Dios dice Abraham:Vete fuera de tu tierra y de la casa de tu padre.Ven a la tierra que yo te enseñare.Yo voy a hacer un gran pueblo de ti.Yo te doy mi bendición y hayo famoso de nombre.Yo daré mi bendición a tus amigos.Por causa tuya se bendecirán todas las familias del mundo.Abraham sale de su casa, obedeciendo a Dios.
Palabra de Dios
La palabra del Señor es
sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia
llena la tierra.-R.
Los ojos del Señor están
puestos en sus fieles, en los que esperan en su
misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en
tiempo de hambre. -R.
Nosotros aguardamos al Señor: él es
nuestro auxilio y escudo. Que tu
misericordia, Señor, venga sobre
nosotros, como lo esperamos de ti.-
R.
SEGUNDA LECTURADios nos llama y nos ilumina
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 8b-10
Querido hermano:
Yo quiero que tu trabajes duramente por el Evangelio, según las
fuerzas que Dios te ha dado.
Dios nos ha salvado y nos ha llamado a una vida santa.
Dios no ha mirado nuestros meritos. Desde antes de la
creación, Dios ha pensado darnos su gracias, a través de
Jesucristo.
Ahora, esa gracia, se ha manifestado a través del Evangelio de
Nuestro Salvador Jesucristo.
Jesús ha destruid la muerte y ha sacado afuera la vida que nunca
acaba.
Querido hermano:
Yo quiero que tu trabajes duramente por el
Evangelio, según las fuerzas que Dios te ha dado.
Dios nos ha salvado y nos ha llamado a una vida
santa.
Dios no ha mirado nuestros meritos. Desde
antes de la creación, Dios ha pensado darnos su
gracias, a través de Jesucristo.
Ahora, esa gracia, se ha manifestado a través
del Evangelio de Nuestro Salvador Jesucristo.
Jesús ha destruid la muerte y ha sacado afuera
la vida que nunca acaba.
Palabra de Dios
Aclamación En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre:
«Éste es mi Hijo, el amado; escuchadlo.»
Seis días
después, Jesús
se reunió con
Pedro, Santiago y
su hermano
Juan, y marcho a
un monte alto, y
se transfiguran
vestidos se
pusieron blancos
como la luz.
“Señor, !que bien
estamos aquí!. Si
quieres, yo hago
tres tiendas
aquí, una para
ti, otra para
Moisés, y otra para
Elías.”
Aun Pedro estaba
hablando cuando
una nube llena de
luz los envolvió a
todos, y una voz
salía de la nube y
decía:
“levantaos, no tengáis miedo.”
“Este es mi hijo
amado, el que
me hace
dichoso:
Cuando oyeron la
voz los
discípulos
cayeron de
rodillas mirando
al suelo, llenos
de miedo pero de
Jesús se acerco
a ellos, los toco
y les dijo: