabrasconlosojosentrecerrados.—Graciasporsuaporte,sirKinney—fuereveladorquenoagradecieraa
Aimery.El guardia,Kinney, hizo una reverencia y volvió a su puesto.Antes de
fijarlavistaenlapared,ledirigióunamiradaindescifrableaWinter.—Supongoquemedirás,sirClay,queestefueelmensajequeenviaste—
prosiguióLevana.—Asífue.—¿Tienesalgomásqueagregarantesdemiveredicto?—Nada,reinamía.Levana se reclinó en su trono y el salón quedó en silencio; todos
contuvieronelalientoenesperadeladecisióndelareina.—Séqueamihijastralegustaríaqueteperdonaralavida—dijoLevana.Winterseestremecióantelaasperezadeltonodesumadrastra.Jacinno
reaccionóenabsoluto.—Por favor, madrastra—susurró, apenas capaz de formar las palabras
alrededordelalenguaseca—.EsJacin.Élnoesnuestroenemigo.—Quizá tuyo no—dijoLevana—.Pero tú eres una chiquilla ingenua y
estúpida.—Noesasí,reinamía.Soyunafábricadesangreyplaquetas,ytodami
maquinariaseestácongelando…LacorteestallóenunacarcajadayWinterretrocedió.HastaLevanatorció
loslabios,aunquehabíairritacióndebajodelaparentejúbilo.—He tomado una decisión—anunció ella con una voz estentórea que
demandósilencio—.Hedecidido…dejarqueelprisioneroviva.
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Winter sollozó de alivio. Se llevó unamano a la boca, pero demasiadotardecomoparaapagarelsonido.
Hubomásrisasnerviosasentrelaaudiencia.—¿Tienesotrasideasqueaportar,princesa?—siseóLevanaentredientes.Wintercontuvosusemocioneslomásquepudo.—No, reinamía. Sus sentencias son siempre sabias y definitivas, reina
mía.—Esta sentencia no ha terminado—la voz de la reina se endureció al
volver a dirigirse a Jacin—. Tu incapacidad para matar o capturar a LinhCindernoquedaráimpune,sobretodoporquetuincompetenciaocasionóqueella tuviera éxito en el secuestro de mi prometido. Por este crimen, tesentencioainfligirtetreintaazotesenelestradocentral,seguidosdecuarentahoras de castigo. Tu sentencia deberá comenzar a cumplirse mañana alamanecer.
Winter se sobresaltó, pero aun ese castigo no pudo destruir el trémuloalivio en su estómago.Él nomoriría. Ella no era en absoluto una chica dehielo y cristal, sino de luz solar y polvo de estrellas porque Jacin no iba amorir.
—Y, Winter…—volvió rápidamente la vista a su madrastra, quien lamirabacondesdén—siintentasllevarlecomida,haréquelecortenlalenguaenpagoportuamabilidad.
Ellaseencogiódenuevoensusilla,unpequeñorayodesolextinto.—Sí,reinamía.
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Tres
Winterestuvodespiertahorasantesdequelaluzaclararaelcieloartificialdeldomo.Apenashabíadormido.NofueaveraJacinflagelarse,puessabíaquesiellalomiraba,élhabríaevitadogritardedolor.Nopodíahacerleeso.Quegritara:aunasí,eramásfuertequecualquieradeellos.
Mordisqueó con obediencia los embutidos y los quesos que le llevaronparaeldesayuno.Permitióquelasdoncellaslabañaranylavistierandesedarosa pálido. Permaneció sentada durante una sesión entera con el maestroGertman,untaumaturgodetercernivelysututorduranteaños,fingiendoqueintentaba usar su dony disculpándose porque era demasiadodifícil, porqueella era muy débil. A él no pareció importarle. Pasaba la mayoría de lassesiones sin hacer más que mirarla estupefacto y Winter no sabía si élrealmentepodíadecirlesialgunavezlohabíaencantado.
El día artificial había comenzado y terminado. Una de las doncellas lellevó una taza de leche tibia con canela, le preparó la cama y finalmenteWintersequedóasolas.
Sucorazónempezóalatirconansias.Sepusounospantalonesdelgadosdelinoyunacamisetaholgada;luego
se echó encima su bata de noche para que pareciera que llevaba ropa paradormir debajo. Había pensado esto durante todo el día; el plan se habíaformadolentamenteensumente,comopequeñaspiezasdeunrompecabezasqueencajaban.Sudeterminaciónhabíamantenidolasalucinacionesaraya.
Sedespeinóelcabelloparadarlaimpresióndequeacababadedespertardeunprofundoletargo,apagólaslucesyseparóensucama.Elcandelabrocolgante rozó su frentey ella se sobresaltó, diounpasoatrásy recuperó elequilibriosobreelgruesocolchón.
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Wintersepreparóy,contotaldecisión,tomóaliento.Contóhastatres.Ygritó.Gritócomosiunasesinoleclavarauncuchilloenelestómago.Gritócomosimilpájaroslearrancaranlacarne.Gritócomosielpalacioseincendiaraasualrededor.El guardia que estaba apostado afuera entró de pronto con el arma
desenfundada.Wintersiguiógritando.Tropezandoconlasalmohadas,apretólaespaldacontralacabeceraysellevólasmanosalcabello.
—¡Princesa!¿Quépasa?¿Cuáleselproblema?—susojosrecorrieronlahabitación oscura a toda velocidad, en busca de algún intruso, algunaamenaza.
Wintersacudióunbrazo,arañóeltapizyarrancóunpedazo.Comenzabaa ser creíble que estaba realmente horrorizada. Que había fantasmas yasesinosquelaacorralaban.
—¡Princesa!—unsegundoguardiairrumpióenlahabitación.EncendiólaluzyWinterseocultó—.¿Quéestápasando?
—Nosé—elprimerguardiahabíacruzadoalotroladodelahabitaciónyrevisabadetrásdelascortinasdelasventanas.
—¡Monstruo! —gritó Winter, acentuando la palabra con un sollozo—.¡Despertéyestabaparadosobremicama…unode…unodelossoldadosdelareina!
Los guardias intercambiaron miradas; el mensaje fue claro, aun paraWinter.
Nopasanada.Estáloca.—SuAlteza…—comenzóel segundoguardia,al tiempoqueun tercero
aparecíaenlaentrada.Bien. Usualmente solo había tres guardias apostados en ese corredor,
entresurecámaraylasescalerasprincipales.—¡Sefueporallá!—cubriéndoseconunbrazo,Winterapuntóhaciasu
vestidor—.Porfavor,nodejenqueescape.¡Encuéntrenlo,porfavor!—¿Quépasó?—preguntóelreciénllegado.—Ella cree haber visto a uno de los soldadosmutantes—refunfuñó el
segundoguardia.—¡Estaba aquí! —gritó ella, tan fuerte que sintió que las palabras
desgarraban su garganta, pero continuó—. ¿Por qué nome protegen? ¿Porquésequedanparados?¡Vayanabuscarlo!
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El primer guardia se veía sumamente irritado, como si aquella farsahubiera interrumpido algo más que estar de pie en el corredor mirando lapared.
—Porsupuesto,princesa—respondióconautoridad,despuésdeenfundarsupistola—.Encontraremosaesedelincuenteygarantizaremossuseguridad.
Llamó al segundo guardia y ambos se dirigieron acechantes hacia elvestidor.
Wintermiróaltercerguardiayseacuclillóenlacama.—Usted debería ir con ellos —pidió encarecidamente, con voz
conmocionaday débil—.Es unmonstruo…enorme…condientes y garrasferocesquelosharánpedazos.¡Ellosnopuedenvencerlosolos,ysifallan…!—suspalabrasseconvirtieronenunplañidodeterror—.¡Vendrápormíynohabránadiequelodetenga!¡Nadiemesalvará!
Setiródelcabello,conelcuerpoenterotembloroso.—Está bien, está bien. Claro, Alteza. Solo espere aquí y… trate de
calmarse—agradecidodedejaratrása laprincesaenloquecida,siguióasuscamaradas.
Enelinstanteenquedesaparecióporlapuerta,Winterbajódelacama,sequitólabatayladejósobreunasilla.
—¡Elvestidorestávacío!—gritóunodelosguardias.—¡Sigabuscando!—respondióella—.¡Séqueestáallí!Cogióelsombreroyloszapatosquehabíadejadoaunladodelapuertay
escapó.A diferencia de sus guardias personales, que la habrían interrogado
interminablementeyhabrían insistidoenescoltarlaa laciudad, losguardiasque custodiaban las torres fueradel palacio apenas reaccionaroncuando lespidió que abrieran la puerta. Sin guardias ni vestimenta elegante, y con elcabello recogido y la cara agachada, pudo hacerse pasar por una criada, enmediodelassombras.
Encuantocruzólaspuertas,echóacorrerdenuevo.Losaristócrataspululabanenlascallesadoquinadasdelaciudad,riendoy
coqueteandoconsuropafinaysusencantos.Laluzsederramabaporentrelaspuertasabiertas,lamúsicadanzabaalo
largodelascornisasdelasventanas,yportodasparteshabíaoloracomida,tintineo de copas y sombras que se besaban y suspiraban en callejonesoscuros.
Siempreeraasíenlaciudad.Lafrivolidad,elplacer.LablancaciudaddeArtemisa:supropiopequeñoparaísobajoelcristaldeprotección.
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Enelcentrode todoaquelloestabaelescenario,unaplataformacirculardondeserepresentabandramasyserealizabansubastas,dondeespectáculosde ilusiónyhumorobscenoatraíana las familiasdesdesusmansionesparaunanochedejuerga.
Confrecuenciaseanunciabanhumillacionesycastigospúblicos.Winter jadeaba, almismo tiempo agotada y sintiendo vértigo por haber
tenidoéxito,cuandodescubrióelestrado.Entonceslovioyelanhelocasiledoblólasrodillas.Tuvoqueaminorarelpasopararecobrarelaliento.
Estabasentadodeespaldasalenormerelojdesolqueseencontrabaenelcentrodelestrado,uninstrumentotanimpresionantecomoinútilduranteesaslargasnoches.Lascuerdassujetabansusbrazosdesnudos,yteníaelmentóncaído sobre la clavícula, con su pálido cabello ocultando el rostro. Alacercarse,Winterpudover las llagasdelosazotesquecruzabansupechoyabdomen,cubiertasdesangreseca.Seguramentehabíamásensuespalda.Susmanos tenían ampollas por sujetar el látigo. Castigo autoinfligido, ordenóLevana,perotodossabíanqueJacinestaríabajoelcontroldeuntaumaturgo.Nohabíanadadeautoinfligidoenello.
EllasehabíaenteradodequeAimerysehabíaofrecidocomovoluntario.Sinduda,eltaumaturgomayorsehabíaregodeadoconcadaherida.
Jacin alzó la cabeza cuando ella llegó al centrodel estrado.Susojos seencontraronyella sequedómirandoaunhombrequehabía sidogolpeado,atado,ridiculizadoytorturadotodoeldía.Porunmomento,pensóquedebíadeestardestrozado.Soloeraotrodelosjuguetesdestrozadosdelareina.
Peroentoncesunladodesubocasemovió,ylasonrisaseextendióasussorprendidosojosazules,tanbrillanteyacogedoracomoelsolalamanecer.
—Hola,señoritaProblema—dijoél,apoyandolacabezacontraelreloj.Con eso, el terror de las semanas anteriores se diluyó como si nunca
hubieraexistido.Estabavivo.Estabaencasa.SeguíasiendoJacin.—¿Tienesideadelopreocupadaqueestuve?—preguntóWinterdespués
de subir al escenario—. No sabía si estabas muerto o te habían hechoprisionero, o si te había devorado alguno de los soldados de la reina. Meestabavolviendolocapornosaber.
Élalzóunaceja.—Nodigasnada—pidióellaconelceñofruncido.—Nomeatrevería—encogió loshombros tantocomose lopermitieron
lasataduras.Conesemovimientosusheridasseabrieronysefruncieron,ysurostrosecontrajodedolor,perofuebreve.
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Winterfingióquenosehabíadadocuentaysesentófrenteaélcon laspiernas cruzadas, para examinar sus heridas.Quería tocarlo, pero tocarlo lallenabadeterror.Porlomenos,esonohabíacambiado.
—¿Teduelemucho?—Esmejor que estar en el fondo del lago—su sonrisa se torció en un
gesto irónico. Tenía los labios agrietados—.Me pondrán en un tanque desuspensión mañana por la noche. En medio día quedaré como nuevo —entrecerró los ojos—. Eso, suponiendo que no hayas venido a traermecomida.Quisieraconservarlalenguadondelatengo.
—Nadadecomida,solounapresenciaamistosa.—Amistosa—larecorrióconlamiradasinperdersusonrisarelajada—.
Esuneufemismo.Winterbajó la cabezay lagiróapenas lonecesarioparaocultar las tres
cicatricesdesumejilladerecha.Duranteaños,ellahabíasupuestoquecuandola gente la miraba fijamente, era porque le repugnaban las cicatrices. Unainsólitadesfiguraciónensumundoperfecto.Peroentonces,unacriadaledijoque no era repudio, sino asombro. Le dijo que las cicatrices le daban unaspecto interesante y que, por extraño que pareciera, la hacían ver máshermosa.Hermosa. La palabra queWinter no había dejado de oír toda suvida. Una bebé hermosa, una niña hermosa, una jovencita hermosa, muyhermosa,demasiadohermosa…ylasmiradasqueacompañabanalapalabrahacían que siempre quisiera ponerse un velo, como su madrastra, paraocultarsedelasmurmuraciones.
Jacin era laúnicapersonaque lahacía sentir hermosa sinqueparecieraalgo malo. No se acordaba de haberlo oído decir jamás la palabra, o dehaberlehechoalgúncumplido.Sushalagosquedabansiempreocultosdetrásdelasbromasdespreocupadasquetantoleacelerabanelcorazón.
—Noteburles—ledijoella,aturdidaporcómolamiraba,porlaformaenquesiemprelamiraba.
—Nomeburlaba—lerespondióconabsolutaindiferencia.Enrespuesta,Winterseestiróylepellizcóligeramenteelhombro.Élse retrajodedoloryella soltóungritito,alacordarsedesusheridas,
peroJacinnodejódemirarlaconcalidez.—Noesunapeleajusta,princesa.—Yaerahoradequetuvieraunaventaja—señalóWinter,olvidándosede
ladisculpa.—¿Dóndeestátuguardaespaldas?—preguntóél,mirandoalolejos,hacia
lascalles.
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—Lodejé.Sequedóbuscandounmonstruoenmivestidor.Lasonrisaluminosadesapareció,petrificadaporlaexasperación.—Princesa,nopuedessalirsola.Sialgotepasara…—¿Quién iba a querer hacerme algo aquí, en la ciudad? Todos saben
quiénsoy.—Basta con un idiota, alguno muy acostumbrado a conseguir lo que
quiereydemasiadoborrachocomoparacontrolarse.Ruborizada,apretólamandíbula.Alinstante,Jacinparecióarrepentido.—Princesa…—Volverécorriendoalpalacio.Estarébien.Él suspiró. Ella inclinó la cabeza y pensó en que debió haber llevado
algúnungüentomedicinalparasusheridas.Levananolehabíadichonadademedicinas, y al verlo atado y vulnerable (y con el torso desnudo, aunqueensangrentado),sentíaquesusdedosseretorcíandeunmodoextraño.
—Queríaestarasolascontigo—ledijoyseconcentróensurostro—.Yanuncavolveremosaestarsolos.
—Noespropiodeprincesasdediecisieteañosestarasolascon jóvenesdedudosasintenciones.
Ellaserio.—¿Yquémedicesdelosjóvenesquesonsusmejoresamigosdesdeque
aprendieronacaminar?—Esossonlospeores—respondióél,sacudiendolacabeza.Winter resopló; fue una risa contenida que sirvió para que volviera a
brillarlasonrisadeJacin.Peroelhumoreraagridulce.Enverdad,Jacinsololatocabaparaayudarla
a superar alguna alucinación. Aparte de eso, no la había tocadodeliberadamenteenaños,desdequeellateníacatorceyeldieciséisytratódeenseñarleelvalsEclipse,conresultadosmásbienlastimosos.
EnaquellosdíasellahabríasubastadolaVíaLácteaacambiodequelasintencionesdeJacinhubieransidounpocomenoshonestas.
LasonrisadeWintercomenzóaapagarse.—Teextrañé—ledijoella.Jacinapartólavistaysemovióparatratardeponersemáscómodocontra
laesferadelreloj.ApretabalamandíbulaparaqueWinternosepercataradecuántoledolíahastaelmenormovimiento.
—¿Cómoestátucabeza?—lepreguntó.—Las visiones van y vienen —le contestó—, pero no parece que
empeoren.
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—¿Hastenidounahoy?Winter tomó una pequeña pelusa del lino de sus pantalones mientras
pensaba.—No.Laúltimafueayerenlosjuicios.Meconvertíenunachicadehielo
yAimeryperdiólacabeza,literalmente.—Nomeimportaríamuchosiesoúltimosehicierarealidad.—¡Silencio!—Lodigoenserio.Nomegustacómotemira.Winterechóunvistazohaciaatrás,perolospatiosquerodeabanelestrado
estaban desiertos. Solo el bullicio distante de la música y las risas lesrecordabaqueseencontrabanenunametrópoli.
—EstásenLunaahora—señalóella—.Debes tenercuidadocon loquedices.
—¿Meestásdandoconsejossobrecómodisimular?—Jacin…—Enestaplazahaytrescámaras.Dosenlosfarolesqueestánatrásdetiy
una metida en el roble del reloj solar. Ninguna tiene audio, a menos quehayancontratadolectoresdelabios.
—¿Cómosabeseso?—preguntóWinter,frunciendoelceño.—LavigilanciaeraunadelasespecialidadesdeSybil.—Aunasí,lareinapudohabertematadoayer.Debestenercuidado.—Yasé,princesa.Noestoyinteresadoenvolveralasaladeltronosalvo
comoguardialeal.UnrugidoporencimadesucabezaatrajolaatencióndeWinter.Através
del domo, las luces de una docena de naves comenzaban a desaparecer amedidaque losvehículoscruzabanelcielo tachonadodeestrellas. Ibana laTierra.
—Soldados—dijo Jacin, que había seguido la dirección de su mirada.Winter no entendió si era una afirmación o una pregunta—. ¿Cómo va lacampañamilitar?
—Nadiemecuentanada,perohastaahoraSuMajestadparecesatisfechacon nuestras victorias… aunque de todos modos está furiosa por ladesaparicióndelemperadorylabodacancelada.
—Nosecanceló,solosepospuso.—Tratadeexplicárselo.Jacinlanzóungruñido.Winterdoblóloscodosypusolabarbillaentrelasmanos.
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—¿Es verdad que la cyborg tiene ese aparato que mencionaste en eljuicio?¿Elaparatoqueimpidequesemanipulealagente?
Undestellopasóporsusojos,comosilaspalabraslehubieranrecordadoalgo importante, pero cuando trató de inclinarse hacia ella, sus ataduras locontuvieron.Hizoungestoymaldijoentredientes.
Wintersemovióparaestarmáscercaycompensarladistancia.—Eso no es todo—contestó—. Se dice que el aparato impide que los
lunaresusensudon.—Sí,locomentasteenlasaladeltrono.Seaferróaellaconsumirada.—Además,protegerásusmentes.Elladijoquelesimpide…Volverselocos.No tuvo que decirlo en voz alta, no cuando su rostro reflejaba tanta
esperanza, como si, por fin, hubiera resuelto el problema más grave delmundo.Elsignificadodeloquequisodecirsequedóflotandoentrelosdos.
Eseaparatopodríasanarla.Winterdoblólosdedosbajosubarbilla.—Dijistequenohabíaotrosaparatos.—No, pero si pudiéramos encontrar las patentes del invento… siquiera
parasabersiesposible.—Lareinaharácuantopuedaparaquenolofabriquenmás.LaexpresióndeJacinseoscureció.—Yasé,peroteníaqueofreceralgo.SiSybilnomehubieraarrestado…
esabrujamalagradecida.WintersonriócondulzuraycuandoJacinlamiró,desapareciósuenojo.—No importa. Pero ahora sé que es posible y encontraré lamanera de
hacerlo.—Lasvisionesnuncasontanmalassitetengocerca.Ahoraquevolviste,
vanamejorar.LaquijadadeJacinsetensó.—Sientohabermeido—ledijo—.Mearrepentíencuantomedicuentade
loquehabíahecho.Pasótandeprisa…yluego,nopudevolverporti.Yo…teabandonéaquí,conella.Conellos.
—Nomeabandonaste.Tetomaroncomorehén.Notuvisteopciones.Jacindesviólamirada.—¿Nofuistemanipulado?—preguntóWinter,enderezándose.—No todo el tiempo —le dijo en un susurro, como una confesión—.
EscogíponermedesuladoencuantoSybilyyoabordamossunave.
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Elsentimientodeculpabilidadafloróensurostro;eraunaexpresión tanraraenélqueWinternosuposilainterpretabacorrectamente.
—Yluego,lostraicioné—golpeósucabezacondemasiadafuerzacontraelrelojdesol—.Soyunidiota.Tendríasqueodiarme.
—Es posible que seas un idiota, pero te aseguro que eres un idiotaadorable.
Jacinnegóconlacabeza.—Eres la única persona de la galaxia que se atrevería a llamarme
“adorable”.—Soylaúnicadelagalaxiaqueestálobastantelocaparacreerlo.Vamos,
cuéntameloquepasó.¿Quéerrorcometisteparaquetengaqueodiarte?Jacintragóconfuerza.—¿Sabes quién es esa cyborg que SuMajestad quiere localizar a toda
costa?—lepreguntó.—LinhCinder.—Sí. Bueno, yo creía que era una loca metida en una misión suicida.
Pensabaquenosibaamataratodosconsusfantasíasderaptaralemperadory destronar a la reina… cualquiera que la oyera habría pensado igual.Entonces se me ocurrió que podría aprovechar la oportunidad y tratar devolvercontigo.Dejarquesacrificarasuvida.
—Pero de hecho Linh Cinder secuestró al emperador y se salió con lasuya.
—Yasé—lecontestóyseconcentródenuevoenella—.Sybilcapturóaunadesugrupo,unachicallamadaScarlet.Quizásabesquién…
—Ah,sí—dijoWinterconunasonrisa—.Lareinameladiodemascota.Latengoenlacasadelosanimalesymegustamucho—arrugóelentrecejoycontinuó—:Peronosésiyasedecidióaquererme.
Jacin se contrajo con un dolor repentino y desconocido y se detuvo unmomentopararecomponerse.
—¿Ledaríasunmensajedemiparte?—Claroquesí.—Debestenercuidado.Notelodirésinopuedesserdiscreta;esportu
propiaseguridad.—Serédiscreta.Jacinlamiróconescepticismo.—–Puedoserlo.Serétansigilosacomounespía.Tansigilosacomotú—
afirmóWinter,yseacercóunpocomás.
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Jacinbajólavozcomosiyanosesintieratansegurodequelascámarasnotuvieransistemadeaudio.
—Dilequevienenporella.—¿Vienenpor…?¿Vienenaquí?—preguntóWinter,mirándolofijo.Jacinasintióconunsutilmovimientodecabeza.—Creoquerealmentetienenunaoportunidaddelograrlo.Conelceñofruncido,Winterseestiróyacomodólosmechonesdelpelo
sucio y sudoroso de Jacin detrás de las orejas. Él se puso tenso, pero noretrocedió.
—JacinClay—ledijodulcemente—.Hablasconacertijos.—LinhCinder—suvozerapocomásqueunsusurroyWinterseinclinó
todavíamásparaescucharlo.Unbucledesucabellocayócontraelhombrodeél.Jacinsehumedecióloslabiosantesdecontinuar—.EllaesSelene.
Winter sintió que se endurecían todos los músculos de su cuerpo.Retrocedió.
—Jacin.SiSuMajestadteoyeramencionar…—No se lo diré a nadie más, pero tenía que contártelo a ti —se le
formaronarrugasenel rabillode losojos,queexpresabancompasión—.Séquelaamabas.
—¿MiSelene?—preguntóWinter,conelcorazónretumbando.—Sí.Pero…losientomucho,princesa;creoquenoterecuerda.Winter parpadeó y dejó que la ensoñación la inundara por unmomento
borroso. Selene estaba viva. Su prima, su amiga. Estaba viva. Pero luegosacudiólacabezaparadesecharlaesperanzayencogióloshombros.
—No.Ellamurió.Yoestuveahí,Jacin.Vilassecuelasdelincendio.—Peroaellanolaviste.—Encontraron…—Carnecarbonizada,losé.—Unmontóndecenizasconformadeniña.—Eranpurascenizas.Mira:yotampocolocreía,peroahoralosé—una
de las comisuras de su boca se levantó con algo parecido al orgullo—. Esnuestraprincesaperdidayvienedevueltaacasa.
Alguien se aclaró la garganta detrás de Winter. Ella sintió que suesqueletocasisaltabaatravésdelapiel.Giróeltorsoyresbalósobreunodesuscodos.
Suguardaespaldasestabafrentealestrado,conelrostroadusto.—¡Ah!—con el corazón agitado comouna bandada de pájaros,Winter
mostróunasonrisadealivio—.¿Atrapastealmonstruo?
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Élno ledevolvió la sonrisa;ni siquiera se ruborizaronsusmejillas,queeralareacciónhabitualcuandoellaexhibíaaquellasonrisatanpeculiar.Másbienparecíacomosielojoderecholeestuvieratemblando.
—SuAlteza.Vengoporustedparaescoltarlaalpalacio.Winterserecompusoycerrólasmanosgraciosamentecontrasupecho.—Porsupuesto.Esmuyamabledetupartequetepreocuparaspormí.Volteó hacia Jacin, quemiraba con desconfianza al guardia.Nada raro,
puesatodoslosveíadesconfiadamente.—Metemoquemañanaserátodavíamásdifícilparati,sirClay.Tratade
pensarenmícuandopuedas.—¿Tratar,princesa?—ledijoconunamuecaymirándolaa losojos—.
Nosemeocurreenquémáspodríapensar.
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Cuatro
Cinderestabatendidadeespaldassobreelsuelo,mirandoelenormemotordela Rampion, sus tuberías y el módulo giratorio de soporte vital. Habíaextendido sobre su campo de visión los planos del sistema, que habíadescargadounassemanasatrás.ErauntrucodecyborgquelehabíaresultadomuyoportunoincontablesvecescuandotrabajabacomomecánicaenNuevaBeijing.Amplióunasecciónparaacercarlaimagendeuncilindrodeltamañodesubrazo.Estabainsertadocercadelapareddelasalademáquinas.Delosdosladossalíantubosenespiral.
—Estodebedeserelproblema—murmuróydoblóelplano.Searrastrópordebajodelmódulogiratorio,mientraslapelusaseadheríaasushombros,yseenderezóparaquedarsentada.Nohabíacasiespacioparaubicarseentreellaberintodecablesymangueras,tubosyconductos.
Contuvo la respiración y apoyó una oreja contra el cilindro. Sentía elmetalfríocomoelhielocontrasupiel.
Sequedóinmóvilyescuchó.Ajustóelvolumendesussensoresdeaudio.Loqueoyófuequeseabríalapuertadelasalademáquinas.Echóunamiradaypercibiólospantalonesgrisesdeununiformemilitar
en la luz amarillenta del corredor. Podían pertenecer a cualquiera a bordo,peroesoslustrososzapatosdevestir…
—¿Estásporaquí?—preguntóKai.Cinder sintió que su corazón galopaba; cada vez que él aparecía su
corazóngalopaba.—Aquí,atrás.Kaicerrólapuertayseacuclillóalotroladodelasala;sufiguraquedó
enmarcadaporelrevoltijodepistonesbatientesyventiladoresquegiraban.
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—¿Quéhaces?—Revisolosfiltrosdeoxígeno.Dameunminuto.Volvióaponerlaorejacontraelcilindro.Ahíestaba:unvagorepiqueteo,
comosiunacanicarebotaradentro.“Ajá”.Sacóunallavedetuercasdelabolsayaflojólospernosdeamboslados
delcilindro.Encuantolosoltó,lanavesesumióenunsilencioescalofriante,comounzumbidoquesoloseadviertecuandosedetiene.Kaialzólascejas.
Cinder miró detenidamente hasta lo más profundo del cilindro. Luegometió los dedos y sacó un intrincado filtro. Estaba formado por diminutoscanalesygrietas,todorecubiertoporunadelgadapelículagris.
—Poresolosdespegueshansidotaninestables.—Meimaginoquenonecesitasayuda.—No,amenosquequierasbuscarunaescoba.—¿Unaescoba?La muchacha alzó el filtro y golpeó uno de sus extremos contra las
tuberíasquecorríansobresucabeza.Sedesprendióunanubedepolvoquelecubrióelpeloylosbrazos.Sindejardetoser,escondiólanarizenelplieguedelcodoysiguiógolpeandohastaquecayeronlostrozosmásgrandes.
—¡Ah,unaescoba!Muybien.¿Habráunaenlacocina?Esdecir,¿enlacocinita?
Cinderparpadeóparasacudirseelpolvodelaspestañasylesonrió.Solíaser tan seguro de sí mismo que en los momentos excepcionales en que seponía nervioso ella sentía que se le daba vuelta el estómago. Y Kai,últimamente, se aturdía mucho. Desde el instante en que despertó en laRampion, quedó claro que estaba a docemil kilómetros de distancia de sumundo; sin embargo, sehabía adaptadobienenestas semanas.Aprendió laterminología, comía sinquejas alimentos enlatadosydeshidratados, cambiósulujosavestimentanupcialporeluniformemilitarcomúnqueusabantodos.Insistía en ayudar en lo que pudiera, incluso cocinar una de esas comidasinsípidas,peseaqueIkoinsistíaenque,puestoqueerasuhuéspedreal,ellosdeberíanatenderlo.Encambio,Thornesereía.LasugerenciahabíahechoqueKaisesintieratodavíamásincómodo.
AunqueCindernoconcebíaqueabdicaradesutronoyemprendieraunavida de viajes espaciales y aventura, le encantaba ver cómo intentabaadaptarse.
—Eraunabroma—ledijo—.Lassalasdemáquinassuelenestarllenasdepolvo.
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Volvióaexaminarelfiltroy,cuandoconsideróqueestabaencondicionesaceptables, lo introdujo de nuevo en el cilindro y lo atornilló. El zumbidoregresó,peroyasinelgolpeteodelacanica.
Cinder se arrastró para salir con los pies primero de la parte baja delmóduloylas tuberías.Todavíaacuclillado,Kai lamiróysonrióconairedesatisfacción.
—Ikotienerazónenquenopuedesestarlimpiamásdecincominutos.—Espartedeladescripcióndemipuesto.Cuandosesentó,unacascadadepelusascayódesdesushombros.Kaile
sacudiólasmásgrandesdelcabello.—¿Dóndeaprendisteahacereso?—¿Qué?Cualquierapuedelimpiarunfiltrodeoxígeno.—No,noescierto—replicóKaiconloscodossobrelasrodillas,mientras
dejabavagarsuatenciónporlasala—.¿Sabesparaquésirvecadapieza?Ellasiguiósumirada:loscables,lasválvulas,losresortes,yseencogióde
hombros.—Casi todo, menos esa cosa grande giratoria de la esquina. No me
imaginoquées.¿Quétanimportantepuedeser?Kaipusolosojosenblanco.Cinderseaferróauntubo,selevantóysemetiólallavedetuercasenel
bolsillo.—Noaprendíenningúnlado.Soloobservolascosasymeimaginocómo
funcionan.Sisabescómofuncionaalgo,entiendescómorepararlo.Tratódesacudirselasúltimaspelusasdelcabello,peroparecíaninfinitas.—¿Asíquesoloobservasunacosaysabescómofunciona?—lepreguntó
Kaiacercándoseaellaconunaexpresiónpícara—.¿Asídesimple?Cinder se arregló la cola de caballo y se encogió de hombros,
repentinamentecohibida.—Essolomecánica.Kaipasóunbrazoporsucinturaylaatrajohaciaél.—No.Eresimpresionante—ledijoyconlayemadelpulgarsacudióotra
pelusadelamejilladeCinder—.Ademásdeextrañamenteatractiva.KaitomóloslabiosdeCinderentrelossuyos.Cindersetensóuninstante
yenseguidase fundióenelbeso.Laavalanchaerasiempre lamisma, juntoconlasorpresaylaoleadadevértigo.Erasubesodecimoséptimo(suinterfazcerebral llevaba la cuenta, un tanto en contra de su voluntad) y la hacíapreguntarse si alguna vez se acostumbraría a la sensación, a ser deseada,
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cuando había pasado toda su vida convencida de que nadie la vería nuncacomoalgomásqueunestrafalarioexperimentocientífico.
Enparticular,nounmuchacho.En particular, no Kai, que era listo y honesto y amable, y que habría
podidoteneracualquierchicaquequisiera.Cualquierchica.Suspiró apoyada contra él, refugiada en su abrazo. Kai se aferró de un
conducto elevado y presionó aCinder contra la consola de la computadoracentral. Ella no ofreció resistencia y, aunque su cuerpo no le permitíaruborizarse,cuandoélestabacercauncalordesconocidolainundabahastaelúltimo centímetro. Todas sus terminaciones nerviosas soltaban chispas ylatían,ysabíaqueélpodríabesarlaotrasdiecisietemilvecesyqueellanuncasecansaría.
Cinder le rodeó el cuello con los brazos para que sus cuerpos seamoldaranentresí.LatibiezadelpechodeKailetraspasólaropa.Sesentíasimplementebien,simplementeperfecto.Perohabíaunasensaciónquenolaabandonaba, sino quemerodeaba, siempre lista para enturbiar su alegría: lacertezadequenopodíadurar.
NomientrasKaiestuvieracomprometidoconLevana.Seenojóporpermitirqueesepensamiento la invadiera.BesóaKaicon
más intensidad, pero sus pensamientos se rebelaban. Aun si lo lograban yCinderpodíarecuperareltrono,eralógicoqueseestablecieraenLunacomola nueva reina. Aunque no era ninguna experta, le parecía problemáticososteneruna relación endosplanetasdiferentes…esdecir, enunplanetayunaluna.
Ocomofuera.El punto era que habría trescientos ochenta y cuatro mil kilómetros de
espacioentreellayKai,locualeramuchoespacioy…Kaisonrióydejódebesarla.
—¿Quésucede?—murmurócasisindespegarsuslabiosdelosdeCinder.Ella retrocedió paramirarlo. El pelo le había crecido y estaba bastante
desordenado. Como príncipe, su aspecto siempre había sido perfecto. Peroluego se convirtió en emperador. Había pasado las semanas transcurridasdesde su coronación tratando de detener una guerra, atrapar a una fugitiva,evitar su matrimonio y resistir su propio secuestro. El peluquero se habíaconvertidoenunlujoinnecesario.
—¿Piensasenelfuturo?—preguntóCinderluegodetitubear.—Claroquepiensoenelfuturo—respondióconunaexpresiónrecelosa.—Y…¿meincluyeamí?
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Lamirada deKai se suavizó. Soltó el tubo del que se había sujetado yacomodóunmechóndecabellodetrásdelaorejadeCinder.
—Esodependedesipiensoenelfuturobuenooenelmalo.CinderhundiólacabezabajoelmentóndeKai.—Ojaláqueyoestéenunodelosdosalmenos.—Todovaasalirbien—dijoKai,conloslabiossobresupelo—.Vamos
aganar.Cinderasintióconlacabeza,contentadequeélnopudieraverleelrostro.Derrocar a Levana y entronizarse como reina de Luna era apenas el
comienzo de una galaxia de preocupaciones. Quería con todas sus fuerzasquedarsecomoestaba,amparadaenestanave,juntos,segurosysolos…peroeralocontrariodeloqueibaasuceder.SilograbanquedepusieranaLevana,Kai volvería a ser el emperador de la Comunidad Oriental y, algún día,necesitaríaunaemperatriz.
Cinder tenía un derecho hereditario a la corona de Luna y abrigaba laesperanza de que el pueblo aceptaría a quien fuera antes que a Levana,incluso a una adolescente sin experiencia en política que estaba hecha conmásdeltreintayseisporcientodematerialescibernéticosyartificiales.Perohabía visto los prejuicios de los habitantes de la Comunidad. Algo en suinteriorledecíaquenolaaceptaríantanfácilmentecomosugobernante.
Ni siquiera estaba segura de querer ser emperatriz. Todavía no seacostumbrabaalaideadeserprincesa.
—Unpasocadavez—murmuró,tratandodeaquietarelremolinodesuspensamientos.
Kailediounbesoenlasien(sucerebronolocontócomoeldieciocho)yseapartó.
—¿Cómovatuentrenamiento?—Bien—se liberó de su abrazo y escudriñó el motor—. ¡Ah! Ya que
estásaquí,¿podríasayudarmeconesto?Ledio rápidamente laespaldayabrióun tablerode lapared,pordonde
asomóunconjuntodecablesunidos.—Esofueuncambiobruscodetema.—No cambio de tema —le dijo, aunque su intento por aclararse la
garganta traicionó su negativa—. Estoy organizando los cables del equipoorbitalautomático,paraquelossistemasdelanavefuncionenmejormientrasflotamos. Estas naves de carga están hechas para aterrizajes y despeguesfrecuentes,noparanavegarconstantem…
—Cinder.
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Ellaapretóloslabiosysoltóalgunosconectores.—Elentrenamientovabien—repitió—.Pásamelosalicatesqueestánen
elpiso—Kaiexaminóelsuelo,tomódosherramientasylaslevantó—.Enlamanoizquierda—dijoCinderyKaileentrególaherramienta—.EntrenarconWolfsehavueltomuchomásfácil,peronosésiesporquemehefortalecidooporqueél…yasabes.
No encontró una palabra para decirlo. Desde que habían atrapado aScarlet,Wolferaunasombradeloquehabíasido.LoúnicoqueloreteníaerasudeterminacióndellegaraLunayrescatarlacuantoantesfueraposible.
—Comoquieraquesea—continuóCinder—,creoqueyameenseñótodoloquepodíaparausarmidon lunar.Enadelante, tendréque improvisar—inspeccionó la maraña de cables y los fue alineando con un diagramaproyectado en la pantalla de su retina—. Claro que esa ha sido mi tácticaprincipaltodoeltiempo—fruncióelceñoyrealizóalgunoscortespequeños—.Ven.Tomaestosalambresynodejesquesetoquen.
Kaiseinclinósobreellaytomóloscablesqueleindicaba.—¿Quépasasisetocan?—Pues,lomásseguroesquenada,perohayunapequeñaprobabilidadde
quelanaveseautodestruya.Cinderjalódedosdelosalambresreciéncortadosysepusoatrenzarlos
enunanuevasecuencia.Kai casi no respiró hasta que Cinder no tomó de susmanos los cables
amenazantes.—¿Porquénopracticasconmigo?—¿Practicarqué?—Yasabes,esodetumanipulaciónmental.Cindersedetuvo,conlosalicatessuspendidossobreuncableazul.—Absolutamenteno.—¿Porqué?—Dijequenuncatemanipularíaylovoyacumplir.—Noesmanipulaciónsilosédeantemano—dijoKaidubitativo—.Por
lomenos,esocreo.Podríamosusarunapalabraclave;así,sabríacuandomecontroles.¿Cómosellamanesaspinzas?
—¿Losalicates?—Porejemplo,“alicates”.—No.—Ocualquierotracosa.
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—Novoyapracticarcontigo—deslizólosalicatesensubolsillo,terminóde ajustar el resto de los cables y relevó a Kai de sus tareas—. Listo, yaveremosquétalfunciona.
—Cinder,no tengonadamejorquehacer.Literalmente,nadamejorquehacer.Eneltiempoquehepasadoenlanavehevistoquenotengoningunahabilidadpráctica.Nococino,noséarreglarnada,nopuedoayudaraCressconlavigilancia.Nosénadadearmasnidecombateni…Básicamente,soyunbuenpersuasor,yesosoloesútilenlapolítica.
—No subestimemos tu capacidadde embobar a las chicas con solo unasonrisa.
En su frustración, Kai tardó un instante en oírla, pero su expresión seaflojóylesonrió.
—Sí—continuóellamientrascerrabaeltablero—.Esesamisma.—Lodigoenserio,Cinder.Quieroserútil.Quieroayudar.Ellagiróparaquedarfrenteaél.Conelceñofruncido,lopensó.—Alicates—dijo.Kaisetensó.Unasomodedudacruzóporsurostro,peroluegolevantóla
barbilla.Confiabaenella.Con elmínimo impulso de su voluntad sobre la deKai, lo instó a que
estirara el brazoy tomara la llavede tuercasde subolsillo trasero.Fue tanfácil como controlar sus miembros cibernéticos. Un mero pensamiento ypodíaobligarloahacerloquefuera.
—No estuvo tan mal —dijo Kai mientras miraba con perplejidad laherramienta.
—¡Oh,Kai!Giró para mirarla y luego observó de nuevo la llave, al tiempo que la
elevabaalnivelde losojos,ysusmanos,queyanoestabanbajosupropiocontrol,comenzaronahacermalabarescon laherramienta,quesedeslizabasobre un dedo y por debajo de otro. Al principio, con lentitud; luego másrápido,hastaqueelbrillodelmetalparecíauntrucodemagia.
Kaiabriólaboca,pasmado,yalgoincómodo.—Siempremepreguntécómolohacías.—Kai.Lamiródenuevo.Lallavetodavíadanzabasobresusnudillos.Cinderseencogiódehombros.—Esmuyfácil.Podríahacerlomientrasescalounamontañao…mientras
resuelvoecuacionesmatemáticascomplicadas.
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—Perotienesunacalculadoraenlacabeza—dijoKaientrecerrandolosojos.
Cinder rio y suspendió su control sobre lamano deKai. Él saltó haciaatráscuandolallaveretumbóenelsuelo.Comosediocuentadequevolvíaatenerelcontroldesumano,seinclinópararecogerla.
—Esenoeselpunto—dijoCinder—.ConWolfhayalgunadificultad,serequiereconcentración;peroconlosterrícolas…
—Deacuerdo,yaentendí.Pero¿quépuedohacer?Mesiento inútil.Mepaseoporlanavemientraslaguerracontinúa.Ustedeshacenplanesyyosoloespero.
Cinder hizo una mueca ante el tono de frustración de Kai. Él eraresponsabledemilesdemillonesdepersonasyellasabíaqueelemperadortenía la sensación de haberlas abandonado, aunque no había tenido opción,puestoqueellanoselahabíadado.
EraamableconCinder.Despuésdelaprimeradiscusióncuandodespertóa bordo de la Rampion, había tenido cuidado de no culparla de susfrustraciones. De todos modos, Cinder era culpable. Él lo sabía y ellatambién. A veces, era como si hubieran quedado atrapados en un baile, yCindernoconocieralospasos.Losdosevitabanesaverdadevidente,paranoperturbareseespaciocomúnquehabíandescubierto.Esafelicidaddemasiadoinciertaquehabíandescubierto.
—Laúnicaoportunidadquetenemosdetriunfar—ledijoCinder—esqueconvenzasaLevanadequelabodasecelebreenLuna.Ahoramismopuedesponerteapensarcómolograrlo—seinclinóhaciaélylediountiernobesoenlaboca(“Dieciocho”)—.Lobuenoesqueeresungranpersuasor.
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Cinco
Scarlet comprimió el cuerpo contra los barrotes de acero, esforzándose poralcanzar laramadeunárbolquecolgabajustofrenteasu jaula.Cerca.Tancerca.Elbarroteseleincrustóenlamejilla.Agitólosdedosyrozóunahoja,sintiólacorteza.¡Sí!
Susdedossecerraronalrededordelarama.Retrocedióhaciaelinteriordela jaula, mientras acercaba la rama. Estiró el otro brazo entre los barrotes,agarrótresramitascubiertasdehojas,quebrólapuntaylasoltó.Laramasebalanceóhaciaarribayuna lluviadepequeñasnuecesdesconocidas lecayóenlacabeza.
Scarletsesobresaltóyesperóhastaqueelárboldejaradesacudirseantesdedarvuelta la capuchade suabrigoydejar caer lasnuecesque lahabíanatacado. Se parecían a las avellanas. Si pudiera descubrir una manera deabrirlas,noseríaunmalbocadilloparamástarde.
Unsuaverasguñohizoquesuatenciónvolvieraaconcentrarseenloquelarodeaba.Echóunvistazoatravésdelcaminoalacasadelosanimales,endirección al lobo blanco, que estaba parado sobre sus patas traseras ygolpeabalosbarrotesdesupropioencierro.
ScarlethabíapasadomuchotiempodeseandoqueRyupudierasaltarporencimadeaquellosbarrotes.Elenrejadodesuencierronollegaríamásalládesu cintura y él debería haber sido capaz de saltarlo con facilidad.Qué lujohabría sido tenerunpocodecontacto.Siemprehabíasentidocariñopor losanimalesdelagranja,almenoshastaqueerahoradesacrificarlosyprepararunricoestofado,peronuncahabíacaídoenlacuentadecuántoapreciabaelafecto simplequebrindabanhastaque lahabían reducidoa la condicióndeanimal.
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Pordesgracia,Ryunoescaparíadesuconfinamientoantesdequeellalohiciera. Por orden de la princesa Winter, tenía un chip inserto entre losomóplatos,quelehabríaproducidounadolorosadescargasiintentabasaltarpor encima del barandal. La pobre criatura había aprendido hacía muchotiempoaaceptarsuhábitat.
Scarletdudóquealgunavezllegaraaaceptarelsuyo.—Seacabó—dijo,recogiendosupreciadotesoro:tresramitasyunarama
astillada.Lassostuvodemodoqueellobolasviera.Elanimalaullóyefectuóuna danza entusiasta a lo largo de la reja del encierro—; ya no puedoestirarmemás.Tienesqueentretenerteconestas.
Ryumoviólasorejas.Poniéndosede rodillas—lomáscercadepararsequepodíahacerensu
jaula—,Scarlet sesostuvode labarraporencimadesucabeza,apuntóconunadelasramitasmáspequeñasylalanzó.
Ryulapersiguióylaatrapóenelaire.Ensegundossedirigióasumontóndepalitosyladepositóarriba.Satisfecho,sesentósobreloscuartostraseros,conlalenguacolgando.
—Buen trabajo,Ryu.Buenaexhibicióndecontrol—suspirando,Scarlettomóotraramita.
Ryu acababa de tomar impulso cuando escuchó pasos en el sendero.Scarlet se sentó sobre sus talones, tensa al instante, pero aliviada cuandodivisóunvaporosovestidocolorcremaentrelostallosdelasfloresexóticasylasenredaderascolgantes.Laprincesaaparecióenlaesquinadelsenderounmomentodespués,llevandounacanasta.
—Hola,amigos—saludólaprincesaWinter.Ryudejócaersuramamásnuevaenelmontónysesentó,conelpecho
bienalto,comosiconellolemostraraeldebidorespeto.—Adulador—dijoScarletconunamueca.Winter inclinó la cabeza en dirección a Scarlet. Una espiral de cabello
negrocayósobresumejilla,cubriendolascicatrices.—¿Qué me trajiste hoy? ¿Murmullos delirantes con una guarnición de
locura?¿Oesunodetusdíasbuenos?—preguntóScarlet.Laprincesa sonrióy se sentó frente a la jauladeScarlet, sin importarle
queelsenderodegravillaypiedrasnegrasensuciarasuvestido.—Esteesunodemismejoresdías—respondió,colocandolacanastaen
suregazo—,porquetehetraídounasorpresaacompañadadenovedades.—Uh,uh,nomedigas.¿Mecambiaránaunajaulamásgrande?Ay,por
favordimequecuentaconunbañodeverdad.¿Yquizásunodeesoslujosos
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comederosquelesponenalospájaros?Aunque las palabras de Scarlet estaban teñidas de sarcasmo, la realidad
era que una jaula más grande, con baño de verdad, habría sido un granavance.Sinlaposibilidaddeponersedepie,susmúsculossedebilitabandíaadía,yseríacomoestarenelcielosinotuvieraquedependerdelosguardiaspara que la condujeran a la prisión de al lado, dos veces al día, donde laescoltabanhastaunaacequiaparaquehicierasusnecesidades.
Unaacequia.Winter, inmune como de costumbre a la acritud presente en el tono de
Scarlet,seinclinóhaciadelanteconunasonrisacómplice.—Jacinregresó—dijo.LaexpresióndeScarlet se crispómientras las emocionesque semejante
declaración desataron se disparaban en todas direcciones. Sabía queWintertenía una debilidad de colegiala por ese chico, pero la única interacción deScarletconJacinhabíaocurridocuandoéltrabajabaparaunataumaturgaqueloshabíaatacadoaellayasusamigos.
Se había convencido a sí misma de que había muerto, porque laalternativaeraquehubieramatadoaWolfyaCinder,yesoerainaceptable.
—¿Y?—laincitó.Los ojos deWinter centellearon. Había ocasiones en que Scarlet sentía
comosihubieraendurecidosucorazónantelaimpecablebellezadelachica:sugruesocabelloysucálidapielmorena,susojoscondestellosdoradosysuslabiosrosados.PeroentonceslaprincesaleechabaunamiradacomoaquellayelcorazóndeScarletsesobresaltabayunavezmássepreguntabacómoeraposiblequeaquellonofueraobradelencanto.
LavozdeWinterfuebajandohastaconvertirseenunsusurroconspirador.—Tusamigosestánvivos—dijo.Esa simple declaración hizo que el mundo empezara a girar. Por un
instanteScarletquedócomoenunlimbo,desconfiando,negándoseaabrigaralgunaesperanza.
—¿Estássegura?—Segura.Dijoqueinclusoelcapitánylachicadelsatéliteestánbien.Comounamarionetaquealguienhubiera soltado, sedejócaer sobre las
rodillas.—Graciasalasestrellas.Estaban vivos. Luego de un mes de subsistir por pura obstinación,
finalmenteteníaunarazónparaabrigarunaesperanza.Fuetanrepentino,taninesperado,quesesintiómareadaporlaeuforia.
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—TambiénmedijoqueteavisaraqueWolfteextrañamuchísimo.Bueno,laspalabrasexactasdeJacin fueronqueestabavolviendo locosa todosconsuspatéticoslamentosporti.Esoestierno,¿nocrees?
Algo se quebró en el interior de Scarlet.No había llorado una sola vezdesdequehabíallegadoaLuna,conexcepcióndelágrimasdedolorydeliriocuandolatorturaronfísicaymentalmente.Peroahoratodoelmiedoytodoelpánicoytodoelhorrorseacumularonensuinterioryyanopodíacontenerlo;ni siquiera podía pensar más allá de la violenta acometida de sollozos ylágrimas.
Estabanvivos.Estabanvivos.Sabía que Cinder seguía allí, en alguna parte, pues el rumor de que se
habíainfiltradoenelpalaciodeNuevaBeijingysecuestradoalemperadorsehabíaextendidoinclusohastalacasadelosanimales.Scarletsehabíasentidomuy orgullosa por varios días cuando le llegó el rumor, a pesar de que nohabíatenidonadaqueverconelasalto.
Pero nadie habló de cómplices. Nadie mencionó nada sobre Wolf oThorneolachicadelsatélitequehabíatratadoderescatar.
Selimpiólanarizconelbrazoyseapartóelcabellograsientodelacara.Winter observaba lamanifestaciónde las emociones deScarlet quizá comoalguienpodríaobservaraunamariposasaliendodesucapullo.
—Gracias—dijoScarletconunnuevosollozo—.Graciasporcontarme.—Desdeluego.Eresmiamiga.Scarlet sesecó losojoscon lapalmade lamanoy,porprimeravez,no
discutió.—Yahoratusorpresa.—Notengohambre—eramentira,perodespreciabalomuchoquehabía
llegadoadependerdelacaridaddeWinter.—Peroesunpastelillodemanzanaagria.Unaexquisitezlunarquees…—…unadetusfavoritas,ajá,losé.Peronotengo…—Me parece que debes comértelo —la expresión de la princesa era
inocenteysignificativaalavez,deesamanerasuyatanpeculiar—.Creoqueteharásentirmejor—continuó,empujandolacajaentrelosbarrotes.EsperóhastaqueScarletlorecibió,luegosepusodepieyseencaminóporelsenderohaciaRyu.Seagachóparadarleallobounaafectuosarascaditadetrásdelasorejas.Despuésseinclinósobreelbarandalycomenzóareunirelmontóndepalitos.
Scarletalzólatapadelacajaydejóaldescubiertolagolosina,semejantea una canica roja sobre una cama de azúcar hilado.Winter le había traído
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muchas golosinas durante su cautiverio, la mayoría adornadas conanalgésicos. Aunque el dolor del dedo que le habían cortado durante elinterrogatorioconlareinasehabíadesvanecidohastaserunrecuerdoremoto,losdulcesaúnlaayudabanconlosachaquesydoloresqueimplicabalavidaenunhabitáculotanestrecho.
Pero mientras sacaba la golosina de la caja, vio algo inesperadoacomodadodebajo.Unmensajeescritoamano.
Paciencia,amiga.Yavienenporti.
Cerrólacajarápidamente,antesdequelacámaradeseguridadpudieraverlopor encima de su hombro, y se metió el dulce en la boca, con el corazónacelerado. Cerró los ojos, percibiendo apenas el crujido de la cubierta deldulce,sintiendoapenasderramarseelrellenoagridulce.
—Lo que declaraste en el juicio—comenzó a decirWinter, de regresocon un montón de palitos entre los brazos y depositándolos donde Scarletpudieraalcanzarlos—nolocomprendíentonces,peroahorasí.
Scarlettragódemasiadoaprisa.Eldulcepasódegolpeyvariostrozosdela cubierta le arañaron lagarganta.Tosió,deseandoque laprincesahubieratraídotambiénunpocodeagua.
—¿Quéparte?Meencontrababajounagrancoerción,comorecordarás.—LapartereferidaaLinhCinder.Ah.LaparteacercadequeCindereraladesaparecidaprincesaSelene.La
auténticareinadeLuna.—¿Yquéconeso?—dijo,tensándoseporladesconfianza.¿AcasoJacin
habríadichoalgosobrelosplanesdeCinderdereclamarsutrono?¿Ydequélado estaba si había pasado semanas con sus amigos, pero ahora habíaregresadoconLevana?
Wintersequedóunbuenratoreflexionandosobrelapregunta.—¿Cómoesella?Scarlethundiólalenguaensusmolares,pensando.¿CómoeraCinder?No
hacíamuchoquelaconocía.Eraunamecánicabrillante.Parecíaserhonestayvaliente, y estar decidida a hacer lo que fuera necesario… pero Scarletsospechaba que no siempre se sentía tan segura como procuraba aparentarfrentealosdemás.
Porotraparte,estabaenamoradadelemperadorKaitantocomoWinterloestabadeJacin,aunqueCinderseesforzabamuchomásporfingirquenoeraasí.
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PeroScarletnocreíaqueesopudieraresponderlapreguntadeWinter.—NosepareceaLevana,siesoesloqueteestáspreguntando.Winterexhaló,comosisehubieraliberadodeunmiedo.Ryuaullóyrodósobresulomo,reclamandosuatención.Wintertomóun
palitodelmontónyseloarrojó.Elloboseincorporódeunsaltoycorriótrasél.
—Tuamigolobo,¿esunodelosdelareina?—Yano—dijoScarletbruscamente;Wolfjamásvolveríaapertenecerlea
lareina.Nosiellapodíaevitarlo.—Peroloera,yahoralahatraicionado—eltonodelaprincesasehabía
vuelto soñador, sus ojos fijos en el espacio incluso después de que Ryuregresóydejócaerelpalitojuntoalosbarrotes,paraarmarunnuevomontón—.Porloqueséacercadesussoldados,esonodeberíaserposible.Almenosnomientrasesténbajoelcontroldesutaumaturgo.
Repentinamente acalorada, Scarlet bajó el cierre del abrigo. Estabainmundo, lleno de tierra, sudor y sangre, pero ponérselo la hacía sentirconectada con la Tierra y la granja de su abuela. Le recordaba que erahumana,apesardequelamanteníanenjaulada.
—EltaumaturgodeWolfestámuerto—dijo—,peroWolfluchócontraélinclusocuandoestabavivo.
—Quizácometieronunerrorconélalalterarsusistemanervioso.—Nofueunerror—dijoScarletconunasonrisita—.Losé,secreenmuy
listos dándoles a los soldados instintos de lobos salvajes. Los instintos decazarymatar.PeromiraaRyu—ellobosehabíaechadoyestabamasticandounpalito—.Susinstintostiendenigualmenteajugaryamar.Situvieraparejay cachorros, entonces, sus instintos se orientarían a protegerlos a cualquierprecio—enrollóelcordóndesucapuchaalrededordeundedo—.EsofueloquehizoWolf.Meprotegió—tomóotropalitodelmontónfrenteasujaula.LaatencióndeRyuseconcentróenella,peroScarletsolopasólosdedosporlacortezaquesedesprendía—.Metemoquenovolveréaverlo.
WinterdeslizóunamanoentrelosbarrotesyacaricióelcabellodeScarletcon sus nudillos. La joven se puso tensa, pero no la evadió. El contacto,cualquierclasedecontacto,eraunobsequio.
—Notepreocupes—dijoWinter—.Lareinanotematarámientrassigassiendomimascota.TendráslaoportunidaddedecirleatuWolfqueloamas.
Scarletlafulminóconlamirada.—Nosoytumascota,delamismamaneraqueWolfyanolepertenecea
Levana—estavezseretiró,yWinterdejócaerlamanoensuregazo—.Yno
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setratadequeyoloame.Essolo…Vaciló y de nuevo Winter inclinó la cabeza y observó a Scarlet con
penetrantecuriosidad.Laponíanerviosapensarquelaestabapsicoanalizandoalguienqueconfrecuenciasequejabadequelasparedesdelcastillohabíancomenzadoasangrardenuevo.
—Wolfesloúnicoquemequeda—aclaróScarlet.Arrojóalotroladodelsendero el palito sinmuchas ganas.Este aterrizó al alcance de las patas deRyuyélsimplementeseloquedómirando,comosinovalieralapenahacerel esfuerzo. Los hombros de Scarlet se desplomaron—. Lo necesito tantocomoélmenecesitaamí.Peroesonosignificaqueseaamor.
—De hecho, querida amiga, sospecho que eso es precisamente lo quehacequeseaamor—dijoWinterbajandolavista.
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—EstasdosnotasdeprensatraendeclaracionesdelameseraEmilieMonfort—dijoCresspasando losdedospor lapantalladelcompartimientodecargapara desplegar una foto de la chica rubia que hablaba con el equipo denoticias—.DicequecuidaGranjasyJardinesBenoitenausenciadeScarlet.Aquí hace un comentario sobre el trabajo, que la está superando y bromeaacerca de que, si las Benoit no vuelven pronto, va a tener que vender lasgallinasalmejorpostor—Cressdudó—.Bueno,quizánoerabroma,noestoysegura.Ah, y aquí dice que cuandoThorne yCinder fueron a la granja, seasustómucho.
Cress miró por encima de su hombro para saber si Wolf la seguíaescuchando.Teníalavistapegadaalapantalla,conelceñofruncido,yestabatansilenciosoycabizbajocomosiempre.Comonodijonada,Cressseaclarólagarganta,hizoclicenotrapestañaycontinuó.
—En lo que se refiere a las finanzas, Michelle Benoit es la únicapropietariadelastierras,yenestosestadosbancariossevequeel impuestopredial y el de la renta se siguenpagando automáticamente.Voy a arreglarque también se transfieran los pagos al servicio de alquiler de androidestrabajadores.Emilienorecibiósupagoelmespasado,perovoyareponerlo.Parecequehasidounaempleadalealdesdehacetiempo,quenosuspendiósutrabajoporlafaltadelpago—amplióunafotogranulosa—.Estaimagendesatéliteesdehacetreintayseishoras.Seveatodoelequipodeandroidesydoscapataceshumanoslabrandoloscampos—hizounamuecaymiróaWolf—.Pagan lascuentas,atiendena losanimalesy seocupande las siembras.Todoslosquerecibíanentregasperiódicasestaránmolestosporlaausenciade
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Scarlet,peroporahoraesoeslopeor.Calculoquelagranjapuedesostenersesolaotrosdosotresmeses.
—Ella ama esa granja—dijoWolf sin apartar lamirada desolada de laimagendesatélite.
—Laestaráesperandocuandoregrese.Cress lo dijo con el tono más optimista que pudo. Quería agregar que
Scarlet estaría bien, que cada día estaban más cerca de rescatarla, pero secalló.Últimamente,habíapronunciadotantoesaspalabrasquecomenzabanaperdersentido,inclusoparaella.
LaverdaderaquenadieteníaideadesiScarletvivíaoenquésituaciónseencontraba.Wolflosabíamejorquenadie.
—¿Quieresquebusquealgomás?Wolfcomenzóanegarconlacabeza,perosedetuvo.MiróaCressconlos
ojosbrillantesyaguzadosporlacuriosidad.Cresssintióquesesofocaba.AunquesehabíaencariñadoconWolfenel
tiempoquellevabaenlanave,todavíalaaterrorizaba.—¿PuedeslocalizarinformaciónsobregentedeLuna?—lepreguntó.Cresshizoungestodedisculpa.—Sihubierapodidoaveriguaralgoacercadeella,me…—Nome refiero a Scarlet—dijo con voz áspera cuando pronunció su
nombre—.Heestadopensandoenmispadres.La muchacha dio un respingo. ¿Padres? Nunca se habría imaginado a
Wolf con padres. La idea de que este hombre descomunal hubiera sido unniñodependientenolecuadraba.Dehecho,noseimaginabaqueningunodelos soldados de la reina hubiera tenido padres, que hubiera sido niño, quehubiesesidoamado.Pero,desdeluego,asíhabíasidoalgunavez.
—¡Ah, de acuerdo! —tartamudeó y se alisó la falda del desgastadovestidodealgodónquerescatódelsatéliteenuntiempoqueleparecíamuyremoto.Duranteundíausóunodelosuniformesmilitaresqueestabanenlosdormitorios de la tripulación, pero debido a que había pasado toda la vidadescalza y con vestidos simples, esa ropa le parecía pesada y molesta.Además,todoslospantaloneserandemasiadograndesparaella—.¿Creesquepodríasverlos?Esdecir,¿cuandoestemosenLuna?
—Noeslaprioridad—lecontestócomoungeneral,aunquesuexpresiónmanifestabamásemocionesquesuvoz—;peromegustaríaqueaúnvivieran.Quizásalgúndíapuedavolveraverlos—tensó lamandíbula—.Teníadoceañoscuandomellevaron.Debencreerquemoríoquesoyunmonstruo.
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Estadeclaraciónresonóatravésdelcuerpodelamuchachayvibróensupecho.Durantedieciséisaños,supropiopadrepensóqueellahabíamuerto,mientras que a ella le habían dicho que sus padres la habían entregadovoluntariamentealinfanticidiodevacíoslunares.Sereunióconsupadresoloapenasantesdequemurierade letumosis,en los laboratoriosdelpalaciodeNuevaBeijing.Tratóde llorarsumuerte,peromásbien lloróporsaberquehabíatenidounpadreyporlapérdidadetodoeltiempoquedeberíanhabertenidoparaconocerse.
Todavía pensaba en él como en el “doctor Erland”, el ancianoextravaganteyariscoqueinicióelreclutamientodecyborgsenlaComunidadOriental.ElqueemprendióeltráficodevacíosenÁfrica.Yelque,también,ayudóaCinderaescapardelacárcel.
Tantascosashabíahecho…unasbuenas,otrasterribles.YCinderlehabíacontadoquetodofueporqueestabadeterminadoaacabarconelrégimendeLevana.
Paravengarasuhija.Paravengarlaaella.—¿Cress?Lamuchachasesobresaltó.—¡Perdón! No… desde aquí no puedo entrar en las bases de datos de
Luna,perocuandoestemosallá…—No te preocupes. No importa—Wolf se apoyó contra la pared de la
cabina y se pasó la mano por el cabello desordenado. Parecía como siestuviera apuntode sufrir un colapso, pero era su aspectonormalpor esosdías—.Scarleteslaprioridad.Laúnicaprioridad.
CresspensóencomentarqueelderrocamientodeLevanaylacoronacióndeCindercomoreinaerantambiénprioridadesdegranmagnitud,peronoseatrevió.
—¿LehashabladodetuspadresaCinder?—¿Paraqué?—preguntóWolf,ladeandolacabeza.—Nosé.HablódequenoteníaaliadosenLuna…dequeseríaútilcontar
conmásconexiones.Quizásellospodríanayudarnos.LamiradadeWolfseoscureció,alavezpensativoymolesto.—Esolospondríaenpeligro.—MeparecequeCinderpretendeponeramuchagenteenpeligro—Cress
semordióellabioinferior;luego,suspiró—.¿Hayalgomásquenecesites?—Queeltiempopasemásdeprisa.Cresssesintiólanguidecer.—Mereferíaacomidaoalgoasí.¿Cuándofuelaúltimavezquecomiste?
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Wolf alzó los hombros casi hasta las orejas. Su expresión de culpa fuetoda la respuesta que Cress necesitaba. Había oído rumores de su apetitoinsaciable y de su metabolismo de alto octanaje que lo mantenía siempreinquieto, siempre en movimiento. Cress no había atestiguado nada de esodesdequeabordólanave,yveíaqueCinder,enparticular,estabapreocupadaporél.SolosereanimabacuandoplaneabanestrategiasparalarevolucióndeCinder. Sus puños se ponían flexibles y tensos, como correspondía alluchadorqueera.
—Muybien.Voyaprepararteunsándwich—sepusodepieyreunióelvalorparaplantarunamanoenlacaderayproferirconsuvozmásexigente—:ytelovasacomersindiscutir.TienesqueconservartufuerzaparaquepuedasayudarnosatodosyaScarlet.
Wolfarqueólascejasalverlaporprimeravezcontantoaplomo.—O, por lo menos, come fruta enlatada o algo así —continuó Cress,
sonrojada.—Unsándwichmeparecebien.Con…tomate,siesquequeda.Porfavor
—dijoWolf,conunaexpresiónmássuavizada.—¡Cómono!Respiró profundamente, tomó su pantalla portátil y se encaminó a la
cocina.—Cress…Se detuvo y giró, pero Wolf miraba hacia el suelo con los brazos
cruzados.SeveíatanincómodocomolapropiaCresssesentíasiempre.—Gracias.Cresssintióquesucorazón rebosabadecompasiónporél.Saltarona la
puntadesulenguapalabrasdeconsuelo:Ellavaaestarbien.Scarletestarábien,peroselastragó.
—Denada—ledijoysedirigióhaciaelcorredor.Casi había llegado a la cocina cuando oyó que Thorne la llamaba. Se
detuvo y retrocedió hasta la última puerta, que estaba entreabierta, y laempujó para ingresar. El dormitorio del capitán era la más grande de lascabinasde la tripulacióny laúnicahabitacióndondenohabía literas.Cresshabíaestadodentromuchasvecesparacolocarle lasgotaspara losojosquehabía preparado el doctor Erland con el fin de reparar el daño del nervioópticodeThorne,peronuncasequedabamucho.Inclusoconlapuertaabiertadeparenpar,lahabitaciónsesentíamuyíntima,muypersonal.EnunaparedcolgabaunmapaenormedelaTierra,repletodenotasmanuscritasdeThorneque indicaban los lugaresdondehabíaestadoya losquequería ir, conuna
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docenademodelosaescaladenavesespacialesdesplegadosporelescritoriodel capitán, incluyendo uno prominente de unaRampion 214.Nunca habíatendidolacama.
Laprimeravezqueentróen lahabitación lepreguntóaThornesobreelmapa y, cautivada, lo escuchó hablar de todo lo que había visto, tantoantiguasruinascomometrópolisprósperasybosquestropicales,oplayasdearenablanca.SusdescripcioneshabíandespertadoenCressmilesdedeseos.Estabacontentaenlanaveespacial,queeramásespaciosaqueelsatélite,ysentía como amistad los lazos que comenzaba a formar con la tripulación.PerohabíavistomuypocodelaTierra,ylaideadevertodoesoal ladodeThorne, tomados de las manos…Cada vez que imaginaba esta fantasía supulsoseaceleraba.
Thorne estaba sentado en el suelo, justo en el medio de la habitación.Sosteníaunapantallaportátilconelbrazocompletamenteextendido.
—¿Mellamaste?Unaampliasonrisasedibujóensurostro.Estabacontentoymostrabaun
gestopícaro.—¡Cress! Pensé que había oído el sonido de tus pisadas. Ven aquí—
movió el brazo en círculos, como si pudiera atraerla con el vacío queproducía.
Cuandollegójuntoaél,agitólamanoenelairehastaencontrarsucinturayhacerlasentarasulado.
—Porfinfunciona—ledijoalzandodenuevolapantallaportátilcon lamanolibre.
Cresslaobservó.Seproyectabaunatelenovela,aunquesinsonido.—¿Sehabíadescompuesto?—No,eslasoluciónlaquefunciona.Yaveo—soltólacinturadeCressy
sacudióundedoendirecciónalapantalla—.Unaespeciedeluzazulada.Ylailuminacióndeltecho—inclinólacabezahaciaatrás,conlosojosabiertosylaspupilasdilatadas,tratandodereunirtodalainformaciónposible—.Esmásamarilla que la pantalla. Pero eso es todo. Luz y sombra. Unas sombrasborrosas.
—¡Esmaravilloso!AunqueeldoctorErlandhabíapensadoquelavistadeThornecomenzaría
amejorarenalrededordesietedías,lasemanahabíapasadosincambios.Yahabíantranscurridocasidossemanasdesdequesehabíanterminadolasgotas.CresssabíaquelaesperahabíapuestoapruebaeloptimismoimplacabledeThorne.
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—¡Lo sé!—dijo Thorne. Cerró los ojos y volvió a bajar la cabeza—.Salvoquesientoquemedadolordecabeza.
—Noteexcedas.Podríasagotarte.Thorneasintióypresionólasmanossobreambosojos.—Quizádeberíausardenuevolavenda,hastaquelascosascomiencena
enfocarse.—Aquíestá.Cresssehabíapuestodepieyhabíaencontradolavendayelgoterovacío
entrelosmodelosparaarmar.Cuandodiomediavuelta,Thornelamiraba,omirabaatravésdeella,conelceñofruncido.Lamuchachasequedóinmóvil.
Había pasadomucho desde el tiempo en que él podía verla, y en aquelentoncesestabanluchandoporsalvarsusvidas.Fueantesdequelecortaraelpelo. A veces se preguntaba cuánto recordaba Thorne de su aspecto y quépensaría cuando recuperara la vista y la viera de nuevo… casi por primeravez.
—Puedovertusombramásomenos—ledijoinclinandolacabeza—.Esunaespeciedesiluetabrumosa.
CressrespiróhondoypusoenlamanodeThornelavendadoblada.—Daletiempo—ledijo,fingiendoquenolaaterrorizabalaideadequela
examinara, de que viera escritas en su rostro todas las confesiones que nohabíahechoconpalabras—.Enlasnotasdeldoctordicequeelnervioópticosanarásoloamedidaquepasenlassemanas.
—Esperemos que ahora sanemás deprisa. Nome gusta ver borrones ysombras—torció lavendaentre susmanos—.Loúnicoquequieroes abrirlosojosunodeestosdíasyverte.
Lamuchachasintióqueunaoleadadecalorlesubíaalasmejillas,peronohabíaterminadodecaptarlaprofundidaddeesaspalabrascuandoThorneriomientrasserascabaunaorejayagregó:
—Quierodecir,ytambiénatodoslosdemás,desdeluego.Cresscontuvoel iniciodeunasonrisaembelesada.Semaldijopordejar
que sus esperanzas crecieran por milésima vez cuando Thorne ya le habíaaclaradoquenolaveíacomonadamásqueunabuenaamigayunmiembrolealdesutripulación.Nohabíatratadodebesarladenuevodesdelabatallaenlaazoteadelpalacio.Avecespensabaquecoqueteabaconella,peroentoncesveíaquehacía lomismoconCindero Ikoy recordabaqueun toqueounasonrisanoerantanespecialesparaélcomoloeranparaella.
—Desde luego—le contestó avanzando hacia la puerta—.Desde luegoquequieresverlosatodos.
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Ahogóunsuspiroaldarsecuentadequetendríaquepracticarparadejardeobservarlotanseguidoydequenopodríaocultarelhechodeque,peseatodos sus intentos por convencerse de lo contrario, todavía lo amabairremediablemente.
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Siete
Jacin despertó sobresaltado.Estaba húmedo y pegajoso, y olía a azufre. Sugargantaysuspulmonesestabanenllamas;noledolían,perolossentíacomosihubieransidotratadosdemanerainadecuadayquisieranasegurarsedequelo sabía. Su instinto le decía que no estaba en peligro inmediato, pero labrumadesuspensamientoslopusoenalerta.Cuandologróabrirlosojos,lasluces cegadoras que provenían de arriba estallaron a través de sus retinas.Hizounamuecaylosvolvióacerrar.
Los recuerdos lo inundaron de golpe. El juicio. Los latigazos. Lascuarentahorasabrumadorasquehabíapasadoamarradoaeserelojdesol.Lasonrisa traviesa queWinter compartía solo con él. El traslado a la clínicamédicayeldoctorpreparandosucuerpoparalainmersión.
Aúnestabaenlaclínica,eneltanquedeanimaciónsuspendida.—Nosemueva—indicóunavoz—.Todavíaestamosdesconectandolos
umbilicales.Umbilicales. La palabra sonó demasiado sangrienta y orgánica para
referirsealaparatodondelohabíandejadoatrapado.Sintióunpellizcoensubrazoyuntirónenlapielamedidaquelasseries
de agujas iban saliendo de sus venas; luego, un chasquido de electrodos ysensoresarrancadosdesupechoysucuerocabelludo,loscablesenredándoseen su pelo. Trató nuevamente de abrir los ojos, y parpadeó ante laluminosidad.Lasiluetadeundoctorseinclinósobreél.
—¿Puedesentarse?Jacinprobómoversusdedos,cerrándolosenladensasustanciagelatinosa
enlaquedescansaba.Sesujetódelosbordesdeltanqueyseenderezó.Nuncaanteshabíaestadoenunodeesos—nuncalohabíanheridotantocomopara
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necesitarlo— y, a pesar de la confusión inicial al despertar, ya se sentíasorprendentementelúcido.
Miróhaciaabajoparainspeccionarsucuerpo.Habíarestosdelasustanciaazuldeltanque,parecidaaungel,adheridaaúnasuombligo,alvellodesuspiernasyalatoallaquehabíancolocadosobresubajovientre.
Palpóunadelascicatricesirregularesquelecruzabanelabdomen;seveíacomosihubierasanadohacíaaños.Nadamal.
El doctor le dio una taza para niños llena de un líquido anaranjado conconsistencia parecida al jarabe. Jacin miró de reojo la reluciente bata delaboratorio del doctor, la placa de identificación en su pecho, las manossuavesacostumbradasasostenerpantallaspersonalesyjeringas,noarmasnicuchillos.Sintióunaguijonazodeenvidia,unrecordatoriodequeestoestabamáscercadelavidaqueélhabríaelegidosihubieratenidolaoportunidaddeescoger.SiLevananohubieratomadoladecisiónporélcuandoloseleccionópara que se integrara a la guardia real. Aunque nunca había formulado laamenazaenvozalta, JacinhabíasabidodesdeelprincipioqueWinterseríacastigadasialgunavezélseapartabadelcamino.
Hacía mucho tiempo que el sueño de ser doctor había dejado de tenerimportancia.
Apuró la bebida y, junto con ella, se tragó sus pensamientos. Soñar eraparalagentequenoteníaalgomejorquehacer.
Lamedicinateníaungustoamargo,peroelardordesugargantacomenzóadesvanecerse.
Cuandoledevolviólatazaaldoctor,divisóunafiguraquerondabacercadelumbralsinquerepararanenellalosdoctoresylasenfermerasqueestabanocupados en las celdas de almacenamiento del resto de los incontablestanques,revisandodiagnósticosyhaciendoanotacionesensuspantallas.
Era el taumaturgoAimery Park. Lucíamás petulante que nunca con suelegantetúnicablanca.Elnuevoesbirrofavoritodelareina.
—Sir Jacin Clay. Se ve renovado —Jacin no tenía idea de cómo seescucharíasuvozluegodehaberestadoinmersoeneltanque,ynoqueríaquesusprimeraspalabrasparaeltaumaturgosonarancomoungraznidopatético,así que se aclaró la garganta, y la sintió casi normal—. He venido parallevarlo a una audiencia con Su Majestad. Podrá haber abandonado suhonroso puesto al servicio de la corte real, pero aun así pretendemosencontrarle una utilidad. Confío en que está en condiciones de regresar alservicio.
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Jacin trató de no parecer aliviado. Lo último que quería era convertirsenuevamenteenguardiapersonaldeltaumaturgomayor,enespecialahoraqueAimeryocupabaesepuesto.Sentíaunaespecialaversiónporaquelhombre,dequienserumorabaquehabíaabusadodemásdeunacriadadelpalaciopormedio de sus manipulaciones, y cuyas lascivas atenciones recaían condemasiadafrecuenciaenWinter.
—Confío enque lo estoy—respondió.Suvoz sonabaunpoco rasposa,peronohorrible.Tragódenuevo—.¿Puedosolicitarununiformenuevo?Unatoallapareceinapropiadaparaelpuesto.
Aimerysonrióconsuperioridad.—Unaenfermera loescoltaráa lasduchas,dondeununiforme loestará
esperando.Loveréafueradelaarmeríacuandoestélisto.
Lasbóvedassituadasdebajodelpalaciolunarestabanexcavadasenantiguostubos de lava vacíos, con paredes de áspera piedra negra e iluminadas porunascuantaslámparas.Nilareinanisucortevisitabanjamásestossitios,asíquenadiesepreocupabaporquesevieranhermososyenconsonanciaconelresto del palacio, con sus brillantes superficies blancas y sus ventanas concristalesantirreflejantes.
AJacinlegustababastanteestarahíabajo,enlasbóvedas.Allíerafácilolvidarquesehallababajo lacapital.LablancaciudaddeArtemisa,consuenorme lago en un cráter y sus altísimos pináculos, había sido construidasobreunossólidoscimientosabasedelavadosdecerebroymanipulación.Encomparación, los tubosde lavaestabantanfríos, toscosynaturalescomoelpaisaje afuera de los domos. Carecían de pretensiones. No se alzaban condecoracioneslujosasybrillosenunintentoporocultarlascosashorriblesquesucedíanentresusparedes.
Aunasí,Jacinsedirigióapasoligerohacialaarmería.Nolequedabanirastrodeldolor;soloelrecuerdodecadalatigazoconpúasylatraicióndesupropio brazo blandiendo el látigo. Sin embargo, estaba acostumbrado a latraición.Sucuerponolehabíavueltoaparecerenteramentesuyodesdequesehabíaintegradoalaguardiadelareina.Almenosestabaencasa,parabienoparamal,unavezmásconlaposibilidaddeprotegerasuprincesa.UnavezmásbajoelyugodeLevana.Untratojusto.
Apartó aWinter de sus pensamientosmientras giraba hacia la armería.Ellaeraunaamenazaparasuneutralidad tanarduamenteganada.Pensarenellatendíaacausarleunindeseadoespasmoenlospulmones.
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Nohabía señalesdeAimery,perodosguardiasvigilaban laentradaconbarrotesyuntercerosehallabasentadoanteunescritorioenelinterior.Todosllevaban el uniforme gris y rojo de la guardia real, idéntico al de Jacin,excepto por las runas metálicas sobre el pecho. Lo había preocupado laposibilidad de perder su puesto en la guardia real luego de su estancia conLinhCinder,peroevidentementeelhechodequelatraicionarahabíaservidoparaalgo,despuésdetodo.
—Jacin Clay —dijo, aproximándose al escritorio—, reportándose parareincorporaciónporórdenesdeSuMajestad.
El guardia escaneó una cartilla holográfica y asintió levemente. Unasegundapuertadebarrotestapabaelmuroasuespalda,ocultandoestantesdearmasenlassombras.Elhombrefueporunabandejaqueconteníaunapistolay municiones de repuesto y la deslizó sobre el escritorio a través de unaaberturaentrelosbarrotes.
—Tambiénhabíauncuchillo.Eltipofruncióelceño,comosiuncuchillofaltantefueralapreocupación
másgrandedesujornada,yseagachóparamirarenlaestantería.Jacinabrióelcargadordelarmaylovolvióacargarmientraselhombrerebuscabaenlosestantes.CuandoJacinestabametiendoelarmaensufunda,elhombrearrojóel cuchillo sobre el escritorio.Este sedeslizópor la superficiemás allá delbordedelamesa.Jacinloatrapóenelaire,antesdequelahojapenetraraensumuslo.
—Gracias—murmuróaltiempoquedabamediavuelta.—Traidor—dijoentredientesunodelosguardiasdelapuerta,asupaso.Jacinhizogirarelcuchillobajolanarizdelguardiaylometióenlafunda
desucinturónsinmolestarseenhacercontactovisual.Surápidoascensoenlasfilaslehabíagranjeadobastantesenemigos,imbécilesqueparecíancreerque Jacin había hecho trampa de alguna manera para apropiarse de tancodiciadopuestosiendotanjoven,cuandoenrealidadloquesucedíaesquelareinaqueríamantenerlovigiladodecercay,atravésdeél,aWinter.
Elchasquidodesusbotasresonóporeltúnelmientrassealejaba.GiróenunaesquinaynosesobresaltóniaminoróelpasocuandovioaAimery,queestaba esperando el elevador.Cuando estaba a solo seis pasos de distancia,Jacinsedetuvoysellevóelpuñoalpecho.
Haciéndoseaunlado,Aimeryhizoungestohacialaspuertasdelelevadorpara indicarlequeentrara.La largamangablancadesu túnicaoscilóconelmovimiento.
—NohagamosesperaraSuMajestad.
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Jacin entró sin discutir y ocupó su sitio habitual junto a la puerta delelevador,conlosbrazosrectosasuscostados.
—Desdeel juicio,SuMajestadyyohemosestadohablandodesupapelaquí—dijoAimeryunavezquelaspuertassecerraron.
—Estoyansiosoporvolveral servicio—solograciasaañosdeprácticalogróocultarloaborreciblesqueaquellaspalabrasleparecían.
—Talcomonosotrosdeseamosrecobrarlafeensulealtad.—CumplirécualquierencomiendaqueSuMajestadconsidereapropiada.—Bien—ahíestabadenuevolasonrisa,yestavezvinoacompañadade
unescalofríodesospecha—.PorqueSuAltezareal,laprincesaenpersona,lohasolicitado.
Las entrañas de Jacin se congelaron. No había manera de permanecerindiferente,ysuspensamientoscomenzaronaacelerarse.
Por favor, por favor,malditas estrellas: queWinternohayahechounaestupidez.
—Si su servicio cubre las expectativas de Su Majestad —continuóAimery—,loregresaremosasupuestoprevioenpalacio.
Jacinagachólacabeza.—Estoy profundamente agradecido por esta oportunidad de demostrar
quiénsoy.—Nomecabeduda,sirClay.
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Ocho
Las puertas del elevador se abrieron en la torre de la reina, un recintooctogonal construido con ventanales por todos lados. Hasta el elevadorcilíndricoestabaencapsuladoencristalysedeteníaenelcentrodelasala,demodoqueno se obstruyera nadade la vista.Ladecoración era simple: dosdelgadas columnas blancas y un domo de cristal semejante al domo quecubríalaciudad.Estatorre,precisamenteestasala,eraelpuntomáselevadode Artemisa, de modo que la vista de todos los edificios blancos yresplandecientesqueseextendíaasuspies,mientrasarribaseabríaunjoyerodeestrellas,erantodaladecoraciónquesenecesitaba.
Jacin había estado docenas de veces con Sybil, pero nunca para unaaudiencia personal con la reina. Se obligó a mostrarse despreocupado. Siestaba inquieto, la reina podría percatarse y lo último que quería era quealguienpusieraendudasulealtadalaCorona.
Sobreunestradoseencontrabaunasillamuylabrada,perolareinaestabadepiejuntoalosventanales.Losvidrioseranabsolutamentetransparentesynoproducíanningúnreflejo.Jacinnoseimaginabacómolograríanhaceresoscristales,peroabundabanenelpalacio.
Sir Jerrico Solis, el capitán de la guardia y, técnicamente, superior deJacin,tambiénestabapresente,peroJacinnolededicóniunamirada.
—Reinamía—dijoAimery—,nospidióquetrajéramosasirJacinClay.Jacinpusounarodillaenelsuelocuandolareinasevolvióhaciaellos.—Puedeslevantarte,Jacin.Québuenoqueestésaquí.Jacinselevantóyseatrevióamiraralosojosalareina.La reinaLevana era bellísima, con labios de color rojo coral y piel tan
blancaypuracomoelmármol.Noeramásquelamagiadesuencanto,desde
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luego; todoslosabían,perodabaigual.Elmortalquelamiraraquedabasinaliento.
Decualquiermanera,Jacinmantuvoestepensamientomuysilenciosoensucabeza:lareinapodíarobarleelalientoytambiénelcorazón.
—SirClay—ledijoLevanaconuntonodevozqueparecíaunarrulloencomparaciónconsuasperezaduranteeljuicio—,Aimeryyyohemoshabladodeturetornosorprendenteperofeliz.Megustaríareincorporarteprontoentupuestoanterior.Nuestraguardiaestámásdébilsinti.
—Estoyasusórdenes.—He tenido en consideración el mensaje que enviaste a la taumaturga
Miraantesdesumuerte,ademásdelosdosañosdeserviciosleales.Tambiénencarguéaunequipoqueinvestigaratudeclaraciónsobreese…aparatoqueinventó Linh Garan, y al parecer tienes razón. Hace muchos años Garanpresentóenunaconvenciónen laTierraunprototipoque llamó“aparatodeseguridad bioeléctrica”. Por si fuera poco, este descubrimiento tambiénresuelveunmisterioconelquesetoparonaprincipiosdeañomismanadasdeagentes especiales enParís.Ahora sabemosqueLinhCindernoes laúnicapersona que lleva instalado este aparato, sino que también su protectora detoda lavida,unamujer llamadaMichelleBenoit, teníauno.Necesitaríamosseradivinosparasabercuántosmáshay.
Jacinnodijonada,aunquelanoticialollenódeemoción.Cinderparecíaestar segura de que no se habían fabricadomás aparatos de esa clase, peroquizáseequivocaba.Ysi sehabíaequivocado…sihubieramásaparatos…podríaconseguirunoparaWinter.Asílasalvaría.
—No importa—continuó Levana agitando una mano en el aire—. Yaestamosencontrandolosmediosparaqueelinventonosepongaalaventaenla Tierra. Elmotivo de que te haya llamado tiene que ver con lo que va apasarcontigo.Te tengodesignadaunamisiónespecial,sirClay.Meparecequenolaconsiderarásdesagradable.
—Miopiniónnotieneimportancia.—Esverdad,aunquelasopinionesdemihijastrasítienenalgúnpeso.La
princesaWinternonacióconmisangre,perocreoquelagenteaceptaqueespartedemifamiliaypredilectaenlacorte.Amétantoasupadre—dijoconunbrevesuspiro,queJacinnosupodistinguirsihabíafingidoono.LareinaapartólavistaycontinuómirandoalaTierrallenaatravésdelosventanales—;murióenmisbrazos.SuúltimapeticiónfuequemeencargaradeWinter,nuestraadorablehija.¿Cuántosañosteníascuandoélmurió,Jacin?
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—Once, Su Majestad —respondió Jacin obligándose a relajar loshombros.
—¿Lorecuerdasbien?Jacinapretóconfuerzalamandíbula,sinsaberquédebíadecir.Elpadre
de Winter y el padre de Jacin habían sido guardias leales y amigos muycercanos.JacincreciósintiendounagranadmiraciónporEvretHayle,quesehabía mantenido en su puesto incluso al casarse con Levana, por aquelentonces una princesa. Siguió siendo un guardia incluso cuando murió lareinaChannaryySelenedesaparecióyLevanaascendióaltrono.RepetíaquenoqueríasentarseeneltronojuntoaellanimuchomenosdedicarseabeberyaengordarentrelaspomposasfamiliasdeArtemisa.
—Lorecuerdomuybien—dijoporfin.—Eraunbuenhombre.—Sí,SuMajestad.La reina dirigió sumirada a los dedos de lamano izquierda. No había
ningunaalianzamatrimonial;porlomenos,nadaqueellalepermitieraver.—Lo amé mucho—repitió y Jacin lo habría dado por cierto de haber
creído que fuera capaz de abrigar ese sentimiento—. Sumuerte casi acabaconmigo.
—Asíes,reinamía.Evret Hayle había sido asesinado a medianoche por un taumaturgo
ambicioso. Jacin todavía recordaba la devastación que sintió Winter y loinútilesdetodossusintentosporconsolarlaodistraerla.Seacordabadehaberescuchado las tristes habladurías: que Evret había muerto protegiendo aLevana, que ella se había vengado clavando un cuchillo en el corazón deltaumaturgo.
DecíanqueLevanahabíalloradohistéricamentedurantehoras.—Sí, bueno—Levana volvió a suspirar—. Al morir en mis brazos, le
prometí que iba a proteger aWinter. Claro que de todos modos lo habríahecho.Afindecuentas,esmihija.
Jacin no dijo nada. Se le estaban acabando las frases vacías deasentimiento.
—¿Quémejormaneradeprotegerlaquedesignarcomosuguardaespaldasa quien comparte conmigo la preocupación por su bienestar? —sonrió,aunqueconunmatizdeburla—.Dehecho,lapropiaWintermepidióquetediera un puesto comomiembro de su guardia personal. Por lo general, sussugerencias son ilógicas, pero esta vez tengo que aceptar que no le faltanméritosasuidea.
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Peseatodossusesfuerzospormantenersedesapegado,Jacinsintióqueelcorazónledabaunsalto.¿Él?¿EnlaguardiapersonaldeWinter?
Era un sueño y una pesadilla almismo tiempo. La reina tenía razón: anadiemejor que a él podría confiársele la seguridaddeWinter.Enmuchossentidos, ya se consideraba su guardaespaldas personal, con o sin elnombramiento.Perosersuguardaespaldasnoeralomismoquesersuamigo,yparaélyaerabastantedifícilnocruzarlalíneaentreambascosas.
—Elcambiodeguardiaesalas19.00—leinformólareinaaltiempoquegirabadevueltahacialosventanales—.Repórtateaesahora.
—Sí,reinamía—respondióJacin,despuésdeaclararselagarganta.—Porcierto,Jacin—lovolvióallamarcuandohabíadadomediavuelta
para irse. Un sentimiento de terror se deslizó por su espalda. Apretó confuerzalamandíbulaymiródenuevoalareina—.Quizánoestésenteradodequehemostenido…dificultadesconlaguardiadeWinter.Avecesesdifícildemanejar,porsusjuegosinfantilesysusfantasías.Sientepocorespetoporsupapelcomoprincesaycomointegrantedeestacorte.
Jacinsetragósudisgustohastaelfondodelestómago,dondenopudierasentirlo.
—¿Quédeseaquehaga?—Quiero que lamantengas bajo control. Tengo la esperanza de que el
afecto que siente por ti la inclinará a contenerse un poco. Seguramenteentiendesqueestáentrandoenlaedaddecasarse.Tengociertasexpectativasynovoyatolerarquehagaalgoqueseaunahumillaciónparaestepalacio.
Edaddecasarse.Humillación.Contenerse.Sucóleraseconvirtióenunapiedradura,peroseinclinóenunareverenciaconelrostroimpávido.
—Sí,reinamía.
Winter escuchaba con la oreja pegada a la puerta de sus habitacionesprivadas, tratando de calmar su respiración y no marearse. La expectativarecorríasupielcomomilesdediminutashormigas.
Silencioenelpasillo.Unsilenciodolorosoyatormentador.Sesoplóunrizo de la cara, echó una ojeada al holograma de Luna en el techo de surecámara,quemostrabael recorridode la luzsolary lassombras,yal relojdigitalestandarizadoqueestabadebajo:18:59.
Sesecó laspalmashúmedasenelvestidoysiguióescuchando.Contabamentalmentelossegundos.
¡Ahíestá!Pisadas.Lospasosfuertesyrítmicosdelasbotas.
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Se mordió el labio. Levana no le había dado ningún indicio sobre siaceptaría su petición; ni siquiera sabía si su madrastra consideraría lapetición,peroeraposible.Eraposible.
Elguardiaquehabíaestadocuatrohorasapostadocomoestatuaafueradesus habitaciones fue relevado y se retiró. Sus pisadas eran un metrónomoperfectodelasqueacababandellegar.
Hubo un momento de reorganización mientras el nuevo guardia secolocabacontraelmurodelcorredor,enlaúltimalíneadedefensaporsiunespíaounasesinoquisieraatacaralaprincesaycomoelprimerresponsablede llevarla deprisa a un lugar seguro si el palacio deArtemisa corría algúnpeligro.
Winter cerró con fuerza los ojos y extendió los dedos contra el muro,comosipudierapercibirloslatidosdelcorazóndeJacinatravésdelapiedra,peroloquesintióeraalgopegajosoycaliente.
Diounpasoatrásjadeando.Teníalapalmamanchadadesangre.Exasperada,seechóelcabelloatráscon lamanoensangrentada,aunque
deinmediatolecayódenuevosobreelrostro.—Ahorano,lesusurróacualquierdemonioquehubierapensadoqueera
unbuenmomentoparahaceraparecersusvisiones.Volvióacerrarlosojosycontódesdediezhaciaatrás.Cuandolosabrió,
yanohabíasangre;teníalamanolimpia.Con un resoplido de alivio, Winter se ajustó la bata y abrió la puerta
apenaslosuficienteparasacarlacabeza.Dirigiósumiradaalaestatuadeunguardiaque sehabía instaladoafuerade supuertay su corazón se llenódegozo.
—¡Oh,sí!—gritóyabriólapuertadeparenpar.AvanzótrotandohastaquedarfrenteaJacin.
Silahabíaoído,norespondió.Silahabíavisto,nolodemostró.Su expresión era pétrea, con los ojos azules enfocados en algún punto
sobrelacabezadeWinter.El entusiasmode lamuchacha se apagópor la decepción, pero también
porfastidio.—¡Vamos,por favor!—ledijoplantándoseanteJacin, frentea frente,a
milímetrosdedistancia,loquenoerafácil.Laposturaimpecabledelguardialahacíasentirinclinadahaciaatrás,apuntodecaerse—.Noesnecesario,¿osí?
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PasaroncincoatrocessegundosquefueroncomosiWinterhubieraestadomirando fijamente a un maniquí. Entonces, Jacin inhaló lentamente y dejósalirelairedegolpe.Bajólamiradaparaverla.
Esofuetodo.Sololarespiración.Sololosojos.PeroconesovolvióaserhumanoyWinterresplandeció.—Teheesperadotodoeldíaparamostrartealgo,ven.Winterbailóalrededordeélyseencaminóa lahabitación,dondehabía
tapadosucreaciónconunasábana.Tomódosesquinasdelatelaymiróhacialapuerta.Yesperó.
—¿Jacin?Esperóalgomás.Conunresoplido,soltólasábanayregresósigilosamentealpasillo.Jacin
nosehabíamovido.Wintercruzólosbrazosyseapoyócontraelmarcodelapuerta para examinarlo. Ver a Jacin en su uniforme oficial le producíasiempreunasensaciónagridulce.Porun lado,era imposiblenoadvertirquéguapo e imponente se veía. Por el otro, el propio uniforme lo identificabacomo propiedad de la reina. En cualquier caso, en ese momento se veíaespecialmenteatractivo,reciéncuradodespuésdeljuicioyoliendoajabón.
Sabía que Jacin se daba cuenta de que estaba ahí,mirándolo fijamente.Era exasperante cómo podía ser tan hábil para ignorarla. Se dio unosgolpecitosconundedoenelplieguedelcodoyledijoconcaradepóquer:
—SirJacinClay,hayunasesinodebajodemicama.Los hombros de Jacin se contrajeron, su mandíbula se tensó.
Transcurrieronotros tres segundos antesdeque se apartaradonde estaba laparedysedirigieraalosaposentossinmirarla.Pasójuntoalescritoriodelasorpresacubiertaporlasábanaysedirigiódirectamentealarecámara.Winterlosiguióycerrólapuerta.
Encuantollegóalacama,searrodillóyalzóelrodapié.—Alparecer,elasesinoseescapóestavez,SuAlteza—sepusodepiey
giróhacialamuchacha—.Avísemesiregresa.Se encaminó a la puerta, pero ella se interpuso y le sonrió de manera
seductora.—Así lo haré —le dijo saltando sobre la punta de los pies—. Pero
mientrasestásaquí…—Princesa.Su tonoeradeadvertencia,peroella lo ignoró.Regresóa lahabitación,
quitólasábanaydejóverunmodelodelsistemasolardeltamañodelamesa.Losplanetasestabansuspendidosporhilosdeseda.
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—¡Sorpresa!JacinnoseacercóavercómoWintermovíanerviosamentelosplanetas,
perotampocosefue.Lamuchachadabaempujoncitosalasesferaspintadasparahacerlasgirar
lentamenteensuórbita,cadaunaseparadadelasdemás.—Semeocurrió la ideacuandoseanuncióelcompromiso—ledijo sin
apartar lavistade laTierra,quecompletóunavueltaalrededordelSolysedetuvo—. Iba a ser un regalo de bodas para el emperador Kaito, antes deque…enfin.Comosea,mehaservidoparadistraermemientrasnoestabas.Parapensarenlosdetalles.
Lahabíaayudadoaponersuspensamientosenorden,lahabíaayudadoamantener la cordura.Comenzó a tener alucinaciones a los trece años, pocomás de un año después de que tomó la decisión de no volver a usar suencanto,denomanipularnuncalospensamientosnilasemocionesdenadie,denovolveraengañarsepensandoqueerainofensivoeseusoantinaturaldeunpoder.Cuando todavíano eraguardia, Jacinhabíapasadomuchashorasconellayladistraíaconjuegos,manualidadesyrompecabezas.Duranteaños,lainactividadhabíasidosuenemiga.Sesentíamásseguraenlosmomentosenqueteníalamentemásocupadaenunatarea,portrivialquefuera.
Construirelmodelosinélnohabíasido tanentretenido,perosígozó lasensaciónde tenerelcontrolsobreestagalaxiadiminuta,cuandocontrolabatanpocodesupropiavida.
—¿Quéteparece?Conunsuspiroderesignación,Jacinavanzóparaexaminarelmecanismo
porelquecadaplanetaseguíasupropiaórbita.—¿Cómolohiciste?—Le encargué al señor Sanford de AR-5 que diseñara y fabricara el
armazón.Peroyomismalopintétodo—ledijocomplacidadeverelgestodeasombrodeJacin—.OjaláquepuedasayudarmeconSaturno.Eselquefaltapintar y pensé… yo me dedico a los anillos, si tú quieres ocuparte delplaneta…
Sedetuvo.LaexpresióndeJacinhabíavueltoaendurecerse.Loviollevarlos dedos a Luna para impulsarla alrededor de la Tierra. En opinión deWinter, la formaenqueel señorSanfordhabíadispuesto laórbitadeLunaalrededordelplanetaazulnoteníanadadebrillante.
—Losiento,SuAlteza—dijoJacinenderezándose—.Estoyenservicio.Nodeberíaestaraquí,losabes.
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—Peroclaroquenoséeso.Meparecequepodríascuidarmemejoraquíquedesdeafuera.¿Quétalsialguienentraporlasventanas?
Jacinesbozóunasonrisadeburla.Losdossabíanquenadiesemeteríaporlasventanas,peronodiscutióelpunto,sinoqueseacercóaellaylepusolasmanossobre loshombros.Fueungestoextraño, inesperado.NocomoenelvalsdelEclipse,perodecualquiermanerasintióunhormigueoenlapiel.
—Estoyfelizdesertuguardaespaldas—ledijo—.Haríaloquefueraporti. Si de verdad hubiera un asesino debajo de tu cama,me interpondría sinpensarlodosveces,sinquenadietuvieraquemanipularme—Wintertratódeinterrumpirlo, pero él siguió hablando—. Pero cuando estoy de servicio,puedo ser solo eso, tu guardaespaldas, y no tu amigo. Levana ya sabe queestoydemasiadocercadeti,quemepreocupoportimásdeloquedebería…—Winter frunció el ceño y quiso intervenir de nuevo, pensando que esaafirmación merecía una explicación, pero él siguió hablando—. No quierodarle otromotivo para queme someta.Ni a ti tampoco.No voy a ser otropeónensutablero.¿Meentiendes?
Porfinunapausa.Lacabezaledabavueltas,tratabadeaferrarsealoquehabíadicho(¿Quésignificaquetepreocupaspormímásdeloquedeberías?)sincontrariarsusinquietudes.
—Yasomospeonesde su juego—ledijo—.Yohe sidounpeónde sujuego desde el día que se casó con mi padre. Y tú, desde el día que tereclutaroncomoguardia.
Jacin apartó los brazos con la mandíbula apretada. El contacto habíatraspasadopormucho los límitesde susdeberesprofesionales.PeroWintertomósusmanosylassostuvoconfuerza.
—Solopensé…—dudó,puessedistrajoalnotarquelasmanosdeJacineranmásgrandesquelaúltimavezquelashabíavisto.Fueunaconstataciónsorprendente—. Pensé que sería agradable salirnos del tablero de vez encuando.
Jacin tocóconelpulgar losdedosdeWinter.Solounroce,comoun ticquehubieraquedominar.
– Es cierto. Sería agradable —admitió también él—, pero eso no esposiblemientrasestoyenservicioynoesposibleconlaspuertascerradas.
Winter desvió la vista hacia la puerta que había cerrado cuando Jacinhabíaingresadoparacomprobarlapresenciadelasesinoimaginario.
—¿Quieresdecirquevoyavertetodoslosdías,perotengoquefingirquenoteveo?
Jacinretrajolasmanos.
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—Algo así. Lo siento, princesa —dando un paso atrás, recuperó deinmediato el aspecto del guardia estoico—. Estaré en el corredor si menecesita.Sideverdadmenecesita.
CuandoJacinsefue,Wintersequedómordisqueándoseellabioinferior,incapaz de ignorar los momentos de júbilo que se habían colado por lasgrietasdeesteencuentrodecepcionante.
Mepreocupoportimásdeloquedebería.Muybien,murmuróparasímisma.Puedoempezarconeso.Recogióelestuchedepinturas,algunospincelesyelmodelodeSaturno,
deltamañodeunpuño,queesperabaelcaleidoscopiodesusanillos.Enestaocasión,Jacintuvounpequeñosobresaltocuandoellaaparecióen
el corredor. La primera vez la había estado esperando, pero la segunda fueunasorpresa.Wintercontuvounasonrisa.PasójuntoaJacinhastacolocarsedelotroladodelguardiaysefuedeslizandocontralaparedhastasentarseasuladoenelsuelo,conlaspiernascruzadas.Canturreando,extendiófrenteaellalosmaterialesparapintar.
—¿Qué haces?—murmuró Jacin entre dientes, aunque el pasillo estabavacío.
Winterfingióquedabaunsalto.—Oh,perdón—dijoyalzólavistaparamirarlo—.Noviqueestabasahí.Jacinfruncióelceño.Winterparpadeóyvolvióaconcentrarseensutrabajo.Mojóunpincelen
unazulcerúleointenso.Jacinnodijonadamás,niella.Cuandoterminóelprimeranillo,apoyóla
cabeza en el muslo de él, para estar más cómoda, y escogió un naranjatostado. Jacin suspiró. Winter percibió un levísimo roce de dedos en sucabello.Unatisbo,undejodecercanía,antesdequeélseconvirtieraotravezenestatua.
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Nueve
—Lechecondensada,alubia,atún…másatún…¡Oh!—Cressestuvoapuntode caerse de cabeza dentro del contenedor cuando llegó hasta el fondo.Agarróunfrascoyemergiótriunfante—.¡Espárragosenconserva!
IkodejóderebuscarenelcontenedorjuntoaldeCresssololosuficienteparaecharleunamirada.
—Túytuspapilasgustativaspuedendejardealardearahora.—Oh,losiento—apretandoloslabios,Cresspusoelfrascoenelsuelo—.
Qué bueno que abrimos este. La despensa de la cocina comenzaba a versemuyvacía.
—Aquíhaymásarmas—anuncióWolf,conloshombrostensosmientrasse inclinaba sobre otro de los contenedores—. Para ser un planeta que havividounsiglodepazmundial,ustedesfabricandemasiadasarmas.
—Siempre habrá criminales y violencia—respondió Kai—, así que detodasmanerasnecesitamosvigilarquesecumplalaley.
Wolf emitióun sonido ahogado, lo cual hizoque todos concentraran suatenciónenélmientrasalzabaunarmadelcontenedor.
—EsexactamentecomolaqueteníaScarlet—hizogirarelarmaentresusmanos,deslizandoelpulgaralolargodelcañón—.Unavezmedisparóenelbrazo.
Pronunció la confesión con tanta ternura como si Scarlet le hubieraentregadounramodefloressilvestresenvezdehaberleinfligidounaheridadebala.
Cressylosdemásintercambiaronmiradasafligidas.Kai,queeraquienseencontrabamáscercadeWolf,dejócaerunamano
sobresuhombro.
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—SiestáenArtemisa,laencontraré.Loprometo—dijo.Una ligerísima inclinación de cabeza fue la única señal de queWolf lo
había escuchado. Se volvió para entregarle el arma a Cinder, ofreciéndoleprimero la empuñadura; ella estaba sentada con las piernas cruzadas en elcentro del compartimiento de carga, organizando el armamento que habíanencontrado.Eraunarsenalimpresionante.Lástimaque,alahoradecombatirlunares, lasarmasenmanosdesusaliadospudieranvolverse tanpeligrosascomosisehallaranenmanosdesusenemigos.
—Estedeacácontienesuministrosmédicosymedicinasdeusocomún—dijo Iko—. Si podemos hallar otro con vértebras de repuesto y paneles detejidosintéticoparaandroidesdecompañía,podremoslograrlo.
Cress le dirigió una sonrisa compasiva. Iko llevaba puesta la túnica desedaquehabíausadoparahacersepasarporuna integrantedelpersonaldelpalacioduranteelsecuestrodelemperador,yelcuelloaltocasialcanzabaacubrireldañoquehabíansufridosucuellobiónicoysuclavículaduranteelenfrentamiento en la azotea, pero no del todo. Había puesto toda sucreatividadparaocultarcon tirasdediversas telasel restodesu lesión,queera lo único que podía hacer hasta que Cinder consiguiera las piezas paraconcluirsureparación.
—¿Estoes loquecreoquees?—Kaihabíavueltoaconcentrarseen sucontenedoryahorasosteníaunamuñecademaderatallada,adornadaconunamarañadeplumasycuatroojosdemás.
CuandoCinderterminódedescargarelarma,lacolocójuntoalasotras.—Nomedigasquedeverdadyahabíasvistounadeesascosashorribles.—¿Muñecasvenezolanasdelossueños?Enelpalaciotenemosalgunasen
exhibición. Son increíblemente raras—le examinó la espalda—. ¿Qué estáhaciendoaquí?
—EstoycasiseguradequeThorneselarobó.LaexpresióndeKaimostróqueentendía.—Ah, claro—acomodó de nuevo la muñeca en su contenedor—.Más
valequetengaunplanparadevolvertodoesto.—Por supuestoque lodevolveré,SuMajestuosidad…Acambiodeuna
recompensaapropiada.Cress giró paramirar aThorne, que estaba apoyado contra la pared del
compartimiento de carga. Parpadeó. Algo había cambiado en él. La vendaparalosojosquehabíaestadousandodesdequehabíacomenzadoarecuperarlavista,hacíaalgunassemanas,ahoraseencontrabaalrededordesucuello,y
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seencontrabaexcepcionalmentepulcro,comosisehubieraafeitadoconmásesmeroqueelhabitual,yseveía…
Unadescargaeléctricalerecorriólacolumnavertebral.Laestabamirando.No. No solomirando: había una profunda inspección detrás de aquella
mirada, junto con una fascinación curiosa. Estaba sorprendido, casi…cautivado.
Unaoleadadecalorascendióporsucuello.Tragósaliva,seguradequeseestabaimaginandocosas.
ElsofisticadoysegurocapitánThornejamásquedaríacautivadoporunachicasimpleytorpecomoella.Yyaantessehabíasentidodesencantadaporhabersedejadollevarporlailusión.
UnadelascomisurasdelabocadeThornesecurvóhaciaarriba.—Elcabellocorto—dijo,asintiendoamedias—.Teva.Cress se llevó lamano a las puntas escasas que Iko había recortado en
algoquepodíaparecerseunpocoauncortedecabello.—¡Oh!—dijoIko,poniéndosedepiedeunsalto—.¡Capitán!¡Yapuede
ver!La atención de Thorne se trasladó a la androide segundos antes de que
estasaltaraporencimadeCressyselanzaraasusbrazos.Thornetrastabillóhastalaparedysoltóunacarcajada.
—¿Iko?—preguntóThorne, estirandoelbrazoparaalejarla,mientras larecorríaconlamirada:lapieloscuraeinmaculada,laspiernaslargas,trenzasteñidasdevariastonalidadesdeazul.Consintiendoelescrutinio,Ikohizoungiro.Thornechasqueólalengua.
—Caramba.Vayaquesécómoelegirlas,¿verdad?—Ysinver—dijoIko,echándoselastrenzaspordetrásdelhombro.Desanimada, Cress comenzó a tomar entre sus brazos los alimentos
enlatados.Definitivamente,merailusión.—Excelente—dijoCinder poniéndosedepiey sacudiéndose lasmanos
—. Estaba empezando a preocuparme de que no tuviéramos piloto cuandofuera hora de llevar a Kai de regreso a la Tierra. Ahora solo tengo quepreocuparmepornotenerunocompetente.
ThorneseapoyócontraelcontenedorqueCressestabaorganizando.Ellasequedópetrificada,perocuandoseatrevióaatisbarporentresuspestañas,la atención deThorne se había dirigido al otro lado del compartimiento decarga.
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—Oh,Cinder, extrañé ver tu cara cuandohaces comentarios sarcásticosintentandoocultartussentimientosrealeshaciamí.
—Ay,porfavor—Cinderpusolosojosenblancoycomenzóaorganizarlasarmascontralapared.
—¿Vieron ese movimiento de ojos? Se traduce así: “¿Cómo haré paramantenermismanosalejadasdelcapitán?”.
—Ajá,alejadasdelagargantadelcapitán.—¿Cómoesquenadiemeinformóqueteníauncompetidortanfuerte?—
preguntóKai,conunasonrisa,cruzandolosbrazos.—Noloalientes—dijoCinderfulminándoloconlamirada.Conlasmejillassonrosadas,losdientesapretadosylapiladelatasentre
losbrazos,Cressgiróparadirigirsehaciaelpasilloprincipalyselecayóunalatadeduraznosquecoronabaelmontón.
ThornelaatrapóenelaireantesdequeCresspudierasiquierarespirar.Sequedóquieta,yporuninstantevolvióasuceder:lamaneraenquelaestabamirando, haciendo que el mundo se desdibujara y su estómago diera unvuelco. Había sido una buena atrapada, desde luego, y no pudo sinopreguntarsesilehabíaestadoprestandomásatencióndeloquecreía.
Thornemirólalata,resplandeciente.—Reflejos rápidos como el rayo. Aún los tengo —tomó una lata de
granosdemaízdelmontón—.¿Teayudo?Ellaclavólamiradaenlaslatas.—No…gracias…yo…puedo—laspalabrasseleatropellaronysepuso
nerviosaal tiempoqueel ruborvolvíaahacerardersusmejillas.Deprontopensó que se había estado ruborizando desde el momento en que él habíallegado,consusonrisadecaballeroyesosojosquelatraspasaban.
Quería treparaunodeaquelloscontenedoresybajar la tapa.NohabíanpasadonicincominutosdesdequeThornehabíarecuperadolavistayellayahabíavueltoaserlachicaansiosa,atolondradaynerviosaqueeracuandoseconocieron.
—Muybien—dijoThornelentamente,acomodandolaslatasdenuevoenlapilaqueCressllevabaenlosbrazos—;siinsistes…
La joven lo esquivó y se abrió paso hacia el corredor. Fue un aliviodescargar la comidaen lamesadade la cocinay tomarseunmomentopararecuperarlaestabilidad.
Así que podía ver de nuevo. Eso no cambiaba nada. Él no la habíaencontrado irresistible laprimeravezque lavioenaquelenlaceD-COMM,
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hacía siglos, yno iba apensar ahoraque era irresistible.En especial si Ikoestabaahí.Androideono,teníadientesperlados,ojoscolorcobrey…
Cresssuspiró,controlandolaenvidiaantesdequeesesentimientopudierallegarmáslejos.IkonoteníalaculpadequeThornenoestuvierainteresadoen una chica menuda y asustadiza. De hecho, se alegraba por Iko, quienestabamásfascinadaconsunuevocuerpoquelamayoríadeloshumanosconlossuyos.
Cress deseó tener al menos la mitad de su confianza en sí misma. SituvieralasagallasdearrojarseenlosbrazosdeThorne,guiñarleunojo,hacercomentariosseductoresyfingirquenadadeesoteníaimportancia…
Peroteníaimportancia,olatendríasiseatrevieraaintentarlo.Solo amigos, se recordó a sí misma. Solo eran amigos, y solo serían
amigos de aquí en adelante. Era una amistad que debía valorar, tal comovaloraba todas las amistades que había hecho a bordo de esta nave. No laecharía a perder deseando que pudiera ser algomás. Se sentiría agradecidaporelafectoqueellasísentía.
Cressexhalómuydespacioyenderezó loshombros.Nosería tandifícilfingirqueesoeratodoloquedeseaba.Imaginarquesesentíasatisfechaconlacamaraderíayelcariñoplatónico.Ahoraquehabíarecuperadolavista,ellaestaríamuchomás atentapara asegurarsedeque cualquier sentimientomásprofundonoresultaraevidente.
Thorneerasuamigoysucapitán,ynadamás.Cuando regresó al compartimiento de carga, el desenfado se había
disipado.Al escucharla,Thorne echó un vistazo por encima de su hombro,peroellafijólamiradadecididamenteenKai.
—Entiendoqueesmásprontodeloqueesperábamos—decíaKai—,peroahoraquefinalmenteThornepuedeverdenuevo,¿quéesperamos?Podemosirnosmañana.Podemosirnosahora.
—Hay mucho por hacer —objetó Cinder, sacudiendo la cabeza—.Todavía tenemos que editar el video y no hemos confirmado qué rutatomaremosparairhacialossectoresexternos,y…
—Todascosaspara las cualesnonecesitanmi ayuda—interrumpióKai—.Todascosasen lasquepueden ir trabajandomientrasyohagomiparte.Siguemuriendogente todos losdías.Mipuebloestá siendoatacadoenesteprecisomomento,yyonopuedohacernadaporellosacáarriba.
—Losé.Séqueesdifícil…—No:esunatortura—Kaibajólavoz—.Perounavezquemellevende
regreso, puedo hablar con Levana. Negociar un nuevo cese del fuego y
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comenzaraponernuestroplanenmarcha…—RescatarmásprontoaScarlet—dijoWolf.—Miren:yoloentiendo—comenzóCindercontonodequeja—.Hasido
unmesrealmentelargoytodosestamosansiososporcontinuaravanzando;essolocuestiónde…estrategia.
—¿Estrategia?—Kai hizo un amplio ademán con el brazo—.Míranos;estamos empleando el tiempo en desempacar espárragos en conserva. ¿Dequémanerapuedeserestaunabuenaformadeaprovechareltiempo?
—Cadadíaqueesperamos,nuestrasposibilidadesdeteneréxitomejoran.Cada día, más elementos de su ejército se dirigen a la Tierra, dejando aLevana y la capital desprotegidos. Mientras más vulnerable se vuelve,mejoressonnuestrasposibilidadesde lograrqueesta revolución tengaéxito—señaló hacia la pantalla, aunque estaba apagada—.Además, laUnión haestado combatiendo. Ya ha perdido un montón de soldados y quizás estécomenzandoapreocuparseunpoco.
—Ellanoestápreocupada—dijoWolf.Cinderhizounamueca.—Bueno,almenosesprobablequesehayadadocuentadequenoganará
esta guerra tan fácilmente como esperaba, lo que significa que estará másentusiasmadadesaberqueKaihavueltoy labodase llevaráacabo.Estaráansiosadereprogramarladeinmediato—setomólamuñecaizquierdaconlaotramano,justodondelapielseuníaconelmetal.
Cress se mordió el labio mientras miraba el temor y el nerviosismoreflejados en el rostro de Cinder. Aunque hacía su mejor esfuerzo porocultarlo, Cress sabía que Cinder no siempre era tan valiente comoaparentaba.Dealgunamaneralatranquilizabapensarquequizáteníanesoencomún.
Kai dejó caer los hombros y su voz se llenó de desesperación cuandoavanzóunpasohaciaella.
—Entiendo que quieras sentir que estás lista, que todos estamos listos.Pero… nunca nos sentiremos así, Cinder. En algúnmomento tenemos quedejardehacerplanesycomenzaraactuar.Creoqueesemomentoesahora.
Se demoró unmomento, pero finalmente lomiró a los ojos. Luego fuepaseando la mirada de uno en uno. Aunque Thorne era su capitán, todossabíanqueCindereraquienlosmanteníaunidos.
—Estamosponiendoenriesgonuestrasvidas.Loúnicoquenoquieroesarriesgarlasinnecesariamente.Quieroestarseguradequeestamospreparadospara…—seinterrumpió,conlosojosclavadosenCress,quienreconocióla
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mirada de Cinder cuando estaba viendo algo en la pantalla de su retina.Parpadeando con rapidez,Cinder se volvió haciaKai, estupefacta—.Nave,enciende la pantalla del compartimiento de carga en las noticias de laComunidad.
—¿Quésucede?—preguntóKai,conelceñofruncido.Lapantalla titilóalencenderse.Mostróal jefede losconsejerosdeKai,
KonnTorin,depieenunpodio,peroantesdequeseestablecieralaseñaldeaudio,Cinderdijo:
—LosientoKai;tupalacioestásiendoatacado.
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Diez
Miraron las noticias en silencio. Las cámaras temblabaN. Los deslizadorestripulados por androides sobrevolaban el palacio. Grandes secciones de losjardineshumeaban con los incendios causadospor los soldadosde la reina.Lasestatuashabíansidoderribadasyelenormeportalhabíaquedadohechoastillas, pero el palacio en sí estaba intacto. Hasta ese punto, el únicoregimientomilitardelaComunidaddestacadoenelpalaciohabíamantenidoarayaalenemigomientrasesperabalallegadaderefuerzos.
ElasedioalpalaciodeNuevaBeijingibaencontradelasestrategiasquehabían seguido los soldados lobosdurante laguerra.Estos sehabíanvueltotristemente célebres por sus asaltos de guerrilla y sus tácticas para infundirmiedo.Lesinteresabatantoaterrorizaralosterrícolascomoganarlasbatallas,aunque hasta ese momento no se habían librado batallas de verdad, soloescaramuzasyataquessorpresaquedejabanunreguerodesangreymuchaspesadillas.
Los soldados lobos semovían enmanadas, furtivos y veloces.Dejabancaosydestrucciónpordondepasabany luegodesaparecíanantesdequeelejércitode laTierra losalcanzara.Seespeculabaconquesemovíanpor losdrenajes o que desaparecían en el campo. A su paso quedaba un rastro desangreymiembrosmutilados.Lesgustabaperdonarlavidaaporlomenosuntestigo,paraquehablaradesubrutalidad.
Siempretransmitíanunmensajeclaro:nadieestabaasalvo.Porsuparte,losdelaTierrahabíanmatadoaunbuennúmerodesoldados
lunares,ademásdeavariosdelostaumaturgosqueencabezabanlasmanadas.Noeraninvencibles,comorepetíanlasautoridadesterrestres.Perodespuésdeciento veintiséis años de paz, la Unión Terrestre no estaba preparada para
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sostenerunaguerra,sobretodosieratanimprevisible.Durantegeneraciones,susmilitares habían sidomás que nada trabajadores sociales condecorados,pues aportaban mano de obra a comunidades empobrecidas o repartíanprovisiones cuando ocurrían desastres naturales. Ahora, todos los países seesforzaban por reclutarmás soldados para sus fuerzas, por entrenarlos, porfabricararmamento.
Mientrastanto,lossoldadoslunaresdiezmabanvecindariosenteros,enlosqueúnicamentepermanecíaelecodesusaullidossedientosdesangre.
Hastaesemomento.ElataquealpalaciodeNuevaBeijingfuelaprimeraocasión,hastadonde
se sabía, enquevariasmanadas se reunieronenunataquecoordinadoy enplenodía.Cindersepreguntabasisehabíanvueltoarrogantesositratabandehacerunaadvertencia.Ellaintentabahallarconsueloenelhechodequehabíamás cadáveres de lobos mutantes en los terrenos del palacio de los quehubieravistojuntosalgunavez.Nohabíadudadequeestabatallaminaríasusefectivos,porlomenosenNuevaBeijing.Peronoeramotivodegranaliviosisusangreestabamezcladaconladesoldadosterrestresyunadelastorresdelpalacioseencontrabaenllamas.
“El palacio ha sido evacuado —decía una periodista hablando de lacatástrofequeseveíaenlasimágenes—ytodoslosfuncionariosyempleadoshumanosfueronllevadosalugaresseguros.ElSecretariodeDefensacomentóenundiscursohaceveinteminutosqueenestemomentonoespeculansobrecuántopodríadurarelasedionicuántadestrucciónproducirá.Hastaahora,losexpertos militares estiman que se han perdido alrededor de trescientossoldados de la Comunidad en este ataque y que hanmuerto casi cincuentalunares”.
—Me siento tan inútil —dijo Iko con un tono tristísimo que solo unandroideentendería.Ikonoeraunaandroidecomúndeningunamanera,peroposeía un rasgo distintivo que se programaba en todos los androides: lanecesidaddeserútiles.
Al otro lado de Cinder estaba Kai, atribulado. Seguramente padecía supropiosentimientodeinutilidad.Sindudasesentíadesgarrado.
—Elejércitoloscontendrá—dijoCinder.Kaiasintióconlacabeza,peroteníaelceñofruncido.Conunsuspiro,CinderpasódeKaiaWolf,deThorneaCressya Iko.
Todos miraban la pantalla, decididos, enojados y horrorizados. Dirigió denuevosuatenciónaKai.Ocultababiensusemociones,peroCindersabíaquesesentíamoriralvercómoardíasucasa.Ellanuncahabía tenidounhogar
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delcualpreocuparse,porlomenosnohastaqueabordólaRampion,asíquenopodíaimaginarsecuántodolorsentíaKai.
Apretólamandíbulapensandoensuscálculos,ensusplanes.Kai tenía razón.Nunca se sentiría lista, y no podían quedarse sin hacer
nadaparasiempre.Thornehabíarecuperadolavista.Wolf le había contado sobre sus padres, trabajadores dedicados toda la
vidaalaslaboresenlasfábricasyenlasminasderegolito.Siaúnvivían,elmuchacho pensaba que estarían dispuestos a ofrecerles refugio en Luna.Podríanseraliados.
La reina había hecho su movimiento más audaz desde que habíacomenzado laguerra, locual significabaque se sentíamuyconfiadaomuydesesperada. De cualquier forma, Cinder no quería que Luna ganara estabatalla. No quería que ellos asumieran el control del palacio de NuevaBeijing, aunque fuera solo simbólico. Era el hogar de la familia real de laComunidad.LepertenecíaaKai,noaLevana.ALevana,nunca.
“Hemos sabido—continuó la periodista—que el grupo político radicalautodenominado Asociación para la Seguridad de la Comunidad ha hechopúblicootrocomunicadoenelquepidelaabdicaciónobligadadelemperadorKaito. Insiste en que no puede ser el gobernante que se necesita en estostiempos difíciles y que, mientras permanezca en manos de terroristas, esimposiblequeelbienestardelpaísseasupreocupaciónmásgrave.Aunquelaideologíadeestegrupohasidoignoradaporlasprincipalesfuerzaspolíticas,enunaencuestaelectrónicarecienteseobservaquesusposturashanganadopopularidadentrelaopiniónpública”.
—¿Terroristas?—dijoIkomirandoatodos—.¿Sereferíaanosotros?Cindersepasólamanoporelrostro,enseñaldefrustración.Kaiseríaun
granlíder,eraungranlíder,peronohabíatenidolaocasióndedemostrarlo.Se le revolvía el estómago de pensar que su reinado pudiera terminar tanprontoporculpasuya.
Quería abrazar a Kai y decirle que eran unos idiotas, que no seimaginabancuántolepreocupabaelbienestardesupaís.
Peronoeraesoloquenecesitabaoír.Por la pantalla de su retina pasaban las noticias más vistas. Conteo de
cadáveres, número de muertos, imágenes de las salas de cuarentena de lapeste;adolescentesformadosenloscentrosdereclutamiento,lamayoríaconaspectocasideentusiasmoporunirsea la luchaydefendera suplanetadeestainvasión.Levanaconvelosblancos.
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—Eshora,Cinder—ledijoKaimirándola,despuésdequeellaapagólatransmisión.
Horadedespedirse.Horadepasar a lo siguiente.Horade abandonar lapequeñautopíaqueloshabíaamparado.
—Yasé—lecontestóconvoztristeypesada—.Thorne,hayquealistarseparallevaraKaideregreso.
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—Penséqueestaríasaquíabajo.Cinderseasomóporuncostadodelmódulo.Kaiseaproximódespacioa
lapuerta,conlasmanosenlosbolsillos,vestidonuevamenteconsutrajedeboda.
Cinderseapartóalgunoscabellosdelafrenteantesderesponder.—Solo estoy haciendo algo de mantenimiento básico —desconectó el
medidordecargadelabateríadelmóduloycerrólaescotilla—.Quieroestarseguradequeestélistoparaturegreso.SupusequeyaesbastantearriesgadopermitirqueThorneseatupiloto;lomenosquepuedohaceresasegurarmedequeeltransporteestéenbuenestado.
—Desearíaquevinierasconnosotros.—Ajá,yotambién,peronopodemosarriesgarnos.—Losé.Soloqueeslindotenerunamecánicaabordo.Porsiacaso…tú
sabes…algoserompe—serascólaoreja.—Ah.Paraesomequieresahí;quéhalagador.Cinderenrollóelcablealrededordelmedidorylovolvióacolocarenun
gabineteadosadoalapared.—Paraeso,yparanoextrañarte—suvozsehabíasuavizadoyellasintió
unaoleadadetibiezaenlabasedelabdomen.—Consuertevolveremosavernospronto.—Losé.Cindersequitólosguantesdetrabajoyselospusoenelbolsillotrasero.
Seguíahabiendoundejodepánicoenesegesto;sucerebrolerecordaba,porpuro hábito, que se suponía que no debía quitarse los guantes enfrente de
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nadie,especialmentedeKai,perolopasóporalto.Kainisiquieraparpadeócuandodescubriósumanocyborg,comosiyanuncalonotara.
Cinder sabía que ella misma pensaba en eso cada vez menos. Enocasiones, inclusosesorprendíaalcaptarundestellometálicoconelrabillodel ojo cuando se disponía a recoger alguna cosa. Era raro. Antes siempreestabapendienteylamortificabalaposibilidaddequealguienpudieradarsecuenta.
—¿Estás asustado? —preguntó, sacando una llave de su cinturón deherramientas.
—Aterrorizado—respondió él, pero con un tono de indiferencia que lahizosentirmejorconrespectoalospequeñosnudosqueseleformabanenelestómago—. Aunque estoy listo para regresar. Puedo asegurarte que Torinestáapuntodesufrirun infarto.Y…—seencogiódehombros—sientounpocodeañoranza.
—Les alegrará tu regreso —Cinder se arrodilló junto a la nave pararevisar los pernos del tren de aterrizaje. Colocó la llave en uno, dos, trespernos;ningunoestabaflojo—.¿YasabesquélevasadeciraLevana?
Kai se puso en cuclillas junto a ella, con los brazos envolviendo susrodillas.
—Levoyadecirquemeenamorédeunademiscaptorasyquelabodasecancela —el brazo de Cinder se paralizó. Kai esbozó una sonrisita—. Almenosesoesloquemegustaríapoderdecirle.
Ella sopló para quitarse unmechón de cabello de la cara y terminó derevisar los pernos antes de moverse al otro lado de la nave espacial pararepetirelproceso.
—Levoyadecirqueno tuvenadaqueverconel secuestro—continuóKai, con un tono que Cinder consideraba su voz imperial—. De ningunamaneraestoyvinculadocontigoolatripulación,ehicetodoloquepudepornegociar una rápida liberación. Fui una víctima;me tomaron de rehén, eraimposibleescapar.Quizásinventealgosobretratoinhumano.
—Suenabastantebien.—Luegolerogaréquesecaseconmigo.Otravez—subocasearqueóen
ungestodedisgusto.Cinder no podía culparlo.Mientrasmás lo pensaba,más se le antojaba
secuestrarelmóduloydirigirseaMarte.—Cuandovuelvaavertetendréropaparatodosyunnuevorevestimiento
para Iko—dijo Kai—. Por si se te ocurre alguna otra cosa que necesites,
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Cresscreequepuedehacermellegaruncomunicadoencriptado—tomóunahondabocanadadeaire—.Paseloquepase,estoydetulado.
Ese sentimiento la alentó, pero al mismo tiempo envió una oleada deansiedadatravésdesusnervios.
—Lamentoponerteanteunpeligrotangrande.—Noloestáshaciendo.Detodasmanerasellameibaamatar.—¿Podríastratardesonarunpocomáspreocupadocuandodiceseso?LosojosdeKaicentellearon.—¿Por qué hay que preocuparse? Me rescatarás mucho antes de que
suceda.Cuando terminó con los pernos se puso de pie y deslizó la llave en el
cinturón.—Cinder… —se quedó petrificada, desconcertada ante el tono de
seriedaddesuvoz—.Hayalgoquequierodecirantesdeirme.Encasode…—No lo hagas. Ni se te ocurra que esta será la última vez que nos
veremos.Una sonrisa melancólica se dibujó en su boca, pero rápidamente
desapareció.—Quierodisculparme.—¿Porsugerirqueestapodría ser laúltimavezquenosvemos?Esoes
cruelcuandoyoestoyaquí,tratandodeavanzarconeltrabajopendientey…—Cinder,escúchame—ellacerrólabocayapretólamandíbula.Permitió
que Kai la tomara por los hombros, sus delicados pulgares contra susclavículas—.Lamentoloquesucedióenelbaile.Lamentonohaberconfiadoenti.Lamentohaberdichotodasesas…esascosas.
Cinderapartó lamirada.Aunque lasituaciónentreelloshabíacambiadomucho desde aquella noche, aún sentía como un picahielo en el corazóncuando recordaba la manera en que la había mirado, y sus palabrashorrorizadas:Meduelemásmirarteatiqueaella.
—Yanotieneimportancia.Estabasenshock.—Fuiunidiota.Meavergüenzodelaformaenquetetraté.Deberíahaber
tenidomásfeenti.—Por favor.Apenas simeconocías.Ydescubrir así, degolpe,que soy
cyborg y lunar… Yo tampoco habría confiado en mí. Además, estabassometidoaungranestrésy…
Kai avanzóunpoquitoy le diounbeso en la frente.La ternura la dejóparalizada.
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—SeguíassiendolachicaquereparóaNainsi.Seguíassiendolachicaqueme advirtió acerca de los planes de Levana. Seguías siendo la chica quequeríasalvarasuhermanita.
SesobresaltóantelamencióndePeony.Sumuerteeraunaheridaqueaúnnohabíasanadoporcompleto.
LasmanosdeKaisedeslizaronhaciaabajoporsusbrazosyentrecruzósusdedosconlosCinder,carneymetal.
—Estabastratandodeprotegerteyyodeberíahabermeesforzadomuchomásendefenderte.
Cindertragósaliva.—Cuandodijisteque tedolíamásmirarmeamíqueaLevana…—Kai
respiróhondo, comosi el recuerdodeesaspalabras lohiriera tantocomoaella—.¿Acasoyomeveo…acasomeveíacomoella?¿Miencantoescomoelsuyo?
Kaifruncióelceñoyselaquedómirandoantesdesacudirlacabeza.—Noexactamente—le respondió—.Tú seguíasviéndote como tú, solo
que…—sedebatíabuscandolapalabra—perfecta.Unaversiónimpecabledetimisma.
Estabaclaroquenopretendíaseruncumplido.—Terefieresaunaversiónantinaturaldemímisma.—Supongoquesí—admitióluegodedudarlo.—Supongoquefueporinstinto.Nomehabíadadocuentadequeestaba
usando un encanto. Solo sabía que no quería que supieras que yo era unacyborg—dejóescaparunarisitaforzada—.Ahoraparecetantonto…
—Bien—laatrajohaciaél—.Debemosdehaberprogresado.Los labios deKai apenas habían rozado los de ella cuando la puerta se
abrió.—¿Tienes todo lonecesario?—preguntóThorne,másalegrequenunca.
Iko,CressyWolfveníandetrásdeél.Kai dejó caer lamano deCinder y ella retrocedió un paso,mientras se
ajustabaelcinturóndelasherramientas.—El módulo está listo. Revisado y vuelto a revisar. No debería haber
sorpresas—asegurólamuchacha.—¿Yelinvitadodehonor?—preguntóThorne.—Tengo todo loque traía cuando llegué—respondióKai, señalando su
arrugadotrajedeboda.Iko se aproximó y le entregó a Kai una caja que decía AVENA CON
PROTEÍNAS.
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—Tenemosunregaloparati—anunciólaandroide.Él dio vuelta la caja y observó el juego infantil impreso en la parte de
atrás.—¿Ah,sí?—Ábrela—dijoIko,balanceándosesobrelostalones.Luegodeforcejearparaabrirla,Kaivolteólacajasobresupalmaydejó
caerelcontenido:unadelgadacadenadeplataconunmedallón.Lolevantóalaalturadesusojos,inspeccionandolainscripciónmásbienborrosa.
—86ºRegimientoEspacialdelaRepúblicaAmericana—leyó—.Yaveoporquépensaronenmí.
—Loencontramosenunodelosviejosuniformesmilitares—explicóIko—.Esparaquerecuerdesqueahoraeresunodelosnuestros,sinimportarloquesuceda.
—Esperfecto—dijoKaiconunaampliasonrisa.Sepasólacadenaporlacabezaymetióelmedallóndentrodesucamisa.
Le dio un breve abrazo de despedida a Cress y luego atrajo a Iko paraabrazarla.Ellasoltóunchillidoysequedótiesa.
Cuando la separó de su cuerpo, Iko se lo quedómirando, luegomiró aCinderydenuevoaKai.Depronto,pusolosojosenblancoysedesplomóenelsuelo.
Kaidiounsaltohaciaatrás.—¿Quépasó?¿Presionésuinterruptordeencendidooalgo?—Iko,¿quéestáshaciendo?—preguntóCinderacercándose,conelceño
fruncido.—Kai me abrazó, así que me desmayé —respondió Iko, con los ojos
todavíacerrados.Riéndosecontorpeza,KaisevolvióhaciaCinder.—Túnotevasdesmayartambién,¿osí?—Lodudo.Kai la envolvió en sus brazos y la besó, y aunque ella no estaba
acostumbrada a tener público, no dudó en corresponder el beso. Una partepocopráctica e incautade su cerebro ledijoqueno lodejara ir.Queno ledijeraadiós.
Cuandosesepararon,elambientefestivosehabíaevaporado.ÉlapoyósufrenteenladeCinder,conlaspuntasdesucabellorozandolasmejillasdelamuchacha.
—Estoycontigo—dijoKai—.Paseloquepase.—Losé.
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KaisevolvióhaciaWolf.Alzóelmentónysealisólacamisa.—Bien,estoylisto;cuandotúdispon…El puñetazo le dio aKai directo en lamejilla, arrojándolo en dirección
hacia Cinder. Todo el mundo ahogó una exclamación. Iko se sobresaltó ysoltóungritodealarmamientrasKaisellevabaunamanoalrostro.
—Losiento—sedisculpóWolfconungestodeculpabilidad—.Esmejorcuandonolovesvenir.
—No sé por qué, pero lo dudo —respondió Kai, pronunciando condificultad.
Cinderleapartólamanoparaexaminareláreagolpeada,queseveíamuyrojayestabacomenzandoainflamarse.
—No se le abrió la piel—dijo lamuchacha—. Estará bien. Tendrá unbuenmagullónparacuandolleguealaTierra.
—Losiento—repitióWolf.KaisacudiólacabezaynosequejócuandoCinderdepositóunbesoensu
mejilla.—Notepreocupes—lesusurró—.Resultaextrañamenteatractivo.Su risa sonó burlona, pero a la vez agradecida. La besó por última vez
antesdeapresurarsehaciaelmódulo,comosifueraacambiardeopiniónsisequedabaahípormástiempo.
—¿Me das un beso de despedida a mí también? —preguntó Thorne,colocándosefrenteaCinder.
—Wolfno es el único aquí quepuede lanzar unbuenderechazo—dijoCinderconunamueca,haciéndoloaunlado.
ThornesoltóunarisitaylelanzóunamiradasignificativaaIko.Laandroide,quecontinuabaenelsuelo,seencogiódehombrosamodo
dedisculpa.—Me encantaría darle un beso de despedida, capitán, pero es probable
queeseprolongadoabrazodeSuMajestadmehayafundidoalgunoscables,ytemoqueunbesosuyoderretiríamiprocesadorcentral.
—Oh,créeme,síloharía—dijoThorne,guiñándoleunojo.Poruninstante,mientraslabromaaúnbrillabaensurostro,lamiradade
ThornesedeslizóesperanzadahaciaCress,peroellaestabacautivadaporsuspropiasuñas.
Luego lamirada se desvaneció y Thorne se dirigió hacia el asiento delpilotoenelmódulo.
—Buenasuerte—dijoCinder,mientraslosveíaajustarseloscinturones.
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Thorneledirigióunsaludofugaz,peroeraKaiquienlepreocupaba.Tratódesonreírlesindejardefrotarseelpómulo,entantolascompuertasseabríanasualrededor.
—Tambiénparati.
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Doce
Kai miró las manos de Thorne, que se movían con destreza accionandointerruptores en el tablero de control del módulo espacial. Atravesaron laescotillade laRampiony se lanzaronhacia elplanetaTierra.ThorneanotóunascoordenadasenlacomputadorayKai,parasusorpresa,tuvounaccesodenostalgiaalverqueaparecíanenlapantallalasimágenessatelitalesdelaComunidad.
El plan era que Thorne dejara a Kai en una de las casas reales deseguridad, bastante apartada de la civilización, para que el módulo pasarainadvertido,sisedabanprisa,peronotanlejosdelaciudadcomoparaquenopudieranrescataraKaienellapsodeunahoradespuésdealertaralequipodeseguridadsobresuregreso.
—Debeparecerteextraño—dijoThornemientraspasabalosdedossobrela pantalla del radar—.Tu novia cyborg es una fugitiva de la justicia y, almismotiempo,lasobrinadetuprometida.
Kaihizounamuecaylevolvióadolerlamejilla.—Francamente, trato de no pensar en esos detalles —por una de las
ventanasmiróhacialaRampion,querápidamenteibaquedandoatrás—.¿Deverdaddicequeesminovia?
—¡Oh,quévoyasaber!Desdequetesecuestramosnohemostenidounasolaveladadechismesydepintarnoslasuñasdelospies.
Kailofulminóconlamiradayseapoyócontraelrespaldo.—Yamesientobastanteincómododequeseaselpilotodeestanaveyde
quetengaselcontroldemivida.Tratadenoempeorarlo.—¿Porquétodospiensanquesoytanmalpiloto?—EsomedijoCinder.
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—Bueno: dile a Cinder que soy perfectamente capaz de volar uncondenado módulo espacial sin matar a nadie. Mi instructor de vuelo enAndrómeda, que debo decirte es una muy famosa academia militar en laRepública…
—ConozcolaAcademiadeAndrómeda.—¡Muybien!Miinstructordevuelodecíaqueparamívolareranatural.—De acuerdo—admitióKai arrastrando las palabras—. ¿Fue elmismo
instructordevueloqueescribióen tuexpedienteoficialunasnotassobre tufaltadeatención,tunegativaatomarteenseriolasprecaucionesdeseguridady tuexcesodeconfianza,que lindabacon la…¿quépalabrausó?Creoque“insensatez”.
—¡Ah,sí!ElcomandanteReid.Sevequemequería—elradarparpadeóycaptóuncruceroenladistancia.Thornecambiódiestramenteelrumboparamantenerse fuera de su curso—. No sabía que la realeza me espiara. Mehalaga,SuMajestad.
—Mejorqueeso: sedesignóa todounequipooficialparaque recabarainformación sobre ti. Rindieron dos informes diarios durante una semana.Recuerdaquehuisteconladelincuentemásbuscadadelmundo.
—Ysunovia.Kaireprimióalavezunasonrisayunamiradafulminante.—Yminovia—concedió.—¿Así que tardaron una semana, eh? Cress habría desglosado toda mi
biografíaencuestióndehoras.—Quizátehagaunaofertadetrabajocuandotodoestosetermine—dijo
Kailuegodepensarlo.Thorneseimaginabaloqueibaapasar,ynosedecepcionó:eltemblorde
irritacióndebajodesuojo.Sinembargo,loocultósinproblemasytransformósugestoenindiferencia.
—Quizádebierashacerlo.Kaisacudiólacabezayapartólamirada.Suplanetallenabalaventanilla
como un caleidoscopio demar y tierra. Se aferró a su arnés de seguridad.Sabía que se trasladaban por el espacio a velocidades temerarias, pero sesentíasuspendidoeneltiempo,enunmomentoapacibleysilencioso.
Dejóque sus hombros se relajaran, asombradopor la vista.La próximavezqueviajaraporelespacio,si todomarchabasegúnloplaneado,seríadecaminoaLuna.
—¿Sabesquéesloqueverdaderamentemepareceextraño?—sepreguntóKai tantoparasímismocomoaThorne—.SiLevananohubiera tratadode
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mataraCindercuandoeraniña, talvezhoyestaríacomprometidoconella.Seríalareinayestaríamosjuntos,planeandounaalianza.
—Sí,perolahabríancriadoenLunay,porloquesé,crecerenLunaechaaperderalagente.Noseríalaencantadoracyborgquetodosadoramos.
—Ya sé.Podría despreciarla tanto comodesprecio aLevana, aunque esdifícildeimaginar.
Thorne asintió con la cabeza yKai se sintió aliviado de que no hicieraningúncomentarioodioso.
Elmódulopenetróenlasprimerascapasdelaatmósferaterrestre.Laluzquelosrodeabacomenzóaformarunacurvasobreelplanetayadifundirseconforme avanzaban. La fricción hacía temblequear el módulo y gotas deagua resbalaban contra la ventanilla, pero se terminó pronto. El OcéanoPacíficodestellabadebajodeellos.
—Meimaginoquetambiénparatitodoestoesmuyextraño—señalóKai—.Undelincuenteperseguidollevaallíderpolíticosecuestradodevueltaalpaísdelqueseescapó.
—Lo que me parece raro es que no voy a cobrar ningún rescate—sequejóThorne—.Aunque,siSuMajestadsesienteconánimogeneroso…
—Nome siento así—Thorne gruñó—.Bueno, tal vez un poco. Tienesque purgar condenas de cárcel en tres países, ¿verdad? La Comunidad,AméricayAustralia.
—No me lo recuerde. Sería bueno que con las uniones nacionales sehubieranuniformadolossistemasjudiciales,perono.Unocometedelitosentrespaísesytodosquierencolaborarpararepartirseelcastigo.
Kaisemordióellabioparadarseunaúltimaoportunidaddepensarlo.Sele había ocurrido la idea apenas unos días atrás, y en cuanto lo dijera, supalabra sería ley. No quería sentar un precedente injusto como líder de supaís,peroalmismotiempo,leparecíaqueeralocorrecto.Además,¿dequéservía ser el emperador si de vez en cuando no podía hacer algo que leparecieraatinado?
—Puedeserqueluegomearrepientadeesto—comenzóytomóunagranbocanada de aire—. Carswell Thorne, le concedo el perdón por todos losdelitoscometidoscontralaComunidadOriental.
Thorne volteó súbitamente hacia Kai. El módulo dio un salto haciaadelanteyKai,conungritoahogado,seaferróasuarnés.
—¡Ay, perdón!—Thorne niveló la nariz delmódulo y retomó el vueloestable—.Esofue…eh…unaturbulencia.Algoasí.¿Quédecías?
Kaisuspiró.
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—Decía que puedes considerar tu condena expiada, por lomenos en laComunidad.Si sobrevivimos, cuando todoesto termine, haré la declaraciónoficial. No puedo hacer nada con respecto a los otros países, aparte derecomendarte.Paraserfranco,lomásprobableesquepiensenquemevolvílocooquesufrodelsíndromedeEstocolmo.
—¡Bah!DesdeluegoquepadeceselsíndromedeEstocolmo,peronolousaré en tu contra.Estoyde acuerdo, ¡es sensacional! ¿Me lopuedesponerporescrito?
—No—respondióKaisindespegarlavistadeloscontrolesdelmódulo,puesThorne sehabíavueltoparamirarlodenuevo—.Yel acuerdo soloesválidosiambossobrevivimos.
—Supervivencia mutua, no hay problema—respondió Thorne con unasonrisa; verificó el curso y ajustó sus instrumentos de vuelo al tiempo queaparecíaJapónenelhorizonte.
—Además,hayunacondición:tienesquedevolvertodoloquerobaste.LasonrisadeThornecomenzóaapagarse,peroexaminósusmanossobre
eltableroyvolvióaanimarse.—¿Muñecasdelossueñosyalgunosuniformesdemás?Hecho.—¿Yquémás?—Y… eso es bastante. ¡Cielos! Me haces ver como si fuera un
cleptómanooalgoasí.—Y la nave. Tienes que devolver la nave —agregó Kai después de
aclararselagarganta.—Pero…esminave—susnudillossepusieronblancos.—No. Le pertenece a la República Americana. Si quieres una nave,
tendrásquetrabajarycomprarla,comotodoslosdemás.—Oye, señor hijo de la realeza, ¿tú qué sabes? —pero la postura
defensiva de Thorne se esfumó tan rápidamente como había aparecido,convertida en un gesto gruñón—. Trabajé para conseguirla. El oficio deladrónnoesfácil,¿sabías?
—Novamosadiscutirsobreestepunto,¿osí?Thornecerrólosojos.Kaisintióquetodossusmúsculossetensaban,pero
elcapitánsuspiróylosabriódenuevo.—Nomeentiendes.LaRampionyyohemospasadopormilcosasjuntos.
Quizáprimerolarobé,peroahorasientoqueescomosimeperteneciera.—Peronotepertenece.Además,nomedigasquequieresqueelrestode
tutripulaciónpermanezcaenunanaverobada.Thornesoltóunacarcajada.
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—¿Mitripulación?Teexplicaréloquepasaráconmitripulacióncuandotodotermine—empezóaenumerarconlosdedos—:Cinderserálareinaenfuncionesdeunagranpiedraenelcielo. Ikose iráadondevayaCinder,asíque digamos que se convertirá en su peluquera o algo parecido. Usted, SuMajestad, ¿es ahora mismo parte de la tripulación? De todos modos noimporta:yasabemosadóndevaa iradar.YcuandoregreseScarlet,ellayWolf se retirarán a una granja en Francia y tendrán una camada de bebéslobeznos.Esoesloquelevaapasaramitripulacióncuandoestotermine.
—Medalaimpresióndequelohasestadopensando.—Talvez—admitióThorneencogiendo loshombros—.Son laprimera
tripulaciónquehetenidoycasitodosmellaman“capitán”.Voyaextrañarlos.—VeoquenocontasteaCress—dijoKaientrecerrandolosojos—.¿Qué
hayentreustedesdos?—¿Qué?—Thornese rio—.Nohaynada.Somos…osea,¿quéquieres
decir?—Nosé.Ellasevemásagustojuntoatiqueconlosdemásdelanave.
Solopensaba…—¡Oh,no!Nohaynada…estuvimosmuchotiempojuntoseneldesierto,
peroesoes todo—con lamenteabsorta,pasó losdedossobre loscontrolespero sin tocar nada—. Yo le gustaba. De hecho —siguió con otra risita,aunque esta vez más tensa—, cuando la encontramos, creía que estabaenamoradademí.¡Quécurioso!,¿noteparece?
—Divertidísimo—dijoKai,mirándoloconelrabillodelojo.Los nudillos deThorne se pusieron blancos sobre los controles. Luego,
miróaKaiyempezóasacudirlacabeza.—¿Dequésetrata?¿Esunasesióndeterapia?Notieneimportancia.—Esimportanteenciertomodo.MesimpatizaCress—Kaiseacomodó
enelarnés—.Tambiénmesimpatizastú,aunqueesmalaidea.—Noteimaginascuántasvecesheoídoesomismo.—AlgomedicequeCresstodavíatequiere,aunqueseamalaidea.—Sí,aesosereducetodo—suspiróThorne.—¿Osea…?—preguntóKai,inclinandolacabeza.—Escomplicado.—Ah,escomplicado.Quizáporesonoentiendodequésetrata—admitió
Kaiconunresoplido.—Como sea, doctor —dijo Thorne, mirándolo—. Lo que pasa es que
cuando Cress pensó que estaba enamorada de mí, en realidad se habíaenamorado del hombre que se inventó en la cabeza, que era valiente,
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desinteresado y sólido. Es decir, era un buen partido, ¿quién la culparía?Hasta a mí me gustaba ese tipo. Casi quisiera ser ese tipo —agregó,encogiéndosedehombros.
—¿Estássegurodequenoerestú?—Lodicesdebroma,¿verdad?—preguntóThorneconunasonrisa,pero
Kainoserio.—Puesno.—¡Vaya! Soy Carswell Thorne, delincuente buscado en tu país.
Encantadodeconocerte.Kaialzólavistaaltechodelmódulo.—Lo que quiero decir es que deberías dejar de gastar tanta energía en
lamentarteporelhechodequeCressteníaunaopiniónequivocadasobretiymejordedicarlaademostrarlequeteníarazón.
—Apreciosuconfianza,SuPsicológicaMajestad,peroestamosmuylejosdeeso.Cressyalosuperóy…asíesmejor.
—¿Perotúlaquieres?ComoThornenocontestó,Kaigirólacabezaylovioconcentradoenla
ventanadelacabina.—Comotedije,notieneimportancia—respondiófinalmente.Kai apartó la mirada. En cierto sentido, la incapacidad de Thorne para
hablardesuatracciónporCressdecíamuchomásdeloquehabríaadmitidoconuna confesión sincera.Después de todo, no tenía problemaspara hacercomentariossugerentesacercadeCinder.
—Muy bien—dijoKai—. Entonces, ¿qué haráCress cuando todo estotermine?
—Nosé—contestóThorne—.Quizásevayaatrabajarcontigo,alequiporealdefisgones.
Abajo,lamanchaindefinidadetierraseconvirtióenplayasyrascacielosyelmonteFuji.Detrás,uncontinenteentero,exuberante,verdeyacogedor.
—Aunquenocreoqueesosealoquequiera—agregóThornedubitativo—.Quiereverelmundodespuésdehaberestadoatrapadatodasuvidaenesesatélite.Deseaviajar.
—Entonces, creo que finalmente debe quedarse contigo. ¿Qué mejormaneradeviajarqueenunanaveespacial?
—No, créeme que no —respondió Thorne, sacudiendo la cabeza conobstinación—.Semereceunavidamejorqueesta.
Kaiseinclinóparavermejorsupaís,queseextendíaalfrente.—Esoesprecisamenteloqueestoydiciendo.
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Trece
—¿Cuándoaprendisteabordar?—preguntóJacin,husmeandoen lacanastaquecolgabadelbrazodeWinter.
—Haceapenasunassemanas—respondiómuyufana.Jacin levantó una de las servilletas del montón y revisó las puntadas
precisasquerepresentabanunconjuntodeestrellasyplanetasalrededordelaorilladelaservilleta.
—¿Acasonodormistenada?—No, no mucho—rebuscó en la canasta y le entregó una manta para
bebébordadaconunbancodepecesnadandoalrededordelaorilla—.Estaesmifavorita.Mellevócuatrodíasenteros.
—Supongoque lasvisiones fueronmalasesa semana—dijoél soltandoungruñido.
—Horribles—admitióalaligera—.Peroahoratengotodosestosregalos—recogió la manta de sus manos y la acomodó entre el resto de las telascoloridas—. Tú sabes que mantenerme ocupada ayuda. Es cuando estoyociosaquelosmonstruosvienen.
Jacin le echóunvistazoconel rabillodelojo.Yahacíavarias semanasqueerasuguardia,peroraravezseponíanahablardemanera tancasualocaminaban lado a lado como ahora; se suponía que los guardias debíanmantenerunadistanciarespetuosadesuspatrones.PerohoyWinterlohabíaarrastradoaAR-2,unodelosdomosadyacentesalsectorcentral.Setratababásicamentedetiendasexclusivassituadasentrebarriosresidenciales,peroaesatempranahoradeldíatodaslastiendaspermanecíancerradasylascallesestaban vacías y tranquilas. No había nadie que se preocupara por elprotocolo.
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—¿Ytodosesosregalossonparaloscomerciantes?—Comerciantes, dependientes, sirvientes… —sus ojos brillaron—. La
maquinariadeArtemisaalaquenoseledaimportancia.Las clases bajas, por cierto. La gente que se ocupaba de la basura y
cocinabalosalimentosysatisfacíatodaslasnecesidadesdelaaristocraciadeLuna. Se la premiaba con vidas mucho más envidiables que las de lostrabajadoresdelossectoresexternos.Conestómagosllenos,porlomenos.Elúnico inconveniente es que tenían que vivir en Artemisa, rodeados de lapolíticaylasmanipulacionesdelaciudad.Unbuensirvienterecibíaeltratode una mascota muy apreciada; se lo mimaba y adulaba cuando se lonecesitaba, se lo golpeaba y desechaba cuando había expirado su plazo deutilidad.
Jacinsiemprehabíapensadoque,sipudieraelegir,preferiríaprobarsuerteenlasminasolasfábricas.
—¿Haestadovisitándolosseguido?—preguntó.—No tanto como me gustaría. Pero una de las aprendices de la
sombrerería tuvo un bebé y he querido hacer algo para ella. ¿Crees que legustará?
—Serálomásbonitoquerecibaeseniño.Winterpegóunsaltitodealegríamientrascaminaba.—Mi madre fue una magnífica costurera, ¿sabes? Se estaba volviendo
muypopularenlastiendasderopacuando…Bueno,comosea:ellabordómimantadebebé.Levanaintentódesecharla,peropapápudoocultarla.Esunademisposesionesmáspreciadas.
Ella pestañeó y Jacin sintió que sus labios temblaban en contra de suvoluntad.
—Sabíaquehabíasidocosturera—dijo—,pero¿cómoesquenuncahevistosupreciosamanta?
—Medabavergüenzacontarte.Jacinserio,perocuandoWinternorioconél,elsonidosedesvaneció.—¿Enserio?Winterseencogiódehombros,conunasonrisatraviesa.—Qué tonta, ¿verdad? Aferrarme a una manta de bebé —tomó una
bocanadade aire—;pero también representami nombre.Bordóuna escenadelinviernoenlaTierra,connieve,árbolessinhojasyunpardemitoncitosrojos.Soncomoguantes,perocontodoslosdedosunidos.
—Avergonzadademostrármela—dijoJacinsacudiendo lacabeza—.Eslomástontoqueheescuchado.
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—Estábien,telamostrarésiquieresverla.—Porsupuestoquequieroverla—lesorprendíacuántolehabíadolidosu
confesión.ÉlyWinterhabíancompartidotododesdequeeranniños.Jamásselehabíaocurridoqueellapudieraguardarsealgocomoesto,especialmentealgotanimportantecomounregalodesumadre,quienhabíamuertoaldaraluz. Pero su ánimo se compuso cuando recordó algo—: ¿Te conté que vinievecuandoestuveenlaTierra?
—¿Nievedeverdad?—preguntóWinter,deteniendosumarcha,con losojosabiertosdeparenpar.
—TuvimosqueocultarlanaveespacialenSiberia,enlavastísimatundra—ella lo miraba como si fuera a derribarlo a menos que ofreciera másdetalles. Alardeando, Jacin enganchó los pulgares en su cinturón y sebalanceósobrelostalones—.Esofuetodo.
—Esonoestodo.¿Cómoes?—preguntóWinterdespuésdegolpearloenelpecho.
—Blanca. Cegadora. Y muy fría —respondió él, encogiéndose dehombros.
—¿Brillabacomolosdiamantes?—Aveces.Cuandoelsollailuminabadeciertamanera.—¿Aquéolía?—Nosé,Win…Princesa—respondió,avergonzado—.Unpococomoa
hielo, creo.Nopasémucho tiempo a la intemperie.Básicamente estuvimosencerradosenlanave.
Algo parecido a la decepción cruzó por lamirada deWinter cuando sunombre estuvo a punto de escapársele, y Jacin sintió un aguijón deculpabilidad,asíqueledevolvióconsuavidadelgolpeenunhombro.
—Tus padres eligieron bien. Tu nombre representa algo hermoso. Tequedaperfecto.
—Winter —susurró, y su expresión se tornó pensativa mientras lailuminacióndeunatiendaresaltabalasmotasgrisesdesusojos.
Jacin se esforzó por no hacer nada raro cuando apartó la vista. Habíaocasionesenqueellaestabatancercaqueélsemaravillabadesucapacidaddemantenerlasmanosquietas.
Pasandolacanastaalotrobrazo,Winterechóaandardenuevo.—Notodoelmundopiensaquesoyhermosa.—Cualquiera que haya dicho eso miente —se mofó Jacin—. O está
celoso.Probablementeambascosas.
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—Tú no crees que yo sea hermosa—él resopló aunque demanera casiinvoluntariayrioaúnmásfuertecuandoellaseloquedómirando—.¿Esoesgracioso?
Cambiandodeexpresión,Jacinimitósumirada.—Siguediciendo cosas como esa y la gente comenzará a pensar que te
volvisteloca.Ellaabrió labocaparacontradecirlo.Vaciló.Casi seestrellócontrauna
pared, de no ser porque Jacin la colocó de nuevo en el centro del estrechocallejón.
—Niunasolavezmehasdichoquesoyhermosa—agregócuandoJacinvolvióadejarcaersumanoauncostado.
—Por si acaso no lo has notado, hay una nación entera de personasalabándote.¿Sabíasqueenlossectoresexternosseescribenpoemassobreti?Haceunosmeses tuvequeescucharaunborrachocantarunabaladaentera,dedicadaatuperfeccióndediosa.Estoycasisegurodequealagalaxianolehacefaltamiopiniónsobreelasunto.
Ellabajólacabeza,ocultandoelrostrotrasunacascadadecabello,locualestabamuybien,porquelasmejillasdeJacinsehabíanencendido,algoquelohacíasentirsecohibidoyenfadado.
—Tuopinióneslaúnicaqueimporta—murmuróWinter.Élsepusorígidoyledirigióunamiradaqueellanocorrespondió.Sele
ocurrióquequizáshabíallevadolaconversaciónhaciauntemaquenoteníaintencionesdeexplorarenelfuturo.Fantasías,porsupuesto.Deseos,todoeltiempo.Pero¿larealidad?No;esoeratabú.Estonoacabaríaennadabueno.
Ella era una princesa. Su madrastra era una tirana que la casaría conalguienqueresultarapolíticamenteconvenienteasuspropiosdeseos.
Jacineralocontrariodepolíticamenteconveniente.Peroaquíestaban,yaquíestabaella, tanpreciosayrechazada;¿porqué
teníaqueabrirsuestúpidabocota?Jacinsuspiró,exasperado.Conella.Consigomismo.Conlasituación.—Vamos,Princesa.Túsabesloquesientoporti.Todoelmundosabelo
quesientoporti—Wintersedetuvodenuevo,peroélcontinuócaminandoyamonestando con un dedo por encima de su hombro—.No estoy diciendoestascosasymirándotealmismotiempo,asíquesigueelritmo.
—¿Qué sientes por mí? —preguntó ella después de apresurarse paraalcanzarlo.
—No,yabasta.Esoesloúnicoquediré.Soytuguardia.Estoyaquíparaprotegerte y mantenerte alejada de los problemas, y nada más. No
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intercambiaremospalabrasquese traduzcanenunagrancantidaddenochesincómodasparadoafueradeturecámara,¿comprendes?
Estaba sorprendido de cuán enojado sonaba; no: de cuán enojado sesentía. Porque era imposible. Era imposible e injusto, y se había pasadodemasiadosañosenlastrincherasdelainjusticiacomoparaqueahoranolosacaradesuscasillas.
Winterdabazancadasjuntoaélmientrassusdedosaprisionabanlamanijade la canasta.Almenosyano tratabadebuscarle lamirada, lo cual eraunpequeñoalivio.
—Yosé loquesientespormí—admitiófinalmente,ysonóaconfesión—.Séqueeresmiguardiayqueeresmimejoramigo.Séquemoriríaspormí.Yséquesiesollegaraasuceder,yomoriríainmediatamentedespués.
—Ajá. Básicamente eso es —el sonido de un molino de café en lascercanías resonó en el sendero de piedra, y el aroma de pan horneándoseinvadiósussentidos.Secruzódebrazos—.Además,meparecequeeresmásomenosbonita.Yasabes…losdíasbuenos.
Ellasoltóunarisitaylediounempujónconelhombro.Élledevolvióelempujónyellatropezóconunmacetero,altiempoquesoltabaunacarcajada.
—Tútambiéneresmásomenoslindo—respondió.Él lehizounamueca,peroera imposiblemantenerlacuandoellasereía
deaquellamanera.—¡SuAlteza!Ambossedetuvieron.Jacinsepusoalertaysellevólamanoalafundade
la pistola, pero se trataba únicamente de una muchacha que los observabadesdeelumbraldeunatiendapequeña.Unbaldellenodejabónpermanecíaintactoasuspies.SusojoserantangrandescomotodalaTierra.
—Ah, hola —saludó Winter, al tiempo que acomodaba la canasta—.Astrid,¿verdad?
Lachicaasintió;elruborascendíaporsusmejillasmientrascontemplabaalaprincesa,boquiabierta.
—Y… yo…—miró hacia el interior de la tienda, y volvió a mirar aWinter—. ¡Espereaquí!—chilló;conunsonidohúmedodejócaerun trapoenelbaldeysemetiócorriendo.
Winterladeólacabezaysucabellocayósobresuhombro.—¿Conocesaesaniña?—preguntóJacin.—Supadreysumadreadministranestaflorería.Deslizó los dedos a lo largo de una enredadera que enmarcaba el
escaparate.
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—¿Quéquiere?—gruñóJacin.—¿Cómovoyasaberlo?Ojaláleshubieratraídoalgo…Lachicaregresó,acompañadadedosniños.—¿Lo ven? ¡Les dije que había regresado! —los niños se quedaron
pasmadosytambiénboquiabiertosalveraWinter.Elmáspequeñosujetabaconambasmanosunacoronaderamasyfloresdesecadas.
—Hola —dijo Winter, dirigiendo una inclinación a cada uno—. Meparecequenohabíatenidoelplacerdeconocerlos.SoyWinter.
Comolosniñosnoparecíananimarseahablar,Astridrespondió.—Estossonmishermanos,SuAlteza:DorseyyDylan.Lesdijequeuna
vezustedcomprófloresennuestratiendaynomecreyeron.—Bueno,puesescierto.Compréunramilletedecampánulasazulesylas
tuveunasemanaenmimesitadenoche.—Guau…—exclamóDorseysinaliento.Wintersonrió.—Lamentoqueestamañananopodamosquedarnosaecharunvistazoen
su tienda, pero vamos camino a visitar a la asistente de la sombrerera.¿Ustedesyafueronaveralbebé?
Lostresnegaronconlacabeza.LuegoAstridempujóconelcodoalniñomáspequeño,Dylan.Estesesobresaltó,pero todavíanolograbaatreverseahablar.
—Hicimos algo para usted—dijo Astrid—. Hemos estado esperando aque regresara. Es solo… está hecho con los sobrantes, pero…—volvió adarle un codazo a su hermano, esta vezmás fuerte, y finalmente el niño leofreciólacoronadeflores.
—¿Quées?—preguntóWinter,altiempoquelarecibía.Jacinfruncióelentrecejo,perodeprontosesobresaltóalcomprenderde
quésetrataba.—Esunacorona,SuAlteza—respondióelniñomásgrande—.Nosllevó
casiunasemanareunirtodaslaspiezas—agregóconlasmejillasdeunrojovivo.
—Séquenoesmucho—dijolamuchacha—,peroesparausted.—Eres muy bonita —soltó de repente el niño más pequeño, una vez
liberadodelregalo,antesdevolveraocultarsedetrásdesuhermano.—Sontodosmuyamables.Gracias—dijoWinterriendo.UnaluzdifusallamólaatencióndeJacin.Almirarhaciaarribadivisóun
artefactoenel alerode la tiendacontigua:unapequeñacámaravigilaba lastiendas y a los súbditos. Había miles de cámaras idénticas en sectores
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distribuidos por toda Luna, y él sabía que la posibilidad de que alguienestuvieraatentoalafilmacióndeunamañanagrisenAR-2eraremota,perounescalofríoamenazadorsedeslizóporsuespalda.
—La corona es adorable —observó Winter, admirando los pequeñosramitosdefloresblancas.Selacolocóencimadesusgruesosrizososcuros—.Tanespléndidacomolasjoyasdelareina;laatesoraréporsiempre.
Conungruñido,Jacin learrebató lacoronade lacabezay laechóen lacanasta.
—Puedes atesorarla igual ahí—dijo cortante, en tonode advertencia—.La princesa tiene cosas que hacer. Vuelvan adentro, y no anden por ahípresumiendodeestocontodossusamigos.
Conagudasexclamacionesdesustoylosojosmuyabiertos,losniñosnopodríanhaberseprecipitadomásrápidoalinteriordelaflorería.
Tomando a Winter por el codo, Jacin la alejó de ahí, aunque al pocotiempoellaliberósubrazo.
—¿Porquéhicisteeso?—reclamó.—Nocorrespondía.—¿Aceptarunobsequiodeunoscuantosniños?Honestamente,Jacin,no
hacefaltaqueseastanodioso.—Túpodríassoportarserunpoquitomenoslinda—replicó,revisandolas
paredes y las ventanas, sin divisarmás cámaras—. Ponértela en la cabeza;¿estásdemente?—ella lehizounamuecayél se ladevolvió, sinasomoderemordimiento—. Tienes suerte de que nadie te viera —hizo un gesto endirecciónalacanasta—;cúbrelaantesdequeladestroceylaentierreenunodeesosmaceteros.
—Estás exagerando —se quejó Winter, aunque colocó unas cuantastoallasdemanoalrededordelamarañaderamas.
—Túnoeresunareina,princesa.—Yonodeseoserreina—respondióellamirándoloalosojos.—Entoncesdejadeaceptarcoronas.Bufando, Winter dio media vuelta y echó a andar adelante, como una
verdaderaprincesacaminaríadelantedesuguardia.
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Catorce
Kai esperó a que el módulo de Thorne fuera un destello en la distancia.Entonces,sacólapantallaportátilqueCinderlehabíaentregado.Pornotenerun chip oficial de identificación que confirmara su identidad, elmensaje alconsejero real Konn Torin fue interceptado por la computadora central decomunicacionesdelpalacio.Aparecióelrostrodeunajovenbecaria.
