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Material para Lengua y Literatura 2do año
Contenidos:
Lengua y Literatura
1er Trimestre 2do Trimestre
3er Trimestre
Texto periodístico
Texto expositivo
Texto literario
Características
textos
Procedimientos
explicativos.
Organización de
la información
La comunicación
Competencias
Actos de habla
Lectos -
Registros
Cohesión semántica:
sinonimia,
hiperonimia,
campo semántico
La sintaxis
La oración simple –
revisión-
El predicado: clases -
modificadores – voz
activa/ voz pasiva
Oraciones impersonales
Concordancia S/P
El adverbio
La preposición
La conjunción
La interjección
El pronombre:
clasificación
Clases de palabras
Cohesión sintáctica:
conectores,
sustitución –referencia-
elipsis
La narrativa
El cuento: costumbrista,
fantástico, policial, ciencia
ficción, terror, etc.
La novela
Clases de palabras
El verbo: conjugación
Verbos regulares –
irregulares correlaciones
Géneros literarios:
La lírica:
características
El drama
características
Ortografía y puntuación
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Actividad de diagnóstico
Lea el texto con atención y subraye las ideas
más importantes:
LA LLORONA
Consumada la Conquista, y más o menos a
mediados del siglo XVI, los vecinos de la Ciudad de México que se recogían en sus
casas a la hora de la queda, tocada por las campanas de la primera catedral a
media noche, y principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír
en la calle, tristes y prolongadísimos gemidos, lanzados por una mujer a quien
afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico.
Las primeras noches, los vecinos se contentaban con persignarse, ya que aquellos
lúgubres gemidos eran, según ellos, de ánimas del otro mundo. Pero fueron tantos
y repetidos, que algunos osados y despreocupados quisieron cerciorarse con sus
propios ojos de qué era aquello. Y, primero desde las puertas entornadas de las
ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir por las calles, lograron ver a
la que, en el silencio de las oscuras noches o en aquellas en que la luz pálida y
transparente de la luna caía como un manto vaporoso sobre las altas torres, los
techos, los tejados y las calles, lanzaba agudos y tristísimos gemidos. Vestía la
mujer un traje blanquísimo, y espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados
pasos recorría muchas calles de la ciudad dormida, cada noche distintas, aunque
sin faltar una sola a la Plaza Mayor, donde vuelto el velado rostro hacia el oriente,
hincada de rodillas, daba el último angustioso y lánguido lamento; puesta en pie,
continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo. Al llegar a orillas
del salobre lago, que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una
sombra, * se desvanecía.
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"La hora avanzada de la noche -dice el Dr. José María Marroquí-, el silencio y la
soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer
misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que
daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba
a cuantos la veían y oían. No pocos de los conquistadores valerosos y esforzados,
que habían sido espanto de la misma muerte, quedaban en presencia de aquella
mujer, mudos, pálidos y fríos, como de mármol. Los más animosos apenas se
atrevían a seguirla a larga distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr
otra cosa que verla desaparecer en el lago, como si se sumergiera entre las aguas, y
no pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía y a
dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona."
1er Trimestre
Tema: Texto periodístico
Lee el siguiente texto:
13/11/2011 CIENCIA & TECNO
El auto que busca y rescata gente, hecho por
estudiantes SUSANA ROLDÁN - Diario de Cuyo
Combinando los conocimientos
adquiridos durante todo el año en
electrónica, informática y otras
disciplinas, un grupo de estudiantes de
la Escuela Industrial Domingo F.
Sarmiento ideó y construyó un robot
que a través del envío de información
visual desde un punto remoto a una
central, puede ser utilizado para
buscar y encontrar personas atrapadas
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bajo escombros, entre otras cosas. El
invento se denomina Auto de Rescate y
fue hecho como proyecto final de la
cátedra que dirige Leo Farías, docente
de la escuela, y sirvió para que los
chicos obtuvieran un premio en la
Feria Nacional de Ciencia y Tecnología
que se hizo en Tecnópolis.
‘Teniendo en cuenta la geografía de
San Juan y las características sísmicas
de esta zona, la idea de construir un
auto de rescate que sirviera para
buscar y localizar personas extraviadas
en zonas de difícil acceso o atrapadas
bajo los escombros de un derrumbe se
presentó como un proyecto muy
innovador. Para diseñarlo, pusimos en
juego todo lo que habíamos aprendido
de electrónica, pero también de
informática, porque no solamente lo
construimos y desarrollamos la
electrónica, sino que también hicimos
la programación en Visual Basic para la
comunicación entre el auto y la
central‘, explicó Cristian Muñoz, uno
de los integrantes del grupo.
Al ser todo terreno, el auto puede ser
utilizado, por ejemplo, en zona
montañosa. ‘Si una persona se extravía
o tiene un accidente en una zona de
grietas entre los cerros, el auto puede
localizarla porque suplanta al
rescatista o en todo caso, funciona con
un auxiliar de búsqueda. También
puede meterse entre escombros y
detectar si hay alguna persona
atrapada, enviando imágenes de lo
que detecta‘, señaló el estudiante.
El auto está equipado con una cámara
que graba audio y video en tiempo real
y envía esa información a una PC, por
medio de WI-FI.
En la parte anterior, tiene un brazo
móvil, que puede tomar objetos que se
encuentren a su alrededor o también
llevar elementos que sean necesarios
para la víctima. ‘Si una persona está
atrapada en una zona a la que no se
puede acceder, el brazo puede
acercarle agua, medicamentos, etc.
hasta tanto sea posible su rescate.
También puede servir para llevar y
traer notas escritas entre la víctima y
la persona atrapada, por ejemplo‘,
señaló Miguel Tello, otro integrante
del grupo. Completan el proyecto una
PC con la que se comandan y
visualizan los datos enviados y
recibidos por el auto, una interface
USB-serie, que permite la
comunicación de la PC con el módulo
de radio-frecuencia y una central de
radio-frecuencia, que es la encargada
de enviar y recibir información entre
el auto y la PC.
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Por su diseño, el auto es sumamente
versátil. ‘Nosotros construimos un
prototipo, pero también se puede
construir de mayor tamaño,
aumentando la potencia del motor. En
ese caso, el brazo neumático podría
hasta transportar a una persona, en
lugares donde un rescatista no puede
hacerlo‘, explicó el docente que
supervisó el proyecto, Leo Farías.
Mientras el trabajo era expuesto en
Tecnópolis, personal de la Policía
Federal Argentina se contactó con los
estudiantes y mostró su interés en el
auto de rescate, al igual que
empresarios que admiraron el
proyecto.
Características de los textos periodísticos.
Texto periodístico: es aquella clase de texto cuya finalidad es informar sobre
hechos y temas de interés general. Su función principal es informar pero también
admite valoraciones críticas y opiniones sobre acontecimientos y noticias.
Los elementos que aparecen en el texto periodístico son:
Emisor: Colectivo. Aun cuando sea una persona concreta (periodista, editorialista,
reportero, articulista) quien elabora el mensaje, representa los intereses de un
determinado grupo editorial.
Receptores: Público amplio y heterogéneo. No tiene posibilidad de respuesta.
Tampoco puede comprobar la veracidad de las informaciones.
Canal: Prensa escrita e Internet. Implican medios y procesos técnicos muy
complejos. Desde que el periódico se elabora hasta que llega a las manos del
receptor, pasa por varios procesos, salvando distancias temporales muy cortas y
distancias espaciales muy largas.
Mensaje: condicionado por la actualidad.
Varios elementos condicionan la actualidad de un hecho:
Lo cercano.
La importancia según factores políticos, sociales o económicos.
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La fama de los protagonistas.
El interés humano.
El progreso.
La conflictividad.
Lo inusual. Código: Mixto: mezcla de código lingüístico más códigos
extralingüísticos (tipografía) y visuales (imágenes).
Intención del discurso:
Cada género impone la intencionalidad del discurso:
Informar (Géneros informativos)
Formar opinión (Géneros de opinión)
Entretener (Secciones varias)
Los géneros periodísticos
El periodismo no solo informa sobre la realidad, sino que también la interpreta.
Para ello, se sirve de la persuasión y, a veces, de la manipulación. Por lo tanto,
según la intención que tenga el emisor a la hora de transmitir un hecho y los
efectos que persigue podremos hablar de
distintos géneros periodísticos: informativos, de opinión o híbridos.
Los géneros informativos.
Transmiten acontecimientos concretos, recientes u ocurridos en el pasado, de
interés para los lectores a los que se dirigen. De ellos deben excluirse las
opiniones personales y los juicios de valor.
Desde el punto de vista estilístico comparten una serie de rasgos:
Predomina la función referencial, dado su carácter informativo.
Para buscar la máxima objetividad, se usa un discurso impersonal que se
manifiesta en la ausencia de la primera persona y de alusiones al receptor.
El lenguaje es culto, pero no demasiado formal, accesible a los lectores.
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Emplean el léxico especializado según el tema que traten (política,
economía, cultura, deportes).
Los géneros informativos serían:
o Noticia: relato de acontecimientos importantes y generalmente recientes, de
carácter económico, social, cultural< Toda información recogida en una
noticia se estructura siguiendo el
principio de relevancia: lo fundamental
se sitúa en posición destacada y se suele
disponer así: – Titular (expresa el tema o
hecho principal). Consta de título,
antetítulo o volanta y subtítulo o
bajada; entradilla o lead (primer
párrafo de la noticia y contiene la
información relevante); fuente (no
aparece siempre); cuerpo de la
noticia (los detalles, antecedentes,
consecuencias, reacciones verbales<)
o Entrevista de declaraciones: conversación cuyo objetivo es informar sobre
las opiniones de una persona. Suele recoger: presentación del entrevistado,
relación de preguntas y respuestas.
o Reportaje informativo: texto que aborda un hecho reciente y relevante u
ocurrido anteriormente, o referido a situaciones de interés social.
Géneros de opinión.
Se trata de textos que reflejan la opinión del periódico y de los articulistas sobre
cuestiones de actualidad. Excepto el editorial, aparecen firmados y responden al
estilo y a la personalidad del autor. Los rasgos estilísticos comunes de estos
géneros son:
Incluyen referencias al emisor por medio de posesivos, pronombres
personales, formas verbales en primera persona.
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Predomina el léxico valorativo: sustantivos, adjetivos, adverbios y otras
construcciones ( “ solidez, debilidad, seriedad; eficaz, impropio, duro;
tajantemente, sorprendentemente; sin dilación”)
Verbos: uso de perífrasis de obligación, estructuras copulativas (lo cierto
es, lo grave es<) y uso de verbos aclarativos (ironizar, enfatizar, insistir<)
Apelaciones al receptor.
Recursos expresivos: personificaciones, metáforas, metonimias,
hipérboles<
Destacan:
o Editorial: expresa el punto de vista del periódico sobre un acontecimiento o
una situación. Los sueltos o glosa son una variedad, de extensión breve.
o Crítica: analiza y enjuicia una obra artística o cultural (cine, literatura,
danza<) en incluye informaciones sobre la misma.
o Artículos de opinión: expone opiniones personales acerca de la
realidad. El autor aparece citado, se hace responsable de sus valoraciones y
con ellas pretende influir en sus lectores.
Géneros híbridos.
Estos géneros mezclan los elementos informativos con la valoración personal del
autor y son:
Crónica: se refiere a los hechos ocurridos en un día, aunque se suelen buscar
antecedentes y consecuencias. La información se liga a la interpretación del
periodista. Destacan las crónicas taurinas, de guerra, deportivas y
cinematográficas.
Entrevista perfil: las declaraciones del personaje entrevistado (reproducidas entre
comillas) se alternan con la descripción, sus datos biográficos y con los comentarios
o explicaciones del periodista.
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SOCIEDAD DIARIO CLARIN
OSO ARTURO
Pese a los reclamos, el oso Arturo se quedará en el zoo de Mendoza POR ROXANA BADALONI
Lo recomendó una junta de veterinarios. "Un traslado pone en riesgo su
vida", dijeron. El animal es refrescado a manguerazos.
MENDOZA. CORRESPONSALÍA. - 07/02/14 - 18:46
La presión de ambientalistas para que
se traslade a una reserva de Canadá al
único oso polar en cautiverio en
Argentina no pudo imponerse frente
a los riesgos que significa para la
salud del animal exponerlo a un
cambio de hábitat. En
consecuencia, Arturo seguirá
pasando sus días en el zoológico de
Mendoza. Así lo decidió una junta de
veterinarios.
El oso Arturo cumplirá 29 años en
noviembre y lleva 21 viviendo en
Mendoza. Es la quinta generación de
una familia de osos polares nacidos
en cautiverio en Estados Unidos y ya
superó el promedio de vida de estos
mamíferos en un zoo. "Someterlo a
un traslado pone en riesgo su vida",
concluyó la junta de veterinarios de
los zoológicos de Buenos Aires, La
Plata, Córdoba, Temaiken, Uruguay y
la reserva de Canadá, que hoy
estuvieron reunidos en Mendoza.
"En forma unánime, los especialistas
sostienen que el oso debe permanecer
en Mendoza, aunque han aparecido
recomendaciones para mejorar su
hábitat", adelantó el ministro de
Ambiente de Mendoza, Guillermo
Elizalde.
Además de los riesgos de sedarlo
para trasladarlo 40 horas en avión
hasta Canadá, surgieron
contratiempos para poder cumplir el
deseo de los ambientalistas, liderados
por una campaña en redes sociales
que hizo Greenpeace. El encargado
del Assiniboine Park Conservancy de
Canadá, Don Peterkin, había
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adelantado en una entrevista con CBC
news Radio Canadá que "no será
posible" trasladar al oso. Comentó
que la reserva habló con los directivos
del zoológico de Mendoza para
informarles sobre los requisitos que
debían cumplir para que Canadá
autorice la importación del animal.
Entre otras exigencias, se pide un
registro médico del oso de al menos
tres años y, según Peterkin, los
representantes mendocinos le
dijeron que "no tienen la
documentación". De este modo,
reflexiona, el director de la reserva
canadiense, "el caso está cerrado".
Una mujer obligó a su hija a
disculparse en
Facebook por haber
practicado bullying Al enterarse que había acosado a una
compañera le hizo subir una foto con
una carta escrita en la que tuvo que
pedir perdón. Sucedió en Estados
Unidos. Jueves 16 de Enero de 2014 | 03:40
El bullying crece a pasos agigantados
en todo el mundo. Su versión online,
el ciberbullying es algo que se
incrementa con el correr de los años.
Quizás por eso muchos padres
intentan darle una lección a sus hijos
cuando ellos se ponen del lado de los
que molestan. Una mujer de Estados
Unidos obligó a su hija a sacarse una
foto con una carta escrita donde se
disculpa por hostigar a una
compañera y a subirla a Facebook.
"Soy una chica inteligente pero tomé
malas decisiones en las redes
sociales. Como castigo venderé mi
I-pod y donaré el dinero a la entidad
Beat Bullying, con la esperanza de
cambiar mi comportamiento como
también de traer conciencia de lo que
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signfica el bullying. El bullying es
malo", es el texto que Haily, así se
llama la adolescente, tuvo que escribir
en una cartulina con la que posó para
la imagen subida las redes sociales.
La mujer ideóloga del "reto"
cibernético a su hija, se llama Cara
Schneider, vive en Carolina del Norte.
Inmediatamente la foto se viralizó con
miles de "likes" en Facebook y de
retweets y favoritos en Twitter.
Muchos internautas criticaron a la
mujer por exponer a la menor frente
a sus pares y otros la aplaudieron por
la "lección" que le dio.
El acoso escolar o bullying es una
práctica que está en constante
crecimiento en todo el mundo. Se
trata del maltrato psicológico, verbal
o físico entre chicos en edad escolar
en forma reiterada y a lo largo de un
tiempo determinado, que se produce
tanto en las aulas como en las redes
sociales.
CARTA. Hailey escribió sus disculpas en una cartulina y vendió su I-pod.
Tema: Coherencia y cohesión
La coherencia
La coherencia se refiere a las relaciones de contenido que tienen las ideas, que busca que el
texto presente una estructura o un sentido lógico. Esta coherencia se da teniendo un tema, que
posee una idea principal y las demás ideas sirven de apoyo para lo central; dejando como eje lo
relevante y organizando lo irrelevante, para que el receptor comprenda el discurso y pueda
hallar la coherencia global, que es el sentido total del texto que ha leído o escuchado.
Ejemplo:
“Cuando era chica tuve una Barbie y era el modelo piloto. Cuando la Romina estuvo de cumpleaños le
dieron un Ken. Yo no me enojé porque estaba viendo televisión y llegó el Jonathan y jugamos Atari. A
los perros no les hace bien comer huesos, porque tienen astillas que pueden hacer que se atoren. En el
diario salió que había disturbios en la Villa Francia. Mi mamá tiene un vestido nuevo, es medio café o
marrón, es que no sé la diferencia de colores.”
En el texto anterior hay una serie de ideas sueltas, que no tienen sentido ni menos relación
entre sí. Si bien cada oración tiene valor por sí misma, no cobran ese mismo valor si se juntan
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todas las oraciones, pues no hay un hilo conductor que se puede identificar ni un tema
específico, por lo tanto no existe coherencia.
La cohesión
Por otro lado, la cohesión responde a los procedimientos que deben estar presentes en el texto,
sean éstos los recursos léxicos o los gramaticales dentro del discurso. Se refiere al modo en que
las diferentes palabras se van relacionando entre ellas, el cómo se entrelazan para ir originando
oraciones y a su vez estas van causando una serie de ideas que se conectan con otras y le dan
una unidad conceptual al texto.
Ejemplo:
“El otro día fui a comprarme un pantalón, pero cuando llegué a la tienda me gustó – también – una
chaqueta. Al final me decidí por el negro, porque es un color que siempre combina con todo, es casual y a
la vez elegante y saca de apuros.”
