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  • 29/07/13 Teatro del Pueblo - Somi

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    De un autor a un director

    Carta a Peter Woodpor Harold Pinter

    Esta carta fue escrita a Peter Wood, el director de Fiesta de cumpleaos, justo antes de que los ensayos empezaran para el

    estreno de la obra en abril de 1958. La haba olvidado totalmente, hasta que encontr una copia en un viejo archivo hace pocos

    meses. Haba estado all alrededor de 22 aos. No es la clase de carta que yo podra escribir ahora y por esto la encontr de

    inters.

    El debate entre Peter Wood y yo result acadmico ya que la pieza baj en Londres despus de una semana en cartel.

    30 de marzo de 1958

    Querido Peter:

    La primera imagen de esta pieza, la primera cosa que escrib hace alrededor de un ao fue una cocina, Meg, Stanley, copos de maz

    y leche cuajada. All estaban ellos, se sentaban, se paraban, se inclinaban, se volvan, incontrovertibles. Poco tiempo despus

    aparecieron Goldberg y Mc Cann. Haban venido con un propsito, un trabajo en mano, para llevarse a Stanley. As lo hicieron, sin

    que Meg lo supiera, sin que Peter pudiera hacer nada, Stanley arrastrado, final de la pieza. Esta era la lnea de accin pura, y no

    poda librarme de ella. No tena en ese momento ninguna idea sobre qu o por qu. La cosa germinaba y creca por s misma.

    Proceda de acuerdo a su propia lgica. Qu hice yo? Yo segua las indicaciones, el ojo atento a las pistas que yo mismo iba

    dejando. La escritura se acomod por s sola y sin problemas en trminos dramticos. Los personajes sonaban en mis odos; era

    claro para m lo que un personaje dira y cul sera la respuesta del otro, en cualquier momento dado. Era claro para m lo que

    diran, o no podran decir nunca, sea lo que fuere que uno deseara. Yo interfera slo a nivel tcnico. Mi tarea era no daar su

    consistencia en ningn momento a travs de mi propia visin exterior.

    Cuando la cosa estaba cocinada empec a formular ciertas conclusiones. El punto es que, in embargo, para entonces la pieza era

    ya su propio mundo. Estaba determinada por su propia imagen generadora original. Mis conclusiones slo fueron tiles en cuanto

    surgan del crecimiento de la obra misma. Cuando empec a pensar analticamente (tanto como puedo, que no es mucho) lo hice

    mantenindome a tono con lo que sugera el material, juzgando la escritura total a travs de una apreciacin precisa de los

    acontecimientos descriptos, o lo que cre que era una apreciacin precisa. Nunca confront el material con otro espejo, no lo remit

    a nada fuera de s mismo. Con certeza no a ninguna otra obra literaria o consideracin de pblica aprobacin, llegado el caso.

    La obra en s misma. No es otra. Tiene su propia vida (cualquiera sea su mrito en trminos dramticos o sus logros y a pesar del

    displacer que otros puedan experimentar con respecto a ella). Entiendo que usted querra que yo insertara una clarificacin o juicio

    moral o ngulo del autor acerca de la obra, de la fuente misma. Aprecio su deseo pero no puedo hacerlo.

    Confund el punto en discusin por hablar sobre lo que yo "pensaba" de los personajes. A quin invitara a tomar el t, etc. Eso es

    irrelevante. La obra existe ahora ms all de m, usted o cualquiera. Creo que lo que pasa en escena tendr una potente imagen

    dramtica y una buena cuota de esa fuerza va a ser visual, quiero decir que uno podr ver a los personajes, y esto ayudar

    enormemente a la expresin de la cosa, la transmisin. El teln sube y baja. Algo ha sucedido. No es cierto? Ridculo, brutal,

    absurdo, sin comentario. Dnde est el comentario, la tendencia de la pieza, la nota explicatoria? En la obra. Todo lo que tiene

    que ver con la obra est en la obra.

    Muy bien. Usted sabe lo que yo pienso de Stanley. Pienso que tiene el derecho haga lo que haga o est por hacer y al diablo con

    los costos. Eso es lo que pienso. Pero se no es el punto de la pieza. Esa es una conclusin que saco de ella. Es un punto

    expresado en la obra? Slo por implicacin, concedido. Y yo concluyo lo que concluyo a partir de esa implicacin. Stanley pelea por

    su vida, no quiere que lo ahoguen. Quin quiere? Pero l no es un personaje que sabe expresarse con claridad. La obra en efecto

    meramente establece que dos hombres vienen a llevarse a otro hombre y lo hacen. Absorber el pblico las implicaciones o no?

    Pregntele a Magoya.

    La reaccin del pblico, me parece, podra ser una de estas tres: a) lo debieran haber dejado solo, b) el hijo de puta se lo mereca,

    c) es una montaa de mierda. Tambin est por supuesto d) Qu fascinante!, pero qu quiere decir? A lo cual contesto. El

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    significado empieza en las palabras, en la accin, contina en su cabeza y termina en ninguna parte. No hay final para el

    significado. El significado que se resuelve, se parcela, se etiqueta y listo para exportar est muerto, inoportuno y carente de

    sentido. Examino mi propia pieza y pregunto, qu pasa aqu? Noto, esto parece venir de aquello, yo concluira esto otro, pero los

    personajes en s no hacen nada amlo salvo moverse a travs de un suceso, una maana, una noche, una maana. Este suceso,

    tiene admitmoslo, un nmero de implicaciones. Cualquiera tiene el derecho de ver el espectculo. La progresin dramtica y sus

    implicaciones pueden llegar al espectador o no.