—Palacio de Nueva Beijing. ¿Cómo puedo… canalizar…? —guardósilencioyabriómucholosojos.
—SoyelemperadorKaito—dijoKaiconunasonrisa—.ComuníquemeconelconsejerorealKonnTorin,porfavor.
—S-sí,SuMajestad.Desdeluego.Enseguida.Lasmejillas de la becaria enrojecieronmientras luchaba por redirigir el
enlace.Enuninstante,suimagencambióporladeTorin.—¡SuMajestad!Es…estáusted…unmomento.Estamossaliendodeuna
reunióndegabinete.¿Seencuentrabien?—Estoybien,Torin.Listopararegresar—oyóelruidodeunapuertaque
secerraba.—¿Dóndeestá?¿Esunlugarseguro?¿Necesita…?—Tecontarétodocuandovuelva.Estoysoloennuestracasadeseguridad
enlasterrazasdeTaihang.Sipudierasalertaralaguardiadelpalacio…—Enseguida,SuMajestad.Estaremosahíenseguida.Torin pidió que dejaran la comunicación abierta, por miedo de que
alguien fuera porKai antes de que llegara su equipo de seguridad.AunqueCinder lehabía aseguradoque lapantallaportátil en sí noera rastreable, elenlace no estaba configurado para comunicaciones directas y cabía laposibilidaddequeloslunaresestuvieranescuchando.Sinembargo,Kaisabía
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queLunahabíaperdidosumejormétododevigilanciacuandosequedósinCress,asíqueinsistióenqueestaríabienycortólacomunicación.
Necesitaba unos minutos para reflexionar antes de que toda la galaxiavolvieraasalirsedecontrol.
Sujetólapantallaportátilenelcinturónytrepóaunadelasgrandesrocasquedominabanelvalle.Sesentóconlaspiernascruzadas,sorprendidodelacalma que sentía contemplando las terrazas, que eran unasmesetas pétreasque se extendían alrededor de las exuberantes montañas, y los reflejosseductores de un río que serpenteaba a sus pies. Podía entrar en la casa deseguridadaesperar,peroeltiempoeracálidoysoplabaunabrisaqueolíaajazmín y hacía mucho tiempo que no admiraba el hermoso país en el quehabíanacido.
Después de semanas a bordode laRampion, con su aire recicladoy suaguareprocesada,estabacontentodehabervueltoacasa.
Y aunque nunca había visto Luna ni sus domos biológicos llenos debosques y lagos artificiales, comenzaba a entender por qué Levana queríaclavarsusgarrastambiénenlaTierra.
Alcabodepoco tiempo,Kaioyóelzumbidodemotores.Miróhaciaelhorizonte, esperando las naves. Cuando llegaron, vio que eran una granfuerza:unadocenadenavesmilitaresrodearonlacasadeseguridad,muchascon las armas desplegadas. Incontables efectivos revisaban el terreno, enbuscadeindiciosdeamenazas.
Kaientrecerró losojosparaprotegerlosdel solyseapartóelpelode lafrente. La nave mayor aterrizó no lejos de la casa. Saltaron oficiales deuniformeydelimitaronunperímetroquerevisaronatentosaformasdevidacercanas, sin dejar de cuchichear en sus audífonos y con ominosas armaslistasparadisparar.
—SuMajestad imperial—gritóunhombrecanosoacercándoseal frentedeundestacamentodecuatrohombres—,nosalegramosdeverlo.Solicitosuautorizaciónparaefectuarunexamendeseguridad.
Kai se apartó de la roca y le entregó la pantalla portátil a uno de losoficiales, que la guardó en una bolsa de evidencias forenses. Extendió losbrazosparaqueotrohombrepasaraunescánerporsusmiembros.
—Todoenorden.Bienvenidoacasa,SuMajestad.—Gracias.¿DóndeestáKonn…?Se oyó un estruendo que hizo girar a seis efectivos hacia la casa de
seguridad.Gritaronyapuntaronconlasarmasaunapuertadelsótanoquesehabíaabiertodegolpe.
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Apareció Konn Torin. A Kai le pareció que nunca lo había visto tanagobiado.
—ConsejerorealKonnTorin—gritóconlasmanoslevantadas.PaseólamiradaporlasarmasyluegovioaKaijuntoalbordedelaterraza.Aflojóloshombrosconalivio,ycuandounodelosfuncionariosterminódeescanearsumuñecaparaconfirmarsuidentidad,hizoalgoquejamáshabíahecho:corrióhaciaélyloabrazó.
Fueunabrazo tan rápidocomo inesperado.EnseguidaTorinseapartóymantuvoaKaiaunbrazodedistancia,paraexaminarlo.Kai seasombróaldarsecuentadequeeraunpocomásaltoqueTorin.Nopudohabercrecidoenestasdos semanas.Quizáseramásaltodesdehacíamesesyno lohabíanotado.Loconocíadesdeniño,asíqueeradifícilcambiar la imagenquesehabíaformadodeél.
Cinder le había dicho que Torin les había informado sobre el segundochip de seguimiento que llevaba Kai. Quizás el consejero guardaba mássorpresasdelasqueKaiseimaginaba.
—¡Sucara!—exclamó—.¿Quélehicieron?¡Ellameprometió…!—Estoy bien—lo tranquilizóKai, oprimiéndole el brazo—.Es solo un
magullón.Notepreocupesporeso.—¿Quenomepreocupe?—Su Majestad —interrumpió el hombre canoso—. Evitaríamos la
atencióndelosmediosnoticiosossiregresaalosnivelesinferioresdelacasadeseguridad.Enviaremosundestacamentoparaqueloescolte.
Kaimiró a su alrededor.Varios guardias palaciegos se habían unido algrupodesoldados.
—Dehabersabidoquesepodíaentrarporesapuerta,mehabríaahorradotodaestafarsa—eloficialnoreaccionó—.Muybien.Graciasporsuesmero.Vamos.
Torinlosiguióalpaso,juntoconmuchísimosguardiasqueloscondujeronalapuertadelsótano.
—Nainsi le tendrá el té preparado, y se ordenó a los cocineros queprepararanunrefrigerioparasuregreso—anuncióTorin—.Elsecretariodeprensa está redactando una declaración para los medios, aunque quizá SuMajestad quiera oír un resumen de la postura oficial de palacio sobre laviolacióndelaseguridadyelsecuestro,antesdequeenviemoselboletín.
Kai tuvoquebajar la cabezapara entrar enel sótanode la casa.Estabalimpio,salvoporalgunastelarañasenlosrincones,yamedidaqueavanzaban
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porlospasillosdebajodelasmontañas,ellugarsefuevolviendomáspulcroymásiluminado.
—¿Cuáleselestadodelpalacio?—preguntóKai.—Los soldados enemigos aún no traspasaron los muros del palacio.
Nuestrosanalistastácticoscreenquesiloinvadenyvenquenohaynadieaquienmatar,dirigiránsuatenciónaotraparte.Hastaahora,hemosvistoqueestossoldadosnoestáninteresadosendestruirorobarengeneral,sinosoloenmatar.
—A menos que Levana piense usar el palacio para comunicar algúnmensaje.Daríalaimpresióndequevanganando.
—Esunaposibilidad.Dieron vuelta en una esquina. A la distancia, Kai percibió actividad:
voces,pisadasyelrumordemaquinaria.Todosupersonalsehabíaapiñadoen este laberinto de salones y pasillos. Pensó que casi habría preferidoquedarseenlaterraza.
—Torin,¿ylasfamiliasdetodasestaspersonas?¿Estánasalvo?—Sí, SuMajestad. Las familias de todos los funcionarios de gobierno
fuerontrasladadasdelpalacioenlascuarentayochohorasquesiguieronalosprimerosataques.Todasestánaquí.
—¿Y qué pasó con los que no son funcionarios? ¿Los cocineros, lostrabajadoresdemantenimiento?
—Lo siento, pero no hubo lugar para todos. Si hubiéramos podido,habríamostrasladadoatodalaciudad.
Kaisintióunapuntadaenelestómago.Dehaberpodido,habría traídoatodoelpaís.
—Entiendo—respondióyseobligóanopreocuparseporloquenopodíacambiar—.¿Tengoaquíunaoficina?NecesitoqueNainsiarregleunacita.Deserposible,estamismatarde.
—Sí, Su Majestad. También reservamos habitaciones privadas para lafamiliareal.Lasestánpreparandoenestemomento.
—Bueno, soy solo uno en la familia y no necesito nada más que unahabitación.Hayquebuscarlesunusomásprovechosoalasdemás.
—Muybien.¿AquiéntienequellamarNainsiparaestacita?—Amiprometida—respondióKaidespuésdetomarunagranbocanada
deaire.Torinaminoró lamarchayKaipensóque ibaadetenerseporcompleto,
peroenderezóloshombrosysiguióavanzandoporloscorredores.Unodelosguardias que los antecedían volvió a gritar: “¡Abran paso! ¡Abran paso!”,
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pues asomaban por las puertas empleados y funcionarios curiosos. Losrumores se propagan rápidamente. Kai miraba los rostros con los que secruzabanyveíaenellosalegríayalivio.
Sintió remordimiento. Le causaba extrañeza pensar en cuántos estabanpreocupadosporél.Nosololaspersonasconlasquetratabaadiario,sinolosciudadanos de toda la Comunidad, que querían saber si los secuestradoresdevolverían sano a su emperador, sin tener idea de que LinhCinder era laúltimaenelmundoque le infligiríaalgúndaño.Enciertamedida,sesentíaculpableporhaberdisfrutadotantoeltiempoquehabíapasadoabordodelaRampion.
—Su Majestad —comenzó Torin bajando la voz mientras trataba dealcanzarlo—. Debo aconsejarle que reconsidere su acuerdo con la reinaLevana.Porlomenos,tenemosqueanalizarcuáleslamejorlíneadeacciónantesdetomardecisionesapresuradas.
—Nuestro gobierno opera en un enorme refugio antiaéreo mientraslunaresmutantesderribanlaspuertasdemipalacio—afirmóKaimirándolo—.Nosondecisionesapresuradas.Hagoloquetengoquehacer.
—¿Qué pensará el pueblo cuando se entere de que pretende retomar elproyectodecasarsecon lamujerquees responsabledecientosdemilesdemuertes?
—Millones.Es responsabledemillonesdemuertes.Peroesonocambianada,porquedetodosmodosnecesitamoselantídotodelaletumosisyesperoqueellaacepte los términosdeunnuevoacuerdodealtoel fuego,mientrasconfirmamoslosdetallesdelenlace.
Unodelosguardiashizoungestohaciaunapuertaabierta.—Majestad,suoficina.—Gracias.VoyanecesitarunmomentoasolasconKonn-dàren,perosi
laandroidevieneconelté,déjelapasar.—Sí,SuMajestad.Kaientróenlaoficina.Eramenoslujosaquesuoficinadelpalacio,pero
no incómoda. Como no tenía ventanas, estaba iluminada con luz artificial,perolasesterasdebambúdispuestassobrelasparedesledabanalgunacalidezal espacio y amortiguaban el ruido de sus pasos en el piso de concreto. Elrestodel lugar estabaocupadoporunescritoriograndeconunapantalladeredymediadocenadesillas.
Quedó petrificado cuando puso los ojos en el escritorio y enseguidacomenzóareír.Enunaesquinahabíaunpiecibernético,pequeñoysucio.
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—Meestástomandoelpelo—ledijoalconsejerodespuésdetomarelpiemetálicoensumano.
—Pensé que se estaba convirtiendo en un símbolo de buena suerte—contestóTorin—.Aunque,en retrospectiva,nome imaginodedóndesaquéesaidea.
Sonriente,devolvióasulugarelpieabandonadodeCinder.—SuMajestad, ¿qué quiso decir con que Levana ya es responsable de
millonesdemuertes?—preguntóTorin.Kaiseapoyóenelescritorio.—Creemos que esta guerra empezó cuando sus agentes especiales
atacaron lasprimerasquince ciudades, perono es así.Estaguerra comenzócuando sintetizaron la letumosis en un laboratorio lunar y la trajeron a laTierra. Todos estos años, Levana ha librado una guerra biológica contranosotros,ynolosabíamos.
PeseaqueTorineramuycapazdeescondersusemociones,estaveznopudoocultarsuhorrorcreciente.
—¿Estáseguro?—Sí. Quería debilitarnos, agotar nuestra población y nuestros recursos,
antesdeatacar.TambiénsospechoquesuestratagemadeofrecerunantídotocomomonedadecambioteníaelobjetivodecrearunadependenciainmediatadeLuna,encuantoseconvirtieraenemperatriz.
—¿Noleparecequeestolocambiatodo?Apesardesaberquesetratódeuna estrategia para obligarlo a formar una alianza, ¿de todosmodos piensaseguiradelante?SuMajestad,debehaberotramanera,algoquenohayamosconsiderado—la expresión deTorin se endureció—.Tengo que informarleque,ensuausencia,formamosunequipoparaquediseñaraunanuevaclasede armamento militar que pueda penetrar incluso los domos biológicos deLuna.
—Estamosfabricandobombas—dijoKaisindejardemiraraTorin.—Sí.Hasidolento.Ningúnejércitoterrestrehafabricadonialmacenado
bombas desde que terminó la Cuarta Guerra Mundial, además de que senecesitan modificaciones especiales para debilitar a Luna. Pero como susrecursos son escasos y dependen de los domos para protegerse, el éxito dealgunasbombaspodríasignificarunfinrápidoparalaguerra.
Kaibajólavistaalescritorio.TodalapoblacióndeLunavivíaendomosbiológicos especiales que le proporcionaban una atmósfera respirable,gravedadartificialylacapacidaddecultivarárbolesygranos.Aldestruirunadeesasbarrerasprotectoras,moriríantodoslosqueestuvierandentro.
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—¿Encuántotiempoestaríanlistasestasarmas?—preguntó.—Terminamoselprimerprototipoyesperamostenercompletalaprimera
tandadentrodecuatroaseissemanas.Laflotadenavesparatransportarlasbombasyaestálista.
Kaihizounamueca.Noqueríadecirlo,perodetestabalaideadereduciraescombroslasciudadesdeLuna.YahabíacomenzadoapensarqueLunalepertenecíaaCinder,ynoqueríadestruirelreinoqueundíaseríasuyo.Perosipodíadetenerlaguerrayprotegeralplaneta…
—Quememantenganinformadodetodoslosavancesyquelaflotaestépreparadaparazarparencualquiermomento.Seráelúltimo recurso.Antes,trataremos de llegar a una solución pacífica. Desgraciadamente, para esoprimerohayqueaplacaraLevana.
—SuMajestad, le suplico que lo reconsidere.No estamosperdiendo laguerra.Porlomenos,todavíano.
—Aunque tampoco la estamos ganando—Kai apretó los labios—.Hayalgo que ha cambiado: hasta este punto, Levana ha tenido la sartén por elmango,peroahorapodríallevarleladelantera.
—Nose refiere auna alianza, ¿verdad?—preguntóTorin entrecerrandolosojos,mientrasdabaunpasoalfrente.
—Tengo toda la intenciónde formar una alianza conLuna—respondióKai y observó de nuevo el pie cibernético—. Solo que primero trataré deponerotrareinaeneltrono.
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La comunicación tardó siglos en establecerse; mientras, Kai permaneciófrente a la pantalla con las manos entrelazadas detrás de la espalda y elcorazónpalpitándoleaudiblemente,másqueelmotorde laRampion.Nosehabía molestado en cambiarse la camisa nupcial de seda blanca que habíaestado usando desde que lo habían secuestrado, aunque estaba arrugada yteníaunorificioenellugardondehabíapenetradoeldardotranquilizadordeCinder.Aunasí,pensóqueLevanapodríaapreciarelhechodequeponerseencontacto con ella fuera su prioridad, incluso antes de cambiarse de ropa,incluso antes de anunciar su regreso a los medios de comunicación de laTierra.
Iba a emplear cada táctica que se le pudiera ocurrir para complacerla.Todocontalderesultarconvincente.
Por fin, después de mucho tiempo, el pequeño globo terráqueo de laesquinadejódegirarylapantallaseiluminó,mostrandoaLevanaconsuveloblancotranslúcido.
—¿Acaso será mi querido joven emperador? —canturreó—. Estuve apuntodedarteporperdido.¿Cuántohapasado?¿Másdeunmes,meparece?Daba por hecho que a estas alturas tus captores ya te habían asesinado ydesmembrado.
Kaisonrió,fingiendoquehabíaescuchadounabromadivertida.—Unoscuantoschichonesy rasguñosaquíyallá,peronada tan terrible
comoeso.—Ya veo—musitó Levana, ladeando la cabeza—. Esemagullón en tu
mejillaparecereciente.
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—Másrecientequealgunosdelosdemás,sí—admitióKai.FingirqueeltiempoquehabíapasadoabordodelaRampionhabíasidounadurapruebaqueapenashabíalogradosuperareraelprimerpasoensuestrategia—.LinhCinderdejóclarodesdeelprincipioqueyoeraunprisioneroabordodesunave, no un invitado. Aquí entre nosotros, creo que seguía enojada porqueordenéquelaarrestaranenelbaile.
—Quésalvaje.—Por ahora me considero afortunado. Finalmente pude negociar mi
liberación.AcaboderegresaraNuevaBeijing.Informartedemiretornoeramiprioridadinmediata.
—¿Y a qué debemos esta feliz situación? Sospecho que esasnegociacionesdebendehabersidodifíciles.
—Mis captores tenían muchas demandas. Una suma en efectivo, porsupuesto,ytambiénquecancelaralabúsquedadelosfugitivos,tantodeLinhCindercomodeCarswellThorne.
ElveloseagitócuandoLevanaacomodólasmanosensuregazo.—Deben de haber creído que su captura era inminente—dijo sin sonar
impresionada—.Aunquenoveocómopodríahaberocurrido,puestoquenopudisteaprehenderlosmientrasseencontrabanentupropiopalacio.
LasonrisadeKaipermanecióinalterada.—Apesardeello,acepté.Sinembargo,noofrecígarantíasencuantoal
restode laUniónodeLuna.Esperoqueesosdelincuentessean localizadospronto y llevados ante la justicia por sus crímenes, incluyendo su ataquecontramíymisecuestro.
—Espero que así sea —coincidió Levana, y Kai supo que se estababurlandodeél,peroporprimeravezesacertezanoleprodujoescalofríos.
—Tenían una exigencia adicional—Kai apretó las manos entrelazadasdetrásdelaespalda,desplazandosunerviosismohaciaellas—.Insistieronenqueme negara a seguir adelante con los términos de la alianza contigo, yestuvedeacuerdo.Pidieronquelabodanoselleveacabo.
—Ah—dijo la reina, conuna risamaliciosa—.Ya llegamos a la razónporlacualponerteencontactoconmigoeraprioritario.Estoyseguradequeaceptaresostérminostanoprobiosostedejódevastado.
—Enrealidad,no—respondióindiferente.Levana se apoyó contra el respaldo, y pudo ver que sus hombros
temblaban.—¿Y por qué debería importarle la política intergaláctica a esos
criminales?¿Acasonosonconscientesdequeyasonresponsablesdedesatar
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una guerra entre nuestras naciones? ¿No creen que hallaré el modo desentarmeeneltronodelaComunidadapesardetuegoístanegociación?
Kaitragósalivacondificultad.—Quizá su interés tengaqueverconel reclamodeLinhCinderdeque
ella es la desaparecida princesa Selene—el silencio crepitaba entre él y lapantalla, como hielo sobre un estanque—. Ella parece creer que sicontinuáramosconlabodaylacoronación,ellodebilitaríacualquierreclamoquepudierahacerconrespectoaltronodeLuna.
—Yaveo—Levanahabíarecuperadosucomposturaysutonofrívoloycaprichoso—.Me he preguntado si ella te llenaría la cabeza de falsedades.Imaginoquetúeraslaaudienciacautiva.
—Esunanaveespacialbastantechica—dijo,encogiéndosedehombros.—¿Túcreesqueloqueellareclamaescierto?—¿Honestamente?—comenzó,endureciendoeltono—.Nomeimportasi
es verdad o no. Más de cinco mil millones de personas viven bajo miprotección,ydurante elmespasado todasy cadauna sehan ido a la camapreguntándosesiesaseríalanocheenquesuhogarseríaatacado,siesaseríala noche en que romperían sus ventanas, sacarían a sus hijos de la cama yencontrarían a sus vecinos mutilados en la calle, todo por tus… por esosmonstruosquecreaste.Nopuedo…—surostrosecrispó.Almenosesedolornoteníaquefingirlo—.Nopuedopermitirqueestocontinúe,yLinhCinder,seaonolaprincesaperdida,noeslaqueestáacargodelejércitodeLunaenestemomento.Nome interesan lapolítica lunar, lasdinámicas familiaresylasteoríasdeconspiración.Quieroqueseacabe.Ytúereslaúnicaquetienepoderparaqueseacabe.
—Un discurso muy sensible, joven emperador. Pero nuestra alianza seacabó.
—¿Ah, sí? Pareces convencida de que cedería a los caprichos decriminales y secuestradores—Levana no dijo nada—.Tú teníasmi palabramuchoantesdequeseladieraaLinhCinder.Porlotanto,meparecequemiacuerdocontigotieneprioridad.¿Noestásdeacuerdo?
Elvelosemovióalaalturadesusmanos,comosiestuvierajugueteandoconalgo.
—Veoqueeltiempoqueestuvistefueranodisminuyótusimpresionanteshabilidadesdiplomáticas.
—Esperoqueno.—¿Meestásdiciendoquedeseasprocederconnuestroacuerdoprevio?
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—Sí,enlosmismostérminos:ambosaceptamoselceseelfuegoentodoterritorioterrestreyespacial,elcualseharáefectivodeinmediato.LuegodetucoronacióncomoemperatrizdelaComunidadOriental,todoslossoldadoslunares serán retirados de suelo terrestre, y nos permitirás manufacturar ydistribuirtuantídotocontralaletumosis.
—¿Yquéseguridadpuedesdarmedequenuestrabodanoseráobjetodelmismoespectáculovergonzosoque laúltimavez?Seguramente tucyborgysus amigos no se sentirán complacidos cuando sepan que ignoraste susdemandas.
—Me temo que no he tenido tiempo para elaborar un plan.Incrementaremos la seguridad, por supuesto. Trae refuerzos militares; sécuántolosadmiras—Levanasoltóunbufido—.PeroLinhCinderhaprobadotener muchos recursos. Una opción sería llevar a cabo la ceremonia ensecreto,ynodivulgarlapruebadelabodahastadespuésdelacoro…
—No.NodejaréningúninterroganteenlamentedelagentedelaTierraconrespectoasisoytuesposaysuemperatriz.
Kai rechinó los dientes para evitar sentir náuseas al escuchar esaspalabras:Tuesposaysuemperatriz.
—Entiendo. Podemos considerar otros sitios para realizar la ceremonia,algomásremotoyseguro:¿unanaveespacial,quizá?Oincluso…
Kai dudó, tratando de aparentar sentirse horrorizado ante su propiopensamiento.
—¿Oinclusoqué?—Solo estaba… Dudo que esto pudiera gustarte; requeriría mucho
esfuerzo,ynosésiquierasiesplausible,pero…¿porquénoefectuarlabodaenLuna?AsíseríaimposiblequeLinhCinderinterfiriera…
Hizounapausayprocurónodarlaimpresióndequeestabaconteniendoelaliento.
Elsilencioseibaahondandoentrelosdos.ElcorazóndeKaicomenzóagalopar.
Habíaidodemasiadolejos.Lahabíahechosospechar.Kaicomenzóareírseentredientes,sacudiendolacabeza.—Olvídalo; esuna idea estúpida—sumente se esforzabapor encontrar
otro ángulo que pudiera abordar—. Estoy seguro de que encontraremos unsitioadecuadoenlaTierra.Solonecesitounpocodetiempopara…
—Vayaqueereslisto,¿eh?—¿Perdón?—preguntó,conelcorazónenlaboca.
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—Un sitio alejado, un sitio seguro—dijo, después de soltar una risitanerviosa—.Miqueridoemperador,porsupuestoquedeberíamosefectuar labodaenLuna.
Kaihizounapausa,aguardóyluegoexhalólentamente,manteniendosuexpresión neutral. Pasó otro momento, e incluso se acordó de mostrarseescéptico.
—¿Estássegura?YatenemostodoorganizadoenlaTierra,lostrasladosyelalojamiento,elbanquete,lasinvitaciones…
—Noseasridículo—agitólosdedosdetrásdelvelo—.Noséporquénolo pensé antes. Realizaremos la ceremonia aquí, en Artemisa. Tenemossuficiente espacio para alojamiento, y no me cabe duda de que quedaráscomplacido con la hospitalidad que podemos brindar—Kai cerró la boca,preocupado por disuadirla de la idea, pero también por parecer demasiadoentusiasta—.¿Hayalgúnproblema,SuMajestadImperial?
—NomecabedudadequeArtemisaes…encantadora.Peroahoraquelopienso,mepreocupa que esto pueda incomodar a aquellos invitados que sehabríansentidoprivilegiadosdepoderasistiralabodaaquíenlaTierra.Enparticular,loslíderesdelaUniónTerrestre.
—Pero por supuesto que la invitación se extenderá a todos losdiplomáticosterrestres.Mesentiríadecepcionadasinoasistieran.Alfinyalcabo, nuestra unión será un símbolo de paz, no solo entre Luna y laComunidad,sinoentreLunaytodaslasnacionesterrestres.Puedoextenderlainvitación a cada uno de nuestros invitados terrestres personalmente, si loconsiderasapropiado.
Élserascódetrásdelaoreja.—Coneldebido respeto,podríahaber cierta…vacilación de los líderes
delaUnión.Sihedeserfranco,¿cómopuedesgarantizarquenosotros…queellosnoseestaránencaminandoaunatrampa?NohashechoningúnintentoparadisimulartusamenazascontralaTierra,yhaysospechasdequepodríasllegarausartucondicióndeemperatrizcomounaplataformapara…bueno…
—¿Dominaralmundo?—Exactamente.—¿Y a qué le temes, con exactitud?—preguntó Levana, soltando una
risita—. ¿A que pudiera asesinar a los gobernantes de la Unión Terrestremientras se encuentran aquí, como una manera de allanar el camino paratomarelcontroldesustontospaisitos?
—Exactamente.
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—Mi querido emperador: este es un ofrecimiento de paz —continuóLevana después de soltar otra risita—. Quiero ganarme la confianza de laUnión,noenemistarmeconella.Tienesmipalabradequetodoslosinvitadosde la Tierra serán tratados con respeto y cortesía —muy lentamente, Kaipermitió que sus hombros se relajaran. No le había creído nada ni por unminuto,peronoimportaba:habíareaccionadocomoélesperaba—.Dehecho,como muestra de buena voluntad, aceptaré tu solicitud de cese el fuegoinmediatoentodalaUnión,yeseceseelfuegoseextenderáacadaterritoriodelaTierracuyoslíderesaceptennuestrainvitaciónaasistira labodaaquí,enArtemisa.
Kaisesobresaltó.Esaeraunamaneradeincrementarlaasistencia.Frotólaspalmasdesusmanossobrelaarrugadateladesucamisa.—No puedo rebatir el argumento de que Artemisa es más segura que
cualquier otro lugar en la Tierra que pudiéramos elegir. Lo comentaré deinmediatoconloslíderesdelaUniónTerrestre.
—Porfavorhágalo,SuMajestad.Comoestoyseguradequeelcambiodesedenoseráunproblema,comenzaréahacerpreparativosparasuvisitaylasceremoniasnupcialydecoronación.
—Bien,y…alrespecto,¿cuándotegustaríaque…?—Sugieroel8denoviembreparanuestrabodaylafiestadecelebración,
seguidasporambascoronacionesaldíasiguientedelaLunanueva.Podemosprogramarla para que coincida con nuestro amanecer; es un momentopreciosoaquíenLuna.
—Esoes…—comenzóKai,parpadeando—meparecequeheperdidounpocolanocióndeltiempocontodoesteasuntodelsecuestro,pero…¿esonoesdentrodeunasemana?
—Diezdías,SuMajestad.Estaalianzayasehadiferidodemasiado.Nocreoquenadiedeseeponerapruebamipacienciaaúnmás.Realmenteestoydeseandorecibirlosaustedyasus invitados—inclinó lacabezaamododegentildespedida—.Mispuertosestaránlistospararecibirlos.
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Dieciséis
Elenlacedeaudiosedesconectóconundébilchasquido.Elcompartimientode carga quedó en silencio. Sentada sobre uno de los contenedores ahoravacíos,CressmirócómoCinderfijabalavistaenlapantallaconloshombrostensos, Wolf tamborileaba con los dedos sobre un codo e Iko, que seguíaconcentrada en la pantalla portátil que tenía sobre las piernas, trataba dedecidir el siguiente movimiento en el juego en que había estado inmersodesdehacíaunahoraconCress.
—Lohizo—balbuceóCinder.—¡Claroque lohizo!—exclamóIkosin levantaramirada—.Sabíamos
quelolograría.Cinder miró de nuevo hacia la pantalla al tiempo que se rascaba
distraídamentelamuñeca.—El 8 de noviembre es mucho antes de lo que esperábamos. Estoy
convencidadeque los líderesde laTierracomenzaránaponerseenmarchadentrolassiguientescuarentayochohoras.
—Muy bien—dijoWolf con decisión—. La espera me está volviendototalmenteloco.
No tan así. Cress sabía que era la separación de Scarlet lo que loenloquecía,peronadiedijonada.Quizálaesperalosvolvíaunpocolocosatodos.
—¡Bufón a A1! —anunció al fin Iko. Resplandeciente, extendió lapantallaportátilhaciaCress.
—Rey a C4 y me quedo con todos los rubíes —contestó Cress sindudarlo.
Ikosedetuvo,mirólapantallaysedesanimó.
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—¿Porquéerestanbuenaenesto?Cresssintióqueunaoleadadeorgullolarecorríapordetrásdelesternón,
aunquenosabíabiensiesetalentoeraimpresionanteovergonzoso.—Lo jugaba mucho cuando me aburría en el satélite. Y me aburría
mucho.—Perosesuponequemicerebroessuperior.—Solohabíajugadocontracomputadoras,siesotehacesentirmejor.—Paranada—negóIkoarrugandolanariz—.Quieroesediamante—se
pusolapantallaportátildenuevosobrelaspiernasysetomóunatrenza,otravezconcentrada.
Cinderseaclarólagarganta,conloquellamólaatencióndeCress,peronoladeIko.
—Kaiviajará conuna flota.Es imperativoque sepamosenquénave seencuentra.
—Puedoaveriguarlo—asintióCress.—Este plan va a funcionar—aseguróWolf con firmeza, como si se lo
advirtieraalpropioplan.Empezóacaminarentre lacabinay laenfermería.SuansiedadyladeCinderponíanmásnerviosaaCress.
Asíteníaqueser.Erasuúnicaoportunidad.Ofuncionabaofracasaban.—ArtíficedecoronasaA12.Cresstardóunmomentoenconcentrarsedenuevoeneljuego.Ikohabía
hecho el movimiento que esperaba, el mismo que habría hecho sucomputadoraabordodelsatélite.
CresssacrificósuBufónyactoseguidoprocedióamoversuLadrónporel tablero,para robarse todas lasesmeraldas sueltas,demodoqueniconelcodiciadodiamanteIkopodríaganareljuego.
—¡Ah!¿Porquénovieso?—sepreguntóIkoconungruñidoypusoaunladolapantallaportátil—.Detodosmodos,nuncamehagustadoestejuego.
—Móduloespacialdetectado—anunciólavozmonótonadelaRampion.Cress dio un salto, con todos los músculos tensos—. El capitán Thornesolicitapermisoparaunirsealanave.Contraseñapresentada:“Elcapitáneselrey”.
Cress respiró aliviada no solo porque ninguna nave enemiga hubieradescubierto a Thorne, sino porque estaba de regreso. Todas las inquietudesquehabíaacumuladodesdequeélyKaisefueronsalieronalasuperficiedesupielyseevaporaronconunsimplesuspiro.
—Permisoconcedido—dijoCinderytambiénensuvozsepercibióunabuena dosis de alivio. Cruzo los brazos y continuó—: Ya completamos el
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primer paso. Kai está de vuelta en la Tierra, la boda se reprogramó y secelebraráenLunayThornevolvióentero—sebalanceóenlostalonesconelceñofruncido—.Nopuedocreerquenadahayasalidomal.
—Yoesperaríahastaqueocupesel tronoantesdehaceresadeclaración—señalóWolf.
—Buen punto —admitió Cinder con una mueca—. Muy bien, todo elmundo—ordenóconunapalmada—:vamosaempezarconlospreparativosfinales.CresseIko,ustedesquedanacargodelasúltimasmodificacionesdelvideo.Wolf,necesitoquetú…
Lapuertadelaescotilladelsubnivelseabriódegolpeychocócontralapared.ThorneselanzóporlasescalerasyacorralódeinmediatoaCinder,quediounpasoatrásporlasorpresa.
—¿Pintaste mi nave?—le gritó—. ¿Por qué…? ¿Qué…? ¡¿Por qué lohiciste?!
Cinderabriólabocaperodudó.Enrealidad,esperabaunsaludodiferente.—¡Ah, eso!—empezó a decir, y miró a Cress, aWolf y a Iko, como
pidiéndolesquelaapoyaran—.Creoquedebímencionarlo.—¿Mencionarlo? ¡No tenías por qué hacerlo…! ¡No puedes ir por ahí
pintandolasnavesdelosdemás!Paraempezar,¿sabescuántotardéenpintaralachica?
Cinderentrecerrólosojos.—A juzgar por lo preciso y detallado de la pintura, diría que… ¿diez
minutos? ¿Quince?—Thorne frunció el ceño—. Está bien, perdóname. Lasiluetaerademasiadoreconocible.Eraunlastre.
—¡Unlastre!¡Túeresunlastre!—exclamóyenseguidaapuntóaWolf—.Élesunlastre.Cressesunlastre.¡Todossomoslastres!
—¿Yo también soy un lastre? —preguntó Iko—. No quisiera que medejaranfuera.
Thornepusolosojosenblancoymanoteóenelaire.—Como sea, está bien. Qué importa que seami nave, ¿verdad?—dijo
entre gruñidos mientras se pasaba una mano por el cabello—. Habríapreferidoquemedijeran algo antesdequemedieraun infarto cuandocreíquemehabíacomunicadoconlanaveequivocada.
—Tienesrazón.Novolveráaocurrir—sedisculpóCinderconunintentodesonrisanerviosa—.Ybueno…¿cómosaliótodo?
—Bien,bien—Thornedesechólapreguntaagitandolasmanos—.Peseamidesconfianzainnataporlasfigurasdeautoridad,meempiezaacaerbieneseemperadortuyo.
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—No sé si debo sentirme tranquilizada o preocupada —dijo Cinderalzandounaceja.
Cresssemordióelinteriordelamejillaparadisimularunasonrisa.Habíapercibido cierta incomodidad en Thorne cuando Kai abordó. Lógicamente,“emperador”tieneunrangomáselevadoque“capitán”enlaopinióndecasitodos.PerotambiénobservóqueThorneseparabamáserguidoenpresenciadeKai,comosiquisieraqueelemperadorsesintieraimpresionadoporél,sunaveysutripulación…aunquefueraunpoco.
Sequitólachaquetaylaextendiósobreelcontenedormáscercano.—¿Pasóalgointeresantemientrasnoestuve?Porprimeravez,sumiradaignoróaCinderyaIkoyseclavóenCress.
Fue tan repentina y concentrada que la muchacha se aturdió al instante.Apartó lamirada y se puso a inspeccionar el revestimientometálico de lasparedes.
—Labodasigueenpie—dijoCinder—.SecelebraráenArtemisaeldía8.Lacoronaciónserádosdíasdespués,alamanecerlunar.
—Nopierdeeltiempo.¿Hayalgomás?—dijoThornealzandolascejas.—Levana aceptó el cese el fuego —anunció Wolf—, pero todavía no
sabemossiyaesefectivo.—Además—comenzó Iko—,Cressme hizo pedazos en una partida de
MinerosdelaMontaña.Thorneasintióconlacabeza,comosilasdosnoticiastuvieranlamisma
importancia.—Ellaesungenio.ElrubordeCressseintensificó,parasufrustración.Habíasidomásfácil
fingirquenoestabaenamoradacuandoélnosedabacuentadelomuchoquelomirabanidecómosesonrojabaconsuscumplidosesporádicos.
—Sí,peroyosoyunaandroide.Thorneserio.Elenojoporlapinturadelanavesehabíaesfumado.—Entonces,¿porquénojueganAtaqueAndroide?Quizásasíllevaríasla
ventaja.—OResistenciaRobótica—sugirióCinder.—¡Claro!—exclamóThorne,chasqueandolosdedos—.Lacalidaddelos
clásicos—susojosbrillaban,llenosdecalmayconfianza,deesaformaquehacíaqueCresssesintieratambiénmáscalmadayconfiada,soloporestarasuladoysaberqueeravalienteycapazy…Ylaestabamirando.Otravez.
Cressapartólavista.Tonta,tonta,tonta.
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Mortificada, empezó a fantasear con arrastrarse hasta el puerto deacoplamientodelmódulolunarydejarsesuccionaralespacio.
—Tenemos que empezar amovernos—indicóCinder—.Empaquen lospertrechos que creen que podamos necesitar y preparen la nave para unaórbitaneutraindefinida.
—Quieres decir, para abandonar la nave—dijo Thorne, ya sin su tonodespreocupado.
—Acabo de ajustar los controles con los parámetros correctos. No lepasaránada.
—Sabesmuybienquenoesverdad.ComoCressyanovaa interceptarlasseñales,enpocotiempovanapoderlocalizaryaconfiscarlanave.
—Tenemosquecorrer ese riesgo—suspiróCinder—.¿Qué teparece sicuando sea reinauso las arcas realeso loque seapara comprarteunanavenueva?
—Noquierounanavenueva—dijoThorneechandochispasporlosojos.Cresssintióunaoleadadesimpatía.Atodoslescausabatristezadejarla
Rampion.Habíasidounbuenhogarduranteelpocotiempoquelosacogió.—Bueno,Thorne—comenzóCinderconvozsuave,comosinoquisiera
decirloqueibaadecir—,notienesquevenirconnosotros.PuedesllevarnosconKai,regresaralaRampiony…túsabesquenuncatetraicionaríamos—respiróhondoantesdecontinuar—:Lodigoenserio,y lomismovaleparatodos.Notienenquevenirconmigo.Séquelosestoyponiendoenpeligroyustedesnosabíanaquéseexpondríancuandoseunieronamí.Puedenseguiradelanteconsuvida.Nolosdetendré.Wolf,Cress,ustedesdebensentirquevolveraLunaescomounasentenciademuerteparalosdos.Ytú,Iko…
—Tehacefaltaunadepuracióndelsistema—dijoIkodespuésdelevantarlamano—siesqueestásproponiendoqueteabandoneahora.
Thornesonrió,conlatípicaactituddeseguridadensímismo.—Iko tiene razón. Eres muy gentil por preocuparte, pero de ninguna
manerasaldrásadelantesinnosotros.Cinderapretóloslabiossindiscutir.Cressguardósilencio,preguntándosesihabríasidolaúnicaquesehabía
sentido tentadaun instantepor laofertadeCinder.EraverdadquevolveraLunarepresentabaunasentenciademuerteparatodos,ysobretodoparaella,quedebióhabermuertohaceaños.UnacosaeradebilitaraLevanadesdelaseguridaddelespacioyotraavanzarsobreArtemisa.Eracasicomopedirquelamataran.
PeroThorneteníarazón.Cinderlosnecesitabaatodos.
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Cerrólosojosyserepitióqueteníaqueservaliente.—Además—agregóIkoparaaliviarlatensión—,nuestrocapitántodavía
estáalaesperadesurecompensa.LosotrosserieronyunasonrisaasomóaloslabiosdeCress,perocuando
abrió los ojos, vio que Thorne no reía. De hecho, estaba repentinamenteincómodo,conloshombrostensos.
—Bueno, ya saben, algunos dicen que hacer lo correcto es ya unarecompensa.
Elcompartimientodecargaquedóensilencio.Cressparpadeó.Laincertidumbreseextendiósobretodos.—Peroesosmuerenpobresydesamparados, ¿aquién le importa loque
digan?—agregóThorneconuna risitanerviosa,desestimandoconungestosuspropiaspalabras—.Vengan,polizones:tenemosquetrabajar.
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Diecisiete
Kaimirabaporlaventana,observandolasnubesondularsobreelcontinente.Divisó la Gran Muralla serpenteando por el territorio de la Comunidad ysonrióalpensarque susancestroshabíanconstruidoalgoqueni siquiera laCuartaGuerraMundialhabíapodidodestruir.
Deseóqueestanofueralaúltimavezqueveíasuhermosopaís.Sabía del peligro que estaba corriendo, junto con incontables
representantesdelrestodelaUnión.DeseóqueLevanahubierasidosinceracuandodijoquenoqueríahacerlesdaño.Deseóqueestonoestuvieraapuntode convertirse en un baño de sangre en el cual los ingenuos terrícolasresultaranpresafácil.
Deseó,perodesearleayudabamuypocoasentirsemejor.NoconfiabaenLevana.Niporuninstante.
Pero esta era la únicamanera de brindarle aCinder la oportunidad quenecesitabaparaenfrentaraLevanaycomenzarlarebelión.EléxitodeCinderloslibraríaatodosdeLevanaysutiranía.Nomásepidemia.Nomásguerra.
Oh,estrellas:deseóquefuncionara.Ahogando un suspiro, paseó sumirada inquieta por el salón de la nave
real.DenoserporlaimpresionantevistadelaTierra,Kainotendríaniideadequeseencontrabaabordodeunanaveespacial.Ladecoraciónreproducíala decadencia del viejomundo del palacio: lámparas ornamentadas y papeltapizcondetallesdoradosyunmotivoconmurciélagosenvuelograbadoenlasmoldurasde lacorona.Hacemucho tiempo losmurciélagoshabíansidosímbolos de buena suerte, pero con el paso de los años habían pasado asignificarviajessegurosatravésdelastinieblasdelespacio.
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Desde un asiento tapizado al otro lado del salón, donde se encontrabaleyendosupantallaportátil,Torincaptósumirada.HabíainsistidoenviajaraLuna, afirmando que en su ausencia el encargado de Seguridad Nacional,Deshal Huy, sería capaz de desempeñarse como jefe de la Comunidad. EllugardeTorinestabajuntoaKai,paraloquepudieraservir.
—¿Sucedealgomalo,SuMajestad?—Hasta ahora, no—se frotó las palmas de lasmanos en losmuslos—.
¿Lesdijistealospilotosquedeseabaquemeinformaransialgunanavenossalíaalencuentro?
—Por supuesto. Desearía poder decirle que les pareció una peticiónlógica,peroparecíanrazonablementesuspicaces.
—Mientraslohagan…—¿Yestásegurodequeesunabuenaidea?—En lomásmínimo—lanaveviróy laTierrayanoeravisiblepor la
ventana.Kaisealejó—.Peroconfíoenella.—Entonces no tengo más alternativa que confiar en ella también —
coincidióTorin,bajandolapantalla.—Túlecontasteacercademisegundochipdeidentificación.—Sí,ydesdeentoncesmehepreguntadosihabrásidoelpeorerrorque
hecometido.—No lo fue —Kai rotó los hombros, tratando de relajarse—. Cinder
puedelograrlo.—QuerrádecirqueSelenepuedelograrlo.—Selene,Cinder:eslamismapersona,Torin.—Debo disentir: para todo el mundo, Linh Cinder es una peligrosa
delincuente que secuestró a un lídermundial e instigó una guerra,mientrasquelaprincesaSelenepuedeserlasoluciónatodosnuestrosproblemasconLuna.AlayudaraLinhCinder,elmundopensaráqueustednoesmásqueunadolescenteinfatuado.AlayudaraSeleneestáadoptandounavalienteposturaen contra de los enemigos de nuestra nación y haciendo lo que le parecemejorparaelfuturodelaComunidad.
PorloslabiosdeKaicruzóelasomodeunasonrisa.—Sinimportarloqueelmundopiense,sonlamismapersona.Quierolo
mejorparaCinder, yquiero lomejorparamipaís.Convenientemente, creoqueparaamboseslamismacosa.
HabíasidounaliviocontarletodoaTorin,laúnicapersonaquesabíaqueguardaríasussecretos.LaidentidaddeCinder,laverdaderarazónporlaquesedirigíanaLuna, larevoluciónqueellaplaneabacomenzarahí,yelpapel
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quejugaríaKai.AunqueTorinexpresópreocupaciónporquesuemperadorseestuviera arriesgando demasiado, no trató de disuadirlo. De hecho, Kai sepreguntaba si Torin no estaría empezando a tener también algo de fe enCinder,inclusoaunqueprocuraraesconderlodetrásdeunfríocinismo.
TorinvolvióaponeratenciónasupantallayKaisesentóamirarporlaventana.Sucorazóndabaunvuelcocadavezquedivisabaotranavecontraeltelóndefondodelespacio.
Las horas transcurrieron como si fueran días. Kai trató de dormir unasiesta,perofueinútil.Leyósusvotosmatrimonialessincomprenderunasolapalabra.Caminódeidayderegreso,sebebiólamitaddeunatazadetéquealguien le trajo, pero no estaba tan bueno como el que habría preparadoNainsi, lo que lo hizo extrañar a su confiable androide. Había llegado aconfiar en su conversación práctica y sensata, pero Levana había sidoterminantealadvertirquenosepermitiríanandroidesenLuna,asíquesevioobligadoadejaraNainsi.
Hizoeltéaunlado,mientrassuestómagoseretorcíadenerviosismo.YadeberíahabertenidonoticiasdeCinder.Algohabíasalidomalyaquíestabaél, volando con una flotilla entera de la gente más poderosa de la TierradirectoalasgarrasdeLevana,ytodohabríasidoinútily…
—¿SuMajestad?Enderezó la cabeza como un resorte. El primer oficial de la nave se
detuvoenelumbral.—¿Sí?—Se ha puesto en contacto con nosotros la secretaria deDefensa de la
RepúblicaAmericana.Al parecer están teniendo problemas técnicos con lacomputadora central de su nave y han solicitado permiso para abordar ycompletar el viaje a Artemisa con nosotros —Kai soltó el aire que habíaretenido—.El capitán sugiere que enviemos una de las escoltasmilitares aauxiliarlos.Mesentiréfelizdeponerlosencontacto…
—Noseránecesario—dijoKai—.Tenemosespacio;permítalesabordar.Aunque ya se hallaban a bordo una docena de representantes de las
provinciasyalgunos reporterosde losmediosde laComunidad, lanavenoestabanisiquieracercadellímitedesucapacidad.
—Creoqueesunasuntodeseguridad,nodeespacio—señalóeloficialconelceñofruncido—.Debidoasusdificultadestécnicas,nohemospodidoobtenerunaidentificaciónadecuadadelanavenidesutripulación.Tambiénsu sistema de videocomunicación está fallando.Nuestra imagen de la naveconfirmaquese tratadeunaparatomilitarde laRepública,claseRampion,
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pero más allá de eso nos vemos forzados a confiar en su palabra, y estoysegurodequenonecesitorecordarleaSuMajestadque…sussecuestradorestambiénviajabanenunaRampion.
Kaifingióconsiderarsuargumento.—La Rampion en que me mantuvieron cautivo tenía la silueta de una
mujerpintadaauncostadodelaescotilla.¿Hayunamarcaasíenlanavedelasecretaria?
El oficial transmitió la pregunta a través del chip de comunicación quellevabaenelcuellodelacamisa,yunmomentodespuésconfirmóquenoseveía ninguna silueta de mujer. Solo había paneles negros en la rampa deabordaje.
—Ahí lo tiene —dijo Kai fingiendo indiferencia—. Aceptaremos anuestrosaliadosamericanosabordo,asumiendoquesusmódulosauxiliaresfuncionenbien.Dehecho,¿porquénobajoalpuertopararecibirlosymostrarbuenavoluntadpolítica?
—Yotambiénvoy—dijoTorinhaciendoaunladolapantalla.Parecía que el primer oficial quería objetar algo, pero luego de un
momentodevacilación,entrechocólostalonesyasintió:—Porsupuesto,SuMajestad.
Inclusolasaladeesperaafueradelpuertodeacoplamientoeralujosa,yKaiseencontrógolpeteandoconelpielagruesaalfombramientraslamaquinariamurmuraba en losmuros a su alrededor.El capitán de la nave se les habíaunidoyaguardabaparadarlabienvenidaalosinvitadosantesderegresaralasalademando.Élyelprimeroficialpermanecíanerguidos,conunaposturaimpecable,enfundadosensusuniformessinunasolaarruga.
La pantalla situada a un lado de las puertas selladas anunció que eraseguroingresarenelpuerto.
ElcapitánentróprimeroyKaijustodetrásdeél.Habíaseisdesuspropiosmódulosespacialesaguardandoyespaciosvacíosparatresmás.Elmódulodela Rampion había ocupado el sitio más distante y permanecía inmóvilmientrassusmotoresseibanapagando.
Las dos puertas se levantaron simultáneamente y emergieron cincopersonas:lasecretariadeDefensaamericana,unaasistente,unainternaydosagentesdeseguridad.
El capitán estrechó lamano de la secretaria, dando la bienvenida a losreciénllegadosconunaseriedereverenciasdiplomáticas.
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—Gracias por su hospitalidad. Ofrecemos disculpas por cualquierinconveniente que esto hayapodidoocasionar—dijo la secretaria,mientrasKai tratabade imaginardequién se tratabadebajodelencanto.SupusoqueThorneyWolferanlosagentesdeseguridad,peroelencantodelasecretariade laRepúblicaera impecable,hastaenel lunarque teníaenelmentón.Laasistente y la interna eran igualmente convincentes; era imposibledistinguirlasdeCinder,IkoyCress.
—Por cierto—agregó la asistente mirando rápidamente en dirección aKai—,todoestosepodríahaberevitadosielmecánicodelanavesehubieraacordadodetraerunpardealicates.
La boca de Kai esbozó una mueca. Entonces esa era Cinder. Trató deimaginarla debajo del encanto, muy ufana de su uso de la nueva “palabraclave”,ysecontuvoparanoponerlosojosenblanco.
—Noesningúninconveniente—dijoKai,concentrándoseenlasecretaria—.Noscomplacepoderasistirlos.¿Necesitanqueenviemosaalguienatraersunave?
—No,gracias.LaRepúblicayaenvióunequipodemantenimiento,peronoquisimosretrasarnosmásdelonecesario.Tenemosqueasistiraunafiesta,¿sabe?
Lasecretariaguiñóunojodeunamaneramuypocodiplomática.ConqueesaeraIko…
Recordando la advertenciadeCinder,que le resultaría cansadorno solousar el encanto para ella misma sino para manipular la percepción de suscuatro camaradas, yqueno sabía cuánto tiempo sería capazdemantenerlo,Kaihizounademánhacialasalida.
—Venganconmigo.Tenemosunsalóndondetodosestaremoscómodos.¿Puedoofrecerlesté?
—Yotomaréunwhiskyconhielo—dijounodelosagentesdeseguridad.En su papel de asistente, Cinder le lanzó unamirada gélida al hombre.
Thorne.—Estamosbien—dijoCinder—.Muchasgracias.—Poraquí.KaiyToringuiaronasusinvitadosfueradelpuertodeacoplamiento;el
capitányelprimeroficialseretiraron.Nadiehablóhastaquellegaronasushabitacionesprivadas.
CuandoKaisevolviódenuevohaciasus invitados, losdisfraceshabíandesaparecidoylarealidaddeestarviendocincoconocidosdelincuentesensu
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salóndedescansolerecordóqueacababadeponerengranriesgoatodoslosqueseencontrabanabordodelanave.
—¿Estahabitaciónessegura?—preguntóThorne.—Debería serlo —respondió Kai—. La usamos para conferencias
internacionalesy…—¿Cress?—Estoyeneso,capitán—Cresssacóunapantallaportátildesubolsillo
trasero y se dirigió al panel de control insertado en la pared para efectuaralgunaverificacióndelsistemaconcebidoporellamisma.
—EsteesKonnTorin,miconsejeroreal.Torin,segurorecuerdasaCin…—Esperen—ordenóCinder,alzandounamano.Kaihizounapausa.Nuevelargosysilenciosossegundospasaron,antesdequeporfinCress
desconectarasupantalla.—Despejado.—Gracias,Cress—dijoThorne.—Ahorasípodemoshablar—indicóCinderbajandolamano.—Bien.Torin,¿recuerdasaCinderyaIko?—preguntóKaialzandouna
ceja.Con los brazos cruzados, el consejero les dirigió una inclinación de
cabeza,yCinderledevolvióelgesto,quereflejabalamismatensión.—Leprometíqueloregresaríamosasalvo—dijo.UndestellodeironíacruzóporelrostrodeTorin.—Usted prometió que no le harían ningún daño. En mi opinión, eso
incluyelesionesfísicas.—Fuesolounpuñetazo,Torin—KaiseencogiódehombrosanteCinder
—.Tratédeexplicarlequetodoerapartedelengaño.—Entiendo perfectamente, pero discúlpeme por estar a la defensiva—
Torinescrutóasusnuevosinvitados—.AunqueestoyagradecidodequeKaihayaregresado,parecequeestaexperienciadifícilmentehallegadoasufin.Esperoquesepaloqueestáhaciendo,LinhCinder.
Kai esperaba que ella hiciera algún comentario autocrítico para señalarque Torin no era el único, pero en vez de eso, luego de un largo silencioCinderpreguntó:
—¿Quétantosabe?—Todo—respondióKai.EllasevolvióhaciaTorin.
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—Enese caso, gracias por su ayuda.Permítamepresentarle al resto delgrupo: a Iko ya la conoce, y este es el capitán de nuestra nave, CarswellThorne; nuestra ingeniera de software, Cress Darnel, y mi encargado deseguridad…Wolf.
MientrasTorin saludaba a loshuéspedes conmás respetoque el que serequería,dadaslascircunstancias,laatencióndeKaiseconcentróenCinder.Permanecíadepieaunadistanciadediezpasoslargos,ypormuchoqueKaiquisieracruzarlahabitaciónybesarla,nopodía.QuizásedebíaalapresenciadeTorin.Quizás a que sabía que iban camino aLuna, donde él se casaría.QuizátemíaqueeltiempoquehabíanpasadoenlaRampionhubierasidounsueñodemasiadofrágilcomoparasobrevivirenlarealidad.
Aunque la había visto hacía tres días, se sentía como una eternidad.Durante esa ausencia se había levantado un muro entre ambos, aunque noestabasegurodequéeraloquehabíacambiado.Surelacióneraprecaria.Kaisentíaquesiacasorespirabadelamaneraincorrecta,podíadestruirlotodo,ypodíaverlamismaincertidumbrereflejadaenelrostrodeCinder.
—Oh,miren—anunció Iko, dirigiéndose hacia la hilera de ventanillas.Luna estaba surgiendo ante su vista, blanca, brillante y horadada por milcráteres y riscos. Estaban suficientemente cerca como para poder ver losbiodomos,cuyassuperficiesbrillabanconelsol.
NuncaensuvidaKaihabíasoñadoquepondríaunpieenLuna.Alverlaahora,lainevitabilidaddesudestinohizoqueseleretorcieraelestómago.
Cinder se volvió hacia Kai. Ella estaba haciendo un buen trabajoocultando su ansiedad, pero él estaba aprendiendo a reconocerla inclusodebajodesuespaldarectaysumiradadedeterminación.
—Esperoquetengasalgoparanosotros—dijoCinder.Kaiseñalóungabinetejuntoalapared.Iko fue la primeraque llegóhasta él; abrió degolpe las puertas conun
entusiasmo efervescente, pero este se apagó rápido cuando vio las prendasque Nainsi había reunido. El montón era una mezcla de telas de lino yalgodóncafés,grisesyblancas,insípidas.Ropasimpleyutilitaria.
—Se ve bien —admitió Wolf, quien había sido de mucha ayuda aldescribirloquelagentedelossectoresexternosdeLunausaría.
Mientras echabanunvistazo a la ropay comenzaban adecidir quién sequedaríaconcadaprenda,Kaisedirigióaotrogabineteysacóunaplacaderevestimientode fibradevidrioparaandroideyunenvasede fibrasdepielsintética.
—YestoesparaIko.MástodoloqueCindernecesitaráparainstalarlo.
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Ikosoltóungrititoyselanzóalotroladodelahabitación.Kaisepreparópara otro abrazo, pero Iko se abalanzó sobre el nuevo recubrimiento,fascinadaconlosinsumos.Cindernoestabamuchomáslejos.
—Son perfectas —confirmó Cinder, examinando las fibras. Sus ojoscentellearonburlonamente—.¿Sabes?Silacosadeseremperadornoresulta,podríastenerfuturoenelespionaje.
Élledirigióunamiradasocarrona.—Vamos a asegurarnos de que la cosa de ser emperador resulte, ¿de
acuerdo?El rostro de Cinder se suavizó, y por primera vez desde que llegaron,
sonrió. Puso las fibras de nuevo en su envase y se quedó unos instantesdubitativa antes de dar unos cuantos pasos hacia Kai y rodearlo con susbrazos.
Él cerró los ojos. De pronto, el muro había desaparecido. Sus brazosestabanansiososporestrecharlacontrasucuerpo.
—Gracias—musitóCinder,ysupoquenosereferíaalaropaolaspiezasparaandroide.Laspalabrasestabancargadasdeunafe,unaconfianzayunossacrificios en los que Kai no estaba listo para pensar todavía. La abrazóestrechamente,presionandosusiencontraelcabellodelamuchacha.
Cinder aún sonreía cuando se desprendió del abrazo, aunque la sonrisaestaballenadedeterminación.
—Eltiemposeestáacabando—anunció—.Sugieroquerevisemoselplanunavezmás.
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Dieciocho
Winter dejó que la estilista la peinara. Separó lamitad superior del cabelloparahaceruna trenzagruesa,enhebradacon listonesdoradosyplateados,yacomodó el resto suelto sobre los hombros. Dejó que escogiera un vestidoazulpálidoquerozabasupielcomosi fueraagua,yuncollardediamantesartificiales para acentuar su cuello.Dejó también que le frotara la piel conesenciasaromáticas.
Peronopermitióquelamaquillara,nisiquieraquecubrieralascicatrices.Laestilistanodiscutiómucho.
—Supongoquenolonecesita,Alteza—ledijohaciendounareverencia.Wintersabíaqueposeíaunabellezaexcepcional,peronuncahabíatenido
motivos para hacerla resaltar.Hiciera lo quehiciera, lasmiradas la seguíanporloscorredores.Hicieraloquehiciera,sumadrastramascullaríaytrataríadeescondersuenvidia.
PerodesdequeJacinlehabíaconfesadoquenoerainmuneasuaspecto,había esperado esta oportunidad de vestirse de gala. No era que esperaramuchode su apariencia, aparte de una satisfacción excitante. Sabía que eraingenuopensarqueJacinpudieracometerlalocuradedeclararlesuamor,siesquerealmentelaamaba.Estabaseguradeeso.Debíadeamarladespuésdetantosaños…sinembargo,latratabaconunairedistantedesdequesehabíaunidoalaguardiareal.Elrespetoprofesionalquemostrabahacíaquemuchasvecesquisieratomarloporlassolapasybesarlo,soloparavercuántotardabaenderretirse.
No,noesperabaunadeclaraciónniunbeso,ysabíaperfectamentequeeraimposiblequelacortejara.Todoloquequeríaeraunasonrisadeadmiración,unamiradapasmadaquelasostuviera.
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En cuanto se fue la estilista,Winter se asomó al corredor, donde Jacinestabaapostado.
—SirClay,¿puedosolicitartuopiniónantesdeirasaludaralosinvitadosdelaTierra?
—Asuservicio,SuAlteza—respondióJacin,despuésdetomarairedosveces,peronoapartósuatencióndelapareddelcorredor.
—Quisiera saber si te parece que hoy me veo bonita —dijo Winterdespuésdealisarselafaldaysituarsefrenteaél.
—Noesdivertido, princesa—opinó, volviendo a tomar aire, ahoramássonoramente.
—¿Divertido? Es una pregunta franca —hizo una mueca—. No estoyseguradesielazulmesientabien.
—¿Quieresquemevuelvaloco?—preguntóJacin,mirándolaporfin,conungestodeirritación.
—Siempre hay un roto para un descosido, sir Clay —señaló Winter,riendo—.Veoquenorespondistemipregunta.
ElguardiaapretólamandíbulayvolvióaponerlamiradaenalgúnpuntosobrelacabezadeWinter.
—Ve a buscar cumplidos en otra parte, princesa. Estoy ocupadodefendiéndotedeamenazasdesconocidas.
Lamuchachatratódeocultarsudecepción.GiróhaciasushabitacionesyalpasarjuntoaJacinlediounapalmadaenelpecho.Peroconesacaricia,éltomóconfuerzasufaldaylaretuvoasulado.Wintersintióqueelcorazónledabaunvuelco,ypeseatodasuosadía,lamiradapenetrantedeJacinlahizosentirsediminutaeinfantil.
—Porfavor—murmuróél,máscomosúplicaquecomounreto—,dejadehaceresto.Ya…nolohagas.
Winter se sintió contrariada y pensó en fingir ignorancia; pero no: laignorancialafingíacontodoslosdemás,noconJacin.Nuncaconél.
—Loaborrezco—lecontestótambiénensusurros—.Aborrezcotenerquefingirquenisiquierateveo.
—Sé que me ves. Eso es lo que importa, ¿o no? —preguntó Jacin,suavizandosuexpresión.
Winter bajó ligeramente la cabeza para decir que sí, pero no estabaconvencida. Qué bueno sería vivir en un mundo donde no tuvieran queguardarlasapariencias.
Jacin la soltó y ella se deslizó a sus habitaciones y cerró de golpe lapuerta.Con sorpresa, se dio cuenta deque estabamareada.Debiódehaber
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contenidolarespiracióncuandoJacinladetuvoyahora…Sequedóparalizadacasialaentradadelahabitación.Seleendurecióel
estómagoylanarizselellenódelfuerteolordelasangre.Estaba por todas partes: cubría en las paredes, escurría del candelabro,
empapabaloscojinestapizadosdelsofá.Seleescapóungemido.Hacía semanasquehabía tenido la últimavisión.Ningunamás la había
acosadodesdeelregresodeJacin.Sehabíaolvidadodelmiedoapabullante,delespasmodehorrorenelestómago.
Cerrólosojos.—¡J-Jacin!—algotibiolesalpicóelhombroymanchólasedaazuldesu
hermosovestido.Diounpaso atrásy sintióque suspies chapoteaban en laalfombrahumedecida—.¡Jacin!
Entró corriendo. Aunque Winter tenía los ojos muy cerrados, loimaginabadetrásdeellaconelarmadesenfundada.
—¿Quépasa,princesa?—latomóporelhombro—.¿Princesa?—Lasparedes—musitó.Ungolpe,seguidoporunamaldiciónenvozbaja.Winteroyócomometía
el arma en la funda y se colocaba frente a ella, con las manos sobre sushombros.Lellegósuvoz,suavizada.
—Dime.Quisotragar,perosentíalasalivaespesaymetálica.—Lasparedessangranytambiénelcandelabro.Mesalpicóenelhombro
ycreoquetambiénenloszapatos.Puedoolerlaysentirsusabor,yporqué…—suvozseaclaródegolpe—.¿PorquédueletantoelpalacioJacin?¿Porquésiempreestámuriendo?
Laatrajocontrasupechoylaacunó.Susbrazoseranfirmesyprotectores.No sangraban, Jacin no estaba roto. Winter se sumergió en el abrazo,demasiadoconfundidaparadevolverlo,peroansiosaporaceptarsuconsuelo.SerefugióenlaseguridaddeJacin.
—Respira—leordenó.Winter lohizo,aunqueelaireestabaenturbiadopor lamuerte.Sesintió
aliviadaalexhalar.—Todoestáentumente,princesa.Yalosabes.Repítelo.—Todoestáenmimente—murmuró.—¿Lasparedessangran?WintersacudiólacabezaysintiócontralasienlainsigniadeJacin.—No,nosangran.Todoestáenmimente.
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—Así es.Yava a pasar.Sigue respirando—la calmó, abrazándolamásfuerte.
Respiróunayotravez.LavozdeJacinlapersuadíaconcadabocanadadeaire,hastaqueelolordelasangrefuedesapareciendo.
Sesentíamareada,exhaustayconelestómagorevuelto,perocontentadenohabervomitadoeldesayuno.
—Estoymejor.Yapasó.Jacinexhaló,comosiélmismosehubieraolvidadoderespirar.Luego,en
un inusual instante de vulnerabilidad, inclinó la cabeza y la besó en elhombro,dondehabíacaídolamanchainexistentedesangre.
—Nofuetanmalo—ledijoconunasuavidadquenohabíausadoantes—.Porlomenos,nohabíaventanas.
Winter se avergonzó al recordar la primera vez que vio sangrar lasparedes del palacio. Se había sentido tan afligida y tan desesperada poralejarseque tratódearrojarsedesdeelbalcóndel segundopiso. Jacin llegóapenasatiempoparadetenerla.
—Niutensiliosfilosos—dijoWinter,paracontinuarcomosifuerabroma.Sereferíaalavezenqueacuchillódocenasdeveceslascortinastratandodematarlasarañasqueveíasobreellas,yellamismasecortólamano.Nofueunaheridaprofunda,perodesdeentoncesJacintuvocuidadodeesconderlosobjetospunzantes.
El guardia se apartó, a un brazo de distancia, para examinarla. Ella seobligóasonreír,peroenseguidaconstatóquenoeraunasonrisaforzada.
—Yapasó.Estoybien.LamiradadeJacinsesuavizóyporunbrevísimoinstanteWinterpensó:
Esahora.Ahoraescuandotienequebesarme.Alguientosióenlaentrada.Jacinretrocedió.Wintergiró,sintiendounestruendoenlacabeza.Aimeryseencontrabaenelmarcode lapuertaabierta,con laexpresión
oscura.—SuAlteza.Winter recuperó el alientoy se acomodóun rizodetrásde la oreja, que
debió haberse soltado de la trenza. Se sentía afiebrada, confusa, nerviosa yconsciente de que debía estar avergonzada, pero más que nada se sentíamolestaporlainterrupción.
—TaumaturgoPark—losaludóconunainclinacióncordialdelacabeza—.Sufríunademispesadillas.SirClaymeayudó.
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—Ya veo —dijo Aimery—. Si la pesadilla desapareció, sugiero queregreseasupuesto.
Jacinchocólostalonesyseretirósindecirpalabra.EraimposiblesabersilohabíahechoporvoluntadpropiaosiAimerylocontrolaba.
Aúntratandoderecomponerse,Wintermostróunasonrisaaltaumaturgo.—Supongoqueeslahoradeiralospuertos.—Casi—lecontestó,yparasusorpresa,diolavueltaycerrólapuertadel
corredor.Los dedos deWinter se cerraron en un gesto defensivo, pero no estaba
preocupadapor ella.Alpobre Jacinno legustaríaquedarsevaradodelotroladodelapuerta,incapazdeprotegerlasialgopasaba.
De cualquier forma, era un pensamiento vano. Aun si Jacin estuvierapresente, nopodríahacernada contraun taumaturgo.MuchasvecesWinterpensabaqueesoeraunabrechaensuseguridad.Nuncahabíaconfiadoenlostaumaturgos,yteníanmuchopoderenelpalacio.
Un taumaturgohabíamatadoasupadreyellanunca lohabíasuperado.Incluso hasta ese día, ver con el rabillo del ojo una manga larga la hacíasobresaltarse.
—¿Necesita algo?—le preguntó, tratando de mostrarse indiferente. Noacababade recuperarsede lavisión.Tenía el estómagohechounnudoy lecorríaunsudortibioporlanuca.Habríapreferidorecostarseunminuto,peronoqueríaquelavieraaúnmásdébil.Másdébildeloqueyaera.
—Vengo a hacerle una propuesta interesante, Su Alteza —anuncióAimery—.Lahepensadodesdehacetiempoyesperoqueestédeacuerdoenquenosbeneficiaaambos.LeplanteélaideaaSuMajestadyellamediosuvenia,conlacondicióndequeustedacepte.
Su voz era insegura y amable al mismo tiempo. Siempre que seencontraba en presencia de Aimery, Winter quería encogerse de miedo yhacerseunovillo,adormecidaporsutimbremonótono.
—Perdóneme, Aimery. Todavía tengo el cerebro revuelto por laalucinaciónysemedificultaentenderlo.
Larecorrióconlamirada,deteniéndoseensuscicatricesyensuscurvas.Wintersealegródenoestremecerseinvoluntariamente.
—Princesa Winter Blackburn —comenzó y se deslizó para estar máscerca. Winter no pudo resistirse a dar un paso atrás, pero enseguida secontrolóy sedetuvo.En la corte, elmiedoeraunadebilidad.Lomejor eramostrarse imperturbable. En caso de duda, lo más seguro era actuar comodemente.
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Se arrepintió de haberle dicho que la pesadilla había terminado.Habríaqueridoquelasparedessiguieransangrando.
—Usted es adorada por el pueblo. Amada. Hermosa —sus dedos laacariciarondebajodelabarbillaconladelicadezadeunapluma.Estavez,seestremeció—. Todos saben que usted no reinará nunca, pero eso no quieredecirquenopuedaejercereltipodepoderquelecorresponde.Lacapacidaddeapaciguaralpueblo,dealegrarlo.Laadmiranmucho.Esimportantequelemostremosalpuebloqueustedapoyaalafamiliarealyalacortequelasirve.¿Estádeacuerdo?
—Siemprehemostradomiapoyoalareina—lecontestó,conlapieldegallina.
—Desde luego que así ha sido,mi princesa—la sonrisa deAimery eraencantadora cuando quería. Winter sintió que ese encanto le revolvía elestómago.Eltaumaturgomiródenuevolascicatrices—.Perosumadrastrayyocoincidimosenqueeshoradehacerunagrandeclaraciónalpueblo.Ungesto simbólico que muestre que usted ocupa un lugar en la jerarquía.Princesa,eshoradequecontraigamatrimonio.
Susmúsculos se tensaron.Había imaginadoqueAimerypodría llegar aesto,perolaspalabrasensubocaleparecieronrepulsivas.Apretóloslabiosparaformarunasonrisa.
—Desdeluego—comenzó—.Megustaríareflexionarsobremifelicidadfutura. Me han dicho que muchos pretendientes muestran su interés. Encuanto terminen las ceremonias de boda y coronación demimadrastra,meencantaríaconsideraralosposiblescandidatoseiniciarelcortejo.
—Noseránecesario.—¿Quéquieredecir?—preguntóWinter,conlasonrisapetrificada.—He venido a solicitar su mano, Su Alteza —Winter sintió que sus
pulmones se sacudían—. Somos el uno para el otro. Usted es hermosa yadorada. Yo soy poderoso y respetado. Usted necesita una pareja que laprotejaconsudon,paracompensarsusdiscapacidades.Piénselo.Laprincesayeljefedetaumaturgosdelareina:seríamoslamayorenvidiadelacorte.
Susojosbrillaban.Eraevidentequelaidealehabíaestadodandovueltasdurante mucho tiempo. Winter pensó muchas veces que Aimery se sentíaatraído por ella, y este pensamiento había sido el origen de innumerablespesadillas.Sabíacómotratabaa lasmujeresque legustaban.Peronuncasehabía imaginadoqueaspiraríaaunmatrimonio,porencimade las familias,porencimadeunposiblearregloconlaTierra…
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No.AhoraqueLevanaibaaseremperatrizdelaTierra,yanoimportabasiWinter tenía posibilidades de enlazarse con alguien del planeta azul. Encambio, casar a la hijastra débil y patética con un hombre que poseía unaimpresionantecapacidaddecontrolaralosdemás…
Realmenteeraunenlaceinteligente.Winter sintió que la sonrisa de Aimery se arrastraba por la piel de su
rostro.—Veo que la dejé sin palabras, princesa mía. ¿Puedo tomar su
desconciertocomounaaceptación?Winterseobligóarespiraryapartólavistaconrecato,noconmolestia.—Estoy… halagada por su oferta, taumaturgo Park. No merezco las
atencionesdealguiencontantasdotescomousted.—Nofinjamodestia—tomóunadesusmejillasyellaseresistió—.Diga
que sí, princesa, y anunciemos nuestro compromiso en el banquete de estanoche.
Wintersealejódesucaricia.—Me siento honrada, pero… es tan repentino. Necesito tiempo para
pensarlo.Debohablarconmimadrastray…ycreo…—Winter, no hay nada que considerar —su tono tenía ahora cierta
aspereza,aunquesurostrosemanteníaamable,casiimpasible—.SuMajestadaprobó la unión. Solo hace falta que acepte para confirmar nuestrocompromiso.Aceptemioferta,princesa.Norecibiráotramejor.
Miróhacialapuerta,buscandonosabíaquéconsuelo.Estabaatrapada.LamiradadeAimeryseoscureció.—Espero que no quiera que ese guardia pida su mano. Espero que no
tengalafantasíainfantildequerechazarmeamíseríaaceptarloaél.Winterapretóconfuerzalamandíbulaysonrióenmediodelatensión.—No sea tonto, Aimery. Jacin es un amigo querido, pero no tengo
intencionesconrespectoaél.—Lareinanuncatoleraríaesematrimonio—seburlóeltaumaturgo.—Acabodedecirle…—¿Cuálessurespuesta?Nojuegueconlaspalabrasniconlossentidos,
princesa.Sentíaquesucabezaflotaba.Nodiría,nopodíadecirquesí.¿AAimery?
¿AlcruelyfalsoAimery,quesonreíacuandolasangrecorríaporelsuelodelasaladeltrono?
Pero tampocopodíanegarse.No le importaba loque lehicieran,perosiponíaenpeligroaJacinconsurechazo,siAimerycreíaqueJacineralarazón
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desurechazo…Ungolpeenlapuertaprolongósuindecisión.—¿Quéquiere?—gruñóAimery.Jacinentróy,aunquecomodecostumbrenomostrabaningunaexpresión,
Winterdetectóquesusmejillasestabansonrojadasporloscelos.—SuMajestadsolicitaqueseunanalcortejorealparadarlabienvenidaa
nuestrosinvitadosterrestres.—Gracias,sirClay—ledijoWinterconalivioyevadióaAimery.Peroel
taumaturgolatomóporlamuñecaantesdequequedarafueradesualcance.Jacinechómanoasuarma,sindesenfundarla.
—Quierounarespuesta—leordenóenvozbaja.Winter puso lamano sobre la deAimery, imaginando que semostraba
despreocupada.—Siquierequelecontesteahoramismo,metemoquelarespuestaesno
—lerespondióconuntonofrívoloqueocultabasusverdaderossentimientos—. Pero deme tiempo de considerar su oferta, taumaturgo Park, y quizá larespuestaseadiferentelapróximavezquehablemos.
Le dio un ligero golpe en los nudillos y se sintió agradecida de que lasoltara.
LamiradaqueAimerylelanzóaJacinalpasarnorevelabacelos,sinoeldeseodematarlo.
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Diecinueve
Kai tuvoquehacerunesfuerzoheroicoparafingirquenoestabamuertodenervios. La nave aterrizó dando un tumbo que lo hizo pegar un salto. Almenos, la presencia deTorin a su lado era estabilizadora, pero alcanzaba aescucharlossusurrosansiososdelosembajadoresdelaComunidadmientrasaguardabanenlasalacomúnparadesembarcar.Podíasentircincopolizonesocultos en lanave, aunqueno sabía enquéparte, asíquenohabíaningunaposibilidaddequedelatarasuubicaciónconunamiradaextraviada.
Si alguien iba a despertar sospechas, sería él. Solo él yTorin sabíandeCindery sus aliados, y la expresióndeTorinpermanecía tan imperturbablecomo siempre.La tripulaciónde lanave estabademasiadoocupadacon losprocedimientos de llegada como para cuestionar la desaparición de lasecretariadeDefensaamericana,yningunodelosdemáspasajerosseenteródequehabíanrecogidoinvitadosenelcamino.
Encambio,Kainopodíadejardepensarenesagente,susamigos,yenloque les estabaayudandoaconseguir: invadirLuna.Comenzaruna revuelta.Ponerfinalaguerra.
Tampocopodíadejardeenumerartodoloquepodíasalirmal.Necesitaba concentrarse. Esto solo funcionaría si Levana creía que Kai
estaba decidido a llevar a cabo la alianza matrimonial, de una vez y parasiempre.Teníaquehacerlecreerquehabíaganado.
Larampacomenzóadescender.Kai respiróhondoycontuvoelaliento,tratandodeaquietarsumente.Tratandodeconvencersedequedeseabaqueestematrimonioylaalianzatuvieranéxito.
ElpuertorealdeArtemisaresplandecíadesdeelpisodeunamaneraquedeinmediatolodesconcertó.Lasparedesmismaseranrocosasynegras,pero
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estabaniluminadaspormilesdelucecitas,comouncieloestrellado.Elpuertoexhibía docenas de naves de varios tamaños, la mayoría lunares, quedespedíanunbrilloblancouniforme,estabanpintadasconrunasdesconocidasyostentabanelselloreal.KaitambiénreconocióemblemasdelaTierraentrelasnaves;algunos invitados terrestresyahabíancomenzadoa llegar.Verlosreunidosenelmismositiolollenódetemor.
UnmovimientoatrajosuatenciónyKaidivisónadamenosqueaLevanadeslizándoseporelamplioandénquerodeabaelpuerto.Estabaescoltadaporsuséquito:asuderechael taumaturgomayor,AimeryPark,petulantecomosiempre;unachicaconunvestidoazulpálidoveníadetrásdelareina,conlacabezabajayelrostrosemiocultoporsuabundanteyrizadacabelleranegra.Había cinco taumaturgosmás y por lomenos una docena de guardias. Undispositivodeseguridadimpresionante;exagerado,enopinióndeKai.
¿Acaso Levana estaba esperando que algo saliera mal? ¿O era undespliegueintimidatorio?
Dándoseánimo,Kaidescendiólarampaparaencontrarseconlareina.Supropioséquito,queincluíaadiezdesusguardias,losiguió.
—SuMajestad—saludóKai, aceptando lamanoqueLevana leofrecía.Seinclinóparabesarla.
—Siempre tanformal—comentóLevanaconesavoz tanmelosaque leponíalapieldegallina—.Nopodemoshablarnosparasiempreunoalotroentérminos tan jocosos. Quizá de aquí en adelante yo debería llamarte “miamado”ytúdeberíasdecirme“tesoro”.
Kaiseinclinóaúnmássobresumano,conelodiohirviéndoleenlapielahí donde entraba en contacto con la de Levana. Luego de un momentointerminable,éllasoltóyseenderezó.
—SuMajestad—comenzódenuevo—:esunhonorserrecibidoenLuna.Mis ancestros se habrían llenado de orgullo al presenciar semejanteacontecimiento.
—El placer es mío —la mirada de Levana se escabulló hacia losembajadores reunidos en la rampa de la nave—. Espero que encuentrenagradable nuestra hospitalidad. Si necesitan cualquier cosa, por favorháganselosaberaloscriadosyellosseencargarándequeselosatiendabien.
—Gracias—dijoKai—.Todos sentimoscuriosidadporel afamado lujodelaciudadblanca.
—Nomecabeduda.Ordenaréquemandentraeralgunoscriadosparaquedescarguensuspertenenciasylasllevenasushabitaciones.
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—Noseránecesario.Nuestra tripulaciónyaestádescargandolanave—hizounademánporencimadesuhombro.Unasegundarampadecargahabíadescendido hasta el puerto. Se había asegurado de decirle al capitán quequería que la tripulación lo considerara como la prioridadmáxima. Queríaestarsegurodeque lanavesevaciara tantodegentecomodecarga lomásprontoposible,demodoqueCinderylosotrosnoquedaranatrapadosenelpuertodemasiadotiempo.
—Qué eficiencia. En ese caso, tus embajadores pueden seguir altaumaturgoLindwurmhacialassuitesdenuestrosinvitados—indicóLevana,señalandoaunhombrequellevabaunatúnicanegra—.Estoyseguradequelesgustaríadescansardetanlargatravesía.
EnseguidaelséquitodeacompañantesnerviososdeKaifueguiadohaciauna serie de enormes puertas en forma de arco que resplandecían con unarepresentaciónde laLunacreciente sobre laTierra.Aunque lapresenciadesus compañeros terrestres no le había brindado nada de seguridad, Kai detodasmanerassesintióabandonadocuandoTorin,susguardiasyélmismosequedaronatrás.
—Esperoquenopiensesquefueunadescortesíanohaberhechotodaslaspresentacionesatusinvitados.Mihijastraseagobiaconfacilidad,ymuchascarasnuevaspuedenperturbarla—extendióunamanoyladejóflotandohaciaunlado,comosiestuvieradirigiendounasinfonía—.Peropermítemequetepresenteati,porlomenos,amihijastra,laprincesaWinterHayle-BlackburndeLuna.
—Porsupuesto.Heescuchadomucho…acerca…deti.Suvozsefuedesvaneciendoconformelaprincesalevantólacabezaylo
miróatravésdeunahileradepestañasdensas.Fueunamiradabreve,apenasunvistazo,perobastóparaqueungolpedecalorascendieraporelcuellodeKai y llegara a sus orejas.Había oído hablar de la legendaria belleza de laprincesa. Una belleza que no se basaba en el encanto lunar, decían, adiferenciadeladeLevana.Ylosrumoresnoexageraban.
—Me siento honrado de conocerla, Su Alteza —dijo Kai después deaclararselagargantayesbozandounasonrisaserena.
Los ojos de la princesa miraban seductores mientras avanzaba parasituarsejuntoalareinayseinclinabaenunareverenciaconlagraciadeunabailarina.Cuandoseirguiódenuevo,Kainotósuscicatricesporprimeravez:tresmarcas uniformes cinceladas en sumejilla derecha.Estas también eranlegendarias, junto con la historia de cómo, llevada por la envidia, Levanahabíaforzadoalaprincesaaestigmatizarsupropiorostro.
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Loqueviohizoquesuestómagodieraunvuelco.LaprincesaWinterleofrecióunasonrisadócilsindespegarloslabios.—Elhonoresmío,SuMajestadImperial.Aproximándose,depositóunbesoligeroenlamejillaamoratadadeKai.
Él sintió que se derretía por dentro, pero tuvo la lucidez suficiente parasentirseagradecidodequeCindernoestuvierapresenciandolaescena,porquealgoledecíaqueellajamásdejaríaderecriminárselo.
Laprincesaretrocedióyélpudorespirardenuevo.—Hechas las presentaciones, me parece adecuado que en el futuro
abandonemos toda formalidad.Al finyal cabo, con la inminentebodacasieresmipadre.
Kaisetambaleó,boquiabierto.Unacarcajadasilenciosabrillóenlamiradadelaprincesamientrasvolvía
a ocupar su sitio detrás de sumadrastra.No parecía para nada agobiada niperturbada.
Lareinaleechóasuhijastraunamiradadesconcertada,antesdeseñalarconunademánalhombrequeseencontrabaasuotrocostado.
—Seguramenterecordarásamitaumaturgomayor,AimeryPark.Cerrando la boca de golpe, Kai inclinó la cabeza, aunque a cambio el
taumaturgosoloofreciósupedanteríacaracterística.—BienvenidoaLuna—dijoarrastrandolaspalabras.Al observar al resto del séquito Kai reconoció también a dos de los
guardias.Nolesorprendióveralcapitándelaguardiadelareina,peroapretólos dientes cuando vio al guardia rubio que había sido como la sombra deSybilMiradurantesuvisitaenNuevaBeijing.
Ladesconfianzaleprovocóunnudoenelestómago.Cinderhabíacreídoque ese guardia en realidad era un aliado, pero ahora sospechaba que loshabía traicionado ante Sybil cuando trataban de escapar del palacio. Supresenciaaquí,vistiendoeluniformeotravez,confirmabasussospechas.
Noimporta,pensó:Cinderhabíatriunfadopeseasutraición.Levanasonrió,comosihubieradetectadolarebeldíaenlospensamientos
deKai,apesardetodossusintentosporparecercomplaciente.—Creoqueconesosoloquedaunasuntodenegociosporatenderantesde
mostrarlessushabitaciones—chasqueólosdedosydosdesustaumaturgosyseisguardiassepusieronalertas—.Revisensunave.
Apesardetodossusintentosdeaparentarnormalidad,Kainopudoalejarelpánicoqueinvadiósupecho.
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—¿Perdón?—dijo,girandolacabezamientraselséquitopasabajuntoaél—.¿Quéestáshaciendo?
—Miamado:nopensastequeconfiaríaciegamenteentupalabraluegodeque has mostrado tanta simpatía por mis enemigos, ¿o sí?—entrelazó losdedos. Podrían haber estado hablando del clima—. Al monitorear tu flota,notamosquesubieronabordoalgunospasajerosdelaRepúblicaAmericana,peroalparecersondemasiadotímidoscomoparamostrarse.
ElestómagodeKaiseencogiómientrasunodesusguardiaslosarrastrabaaélyaTorinparacolocarlosdetrásdelareina,desdedondeobservabaconimpotenciacómo loshombresdeLevanaabordabansunave.Si suspropiosguardiashabíanpensadoenofreceralgunaprotección,yaseencontrabanbajoelcontrollunar.
—Esto es absurdo —manifestó Kai, con los puños apretados—. Losamericanosestabanconesegrupoqueacabasdedespachar.Nohaynadaenesanaveexceptoequipajeyregalosdebodas.
—Porsubienesperoqueseacierto,emperadorKaito—comenzólareina,conunaexpresióndedureza—,porquesihavenidoaquíatraicionarme,metemoqueestaseráunavisitaextraordinariamentedesagradable.
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Veinte
Cinderseapretujabaenelrincóndeunarmario,conelcorazóngalopandoenlaoscuridad.Porlasrendijasdelapuertasecolabanfranjasdébilesdeluzquelepermitíandistinguirlasiluetaylosojosbrillantesdesuscompañeros.Oíacómoarrastrabanygolpeabancosasdebajodesuspies,conformevaciabanelcompartimientodecarga.
Tratódepensarqueeraunregresoacasa.Ahíhabíanacido:enesaLuna,en esa ciudad. Ahí se había celebrado su nacimiento. Ahí habrían debidoeducarlacomoaunareina.
Peropormuchoquelointentaba,nosesentíacomoensuhogar.Estabaescondidaenunarmarioyhabíaunaposibilidadmuyrealdequelamataranenelmomentoenquealguienlareconociera.
Miróasuscompañeros.Wolfestabajuntoaella,conlamandíbulatensayelceñoreconcentrado.Enlaparedopuesta,Ikoestabaacuclilladaconlasdosmanos puestas sobre la boca, como si estar callada fuera una tortura.En elsilenciovacío,Cinderalcanzabaapercibirelvagozumbidoqueproducía laandroide,unaseñaldelamaquinariaqueteníadebajodelapielsintética.Yatenía arreglado el cuello: Kai había llevado exactamente lo que Cindernecesitaba.
DepiejuntoaIko,ThornehabíadeslizadounbrazosobreloshombrosdeCressyconlamanolibreserascabalaquijada.Acurrucadacontraél,Cressseveíamáspálidaquedecostumbre,ysuansiedaderaevidenteinclusoenlaoscuridad.
Eran un grupo desparejo ataviado con la ropa desabrida que les habíatraídoKai,másungorronegrotejidoparacubrirelpeloazuldeIkoyguantesgruesosparalamanocibernéticadeCinder.Ponérseloshabíasacadoalaluz
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varios recuerdos. Hubo un tiempo en que usaba guantes en todas partes,cuando se sentía tan avergonzadade ser cibernéticaquenopermitía que sevieran susprótesis.No lograbaprecisar cuándohabíacambiado,peroahorasentíalosguantescomounamentira.
Un destello azul hizo que dirigiera su atención de nuevo a Cress, quehabía encendido una pantalla portátil y había bajado un diagrama delaeropuertorealdeArtemisa.
—Estamos en un buen lugar —murmuró inclinando la pantalla paramostrarles.
Elpuertoteníatressalidas:unallevabaalpalacio,queestabaconstruidoarriba, otra conectaba con la dársena de las naves espaciales de serviciopúblicoydelaciudad,ylaúltimaconducíaalostúnelesdeltrendelevitaciónmagnética,queerasudestino.LostúnelesdeltrenformabanuncomplicadosistemasubterráneodetransportequeuníatodoslossectoresdeLuna.Cinderlo había estudiado con tantodetalle quehabría podidomemorizarlo inclusosin haber descargado el plano en su interfaz cerebro-máquina. A ella leparecía que el sistema de transporte era una telaraña y la ciudad capital,Artemisa,laaraña.
Cressteníarazón.Lospilotoshabíanaterrizadolanavecercadelasalidaque los llevaríaa los túnelesdel trende levitaciónmagnética.Fue lomejorquelespudohaberocurrido.
Peroerainnegablelaenormetentacióndeabandonarelplan,deolvidarsedelapacienciaytratardeterminarallíyahora.EstabaaunpasodeLevana.Se encontraba tan cerca. Su cuerpo era pura tensión, listo para asaltar elpalacio:unejércitodeunsoldado.
Miró a Wolf, que cerraba y abría los puños, una y otra vez. Sus ojosmostraban un destello asesino. Sabía que él habría asaltado el palacio conella,esperanzadodequeScarletestuvieraahí.Peronisiquierasabíansiacasoestabaaúnconvida.
Con todo, lo que la incitaba no era la confianza, sino la desesperación.Incluso si lograba traspasar las líneas de seguridad de Levana y se lasarreglabaparamatarla,terminaríamuertatambién.Apareceríaotrolunaryseapoderaríadeltrono.Lunanoseríamejorqueantes.
Sepultólatentaciónenlabocadelestómago.NosetratabadeasesinaraLevana:setratabadedarvozalosciudadanosdeLunayasegurarsedequefueranescuchados.
Trató de distraerse repasandomentalmente el plan. Estaban en la partemáspeligrosa,peroesperabaqueLevanaysuequipodeseguridadestuvieran
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tanocupadoscon la llegadade los invitados terrestresquenoadvertiríanalgrupo de estibadores que se escurría del aeropuerto. Su meta era llegar alSectorMR-9, donde esperaban localizar a los padres deWolf y obtener unrefugio temporal desde donde lanzar la siguiente etapa del plan, la deinformaralpueblodeLunaquesuverdaderareinahabíavuelto.
Cindersabíaquesilograbanpasarinadvertidos,tendríanunaoportunidad.El estruendo de pisadas la sobresaltó. Eran demasiado fuertes, como si
alguien estuviera en su mismo nivel, y no abajo, en el compartimiento decarga. Intercambiómiradas de preocupación con sus compañeros. Se azotóunapuertalejanayoyeronaalguiengritarórdenes.Seoyeronmásruidosdegolpes.
—¿Es mi imaginación—susurró Thorne— o suena como si estuvieranregistrandolanave?
Eraexactamente loqueCinderpensaba.Laconstataciónseconvirtiódeinmediatoenhorror.
—Ellasabequeestamosaquí.Nosbuscan.Miró a sus compañeros. Sus expresiones eran tanto de terror como de
impaciencia. Con un estremecimiento, vio que todos la miraban a ella,esperandosusinstrucciones.
Fuera del armario estrecho, las voces se hacían más fuertes. Algo serompióalcaeralsuelo.
Cinderapretólospuñosenguantados.—Wolf,Thorne,enelinstanteenqueuntaumaturgoveaacualquierade
losdos, tratarádecontrolarlos—lesdijoysemordióel labio—.¿Tengosupermisoparacontrolarlosprimero?Soloelcuerpo,nolamente.
—Habíaestadoesperandoaquedijerasquequeríasmicuerpo—contestóThorne poniendo una mano sobre la pistola que llevaba en la cintura—.Adelante.
Wolfsemostrómenosentusiasta,peroaceptóconunmovimientorápidodelacabeza.
Cinder deslizó su voluntad en Thorne con la misma facilidad con quehabría rebanadouncubode tofu.LaenergíadeWolf eramáscaótica,perohabía dedicado tanto tiempo a entrenar con él a bordo de la Rampion quetampoco ofreció mucha resistencia. Cinder sentía los cuerpos de ambosmuchachoscomosifueranunaextensióndelsuyo.Aunquesabíaquelohacíapara protegerlos, para evitar que se convirtieran en armasmanejadas por elenemigo, no podía dejar de sentir quemanipularlos era como traicionar su
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confianza. Era un equilibrio injusto del poder: ahora era responsable de suseguridad.
Pensó en Levana, que obligó a su guardaespaldas a recibir la bala queestabadestinadaaellaenelbailereal,ysepreguntósialgunaveztomaríalamismadecisiónconunodesusamigos.
Rogónotenerquehacerlonunca.Unavozretumbóenelcorredorcontiguo.—Nadie en la salademáquinas.Sepárense.Registren esos corredores e
informen.Seaproximaban,ysihabíauntaumaturgo,Cindersabíaquemuypronto
estaría lo bastante cerca para detectar la bioelectricidad procedente delarmario. Se representó mentalmente la distribución de la nave y trató deformular un plan, pero había pocas esperanzas de escapar sin delatar supresencia.
Tendrían que pelear para salir de la nave. Tendrían que pelear todo elcaminohastalostúnelesdeltrendelevitaciónmagnética.
—Cinder—murmuróThorne.Sucuerpoestabatiesocomounaestatua,alaesperadesusórdenes—.Envíameallá.
Cressalzólacabeza,peroThornenoledevolviólamirada.—¿Quédices?—preguntóCinderconelceñofruncido.—Envíamecomoseñuelo,porlarampaprincipalydelladocontrariode
laspuertasdel trendelevitaciónmagnética.Losdesviarécuantopuedaparaqueustedessalganporelcompartimientodecarga.
—Thorne…—¡Hazlo!—susojoscentellaban,peroseguíansinvoltearhaciaCress—.
LogramosllegaraLuna.Aquínonecesitanunpilotoniuncapitán.—No tienes que hacerlo… —dijo Cinder sintiendo que su pulso
retumbaba.—¡Lasaladeprensaestádespejada!—exclamóalguienafuera.—Deja de perder el tiempo —le ordenó Thorne entre dientes—. Los
despistaréydaréunrodeoparaalcanzarlos.Cindersabíaqueeraunexcesodeconfianza,peroempezóaasentirconla
cabezaaltiempoqueCresssacudíalasuyaparapedirlequenolohiciera.—Dentro de la nave te controlaré en forma intermitente, pero me
apoderaré de ti en cuanto estemos todos afuera y te localice —si no seapoderanellosprimerodeti,pensó,ynoquisodecirloenvozalta.ErafácilcontrolaraunterrícolacomoThorne,perolucharporquitarleelcontrolauntaumaturgoseríabastantemásdifícil.
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—Entendido—dijoThorneconlamandíbulaapretada.—Ten cuidado —le pidió Cress. Su voz era más un chirrido que un
susurro.Thornepusoenellasuatenciónduranteunbrevísimoinstante.Entonces, Cinder abrió la puerta y lanzó a Thorne en huida por el
corredor.Thornechocócontralapared,peroseapartóycorrióalaizquierda.Agitaba los brazos y las piernasmientras corría hacia la cubierta principal.Rápidamentequedófueradealcance.Losseparabademasiadoacero.CinderperdióelcontrolyThornequedóabandonadoasusmedios.
Segundosdespuésdequeserompióelcontacto,seescuchóunestruendo.Thornehabíarotoalgo.
CinderpensóqueojalánofueraalgúnobjetoinvaluabledelaComunidad.Enlacámaracontigua,unaestampidadepisadascorriótrasél.Cinderproyectósuspensamientosynopercibiómásbioelectricidadque
ladeWolf.Esteladodelanaveestabadespejado.Asomólacabezahaciaelcorredor.Nohabíaseñalesdequequedaranadie
abordo.Oyógritosqueveníandelotroladodelanave.Corrió en dirección opuesta a la que había tomado Thorne. Los demás
corrierondetrásdeella:bajarondosnivelesporunas estrechas escalerasdecaracol, pasaron por una cocina industrial que hacía ver la cocina de laRampioncomounequipode juguete,yatravesaronuncorredorde servicioque dividía las zonas de acoplamiento de los módulos espaciales. Sedetuvieronunmomentosobre laescotillaquelos llevaríaalcompartimientodecarga.Cinderescuchabatodavíaruidosdemovimientosymaniobrasenlapartebaja,peronosabíasierantrabajadoresterrestresquebajabanlacargaolunaresquelainspeccionaban.
Comosea,noteníantiempoparaesperaraquesefueran.Cinder cargó una bala en su dedo-proyectil. Habían encontrado
abundantesmunicionesenlaRampion,peroaellalehabríagustadoqueKailehubieraconseguidomásdardostranquilizantesenlaTierra.
Demasiadotarde;nohabíatiempoparapensarlo.Wolfabriólaescotilladegolpeypasóprimero.Cindervolvióatomarel
controldesucuerpo,porsiacasohabíalunares,peronopodíahacernadaconlosgruñidosniconeldestellodeloscolmillos.
Cinder se deslizó hacia abajo detrás deWolf. El piso produjo un ruidometálicocuandobajó Iko, seguidapor laspisadascautelosasdeCressen laescalera.
Tresfigurasquerevisaban loscontenedoresgiraronparahacerlesfrente.Cinder detectó la túnica negra de un taumaturgo y los uniformes de dos
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guardiaslunaresenelmismoinstanteenqueseprodujoundisparo.Supiernaizquierdasesacudióylaondavibratoriasubióporlacaderayla
columna.Labalahabíagolpeadosumuslometálico.Cressgritóyquedópetrificadaenlaescalera.Ikolasujetóylaarrancóde
los peldaños.Cinder les ordenó a las piernas deWolf que semovieran. Seocultaron detrás de una tarima cargada con mercancía de la Comunidadmientrasotrabalachocabaconlaparedqueteníandetrás.Unaterceradioenelcontenedoryastillólamaderadelotrolado.
Losdisparossedetuvieron.Cinder se pegó al contenedor para reorientarse. Proyectó sus
pensamientos y percibió la bioelectricidad de los lunares crepitar por todaspartes.Desdeluego,losguardiasyaestabanbajoelcontroldeltaumaturgo.
La rampa por la que iban a escapar de la nave estaba del otro lado delcompartimientodecarga.
Se produjo un silencio inquietante. Cinder, nerviosa, se esforzaba porescuchar pisadas que se acercaran. Suponía que los lunares tratarían derodearlos.Notendríanociosaslasarmasmuchotiempo.
PorúnicavezlaspiernasdeWolfestabaninmóviles.Cindersediocuentade que era ella la que lo mantenía quieto. Solo su expresión estaba viva.Feroz, salvaje.Wolf era lamejor armadeCinder, perobajo su control, eratorpe y tosco, no tan despiadado como podría ser por su cuenta. Suentrenamiento en la Rampion había consistido en detener a un enemigo,desarmarlo,suprimirlaamenaza.Ahorapensabaquedebieronhaberdedicadomástiempoaconvertiralaspersonasenarmas.EraunahabilidadenlaqueLevanaysussecuacessobresalían.
Wolf lamiróa losojosyaCinderse leocurrióunaidea.Controlabasucuerpo,peronosumentenisusemociones.¿Ysicambiabadetáctica?Podríaprotegerlo de todosmodos del taumaturgo, pero dejarlo hacer lo que hacíamejor.
—Veporeltaumaturgo—susurró.LiberóelcuerpodeWolfyacambioseapoderódesuspensamientos.Leinstilóunavisióndelaprimerasituaciónhorriblequelevinoalamente:elcombateabordodelaRampionentreellosySybilMira.EldíaenquecapturaronaScarlet.
Wolf saltó sobre el contenedor. Atronaron los disparos, las balasrebotaron,lasparedessesacudieron.
Iko gritó y se lanzó detrás de Cinder para derribar a un guardia queaparecióenelmargendesucampodevisión.Elguardiadisparó;labalapegó
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eneltecho.Ikologolpeóysucabezadiocontraelpisometálico.Elcuerpodelguardiadejódemoverse,inconsciente.
Cinder se puso de pie y levantó la mano cibernética como un arma.Detectóalsegundoguardia,quesearrastrabahaciaellos.Surostroimpávidonomostrabaningunaemoción.Luego,mientrasellalomiraba,reaccionó.SusojosdesconcertadosseenfocaronenCinder.
Eltaumaturgohabíaperdidoelcontrolsobreél.Fueapenasuninstante.Elguardiarugióyapuntósuarmaendireccióna
Cinder, pero era demasiado tarde, pues ya estaba dominado por subioelectricidad.Sinpensarlo, lodejóinconsciente.Cayósobresusrodillasycon un crujido se derrumbó de bruces contra el suelo. Le empezó a salirsangredelanariz.Cinderretrocedió.
Ungritoretumbóporelcompartimiento.CindernoalcanzabaaveraWolfyelterrorseapoderódeella.Altomar
elcontroldelguardiasehabíaolvidadodeprotegerlamentedeWolfdel…Elgritodejódeescucharse,seguidoporungolpeseco.En un segundo, Wolf apareció detrás de un estante donde se apilaban
maletas,rugiendoyagitandoelpuñoderecho.Conelpulsoacelerado,CindergiróyvioaIko,queprotegíaconunbrazo
alapalidísimaCress.Corrieron por la rampa.Cinder se sintió agradecida de que descendiera
haciaelladocontrariodelaentradadelpalacio.Mientrassearrastrabanparasalir,examinóelentornocon lamiradayconsudon lunar.Enesteespacioabierto, sentía grupos de personas en la distancia y percibía lo mismo aterrícolasquealunares.
Porlomenoselcaminohastalaspuertasdeltrendelevitaciónmagnéticaestabadespejado.Si teníancuidadopodíanquedarocultosdetrásdeunafilade naves, siquiera hasta que uno de esos lunares no captara la energíacrepitantedeWolfysepreguntaraquéhacíaahíunsoldadomutante.
Agitó un brazo y todos se asomaron por un lado de la rampa. Pasó uninstanteenelqueCinderbuscóindiciosdequeloshubierandetectado.Comonosucediónada,selanzaronalasiguientenaveyalaotra.Cadapisadaquedabanleretumbabaenlosoídos.Cadarespiraciónsonabacomounvendaval.
Un grito los sorprendió y se agazaparon detrás del tren de aterrizaje deunanavepintadaconundiseñoelaboradoprocedentede laUniónAfricana.Cinderteníalamanopreparada,conlabalatodavíacargadaeneldedo.
—¡Poraquí!—gritóalguien.
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Ocultatraslossoportesextensiblesdelanave,Cinderdetectóunafiguraquecorríaentrelosvehículos.EraThorne,quehuíaatodavelocidad.
Aúnnolocontrolabaningúnlunar.Conelcorazónretumbando,Cinderseproyectóparaalcanzarlamentede
Thorne,deseosadecaptarlaantesqueloslunaresdelotroladodelaeropuerto.Lologró.ComoconWolf,imprimióunaideaensucabeza:Vuelveaquí.Sorprendido,Thornetropezóycayó.Rodóunpardevecesysepusoen
pie de un salto.Cinder sintió una punzada de culpa, pero se sintió aliviadacuando Thorne cambió de dirección. Rodeó dos naves y esquivó unaandanadadebalasdisparadasdeundestacamentodeguardiasqueemergierondesdelarampaprincipaldelanavedeKai.
—Lotengo—dijoCinder—.¡Ven!A medias concentrada en Thorne y a medias atenta a sus propios
movimientoscuidadosos,CindersequedócercadeWolfmientrasavanzabanagazapados,cubriéndosepormomentostraslaseguridaddelasnaves,ensucaminozigzagueanterumboalamplioandénqueseextendíaalaalturadesushombros alrededor del perímetro de la pista. La salida se erguía ante ellos,unaenormepuertadoblelabradaconmisteriosasrunaslunares.Unletreroenla parte alta indicaba la dirección de los andenes del tren de levitaciónmagnética.
Llegaron a la última nave. Corrieron fuera de su refugio. En cuantoestuvieran sobre el andén, se encontrarían a descubierto y en una zonaelevada.
Cindermiróhaciaatrás.Thorneestabacuerpoatierradebajodelacoladeun módulo monoplaza. Les hizo señas de que avanzaran, de que seapresuraran.
—Iko, tú y Cress vayan primero—ordenó Cinder. Si las veían, por lomenosnopodríanmanipularlas—.Lascubriremos.
IkosesituóentreCressylaspuertasdelpalacio.Corrieronhastaelcortotramo de escalera. Cinder barrió el espacio de lado a lado con su armaincorporada, en busca de amenazas, pero los guardias no las vieron,concentradosenlocalizaraThorne.
Unsiseolahizomirardenuevohaciaelandén.IkoyCressestabanantelaspuertas,peroestabancerradas.
Cindersintióqueseleencogíaelestómago.Se suponía que abrían automáticamente, pero no. Levana los esperaba.
Desdeluego,habíatomadoprecaucionesparaquenopudieranescapar.
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Surostrosecontrajo,presadeladesesperación.Tratódeidearotraformadesalir.¿TendríaWolflasfuerzassuficientesparaabrirlaspuertas?¿Podríanabrirsepasoabalazos?
Mientras se atormentaba pergeñando una idea, Cress cambió el gestoaterrorizadode su cara por una expresión resuelta.Cinder siguió sumiradahasta una cabina de control situada entre las puertas del tren de levitaciónmagnéticaylaentradadelpalacio.AntesdequeCinderadivinaracuáleraelplan,Cresscomenzóaavanzaragatas,pegadaalapared.
Sonóunarma.Cressseencogió,perosindejardeavanzar.Siguióotrodisparoyotromás.CadaunohacíaqueCressseagacharamás
ymás.Eltercerohizoestallarunvidrio.Conelcorazónenlagarganta,CindergiróbuscandoaThorne,quenose
habíamovido,perososteníaunapistolaqueapuntabahaciael lugardelquehabíanvenido.HabíarotounaventanilladelanavedeKai.
Estabagenerandootradistracción,tratandodellamarlaatenciónsobreél,paraapartarladeCress.
Con laboca secacomoarenadedesierto,CindervolteódenuevoyvioqueCresshabíallegadoalacabina.Teníaunapantallaportátilenunamanoymovíalosdedosdelaotrasobreunapantallainvisible.Ikosehabíaquedadojunto a las puertas, hecha un ovillo, lista para saltar y correr a la menorprovocación.
DetrásdeCinder,WolfvigilabaaThorne,aprestándoseparaentrarenlaluchaencuantoestallara.
NuevaspisadasretumbaronenlarampadelanavedeKaiymásguardiaslunarespulularonpor lospasillos.Sinembargo,aCindernolepreocupabanlosguardias.NoseríancapacesdedetectaraThornemezcladoentreellos.Lapreocupabanlostaumaturgos,soloquenolograbaencontrarlos.
Laspuertassilbaron.WolftomóaCinderporelcodoantesdequepudieradarselavueltaylaarrastróhastaelandén.
Cresshabíaabiertolaspuertas.Ikoya estabadelotro lado, con la espalda contra lapareddel corredor,
llamándolos con señas. Había desenfundado su arma por primera vez ybuscabaunblanco.
—¡Ahíestán!WolfyCindercorrieronporlasescaleras.Unabalarebotócontralapared.
Cinder se agazapóyatravesó laspuertas tropezando.Sepegarona laparedjuntoaIko.
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Cindermiróhaciaatrás,jadeando.Susperseguidoreshabíanrenunciadoaatraparlos con la guardia baja y corrían hacia ellos a toda velocidad. PeroThornelesllevabaventajayéltambiénhabíaabandonadoelsigilocontaldeapresurarse. Cinder impregnó su mente con imágenes en que sus piernascorríantandeprisacomounagacela,enquesuspiesapenastocabanelsuelo.Teníamuchomiedo de que convertirlo en unamarioneta lo volviera lento,peroalparecerelalicientementalfuncionaba.Suvelocidadaumentó.Trepólasescalerasendospasos.
Porencimadesuhombro,Cinderporfinvioaunataumaturgadecabellonegro corto y túnica roja. Con los dientes apretados, levantó el arma ydisparó.Nosupodóndelahabíaherido,perolamujergritóycayó.
Thornecruzóelumbralal tiempoque losguardias llegabanalpiede laescaleradelandén.DetrásdeThorne,laspuertassecerrarondegolpe.
Thornesederrumbócontralapared,conlasmanosenelpecho.Teníalasmejillasrojas,perolosmiróatodosconlosojosbrillantesporlaadrenalina.Susonrisacrecienteseesfumó.
—¿DóndeestáCress?—preguntó.Cinder,queaúnnorecuperabaelaliento,sacudiólacabeza.Thorneabriólabocahorrorizado.Seseparódelaparedycorrióhacialas
puertas,peroWolf saltó frenteaély lodetuvo,manteniéndole losbrazosaloscostados.
—¡Suéltame!—gritóThorne.—Nopodemosvolver—leordenóWolf—.Seríaunsuicidio.Como para subrayar sus palabras, una ráfaga de disparos golpeó las
puertas. El estruendometálico reverberó por el corredor en el que estabanatrapados.
—Novamosadejarla.—Thorne…—empezóadecirCinder.—¡No!—gritóThorne.Liberó un brazo y lo lanzó contraWolf, que lo
esquivó.Enunafraccióndesegundo,WolfgiróenredondoylanzóaThornecontralapared,tomándoloporlagargantaconsuenormemano.
—Cressnosregalóestaoportunidad—ledijoWolf—.Noladesperdicies.Thornetensólamandíbula.Sucuerpoeracomouncabletirante,listopara
pelear, aunque no tendría la menor posibilidad frente a Wolf. El pánicoremarcaba todas las líneasde su rostro,peromuy lentamente su respiraciónirregularcomenzóatranquilizarse.
—Tenemosqueirnos—indicóCinder,casiasustadadesuspalabras.Thornemiróhacialaspuertascerradas.
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—¿Puedoquedarme?—preguntóIkoconvozinsegura—.¿PuedovolverporCress?
—No—contestóCinder—.Novamosasepararnos.Thornesecontrajodedolor.Cindersediocuentademasiado tardede la
crueldaddesuspalabras.Elgrupoyahabíaquedadodividido.Seadelantóunmilímetro para poner una mano en el brazo de Thorne, pero cambió deopinión.
—Todavíaestaríamosafueradenoserporella.Noshabríancapturadoatodos,perograciasaCressnofueasí.Nossalvó.Ahora,tenemosqueirnos.
Thornecerrólosojosconfuerza.Sushombrossedesplomaron.Temblabadearribaabajo,peroasintióconlacabeza.Wolflosoltóycorrieron.
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LibroDos
Elcazadorseapiadódeellayledijo:“Correhaciaelbosque,niña,ynuncaregreses”
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Veintiuno
En algún momento durante el jaleo que siguió a la llegada del emperadorKaito, Jacin se había situado frente a Winter, siempre protector, y ella sehabíasujetadoasucamisa,aprisionandolateladelaespaldaensupuño.Supresenciaeraenpartereconfortante,enpartemolesta.Letapabalavista.
Sinembargo, sumiradaera clara comoel amanecermientrasobservabacuatrofigurasemergerporlasalidaquellevabahacialosvagonesdeltrendelevitaciónmagnética.Laspuertassecerraronyhubounadescargadearmasde fuego. Aunque estaban demasiado lejos como para ver con claridad,WinterestabaseguradequeunadeellaseraLinhCinder.
Suqueridaprimadesaparecida,laprincesaSelene.—¡Síganlos!—gritó Levana. Los guardias que habían sido enviados a
revisar lanavedelemperador llegarona lasalidaensegundosy tratarondeforzarlaspuertasparaabrirlas,peronolograronmoverlas.
LevanagiróparaencararasirJerricoSolis.—Envíeunequipodesdeelpalaciohacialasentradasdelaorilladellago,
yotrodesdelaciudad.Tratedeinterceptarlosenlaestación.Jerrico apretó su puño con la otra mano y se fue, ordenando a ocho
guardiasmásquelosiguieran.—Aimery —gritó Levana—, ordena que se suspendan todos los
transportesquepartendeArtemisa.Quelosinspeccionen,juntocontodoslostúnelesyestacionesdeconexión.Nosaldrándelaciudad.¡Yaveriguacómofuequelograronpasarporesaspuertas!
—Yaconvoqué al técnico.Bloquearemos el sistema entero—respondióAimeryconunareverencia.
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Conlasnarinasagitándose,Levanaenderezólaespaldaysevolvióparaencararalemperador.Estabadepiecercadelasúltimaspersonasdelpequeñogrupo,solo,conexcepcióndeunpuñadodeguardiasysuconsejero.Peronoparecíatenermiedo.Winterpensóquedeberíaverseasustado,peroteníaloslabiosapretadosyhacíaunesfuerzopornosonreír.
Winter ladeó la cabeza, inspeccionándolo. Parecía orgulloso, casipetulante.Comenzóasentirseculpableporhaberlomolestado.
—Polizones—dijo,unavezqueteníalaatencióndeLevana.Sushombrossealzaronenungestodedespreocupación—;quésorpresataninesperada.
El rostro de Levana se veía ferozmente hermoso. Impresionante en sucrueldad.
—Has traído a una conocida enemiga al corazón de mi nación. En unperíododeceseelfuegobilateral,hascometidounactodetraición.
—MilealtadestáconlaComunidadOrientalyconlaTierra,noconLuna,yciertamentenocontigo—afirmóKaisininmutarse.
—Pareces seguro de que no te mataré por esto —juzgó Levanaentrecerrandolosojos.
—No lo harás —dijo, tal como la madrastra había supuesto, con unexcesodeconfianza—.Porlomenosnotodavía.
—Tienes razón —dijo Levana alzando una de sus perfectas cejas—.Entonces tal vez mate a tu consejero; seguramente estaba al tanto de estadescaradatraiciónamiconfianza.
—Haga conmigo lo que le parezca —señaló el consejero, tanimperturbablecomoKaito—.Milealtadessoloparaconelemperador.
—Silastimasacualquieradelosinvitadosterrestres,yaseacomocastigoo para amenazarme, me negaré a continuar con esta boda —retrucó Kaichasqueandolalengua.
—Entoncesyanotendríarazonesparamantenerteconvida.—Losé—admitióKai—.Peroentoncestampocoserásemperatriz.Sus miradas entablaron una batalla mientras Winter, Jacin y los otros
guardias observaban.El pulso deWinter era erráticomientras aguardaba laordendelareinadequemataranalemperadorKaito,tantoporsuinsolenciacomoporelpapelquehabíajugadoentraeraLinhCinderaArtemisa.
Laspuertasdelpalacioseabrieronyentróunguardia,escoltandoaunodesustécnicos.
—Reinamía,¿mandóqueviniéramos?Aimeryseadelantó.
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—Se ha dado orden estricta de que las salidas de este puerto debíanasegurarse,peroalparecerhahabidounafalla—informóAimerydandounpasoalfrente—.SuMajestadexigesabercuálfueelerror,yqueseleasegurequenovolveráaocurrir.
El técnicohizounareverenciayseapresuróa rodear laplataformaparadirigirsealtablerodecontrolquemonitoreabalassalidasyelinmensohangarqueresguardabalasnavesmásalládelaspuertasdelandén.
Winter loobservabacuandodeprontosusojoscaptaronunmovimientosubrepticio. Frunció el ceño; estaba segura de haber visto a alguienescurriéndoseentreloscarguerosdelaTierra.
Otanseguracomopodíaestardetodaslascosasqueveía;esdecir,quenoestabaenabsolutosegura.
Sumadrastrasevolviódenuevohaciaelemperadorehizounademánensudirección,irritadaporsupresencia.
—Llevenalosterrícolasasushabitaciones,ymanténganlosahí.El emperador y su séquito no opusieron resistencia cuando los guardias
los sacaron con más fuerza de la necesaria. Kai no miró en dirección aWinter, peromientraspasaba junto a ellapudoverqueel emperadoryanoocultabasusonrisa.Quizásehabíaconvertidoenprisionerodelareina,peroestabaclaroqueélloveíacomounavictoria.
Losreciospasosdelosguardiassehabíandesvanecidocuandoeltécnicogritó: “¡SuMajestad!”. Sus dedos danzaban sobre las pantallas y su rostroreflejabapánico.Levanasevolvióhaciaél.El restodel séquito la siguió,yaunqueJacinsemovióparamantenerseenfrentedeWinter,ellaloesquivóyseleadelantó,ignorandosuquejacasiinaudible.Denuevoechóunvistazoaloscontenedoresapiladosyalequipaje,peronohabíaseñalesdelamisteriosafiguraquealparecerhabíaimaginadover.
—¿Qué?—tronóLevana.El técnico no se apartó de los controles. En la pantalla más cercana,
Winterpudoverunmapadel sistemade transportesy,parpadeandoenunaesquina,unmensajequeindicabaerror.Jacinapareciódenuevoasuladoylelanzóunamiradagélidaporabandonarelcírculodesuprotección.Loignoró.
—Es…—comenzóeltécnico,mientrasgirabahaciaotrapantalla.—Sugiero que encuentre su lengua antes de que se la inutilice para
siempre—loamenazóLevana.El técnico se estremeció y se volvió para encararlos, aunque susmanos
permanecíaninútilmentesobrelaspantallas.
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—Elsistemaes…—Levanaaguardó.Wintercomenzóatemerporlavidadel hombre— inaccesible, reina mía. No puedo… no puedo entrar a loshorariosdel transportenia loscontrolesmanualesdeemergencia…inclusolasentradasalandénprincipalhansidobloqueadas.Con…conexcepcióndelcorredor que las conecta con estos puertos; fue el único que se dejó sinbloquear.
Conloslabiosapretadosenunalíneafina,Levananodijonada.—¿Elsistemafuehackeado?—preguntóAimery.—S-sí,esocreo.Podríatomarhorasreconfigurarloscódigosdeacceso…
Nisiquieraséquéfueloquehicieron.—¿Me está diciendo que ni siquiera puede detener los transportes que
salendelaciudad?—preguntóLevana.—Seguiré intentando,SuMajestad—respondió el técnico, que sehabía
puestopálido—.Tendréunaccesomuchomejoral sistemadesde lasaladecontrolesdelpalacio,asíquevoya…
—¿Usted tieneunaprendiz?—quiso saber la reina—¿Ouncompañeroensuactividad?
AWinterseleerizólapieldelanuca.—S-somos t-tres… —comenzó a tartamudear el hombre— aquí en el
palacio… pero yo soy el más experimentado, con más de veinte años deserviciolealy…
—Mátenlo.Unguardiaextrajosuarmadelafunda.Wintervolviólacabeza,yaunque
era una ideamezquina, sintió alivio de que no fuera Jacin a quien estabanobligandoaejecutarelasesinato.Sicontinuarasiendoguardiadeltaumaturgomayor,seguramentehabríasidoasí.
—Porfavor,reinamí…Winter dio un salto cuando el tiro resonó en su cabeza, seguido de un
sonidoconelcualyaestabamuyfamiliarizada.Unquejido.Provenientedeatrásdeunapiladecontenedoresdecarga.
Detrásdeella,elcrujidodecablesyplásticoastilladoindicóquelabalalehabíadadotambiénaunadelaspantallas.Elguardiaenfundósuarma.
Aimerysevolvióhacialareina.—Mepondré en contacto con Jerricoyveré si sus equiposhan logrado
obteneraccesoalandén,yloalertarédequelavíapodríaestarbloqueada.—Gracias, Aimery. También advierte a los otros dos técnicos del
problemaconelsistemadetransportes.
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Aimerysacósupantallaportátil,seseparódelgrupoysedirigióalbordede laplataforma.Noestabaprestandoatencióna lapiladecontenedoresdecarga, y aunque su atención se había concentrado en la pantalla, Winterbuscabaotraseñaldevidamásabajo.
Ahí.Unpie,pensó,dobladocontrauncontenedorgrande.Winterahogóunaexpresióndejúbiloyentrelazólasmanosdebajodesu
barbilla.Todossevolvieronhaciaella,sobresaltadosporsupresencia,locualnoerainusual.
—¿Creesquelosterrícolasnoshantraídoregalos,madrastra?Sin esperar respuesta, se recogió la falda y trotó hacia el carguero,
trepandoporlaspilasdesigualesdecajasycontenedoreshastaquellegóhastaelniveldeabajo.
—Winter—gritóLevana—,¿quéestáshaciendo?—¡Buscandoregalos!—exclamó,soltandounarisita.LasombradeJacin
seproyectósobreelladesdearriba.Podía imaginarsuexpresiónapartirdelgesto de desconcierto que fruncía su ceño, y sabía que desde donde estabaparado, con el restodel séquitode la reina, nopodíaver loque ella estabaviendo.
Unachicadecabello rubiobiencortoyaterrorizadosojosazulesestabahecha un ovillo. Estaba apoyada contra un contenedor, y su cuerpo enterotemblaba.
Winteralzólacabezaysonriódeorejaaoreja,primeroaJacin,luegoasumadrastra,haciendoungranesfuerzopornomirarlasalpicaduradesangreenlapareddeenfrente.
—¡Este dice que contiene vino de la Argentina! Debe de ser de losamericanos. Podemos brindar por una tarde llena de sucesos —se inclinósobrelamuchachatemblorosaydestrabólossegurosdelcontenedorconunfuertesonidometálico.Levantólatapaparaasomarse—.Oh,rayos;elcartelmentía.Soloesmaterialdeembalaje.
Sosteniendolatapaconunamano,comenzóasacarlastirasdepapeltanrápidocomopodía,desparramándolasenelpisoasuspies.Lachicalamirababoquiabierta.
Lavozdesumadrastrasevolviógélida.—SirClay,porfavorescoltaatuprotegidafueradelasinstalaciones—
ordenósumadrastraconunavozgélida—.Seestáponiendoenridículo.Sus palabras estaban cargadas de significado, pero Winter no trató de
descifrarlas;estabaocupadadándoleempujoncitosalachicaconlapuntadelpie,instándolaaquesemetieraenelcontenedor.
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LasbotasdeJacinresonabancontraloscontenedoresdecargaconformedescendíahaciaella.Winteragarróa lachicaporelcodoy ledioun tirón,obligándolaaponerseenmovimiento.Sepusoderodillas,sesujetódelbordedelcontenedoryse impulsóparacaerdentromientrasWinterdisimulabaelruidorevolviendoelpapel.
Sinesperaraversilamuchachaestabacómoda,WinterdejócaerlatapajustoenelmomentoenqueJacinllegabajuntoaella.Lededicóunasonrisaesplendorosa.
—¡Oh, qué bien, aquí estás! Puedes ayudarme a llevar este papel amihabitación.Quéregalotanconsideradodelosamericanos,¿nocrees?
—Princesa…—Estoy de acuerdo contigo, Jacin.Una caja llena de papel es un poco
desastroso como regalo de bodas, pero no debemos ser desagradecidos—tomóunabrazadadepapelysefuebrincandohacialaentradadelpalacio,sinatreverseamiraratrás.
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Veintidós
Cinder ya estaba acostumbrada a percibir la energía deWolf, incansable yagitada, y que brotaba de él como oleadas de vapor sobre el andén. Encambio, algo nuevovenía deThorne, que por lo general era imperturbable.Mientras descendían a toda prisa por una escalera interminable, que losahondabamásymásenelsubsuelodeLuna, laenergíadeThornesehabíavuelto tan palpable como la de Wolf. Furioso, aterrorizado, lleno deremordimientos.ACinder lehabríagustadopoderapagarsudon lunarparanotenerquelidiarconelaluddeemocionesdesuscompañeros,ademásdelassuyas.
HabíanperdidoaCress.Levanahabíadescubierto la traicióndeKai.Elgruposehabíafragmentadoysuplansecaíaapedazos.
Losescalonesterminaronenuncorredorlargoyestrecho,flanqueadoconestatuas en togas, cadauna conuna esferabrillanteque arrojaba ráfagasdeluzcontraeltechoabovedado.Elpisoestabatapizadodemilesdepequeñasbaldosasnegrasydoradasqueformabanundiseñosinuosoyfluctuantecomola Vía Láctea. Habría sido unamaravilla de contemplar si hubieran tenidotiempo para apreciarlo, pero los pensamientos de Cinder eran demasiadoturbulentos.Estabaatentaasonidosdepersecución.SeimaginabaelrostrodeCress,decididapesealmiedo.Tratabadeplanearelsiguientemovimientoyqué deberían hacer si fallaba el tren de levitación magnética, puesseguramenteLevanasabíaadóndesedirigían.
Al finaldel corredor se toparonconotraescaleradecaracol, labradaenunamaderaoscuraypulida.Losbarandalesylosescaloneseranonduladosydesiguales.Cinder tardódos tramos, asida a los barandales para no caer debruces en su apresuramiento, en darse cuenta de que la escalera estaba
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trabajadaconlaformadeunenormepulpo,quefranqueabaelpasoatravésdesustentáculosserpenteantes.
Muyhermoso.Muyextraño.Todoestabahechoconsorprendentedestrezay muy detallado. Y esto, en unos túneles a decenas de metros bajo lasuperficielunar.Noseimaginabacuándeslumbranteseríaelpalacio.
Llegaron a otra puerta doble en la que se hallaba incrustado con granhabilidadunplanodetodoelsistemadeltrendelevitaciónmagnética.
—Esteeselandén—indicóIko,laúnicadelgrupoquenojadeaba.—Saldréprimero—anuncióCinder—.Sialguiennosdescubre,usaréel
encantoparaquenosveancomopartedelacortedeLevana.Vamosamataracualquiertaumaturgoqueencontremos.Alosdemás,losignoramos.
—¿Quéhacemosconlosguardias?—preguntóIko.—Losguardiassonfácilesdecontrolar.Déjameesoamí.SeajustólosguantesgruesosquelehabíadadoKai.Enseguida,abriósu
mente,alertaparadetectar labioelectricidaddequienestuvieraenelandén.Puso la palma de lamano contra las puertas. Al contacto, se separaron encuatro secciones que se replegaron dentro de las paredes. Cinder saltó alandén.
Estabavacío.Pensóquenopodríapermanecerasímuchotiempo.Sobrelosrielesseencontrabantresbrillantesvagonesblancos.Corrieron
alprimero.Cinderhizoentrara losotros, listaparaproyectar suencantoalprimer signo de que alguien se acercara, pero el andén estaba en silencio.WolftomóaCinderylaarrastródentro,conellos.
—¿Cómohacemosquefuncioneestacosa?—exclamóIko,golpeandolapantalladecontrol.El trende levitaciónmagnéticaseguíaabiertoe inmóvil—.¡Cierralapuerta!¡Muévete!¡Sácanosdeaquí!
—Nofuncionarácontigo—señalóWolf.SeinclinósobreIkoypusolascinco yemas de los dedos contra la pantalla. Se iluminó y las puertas secerraron.
Cinder dejó escapar un suspiro de alivio, aunque la sensación de estarprotegidosnoerareal.
—Bienvenido, alfa Ze’evKesley, agente lunar especial número 962—saludó una voz apacible que se difundió por el vagón—. ¿Adónde debollevarlo?
Wolfmiró aCinder y ellamiró la pantalla, barajando las posibilidades.Dar la dirección deMR-9 era una forma segura de guiar a Levana directo
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hastaellos.DesplegóelmapadeLunaenlapantalladesuretina,tratandodedeterminarlamejorruta,laquedespistaraaLevana.
—CR-1—indicó Thorne. Se había tirado en el piso, en medio de dosbancas tapizadas,conlosbrazosabrazandosusrodillasy lacabezaapoyadacontra la pared. Entre su expresión descorazonada y la postura abatida, eracasi irreconocible. Pero al sonido de su voz, el tren se elevó en el campomagnéticodelosrielesycomenzóaalejarsedeArtemisa.
—¿Alcentrodereciclado?—preguntóIko.—Pensé que sería bueno tener un plan B por si ocurría algo así —
respondióThorneencogiéndosedehombros.Hubo un breve silencio en el que solo se percibía el zumbido de la
maquinariadeIko.—¿Y el plan B consiste en ir al centro de reciclado de la basura?—
preguntólaandroide.—EsunrecorridocortodesdeArtemisa—explicóThorneconvozneutra,
alzandolavista—.Así,noledaremosmuchotiempoaLevanadereagruparseyenviarperseguidoresantesdequesalgamosdeltren.Además,esunodelossectoresmás conectados deLuna, puesto que todos generanbasura.De eseandén salen quince túneles para el tren de levitación magnética. Podemosrecorrertrechosapie,paradespistarlos,yluegoempezaragir…
—Nolodigas—lepidióCinder—.Nosabemossinosgrabanaquídentro.Thornecerrólabocayasintióconlacabeza.Cinderentendióqueestabaapuntodedecirqueentoncesdoblaríanpara
encaminarseaMR-9.Enelplanoqueteníaenlacabeza,seconcentróenelsectorCR-1.Thorneteníarazón.Eraunplaninteligente.Nosabíaporquénoselehabíaocurridoaella.
—Bienpensado,Thorne.—Mente criminal, ¿ya lo olvidaste? —señaló él, sin entusiasmo,
encogiéndosedehombrosotravez.Cinder se hundió en la banca junto aWolf, para darle a su cuerpo un
breverespirodelasdescargasdeadrenalina.—Elsistematereconoció—ledijoella.—Todo ciudadano lunar está en la base de datos. Estuve fuera apenas
unosdosmeses.Meimaginéquenoibanaborrarmiidentidadtanrápido.—¿Creesque les llamará laatenciónqueunagenteespecialquedebería
estarenlaTierraseaparezcaderepente?—No sé, pero si vamos en el tren de levitación magnética, usar mi
identidadllamarámenoslaatención.YsinCressparaquedescifre…
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Thorne se contrajo de dolor y apoyó la frente sobre la pared del tren.Guardaronsilenciomuchotiempo.LaausenciadeCressocupabalosespaciosvacíosentreellos.
Solo a partir de su alejamiento, Cinder se había dado cuenta de cuántohabían dependido de ella. Pudo haberlos llevado por el sistema del tren delevitación magnética sin tener que aportar la identidad de nadie. Además,creía que al llegar a MR-9 podría inhabilitar el equipo de vigilancia quepudieradelatarlos.Aparte,estabael temaimportantísimode infiltrarseen lared de difusión de Luna para propagar el mensaje de Cinder entre losciudadanoslunares.
PerolaconstatacióndeloquelapérdidadeCresssignificabaparalograrsus objetivos no era nada comparada con el horror que sentía Cinder.TorturaríanaCresspara sacarle información sobre suparadero,y luegoeracasiseguroquelamatarían.
—Es una vacía—comenzó a explicarCinder—.No pueden detectar subioelectricidad.Mientrassequedeescondida,estará…
—Basta—lainterrumpióThorne.Cinder miró los nudillos apretados de Thorne y trató de pensar algo
sensatoquedecir.Sugranplanderevoluciónycambioacababadeempezaryyaseveíacomounfracaso.Yesto leparecíapeorquefallarlealpueblodeLuna.Leshabíafalladoaquienesmáslesimportabaneneluniverso.
—Losiento,Thorne—susurró.—Ajá—contestóél—.Yotambién.
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Ventitrés
JacinestabamuytaciturnomientrasWinterloconducíaporlospasilloshaciaelelevador.
—¿Por qué tengo un mal presentimiento acerca de esto? —gruñó,mirandoaWinterconsuspicacia.
—Tútienesmalospresentimientoacercadetodo—respondió,dándoleunempujoncito con el hombro. Era un gesto juguetón, uno que siempre leproducíavértigocuandoélselodevolvía.Estaveznoselodevolvió.Winterfruncióelceñoyagregó—:Olvidéalgoalláen lospuertos.Solo llevaráunmomento.
Ellalehizoojitos.Elgruñóydesviólamirada.Estabaenmodoguardia:uniforme,postura,
incapacidadparamantenercontactovisualpormásdemediosegundo.Jacin el guardia no era su Jacin favorito, pero sabía que solo era un
disfraz.Unoquelohabíanobligadoausar.Semoríadeganasdecontarlelaverdaddesdeelinstanteenquesalieron
de los puertos. La agobiaba la ansiedad por el destino de la chica a la quehabía ayudado a meterse en aquel contenedor. ¿Seguiría oculta? ¿Habríaintentadohuiryreunirseconsusamigos?¿Capturada?¿Muerta?
LamuchachaeraunaaliadadeLinhCinderyquizátambiénunaamigadesu Scarlet. El temor por su vida transformó a Winter en una maraña denerviosdurantelasdoshorasqueseobligóaesperarensushabitacionesparanollamarlaatenciónsobresuregresoalospuertos.Suconocimientoacercadelsistemadevigilanciadelpalacioladisuadiódecontarelsecreto,inclusoaJacin.Yhabíasidounsecretodifícildeguardar.
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Perosihabíaestadoactuandodemaneraextraña,nisiquieraJacinlehizopreguntas. Sin duda las emociones del día eran razón suficiente para queestuvieranerviosa.
—¿Quées?—preguntóJacin.Winterapartósuconcentracióndelindicadorluminososobrelapuertadel
elevador.—¿Perdón?—¿Quéesloqueolvidasteenlospuertos?—Oh,yaverás.—Princesa…Laspuertasdelelevadorseabrieron.TomóaJacindelbrazoylollevópor
la espléndida galería donde los habitantes de Artemisa podían esperar sutransporte. Este nivel estaba desierto, tal como ella esperaba. Aunque aWinter le había resultado fácil tener acceso a los puertos que vigilaban losguardiasdearriba,enelpalacio—lehabíacostadopocomásqueunmohínydesafiar insolentemente losgruñidosde Jacin—, se suponíaque lospuertosestabanvedadosportodoeltiempoqueduraralavisitadelosterrícolas.Paragarantizarlaseguridaddesusnavesypertenencias,habíadichoLevana,peroWintersabíaqueenrealidaderaparaevitarquealguienintentarapartir.
Los puertos estaban en silencio cuando llegaron al andén principal. Elresplandordelpisohacíaquelassombrasdelasnavesparecieranmonstruosenlostechosaltos,ylosmuroscavernososhacíanecodecadapisadaycadarespiración.Winterseimaginóquepodíaescucharelestruendodesupropiopulsorebotandohaciaella.
Caminó alrededor del andén con Jacin, que la seguía a paso veloz. Nopodía evitar mirar de reojo la cabina de control, y aunque ahí seguían lapantalla rota y unas cuantas manchas oscuras en la pared, el cuerpo deltécnico había desaparecido. Por lo que ella sabía, sus reemplazantescontinuaban en el centro de control principal del palacio tratando derestablecerelaccesoalsistemadescompuesto.
Su atención se deslizó hacia el nivel inferior, y sintió un alivio infinitocuando vio que la carga estaba intacta.Aunque el equipaje personal de losembajadores había sido trasladado a sus suites, sus regalos y productoscomercialessehabíanquedadoahí,paraserrecogidosmásadelante.
Winterlocalizóelcontenedordevinoargentinoyaceleróelpaso.—Estrellasenloalto—mascullóJacin—;simearrastrastehastaacápor
máspapeldeembalaje…
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—Elpapel—comenzóadecirWintermientrassemovíademaneramuypocofemeninasobreloscontenedoresdecarga—esunrecursomuydifícildeobtener. Los aserraderos tienen bastante demanda de madera paraconstrucción.Unaveztuvequeintercambiarunpardezapatillasdesedaporunadocenadetarjetasdefelicitación,¿sabes?
Enparteeracierto.LamayoríadelosproductosdepapeldisponiblesenlastiendasdeArtemisaestabanhechosdepulpadebambú,queeraunodelospocos recursosque crecían en abundancia en los sectores agrícolas.Pero elbambútambiénseempleabaenlamanufacturadetextilesymuebles,asíqueinclusolaprovisióndeesepapeleralimitado.
Winteradorabaelpapel.Legustabansu tactoy lamaneraenquecrujíaentresusdedos.
Jacin se sentó en un contenedor de plástico, con las piernas colgandosobre el borde. En la tranquila soledad de las dársenas, Jacin el guardia sehabíaretirado.
—¿Quieresconvertirpapeldeembalarentarjetasdefelicitación?—Oh,no.Nomeinteresaelpapel.—¿Entonceselvino?—preguntóJacinalzandounaceja.—No, tampoco el vino —respondió Winter quitando los seguros del
contenedordecarga.Contuvo la respiración y abrió la tapa. Esta repiqueteó al golpear el
contenedor que estaba al lado y Winter se encontró mirando un grancontenedor con una hilera de botellas de vino muy bien empacadas ypedacitosdepapelsueltos,perosinrastrodelachica.
Sucorazónsedetuvo.—¿Qué? —Jacin se inclinó para echar un vistazo al contenedor. Una
sombradepreocupacióncubriósurostro—.¿Princesa?Entreabrióloslabiosyluegovolvióacerrarlosdegolpe.Girólentamente,
examinando los contenedores apilados a su alrededor. La muchacha podíahaberseocultadoencualquieradeellos.
Opodíahabercorrido.Opodíahabersidodescubiertaporalguienmás.Jacinsaltódesdeelcontenedordondehabíaestadosentadoylatomópor
elcodo.—¿Quésucede?—Ellayanoestá—murmuróWinter.—¿Ella?
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—Había…—titubeó. Sumirada voló hacia una de lasmuchas cámarasdisimuladasquehabíaalolargodelperímetrodeladársena.Aunquelareinahabíaordenadoque lasdeshabilitaranmientrasellaestuvieraahí,Winternoteníaideadesilashabíanreconectado,ycuándo.
Jacinsemolestó;estaba impaciente,pero tambiénpreocupado.Verificarlascámaraseralaprimeraseñaldequealguienestabaactuandoencontradelosdeseosdelareina.Luegodeecharunvistazorápidoaltecho,sacudiólacabeza.
—No hay luces indicadoras. Siguen apagadas—afirmó, aunque con elceñofruncido—.Dimequéestásucediendo.
—Habíaunamuchacha—respondióWinter,tragandosaliva—.CreoquevinoconLinhCinderysuscompañeros.Lavicuandosedeslizabadetrásdeestoscontenedoresmientraslareinadiscutíaconeltécnico,asíquelaescondíaquí.Peroahora…yanoestá.
Jacinsebalanceósobresustalones.Winternoesperabamenosqueunretoporhaceralgotanpeligrosoyjustoenfrentedelareina.Peroenvezdeesoyluegodedudarlomucho,lehizounapregunta:
—¿Quéaspectotiene?—Menuda.Cabello rubiocorto.Asustada—seestremecióal recordar la
expresión aterrorizada de la chica—. Tal vez trató de reunirse con suscompañeros.O…¿quizáregresóalanavedelemperador?
Jacinsehabíaquedadoconlamiradaperdida.“Cress”,murmuró,mirandoa su alrededor. Soltó el codo deWinter y comenzó a ascender saltando decontenedorencontenedorhastaalcanzarelandén.
—¿Qué…?¿Jacin?—serecogió la faldaporencimade las rodillasyseapresuró a seguirlo. Para cuando logró llegar al andén, Jacin estaba en lacabina de control, abriendo de un tirón los gabinetes llenos de alambres,cablesypartesdecomputadoraqueWinternoentendía.
Encontróalachicadetrásdelatercerapuertaqueabrió.Sucuerpoestabaenroscado en un ovillo tan compacto queWinter no podía creer que no sehubiera sofocado.Susgrandesojos seposaronen Jaciny, aunqueparecieraimposible,seagrandaronaúnmás.
WintertrastabillómientrasJacinseinclinabahaciaelgabineteysacabaalamuchacha.Ellasoltóungritito,tratandoderecobrarelequilibriomientrasJacincerrabadegolpelapuertaasusespaldas.Logróliberarelbrazoqueélmantenía sujeto y retrocedió hasta la pared, temblando como un animalenjaulado.
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Envezdesujetarladenuevo,Jacindiounpasoatrásyseapretólanarizcondosdedos.
—Princesa,tienequedejardecoleccionarrebeldes—rezongó.Sin hacerle caso,Winter se dirigió a la chica con lasmanos extendidas
paratranquilizarla.—Noteharemosdaño—murmuró—.Todoestábien.Lamuchacha ledirigióunamiradarápidaantesdevolversehaciaJacin.
Aterrorizada,perotambiénenojada.—MellamoWinter;¿estásherida?—No podemos quedarnos aquí —indicó Jacin—. Las cámaras se
reactivaránencualquiermomento.Esunmilagroquenolohayanhechoya.Lachicacontinuabamirándolofijamenteconsutímidaferocidad.—Espera…—Jacin soltó una carcajada— tú las deshabilitaste, ¿no es
cierto?Ellanodijonada.WintertrasladósuatenciónhaciaJacin.—¿Ellalasdeshabilitó?—Estachicasolíaserelsecretomejorguardadodelareina.Podíaentrar
en el sistema de cualquier computadora—cruzó los brazos y su expresiónseverasefuesuavizandohastacasiesbozarunasonrisa—.Túeresquienhaestadoembrollandolostransportestambién.
Ellaapretóloslabios.—¿Cómotellamas?—preguntóWinter.Comolachicanorespondió,Jacinhabló.—Se llamaCress.Esvacíayesunade lasaliadasdeLinhCinder—se
rascó la sien—. Imagino que no tienes un plan sobre qué se supone queharemosconella…
—¿Podemosllevarlaahurtadillasalaladelosinvitados?Estoyseguradequeelemperadorterrestrelacuidará.Alfinyalcabo,losayudóallegarhastaaquí.
—Estárodeadodemuchaseguridad—dijoJacin,sacudiendolacabeza—.Jamáslograremosacercarnos.Además,mientrasmenospersonassepanquelaayudaste,menosposibilidadeshaydequeLevanaseentere.
Lamuchacha—Cress—parecióirrelajándoseconformesefuehaciendoevidentequeWinteryJacinnoibanaejecutarla.Winterlesonrió.
—Nuncahabíaconocidoaunvacío.Quédontanmaravilloso.Nopuedopercibirte; es como si ni siquiera estuvieras aquí, aunque estás parada justoantemí—susonrisaseensanchó—.Esovaavolverlocaamimadrastra.
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—Fue un vacío quien mató al rey y a la reina anteriores. A lo mejorpodemosconvertirlaenasesina—sugirióJacin.
—¿Acaso se ve como una asesina? —preguntó Winter, horrorizada,volviéndosehaciaél.
Jacinseencogiódehombros.—¿Sevecomoalguiencapazdedeshabilitarnuestro servicioenterodel
trendelevitaciónmagnética?—Yonolodeshabilité—lavozdeCresseradócil,peroWinterestabatan
sorprendidadeoírlahablarquelehabríadadolomismosihubieragritado—.Cambiélosparámetrosdeaccesoparaquelareinanopudieraapagarlo.
—Peropodríasdeshabilitarlosiquisieras—dijoJacinmirándola.Luegodeuninstante,lachicabajólamiradaalsuelo.—Tenemos que encontrar un lugar donde ocultarla —opinó Winter
estirandounodesusrizos—;algúnlugarseguro.—¿Porqué?—preguntóCress—.¿Porquémeestánayudando?Winter no sabía si se lo preguntaba a ella o a Jacin, pero él contestó
primero.—Buenapregunta—masculló.Winterlediounfuerteempujónenelhombro.Élapenassisemovió.—Porqueeslocorrecto.Teprotegeremos,¿verdad,Jacin?—comoélno
dijonada,Wintervolvióaempujarlo—.¿Verdad,Jacin?—Creo que podemos meterla a escondidas en el cuartel general de la
guardia—sugirió él conun suspiro.Noestá lejosyno tenemosque ir a laparteprincipaldelpalacio.
—¿Túmevasaproteger?—preguntóCress,conevidenteincredulidad.—Másbienencontrademivoluntad,peroparecequesí.—Todoel tiempoquepodamos—aseguróWinter—.Ysisepresenta la
oportunidad,haremosnuestromejoresfuerzoparareunirtecontusamigos.Porprimeravez,lasdefensasdeCresscomenzaronaceder.—¿Escaparon?—Esoparece.Hastadondesé,noloshanencontradoaún.—Perolareinanodejarádebuscarlos—agregóJacin,comosiningunade
lasdosfueraconscientedeello.Cresshabíadejadode temblar.Suexpresiónse tornópensativamientras
mirabafijamenteaJacin.—¿Túcreesqueelcuartelgeneraldelaguardiatengaaccesoalaredde
transmisionesreal?—preguntóporfin.
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Veinticuatro
SuavanceporlossectoresexternosdeLunaeralentoytedioso.Unasvecestomaban los transbordadores de levitaciónmagnética; otras, caminaban porlostúneles,yotrasmás,usabanlaidentidaddeWolfparaenviarunvehículosinellosaotraestaciónysedirigíanenladirecciónopuesta.Pormomentosseseparabanysereencontrabanunoodossectoresmásadelante,paraconfundira losempleadosdeseguridadquepudieranestarbuscandoadoshombresydosmujeresquesemovíanengrupo.
Manteníanlascabezasbajas.Ikoescondíaelcabellodebajodesugorra.Cinder se acomodaba nerviosamente los guantes para cerciorarse de queningunadelascámarasvieralamanometálica.Aunqueevitabanlascámarasdevigilanciasiemprequepodían, sabíanqueera imposibleescapara todas.CinderteníalaesperanzadequelastomasdeseguridaddeLunafuerantantasquenoresultarasencillorevisarlastodas.
Aunqueocasionalmenteseaventurabanporlasuperficieparacambiardelínea de trenes, lo evitaban siempre que podían.Wolf les advirtió que casitodos los sectores externos estaban controlados por guardias armados. Sesuponíaque rondabanpara seguridadde loshabitantes,perodedicabanmástiempo a castigar a quien se atreviera a hablar en contra de laCorona.Laspocas veces que asomaron la nariz a los domos de la superficie, se lasarreglaron para que no los hostigaran gracias a sus disfraces y su posturadiscreta, pero Cinder sabía que era cuestión de tiempo para que seincrementaranlasmedidasdeseguridadentodaLuna.
Casinohablaban.Cinderpasaba lashoras rememorando labatallaen ladársena, repasando en la cabeza una y otra vez sus errores, para tratar de
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averiguarquéhabríapodidohacerparatenerlosatodosasalvo,paratratarderescataraCress,paratratardeliberaraKaidelasgarrasdeLevana.
Noencontrabaningunabuenasolución.Laagitaciónconstantedesuspensamientosamenazabaconvolverlaloca.Cuanto más se alejaban de Artemisa, más cambiaba el paisaje.
Comenzaban a sentir que habían pasado a un mundo completamentediferente.Porlaopulenciaquehabíaobservadoenladársenareal,Cindersehabíahechouna imagenmentalde labellezadeLuna;peroenseguidase lehizoclaroquelossectoresperiféricosnogozabandeningunodeloslujosdelacapital.Cadaandénporelquepasabandabanuevasmuestrasdedescuido:paredesdepiedraderruidasylucestitubeantes.Lasleyendasgarabateadasenlostúneleseranpruebademalestares.
Enunmensajeseleía:ELLATEOBSERVA…,escritoconpinturablancasobrelasparedesde
lasnegrascavernas.Enotroaparecíaunapregunta:
¿HASVISTOAMIHIJO?
—¿Cómovamosasabersilohemosvisto,sinohayningunadescripción?—preguntóIko.
—Creoquelaideaesprovocarunareflexión—opinóCinder.Ikofruncióelceño,puesnosesentíaprovocada.Sedeteníancuandoescuchabanqueseacercabaun trenocuandotenían
queesperaraquesedespejaraelandén,ydisfrutabandelbreverespiroantesde continuar. Habían traído dos paquetes de raciones de comida, sin sabercuándo tendrían la oportunidad de reabastecerse; Cinder las repartía enporcionespequeñas,aunquenadieteníamuchahambre.
Cindersabíaquenoeralaúnicaalaqueledolíanlaspiernasylaespalda,peroningunosequejaba.SoloIkoavanzabaconpasovivoygracioso,puessehabíacargadocompletamenteantesdesalirdelanavedeKai.
Entren,esteviajehabríaduradoalrededordedoshoras.Paracuandoporfinllegaronasudestino,elrelojinternodeCindermarcabaquehabíandejadoArtemisahacíadiecinuevehoras.Cuandosalierondel túneloscuroalandéndel tren de MR-9: MINAS DE REGOLITO, la perfecta belleza de Artemisa lesparecíaunsueñodistante.Yanohabíabaldosasresplandecientesniestatuasintrincadas; no habíamaderas pulidas ni esferas luminosas. Este andén eraoscuro y frío y el aire se sentía estancado y estéril. Todas las superficiesestabancubiertasporunacapadepolvo sobre laque sehabían impreso las
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pisadas de años.Cinder pasó lamano por una pared y sus dedos quedarontiznadosdegris.
—Polvoderegolito—explicóWolf—.Locubretodoporaquí.Ikooprimió laspalmas contraunapared.Cuando las apartó, lasmarcas
quedaronperfectas,sinlaslíneasdelaspalmashumanas.—Nosevesaludable—murmuróThorne.—No es sano—coincidióWolf sacudiéndose la nariz, pues el polvo le
daba comezón—. Semete en los pulmones. La enfermedad del regolito escomún.
Cinder apretó la mandíbula y agregó condiciones de vida y trabajoantihigiénicas a su larga lista de los problemas que quería abordar cuandofueralareina.
—Pareceabandonado—dijoIkomientrassefrotabaenlospantaloneselpolvodelasmanos.
—Todosestántrabajandoenlasminasoenlasfábricas.Cinder revisó su reloj interno, que había sincronizado con la hora lunar
antesdesalirdelaRampion.—Tenemosalrededordeochominutosantesdequeterminelajornada—
indicógirandohaciaWolf—.Podemosesperar aquío tratarde encontrar lacasadetuspadres.¿Quéquieresquehagamos?
Wolfmiró,indeciso,untramoestrechodeescalonesdesiguales.—Debemosesperaraquí.Lagentenotienemuchosmotivosparaestarpor
lacalleenhorashábiles.Llamaríamosdemasiado laatención.Además—seatragantó—,puedeserquenoesténaquí.Podríaserquemispadreshubieranmuerto.
Tratódedecirloconindiferencia,peronoloconsiguió.—Muybien—comenzóCinder,retrocediendoalassombrasdeltúnel—.
¿Quétanlejosestamosdelasfábricas?Wolf frunció el ceño. Se veía que hacía un esfuerzo por recordar los
detallesdesuhogarinfantil.—Noquedanlejos.Recuerdoqueestabantodasapiñadascercadelcentro
del domo. En cuanto termine la jornada, podremos mezclarnos con lostrabajadores.
—¿Ylasminas?—Lasminasestánmáslejos.Haydosentradasdelotroladodeldomo.El
regolitoesunodelospocosrecursosnaturalesquetieneLuna,asíqueesunagranindustria.
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—Entonces… —empezó a decir Thorne, rascándose una oreja—, ¿sumejorrecursoson…piedras?
—Tenemosmuchaspiedras—admitióWolfencogiéndosedehombros.—Peronosonsimplespiedras—objetóCinderconformesubasededatos
le suministraba abundante información que no había solicitado—. En elregolito abundan los metales y sus compuestos. Hierro y magnesio en lastierrasaltas,aluminioysíliceenlasbajas—semordiólaparteinternadelamejilla—.MeimaginoqueantestodoelmetalteníaquevenirdelaTierra.
—Mucho, sí, hace siglos—explicóWolf—. Nos volvimos expertos enreciclarmaterialestraídosdelaTierradurantelacolonización,perotambiénaprendimosahacerlos.Casitodaslasnuevasconstruccionesusanmaterialesextraídos del regolito, como piedra, metal, tierra… Casi toda la ciudad deArtemisa está construida con regolito —hizo una pausa—. Bueno, y conmadera.Cultivamosárbolesenlossectoresmadereros.
Cinderdejódeescuchar.YasehabíainstruidotodoloquehabíapodidosobrelosrecursosylasindustriasdeLuna,aunque,enfuncióndesusplanes,dedicómástiempoainvestigarlosmediosdecomunicaciónydetransporte.
Desde luego, todo estaba controlado por el gobierno. Levana no queríafacilitar la comunicación entre los sectores externos: cuanto menos tratotuvieranlosciudadanosunosconotros,másdifícilseríaquesealzaranenunarebelión.
Unsonidodecampanasrepicóporeltúnelylahizosaltar.Losiguióunamelodíabreve.
—Es el himno de Luna—señalóWolf, con expresión oscura, como sialbergaraunodioprofundoporesamúsicadesdehacíamuchotiempo.
Despuésdelhimnoseescuchóunaagradablevozfemenina:“Terminólajornada de hoy.Marquen su tarjeta y retírense a sus casas. Esperamos quehayandisfrutadolajornadaylosaguardamosdevueltamañana”.
—¡Quéconsiderados!—gruñóThorne.Enseguida escucharon el redoble de las pisadas de los trabajadores que,
agotados,salíanalascalles.Wolf inclinó la cabeza, para indicar que había llegado la hora, y los
condujoescalerasarriba.Salieronalaluzdiurnaartificialdeunlugarenquelacurvaturadeldomotapabaelresplandordelasestrellas.Estesectornoeramuchomejor que los túneles subterráneos. Cinder observaba un diseño degrisesycafés.Callejuelasyedificiosruinosossinvidriosenlasventanas.Ypolvo,polvo;demasiadopolvo.
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Cinderseretrajoinconscientementedelosprimerosgruposdispersosquevio,puessuinstintoledictabaqueseocultara,peronadieleslanzósiquieraunamirada.Laspersonasconlasquesecruzabanseveíanextenuadas,sucias,yapenashablaban.
Wolfmovió loshombroshaciendouncírculo.Suvista saltaba entre losedificios,lascallespolvorientas,elcieloartificial.Cindersepreguntabasisesentiríaavergonzadodequepresenciaranesteatisbodesupasadoytratódeimaginarse aWolf como un niño normal, con padres que lo amaban y unhogarenelquehabíacrecidoantesdequeloarrebataranyloconvirtieranenundepredador.
Era imposible creer que todos los soldados de Levana, todos esosmutantes, habían empezado de la misma manera. ¿Cuántos no se habríansentido agradecidos de tener la oportunidad de escapar de estos sectoresllenosdeesepolvoquecubríasuhogaryllenabasuspulmones?
¿Cuántossehabíansentidodevastadosportenerquedejarasufamilia?Lapintadadel túnelresonócomounecoensu interior:¿Hasvistoami
hijo?—Es por aquí —indicó Wolf señalando una de las callejuelas—. Las
callesresidencialesestánenloscircuitosperiféricosdelsector.Avanzaron, tratandode imitar lamarchade los trabajadores,arrastrando
los pies y con las cabezas bajas. Para Cinder era difícil, pues le subía laadrenalinaysucorazónempezabaacorrer.
La primera parte del plan había salido terriblementemal.No sabía quéharíasiesta tambiénfracasaba.NecesitabaquelospadresdeWolfvivieran,quefueransusaliados.Necesitabalaseguridadquepudieranofrecer:unlugarasalvoparaescondersemientraspensabanquéibanahacersinCress.
Nopodíapensarmásalládeesepunto.Encontrarunrefugio.Despuésempezaríaapreocuparseporlasrevoluciones.No se habían alejadomucho del túnel del tren de levitaciónmagnética
cuandoCinderdetectóalosprimerosguardias,deuniformeyportandoarmasominosasenlasmanos.Adiferenciadelosciviles,llevabancubiertalabocaylanarizparaprotegersedelpolvo.
Cinder se estremeció al verlos y examinó el entorno, en busca del auracaracterísticadeuntaumaturgo.Nuncahabíavistoaningúnguardialejosdeuntaumaturgo,peronopercibióqueallíhubieraalguno.
¿Cómo era posible que unos cuantos guardias de mente débil pudieranejercer tal poder sobre cientos de ciudadanos dotados?Aunque se imaginó
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queloslunaresdelossectoresperiféricosnoseríantanfuertescomoLevanaosucorte,nolecabíadudadequepodíanmanipularaalgunosguardias.
No había terminado de formularse la pregunta cuando se le ocurrió larespuesta.
Estos guardias no iban con un taumaturgo, pero si con la amenaza queimplicaba su mera presencia. Los pobladores de este sector podríanamotinarse.Fácilmentepodríanmataroesclavizaraestosguardias,peroeseactodedesafíoatraeríasobreelloslairadelareina.Lossiguientesguardiasno vendrían sin la protección de un taumaturgo y las represalias seríaninmisericordes.
Cuandosecruzabanconguardias,Cindervolteabaelrostrohaciaelotrolado.
Avanzaroncansinamenteporelcentrodeldomo.Alamitaddeunaplazacubiertadepolvohabíaunafuentedeaguaqueobligabaalagenteadarunrodeo.Lafuenteteníalabradalafiguradeunamujerqueenlacabezallevabaunveloyunacorona.Desusmanosbrotabaagualimpia,comosiofrecieralavidamismaaquienespasaranporsucamino.
LavistadelaestatuahelólasangreenlasvenasdeCinder.Levanahabíasidoreinaapenasalgomásdeunadécadayyahabíadejadosuhuellaenestossectorestanapartados.
Eraunafuentehermosayserena,perosesentíaamenazadora.Siguieron a la multitud que se dispersaba por manzanas de fábricas y
almacenes que olían a sustancias químicas hasta que las edificacionesindustrialescedieronellugaralascasas.
Aunque casas era un término relativo. Estos hogares eran más bienchozas, improvisadas y tan superpobladas como la Torre Phoenix dedepartamentos en Nueva Beijing. Cinder entendió a qué se refería Wolfcuando decía que se habían vuelto expertos en reciclarmateriales.Daba laimpresión de que las paredes y los techos de todas habían sido cortados,picados,vueltosasoldar,atornillados,retorcidosyreconfigurados.Comonohabíaunambientequeloscorroyera,sedeteriorabanenlasmanosdelagente.Desmontaban y reconstruían las casas conforme las familias se mudaban,cambiabany crecían.Todo el vecindario erauna coleccióndesvencijadadeláminas metálicas, chapas de madera y materiales sueltos, que habían sidotirados en los espacios intermedios para que cualquiera les diese un usonuevo.
Wolfsedetuvo,petrificado.
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Conlosnerviosdepunta,Cinderexaminólasventanascercanasyabriólatapadesudedoíndice,paraalistarseporsihubieraotroataque.
—¿Quépasa?Wolfnohabló.Nosemovía,sinoquemirabasinparpadearhaciaunacasa
calleadentro.—¿Wolf?—Quizá no es nada, pero creo… creí que había olido a mi madre—
respondió con la respiración agitada—.Un jabónquemepareció conocido,aunquelaúltimavezquelavinoteníaestossentidos.Puedeserqueno…
Seveíaabrumadoytemeroso.Tambiénseveíaesperanzado.Delasventanasdevariasdelaschozascolgabanmaceterosconflores,y
enalgunosinclusolasfloreserandeverdad.Unadeesasviviendaseralaquemiraba Wolf: un ramo abigarrado de margaritas azules se extendía por lamaderasinlijar.Eranunislotedebellezasimpleyelegantequecontrastabacon la puerta desnuda. Había una ventana, pero sin vidrios; en su lugar,habíansujetadoenelmarcounateladescolorida.
Wolfestabaclavadoenelsuelo,asíqueThornelohizoaunladoconelhombroyllamóalapuertaconungolperápido.
Comolatelaeralaúnicabarreraqueamortiguabalossonidos,alcanzaronaoírelcrujidodelpisoamedidaquelospasosdealguienseaproximabanalapuertayestaseabríaapenas.Seasomóunamujerpequeña,quesealarmóalveraThorne.Eradecomplexiónbaja,perosuaspectodemacradonoparecíanatural,comosinohubieraingeridounacomidacompletaenaños.Llevabaelpelocastañocortoy,aunqueteníaelmismotonodepielaceitunadadeWolf,susojoserannegroscomoel carbón,nadaparecidosa los asombrososojosverdesdesuhijo.
Thornelemostró lamásencantadorasonrisa,quenotuvoningúnefectovisible.
—¿EsustedlaseñoraKesley?—Sí, señor—le respondió conmansedumbre,mientras paseaba la vista
porlosdemás.MiróprimeroaWolf,luegoaCindereIko,hastaquesusojosdieronungirocasigracioso.ContuvoelalientoymiródenuevoaWolf,peroenseguidatorcióloslabiosconungestodedesconfianza.
—Señora—comenzóThorne,conunainclinaciónrespetuosadelacabeza—,soyelcapitánCarswellThorne.Quizásustedconozca…
Lamujer dejó escapar un sonido extraño.Su asombroy su sospecha seacentuaban a cada segundo, luchando contra ambos sentimientos mientras
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observaba a su hijo. Abrió por completo la puerta y avanzó con pasotitubeante.
Wolf se había convertido enuna estatua.Cinder percibía las oleadasdeansiedadqueproyectaba.
—¿Ze’ev?—dijolamujerenunsusurro.—Mamá—lecontestó,tambiénenvozbaja.Laincertidumbredesapareciódesusojos,quesellenarondelágrimas.Se
llevólasdosmanosalabocayavanzóotropaso.Sedetuvodenuevo.LuegocorrióelrestodelcaminoyabrazóaWolf.Aunqueéleramuchomásgrandequeellaen todos lossentidos,deprontoseveíapequeñoy frágil, inclinadopararecibirmejorelabrazo.
LamadredeWolfretrocediólosuficienteparasujetarsurostroyadmirarloguapoymaduroquesehabíapuestoo,quizá,paraintrigarsecontodaslascicatrices.
Cinderdescubrióuntatuajeenelantebrazodelamujer,enelmismolugarenelqueWolfteníaelqueloconvertíaenunagenteespecial.Eldesumadredecía únicamente MR-9. A Cinder le recordó a quienes marcaban a susmascotasparaquelasdevolvieranasucasasiseperdían.
—Mamá—repitióWolf,sofocandosusemociones—,¿podemosentrar?La mujer inspeccionó a los demás, deteniéndose un momento en Iko.
CinderpensóquequizásesentíaconfundidaporlafaltadebioelectricidaddeIko,peronopreguntó.
—Desdeluego.ConesassimplespalabrasseseparódeWolfyloshizopasaratodos.Loscondujoaunahabitacióndiminutaconunamecedorayunsofá,que
teníaunacosturadesgarradaporlaqueseasomabaelrellenoamarillo.Enelcentrodeunaparedcolgabaunhologramadeltamañodeunpuño.Arrimadacontraesaparedseencontrabaunamesabaja,enlaquehabíaunajarraconmásmargaritasazules.
Por una puerta se salía a un pasillo corto, donde Cinder supuso queestarían las habitaciones y el baño. Por otra puerta se atisbaba una cocinaigualmentepequeña,conanaquelesyrepisasllenasdeplatos.
Parecíaquenohabíanlimpiadoenunaño.Yesemismoaspectoteníalamujer.
Wolfestabaencorvado,comosiyanoentraraahí,mientrasquesumadresesosteníadelrespaldodelasilla.
—Quiero presentarles a mi madre, Maha Kesley—dijo, y continuó—:Mamá, ellos son Iko, y Thorne y…Cinder—evaluó cada palabra como si
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quisiera decirmás, y Cinder entendió que se debatía entre revelar o no suverdaderaidentidad.
Cinderhizocuantopudopormostrarseamable.—Gracias por recibirnos. Lamentomucho que al venir aquí la estemos
poniendoenungranpeligro.Mahaseenderezóunpoco,todavíarecelosa.Thornesehabíametidolasmanosenlosbolsillos,comosituvieramiedo
detocaralgo.—¿Vendráprontosuesposo?—lepreguntó.Mahalomirófijamente.—Noqueremossorpresas—agregóCinder.Mahafruncióloslabios.MiróaWolfydenuevoaCinder.Wolfsepusotenso.—Lo siento, Ze’ev—dijoMaha—.Murió hace cuatro años. Sufrió un
accidenteenlafábrica.El rostro deWolf no mostró ninguna expresión. Lentamente, movió la
cabeza en señal de aceptación. Parecía estar más sorprendido de haberencontradoasumadrevivaquedeenterarsedelamuertedesupadre.
—¿Tieneshambre?—preguntóMaha,superandosuestadodeconmoción—. Siempre tenías hambre… Pero es que entonces eras un niño encrecimiento…
Las palabras flotaron entre ellos, repletas de una infancia perdida hacíamuchosaños.
Wolfsonrió,peronotantocomoparaqueasomaransusafiladoscolmilloscaninos.
—Enesonohecambiadomucho.Maha pareció aliviada. Se acomodó unmechón de cabello detrás de la
orejaysefuemuycontentaalacocina.—Póngansecómodos.Creoquetengogalletas.
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Veinticinco
Jacinsentíaelpesodeltemorcuandoentróenelsalóndeltrono.Losasientosreservados para los miembros de la corte estaban vacíos. Solo la reina sehallaba ahí, sentada en el trono, con Aimery a su lado. Ni siquiera susguardiaspersonaleslosacompañaban,loquesignificabaque,fueracualfueraelasuntodeestareunión,Levananoconfiabacomoparahacerlospartícipes.
Cress,pensó.SehabíaenteradodelodeCress.Lahabíaestadoocultandoensushabitacionesprivadas,manteniéndolaasalvocomolehabíaprometidoaWinter,peroélsabíaquenopodíadurarparasiempre.
¿CómolohabíadescubiertoLevana?Habíantraídounapantallaalsalón,unagranpantallaplanacomolasque
seusabanpara losmedios terrestresbidimensionales, soloque esta eramássofisticada que cualquiera que Jacin hubiera visto en la Tierra. La habíancolocado sobreuncaballetey teníaunmarcodeplatapulida.Conjuntosderosasyespinasrodeabanlapantallacomosisetrataradeunaobradearte.Lareinanoreparabaengastos,comodecostumbre.
Tanto la reina Levana como el taumaturgo tenían expresiones sombríascuandoJacinsedetuvoyentrechocólostalones,procurandonopensarenlaúltimavezquesehabíaparadoenesesitio,cuandoestabasegurodeque lomataríanyWintertendríaquemirar.
—¿Mandóquemellamaran,reinamía?—Así es —Levana habló despacio, mientras sus dedos recorrían el
apoyabrazosdeltrono.Jacin contuvo el aliento, forzando su cerebropara hallar unamanerade
explicarlapresenciadeCresssinincriminaraWinter.
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—He estado pensando acerca de nuestro pequeño dilema —explicó lareina—. Deseo volver a confiar en ti, como cuando estabas a cargo delcuidadodeSybil,aunquenohepodidoconvencermedequemesirvas.Amí,atureina.Yno…—agitólosdedosenelaireyungestocomodeferocidadsedibujóensurostro—atuprincesa.
LaquijadadeJacinsepusotensa.Aguardó.Aguardóaqueellaloacusaradealbergaraunaconocidatraidora.Aguardóaquesedeclararacuálseríasucastigo.
Peroellatambiénparecíaestaresperando.Finalmente,inclinólacabeza.—Con todo respeto, SuMajestad, la decisión de queme convirtiera en
guardiadelaprincesaWinterfuesuya.Nomía.Ellaledirigióunamiradaseductora.—Ycuánmolesto pareces al respecto—suspirando,Levana se puso de
pieypasópordetrásdelasillahabitualdeWinter.Deslizólosdedosporlaparte superiorde la tapicería—.Luegodeuna largadeliberación,he ideadoalgoasícomounaprueba.Unamisiónparaconfirmartulealtaddeunavezyparasiempre.Creoquecuandohayascompletadoestamisiónnohabrámásescrúpulos para ponerte de nuevo al servicio de mi taumaturgo mayor.Aimeryestáansiosodetenertushabilidadesbajosusórdenes.
—Bastante—admitióAimeryconunbrilloenlosojos.Jacin fruncióelceñoypocoapococomenzóacomprenderqueestono
teníanadaqueverconCress.Deberíahabersentidoalivio,soloque,sinosetratabadeCress…
—Ya te he hablado de la promesa que hice a mi esposo, el padre deWinter —continuó Levana—. Le dije que protegería a la niña con mismejoreshabilidades.Todosestosañoshemantenidolapromesa.Inclusomehehechocargodeellaylahecriadocomosifueramía.
Aunquelointentó,Jacinnopudoreprimirunaccesodeindignaciónantetalespalabras.¿QuehabíacriadoaWintercomosifuesesupropiahija?No:la torturó obligándola a asistir a cada juicio y ejecución, aunque todo elmundo sabía cuánto lo detestaba. Le había entregado el cuchillo que habíadesfiguradosubellorostro.Sehabíaburladodeelladespiadadamenteporloqueellaveíacomosus“debilidades”mentales,sintenerideadelafuerzaqueWinterdebíaponerenjuegoparaevitarlatentacióndeutilizarsuencanto,ycuántafuerzadevoluntadhabíarequeridosuprimirloalolargodelosaños.
UnasonrisaburlonaseextendióporloslabiosrojosangredeLevana.—Noteagradaquehabledetuqueridaprincesa.
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—Mireinapuedehablardequienelladesee—larespuestafueautomáticay monótona. Nada cambiaría por tratar de negar que se preocupaba porWinter, no cuando todos en el palacio habían presenciado sus travesurasinfantiles,susjuegosysusfechorías.
Había crecido junto a Winter porque sus padres eran muy cercanos, apesardeloimpropioqueresultabaqueunaprincesaanduvieratrepandoalosárboles y jugando a luchar con espadas con el hijo de un humilde guardia.Recordaba haber querido protegerla incluso entonces —solo una vez—,cuando él tenía diez años y ella tenía ocho. Ella se rio y se alejó,reprendiéndolo: No seas tonto. No podemos hacer eso hasta que estemoscasados.
No:suúnicadefensaerafingirquenoleimportabaquetodoelmundolosupiera. Que sus burlas no le molestaban. Que cada vez que Levanamencionabaalaprincesa,susangrenoseconvertíaenhielo.QueleaterrabaqueLevanapudierausaraWinterensucontra.
Levanabajódelestrado.—Se le han dado losmejores tutores, las ropasmás finas, lasmascotas
másexóticas.Cuandomepidealgo,hagomimejoresfuerzoporcomplacerla—aunque hizo una pausa, Jacin no pensó que estuviera esperando unarespuesta—. A pesar de todo eso, ella no pertenece aquí. Su mente esdemasiadodébilcomoparaquealgunavezresulteútil,ysunegativaaocultaresas cicatrices espantosas la ha convertido en el centro de las burlas de lacorte. Está poniendo en ridículo a la Corona y la familia real —tensó lamandíbula—.No había notado el alcance de su desgracia hasta hace poco.Aimeryofreciósupropiamanoenmatrimonio;yonopodríahaberdeseadomejorpartidoparaunaniñaquenotienesangrereal.
Su tono se volvió burlón y Jacin sintió que nuevamente lo estabaestudiando,perorecobróelautocontrol.Noobtendríaunainsurreccióndesuparte,nisiquierasobreesetema.
—Pero no —dijo la reina finalmente—. La niña rechaza incluso estegenerosoofrecimiento.Porningunarazón,supongo,másquedejarplantadoami consejeromás valioso y traer todavíamás humillación a esta corte—alterminar alzó la barbilla—. Y luego está también el incidente en AR-2.Confíoenquesepasdequétehablo.
Se le secó la boca. Si no hubiera estado poniendo elmayor cuidado enocultarsucrecientetemor,habríasoltadounamaldición.
—¿No? —ronroneó Levana dado que él no respondió—. Permítemerefrescartumemoria.
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Sus dedos se deslizaron por la pantalla y esta cobró vida dentro de suelaboradomarco,mostrando imágenesdeunapintorescahilerade tienditas.Se vio a sí mismo sonriéndole a Winter. Empujándola con el hombro ydejandoqueella lo empujara a suvez,y lanzándosemiradascuandocreíanqueelotronoloveía.
Sintióunprofundovacíoenelpecho.Cualquierapodíaver loquecadaunosentíaporelotro.
Jacinmiró,peronohacíafalta.Seacordabade losniñosydesucoronahechaderamas.SeacordabadelohermosaquesehabíavistoWintercuandoselapusoenlacabeza,despreocupada.Seacordabadehabérselaarrebatadoyescondidoenlacanasta.
Habíaesperadoqueelincidentepasarainadvertido.Deberíahaberlosabido;laesperanzaeraelarmadeloscobardes.Su atención regresó a la reina, que miraba las escenas con el ceño
fruncido y los ojos llenos de odio. El estómago se le encogió. Ella habíamencionadounamisiónespecialqueprobaríasulealtad,aunquedeloúnicoquehabíahabladohastaesemomentoeradeWinterylavergüenzaenquesehabíaconvertido.
—Estoydecepcionadadeti,sirClay—Levanacaminóasualrededor—.Creí que podía confiar en que la mantuvieras bajo control, en que teasegurarasdequenohicieranadaparaavergonzarmeamíoalacorte.Perofallaste.¿Creesquefueapropiadoqueanduvierasocializandopor laciudad,jugandoaserreinaantesusfielessúbditos?
Jacin semantuvo firme, resignándose a lamuerte. Después de todo, lohabíahechovenirparaejecutarlo.AgradecíaquehubieradecididoahorrarleelespectáculoaWinter.
—¿Ybien?¿Notienesalgoquedecirentudefensa?—No, reinamía.Peroesperoquemepermitahablarensudefensa.Los
niñosledieronunregaloenagradecimientoporhaberlecompradounasfloresalaflorista.Nocomprendíanloquepodíaimplicar;estabanconfundidos.Laprincesanotuvonadaquever.
—¿Confundidos?—lamiradadeLevanasecrispó—.¿Losniñosestabanconfundidos?—rioacarcajadas—.¿Ycuántaconfusiónsesuponequedebotolerar? ¿Debo ignorar la manera enfermiza en que la idolatran? ¿Cómohablan acerca de subelleza y sus cicatrices como si fueran unamedalla almérito, cuando no tienen idea de lo débil que es? Su enfermedad, susalucinaciones.Laharánpedazossialgunavezsesientaeneltrono,peroellosno lo ven. No: ellos solo piensan en sí mismos y su linda princesa, sin
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considerartodoloqueyohehechoparabrindarlesseguridadysolidezy…—sealejó,ysushombros temblaban—.¿Deboquedarmeesperandohastaqueponganunacoronadeverdadsobresucabeza?
ElhorroriballenandoelpechodeJacin,ynopodíadisimularlo.Estabapsicótica.Élyalosabía,porsupuesto.Peronuncahabíavistosuvanidad,sucodicia
ysuenvidiaenardecerladeesemodo.Sehabíavueltoirracional,ysuirasedirigíacontraWinter.
No:contraWinterySelene.Ahíeradondeseoriginabatodoesto.HabíaunachicaqueasegurabasersusobrinaperdidayLevanasesentíaamenazada.Le preocupaba estar aflojando la garra sobre el trono y lo compensabaexageradamenteconsuparanoiayuncontrolmásestrecho.
—Reinamía,leaseguroquelaprincesanoesunaamenazaparasucorona—afirmóJacin,conelpuñosobresupecho.
—¿Noteinclinaríasanteella?—preguntóLevana,girandoparaencararloconvenenoenlosojos—.¿Tú,quelaamastandiligentemente?¿Tú,queerestanlealalafamiliareal?
—Ella no tiene sangre real—observó Jacin, tragando con dificultad—.Ellanopodríaserreina.
—No. Ella nunca será reina —Levana caminaba en círculos a sualrededoryélsesentíacomosiloestuvierarodeandounapitón:asfixiadoyatragantado—porquetúeresmilealservidor,comohasproclamadocontantavehemencia,ylavasamatar.
LalenguadeJacinsequedósecacomounapiedralunar.—No—murmuró.Levana alzó una ceja—.Quiero decir… reinamía…
—seaclarólagarganta—ustednopuede…—miróaAimery,quesonreíaamedias,complacidoconsudecisión—.Porfavor,pídaledenuevoquesecaseconusted.Hablaréconella.Measegurarédequeacepte.Aúnpuedeserútil,esunbuenpartido.Soloestánerviosa…
—¿Teatrevesacuestionarme?—exclamóLevana.—Porfavor—rogó,conelcorazónretumbando.—Leofrecímimanoalaprincesacomounagentileza—explicóAimery
—, para protegerla de ofrecimientos de pretendientes mucho menoscompasivos. Su rechazo ha demostrado cuán desagradecida es.Aunquemerogara,yanolaaceptaría.
Jacin apretó los dientes. Su corazón se había desbocado y no podíacontrolarlo.
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Laatenciónde la reina se suavizó, llenademielydulzura.Estabamuycercadeél.Tancercaquepodríatomarsucuchilloycortarlelagarganta.
¿Sería su brazomás rápidoque su capacidadde leer sus pensamientos?¿MásrápidoqueladeAimery?
—Queridísimo sir Clay—comenzó en tono reflexivo, y se preguntó sihabríadetectadosudesesperación—:nocreasquenoestoyaltantodeloquete estoy pidiendo que hagas y de cuán difícil te resultará. Pero me estoymostrandoclemente. Séque serás rápido.En tusmanos, ella no sufrirá.Deesemodotambiéncumpliré lapromesaque lehiceasupadre,¿acasono loves?
Estabademente.Absolutamentedemente.Jacinpensóquelopeordetodoeraquequizáselladeverdadcreyeralo
queestabadiciendo.Susdedosseagitaronyunagotadesudorsedeslizóporsucuello.
—Nopuedo…—senegó—.Noloharé.Porfavor…porfavorperdónelela vida.Quítele el título.Conviértala en criada.O destiérrela a los sectoresexternosyjamásvolveráasaberdeella,seloprometo…
Cuando sumirada se encontró con la suya, Levana diomedia vuelta ysuspiró.
—¿Cuántas vidas sacrificarías por ella? —caminó a zancadas hasta lapantalla. El video ya se había detenido, mostrando a los tres niños en elumbral—. ¿Preferirías que mandara matar a estos niños en su lugar?—elcorazón de Jacin se agitó salvajemente, tratando de liberarse de su cajatorácica—. ¿O qué tal… —se volvió hacia él, dándose golpecitos en lacomisuradelabocaconundedo—tuspadres?Sirecuerdocorrectamente,sirGarrisonClayfue transferidoaunpuestodeguardiaenunode lossectoresexternos.Dime,¿cuándofuelaúltimavezquehablasteconellos?
Él apretó los labios, temeroso de que cualquier asentimiento pudierautilizarse en su contra.Nohabíavisto a suspadresni hablado con ellos enaños. Al igual que con Winter, estaba seguro de que la mejor manera deproteger a sus seres queridos era fingir queno los amaba en absoluto, paraqueeseafectonopudierautilizarseensucontra.ExactamentecomoLevanalosestabausandoahora.
¿Porquéhabía falladoasí?Era incapazdeprotegeraalguien.Nopodíasalvaranadie…
Sabía que su rostro estaba contraído por el pánico, pero no podíacomponerlo. Quería caer de rodillas y rogarle que cambiara de idea. Haríacualquiercosa,cualquiera,exceptoesa.
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—Sivuelvesanegarte—advirtióLevana—,quedaráclaroquetulealtadesfalsa.Serásejecutadoportraiciónytuspadresteseguirán.LuegoenviaréaJerricoaqueseencarguedelaprincesa,ynocreoqueélvayaasertangentilconellacomotúlohabríassido.
Jacincontuvosutristeza.Esonolobeneficiaría.La idea de Jerrico —el petulante y brutal capitán de la guardia—
recibiendolamismaordenhizoqueselehelaralasangre.—¿Llevarásacaboesteencargopormí,sirClay?Inclinó la cabeza para ocultar su desesperación, aunque esa señal de
respetocasiacabóconél.—Loharé,reinamía.
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Por primera vez desde que salió del satélite, Cress sintió que lo extrañaba,porqueelalojamientoprivadodeJacineratodavíamáspequeño.Lasparedeseran tan delgadas que ni siquiera se atrevía a cantar para pasar el tiempo.Cuandoqueríairalbaño,teníaqueesperaraqueJacinterminarasuturnoylallevara ahurtadillas al sanitarioque compartían losguardiasy sus familias.Todosvivíanenunalasubterráneadelpalacio.Enciertaocasiónsecruzóconotramujer;noerasinolaesposadeunguardia,quelesonrióamablementesindarindiciosdesospechas,peroelencuentrodejóaCresstemblorosa.
Creíapercibiralareinaysucortealrededordeella.Entodomomentoeraconsciente de que si alguien la reconocía, significaría su muerte. Quizá,primero, torturas e interrogatorios. La ansiedad por su propia seguridad lateníaenfermaysesentíaaterrorizadaporeldestinodesusamigos.EraunafrustraciónqueJacinnuncatrajeranoticiasdeellos.
Se decía que era buena señal, que Jacin se enteraría si los hubieranencontrado,¿noesverdad?
Cresssedistraíahaciendocuantopodíapor impulsar lacausadeCinderconlospocosrecursosqueteníaenelalojamientodeJacin.Habíaconservadosupantallaportátil,yaunquenoseatrevíaaenviarmensajes,pues sabía lofácil que era rastrearlos, podía conectarse al sistemadedifusiónde la reinaconelnodoholográficoempotradoenlapareddeJacin.EnLunahabíanodospor todaspartes;erantancomunescomolaspantallasderedenlaTierra,ymuyfácilesdehackear.Todavíaguardabaensupantallaportátilelvideoquehabía grabado Cinder, pero temía hacer algo sin saber si ella y los demásestaban listos. Entonces dedicaba tiempo a interrumpir los mensajes depropaganda de la reina y a tratar de idear alguna manera de indicar a sus
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amigosqueestabavivayrelativamentesegura;peronoseleocurríanadaquenofueraomuyobvioomuyoscuro,yerademasiadoprecavidaparaintentaralgoquepudieraalertaralareinasobresupresencia.
Deseabaunayotravezteneraccesoalamismatecnologíaquehabíaenelsatélite. Se sentía más aislada del mundo que nunca, sin medios decomunicación que ver, aparte de los aprobados por la Corona. No teníamanera de enviar un mensaje directo. No podía penetrar en la red devigilanciadeLunanienlossistemasdeseguridad,asíquenopodíacumplircon las tareas que Cinder le había asignado. A medida que las horas seconvirtieronendías,sesentíamásansiosayconfundida,conganasdesalirdeeseespacioreducidoyhaceralgo.
Estaba alterando la pista de sonido de un mensaje real acerca de sus“valientes victorias sobre los terrícolas de mentes débiles” cuando unasfuertespisadasenelcorredorlahicierondetenerse.
LospasosllegaronhastalapuertadeJacin.Cressdesconectósupantalla,saltó del catre y se escondió debajo, lo más pegada que pudo a la pared.Afuera, se oyó que alguien digitaba una clave y pasaba por la revisión dehuellasdactilares.Lapuertaseabrióysecerró.
Cresscontuvoelaliento.—Soyyo—dijolavozdeJacin,contantadesilusióncomosiempre.Cress respiró de nuevo y salió arrastrándose de su escondite. Se quedó
sentadaenelpiso,conlaespaldaapoyadaenlaorilladelcatre.Elcatreeraelúnicolugarparasentarseenesecuartodiminuto,yellasesentíaculpabledequitárseloaJacin,aunquenoseacordabadequeélsehubierasentadonuncaensupresencia.Inclusodormíaenelsuelodesdequellegó,sinquehubierandiscutidoalrespecto.
—¿Haynoticias?—lepreguntó.Jacinseapoyócontralapuerta.Susojossombríosmiraronaltecho.—No.—¿Qué sucede? —preguntó Cress, abrazándose las rodillas contra el
pecho.—Deshabilitastelascámarasdelpuerto—murmuró,comoenéxtasis,sin
dejar de mirar el techo—. ¿Podrías hacerlo otra vez?—Cress parpadeó—.¿Podríashacerloconcualquiercámaradelpalacio?
Cinder se llevó unamano al pelo.Le costaba trabajo dejar el hábito dejugarconsucabello,aunquedesdehacíasemanaslousabacorto.
—Situvieraaccesoalsistema.Peronolotengo.Élabriólabocayvolvióacerrarla.
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Cressfruncióelceño.Jacincasinuncahablaba,peroestecomportamientoerararoinclusoenél.
—Podríaarreglarquetuvierasaccesoalsistema—ledijoporfin.—¿Porquévamosadesconectarlascámaras?Jacinrespiróhondo.Sumiradabajóporlasparedesdepiedradesnuday
seposóenCress.—Vanairse.Tú,Winteryesapelirrojasevandelpalacioestanoche.—¿Qué?—exclamóCressponiéndosedepiedeunsalto.—Winter no puede quedarse, y no se irá sin esa amiga de ustedes.
Ayúdame a sacarla de aquí y será también tu boleto de viaje—comenzó afrotarse las sienes—. Tú sabes a donde se dirigía Cinder, ¿verdad? Puedesbuscarla.EllacuidaráaWinter.Máslevalequelacuide.
Cress sintió que una oleada de sospecha le recorría la espalda con lamención del nombre de Cinder. ¿Era una trampa? ¿Quería Jacin sacarleinformaciónparavendérselaa la reinayobtenerventajaspersonales?Ya lohabíahecho.
—Sería sospechoso si la señal de muchas cámaras se pierde al mismotiempo—leexplicó.
—Ya sé—asintió Jacin—, pero, con suerte, ustedes escaparán antes dequealguienlonote.
Cresssemordióellabio.Pondríauntemporizadorparatratardehacerquelosapagonesparecieranfallascasualesdelacorrienteounproblematécnicodelsistema,peroinclusoesopodríaserdescubierto.
Jacinsepusoacaminar.Cressveíacómoseagitabansuspensamientos.Trazaba un plan, pero ella no se imaginaba cómo podría sacarlassubrepticiamentedelpalaciosinquenadielasviera;sobretodosilaprincesaWintereratanfácildereconocer.
—¿Quépasó?—preguntóCress—.¿Levanadescubrióqueestoyaquí?—No,esotracosa—contestóJacinpellizcándoseelpuentedelanariz—.
Va a ordenar quematen aWinter. Tengo que sacarla de aquí.Creo que sécómo,puedoorganizarlo,pero…—susojossevolvieronsuplicantes—.¿Meayudarás?
A Cress le dio un vuelco el corazón. En el poco tiempo que tenía deconoceraJacin,lehabíaparecidofrío,implacable;avecesinclusocruel.Peroahoraestabaalbordedeunataquedenervios,apuntodedesmoronarse.
—¿Adesconectarlascámaras?Asintióconlacabeza.
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Cressmiró su pantalla portátil.Aunque la había desconectado del nodoholográficocuandocorrióametersedebajodelcatre,elcableconectorseguíacolgadoaunlado.Erasuoportunidad.Podríaescapardelpalacio,alejarsedeesta ciudad y de todos sus peligros. Podría reencontrarse con sus amigos.Podríaestarseguraesamismanoche.
Latentaciónseapoderódeella.Teníaqueirse.PerocuandoalzódenuevolavistahaciaJacin,sacudiólacabeza.Ungestodedesconciertocruzóelrostrodelguardia.—Será más seguro para la princesa y Scarlet si…—quiso aclararse la
garganta,peronopudotragarlasaliva—simequedo.—¿Quédices?—Nuestramejoroportunidadparaquenosedencuentade laalteración
delsistemaesquecauselafallamanualmente.Puedoapagarlascámarasporbrevesinstantes,demodoqueparezcancortesdeenergíacasuales.Unapagónllamaríademasiadolaatención,ysideshabilitamossolounaparte,ledaremosa la reinaunapista sobreel caminoque siguieronWinteryScarlet.Pero siapago y reinicio al azar secciones del sistema de vigilancia al mismotiempo…podríahacerqueparecieraunacoincidencia—sellevóundedoallabioinferior—.Tambiénpodríaprepararundistractor.Quizásunaalarmaenotrapartedelpalacio,paraalejaralagentedeellas.Ytodosloscierresdelasprincipalesvíaspúblicastambiénsepuedenalteraracontrolremoto.
Se sentía cadavezmás confiada en sudecisión.Vigilaría la retaguardiaparaqueWinteryScarlettuvieranmayoresoportunidadesdeescapar.
—¡Estásloca!—exclamóJacin—.¿Quieresmorirenestepalacio?—Levana no sabe que estoy aquí—dijoCress, con evidente tensión—.
Mientrasmemantengasoculta…—EncuantolareinaseenteredequedejéescaparaWinter,mematará.Cresscerrólospuñosconfuerza,fastidiadadequeJacinminarasunuevo
valor.—Capturaron a Scarlet en un intento por rescatarme. Y Winter me
protegió,sintenerquehacerlo,yséquecorrióungranpeligro.Asíescomopuedopagarles.
Jacinlamirófijamente.Cresssediocuentadelmomentoenqueaceptósudecisión.Eralamejoroportunidadyéllosabía.Elguardiadiomediavuelta,conloshombrosabatidos.
—FuipilotodeSybilmásdeunaño—lecontó—.Durantemásdeunañosupedetiynohicenadaparaayudarte.
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Cresssintiólaconfesióncomounapuñaladaenelpecho.SiemprehabíapensadoqueSybilllegabasola.Nuncasediocuenta,hastaquefuedemasiadotarde,deque la llevabaunpiloto.QuizáJacinpudohaberlaayudado;quizápudohaberlarescatado.
Nuncalosabrían.Nosedisculpó,sinoqueapretólamandíbula,lamiróalosojosydijo:—ProtegeréaWinterconmivida.Despuésdeella,prometodefendertea
titambién.
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Veintisiete
Scarletestabapracticandoalgonuevoquelegustaballamarnoreacción.Eraunahabilidadquedeningunamanera se ledabanaturalmente, pero
cuandoeraellalaqueestabaencerradaenunajaulaysuenemigoeraquienestabaafuera,parloteando,soltandorisitasy,por logeneral,actuandocomobufón,noreacciónparecíaunhábitomejorquegritarobscenidadesytratardegolpearloporentrelosbarrotes.
Almenosconllevabamásdignidad.—¿Puedesordenarle quehaga algún truco?—preguntóunamujer lunar
quesosteníaunasombrilladeplumasdebúhosobresucabeza,aunqueScarletno lograba imaginar de qué se estaba protegiendo. SegúnWinter, faltabantodavíaotrosseisdíasantesdequepudieranvolveraverelsoldeverdad,yenLunanollovíaparanada.
El acompañante de la mujer se inclinó, apoyando las manos en lasrodillas, y espió a Scarlet por entre los barrotes. Llevaba gafas de solanaranjadas.Denuevo,Scarletnoentendióparaqué.
Sentadaenelsueloconlaspiernascruzadas,lasmanosentrelazadasylacapuchacubriéndolelasorejas,ledevolviólamirada.
Soylaimagendelatranquilidadylaindiferencia.—Hazalgo—ordenóeltipo.Scarletparpadeó.Élleclavólamirada.—Todo el mundo dice que se supone que los terrícolas son lindos y
fascinantes.¿Porquénobailasparanosotros?Lasentrañasseleretorcieron,ymásquenadatuvoganasdemostrarlea
ese hombre cuán linda y fascinante podía ser. En el exterior, sin embargo,
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parecíaunaestatua.—¿Eresmuda,o solo estúpida? ¿Enaquella rocano te enseñaroncómo
dirigirteatussuperiores?Soylaesenciadelapazylacalma.—¿Quélepasaasumano?—preguntólamujer.—¿Quélepasaatumano?—repitióelhombremirandohaciaabajo.Susdedoscasinisemovieron,nisiquieraaquelalquelefaltabalamitad.—Yameaburríylosterrícolashuelenmal—dijolamujerbostezando—.
Vamosaveralosleones.El hombre se enderezó, con los brazos en jarra. Scarlet podía ver que
calculabaalgoensupequeñacabeza.Nocreíaqueintentarausarsudonconella; nadie la había manipulado desde que pertenecía a la colección deanimales, y empezaba a sospechar que ser una mascota de la princesa laprotegíaalmenosdeesatortura.
Elhombrediounpasohaciaadelante;detrásdeél,Ryugruñó.Sofocar una sonrisa era una prueba de fuerza de voluntad para Scarlet;
realmenteseestabaencariñandoconeselobo.Aunque lamujermiró de soslayo el confinamiento del lobo, el hombre
mantuvosuatenciónfijaenScarlet.—Estás aquí para divertirnos—señaló—.Haz algo.Canta una canción.
Cuentaunchiste.Algo.Mi siguiente truco será ganar un concurso de sostenerle la mirada al
imbécildelasgafasdesolanaranjadas.Con un gruñido, el hombre agarró el parasol de su novia y lo cerró.
Sujetándoloporlaempuñaduracurva,metióelextremopuntiagudoentrelosbarrotesylediounpinchazoaScarletenelhombro.
Ryuaulló.LamanodeScarlet semoviócomoun látigoyaprisionóenunpuñoel
tejidodeplumas;lediountirónhaciaellayeltipotrastabillócontralajaula.Luegodirigiólaempuñaduradelasombrillacontrasucara.Élsoltóungritoyretrocedió;susgafasrepiquetearonenelsuelo;sunarizsangraba.
Scarlet sonrió con superioridad apenas el tiempo que le llevó arrojar lasombrillaenelsendero.Noteníasentidoquedársela,porquelosguardiasselahabríaquitado.Borrósuexpresiónpetulanteyvolvióaadoptarunaneutral.
Estodelanoreacciónestabafuncionandomejordeloquehabíaesperado.Luego de maldecir y gritar y llenarse la camisa de sangre, el hombre
agarróasunoviaylasombrillaysealejóatodaprisadeahí,endirecciónala
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entradade lacasade losanimales.Quizás ibanaacusarlacon losguardias.Quizáperderíaunacomidaodospormalaconducta.
Enrealidadhabíavalidolapena.Setopóconlamiradaamarillaalotroladodelsenderoyleguiñóunojo.
Enrespuesta,ellobolevantóelhocicoysoltóunaullidocortoyalegre.—Hicisteunamigo.Scarlet se sobresaltó. Un guardia estaba apoyado contra un gran árbol
frondoso, con los brazos cruzadosy lamiradade acero.No era unode susguardiashabituales,aunquehabíaunairedefamiliaridadenél.Sepreguntócuántotiempollevabaparadoahí.
—Losanimalestenemosquemantenernosunidos—manifestó,peroluegodecidió que eso sería todo lo que obtendría de ella. No estaba aquí paraentretener a los malcriados aristócratas lunares, y ciertamente no iba aentreteneraunodelossecuacesdescerebradosdelareina.
—Supongo que es lógico que te agrade ese. Está emparentado con tunovio.
Sucorazóndiountumbo.Unpresentimientoseagitóensupecho.Apartándosedelárbol,elguardiasepaseófrentealconfinamientodeRyu.
Unamano descansaba en su cinturón, sobre la empuñadura de un cuchillogrande.El lobo sepetrificó,paradoen las cuatropatas, comosinohubieradecididosiconfiarenelextrañoono.
—El padre de este fue el lobo cuyo ADN se usó primero cuandocomenzaronaexperimentarcon los soldados.Elpreciado loboblancode lareina.Algunavez fueunmachoalfa—sevolvióhaciaScarlet—;peroparaserunalfanecesitasunamanada,¿ono?
—Nosabríadecirle—contestó,inexpresiva.—Te lo aseguro —ladeó la cabeza, inspeccionándola—. Tú no sabes
quiénsoy.Lodijoenelmismoinstanteenquesumemoriahizoclic:cabellorubio,
uniforme,inquietanteconocimientodeWolf…Reconocerlosoloincrementósurecelo.—Claroquesí.Nologroquelaprincesadejedehablardeti.Loobservóconcuidado;sentíacuriosidadporsabersilossentimientosde
Wintererancorrespondidossiquieraamedias,peroélnodejóentrevernada.Eraguapo,bastante.Espaldaanchaymentóncuadrado.Peronoeraloque
ella habría esperado. Su postura indicaba condescendencia; su expresión,desinterés.Erapurohieloyespinasmientrasseacercabaasujaula.
Eracasiloopuestodelacálida,soñadorayparlanchinaWinter.
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Jacinnoseagachóniseinclinó,yScarlet tuvoqueforzarelcuelloparapoderverlelacara.Sudesagradocreció.
—Supongoquetecontósobretusamigos.Winterlehabíadichoqueestabanvivos.Quevendríanporella.QueWolf
laextrañabamuchísimo.Ahora,conociendoalinfameJacin,nopodíaconcebirquefueraélquien
estabahaciendoelreporte.—Medieronelmensaje—Scarlet sepreguntó si esperabaun“gracias”,
queno ibaa recibirdadoqueél se encontrabaaquí, enLuna,vistiendoeseuniforme.¿Dequéladoestaba?Soltóunbufidoyserecostó,apoyándoseenlos codos. Quizá no era muy digno, pero no iba a dejar que ese sujeto laintimidarahastaelpuntodeadquirirundolordecuellopermanente—.¿Seteofrecealgo?
—Winterpiensaquetúeresunaamiga.—Eso dices tú—luego del golpe, Jacin dejó entrever una fisura en su
armazón.Lamásdiminutadelassonrisas—.¿Qué?Meciéndose sobre los talones, Jacin volvió a apoyar la mano en el
cuchillo.—No estaba seguro de qué clase de chica podía lograr que un soldado
especialsevolvieralocoporella.Mealegraverquenoesunaestúpida.—Tampocoesdelaclasequesedejaengatusarconcumplidoshuecos—
replicóellaconlospuñosapretados.Rodeando uno de los barrotes con lamano, Jacin finalmente se agachó
paraquesusojosquedaranalmismonivel.—¿Sabesporquéaúnestásviva?—PorWinter—respondióaregañadientes.—Asíes,polvorita.Procuranoolvidarlo.—Esdifícilolvidarlocuandoestoyencerradaensujaula,cielito.AlgoasícomounasonrisaaparecióenelrostrodeJacin,peroenseguida
lareprimió.Desconcertante.Señalósumanoinclinándosehaciaadelante.—¿Cuándofuelaúltimavezquealguienterevisóesoparadescartaruna
infección?—Sécómo luceuna infección—controlóel impulsodeocultar sudedo
herido,perodeningunamaneraleibaamostrarsumuñónaestetipo—.Estábien.
—Dicenqueeresunapilotobastantebuena—dijoconuntonoevasivo.—¿Quéesesto?¿Unaentrevistadetrabajo?—preguntóellaconungesto
dedisgusto.
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—¿Algunavezhasvoladounanavelunar?Porprimeravezcaptótodasuatención,perosucuriosidadestabacargada
desospechas.—¿Porqué?—No son tan diferentes de las naves terrestres. Una disposición
ligeramente diferente de los controles de vuelo y, en general, un despeguemássuave.Creoquepodríasarreglártelas.
—¿Yporquéhabríadeimportarsipuedomanejarunanavelunar?Leclavó lamiradayesegestofuemáselocuentequecualquierpalabra.
Selevantó.—Solodebesestarlista.—¿Listaparaqué?Ycomosea,¿atiqueteimporta?—Nome importa—respondió, de unmodo tan casual queScarlet tuvo
quecreerle—.Perosímeimportalaprincesa,yaellapodríavenirlebienunaaliada—apartólavista—.Unaliadomejorqueyo.
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Veintiocho
ElcorazóndeWinteribaalgalopecuandoabriólaenormepuertadevidriodela casa de los animales. Los sonidos de la fauna se extendieron por elcorredor: loschillidosde lasavesensusgrandiosas jaulas, losgritosde losmonos en las hiedras colgantes, los relinchos de sementales blancos enestablosdistantes.
Cerró la puerta antes de que el calor se escapara y escudriñó lasbifurcacionesdeloscaminos,peronohabíaseñalesdeJacin.Lacasadelosanimalesocupabavariashectáreasdeestaaladelpalacio.Eraunlaberintodejaulasy cercadosdevidrio.Siempreestabahúmedoy llenodelperfumedefloresexóticas,unaromaquecasinolograbaocultarlosoloresanimales.
Era su lugar favorito, incluso antes de que Scarlet hubiera llegado ahí.Siempre se sentía a gusto con los animales, que no sabían nada demanipulaciónnidecontrolmental.Nolesimportabasierabonitanisieralahijastra de la reina o si estaba enloqueciendo. No recordaba haber tenidoningún episodio de locura dentro de estas paredes, rodeada de sus amigos.Aquí se sentíamás tranquila.Aquí podía fingir que tenía el control de sussentidos.
Seacomodóunrizorebeldedetrásdelaorejaysealejódelapuerta.Pasóporelmicroambienteheladodelzorroblanco,queestabaacurrucadosobreuntronco de abedul, con el hocico escondido entre la cola peluda. La jaulacontiguaestabaocupadaporunleopardodelasnieveshembraysucamadadetres inquietos cachorros. En el lado opuesto del camino cubierto demusgodormía un búhoblanco, que abrió los ojos enormes al sentir las pisadas deWinter.
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VioelrecintodeRyu,peroellobodebíadeestarensumadriguera,puesnoaparecía.LuegoseguíaScarlet,laúnicacriaturadelacasadelosanimalesquenoteníapelajeniplumas.Ellaexpresabaesadistincióncomoundesafíocon su cabellera rojiza, así como con el abrigo con capucha que nunca sequitaba,pesea lahumedad.Estabasentadacon las rodillascontraelpecho,mirandofijamenteelmusgoquecrecíaafueradesujaula.
SesobresaltóalveraWinteracercarse.—Hola,amiga—lasaludóalarrodillarsefrenteasujaula.—Hola, loca —le contestó Scarlet, en un tono que sonó afectuoso—.
¿Cómoestánlasparedesdelcastillo?Winterlopensóemitiendounsonidodedudaconlabocacerrada.Había
estadotandistraídaquecasinoleshabíaprestadoatenciónalasparedes.—Noseventansangrientascomootrasveces—sedecidióaresponder.—¡Yaesalgo!Scarletseechólosrizosaunlado.Teníaelpeloennegrecidodegrasay
mugre;sehabíaextinguidoelrojointensoqueaWinterlahabíahechopensarenlacoladeuncometa.Tambiénhabíaadelgazadomuchoensucautiverio.Wintersintióunapunzadadeculpa.Debióhabertraídounbocadillo.
—Teves…—comenzóScarlet—.Olvídalo.¿Quésefesteja?—Jacinmepidióque lovieraaquí—respondióWinter entrelazando las
manos.Scarlethizoungestodeasentimiento.Nolatomabaporsorpresa.—Ajá, pasó por aquí hace un rato —apuntó con el mentón hacia el
sendero—.Sefueporahí.Wintersepusodepieconlasrodillastemblorosas.¿Porquésentíatanto
nerviosismo?EraJacin,quelahabíavistocubiertadelodoyarañazoscuandoeran niños, que había vendado sus heridas cuando se lastimaba, que lasostenía cuando la acechaban sus visiones y le hablaba en susurros paratraerladevueltaalarealidad.
Perohuboalgodiferentecuandolepidióquelobuscaraaquí.Estavez,sesentíanerviosa.Pasó la mitad de la noche preguntándose de qué se trataría y su
imaginaciónlallevabasiempreaunaposibilidad,unabrillanteesperanza.Iba a decirle que la amaba. Ya no quería disimular, pese a los
formalismos,peseasumadrastra.Yanopodíapasarotrodíasinbesarla.Seestremeció.—Gracias—ledijoaScarletenunsusurro.Seajustólafaldaysemarchó
porelsendero.
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—¡Winter! —gritó Scarlet para que se detuviera. Estaba aferrada albarrotemáscercanoasucara—.Tencuidado.
—¿Quéquieresdecir?—preguntóWinterladeandolacabeza.—Séqueloquieres.Séqueconfíasenél,perotencuidado.Wintersonrió.LapobreScarlet,tandesconfiada.—Siinsistes—ledijoydiomediavuelta.LovioencuantodoblólaesquinadelajauladeRyu.Estabaenunpuente
tendidosobreelestanquecentraldelacasadelosanimales,dondeborboteabaunacaídadeagua.Unafamiliadeseiscisnesseagolpabadebajoparaqueleslanzaramigajasquesacabadelosbolsillos.
Llevabasuuniforme,listoparainiciarsuturnocomosuguardaespaldas.SupeloseveíatanpálidobajolaluznebulosadelacasaqueporunmomentoWinterseimaginó,conelcorazónencogido,queeraunodelosanimalesdeLevana,unadesusmascotas.
Se deshizo del pensamiento con un gesto cuando Jacin alzó la mirada.Tenía una expresión sombría que hizo que el aturdimiento de Winterdesapareciera.Entonces,noeraunencuentroromántico.Porsupuestoqueno;nuncahabíasidolaidea.
Pero la decepción no ahuyentó la fantasía de cuánto quería que laretuviera contra estas paredes de barrotes y la besara hasta que no pudierapensarennadamás.
Winterseaclarólagargantaysepusojuntoaél.—Esta situación es bastante clandestina —le confesó, dándole un
empujoncitoenelhombromientrasélvaciabaelpandesusbolsillos.Jacintitubeóantesdedarletambiénunempujoncito.—Lacasadelosanimalesestáabiertaalpúblico,SuAlteza.—Sí,ylaspuertascerraránencincominutos.Nohaynadieaquí.—Tienesrazón,supongoqueesclandestino—admitióJacinechandouna
miradasobresuhombro.Winter sintióque se agitabaen sucabezaunnuevo soplodeesperanza.
Quizá.Talvez…—Vamosacaminar—agregóJacinalejándosedelpuente.Ellalosiguióalrededordelestanque.Jacinmirabafijamentealsuelo.Con
unamano,frotabaelmangodesupuñal.Siempreensupapeldeguardia.—¿Pasaalgo…?—Sí—murmuró,comosidejaraatrásprofundascavilaciones—.Hayun
pardeasuntos.—Dime,Jacin.
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Elguardia se frotóel entrecejo.Winterno seacordabade laúltimavezquelohabíavistotaninsegurodesímismo.
—Dehecho,sonmuchascosasquequisieradecirte.Winter sintió que su corazón rebotaba. Luchó con los pensamientos
revueltosdesucabezaysoloatinóaexpresarsudesconcierto:—¿Ah,sí?Jacin posó los ojos en ella, pero no se detuvo, sino que volvió amirar
haciaelcamino.Cruzaronporotropuentedemarfil labrado.Casi todos loscisnes sehabíandispersado, salvoporunoque todavíanadabadetrásde él,hundiendosucabezaenelagua.Delotroladodelsendero,lasliebresalbinaslosvieronpasarconojosrojosyelhocicofruncido.
—Desdequeéramosniños,loúnicoquehequeridoesprotegerte.Los labios de Winter temblaron. Quería que dejaran de caminar, para
poderversurostro,peroJacinnosedetuvo,sinoquelacondujodetrásdelasformacionesrocosasenlasquecolgabanfloresdepétalosanchos.
—Cuandovi que estabas también en el juicio, solopenséque teníaquesobrevivir.Pensé:Noquieroqueestéaquíymeveamorir.
—Jacin…—Perofueunatonteríasuponerquepodríaprotegertesiempre.Protegerte
deella—suvozsehabíavueltoáspera.AWinter,lasemocionesladespedazabanporloscambiosconstantesdela
conversación.—Jacin,¿dequésetrata?Respiró profundo, entrecortadamente. Habían dado toda la vuelta.
EntoncesWintervioaRyu,querondabadetrásdesusbarrotes.Jacin dejó de caminar y Winter apartó la mirada del lobo. Estaba
petrificadabajolafríamiradaazuldeJacin.Seasustó.—Quierematarte,princesa.Winter se estremeció,primeropor la intensidadde suspalabrasy luego
porsusignificado.Suponíaqueesarevelaciónhabríadebidoconmocionarla,pero desde que Levana le infligió aquellas cicatrices, lo había estadoesperando.
LadesilusióndequeJacinnolahubierallamadoparaconfesarlesuamoreramásfuertequesaberquesumadrastraqueríamatarla.
—¿Quéfueloquehice?Jacinsacudiólacabezayvolvióaaflorarsuprofundatristeza.—Nadaquehubieraspodidoevitar.Elpueblo tequiere,yLevanaacaba
deconstatarcuántotequiere.CreequeeresunaamenazaparalaCorona.
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—Peroyonuncapodríaserlareina—afirmó—,porlaestirpe.Elpueblonuncaaceptaría…
—Lo sé —la interrumpió Jacin con expresión compasiva—. Pero noimporta.
Winter retrocedió y volvió a oír sus palabras, las que había dicho contantacertidumbre:Quierematarte,princesa.
—¿Esotedijo?Jacincontestóconunrápidomovimientodecabeza.Su campo de visión se llenó de luces brillantes.Dio un paso atrás y se
aferródelbarandaldelajauladeRyu.Asusespaldas,oíaelgruñidodellobo,queenseguidafrotólanarizcontrasusdedos.Nosehabíadadocuentadequeestabaahí.
—Ytepidióquelohicierastú.Jacinapretólamandíbula.Conunsentimientodeculpa,echóunamirada
allobo.—Losientomucho,princesa.Cuandoelmundodejódegirar,Winterseatrevióamiraralacámaraque
estaba sobre sus hombros. Casi nunca les prestaba mucha atención a lascámaras, pero en ese momento se preguntó si su madrastra los observaba,esperandosertestigodelasesinatodesuhijastraparaprotegersutronodeunaamenazaimaginaria.
—¿Porquétepidióeso?Jacin se rio, como si alguien lo hubiera apuñalado en el pecho y él no
pudieraevitarpensarqueeradivertido.—¿Amí?¿Lodicesenserio?Winter se obligó amantenerse erguida.Recordó la emoción con la que
habíaesperadoesteencuentroypensóenquétontaeinocentehabíasido.—Sí—respondióconfirmeza—.¿Cómopudosertancruelparapedírtelo
atiynoaotro?—Tienesrazón.Esunatortura—admitióJacin,conunaexpresiónmenos
tensa.LosojosdeWintersellenarondelágrimas.—Amenazóaalguien,¿verdad?Vaamataraalguiensinoobedecessu
orden.Jacinnocontestó.Winterresoplóyparpadeóparaborrarlaslágrimas.Nohacíafaltaquele
dijeraquién.Enrealidad,noimportaba.
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—Soy egoísta, perome alegro de que seas tú, Jacin—confesó con voztemblorosa—.Séqueloharásrápidamente.
Tratóde imaginárselo. ¿Usaría su cuchillo? ¿Unapistola?No tenía ideadecuálseríalaformamásrápidademorir.Noqueríasaberlo.Jacinsehabríahecholasmismaspreguntas.Todalanocheanterior.Todoesedía.Debíadehaberplaneadocómohacerlo,ydebíadehaber temidoeste encuentro tantocomoellalohabíaanhelado.
Sintióqueselerompíaelcorazónporél.Detrásdeella,Ryucomenzóagruñir.—Winter…Hacía tanto tiempo que no la llamaba por su nombre. Siempre era
“princesa”;siempre“SuAlteza”.Suslabiosseestremecieron,perosenegóallorar.Noleharíaeso.
LosdedosdeJacinsecerraronsobreelpuñal.Eraunatortura.Jacinseveíamásasustadoqueeneljuicio.Másdolorido
quecuandoloslatigazosledejaronlaespaldadesollada.Eralaúltimavezquelovería.Suúltimoinstante;suúltimoaliento.De repente, todas las formalidades y los devaneos dejaron de tener
importancia.Derepente,sesintióaudaz.—Jacin—comenzóconunasonrisainestable—,necesitoquelosepas:no
recuerdo una época en la que no te haya amado.No creo que haya habidoalguna.
LamiradadeJacinreflejómilemociones.Peroantesdequedijeranada,antesdequepudieramatarla,Winterlotomóporlacamisaconlasdosmanosylobesó.
Jacin se ablandó mucho más deprisa de lo que ella esperaba. Casi alinstante, como si hubiera estado esperando ese momento, la tomó por lascaderas y la atrajo hacia él con un sentido de posesión que la abrumó. Seinclinóhaciaellaylaoprimiócontraelbarandal,conloslabiosdesesperadosysedientos.WinterquisotomaraireyJacinintensificóelbesodeslizandounamanoentresucabellohastatomarsunuca.
Winter sentía que su cabeza flotaba, abrumadapor la pasiónypor todaunavidadedeseo.
Jacinquitólaotramanodesucadera.Winterescuchóelsonidometálicodel puñal al salir de la funda. Tembló y lo besó con más fuerza,transmitiéndoletodaslasfantasíasquehabíatenido.
Lamano de Jacin resbaló de su pelo y la abrazó. La sostuvo contra élcomosinoestuvieranlobastantecercaunodelotro.Comosiquisierafundir
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sucuerpoenelsuyo.Wintersoltósucamisaytocósucuello,sumentón.Sintióenlospulgares
lapuntadesupelo.Jacinemitióunsonidoqueellanosuposieradedeseo,dolor o lástima, o una combinación de todo. El brazo del guardia se pusotenso contra la espalda deWinter y luego liberó la presión al tiempo quelevantabaelpuñal.
Wintercerrólosojosconfuerza.Habíavistotantasmuertesqueteníaunaideavagadequenoeraunaformatanterribledepartir.
Jacindejócaerelbrazoconfuerza.Winterdejóderespirar;unaráfagadeairepasóatravésdeellos.Abriólosojos.Asusespaldas,Ryuaulló,peroelsonidoseconvirtióenungemidodelator.
Jacin también había abierto los ojos azules, que estaban llenos deremordimiento.
Wintertratódeapartarse,peroél lasostuvoconfirmeza.Noteníacómomoverse,atrapadaentreélyelbarandal.Arriba,laluzdeunacámarabrillabacontra el techo. Su respiración era irregular. La cabeza le daba vueltas.NodistinguíaellatidodesucorazóndeldeJacin.
Jacin, que tenía lasmejillas enrojecidas y el pelo desordenado. Jacin, aquienporfinsehabíaatrevidoabesar.Jacin,elquetambiénlahabíabesado.
Perosiesperabaverdeseoensurostro,sedecepcionó.Denuevoseveíaimpávido.
—Hazme un favor, princesa—murmuró.Winter sentía su aliento tibiocontra su boca—. La próxima vez que te digan que van a matarte, no lopermitas.
Lomirósorprendida.¿Quéhabíahecho?Susrodillasflaquearon.Jacinlasostuvoylafuedeslizandohastaelsuelo,
apoyadacontralosbarrotesdelajaula.Winterpusolamanosobrealgotibioyhúmedoqueescurríapordebajodelareja.
—Estásbien,princesa.Estásbien.—¿FueRyu?—lepreguntóconlavozquebrada.—Pensarán que la sangre es tuya—quería explicarle algo, pero ella no
entendía—.Esperaaquí.Notemuevasmientrasapagolasluces.¿Entendiste,princesa?—susurró—.Notemuevas.
Jacin seapartó.Winterescuchócómosacabael cuchillode lacarnedellobo.Elcuerposehabíaderrumbadocontralosbarrotes.Jacinlatomóporlamejilla marcada con las cicatrices y la estudió para cerciorarse de que noestuvieraenmediodeunacrisis,paraver si entendía,pero todo loqueellapercibíaeralatibiezapegajosaqueempapabasufalda.Lasangreinundabael
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sendero. De pronto, litros y litros de sangre escurrían del techo de vidrio.Salpicabansusbrazos,llenabanelestanque.
—¡Winter!MiróaJacincon labocaabierta, incapazdedecirnada.El recuerdodel
besosemezclabaconalgohorribleeinjusto.Ryu,elqueridoeinocenteRyu.—Esperaaquelaslucesseapaguen—repitióJacin—.Luego,quieroque
vayasportuamigapelirrojayqueescapendeestemalditotablerodejuego—Jacin frotó los pulgares contra la piel deWinter para hacerla reaccionar—.Ahora,fingequeestásmuerta,princesa.
Ellasedejócaer.Sintióciertoalivioconlaorden.Estabanjugando,eraunjuego.Comocuandoeranniños.Esunjuego.LasangrenoesrealyRyu…
Contrajoelrostroparanollorar.Contuvounsollozoenlagarganta.Jacinla apoyó contra la jaula y su calidez desapareció. Las botas del guardiaretumbaronconcadapisadamientrassealejaba,dejandoasupasounrastrodehuellaspegajosas.
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Veintinueve
ElceñofruncidodeScarletparecíacinceladoensurostromientrasobservabafijamenteelsenderovacíodelacasadelosanimales.LeparecíaqueWintersehabíaalejadoporesesenderohacíahoras,ysabíaquesesuponíaquenodebería haber visitantes en las instalaciones tan tarde; sin embargo, quizásesasreglasnoseaplicabanalaprincesa.AlomejorWinterestabateniendofinalmenteesacitarománticaquetantodeseaba.
Perohabíaalgoquenoparecíaestarparanadabien.ScarletpodríahaberjuradoquehabíaoídoaRyusalirdesuguarida,peroaúnnohabíaidoaverla,como era normal en su rutina. Y había escuchado un ruido que le habíarecordadoelsonidoquehacían lascabrascuando lassacrificaban.Unruidoque había hecho correr escalofríos por sus extremidades a pesar del climacaluroso de la casa de los animales y de que tenía puesto el abrigo, con lacremallerahastaarriba.
Yfinalmente,pasos.Scarletsujetólosbarrotesconlasmanos.Supoquesussospechasteníanfundamentoencuantoelguardiaapareció
ensucampovisual,aferrandouncuchilloenunamano.Sucorazóncomenzóaretumbar.Inclusodesdeesadistanciapodíaveralgooscuroenlahoja.AunsinconoceraJacin,podíaleerelarrepentimientoensurostro.
Susnudillossepusieronblancos.—¿Qué hiciste? —le preguntó, ahogando la furia que sentía estallar
dentrodeella,peroquenopodíaliberar—.¿DóndeestáWinter?Jacinnodesviólamiradacuandosedetuvofrentealajaula,yScarletno
seapartódeél,apesardelcuchilloylasangre.—Sacalamano—ordenó,poniéndoseencuclillas.
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—¿Sabes lo que le pasa por aquí a la gente que “saca la mano”? —preguntóellacontonodeburla.
Élclavó lapuntadelcuchilloenelmusgosuavey,antesdequeScarletlograramoverse, le sujetó lamuñeca y se la retorció tan fuerte que ella nopudocontenerungritocuandoeldolorsubióhastasuhombro.Scarletjadeóysu mano la traicionó, abriéndose con la palma hacia arriba. No eramanipulaciónmental,sinounviejoysuciotruco.
Scarlet tratódezafar subrazoyvolverameterloporentre losbarrotes,pero Jacin la tenía sujeta con mano de hierro. Cambiando de táctica, lamuchachapresionósucuerpocontralajaulaytratódearañarleelrostro,peroélsepusofueradesualcance.
DespuésdeesquivarunsegundoarañazodeScarlet,elguardiaextrajodesucinturónlafundadelcuchilloyladiovuelta.Undiminutocilindrocayóenlapalmadelamuchacha.
Jacin la soltó. Los dedos de Scarlet se cerraron alrededor del cilindroinstintivamentey,temblando,sepusofueradelalcancedelguardia.
—Inserta eso en el puertode seguridaddeunanave lunar y te brindaráacceso real. Tú puedes deducir el resto. También hay un mensaje de unaamigatuyaencriptadoahí,perosugieroqueespereshastaestarlejosantesdepreocuparteporeso.
—¿Quéestápasando?¿Quéhashecho?Golpeóconviolenciaelcuchillocontralafunday,parasusorpresa,selo
arrojó.Ellaseencogió,peroelarmacayóensuregazosinhacerledaño.—TienesqueencontrarelpuertoEdeArtemisa,plataforma22.Repítelo.Sucorazónmartillaba.Volvióamirarhaciaelsendero,esperandoquela
oscuracabellerarizadadeWinter,suvestidobrillanteylaasombrosagraciadesuandaraparecieranencualquierinstante.Cualquierinstante…
—Repítelo.—PuertoE,plataforma22—envolvióentresusdedoslaempuñaduradel
cuchillo.—Sugiero que primero atraviesen los pasillos de los guardabosques.
Winterconoceelcaminodesdeaquí.Haremosloquepodamosconrespectoala seguridad, pero traten de no cometer ninguna estupidez. Y si te sientestentadadedejarLuna,resisteeseimpulso:sololograrásllamarlaatención,y,de todas maneras, ese pequeño módulo no está equipado para grandesdistancias.ActúacomosifuerasarecogerunenvíoenMR-9.Ahífuedondetunoviosecrio.¿Entendido?
—No.
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—Solo aléjate deArtemisa.PuertoE, plataforma22.SectorMR-9—sepusodepie—.Ycuandoveasatuprincesa,dilequesedéprisa.
Scarletvolvióacentrarsuatenciónenél,pensando¿Winter?¿SerámejorqueWintersedéprisa?Peroentoncessediocuentadequesereferíaalaotraprincesa:aSelene.ACinder.
Jacin se desplazó hacia el costado de la jaula donde se encontraba lapuerta y presionó su pulgar sobre el panel, para identificarse. Tecleó uncódigo.Scarletoyócómoseabríaelcerrojoyelsonidometálicodelpestillo.Susnerviossetensaron.
—Cuentahastadiez—sinmirarladenuevo,Jacindiomediavueltaysefue.
Scarletescuchabaunavoz interiorque leordenabaqueabrieradegolpeesapuertaycorrieraporelsenderoparaencontraraWinter,perosecontuvo.Susdedostemblaban.Éllehabíadadounarmayunavíadeescape.Nosabíaquéestabasucediendo,peroalgo ledecíaquesuactituddenoreacciónpordiezsegundosnolamataría.
Alacuentadecuatroechóelpequeñocilindroenelbolsillodesuabrigo.A la de cinco se guardó el cuchillo entre la espalda y sus rotos y suciospantalones de denim. A la de seis se aproximó de nuevo a los barrotes ypresionóelrostrocontraellos.Aladesietegritó.
—¡Winter!¿Estás…?Aladeocho,laslucesseapagaron,dejándolaentinieblas.Scarletsepetrificó.Eseimbécil.¿Sesuponíaqueesolesibaafacilitarlas
cosas?¿Sesuponíaqueresultaríaútil?¿Sesupo…?Ah.Lascámaras.Jadeando, Scarlet verificó que el cuchillo estuviera seguro y empujó la
puertade la jaula.Saliógateandoyse tomóde losbarrotesparaponersedepie. Las piernas le flaquearon por falta de uso. Recuperó el equilibrio yavanzósobreelmusgo.
Primero,versilaprincesaestabamuerta.Segundo,averiguardóndedemoniosestabaelpuertoE.—¿Winter?—susurró, arrastrando los pies por el sendero. Elmuro del
confinamiento parecía estar más lejos de lo que recordaba; sus sentidosembotadoslejugabanunamalapasada.Porfin,sumanoencontróelbarandalylousóparaguiarsealolargodelsendero—.¿Ryu?
Ellobonorespondió.Otrarareza.Porencimadeldoselde la junglaartificialyeldomodevidriosepodía
ver una profusión de estrellas cintilando, y los ojos de Scarlet se
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acostumbraronalaescasaluzquebrindaban.Mientrasdoblabaenlaesquinasoloalcanzabaadistinguirlassombrasdelasramasdelosárbolesysupropiamanofrenteasurostro.
Aguzó la vista. Había algo blanco en el sendero; podía haber sidocualquieradelosmuchosanimalesalbinosquemerodeabanporellugar,peroelinstintoledecíaexactamentequéera.Quiénera.
¡Winter!Trotóel restodelcaminocon lamano rozandoelbarandal.Lafigura de la princesa tomó forma, desplomada contra los barrotes. Algooscuroformabauncharcodebajodeella.
—Oh,no…oh,no…¡Princesa!—sedejócaerderodillas,enderezandoaWinterypalpandosugarganta.
—Lasparedessangran.EsaspalabrasdébilesycasidelirantesenvolvieronaScarletenunaoleada
dealivio.CuandoencontróelpulsodeWinter,sintióqueerafirme.—¿Dóndeestásherida?—Lasangre…portodaspartes…tantasangre.—Winter,necesitoquemedigasdónde tehirió—deslizó lasmanospor
los brazos, los hombros y la garganta de la princesa, pero toda la sangreestabadebajodeella.¿Acasoenlaespalda?
—Mató a Ryu—Scarlet se quedó petrificada. La princesa sollozó y sedejó caer hacia adelante, apoyando la frente en el hueco del cuello de lamuchacha—.Estabatratandodeprotegerme.
Scarletnosuposisereferíaallobooalguardia.—Estásbien—aseguró,máscomoconfirmaciónparasímisma.Miróasu
alrededor. La casa de los animales desaparecía en la oscuridad, peroescuchabaelborboteodeunacascada,pisadasmerodeando, lashojasdeunárbolsacudiéndosemientrasalgunacriaturasemovíaentreellas.Vioelbultode pelo blanco detrás deWinter y sintió una punzada en el corazón, perorápidamentesofocóelsentimiento.
Comoconsuabuela,yahabríatiempoparalamentarsemástarde.Ahoramismoteníaquelograrescapardeahí.
Sucerebrocomenzóafuncionaramáximavelocidad.Siempre había guardias apostados en las puertas de la casa de los
animales, y debían de haber sospechado cuando la princesa Winter noregresó; amenosque Jacin tuviera un as en lamanga reservadopara ellos.Pero de cualquier manera, Scarlet no estaba dispuesta a deambular por elpalaciodelareina.
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MiróporencimadeRyu.Enlaparedmásalejadapodíadistinguirlavagasilueta de una puerta que conducía a los pasillos de los guardabosques,corredores que se empleaban para alimentar a los animales y limpiar susjaulas.Jacinhabíasugeridoesaruta,y,pormuchoquenolesimpatizara,noteníarazónparacuestionarlo.
—Vamos—logróqueWintersepusieradepie.—La sangre… —gimió la princesa mientras miraba sus manos y
temblaba.—Sí,sí,lasparedesestánsangrando,entiendo.Mira.Allá.Concéntrate—
Scarletlasujetóporelcodoylahizogirar—.¿Vesaquellapuerta?Alláesadondenosdirigimos.Vamos,yoteayudo—entrelazólosdedos,peroellanose movió—. Winter, te doy cinco segundos para recomponerte y que tedecidasaayudarme;delocontrariotevoyadejaraquícontulobomuertoytusparedessangrantes,¿entendiste?
Winter tenía los labios entreabiertos y parecía aturdida, pero al cabo detressegundosasintió.OquizábajólacabezayScarletcreyóquesuspestañastalvezsehabíanagitadounpoquito,peroparaellaerasuficiente.
—Bien.Ahoraapoyaunpie sobremismanosypasaporencimadeesebarandal.
Laprincesaobedeció.Semoviócontorpeza,locualnoconcordabaparanadaconlamaneraenqueScarletsiemprelahabíavistomoverse.MientrasWintercaíadentrode laguaridadel loboblanco, la realidadde la situacióngolpeóaScarlet.
Ese guardia les había dado la posibilidad de escapar; lo estabanintentando.
La adrenalina corrió por sus venas. Verificó el cuchillo una vez más;luegosesujetódelbarandalyseimpulsóhaciaelotrolado.
Aterrizóconungemidoyde inmediato sepusodepieycorrióhacia lapuerta.La abriódeun tiróny sintió alivioporqueno sonóningunaalarma.Miróhacia atrásyvioque laprincesa sehabíadetenido junto al cuerpodeRyu,peroantesdequeScarletpudieragritarle,Winterlevantólabarbilla,sefrotólaspalmasensangrentadasenlafaldaylasiguió.
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Treinta
Lospasillosqueempleabanparaalimentaralasfierasestabancompletamenteaoscuras.Scarletsedetuvoparaescucharsihabíapisadasovoces,peronoseoíanada,apartede los trinosde lasavesquehabíandejadoatrás.Elolor lerecordabasugranja,unamezclaembriagadoradepienso,henoyestiércol.Seorientó.Si ibana laderecha, seadentraríanmásen lacasade losanimales,pero a la izquierda podrían desembocar en el palacio; con suerte, en algúntipo de alojamiento para los criados. Con una mano en la pared, tomó aWinterporlamuñecaysepusieronenmarcha.Susdedossedeslizabansobrepuertas cerradasy recurría a loque sabía acercade la casade los animalesparacontarlas.Estadebeserladelciervo.Estapodríaserladelleopardodelasnieves.¿Esestaladelzorroblanco?
Giraronenunaesquina.Scarletpercibióunaluzqueparpadeaba,borrosaydistante.Sedirigieronenesadirecciónyencontraronuntablerodecontrolempotradoenlapared,desdeelcualsemanejabanlasluces,latemperaturaylosalimentadoresautomáticos.
Detrásdeltablero,apenasvisibleenlaluztenue,habíaunapuerta.Scarlet oprimió el mecanismo de apertura esperando, contra toda
esperanza,quenolascondujerahaciaelleón.Noocurriónada.Conunamaldición,Scarletoprimiódenuevoelmecanismo.Nada.Entonces, el tablero produjo un sonidometálico que la sobresaltó y un
mensajeempezóacorrerenlapartesuperior.
TENCUIDADO,SCARLET
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—¿Qué…?—empezóadecir,boquiabierta.Antesdeque terminara lapregunta,oyóque se liberabael segurode la
puerta.Temblorosa,seestiróhastalamanija.Lapuertaseabrió.ScarletseechóhaciaatrásantelaarremetidadelaluzyempujóaWinter
contra la pared, pero con una mirada se dio cuenta de que ese pasilloiluminadotambiénestabadesierto.Estrechoydesnudo.SiScarlettuvieraqueadivinarcómoeraunpasillodelaservidumbre,habríasidoasí.
Prestóatención,peronoescuchónada.Alzólavistayelcorazónlediounsalto.Eneltecho,unacámaragirabaunayotravez,examinandoelpasillo.Pero
apenasScarlet ladetectó, sedetuvo.La luzdeencendidoseamortiguóyseapagó. Sobresaltada, la muchacha se asomó al pasillo y vio otra cámara aunoscincuentapasos;tambiénestabaapagada.
¿QuéhabíadichoJacin?Algoacercademanejarelsistemadeseguridad;pero…¿cómo?
BuscóatientaselcododeWinterylaarrastróhaciaelpasillo.—¿Sabesdóndeestamos?—Cercadelaladehuéspedes.Bueno, era algo. Por lo menos, Scarlet no tenía que preocuparse de
empezaraescaparcompletamenteperdidas.—EstamostratandodellegaralpuertoEdeArtemisa.Túsabesdóndees,
¿verdad?—E…—titubeóWinter—.Edeejecución.Espacio.Evret.Emperador—
lopensóunmomentomás—.Edeescapar.—Edeinútil—gruñóScarlet.—No,esonoconcuerda.Scarletgiróenredondoylaprincesasedetuvoenseco.Lapartetraserade
su falda estaba ennegrecida por la sangre, que además embadurnaba susbrazos,piernasyhastasucara.Dehecho…
Scarlet se examinó y vio que ella misma estaba también bastantemanchada.Esonolasayudaríaapasarinadvertidas.
—Lasdársenas,Winter—ledijofulminándolaconlamirada—.¿Sabesonosabesdóndeestán?
La princesa hizo una mueca y se oprimió las mejillas con las manosensangrentadas.Porunmomento,Scarletpensóqueibaallorar.
—No.Sí.Nosé—surespiraciónerasuperficialysushombrosempezaronatemblar.
—Princesa…—leadvirtióScarlet.
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—Creoquesí.Lasdársenas…sí,lasdársenas,conloshongos.—¿Hongos?—Ylassombrasquebailan.ElpuertoE.Edeescapar.—Sí,E de escapar—Scarlet sentía que sus esperanzas se le escurrían
entrelosdedos.Asínoibaafuncionar—.¿Cómollegamoshastaallí?—Tomamoseltren.Hastaloslímitesdelaciudad.—Eltren.Perfecto.¿Dóndelotomamos?—Abajo,abajo.Tenemosqueirabajo.—¿Y cómo bajamos? —preguntó Scarlet, cuya paciencia se estaba
terminando.Winter sacudió la cabeza, con una expresión de disculpa en sus ojos
ambarinos. Scarlet habría querido abrazarla, de no ser porque al mismotiempoqueríaahorcarla.
—Muybien,yaveremos.Vamos.Avanzaron por el pasillo, con la idea de llegar a unas escaleras o un
elevador. La servidumbre tenía que moverse deprisa, ¿verdad? Sin dudaencontrarían…
Doblaronunaesquinaysedetuvieronbruscamente,porquecasisedierondefrenteconunamuchacha,unadoncellaquenopodíatenermásdecatorceaños.Winter chocó conScarlet, y esta la tomó del brazo con la adrenalinaretumbandoensusoídos.LadoncellamiróaScarletun instante, luegoa laprincesa,cubiertadesangre,yseinclinóenunareverencianerviosaaferradaalaropablancaquellevabaenlosbrazos.
—S-suA-alteza—saludó,tartamudeando.Scarletapretó losdientes, sacóelpuñalde la fundayse lanzócontra la
chica,pararetenerlacontralapared,conelfilodelarmasobresugarganta.Lamuchachalanzóungrito.Laropablancasedesparramóasuspies.—Tenemos que llegar al tren que nos lleva a las dársenas. ¿Cuál es la
maneramásrápida?¡Habla!Lachicacomenzóatemblarconlosojosdesorbitadosdemiedo.—Notengasmiedo—latranquilizóWinterconvozcantarinaydelicada
—.Novaahacertenada.—¡Apuestoaquesí!¿Cómollegamosalasdársenas?—P-por este pasillo, a la derecha—respondió la muchacha, apuntando
conundedo—.Lasescalerasbajanalandéndeltren.Scarletseapartó,tomóunmanteldelmontóncaídoyescoltóaWinterpor
elpasillosinmiraratrás.
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ElcorredorterminabaenunaT.Scarletdoblóaladerechayencontróunnichoqueseabríaaunasescalerasiluminadas.Encuantocerraronlapuertadetrás de ellas, Scarlet sacudió el mantel y envolvió con él a Winter,esforzándose por que pareciera una capa y porque ocultara la sangre y suidentificablebelleza.Cuandoleparecióquesuobraresultabaaceptable,tomóa Winter de la mano y bajaron por los escalones. Al llegar al segundodescanso,lasparedescambiaronpormurosdepiedradecolorcafégrisáceo.Estabanenlosnivelessubterráneosdelpalacio.
Tresnivelesdespués,salieronaunandéniluminadoporfarolesbrillantes.Anteellasseextendíanlossilenciososrielesmagnéticos.Scarletseacercóalbordeymiróalosdosladosdeltúnel.
Divisóotraentrada,unarcorevestidodemosaicosfosforescentes.Eralaentrada a los corredores del palacio, diferente de la entrada austera de laservidumbre.
Algo hizo un ruidometálico. El sistemamagnético comenzó a zumbar.Scarletsintióqueteníaelcorazónenlagarganta.ExtendióelbrazoyempujóaWintercontra lapared.Del túnelsurgióun trenconformadebalaquesedeslizó hasta detenerse sobre las vías. Scarlet se quedó inmóvil, esperandoquequienfueraquebajaranolasviera,quenisiquieravoltearahaciadondeseencontraban.
La puerta del tren se levantó con un siseo de mecanismo hidráulico.Descendióunadamaquereíaenvozalta,ataviadaconunllamativovestidoverdeesmeraldaquebrillabaconplumasdepavorealengastadasdejoyas.Lasiguióunhombrequellevabaunatúnicabordadaconrunas,similaralasqueusaban los taumaturgos. Extendió el brazo y atrajo a la mujer hacia sítomándolaporlacadera.Ellasoltóungrititoysealejóatodaprisa.
Scarletnorespiróhastaquenopasarontrastabillandopor lapuertay lasrisasdelaparejaseperdieronenlasescaleras.
—Esenoessumarido—susurróWinter.—La verdad, nome interesa—le contestó Scarlet y se lanzó al tren—.
¡Abre! —el tren no se movió; la puerta no se abrió—. ¡Abre, chatarraestúpida!
Metió losdedosporelbordede lapuertapara tratardeabrirla.Sudedoheridoempezóapunzar,porprimeravezdespuésdemuchosdías.
—¡Vamos!—insistió—.¿Quélepasaaestacosa?¿Cómola…?LapuertaseabrióycasihizocaeraScarlet.Seescuchóunavozrobótica:
“Destino:Artemisa,puertoE”.
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Scarlet sintió que se le ponía la piel de gallina, pero logró empujar aWinterhaciaadentromientrasdabalasgraciasensilencioalaliadoinvisiblequelasestabaayudando.Subióaltrendetrásdelaprincesaysedejócaerenunasiento.Lapuertasecerró,resguardándolasenelinterior.Eltrencomenzóaelevarseyadeslizarseporlasvías.
—Deescapar—dijoWinter.Scarletseenjugólafrentehúmedaconlamangasucia.Cuandosupánico
sehabíaapaciguadolosuficientecomoparapoderhablar,preguntó:—¿Quépasóenlacasadelosanimales?LafortalezaquesehabíaasomadoenlamiradadeWinterseextinguiótan
rápidocomohabíallegado.—Lareinaloenvióamatarme,peromatóaRyuenmilugar.Scarletbajólacremalleradelabrigoconcapuchaparatratarderefrescar
supielardiente.—¿Porquéquierematartelareina?—CreequesoyunaamenazaparalaCorona.Scarlet resopló con una expresión tan cansada que no comunicó ni la
mitaddelsentimientodeburlaquequeríatransmitir.—¿Deverdad?¿Algunaveztehaoídohablar?Winterlamiróconungestoinquisitivo.—Porqueestásloca—explicóScarlet—.Notienesmaderadereina,yno
teofendas.—Nopuedoserreinaporquenosoydeascendenciareal.SuMajestades
mimadrastra,notengonadadesusangre.—Claro,puesesoesloqueimportaenungobernante.AunquehabíadosmonarquíasenlaUniónTerrestre(elReinoUnidoyla
ComunidadOriental), Scarlet había crecido enEuropa, unademocracia conequilibrio de poderes, votaciones y representantes de las provincias. Engeneralpensabaqueacadacuallosuyo,yleparecíaevidentequelospaísesdelaUnióndebíandehaberhechoalgobienparahaberdisfrutadodecientoveintiséisañosdepaz.
Pero no pasaba lo mismo en Luna. Algo se había corrompido en susistema.
El tren aminoró la marcha. Scarlet miró por la ventanilla. La lóbregacuevarocosaseabríahaciaunenormepuertodenavesespacialesrebosantede actividad. Las baldosas del piso brillaban y lanzaban contra las paredesoscurassombrasdeincontablesnaves.Ellugareraenormeyestabaatestado.Habíamuchasotrasvíasporlasquellegabantrenesacadasegundo.Enotras
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vías,cuadrillasdetrabajadoresemitíanórdenesabreviadasquesonabancomosi fuera otro idioma, y bajaban cargamentos de víveres y otros artículosprovenientesdelossectoresexternos.
—Plataforma22—recordóScarletcuandoseabriólapuertadesutren—.Tratadenollamarlaatención.
Winterlamiróduranteunmomentoconabsolutalucidezeinclusociertohumor.
Teníarazón.Estabansuciasy llenasdesangre.Winterera laamadísimaprincesa,más bonita que un ramo de rosas ymás loca que una gallina sincabeza.
Seríaunmilagroquenollamaranlaatención.—Podríasusartuencanto—lepropusoScarlet.LaconexiónseinterrumpióyWinterapartólamirada.—No,nopodría—lecontestóysalióalandén.Scarlet la siguió, aliviada de no ver a nadie con vestidos elegantes ni
sombrerosridículos.Estelugardecomercioycarganoeraparaaristócratas,pero eso no significaba que estuvieran a salvo. Podía percibir que lostrabajadoressedetenían,quelesechabanunasegundamirada.
—Oseaquenoquieres—dijoScarlet.—Oseaquenoquiero—admitiólaprincesa.—Entonces, por lo menos baja la cabeza—le pidió y ajustó el mantel
sobreelcabellodeWintermientrassealejabandelasvías.Elpuertoeraenormeyseperdíaenladistancia.Acadaladoseextendían
cientosdebodegasoscurasconnúmeroslabradosenlapartesuperior.Scarletescudriñaba los cargamentos conforme avanzaban y notómuchas alusionesbélicas.
MUNICIONESPARAARMASCORTASENTREGA:REGIMIENTOLUNAR51,MANADA437TAUM.:LAIGHT.ALFA:GANUSBASE:ROMA,ITALIA,FE,TIERRA
Municiones.SetratabadearmamentocondestinoalaTierra,paralaofensivalunar.
Noreacciones,sedijoconlospuñosapretados.Cadafibradesucuerpoansiabahallarunarmayquemartodosloscontenedoresdelpuerto.
Noreacciones,noreacciones.Regularizósu respiracióny siguióavanzando,conWinterdetrás.Vioel
númeroE7grabadoenunapareda su izquierday elE8a suderecha.Casi
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llegaban.Tuvoqueecharmanodetodasuvoluntadparanocorreralaplataforma
22.—¿Puedo ayudarlas? —se detuvieron. Las había interceptado un
trabajadorvestidoconununiformesucio—.¿Quéestán…?—seinterrumpióal posar lamirada enWinter, o en lo que alcanzaba a percibir de su rostroinclinadoalsuelo—.Yo…perdónenme.¿SuAlteza?
Winteralzólamirada.Elhombreseruborizóyprosiguió.—Esusted—susurró—.Nosabía…¿puedoayudarla,Alteza?Scarletseexasperó:nadiemáslashabíadescubiertoaún.Tomóalhombre
porelbrazoantesdequeseinclinaraenunareverencia.—Su Alteza no desea llamar la atención. Si quieres ayudarnos,
acompáñanosalaplataforma22.El rostro del hombre reflejaba su ansiedad.Movió la cabeza en sentido
afirmativo, como si sintiera miedo de Scarlet. Quizá pensaba que era unataumaturgaenentrenamiento.
—S-sí,claro.Poraquí.ScarletlosoltóylelanzóaWinterunamiradahelada,gesticulandopara
quevolvieraaocultarelrostro.Elhombrelasconducíaconpasosrígidosporentre plataformas de carga y contenedores puestos en vías intrincadas. Serascabaelcuelloconlamanolibreyunpardevecesmiróporencimadesuhombro.
—¿Pasaalgo?—lepreguntóScarletcondureza.—N-no.Perdón.—Entonces,dejademirarla.ElhombreabriólabocayScarletpensóquequeríamencionarlasangreo
la mugre o la mera existencia deWinter, pero se calló y mantuvo baja lacabeza.
Algunasdelasbodegasporlasquepasabanestabancerradasconpesadaspuertasmetálicas,peroengeneralseencontrabanabiertasymostrabannavesestacionadas.
—¿Loves?—murmuróWinter—.Hongosysombrasquebailan.Scarletsiguióladireccióndesugesto.Enefecto,lassombrasdelasnaves
sobrelasparedesparecíanhongosbailarines.Oalgoasísiponíalacabezadeladoyentornabalosojos.
—Laplataforma22,SuAlteza.Scarletmiró el número sobre el arco de la puerta y la nave que estaba
adentro.Eraunbiplazamarcadoconlainsigniadoradadelacortereal.
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—Gracias—ledijoScarlet—.Esoestodo.—¿Necesitarán… necesitarán que las escolte de regreso?—preguntó el
hombrefrunciendoelceño.Scarlet sacudió la cabeza y nuevamente tomó del brazo aWinter, pero
apenashabíadadodospasoscuandosedetuvo.—No le digas a nadie que nos viste—le advirtió al hombre—. Pero si
alguien te pregunta, dile que te manipulamos para que nos ayudaras.¿Entendiste?
ElhombrefijósusojostemerososenWinter,quelesonrióamablemente,locualacentuóelrubordesusmejillas.
—Noestoysegurodequenolohayanhecho—musitó.Scarlet puso los ojos en blanco y remolcó a la princesa hacia la nave.
Verificóque el hombre sehubiera ido, abrió lapuertadel ladodelpilotoyempujóaWinterhaciaadentro.
—Acomódateenelasientodelacompañante,amenosquequierasvolarestacosa.
Winterobedeciósindecirnada.Scarletsequitóelpuñaldelacinturaylodepositó entre las dos. Cerró la puerta y el ruido de las dársenas quedósilenciadodentrodelanaveselladaalvacío.
Scarletexhalóyseconcentróenquedejarande temblarle lasmanos,enque el revoltijo de controles que tenía enfrente se le aclarara. Examinó lacabina para determinar qué se parecía al vehículo de entregas que habíavoladodesdequeteníaquinceañosyquéeradiferente.
—Sí,puedo—murmuróalpresionarcon losdedos lapantallaprincipal,quebrillódeinmediato.Loscontrolesseencendieron.
AUTORIZACIÓNDESEGURIDADSINDETERMINAR
Miró fijamente el mensaje. Tuvo que leerlo cuatro veces para asimilar elsignificado de las palabras. A medias, había esperado que su ayudantefantasmalanularaelsistemadeseguridaddelanaveyencendieralosmotoresen su lugar. Como no pasó nada, se acordó del cilindro que le había dadoJacin. Lo sacó de su bolsillo y le quitó la tapa. Contuvo la respiración alconectarloenelpuertodeseguridadcorrespondiente.
Uníconogirósobreelmensaje.Ygiró.Ygiró.Scarletsentíalatensiónenelestómago.Unagotadesudorleescurriópor
lanuca.
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AUTORIZACIÓNCONCEDIDA.BIENVENIDO,GUARDIAREALJACINCLAY.
Lanzó un grito de alegría, sintiéndose mareada de alivio. Accionó variosinterruptores.Elmotorzumbóylanaveseelevófirmeysegurasobrelabase,por medio de la fuerza magnética. Fuera de su hangar, varios carguerosflotaban hacia la cámara sellada que separaba el puerto E de Artemisa delvacíoespacial.Ellaspodíancolocarseenlaretaguardia.Nadiedetendríaaunanavereal,nisiquieraharíanpreguntas.
—Espera—sugirióWintercuandoScarletimpulsóelmódulo.Scarletsintióqueelcorazónledabaunvuelco.—¿Quépasa?—lepreguntóescudriñandoelpuertoaéreoenbuscadeun
taumaturgo,unguardia,unaamenaza.WinterseestiródetrásdeScarletypasóporencimadesucabezaelarnés
delpiloto.—Laseguridadantetodo,amigaScarlet.Somosseresfrágiles.
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Treintayuno
WintermirabahipnotizadalasconfiadasmanosdeScarletquesedesplazabansobreloscontrolesdelanave.Detrásdeesta,lasenormespuertasdehierrosecerraronconestrépitoylasconfinaronenunacámaraselladaalvacíoconotradocena de naves que aguardaban ser liberadas del puerto subterráneo deArtemisa.ApartandosuatencióndeScarletylostitilantesinstrumentos,mirósobresuhombrohacialaspuertasempalmadas,tanantiguasqueparecíaquehabíanexistidoenLunadesdeantesdelacolonización.
Ahoralaseparabandelospuertos,laciudad,elpalacio.YdeJacin.Scarleteraunmanojodenerviosytamborileabaconlosdedossobrelos
instrumentos.—¿Cuántotiempotardará?—Nosé.LaúnicavezquesalídeArtemisafuealolargodelosrielesdel
trendelevitaciónmagnética.—Teníanquesellarunpardepuertas,¿verdad?—Scarletalzólamanoy
movióalgunosinterruptores.Laslucesinterioresseapagaron—.Seríaunmalmomentoparaquealguienecharaunvistazoytereconociera.Probablementepensaríanqueteestoysecuestrando.
—Enciertomodoesasí.—No.Teestoysalvandodetupsicóticamadrastra.Esdiferente.Winterapartósuatenciónde laspuertasyescudriñó lasnavescercanas.
La mayoría parecía ser de carga. Se preguntó cuántas transportaríanprovisionesparalosenfrentamientosbélicosenlaTierraomássoldadosdelareina.Sinembargo,lamayoríaestaríadestinadaalossectoresexternosparaentregas o para cargar bienes que se enviarían de regreso a la capital. Era
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muchomásrápidovolarquellevarlostrenesdelevitaciónmagnéticaalotroladodeLuna.
—¿VamosalaTierra?—Jacin dijo que esta nave no llegaría hasta allá —respondió Scarlet
frunciendoaúnmáselceño.Jacin.ElvalienteJacin.Siempreprotegiéndola.Ellalohabíaabandonado.Scarlet tiró de uno de los cordones de su capucha; la punta estaba
deshilachadaysucia.—JacinmecontóqueestesectoralquevamosesdondeWolfcreció.Tal
vezsufamiliasigaallí.Winter deslizó los dedos por su arnés, cantando para sí:LaTierra está
llenahoy,hoy,ytodosloslobosaúllan,auuuuuu…—Necesitamos un aliado. Alguien en quien podamos confiar. Tal vez
pueda persuadir a los padres de Wolf de que nos den refugio. Que nosescondanhastaquepensemosenunplanmejory,portodaslasestrellas,¿quéestátardandotanto?
—¿Aa…uuu?—siguióWinter,parpadeando.—¿Quieres concentrarte?—se ofuscó Scarlet—. Necesitamos encontrar
unlugardondeescondernosdelareina.—Nosencontraráencualquierparte.Noestaremosseguras.—Nodigaseso.Lagentetequiere,¿cierto?Teprotegerán.Alasdos.—Noquieroponeranadieenpeligro.—Tienesquesuperaresaactitudahoramismo.Aquísetratadeellacontra
nosotros, Winter. De aquí en adelante, necesito que pienses como unasobreviviente.
Winter lanzó un tembloroso suspiro, celosa de las brasas que ardíandentrodeScarlet.Sesintióhuecayfríaensuinterior.Fácildequebrar.
Scarletsemetióenlabocaunodeloscordonesdesuabrigoymordisqueóelplástico.
—MR-9—murmuróparasí—.¿QuésignificaMR-9?—MinasderegolitoSector9.Esunsectorpeligroso.—¿Peligrosoenquésentido?—Enfermedadporregolito.Muchasmuertes.—Pareceun lugarenelqueLevanano tebuscaría—afirmóScarletcon
unamueca—. Perfecto—agregó, después de hacer clic en la pantalla paraabrirunmapa.
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Elsegundogrupodepuertascomenzóadeslizarseydesapareciódentrodelasnegrasparedesdelacaverna.Unaluzdébilsecolóalinteriordelmódulo.
—¿Scarlet?—¿Qué?—Scarletmiróaloaltoytragósaliva—.Porfin.Amedidaqueelespacioentrelaspuertassehacíamásancho,Wintervio
que estaban en una cueva construida a un lado de un cráter. Más allá dellímite se extendía el páramo rocoso de Luna, sus abruptas rocas y susuperficiesurcadaporprofundasmarcas,tanhostilcomounhoyonegro.
—Jacinnossalvóalasdos—musitó,conundolorenelpecho.Scarletcarraspeóincómodayguiolanavehaciaadelante,hastaalinearla
conlasotras.Másallá,losimpulsoresdelasnavesmáscercanasalasalidaseencendieronyselanzaronalespacio.
—Pudo haber sido un pocomás claro con la información. Recuérdameagradecerleundía.
—Levanalomatará.Wintermiróhaciaabajo.Habíasangresecaentresusdedos,manchando
su vestido, empapando sus zapatos. Parpadeó, y las manchas de sangrecomenzaronafiltrarseporlatela,extendiéndose.
Winterlanzóundébilsuspiro.Noesreal,princesa.—Estoyseguradequesequedóporunarazón—afirmóScarlet—.Debe
detenerunplan.Sunavellegóalfrentedelalíneaytodalagalaxiaseabrióanteellas.Una
sonrisadeaudaciasedibujóenloslabiosdeScarlet.—Aquívamos.Mientras los dedos de Scarlet volaban sobre los controles y el módulo
espacial zumbaba a su alrededor, Winter miró hacia atrás por última vez.Hubounasacudida.SuestómagodiounvuelcoyluegoyaestabanelevándosedelaplataformayScarletreíayeldomodecristalquealbergabaaArtemisaestabadebajodeellas,másymáspequeño…
Wintersoltóunsollozoysetapólamanoconlaboca.—Oye, oye: nada de eso —dijo Scarlet, sin molestarse en ocultar su
efusiva alegría—. Lo logramos,Winter, y estoy segura de que Jacin estarábien.Parecefuerte.
AWintercomenzóadolerleelcuellodeestargiradaenelasiento,peronoquería apartar la mirada de Artemisa, ni siquiera cuando el palacio y losedificios se borraron y las luces titilaron y se apagaron, invisibles bajo lasuperficiedeldomo.
—Ellalomatará.
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—Sé que estás preocupada, pero mira: estamos fuera de esa ciudadabandonada por las estrellas. Estamos vivas y libres, así que deja delloriquear.
Winterapoyólamejillaenelrespaldodelasiento.Contuvolas lágrimasqueamenazabanconescaparyseconcentróensurespiraciónentrecortada.
Despuésdeunlargosilencio,sintióqueunamanoseposabaenlasuya.—Lo siento—se disculpóScarlet—.Lo que dije fue injusto. Sé que lo
quieres.—Loamocomoamomipropiafábricaproductoradeplaquetas—confesó
Winterdespuésdetragarfuerte.—¿Tuqué?—Nosé.Micorazón,supongo.Micuerpo.AmoaJacin,cadapartedeél.—Muybien,loamas.Pero,Winter,élparecíasaberloquehacía.—Protegerme—murmuróWinter—.Siempremeprotege.Sealarmóalsentirelinesperadoolordesangreinvadiendosuspulmones.
Miróhaciaabajoyjadeó.—¿Quépasa?Winter apartó de su abdomen la tela de su vestido. La sangre había
empapadoesematerialblancoyreluciente,tiñéndoloderojo.Hastaelmantelque Scarlet le había quitado a la criada estaba empapado. El olor era tanpesadoquepodíasentirloensuboca.
—¿Winter?—No…esnada—tartamudeó,tratandodealejarloconlaimaginación.La
sangreleescurríaporlaspiernas.—Estásalucinando,¿verdad?Winter se reclinó en el asiento y sujetó con los dedos las correas de su
arnés.Todoestáentucabeza,princesa.Noesreal.—Estoybien.Seirápronto.—Sinceramente —gritó Scarlet—, ¿por qué no simplemente usas tu
encanto?¿Porquédejasqueteenloquezcaasí?—No enloqueceré —respondió Winter tosiendo y con la respiración
agitada.—Losé,pero¿porqué?—Esundoncruel.Ojalánohubieranacidoconél.—Bueno,nacisteconél.Mírate,Winter;estáshechaundesastre.¿Porqué
no…nosé…mehacescreerquetucabelloesanaranjadooalgoasí?¿Algoinofensivo?
—Nuncaesinofensivo.
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—Siyotuvieraeldon—continuóScarlet,ajenaalaasfixiantepresióndelarnés y la sangre que chorreaba a borbotones—, les habríamostrado una odos cosas a esos arrogantes imbéciles. A ver cuánto les gustaría que lespidieraquehicierantrucos.
LasmanosdeWinterestabanhúmedasypegajosas.—Miabueloeralunar—lecontóScarlet—.Nuncaloconocí,peroahora
séquemurióenunmanicomio.Tuvequehacermecargoporqueél tomó lamismadecisiónquetúestástomandoahora.EstabaenlaTierraytratabadeocultarloqueera,asíquetalvezteníaunarazón.¿Perotú?¿Porquétehacesesto?¿Enquémejoralascosas?
—Nolasempeora.—Teempeoraati.¿Porquénopuedessimplemente…hacercosasbuenas
coneso?Winterrioapesardelapresióndelaalucinación.—Todoscreenquehacenbien—dejócaerlacabezahaciaunlado;miróa
Scarletconlosojosenrojecidos—.Mimadrastranosoloespoderosaporquela gente le teme; es poderosa porque puede hacer que la amen cuando lonecesita.Creemosquesiescogemoshacersoloelbien,entoncessomossolobuenos. Podemos hacer feliz a la gente. Podemos ofrecer tranquilidad oalegría o amor, y eso debe de ser bueno. No vemos que la falsedad seconvierteensupropioestilodecrueldad.Unavez—continuó,empujandolaspalabrasdesdesuspulmones—,unavezcreícontodoelcorazónqueestabahaciendoelbien.Peromeequivocaba.
La nave tembló y aumentó su velocidad. Luna se desdibujó debajo deellas.
—¿Quéocurrió?—preguntóScarlet dirigiendo sumirada primero haciaellaydenuevoalpaisaje.
—Hubo una doncella que intentó matarse. La detuve. La obligué acambiardeparecer.Lahicefeliz.Estabaseguradequelaestabaayudando—respiraba en medio de jadeos ahogados, pero siguió hablando con laesperanzadesalirdelaalucinaciónsidejabadeprestarleatencióneltiemposuficiente—.PerotodoloquehicefuedarlemástiempoparaqueAimerylatorturara.Élleteníabastanteaprecio,¿ves?
Scarletsequedócallada,peroWinternoseatrevióamirarla.—Lavezsiguientequeintentóquitarselavida,lologró.Soloentoncesme
dicuentadequenolahabíaayudadoennada—tragósalivacondificultad—.Ese día juré no volver a manipular a nadie de nuevo, aun si creía estar
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haciendo el bien, porque ¿quién soy yo para decidir lo que es bueno paraotros?
Elarnésvolvióaajustarse,haciendopresióncontraelesternóndeWinter,apretandosuscostillas.Ibaapartirlaporelmedioyahacerlapedacitosconformademuchacha.Unalambredepúaslerasgabalapiel.
Cerrólosojos.Quédateconmigo,princesa.—Parece que debiera haber una forma de manejarlo, sin… esto —
murmuróScarletdespuésdeunsilenciosofocante.Elarnés laapretóaúnmás,obligándolaasacarelairedesuspulmones.
Conungemido, inclinólacabezahaciaatrásparaevitarqueleoprimiera latráquea.
—¿Qué?¿Winter?Danzaban estrellas frente a sus ojos. Sus pulmones ardían. La sangre
goteaba por los rizos de su cabello y empapaba las correas del arnés. Sinluchar más, dejó que su cuerpo cayera hacia adelante. Las correas leapretabanelesternónylepartíanlascostillas.
Scarletlanzóunamaldición,peroelsonidoseoyódistanteyahogado.Wintersintióqueunasmanoslagolpeabancomocondedosenguantados,
empujándola de nuevo hacia el respaldo y palpándole el cuello. Oyó sunombre,peromuylejos,tratandodealcanzarlaatravésdeunmardeestrellas,ytodosedesvanecíaconrapidez…
Hubounaseriedefuerteschasquidosyelzumbidodelarnéscuandosaliódandovueltashaciaeltechodelanave.
Winter se desplomó en brazos de Scarlet y ambas cayeron sobre laconsolacentral.ScarletluchóparalevantarlacabezadeWinterydespejarsusvíasrespiratoriasmientrasevitabaquelanavechocaraconelterrenoirregulardeLuna.
El aire volvió a entrar en los pulmones de Winter. Ella tomó unabocanada, aspirándoloconansiedad.Aún leardía lagarganta,peroeldolordelpechodesaparecíaenlasperdidasprofundidadesdelaalucinación.Tosióy se obligó a abrir los ojos. La sangre había desaparecido; ahora soloquedabanlosrestosdeRyu,secosyextendidosportodasuropa.
—¿Estásbien?—gritóScarlet,mediohistérica.WintersetopóconelrostrodesconcertadodeScarlet;aúnestabamareada
porlafaltadeaire.—Elarnéstratódematarme—susurró.
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Pasándose una mano por el cabello, Scarlet volvió a reclinarse en elasientodelpiloto.A travésde laventana,mediadocenadedomosdistantescrecíanentamaño:uncrecimientolento,quedabalugaralasutil impresióndeedificiosdebajodeellos.
—Elarnésnohizonada—gruñóScarlet—.Tumenteeselproblema.Wintersoltóunarisita,entrecortadaporelllanto.—T-tienesrazón—farfulló,escuchandolavozdeJacinensucabeza.Quédateconmigo,princesa.Quédateconmigo…Peroellayaestabamuylejos.
—Reinamía,hemossufridopequeñosproblemasenelsistemadevigilancia.Fallasdeenergíaalazarquehanocurridoenelpalacio.
Levanaestabadepiefrentealasgrandesventanasdesutorre,escuchandoaltaumaturgodelatercerafilapresentarsuinformediario,aunquecarecíadesu concentración habitual. Sus pensamientos eran un embrollo dedistracciones.Peseautilizar todos los recursosasualcanceyexigirquesuequipo de seguridad revisara horas y horas de grabaciones de los sectoresexternos, aún no encontraban a Linh Cinder y sus compañeros. Lospreparativosdelabodaestabanenmarcha,peroellahabíaestadodemasiadonerviosaparamirarsiquieraasufuturomaridodesdequehabíallegado.
Ahora teníaquepreocuparseporWinter.Ese ingrato intentodeprincesano había sidomás que una vergüenza para Levana desde el día en que sehabía casado con su padre. Si Jacin tenía éxito, jamás se vería obligada avolver a escuchar sus murmullos sin sentido. Jamás debería defenderla denuevodelasrisasburlonasdelacorte.Jamástendríaqueverlasmiradasdedeseodirigidasaesatontachicaporloscorredoresdepalacio.
Levana quería que la princesa desapareciera. Deseaba deshacerse delresentimiento que la había envenenado durante tanto tiempo. Su vidacomenzabadenuevo,ymerecíaestenuevoprincipio sin la torpemuchachaarrastrándolaalfondo,recordándoleunpasadodemasiadodoloroso.
PerosiJacinfallaba…Levananopodríasoportarotrofracaso.—¿Reinamía?—¿Sí?—preguntódirigiéndosealtaumaturgo.—Lostécnicosnecesitansabercómolegustaríaqueprocedieran.Estiman
que llevará una hora o dos ubicar el origen de estas fallas en el sistema y
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restaurar lo que se averió. Tal vez desactiven partes del sistema mientrastrabajanenél.
—¿Estolosdistraeríadelabúsquedadelacyborg?—Sí,SuMajestad.—Entoncespuedeesperar.Lacyborgesnuestraprioridad.—Lamantendremos informadade nuevos acontecimientos—anunció él
conunainclinación.—Eso es todo. Gracias por el informe —dijo Aimery, haciendo un
ademánhacialapuerta.El taumaturgo salió de prisa, pero otra figura apareció en el elevador
cuandolaspuertasseabrieron.Levanase incorporóalveraJacinClay.Unasombracruzóelrostrodel
guardia,unodioquesolíapoderdisfrazar.LamiradadeLevanarecayóensusmanos,cubiertasdesangre.Habíaunamanchaenlarodilladesuspantalonestambién,quealsecarsesehabíaennegrecido.
—¿SirClay?—dijo.—Estáhecho.Su tono estaba cargado de todo el horror que esas simples palabras
escondían.Una sonrisa cosquilleó en la boca de Levana. Giró la cabeza para
ocultarla:unactodegenerosidad.—Sé que no debió de ser fácil para ti —admitió, esperando que se
percibierasimpatíaensuvoz—.Séloquesentíasporella,perohashecholocorrectoporlaCoronayportupaís.
Jacinnohabló.Cuandopudodominarsuexpresióndenuevo,Levanagiró.Eltaumaturgo
AimeryyJerricopermanecíanimpasibles,mientrasJacinteníaelaspectodequererarrancarelcorazónaúnpalpitantedeLevanasituvieralaoportunidad.
Sintiólástimaporélyoptóporperdonaresosinstintosrebeldes.Despuésde todo, élhabíaamadoa la joven,pormucho trabajoquea ella le costaracomprenderlo.
—¿Quéhicisteconelcuerpo?—Loqueméenelincineradordelacasadelosanimales,dondellevana
losanimalesmuertos.Nadadesuirasehabíaapagadoalinformardesutarea,aunquenohizo
movimientoalgunohaciaLevana.Aunasí,Jerricomantuvosuvigilancia.—Matétambiénalloboblanco,paracubrirlasangre,ydejéelcuerpodel
loboalavista.Losguardabosquescreeránquefueunataquealazar.
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Levanafruncióelceño;subuenhumorsedesvanecía.—Notedijequedestruyeraselcuerpo.Lagentedebeverunapruebade
sumuerteparaqueyanoseaunaamenazacontramitrono.Jacinapretólamandíbula.—Ellanuncafueunaamenazaparasutrono—refunfuñó—,yyonoibaa
dejarla allí paraque la desgarrara algún animal carroñero albinode los queusted tiene en ese lugar. Puede encontrar otra forma de dar la noticia alpueblo.
—Así lo haré —aseguró Levana, apretando los labios y con un saboramargoenlaboca.
Jacintragósalivayrecobróciertacompostura.—Esperoquenolemolestequetambiénhayamatadoauntestigo,reina
mía.Creí que sería contrario a sus objetivos que se supiera que un guardiarealhabíaasesinadoalaprincesa.Lagentepodríapreguntarsesinoobedecióórdenessuyas,despuésdetodo.
—¿Quétestigo?—preguntó,irritada.—LachicadelaTierra.Nocreoquenadievayaaextrañarla.—Ah,ella—conunaexpresióndeburla,hizoungestodespectivoenel
aire con la mano—. Debió haber muerto hace semanas. Me has hecho unfavorlibrándomedeella.
Inclinólacabeza,examinandoaJacin.Eradivertidovercuántaemociónrevelaba,cuandonormalmenteeraimposibleagraviarlo.
—Hassuperadomisexpectativas,sirClay.Levanaapoyósumanosobrelamejilladelguardia.Unmúsculosecrispó
bajo supalma; ella tratóde ignorar lamiradade fuegoque laquemaba.Surabiaeradeesperarse,peroprontoélsedaríacuentadequetodohabíasidoparabien.
Sino,ellasiemprepodríaobligarlo.Sesentíamásaliviada;nuncavolveríaaverlacaradesuhijastra.Dejócaerlamanoysedirigiódenuevohacialasventanascomoflotando.
MásalládeldomocurvadoveíaelyermopaisajedeLuna,consuscráteresblancosysusriscosrecortadoscontraelnegrocielo.
—¿Algunacosamás?—Sí—dijoJacin.Ellaalzóunaceja.—Quierorenunciaralaguardiareal.Pidoserreasignadoalsectoralque
mi padre fue enviado hace años.Este palacio guarda demasiados recuerdosparamí.
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—Estoy segura de eso, Jacin—admitióLevana, conuna expresiónmásagradable—. Siento haber tenido que pedirte esta tarea. Pero tu petición esdenegada.
LasfosasnasalesdeJacinsehincharon.—Hasdemostradoserlealyconfiable,cualidadesquelamentaríaperder.
Puedes tomarte el resto del día, conmi gratitud, peromañana te reportarásparatunuevaasignación—sonrió—.Bienhecho,Jacin;puedesretirarte.
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Treintaydos
Cinder estaba perdiendo el juicio.Llevabandías escondidos en la choza deMahaKesley.Wolfysumadre,Thorne,Ikoyella,apiñadosenlaspequeñashabitaciones,tropezandounosconotroscadavezquesemovían.Aunquenosemovíanmucho.Noteníanadóndeir.Comolosatemorizabaquelosoyeranatravésdelasventanaspequeñasysinvidrios,secomunicabanbásicamenteconlasmanosyconmensajesescritosenlapantallaportátilquelesquedaba.Elsilencioeraespantoso.Laquietudlossofocaba.Laesperaeraunaagonía.
CinderpensabaconstantementeenCressyenScarletysepreguntabasiestaríanvivas.
EstabapreocupadaporKaiylabodacadavezmáspróxima.Por otra parte, se sentía culpable. Había puesto a Maha en peligro al
quedarse ahí, y además consumían demasiada comida, pues ya se habíanterminadolosexiguospaquetesquehabíantraído.Mahanodecíanada,peroCinder se daba cuenta. La comida estaba racionada estrictamente en lossectoresexternos,ylamadredeWolfapenaspodíamantenerse.
Pasabanlosdíastratandodereorganizarsuplan,aunquedespuésdetodoloquehabían tramadoabordode laRampion,Cinder sesentíadesalentadapor haber vuelto al punto de partida. No habían podido usar el video quehabían grabado. Habían descargado copias en la pantalla portátil y en lascomputadoras internas de Cinder e Iko. Pero más allá de cuántas copiastuvieran,sinlahabilidaddeCressparaintroducirseenelsistemadedifusión,elvideonoservíadenada.
Discutieron sobrede armarunmovimientopopular.MahaKesleypodíacomunicarleslanoticiadelregresodeSelenealostrabajadoresdelaminaydejarquesedifundieraapartirdeellos.Opodíanenviargenteporlostúneles,
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paraquepintaramensajesenlasparedes.Peroestasestrategiaseranlentas,secorríaelriesgodecausarerroresdecomunicaciónynoeraprobablequelasnoticiassepropagaranconsuficienterapidez.
Había un motivo para que Levana mantuviera aisladas a las personas.Habíaunaexplicacióndequenadiehubieraintentadohastaesemomentounarebelión organizada, y no era porque no quisieran. De la propagandagubernamental se deducía que Levana y sus antepasados habían tratado deengañaralpueblodeLunaparaquecreyeraquesurégimenerajustoyestabapredestinado.Tambiénquedabaclaroen laspintadasde los túnelesyen lasmiradasabatidasdelagentequeyanolocreían,siesqueenalgunaépocalohabíancreído.
Toda incitación a la rebeldía había sido sofocada y erradicada conamenazas, pero cuantos más lunares veía Cinder, más creía que podíareavivarla.
Loúnicoquenecesitabaeraunmedioparahablarles.Mahahabía idoalandéndel trende levitaciónmagnéticaahacer la fila
pararecibirsusracionessemanales.LosdemássequedaronmirandoelmapaholográficodeLuna.Habíapasadomásdeunahora;sinembargo,pocasideasseleshabíanocurrido.
Cinderempezabaasentirsedesesperanzada,y,entretanto,elrelojseguíamarcando lashoras.Lasquefaltabanpara laboda.Para lacoronación.Paraquefinalmentelosdescubrieran.
Un coro inesperado de campanas hizo saltar a Cinder. El mapa sedisolvió.Laimagenfuereemplazadaporunmensajeobligatoriotransmitidodesdelacapital.Cindersabíaqueelmismomensajeibaatransmitirseenunadocena de pantallas empotradas en el domo, para garantizar que todos losciudadanoslovieran.
El taumaturgo mayor, Aimery Park, apareció ante ellos, guapo yarrogante. Cinder retrocedió. El holograma daba la impresión de que eltaumaturgoestabaenlahabitaciónjuntoconellos.
“BuenpueblodeLuna—comenzó—.Suspendanloqueestánhaciendoyescucheneste anuncio.Lamento tenerquecomunicarnoticias trágicas.Hoypor lamañana,SuAlteza real, laprincesaWinterHayle-Blackburn,hijastradeSuMajestadlareina,fueencontradamuertaenlarealcasadeanimales”.
Cinder frunció el ceño e intercambió miradas inquisitivas con suscompañeros. No sabía mucho de la princesa, solo que se decía que erahermosa y que la gente la amaba, lo que debía de haber significado que
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Levana la odiaba. Había sabido de sus cicatrices en el rostro, un castigoimpuestoporlapropiareina,oporlomenosesodecíanlosrumores.
“Estamosrevisandolasimágenesdelascámarasdeseguridadparallevaralasesinoantelajusticia,ynodescansaremoshastavengaranuestraamadaprincesa—continúo la transmisión—. Aunque nuestra abnegada reina estádevastadaporlapérdida,quierecontinuarconlaceremonianupcialsegúnloplaneado, para que tengamos una alegría en este momento de tristeza. Seprogramaráunaprocesión fúnebreparaSuAltezaen laspróximassemanas.Todos extrañaremos a la princesa Winter Hayle-Blackburn y nunca laolvidaremos”.
ElrostrodeAimerydesapareció.—¿CreesquelahayamatadoLevana?—preguntóIko.—¡Claroquelocreo!—contestóCinder—.Mepreguntoquéhabráhecho
laprincesaparaponerlafuriosa.—NocreoquehayatenidoquehacernadaparadespertarlairadeLevana
—sugirióThorneconlosbrazoscruzados.Seveíamuyafectado.Nosehabía rasuradoyparecíaagotado,másaún
que el día en queCinder lo había conocido en la cárcel deNuevaBeijing.AunquenadiesehabíaatrevidoahablardeabandonaraCress,Cindersabíaque la pérdida había sidomás difícil para él que para los demás.Desde elmomento en que se habían reencontrado en Farafrah, había percibido queThornesesentíaresponsabledeCress,perocomenzabaapreguntarsesiacasoesossentimientosnoseríanmásprofundos.
Wolf alzó repentinamente la cabeza. Tenía lamirada fija en la ventanacubiertaconlatela.
Cindersepusotensa,listaparacargarunabalaeneldedoousarsudonlunarparadefenderseydefenderasuscompañeros,loquesenecesitaraanteesa amenaza desconocida. Sentía que la tensión aumentaba a su alrededor.TodosmirabanaWolfensilencio.
Elmuchachoarrugólanarizyfruncióelceño,inseguro.Suspicaz.—¿Wolf?—ledijoCinderempujándoloconelcodo.Siguióolisqueandoysusojosseiluminaron.Luego, corrió. Se abrió paso entre el grupo y abrió de golpe la puerta
delantera.—¡Wolf!¿Quéestás…?—gritóCinder,ahoradepie.Demasiado tarde. La puerta se azotó detrás de él. Cinder soltó una
maldición.Noeraelmomentoparaquesualiadoellobomutantesepusieraacorrerportodaspartesyllamaralaatención.
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Secalzólasbotasysalióabuscarlo.
Scarletdetuvolanaveenundiminutopuertosubterráneoenelquehabíasolodosviejasnavesdereparto.Cuandolacámaraquedósellada,seencendieronen el techo dos faros cegadores, uno con un falso contacto. Scarlet salióprimero,paraescudriñartodoslosrinconesyrevisardebajodelasnaves.Ellugarestabavacío.
HabíadosenormeselevadoresparacargaytresescalerasquellevabanalasuperficieyestabanmarcadascomoMR-8,MR-9,MR-11.
Todaslassuperficiesestabancubiertasdepolvo.—¿Vamos?—llamóaWinter,queacababadeabrirlapuertadelmódulo.
El cabello de la princesa era unamaraña y tenía la falda endurecida por lasangre seca. El mantel que habían robado se le había resbalado hasta loshombros.Conlahuida,Scarletsehabíacargadodeadrenalina,mientrasqueWinter había quedado exhausta. Su cabeza osciló de arriba abajo mientrassalíadelvehículo.
Scarletpusolosbrazosenjarra.Casisehabíaagotadosupaciencia.—¿Voyatenerquecargarte?—¿Crees que nos hayan seguido?—preguntó después de negar con la
cabeza.—Esperoquenadiesehayadadocuentatodavíadequenoestás—Scarlet
leyó de nuevo los letreros, pues las letras casi no se percibían debajo delpolvo—.Detodosmodos,porahoranotenemosmuchasopciones,aunsinossiguieron.
Scarlet giró y ajustó el mantel alrededor de la cintura deWinter, paratapar lasangreyqueparecieraunafaldaque lequedabamal.Enseguida,sedesabrochó el abrigo y ayudó aWinter a pasar los brazos por lasmangas.Recogió hacia atrás el voluminoso cabello de la princesa y acomodó lacapuchalomejorquepudoparaocultarsurostro.
—Noquedóperfecto,peroesmejorquenada.—¿Creesqueyahayamuerto?Scarletsedetuvoantesdeterminardecerrarelabrigo.Winterlamiró.Se
veíapequeñayvulnerable.Scarletsuspiró.—Esfuerteeinteligente.Estarábien—cerrólacremallerahastaelcuello
deWinter—.Vámonos.Cuandosalieronalasuperficie,protegidasporelenormedomo,Scarletse
detuvoparaubicarse.Habíabuscado ladirecciónde la familiaKesleyen la
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basededatosdelanave,aunquelaseriedenúmerosyletrasnoteníasentidoparaella.
El puerto servíaparanavesde carga, y esa entrada sehallaba entredosalmacenes. Sobre un muro se alineaban vagones rebosantes de una piedranegra descascarada. No muy lejos se abría una enorme caverna en lo queparecía una mina o una cantera. En el mapa del sector decía “Mina deregolito”.
¿Los padres deWolf seríanmineros? SiWolf no se hubiera ido con elreclutamiento del ejército, ¿se habría convertido también enminero? Se lehacíaimposibleimaginarquehubierapasadolavidaahí,enLuna,debajodeesedomo,sinnuncahaberidoalaTierra.Sinnuncahaberlaconocido.
—Estonopareceunazonaresidencial—murmuró.—Lasviviendassuelenestarenloscircuitosexterioresdecadasector—
explicóWinter.—El circuito exterior. De acuerdo —dijo Scarlet y escudriñó los
almacenesachaparrados—.¿Paraquéladoes?Winter señaló hacia el domo que los encapsulaba. Incluso rodeado de
construcciones,estabaclarocuáleraelpuntomáselevadodeldomoydóndesecurvabahacialosbordes.
Scarletdiolaespaldaalcentrodeldomo.Mientras caminaban, trataba de concebir un plan. En primer lugar,
encontrar dónde vivía la gente. En segundo lugar, averiguar cómo seidentificaban las direcciones y encontrar la casa de los padres deWolf. Entercerlugar,tartamudearcontorpezaparatratardeexplicarlesquiénerayporquéteníanqueacogerlaaellayaWinter.
Cuandolosedificiosindustrialesdejaronelpasoalascasasdestartaladas,Scarletvioconalivioquelosnúmerosdelasdireccionesestabanpintadosenel suelodeconcretoal frentede lasconstrucciones,desgastadoporañosdetráficopeatonal.
—A-49,A-50—murmuróentredientesyapresurólamarcha.ElsiguientecírculodecasasestabamarcadoconlaletraB—.Esmuyfácil.LacasadelosKesleyesD-313,¿verdad?AsíquevamosalafiladelaDy…
Miróhaciaatrás.Winterhabíadesaparecido.Con una maldición, Scarlet giró en redondo. No había señales de la
princesa.—¡Nomehagasesto!—gruñóysevolviósobresuspisadas.Habíaestado
tanconcentradaenencontrar la casaqueno seacordabadehaber sentidoa
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Winterasuladodesdequehabíansalidodelosalmacenes.Probablementesehabíaapartadoengañadaporunaalucinación…
Scarletsedetuvoaldescubriralaprincesaenuncallejón.Sehabíametidoentre dos fábricas, hipnotizada por una canaletametálica que sobresalía deunodelosedificios.Pedazosderocablancacaíansobreunacarretilla.
Todavíateníalacapucharojasobreelrostroylarodeabaunagrannubedepolvo,peronoparecíaquesedieracuenta.
Scarletresopló,enderezóloshombrosycaminóhaciaella,preparándosepara arrastrar a la loca por el pelo si era necesario. No había recorrido lamitad de la distancia cuando Winter giró rápidamente la cabeza en ladireccióncontraria.
Scarletaminoróelpaso.Oyó también laspisadasysintióunaoleadademiedo. Las pisadasmartillaban con fuerza, como si alguien corriera a todavelocidadhaciaellas.
TomóelpuñalquelehabíadadoJacin.—Winter—susurró,perooestabamuylejos,oelruidodelaspiedrasyla
maquinariaeramuyfuerte—.¡Winter!Unhombredoblóapresuradamentelaesquinayselanzódirectosobrela
princesa.Winter se tensómedio segundoantesdeque la alcanzara.Elhombre la
tomóporelcodoytiróviolentamentehaciaatrásdelacapucharoja.Scarlet luchóporrespirar.Sentíaquesusrodillasflaqueaban.Elhombre
miróaWinterentreconfundidoydecepcionado,quizátambiénmolesto,conunosojosdeunverdetanvivoqueScarletlosveíabrillardesdedondeestaba.
Ahoraeraellalaquealucinaba.Dio un paso titubeante al frente. Quería correr hacia él, pero se sentía
aterrorizada de que fuera un truco. Aferró con fuerza el mango del puñalmientrasWolf,queignorabalosesfuerzosdeWinterporliberarse,lasujetabaporelbrazoyolfateabalamangarojadelabrigodeScarlet,suciademugreysangre.
Wolfgruñó,listoparadespedazaralaprincesa.—¿Dedóndesacasteesto?Tan desesperado.Tan determinado.Tan él. El puñal se le resbaló de la
mano.LaatencióndeWolfsedesplazóhaciaella.—Wolf—murmuróScarlet.LosojosdeWolfbrillaron,ferocesyesperanzados.Soltóalaprincesay
se lanzó hacia Scarlet. La mirada tumultuosa del muchacho la recorrió de
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arribaabajo,devorándola.Cuandolatuvoalalcancedelamano,Scarletcasisederrumbósobreél,
peroenelúltimoinstante tuvo lasuficienteclaridadmentalpararetroceder.Leplantólapalmaenelpecho.
Wolfsedetuvo,congestovacilanteyherido.—Perdóname—sedisculpóScarletconunavoz titubeantedecansancio
—. Es que… huelo tanmal. Casi ni yomismame soporto, así que nomeimaginocómoseráparatiytusentidodelolfato…
WolfapartólamanodeScarlet,metiólosdedosensucabelloyaplastósuboca contra la de ella. Las protestas de Scarlet se apagaron en un suspiroahogado.
Entonces, finalmente, se derrumbó, pues sus piernas ya no podíansostenerla un segundomás.Wolf se desplomó con ella, arrodillándose paraevitarquecayeraalsueloyparaacurrucarlacontrasucuerpo.
Wolfestabaallí.Estabaallí.Estaballorandocuandoseseparódeél.Unapartedeellanoqueríallorar;
laotrapartesentíaquelehacíafaltadesdemuchotiempoatrás.—¿Cómo…?—Teolí—la sonrisadeWolf era tan enormequeScarletdistinguía los
dientesafiladosquenormalmentetratabadeocultar.Hacíamuchísimoquenoloveíatancontento.
Dehecho,nosabíasialgunavezlohabíavistotancontento.Comenzóareír,productodeldesvarío.—Claroquemeoliste—admitió—.Necesitounbañourgente.WolfapartóunrizosuciodelamejilladeScarletsiguiendoelmovimiento
conlamirada,todavíabrillante.Recorrióconelpulgarsuhombro,elbrazoylevantó lamano que tenía el dedo vendado.Un sombra de enojo opacó susonrisa,peronodurómuchoyvolvióaexaminarsurostro.
—Scarlet—susurró—.Scarlet.Conunsollozo,lamuchachaapoyólacabezaenelhuecodelhombrode
Wolf.—Siestoesuntrucolunar,mevoyaponerfuriosa.—Lesdijistecerdos—recordóWolffrotándolelaorejaconelpulgar.—¿Quédices?—preguntóScarletfrunciendoelceño.Wolf retrocedió y le tomó el rostro con sus enormes manos, todavía
radiante.—En la taberna de Rieux. Cuando unos tipos se estaban burlando de
Cinder en el baile.Lesdijiste cerdosy teplantasteparadefenderla, aunque
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fueralunar.Esefueelmomentoenqueempecéaenamorarmedeti.—¿Quéestás…?—preguntóScarlet,sintiendoquesesonrojaba.—Ningún lunarsabríaeso—esbozóunasonrisapícara—.Nopuedoser
untrucolunar.Abriólabocaalentenderloyotroresoplidoseconvirtióenrisa.—Tienes razón —se acordó de la época en la que no sabía nada de
soldadosmutantesniprincesaslunaresperdidas—.Cuandofuistealagranjay pensé que tendría que habertematado,me dijiste que apuntara al tronco,porqueeraunblancomásgrande,ytereístecuandotedijequetucabezameparecía bastante grande —enredó los dedos en su camisa—. Ese fue elmomentoenqueempecé…
Wolflabesódenuevo,pegandosucuerpoaldeScarlet.Unsilbidoagudoseimpusosobreelruidodelaspiedrasylasobresaltó.
Se separó y vio a Cinder y Thorne (el causante del silbido) junto con unachica de piel morena y pelo azul, que tenía las manos apoyadas sobre lasmejillasenactituddeensoñación.
FormabanuncuadrotanemocionantequeScarletvolvióallorar.SeliberódelosbrazosdeWolfysepusotrabajosamentedepie.Wolflasiguióenuninstanteylepusounbrazosobreloshombros.
—Nopuedocreerqueesténaquí,enLuna.—Aquíestamos—admitióThorne—,ysitehubierastomadolamolestia
de anunciarte, te habríamos traído un bocadillo —miró su complexión—.¿Cuándofuelaúltimavezquecomiste?
Scarlet bajó la vista. La ropa le colgaba del cuerpo, sus músculos sehabíanreducidoacasinadaen ladiminuta jaula.NohabríahechofaltaqueThornelodijera.
—Tevespreciosa—comentólachicadelcabelloazul—.Nomuypulida,peroesoteañadepersonalidad.
—Eh… gracias —contestó Scarlet, enjugándose las lágrimas de lasmejillas—.¿Quiéneres?
—¡Soyyo,Iko!Elcapitánmeconsiguióuncuerpodeverdad—respondiólaandroide,balanceándosesobrelostalones.
Scarletarqueólascejas.¿EsaeraIko?¿Sunaveespacial?Antes de que pudiera contestar, flotó en el callejón una voz dulce y
melodiosa.—Losperiquitoscantanylasestrellasbrillantodalanoche.Cuatromiradasgiraronhacialacarretilla,quesehabíaacabadodellenar
depiedrasblancasybrillantes,ylacanaletahabíadejadodehacerruido.En
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algún momento,Winter se había arrastrado a la parte posterior y se habíaescondidoentrelacarretillaylapared.ScarletalcanzabaaverlapuntadelacapucharojaquecubríaelpelodeWinter.
—Ylosmonosretozan,mientrasquepasanloscohetes…Cinderseacercóalacarretillaconelceñofruncidoylacorrióaunlado.
Winter estaba acurrucada de costado, con el rostro vuelto hacia la pared, ytrazabapequeñosdibujossobreelpolvo.Elmantelsehabíaabiertoydejabaverlafaldaensangrentada.
—LaTierraestállenaestanoche,estanoche,yloslobosaúllan,auuuu…Eldelicadoaullidosedesvaneció.Scarlet sentía cómo las miradas curiosas iban y venían entre ella y la
princesa.Seaclarólagarganta.—Esinofensiva—lesdijo—.Estoysegura.Winterrodósobresuespalda,demodoqueveíaaCinderalrevés.Cinderabriólosojosasombrada.Losdemásseacercaron.Winterparpadeólentamentetresveces,rodóparaquedarbocaarribayse
pusoderodillas.Sequitólacapucha.Sugruesocabelloseextendiósobreloshombros.
—Hola.Scarletcomenzóareírsedenuevo.Seacordabadecuandohabíavistoala
princesa por primera vez. Labios gruesos, hombros delicados, ojos grandessalpicadosde líneasgrises, juntocon lascicatrices inesperadasen lamejilladerechaquehabríandebidohacerla lucirmenosdespampananteperonoeraasí.
AScarletseleocurrióqueWolfnoparecíahabersedadocuentaysintióunaoleadadeorgullo.
—¡Oh,estrellas!—murmuróIko—.Erespreciosa.Unfuertechasquidoretumbóporelcallejón.—Fuera encanto —le exigió Thorne, apuntando a la princesa con una
pistola.ElcorazóndeScarletsedetuvoporuninstante.—Espera…—comenzó a decir, peroCinder ya había puesto unamano
sobrelamuñecadeThorneparahacerlobajarelarma.—Noesunencanto—dijo.—¿De verdad? —preguntó Thorne, e inclinándose hacia Cinder,
murmuró—:¿Estássegura?—Estoysegura.
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Estaafirmaciónprodujounsilenciolargoyembriagador,duranteelcualWinterpaseósudulcísimasonrisaporcadaunodeellos.
Thornepusoelsegurodelarmaylaregresóasufunda.—¡Portodosloscielos!¡Québuenosgenestienenustedesloslunares!—
siguióunapausaincómodaantesdequeagregara—:¿Quiénes?—EsWinter—anuncióScarlet—.LaprincesaWinter.Thornesoltóunacarcajadaysepasólamanoporelpelo.—¿Acaso vamos a crear un internado de integrantes extraviados de la
realezaoqué?—¿La princesaWinter?—preguntó Cinder—. Acaban de anunciar que
fuisteasesinada.—Jacinfingióelasesinato—explicóScarlet—ynosayudóaescapar.Cinderlelanzóunamiradasorprendida.—¿Jacin?—El guardia que nos atacó a bordo de laRampion—respondióScarlet
asintiendoconlacabeza.ElrostrodeCinderseensombrecióyapartólavista.—Estanbonita—exclamóIkoconunsuspiroysetocóelrostroamodo
decomparación.—Puedeoírlos—dijoScarletfulminándolaconlamirada.Winter inclinólacabezayextendióunamanohaciaThorne,quienabrió
desmesuradamente los ojos y, con una reacción que pareció automática, laayudóalevantarse.
SesonrojócuandoWinterretirólamanoyseacomodólafalda.—Eres muy gentil —le dijo, pero dirigió su atención hacia Cinder.
Estudióconcuriosidadalacyborg.—Ytú—ledijo—ereslaprimaqueperdíhacemucho,miqueridaamiga.
Nolohabríacreídosinohastaestemomento,peroesverdad—WintertomólasmanosdeCinderentrelassuyas—.¿Merecuerdas?
Cindermoviólentamentelacabeza.—Notepreocupes—latranquilizóWinter,ysuexpresióndecíaque,en
efecto, no tenía que preocuparse—. Tambiénmis recuerdos son borrosos ysoyunañomayor.Detodasformas,esperoquepodamosvolveraserbuenasamigas—entrelazósusdedosconlosdeCinderylevantólamanorevestidadetitanio—.Estamanoesextraordinaria.¿Estáhechadecenizas?
—Estáhechade…perdón,¿quédijiste?—No lo hagas—interrumpióScarlet sacudiendo unamano—.Descubrí
queesmejorsinohacespreguntas.
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—Discúlpame—seexcusólaprincesavolviendoasonreír—.Yanoeresúnicamentemiamigaymiprima,ynoesestalamaneradesaludarte—hizouna reverencia de bailarina y plantó un beso en los nudillos metálicos deCinder—.Reinamía,quéhonorpoderservirte.
—Ehh…gracias—contestóCinder al tiempoque retiraba lamano y laescondíaenlaespalda—.Quéamable.Peronotienesquevolverahacereso.Nunca.
—Tenemosquevolveralacasa—anuncióThornedespuésdeaclararselagarganta—.Yacorrimosdemasiadoriesgodellamarlaatención,yella…—miró a Winter. Había un matiz en su expresión, como si no confiara enninguna persona que fuera más atractiva que él—. Sin duda, llamará laatención.
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Treintaytres
Wolf ayudó a Scarlet a limpiar y vendar su dedo herido sin preguntarleexactamente qué había ocurrido. Aunque su expresión decía que estabadispuestoadestrozarle layugular a la reinaLevana, susmanoshabían sidorápidas y gentiles. Más tarde Scarlet insistió en que le dieran tiempo debañarse, y aunque Wolf parecía al borde de la devastación, el tiemposeparadosvaliólapena.Elpequeñobañoenelhogardondeélhabíapasadosu infancia nada tenía de lujoso, pero estaba lejos del abrevadero que ellausabaenlacasadelosanimales,yalsalirsesentíarenovada.EllayWinterrecibieronropasnuevasdelamagrareservadeMahaKesleymientraslavabanlas suyas, aunque Scarlet ya estaba ansiosa de recuperar su abrigo concapucha.Sehabíavueltosuarmadurapersonal.
—No puedo creer que secuestraste al príncipe Kai—dijo, corriendo lacortina de la ventana delantera para echar un vistazo al exterior. Lasmargaritasazulesenelmaceterodelaventanaaportabanunsolitariotoquedecolor.
—Emperador Kai —corrigió Wolf. Estaba apoyado contra la pared,sosteniendoconlosdedoseldobladillodelablusadeScarlet.Wintertomabasuturnoenelbañomientraslosotrosseamontonabanenlacocina,tratandodejuntardeprisasuficientecomidaparatodos.Scarlethabíaoídoquealguienmencionabaraciones,yseleocurrióqueestacasaminúsculanoestabahechapararecibirhuéspedes,enespecialtantos.LamamádeWolfvolveríaprontoderecogerlaprovisiónsemanaldealimentos,peroesta,desdeluego,estabacalculadaparaunasolamujer.
Scarlet trató de imaginar qué significaría esto paraWolf.Regresar a sucasamásdeunadécadadespuésdehabersidoarrancadodeella,unhombre
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adulto,concicatricesycolmillosy lasangrede incontablesvíctimasensusmanos.
Yahora…conunachica.Scarlet trataba de no pensar en que conocería a sumadre; todo parecía
demasiadoextraño.—Emperador,cierto—volvióaacomodarlacortina—.Esdifícildecirlo,
despuésdeochoañosdeescucharchismesdecelebridadesrefiriéndoseunayotravezal“príncipefavoritodelaTierra”.
Scarletseadueñódeunodelosburdoscojinesdelsofáysesentósobresuspiernasdobladas.
—Alosquinceañosteníaunafotodeélcolgadaenlapared.Miabuelalahabíarecortadodeunacajadecereal.
Wolffruncióelceño.—Porsupuesto,lamitaddelaschicasdelmundotendríanesamismafoto
delacajadecereal.WolfseencogiódehombrosyScarletrio,burlona.—Novasapelearconélporeldominiodelamanada.Venacá.Lollamóconunademányenmediosegundoélestabaasulado;suceño
sesuavizócuandolarecostócontrasupecho.Esaaudaciaeranueva, tandiferentede la timideza laqueella sehabía
acostumbrado.EnlaRampion,Wolfsiempreesquivabahablardefrentesobresus sentimientos, como si no quisiera arriesgar la vacilante confianza quehabíancomenzadoareconstruirdesdeParís.
Ahora, cuando la besó y la rodeó con sus brazos, Scarlet sintió que élreclamabaunderecho,locualnormalmentelahabríahechosoltarunadiatribasobre la independencia en las relaciones, excepto que ella se sentía conderechossobreéldesdehacíamuchotiempo.Enelmomentoenqueesperóquelaescogierasobresumanada,enqueloarrastróabordodeesanaveylosacódetodoloquehabíaconocido,tomóladecisiónporlosdos.Ahoraélerasuyo,asícomoellaeradeél.
Sin embargo se preguntaba si todo había cambiado entre ellos, una vezmás. Se había imaginado que él volvería a la granja con ella cuando todoterminara, pero ahora se habían reunido con la madre de Wolf, la únicafamilia que le quedaba.Scarlet ya nopodía dar por sentadoque ella era lomásimportanteparaél,ysabíaquenoseríajustopedirleescogerentreellaylafamiliadelaquehabíasidoarrancado.Noahora,ytalveznunca.
Una alacena que se cerró con violencia en la cocina la salvó depensamientos para los que no estaba lista. No ahora que acababa de
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encontrarlo de nuevo. Escuchó a Thorne decir algo acerca de cartóncongelado seco y a Iko acusarlo de ser insensible con quienes carecían depapilasgustativas.
ScarletapoyólacabezaenelhombrodeWolf.—Estabamuypreocupadaporti.—¿Tú estabas preocupada? —Wolf se incorporó para separarse—.
Scarlet: te atraparonynopudehacernadapara evitarlo.No sabía si habíasmuertoosiellos…—seestremeció—.Tendríaquehaberlosmatadoatodosparallegarati.Habríahechocualquiercosacontalderecuperarte.Saberquevendríamosaquíera loúnicoquememanteníacuerdo—fruncióelceño—.Aunquehubounpardevecesenlasqueenloquecíunpocodetodosmodos.
—Eso no debería sonar tan romántico como suena —exclamó elladándoleunempujoncito.
—La cena está servida—anuncióThorne, saliendode la cocina conunplato en cadamano—.Y por comida quiero decir arroz integral pastoso ycarne demasiado salada con galletas rancias. Ustedes los lunares sin dudasabencómodisfrutardelavida.
—Estábamostratandodetomarsolocosasdeladespensa—aclaróCinderal entrar junto con Iko en el cuarto del frente, donde apenas había espacioparatodos—.Nohaymuchacomidafresca,yMahayanoshadadobastante.
ScarletmiróaWolf.—Supuse que nunca habías comido tomates o zanahorias porque no se
pueden cultivar aquí enLuna, perono es así, ¿verdad?Simplementeno lasenvíanalossectoresexternos.
Élseencogiódehombrosconunatisbodelástimaporsímismo.—Noséquépuedenonopuedencultivarenlossectoresagrícolas.Como
sea, estoy seguro de que no pueden competir con las Granjas y JardinesBenoit.
Sus ojos brillaron y Scarlet, sorprendiéndose a sí misma, comenzó asonrojarsedenuevo.
—Ustedesdosmeestándandodolordeestómago—refunfuñóThorne.—Estoyseguradequeesporlacarne—bromeóCinder,rasgandoconlos
dientesunpedazodecarnesecayrancia.Lacomidanoeraapetitosa,peronoerapeordeloquelehabíandadoen
lacasadelosanimales,yScarletcomiócondeleitesupequeñaración.Wintersaliódelbaño,conlosnegrosrizosaúnchorreandoysinquelospantalonesdeportivos demasiado cortos y la blusa que no era de su talla lograrandisminuir su belleza.Un silencio se apoderó del grupo cuando se les unió,
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arrodillándose en el suelo en torno a la pequeña mesa y escudriñando lacomidaconmiradatristeydistante.
Scarlethablóprimero,empujandodosgalletassobrelamesa.—Séquenoesaloqueestásacostumbrada,perodebescomeralgo.UnaexpresióndeofensaseproyectóenelrostrodeWinter.—Nosoyespecial—declaró,perosuexpresiónsesuavizóalmirarunade
las galletas—.Sencillamente nomehabía dado cuenta de lomuchoqueherecibido.Sabíaquelascondicioneseranmalasenlossectoresexternos,perono tan malas. Otros han pasado hambre mientras mi estómago podía estarllenocadanoche.
Suspirando,sesentósobrelostalonesydoblólasmanosensuregazo.—Detodosmodosnotengohambre.Alguienmáspuedecomerlomío.—Winter…—Notengohambre—suvozeramásseveradeloqueScarlethabíaoído
nunca—.Nopodríacomeraunquelointentara.Scarletfruncióelceño,perodejódeinsistir.FinalmenteWolfsecomióla
galleta,conexpresióndeculpa.—¿DijistequeJacinfuequienteindicódóndeencontrarnos?—preguntó
Cinder. Sus hombros estaban tensos. Desde que Scarlet había explicado loquepudoacercadesuescape,estabaclaroqueJacinnoerapopularentresusamigos—.¿Cómolosupo?
—Meimagino—sugirióWinter—quelaamigaminiaturadeustedesselodijo.
—¿Nuestraamigaminiatura?—preguntóCinder.Winterasintió.—Cress,¿cierto?El silencio se extendió entre ellos, absorbiendo todo el oxígeno de la
habitación.—¿Cress?¿HasvistoaCress?—preguntóThorne,anticipándose.—Nolahevistoendías,peroJacinlaresguardaba.—¡Oh! Eso me recuerda… —comenzó Scarlet mientras sacaba el
pequeñocilindro—.Jacinmedioestoymedijoqueteníaunmensajedeunaamiga.¿Talvezsereferíaaella…aCress?
Thorneseloarrebatóantesdequeterminaradehablarylediovueltasalcilindrosobresupalma.
—¿Quéesesto?¿Cómofunciona?Cinder se lo quitó y lo insertó en el nodo holográfico en la pared.Una
holografíacobróvidaenelcentrodelahabitación.
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Scarlet no habría reconocido a lahacker de la reina, pues solo la habíavisto una vez a través de un comunicado. El largo y rebelde cabello de lachicahabíasidocortadomuycortoysupiel,aunquetodavíapálida,almenoshabíarecibidounpocodesolenelpasadoreciente.
Thornesaltódesuasientoyrecorriólahabitaciónparacolocarsefrentealhologramacuandolachicaempezóahablar.
“Hola a todos.Si estánviendo esto, nuestras buenas amigas del palaciodebieron haberlos encontrado.Me habría gustado ir con ellas.Mi guardiánactualmediolaopcióndeirme,peroteníaquequedarmeparaayudarlasensuviaje.Séque entenderán.Queríaque supieranque estoybien.Estoy sanaysalva,yséqueustedesvendránpormí.Cuandolohagan,estarélista.Hastaentonces,lesprometotenercuidadoyseguirescondida”.
Hizounapausa.Una leve sonrisa cruzópor sus labios, comopruebadevalor,aunquesumiradaseguíatransmitiendoansiedad.Despuésdetomarunaprofundabocanadadeaire,continuó:
“Miausenciaprobablementehacambiadoalgunascosasparaustedes,yséqueconfiabanenmíparaque losayudaraconsusplanes.Heconstruidounprograma en este archivo. Inserten este cilindro en el puerto universal delreceptordetransmisionesdeldomoysiganlas indicacionesqueheincluidoparaustedes.Encasodequeestocaigaenlasmanosequivocadas,hecerradoelprogramaconlamismacontraseñaqueusamosenlanave”.
Bajólamirada,yluegoapareciódenuevoladébilsonrisa.—Esperoqueestemensajelesllegueasalvo.Los…losextraño.Abrió labocaparadeciralgomás,pero titubeóy lavolvióacerrar.Un
segundodespués,elmensajeterminó.Todos miraron al aire vacío donde Cress había estado. Scarlet estaba
seguraahoradequehabíasidoCressquienlashabíaprotegidodurantetodosu escape. Las había salvado, y para lograrlo había sacrificado su propiaseguridad.
—Chica valiente y tonta —murmuró Thorne. Volvió a hundirse en elsuelo,conunaexpresióndivididaentreelalivioyuncrecientemalestar.
—Entonces, aún está con Jacin—dijo Cinder—. Supongo…me sientoagradecida con él por lo que hizo, pero… no me gusta que sepa dóndeestamos,oquesearesponsabledeprotegeraCress.Noconfíoenél.
—Jacinesbuenapersona—afirmóWintermientraslamirabahorrorizada—.Jamáslostraicionaríaaustedes,oaCress.
—Demasiadotarde—ironizóThorne—.Yalohizounavez.
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—Lamentahaberlostraicionado—dijoWinter,entrelazandolosdedos—.Nuncafuesuintención.Essoloque…teníaquevolveraLuna.Pormí.
Ikohizounruidoqueprobablementepretendíaserunresoplidodeburla.Scarlet ladeó la cabezapara inspeccionar a la androide.Loquehabían sidoticsadorablescuandoIkoeraelsistemadecontroldelaRampion,resultabanunpocodesconcertantesahoraensucuerpohumanoide.
—Escierto—insistióWinter,entrecerrandolosojos—.EntiendoporquénoconfíanenJacin,peroéltratadereparardaños.Quierevertereinstaladaentutronotantocomocualquierotrapersona.
—A mí me salvó la vida —añadió Scarlet. Luego de una pausa, seencogió de hombros—. Probablemente solo porque necesitaba que yo lesalvaralavidaaella,pero,aunasí,esosignificaalgo.
—Mehabría gustado que se empeñara un pocomás enmandar aCressconustedes—manifestóThornedemalagana,cruzándosedebrazos.
—Almenossabemosqueestáviva—lotranquilizóCinder.—TodoloquesabemosesqueaúnestáenArtemisaybajolaprotección
deuntipoquenostraicionóunavez—ladróThorne—.¿Laprincesacreequeélestádenuestro lado?Muybien.PeroesonocambiaelhechodequenosdelatóenNuevaBeijing,ynodudoque lovuelvaahacersiesosignificarasalvarsupellejo.
—Al contrario, él se preocupa muy poco por su pellejo —la voz deWintereraaguda;sushombrostemblaban—.Sololepreocupamiseguridad,ynuncavolveréaestarseguramientrasmimadrastraseareina.Creoqueélharátodoloquepuedaparaquesurevolucióntriunfe.Losdosloharemos—agregóWinterdirigiéndoseaCinder.
UnlargosilenciofueseguidoporunrefunfuñodeThorne.—Todavíaplaneodarleunpuñetazosivuelvoaverloalgunavez.Scarletalzólavistaaltechoconfastidio.Cindertamborileóconlosdedosenlamesa.—No entiendo por qué Levana intentó mandarte matar ahora. Tiene a
Kai.Estáconsiguiendoloquedesea.—CreoquetienemiedodeperdersudominioenLuna—sugirióWinter
—,enespecialconlosrumoresdequenuestraverdaderareinaaúnvive.Sehavueltoparanoica,temerosadecualquieramenazapotencial.
Cindersacudiólacabeza.—Perotúnoeressuverdaderahija.¿Nohayciertasupersticiónacercade
loslazosdesangre?
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—Sí.SolounapersonadesangrerealpuedesentarseeneltronodeLuna.Secreequesiunapersonaquenotengasangrerealascendieraaltrono,eldonconcedidoanuestropueblodejaríadeexistir.Hahabidoincontablesestudiosquelodemuestran.
—Déjameadivinar:losestudiosfueronpagadosporlafamiliareal—dijoScarletriendo.
—¿Importa?—preguntóWinter—.Yaseaque lagente locreaono,mimadrastratienemiedo.Estádesesperadapormantenersupoder.Poresotratódematarme.
—Bien —comenzó Cinder—. La gente comete errores cuando estádesesperada, y tratar de matarte pudo haber sido un error muy grande—apoyó el mentón en sus manos entrelazadas—. Por lo que puedo saber, lagenteteadora.SisabenqueLevanatratódehacerqueteasesinaran,podríaser exactamente eso lo que los persuada de escogerme a mí y no a ella.Escucha, Alteza: tenemos un video. Si el programa de Cress funciona,podremosmostrarloentodoslossectoresexternos.LecomunicaráalagentequiénsoyylepediráqueseunaamíparaacabarconelreinadodeLevana—tomóaire—:megustaríaincluirunmensajetuyo,paramostraralagentequeestás viva y decirle queLevana fue quien temandómatar. Tener tu apoyosignificamucho.Paraellosyparamí.
Winterlesostuvolamiradalargorato,pensandoensuspalabras,yalfinsuspiró.
—Losiento,peronopuedo.Levanaloaveriguará,ynopuedesaberqueestoyviva.
—¿Porquéno?—preguntóScarlet—.Lagenteseinteresaporti.Merecesaberlaverdad.
—Jacin recibió la orden dematarme—explicóWinter, con la voz cadavezmásdébil—,ysemetióenmuchosproblemasparaqueparecieraquelologró.Nolovoyaponerenpeligroanunciandolaverdad.MientrasmáscreaqueJacinleesleal,másseguroestaráél.TambiénsuCressestarámássegura—agregó,levantandolavista.
Thornedesviólamirada.—Sientonopoderayudarlosconesto—sedisculpólaprincesa—.Tienen
miapoyo,porsisirvedealgo,aunquetengaqueserensecreto.Winterestabadesanimada.Scarletpudoverqueseretraíaensímismay
sus preocupaciones por la seguridad de Jacin. Le habría gustado ofrecerlealgúnconsuelo,perohabíapasadodemasiadotiempobajoelpoderdeLevana
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para saber que no había nada que pudiera decir para hacer sentir mejor aWinter.
—Estábien—concedióCinder—.Entiendo.Tendremosqueesperarqueelvideofuncionesinti.
Laentradaprincipalseabrióytodossealarmaron.Scarletsevolvióparamiraraunamujerquecerraba lapuertadespuésdeentrar.Vestíaunoverolempolvadoconpartículasderegolitoyllevabaunaviejacajademaderallenadecomida.TeníaelcabellonegrodeWolfy su tonooliváceodepiel,perotambién laestructuraóseadeunave.Wolfpodríahaberlaaplastadocon lasyemasdesusdedos.
Scarletseextrañódehabertenidoesepensamiento.Todosserelajaron.TodosmenosScarletyWolf,cuyobrazoseconvirtió
enhierroalrededordeella.Inclinándose contra la puerta, Maha examinó la habitación con una
sonrisatrémula.—Estabandandoazúcar—anuncióconorgullo—,encelebraciónpor la
próximabodadelarei…Se detuvo al descubrir a Scarlet con el brazo de Wolf rodeando sus
hombros.Winterseadelantó,atrayendohaciaella lasorpresaquemostrabaMaha.
Scarletselevantótambién,peroahoralaatencióndeMahaestabacentradaenlaprincesa.Teníaunaexpresióndeasombro.
Winterhizounareverencia.—UsteddebedeserMamáKesley.Yyosoy laprincesaWinterHayle-
Blackburn,ysientomucholodelasgalletas.Mahasedetuvo,muda.—Espero que no le moleste nuestra intromisión en su hospitalidad. Su
cachorrodelobonosrecibió.Essorprendentementetierno,considerandoloscolmillos.Ylosmúsculos—alzólamiradahaciaelyesoquebradodeltecho—.Merecuerdaaotroloboqueconocíunavez.
Scarlethizounamueca.—S-suAlteza—tartamudeóMaha,conaspectodenoestar seguradesi
debíasentirsehonradaotemerosa.—Mamá—dijoWolf—,estaesScarlet.Esdequientehablé…laquefue
secuestrada de nuestra nave por el taumaturgo. Estuvo presa en el palacio,pero…haescapado.Esella.EsScarlet.
Mahanohabíalogradocerrarlabocatodavía.—Laterrícola.
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Scarletasintió.—La mayor parte. Mi abuelo era lunar, pero nunca lo conocí. Y no
tengo…eh…eldon.Dichoesto,seleocurrióqueMahaprobablementesíteníaeldon.Todos
lo tenían hasta cierto grado, ¿verdad?HastaWolf lo había tenido, antes dequelaalteracióncientíficaseloquitara.
Pero era imposible imaginar que esta diminuta mujer abusara del doncomo se hacía en la capital. ¿Acaso era ingenuo pensar eso? Qué difícildebería sermanejarse en esta sociedad, sin saber nunca quién controlaba yquiéneracontrolado.
—Hola, Scarlet—dijoMaha, recobrándose lo suficiente para sonreír—.Ze’evnomencionóqueestabaenamoradodeti.
Scarletsintióquesusmejillasseponíantanrojascomosucabello.—¿Cómopudonodecirlo?—murmuróThorne.Cinderlediounpuntapié.WolftomólamanodeScarlet.—Nosabíamossiestabaviva.Noqueríahablartedeellaporsiacaso…
nuncalahubierasconocido…Scarletleapretólamanoyélledevolvióelgesto.En el fondode sumente escuchó la vozde su abuela, recordándole sus
buenosmodales.—Medamuchogustoconocerla.Eh…graciasporsuhospitalidad.Maha puso la caja de raciones cerca de la puerta y cruzó laminúscula
habitación,envolviendoaScarletenunabrazo.—Teníamuchosdeseosdeconocerte.Soltándola,sevolvióhaciaWolfypusolasmanosenloshombrosdesu
hijo.—Cuandotellevaron,temíquenuncaconocieraselamor—loabrazóysu
sonrisa era tan brillante comoun ramillete demargaritas azules—.Ha sidodemasiado.Demasiado.
—¿Yaterminamosconlasefusionesylosgemidos?—preguntóThorne,frotándose la sien—. ¿Cuándo comenzamos a planear una revolución denuevo?
EstavezfueIkoquienlediounpuntapié.—Sabía que estabas enamorada de él —Winter le dio a Scarlet una
palmaditaenelhombro—.Nopuedoentenderporquénadiemeescucha.Scarletlelanzóunamiradafulminante,peronohabíairaenella.—Tienesrazón,Winter.Esuncompletomisterio.
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Treintaycuatro
Linh Pearl salió del elevador aferrando las asas de la bolsa que llevabacolgada del hombro. Estaba temblando, lívida de rabia. Desde que Cinderhabíahechoaquellaescenaenelbaileysehabíareveladoqueademásdeserunacyborglocaeraunalunarloca,elmundodePearlsehabíaderrumbadoasualrededor.
Al principio fueron molestias menores, fastidiosas pero tolerables. Sinservidumbrecibernéticanidineroparacontratarunaasistente,Pearlteníaqueayudar en el apartamento. De repente, tenía “quehaceres”. De repente, sumadrequeríaqueseocuparadelascomprasyquesecocinarasucomida,yhasta que lavara los platos al terminar, pese a que había sido suya la tontadecisióndevenderalaúnicaandroidequelesquedabaenfuncionamiento.
Perohabríasidotolerablesialmismotiemposuvidasocialnosehubierahecho pedazos junto con su dignidad. De la noche a la mañana se habíaconvertidoenunaparia.
Sus amigos lo habían sobrellevado bien al principio. Conmocionados yllenosdecompasión,sehabíanarremolinadoalrededordePearlcomosifueraunacelebridad.Queríanconocertodoslosdetallesyofrecersuscondolenciasalenterarsedequesuhermanastraeraunaterrorista.Queríanescuchartodaslasterriblesanécdotasdesuniñez.Comounaniñaquehabíalogradoescaparde lamuerte, había sido el centro de todas sus conversaciones, de toda sucuriosidad.
Pero eso había ido desapareciendo cuando Cinder huyó de la cárcel yestuvoprófugatantotiempo.SunombreseconvirtióensinónimodetraiciónyarrastróaPearlconella.
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Entonces, su madre, su tonta e ignorante madre, había ayudadoinvoluntariamente a Cinder a raptar al emperador Kai cuando le dio lasinvitacionesparalaboda.
Lascambióporservilletas.Servilletas.Lahabíaengañado.Horasantesdequetuvieranquesalirrumboalaboda
real, ya vestida con sus mejores galas, su madre había revuelto eldepartamento, había buscado frenéticamente en todos los cajones, se habíaarrastradoagatasparamirardebajodelosmuebles,habíarevisadotodoslosbolsillos de su guardarropa.Maldecía y juraba que las tenía, que las habíavistoesamismamañana,cuandoesainoportunaenviadadepalaciolashabíatraídoylehabíaexplicadolaequivocaciónyadóndehabríanidoaparar.
Lógicamente,seperdieronlaboda.Pearlgritóylloróyseescondióensuhabitaciónparaverlatransmisión:
losenlacesenvivoqueempezaronconloscomentariossobrelastradicionesnupciales y de la decoración del palacio y terminaron en la crónicadevastadoradelasaltoalpalacioyladesaparicióndelemperadorKai.
LinhCinderestabadetrásdetodo.Otravez,sumonstruosahermanastralohabíaarruinadotodo.
El equipo de seguridad del palacio tardó dos días en relacionar lasinvitacionesdeunaseñoraBristol-dàren(quesehabíaquedadoensuhogar,enCanadá,conunabotelladebuenvino)conlasinvitacionesverdaderasquehabíanentregadoaLinhAdriysuhija,LinhPearl.Fueentoncescuandosumadrecomprendió:Cinderlahabíaengañado.
FuelagotaquecolmóelvasodelosamigosdePearl.“Traidoras”, lashabíallamadoMei-Xing,culpandoaPearlyasumadre
dehaberayudadoalacyborgyhaberpuestoenpeligroaKai.Pearlsehabíaidofuriosa,gritandoque,enloquesereferíaaella,podían
creer lo que quisieran. Ella era la víctima de la situación y no necesitabasupuestosamigosquelehicieranesasacusaciones.Yateníabastantedequépreocuparse.
Pearlhabíaesperadoquesuamigacorrieradetrásdeella,deshaciéndoseendisculpas,peronolohizo.
Caminóhastasucasaconlospuñosapretados.Cinder. Toda la culpa era de Cinder. Desde la muerte de Peony… no,
desde que su papá se había contagiado la peste y se lo llevaron. Todo eraculpadeCinder.
Karim-jiê,suvecinadel1816,noseapartócuandoPearlpasójuntoaellaatodavelocidad.Algolpearlaconelhombrolaempujócontralapared.Pearl
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se detuvo lo suficiente para fulminarla con la mirada; ¿acaso esa arpía,ademásdeserlenta,ahoraseestabaquedandociega?,yrecibióacambiounbufidoarrogante.
También esta reacción se había vuelto comúnparaPearl desde el baile.¿Quiéneraestamujerparamirarlascondesprecioaellayasumadre?Noeramásqueunaviejaviudacuyomaridosehabíamuertoporelamoralabebidayquevivíaeneseapartamentoapestosoabasuraconsu tristecoleccióndemonosdecerámica.
¿YellapensabaqueeramejorquePearl?Elmundoenterosehabíavueltoensucontra.—Perdón —se disculpó Pearl con los dientes apretados y continuó a
grandeszancadashastasupropioapartamento.La puerta estaba apenas abierta, pero Pearl no le dio importancia sino
hastaquelaempujóychocócontralapared.Sedetuvocomosisehubieracongelado.Lahabitaciónestabadespedazada.Peor aúnquecuando sumadrehabía
buscadoesastontasinvitaciones.Habíanderribadolasfotosylasplacasdelarepisadelachimenea.LapantallanuevaestabatiradabocaabajoenelsueloylaurnaconlascenizasdePeony…
Pearlsintióqueseleestrujabaelestómago.Lapuertacomenzóacerrarseylagolpeóenelhombro.
—¿Mamá?—exclamómientrascruzabaelpasilloatodaprisa.Sequedópetrificada.Ungritosubióhastasugarganta,peroseconvirtió
enunchillidoahogado.Estaba apoyado contra la pared opuesta de la habitación. Aunque con
forma de hombre, tenía joroba y manos enormes y con garras. Su rostroestaba deformado por un hocico y dientes sobresaliendo entre los labios, yojoshundidos,negrosybrillantes.
Pearl lanzó un gemido. El instinto la hizo dar un paso atrás, aunque elmismoinstintoledijotambiénqueerainútil.
Teníaenlacabezacientosdehistoriashorriblestantodelasnoticiascomodelosrumoresdichosenvozbaja.
Lagentedecíaquelosasesinatosocurríanalazar.Los monstruos lunares podían estar en cualquier lugar y en cualquier
momento.Nadie lograbadiscernirunesquemaniuna lógicaensusataques.Undíapodíanirrumpirenmanadaenunedificiodeoficinasymataratodoslosdelnovenopiso,perodejarintactosalosdemás.Podíanmataraunniñodormido en su cama y no a su hermano en la misma habitación. Podían
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descuartizaraunhombrequebajabadesudeslizadorantelapuertadesucasay luego tocaban el timbreparaqueunode sus seres queridos lo encontraratodavíasangrandoenlaentrada.
El terror radicabaen su carácter aleatorio.En labrutalidady la faltadelógica conque escogían a susvíctimasydejabanmuchos testigosparaquepropagaranelmiedo.
Nadieestabaasalvo.Nadienuncaestabaasalvo.Pero Pearl jamás pensó que pudieran llegar ahí, a su intrascendente
apartamentoenunaciudadtanpoblada…Además,habíauncesedehostilidades.Nosehabíanproducidoataquesen
días.¿Porquéahora?¿Porquéaella?Ungemidoescapódesugarganta.Lacriaturalesonrióconsuficienciay
Pearlsediocuentadequehabíaestadomasticandocuandoellallegó,comosiacabaradeservirseunbocadillo.
Mamá.Conunsollozo,diomediavueltaparahuir.Lapuertasecerródegolpe.Otracriaturalecerrabaelpaso.Pearlsederrumbósobresusrodillas,llorandoytemblando.—Porfavor.Porfavor.—¿Estás seguro de que no podemos comérnosla? —preguntó el que
estaba junto a la puerta con un tono áspero y rasposo por el que apenas sedistinguíanlaspalabras.TomóaPearlporelbrazoylahizoponersedepie.La muchacha gritó y trató de soltarse, pero la criatura la retenía sincompasión. Extendió el brazo de Pearl para separarlo del cuerpo y poderexaminarlobien—.¿Solounbocado?Parecetandulce.
—Perohuelemuyrancia—señalóelotro.Enmedio de su histeria, Pearl también olió y sintió una humedad tibia
entrelaspiernas.Gimióysuspiernasvolvieronaflaquear.Quedócolgadadelamanodelmonstruo.
—Elamadijoque las lleváramos ilesas.Siquieresdarleunamordidita,adelante.Seenojaráytearrancarálacabeza.
ElquesosteníaaPearlpresionólanarizhúmedacontrasucodoyaspiróconansias.Luego,dejócaerelbrazoycargóaPearlsobresuhombro.
—Novalelapena—admitióconungruñido.—Estoy de acuerdo—la segunda bestia se acercó y pellizcó la cara de
Pearl con su enormemano peluda—. Pero quizá podamos probarla cuandohayanacabadoconella.
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Treintaycinco
—Allíestálacasadelguardia—dijoThorne,agazapadoenuncallejónentreIkoyWolf.Porcentésimavezdesdequehabíansalidode lacasadeMaha,revisósubolsilloparacerciorarsedequeestabaelcilindroconelmensajedeCress.
—Teníamayoresexpectativas—comentóIko.Comotodoenestesector, lacasadelguardiaeradecolorverdeolivay
estaba cubierta de polvo. También estaba hecha de piedra y carecía deventanas, loque laconvertíaenunode losedificiosmás impenetrablesqueThornehabíavisto.Unguardiauniformadovigilabaenlapuerta,conunriflecruzadosobreelpecho;uncascoyunamáscaraparaprotegersedelpolvoleoscurecíaelrostro.
Dentrohabríaarmas,equipodemantenimientodeldomo,unaceldaparareteneralosinfractoresdelaleyantesdeenviarlosajuicioenArtemisa,yunpequeño centro de control para acceder a la red de energía y al sistema deseguridad del domo.Más importante: allí era donde se alojaba el receptor-transmisor que conectaba este sector con la red de difusión operada por elgobierno.
—¿Cuántotiempotenemos?—preguntó.—Estimado, dos minutos con catorce segundos hasta que aparezca la
próximapatrulla—respondióIko.—Wolf,adelante.HuboundestellodedientesafiladoscomonavajasantesdequeWolfse
enderezaraysalieracaminandodelcallejón.ThorneeIkoseagacharonparanoservistos.
—Alto.Identifíquese—ordenóunavozríspida.
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—Agente especial Alfa Kesley. Estoy aquí por órdenes del taumaturgoJaelpararevisarsuinventariodearmas.
—¿Agenteespecial?¿Quéhacefuerade…?Un grito ahogado fue seguido por un breve forcejeo y un ruido sordo.
Thorne se preparó para el chispazo de un disparo, pero este nunca llegó.Cuandoreinóelsilencio,éleIkoecharonotrovistazodesdelaesquina.
Wolf ya arrastraba la figura inconsciente del guardia hacia la puerta ysostenía la pantalla con los dedos. Thorne e Iko corrieron a su lado justocuandolapuertaseabrió,yarrastraronalguardiahaciaadentro.
El interior de la casa nomejorabamucho respecto del exterior.Apenasmenos polvoriento, pero oscuro e incómodo. En la habitación principal, unescritorio grande ocupaba la mayor parte del espacio, separándolos de dospuertascerradasenlapareddelfondo.
SinperderniunminutoThorne sequitó la camisade linoque sehabíapuestoparaparecerunminero,yquelecausabapicazón.Sepusodecuclillasjuntoalguardiaycomenzóadesabotonarlacamisadeluniforme.Aunqueelhombreeraunpocomáscorpulento,leparecióquelequedaríabien.
—Nocreoquenecesitesayudaconeso,¿verdad?—sugirióIko,conunavozquedenotabaesperanza,alobservaraThornesacarlosbrazosexangüesdelguardiadelasmangas.
Thornesedetuvoparalanzarleunamiradafulminante;extrajoelcilindrodesubolsilloyloapoyóconfuerzaenlapalmadeIko.
—Ponteatrabajar.Ikohizounrápidosaludomilitarysecolocódetrásdelescritorio.Pronto,
Thorne pudo oírla tararear alegremente al encontrar el puerto universal einsertar el cilindro.Unapantalla se encendiódepronto e Ikoproclamóconorgullo:
—¡Contraseña:Elcapitáneselrey!Los labios de Thorne se fruncieron mientras se pasaba la camisa del
guardiaporlacabeza.—¡Funcionó! ¡Estoy adentro!—exclamó Iko—. Cargando el programa
ahora.WolfayudóaThorneacolocarselacomplicadaarmaduraquecubríasolo
elhombro.—Casi termino y… ya está. Seleccionando sectores para recibir la
programaciónalterada,ycargandoelvideodeCinderenlalistadeespera…Vaya,Cressnopodíahaberhechoestomásfácil.
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Thornegruñó;noqueríaoírhablardelgrantrabajoqueCresshabíahechoparaayudarlosdesdelejos;lehabríagustadoqueseenviaraellamisma.
Dejó caer sobre su rostro la máscara contra el polvo para esconder sumuecaymetió lospiesen lasbotasdelguardia.Alzó lascejashaciaWolf,conexpresióninterrogante.
—Pasable—admitióWolf.—Damealmenosotroscuatrominutos—pidióIko.—Sontuyos.Dosgolpessignificanproblemas,tressignificanquenohay
morosenlacosta.Thorne tomó el rifle del guardia. Escuchó aWolf tronarse los dedos al
deslizarseporlapuertaparaasumirelpuestodelguardia.Laposturaderostrosombríoyhombroslevantadosleresultófácildeadoptar,ysealegródequeporestavezsuentrenamientomilitarfueraútil.
Contóseissegundosantesdequeaparecieraelguardiaquepatrullabaestasección del domo. Pasó junto a Thorne con su arma levantada sobre elhombro,buscandocivileserrantesuobrerosquedebieranestartrabajando.
Sielguardialomiró,Thornenosediocuenta.Mantuvosupropiamiradafijaenelhorizonte,estoicayseria.
Elguardiasiguiódelargo.Detrásdelamáscaraantipolvo,Thornesonrióconsuficiencia.
Cinderhabríadeseadotenermásespacioparacaminar.Tenía losnerviosdepuntamientrasesperabasaberdeIko.
—¿Estásbien?—preguntóScarlet,queestabasentadaenlamecedoraconlas piernas cruzadas. También ella se sentía inquieta y jugueteaba con loscordonesdesuabrigoconcapuchareciénlavado.
—Estoybien—mintióCinder.Laverdaderaqueestaba tan tensacomouna bomba a punto de explotar, pero no quería hablar de ello. Ya habíandiscutidosuestrategiahastaelhartazgo.Todoloquepodíasalirbien,ytodoloquepodíasalirmal.
Lagente responderíaasu llamado,ono respondería.Encualquiercaso,ellaibaamostrarlesujuegoaLevana.
En la cocina, la princesa Winter tarareaba una canción desconocida.Apenashabíadejadodemoversedesde su llegada, lanocheanterior.Habíadesempolvado,barrido,sacudidotapetes,reorganizadogabinetesydobladolaropalimpia, todoconlagraciadeunamariposa.TodoesetrabajohacíaqueCindersesintieracomounamalahuésped.
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Cindernoestabasegurasobrequépensardelaprincesa.AlmismotiempoadmirabaycuestionabaladecisióndeWinterdenousarsuencanto.LavidahabíasidomássencillaantesdequeCinderusarasudon,ymuyamenudolahabíaaterradopensarqueseestabapareciendocadavezmásaLevana.Peroalmismo tiempo, ahora que tenía su don, no podía imaginar resignarlo, enespecialalverelcostoquehabíatenidoparalasaludmentaldeWinter.
Pero tachar sencillamente de loca a la princesa no parecía correctotampoco. Era estrafalaria, extraña y ridículamente carismática. Tambiénparecíainteresarseconsinceridadenlaspersonasquelarodeabanymostrabarasgosde inteligencia quehabría sido fácil pasar por alto.Si bien rebosabahumildad, Cinder no creía que fuera tan ignorante de sus encantos comopretendía.
Habríaqueridorecordarladecuandoeranniñas,perotodossusrecuerdosconsistíanenllamas,carbonesardientesycarnechamuscada.Nohabíanadadeunaamiga,unaprima.Jamásseleocurrióquepudieraexistirunvínculoasí durante su breve vida enLuna: había dado por sentado que todos en elpalacioeransusenemigos.
Uncomunicadoaparecióenlapantalladesuretina.Cindersequedóhelada,loleyóysoltóunprofundosuspiro.—Están en posición. El video está listo para reproducirse un minuto
después de que concluya el anuncio de la jornada de trabajo en todos lossectoresexternos.Thornemontaguardia.Nohayalarmas…porahora.
Cindersepusounamanosobresuestómago,quesentíahechounnudo.Esteeraelmomentoparaelquehabíahechotodossuspreparativos.
Mil horrores empañaron su mente. Que no le creerían. Que no laseguirían.Quenoquerríansurevolución.
Hastadondepodíadecir,seríalaprimeravezquelossectoresexternosdeLunaseríanexpuestosaunmensajequenoerapropagandaautorizadaporlaCorona o para infundirmiedo. Todos losmedios estabanmanejados por lareina,desdeejecucionespúblicasqueconvertíanenvillanoacualquieraquese atreviera a criticar a la reina hasta documentales sobre la generosidad ycompasión de la familia real. Se podían especificar sectores para dirigiremisionesindividualesoprogramarlosatodosparaquerecibieranunmensajeal mismo tiempo, aunque Cinder sospechaba que la reina rara vez emitíacomunicaciones en masa. Más bien, las comunidades ricas de Artemisapodíanverinformacióndelasfiestasmáselitistasdelatemporada,mientraslos trabajadores de los sectores externos veían reportes sobre escasez de
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alimentos y reducción de raciones. Sin forma de comunicarse entre ellos,¿cómopodríansaberotracosa?
Cinderestabaapuntodesecuestrarel instrumentode lavadodecerebromás valioso de Levana,más poderoso incluso que su encanto. Por primeravez,lapoblacióndelossectoresexternosescucharíaunmensajedeverdadydetomadelpoder.Porprimeravezestaríaunida.
Esoesperabaella.Unacampanadafamiliarretumbóenelexterior,seguidaporelhimnode
Luna y la voz amable de la mujer enviando a los trabajadores a casa altérminodelajornada.
Cinder se rodeó el cuerpo con los brazos, apretándose fuerte en unesfuerzopornodesintegrarse.
—Allíestá—anunció,mirandoaScarlet.HabíandiscutidolargotiemposobresiCinderdeberíaonoarriesgarsea
estarafueraenelsectorcuandoseescucharasumensaje.Suscompañeroslahabían alentado a esperar y dejar que el video cumpliera su función sinponerse en peligro, pero en ese momento supo que esperar no era opción.Teníaqueestarallíparaverlareaccióndelagente,almenosenestesector,sinopodíaverladenadiemás.
—Vasasalir,¿verdad?—preguntóScarletconunamuecadetemor.—Tengoquehacerlo.Scarletalzólamirada,aunquenopareciósorprendida.Selevantóymiró
hacia la cocina, donde el tarareo de Winter se había vuelto dramático yansioso.
—¿Winter?La princesa apareció unmomento después, con las manos cubiertas de
yeso.—¿Quéhaces?—preguntóScarletconlosbrazosenjarra.—Emparchando lacasa—contestóWinter, comosi fueraobvio—.Para
quenosevengaabajo.—Correcto.Buen trabajo.Cinderyyovamos aver el video.Si alguien
vienealacasa,escóndete.Nosalgasnitratesdehaceralgunalocura.—Seréunvestíbulodecordurasinobstáculos—prometióWinterconun
parpadeo.Sacudiendolacabezaconexasperación,ScarletsevolvióhaciaCinder.—Estarábien.Vamos.ElrelojenlacabezadeCindercontabacadaunodelosminutos,yellay
Scarlet apenas habían salido de la casa cuando el domo se oscureció en lo
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alto.Aladistanciapudoveralosprimerostrabajadorescaminoacasadesdelas fábricas. Todos se detuvieron y miraron a lo alto, esperando escucharcualquiermalanoticiaquelareinatuvieraquecomunicarles.
Unaseriedecuadrosdeltamañodeedificiostitilaronenlasuperficiedeldomo y se enfocaron para formar una imagen, reproducida una docena deveces en cada dirección: el rostro de Cinder proyectado media docena devecesenelcielo.
Cinderhizounmohínalverlo.Cuandograbaronelvideoabordode laRampion,sesentíaaudazyresuelta.Nosehabíamolestadoenvestirseparalaocasión,puespreferíaquelagentelavieratalcomoera.Enelvideollevabala misma camiseta de estilo militar y los pantalones cargo que habíaencontradoenlaRampionhacíatantotiempo.Llevabaelcabellorecogidoenla misma cola de caballo de siempre y tenía los brazos cruzados sobre elpecho,consumanodecyborgaplenavista.
Ennadaseparecíaasumajestuosa,glamorosaypoderosatía.—Cinder—susurróScarlet—,¿nodeberíasusartuencanto?Ella comenzó a convocar el encanto de adolescente sencilla que había
usado durante el viaje desde Artemisa. Al menos evitaría que alguien delsectorlareconociera,aunquenolaprotegeríadelasimágenesdelacámara.
EsperabaqueLevanatuvieramuchasimágenesqueexaminardespuésdeesto.
Suimagenenelcieloempezóahablar.“Ciudadanos de Luna, les pido interrumpir lo que están haciendo para
escucharestemensaje.MellamoSeleneBlackburn.SoylahijadeladifuntareinaChannary, sobrinade laprincesaLevana,yheredera legítimaal tronodeLuna”.
Habíapracticadomilveceseldiscursoy sintióaliviodeno sonarcomounacompletaidiotaaldecirlo.
“Lesdijeronquemoríhacetreceañosenunincendioenlaguardería.LaverdadesquemitíaLevanaintentómatarme,perofuirescatadayllevadaalaTierra. Allí fui criada y protegida como preparación para el momento deregresaraLunayreclamarmiderechodenacimiento.
»Enmiausencia,Levana loshaesclavizado.Ella lesquitaa sushijosylos convierte enmonstruos. Les quita a sus hijos vacíos y los asesina. Loshace padecer hambre mientras la gente de Artemisa se atiborra de ricosalimentos y golosinas—su expresión se volvió dura—. Pero el imperio deLevanaestállegandoasufin.Heregresadoyestoyaquípararecobrarloqueesmío”.
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Un escalofrío recorrió los brazos de Cinder al escuchar su propia vozsonartandecidida,tanconfiada,tandigna.
“Pronto—continuóelvideo—LevanasecasaráconelemperadorKaitodelaTierrayserácoronadaemperatrizdelaComunidadOriental,honorqueno se podría conferir a alguienmenosdigno.Meniego a dejar queLevanaextienda su tiranía. No me quedaré de brazos cruzados mientras mi tíaesclavizaamipuebloyabusadeélaquíenLuna,yemprendeunaguerraenla Tierra. Por eso, antes de que una corona de la Tierra ciña la cabeza deLevana,conduciréunejércitoalaspuertasdeArtemisa”.
Enloalto,susonrisasevolvióastutayresuelta.“Pidoqueustedes,ciudadanosdeLuna,seaneseejército.Ustedestienen
elpoderdelucharcontraLevanaycontralagentequelosoprime.Apartirdeahora, de esta noche, los convoco a unirse a mí en la rebelión contra esterégimen. Ya no obedeceremos sus toques de queda ni renunciaremos anuestroderechoareunirnos,ahablaryserescuchados.Yanoentregaremosanuestroshijosparaqueseansusguardiasysoldadosdesechables.Yanonosesclavizaremoscultivandoalimentosycriandoanimalessoloparavercómolos embarcan hacia Artemisa, mientras nuestros hijos mueren de hambre anuestroalrededor.YanoconstruiremosmásarmasparalaguerradeLevana.Encambio,lastomaremosparanosotros,paranuestraguerra.
»Seanmiejército.Levántenseyrecuperensushogaresdelosguardiasqueabusandeustedesylosaterrorizan.EnvíenunmensajeaLevanadequeyanoseráncontroladosporelmiedoy lamanipulación.Yencuantocomience lacoronaciónreal,pidoquetodoslosciudadanosenbuenascondicionesfísicasseunanamíenunamarchacontraArtemisayelpalaciodelareina.JuntosgarantizaremosunmejorfuturoparaLuna.Unfuturosinopresión.Unfuturoenelquecualquierlunar,seacualfueraelsectorenelquevivaolafamiliaenque haya nacido, pueda concretar sus aspiraciones y vivir sin temor depersecucióninjustaodeunavidadeesclavitud.