El ejemplo manifiesta que existe una persona que fue de compras, pero al leer no se
especifica qué es lo que finalmente compró: si la persona se llevó ambos artículos o eligió
sólo uno y ese elegido es el de color negro. Faltan partes en ese párrafo y eso que falta
obedece al procedimiento de cohesión.
Procedimientos de Cohesión de un Texto
Para lograr la cohesión en un discurso, es necesario tener en consideración una serie de
elementos, que son llamados “mecanismos de cohesión”, los que permiten establecer
conexiones entre las muchas ideas que se entregan en un texto. Estos factores se unen unos con
otros, cumpliendo la función de dar unidad a la estructura textual.
Los Conectores
Son palabras que sirven de nexos al interior de las oraciones y permiten dar claridad y
organización a las ideas que se van planteando; estos conectores son elementos de sintaxis,
tales como:
Las Conjunciones: enlazan palabras en las frases u oraciones (y, ni, o, u, e)
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Las Preposiciones: se utilizan de nexo para unir una idea principal con las ideas que la
apoyan y sirven de complemento (a, ante, con, para, por, según, sin; de, desde, hacia,
etc.)
Los Pronombres Relativos: estos nexos sirven para reemplazar a un sustantivo, adjetivo
o adverbio que ya ha sido mencionado en el texto (quien, que, cual, etc.)
La Elipsis
Consiste en no dar explícita la información en el texto, pues ya está dada a conocer con
anterioridad y, de esta forma, el lector puede inferir de modo muy fácil. Ejemplo:
“Ella estaba hablando sobre la lluvia de anoche, otros del viento que hubo y las caídas de los {rboles.”
Lo que se hizo en ese ejemplo fue suprimir el verbo “hablaban”, pues sería una reiteración
innecesaria, ya que se entiende que eso se continúa diciendo en la oración.
La Sustitución (Sinonimia)
Es un elemento, donde se reemplaza una palabra o una expresión por otra; esta técnica
favorece la claridad de ideas y evita la repetición innecesaria. A lo largo de un texto, en sus
diferentes párrafos conformados por oraciones, hay palabras que se van reiterando; la idea de
la correferencia es utilizar sinónimos para esas palabras, ideas o lugares ya mencionados, de
modo que el texto mantenga una semántica lógica. La correferencia busca mencionar al sujeto
de la oración o al tema de un texto, con expresiones diferentes a la palabra original utilizada.
Ejemplo:
“Romi era una niña de 13 años, un poco introvertida pero amable. Esta tímida muchacha no
quería ir al colegio, pues le daba temor lo que otros pensaran de ella.”
Hiperonimia e hiponimia:
Los hiperónimos son palabras capaces de abarcar un conjunto de vocablos.
Ejemplo:
“Herramientas” es el hiperónimo de “tenaza”, “martillo” y “pala”.
“Tenaza”, “martillo” y “pala” son hipónimos de “herramientas”.
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Campo Semántico:
Las palabras utilizadas en un texto deben pertenecer al campo semántico del tema o asunto
que se esté tratando. Es decir, un campo de palabras que se relacionan con un mismo tema, por
ejemplo:
Si en el texto estamos hablando del cuidado del jardín, es probable que encontremos las palabras que
pertenecen al campo semántico de jardín: césped, tierra, plantas, flores, riego, cavar, etc.
Marcadores Discursivos
Son las palabras o expresiones que van ubicando las diferentes partes que componen o en que
se organiza un texto. Dentro de los marcadores discursivos podemos mencionar:
Presentación del tema: el fin de estas líneas, la idea de escribir este texto es<, etc.
Comienzo del tema: primeramente, para empezar, antes que todo, etc.
Desarrollo del tema: en primer lugar, en segundo lugar, para finalizar, etc.
Continuación del tema: a continuación, seguidamente, siguiendo con lo anterior, etc.
Resumen del tema: sintetizando, en resumen, en síntesis, recapitulando, etc.
Conclusión del tema: para terminar, concluyendo, finalizando, para cerrar, etc.
Transición del tema: por otro lado, por otra parte, viéndolo de otro modo, etc.
Digresivos: a propósito, a todo esto, por cierto, etc.
Espacio temporal del tema: hasta ahora, hasta el momento, hasta aquí, etc. (señala
anterioridad); ahora mismo, en este instante, mientras, etc. (señalan presente,
simultaneidad); posteriormente, después de, luego que, más adelante, próximamente,
etc. (indican posterioridad)
La referencia pronominal
Es cuando se hace uso de pronombres, para referirnos a palabras que están siendo partícipes
en el texto, con la intención de no causar iteración en el mismo. Ejemplo:
“Rosario entró a la universidad después de un largo proceso de estudio. Ella se preparó por un año
completo, asistiendo a clases en un preuniversitario y repasando en su casa.
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Los Signos de Puntuación
Son los elementos de expresión gráfica, es decir, las pausas o entonaciones existentes al interior
de un texto, quedan reflejados por medio de signos escritos, que son los signos de puntuación.
Signos de Pausas: utilizados para dar descanso y coherencia al discurso, pues si no
existiesen la lectura o exposición del mismo sería una lluvia y aglutinación de ideas sin
sintaxis ni semántica. Acá se hallan la coma, los dos puntos, el punto y coma y el
punto.
Signos de Apoyo: son los que se utilizan para agregar elementos de información extra
al texto, es así que conocemos los signos de paréntesis, los guiones y asteriscos para las
notas al pie.
Signos de Entonación: estos signos dan el énfasis necesario para que una idea tenga la
fuerza que requiere, asimismo, entrega el ritmo y la entonación pertinente para la
comprensión del discurso. Signos interrogativos, exclamativos y el uso de las comillas.
Ejemplo de cohesión en un texto:
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Tema: El circuito de la comunicación
Lectura 1
Teseo y el Minotauro (leyenda Griega)
Hace miles de años, la isla de Creta era gobernada por un famoso rey llamado
Minos. Eran tiempos de prosperidad y riqueza. El poder del soberano se extendía
sobre muchas islas del mar Egeo y los demás pueblos sentían un gran respeto por
los cretenses.
Minos llevaba ya muchos años en el
gobierno cuando recibió la terrible
noticia de la muerte de su hijo. Había
sido asesinado en Atenas. Su ira no se
hizo esperar. Reunió al ejército y
declaró la guerra contra los atenienses.
Atenas, en aquel tiempo, era aún una
ciudad pequeña y no pudo hacer
frente al ejército de Minos. Por eso
envió a sus embajadores a convenir la
paz con el rey cretense. Minos los
recibió y les dijo que aceptaba no
destruir Atenas pero que ellos debían
cumplir con una condición: enviar a
catorce jóvenes, siete varones y siete
mujeres, a la isla de Creta, para ser
arrojados al Minotauro.
En el palacio de Minos había un inmenso laberinto, con cientos de salas, pasillos y
galerías. Era tan grande que si alguien entraba en él jamás encontraba la salida.
Dentro del laberinto vivía el Minotauro, monstruo con cabeza de toro y cuerpo de
hombre. Cada luna nueva, los cretenses debían internar a un hombre en el
laberinto para que el monstruo lo devorara. Si no lo hacían, salía fuera y llenaba la
isla de muerte y dolor.
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Cuando se enteraron de la condición que ponía Minos, los atenienses se
estremecieron. No tenían alternativa. Si se rehusaban, los cretenses destruirían la
ciudad y muchos morirían. Mientras todos se lamentaban, el hijo del rey, el
valiente Teseo, dio un paso adelante y se ofreció para ser uno de los jóvenes que
viajarían a Creta.
El barco que llevaba a los jóvenes atenienses tenía velas negras en señal de luto por
el destino oscuro que les esperaba a sus tripulantes. Teseo acordó con su padre, el
rey Egeo de Atenas, que, si lograba vencer al Minotauro, izaría velas blancas. De
este modo el rey sabría qué suerte había corrido su hijo.
En Creta, los jóvenes estaban alojados en una casa a la espera del día en que el
primero de ellos fuera arrojado al Minotauro. Durante esos días, Teseo conoció a
Ariadna, la hija mayor de Minos. Ariadna se enamoró de él y decidió ayudarlo a
Matar al monstruo y salir del laberinto. Por eso le dio una espada mágica y un
ovillo de hilo que debía atar a la entrada y desenrollar por el camino para
encontrar luego la salida.
Ariadna le pidió a Teseo que le
prometiera que, si lograba matar al
Minotauro, la llevaría luego con él a
Atenas, ya que el rey jamás le
perdonaría haberlo ayudado.
Llegó el día en que el primer
ateniense debía ser entregado al
Minotauro. Teseo pidió ser él quien
marchara hacia el laberinto. Una vez
allí, ató una de las puntas del ovillo a
una piedra y comenzó a adentrarse
lentamente por los pasillos y las
galerías. A cada paso aumentaba la
oscuridad. El silencio era total hasta que, de pronto, comenzó a escuchar a lo lejos
unos resoplidos como de toro. El ruido era cada vez mayor.
Por un momento Teseo sintió deseos de escapar. Pero se sobrepuso al miedo e
ingresó a una gran sala. Allí estaba el Minotauro. Era tan terrible y aterrador como
jamás lo había imaginado. Sus mugidos llenos de ira eran ensordecedores. Cuando
el monstruo se abalanzó sobre Teseo, éste pudo clavarle la espada. El Minotauro se
desplomó en el suelo. Teseo lo había vencido.
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Cuando Teseo logró reponerse, tomó el ovillo y se dirigió hacia la entrada. Allí lo
esperaba Ariadna, quien lo recibió con un abrazo. Al enterarse de la muerte del
Minotauro, el rey Minos permitió a los jóvenes atenienses volver a su patria. Antes
de que zarparan, Teseo introdujo en secreto a Ariadna en el barco, para cumplir su
promesa. A ella se agregó su hermana Fedra, que no quería separarse de su
hermana.
El viaje de regreso fue complicado. Una tormenta los arrojó a una isla. En ella se
extravió Ariadna y, a pesar de todos los esfuerzos, no pudieron encontrarla. Los
atenienses, junto a Fedra, continuaron viaje hacia su ciudad. Cuando Ariadna, que
estaba desmayada, se repuso, corrió hacia la costa y gritó con todas sus fuerzas,
pero el barco ya estaba muy lejos.
Teseo, contrariado y triste por lo ocurrido con Ariadna, olvidó izar las velas
blancas. El rey Egeo iba todos los días a la orilla del mar a ver si ya regresaba la
nave. Cuando vio las velas negras pensó que su hijo había muerto. De la tristeza no
quiso ya seguir viviendo y se arrojó desde una altura al mar. Teseo fue recibido en
Atenas como un héroe. Los atenienses lo proclamaron rey de Atenas y Teseo tomó
como esposa a Fedra.
El circuito de la comunicación y las competencias
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Las competencias comunicativas
Competencia
lingüística.
Competencia
comunicativa.
Competencia
lingüística.
Competencia
comunicativa.
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Actos de Habla
Los seres humanos somos los únicos que al comunicarnos adoptamos una postura
expresiva, la que está cargada de elementos emocionales y éstos implican grados
de subjetividad.
Es así, que cuando interactuamos nuestras palabras tienen una serie de
componentes afectivos y ello nos permite desenvolvernos dentro del mundo y la
sociedad, participar en ellos y no sólo describirles desde afuera.
Actos de habla es cuando utilizamos el lenguaje para dialogar, para opinar de hechos o
realizar cualquier tipo de intervención – oral o escrita – en la vida diaria, ahí estamos
enunciando y esa enunciación tiene una connotación lingüística. Posee un sentido, un
para qué y un por qué se dice.
El enunciado en sí es una unidad de la lengua que posee una intención comunicativa,
pues contiene una idea de parte del hablante, sea ésta un reclamo, una petición, una
pregunta u otros.
En los actos de habla se deben considerar:
El decir: acto LOCUTIVO
La intención de ese decir: acto ILOCUTIVO
El efecto que ese decir tiene en el receptor: acto PERLOCUTIVO
Desde ese punto se distinguen los siguientes actos de habla (orales o escritos):
Directos
Es cuando la intención del emisor es completamente comprendida por el destinatario,
pues está clara y no necesita mayor explicación.
Levántate, tienes que ir al colegio
En este caso, la oración refleja nítidamente lo que quiere decir el emisor y es por ello que es
un acto de habla directo.
Indirectos
Es cuando el mensaje no queda totalmente expreso, sino que éste se presta para
confusiones u otras interpretaciones por parte del receptor.
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Mañana te despertaré temprano
En la oración anterior no queda clarificado el para qué se efectuará esa acción, con qué fin
el receptor será despertado al día siguiente a una hora temprana. Si bien, tomando el
primer ejemplo, podemos inferir que será para ir al colegio, esa intención no está tácita en
la secuencia de palabras.
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Tema: Variedades del lenguaje
Observa las siguientes viñetas
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VARIEDADES LINGÜÍSTICAS
En América Latina todos hablamos la misma lengua: el español. También es la
lengua que se habla en España. Sin embargo, no usamos la lengua de la misma
manera. En principio, se producen variaciones en la pronunciación y entonación de
la lengua. Por ejemplo, un chileno o un español no entonan la lengua igual que
nosotros, los argentinos. Pero, los argentinos tampoco entonamos igual, pensemos
en el "cantito" de un cordobés y en la entonación de un porteño.
También, al encender la televisión y observar cómo hablan los personajes de una
serie televisiva argentina y de una colombiana notamos las diferencias en la forma
en que usamos la lengua española en ambos países.
Incluso no son iguales las expresiones que emplea un comentarista político y un
presentador de “videoclips” musicales para dirigirse al público.
Las variedades lingüísticas se clasifican en LECTOS y REGISTROS.
LECTOS
Las variedades lingüísticas que dependen de las características del hablante se
llaman LECTOS.
El dialecto es la variación en el lenguaje producida por el lugar donde el emisor
nació y se crió. El dialecto puede ser urbano (propio de la ciudad) o rural (propio
del campo).
El sufijo "Crono" significa tiempo. Usamos la palabra cronolecto para señalar las
variaciones en el uso del lenguaje debidas a la edad del emisor. El cronolecto
puede se infantil, adulto o adolescente.
Socio es un prefijo derivado de sociedad. Sociolecto es la forma en que una
persona usa el lenguaje. Si lo emplea de acuerdo con las normas de la RAE, su
sociolecto es adecuado a las normas; si comete muchos errores al hablar o al
escribir, decimos que su sociolecto no es adecuado a las normas.
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a) A continuación se presentan tres situaciones comunicativas. Analiza y relaciona
cada una de ellas con estos conceptos: el país de origen, la edad o la habilidad en el
uso del lenguaje.
Situación 1
Un turista argentino manchó una camisa blanca con café. Entonces, se dirige a un almacén
para comprar lavandina. Después de un rato, sale del lugar sin haber comprado nada. Él no
sabe que los españoles llaman lejía a la lavandina.
¿Cuál es el lecto que imposibilitó una comunicación exitosa? ¿Con qué
característica del emisor se relaciona este lecto?
Situación 2
Matías llegó temprano a su casa. Cuando su mamá le preguntó por qué, él le contestó: "Un
chaboncito recopado me prestó guita para el bondi, ¡una masa!".
¿Cuál es el lecto que contrapone las variedades lingüísticas de la madre y de
Matías? ¿Con qué característica de los emisores se relaciona este lecto?
Situación 3
En 1520, una espedición de hespañola, comdada por Hernando de magallanes, yego al Río
de la Palta. Navegaron por la costa de la Patagonia hAsta Tiera del Fuego, en donde
encontraron un pasage asia el océano Pacífico que Magallanes yamó Estrecho de Todos los
Santos.
¿Cuál es el lecto marcado (notoriamente evidente) en este texto? Reescribí el texto
haciéndolo no marcado. ¿Qué carácterística del emisor se hace evidente en este
lecto?
Situación 4
Dos señoras están tomando el té en una confitería y conversan sobre sus últimas compras
en el shoping. Una de ellas le señala a la otra: "No digas 'malla', decí 'traje de baño', es
más elegante."
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¿Cuál es el lecto pone en evidencia el emisor? ¿Con cuál de las características de un
emisor se relaciona este lecto?
b) Clasifica los siguientes enunciados según los lectos empleados. Señala quién
sería el emisor de estos enunciados.
1- La libertad condicional del acusado está suspendida hasta la próxima sesión.
Emisor: ...................... Lectos: ...............................
2- En España, al kiosco lo llaman estanco.
Emisor: ...................... Lectos: ...............................
3- Si me podto bien, ¿me compras cadamelitos?
Emisor: ...................... Lectos: ...............................
4- Su hijo, señora, padece escoliosis, es decir, una desviación de la columna vertebral.
Emisor: ...................... Lectos: ...............................
REGISTROS
Los REGISTROS son las variedades lingüísticas que dependen de la situación
comunicativa: y del los tipos de comunicación que se establecen en cada situación
comunicativa (ver los apuntes correspondientes de la unidad anterior).
Los registros se clasifican en:
oral o escrito: según sea comunicación cara a cara, mediada y/o a distancia.
formal o informal: según sea comunicación simétrica o asimétrica y las restantes
características de emisor y receptor.
técnico:si emplea palabras propias de una especialidad, profesión o tema)
o cotidiano, si emplea palabras corrientes, de todos los días.
c) Indica cuáles son registros empleados por los interlocutores de cada situación.
Situación 1
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El motor se encuentra en el interior del rodillo hueco. El eje del cigüeñal corre en medio del
rodillo y está conectado en ambos extremos, mediante rayos, al borde del rodillo. El cilindro
del motor está fijado al interior del rodillo.
Participantes: .......................... Roles: .................................