    Poner estas palabras que discutimos en boca de Stanley sera una imposicin imperdonable y una impostura de mi parte. Stanleyno

    puede percibir su nica justificacin vlida -la cual es que l es lo que es- y por lo tanto ciertamente no puede expresarlo con

    claridad. Slo sabe intentar justificarse a s mismo a travs de sus sueos, pretensiones y engaos, a travs de su miedo. Si l

    hubiera cado en la cuenta del hecho de que l necesita slo admitirse a s mismo lo que en realidad es o no es -entonces Goldberg y

    McCann no lo hubieran visitado-, y si lo hubieran hecho, no podramos asegurar de ninguna manera el desenvolvimiento de la

    misma lnea de acciones. Stanley hubiera sido otro hombre. La obra hubiera sido otra. Una pieza con un hroe sensible, intelectual

    y capaz de examinarse a s mismo y expresarse calramente, hubiera sido tambin otra pieza.

    Stanley es el rey de su castillo y pierde su reino porque lo valora y se valora equivocadamente. Debemos ser muy cuidadosos. La

    bota est ansiosa por aplastar, y es muy eficiente.

    Goldberg y McCann? Estn murindose, pudrindose, son escabrosos, araas en descomposicin, la flor de nuestra sociedad.

    Saben cmo moverse. Nuestros mentores, nuestros ancestros, ellos, al diablo.

    Qu hara usted, dicen? En el tercer acto Stanley no puede hacer nada ms que un ruido. Qu ms? Qu ms ha descubierto?

    Ha sido reducido al hecho de no ser nada ms que un ruido de garganta. Pero este sonido significa algo? Bien podra significar

    algo. Pienso que s. El est tratando de ir ms lejos. Est al borde de poder expresarse. Pero es un borde largo, imposible, y la

    expresin, si l pudiera articularla, podra resultar ser slo un profundo y "cataclismtico" pedo.

    Piensa que estoy bromeando? Pngame a prueba. Con el ruido de su garganta Stanley se aproxima ms a la verdadera

    naturaleza de s mismo que nunca antes y ciertamente despus. Pero es tarde. Tarde en el da. No puede ir ms lejos.

    En esa encrucijada, usted apreciar, que no puede esperarse de l que recobre de repente el don de la palabra y pronuncie una

    pieza de auto anlisis y auto conciencia, para puntualizar una pequea moral. Tampoco lo hubiera podido hacer antes en la pieza

    porque jams se le hubiera ocurrido justificarse a s mismo en esa manera. Tampoco, por ejemplo, podra Peter en su ltima

    conversacin con Goldberg y McCann pronunciar el pensamiento del da en la homila sobre "lo que hemos aprendido de estas

    desagradables experiencias" ya que, aparte de cualquier otra cosa, no estamos tratando con un hogar esclarecido y no hay Coro

    en esta pieza. En otras palabras, temo que no me encuentro dispuesto a agregar una nota explicativa al programa sobre la obra.

    Nada de lo que he dicho significa que renuncio a la responsabilidad sobre mis personajes. Por el contrario. Soy responsable por

    ellos y ante ellos. La obra se dict a s misma, pero confieso que la escrib con intencin, maliciosa, expresamente, con control de su

    crecimiento. Esto contradice todo lo que dije antes? Esplndido. Usted puede sugerir que este control no fue lo suficientemente

    estricto o lcido pero quin supone que estoy luchando por la lucidez? Pienso que la casa est en orden. Nos hemos puesto de

    acuerdo; la jerarqua, el establishment, los rbitros, los monstruos socioreligiosos llegan para reformar y censurar a uno de los

    miembros del club que ha renunciado a la responsabilidad (esa palabra otra vez) hacia s mismo y hacia otros.

    (Cul es su opinin a todo esto, sobre el acto de suicidio?) El posee sin embargo, apuesto, una cierta fibra; l pelea por su vida.

    No dura demasiado, esta pelea. Su corazn es una cinaga engaosa, su mente una inconsistente caja de explosivos, se derrumba

    bajo el peso de la acusacin de ellos - una acusacin ms pesada por las mierdosas censuras de siglos de tradicin. Aunque

    inconformista no es tampoco un hroe ni un ejemplar revolucionario. Nada complaciente para que el pblico se identifique con l. Y

    sin embargo, al mismo tiempo, creo que habr una mayor cuota de identificacin que la que pareciera posible. Una gran parte, me

    parece, depender del actor. Si l puede con la prdida de Stanley de s mismo creo que emanar una cierta cuota de patetismo.

    No podra cualquiera de nosotros encontrarse en el lugar de Stanley en un momento dado?

    En cuanto a la cuestin prctica del final del segundo acto. dnde est la dificultad? Stanley se comporta extraamente. Por

    qu? Porque ha tenido lugar su alteracin-disminucin, lo han dejado fuera de s mismo, ha perdido toda comprensin adulta e

    involuciona hacia una malicia y travesura infantil, como su primer refugio. Es el comienzo de su cambio, su cada. En el tercer acto

    vemos la siguiente fase.

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    La obra es una comedia porque el conjunto de los acontecimientos es absurdo y vergonzoso. Es, sin embargo, como usted sabe,

    una pieza muy seria.

    Una cuestin simple, no cree usted? Suyo.

    Harold Pinter