»Entiendo que les estoy pidiendo arriesgar la vida. Los taumaturgos deLevana sonpoderosos, susguardias sondiestros, sus soldados sonbrutales.Perosinosunimos,podemosserinvencibles.Nopuedencontrolarnosatodos.Conelpueblounidoenunejército,rodearemoslacapitalyderrocaremosalaimpostoraquesesientaenmitrono.Ayúdenme.LuchenpormíyyoserélaprimeragobernanteenlahistoriadeLunaquetambiénlucharáporustedes”.
LaimagenseenfocóuninstanteenlaexpresiónindomabledeCinderyseapagó.
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Treintayseis
—¡Vaya!—susurróScarlet—.¡Québuendiscurso!ElcorazóndeCinderretumbaba.—Gracias.Kailoescribiócasitodo.Se asomó a la desierta hilera de casas. Las pocas personas que habían
vistoantesseguíandeambulando,sindejardemiraraldomo.Másminerosyoperarios tendrían que haber regresado ya, pero las calles permanecíandesoladas.Eldomoeraunvacíodesilencio.
DeberíadehaberasustadoaCindersaberquehabíadadoelprimerpaso.Había estado huyendo desde hacíamucho. Levana la habíamantenido a ladefensivadesdequelahabíavistoenelbailedelaComunidad.
Yanomás.Sesentíallenadeenergía.Lista.Antesqueversetontaenelvideo,habíasonadocomounareina.Habíasonadocomounarevolucionaria.Habíasonadocomosirealmentepudieraponerestoenmarcha.
—Vamos—sugirióScarlettomandoladelantera—.Tenemosqueverquépasa.
Cinder se apresuró detrás de ella. Habían oído gritos procedentes de laplazacentral.A lo lejos, losciudadanosavanzaban rumboa lascallesde lazona residencial, aunque se detenían todo el tiempo paramirar hacia atrás.CuandoCinderyScarlet se acercaron, losgritos se convirtieronenórdenesfuriosas.
—¡Caminen!—vociferabaunguardia.Salvolosojos,teníaelrestodelacaracubiertoconcascoymáscara—.¡Cuatrominutosparaeltoquedequeda!Estáprohibidalavaganciayningúnvideovaacambiarlo.
CinderyScarletseagazaparondetrásdeunacarretilladereparto.
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Los ciudadanos se reunían en grupos pequeños. Tenían el pelo y eluniforme cubiertos de polvo de regolito. Algunos llevaban las mangasenrolladasydejabanvereltatuajeMR-9enelhombro.Lamayoríabajaronlamiradacuando losguardias se acercarony retrocedieronante laperspectivadequeusaranlosgarrotescontraellos.Peropocosseiban.
Un guardia sujetó a un hombre por el codo y lo separó de la fuenteburbujeantedelcentrodeldomo.
—¡Largo de aquí! ¡Todos! No nos obliguen a presentar un informe demalaconducta.
Loscansadostrabajadoresintercambiaronmiradas.Lamultituddisminuía.Losvecinossedispersabanconloshombrosabatidos.Losgrupossedisolvíansinsiquieraunapalabradeenojolanzadacontralosguardias.
Cindersintióqueelcorazónseleoprimía.Noestabanluchando.Nosedefendían.Sedejabanintimidarporsusopresoresigualquesiempre.Ladesilusiónseapoderódeellaysequedóinmóvil,encorvadacontrala
carretilla. ¿No había sido convincente? ¿No había sabido comunicar laimportanciadequetodossealzaran,unidosyresueltos?¿Habíafracasado?
Scarletlepusounamanosobreelhombro.—Essoloun sector—laconsoló—.No tedesalientes.No sabemosqué
pasaenotroslados.Aunquesuspalabraseranamables,Cinderveíasufrustraciónreflejadaen
ladeScarlet.Podríaserverdad:nosabíanloquepasabaenlosdemássectoresniteníanmododesaberlo.Peroloqueveíaahínoeraparasentirconfianza.
—¡Nometoque!—exclamóunhombre.Cinder se asomó por un lado de la carretilla. Un guardia miraba a un
hombre delgado, que tenía la piel de un tono blanco enfermizo. Pese a lodemacrado de su complexión, el hombre se mantenía erguido frente alguardia,conlospuñoscrispados.
—Nome iré ami casa para obedecer un toque de queda—continuó elhombre—.Hagan todas lasamenazasquequierandedenunciarme.Despuésdeesevideo,lareinaysussecuacesvanaestarocupadosarreandogentecondelitosmuchomásgravesquequedarseafueraunosminutos.
Otrosdosguardiasdejarondedispersaralosvecinosysedirigieronhaciaelhombre.Entrelasmanosenguantadasapretabanlosgarrotes.
Losdemástrabajadoressedetuvieronamirar,curiososyprecavidos,perotambién,pensabaCinder,enojados.
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Elprimerguardia se inclinó sobre el hombre.Suvoz sonó amortiguadadetrásdelamáscara,perosepercibíaclaramentesuarrogancia.
—Nuestrasleyesestándestinadasaprotegeratodaslaspersonasynadieestáexentodecumplirlas.Lerecomiendoquesevayaasucasa,sinoquiereobligarmeaqueloconviertaenejemploparalosdemás.
—Soy perfectamente capaz de ponerme de ejemplo a mí mismo —mascullóhacialosguardiasquesehabíanacercadoylorodeaban,yluegosedirigióalagentequetitubeabaenlosbordesdelaplaza—.¿Noloentienden?Silosotrossectorestambiénvieronelvideo…
El guardia tomó al hombre por la nuca con lamano libre y lo obligó aponersederodillas.Suspalabrasquedaronsofocadasenungruñidoahogado.
Elguardiaalzósugarrote.Cinder se tapó la boca con lamano.Recurrió a su encanto, pero estaba
demasiadolejosparadetenerlo,demasiadolejosparacontrolarlo.Losotrosguardias lo secundaronydejaroncaerelgarroteen lacabeza,
los hombros y la espalda del hombre. Se derrumbó de lado cubriéndose elrostro.Gritabaporlafuerzadelosgolpes,peronocesaban…
Cinder rechinó los dientes y puso un pie en la calle, pero antes de quepudierahablarseescuchóotravozsobrelosgritosdelhombre.
—¡Deténganse!—exclamóunamujerqueseabríapasoentrelamultitud.Unodelosguardiassedetuvo.No:secongeló.Los otros dos dudaron al ver a su compañero con el garrote detenido a
mediocamino.Elrostrodelamujersehabíacontraídoporlaintensidaddesuconcentración.
—Uso ilegítimo de la manipulación —rugió otro guardia. Tomó a lamujer y le puso los brazos atrás de la espalda. Sin embargo, antes de quepudieraesposarla,otrominerointervino,unancianoconlaespaldaencorvadapor años de trabajo. Con todo, sumirada era intensa. Alzó unamano y elcuerpodelguardiasevolviódepiedra.
Otro civil avanzó. Luego, otro. Su expresión era de absolutadeterminación.Unoporuno,losguardiassoltaronsusgarrotes.Unoporuno,lamultitudcontrolósuscuerpos.
Unjovencorrióhaciaelhombrequehabíangolpeadoyqueseguíaenelsuelo,débilygimiendodedolor.
Lamujerqueintervinoprimerolesgritóalosguardias.—NosésiesachicaeralaprincesaSeleneono,peroséquetienerazón.
Podría ser nuestra única oportunidad de unirnos, y ya no volver a tenerlesmiedo—surostromostrabatensiónyresentimiento.
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MientrasCinderobservaba,elguardiaalquecontrolabalamujertomóelpuñaldesucinturón,lolevantóylopresionócontrasupropiagarganta.
Cindersintióqueelhorrorlarecorríacomoaguahelada.—¡No!—gritó,ycorrió,anulandoelencantodeadolescentesencillacon
elquesehabíaencubierto—.¡Nolosmaten!Se metió apresuradamente en el centro de la multitud, con las manos
extendidashacialoscivilesreunidos.Supulsogalopaba.Al principio la recibieron con enojo. Eran los remanentes de años de
tiranía y la interrupción convirtió su anhelo de venganza en disgusto. Peroluego,lentamente,empezaronareconocerlayasentirseconfundidos.
—Entiendo que estos hombres han sido las armas de la reina. Los hanmaltratado y degradado a ustedes y sus familias, pero ellos no son susenemigos. Muchos guardias fueron arrancados de sus seres queridos yobligadosatrabajarparalareinaencontradesuvoluntad.Noséquiénesseanestos guardias en particular, pero matarlos sin un juicio justo y sinmisericordiavaa reforzarelciclode ladesconfianza—miróa losojosa lamujerqueteníacautivoalguardiaconelpuñal—.Noseancomolareinaysucorte.No losmaten.Losharemosprisioneroshastanuevoaviso.Esposiblequelesencontremosalgunautilidad.
Elguardiacomenzóabajarelbrazo,alejandolaamenazadelpuñal.Peromiraba a Cinder, no a la mujer. Quizá se sentía aliviado de que hubieraintervenido. Quizás estaba avergonzado por su impotencia. Quizá planeabamataraesosciudadanosrebeldesencuantopudiera.
Se le ocurrió aCinder que lamisma escena podría estar sucediendo enincontablessectores,sinqueellaestuvierapresenteparaevitarlo.QueríaquelagentesedefendieradelrégimendeLevana,peronohabíaconsideradoquetambiénsentenciabaamuerteamilesdeguardias.
Tratódesofocarlapunzadadeculpa,diciéndosequeeralaguerra,yquelasguerrascausanbajas.Peroesepensamientonolahizosentirmuchomejor.
Se acercó a la fuente y se paró en el borde. El agua le salpicaba losmuslos.
Lagentequesehabíaalejadorumboasuviviendavolvióenmasa,atraídaporlaconmociónyporlosrumoresderebelión.Conlosguardiassometidos,ibanconlacabezaenalto.
Cinderseimaginóacientosdemiles,inclusomillonesdelunaresreunidosdelamismamanera,atreviéndoseasoñarconunnuevogobierno.
—¡Esuntruco!—gritóunhombre—.¡Levananosponeaprueba!Nosvaamasacrarporesto.
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Lamultitudseagitó.Laacusaciónlahabíapuestonerviosa.Recorrieroncon lamirada el rostodeCinder, su ropa, lamanometálicaqueno llevabaescondida. Ella se sintió como si estuviera de nuevo en el baile, como elcentro de una atención que no deseaba, pero determinada a proseguir y asabiendasdequeyanopodíaretroceder,aunsiquisiera.
—Noesuntruco—replicóenvoztanaltaquesuspalabrasreverberaronenlasparedesdelafábricamáscercana—.Nitampocoesunaprueba.SoylaprincesaSeleney el videoque acabandever se transmitió a casi todos lossectoresdeLuna.SoylacabezadeunarebeliónqueseextenderáportodalasuperficiedeLuna,yempiezaaquí.¿Quierenunirseamí?
Tenía la esperanzadeque respondieran convítores, pero en su lugar seprodujounsilencioincómodo.
Elancianoquehabíavistoantesinclinólacabeza.—Perosieressolounaniña.Cinder lo miró indignada, y antes de que pudiera responder, un rostro
conocidoseseparódelamultitud.Mahapasóalfrenteysecolocóanteella.A pesar de su estatura menuda, su actitud tenía hasta la última gota de latemeridaddeWolf.
—¿Acaso no vieron el video? ¡Ha regresado nuestra verdadera reina!¿Vamosaencogernosdemiedoyadejarpasarestaoportunidadquetenemosdeconseguirunavidamejorparanosotros?
Elancianogesticulóhaciaelcielo.—Un discurso atractivo no es suficiente para poner en marcha una
rebelión. No tenemos entrenamiento ni armas. No hay tiempo paraprepararnos. ¿Qué esperas que hagamos? ¿Quemarchemos sobre Artemisaconpalasypicos?¡Vanadespedazarnos!
Porlosceñosfruncidosylosmovimientosdeasentimientodelascabezas,estabaclaroquenoeraelúnicoquepensabaasí.
—Lo que nos falta de entrenamiento y tiempo —explicó Maha— locompensaremos con determinación y con que somos muchos, como dijoSelene.
—¿Con determinación y con que somosmuchos?En cuanto demos dospasos enArtemisa los taumaturgos deLevana nos abrirán la garganta y nollegaremosniaverelpalacio.
—Nopuedenlavarnoselcerebroatodos—gritóalguienentrelamultitud.—Exactamente—confirmóMaha—.Poresotenemosquehacerloahora,
cuandotodosloshabitantesdeLunapodemosavanzarjuntos.
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—¿Cómo sabemos que los otros sectores van a luchar? —preguntó elhombre—.¿Esperanquearriesguemoslavidaporestafantasía?
—¡Sí!—exclamóMaha—.Sí,quieroarriesgarmividaporestafantasía.Levanasellevóamisdoshijossinquepudierahacernadaparaprotegerlos.Nopuderesistirmeaella,contodoloquemedolióverlospartir.¡Novoyadesperdiciarestaoportunidad!
Cinder se dio cuenta de que esas palabras tenían algún sentido para losciudadanosreunidos.Bajaronlavistaalsuelo.Unoscuantosniños,cubiertospor el mismo polvo que los demás, estaban junto a sus padres, que losrefugiaronentresusbrazos.
Elrostrodelhombreseendureció.—Todamividahedeseadouncambio,yprecisamenteporesoséqueno
va a ser tan fácil —comenzó a decir—. Quizá Levana no pueda enviarcontingentesatodoslossectoressinosalzamosalmismotiempo,pero¿quéimpedirá que suspenda los trenes de abastecimiento? Puede someternoshaciéndonospasarhambre.Deporsí,nuestrasracionesyasonmuyescasas.
—Tiene razón—admitióCinder—.Levanapuede reducir las racionesydetenerlostrenesdeabastecimiento,peronoloharásinosotroscontrolamosel sistema del tren de levitación magnética. ¿No se dan cuenta? La únicamanera de que esto funcione es que nos juntemos, que nos neguemos aaceptarlasreglasquenosimpusoLevana.
DetectóaScarleten lamultitud,y luego tambiéna Iko,WolfyThorne.Thorne llevabaeluniformedelguardia,pero sehabíaquitadoel cascoy lamáscara.Cinderesperabaquelaampliasonrisadelmuchachofuerasuficienteparadetenerelodiomaldirigidodealguno.
Lapresenciadesuscompañeroslahizosentirsefuerte.Tratódemiraralosojosatodoslosciudadanosquefueraposible.—Sinduda,enlosotrossectoressedebatenconlosmismosmiedosque
ustedes. Propongo que seleccionemos voluntarios que vayan comomensajeros a los sectores vecinos. Les explicaremos que estoy aquí y quetodoloquedijeenelvideoesverdad.IréaArtemisaareclamarmiderechodenacimiento.
—Yyoestarécontigo—manifestóMahaKesley—.Estoyconvencidadeque eres nuestra reina verdadera y de que te debemos nuestra lealtadsimplementeporeso.Perocomomadre reunidaconsuhijo, tedebomuchomás.
Cinderlesonrió,llenadegratitud.
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Mahatambiénlesonrióy,luego,apoyóunarodillaenelsueloeinclinólacabeza.
Cindersepusotensa.—¡Oh, Maha! ¡No tienes que hacer eso! —sus palabras se fueron
apagando,pueslamultitudquelarodeabacomenzóaimitarla.Alprincipio,elcambiofuegradual,peroseextendiócomolasondasdeunestanque.Solosusamigossequedarondepie,yCinderagradeciósufaltadeveneración.
Sus miedos comenzaron a disiparse. No sabía si el video habíaconvencidoatodoslosciudadanosparaqueseunieranasucausa;nisiquierasihabríaconvencidoalamayorparte,peroloqueveíaeraunapruebadequesurevoluciónhabíacomenzado.
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Treintaysiete
Depieycruzadodebrazos,Kaimirabaporlaventanadesulujosasuitedehuéspedes,peronoveíanadadelhermosolagoodelaciudadalláabajo.Nohabía logrado apreciar ningunode los lujos de sumagnífica prisión, pese aque la suite eramás grande que lamayoría de las casas de la Comunidad.Levana fingía respeto dándole un alojamiento completo, con una enormealcobayvestidor,dossalasdeestar,unaoficinayunbañoqueaprimeravistaparecíatenerunapiscina,hastaqueKaisediocuentadequeeralatina.
Asombroso,sinduda.ErainclusomáslujosaquelassuitesdehuéspedesdelpalaciodeNuevaBeijing,aunqueKaiysusantepasadossepreciabandelaformaenquerecibíanytratabanasushuéspedesdiplomáticos.
Elefecto,sinembargo,searruinabaporelhechodequelaspuertasdoblesqueconducíanasubalcónpermanecíancerradasyquehabíaguardiaslunaresapostadosfueradesushabitacionesdíaynoche.Habíafantaseadoconromperunadelasventanasytratardebajarporelmurodelpalacio—probablementeera lo que Cinder habría hecho—, pero ¿qué sentido tenía? Aun si evitararomperseelcuello,noteníaadóndeir.Aunqueledolieramuchopensarlo,sulugarestabaaquí,juntoaLevana,haciendosumayoresfuerzopormantenerlaocupadacontonteríasdelabodaylacoronación.
Sumisiónnoibabien,dadoquenohabíavistoaLevananianingunodesussecuacesdesdeque lohabíanencerradodespuésde laemboscadaen lasdársenas.Losúnicosvisitanteshabíansidocriadosmudosqueletraíanplatoscolmadosdecomidaextravagante,lamayorpartedelacualregresabaintacta.
Conungruñidodeexasperación,comenzóadarvueltasdenuevo,segurodequegastaríaelpisodepiedraantesdequeestaduraexperienciaterminara.
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HabíalogradometeraCinderyalosotrosenLuna,locualhabíasidosumisiónprincipalensusplanes,peronohabía funcionadodel todobienyseestabavolviendolocosinsaberquéhabíaocurrido.¿Habíanpodidoescapar?¿Algunoestabaherido?
Aun sin un enlace D-COMM, se habría visto tentado a enviar uncomunicadoaIkooCindersoloparasaberquéhabíaocurrido,peroLevanalehabíaconfiscadosupantallaportátil.Eraenloquecedor,aunquedadoelriesgodequerastrearanuncomunicado,posiblementehabíasidomejor.
Su ansiedad se habría apaciguado si hubiera podido seguir adelante consusotrosobjetivos.AdemásdedistraeraLevana,selehabíaencomendadolatareaderecabarinformaciónacercadeScarletBenoit,peronopodíaenterarsedenada,denada,mientrasestuvieraatrapadoaquí.
EracomoestarencerradoenlaRampiondenuevo,perocienvecespeor.Elecodeuntimbreresonóensusuite.Cruzó corriendo el recibidor principal y abrió la puerta de golpe. Un
criadodelibreaestabadelotrolado,unchicounosañosmásjovenqueKai.Estabaflanqueadoporcuatroguardiaslunares.
—No soy un prisionero—comenzóKai, poniendo el pie para trabar lapuertaencasodequesecerrara,comolohabíahechoincontablesveces.Elcriado se puso tenso—; soy el emperador de laComunidadOriental, nouncriminalcomún,ydebosertratadoconrespetodiplomático.¡Tengoderechoacelebrarconsejoconmiasesoryfuncionariosdelgabinete,yexijoescucharlasrazonesdelareinaLevanaparadetenernosdeestaforma!
Por un momento, la boca del criado se abrió sin decir nada, y al fintartamudeó.
—S-semeham-mandadoaescoltarlohastaSuMajestad.Kaiparpadeó,deprontoconfundido,perorecobróelaplomo.—Yaerahora.Llévemedeinmediatoconella.Elcriadohizounareverenciayretrocedióhaciaelcorredor.Kaifueconducidoporelpalacio,sintiéndosecomounprisioneroconlos
guardias desplegados a su espalda, aunque ninguno lo tocó. Se esforzó porobservarladisposicióndelpalacio,recogiendopuntosdereferenciafácilesderecordarcuandolefueposible:unaesculturainteresante,untapeteintrincado.Pasaronporunpuenteaéreoyrecorrieronunlargoyestrechocorredorenelquesealineabanretratosholográficoscomosifueransoldados.
Sus pies vacilaron una vez, cuando vio la última holografía. Tuvo quemirardosvecesparaasegurarsedequenoestabaperdiendolarazón.
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La holografía final correspondía a una mujer que a primera vista eraidénticaaCinder.
Su corazón se aceleró, pero cuando el holograma giró hacia él, se diocuentadesuerror.Se tratabadeunaversiónmaduradeCinder,conmiradacoquetaysonrisadearpía.Suspómuloseranmáspronunciados,sunarizunpocomás delgada. De hecho, las verdaderas similitudes no eran entre estamujerylaCinderqueélconocía,sinoentreellaylaCinderquehabíavistoalpiedelaescalinatadelsalóndebaile.
Revisó la placa y pudo confirmar sus sospechas: REINA CHANNARYBLACKBURN.
ElencantonointencionaldeCinder,dolorosamentehermosocomohabíasido,lavolvíamuysemejanteasumadre.
—¿SuMajestad?Sobresaltado,desvió laatención.Nodijonadaalcriadoaldejaratrás la
oscilanteholografía.Esperabaquelollevaranalsalóndeltrono,perocuandopasaronporuna
rechinante puerta de hierro hacia un corredor mucho menos lujoso, sussospechasseacrecentaron.Asuizquierdapasaronporlaadornadapuertadeunabóveda.
—¿Quéhayallí?Como esperaba que pasaran por alto su pregunta, le sorprendió que el
criadocontestara.—LasjoyasdelaCoronayvestidosdegala.Las joyas de la Corona. En Nueva Beijing guardaban los artefactos
preciosos y las reliquias de familia en una de las criptas subterráneas másseguras. Allí mantenían gemas del tamaño de huevos, espadas milenariasenchapadasenoro,inclusolascoronasdelemperadorylaemperatrizcuandonoestabanenuso.
Eraclaroqueestaalanoestabaabiertaparalosrecorridosgeneralesporelpalacio.¿Adóndelollevaban?
DieronvueltaaotraesquinaycondujeronaKaiporunapuertahaciaunaespeciedecentrodecontroldecomputadoras,llenodepantallasinvisiblesynodos holográficos. En todos los muros brillaban mapas y videos devigilancia,yhabíaalmenostreintahombresymujeresanalizandolaenormecantidaddetransmisionesycompilandolosdatosdesalida.
Antes de que pudiera encontrarle sentido a lo que hacían, lo empujaronporunapuertahaciauncuartoadyacente.Lapuertasecerró,aislándolodetrásdeuncristalapruebaderuido.
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Sumiradarecorrióelnuevoespacio.Un telónenunaparedmostraba laciudaddeArtemisaylaTierraenelhorizonte.Deespaldasaesaimagenseubicabandostronosmuyadornados.
El resto de la habitación estaba lleno de enormes lámparas de pie yequipos de grabación. Le recordó la sala de medios del palacio de NuevaBeijing,perosinningunodelosasientosdispuestosparalosperiodistas.
Levanaestabadepiedetrásdeunodelostronos,conlasmanosapoyadasen el respaldo. Un broche en su faja tenía una delicada filigrana de oro ydiamantes falsos que decía Princesa Winter. Aunque fallecida, nuncaolvidada.
LoslabiosdeKaiseplegaroncondisgusto.Porlomenosesechismesílohabía alcanzado en su cautiverio: la princesaWinter había sido asesinada.Algunosdecíanquehabíasidounguardia;otros,queunenamoradoceloso.Perodespuésdever la formaenqueLevana legruñíaa suhijastra,Kainopodíaevitartenersuspropiasteorías.
El taumaturgoAimeryestabaen lapuerta, juntoconelpelirrojocapitándelaguardia.Undesconocidojugueteabaconunadelaslámparas.
AunquelabocadeLevanasonreía,susojosdestilabancrueldad.Algohabíaocurrido.Kaiplantó lospiesy semetió lasmanosen losbolsillos, esperandodar
unaimpresióntantranquilacomoformidable.—Hola,dulzura—lasaludó,recordandolosaduladoresepítetosqueella
lehabíadedicadoenlasdársenas.Levana le lanzó unamirada fulminante, que decíamucho. Si no estaba
dispuestaafingirsedivertida,algodeberíairterriblementemal.Élesperabaqueesosignificaraquealgohabíaidoterriblementebien.—Semeprometióqueibaasertratadocomohuéspeddiplomático—dijo
—. Espero celebrar consejo con Konn Torin y los demás delegados de laTierra,yquesemepermitaelaccesoapasearporelpalacioyporlaciudad.Nosomostusprisioneros.
—Por desgracia hoy no recibo demandas —las uñas de Levana seenterraronenelrespaldodesufalsotrono—.Encambiotúmevasaayudarconunpequeñoproyecto.¿Estamoslistos?
Eldesconocidososteníapedazosdepapeldedistintostonosdeblanco.—Unmomentomás,reinamía.Kailevantólaceja.—Novoyaayudarteennadahastaqueaceptesmispeticionesycontestes
mispreguntas.
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—Mi querido prometido: renunciaste a tus derechos a la cortesíadiplomáticacuandotrajisteaesoscriminalesamicasa.Siéntate.
Kaiexperimentóunfugazinstintoderesistenciaantesdequesuspiernasse movieran por su propia voluntad, y se dejó caer en uno de los tronos.Lanzóunamiradafuribundaalareina.
—Me han dicho —comenzó a decir con un tono intimidatorio— quetomasteunaprisionerade laTierraduranteunatregua.Unaciudadanade laFederaciónEuropeallamadaScarletBenoit.Exijosabersihayalgunaverdadenesosrumoresydóndeestálachicaahora.
Levanaseechóareír.—Te aseguro que no hay aquí ninguna prisionera de la Tierra con ese
nombre.SurisapusonerviosoaKaiysuafirmaciónnoloconvencióenabsoluto.
¿QueríadaraentenderqueScarletestabamuerta?¿Oqueyanoestabaenelpalacio?¿OtampocoenArtemisa?
Levanatomóunvelodelacabezadeunmaniquíyselopuso.Aimerydiounpasoadelanteycolocólacoronaenlacabezadelareina.Cuandoellasevolvió,suencantoyanoeravisible.Despuésdehaberseacostumbradoasubello rostro, Kai había olvidado cómo ese velo vacío lo había llenado deespantodurantetantotiempo.
—¿Quéhacemosaquí?—preguntó.—Filmamos un pequeño video —explicó Levana—. Ha habido cierta
confusión últimamente en los sectores externos, y me pareció pertinenterecordaralagentesusverdaderaslealtades,ytodaslascosasgrandiosasquetúyyolograremosunavezqueseamosmaridoymujer.
Kailaestudió,peropocopodíaverdebajodelvelo.Levana le estaba dando muy poca información, pero era suficiente. El
videodeCindersehabíadifundido.Lareinaestabaaladefensiva.Teníaqueserasí.
—¿Quéesperasqueyodiga?—Nada en absoluto, querido. Yo hablaré por ti —respondió Levana
rechinandolosdientesyluegosesentóeneltronojuntoaél.Kaisintióunapunzadadedesalientoensupecho.Tratódeponerseenpie,
pero sus piernas se habían vuelto de piedra. Envolvió con las manos losbrazosdelsillón,clavandolasuñasenlamaderapulida.
—Nocreo…—comenzó,perosedetuvo.Eltécnicohizounconteoregresivoconlosdedosyunaluzbrillóenlas
cámarasdelantedeél.
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ElcuerpodeKaiserelajó.Lasmanossoltaronlosbrazosdelsillónyseacomodaron en su regazo. Mantenía una postura serena, pero natural; sumiradaerasuave.Sonreíaalobservarlalentedelacámara.
Pordentro,encambio,estabafurioso.GritabayamenazabaaLevanacontodas las leyes relativas a las políticas intergalácticas que podía recordar.Nadadeesoimportaba.Sudiatribanoeraevidenteparanadie,exceptoparaélmismo.
“Mi noble pueblo”, saludó Levana, “me he enterado de que han sidoacosadosporunaimpostoraqueafirmasernuestraamadaprincesaSelene,ala que perdimos trágicamente hace trece años. Me ha perturbadonotablementequeestamuchacha,cuyoverdaderonombreesLinhCinderyesuna criminal buscada tanto en Luna como en la Tierra, se haya atrevido aaprovecharse de ese doloroso episodio de nuestra historia, en particularcuando aún lloramos la muerte de mi hijastra. Me destroza el corazóninformarlesquelasafirmacionesdeestamuchachanosonmásquementirasdestinadasaconfundirlosymanipularnosparaqueseunanaellaauncuandoelbuenjuiciodeustedes,cuandonoestámanipulado,rehusaríaparticipar”.
LareinaseñalóaKai.“Quiero presentarles a mi futuro esposo, Su Majestad Imperial, el
emperadorKaito,delaComunidadOriental.Tienefamadeserungobernanteextremadamentejustoycompasivo,ynotengoningunadudadequeseráungranmonarcaparanosotros también. Juntosuniremosnuestrospaísesenunenlaceconstruidosobrelaadmiraciónyelrespetomutuos”.
Ensuinterior,Kaisintiónáuseas.Porfuera,ledirigióunatiernamiradaasuprometida.
“Talvezustedesnosepan”,continuóLevana,“queSuMajestadhatenidomuchoscontactosenpersonaconLinhCinder,estacriminalquesehacepasarpor Su Alteza la princesa Selene. Quería que escucharan su opinión de lachica,paraquepuedantomardecisionesbasadasenhechosynoenrespuestasemocionales.Porfavorconcédanletodasuatención”.
Kaienfrentóalacámaraylaspalabrasquesalierondesubocaharíanquemástardequisieraarrancarselalengua.
“CiudadanosdeLuna:esunhonordirigirmeaustedescomosufuturorey,y me entristece mucho que mi presentación ante ustedes deba ocurrir enmediodesucesostantumultuosos.Comohadichosureina,hetenidomuchasinteraccionesconLinhCinder,yséconcertezaquenoesloqueafirmaser.Laverdadesquesetratadeunaviolentacriminal,responsabledeincontablesrobos y asesinatos en el planeta Tierra. Después de obsesionarse conmigo,
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intentó incluso asesinar a mi amada prometida, su reina, durante nuestrofestival anual de la paz en Nueva Beijing. Cuando ese intento falló, llegóincluso a raptarme el día en que se celebraría nuestra boda, y procedió atenerme cautivo contrami voluntad y en condiciones inhumanas, hasta queprometírenunciaraestauniónentrelaTierrayLunayaccedíacasarmeconella.SolograciasalosvalientessoldadosdeLunayalespírituindomabledeSuMajestadpudeserliberadosanoysalvo.Pordesgracia,LinhCindernoseha dado por vencida. Continua viviendo una fantasía en la que ella es laprincesaSelenequeha regresadode entre losmuertos, con la esperanzadeganar mi afecto. Su inestabilidad y temeridad la han convertido en unacriminal peligrosa, y una amenaza no solo parami seguridad, sino tambiénparaelbienestardelosqueentranencontactoconella.LosconvocoatodosaquesivenaLinhCinder,loreportendeinmediatoalosoficiales.Nohablenconella.Noseleacerquen.Comosufuturorey,estoymuypreocupadoporsuseguridad,ytengolaesperanzadequeLinhCinderseráencontradaytraídaaArtemisa,dondepuedahallarlajusticiaquesuscrímenesmerecen”.
Para cuando terminó de hablar, Kai sintió que se habría arrancado lalenguasihubieratenidooportunidad.
Levanacomenzódenuevo.“Porsupuesto,sialgunavezseencontraraalgunaverdadenlosrumores
de que mi querida sobrina Selene ha sobrevivido todos estos años, yo larecibiríaconjúbiloenmicorazónyenmihogarypondríalacoronadeLunaensucabeza.Pordesgracia,noseráasí.Seleneyaceconlasestrellas,ysoloyodebogarantizar la seguridady el sustentodenuestropueblo.Séque lostiempos son difíciles. Con gran tristeza observo que nuestra producción dealimentosdisminuyeañoaaño,ynuestroslimitadosrecursosnosatisfacenlasnecesidadesdenuestracrecientepoblación.Poresolamayorprioridaddemirégimen ha sido procurar esta alianza con la Tierra, de modo que nuestrofuturoseamásbrillanteynuestropuebloseacuidadoenlasgeneracionesporvenir.Este,pueblomío,esel futuroquesoloyo lespuedoofrecer.Noestacyborg,estaimpostora,estefraude”.
Notandoquesutonovirabahaciaelresentimiento,Levanahizounapausapararecuperarlacalma.Suvozsonabaalegrecuandoconcluyó.
“Soy su reina y ustedes son mi pueblo. Es un gran privilegio para míguiarnosatodoshaciaunnuevoybrillantefuturo”.
Eltécnicodetuvolagrabación,yKaisintióunapalpitaciónalrecuperarelcontroldesucuerpo.SepusodepiedeunsaltoyencaróaLevana.
—Nosoyuninstrumentosincerebroparaserutilizadoentupropaganda.
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LevanasequitólacoronayelveloyselosdioaAimery.—Ten calma, mi amado. Hablaste con mucha elocuencia. Sin duda la
gentequedóimpresionada.—Cindersabráqueerafalso.Sabráquemeestabasmanipulando.LosojosdeLevanaseencendieron.—¿QuémeimportaamíloqueCinderpiense?Suopinión,comolatuya,
nosignificanada.Chasqueólosdedosendirecciónalguardia.—Heterminadoconél.Puedellevárselodevuelta.
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Treintayocho
Encuantoeldestacamentodeguardiassellevóalemperador,Levanapasódelestudioalasaladecontrol.
—Editen el video y transmítanlo en todos los sectores en los que seproyectóelmensajedelacyborg.Vigilenatentamentelasemisiones.Quieroinformescadahorasobrecómolas reciben.¿Cuáleselestadoactualde lossectoresexternos?
—Se observan agitaciones poco importantes en treinta y un sectores—informóunamujer—.Encasi todas soncivilesqueseniegana respetar lasleyesdeltoquedequeda,yhahabidoalgunosataquescontralosguardias.
—También hemos visto que aumentaron los robos en dos sectoresagrícolas—agregóunhombre—.Losagricultoresvolvieronalossembradíosycosecharonracionesparasuusoprivado.Enlosdossectoresincapacitaronalosguardias.
—Envíenyamismomáspersonaldeseguridadacadaunodelossectoresquemuestrenseñalesdeinsurgencia—bufóLevana—.Tenemosquesofocarestarebelióndeinmediato.¡Yencontraralacyborg!
Sedetuvounmomentoamirar las imágenesparpadeantesde losvideosdevigilancia,perosuspensamientosestabanmuylejos.Lasangrelehervía.SeacordabadecuandoenNuevaBeijinglamuchachahabíapasadocorriendojunto a ella ataviada conunvestidodebaile plateadoydemal gusto.Veíacómosehabíatropezadoenlosescalonesdelapistayhabíarodadohastalosjardines. Su horrible pie metálico se había desenganchado a la altura deltobillo. Toda la fuerza de su encanto había surgido desde su interior,crepitando como electricidad, y había envuelto su cuerpo como oleadas decaloreneldesierto.
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Como le faltaba práctica, la muchacha solo había logrado crear unaversión exageradamente hermosa de ella misma y, con eso, se habíaconvertidoenChannary,sumadre.EltormentodeLevana.
Levanapodíaverlatodavía,impresacomounafotografíaensumemoriaparasiempre.Unodioquenohabíasentidoenvariosañosrecorriósusvenas.Unafuriaintensaycegadoraenturbiósucampodevisión.
Selene. Tenía que haber muerto trece años antes, pero ahí estaba,desastrosamente viva.Y como había temido entonces, quería quitarle todo,todoloqueLevanahabíaconseguidocontantoesfuerzo.
La hacía sentir enferma. ¿Por qué no se había muerto sencilla ymisericordiosamente,comoellalohabíaplaneado?Cuandoobligóalajovenniñeraaprender fuego lacasademuñecasde laprincesa, tododebióhaberterminado.Ningunaprincesa,ningunasobrina,ningunareinafutura.
Perolahabíanengañado.Selenevivíaytratabadearrebatarleeltrono.Volvióaponeratenciónenlaspantallas.—Esmipueblo—susurró—.Misangreymialma.Soysureina.Aimeryaparecióasulado.—Desdeluegoquesí,SuMajestad.Lacyborgnotieneideadequéesser
reina, de las decisiones que tiene que asumir, de los sacrificios que debehacer. Cuando haya desaparecido, el pueblo entenderá que SuMajestad hasidosiemprequienhatenidoellegítimoderechoaocuparnuestrotrono.
—Cuandohayadesaparecido—repitióLevanaaferrándoseacadaunadelas palabras—. Pero ¿cómo voy a saber que desapareció si no puedoencontrarla?
Eraexasperante.DesdeelmismoinstanteenquelareconocióenlaTierra,supoquelacyborgeraunaamenaza.Peroquetrataradeponerensucontraalosciudadanoseraungolpequenolograbaentender.Laideadequeelamordesupuebloseconvirtieraenunodiobasadoenprejuicioslequitabaelaireyladejabaconunsentimientodevacíointerior.
Eseeratambiénelplandelacyborg.LograrqueelánimodelagentesevolvieracontraLevanacomopudiera, sabiendoque lasmultitudesseríansumayor ventaja. Levana podía controlar a cientos, quizá miles de susciudadanossituvieraquehacerlo.Conelrespaldodesustaumaturgos,podríacontrolarsectorescompletos,ciudadesenteras.
Perohastaellateníasuslímites.Sacudiólacabeza.Noimportaba.Elpueblonosealzaríaensucontra.El
pueblolaamaba.—¿Quévoyahacer?—sepreguntófrotándoseelceño.
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—Reinamía—anuncióel taumaturgoAimery—,quizápuedadarleunabuenanoticia.
—Oiría con mucho gusto las buenas noticias —dijo, con un suspiro,girandohaciaél.
—Enlamañanarecibíuninformeinteresantedeloslaboratorios,peronotuvelaoportunidaddecomunicarsusdescubrimientosaraízdelatransmisióndelacyborg.Comosea,estáconfirmadoquepodemosduplicarlosmicrobiosmutantesdelaletumosisqueseextrajerondelcadáverdeldoctorSageDarnelenlaTierra,yquenuestraresistenciaoriginalalaenfermedadquedóanuladaconlamutación.
ALevanalellevóunmomentocambiarelcursodesuspensamientos.—¿Yelantídoto?—Todavía es eficaz, aunque sumargen de acción ahora esmuchomás
estrecho.Levanatamborileóconlosdedossobresulabioinferior.—Quéinteresante.Añosatrás,Levanahabíadesatadoesapeste en laTierraypronto iba a
aprovechar los resultados. La Tierra era débil y estaba desesperada.Desesperadaporcurarlaepidemia.Desesperadaporterminarconlaguerra.
Cuandolesdieraelantídoto,sesentiríaninfinitamenteagradecidosconsunuevaemperatriz.
Sinembargo,nohabíacalculadoquesuenfermedaddelaboratoriomutaraenunacepamásvirulenta.Yanadieerainmune,nisiquierasupropiopueblo.Quécosamásextrañaymaravillosa.
—Gracias,Aimery.Estapuedeser la respuestaquebuscaba.Si lagentenosedacuentadesuserroresynovuelvederodillasacongraciarseconmigo,podríaemplearestenuevomediodepersuasión.Meromperíaelcorazónversufriramipueblo,perosetratadeunadeesasdecisionesdifícilesquedebetomarunareinadecuandoencuando.
Su corazón se alegró al imaginar al pueblo llenando la plaza que seextendía tras losmuros del palacio. Los ciudadanos estarían postrados, conlágrimasenelrostro.Laveneraríanporhaberlossalvado.Lossalvaríaatodosconsubondadysucaridad.
¡Oh,cómoadoraríanasusalvadora,asureinalegítima!—SuMajestad.Levana giró hacia la voz.Unamujer se había levantado y ajustaba una
pantallainvisible.—Creoqueencontréalgo.
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LevanahizounladoaAimeryparavermejor.Enlapantallasemostrabalaplazacentraldeunodelossectoresexternos;quizáseraeldelasminasderegolito, a juzgar por el polvo que lo cubría todo y que hastamanchaba lalente de la cámara. En la toma podía verse la fuente en la que aparecíarepresentadasufigura,undetalledebellezaenesemundoparduzco.
Laplazaestabarepleta,loquedeporsíeraunarareza.Eltoquedequedaquehabíaordenadoservíaparaquelagenteseconcentraraensutrabajoysudescanso,sinsentirlatentacióndealternarconsusvecinosenlashoraslibres.
—¿Esenvivo?—preguntó.—No,reinamía.Estosegrabópocodespuésdequeterminaralajornada.Aceleróelvideo.Levanalomiróconlosojosentrecerradosparatratarde
entenderlo.Guardias,civiles,uncastigojustoyentonces…—Deténelvideo…La mujer obedeció. Levana miraba de frente al rostro que la había
perseguido durante meses. Si hubiera alguna duda, la monstruosa manometálicaservíaparadespejarla.
—¿Dóndees?—Minaderegolito9.Levanatorciólabocaenunamueca.Lacyborgerasuya.—Aimery:envíaunequipode inmediatoaesesector.LinhCinderdebe
ser arrestada y traída a mi presencia para someterla a un juicio público yejecutarla. Dispón de todos los recursos que consideres necesarios paradetenerla—el odio se filtró por su campo de visiónmientras observaba lapantalla—. No vamos a tolerar que nadie simpatice con ella ni con susaliados.Estealzamientodebeseraniquilado.
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LibroTres
“Tumadrastraaveriguaráprontoqueestásaquí—advirtieronlosgentilesenanos—.
Nodejesentraranadie”.
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Treintaynueve
Elvideode refutacióndeLevanase reproducíapor terceravezenesahora.Cinderseesforzabaporignorarlo,perocadavezqueKaiempezabaahablar,elsonidodesuvozlasobresaltaba,solopararecordarledenuevoqueélnoestabaallí:estababajoelcontroldeLevana,comoLevanahabíailustradocontantadestreza.
Desde su lugar en torno a unamesa de trabajo en el tercer piso de unafábrica de regolito, Cinder veía la mayor parte de una de las pantallasempotradas en el domo. Mostraba a una Levana satisfecha y a un Kaipacífico. Tan felices juntos.Hubo unmomento en queKai se volvió haciaLevanaysonriódeformatanensoñadoraqueaCinderseleerizólapiel.Pormillonésimavez,deseóqueCressestuvieraconella.Ellahabríasabidocómoapagarla.
Apartó lamirada del video para concentrarse. No tenía forma de sabercómo estaban recibiendo elmensaje deLevana enLuna, ni de quémaneraestabanrecibiendoelsuyo.Lomejorquepodíahacereraseguiradelante.
Estabareunidaconsusaliados:Iko,Thorne,WolfyScarlet.LamadredeWolf también estaba allí, junto con un puñado de residentes del sector quehabíansidonombradospararepresentaraotros.Habíantrabajadodurantelanoche, maquinando y organizando, demasiado cargados de energía paradormir.
Dos corredores habían regresado esa mañana de los sectores minerosvecinos y traían buenas noticias. Los guardias habían sido capturados, susarmasconfiscadas,ylagenteseuniríaaCinderensumarchahaciaArtemisa.Otrosmensajeroshabíanasumidolapeligrosatareaderecorrerlasminas,lostubosdelavaylostúnelesdeltrendelevitaciónmagnéticaparaconfirmarla
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verdaddelvideodeCinderysumar tantos sectorescomofueraposiblea lacausa.
Eraunprincipioprometedor.Losdemás residentesdel sectorhabían sidoenviadosa casadespuésde
que Cinder los animó a descansar un poco. En realidad, necesitaba ponerespacio entre ella y la curiosidad y los susurros asombrados de la gente.Espacioparapensar.
Cuandovolvieranareunirse,dividiríaalagenteenequiposylesasignaríatareas.Aunquealgunosvoluntariosyahabíansidopuestosdecentinelasparavigilar las plataformas del tren de levitaciónmagnética, pronto tendría queestablecer una rotación para asegurarse de que se mantuvieran alertas.Algunos grupos recibirían el encargo de reunir los alimentos y provisionesmédicasquepudieranencontrar, otrosvigilarían lagaritade losguardias,yotrosmásseríanenviadosaregistrarlasminasenbuscadepotencialesarmasy herramientas. Wolf prometió pasar tiempo entrenando a los ciudadanosaptosentécnicasbásicasdecombate,apartirdeesatarde.
CindermiróelmapaholográficodeLuna,conelceñofruncido,mientrasWolf indicaba las rutas que pensaba que deberían tomar hacia la capital.Todos estaban de acuerdo en que debían llegar a la ciudad desde tantasdireccionescomofueraposible,paraobligaraLevanaadividirsusdefensasencontradeellos.
—Debemos evitar Investigación y Desarrollo, y también ServiciosTécnicos—dijoWolf,apuntandoalosdossectoresenlavecinaArtemisa—.LamayoríadelaspersonasallíseránpartidariasdeLevana.
—ID-1parecefácilderodear—Cindergiró laholografíapara tenerunamejorvista—.PeroST-1y2estánjustoennuestrarutasiqueremosapuntaraestossectoresagrícolasenelcamino.
—Talveznolosevitemos—sugirióThorne—.¿Hayalgunaformaenquepodamos bloquear las plataformas bajo esos sectores y atrapar a quien estédentro? Nos daría paso libre, y también evitaría que cualquiera se colaradetrásdenosotrosynosatraparaenesostúneles.
Cinderapoyóundedosobreellabioinferior.—Podríafuncionar,pero¿conquélosbloqueamos?—¿Esesectornofabricamaterialesdeconstrucción?—preguntóScarlet,
indicando un sector identificado como CG-6: CONSTRUCCIÓN GENERAL—. Talveztenganalgoquepodamosusar.
—¿Puedo pedirte que te encargues de eso? —preguntó Cinderdirigiéndoseaunodelosmineros.
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Élsellevólamanoalcorazónamododerespetuososaludo.—Desdeluego,SuMajestad.Tambiénpodemostomaralgunoscarrosde
laminaparatransportarlosmateriales.—Perfecto.Tratando de no sentirse incómoda por el tratamiento de Su Majestad,
Cindersevolvióhaciaelgrupo.Wolfsepusotenso…unpequeñocambioquealarmóaCinder.—¿Quépasa?Élcomenzóasacudir lacabeza,perosedetuvo,frunciendoelceño.Sus
ojospenetrantessevolvieronhacialaventana.Laspantallasdeldomohabíanvueltoaquedarensilencio.
—Mepareció…oleralgo.ACinder se le erizó la piel de la nuca. Si hubiera sido alguien que no
fueraWolf, se habría reído. Pero los sentidos deWolf eran asombrosos, yhastaelmomentosusinstintosnoloshabíanllevadopormalcamino.
—¿Algocomoqué?—preguntó.—Nopuedoubicarlo.Haymuchos cuerpos aquí,muchas esencias.Pero
huboalgo…Alguienestácerca—confirmóapretandolospuños—.AlguienquetambiénestuvoeneltechoenNuevaBeijing.
ElcorazóndeCinderseaceleró:¡Kai!Perono,WolfhabríareconocidoaKaisinduda.Teníaqueserunodelosguardiasrealesqueloshabíanatacado.Ikotomólapantallaportátil—artilugioquehabíaasombradoalosciviles
—yapagólaholografía.Ungritoagudoresonóenlascallesdelexterior.Cinder corrió hacia la ventana, apretando su cuerpo contra la pared,
preparadaparaagacharseyquedaroculta.Asulado,Thornetambiénsepegóalapared.
—Debesesconderte—susurróél.—Tambiéntú.Ningunodelosdossemovió.Cinderobservó la escenaa travésde laventana, tratandodeencontrarle
sentido mientras el horror crecía en su interior. Incontables guardiasmarchabanpor las calles, juntoconalmenosmediadocenade taumaturgosquealcanzóaver.
Una túnica blanca le llamó la atención y su estómago se encogió. EltaumaturgoAimeryParkestabaparadoenelbordedelafuentecentral,justo
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enellugardondeCinderhabíaestadoantes.Secomportabacomosifueraunpríncipe,consubellorostroysuactitudpetulante.
Continuaron llegando más refuerzos desde las estrechas calles quearrancabandelaplazacomorayosdeunarueda.Demasiadosrefuerzosparasofocarunsimplelevantamientoenunsectormineroquenoeraamenaza.
ACinderselehizounnudoenelestómago.Sabíanqueestabaallí.Losguardiassacabanarastrasa lagentedesuscasas,y laformabanen
hileras uniformes alrededor de la fuente. Reconoció al hombre que losguardias habían golpeado, todavía amoratado y cojeando.Estaba la ancianaquehabíaestadoapilandoloquehabíapodidodesusmagrasracionesduranteaños y que ya había ofrecido darlas a quienes estarían combatiendo enArtemisa.YestabaelmuchachodedoceañosquehabíaseguidoaIkotodalamañanaconexpresiónembelesada.
—Están deteniendo a todos en el sector —susurró Maha, echando unvistazo por la ventana de al lado—. Sin duda buscarán en estos edificiostambién.
Suexpresióneraintensacuandodiounpasoatrás.—Todosustedesdebenesconderse.Losdemásnosentregaremos.Talvez
noregistrenlospisossuperioressicreenqueyatienenatodos.—Nodejarándebuscar—dijoCindertragandosaliva.—Entonces,escóndetebien—sugirióMahaapretándolelamano.Estrechó a Wolf con fuerza. Él se inclinó para aceptar el abrazo; sus
nudillossepusieronblancosmientraslaapretabacontrasí.Escucharon que la puerta de la fábrica se abría con fuerza en el primer
piso.Cinderdiounsalto.QueríareteneraMahayobligarlaaquedarse,peroella se soltódel abrazode suhijoy saliócon la cabezaenalto.Losdemásciudadanoslasiguieron.SinqueCinderdijeraunapalabra,parecíaquehabíanacordadoporunanimidadquemantenerlaasalvoeralaprioridad.
Unescalofríorecorriósuespinadorsalmientraslosobservabapartir.No pasó mucho tiempo antes de que escuchara a los guardias gritar
órdenes y la voz calmada de Maha diciendo que estaban de-sarmados ybajaban por voluntad propia. Unmomento después vio que los empujabanhacialamultitudenlaplaza,apuntándolosalaespaldaconsusarmas.
—¿YWinter?—preguntóScarlettragandosaliva.Cindersevolvióamirarlaconasombro.Habíandejadoalaprincesaenla
casadeMaha,pensandoqueseríaellugarmásseguroparaella,peroahora…
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—Yopuedoir—anuncióIko—.Nopodrándetectarmecomoacualquieradeustedes.
Cinder apretó los labios, debatiéndose.Quería a Iko a su lado, como laúnicadesusaliadosquenopodíasermanipulada.Peroesotambiénhacíadeellalamejorelecciónparaprotegeralaprincesa.
—Tencuidado.Salporeláreadecarga—accedióporfin.Ikoasintiórápidamenteyluegodesapareció.Cinder temblabacuandomiróaThorne,WolfyScarlet.Desdeunpunto
tanaltonopodíasentirlabioelectricidaddelostaumaturgosentrelamultitud,asíqueconfiabaenqueellostampocolasentíanaellaniasusamigos,peroesonoleservíademuchoconsuelo.
Habíanvenidoporella,losabía.Ynoteníaadóndeir.Dóndeesconderse.Más aún, no estaba seguradequequisiera esconderse.Estagentehabía
confiadoenella.¿Cómopodíaabandonarla?LavozdeAimery llegóasusoídos.Aunquenogritaba,el sonido llegó
hastaloalto,rebotandoenlassuperficiesdurasdelasparedesdelafábrica.Cinderajustósuinterfazdeaudioparaasegurarsedecaptartodaslaspalabras.
—ResidentesdelSector9deMineríadeRegolito—anunció—:hansidoreunidos aquí para enfrentar las consecuencias de su conducta ilegal. Alhospedaryayudaracriminalesconocidos,sontodosculpablesdealtatraicióncontralaCorona.
Hizo una pausa para permitir que se asimilara el impacto total de suspalabras.
—Lasentenciaparaestecrimeneslamuerte.El cuerpo de Cinder se tensó cuando volvió a echar un vistazo por la
ventana. La gente que había sido reunida en grupos ordenados había sidoobligada aponersede rodillas.Eranmásdedosmil residentes,menos soloaquellos que habían sido enviados comomensajeros a los sectores vecinos.Loscuerposarrodilladosllenabanlascalleshastadondepodíaver.
Nopodíamatarlosatodos.NoseatreveríaareducirenformatanseveralafuerzadetrabajodeLuna.
¿Osí?Aimeryestudióalosqueestabanreunidosfrenteaél,mientraslaestatua
de Levana los observaba desde lo alto como una madre orgullosa. Dosguardias estaban a cada lado de la fuente. Cinder reconoció al guardiapelirrojoysepreguntósieraaquelcuyaesenciaWolfhabíapercibidoantes.Los demás guardias estaban desplegados con sus cascos y armaduras,encerrando a los civiles con las armas listas. Los otros taumaturgos
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permanecían intercalados en la multitud, con los brazos metidos en lasmangas.
Cinder estiró sus pensamientos hasta donde le fue posible. Trataba dealcanzar la energía de Aimery. Si pudiera tomar el control solo de él, loobligaríaaserindulgente.Podíaordenarquesesoltaraalagente.
Perono.Estabademasiadolejos.Esolafrustraba:saberqueLevanahabríasidocapazdeextendersudon
hasta esa distancia. Levana podría haber controlado fácilmente a Aimerydesdeaquíarriba,probablementeloshabríacontroladoatodosdesdeaquí.ACinder no le importaba que su tía le llevara de ventaja toda una vida depráctica.Elladeberíaserigualdefuerte.Deberíahabersidocapazdeprotegeralagentequelaprotegía.
Jadeando, volvió su atención hacia los guardias más cercanos, los queestabanapostadosdebajodelaventana.Podíadetectarlos,porlomenos,peroyaestabanbajoelcontroldeunodelostaumaturgos.
Elpánicofuecreciendodentrodeella.Teníaquepensar.Todavíateníacincobalasenlamano.ThorneyScarletestabanarmados
también.Confiabaenpoderdispararleaunodelosguardiasmáscercanosytalvezauntaumaturgo,peroelintentodelataríasuubicación.
Además, tan pronto comoAimery se diera cuenta de que los atacaban,comenzaríaausaralosresidentesdelsectorcomoescudos.
Nosabíasipodíaarriesgarseaeso.Nosabíasiteníaelección.—Sinembargo—dijoAimery,consuoscuramiradafijaenlamultitud—,
SuMajestad está dispuesta a ofrecerles una amnistía a todos. Todos seránlibradosdemorir.
Suslabiosseplegaronenunasonrisaamable.—Todoloquetienenquehaceresrevelardóndetienenalacyborg.
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Cuarenta
Cindersepusounnudilloen labocay lomordióconfuerzaparanogritar.Percibíalasmiradasdesuscompañerosclavadasenella,peronoseatrevíaamirarlos.
—Nopuedesirallá—murmuróScarletconaspereza,viendolaindecisióndibujadaensucara.
—Nopuedodejarquemueranpormí—lecontestóensusurros.Unamano la sujetó y la alejó de la ventana.Wolf le lanzó unamirada
fulminante.EldulceydespiadadoWolf,consumadreaquí,conellos.Esperaba amedias que élmismo la entregara, peromás bien la retenía
firmementeporloshombros.—Nadie va a morir por ti. Si alguien muere hoy, será porque al fin
encontraronalgoenquécreer.Niseteocurraquitárselosahora.—Peronopuedo…—Cinder, contrólate—le ordenó Thorne—. Estás en el centro de esta
revolución.Siteentregasahora,seterminará.¿Ysabes?LomásprobableesqueLevanalosmateatodosigualmente,paraasegurarsedequenovuelvaaocurrir.
Undisparolahizosoltarunalarido.Wolflepusounamanosobrelaboca,peroCinderseliberóyselanzódenuevoalaventana.
Manchasblancasobstaculizabansucampodevisión.Luegosevolvieronrojasdefuriaylacegaron.
Abajo,enlaplaza,elcuerpodeunhombreyacíaalospiesdeAimery,yhabíasalpicadurasdesangreenelsuelo.Cindernosabíaquiénera,peroesonoimportaba.Alguienhabíamuerto.Alguienhabíamuertoporcausadeella.
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Aimery examinó los rostros afligidos de quienes tenía cerca y sonriócomplacido.
—Lesvuelvoapreguntar:¿dóndeestáLinhCinder?Todosmantuvieronlosojosclavadosenelsuelo.NadiemirabaaAimery.
Nadiemirabaelcharcodesangre,queseextendíamásymás.Nadiehablaba.Cindergritabaenelinteriordesucabeza.Eldisparolehabíaretumbado
dentrodelcráneo;suinterfazdeaudiolorepetíaunayotravez.Setapólosoídosconlasmanos,temblandodefuria.
IbaamataraAimery.Teníaquedestruirlo.Alguienlaabrazóporlaespalda.Scarletlahabíarodeadoconlosbrazosy
apoyólacabezasobreelhombrodeCinder.Paracontenerla,pensóella,perotambiénparareconfortarla.
Cindernoseapartó,peronosesentíareconfortada.Abajo,Aimeryseñalóaunamujercolocadasietefilasatrás.Unaelección
al azar, pensada estratégicamente para que nadie se sintiera a salvo. Otrodisparodeunode losguardias.Lamujersesacudióysedesplomósobre lapersonaqueestabaasulado.
Unescalofríoseextendióporlamultitud.Cindersollozó.Scarletlaabrazóconmásfirmeza.¿Cuánto tiempo iba a durar? ¿A cuántos iba a matar? ¿Cuánto tiempo
podríaCinderresistirsinhacernada?—Basta que una personame diga su paradero—dijo Aimery— y esto
terminará.Lesdevolveremossuvidapacífica.AlgohúmedoescurrióporelcuellodeCinder.Scarletllorabaysesacudía
confuerza,perosusbrazosnoseaflojaron.Cinderqueríaapartarlamirada,peroseobligóanohacerlo.Elvalordela
gente la había dejado sin habla y horrorizada. Pensó que le gustaría quealguien la traicionaraparaque todo seacabara, asíyano tendríaque tomarunadecisión.
Thornesujetósumanoylaapretó.Wolfformóunabarreraalotrolado.Lostreseranalmismotiemposuscarcelerosysubotesalvavidas.Sabíaquesentían el mismo horror que ella, pero ninguno podía entender laresponsabilidadque ladesgarrabapordentro.Esosvecinoshabían confiadoen ella para que lucharan juntos, para que les diera elmejor futuro que leshabíaprometido.
¿Acaso era importante que estuvieran dispuestos amorir por su causa?¿AcasoeraimportantequesacrificaransuvidaparaqueCindertriunfara?
Nolosabía.
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Nolosabía.Todo lo que veía eran chispas cegadoras. Todo lo que oía eran balazos
quereverberabandentrodesucabeza.Aimery señaló a otra víctima y Cinder sintió que se le doblaban las
rodillas.EraelchicoquesehabíaenamoradodeIko.Cindertomóaire,listaparaintervenir,paradetenerlo,paragritar…
—¡No!—¿Quiénhabló?—preguntóAimerylevantandolamano.Unamuchachasituadaalgunashilerasatrásdelchicohabíacomenzadoa
llorarhistéricamente.—No,porfavor.¡Déjenlo!DebíadetenerlaedaddeCinder.Pensóqueseríasuhermana.La tensión volvió a extenderse entre la multitud. Algunos de los que
estabanjuntoalamuchachaledirigieronmiradasacusadoras,peroCindersedaba cuenta de que no era justo. Ella no conocía aCinder. ¿Por qué debíaprotegerlaenlugardedefenderaalguienaquienamaba?
—¿Estáspreparadaparadenunciarelparaderodelacyborg?—preguntóAimerylevantandounaceja.
—MahaKesley—tartamudeólachica—.MahaKesleyesquienalojaalacyborg.
Conunchasquidodelosdedos,Aimeryordenóalguardiaqueapuntabaalchicoquebajaraelarma.
—¿DóndeestáMahaKesley?Mahasepusodepieparaquenadiesevieraobligadoatraicionarla.Era
unpilarentrelamultitudarrodillada.—Aquíestoy.Wolfrespiróconunestremecimiento.—Pasaalfrente—ordenóAimery.Maha llevaba erguidos los delgados hombros al avanzar junto a sus
amigosyvecinos.Habíaocurridouncambioenelpoco tiempoqueCindertenía de conocerla. El primer día la vio abatida, encorvada, temerosa. Lamujerquesepresentabadesafianteanteel taumaturgomayordelareinaeraunapersonanueva,loqueacentuóelterrordeCinder.
—¿Cuálesladireccióndetuvivienda?—preguntóAimery.Mahalarevelóconvozfirme.Aimery hizo un gesto al capitán de la guardia y a una taumaturga. Se
alejaronendireccióna lacasadeMaha,mientras le indicabanaunguardiaquelosacompañara.
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Aimeryvolvióamiraralamujer.—¿HasdadorefugioalacyborgLinhCinder?—Ese nombre no lo conozco —afirmó Maha—. La única cyborg que
conozcoeslaprincesaSeleneBlackburn,lareinalegítimadeLuna.Se oyeron murmullos entre la gente. Levantaron la mandíbula,
enderezaron los hombros. Si alguien había olvidado por qué arriesgaban suvida por una desconocida, la declaración de Maha les sirvió comorecordatorio.
Aimeryhizounamuecadesuperioridad.ACinderselehelólasangre.Mientraslacontemplaba,Mahaelevólasdosmanossobrelacabezapara
quetodoslasvieran.Entonces,lamujertomóelpulgarylodoblóhaciaatrásconfuerza.
Incluso desde donde estaba, Cinder escuchó el crujido, al que siguió elllantodeMaha.NosabíasiAimerylahabíaobligadoadislocarseeldedooaquebrárselo,peronoimportaba.Tomóunadecisión.
Enotromomento,sehabríametidoenlamentedesusamigosyloshabríaobligadoaapartarse.
Giró en redondo. Scarlet, Thorne y Wolf la miraban enmudecidos yconsternados.
—Cinder,no…—reaccionóWolf.—Eslarevolucióndelpueblo,no lamía.Wolf,venconmigo.Tendréel
controldetumente,peronodetucuerpo,comohicimosenArtemisa.Thorne,Scarlet,quédenseaquíyapuntenaAimeryylosotrostaumaturgos,peronodisparensinooyenotrostiros,paranorevelarsuposición.
—Cinder, no—susurró Scarlet, pero lamuchacha ya les había dado laespaldaaellayaThorne.Conungruñido,Wolftuvoqueseguirla.
—Debo ir. ¡Wolf!—lo llamóybajópor lasescalerasdel segundopiso.Afuera,ahogadoporlasgruesasparedesdelafábrica,oyóotrogritodeMaha—.Nopuedoquedarmesinhacernada.
—Tematará.—No,silomatamosprimero.Corrióporelúltimotramodeescalerasysepreparó.Verificóqueteníael
control de la bioelectricidad deWolf, para que ningún taumaturgo pudieraapoderarsedeél,ysalióporlaspuertasdelafábrica.EltercergritodeMahalarecibiócomounacuchilladaenelpecho.ConunamiradaconstatóquelostresprimerosdedosdeMahaestabandeformados.Laslágrimascorríanporsurostrodesfiguradoporeldolor.
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—¡Aquíestoy!—vociferóCinder—.Yameencontraste.Ahora,déjalaaella.
Enunsolomovimiento,todoslosguardiasgiraronyapuntaronsusarmashacia Cinder. Ella respiró hondo, preparándose para que la acribillaran lasbalas,peroningunodisparó.
Alotroladodelamultituddetrabajadorespostrados,Aimerysonrió.—Asíquelaimpostoraporfinnosconcedeelhonordesupresencia.Cinder cerró los puños con fuerza y miró al taumaturgo. Las armas la
siguieron,lomismoqueWolf,cuyaenergíacrepitaba.—Sabesmuybienque loquedigoesverdad—lecontestó—.Esaes la
únicarazónporlaqueLevanaestátandecididaamatarme.Extendió sus pensamientos hacia las personas que la rodeaban, pero
ningunadesusmentesestabadisponible.Asílohabíaesperado.Teníaasuladoaunasesinoentrenadoyadostiradoresdiestrosdetrásde
ella.Tendríaquesersuficiente.Llegóalahileradelanteradelgrupodeciviles.—Vinistepormíyaquíestoy.Dejaenpazaestaspersonas.Aimeryinclinólacabeza.RecorrióaCinderconlamiradadearribaabajo
ydeabajoarriba,haciéndolasentircomounapresafácil.Sabíacómoseveíaconsuatuendoparduzco,conlamanometálicaylasbotastoscas,lacoladecaballo enredada y, lo más probable, una buena cantidad de polvomanchándoleelrostro.Sabíaquenoseveíacomounareina.
—Meimaginoquédiferentehabríasido—ledijoeltaumaturgobajándosedel borde de la fuente— si hubieras decidido controlar la mente de estaspersonasantesdequellegáramos.Perolasdejastealaderiva,enelocéanodesus propias debilidades. Los convertiste en blancos y no hiciste nada paraprotegerlos.NoeresaptaparagobernarLuna.
—¿Porque prefiero que mi pueblo conozca la libertad y no lamanipulaciónconstante?
—Porquenoerescapazdetomarlasdecisionesquedebetomarunareinaporelbiendetodosupueblo.
Cinderrechinólosdientes.—Los únicos que se han beneficiado del régimen de Levana son los
aristócratascodiciososdeArtemisa.Levananoesunareina:esunatirana.Aimeryinclinólacabeza,casicomosiestuvieradeacuerdo.—Ytú—murmuró—noeresnada.—SoylalegítimasoberanadeLuna.
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Aunque puso en sus palabras toda la convicción que pudo, sonaronmonótonas. Enminutos, la llegada del taumaturgomayor de la reina habíadeshecho todos los avances que había logrado en este sector. Con unchasquidodelosdedos,Aimerylehabíaarrebatadosupoderyhabíapostradoalpuebloanteél.
—Eres una niña jugando a la guerra —se burló Aimery— y eres taninocentequenotedascuentadequeyaperdiste.
—Me rindo ante ti —le contestó—. Y si eso significa que tengo queperderparaqueellosquedenlibres,queasísea.Erestúelquenosedacuentade que no se trata de mí. Se trata de la gente que ha vivido tanto tiempooprimida.ElrégimendeLevanaestáporterminar.
La sonrisa de Aimery se ensanchó. Atrás de él, la fuente borboteaba ysalpicaba.
DetrásdeCinder,laenergíadeWolfleerizabalapieldelanuca.Aimeryabriólosbrazoshacialamultitud.—QuesesepaqueestedíalaprincesaimpostoraserindióaSuMajestad
lareina.Suscrímenesseránjuzgadosdeformarápidayjusta—teníalosojosresplandecientes—. Les prometí que respetaría sus vidas si cualquiera deustedesrevelabaelparaderodelacyborg—dijochasqueandolalengua—.Esunalástimaquenadiehablarapronto.Nomegustaquemehaganesperar.
Sonóundisparo.UnaconmociónrecorrióelcuerpodeCinder.Nosabíadedóndehabíavenido.Viosangre,peronoentendíadequiénera.
Entonces,laspiernasdeMahasedoblaronycayódebrucessobreeldurosuelo.Sustresdedosdeformesseguíanestiradossobrelacabeza.
Aturdidapor laconmocióndeldisparo,CindermiróelcuerpodeMaha,incapazderespirar.Incapazdemoverse.OyócómoWolfrespirabahondo.Suenergíamaterializadaenalgoinmóvilyfrágil.
El mundo se aplacó, haciendo equilibrio sobre la punta de un alfiler.Silencioso.Incomprensible.
Dispararonotraarma,estadesdemuchomáslejos,yelruidodesplazóalmundodesueje.Aimerysecontrajoyretrocedió.Latelaquecubríasumusloseempapódesangre.Lanzóunamiradahacia lafábrica.Otro tirodioen lafuenteatrásdeél.
Wolfrugióysaltóhaciaadelante.Elguardiamáscercanoleobstruyóelpaso,perotardódemasiadoendisparar.WolfloderribócomoaunmosquitomolestoycorrióhaciaAimerymostrandolosdientes.
Estalló una cacofonía de ruidos y cuerpos. Todos los ciudadanos quedeberíanhaberse alzado en apoyodeCinder, se pusierondepie y lucharon
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contraellayWolf.AzotaronaCindercontraelsueloyellaperdiódevistaaWolf.Seoyeronmásdisparos.
Cinderasestóunpuñetazoenlamandíbuladealguien,rodóunavezyseapresuróaponersedepie.Percibióunatúnicaroja,levantólamanoydisparó.Esperó un instante para ver caer de espaldas a una taumaturga.Buscó otroblanco,peronopudovolveradisparar,porquedocenasdemanoslasujetaron,laempujaronyladerribaron.
Cinderserevolcóparatratardeliberarse.SesacudióunmechóndepelodelacaraydistinguióaWolf,éltambiénsujetadocontraelsuelo.Sehabíannecesitado doce hombres para lograrlo. Lo sostenían por todas lasextremidadesyteníaunamejillaaplastadacontraelpolvo.Másallá,seveíanloscuerposdedosguardiasyunaminera.
Aimery se alzaba sobre Wolf, jadeando. Su sonrisa perpetua habíadesaparecido,yconunamanoseoprimíalapierna.
—Los disparos salieron de aquella fábrica. Envíen un destacamento aregistrarlayatenaestosdosantesdequeintentenalgo.
Cinder luchó contra los brazos que la sostenían. Si pudiera levantar lamanoydispararunsolotiro…
Lecolocaronlosbrazosdetrásdelaespaldayleataronlasmuñecas.Gritócuando le estiraron el hombro hasta casi dislocarlo. La levantaron paraponerladepie.Tosíaporelpolvoytodosucuerpotemblaba.
Miróalrededor,enbuscadeunaliado,perosoloviorostrosimpávidos.SeburlócondesdéncuandolaobligaronaellayaWolfaarrodillarseante
el rostro lívido de Aimery. El odio que sentía la mareaba, pero cuando seaplacaronsuspensamientos,lasacudióhastalomásprofundoelenormedolorquesentíaWolf,juntoaella.
Estaba atormentado, desgarrado por el dolor. Cinder recordó que elcuerpodelamineraqueestabajuntoaéleraeldesumadre.
Lamuchacha se estremeció y tuvo quemirar hacia otro lado. Vio a lataumaturga de la túnica roja, que no se movía, y a otro taumaturgo deuniformenegroqueyacíaapocadistancia.
Esoeratodo.Dostaumaturgosydosguardiasmuertos,yAimeryherido.EsoeratodoloquehabíaobtenidodelsacrificiodeMahaylavalientemuertedeotrosdoscivilesinocentes.
Cindersentíamásiraquemiedo,afectadaporladevastacióndeWolfyelhorrordetodoslosrostrosinexpresivosquelarodeaban,todasestaspersonasusadascomotíteres.
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Estabaconvencidadeloqueleshabíadicho.Levanapodíamatarla,peroellateníaquecreerquesumuertenoseríaelfinal.Estarevoluciónyanolepertenecía.
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Cuarentayuno
—Ahí vienen—anunció Scarlet, al tiempo que se apartaba de la ventana,furiosa.SuprimertirohabíasidobajoyacertóenelmuslodeAimery,peseaque había apuntado a la cabeza. El segundo tiro, inútil, había dado en lafuente, antesdeque lagente seaglomeraraynopudiera seguirdisparando.HabíaescuchadoalmenoscuatrodisparosdeThorne,peronosabíasihabíatenidoéxito.
Cinder y Wolf estaban abajo, como cerdos en un matadero, y ella yThorneseríanlossiguientessinosalíanenesemomento.
Thorne tomóel cascoque lehabía robadoalguardiay se lopusoen lacabeza, transformándose de amigo en enemigo. Ella esperó que el cambiofueraconvincenteparaloslunares.
—Dame tu arma —ordenó él. Ella dudó un instante y se la entregó.Thorneguardóelarma,latomóporelcodoylallevóhacialasescaleras.
Estaban en el primer descanso cuando escucharon una estampida depisadasenlaplantabaja.
—¡Encontréauna!—gritóThorne,yellasesobresaltó.Apuntólapistolaa la cabeza de Scarlet mientras la llevaba al pie de las escaleras. Cuatroguardiaslosrodearon—.Erandostiradores.Elotrodebiódeescapar;revisenlospisosdearribaparaestarseguros.Yoatrapéaesta.
Scarlet fingió que trataba de librarse cuandoThorne la llevaba a rastrasdelante de los guardias, irradiando autoridad.Los guardias subieron por lasescaleras en tropel. En cuanto se alejaron, Thorne se dio vuelta y la soltó.Corrieron hacia la salida posterior que daba hacia un callejón detrás de lafábrica.
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Lapeleahabíaterminado,ajuzgarporelterriblesilencioqueinundabaeldomo.
Thorneseapartódelafábrica,peroScarletlosujetódelbrazo.—Espera.Élvolteócongestoáspero,perotalvezeraefectodelamáscara.—Debemostratardeayudarlos.Élfruncióelceño.—Viste con qué facilidad vencieron a Cinder y Wolf. ¿Crees que
podemoshaceralgoparaayudarlos?No.Honestamentenolocreía.Perosiellanisiquieralointentaba…—Damemipistola—indicóella,extendiendolamano.Thornelamirófijamente.—Damemipistola.Con un resoplido furioso, sacó la pistola de su cintura y la puso en su
palma.Scarletlediolaespalda,sinestarseguradequeéllaseguiría.Lohizo.Cuando doblaron en la primera esquina ella pudo ver la plaza. Los
ciudadanos que se habían alzado para atacar a Cinder y Wolf estabanarrodilladosdenuevo,plácidos,comosilapeleajamáshubieraocurrido.
Scarlet se preguntó cuánto tiempo les llevaría a los guardias revisar lafábrica.Sepreguntósiestabalocapornoirenladirecciónopuestaycorrer.
Lapistolasesentíatibiaensumano;laempuñaduraledejabamarcasenla palma. Hubo un tiempo en que sostener un arma le había dado unasensación de protección, pero ese alivio era un peligro, pues sabía con quéfacilidadloslunarespodíanvolveresaarmacontraella.
Aunasí,sipodíaacercarselosuficientepodríahacerundisparoodos,yestaveznofallaría.
¿Cuánto podría acercarse antes de que la detectaran? ¿El tamaño de lamultitud la mantendría oculta, o quedaría atrapada en el mismo truco delavado cerebral en cuanto se aproximara demasiado? Ella no sabía cómofuncionaba ni cuán vulnerable podía ser. Deseó haberle preguntado más aCinderalrespectocuandotuvolaoportunidad.
Avanzóahurtadillas,conThorneensilenciodetrásdeella.SedetuvocuandopudoveraWolfyCinderentresusenemigos.Ambos
tenían las manos atadas a la espalda. Wolf, con los hombros encorvados,mirabaalsuelo.
No,sediocuentaellaconunescalofrío.EstabamirandoaMaha.
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Lafuriaencendiósusentrañas.LehabíanquitadotodoaWolf.Sulibertad,suinfancia,sufamiliaentera,yélnohabíahechonada,nada
paramerecereso.Ellaquisovengarlo.Alejarlodeesehorriblelugarpolvoriento.Ofrecerle
unavidadecielosazules,tomatesypaz.Scarletempuñóconmásfuerzalapistola,sintiendolatensiónfamiliardel
gatillo.Peroestabademasiadolejos.Desdeallíhabríasidomásprobableherira
unaliadoqueaunenemigo.Conelcorazóngalopando,Scarletanalizóelestrechocallejón,calculando
cuántospasospodríadarypermaneceroculta.Enelmurode la fábricahabíaunaentradadondeellapodíaagazaparse,
peroservistanoerasumayorpreocupación,puesloslunarespodíansentirla.Exhaló despacio, levantó la pistola y alineó lamira, apuntando hacia el
corazón de Aimery.Mantuvo el blanco durante tres respiraciones antes deresoplar y bajar el arma de nuevo. Había tenido razón. Estaba demasiadolejos.
Unavezmás,pensóenacercarse.Unavezmás,dudó.Luego notó un cambio en la postura de Wolf. Volteó la cabeza en
direcciónaella.Fueuncambiosutil,casinormal.Nolamiró.Nohizomovimientoalguno
que indicara que había captado su aroma entre toda esa gente, pero Scarletsabíaque lohabíahecho.Sushombrosmostrabanuna tensiónquenohabíapercibidomomentosantes.
Su corazón se sobresaltó. Imaginó que era capturada.QueWolfmirabacuandoellosleponíanunapistolaenlacabeza.Wolf,impotente,mientrasaellaleentregabanotrahacha.Wolf,cuyamadrehabíasidoasesinadafrenteaélsinquepudierahaceralgoparaevitarlo.
El cuerpo de Scarlet se sacudió cuando el recuerdo de lamuerte de supropiaabuelalagolpeóenelcráneocomounmartillo.Ladesesperaciónquelaabrumó.Todalafuria,elodioylacontundentecertezaqueledecíanunayotravezqueelladebíahaberloimpedido.
Peronopodíahaberloimpedido.Así comoWolf no podía haber protegido aMaha.Como no había sido
capazdeprotegerlaaella.Ellanopodíahacerleeso.Scarletfrunciólacara,ahogandoungritoviolento.Noreacciones,Scarlet,sedijo.Noreacciones.
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Bajó el armay retrocedió.Miró aThorne, y aunque él también tenía eldolorgrabadoenelrostro,asintió,comprensivo.
LavoztranquiladeAimerysedirigióhaciaellos.—LinhCinderserájuzgadaysindudaejecutadaporsuscrímenescontra
laCorona.Essolopor lamisericordiade lareinaque lesperdonaré lavida.Perosepanquecualquieraqueseasorprendidohablandodelacyborgydesusconspiraciones de traición o que realice cualquier tipo de actividad rebeldeserácastigadodeinmediato.
ScarletviocuandounguardiadiounempellónaWolfentrelosomóplatosyselollevaron,juntoconCinder.
—¡Princesa!—llamóIko,tanaltocomoseatrevía,quenoerademasiadoalto,considerando las circunstancias—. Princesa, ¿dónde estás? —volvió arecorrer la casa, buscó en cada cuarto por tercera vez.Winter no estaba enningunodelosgabinetesniarmarios.
NoestabadebajodelacamadeMaha.Noestabaenlapequeñaduchao…Bueno,esoeratodo.Esoseranlosúnicosescondites.EraunacasarealmentepequeñayWinternoestabaallí.Ikovolvióalasaladeestar,sintiendoelruidodelventiladorensupecho,
elairequeescapabaatravésdelasfibrasporosasdesuespalda.Aúnestabasobrecalentadaporhabercorridoatravésdelsector,sorteando
ycruzandoentrecasasabandonadas,enunintentoporserdiscreta.¿YahabíanencontradoaWinter?¿Habíallegadodemasiadotarde?Noteníalasrespuestas.Seobligóadetenerseyorganizarlainformación
conquecontaba.Los secuaces de Levana estaban en el sector MR-9. Habían reunido a
todos los ciudadanos y ella estaba bastante segura de que no era paraorganizarunafiesta.
Cinder y los demás seguían en esa fábrica, hasta donde ella sabía, y noteníaformadeaveriguarsiestabanasalvohastaquevolvieraaverlos.
NosabíadóndeseencontrabalaprincesaWinter.Analizó sus alternativas. Volver a la fábrica para reunirse con Cinder
parecía un paso lógico, pero se pondría en peligro. Esto no la preocupabatantocomoel temoracaer enmanosdel enemigo.Los lunaresnoparecíansaber mucho acerca de los sistemas informáticos de los androides, pero silograban decodificar su programa encontrarían mucha informaciónconfidencialacercadeCinderysuestrategia.
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Podíaesperaraquesusamigosvolvieran,sanosysalvos,peroestaopciónibaencontradesuprogramaciónmásbásica.Detestabaserinútil.
Aúnseestabadebatiendo,cuandoescuchópasosfirmesfueradelapuertaprincipal.Ikosesobresaltó,corrióalacocinayseocultódebajodelabarra.
Lapuertaseabriódegolpe.AlguienentróeIkodetectóligerasdiferenciasenelsonidodelaspisadas.Habíatresintrusosenlacasa.
Sedetuvieronenlasala.—Labasededatosconfirmaqueestaes lacasadeMahaKesley—dijo
unavozmasculina.Unbrevesilencio,seguidodeunavozfemenina.—Perciboaalguien,perosuenergíaesdébil,talvezatenuadaporalgún
tipodebarrera.Ikofruncióelceño.¿Realmentenopodíansentirla?Cindersiemprehabía
insistido en que Iko no podía ser detectada por el don lunar, dado que noproducíabioelectricidad.
—Segúnmiexperienciaconlacyborg—agregóunaterceravoz,tambiénde hombre—, ella no siempre reacciona comouno esperaría al control y lamanipulaciónmentales.Quizátambiénescapazdeocultarsuenergía.
—Posiblemente —admitió la mujer, aunque su voz sonó dubitativa—.Kinney, revisa el perímetro y las casas vecinas. Jerrico, inspeccciona lasrecámaras.
—Sí,amaPereira.Lospasossedispersaron.Lapuertavolvióacerrarse.Eraunacasapequeña.Pasaronsolounosminutosantesdeque lamujer
entraraaladiminutacocinaeIkoviolasmangasacampanadasdeunatúnicarojadetaumaturga.Sequedóparadaenelcentrodelacocina,deltamañodeunarmario, tancercaque Ikopodía tocarla.Peronomiróhaciaabajoni semolestóenabriralgunadelasalacenas.
Desde su posición acuclillada, Iko miró el perfil de la mujer. Tenía elcabellocortoycanoso,yaunqueeraunadelastaumaturgasmásmadurasqueIkohabíavisto,seguíasiendobella,conpómulosafiladosylabioscarnosos.Teníalasmanosmetidasenlasmangas.
Sequedóinmóvillargorato,conelgestotenso.Ikosospechóqueestababuscandomásrastrosdebioelectricidad,peroeraclaroquenohabíanotadoaIkoasulado.
Laandroidesequedóquietaysealegródenohabertenidoquecontenerla respiración —gracias a las estrellas—; cuando estuvo atrapada en el
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armario de la nave espacial con Cinder y los demás, el ruido de susrespiracionescombinadashabíasidoensordecedor.
Peroentoncessuventiladorseencendiódenuevo.Lamujermiróhaciaabajoysesorprendió.Ikoalzóunamanoparasaludar.—Hola.Lataumaturgalaestudióporunlargo,largorato.—¿Unavacía?—tartamudeó.—Cerca—Ikotomódelamesadauntrapodecocinayseabalanzósobre
lamujer,quedejóescaparunaullidoantesdequeIkolecubrieralacaraconlatelaparaamortiguarelgrito.Lataumaturgasesacudió,peroIkolasujetócon fuerza contra la pared, reprimiendo el impulso de disculparsemientrasmirabaelrostrodelamujerpalidecer,conlosojosllenosdepánico.
—Solodesmáyate—dijoIko,intentandoconsolarla—ytedejaré.—¡Oye!Volteóysediocuentadequeunguardiareallahabíavistoporlaventana
delacocina.Seprecipitóalapuertatrasera,laabriódegolpey…Benditasestrellastodopoderosas.SiemprehabíapensadoqueKai era el espécimenhumanomás atractivo
que había visto, pero aquel hombre era devastadoramente guapo, de pielbronceada,cabelloonduladoyrebelde,yélestaba…
Élestaba…Apuntándoleconunapistola.Ikopusoalataumaturgadelantedeellaenelmomentoenqueéltiródel
gatillo.Labalapenetróenalgunapartedeltorsodelamujerysedesplomó,yadebilitadaporqueIkolasofocaba.
Dejócaeralamujer,selanzócontraélysujetólapistoladelguardia.Éllahizogiraryestrellarsedeespaldascontralamesada.Elimpactoreverberóensusextremidades.Elguardiaapartólapistolayconelotropuñolelanzóungolpeal rostro.Sucabeza retrocedióconunchasquidoy trastabillódos,tres pasos antes de chocar contra la estufa.El guardiamaldijo y sacudió lamano.
Iko estaba pensando que debió haberse instalado algunos programas deartesmarciales,cuandounsegundodisparosacudiósusreceptoresdeaudio.Se encogió y se llevó las manos a las orejas para disminuir el volumen,aunqueyaerademasiadotarde.
Cuando sus pensamientos se aclararon, vio al guardia que la mirabafijamenteconlabocaabiertaylosojoscomoplatos,lasmanosaúnsujetando
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lapistola.—¿Q-quéeres?Ella miró hacia abajo. Había un agujero en su pecho que dejaba al
descubierto cables chisporroteantes y tejido desgarrado de piel sintética.Refunfuñó.
—¡Acaboderepararlo!—Tú eres… —el guardia retrocedió un paso—. Había escuchado de
máquinas terrestres que podían… que eran… pero tú… —su rostro secontrajo e Iko analizó sus músculos faciales el tiempo suficiente paradescubrirquesuexpresióneradetotaleirrefrenablerepugnancia.
La indignación ardió dentro de ella y probablemente se filtraba por elnuevoagujeroensupecho.
—¡Mirarfijonoesdebuenaeducación!Unafiguraaparecióenlapuertadelasala.Otroguardia.Ikoloreconoció
comopartedelséquitopersonaldeLevana.HabíasidopartedelequipoconelcualsehabíanenfrentadoenaquellaazoteaenNuevaBeijing.
—¿Quépasó?—bramóalveralataumaturgacaída,alguardiaguapoconelarmabajayaIko.
Susojosbrillaronalreconocerlaysonrió.—Buen hallazgo, Kinney; parece que este viaje no fue tan inútil como
pensaba.Pasóporencimadelcuerpodelataumaturga.Ikoalzólopuños,intentandorecordarlosconsejosdepeleaqueWolfle
habíadadoaCinder.—¿Dóndeestálacyborg?—preguntóelguardia.—Vetealdiablo—respondióIkoentredientes.—Provócame—dijoélalzandounaceja.—Sir Solis —comenzó el otro guardia, Kinney—, ella no… no es
humana.—Esoestáclaro—coincidióarrastrando laspalabrasmientrasmirabael
hueco que había dejado la bala en la cavidad de su pecho—.Supongo quetendremosquesercreativosparaobtenerinformacióndeella.Quierodecir,deesto.
Intentó sujetarla, pero Iko giró y se agachó; sin embargo, la atrapó confacilidad.Antesdeque suprocesador reaccionara,ya lehabían sujetado lasmanos detrás de la espalda. Luchó y trató de pisarle el empeine, pero élesquivó cada intento. Riomientras le ataba las manos y la hizo girar paraverladefrente.
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—Todaesatecnologíaterrestre—dijoaltiempoqueapartabalateladesublusaparamirarlasfibrasdepieldestruidas—yaunasíerescompletamenteinservible.
Unafuriaardientetornórojasuvisión.—¡Teenseñaréquiénesinservible!Sin embargo, antes de que pudiera enseñarle algo, un grito desgarrador
llenólacocinayuncuchillodecocinerocortóelhombrodeJerrico.Éljadeóy se hizo a un lado. La hoja atravesó lamanga y dejó un tajo profundo ybrillante.Ikotrastabilló.
Jerrico giró, golpeó a la atacante y la empujó contra la pared,sosteniéndolaporlagargantaconunamanomientrasconlaotraluchabaporsujetarlamanoenlaqueteníaelcuchillo.
Winternosoltóelcuchillonidejódemirarloconunodiodesenfrenado.Lediounrodillazo,justoentresuspiernas.Jerricogruñóylaapartódela
pared solo para volver a golpearla. Esta vezWinter resolló cuando el airesaliódesuspulmones.
—Kinney,vigilaalaandroide—ordenóJerricoentredientes.IkodesviósuatencióndelaprincesaWinterhaciaelguardiademasiado
guapopara ser tan imbécil,peroKinneyyano leprestóatención.Su rostroestabahorrorizadopor la formaenque Jerrico sujetaba a laprincesapor lagarganta.
—¡EslaprincesaWinter!¡Suéltela!Jerricosoltóunacarcajadasinningúnsentidodelhumor.—Séquiénes,idiota.Comoséquedeberíaestarmuerta.—Yo también escuchéquehabíamuerto, pero evidentemente no es así.
Suéltela.Mirandohaciaarribaconfastidio,JerricosediovueltayapartóaWinter
delapared.—No, se supone que debería estar muerta. La reina ordenó que la
mataran,peroparecequealguiennotuvolasagallasparahacerlo.Wintersedejócaerhaciaadelante,peroélvolvióalevantarlaylasujetó
contrasupecho.—Quésuerte;heestadoesperandoporañosestarasolascontigo,peroese
fastidioso sir Clay siempre estaba merodeando como un buitre sobre lacarroña—Jerricodeslizóunpulgarpor labarbilladeWinter—.Parecequeahoranoestáaquí,¿cierto,princesa?
LaspestañasdeWintertemblaron.MiróconojosaturdidosaKinney.—Tú…
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—Oye—Jerricolasujetódelabarbillaparaobligarlaamirarlo—.Túeresmi premio, princesa. ¿Qué recompensa crees que recibiré por llevarle tucadáveralareina?Nocreoqueleimporteenquécondicionesesté,ycomobeneficioadicional,podrédemostrarquetunovioefectivamenteesuntraidor.
Ikotirabaconfuerzadesusmanos,tratandodedesconectarsuspulgaresdesusconexionesylibrarsedelascuerdas,peronopodíahacerpalancaconlosbrazostanfuertementeatados.
EstabaapuntodelanzarsehaciaadelanteygolpearlaespaldadeJerricocon toda la fuerza de su cráneometálico, cuandoWinter se desplomó, tanflácidacomounamuñecadetrapo.
Jerricosesobresaltó,apenascapazdevolverasujetarla.Eneseinstante,Winterlehundióenuncostadoelcuchilloolvidado.
Jerricogritóy la soltó.Winter trastabilló fuerade sualcance,peroél latomóde lamuñeca, la jalóy lagolpeóen la cara coneldorsode lamano.Wintercayó.Sucabezagolpeócontraelbordedelamesada.
Ikogritócuandoelcuerpodelaprincesasedesplomósobreelsuelo.Con una andanada de maldiciones, Jerrico aferró la empuñadura del
cuchillo, pero no lo sacó de la herida. Su rostro estaba tan rojo como sucabelloygruñóentredientesalaprincesa.
—Quéestúpida,loca…Levantóelpieparapatearla,cuandoKinneyalzósupistolayabriófuego.
ElimpactolanzóaJerricocontralapared.Ikoquedóimpactada.Sinimportarencuántaspeleasycombateshubiera
estado, siempre se había sorprendido de que la realidad fuera mucho máshorrible que los dramas de la red. Aun la muerte de un guardia tandespreciable,conelrostrocontorsionadoporlaincredulidadmientraslavidaseleescapaba,ledespertóungestodehorror.
El silencioparecióapoderarsede todoel sectore Ikosepreguntósieseúltimodisparohabíadañadoparasiempresusistemadeaudio.
El guardia miraba fijamente la pistola en su mano como si jamás lahubieravisto.
—Eslaprimeravezquetirodelgatillopormivoluntad.Respirandohondo,dejósupistolasobrelamesadayseacuclillósobrela
princesaWinter.Revisólaparteposteriordesucabeza.Susdedosquedaronensangrentados.
—Respira —confirmó él—, pero es probable que haya sufrido unaconmocióncerebral.
ElprocesadordeIkosetrabó.
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—¿Dequéladoestás?Él alzó la mirada. Su nariz volvió a arrugarse al mirar de nuevo la
perforacióndelabala,peronopormuchotiempo.—Nos dijeron que la princesa estabamuerta. Pensé que otro guardia la
habíamatado.Ikointentóacomodarlosplieguesdesublusasobrelaherida.—LareinaordenóaunguardiallamadoJacinquelamatara,peroenlugar
deellolaayudóaescapar.—JacinClay.—¿Porquénosayudaste?—preguntóIkoentrecerrandolosojos.Con el rostro tenso,Kinney volvió a recostar a la princesa en el suelo.
Habíasangreportodaspartes.Delataumaturga.DeJerrico.DeWinter.—Laayudéaella—dijoél,comosiladistinciónfueraimportante.Encontró el trapo de cocina con que Iko había tratado de asfixiar a la
taumaturga Pereira y lo ató alrededor de la cabeza deWinter, cubriendo laheridatanbiencomopudo.Cuandoterminó,selevantóyrecogióelcuchilloensangrentado.
Ikoretrocedió.Élsedetuvo.—¿Quieresquecorteesascuerdasono?Ikoescudriñósurostro.Deseabaquenoleresultarataninevitablemirarlo.—Sí,porfavor.Sediovueltayéllaliberórápidamente.Esperaba encontrar pedazos de piel cortada cuando levantó las manos,
perolahojanisiquieralahabíatocado.—Esto es lo que haremos —comenzó Kinney haciendo un gesto a la
pistola que seguía en la mesada. Iko se dio cuenta de que no le gustabamirarla. Seguía buscando motivos para desviar la mirada—: presentaré uninforme en el que les diré queme arrebataste la pistola ymataste a la amaPereirayasirSolis,yluegolograsteescapar.Nolesdiréquevialaprincesa.Ni siquiera tienen que saber que está viva—señaló a la nariz de Iko y seatrevió a sostener su mirada por más de medio segundo—. Y tú vas allevártelalejosdeaquí.Mantenlaoculta.
Ellapusolosbrazosenjarra.—Claro. Aquí la teníamos, recluida en una casita en un sector minero
elegidototalmentealazar.¿Cómoesquenisiquierasenosocurriótratardeesconderla?
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El rostro de Kinney permaneció indescifrable un largo rato antes deresponder.
—¿Entiendeselsarcasmo?—Por supuestoqueentiendoel sarcasmo—escupióella—.Noes física
teórica,¿osí?Elguardiaapretólamandíbulaporunmomentoantesdesacudirlacabeza
yapartarse.—Solocuídala—revisóalaprincesaunavezmásysemarchó.
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Cuarentaydos
CinderyWolffueronllevadosaunpuertosubterráneodecarga,dondehabíatresmaltrechosvehículosde repartoy tresmódulos reales, loqueexplicabapor qué la llegada de sus enemigos no había disparado las alarmas;Cindersolohabíapuestovigilanciaenelandéndeltrendelevitaciónmagnética.
Seenojóconsigomismaydeseótenerundíalaoportunidaddeaprenderdeesteerror.
Esposada,Cindersentíaquelosbrazosseledislocaríandelaarticulacióndeloshombros.AunqueWolfibadetrásdeella,alcanzabaasentirsuenergía:furiosay letal.Estremecidopor el temorde la suertedeScarlet.AgotadoydevastadoporloquelehabíanhechoaMaha.
Unguardiareallosesperaba.Teníaelcabellorevuelto,perosurostroerainexpresivo.
—Informe—leordenóAimery.CaminabacojeandoyCinderseimaginóquelopateabajustodondelabalahabíapenetrado.
—LaseñoraPereiraysirSolismurieron.Aimeryalzólascejas.Estanoticiainesperadanohizomásquedespertar
sucuriosidad.—¿Cómo?—UnaandroideterrestrenosemboscóenlacasadeKesley—explicóel
guardia.Cindersintióqueelcorazónledabaunvuelco—.Estallóunapelea.Laandroideerainmunealamanipulaciónmentalylasbalasnolecausarongrandesdaños.Ella…esoahorcóalaseñoraPereirayluegopeleócuerpoacuerpo conmigo. Me arrebató el arma y disparó a sir Solis y a nuestrataumaturga. En una distracción, le clavé el puñal en la espalda y seccionésu…médulao loqueseaquehayasido.Conesoquedó inhabilitada—una
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jaquecacomenzóapulsardetrásdelosojosdeCinder.Era laseñaldeunaslágrimasquenuncasaldrían.PrimeroMaha,ahoraIko…Elguardiacontinuó—:Conlaamenazaeliminada,realicéuncateoexhaustivodelrestodelacasaysusalrededores.Noencontréotroscómplices.
Unmínimoalivio.PorlomenosnohabíandescubiertoaWintery,hastadondeCinderpodíasaber,tampocoaThorneniaScarlet.
Aimeryobservóalguardia,buscandounerrorensureporte.—¿Quépasóconlaandroide?—Localicé y destruí lo queme parecía que era la fuente de energía—
explicóelguardia—yechélosrestosenelcompactadorpúblicodebasura.—¡No! —Cinder se tambaleó, pero el hombre que la custodiaba la
sostuvodepie.—Dejéloscadáveres.¿Quierequeregreseporellos?—agregóelguardia
despuésdeecharleunfugazvistazoalamuchacha.Aimeryagitóunamanoenelaire,comopararestarleimportancia.—Enviaremosaunequipo.Seoyeronotraspisadasenlasescaleras.Aúntemblorosaporlanoticiade
lapérdidadeIko,Cinderapenaspudoalzar lacabeza.SediocuentadequeWolflaestabamirando.Sumiradaeradecompasión,peroteníalamandíbulatensadecólera.
Esedíalosdoshabíanperdidoaunseramado.Cinder sintió que se ahogaba, como si las costillas le presionaran los
pulmones, pero la presencia deWolf le transmitió vigor. Su ira comenzó acrecer.Sudolorseconvirtióenmaderaseca,listaparaarder.
Logró recuperarse, y aunque no podía liberarse del guardia que lasujetaba,separólomáserguidaquepudo.
Las pisadas se convirtieron en un taumaturgo de túnica negra y másguardias.
—No encontramos más cómplices ni descubrimos quién nos disparódesdelasventanasdelafábrica—leinformóeltaumaturgoreciénllegado—.Es posible que se hayan retirado a otro sector. Quizá vuelvan a intentar lainsurgenciaenotraparte.
Aimery despejó las preocupaciones del taumaturgo con una irónicasonrisa.
—¡Que lo intenten!No le tememos anuestropropiopueblo—posó susojosnegrossobreCinder—.Estapequeñarebeliónseterminó.
Cinder levantó la cabeza, pero un gruñido grave distrajo la atención deAimery.SevolvióhaciaWolf,queteníaloscaninosalavista.Seveíaferozy
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sanguinario,listoparadespedazarasuscaptores.Enrespuesta,Aimeryse rio.Seacercóyapretó lacaradeWolfcon los
dedoshastadejarlosmarcadosensusmejillas.—Además—continuó—,¿cómovamosaperdersitenemosestasbestias
anuestradisposición?—soltólamandíbuladeWolfylediounapalmadaenlamejilla—.AlfaKesley, ¿verdad? Estuve presente el día del torneo de lareina,eldíaqueteganastetupuestoenlamanada.Parecequetedescarriaronestosterrícolas.¿Quéharemoscontigo?
Wolfmiróal taumaturgoconunodioquehabríapodidoquemarledesdelapielhastaloshuesos.
Depronto,doblóunarodillaysepostróanteAimery.Cinderseencogióde dolor.La conmoción rebotaba por todas sus articulaciones.Almomentosiguiente,Wolfinclinólacabeza.
Eraunaescenarepugnante.Todaesafuerza,todaesafuriareducidaanomásqueuntítere.Peoraún,porqueellasabíacuántafuerzamentalycuántaconcentración se necesitaban para obligar a Wolf a hacer algo. Apenascomenzaba a dominar esa habilidad,mientras queAimery no parecía tenerdificultades.
—Buen perro —dijo Aimery, palmeando la cabeza de Wolf—. Tellevaremos ante Su Majestad para que decida el castigo que merece tutraición.¿Teparecebien,AlfaKesley?
—Sí,amo—respondióconunavozguturalyrobótica.—Eso pensé —Aimery giró entonces hacia el resto del grupo—. Si
quedaranfocosderebelión,aplástenlosrápidamente.Mañanasecelebrarálabodarealynovamosatolerarmásalborotos.
Los demás taumaturgos se despidieron con una reverencia y sedispersaron.AimeryvolvióaesconderlasmanosenlasmangasysedirigióaCinder.
—Solonosfaltaaveriguarquéharemoscontigo.Cinderlesostuvolamirada.—Podríasinclinarteantemí,comotulegítimareina.—Mátenla—ordenóAimeryesbozandounasonrisa.Pasómuydeprisa.Unodelosguardiasdesenfundóelarma,laapoyóenla
frentedeCinder,soltóelseguro,pusoundedoenelgatillo…Cindertomósuúltimabocanadadeaire.—Alto.Cambiédeopinión.Conlamismavelocidad,elguardiaenfundóelarmaenelcinturón.Cinderflaqueó.Lacabezaledabavueltasporelmiedoquelainvadía.
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—Mireinasolicitóqueseleconcedieraelplacerdedecidirtusuerteellamisma.CreoquevoyasugerirlequelepresentetucabezaalemperadorKaitocomoregalodebodas.
—TaumaturgoPark.Sevolvióhacialamujerdetúnicarojaquehabíahablado.Teníalamano
apoyadaencimadelrevestimientoexteriordeunpequeñovehículoespacial.—Esunmódulorealyparecequellegóhacepoco—leexplicómostrando
lamano—.Notienepolvo.Esextrañoqueestéaquí.Aimeryemitióunsonidodeindiferencia.—Nome sorprende que haya ladrones sueltos, pero podría ayudarnos a
localizaralosrebeldesquefaltan.Rastreensunúmerodeseguimientoyveanquéobtienen.
Hizoungestohaciavariosguardias.CinderyWolffueronescoltadosalanavedeAimery,dondelosobligaronaocuparasientosseparados.Nadiedijonadamientraslosmotorescomenzabanafuncionar.
MomentosdespuéssedirigíanaArtemisa.Aimery no dejaba de dar órdenes, algo acerca de heridas de bala y de
recibiratenciónmédica.Designóaunnuevocapitándeguardiaseinformóala reina de las bajas y los prisioneros.Los pensamientos deCinder estabanrevueltos. Miraba fijamente el perfil del guardia que había matado a Iko.Quedó inhabilitada,habíadicho,yque lahabíaarrojadoalcompactadordebasura.
Las imágenes se repetían una y otra vez en su cabeza. El filo quedesgarrabalaespaldadeIko.LosdedosrotosdeMaha.LosvecinosdelsectorarrodilladosalospiesdeAimery.
Su odio se encendió; se cocinaba a fuego lento en el fondo de susentrañas.CuandoaparecióArtemisaenelhorizonte,sehallabaenebullición.
LanavedescendióenelpuertoaéreosubterráneodeArtemisa.BajaronlarampayunguardiaarrastróaCindercontantafuerzaquetuvoquecontenerseparanogritardedolor.DetrásdeellaseoíanlaspisadastrabajosasdeWolf.
Fuerecibidaporuncúmulodepeligrosnuevos:unadocenadeguardias,con una bioelectricidad tan maleable como chips de personalidad reciénsalidos de fábrica, y tres taumaturgos, cuya potencia mental siempre teníaciertarigidez,comodehierro.
Torció el dedo preguntándose si podría cargar una bala rápidamente ycuánto tardaría en matarlos a todos. Estaba en Artemisa. Si escapaba, seconvertiríaenunafugitiva,unaasesinasolitariaalacazadelareina.
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Erasolounafantasía.Aúnteníalasmanosatadas.Cerrólamanometálicaenunpuñoinservible.
—¿TaumaturgoPark?CindermiróalguardiaquehabíamatadoaIko.—Dígame,sirKinney.—Solicitopermisopararecibirdeinmediatoatenciónmédica.El taumaturgo mayor observó la sangre en su uniforme. Era mucha,
aunqueCindernopudodistinguirexactamentedóndehabíasidoherido.—Muybien—lerespondió—.Repórteseencuantoloautoricenavolver
alservicio.Elguardiasellevóunpuñoalpechoymarchóenladirecciónopuesta.CinderyWolffueronsacadosaempellonesdelpuerto.Losllevaronpor
un laberinto de corredores. Sin saber qué otra cosa hacer, Cinder trató deconcentrarseenladirecciónenquelosllevaban.Contólospasosyseformóen lacabezaunplano rudimentario,que tratódehacercoincidir con loquesabíadelpalaciodelareina.
Los llevaron a un área de elevadores, flanqueada por más guardias.Hicieron un alto en el que Aimery habló con otro taumaturgo, y aunqueCinderajustósuinterfazdeaudio,solocaptóalgunaspalabras,primeroalfaysoldado;luego,insurgencia,MR-9ycyborg.
AimeryhizounademánysellevaronaWolfporotrocorredor.—¡Esperen!—gritóCinderconelpánicocorriendoporsusvenas—.¿A
dónde lo llevan? —Wolf gruñó y se resistió a sus captores, pero todaoposiciónestabaatemperadaporelcontrolmental—.¡Wolf!¡No!—Cindertropezótratandodelanzarsehaciaadelante,perounosbrazoslacontuvieron.Lasataduraslequemabanlasmuñecas—.¡Wolf!
Todo fue en vano. Doblaron la esquina yWolf desapareció, dejando aCindertemblorosayjadeante.Sentíahúmedalamuñecadelamanoderecha,dondelascorreaslehabíanabiertolapiel.NoerataningenuaparacreerqueellayWolfhabríanpodidovencerasusenemigos,peronohabíaprevistoquela separaran tan pronto de su amigo.Quizá no lo volvería a ver.Quizá novolveríaaveraningunodeellos.
Cuandolametieronporlafuerzaenelelevador,seleocurrióqueeralaprimeravezqueestabasoladesdequehabíaempezadotodo.
—Lamentoquenopodamosllevarteaunavisitaprivada—ledijoAimery—,pero estamosocupados en los preparativos de la boda.Estoy seguro dequeloentiendes.
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Las puertas del elevador se cerraron y comenzaron a descender. Y adescender.Cinderempezóasentirquelallevabanasutumba.
Cuandolaspuertasseabrieron,laempujaronconungolpeenlaespalda.Lallevaronporuncorredorenpenumbras,conparedesásperasyqueolíanaaireencerrado,orinaysudor.Arrugólanariz,asqueada.
—Esperoque lashabitaciones teparezcanaceptablespara ladistinguidainvitada que eres —continuó Aimery, como si el olor no le molestara—.Entiendoqueyaestásacostumbradaalasceldas.
—Yo no diría eso—le contestó Cinder—. En la última solo pudieronretenermeundía.
—Estoysegurodequeestaserámásadecuadaparati.Esacárcelderocasycuevasnoseparecíaalaconstrucciónmodernade
NuevaBeijing.Era sombríay sofocantey, lopeorde todo,Cinderno teníaplanos nimapas nimedios para calcular su ubicación en relación con…enfin,conloquefuera.
Se detuvieron. Se escuchó el tintineo de llaves y el crujido de bisagrasmetálicasviejas.Uncandadoanticuado,quépintoresco.
Si pudiera alcanzarlo desde dentro de la celda, lo abriría en menos detreintasegundos.
Ese pensamiento le permitió tener, cuando menos, un destello deesperanza.
Alabrirlapuertaelolorseacentuó.Cindertratabadeexpulsarelaireencuantoloaspiraba.
—AquítequedaráshastaqueSuMajestad,lareina,tengatiempodeverteparaeljuicioylaejecución—leanuncióAimery.
—Estoyimpaciente—murmuróCinder.—Me imagino que querrás aprovechar el tiempo para recuperar viejas
amistades.—¿Recuperarqué?Uno de los guardias le soltó las ataduras de las muñecas y empujó a
Cinder hacia adentro. Ella se golpeó el hombro con el filo de la puerta dehierroyentrótropezandoenlacelda,sosteniéndosedeunaparedirregular.
AlguiengimióyCindersedetuvo,petrificada.Noestabasola.—Disfrutatuestancia,princesa.La puerta se cerró de golpe. El estruendo retumbó en los huesos de
Cinder.Laceldaerapequeña.Enlapuertadehierrohabíaunaventanaaltayconbarrotesporlaqueentrabalasuficienteluzdelpasilloparadistinguirunacubetasobreelpiso.Deahíveníanlosmalosolores.
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Dospersonasestabanacurrucadasjuntasenelrincónmásalejado.Cinder las miró con la boca abierta esperando a que sus ojos se
acomodarana laoscuridad.Encendió la linternaque tenía incorporadaen lamano.Lasdosfigurastemblaronyseencogierondemiedoabrazadas.
Alreconocerlas,sintiócomosihubierarecibidounganchodederechaysedesplomócontralapared.
Adri.Pearl.—Nopuedesercierto.Sumadrastraysuhermanaseestremecíandemiedoylamirabanconlos
ojosmuyabiertos.Cindernoalcanzabaaimaginarseparaquélasteníanahí,quéqueríaLevanadeellas.
Entoncessediocuenta: la tendríanencerradaahí,conellas,hastaquelaejecutaran.
Se pasó la mano lentamente por la cara. Odiaba mucho a Levana,muchísimo.
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Cuarentaytres
En su sueño,Winter estaba de pie en la cocina de la pequeña casa de unagranjaenlaTierra,oloquesuimaginaciónpensóquedebíaserlacasadeunagranjaenlaTierra.SabíaqueeraelhogardeScarlet,aunquenolahabíavistoallí.Estabafrenteaunfregaderoatestadodeplatossucios.Eravitalqueellalos lavara todos antes de que alguien llegara a la casa, pero cada vez quesacaba un plato de la espuma, se estrellaba en sus manos. Sus dedossangrabanacausadelasastillas,tiñendolasburbujasderojo.
Cuando el séptimo plato se resquebrajó en sus manos, se apartó delfregadero con una abrumadora sensación de fracaso. ¿Por qué nunca podíahaceralgobien?Aunestasimpletareasehabíaconvertidoenundesastreensusmanos.
Sederrumbósobresusrodillasycomenzóa llorar.Lasangreyel jabónformaronuncharcoensuregazo.
UnasombralacubrióyWinterlevantólavista.Sumadrastraestabaenlaentrada.Grandes extensiones de tierra y el cielo azul de la Tierra se veíandetrásdeella.Sosteníaunpeineenjoyadoenlamano,yaunqueerahermosa,sonreíaconcrueldad.
—Ellosteaman—dijoLevana,comosihubieranestadoenmediodeunaconversación.Entróenlacocina.Elbordedesuvestidorealpasóporencimadel agua jabonosa en el piso—. Te protegen. ¿Y qué has hecho paramerecerlo?
—Ellos me aman —reconoció Winter, aunque no estaba segura de aquiénesserefería:¿alagentedeLuna?¿ACinderysusaliados?¿AJacin?
—Ypagaránelpreciodesuadoración—Levanasecolocódetrásdeellayempezó a pasar el peine entre los rizos de Winter. El gesto era suave.
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Maternal, incluso.Winter quiso llorar de añoranza: había anhelado tanto lacariciadeunamadre…Perotambiénsentíatemor.Levanajamáshabíasidotan tierna—. Descubrirán todas tus debilidades. Se darán cuenta de loimperfectaqueeresenrealidad.Veránquenuncamerecistenadadeesto…
Undoloragudoseextendióensucráneocuandolosdientesdelpeineseenterraron en su cuero cabelludo. Se quedó sin aliento. Comenzó a sentirdolorosaspalpitacionesenlacabeza.
Unrugidohizoquevolvieralaatenciónhacialapuerta.Ryuestabaparadoconlaspatasseparadasenactituddefensiva,mostrandolosdientes.
Levanadejódepeinarla.—¿Yatiquéteimporta?Ellatambiéntetraicionó;dejóqueeseguardia
sacrificara tu vida a cambio de la suya. No puedes pasar por alto suegoísmo…
Ryuseacercó.Susojosamarillosdestellaron.Levanadejócaerelpeineydiounpasoatrás.—Túeresunanimal.Unasesino.Undepredador.¿Quésabesdelealtado
deamor?Ryu se quedó en silencio y agachó la cabeza, como si hubiera sido
castigado. Winter le abrió su corazón; se dio cuenta de que el animal laextrañaba. Quería jugar a traer la pelota, no ser reprendido con las cruelespalabrasdelareina.
Winter se llevó la mano a su cabeza punzante. Su cabello estabaempapado.Miróelpeinetiradoyvioqueelcharcodeaguajabonosasehabíaespesadoconsangre.
—Estásequivocada—dijoaltiempoqueencarabaalareina—.Túereslaasesina.Túeresladepredadora.Nosabesnadaacercadelealtadodeamor—WinterextendiólamanohaciaRyu,quelaolisqueóantesdeapoyarsucabezatibiaensurodilla—.Talvezseamosanimales,perojamásvolveremosavivirentujaula.
Cuandoabrió losojos, lacasade lagranjahabíadesaparecido, reemplazadapormuros ymuebles deteriorados y cortinas cubiertas de polvo de regolitolunar.Suspárpadostemblabanmientrastratabadesalirdelpesadosoporylajaquecapalpitante.Aúnpodíaolerelcharcodesangre,yelcuerocabelludoleseguíadoliendodondeelpeinelohabíaperforado.
No,dondesehabíagolpeadoconelbordedelamesada.Alguienlahabíarecostadoenunsofá.Suspiescolgabansobreelcostado.
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—Hola,loca.Wintersequitóelcabellodelacaraydescubrióqueunatoallaleenvolvía
la cabeza. Miró a Scarlet, que había llevado una silla del comedor a lahabitación,y lahabíagiradoparasentarsecon losbrazosapoyadossobreelrespaldo. Llevaba de nuevo el abrigo con capucha. La mayoría de lasmanchas habían desaparecido, pero aún se veía desgastado y andrajoso.También ella, de hecho. Tenía el contorno de los ojos enrojecido, la cararuborizadayllenademanchas.Suferocidadusualsehabíaconvertidoenunagotamientoamargo.
—Iko nos contó lo que sucedió —explicó Scarlet, con la voz seca yquebradiza—. Siento no haber estado aquí, pero me alegra que ella síestuviera.
Winter se sentó. Iko estaba sentada en el piso con las piernas cruzadas,jugando con una fibra de tejido de piel que se había rasgado en su pecho.Thorneestabaparadodeespaldascontra lapuertaprincipal.Llevabapuestoparte del uniforme de guardia lunar y tuvo que mirarlo dos veces paracerciorarse de que era él. Prestó atención, pero la casa estaba en silencio.Sintióunarrebatodepánico.
—¿Dóndeestánlosotros?—El sector fue atacado —explicó Thorne—. Se llevaron a Wolf y a
Cindery…mataronaMaha.Scarletabrazóconfuerzaelrespaldodelasilla.—No podemos quedarnos aquí. Llevamos los cuerpos del guardia y la
taumaturga a la habitación de atrás, pero apuesto a que alguien vendrá abuscarlos.
—El guardia que nos ayudó me pidió que llevara a Su Alteza a unescondite—dijo Iko—.Séquese referíaaque la sacáramosdeeste sector,pero¿adóndemáspodemosir?HeestadorevisandolosmapasdeLunaylosúnicoslugaresquealparecerpodríanofrecermásseguridadestánbajotierra.Almenosestaríamoslejosdelagente,ylavigilancianoestanestrictaenlostúnelesylasminas,perotampocoparecelasoluciónideal.
—Nohayunasoluciónideal—afirmóWinterhundiéndoseenloscojinesapelmazadosdel sofá—.La reinameencontrarádondequieraquevaya.Meencuentrahastaenmissueños.
—Noereslaúnicaquetienepesadillas—murmuróThorne.—Pero aún es posible quemuchos ciudadanos furiosos se presenten en
Artemisa dentro de cuatro días para demandar un nuevo régimen. ¿ExistealgunaposibilidaddequeCindersigavivaparaentonces?
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Intercambiaronmiradas,peronohabíamuchooptimismo.—LasejecucionesoficialessellevanacaboenelpalaciodeArtemisa—
explicóWinter—.Ahíesadondelallevarán.—¿Porquénolamatanaquí?—preguntóScarlet—.¿Paraquésetoman
todasesasmolestias?—Levanaquiereejecutarladeunamaneraquemuestrelainutilidaddesu
levantamiento—respondióThorne,sacudiendolacabeza.—¿Creesqueplaneetransmitirlo?—preguntóIko.—Teloaseguro—afirmóWinter—.Alareinalegustanlasejecuciones
públicas. Son una manera efectiva de quebrantar la voluntad de cualquierciudadanoquepuedaalbergarrebeldía.
—Entonces lamatarápronto—dijoThorne, frotándose la frente—.Estanoche,talvez,omañana.Nohaynadacomounaejecucióneldíadetuboda.
Wintersellevólasrodillasalpechoylasapretóconfuerza;eldíahabíaempezadocontantasesperanzasparasuscompañeros…Latransmisiónhabíaresultadosegúnloplaneado,lagentehabíaestadorespondiendoasullamado.
Peroahoratodohabíaterminado.Levanaseguíasiendolareina,laqueridaSeleneprontoestaríamuerta,ytambiénJacin,siesquenohabíamuertoya.
—Basta.Winter levantó la cabeza, no tanto por la orden de Thorne, sino por su
tonoendurecido.ScarleteIkotambiénlevantaronlamirada.—Dejeneldesalientodelado.Notenemostiempoparaeso.—¿Noestásdesalentado?—preguntóWinter.—Esapalabranoestáenmivocabulario—Thorneseapartódelapuerta
—. Iko, ¿acaso no entramos en ese cuartel de guardias y transmitimos elmensajedeCinderatodaLuna?
—Sí,capitán.—Scarlet,¿losrescatéatiyaWolfcuandotodalaciudaddeParísestaba
sitiada?—Enrealidad,estoyseguradequeCinder…—comenzóadecir,alzando
unaceja.—Sí,lohice—interrumpió,yseñalóaIko—.¿LasrescatéatiyaCinder
deesaceldaylaspuseasalvoabordodelaRampion?—Bueno,enesemomentonofueexactamente…—Portodaslasestrellas,Iko:solorespondelapregunta.—¿Qué intentasdecir?—preguntóScarlet, tamborileandocon losdedos
sobrelasilla.
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—El caso es que voy a resolver esto, como siempre lo hago. Primero,encontraremos la forma de entrar en Artemisa. Hallaremos a Cress yrescataremosaCinderyaWolf.DerrocaremosaLevanay,porlasestrellasenloalto,haremosreinaaCinderparaquenospagueunmontóndedinerodesus arcas reales y todos podamos retirarnos muy ricos y muy vivos,¿entienden?
—Buendiscurso—exclamóWinter,aplaudiendo—.Contantasagallasyambición.
—Y,curiosamente,tancarentedecualquiertipodeestrategiaposible—agregóScarlet.
—Me alegro de que ustedes también lo notaran —dijo Iko—. Mepreocupabaquemiprocesadorestuvierafallando—setocólanuca.
—Estoy trabajando en esa parte —refunfuñó Thorne—. Por lo pronto,necesitamos salir de este sector. Podré pensar mejor una vez que no mepreocupequeestemosrodeadosdetaumaturgos.Además,sivamosausareltúnel del tren de levitaciónmagnética, es un largo camino de vuelta haciaArtemisa.
—Hayunafallaenestesupuestoplan—observóScarlet,apuntandoconel pulgar hacia Winter—. No vamos a llevarla de regreso allá. Eso es locontrariodemantenerlaoculta.
Winter desató la toalla alrededor de su cabeza. Había una mancha desangre,peronomuygrande.Sepreguntósi la jaquecadisminuiríaenalgúnmomento.
—Tienesrazón.Medesplazarébajotierra,comosugirióScarlet.—No eres un topo —la corrigió Scarlet—. No puedes simplemente
desplazartebajo tierra. ¿Adónde irás? ¿Quéharás? ¿Haygente allá abajo?¿Necesitarásprovisiones?¿Quétalsi…?
—Ryu también estaba en mi sueño—Winter dobló la toalla sobre susrodillas—. Estaba tratando de protegerme de la reina. Creo que me haperdonadoporloquesucedió.
Scarletsoltóunacarcajada,unsonidoásperoyfrenético.—¿Al menos estás escuchando? ¿No comprendes? ¡Cinder y Wolf no
están!Levanalostiene.Vaatorturarlos,amatarlosy…—sollozando,Scarletagachólacabezaentresushombros temblorosos—.Anadie le importantusestúpidossueñosnitusilusionesestúpidas.Sefueron—selimpiólanarizconeldorsodelamano.Noerabonitacuandolloraba,yaWinterlegustabaesodeella.
SeinclinóhaciaadelanteyapoyóunamanosobreelhombrodeScarlet.
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Scarletnoseapartó.—Lo entiendo —dijo Winter—. No sería seguro para mí volver a
Artemisa, pero eso no quiere decir que no pueda ayudar a Selene y a mipueblo.Yotambiéntengounsupuestoplan.
Scarletlamiróconlosojosirritados.—Temopreguntar.—ThorneeIkoiránaArtemisaeintentaránsalvaraSelene,Wolf,Jaciny
Cress,mientrastúyyodesaparecemosbajotierra,enlassombrasdelostubosdelava,yallíreuniremosunejércitopropio.
—Oh,¿entoncesvamosaescondernosbajotierrayaformarunejército?—Scarlet resopló y agitó las manos en el aire—. ¿Por quémemolesto enhablarcontigo?Noestásayudando.EreslaImayúsculaenInútil.
—Habloenserio.Hayasesinos,animalesydepredadoresqueansíanserlibres.Túlosabes,amigaScarlet.Túyaliberasteauno.
Winterselevantó,apoyóunamanoenlaparedparaequilibrarseycaminóalrededordelapequeñamesa.
Scarletpusolosojosenblanco,perofueIkoquienhabló.—Las barracas —dijo ella—. Las barracas donde Levana tiene a sus
soldadosseencuentranenlostubosdelava.ThornemirabaalternadamenteaIkoyaWinter.—¿Sus soldados? ¿Te refieres a sus soldados lobos mutantes? ¿Estás
loca?—Puede que lo esté —respondió, soltando una risita y poniendo una
manosobrelamejilladeThorne—.Todosmelodicen.
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Cuarentaycuatro
—La reina tiene los nervios de punta —dijo Jacin mientras se abrochabasobreeluniformeelcinturónconlafundadelapistola—.Guardasilencioytrata de fingir que no ha pasado nada, para que las familias no entren enpánico;perosepercibequehayalgodiferente.
Sentadaconlaspiernascruzadassobreelcatre,Cressabrazabalapantallaportátilcontrasupecho.Cadavezeramás intensa la tentacióndeenviarunmensajeaThorney losdemás.Lacuriosidad laestabamatandoysepararsedeelloslahacíasentirseansiosaysolitaria.Peronoibaacorrerelriesgodeque rastrearan la señal. No los pondría en un peligromayor que el que yacorríanni,paraelcaso,sepondríaenriesgoellamisma.
Detodosmodos,eraunatorturaestardesconectada.—¿Sabessitransmitieronelvideo?—lepreguntó.Jacinseencogiódehombrosycontinuólarevisióndelsegurodelarmay
delasmunicionesconmovimientosdeexperto.Metiólapistolaenlafunda.—Sé que la reina grabó ella misma una transmisión de manera
improvisada.Creoquetambiénarrastróalemperador,peronosedifundióenArtemisa, así que no sé de qué trató. Pudo haber sido algún anuncio inútilsobrelaboda.
—Si lograra tener otra vez acceso al centro de seguridad, podríaaveriguar…—sugirióCress,humedeciéndoseloslabios.
—No—Cresslelanzóunamiradaasesinayseencontróconundedoqueapuntabadirectoasunariz—.Yacorrimosmuchosriesgos.Tequedarásaquí—sevolvióparaajustarselaarmaduraquecubríaunsolohombro,conloqueasumiódenuevoelaspectodeun lealservidorde la reina—.Seráun turnolargo esta noche. Estoy de guardia durante toda la boda y el banquete de
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festejo.Perocasitodosfuimosllamadosaservicio,asíqueporlomenosaquíestarábastantetranquilo.
Cress suspiró. Hubo un tiempo en que el silencio y la soledad laconsolaban;alfinyalcabo,aesosehabíaacostumbradoabordodelsatélite.Peroahoralahacíansentirmáscomounaprisionera.
—Adiós —susurró y luego agregó medio en broma—: Tráeme unarebanadadepastel.
Jacinsedetuvoconlamanoenlapuerta.Surostrosesuavizó.—Haréloposible.Abriólapuertaysequedópetrificado.Cresssintióqueelcorazónlesaltabaalagarganta.Había otro guardia en el umbral, con lamano levantada para tocar a la
puerta.SuatenciónsaltódeJacinaCress.Jacin se recobró antes que ella. Cruzó los brazos y se apoyó contra el
marcodelapuerta,paraimpedirqueelguardialamirara.—¿Quéquieres?—¿Quiénes?—lepreguntóelguardia.—Noesasuntotuyo.—¡Vamos,porfavor!—elguardiahizoaunladoaJacinysecolóenla
pequeña habitación. Cress retrocedió hasta la pared sosteniendo con tantafuerza la pantalla que oía crujir la carcasa de plástico—.Muchos guardiastienenamantes,peronotú.
Lapuertasecerróasusespaldas.Cressmirabaaldesconocidocuandoescuchóelchasquidodelsegurodel
armaalsoltarse.Elguardiaseparalizó.Jacinestabadetrásdeél.Conaspectosorprendido,
alzólasdosmanosalaalturadesucabeza.—¿Quiéndijoalgoacercadeunaamante?—gruñóJacin.Cresssintióquesesofocaba.Aesteguardianoloconocía;teníalosojos
oscurosyelpeloonduladorecortadosobre lasorejas.Norecordabahaberlovistoenlaemboscadadelaeropuerto,peronoestabasegura.
—Noeselrecibimientoqueesperaba—dijo.Jacinnodejabadeapuntarlealaespalda.—Nomegustaquelagentesemetaenmisasuntos—surostromostraba
calma,tantacalmaqueaterrorizabaaCresscasitantocomolapresenciadeldesconocido—.EresKinney,¿verdad?
—Asíes.—Nuncapudedartelasgraciaspordefendermeeneljuicio.
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—Denada.—Tomasusarmas.Cress tardó un largo instante en darse cuenta de que Jacin le hablaba a
ella. Jadeóy saltóde la cama.Elguardia,Kinney,no semoviómientras lequitaba la pistola y el puñal. Cress retrocedió y bajó las armas con unsentimientodealivio.
—No quisiera matarte—dijo Jacin—, pero vas a tener que darme unamuybuenarazónparanohacerlo.
Kinneyalzólascejas.MirabadenuevoaCress.Parecíacuriosoynotanasustadocomodeberíahaberloestado.
—Tesalvélavida.—Yahablamosdeeso.—¿Yquéhaydelhechodequeelruidodeldisparoatraerádeinmediatoa
todoslosguardias?—Casitodosestánenservicio.Correréeseriesgo.Cress creyó que detectaba una sonrisa, pero entonces Kinney giró para
encararaJacin.—¿YquétalsifueraporquelesalvélavidaalaprincesaWinter?—Jacin
entrecerró los ojos—. Hay rumores de rebelión en los sectores externos.AcaboderegresardeunaincursiónenMR-9ymientrasregistrábamoslacasade una simpatizante de los rebeldes,mequedé estupefacto al toparmenadamenos que con la princesa en persona. Yo creía lo mismo que todos, queestabamuerta—ladeólacabezaycontinuó—:debedehaberteatormentadoque todos pensaran que la mataste por una mezquina cuestión de celos.Reconozcoque locreí.Mesentímedio tentadodematarteyomismo,comorepresalia,yséquenosoyelúnico—unmúsculosecontrajoenlamandíbuladeJacin.KinneybajólosbrazosysemetiólospulgaresenelcinturónsinqueJacinhicieraelmenormovimiento—.Sientohabertejuzgadomal.Séquelaprincesateimportamásqueacualquieradenosotros.
—Entonces, ¿vive aún? —preguntó Cress cuando el delgado silencioentreellossevolviódoloroso.
Kinneylamiróyasintióconlacabeza.—Le dije que se escondiera. Hasta donde sé, todos los demás siguen
pensandoquemurió.—¿Seveíabien?—preguntóJacin,ysuvozsonócomosi tuvieraarena
enlagarganta.—Te diría que se veía mucho más que bien, pero entonces sí que me
matarías—respondióKinneyconunasonrisapícara.
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Jacinfruncióelceñoybajóelarma,perosinguardarla.—Asíquelaviste.Peroesonoexplicacómolesalvastelavida.—TambiénJerricoseencontrabaallí.Me imaginoqueélestabaal tanto
delasórdenesdelareinadeeliminarla.Queríamatarlayarrastrarsucadáverhastaaquí,asíqueledisparé.
Aunquetratódesonarindiferente,Cresspercibióuntemblorensutono.—¿Lomataste?—preguntóJacin.—Sí.Continuaronfrenteafrentemuchotiempo,hastaqueJacinhabló:—Odiabaaesehombre.—Yotambién.Jacin comenzó a relajar lentamente los músculos, aunque su expresión
todavíaeradesospecha.—Graciasporcontármelo.Estoy…estabapreocupadoporella.—Novineporeso.Vineaadvertirte.Vimosenelsectorunmóduloreal
quenoteníaporquéestarallí,yapuestoaquetodaslaspistasconducenati.Siyoadivinéqueeratuyo,tambiénloharálareina.QuizáporahoracreequeWintermurió,peroprontoseenteraráde laverdad—hizounapausa—.¿Aquiénamenazóqueibaamatarsinolaobedecías?
—Anadie—respondióJacindespuésderespirarhondo.—Sí,claro—KinneymirósusarmasjuntoaCress,peronosemoviópara
tomarlas—.UnavezLevanaordenóquemataranamihermanamenorcuandodejéescaparaunadoncellaquelehabíarobadounosaretes—Cresslomiróconlosojosmuyabiertos.Encambio,Jacinnopareciósorprenderse.Kinneyprosiguió—:Bueno,quienquieraquesea,vaamorir,lomismoquetú,sinodejas de perder el tiempo y no huyes a toda prisa antes de que la reinadescubra que lementiste—se volvió hacia Cress—. ¿Ya puedo tomarmisarmas?Debopresentarmeaservicioencincominutos.
Despuésdeunmomentodeduda, Jacinmovió lacabezay seguardóelarma.TodavíateníaelceñofruncidomientrasKinneyrecuperabasupistolaysupuñal.
—¿Porquéarriesgaselpellejopormí…otravez?—Esloquelaprincesaquerría—lecontestóKinneyysedirigióhaciala
puerta, teniendo cuidado de no chocar con Jacin al pasar—. Su Altezaconvencióalareinadequeledieraamihermanaelpuestodeladoncella,enlugardematarla,asíqueestoyengrandeudaconella—seinclinóhaciaCressparadespedirse—.Quienquieraqueseas,nuncatehevisto.
JacinnotratódedetenerloyKinneysalióporlapuerta.
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Cresssentíaelcorazóngalopando.—Québuenoquenolomataste—susurró.—Estoyindeciso—recorriólahabitaciónconlamiradaenbuscadealgo
que Cress no sabía qué era—. Esperaremos hasta que esta sección estétranquila,peroeshoradeirnos.
Cressabrazósupantallaportátil,alavezemocionadayasustadadesalirdesucárcel,susantuario.
—Jacin,¿deverdadLevanaamenazóconlastimaraalguiensinomatabasaWinter?
—¡Desdeluego!Asíescomosemaneja.Sintióqueelcorazónselerompía,porél,porWinter,porvíctimasqueno
conocía.—¿Quiénes?Jacinvolteóysepusoarebuscarenunagaveta.Cressnosuposilohacía
soloparatenerenquéocuparse.—Nadie—contestó—.Nadieimportante.
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Cuarentaycinco
—¿No tienencanalesdenoticias en esta rocaolvidadapor las estrellas?—refunfuñóKai,deslizandolosdedosporlabasedelhológrafo,laversiónlunardelasomnipresentespantallasdered.
—Estamos en una dictadura, Su Majestad —respondió Torin con losbrazoscruzadosmientrasmirabaatravésdelaventana,haciaelbrillantelagoqueseextendíaabajo—.¿Creequeloscanalesdenoticiasseríanconfiables,auncuandolostuvieran?
Ignorándolo,Kaivolvióadeslizareldedo.Había enviado esa mañana un mensaje a la reina para decirle que,
desafortunadamente,labodatendríaqueposponersesinolepermitíareunirseconTorin antesde la ceremonia,pues su consejero eraunade laspersonasmás instruidasacercade losvotosycostumbresquedebíanobservarseparaquelabodafuesereconocidacomounauniónpolítica.
Parasusorpresa,ellaaccedió.EraunalivioveraTorindenuevoyasegurarsedequesuconsejeroestaba
ileso, pero ese alivio llegó acompañado de frustración y desasosiegocrecientes.Lasredesdetransmisióndelareinaeransumásrecientemotivodequeja.Parecíanmostrarsoloestupidecessinsentidoynadadeutilidad.
—Quiero saber qué está pasando fuera—afirmó, almismo tiempo queapagabaelhológrafo—.Séqueyahacomenzado.SéqueCinderhizoalgo.
Torinseencogiódehombros,conciertoairededisculpa.—Notengomásrespuestasqueusted.—Losé.Ytampocoesperoquelastengas.Estanfrustranteestaratrapado
aquímientrasella…¡mientrastodosestánalláafuerahaciendo…loqueseaqueesténhaciendo!
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SeunióaTorinfrentealaventanaysepasólosdedosporelcabello.—¿Cómoesquelagentedeaquísoportaestaraisladadelrestodelpaís?
Sin medios, no tienen forma de saber lo que está ocurriendo en los otrossectores.¿Nolosvuelvelocos?
—Supongo que no —respondió Torin—. Mire el esplendor del quepuedendisfrutargraciasaltrabajodelossectoresexternos.¿Ustedcreequelagentedeaquídeseadestruirsuparaísoilusorioocupándosedelamiseriadelrestodelpaís?
Kai hizo un gesto de desagrado. Ya sabía eso, y se arrepintió de laingenuidaddesupregunta.Peronopodíacomprenderlo.Aúnrecordabaeldíaen queNainsi le había informado las estadísticas de personas pobres y sintecho en la Comunidad, cuando tenía diez años. Nainsi le había explicadocuán positivas eran estas cifras, y pese a que habían aumentado desde lapropagacióndelaletumosis,seguíansiendomásbajasdeloquehabíansidoenlasdécadasposterioresalaCuartaGuerraMundial.Inclusoasí,Kaihabíapasadounasemanacasisinconciliarelsueño,pensandoentodaesagentequenoteníacomidanidóndedormir,mientrasélestabatancómodoyatendidoensupalacio.
Hasta había escrito una propuesta para ceder partes del palacio a losciudadanos más necesitados y había ofrecido la mitad de sus aposentosprivados si eso ayudaba, pero aunque su padre había prometido leer lasugerencia,Kaidudabadequesiquieralahubieratomadoenserio.
Ahorasedabacuentade lo infantilquehabíasidosupetición,peroaunasínopodíaimaginarnodesearhaceralgoparaayudaralosciudadanosdelaComunidad,comotampocopodíacomprenderlatotalfaltadecompasióndelosmiembros de la corte deLevana hacia la gente que había construido elparaísodelqueellosgozaban.
—Sucarahasanadobien—observóTorin—.Estoysegurodequeapenassenotaráenlasfotosdelaboda.
—Oh… claro—dijo Kai, que no había comprendido el comentario deinmediato.
SellevólamanoalamejilladondeWolflohabíagolpeado.Sololedolíaaltocarse,ysinespejosdondemirarse,lohabíaolvidado.
—Creoqueesatretanoresultóbien—murmuró,ymetiólasmanosenlosbolsillos.
—Aun así, fue un esfuerzo valeroso —admitió Torin—. Hablando deltiempoqueestuvolejos,¿havistoelreportedelejércitoamericanoquellegóestamañana?
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—Claroqueno—respondió,girandohaciaelconsejero—.Ella se llevómipantallaportátil…
—Cierto.Ledejaré lamía—dijoTorin, conungestoque expresaba sucompasión.
—Gracias,Torin.¿Cuálreporte?—Parece que han encontrado la nave de sus amigos orbitando en el
espacio, abandonada. La remolcarán de vuelta a la República para buscarevidencias que puedan ser usadas contra sus secuestradores. Cuando loslocalicen,desdeluego.
Kaisefrotólanuca.—Ellossabíanqueestopodíaocurrir,peroaunasíThornenosepondrá
felizcuandoseentere.—Era una nave robada. Sin importar de qué lado esté él ahora, ese
hombreesunladrónyundesertor.Meresultadifícilsentircompasiónporsupérdida.
Kainopudoevitarunasonrisairónica.—Coincido,perocuandoveamosaThornedenuevotalvezdeberíaseryo
quienledélanoticia.Dejóquesuvistaseperdieraalolargodelaorilladellago,dondeelagua
seencontrabaconeldomocircundante.Parecíaelfindelmundoallíafuera.Lacivilizacióndentrodeunacápsulaperfecta,todaresplandecienteyprístina.Másallá,solohabíatierrayerma.Enelhorizontepudodistinguirelbordedeotrodomoysepreguntócuálera.
Habíaseleccionadolaspalabrasconcuidado.CuandovieranaThornedenuevo, no si. Porque así era como debía pensar acerca de sus aliados, susamigos.AsíeracomodebíapensaracercadeCindersiesqueibaasobreviviraesto.Sepreguntódóndeestaríaenesemomento,quétanlejoshabíallegado.¿Estaríaasalvo?
Alguien llamó a la puerta y Kai se sobresaltó, pero la sorpresa se viosuperadaporeltemor.
—Aquívamos—murmuró—.Adelante.Noeraunestilistadebodassinounodesuspropiosguardiaselqueestaba
enlaentradayllevabaunpequeñopaqueteenvueltoencintasdeterciopelodecolores.
—Disculpen la interrupción. Esto fue entregado por un criado comoregalodebodas deSuMajestad la reina.Lohemos analizadopara detectarquímicosoexplosivosyalpareceresseguroabrirlo—letendióelpaqueteaKai.
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—¿Quieres decir que no intenta hacerme volar en pedazos antes de laceremonia?—preguntóKai,tomandolacaja—.Quédecepción.
El guardia parecía tener ganas de sonreír, pero se reprimió. Hizo otrareverenciayseretiróalcorredor.
Kaiquitórápidolaenvoltura,ansiosoporaveriguarquénuevotormentohabíadiseñadoLevanaparaél.Cuandolevantólatapadelacajaimaginóunapequeñabolademetalconungrillete.
Sequedóhelado.Sintióque la sangre se escurríadesde sucabezahastasuspies.
Undedorobóticoestabacolocadosobreunacubiertadeterciopeloblanco.La grasa manchaba las articulaciones de los nudillos y había cablesdesconectadosquesobresalíanporunextremo.
Seleencogióelestómago.—Tiene a Cinder —dijo, al tiempo que le pasaba la caja a Torin.
Aturdido, caminódevueltahacia laventana, suspensamientos confundidosporlanegación.
Esteobsequiocontestabamuchasdesuspreguntas,ysediocuentadequeTorinteníarazón:aveceseramejornosaber.
HacíamuchotiempoqueLevananosesentíatancomplacida.Suinsoportablesobrinaestabaencautiveriodenuevoyprontodejaríade
serunamolestia.Sufastidiosahijastraestabamuertayjamástendríaquevolveraescuchar
susmurmullosocomplacersusdeseosabsurdos.En solo unas horas estaría casada con el emperador de la Comunidad
Oriental,yenpocosdíasmásrecibiríalacoronayeltítulodeemperatriz.Nopasaría mucho tiempo antes de que toda la Tierra fuera suya. Recursos.Tierras.Unlugarparaquesugentedisfrutaradelabellezayloslujosquelosterrícolasdabanpordescontados.
Imaginaba que dentro de algunos siglos, en los libros de historia secontaríacómolareinalunarhabíaconquistadoelplanetaazulydadoinicioaunanuevaera.Unaeraregidaporaquellosquerealmentelomerecían.
Apenassentíaelpesodelasjoyasincrustadasenlasmangasdesuvestidoyalolargodesucuello.Apenasnotabaaloscriadosquesemovíanalrededordeella,ajustandolafaldadesuvestidodebodas,acomodandolosvoladosdelmiriñaqueydandolostoquesfinalesalcanesú.
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Aunsinespejo,Levanasupoqueerahermosa.EralareinamáshermosaqueLunahabíaconocido,yKaitoeraafortunadodequefuerasuprometida.
Sonreíaparasícuandofinalmentedespidióaloscriados.—Deslumbrante,reinamía.GiróyvioaAimeryenlaentrada.—¿Por qué te tomas la libertad de entrar sin anunciarte? —preguntó
Levana, aunquehabíapocovenenoen su tono—.Estoypreparándomeparamiceremonianupcial.¿Quéquieres?
—No deseo distraerla. Sé que esta es una ocasión trascendental, paratodosnosotros.Peroqueríaqueestuvieratranquilarespectode…lainvitadaespecialde estanoche.Lacyborg será llevadaal salóndel tronodurante elbanquete,comoordenó.Estáarreglado.
—Estoyfelizdeescucharlo.Quésorpresaserásupresenciaparaminuevoesposo—se frotó con el pulgar la base del dedo anular mientras hablaba,sintiendoelgastadoanillodecompromiso.Eraunrecordatorioconstantedesuprimermarido,elpadredeWinter.Élsiempreseríasuúnicoamor,yhacíamuchohabíajuradoquejamássequitaríaeseanillo.
Ocultarlo era ahora para ella una reacción instintiva, al igual que elencantodesuslabiosrojosysuvozserena.
—Hayotrapequeñanoticiadelacualdeboinformarle—continuóAimery—,aunque todavíaestáen investigaciónynodeseomolestarlacuandofaltatanpocoparasuboda.
—Mientraslacyborgestébajonuestravigilancia—dijoLevanaconunasonrisa—nadapuedemolestarme.
—Mealegraescucharlo,reinamía,puesdescubrimosalgosospechosoennuestra visita al sector minero. Había un módulo espacial de la Coronaestacionadoallí,ydespuésdeinspeccionarlodescubrimosquelanavehabíasidoutilizadanadamenosqueporsirJacinClay.
—Continúa—ordenóLevanagirandohaciaAimeryyprestándoletodasuatención.
—Tenemos documentos que indican que esta nave partió de Artemisacuarentaysieteminutosdespuésde lamuertede laprincesaWinter.Desdeluego,enesemomentosirClayaúnestabaaquí,enelpalacio,ynosabemosquién era el piloto. También resulta sospechoso que, sin importar quiénestuvieraabordodeesanave,seencontraraenelmismosectorquelacyborgysusacompañantes.
Aunque la expresión de Aimery era neutra, resultaba fácil percibir sussospechas.
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—TenemosgrabacionesdevideodelamuertedeWinter,¿cierto?—Asíes,reinamía.Sinembargo,comoustedrecordará,esedíatuvimos
dificultades técnicas, con cortes de energía esporádicos que afectaron lavigilanciaenelpalacio.Permítame.
Se acercó a la pantalla de red que hacía mucho tiempo Levana habíaordenado que fuera instalada en el espléndidomarco que alguna vez habíaocupado el espejo de su hermana, antes de que todos los espejos fuerandestruidos.Unmomentodespués,LevanaestabaobservandoaJacinyWinterdentrodelacasadelosanimales.
Unlobomerodeabadetrásdeellos.WinterbesóalguardiacontalpasiónqueLevanagruñó.LuegoJacinalzóelcuchilloyseloclavóenlaespalda.Elcuerpo de Winter se desplomó y él lo depositó en el suelo con toda ladelicadezadeunhombreenamorado.Lasangreempezóa formaruncharcodebajodeella.
Elvideoterminó.—Estámuerta,entonces—dijoella,alzandounaceja.—Quizá. Me preocupa que su muerte haya sido un montaje. Verá, el
videoterminaallí.NotenemosgrabacionesdeJacinllevándoseelcadáveromatando al lobo para ocultar sus huellas, como afirma haber hecho. Parecemuyconvenienteque esa cámara enparticular hayadejadode funcionar enesemomento.
Levanainhalóbruscamente.—Ya veo. Lleven a sir Clay a una celda de detención. Lo interrogaré
despuésdelbanquetedeestanoche.—Ya me tomé la libertad de ordenar que buscaran al guardia, Su
Majestad,ymetemoquehadesaparecido.Esta noticia, más que cualquier otra cosa, la hizo detenerse por un
momento.—¿Desaparecido?—Debió haberse presentado al servicio hace dos horas, pero no lo han
visto.Ningunodelosguardiasconquieneshehabladolohavistodesdequeterminósuturnoanoche.
Levanamirósinconcentrarseatravésdesusventanaleshaciasuhermosolago,suhermosaciudad.
Jacinhabíahuido.Sololosculpableshuyen.EsodebíasignificarqueWinterestabaviva.
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Apretólosdientesconodio,nosoloporquesuhijastraseguíaexistiendo,sinoporqueunguardiadementedébilhabíatenidoelatrevimientodepensarqueeraestúpida.Peroseobligóarespiraryaliberarelodiodesuscontraídoshombros.
—No importa—dijo—. La princesa estámuertamientras la gente creaqueestámuerta.Estonocambianada.Tengoasuntosmuchomásimportantesqueatender.
—Desdeluego.—En caso de que Jacin Clay sea localizado, deberá ser ejecutado al
instante.Esperoquemenotifiquendeinmediatocualquierinformaciónacercadelaprincesa.
—Sí, reina mía —dijo Aimery, haciendo una reverencia—. La dejocontinuarahoraconsuspreparativos.Hagovotosporsufelicidadvenidera.
La sonrisa deLevana no era forzada.Su felicidad venidera. Le gustabamuchocómosonabaeso.
Aimerydiomediavueltaparamarcharse.Levanasuspiró.—Espera,hayalgomás.Aimerysedetuvo.—Los padres de Jacin Clay deberán ser ejecutados por traición, en
público,comorecordatoriodequetalesdeslealtadesnosetolerarán.Hazquelos guardias en su sector se encarguen de eso ahora mismo, para que susmuertesnoempañenlatransmisióndelabodaestanoche—sealisóelfrentedesuvestido—.Jacinsabráqueéltuvolaculpadesusmuertes.
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Cuarentayseis
Kainoentendíacómohabíaterminadovestidodenuevoparalaboda.Nolesdijo una palabra a las estilistas que se ocupaban nerviosas de su pelo y suatuendo.Unavezquesefueron,nohabríapodidoreconoceraninguna.
Cinderhabíamuerto.Eso,oLevanalareteníaenalgunaparte.Nosabíaquéerapeor.
Cinder.Repetíasincesarelnombreensuspensamientos,ycadavezeracomouna
espinaqueseleclavabaenlapiel.Cinder,valienteydecidida.Cinder,inteligente,hábileirónica.Se negaba a creer que hubieramuerto.En realidad, ¿qué significaba un
dedo?EraundedofalsoqueLevanahabíaconfeccionadoparaatormentarlo.OCinderlohabíaperdidoenunabatallaperoellahabíalogradoescapar.O…seguramenteteníaquehaberotraexplicación.Nopodíaestarmuerta.
NoCinder.Estabaconfundido,comosihubierapasadolatardeenunsueñobrumoso.
Unapesadillabrumosa.No importaba si el dedo significaba lo que temía: pronto estaría casado
conLevana.Peseatodo,peseatodoslosplanesquehabíahechoconCinder,pesea todassusesperanzas.Todo ibaa terminarasí,comoLevana lohabíaqueridodesdeelprincipio.
—¿Quéestoyhaciendo?—preguntócuandoTorinvolvió,yavestidoparalaboda.
AmenosquefuerauntaumaturgousandosuencantoparapersonificaraTorin…
Cerróconfuerzalosojos.
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Odiabaestarahí.Torin suspiró y se acercó. La Tierra flotaba sobre ellos, casi llena en
mediodelcieloestrellado.—Vaadetenerunaguerra—lecontestó—yaconseguirunantídoto.Kai había esgrimido tantas veces esos mismos argumentos que habían
comenzadoaperdersusignificado.—Pero no iba a ser de esta manera. Creí… de verdad pensé que ella
tendríaunaoportunidad.Torinpusounamanosobresuhombro,paratransmitirletodoelconsuelo
quefueraposible.—Todavíanosehacasado,SuMajestad.Todavíapuededecirqueno.—¿Contodosatrapadosaquí?—preguntó,conunasonrisairónica—.Nos
haríapedazos.HabíasidounerroriraLuna.Alfinal,susbuenasintencionesnohabían
servidodenada.Habíafallado.Entróuntaumaturgo,yaunqueveníaescoltadopordosdelosguardiasde
Kai,todoslospresentessabíanquenoeranmásqueunadorno.—Vengo para acompañarlo al gran salón de baile —anunció el
taumaturgo—.Laceremoniaestáporcomenzar.Kaisesecóelsudordelasmanosenlapecheradesucamisadeseda.Pero
enlugardeestarhúmedasypegajosas,estabansecas.Completamentesecas,yheladas.
—Muybien—lecontestó—.Estoylisto.Torin semantuvo a su lado todo el tiempo que pudo,mezclado con el
séquito que avanzaba por los amplios corredores del palacio, hasta que fueobligadoareunirseconelrestodelosrepresentantesdelaComunidadylosinvitados.Todopasóvolando,yaunqueKaisentíacomosiestuvieracalzadoconzapatosdehierro,llegaronalsalóndebailedemasiadopronto.
Tomó una bocanada de aire; su incredulidad fue interrumpida por unasacudidadepánico.
Enelensayodeldíaanterior, lehabíaparecidoquetodoeraunabroma.Como si estuviera jugando a los naipes y, para variar, tuviera la manoganadora.Peroahora,mientraseltaumaturgolehacíaseñasparaqueocuparasulugarjuntoalaltardispuestoenlapartedelanteradelgransalóndebaileyél miraba a los cientos de lunares sentados frente a él con sus atuendosexóticos,todosedesmoronaba.Deningunamaneraeraunjuego.
LaprimeraministraKaminsehallabadepieenelestrado,detrásdeunornamentado altar negro y dorado que estaba coronado por cientos de
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pequeñasesferasbrillantes.Suexpresióneradecompasión.Kaisepreguntósi se daba cuenta de que Levana pretendía conquistar también su país encuanto hubiera afirmado su poder sobre la Comunidad. Levana pensabaconquistarlosatodos.
Inhalar,exhalar.GirósindevolverlamediasonrisadeKamin.La multitud era más numerosa de lo que había imaginado; serían
fácilmente mil personas reunidas, vistiendo sus mejores galas. El contrasteentreloscoloresapagadosdelosterrícolasylosdestellosyfluorescenciasdeloslunareserairrisorio.Unpasilloseextendíaalolargodelsalón,enmarcadoporcandelabrosconmásesferaspálidasquedabanunaluztemblorosa,comodepequeñasllamas.Laalfombradelpasilloeranegra,conpiedrasincrustadasparaimitarelcieloestrellado.Oelcielodesiempre,comoeraahíenLuna.
El silencio se adueñó de la sala. Kai percibió que no era un silencionormal.Erademasiadocontrolado,demasiadoperfecto.
Tenía el corazón agitado, desbocado en el pecho. Era el momento quehabíatemido,eldestinoalquetantosehabíaopuesto.Nadieibaainterferir.Estabasoloyclavadoenelsuelo.
Delotro ladodel salónseabrieronunasenormespuertas, juntoconunafanfarriade trompetas.Desdeel extremodelpasillo surgierondos sombras,unhombreyunamujerenuniformesmilitares,portandolasbanderasdeLunay laComunidadOriental.Finalmente se separaronycolocaron lasbanderasen soportes a los costados del altar. Un destacamento de guardias lunaresentróalsalón;ibanarmadosymarchabansincronizados.Alllegaralaltar,sedistribuyeroncomounaparedprotectoraalrededordelestrado.
Luego desfilaron por el pasillo seis taumaturgos de negro, de a dos,grácilescomocisnesnegros.Losseguíandosvestidosde rojoy,al final,eltaumaturgomayor,AimeryPark,tododeblanco.
Seoyóunavozdesdeparlantesocultos.—Todos de pie para recibir a Su Majestad Real, la reina Levana
BlackburndeLuna.Laconcurrenciaselevantó.Kaicruzólasmanostemblorosasdetrásdelaespalda.Ellaapareciócomouna silueta recortadacontra las lucesde laspuertas,
con una perfecta cintura de avispa de la que salía una falda vaporosa queflotaba detrás de ella. Caminó con la cabeza erguida, deslizándose hacia elaltar. El vestido era rojo escarlata, intenso como la sangre, con exquisitascadenas de oro sobre los hombros. A Kai le evocó una amapola, con los
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pétalos rojos enormes y caídos. Un velo de oro puro le cubría el rostro yflotabacomolaveladeunbarcomientrascaminaba.
Cuandoestuvocerca,Kaidistinguióatisbosdesurostroatravésdelvelo.Teníaloslabiospintadosparaquehicieranjuegoconelvestido.Ensusojosardía la victoria. Subió al estrado y se detuvo junto a Kai. La falda searremolinóasuspies.
—Puedensentarse—dijolavozincorpórea.Lamultitudseacomodóensusasientos.LaprimeraministraKamintomó
supantallaportátildelaltar.—Damasycaballeros,lunaresyterrícolas—comenzóadeciratravésde
unmicrófonoquetransmitíasuvozalaconcurrencia—.Noshemosreunidohoypara ser testigosde la históricauniónde laTierrayLuna, la coaliciónformadaporlaconfianzayelrespetomutuos.Esunmomentoimportantedenuestra historia que simbolizará para siempre la relación perdurable delpueblo de Luna y el pueblo de la Tierra —hizo una pausa para que laaudienciaasimilarasuspalabras.Kaiqueríavomitar.Laprimeraministraseconcentróenlanoviayelnovio,yagregó—:Estamosaquíparasertestigosdel matrimonio del emperador Kaito de la Comunidad Oriental y la reinaLevanaBlackburndeLuna.
KaicontemplóaLevanaa travésdelvelo.Susonrisaburlonaacabóporahuyentartodassusnegativas.
Cinderdebíadeestarpresaomuerta.Labodacontinuaríasegúnsehabíaplaneado.Lacoronacióntendría lugarenelplazodedosdías.Ahoraestabasolo.EralaúltimalíneadedefensaentreLevanaylaTierra.
Queasísea.Apretó lamandíbulay seconcentróen laoficiante.Asintióbrevemente.
Labodacomenzó.
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Cuarentaysiete
—Ahoraelnoviotomarásulistónyloatarádespuésdeenrollarlotresvecesalrededordelamuñecaizquierdadelanoviacomosímbolodelamor,honoryrespeto que unirá sumatrimonio para siempre—indicó la primeraministraKamin mientras desenrollaba de su carrete un largo listón aterciopelado;luegotomólastijerasdeplatapulidadelabandejaycortóellistón.
Kai trató de no hacer ningún gesto mientras Kamin extendía el listónsobre sus palmas. Era brillante y de color marfil, como la luna llena, adiferencia del sedoso listón azul que tenía atado alrededor de su propiamuñeca,elcolordelaTierra.
Sentíacomosisuconcienciasehubieradesdobladoyflotaraporencimadeél,viendocómosusdedosenrollabanellistónalrededordelaesqueléticamuñeca de Levana—una, dos, tres veces—para al final amarrarlo con unsimplenudo.Ellistónnoquedabademasiadoeleganteyprobablementehabíaquedadomuysuelto,unefectosecundariodesuspocasganasdetocarlapielde Levana con la punta de los dedos. Cuando ella le ató el suyo,prácticamente le había dado un masaje en la muñeca que lo había hechoretorcerseensuinterior.
—Ahora voy a amarrar los dos listones juntos —anunció la primeraministraKamin con su vozmesurada y serena.No titubeó ni una sola vezdurante la ceremonia—. Esto es para simbolizar la unión de la novia y elnovio,ytambiéndeLunaylaComunidadOriental,querepresentaelplanetaTierrahoy,eloctavodíadenoviembredelaño126delaTerceraEra.
Tomó la punta de ambos listones entre sus dedos.Kai vio con distanteinteréscómosusdedososcurosydelgadosamarrabanlosdoslistonesjuntos.
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Ellatomóambaspuntashaciendoelnudo.Kaiseloquedómirando,sintiendoladesconexiónensumente.
Élnoestabaaquí,estonoestabapasando.Su mirada llena de odio hacia el rostro de Levana lo traicionó por un
segundo. Fue una mirada brevísima, pero de alguna forma ella logrópercibirla; Levana sonrió mientras témpanos de hielo recorrían la espinadorsaldeKai.
Estabapasando,ellaerasunovia.Los labios de Levana hicieron unamueca detrás de su velo. Kai podía
escuchar su voz, aunque ella no había abierto la boca, para hacerloescarmentar atribuyéndole un enamoramiento entrañable y vergonzoso,castigando su juventud y su inocencia en un momento así; Kai no estabasegurodesilavozerasupropiaimaginaciónqueseburlabadeéloalgoqueellaestabainyectandoensuspensamientos.Ynuncalosabría.
Seestabacasandoconunamujerquesiempretendríapodersobreél.QuédiferenteeradeCinder.Selene,susobrina,aunqueparecíaimposible
quelasdostuvieranalgoencomún,especialmentesuascendencia.Pensar en Cinder le trajo de vuelta el doloroso recuerdo del dedo de
cyborgenunacamadeseda,yKaiseestremeció.Laoficiantehizounapausa,peroKaiyaestabareconfigurandosuexpresión.Dejóescaparunaexhalaciónprofundayasintiósutilmenteparaquecontinuara.
Kamin se inclinó para alcanzar su pantalla portátil y Kai aprovechó lapausa momentánea para recobrar la compostura. Pensó en los mutantesasesinandocivilesinocentes,pensóensupadremuriendoenlacuarentenadelpalaciocuandoexistíaunantídotobajoelcontroldeLevana,pensóentodaslasvidasqueestaríasalvandoaldetenerestaguerrayobtenerlacura.
—Ahora comenzaremos con el intercambio de votos, como estáestablecidoporelconsejodelíderesdelaUniónTerrestre,empezandoporelnovio. Por favor, repite después de mí —Kamin levantó la vista paraasegurarse queKai estuviera prestando atención—:Yo, el emperadorKaitodelaComunidadOrientaldelaTierra…
Kairepitió,tancomplacientecomounandroide:—…tomoporesposayfuturaemperatrizdelaComunidadOrientalaSu
Majestad la reinaLevanaBlackburndeLuna…—Kaiestabaotravez fuerade sucuerpo,mirandohacia abajoy, aunqueescuchaba laspalabras,no lasentendía,noteníansignificadoparaél—…paragobernaramiladocongraciay justicia, honrar las leyes de la Unión Terrestre según lo establecido por
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nuestros ancestros y ser defensor de la paz y la equidad entre todos lospueblos.
¿Acasoalguiencreíaunasolapalabradeestabasura?—Dehoyenadelanteellaserámisolalamanecerymilunaalanochecer,
ymecomprometoaamarlaycuidarlaporelrestodenuestrosdías.¿Quiénhabíaescritoestosvotos,entodocaso?Nunca había escuchado algo tan ridículo en toda su vida. Pero dijo las
palabras, sin emocióno siquieraunmínimode interés.LaprimeraministraKamin asintió hacia él, como diciendo “bien hecho”, y se dirigió haciaLevana.
—Ahora,lanoviarepetirádespuésdemí…KaidesconectólavozdeLevanayenvezdeescucharlasequedómirando
sus muñecas atadas. ¿El listón de su muñeca se había apretado? Se lecomenzabanadormirlosdedos,nolecirculababienlasangre,peroellistónserizabainocentementecontrasupiel.
Habíaestrellasporencimadeellosyelambienteeracálido.—…ymecomprometoaamarloycuidarloporelrestodenuestrosdías.Kai resopló ruidosamente. Había querido disimularlo y dejarlo en su
interior,perosimplementeseleescapó.Levanasetensóylaoficiantelelanzóunamiradasevera.
Kaitosióenunintentoporsuavizarlascosas.—Losiento,teníaalgoen…—tosiónuevamente.SeformaronunasarrugastersasalrededordelabocadeKaminmientras
volteabaparamiraralareina.—Su Majestad, ¿acepta los términos del matrimonio establecidos ante
ustedenestedía, tanto respectoa las reglasdelmatrimonioentredos serescomo al vínculo que de hoy en lo sucesivo se forjará entre Luna y laComunidad Oriental, lo que deriva en una alianza política entre estas dosentidades?Siacepta,diga“acepto”.
—Acepto.LavozdeLevanaeraclaraydulce,yenvióunmillardeagujasafiladasal
pechodeKai.Lelatíalacabezadeagotamiento,deincredulidad,detristeza.—SuMajestadImperial,¿aceptalostérminosdelmatrimonioestablecidos
ante usted en este día, tanto respecto a las reglas delmatrimonio entre dosseres comoal vínculoquedehoy en lo sucesivo se forjará entreLunay laComunidad Oriental, lo que deriva en una alianza política entre estas dosentidades?Siacepta,diga“acepto”.
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Kai parpadeó frente a la primeraministraKamin. Su corazón palpitabacontrasuscostillasysuspalabraseranecoshuecosensucabezahueca,ysoloteníaqueabrirlabocaydeciracepto,ylabodaterminaríayLevanaseríasuesposa.
Perosuslabiosnosemovían.Noacepto.Lamandíbula de la primeraministra se aflojó. Sumirada se endureció,
incitándoloacontinuar.Nopuedo.Kaisintióqueelsilenciodeunmillardeinvitadosloaplastaba.SeimaginóaTorinyalpresidenteVargas,alareinaCamilayatodoslos
demás mirando, esperando. Se imaginó a los guardias de Levana ytaumaturgos, al petulante Aimery Park y a mil aristócratas ignorantes ysuperficialesatentosasusilencio.
SabíaqueLevanapodíaforzarloadeciresaspalabras,peronolohizo.Apesardequeseimaginóqueunaráfagadeairegélidosalíadeellaconcadasegundoquepasaba,tambiénesperó,comolosotros.
Kaiintentóabrirlaboca,perosulenguaerapesadacomoelhierro.Laoficiantetomóaireconpacienciayledirigióunamiradapreocupadaa
lareina,antesdevolveraclavarlosojosenKai.Suexpresióndelatabacadavezmássunerviosismo.
Kaimiró las tijeras que había usado para cortar los listones. Semoviórápidamente,antesdepodercuestionárselo;lamanoquenoteníaatadasaliódisparadaydeunsoloimpulsotomólastijerasdelaltar.
SentíalasangreenlosoídosmientrasgirabahaciaLevanay,conelbrazoenalto,apuntabalastijerasasucorazón.
Cinder lanzó un grito, protegiéndose con sus brazos. La punta de lastijerasrasgólateladesusguantes,quelellegabanalaalturadelcodo,antesdedetenerseabruptamentecontraelcanesúdeplatadesuvestidodenoche.El brazo de Kai tembló por el esfuerzo de intentar vencer el control deLevana, pero ahora su mano estaba tallada en piedra. Con la respiraciónentrecortadamirólacaradeCinder.Seveíacomoenelbaile,consuvestidoraído y sus guantes manchados, y el pelo húmedo sobre la cara. La únicadiferenciaeraellistónazulqueuníaambasmuñecasy,ahora,uncorteensusguantesdeseda.
Pocoapoco,comosifueramelaza,empezóasalirsangreatravésdeesecorte,manchandolatela.
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Cinder—no, Levana—miró cómo brotaba la sangre y gruñó; dejó demanipularaKaiysetambaleóhaciaatrás.Lastijerasresonaroncontraelpisoconuntonodequenohabíavueltaatrás.
—¿Te atreves a amenazarme aquí? —susurró Levana entre dientes, yaunque intentó imitar la voz de Cinder, Kai pudo notar la diferencia—,¿enfrentedenuestrosrespectivosreinos?
La atención deKai seguía puesta en la sangre que escurría de su brazoherido.
Lo había hecho. Por un momento, había podido vencer el encanto, lamanipulación.Noeramucho,perolahabíaherido.
—Nopretendíaserunaamenaza—afirmó.Ellaentrecerrólosojos.—Losdossabemosquetuintenciónesmatarmeenelmomentoenqueya
noteseaútil.Creoqueesjustoquesepasqueelsentimientoesmutuo.Levana lo miró con furia; era inquietante ver tanto odio en la cara de
Cinder.Agitadoporlaadrenalina,Kaigiróparamiraralaaudiencia.La mayoría de los invitados estaban en el borde del asiento y en sus
expresionesseveíaunamezcladeconmociónyconfusión.Entrelasprimerasfilas se encontraba Torin, quien parecía estar listo para precipitarse porencimadelasdoshilerasdeasientosdelantedeélparaacudiralladodeKaien el instante en que lo necesitara; Kai le sostuvo la mirada el tiemposuficiente para transmitirle que estaba bien. Quería decirle que la habíalastimado. Que era posible lastimarla. Lo que significaba que era posiblematarla.
Recobrando la compostura, Kai giró para mirar a la primera ministraKamin.
Ella también estaba temblando, y sostenía con ambasmanos la pantallaportátil.
—Acepto—dijo,yescuchócómosupropiadeclaraciónhacíaecoentodoelaltar.
La mirada de la oficiante osciló entre él y su prometida, como si noestuviera segura de si proceder o no. Pero luego Levana se acomodó elvestido de novia —o el vestido de baile de Cinder, ya que eso era—.Cualquier reacción que esperara de él ante el encanto que ella seguíamanteniendo,nolamostraría.Nopodía.
—Continúa,pues—gruñóLevanadespuésdeunsilencioquedurómuchotiempo.
Kamintragósaliva.
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—PorelpoderquemeotorgaelpueblodelaTierra,losdeclaro…maridoymujer.
Kainisiquieraseinmutó.—Pedimosquetodaslasgrabacionesdevideoseinterrumpanparaqueel
noviopuedabesaralanovia.Kai esperaba sentirse amedrentado por la situación, pero incluso ese
sentimientosetransformóenunafervientedeterminación.Imaginótodosloshológrafos de Luna desvaneciéndose, y las transmisiones de noticias de laTierraapagándose.Imaginóatodalagentedesupueblomirando,yelhorrorquedebíandeestarsintiendomientrasesaspantallassesilenciaban.
VolteóparamiraraLevana,lanovia,suesposa.TodavíaseveíacomoCinder,perohabíareemplazadoelvestidodebaile
porelrutilantevestidorojodebodayelfinovelo.Ellasonrióconmalicia.Él ignoró su gesto; tomó mecánicamente su velo entre los dedos y lo
levantóporencimadesucabeza.—Meparecióquepreferiríasesteaspecto—dijo—.Considéralounregalo
debodas.Kai era incapaz de reaccionar, sin importar cuánto quería replicar ese
gestodesoberbia.—De hecho, sí lo prefiero—afirmó, mientras acercaba su rostro al de
Levana.—Seleneesmáshermosadeloquetújamásserás.Labesó.Unbesobruscoycarentedepasiónquenosesintióenabsoluto
comobesaraCinder.Unsuspirocolectivosaliódelaaudiencia.Kai se alejó, poniendo un metro de distancia entre ellos. El público
empezó a aplaudir, educadamente primero, luego con mayor entusiasmo,como si tuvieran miedo de que su aplauso no fuera lo suficientementeeducado.Kai le tendió su brazo a Levana para que ella lo tomara, con susmanosaúnunidas,yjuntosmiraronhaciaelpúblico.PorelrabillodelojoviolaimagendeCinderdesvanecerseysucarareemplazadaporladeLevana,yle dio gusto saber que estabamolesta.Era lamás pequeña de las victorias,peroledabagusto.
Se quedaron de pie enmedio de los aplausos atronadores que parecíansacarchispas.
Maridoymujer.
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Cuarentayocho
Cresshabíaperdidodesdehacíamuchotiempolanocióndedóndeestabanoenquédireccióniban.Jacinlahabíaarrastradoporunenredadolaberintodepasillosdebajodelpalacio,habíanbajadoescalerasyhabíancruzadotúnelesdel trende levitaciónmagnética.Aunquesentíacomosihubierancaminadohoras, ni siquiera tenía la certeza de que hubieran salido de los límites deArtemisaCentral,porloenrevesadoquehabíasidosurecorrido.