Registros: (tacha lo que no corresponda) formal/informal; oral/escrito;
técnico/cotidiano.
Situación 2
Colón fue un chabón genovés que descubrió América el doce de octubre de 1492. Hizo tres
viajes pero el más grosso fue el primero porque nadie tenía idea de que del otro lado había
algo. Los reyes católicos estaban recopados, porque Colón le había asegurado la expansión
territorial y económica. Ellos pensaban que el chabón era una masa.
Participantes: .......................... Roles: .................................
Registros: (tacha lo que no corresponda) formal/informal; oral/escrito;
técnico/cotidiano.
Situación 3
María Analía --¡Chicos! Miren los negocios que tenemos en esta cuadra. ¿Saben cómo se
llaman?
Angélica -- Allá traje la bici poque estaba rota.
Olga -- ¿Y la jutería? ¡Seño! ¿Onde está la jutería?
Marcos (hablando con Paula) -- La seño dijo que los globos se compran en la ferrrreterría?
Participantes: .......................... Roles: .................................
Registros: (tachá lo que no corresponda) formal/informal; oral/escrito;
técnico/cotidiano.
Situación 4
Te mando los papeles que me pediste ayer por teléfono. Chau.
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Participantes: .......................... Roles: .................................
Registros: (tachá lo que no corresponda) formal/informal; oral/escrito;
técnico/cotidiano.
d) Considerando el concepto de registro, explicá cuáles son las diferencias entre los
siguientes enunciados.
1- Querida Valeria: Estoy en Bogotá desde el martes. No me imaginaba que hacía tanto
frío. Yo creía que era un clima tropical, pero parece que eso es en la costa solamente. Las
frutas son exóticas, no hay manzanas, bananas ni peras...
2- ¡Hola, Vale! ¡Qué calor! ¿Quién me iba a decir a mí que en Colombia hacía este tiempo?
Dicen que eso es sólo en la playa, al lado del mar... Te cuento que apenas tengo para comer:
no hay nada conocido ni bananas, ni peras ni manzanas... puras frutas raras.
e) Selecciona los términos más apropiados para adecuar el registro a la situación
comunicativa:
• Un joven empleado a un amigo.
• Un joven empleado a su jefe inmediato
El (patrón/ dueño/ titular/ propiertario/ capo) le (mandó/ envió/hizo llegar/ remitió/
enchufó/ metió) varias (misivas/ cartas/ notas/ epístolas) en las que (pedía/ solicitaba/
mangueaba/ exigía) un (tipo, hombre/ técnico/ operario/ vago) para (arreglar/ reparar/
componer/ restaurar/ recauchutar/ rehacer) el equipo.
• Un policía a un periodista
• Un policía a su esposa
• Un policía a sus hijos adolescentes
Texto
Siendo (más o menos/ aproximadamente/ alrededor de/ cerca de) la medianoche, un (sujeto/
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tipo/ hombre/ señor/ macho/ sospechoso) que (andaba/ corría/ circulaba/ se desplazaba/
merodeaba) por la ruta en un (automóvil sedán/ vehículo/ coche/ cascajo) blanco (a gran
velocidad/ a los piques/ echando diablos/ de raje), embistió/ impactó contra/ chocó/ se
estrelló contra/ atropelló/ se llevó por delante) un poste de (alumbrado público/ luz/
iluminación/ luminaria). Como consecuencia del (impacto/ choque/ golpe/ atropello/
tortazo/ colisión/ encontronazo), el automóvil (sufrió/ padeció/ experimentó/ aguantó/
toleró) graves daños materiales, no así su (guía/ conductor/ jefe/ líder/ adalid/ chofer) quien
(terminó/ concluyó/ resultó/ salió/ quedó) (indemne/ ileso/ incólume/ sano y salvo/ limpito)
• Una señora mayor a su amiga
• Una adolescente a una amiga
Texto
Resulta que en el ( comienzo/ inicio/ empiezo/ principio/ origen) de la novela, llega la
(guacha/ malvada/ bruja/ antiheroína/ odiosa/ arpía), que es una mujer (de mala vida/ puta/
ligera de cascos/ ramera/ meretriz), y (finge/ aparenta/ trucha/ simula/ se hace pasar por/
miente) su identidad: una (finoli/ dama/ señora de bien/ pituca/ de la sociedad/ señora), de
lo más (elegante/ distinguida/ careta/ fina/ fashion). Entonces el (galán/ protagonista/
potro/ actor principal/ guapo/ churro) la ve y se queda (duro/ deslumbrado/ asombrado/
impactado/ flasheado/ fascinado/ recopado).
UN RESUMEN CORTITO
Las variedades lingüísticas se clasifican en .......... grandes grupos: las que
caracterizan al hablante, llamadas .............. y las que dependen de la situación
comunicativa.
Entre los lectos podemos encontrar los que identifican el lugar de origen de una
persona;................; el que depende de su edad,.................. y el sociolecto, que
.................................................
En cuanto a los registros, u texto puede ser oral o escrito, según
............................................... Puede ser ......................o ...................... según el grado de
confianza y los roles que cumplen los interlocutores. Finalmente, un texto puede
ser .................. o cotidiano, si el vocabulario está adaptado al tema o no.
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EJERCITACIÓN FINAL
— Estábamos comiendo y mirando una peli en la casa de la Lore. Fue el sábado a la noche,
cuando llovió tanto ¿vieron? Y bueno, estábamos comiendo una pizza y Maca gritaba a
cada rato porque la peli era de terror y la loca gritaba como si la corrieran a ella. Nosotros
nos reíamos más que asustarnos por los gritos de Maca. Entonces, película de terror, gritos
de Maca, lluvia, truenos y rel{mpagos… ¡se cortó la luz! Y Maca gritó más, pero ahora
gritamos todas. Vieron que Lore vive en un primer piso ¿no? Y la ventana da a la escalera.
Entonces Lore, que era la única que se lo tomó a risa, empezó a decir que ahora iban a subir
asesinos por la escalera y no sé qué m{s… ¡Y apareció una cabeza en la ventana! Tan fuerte
gritamos que casi hacemos caer por la escalera a la vieja de abajo que estaba buscando su
gato…
1- Clasifica este texto: escrito/oral, de ficción/ de no ficción (según los hechos que
narra).
2- Imagina la situación comunicativa que da
lugar al texto.
Tema: La oración simple.
Lectura 3
Fiestita con animación
Ana María Shua
Las luces estaban apagadas y los altoparlantes funcionaban a todo volumen. -¡Todos a saltar en un pie! -gritaba atronadoramente una de las animadoras, disfrazada de ratón. Y los chicos, como autómatas enloquecidos, saltaban ferozmente en un pie. -Ahora, ¡todos en pareja para el concurso de baile! Cada vez que pare la música, uno abre las piernas y el otro tiene que pasar por abajo del puente. ¡Hay premios para los ganadores! Excitados por la potencia del sonido y por las luces estroboscópicas, los chicos obedecían, sin embargo, las consignas de las animadoras, moviéndose al ritmo pesado y monótono de la música en un frenesí colectivo. -Cómo se divierten, qué piolas que son. ¿Te acordás qué bobitos éramos nosotros a los siete años?
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-le preguntó, sonriente, el padre de la cumpleañera a la mamá de uno de los invitados, gritándole al oído para hacerse escuchar. -Y qué querés... Nosotros no teníamos televisión: tienen otro nivel de información -le contestó la señora, sin muchas esperanzas de que su comentario fuera oído. No habían visto que Silvita, la homenajeada, se las había arreglado para atravesar la loca confusión y estaba hablando con otra de las animadoras, disfrazada de conejo. Se encendieron las luces. -Silvita quiere mostrarnos a todos un truco de magia -dijo Conejito-, ¡Va a hacer desaparecer a una persona! -¿A quién querés hacer desaparecer? -preguntó Ratón. -A mi hermanita -dijo Silvia, decidida, hablando por el micrófono. Carolina, una chiquita de cinco años, preciosa con su vestidito rosa, pasó al frente sin timidez. Era evidente que habían practicado el truco antes de la fiesta, porque dejó que su hermana la metiera debajo de la mesa y estirara el borde del mantel hasta hacerlo llegar al suelo, volcando un vaso de Coca Cola y amenazando con hacer caer todo lo demás. Conejito pidió un trapo y la mucama vino corriendo a limpiar el estropicio. -¡Abracadabra la puerta se abra y ya está! -dijo Silvita. Y cuando levantaron el mantel, Carolina ya no estaba debajo de la mesa. A los chicos el truco no los impresionó: estaban cansados y querían que se apagaran las velitas para comerse los adornos de azúcar de la torta. Pero los grandes quedaron sinceramente asombrados. Los padres de Silvia la miraban con orgullo. -Ahora hacela aparecer otra vez -dijo Ratón. -No sé cómo se hace -dijo Silvita-. El truco lo aprendí en la tele y en la parte de aparecer papi me cambió de canal porque quería ver el partido. Todos se rieron y Ratón se metió debajo de la mesa para sacar a Carolina. Pero Carolina no estaba. La buscaron en la cocina y en el baño de arriba, debajo de los sillones, detrás de la biblioteca. La buscaron metódicamente, revisando todo el piso de arriba, palmo a palmo, sin encontrarla. -¿Dónde está Carolina, Silvita? -preguntó la madre, un poco preocupada. -¡Desapareció! -dijo Silvia-. Y ahora quiero apagar las velitas. El muñequito de chocolate me lo como yo. El departamento era un dúplex. El papá de las nenas había estado parado cerca de la escalera durante todo el truco y nadie podría haber bajado por allí sin que él lo viera. Sin embargo, siguieron la búsqueda en el piso de abajo. Pero Carolina no estaba.
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A las diez de la noche, cuando hacía ya mucho tiempo que se había ido el último invitado y todos los rincones de la casa habían sido revisados varias veces, dieron parte a la policía y empezaron a llamar a las comisarías y a los hospitales. ……………………………………………………………………………….. -Qué tonta fui esa noche -les decía, muchos años después, la señora Silvia, a un grupo de amigas que habían venido para acompañarla en el velorio de su marido-. ¡Con lo bien que me vendría tener una hermana en este trance! -y se echó a llorar otra vez.
El enunciado
El enunciado es la mínima unidad de comunicación, es decir, lo más pequeño con
lo que me puedo comunicar. Estas unidades conforman textos (máxima unidad de
comunicación), estando formado por palabras sin importar su extensión (puede
formarse con una palabra o con muchas). Para que un conjunto de palabras sean
un enunciado deben:
comunicar: son producidas por un emisor con una intención para un receptor
usando un código, refiriéndose a un referente.
tener sentido: que pueda entenderse dentro del texto en el que se ubica
tener unidad: sus partes deben estar conectadas en torno a un núcleo, que es
como se denomina la palabra más importante.
temer límites, que en la oralidad están dados por las pausas y la entonación, y
en la escritura por la mayúscula inicial y el punto, signo de interrogación o
exclamación que lo culmina. La coma y el punto y coma no terminan
enunciados.
El enunciado puede clasificarse según qué palabras lo conformen y cuál sea su
núcleo. Así hablaremos de un enunciado frase cuando tenga a un sustantivo,
adjetivo o adverbio como núcleo.
Hablaremos de enunciados oracionales
cuando el núcleo sea un verbo conjugado.
La oración
La oración es, entonces, un tipo de
enunciado, aquel que se caracteriza por
tener como núcleo un verbo conjugado.
Esto significa que si un enunciado no tiene
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verbo conjugado no es una oración. Sin embargo, no quiere decir que todo
enunciado con verbo conjugado sí lo sea. Para que sea una oración el verbo
conjugado debe ser el núcleo. Si es el núcleo, el verbo conjugado brinda al
enunciado su significado esencial, el cual es completado por las otras partes del
enunciado que funcionan como modificadores del verbo. Los modificadores
verbales son aquellas partes del enunciado que responden a una pregunta que
puedo hacerle al verbo.
Hay distintos tipos de modificadores verbales: sujeto, objeto directo, objeto
indirecto, modificadores circunstanciales, etc. Cada uno responde a una pregunta
distinta que le hago al verbo, le aporta una información especial y puede ser
sustituido por otras palabras. Si en un enunciado hay un verbo conjugado, habrá
una sola oración.
ORACIÓN UNIMEMBRE Y BIMEMBRE
La oración unimembre es la que no admite la partición en sujeto y
predicado. La oración bimembre, en cambio, admite la partición en sujeto y
predicado, los que concuerdan en número y persona.
*Existen diferentes clases de oraciones unimembres:
El loco de la patada. O.U.
2-Las oraciones que tienen adjetivo o construcción adjetiva.
¡Qué maravilloso!O.U.
¡Bien! O.U. ¡Muy bien! O.U.
1-Las oraciones que tienen sustantivo o construcción sustantiva.
3-Las oraciones que tienen adverbio o construcción adverbial.
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4-Las construcciones de Nexo subordinante + Término.
¿Con ázucar?O.U.
Hay un loco en el barrio. O.U.
Hubo varios accidentes en la ruta. O.U.
6-Las oraciones con verbos que indican FENÓMENOS ATMOSFÉRICOS.
Nevó en Bariloche. O.U. Llovió toda la tarde. O.U.
7-Las oraciones con los verbos SER y HACER conjugados en tercera
persona del singular, cuando indican CLIMA o MOMENTO del DÍA.
Era de noche. O.U. Hacía frío. O.U. Aún es temprano. O.U.
Aclaración:
Las oraciones que se refieren a la” HORA DEL DÍA” NO son Impersonales.
Son las cinco de la tarde. O.B.
Es la una de la madrugada. O.B.
LA ESTRUCTURA BIMEMBRE BÁSICA (S/P)
SUJETO: “Sujeto es la parte de la oración bimembre que est{ en relación de
concordancia (número y persona) con un verbo expreso o catalizado”.
El sujeto puede ser:
a- simple: si tiene 1 solo sustantivo que desempeña la función de sujeto.
Ejemplo: El profesor de Historia está muy enojado.
5-Las oraciones con el verbo HABER como VERBO PRINCIPAL,
conjugado en tercera persona del singular.
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b- compuesto: si tiene 2 o más sustantivos que desempeñan dicha función.
Ejemplo: El viento y la lluvia estropearon los campos.
c- expreso: si está escrito o mencionado.
Ejemplo: Juan vive cansado.
d- implícito o tácito: si no está expreso; lo denominamos de este modo porque está
implícito en la desinencia o en el morfema verbal.
Ejemplo: Vive cansado
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Tema: Clases de palabras: el pronombre
Lectura 4
Lean el siguiente fragmento de "El rey enamorado" del grupo Les Luthières.
(El rey va transmitiendo verbalmente a un juglar lo que quiere recitarle a María, la
mujer que ama).
Rey: - Por ser fuente de dulzura
Juglar: - Por ser fuente de dulzura
Rey: - Por ser rosa de un ramo
Juglar: - Por ser rosa de un ramo
Rey: - Por ser nido de ternura
¡Oh, María!, yo te amo.
Juglar: - Por ser nido de ternura
¡Oh, María!, yo te amo.
(El rey hace una advertencia al oído del juglar)
Juglar: - ¡Oh, María!, él la ama.
Rey: - Ámame como yo te amo a ti.
Juglar: - Ámelo como él la ama a usted.
Rey: - Y los demás envidiarán a nuestro amor.
Juglar: - ... Y todos nosotros envidiaremos el amor de ustedes.
Rey: - ¡Oh, mi amor, María mía!
Juglar: - ¡Oh, su amor, María suya!
Rey: - Mi brillante, mi rubí.
Juglar: - Su brillante surubí.
Rey: - Mi canción, mi poesía, nunca te olvides de mí.
Juglar: - Su canción, su poesía, nunca se olvide de … su.
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Rey: - Tú estás encima de todas las cosas, mi vida.
Juglar: - Usted está encima de todas las cosas subida.
Rey: - Eres mi sana alegría.
Juglar: - Usted es Susana, María, alegría.
Rey: - Mi amor.
Juglar: - Su amor.
Rey: - Mi tesoro.
Juglar - Su tesoro.
Rey - Mímame.
Juglar: - Súmale… Súmelo.
Rey: - Tanto tú te me metes en lo más hondo de mí...
Juglar: - Tanto usted ...
Rey: - Que ya no sé si soy de mí o si soy de ti.
Juglar: - Tanto usted...
Rey: - Si tú me amaras a mí, no verías en mí a aquellos que amamos nosotros
y envidiáis vosotros y ellos.
Juglar: - … … Ámelo.
Rey: - Cuando miras con desdén
Juglar: - Cuando mira con desdén
Rey: - Pareces fría, sujeta.
Juglar: - Parece fría su... su … cara.
Rey: - Por ser tan grandes tus dones no caben en mí, mi bien.
Juglar: - Por ser tan grandes sus dones no caben en su "sutien".
Rey: - ¡No, no!
Juglar: - No, no.
Rey: - ¡Tunante!.
Juglar: - Sunante.
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Rey: - ¡Miserable!
Juglar: - Suserable.
Rey: - ¡Guardias, a mí!
Juglar: - ¡Guardias, a él!
Los pronombres son una parte de la oración que sustituye al sustantivo
para evitar la reiteración de éste o su innecesaria repetición; denota, a la vez, las
personas gramaticales a que alude.
Las personas gramaticales son, básicamente, tres (dividida cada una en singular y
plural): yo, tú y él o ella, en singular, y nosotros, vosotros y ellos, en plural.
En la siguiente oración entenderás la utilidad del pronombre:
Neri compró un celular; el celular le costó mucho dinero, pero el celular no valía
tanto.
Este mensaje es reiterado, complicado, y no tiene concisión. Esto se debe a que el
sustantivo celular se repite tres veces. Lo sustituiremos por un pronombre. De esta
manera podemos efectuar los siguientes reemplazos:
Neri compró un celular<
el que le costó mucho dinero, pero éste no valía tanto.
éste costó mucho dinero, pero no lo valía.
el cual costó mucho dinero, pero éste no valía tanto.
el que costó mucho dinero, pero no valía tanto.
En el ejemplo anterior, el sustantivo celular fue reemplazado por varios
pronombres.
Pronombres personales
Son aquellos que designan las tres personas gramaticales: la primera, la que habla;
la segunda, a la que se habla y la tercera, de la que se habla. En la oración “ella no
est{ conmigo”, el sujeto es ella y puede representar a una mujer que se
llame Viviana, Maribel, Anahí, etc. Si se llama Anahí, la oración deberemos escribirla
así: Anahí no está conmigo. Por lo tanto, ella representa el nombre Anahí; es decir,
est{ “en vez del nombre”.
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Una palabra que sustituye al nombre de una persona, animal, cosa o idea que
sea sustantivo, es un pronombre.
El pronombre no tiene un significado fijo, sino que varía de acuerdo de acuerdo
con el hablante y la situación. Tiene un significado ocasional.
Los pronombres tú, él, mí, sí llevan siempre acento para diferenciarse de sus
homónimos: los posesivos tu y mi, el artículo el, y de la conjunción condicional si.
Este tipo de acento se denomina diacrítico.
Tú cantas con el micrófono de tu padre.
Aunque él no tiene razón, tiene el cariño de sus padres.
Estos son algunos ejemplos de pronombres personales:
El chico estaba fuera de sí.
Yo creo que el chico puede ser feliz.
Ella es muy chica, y no sabe lo que dice.
Ustedes tienen una muy buena opinión de él.
Pronombres posesivos
Son aquellos que designan a las personas gramaticales y denotan una relación de
pertenencia. Las formas de estos pronombres son similares a las formas de
los adjetivos posesivos, sólo que no se utilizan las formas
apocopadas mi, mis, tu, tus, su, sus.
En la oración “Tus fotos son buenas, pero mis fotos son mejores”, el sustantivo fotos se
repite en dos oportunidades. Pero en la segunda reiteración está determinado por
un adjetivo que le otorga un matiz significativo: debe reemplazarse, por lo tanto,
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por un pronombre que no despoje de la significación de posesión. Entonces
decimos:
Tus fotos son buenas, pero las mías son mejores.
En el ejemplo siguiente se observa la misma situación, pero de manera inversa:
Cada uno tiene su dinero: ustedes, el suyo; nosotros el nuestro.
Esto quiere decir:
Cada uno tiene su dinero: ustedes, su dinero; nosotros, nuestro dinero.
Otros ejemplos de pronombres posesivos:
Mi intención es tan buena como la tuya.
Me gustan esas manzanas, aunque creo que las suyas son mejores.
Su problema es peor que el nuestro.
Tu auto es lujoso, pero el mío es cómodo.
Pronombres demostrativos
Son los que expresan una relación espacial de cercanía o lejanía y se distinguen de
los adjetivos demostrativos por el acento diacrítico y en que poseen tres formas
neutras: esto, eso y aquello. (Esto es lo mejor; eso está bien; aquello me gusta).
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De igual forma que el pronombre posesivo, el sustantivo es reemplazado por el
pronombre demostrativo. Ejemplo:
Aquella escuela es la más adecuada, porque esta escuela no posee suficientes salones.
Es necesario reemplazar el sustantivo escuela con su rasgo significativo de cercanía
por un pronombre demostrativo que no despoje de la significación espacial.
Entonces decimos:
Aquella escuela es la más adecuada, porque ésta no posee suficientes salones.
De esta manera se evita la reiteración.
Otros ejemplos de pronombres demostrativos:
Nuestro jefe aún cuestiona aquello.
Ésa es la que me gusta.
Esto no tiene sentido.
No me gusta ésa, siempre he preferido aquélla.
Pronombres indefinidos También son llamados pronombres indeterminados, y designan de un modo vago e
impreciso las personas o cosas a las que se refiere. Se identifican con
los adjetivos indefinidos, sólo que estos no están reemplazando a un sustantivo,
sino determinándolo.
Otros ejemplos de pronombres indefinidos:
Unos lo afirman, otros lo niegan.
Nadie sabe que paso allí.
Algunos fueron a la fiesta.
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El pronombre indefinido uno(a) es utilizado como tal cuando se refiere directa o
indirectamente al sujeto que habla, lo cual otorga al pronombre cierto aire de
indeterminación.
Lo que sucede es que uno no siempre conoce toda la verdad.
Lectura 4
La Capa
__ ¡Cómo! ¿Otra vez comiendo? –Le preguntó su madre indignada.
No contestó. Estaba fastidiada por tanto control. La vigilancia de su madre y su hermana
Clara aumentaba a medida que se acercaba la fecha del baile. Ése frívolo baile de máscaras.
En realidad la culpa la tuvieron sus primas, Matilde y Claudia, con la idea de concurrir
disfrazadas al baile de egresados.
__ ¡Pero, nena, no ves que ese manto negro parece una carpa!
__Es la única manera de cubrir los kilos de más. Insinuó Clara que, a pesar de su aspecto
angelical, tenía un horrible espíritu de bruja…
Así, cuando llegó el día, la oscura capa cubrió el cuerpo regordete, especialmente en las
caderas y piernas, que parecían de otro cuerpo, más pesado, quizás de más edad (porque sus
hombros y brazos eran más finos, hasta se podrían decir que eran elegantes, como su carita, muy
expresiva, de ojos negros y profundos).
Para completar su traje de “Zorro”, ató los cabellos largos con una cinta plateada y encima
colocó el sombrero, cubrió el rostro con un antifaz, tomó la espada y salió a “hacerse justicia”. Era su
noche.
Llegó más tarde que las demás. Matilde y Claudia vestían a lo “Madonna” y no se acercaron
para que los chicos conocidos no las identificaran. Realmente los conocidos eran pocos, pues en un
colegio de chicas solas tiene la ventaja de traer a cada fiesta amigos nuevos, conocidos y primos de
los amigos; esto permite renovar permanentemente la “vidriera” (como diría Clara).
Todos resultaron irreconocibles, aunque era la primera vez que ella se fijaba en esas
cosas. En otras oportunidades se recluía con los “discjockey” y rara vez bailaba. Su cuerpo, que ella
creía poco agraciado, la fijaba en algún lugar discreto: el bar, donde ayudaba a sus compañeras,
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cubriendo todos los turnos o el guardarropa para recaudar fondos. A lo sumo entablaba una
intrascendente conversación con algún “novio” de otra chica, por supuesto.
Pero esta vez era diferente, no la reconocían: estaba oculta, podía ir y venir como un
fantasma. A los ojos de los demás ella, “la gorda”, no existía.
Se sintió libre, segura, casi coqueta. Hasta pensó que el disfraz alargaba su figura. Era
esbelta.
Empezó a sonreír a los desconocidos, luego a arrojar serpentinas y papel picado, más
tarde a reír y por fin a bailar como las otras. Sus primas la miraban y cuchicheaban. Ella, que
siempre se mostraba tan retraída, despectiva con los que exteriorizaban su alegría, estaba allí
radiante, enloquecida con una ebriedad que no provenía precisamente del alcohol. Confiaba en que
su capa cubría el mundo, o por lo menos parte de él. Y fue en la ronda que se armó para bailar “La
Bamba” que su mano quedó prendida a la mano fuerte de “Guillermo Tell”.
Parecía un chico dulce e inteligente, rostro ovalado que infundía tranquilidad. Ella, además,
sabía que nunca lo había visto antes.
Bailaron, pasearon por toda la sala, hasta intentaron algunos pasos de esgrima y él trató de
demostrarle que el arco y la flecha son armas muy nobles, en especial al ser usadas para ensartar
manzanas, fruto en especial nefasto para el destino del hombre. Ella reía y reía; en realidad nunca
se había sentido tan bien.
Cuando se sacó el antifaz él quedó deslumbrado. Le dijo que “mataba”, que su cara era
“así”, que sus ojos “asá”, que su boca, bueno, de su boca dijo ¡Huy! “que era sensual”. Dios mío, si
lo oyera Clara, que se creía la dueña de todo el “sex-appeal”.
El problema empezó con el calor, él le decía que se quitara la capa, total ya había
descubierto que no estaba bailando con “El zorro”. Pero
ella ponía excusas, por último le dijo que él era como
todos los hombres, que en lo único que piensan es en el
aspecto físico.
__Bueno, ¿no me dirás que sos gordita? Porque
ése sí que es un drama para una chica.
La estocada fue dura, pero la idea de que esa
noche era todas las noches le permitió continuar;
contestó una tontería y los dos rieron, aunque ella se
había puesto triste.
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Al amanecer, la fiesta terminó con un chocolate caliente. Ellos fueron los últimos en
despedirse. La esperaría al día siguiente en la esquina de “El Ciervo”.
Ese domingo fue interminable, la angustia hizo que comiera más que nunca. Las
discusiones con su mamá se renovaron. Nadie en su familia podía entender cómo ninguna terapia la
ayudaba a superar esa terrible ansiedad. Abandonaba sistemáticamente cuanta dieta comenzaba.
Odiaba la gimnasia, sobre todo porque no podía lucir las calzas y las mallas, como sus compañeras,
de cuerpos finos y atractivos.
La cita era a las seis. Se vistió lentamente luego de pasar horas buscando la ropa que
mejor disimulara su obesidad. Fue inútil. Optó por una pollera muy amplia de jean, una remera rosa
que le quedaba bien. Cambió las zapatillas por un par de zapatos con pequeños tacos. Arregló su
pelo y coloreó apenas los labios. Volvió a mirarse varias veces en el espejo y, ya vencida, se colocó
la más amplia y larga de todas sus camisas.
Salió de su casa, como quien va a una batalla. Se sentía derrotada de antemano. Caminó
las cuadras que la llevaban al lugar de la cita, automáticamente, con la mirada baja, no veía la gente.
Varias veces chocó con personas que la miraban sorprendidas. Dos chiquilines le susurraron: __
¡Chau, gordita!- Sus ojos se llenaron de lágrimas. Dio una vuelta manzana para tranquilizarse.
Mientras tanto alimentaba la secreta esperanza de que él no concurriera a la cita.
Por fin llegó al lugar. No quiso mirar para ningún lado. Sus ojos buscaron desesperados las
tapas de las revistas del quiosco; los colores y las líneas se le borraban. Su corazón latía de manera
enloquecida. Pensaba mil cosas a la vez: “no vendrá”, “vendrá y se burlará de mí”, “tal vez ya me vio
y ahora desaparece”…
__ ¡Estela!, ¿hace mucho que llegaste? ¡Mirá, saqué las entradas para ver la película de la
que hablamos anoche!
__ …
__Vení, dame la mano, vamos que si no llegamos tarde. ¡Ah, me olvidaba: ¡qué linda
estás!...
Esa noche, ya en su casa, pensó que tal vez las dietas eran posibles y se acostó sin
comer.
De R. Trogauri, en Antología literaria, Ed. Kapelutzs
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Pronombres relativos
Son aquellos que hacen referencia a una persona o cosa anteriormente mencionada
y la enlazan con la sub-oración siguiente. Son considerados relacionadores, porque
unen dos expresiones que tienen, por sí solas, cierta autonomía.
La oración “éste es un libro que me gusta” se puede descomponer en dos expresiones:
“éste es un libro“, “el libro me gusta“. Luego, podemos reemplazar el sustantivo libro
por la palabra que:
Éste es un libro que me gusta.
La palabra que es un pronombre que se refiere y sustituye al sustantivo libro: es un
pronombre relativo.
Igual situación se observa en la oración “Una novela realista leí anoche, la que me
mantuvo despierto hasta la madrugada“, donde el pronombre la que hace referencia al
sustantivo novela, enlazando la primera expresión (una novela realista leí anoche) con
la segunda expresión (una novela (realista) me mantuvo despierto hasta la madrugada).
Otros ejemplos de pronombres relativos:
Las personas, de las cuales me has hablado, nunca las he visto.
Tengo un gran amigo, el cual aprecia la sinceridad.
La honradez todavía existe, lo que es gratificante.
Anoche miré tus ojos, los cuales me miraron desde la lejanía.
El pronombre relativo concuerda en género y número con el antecedente al que se
refiere. Ejemplos:
El hombre, a quien hablaste…
Los hombres, a quienes hablaste…
La persona de la cual me hablaste.
Las personas de las cuales me hablaste…
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Pronombres interrogativos
Son los que reemplazan al sustantivo que se desconoce y por el cual se pregunta.
Éstos se identifican con los relativos tanto en su forma como en sus accidentes,
pero se diferencian por su acentuación gráfica, por los signos de interrogación, la
entonación y el desconocimiento que existe del antecedente, al que se refiere el
pronombre interrogativo.
Ejemplos de pronombres interrogativos:
¿Cuántas son las oportunidades? // Se desconoce el número de oportunidades.
¿Quién es el culpable de esto? // Se desconoce el culpable.
¿Quién originó la vida; qué se espera del hombre; cuál es nuestra tarea?
Ejercicios con pronombres
A- Identifica el tipo de pronombre que aparece en cada oración:
Cuando todo estuvo listo, lo llamé, pero tampoco vino.
Me regalaste un collar que debió costar mucho dinero.
Los ambiciosos negociantes firmaron el contrato con ellos, pero éstos, no
estaban dispuestos a cumplirlos.
¿Quién le dijo eso?
Nadie supo nunca la verdad, lo que provocó mitos y leyendas.
Ellos se mantuvieron en su posición intransigente, sin embargo,
hubo algunos que intentaron dialogar.
B- Subraya el pronombre y clasifícalo:
• ¿Quieres venir a la fiesta conmigo?
• Juan se afeita dos veces al día.
• Nosotras exigimos que se nos respete.
• A nadie le gusta que le presionen.
• El candidato les pidió el voto indirectamente.
• El nuestro todavía no ha llegado.
• Quienes hayan acabado pueden guardar los útiles.
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C- Sustituye los elementos en negrita de las siguientes frases por
el pronombre más adecuado de las
palabras que aparecen entre paréntesis.
1. Julio, Ana y yo tenemos la misma edad: __________ tenemos la misma edad
(ellos, todos, alguien, varios, nosotros)
2. Eulalia se cayó del caballo: ______________ se cayó del caballo
(una, alguna, ella, la, aquella)
3. Marcos y vos son muy educados: __________________ son muy educados
(vuestros, ellos, ustedes, estos, bastantes)
4. Escribieron una carta a sus padres: ____________________ escribieron una
carta (ellos, les, las, se, los dos)
5. Estacionó el coche en dos maniobras: ________ estacionó en dos maniobras
(le, lo, todo, algo, los)
6. Ya han colocado los bancos en la plaza: Ya ______________ han colocado en
la plaza (ellos, algunos, esos, cuatro, los)
7. Por aquí pasan muchos peatones: Por aquí pasan _______________
(todos, otros, muchos, ellos, unos)
Lectura 6
El Interno 66 Vicky Abro
Como todos los días, por la mañana me
encuentro con varios compañeros de quinto
grado para ir caminando hasta la escuela. Carlos,
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mi compañero de banco, el más alto y corpulento del curso. Tavo, flaquito y
pálido, siempre con miedo a todo. Andrés, el carilindo, le decimos el Facha, por el
que todas las chicas suspiran, y yo, Martín.
Siempre salimos temprano, para ir charlando tranquilos y siempre pasamos por un
lugar maravilloso. En realidad, nunca entramos y desde la calle apenas podemos
ver algo. El predio debe ocupar unas dos manzanas. Está rodeado de un paredón
altísimo, pero una reja flanquea la entrada. A través de la reja podemos ver
estacionados, decenas de colectivos destartalados.
Dice mi papá que cuando los colectivos tienen un accidente o el choque es muy
grande, muchas veces no conviene arreglarlos porque es muy caro, entonces los
remolcan hasta ese depósito y los usan como repuestos para otros vehículos.
La verdad es que solo vimos entrar o salir a un señor que llega por las mañanas
que parece ser el cuidador. Para nosotros es como un parque de diversiones
inaccesible al que miramos con la pretensión de poder ingresar sin pagar entrada.
Muchas veces es nuestro tema de conversación. Que por donde se podrá entrar,
que qué pasaría si saltáramos la reja, que si el señor lo cuidará día y noche, y así
continuamos divagando sobre la posibilidad de introducirnos en el preciado
depósito vehicular.
Por la tarde, al volver de la clase de gimnasia, vimos que el cuidador estaba
cerrando la reja y luego se iba caminando despacito hacia la parada de colectivos.
Carlos, vio al instante una oportunidad.- ¿Y si entramos? Nos preguntó
entusiasmado.
-No, mejor nos vamos, dijo Tavo con esos ojos de cordero miedoso.
-¡Si! ¡Dale, entremos! Se entusiasmó el Facha.
Yo miré el reloj y vi que todavía era temprano. ¡Total! ¿Cuánto tiempo tardaríamos
en dar una vuelta?, con una hora alcanza y sobra, pensé.
Carlos ya estaba montado en lo alto de la reja y nos daba una mano para
ayudarnos a treparla. Tavo, como siempre, fue el último. Enganchó la pierna en el
travesaño y mientras trepaba repetía: -Nos van a agarrar, va a venir la policía, nos
van a dar una flor de paliza. Carlos enojado le gritó -¡O te callas o te vas!
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Ya estábamos todos adentro. Era un paraíso. Colectivos de todos los colores y de
todas las líneas, acarreando tremendos choques. Algunos hacía rato que estaban
allí, por el óxido de los hierros. Otros parecían más recientes. Había varios
incendiados.