Avanzaban furtivamente por un túnel,muy pegados a los costados paraevitar los vehículos, que tenían la tendencia a llegar sin hacer ruido y condemasiada rapidez sobre sus rieles magnéticos, cuando se fue la luz yquedaronaoscuras.Cress sesobresaltóyextendió lamanoparaaferrarseaJacin, pero detuvo los dedos unos centímetros antes de donde creía queestaba.Cerróelpuñoybajólamanoasucostado.
Valiente.Eravaliente.En la distancia oyeron el chillido de un tren que se desplomó sobre los
rielesysedeslizóhastaquedardetenido.Unmomentodespués,seencendieronunaslucesnaranjasdeemergencia
que iluminaron lasvíasenel suelo.Unavozresonóenaltavoces invisibles:“Esta ruta de trenes queda suspendida hasta nuevo aviso. Vayan a pie alsiguiente andén y prepárense para una revisión de seguridad.LaCorona sedisculpaporlasmolestias”.
CressmiróaJacin.—¿Quésignificaeso?—MedalaimpresióndequesealoqueseaqueestéhaciendoCinder,está
funcionando —contestó el guardia y siguió avanzando, aunque con más
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cuidadobajo la iluminación reducida—.Debenestar limitandoel transportehacialaciudad.
Cresssintióqueseleponíanlosnerviosdepunta.—¿Podremossalirdeaquí?—Casillegamosalaestaciónenquesedetieneelochentaporcientode
nuestros trenesde abasto.Con tantoshuéspedesque alimentar esta semana,debeestarfuncionando.
Cress trotó detrás de Jacin, deseando que tuviera razón. No había sidomuycomunicativo con respecto a suplany ella seguía sin tener idea sobrehacia dónde iban. Se preguntaba si sabía lo que hacía. ¿Habrían recibidoWinteryScarlet elmensajequeenvióa losdemás?¿Pudieron transmitir elvideo? No tenía respuestas. Si Levana estaba enterada de un posiblealzamiento,seloguardabaparaella.
El túnel se ensanchó, los rieles se fundieron con otras dos vías. CressrecibióelimpactodeunoloracrequelerecordólacaravanaconlaqueellayThornesehabíantopadoenelSahara.Mugreyanimales.
Cerca de la siguiente curva del túnel, vio un gran resplandor y oyó elruidodeengranajesymáquinasseleccionadorasdeverduras.Jacinaminorólamarcha.
Aparecióantesusojosunandénenorme.Enunapantallaholográficasereproducíalacoberturadelabodareal.
Una docena de vías de levitación magnética se extendían en todasdirecciones,ocupadaspor trenesdecarga.Casi todos losvagonesquedabanocultos en la oscuridad de los túneles y a la espera de que descargaran susartículos. Grúas y poleas llenaban la dársena. Cress se imaginó que senecesitabanmuchísimosoperariosparahacerfuncionartodaesamaquinaria,peroelúnicopersonalalavistaerauncontingentedeguardiasuniformadosquerevisabanlosvagones.
Jacin arrastró a Cress hacia las sombras del tren más próximo. Unsegundodespués,unasiluetapasóencimadeellos,apuntandoelhazdeunalinterna en su dirección. Jacin y Cress se agazaparon entre los vagonescercanos.Elhazluminosobrillócontraelsueloydesapareció.
—¡A6,despejado!—gritóalguien.—¡A7,despejado!—exclamóotroguardia.Después de un instante, se oyó el zumbido de los rielesmagnéticos. El
trenavanzó.Jacinsaltóalejeparanoquedaratrapadoenlasvías,yalzóaCressasu
lado.Estavez,Cress sí seaferróde subrazo.El tren se sacudióyvolvióa
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detenerse.Laspuertasseabrierondegolpe.Jacinsaltódeleje,arrastrandoaCress.—Inspecciones—murmuró—.Tratandequenadiesecueleenlaciudad.—¿Ylosquequierenescaparsedelaciudad?Jacinseñalóhaciaelfrentedeltren.—Tenemosquemeternosenunodelosvagonesqueyaregistraron.Este
trendebedirigirsederegresoalossectoresagrícolas.Miraronporencimadelejehaciaelotroladodelvagón.Habíaandenesa
los dos lados de las vías, pero en el segundo solo estaba un guardia, querecorríaelperímetroconunrifledeasaltopreparado.
—Muy bien, pequeña: cuando el guardia nos vuelva a dar la espalda,corremos lo más deprisa que podamos. Cuando empiece a girar, nosarrastramosbajoeltrenyesperamos.
—Nome llames “pequeña”—dijoCress,mirando fijo hacia la nuca deJacin.
Arriba,seoyerongritos.—¡A8,despejado!—¡B1,¡despejado!Elguardiadiomediavuelta.Jacin y Cress saltaron como flechas. Con el corazón retumbando, la
muchachamirabaconunojolaespaldadelguardiaysuamenazadoraarma,yconelotrolosrielesporlosquecorría.Elguardiacomenzóagirar.Cresssepusoencuatropatasysemetióbajoelvagón.Sentíaelpelosudorosopegadoalacabeza.
—¡Porac…!Elgrito se interrumpió,y le siguierondosgolpes sordosyelchoquede
metalcontrametal.Elguardiaque teníael riflegiró,corrióhacia lasvíasysaltósobreuneje.Undisparo.Ungruñido.
—¡Altoahí!Otrodisparo.Conelandéninesperadamente libre,Jacinsearrastróhaciaafueradesde
abajodeltren,haciéndoleseñasaCressdequelosiguiera.Alimpulsarseparasalir, Cress se raspó los codos contra el suelo áspero. Jacin la alzó paraponerla de pie y salieron corriendo hacia la parte delantera del tren. Lossonidosdeunapeleacontinuabanenlaplataformaopuesta.
LlegaronalvagónA7yseaplastaroncontraélpararecuperarelaliento.Solo tenían que escurrirse al otro lado y treparse a un vagón sin que los
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vieran… o sin que les dispararan, pensó Cress cuando otro balazo la hizosaltar.
Miróhaciaatrásyelcorazónlediounvuelco.Unamuchacha se arrastrabadebajodel tren exactamente como lo había
hecho Cress unos segundos antes. Aunque alcanzaba a ver muy poco, nopodía equivocarse con esa abundancia de sedosas trenzas teñidas de variostonosdeazul.
—¡Iko!Laandroidealzóbruscamentelacabezayabriómucholosojos.Fuesolo
un instante, porque enseguida volteó paramirar algo del otro ladodel tren.Comenzóaavanzararrastrándoseconlapanzapegadaalsuelo.
Jacinsoltóunamaldición,pasócorriendofrenteaCressyselanzóhacialapelea,conlapistolalistaenlamano.
Cresslosiguió,aunquetitubeante,puesnoteníaarma.Seacuclillócontraelvagónyseasomóapenas.
Selesecólagarganta.Thorne.Llevabaununiformedeguardialunar,perosinlugaradudaseraél.Se tapó la boca con las dos manos para no gritar su nombre. Thorne
forcejeabaconelguardiadelandén,yasinelrifle,quenoseveíaporningunaparte.Repartidosporellugarhabíaotroscuatroguardiasydoslinternas,queapuntabanloshacesdeluzalazarsobrelasvías.Cressnotóunasalpicaduradesangreenunode losvagonesenelmismomomentoenqueIkosaliódedebajo del tren y se abalanzó contra el sexto guardia, que trataba deacomodarse para dispararle a Thorne. La androide lo derribó con torpeza.AlgoandabamalconelbrazoderechodeIko.
Elguardialasujetóylaredujocontraelsuelo.Leapretabaelcuello,sinsaberquelafaltadeoxígenonoibaaserningúnproblema.
Cressdetectóunapistolaaunospasosysaltóparatomarla,peroencuantola levantóyapuntóhaciaelgrupoquepeleaba,comenzarona temblarle losbrazos.Nuncahabíadisparadounarma.
Trataba de sostener firme la mano para poder apuntar, cuando dosdisparos sucesivos retumbarondentrode su cabeza.Conel primerocayóelguardiaquereteníaaIko;conelsegundo,elquepeleabaconThorne.
El mundo quedó inmóvil, salvo por su respiración agitada. En elinesperadosilencio,susjadeoseraninsoportablementefuertes.
Jacinconfirmóquelosdosguardiasestabanmuertosofueradecombateyenfundóelarma.
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Thorne se puso de pie, arreglándose la camisa. Miraba a Jacin consorpresa.EstabaapuntodedeciralgocuandoIkogritó.
—¡Cress!Laandroidesaltóylaestrechócontrasucuerpoconunsolobrazo.Cress trastabilló y se dejó abrazar, aunque buscaba a Thorne con la
mirada. Él también la miraba con la boca abierta. Estaba desaliñado,magulladoysinaire.SeacercótrastabillandoyrodeóaCressyaIkoconunabrazogigantesco.Lamuchachacerróconfuerzalosojos,queempezabanaenturbiarse por las lágrimas tibias. Los brazos de Thorne alrededor de sushombros.Subarbaincipientesobresufrente.UnadelastrenzasdeIkoenlaboca.
Nuncasehabíasentidotanfeliz.—Tenemosqueirnos—gruñóJacin.Ikodiounpasoatrás,peroThorneocupóelespacioquehabíadejadoy
tomóelrostrodeCressentresusmanos.Lamirabafijoysinpodercreerlo.Supulgaratajólaprimeralágrimadelamuchacha.
De repente,Cress se puso a reír y a llorar almismo tiempo.Agachó lacabezayseenjugólaslágrimas.
—Nohayquellorar—dijo—,porquetedeshidratas.Thornelarodeódenuevoconlosbrazos.Cresssintiólavibracióndesu
vozcuandohabló:—¡Erestú!Graciasalasestrellas.—Cuandodigoquedebemosirnos—insistióJacin—,esyamismo.Thornese tensó.Despuésdeestrecharlaconfuerza,soltóaCressygiró
para encarar a Jacin. Un músculo tembló en su mejilla. Fue la únicaadvertenciaantesdequesupuñoseestrellaracontra lamandíbuladeJacin.Cressahogóungritó.
Jacin trastabilló mientras se llevaba una mano al rostro para palpar lamagulladura.
—Eso es por habernos traicionado en la Tierra—explicó Thorne—. Yesto es por haber cuidado a Cress—se acercó a Jacin y le dio un abrazo,enterrandolacaraensuhombro.
Jacinalzólosojoshaciaeltechocavernoso.—Nohagasquemearrepientademidecisión—leadvirtióaThorneylo
apartó—.Recuperastelavista,québueno.Vamosaregistraraestoshombresparaquitarleslasarmasylargarnosdeaquí.
Conungestodeasentimiento,Thorneseinclinósobreunodeloscuerposy tomó el puñal del cinturón del hombre. Para sorpresa de Cress, se lo
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extendió a Jacin, quien dudó un momento y enseguida se lo ajustó en elcinturón.
—¿Cómosupierondóndeestábamos?—preguntóThorne.—No sabíamos. Escapábamos de aquí —contestó Jacin con el ceño
fruncido—.¿DóndeestáWinter?—Ella y Scarlet están escondidas—le contó Iko. Se estudiaba el brazo
derechoinútilysejalabalosdedosinmóviles—.Oalgoasí.Escomplicado.—¿Quétepasó?—preguntóThornemirandoalaandroide.—Unodeesosguardiasmeapuñalóenelhombro—respondióhaciendo
una mueca—. Creo que seccionó algo importante—giró para mostrar unadesgarraduraen lapartealtade laespaldayagregóconunsuspiro—:Creoquehoyeseldíade“PégueleaIko”oalgoasí.
Cress apretó los labios en una mueca de simpatía, pero las partescibernéticasdeIkolahicierontomarconcienciadealgo…
—¿DóndeestáCinder?ElrostrodeThorneseensombreció,peroantesdequetuvieratiempode
responder,unaalarmaretumbóeneltúnel.Cresssesobresaltó.Lapantallaholográficadelaparedseiluminóconlacaradeltaumaturgo
Aimery.—PueblodeLuna:mecomplaceanunciarquehaculminadolaceremonia
nupcial.Nuestradistinguidagobernante,lareinaLevana,haselladolaalianzamatrimonialconelemperadorKaito,delaTierra.
Ikomascullóde la formamás inapropiadaparaunadama,haciendoquetodosvoltearanparamirarla.
—AmímeapuñalanyellasecasaconKai.Nomeextraña.—Laceremoniadecoronación—continuóAimery—,enlaquedaremos
labienvenidaalemperadorKaitocomonuestrodistinguidoreyconsorteyseconferirá a Su Majestad la reina Levana el título de emperatriz de laComunidadOrientaldelaTierra,secelebrarádentrodedosdíasalatardecer—la mirada de Aimery adoptó un matiz arrogante—. Nuestra ilustre reinasolicitaalpueblodeLunaqueparticipeenlascelebracionesdeestanoche.Elbanquete nupcial será transmitido a todos los sectores, y en su transcursotenemos planeado un juicio especial por las festividades. La emisióncomenzará a los veinte minutos de que concluya este anuncio, y seráobligatorioquetodoslosciudadanoslasintonicen.
Elvideoseapagó.—¿Unjuicioespecial?—preguntóCress.
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—EsCinder—contestóThornecon lamiradapuestaenelhológrafo—.Levana tiene aCinder y también aWolf. Suponemos que los hará ejecutarpúblicamenteparasofocarlainsurrección.
Un estremecimiento recorrió la espalda de Cress. Veinte minutos. Lesllevaríamuchomásqueesovolveralpalacio.
—Vamos a rescatarla —afirmó Iko, como si fuera lo más natural delmundo.
—Losiento—interrumpió Jacin conaspectodeque realmente lo sentía—,perosisolotenemosveinteminutos,yaesdemasiadotarde.
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Cuarentaynueve
Cinderclavóeldestornilladordesudedoenlaparedjuntoalapuertadesucelda y pequeños pedazos de piedra, junto con el polvo, cayeron sobre elmontón a sus pies. La piedra volcánica era dura, pero sus herramientas detitanioeranmásdurasysudeterminacióneraaúnmásduraquenunca.
Estabaenojada,frustrada,teníamiedo.EstabaangustiadaporlamuertedeMaha,queseguíareproduciéndoseen
sumemoriaa talpuntoquequeríaclavarseeldestornilladoren la sienparaquesedetuviera.HabíaanalizadoelasaltoenMR-9desdetodoslosángulos,torturándosecon“hubieras”yescenarios improbables, tratandodeencontrarla forma de devolverle la vida a Maha, de liberarse y liberar a Wolf, deprotegerasusamigos,devenceraLevana.
Cindersedabacuentadeloinútilqueeratodo.Probablemente el taumaturgo Aimery tenía razón; tal vez debió haber
controladoa todos losmiembrosdeese sectordesdeelprincipio.Sehabríavueltounatirana,perotambiénhabríapodidomantenerlosconvida.
El olor fétido de la cubeta contra la pared le provocaba náuseas. Lemolestaba que los secuaces de Levana le hubieran quitado su mejorherramienta,sudedoíndicecibernéticoconelarmaadjunta,yquelahubieranencerradoconsumadrastraysuhermanastra,quienesapenashabíanhabladodesdequellegó.
RacionalmenteCinder sabíaquenohabíamaneradequepudiera seguirremoviendopartesdelapiedraparallegaralasbisagrasdelapuertaantesdeque los guardias vinieran por ella. Sabía que estaba trabajando hasta laextenuación sin sentido. Pero no se iba a permitir desplomarse en el suelo,derrotada,comoellas.
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Otropedazodepiedrasedesprendiódelapared.Cinderseapartódeunsoplidoelmechóndepeloquelecaíaenlacara,peroenseguidavolvióacaer.
Deacuerdoconelrelojensucabeza,llevabamásdeveinticuatrohorasenesacelda.Nohabíadormido.Sabíaquelabodayahabíaterminado.
Alimaginarlo,selehizounnudoenelestómago.Pensó que si hubiera dejado que Levana fuera aNuevaBeijing y se la
llevaradeallí,detodasformashabríaacabadoahí,ydetodasformashabríasidoejecutada.Detodasformasibaamorir.
Intentó correr, intentópelear, y todo loque logró fueunanave espacialllenadeamigosalosqueahoraestabahundiendoconella.
—¿Porquétellamóprincesa?Cindersedetuvounmomentoymirólaspatéticasmarcasdearañazosque
habíahechoen lapared.EraPearl laquehabíahabladoconunavoz frágil,rompiendoelsilenciodehoras.
Sinmolestarseenocultarsudesdén,CindervolteóparamiraraPearlyaAdrimientras se quitaba una vezmás elmechón rebelde de la cara con lamuñecasudorosa.Yasehabíaendurecidolosuficienteparanosentirningunaclasedecompasiónporellas.CadavezqueCindersentíaunapunzadaquelainvitabaaablandarse,traíaasumemoriaelrecuerdodeAdriexigiéndolequecojeara sin pie por una semana entera como recordatorio de que “no erahumana”;olavezquePearlhabíatiradosucajadeherramientasenunacallellenadegente,arruinandolosguantesdesedaqueKailehabíadado.Seguíarecordándosequecualquiercosaquelespasaraselamerecían.
Estonolahacíasentirmejor.Dehecho,pensarlolaestabahaciendosentircruelymezquina,locualleprovocabadolordecabeza.
Sesacudióesospensamientosparaalejarlos.—SoylaprincesaSelene—contestó,regresandoatrabajar.Pearlserio;fueunsonidocortoehistérico,llenodeincredulidad.Adripermanecióensilencio.El sonido persistente de clavar el destornillador y raspar la pared que
hacíaCinderinundabatodalacelda.Elmontónasuspiesseibaagrandandotrabajosamente,piedratraspiedra.
Nuncaibaapodersalirdeahí.—Garansabía—admitióAdriconlavozquebrada.Cindervolvióaquedarsepetrificada.GaranhabíasidoelesposodeAdri,
el hombre que había decidido adoptar a Cinder. Ella apenas lo habíaconocido.
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Lemolestóquesupropiacuriosidadlaobligaraadarselavuelta.Cambióeldestornilladorporsulinternayapuntóconellaasumadrastra.
—¿Disculpa?Adri seencogió, conambosbrazosenvolviendoa suhija.Nosehabían
movidodesuesquina.—Garan sabía —repitió—; nunca me lo confesó, pero cuando se lo
llevaronalacuarentenamepidióquetecuidara;lodijocomosifueralomásimportantedelmundo.
Sequedóensilencio,comosilapresenciadesuesposomuertoestuvieraahí,flotandoporencimadeellas.
—Guau —exclamó Cinder—. Realmente te esforzaste por cumplir suúltimavoluntad,¿verdad?
Adri entrecerró los ojos llena de repulsión, una repulsión con la queCinderestabamuyfamiliarizada.
—Novoyatolerarquemehablesasí,cuandomiesposo…—¿No lovas a tolerar?—gritóCinder—.¿Debodecirte todas las cosas
queyoyanovoyatolerar?Porquelalistaesmuylarga.Adri sevolvióaencoger.Cinder sehabíapreguntadosi sumadrastra le
tendría miedo, ahora que ella era lunar y una delincuente buscada. Sureacciónloconfirmó.
—¿Por qué papá no dijo nada? —preguntó Pearl—. ¿Por qué no noscontó?
—Tal vez sabía queme entregarían a cambio del rescate en la primeraoportunidadquetuvieran.
Pearllaignoró.—Ysirealmenteereslaprincesa,¿porquéestásaquí?—Cindersequedó
mirándola.Esperó.Laobservómientrassurostroibamostrandolasseñalesdequehabíacomprendido—.Quierematarteparapoderseguirsiendolareina.
—Denleunpremioalamuchacha—ironizóCinder.—¿Peroesoquétienequeverconnosotras?—laslágrimasempezarona
inundar los ojos de Pearl—. ¿Por qué nos están castigando? ¡Nosotras nohicimosnada,nosabíamos!
Cinder sentía cómo la adrenalina y la rabia se iban esfumando, y elagotamientoseinstalabaenesosespaciosquedejabanlibres.
—Ustedes me dieron sus invitaciones para la boda real, lo que mepermitió secuestrar aKai, lo que volvió loca a Levana. Por cierto,muchasgracias.
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—¿Cómopuedespensar soloen timismaenmomentoscomoestos?—gritóAdri—.¿Cómopuedessertanegoísta?
—Sinomecuidoamímismanadielohará—respondióCinder,conlospuñosapretados—.Esoesalgoqueaprendíhacemuchotiempo,graciasati.
Adri acercó más a su hija y le acarició el cabello. Pearl se desplomócontraellasinofrecerresistencia.Cindersepreguntósiestabaenshock.Talvezlasdosloestaban.
LamuchachavolvióaconcentrarseenlaparedygrabóunaCenlapiedra.Estos muros tenían grabados cientos de palabras: nombres, súplicas,
promesas,amenazas.Selepasóporlacabezaagregar+K,perolaideadetalcapricholahizoquerergolpearsucabezacontralapuertademetal.
—Eresunmonstruo—susurróAdri.—Estábien,soyunmonstruo—admitióCinder,sonriendoconsuficiencia
peronadadivertida.—NisiquierapudistesalvaraPeony.Antelamencióndesuhermanastrapequeñaunnuevobrotedeirainvadió
a Cinder, como unmillar de cables chispeantes en su cabeza. Volteó paramirarlas.
—¿Creesquenolointenté?—¡Teníasunantídoto!—ahoraAdri tambiénestabagritando,mirándola
como desquiciada, aunque seguía acuclillada junto a Pearl—. Sé que se lodisteaeseniñopequeño,aquienlesalvólavida.¡ChangSunto!—escupióelnombre como si fuera veneno—. Elegiste salvarlo a él en vez de salvar aPeony. ¿Cómo pudiste? ¿Lo usaste para burlarte de ella? ¿Le diste falsasesperanzasantesdeverlamorir?
Cindermiróboquiabierta a sumadrastray sintió supropia ira eclipsadaporunasorprendenteoleadadelástima.Estamujereratanignorantequecasiparecíaquequisieraserlo.Veíaloquequeríaverycreíacualquiercosaquerespaldarasulimitadavisióndelmundo.Cindertodavíapodíarecordarcómosehabíasentidocorriendoporlasáreasdecuarentenadelapeste,cómohabíatomadoelfrascodelantídotodesesperadamente,cuánesperanzadadesalvarlavidadePeonyhabíaestado,ycuándevastadacuandofracasó.
Habíallegadodemasiadotarde.Todavíanosehabíaperdonadodeltodo.Adri nunca lo sabría, nunca lo entendería; para ella Cinder era solo unamáquinaincapazdealgomásquecrueldad.
HabíavividocincoañosconesamujerynohabíavistoaCindercomoloque era ni una sola vez. Como Kai la veía, y Thorne e Iko, y todas laspersonasenlasqueconfiaba,todaslaspersonasquelaconocían.
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Negóconlacabeza,desestimandolaspalabrasdesumadrastraconmayorfacilidaddeloquehabríaesperado.
—Ya no voy a intentar explicarme frente a ti. Ya no voy a buscar tuaprobación,yatuvesuficientedeti.
Pateóelmontónde fragmentosdepiedrayclavóeldestornilladorenelmuroaltiempoqueescuchóunospasos.
Apretó lamandíbula. Su tiempohabía terminado.Giró y se aproximó aAdriyaPearldandotresgrandeszancadas.Ambasseencogieronaúnmás.
Cinder tomó a su madrastra de la pechera de la blusa y la obligó alevantarse.
—Si se te ocurre decirles que me pueden quitar el pie con la mismafacilidadquemidedo,teobligaréaarrancartetuspropiosojosconlasuñas,asísealoúltimoquehaga,¿meentendiste?
Adri palideció y asintió, temblando, antes de que una voz de hombresonaradelotroladodelapuerta.
—Ábranla.Cindersoltóasumadrastraygiróhacialapuerta.—SuMajestadhasolicitadoelplacerdesucompañía—dijoAimery.—Nopuedoprometer quemi compañía vaya a ser tan placentera como
ellaespera—respondióCinder,levantandolabarbilla.Se acercó hacia ellos para mostrarles que no les tenía miedo, pero fue
repentinamente lanzadacontra elmuro.Eldolor le sacudió la espinadorsaldejándolasinaliento.LerecordótodaslaspeleasdeboxquehabíatenidoconWolfabordodelaRampion,conlasalvedaddequeestoeracienvecespeor,porqueWolfsiempresesentíaculpabledespués.
Elguardiaquelahabíaempujadolatomóporlagarganta.Cinderlomirócon el ceño fruncido, aunque sabía que lo estaban controlando y que suverdaderoatacanteeraunodelostaumaturgos.
Elguardialedevolviólamirada.—Estafuetuprimeraadvertencia—anuncióAimery—;siintentascorrer,
si intentas pelear, si notamos que estás tratando de usar tu don, no nosmolestaremosendarteunasegundaadvertencia.
Elguardialasoltó,yCinderpusolasrodillasrígidasparanodesplomarse.Sefrotóelcuellobrevementeantesdequelatomarandelasmuñecasyselasatarandetrásdelaespalda.
Elguardialaempujóhacialapuerta.Habíaotroscuatromásenelpasillo,conlasarmaspreparadas.Desafortunadamenteyaestabanbajoelcontrolde
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lostaumaturgos.Cindernoteníaesperanzasdehacerqueningunodeellossepasaradesulado.
Todavía.Perosialgunodecaíaporunmomento,ellanoibaamolestarseconuna
primeraadvertencia.—Traigantambiénalasterrícolas—ordenóAimery.AdriyPearllloriqueabanmientraslasarrastrabanparaquesepusierande
pie,peroCinderapagósu interfazdeaudioparaahogarelsonido.NosabíaparaquéqueríaLevanaasumadrastrayasuhermanastra,perosicreíaqueellasentíaafectoporellas,ibaasufrirunadesilusión.
—¿Adóndevamos?—preguntóCindermientrassalíaaempujonesdelacelda.
Hubounlargosilencioyestabaseguradequelaestabanignorando,perodespuésdeuntiempoAimerycontestó.
—VasaserlainvitadadehonorenelbanquetedebodasdeSuMajestad.Cinderapretólamandíbula.Banquetedebodas.—PeroolvidémivestidodebaileenlaTierra.Estavezfueunadelasmujeresquienserioenvozbaja.—No te preocupes —dijo—. De cualquier modo no querrías que se
llenaradesangre.
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Cincuenta
Cinderseencontrófrenteadosominosaspuertasnegrasdeébano.Teníandosvecessualtura,yenunpalacioconstruidocasienteramentedevidrioypiedrablanca,alestardepiefrenteaellassesentíacomoalbordedeunhoyonegro.Estaban decoradas apenas con dos gruesas manijas de hierro negro que seproyectaban en forma de arco hacia el piso. En las hojas habían labradodetalladamente la insignia de Luna, con la representación de la capital,Artemisa,y,aladistancia,laTierra.
Dos guardias abrieron las puertas. Cinder quedó ante una doble fila deotros taumaturgosyguardiasy, además, soldados lobosmutantes.Verlos leprodujo un estremecimiento. No eran agentes especiales comoWolf. Estoshombres habían sido transformados en algo bestial y grotesco. Tenían lamandíbula contrahecha y reforzada para que entraran los enormes caninos.Losbrazoslescolgabanaloscostados,comosilaespaldanopudieraconelpesodesusnuevosmúsculosydelasextremidadesalargadas.
Seleocurrióquenoerantandiferentesdeloscyborgs.Tambiénestabanhechosparasermejoresquecomohabíannacido.Tambiéneranantinaturales,solo que, en lugar de que los hubieran armado con cables y acero, estascriaturaseranunrompecabezasdemúsculosycartílagos.
ElguardiatomóaCinderporelcodoylaobligóaavanzar.Lossoldadoslamiraronconojosávidosyhambrientos.
Wolflehabíacontadoqueestossoldadosibanaserdiferentes,erráticosysalvajes, con ganas únicamente de violencia y sangre. Un lunar poderoso,comolareina,podríaengañarlosparaquepercibieransuencanto,peroesoeratodo.Nisiquieralostaumaturgospodíancontrolarsumentenisucuerpo,asíque los entrenaban como a perros. Si se portaban mal, los castigaban
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haciéndolos sufrir. Si se comportaban, obtenían un premio, solo que lospremiosdelosquelehablóWolfnoleparecieronaCindernadaapetitosos.
Evidentemente,enlaTierracadamuertesangrientaerasupropiopremio.Estabanansiososdeiralaguerra.
Cinder abrió la mente hacia ellos, tratando de percibir los pulsosbioeléctricos.Laenergíadeestossoldadoseraardienteyviolenta.Elhambreylaexcitaciónseretorcíanbajosupiel.Cindersesintiómareadaconlameraideadetratardecontrolartantaenergíaenbruto.
Peroteníaqueintentarlo.Respiró pausadamente y se extendió para dominar la mente del último
soldado. Su energía era hiriente y voraz. Cinder se imaginó que ella laenfriabay lacalmaba.Se imaginóqueelsoldadolamirabaynoveíaaunaenemiga,sinoaunachicaquenecesitabaquelarescataran.Unachicaquesemerecíasulealtad.
Miró al soldado a los ojos, pero él esbozó una sonrisa desagradablemostrandoapenaslosdientesaserrados.
Descorazonada,Cinderapartósuatención.Haciael finalde ladoble fila, tratódeenterarsedequémáshabíaenel
lugar.Conversacionesanimadasyrisasyelestruendocaóticodelascopasalchocar.Elolordelacomidalaasaltócomounanubedevaporquesalieradeunaollatapada.Selehizoagualaboca.Ajosycebollasycarneasada,másalgopicantequehizoqueleardieranlosojos…
Su estómago protestó. Una sensación de vértigo se arrastró hasta sucerebrocomosifueraunaneblina.Nohabíacomidoenmásdeundía,y loúltimoquehabíaingeridonisiquierahabíasidosuficiente.
Tragó con fuerza y luchó por concentrarse en examinar la sala. A suderecha,unosgrandesventanalesdabansobreunlago,bordeadoacadaladopor las secciones curvadas del palacio blanco, como un enorme cisneprotector.El lagoseextendíahastadondeseperdía lamirada.Elpisode lasala se proyectaba al exterior y sobre él como si fuera un balcón. Aunqueestabahechoparaquenoseinterrumpieralavista,Cindernopodíaevitarunasensaciónde temorque le revoloteabaenelestómago.Nohabíabarandalesqueimpidieranquealguiensedespeñaraporelborde.
Elmurmullode lasconversacionescomenzóaapagarse.CuandoCindertraspasólalíneadesoldadospudoverasuizquierdaalosconvidados.
La luz naranja parpadeaba en su campo de visión y no se apagaba sinimportarhaciadondevolteara.Ahíhabíamuchoencanto.
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Levanaestabaenelcentro,sentadaenunsólidotronoblanco.Elrespaldoestabaadornadoconlasfaseslunares.Llevabaunadornadovestidodenoviarojo.
LapantalladelaretinadeCindercomenzóacaptarlosrasgosocultosdelareina.Eracomoestardenuevoenelbaile,laprimeravezqueobservóalareinaysediocuentadequesuoptobiónicapodíapenetrarelencanto.Peronofueunatareafácil.Susojoscibernéticosestabanenconflictoconsucerebroylamanipulacióndelareina,asíquesumentenopodíadarleunsentidoaloqueestabaviendo.Elresultadofueunatransmisióndedatosconfusos,coloresborrosos,líneasfragmentariasenlaquetratabaderecomponerloqueerarealyloqueeraunailusión.
Como la distraía y comenzaba a provocarle un dolor de cabeza,Cinderparpadeóparaborrarlosdatos.
Cincohilerasdeasientos formabanarcos alrededordel trono, comounalunacrecientedetestigosquerodeabanaCinderportodaspartes,salvoporellado que daba al lago. Era la corte lunar. Las mujeres llevaban grandessombrerosconformadepavorrealesyunhombreteníasobreloshombrosunacapadeleopardodelasnievesqueronroneaba.Losvestidosestabanhechosdecadenasdeoroyrubíes;dentrodelostaconesdeloszapatosdeplataformanadabanpecesbeta.Losinvitadossehabíanpintadolapieldecolorplateadoyllevabanlaspestañasadornadasconpiedraspreciosasyescamasdepeces.
Cinder tuvo que entrecerrar los ojos para defenderse del resplandor detodoeso.Encanto,encanto,encanto.
Alguienempujóunade lassillasdelsalón.ElcorazóndeCinderdiounvuelco.
El novio se puso de pie junto al trono de Levana. Llevaba una camisablancadesedaconfajínrojo.Kai.
—¿Qué significa esto? —exclamó con un tono entre horrorizado yaliviado.
—Esto —dijo la reina Levana con los ojos llenos de júbilo— es elespectáculodelavelada.Considéralomiregalodebodas—resplandeciente,acaricióconlosnudilloselrostrodeKai—.Esposo.
Kaiseapartódelacariciaconlasmejillasencendidas.Cindersupoquenoera por vergüenza ni timidez, sino por furia. Alcanzaba a percibir cómocrepitabaelaireasualrededor.
Levanaagitóundedoenelaireysiguióhablando.—El proceso judicial de esta noche se transmitirá en vivo, para quemi
puebloseatestigoyseunaalascelebracionesdeestegloriosodía.Además,
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veráeldestinodelaimpostoraqueseatreveallamarsereina.Cinderlaignoróyexaminóeltecho.Noseveíancámaras,perosabíaque
Levana tenía la capacidad de fabricar sistemas de vigilancia prácticamenteinvisibles.
Dadoquelareinanollevabavelo,podíasuponersequelastomasdevideose concentrarían en el “espectáculo”. Levana quería que la gente viera laejecucióndeCinder.Queríaqueperdieranlasesperanzasquehubieranpuestoensurevolución.
—Quecomienceelbanquete—ordenóLevana,alzandolosbrazos.Criadosde librea fueronsaliendouno trasotrodedetrásunacortina.El
primero se arrodilló a los pies de la reina y descubrió una bandeja quesosteníasobrelacabeza.Conunasonrisadesuficiencia, lareinaescogióunlangostinograndeyrosadoydesgarrólacarneconlosdientes.
Otro criado se arrodilló ante Kai. Los demás rodearon el salón y sepostraron frente a los comensales, al tiempo que descubrían bandejas decaviaranaranjadoyostrasahumadas,lomoalasbrasasypimientosrellenos.CindersediocuentadequeKainoeraelúnicoterrícolaenlasala.Reconocióasuconsejero,KonnTorin,sentadoenlasegundafila,yalpresidentedelaRepúblicaAmericana,alaprimeraministradeÁfrica,algeneralgobernadordeAustralia y…dejó de fijarse. Todos estaban ahí, como lo había queridoLevana.
Conelcorazónretumbando,examinódenuevoaloscriados,losguardiasylossoldados,porsiacasotambiénhubierantraídoaWolfantelareina,peronoestabaahí.Cinder,AdriyPearleranlasúnicasprisioneras.
La angustia la carcomía. ¿A dónde lo habrían llevado? ¿Estaríamuertoya?
Miró de nuevo a Kai. Si había visto la comida, la ignoró. Cinder veíacómomovía la mandíbula tratando de cuestionar su presencia, tratando desaberquéplaneaba la reina.Cinder loveía intentandorazonar,encontrarunargumento diplomático que pudiera emplear para que no ocurriera loinevitable.
—Siéntate,miamor—le indicóLevana—.Les tapas lavistaanuestrosotrosinvitados.
Kaisesentódemasiadorápidamenteparahaberlohechoporsuvoluntad.Ledirigióunamiradaasesinaalareina.
—¿Porquélatrajeron?—Suenas enojado, mi niño. ¿Es que acaso no te agrada nuestra
hospitalidad?
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Sinesperarlarespuesta,LevanaalzólabarbillayrecorrióconlamiradaaCinder,AdriyPearl.
—Aimery,puedesproceder.El taumaturgo avanzó al centro del salón. Al pasar junto a Cinder le
mostróunasonrisadesuperioridad.Aunqueyanohabíasangreensutúnica,caminabaconrigidezparaocultarqueteníaunapiernalastimada.
Aimery le ofreció el brazo a Adri, que emitió un sonido ahogado yaterrorizado.Tardómuchoenaceptarlo.MientrasAimerylallevabaalcentrodelsalóndeltrono,parecíacomosiestuvieraapuntodevomitar.
Alrededorcontinuabanlossonidosdelagentequemasticabayserelamíalosdedos,comosilosmanjaresfuerantaninteresantescomolasprisioneras.Los criados seguían de rodillas, sosteniendo las bandejas por encima de lacabeza.Cinderhizounamueca.¿Cuántopesaríanlasbandejas?
—Presento a la corte a Linh Adri, de la Comunidad Oriental, UniónTerrestre—anuncióAimerysoltandoelbrazodeAdriparaquesesostuvierasola, con las piernas temblorosas—.Está acusada de conspiración contra laCorona.Elcastigoporsucrimeneslamuerteinmediatapormanopropia,y,además,quesuhijaydependiente,LinhPearl, seaentregadacomocriadaaunafamiliadeArtemisa.
Cinderalzólascejas.Hastaesemomentosolosehabíapreocupadoporsupropio destino. No se le había ocurrido que hubieran llevado a Adri porningúnotromotivoapartedefastidiarla.
Noqueríaqueleimportara.Noqueríasentirnadamásquedesinterésporeldestinodesumadrastra.Perosabíaque,contodassusfallas,Adrinohabíahecho nada que justificara que la ejecutaran en Luna. No era más que unjuegodepoderdeLevanayeraimposiblenosentirundejodepiedadporella.
Adricayóderodillas.—Lesjuroquenohicenada.Yo…LevanaelevóunamanoyAdriguardósilencio.Transcurrióunmomento
insoportable en que el rostro de la reina se mostró inexpresivo. Al cabo,chasqueólalengua,comoparareprenderaunaniñapequeña.
—Aimery,continúa.Eltaumaturgoasintió.—En la investigaciónsecomprobóqueprecisamenteestamujerentregó
lasdos invitaciones con lasque losquecómplicesdeLinhCinder lograronpenetrarenelpalaciodeNuevaBeijingysecuestraralemperadorKaito.Lasinvitacionesestabandirigidasaellayasuhijaadolescente.
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—¡No! ¡Ella las robó! ¡Las robó! Jamás se las habría dado. Nunca laayudaría. La odio… ¡la odio! —sollozó de nuevo. Tenía los hombros tanencorvadosqueprácticamenteeraunovilloenelsuelo—.¿Porquémepasaestoamí?¿Quéhice?Yono…noesmía…
ACinderleestabaresultandomásfácildesinteresarse.—Tiene que calmarse, señora Linh —dijo Levana—. Muy pronto
conoceremossusverdaderaslealtades—Adrigimióytratóderecomponerse—.Asíestámejor.UstedfuelatutoralegaldeLinhCinderdurantecasiseisaños,¿escorrecto?
Adritemblabadepiesacabeza.—Es…escierto.Peronosabíaquiénera,lojuro.Miesposofueelúnico
que la quiso, yo no. ¡Es una traidora! Cinder es una delincuente, unamuchachapeligrosayfalaz,peroyocreíaquenoeramásqueunacyborg.Noteníaideadeloqueestabaplaneando.Dehaberlosabido, lahabríadelatadoyomisma.
Levanarecorrióconunauñaelbrazodeltrono.—¿Estaba con Linh Cinder cuando la sometieron a las cirugías
cibernéticas?Adritorciólabocaenunamuecadedisgusto.—¡Por lasestrellas,no!LaoperaronenEuropa.Yo laconocícuando la
llevaronaNuevaBeijing.—¿Suesposoestuvopresenteenlaoperación?Adriparpadeó,nerviosa.—Yo…creoqueno.Nuncahablamosdeeso.Aunque se fueunparde
semanaspara…recogerla.Yosabíaqueibaaveraunaniñaquehabíasufridounaccidentededeslizador,peronuncapudeentenderporquéquisoirhastaEuropa para su acto de beneficencia, y el único premio de su filantropíafueron aflicciones. En ese viaje se contagió de letumosis; murió semanasdespués de regresar y me dejó al cuidado de mis dos hijas pequeñas y lacustodiadeestacosa…
—¿Porquénuncapensóencapitalizar los inventosdesuesposocuandomurió?
—¿Cómo dice, Su Majestad? —preguntó Adri después de mirarboquiabiertaalareina.
—Erainventor,¿noesasí?Seguramentelehabrádejadoalgodevalor.Adri lo pensó; quizá se preguntaba por qué la reina de Luna estaba
interesada en su difunto marido. Paseó la mirada por los guardias y loslunares.
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—N-no, Su Majestad. Si es que había algo de valor, no recibí ni unmilésimodeuniv—surostroseensombreció—.Nonosdejónada,exceptodesgracias.
—Miente—dijoLevanaconlavozfríacomoelhielo.—¡No,noesverdad!Garannonosdejónada—respondióAdricon los
ojosabiertosdeparenpar.—Tengopruebasdelocontrario,terrícola.¿Creequesoytonta?—¿Qué pruebas? —chilló Adri—. No tuve… le juro…—pero lo que
fueraquequeríajurarquedóahogadoenunaoleadadesollozos.Cinderapretólamandíbula.NosabíaaquéjugabaLevana,peroentendía
quelahisteriadeAdrinoharíaningunadiferencia.Pensóenusarsudonlunarparadetenerel llantoincontrolabledeAdriyquepudieramorirconalgodedignidad,peroendurecióelcorazónynohizonada.Quizánecesitaría todassusfuerzascuandollegarasupropiojuicio.Seprometióque,cuandofuerasuturno,nosederretiríaenunamasatemblorosa.
—¡Aimery!—ordenóLevanaalzandolavozsobreelllantodeAdri.—Unodenuestros regimientos descubrió una caja dedocumentos en la
bodegaarrendadaaLinhAdriensuedificio.Levanasonrióconairedetriunfo.—¿Aúnsostieneensudefensaquesumaridonodejónadadevalor?¿No
guardatodavíadocumentosimportantes?Adridudó.Comenzóasacudirlacabeza,perosedetuvo.—Yono…nosé…—Los documentos—agregó Aimery— se relacionan con una solicitud
para patentar el diseño de un arma que permite neutralizar el don lunar.Sospechamos que pretendían usar esa arma en su contra, Majestad, y encontradenuestropueblo.
Cinder luchó por entender las acusaciones de Aimery. Un arma paraneutralizareldonlunar.
Apenaspudocontenerelimpulsodefrotarselanuca,dondehabíaestadoconectadoa sucableadoel inventodeLinhGaran,unaparatode seguridadbioeléctrica.¿Seríaesodeloqueestabanhablando?
—¡Alto!—gritóKaiconvozdetrueno—.¿Tienenesosdocumentosquesupuestamentepruebansuculpabilidad?
—Fuerondestruidos,porrazonesdeseguridadreal—respondióAimery,conunainclinacióndecabeza.
LosnudillosdeKaisepusieronblancosporlafuerzaconquesujetólosbrazosdesuasiento.
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—Nopuedendestruirpruebasyluegousarlasparacondenaranadie.Noesposiblequeesperenquecreamosqueencontraronesacajadedocumentosenuncateoilegal,porcierto,yqueconteníanpatentesdeunarmacontraloslunaresyqueLinhAdrilosabía.Sondemasiadasespeculaciones.Porsifuerapoco,violaronvariosartículosdelAcuerdoInterplanetariocuandodetuvierona una ciudadana terrestre sin el debido proceso y además invadieronpropiedadprivada.
—¿Porquénohablamosdeesomástarde,querido?—preguntóLevana,apoyandolabarbillaenunamano.
—¡Ah!,¿quieresquehablemosmástarde?¿Antesodespuésdequehayasmatadoaunaterrícolainocente?
—Yaloveremos—respondióLevanaencogiéndosedehombros.Kaihizounamuecadedesprecio.—Nopuedes…—callóbruscamente,obligadoacontenerlalengua.—Querido,tienesqueaprenderquenomegustaquemediganloqueno
puedohacer—LevanaconcentródenuevosuatenciónenAdriycontinuó—:LinhAdri,yaescuchólasacusacionesensucontra.¿Cómosedeclara?
—S-soy… inocente —tartamudeó Adri—. Juro que nunca… que nosabía…que…
—Quierocreerle—dijoLevana,conunsuspiro.—¡Porfavor!—suplicóAdri.Levanamordióotrolangostino.Lotragó.Serelamióloslabioscolorrojo
sangre.—Estoy lista para ofrecerle clemencia —se oyeron murmullos de
curiosidadentrelamultitud—.EstadecisiónestásupeditadaaquerenuncieatodointeréslegalenlahuérfanaLinhCinderyquemejurefidelidadcomolareinalegítimadeLunayfuturaemperatrizdelaComunidadOriental.
Antesdequeterminar,Adriyamovíalacabezadearribaabajo.—Sí,sí.Lojuro.Encantada,SuExcelencia.SuMajestad.Cindermiraba la nuca deAdri.No era que su respuesta le causara una
gran sorpresa, sino que no se habría imaginado que escaparía así de fácil.LevanateníaalgoplaneadoyAdriestabacayendoensusmanos.
—Muybien,selaabsuelvedetodaslasacusaciones.Puedepresentarsusrespetos a su soberana—LevanaextendióunamanoyAdri, despuésdeuninstantededuda, avanzóarrodilladayplantóunbesode agradecimiento enlosdedosdelareina.Comenzódenuevoasollozar.Levanapreguntó—:Esaniña,¿nodaningunamuestradegratitud?
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Pearlsoltóungritito,peroseacercóhastaLevanaarrastrandolospiesylebesólasmanos.
Unamujerdelaprimerafilaaplaudióporcortesíayconlabocallena.Levanahizoungesto con la cabezaydosguardias arrastraron aAdri y
Pearlaunladodelasala.Cinder ya había dejado de pensar en su madrastra y se preparaba. La
atencióndeLevanacayósobreellaynohizoningúnintentoporcontenersusatisfaccióncuandohabló.
—Vamosacontinuarconelsegundojuicio.
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Cincuentayuno
Cinder caminó dando tumbos hasta el sitio donde Adri se había estadoarrastrandomomentos atrás. Se plantó sobre sus pies y se preparó con unaexhalaciónconlaquepretendíaestabilizarse,aunqueeraimposibleignorarsupulsoagitadoolalistadelastreintahormonasdistintasque,deacuerdoconlapantalladesuretina,inundabansusistema;sucerebroestabamuyaltantodesumiedo.
Dosguardiaslacustodiabanporamboslados.—Nuestrasegundaprisionera,LinhCinder—anuncióAimerycaminando
frenteaella—hasidoacusadadelossiguientescrímenes:migraciónilegalalaTierra,rebelión,asistenciaauntraidoralaCorona,conspiracióncontralaCorona, secuestro, intromisión en asuntos intergalácticos, obstrucción de lajusticia,robo,evasióndearrestoytraiciónalaCorona.Elcastigoparaestoscrímenesesmuerteinmediataporsumisma…
—No—interrumpióLevana,sonriendo.Eraclaroquehabíaplaneadoestemomento—.Comprobamosqueesmuydifícilmanipularla,asíquedebemoshacer una excepción. Su castigo será la muerte inmediata por… ¿qué serábueno?¿Envenenamiento?¿Sofocación?¿Incineración?
Entrecerró los ojos al pronunciar la última palabra, y Cinder tuvo unhorriblerecuerdo,unapesadillaquehabíatenidocientosdeveces:unacamadecarbonesalrojovivoquemandosupiel,sumanoysupiernahastaquesedesmoronabanencenizas.
—¡Desmembramiento! —gritó un hombre—. ¡Empezando por esoshorriblesapéndices!
Su sugerencia fue recibida con un rugido de aprobación de lamultitud.Levanapermitiólasrisasnerviosasporunmomentoantesdelevantarlamano
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paraexigirsilencio.—Unasugerenciavilparaunachicavil.Laapruebo.Lasaclamacionesestallaronpor toda lahabitación.Kaise levantódeun
salto.—¿Acasosonsalvajes?Levanaloignoró.—Otraideasemevienealamente…quizáselhonordellevaracaboeste
castigo debe tenerlo nada más y nada menos que mi más reciente y lealsúbdita.Mepareceque tienemuchasganasdecomplacerme—Levanahizoun ademán invitador con los dedos—. Linh Adri, ¿podrías dar un paso alfrente?
Adri parecía estar a punto de desmayarse. Dio dos pasos inseguros alfrente.
—Estuoportunidadparaprobarqueereslealatufuturaemperatriz,yquedespreciastuhijaadoptiva,tantocomosemerece.
Adritragósaliva.Estabasudando.—¿Quiere…quierequeyo…?—Ladesmiembres,señoraLinh.Supongoquenecesitasunarma,¿quéte
gustaría?Haré que la traigan. ¿Un hacha quizá?Un cuchillo podría causarproblemas,perounabuenahachamuyafilada…
—Basta—interrumpióKai—.Estoesrepugnante.Levanasereclinóensusilla.—Empiezoacreerquenoapreciasturegalodebodas,querido.Ereslibre
deirtesiestosprocedimientosteperturban.—No te dejaré hacer esto —murmuró entre dientes, con la cara
enrojecida.LevanaseencogiódehombrosfrenteaKai.—No puedes detenerme. Y no vas a detener la coronación. Hay
demasiado en juego como para que te arriesgues por una chica… por unacyborg.Séqueestarásdeacuerdo.
LosnudillosdeKaisepusieronblancosyCinderseloimaginópegándolealareinaointentandoalgoigualdeestúpido.
—Alicates—dijoCinder. Su tonode voz y su intempestiva declaracióntrajeron la atención de todos hacia ella. Kai frunció el ceño, pero solo uninstante,entre laconfusiónyelmomentoenquelamanipulacióndeCinderacertó.Sintiósuenergía,crepitanteyacelerada,ehizosumejoresfuerzoparacalmarla—.Estábien—agregó, aliviada al ver que losmúsculosdeKai serelajaban.
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Probablementemástardeseenojaríaporesto.Levana apartó la bandeja de aperitivos con un gruñido y se levantó,
golpeandoalcriadoqueestabaasulado;estesealejórápidamente.—Dejademanipularamiesposo.Cinderrio,yposósumiradaenlareina.—Noseashipócrita;túlomanipulastodoeltiempo.—Esmío.Miesposo.Mirey.—¿Tu prisionero? ¿Tu mascota? ¿Tu trofeo? —Cinder dio un paso al
frente y al instante el guardia se colocó junto a ella, deteniéndola con unamanoenelhombro,mientrasotramediadocenadeguardiasestabanalertas.Respiróhondo.EraagradableverquepodíaponernerviosaaLevana,inclusocon lasmanos atadas—.Debe sermuy gratificante saber que cada relaciónquetienesestábasadaenunamentira.
LabocadeLevanasetorcióenunamueca,yporunmomentounaimagenrevueltae inconsistentecomenzóadiscurrirencascadapor lapantalladelaretinadeCinder.
Algo estabamal en el lado izquierdo de la cara deLevana: un párpadomedio cerrado, extrañas cicatrices rugosas a lo largo de su mejilla. Cinderparpadeó rápidamente, preguntándose si la ira le estaba haciendo perder aLevana el control de su encanto, o si se trataba de su propia optobiónicatratandodedarlesentidoalaanomalíaquepercibía.
Seencogióantelasobrecargadeinformaciónvisual,tratandodedisimularquenopodíahacerfoco.
Losguardiasempezaronarelajarsealapardelareina.—Túereslamentira—afirmóLevana,alzandolavoz—.Eresunfraude.LaatencióndeCinderestabapuestaenlabocadelareina,usualmentetan
perfecta y de color rojo carmesí. Pero algo estaba mal ahora. Una extrañacurvaturahaciaabajoquenoencajabaconsusonrisaapáticadesiempre.
Habíaundañoahí,debajodelencanto,unacicatrizacióndealgúntipo,talvezinclusoparálisis.
Cinderselaquedómirando,conelpulsoretumbandoensucabeza.Unaidea,unaesperanza,empezóatomarformaenelfondodesuspensamientos.
—Créeme: me han dicho cosas peores —aseguró, controlándose paravolver a poner una expresión indiferente, aunque se dio cuenta de que erademasiado tarde: Levana había visto un cambio en ella, o quizá lo habíasentido.Alinstantelareinaestabaotravezenguardia,recelosa.
Levanapodíaprotegersetodoloquequisiera,podíamanipularatodosenestahabitación,atodosensureino,peronopodíaengañaraCinder.O,más
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bien,nopodíaengañarasucomputadorainterna.Cinderdejóde resistirsea laavalanchadedatosquesucerebro interfaz
estaba reconstruyendo. El encanto era una creación biológica: usando labioelectricidad natural de una persona podía crear pequeñas pulsacioneseléctricasenelcerebroparacambiarloqueveía,pensaba,sentíayhacía;perola parte cyborg del cerebro de Cinder no podía ser influenciada por labioelectricidad, pues toda ella era máquina, datos y programación,matemáticas y lógica. Cuando se enfrentaba al encanto lunar o cuando unlunar trataba de manipularla, las dos partes de su cerebro entablaban unabatalla,tratandodedecidircuáldebíaserladominante.
Estavezdejóqueelladocyborgganara.Elrevoltijocaóticodeinformaciónregresócontodasufuerza.Laspiezas
luchaban por enderezarse; era como ver en su cabeza un rompecabezas depixeles y código binario descifrarse a sí mismo, como enfocar con unacámara;cadaencantoenlahabitaciónfuesustituidoporlaverdad:lacapadeleopardodelasnievesronroneantenoeramásqueuncobertordepielfalsa,yloszapatosdecristalconpececillosnoeransinodeacrílicotransparente.Enefecto,Levanallevabaunelaboradovestidorojo,perohabíalugaresendondele quedaba demasiado apretado o demasiado suelto, y la piel visible de subrazoizquierdoera…
Tejidocicatrizado.EnnadasediferenciabadelapieldeCinderalrededordesusprótesis.
Conformeelmundocobrabasentidoylarealidadconstruidaconretazosdejaba de decodificarse, moverse y unirse entre sí, Cinder le ordenó a sucerebroqueempezaraagrabar.
—Soyculpabledeloscrímenesqueenumeraste:secuestroyconspiración,ylodemás,peroesonoesnadacomparadoconelcrimenquecometistehacetreceaños.SihayalguienculpabledetraiciónalaCoronaaquí,es lamujersentadaeneltrono—miróaLevana—,mitrono.
La multitud se agitó y Levana sonrió con superioridad, fingiendoindiferencia aunque le temblaban las manos, y los detalles de estasparpadeaban y de prontomostraban dedos pálidos y ágiles, y de pronto unmeñique marchito; los cambios constantes hacían que a Cinder le costaraconcentrarse.
—Noeresnadamásqueunacriminal—afirmóLevanaconvozretorcida—yserásejecutadaportodostuscrímenes.
Cinderdoblólalengua,amododeprueba,yalzólavoz.—YosoylaprincesaSelene.
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—¡Tú eres una impostora! —gritó Levana mientras se inclinaba haciaadelante.
—Y estoy lista para reclamar lo que es mío. Pueblo de Artemisa, hallegadosuoportunidad:renuncienaLevanacomosureinayjúrenmelealtad,oprometoque,cuandollevelacorona,cadapersonaenestahabitaciónserácastigadaporsutraición.
—Essuficiente,¡mátenla!Alprincipiolosguardiasnosemovieron,yesabrevevacilacióneratoda
lainformaciónqueCindernecesitaba;Levana,ensuhisteria,habíaperdidoelcontrolmentalsobresusprotectores.
Antes de que los taumaturgos pudieran darse cuenta de lo que habíasucedido,Cinder entró en susmentes.Doce guardias reales.Doce hombresqueeran,comoJacinlehabíadichoalgunavez,maniquíessincerebro,títerespara que la reina pudieramanipularlos como ella quisiera; doce protectoresarmados,listosparaobedecercadaunodesuscaprichos.
Lapantallade la retinadeCinder se llenóde información: suaceleradoritmo cardíaco, la compensación de su manipulación bioeléctrica, laadrenalinacorriendoporsusvenas.Eltiemposehizomáslento,lassinapsisde su neuronas salían disparadas más rápido de lo que ella lograbareconocerlas:captabainformación,latraducíaylaalmacenabaantesdepoderinterpretarla.Sietetaumaturgos:dosdenegrosehallabandepiedetrásdelareina;loscuatroquehabíantraídoaCinderdesuceldaestabanparadosjuntoalaspuertas,yAimery;elguardiamáscercanoestabaaochentacentímetrosasuizquierda;seissoldadoslobos:elmáscercanoatresmetrosdedistancia,elmáslejanoaseismetros.Cuarentaycincolunaresenlaaudiencia.Kaiysuasesor, y cinco líderes terrestres junto con diecisiete representantesadicionales de la Unión; treinta y cuatro criados hincados como estatuas,tratandodemirardiscretamentealachicaqueclamabasersureina.
Doce guardias con doce armas y doce cuchillos, y cada uno de ellos lepertenecía.
Habíasopesadolasamenazas,lashabíapuestoenunabalanzaylashabíamedido.Lospeligrossehabíanconvertidoendatosqueseejecutabanatravésdeunacalculadoramental.LadagaemergiódelapuntadeldedodeCinder.
Todos los terrícolas saltaron de sus asientos para ponerse a cubierto,inclusoKai, quien solo después se dio cuenta de que los había obligado ahacerlo.Luegousóaoncedelosdoceguardiasparaabrirfuego.Oncearmasdispararon,todasapuntandoalosseislobosmutantes,mientrasqueelguardiaqueestabamáscercadeCindersacósucuchilloycortó lasatadurasdesus
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muñecas; en su prisa, sintió la hoja del cuchillo sonar contra su palma demetal.
Susmanosse liberaron;sucuerpoysumenteestabanenarmonía, justocomo Wolf le había enseñado. Mentalmente iba reduciendo su lista deamenazas.
Lossoldados lobose lanzaronhacia losguardiasmientrasotra rondadebalasvolabahaciaellos.
Elcriadomáscercanosepusodepieyse lanzócontraCinder,comosifueraaderribarla.Cinderlosujetóyloempujóhaciauntaumaturgo.Amboschocaronentresíconunaseriedegruñidosycayeronalsuelo.
—¡Mátenla!—lavozdeLevanasequebró.MásdisparosretumbaronenlostímpanosdeCinder.Cuerposrevueltosy
sillaschirriantes.Cinderdejódesaberdóndeestabanlosguardias,sialgunodelossoldadosloboshabíacaído,sidosaristócratascorríanhaciaelladesdepuntosopuestos,einstóalosguardiasaquesecentraranenlostaumaturgos,lostaumaturgos,ahora.
Hubo otra ráfaga de balas y los aristócratas gritaron, se desplomaron ytratarondeescurrirsefueradelacontiendatanprontocomofueronliberados.
UnsoldadolobotomóaCinderpordetrás.Eldolorleatravesóelhombromientras sus dientes le desgarraban la carne. Cinder gritó. Sangre calienteescurríaporsubrazo.Levantandosumanocyborg,loapuñalóviolentamenteylahojadelcuchillopenetrólacarne.Elsoldadolasoltóconunrugidoyellagiróylopateólejos.
Temblando de los pies a la cabeza, buscó recuperar la mente de losguardias,peroenesesegundodedistracciónelsalónsehabíavaciadodelasondas bioeléctricas de los guardias. Diez de ellos estaban muertos,despedazadosporlossoldadosloboqueloshabíanatacadoconunaferocidadsorprendente, pese a los agujeros de bala que perforaban su pecho y suvientre.
Enelcaos,CinderencontróaKai,quienlamirababoquiabierto.Apartó losojosdeélyencontróa la reina,queaúngritabay tratabade
imponersusórdenes,pero losdosguardias restantesyano lepertenecían,alos lobos no les importaba a quiénes estaban atacando y los taumaturgosestaban…muertos,todosmuertos.Cinderloshabíamatadoatodos.Exceptoquizás aAimery, a quiennopudohallar en el caos.Quería ocuparsede él,peroqueríaocuparseaúnmásdeotrapersona.
Conlamenteclara,Cinderseagachópararecogerlapistoladeunodelosguardiascaídos, levantóelbrazoapretando losdientesparasofocareldolor
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punzantedesuhombro,yapuntóenmediodelosojosdelareina.Porunafraccióndesegundo,Levanasemostróaterrorizada.Luego Kai se interpuso entre ellas, con el rostro inexpresivo por la
manipulación.ElsudorinundabalosojosdeCinder,borrandoelmundoasualrededor.
Laspesadaspuertasseabrierondegolpe,yseescuchóelsonidodebotasavanzandoporelpasillo.
Losrefuerzoshabíanllegado.Alentada,Levanahizoquecadapersonarestanteenlahabitaciónapuntara
hacia Cinder. Los terrícolas y los aristócratas podían no tener armas, perocontaban con un montón de manos, uñas y dientes. Los nuevos guardiasestabanmuycerca.
¿Cuálhabíasidosusentencia?Muertepordesmembramiento.Cinderbajóelarma,diomediavueltaycorrió,pasójuntoalasmarionetas
lunaresconsusatuendosbrillantes,pasójuntoaloscriadosdementesdébilesyalostaumaturgosmuertos,alassalpicadurasdesangreylassillascaídas,aPearlyaAdriencogidasenunrincón.Corrióatodavelocidadhacialaúnicavíadeescape:elbalcónabiertosuspendidoporencimadelagua.
Eldoloren suhombropalpitabay lousócomo recordatorioparacorrermásrápido,mientrassuspasosretumbabancontraelduromármol.
Escuchódisparos,peroyahabíasaltado.Elcielonegroseabrióanteellaycayó.
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Cincuentaydos
Kai estaba clavado en el piso; era una estatua en medio de la agitación.Levana vociferaba; no, más bien, lanzaba chillidos. Su voz, normalmentemelodiosa, se había vuelto áspera e insoportable. Gritaba órdenes—“¡Encuéntrenla!¡Tráiganla!¡Mátenla!”—,peronadielehacíacaso.
Noquedabanadiequelaescuchara.Casi todos los guardias estaban muertos; los taumaturgos, muertos; los
soldados lobos, muertos. Regados por el suelo había también algunoscadáveres de criados y aristócratas, revueltos entre la sangre y losmueblesrotos,víctimasdelaavidezdelossoldadosmutantes,quehabíanquedadosincontrolanteunamultituddesprevenidaydesarmada.
Junto aKai, Levana arrancó el collar enjoyado de alguna lunar y se loarrojó a una criada que estaba hecha un ovillo en el suelo, salpicada desangre.
—¡Tú!¡Tráememásguardias!Quieroqueenesteinstantesepresenteneneste salón todos los guardias y los taumaturgos del palacio. Y ustedes,¡limpieneldesorden!¿Quéhacenahíparados?
Loscriadossedispersaron,entregateandoyresbalandohacialassalidasdisimuladasenlasparedes.
LaconcienciadeloquehabíapasadocomenzóaabrirsepasoenelánimoconmocionadodeKai.Miróasualrededorydescubrióaungrupodelíderesde la Tierra agrupados en un rincón. Uno de ellos era Torin. Se veíaimpresionado,conlavestimentadesaliñada.
—¿Estásherido?—lepreguntóKai.—No,SuMajestad—dijoTorinyseacercó,apoyándoseenlassillaspara
noresbalarenelsueloensangrentado—.¿Estáherido?
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Kaisacudiólacabeza.—¿Todoslosterrícolas…?—Todosenteros.Parecequenohaylesionados.Kaitratódetragarsaliva,peroteníalagargantatansecaqueseatoróhasta
quevolvióaintentarlo.VioaAimerysalirdeunode loscamarinesde loscriados.Fueelúnico
taumaturgo que había sobrevivido a los juicios, pero entre tanto habíanllegadomás. Los miembros de la corte que no habían huido del salón deltrono estaban pegados a las paredes del fondo. Lloraban histéricamente oparloteabanentreellostratandodereconstruirloshechostraumáticos,hilandolashistoriasdecadacual.Quiénhabíavistoquéyquéguardiahabíamatadoaquién.¿Esachicadeverdadcreequeeslaprincesadesaparecida?
Cinder,mediomuertadehambrey rodeadadeenemigos,habíacausadomucha destrucción en muy poco tiempo, y justo enfrente de la reina. Erasobrenatural.Imposible.Asombroso.
Un acceso de risa burbujeaba en la garganta de Kai, temblandoincontrolable en su pecho. Sus emociones eran jirones demiedo, pánico yhorror.Elataquedehisterialoasaltócomoungolpeenelabdomen.Setapóla boca con lamano cuandobrotó la risa enloquecida, quede inmediato seconvirtióenjadeoshorrorizados.
—Majestad—dijoTorin,apoyándoleunamanoentrelosomóplatos.—T-Torin—tartamudeóKaimientrasluchabaporrespirar—,¿creesque
ellaestébien?—Hademostradoqueesbastanteresistente—respondióTorin,aunquesu
expresióneradeduda.Kaiempezóaavanzarporelsalóndeltrono.Suszapatosdebodadejaban
huellasenlasangrepegajosa.Llegóalacornisayseasomóallago.Desdesuasiento no había podido calcular la altura de la caída: por lomenos cuatropisos.Elestómagolediounvuelco.Noalcanzabaaverlaotraorilladellago.Dehecho,seextendíatantoqueparecíaquellegabahastalapareddeldomo.
Elaireestabaquieto,peroelaguasesentíaagitada,negracomolatinta.Kaibuscóybuscóalgoqueindicarauncuerpo,unachica,eldestellodeunmiembrometálico,peronohabíaseñalesdeella.
Se estremeció. ¿Cinder sabría nadar? ¿Su cuerpo estaba diseñado paranadar? Kai sabía que se duchaba en la Rampion, pero ¿sumergirsecompletamente?
—¿Habrásobrevivido?
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Kaidiounsalto.Levanaestabaaunospasos,conlosbrazoscruzadosylas fosasnasalesdilatadas.Elemperadorsealejó,aguijoneadoporelmiedoirracionaldequelareinaestuvieraapuntodelanzarloporlacornisa.Peroencuantoretrocediósediocuentadequedecualquiermanerapodíaobligarloasaltar.
—No sé —contestó, y para molestarla, agregó—: por cierto, fue unentretenimiento maravilloso. Tenía grandes expectativas y no medecepcionaste.
LareinagruñóyKaisealegródehaberretrocedido.—¡Aimery!—gritó—.Ordenaquerevisenellagoantesdequeamanezca.
Quieroquemesirvanelcorazóndelacyborgenunabandejadeplata.—Asísehará,SuMajestad—respondióAimeryhaciendounareverencia.
Luego se dirigió al grupo de taumaturgos que habían llegado después delincidenteyqueseesforzabanporaparentarque ladestruccióndelsalóndeltrononoeratanimpactantecomoenrealidadlesparecía.Cuatroseretiraron—.LamentoinformarleaSuMajestadquehahabidodisturb…
—¡Esobvioquehahabidodisturbios!—bramóLevana,apuntandohaciaellagoconunauñapintadaderojo—.¿Creesquenoloveo?
—Desde luego, reinamía, perohay algomás—agregóAimery, conungestotenso.
—¿Quémáspodríapasar?—preguntóLevanaechandofuegoporlosojos.—Como sabe, el juicio y la ejecución de esta noche se transmitirían en
vivoatodoslossectores.Alparecer,comoresultadodelescapedelacyborg,la gente está… amotinada. Parece que son varios sectores. SB-1 es elmáscercano, según indican nuestras cámaras de seguridad.También parece queunaconsiderableturbadeciudadanosmarchahaciaArtemisadesdeellejanoAT-6.
—Lacyborgnoescapó—lavozdeLevanasonódelgadaytensa,casiapunto de romperse. Kai se alejó otro paso—. Está muerta. Diles que estámuerta. No pudo haber sobrevivido a la caída. ¡Y encuéntrenla!¡Encuéntrenla!
—Sí, SuMajestad.Vamos a preparar inmediatamente una emisión parainformaralpueblodelamuertedeLinhCinder.Peronopodemosgarantizarqueseasuficienteparacontenerlosalzamientos.
—¡Basta!—conunamano,Levanaapartóaltaumaturgodesucaminoyse apresuró a plantarse frente al trono—. Bloqueen los túneles del tren delevitación magnética que entran y salen de Artemisa. Cierren los puertosaéreos. Nadie puede entrar ni salir de este domo hasta que no hayan
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encontrado a la cyborg y hasta que los civiles de Luna no se hayanarrepentido de sus acciones. Si alguien trata de atravesar las barreras,¡dispárenle!
—Espere —interrumpió Bromstad, primer ministro de la FederaciónEuropea,avanzandohaciaLevana.Casitodoslosaristócrataslunareshabíanabandonado la sala. Quedaban los criados, que luchaban por retirar loscadáveres, y los terrícolas, que trataban de disimular lo alterados que sesentían—.Nopuedecerrarlospuertosaéreos.Nosinvitóaunaboda,noaunabatallacampal.Migabineteyyonosvamosestamismanoche.
Levanaarqueóunaceja,yesegestosimpleyeleganteleerizóaKaicadacentímetrodepieldelanuca.LareinaseacercóaBromstady,aunqueestesemantuvofirme,Kaisediocuentadequeestabaarrepentidodesuspalabras.Asusespaldas,losotroslíderesseacercaronunosaotros.
—¿Quiereirseestanoche?—preguntóLevana.Suvozhabíarecuperadosusinflexionesvibrantes—.Muybien.Permítamequeloayude.
Una doncella que estaba cerca y trataba de pasar inadvertida dejó defregarelpisoylevantóuntenedordeservircaído.Derodillas,conlacabezabaja,leentregóelutensilioalprimerministroBromstad.
Enelinstanteenquesumanosecerróalrededordelmangodeltenedor,elmiedo se apoderó de su rostro. No unmiedo cualquiera, sino el miedo desaberqueteníaenlasmanosunarmayqueLevanapodíaobligarloahacerloquequisiera.Loquequisiera.
—¡Detente!—ordenóKaitomandoaLevanaporelcodo.Ellalomirócondesagrado—.Comoyadije,noaceptaréqueseasmiemperatrizsiatacasaunlíder de un país aliado. Déjalo. Deja que todos se vayan. Ya se derramósuficientesangreporhoy.
Los ojos de Levana eran como brasas ardientes, y por un instante Kaipensóquepodríamatarlosa todosyapoderarsedelaTierraconsuejército,pueslapartidadeloslíderesleallanaríaelcamino.
Sabíaquelaideahabíacruzadoporsumente.PeroenlaTierrahabíamuchagente,muchamásqueenLuna.Nohabría
podidocontrolarlosatodos.UnarebeliónenlaTierraseríamuchomásdifícildecontrolarsitratabadeconquistarlaporlafuerza.
EltenedorrepiqueteóenelsueloyBromstadexhalóaliviado.—Ellanotesalvará—siseóLevana—.Séquecreesqueestávivayque
estapequeñarevueltasuyavaatriunfar,peronoseráasí.Dentrodepocoseréla emperatriz y ella estará muerta, si no es que ya murió—recompuso laexpresióndesurostroysepasólasmanosporelfrentedelvestido,comosi
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pudiera alisar el desastre de la hora anterior—. Querido esposo, no sé sivolveré a verte antes dequenos reunamospara las coronaciones.Me temoqueelsolohechodevertemeenferma.
Gracias a la mirada de advertencia de Torin, Kai logró contener uncomentariosobreestedesaireinesperado.
Levanachasqueólosdedos,ordenóaunadelascriadasqueleprepararael baño en sus habitaciones y se fue enseguida, con el borde de su vestidollenándosedesangremientrascruzabaelsalóndeltrono.
Kairesopló,aturdidoportodoloquehabíapasado.Laausenciarepentinadelareina.Elpunzanteolorahierrodelasangremezcladoconlafraganciaintensadelosproductosdelimpiezayloquequedabadelaromadelacarneasada. El eco de los disparos en sus oídos. Nunca olvidaría la imagen deCinderarrojándosedesdelacornisa.
—SuMajestad—murmuróunavozmarchitayasustada.KaigiróyvioaLinhAdriyaPearlagazapadasenunrincón.Teníanelrostrosucioysurcadopor las lágrimas—. ¿Sería posible…?—Adri se atragantó.Kai veía subir ybajarsupechomientrastratabadecontrolarse—.¿Seríaposiblequeordenaraque… nos enviaran a mi hija y a mí devuelta a casa?—sollozó y nuevaslágrimas inundaron sus ojos. Se frotó la cara y dejó caer los hombros. Sucuerpo apenas se sostenía en la esquina de la sala—. Tuve suficiente…quisierairmeacasa,porfavor.
Kai cerró con fuerza la mandíbula. Sentía casi tanta compasión comodesprecioporestamujer.
—Losiento—sedisculpó—,peronocreoquenadiepuedairsehastaquehayaterminadotodo.
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Cincuentaytres
El agua la golpeó como si hubiera sido concreto. La fuerza del impactosacudiósucuerpodearribaabajo.Todassusextremidadesvibraron,primeropor el choque contra el agua que la succionó hacia abajo, luego por el fríoglacial.Todavíaestabaconmocionadaporelgolpecuandoelaireabandonósuspulmonesenunaráfagadeespumayburbujas.Sucuerporodócomounaboya;supesadapiernaizquierdalaarrastrabahaciaabajo.
Unaluzrojadealarmallenabalaoscuridad.
INMERSIÓNENLÍQUIDODETECTADA.LAFUENTEDEALIMENTACIÓNSEAPAGARÁENTRES…
Yhastaahíllegóelconteo.Laoscuridadseapoderódelaparteposteriordelcerebro de Cinder, al igual que si le hubieran apagado un interruptor. Elmareolaacunaba.Lamuchachaseobligóamantenerlosojosabiertosymiróhacialasuperficie,orientándosesoloporquepodíasentircómoelpesodesupiernaibaarrastrándolahaciaabajo,másabajo.
Chispasblancasaparecieronen lasesquinasde sucampodevisión.Suspulmones se esforzaban por resistir. Las resbaladizas algas alcanzaron aprendersedeella,adhiriéndoseasupantorrilladerecha,dondelaperneradelpantalónsehabíaalzadoyapelotonadoentornoasurodilla.
Obligándose a permanecer consciente, Cinder dirigió la linterna de sudedoalaoscuridadbajosuspieseintentóencenderla,peronopasónada.
Con apenas la suficiente luz proveniente del palacio filtrándose entre ellodoyel agua,Cinder creyódetectaruna seriedehuesospálidosatrapadosentrelashierbas.Supiedemetalsehundióenunacajatorácica.
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Cindersesacudió;lasorpresaledespejólamentemientrasdebajodeellaloshuesosseaplastaban.
Apretando los dientes, Cinder usó hasta el último residuo de la energíaquelequedabaparaimpulsarseysalirdelfondodelago,luchandoporvolvera la superficie.Supiernay sumano izquierdano le respondían,yanoerannada más que pesos muertos al final de sus extremidades, y la herida delhombro donde el soldado mutante le había clavado los dientes le dolíaterriblemente.
Sudiafragmasecontrajo.Encimadeella,elbrillodelasuperficiesehacíacada vezmás intenso, y las luces parpadeaban comoun espejismo sobre lasuperficie; sentía cómo la fuerza se le escapaba, y su pierna trataba dearrastrarlaotravezhaciaabajo…
Cinder salió a la superficie del lago boqueando para llevar la mayorcantidad de aire posible a sus pulmones. Se las arregló para avanzar por lasuperficie del agua durante unmomento angustioso antes de ser arrastradaotra vez hacia abajo. Le ardían los músculos a medida que pateaba,esforzándosepormantenerlacabezaafueradelagua.
Conforme las luces de su visión empezaron a desvanecerse, Cinder sesecó losojos; elpalacio seelevabaporencimadeella,ominosoyopresivopese a su belleza, extendiéndose a ambos lados del lago. Sin luz de díaartificialalumbrandoeldomo,podíavercómoseextendíalaVíaLácteadelotroladodelcristal.Fascinante.
En el balcón,muy por encima de ella, distinguió sombrasmoviéndose.Luegounaolachocócontraellaylaarrastróotravezhaciaelfondodellago,mientras la corriente golpeaba contra su cuerpo. Perdió el sentido dedirección,haciaarribaohaciaabajo;elpánicoestallódenuevoensucabezayempezóaagitarlosbrazosintentandorecuperarelcontrolcontraelembatede las olas. Su hombro latía. Solo cuando sintió que se estaba hundiendovolvió a orientarse y se movió dificultosamente para salir otra vez a lasuperficie.
Tratódenadarlejosdelpalacio,haciaelcentrodellago,aunquenopodíaver dónde terminaba. No había avanzado mucho cuando sus músculosempezaronaarder,ycadaarticulacióndelladoizquierdodesucuerposufríapor el peso inútil de sus prótesis. Sentía sus pulmones en carne viva, perotenía que sobrevivir, nopodía dejar de luchar, nopodía dejar de intentarlo.Kai seguía allá arriba; sus amigos estaban en alguna parte de Luna y lanecesitaban,ylagentedelossectoresexternoscontabaconella.Debíaseguiravanzando,avanzando…
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Cinder contuvo el aliento y se sumergió bajo la superficie. Se quitó lasbotas dejando que se hundieran; no eramucho, pero se sintió un pocomásligera, lo suficiente para contrarrestar el peso asimétrico de su cuerpo,impulsándoseatravésdelasolas.
Ellagoparecíanotenerfin,perocadavezquemirabahaciaatrásyveíahasta qué punto el palacio lunar había retrocedido en la distancia, Cindersentía que su fuerza se renovaba; ahora la orilla estaba alumbrada pormansionesymuellesparapequeñosbotes.Lalejanaorilladelotroladohabíadesaparecidosobreelhorizonte.
Cindersepusobocaarriba,jadeando;sentíaquelapiernaleardía,quesusbrazos parecían hechos de goma, que en la herida de su hombro había unpicahielosclavadohastalomásprofundo.Nollegaríamuchomáslejos.
Cuandounanuevaola golpeó contra su cuerpoy casi no semolestó ensalira lasuperficie,seleocurrióqueenrealidadnosabíasi teníareservadasuficienteenergíaparallegaralaorilla.
¿Ysilaestabanesperandoallí?Nopodríaluchar,nopodríamanipularanadie.Estabaterminada:noeramásqueunachicaapaleadaymediomuerta.
LacabezadeCindergolpeócontraalgosólido.Sequedósinaliento;sufaltadepropulsiónlaenviabaalfondo.Seresistióconelpie,forzándoseasalirunavezmásyescupiendoagua
porlaboca.Susmanosgolpearoncontraalgoduro,unasuperficieresbaladizaconlaquesehabíaencontrado.Eldomo.
HabíallegadoalbordedeArtemisa.La enorme pared curva actuaba como un dique, conteniendo el lago,
mientrasquedelotro ladodelvidrioel cráter continuabaporkilómetrosencadadirección:seco,llenodeagujeroseinquietanteyterriblementeprofundo.
Haciendo equilibrio contra el cristal, Cinder se quedómirando hacia elfondodel cráterque seextendíacientosdemetrosdebajodeella.Se sentíacomounpezenunapecera.Atrapada.
Giró hacia la orilla pero no pudo moverse. Estaba temblando, tenía elestómagovacío;supesadapiernalavolvióahundir,yletomólafuerzadeunmillardesoldadoslobosvolveraabrirsecaminohacialasuperficie.Labocaselellenódeaguaylaescupiótanprontocomosucabezaseasomóentrelasolas,peroerainútil:nopodía.
Elmareolasacudió.Susbrazossedesplomaroncontraelagua.Supiernaderecha claudicó primero, demasiado cansada para dar una patada más.Cinder jadeó y la corriente la arrastró hacia abajo, mientras una mano sedeslizabaporelcristalresbaladizo.
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Sintióunextrañoaliviomientraslaoscuridadlaenvolvía.Unorgullodesaberquecuandoregistraranellagoibanaencontrarsucuerpoaesaenormedistanciadelpalacioysedaríancuentadelomuchoquehabíaluchado.
Su cuerpo quedó inerte. Una ola la volvió a sacar a la superficie y seestrelló contra el muro, pero apenas lo sintió. Luego algo la sujetó,arrastrándolahaciaarriba.
Demasiadodébilparaluchar,Cinderdejóquelacargaran.Sucabezasaliódelaguaysuspulmonesseexpandieron.Tosió.Unosbrazoslaenvolvieron.Un cuerpo la presionó contra la pared. Cinder se dejó caer hacia adelante,colocandosucabezacontraunhombro.
—Cinder—eraunavozmasculina,tensayvibranteatravésdesupecho—, deja de aflojar el cuerpo, ¿quieres? —terminó de acomodarla en susbrazos,cambiandodelugarsupesoparaapoyarlasobresucodo.
—¡Cinder!Dirigiósuborrosamiradahaciaarriba,entreviendosubarbillaysuperfil,
yelcabellohúmedopegadoasufrente.Debíadeestardelirando.—¿Thorne?—elnombreseleatascóenlagarganta.—Capitán… para ti —apretó los dientes, tratando de llevarla hacia la
orilla—.¡Ay!,vayaqueerespesada.Oh,¡ahíestá!,graciasporayudar…—Tubocausamuchaenergía—gruñóalguien.¿Jacin?—.Ponlatendida
deespaldasparaquesucuerponoluchecontra…Sus palabras se convirtieron en un grito agudo mientras el cuerpo de
Cinder se deslizaba por entre las manos de Thorne, hundiéndose hacia lareconfortantecalmadelasolas.
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Cincuentaycuatro
Desde la orilla, Cress e Iko miraban el lago abrazadas. Thorne y Jacin sehabían sumergido. Cress temblaba,más demiedo que de frío, y aunque elcuerpodeIkonodespedíaelcalornaturaldeunhumano,ledabaelconsuelodesusolidaridad.Esperaron,peronohabíasignosdeThorne,JacinoCinder.Llevabanmuchotiempobajoelagua.
Demasiado.Cressnosehabíadadocuentadequeestabaconteniendoelalientohasta
que lo sintió en sus pulmones. Tomó una bocanada de aire que también lecausódolor,porquesabíaquesuscompañeroshabíanretenidoelalientotodoesetiempo.
Ikoleoprimiólamano.—¿Porquénohan…?—diounpasoalfrenteysedetuvo.ElcuerpodeIkonoestabahechoparanadaryCressnuncahabíaestado
enunamasadeaguaquenofueralatinadelbaño.Eraninútiles.Cress se tapó labocaconunamano temblorosa, ignorando la sensación
calientedelaslágrimasenelrostro.Habíapasadodemasiadotiempo.—¡Ahí!—gritóIkoyseñalódos…no,trescabezasquesurgierondelas
olasnegrasyagitadas.Ikodiootropaso.—Estáviva,¿verdad?N-noparecequesemueva.¿Vesquesemueva?—Estoyseguradequevive.Seguroqueestarábien—respondióCress.MiróaIko,peronoseatrevióahacerlapreguntaquesabíaquetodosse
habíanhecho.Lohabíanvistotodoenlatransmisióndelfestíndebodas.El
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juicio. La masacre. El salto de Cinder desde la cornisa y cómo se habíahundidoenellago.
¿Cindersabíanadar?Todoslohabíanpensado,peronadiehabíarespondido.Juntos,sehabían
escabullidoporlaciudad,agradecidosdequelospocoslunaresqueloshabíanvistoestuvierandemasiadoocupadosconlosfestejosporelmatrimoniodelareinacomoparaprestarlesatención. Jacin loshabíaguiado,puesconocía laciudad y lamorfología del lago, sabía dónde afloraban a veces los cuerposque caían desde el salón del trono. Ninguno de ellos había dudado: todossabían que tenían que encontrar a Cinder mientras Levana aún no logrararecuperarsedelataque.
CuandovieronlaoscuraformadeCinderentrelasondas,entodoelgruporesonó un suspiro de gozo y alivio, pero aún no sabían en qué estado seencontraríasuamiga.
¿Estabaviva?¿Estabaherida?¿Sabíanadar?Cuandoel tríoque se encontrabaenel aguaestuvomáscerca,Cress se
desprendió de Iko y chapoteó hasta llegar a ellos. Entre todos llevaron aCinderhastalaorillayladepositaronsobrelaarenablanca.
—¿Estáviva?—preguntóIko,casihistérica—.¿Respira?—Vamosaesacabañadepesca—indicóJacin—.Nopodemosquedarnos
afuera.Thorne,Jacine Ikocompartieronel trabajodecargarelcuerpodébilde
Cinder,mientrasCressseadelantóparamantenerlaspuertasabiertas.Sobrelos muros laterales colgaban de soportes tres botes de remos, y uno másestabaenelcentro,tapadoconunalona.CressquitódeencimaunmontónderemosyequipodepescademododehacerespacioparaquepusieranallíaCinder,peroJacinlacolocóenelsuelo.Ikocerrólaspuertasyellugarquedóa oscuras. Cress luchó por encender la pálida luz azulada de su pantallaportátil.
Jacinnoperdió tiempoenrevisarsiCinder respirabao teníapulso,sinoque se inclinó sobre ella y colocó las manos juntas sobre su pecho. Se leendureció la mirada al tiempo que comenzó a presionar el esternón conmovimientos rápidos y firmes. Cress parpadeó al oír el sonido de loscartílagos.
—¿Sabes lo que estás haciendo?—preguntóThorne, acuclillado al otroladodeCinder.Tosióyselimpiólamanoconelbrazo—.¿Necesitasayuda?Aprendimosestoenelcampamento…meacuerdo…másomenos…
—Séloquehago—respondióJacin.
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En efecto, parecía saberlo. Inclinó hacia atrás la cabeza de Cinder yformóunselloalrededordelabocadelamuchachaconsupropiaboca.
Thornenoseveíareconfortado,peronodijonada.Arrodillada a los pies de Cinder, Cress miró en silencio cómo Jacin
reanudaba lascompresiones.Seacordóde losmelodramasde la red, en losque el héroe reanimaba a la heroína con respiración boca a boca. Le habíaparecido tan romántico… Incluso había tenido fantasías en las que seahogaba,sueñosenlosquelapresióndeloslabiosdeunhombreledevolvíalavidaasucuerpoinerte.
Losmelodramasmentían.Elprocedimiento implicabaunaviolenciaquenohabíanrepresentado.HizounamuecacuandoJacinpusolasmanosplanassobre el esternóndeCinderpor terceravez, imaginándose lasmagulladurasensupropiopecho.
Sesentíasuspendidaeneltiempo.Thorneseapostócomocentinelaenlaentrada,vigilandoporunaventanapequeñaysucia.Ikosehabíaenvueltoconsus propios brazos y parecía a punto de disolverse en unas lágrimasimposibles.
CressestabaportomardenuevolamanodeIkocuandoCindersesacudióycomenzóaatragantarse.
JacininclinólacabezadeCinderaunlado.Salióaguaaborbotonesdesuboca,aunquenotantacomoCressesperaba.Jacinsostuvoalamuchachaenesaposiciónparaconservar lasvías respiratoriasdespejadas,hastaquedejódetoser.Volvíaarespirar.Débilytitubeante,perorespiraba.
Cinderabriólosojos.Jacinlaenderezóparaquesesentara.Dejócaerelbrazoderecho.Tomóelbrazodelguardiaylooprimió.Escupióotropocodeagua.
—Quéoportuno—dijoconvozcascada.Teníalabarbillayloslabiosbrillantesporelagua.Ikoseestiróylasecó
con la manga. Cinder la miró y sus ojos se iluminaron, aunque tenía lospárpadosabatidosporelagotamiento.
—¿Iko?Creí…—conungemidosedesplomósobresuespalda.La androide gritó y se preparó para saltar sobre Cinder, pero lo pensó
mejor.Entonces,pasópordetrásdeJacinparapodertomarasuamigaporloshombrosy acunar su cabezaenel regazo.Conuna sonrisa cansada,CinderlevantóunamanoparaacariciarlastrenzasdeIko.Alamanocibernéticalefaltabaundedo.
—Nopodemosquedarnosaquí—advirtióJacinsacudiéndoseelaguadelpelocorto—.Empezarán labúsquedacercadelpalacio,perono tardaránen
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cerrartodoellago.Tenemosqueencontraralgúnsitioparaqueserecupere.—¿Tienes alguna buena idea? —preguntó Thorne—. No estamos
precisamenteenterritorioaliado.—Necesito insumosmédicos—dijoCindercon losojoscerrados—.Un
soldadolobomemordió.Hayquelimpiarlaheridaantesdequeseinfecte—dijoconunsuspiro,demasiadoextenuadaparaseguir.
—Yaqueestamosenlahoradelaspeticiones,nomemolestaríatenerunacomidacalienteyunasecadoraderopa—bromeóThorne.Acontinuación,seinclinóysesacólacamisaempapada.
Con los ojos abiertos, Cressmiró fijamente cómo exprimía el agua dellago,quesederramóporelconcreto.
Jacindijoalgoquenoalcanzóaentender.Thornesepusodenuevolacamisa,unpocomenosmojada,aunquemás
arrugada.Cresspudovolverarespirar.—Podría funcionar —coincidió Thorne y señaló con la cabeza hacia
Cinder—:¿Creesquepuedashacerlo?—No—respondió—.Nopuedocaminar.—Noestálejos—insistióJacin—.Pensabaqueerasfuerte.Cinderlomiróenojada.—Nopuedocaminar.Elaguaestropeóalgoenmiinterfaz—sedetuvoun
momento,jadeando—.Norespondenlapiernanilamano.Tambiénperdíelaccesoalared.
Cuatroparesdeojosmiraronelrelucientepiemetálico.CressnoteníalacostumbredepensarenCindercomounacyborg,comoalgodiferente,comoalguienquedeprontopudiera…dejardefuncionar.
—Estábien—dijoJacinygiróhaciaThorne—.¿Lacargasprimeroolacargoyo?
—¿Quénosabeslopesadaquees?—bromeóThorne,alzandounaceja.Cinderlelanzóunapatada.—Deacuerdo.Túprimero—agregóThorne,conunresoplido.
—¿Estamos seguros de esto?—murmuró Cress. Estaba agazapada junto aCinder,Thorne y Jacin, detrás de un enrejado cubierto por una enredadera.MirabanaIko,quellamabaporterceravezconlaaldabadelapuerta.
—Lesdigoquenohaynadie—respondióJacin,molestoporlacauteladeenviar a Iko a sondear lamansión adornada con pilares, antes de entrar—.Estafamiliaespopularenlacorte.Sequedaránenelpalaciotodalasemana.
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Comonadieabrió lapuertaalcuarto intento,Ikodiomediavueltahaciaellosyseencogiódehombros.
Cress pasóunbrazopor la cintura deCinder.Tenía la estatura correctaparaactuarcomobastón.Renquearonalolargodeljardín.Cinderarrastrabalapiernametálicaydejóunsurcoenelpastoazul.
—¿Quéhacemossiestácerrado?—preguntóCressyechóunamiradaalacalle,aunquenohabíanvistoniunasolaalma.Quizátodoslosvecinoseranmiembros populares de la corte. Quizá toda la ciudad estaba en la ruidosacelebracióndelpalacio.
—Entonces,meharécargo—dijoThorne.La puerta no estaba asegurada. Entraron a un lujoso recibidor con una
imponenteescalinatacurvayunmardemosaicosdoradosyblancos.—Estelugarestálistoparaquelosaqueen—comentóThorne,despuésde
dejarescaparunsilbido.—¿Puedosaquearelvestidordeladueña?—preguntóIko.Jacinlocalizóunenormejarrónllenodefloresylopusoenelsuelofrente
a lapuerta,paraquequienquieraqueabriera, lo tiraray lo rompieraenmilpedazos.Seríaunabuenaadvertenciadequehabíallegadolahoradeirse.
NotardaronenencontrarunacocinaqueeramásgrandequeelsatélitedeCress.IkoyCressacomodaronaCinderenunasillaaltaylaayudaronaqueapoyaralapierna.Mientras,Jacinhurgóenlaalacenaysalióconunsurtidodenuecesyfrutas.
—¿Quécreesquetepasa?—preguntóIko.Cindersedioungolpeconlapalmaenuncostadodelacabeza,comosi
quisieraquealgoseleacomodara.—No es un problema de energía —respondió—. Por lo menos, me
funcionanlosojos.Esalgoenlaconexiónentrelainterfazcerebro-máquinaymisprótesis.Afectalamanoylapiernaalmismotiempo,asíquedebedeserunaconexiónprimaria.Quizáseempapómitablerodecontrol.Talvezhayacables fundidos —lanzó un suspiro antes de continuar—: supongo quedeberíasentirmeafortunada.Simifuentedeenergíasehubieraapagado,mehabríamuerto.
Lopensaronunmomentomientraspicoteabanlacomida.—¿Vistesihabíaarroz?—preguntóThorne,mirandohacialaalacena—.
Quizápodríamosllenarlelacabezaconarroz.Todoslomiraronfijamente.—Yasaben,para…paraabsorberlahumedad,digo.¿Noesbuenaidea?—Novanametermearrozenlacabeza.
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—Peroestoyseguroderecordarquealguienpusoenunabolsadearrozunapantallaportátilquesaliódeunalavadoray…
—¡Thorne!—Solotratodeayudar.—¿Qué necesitas para arreglarlo? —preguntó Cress, y como todos
voltearonparamirarla,hundiólacabezaentreloshombros.Cinder frunció el ceño. Cress la vio barajar diferentes posibilidades.
Luegosepusoareírysepasólamanobuenaporelpeloenredadoytodavíahúmedo.
—Unmecánico—respondió—.Unbuenmecánico.Ikoresplandeció.—¡Tenemosuna!Además,estamosenunamansión.Aquíhaytoneladas
de tecnología. Tenemos que encontrar las partes de repuesto y lasherramientas,ymeexplicasdetalladamentecómoarreglarte.¿Teparece?
Cinderhizounamueca.Teníaojerasyunapalidezpocosaludable.Cressnuncalahabíavistotanagotada.
Iko inclinó la cabeza. También debía de haberlo observado, porqueduranteunmomentoexaminóaCinder,yluegoatodoslosdemás.
—Seven terribles.Talvezdeberíandescansarun rato.Puedoquedarmedeguardia.
—Noesmala idea—admitióThorne,despuésdeque todos lopensaronporunminuto.
Ikoseencogiódehombros.—Alguiendebetenerlacabezadespejadaenlasemergencias—sedetuvo
uninstanteconelceñofruncido—.Aunquenuncapenséquemetocaríaamí.—Pensarás con más claridad después de una siesta—le dijo Thorne a
Cinder.La muchacha lo ignoró con los ojos puestos en la mesada. Tenía los
hombroscaídosylamiradavacía.—Nocreoquesearregleconunasiesta—selamentóylevantólamano
cibernética,quecolgabainútildesumuñeca.Seveíaunorificiodondehabíanarrancado el dedo—.No puedo creer que esté pasando esto. Así no puedolucharni empezaruna revoluciónni ser la reina.Asínopuedohacernada.Estoyrota;literalmenterota.
Ikolepusounamanosobreelhombro.—Sí,perorotonoquieredecirqueseairreparable.
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Cincuentaycinco
—Estafueunamaladecisión—dijoScarletmientrasWinterlaescudriñaba.Scarletestabamolestayunalíneaprofundasurcabasuceño.Winterseacercóunpocomásytiródeunodesusrizos.
—Todavíanohasdecididoregresar.—Ajá, porque ya no tengo idea de dónde estamos —replicó Scarlet
manoteando para alejarla, y echó un vistazo por encima de su hombro—.Hemosestadovagandoporestascuevasdurantehoras.
WintervolteóhaciadondeScarletestabamirando,perolailuminacióndela cueva era tan tenue que apenas podía ver unos metros antes de quedesapareciera en las sombras, alumbrada solo ocasionalmente por una queotra esfera brillante en el techo. Winter no podía saber cuánto se habíanadentrado ella y Scarlet en los tubos subterráneos de lava en busca de lossoldados lobos—en busca de un ejército—, y seguía sin saber cuántomástendrían que avanzar. Sin embargo, cada vez que pensaba en regresar seimaginaba que había escuchado un aullido débil en la distancia, lo que laobligaba a continuar. Su sueño de Ryu y Levana se adhería a suspensamientos como polen pegajoso, incitando su determinación una y otravez.
Levana creía que podía controlar a todos en Luna: a la gente, a lossoldadose inclusoaWinter,peroseequivocaba; laprincesaestabahartadeser manipulada, y estaba segura de que no podía ser la única; encontraríasoldadosquepelearanporella,yjuntosibanadeshacersedesumadrastraysucrueldad.
Giraronunavezmásenotraesquina;lasoscurasyásperasparedesnuncacambiaban.Eltechoerairregularperoelsueloeraliso,resultadodeldesgaste
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de tantos años de tráfico a pie, y marchando. ¿Los soldados marchaban?Winternoestabasegura,nuncalehabíapuestomuchaatenciónalejércitodesu madrastra; deseaba haberse interesado más en lo que Levana estabahaciendo con esos “niños transformados en soldados”, y en lo que habíaestadoplaneandotodoestetiempo.
Por lo demás, la cueva se veía exactamente igual a cuando había sidotallada,hacíaaños,enlavafundida.EnaquelentoncesLunaeraunlugardecalorytransformación;eradifícilcomprenderloahoraenestasfríasyáridascavernas,abandonadasaunaexistenciasilenciosayoscura.
Cuando los terrícolas construyeron su colonia por primera vez hicieronhogarestemporalesenlosgrandestubosdelavainterconectados,mientraslosdomos estaban en construcción, y después los convirtieron en un lugar dealmacenamiento de rieles de transporte. Solo recientemente se habíanutilizadoparaalgoviolentoygrotesco.
—Cuartelessecretosparaunejércitosecreto—susurróparasímisma.—Estábien,descansemos—Scarletsedetuvoypusolosbrazosenjarra
—,¿porlomenossabesadóndevamos?EstavezWintertiródeunmechóndesupropiocabello,enroscadocomo
unresortesobresumejilla;todavíateníaunchichónenelcuerocabelludoendonde se había golpeado, aunque su dolor de cabeza ya casi habíadesaparecido.
—Muchos de los tubos de lava que no se usaron para transportes seconvirtieron en instalaciones subterráneas para entrenamiento; ahí es dondeestaránlossoldados,almenosaquellosquenohansidoenviadosalaTierra.
—¿Y cuántos tubos de lava hay en la superficie lunar? —preguntóScarlet.
Enrespuesta,Winterparpadeólentamente.—No sé, pero ¿sabías que Luna empezó siendo una bola gigante de
magmalíquidoybrasas?—¿Cuántos regimientos de lobos quedan en Luna? —preguntó Scarlet
conunamueca.EstavezWinternisiquieracontestó.Scarletexhalóysefrotólafrente.—Lo sabía, sabía que no debía escucharte. Winter: hemos estado
deambulando por días y no hemos visto a una sola persona; incluso siencontramos uno de esos regimientos, manadas o como sea que se llamenellos, lo más probable es que nos coman. ¡Es un suicidio! —apuntó endirecciónal lugardesdedondehabíanvenido—;deberíamosestarbuscandoaliados,noenemigos.
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—Vete tú, entonces—Winter continuó avanzando por el túnel infinito.Scarletdejóescaparungemidoylasiguió.
—Treinta minutos. Vamos a caminar treinta minutos más y si paraentonces no hemos visto alguna evidencia de que nos estamos acercando,daremoslavueltayregresaremos;novoyaaceptarunnoporrespuesta;estoydispuestaagolpeartelacabezayllevartearrastrandosiesnecesario.
Winterparpadeó,agitandolaspestañas.Parecíaqueestabadivertidaconlaidea.
—Los vamos a encontrar, amiga Scarlet, y se nos unirán; tu Wolf espruebadequesonhombres,nomonstruos.
—Megustaría que dejaras de compararlos conWolf.Él es diferente, elrestoson…sonunosmonstruos.ConocíalamanadadeWolfenParís,ysonbrutales y terribles, y esos eran sus agentes especiales, ¡y siguen siendomayoritariamentehumanos!Nopuedesrazonarconesosmonstruosmásdeloquepuedeshacerlocon…
—¿Unamanadadelobos?—Exactamente—dijoScarlet,mirándola.—Ryueramiamigo.Scarletlevantólasmanos,exaltada.—¿Quévasahacer, jugara lapelota conellos?Estásmuyequivocada.
EstánbajoelcontroldeLevanaoquienquieraqueseasutaumaturgo.Haránloquelesdigan,ylesdiránquenosdevoren.
—Eran jóvenes a los que forzaron en una situación difícil, ellos nopidieronestavida,asícomotuWolfnolapidió,perohanhecholoquehannecesitado para sobrevivir; si se les diera la oportunidad de romper lasataduras de su esclavitud, creo que la aprovecharían. Creo que se unirán anosotros.
Winter escuchó un aullido distante a un volumen muy bajo y seestremeció.Sinembargo,Scarletpareciónoescucharlo,asíquenodijonada.
—Notienesideadeporquiéntomaránpartido;loshanmanipuladotantoque se unirán a quien les ofrezca el pedazo de carnemás grande—Scarletvaciló—.¿Quépasa?¿Ahoraestásalucinando?
Winterseforzóasonreír.—No, a menos que tú seas producto de mi imaginación, pero ¿cómo
podríaestarseguradequeesdeunmodoodeotro?Asíquevoyaoptarporseguircreyendoqueeresreal.
Scarletnosemostróimpresionadaconsulógica.
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—Sabesenqué se convirtieronesoshombres, ¿cierto?Sabesquenuncavanapodersernormalesotravez.
—Habría pensado que tú, más que nadie, creerías en su habilidad paracambiar.Wolf cambióa causade su amorpor ti; ¿porqué ellosnopuedencambiartambién?—echóaandardenuevo.
—Wolf es… no es lo mismo, Winter; sé que estás acostumbrada apestañear seductoramente ante cualquiera conquien te encuentras y esperasqueseenamorendeti,peroestonovaasucederahora.Sevanareírysevanaburlardeti,yluegovana…
—Comerme;sí,entiendo.—Noestáscaptandoelsignificadodetrásdelaspalabras,estonoesuna
metáfora:hablodegrandesdientesysistemasdigestivos.—Grasayhuesos,tuétanoycarne—cantóWinter—,soloqueríamosun
bocadoparasaciarnuestrahambre.—Puedesllegarasermuyperturbadora—gruñóScarlet.—Notengasmiedo,nosvanaayudar—aseguróWinterenganchandosu
brazoeneldeScarlet.Antes de que Scarlet pudiera plantear otro argumento, un olor peculiar,
intensoyacre, asaltó sus sentidos;unolor animal, comodecautiverioperodiferente: sudor y salmezclándose en el aire viciado de la cueva con algorancio,comocarnevieja.
—Bueno—dijoScarlet—.Creoquelosencontramos.UnescalofríorecorrióelcuellodeWinter.Ningunade lasdossemovió
porunlargorato.—Si nosotros podemos olerlos—comenzó Scarlet—, ellos nos pueden
oleranosotras.—Entiendo si quieres irte, puedo seguir sin ti—dijoWinter, alzando la
barbilla.Scarlet pareció considerarlo, pero luego se encogió de hombros. Su
expresióneratemeraria.—Empiezoacreerquetodosvamosaterminarsiendocomidaparalobos
decualquiermanera.Poniéndosefrenteaella,WintertomóelrostrodeScarletentresusmanos.—Noestuestilohablarasí.Scarletapretólamandíbula.—SellevaronaWolfyaCinder,ypormuchoquedeseequelospropios
mutantesdeLevanaladespedacenenpequeñaspartesyselacoman,nocreoque tengamos demasiada esperanza sin ellos —Scarlet tragó saliva; su
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resentimiento aumentaba—, y… no quiero ver este lugar, a él también loentrenaronaquí, ¿sabes?, tengomiedodeverdedóndevino, loqueél… loqueera.
—ÉlestuWolfahora,ytúeressualfa.—Según Jacin, necesitas una manada para ser un alfa —dijo Scarlet
riéndose.Jacin.El nombrehizoque sol y sangre, besosygruñidos recorrieran la
piel deWinter. Se dio unmomento para que el alma le volviera al cuerpo,antesde inclinarse sobre lacabezadeScarletydarleunbesoen sucabelloflameanteyfurioso.
—Teconseguirétumanada.
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Cincuentayseis
No habían avanzado mucho más, cuando detectaron un estruendo que seextendía por las cavernas, grave y trepidante como un tren en la distancia.Llegaron a otra bifurcación del túnel. Una ruta llevaba a más oscuridad yrocasynada,mientrasquelaotradesembocabaenunaspuertasdehierrodeaspectoantiguo,empotradasen lasparedesderegolito.Suúnicoadornoeraun cartel borroso pintado en la esquina inferior de cada hoja: ALMACÉN 15,
SECTORLL-12.Junto a las puertas, en elmuro, habían insertado una pantalla diminuta.
Eraviejayhabíaquedadoobsoleta.Eltextoparpadeaba:
Regimientolunar117,manadas1009-1020.
Elsueloylasparedesretumbabanconlaactividaddetrásdelaspuertas:risas,gritos y pisadas. Por primera vez desde que se había aventurado a estaexpedición,Wintersintióqueelnerviosismoleanudabaestómago.
—Noesdemasiadotardepararegresar—lesugirióScarletmirándola.—Noestoydeacuerdo.Scarletsuspiróyestudiólapantalla.—Docemanadas,asíquesonmásomenosciensoldados.Winter canturreó, como si no quisiera comprometerse con la situación.
Ciensoldados.Todosdecíanqueerananimales,asesinos,depredadoresoalgoasí.¿Deverdadsehabíavueltolocaalpensarquepodíacambiarlos?
Selellenaronlosojosdelágrimas,locuallasorprendió.Nosehabíadadocuentadequepensarensudesequilibrio laentristecía,pero la sensacióndelascostillasoprimiendosucorazónerainequívoca.
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—¿Por qué me seguiste —le preguntó mirando fijamente las sólidaspuertas—sisabesquetengounproblema,sisabesquenosirvoparanada?
—Esunapreguntaexcelente—seburlóScarlet.Seoyóungolpesecoyluegogritos.Lasparedesvibraronasualrededor.Nohabíanadvertidosupresencia.Scarletteníarazón:podíandarlamedia
vuelta y marcharse. Winter era capaz de admitir que sufría delirios y quenadie debía hacerle caso. Para lo único que servía era para tomar malasdecisiones.
—Nopodíadejar que te fueras sola—le respondióScarlet, sin ningunaanimosidad.
—¿Porqué?—Nosé.Puedespensarqueestoyloca.—No lo haré—dijo Winter con los ojos cerrados—. No estás dañada
como yo.No eres cien pedazos sueltos, cada vezmás ymás lejos unos deotros.
—¿Cómolosabes?Winterladeólacabezayseatrevióalevantarlamirada.Scarletseapoyócontralaparedderegolito.—Mipadreeraunborrachoyembustero.Mimamámeabandonócuando
era niña y nunca regresó. Vi cómo un hombre mataba a mi abuela y ledesgarraba el cuello con los dientes.Memantuvieron seis semanas en unajaula.Meobligaronacortarmemipropiodedo.Estoybastanteseguradequeme enamoré de un tipo modificado genéticamente y mentalmentecondicionado para ser un depredador. Bien mirado, diría que yo tambiéntengomuchospedazosdispersos.
LadeterminacióndeWintersederrumbó.—Entoncesvinisteconmigoporqueeralamaneramásrápidademorir.Scarletfruncióelceño.—No soy suicida—afirmó, de nuevo con voz ríspida—. Vine contigo
porque…—cruzólosbrazossobreelpecho—.Porquedesdequemerecogiómi abuela, toda la genteme dijo que ella estaba loca, que era una ancianachiflada y discutidora de la que todos se burlaban. No tenían idea de lobrillantequeera.EsaancianalocaarriesgótodoloqueteníaparaprotegeraCindercuandoeraunabebéy,alfinal,sacrificósuvidaantesquerevelarelsecretodeCinder.Erafuerteyvalienteylosdemásestabandemasiadociegosparadarsecuenta—pusolosojosenblanco,molestaconsupropiafrustración—.Creoqueloúnicoquequieroesque,peseatodaslascosasabsurdasquedices,seastambiénunpocobrillante.Estavezpodríastenerrazón—levantó
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undedo—.Sinembargo,sivasadecirmequefueunaideadelomásestúpidayquedebemoshuirenseguida,teseguiré.
Detrás de las puertas, algo se estrelló y produjo una ronda de risasescandalosas.Luegoseoyóunaullido,alqueseunióuncorodevocesquesonabanavictoria.
Unmúsculose tensóenlabarbilladeWinter,peroyanole temblabaellabio.Nohabíallorado.HabíaestadodemasiadoconcentradaenlaspalabrasdeScarletcomoparaacordarsedesentirsealterada.
—Creoquefueronmuchachosalgunavezyquepuedensermuchachosdenuevo.Creoquepuedoayudarlosyqueellosmeayudaránacambio.
Scarlet suspiró, un tanto decepcionada y un tanto resignada, pero nosorprendida.
—Ycreoquenoestástanlocacomoquieresquelosdemáspensemos.LamiradadeWinteraleteóhaciaScarlet,sorprendida,perosucompañera
nolamiró,sinoqueavanzóhastalaspuertasyapoyólapalmasobreunadelashojas.
—Entonces,¿tocamos?—Nocreoquevayanaoírnos.Otrarondadeaullidosretumbóporlascavernas.Winterdeslizólosdedos
porlapantalla.Eltextocambió.
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Oprimiólapantallaconlayemadelosdedos.Lapantallaseiluminóylediolabienvenida.Laspuertascomenzaronaabrirse,losviejosgoznesrechinaron.CuandoWintersediolavuelta,Scarletlamirabahorrorizada.
—¿Tedascuentadequeacabasdealertaralareinasobredóndeestás?Winterseencogiódehombros.—Paracuandonosencuentren, tendremosunejércitoquenosproteja,o
seremoscarne,tuétanoyhuesos.Sedeslizóporentrelaspuertasyenseguidaquedópetrificada.Scarlet tenía razón.Había unos cien hombres en elRegimiento 117 del
ejércitodeLevana,aunquehombreserauntérminogeneralparaaquelloenloquesehabíanconvertido.Soldadostampocoparecíaadecuado.DuranteañosWinterhabíaescuchadohistoriassobreelejércitodesumadrastra,peroestosseres eran mucho más bestiales de lo que se habría imaginado, con
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malformaciones, pelaje a los lados de la cara y labios que se curvabanalrededordesusenormesdientes.
Este almacén, que al principio había servido de alojamiento para losprimeros colonos, estaba equipado para albergar a mucho más que cienpersonas. El techo irregular se elevaba a una altura de tres pisos y estabacubierto de protuberancias y estalactitas allí donde se habían formadoburbujas y la lava había goteado eras atrás. Aunque la caverna era vieja eimpenetrable, alguien, hacía mucho tiempo, había tenido la previsión dereforzarla con columnas de piedra intercaladas. Incontables nichos y máscorredores se extendían en todas las direcciones, rumbo a otras barracas ocamposdeentrenamiento.
En el exterior había armarios destartalados y baúles abiertos, muchosabandonados.Elrestodelespacioestabarepletodeasientosyelementosparahacerejercicio:sacosdearenaparaboxeo,barrashorizontales,pesas.Habíanamontonadoaunladomuchosdelosaparatosdemodoqueelespaciocentralquedaralibreparaelentretenimientoprincipal.
Los aullidos se disolvieron en vivas y hurras. Los dientes caninosbrillaban. Casi todos presentaban algún grado de desnudez: sin camisa,descalzos, con abundantes matas de pelo en lugares en los queWinter noestabaseguradesieranaturalono.
Un estremecimiento recorrió su piel. Recordó las palabras de Scarlet:Haránloquelesdigan,ylesdiránquenosdevoren.
Scarlet tenía razón. Había sido un error. No era nada brillante, estabaperdiendolacabeza.
Laspuertassecerrarondegolpe,sobresaltándola.Unhombregiróhaciaellas.Miró fijo aWinter, luego a Scarlet y otra vez aWinter, primero concuriosidad;luego—comoerainevitable—,hambriento.
Unasonrisataimadahizoquesubocasecurvara.—Vaya,vaya—musitó—.¿Yaeshoradecomer?
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Cincuentaysiete
Elhombrequehabíahabladoagarródelcuelloal soldadomáscercanoy loarrojó hacia el centro del círculo.Gritos de sorpresa y rabia se propagaronentreloshombresreunidoscuandounoscuantossetambalearonbajoelpesode su compañero. En cuestión de segundos había un furor de puñosdisparadosymandíbulas lanzandodentelladas.Unhombrehirió aquien lashabíadescubierto,dejándoleprofundosarañazossanguinolentosalolargodelpecho;unsegundodespués,aéltambiénloalzaronyloarrojaronenmediodelarevuelta.
—Modales—gritóalguien,contalfuerzaquesuvozsacudiólasparedes,yWintertuvounavisiónrápidaypunzantedelacúpuladepiedravolcánicaderrumbándoseencimadeellos; comenzaría conun temblor en lasparedes,luegoempezaríaacaerunpocodepolvoypequeñosguijarros,hastaqueseformara una grieta de un extremo de la caverna al otro, abriéndose porcompletoy…
—Estamosenpresenciadedamas—dijoelmutanteque lashabíavistoprimero.Arrugólanarizconlapalabradamas.
LaatencióndeuncentenardesoldadoshíbridosseconcentróenWinteryScarlet.Conforme lascejasalzadasy lasmiradasprocacessedirigíanhaciaellas,loshombresparecíanhaberolvidadosupelea.Comenzaronaestirarse;suscuerposmusculososyágilessedeslizabanconunapacienciaangustiosaentreelcaóticoequipamiento,arrugandolasnarices,chasqueandolaslenguascontralosdientesafilados.
AWinterseleerizólapieldelanucayseencontródepie,clavadaenelsuelo,sorprendidaporelrepentinoydensosilencio.
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Una vez que la multitud se dispersó, pudieron ver que el centro de suatención había sido una pelea entre dos soldados que ahora estabansangrando, hinchados y sonrientes, tan intrigados como el resto. Eraimposible saber cuál de los dos estaba ganando la pelea antes de lainterrupción;todosloshombresteníanabundantescicatricesymagullones,loquesugeríaqueesetipodeluchaseranbastantecomunes,unaformadepasarel ratomientras esperabanque los enviarana laTierra a formarpartede laguerradeLevana.
Winter sintió cómo el miedo se apoderaba de ella; ¿y si se habíaequivocado?
—Hola, bellas damas —saludó uno de los soldados, frotándose lamandíbulapeluda—,¿estánperdidas?
WintersearrimóaScarletperoellaseapartóydiounpasoadelanteparaenfrentarlos. Scarlet era la valiente de las dos, la resiliente, y lo demostróechandolacabezahaciaatrásenformadesafianteyburlona.
—¿Quién de ustedes está a cargo? —preguntó Scarlet, apoyando lospuñoscerradossobresuscaderas—.Queremoshablarconsualfa.
Unacarcajadaapagadaseextendióentreellos.—¿Concuálde todos?—preguntó,asuvez,elprimermutante—.Once
manadas,oncealfas.—Elmásfuerte—respondióScarlet,fulminándoloconunamiradaferoz
que Winter nunca había visto—. Si no estás seguro de quién es ese,esperaremosaqueloresuelvanpeleando.
—¿Estás segura que no quieres elegir tú, bella dama?—preguntó unomientras merodeaba detrás de ellas, bloqueándoles la salida, aunque noporqueWinter tuvieraalgunaesperanzadesalircorriendo;sabíaquetratabade intimidarlas, y podía sentir hasta los huesos lo bien que les estabafuncionando—. Estoy seguro de que cualquiera de nosotros estará feliz ensatisfacercualquiernecesidadquetengan.
Scarletlomiródereojo.—Yoya tengomi compañero alfa para satisfacermisnecesidades, y él
podríamasacraracualquieradeustedes.Elhombregruñóyunarisaásperacontagióalresto.ElprimersoldadoseacercóaScarlet,nuevamenteintrigado.—Está diciendo la verdad —afirmó, acallando las risas—. Está
impregnada de su olor. Uno de nosotros—entrecerró los ojos—. O… ¿unagenteespecial?
—AlfaZe’evKesley—respondióScarlet—,¿hasescuchadodeél?
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Unlatido,unasonrisadesuperioridad.—No.Scarletchasqueólalengua.—Quémal.Lesaseguroqueesdosvecesmáshombreydosvecesmás
loboquecualquieradeustedes.Podríaenseñarlesvariascosas.Loshombresrieronotravez,divertidos.—No sabía que estaban dejando a nuestros hermanos demanada tomar
hembrasenlaTierra.Másrazonesparaesperarconansiasnuestrodespliegue.Winterpresionósuspalmassudorosascontrasucuerpo,agradecidadeque
Scarletmantuviera cautiva suatención.Si lahubieranobligadoahablar, subocahabríaemitidobalbuceosincoherentesysehabríanreídoporunratodeellaparadespuésclavarlelosdientes:quijadasalrededordesusextremidades,dientesdesgarrandolosmúsculosdeloshuesos.
—Noestamosaquíparadiscutirmividaamorosa,olasuya—dijoScarlet—.Túparecesserelmáshablador,¿teconsiderasellíder?
ÉlinclinólacabezadeunmodoquehizoqueWinterrecordaraaRyu,laforma en la que ladeaba las orejas cuando escuchaba a un guardabosquesllegandoconcomida.
—AlfaStrom,a tu servicio—hizouna reverenciaburlonay, aunquenoera más grande que los otros, se movía con una gracia antinatural, comoWolf;comoRyu—.Yalserviciodeesacosabonitadealláatrás.Tesugieroquehablesrápido,belladama;puedoescucharlosgruñidosdelosestómagosdemimanada.
Unodelossoldadossepasólalenguaporloslabios.ScarletsevolvióyledirigióunamiradasignificativaaWinter.Temblando de los pies a la cabeza, esta avanzó hacia donde estaba
Scarlet,apoyándoseensuhombroparamantenerelequilibrio.Lossoldadosserieron.—Winter—dijoScarletentredientes.—Tengomiedo,Scarlet.LaexpresióndeScarletsevolviódepiedra.—Quizáquierassalirarecomponerteypodemosvolverdespués—agregó
conlosdientesapretados.Winter se estremeció ante la ira de Scarlet, aunque sabía que ella tenía
derechoareaccionarasí:venirhastaacáhabíasidosuidea.Silasdosmoríaneneselugar,seríasuculpa.
Pero no lo iba a permitir. Estos eran hombres, se recordó a sí misma,hombresquemerecíanlavidaylafelicidadtantocomocualquiera;seaferróa
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esos pensamientos, se forzó a separarse de Scarlet y se sintió agradecidacuandoelmareodesapareció.
—SoyWinterHayle-Blackburn,laprincesadeLuna—anunció,ydesoloescucharsesupoqueestabahablandoconvozmuydébil,ennadaparecidaaladeScarlet.
—Necesito de su ayuda —los ojos de todos brillaron, fascinados—; acambio,megustaríaayudarlosaustedes.
Diversión, hambre, menos curiosidad de la que habría esperado. Tragósaliva.
—LareinaLevana,mimadrastra,loshatratadoconcrueldadeinjusticia,loshaseparadodesusfamiliasyhaactuadocomosinofuerannadamásqueexperimentoscientíficos;loshaencerradoenestascuevassinotropropósitoquemandarlosalaTierraparaquepeleenensuguerra,¿yquélesdaráporsuservicio?
Todos esperaron, observándola con sus ojos brillantes y duros, como sifuerasumeriendatodavíacocinándoseenelasador;noeranmuydistintasdelas miradas que había recibido de innumerables hombres en la corte deLevana.
—Nada—dijo,empujandosumiedohaciaelfondodesuestómago—;sisobreviven a sus batallas, regresarán aquí y serán esclavizados en estascavernashastaqueellalosvuelvaanecesitar,noselespermitiráregresarconsus familias, no se reunirán con la sociedadni vivirán lasvidasque algunavezsoñaronvivir,antesdequefueran…dequefueran…
—¿Monstruos?—sugirióunodeloshombres,sonriendoantelapalabra.—Yonocreoqueseanmonstruos;creoque se leshandadomuypocas
opciones,yenfrentanlasconsecuenciascomolesesposible.AlfaStromsoltóunresoplido.—Quiénibaadecirqueíbamosarecibirunconsejoasídelamismísima
princesa el día de hoy; dígame, Alteza hermosa, ¿esta sesión de terapiaincluyerefrigerio?
—¿Tuamiga,quizá?—agregóotro—.Hueledelicioso.Scarletsecruzódebrazos,conlosdedosclavadosensuscodos.Winterse
enderezóysacópecho.—Vinimosparaofrecerlesotraopción:lagentedeLunaestáorganizando
una rebelión. En dos días estaremos marchando hacia el domo central deArtemisa; planeamos superar en número a la reina y a su corte, paraderrocarlayponerlefinasutiranía.Losinvitoaunirseanosotros.Peleenennuestronombreyayúdennosaanulareldecretoquelosalejódesuvidaylos
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convirtióensoldados.Lesgarantizoquenuncaseconvertiránenprisionerosoexperimentoso…animalescreadosparadiversióndeLevana.Nuncamás.
Un silencio cayó sobre ellos, como si estuvieran esperando para estarseguros de que había terminado de hablar.Winter buscó un indicio que lepermitierasaber,enprimerlugar,quelaestabanescuchando;sesentíacomouncorderoensuguarida.
—Dicebonitaspalabras—Wintersevolvióhacia lavoz;eraunode loshombres que se habían involucrado en la pelea; la sangre fresca se habíasecadoenlacomisuradesuboca.Inclinólacabezacuandovioquetenía laatención de Winter, entornando los párpados sugestivamente—. No tanbonitascomosucara.
—Excepto por esas cicatrices—Winter saltó y se dio vuelta; no habíaescuchadoaestesoldadoacercarsetantoyahoralarondaba.Deslizóunauñaafiladaporsumejilla—.¿Dedóndesalieronestas,belladama?
Nocontestó.Nopodíahacerlo.UnbrazoenvolvióloshombrosdeWinter,tirandodeellahaciaatrás.
—Deténganse—ordenóScarlet,ocultandoaWinterdetrásdeella,aunquefueinútil.Estabanrodeadas—.¿Nolaestabanescuchando?Sepuedenllamarasímismossoldados,manadasdelobosocomoquieran,peroenverdadnoson nadamás que esclavos;Winter les está ofreciendo la libertad, les estádandounaelección,queesmásdeloqueLevanaleshabrindado.¿Nosvanaayudarono?
—Vanaserasesinadas—susurróalguieneneloídodeWinter.Ellalanzóungritoahogadoysevolteódenuevo,conlaespaldacontrala
deScarlet.Lossoldadosseacercaronmás.Losdepredadoresjugabanconsupresa,disfrutandolacomidaporanticipado.
—¿Ungrupodecivilespatéticosselevantarácontralareina?—preguntóotro—.Notendránningunaposibilidad.
—¿No saben a quién va a llamar la reina para contenerlos si sondemasiadoscomoparamanipularlos?—preguntóotro.
—Anosotros—respondióuntercero—,suejército.—¿Quieresdecira susperros falderos?—preguntóScarlet,yaunquesu
tonoeradeburla, estabapresionandosuespaldacontra ladeWinter con lamismafuerza—.¿Susmascotas?
Lacarasdelossoldadossecrisparon.—Si se unen a nosotras—propusoWinter—, podemos ganar, vamos a
ganar.
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—¿Yquépasaráconnosotrossinosunimosaustedesyustedespierden?—preguntóAlfaStrom.
UnodeellospasósudedoporlagargantadeWinter,cuyocorazóndiounvuelco.
—Con ustedes de nuestro lado —respondió, con voz vacilante—, novamos a perder —sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas a causa delmiedo—.Pueden detenerse ahora, ya nos han asustado lo suficiente.Yo séque no son las criaturas violentas que están pretendiendo ser, que han sidoentrenados,atormentadosyconstruidosparaserlo.Sonhombres,ciudadanosdeLuna;simeayudan,sipeleanparamí…puedoayudarlosa recuperarsuvida.¡Nopuedendecirmequenoquiereneso!
Winterpodíasentirsualientosobreella,podíaverlasmanchasdecolorensusojos,olerelsudory lasangreensupiel.Unode loshombresestabachupándoseunnudillocomosinopudieraesperaraprobarsucarne.
Erancomounnudocorredizoqueseapretabacadavezmás.Con el pulso galopando, Winter levantó una mano hacia su garganta,
donde el soldado la había tocado. Sintió una cuerda con espinas ahí,apretándose,apretándola. Lanzó un chillido e intentó pasar sus dedos paraformarunabarrera entre la cuerday sugarganta,peroyaestabademasiadoapretada.
—Princesita mimada—susurró uno de los soldados, agachándose paraquepudierasentirsurespiraciónenlamejilla.Wintertembló;sabíaquesusojosestabanhúmedosysuplicantes.
—No peleamos para princesas: jugamos con ellas —dijo Alfa Stromsonriendoconsorna—.¿Listasparajugar?
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Cincuentayocho
Scarlet empujó con fuerza a Winter, que lanzó un grito y cayó al suelodespatarrada.A través de unmechón de pelo, vio cómoScarlet le daba uncodazoenlanarizaunodelosmutantes.Quisotomarelarmaqueocultababajo la capucha, pero los soldados ya la sostenían con los brazos a loscostados.Elarmaresbalóalsuelo.
Una docena demanos enormes levantaron aWinter, que se encontrabademasiadoendebleparasostenerseporsucuenta.Temblabadepiesacabezayensucampodevisiónloshombresaparecíanydesaparecían:unmomentoeransoldadosgenéticamentemodificadosyalsiguienteeranunamanadadelobossilvestresquelasacechabanymostrabanunoscolmillosenormes.
Scarletgritóalgo.Ungritodebatalla.Luchabacomounaleonaenjaulada.Conelpeloalborotado,lanzabadentelladasmientrasWintercolgabadébilyfrágil, tratando de no ver para no sentirse abrumada. La cabeza le pesabacomounapiedralunaryledabavueltasmásaprisaqueunasteroideenórbita.Laagobiabacomprenderdemanerabrutalqueloquelespasabaeraverdad,queibanamorir,ibanaserdevoradas.
Brotaron las lágrimas y desbordaron sus ojos rápidamente, para luegoescurrirporlasmejillas.
—¿Por qué son tan crueles? Ryu no se portaría así. Se sentiríaavergonzadodeustedes.
—Resiste,Winter—gruñóScarlet.Elmundotitubeó.Sedisolvíaennegruraysereconfiguraba.Wintersabía
que si se abandonaba, se desmoronaría, pero no encontraba sustento en susfuerzas.
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—¡Esperen! ¡Tengouna idea!—exclamóconvigoryalzando la cabeza—.Vamosajugaraotracosa.ComocuandoJacinyyojugábamosalacasita.Estepuedesernuestramascota—seinclinóalfrenteytratódeponerlapalmade lamano en la nariz del soldadomás cercano, pero este se sobresaltó yretrocedió.Winter lomiró con los ojos entrecerrados, tratando de recordarquiénera.Quéera—.¿No?¿Prefieresjugaraquelanzamosunpaloycorresarecogerlo?
Elrostrodelhombrepasódelasombroalenojoenmediosegundo.Gruñó.Loscolmillosabarcabanlamitaddesucara.
—¿Quélepasa?—preguntóuno.—Oyoserélamascota,siloprefieren—continuóWinter,balanceándose
contra los que la retenían—. Palos y huesos, palos y piedras. Jugaremosdurante horas sin que me canse. Siempre quiero seguir jugando, siemprequiero seguir jugando… —la voz se le quebró— porque Ryu siempre,siemprequeríaseguirjugando.Palosyhuesos.Palosyhuesos…
—La enfermedad lunar —murmuró alguien. Winter lo ubicó: era unhombredepielclaraquepudohabersidoguapoantesdequelotransformaranenalguientanfeo.Lamiróconlamismaavidezquelosdemás,perotambiénconalgoquepudosercompasión.
Winternorecordabahaberdichonadaquehubierasonadodelirante.¿Dequé estaban hablando? ¿De irse? ¿Acaso no iban a irse?Ella quería irse, oquizáshacíanplanesparalacena,organizabanunafiesta.
—Escierto—admitióScarlet, jadeando—.Seniegaamanipularanadieniausarsuencanto,inclusocuandoseríamuyprovechoso.Obviamente,noescomolagentealaqueustedessirven.
—Esonomodificarásusabor—gritóalguien.Winterempezóareírnerviosamente.Ahoratodossehabíanconvertidoen
animales.HastaScarletsehabíavuelto lobuna,conorejaspuntiagudas,colaesponjada y pelaje rojo llameante. Winter alzó su propio hocico al techocavernosoycantó.
—YhayTierrallenaestanoche,estanoche,yloslobosaúllan,aauuuu…Unadelasmanos(¿ogarras?)quelasosteníanporlosbrazoslasoltó.Wintervolvióaaullar.—¿UnaprincesadeArtemisaquenousasudon?—murmuróAlfaStrom
—.¿Porsupropiavoluntad?—Ellapiensaquenoestábiencontrolaralaspersonas—explicóScarlet
—ynoquiereterminarcomolareina.Puedenverelprecioqueestápagando.
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LavozdeWintersequebróydejódeaullar.Sevolvióadesplomarylasmanoslasoltaron,paradejarquecayeraderodillas.Gimióadoloridaymiróalrededor.ScarleteradenuevoScarletyloshombresotravezeransoldados.Parpadeóysesintióagradecidadequelaalucinaciónnoregresara.
—Losiento—sedisculpó—.Noqueríainterrumpirsucomida.—Cuando dice que nunca los manipulará, lo dice en serio —continuó
Scarlet—.Además,quieredevolverleslalibertad.Nocreoquenadievuelvaahacerlesesapromesa.
El rechinar de los viejos goznes sobresaltó a Winter. Los soldados seapartaron.Lasenormespuertasdehierroseabrieronchirriandoylossoldadoscorrieronaformarseenfilasperfectamentealineadas,comounamáquinabienaceitada. Scarlet aprovechó la oportunidad para recuperar su pistola yguardárselaenuncostado.
Detrásde las puertashabíaocho taumaturgos, unode rojo, el demayorrango,ylosdemásdenegro.
El taumaturgo de la túnica roja, un hombre de cabello plateado, vio aWinteryaScarletylesdirigióunasonrisaviperina.
—Hola,SuAlteza.Supimosqueestaríaporaquí.Algunosdeloshombressecorrieronaunlado,paradejarunclaroentre
lostaumaturgosyWinter.—Hola, taumaturgoHolt—le respondióWinter, levantándose sobre las
piernasinseguras,pesealoqueledolían.Leparecíaquedeberíasentirmiedodeestoshombresymujeres;normalmente,lavisióndesustúnicasylasrunasbordadaslallenabandeansiedadytemorydemilrecuerdosdegentemuertaenelsuelodelsalóndeltrono.Peroyahabíaagotadotodosumiedo.
—Cuandoelsistemacaptósuidentificación,penséqueseríaunerror.Nocreíquecometeríalalocuradeveniraquí—dirigiólamiradaalossoldadosyagregó—: ¿No tienen hambre? ¿O es que las muchachas no son bastanteapetitosasparasusgustos?
—Oh, en realidad están hambrientos—respondióWinter luchando pormantenerseenpie—.¿Noesverdad,amigosalfas,amigoslobos?—inclinólacabezaaunlado—.Peroteníalaesperanzadequemeprotegieranylucharanpor mí si lograba recordarles que un día fueron hombres, hombres que noqueríansermonstruos.
—PeroresultóqueafindecuentasnosonmásquelosperrosentrenadosdeLevana—agregóScarlet.
Variossoldadosleslanzaronmiradasgélidas.
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—Ya había oído hablar de tu lengua afilada—se burló el taumaturgoHolt,clavandolavistaenelmuñónenlamanodeScarlet—.Puedesdecirypensarloquequieras,niñaterrestre.Estossoldadosconocensudeber.FueroncreadosparaobedecerlasórdenesdeSuMajestadyloharánsinquejas.
—¿Deverdad?Winternoestabaseguradequiénhabíahablado,perolaspalabrassonaron
tanllenasderepulsiónqueseleerizólapiel.Holt fulminó con lamirada a los hombres que los rodeaban, altanero y
llenodeodio.—Confío en que eso que oigo no sea desacato, Regimiento 117. Su
Majestad se sentiría decepcionada si se enterara de que algunos de suspreciadossoldadosmostraronunafaltaderespetoasusamos.
—Preciados cachorros, querrás decir—balbuceó Scarlet—. ¿También atodoselloslestocaráuncollardediamantes?
—AmigaScarlet—lesusurróWinter—,estássiendodesconsiderada.—Porsinotehasdadocuenta,estánapuntodematarnos—dijoScarlet,
poniendolosojosenblanco.—Sí,esoesloqueharemos—asintióHolt—.¡Hombres!¡Matenaestas
traidoras!Winter tomó una bocanada de aire. Alfa Strom levantó una mano y
ningunodelossoldadossemovió.—Qué interesante que haya mencionado a los amos. Parece que han
perdidoavarios.LossietetaumaturgosdetrásdeHoltsemanteníancomoestatuas,mirando
fijamente a las filas. Winter los contó. En este regimiento había oncemanadas.Tendríanquehabersidooncetaumaturgosparacontrolarlos.
—Voyaperdonartuignoranciaenesteasunto—lecontestóHoltconlosdientes apretados—,porquenopodías saberquehayagitaciones enelpaís.Hoyasesinaronavariosdenuestrostaumaturgosdemásaltorango,ademásde guardias y también soldados como ustedes, en un intento de ultimar anuestrareina.Asíque,comoentenderás,notenemostiempoparadiscusiones.Lesordenéquemataranaestasmuchachas.Siseniegan,loharéyomismoyustedesseráncastigadospordesobedecerunaordendirecta.
Winter sintió que los cuerpos cercanos se movían como al principio,cuandolasrodearonaellayaScarlet.Seacercabancasiimperceptiblemente.Cerrabanelcírculo.
—Qué lástimaque hicieran todas esas alteraciones en nuestros cerebros—dijoAlfaStrom—.Deotramanera,habríanpodidomanipularnos,¿verdad?
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Nos habrían obligado a cumplir sus órdenes; pero en lugar de eso, nosconvirtieronenunmontóndeanimalessalvajes.
—Unamanadadeloboshambrientos—gruñóuno.—Asesinos—susurróWinterparasí—.Depredadores,todos.Sedeslizaronpara rodear aWinteryScarlet comoel aguaalrededorde
unaroca.WintertomóaScarletporlamuñecaylajalóparaqueestuvierancerca,hombroconhombro.
—Nomehicieronmuybuenoparalaaritmética—continuóStrom—,perosegúncuento,nopodríancastigarnosatodos,aunquequisieran.
Habían formado un semicírculo alrededor de los taumaturgos, queempezabanaverseinseguros.
—¡Basta!—tronóHolt—.Lesordenoque…La tensión estalló antes de que pudiera terminar. Los soldados se
dirigieronasusamos,gruñendoyconlasenormesmanoslistasparatriturar,desgarraryromper.
Comosireaccionaranaunpulsosonoro,docenasdesoldadoscayeronalsuelo, retorciéndosey sujetándose la cabezacon lasmanos.Se lespusieronblancoslosnudillosaloprimirlosdedoscontraelcráneoygritabandedolor.Lospocosquequedarondepie se lanzaronhacia sus camaradasderrotadosconelrostrocontraídoderabia.
Winter se estremecióalver aAlfaStrom,quehabía caído frente a ella,encogerse en posición fetal y gritar. Pero fue solo un instante, al quesucedieron arcadas y gemidos. Tenía los ojos cerrados con mucha fuerza,comositrataradebloquearloqueleestabanhaciendo.
LosgemidosalcanzaronaWintercomounrecuerdo:Ryudetrásdeella.ElsonidodelcuchillodeJacin.Lasangretibiaypegajosa.
SedejócaeralsueloygateóhaciaStrom.Frotólasmanossobresurostrodeforme, haciendo lo posible por calmarlo. Las yemas de sus dedos sequebraron,devastadoramentefrías.
Lapelea,siesquepodíallamárselepelea,terminóensegundos.Winternopodría recordar si los taumaturgos tuvieron siquiera tiempo de gritar.Tronaron huesos, se desgarraron tejidos y se acabó. Con una inspecciónrápidaconfirmóquehabíaochocadáveresensangrentadosenlaentradadelacaverna y dos docenas de soldados sobre ellos, limpiándose la sangre delmentónyescarbándoselacarnededebajodelasuñas.
ElalientodeWinterformabaunaneblinaenelaire.Elfríoestabatambiénensuestómagoylacongelaba.
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TeníaaúnlosdedosentreelpelodeStrom.Derepente,elalfasujetósumanoylaapartóviolentamente.
Scarletllegóenunsegundo.TomóaWinterporlosbrazosylaalejó.Asualrededor, los quehabían caído se recuperabandel tormentoque les habíaninfligido sus amos. Tenían la cara velada por el dolor, pero se llenaron desatisfaccióncuandovieronalostaumaturgosmuertos.
Stromsepusoencuclillasy sacudió lacabeza.Sumiradapenetrante seclavóenWinter.Ella seacurrucóen suamigavaliente, temblando.CuandoStromhabló,suspalabrassonaronpastosas.
—¿Tienes la enfermedad lunar porque no puedes controlar a la gentecomoellos?
Wintermiródereojohacialostaumaturgos,oaloquehabíaquedadodeellos, y lo lamentó de inmediato. Desvió la vista hacia sus yemasresquebrajadas.
—¡Oh, sí p-podría!—tartamudeó a través de los labios entumecidos—.Peroyot-tambiénséloqueesserc-controlada,igualqueustedes.
Stromsepusodepie.Recuperabasufuerzamásdeprisaquelamayoríadelosdemás.EstudióaWinteryaScarletunratolargo.
—Ellaenviarámássabuesosacastigarnosporesto—dijo finalmente—.Nos torturarán para que les supliquemos como los perros que somos —aunquesuvozeraáspera,unasonrisasedibujóenlabocadespiadada—.Peroprobarelsaboryelolordelasangredelostaumaturgosvaliólapena.
Unsoldadoaullóparamostrarqueestabadeacuerdoyenuninstanteseformó un coro de aullidos que le perforaban los oídos a Winter y hacíantemblar la cueva. Alfa Strom se volvió hacia el regimiento y hubo unmomentodecelebración:entrechocaronlospuñosylosaullidoscontinuaronsincesar.
Winter se obligó a mantenerse firme, aunque todavía estaba helada ytemblorosa.Scarletsemanteníaasulado,comounacolumna.
—¿Sesaciaron?—preguntólaprincesaconvozfirme.Stromgiróenredondoylasestruendosasfelicitacionesentresushombres
comenzaron a disolverse. Se fueron agrupando alrededor de las chicas,todavíaconhambreenlamirada.
—¿Se calmaron sus apetencias? —volvió a preguntar Winter—. ¿Secalmósuhambre?
—Winter—siseóScarlet—.¿Quéhaces?—Medescongelo—lerespondió,tambiénsusurrando.Scarletfruncióelceño.Winterseapartódeella.
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—¿Yentonces?¿Estánsatisfechos?—Nuestrahambrenuncasesatisface—gruñóunodelossoldados.—Eso pensé —dijo Winter—. Sé que todavía quieren comernos a mi
amigay amí, y que seríamosunbocado ricoy jugoso—sonrió, ya no tanaterrorizadaporesaposibilidad—.Perosienlugardeesodecidenayudarnos,quizáprontosedenunbanqueteconlamismareina.¿Noseríamássabrosasucarnequelanuestra?¿Noseríainclusomássatisfactoriaqueladesusamosmuertosahíenlapuerta?
Seprodujounsilencio.Detrásdesusrostros,Wintervioquelopensaban.Escuchóquealgunosserelamíanlosdientes.
—Peleen a mi lado —les sugirió cuando pasó un rato sin que lasdevoraran a ella ni a Scarlet—. No voy a controlarlos ni a torturarlos.AyúdenmeaderrocaraLevanaytodostendremosnuestralibertad.
Alfa Strom intercambió miradas con algunos de los soldados. Wintersupusoqueeranlosotrosalfas.Enseguida,fijóenellasusojospenetrantes.
—Nopuedohablarportodoelregimiento,peroaceptotuoferta—afirmópor fin—. Si juras que nunca vas a controlarnos como ellos, mi manadapelearáporturevolución.
Algunos de los hombres asintieron con la cabeza.Otros gruñeron, peroWinterpensóqueeraparadecirquesí.
Enrespuesta,alzólanarizhaciaeltechodelacavernayaulló.
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Cincuentaynueve
Scarletesperóaquedisminuyeralanuevarondadeaullidosquehacíaecoenlasparedesdelacueva,antesdeplantarsedelantedeWinter.
—Entenderán—dijo,dándoleunempellónconeldedoaStrom—quealaceptarayudarnossolopuedenatacaralareinaLevanayalagentequeestáasuservicio,peroaningúncivilenabsoluto,nisiquieraaesosdesagradablesaristócratas,amenosquerepresentenunaamenaza.NuestrametaesdestronaraLevana,nomasacraratodalaciudad,ytampocolesdaremosunvaleparaalmorzar abiertamente; esperamos que sigan las órdenes y sean útiles. Esopuede significar entrenar a algunas personas de los sectores y enseñarles apelearoausararmas,opuedesignificarllevaralosheridosfueradelalíneadefuego…nolosé,peronosignificaquepuedencorrerdesenfrenadamentepor lascallesdeArtemisadestruyendotodoloqueestáa lavista,¿estándeacuerdoconeso?
Strom le sostuvo lamirada y su ferocidad se convirtió una vezmás enfascinación.
—Entiendoporquétumachoteeligió.—Noestoybuscandocomentariospersonales—espetó.Stromasintió.—Aceptamossusexigencias,ycuandoLevanasevayaseremoshombres
libres,capacesdebuscarlavidaqueelijamos.—Siempreycuandoesavidasigalasleyesdelasociedad,sí,asíes.Strom inspeccionó a la multitud. De no ser por toda la sangre, habría
parecidocomosilamuertedelostaumaturgosnohubieraocurrido.—¿AlfaPerry?,¿AlfaXu?Unoporunomencionóalosalfasrestantes,yunoporunoaceptaronlos
términos de Scarlet y Winter. Cuando terminaron, Winter se volvió hacia
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Scarletconunasonrisacansadaperoentrañable.—Tedijequesenosunirían.Scarletinhalóprofundamente.—Necesitamosaveriguarquéestápasandoenlasuperficie.¿Hayalguna
forma de comunicarnos con los sectores? Tenemos que decirles que larevoluciónocurrirá,inclusosiCinder…
No se atrevió a terminar la oración; no tenía idea de qué había sido deCinderodeWolf.
Wolf.Ze’ev.Sumachoalfa.Pensar en él le abría un agujero en el pecho, así que dejó de hacerlo.
Creeríaqueseguíavivo,porqueteníaqueestarvivo.—Debemos dirigirnos a la superficie de cualquiermanera—dijo Strom
—.Estos tubosde lavanoconectancon lasvíasde los trenesde levitaciónmagnética,ollevanahí,peronosvanaalejardemasiadodelcamino;esmejordirigirsealsectormáscercanoeinfiltrarnosalostúnelesdesdeahí.
—¿Quésectoresese?—preguntóScarlet.—PM-12—dijoalguien—,produccióndemadera; trabajopeligroso,un
montóndeheridos.DudoqueseanmuysolidariosconSuMajestad.—Quizátengamossuerteytambiénpodamosobtenerarmamentosdeahí
—comentóotro.—¿Quétanlejosestá?—preguntóScarlet.—EstesolíaserunalmacénparaelsectorPM-12—Stromapuntóaltecho
—;estájustosobrenuestrascabezas.
Unavezde regreso en las cuevas, pasaronmenosdediezminutos antesdequeunodeloshombrescomenzaraaabrirruidosamenteunapuertademetalque llevaba a una escalera angosta. Parecía un sinfín de escalones, y elespacioconfinadoprontosevolviósofocanteycaliente.
—¿AmigaScarlet?La frágil voz deWinter puso a Scarlet en alerta. Tras hacer una pausa,
miróhacia lasescalerasdetrásdeellayvioa laprincesausandoelantiguobarandalenlaparedparaimpulsarsehaciaarribatantocomosuspiernasselopermitían;surespiracióneraagitada,ynoporhaberescalado.
—¿Quépasa?—Soyunachicahechadehieloynieve—susurrólaprincesa.Susmirada
estabadesenfocada.
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Scarlet soltó unamaldición y se abrió entre un grupo de soldados parallegar a la princesa. Todos se detuvieron y Scarlet se sintió extrañamenteconmovidaporlapreocupaciónquevioenlosojosdeunodeellos.
Solo Winter podía hacer que un montón de depredadores sádicos eimpulsivosseestuvieranahoraembelesadosconella.AunqueaScarletnolegustaba pensar que lo que tenían ella y Wolf se basaba en los instintosanimales del muchacho, no podía evitar preguntarse si el mismo tipo deinstintosestabanenjuegoaquí;ahoraquehabíanpersuadidoaestoshombresde unirse a su causa, ¿estaban pasando de ser depredadores asesinos adepredadoresprotectores?Talvezhabíanvividoenlaviolenciaylaoscuridaddurante tanto tiempo que una sola grieta en su armadura era todo lo quenecesitabanparahacerlosdesearteneralgomássignificativo.
OtalvezerasoloWinter,quepodíahacerqueunapiedraseenamoraradeellasilesonreíadelaformacorrecta.
—¿Estás alucinando? —preguntó Scarlet, presionando con su mano lafrentedeWinter,aunquenoestabaseguradeenbuscadequé—.Notesientofría.¿Puedescaminar?¿Todavíaestásrespirando?
—Mispiesestánatrapadosencubosdehielo—respondióWintermirandohaciaabajo.
—Tuspiesestánbien;tratadecaminar.Conunesfuerzoabsurdo,Wintersearrastróhastaelsiguienteescalónyse
detuvo,boqueandopararespirar.—Bien:eresunachicadehieloynieve—admitióScarletconunsuspiro
—.¿Alguienpuedeayudarla?ElsoldadomáscercanotomólamuñecadeWinterypusoelbrazodela
princesa por encima de sus hombros para que ella pudiera usar su cuerpocomosoporteparasubirlasescaleras.Alpocoratolaestabacargando.
Llegaronhastaarribaysalierondel tanquede retencióndeaceroquesehabíausadoparamantenerlaatmósferaartificialmientraslosdomosestabanenconstrucción.Prontollegaronafuera,otanafueracomosepodíaestarenLuna,loqueaScarletleparecióunatristerepresentación.
—¿Sesuponequeestoesunbosque?—murmuró,adentrándoseentrelosárboles bajos y delgados dispuestos en hileras perfectas; a través de lostroncos, a la distancia, podía ver una gran área que había sido taladarecientementey,alotrolado,hectáreasdeárbolesjóvenes.
Justofrenteaella,exactamenteenelcentrodeldomo,distinguiólaformadeunafuentedeaguaidénticaaladelsectorminero,situadaenunclaroentrelosárboles;elpastodealrededorestabadescuidado.
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AlfaStromtomóladelantera,alejándosedelafuenteydirigiéndosealasresidencias del perímetro. Alcanzaban a escuchar ruido de gente, muchagente.Cuando llegarona la calleprincipal,Scarlet vio adocenasde civilescon una variedad de armas —la mayoría solo palos—, de pie en filasordenadas y practicando al unísono una serie de maniobras de ataque. Unhombrebarbado,depechofuerteygrueso,caminabaentre lasfilasgritandocosascomo“¡Bloqueo!¡Golpe!¡Hayalgodetrásdeti!”.
InclusoelojonoentrenadodeScarletpudoverque losmovimientosdeesaspersonaserantorpesycarentesdecoordinación.Conformabanuntristegrupo: la mayoría de ellas estaban tan flacas y hambrientas como las delsectorminero; sin embargo, era alentador ver que la gente hacía caso a laconvocatoriadeCinder.
Scarlet tuvoel pensamientodesgarradordequepodían estar enviandoaestaspersonasalamuerte,peroloalejódeinmediato.
Un grito de asombro interrumpió el entrenamiento: los habíandescubierto. Scarlet y cientos de mutantes emergieron de las sombras delbosque. El grito se multiplicó por una docena y las filas se rompieron yretrocedieron,perolagentenocorrió;envezdeeso,conformeScarletylosgigantescossoldadosseacercaban,levantaronsusarmas,tratandodeocultarsuterrordetrásdeuncorajefingido,oquizásesteeraelvalormásverdaderoqueexistía.
La gente probablemente esperaba algo así. No era una sorpresa queLevanaquisieracastigarlosporestaflagrantemuestraderebelión,perociensoldadosdebíadeestarmuchomásalládesusexpectativas.
Fieles a su palabra, los soldados no atacaron; solo avanzaron hastadetenerseapasosdelaprimerafiladeciudadanos.
Scarletsiguióavanzando,separándosedelamultitud.—Séquedanmiedo—explicó—,peronoestánaquíparalastimarlos;son
amigos de la princesa Selene.Y quizás ustedes reconozcan a SuAlteza, laprincesaWinter.
LacabezadeWintersedeslizóporelhombrodelhombrequelacargaba.—Esungranplacer conocerlos—murmuró,ydio la impresióndeestar
medioborracha.Scarletestabaorgullosadeellaporhacerelesfuerzo.Lagentesostuvoconmásfuerzasusvarasolanzas,o loqueseaquese
suponía que fueran. El hombre de la barba se abrió paso al frente de lamultitudconunaexpresióndurayansiosaalmismotiempo.
—LaprincesaWinterestámuerta.
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—No,noesasí—dijoScarlet—;lareinatratódematarlaperofalló;todoloqueleshadichoesunamentira.
ElhombreselaquedómirandoaWinterporunlargorato,conelrostrodesencajadoporlasospecha.
—No se trata del encanto: realmente es ella—dudó y puso los ojos enblanco—.Noesquepuedaprobareso,perosiquisiéramosmatarlos,¿porquémolestarnos con esta farsa? Miren, estamos aquí para unirnos con ustedesparasitiarArtemisa;estoshombreshanaccedidoaparticipardenuestrolado.
—¿Quiénerestú?—preguntóelhombremientraslaestudiaba.—MinombreesScarletBenoit.Soy…—luchópensandoenunaformade
llamarseasímisma;¿ladirigente,lahembraalfa?—Esuna terrícola—dijo alguien.Lemolestóquepudieran identificarla
contantafacilidad,comosiestuvieramarcadadealgunaforma.—Soy amiga de la princesa Selene —explicó—, y soy amiga de la
princesaWinter;nohacemuchotiempoeraprisioneradelareinaLevana,mecortó un dedo—enseñó lamano—y se llevó ami abuela, y ahora intentoayudaraSeleneaquitarletodo—señalóhacialossoldados—.EstoshombreshanelegidotomarpartidopornosotrosynoporLevana,asícomoustedeslohan hecho, y son nuestro recursomás grande.Quizá puedan ayudar con suentrenamientodecombate—volteóparamiraraStrom—,¿cierto?
Sin embargo, la expresión de Strom no era tranquilizadora mientras secolocabaasulado.
—Dijimos que ayudaríamos y lo haremos, pero no vamos a quedarnosaquítodalanocheescuchandonegociacionesconunpuñadodeleñadores;sinonosquierenaquí,encontraremosunsectorquesínosquiera.
—Buenasuerte—resoplóScarlet.StromlegruñóyScarletlegruñótambién.Conloslabiosapretadosenunafinalínea,elhombrebarbadomiróalos
nerviososcivilesarmadosconpalosafilados,ya lossoldadosmusculososycubiertosdepieles.
—Hemos estado mandando mensajeros a los sectores más cercanoscuandopodemos, pero es difícil tratar de coordinar el ataque; los trenes noestánfuncionandoynosomosguerreros.
—Esosenota—refunfuñóunodelossoldados.—Cuéntalesacercadelosguardias—dijoalguiendeentrelamultituden
vozbaja.Scarlet alzó las cejasmientras elmiedo de lamultitud fue reemplazado
porpechosalzadosyespaldasrectas.
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—¿Guardias?—preguntólamuchacha.—Tenemosunregimientodeguardiasarmadosapostadosaquídesdehace
años, y hemos hablado de tratar de invadirlos; incluso planeamos hacerloantes,perosiemprehabíaparecidoinútil,puesLevanasoloenviaríamás.Sinembargo, desde que nos llegó el mensaje de Selene… —sonrió a suscompañeros— nuestro plan funcionó. Los desarmamos en cuestión deminutosy ahora están encerrados enunode los almacenesdelmolino—secruzó de brazos—; no hubo muertes, pero sabíamos que podían ocurrir;estábamosdispuestosahacer loquese teníaquehacer, justocomolagentedelsectorMR-9.CreoqueSelenenoshadadolaquepodríasernuestraúnicaoportunidad.
—¿Qué fue lo que sucedió con la gente delMR-9?—preguntó Scarletpestañeando.
—DicenqueSeleneestuvoahí,yqueunamujerlahabíaalbergadoensucasa.Erasolounaminera,nadieespecial,igualquenosotros,peroprobóquétanvalientespodemosser.
—MahaKesley—susurróScarlet.Elhombresesobresaltóporlasorpresa.—Así es —apretando la mandíbula, se volvió para mirar a la gente
reunida—;fueasesinadaporofrecerlehogaranuestraverdadera reina,perosu muerte no será en vano, al igual que las muertes de aquellos que seenfrentaronaLevanaenelpasado.
Scarletasintió,aunquetodavíaestabaconmocionada.AimeryhabíacreídoquelamuertedeMahaibaafuncionarcomounaadvertenciaparacualquieraquesepusieradelladodeCinder,peroalmenosaquíhabíacausadoelefectocontrario.
MahaKesleysehabíaconvertidoenunamártir.—Tienes toda la razón; Selene no necesita que sean guerreros. Maha
Kesleyciertamentenoloera,peroeravalienteycreíaennuestracausa:esadeterminaciónesloqueestarevoluciónnecesita.
—Unos cuantos guerreros más no vendrían mal —murmuró Strom,quitándole un palo al civilmás cercano, que de inmediato se encogió y sealejó—.¡Todos,deregresoasuformación!Veamossipodemoshacerlosverunpocomenospatéticos.
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Sesenta
—Los residentes de GM-3 vencieron a los guardias enviados a sofocar elalzamientoqueempezóen las fábricasayerpor la tarde—anuncióAimery,recitandolainformaciónqueleíaensupantallaportátilcomosinofueranadaextraordinario.Levanatolerabalafarsayescuchabaelinformeconelrostrotranquilo. Solo golpeteaba con un pie contra las baldosas del solar,sacudiéndolo con furia contenida—. Enviamos un nuevo regimiento deguardias, esta vez con un taumaturgo. El alzamiento de WM-2 quedóaplastado. Hay sesenta y cuatro bajas civiles y murieron cinco guardias.Comenzamosuncensoexhaustivodel sector,perocalculamosquecercadedoscientoscivilesescaparonantesdela insurrecciónyrobaronunacantidadindeterminada de armas y municiones. Los guardias de todos los sectoresresidencialesestánenalertamáxima.
Levana inhaló lentamente y caminó hacia los enormes ventanales quedominabanlaciudaddeArtemisa.Suciudadperfecta,prístinaytranquila.Leparecíaimposibledecreerquehubierauncaostangrandeensuplaneta,sobretodosiahítodoestabatancalmado,tannormal.
Ytodoporesacyborgysudespreciablevideoysusestúpidosdiscursos.Aimerysiguióhablando.—Dieciséissectoresagrícolassehannegadoacargarlostrenesdeabasto
queselesenviaron,ynosenteramosdequeuntrensinvigilancia,quellevabaproductoslácteosdestinadosalascelebracionesdeestasemana,fueasaltadoysaqueadoporungrupodecivilesafueradelsectorAR-5.Nohemospodidorecuperar nada de esos artículos ni, por ahora, detener a los ladrones—seaclarólagarganta—.EnelsectorGM-19,losciudadanosbloquearondosdetres andenes del tren de levitación magnética, y esta mañana asesinaron a
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veinticuatroguardiasquefueronadespejarlosbloqueos.Estamosreuniendounregimientotambiéncontroladoportaumaturgosparaenviarlo.
Levanasefrotóuncalambreenelhombro.—EnelsectorSB-2…Lacampanilladelelevadorsonóenelcentrodelsalónyapartólaatención
de Levana de la ciudad. El taumaturgo Lindwurm entró de un salto y seinclinóenunareverenciaapresurada.Lasmangasnegrasrozabanelsuelo.
—SuMajestad.—Si viniste a decirme que los sectores externos se encuentran fuera de
controlyquelagenteestásublevada,creoquellegasteterriblementetarde—chasqueólosdedosparallamaralcriadoqueestabadepiejuntoalaspuertasdelelevador—.Másvino.
Elcriadosalióatodaprisa.—No,reinamía—continuóLindwurm—.Traigonoticiasdelasbarracas,
delRegimiento117.—¿Qué?¿Ellostambiénserebelaron?—Levanarioacarcajadas,aunque
bajo su histeria acechaba un miedo creciente. ¿Acaso esa cyborg habíamovidoatodosensucontracontantafacilidad?
—Probablemente,reinamía—respondióLindwurm.—¿Qué quieres decir con “probablemente”? —preguntó Levana
volviéndosehaciaél—.Sonmissoldados;nopuedenlevantarseenmicontra.Lindwurmbajólamirada.—Hace dos horas nuestro equipo de seguridad supo que se había
detectadoalaprincesaWinterenelexteriordeesasbarracas.LasonrisadeLevanaseesfumó.—¿Winter?—lanzóunamiradaaAimery,quienseenderezómovidopor
lacuriosidad—.Asíqueestáviva.¿Peroquéhacíaahí?—El sistema detectó que usó sus huellas digitales para entrar en las
barracas.Alenterarnosdelaviolacióndelsistemadeseguridad,enviamosalosochotaumaturgosrestantesdelRegimiento117paraquedeterminaransilaprincesarepresentabaunaamenaza.
—Me imagino que esmucho desear que hayan encontrado a la queridaniñaconvertidaendespojossanguinolentos.
Esloquetendríanquehaberencontrado.LasbestiashabríandebidomataraWintersindudarlo:paraesoestabanhechas.Perosospechabaquenohabíaocurridoasí.
—Por lo que pudimos comprobar —agregó Lindwurm—, cuando lostaumaturgos llegaron, los soldados se volvieron contra ellos y los atacaron.
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Losochoestánmuertos.—¿YWinter?—preguntó,mientraslasangrelehervíaylegolpeabalas
sienes.—Laprincesaylossoldadosabandonaronlasbarracas.Enlosvideosde
seguridadsevequeentraronenelsectorsuperficialmáscercano,elPM-12.Esunodelossectoresconvulsionados,peronolohabíamosconsideradounaamenazaprioritaria.
—¿Meestásdiciendoquemissoldadostomaronpartidoporlaniña?Lindwurmhundiólacabeza.Elcriadovolvióconunabandejadeplataenlaquellevabaunajarrayuna
copadecristal.Levanapodíaoírcómotemblabalajarracontraelbordedelacopamientrasservíaelvino.Cuandotomólacopa,casinosintiósupesoenlamano.
—Vete—ordenó,yelcriadonopudoirsemásdeprisa.La reina volvió al ventanal. Su ciudad. SuLuna. El planeta que un día
gobernaríasealzabasobreelhorizonte,casilleno.Cuando le dio a Jacin Clay la oportunidad de recuperar su confianza
matando a la princesa, había esperado que intentara alguna tontería, perotambién que se daría cuenta de lo inútil que sería. Esperaba que tomara ladecisióndeapresurarlamuertedeWinterconelmenordolorposibleparanocorrer el riesgo de enfrentar una sentencia mucho más brutal. A fin decuentas,esofuemisericordia.Misericordia.
Perofalló.Winterseguíavivaytratabadeenajenarasuejército,asícomosehabíaapoderadodelaadoracióndelpueblo,asícomoSeleneloarruinabatodo.
Trató de imaginarse la escena. Winter, dócil y medio loca, les habíapestañeado a las bestias brutales y las había conquistado. ¡Oh, cuánto lahabríanadulado!Sehabríanpostradoderodillasparasuplicarlequelesdieraórdenes.Seguiríanasuamadaprincesaadondefuera.
—Reina mía—dijo Aimery poniendo un puño contra el pecho—. Mesientoresponsablepornohaberencontradoalaprincesacuandoirrumpimosen MR-9. Deme la oportunidad de reparar el error. Iré a ese sector y meencargarédelaprincesa.Novolveréafallar.
—¿Pretendesmatarla,Aimery?—preguntóLevana,encarándolo.Seprodujounapausa,breveperoperceptible.—Desdeluego,reinamía.Riendo,Levanatomóunsorbodevino.—Hacenomuchomepedistesumano.¿Teparecehermosa?
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Aimeryrioentredientes.—Reinamía, todospiensanque laprincesaeshermosa,peronide lejos
comoSuMajestad.SuMajestadesperfecta.—He comenzado a preguntarme si la perfección sería un defecto en sí
misma—sonrióconsuficiencia—.Aunquequizásundefectocontribuyaalaperfección—clavóunamiradafulminanteenAimeryyajustósuencantoparamostrartresrasguñosprofundosysangrientosenlamejilladerecha.
Aimerysequedósinaliento.—Teconozcodesdehacemuchosaños,Aimery.Séquetegustanfrágiles.
Alfinalhabríanhechounabuenapareja:erestanpatéticocomoella.Le arrojó la copa. Aimery la esquivó y la detuvo con el antebrazo. Se
estrelló contra el suelo y el vino se derramó como una mezcla de agua ysangre,salpicandoloszapatosdeLevana.
—Tedaré la oportunidadde demostrar tu valentía, perono conWinter.Parecequenadietienelasagallasdehacerloquehayquehacer:nitúniJacinClay,nisiquieramisqueridasmascotas.Estoyhartadedecepciones.
Le dio la espalda al taumaturgo.La acosaban pensamientos de traición,disgustoycelos…sí,tambiéncelos,porculpadeesaniñainsignificante,esacosadébilyfrágil.
Si la hubiera matado años atrás, antes de que se pusiera tan hermosa.Antesdequeseconvirtieraenunaamenaza.Debióhaberlamatadolaprimeravezquelaviodormidaensucuna.Debióhaberlamatadocuandoleordenóala mano de Winter que tomara esa navaja, cuando creyó que un levedesfiguramientoapagaríalasmurmuracionesdelacorte,lashabladuríassobreque su hijastra de trece años ya competía por ser la chicamás hermosadeLuna.
SinolehubierahechoesatontapromesaaEvrethacetantosaños.¿Ydequévalíanlaspromesashechasalosmoribundos?
Cuandosurespiraciónvolvióanormalizarseborrólascicatricesdesutezimpecable.
EltaumaturgoLindwurminhalóruidosamentepararecordarleaLevanasupresencia.
—Reinamía,debemosformaruncomandoqueseocupedelaprincesaydelosdesertores.¿Quierequelesdéórdenesdemataralaprincesaencuantolavean?
—¿Acasonosoyunabuenareina?—lepreguntó,mirándoloporsobreelhombro.
—Notengolamenordudadeeso—respondióLindwurm,tenso.
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—Hemantenidolaunióndelpaís.Emprendíunaguerraparamipueblo,paraquetengantodoloquehayenlaTierra.Lohiceporellos.¿Porquémepaganasí?¿Porquélaamanaella,quenohahechonadaparamerecerlo?Sinofueratanbonita,lavaloraríanporloquees.Manipuladora,conspiradora…seburladetodoloquerespetamos.
NiAimeryniLindwurmrespondieron.—Buscaotrocriadoquemetraigamásvino—gritóLevana,despuésde
tomar una gran bocanada de aire. Lindwurm se inclinó y se retiró—. Lamuerte no es suficiente para ella —murmuró Levana para sí misma,caminando más allá de donde se encontraba Aimery—. La muerte fue ladecisiónmisericordiosa,porquelehiceunapromesaamimarido;peroperdiósuderechoalapiedad.Quieroquetodoslaveancomoloquees.Tandébilypatéticaporfueracomopordentro.
Aimery apretó los labios. Se mostraba arrogante incluso cuando sepostrabaantelareina.
—Dígamedequémanerapuedoservirle.—Estarebeliónsehaprolongadodemasiado.Quenoseenvíenalimentos
nibienesalossectoresexternosmientrasnoesténlistosparasuplicarquelosperdone.EshoradequelosciudadanosdeLunarecibanunrecordatoriodeloafortunados que son de tenerme —el corazón de Levana se inflamó deemociónanteesaexpectativa—.YmandallamaraldoctorEvans.Tengounencargoespecialparaél.
—¿Ylaprincesa,reinamía?—Notepreocupesportuqueridaprincesadesfigurada—conunamueca
deburla,LevanaseinclinóyarrastróelpulgarporlabarbilladeAimerypararecogerunagotadevinoquelohabíasalpicado—.Yomismameencargarédeella,comodebíhaberlohechohacemuchotiempo.
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LibroCuatro
“¿Letemesalveneno?—preguntólaanciana—.Toma,cortarélamanzanaendos.
Tútecomeslamitadrojayyocomerélamitadblanca”.
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Sesentayuno
ACinderlafrustrabasuimpotencia.Sehabíantrasladadoalasalarecreativade lamansión.Hasta entonces ella no sabía que lasmansiones tenían salasrecreativas; estaba poniendo sumejor esfuerzopara decirles a los demás loque se necesitaba hacer para poder extraer el video del salón del trono quehabíaintentadotomar,ycómoarreglarsupiernaylainterfazdesucerebro-máquina; pero mientras ellos corrían recolectando materiales, ella estabasentada en un sofá lujoso con el inútil pedazo demetal que era su pierna.Odiabasaberqueyahabríasidocapazdelograrquetodovolvieraafuncionarsi hubiera estado en su taller en Nueva Beijing, si hubiera tenido lasherramientas adecuadas. Si ella misma no hubiera sido la maquinaria quenecesitabacompostura.
Tratabadeestaragradecida:habíasobrevividoalintentodeejecucióndela reinaynosehabíaahogadoenel lagoArtemisa,estabaotravezconsusamigosynohabíandestruido a Ikodespuésde todo.Dehecho, unode lospropiosguardiasdeAimerylahabíaayudado,loqueconfirmabaloqueJacinlehabíadichoantes:notodosenelpalacioerantanlealescomoaLevanalegustabapensar.
Encima de todo eso, eraposible que tuviera en su poder el video de lareinaLevanaconelcualmostraríanloquehabíadebajodesuencanto.Podíaser la mejor arma contra ella y su control mental, si el agua no lo habíadestruido,claroestaba.
—Thorne,sacaelpanelposteriordeesereceptor,peroconcuidado.Jacin,¿quéencontrasteenelpaneldeseguridad?
—Unmontóndecables—Jacinarrojóunpuñadodecablesyunatabladedatosalsuelo;Cinderempujóloscablesconsupiebueno.
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—Algunos de estos deben funcionar. Ayúdame a voltear esta mesa, essimilaralostablerosholográficosdejuegoqueteníamosenlaTierra,asíquecreoque…
Tomóunade las patas de lamesa con sumanobuena, pero suhombrolesionadoseresistiócuandotratódedarlavuelta.Jacinselaquitóylohizoélmismo, yCinder sintió cómo empezaba a sentir un tic en el ojo izquierdo.Tratabadenoestarresentida;noerasuculpaquesuhombrotodavíaestuvieralastimadoallídondeelsoldadolobolahabíamordido,yalmenoselungüentoparaadormecereldolorquehabíanencontradoestabahaciendomilagros.
—No habrá sangre cuando te abramos, ¿o sí? —preguntó Thorne,llevándoleaCinderelreceptorparaqueellapudieramanipularsumecanismointerno—. Quiero decir, estamos hablando estrictamente de cibernética,¿cierto?
—Más nos vale—escaneó el mecanismo interno del receptor mientrasThorne y Jacin desmontaban la mesa de juego de realidad virtual. Laconfiguracióneramuydistintaacualquiercosade laTierra: loscableserande otro color, los conectores y enchufes tenían otros tamaños, pero todofuncionabacontecnologíasimilarylosmismosprincipiosbásicos.