Nos llamó la atención el interno 24 de la línea 106. Todo el frente y el lateral
derecho destrozado. ¿Qué habría pasado? No quedaba una ventanilla sana de ese
lado y los asientos, tapizados en cuerina negra, estaban destrozados. El accidente
debió ser terrible. El interno 24 estaba medio inclinado, pero igual entramos a
mirar. Todos menos Tavo, que se quedó petrificado en medio del playón. Una
niebla espesa comenzó a descender. ¡Qué humedad!, pensé.
En el interior, encontramos entre los hierros retorcidos de los asientos
desencajados, un chupete, un zapato, anteojos rotos, un diario, otro zapato de
mujer. Había vidrios del tamaño de la sal gruesa desparramados en el interior. Un
escarpín de bebé colgaba del espejo retrovisor del conductor. Pensé que
posiblemente eran las pertenencias perdidas de los pasajeros.
Un grito nos sobresaltó. Salimos disparados a la carrera. Era Tavo. -Algo se movió
allá atrás. ¡Vayámonos!. Dijo asustado.
Carlos preguntó: -¿Por dónde?
-Atrás del 88. Vi algo que se movió. Me quiero ir.
El Facha, le dijo -Es temprano todavía. -¡Vamos a ver! y salió corriendo hacía el
sitio señalado, seguido a corta distancia por Carlos que estaba a sus anchas.
Yo también tenía ganas de ir a investigar pero lo vi tan alterado a Tavo que decidí
quedarme un rato con él y ver qué pasaba. Transcurrieron unos minutos y la
impaciencia me estaba afectando. ¿Y? Grité con todas mis fuerzas.
-¡Vengan, Vengan! se escuchó la voz de Carlos. Lo agarré del brazo a Tavo y le dije:
-Vamos a ver.
-¡No! ¡No quiero! protestó
-!O venís o venís!. Le dije y lo arrastré contra su voluntad.
Había un colectivo en perfectas condiciones. El interno 66 de la línea 60. Carlos y el
Facha se habían acomodado en su interior. Carlos estaba sentado al volante cual
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conductor profesional. Subimos y nos sentamos en los primeros asientos. Todos
reíamos divertidos. Hasta Tavo parecía contento con el descubrimiento..
De repente se cerraron las puertas automáticamente.
-¿Qué tocaste? Le grité
-¡Nada! ¡No toqué nada!!Te lo juro!
De pronto se encendieron las luces. -¡Algo tocaste! Le dijo el Facha.
Carlos sorprendido gritó: -¡Te juró que no! Y como un resorte saltó de la butaca del
conductor para sentarse junto a nosotros, en los asientos de pasajeros.
Nos miramos todos extrañados. Tavo comenzó a transpirar de los nervios y a
restregarse las manos.
No habíamos salido de nuestro asombro cuando el motor comenzó a rugir. La
palanca de cambios se movió como por arte de magia y el colectivo comenzó a
avanzar lentamente por el playón, conducido por quién sabe quién. El chofer
fantasma puso segunda y avanzó a mayor velocidad. Luego tercera y finalmente
pasó en pocos segundos a cuarta.
El colectivo avanzaba por el playón, rodeando otro grupo de vehículos
estacionados en el centro del mismo a gran velocidad. Teníamos que sujetarnos
fuertemente de los asientos para no caernos.
Tavo lloraba y gritaba sin parar. Pronto los cuatro acompañamos sus gritos a coro.
A nuestros gritos se sumaron risas fantasmales que agregaron pánico a esa
experiencia descontrolada. De pronto sonó el timbre de la puerta trasera. El chofer
fantasma redujo la velocidad, la puerta trasera se abrió y se cerró en segundos para
volver a tomar carrera rápidamente.
Los cuatro, impávidos sin saber qué hacer, veíamos caer la tarde en nuestro viaje
misterioso a ninguna parte.
La velocidad impedía que pudiéramos pararnos.
Carlos comenzó a arrastrarse por el piso mientras se sujetaba de los asientos y
tomando a Tavo del brazo lo obligó a tirarse al piso hacia la puerta trasera. De
repente, escuchamos nuevamente el timbre de la puerta trasera, era nuestra
oportunidad de escapar.
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Carlos ya estaba con Tavo junto a la puerta. El colectivo redujo la velocidad, frenó
y la puerta se abrió. Carlos y Tavo se arrojaron del colectivo. El Facha y yo no
llegamos a tiempo ya que la puerta volvió a cerrarse en segundos.
Carlos y Tavo que estaban a salvo, nos miraban espantados desde el playón. Y
nosotros continuamos nuestro viaje estirados en el piso junto a la puerta trasera,
entre las carcajadas de los espectros que nos acompañaban, con la esperanza de
que alguno tocara el ansiado timbre.
La noche se acercaba. Mientras tanto, Carlos Y Tavo arrastraron un par de
cubiertas para depositarlas en medio de esa pista macabra con la intención de
detener al interno 66. Pero el fantasma maniobró esquivando el obstáculo con
destreza mientras lanzaba una carcajada que resonó como un tambor.
Pensé que jamás podríamos abandonar esa máquina siniestra ya que el timbre no
volvió a sonar.
Carlos seguía tramando la manera de detener al colectivo. Entonces, se paró a un
costado y estiró el brazo. El chofer detuvo su marcha y abrió la puerta delantera
para permitir su ingreso. Pero Carlos no subió. El chofer, entonces, volvió a
acelerar en loca carrera. Con el Facha nos arrastramos hacia la puerta delantera y
esperamos. Nuevamente Carlos estiró el brazo en un nuevo intento por detener la
alocada marcha. El chofer frenó y abrió la puerta delantera. Ahí nos abalanzamos y
nos arrojamos rápidamente.
Estábamos a salvo. Un poco magullados, pero vivos. Salimos corriendo, trepamos
la reja del portón y llegamos a la calle. Cuando miramos hacia atrás. El interno 66
de la línea 66 estaba estacionado en el lugar de siempre.
La oración simple (continuación)
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Revisamos – El predicado
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Tema: Clases de palabras: el adverbio
EL ADVERBIO: Es la palabra invariable que modifica, precisa o amplía el
significado del verbo, de un adjetivo o de otro adverbio.
Ejemplos:
1. Vive lejos (modifica al verbo vive).
2. El cerro es muy bonito (modifica al adjetivo bonito).
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3. Me encuentro bastante mal (modifica al adverbio mal).
Recuerda:
Por su significado, los adverbios pueden ser de modo, tiempo, lugar, cantidad,
afirmación, negación y duda.
FRASES O LOCUCIONES ADVERBIALES
Las locuciones adverbiales son expresiones formadas por varias palabras cuyo
sentido global equivale al de un adverbio. Una de esas palabras suele ser
preposición:
Trabajo a la fuerza * Trabajo forzadamente
ACTIVIDAD
Subraya los giros adverbiales de estas frases y reemplaza por un adverbio o
construcción equivalente.
1- Debes ir en ayunas a quitarte sangre. Debes ir sin desayunar.
2. Supo la dirección a pie juntillas.
3. A duras penas salvó de grado.
4. Me hizo venir en balde
Observación:
Los adverbios (atrás- adelante) tienen valor absoluto, por lo tanto no debe ir
acompañados de la preposición “de”. Ejemplos:
Me voy----atrás
Se fue----adelante
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En el análisis de la oración:
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Transcribe las siguientes oraciones en tu cuaderno y analízalas:
1. En la plaza, el grupo de niños generosos dio alimento a las palomas con unas
bolsitas llenas de pan.
2. A comienzos de la temporada, los dirigentes del club, trajeron un jugador
talentoso para el equipo.
3. En el acto, entregó muy emocionado una canasta con uvas, habló de la obra y
saludó a la reina del sol.
4. Diez cajas de alimento imperecedero para los inundados del Médano de Oro.
5. Hacía mucho calor y había poca gente en el predio en la inauguración de la oferta
educativa.
6. En la casa de Silvia, todos se divierten con las animadoras.
7- Una de las animadoras pintaba los rostros de los chicos.
8- Los chicos gritaban y saltaban ferozmente en el patio.
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9- Slivita, la homenajeada, atravesó la loca confusión y habló con Conejito.
10- Pasó al frente, sin timidez, Carolina, una chiquita de diez años.
11- A los chicos el truco no los impresionó.
12- ¡Hay premios para los ganadores!
13- La buscaban palmo a palmo, por toda la casa.
14- A las diez de la noche se fue el último invitado.
15- Abandonaba sistemáticamente cuanta dieta comenzaba.
16- Sus ojos buscaron desesperados las tapas de las revistas del quiosco.
17- Por fin llegó al lugar.
18- Bailaron, pasearon por toda la sala e intentaron algunos pasos de esgrima.
19- Ató los cabellos largos con una cinta plateada y encima colocó el sombrero, cubrió
el rostro con un antifaz, tomó la espada y salió.
20- Muchos años después, hablaba de su hermana, en el velorio de su marido.
21- Al amanecer, la fiesta terminó con un chocolate caliente.
22- Carlos, mi compañero de banco, saltó el paredón e ingresó en el predio de
colectivos.
23- Grité con todas mis fuerzas.
18- Tavo, flaquito y pálido, siempre tenía miedo.
19- Había muchos colectivos en perfectas condiciones.
20- El interno 66 avanzaba lentamente por el playón.
21- Carlos y Tavo nos miraban espantados.
22- Esquivó el obstáculo con destreza y lanzó una carcajada.
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pág. 63
Lectura 7
El hombre sin cabeza Texto de Ricardo Mariño
Ilustraciones de Gustavo Ariel Mazali
El hombre, el escritor, solía trabajar hasta muy avanzada la noche. Inmerso en el
clima inquietante de sus propias fantasías escribía cuentos de terror. La vieja
casona de aspecto fantasmal en la que
vivía le inspiraba historias en las que
inocentes personas, distraídas en sus
quehaceres, de pronto conocían el
horror de enfrentar lo sobrenatural.
Los cuentos de terror suelen tener dos
protagonistas: uno que es víctima y
testigo, y otro que encarna el mal. El
"malo" puede ser un muerto que regresa
a la vida, un fantasma capaz de
apoderarse de la mente de un pobre
mortal, alguna criatura de otro mundo
que trata de ocupar un cuerpo que no es
el suyo, un hechicero con poderes diabólicos...
Un escritor sentado en su sillón, frente a una computadora, a medianoche, en un
enorme caserón que sólo él habita, se parece bastante a las indefensas personas que
de pronto se ven envueltas en esas situaciones de horror. Absorto en su trabajo, de
espaldas a la gran sala de techos altos, con muebles sombríos y una lúgubre
iluminación, bien podría resultar él también una de esas víctimas que no advierten
a su atacante sino hasta un segundo antes de la fatalidad.
El cuento que aquella noche intentaba crear Luis Lotman, que así se llamaba el
escritor, trataba sobre un muerto que, al cumplirse cien años de su fallecimiento,
regresaba a la antigua casa donde había vivido o, mejor dicho, donde lo habían
asesinado.
El muerto regresaba con un cometido: vengarse de quien lo había matado. ¿Cómo
podía vengarse de quien también estaba muerto? El muerto del cuento se iba a
vengar de un descendiente de su asesino.
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Para dotar al cuento de detalles realistas, al escritor se le ocurrió describir su
propia casa. Tomó un cuaderno, apagó las luces y recorrió el caserón llevando unas
velas encendidas. Quería experimentar las impresiones del personaje-víctima, ver
con sus ojos, percibir e inquietarse como él. Los detalles precisos dan a los cuentos
cierto efecto de verosimilitud: una historia increíble puede parecer verdad debido
a la lógica atinada de los eslabones con que se va armando y a los vívidos detalles
que crean el escenario en que ocurre.
La casa del escritor era un antiquísimo caserón heredado de un tío —hermano de
su padre— muerto de un modo macabro hacía muchos años. Los parientes más
viejos no se ponían de acuerdo en cómo había ocurrido el crimen, pero coincidían
en un detalle: el cuerpo había sido encontrado en el sótano, sin la cabeza.
De chico, el escritor había escuchado esa historia decenas de veces. Muchas noches
de su infancia las había pasado despierto, aterrorizado, atento a los insignificantes
ruidos de la casa. Sin duda, esa remota impresión influyó en el oficio que Lotman
terminó adoptando de adulto.
Proyectada por la luz de las velas, la sombra de Lotman reflejada en las altas
paredes parecía un monstruo informe que se moviera al lento compás de una
danza fantasmal. Cuando Lotman se acercaba a las velas, su sombra se agrandaba
ocupando la pared y el techo; cuando se alejaba unos centímetros, su silueta se
proyectaba en la pared... sin la cabeza.
Ese detalle lo sobrecogió. ¿Cómo podía aparecer su sombra sin la cabeza?
Tardó un instante en darse cuenta de que sólo se trataba de un efecto de la
proyección de la sombra: su cuerpo aparecía en la pared y la cabeza en el techo,
pero la primera impresión era la de un cuerpo sin cabeza.
Anotó en su cuaderno ese incidente, que le pareció interesante: el protagonista
camina alumbrándose con velas y, como algo premonitorio, observa que en su
sombra falta la cabeza. El personaje no se asusta, es sólo un hecho curioso. No se
asusta porque él desconoce que en minutos su destino tendrá relación con un
hombre sin cabeza. Y no se asusta —pensó Lotman—, porque así se asustará más
al lector.
Terminó de anotar esa idea, cerró el cuaderno y decidió bajar al sótano.
Los apolillados encastres de la escalera emitían aullidos a cada pie que él apoyaba.
En un año de vivir allí sólo una vez se había asomado al sótano, y no había
permanecido en él más de dos minutos debido al sofocante olor a humedad, las
telas de araña, la cantidad de objetos uniformados por una capa de polvo y la
desagradable sensación de
encierro que le provocaba el
conjunto. Cien veces se había
dicho: "Tengo que bajar al
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pág. 65
sótano a poner orden". Pero jamás lo hacía.
Se detuvo en el medio del sótano y alzó el candelabro para distinguir mejor.
Enseguida percibió el olor a humedad y decidió regresar a la escalera. Al girar,
pateó involuntariamente el pie de un maniquí y, en su afán de tomarlo antes de
que cayera, derribó una pila de cajones que le cerraron el paso hacia la escalera.
Ahogado, con una mueca de desesperación, intentó caminar por encima de las
cosas, pero terminó trastabillando. Cayó sobre el sillón desfondado y con él se
volteó el candelabro y las velas se apagaron.
Mientras trataba de orientarse, Lotman experimentó, como a menudo les ocurría a
los protagonistas de sus cuentos, la más pura desesperación. Estaba a oscuras,
nerviosísimo, y no encontraba la salida. Sacudió las manos con violencia tratando
de apartar telas de araña, pero éstas quedaban adheridas a sus dedos y a su cara.
Terminó gritando, pero el eco de su propio grito tuvo el efecto de asustarlo más
aún.
Quién sabe cuánto tiempo le llevó dar con la escalera y con la puerta. Cuando al fin
llegó a la salida, chorreando transpiración, temblando de miedo, atinó a cerrar con
llave la puerta que conducía al sótano. Pero su nerviosismo no le permitía acertar
en la cerradura.
Corrió entonces hasta cada uno de los interruptores y encendió a manotazos todas
las luces. Basta de "clima inquietante" para inspirarse en los cuentos, se dijo. Estaba
visto que en la vida real él toleraba muchísimo menos que alguno de sus
personajes capaces de explorar catacumbas en un cementerio.
Cuando por fin llegó al acogedor estudio donde escribía, se echó a llorar como un
chico.
Una gran taza de café hizo el milagro de reconfortarlo. Se sentó ante la
computadora y escribió el cuento de un tirón.
Un muerto sin cabeza salía del cementerio en una espantosa noche de tormenta.
Había "despertado" de su muerte gracias a una profecía que le permitía llevar a
cabo la deseada venganza pensada en los últimos instantes de su agonía: asesinar,
cortándole la cabeza, a la descendencia, al hijo de quien había sido su asesino: su
propio hermano.
Cuando el escritor puso el punto final a su cuento sintió el alivio típico de esos
casos. Se dejó resbalar unos centímetros en el sillón, apoyó la cabeza en el respaldo
y cerró los ojos. Ya había escrito el cuento que se había propuesto hacer. Dedicaría
el día siguiente a pasear y a encontrarse con algún amigo a tomar un café.
Sin embargo, de pronto tuvo un extraño presentimiento...
Era una estupidez, una fantasía casi infantil, la tontería más absurda que pudiera
pensarse... Estaba seguro de que había alguien detrás de él.
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Cobardía o desesperación, no se
animaba a abrir los ojos y volverse
para mirar. Todavía con los ojos
cerrados, llegó a pensar que en
realidad no necesitaba darse
vuelta: delante tenía una ventana
cuyo vidrio, con esa noche cerrada,
funcionaba como un espejo
perfecto. Pensó con terror que, si
había alguien detrás de él, lo vería
no bien abriera los ojos.
Demoró una eternidad en abrirlos.
Cuando lo hizo, en cierta forma vio
lo que esperaba, aunque hubo un
instante durante el cual se dijo que no podía ser cierto. Pero era indiscutible: "eso"
que estaba reflejado en el vidrio de la ventana, lo que estaba detrás de él, era un
hombre sin cabeza. Y lo que tenía en la mano era un largo y filoso cuchillo...
Tema: Clases de palabras: las preposiciones
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E.I.D.F.S 2DO 4TA
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Casos especiales de concordancia sujeto verbo
1- Con los pronombres de 2ª. persona usted, ustedes, el verbo
concuerda en la 3ª. persona.
• Usted es el responsable.
• Ustedes podr{n entrar luego.
2- Cuando el sujeto es un sustantivo colectivo, se distinguen dos
casos:
a) Si el sustantivo va solo, el verbo irá en singular.
• Un grupo llegó r{pidamente.
b) Si el sustantivo colectivo en singular lleva complemento preposicional en plural,
el verbo puede concordar en singular o en plural, es decir, con el sustantivo-núcleo
o con el modificador.