—No es tanto cirugía como… mantenimiento, nuestra mayor preo-cupaciónessitodoelhardwareserácompatible;latecnologíaessimilarperoha cambiado lo suficientedesdequeLunay laTierra dejaronde comerciarentresí,asíque…supongoqueyaveremos—mirólamesadejuegomientrasThorneleextraíaelpanellateral,revelandoelmecanismointerno.
—¡Ah, perfecto! —inclinándose hacia delante Cinder extrajo elconvertidordemododefibra—.Podemosusaresto.
IkoyCress,quetraíaunacajademadera,entraronalahabitación.—Tienenuntalleralláatrás—dijoIko.Llevabapuestaunacamisetarosa
brillantequehabíaencontradoen lacasa, sobre todoparacubrirelhoyodebalaensutorsoylarajaduraenlapartetraseradesuhombroderecho;Cinderteníalaesperanzadeque,unavezquelaarreglaran,podríahacerqueelbrazodeIkovolvieraasercuandomenosfuncional.
—Encontré todo lo de tu lista excepto el recuperador de partesdesmagnetizadodetrespuntas,perohabíaunaspinzasenelbaño—hizogirarlaspinzasentresusdedossanos.
Cindertorciólaboca,tomólaspinzasyquitóconundedounpelodecejaqueestabaenlapunta.
—Haremosquefuncionen.
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Cinderexaminó lapiladeherramientasypiezasde repuestoquehabíanextraído de todos los equipos de tecnología de la mansión; sin poder verdentrodesupropiacabezayofrecerundiagnósticopreciso,eradifícilsaberqué iban a necesitar para arreglarla, pero si no estaba incluido en esa pila,teníanpocaesperanzadepoderencontrarlo.
—Vamos a necesitar una lámpara para que puedan ver lo que estánhaciendo.¿Yquélespareceunespejodemano?Podemossostenerloparaqueyopuedavermiinterior.
—Noenestaciudad—explicóJacinnegandoconlacabeza.—Estábien—dijoCinderfrunciendoelceño—;primerovamosaextraer
los datos del chip de video, luego vamos a centrarnos en la pantalla demiretina;misojostodavíasecomunicanconminervioóptico,asíquemimejorconjeturaesquehahabidounainterrupciónenlatransferenciadedatosdemipaneldecontrolamipantalla.Puedeser tansimplecomouncabledañado.Una vez que tengamos eso solucionado debo ser capaz de ejecutar midiagnóstico interno y averiguar qué estámal conmimano ymi pierna—señalóaunasilladerealidadvirtualyagregó—:Tráiganlaaquí.
JacinobedecióyCindersesentóenlasillaalrevés,parapoder tomarsedelrespaldo.Recostólafrenteensusbrazos.
—¿Cress?—Estoylistacuandotúestéslista.—Muybien,veamosquéencontramos.Iko cepilló el cabello de Cinder hacia un lado y metió una uña en el
pestillodetrásdelcráneo;lamuchachasintiócómoseabríasupanel.—Ah,claro—dijoThorne—,cuandoyoabroelpaneldesucabeza,me
grita.CuandolohaceIko,esunaheroína.Cinderlofulminóconlamiradaporencimadesusbrazoscruzadossobre
elrespaldo.—¿Tegustaríahaceresto?—Niunpoquito—respondióThornehaciendounamueca.—Entoncesaléjateydalesespacioparatrabajar—volvióabajarlafrente
—;muybien,Iko,hayuncabledeinserciónenelladoizquierdodelpaneldecontrol.
Alguienprendióunalámparayaparecióunaluzbrillanteensucampodevisión.
—Loveo—dijoIko—.Cress,¿tienesesepuerto?—Yelcableconector;aquílostengo.
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Cinder las escuchabamoviéndose detrás de ella y apartandomás de sucabello para que no estorbara. Hubo un clic ahogado en el interior de supropiacabeza.Seestremeció.Hacíabastantetiempoquenadieconectabaundispositivoexternoensuprocesador;laúltimavezhabíasidocuandoseagotósu fuente de alimentación al sacar laRampion al espacio, justo después deque escaparon de la prisión de Nueva Beijing. Thorne había tenido querecargarlaconunenchufedelmóduloenaquellaocasión.
Antes de que eso sucediera, había estado en un laboratorio deinvestigación,atadaaunamesamientrasunandroidemédicodescargabalasestadísticasdesumaquillajecibernético.
Cinderrealmenteodiabaque leconectarancosasa lacabeza.Seforzóarespirarprofundo;soloeranIkoyCress.Sabíaquéleestabanconectadoyquéinformación estaban extrayendo; no era una violación, no era una invasión,peroleresultabaimposiblenosentirsemal.
—La conexión funcionó —anunció Cress—. No parece haber ningúnvacío evidente en los datos, así que esta parte de tu programación no fueafectadaporaquelloquelescortólaenergíaatusextremidades.Solonecesitoencontrar dónde se almacena la información visual y… aquí vamos.Grabaciones…cronológicas…seríalamásreciente…noimporta;estadebedeser:video,encriptado,unminutoycincuentaycincosegundosdeduracióny…transfiriéndose.
Cinder sintió cómo se le retorcía el estómago. No era quisquillosa engeneral,perocuandoleabríanelpaneleraimposiblenopensarencirujanossin rostro y sin nombre husmeando en su cuerpo inconsciente; conectandocablesysinapsisensucerebro,regulandosuspulsoseléctricos,sustituyendopartedesucráneoconunaplacametálicadesmontable.
Se apretó los brazos hasta que le dolieron, tratando de distraerse delzumbidodesusmecanismosinternosydelsonidodelasyemasdelosdedosdeCresschocandocontrasupantallaportátil.
—Ochentaporciento—dijoCress.Unas manchas blancas destellaron en la oscuridad de los párpados de
Cinder.Respiróprofundamente,reprendiéndoseasímisma.Estabatodobien,esto sería un procedimiento de rutina si hubiera sido ella trabajando en unandroideoenotrocyborg,estabatodobien.Elzumbidosedetuvo.
—Hecho—anuncióCress.—Revísalo antes de desconectarlo —le pidió Cinder, tragando bilis—,
asegúratedequeeselcorrecto.—Estámostrandoa…unmontóndepersonas.
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—¡AhíestáKai!—chillóIko.Cinderlevantólacabeza.Sintióeljalóndelcabletodavíaconectadoasu
pantallaportátil.—Enséñame—dijo, aun cuando la luz brillante inundaba su visión. Se
encogió,volviendoacerrarlosojos.—Espera,quédatequieta—pidióCress—,déjamedesconectar…EsofueloúltimoqueescuchóCinder.
SEENCONTRARONNUEVASCONEXIONES:FABRICANTE:REALITY.MANOCIBERNÉTICAT200-LPERSONALIZADA.CINCOUTILIDADES NO RECONOCIDAS. APLICACIONESESTÁNDARESAPROBADAS.FABRICANTE: REALITY. PIE CIBERNÉTICO T60.9-LPERSONALIZADO. APLICACIONES ESTÁNDARESAPROBADAS.REINICIANDOEN3…2…1…
Cinder se despertó en un sofá con la manta más suave que jamás habíasentido envolviéndole los hombros, echó un vistazo a las sombrasdesconocidasdel techotratandodesacudirseeldesconciertodedespertarenunlugarextrañoynoestarseguradecómohabíallegadoahí,seincorporóysefrotólosojosllorosos;lahabitaciónestabaendesorden,conherramientasypiezasdispersasportodalaalfombraylasmesas.
DIAGNÓSTICODEVERIFICACIÓNCOMPLETO.TODOSLOSSISTEMASESTABILIZADOS.DOSNUEVASCONEXIONESENCONTRADAS:MANOCIBERNÉTICAT200PIECIBERNÉTICOT60.9¿EJECUTARPRUEBADEAPLICACIÓNAHORA?
Levantó lamano izquierda frente a su cara. El acabado brillante que teníacuandoeldoctorErlandselahabíadadoporprimeravezhabíadesaparecidodespués de dos meses de hacer reparaciones en la Rampion y vivir en eldesiertoysumergirseenellagoArtemisa.
Lomásdesconcertantefuedescubrirqueteníasuscincodedos,aunqueelíndice—eldedoarmaqueLevana lehabíaquitado—nocoincidíadel todo
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conlosotros.Elacabadoeradiferente,erademasiadodelgadoyelángulodelprimernudilloestabatorcido.
Cinder ejecutó la prueba de aplicación y vio cómo sus dedos seflexionaban, uno a la vez. Los extendió hacia atrás, luego los cerró paraformarunpuñoyefectuóungiroconlamuñeca.
Supieefectuóunrangodemovimientossimilar,yCinderretirólamantaparaver.
PRUEBABÁSICADEAPLICACIÓNCOMPLETA.APLICACIONES ESTÁNDARES APROBADAS PARA SUUSO.CINCOUTILIDADESNORECONOCIDAS.
Cincoutilidades.Al inspeccionar su mano, Cinder les envió la orden a sus dedos para
abrirse,loquehicieronsinningúnproblema,perocuandotratódeencenderlalinterna,expulsarelcuchillooelcableconectoruniversal,odehacergirareldestornillador,nadapasó;nosemolestóentratardecargarelproyectilensudedo de repuesto. Aun así, podía usar sumano nuevamente y no se podíaquejar.
—¡Estásdespierta!Ikoentróalcuartocargandoconunamanounabandejaqueteníaunvaso
deaguayunplatodehuevosfritos,ademásdepanymermelada;elestómagodeCinderempezóagruñirpordebajodesurevestimiento.
—¿Túcocinaste?—SonsoloalgunashabilidadesquemequedarondemisdíasdeServ9.2
—Ikopuso el plato en el regazodeCinder—,peronoquiero escuchar unapalabrasobrecuándeliciosoestá.
—Oh,estoyseguradequeestáhorrible—bromeóCinder,metiéndoseunacucharadaenlaboca—.Mushasgrafias,Iko—sumiradaseposóenelbrazodiscapacitado de la androide. Le faltaba un dedo. Tragó—.También por elaccesorio.
Ikoencogiósuhombrosano.—Tienes instalados además unos cuantos cables de androide de
compañía.Laspiezasdelaconsoladejuegosnofuncionaron.—Gracias,esofuerealmentegeneroso.IkohizoaunladolospiesdeCinderysesentó.—Ya sabes que nosotros los androides estamos programados para ser
útilesytodoeso.
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—¿Siguessiendounaandroide?—preguntóCinderentredosmordidasalpantostado—.Avecessemeolvida.
—Amítambién—admitióIkoagachandolacabeza—.Cuandotevimosenelvideosaltandodeesebalcón,tuvetantomiedoquecreíquemicableadose incendiaría y pensé:Haría cualquier cosa para asegurarme de que ellaestébien—pateóunmontónde tornillossueltosen laalfombra—;supongoque cierta programación nunca desaparece, sin importar cuán evolucionadoseatuchipdepersonalidad.
Cinder lamió un poco demermelada de la punta de sus dedos y luegosonrió.
—Esonoesprogramación,cabezahueca:esoesamistad.—Talveztengasrazón—admitióIkoconbrilloenlosojos.—Yaerahoradequedespertaras,perezosa.CindermiróporencimadesuhombroyvioaThorneenelumbraldela
puerta.CressyJacinestabandetrásdeél.—¿Cómoestáesamano?—Casicompletamentefuncional.—Claroqueestácasicompletamentefuncional—coincidióIko—;Cress
yyosomosgenias—dijolevantandolospulgareshacialaexperta.—Yoayudé—dijoThorne.—Sostuvolalámpara—aclaróIko.—Jacinnohizonada—agregóThorne,señalándolo.—Jacin revisó tupulsoy respiración,y se aseguródequenoestuvieras
muerta—comentóIko.—Yopudehaberhechoeso—dijoThorneresoplando.—¿Porquéperdíelconocimiento?—interrumpióCinder.Encuclillas,alladodelsofá,JacinbuscóelpulsoenlamuñecadeCinder;
despuésdeunbrevesilencio,lavolvióasoltar.—Estrés, probablemente, junto con la reacción física resultante de
conectar la pantalla portátil a tu…—señaló el área de su cabeza—…cosacomputarizada.
—Ydicesqueyosoyquisquilloso—seburlóThorne.—¿Perdí el conocimiento por estrés? ¿Fue eso? —preguntó Cinder,
entrecerrandolosojos.—Creoqueeltérminoparaunaprincesaesdesmayarse—ironizóThorne.Cinderledioungolpe.—Con todo lo que has pasado, es sorprendente que no hayas tenido un
colapso—comentóJacin—;lapróximavezquetesientasmareadaotengas
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algunadificultadpararespirar,dímeloantesdedesmayarte.—Lo bueno —acotó Iko— es que, contigo inconsciente, Cress y yo
pudimosejecutar tusdiagnósticoscompletos.Dosconexionesarregladas,unnuevocablededatos,algunossoftwaresreinstalados¡yquedastecomonueva!Bueno,excepto…
—Misherramientasdemano,yasé—completóCinderconunasonrisa—,peroestábien.Pasécincoañossinunalinternaincorporada;puedosobrevivirsinellaahora.
—Sí,eso,perocreoque tambiénpuedehaberalgunosproblemascon tuinterfaz; losdiagnósticosmostraronalgunoserrorescon laconectividada laredylatransferenciadedatos.
LasonrisadeCindersedesvaneció;habíadependidodesucerebrocyborgdesde que podía recordar, confiando en su habilidad para descargarinformación,mandarcomunicadosycontarconunsuministrodenoticiasenlapantalladesuretina;eraunsentimientodesagradablesaberquenocontabaconeso,comosiunapartedesucerebrohubierasidoborrada.
—Voya tenerqueacostumbrarme.Estoyvivay tengodosmanosydospiesquefuncionan;heestadoenpeorescondicionesantes—miróa IkoyaCress—:gracias.
CressagachólacabezaeIkoarrojósustrenzassobreunhombro.—Oh,yasabes,fuiaprendizdeunamecánicabrillanteenNuevaBeijing;
puedequemehayaenseñadounaodoscosas—Cindersoltóunacarcajada—.Yhablandodemecánicasbrillantes,¿creesque tengas tiempode revisarmibrazoahora?
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Sesentaydos
Wintersesentóenunabancaásperaamirarcómosederretíanalrededordesus pies las últimas esquirlas de hielo.Metió los dedos en el charco pocoprofundoquesehabíaformado,asombradadelorealqueparecía—elhieloalromperse,elfrío—,aunquesabíaquenoloera.
Conunsuspiroalzólacabeza,peseaqueestabaagotada,paramirar lasdesordenadassesionesdeentrenamientoquesesucedíanalolargodelacallepolvorienta. Maniobras y tácticas, un centenar de soldados adiestradoshaciendosumayoresfuerzoparaformarunejército.EscudriñólamultitudenbuscadelamelenaflamígeradeScarlet,puesnoestabaseguradeadóndesehabríamarchado.
En lugar de Scarlet, vio algo completamente diferente. Una cabeza decabellorubioalfinaldelgentío.
Elcorazónlediounvuelco.Inhalóentrecortadamenteyselevantódelabanca,peroelhombrehabía
desaparecido.Recorriótodoslosrostrosbuscándolo,esperanzada.Pególosbrazosalos
costados, con los puños apretados, para contener el repentino acceso deeuforia. Era su desesperación la que la hacía ver fantasmas; ¡lo extrañabatanto!Seguíasinsabersiquierasiestabavivo.Sedabacuentadequeeradeesperarse que viera su rostro en medio de cualquier multitud, al doblarcualquieresquina.
Ahí…ahíestabadenuevo.Elpelobrillantecomounamanecer,detrásdelas orejas. Los hombros anchos bajo la vestimenta de los trabajadores delsector. Ojos azules que la clavaban en el piso, aunque todo su cuerpo se
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estremeciera.Sintióqueelaire inundabasuspulmones.Estabavivo.Estabavivo.
Pero Jacin se llevó un dedo a los labios para detenerla antes de quecorriera hacia él. Bajó la cabeza para tratar deminimizar su estatura, pasójuntoaungrupodetrabajadoresyseescabullóhacialaarboleda.Miróatrásunavezy,conunalevesacudidadelacabeza,desaparecióenlassombras.
Winter buscó a Scarlet, pero no la veía por ninguna parte. Tenía laspalmashúmedas.Nadielaobservaba.Sedeslizóconlaenergíarenovadaysepaseóentrelostroncosdelgadosdelosárboles.
Daríaun rodeopor laarboledayalcanzaríaa Jacinamediocamino.Searrojaríaensusbrazossinqueleimportarasieraapropiadoono.
Másadelanteoyóelborboteodelafuentecentral.—Princesa.Sesobresaltó.Ensupremura,habíapasadosinveralaanciana.Aunque
era una criatura añosa con la espalda encorvada, tenía una expresiónvivaz.Llevabaunacanastallenaderamitasytrozosdecortezaquehabíarecogidodelsuelodelaarboleda.
—Sí, hola—la saludóWinter a las corridas, y se inclinó en una rápidareverencia. Sumirada ya se había adelantado, en busca del pelo rubio y lasonrisaseductora.Noveíanada;losárbolesseloocultaban.
—Creoquebuscasaunjovenapuesto.Las arrugas de la mujer se estiraron en una especie de sonrisa.Winter
comenzóadecirquesíconlacabeza,perosecontuvo.—¿Acabadepasaralguienporaquí?—Nadamástupríncipe,querida.Notienesquesertímida.Esmuyguapo,
¿no es verdad? —la anciana apenas le llegaba a Winter a la altura de laclavícula,aunqueenpartesedebíaalacolumnatorcida.Sepreguntócuántosañosdetrabajodurocargaríasobreloshombros—.Mepidióquetedieraunmensaje.
—¿Él se lo pidió? ¿Jacin?—preguntóWinter al tiempo quemiraba denuevoasualrededor—.Pero¿adóndesefue?
—Dijo que no lo siguieras.Es demasiado peligroso.Te buscará cuandosea seguro de nuevo—inclinó la cabeza y miró hacia la hilera de árbolesdispuestosordenadamente,dondelosalfasgritabansusórdenes.
Winter trató de reprimir su decepción. ¿No pudo haber esperado paraofrecerleunasonrisa,decirleunapalabraamable,darleunabrazorápido?
—¿Porquénoestásconlosdemás?Lamujerseencogiódehombrosconunpocodedificultad.
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—Alguiendijoque los trozosdemaderapodían servir.Nopuedohacermucho,peroconesopuedoayudar.
—Desde luego —admitió Winter—. Todos debemos hacer lo quepodamos.Déjameayudarte.
Wintertomósucanasta.Sinlacarga,lamujeralzóundedo.—Casiloolvido.Tupríncipetedejóunregalo—rebuscóenlacanastay
sacóunacajasimpleenterradabajolasramitas—.Dijoqueerantusfavoritos.AWinter lediounvuelcoelcorazónal tomar lacajaen lasmanos.Sin
tenerqueabrirla,sabíaquéeraysupechoseexpandió.No podía siquiera imaginar por todo lo que habría pasado Jacin para
conseguirla.¿Únicamenteparadecirlequepensabaenella?Amenosquesetrataradealgomás.
Amenosquehubieraunmensaje.Se mordió el borde del labio y levantó la tapa. Ahí dentro había dos
perfectos caramelosdemanzanaagridulce, recién salidosde lasvitrinasdelconfitero.
—¡Vaya!¡Quésabrososseven!—exclamólaancianaestirandolacabezaparamirarelinterior—.Nohecomidounodeesosdulcesdesdequeeraniña.Demanzana,¿verdad?
—Sí—lecontestóWintery leextendió lacaja—.Tomauno,por favor,enagradecimientoporlaentrega.
Lamujerpensóenelofrecimiento.—Siinsistes…meimaginoqueunbocadonovaamatarme.Mecomeré
este,sideverdadnoteimporta.Mira,tienelacubiertaquebrada,noesdignode una princesa—tomó el dulce con la punta de los dedos; tenía un gestoaudazenlamirada—.Perosolositecomeselotro.SeríaelhonormásgrandecompartiresteregaloconSuAlteza,lahermosaprincesaWinterenpersona.
—Eresmuygentil.Wintertomóelsegundodulcedelacaja.Examinóelforrointeriordela
caja,conlaesperanzadeencontraralgúnmensajequepudierahaberledejadoJacin,peronovionada.
Detodosmodos,eraunregalo.Nosololosdulces,sinohaberlovistodelejos.Saberqueestababien.
Se puso el dulce entre los dientes. Lamujer la observaba y repetía susmovimientos. Comieron juntas. Winter sintió cómo se rompía la cubiertacrujienteantesdederretirseensulengua.
Laancianasonrió.Teníatrozosdelrellenocarmesíenlosdientes.—Hasidomuchomássatisfactoriodeloquemehabríaimaginado.
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—Mealegro.Hasidoun…unplacer…—dijoWinterdespuésdetragar.Parpadeóalpercibiralgofamiliarenlaformaenquelamujerlamiraba,
enlacurvapeculiardesusonrisa…algoaltivayllenadedesprecio.—¿Tepasaalgo,miniñaquerida?—No,no.Porunmomentomerecordasteaalguien,peromisojosaveces
meengañan.Nosonmuyconfiables.—¡Ah, muchacha dulce y tonta! —la joroba de la mujer comenzó a
enderezarse—.Somoslunares:nuestrosojosnuncasonmuyconfiables.Winterretrocedióconunestremecimiento.Seleescapólacanasta,quese
estrellócontraelsuelo.Ante ella, Levana abandonó el disfraz de vieja como una serpiente que
cambiaradepiel.—Los científicosme aseguraron que la enfermedad actuaría deprisa—
explicólareina.SumiradafríarecorríalapieldeWinter,curiosayencantada.LospensamientosdeWintergiraban,tratandodedistinguirlaverdaddela
ilusión.Habíapasadotodalavidaentresacandoverdadesdeilusiones.¿Dónde se encontraba Jacin?¿Porqué sehallabaLevanaahí? ¿Eraotra
pesadilla,unaalucinación,untruco?Ledolíaelestómago.Sesentíaenferma.—En este momento, tu torrente sanguíneo absorbe los microbios
infecciosos.Wintersepusounamanoenelestómagoysintiócómoelcaramelocreaba
una turbulenciaensu interior.Se imaginóelcorazón, lasarterias, la fábricadelasplaquetas.Soldaditosrojosmarchandoporbandastransportadoras.
—¿Microbios?—¡Oh,notepreocupes!Comoeresjovenyestásenbuenascondiciones
físicas, tardarás una o dos horas en mostrar los primeros síntomas. Unaerupcióndeampollasllenasdesangrebrotaráentupielperfecta.Lasyemasdetusdelicadosdedossemarchitaránysepondránazules…—ledijoLevanaconunasonrisa—.Meencantaríaquedarmeparaverlo.
Winter miró hacia el bosque, en busca de aliados. Si tratara de huir,Levana la detendría. Se preguntó si alcanzaría a dar un grito antes de queLevanalesellaraloslabios.
—¿Estás pensando en advertir a tus amigos? No te aflijas: yame voy,princesita. Dejaré que regreses con ellos y los contagies tú misma.Cometieronunerroralpreferirteatiantesqueamí,yesaserásuperdición.
—¿Por quéme odias?—preguntóWinter dirigiendo lamirada hacia sumadrastra.
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—¿Odiarte? ¡Ay, niña! ¿Eso es lo que crees?—Levana puso sus fríosdedosenlamejilladeWinter,sobrelascicatricesquelehabíacausadohaceaños—.Noteodio;solomefastidiatuexistencia—acaricióconelpulgarlamejilladeWinter—.Desdequenacistehastenidotodoloqueyoquería.Tubelleza.Elamordetupadre.Yahora,laadoracióndelpueblo,demipueblo—apartólamano—.Peronopormuchotiempo.Tupadremurió,tubellezasearruinaráprontoy,ahoraqueeresportadoradelafiebreazul,todociudadanoqueseacerqueatilolamentará.
Wintersintióqueelestómagoseleencogía.Imaginóquesentíacómoelrevestimientodeesteórganoabsorbíalaenfermedad,cómoestasefiltrabaensusvenas.Cadalatidodelcorazónlaimpulsabamásadentrodesuorganismo.Era una constatación objetiva. De todas las torturas que había visto a sumadrastra maquinar para otros, en esta muerte había algo de misericordia.Unalentaytranquilaaceptación.
—Pero tú también podrías tener su adoración, ¿sabes?—le dijo y viocómolasonrisacondescendientedeLevanasepetrificabaensurostro—.Sifueras buena y justa con ellos. Si no los engañaras para convertirlos en tusesclavos. Si no los amenazaras a ellos y a sus seres queridos por cualquierfalta minúscula. Si compartieras las riquezas y comodidades que tienes enArtemisa…
Sulenguaquedóinmóvil.—Yo soy la reina—murmuróLevana—.Yo soy la reina deLuna y yo
decidirécuáleslamejormaneradegobernaramipueblo.Nadie,nitúniesahorrible cyborg, me lo quitará —alzó la barbilla. Tenía las fosas nasalesdilatadas—.Deboirmeacuidarmireino.Adiós,Winter.
Trastabillando,Winter sevolvióhaciadondeestaba lagente.Sipudieraencontraraunasolapersona,advertirleaalguien…
Pero la arboleda se cerró sobre ella y se desplomó, inconsciente, en elsuelo.
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Sesentaytres
—¿HasvistoaWinter?Alfa Strom terminó demostrar el movimiento de apuñalar hacia arriba
con una vara y después se la entregó a una joven antes de voltear haciaScarlet.
—Nolahevisto.Scarletpaseólamiradapormilésimavezsobrelamultitudagitada.—Yotampoco,desdehaceunbuenrato;tieneunatendenciaavagarpor
ahí…Inclinando la cabeza hacia atrás, Strom olfateó un par de veces el aire,
luegonegóconlacabeza.—Parecequenohaestadoaquídesdehaceunrato.Quizáshaencontrado
unlugardondedescansar.—Oquizáseestáarrancandounojoconunavara; tedigo:noesbueno
queladejensola.Refunfuñando, Strom hizo un gesto a uno de los miembros beta de su
manadaysedeslizóhaciaunabanca,hizounapausaparavolveraolfatear,centrando sus ojos penetrantes en la multitud, antes de voltear a mirar elbosque.
—Estásactuandoraro—dijoScarlet.—Mepedisteayuda.—Notécnicamente.CuandoStromsedirigióalassombrasdelbosquequenoeraenrealidad
unbosque,Scarletlosiguió,aunquenosepodíaimaginarporquéWintersehabíaalejadodetodosysehabíaidoacaminarsola.Noimportaba:despuésdetodo,sípodíaimaginarlo.
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—Vino por aquí—dijo Strom, pasando sus dedos por la corteza de unárbol.Luegogiróaladerechayaceleróelpaso—.Yareconocísuolor.
—Ahí—indicóScarlet,mientraspasabatrotandojuntoallíder.LavioenesemismoinstanteycorrióhaciaellaantesqueStrom.—¡Winter!—gritó,dejándosecaerderodillas.ElcuerpodeWinterestaba
tumbadoenlahierbadespareja.Scarletcolocóalaprincesabocaarribaylebuscóelpulso.Aliviada,encontróunpulsodébilensucuello.
UnamanosujetólacapuchadeScarletylaarrastróhaciaatrás.Ellagritó,mientrassesacudíaparazafarse,peroStromignorólosgolpesdesuspuños.
—¡Déjameir!¿Quéestáshaciendo?—Winterestáenferma.—¿Qué?—desabrochándoseelabrigo,Scarletseliberódelasmangasy
secolocójuntoaWinterotravez—.¿Dequéhablas?—Lohuelo—gruñóStrom.Noseacercómás—.Carneenferma,vil.Scarletledirigióunamuecaantesdevolveramiraralaprincesa.—Winter,despierta—dijo,palmeandosumejillaunascuantasveces,pero
Winternisiquieraseinmutó.Lepusolamanoenlafrente:estabahúmedaycaliente. Tocó la parte posterior de su cabeza, preguntándose si se habríapegadootravezeneselugar,peronohabíasangreyelúnicochichóneraeldelapeleaencasadeMaha.
—¡Winter!StrompateóalgoquesaltóporlahierbahastagolpearlarodilladeScarlet.
Parpadeando,seinclinóylorecogió:uncaramelodemanzanaácida,unodelos dulces queWinter llevaba amenudo a la casa de fieras, por lo generalrelleno de analgésicos. Tenía unamordida.Al levantar lamano deWinter,Scarletencontrórastrosdedulcederretidoenlapuntadesusdedos.
—¿Veneno?—Nosé—dijoStrom—;noestámuerta,soloseestámuriendo.—¿Dealgúntipodeenfermedad?Stromafirmólevementeconlacabeza.—Nodebesestartancercadeella,huele…—parecíaqueibaavomitar.—Ay,contrólate;¿todosesosmúsculosydientes,yletienesmiedoaun
pequeñoresfriado?Su expresión se oscureció, pero no se acercó.De hecho, después de un
segundo,diounpasoatrás.—Hayalgomalenella.—Claro,¿peroqué?¿Ycómo?—negóconlacabeza—.Viunapequeña
clínicaenlacalleprincipal,¿podríasllevarlaallí?Haremosquelareviseun
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doctor;quizánecesiteunlavadodeestómagoo…LamiradadeScarletseposóenelbrazodeWinterydeprontolanzóun
grito ahogado y se apartó de la princesa inconsciente; cada uno de susinstintos le decía que contuviera la respiración, que limpiara la parte de supielquehabíaentradoencontactoconlaprincesa,quecorriera.
—Yatedistecuenta…ScarletignoróaStromymaldijoenvozalta.—Cuandodijistequeteníaunaenfermedad,¡nosabíaquetereferíasaque
teníalapeste!—Noséloquees—dijoStrom—;nuncaanteslahabíaolido.Scarlet dudó unmomentomás, luego emitió un bufido de frustración y
dolor,yseforzóaarrastrarsedenuevohaciaWinter.HizounamuecaylevantóelbrazodeWinterparainspeccionarlospuntos
oscurosdispersosalolargodelinteriordesucodo.Losanillosteñidosderojoalrededordesusmagullonessobresalíandelapielyestabanbrillantescomoampollas.
DesdequeScarletteníamemoria,lapestesehabíadesarrolladoenetapaspredecibles, aunque el tiempo que tardaba enmanifestarse variaba en cadavíctima.Unavezquelaerupcióndelosanillosmoradosaparecíaenlapieldelapersona,lequedabanentretresdíasytressemanasdevida;perodadoqueWinter no se había ido por más de una hora, la enfermedad parecía estartrabajandoespecialmenterápido.
InspeccionólosdedosdeWinterysintióalivioalverqueestabanrosasysaludables,noazules.Lapérdidadesangreenlasextremidadeseraelsíntomafinaldelaenfermedadantesdelamuerte.
Fruncióelceño.¿NolehabíacontadoCinderenalgunaocasiónque loslunareseraninmunesalaletumosis?Lapestenodebíasiquieraestaraquí.
—Sellamaletumosis—explicóScarlet—;esunaenfermedadpandémicaenlaTierra,actúarápidoynadiesobrevivepero…Levanatieneunantídoto.Es en parte la razón por la que el emperador Kai se casó con ella. Solonecesitamos…necesitamosmanteneraWinterconvidael tiemposuficientemientras lo conseguimos; necesitamos mantenerla con vida hasta que larevolucióntermine,¿estábien?
Pasóunamanoporsucabello,peroseatoróenunamarañaderizosyserindióantesdellegaralaspuntas.
—Esopuedetardardías,inclusosemanas—dijoStrom—.Porsuolor,noparecetenertantotiempo.
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—¡Dejadehablardecómohuele!—gritó—.Sí,laenfermedadesgrave,es…horrible,peronopodemossimplementedejarlaaquí,tenemosquehaceralgo.
Stromsebalanceó sobre sus talones,mirandoa laprincesa conasco, loqueseguíasiendomejorqueelbrillovorazquehabíantenidosusojosantes.
—Necesitauntanquedesuspensión.—¿Unqué?—Los usamos para curación después de cirugías o lesiones graves —
explicó,encogiéndosedehombros—.Puedeserquefrenelaprogresióndelaenfermedad.
—¿Dóndeconseguimosuno?—Esperaría que tuvieran uno aquí; en este sector se efectúan trabajos
peligrosos.—Estupendo,vamos.Scarletsepusodepieysesacudiólasmanos.Stromselaquedómirando
yluegovolteóparamiraraWinter.Noseacercó.—Bien—Scarletvolvióaagacharse,tomólosbrazosdeWinteryestabaa
puntodecargarlasobresuhombrocuandoStromseaproximóylevantóalaprincesaensusbrazos.
—Mira,quéperfectocaballero—murmuróScarlet,tomandosuabrigo.—Solo apúrate —dijo, con la cara tensa y haciendo un esfuerzo por
respirarsuperficialmente.Casicorrieronhacialasresidencias.Scarlet salió rápidamente de la línea de árboles, con las mejillas
enrojecidasy jadeando.Aquellosqueestaban reunidosvoltearonparamirarmientrasStromaparecíaconWinterenbrazos.
—Han envenenado a la princesa —anunció Scarlet—. Padece unaenfermedad letal llamada letumosis; la reina tiene un antídoto, peroWinterprobablementemuera si no logramos hacer que la enfermedad avancemásdespacio—distinguióalhombrebarbudoquehabíaactuadocomolíderantes—.¿Hayuntanquedesuspensiónenestesector?
—Sí,enlaclínica.Nosé…—respondió,ygiróparamiraraunhombredepelocanosoquesaliódeentrelamultitud.
ElhombreseacercóaWinter,lebuscóelpulsoylelevantólospárpados,primerounoyluegoelotro.Undoctor,supusoScarlet.
—El tanquenoestáenuso—explicó, trassu rápida inspección—.Vaallevarentrequinceyveinteminutosacondicionarloyprepararalachicaparalainmersión.
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—Manosalaobra,entonces—ordenóScarlet.El doctor hizo que lo siguieran entre la multitud. La gente se apartó,
observandoalaprincesaconexpresiónangustiada.—¿Quiénharíasemejantecosa?—susurróalguienmientraspasabajunto
aScarlet.—¡Alaprincesa!—agregóotravoz.—¿Esosignificaquetenemosuntraidorentrenuestragente?—preguntó
eldoctor,envozbaja.—No lo creo —negó Scarlet—. Quienquiera que hizo esto debe tener
accesoalaenfermedad,dealgunaforma,yacarameloscaros.DebehaberlodejadosubrepticiamenteparaWinter,yluegosefue.
—Osigueentrenosotros,usandounencanto.Scarlet resopló. Los estúpidos lunares y sus estúpidos encantos.
Cualquierapodría ser el enemigo, cualquiera conquien se encontrarapodíaseruntaumaturgoounodeesosaristócratasinsoportablesolamismareina,yScarletnoseríacapazdedescubrirladiferencia.
Aunasí,¿porquéalguienvendríahastaacásoloparaatacaraWinterperosinatacaralresto,cuandosabíanqueestabanplaneandounirsealarevolucióndeSelene?¿Seríaunaadvertencia?¿Unaamenaza?¿Unadistracción?
Tuvounaideapreocupante.Talveznohabíandejadoalrestoenpaz.Laletumosis era altamente contagiosa y actuaba rápido. En recintos cerrados,conairerecirculando…
—Aquí —indicó el doctor, llevándolos a un edificio que era sololigeramentemásgrandequelascasasvecinasyenigualestadodedecadencia.
Debajodeunmontónde sábanasgastadashabíaun tanqueen formadeataúd de pie contra una pared, cubierto de polvo. El doctor tiró la ropa decamaalpiso.
—Haycamasenesecuarto,siquierenacostarlahastaqueestélisto.Strom parecía feliz de hacer solo eso; su rostro seguía contorsionado
cuandoregresó.—Voyatraeraalgunosdemishombresparaquelleveneltanqueafuera.—¿Afuera?—preguntóeldoctor,alzandolavista.—Lagentelaadmira.Debenpoderverla…comorecordatoriodeporqué
estamosluchando.Eldoctorparpadeó,peroasintióligeramenteconlacabeza.—Estábien;noafectaráeltratamiento.Stromsalióde laclínicaysuspasosresonaronenelpequeñoporchede
madera.
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—Me temo…—dijo el doctor, sonando de verdad atemorizado— quesolotenemosuntanque.
—¿Y?—preguntóScarlet,sosteniéndolelamirada.Con los labios apretados, la señaló. Scarlet siguió lamirada del doctor
haciasuspropiasmanos.Nada.Nada.Luegoviolalesiónconunanillorojoenlapartesuperiordesubrazoysoltóunamaldición.
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Sesentaycuatro
Soñó con Ran, su hermano menor, después de que se convirtiera en unmonstruo.EnelsueñoveíaaRanmerodearalrededordesuvíctima,conlosmúsculos tensosdebajode lapielysalivaen lascomisurasde laboca.Rancerró la mano en un puño y la abrió de golpe, para revelar unas uñaspuntiagudasyafiladas.Susojosbrillaronalcomprobarquesupresanoteníaadóndehuir.
Conungruñido,Ranclavó lasgarrasen loscostadosde lavíctimay laaventó.El sueño se hizomás claro.La sombra borrosa se convirtió en unachica. Ran la había lanzado contra la estatua que estaba en el centro de lafuente seca. Sangraba, tenía el pelo rojo ennegrecido de mugre y los ojosinyectadosdemiedo.
Wolf miraba, pero no podía hacer nada. Estaba petrificado y solo suspensamientos volaban, alertas y salvajes, diciéndole una y otra vez que lehabíafallado.
La escena cambió. Era un niño y había llegado por primera vez a sumanada.Todavíatratabadeacostumbrarsealhechodequelehabíanquitadoeldonlunary lohabíanconvertidoenalgoantinatural,algoquelovolveríaun mejor soldado para su reina. El resto de los chicos lo miraban conrepugnanciaydesconfianza,aunqueélnoentendíaporqué.Eracomoellos,unpeón,unmutante.
Lomismoqueellos.Elestruendodeundisparoretumbódentrodesucabeza.Seencontrabade
pieenunaplazaatestadaypolvorienta.Sumadresederrumbójuntoaél.Lasangreseacumulódebajodesuspies,peronoeransuspies,sinounaspatas
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enormesquesemovíaninquietas.Teníaenlanarizelolordelasangredesumadre.
Elsueñoterminócomohabíaempezado,conlachicagolpeadaycubiertadesangre.Ellaestabaencuatropatasyluchabaporescapar.Luegogiróhastaquedarbocaarriba.Élpercibíaelolorde lasangreque lacubríaysentíaelhorrorquemanabadeellaatorrentes.
Estavez,eldepredadoreraél.Estavezlachicalomirabaaél.Se despertó con un sobresalto.Detener a Ran.Matar al alfa. Escapar.
Salvarla. Encontrar a la anciana. Matar a Jael y arrancarle el corazónpalpitante del pecho. Encontrar a sus padres. Unirse a la manada.Arrancarleslasextremidadesdesusarticulaciones.Esconderse.Servaliente.Protegerla.Encontrarla.Salvarla.Matarla…
—¡Ayúdenmeaquí!Teníalosojosabiertos,peronopodíaverporlaslucesintensas.Alguien
lo sujetaba por los brazos. No era uno, sino varios. Gruñó y lanzó unadentelladaasuscaptores,perosoloatrapóaire.
—¡Portodosloscielos!—resoplóalguien—.Nuncahabíavistoqueunodeellossedespertaraasí.Pásenmeeltranquilizante.
—No, no lo tranquilicen—ordenó una voz femenina suave y tranquilaque, sin embargo, hablaba con autoridad—. Su Majestad ha solicitado supresencia.
Wolflogróliberarunodesusbrazos.Lascuerdassereventaron.Algolemolestababajo lapieldel antebrazo,peroestabademasiadoextenuadoparaprestarle demasiada atención. Atrapó por el cuello a una de las sombrasborrosasylalanzóporloalto.Seoyóungritoyluegounchoquemetálico.
—¿Qué…?Wolfdescubrió a la segundapersonay le apretó la garganta con ambas
manos.Solounchasquido…Unasacudidadolorosalerecorriólosbrazos.Soltóaltipo,quecayóhacia
atrás,luchandoporrespirar.Wolfsedesplomódeespaldassobrelamesa.Aunqueeldolorhabíasido
breve,lamanoizquierdaseguíacontraída.Entoncessediocuentadequenoeraunamesa.Lorodeabanunasparedes
delgadas y docenas de tubos, muchos todavía conectados a su cuerpo. Lasensacióndequelojalabanquehabíaexperimentadoanteseraporlasagujasque todavía llevabamedio enterradas bajo la piel. Con un gesto, apartó lacara,pueslavistalerevolvíaelestómago.
Nomásagujas.Nootrotanque.Nomáscirugías.
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Oyóunaspisadasqueseacercabanymiróhaciasuspies.Sedibujóunasilueta contra las luces brillantes. Una taumaturga de rojo con el pelonegrísimorecogidoenunmoño.
—Bienvenidoacasa,AlfaKesley.Wolftragósaliva,aunqueelmovimientolelastimólagarganta.Sesentía
raro.Sentíamuchascosasraras.Teníaalgoenlacara.Unamáscarao…Trató de tocarse la boca, pero las cuerdas lo retuvieron y esta vez no
luchó.—Terminenlosprocedimientosdereconstitución—indicólataumaturga
—.Yaestábastantedócil.Otramujerentróensucampodevisión,frotándoseelcuello.MiróaWolf
con cautela antes de empezar a retirar las agujas de sus brazos. Luegodesconectó los electrodos que tenía pegados al cráneo.Wolf se encogió dedolorconcadauno.
—¿Puedessentarte?—lepreguntólatécnicadelaboratorio.Wolf preparó los músculos y se impulsó para erguirse. El movimiento
resultómás fácil de lo que esperaba.El cerebro le decía que se encontrabadébil, confundido, delirante, pero sentía el cuerpo listo para pelear. Susnervioszumbabanconlaenergíaacumulada.
Lamujerleextendióunvasodepapelconunlíquidoanaranjado.Primeroloolfateóy frunció lanarizen señalde repugnancia.Se llevóelvasoa loslabios.
Hizounapausayloapartó.Levantólamanolibreylapresionócontralaboca,lanariz,lamandíbula.Sucuerposeestremeciódehorror.Habíaocurrido.Despuésdeañosdelucharparanoconvertirseenunode
losmonstruosdelareina,alfinalhabíasucedido.—¿Lepasaalgo,AlfaKesley?Miró a los ojos a la taumaturga. Ella lo observaba como si fuera una
bomba de tiempo. Wolf sabía que no tenía palabras para expresar toda laconfusióny laperplejidady lasnecesidadesviolentasque lepulsabanenelcerebro, necesidades que no tenían nombre. De todas formas, no se creíacapazdehablar.Bebióellíquidoanaranjado.
El sueño regresó en fragmentos brillantes y dispersos. El cabello de lapelirroja.Lafuriaanimaldesuhermano.Lacaídadesumadre,muertaylejosdesualcance.
Siemprevolvía a la chica hermosaymordaz.El recuerdode ella era elmásvivo,porquerecordabaclaramentecuántoellalodetestaba.
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Recuerdosymiedosseentreveraron,empujándoseunosaotros,yyanosupodistinguirlarealidaddelafantasía.Ledolíalacabeza.
—¿En qué dijiste que era diferente de los demás? —preguntó lataumaturgaycaminóhastaponerseaunladodeWolf.
Latécnicadelaboratorioanalizóunapantallaempotradaauncostadodeltanque.
—Sus ondas cerebrales fueron más activas de lo normal en las etapasfinalesde la reingeniería.Además, lo comúnesquecuandodespierten solotengan…hambre.Nosonviolentos.Esovienedespués,cuandorecuperansufuerza.
—Élparecetenermuchafuerza.—Me di cuenta —respondió la técnica de laboratorio sacudiendo la
cabeza—.Quizásedebaaqueapresuramoselprocedimiento.Engeneral,lostenemosaquíporlomenosunasemana.Sumenteysucuerpohanpasadopormuchoenmuypocotiempo,yesapodríaserlacausadelaagresividad.
—¿Esaptoparaserviralareina?LatécnicadelaboratoriomiróaWolf.Élarrugóelvasocerrandoelpuño.
Lamujersequedósinalientoydiounpasoatrás.—Estancapazcomocualquierotrosoldado.Sugieroquecomaantesde
entrarenservicio.Desdeluego,porloregularpasanmesesentrenandoconuntaumaturgo después de las cirugías, para que su amo aprenda sus patronesbioeléctricosypuedacontrolarlo.
—Noestánhechosparaqueloscontrolen.Latécnicadelaboratoriofruncióelceño.—Losé,perose lespuedeenseñaraobedecer.Esunarmacargada.No
recomendaríaquelollevaranaunlugarconmuchagentesinquehayanadiequeseacapazdemanejarlo.
—¿Noleparecequeyopuedahacermecargo?LaatencióndelatécnicadelaboratoriopasódelataumaturgaaWolfyal
vasoarrugadoensupuño.Levantólasmanosantesdecontestar.—Únicamenteestoyaquíparaverificarquesuorganismonorechacelas
modificaciones.Wolfsepasólalenguaporlapuntaafiladadelosdientescaninos.Había
tardadomesesenacostumbrarsealosimplantesyahoralossentíararosotravez.Demasiadograndes,demasiadofilosos.Teníaunlevedolorenlaquijada.
Lataumaturgacaminóalrededordeltanque.—AlfaZe’evKesley, denuevo eresun soldadodel ejércitode la reina.
Lamentablemente, tumanadadeagentesespecialessedesbandódespuésdel
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primerataqueenParísynotenemostiempoparaquetefamiliaricesconotra.Porahora,serviráscomolobosolitario—lesonrió,peroWolfnocontestó—.YosoylataumaturgaBement,perocuandotedirijasamímedirás“ama”.Setehaconcedidoungranhonor.La reinaquierequeseaspartedesuescoltapersonal en la ceremonia en que será coronada como emperatriz de laComunidadOriental de la Tierra. Como tienes antecedentes de rebeldía, lareinaopinaquetupresencia,encalidaddesoldadoleal,enviaráunmensajeaquienesosenamenazaralaCorona.¿Adivinascuáleselmensaje?
Wolfnodijonada.LavozdelataumaturgaBementseconvirtióenunsusurroamenazante.—Cuando la reina te pide para su servicio, eres suyo para siempre—
golpeóconlosdedoslaorilladeltanque—.Veamossiestavezlorecuerdas—esperó una respuesta. Como no la obtuvo, entrecerró los ojos—. ¿Se teolvidó tu entrenamiento? ¿Cuál es la respuesta correcta cuando te habla tutaumaturga?
—Sí…ama.Sentíacomosileextrajeranlaspalabrasalafuerza,esaspalabrasquelo
habían taladradodurante añosy años con el taumaturgo Jael.Arrancarle elcorazón palpitante del pecho.Wolf se encogió y empezó a salivar. Estabahambriento.
—¿Aquiénsirves,AlfaKesley?¿Aquiénservía?Surgióensumemoriaelhermoso rostrode la reinasentadaenel trono,
desdedondeveíaalasmanadaslucharparaganarsufavor.Élsentíaeldeseodeimpresionarla.Habríamatadoporella.Sehabíasentidoorgulloso.
—Sirvoamireina—afirmóconvozmásfuerte.—Correcto —Bement se inclinó sobre el tanque. Wolf no apartó la
mirada.Seguíasalivando.Olía lasangrequecorríabajo lapielde lamujer,perocuandopensóenprobarla,elrecuerdodeundolorlerecorriólacolumna—.MedijeronqueteconseguisteunaparejacuandoestuvisteenlaTierra—Wolf se tensó. En sus pensamientos destelló la cabellera pelirroja—. ¿Quéharíassilavierashoy?
Viocómolaarrojabacontralaestatua,cómoellasearrastrabasindejardemirarloconlosojosllenosdeterroryodio.Ungruñidoretumbóenelfondodesugarganta.
—Losterrícolastienenunacarnemástierna.Loslabiosdelataumaturgaformaronunasonrisa.
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—Haráunbuentrabajo—seseparódeltanque,dejóatrásalatécnicadelaboratorioyasucompañerocaído—.Límpienlo.Yasabenquealareinalegustaconservarlasapariencias.
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Sesentaycinco
Jacin,CressyThornesehabíanido,paradejaraCinderimprovisarunmododerepararaIko.CindersupoinmediatamentequenopodríaregresaraIkoalanormalidad,nosoloporquelaandroidelehabíacedidosudedoyalgunosde los cables que necesitaba para recuperar la destreza de su mano, sinoporquenoteníalaspartesderepuestoolasfibrasdelapielparaarreglarsuhombrooelagujerodebalaensupecho.PeroCinderselasingenióparaunirun parche esquelético temporal y reconfigurar las articulaciones para quecuando menos pudiera mover el codo y la muñeca. Cuando Iko quedóextasiada por la noticia, Cinder supo exactamente el alivio que estabasintiendo:acostumbrarsealapérdidatotaldeunaextremidaderamuydifícil.
MientrasCinder trabajaba, Iko le explicó cómo se las habían ingeniadoparacolarseabordodeltrendeabastecimientodeArtemisa,cómolamayorpartedelsistemadetransporteestabaapagadoyseefectuabanrevisionesdelos trenes, y que Levana estaba nerviosa, o más bien francamenteaterrorizada.
Cuandoterminó,CinderlecontócómolahabíantransportadodevueltaaArtemisaycómolahabíanseparadodeWolf;quenohabíahabidounjuicioyquenoteníaideadeadóndeselohabíanllevado.LedijoaIkoquehabíavistoaKaienelsalóndeltronoyquehastaesemomentoparecíaileso;tambiénlepreguntósilatransmisiónhabíamostradoeljuiciodeAdri.
—¿Adri?—laspestañasde Ikoseagitaronuna,dos, tresvecesantesderesponder—:Esonotienelógica.
—AdriyPearlestánaquí,enLuna.Adrifuellevadaajuicioantesqueyo;algo sobreque sehabíaguardadopatentes dediseñodeun armaquepodía
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neutralizar el don lunar. Creo que Levana se enteró del invento de Garan,aquelqueestabainstaladoenmicolumnavertebral.
Iko presionó la yema de sus dedos entre sí imitando un gesto deconcentración.
—SupongoquetienesentidoqueLevananoquieraquetalcosaexista.—Yasé.Nosemehabíaocurridoantes,peroundispositivodeese tipo
cambiaríaelequilibriodepoderentreLunaylaTierrasipudieranfabricarlo;sialgunavezvamosahacerunaalianzaconLuna,undispositivocomoeseseríalaúnicaformaenquelosterrestresestaríansegurosdequenovanasermanipulados.
—Esoesunagenialidad—dijoIko—.SiempremeagradóGaran,eramuyamableconmigoinclusocuandodescubrióquemichipdepersonalidadestabadefectuoso. Almenosmantuvo todomi software actualizado. Bueno, hastaqueAdridecidióquemedesmantelaran…—hizounapausa—laprimeravez.
Cindersonrióparasímisma.LaprimeravezquehabíavistoaIkonoeramásqueun revoltijodepiezasdeandroide tiradasenunacaja,esperandoaquealguienlasvolvieraaarmar.Ikohabíasidosuprimerproyecto,unintentodeprobarsuméritoasunuevafamiliaadoptiva.EnesetiemponoteníaideaqueIkoseibaaconvertirtambiénenunadesusamigasmásqueridas.
Susonrisasedesvaneció,dejandopasoalasospecha.—Iko, dejaron de hacer actualizaciones de software para Serv9.2 hace
másdeunadécada.Ikojugóconunadesustrenzas.—Nuncapenséeneso.¿Creesqueestabatratandodecorregirelerrorque
mehizoser…yo?—Nosé,nocreo.Alfinyalcabo,éldiseñósistemasdeandroides.Estoy
seguradequesihubieraqueridoreprogramarteparaquefuerasunandroideregular,lohabríahecho.
Ella dudó. Si Linh Garan no estaba actualizando el software de Iko otratandodearreglarla,¿quéhabíaestadohaciendo?
—Supongoquenoimporta.Garaninventóestedispositivo,peromedalaimpresióndequeLevanadestruyótodassusnotas.SimipropiosoftwarenoestabayasuficientementedañadoporeldoctorErland,dudoqueunchapuzónenellagolehicieraalgúnbien…
Seinterrumpió,mirandoaIkoconlosojosentrecerrados.—¿Qué?—Nada—Cindernegócon la cabeza.Habíademasiadosproblemasque
arreglar, demasiados acertijos por resolver. El misterio del dispositivo de
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Garan iba a tener que esperar—. Simplemente no me puedo imaginar enprimerlugarcómoLevanapodríasabersobreeldispositivo,esoestodo.
—Yoledije.Cindergiróbruscamentelacabezahacialapuerta,dondeJacinestabade
pietanquietoysilenciosocomoelpropiomarcodelapuerta,mostrandounmagullóndebuentamañoenlamandíbula,cortesíadeThorne.
—¿Túledijiste?—La información tienevalor. Intercambié esapiezade informaciónpor
mivida.Siempreeradifícil leer lasemocionesdeJacin,perosiCinder teníaque
adivinar, habría pensado que estaba indignado por haber hecho talintercambio. Se acordó de haberle dicho a Jacin sobre el dispositivo, hacíatiempo, en el pequeño pueblo oasis de Farafrah. La cara de guardia habíamostradounacuriosidadquerayabaenlacodiciacuandosupoquehabíauninventoquepodíaimpediraunlunarhacerusodesudonyevitarqueesedonlovolvieraloco.
Cinderlanzóungritoahogado.Winter.Porsupuesto.Jacinseñalóconlabarbillahaciaelpasillo.—Lamentoapurarte,perolaCoronaacabadelanzarunnuevovideoque
tepuedeinteresar.Evidentementeestásmuerta.Ikoyéllallevaronalhometheatredelamansión,consillonesenormes,
cadaunoconundispensadordebebidasincorporado.ThorneyCressestabandepiejuntoaunhologramaquerepresentabaaLevanamásgrandequeenlavidareal;llevabapuestosuvelo,peroelsonidoestabaapagado.LamagnituddelaproyecciónhizoqueCinderdieraunpasoatrás.
—¿Jacindicequeencontraronmicuerpo?Thornelamiródereojo.—Esaeslapalabra,niñacadáver.Fuisteextraídadellagoanoche.Incluso
tienenestemaniquíconunamanopintadademetalysiguenmostrandounafotogranuladadeella.Quédateaquíunrato,yaverás.SerepiteunayotravezconundiscursodeLevana;enestepedazoderocatienenelentretenimientomásaburrido.
—¿Quéestádiciendo?Thorneagudizólavozparaimitaralareina.—Hemos vencido a la impostora demi querida sobrina…dejemos este
desorden atrás mientras continuamos con las coronaciones… soy una
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psicótica, una loca hambrienta de poder y mi aliento huele realmente malbajoestevelo.
Cinder se rio. Intentó chequear la hora en su reloj interno antes derecordarqueyanofuncionaba.
—¿Cuántotiempofaltaparalacoronación?—Nuevehoras—respondióIko.Nueve horas. Habían estado en esa mansión por un día entero y una
noche,yCinderhabíapasadodurmiendolamayorpartedeltiempo.—Tambiénestáelteletipo…Cressseñalóelholograma.Unalistadesectoresrecorríalaparteinferior
delaimagen,creandounconstanteanilloflotantealrededordeLevana.—Esaeslaparteinteresante—dijoThorne—:ellaaprobóundecretoque
dicequecualquiersectorquevioleeltoquedequedaoquesesospecheestéayudando a “la impostora”, va a ser sitiado, y después de la coronación setratará caso por caso. Luego continúa con una perorata sobre elarrepentimientoysuplicarmisericordiaalareina.
—Parecequeamuchaspersonaslasmotivótuestratagemaenelbanquetede bodas —comentó Jacin—; el número de sectores sublevados siguecreciendo.
—¿Cuántos?—Ochentaysiete,segúnelúltimorecuento—respondióCress.—IncluyendoMR-9ylossectorescontiguos—agregóThorne—;lejosde
desalentarlarebelión,elataqueparecehaberhechoenojaraúnmásalagente.Ochentaysieteenelúltimorecuento.—¿Ycreesquetodos…quetodosesossectores…?—Cindertragósaliva.
Sumenteseguíanublada—.¿Quécreesquesignificaeso?—Significaquelareinaestáteniendounmaldía—respondióJacin.Thorneasintió.—Partedeesopuedesersupropiaparanoia,peroinclusocuandoIkoyyo
estábamos intentando llegar a Artemisa, había rumores de que algunossectoresestabanbloqueandosuspropios túnelesparaque la ciudadquedaradesabastecida,osaqueandosusfábricasdearmas,esetipodecosas.Yesofueantes del juicio.Claro queno sabemos si la gente cree que estás realmentemuerta, pero no estoy seguro de que importe en este punto. Si estás viva,entonces, eres una tremenda revolucionaria. Si estásmuerta, entonces, eresunatremendamártir.
—Paramí sí importa de algúnmodo—afirmó Cinder, viendo cómo elteletiposeguíacorriendo.
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Ochenta y siete sectores se habían alistado para pelear por ella… parapelearpor símismos.Por loquehabíavisto,encadasectorhabíaunosmilciviles,cuandomenos,yenocasionesmuchasvecesesacantidad;esodebíaser más que suficiente para superar a la capital y destronar a Levana…exceptoporquetodasesaspersonasestabanatrapadas.
—Notedesmayes—pidióThorne.—¿Qué?—preguntóCinder,mirándolo.—Parecesestresada.Cinder le echó una mirada amenazadora y empezó a caminar por la
habitación.—¿Podemos hacer algo con esas barreras? La gente no puede venir en
nuestraayudasiestáconfinadaensuspropiossectores.—Oh,cariño—dijoThorne—,estamosmuypordelantedeti.¿Cress?ElladetuvoelhologramadeLunaquehabíanestadoestudiandoabordo
de laRampion: todos los domos y los túneles subterráneos expuestos en laroca lunar, con la superficie llena de cráteres. Cress había marcado lossectores sitiados tal como estaban enlistados en la emisión de Levana. Erasolo una fracción de los sectores de Luna pero, aun así, era posible quehubieramuchosmássublevándose,delosquelareinanosupieratodavía.
LevanaseestabaconcentrandoenlossectoresmáscercanosaArtemisa,locualteníasentido.Eracomprensiblequeestuvieranerviosa:larevoluciónyahabíallegadohastasupuerta.
Cress ajustó el holograma; amplió la zona de Artemisa y luego la delpalacio.
—Loscontrolesdelasbarrerassonpartedelaredprincipaldeseguridadqueoperafueradelcentrodeseguridaddelpalacio—explicóCress—;puedohackearlosadistancia,peronosinquesuenenlasalarmas.Almenos,noconlacantidaddetiempoquetengoparahacerlo,asíque…
—Pensamosenentrar—continuóThorne.Sehabíaadueñadodeunodelossillonesdelahabitaciónparaapoyarsuspies.
—Claroquelopensaron—dijoCinder.—Si entramos en el palacio deNuevaBeijing, podemos entrar en este.
Desdeahí,Cressdesactivalasbarrerasenlossectoresexterioresyprogramalasbarrerasdeseguridadalrededordeldomocentralparaquesedesactivenalfinaldelacoronación—Thornetomódeldispensadordelsillónunacopaqueparecíacara,llenaconunabebidaazul,ybebióungrantrago—.Eslamejorforma de coordinar un ataque sorpresa y asegurarnos de que todos estén
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entrando a Artemisa al mismo tiempo, incluso si no tenemos forma decomunicarnosentrenosotros.
Cress cambióel enfoquedelholograma,destacando losocho túnelesdelostrenesdelevitaciónmagnética,queeranlosúnicospasajeshaciadentroyfueradelaciudad,exceptuandolospuertosdelasnavesespaciales.
Cindersemasajeólamuñeca.—Es muy riesgoso enviarlos ahí. Preferiría que Cress desactivara las
barrerasadistancia,inclusosihacesonarlasalarmas.—Opino lomismo—coincidióThorne—,peroesanoes laúnica razón
porlaquedebemosentraralpalacio;tambiénnecesitamosaccesoalasaladeemisión de la reina si queremos hacer algo con ese video tuyo. Levanadeshabilitótodoslosaccesosexterioresalsistemadespuésdetuúltimotruco,asíquesiqueremosqueseproyecteentodoelsistema,lotenemosquehacerdesdedentro.
—El video… ¿vale la pena? —preguntó Cinder después de respirarhondo.
—¡Oh!—Ikosellevólasmanosalacabeza—,¡esterrorífico!—Escomosacarselalotería—dijoThorne,sonriendo.—Voya cargarlo enelproyector—anuncióCress,volteándosehacia el
nododelholograma.—Por favor, no —pidió Iko—. No necesitamos verlo otra vez así de
grande.Cindergolpeteóelpisoconunpie.—¿Cómoproponesqueentremosalpalacio?Yopuedousarunencantoen
los cuatro para que parezcamos invitados a la coronación si quisiéramoscolarnos…
—No tan rápido —interrumpió Thorne—. Tú ya tienes un trabajo.MientrasCressyyoestemosdespejandolospasajeshacialaciudad,tú,Iko,yJacinvanaposicionarseenestostressectores—señalóenelhologramatresde los domos adyacentes a Artemisa Central—, o al menos en los túnelesdebajo de ellos, dándoles la bienvenida a todos los rebeldes que hasalborotadoyqueorganizaron tantosplanesdebatalladeúltimominuto.Enaproximadamentenuevehoras,conalgodesuerte, laciudadvaasersitiadaporunmontóndelunaresenfadados,yvananecesitaralguienquelosdirija.
—Yesaerestú—aclaróIko.—Peroteníaentendidoquerestringieronelaccesoaestedomo,¿cómose
suponequevamosasalirdeesossectoressiestamosatrapadosaquí?
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—Hayunidadesdealmacenamientonomuylejosdeaquí—explicóJacin—,dondealgunasdelasfamiliastienenvehículosrecreacionales,incluyendodeslizadorestodoterreno.
—¿Deslizadorestodoterreno?—Vehículosespecialesparasaliratodavelocidaddelosdomos.Pueden
ajustarse a las condiciones inalteradas de la gravedad y la atmósfera, y sonidealesparadesplazarseporterrenosdifíciles:dunasycráteres.Lagentericalosutilizaparadivertirse.Nosontanrápidoscomolasnaves,peropodemosevitar lostrenesytrazarunarutadirectaalossectoresmáscercanos,dondeseaquetenganaccesoexternoaladársena.ALevananoleimportaráqueunpardenoblessalganenunviajedeplacer.
—Nosvamosadividir—explicóCinder.—Solotemporalmente—dijoIko,abrazándolaporlacintura.—Esnuestramejoropciónparacoordinarunataqueyhacerqueelmayor
númeroposibledepersonasseunaanuestracausafrenteaesepalacio.Esaeslaintención,¿cierto?Launiónhacelafuerza—dijoThorne.
El corazón deCinder galopaba de nuevo, pero consiguió asentir con lacabeza. Estaba estudiando el holograma una vezmás cuando una anomalíaatrajosuatención.
—¿Quétieneestesector?—preguntó,señalandounoqueestabamarcadoenrojoenelmapa.
Cressgiróelhologramayampliólaimagendeesesector.—PM-12,produccióndemadera.¿Encuarentena?—¿Comounacuarentenaporenfermedad?—preguntóCinder.—Eso es todo lo que necesitábamos—susurróThorne.Pero Jacin negó
conlacabeza.—Hapasadounlargotiempodesdelaúltimavezquetuvimosunbrotede
cualquier enfermedadenLuna.Nohaymuchas influencias ambientalesqueno podamos controlar —se cruzó de brazos—, aunque sí podemos tomarmedidasencasodequealgopase.Conlosdomosconfinadoscomoestán,nosería muy difícil acabar con una comunidad entera si la enfermedad fuerasuficientementegrave.
—¿Podríaserletumosis?—preguntóIko,conuntintedemiedovibrandoensuvoz.
—Esa es una enfermedad terrestre —explicó Jacin—. Nunca hemostenidocasosaquí.
—Noessolounaenfermedadterrestre—negóCinder—,yano.EldoctorErlanddescubrióunacepamutadaenÁfrica, ¿recuerdas?Quizá los lunares
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yanoseaninmunesy…—tragósaliva—yunmontóndeterrícolasacabandellegar a Luna. Cualquiera de ellos podría ser un portador. Uno de losdiplomáticosoinclusounodenosotros.Quizánisiquieralosabríamos.
—¿Alguno de ustedes ha ido al sector de producción de maderarecientemente?—preguntóJacin,señalandoelholograma.
Cinderapretóloslabios.—Esofueloquepensé.Dudoquealgunodetusamigospolíticoshayaido
tampoco;probablementeessolounacoincidencia.—Dehecho—comenzóCress,apartandolamiradadelapantallaportátil
—,unodenosotroshaestadoahí—ingresóunnuevocomando,transfiriendolainformaciónqueestabaviendoenelholograma.
Erauna coleccióndevideosdevigilancia de la reina, todos etiquetadoscomo PM-12. Estaban oscuros y borrosos, pero a medida que los ojos deCinder se ajustaron pudo ver hileras de árboles en las tomas exteriores yparedes revestidas de madera en el interior. Se concentró en una de lasescenas más pobladas; parecían personas dentro de un edificio sanitario,aunquenoseparecíaennadaaloslaboratorioselegantesyresplandecientesdeNuevaBeijing.
Había demasiadagente en el lugar.Algunosocupaban las pocas camas,mientras que todos los demás se retorcían contra las paredes o sedesplomabanenlosrincones.
Al acercarse a la imagen, Jacin amplió una de las escenas y enfocóprimerounaerupcióndeanillosrojosyazulesalrededordelagargantadeunpaciente;luego,laalmohadamanchadadesangredebajodelacabezadeotropaciente.
—Sí, parece letumosis—dijo Cinder, sintiendo cómo se le contraía elestómagoacausadelmiedoinstintivo.
—¿Sonloquecreoqueson?—preguntóIko,señalando.—Soldados lunares —confirmó Cress, ampliando una de las imágenes
exterioresquemostrabaadecenasdehombresmutantesentrelosciudadanos.Muchosparecíanenfrascadosenunaconversaciónapasionada.
Cindernuncaloshabíavistocuandonoestabanenmododeataque,ysino fuera por sus rostros deformados, se habrían visto igual que… bueno,hombresrealmentegrandesyatemorizantes.
Luegovioaalguienqueleresultóaúnmásimpactantequelosmutantes.Una chica de cabello rojo y abrigo con capucha que se plantaba con losbrazosenjarrayunaexpresióndeterquedad.
—¡Scarlet!—exclamóCinder.
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Estabamásvivaquenuncaynomostrabaniunápicedemiedoantelosdepredadores que la rodeaban. De hecho, mientras Cinder la observaba,parecíaqueScarletestabadándolesórdenes,señalandoconeldedohacialaspuertas principales de la clínica.Media docena de soldados asintieron y sefueron.
—Estonotienelógica—dijoIko.Thorneserio,tanjovialcomosesentíaCinder.—¿Qué hace falta entender? Dijeron que iban a lograr construir un
ejército.—Sí,peroScarletnoestabaconnosotroseneldesierto.¿Cómopodríaser
ellaunaportadoradelanuevacepadelaenfermedad?—preguntóIko.—Tienesrazón—comenzóCinder—;ellapudohaberse…¿contagiadode
unodenosotros?—Ningunodeustedesestáenfermo.No encontraba una respuesta.Deseó que el doctorErland estuviera ahí,
perohabíamuertodelamismaenfermedadquehabíatratadodeerradicar.—¿Qué es eso que están cargandohacia la clínica?—preguntóThorne.
Jacincruzólosbrazos.—Untanquedesuspensión.Cuatrosoldadosestabancargandoeltanque,mientrasqueotrosabríanlas
puertasprincipalesdelaclínicaparaquelosprimerospudieranpasar.Afuera,cientosdecivilesestabanreunidos:aquellosquenoestabantodavíaenfermos.Lossoldadoslosobligaronaretrocederparahacerleespacioaltanque.Jacininhalóprofundamenteydiounpasohaciaelholograma,enfocandolaimagen.Hizounapausa,sedesplazóhaciaatrásyamplióaúnmáslaimagen.
—Oh,no—susurróCinder.Otrorostrofamiliarestabaencapsuladobajolatapadevidriodeltanque:eldelaprincesaWinter.
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Sesentayseis
Enel laboratorionohabía espejos, y tampocoen lahabitación revestida enmosaicos donde estaba la ducha esterilizante queWolf había tomado paralimpiarseelgelpegajosodelpelo.Comofuera,nonecesitabaunespejoparasaber lo quehabíanhecho.Era consciente de cómo se habíamodificado suestructuraóseaconsoloverselasmanosylospies.Sentíaladiferenciaenlaboca protuberante, los dientes alargados y la mandíbula deforme. Habíanalterado los huesos de su cara para hacer espacio a la hilera de caninosimplantados.Sushombrosteníanunanuevacurvaturaysuspiessedoblabandeunamaneraextrañaque loshacíanparecermáscomopatas,hechasparacorrer y saltar a gran velocidad. Las manos eran enormes y ahora estabandotadasdeuñasenformadegarra.
Podíainclusoolersepordentro.Nuevoscompuestosquímicosyhormonascirculaban por sus venas. Testosterona, adrenalina, feromonas. Se preguntócuándoempezaríaacrecerelnuevopelajeparacompletarsutransformación.
Sesentíadesdichado.Eraloquenuncahabríaqueridoser.Además,estabahambriento.Le habían dejado un uniforme parecido al que usaba como agente
especial.Eraunaformalidadparasurolenlacoronación.Porloregular,lossoldados que habían sido sometidos a bioingeniería usaban una vestimentamuchomenosdistinguida,pueseranmásanimalesquehombres.
Ahoraeraunodeellos.Tratódecontenersudesagrado.¿Quiéneraélparajuzgarasushermanos?
Noobstante,susemocionesseguíanfluctuando.Enunmomentosesentíafuriosoyviolento,yluego,devastadoydespreciable.
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Erasudestino.Siemprehabíasidosudestino.Nosabíacómoselehabíaocurridopensarenotracosa.¿Deverdadhabíacreídoquepodíasermejor?¿Creyóquésemerecíamás?Estabadestinadoamatar,comerydestruir.Soloaesoteníaderecho.
Derepente,arrugólanariz.Comida.Lasalivaescurriópor su lenguay laabsorbiócontra losdientes filosos.
Algoseagitóensuestómago,acausadelapetitovorazquesentía.Se estremeció al recordar la sensación de hambre de cuando había
iniciado su entrenamiento como agente. Se moría de hambre, y al mismotiempo, detestaba las porciones de carne apenas cocinada que les daban.Teníanquelucharporsuracióny,además,confirmarsuposiciónenelordenjerárquicodelamanada.Peronisiquieraentonceseraunhambretanatroz.
Tragóconfuerzayterminódevestirse.Su cuerpo comenzó a agitarse cuando abrió la puerta y el olor de la
comidairrumpióensusfosasnasales.Casijadeaba.La taumaturga Bement y la técnica de laboratorio seguían ahí, pero se
habían llevado al hombre inconsciente.La técnica de laboratorio retrocediócuando vio la expresión de Wolf. Se acomodó detrás de otro tanque desuspensión,ocupadoporalgunaotravíctima.
—Esamiradadebesignificarquehaycomidacerca—dijo.—Asíes—lataumaturgaestabaapoyadacontralapared,consultandosu
pantallaportátil—.Enestosmomentosestánenelelevador.—No sabía que lo haría comer aquí. ¿Los ha visto cuando comen por
primeravez?—Yomeencargodeél.Sigaconsusocupaciones.La mujer lanzó otra mirada dubitativa a Wolf y siguió revisando las
pantallasdediagnósticodeltanque.Seoyóuntimbreenelpasilloyelolordelacomidaflotómilvecesmás
intenso.Wolfseaferróalmarcodelapuerta.Sentíalaspiernasdébilesporlavoracidadylasrodillasapuntodedoblarsebajosupeso.
Llegó un criado empujando un carrito de madera cubierto con unaservilletablanca.
—Señora—dijo,haciendounareverenciaalataumaturga,quelodespidiósinmás.
Los sentidos deWolf estaban abrumados. Sentía punzadas en los oídosporelsilbidodelvapor.Elestómagoselecontraíaporeldeseo.Cordero.
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—¿Tieneshambre?—preguntólataumaturga,yWolfmascullóalgoentregruñidos.Podíaarremetercontraellaenese instanteydespedazarla sinqueellasiquieraalcanzaraadarsecuentadeloquepasaba,peroalgolocontuvo,un miedo muy arraigado. El recuerdo de otro taumaturgo que habíaquebrantadosuvoluntad—.Tehiceunapregunta.Séqueyanoeresnadamásqueunanimal,perocreoqueereslobastantelistopararespondersíono.
—Sí—gruñóWolf.—¿Sí,qué?La rabia estuvoapuntode cegarlo, pero se contuvo.Hizounamueca a
causadelodioqueseacrecentaba.—Sí,ama.—Muybien.Notenemostiempoparaconocernosyconstruir larelación
de entendimiento que establece un taumaturgo con sumanada, pero quieroenseñarte dos principios básicos de unamanera que tu pequeño cerebro debestiacomprenda.
Retiró con un movimiento la servilleta blanca y apareció una bandejarebosantedecarnechamuscada,huesos,cartílagosytuétano.
Wolftemblódehambre,perotambiéndedesagrado,tantoporlacomidacomoporsusansiasdecomerla.Unviejorecuerdoeclipsóestenuevodeseo.Algorojoybrillante,llenodejugo:tomates.
Sonlomejoryloscultivoenmipropiahuerta.—Lo primero que tienes que saber como miembro del ejército de Su
Majestadesqueunbuenperrosiemprerecibesurecompensa—lataumaturgapaseólamanosobrelacomida—.Anda,tomaunbocado.
Wolfsacudiólacabezaparaquedesaparecieralavozdesconocida.Eradenuevoesachica,lapelirrojaquesentíatantarepulsiónporél.Suspiernassemovieronporsupropioimpulsoylollevaronhacialabandeja.Suestómagopedíaagritoslacomidayserelamía,peroencuantoestirólamanocongarrashacialabandeja,undoloratravesósusentrañas.Sedoblóporelsufrimiento.Suspiernascedieronysedesplomóalsuelo.Golpeóconelhombroelbordedelcarritoylolanzócontralaparedcercana.Eldolornoterminaba,sinoqueenvolvía cada uno de sus miembros, como si le clavaran mil dagas en lacarne.
Lataumaturgasonrió.El dolor cedió.Wolf temblaba en el suelo, con lasmejillas húmedasde
sudorodelágrimas.Noeraunatorturadesconocida.Larecordabadesuantiguoentrenamiento
con Jael, pero no la había vuelto a sentir desde que se había convertido en
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alfa.Eraunsoldadoapreciado,uncachorrobuenoyfiel.—Y eso—dijo la taumaturga— es lo que te pasará sime decepcionas.
¿Tenemosun trato?—Wolf asintió sacudiéndose, con losmúsculos todavíacrispados—.¿Tenemosuntrato?
—Sí,ama—respondióWolfmientrastosía.—Muybien—levantólabandejadelcarritoyladejócaeralsuelojuntoa
él—. Ahora, toma tu comida como un buen perro. Nuestra reina nos estáesperando.
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Sesentaysiete
KaiestabaempezandoaentenderporquéLevanahabíaelegidoesahoraparala coronación. La ceremonia iba a ocurrir al final de la noche larga deArtemisa: dos semanas de oscuridad, interrumpida únicamente por la luzartificial.EseibaaserelprimerverdaderoamanecerqueKaiveríadesdequehabíaestadoenLuna,unnuevoamanecer,unnuevodía,unnuevoimperio.
Eratodomuysimbólico.Anhelabaqueeldíaterminarayayalavezquenuncallegara.DepiejuntolasolasdellagoArtemisa,mirandoalaguacolorazuloscuro
que se extendía hasta donde llegaban sus ojos, Kai deseaba que el nuevoamanecerdeLevanafueramuydiferentede loqueellaesperaba,aunquesudeseo se había vuelto muy débil. No sabía si Cinder había sobrevivido lacaída al lago, o si la gente de Luna prestaría atención a su llamado, o sipodríantriunfaraunsilointentaran.
Al menos sabía con certeza que las imágenes del video del cuerpo deCindereranfalsas.Inclusoviéndolaaladistancia,conlaimagenborrosa,Kaisabíaquenopodía ser ella sinounmaniquí oun actor o algunaotrapobrevíctimasacadadellagoquehabíanhechopasarporCinder.
Siestabanfingiendosumuerte,significabaquenohabíasidoencontrada,estabaviva,teníaqueestarviva.
Al menos, con la coronación acercándose, la reina había empezado asuavizar ciertas restricciones para Kai y otros invitados de la Tierra.Finalmente era libre de vagar por el palacio e incluso aventurarse hasta laorilladellago,aunquecadapasoeraseguidoporunpardeguardiaslunares.
Había pasado toda su vida rodeado de guardias, de todos modos. Esohacíaquefueramásfácilignorarlos.
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Levanainclusolehabíapermitidotenerdevueltasupantallaportátilparaque pudiera ver las noticias de la Tierra y les pudiera confirmar que todoestababienaquíenLuna.
Ja.La arena se deslizó por debajo de sus pies a medida que el oleaje
retrocedía hacia el lago. El mundo se desintegraba debajo de él. Le dabacuriosidad saber si la arena era piedra de luna pulverizada o si había sidoimportada tiempo atrás de alguna playa blanca en la Tierra.Muchas vecesdesdelaprimeravezquehabíavenidoaquíhabíadeseadopasarmástiempoinvestigandolahistoriaentrelaTierrayLuna.Queríasabercómohabíasidola relación cuandoLuna era una colonia pacífica, y, después, una repúblicaaliada. Por años la Tierra había suministrado a Luna materiales deconstrucción y recursos naturales, y a cambioLuna les ofrecía sus valiosasinvestigaciones en los campos de exploración espacial y astronomía. Saberquealgunavezhabíasidounarelaciónbeneficiosasugeríaquepodíavolveraserlo.
PeronoconLevana.Kaivioalosguardiasrealesrevisandotodaslasorillasdel lago, todavía
buscando, a la espera de que una cyborg desaliñada apareciera en lasuperficie.Kaitambiénloshabíavistoantesdesdesuventanapatrullandolascalles de la ciudad, y si ellos creían que era posible que Cinder hubierasobrevividoysehubieraescondido,entonces,Kaitambiénibaacreerqueeraposible.
Mientrastanto,elpalacioestaballenodegenteocupándosedelosúltimospreparativosparalacoronación.Losaristócratas—olasfamilias—eranmuybuenosfingiendojúbilogenuino.Incluso losestragosde laejecuciónfallidade Cinder habían sido desechados como un percance menor, como algodestinado a suceder de tanto en tanto. Todos parecían felices de dejar lapersecuciónenmanosdelosguardiasmientraselloscomenzabanadisfrutardesusbebidas,suscomidasysusjuergas.
Si estaban preocupados por el llamadodeCinder a la revolución, no lodemostrabanenabsoluto.Kaisepreguntósiunsolomiembrodelacorteselevantaríaenarmascontralagentesillegabanaesepunto,osiretrocederíanyserefugiaríanensuselegantesmansionesaesperaraqueacabara,felicesdeproclamarle lealtadaquien fueraque se sentaraenel trono,unavezqueelcaosterminara.
Pensando en ello,Kai cerró los ojos y semordió la lengua conteniendouna sonrisa, sabiendo que la fantasía era insignificante. Pero ¡ah, cómo le
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encantaríaveresascarassi—cuando—Cinderseconvirtieraen reinay lesinformaraalasfamiliasquesuindulgenteformadevidaestaballegandoasufin!
Kaiescuchóquealguienseaclarabalagargantadetrásdeél,loquehizoque girara la cabeza y mirara por sobre su hombro. Torin estaba de pie,enfundadoenunesmoquinformal,yalistoparalacoronación,aunquetodavíafaltabanvariashoras.
—SuMajestadImperial,elemperadorRikan—dijoTorin.Erauncódigoquehabían ideadoconel restode loshuéspedesde laTierra:empezarcadareuniónmencionandoaalgunaotrapersonaquehabíaestadopresentecuandose habían conocido formalmente. Había sido idea de Kai, para poderasegurarse de que estaban hablando con la persona con la que creían estarhablandoynoconunlugareñousandountramposoencanto.
Kai sonrió ante la mención de su padre. No recordaba cuándo habíaconocido a Torin, que había sido una presencia permanente en el palaciodesdeantesdequenacieraKai.
—Mimadre—dijoenrespuesta.LamiradadeTorinseposóenlospiesdescalzosdeKaiysuspantalones
enrollados,peronoladejóahímuchotiempo.—¿Algunanoticia?—preguntó.—Nada;¿tú?—quisosaberKai.—Más tempranohablé brevemente con el presidenteVargas.Él y otros
representantesamericanossesientenamenazados;creenquenostienencomorehenes.
—Untipolisto.UnaolachocócontralospiesdeKai,yélsebalanceóconella,enterrando
suspiesenlaarenahúmeda.—Levanacreequenostienejustodondequiere.—¿Ynoesasí?—preguntóTorin.Kaifruncióelceñoynorespondió.Susilenciofueseguidodeunsuspiro.Giró para mirar a Torin y lo encontró desabrochándose los zapatos y
quitándoseloscalcetines;searremangólospantalonesantesdeponersedepiejuntoaKaienlaorilla.
—LedijeaVargasquecuandoLevanatuvieraeltítulodeemperatriz,ibaa sentirsemenos a la defensiva y podríamos ponerle límites racionales a laalianza terrestre-lunar —dudó, y agregó—: no dije nada sobre la princesaSelene;sentíqueveríacualquierindiciodeesperanzadepositadaenellacomounmerocuentodehadas.
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Kaisemordióelinteriordelamejillayesperóquenofueraelcaso.Habíaestado poniendo su fe en la princesa Selene incluso antes de haberlaencontrado,inclusoantesdehabersabidoqueellaeralapersonamáscapaz,ingeniosaydeterminadaquehabíaconocido,inclusoantesdequeempezaraatenerfantasíasdeunmatrimoniorealentrelaTierrayLunaquenoincluyeraaLevanaenabsoluto.
—SuMajestad—dijoTorin,conuntonoqueindicabaqueestabaapuntodeabordaruntemaqueaKainolegustaría.Elemperadorrespiróhondo—,¿hapensadocuálserásusiguientepasosielresultadoquedeseamosnollegaaocurrir?
—Quieresdecir,¿siCinderestámuerta,silagentenoserebelaymañanaen lamañanameencuentropegadoauna emperatrizquequierematarmeytomar el control de mi ejército y los salarios, y de mis aliados hasta quesucumbanasuvoluntad?
—Supongo que ha estado pensando en ello —dijo Torin, después deemitirunsonidoburlón.
—Mehapasadoporlacabezaunpardeveces.ObservóaTorindesdeelrabillodelojo;sesorprendióalsentirqueestaba
viendoensuconsejerounaversiónmássabiaymásviejadeélmismo,ynoes que se parecieranmucho.Torin tenía un cabello canoso y bien peinado,unanarizmásgrande,labiosdelgadosyunaexpresiónsevera.Peromientrasestabanlosdosdescalzosenelagua,cadaunoconsusmanosenlosbolsillosymirando hacia el lago, Kai pensó que no estaría mal crecer para ser tanestable y capaz como Konn Torin, o tan reflexivo e inteligente como supropiopadrehabíasido.
Kaiseaseguródeque losguardias lunaresestuvieran fueradel radioenquepudieranescuchar,parahacerleunapregunta.
—¿Cuáleselestadodelasbombasquepodríandebilitarestosbiodomos?—Me han dicho que tenemos una docena ensambladas y listas para
utilizarlas,peropasaránsemanasantesdequeunsegundoloteestéterminado.Lomejorquepodemosesperarenestepuntoesdebilitarlos,peronocreoqueseasuficienteparadisuadiraLevanaporcompleto.
—Amenosqueataquemoseldomoenelqueellaseencuentra—sugirióKai.
—Ese es también el domo en el que nosotros nos encontramos—dijoTorinhaciendounamueca.
—Lo sé—conun suspiro,Kaimovió los dedos en la arena húmeda—.Prepara la flota; quiero un regimiento de naves armadas posicionadas en
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espacio neutral, que se acerquen a Luna tanto como puedan sin despertarsospechas.Despuésdelacoronación,siLevananodejaquelosotroslíderesse marchen, podemos amenazarla para lograr su consentimiento. Quiero atodoslosdemásfueradeLunatanprontocomoseaposible.
—¿Atodoslosdemás?¿Quéhaydeusted?Kainegóconlacabeza.—Tengo que asegurarme de que Levana nos dé el antídoto de la
letumosis.Nosédóndeloguarda,perosiesaquí,enArtemisa,nopodemosarriesgarnos a destruirlo; necesito asegurarmede recuperarlo y llevarlo a laTierratanprontocomoseaposible.Tengoqueteneréxitoeneso,másqueencualquierotracosa.
—Yunavezqueelantídotoestéasegurado—comenzóTorin—,nuestraprioridaddebesersupropiaseguridad.SiplaneamatarloparapoderasumirelcontroldelaComunidadOriental,necesitamostomarmedidasparagarantizarque eso no suceda; aumentaremos la seguridad a su alrededor en todomomento. Será obligatorio que se separe físicamente de la reina; no voy apermitirquelelaveelcerebroparaquesehagadañoustedmismo.
Kai sonrió, de cierta forma alentado por el tono protector en la voz deTorin.
—Todassonbuenassugerencias,Torin,peronoseránecesario.Torinsevolteóhaciaél,peroKaiestabamirandoelhorizonte,dondeel
aguanegrasejuntabaconelcielonegro.Laluzdelsolsereflejabaenalgunosdelosdomosaladistancia,peroelcambiodelanochealdíahabíasidotangradual que Kai apenas lo había notado: los amaneceres lunares eran unasuntoextremadamentelento.
—Casi lamato en laboda, estuvemuycerca, pudehaberlohecho,perofallé.
Torinresoplóconfrustración.—Usted no es un asesino. Me resulta difícil pensar en eso como un
defectodecarácter—Kaiabriólaboca,peroTorincontinuó—:ysihubieralogradomatarla,habríadespertadola iradecada taumaturgoycadaguardiaenlahabitación,habríahechoqueloasesinaran,ynodudodequetambiénacadainvitadodelaTierra.Entiendodedóndevinosuimpulso,peromealegrodequehayafallado.
—Tienesrazón.Aunasí,nomepasarálapróximavez—Kaiescondiósusmanos en los bolsillos y encontró una insignia, aquella que Iko y Cress lehabían dado a bordo de la Rampion, acreditándolo para siempre comomiembrodesutripulación,sinimportarquéocurriera.
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Apretólainsigniaenunpuño.—NomevoyairdeLunaconesteasuntosinresolver,nopodemosdejar
quegobiernelaTierra.SiCinder…silaprincesaSelenefalla,yono.—¿Quéestádiciendo?Kaimiró de frente aTorin, aunque le costó trabajo sacar los pies de la
arenaquelossuccionaba.—PuedoserleútilaLevanaeltiemposuficienteparaobtenerelantídoto.
Nomemataráde inmediato,no si la convenzode tener la informaciónquequiere:conocimientodenuestrosprocedimientosmilitares,recursos…luego,cuandohayamosmudadoelantídotodelugar,ordenaréanuestramiliciaquebombardeeArtemisa.
—¿Conusteddentro?—preguntóTorin,dandounpasohaciaatrás.Kaiasintió.—Es la única forma de asegurarnos de que Levana esté aquí cuando
sucedaelataque.Nosospecharánada:mientrasyoestéaquípensaráquetienecontrol sobrenosotros.Conun simpleataquepodemosdeshacernosdeella,de los taumaturgosyde lamayoríade losmiembrospoderososdesucorte.Novanapoderevitarlosinlavadosdecerebro,sinmanipulación.Vaahaberunagrancantidaddebajas,peropodemos intentarconcentrar ladestrucciónenlossectorescentrales,yunavezqueLunaestéenmediodelcaos,laTierrapuedeofrecerasistenciaparalareconstrucción.
Torinhabíaempezadoanegarconlacabeza.Teníalosojosentrecerrados,comosinosoportaraseguirescuchandoelplandeKai.
—No.Nopuedesacrificarse.—Yameestoy sacrificando.NodejaréqueLevana tenga amipaís.Ha
habidopazentre laUniónTerrestrepormásdeunsiglo;nodejaréquemisdecisionesseanelfindeeso—seencogiódehombros—,razónporlacualestan importante que la Comunidad sea gobernada por alguien inteligente yjusto.ElTratadodeUnificacióndeclaraqueencasodequeelúltimoen lalínea de sucesión de la corte imperial tenga razones para suponer que va amorirantesdepoderdejarunherederoaltrono,puededesignaraunapersonapara que se convierta en el nuevo emperador o emperatriz, y la gente debenombrara suselegidosy someterlosavotación—se topócon lamiradadeTorin—.Yotenombréatiantesdesalir.Nainsitienemideclaraciónoficial.Asíque…—tragósaliva—buenasuerteconlaelección.
—Yonopuedo…noloharé…—Yaestáhecho.Sitienesunplanmejor,meencantaríaescucharlo,pero
nodejaréqueesamujergobiernelaComunidad.Seráunhonorparamímorir
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enserviciodemipaís—Kaialzólamiradahaciaelpalacioyhaciaelbalcóndel salón del trono que sobresalía por encima de sus cabezas—, siempre ycuandopuedaarrastrarlaconmigo.
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Sesentayocho
—¿Por qué a Cress siempre le toca lamejor ropa?—se quejó Iko con losbrazos cruzados, mientras lamuchacha practicaba caminando de un lado aotroconunoszapatosdeplataformaridículamentealtos—.ACressletocaira la boda real. ACress le toca ir a la coronación. ACress le toca toda ladiversión.
—Novoyalacoronación—leexplicóCressmientrastratabademirarsuspasos sin irse de bruces—. Solo vamos a fingir que somos invitados parapodermeternosenelsistemadedifusióndelpalacio.
—ACressletocameterseenelsistemadedifusióndelpalacio.—Cress va a arriesgar su vida para eso—Cinder lanzó un montón de
accesoriosbrillantessobrelacama—.¿Algodeestocombina?Iko se dejó caer sobre la cama y comenzó a tocar los accesorios con
miradacodiciosa.—Creoqueestosguantesseunenaesascosasqueparecenalas—sugirió
y soltó un suspiro lastimero—. Me gustaría que mi atuendo viniera conguanteslargoshastaelcodo,anaranjadosysindedos.
—Estos zapatos son como zancos —se quejó Cress, tambaleándose—.¿Nohayalgomáspráctico?
—No creo que la palabra práctico esté en el vocabulario lunar —lecontestóCinderyvolvióasumergirseenelvestidor—;perodéjamever.
PorlomenoshabíanconseguidounasbotasparaCinder,pueslassuyassehabíanperdidoenellago.Encontraronlasnuevasarrumbadasenunarmariodeherramientas,juntoconequiposdeportivosvariados,oloqueCresspensóque eran equipos deportivos.Lamentablemente, no había ningún calzado lo
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bastante pequeño para que le quedara a ella; de todas formas, Iko habíainsistidoenquenocombinabanconsuatuendoaristocrático.
Thorneapareció,luchandoconlospuñosdesucamisa.—Díganmequenomeveotanridículocomomesiento.Sobresaltada,CresssetropezóychocóconIko.Cayeronalsuelo.Cinder asomó la cabeza del vestidor, escudriñó la escena y frunció los
labios.—Será mejor que encuentre otros zapatos —murmuró, antes de
desaparecerdenuevo.ThorneayudóaCresseIkoaponersedepie.—Quizáselridículoesel temadeldía—dijoal tiempoqueinclinabala
cabezapara estudiar el atuendodeCress,queeramitadvestidodenocheymitad disfraz de mariposa. Un tutú anaranjado le llegaba apenas a mediomuslo, y se veía de lo más chillón combinado con un canesú ajustado yrecubierto de brillos. Le habían cosido dos tiras de tela transparente pordetrás, que realmente estaban unidas a los largos guantes anaranjados a losquehabíarenunciadoIko,asíquecuandoCressabríalosbrazos,seproducíael efectodeque sedesplegabanen suespaldaunas alasnegrasy amarillas,comodemariposa.Pararematar,Ikohabíaencontradounsombreritoazulenelbaúlde losaccesorios,que teníados resortesque terminabanen lapuntaconpequeñas pelotas emplumadas.Cress había deducidoque representabanlasantenas.
—Me siento mucho mejor ahora que veo lo que te pusiste—se burlóThorney se ajustó elmoño.Llevabaun traje recto de colormoradoque lequedaba sorprendentemente bien pese a que provenía del vestuario de undesconocido.Elmoñoteníalucecitashilvanadasenlatelaquehacíanqueelcuello de su camisa blanca brillara con diferentes tonalidades de neón. Sehabíadejadolasbotasmilitares.
Se veía tan ridículo como sexy. Cress tuvo que obligarse a apartar lamirada.
—Porloquevienlafiesta,vasaestarmuybien—Cinderaparecióconunos zapatos más cómodos—. Todos llevaban prendas excéntricas, comoesas.Nodudoquebuenapartedelaropafueraencanto,perocuantosmenoselementosdelatuendotengasqueencantar,másfácilessostenerlailusión.
—¡Ey,capitán!¡Dejademirarlelaspiernas!—exclamóIko.CressgirójustoatiempoparadetectarlasonrisaelogiosaThorne,quese
encogiódehombrosyseajustólospuñosdelachaqueta.
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—Soyunconocedor,Iko.MiraquéaltaseveCressconesoszapatos—titubeó—.Bueno,“altita”.
Ellasesonrojóyempezóamirarselaspiernasdescubiertas.—Toma, Cress. Pruébate estos —sugirió Cinder, poniendo los ojos en
blanco.—¿A ver? De acuerdo—se quitó los instrumentos de tortura y se los
lanzóaIko,queseloscalzómuyemocionada.Ensegundos,Ikobailabaunvalsporelperímetrodelahabitación,como
silahubierandiseñadopensandoexactamenteenesoszapatos.—¡Claroquesí!—exclamó—.Melosquedo.CuandoCresssepusolosotroszapatos,Thorneledioungolpecitoauna
delaspelotasdelasantenasylepasóelbrazosobreloshombros.—¿Cómonosvemos?Cinderserascólanuca.Ikoinclinólacabezaaunladoyotro,comosial
variardeángulomejorarasuaspecto.—Supongoquesevenlunares—seatrevióacontestarCinder.—¡Excelente! —dijo Thorne, y levantó la palma para que Cress la
chocaratorpementeconlasuya.Cinderseajustólacoladecaballo.—Desdeluego,cualquierlunarquelespresteatenciónsedarácuentade
quetú,Thorne,eresterrícolaydequetúeresunavacía,Cress,asíqueseancuidadosos.
—Cuidadoso es mi segundo nombre —se burló Thorne—. Va justodespuésdeCortésyTemerario.
—¿Acasotienesideadelamitaddeloquedices?—lepreguntóCinder.Thornesacóelchipalquehabían transferidoelvideodeCinderyse lo
entregóaCress.—Guárdaloenunlugarseguro.Cresssequedóconlamiradaperdida,sinsabercuálpodríaserunlugar
seguro. No tenía bolsillos ni bolsa, y llevaba muy poca ropa como paraesconderalgo.Finalmente,selometióenelcanesú.
ThornetomólapantallaportátildeCressdeltocadoryselaguardóenunbolsillointeriordelachaqueta,dondeellaalcanzóavertambiénelcontornode su pistola. Un pequeño cuchillo que habían tomado de la cocinadesaparecióensusmanostanrápidamentequeCressnoalcanzóaverdóndeloescondió.
—Creoqueestodo—opinóCinder,mientrasvolvíaarevisaraThorneyCress—.¿Estamoslistos?
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—Sialguienrespondequenoaesapregunta—intervinoJacinalaparecerpor el pasillo con el ceño fruncido y los dedos inquietos—, me voy sinesperar.
Cresspaseó lamiradapor sus amigos.Sedabacuentadequevolvíanasepararse. Un sentimiento de inquietud le daba vueltas en la boca delestómago.
EllayThorneseiríanalpalacio,mientrasqueCinder,IkoyJacintrataríande rescatar aWinter y Scarlet y de organizar a la gente para infiltrarla enArtemisa.
Noqueríadejarlos.Noqueríadespedirse.PeroteníasobreloshombroselbrazodeThorne,sólidoyreconfortante.
Cuando él se alisó la solapa con la mano libre y les dijo a los otros queestabanlistos,ellanodiscutió.
—Ahí está la entrada trasera —indicó Jacin señalando una puerta casiinvisible en la parte posterior de la clínica de medicina e investigación,escondida a medias tras unos matorrales descuidados. Iko estiró la cabezajuntoaélpara tratardever,peroJacin laobligóconunamanoaagacharseporquepasabandoshombresenbatasde laboratorio,con laatenciónpuestaensuspantallasportátiles.
Jacin examinó el área una vezmás antes de saltar de su escondite paraagazaparseenlasombradeledificio.PorlapareddeldomoseveíaelpaisajedesoladodeLuna,queseextendíaaladistancia.
Agitólamano.CindereIkocorrieronhastadondeestabayseapiñaronenlasombra.
Lapuerta se abrió fácilmente.Noeranecesario cerrar laspuertasdeunlugar que estaba abierto al público, pero Jacin no quiso confiarse. No sesentiríatranquilomientrasWinternoestuvieraasalvo.
Avanzaronporuncorredorsombrío,conparedesalasqueleshacíafaltaunamanodepintura.Jacinsedetuvoaescuchar,perosoloseoíaelruidodeuncarritoderuedaschirriantesenalgúnpasillodistante.
—Poraquíhayunasalademantenimiento—indicóhaciendounaseña—yunarmarioparaelpersonaldeconserjeríaencadapiso.Esapuertallevaalapartecentraldeledificio.
—¿Cómosabes?—susurróCinder.—EstuvecomointernopormeseshastaqueLevanadecidióqueseríaun
buenguardia—respondió,rehuyendolamiradadeCinder.
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—Yaveo—susurróella—.Queríasserdoctor.—Quéimporta.Jacinavanzóa lapantallaqueestaba juntoa lasalademantenimientoy
abrióunplanodelaclínica.Enalgunaspartes,signosdeadmiraciónenrojomarcabannotasinsertadas.
Paciente MR 8: derrame no tóxico en el piso.Laboratorio13:Interruptordeluzdescompuesto.
—Aquí—dijoCinderseñalandoelcuartopisoeneldiagrama.
InvestigaciónyDesarrollodeEnfermedades.
Delotroladodeledificiohabíaunapuertadeservicioque,porlomenos,losllevaríaalpiso.Jacinteníalaesperanzadequeelequipodeinvestigaciónsehubiera tomado el día libre para disfrutar los festejos de la coronación.Noqueríamáscomplicacionesy,sifueraposible,preferiríanotenerquemataranadie.Detodosmodos,esonole impidiósoltarelbrochedelafundadesupistola.
Enelascensoalcuartopisonohubosorpresas.Jacinentreabriólapuertayestudióelcorredor,queestabailuminado.Oíaelborboteodelostanquesdeagua,elzumbidodelascomputadorasyelruidoconstantedelamaquinaria,peronogente.
Lesindicóalaschicasquesemantuvierancercaysaliódelasescaleras.Loszapatos rechinarony retumbaroncontraelpiso. Juntoacadapuerta, seencendían pantallas a su paso, indicando la tarea que se realizaba en esahabitación.
Agricultura:modificaciónypruebasgenéticasManipulación bioeléctrica: Estudio 17 (Control ygrupos1-3)Ingenieríagenética:SujetosCanislupus16-20Ingenieríagenética:SujetosCanislupus21-23Ingenieríagenética:Alteraciónquirúrgica
—… si aumenta la manufactura… —Jacin se detuvo petrificado. La vozfemeninaveníadelpasillo.Seoyóquecerrabanunapuertaounavitrina—…seríaposiblesostener…recursos…
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Seabrióotrapuertayseescucharonpisadas.Jacinselanzóalapuertamáscercana,peroestabacerrada.Detrásdeél,
Cinderprobóotramanija.Hizounamuecacuandotampocoabrió.—Aquí —susurró Iko al abrir una puerta algo más adelante. Jacin y
Cindercorrieronagazapadosdetrásdeellaycerraron lapuertaconcuidadodenohacerruido.
El laboratorio estaba vacío, o por lo menos, vacío de gente, de genteconsciente.Enlasparedessealineabantanquesdeanimaciónsuspendidaqueocupabanelespaciodelpisoaltecho.Lostanqueszumbabanygorgoteaban,conlaparteinternailuminadaporlucesverdestenuesquedabanaloscuerposel aspecto de cadáveres congelados. En la pared opuesta había aún mástanques, superpuestos como si fueran cajones cerrados, que formaban undamerodepantallasygráficas,lucesresplandecientesyplantasdepies.
CindereIkoseescondierondetrásdedostanques.Jacinsepegócontralapareddemodoquesiseabríalapuerta,quedaraocultoylistoparatomarporsorpresaaquienfuera.
Alaprimeravozcontestóotra,estavezdeunhombre.—…muchoenstock,peroseríabuenoquenosdieranalgunainformación
sobreloquepasa…Jacin respiró profundamente a medida que la voz se hacía más fuerte,
hastaquelaspisadassedetuvieronjustoafueradelapuerta;peroenseguida,pisadasyvocesseperdieronenladireccióncontraria.
Ikoechóunvistazoalabasedeltanque,peroJacinsellevóundedoaloslabios.Cinderaparecióuninstantedespués,perpleja.
Jacin echóun rápidovistazo al restodel laboratorio.En cada tanquedesuspensión había un pequeño tubo conectado a una hilera de recipientessuspendidos.Lamayoríadelostubosseveíanclaros,peroenalgunoshabíauntintemarrónysangrequefluíalentamente.
—¿Quéesestelugar?—musitóCinderconunamuecadehorrormientrasobservabalaformainconscientedeunniño,alparecerdepocosaños.
—Sonvacíos—explicó Jacin—.Levana los tieneaquí comosuministrointerminabledesangre,queusanparaproducirelantídoto.
Cuando nacía un vacío, al llevárselo les decían a las familias que lossacrificaban como parte de las leyes de infanticidio. Años atrás los habíantenidocautivosenhabitacionesaisladasdondelosconsiderabanpocomásqueprisioneros útiles. Pero, un día, esos vacíos encarcelados se amotinaron, ycomonoeraposiblemanipularlos,lograronmataracincotaumaturgosyochoguardiasrealesantesdequelossometieran.
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Desde entonces los consideran útiles y también peligrosos, lo cual losllevó a tomar la decisión de mantenerlos en permanente estado de coma.Habíandejadodeserunaamenazayeramásfácilrecolectarlasangreparalasplaquetasqueseusabanenelantídotodelaletumosis.
Pocaspersonassabíanquelas leyesdeinfanticidioeranfalsasyquesushijosperdidosseguíanvivos,aunqueapenas.
Jacinnuncahabía estadoen esta sala, si bien sabíade su existencia.Larealidad eramucho peor de lo que imaginaba. Se le ocurrió que si hubierapodido ser doctor y escapar a su destino como guardia palaciego, quizáshabría terminadoenestemismolaboratorio.Enlugardecurara lagente, lausaría.
—Yanoseoyenadieenelpasillo—avisóIko,acercándosealapuerta.—Deacuerdo.Tenemosqueirnos.Cinder pasó las yemas de los dedos sobre el tanque del pequeño. La
muchacha tenía una expresión de tristeza en los ojos, pero también—si esque Jacin la conocía un poco— un gesto de determinación. Él supuso quehabíaempezadoaplanearelmomentoenqueellavolveríayordenaríaquelosliberaranatodos.
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Sesentaynueve
Lasdospersonasquehabíanescuchadoenelpasillonoseveíanporningunaparte. Pronto encontraron la puerta que tenía escrito INVESTIGACIÓN Y
DESARROLLODEENFERMEDADES, justodondeeldiagrama leshabíadichoqueestaría.
El laboratorio estaba lleno de estaciones designadas, cada una con unbanquillo,unamesademetal,unaseriedefrascos,tubosdeensayoyplacasde Petri muy organizados, un microscopio y un mueble con cajones, todoimpecablemente limpio.Elaireolíaaesterilizadoydesinfectado; losnodosholográficoscolgabandelasparedes,todosapagados.
Dos estaciones de laboratorio mostraban evidencia de trabajo reciente:proyectoresalumbrandoplacasdePetrienlosescritorios.
—Dividámonos—dijoCinder.Ikoseencargódelosgabinetesenelladoopuestodelahabitación,Cindercomenzóarevolverlasestanteríasabiertas,Jacinempezóenunadelasestacionesdetrabajomáscercanas,revisandoloscajonesetiquetados;enlagavetademásarribaencontróunapantallaportátilobsoleta, una impresora de etiquetas, un escáner y un conjunto de frascosvacíos. El resto estaba lleno de jeringas, placas de Petri y lentes demicroscopio,todavíaconsuenvolturaprotectora.
Jacinpasóalasegundaestación.—¿Esoestodo?—preguntólaandroide.LaatencióndeJacinsaltóa Iko,queestabadepie frenteaunaseriede
gabinetesque ibandepisoa techocon todas laspuertasabiertas, revelandouna hilera tras otra de frasquitos, cada uno con un líquido claro, que seapilabanunasobreotra.
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JacincomenzóatrabajarconIkofrentealosgabinetesylevantóunfrascodelabandeja.LaetiquetadecíaEU1BACTERIAPATOGÉNICA,LETUMOSISCEPAB,
VACUNA POLIVALENTE. Era idéntica a la tapa del siguiente frasco, y delsiguiente.
LamiradadeJacinseposósobrecientosdebandejas.—Busquemos un carrito de mantenimiento y llenémoslo con tantas
bandejas como podamos; probablemente no necesitemos todo esto para unsector,peroprefieroqueestéennuestropoderynoeneldeLevana.
—Yoiréporelcarrito—anuncióIko,apresurándosehacialapuerta.Cinderpasóundedoporunafiladefrascos,escuchandocomotintineaban
enlasbandejas.—LoqueestáaquíeslamitaddelarazónporlaqueKaisigueadelante
conesto—susurróyluegoapretólamandíbula—.EstopudohabersalvadoaPeony.
—EstovaasalvaraWinter.CuandoJacinescuchóelcarritoenelpasilloempezóasacarlasbandejas
delosestantes,yjuntoscargaronelcarritotantocomopudieron,apilandounabandejaconantídotossobreotra.Supulsoibacadavezmásrápido;cadavezquecerrabalosojospodíaverlaenesetanque,aferrándosealavida.¿Cuántomáspodíaprotegerlalainmersión?¿Cuántotiempolequedaba?
Iko también había encontrado una lona pesada en el armario demantenimiento,yconellahabíancubiertoelcarrito,doblándoladebajodelasbandejasparaestabilizarlasduranteelviaje.
Estaban empujando el carrito hacia la puerta del laboratorio cuandoescucharonlacampanilladelelevador.Sequedaroncongelados.Jacinapoyósusmanossobrelosfrascoscubiertosparaevitarquetintinearan.
—Noestoy seguradequeentiendasel aprietoenelqueestamos—dijounaagudavozfemeninadelotro ladodelapuerta—.Necesitamosqueesosguardiasregresenalserviciodeinmediato.Nomeimportasiestántotalmentecuradosono.
—Unataumaturga—susurróCinder.Teníalosojoscerrados,conlacaratensa por la concentración—y dos…voy a adivinar, ¿criados, tal vez?, ¿otécnicos de laboratorio? Y uno más, con la energía realmente débil,posiblementeunguardia.
—Nolotomocomounaofensa—susurróJacin.—Estas órdenes vienen de la propia reina, y no tenemos tiempo que
perder —continuó la taumaturga—. Dejen de poner excusas y hagan sutrabajo.
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Al no poder confiar en su propio cuerpo en caso de que hubiera untaumaturgocerca,JacinsacósupistolaylapusoenlamanodeCinder.
Ella pareció confundida al principio, pero pronto comprendió. Cerró lamanosobreelarma.
Se escucharon unos pasos acercándose y Jacin se preguntó si lataumaturga ya los había percibido, congelados y esperando dentro de aquellaboratorio;talvezellapensóqueeransoloinvestigadores.
Esa treta dejaría de funcionar tan pronto como los viera. Si pasaba pordelantedelapuertadeestelaboratorio,sientrabaaestelaboratorio.
Perono,unapuertaenelpasilloseabrió.Jacinnoescuchóquesevolvieraa cerrar, y no había otras salidas; para llegar a las escaleras o al elevadorteníanqueregresarpordondehabíanllegado.
—Talvezpodemosesperaraquesevayan—sugirió Iko—.Tienenqueirseenalgúnmomento.
Jacinfruncióelceño.Enalgúnmomentonoeralosuficientementepronto.—Yotomarécontroldelguardiaydelosotrosdos—explicóCinder,con
losnudillosblancos—;mataréalataumaturgayesperaréhastaquetodoestédespejadoantesdeseguirlos.
—Vasahacersonarmuchasalarmas—advirtióJacin.—Ya he hecho sonar muchas alarmas —aseguró ella con una mirada
helada.—Yoiré—anuncióIko.Subarbillaestabalevantada,surostromostraba
resolución—. No pueden controlarme. Voy a hacer que me sigan y meesconderé hasta que ustedes vuelvan. Tienen que llevar el antídoto a SuAlteza.
—Iko,no:deberíamosmantenernosjuntos…LaandroidetomólacaradeCinderentresusmanos.Susdedostodavíano
estaban funcionando, así que el contacto se sentía incómodo, como seracariciadoporunamuñecadegrantamaño.
—Comodije,haréloqueseaparamantenerteasalvo.Además,simepasaalgo, sé que tú puedes arreglarlo—Iko le guiñó el ojo y luego semarchóvalientementehaciaelpasillo.Jacincerrólapuertadetrásdeella.
Escucharon los pasosmedidos de Iko avanzando por el pasillo y luegohubounapausa.
—Ah, hola —saludó con voz alegre, y a continuación se escuchó elsonido de una silla rechinando contra el piso—. Perdón, no quisesobresaltarlos.
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—¿Qué eres? —la taumaturga hizo una pausa y luego su voz sonódespectiva—.¿Unavacía?
—Cerca—respondió Iko—. En caso de que nome reconozcas, resultaquesoyunabuenaamigadelaprincesaSelene,supongoquehasescuchadode…
—¡Deténgala!—…supongoquesí.Seescuchóunaráfagadepasos,unbarullodemuebles,dosdisparosque
hicieronqueCinderseestremeciera.—¡Deténgala!—gritólataumaturga,ahoradesdemáslejos.Seescuchóunportazo.—Esosonócomounaescalera—dijoJacin.Cinderapretabalamandíbulaconlosmúsculostensos,perodejósalirel
aireyenderezóloshombros.—Másvalequesalgamosdeaquíantesdequeregresen.
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Setenta
CresssesintióaliviadaalverqueellayThornenoeranlosúnicosinvitadoscon vestimentas extravagantes que deambulaban frente a las puertas delpalaciohorasantesdelacoronaciónreal.Todalaciudadsehabíacongregadopara formar parte de las festividades, pues los habitantes de Artemisa noteníannadaquetemerdeunaposibleinsurgencianidelaslocasdemandasdeunacyborg.
Laentradaprincipaldelpalacioestabarodeadaporunaimponenteparedrematada conpuntas agudas.El sendero estaba flanqueadopor estatuasquerepresentabanbestiasmíticasydiosesydiosaslunaressemidesnudos.
Nadie les echó a Cress y Thorne una segundamirada cuando cruzaronlentamentelaspuertasabiertasyseunieronalamultituddearistócratasquebebíandebotellasenjoyadasysepaseabanentrelasestatuas.ConlaadornadafaldanaranjadeCressyelmoño luminosodeThorne,encajabanbienenellugar.
Cresstratabadeevitarelcontactovisualconlosinvitados,asíquedejabavagarlamiradaporlosarcosdoradosdelaspuertasdelpalacio.Aligualquelaspuertasdelaentrada,estabanabiertasdeparenpar,invitandoapasaralosconvidadosdelareina,aunquehabíaguardiasrealesaamboslados.
Cress sintió que se le aceleraba el corazón. Era como si ella y Jacinacabarandeescapar.
Cuando era más joven, había visitado algunas veces el palacio, con lamisión de cumplir encargos de programación para Sybil. Por ese entoncesestabamuyansiosaporcomplacerla.¿Puedesrastrearlasllegadasysalidasentre los sectores TS-5 yGM-2? ¿Puedes escribir un programa que alertesobre frases específicas tomadas de las grabadoras de los módulos
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holográficos?¿Puedesseguiralasnavesqueentranysalendelospuertosyverificar que su destino corresponde al itinerario anotado en nuestrosexpedientes?
Concadaéxito,Cresssesentíamásconfiada.Creoquesí.Lo intentaré.Sí,señora,puedohacerlo.
Esohabíasido tiempoatrás,cuandoCress todavíaabrigaba laesperanzade que un día fuera bien recibida aquí, antes de su reclusión en el satélite.Debió haberlo imaginado, ya que Sybil ni siquiera la hacía pasar por estaimponente entrada principal, sino que la hacía entrar a hurtadillas por lostúnelessubterráneos,comosihubieraalgovergonzosoysecreto.
Porlomenos,estavezentrabaenelpalaciojuntoaunaliadoyamigo.Sihabíaenlagalaxiaalguienenquienconfiaba,eseeraThorne.
Comosihubieraescuchadosuspensamientos,Thornelepasólamanoporlapartebajadelaespalda.
—Fingequeeresdeaquí—lemurmuróaloído—ylosdemáslocreerán.Fingequeeresdeaquí.Dejó escapar un lento suspiro y trató de imitar el pavoneo de Thorne.
Fingir.Erabuenaparafingir.Poresedía,formabapartedelaaristocracialunar.Eraunadelasinvitadas
de Su Majestad Real. Iba del brazo del hombre más guapo que hubieraconocido,unhombrequenisiquiera teníaqueusarsuencanto.Pero lomásimportante…
—Soyunamentecriminal—murmuró—yvoyaderrocaraesterégimen.—Eseesmilema—ledijoThorneconunasonrisa.—Yasé—lecontestóella—.Melorobé.Thorne se rio por lo bajo. Se colocaron estratégicamente detrás de un
grupodelunares,lobastantecercaparaqueparecieraqueestabanconellos,ysubieronporlasescalerasdepiedrablanca.Laspuertasseveíancadavezmásgrandesamedidaqueavanzabanpor lasombradelpalacio.Laspláticasdeljardíndieron lugar al ecode lospisosdepiedray a las risas estridentesdepersonasquenoteníannadaquetemer.
CressyThorneentraronenelpalacio.Hastadondesehabíandadocuenta,losguardiasnoloshabíanmirado.
Cress volvió a respirar, pero se sofocó de nuevo al percibir lasextravagancias.
Más aristócratas deambulaban en corrillos por la gran entrada, tomandobocados de bandejas con comida que flotaban en el agua de estanques decolor azul cristalino. Por todos lados había columnas doradas, estatuas de
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mármol y arreglos de flores tan altos como dos veces su estatura. Lomásimponente era una estatua en el centro del vestíbulo que representaba aArtemisa, la antigua diosa de Luna. Tenía tres pisos de altura. La diosallevabaenlacabezaunacoronaconespinasysosteníaenlasmanosunarcoconunaflechaqueapuntabaalcielo.
—Buenos días —saludó un hombre avanzando para recibirlos. ThorneclavólosdedosenlaespaldadeCress.
Elhombre llevabaeluniformedeuncriadodealto rango,pero tenía elpelo peinado en rastras y teñido de verde jaspeado: pálido en las raíces yesmeraldaintensoenlaspuntas.Cresssehabíapuestoenguardia,alaesperadeungestodesospechaodisgusto,peroelrostrodelhombresoloexpresabajovialidad.Quizáloscriados,comolosguardias,eranescogidosporsuescasotalentoparaeldonyestehombrenoeracapazdepercibirqueCressnoeramásqueunavacía.
Teníaesaesperanza.—Nos alegra que hayan venido a disfrutar los festejos de este día tan
célebre —continuó diciendo el hombre—. Disfruten las comodidades quenuestragenerosareinahadispuestoparasusinvitados—hizoungestohaciala izquierda—.Enestaalapuedendivertirseenlacasadelosanimales,queestá llena de exóticas especies albinas, o pueden escuchar la variedad demúsicaqueseinterpretaráenelgranteatroalolargodeldía—alzóentonceselbrazoderecho—.Poresteladohayvariossalonesdejuego,porsiquisieranprobarsusuerte,asícomonuestras famosassalasdecompañía,ynoesquequiera decir que el caballero necesite más compañía. Desde luego, hayrefrigerios variados en todo el palacio. La ceremonia de coronacióncomenzaráalamanecerylespedimosatodoslosinvitadosquepasenalgransalónmediahoraantes.Porseguridadde todosnuestros invitados,nohabráaccesocontinuoaloscorredorescuandoempiecelacoronación.Sinecesitanalgo para hacermás agradable su día, avísenme amí o a cualquiera de losdemásempleadosdepalacio.
Con una inclinación de cabeza, el hombre se alejó para recibir a otroinvitado.
—¿Qué crees que sean esas salas de compañía? —preguntó Thorne.CuandoCresslelanzóunamiradafulminante,seenderezóysepasóundedoentreelmoñoyelcuello—.Noesquesientalatentación…ni…eraporaquí,¿verdad?
—Me da la impresión de que están perdidos —dijo alguien con unronroneo.
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ThornegiróyenelmismomovimientocolocóaCressasusespaldas.Nomuy lejos, un hombre y una mujer miraban a Thorne como si estuvieraexhibido en el aparador de una dulcería. Llevaban atuendos con diamantesfalsosincrustados.
ElhombredeslizóunasgruesasgafashastalapuntadelanarizyexaminóaThornedearribaabajoydenuevohaciaarriba.
—¿Podemosayudarlosaencontrarsucamino?Thorneseapresuróamostrarsusonrisaencantadora.—¡Quégentiles,señoras!—contestótambiénronroneando.Cressfruncióelceño,peroenseguidasepercatódequeelhombredebía
haber encantado a Thorne para que lo tomara por mujer, y recompuso elrostroparamostrarindiferencia.Nopodíadejarquenadiedescubrieraquenolaafectabaelcontrolmental.
—Nos encontramos en unamisión encubierta—les dijo Thorne—perolasbuscaremosenlacoronación.
—¡Ah,unamisiónencubierta!—exclamóembelesada lamujermientrassemordíaunauñarosa—.Mástardemegustaríaescucharesahistoria.
—Amímegustaríacontarla—repusoThorne,guiñándoleunojo.PasóelbrazoporloshombrosdeCressysealejódelapareja.Cuandose
habíanalejadolosuficienteparaestarsegurosdequenoalcanzaríanaoírlos,Thornelanzóunsilbidodiscreto.
—¡Porlasestrellas!¡Quémujereshayporaquí!—Querrásdecir,quéencantoshayporaquí—seenfurecióCress—.Uno
erahombre.—Nomedigas—Thornetropezóymiróasucompañera—.¿Cuáldelos
dos?—Pues…elquellevabalasgafas.Mirósobresuhombroybuscóalaparejaentrelamultitud.—Buentruco, lunares—murmuróverdaderamenteimpresionado.Volteó
denuevohaciaelfrenteycontinuó—:Jacindijoquefuéramosporel tercerpasillo,¿noesverdad?
RemolcóaCresshaciaunvestíbulocurvo,dondelosventanalesdepisoatechoofrecíanunapanorámicaespectaculardelosjardinesdelanteros.
—Trataderecordarquepuedenhacerseverconlafiguraquequieran—leadvirtióCress—.Nadie en este palacio es tan hermoso como te parece. Espurocontrolmental.
—Estoy bastante seguro de que hay por lomenos una excepción a esaregla—dijoThorne,sonriendo,yabrazandoaCressparatenerlamáscerca.
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—Sí,lostaumaturgos—afirmóCress,poniendolosojosenblanco.Thorneserioydejócaerelbrazo,sinqueCressestuvieraseguradequé
eratanchistoso.Pasaron junto a un grupo de jóvenes. Cress los miró desconcertada,
mientraslosmuchachostrastabillabanporelvestíbulo.Unodeellosabrióunapuerta de vidrio y se encaminó en dirección al lago y los amplios jardines.Casisecayóenlasescalerasquellevabanalcésped.
Cresssacudiólacabeza,miródenuevoalfrente…ydescubrióqueestabasola.
Todossusmúsculossetensaron.GirósobresuejeysesintióaliviadaalveraThorneaunospasos,aunqueperdióenseguidala tranquilidadaldarsecuenta de que lo acosaba una chica muy bonita, incluso para los ojosimposibles de engañar de Cress. Le sonreía a Thorne detrás de sus largaspestañasdeunamaneraqueeraalmismotiemposensualydespiadada.
Porsuparte,Thorneparecíaasombradoynadamás.—Me pareció que había percibido a un chico terrestre —dijo la
muchacha.Seestiró,pasóeldedoporlaslucesresplandecientesdelmoñodeThorneyluegolohizoresbalarporsupecho—.Yademásbienvestido.Quédescubrimientotanafortunado.
Con el pulso acelerado, Cress examinó el corredor. La multitudcomenzabaapasarlentamentealgransalón,peroquedabanmuchosinvitadosrevoloteandosinprisaunosalrededordeotros.
Nadie les prestaba atención. Esta mujer parecía tener ojos solo paraThorne.Cresssedevanólossesospensandoenalgunamaneradeapartarlodeellasinlevantarsospechasnillamarlaatención.
Entonces,lamujerpasólosbrazosporelcuellodeThorneyCressdejódepensar. Embobado, no ofreció resistencia a lamujer cuando lo atrajo haciaellaparabesarlo.
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Setentayuno
La espalda de Cress se tensó de indignación, al tiempo que un grupo demujereslunaresreíanolejosdeahí.
—Québuenojo,Luisa—dijouna.—¡Sivesmásterrícolasguaposcomoese,mándamelos!—replicólaotra.Ni Thorne ni Luisa parecieron escucharlos. De hecho, mientras Cress
miraba, horrorizada, Thorne rodeó con sus brazos el cuerpo de Luisa y laatrajohaciaél.
Cress apretó los puños, los hombros, el cuerpo entero. Estaba atónita.Luego se irritó.Entonces la lógica comenzóa infiltrarsey sedio cuentadeque, aunque lasmuchachas solo estaban jugando conThorne, no serían tanafablesconellasisehubierandadocuentadequeerainmuneasusencantosymanipulaciones.
Temblando de desprecio, Cress retrocedió a un hueco detrás de unacolumna.Allí aguardó, con los brazos cruzados y lanzando chispas por losojos,mientrasThornebesabaalachica.
Ylabesaba.Ylavolvíaabesar.LasuñasdeCressyahabíandejadodolorosas lunascrecientesmarcadas
ensupielcuandoellosfinalmentesesepararon.Luisaagitólaspestañas,sinaliento.—¿Lodeseabasdesdehacemucho,verdad?—preguntó.Cresspusolosojosenblanco.YThornedijo…Thornedijo…—Creoqueestoyenamoradodeti.
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Unclavoatravesóel corazóndeCress,y ella jadeó; eldolor lequitó elaliento.Selecayólamandíbula,perolalevantóenseguida.Laperforaciónensupechoprontosellenóderesentimiento.
Si lo veía embelesarse con alguienmás iba a gritar. ¿Cómo era posiblequeellafueralaúnicachicaenlagalaxiaalaquenohabíaintentadobesar,cortejaryseducir?
Bueno,lahabíabesadoaquellavezenlaazotea,perofuecomounfavoryprácticamentenocontaba.
Se hundió aún más en el hueco, con la sangre hirviente, pero tambiéndolida.
Entonces así era. Él nunca la desearía, no como a esas chicas quecautivabansumirada.Cressteníaqueaceptarelhechodequeaquelbeso—elmomentomásapasionadoyrománticodesuvida—nohabíasidomásqueungestodelástima.
—Oh, eres un encanto —dijo la mujer—. Y no besas mal. Quizápodríamos seguir disfrutando de nuestra mutua compañía más tarde —sinesperar respuesta, lediopalmaditasenelpechoaThorney leguiñóunojoantesdemarcharseporelcorredor,contoneándose.
Elséquitodeaduladorastambiénsedispersó,dejandoaThorneenmediodelcorredor,pasmado.Susmejillasestabanenrojecidas,sumiradaoscurecidaporloqueCresssuponíaeralascivia,yelcabellodesordenadoporlasmanosdeLuisa.
Luisa.Aquienélamaba.Cresscruzólosbrazossobresupecho.Después de un largo y desconcertante minuto, Thorne se sacudió los
persistentesefectosdelamanipulaciónymiróalrededoraltiempoquegiraba.Sealisóconunamanoelcabellodespeinado.
—¿Cress?—preguntó, no muy fuerte al principio, pero luego exclamóconcrecientepreocupación—:¡Cress!
—Aquíestoy.Diovueltahaciaellaysucuerposerelajó,aliviado.—Espadas.Losiento.Noséquépasó.Esofue…—No quiero saber—se apartó de la pared y empezó a caminar por el
pasillo.Thornelasiguió.—Oye,espera.¿Estásenojada?—¿Porqué ibaaestarenojada?—agitó lasmanossincontrol—.Tienes
derechoacoquetear,besarydeclarartuamoraquienquieras.Estábien.Lo
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hacestodoeltiempo.Thornemantuvosindificultadelpasoalladodeella,locuallairritóaún
más,puescaminartanrápidoleestabaquitandoelaliento.—Entonces…—dijoThorneentonoburlón—.¿Estáscelosa?—¿Te das cuenta de que ella solo quería reírse a costa tuya, cierto?—
preguntóCress,exasperada.ÉlriodebuenaganaalverfuriosaaCress.—Sí, ya me di cuenta. Espera, Cress—Thorne la tomó del codo para
detenerla—.Séquenopuedenhacerlocontigo,pero losdemásnopodemosresistirnosaquenoscontrolen.Ellamemanipuló.Nofuemiculpa.
—Ysupongoquedirásquenolodisfrutaste.—Eh.Bueno…—comenzóadecir,perodudó.Cressliberósubrazoconunasacudida.—Ya sé que no fue tu culpa. Pero eso no disculpa a las demás. ¡Por
ejemplo,aIko!—¿QuépasaconIko?—“Vaya que sé cómo elegirlas, ¿verdad?”—dijo ella, poniendo la voz
gruesaparaimitaraThorne.Élrioentredientes,conlosojoschispeantesporlaimitación.—Escierto,¿no?Sunuevocuerpoesmagnífico—agregóCressylomiró
conunaintensarabiaporunmomento.—Está bien, no fue correcto decir eso. Lo siento. Es que acababa de
recuperarlavista.—Ajá,ysoloqueríasverlaaella.Thorneparpadeó,ysusojosmostraronquedeprontohabíacomprendido,
peroCresssealejófuriosaantesdequeélpudieraresponder.—Olvídalo.Solo…—Perdóname.Unguardiadelpalaciolescerróelpasoconunbrazoextendido,yCress
sedetuvodegolpe.Sinaliento, retrocedióhaciaThorne,quien lasujetódelbrazo.Subocasesecó.Estabatanencolerizadaquenohabíanotadoalosdosguardiasapostadosenelcorredor.
—Pedimosa todos los invitadosquesedirijanalgransalónparaque laceremoniadecoronaciónpuedainiciarsesinretrasos.
Elguardiahizoungestohacialadirecciónporlaquehabíanllegado.—Adelante,porfavor.El corazóndeCressmartillaba,peroThorne, calmadocomosiempre, la
atrajoconunasonrisadespreocupada.
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—Desdeluego,gracias.Debimoshabernosdesviado.Tanprontocomodieronlavueltaenunaesquina,Cressliberósubrazode
lamanodeThorne.Éldejócaer lamanosindiscutir.Estabanenunpasillomás silencioso que el corredor principal, si bien todavía había algunosinvitadosdispersos.
—Alto—ordenóThorne.Ellasedetuvoydejóquelaapoyaradeespaldascontra la pared. Se colocó muy cerca de ella, y para cualquiera habríaparecido que estaban teniendo una conversación íntima, lo que solo sirvióparaencenderdenuevolairadeCress.Apretólospuñosymirófijamentealhombrodeél.
Thornesuspiró.—Cress,séqueestásenojada,¿peropodríasfingirporunsegundoqueno
loestás?Ellacerró losojosyrespiróhondo.Noestabafuriosa.Noestabaherida.
Noteníaelcorazóndestrozado.Cuandovolvióaabrirlosojos,habíatransformadosuexpresiónenloque
esperabaqueparecieraunalegrecoqueteo.—Esoesextraño—comentóThornealzandounaceja.—Túsabes,yotambiénsoyunachica—explicóconlavoztodavíadolida
—.Tal vez no sea tan bonita como Iko, o tan valiente comoCinder, o tanaudazcomoScarlet…
—Espera,Cress…—Y ni siquiera quiero saber qué tontería dijiste cuando conociste a la
princesaWinter.Thorne se contuvo de hablar y ella confirmó su sospecha de que él
efectivamentehabíadichounaestupidez.—¡Peroyonosoyinvisible!Yaunasítúcoqueteasconcadaunadeellas.
Túcoqueteasconcualquieraquetemire.—Ya dijiste lo que piensas—lamirada burlona había desaparecido, al
igualquelasonrisafingidadeCress.Aunquelamanodeélestabacercadesucadera,yanolatocaba.
—Esto es loque tratabasdedecirme, ¿cierto?—suvozvaciló—.En eldesierto,cuandomedecíasunayotravezquesoymuydulceyquenoqueríashacermedaño,y…Estabastratandodeadvertirme,peroyoerademasiado…ingenuaorománticaparaescucharte.
—Noqueríaherirte—dijoélconunamiradallenadeternura.Ella cruzó los brazos sobre el pecho, a la defensiva. La lágrimas le
nublabanlavista.
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—Losé.Esmiculpahabersidotanestúpida.Thorne retrocedió, pero el movimiento vino acompañado de un vistazo
alrededor,loquellevóaCressahacerlomismo,pasándoselamanoporlosojosantesdequepudieranagolparse las lágrimas.Elcorredorcasi sehabíavaciado,ylospocosinvitadosquequedabannoestabanmirandohaciadondeellosestaban.
ThorneextendióelbrazoyabrióunapuertaqueCressni siquierahabíanotadoyenunparpadeolallevódentro.Ellatrastabillóporlarapidezdesusmovimientosysesujetódeunaplantaqueestabaalladodelapuerta.Estabanrodeados de flores y vegetación de colores inimaginables; sus perfumesdensos les hacían arder la garganta. El techo se elevaba a varios pisos dealtura y estaba hecho del mismo vidrio emplomado que las ventanas delcorredorprincipal.Sofásysillonesdelecturaformabanpequeñosgruposalolargodelsalónymásadelanteencontraronunaseriedeescritoriosconvistahaciaellago.
—Bien —dijo Thorne—. Creo recordar haber visto algo acerca de unatrio.Esperaremoshastaqueloscorredoresesténvacíos.Esperoquepodamoscruzarporalgunode lossalonesdeservicioparaevitarmásencuentrosconlosguardiasporuntiempo.
Cress llenó los pulmones al máximo y dejó salir todo el aire, pero esarespiración no sirvió para refrescarla. Entró al salón. Necesitaba ponerespacioentreellayThorne.
Erauna tonta.Él jamás le habíadado señal algunadeque enun futuropudierahaberunarelaciónreal.Él lehabíadado todas lasoportunidadesdeaceptar ese hecho. Pero a pesar de todos sus intentos por disuadirla deenamorarsedeél,sucorazónseguíahechoañicos.
Lo peor de todo es que el beso de una lunar la había destrozado… yThornerealmentenoteníalaculpaporeso.
—Cress…escucha.Susdedoslerozaronlamuñecayellalaapartóconunasacudida.—No.Losiento.Nofuijusta.Nodebíhaberdichonada.Selimpiólanarizconelfrágilmaterialdelasalasdesuridículodisfraz.Thornesuspiróyporelrabillodelojoellaloviopasarseunamanoporel
cabello.Podíasentircómosuvistalequemabalanuca,asíquesediovueltayfingióobservarunaenormeflorpúrpura.
Éllosabíaahora,desdeluego.Ellahabíareveladotodossussentimientos:probablemente los había demostrado hacía mucho, pero le preocupabademasiadolastimarlacomoparamostrarquelosabía.
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Ella notó que él deseaba decirmás. Podía sentir las palabras no dichasflotando en el aire entre los dos, sofocándola.Él se disculparía.Le diría lomucho que ella le importaba… como amiga. Como integrante de sutripulación.
No quería escucharlo. No ahora. Nunca, pero especialmente no en esemomento,cuandohabíaasuntosmásurgentes.
—¿Cuánto tiempo esperaremos aquí?—preguntó ella, y aunque su vozestabateñidadeemoción,habíadejadodevacilar.
Escuchóunmurmulloyelclicapagadodeunapantallaportátil.—Unosminutosmás,soloparaasegurarnosdequesehayanllevadoalos
últimosinvitados.Ellaasintió.Unsegundodespuésellaescuchóotrosuspiro.—¿Cress?Ella sacudió la cabeza. Por el rabillo del ojo vio cómo rebotaban las
pequeñasantenasesféricas:habíaolvidadoquelasllevabapuestas.Seatrevióaencararlo,esperandoquesurostronorevelarasuaflicción.
—Estoybien.Essoloquenoquierohablardeesto.Thornesehabíaapoyadocontralapuertacerrada,conlasmanosmetidas
enlosbolsillos.Suexpresióneraturbulenta.Vergüenza,quizá,mezcladacondudasynerviosismo,yalgomásoscuroyembriagador,queaellalecausabacosquilleoenlosdedosdelospies.
—Está bien—dijo finalmente después de pensarlo un largo rato—.Yotampocoquierohablardelasunto.
Ellaempezóaasentir,perosesorprendiócuandoThorneseapartóde lapuerta. Cress parpadeó y trastabilló, sobresaltada por el repentinomovimiento. Tres, cuatro pasos. La parte posterior de sus muslos chocócontraunodelosescritorios.
—¿Qué…?Conunsolomovimiento,Thornelasentóencimadelescritorio,presionó
suespaldacontralamacetadeunhelechoenormey…oh.Cress había creadomil fantasías acerca del beso en la azotea, pero este
besoeraalgonuevo.Mientrasqueelprimerbesohabíasidogentilyprotector,ahorahabíaalgo
apasionado. Decidido. El cuerpo de Cress se disolvió en la más purasensación.Lasmanosdeéllequemabanlacinturaatravésdeladelgadatelade la falda.Las rodillasdeellaseapretaroncontra lacaderadeél,quien laacercómásymás,comosinopudieraaproximarselosuficiente.Ungemido
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escapódesuboca,yladeél loabsorbió.Ellaescuchóunjadeo,peropodíahabervenidodecualquieradelosdos.
Ymientras que en la azotea el besohabía sido interrumpidodemasiadopronto por la batalla feroz alrededor de ellos, este beso siguió, y siguió ysiguió…
Finalmente, cuando Cress empezaba a sentir que desfallecía, unainhalacióndesesperadainterrumpióelbeso.Cressestabatemblorosayteníalaesperanzadequeélnofueraaponerladenuevoenpiepara informarlequeeramomentodecontinuarconeltrabajo,puesdudabadepoderdardospasos,muchomenosllegarhastaelotroladodelpalacio.
Thornenoseapartó.Encambio,lerodeólaespaldaconlosbrazos,yellavolvió a sentir la tierna protección que recordaba. Su respiración era tanirregularcomoladeella.
—Cress—dijosunombrecomosifueraunjuramento.Cressseestremeció.Sepasólalenguaporsuslabiossuaves,obligóasus
manosasalirdelcabellodeélylasllevóasupecho.Luegoseforzóaapartarlo.Nolosuficientepararomperelabrazo,perosíparapoderrespirar,pensar
y asumir lavidade arrepentimientoque estaba apuntodedesatarpara ellamisma.
—Esto…—suvozvaciló.Intentódenuevo—.Estonoesloquequería.AThorneletomóunmomentoreaccionar;luegosumiradaconfundidase
endurecióyretrocedió.—Quierodecir…síloes—corrigió—.Obviamente,loes.El alivio del muchacho fue obvio y el calor se extendió por cada
centímetro del cuerpo de Cress. Su rápida y amplia sonrisa hablaba por sísola.Porsupuestoqueestoeraloqueellaquería.Porsupuestoqueloera.
—Pero…noquierosersolootrachica—continuóella—.Nuncaquisesersolootradetuschicas.
Lasonrisasedesvaneciódenuevo.—Cress…—seveíadesgarrado, pero también esperanzado e indefenso.
Respiróhondo—.Ellaseveíacomotú.LamuchachanosehabíadadocuentadequeThorneestabamirandosu
bocahastaquereaccionóysusojosseencontraronconlosdeél.—¿Qué?—Lachicaenelcorredor,laquemebesó.Seveíacomotú.Elbesoconlachicalunarparecíahaberocurridohacíamillonesdeaños.
Elrecuerdoprovocóunaoleadadeenvidia,peroCresshizosumejoresfuerzo
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porreprimirla.—Esoesridículo.Ellaeramorena,alta,y…—Paramí,no—Thorneacomodóunmechóndecabellodetrásdelaoreja
de Cress—. Ella debió de habernos visto caminar juntos. Tal vez ella viocómo temirabaoalgo,no lo sé,peroella sabía…ellausó suencantoparaversecomotú.
Entreabriendo los labios, Cress se imaginó oculta en aquel rincón,mirandolaexpresióndeperplejidaddeThorne.Dedeseo.
Laformaenquelahabíabesadoyestrechado…—Penséqueteestababesando—confirmóél,apretandosuslabioscontra
losdeellaunavezmás.Yotra.LosdedosdeCressencontraronlasolapadeltrajeyloatrajohaciaella.
Sinembargo,nodurómucho,puesotrorecuerdovolvióalasuperficie.Cressseapartódegolpe.—Pero…túledijistequelaamabas.Laexpresióndeélsecongeló;eldeseoabriópasoalaalarma.Ambosse
quedaronsuspendidosenesemomentoporunaeternidad.Finalmente,Thornetragósaliva.—Cierto.Eso—seencogiódehombros—.Esdecir,yoestaba…nosotros
estábamos…Antesdequepudieraterminar,lapuertaseabriódetrásdeél.
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Setentaydos
Losdossequedaronpetrificados.—¿Continuará en el próximo episodio? —murmuró Thorne, con la
mandíbulaapretada.Ellaasintióconlacabeza.Teníadificultadespararecordardóndeestaban.Thorne giró hacia la puerta, escudando a Cress con el cuerpo para
protegerladequienquieraquehubieraentrado.CressseasomópordetrásdeThorneypercibióaunguardiarecortadocontralaluzdelpasillo.
Elguardiafruncióelceñoysellevóunaparatoalaalturadelaboca.—Son una pareja de invitados—indicó con brusquedad y enderezó la
barbillahaciaThorneyCress—.Tengoquepedirlesqueseretiren.Debemosdespejar todos los corredores y espacios públicos antes de que comience laceremonia.
Mientrasseaclarabalagarganta,Thorneseestirólachaquetayseajustóelmoño.
—Losiento.Creoque…nosdejamosllevar.Cress quitó una hojita de helecho de la manga de Thorne. El calor le
quemaba las mejillas, pero solo en parte por vergüenza y se debíamayormenteaquepermanecíanenellalasensacióndesusbrazos,susbesos,lanebulosarealidaddelosúltimosminutos.
—Entonces, nos vamos—Thorne levantó el sombrero con antenas quehabíaterminadoenelsueloyselodevolvióaCress.Acontinuación,laayudóasaltaralpiso.Conlasmanostemblorosas,Cressluchóporponersedenuevoelsombrero—.Graciasporprestarnosestelugar—ledijoThornealguardiaconunguiñoyseapresuraronasaliralpasillo.
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Cuandohabíandejadoatrásalguardia,soloentonces,Thornemostróunamínimagrietaensucomposturaqueseexpresócomounlargosuspiro.
—Tratadeactuarnatural.LaspalabrashicieronecounlargoratoenlacabezadeCressantesdeque
lograra entenderlas. ¿Actuar natural? ¿Actuarnatural? ¿Cuando sus piernaseranespaguetisyelcorazónestabaporsaltárseledelpechoyéldijoque laamaba,porlomenosenalgúnsentido?¿Quépodíasignificaractuarnatural?
Entonces, se puso a reír. Primero, un resoplido sofocado. Luego, unaccesoderisanerviosaquelesubíaalagarganta,hastaquecasisetropezabaporelesfuerzodecaminarerguida.Larisaestabaapuntodeahogarla.Thornenodejódesujetarlaporlacintura.
—No era precisamente eso en lo que pensaba —murmuró—, pero detodasformasesencantador.
—Perdón—dijojadeando.Tosióunpocoytratódeponerunaexpresiónnatural, pero otra carcajada le daba vueltas en el estómago y le producíaespasmosenelpecho.Volvióadoblarsederisa.
—Cress, eres adorable,peronecesitoque te concentres.Tenemos suertedequeelguardianonosreconociera,perosi…
—¡Oigan!¡Deténganse!Thornesoltóunamaldición.ElpánicoapagólarisadeCress.—¡Corre!Cresscorrió,tomadadelamanodeThorne.Doblaronunaesquinayluego
otra.Thornelacondujoaunhuecodisimuladoenelquehabíaunapequeñapuerta.Lahizopasaryentraronenlospasillosdelosservidores.
—¡A la izquierda!—ordenócerrandodegolpe lapuertay tomandounabandejade servicioquehabíaquedadoenel corredor.Lametiócomocuñaparabloquear lapuertamientrasCresscorríaentre tarimasdeprovisionesyequipos de mantenimiento, armarios de almacenamiento y esculturas rotas.Thornelaalcanzóconfacilidad.Habíasacadolapistoladelachaqueta.
—¿Tieneselchip?Cress se tocó el canesú con la mano y detectó el pequeño chip con el
videodeCinderpegadocontrasupiel.Asintióconlacabeza.Habíacorridodemasiadoaprisaynopodíahablar.
—¡Muybien!Sinavisoprevio,ThorneseestrellócontraCressyse lanzarondetrásde
unenormecarretedecableseléctricos.Lamuchachagolpeócontra laparedduraconunquejido.
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—Doscorredoresatráshabíaunelevador—ledijo—.Escóndeteyluegovealcentrodeseguridad.Yovoyadistraerlosydaréunrodeoparareunirmecontigo.
Cressempezóasacudirlacabeza.—No.Nomedejesotravez.Nopuedohacerlosinti.—Por supuesto que puedes. No va a ser tan divertido, pero te las
arreglarássola.Unaspisadasatronaronaladistancia.Cresslanzóunquejido.—Teencontraré—susurróThorne.Le estampóunbesopresuroso en la
boca y puso en sus manos algo pesado y tibio—. Compórtate como unaheroína.
Salió disparado de nuevo, en el mismo instante en que las pisadas losalcanzaban.
—¡Ahí!—gritóalguien.Thornedesapareciótrasunaesquina.Cressmirólapistolaquelehabíadado.Esepequeñoartilugio,tansólido
ensupuño,laaterrorizabamásquelosguardias.Sentíaunenormedeseodeponerla en el piso y alejarse, pero en lugar de eso, se pegó a los cableseléctricosyapartóeldedodelgatillo,dondelohabíapuestoporinstinto.Escomounacomputadora,sedijo.Lascomputadorassolohacenloqueunolesdice.Lapistolasolosedisparasiseaprietaelgatillo.
Noeraungranconsuelo.Dos guardias pasaron corriendo a toda prisa sin voltear siquiera en su
dirección.Pensóenquedarsedondeestaba,aunquefueraaldescubierto.Seagitaba
de la cabeza a los pies y cada fibra de su cuerpo le indicaba quemoverseequivalíaaquelaatraparan.
Pero la lógica le decía que su cuerpo estaba mintiendo. Regresarían.Enviaríanrefuerzos.Ladescubrirían.
Unos balazos distantes la hicieron saltar y ponerse en acción. A losbalazos siguieron gruñidos y ruidos de lucha. Cress salió del rincón yretrocedió en la dirección desde la que había llegado con Thorne. Doscorredoresatrás,lehabíadicho.Unelevador.
Lasegundavezavanzólentamente,presionandoconlamanolibresobrelapunzadaquesentíaenelcostado.Pasóuncorredoryoyómáspisadas,peronosupodistinguirdequéladovenían.Sedetuvoaestudiarelsitioyabrióunodelosarmariosdealmacenamiento.
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Habíaunnúmeroincontablederollosdeteladecorada,algunosmásaltosque ella, y todos exuberantes y lustrosos, de colores metálicos y brillantescomojoyas.
Cress se lanzó adentro, apretando su cuerpo en el espacio que dejabanvariosrollosquehabíancaídode lado.Cerró lapuertaypusoelarmaenelpisodelarmario.Tuvomuchocuidadodenoapuntarhaciaella.
Laspisadassehicieronmásfuertes.Cressestabaseguradequelahabíanvisto,peronadiegritó,hastaquedeprontoescuchóunaorden.
—¡Alto!Otrodisparo, seguido instantáneamenteporunquejidoy el golpedeun
cuerpoaldarcontrael suelo.Sonócerca.Cresscerró losojoscon fuerzayapoyóelmentónen las rodillas.Queno seaThorne.Por favor,queno seaThorne.
Seoyóunsuspiroprofundoyluegounavozreconfortantedehombre.—¿Tantoporunmolestoterrícola?Sonunosguardiaspatéticos.Cress se puso las manos contra la boca para no dejar escapar ningún
sonido.Miró fijamente en la oscuridad, tratando de aligerar su respiración,aunquelainquietabaquepudieradesmayarsesinotomabaprontomásaire.
Alguiengimió.Nolejosdedondeestabaescondida.—Contodaseguridadesunodelosaliadosdelacyborg.Lapreguntaes
quéhacesenelpalacio.Ungolpe.Luego,lavozdeThorne.—Solo besaba a mi novia —dijo con un ligero jadeo. Cress hizo un
pucheroyenterrólacaraenlasrodillas,paraahogarunsollozo—.Nosabíaqueaquífueraundelitocapital.
Elhombrenosonódivertido.—¿Dóndeestálachicaqueveníacontigo?—Creoquelaasustaron.Otrosuspiro.—No tenemos tiempo para esto. Métanlo en el calabozo; ya nos
ocuparemos de él después de la coronación. Estoy seguro de que hará lasdelicias comomascota terrestredeunade las familias.Siganbuscandoa lachicayavísenmeencuanto laencuentren.Aumenten laseguridadalrededordel gran salón. Están tramando algo, y Su Majestad nos matará si laceremoniaseinterrumpe.
Seprodujoungolpesecoyotrogruñido.Cressseencogiódedolor.NopodíadejardepensarentodoloquepodríanhaberlehechoaThorneparaquedejaraescaparesegruñido,ydetodoloquepodíanhacerleaún.Semordióel
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labiohastaquesintióelgustoasangre.Eldolorevitóquelloraramientrasselollevabanarastras.
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Setentaytres
—Jacin—eltonodeCindereraunaadvertenciaclara—,Ikonosesacrificóparaquenosestrellarasenuncráterynosmataras.
—Calma.Séloquehago—respondió,fingiendoestartranquilomientrassucorazóneraunmartilloquegolpeabacontrasupecho.
—Creíquehabíasdichoquejamáshabíastripuladounadeestas.—Nolohehecho—se inclinóconfuerzayeldeslizador todoterrenose
ladeóalaizquierdaconrapidezysuavidad.Cinder resopló y se sujetó de una barra sobre su cabeza. Siguió una
punzadadedolor:probablemente laheridaensuhombro ledolíadenuevo,peroellanodijonadayJacinnodisminuyólavelocidad.
El vehículo era, pormucho, elmás ágil que Jacin había pilotado. Pocomás que un juguete peligroso para algunos artemisanos ricos, se deslizó apocaalturadelasuperficierocosaydesparejadeLuna,atalvelocidadquelatierrablancasevolvíaborrosa.Eltechodelacabinaeratransparente,locuallos hacía sentir como si estuviesen afuera, sin oxígeno, más que en unvehículoprotector.
Protector eraunapalabra subjetiva. Jacin sentíaque si rozabauna roca,esacosaseaplastaríacontraelloscomounalatadealuminio.
Demonios,quizáseradealuminio.Se lanzaron hacia el acantilado y el deslizador activó el modo
antigravedad, manteniéndolos en una trayectoria estable mientras surcabanpor arribadel cráter, antesdedescender al otro ladoy seguir como si nadahubiera ocurrido. El estómago de Jacin dio un vuelco, resultado de la altavelocidad y de no haberse adaptado a la ingravidez fuera de los domos degravedadcontrolada.
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—Solounaobservación—dijoCinderentredientes—:enlapartetraserade esta cosa llevamos muchos frascos frágiles e importantes. Tal vez noqueramosestrellarnos.
—Estamos bien —dirigió la atención al mapa holográfico sobre loscontroles.Cualquierotrodíaestohabríasidounjuegotemerario,peroahorateníanunamisión.Cada rincóndisponibledeldeslizador todoterrenoestaballenodefrascosconelantídotoycadamomentoquetranscurríasignificabalamuertedemáspersonas.
YunadeellaseraWinter.Un domo apareció en el horizonte.Desde allí él pudo ver las líneas de
troncosdeárbolesaunladoyalotrolostoconescortados.Jacin maniobró el deslizador alrededor de una serie de formaciones de
rocas puntiagudas. Cinder ajustó el holograma y reposicionó la orientacióndelmapaafindequeJacinpudieraencontrarlamejorrutahaciasudestino.Lamayoríadelosdomosestabanaglomeradosengrupos,porquehabíasidomássencilloconstruirlosdeesaformacuandoLunaestabasiendocolonizada,y también para que pudiese compartir puertos que los conectaran con losterrenos exteriores de Luna y disponer de un sistema de entrega deprovisionesindependientedelasplataformasdetrenessubterráneas.
La aridez del paisaje volvía engañosas las distancias. Parecían habertranscurrido horas desde que el sector de producción de madera habíaaparecido,ycadamomentoquepasabahundíaaJacinenlaangustia.Seguíaviendoaaquellos soldadosque llevabanel tanquedeanimaciónsuspendidacomo si cargaran un ataúd. Intentó convencerse de que no era demasiadotarde. Seguramente ellos habían puesto aWinter dentro del tanque porquepensaban que era una oportunidad para salvarla. Seguramente el tanquedetendría el avance de la enfermedad lo suficiente paramantenerla a salvohastaqueélllegara.Teníaqueserasí.
—¡Alto, alto, alto… pared! —gritó Cinder y se preparó para sufrir elimpacto.
Jacinviróenelúltimoinstante,ladeandoeldeslizadorparapasarsobrelacurva externa del domo. El holograma amplió su destino: la entrada de ladársenaparpadeabaenunaesquinadelavistadeJacin.Calculósutiempo.
Endereza la nave, reduce la propulsión, activa los alerones. Saliódisparadohaciadelanteyelarnéslodetuvo,mientraseldeslizadorfrenaba.
Frenaba.Frenaba.Ycayó.Unarocadesplomándosedesdeunacantilado.
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Cinderlanzóungrito.Eldomoyelpaisajerocosodesaparecieronaltiempoquelosrodeabanlas
oscurasparedesdelacueva.Jacinreactivóelsistemaautomáticodeenergíaysudescenso,quedesafiaba lamuerte,sevolviógradualhastaconvertirseenundesplazamientoestable.UnapistadeaterrizajeiluminadayunacámaradeacoplamientoseabrieronanteellosyJacinllevóeldeslizadordentro.
—Jamás vuelvo a subir en un vehículo contigo —afirmó Cinder,jadeando.
Jacinlaignoró;susnerviosseguíanelectrizados,ynoporlacaída.Detrásdeellos, laescotillasecerródegolpeyotraseabrió,unaenormebestiadehierro.Jacinavanzóconeldeslizador,aliviadocuandonohabíamásindiciosdeobstáculosquelosdetuvieran.
El holograma cambió delmapa deLuna a un plano del puerto y de lossectores circundantes. Jacin se aferró a los controles de vuelo, trazandomentalmentelarutahastalaclínicadondeaguardabaWinter.
Se suponía que saldrían por ahí y que caminarían el resto del trayecto,llevandoalossectorestantosfrascoscomopudieran.
Apartó su atención de las coordenadas y dio un vistazo al pozo de laescalera de evacuación de emergencias que conducía a la superficie. Unletreroindicabacuáleseranlosdomosmáscercanos.ElPM-12eraeltercerodelalista,juntoaunaútilflechaqueindicabaquéescaleralosllevaríahaciaallá.
Jacincalculó.Supulgaracaricióelinterruptor.—Jacin —dijo Cinder, siguiendo su mirada—. Me parece que no
podremos…Suadvertenciasetransformóenunalarido.Estaba equivocada. El deslizador todo terreno pasó por el pozo de la
escalera, y solo raspó los muros unas cuantas veces mientras subía a todavelocidadhastaemergerbajoelbiodomodelPM-12.CuandoJacinnivelólanave,Cinderseguíahundidaenelasientodelcopilotoconunamanosobrelosojosylaotraaferradaalabarra.
—Aquíestamos—dijoél,ajustandoelhologramadenuevo.Losguiopordebajo de una cubierta formadapor las copas de los árboles hacia el bordeexterior del domo, donde una sola calle de viviendas y tiendas de víveresrodeabaelbosque.
Primero notó cada vez menos árboles; luego las siluetas de personasestupefactas.
Muchísimaspersonas.
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Todaunamultitudsehabíareunidoenloslímitesdelbosque.Mirabanboquiabiertoseldeslizador todoterrenocoloramarilloneónque
había surgido de sus apacibles bosques. La muchedumbre retrocedió paraabrirleespacio,oquizáportemorasergolpeada.Jacinaterrizóeldeslizadoryapagóelmotor.
Sudedobuscóelbotóndeapertura.—Espera—Cinder se inclinóy sacódos frascosdeunsoporte sujetoal
piso—.Nosomosinmunesahora—dijoyleextendióuno.Bebieron el antídoto sin ceremonias. Jacin abrió el vehículo antes de
tragar.Eltoldotipoburbujadeldeslizadortodoterrenosedividióporlamitadconunsilbido,comounanuezpartida.
Jacinsedesabrochóelarnés, saliópor laparte superiordeldeslizadoryaterrizó encima de un suave colchón de musgo. Cinder trepó con menosgraciaporelotrolado.
Jacinnohabíapensadomuchoenestemomento.Sindudahabíagenteenestesectorquenecesitabaelantídoto,perodecirlesqueteníanuncargamentocompletopodríaprovocarunatrifulca.
Tomó un solo frasco de una bandeja apoyada en la parte posterior deldeslizador,loapretóensumanoycaminóhacialagente.
Había avanzado cuatro pasos cuando quedó, no frente a un grupo deleñadores andrajosos, sino ante un muro de lanzas, hondas y numerososgarrotes.
Sequedóhelado.O había estado demasiado distraído para darse cuenta de que todos
estaban armados, o elloshabían estadopracticandoparaunmomento comoeste. Un hombre salió de entre la muchedumbre, sujetando un garrote demadera.
—¿Quiénesson…?El reconocimiento empezaba a expresarse en sus ojos cuando Cinder,
tambaleante, se paró al lado de Jacin. Levantó ambasmanos,mostrando elrecubrimientometálico.
—No tengo forma de probarles que no estoy utilizando un encanto—empezó—, pero yo soy la princesa Selene y no estamos aquí para hacerlesdaño.JacinesamigodelaprincesaWinter.ÉlesquienlaayudóaescapardelpalaciocuandoLevanatratódehacerquelaasesinaran—hizounapausa—.Laprimeravez.
—Ninguno de nuestros amigos tiene juguetes artemisanos como ese—dijoelhombreapuntandoconsugarrotehaciaeldeslizador.
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Jacingruñó.—Ella no dijo que yo fuera amigo de ustedes. ¿Dónde se encuentra la
princesa?—Jacin,notratesdeayudar—Cinderlomiródisgustada—.Sabemosque
la princesaWinter está enferma, así comomuchos amigos y familiares deustedes…
—¿Quépasaalláfuera?Unrostrofamiliaremergióentrelamuchedumbre,conlasmejillassucias
y los rizospelirrojos llenosdegrasa.Había semicírculososcurosdebajodesusojosyunapalidezenfermizaensupiel.
Scarletsequedócongelada.—¡Cinder!—perotanprontocomoempezóasonreír,lasospechasefiltró
yleapuntóconundedo—.¿Dóndenosconocimos?Cinderdudó,perosoloporuninstante.—EnParís,afueradelteatrodelaópera.TranquilicéaWolfporquepensé
queteestabaatacando.La sonrisadeScarlet estabadevuelta antesdequeCinder terminarade
hablar.La atrajo para abrazarla, luego maldijo y retrocedió. Media docena de
soldados lobo la habían seguido y la rodeaban como guardiasextremadamente celosos. Parecían domesticados, por el momento, perotambiéncomosipudierandestrozarcompletamenteacualquierpersonadelamultitudensolodiezsegundossiasílodecidían.
—Losiento…Nodeberíasestaraquí.Levana…—Scarletempezóatosercubriéndoseconelbrazo,ycasisedoblabaporlainesperadafuerzadelatos.Cuandorecuperóelaliento,habíaoscurasmanchasdesangreensumanga—.Aquínoesseguro—concluyó,comosinofueraobvio.
—¿Winterestáviva?—preguntóJacin.Scarletsecruzódebrazos,peronocongestodesafiante.Másbiencomosi
quisieraocultarlaevidenciadelaenfermedad.—Está viva —dijo—, pero enferma. Muchos de nosotros estamos
enfermos. Levana le inoculó letumosis y se propagó rápido. Tenemos aWinterenanimaciónsusp…
—Losabemos—dijoCinder—.Trajimoselantídoto.Jacinmostróelfrascoquehabíatomadodedeslizador.Scarletagrandó losojos,y losqueestabaalrededordeellosseagitaron.
Muchas armas habían bajado desde el abrazo de Scarlet y Cinder, pero notodas.
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Jacinapuntóconelpulgarporencimadesuhombro.—Dileatusguardaespaldasqueayudenavaciareldeslizador.—Ytomaunopara ti—agregóCinder—.Debedehabersuficientepara
todaslaspersonasquemuestrensíntomas,ynosaseguraremosderacionarlasdosisquesobrenparacualquieraquepuedaseguirenfermo.
Apretandoelfrasco,JacinseacercóaScarletybajólavoz.—¿Dóndeestá?Scarletvolteóhacialossoldadosquelarodeaban.—Dejen que vea a la princesa. No le hará daño. Strom, organiza un
equipoparadistribuirelantídoto.Jacinhabíadejadodeescuchar.Mientras lamultitudsedispersabapudo
verlaluzdeldíareflejadaenelcristaldeltanquedeanimaciónsuspendidayyaseestabaabriendopasoenesadirección.
Allí, en el camino de tierra que separaba la clínica improvisada de lassombrasdelbosque,habían levantadounsantuarioa sualrededor.Ramasyvarasentrelazadasformabanunaestructuraalrededordelabasemetálicadeltanque,ocultandoelcompartimientoqueconteníatodoslosfluidosvitalesyquímicos que estaban siendo reciclados dentro y fuera de su organismo.Margaritas y ranúnculos estaban esparcidos sobre la cubierta de vidrio,aunquemuchoshabíanresbaladoytapizabanelsueloalrededordeella.
Jacin se detuvo para observar la escena, mientras pensaba que quizáLevananoeraparanoica,despuésdetodo.TalvezlagenterealmenteamabaaWinterlosuficientecomoparaconvertirlaenunaamenazaalacoronadesumadrastra,apesardenotenersangrereal.
El frasco se estaba entibiando en su palma. Todas las voces sonabanapagadas en sus oídos, reemplazadas por el sonido metálico de losmecanismos del tanque, el constante zumbido de los instrumentos de vidaartificial,elpitidodelapantallaquemostrabasussignosvitales.
Jacinpasólosbrazossobrelacubiertaparaquitarlasflores.Bajo el cristal, Winter se veía como si estuviera durmiendo, excepto
porqueellíquidodepreservaciónledabauntonoazuladoquelahacíaparecerenfermayresaltabalascicatricesensurostro.
Luego estaban las erupciones. Ampollas circulares de piel oscurecidadispersas en susmanos y desde los brazos hasta el cuello. Algunas habíanaparecidoensumentónyalrededordesusorejas.Jacinvolvióaconcentrarseensusmanos,yaunqueeradifícildistinguirentresupielmorenayellíquidocoloreado,pudoadvertirunasombraalrededordesusuñas.
Laúltimaseñalfataldelafiebreazul.
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A pesar de todo, ella seguía viéndose perfecta, al menos para él. Sucabello rizado flotaba en el gel del tanque y sus labios carnosos apuntabanhacia arriba. Parecía que fuera a abrir los ojos y sonreírle en cualquiermomento.Esasonrisaqueéltantoconocía:juguetona,tentadora,irresistible.
—El tanque ha hecho más lentos sus procesos biológicos, incluido elavancedelaenfermedad.
Jacinsesobresaltó.Unancianoestabadepiealotroladodeltanqueconunamáscarasobresubocaynariz.AlprincipioJacinsupusoquelamáscaraeraparaevitarquecontrajera laenfermedad,pero luegovio losmagullonesque asomabanbajo lasmangasdel hombrey sedio cuentadeque eraparaimpedirquelapropagara.
—Peronohadetenidolaenfermedadporcompleto—agregóelhombre.—¿Ustedesdoctor?—preguntóJacin.Élasintióycontinuóhablando.—Si abrimos el tanque y su antídoto no funciona, ella morirá,
probablementeenmenosdeunahora.—¿Cuántovivirásiladejamosallí?Eldoctorbajólamiradaalrostrodelaprincesayluegodiounvistazoala
pantallainstaladaalpiedeltanque.—Unasemana,enelmejordeloscasos.—¿Yenelpeor?—Undíaodos.Apretandolosdientes,Jacinmostróelfrasco.—Este antídoto viene de los laboratorios de Su Majestad. Sé que
funcionará.ElhombreentrecerrólosojosymiróporencimadeJacin.Aldarsevuelta,
elguardiavioqueCinderyScarletlohabíanseguido,aunquepermanecíanaunarespetuosadistancia.
—Winter le confiaría su vida —afirmó Scarlet—. Yo digo que loabramos.
Eldoctordudóunmomentoantesdeacercarsealpiedeltanqueyteclearalgunoscomandosenlapantalla.
Jacinsetensó.Pasó un momento antes de que pudiera observar algún cambio, pero
entonces vio que se formaba una burbuja de aire al tiempo que el líquidodrenabaporlaparteinferior,conunlevesonidoalsersuccionadoporalgunatubería invisible. El rostro emergió sobre el líquido teñido de azul. La
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diferencia era impactante, ver el rojo persistente de sus labios, el temblorocasionaldebajodesuspárpados.
Noerauncadáver.Noestabamuerta.Éllasalvaría.Unavezqueellíquidoescurrióporcompleto,eldoctorvolvióateclearen
lapantallay la cubierta se abrió, deslizándosehacia labase sobredelgadosrieles,dejandoaldescubiertounacamadepocaalturadondeWinteryacía.
Su cabello, húmedopor el gel, caía enmechones flojos alrededorde sucara,ysupielresplandecíaalreflejarlaluz.Jacinbuscósusmanos,desenlazósus dedos para deslizar su palma debajo de las de ella. Su piel estabaresbaladizayeltonoazulalrededordesusuñasresultabamásevidenteahora.
El doctor empezó a quitar las agujas y sondas de su cuerpo: las fuerzavitales que habían conservado su sangre oxigenada sin respirar, que habíanmantenido su corazón y su cerebro funcionando mientras dormía en unaapacible suspensión. La mirada de Jacin siguió sus diestras y arrugadasmanos,listoparaderribaralviejodeungolpesipensabaqueestabahaciendoalgomal.Perosusmanoseranfirmesyexpertas.
Lentamente, el cuerpo deWinter empezó a darse cuenta de que ya noestabarecibiendoayuda.Supechocomenzóasubirybajar.Susdedosfríossecrisparon.Jacincolocóelfrascoaunladodesucuerpoysearrodillóentrelasramasyfloresesparcidas.
PusodosdedosenlamuñecadeWinter.Elpulsoestabaahí,cadavezmásfuerte.
Dirigiólavistaalrostrodeella,esperandoelmomentoenqueabriríalosojos.Cuandovolveríaaestardespierta,vivay,unavezmás,completamenteinalcanzable.
Sesobresaltó.Todoeratanirreal,ycasilohabíaolvidado.Winter, coronada de flores y descansando sobre una enramada. Ella
seguíasiendounaprincesa,yélseguíasiendonada.Ese recordatorio lo agobió mientras esperaba. Memorizaba su rostro
dormido,lasensacióndesumanoentrelasdeella,lafantasíadecómoseríapresenciarcadadíasuquietudaldormir.
Escuchó una pisada suave detrás de él y recordó que tenía público. Lamuchedumbreseacercaba,notantocomoparasersofocante,peromásdeloqueélhabríapreferido,considerandoquehabíaolvidadoqueestabanallí.
Yélhabíaestadopensandoenalcobasyamaneceres.
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Jacinselevantóprecipitadamenteyagitólamanoantelamultitudquelorodeaba.
—¿Notienenqueplanearunlevantamientooalgo?—Solo queremos saber si está bien —dijo Scarlet. Sostenía un frasco
vacíoenunamano.—Estádespertando—avisóeldoctor.Jacingiróatiempoparaverquesuspestañastemblaban.EldoctorhabíaapoyadounamanosobreelhombrodeWinter;enlaotra
sosteníaunmonitorpararevisarsuorganismo.—Sus órganos están reaccionando con normalidad al proceso de
reanimación.Sugargantay suspulmonesestaránadoloridosporun tiempo,perosugieroqueledemoselantídotoahora.
LosojosdeWinterseabrieronysuspupilassedilataron.Jacinseaferróalbordedeltanque.
—¿Princesa?Ella parpadeó varias veces, como si tratara de sacudirse de las pestañas
restosdeaceite.SeconcentróenJacin.Aunque trató de reprimirlo, Jacin sonrió, sobrecogido de alivio.Habían
sido tantos losmomentos en que estuvo seguro de que no volvería a verlajamás.
—Hola,Problema—susurróél.Ella esbozó una sonrisa cansada. Su mano chocó contra la pared del
tanquecuandointentóacercarseaél,yJacinlatomóylaestrechó.Conlaotramanolevantóelfrascoconelantídoto.Conelpulgardesenroscólatapa.
—Necesitoquebebasesto.
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Setentaycuatro
WinterrecordabavagamentequeJacinlahabíaayudadoasentarse,quehabíavaciadoelfrascoensubocayquesehabíaderramadounlíquidoquenosabíaa nada. Era difícil de tragar, pero oprimió lamano de Jacin y obligó a susmúsculosacooperar.Leparecíaquetodoolíaaproductosquímicos.Sentíalapielgrasosa,sentadaenunacamadealgúntipodegelbaboso.
¿Dóndeestaba?Seacordabade lascuevasde regolitoyde lossoldadoslobos,lostaumaturgosyScarlet.Seacordabadelagenteydelosárboles.Seacordabadeunaancianaencorvadaydeunacajadedulces.
—Princesa,¿cómotesientes?—Hambrienta—respondió,recostándoseenelbrazodeJacin.—De acuerdo. Te traeremos algo de comer —era extraño ver que
mostraratantapreocupación.Porlocomún,susemocionesestabanescritasenuna clavequeno sabíadescifrar.Entonces, Jacinmiróhacia atrásde ellaypreguntó—:¿Quédicenlosinstrumentos?
Winter siguió sumirada y vio a un hombremayor, con unamáscara ysosteniendounapantallaportátil.
—Sus signosvitales senormalizan,pero esmuyprontoparadecir si esporqueladespertamosdelaestasisosiesporelantídoto.
AWinter se le ocurrió, como si armara un rompecabezas desordenado,que estaban a la intemperie y rodeados de gente. Inclinó la cabeza y unmechón de pelo húmedo resbaló por su hombro. La vivaz Scarlet y lossoldadoslobosquenoselashabíancomidoestabanallí,yhabíamuchísimosdesconocidos,todoscuriosos,inquietosyesperanzados.
Yestabasuprima,conlamanometálicabrillante.—Hola,amigos—murmurósindirigirseanadieenparticular.
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FueScarletlaquesonrióprimero.—Bienvenida,loca.—¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que estemos seguros de que
funcionó?—preguntóJacin.EldoctorpasólapantallaportátilunayotravezsobreelbrazodeWinter.
Laprincesasiguióelmovimientodelaparatoysediocuentadequerevisabalaerupcióndeampollasyprotuberanciasdelapiel.
—Yanodebetardarmucho.Wintersepasólalenguaporloslabiosresecosylevantóunamanohacia
lafalsaluzdiurna,queprontonolosería,puesseveíaquelosrayosdelsoliluminabanelhorizonte.Elamanecerestabaporllegar.
Laerupcióndelapieleraabundante.Lasampollasseamontonabanunassobreotrasyalgunasestabanapuntodereventar.Erahorribleygrotesco.
Sisuspulmonesselohubieranpermitido,sehabríareído.Porprimeravezensuvida,nadiehabríapodidodecirqueerahermosa.Lellamólaatenciónunamanchaparticularmentegrande,tanlargacomo
su pulgar, que se extendía de lamuñeca al borde de la palma y semovía.Mientras la miraba, le salieron patitas y empezó a caminarle por el brazo,esquivando a las demás ampollas como si fuera una carrera de obstáculos,hasta escabullirse por debajo de la piel suave de la parte interior del codo.Unaarañagordaqueseescapabacorriendoporsupiel.
—¡Winter!Dio un salto. Scarlet se había acercado y se encontraba a los pies del
tanque,conlosbrazosenjarra.Ellatambiénteníamanchasoscuras,yaunquenoerantantascomolasdeWinter,sedestacabanmássobresupielblanca.
—Eldoctortehizounapregunta.—Nolegrites—dijoJacin.—Nolamimes—legritóScarlet.Winterechóunvistazoparaverificarquelamancharojahabíaregresado
asulugarantesdealzarlamiradahaciaeldoctorconlamáscara.—Discúlpeme, Su Alteza, ¿me permite que tome una muestra de su
sangre?Winterasintióconlacabezaymiróconinteréscómoleinsertabalaaguja
en el brazo para tomar la muestra. Su fábrica de plaquetas había seguidotrabajandomientrasdormía.
El doctor puso la muestra en un enchufe especial en el costado de lapantallaportátil.
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—¡Ah!,ybebaesto—agregó,casicomosilohubieraolvidado,señalandounvasodepapelconunlíquidoanaranjado—.Leserviráparalagarganta.
Jacintratódesostenerelvaso,peroellaseloquitó.—Estoymásfuerte—lesusurró.Noparecíaqueesoloreconfortara.—Sí, excelente—dijo el doctor y sonrió—. Se están neutralizando los
patógenos.Susistemainmunitarioserecuperaaunritmoimpresionante.Creoque podemos decir que el antídoto funcionó. Se sentirámuchomejor en…una o dos horas. Me parece que habrá una diferencia notable, aunque esposiblequepasenunosdíasantesdequevuelvaasentirseustedmisma.
—¡Oh,nosepreocupe!—ledijoWinter,conunavozquesonabadistanteinclusodentrodesucabeza—.Nuncamesientoyomismaporcompleto—levantóelbrazoypreguntó—:¿Voyaserunleopardoparasiempre?
—Lasmanchassedesvaneceránconeltiempo.—¿Quedaráncicatrices?—Nolosé—titubeóeldoctor.—Noteaflijas,Winter—laconsolóScarlet—.Loimportanteesqueestás
viva.—Nome entristece eso—dijo, mientras se pasaba un dedo por la piel
abultada.Qué extraña se sentía, qué imperfecta. Podría acostumbrarse a la
imperfección.—Eslapruebadequeelantídotofunciona—explicóCinder,apareciendo
alladodeJacin—.Necesitodosvoluntariosquemeayudenconelrestodeladistribución. Todos los que tengan síntomas, fórmense aquí en una fila. Sialguientienelosdedosazules,queavancealfrente.Nocorranyayudenalosqueesténdemasiadodébilesparamoversesolos.¡Vamos!—ordenóconunapalmadaylagenteseapresuróaobedecer.
Jacin retiró algunos de los grumos del pelo deWinter. Tenía lamiradaperdida,comosinofueraconscientedeloquehacía.Enrespuesta,Winterseestiróytomóunmechóndelpelorubiodelguardia.
—¿Eresreal?—preguntó.—¿Parezcoreal?—preguntóélapenassonriendo.—Nunca—respondióella,mientrassacudíalacabeza.Deprontodirigió
suatenciónalamultitud—.¿YalogróSelenellevaradelantesurevolución?—Todavía no. La coronación es esta tarde. Pero estamos… —se
interrumpióunmomento—.Estánpasandocosas.
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Winter se mordió el labio para combatir su decepción. No se habíaterminado.Aúnnohabíanganado.
—¿Hayalgúnlugaralquepodamosirparaquitarletodoestodeencima?—preguntóJacin.
—Haydosbañosenlaclínica,unoalfinaldecadapasillo—contestóeldoctor.
JacincargóaWinterylallevóalaclínica.Ellametiólacabezadebajodesubarbilla,peseaque lodejóuntadodegelpegajosopor todaspartes.Erabuenoqueestuvieranjuntos,aunquefueraporunmomento.
Encontraronelbaño,queteníaunretrete,ungranlavabofuncionalyunatina poco honda. Jacin se detuvo en la puerta y estudió sus opciones conaspectocontrariado.
—Tienesunmagullónenlacara—Winterfrotóunnudillocontraelgolpe—.¿Temetisteenunariña?
—Thorne me pegó —explicó con una mueca—, pero creo que me lomerecía.
—Tehaceparecermuyrudo.Nadiesospecharíaqueenelfondoeresuntiernocorderito.
Élresoplóylesostuvolamirada.Derepente,Winteroíasucorazón,peronosabíasipalpitabaconmásfuerzaosisehabíapercatadodeloslatidosenesemomento.Empezóasentirsetímida.
Laúltimavezquehabíavistoa Jacin,él lahabíabesadoyella lehabíaconfesadoqueloamaba.
Sesonrojó,perdióelvaloryapartóprimerolamirada.—Puedesponermeen la tina.Mesiento lobastante fuerteparabañarme
sola.Ladepositóaregañadientesenelbordedela tinametálicaycomenzóa
movernerviosamentelosgrifos.Elaguaolíaaazufre.Cuandoleparecióquelatemperaturaeralaadecuada,buscóenungabineteyencontróunfrascodejabónlíquido,quelepusoalalcance.
Wintersepasólosdedosporelpeloyrecogióenlapalmadesumanounpuñadodemugreconoloraproductosquímicos.
—Túnoveslaenfermedadcuandomemiras.Jacinmetióunamanoenlatinayvolvióaajustarlatemperatura.Conla
otramanoayudóaWintera sostenerseparaquegirara sobreelbordede latinaysumergieralospiesenelagua.
—¿Algunavezhevistolaenfermedadcuandotemiro?
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WintersediocuentadequeJacinhablabadelaenfermedadlunar,nodeunapeste fabricadaenun laboratorio.Laenfermedadde sucabeza lehabíadejadosuspropiascicatrices.
Cicatrices,cicatrices.Empezabaatenermuchas.Sepreguntabasiestabamalsentirseorgullosadeellas.
—¿Cómoestá?—lepreguntóJacin.Winter tardó un momento en entender que le preguntaba por el agua.
Observólabasepicadayoscurecidadelatinayelaguaturbia.—¿Tengoquebañarmevestida?—Sí,porquenovoyadejartesola.—¿Porquenosoportasalejartedemí?—lepreguntóagitandolaspestañas
haciaél,perocuandosediocuentaabandonóelsutilcoqueteo—:Ah,porquecreesquetendréunaalucinaciónymeahogaré.
—¿Nopuedenserlasdos?Vamos,entra.Ella se sostuvode su cuellomientras la ayudabaadeslizarsedentrodel
agua,apenaspocomásquetibiayqueleardíaenlapiellastimada.Unacapagrasosaascendióalasuperficie.
—Voyaconseguirunatoa…—Jacinseinterrumpióysequedóinmóvilcuandoellanoseseparódesucuello.Estabaarrodilladodelotroladodelatina,conlosbrazosmetidosenelaguahastaelcodo.
—Jacin,meapenaqueyanoseabonita—Jacinlevantóunaceja.Parecíaque se iba a reír—. Lo digo en serio—continuóWinter, con el estómagotensoporlatristeza—.Ymeapenaquetengasquepreocupartepormítodoeltiempo.
Sumediasonrisadesapareció.—Me gusta preocuparme por ti.Me da algo en qué pensar durante los
turnoslargosyaburridosenelpalacio.Jacinbajólabarbillaylediounbesoenlacabeza.Wintersoltólosbrazos
desucuello.Élse levantóparaqueella tuvieraunasensacióndeprivacidadmientras
buscabamástoallas.—¿VasaquedartecomoguardiarealcuandoSelenesealareina?—No sé —le contestó lanzándole una toalla de manos—, pero estoy
seguro de que mientras seas una princesa que necesita protección, vas aquedarteconmigo.
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Setentaycinco
El calor había aumentado dentro del armario y la pierna izquierda leempezabaahormiguearpor la faltadeflujosanguíneohastaquefinalmenteCressseobligóamoverla.Noqueríahacerlo.Másalláde lo incómodoquefueraelarmario,parecíaseguro,yellaestabaconvencidadequeencuantosemovieraalguienledispararía.
Peronopodíaquedarseallíparasiempre,yeltiemponoibaatranscurrirmás lento para adaptarse a su vacilante coraje. Se pasó por la nariz laimitacióndealademariposa,yseforzóaempujarsuavementelapuerta.
LaluzdelcorredorlacegóyCressretrocedió,cubriéndoseconelbrazo.Agotadaportantasemociones,salióagatasdelarmario,mirandoacadaladodelpabellóndelaservidumbre.
Susojoscaptaronunamanchadesangreembadurnadacercadelarmario.Thorne. Retrocedió conmiedo y trató de borrar la imagen de sumente
antesdequelaparalizara.Cress se golpeó la pierna para reanimarla y se incorporó lentamente.
Escuchóconatención,peronooyómásqueelsonidodistantedemáquinasyel zumbido de sistemas de calefacción y de suministro de agua enfuncionamientodentrodelasparedes.
Armándosedevalor,chequeóqueelchipsiguieraescondidoensuvestidoantesderecogerlapistola.Lasantenashabíanvueltoacaerseylasdejóenelfondodelarmario.
Su estómago estaba hecho un nudo y tenía el corazón desgarrado, perologródirigirsehaciaelcorredorqueThornehabíamencionado.Sedetuvoenunaesquina,diounvistazoalrededor,yretrocedió,conelcorazóngolpeandoconfuerzacontrasuscostillas.
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Unguardiaestabaallí.Debía haberlo esperado. ¿Todos los elevadores estarían vigilados? ¿Las
escalerastambién?La desesperación se filtró en sus pensamientos de por sí delirantes. La
estabanbuscando,ellaeravulnerablesinThorne,ynoteníaunplan.Esto no iba a resultar. No podría hacerlo sola. Iban a capturarla,
encarcelarla y ejecutarla, y matarían a Thorne, y ella fracasaría, y todosellos…
Apretó los puños contra sus ojos, hasta que sintió que el pánico habíadisminuido.
Compórtatecomounaheroína,habíadichoThorne.Teníaquecomportarsecomounaheroína.Apenasatreviéndosearespirarpormiedoallamarlaatención,seforzóa
pensarenotraformadellegaralcuartopiso.Cressoyópasosqueseacercaban.Seocultóprecipitadamentey sehizo
unovillodetrásdeunaestatuaalacuallefaltabaunbrazo.Compórtatecomounaheroína.Teníaqueconcentrarse.Teníaquepensar.Lacoronaciónempezaríapronto.Debíaestarenelcentrodecontrolantes
dequeterminara.Cuandoelguardiasefueyellaestabarelativamenteseguradequenoiba
ahiperventilar,levantólacabezaydiounvistazoalrededor.Elsalónnoeraamplio, pero estaba atestado de objetos, desde armarios y pinturasenmarcadashastaalfombrasenrolladasycubetasdelimpieza.
Tuvo una idea. Se apoyó en la pared para incorporarse y se alejó unospasos de la estatua. Se preparó, corrió hacia la estatua y la empujó con elhombrotanfuertecomopudo.
Supieresbalóporlafuerzadelgolpeycayósobreunarodilla.Apretólosdientesconungruñido.Laestatua se tambaleósobre subasehaciadelante.Haciaatrás.Haciadelante…
Cress se cubrió la cabeza cuando la estatua se desplomó hacia ella,golpeándolaenlacaderaantesdehacersepedazoscontraelsuelo.Apretóunpuño contra su boca para ahogar un grito y se obligó a renquear de vueltahacialoselevadores,avanzandolentamentedetrásdeunmontóndealfombrasenrolladas.
No transcurriómucho tiempo antes de que el guardia llegara corriendo,pasandorápidamentefrentealesconditedeCress.
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Aguantóeldolorensurodillaycaderayseescabullódesdedetrásdelasalfombras.Corrió tan rápido como pudo hacia los elevadores abandonados.Ungritodesorpresahizoecodetrásdeella.Chocócontralaparedyclavóeldedoenelbotón.Laspuertasseabrieron.
Ellaentrótropezando.—¡Cerrarpuertas!Laspuertassecerraron.Una pistola disparó.Cress gritó cuando una bala se hundió en la pared
detrásdeella.Otrarebotóenlaspuertasantesdequecerraran.Se dejó caer contra la pared y gimió al tiempo que se apretaba con la
manolacaderalastimada.Yapodíaimaginarqueibaaquedarleunmagullónenorme.
Elelevadorcomenzóasubirydespuésdeuninstanteellasediocuentadequenohabía seleccionadounpiso.Decualquier forma,elguardiadeabajosindudaestaríaobservandoaquépisollegaría.
Teníaqueserunaestratega.Teníaquepensarcomounamentecriminal.Cressintentóprepararseparacualquiercosaquepudieraenfrentarcuando
laspuertasseabrierandenuevo.Másguardias.Máspistolas.Máscorredoresinterminablesyesconditesurgentes.
Apretando los ojos, se esforzó por visualizar el mapa del palacio quehabíaestudiadoenlamansión.Pudoimaginarconfacilidadelsalóndeltrono,situadoenelcentrodelpalacio,elbalcónsuspendidosobreellago.Lodemásempezó a completarse a medida que ella se concentraba. Los aposentosprivadosdelostaumaturgosylacorte.Unsalóndebanquetes.Salasdeestaryoficinas.Unsalóndemúsica.
Unabiblioteca.Y el centro de sistemas de control de la reina, incluida la sala de
transmisiones donde la corona grababa sus mensajes de propaganda concomodidadyseguridad.
El elevador se detuvo en el tercer piso. Temblorosa, Cress ocultó lapistolaentrelosplieguesadornadosdesufalda.Laspuertasseabrieron.
Unamultituddeextrañosestabafrenteaella.Cresssoltóunchillido.Suspiesdeseabancorrer,sucerebrolegritabaqueseescondiera…peronohabíaespaciodondedesapareceryhombresymujeres lamirabancondesprecioysospecha. Los que estaban más cerca del elevador dudaron, como siconsideraranesperaraquellegaraotro.Peroentoncesunapersonarefunfuñóyentró,ylosdemáslosiguieron.
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Cressapretólaespaldacontralapareddelfondo,peroelaplastamientodelos cuerposno llegó.Apesarde lo atestadoqueestabael elevador, todoelmundoteníacuidadodenoacercarsedemasiadoaella.
Su ansiedad comenzó a disminuir.Estas personas no eran lunares.Eraninvitados terrestres y, a juzgar por su vestimenta formal, se dirigían a lacoronación.
Loúltimoqueellaqueríaeraseratrapadaenmediodeungrupoqueibaalacoronación.
Cuandolaspuertascomenzaronacerrarse,Cressseaclarólagarganta.—Perdón,quisierasalir.Lamuchacha se abrió paso. Su vestido arrugado se atoraba en trajes y
vestidos.Apesardequehabíamuchosceñosfruncidos,leabrieronpasocongusto.
Porquepensabanqueellaeralunar.Unaauténticalunarconlacapacidaddemanipularlos,nosimplementeunavacía.
—Gracias—murmuróCressalapersonaquehabíadetenidoelcierredelaspuertas.Sedeslizóhaciafuera,conelpulsobatiente.
Otro bello salón. Más vistas espectaculares. Una docena de pedestalesexhibiendoestatuasyjarronespintados.
Cress se dio cuenta de que anhelaba estar en el tosco interior de laRampion.
Seapoyócontraunaparedyesperóhastaestarseguradequeelelevadorse había ido antes de llamar otro.Necesitaba subir un pisomás. Tenía queencontrarunasescaleras,ohuirderegresoalossalonesdeloscriados.Sintióqueestabaenunespaciototalmenteabierto.Demasiadoexpuesta.
Un sonido anunció la llegada del elevador. Cress se asustó y se apartóparanoservista.Cuandolaspuertasseabrieron,seescucharoncarcajadasyrisitas.Cresscontuvoelalientohastaquelaspuertassecerrarondenuevo.
Alescucharvocesqueveníandelladoizquierdo,Cressgiróysedirigióaladerecha.Pasófrenteaunaseriedepuertasnegras,quecontrastabancontralasparedesblancas.Cadaunaestabamarcadaconunnombreyuncargoenletrasdeoro.
REPRESENTANTE MOLINA, ARGENTINA, REPÚBLICAAMERICANA.PRESIDENTEVARGAS,REPÚBLICAAMERICANA.PRIMER MINISTRO BROMSTAD, FEDERACIÓNEUROPEA.
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REPRESENTANTE ÖZBEK, PROVINCIA DE RUSIA DELSUR,FEDERACIÓNEUROPEA.
Una puerta se abrió y salió unamujer de cabello platinado y vestido largocolor azulmarino:RobynGliebe, presidenta de laLegislatura deAustralia.Cuando Cress trabajó para Levana, había pasado horas escuchando losdiscursos de Gliebe sobre tratados comerciales y conflictos laborales. Nohabíansidohorasemocionantes.
Gliebe se detuvo, sorprendida al ver a Cress parada ahí. La muchachaocultólapistoladetrásdesuespalda.
—¿Puedoayudarte?—preguntóella,increpándolaconlamirada.Claro,eraobvioqueCressibaatoparseconlaúnicadiplomáticaterrestre
quenosesentíaintimidadaporunalunarsospechosaquemerodeabaporsusaposentos.
—No—respondió Cress, inclinando la cabeza en señal de disculpa—.Ustedmeasustó,estodo—pasójuntoalamujer,conlavistabaja.
—¿Tienespermitidoestaraquí?Titubeante,Cressledevolviólamirada.—¿Disculpe?—SuMajestad nos aseguró que nadie nos importunaría durante nuestra
estadía.Creoquedeberíasmarcharte.—Oh. Yo… yo tengo que darle un mensaje. Solo llevará un minuto.
Lamentohaberlamolestado.Cressretrocedió,perolamujersiguiófrunciendosuscejasdelineadasen
ungestodedesagrado.Diounpasoadelanteyextendiólamano.—¿Paraquiénestumensaje?Meencargarédequeloreciba.Cressmirófijamentelapalmaabierta,suaveyllenadearrugas.—Es…confidencial.Lamujerfruncióloslabios.—Bien,metemoquesinotemarchasdeinmediato,tendréquellamara
unguardiaparaconfirmartuhistoria.Nosprometieronprivacidadyyono…—¿Cress?Sucorazóndiounsalto.Kai.Estaba parado allí, parpadeando como si pensara que se trataba de un
encanto.UnaoleadadealivioseprecipitósobreCressycasiladerriba.Seapoyó
conunamanocontraelmuro.
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—¡Kai! —exclamó, y temblando se corrigió—: Emperador, quierodecir…SuMajestad—seinclinóconunareverencianerviosa.
Conelceñofruncido,Kaimiróalarepresentante.—Gliebe-dàren,¿nohabajadotodavía?—Ya iba hacia allá —respondió la mujer, y aunque Cress no vio su
mirada,pudosentirsudesconfianza—.Peroviaestachicay…comoustedsabe,nosgarantizaronprivacidadenestepiso,ynocreoqueelladebería…
—Estábien—dijoKai—.Conozcoaestajoven.Yomeharécargo.Cress examinaba el suelo, escuchando cómo se arrugaba su falda de
tafetán.—Coneldebidorespeto,SuMajestad,¿cómopuedoestarseguradeque
ellanoloestámanipulandoparaquelaayude?—Conel debido respeto—repitióKai, con tonode cansancio—, si ella
quisieramanipularaalguien,¿porquénolahabríamanipuladoaustedparaqueladejaraenpaz?
Cresssemordióel interiordesumejillamientrassealargabaelsilencioentreellos.Finalmente,lamujerhizounareverencia.
—Por supuesto, usted se habría dado cuenta. Felicitaciones por supróximacoronación.
Lamujerdirigiósuspasoshacialoselevadores.Cuandosemarchó,Cressesperótressegundosenterosantesdelanzarsea
losbrazosdeKaiconunsollozoquenosabíaquehabíaestadoconteniendo.Kaitrastabillósorprendido,perodevolvióelabrazo,dejándolallorarsobre
sucamisadefinaseda.ElconsejerodejóescaparunruidoahogadoyCresssintióquelequitaban
lapistoladelamano.Ellasealegródesoltarla.—Calma —la tranquilizó Kai, acariciándole el cabello—. Ahora estás
bien.Ellasacudiólacabeza.—Se llevaron a Thorne. Le dispararon, se lo llevaron y no sé si está
muertoynosé…Noséquéleharán.Cresshablóhastaquelossollozoscomenzaronadisiparse.Inclinandola
cabeza,sefrotóconlasmanoslasmejillasenrojecidas.—Losiento—sorbióporlanariz—.Essoloque…realmentemedagusto
verte.—Está bien—Kai la apartó con delicadeza para poder ver su rostro—.
Comienzaporelprincipio.¿Porquéestásaquí?
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Ellaintentabatomarlasriendasdelaestampidadeemocionescuandoviolamanchadehumedadquehabíadejadoensucamisa.
—Oh…Estrellas.Losientomucho—lafrotóconlosdedos.—Estábien,Cress.Mírame—dijoélsacudiéndolaligeramente.Ellalomirómientrasvolvíaafrotarselosojosconlasmuñecas.Apesardelamanchaquelehabíadejado,Kaiseveíamuyelegantecon
una túnica de seda color crema ceñida con unas ranas de oro y un fajín afranjas con los coloresde labanderade laComunidadOriental:verdemar,azul verdoso, naranja intenso. Si el fajín hubiese sido rojo, habría sido unaréplicaexactadelatuendoque llevabapuestocuandoCindery losdemás losecuestraron.
Pero no. Ya estaba casado. Ahora era el esposo de la reina Levana, elhombrequesedirigíaaconvertirseenreyconsortedeLuna.
Dirigiósuatenciónaunlado.ElconsejerorealKonnTorinvestíauntrajedeetiquetasencilloyCressfuecapazdepercibirsupreocupaciónapesardesucompostura.Sujetabacondosdedoslaempuñaduradelapistola,yseveíatancómodoconellacomoCresshabíaestado.
—¿Cress?—comenzóKaillamandodenuevosuatención.Lamuchachasepasólalenguaporloslabios.—SesuponíaqueThorneyyodebíamos llegaralcentrodesistemasde
control, pero lo capturaron. Dijeron algo acerca de llevarlo a una celda dedetención.Escapé,peroahorayo…
—¿Paraquétratabandellegaralcentrodecontrol?—ParatransmitirotrovideoquegrabóCinder.Muestraalareina…¡Oh!
¡QuizánosabesqueCinderestáviva!La expresión de Kai se congeló por un momento, antes de inclinar la
cabezahaciaatrásyexhalarlentamente.SusojosteníanunanuevaluzcuandomiróaKonnTorin,peroelconsejeroestabaobservandoaCress,aúnreticenteasentirsealiviado.
—Cinderestáviva—repitióKaiparasímismo—.¿Dóndeestá?—Está con Iko, Jacin y… es una historia larga—apretándose la cara,
Cress sintió el peso del tiempo que la apremiaba. Empezó a hablar másrápido.
—Jacinibaaaveriguarsipodíaencontrarelantídotocontralaletumosisparadistribuirloenlossectoresexterioresporquehaymuchagenteenferma,incluidalaprincesaWinter,yScarlettambién.Oh,yLevanasellevóaWolfynosabemosdóndeestáél, ¡yahora tienenaThorne…!—Cresssecubrió lacaraconlasmanosenunesfuerzopornomancharaúnmáslacamisadeKai.
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Él le frotó losbrazos,peroaunconesegestodecompasiónellapudonotarqueestabadistraído.
KonnTorincarraspeó.Moqueando,Cressbajólasmanosydescubrióqueunbrazoextendidoleofrecíaunpañuelo,comosiTorintemieracontagiarsedelahisteriasiseacercabamás.
—Gracias—dijoCressdespuésdetomarelpañueloysonarselanariz.—¿Quénecesitas?EllavolviósuatenciónaKai.—RescataraThorne—respondióellasinpensarlo.Peroluegorecordósus
últimas palabras para ella.Compórtate como una heroína. Tragó saliva—.No,yo…yonecesito llegaral centrodecontrol.Tengoque reproducir estevideoporelsistemadetransmisióndeLevana.Cindercuentaconello.
Kaisepasóunamanoporelcabello.Cresssintióunescalofríocuandoloviotransformarsedeemperadorimpecableenadolescentepreocupadoconesesimple gesto. Pudo ver su indecisión. Lomucho que deseaba ayudar, y, almismotiempo,elpeligroenquepondríaasupaísalinvolucrarse.
Cresssentíacómocorríaeltiempo.—SuMajestad.Kaimiróasuconsejeroyasintió.—Ya sé. Probablemente enviarán un equipo de búsqueda si no me
presentopronto.Solonecesitounminutopara…parapensar.—¿Quéhayquepensar?—dijoTorin—.Ustedpreguntóaestajovenqué
necesitabayellalediounarespuestamuyconcisa.Todossabemosqueustedvaaayudarla,asíquepareceunapérdidadetiempodiscutirlosprosycontrasdeesadecisión.
Cressjugueteabanerviosamenteconsusguantes,sintiendocómolasalasde mariposa rozaban sus brazos. El consejero se mostró serio y amable aldevolverlelapistola,conlaempuñadurahaciadelante.
—Puedequedárselasiquiere—dijoCress,conunestremecimiento.—No la quiero—respondió Torin—. Y tampoco pretendo ponerme en
cualquiersituaciónenlacualpuedaquererla.Conunsuspiroderesignación,Cresslatomó.Pasóunmomentopensando
dónde podría guardarla, pero su atuendo no le ofrecía ninguna buenaalternativa.
—Tome—Torinsequitólachaquetayselaentregó.CressdudóalescucharlavozdeIkoensucabeza(¡Esonocombinapara
nada!),antesdeignorarlaydejarquelaayudaranconlasmangas.Lequedabaenorme,perosesintiómássosegada,menosvulnerable.
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—Gracias —dijo ella al tiempo que encontraba el bolsillo interior ydeslizabadentrolapistolaconunaenormesensacióndealivio.
—SeesperaqueSuMajestadsehagapresenteenelsalónprincipalamástardar en dos minutos —avisó Torin y luego dirigió su atención aldesconcertadoKai—.Confíoenquepodréretrasarloalmenosquincemás.
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Setentayseis
Kainoestabasegurodequiénllevabaladelantera,siéloCress,mientrasseapresurabanporcorredoresabandonadosenlosqueresonabanconrapidezyenergíasuspisadas.PerocuandoCressempezóaperderel ritmoya lucharporalcanzarlo,seobligóaaminorarlamarcha.
—Vamos a tratar de lograrlo sin el arma —dijo, como si lo hubierandiscutido,aunquecasinohabíandichonadadesdequesesepararondeTorin—.Nosharemoscargodeestocondiplomaciao,porlomenos,furtivamente,mientraspodamos.
—Notengoningúninconveniente—coincidióCress—.Perocreoquenoporqueseaselemperadoryestésapuntodeconvertirteensureyvanadejarteentrartancampanteenlasaladetransmisiónyponerteamanipularelequipo.
Cadapuertaquepasabanteníaundiseñodiferente,labradoenlamadera.Unamujerhermosaquesosteníaunconejodelargasorejas.Unhombreconcabeza de halcón que tenía encima una luna creciente haciendo equilibrio.Una muchacha vestida con un manto de zorra que llevaba una lanza decacería. Kai sabía que eran símbolos de Luna y de su importancia en lasculturasterrestres,aunquemuchossehabíanperdidoyestabanolvidados;nisiquieraKaiestabaaltantodesusignificado.
Dieronlavueltaenotropasilloycruzaronporunpuenteaéreodecristal.Bajosuspiescorríaunarroyoplateado.
—Tienes razón—dijoKai—; pero creo que por lomenos puedo hacerqueentres—dudóyenseguidaañadió—:Cress,novoyapoderquedarme.Sime ausento demasiado tiempo, Levana sospechará, y eso es lo último quenecesitamosahora.Loentiendes,¿verdad?
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—Entiendo—bajó la voz, aunque los corredores estaban vacíos. Todosloshuéspedes,todoslosguardias,todosloscriadosestabanalaesperadequecomenzaralacoronación—.Meimaginoquelaspuertasestaráncerradasconuna clave secreta. El plan era hackear las claves, pero Thorne se llevó lapantallaportátil.
Kaidesabrochólapantallaportátildesucinturón.—¿Tesirvelamía?—¿Novas…anecesitarla?—preguntóCress,mirandoelaparato.—No tanto como tú. De todas formas, no habría podido llevarla a la
ceremonia.Estánprohibidostodoslosdispositivos.Pusolosojosenblancoyleentrególapantallaportátil.Enotraépoca,habríasentidoquelequitabanunmiembro, pero se había acostumbrado a no tenerla cuando Levana se laconfiscó.
Además, una parte de él sentía la emoción de saber que estabacontribuyendoasocavarelrégimendelareina.
—¿Cómosabesadóndevamos?—lepreguntóCressmetiendolapantallaportátilenunodelosbolsillosdelachaquetadeTorin.
—HacepocotuvelagrataexperienciadecompartirunodelosvideosdepropagandadeLevana—refunfuñóKai.
Cuando se acercaron al sectordel palacioopuesto al granvestíbulo convistaallago,dondelacoronaciónestabaprogramadaparaempezar,oh,hacíaseisminutos,Kailevantólamanoysedetuvieron.
—Esperaaquí—murmuróllevándoseundedoaloslabios.Cresssepegóalapared.Seveíadiminuta,aterrorizadayridículaconesa
faldaanaranjadaabombada,ysuinstintocaballerosoledecíaaKaiquenolaabandonara precisamente en ese lugar; pero ahogó ese impulso recordandoquetambiéneralageniaqueconunasolamanohabíaanuladoporcompletoelsistemadeseguridaddelpalaciodeNuevaBeijing.
Se alisó la bandapatriótica y dio la vuelta a la esquina.Esta ala estabaselladay,hastadondesabíaKai,lapuertaeralaúnicamaneradeentrarodesalir. Como lo esperaba, la defendía un guardia impávido en posición defirme, el mismo guardia—pensó Kai— que estaba de servicio la vez queLevanalohabíaarrastradohastaaquí.
ElguardiaentrecerrólosojoscuandovioaKaiconsutúnicablanca.—Estazonanoestáabiertaalpúblico—leindicóconvozaburrida.—No soy precisamente “el público” —le contestó Kai y se metió las
manosen losbolsillos, tratandodemostrarsecondescendientee insolentealmismo tiempo—. Tengo entendido que las galas para la coronación se
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resguardanenestaala,¿noesverdad?—Elguardialomiróconsuspicacia—.VinearecogerelBroche…delaEternaLuzEstelar.Tedaráscuentadequenotengotiemposuficiente.
—No dudo que esté acostumbrado a hacer su voluntad en la Tierra,emperador,peronose lepermitepasarporestaspuertasni tampocover lasjoyasdelaCoronasindocumentaciónoficialdelareina.
—Lo entiendo y me encantaría solicitar esa documentación si SuMajestadnoseencontraraenestemismomomentodelotroladodelpalacio,vestida con el atuendode la coronación y ungida con lamixtura de aceitessagradosdelaComunidadOrientalparapurificarseantesdelaceremoniaenlaqueseconvertiráenlaemperatrizdemipaís.Asíqueestáuntantoocupadaenestemomentoytengoqueencontraresebrocheparaquelaceremonianosedemoremásdeloqueyasehaatrasado.
—¿Creequesoyidiota?—Dehecho,empiezoacreerlo.Solounidiotaestorbaríalacoronaciónde
Su Majestad. ¿Quieres que la busque y que le explique que no podemosseguiradelanteportuobstinación?
—NuncaheoídodeeseBrochedelaEternaLuzEstelar.—Claro que no. Fue diseñado en particular para representar la alianza
entreLunaylaTierrayseleobsequióaunodelosantepasadosdelareinahaceunsiglo.Pordesgracia,comosabrás,en todoese tiemponohahabidoalianzasentrenosotros,asíquenohabíahechofaltaelbroche,hastaahora.Yelimbécilencargadodeprepararlasjoyasloolvidó.
—¿Y lo enviaron a usted a recogerlo? ¿No deberían estar untándolotambiéndeaceites?
Kai dejó escapar un largo suspiro y se atrevió a ponerse al alcance delguardia.
—Lamentablemente, parece que soy el único de esta lunita que tienealgunaideadecuáleselbroche.Escucha:cuandotermineestavelada,seréturey,ysiquieresamanecercontutrabajomañana,sugieroquemedejespasar.
Elguardiaapretólamandíbula,peronosemovió.Kailevantólosbrazos.—¡Portodaslasestrellas!Noteestoypidiendoqueabraslapuerta,cierres
losojosycuenteshastadiez.Desdeluegoquevasaentrarconmigoyverásque no me robo nada. Pero el tiempo apremia. Ya tengo diez minutos deretraso.¿PrefierespresentarteanteSuMajestadyexplicarlelademora?
Conunresoplido,elguardiaretrocedióyabriólapuerta.
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—Deacuerdo,perosi tocaalgomásqueesedichosobroche, tendréquecortarlelamano.
—Estábien—admitióKai,poniendolosojosenblancoconungestoquepretendía comunicara su total falta de preocupación, y siguió al guardia.Elhombre ni siquiera tuvo que alejarse mucho de su puesto: la bóveda queresguardaba las hoyas cuando no se usaban para una coronación estabainmediatamentealaizquierda,detrásdeunaenormepuertadeseguridad.
Kaiapartólamiradaparaqueelguardiaanotaralaclaveenlapantallaypresionara el escáner con las huellas de los dedos. Luego, hizo girar elmecanismodecierre.
Seabriólapuerta,queeratangruesacomoelcráneodelguardia.La bóveda estaba revestida con terciopelo y había lámparas que
alumbraban pedestales vacíos. Casi todas las coronas, orbes y cetros quenormalmente se encontraban ahí estabanya en el gran salón; pero tampocoestabavacío.
Kairespiróprofundamenteycomenzóapasearseporlabóveda.Estudiócadaanillo,cadavaina,cadadiadema,cadabrazalete;todaslaspiezasquelaCorona lunar había reunido a lo largo de los años para usar en diversasceremonias. Kai sabía que la mayor parte eran regalos entregados por laTierramuchosañosatrás, comomuestradebuenavoluntadantesdeque sesuspendieranlasrelacionesentreLunaylaTierra.
Escuchóunospasosamortiguadosfueradelabóveda,peronoseatrevióamirar.
—¡Aquí está!—gritó y dio la espalda al guardia, con el corazón en lagargantaal imaginarseaCressescurrirsepor lapuerta.Sesacóelmedallóndelbolsillo,elqueIkolehabíadadoabordodelaRampionenunaocasiónqueleparecíamuylejana.Kaifrotóconelpulgarlainsigniadeslustradaylaspalabrasborrosas:“86ºRegimientoEspacialde laRepúblicaAmericana”—.Loencontré—dijoyloalzóparaqueelguardiapudieraverquesosteníaalgosindejarloqueloexaminarabien—.Vaya.Excelente.Nohabríamospodidoseguir con la ceremonia sin el broche. SuMajestad se sentirá emocionada.Verésipodemosconcederteunascenso,¿estábien?—lediounapalmadaenelbrazo—.Creoqueestodo.Graciasportuayuda.Tengoqueapresurarme.
ElguardiagruñóyKaisediocuentadequenoestabanadaconvencido,peronoteníaimportancia.
Cuandovolvieronalcorredor,Cressyahabíadesaparecido.
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Cressdoblócorriendo laprimeraesquinaypegó laespaldacontra lapared,conelcorazónagitado.Aguardóhastaqueoyóalguardiacerrarlapuertadelabóvedayempezóacorrer,esperandoqueelruidodelmecanismodecierretaparaeldesuspisadas.
Seacordabadeestepasillo,decuandoSybillatraía,ynolecostótrabajoencontrar la puerta del centro de control en cuanto se orientó. Se detuvo yprobóconvacilaciónlamanijadelapuerta.Sintióalivioalnotarqueestabacerrada,pueseraunbuenindiciodequenohabíanadieadentro.Confiabaenque los empleadosde seguridad sehabrían instalado enuna sala satélite decontrol cerca del gran vestíbulo, como había sido el procedimiento en losacontecimientosimportantescuandotrabajabaconSybil.Peroconfiarnoeralo mismo que tener la certeza. La pistola le pesaba en el bolsillo de lachaqueta de Torin y no le daría ningún consuelo si se topaba con másobstáculos.
CressseacuclillóanteelpaneldeseguridadysacólapantallaportátildeKai.Desenrollóelconectoruniversal.
Tardóveintiochosegundosendescifrarlaclaveyentrarenlasala,locualeraunaeternidad,perosedistraíaysobresaltabaconcualquierruidolejano.Cuandooyóelsonidodelapuertaalabrirse,elsudorlecorríaporlaespalda.
Respiraba agitadamente, pero se había tranquilizado. No había nadieadentro.Entróycerrólapuerta.
Mientras estudiaba la sala, la adrenalina bombeaba por sus venas comocombustible de avión.Estaba rodeada de pantallas invisibles, hologramas ysistemasdeprogramación.Todosleparecieronfamiliares,asíqueelnudoqueteníaenelestómagoseaflojó.Instintoycostumbre.Preparómentalmenteunalista.
Lasalaeragrandeyestabaatestadadeescritorios,sillasyequipos,juntocon tableros en los que se alternaban las tomas de video de los sectoresexternosconelplanodelostrenessubterráneosyconlastomasdediversossectores del palacio. Había una cabina de grabación separada a la que seentrabaporunapuertainsonorizada.Lucesyequiposdegrabaciónrodeabanunaréplicadeltronodelareina.Unvelotransparentecubríalacabezadeunmaniquí.Laimagenleprodujoescalofríos.LeparecíaestarviendoaLevana.
Sealejódelmaniquíyseinstalóenunadelassillasdecontrol.Sesacóelarmadelbolsillodelachaquetaylapusojuntoconlapantallaportátilsobreunescritorio, todoalalcancede lamano.Sentía lapresióndel tiempotantocomoKai.Yahabíaperdidomucho:cuandobesóaThorneenelatrio,cuando
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estuvoescondidaenelarmario,cuandodeambulóporloscorredorescomounconejoextraviado.
Pero ahí estaba. Lo había logrado. Se había comportado como unaheroína…casi.
Serepitiómentalmentesusobjetivos.Pasó la yema de los dedos por la pantalla invisible más cercana y
comenzóelrecuento,unoporuno.Enprimerlugar,reconfigurólasclavesdeseguridaddeltransmisordela
reina.Bloqueóelaccesoalarsenaldelpalacio.ProgramóladesactivacióndelasbarrerasdelostúnelesquerodeabanlaciudaddeArtemisa.
Hackearlasclaves,dominarlosprotocolos.Eracomounacoreografía,yaunqueledolíanlosmúsculos,todavíarecordabalospasos.
Porúltimo,sesacóelchipdelcanesú.Visualizóeltransmisorenlapartealta del palacio enviando la grabación oficial de la Corona a todos losreceptoresdeldomo.Uncircuitocerrado,protegidoporuncomplejolaberintodecontrolesdeaccesoyclavesdeseguridad.
Habríanpasadocincominutos.Ocho.Nuevecuandomucho.Comprobado.Comprobado.Comprobado…Cuando insertó en el puerto el chip con el video de Cinder escuchó
pisadasenelpasillo.Percibióelagradableclic.Descargar,transferirlosdatos,traducirelencriptado.Susdedosbailabanporlaspantallas,sosteniendoconaudaciaelritmode
lacodificación.Afuera,elruidodelaspisadasseaceleró.Cresssintióqueelpeloselepegabaalanuca.Comprobado,comprobado.Listo.Borró los datos de las pantallas y ocultó sus acciones con varias líneas
apresuradasdecomandos.Lapuertaseabriódegolpeyentraronlosguardias.Unsilencioconfuso.Apretadaenelespacioquequedabaentreel tablerodelaspantallasyla
computadoracentraldeltransmisor,Cressconteníaelaliento.—¡Dispérsenseytraigangentedetecnologíaparaqueaverigüequéhizo!—Dejó una pantalla portátil—dijo alguien.Cress oyó el roce contra el
escritoriocuandolalevantaron.Temblando,bajólavistahacialapistolaqueteníaen lamano.Denuevosentíaunnudoenelestómago.Nopodíaevitar
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pensar que había tomado el objeto equivocado. Se enterarían de que él lahabíaayudado.
—Quizáplaneabaregresar.—Túquédateaquíaesperaralostécnicos.Quierounguardiaapostadoen
todaslaspuertasdeestaalahastaquelaencontremos.¡Vamos!La puerta se cerró y Cress respiró entrecortadamente, debilitada por la
oleadadeadrenalina.Estabaatrapada.HabíancapturadoaThorne.Perosehabíancomportadocomohéroes.
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Setentaysiete
JacinyahabíasalidodenuevocuandoWinterterminódelimpiarsucabellode la resbalosa sustancia gelatinosa. Se vistió con la ropa seca que alguienhabíallevadoparaella.
Nopodíadejardesonreír.Jacinestabavivoyhabíavuelto.Pero,alavez,elcorazónledolía.Habíagentequemoriríahoy.Revisó sus brazos. La erupción ya estaba desvaneciéndose. Al menos
algunosdeloshematomasnoseveíantanoscuros,ylacoloraciónazuldebajodesusuñashabíadesaparecido.
Cuando abandonó la seguridad del baño, encontró la clínica atestada degente:elúnicodoctoryunadocenadecivilesauscultabanalospacientesqueestaban demasiado enfermos para hacer fila y recibir el antídoto. Sietemuertes,lehabíandicho.EnelcortolapsodesdequeLevanahabíainfectadoaWinter,sietepersonasdeestesectorhabíanmuertodeletumosis.
HabríansidomuchosmássiJacinyCindernohubieranllegado,peroesoapenas reconfortaba a Winter. Siete muertes. Siete personas que podríanhaberpermanecidoenel tanquedesuspensiónanimadasinose lohubierandadoaella.
Winter pasó despacio frente a los pacientes, tomándose el tiempo parasonreíryofrecerunreconfortanteapretóndehombrosmientrassedirigíaalasalida.Subióelpequeñopeldañodemadera.
Unaaclamaciónretumbóeneldomo:cientosdevocesalunísono.Wintersequedóheladayluegoretrocedióhaciaelalerodeledificio.Lamultitudseguíavitoreando,agitandosusarmasimprovisadassobresus
cabezas. Los soldados lobo empezaron a aullar.Winter se preguntó si ella
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tambiéndebíaaplaudir.Oaullar.Osiellosesperabanquehablara…aunquetodavíasentíalagargantaresecaysucerebroseguíaaturdido.
Scarletaparecióasulado,agitandolosbrazosenunintentoporcalmaralgentío.ParecíacontentayalavezenfadadacuandovioaWinter.Lasseñalesde la peste persistían en la pálida piel de Scarlet: pecas mezcladas conmoretonesypiel irritada.Aunquetodavíateníaalgunasampollasoscuras, laenfermedadnohabíaavanzadotanrápidoenScarletcomolohabíahechoenWinteryenesospobressietepobladores.Todossabíanqueellahabíatenidosuerte.
—¿Quéestápasando?—preguntóWinter.—Cinderylosalfasestánanalizandolaestrategia—respondióScarlet—.
La coronación comenzará muy pronto. La gente se está impacientando.Además,todosteaman,¡sorpresa,sorpresa!,yhanestadoesperandoparaverqueestásbien.
Winter se arriesgó a sonreír y la gente la ovacionó de nuevo. Alguiensilbóyotrosoldadoaulló.
Por el rabillo del ojo, la princesa pudo captar una figura: Jacin estabaapoyadocontraelmurodelaclínica,mirándolaconunasonrisacómplice.
—Todavíanohancompuestoningunabaladaentuhonor—dijo—,peroestoysegurodequesoloescuestióndetiempo.
—¡Cresslologró!—gritóCinder.Seabriópasoentrelamultitud,seguidadeungrupodesoldados.Lagenteseapartó—.Lasbarrerasdelostúnelesdelos trenesde levitaciónmagnéticaestándesactivadas.NohaynadamásquenosimpidallegaraArtemisa.¡NohaynadaquenosdetengaparaexigirqueLevanaseallevadaantelajusticia!
Otraaclamación,dosvecesmásruidosaquelaanterior,vibróatravésdelsueloehizoecoeneldomo.
Wintermiróa lamultitudconel corazónexpandidocomounglobo.Lagente miró a Cinder con sobrecogimiento, claridad y un leve brillo deesperanza.WinterjamáshabíavistoesoenlosojosdeloshabitantesdeLuna.Suscarassiempreestabanensombrecidasporelmiedoylaincertidumbre.O,peoraún,contemplabanasumadrastraconestupefactaadoración.Forzadosaamarasugobernante:unrecordatoriodequenoteníanlibertad,nisiquieraensusmentesosuscorazones.
Estoeradiferente.LagentenoestabacegadaporelencantodeCindernieramanipuladapara verla como su reina legítima.La estabanviendo comoeraenverdad.
—AlfaStrom,elmapa—indicóCinder,emocionada.
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StromleentregóunnodoholográficoyCinderdesplegóunaimagenquetodospudieronver,laquetrazabaelcaminoquetomaríanhacialacapital.
—Nos separaremosendosgrupospara atravesar los túnelesmás rápido—sugirió,indicandolasrutasenelmapa—.CuandolleguemosaAR-4yAR-6, nos dividiremos en grupos más pequeños para cubrir las ocho entradashaciaArtemisa.Encadasectorporelquepasemos,necesitaremosvoluntariosquereúnantantagentecomoseaposibleparanuestracausa.Haremosacopiode armas y provisiones y luego seguiremos avanzando. Recuerden: nuestraseguridadradicaenqueseamosmuchos.Ellamantienelossectoresdivididospor una razón. Sabe que no tiene poder si todos estamos juntos, ¡y eso esexactamenteloquevamosahacer!
Otrobramidodelamuchedumbre,peroCinder,agitadayemocionada,yahabíavolteadohacialasescaleras.
Winterseenderezó,orgullosaporprimeravezdeestarantesureina.—Tenemospruebasdequealmenosotrosochentaysietesectoresyase
han unido a nuestra causa, y tengo suficientes razones para creer que esenúmerohaseguidocreciendo.Conel sistemade transportedesactivado,esedeslizadortodoterrenoeselmejormedioquetenemosparadifundirnuestrasnoticias rápidamente y asegurar que todos los civiles se sumen a una granfuerzaqueavancehaciaArtemisa.Jacin,hiceunalistadesectoresalosquequieroquevayas, aquellosdondeyahayseñalesclarasde rebeliónydebentenerarmasdisponibles.Tambiénde losqueestánmáscercadeArtemisayofrecenunaclaraposibilidaddeincrementarnuestrasfilasrápidamente.Llegaatantoscomopuedasenlaspróximasdoshoras,luegoreúneteconnosotrosenlostúnelesdebajodelaAR-4alas…
—No.Cinder parpadeó. Sus labios envolvieron a medias una palabra no
pronunciada.Parpadeódenuevo.—¿Disculpa?—NodejaréaWinter.UnescalofríorecorriólapieldeWinter,peroJacinnolamiró.Aúnboquiabierta,Cindermiróalaprincesa,luegoaScarlet,ydenuevoa
Jacin.CerrólabocaconungestodeenfadoyvolteóhaciaScarlet.—¿Túpuedestripularla?—Nisiquierahabíavistojamásunacosadeesas.¿Vuelacomounanave
espacial?LamiradaairadadeCinderregresóaJacin.—Necesitoquelohagas.Confíoenti,y…
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—Dijequeno.Ellasacudiólacabeza,incrédula.Luegofuriosa.—¿QuépiensasquepasaráconWinter,oconcualquieradenosotros,si
perdemos?Jacin se cruzódebrazos, listoparadiscutir denuevo, cuandoWinter le
pusounamanosobreelhombro.—Yoiréconél—dijocondelicadeza,paraquesuspalabrasrelajaranun
pocolatensión.Nofuncionó.LamiradaencendidadeJacinsedirigióaella.—No,tequedarásaquíyterecuperarás.Casimueres.Además,Levanaya
ha tenido suficientes oportunidades para matarte. No vas a acercarte aArtemisa.
Fijó lamiradaenél, sintiendocómosedespertaba ladeterminaciónquehabía experimentado cuando decidió buscar al ejército de su madrastra yponerlodesulado.
—Tal vez no sea capaz de pelear, pero puedo ser útil. Iré contigo yhablaréconlagente.Meescucharán.
—Princesa,notenemosque…—Ya tomé una decisión. Tengo tanto que perder como cualquiera de
ellos.—Esossonbuenosargumentos—dijoCinder.—Sorprendente—agregóScarlet.Jacin sacó a Winter de ese pequeño círculo, para hablar con ella en
privado.—Escucha —susurró, sujetándola por los codos. Ella pudo sentir los
callos en susmanos,más ásperos que nunca. La inesperada intimidad hizogalopar supulso—: si quieresque ayude aCinder con esto, lo haré.Por ti.Peronovoy…nopuedoperdertedenuevo.
Wintersonrióytomósusmejillasentrelasmanos.—Nohayotrolugardondeestémásseguraqueatulado.Jacintensólaquijada.Podíavercómosedebatía,peroestabaresuelta.—Hevividotemiéndoletodamivida—continuóWinter—.Siestaesla
únicaoportunidadquevoya tenerdehacerle frente,deboaprovecharla.Noquiero esconderme. No quiero tener miedo. Y no quiero separarme de tinuncamás.
Él empezó a dejar caer los hombros, primera señal de que ella habíaganado.Perolevantóelíndiceentreambos.
—Bien.Iremosjuntos.Peronovasatocarningúnarma,¿entendido?
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—¿Quéharíayoconunarma?—Exactamente.—Jacin,Winter—Cindergolpeteabaelsuelo,nerviosa,conlapuntadel
pie,cadavezmásimpaciente—.Notenemosmucho…Comosielcieloestuvieraescuchando,lacúpuladeldomoseoscurecióy
tresenormespantallasseiluminaronsobreelfondonegro.—Gente de Luna —dijo una voz femenina—, por favor, les pido que
presten atención a la siguiente transmisión obligatoria, en vivo desde elpalacio de Artemisa. La ceremonia real de coronación está a punto deempezar.
Winter esbozó una sonrisa pícara. Se apartó de Jacin, se dirigió a lamultitudyalzólosbrazos.
—Gente de Luna —dijo haciéndose eco de la transmisión. Lamuchedumbredejódemirareldomo—,porfavor,prestenatenciónahoraalaherederalegítimadeltronolunar,laprincesaSelene,envivodesdesupropiosector —sus ojos centellearon cuando extendió el brazo hacia Cinder—.Nuestrarevoluciónestáapuntodecomenzar.
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LibroCinco
Elespejocontestó:“Tú,reinamía,ereshermosa,esverdad;perolajovenreinaesmuchomáshermosaquetú”.
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Setentayocho
Kaibajóatodaprisaalvestíbulo,contentodequenohubieranadieviéndolocorrer a la coronación con su atuendo de gala, aunque tenía demasiadospensamientosdándolevueltasen lacabezacomoparaque le importaran lasapariencias.Cindervivía.HabíancapturadoaThorne.CinderestabaapuntodeinvadirArtemisa.
Esemismodía.Ya.SesintióculpableporhaberdejadosolaaCress.Debióhaberlaayudado
más.Notendríaquehabersepreocupadoporllegartardealacoronación,unaceremonia en la que, de todos modos, no quería participar. Tendría quehaberse dadomás el gusto de hacer esperar a Levana.Debió haber fingidootrosecuestro.
Maldijoparasímismo.Habríaqueridohaberpensadoantesentodoeso.Perono…suretrasohabríadisparadolasalarmasyloúltimoqueCressy
losotrosnecesitabaneraquesonaranalarmas.Lomejorquepodíahacerparaapaciguar las sospechas de Levana era continuar como si nada hubieracambiado.
Lomejorquepodíahacereracoronarlaemperatrizdesupueblo.Laidealoenfermaba,peroteníaqueatenersealoplaneado.Diovueltaenunaesquinaycasiderribaunaestatuadealgúnmusculoso
dioslunar.Kaisujetólaestatuaylaenderezóconelcorazónenlagarganta.Cuandoélylaestatuasecalmaron,empujólaspuertasdoblesquellevabanaunaseriedesalasprivadasdeespera.
Dos guardias flanqueaban el paso al gran salón. Konn Torin estabasentadoenunabancaacojinada junto aunamujerdepelodoradoybatido,quesuspirócontantofervorqueKaipensóqueibaadesmayarse.
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—¡Oh,gracias,Artemisa!—exclamóella,presionandounpañuelocontrasuscejas—.¿Dóndeestaba?
—Ledijequeveníaencamino—intervinoTorin.Lamujerloignoró,porqueyahablabaatravésdeunaparatoqueteníaen
lamuñeca.—El emperador llegó.La ceremonia comienza en treinta segundos—se
guardó la pantalla portátil en el cinto y estudió a Kai con una mezcla deansiedadydisgusto—.¡Terrícolas!—murmurómientrasestirabalabandadeKaiylesacudíaelpelodelacara—.Nuncasetomanenseriosuapariencia.
Kai se tragó una réplica veloz a propósito del pelo dorado y aceptó unvasodeaguaqueleofrecióuncriado.
Torinselevantódelabancaysemetiólasmanosenlosbolsillos.SeveíaescandalosamenteinformalsinchaquetayKaisepreguntósiaéltambiénlohabríacriticadoestamujer,quienquieraquefuese.
—¿Estátodobien,SuMajestad?Torin pronunció estas palabras con una calma indiferente, pero Kai
percibiólatensacuriosidaddebajodesuexpresión.Yaunquenosabíasieravedad,asintióconlacabeza.
—Todoestábien.Másalládelaspuertasdoblesseoíalaconversacióndecientosdevoces.
Kaisepreguntóquérumorescircularíanyasobreelretrasodelaceremonia.—Estoylisto.—TambiénSuMajestad la reina está lista—anunció lamujer.Movió a
Torinhaciaotraentrada.—¡Usted,paseasuasiento!SuMajestad,sígame.Kailasiguióentrelosguardias,atravésdelaspuertasdobles,yentraron
enunpequeñorecibidorbordeadoporcolumnasornamentadas.Levanalosesperaba,ataviadaconunvestidoquehacíajuegoconlabanda
de Kai: los colores de la Comunidad Oriental. Se veía como una enormebanderaambulante,conunafiladeestrellasquebordeabaeldobladillodelafalda y un loto blanco florecido a un costado. También llevaba una banda,perodecolornaranjaquemado,queenlaTierraeselcolordelsolnaciente.
Al verla ostentar un patriotismo tan falso por laComunidad,Kai sintiódeseosdearrancarlelabandayestrangularlaconella.
Lareinaextendiólasmanoshaciaélamedidaqueseacercaba.Aunquesesentíairritado,noteníaotraopciónqueestrecharlas.Teníalosdedoshelados.
—Mi querido esposo—lo saludó con vozmelosa—. Siento que hemosestadoseparadosdemasiadotiempo.
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—¿Exactamentecuántotiempopiensasseguirconestafarsa?—preguntóKai,conelceñofruncido.
—¿Farsa?—replicóLevanaconunarisita—.Meparecequeunaesposatiene permitido extrañar a su esposo sin que sus emociones se tomen consuspicacia.
—Sugieroquecambiemosdetema,amenosquemequierasverenfermodurantelacoronación.
—Nuestro enlacematrimonial es definitivoyobligatorio—dijo la reinacon una expresión firme—. Pero es tu decisión cómo reaccionas a lasituación.
—¿Meconcedeslaposibilidaddedecidirsobrealgo?—preguntóKaiconsusonrisamásdiplomática—.Quégenerosaeres.
—¿Yaves?—Levanaimitóelgesto—.Noeratandifícil,¿verdad?Sediomediavueltayquedaronfrentealgransalón, tomadosdelbrazo.
Kaialcanzóaveruninstanteelrasguñoquelehabíahechoenelbrazoconlas tijeras durante la boda. La imagen lo hizo sentirse fuerte mientrasresonabanlastrompetas.
Las puertas se abrieron y dejaron ver a lamultitud de los espectadores.Kaituvoqueentrecerrarlosojosantelavistadelosvivoscolores,laslucescentellantes y los materiales rebuscados que se desparramaban desde lospresenteshaciaelpasillo.
—DepiepararecibiraSuMajestadReal, lareinaLevanaBlackburndeLuna,descendientedirectadelprimerreyCyprusBlackburn,yaSuMajestadImperial,elemperadorKaitodelaComunidadOrientaldelaTierra.
Empezóa sonar el himnodeLuna.KaiyLevanaavanzaron lentamentepor el pasillo. Si no fuera por las ropas chillonas del público, el estado deánimohabríaparecidosombrío.
—Antes de que llegaras, recibimos una noticia interesante—anunció lareina Levana conservando una expresión agradable para la multitud—. Esacercadeuntraidorquefuedetenidoyllevadoaloscalabozossubterráneos.
—Continúa—dijoKai,conunnudoenelestómago.—Parece que encontraron a uno de los cómplices de Linh Cinder
merodeandopornuestropalacio.Esedelincuenteterrestre;creoquesellamaCarswellThorne.
—Quéinteresante.—Supongoquenosabesquéqueríahaceraquí,¿verdad?—Quizásesentíadesairadopornohabersidoinvitado.Levanainclinólacabezaparasaludaralamultitud.
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—No importa. Lo detuvimos antes de que pudiera causar muchosproblemas.
—Mealegrodesaberlo.—Pensé que como pronto serás el rey consorte de Luna y él era tu
prisionero antes que mío, podría permitir que decidas la mejor manera deejecutarlo.
—¡Qué honor me concede mi esposa! —exclamó Kai tensando lamandíbula.
Levana trataba de aguijonear su ira, pero en realidad le había hecho unregalo.EraunaliviosaberqueThornenohabíamuerto.
Al aproximarse al final del pasillo, detectó casi al frente a susacompañantes terrestres. Ahí estaba Torin (debían de haberlo metidosubrepticiamente por otra entrada), junto a docenas de representantes de laComunidadylasotrasnaciones.Hastavio,conalgunasorpresa,aLinhAdriy Linh Pearl de pie junto al representante americano. Tenían unas sonrisastensas,yaunqueKaisentíaunaaversiónparticularporestasmujeres,tambiéntuvoundejodecompasión.Levanahabíajugadoconellascomoungatoconun ratón antes de devorarlo. Les ofrecía favores, las castigaba y luego lasfavorecía otra vez. No era para extrañarse que parecieran afectadas por elmiedo,temerosasdehacerunmovimientoprecipitado.
Sobre el estrado se encontraba una docena de personas, un grupo detaumaturgos, guardias reales y un soldado lobo vestido con un bonitouniformequecontrastabaconlasmalformacionesdelrostroyelcuerpo.
Kaihizounamueca,mientrassepreguntabaquéestaríapensandoLevanaal traer una de esas criaturas a la coronación. En el banquete de bodas, lapresencia de esos soldados lobos no le había caído bien a ninguno de losgrupos.
Entonces,aliluminarselosojosdelacriatura,deunverdeabrasador,Kaifruncióelceño.SinoconocieraaLevana…
Setropezóalllegaralprimerescalón.Recobróelequilibrioyrecorrióelrestode losescalonessincontratiempos.Elcorazónlemartillabadentrodelpecho.SeacordabadequeCresslehabíadichoquesehabíanllevadoaWolfyquenosabíanadadeél.
Peroahoralosabía.EstacriaturaeraWolf,peronoeraél.Sumiradaeraturbulentayoscuray
taladraba a Kai como anuncio de la ferocidad que se cocinaba lentamentedebajodelasuperficie.
Conungruñido,Wolfapartóprimerolavista.
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—¿Reconoces a mi apreciado soldado? —preguntó Levana cuandollegaronalaltarquedesplegabasusmejoresgalas—.Creoquehacambiadomuchodesdelaúltimavezqueloviste.
Kai sentía retorcerse la furia en su interior. Levana solo quería unareacción. Solo quería que él supiera que tenía el control de su destino, deldestinodesupaís,deldestinodesusamigos.
KaiserecompusoygiróconLevanaparaquedardefrentealosinvitados.Habíallegadoelmomentoenqueleentregaríaalareinalamitaddesupoder.Elmomentoenqueibaadecirleasupaísque,siacasomoría,estamujerseríasuúnicagobernante.
Todosucuerposesacudíaporeldeseodenegarse,perosabíaquenoteníaalternativa.
QuevengaCinder,repetíaunavozenelfondodesucabeza.Quevenga,porfavor.
—PueblosdeLunay laTierra—comenzóLevana, tendiendo lasmanoshacia la multitud—: Están aquí para ser testigos de un acontecimientotrascendental en nuestra historia.Hoyvamos a coronar a un terrícola comonuestro rey, ami esposo, el emperadorKaito de laComunidadOriental.Yhoy,serécoronadaemperatriz,laprimeradenuestraestirperealquesellaunaalianzaconnuestroshermanosterrícolas.
Lagentevitoreó.Bueno,loslunaresvitorearon.Losterrícolasaplaudieronporcortesía.—Lespidoquesesienten—concluyólareina.Mientraslosinvitadosseibanacomodandoensusasientos,KaiyLevana
avanzaronhaciadosestuchesenjoyadosdispuestossobreelaltar.Kaisuspiróyabrióunodeellos.
Dentro,colocadasobreunabasedeseda,estabalacoronadeemperatriz,moldeadaconlaformadeunfénixyadornadaconjoyasbrillantes.
Su corazón quedó abrumado por emociones para las que no se habíapreparado.Laúltimavezquehabíavistoestacoronalallevabasumadre.Lausabaenelbaileconelquecadaañosecelebraba lapazmundial.Siemprehabíasidomuyhermosa.
Seestremecióconel recuerdoycon lablasfemiaqueestabaapuntodecometer.
Del otro lado del altar, Levana se presentó con su propia corona. Encomparaciónconlas joyas terrestres, lacoronadelreydeLunaerasencilla:sietedelgadaspúaslabradasderocalunar,lapiedrablancaqueresplandecíaala luzde lasvelas.Eraantigua.LamonarquíadeLunasehabíaestablecido
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mucho antes de que laCuartaGuerraMundial llevara a la formación de laComunidadOrientalyalsurgimientodesupropiafamiliareal.
Kaisearmódevalorysacólacoronadesumadredesucajaprotectora.Juntos,élyLevanagirarondenuevohacialamultitud,sosteniendoenloaltosus coronas simbólicas. Kai buscó a Torin con la mirada y su rostro ledevolvióungestodetristeza.QuizáséltambiénpensabaenlamadredeKai.
AntesdequeLevanapudierapronunciarsudiscursosobrelaimportanciaemblemáticadeestacoronaycómosimbolizabaelpodersoberano,etcétera,laspuertasdelfondodelsalónseabrierondegolpe.
Lamujerdelpelodoradoavanzóporelpasillo.Aunquesuexpresióneradehorror,susmovimientoseranmecánicosamedidaquesedirigíahacia lareina.
Kaibajó lacorona.Suspalmasseentibiaron.Laesperanzacrecióensupecho.Los invitadosvolteabanparamirara lamujerqueavanzabahaciaelaltar.Risas nerviosas se escuchaban entre ellos.Algohabía pasado.Kai nopercibiómiedo entre la gente, sino emoción, como si no fueramás que undramateatralrepresentadoparaellos.
Lamujersedetuvoenlasescalerasehizounareverencia.—Perdóneme,reinamía—dijotartamudeando—.Noshaninformadoque
hay disturbios en varios sectores cercanos, incluyendo los domos fuera delradiodeArtemisa.
Kai se atrevió a echar una mirada a Wolf, pero él seguía crispado ygruñía. Parecía listo para clavar sus enormes mandíbulas en la primeragargantaquepasaracerca.
—¿Quéclasededisturbios?—gritóLevana.—Nosabemoscómo,perosedesactivaronlasbarrerasquerodeabanlos
sectoresrebeldesylagente…vienenparaacá.Esunamultitudenlostrenesdelevitaciónmagnética.Dicenque…laprincesaWinterestáconellos.
—Esonoesposible—negóLevana,conelrostroenrojecido.—N-nosé, reinamía.Es loquemehandicho.Además…pareceque la
cyborgestáconellos.Kaisonrió.NopudoevitarloynohizonadaporocultarlocuandoLevana
volteóparamirarlo,furiosa.—Ellateloadvirtió—dijoKai,encogiéndosedehombros.Levanaapretólamandíbulaygiródenuevohacialamujer.—Lacyborgestámuertaynovoyatolerarrumoresdelocontrario.Lamujerlamiróboquiabierta.—¿SiguenactivadaslasbarrerasalrededordeArtemisa?
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—Sí,reinamía.Hastadondesé,nohanpodidobajarlas.—Nohayningunaamenazainmediata,¿noesasí?—Eso…esocreo,reinamía.—Entonces, ¿por qué interrumpes esta ceremonia? —Levana agitó la
mano—. ¡Guardias!, lleven a esta mujer al calabozo. No aceptaré másinterrupciones.
Lareinavioconlamiradaardienteydespiadadacómolamujerseponíadepieytrastabillaba.Dosguardiaslasujetaron.
Lamultitudtratabadereprimirsuentusiasmo,perosinéxito.Kaidetectómuecas de burla hacia la mujer mientras la llevaban a rastras, aunqueseguramente no había sido idea suya traerle a Levana las noticias de lainsurrección.
Los pensamientos de Kai le daban vueltas. Se mordió con fuerza elinterior de una de sus mejillas cuando Levana recobró la compostura ytransformósuactitudenunaexpresióndeapacibleserenidad.
—Yahora—dijolevantandolacoronalunarsobresucabeza—,vamosacontinuar.
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Setentaynueve
Cinder permaneció al frente de su pequeño ejército, junto conAlfa Strom.Los túneles subterráneoseran suficientementeampliosparaavanzaren filasdecinco,yStromsehabíaaseguradodequetodossupieranqueesaibaasersu formación: dispersarse en un lugar tan cerrado podía causar pánico yconfusión. Trataron de permanecer en silencio, pero era imposible.Avanzaroncomountrueno.
Milesdepiesgolpeandoelterrenorocosodentrodelostubosdelava.Lossoldadosmutantespermanecíancercadelavanguardia,enlaprimera
líneadedefensa,mientraslagentedelossectoresexternoslosseguía.Se había convertido en un juego de números, y su número estaba
aumentando.Encadasectorporelquehabíanpasadomáscivilessehabíanunido a la causa; muchos de ellos se habían estado preparando desde elmomentoenquesetransmitióelprimermensajedeCinder.
Cinderseguíaprocesandoloscálculosensucabezaunayotravez,peroaúnerandemasiadasvariablesporconsiderar.Necesitabansuficientescivilespara derrocar a la reina y a sus taumaturgos, y disponer de bastantescombatientes no manipulados para encargarse de los guardias y de lossoldadosloboqueLevanatuvieraparadefenderse.
Confiaba en que Jacin yWinter difundirían elmensaje pronto. Si ellosfracasaban,habríaunamasacre,ynoensufavor.Siellostriunfaban…
Lostúnelesestabantotalmenteoscuros,salvoporlosfarolesllevadosporlagentedelossectoresexternosyunascuantaslinternas.
Cinder deseó tener en su cabeza un mapa que le dijera cuánto habíanavanzadoycuántolesfaltabaparallegar.Sehabíaacostumbradoadisponerde una cantidad infinita de datos a su alcance, y ahora era desconcertante
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carecer de ellos. Después de cinco años de desear ser alguien más, ahoraextrañabatodasesascomodidadesqueofrecíasercyborg.
Cuatro veces se encontraron con trenes y transbordadores espacialesparados que llenaban el reducido espacio del túnel. Al principio parecíanobstáculosinfranqueables,perolossoldadosavanzabanconahínco,doblabanplacas,desgarrabanasientos,yaplastabantodohastallegaralotrolado.Eranunaeficientemáquinadestructoraqueabríapasoalimprovisadoejército.
A pesar de que el sistema de trenes de levitación magnética estabadesactivado, la red seguía recibiendo electricidad y las plataformas por lasquepasabanestabanbieniluminadasconunhologramadelvideoobligatoriode la coronación. Incapaz de grabar la ceremonia, pues la reina no llevaríavelo,unpresentadorestabatransmitiendolacoronaciónmomentoamomento.
CuandoentraronalAR-4,unodelossectoresadyacentesalaterminaldeArtemisa,CinderescuchólavozdeKaiysedetuvo.EstabapronunciandolosvotosparaconvertirseenreyconsortedeLuna.
Elejércitosedividióencuatroregimientos.Cadaunoentraríaalacapitalporuntúneldiferente.Cuandolosalfascondujeronasusmanadasycivilesendireccionesopuestas,CindersediocuentadequeStromlamiraba.
—Debemos seguir avanzando —sugirió él—. Mis hombres estánhambrientoseimpacientes,ytúnoshaspuestoenunespaciocerradoconunmontóndecarnequehuelebien.
—Sinecesitanunbocadillo,dilesquesemuerdanentreellosunrato—dijoCinder,alzandounaceja—.SoloquieroasegurarmedequeJacin tengasuficientetiempoparallegaratantossectorescomoseaposible.
Stromsonriósarcástico,comosi le impresionara lacapacidaddeCinderparanosentirseintimidada.
—Eshoradeavanzar—repitióél—.Nuestragentecasiestáenposición.La reina y su séquito se encuentran en un mismo sitio. Podríamos estarsentadosaquídurantesemanasesperandoacivilesquenuncavanallegar.
Cindercreíaque llegarían.Tenían que llegar.Pero también sabíaqueélestabaenlocierto.
Lacoronacióncasihabíafinalizado.Volvieronaavanzarpor los túneles, con lasmanos sujetando susarmas
confuerza.Aminoraronelpasoconcrecienteansiedad.No habían avanzadomucho cuando la linterna de Cinder iluminó unos
barrotesdehierroalolejos.Stromalzóunamanoparaindicaratodosquesedetuvieran.
—Labarrera.
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Cinderdirigiólaluzdesulinternaalmuroquerodeabalarejadehierro.Cavaralrededordeellallevaríasemanas.
—No podemos pasar—gruñó Strom ymiró aCinder como si fuera suculpa—.Si esto esuna trampa, esunamuybuena.Podríanmatarnos enuninstantemientrasestamosapretadoscomosardinasenestostúneles.
—Se suponía que Cress las abriría —dijo ella—. Ya deberían estarabiertas.Amenos…—amenos queCress yThorne hubieran fracasado.Amenosquehubiesensidocapturados—.¿Quéhoraes?
MiróaStrom,peroélnoteníaidea.Tampocoteníaunrelojensucabeza.SesuponíaqueCressdesactivaríaalmismotiempotodaslasbarrerasque
rodeaban Artemisa, para evitar que los entusiastas revolucionarios seescabulleran por la ciudad demasiado pronto y terminaran muertos oarruinaranlasorpresa.¿Cresshabíafalladooelloshabíanllegadoantes?Kaiseguíapronunciandosusvotos.Cindercontuvosupánicocreciente.
—Hueloalgo—gruñóStrom.Lossoldadosalrededoralzaronlasnarices,olfateandoelaire.—Algosintético—agregóStrom—.Algoterrestre.Unamáquina.Cinder se aferró a los barrotes con una mano, pero los soldados la
apartaron y formaron un muro protector entre ella y la barrera. Como sidebieraserprotegida.
Cindertratódenoenfadarse.Seescucharonfuertespisadasenel túnelalotroladodelabarrera,cada
vezmásfuertes.Alguienpateóunguijarro,quesaltóporelsuelo.Apareciólaluzdeunalinterna,aunqueelportadorseguíaenvueltoensombras.
Elhaziluminóalgrupodesoldadosylafigurasequedópetrificada.Lossoldadosgruñeronmostrandolosdientes.—Vaya—dijoella—.Quégrupotanamenazadorsonustedes.ElcorazóndeCinderchisporroteó.—¡Iko!—gritó,tratandodeabrirsepaso,peroloscuerposdelantedeella
permanecíaninmóviles.IkoseacercóyCinderpudoverlaconlaluzdesulámpara.Ellasequedó
sinalientoydejódeforcejear.ElbrazoderechodeIkocolgabainmóvilotravez y había perforaciones de bala, tejido sintético desgarrado y cablesarrancadosportodosucuerpo.
Habíaperdidolaorejaizquierda.—Oh,Iko…¿quésucedió?—Másestúpidosguardiaslunares,esopasó.Meacorralaronenelsótano
de laclínicaymehicieronesto.Tuvequehacerme lamuertahastaqueme
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dejaron en paz.Lo bueno es que aquí no tienen idea de cómomatar a unaandroide.
—Iko.Losientomucho.Laandroidehizoungestoconelbrazoútil.—No tengo ganas de hablar de eso. ¿Te tienen prisionera en este
momentooesosmatonesestándenuestrolado?—Estándenuestrolado.—¿Estás segura?—preguntó Iko, mirando otra vez hacia los soldados
lobos.—Nodel todo—dudóCinder—.PeroellossonelejércitoqueScarlety
Winter reclutarony son losmejoresque tenemos.Aúnno sehan comido anadie.
Stromlesonriódetrásdesusprominentesfauces.—Iko,¿quéhoraes?¿Nodeberíanestardesactivadaslasbarreras?—Estamosjustoatiempo.Faltandiecisietesegundos,segúnmi…Elrechinarycrujidodelarejadehierroseescuchódentrodelasparedes
depiedra.Labarreraempezóabajarhaciaelsuelorocoso.—ElrelojdeCressestámal,noelmío—dijoIko,haciendounamueca.Cinderexhalóconalivio.Mientraslarejadesaparecía,lossoldadoslobosvolvieronacolocarseen
formación, con las manos entrelazadas detrás de la espalda y el mentónalzado.FuelomásprofesionalqueCinderhabíavistoyloshacíaparecermáshombresquemonstruos.Ymucho,muchomássoldados.
Cuandolarejabajólosuficiente,IkopasóporencimadeellayselanzóalosbrazosdeCinderylaestrechóconlamanosana.
—Vasaarreglarmedenuevo,¿verdad?—Claroquesí—respondióCinder,abrazándola—.Rotonoeslomismo
queirreparable.Apartándose, Iko sonrió, y su sonrisa fue acentuada por una chispa que
saliódelacavidaddesuoreja.—Tequiero,Cinder.—Yotambiéntequiero—dijoella,sonriendo.—¿Porquénoavanzamos?—preguntóStrom.Suvozretumbóeneltúnel
—.EstamosansiosospordestrozaraLevanaycortarlaenpedazosdeltamañodeunbocado.Chuparemos laméduladesushuesosybeberemossusangrecomosifueraunbuenvino.
—Lobuenoesqueestándenuestrolado—dijoIko,mirandoincómodaaCinder.
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Ochenta
Wolfsehabíasentidotensoenlaceremoniadecoronación.Ledolíalacabezaa causa del esfuerzo, de la lucha constante por controlar su hambre, que locorroía de adentro hacia afuera. Aunque había devorado la comida que ledieron,todavíanosecalmaba.Miloloreslellenabanlanariz.Cadaterrícola,cadalunar,cadaguardiaycadataumaturgo.Todosolíantandeliciosoquenopodíadejardeimaginarquehundíalosdientesensucarne,quelesarrancabalosmúsculosdeloshuesos,queseatiborrabadesugrasa…
Elúnicoinstintomásfuertequeelhambrevorazeraelmiedode loquepudiera hacerle la taumaturga si no se portaba bien. No soportaba que losometieran de nuevo a esa tortura, al dolor agudoque atravesaba todos susmúsculosydesgarrabatodossustendones.
Selehacíaagualaboca,perotragólasaliva.Nosemovió.Fijó la atención en la reina.El emperadorKaito ya se había arrodillado
anteellayhabíaaceptadolacoronalunaryeltítulodereyconsorte,locualfue recibido con un aplauso entusiasta, aunque por la cara del emperador,parecíaquehabíaaceptadounfrascodeveneno.
Eraelturnodelareina.El emperador levantó la corona de la Comunidad Oriental. Repitió el
discurso de la reina y reflexionó sobre el poder político que venía con elpuesto, las obligaciones y los deberes, los honores y las expectativas, elsimbolismoylahistoriadeeseobjetodemetalylascienjoyasbrillantes.
Levanasearrodilló.Resplandecíaanticipadamente.Unasonrisacontenidatemblaba en sus labios. Se comía con los ojos la corona queKai extendióhaciaella.
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Wolftragóotrobuchedesaliva.Lacarnedelareinaeralamásapeteciblede todas, endulzada por el conocimiento de que era su ama y su enemiga.Había ordenado que lo arrancaran de su familia. Había ordenado que loconvirtieran en monstruo. Por sus instrucciones, los taumaturgos lo habíantorturado.
Devoraríasucorazónsillegaraatenerlaoportunidad.—¿Juras —comenzó Kai— gobernar a los pueblos de la Comunidad
Oriental según las leyes y los usos instituidos por generaciones degobernantes, usar el poder que se te ha concedido para impartir la justicia,paraserclemente,parahonrar losderechos inherentesde todos lospueblos,para respetar la paz entre todas las naciones, para gobernar con bondad ypaciencia y para solicitar la sabiduría y el consejo de nuestros iguales yhermanos?
—Lo juro —respondió la reina Levana, mirando la corona y no alemperador.
LaexpresióndeKaieraoscura.Titubeó.Sosteníalacoronaenloalto.Letemblabanlosbrazos.
WolfobservócómoseobligabaacoronarlacabezadeLevana.Lareinacerrólosojos.Sucaramostrabaeuforia.
—PorelpoderquemeconcedenlosciudadanosdelaComunidadOrientalynuestrosaliadosde laUniónTerrestre,comoemperadorde laComunidadOriental, te proclamo…—hizo una pausa. Esperó.Wolf se daba cuenta decómosemarchitabalaesperanzadentrodeKaiypensóqueeraentendiblelatentación de aguardar otro segundo, un segundo más… Transcurrió esesegundo yKai endureció el rostro como si fuera de piedra—.Te proclamoemperadoraLevanadelaComunidadOriental.Desdeestedíahastaeldíaenqueunode losdoso losdosestemosmuertos,eresmiesposaycompartirécontigomitrono.
Selequebrólavozconlaúltimapalabra.Apartólasmanosdelacorona,comosiloquemara.
Lamultitudestalló.Denichosescondidosbrotaronserpentinasypétalosdeflores.Laceremoniasagradaysombríasevolvióunacacofoníaderuidos.Levanasepusodepie.Extendiólosbrazos,avanzóalaorilladelestradopararecibireltorrentedealabanzasdelosaristócrataslunares.
Antesdequepudierahablar, losvítorestriunfantesfueroninterrumpidospor un agudo chillido que acribilló los oídos deWolf como si le clavaranagujasenelcerebro.Sepusoencuclillas,gruñendo.Elpúblicoseencogiódemiedo.Elruidosalíadetodaspartesalmismotiempo.
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Wolf alzó la cabeza. Era su oportunidad. Aunque el sonido le habíadejado la vista en blanco, aunque sus oídos supersensibles lo hacían querercaer al sueloenmediodeconvulsiones, suodiopor la reinaeramás fuertequeeldolor.
Selanzóhaciaadelante.Noveíaanadiemásqueaellaysuspuntosmásvulnerables.Elcuello,elestómago.
Oyó un grito de guerra. Un guardia saltó delante de él y le bloqueó elpaso. Wolf lo cortó con sus uñas recién afiladas y le quitó el puñal quellevabaenfundadoenuncostado.Loelevósobreelhombro.
Elgritodelguardiahabíaatraídolaatención,inclusoporsobreelchillido.LareinagiróaltiempoqueWolflanzabalamanocomounlátigohaciaella.
Undolor insoportableseabatiósobreélal instante,comosi leajustarantornillosdemetalardientealrededordelosdedos,lamuñeca,elbrazo.Soltóel puñal medio segundo antes y se dio cuenta de la equivocación en elmomentoenquesusdedosheladosquedaronvacíos.Lahojarozóelcuellodela reina, cuando debía haberse enterrado en su corazón, y se clavó en laspesadascortinasqueestabandetrásdelaltar.
Wolf se desplomó al suelo, cegado por el torrente de dolor que leatravesabaelcuerpoyledesgarrabalamente.
Elruidoseterminóy,almismotiempo,eltormento.Esaausencia repentinaeracomounvacíoqueabsorbíacadaunode los
otros sonidos del gran salón. Cientos de cuerpos quedaron petrificados acausadelaconmoción,sumidosenunsilenciocristalizado.
Wolfjadeabaenelsuelo.Queríamorir.Sabía que no volvería a tener una oportunidad. Sabía que su castigo
apenashabíacomenzado.Levanajadeabatambién,conlosojosllenosdefuria.Suslabiosseveían
másrojosquedecostumbre,delcolordelasangrequegoteabadeunladodelcuello.
—¡Contrólenlo!—Sí,reinamía—asintiólaseñoraBement—.Nopasarádenuevo,reina
mía.Entonces,unavozatravesóelsilenciointoxicante.Elpalaciosedetuvoa
escuchar.Wolf se concentró en el techo.Sepreguntaba si el dolor lohabíahechodelirar.
EralavozdeCinder.—Hola, querida tía Levana —saludó con tono trivial y socarrón—.
Lamento interrumpir, pero quería asegurarme de tener toda tu atención. En
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primerlugar,permítemefelicitarte.Parecequefinalmentehaslogradoloquesiempre quisiste. Ahora me toca a mí —se produjo una larga pausa. Losaltavoces tronaron. Cuando regresó, la voz de Cinder ya no era jovial—:Tienesdiezminutosparasaliralapuertaprincipaldetupalacioyrendirte.
Esofuetodo.La gente esperaba más. Más provocaciones. Más amenazas. Más
explicaciones.Peroelmensajehabíaterminado.Levana estaba visiblemente alterada,mientras que el emperador parecía
listo para estallar en carcajadas. Entonces, puso la mirada en Wolf y sedesvaneciósusonrisa.Fruncióelceñopreocupadaporél.
Wolfechabachispas.Semovióparalevantarsesobresusdébilespiernas,contentodequelataumaturganoseloimpidiera.
—¡Es un truco!—exclamó Levana con la voz deshecha—. ¡No puedehacermenada!
Ungolpeteodepisadasseescuchóenmediodelaindignacióndelareina.Veníadeunadelasentradaslaterales.EraeltaumaturgomayorAimeryParkescoltadopordosguardias.
Un gruñido quería estallar en la garganta de Wolf y apenas logrócontenerlo.Esehombrehabíamatadoasumadre.
—¿Qué?—gritólareina.—Nos han informado que desde que se produjo la falla de seguridad,
nuestrosistemadejódetransmitirinformacióndelostúneles…—¡Rápido,Aimery!—Están en la ciudad, reinamía—anunció el taumaturgo sinmirarla—.
Lasochobarrerascayeron.—¿Quiénestáenlaciudad?—La cyborg, civiles de los sectores externos y también algunos de
nuestrospropiossoldadosqueselesunieron.Levanaestabahiperventilando,ardiendoderabia.—Lapróximapersonaqueuselapalabracyborgenmipresenciaperderá
un miembro —tomó una gran bocanada de aire—. ¿Por qué no los handetenido?
—Tenemospocosrecursos,SuMajestad.Enviamosamuchosdenuestroshombres a los sectores externos a sofocar los alzamientos. No podemosmandarlesrefuerzosparaqueenfrentenalosrebeldes,porquedebilitaríamosnuestraposiciónaquí,enelpalacio.
Levanatomólafaldadelvestidoconlasmanosparalevantarlayacercótantoloshombrosalcuelloquedejóeneldoblezunamanchadesangre.
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—Muybien—siseó—.Estapequeñarebeliónseterminaráaquí.—Además, reinamía, encontramos esto en el centro de control cuando
descubrimos que habían alterado nuestro sistema de seguridad —Aimerysosteníaunapantallaportátil—.Parecequepertenecenadamásynadamenosqueanuestrohonradoreyconsorte.
LevanagiróhaciaelemperadorKaitoylelanzóunamiradaasesina.—Nosabíadóndehabíaidoaparar—dijo,conunaexpresióndesafiante
—.Ypensarquepasétodalamañanabuscándola.Levana tenía las fosas nasales dilatadas. Su rostro era despiadado y
calculador.LearrebatólapantallaportátilaAimeryylaarrojócontraelaltar.Lacubiertadeplásticosehizoañicos.
—Seterminólacelebración—anunciómirandoalosinvitados,conlavozamplificada por los altavoces del gran salón—.Al parecer, algunos demissubordinadosescogieronestanochepara incitar loqueellosconsideranunarebelión.Perono sealarmen.Estoy seguradequenoesmásqueunalardetonto —poco a poco recuperaba el control de sus emociones—. Por suseguridad, debo pedirles a todos, mis distinguidos huéspedes, quepermanezcanensusasientosmientrasmeocupodelosdisturbios.
Unsusurroseextendióentrelamultitud.—Espere —se oyó la voz de un hombre desde los asientos de los
terrícolas—.Nopuededejarnosenestesalónmientraselpalacioesatacado.Estaguerraesdeustedes,nonuestra.Exijoquesemepermitaregresaraminaveenseguida.
El terrícola teníaacentoeuropeoy la imagende lachicapelirrojacruzóporlospensamientosdeWolf.Entrecerrólosojos,buscandoalhombreentreelgrupomientrasunacorrientedeasentimientosurgíadelosotrosterrícolas.
—Sequedaránaquí—lesdijoLevana,apretandoloslabios.Cadaunadesuspalabraseradurayfríacomouncubodehielo—.Sequedaránhastaquelesdépermisoparapartir.
De pronto, las quejas de los terrícolas se acallaron. Levana dirigió suatenciónhacialosguardias.
—Bloqueen todas las puertas. Nadie va a salir del salón hasta que loautorice—miróaWolfychasqueólosdedos—.Estesequedaamilado.Seráunescudoperfectosillegaraanecesitarlo.
—Mireina—comenzóunodelosguardias—,debemosinsistirenquenospermitaescoltarlaaunlugarseguro.Lostubosdelavadebajodelaciudad…
—Deningunamanera—lointerrumpió,furiosa—.Sonmipuebloyesmireino.Nolosabandonaréahora.
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Comenzóamarcharhacialasalidaprincipal.Kailasiguió.—Estosterrícolasnosontuyosparaquelosencierres.Nosomosrehenes.—¿Estássegurodeeso,esposo?—Levanachasqueólosdedosmirandoa
losdosguardiasmáscercanos—.Llévenlojuntoalosdemás.SeapresuraronaobedeceryarrastraronaKaihaciaelgrupodeterrícolas
conelcerebrolavado.—¡Suéltenme! —gritaba Kai—. Tengo tanto derecho como tú de dar
órdenesacualquierguardiaosoldadolunar.Levanaserioyhabríasonadodivertidadenohaberestadoalbordedeun
ataquedehisteria.—Esperoquenotelocreas.WolfestabajuntoaKaicuandoloapartarondelareina,perocomosabía
que la taumaturga vigilaba sus movimientos, se contuvo de salir en sudefensa. De solo pensar en que podría ganarse otra vez su reprobación, lorecorrióunestremecimiento.
Cuandolareinalehizoungestoparaquelosiguiera,obedeció.
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Ochentayuno
Enviaronaunosexploradoresprimeroparaconfirmarquenolosacecharaunaemboscada en la plataforma del tren de levitación magnética. Fue idea deStrom,yaunqueaCinderlemolestabaunpocoverquealguienmássehacíacargo, también era agradable tener otro líder analizando la estrategia yasegurándosedequenofueraacometeralgúnerror tácticoestúpido.Era loqueWolfhabríahechosihubieraestadoallí.
No,noqueríapensar enWolf.Debía contarle aScarlet quehabían sidoseparados tan pronto como los llevaron de vuelta aArtemisa y que ella noteníaideadequéhabíaocurridoconél.Elrecuerdoreabrióunaheridaqueeraaúndemasiadoreciente,unaquenohabíatenidotiempoparaquesanara.
Trató de controlar su pulso acelerado y concentrarse en los aliados quetodavíatenía.Ikoestabaasuladodenuevo.Scarletseencontrabaenotrodelostúnelesconotrogrupodesoldadosyciviles.
ThorneyCresssehallabanenelpalacioy,silaaperturadelasrejaserauna señal, aún estaban a salvo. Winter y Jacin llegaban a través de lossectorescercanos,reclutandotantosrefuerzoscomopodían.
SentíaqueestabajugandounodelosjuegosdeestrategiadeCress.Todossus peones se encontraban en sus puestos y su ataque final estaba porcomenzar.
Unamano sedeslizó en ladeCinder.Era Iko, que leofrecíaunúltimoinstantedeconsuelo.
Unaullidogravehizoecoenelsofocantetúnel.Laseñal.CinderapretólamanodeIkoyluegosacudióelbrazo.Horadeavanzar.
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Subieronalaplataformavacía,dondelaspantallasderedanunciabanquelacoronaciónhabíafinalizado.
Levanaeraemperatriz.Llegaronalasescalerasyavanzaronhacialaluzdeldía.Aunquelosdomosprontoproyectaríanelatardecerartificial,laverdadera
luzpodíaobservarseenelhorizonte,unadébilfranjadelsolardiente.Amanecer.Erahermoso.SuspisadasgolpeabancontralascallesdepiedradeArtemisa.Ellaesperabaquelascallesestuvierantanvacíascomoantes,perocuando
elsonidodesumarchahizoecoenlosmurosdelasmansionesyatravésdelosjardinescuidadosamentepodados,aparecieronsiluetasenlasventanas.
Cindersepusotensaysealistóparaunataquesorpresivo.Perounodeloslobosmurmuróalgoentredientes.
—Criados.Observando con cuidado, vio que él tenía razón. Vestidos con ropas
sencillas, los ojos desbordantes de miedo, estas eran las clases bajas quevivíanalasombradelaciudadblancayatendíanlasnecesidadesycaprichosdesusamos.
Cinder albergó la esperanza de que algunos de los criados fueransuficientementevalientesparaluchar.
Después de todo, este era el momento de demostrarlo. Pero para sudecepción,lamayoríadeloscriadosdesaparecieron,regresandoasuencierro.Ella intentó no sentir rencor. Sin duda habían sufrido años de castigos ylavadocerebral.
Pensóqueestopodíaserloprimeroquesabíandelainsurgencia.Elpalacioestabaalavista,resplandecienteymajestuoso.—¡Alfas! —gritó Strom. Su voz resonó sobre las fuertes pisadas—.
Dispérsenseyrodeenelpalacio.Llegaremosportodaslascallesabiertas.Eran una máquina bien aceitada, y observar la seguridad con que se
dividieron lasmanadas, cadauna encabezandoun regimientode civiles porvariascalleslaterales, ledioescalofríosaCinder.Aunquelosciudadanosseveían temerosos, también se armaronde confianza al verque esoshombresbestiales losdirigían.Era laclasedeconfianzaqueellanoestabaseguradehaberpodidoinspirarporsucuenta.
Alllegaralaspuertasdelpalacio,laspisadassedetuvieron.No había nadie a la vista. Hasta la torre de guardia estaba vacía. Las
pesadas puertas de hierro estaban abiertas de par en par, invitándolos a
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avanzar. Era como si Levana no tuviera idea de que estaba bajo asedio, ocomosituvierademasiadoconfianzacomoparatomarenseriolasamenazasdeCinder.
Oquizáseraunatrampa.Laspuertasdoradasdelpalacioestabanbiencerradas.Cinderavanzódesdelaprimeralíneadesuejércitoyseparófrentealas
puertas abiertas. Una energía la recorría, una impaciencia que vibraba portodasupiel.StromeIkopermanecieronasulado,listosparaprotegerlasiunataquellegabadealgunadelasventanasdelpalacio.
Cinderexaminólasbrillantesventanas,peronodetectóseñalesdevida.Unpresentimientorodeósucuerpocomounasogaquelaapretabamása
cadamomento.Sentíacomosise tambalearaa laorilladeunprecipicio,enesperadequealguienlaempujara.
Dio un vistazo a la primera línea. Los grupos que se habían divididoaparecieron para llenar las intersecciones de cada calle de la ciudad. Lossoldados esperaron en perfecta formación militar. El entrenamiento y lafuerzadevoluntadloshabíanconvertidoenferocesestatuas,peroellanotólacontracción de unmúsculo, un puño que se cerraba, el ímpetu al rojo vivobajolapiel.
Detrás de ellos,miles de civiles esperaban.Menos intimidantes,menospreparados,peronomenosdecididos.Vioel cabello rojizodeScarlet en lamultitud.
No todos los que se habían unido a ellos venían del sector PM-12.Algunoshabíansidollevadosporlafe,porunpardevideosyelanunciodequesuverdadera reinahabía regresado.Otroshabíansidoalentadospor losmensajerosenviadosporCinder.Ellateníalaesperanzadequellegaríanmás.
Respirandohondo,Cinderordenósuspensamientos,hizoacopiodetodoslos impulsos eléctricos a su alcance,y transmitió suvoluntada sus aliados.Era lo que debió haber hecho en elMR-9, antes de queAimery tomara elcontrol. Se dijo que era una protección contra Levana y sus taumaturgos.Mientrasuncivilestuvierabajosucontrol,lareinanopodríamanejarlo.
Perotambiénsediocuentadequelosusaríasiteníaquehacerlo.Inclusolossacrificaría.Siteníaquehacerlo.Habíaordenadoasusaliadosmásfuerteshacer lomismo: tomarcontrol
de sus camaradas ahora, antes de que Levana y su corte tuvieran laoportunidad. No podían controlar a todos, pero quería creer que Levanatampoco podría hacerlo. Cinder necesitaba suficiente gente para vencer susdefensas.Esoteníaquesersuficiente.
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Ellosteníanquesersuficientes.—Si Levana no se rinde —gritó Cinder en medio de un silencio
escalofriante—, tomaremos el palacio por la fuerza.Haymúltiples entradasenlaplantabaja.Úsenlastodas.Rompanlasventanas.Peronoolvidenquelareina y su séquito están adentro—volvió a examinar las ventanas, con losnervioscrispadosporqueaúnnohabíaseñalesdeoposición.Unasensacióndepánicoseagitóensuestómago.
Sesentíaconfiadaensuplan,peronotanto.Habíanllegadoalumbraldelapuertadelareinasinunatisboderesistencia,salvoporlasbarrerasenlostúneles.Paraestemomentoyadeberíahaberocurridoalgo.
—Los taumaturgos tratarán de manipularlos—continuó—.Mátenlos sitienen la oportunidad, pues ellos no dudarán en matarlos a ustedes o enusarlosparamatarasuspropiosamigosyvecinos.Losguardiasde la reinasonsoldadosentrenados,perosusmentessondébiles.Usenesoasufavor.Y,sobretodo,recuerdenporquéestánaquíestedía.¡Estanocheyoserésureinayustedesdejarándeseresclavos!
Una ovación hizo vibrar el patio, junto con un aullido que helaba loshuesosyrecorrióelcuerpodeCinder.Ellaalzóunbrazo,paraindicarasusaliadosqueaguardaran.Sealistóparadejarlocaer: laseñalde ira lacarga.Vio a Iko por el rabillo del ojo, esperando a que le dijera que ya habíanpasadolosdiezminutos.
Sumiradadetectóunmovimiento.Laspuertasdelpalacioseestabaabriendo.Los soldados se colocaron en posición de ataque.Un gruñido profundo
retumbó en el suelo, sacudiendo las suelas de las botas robadas deCinder.Cuandolaspuertasseabrieronrevelaronunafiguraresplandeciente.
No era un taumaturgo de túnica larga o la esbelta figura de la reinaLevana.
Unmutante.Unodelossoldadosdelareina.UnamanosujetóaCinderporelcodoylajalóhaciaatrásdelaprimera
línea.Elsoldadobajólosescalonesdelpalacio.Susmovimientoserangrácilesy
precisos.HabíaenélalgofamiliarqueCinderseesforzabaenidentificar,algodiferentedelossoldadosquelarodeabanahora.Lamismacaradeforme.Lamisma dentadura prominente. Ojos que centelleaban con furia hacia lamultitud.Novestíaeluniformepardodelregimiento,sinoalgomáspropiodelaguardiareal,llenodedecoraciones.
Contuvoelaliento.
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EraWolf.Wolf,repugnanteybestial,sedetuvocuandollegóalpiedelaescalera.
Pensó de inmediato en Scarlet, pero no se atrevió a voltear para ver sureacción.
Otra figura salió del castillo. La mismísima reina Levana, seguida deltaumaturgoAimeryy,detrásdeellos, taumaturgosvestidosderojoynegro,formandounalíneaderostrosarrogantesydespectivos,conlasmanosdentrodesusmangasacampanadas.Lasrunasbordadascentelleabanbajolaprimeraluznaturalquehabíanvistoensemanas.
PorprimeravezCinderno teníaundetectordementirasque le indicaraqueelencantode lareinaerauna ilusión.NoteníaevidenciasdequeaquelfuerarealmenteWolfynoalguienencantadoparaversecomoél.
Perotampocoteníarazonesparadudarlo.Sintió los canales de energía que la conectaban con los hombres y las
mujeresdelosquehabíatomadocontrol.Jamáshabíacontroladoatantosalmismotiempo,ysintióquesudominioeradelicadoydébil.
—“¡Estanocheyoserésureina—citóLevanaconsusonrisaperversa—yustedesdejarándeseresclavos!”.Quépalabrastanalentadorasenbocadelachicaquecausamuerteycaosdondequieraqueva—Levanaextendiólasmanos,enunaseñaldepazquenosignificabanada—.Aquíestoy,niñaquediceserlaprincesaSelene.Nohacefaltaquemebusques.Adelante.Intentatomarmicorona.
Cinder sintió un tic en el ojo. Bajo la superficie su pulso se aceleraba,peroenelcentrodesumenteestabaencalma.Quizáporque,porprimeravez,sucerebrocyborgnoestabaanalizando losdatosdelmundoasualrededor.Podía imaginar que sus niveles de adrenalina estaban subiendo y que supresiónsanguíneaerapreocupante,peroafaltadeldesplieguedemensajesdeadvertenciaenletrasrojas,noleimportó.
Con el brazo aún levantado, abrió los dedos, indicando a su gente quecontuvieraelataque.
LevanaapostabaalalealtaddeCinderhaciaWolf.Debíadecreerquelamuchachanoatacaríamientrasélpudieraquedarenmediodelfuegocruzado.Quenoseatreveríaaponerasuamigoenpeligro.
Peroellanisiquierapodíaestarseguradequeseguíasiendosuamigo.¿Seguiría siendo Wolf, o ahora era alguien distinto, un monstruo, un
depredador?Apretólamandíbulaaldarsecuentadelahipocresíaensuspensamientos.
Éleraigualquelossoldadosqueestabanasulado,listosparapelearymorir
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porsulibertad.SinimportarenquésehubieraconvertidoWolf,ellateníaquecreerqueseguíasiendosualiado.
LaverdaderapreguntaerasiWolf,suamigo,sualiado,sumaestro,debíasersacrificadoparaganarestaguerra.
—Princesa—gruñóStrom—.Ellatrajorefuerzos.CindernoseatrevíaaapartarlavistadeLevana,aunquelacuriosidadla
carcomía.—Loshueloacercarse.Unadocenademanadas,quizámás,juntoconsus
amos.Prontoestaremosrodeados.Cindermantuvolaexpresiónserena.—Estaestuúltimaoportunidad—dijo,sosteniendolamiradadesutíaal
otro ladodelpatio—.Proclamaante todosestos testigosqueyo soySeleneBlackburn,laherederalegítimaaltronolunar.Entrégametucoronaydejaréquetúytusseguidoresvivan.Notienenqueperdersemásvidas.
Levana arqueó los labios, rojos como la sangre en contraste con supielpálida.
—Seleneestámuerta.YosoylareinadeLuna,ytúnoeresmásqueunaimpostora.
Cinderrespiróantesdedevolverlelasonrisa.—Sabíaquediríaseso.Entoncesdejócaerelbrazo.
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Ochentaydos
El ejército de Cinder avanzó. Los civiles se congregaban en las puertasabiertasmientrasquelossoldadoscorríanalareja,escalabanhastaloaltoyse lanzaban a los jardines del otro lado. La reina no retrocedió. Lostaumaturgosnoseinmutaron.
HabíanllegadoaltopedelasescalerasdemármolcuandoLevanaalzólamano.Lostaumaturgoscerraronlosojos.
Eraunmomentodecontrastes.Lossoldadosmutantes,laprimeralíneadeataque,cayeronenmasa.Sus
enormes cuerpos quedaron caídos como juguetes olvidados. Cientos dehombresaullaronconundolorqueCindersolopodíaimaginar.Unavezhabíaescuchado esos sonidos inhumanos, cuando ellamismahabía torturado a lataumaturgaSybilMiraylahabíavueltoloca.
LoscivilesconlamenteprotegidaporCinderylosqueteníanundonmásfuerte fueron a la carga, cruzando entre los soldados lobos lo mejor quepodían;pero losotroscomenzarona tropezaryadetenerseamedidaque lareinaloscontrolaba.Muchossoltaronlasarmasycayeronalsuelo.Losqueestaban bajo el control de Cinder los pasaron por arriba y por los lados.Tropezabanconloscuerposcaídosyembestíanconlasarmaspreparadas.
Lostaumaturgos,pensóCinderparaincitarlosmentalmentecontralosquellevaban las túnicas distintivas rojas y negras. Cada taumaturgo muertoequivalíaaunadocenadesoldadosociudadanosdevueltosasubando.
Perolaavalanchadelosciudadanosenfrentólaresistenciadelosguardiasdelpalacio,queformaronunabarreraparaprotegeralareinaysuséquitodelosatacantesquecorríanhaciaellos.
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Chocaronunosconotroscomounríocontraunapresa.Retumbaron losaceros.Laslanzasdemaderagolpearonyseastillaron.Gritosdeguerraydedolorreverberabanporlascalles.
Cinder se estremeció y avanzó para unirse a la refriega y abrirse pasohacialareina,perosucuerponosemovió.Parecíacomosituvieralaspiernasatascadasenlodo.
Elcorazónlediounsalto.No.Noloesperaba,noselohabríaimaginado…Apretó losdientesy tratóde sacudirse lamanipulaciónqueoprimía sus
pensamientos.Visualizabachispasdeelectricidadque saltabandentrode sucerebro,elcaosdesuenergíaamedidaqueLevanadirigíasumenteencontradeellamisma.Cindersiemprehabíalogradosacudirse,siemprehabíalogradoescapar, ser fuerte.Sucerebrocyborg era capazde contrarrestar los efectosde…
Unestremecimientocruzóporsucabeza.Sucerebrocibernéticoestabadescompuesto.No.No.¿Cómoibaadefenderlamentedelosdemássinopodíadefender
suspropiospensamientosdelareina?Rechinólosdientes.Sipudieraliberarunapierna,demostrarleasucuerpo
quepodíahacerlo.Gruñóycayósobreunarodilla.Sucuerpovibróconlaenergíaacumulada
ypercibióunchasquidorepentino.Sutenuecontrolsobre losciudadanossedisipó.Losaullidosdedolorinundaronsusoídos.
Encuestióndesegundos,tambiénlehabíanarrebatadoaesosaliados.Labatallaterminóantesdequesiquierahubieracomenzado.Cinder, en el suelo, jadeaba de agotamiento y trataba de deshacerse del
control mental de Levana. Todavía sentía pesadas y descoordinadas laspiernas.Losgritosdesussoldadosperdieronfuerzayseconvirtieronenlosquejidos y gemidos de losmoribundos. Incluso tras esa breve contienda, elolorferrosodelasangreseesparcíaporelaire.
Levana comenzó a reír, encantada y estridente. Era tan doloroso oírlacomolosgritosdeuncentenardesoldados.
—¿Qué es esto? —preguntó la reina dando una palmada—. Vaya,imaginabaunabatalladedestrezas,princesita,perocreoquenovasadarlapeleaqueesperaba—seriodenuevo.LevantóunamanoypasólasuñasporelpelodeWolf,ungestoalavezamableyposesivo—.Miconsentido,hayunbocadofácilparati.Yaestápresaenlatrampa.
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Wolf gruñó. Sus dientes alargados destellaron al bajar los peldaños,acechante. Los guardias lo dejaron pasar y él pisoteó a los ciudadanosderribados,comosinisiquieralosviera.
Cinder se estremeció. Había perdido la cuenta de cuántas veces habíaenfrentadoesosojosverdesyvibrantes, lomismocomoenemigoquecomoamigo.Peronuncahabíaestadodesamparada.
Trató de sacudir la cabeza, de suplicarle a Wolf o a lo que fuera quequedaradeWolfdentrodeesacriatura.
—¡Ey,SuReinidad!¡Poraquí!Cinderabriómucholosojos.Iko.Undisparoretumbóentrelamultitud.Levanasetambaleó.Cindervioel chorrode sangreen lasenormespuertasdoradasyporun
momento,elmásbrevede losmomentos, se sintióalborozada. Iko lehabíadisparado.¡Lareinaestabaherida!
Pero fueWolf el quegritó.Levana se había agazapadodetrás de él.Labala le dio cerca de la cadera y su fino uniforme comenzaba a teñirse desangre.
Ikochilló,horrorizada.LevanarugióysuirasecerróalrededordeCinderylamultitudcomoun
nudocorredizo.Sucontrollosestrangulaba,lossofocaba.Wolf embistió,peronoaCinder, sinoa Iko.Vioen susojosel instinto
animaldeatacarasuatacante.ACinderselerevolvióelestómago.Nopodíamoverse.Nopodíahacer
nada.Apenaspodíarespirar.Lequemabanlospulmonesyestabaatrapada.Wolf alcanzó a Iko, que aún tenía levantada el arma pero no sabía qué
hacer.Lagolpeóconlasgarrasyarrancómásfibrasdepieldesuabdomenyamuy desgarrado. Iko gritó y retrocedió gateando, incapaz de volver adispararle. Él la derribó. Sus fauces se hundieron en el brazo sintético y elarma cayó a un lado de ella. Un cable produjo chispas en su boca y él loescupió.
Cinder le imploró a su tablero de control que despertara, que regresara,quefueramásfuertequeella,queganara…
YosoylaprincesaSelene.Lavozincorpóreacayósobrelamultitud.Decidida.Familiaryalmismo
tiempotodavíano.Eldomoseoscureció.Comosiseaproximaraunatormenta,losvidriosse
tiñeroncasicompletamentedenegro.En la superficie,brillaroncuadros.Alprincipio,laluzeraazul,peroelvideocomenzóaformarse.
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LavozdeLevanachillóportodaspartes.¡Túeresunaimpostora!Lareinaalzólavista.Losguardiasylostaumaturgossetensaron.Yestoylistaparareclamarloqueesmío.PueblodeArtemisa,hallegado
su oportunidad: renuncien a Levana como su reina y júrenme lealtad, oprometoque,cuando lleve lacorona,cadapersonaenestahabitaciónserácastigadaporsutraición.
Apareció el salón del trono, visto desde la perspectiva de Cinder. Loscriadosylostaumaturgosnohabíancambiadodeposición,ytampocoKai,enlahileradelfrente,aterrorizadoydesesperado.
Essuficiente,¡mátenla!YahíestabaLevana,peronoeraLevana.Soloeraposiblereconocerlapor
elvestidorojodebodas.Debajodesuencanto,teníaelrostrodesfiguradoporampollasycicatrices
que le cerraban el ojo izquierdo. La piel dañada se extendía hacia lamandíbulayelcuellohastadesaparecertraselcollaryelvestido.Elcabelloeradelgado,conun ligero tonocafé,y le faltabangrandesmechonesdondelascicatricesllegabanalanuca.Enelbrazoizquierdoseveíanmáscicatricesahídondelamangadesedanolocubría.
Quemaduras.Erancicatricesproducidasporquemaduras.Cinderlosabíacontotalseguridad.UngritodesdichadollegóaCindercomounaoladeaguafría.—¡Apágalo!¡Apágalo!—chillabaLevana.Apartólavistadelvideoenel
cielo y aferró los brazos y la cara de los taumaturgos que tenía cerca paraobligarlosagirar—.¡Nomiren!¡Dejendemirar!¡Haréquelesarranquenlosojosatodosustedes!
Cindersediocuentadequeyanoestabaparalizadaporelcontrolmentaldelareina.Erasupropiaconmociónlaquelamanteníapegadaalsuelo.
Funcionaba. Levana estaba perdiendo el control. La había obligado acontemplar la verdad detrás de su encanto y no podía hacer nada paradetenerlo.
Elvideosedisolvióenuncaosdebalasygritos,sangreycuerpos.Levanamiróalagentequeyanoestababajosucontrol.Suencantohabía
desaparecido.Seveíamiserable,desfiguraday,enesemomento,asustada.Seoyóuntiro,perofallido.Labalaseincrustóenlaspuertasdelpalacio.
AlguiensoltóunamaldiciónaespaldasdeCinder.Conlosojosmuyabiertos,
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girólacabezayvioaScarlet,quesedestacabacomounfaroentrelamultitudconsumelenapelirroja.Recargóelarmayapuntódenuevo.
Levanaretrocediódos,trespasos;entonces,diomediavueltaycorrióasupalacio, abandonando a su conmocionado séquito de taumaturgos. Dejótambién aWolf, que todavía estaba sobre Iko, aunque ella no semovía.Élmiraba fijamente a Scarlet. Su rostro deforme se retorció horrorizado alreconocerla.
Por un momento, Cinder quedó inmóvil por sus propios pensamientosdispersos.Nosabíaquéhacer.Ikonosemovía.NosabíasipodíaconfiarenWolf. La reina había huido, pero el camino al palacio seguía bloqueado yquedabansuficientestaumaturgoscomoparacontrolaralamayorpartedelossoldadosylosciviles,aunquetodosestabanaturdidos,inertes,impresionadosporelvideo.
Unaullidosilenciósuspensamientosapresurados.Cinderseasustó,sinsaberdedóndehabíavenido.Nosabíasieradeuno
delossoldadosquesepasaronasubandoosieradelasotrasmanadasquedijoStromqueprontolosrodearían.
Aeseaullidolesiguióotroyotromás.Luego,todosedisolvióenelcaos.
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Ochentaytres
DepieenelestradodondehabíasidocoronadoreydeLuna,Kaisecruzódebrazosyfulminóconlamiradaalosasistentes.
Los líderes y diplomáticos de la Unión Terrestre tenían el rostropetrificado, en un intento por ocultar la rabia que acechaba debajo de lasuperficie. Levana los había encerrado en el gran salón con guardiasapostados fuera de cada puerta junto con cientos de aristócratas lunares,quienessonreíansocarronamenteyseburlabancondisimulodelosterrícolascomosifuerananimalesexóticos:adorables,fascinanteseinofensivos.
Podíaescucharlossonidosdistantesdelabatallaydepiesquecorríanenestampida,atenuadosporlosgruesosmurosdepiedra.
Laamenazadesublevaciónylamasacredemilesdesuscompatriotasnoeran suficientes para alterar el festejo de los lunares. Actuaban como siestuvieran enun circo.Ovacionaban cuando los sonidos del enfrentamientoafuerasehacíanmásfuertes.Hacíanapuestassobrecuáldelostaumaturgosacumularíaelmayornúmerodemuertescuandotodoacabara.Hacíanchistesburdosacercadequiéndeellossequedaríasinprendasdecasimiryvinodemorasazules lapróxima temporada si lospeonesde los sectoresexteriores,mequetrefes holgazanes, seguían jugando a la guerra en lugar de regresar atrabajar.
Escucharloshabíaencendido lamiradadeKai.NosehabíadadocuentadequesusmanosestabanapretadasenpuñostemblorososhastaqueTorinlepusounamanosobreelhombro.Kaisesobresaltóyluegoobligóasuspuñosaabrirseyrespiróparacalmarse.
—No tienen idea —dijo él—. Ni siquiera se imaginan cómo son lossectores exteriores, no sienten absolutamente ninguna gratitud por los
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trabajadores que les permiten tener los lujos de los que gozan. Creen quetienenderechoatodoloquehanrecibido.
—Estoy de acuerdo. Es repugnante y quizás imperdonable —admitióTorin—,perodebemosconsiderarquehansidomantenidosenlaignoranciatantocomoquienesvivenenlossectoresexteriores.
Kaimasculló.Noestabadehumorparasentircompasiónporesagente.—Alparecerlalunademielseacabó.—DeboadmitirquelareinaLevanatieneunatendenciaaldramatismo—
TorindirigióunasonrisamaliciosaaKai—.Y,alparecer,susobrinatambién.Élcontuvoungestodeorgullo.Cinderteníauntalentonaturalparallamar
laatención.—¿Quéhemosaveriguado?—Todaslassalidashansidocerradasdesdefuera,ysidamoscréditoalos
lunares,haydosguardiasapostadosencadasalida.—Los guardias son fáciles de manipular, ¿cierto?—Kai hizo un gesto
hacia la concurrencia—.Estos lunares…¿crees que podrían controlar a losguardias a través de las puertas? Cinder siempre decía que podía detectarpersonas al otro lado de las puertas, aunque no sé si también podíamanipularlas.Perosilogramosquealgunosdeestoslunaresmanipulenalosguardias para que quiten las cerraduras de las puertas y luego abran pasohacialospuertos…talvezpodríamosllevarlosatodosaunlugarseguro.
—Los puertos ofrecerían refugio y la posibilidad de escapar en caso dequeLinh-dàrenfallara—admitióTorin—,peronopuedoimaginarqueestoslunaresdeseenayudarnosenestemomento.
Kaiparpadeó.EralaprimeravezquehabíaescuchadoaalguienreferirseaCindercomoLinh-dàren,untítulomuyhonorable.
—Tienes razón—dijo—. No nos ayudarán, y son unos idiotas por nohacerlo.¿SehandetenidoapensarporquéLevanatambiénlosencerróaquí?Piensanquesoninvenciblesporqueestánbajosuprotección,peroaLevananoleimportan.Ellalosusaráconlamismafacilidadqueacualquierasicreequeesoserviráasusintereses.
Un estruendo lejano sacudió el palacio, seguido de gritos, guturales yfuriosos, de lo que al parecer habían sidomiles de voces. Luego hubo unaráfagadedisparos.
Kaiseestremeció.AunsabiendoqueLevanahabíaidoaencontrarseconCinder y con cualesquiera que fuesen los aliados a quienes hubieraconvencido, no parecía real. Una revolución, una batalla… era
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incomprensible.Peroahorahabíaarmas,lagenteestabamuriendoyellosseencontrabanatrapados.
—¡Fueunabomba!—gritóunrepresentantedeEuropaOriental—.¡Estánbombardeandoelpalacio!¡Vanamatarnosatodos!
Un grupo de lunares empezó a reír con disimulo y a gritar con miedofingido.
—¡Unabomba!¡Oh,estrellas,unabombano!Kaientrecerró losojos.Nosabíasielsonidohabíasidocausadoporun
explosivo,peroeltemordesusacompañanteslehabíadadounaidea.La pantalla portátil que Levana había arrojado seguía en el suelo, a un
ladodelaltar.Sedirigióhaciaellayuniólaspiezas.Unpardecubiertasdeplástico se habían desprendido y una esquina estaba abollada, pero seencendióconunzumbidocuandolaactivó.
Sin embargo, cuando la pantalla se iluminó estaba totalmentedesordenada, llena de puntos negros e iconos incompletos. Soltó unamaldición, pasó los dedos sobre la pantalla, apretó los controles con losdedos.Nadacambió.
—¿SuMajestad?—Torinseacuclillóasulado.—¿QuéharíaCinder?¿Cómolarepararía?—preguntóKai,mostrandola
pantallarota.UnpliegueseformóenelentrecejodeTorin.—¿Quiereenviarunmensajeparapedirayuda?—Algoasí—hundióunamanoensucabello,pensando.ImaginóaCinder
ensulocaldelmercado.Rodeadadeherramientasypiezasderepuesto.Ellasabríaquéhacer.Ellahabría…
Selevantódeunsalto,conelpulsoacelerado,ygolpeólaesquinadelapantallacontralacubiertadelaltar.Torinretrocedió.
Kaimiró de nuevo y dejó escapar un grito de emoción.Lamitad de lapantallasehabíaaclarado.
Abrióunmensaje.—¿Cómohizoeso?—preguntóTorin.—No sé—respondió al tiempoque escribía unmensaje a toda prisa—,
perotesorprenderíasabercuántasveceshafuncionado.Unascarcajadashicieronquesuatenciónsedirigieraalaconcurencia.Un
grupode lunareshabían formadouncírculoalrededordeunade lascriadasque había quedado encerrada con ellos. La chica estaba bailando, pero conmovimientos espasmódicos, violentos. Había lágrimas en su rostro, aunquesusojos estaban cerradosy sugesto estaba contorsionado, enun intentode
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imaginarseenotrolugar.LaimagenhizoqueelcorazóndeKaiseencogieraensupecho.
Dealguna formasupoqueaquellonoeraalgo inusualpara la joven.Sepreguntó si alguna vez había pasado un día entero sin que alguien másimpusierasuvoluntadsobresusextremidades.
—¡Eso no es un vals en lomásmínimo!—gritó un lunar golpeando elhombrodeuncompañero.
—Déjameintentarlo.Puedohacerloconmáseleganciaqueeso.—Necesitaunapareja,¿no?—sugirióalguienmás—.Vamosporunode
esosterrícolasyorganicemosunteatrodemarionetasmientrasesperamos.—Oye… ¿qué tal esa chica linda de la Comunidad, la pariente de la
cyborg?¿Larecuerdandeljuicio?¿Dóndeestá?Kaiescuchóunlloriqueo.TantomadrastracomolahermanastradeCinder
estabanderodillasenelsuelo,enmediodedoshilerasdesillas,abrazándoseenunintentodepasarinadvertidas.
Apartólamiradaycolocódenuevolapantallaensucinturón.—Basta—ordenóél, caminandoconpasomajestuosohacia elgrupo—.
¡Liberenalacriadaahoramismo!—Ah,parecequeellindoemperadortambiénquierebailar.Los vítores que recibió Kai sonaron crueles pero, para su alivio, nadie
tomóelcontroldesucuerpo,nisiquieracuandorodeóconsubrazoalajovencriadaylaestrechócontrasucostado.Elladejódebailaralinstanteysedejócaercontrasucuerpo,exhausta.
—Seestándirigiendoasurey—dijo,subrayandocadapalabra.Sealegródequetodavíallevaraladelgadayalargadacoronalunar,auncuandoeltítulodereyconsortenoimplicaramuchopoder.Sinembargo,teníalaesperanzadequenotodossupieraneso.
—No parecen entender la situación. Todos somos prisioneros en estahabitación, todos y cada uno de nosotros. Eso también nos convierte enaliados, nos guste o no—señaló con un dedo en dirección a la pared delfondo—.CuandoLevanasedécuentadequeestásiendoderrotada,yasíes,sereplegará.¿Yadóndecreenustedesqueirá?
Clavólamiradaenlosqueteníamáscerca.Sonreíanburlones,divertidosconlaindignacióndeKai.
—Ella no nos encerró aquí para protegernos, o porque quisiera quesiguiéramos disfrutando de una gran fiesta. Nos mantiene aquí como sureserva. Cuando sus guardias caigan, ustedes serán la siguiente línea dedefensa. Usará sus cuerpos como escudos. Los convertirá en armas.
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Sacrificará a cada persona aquí sin ningún remordimiento, con tal desobrevivir. ¿No lo entienden? No le importan. Solo le interesa tener máscuerposdisponiblescuandolosnecesite.
Losojosalrededordeélaúnreflejabanesperanza.Eraimposiblesabersisuspalabrasestabanteniendoalgúnimpacto,perocontinuó.
—Notenemosquequedarnossentadosaesperarqueellavuelva.Conlaayudadeustedespodemossalirdeestesalón.Todospodemosllegaralpuertoreal, donde estaremos seguros y Levana no podrá usarnos para pelear susbatallas.
Unhombrequeestabacercachasqueólalengua.—Oh, pobre patético rey terrestre. Nos habla como si fuéramos niños
indefensosqueseinclinaránanteélsoloporquellevapuestaunacorona.Nosomosaliados,excelencia,yjamásnosrebajaríamosaconsiderarnosigualesalosdesuespecie.Esposiblequenuestrareinahayaconsideradobeneficiosohacerlosuesposoycoronarlocomonuestrorey,pero,adecirverdad,ustedysuscompañerosdifícilmenteseríandignosdelavarnoslosdedosdelospies.
El salón estalló en carcajadas.El hombrequehabía hablado le sonrió aKai con desprecio mientras sus palabras eran recompensadas con ruidosassugerencias de todo tipo de cosas deshonrosas que los terrícolas no semerecían.
—Bien—gruñóKaiconuntonogélido—.Permítanmepersuadirlos.Tomó su pantalla portátil, abrió un mapa holográfico de Luna y lo
desplegó sobre sus cabezas. La imagen ocupó el espacio del gran salón; lasuperficiellenadecráterestocabalostechosartesonados.KaiajustóelmapaafindequetodospudieranobservarlaestacióncentraldeArtemisaydelosochosectoresdelaciudadquelarodeaban.Luegoiluminólaflotaespacialalaquehorasanteshabíaordenadotomarposiciónenespacioneutral:sesentanavesquehabíanreaccionadoconprestezaasumensaje.SesentanavesquesedirigíanalacapitaldeLuna.
—Cadaunadeesasnavesespaciales terrestres transportaarmascapacesdedestruir susbiodomos.Tenemos suficientearsenalpara reducir supaís aescombros.
Eramentira:no todas lasnavesestabanarmadas,perohabía suficientes,esperaba,paracausarundañoimportante.Parahacerlostemer.
La energía en el salón semodificó.Las sonrisas comenzaron a titubear.Lasrisassonabaninseguras.
—Mientrasustedesestabanocupadosridiculizandoaestapobredoncella,enviéunmensajeamiejércitoconlaordendeabrir fuegotanprontocomo
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estén suficientemente cerca. Pero revocaré esa orden una vez quemi gentehayasidotrasladadaalospuertosenformasegura.
Unamujerrio,peroconuntonoagudoyansioso.—¡No se arriesgaría a ordenar un ataque si usted mismo está en el
palacio!Ustedytodossusamigosterrestresmorirían.—Tiene razón —admitió Kai, sonriendo—. No atacaría el centro de
Artemisa.Pero,sinomeequivoco,lamayoríadeloshogaresdeustedesnoseencuentran en el domo central, ¿o sí? La mayoría está en alguno de esossectoresdelaperiferia,¿correcto?
Las naves brillantes del holograma titilaban cada vez más cerca. Máscerca.
Losaristócratasintercambiaronmiradas,mostrandolosprimerosindiciosdenerviosismo.Eracomosisedesafiaranmutuamenteensilencioadecirqueeraunafanfarronada,peroningunoqueríahacerlo.
—Si no me equivoco—dijo Kai—, tenemos menos de veinte minutosantesdequelleguenlasnaves.Siquierenvolveraversushogares,lessugieroqueactuemosrápido.
—Estonoestábien—dijolavoznasaldelestúpidotécnicoensistemasdelareina, al cual Cress había logrado identificar como Sinus, alguien sin unapizcadeoriginalidad.
Francamente, si Sybil le hubiera permitido quedarse en Luna, Cresspodríahaberseencargadodeltrabajodeesetipoalosdiezañosdeedad.
—Esto está muy, muy mal—continuó, con la voz temblándole por lainminentefatalidad.
—Solohazque sedetenga—gritóunavozmasculinamásgrave.Cressestababastanteseguradequeeraelmismoguardiaquehabíaestadoapostadoenelpasillo.
—¡No puedo! El video ya se transmitió. ¿Acaso quieres que lodestransmita? —gimió Sinus—. Ella… ella me matará. La reina me va aejecutarporesto.
Conteniendounsuspiro,Cresshizosumejoresfuerzoporrotarsutobillo.Un calambre comenzó a formarse en su pantorrilla izquierda, y sintió queavanzaríarápidosino lograbaestirarelmúsculopronto.Se lasarreglóparamover un poquito el tobillo, pero el movimiento, aunque ligero, solo lerecordóasusmúsculoscuánconfinadosestabanenesehuecodiminuto.
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Eltécnicosabíaqueerademasiadotarde.Sabíaquenopodía impedir latransmisióndelvideo.¿Porquénosehabíaidoya?
—¿Ybien?—preguntóelguardia—.¿Programóalgunaotrasorpresaparanosotros?
—¿Quémás quieres? Ese video… La reina se va a…—no terminó lafrase,peroCresspercibióelescalofríoensuvoz.
Como había visto el video en la mansión, Cress sabía que no podríanolvidarse de la imagen pronto. El rostro lleno de cicatrices de Levana, lacuencadelojovacía, loquequedabade suoreja.Noeraun rostrodelcualunoapartaralavista,sinimportarcuántolodeseara.Noeraunrostroquesepudieraolvidar.
Y ahora todo el mundo lo había visto. Cress esperaba que la propiaLevana lo hubiera visto. Sospechaba que no le resultaría fácil recuperar elencantoluegodeunshockcomoese.
Aunquequizánofueraasí;Levanahabíaestadoponiendoenprácticasuengañodesdehacíamucho,muchotiempo.
—¿Yaatraparonalachicaquehizoesto?Ella…Enverdadsabíaloqueestabahaciendo…—dijoSinus.
El comentario podría haber halagado a Cress si no hubiera estado tanincómoda.Ensusituación,loúnicoquedeseabaeraquesefueranacharlaraotra parte. Aún aferraba la empuñadura de la pistola que Thorne le habíadado,yestayalehabíadejadoimpresasenlapalmadolorosasmarcasrojas.
—Ese no es tu problema—gruñó el guardia—. Solo vuelve a dejarlocomosiempre.Ydeshaztedeesevideoantes…
Noconcluyó.Nohabíaantes;yaestabaneneldespués.—Lo intento —dijo Sinus—, pero todos los sistemas de alimentación
cruzadahansidoreestructuradosypodríallevardías…Cress dejó de escuchar; su atención se desvió hacia el calambre en su
pantorrilladerecha.Respiró entrecortadamente, envolviendoelmúsculo conlasmanos,ycomenzóamasajearloenunintentoporaliviarlacontractura.
—¿Quéfueeso?—preguntóSinus.Cresssesobresaltóysearrastrófueradelhueco.Enelinstanteenquese
pusodepie,apuntóelarmahaciaeltécnicoyluegoalguardiaynuevamentealtécnico.Porloinsignificantequesonabasuvoz,selohabíaimaginadonomuchomayorqueella,peromásbienparecíatenercincuentaytantos.
Eltécnicoechósusillahaciaatrás.Elguardiaamagóconsacarsuarma.—No semue… ¡ay!—Cress hizo unamueca cuando elmúsculo de su
pierna se contracturó de nuevo y se fue de bruces sobre el escritorio. La
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esquina se le incrustó en la cadera que aún estaba lastimada a causa de laestatua que le había caído encima en las dependencias de los criados.Gimiendo,seagachóparamasajearlosmúsculos.
Acordándosedelarma,comenzóaalzarladenuevoenelmismomomentoenqueelguardiaselaarrebatabadelamano.Cresssoltóungritoymanoteópara agarrarla, pero ya estaba fuera de su alcance. Gimiendo, volvió amasajearelmúsculomientraslevantabalamano,ahoravacía,enungestodecansadarendición.
Elguardiamantuvosupropiaarmaapuntadahaciaella.—Noestoyarmada—dijomansamente.Aélnoparecióimportarle.—¿Túeres…?—Sinuspaseó lamiradaentreellay laspantallas—.¿Tú
hicisteesto?—Sí,señor—soltóunsuspirodealivioamedidaqueeldolorcomenzóa
ceder—. ¿Puedo hacer una sugerencia? Porque los he estado escuchandohablarymepregunto:siestásegurodequeLevanaloejecutarápornohaberpodidodetenerelvideo,¿nohaconsideradounirsealotrobando?
Ambosselaquedaronmirando.Conlospuños,Cresssediounosgolpecitosenloscostadosdelapierna.
Despuésdeestotendríaquecomenzaratrabajarensusrutinasdeejercicio.Oalmenosdejardeocultarseenespaciostanreducidos.
—Es decir: resulta que conozco a la princesa Selene y es muy buenapersona.Ellanolomandaríaaejecutar,especialmenteporalgoquenoessuculpa.
—Quedadetenida—dijoelguardia,tomándolaporelcodo.—¡Espere!—gritó,incapazdezafarsedesumano—.¿Nisiquieralovaa
considerar?¿EscogeráserejecutadoamanosdeLevanaenvezde…noserejecutado?
Elguardiaesbozóunasonrisaburlonamientraslaalejabadelpaneldelaspantallasinvisibles.
—Estarebeliónnovaateneréxito.—Sí, lo tendrá.Levanavaa serdestronadaySelene seránuestranueva
gobernantey…La interrumpióunaalarmaquecomenzóa sonarenunapantalla alotro
lado del centro de control. El guardia se volvió hacia el lugar de dondeproveníael sonido, sujetandoaCresscontrasupecho,comosi representaraunaamenazaconsupiernaacalambradaysuabultadafaldaanaranjada.
—¿Yahoraquépasa?—gritóelguardia.
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Sinusyaseencontrabajuntoalapantallaactivada.Sequedómirándolaunmomentoconlabocaabierta,antesdemurmurar:
—Creo…creoquenosestánatacando.—¡Obviamentenosestánatacando!Sinus sacudió la cabeza y expandió un holograma. Por encima de los
brillantesdomosdeArtemisa,unaflotilladenavesespacialeshabíacruzadoelespacioneutralysemovíarápidamentehacialaciudad.
—Nosetratadeciviles—dijo;unagotadesudorseescurrióporsusien—.Estassonnavesmilitaresterrestres.
Todoscontemplaronlasnaves,cuyaslucecitasparpadeantesseacercabanpocoapoco.FueCresslaquelogróarticularprimerosuspensamientos.Tratódepararsemáserguida,peroelguardialateníafirmementesujeta.
—Esverdad—dijo, aliviadaporque suvozno temblaba—.LaprincesaSelenesehaaliadoconlaTierra.SiLevananoserinde,estamoslistosparadestruirlos a todos—se pasó la lengua por los labios agrietados y estiró elcuelloparaveralguardia.Esperabaconvencerlocuandoagregó—:Peronoesdemasiadotardeparaqueseunanalbandoganador.
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Ochentaycuatro
Ikocomenzabaaentenderporquéloshumanosseovillabanenposiciónfetalcuandoteníanmiedo.Enelsuelo,decostado,teníametidalanarizentrelasrodillasyconelbrazobuenosecubríalacabeza.Noqueríavolveramoverse.Wolf le había mordido el brazo que ya tenía dañado y veía que le habíacausadoun gran daño en el abdomeny losmuslos, aunque desde luego nopodíadecirsequehubieranestadoengranforma.
¿Quéteníaellaqueatraíagarrasafiladasydientes?Y,paraelcaso,balastambién.Era una injusticia androide que había que resolver en cuanto todoesteasuntodelarevoluciónhubieraquedadoatrás.
Unabotaseplantóacentímetrosdesucabezayellaseencogióysehizounovillocompacto.Noqueríalevantarse,noqueríamoverse.Queríaqueseleacabaralapilaparapoderdespertarcompletamenteentera,cuandoCinderlarepararay…¡Cinder!
Cindernoteníalaopcióndequedarenestadodecomaenlamitaddesurevolución.Enesemomento,ellaandabaporahí,enpeligro.
Entre gemidos, Iko se atrevió a bajar el brazo para escudriñar losalrededores.Todoerallantosygritosquebombardeabansusensordeaudio,yelestruendodelaspisadasdeloscombatientesretumbabaensusmiembros.Miróentreeltorrentedepiernasyarmas.Primero,lossoldadoslobos;luego,los hombres y mujeres de los sectores externos, que sostenían con fuerzalanzas y navajas. Chocaban contra el castillo mientras los taumaturgosluchabanportomardenuevoelcontrol.Perolosotroserandemasiadosyloslobos resultabanmuy difíciles de someter. Es lo queWolf les había dichodesdeelprincipio,¿noesverdad?Elobjetivohabíasidolanzaralossoldados
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contra la Tierra, como un flagelo de muerte y terror. No eran soldadosremilgados,formalesybienorganizados.
Además,eranmuchos.MásdelosqueCinderhabíatraídoporlostúneles.Iko hizo una mueca cuando un nuevo regimiento de soldados entró en larefriegarechinandolosdientes.Atrapabantodoloquesemovía.AlrededordeIko, losmutantespeleabanunosconotros.Lashojas rebanaban loscuellos,laslanzaspenetrabanenlascarnes.
—Muybien,Cinder—susurróal tiempoque seobligabaa incorporarse—.Ahívoy.
Sus sistemas internos estaban deshilachados, su procesador lanzaba unamezcolanza de mensajes revueltos y por lo menos dos alambresdesconectadosechabanchispasensuestómago.Levantólapistoladelsuelo.
Estuvo siglos buscando a Cinder, con el brazomalo colgandomientrasserpenteabaentreelcaos.Teníalapistolalistaydisparabacuandocreíaquepodía salvar a alguien. No hacía caso a los incontables rasguños queaparecieroncomopormagiaenlaropaylapielsintética.Aesasalturas,¿quémás daban otros cuantos arañazos? Por una vez, se alegraba de no tenerterminacionesnerviosas.Soloesperabaquesucuerponosedesconectaracontantaslesionessufridas.
CuandoencontróaCinder,selehabíanterminadolasbalas.Graciasaloscielos, Cinder había abandonado la lucha por unmomento.Algunas de lasestatuas que bordeaban el jardín habían caído y la muchacha estabaacuclilladadetrásdeuna,estudiandolabatallacomosiesperaraelmomentocorrectoparareincorporarse.Ikosedeslizóasuladoyapoyólaespaldaenlaestatua.
—Québuendiscursoeldehaceunrato.Sobresaltada,CindergirólacabezaycasilearrancaaIkolapuntadela
narizconunpuñetazoinstintivo.Sedetuvoapenasatiempo.Lasensacióndealiviolellenólosojosdelágrimas.
—¡Estásbien!—ledijojadeando—.¿YWolf?—Creoquetieneproblemasconsucontroldelaira.¿Scarlet?—Laperdídevista—respondió,sacudiendolacabeza.Unsoldadoenemigoaparecióde lanada.Cinderhizoaun ladoa Ikoy
conlamanometálicaazotólacabezadelhombrecontralaestatua.Laestatuase agrietó, un trozo de piedra cayó al suelo y el soldado se derrumbóinconsciente.
—Cinder,estássangrando—dijoIko.
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Cindersemiróelhombro.Laheridaquehabíanvendadoen lamansiónvolvíaasangrar.Lamirósinpreocuparse,tomóaIkoporelcodoylaarrastróhacialaprotecciónquepodíaofrecerlaestatua.
—Levanaregresóalpalacio.Tengoqueentrar.—¿CreesqueKaiestéahí?—Esprobable.—Voycontigo—dijoIko,asintiendo.Una exclamación temblorosa desvió la atención de Iko hacia la
escaramuza. Volteó a tiempo para ver que una mujer del sector madererodirigía contra ella su propia navaja y se la clavaba en el pecho. Iko abriómucholosojos.Nopodíadejardemiraralamujerquehabíacaídoderodillasymirababoquiabiertasusmanostraidoras.
Juntoaella,Cinderlanzóungritodebatallaycorrióhaciauntaumaturgo.Arrancóunpuñalde lamanodeunguardiaantesdeque laatacaray,enelmismomovimiento…Ikoretrocedió.Yahabíavistodemasiadasmuerteseneldía,aunsiestafueradeunenemigo.
—¡Iko,vamos!AlzólacabezayvioaCindersaltarsobreeltaumaturgocaídoyechara
correrhacialaspuertasdelpalacio.Todavíaaferrabaelpuñaldelguardia.Ikonoestabaseguradecuántadelasangrequelomanchabaeranueva.
—Estábien.Solomataremosalostiposmalvados—Ikosemirólamanodañada,lasacudióunpocoyviocómosebamboleabansusdedosinservibles—.Québuenplan.
Se recompuso y corrió hacia la aglomeración, zigzagueando entre loscaídosy loscombatientes.AlcanzóaCindercuandoentrabapor laspuertasdel palacio. La siguió y se frenó con un patinazo. Levantó lamirada haciaarriba,yarribayarribahastaelrematedelaenormeesculturadeladiosaenelvestíbuloprincipal.
—¡Guau!—¡Iko!VioaCinderjadeandodelotroladodelaestatua.Mirabaatentamenteun
caminoy luegootro.Apretaba con tanta fuerza el puñal ensangrentadoquesusnudillosestabanblancos.
—¿Haciadóndecreesquesehayaido?—preguntóCinder.—¿Al aeropuerto para escapar y no dejarse ver de nuevo?—Cinder la
fulminóconunamiradadeenojo—.Oquizáfueapedirrefuerzos.—Quizá. Tenemos que encontrar a Kai. Levana lo usará contra mí si
puede.
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Ikoseestiróunatrenza,contentadeque,pormuymalaspectoquetuvierasucuerpo,elpelotodavíalucíabien.
—Se supone que la coronación tuvo lugar en el gran salón. Podríamosempezarporahí—sugiriólaandroide.
Cinderasintióconlacabeza.—Ya no tengo acceso a los planos del palacio. ¿Puedes tú señalar la
dirección?—lepreguntóaIko.LassinapsisinternasdeIkoseaccionaronunosmomentosantesdepoder
entenderloquelehabíadichoCinder.Descargótodossusplanosygráficas,todoslosdiagramas,mapasyestrategiasquehabíantrazado.Levantólamanobuenayseñaló.
—Elgransalónquedaporallá.
Scarlet escuchaba la voz de su abuela, tan dulce como firme, mientras labatallaatronabaasualrededor.Yahabíavaciadodoscargadoresyhabíavistomásabdómenesdesagarradosycuellosmordidosqueensuspesadillas.Perolossoldadosnodejabandellegar.Sabíaqueunregimientoestabadesulado,peronolograbadescifrarcuántossoldadosluchabanconellaycuántoscontraella.Pormuchosquecayeran,siemprehabíamás,listosparareemplazarlos.
Pormiedodepegarleaunaliadocuandouncivilensangrentadoleparecíaunenemigo,Scarlet seenfocabaen losblancosobvios.Los taumaturgosensustrajesrojosynegrossedistinguíanfácilmenteenlarefriega.Cadavezquela asaltaban los remordimientos —era una vida, una vida humana la queestaba a punto de cobrarse—, veía que un civil se llevaba una pistola a lacabezaomatabaacuchilladasaunmiembrodesufamilia,asíqueapuntabaaun taumaturgo que tuviera el rostro concentrado y desaparecían todos susescrúpulos.
Sosténelarmacon lasdosmanos—lehabríadicho suabuela—.Yaséque en las películas es diferente, pero son unos idiotas.Apunta al objetivocon la mira delantera y la trasera. No jales el gatillo; apriétalo. Disparacuandoestéslista.
El taumaturgo en su líneadevisión cayóde espaldas.Unamancha rojaaparecióensutúnicaroja.
Clic.Clic.Scarletsellevólamanoalbolsillodeatrás.Vacío.
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Soltóunamaldición.Semetióelarmaenelcinturónyvolteóparabuscarotra arma.Había estado tan concentrada en enfocar a sus enemigos que seasombróalverelmardecuerposysangre.
¿Acuántoshabíanperdido?Teníalaimpresióndequeelcombateapenashabía empezado. ¿Cómo es que ya había tantos muertos? El desaliento seapoderódeella.
Erauncampodebatalla.Unamasacre,yellaestabaatrapadaenelmedio.Expulsó el airede suspulmones sacudiéndose.Lehabríagustadopoder
exhalartambiénsuterror.Lavozdesuabueladesaparecióencuantobajóelarma.Ahora solo escuchaba el sonido de lasmuertes.Alaridos y gritos deguerra.Lapestilenciadelasangre.
Viounhachayse inclinópararecogerla.Nosehabíadadocuenta,sinohasta que encontró resistencia, de que la cuchilla estaba enterrada en uncuerpo. Con una mueca, cerró los ojos, apretó los dientes y la jaló paraliberarla.Novolteóparamirardequiéneraelcuerpo.
Estaba agotada en todos los sentidos, agotada y casi en el extremo deldelirio.SumiradarecayóenunamujerdemedianaedadqueaprimeravistalerecordóaMaha,peromayor.Lamujertemblabaporlaconmoción.Teníaelbrazocortadoydesgarrado(Scarletsupusoquepordientes)yconlamanobuenaarrastrabaaunhombreheridoparaponerloasalvo.
Scarlet avanzó tambaleándose sin soltar elmango del hacha. Tenía queayudarla.
Quiso soltar el hacha, pero se le torcieron los dedos. Fue la primeraadvertencia.Asombrada, semiró lamano.Tenía losnudillosblancospor lafuerzaconqueasíaelmango.Unestremecimientolarecorrió.
Alguienhabíatomadoelcontroldesusmanos.Pero,porlomenos,nohabíapensadoenelcontroldesulengua.—¡Aléjensedemí!—gritósindirigirseanadieenparticular,sinoaquien
estuvieracercaylaescuchara—.¡Corran!La mujer se detuvo y miró. No había tiempo suficiente. Las piernas
desarticuladasdeScarlettrastabillaronhaciaella.Tomóelhachaconlasdosmanos y la elevó sobre su cabeza. Losmúsculos se habían doblado por elpeso.
—¡Corran!—volvió a gritar, con el pánico aferrado a su garganta y lamente abrumada por la terrible realidad de estar bajo el control de untaumaturgo.
La mujer comprendió lo que pasaba y retrocedió. Dio la vuelta paracorrer,perotropezó.
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Scarlet gritó, angustiada. La mujer levantó las manos para protegerse.Scarletcerrólosojosyderramólágrimasquenosabíaqueestuvieranahí.Susbrazosdescargaronelhachahaciaelestómagodelamujer.
Peroelarmasedetuvoenseco,amediocamino.Con la respiración entrecortada y el pulso agitado, Scarlet se atrevió a
alzarlamirada.Una figura, enorme, oscura y cubierta de sangre se erguía sobre ella.
Scarlet gimió de alivio, de gratitud, de mil sentimientos que no teníannombre.
—¡Wolf!Sus ojos tenían el verde vibrante de siempre, aunque se veían más
hundidosqueantesdebidoalanarizylamandíbulaprotuberantes.ElbrazodeScarlettratódealejarelhacha,peroWolfselaarrancódelasmanos.
Los dedos inconscientes de Scarlet cambiaron de táctica y lucharon enbuscadeunadebilidad,aunquenohabíamuchas.Suspulgaressedirigieronalos ojos de Wolf, pero él la esquivó con facilidad. Sin soltar el hacha,envolvió a Scarlet para contener sus brazos a los costados. Ella lanzó unaexclamación de frustración, sin saber si la frustración era suya o si untaumaturgo gritaba a través de ella. Sus piernas se sacudían, pataleaban ypisaban.Seretorcíapara liberarsede lacontencióndehierrodeWolf.Élsemantuvoinmóvilydespiadado,doblandosucuerposobreeldeellacomouncapullo.
El taumaturgo se rindió y decidió controlar a una víctima más fácil.Scarletsintiósulibertadcomosiunabandaelásticasepartieradentrodesuspiernas.SeestremecióysefundióenelabrazodeWolfconunsollozo.
—¡Oh, cielos, cielos! —lloró con el rostro enterrado en su pecho—.Casi…lahabría…
—Nolohiciste.—Suvozeramásáspera,peroerasuvoz.Scarletpusolasmanosensupechoyseapartóparamirarlo.Todavíatenía
larespiraciónagitada, todavíasonabaelecode labatallaensusoídos,peronosehabíasentidomenosasustadaendías.Seestiró,dudosaalprincipio,yfrotóconlosdedoslosnuevospómulosprominentesyelbordedesconocidodelascejas.Wolfhizounamueca,lamismaquehabíahechocuandoellavioporprimeravezsuscolmillos.
Encontró lacicatrizde lacejaderechay laque teníadebajode laboca.EstabandondelasrecordabadelanocheenquelohabíabesadoeneltrenqueibaaParís.
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—Erestú,¿noesverdad?Ellos…notecambiaron.Viocómomovíalamandíbulapararesponder.—Sí—dijoyluegoagregó—:nosé,creoquesí—arrugóelrostrocomo
sifueraaecharseallorar,peronolohizo—.Scarlet,estoyhartodelsabordelasangre.
Ellapasólayemadelpulgarporellabioinferiorhastaquechocóconunodeloscaninosfilosos.
—Québueno—ledijo—,porquenoservimosmuchasangreenlagranja,ydetodosmodosíbamosatenerquetrabajarenrelacióncontudieta.
Observóunamanchadesangresecaensumejillaytratódefrotarla,perosearrepintióenseguidaysiguióhablando.
—¿HasvistoaCinder?Tenemosqueencontrar…—Scarlet —su voz temblaba por la desesperación y el miedo—. Me
cambiaron.Ahorasoypeligroso.Soy…—¡Por favor!No tenemos tiempo para esto—le pasó lasmanos por el
pelo, elmismopelo suave, rebelde y desordenado.Lo atrajo hacia ella.Noestabaseguradecómoseríabesarlo,yfuediferenteytorpeenesemomentoapresurado, pero sintió la confianza de que lo perfeccionarían después—.Siemprehassidopeligroso.Perotúeresmialfayyosoytuyayesonovaacambiarporquetienesunanuevabarbilla.Vamos,tenemosque…
Detrás de Wolf, un soldado profirió un grito de dolor y se derrumbósangrando por una docena de heridas. Wolf hizo retroceder a Scarlet paraprotegerla.Elmuchacho tenía una costra de sangre en un costado y ella seacordódequeIkolehabíadisparado,peroWolfnoparecíadarsecuentadelaherida.
Scarletvolvióamirar.Escrutólasarmas,losmiembros,loscuerpos.Había menos caos que antes. La batalla comenzaba a menguar. No
quedaban muchos combatientes y aún se veía a taumaturgos reunidos a ladistancia. Era cierto que algunos habían caído, pero seguían siendosuficientes. Para ellos era muy fácil controlar a los civiles, mientras lossoldadoslobossemanteníanocupadosunosconotros.
¿Eraposiblequeestuvieranperdiendo?Un civil manipulado corrió hacia ella, blandiendo una lanza. Wolf lo
barrió aun ladoypartió la lanza endos antesdeque lamuchachapudierareaccionar.Wolfgiró,gruñóyempujóaScarletaunladouninstanteantesdeque un cuchillo pasara volando por el aire. Con un simplemovimiento delpuño,Wolfdejó inconscientealhombreque losatacaba.Todavía llevabael
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hacha, pero no la usó.A fin de cuentas, eran sus aliados, aun si se habíanvueltoarmasdelenemigo.
Cuantos más cayeran, más fácil sería para los taumaturgos tomar elcontrol…
—¡Agáchate!—gritóWolf.PusoaScarletenelsueloysetendiósobresucuerpo.Eraunescudohumano.Porlomenosconservabaelinstinto,eldeseodeprotegerlaporencimadetodo.
Eralaúnicaconfirmaciónqueellanecesitaba.Sesintiómásseguradeloqueeralógico.Encogida,escudriñóelcaosen
buscadeseñalesdeCinder,Iko,AlfaStromo…Detectóaunsoldadolobo,unoquenoreconocía,alistándoseparalanzarsesobreellos.
—¡Wolf!Wolfgruñóymostrólosdientes.Elsoldadodudó,olfateóelaire,miróaWolfyluegoaScarletydenuevo
aWolf.Acontinuación,giróycorrióenbuscadeotravíctima.Scarlet sehumedeció los labios resecosypusounamanoenel codode
Wolf.—¿Estamosperdiendo?—preguntótratandodecontar,peroeraimposible
sabercuántosdelossoldadosloboseransuyosycuántosdeLevana.Sísabíaque los civiles caían cada vez más deprisa, a medida que la balanza seinclinabaafavordelostaumaturgos.
—Nopormuchotiempo—lecontestóWolf.Scarletestiróelcuelloparamirarlo.LosojosdeWolfaúnteníanunbrillo
peligroso,atentosacualquieramenazacercana.—¿Quéquieresdecir?Frunciólanariz.—LaprincesaWinterestácercay…traerefuerzos.
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Ochentaycinco
—Casi llegamos—dijo Ikomientras avanzaba lentamente junto conCinderporelcorredorprincipaldelpalacio.Todavíapodíanescucharlossonidosdela encarnizada batalla que se libraba a lo lejos, pero, en comparación, elpalacioestabaensilencio.NohabíanencontradoseñalesdeLevanadesdequehabíanentradoeIkodealgúnmodoesperabaquelareinaenloquecidasaltarasobre ellas desde atrás de alguna esquina e intentara apuñalarlas con suszapatosdetacónpuntiagudo.
FueenlasescalerasdelpalaciodondeIkohabíavistoporprimeravezalareina lunar,ysurostro llenodecicatriceshizoquedesearanoser inmunealosencantos.Despuésdeañosdeescucharacercadelafamosabellezadelareina,laverdadhabíaresultadountantodecepcionante.
Perolaverdadsehabíarevelado.GraciasalvideodeCinder,ahoratodossabían lo que acechaba debajo de la ilusión. Con algo de suerte, podríanencontraralareinamientrasseguíaconmocionada.
Cinderapretólaempuñaduradesucuchilloensangrentado.—Dosguardiasseaproximan.Dieronvueltaenunaesquina.Ellahabíaestadoenlocierto:dosguardias
sehallabanapostadosfrenteaunaseriedepuertasricamentedecoradas,consusenormesarmaspreparadas.
Ikosedetuvoyalzósumanosanacongestoinocente.Intentósonreírcondulzura,peroconunaorejafaltanteyunmúsculoque
hacíaque sumejilla se contrajera, su actuaciónnoestaba a la alturade susposibilidades.
Alreconocerlo,suprocesadorchisporroteó.—¡Tú!—gritóella—.Éles…elmuchachoquesalvóaWinter.
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Aunqueelguardiapermanecíainmóvil,probablementegraciasalcontrolqueCinderestabaejerciendosobreél,surostropudoretorcersederepulsiónlibrementemientrassusojosrecorríanelcuerpomaltrechodeIko,loscablesarrancados,laspartessueltas,ytodolodemásqueveía.
—Ytúeresesarobotfastidiosa.—El término correcto es androide de compañía, ignorante,
desconsiderado…—replicóIko,furiosa.—Iko.Secubriólabocaconlamano,aunquesussinapsisseguíanproduciendo
chispas.—¿Así que tú eres quienmató al capitán de la guardia de Levana?—
preguntóCinder,ladeandolacabeza.—Asíes—respondióél.Elsegundoguardiamostrólosdientesyfulminóconlamiradaprimeroa
suacompañanteyluegoaCinder.—Traidor.Una risa gravey sin humorhizo eco en la garganta del primerguardia:
Kinney,recordóIko.—Estás desperdiciando tu energía controlándome.No tengo intenciones
dedispararte.—Bien —dijo Cinder con voz cansada. Iko se dio cuenta de que no
confiabaporcompletoenél—.Mientrasnointenteshacernosdaño,notendrérazón para manipularte. —No era una concesión real. Iko sabía que si élintentabaalgoCinderpodríadetenerlo.
LosmúsculosdelosbrazosdeKinneyserelajaron.—Asíquetúereslacyborgquehaestadocausandotantosproblemasen
losúltimostiempos.—¡Caray!—reflexionóIko—.Esguapoylisto.Élarrugólanarizyellasepreguntósiestabaempezandoasobrepasarse
con el sarcasmo, pero su ego lamortificaba y la hacía enfurecer. Se habíaacostumbradoaquelagentelavieracomosifuerahumana.Nosolohumana,sinohermosa. Pero ahora estaba allí, parada con un brazo colgante, la pieldesgarraday sinunaoreja,y todo loqueveía eseguardia eraunamáquinadestartalada.
Noesquesuopiniónimportara.Claramente,eraunimbécil.Excepto por aquello de que había salvado la vida de Winter, lo que
probablementehabíasidoporcasualidad.
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—¿Levana está allí dentro?—preguntóCinder haciendo un gesto hacialaspuertasbloqueadas.
—No, solo los invitados a la coronación. Nuestras órdenes fueronretenerlos hasta que la reina o los taumaturgos vinieranpor ellos: sospechoqueplaneamasacraratodoslosterrícolassiustedesnoserinden.
—Loquedices suenacomoalgoqueLevanaharía—admitióCinder—,pero dudo de que en estemomento tenga la fuerza paramanipular a tantagente al mismo tiempo. De otro modo, creo que ella habría venidodirectamente.
Kinney frunció el ceño, especulativo. Quizá no había visto el video.DesconocíaquelaverdaddebajodelencantodeLevanahabíasidorevelada.
—¿A dónde podría ir? —preguntó Cinder—. Si estuviera tratando deatraerme,escogeríaunlugardondeellasesintieraseguraypoderosa.
—Elsalóndeltrono,supongo—respondióél,encogiéndosedehombros.Cindertensólamandíbula.—¿Dondesehizolacelebracióndeaquellanoche?¿Eldelbalcónsobreel
lago?Kinneyhabíacomenzadoaasentircuandoelsegundoguardiasacudióla
cabezayescupió.Literalmente,escupiósobreelmagníficopisodecerámicos.—¡Oh!—gritóIko—.¡Pagano!—Cuando te atrape—amenazó el guardia entre dientes—, mi reina se
comerátucorazónconsalypimienta.—Bueno —dijo Cinder, despreocupada—, la mitad del corazón es
sintética,asíqueprobablementelecausaráindigestión.Kinneyparecíacasidivertido.—A los guardias suelen tratarnos bien aquí —dijo—. Descubrirás que
muchosdenosotrosseguimossiendolealesaSuMa…aLevana—elnombredepila de la reina sonaba extraño e Iko se preguntó si algunavez lo habíapronunciado.
—¿Yporquétúno?—preguntóCinder.—Algomediceque tuofertamegustarámás—deslizó lamiradahacia
Iko—aunquetengascompañíasextrañas.Iko resopló. Cinder dio un paso al frente y tomó el arma del segundo
guardia.—Quizá cuando esto termine pueda convencerlos de que yo también
pretendotratarlosmuybien.Cinder se dio vuelta e Iko pudo distinguir el conflicto interno en sus
músculosfaciales.
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—QuédateconKai.Encasodequeellaenvíeuntaumaturgoabuscarlos,quieroalguienquenopuedasercontrolado.Y tratademantenerlosaélyacualquierterrícolalejosdeaquí—respiróhondo—.IrétrasLevana.
—No,espera—dijoIko—.Yodeberíaircontigo.Ignorándola,CinderapuntóaKinneyconundedo.—Si eres leal a mí, entonces, serás leal al emperador de la Tierra.
Protégelocontuvida.Elguardiadudó,peroluegosellevóelpuñoalcorazón.Con su nueva pistola en unamano y un cuchillo en la otra,Cinder dio
mediavueltayechóacorrerderegresopordondehabíallegado.—¡Cinder,espera!—gritóIko.—¡QuédateconKai!—Pero…¡tencuidado!Cuando Cinder dio vuelta en una esquina, Iko se volvió hacia los dos
guardias, justo en el instante en que el segundo se dio cuenta de que habíarecobrado el control de su cuerpo. Con unamirada cada vezmás sombría,levantósupistolayleapuntóaIko.
Kinneylogolpeóenlacabezaconlaculatadesupropiorifle.Ikosaltóhaciaatráscuandoelguardiasedesplomódecaraalpiso.—Sientoquedeberíairconella—dijoKinney.Conungruñido,Ikopasóporencimadelguardiacaídoyleclavóundedo
enelpecho.—Laconozcodesdemuchoantesqueusted,señor,ysihayalguienque
deberíairconellasoyyo.Ahoraabraesaspuertas.Unacejaoscurayespesasealzódegolpe.Ellapodíaverqueseesforzaba
por decir algo, o no decirlo. Se rindió y giró, empujando los paneles demaderaporlasmanijas.Laspuertasquedaronabiertasdeparenpar.Ikodiodospasoshaciadentrodelgransalónysequedóhelada.
El lugar no estaba lleno de cientos de aristócratas lunares, líderesterrestresnisuapuestoemperador.Dehecho,apenasunadocenade lunaresvestidosdecoloresvibrantesestabanparadosalfondodelsalón.Elrestodelpiso estaba llenode sillas,muchas tiradas, lo quedejabapoco espacioparacaminarydificultabaatravesarlo.
—¡Élnosobligó!—gritóunamujerlunar,queatrajolaatencióndeIko—.No queríamos ayudar a los terrícolas, pero él amenazó con bombardear laciudad.Oh,porfavor,noselodiganalareina.
Iko miró hacia atrás, pero a juzgar por el hecho de que Kinney habíaquedado boquiabierto, estaba tan sorprendido como ella. Iko comenzó a
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abrirse paso entre las sillas caídas, y pensó que quienes las habíandesparramado probablemente lo habían hecho a propósito, para demorar acualquieraqueintentaraperseguirlos.
Amedidaqueseacercaban,Ikoviounapuertaabiertadetrásdeunaltarenorme;unacortinaqueahoraestabadescorridalahabíamantenidooculta.
—Esapuertaeslaqueconducealossalonesdeloscriados—dijoKinney—,perotambiéndebendeestarvigilados.
—¡Oh,teveshorrible!—chillólaprimeramujer,cubriéndoselabocaalmirarlasheridasdeIko—.¿Porquéalguienusaríaunencantoparaverseasí?
Antes de que Iko pudiera procesar alguna respuesta indignada, Kinneypreguntó:
—¿ElemperadorKaitoestállevandoalosdemásterrícolasalospuertos?Laslunaresasintieron;algunasseñalaronhacialapuertaabierta.—Porahí—dijolamujerquehabíainsultadoaIko—.Puedenatraparlos
si se apresuran. ¡Y no olviden decir a SuMajestad que nosotras seguimosaquí!
Elloslasignoraronyseprecipitaronhacialapuerta.Ikoempezóabuscarlarutamásdirectahacialospuertos,peroeraobvio
queKinneysabíaquécaminoseguir,asíque lepermitió tomar ladelantera.Nohabíancorridomuchoantesdequesusensordeaudiodetectaravocesquehacíanecoenelcorredor.
DieronvueltaenunaesquinaeIkovioaunosmetroselorigendelruido:habíacientosdearistócrataslunares,tambaleándoseenunafiladesordenada,esperandoapasarporunasalidahaciaunasescalerasquelosllevaríanabajo,alosnivelessubterráneosdelpalacio.
Entreelparloteo,suentradadeaudioreconocióunavoz.Kai.Ellaaceleróelpaso.Los lunares,quienesno lahabíannotadohastaque
estabadetrásdeellos,gritaronsorprendidos;muchosseapretaroncontra lasparedesparadejarlapasar.
—¡Kai!Lamultitudsemovió.Kaiysuconsejero,KonnTorin,estabandepiea
ambosladosdelapuertaqueconducíaalasescaleras,instandoalamultitudamoversemásrápidoymantenerelpaso.
Sumiradasetopóconladeella.Alivio.Felicidad.—¿Iko?Ella se lanzó a los brazos de Kai, por primera vez sin importarle los
recubrimientosquemadosenunladodesucaraolosagujerosensutorso.Él
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tambiénlaabrazó.—Iko.Graciasalasestrellas.Tan rápidocomo lahabíaestrechado, laapartóaciertadistanciaymiró
por encima de su hombro, pero su alegría se esfumó cuando vio que soloKinneyestabaasulado.
—¿DóndeestáCinder?Ikotambiénmiróhaciaatrás.Kinneyobservabaconburlaydespreciola
manodeKaisobreelbrazorotodeIko.Ellaapretóloslabiosparacontenersupropiodesdén.
—EstábuscandoaLevana.Pensamosquefuealsalóndeltrono.—¿Sola?Ellaasintió.—Queríaquemeaseguraradequeestabasbien.Con un suspiro de frustración,Kai empujó suavemente a Iko yKinney
contralapared,abriendopasoaloslunaresqueaúnesperabanbajar.—Estamosllevándolosatodosalospuertosdenavesespaciales.Seráel
lugar más seguro mientras el combate continúa y mantendrá a muchasmarionetasfueradelalcancedeLevana—apretólamanodeIkoyloscablesde ella zumbaron de placer—. ¿Crees que podrías bajar y abrir los puertosparadejarquedespeguenlasnaves?
Kinneycontestóantesdequeellapudierahacerlo.—Yoconozcoelcódigodeacceso.Ikovolteóhaciaél.—Me entrené como piloto —explicó él, encogiéndose de hombros,
imperturbable.Kaihizoungestodeagradecimiento,y si estaba sorprendidodequeun
guardiareallosestuvieraayudando,nolodemostró.—Entonces,terminemosconestoyvayamosabuscaraCinder.
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Ochentayseis
JacinsosteníalamanodeWintercondedosfirmesytensos,comosituvieramiedodequeseesfumarasilasoltaba.HabíansalidojuntoconunaenormecantidaddegenteporlostúnelesdeltrendelevitaciónmagnéticaenelcentrodeArtemisa.ElhogardelaniñezdeWinter,ytambiéndeJacin.Ellasesentíacomounfantasma,yél,comounconquistador.
Tardaronhoras en cruzar los camposdeLuna.Visitaronvarios sectorescercanosparadifundirqueSelenehabíasobrevividoyparallamaralasarmasalosvecinosypedirlesquelosapoyaran.Necesitaronmenoscoercióndelaque pensaban. Como ya los había acicateado el primer video que habíantransmitidodeCinderycomoestabanenojadosporel intentodeLevanadeasesinar(otravez)alaprincesa,cuandoJacinyWinterllegabanadarleslasnoticias, estaban furiosos. Muchos se habían puesto en marcha hacia lacapital.
WinteryJacintardaronmásensaliralasuperficiequelagenteencorrerhaciaelpalacio,gritandoyblandiendosusarmas.Wintertratódeiralmismoritmoqueellos,peroJacin la tomóconmásfuerzay lamantuvo juntoaél,pararesguardarladelamultitud.
Elpatiodelantedelpalacioyaerauncementerio,aunqueaúnhabíagenteque se esforzaba por seguir luchando. Un batallón de taumaturgos eincontables soldados lobos se lanzó sin perder el tiempo contra los reciénllegados.Losvalientesgritosdeguerradelaslíneasdelfrenteseconvirtieronrápidamente en lamentos. Los atacantes seguían llegando; salían de lostúnelesalascalles.Winterreconocióamuchosdesuspropiossoldadosquetratabandealejaralosmutantesdesusaliados.Laconfusiónreinaba.Civiles
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controlados por taumaturgos se convertían en enemigos y a veces eraimposiblesabercuálesdelossoldadoslobosestabanensubando.
Unasgarrasleabrieronelpechoaunapersona.Unabalaperforólamejilladeunamujer.Unalanzaatravesóelabdomendeunhombre.Aullidosdedolorydevictoria,indistinguibles.Elfuerteolordelasangre.
Llegabamásymásgente,laqueWinterhabíatraído.LacabezadeWinterresonabacontodoeso.Teníalospiesclavadosenel
sueloyestabacontentadequeJacinlahubieradetenido.—El palacio quedará inundado de sangre—murmuró—. Las aguas del
lagoArtemisasevolveránrojasyseveránhastaenlaTierra.UndestellodealarmaaparecióenlamiradadeJacin.—¡Winter!Apenasalcanzóaoírlosobreelestruendoquehabíadentrodesucabeza.
Sesoltódesusbrazos,tropezóycayósobreelcuerpodeunodelossoldadoslobos.Habíaalgoconocidoeneldibujodesumandíbula,enlosojosmuertosquemirabanalcielo.
Winter apartóunmechóndepelo ensangrentadodel ceñodel hombreycomenzóallorar.
SetratabadeAlfaStrom.Yeraculpasuya,suya,queélestuvieraaquí.Lehabíapedidoqueluchara
porellayhabíamuertoy…—Winter,¿quéhaces?—preguntóJacin,tomándolaporelcodo.LaprincesasederrumbóyllorósobreelcuerpodeStrom.—Meestoymuriendo—susurróymetiólosdedosenlatelamugrosade
lacamisadeStrom.—Sabía que era una mala idea —dijo Jacin después de lanzar una
maldición.Quisolevantarla,peroellaapartóelbrazoymirólabatallafragorosaque
losrodeaba.—Estoydestruida—dijo.Teníalasmejillasllenasdelágrimasmezcladas
con sangre—.Creo que ni siquiera una persona sana podría recuperarse deesto.¿Cómoloharéyo?
—Poresotenemosqueirnos.Vamos.Estaveznoledioopciones,sinoquemetiólasmanosbajolosbrazosde
ellaylapusodepie.WintersedeslizócontraélydejóqueelcuerpodeJacinseamoldaraalsuyo.Gritosdevictorialasorprendieronydesviósuatenciónhacia el palacio.Vio que los taumaturgos huían al interior.Muchos habían
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caídoyyacíanmuertosoagonizantesenlasescaleras.Loshabíanabrumado.Ya eran demasiados para que los secuaces de la reina resistieran, tal comoCinderesperaba.
Losejércitosflaqueaban…enamboslados.Habíatantasmuertes…Incitados por su victoria, los civiles corrieron al palacio y cruzaron las
enormespuertasalacazadelostaumaturgos.Winterpercibióeldestellodeunbrillantecabellorojoysucorazóndioun
salto.—¡Scarlet! —gritó, luchando contra Jacin, aunque él la sostenía con
fuerza—.¡No,Scarlet!¡Noentres!¡Lasparedessangran!Suspalabras seconvirtieronenescalofríos,pero tuvieronefecto.Scarlet
sedetuvoygiró,tratandodedescubrirentrelamultitudellugardesdeelquehabíanpronunciadosunombre.
JacinarrastróaWinterdebajodelasalientedeunasastreríaylacontuvoenelhuecodelapuerta.