• Un grupo de estudiantes llegó r{pidamente.
• Un grupo de estudiantes llegaron r{pidamente.
3- Con el sujeto compuesto de varios sustantivos o construcciones
sustantivas yuxtapuestas, en singular o en plural, si el último de
ellos es resumen de los anteriores, el verbo puede concordar con
este último en singular.
• Su gran cultura, su modestia, sus modales, todo reflejaba su personalidad.
• Su gran cultura, su modestia, sus modales resaltaban sobremanera.
4- Cuando los elementos componentes del sujeto compuesto se
sienten muy asociados, el verbo puede ir en singular, aunque
también en plural.
• La compra y venta de divisas ser{ regulada (< o ser{n reguladas).
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• La entrada y salida de trenes fue suspendida (< o fueron suspendidas).
5- El verbo puede concordar con el predicativo y no con el sujeto. Es
una concordancia rara en la actualidad, aunque frecuentemente en
el habla coloquial.
• Todos los invitados era gente importante.
• Mi sueldo son (o es) mil pesos
6- Si el sujeto es un sustantivo en plural que denota personas, el
verbo puede ir en 3ª. persona o bien en 1ª. ó 2ª. persona, según si el
hablante se incluye o no a sí mismo o al oyente en el grupo
designado por el sustantivo.
• Los romanos son así.
• Los romanos somos así.
7- Discordancia deliberada. Se produce cuando se usa la 1ª. persona del
plural para referirse a la 2ª. persona del singular con fines
expresivos.
• ¿Cómo estamos? (= ¿Cómo est{s tú? o ¿Cómo est{ usted?)
• Así que ésas tenemos, ¡eh! (dirigido a una sola persona).
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Lectura 8
La trampa José Montero
En casa dicen que soy un metido, que siempre ando espiando a los demás.
Por suerte, aquella semana no había nadie para criticarme. Era la primera vez
que me quedaba solo en el departamento. Mis padres se habían ido de vacaciones
al campo. Después de mucho insistir, había conseguido que me dejaran
permanecer en Buenos Aires. Odio el campo.
En esos días comprobé que la gente vive muy apurada. Por eso no se detiene
en las cosas que están más a la vista. Y por eso fui yo, un chico de 14 años, un
"metido", el único que se fijó en ese auto.
Era un Falcon gris. Una mañana apareció estacionado enfrente de casa. Como
conocía bien los coches de todos los vecinos, no tardé en darme cuenta de que no
pertenecía a nadie de la cuadra.
Recordé cierto aviso de un diario viejo. Lo encontré. Prometía recompensas de
hasta 500 dólares a cambio de información sobre vehículos abandonados. Me
entusiasmó la idea de ganar ese dinero por encontrar un auto que quizás había
sido robado.
Me encerré en el baño y grité como si hubiera hecho un gol. De esa forma la
voz me quedó bien ronca, parecida a la de un adulto. Luego llamé por teléfono a la
agencia del aviso. El truco funcionó. Creyeron que era una persona grande y hasta
me dijeron "señor".
Los de la agencia me explicaron que trabajaban en conexión con las
compañías de seguros. A estas empresas les convenía mucho más pagar
información para recuperar un auto que tener que abonar el precio completo del
seguro.
Me pidieron los datos del coche. Les di la marca, el color y el número de
patente. Al día siguiente me llamaron. El Falcon no tenía pedido de captura de la
policía ni había sido denunciado como sustraído por ninguna compañía de
seguros.
Hasta ese momento había actuado movido por el deseo de ganar la
recompensa. Saber que el auto no era robado eliminaba el aspecto monetario. Sin
embargo, el enigma parecía complicarse, y fue el afán de vencer la dificultad lo que
me llevó a investigar.
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Se me ocurrieron varias hipótesis. La primera era que el dueño del Falcon
había olvidado el lugar donde estaba estacionado. Me pareció poco probable.
Quizás el conductor había dejado el auto enfrente de mi casa para luego,
caminando, dirigirse a hacer un trámite a pocas cuadras.
El hombre podía haber sufrido un accidente en el camino, y estar inconsciente
en la cama de un hospital. O peor aún, podía haber sido secuestrado. Me pareció
raro que, en cualquiera de estos casos, la policía no hubiese intervenido.
¿Y si en el baúl del coche había un muerto? Era otra posibilidad. Crucé la calle
corriendo y me acerqué al Falcon. Concentré todos mis sentidos en el olfato.
Rápidamente me convencí de que en el baúl no podía haber ningún cadáver. Ya
hacía cuatro días que el auto estaba ahí. Es tiempo suficiente para que un cuerpo
entre en descomposición. El olor hubiera sido muy fuerte.
Ya me estaba dando por vencido cuando descubrí una alternativa más. Pensé:
si no es robado ni olvidado, si su dueño no fue secuestrado ni tuvo un accidente, si
en el baúl no hay un muerto, entonces el auto pertenece a alguien que vino a una
casa del barrio, pero nunca pudo salir de ella.
Instintivamente clavé la mirada en una casa de la vereda de enfrente. Estaba
desocupada desde hacía varios meses. De vez en cuando aparecían algunas
personas que entraban, estaban unos minutos y se iban. Enseguida vinculé el
misterio del auto con los extraños movimientos de la casa.
Me acerqué a la vivienda. Subí seis escalones hasta la puerta de entrada y
puse a funcionar de nuevo mi nariz. No se sentían olores raros, así que al parecer
tampoco en la casa había cadáver alguno.
No puede ser, pensé, tiene que haber una relación entre una cosa y la otra.
Observé un pequeño buzón empotrado en la pared, al lado
de la puerta. Parte de la tapa era de vidrio, de tal forma que
pude ver su interior. Había una factura de gas y otra de
impuestos municipales. Lo que me intrigó fue un bollito de
papel en un rincón del buzón.
Me fui a mi departamento, esperé que se hiciera bien de noche y volví a la
casa. En una mano llevaba un alambre con la punta doblada, en la otra una
linterna.
Con mucha paciencia conseguí enganchar el alambre en el bollo de papel. Así
lo saqué del buzón. De inmediato descubrí que envolvía algo. Eran dos llaves de
auto.
El papel estaba escrito con un marcador negro. Decía: "Es el Falcon gris. En la
guantera encontrarás el nombre de la persona y las instrucciones finales".
Casi no lo pensé. Fui hasta donde estaba el auto. Abrí la puerta del lado del
acompañante, porque era el lugar más oscuro. No quería ser visto por los vecinos.
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Me subí al Falcon. Abrí la guantera y adentro encontré una tarjeta de cartulina
blanca. La iluminé con la linterna. Leí cuatro palabras escritas a máquina: "El
blanco sos vos".
Un frío violento recorrió mi nuca.
Impulsivamente salté del auto y me alejé unos
metros. No entendía de qué se trataba. El miedo o
el instinto manejaban mis acciones.
Las instrucciones finales... El blanco sos vos...
Lo tenía delante de los ojos, pero no lo veía.
Decidí que lo mejor sería dejar las cosas como
estaban y, en todo caso, llamar a la policía. Lo haría a la mañana siguiente.
Volví hasta el coche. Dejé la tarjeta en la guantera y cerré la puerta. Envolví
las llaves en el papel y puse todo de nuevo en el buzón de la casa desocupada,
como lo había encontrado.
Me fui a la cama. Durante un rato largo pensé lo que le diría a la policía. ¿Me
llevarían el apunte? ¿A mí, un menor que va con una historia rarísima?
Al final me dormí. Habré descansado tres horas. A la madrugada me despertó
una explosión tremenda. Salí a la calle, igual que todos los vecinos. Lo que
quedaba del Falcon estaba siendo consumido por el fuego. En dos minutos
vinieron los bomberos y apagaron las llamas. Después sacaron del auto un cadáver
calcinado. No me acerqué para verlo en detalle porque me dio asco.
Entonces supe por qué yo estaba vivo: afortunadamente me había equivocado
de puerta.
Los noticieros de televisión confirmaron mi hipótesis final. El muerto era un
asesino a sueldo. Trabajaba para una poderosa organización y por eso sabía
demasiado sobre muchos asuntos. Lo tenían que eliminar. Para evitar que
sospechara le encargaron un "trabajo" como de costumbre. El hombre debía
recoger en distintos puntos de la ciudad la información y las pistas necesarias para
deshacerse de una persona. La única diferencia, esta vez, era que la posta del auto
sería la definitiva.
La bomba colocada por los mafiosos tenía un mecanismo de relojería, que se
activaba al abrir la puerta del conductor. El asesino tuvo unos segundos para
sentarse, abrir la guantera, lee la tarjeta "el blanco sos vos" y comprender que había
caído en una trampa.
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Tema: La Puntuación
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Lectura 9
LA BOLSA DE ARPILLERA
-¡Papi, el hombre de la bodsa está allá adento!
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Emilce, agitada, señaló con su dedito de tres años la
puerta abierta de su cuarto. Se quedó quieta en la entrada
del living, con su piyama de animales pálidos puesto al
revés y sosteniendo un oso de peluche. Había
interrumpido así la amena conversación de sobremesa
que sus papás mantenían con sus lacanianos amigos.
–Bueno, Emilce, tráelo para acá al Hombre de la Bolsa –le
dijo su papá, dulce y profesional–. Con lo tarde que es,
debe tener un hambre bárbara. Vamos a convidarle unos
trocitos de budín.
Emilce salió disparada hacia su cuarto.
Un olor no precisamente agradable flotaba en el lugar. La madre de Emilce se
acordó de la vez que había abierto una lata de mejillones bastante pasada. Se
levantó para ir a ver si< pero terminó por sentarse de nuevo en su sillón,
abombada por el alcohol.
–Son cosas de la abuela –explicó su marido a los invitados, siguiendo con la pipa la
dirección que había tomado Emilce–. Lo mejor, en estos casos, es hacerles vivir la
fantasía.
–Lógico –dijo la otra mujer–. Acuérdense de cuando Pichón se tiró al suelo
abrazado al paranoico que veía una locomotora venírsele encima.
Emilce volvió. En lugar de su oso de peluche traía de la mano al Hombre de la
Bolsa. El espejo que colgaba de la pared se estrelló en el piso con terrible estrépito.
El mal olor se hizo insoportable, repugnante. El padre de Emilce retrocedió,
fascinado. Su amigo alcanzó a ponerse de pie, tapándose la nariz con una
servilleta.
El Hombre de la Bolsa llevaba un aludo sombrero negro lleno de agujeros y una
capa gris, como del siglo pasado, cubierta de lamparones. Era demasiado bajo, casi
un enano. Era muy sucio, infinitamente inmundo y viejo. Dejó en el suelo su bolsa
de arpillera, que se movía con leves temblores (chicos pensó el paralizado padre de
Emilce) extrajo un trabuco naranjero de entre sus harapos y apuntó al grupo.
–Sabed que no es de mi apetencia el budín inglés, señor mío –dijo, con una
hedionda voz seca, inolvidable–. Jamás vuestra merced nutrirme verame con otra
cosa que no sea carne, carne fresca. Además –agregó, con cortesía–, hoy sólo me he
acercado con el único propósito de llevarme a mi morada a la deliciosa Emilce.
Entre los gritos de las damas y la inoperancia de los caballeros, abrió su mugrienta
bolsa y metió a Emilce junto con los demás niños que esa noche constituirían su
cena. Y desapareció.
Marcelo di Marco
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Lectura 10
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Tema: el verbo -
revisión
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FORMAS NO PERSONALES DEL
VERBO
Las formas no personales del verbo
son aquellas que no admiten ningún
pronombre personal (yo, tú, él,
nosotros, vosotros o ellos) como sujeto.
INFINITIVO
(-AR, -ER,
IR).
Simple
CANT-AR ,
BEB-ER,
RE-ÍR
Com -
puesto
HABER
CANTADO
GERUNDIO
(-ANDO, -
IENDO)
Simple
AM-ANDO,
BEB-IENDO
Compue
sto
HABIENDO
AMADO
PARTICIPIO
(-ADO, -IDO, -
SO, -TO, -
CHO)
CALLADO,
SALIDO,
VISTO,
HECHO,
IMPRESO.
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A su vez, hay que aclarar que los tiempos verbales pueden ser simples (formados
por una palabra, por ejemplo, comió) o compuestos (formados por el verbo
auxiliar haber más el verboide, por ejemplo, ha comido).
Dentro del pretérito, hay variantes que dependen del contexto de la frase y que son
muy importantes al momento de lograr la coherencia y cohesión de un texto. Su
uso correcto se denomina correlación verbal, es decir, la correcta relación entre los
tiempos verbales dentro de un relato. Así, debemos hablar de tres tipos de
pretéritos: pretérito perfecto simple (señala acciones terminadas, se refiere a
acciones principales, importantes dentro del relato, por ejempló, compró); pretérito
imperfecto (se refiere a acciones que perduran en el tiempo, tienen situación de
continuidad, también a acciones secundarias y descripciones, por ejemplo,
compraba) y el pretérito pluscuamperfecto (dentro de un pasado, indica una acción
anterior, por ejemplo, había comprado). Veremos ejemplos más completos:
La alumna leyó el libro que estaba en su biblioteca. Ella lo había comprado en la
librería de su barrio.
La acción más importante del fragmento es leyó (pretérito perfecto simple), estaba
en su biblioteca, agrega información secundaria, diciendo dónde estaba dicho libro
(estaba es un verbo en pretérito imperfecto). La última oración, señala que el libro
fue comprado anteriormente, es lógico que, primero compre el libro y luego lo lea,
por lo tanto, había comprado, es un verbo en pluscuamperfecto, ya que en un
pasado: leyó un libro, menciona una acción anterior a la antes mencionada: había
comprado.
En el ejemplo dado anteriormente, existe correlación verbal, porque todos sus
verbos están correctamente relacionados.
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La voz Un verbo puede presentarse en
VOZ ACTIVA o VOZ PASIVA.
VOZ
ACTIVA
El sujeto
realiza la
acción
Yo DOY
una
conferencia
VOZ
PASIVA
El sujeto
no realiza
la acción,
sino que
la recibe.
Una
conferencia
ES DADA
por mí
La voz pasiva se forma siempre
a partir de un verbo transitivo,
con el verbo ser como auxiliar,
más el participio del verbo que
se conjuga. Los verbos
intransitivos no pueden
presentarse en voz pasiva, pues
no tienen un Complemento
Directo que pueda realizar la
función de sujeto paciente
Ejemplo: Verbo en voz activa:
amo
Verbo en voz pasiva:
soy amado
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Lectura 11
El Camino de los Tilos Mirta-Fernandez
Cada vez que recuerdo ese día, un frío misterioso recorre mi cuerpo y corta mi
respiración.
Cuando sonó el teléfono yo estaba a punto de meterme en la cama. Cuando mi
padre respondió supe por la voz, grave y taciturna que algo grave ocurría.
Mi mamá hacía una semana que no estaba en casa. Había tenido que viajar 120
kilómetros para atender a mi abuelo que estaba enfermo y como ya estaba mejor, la
esperábamos en casa al día siguiente.
La llamada era de mi abuelo. Mi mamá se había caído y se había fracturado la
pierna. Mi papá decidió que iríamos inmediatamente para allá. Yo iría con él, ya
que no pensaba dejarme solo en casa y mañana faltaría al colegio. Pero era una
emergencia y estaría más que justificada mi ausencia.
Después de todo, 120 kilómetros no son tantos y en dos horas, a más tardar
estaríamos por allá.
Mi abuelo se negaba a que hiciéramos el camino de noche. No sé que superstición
lo acobardaba. Pero la gente de campo tiene esas cosas. Como mi papá insistió. El
abuelo le advirtió que no parara en ningún momento cerca de los tilos. Por más
que le hicieran señas mujeres o niños.
Siempre pensé que era un tema de
seguridad. Pensé que seguramente allí
se esconderían ladrones y asaltantes
para burlar a los desprevenidos.
Así fue como metimos algunas cosas
en el bolso y luego de parar en una
estación de servicio para cargar nafta
continuamos nuestro camino.
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Tomamos la autopista. Era tarde y había muy poco tráfico. Luego salimos y
tomamos una ruta rodeada de campos. Casi se podía ver todo ya que la luna
iluminaba con un reflejo brillante a los grupos de árboles y animales.
Luego de un largo trecho tomamos un camino de tierra. No serían más de cuatro
kilómetros, pero debíamos pasar rápidamente el camino bordeado de tilos. La
niebla comenzó a descender rápidamente envolviendo al auto.
Mientras avanzábamos, vimos claramente como una mujer con dos niños de la
mano estaban parados en medio del camino.
Mi padre continuó sin bajar la velocidad. –Papá. Los vas a atropellar- grité.
Mi padre aminoró la marcha sin detenerse e inmediatamente vimos con estupor
que la mujer y los niños se encontraban en el asiento trasero sin decir palabra.
Mi papá estaba blanco como un papel y yo me había quedado sin habla. ¿Cómo se
habían subido al auto? ¿Quiénes eran estas personas?
Mi papá tomó con fuerza el volante, pero temblaba.
Cuando avanzamos dos kilómetros la mujer dijo – Aquí nos bajamos. Pare por
favor.
Mi padre detuvo el auto. Ellos abrieron la puerta, dieron las gracias y
desaparecieron.
Cuando llegamos a la casa, mi abuelo adivinó por nuestras caras de espanto lo que
había ocurrido. Evidentemente ya lo había experimentado y nos convidó con un
vaso de agua fresca.
A pesar de ver a mi mamá, con su yeso a cuestas, pero bien, ni mi papá ni yo
pudimos dormir esa noche.
Cuando al día siguiente regresamos a casa, vimos tres cruces al borde del camino.