—¡Noesseguro!—gritóWinter tratandode liberarsedeJacinenbuscadesuamiga,peroyanolaveíaenlamuchedumbre.MirólosojosllenosdepánicodeJacin—.Noesseguroahí,lasparedes…lasangre.Lavanaherirymorirá.Todosvanamorir.
—Muybien,Winter,tranquilízate—ledijoacariciandosupelo—.Scarletesfuerte.Nolepasaránada.
—No es solo Scarlet—gimióWinter—. Todos van amorir y nadie losabe,soloyo—selequebrólavozycomenzóasollozar,histérica.Empezóaderrumbarse,peroJacinlasostuvoydejóquellorarasobresupecho—.Losvoyaperderatodos.Seahogaránensupropiasangre.
Detrásdelasparedesdelpalacio,elruidodeloscombatessonabadistanteyapagado.Enlascallesyelpatiolohabíanreemplazadolosestertoresdelamuertey las tosessanguinolentas.SobreelhombrodeJacin,Wintermirabacon la vista borrosa. Más que nada había cuerpos y sangre, pero tambiénalgunos rezagados,algunasdocenasdepersonasqueseabríanpasoentre ladestrucción, que trataban de atender a los que seguían con vida, queseparabanunoscuerposdeotros.Unachicaconundelantalasombrosamentelimpioarrancabalosbotonesdelacapanegradeuntaumaturgo.
—Debíhabertedejadoconlosleñadores—murmuróJacin.Lachicadeldelantallosdescubrió,sobresaltada,yescapóalotroladodel
patio para registrar los bolsillos de otras víctimas. Winter supuso que setrataríadeunacriadadelaciudad,aunquenolareconoció.
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—Yopodría haber sido tú—le dijoWinter en susurros a lamuchacha.Jacin movió los dedos por la espalda deWinter—. La humilde hija de unguardia y una costurera. Yo tendría que haber sido ella y rebuscar en losdespojos.Nolarealeza.Noesto.
JacintomóelrostrodeWinterentrelasmanosylaobligóamirarlo.—¡Oye!—ledijoserioydulcealmismotiempo—.Túeresmiprincesa,
¿de acuerdo? Siempre vas a sermi princesa, no importa cuál haya sido tuorigenniconquiénsehayacasadotupapá.
LosojosdeWintersellenarondelágrimas.EstirólosbrazosydoblólosdedossobrelosantebrazosdeJacin.
—Ytúsiempreserásmiguardián.—Así es —la más tenue caricia, el dedo calloso en la sien de la
muchacha.Winterseestremeciódearribaabajo—.Vamos,tenemosqueirnosdeaquí.
Jacincomenzóaalejarse,peroellaleclavólosdedosenlosbrazos.—TienesqueayudaraSelene,aScarletyalosdemás.—No.Ellaestáganandooperdiendo.Mipresencianocambiaránadaen
estemomento.Perotú…puedocuidarteati.Porestavez.—Siempremecuidas.Jacinapretó los labios.Sumiradavagópor lascicatricesenel rostrode
Winter antes de apartarse por completo de ella.Estaba a punto de volver ahablarcuandoWinterpercibióunmovimiento.
Lamuchachadeldelantalsehabíaacercadoahurtadillas.Ahorateníalamiradavacía.Levantóporarribadesucabezaunpuñalensangrentado.
WinterahogóungritoyempujóaJacinauncostado.Lapuntadelarmaresbaló por la parte posterior del brazo del guardia desgarrando su camisa.Conungruñido,giróparaenfrentara lamuchacha.La tomópor lamuñecaantesdequepudieraatacarlodenuevo.
—¡Nolalastimes!—gritóWinter—.¡Estásiendomanipulada!—Medicuenta—gruñóJacin torciendo losdedosde lamujerparaque
soltaraelpuñal,queaterrizóconunruidometálicoenelpisodepiedra.Laempujóaunladoyellasederrumbósobresucostado.
Conelmismomovimiento,Jacinpasóporencimadesucabezalascorreasquesosteníansupistolaysupuñalylaslanzócontodassusfuerzasalcaminodeobstáculosqueformabanloscuerposcaídos,paraquenopudieranusarlasen su contra, para que sus propias manos no se convirtieran en armas encontradeél.
—Esperoquenovayasapensarqueconesoserádiferente.
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Conungemido,Wintersepegóalapuerta.EraAimery.Estabaenlacalleynosonreía.Porunavez,nisiquierafingía
unasonrisapetulante,nicruelniburlona.Seveíatrastornado.La criada, libre de su control, escapó gateando a toda prisa por un
callejón.Winteroyócómosuandarseconvertíaenelgolpeteopresurosodeunahuida.Aimeryladejóirsesinsiquieramirarla.
JacinsecolocóentreWinteryAimery,aunqueellanoentendíaparaqué.Aimerypodríaobligarloaapartarseconelmínimopensamiento,perotambiénpodía jugar con ellos con tanta facilidad como si fueran los peones en eltablerodelareina.
—Comonotieneselusodetupropiodon—dijoAimeryconvozlentaymiradaardiente—,esposiblequenoentiendasquenonecesitamospistolasnidagasparacausardaño.Cuandosetieneelpoderqueyotengo,todoelmundoesunarsenalycadaobjetoesunarma—Aimerysemetiólasmanosenlasmangas, aunque nomostraba su compostura habitual. Se veía extenuado yfurioso—. Podría hacer que te estrangules con tu propio cinturón—siguiódiciendo con voz lenta—. Podría hacer que te ensartes con un trinche deservicio.Podríahacerqueteclaveslospulgaresenlascuencasdelosojos.
—¿Creesquenosélaclasedecosasquepuedeshacer?El cuerpo de Jacin estaba tenso, pero Winter no pensaba que Aimery
hubieratomadoelcontroldeél.Todavíano.Aunqueloharía.Ahí estaba la sonrisa de pesadilla de Aimery, pero mezclada con un
gruñido.—Erestaninferioramícomounarata—eltaumaturgomayordirigiósu
atenciónaWinterconunamuecadedisgustoenlaboca—.Detodasformas,ellaescogió,¿noesverdad?
El corazón de Winter martillaba dentro de su pecho. Las palabras deAimeryresonabanensuagotadacabeza.Estrangular,ensartar,clavar.
Loharía.Aúnno,peroloharía.Unestremecimientorecorriósupielcuandovioelodiopuroenelrostro
deAimery.—Debistehabermeaceptadocuandotuvistelaoportunidad—ledijoala
princesa.Wintertratódetragarsaliva,perolasentíacomounapasta.
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—Pude —le contestó—, pero no habría sido más verdadero que lasvisionesquemeacosan.
—Asíqueescogisteunpatéticoguardia.—Noentiendes.Élesloúnicoreal—afirmóWinterconuntemblorenlos
labios.ElsemblantedeAimeryseoscureció.—Yprontoestarámuerto,princesita—escupióel títulocomouninsulto
—. Real o no, serás mía. Si no como esposa o como amante dispuesta,entonces,comoposesiónparaexhibirenunhermosoaparadorenjoyado—susojos adquirieronunmatizde locura—.He esperadodemasiados años comoparadejarquetevayas.
JacindabalaespaldaaWinter.Teníaloshombroshechosunnudo.Unalínea de sangre bajaba por su codo y se escurría por su muñeca antes desalpicarelsuelo.Sesentíaimpotente.Nopodíahacernadasalvomantenersefirmeydecircosasfríasyduras,esperandoquenadiedetectaraloasustadoyfrustradoquesesentíarealmente.
PeroWinterlosabía.Habíapasadotodasuvidaconesemiedo.AimerysedirigiódenuevoaJacin,conaspectocomplacido.—Heesperadoestodesdeque tepresentaronante lacorte.Debíhaberte
vistodesangrarteesedíaenelpisodelsalóndeltrono.Wintertembló.—Quédecepcióndebehabersidoparati—dijoJacin.—Tienes razón—concedióAimery—, pero creo que así disfrutaré este
momentoaúnmás—hizounamueca—.¿Cómoserá?¿Pormimano?¿Porlatuya?—susojos relucieron—.¿Por ladeella?¡Ah,qué inconsolableestaráporhabersidoel instrumentodelamuertedesuamado!Quizásharéqueteahorqueconsuslindosdedos.
Wintersintiónáuseas.Jacin…Jacin.—Megustaesaidea—dijoAimerycavilando.Las manos de Winter se agitaron. No sabía si lo estrangularía, lo
sofocaría,logolpearíaoloacuchillaría.PerosabíaqueAimerylacontrolaba,que Jacin estaba en peligro y que era el final. No habíamedias tintas. Nohabíaganadores.Quétontaera,tonta,tonta.
Winterseobligóatenerlosojosabiertospesealaslágrimas.Jacingiróhaciaella,querodeósucuelloconlasmanos.Winterpresionó
con los pulgares en la carne de su cuello. Se oyó un resoplido. Si Jacin
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quisieraapartarla,Aimerynolopermitiría.Winter no podía ver. No podíamirar. Lloraba sin control y la horrible
sensación del cuello de Jacin bajo sus dedos era terrible, demasiado frágil,demasiado…
Undestellorojobrillóentresuslágrimas.Scarlet se acercaba por detrás de Aimery. Avanzaba sobre los cuerpos
caídos.Teníaunanavajaenlamano.AldarsecuentadequeWinterlahabíadetectado,sellevóundedoaloslabios.
Aimery giró la cabeza, pero no hacia Scarlet, sino hacia una figuraenormeyrugiente.
Elhombreserioyagitóunamanoenelaire.Wolfestabaaunospasosdedistanciacuandosederrumbóaullandodedolor.
—Soyeltaumaturgodelareina—exclamómirandoconojosimplacablesel cuerpo retorcido de Wolf—. ¿Creíste que no podía percibir que meacechabas?¿Creístequenopodíamanejaraunpatéticomutante,aunguardiadementedébilyaunaterrícola?
GiróenredondoparaencararaScarlet.Ellatodavíaestabaaunadocenade pasos y quedó petrificada, con los dedos contraídos sobre elmango delpuñal.
La sonrisadeAimerysedesvaneció.Fruncióel ceñoaldarsecuentadequealguienyateníaelcontroldelabioelectricidadquerodeabaelcuerpodeScarlet.
Entrecerrólosojosyescudriñóelcementerioenelqueestaban,peronoseveíaanadiequecontrolaraaScarlet,nadiequepudierasocavarsuspropiospoderes,excepto…
Scarletseacercópesadamenteaél.Suandarerarígidoytorpe.Conmanotemblorosaalzóelpuñal.
AimeryretrocedióypusosuatenciónenWinter.EnelmomentoenquelodistrajoWolf—elpobrey torturadoWolf—,había liberado lasmanosy lamentedeWinter. Jacin se frotabael cuelloy luchabapor respirar,mientrasqueWinter…Winter miraba fijo a Scarlet, horrorizada y temblorosa, perodecidida.
LamanodeJacinsemovióyconeldorsogolpeóaWinterenlacara.Laprincesachocócontralapareddeledificio,peronosintióelimpacto.EstabaconcentradaenScarlet,soloenScarlet,enScarletysupuñal.
Winter lloraba y se odiaba. Era mezquina y cruel, pero no dejaba deobligaraScarletaluchar.Aimerydiootropasohaciaatrásyalzólasmanosparadefenderse.Scarletselanzósobreél.Aimerytropezóconlapiernadeun
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civilmuertoycayódeespaldas.Scarletsearrodillójuntoaélyavanzó.Teníala mirada confundida y estaba boquiabierta por la incredulidad, pero sucuerposemostrabaviolento,decididoysegurocuandohundiólahojaatravésdelapieldeltaumaturgo.
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Ochentaysiete
Larealidadsedesintegró.Elmundoeraunmillardepixelesirregularesquesedesgarraban,dejandoespaciosnegrosentresí,yluegovolvíanaunirseconchispascegadoras.
Winter estaba hecha un ovillo, acurrucada en la entrada de la tiendaprincipaldeArtemisa.Suspropiosbrazostemblorososlaprotegíancomounescudo y tenía los pies paralizados y tensos. Había perdido un zapato. Nosupocómonicuándo.
Aimeryestabamuerto.Scarlet-amigalohabíaapuñaladonueveveces.Winterlohabíaapuñaladonueveveces.LaqueridaScarlet.Lasalvaje,tercaymanipulableScarlet.Una vez que comenzó,Winter no pudo detenerse.Nueve veces.Habían
pasado años desde la última vez que habíamanipulado a alguien, y nuncahabía sido con intenciones violentas. En su determinación de someterlos atodos con su don, Aimery no había intentado escapar hasta después de lasegunda puñalada. Para ese momento Winter ya estaba perdida. No pudodetenerse. Solo pensaba en borrar para siempre esa sonrisa horrible ycautivadora.Oendestruirlamentedeélparaqueellanosevieraforzadaarodear de nuevo el cuello de Jacin con susmanos y terminar lo que habíacomenzado.
AhoraAimeryestabamuerto.Lascallesestabancubiertasconsusangre.Apestabanconsuhedor.—¿Quélepasaaella?—gritóunavozalolejos—.¿Porquéactúaasí?—Denleespacio—aestaordensiguióungruñido.¿Jacin?¿Acasoerasu
guardia,tancerca,siempretancerca?
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Jacin había derribado a Scarlet y le había arrancado el cuchillo de lamano, quebrando el control que Winter tenía sobre ella. Sabía que de locontrariohabríaseguidoapuñalando,apuñalando,apuñalando,apuñalandoyapuñalando hasta que Aimery quedara convertido en pequeños pedazos decarneysonrisas.
La mente de Winter estaba perturbada. Era demasiado para podercomprenderlo.
Enloalto,elletrerodelatiendasebalanceósobresusgoznes.Habíaunacortinadesgarradadetrásdelcristalroto.Perforacionesdebalaenlasparedes.Techoscolapsados.Vidrioestrelladodebajodesuspies.
—Tenemos que encontrar a Cinder —la voz sonaba insistente, peroaterrorizada—.Debemosasegurarnosdequeestábien,peronopuedo…noquierodejaraWinter…
Winterarqueólaespaldayhundiólosdedosensucabello,sinalientoantelaarremetidadesensaciones.Encadacentímetrodesupielhabíaunenjambredeabejasquelaaguijoneaban.
Unosbrazoslarodearon.Oquizáshabíanestadoallídesdehacíamucho.Apenas podía sentirlos fuera del capullo que había formado, aun cuandoestabacubiertodegrietasdelgrosordeuncabello.
—Estábien.YomeencargodeWinter.Vayan.Uncapullo.Unacorazadehielo.Elarnésdelanaveespaciallaestrangulaba;lacorreacortabasupiel.—¡Váyanse!Winter arañaba la correa, luchando por liberarse. Esos mismos brazos
fuertestratarondemantenerlaquieta.Intentaroncontenersussacudidas.Ellacastañeólosdientes,yelcuerposedesplazóyquedófueradesualcance.Alser apartada de la puerta, los cuerpos se reacomodaron, de modo que losbrazospudieroncontrolarlasinponerseenpeligro.Ellaluchóconmásfuerza.Pataleóyseretorció.
Ygritó.Apuñalar,apuñalar,apuñalar,apuñalar,apuñalar…Sequedósinvoz.Talvezhabíaestadogritandodesdehacíamucho.Quizáselsonidosehabíaquedadoencerradodentrodelcapullo,atrapado
comoella.Probablementenadielahabíaescuchado.Talvezgritaríahastaquesugargantasangraraynadiesedaríacuentajamás.
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Su corazón se partió en dos. Ella era un animal. Una asesina y unadepredadora.
Losgritosseconvirtieronenaullidos.Aullidostristesydesgarrados.Aullidosacechantesyfuriosos.—¿Winter?¡Winter!Los brazos alrededor de ella eran implacables. Ella pensó que tal vez
habíaunavoz,familiarycariñosa,enalgúnlugaraloslejos.Pensóquepodríahaberbuenasintencionesenesavoz.Pensó que si podía seguir el sonido la llevaría a algún lugar seguro y
tranquilo,dondeyanofueraunaasesina.Peroseestabasofocandobajoelpesodesuscrímenes.Animal. Asesina. Depredadora. Y todos los lobos aullaron:
auuuuuuuuuuuu.
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Ochentayocho
Cinderrevisólasmunicionesdesupistola,contandolasbalasmientrascorría.Respirabaagitadamente,peronosesentíacansada,nisiquieraadolorida.Laadrenalinabombeabaconfuerzaporsusvenas,aunquelonotabasoloporquesesentíatemblarporsuefecto,ynoporqueseloindicarasuinterfaz.
Los ruidos de la batalla resonaban en el palacio, apagados y lejanos.Muchospisosabajo.Sediocuentadequehabíanentradoysabíaquehabríamuchasbajas.
Pensabaqueprobablementeibanganando.Podíaganar.Pero sederrumbaría si no terminaba loquehabíavenido ahacer.Si no
encontraba la manera de acabar para siempre con la tiranía de Levana, elpueblovolveríaaestarbajosucontrolporlamañana.
Subía los peldaños de dos en dos. Cuando llegó al corredor del cuartopiso,elpelolepicabaenelcuello.Estudióelvestíbulovacío,consusobrasdearte, tapicesybrillantesmosaicosblancos, atentaacualquier sonidoqueindicaraunaemboscada.
Aunquelasemboscadasnosehacíananunciarconsonidos.Despuésdelcaosdelpatio,todoerafantasmaleinquietante.NofueningúnconsueloparaCinderquehubierapodidollegaralsalóndel
tronosinincidentes.EracomosiLevanalefacilitaralascosas,loquepodíasignificarqueestabatanturbadaporelvideoquehabíadejadodepensarconclaridado,lomásprobable,queCinderseestuvierametiendoenunatrampa.
Llevaba en una mano la pistola y en otra el puñal. Trató de calmar laestampidadesucorazón.Hizocuantopudoporidearalgúnplanparacuandollegara al salón del trono, suponiendo que Levana estuviera ahí,probablementeconundestacamentocompletodeguardiasytaumaturgos.
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Si los guardias no estaban bajo el control de nadie, ella los tomaría yformaría una barrera de protección a su alrededor. En el instante en quesurgieralaoportunidad,ledispararíaaLevana.Nohabíalugarparatitubeos.
PorqueLevananodudaríaenmatarlaaella.Llegó a la parte exterior de las puertas del salón del trono, que tenían
labradas en la superficie la insignia lunar. Respiró profundamente. Habríaquerido poder percibir cuántas personas había dentro, pero el salón estabamuybiensellado.Loquehubiesedetrásdeesaspuertaseraunmisterio.
Unaemboscada,ledecíaelsentidocomún.Unatrampa.Sepasólalenguaporloslabios,serecompusoypateóunadelaspuertas
para abrirla. Se coló antes de que se cerrara contra ella. Estaba tensa. Sepreparó para un impacto, un golpe, una bala, cualquier cosa aparte de laquietudquelarecibió.
Solamente había dos personas en el salón del trono, por lo que se veíainfinitamentemásgrandequeduranteelbanquetedebodas.Ahíseguíanlosasientosdelosinvitados,peromuchosestabanarrumbadoscontralasparedesoaplastadosporladestrucciónqueellahabíacausado.
En cambio, no habían movido el trono y Levana estaba sentada comoantes.Enlugardelaspectopetulanteycrueldesiempre,sehabíadesplomadoeneltronoenorme,rodeadaporunairedederrota.Llevabaenelvestidoloscolores de la bandera de la ComunidadOriental, una burla de todo lo querepresentabanparaKaiysupaís.Habíarecuperadoelencanto.Mirabahaciaotro lado, escondida detrás del muro de su cabello radiante. Cinder soloalcanzabaaverlapuntadelanarizyalgodeloslabiosrojos.
La otra persona del salón eraThorne.Cinder sintió que se le hundía elcorazón,peroseaferróaunaligeraesperanza.Quizáseraunsimplelunarqueusaba su encanto para verse como Thorne. Entrecerró los ojos condesconfianza,sinatreverseaadentrarsemásenelsalón.
—Vaya,yaerahora—dijoThorneconvozburlonayreconfortante—.Notienesideadequéincómodoshansidoestosminutos.
Cinderquedódescorazonada;sehabíadiluidosuesperanza.SindudaeraThorne, y estaba demasiado cerca de la cornisa del salón del trono, desdedonde ella había saltado. Tenía las manos en la espalda, posiblementeesposadas.Nollevabaelmoñoconlucesysutrajemoradosehabíareducidosoloa la camisa, ahoradesabotonada.Teníaunagujero en lospantalonesysangresecaarribadelarodilla.Unabultamientodebajodelatelasugeríaunvendajeimprovisado.
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Cinderseextendióhaciaélconsuspensamientos,peroLevanayalohabíacontroladoyteníadominadossuspiescomosiestuvieransujetosporgrilletesdeacero.
ThornemiródearribaabajolaropaensangrentadadeCinderyelarmaencadamano.Elevóunaceja.
—¿Undíadifícil?Cindernorespondió.Seguíaesperandounataquesorpresa.Undisparoal
corazón.Unguardiasalidodelassombrasparaderribarlaalpiso.Nadapasó.Nadaseoía,salvosurespiraciónpesada.—¿Túpierna?Thornealzóloshombros.—Me duele horrores, pero no va a matarme, salvo que la cárcel haya
estadollenadebacteriasmugrosasylaheridaseinfecte.Dehecho,hayqueencararlo,escompletamenteposible.
Cinder miró a sus espaldas para cerciorarse de que nadie se acercabadesdeelcorredor.Diounpasovacilantealfrente.
Thornediounpasoatrás,unpasomáscercadelacornisa.Cindersedetuvo.—No te acerquesmás—ledijoLevana convozmansay cansada,muy
distinta del regocijo altanero con el que había ordenado la ejecución deCinder.Nolevantólacabeza—.Tesugieroquetampocoprepareslasarmas,amenosquecreasqueéltienetantasuertecomotú.
—Estoybastanteseguradequeéltienemássuerte.Thorneasintióconlacabeza,peronodijonadayCindernosemovió.Lo
miróymoviólabocaparadecirensilenciounasolapalabra:“¿Cress?”.La indiferencia de Thorne desapareció y sacudió muy ligeramente la
cabeza.Cindernoentendiósiesosignificabaquenosabíadóndeestabaosihabíaocurridoalgomaloynoqueríahablardeesoporahora.
Cinderabandonósucuriosidadalsentirqueletemblabalamano.Estaballevandolapistolahaciasupropiacabeza.Ibaamediocaminocuandoapretólosdientesyobligóalbrazoadetenerse.Parasualivio,asíocurrió.
Conunresoplido,bajóelarmaauncostado.Levanaserio,perosurisasonómásfrágilqueencantadora.—Penséquepodríafuncionar—dijomientrassefrotabalafrente—.Por
ahora…nosoyyomisma,aunqueparecequetútampoco.Cinder frunció el ceño, preguntándose por qué Levana había podido
controlarla en el patio, pero no aquí. ¿Era porque su fuerza mental no era
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demasiadamientrastratabademantenerelcontroldetantagenteoeraquelareinasedebilitaba?Quizáselvideoenelquesemostrabasuverdaderorostrohabíareducidosushabilidades.
No parecía afectada su capacidad demanipular a Thorne, aunque, paradecir la verdad, Cinder estaba segura de que hasta un niño lunar podríamanipularlo.
—¿Porqué,Selene?¿Porquémequieresquitartodo?—preguntóLevanaluegodesuspirar.
Cinderentrecerrólosojos.—Fuistetúquientratódematarme,¿recuerdas?Erestúlaquesesientaen
mitrono.¡Erestúlaquesecasóconminovio!Laúltimapalabraseleescapósinquerer.Cinderpensóqueeralaprimera
vezquelodecíaenvozalta.Nisiquierasabíasieraverdad,perosentíaqueeraasí,salvoporqueestabacasadoconsutía.
ParecíaqueLevananoleprestabaatención.—Noentiendescuántoluchéporesto.Cuántosañosdeplanear,deponer
los cimientos. La enfermedad, los vacíos, el antídoto, los soldados, losagentesespeciales,losataquesorganizadoscontantocuidado—apoyólasienen una mano pálida. Se veía desdichada—. Estaba listo y era perfecto. Élanunciaríanuestrocompromisoenelbaile,perono;teníasqueestarahí.Deregreso de entre los muertos para perseguirme. Y entonces viniste aquí, lepedisteamipuebloquemeodiara, lesmostrasteese…esehorriblevideoylesllenastelacabezacontusmentiras.
—¡Mismentiras!Erestúlaqueleslavaselcerebro.Yosololesmostrélaverdad.
Levanaseencogióporeldolorymoviólacabezatodavíamás,comosinosoportara el recuerdo de lo que había escondido debajo de la ilusión debelleza.
Cinderexhalóbruscamenteydiounpasoalfrente.Thornediounpasoatrás.Cinderhizounamueca.ErademasiadoesperarqueLevanaestuvieratan
concentradaensusengañosquedejaradeprestaratención.—Loquenoentiendo—ledijoCinder,suavizandoeltono—esporqué
mehicisteeso.Eraunaniñaytú…—sucorazóndiounvuelco—.Séqueesascicatricesque tienessondequemaduras.Tengolasmismascicatricesdondeperdí lapierna.Sisabíascómoeravivirconeso,¿cómopudistehacérseloaalguien?
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—Se suponía que no ibas a sobrevivir —gritó Levana, como si asímejorara la situación—. Al menos, habría tenido la piedad de matarte, deponerleelpuntofinal.
—Peronomorí.—Medoycuenta,sí.Noesmiculpaquealguienpensaraquevalíalapena
salvarte. No es mi culpa que te hayan convertido en… eso—dijo LevanahaciendoungestopocoentusiastahaciaCinder.
Lamuchachaapretólosdientesconganasderesponder,perosemordiólalengua. Levana había estado viviendo con sus pretextos durante muchotiempo.
Le echó una mirada a Thorne. Se pasaba la lengua por los dientes ymirabaaltecho.Parecíaaburrido.
Cinder retrocedió un paso, tratando de ofrecer una señal de paz, peroThornesequedódondeestaba.
—¿Quién te causó esas quemaduras? —preguntó, optando por lamoderación—.¿Quiéntelastimóasí?
Levanaresoplóy,porfin,seatrevióamiraraCinder.Ahíestabatodalabelleza, reluciendo en la superficie; pero como Cinder sabía lo que habíadebajo, no podía dejar de ver la realidad. Ya fuera por su programacióncibernéticaoporladebilidaddeLevana,laveíatalcualera:consuscicatricesydeforme.
Sintióunapunzadadecompasiónenelestómago,perosolounapunzada.—¿Nolosabes?—lepreguntóLevana.—¿Porquétendríaquesaberlo?—Niñatonta—unmechóncayósobreelrostrodeLevana—.Porquefue
tumadre.
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Ochentaynueve
LapalabraMADREeraajenaalosoídosdeCinder.MADRE.Unamujerquelahabíadadoaluz,peroesoeratodo.Noteníarecuerdos
de ella, solo rumores: historias espeluznantes que decían que la reinaChannaryeraaúnmáscruelqueLevana,aunquesureinadohabíasidomuchomáscorto.
—Mi propia dulce hermana —ronroneó Levana—. ¿Quieres escucharcómosucedió?
No.PeroCindernopudoarticularlapalabra.—Ellateníatreceañosyyo,seis.Ellaestabaaprendiendoausarsudon,y
leproducíaunenormeplacermanipularatodosasualrededor,aunqueyoerasiempresublancofavorito.Ellaerabastantebuenaeneso.Comoyo.Comotú.Estáennuestrasangre.
Cinder se estremeció. Está en nuestra sangre. Detestaba pensar quecompartíalasangredecualquieradeesafamilia.
—Aesaedad, su truco favorito era convencermedequeellameamabaentrañablemente.Comonuncasentíelamordenuestrospadres,noeradifícilqueyolocreyera.Entonces,cuandoestabaseguradequeharíacualquiercosaporella,metorturaba.Enesedíaenparticular,medijoquemetieralamanoenunachimenea.Comomenegué,meobligóahacerlodecualquierforma—Levanasonrióalcontarlahistoria,conmiradatrastornada—.Comohasvisto,cuandofinalmentemedejómarcharme,nosolomimanohabíasufrido.
La bilis llenaba la boca de Cinder. Una niña tan pequeña, taninfluenciable.
Debiódesertanfácil.
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Ydeunacrueldadimposibledecomprender.¿Sumadre?—Despuésdeaquello,empezaronallamarmelaprincesafeadeArtemisa,
latristecriaturadeforme,mientrasqueChannaryeralahermosa.Siemprelabella.Peroyopractiquémiencantoymedijequealgúndíatodosolvidaríanelfuegoylascicatrices.Algúndíaseríareinaymeaseguraríadequelagentemeamara.SeríalareinamáshermosaqueLunahabíaconocidojamás.
Cinderaferrósusarmasconfuerza.—¿Poresolamataste?¿Parapoderserreina?Ofueporqueella…tehizo
eso.—¿Quién dice que la maté? —preguntó Levana, alzando una de sus
perfectascejas.—Todoslodicen.InclusoenlaTierrahemosescuchadolosrumores.Que
matasteatuhermana,atupropioesposo,yamí,todoportuambición.Con rostro imperturbable, Levana volvió a reclinarse lentamente en su
trono.—Loquehice,lohiceporLuna.Misluchas,missacrificios.Todohasido
porLuna.Todamividahesido laúnicaaquien le importaba, laúnicaquepudoverelpotencialdenuestragente.Estamosdestinadosaalgomuchomásgrande que esta roca, pero lo único que le importaba a Channary eran susvestidosysusconquistasamorosas.Fueunareinaterrible.Eraunmonstruo…—sedetuvo;susfosasnasalesseensancharon—.Perono.Nolamaté,aunquemil veces quise haberlo hecho.Debí haberlamatado antes de que arruinaratodo. Antes de que te tuviera a ti, ¡una bebé sana que crecería para serexactamentecomoella!
—No sé en quién me habría convertido si hubiera crecido aquí—dijoCinderentredientes—,peronosoycomoella.
—Oh, sí—reflexionó Levana, saltando de palabra en palabra como unriachuelosobrelaspiedras—.Enesepuntocreoquetienesrazón.Cuandovipor primera vez tu encanto en el baile de la Comunidad,me sorprendió lomucho que te parecías a ella, salvo por la mugre, las manchas y esasespantosas extremidades metálicas. Pero parece que esas son las únicassimilitudes—suslabiosseextendieron,rojoscomolasangre,cubriendosusdientes perfectos color perla—.No, pequeña sobrina. Tú te parecesmuchomásamí.Dispuestaahacercualquiercosaporseradmirada.Porserquerida.Porserreina.
ElcuerpodeCindersepusorígido.
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—Tampoco soy como tú. Estoy haciendo esto porque no me distealternativa. Tuviste tu oportunidad. No pudiste ser justa. Una buenagobernanteque tratara a sugente con respeto. ¡Y laTierra!Túquerías unaalianza, la Tierra deseaba paz… ¿por qué no simplemente… aceptaste unacuerdo? ¿Por qué la enfermedad? ¿Por qué los ataques? ¿Honestamentepensabasquedeesaformaharíasqueteamaran?
Levanalamiró,furiosayllenadeodio.Entoncessuslabiosseestiraronenalgoparecidoaunaampliasonrisa.Unasonrisafuriosayllenadeodio.
—Elamor—musitó—.Elamoresunaconquista.Elamoresunaguerra.Soloeseso.
—No.Estásequivocada.—Bien —Levana pasó los dedos sobre el apoyabrazos del trono—.
Veamoscuántovaletuamor.Sirenunciasatodoslosderechosareclamarmitrono,yonomataréatuamigo.
Cinderapretóloslabios.—¿Y si lo sometemos a votación?Dejemosque el pueblodecida quién
quierequelogobierne.Thorneretrocedióunpaso.Sutobilloizquierdoahoraestabaenelborde
delacornisa,ypareciódesfallecercuandomiróhaciaabajo,haciaellago.Cinderseencogió.—Espera.Yopodría prometer que renunciaré al trono en tu favor, pero
aunasíhabríadecenasdemilesdepersonasquedemandaríantuabdicación.El secreto ha sido revelado. Ellos saben que yo soy Selene. No puedoretractarme.
—Dilesquementiste.—Además,encuantolomates,yotemataré—agregóCinderdespuésde
exhalarbruscamente.Levana ladeó la cabeza, y aunque pensó que usaba su encanto, Cinder
estabaviendoalamujerdelvideo.Sediocuentadequeeseerasuojosano.—Entoncescambiarélascondicionesdemioferta—dijoLevana—.Site
sacrificas,nolomataré.Cinder echó un vistazo a Thorne, quien parecía indiferente al hecho de
queestabannegociandoconsuvida.Éllamiróychasqueólalengua.—Hastayopuedoverqueesunmalacuerdo.—Thorne…—¿Meharíasunfavor?—preguntóél.Cinderfruncióelceño.—DileaCressquehablabaenserio.
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—Thorne…—repitióCinder,conunnudoenelestómago.—Muy bien, SuMajestad: si ella no lo hace, yo acepto el reto—dijo
Thorne,mirandoaLevana.—Noestoynegociandocontigo—estallólareina.—Siustedmemata,perderásuúltimoelementodenegociaciónyCinder
ganará.Entonces,discutamosnuestrasalternativas.Ustedpuedeaceptarquesuperíodocomoreinaterminóydejarnosir,ytalvezCindertengapiedaddeustedynolaejecuteportraición.Opuedetirarmeporestebalcóny…
—Bien.LosojosdeThorneparecieronagrandarse.Seacercóaúnmásalacornisa.
Conungrito,alzólosbrazos:unadesusmuñecasseguíaatada;conlamanoopuestasujetabaelmangodelcuchillodecocinaquesehabía llevadode lamansión.Jadeaba,subrazosseagitabanysuequilibrioeraprecario.
Cinderdejócaersusarmasyseabalanzóhaciaél.Thornecayó.Enelúltimoinstanteinclinóelcuerpohaciaadelante.Una
desusmanosseaferróalacornisa.Soltóungruñido.Cindersaltó.Levanaseinclinóhaciaadelante.Los dedos deThorne se soltaron justo cuandoCinder se estiró sobre la
cornisa y se aferró a su brazo. El hombro lesionado gritó, pero sostuvo aThorneconfuerza.
Thornelamiró.Jamáslohabíavistomostrartantomiedo.—Gracias —jadeó él. Entonces su mano libre subió repentinamente y
golpeóaCinderenlamandíbula.Ellaseencogióyseapartósinsoltarlo.—¡Perdón!Nosoyyo.—Losé—gruñóella.Plantandolaotramanoenelpiso,seinclinóhacia
atrás, arrastrando aThorne consigohastaque este llegó al bordey suspieslucharon en busca de apoyo. No se atrevió a soltarlo cuando dejó caer sucuerpoalpiso.
Cinder sabía que en cuanto lo soltara, Levana haría que se lanzara denuevohaciasupropiamuerte.
Demasiado tarde se dio cuenta de que él ya se las había arreglado paralibrarsedesusataduras.MientraselladiscutíaconLevanaéldebiódehaberusado el tiempo para tratar de liberarse. La caída no lo habríamatado, susbrazosestaríanlibresyhabríapodidonadar.Peroahoraestaba…
Thorneleclavóelcuchilloenunmuslo.Cindergritó.—Tampocofuiyo—dijoélsinaliento,altiempoquesumanoarrancaba
elcuchillo.Levantóelbrazosobrelacabeza,preparándoseparaapuñalarlade
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nuevo.Cinderloderribóylequitóelcuchillodeungolpe.Thornelagolpeóconelcodoenlagarganta.Ellasequedósinaire;puntos
blancosdestellabanensucampovisual.Thorneseapartórápidamente,peronocorriódevueltahacialaorilla.
Cinder se llevó las manos a la garganta y masajeó los músculos paraforzarlos a tomar aire. Aún aturdida, se incorporó sobre sus piernastambaleantes,listaparalanzarsecontraThornedenuevo.
Escuchócómoseliberabaelsegurodeunapistola.Se quedó petrificada. Thorne había idomuchomás lejos de lo que ella
esperaba y ahora estaba de pie cerca de la entrada del salón, sujetando elcuchillo y la pistola que ella había dejado caer cuando trató de salvarlo.Elcañóndelapistolaapuntabaasucabeza.
Cindersetambaleó.Tropezóunavez.Volvióaponerseenpie.Undisparohizoecoenlasparedesdelsalón.Cinderretrocedió,esperando
unasacudidadedolor,peroenlugardeesoescuchóquealguienmaldecíaalosgritos.
LapistolaqueThornehabíatomadosedeslizóatravésdelsuelo.Cinderse sacudió elmareo ymiró boquiabierta a su amigo, que aún observaba sumanofijamente,horrorizado.Subrazoseguíalevantado,perosumanoahoraestabavacíaycubiertadesangre.
—¡Losiento!—gritóCress.Estabaenelpiso,apoyadacontraelmarcodela entrada, luchandoporvolver a levantarse.El retrocesodel arma le habíahechoperderelequilibrio.
—¡Losiento,capitán!Thornemaldijodenuevo.Lasgotasdesudorseagolpabanensufrente.
PerocuandovioaCressboquiabierta,setragóeldolorygritó:—¡Buentiro!—Cress—resoplóCinder—.Lareina,Cress.¡Dispáralealareina!Aunquelloriqueando,CressapuntóelarmahaciaLevana.CindercorrióparatomarlapistolaquehabíacaídodelamanodeThorne.Thorne también corrió y atrajo la atención de Cress. Con un solo
movimiento,desviódeuncodazoelbrazodeCressyalmismotiempo,conlamanosana,leclavóelcuchilloenelestómago,hastalaempuñadura.
Cindertomósupistoladelsuelo.Cressdejócaerlasuya.La sangre brotó a través del vestido. Miró a Thorne boquiabierta; era
imposibledecircuáldelosdosestabamásaterrorizado.LamanodeThorneseguíaaferradaalaempuñaduradelcuchillo.
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Girandohacia el trono,Cinder disparó, peroLevana se tiró al piso y labala rebotó en el respaldo labrado del trono.Mientras Cinder cargaba otrabalaenlarecámara,Levanasearrojóalsueloysearrastrósobrelosplieguesdesufaldaparaescondersedetrásdeltrono.Cinderabriófuegodenuevo,yestuvoapuntodeacertarleenlapiernaantesdequedesapareciera.
—No—dijoCress,sinaliento.Un dolor abrasador invadió el costado de Cinder. Se desplomó sobre
manosyrodillas.Luegosevolvióyretrocedió,conunamanosobrelaherida.Thorne estaba de pie sobre ella, sujetando el cuchillo. Cress colgaba de subrazo, en un intento por apartarlo, pero él era demasiado fuerte y ellaintentabamantener unamano sobre la herida del abdomen. Toda su frenteestabacubiertadesangre.
—Losiento—sollozóThorne.Todaslasseñalesdesuconfianzahabitualhabíandesaparecido—.Losiento,losientomucho…
Cress lo mordió, hundiendo los dientes en la carne de su mano en unintentoporhacerquesoltaraelcuchillo.Élahogóungritodedolor,peronocedió.
Tomandolapistoladenuevo,Cinderselanzóparatratardearrebatarleelcuchillo a Thorne. Con un gruñido, le asestó una patada en el pecho y learrancóelcuchillo.Élcayódeespaldas,ysushombrosgolpearoncontraunadelassillasdelpúblico.Surostroapenasmostrabadolor.Susaccioneserancadavezmenosnaturales,másforzadas.
Quizá se debía a sus lesiones, pero lomás probable era que la reina seestabacansandodecontrolarlo.
Cress se derrumbó sobre sus rodillas, apretándose el estómago. Susmejillasestabancubiertasdelágrimas.
—Cinder…Cinder estaba parada a su lado, la pistola en su mano izquierda y el
cuchilloqueescurríasangreenladerecha,cadamúsculotembloroso.—Estrellas…Volteódegolpehacialaentrada.ScarletyWolfhabíanllegado.—¡No!¡Corran!¡Váyansedeaquí!Scarletlamiróalosojosyempezóasacudirlacabeza.—¿Qué…?Másarmas.Másenemigospotenciales.Másgentea laqueellaamabay
que Levana podía arrebatarle. Apretando los dientes, Cinder extendió lamano,tratandodeadueñarsedesubioelectricidad.
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Demasiadotarde.WolfyanopodíasercontroladoyScarletyahabíasidocaptada.
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Noventa
CindermiróHACIALevana,queobservabaalosreciénllegadosporencimadeunodelosapoyabrazosdeltrono.Entonces,lareinaviolasegundapistola,olvidada cerca de la entrada. Scarlet ahogó un grito mientras su cuerpoavanzabatropezando,sinpodercontrolarlo.
Cinder también se lanzó tras el arma, derrapando en el piso resbaloso.Habíademasiadasarmas,demasiadasamenazasynoteníasuficientesmanos.
Enlugardetomarelarma,laempujóyviocómopasabajuntoaScarlethasta el estrado elevado para el público. Un segundo después, el peso deScarlet cayó sobre ella. La tomó por el pelo y jaló de su cabeza casi hastaromperle el cuello. Cinder gritó de dolor y rodó para quitarse de encima aScarlet. Sin soltar el arma, giró con el brazo metálico para golpear a lapelirrojaenlasien.
Hizounamueca al dar el golpe, pero funcionó.Scarlet la soltó, resbalóhastalamitaddelasalayquedódespatarradaenelsuelo.
Notuvotiempodeasimilarsusremordimientos,puesoyóunrugidoyelmiedo lahizodirigir la atenciónhaciaWolf.Gruñendo, furioso,yacargabacontraella.
Lapistola, elpuñal.EraWolfperonoeraWolf,yellano tenía fuerzasparacombatirlo,noeneseinstante,nodenuevo…
Cinder arrugó la cara por una gota de sudor que entró en sus ojos ylevantóelarma.
PeroWolf estaba concentrado en el cuerpo caído de Scarlet, y cuandosaltó, liberó completamente a Cinder. Ella giró, estupefacta,mientrasWolftomabaaScarletenlosbrazosylaacurrucabacontrasucuerpo.
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Wolf,queeraunmonstruo,queeraunadelasbestiasincontrolablesdelareina…afindecuentas,todavíaeraWolf.
Cinder respiró hondo, se sofocó y volvió a inhalar para incorporarse.Perdióelequilibrioycayósobreunarodilla.
—Wolf—tartamudeó—,porfavor.AyudaaCressyThorne…Él levantó la cabeza.Al principio, sus ojos verdes reflejaban violencia,
peroluegomiróaCress,queteníalasmanossobreelestómago,mortalmentepálida, y a Thorne, derrumbado contra una silla tirada, que quería ir haciaCressperoestabaaterrorizadodenopoderconfiarensupropiocuerposiseacercabademasiado.
Wolfmoviólacabezaenseñaldequeentendía.Aliviadaporeso,ynopornadamás,CinderpodíaconfiarenqueWolf
sacaríaasusamigosdeallíyempezaríaaocuparsedesusheridas.Tratódelevantarse de nuevo y esa vez lo consiguió. Avanzó trastabillando hacia eltrono,aferrandolapistolaconunamanoyelpuñalconlaotra.Cuandorodeóelestrado,vioaLevanaderodillas,conunamanoenterradaenlosplieguesde su vestido y colgada del trono con la otra. El vestido de coronación seinflaba sobre ella, elegante y distinguido, y contrastaba nítidamente con logrotescodesurostro.Habíarenunciadoatratardeusarsuencanto.
Cinder seodióporpensarque la reinaeragrotesca.Unavezhabía sidounavíctima,al igualqueella lohabíasido,y¿cuántosnohabíancalificadolos miembros metálicos de Cinder como grotescos, antinaturales,desagradables?
No.Levanaeraunmonstruo,peronoporel rostroquehabíaescondidotantos años. Sus monstruosidades estaban enterradas mucho másprofundamente.
OtragotadesudorcayóenlaspestañasdeCinderylaenjugóconeldorsodelamuñeca.Entonces,levantólapistolayapuntóalcorazóndeLevana.
Almismotiempo,lareinaalzólamanoqueteníametidaenlalujosatela.Tenía la pistola que Cinder había lanzado hacia el estrado. Le temblaba lamano,comosielarmafuerainsoportablementepesada,yporlaformaenquelasostenía,estabaclaroquenuncahabíadisparadouna.Desdeluego,eraunareina.Teníasecuacesqueseencargabandelosasesinatos.
Levanaapretólosdientesyseconcentró.Cindersintióquelosmúsculosdesumanoderechasecontraíansobresushuesos.Lostendonescomenzaronaacalambrarse,losligamentossetensaron.
Conungesto,miróelarmaensumano,eldedoqueteníasobreelgatillo.Tratódejalarlo.
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Leordenóasudedoquelojalara.Lesuplicó.Jalarelgatillo.Jálalo.La mano empezó a sacudirse. La pistola se bamboleaba al final de su
brazo.Respirabaentrecortadamente.Sentíaelgatilloclavadoenlayemadeldedo.
Peronopodíajalarlo.Nopodía.ElterrordeLevanasedisipaba.Suslabiossetorcieronenalgocomouna
muecadealivio,sinofueraporelceñotanconcentrado.DominabaelbrazodeCinder,eldedo,lapistola.
Levanasacólalenguadelabocaparahumedecerseloslabiosresecos.—¡Ah!—murmuróconundestellodeorgulloenlamirada—,veoquetú
tambiénestáscansada.Cinder resopló. Un terremoto retumbó en su interior. Se enfocó en la
manotemblorosadelareinayproyectósuspensamientos.Levana la miró con asombro. El pelo se le pegaba a las cicatrices del
rostro.Contemplósupropiamano,quelatraicionabatantocomoaCinderlasuya.
CinderobligóalbrazodeLevanaadoblarse.Guioelarmahaciaarriba.Cadacentímetroeraunabatalla;cadainstante,uncombate.
Levanaenrojeció.ApretólosdientesparavolveraconcentrarseyCinderpercibióquesubrazosemovía.Sumanotraidoralevantóelarmaysepusoelcañóncontralasien.Eraelreflejodelaimagendesutía,lasdospreparadasparadisparar.
—Asíescomodebióhaberterminadolanochedelbaile—susurróLevana—.Asíteníaqueser.
Mostraba una sonrisa enloquecida y miraba al punto en que la pistolapresionabalapielhúmedadeCinder.
Cinder recordaba claramente esa noche como una pesadilla que nuncaolvidaría. Levana había controlado su brazo y la había obligado a tomar lapistoladeJacinyapuntarseen lasien.Cinderpensóqueseguramente ibaamorir,perosuprogramacióncibernéticalasalvó.Estaveznolasalvaría.
—Adiós,sobrina.Cinder no podía mover la pistola, pero su cuerpo ardía por la
determinación.Ibaaimpedirqueeldedooprimieraelgatillo.NodejaríaqueLevanalojalara.Nodebíahacerlo.
El dedo se retorció palpitando entre dos dueñas. Una extremidad tanpequeña,undedodiminuto.
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Cinder concentraba el resto de su fuerza de voluntad en la mano deLevana.Percibíalabioelectricidadcrepitarenelaireentreellas.Escuchabaelchisporroteo de la energía. Sus fuerzas y sus flaquezasmostraban altibajos.CuandoCinderpensabaqueavanzaba,quecontraíaeldedodeLevanasobreelgatillo,sentíaquesupropiodedoseretorcíafueradesucontrol.Unagotadesudorescurriópor laparte internadelcodo.Unmechóndepelocolgabasobresuslabios.Elolorahierrolehacíapicarlanariz.Todoslossentidosladistraían.Sesentíamásdébilacadamomento.PeroLevana tambiénestabamás débil. También sudaba y tenía el rostro contraído por la tensión.Luchabanporrespirar,ydepronto…
Un chasquido retumbó dentro de la cabeza de Cinder. Lanzó un gritoahogado y dejó caer la mano. Le dolían los músculos por el trabajo, perovolvíanasersusmúsculos.Inhalóconfuerza,mareadaporelesfuerzo.
Levanasollozófrustrada.Sucuerposevenció.—Bueno,bueno.Merindo—hablótanbajoqueCindernosabíasihabía
entendido.AúncontrolabalamanodeLevanaymanteníalapistolalevantadasobresucabeza,perolareinaparecíahaberolvidadoqueestabaahí.Contrajoel rostro. Su cuerpo languidecía dentro del enorme vestido—. Te cedo lacorona,ymipaísymitrono.Tómalos,pero…déjameenpaz.Déjamevolveratenermibelleza,porfavor.
Cinderobservóasutía.Suscicatrices,elcabelloapelmazadoyelpárpadocerrado. Sus labios temblorosos y los hombros caídos. Estaba demasiadocansadasiquieraparausarsuencanto.Demasiadodébilparaseguirluchando.
UnaoleadadepiedadrecorrióaCinder.Esta mujer terrible y desdichada no tenía la menor idea de lo que
significabaserverdaderamentehermosaoverdaderamenteamada.Cinderpensóquenuncalosabría.Tragócondificultadporqueteníalalenguareseca.—Acepto —le dijo Cinder aturdida—. Seguía controlando el dedo de
Levanaenelgatillo,perodejóquebajaraelarma.Cinderleextendiólapalmadelamano.Lareinalamiróunmomentoantesdeestirarseparaentregarlesupistola.
Con el mismo movimiento, tomó el puñal olvidado y embistió contraCinder,enterrandolahojaenelcorazóndesusobrina.
Cinder se quedó sin aliento, como si sus pulmones hubieran colapsado,como si un relámpago la hubiera recorrido de la cabeza a los pies. Lasacudidaexplotóensupechoycayódeespaldas.Levanacayósobreella,conelrostrotensoporlarabia.Tomóelpuñalconlasdosmanosycuandolohizo
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girar, todos los nervios de Cinder estallaron con un dolor insoportable. Elmundosenubló,vagoyborrosoensucampodevisión.
Elpuroinstintolallevóalevantarelarmaydisparar.ElfogonazoapartóaLevana.Cindernovioadóndehabíapegadolabala,perodetectóunarcodesangreenelrespaldodeltrono.
Se le velaba la vista. Todo era blanco y estrellas danzantes. Su cuerpoestabainvadidoporeldolor,laoscuridadyelcalor,ylosentíapegajosoporlasangre.Estrellas.Sediocuentadequenoestabanensucabeza,sinoquehabían pintado estrellas en el techo del salón del trono. Una galaxia seextendíafrenteaella.
En el silencio del espacio, oía un millón de ruidos al mismo tiempo,distantes e incongruentes.Ungrito.Un rugido, comodeun animal furioso.Pisadas.Unapuertaqueseabríaychocabacontralapared.
Sunombre.Confusión, ecos. Sus pulmones se sacudían, o quizás era que todo su
cuerpoconvulsionaba.Lalengualesabíaasangre.Una sombra pasó frente a ella. Ojos cafés aterrorizados. El pelo negro
revuelto.Labiosque todas laschicasde laComunidadhabíanadmiradomilveces.
Kai la miraba. Miraba la herida, el mango del puñal, la hoja todavíaenterrada.Cindervioquesubocaformabaelnombredeella.Kaigiróygritóalgo por encima de su hombro, pero se le perdió el sonido de su voz, tanfuerteperolejos,lejos,muylejos.
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Noventayuno
—Yatelodije,estoybien—insistióScarlet,aunquesutonoeradecansancio—.Essoloquehansidomesesmuylargos.
—¿Bien?—gritóÉmilie.Porlaformaenquesusojossedesenfocabanysusrizosdoradosaparecíanenlapantalla,Scarletpudoverquelacamarera,la única amiga que tenía en Rieux, sostenía su pantalla portátil demasiadocerca de la cara—. ¡Desapareciste por semanas!Estuviste fuera durante losataques,ycuandoestalló laguerra,y luegoencontréaesosconvictosen tucasa, y después… ¡nada! ¡Estaba segura de que habías muerto! Y ahorapiensasquepuedesenviarmeunmensajeypedirmequeechealgodeabonoaljardíncomositodoestuviera…estuvierabien?
—Todoestábien.Mira:noestoymuerta.—¡Ya veo que no estásmuerta! Pero, Scar, ¡aquí apareces en todas las
noticias!Todos hablan de eso.De esa…esa revolución, y nuestra pequeñaScarling enmedio de todo eso. Ya sabes, en la ciudad dicen que eres unaheroína.GillesestáhablandodecolocarenlatabernaunaplacaquerecuerdecómolaheroínadeRieux,ScarletBenoit,sepusodepieenestamismabarray nos gritó a todos, ¡y estamosmuy orgullosos de ella!—Émilie estiró elcuello,comosiesolepermitieraverdetrásdeScarlet.
—¿Dóndeestás?—Yo…—Scarletrecorrióconlavistalafastuosahabitacióndelpalacio
deArtemisa.Elcuartoeramilvecesmásextravagantequesupequeñacasaenlagranja,yloodiabaconvehemencia.
—Dehecho,sigoenLuna.—¡Luna!¿Puedover?¿Esseguroallí?—Ém,dejadegritar,porfavor—Scarletsemasajeólasien.
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—¡Nome digas que deje de gritar, “señorita estoy demasiado ocupadaparaenviarunmensajeyavisarquenoestoymuerta”!
—¡Eraunaprisionera!—gritóScarlet.Émiliesequedóboquiabierta.—¡Prisionera! ¿Te lastimaron? ¿Eso es un ojomorado o esmi pantalla
portátil?Porquehaestadofallandoúltimamente…—Émiliefrotólapantallaconlamanga.
—Escucha: prometo contarte toda la historia cuando llegue a casa. Porfavor,solodimequesiguescuidandolagranja.Dimequeaúntengounhogaralcualvolver.
Émilieechabachispasporlosojos.Apesardesuhisteria,erabuenoverladenuevo.Lindayvivazy tan alejadade todo lo queScarlet había pasado.Escucharsuvozhizoquerecordarasuhogar.
—Por supuesto que sigo cuidando la granja—respondió Émilie, en untono que sugería que se había sentido herida por el hecho de que Scarletdudara—. Después de todo, tú me lo pediste y yo no quería pensar queestabas muerta, aunque… aunque todos lo creían, y yo también, por untiempo.Mealegratantoquenoestésmuerta,Scar.
—Amítambién.—Los animales están bien, y las facturas por el alquiler de androides
siguenacumulándose…debistehaberadelantadopagos.Scarlet esbozó una sonrisa tensa cuando recordó que Cress se había
ocupadode cubrir algunosde lospagosdurante el tiempoquehabía estadoausentedelagranja.
—¿Scar?Ellaalzólascejas.—¿Lograsteencontraratuabuela?Habíaconstruidounmurosuficientementesólidoalrededordesucorazón
ylapreguntanoladejósinaliento,peroaunasíScarletsintióundoloragudoal recordar. Era imposible mantener apartados los recuerdos de la prisióndebajodelteatrodelaópera.Elcuerpodestrozadodesuabuela.Suasesinato,queScarletpresenciósinpoderhaceralgo.
Eso,solamenteesoeraloquetemíadevolver:lacasanoseríalamismasin el pan de su abuela horneándose en la cocina o sus botas lodosas en laentrada.
—Estámuerta—respondióScarlet—.Murióen losprimerosataquesenParís.
ElrostrodeÉmiliesecontrajo.
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—Losientomucho.Sehizounsilencio,unodeesosmomentosenquenohaynadaapropiado
quedecir.Scarletenderezólaespalda;necesitabacambiardetema.—¿Recuerdasaesepeleadorcallejeroqueestuvoyendoporuntiempoa
lataberna?LaexpresióndeÉmilieseiluminó.—¿Elqueteníaesosojos?—preguntó—.¿Cómoolvidarlo?—Sí.Bueno,resultaqueeslunar—dijoScarlet,riendo.Émiliesequedóboquiabierta.—No.—Además,estoysaliendoconéloalgoasí.LaimagenenlapantallasesacudiócuandoÉmiliesellevólamanoala
boca.—¡Scarlet Benoit! —tartamudeó por un momento—. Vas a necesitar
semanasparaexplicarmetodoesto,¿verdad?—Probablemente —Scarlet se quitó el cabello del hombro—. Pero lo
haré. Te lo prometo. Oye, debo irme. Solo quería que te enteraras de queestoybien,ysaberdelagranja…
—Lediréatodosqueestásasalvo.¿Cuándovolverásacasa?—Nosé.Pronto,espero.Y,Ém,porfavor,nodejesqueGillespongauna
placaconminombre.Lacamareraseencogiódehombros.—Noteloprometo,Scarling.Eresnuestrapequeñaheroína.Scarletapagólapantallaylaarrojósobrelacama.Suspirando,mirópor la ventana.Abajopodíaver el patiodestruidoy a
cientosdepersonastratandoderepararlo.Artemisaerahermosaa sumanera,peroScarlet estaba listapara el aire
frescoylacomidacasera.Estabalistaparavolveracasa.Sonóungolpeenlapuertayluegoestaseabrió,alprincipiosolounpoco.
Al otro lado estabaWolf, indeciso. Scarlet sonrió y él se atrevió a entrar,cerrandolapuertatrasdesí.Llevabaunramodemargaritasazulesyseveíainmensamenteculpable.
—Estabaescuchando—confesó,hundiendolacabezaentreloshombros.Ellasonrió,divertida.—¿Dequésirve teneraudiciónsobrehumanasinopuedesespiardevez
encuando?Pasa.Noesperabaquevolvierastanpronto.
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Wolfdiootropasoy sedetuvo.Cojeabaunpocodebidoaldisparoquehabía recibido en el costado, pero se estaba recuperando rápido.Había quereconocer algo de las alteraciones: ciertamente,Wolf estaba hecho para serfuerte.
Porfuera,almenos.Fruncióel ceñoalmirar las flores; sus ferocesdientes sehundíanen su
labioinferior.Aquellamañanahabíasalidoparavolverasucasa,alhogardesuniñez.
Aunque el cuerpo de sumadre ya había sido llevado a uno de los grandescementeriosenlosterrenosbaldíosdeLuna,paraéleraimportanteverlacasapor última vez. Ver si había algo que valiera la pena rescatar, algo que lerecordaraasuspadres,oinclusoasuhermano.
Scarletsehabíaofrecidoaacompañarlo,peroélquisoirsolo.Ellaloentendió.Algunascosasdebenhacerseasolas.—¿Encontraste…algo?—No—respondióél—.Nohabíanadaquemeinteresara.Todolodemi
infanciaseperdióy…ellanoteníamuchascosas,yasabes.Exceptoestas.Seacercó,incapazdesostenerelcontactovisual,yleentregóelramode
flores.MásdeunadocenadefrágilestalloshabíanquedadoaplastadosorotosenlasmanospocodelicadasdeWolf.
—Cuandoeraniña,solíarecogerfloressilvestresparamiabuela.Ellalasponíaenunjarrónhastaquecomenzabanamarchitarseyluegolasenvolvíaenpergaminodemodoqueduraranpara siempre.Apuesto aque en algunapartemiabuelateníaunacajallenadefloressecas—pasóundedoalrededorde algunos de los suaves pétalos—. Eso es lo que haremos con estas. EnhonoraMaha—colocólasfloresenunacopaconaguaquelehabíanllevadoconeldesayuno.
Cuandosediovuelta,Wolfyahabíahechoaunladolapantallaportátilyestabasentadoenelbordede laenormecama.Scarletestabaseguradequelas sábanas habían sido confeccionadas por trabajadores esclavizados y esepensamientolahacíasentirincómodacadavezquesedeslizabaentreellas.
Cuandosesentó,lapiernadeWolfempezóarebotarconansiosaenergía.Scarletentrecerrólosojos.Esonoeraseñaldesuduelo.
Estabanervioso.—¿Qué pasa?—preguntó ella, sentándose a su lado. Le puso la mano
sobrelarodillayelmovimientosedetuvo.Susojosbrillantesencontraronlosdeella.—Ledijisteatuamigaqueestábamossaliendo.
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Scarletparpadeó,yuna risa repentinacosquilleóensugarganta,pero lacontuvoalverelrostroconsternadodeWolf.
—Me pareció más sencillo que tratar de explicarle todo el sistema deseleccióndeparejadelosmachosalfa.
—Y… le dijiste que ibas a volver a la granja—agregó él,mirando susdedosinquietos.
—Por supuestoquevoya regresar a lagranja—levantó la cabeza.Ellamismacomenzabaaponerseansiosa—.Quierodecir,nomañana,sinocuandolascosassehayancalmado.
LaotrarodilladeWolfcomenzóasaltar.—¿Wolf?—Todavía…—se rascó detrás de la oreja—. ¿Aún quieres que regrese
contigo? Ahora que yo soy… que yo…—respiró hondo—. ¿Todavía mequieres?
Wolfparecíaestarsintiendodolor.Auténticodolor.ElcorazóndeScarletseenterneció.
—Wol…—sedetuvoytragósaliva—.Ze’ev.Alzó lamirada, sorprendido. La pantalla emitió un sonido, pero Scarlet
ignoróelmensaje.Girósobrelacamaparamirarlodefrenteydeslizóunpiedebajodesumuslo.
—Todavíatequiero—respondióconfirmeza.Supiernainquietaseaplacólentamente.—Essoloque…séquenosoyloqueteníasenmente—dijoél.—¿Te parece? Estaba pensando en un compañero grande y fuerte que
pueda cortar leña y sepa cavar hoyos para colocar postes, y ciertamente túencajas en esa descripción. Es decir: mi abuela y yo nos llevábamos bien,peroadecirverdad…estoybuscandoquienmeayude.
—Scarlet…—Ze’ev.Ellaletomólacaraentrelasmanosparaquelamirara.Nosesobresaltóal
observarlo.Nisusenormesdientesnisusmanosmonstruosas.Nilacurvaturainhumanadesushombrosnilaformaenquesumaxilarsobresalíadesdesuspómulos.Todoesoerasuperficial.Nolohabíancambiadoaél.
—Túereselúnico,Ze’evKesley.Siempreseráselúnico.Sus cejas se alzaron al reconocer las palabras que alguna vez le había
dichoaella.—Novoyanegarlo:tendréqueacostumbrarme.Ypuedequepasealgún
tiempoantesdeque losniñosdelvecindariono se aterroricenalverte—le
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alisóunmechóndecabello.Volvióa tensarsede inmediato—.Peronos lasarreglaremos.
—Teamo—susurróél,yamásrelajado.ScarletpasósusmanosporelcabellorebeldedeWolf.—¿Deverdad?Nomehabíadadocuenta.Lapantallaportátil volvióa repicar.Conungestodeenfado, la tomóy
desactivólaalarma;luegoseapoyóenWolfyfrotósunarizcontraladeél.Elmuchachodudó solounmomentoantesdebesarla.Scarlet sehundió enél.Fueelbesomástiernoquecualquiermutantemitadhombremitadlobohabíadadoalgunavez.
Sinembargo,cuandoélseapartóteníaelceñofruncido.—¿Realmentepiensasquelosniñosdelvecindariotendránmiedodemí?—Definitivamente —respondió ella—. Pero tengo la sensación de que
terminarásporganartesuconfianza.—Harémimejoresfuerzo—dijo,entrecerrando losojos,y luegosonrió
con picardía. Sujetó con una mano la tela que cubría la parte baja de laespaldadeScarletysedejócaersobrelacama,llevándolaasulado.
—¡Scarlet!Scar…oh.Ambossequedaronparalizados.Refunfuñando,Scarletseapoyósobrelos
codos.Ikoestabaenlaentradaysujetabalamanijadelapuerta.Sucuerpodeandroideestabacubiertodevendajes,queeranpuramenteestéticos,peronohabíamuchastiendasdeproductosparaandroidesenLunaylehabíadichoaScarletqueestabahartadequetodoelmundolamirara.
—¡Losiento!Debíhaberllamadoalapuerta.Peroustedesnocontestabansusmensajesy…—Ikoestabaradiante,exhibiendomásfelicidadquelaquedebíasentirunapersonaquefuncionabaconcablesyceldasdeenergía.
—¡Cinderdespertó!
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Noventaydos
REVISIÓNDIAGNÓSTICACOMPLETA.TODOSLOSSISTEMASESTABILIZADOS.REINICIOEN3…2…1…
Cinderabriólosojosdegolpeyseencontróconel techoblancoylas lucescegadoras.Seirguiódeunsaltoygruñóporlasacudidadedolorensupecho.
Lamujerqueestabareclinadasobre lamanodeCindergritó, resbalódesu silla giratoria y cayó pesadamente al suelo. El extractor metálico defusiblesrepiqueteójuntoaella.
Kaisaltódesusilla,ubicadaenunrincóndelahabitación,ycorrióalladodeCinder,mientrassequitabaelpelorevueltoqueletapabalosojos.
—Todoestábien—ledijo,sosteniéndola.Cindersepresionabaelpechoconlasdosmanos.Sentíaelbultodelvendajeahí,encimadedondeledolía.
Lamuchachadejódeprestaratenciónalamujer—unadesconocida—ygiró haciaKai. Parpadeó.Lo primero que notó fue lo guapo que estaba; losegundo,loexhaustoqueseveía.
Unasucesióndedatoscomenzóabajarporsucampodevisiónconletrasverdeóptico.
EMPERADORKAITODELACOMUNIDADORIENTALIDENTIFICACIÓN#0082719057NACIDOEL7ABR108T.E.SIGS. 107.448 MENCIONES EN LOS MEDIOS,ORDENADASDESDELAMÁSRECIENTE
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PUBLICADO EL 13 NOV T.E.: EN UNADECLARACIÓNHECHA PÚBLICA ESTA MAÑANA, EL EMPERADORKAITO INFORMÓ A LA PRENSA QUE POSTERGÓ SUREGRESO A LA TIERRA POR UN TIEMPOINDETERMINADO. AFIRMÓ QUE SU PRESENCIA ESNECESARIA EN ESTE MOMENTO PARA SUPERVISARLARECONSTRUCCIÓNDELACAPITALDELUNA…
Cinder cerró los ojos con fuerza y ordenó que el texto saliera de su vista.Esperóaquesecalmarasupulsoparavolveraabrirlosojos.
Lamuchacha tenía el regazocubierto conunamantade linoblanco tandelgadaquepodíaverenlatelaunsurcodondelapieldelmusloizquierdoseconectabaconlapiernaprotésica.Teníalamanoizquierdaextendida,conlapalma hacia arriba, sobre la manta. El compartimiento de la palma estabaabiertoyseveíandentronumerososcablesdesconectados.
—¿Quéleestánhaciendoamimano?—gruñó.Lamujersepusodepieysealisólabatablancadetécnicadelaboratorio.—Lacomponemos.—Toma,bebe—Kaileextendióunvasodeagua.Cinderlomirómásde
loqueeranecesario,mientraslamenteseleaclaraba—.EsladoctoraNandez—le explicó Kai mientras la veía tomar el agua—. Es una cirujanacibernética,delomejordelaTierra.Hicequelatrajeranayer…paraqueteatendiera.
Kai apretó los labios, como si no se sintiera seguro de si habíasobrepasadoalgúnlímiteentreellos.
Cinder le devolvió el vaso y observó a la doctora, que tenía los brazoscruzadosysegolpeteabaunoconelextractordefusibles.Cindersellevólamanoalanuca.Elpanelestababiencerrado.
—¿Noestoymuerta?—Casi mueres —le contestó Kai—. El puñal penetró en una de las
cavidadesdelcorazónartificial.Tucuerpoentróenmododesupervivencia.Esa cavidad se desconectó mientras el resto del corazón seguíafuncionando… más o menos —Kai echó una mirada a la doctora—. ¿Loentendíbien?
—Bastante aproximado—respondió la doctoraNandez con una sonrisaleve.
ElcorazóndeCindersaltabaconcadarespiración.—Mipantalladeretinafuncionaotravez.Ladoctoraasintióconlacabeza.
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—Le hacía falta una nueva unidad de procesamiento. La que tenía noestabadiseñadaparasumergirsecompletamenteenagua.Tuvosuertedequeentraraenmododeconservación.Denohabersidoasí,nohabríapodidousarlamanonilapierna.
—Duranteun tiemponofuncionaron—Cinder tratódemover losdedoscibernéticos, pero estos quedaron inertes sobre el cubrecama—. Perdónemeporhaberlaasustado.
—Esentendible su reacción—ladoctoraNandezhizoungestohacia lamanodeCinder—.¿Mepermite?
Una sensación de vergüenza comenzó a subir por la espalda deCinder:teníalapalmaabiertayvulnerablefrenteaKai.Peroenseguidasesintiótontayvanidosa,asíqueasintióconlacabeza.
La doctora Nandez volvió a sentarse en su silla giratoria, la acercó denuevoaCinderypusounapantallaportátilencimadelacama.Unhologramaparpadeóenelairesobrelapantalla,unaréplicaexactadelamanodeCinderyelcableadointerno.
Ladoctoraajustólaimagenyseinclinósobrelamanodelamuchacha.—Deberías recostarte —le sugirió Kai—. Recuerda que te dieron una
puñalada.—Lo recuerdo—contestó con unamueca y presionó conmás fuerza la
manosobrelaherida.Lapresiónalivióuntantoeldolorpunzante.—Fueroncuarentaydospuntadas,yalgomedicequeteacabasdeabrir
algunas.Vamos,recuéstate.Cinder dejó que Kai la sostuviera y la apoyara en las almohadas. Se
hundió en las sábanas suaves y nuevas con un suspiro, aunque la luzquirúrgica de la doctora la cegaba otra vez y hacía que viera aKai con undestellosobrenatural.
—¿Levanaestámuerta?—preguntóenunsusurro.—Estámuerta.Conesaconfirmaciónyelrecuerdocrueldeundisparoyunasalpicadura
desangrequemándoleenlamente,comenzóapensarensusotraspreguntas.Estascayeroncomounacascadaensumente.Cress,Thorne,Scarlet,Wolf,Winter,Jacin,Iko…
—Todosestánasalvo—ledijoKaicomosisuspensamientosestuvieranescritos con letras verde óptico en sus pupilas—.AunqueCress está… sussignos vitales se encuentran estabilizados y confiamos en que se recupere,soloquetodavíanosaledelasuspensión.Scarlettieneunacontusiónleveyestá bien. Thorne perdió dos dedos, pero es un buen candidato para recibir
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unas prótesis, si las quiere. Wolf… bueno, no es posible deshacer lasmanipulaciones de bioingeniería porque se corre el riesgo de causar dañosgraves,perosobrevivióyes…yasabes:elmismoWolf.Jacinsufrióalgunaslesiones,peroningunaquepongaenpeligrosuvida,ylaprincesaWinter…—Kaibajólamirada.Cindersintióunasacudidaenlamuñeca.Supulgarsetorciósincontrolunmomentohastaqueseprodujootrachispaysedetuvo—.Ha estado inconsolable desde la revuelta. Ha sido necesario restringir susmovimientos.Murieronmuchosdelosdoslados,pero…resultó.Lossectoresexternos respondieron enmasa, demasiados comoparaque los taumaturgospudierancontrolarlosatodos.Horasdespuésdequeterminaranloscombates,seguíallegandogentedeesasregiones.
Otro chasquido eléctrico y, enseguida, el ruido de una tapametálica alcerrarse.
—Inténtelo—dijoladoctoraNandezmientrasapagabaelholograma.Cinder levantólamano.Estabapulida,conunacabadobrillante,yen la
superficie veía reflejos de su pelo oscuro. Cerró los dedos uno tras otro ymovió la muñeca hacia adelante y atrás. Extendió los dedos, probó elfuncionamientodelasherramientasinternas,exceptolapistola,queesperabanuncatenerquevolveradisparar.
—Muchasgracias—ledijoaladoctoradespuésdecerrarlosextremosdelosdedos.
—Denada—respondióladoctoraNandezponiéndosedepie—.Volveréarevisarlaenalgunashoras.
En cuanto se fue,Cinder sintió un cambio en el ambiente.Una tensiónsúbita,unaquietudrepentina.
Sepasólalenguaporloslabiosresecos.—¿AhoraereselreydeLuna?Kaisesorprendióconlapregunta.—No.ComoLevananuncafuelareinalegítima,noteníapodereslegales
paranombraranadiecomoreyconsorte.Técnicamente,soyviudo,perocreoquesepuedeanularesepequeñopercance.
¿Pequeñopercance?Paraalgoque tantasveceshabía intentadoevitarariesgode su vida,Cinder no estaba segura de que elmatrimonio deKai sepudieraconsiderarun“pequeñopercance”.
—Una error temporario—agregóKai y apartó la luz de quirófano paraque no cegara aCinder—.Con todo lo que estaba pasando, nunca tuvimostiempoparaconsumarlo.
—Esainformaciónnoeranecesaria—dijoCinderdespuésdetoser.
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—¿Deverdad?¿Noteníascuriosidad?—Estabatratandodenopensareneso.—Bueno, no hace falta pensarlo. Todavía le doy gracias a las estrellas,
unaporuna.Cindersehabríareído,peroledolíademasiado.Kai rodeó la camay se apoderó de la silla de la doctora.Las pequeñas
ruedas traquetearon en el piso. Se acercó tanto que sus rodillas quedaronoprimidascontraelarmazóndelacama.
—¿Quémásquieressaberantesdequetedejedescansar?Sepasólalenguaporelpaladar.Queríatomarmásagua.—¿Yosoy…?¿Ellospiensanquesoy…?—¿Lareina?—Kaicompletólapregunta,yellaasintióconlacabeza—.
Sí,Cinder,ereslareinadeLuna—hablabasindetenerse,sinconcesiones—.TehicieronunapruebadeADNmientrasestabasinconscienteynohaydudade que eres Selene. Según la legislación lunar, eso significa que fuisteprincesaregentehastacumplirtreceañosyentoncesteconvertisteenlareinadeLuna.Levanaerauna impostora.Te llaman“la reinaperdida”.Desde lanochedelabatallafestejanturetorno.Desdeluego,enalgúnmomentohabráunaceremonia,másportradiciónqueporotracosa.
Cinder semordió el labio. Pensaba en todos los años que había pasadobajolacustodiadeAdricomomecánica,criada,comounobjeto.Ytodoesetiempohabíapertenecidoalarealezasinsaberlo.
—Inclusolostaumaturgos,losqueaúnviven,dicenquesulealtadesconeltronodeLuna,sinimportarquiénloocupe.Porlomenos,esodicenahora.Yaveremosquéopinancuandolascosascambienporestosrumbos—Kaiserascódetrásde laoreja—.El ejércitohadadoproblemas.Hemos retiradoalos que enviaron a la Tierra, pero algunos soldados… bueno, no estánconvencidosdequesehayaterminadolaguerra.Variosdesertaronalláylasmiliciasterrestresseesfuerzanporlocalizarlos,perotenemoslaesperanza…
Cinderletomólasmanosparacallarlo.Todavíateníaqueasimilarelhechodequeeralareina.EralareinadeLuna.Seobligóarecordarqueestoeraloquehabíaquerido.Desdeelprincipio,
había luchado por esta responsabilidad, este deber, este derecho. Por laoportunidad de librar al mundo de Levana y cambiar el país en que habíanacido.Cambiarloparabien.
KaicubriólamanodeCinderconlasuya.Soloentoncesellasediocuentadequelohabíatomadoconlamanocibernética.
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—Perdóname—ledijoKai—.Demomentonotienesquepreocupartepornadadeeso.Torinyyonoshacemoscargode todo.Nosocupamosdequeatiendanalosheridos,dequelimpienlaciudad…ah,ydelantídoto.Estamospreparandograndesembarquespara laTierra.Los técnicosestán trabajandoparaelaborarmáslotes.Yaenviamosmásdemildosisconlosdiplomáticosydicen quemañana por la tarde tendremos listas tres vecesmás…—titubeóconelrostroensombrecido—.Elantídotoseproduceconsangredevacíosyhay un complejo desorden legal en relación con ellos y con el antídoto.Además,nomesientocómodohaciendocosassinti.Tendremosqueresolveresocuandoestéslista.
Secalló.Cinderviocómosedebatía.EntreelaliviodetenerelantídotoylosmedioshorriblesqueLevanahabíausadoparaobtenerlo.
Tratódesonreír,perosabíacuánagotadadeberíadeverse.—Gracias,Kai.Élsacudiólacabeza.Mechonesdepeloseagitaronensufrente.—Lo siento, tengo que dejarte dormir. Es que…me alegra tanto verte
despierta.Hablarcontigodetodoesto.—¿Cuántotiempoestuvedesconectada?—Casitresdías.—Tresdías,quélujo—dijo,poniendolosojosenblanco.—Muymerecidos—le tomólamanoyapoyó los labiosensusnudillos
—.Tómatetutiempopararecuperarte.Lomásdifícilyaterminó.—¿Deverdadseterminó?—Bueno,seterminólapartepeligrosa—respondióKai,dubitativo.—¿Meharíasunfavor?Kaifruncióelceño,puesnoqueríaalentar ideasalocadas,perofuesolo
unsegundo.—Loquequieras.—¿VolvieronalaTierratodosloslíderesterrestres?—No. Pudimos sacarlos a todos de Artemisa durante los combates, en
cuantoabrimoslospuertosaéreos,perolamayoríavolviócuandosesupoquehabíastriunfado.Creoqueesperantenerlaoportunidaddeconocerte.
—¿Puedes convocar a una junta? Tú, yo y los líderes terrestres… y…¿Luna?¿Tengoungabineteounprimerministrooalgoasí?
Kai torció la boca como si quisiera hacer una broma, pero contuvo elimpulso.
—Porlogeneral,el taumaturgomayoractuabacomosegundoalmando,peroAimerymurió.Losiento,perotucorteesuntristedesbarajusteenestos
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momentos.—Bueno,reúneaquienescreasquehayaqueconvocaraunajuntaoficial.
Unajuntaimportante.—Cinder…—¿Ymimadrastrasigueaquí?—De hecho, sí—respondióKai con el ceño fruncido—. Ella y su hija
tienenunlugarabordodeunadelasnavesdenuestrosrepresentantes,peronosalenhastamañana.
—Quevengatambién.Yquizáladoctoraqueestabaaquí.—Cinder,tienesquedescansar.—Estoybien.Debohacerestoalabrevedad,antesdequealguientratede
matarme.Kaihizounamueca,perolamiróconternura.—¿Quétienesquehacer,exactamente?—Firmar elTratadodeBremen—respondióy las palabras le dibujaron
unagenuinasonrisaenloslabios—.Quieroquenuestraalianzaseaoficial.
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Noventaytres
Jacin se dejó caer en el sillón de visitas y observó con no poca envidia aldoctormientrasrevisabalossignosvitalesdeWinter.Éldeseabaencargarsedesusnecesidades, saber,apartirde la lecturade indicadores,cómoestabareaccionandoyquéhacerparaquemejorara.Encambio,debíasentarseallí,fingirserpacienteyesperaraqueeldoctorleinformara,unavezmás,quenohabíanadaquehacer.Soloteníaqueesperarparasabersiellaserecuperaría.
Recuperarse.Jacinodiabaesapalabra.Cadavezquesepronunciabapodíaescucharla
vozdeWinter,agobiadaytemerosa:Creoquenisiquieraunapersonasanapodríarecuperarsedeesto.¿Cómoloharéyo?
—Sus latidos siguen acelerados —dijo el doctor apartando su pantallaportátil—, pero al menos está durmiendo. Volveremos a revisarla cuandodespierte.
Jacin asintió, conteniendo cualquiera de sus múltiples réplicas. Cuandodespiertepataleandoygritando.Cuandodespiertellorando.Cuandodespierteaullando otra vez, comoun lobo solitarioy triste.Cuandodespierte ynadahayacambiado.
—Hayalgoquenoentiendo—mascullóJacin,mientrasposabalavistaenlafrentedeWinter:almenosestabatranquilaensussueños—.Usarsudontendría que haberlamejorado, no empeorado. Ella no tendría que estar así,despuésdetodosestosañosdelucharcontraél.
—Todos esos años fueron precisamente la causa—el doctor suspiró, ytambién miró con tristeza a la princesa. Con demasiada tristeza. Jacin sealarmó—. El cerebro y nuestro don son como un músculo. Si no usas unmúsculodurantemuchosañosyundíadecidesforzarloatodasucapacidad,
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lomásprobableesquesedesgarre,noquesefortalezca.Ellahizodemasiadoymuyrápido,y…esocausóundañomuyextensoasumente.
Estoydestruida,habíadichoella.Nodañada.Destruida.YesohabíasidoantesdequeAimeryapareciera.Encuantoeldoctorsemarchó,Jacindeslizósusillamáscercadelacama
de Winter. Revisó las correas acolchadas en sus extremidades… estabanfirmes,peronomuyapretadas.Amenudosehabíadespertadosacudiéndoseviolentamenteyarañando,yunaenfermeracasihabíaperdidounojoantesdequedecidieranquelomejorerasujetarla.
Jacin detestó ver que lo hicieran, pero incluso él reconoció que era lomejor.Sehabíaconvertidoenunpeligroparalosdemásyparaellamisma.
Susdientesyalehabíandejadounaimpresionanteyprofundaheridaenelhombro,yaunasínopodíaconcebirquefueraWinterquienlohabíaatacado.LadulceytiernaWinter.
LadevastadaydestruidaWinter.Jacindejóquesusdedosdescansaransobresusmuñecasmástiempodel
necesario,peroahoranohabíanadiequeloreprendiera,másqueélmismo.Laerupcióndelaenfermedadsedesvanecíadíaadía.Dudabaquefueraa
dejarle muchas cicatrices, y las que quedaran serían prácticamenteimperceptibles en su piel oscura.No como las cicatrices en sumejilla, quehabíanpalidecidoconeltiempo.
Éldetestabayalmismotiempoadmirabaesascicatrices.Porunlado,lerecordabaneltiempoenqueellahabíasufrido.Eltiempoenqueélnohabíasidocapazdeprotegerla.Porotrolado,tambiénlerecordabanlavalentíayelcorajequetanpocaspersonashabíanvistoenella.Deunamanerasutilmenteosada,sehabíaatrevidoaoponerseunayotravezalosdeseosdeLevanayalasexpectativasdesusociedad.Sehabíavistoobligadaaelegirsusbatallas,pero las había elegido, y tanto sus derrotas como sus victorias le habíancostadodemasiado.
Losdoctoresnosabíanquéhacerconella.Teníanpocaexperienciaconlasenfermedadeslunares.Pocaspersonasdejabanquesuequilibriomentalsedeterioraratantocomoeldeella,asíquesolopodíanespecularacercadelosefectosalargoplazo.
Y todo porque ella se había rehusado a ser como Levana,Aimery y elresto de los lunares, que abusaban de los demás, los manipulaban y losutilizabanparasatisfacersusdeseosegoístas.
Jacinsabíaquehastasuúltimoactodedesesperación,cuandohabíausadolamanodeScarletparamataraAimery,habíasidoparasalvarloaél,nopara
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protegerseaellamisma.Aellamismajamás.Asícomoélharíacualquiercosaporsalvarla.Sepasólamanolentamenteporlacara,vencidoporlafatiga.Habíaestadoasuladocadanochedesdelabatallayestabasobreviviendo
conpocoalimentoyaúnmenossueño.Habíaquedadoimpactadoaldescubrirquesuspadresnoestabanmuertos;
estabasegurodequehaberdesafiadolaordendeLevanayayudaraWinteraescapar los había llevado a ser ejecutados en público, como Levana habíaamenazado,peroungiroinesperadoleshabíasalvadolavida.Supadrehabíasido transferido a un sector maderero hacía años. Cuando se difundió laarengadeCinderinvitandoainiciarlarevolución,loscivilesseamotinaronyencarcelaron a todos los guardias y a las familias de estos.CuandoLevanaordenóquelosmataran,lospadresdeJacinyanoestabanensupoder.YesesectormadereroeraelmismodondehabíaenvenenadoaWinter.
Élaúnnoloshabíavisto,puestodoslosguardiasesperabanaserjuzgadospor el nuevo régimen. A la mayoría le ofrecerían la oportunidad de jurarlealtadalareinaSeleneyunirsealanuevaguardiarealqueestabaformando.Sabíaquesupadre,unbuenhombrequehabíasufridodurantemuchotiempolaopresióndeLevana,estaríafelizconelcambio.
AlpropioJacinloponíanerviosoreunirseconsufamilia.Despuésdeañosdeapartaratodoslosqueamaba,eradifícilimaginaruna
vida en la cual fuera libre de cuidar de las personas sin temor a que lasconvirtieranenpeonesylasusaranensucontra.
Sabíaque a ellos les encantaría volver a ver aWinter, quienhabía sidopartedesufamiliacuandoestabacreciendo.Pero…noasí.
Verlaasílesromperíaelcorazón.Verlaasí…Winter gimió; era un sonido lastimero, parecido al de un animal
moribundo.Jacinse levantódeunsaltoy lepusounamanoenelhombro;esperaba
queelgesto fuera reconfortante.Winter sacudió la cabezavariasveces; susojosseagitabanbajolospárpadoscerrados,peronodespertó.Cuandovolvióatranquilizarse,Jacinsuspiróconunsentimientodepesadumbre.
Queríaquemejorara.Queríaqueestoacabara.Queríaqueellaabrieralosojosyquenosegolpeara,mordieraoaullara.
Quería que lo reconociera, que lo mirara con alegría y con ese dejotravieso que había cautivado su corazónmucho antes de que fuera la chicamáshermosadeLuna.
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Leretiróunrizoensortijadodeloslabiosyloapartódesurostro.—Te amo, princesa—musitó, inclinado sobre ella largo rato, siguiendo
las líneasdesucaray lacurvaturadesus labios, recordandocómolohabíabesadoenlacasadelosanimales.Ellalehabíadichoqueloamaba,yélnohabíatenidoelvalorderesponderlomismo.
Peroahora…ApoyóunamanoalotroladodelcuerpodeWinter,paraequilibrarse,yse
inclinó.Sucorazónestabaaceleradoysesintiócomounidiota.Sialguienlohubieravisto,habríapensadoqueeraotrodelosrepulsivos
admiradoresdelaprincesa.Eso no iba a cambiar nada.Cada atisbo de lógica se lo decía.Un beso
estúpido,idealista,noarreglaríasumente.Peronoteníanadaqueperder.Winterseguíadurmiendo,supechosubía.Bajaba.Subíaybajabaysubía.Jacinsediocuentadequeestabaparalizado:albergabaesperanzas,peroal
mismotiempoerigíaasualrededorunmuroencasodequenadasucediera.Porquenadaibaasuceder.
Se inclinó sobreella,dejandoapenasespacioentre ambos,yhundió losdedosentrelassábanasdehospital.
—Teamo,Winter.Siempreteheamado.La besó. Fue un beso unilateral, conmuy poco de la pasión que había
habido en la casa de los animales, pero con mucha más esperanza. Ymuchísimaestupidez.
Apartándose,tragósalivacondificultadyseatrevióaabrirlosojos.Winterloestabamirando.Jacinsaltóhaciaatrás.—¡Maldición,Winter!Tú…¿cuánto tiempo…?¿Fingías estardormida?
—preguntó,frotándoselanuca.Winterlomiró,conunamediasonrisaadormiladaenloslabios.ElpulsodeJacinsaltóalveresaimagenydirigiólaatencióndevueltaa
suslabios.¿Acasoeraposible…?—Win…¿princesa?—Hola—dijo ella, la voz reseca, pero nomenos dulce que lo usual—.
¿Veslanieve?—¿Nieve?—preguntóél,conelceñofruncido.Wintermiróhaciaelcieloraso.Aunquesusmuñecasestabanfirmemente
atadas,abriólapalma,comosiintentaraatraparalgo.
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—Esmáshermosodeloquejamáshabíaimaginado—musitó—.Soylachicadehieloynieve,yestoymuyfelizdeconocerte.
LadesilusiónintentabaabrirsepasoenelpechodeJacin,perolosmurosqueélhabíaconstruidocumplieronsufunciónylarechazótanprontocomoapareció.
Almenosnoestabatratandodemorderlo.—Hola, chica de nieve—dijo él, cerrando los dedos sobre un copo de
nieveimaginario—.Yotambiénestoyfelizdeconocerte.
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Noventaycuatro
Todavíacon laspiernasdébiles,Cinder se sostuvodelbrazodeKai,que laconducíaporelpalaciodeArtemisaporprimeravezdesdelainsurrección.Asualrededor,losenormesventanalesylosmurosconcerámicosbrillabanconlaluzdelsol.Eramuyhermoso.Lecostabacreerqueerasuyo.
Supalacio,sureino,suhogar.Sepreguntócuántotiempopasaríaparasentirlocomoreal.Iko escogió su atuendo, un vestido sencillo tomado del guardarropa de
Winter,yconfeccionóunpeinadoconelcabellorecogido.Cinderteníamiedodemoverlacabezayquesederrumbara.Sabíaquedebíasentirsemajestuosay poderosa, pero más bien se sentía como una chica débil jugando adisfrazarse.
Intentaba juntarcorajecon lapresenciadeKaiaun ladoe Ikodelotro,aunqueellanodejabadepayasearconelpeinado.Cindervolvióaalejarladeunempujón.
Por lomenos, el brazode Iko funcionabadenuevo.LadoctoraNandezhabía conseguido devolverle la funcionalidad de casi todo el cuerpo, peroquedabanmuchosdañosquereparar.
Al doblar una esquina, la muchacha vio a su nuevo guardaespaldaspersonal,LiamKinney,juntoconelconsejerodeKai,KonnTorin.AsuladoestabanAdriyPearl.
Cinderdudó,conelpulsoacelerado.—Cinder—ellamiróaKaialosojos,susonrisadealiento,ysucorazón
diounsaltoporunarazónmuydistinta—.Yaséqueesraro,peroaquíestarésimenecesitas.Aunquenovasanecesitarme:loharásmaravillosamente.
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—Gracias—murmuróresistiendoelimpulsodeabrazarlo,deacurrucarseensusbrazosyescondersedelrestodelagalaxia,talvezparasiempre.
—Además—agregóbajandolavoz—,teveshermosa.FueIkolaquerespondió.—Graciaspornotarlo.Kaise rio,mientrasqueCinder,con lospensamientosdispersos,bajó la
cabeza.Avanzórenqueando.Seobligóanomirarasufamiliaadoptiva.Cuando
llegó lo suficientemente cerca, Konn Torin se inclinó ante ella. Respetodiplomático,pensóal recordar todas lasmiradasque lehabía lanzadoaquelhombre desde que la había visto por primera vez en el baile anual. Perocuandoseenderezó,sonreía.Dehecho,sonreíamuycordialmente.
—SuMajestad:ennombredelpueblode laComunidadOriental,quieroagradecerletodoloquehahechoyloquehará.
—Ah,oh.Sí,nohaydequé.TragósalivacondificultadyseatrevióamiraraAdri.Elrostrodesumadrastrateníaalgodesombrío.Lacantidaddecanasen
sucabellosehabíatriplicadoenestassemanas.Hubo un instante en el que Cinder pensó en las mil cosas que podría
decirleaestamujer,peroyaningunaleparecióimportante.Adri bajó la mirada. Ella y Pearl se inclinaron en una reverencia
incómoda.—SuMajestad—dijoAdriysonócomosimasticaraunlimónagrio.Juntoaella,Pearlmusitóalgocasiininteligible.—SuMajestad.Iko resopló. Era un sonido burlón que Cinder ni se imaginaba que
pudieranproducirlasandroidesdecompañía.Miró las coronillasdePearl yAdri, tratandode encontraruna respuesta
graciosa,cualquiercosaqueKaihabríapodidodecir.Loqueunabuenareinahabríahechoparaaligerarlatensión.Paraperdonar.
Encambio,seapartó.Kinney cerró el puño contra su pecho y Cinder le hizo un gesto que
intentóserunasentimientoreal.Enseguida,Kailahizopasarporlaspuertasdobles.Lehabíapedidoqueencontraraunsitioneutralparacelebrarlajunta.Noelsalóndeltronoenelquehabíavistotantasangre,nilatorredelareinaniningúnotrolugardondeLevanahubieraconvocadounareunión.Entróenuna sala de juntas que tenía una enorme mesa de mármol y dos nodosholográficosapagados.
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Lasalayaestaballena.Sintióquesesofocaba.Elinesperadosilenciocasila hizo retroceder de vuelta al pasillo. Reconoció a la mayoría, pero suinterfaz cerebral no perdió tiempo en descargar sus perfiles de la base dedatos.
ElpresidenteVargas,delaRepúblicaAmericana.LaprimeraministraKamin,delaUniónAfricana.LareinaCamilla,delReinoUnido.ElgobernadorgeneralWilliams,deAustralia.La doctoraNandez, la reconocida cirujana especialista en cibernética, y
Nainsi,laandroidedeKaiqueCinderhabíareparadohacíamuchotiempo.Lahabían traído a Luna para que registrara el encuentro y lo asentara en losdocumentosoficialesdelaTierra.
AdriyPearlfueronconducidasalotroladodelamesa.A ellos se sumaban Iko,Kai,KonnTorin y la propiaCinder, o sea, Su
Majestad Real, la reina Selene Channary Jannali Blackburn de Luna. Sepreguntó si sería correcto que les pidiera a todos que la llamaranCinder asecas.
Antesdequepudierahablar, los líderesdelmundosepusierondepieycomenzaronaaplaudir.Cinderretrocedió.
Uno por uno, dieron la vuelta a la sala e hicieron por turnos unareverencia.
Presa repentinamente del pánico,Cindermiró aKai.Él levantó un solohombro, para decirle que sí, que era raro, pero que acabaría poracostumbrarse.
Cuandolafilaterminódepasarjuntoaél,tambiénsellevóunamanoalpechoeinclinólacabezaenlamejorreverenciaquepudohacersindejardesostenerlaconunbrazo.
—Gra… gracias —dijo Cinder tartamudeando. No sabía si debíainclinarsetambién,perosinoeracapazdehacerunareverenciagraciosaensus mejores momentos, resultaría un desastre intentarla con todas suslesiones.Encambio,extendiólamanocibernéticahaciaellos.
—Ehh…tomenasiento,porfavor.Losaplausosterminaron,peronadiesesentó.Kai llevóaCindera la cabecerade lamesay laayudóa sentarse.Solo
entoncessesentaronlosdemás.KaiseacomodóaladerechadeCinder.Adriy Pearl quedaron entre Konn Torin y el presidente Vargas. Se veíanabsolutamenteincómodas.
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—Ehh, gracias a todos por venir con tan poco tiempo de antelación—comenzóadecirCinder.Tratódeentrelazarlasmanossobrelamesa,perolassentía raras, así que las apoyó sobre su regazo—. Estoy segura de que sesientenansiososporvolveracasa.
—Me apena interrumpir —dijo la reina Camilla, que no se veía nadaapenada—, pero quisiera aprovechar el momento para felicitarla por larecuperacióndesutrono.
Estallóotrarondadeaplausosconlaspalabrasdelareina,yCindertuvola impresión de que no era tanto para felicitarla como para felicitarse ellosmismosporyanotenerquelidiarconLevana.
—Gracias,muchasgracias.Esperoquecomprendanqueyo…eh.Esperoquemetenganpaciencia.Estoesnuevoparamíynosoy…
Enrealidad,nosoyunareina.Pasólamiradaporlamesa,porlosrostrosansiososyesperanzadosquela
mirabancomosi fueraunaespeciedeheroína.Comosihubierahechoalgogrande. Miró a todos alrededor de la mesa. Se sentía más nerviosa eincompetente con cada persona que veía: mayores, más sabios, con másexperiencia.HastaquellegóaKai.
Encuantocaptólaatencióndelemperador,éllehizounguiño.Cindersintiómariposasenelestómago.Apartólamiradayenderezóloshombros.—LespedíquenosreuniéramoshoyporquelasrelacionesentrelaTierra
yLunahansido tensasdurantemucho tiempo,yquieroquemiprimeractocomo…—titubeó y agitó lasmanos de nuevo sobre lamesa.Entrelazó losdedos y algunas miradas cayeron sobre su prótesis cibernética, pero todosfingieronquenolanotaban—.QuieroquemiprimeractocomoreinadeLunaseaforjarunaalianzadepazconlaUniónTerrestre.Aunquealprincipiosoloseasimbólica,esperoqueseráelcomienzodeunaprovechosaymutuamentebenéfica…eh…
VolteóparamiraraKaiyestesugirió:—Relación.—Relación política—enderezó la espalda. Esperaba no sonar tan tonta
comosesentía.Perolosdiplomáticosquelarodeabanmovíanlacabeza,conabsolutorespetoyaprobación—.Soyconscientedequeunaalianzapacíficacomenzará cuando todas las unidades militares de Luna salgan de sueloterrestreymeasegurarédequelatransiciónsecompletecuantoantes—unasensación de alivio invadió a todos los allí reunidos—. De hecho, tengoentendido que por instrucciones deKai…del emperadorKai…Kaito…—
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alzólascejashaciaél,aldarsecuentadequeeralaprimeravezqueteníaquemostrarse formal en su presencia.Kai parecía querer reírse.Cinder lomirófuriosa—.Por instrucciones del emperadorKaito, algunas de esas unidadesmilitaresyaestánencaminodevueltaaLuna.
Todosasintieron.Yaestabanenterados.Tragóconfuerza.Lasheridasempezabanamolestarle,ademásdeldolor
constanteatenuadoporlosmedicamentos.Pensóqueojaláqueensuprimeractocomoreinanofueraadesmayarse.
—Luna seguirá produciendoy distribuyendo el antídoto de la letumosissegúnseanecesarioylopermitannuestrosrecursos.Comosaben,elantídotose obtiene de lunares que no poseen el don y que fueron puestos contra suvoluntadenestadodecomapermanente,afindeextraersusangre,locualesviolatoriodesusderechos.Mehandichoqueseríaposiblesintetizarplaquetasde laboratoriosimilaresa lasde losvacíos…eh…delos lunaressindon,yespero orientar las actividades de investigación de Luna en ese sentido yencontrar un esquema que sea justo para todos. Desde luego, todas lasmuestrasdelantídotoquetenemosenexistenciassedistribuiránenlaTierrainmediatamente.
Gestosdeaprobación,sonrisas,alivioygratitud.Cinderrespiróhondoycontinuó.—Dicholoanterior,tengotambiénalgunas…peticiones.Cinderseacomodóunmechóncaídodetrásdelaorejamientraselairede
victoria que flotaba sobre lamesa cedía el paso a una actitud de pacienciadisimuladayunindiciodetensión.
—Quiero dejar claro que mis peticiones son solo eso: peticiones. Surespuestanocambiarámiposturasobreningunadelaspromesashechas.Noesunanegociación—seacercóa lamesa.Tratabademirara losojosa losdemás, pero le resultó imposible y clavó la vista en sus manos mientrashablaba—.Enprimerlugar,duranteañosloscyborgshansidotratadoscomociudadanos de segunda clase —se aclaró la garganta sintiendo la vibrantepresenciadeKaiasulado—.LosufríencarnepropiadurantemiinfanciaenlaComunidad.Loscyborgsmenoresdeedadsonvistosmáscomounobjetoque como personas, y apenas tienen más derechos que los androides. Nosrodea el prejuicio de que, como se nos confieren habilidades antinaturales,habilidades artificiales, somos un peligro para la sociedad. Pero eso no esverdad.Soloqueremosaceptación,comocualquiera.Así,mipeticiónesquesesometanaexamenlasleyesrelativasaloscyborgsyqueselesconcedanlosmismosderechosbásicosyequitativosqueatodos.
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Seatrevióaalzarlamiradayviomásdeunrostroruborizado.Nadieseatrevióamirarlaalosojos,aella,lacyborgqueeralanuevareinadeLuna.
La excepción eraKai, avergonzado de quedar incluido entre los demás.Pero pese a su decisión de suspender el reclutamiento de cyborgs para laspruebasdelaletumosis,enlaComunidadseproducíanlasmismasinjusticiasqueenelrestodelplaneta.
Kaifueelprimeroenasentir.—LaComunidadaceptasusolicitud.Esasleyessoninjustasyanticuadas.Despuésdequeseprodujeraotrolargosilencio,lareinaCamillaseaclaró
lagarganta.—El ReinoUnido acepta también. En cuanto regrese, comenzaremos a
estudiarlasleyesafondo.ElprimerministroBromstaddijocon timidezquedebíasometeralvoto
delparlamentotodosloscambiosparaquecobraranfuerzadeley,lomismoque lasotras repúblicas,perohabíaunasentimientogeneral en lamesa.Deningunamanera lo hacían de buena gana.Cinder se daba cuenta y trató dedisimulartodoloquelairritaba.Entendíaquesoloporqueunacyborghabíasalvado el mundo, no significaba que estuvieran listos para renunciar ageneracionesdeprejuicios,peroteníalaesperanzadequefueraelcomienzo.
—En segundo lugar, pido que se levanten todas las restricciones a laemigraciónlunar.LoslunaresdebentenerlalibertaddeiryvenirentreLunaylaTierraasugusto.NoquieroqueLunaseaunaespeciedecárcelparasusciudadanos.Igualmente,encuantoestemospreparadosabrirélosaeropuertoslunaresparalosviajesylainmigracióndeterrestres.AsíeracuandoLunasepoblóysealentabanelcomercioylosviajes.Creoqueeslaúnicamaneraenquenuestrasdossociedadesempiecenaconfiarunaenlaotra.
Amedidaquehablaba,veíalasmiradasquesecruzabanlosotroslíderes.FueelgobernadorgeneraldeAustraliaelqueseatrevióadeciralgo.
—Aunque entiendo sus motivos, ¿cómo podemos confiar en que loslunaresquevayananuestrospaísesno…?
—¿Vanamanipularlos?—preguntóCinder—.¿Alavarleelcerebroasugente? ¿A cometer crímenes indecibles en contra de la humanidad, asabiendasdelofácilqueseríasalirseconlasuya?
Durante un segundo, brilló una sonrisa burlona en el rostro delgobernador.
—Exactamente.—Estoyseguradequeloslunaresylosterrestrespuedenconvivirenpaz
—afirmóCinder—.LohemosvistoenFarafrahyotraspoblacionesdelnorte
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deÁfricaalolargodeunadécada.Allí,alrededordelquinceporcientodelapoblaciónestácompuestapor inmigrantes lunares.Colaboran.Confíanunosenotros.
—¿Quinceporciento?—intervino laprimeraministradeÁfrica,Kamin—.Nuncahevistoesosdatos.
—Noloshacenpúblicos,perotampocopareceserunsecreto,nisiquieraparalosvecinosterrestres.Tienenrelacionesdeprovechorecíproco.
—Esunaideaencantadora—admitióKamin—,perocontodorespeto,SuMajestadesmuy joven.Esposiblequeno tengaconocimientodequeen laépocaenquesefomentabanlosviajesentrelaTierrayLuna,tuvimoscasosde lavados de cerebro enmasa, suicidios forzados, violaciones…Es difícildemostrar que un lunarmanipuló a un terrestre, y lamitad de las veces nisiquiera podemos decir que se cometió un delito—se detuvo cuando habíacomenzado a alzar la voz—. Desde luego, no lo digo con la intención defaltarlealrespeto,SuMajestad.
—Notienedequédisculparse—dijoCinder—.Dehecho,estoyenteradadelamatanzadeNewHaven,enel41T.E.,delasMarchasInsensatasdel18T.E.,delfamosocasolegaldeRogetcontraCapriceenlaSegundaEray,enfin,demilejemplosnotablesdelunaresqueimponensudonaloshabitantesdelaTierra.
Kaminseveíaatónita.Dehecho,todosenlamesaparecíanalgomásquesorprendidos.
Cinderseinclinóhaciaadelanteyhablócontodaclaridad.—Tengo una computadora en el cerebro, así que aunque no voy a
presumir de ser la más lista o, ni por mucho, la de más experiencia aquí,propongo que nadie esgrima mi juventud para suponer que, además, soyignorante.
—Desde luego —admitió Kamin, que se había puesto tensa—.Perdóneme,noqueríaofenderaSuMajestad.
—Sus inquietudes son legítimas —continuó Cinder—. Si pudieraofrecerles una solución, una promesa de que ningún terrestre volverá a sermanipulado,osiporlomenoslesdieraunaoportunidaddeprotegersecontralamanipulación,¿aceptaríanmipropuesta?
—Valdría lapenaponderarla—dijoelpresidenteVargas—,yyo,desdeestemomento,estoyansiosoporsabercuálseríalasolución.
—Deacuerdo—Cindergesticulóconlamanohaciasumadrastra—.Ellaes LinhAdri, ciudadana de la ComunidadOriental.—Adri se sobresaltó ypasólavistaporlosimportantespersonajesdelamesa—.ElesposodeAdri,
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que se llamaba Linh Garan, fue un inventor especializado en sistemascibernéticosydeandroides.Yafalleció,peroenvidacreóun…dispositivo.Seconectaalsistemanerviosodeunapersonayevitaqueseamanipuladaporel don lunar. Levana se había enterado hace poco de la existencia de estedispositivo e hizo cuanto pudo por destruir todas sus patentes y planos, yllegó inclusoaencarcelaraquíenLunaaAdri, la legítimapropietariade latecnología.
Adripalideció.—Lo siento mucho, pero no sé nada de ese dispositivo. Si realmente
existió,seperdióhacemucho…—Bueno,másomenoshaestadoperdido—lainterrumpiósuhijastra—.
Hastadondesé,habíasolodosprototiposfuncionales.UnofueimplantadoenunaterrestrellamadaMichelleBenoit,quefueasesinadadurantelosataquesdeParís.Elotroestádentrodemí.
GiróhacialadoctoraNandez,cuyointerésseavivóporprimeravezdesdequehabíaempezadolajunta.Ladoctoraseinclinóhaciaadelanteyapoyólabarbillaenunamano.
—¿Enlasegundavértebracervical?—preguntó—.Lavienelholograma,peronosabíaquéera.
Cinderasintióconlacabeza.—Espero que pueda quitar con seguridad el dispositivo y copiar el
hardware. Si podemos copiarlo, llegará un día en que todo el que quieraevitarlamanipulaciónbioeléctricatendráelpoderdehacerlo.
Seoyeronmurmullosdeincredulidad.—¿Esposiblelograrlo?—preguntóelpresidenteVargas.—Totalmente—lecontestóCinder—.Funcionóconmigo,ytambiéncon
MichelleBenoit.—No quiero sonar pesimista—intervino la doctora Nandez—, pero el
dispositivo que lleva instalado parece tener grandes daños. Aunque tal vezpudiéramos aprovecharlo para dibujar los planos del hardware, tengo queasumir que la programación quedó dañada sin remedio. Si la reina Levanahizodestruirlosdatos,nosésiseráfácilrecuperarlos.
—Tiene razón. Mi dispositivo quedó destruido —admitió Cinder,lanzandounamiradaaAdriyPearl,queteníanlacarafruncidaytratabandeseguir la conversación—. Por suerte, Linh Garan dejó un respaldo delsoftware interno del dispositivo. Fue tan listo que lo escondió en un sitiooscuroenelquenadiepensaríaenbuscar.¿Losabía,Linh-jiĕ?
Sorprendidaporeltratamientoformal,Adrisacudiólacabeza.
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—LoescondiódentrodelchipdepersonalidaddeunhumildeServ9.2—exclamóIkoconvozchillona.
Las mejillas de Adri se enrojecieron. Empezó a entender mientras sehorrorizaba.
—¡Oh!Peroyo…perolaandroide…Nosabíaquefuera…—¿Valiosa? —sugirió Cinder con una sonrisa irónica—. Ya sé. Adri
desmantelóalaandroideylavendiócomopiezasderepuestosueltas.Se oyó más de un resoplido en la mesa y muchos rostros airados se
posaronenAdriyPearl.—Todo —agregó Cinder—, excepto por el chip de personalidad
defectuosoquenadiequiso.Nadie,exceptoLinhGaran…yyo—señalóendireccióndeIko—.Elchipestádentrodemiamigaandroidedecompañía,ynotengodudasdequepodremosextraerlainformaciónalmacenada.
—Ajá—dijoIkopresionandoundedocontrasusien—.Recuerdocuandocargóesosarchivos.Yopenséqueeranunadefensacontraelmalware.
—Desde luego —agregó Cinder—, Linh Adri es la propietaria de lapatenteylatecnología,asíqueesjustoquerecibaunacompensación.Esperoquepuedan arreglar alguna formadepagarle regalíaspor la fabricacióndeldispositivo.
Un murmullo de asentimiento recorrió la mesa, pero se interrumpió alllegaraAdri.
—¿Regalías?—lamirada deAdri saltó hacia Pearl y luego de vuelta aCinder—.¿Cuánto…?¿Decuántosonlasregalías?
Ikobajólamanoyrefunfuñó.—Demucho.Cindercontuvounasonrisa.—Eso loarreglaránustedesy lasdependenciasgubernamentalescon las
que concreten la venta —se estiró sobre la mesa y miró fijamente a sumadrastra—.Lessugieroquenoseancodiciosas.
Haciéndosecargodelareprimenda,Adrisehundióensuasiento,aunquealgo brilló en sus ojos cuando uno de los participantes se refirió al posiblemercado para el dispositivo. En la siguiente década podrían fabricarsemillonesoinclusomilesdemillones.
Adritomólamanodesuhija.Pearlmiróasumadrey,ellatambién,porfinentendió.
El dispositivo creado por Linh Garan tenía el potencial de hacer quefueranmuyricas.
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Conciertasorpresa,Cindersepercatódequenosesentía tanamargadacomocreyóquesesentiría.DejabaaAdriconsusriquezasysusregalías,consuhijaysuvida.Sepropusoque,apartirdeesedía,nuncavolveríaapensarenellas.
LoúnicoquelamentabaeraquePeonynopudieraestarahíparaverlo.Nojugaría a emperifollarse con Iko vistiendo las prendas reales. Sus ojos nobrillarían cuandoCinder llevara la corona por primera vez. Tampoco habíaconocidoaKai, queparaCinder sehabía convertidoenmuchomásque supríncipeosuemperadorounsueñoinalcanzable.
—Con esto llego a mi última petición —anunció Cinder, decidida aterminar la juntaantesdequesusemociones,buenasomalas, laabrumaran—. Tiene que ver únicamente con dos de ustedes, presidente Vargas ygobernadorgeneralWilliams—Cinderseacomodóensusilla—.SerefiereaunhombrellamadoCarswellThorne.
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Noventaycinco
Laenfermeranodejabadeofrecer disculpasmientras llevaba aCressde laclínicaalpalacio.Lejosdeestarcompletamentecurada,lamuchachatuvoquesertransportadaenunasilladelevitaciónmagnética,elaparatoflotantemásextrañoqueellahabíavisto.Noeraunacamilla,pero tampocouna silladeruedas.DuranteelmomentoenqueCressdejóvolarsuimaginación,eraunaprincesaexóticade laPrimeraEra transportadaenun lujoso tronosobre loshombrosdehombresmuyfuertes.
Entonceslaenfermeraempezóconotrarondadedisculpas,destruyendoelensueño. La clínica, explicó, estaba tan atestada que los doctores no dabanabasto,ycomoCressyahabíasuperadoelestadocrítico…
A Cress no le importó el cambio. Estaba feliz de haber salido delambienteasépticodelaclínica.
AunquesolohacíacuatrohorasqueCresshabía salidode la suspensiónanimada,yahabíavistoaIko,Scarlet,WolfeinclusoalagotadoJacin,quienledijoquehabíantriunfado,queCinderhabíafirmadoelTratadodeBremen,que losvacíoshabíansidodespertadosyque los investigadoresbuscaban lamejormaneradeadaptarlosalavidaenLuna,almismotiempoqueatendíanlademandadeantídotodelaTierra.LacabezaledabavueltasaCress.
Sinembargo,loprimeroentodossuspensamientos—siempre,siempre—eraThorne.
Élnohabíaestadoallí.Nadie había mencionado su nombre, y Cress sintió que todos habían
contenido la respiración. Que deseaban decir algo, pero se detenían,dubitativos.
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Ella lehabíaarrancadodosdedosdeundisparo.TalvezeraunaheridamenorcomparadaconlasqueellayCinderhabíansufrido,peroaunasíellalohabíahecho.Conscientementeyporpropiavoluntad.
La enfermera la guio por el ala oeste, que le resultó familiar. Fue allídondeseencontróconKai.
—Llegamos—anunció la enfermera al tiempoque abría la puerta—.Sinecesitaalgo…
—Estoy bien—Cress utilizó los controles en el apoyabrazos de la sillapara desplazarse por la habitación. Sedas relucientes cubrían una cama condosel; lospisosdepiedrapulidabrillabanconun tonosatinado.Laventanadaba hacia alguno de los floridos jardines del palacio, llenos de gazebos yestatuas.
—Gracias.—Noshemosaseguradodequeestécercadesusamigos—dijolamujer
—.ElseñorKesleyylaseñoritaBenoitestándospuertasalaizquierda,yelemperadorKaitoseencuentraalavuelta.ElseñorThorneestáalotroladodelcorredor.
Cresshizogirarsusilla.LapuertaseguíaabiertaypudoverlapuertadeThornecerradadesdedondeestabasentada.
—¿Estáélallí?—¿Deseaqueveasiseencuentradisponible?—Oh,no.Estábienasí.Gracias—respondió,ruborizada.—Entoncesvuelvoalaclínica.¿Deseaquelaayudearecostarseantesde
irme?—No,creoquevoyasentarmeaquíydisfrutarlavistaunrato.Gracias.Laenfermerasemarchóycerrólapuertaalsalir.Cress respiró hondo. Las lujosas habitaciones para visitantes olían a
limpiadorconfraganciadelimónyenelescritoriohabíaunarreglodelilas.Sin embargo, ya se estabamarchitando y Cress se preguntó cuánto tiempohabíanestadoallí.Quizás estahabitaciónhabía sidopreparadapara alguienmás,talvezparaalgunodelosdiplomáticosdelaTierraqueyahabíavueltoacasa.
ElseñorThorneestáalotroladodelcorredor.Miróalapuerta,deseosadequeélapareciera.Sintióundolorpulsátilenelestómago,dondeThornelahabíaapuñalado
cuando estaba bajo el control de Levana. Apretó con los dedos el vendajecolocadosobrelaspuntadas,tratandodemitigareldolor.Sepreguntósidebióhaberpedidoalaenfermeraqueledejaraalgunosanalgésicos.
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Respiró hondo, sintiendo punzadas en las costillas a medida que suspulmones se expandían. Sería valiente. Se comportaría como una heroína.Forjaríasupropiodestino.
Dirigiósusillaflotantehacialapuertaylaabrióconfuerza.Thorneestabadepieenelcorredor.Él dio un salto y juntó susmanos detrás de la espalda, en unaposición
rígidayformal.Estabareciénafeitadoypeinadoconpulcritud,yvestíaropanueva: camisa azul con lasmangas enrolladas hasta los codos y pantalonescolorcaquimetidosenbotascafés.
Cress se encogió contra el respaldo de la silla. Se sentía incómoda.Aunque ya se había duchado para quitarse el gel pegajoso del tanque desuspensión, aún llevaba la bata desechable de la clínica y ni siquiera habíatenidooportunidaddecepillarseelcabello.
—Capitán—dijoconunsuspiro.—Disculpa—dijoél,chocandolostalones—.¿Teestásyendo?—No.Yo…penséenveniraverte.Thorne pareció sorprenderse, pero una señal de alivio apareció en su
rostro.Seinclinóyapoyólasmanosenlosapoyabrazosdelasilla.Sumanoderechaestabaenyesada.
—Se supone que deberías estar descansando —dijo, al tiempo que laempujabahaciaatrásycerrabalapuertaconelpie.Lallevódevueltahacialaventanayluegomiróalrededor.
—¿Puedotraertealgo?¿Unapantallaportátil?¿Unamasajista?¿Whiskyenlasrocas?
Ellanopodíaquitarlelosojosdeencima.Aunquesabíaqueestabavivo,nohabíaestadocompletamentesegurahastaahora.
—Teves…Nopudoterminar.Susojossellenarondelágrimas.La amplia sonrisa ante la expectativa de un cumplido de pronto se
convirtióenpánico.—Oh,oye,¿porquéhaceseso?—seacuclillófrenteaella—.Nocreoque
llorartehagabienentuestado.Ellasemordióellabioconfuerza.Élteníarazón.Surespiraciónirregular
leestabaprovocandopunzadasdolorosasenelabdomen.Seobligóacontenerlaslágrimas.
Thornelatomódelasmanos,deslizandoelyesodebajodelosdedosdeCress.Supielseveíabronceadayrugosajuntoaladeella.
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—Losiento—dijoél—.Queríaestaraquícuandotesacarandel tanque,peroestabaenunareunióncuandoScarletenvióunmensajeparaavisarmeynopudesalir,ypensé…Nosabía…—exhaló,conungestodefrustración.
—¿Unareunión?—preguntóCress, sinsabersiesaexplicación lahacíasentirmejoropeor.
—No lo vas a creer —dijo él, con una expresión de alegría—. Elpresidente Vargas en persona quería conocerme. El presidente de laRepúblicaAmericana.Adivinaquédijo.
—¿Tedaráunamedalladehonorportuvalentía?—preguntóelladespuésdepensarlo.
—Casi—losojosazulesdeThornerelucieron—.MedarálaRampion.Ellaabriólosojosdeparenpar.Élselevantódeunsaltoycomenzóaandardeunladoparaotro.—Bueno,vaarentarme laRampion,peropuedoempezarahacerpagos
paracomprárselaalejército.Cinderlepidióquemeperdonarasiprometíanovolver a robar, bla, bla, bla, y nos recomendó amí y ami tripulación paradirigirladistribucióndelantídotocontralaletumosis.Peronecesitounanavepara hacerlo, y por eso el presidente Vargas aceptó el trato. Debiste habervistolodisgustadoqueestaba.Nocreoqueseamimayoradmirador,pero…aunasílohizo.
—Estoymuyfelizporti—dijoCress,aplaudiendo.—¿Puedesimaginarmeenunempleolícito?—Yen un empleo que ayudará a la gente—irradiaba alegría—. Puedo
imaginarlomuyfácilmente.—Estoysegurodequeereslaúnica—dejódemerodearunmomentopara
dirigirleunagransonrisa.El calor inundó su rostro.Miróhacia abajoyvolvió aver el yeso.Con
esaslesiones,tendríaqueaprenderdenuevoavolar.—Yo…lamentolodetumano—tartamudeó.—No —respondió con rapidez, como si hubiera estado esperando esa
disculpa—. Scarlet y yo vamos a formar un club de personas con dedosfaltantes.PodríamosdejarqueCinderseamiembrohonorario—sehundióenelbordedelacama,miróelyesoylohizogirarbajolaluz—.Además,estoypensandoenconseguiralgunoscomponentescibernéticos.¿HasvistocómolamanodeCinderhacetodaclasedetrucos?Penséqueseríaútiltenersiempredisponibleunmondadientes.O talvezunpeine—sonabadistraídocomosisuspalabrasysuspensamientosnoestuvierancoordinados.Cuandoseatrevió
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amirarladenuevohabíaangustiaensusojos—.YotambiénlosientoCress.Yo…estuveapuntodematarte,y…
—Levanaestuvoapuntodematarme.Éltensólamandíbula.—Erayoquiensosteníaelcuchillo.Losentí.Sentíqueestabaocurriendo
ynopodíahacernada…—Nohabíanadaquepudierashacer—aseguróella.Thorne apoyó los codos sobre sus rodillas y se inclinó, con la cabeza
colgandoentreloshombros.—No.Lo sé—sepasó lamano sanapor el cabello—.Sé, lógicamente,
que era ella, no yo. Pero… Cress—suspiró—, tendré pesadillas sobre esemomentoelrestodemivida.
—Nofuetuculpa.—Cress,esonoes…—semasajeólanucayvolteóparamirarla,conuna
expresión intensaqueelladifícilmentepudososteneryse ruborizóaúnmás—.Yo…—sellevólasmanosalasrodillasparaapoyarse—.¿Tequedarásenmitripulación?
Suspensamientossedispersaron.—¿Tu…tripulación?—Losé—seaclarólagarganta—.Haspasadotodalavidaenelespacio,
apartada de la civilización. Entiendo si no aceptas, si quieres quedarte enLuna, o incluso… si quieres que te lleve a la Tierra. Estoy seguro de quepodríasquedarteuntiempoconKai,quien,yasabes,viveenunpalacio—laexpresión de Thorne se ensombreció—. Eso es tentador, comparado con lanavedecargaqueteofrezco.
Volvióacaminardeunladoaotro.—PeroWolf y Scarlet van a quedarse… solo un tiempo, hasta que la
enfermedadestébajocontrol.Ytengounaidea.Estamisiónnosllevaráportodalarepública.Noesquevayamosavisitarmuchoslugaresturísticos,perohabrá… Humm… Bosques. Y montañas. Y todo tipo de cosas. Y cuandoterminemos, si hay algún lugar al que quieras volver, podremos hacerlo.Yquedarnosunatemporada.Opodríallevarte…acualquierlugar.Acualquierlugarquequierasconocer.
Verlocaminardeunladoaotrolaestabamareando.—Meestásofreciendoun…empleo.—Sí…no—dudó—.Quierodecir,algoasí.¿Sabes?Estomesaliómejor
anoche,cuandoloensayé.Ellaentrecerróunojoylomiródecostado.
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—Capitán, sigo tomando muchos medicamentos y no estoy segura deentender.
Mirólabatadehospitalylasillaflotantecomosisehubieraolvidadodeellas.
—Rayos, soy pésimo para esto, ¿cierto? ¿Quieres recostarte? Deberíasrecostarte.
Sinesperarrespuesta,pasóunbrazodebajodesusrodillasylalevantódelasilla,delicadamente,comosisostuvieraunamuñecadevalorincalculable.Ellaahogóenlagargantaungemidodedolormientraséllallevabaalacama.
—¿Mejor?—preguntóélalacomodarlasobreloscobertores.—Mejor—admitióella.Peroélnolasoltó,yestabaextremadamentecercacuandoellalomiróa
losojos.—Mira, Cress, obviamente no soy bueno para esto. Al menos no
cuando…cuandosetratadeti—parecíafrustrado.Doblólosdedos,haciendoplieguesenladelgadateladelabatadehospital.Perosoybuenoparaesto.
Se acercó más y sus labios encontraron los suyos, al tiempo que laestrechabacontralassuavesalmohadas.Ellasequedósinalientoyhundiólosdedosensucamisa,temerosadequeseapartaraantesdequepudieraguardaresemomentoensumemoria.
Peroélnoseapartó,yCressseatreviópocoapocoabesarlo.Elcolchónsemovió;Thorneapoyóunarodillaparanoaplastarla.Elyesorozósulabio,alprincipiocontorpeza,peromenoscuandolollevóalladodesurostropararecorrer su mentón con el pulgar. Y luego con los labios. Su mentón. Sucuello.Elhuecodesuclavícula.
El cuerpo de ella se derritió y pensó que si pudieran embotellarlo a él,seríaelmejormedicamentoparaeldolor.
Thornedejódebesarla,peroellaseguíasintiendoelrocedesucabelloenelmentón,latibiezadesualientoenelhombro.
—Veintitrés—dijoél.—¿Hmm? —abrió los ojos, confundida. Thorne se apartó y se veía
culpableypreocupado,loquedesvaneciópartedesueuforia.—Unavezmepreguntastecuántasveceslehabíadichoaunachicaquela
amaba.Heestadotratandoderecordarlasatodas,yestoycasisegurodequelarespuestaesveintitrés.
Ellaparpadeó;unaleteosuave.Fruncióloslabiosytardóunmomentoenformularlapregunta.
—¿Incluidalachicalunarquetebesó?
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—¿Laestamoscontandoaella?—preguntóélconelceñofruncido.—Túlodijiste,¿no?—Veinticuatro—respondió,desviandolamirada.Cressquedóboquiabierta.Veinticuatrochicas.Ellanisiquieraconocíaa
veinticuatropersonas.—¿Porquémedicesesto?—Porquenecesitoquesepasquenuncalodijedeverdad.Lodecíaporque
penséqueeraloqueunodebedecir,peronosignificabanada.Ycontigoesdiferente.Porprimeravezhe sentidomiedo.Miedoaque cambiesde idea.Miedoaarruinarlo.Estrellas,Cress,meaterrorizas.
Sentíamariposasenelestómago;élnoparecíaaterrorizado.—Esteeselasunto—Thornegateóporencimadesuspiernasyserecostó
asulado,conlasbotaspuestas—:túmerecesalgomejorqueunladrónqueterminará en la cárcel de nuevo. Todos lo saben. Hasta yo lo sé. Pero túpareces estar decidida a creer que realmente soy un tipo decente que esmedianamentedignodeti.Loquemeasustamás—hizogirarunmechóndecabello entre sus dedos— es que algún día túmisma te des cuenta de quemerecesalgomejor.
—Thorne…—No te preocupes—besó el mechón de su cabello—. Soy una mente
criminalytengounplan—seaclarólagargantayempezóamarcarunalistaen el aire—. Primero, conseguir un trabajo honesto… listo. Comprarlegalmente mi nave… en proceso. Demostrar que tengo madera de héroeayudandoaCinderasalvarelmundo…oh,espera:esoyalohice—guiñóunojo—.Ah,ytengoquedejarderobarcosas,perotalvezesoseaalgoobvio.Entonces,supongoquecuandofinalmentedescubrascuántonotemerezco…talvezyatemerezca—susonrisasevolvióengreída—.Asíescomodebíasereldiscurso.
—Fueunbuendiscurso—dijoella.—Lo sé—se acercó y le besó el hombro.A ella se le erizó la piel del
brazo.—¿Capitán?—Cress.No podía evitar decirlo, aunque sabía que él tenía razón. Era un tanto
aterrador.Muchomásquelaprimeravezqueselohabíadicho,eneldesierto.Ahoraeradistinto.Erareal.
—Estoyenamoradadeti.Élrioentredientes.
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—Esoesperaba,despuésdetodo—seinclinóhaciaadelanteylebesólasien—.Yotambiénteamo.
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Noventayseis
Winter tomó una ramita del suelo y la lanzó hacia la reja protectora delcercado,peroelfantasmadeRyusololadeólacabeza.
Laprincesasuspiróydejócaerlasmanosensuregazo.Sus ataques iban y venían, pero los médicos habían considerado que
estabasuficientementelúcidacomoparatomarunadecisión:¿queríaquedarseen la clínica, donde podían controlarla si le sobrevenía un brote, o preferíausar brazaletes de descargas eléctricas que la dejarían inhabilitada cuandohicierafalta?Escogióestalibertadimaginaria,pensandoenRyuyencómoelchip le había impedido al lobo salir del encierro que al principio debióparecerlebastantefácildeevadir.
AJacinno legustó la idea.Habíaargumentadoque lamentedeWintererayamuyfrágilcomoparaimponerleelmiedodelasdescargaseléctricasalazar. Pero Winter necesitaba salir de la clínica. Necesitaba alejarse de laspesadillasquelaacosaban.
Desdequeladierondealtaibaconfrecuenciaalacasadelosanimales.Eraunodelospocoslugaresserenosenunaciudadagitadaporlosrumoresde la reconstrucción y los cambios políticos. Claro que eso era muyimportante.Siemprehabíaqueridoquesunaciónfueraunlugarenelquelagentepudiera expresar suopinióny recibir un trato justo, en el que tuvieraopcionesparadecidir sobre lavidaquequería llevar.Peroelparloteohacíaqueledolieralacabeza.Cuandoelmundocomenzabaagirarsincontrol,leparecía que lomejor era retirarse a un lugar apacible y solitario donde nopudieralastimaranadiemásqueasímisma.
Lasalucinacionesyanoerancontinuas,comoenlosdíasquesiguieronalabatalla,aunquesumentetodavíalejugabamalaspasadasylahacíaverla
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sombradesumadrastraenelpalacio,esperándolaconuncuchilloafiladoypalabras crueles, o el destello de los ojos de Aimery siguiéndola por loscorredores.Conmuchafrecuenciaolíasangrequeescurríaporlasparedes.
Laprimeravezquefuea lacasadelosanimales,elfantasmadeRyulaestabaesperando.
En la incertidumbre de la revolución, los encargados habían huido ytodavía no los habían encontrado. Los animales tenían hambre y estabaninquietos,yWinterhabíapasadotodoeldíalimpiandolasjaulasytratandodequelacasadelosanimalesvolvieraaserelrefugioquesiemprehabíasido.CuandoJacinfueabuscarla,habíareclutadocriadosparaquelaayudaran.
Le resultaba útil mantenerse ocupada. No era una cura, pero le servía.Paralosdemás,ellaeralaencargada,aunquetodoslallamaban“princesa”yfingíanquenoolíaaestiércol.RyupusolacabezaenelregazodeWinteryella lo acarició entre las orejas. Este triste fantasma ya no jugaría nunca abuscarytraerramitas.
—Princesa.Ryuseevaporó.Jacinestabaapoyadocontraelmurodelcercado,nomuy
lejos de donde había fingido su asesinato.Donde ella lo había besado y éltambiénaella.
Conese recuerdo,Winter sehundióenaguayhielo, en fríoycalor.Seestremeció.
Jacinfruncióelceño,preocupado,peroelladisipóelrecuerdo.Nohabíasidounaalucinación,sinounafantasíanormal,comolaquetendríaunachicanormalsiestuvieraenamoradadeformanormaldesumejoramigo.
—Yasabesqueno tienesque llamarmeasí—ledijo,echándoseelpeloatrásdeloshombros—.Antesmedecías“Winter”.
Jacinapoyóloscodosenelcercado.—Antes tambiénpodíavenir avisitarte sin sentirmeobligadoa lanzarte
migasdepanparaganarmetuaprecio.—¿Migasdepan?¿Acasoparezcounganso?Jacinladeólacabeza.—Tampocoparecesunloboblanco,peroesoesloquedicelaplacaque
veoaquí.Wintersereclinóhaciaatrásyseapoyóenlaspalmasdesusmanos.—No voy a jugar a buscar y traer—le dijo—, pero sime lo pides por
favor,podríaaullarparati.—Yaconozcotusaullidosytampocoparecenlosdeunlobo—respondió
él,haciendounamueca.
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—Heestadopracticando.—Sientronovasamorderme,¿verdad?—Notegarantizonada.JacinsaltólavallaysesentójuntoaWinter.Ellaalzóunaceja.—Tútampocoparecesunloboblanco.—Ytampocoaúllo—añadiópensativo—,aunquepodríajugarabuscary
traer,dependiendodelpremio.—Elpremioesotrarondadebuscarytraer.—Túsísabesnegociar.Winter esbozó una sonrisa, y cuando parecía que Jacin también iba a
sonreír,apartólamirada.—Tenemos una solicitud de Cin… de Selene. Ahora que se firmó el
tratado, quiere que se comiencen a discutir los acuerdos comerciales entreLuna y la Tierra. También se hablará de comunicaciones abiertas, viajes,accesoalosmediosterrestresycosasasí.
Ryu golpeó con el hocico entre los omóplatos deWinter. Ella estiró elbrazo hacia atrás y trató de rascarle detrás de las orejas, pero en cuanto lotocó,seesfumó.
—¿Otravezellobo?—quisosaberJacin,observándola.—Notepreocupes,yateperdonó.Jacinfruncióelceño.—¿Quépodemoshacer para ayudar a la política deSelene?—preguntó
Winter.—Bueno, dado que lamentablemente eres tan encantadora y que tuviste
tanto éxito en lograr que los soldados lobos se nos unieran y que todos tequierentanto…
—¿Tantoscumplidosseguidos?Sientoqueestoyapuntodecaerenunatrampa.
—Exactamente. Cinder cree que serías una buena embajadora. Suprimeraembajadora.
—¿Quétendríaquehacer?—preguntóWinter,ladeandolacabeza.—Nolosébien.IríasalaTierra.Tendríasquecenarcongenteelegante.
Demostrarquenotodosloslunaressomosmonstruos.Wintersonrió,sintiéndoselobuna.—Ledijeque tepreguntaría—agregóJacin—,peronoestásobligadaa
aceptar.Primerotienesquecuidarte.—¿Vendríasconmigo?
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—Por supuesto—extendió las piernas y las cruzó—.Pero puedes decirque no y también estaré contigo. Estoy harto de servir a los demás —serecostósobreloscodos—.Quiénsabe,talvezundíaretomelosestudiosdemedicina.Pero,entretanto,soytuguardaespaldasyhagoloquetúquieras.
—Asíqueserácomojugaralaprincesayelguardia—ledijo,enalusiónaunjuegoqueteníandeniños.Winterrepresentabaunaversiónmuchomásmandonadeellamisma,mientrasqueJacinadoptabaelmodelodelospadresde ambos, todo estoicismo y seriedad, y corría para acatar sus mandatos.CuandoWinternoteníayamásórdenesquedarle,fingíanqueunosasesinosysecuestradoresveníanaraptaralaprincesayélladefendía.
—Consuerte,seráconmenossecuestros—dijoél,sonriendo.WinterapoyólamejillasobreelhombrodeJacin.—SiCinderlodesea,seráunhonorencantaralagentedelaTierra.—Teníalasospechadequediríaseso.Jacinserecostóysepasóunamanoporlafrente.Ryuaullóconangustiahaciaeltechodevidriodelacasadelosanimales,
queestabacubiertodeenredaderas.No solíamostrarse tan inquieto.Quizásera la presencia de Jacin. Quizá quería decirle algo. Quizás era su propialocuraynosignificabanada.
Winter abrió la boca para hablar, pero titubeó. Miró a Jacin recostadotapándoselosojosconlamano.Sepreguntósihabríadormidoúltimamente.
—La doctora Nandez dice que tal vez tenga listo un prototipo deldispositivodeCinderlapróximasemana.
—¿Tanpronto?—preguntóJacin,levantandolamanodesusojos.—Todavíanosabesifuncionará.Primeronecesitaunvoluntarioparalas
pruebas.—Princesa…—Yameofrecídevoluntaria.Siquieres,puedes tratardeconvencerme,
peroestoycompletamentepreparadaparaignorarte.Jacinseincorporó,conlamandíbulatensa.—¿Sujetodepruebas?Nosabemosquéefectossecundariospodríatener.
Nisiquierasabemossivaafuncionar.Queotrolopruebeprimero.—Quierohacerlo.Hastahoy,micasodeenfermedadlunaresdelosmás
graves—metiólosdedosentreelpelajedelloboysonriócontristeza—.Perosemeocurrióquesifunciona,yanoverénuncamásaRyu.¿Yquépasasi…?¿Quépasasilagentedejadequererme?
—Notequierenporqueestés loca—dijoJacin,sacudiendo lacabeza—.Tequierenporque…—Winteresperó—.Tequierenporquefuistebuenacon
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elloscuandonadiemásloera.Porquelesimportas.Estedispositivonovaacambiarquieneres.
—Túquieresquemearreglen,¿verdad?Jacinseechóhaciaatrás,comosiellalehubieralanzadoalgo.—Noestásrota.—Sí,Jacin—dijoella,conlavisiónalgoborrosa—.Estoyrota.—No, estás…—soltó un gruñido, un sonido gutural y frustrado que le
produjo vértigo—. Mira, me encantaría no tener que preocuparme por tinuncamás.Nopreocuparmedequetelastimesodequealguienseaprovechedeti.Perotúno…túeres…
—Alucino. Estoy loca y dañada. Lo sé desde hace mucho. Los dos losabemos.Scarletmelodicetodoeltiempo.
—Eresperfecta—agregóparaterminarlaidea,comosiellanolohubierainterrumpido—.Nomeimportasiveslobosmuertosositeconviertesenunaestatuavivientedehielocuandotienesunmaldía.Nomeimportasimedejasenelhombro lashuellasde tusdientes.Nome importa si…tearreglan—escupiólapalabracomosituvieraunsabordesagradable—.Quieroqueestéssegurayfeliz,esoestodo.
Winterlehizoojitos,yJacinapartólamirada.—Nomemiresasí.—Quierosersujetodepruebas—seestiróparatomarsumano—.Estaré
seguraycontentacuandoyanoletengamiedoamipropiamente.Jacin apretó los labios hasta convertirlos en una línea delgada y asintió
lentamenteconlacabeza.—Essoloquenomegustaqueseaslaprimera—refunfuñó.—Jacin—élvolvióamirarlaalosojos—.¿Creesquesoyperfecta?Noapartólavista.Nosesintióavergonzadonisepusonervioso.Solola
miró fijamente, como si le hubiera preguntado si Luna gira alrededor de laTierra.Luego,seinclinósobreellaylediounbesoenlafrente.
—Másomenos;esdecir,enundíabueno.
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Noventaysiete
—¿Todos?CindersonrióantelaexaltacióndeIko.Lehabíadadomásalegríaverla
maneraenqueIkoresplandecíaantelashilerasymáshilerasymáshilerasdevestidosquelaquepodríandarlelosvestidosmismos.
—Hastaelúltimo—dijoCinder—.Noquierovolveraverlosjamás.YahabíapasadomástiemporodeadaporLevanaqueelquehabíatenido
en mente. Su perfume, sus vestidos, sus joyas; no tenía interés en elguardarropadesutía.PeroIkosí,demodoquepodíaquedarsecontodo.
Nunca la había visto tan contenta. Ni siquiera cuando Thorne le habíatraídoelcuerpodeaquellaandroidedecompañíaquehabíaencontradoeneldesierto.NisiquieracuandoelenvíoprocedentedelaTierrafinalmentehabíallegado, con los repuestospara reparar sucuerpocasidestrozado.Cinder lehabía dicho que con un daño tan extenso resultaría mucho más efectivoinstalar su chip de personalidad en un cuerpo completamente nuevo. Podíahaber elegido el modelo que deseara. Pero Iko se había negado. Se habíaencariñadoconese,dijo,y además,ningunode sus amigos teníauncuerpodesechable,asíque¿porquéhabríadetenerloella?
Cindernopodíarebatireseargumento.LaúnicamejoraqueIkohabíasolicitadohabíasidounpardeojosnuevos
quecambiarandecolordeacuerdoconsuestadodeánimo.Hoysusojoseranamarilloscomolaluzdelsol.Feliz,feliz,feliz.
—Notemolestaquemelosponga,¿osí?—preguntóIko,descolgandodesuperchaunvestidonaranjayajustado,ysosteniéndolocontrasupecho.
—Nositehacenfeliz.
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—¿Endóndelosusaré?—antesdequeCinderpudieraresponder,hizoungestoconlamano—.Noimporta.¿Endóndenolosusaría?—volvióacolgarel vestido ajustado y examinó el guardarropa de nuevo. Sus ojos seoscurecieron,enuntonomásparecidoaldelamantequilla,conuntoquedelimónenlosbordes—.Creoquemesientoculpable.
—¿Culpable?Soltandounbufido,Ikopusolosbrazosenjarra.Lapreocupaciónleduró
solounosmomentos,ydespuésvolvióasonreír.—Yasé:escogerémisdiezfavoritosyvenderéelrestoenbazaresderopa
para androides de compañía. Podemos usar las ganancias para construirescuelas en los sectores externos o para alguna otra obra caritativa por elestilo—miródereojoaCindermientraspalpabaunamangadefinoencaje—.¿Quéteparece?
SilosojosdeCinderhubieranreflejadosuestadodeánimo,selehabríanpuestoazulzafirodeorgullo.
—Creoqueesunaideagenial.Conunasonrisadeorejaaoreja,Ikosiguióavanzandoentrelasperchas,
seleccionandosusfavoritos,mientrasCindersevolvíahaciasureflejoenelespejoprestadoquelehabíantraídodeunadelasnavesterrestres.Aúnteníaqueacostumbrarseaversetan…comounareina.
Supropiovestidoeranuevo.Aunqueotravezhabíaintentadoponerseunode losdeWinter,algunasmodistasdeArtemisa lehabíansuplicadoque lespermitieradiseñarsuvestidodecoronación,manifestandoqueseríaungranhonor. Cinder ni siquiera se había enterado de que tenía expectativas hastaqueelvestidolassobrepasó.
ConfeccionadoconloscoloresoficialesdeLuna,blanco,rojoynegro,elvestidoestabahechoconmástelaquelaquehabíavistoensuvida.
Lapesada faldablanca laenvolvíacomounacampana,conunaenormecola que se extendía por el largo, largo, corredor. Gemas rojas y negrasadornaban el dobladillo y el canesú del vestido. El discreto escote y lasmangasjaponesaslequedabanperfectos.
Cinder había esperado que la costurera también confeccionara guantespara cubrir su mano robótica, pero no lo hizo. “Nada de guantes—habíadichounadelascosturerascuandopreguntóalrespecto—.Ynadadevelo”.
Elgolpeenlapuertallamósuatención,yentróelguardiaKinney.—SuMajestad—saludó.Sutonorespetuososevolvióamargoaldirigirse
aIko—.Señoraconsejera.
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LosojosdeIkoadquirieronuntonocobrizo;estabaorgullosadesunuevotítulo,aunquerecibióalguardiaconunamiradamordaz.
—¿Sí,Kinney?—preguntóCinder.—Elcapitánysutripulaciónsolicitanaudiencia.—¡Ja!—seescuchó lavozdeThornedesdeelcorredor—.Lesdijeque
haríaquemellamara“capitán”.—Déjalospasar—dijoCinder,poniendolosojosenblanco.EllosseabalanzaronantesdequeKinneypudierapermitirles laentrada,
todossonrientesyvestidosformalmenteparalaocasión.HastaWolfllevabatraje, a pesar de que Cinder no podía imaginar que hubiera sido fácilencontrar, con tan poca anticipación, uno que se ajustara a su cuerpomodificado.SucamisarojacombinabaconeldespampanantevestidorojodeScarlet,y la telacontrastabademaneraespectacularconsucabello.Thornellevaba un traje de etiqueta y corbatín. Entró empujando el dispositivoflotantedeCress.Cinderhabíaescuchadoquesusheridasestabansanandoyque se esperabaquepara el finde semana empezara adar pequeñospasos.Llevaba uno de los vestidos de gasa amarillos deWinter, con el dobladillohecho para su altura. Jacin vestía su uniforme de guardia, pero habíareemplazadolashombrerasnormalesporbrillantescharreteras,locualcasilohacía parecer un príncipe al lado de Winter, quien se veía aún másimpresionanteque lousual conunvestidoblancoquenohabría llamado laatenciónenotrapersona.Kaisiguióalgrupoconunacamisadevestirnegradecuellomao.
Enunabandejadeplatallevabaunpastelredondodeunsolopisocubiertoconunglaseadodecoloramarillopálidoformandoespirales.Cindersupodeinmediatoquenoeraobradelosreposterosreales,cuyascreacioneserancasidemasiado inmaculadas como para tocarlas. Este pastel, con su glaseadodesaliñadoyfaltadedecoración,eraclaramentemodesto.
Conunareverencia,elguardiaseescabullóporlapuerta.Cuandolesdiolaespalda,Ikosacólalengua.
—¿Qué pasa?—preguntó Cinder—. La coronación comienza en veinteminutos.Ustedesyadeberíanestarensuslugares.
—Fue ideamía—explicó Iko, dando saltitos—. Sabía que ibas a estarnerviosa,asíquepenséencelebrarprimero.
—¿Ypreparasteunpastel?—Scarletlohizo—dijoThorne.Lapelirrojasesacudióelcabellodeunhombro.
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—Es pastel de limón. La receta especial de mi abuela. Pero… —sumiradarecorrióelvestidodeCinder—talvezquierasesperarhastadespuésdelacoronaciónparanomancharteconelglaseado.
WinterresoplóylearrebatólabandejaaKai.—No seamos crueles. Uno no debe guardar para después el pastel que
puedecomerahora—deslizólabandejasobreuninvaluabledivándeseda.—Nuncahecomidopastel—comentóCressyatrajomuchasmiradasde
sorpresa.SosteníalamanodeThorne,peroestaveznoseencogiócontraél,auncuandoeraelcentrodeatención.
Ikosecruzódebrazos.—Por favor, ¿podríamos no empezar a hacer una lista de la comida
estupendaymaravillosaquejamáshemoscomido?—Asuntoresuelto—dijoThorne—.¿Quiéntrajoloscubiertos?Nadie lo había hecho, así que Jacin ofreció su daga. Se turnaron para
cortarpedazosdepastelglaseadodeltamañodebocadosyloscomieronconlamano hasta que el pastel se pareció a la superficie de Luna, cubierta decráteres.
Naturalmente, Cinder terminó ensuciándose el vestido: una mancha deglaseadoamarilloenlaenormefalda.Estabamortificada,hastaqueIkoajustólafaldademodoquelosplieguesocultaranlamancha.
—Erainevitable—dijoIkoconunguiño—.Espartedetuencanto.Cinderechóareír,perounrepentinosobresaltoensupecholahizocallar.Miró a su alrededor, las sonrisas y los brazos sobre los hombros, y a
Winter que lamía delicadamente la crema de mantequilla de sus dedos. Elpastel casero. La reunión de amigos. Una celebración para ella. Era tontosentirseabrumadaporesascosas,peronopudoevitarlo.Nuncahabíatenidoesascosas.
Lagratitudseextendióportodosupecho,yaunqueaúnseguíanerviosa—seguíaaterrorizada—sediocuentadequese sentíamásaliviadaqueendíasanteriores.
—¿SuMajestad?Sevolvió.Kinneyhabíavuelto.—Eshora.Cinder tragó saliva y se puso de pie, con el corazónmartilleándole. El
tonofestivosevolvióserio.Wolf,quehabíasidoelúltimoenusarelcuchillo,engullóunosbocados
extrasantesdedevolvérseloaJacin,quienmirólahojacubiertadeglaseadoymigajasylaclavódenuevoenelpastel,porseguridad.
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—Estoy lista—anuncióCinder. Le parecíamás difícil amedida que elvestidoseestrechabacontrasuestómago—.Estoylista,¿no?
—Espera—IkovolteóparamiraraCinder—.Sonríe.Cinderledirigióunasonrisanerviosa,eIkoasintió,orgullosa.—Notienesnadaenlosdientes.Yodiríaqueestáslista.Susamigossereunieronentornoaellaylaabrazaronunotrasotro.HastaquellegóaKai,quienlerodeólacinturaconlosbrazosylabesó.
Sabíaaglaseadodelimón.Thornesilbó.Ikoquedóextasiada.Elbesoterminódemasiadopronto.—¿Quéfueeso?—susurróCinderjuntoaél.Kailepasóelbrazoporencimadeloshombrosylacondujofueradelos
aposentosdelareina.—Estabapensandoenelbrillantefuturo—respondióél—.Eseenelcual
estástú.
Enciertosaspectos,lacoronaciónoficialdelareinaSeleneChannaryJannaliBlackburn fue una reunión íntima, y en otros, un acontecimientointergaláctico.Cinder habíaorganizadoun sorteodeboletosparaque todoslossectoresdeLunaestuvieranrepresentados,ytodoslosinvitadossumabanunospocoscientosdepersonas,queapenasllenaronlamitaddelosasientospreparadosparalaceremoniadeLevanayKai,semanasantes.
LafilmaciónsetransmitiónosoloacadasectordeLuna,sinoatodoslosserviciosdenoticiasde laTierraquedecidieronemitirla.Seconvirtióen latransmisióndelaredmásvistadelaTerceraEra.
MientrasCindercaminabaporelinterminablepasilloconalfombranegra,intentónopensarentodalagentedeluniversoquelaestabamirando.Tratóde no preguntarse si la juzgaban o la admiraban, le temían o estabanimpresionados.Seesforzópornotratardeadivinarcuántoslaveíancomounaprincesa perdida, una patética cyborg, una justiciera o una criminal, unarevolucionariaounahumildemecánicaquehabíatenidosuerte.
Trató de no pensar en lamanchade glaseado amarillo en su vestido devalorincalculable.
Kai y Winter estaban en el altar, envueltos por la luz de las esferasresplandecientes; Winter sostenía la corona de la reina y Kai, un cetroceremonial.JuntosrepresentabanlaformaenquetantolaTierracomoLunaaceptaban el derecho de Cinder a gobernar. El resto de sus amigos seencontrabanenasientos reservadosenprimera fila.Thorne, juntoalpasillo,
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extendió la mano cuando Cinder pasó. Ella soltó un resoplido y aceptó elchoquedepalmasantesdeascenderporlasescaleras.
Winterleguiñóunojo.—Muybienhecho,amigaCinder.Notetropezaste.Yapasólapartemás
difícil.Kai esbozó una sonrisa dirigida solo aCinder, aunque todo el universo
estabaobservando.—Tienerazón.Esaesrealmentelapartemásdifícil.—Gracias a las estrellas —respondió Cinder en un susurro—. Ahora
terminemosconesto.Tomando una profunda y entrecortada bocanada de aire, se volvió para
encararasureino.
Habían lavado la sangredelpisodel salóndel trono,pero seguía siendoundesastre de sillones volteados, barandales rotos, mosaicos resquebrajados ypanelesdemaderaperforadosporlasbalas.Hastaeltronoteníaunafracturaenlabasedepiedra,decuandoCinderlehabíadisparadoaLevana.Olíaalosproductosquímicosylalejíaquehabíanempleadoparalimpiar.
Loshorroresde la rebelióncomenzabanaquedaratrás.Talveznoparaaquellos que habían perdido amigos y familiares, y Cinder sabía que aúnfaltabamucho por hacer para que Luna pudiera recuperarse del reinado deLevana.Peroestabanansiososporempezaralidiarconesasconsecuenciasdeinmediato.
Cinder había empezado por formar consejos integrados tanto pormiembros de la corte deArtemisa comopor ciudadanos propuestos por lossectoresexteriores,paraempezaracerrarlabrechaentreclasesyencontrarlamejormaneradereasignarfondosytrabajo.Las“familias”ylostaumaturgosyaleestabanhaciendofrente,peroesonoeraunproblema.Llevaríatiempo,peroseadaptarían.
Había permanecido sentada en su trono, rodeada por el más absolutosilencioyporelolordelosproductosquímicos,duranteloqueleparecieronhoras,mirandocómolaciudaddeArtemisaresplandecíaanteella,mientraslaTierraasomabaenelhorizonte.
Las puertas se abrieron. Kai asomó la cabeza y Cinder se puso tensa,sintiéndoseculpabledehabersidosorprendidaeneltrono—auncuandoerasutrono—,completamentesolayenlaoscuridad.
—Ahíestás—dijoél.
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—Losiento—respondióella—.Meestoyescondiendo.¿Puedescreerquecuando eres de la realeza es realmente difícil encontrar un momento deprivacidad?
Conunasonrisaburlona,Kaicerró lapuerta trasél.Mantuvounamanodetrásdelaespaldamientrasseaproximaba.
—¿Puedo sugerirte que consigas un abrigo con capucha? Es un disfrazsorprendentementeadecuado—hizounapausaalverlaTierraporelbalcón,hermosayenormeenelcielooscuro—.Esunagranvista.
Cinderasintió.—No es que justifique lo que hizoLevana, pero en cierta forma puedo
entenderporquéladeseabatanto.ComoKainodijonada,ellaposósumiradaenélysupoquéhabíavenido
adecir.Sucorazóndiounvuelco.—Tevas,¿cierto?Élapartólamiradadelpaisaje.—Endosdías.Dosdíasterrestres—fruncióelceñoconairededisculpa
—.Yaheestadofuerademasiadotiempo.Ellatratódesofocarladesesperaciónqueseleclavócomounpuñal.Kai
seiría.Thorne,Cress,WolfyScarletyasehabíanmarchado,yWinteryJacinpartiríanenelprimervuelodiplomáticoenlossiguientesdías,yentoncessequedaríasola.
Bueno,ellaeIkoestaríansolas.Lohabíaestadoesperando.Sabíaquenosequedaríaparasiempre.Teníaunanaciónquegobernar.—Bien—dijoella,fingiendoseguridad—.Comprendo.TúyKonn-dàren
hansidodegranayuda.¿Éltambiénseva?—Sí.Losiento—respondió,haciendounamueca.—No.Tú…túdebesiracasa,desdeluego.—Deberíasvenirdevisita—dijoél,hablandorápido—.Pronto.Creoque
seríaalgoquesimbolizaríalanuevaalianza…—suánimodecayóyserascólanuca.Manteníaocultalaotramano—.Opuedocrearunproblemapolíticoquedebamosresolverjuntos,siesoayuda.
Cinderforzóunasonrisa.—Megustaríairdevisita.Yo…Ikoyyovamosaextrañarte.—Creoquedescubrirásqueserunareinanodejamuchotiempoparaestar
sola.—Yaveremos—depronto,sesintióincómodadepermanecersentadaen
el trono mientras Kai estaba de pie frente a ella. Se levantó, se cruzó de
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brazosysedirigiólentamentehacialasalientedelbalcón.Laansiedadcrecíaensuinterior.Dosdías.Dosdíasmásyseirá.Había tantas cosas que deseaba decirle, y dos días no eran suficiente
tiempoparaexpresarlotodo,especialmenteporquelaspalabraspermanecíanencerradasensugarganta.
—Es extraño —comenzó Kai, reuniéndose con ella en la saliente decristal, con la mirada fija de nuevo en la Tierra—. Pasé todo este tiempotratandodeevitarunaalianzamatrimonialconLuna,yahoraqueel tratadoestáfirmadoylaguerraterminó…poralgunarazónunaalianzamatrimonialnosuenatanmal.
Elcorazónlediounvuelco.LamiradadeKaivolvióaposarseenellaylesonrió conunamezclade timidezy confianza.Era lamisma sonrisaque lehabíadirigidoeldíaenqueseconocieronenelmercado.
Despuésdeunapausalargaeincómoda,Kairio.—Deverdadnopuedessonrojarte,¿eh?Unamezcladealivioydecepciónrecorriósucuerpoyescondiólasmanos
debajodelosbrazoscruzadosparaocultareltemblor.—Esonofueamable.—Solosicreesquelodijeenserio.Ellafruncióelceño.—Tengoalgoparati;toma.—Másvalequenoseaunanillodecompromiso.Élsedetuvo,apretandoloslabioscomosilamentaraquenoselehubiera
ocurridolaidea.—O guantes —agregó Cinder—. Eso no funcionó muy bien la vez
anterior.Conunagransonrisa,Kaidiounpasohaciaellaypusounarodillaenel
suelo.Ellaabrióaúnmáslosojos.—Cinder…—Espera—ledijoella,mientrassucorazóngalopaba.—Heestadoesperandomuchotiempoparadarteesto.—Kai…Con expresión tan seria como la de los políticos, retiró la mano de su
espalda. Sostenía un pequeño pie de metal; cables cortados salían de lacavidadylasarticulacionesestabanllenasdegrasa.
Cindersoltóelairequehabíaestadoconteniendoyseechóareír.—Tú…puaj.
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—¿Estás terriblemente decepcionada? Estoy seguro de que Luna tienealgunasjoyeríasexcelentes;siquieres,yo…
—Cállate —dijo ella, tomando el pie. Lo hizo girar en sus manos,sacudiendolacabeza—.Heestadotratandodedeshacermedeestacosa,perode algún modo sigue encontrando la manera de volver. ¿Qué te hizoconservarlo?
—Penséquesipodíaencontraralacyborga lacual lequedaraestepie,seríaunaseñaldequedebíamosestarjuntos—torciólaboca—.Luegomedicuentadequequizálequedaríaaunaniñadeochoaños.
—Once,enrealidad.—Estuvecerca—vaciló—;para serhonesto, creoqueera laúnicacosa
quemeconectabacontigocuandopensabaquenuncavolveríaaverte.Ellaapartólamiradadelpie.—¿Porquésiguesarrodillado?Kai tomó su mano protésica y rozó con sus labios los nudillos recién
pulidos.—Tendrásqueacostumbrarteaquelagentesearrodilleanteti.Digamos
queesalgoquevienejuntoconelreino.—Redactaré una ley que diga que la manera correcta de dirigirse a la
soberanaesconunchoquedepalmas.LasonrisadeKaiseiluminó.—Esoesgenial.Yotambiénloharé.Cinderretirósumanoysesentó,dejandoquesuspiernascolgarandela
saliente.Suspensamientosseibanvolviendomásseriosalmirarfijamenteelpiemetálico.
—Dehecho,hayalgosobreloquedeseopedirtuopinión.Kai se sentó a su lado. Su expresión se tornó curiosa y ella apartó la
mirada,preparándose.—Pienso…—sedetuvo.Tragósaliva.Comenzódenuevo—.Hedecidido
disolverlamonarquíalunar.Apretóloslabiosyesperó.Elsilenciosevolviósólidoenelespacioentre
ambos.PeroKainopreguntó“¡¿porqué?!”,o“¡¿cómo?!”o“¡¿estásloca?!”.Encambio,dijo:
—¿Cuándo?—No lo sé. Cuando las cosas se hayan tranquilizado. Cuando crea que
puedenmanejarlo—respiróhondo—.Volveráaocurrir; algún reyoalgunareinalelavaráelcerebroalagente,usarásupoderparaesclavizarla…Tienequehaberdivisióndepoderes,pesosycontrapesos…asíquedecidíconvertir
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aLunaenunarepública,confuncionarioselectosytodo—semordióellabio.Seguíasintiéndose tontahablandodepolíticacomosi tuviera idea,ynofuehastaqueKaiasintió,pensativo,quesediocuentadecuánimportanteerasuaprobación.Tragósalivaatravésdelnudoensugarganta.
—¿Creesqueseabuenaidea?—Me parece que será complicado.A la gente no le gusta el cambio, e
incluso los ciudadanos que vivían oprimidos por Levana te aceptaron deinmediatocomosunueva reina.Además,creenen todasesassupersticionesacercadellinajereal.Pero…meparecequetienesrazón.PiensoqueesloqueLunanecesita—ellasintiócomosi lehubieranquitadode loshombrosunalunaentera—.Entonces,¿quéharásdespuésdeabdicar?
—No lo sé.Escuché queThorne está buscando unmecánico de tiempocompleto—seencogiódehombros,peroKaiseguíacavilando—.¿Qué?
—Creo que deberías volver a la Comunidad. Podrías quedarte en elpalacio,comoembajadoralunar.Seríaunamuestradebuenavoluntad.PruebadequelaTierrayLunapuedentrabajarjuntas,coincidir.
Cindersemordióelinteriordelamejilla.—PenséquelagentedelaComunidadmeodiaba.Porlodelsecuestro.Y
portodaslasdemáscosasquepasaron.—Por favor: tú eres la princesa perdida que los salvó del reinado de la
emperatriz Levana. Escuché que hay una empresa de juguetes que quierefabricarmuñecascoleccionablescontuimagen.Ydeseancolocarunaestatuadondeestabatulocalenelmercado.
Cinderhizounamuecadedesagrado.Riendoentredientes,Kailetomólamano.—Cuando decidas volver, serás recibida con los brazos abiertos. Y
despuésdetodoloquehapasado,probablementehabráunosdoscientosmilchicos que desearán llevarte al Baile Anual de la Paz el próximo año.Supongoqueencualquiermomentoempezaránallegarlasofertas.
—Lodudomucho.—Soloespera,yaverás—ladeólacabezaymechonesdecabellocayeron
sobre sus ojos—. Supongo que nome vendríamal ponermi nombre en elprimer lugar de la lista, antes de que algún otro se escape contigo. Siempezamos ahora y planeamos visitas frecuentes entre la Tierra y Luna,inclusopodríatenertiempodeenseñarteabailar.
Cindersemordióellabioparadisimularunasonrisaincipiente.—Porfavor,diquesí—suplicóKai.
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—¿Tengo que usar vestido? —preguntó Cinder, jugueteando con loscablescortadosdesuviejopie.
—Nomeimportasiusasbotasmilitaresypantalonescargo.—Podríahacerlo.—Bueno.—Ikomemataría—aparentó considerarlomientras dirigía lamirada al
cielo—.¿Puedollevaramisamigos?—Extenderé invitaciones personalmente a toda la tripulación de la
Rampion.Aprovecharemosparahacerunareunión.—¿TambiénaIko?—Leencontrarépareja.—Hayunanormaqueprohíbequelosandroidesvayanalosbailes.—Creoqueconozcoaalguienquepuedecambiaresanorma.Conunaampliasonrisa,seaproximóunpocomás.La ideadevolveral
baile y encarar a toda esa gente que la había mirado fijamente con tantohorrorydespreciolainundódemúltiplessentimientos:desdeansiedadhastatemoryunadichainexpresable.
—Seríaunhonor—dijoella.—¿Ylasleccionesdebaile?—preguntóKai,conunamiradacálida.—Notientesalasuerte.Kai acercó elmentónhacia ella y la besó.No se enteródequénúmero
era: finalmente había descubierto la forma de desconectar la función deconteo automático de su cerebro, y no le importó cuántas veces la habíabesado.Leimportabaquecadabesoyanosesintieracomosifueraelúltimo.
SoloquecuandoKaiseapartó,undejodetristezasehabíadeslizadoensuexpresión.
—Cinder,creoqueseríasunagrangobernante.Creoqueestadecisiónespruebadeello—titubeó—.Perotambiénséquenuncaquisisteserreina.Noen realidad—Cinder jamás le había dicho eso, y se preguntó si todo esetiempohabíaresultadoobvio—.Sinembargo,tengoquepreguntarsi…—Kaivaciló—sicreesquealgúndíapodríasconsiderarserunaemperatriz.
Cinderseobligóasostenerlelamiradayatragarselabromadesenfadadaqueteníaenlapuntadelalengua.Élnoestababromeandoacercadeanillosde compromiso y lecciones de baile: esta era una pregunta real, de unemperadorrealqueteníaqueconsiderarelfuturorealdesupaís.
SiCinderdeseabaserpartedesufuturo,tendríaqueserpartedetodo.—Podríaconsiderarlo—respondióella,yluegotomólaprimerabocanada
deaireenvariosdías—.Algúndía.
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LasonrisadeKairetornócontodasufuerzayllenadealivio;rodeóconunbrazoaCinderyellanopudodisimularsupropiasonrisaalapoyarseenélmientrascontemplabael lagoArtemisa, laciudadblancayelplanetaTierrarodeado de estrellas. Hizo girar el molesto y odioso pie entre sus dedos.Desdequerecordaba,habíasidounacarga.Unrecordatorioconstantedequeellanovalíanada,dequecarecíadeimportancia,dequenoeramásqueunacyborg.
Sostuvoelpiesobreelaguaylosoltó.
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“Ytodosvivieronfeliceshastaelfinaldesusdías”.
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Agradecimientos
Micorazóndesbordadegratitud…Hacia todos en Macmillan Children, incluyendo, pero no solo, a Jean
Feiwel,LizSzabla,JonYaged,NicoleBanholzer,MollyBrouillette,LaurenBurniac, Mariel Dawson, Lucy Del Priore, Liz Fithian, Courtney Griffin,Angus Killick, Johanna Kirby, Anna Roberto, Caitlin Sweeny, Mary VanAkin, Allison Verost, Ksenia Winnicki e innumerables personas más quedefendieronestoslibrostrasbambalinas.Todossontanbrillantesycreativos,yyo tengo tantasuertede trabajarconustedes…Tambiénquieroagradecerespecialmentealdiseñadordelaportada,RichDeas,yalilustrador,MichaelO, quienes en conjunto crearon algunas de las portadas de libros másatractivasqueunautorpodríadesear.Graciasamicorrectora,AnneHeausler,porsucuidadosaatenciónysuexcelenteysorprendenteconocimientode lageologíalunar.
A Rebecca Soler, la increíblemente talentosa narradora del audiolibro,juntoconSamanthaEdelsonytodoelequipodeMacmillanAudio,pordarlesvidaaestashistoriasdemaneratanvivazytangible.
Amiintrépidaagenteysuequipo:JillGrinberg,CherylPientka,KatelynDetweileryDeniseSt.Pierre.Graciasporsufeconstante,suorientaciónysuentusiasmoalcelebrarcadalogro.(SeterminóWinter,¡salud!)
Amislectorasbeta,TamaraFelsinger,JenniferJohnsonyMeghanStone-Burgess, quienes estuvieron conmigo desde el comienzo de esta locaaventura. Una y otra vez me obligaron a ir más allá, y su invalorablesdevolucioneshanmarcadounaenormediferenciaenestaserieyenmícomoescritora.Además,lasadoroatodas.
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ParaelfandomSailorMoon,desdeaquellosquemeapoyaroncuandoeraunaescritoradefanfictionnovatahastaalgunosdemisamigosmásqueridos,que siguen haciéndome reír con sus payasadas. (Ya está: puse a Jacin entoalla.¿Estáncontentos?)
Amenudo decimos que escribir es una profesión solitaria, pero resultadifícildecreercuandoestásrodeadodecolegasmaravillosas,comoyoloheestado. Estoy agradecida con mis cómplices locales, Gennifer Albin (¡teextrañamos!), Martha Brockenbrough, Corry Lee, Lish McBride, AyeshaPatelyRoriShay,pormantenermeinspiradayconcentradadurantenuestrasmúltiples sesiones y retiros para escribir. Estoy muy contenta de haberlasconocidoatodasycadauna.
Gracias también a Mary Christine Weber y Jay Asher, quienes meacompañaronenlasuperdivertidaentrevistaparalaediciónrústicadeCress,y a tantos escritores con los que me he reído; que me han inspirado,compadecidoymotivado;conlosqueheaprendidoyviajado,yquemehanapoyadoa lo largodeestamisiónépicaqueesescribir libros:AnnaBanks,Leigh Bardugo, Stephanie Bodeen, Jennifer Bosworth, Jessica Brody,AlexandraCoutts,JenniferEllision,ElizabethEulberg,ElizabethFama,NikkiKelly,RobinLaFevers,EmmyLaybourne,BethRevis,LeilaSalesyJessicaSpotswood,conmissincerasdisculpasacualquieraquehayaolvidado.
Miagradecimientoalosbibliotecarios,maestros,librerosybloguerosquehan apoyado esta serie organizando desde charlas sobre libros y tareasartísticas hasta las selecciones del equipo para elaborar reseñas paraGoodReads;suentusiasmohaacercadoaincontableslectoresalasCrónicasLunaresyyoagradezcoenormementetodoloquehanhecho.
Gracias amis amigos ymi familia, que han organizado fiestas, tomadofotos,preparadocenas, funcionadocomoniñeras, recomendadomis librosagentedesconocida en el supermercado; quemehanpeinado,mehanhechocoronas, han compartido recomendaciones de libros, me han ayudado acompraratuendosparalaspresentacionesyconstantementemerecuerdanlascosasqueimportanenlavida.Gracias;losamo.
Gracias también a Jesse, que hace muchas cosas para que yo puedapermanecerconcentradaenescribirysoñar,soñaryescribir.Teamocontodomicorazón.YaSarahyEmily,cuyassonrisashanconvertidoesteañoenelmásluminosodemivida.
Porúltimo,sientounagratitudinfinitahacialoslectores(¡sí,haciati!).Alolargodelosúltimosañoslosfanáticoshancreadoarteyescritocartas,handesarrolladodebatesprofundossobrelosméritosdesusparejasfavoritas,han
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compartido conmigo sus pesares y alegrías, han organizado maratones delectura, se han puesto disfraces y tacones rojos, han conducido horas paraacudiralasfirmasdelibros,hansoñadorepartosparafilmesbasadosenloslibros,hanhorneadocupcakesdelasCrónicasLunares,hancreadocontenidoenTumblrycompiladoimágenesentablerosdePinterest,ymucho,mucho,muchomás.Esto lesperteneceaustedes tantocomoamí,ynopuedomásquesentirqueloestoydejandoenlasmejoresmanos.
Si me necesitan, estaré agradeciendo a las estrellas por cada uno deustedes,unoporuno.
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MARISSA MEYER, escritora estadounidense nacida en Tacoma(Washington).EsunafanáticadelasantigüedadesyviveenTacomaconsuesposo,sushijasmellizasytresgatos.
Haestadoenamoradadeloscuentosdehadasdesdeniña,cosaquenotieneintencionesdesuperarnunca.
Podríaserunacyborg.Ono…Cinder,suprimeranovela,debutóenlalistadebestsellersdeTheNewYorkTimescongranéxito.
AntesdeescribirMeyertrabajócomoeditoradelibrosdurantecincoañosyescribió relatos de ficción basados en el manga Sailor Moon con elseudónimodeAliciaBlade.
Visitaalaautoraenmarissameyer.com
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