Marcaban el lugar donde la mujer y sus niños se habían bajado del auto.
Tema: Géneros literarios
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La Lírica
Gracias a la vida (Violeta Parra)
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo su fondo estrellado,
y en las multitudes el hombre que yo amo.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que, en todo su ancho,
graba noche y día grillos y canarios,
martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
y la voz tan tierna de mi bien amado.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
con él las palabras que pienso y declaro:
madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
la ruta del alma del que estoy amando.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano,
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto
y el canto de ustedes que es el mismo canto,
y el canto de todos, que es mi propio canto.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
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Como La Cigarra María
Elena Walsh
Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal,
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui,
solo y llorando.
Hice un nudo del pañuelo,
pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás
cuántas noches pasarás
desesperando.
Y a la hora del naufragio
y a la de la oscuridad
alguien te rescatará,
para ir cantando.
Cantando al sol,
como la cigarra,
después de un año
bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
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Honrar la vida Eladia Blázquez
¡No! Permanecer y transcurrir
no es perdurar, no es existir
¡Ni honrar la vida!
Hay tantas maneras de no ser,
tanta conciencia sin saber
adormecida...
Merecer la vida no es callar y consentir,
tantas injusticias repetidas...
¡Es una virtud, es dignidad!
Y es la actitud de identidad ¡más definida!
Eso de durar y transcurrir
no nos da derecho a presumir.
Porque no es lo mismo que vivir...
¡Honrar la vida!
Letras de canciones similares en
¡No! Permanecer y transcurrir
no siempre quiere sugerir
¡Honrar la vida!
Hay tanta pequeña vanidad,
en nuestra tonta humanidad
enceguecida.
Merecer la vida es erguirse vertical,
más allá del mal, de las caídas...
Es igual que darle a la verdad,
y a nuestra propia libertad
¡La bienvenida!...
Eso de durar y transcurrir
no nos da derecho a presumir.
Porque no es lo mismo que vivir...
¡Honrar la vida!
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Lectura 12
Mejor me callo
Autor: Olga Drennen
Le contesté que no podía creer lo que me decía, que se dejara de hablar pavadas.
Pero él siguió y siguió con el cuento ese del fantasma.
Ahora que todo el mundo está desesperado, no me animo a decirles lo que sé.
¿Qué van a pensar? Mejor me callo.
El, Riqui, que era mi amigo, venía todas las tardes a buscarme para andar en bici.
Casi siempre, los chicos del barrio al vernos, nos decían gansadas.
-¡Estás rebuena!
-¡Genia!
Algunos hasta se zarpaban. Yo ni movía la cabeza; pero él, ¡pobre!, se ponía todo
colorado. Venía todas las tardes hasta que un día, no vino. Me dejó esperando.
Estuve un rato larguísimo con la bici y nada. No apareció.
Bueno, está bien, sí, me dio un poco de rabia, sin embargo, cuando volví a verlo,
tan alto, con esa sonrisa redulce que tenía, se me pasó todo. Le brillaban los ojos al
saludarme.
-Ayer te esperé ...-dije.
-¡No sabés lo que me pasó! -contestó.
Y, entonces, me contó que en la esquina de su casa se había mudado una chica y
que él, Riqui, había estado ayudando a descargar paquetes.
-¡No sabés la que te perdiste! -dijo -después me dieron un montón de golosinas.
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Y allí mismo, me regaló unos chocolates diciendo que los había guardado para mí.
Estaba tan contento que me invitó a ir hasta su casa ya que yo no la conocía.
Al rato, pasamos por una casita de puerta verde.
-¡Mirá! Mi papá pintó el frente -dijo -y aquí es donde se mudó la chica nueva.
Justo en ese momento, apareció ella. De pelo castaño, un poco gordita, al vernos, lo
saludó muy sonriente. ¿La verdad? No me gustó nada. Llevaba un moño colorado
en la cabeza y se movía como una gallina. No me gustó, así que cuando pasamos a
su lado, le di vuelta la cara.
Lo mejor de esa tarde fue que los dos nos divertimos a lo grande. Claro que no
todos los días amanecen con sol, Pasaron tres tardes. Tres. Estoy segura. Las conté.
A la cuarta, apareció serio como nunca. Yo también me puse seria cuando lo
saludé. No es cosa de andar dejando que a una la dejen plantada as cada rato.
Él, Riqui, me hizo una seña para que lo acompañara, entonces, lo seguí mientras
pensaba en la chica nueva ¡me daba una rabia! A los dos minutos, empezaron los
pavotes.
-¡Chau, preciosa! ¿No querés que te llevemos en la bici?
Esa vez, Riqui ni los miró ni nada. Caminaba con las manos en los bolsillos y la
cabeza baja, ¿en qué pensaría?
-Tengo miedo -dijo de golpe.
Le pregunté de qué, pero él, Riqui, no me contestó. Sonrió un poquito triste sin
dejar de caminar y se fue. Ahora, pienso que si en lugar de quedarme callada la
boca, hubiera hablado, tal vez, no andarían todos así como andan, desesperados y
yo no tendría que callarme lo que sé. Después, pasó un tiempo largo y no nos
vimos. Hasta que una mañana, me lo encontré en la panadería. Casi no lo reconocí.
Tenía los ojos hundidos, la ropa le bailaba de grande.
-¿Estás enfermo? -le dije cuando salimos.
Él, Riqui, se puso mal, le empezó a temblar la boca y se tapó la cara con las manos.
Esa vez, sí que me olvidé del enojo y seguí a su lado hasta que se tranquilizó.
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pág. 91
-Me persigue un fantasma -dijo, y yo le solté la carcajada en la cara. Estaba segura
de que me había tomado por idiota.
-Me persigue un fantasma, te digo -repitió.
Como insistía, le pedí que me acompañara a casa y que me contara. Él, Riqui,
empezó a hablar.
-En cuanto me quedo solo,
aparece. ¿Sabés qué horrible?
Ahora, no me acuerdo de todo lo
que me contó, pero fueron cosas
raras, muy raras. Entre otras
cosas, dijo que veía unos pies
calzados con zapatos ****** que
flotaban en el aire y que oía una
voz que lo llamaba y le avisaba
que se lo iba a llevar.
-¿No habrás estado soñando? -le pregunté al final.
Él, Riqui, no sé si me escuchó porque se quedó callado, pensando..., me dio
lástima. Tan lindo que era y tan triste que parecía...
-Los huesos le crujen cuando se mueve. ¡Te lo juro!
Mientras hablaba, ponía unos ojos que me hacían acordar a los de la gente esa que
sale en las estampitas.
-Mirá que nadie lo sabe. Solamente vos.
Solamente yo. Y se fue y no volvió.
Ahora que todos dicen que me pasa esto o lo otro y que el médico de aquí o los
remedios de allá, sigo acordándome de él y de la tonta del moño colorado. Lo
cierto es que con tanta historia, pensaba en él de la mañana a la noche. También
pensaba en ella, ¡mejor!, ¡total! A mí no me importaba. No tenía que importarme. Y
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pág. 92
si andaba en problemas, ¡que se arreglara solo!, o que lo ayudara ella, ¿no era tan
buena? Y después de todo, cuando me lo cruzara, también a él le iba a dar vuelta la
cara. Lo más seguro era que andaba inventando pavadas para que yo me olvidara
de él. Sin embargo, después, me acordaba del "¡Ayudáme!" que me había dicho y
me daba un no sé qué. Ahora, pienso que si, por lo menos, hubiera hablado en ese
momento, si hubiese llamado a alguien de mi casa para que conversara con él, tal
vez, las cosas podrían ser distintas. Claro que igual, ¿cómo ayudar a un chico que
en lo único que pensaba era en fantasmas?
Esa tarde, después de que me contó que se lo quería llevar un fantasma, se fue con
esa cara transparente como papel de calcar y la ropa bailándole en el cuerpo. Y no
volví a verlo. Eso quiere decir, justamente que no lo vi más. QUE NO LO VI MÁS.
QUE NO LO VI MÁS.
Esperé y esperé. Lo extrañé y lo extrañé. Hasta que no aguanté más y fui a
buscarlo.
Cuando toqué el timbre de la casita verde, me temblaban las rodillas. Abrió una
señora, entonces, le pregunté por mi amigo.
-¿Qué Riqui?
Me quedé fría, según ella, allí no vivía ningún Riqui.
Ningún Riqui. Ningún Riqui, en la vereda de enfrente, ni en la otra, ni en la
manzana. Ningún Riqui. Así, que empecé a preguntar por él a los chicos del
barrio.
-¡Dale, tarada, ¿qué Riqui?
¿Cómo que Riqui? El, Riqui, mi amigo.
Ahora, que todo el mundo me mira desesperado, sé que si hablo, va a ser para
peor. Mejor me callo, y en cuanto pueda, voy a buscarlo a casa de la chica nueva,
ella seguro que sabe.
Pero, ahora, no voy a decir nada porque si no, van a empezar otra vez con la
historia esa de que en esa esquina tampoco vive nadie, que es un terreno baldío.
Van a decirme que la termine con Riqui y con la chica del moño, que no existen.
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Mejor no digo nada. Mejor no digo lo de los zapatos ****** que veo flotando en el
aire, ni de los huesos que crujen. Mejor, no les digo que de noche, alguien que tiene
la voz de Riqui me llama y me llama. Mejor no digo nada. Sí, mejor, me callo.
Lectura 13
INSTANTÁNEAS
La inventó sin querer y, lo que es mucho peor, sin saber cómo. La cosa es que el
hombre se fabricó una cámara fotográfica instantánea y ahora lo único que le
importa es salir a probarla.
Está contento. Se le nota en las rodillas: por su modo de flexionarlas daría la
impresión de que va a dar saltos en lugar de caminar.
Mira para todas partes. Va por la vereda. A izquierda y derecha hay negocios y
edificios. Hacia el frente, una hilera de asfalto que termina en punta allá donde sus
ojos no pueden ver más. Arriba, el cielo. Gris. Entrecortado en algunos sectores por
antenas de televisión.
En medio de tanto cemento, ve un árbol y para. Le gusta y decide que será su
primera foto. Enfoca la imagen que quiere capturar y aprieta el botón. El
dispositivo se pone en marcha. Pasan veinte segundos e instantáneamente aparece
el papel revelado. Para sorpresa del hombre, en la foto, en lugar del árbol se
encuentra retratada una semilla. El hombre desconfía de sí mismo. Creyendo que
hizo mal la toma, decide seguir caminando.
Cruza una avenida hacia el sur. El paisaje de edificios empieza a desvanecerse. Las
construcciones van perdiendo altura hasta no superar los dos pisos. Veredas
angostas. Casonas antiguas: grandes puertas de madera maciza y ventanas con
rejas floridas.
Elige la próxima foto: la casa más vieja del barrio. Cierra un ojo. El otro lo fija en la
lente. Encuadra la imagen que quiere captar. Se asegura de estar enfocando lo que
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desea. Acerca su dedo al botón, dispara y en veinte segundos asoma el papel
revelado. En la foto, en lugar de la casona aparece retratado el albañil que la
construye.
Nuestro hombre desconfía de sí mismo. Presiente que algún mecanismo de su
invento no funciona. Pero decide continuar la marcha.
Retrata a un bebé y en la foto aparece una señora embarazada. Ella sonríe.
Enfoca la tormenta que acaba de desatarse y en la foto aparece un nubarrón.
Enfoca un graffiti y en la foto se retrata un aerosol y una mano que lo sostiene.
Algo alarmado con lo que ocurre y no acierta a descubrir, resuelve volver a su casa
y meterse en el laboratorio a investigar.
En el camino ve a una persona tirada en la vereda, la cabeza coronada por un
charco de sangre. Enfoca con su cámara el cuerpo desplomado, cuando se oye que
se acerca una ambulancia. Arrima su dedo al botón y dispara. Veinte segundos< Y
en la foto revelada se ve un coche. A pocos centímetros del coche, la misma
persona pero en el aire, con cara de horror e impotencia.
Para el hombre ya no hay dudas. No puede salir de su asombro y por un instante
enmudece.
Comprende que su invento es un prodigio y no entiende cómo ha podido lograrlo.
Piensa. Se pregunta. Trata de hacer memoria. Sabe que si logra reproducir su
cámara, el suyo será el invento del siglo.
Piensa. Descarta la posibilidad de desarmar su
máquina: teme no saber reconstruirla.
Piensa. Por fin tiene una idea y decide probar.
Se ubica frente a un espejo y se saca una foto. Veinte
segundos y en el papel revelado se reconoce a sí mismo
enfocando con la cámara a una persona tirada en la
calle. Le saca una foto a esa foto y en el papel revelado
aparece su propia imagen enfocando con su cámara una casa vieja.
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Se reconoce a sí mismo frente a esa casa unas horas atrás.
Le saca una foto a esa foto y en el papel revelado se retrata su silueta enfocando
con su cámara un árbol.
Le saca una foto a esa foto y en el papel revelado aparece su propia imagen
caminando por una vereda poblada de negocios y edificios. Hacia el frente, una
hilera de asfalto que termina en punta donde sus ojos no pueden ver más.
Entusiasmado, le saca una foto a esa foto y en el papel revelado se reconoce a sí
mismo terminando de armar su cámara fotográfica. Ahora sí, dice.
Aquí llega el principio. Le saca una foto a esa foto y, en veinte segundos, sin saber
cómo ni en última instancia por qué, en el papel revelado se retrata una máquina
de escribir con una mujer frente a ella en el preciso instante en que va a pulsar una
tecla. La tecla del punto final.
Silvia Schujer, La abuela electrónica y algunos cuentos de diskette
Ortografía
Completá el siguiente texto: (Atención la presencia o ausencia de “h” también
se indica con -) Inferimos las reglas a partir de la observación y generalización
1 - El __umor en la literatura infantil
Desde sus comien_os, la literatura infantil utili_ó el
_umor. Algunas ve_es lo empleó para distraer a los lectores,
y otras lo con_irtió en un recurso creati_o. Con el tie_po la
técnica del humor se perfe__ionó y algunos autores inclu_eron
persona_es que tenían la fun_ión de ha_er el cuento más di_ertido.
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pág. 96
Sin em_argo, su poder explosi_o y creador no _a sido descu_ierto
del todo aún.
Uno de los pro_lemas que pre_enta es el empleo de la _urla
indiscriminada o la ridiculi_a_ión de toda clase de persona_es. La
risa es _eneficiosa, pero esto no quiere de_ir que toda risa lo sea,
espe_ialmente si se produ_e a expensas de _iertas características,
como las diferen_ias de ra_a, reli_ión y aspecto, entre otras.
2-
Una sonrisa _ale mucho y no cuesta nada. Enrique_e a quien la re_i_e y
poten_ia a quien la ofre_e. Dura s_lo un instante, pero su efecto es
dura_le; puede actuar durante toda una _ida. No se compra ni se
presta, ni nadie es tan _opulento como para no ne_e_itarla. A tra_é_ de
ella las personas se recon_ilian. ¿Por qué? Porque quien _i_a a
pro_eder _a_ia el pró_imo con re_elo, una sonrisa se con_ierte en una
puerta a_ierta a la comunica_ión. A ve_es una sonrisa a_uda a a_an_ar,
alienta en la de_ilu_ión, e in_ita a comprometer_e en de_ol_erla,
descu_riendo a_í que el cora_ón aún vive. Quien no _a_a ofre_ido
nunca una sonrisa de_interesada y no _a_a sa_ido ver en el otro el
estímulo es porque, tal ve_, no _a _a_ado el sentido de feli_idad.
3-
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A tra_é_ de nuestros _e_ores, la _ida toma una inten_idad
prodi_io_a. A _e _es el fraca_o no impide el é_ito. Importa sí, la
_oluntad de superarlo, tal ve_ con más con_ien_ia de las ne_e_idades,
y tam_ién de los recursos disponi_les. Más -allá del mundo de
enfrentamientos, e_istirá alguien que _a_a puesto unidad en todo.
Si amas lo espiritual no puedes despre_iar lo te_eno. ¿Por qué? Porque
donde uno esconde su rique_a, allí mismo guarda su cora_ón. Si _as
_a_ado la feli _idad no plantes sus raí_es en la arena.
Es importante asombrar_e, tener la capa_idad de mirar la realidad con
los _ojos del niño que i_a a descu_rir el regalo que permane_e aún
en_uelto.
Lectura 14
EL ANIMAL MÁS RARO DE LA TlERRA
Para terminar este Informe sobre nuestro primer viaje de estudios a la Tierra, tan
felizmente culminado, quiero referirme, distinguidos colegas, a una de las
creaturas más interesantes que nos fue dable observar.
Se trata de un mamífero vertebrado que puebla el planeta en todas sus
latitudes, instalado ya en cubiles toscos en la campiña, ya en altos edificios en las
ciudades en que se almacenan alimentos y agua y se utiliza la energía eléctrica.
Pese a la persecución y a las depredaciones de otras especies animales, algunas
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físicamente superiores; pese a ser —excepción hecha de cierto otro mamífero ver-
tebrado— el único animal que ataca y mata a sus semejantes; pese a los rigores
ambientales, las hambrunas y las epidemias, la poblaci6n aumenta.
En nuestras excursiones por aquel globo achatado por los polos pudimos
apreciar que el mamífero objeto de nuestra curiosidad no es sedentario. Utiliza
todo género de vehículos para viajar, desde burdos camiones de carga con motores
movidos por combustibles líquidos de bajo octanaje, hasta buques transoceánicos
de muchos miles de toneladas de desplazamiento; desde aviones a reacción hasta
carretas elementales tiradas por cuadrúpedos. Cubierto su velludo cuerpo con
electrodos, ha salido de la atmosfera típica del planeta en cohetes y capsulas
espaciales. Así como ha roto la barrera gravitacional con las primeras velocidades
cósmicas, encontrándose al borde de los viajes interplanetarios, en igual forma se
ha aventurado en las profundidades marinas, descendiendo en batiscafos a las
hoyas abisales de sus mares hasta donde jamás penetra la luz solar.
Por extraño que parezca, la especie posee variedades de distintas
características, notables particularmente en lo que se refiere la pigmentación de la
piel, que varía desde el blanco rosáceo al negro lustroso. Este simple hecho se
encuentra asociado con frecuencia a las marcadas diferencias cualitativas de las
esferas en que se desenvuelve su vida de relación.
Por ejemplo, existe una manifiesta inclinación a emplear la raza blanca en las
nobles labores científicas, en tanto el grueso de los individuos pertenecientes a las
razas oscuras deben arrastrarse por el campo y por las ciénagas, por los rincones
sucios y los tragantes de aguas negras, por las bodegas de los puertos y hasta por
los retretes, en pos de su magra alimentación.
Fue alentador verlo cerca de las bibliotecas, en cuyos locales públicos y privados,
medra a toda hora rodeado de un silencio absoluto, verdadero homenaje a la
cultura. Consume preferentemente los viejos libros, los incunables; literalmente se
nutre de la herencia dejada por las Civilizaciones Que Han Sido.
Gracias al cine y a los libros pudimos descubrir algunas otras de sus costumbres:
su sospechar de todo lo que lo rodea, su duro luchar por la supervivencia, su poca
responsabilidad en la reproducción de la especie. Cuando su hembra da a luz, ella
amamanta por un corto periodo a la progenie, en tanto el macho deambula lejos
de lo que debería de constituir su núcleo familiar. La madre también abandona
un día a la criatura.
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Mas no se crea por eso que tal
animal actúa de acuerdo a un
libre albedrio absoluto despreocupado de
las medidas que se puedan tomar en
contra de sus abusos. Pudimos constatar
que la sociedad se ha organizado para
la persecución, la caza y la imposición de
penas a los transgresores de las normas. Se
utilizan jaulas para el encierro de los
delincuentes; y si estos han cometido faltas mas graves, se emplea un aparato en
que el animal puede perder la cabeza cercenada por los filos de las
partes metálicas sujetas a gran velocidad y presión.
Ese extraño animal que habita la Tierra desde los trópicos hasta los polos; que
mora indiferentemente en los pantanos, en los desiertos y en las montañas, en el
aire y en el mar, en las ciudades y las selvas, se llama rata Álvaro Meneen Desleal
Lectura 15
FELICIDADES, QUERIDA
Se encendió el ojo verde del visiófono y Josefina vio a su amiga que le
hablaba desde Nueva York.
- Felicidades, querida! Dentro de veinte minutos llegaremos, pues hemos
alquilado un taxicohete. ¿Cómo está el tiempo en México?
- Más transparente que el aire, Lucy. Aquí en nuestra casa, en la cima de
Iztacoatl, se está mejor que en Acapulco.
- Te envidio, en cambio nosotros no podemos prescindir de nuestras odiosas
escafandras, estamos a muchas rayas bajo cero.
- Bueno, no se tarden.
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El ojo verde se apagó. Minutos después, la hermana de Josefina con su
marido y dos amigos íntimos tomaban cócteles que servía un camarero metálico.
En total cinco personas incluyendo a la festejada. Rebosaba alegría y sobre todo
juventud rozagante y parlanchina, completamente extrovertida. Por lo que
respecta a los hombres, se portaban como muchachos.
Los cutis de ellas eran tersos y sus anatomías, femeninamente perfectas.
Los de ellos, rosados, con maquillajes tan varoniles como difíciles de notar.
Llegó el momento de rodear la mesa, en cuyo centro un enorme pastel, en
forma de barco con sus velas iluminadas, resplandecía como araña de catedral
antigua.
El honor a Josefina cantaron el feliz cumpleaños. Luego la cumpleañera
emocionada, enjugándose las lágrimas hizo funcionar el extintor de pilas y todas
las velas se apagaron. Risas, risas y abrazos, besos y más congratulaciones.
Hacia la madrugada el grupo se dispersó volando en sus taxicohetes. Josefina
quedó sola y antes de retirarse a dormir recorrió con la mirada la mesa, las
flores desparramadas, los restos del enorme pastel que en ese momento recogía el
criado robot con su montacargas doméstico.
Josefina subió cansadamente la escalera, entró en su cuarto y comenzó a
desvestirse. Fue quitándose la piel, toda la piel que cubría su cuerpo en una
malla de color carne palpitante, y luego depositó en un alhajero sus pestañas,
sus dientes, sus ojos, sus labios, sus pechos, sus cabellos y sus uñas.
- ¡quién lo diría! - murmuró suspirando mientras en la penumbra se
recortaba su figura putrefacta - hoy he apagado las doscientas velitas de mi
cumpleaños.
Y se metió en el lecho como una momia romántica, como una rosa que había
sido maravillosamente disecada. Todas sus amistades, allá en Nueva York,
hicieron lo mismo, dejando de lado de la cama máscaras y pieles, mientras la
aurora de dorados cabellos avanzaba con un día recién nacido entre sus brazos.
Alfredo Cardona Peña
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El Drama –Texto teatral-
Lectura 16
Falsas apariencias de Omar Nicosia
Obra de teatro de un solo acto (acto único)
Acto único- Escena uno
La acción transcurre en una cafetería de ruta. En escena hay un mostrador con caja
registradora. Delante del mostrador, hacia el proscenio, mesas y sillas. En el foro, una
puerta que conduce a una oficina. En lateral izquierdo, la puerta de entrada al local.
Suben las luces. El bar está vacío. Efectos de tormenta: lluvia, truenos y relámpagos.
Sonido de auto que estaciona y puertas que se abren y cierran. Entran en el bar el
detective Felipe Marlou y su ayudante, Laura Maltés, completamente empapados. Se
sientan a una mesa. Las luces generales decrecen; una luz cenital ilumina a Marlou.
F. MARLOU (a público): -Después de resolver un caso muy difícil, decidimos
tomar unas breves vacaciones. Pero esta fría y torrencial lluvia ha
interrumpido momentáneamente nuestros planes ... Soy Felipe Marlou,
detective privado, y ella es mi atractiva y sagaz ayudante, Laura Maltés.
(Suben luces generales. Marlou y Maltés hojean el menú).
L. MALTÉS: -Qué extraño, señor Marlou ... Cuando estacionó me pareció ver
movimiento aquí adentro y ... ¡mire, hay huellas de pisadas mojadas
"entrando" al bar!
F. MARLOU: -Relájese, señorita Maltés. Usted siempre cree ver algún misterio
hasta en el simple hecho de tomar un café caliente y un rico tostado, que es
justamente lo que vaya pedir apenas nos atien ...
VOZ EN OFF (interrumpe): -Ouuuugggg ... mi ... cabeza ...
F. MARLOU: -¿Usted dijo algo, señorita Maltés?
L. MALTÉS: -No, fue un quejido y vino de atrás del mostrador...
(Ambos corren hacia el mostrador. D atrás, sale tambaleando el mozo)
ESCENA 2
F. MARLOU: -¡Amigo, qué chichón! ¿Cómo se golpeó?
Mozo: -Sólo recuerdo a un tipo enmascarado entrando... ahhh... y después vi
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todo negro...
L. MALTÉS: -Jefe, la caja registradora está vacía.
F. MARLOU: -¿Usted trabaja solo acá?
Mozo: -Soy uno de los dueños y ... ¡Dios mío! Mi socio estaba en la oficina de
atrás... él lleva los papeles del negocio... ¿Lo habrán ... ?
(Marlou y Maltés se miran. Sacan sus armas y avanzan despacio hacia la
puerta del foro. El escenario empieza a girar y, mientras oculta la escenografía
del bar, deja a la vista la oficina de atrás).
ESCENA 3
La oficina tiene un armario grande, una caja fuerte abierta y vacía, un
escritorio. Todo está revuelto; hay papeles tirados en el piso. En una silla está
el socio atado y amordazado, retorciéndose. Entran
sigilosos, Marlou, Maltés y el mozo.
F. MARLOU (al mozo): -¡Su socio está bien, amigo! Quítele la
mordaza.
Mozo (lo hace): -jlgnacio! ¿Estás bien, te lastimaron? (intenta
desatarlo).
IGNACIO: -No, pero el enmascarado me ató a la silla y
entonces abrió la caja fuerte, empezó a tirar todos los papeles que había
adentro y se escapó... ¡Oh, Dios, fue horrible!
L. MALTÉS (aparte, a Marlou): -¿Notó lo mismo que yo, jefe?
F. MARLOU: -Sí, Maltés, un hombre atado a una silla.
L. MALTÉS (suspira): -Si el enmascarado lo ató a la silla y después abrió la caja
fuerte y tiró los papeles ... ¿cómo puede estar la silla encima de todas esas
hojas?
F. MARLOU: -Excelente observación, Maltés. (Al mozo) ¡Amigo, no lo desate y
llame ya a la policía! Su socio nos dirá adónde huyó el enmascarado, pues... ¡es
su cómplice! Si no, ¿cómo puede estar la silla sobre las hojas si primero lo ató y
luego abrió la caja fuerte y tiró los papeles que había adentro? ¿Eh, eh?
(Maltés extrae una lupa y camina alrededor del armario, observando las
huellas digitales que han quedado impresas. La puerta del armario se abre
bruscamente y sale el enmascarado apuntando con uno enorme pistola).
ENMASCARADO: -iBuena deducción, Marlou!... ¡Pero fue la última! Ahora,
desate a mi compinche y ...
(Maltés se arroja sobre el enmascarado y lo desarma con un
golpe de karate. Con una toma de yudo lo hace caer y lo deja
inconsciente).
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F. MARLOU: -Buen trabajo, señorita Maltés.
Mozo: -¡Qué genio, Marlou! ¿Cómo supo que el tipo todavía estaba escondido?
F. MARLOU: -Muy fácil, hay pisadas mojadas "entrando" al bar y a esta
oficina, pero no hay pisadas "saliendo". Al estacionar el auto vimos
movimiento en el bar: evidentemente era el enmascarado que intentaba huir.
Pero al vernos no tuvo más remedio que ocultarse. En fin, ya podemos decir...
¡Hemos resuelto el caso!
L. MALTÉS (resignada): -Sí, Marlou, sí... lo "hemos" resuelto.
(La luz general decrece y deja en penumbras la escena. Una luz cenital ilumina
a Marlou ... )
F. MARLOU (a público): -La patrulla acaba de llevarse a los delincuentes. La
lluvia ha cesado. Ahora sí, Maltés y yo nos disponemos a paladear un
reconfortante café caliente y a retomar nuestras vacaciones. El caso de hoy ha
sido una nueva lección detectivesca para mi ayudante ... Esta chica tiene
futuro.
(Bajan las luces mientras suena música de jazz. Oscuro) FIN
Omar Nicosia nació en Buenos Aires en 1960. Es autor y director de teatro. Montó, junto con
el grupo "El hueko", diversos espectáculos, entre ellos Subterráqueos, una ópera rock de su
autoría. Escribió, además, la obras en un acto para jóvenes "Pacto virtual" y "Bolero de la
atmósfera y el smog'.
Lectura 17
Entremés del mancebo que casó con mujer brava Original de Alejandro Casona
Adaptación por Kevin Krogh
PRÓLOGO
(Sale PATRONIO ante la cortina y habla al pueblo.)
PATRONIO---Ahora escuchad, señores, si os queréis divertir con un antiguo
cuento. Y sabed que soy Patronio, criado y consejero del muy ilustre Conde
Lucanor, el cual ha por costumbre consultarme en cuantas dudas le acaecen. Y es la
duda esta vez que a un su criado le tratan casamiento con una moza muy más rica
que él y de más alto linaje; y siendo así que el casamiento es bueno no se atreve a
llevarlo adelante por un recelo que tiene. Y es el recelo, que la tal moza es la más
fuerte y la más brava cosa que hay en el mundo, y tan áspera de genio que, a buen
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seguro, no habrá marido que con ella pueda. Por eso yo, Patronio, consejero fiel,
quiero sacar hoy al teatro este cuento que viene aquí como de molde, para que a
vosotros y a mi amo sirva de ejemplo. Y es La historia del mancebo que se casó con una
mujer brava, y del arte que se dio para dominarla desde el punto y hora en que se
casaron. Escuchad la historia, que escrita está en un famoso libro, primero de los
libros de cuentos que por estas tierras de España se escribieron. Y vaya el gozo y la
reflexión que os cause a la mayor gloria de su autor, el infante don Juan Manuel,
que hace setecientos años fue en Castilla cortesano discreto, poeta de cantares
y autor de libros de caza y de sabiduría. (Se retira PATRONIO y suben al tablado el
MANCEBO y el PADRE DEL MANCEBO.)
ESCENA PRIMERA
PADRE---Te digo, hijo mío, que lo pienses mejor antes que a esa puerta llame. Que
la tal moza es muy más rica que nosotros y de más alto linaje; y malo es que la
mujer aventaje en prendas y fortuna a su marido.
MANCEBO---Cierto es. Pero piense Ud. también, padre, que siendo Ud pobre,
nada tiene que darme para vivir a mi honra. Y siendo eso así, si no me concierta el
casamiento que le pido, forzado me veré a hacer vida menguada o a irme de estas
tierras en busca de mejor ventura.
PADRE---Mucho me maravilla tu intento y osadía. Tanto más cuanto que en todo
sois diferentes. Tú eres pobre y ella es rica. Más tierras tiene de las que tú podrías
andar a caballo en todo un día, aun yendo al trote.
MANCEBO---No repare Ud en eso; que si ella tiene fortuna, yo se la aumentaré
con mi esfuerzo. Y si sus tierras son tantas que no se pueden andar en todo un día,
aun yendo al trote, ¡yo se las andaré a galope!
PADRE---Más hay: y es que cuanto tú tienes de buenas maneras, otro tanto las
tiene esa moza de malas y enrevesadas.
MANCEBO---Llame a esa puerta, padre. La moza es brava, pero brava y todo, es
de mi gusto. Y si su padre nos la concede, yo sabré cómo se han de pasar las cosas
en mi casa desde el primer día. Llame sin miedo.
PADRE---Puesto que tú lo quieres, sea. No dirás luego que no te advertí con
tiempo. Pidamos ahora la moza y quiera el cielo que no nos la concedan. ¡Ah de la
casa! (Llama con su cayado y se descorre la cortina mostrando la casa de la moza. Está solo
el PADRE, ocupado en seleccionar unas semillas.)
ESCENA II
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PADRE RICO---Dichosos los ojos, señor vecino. ¿Qué cosa le trae a mis puertas?
PADRE POBRE---Esto es, señor y amigo, un ruego que vengo a hacerle para este
hijo mío.
PADRE RICO---Sepa yo qué es ello.
PADRE POBRE---Ud, amigo y señor, tiene una sola hija<
PADRE RICO---Una sola, cierto; pero así me pesa como si fueran doscientas.
PADRE POBRE---Y yo solo tengo este hijo. Antaño, cuando los dos éramos pobres,
juntamos nuestra amistad. Hoy vengo a rogarle, si así le cumple, que juntemos
también nuestros hijos.
PADRE RICO—(Aparta su quehacer y se levanta pasmado.) ¿Cómo es eso, vecino? ¿De
casamiento se atreve a venir a hablarme?
PADRE POBRE---Ya le advertí al mancebo de su riqueza y nuestra humildad. Pero
él se empeña<
PADRE RICO---(Avanza hacia el mancebo, que retrocede perplejo.) ¿Que este mozo
quiere casar con mi hija? ¿No me engañan mis oídos?
MANCEBO---Ésa es nuestra súplica. Si lo tiene Ud. a bien.
PADRE RICO---¡Y cómo si lo tengo a bien! ¡Dios te bendiga muchacho, y qué peso
vienes a quitarme de encima! (Lo abraza.)
PADRE POBRE---Luego< ¿nos la concede?
PADRE RICO---Lograda está la moza, y nunca oí tal, que hombre alguno quisiera
casar con ella y sacármela de casa. Pero por Dios que yo sería bien falso amigo si
antes no le advirtiera lo que cumple en este trance. Que amigos somos, y Ud. tiene
muy buen hijo, y sería gran maldad consentir en su desgracia. Porque ha de saber
que así es de áspera y brava mi hija igual que una tarasca. Y si el mancebo llegara a
casar con ella, más le valdría la muerte que la vida.
PADRE POBRE---Tate, tate, señor, no tenga de eso recelo, que el casamiento es a su
sabor. Que el mancebo bien sabe de qué condición es ella, y con todas sus prendas,
la quiere.
PADRE RICO---Siendo así, no se hable más. Yo te la doy de muy buen grado, hijo
mío. ¡Y que el cielo te saque con bien de este negocio! (Se oye dentro griterío de riña y
estrépito de platos que se rompen.) No se espanten: es la moza, que está discutiendo
amigablemente con su madre.
(Llama a voces.) ¡Hola, muchacha! ¡Señora! Sal acá, que hay grandes nuevas. (Salen
Madre y Moza muy airadas disputándose un paño, del que tiran ambas.)
MADRE---¡Suelta digo! ¡Suelta!
MOZA---¡Con las uñas y a tiras ha de ser, que es mío, mío y mío!
PADRE RICO---Mas ¿qué es esto, señora? ¡Hija indomable! ¿Así os presentáis? ¿No
veis que huéspedes tenemos?
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pág. 106
MOZA---(Desabrida, mirándolos de hito en hito.) ¿Y qué huéspedes son estos, ni por
qué han de importarnos?
PADRE RICO---Este mancebo, hija mía, es tu marido.
MOZA---¿Mi marido? ¿Esto?< (Hace él una reverencia y ella ríe.) Gracias por el
regalo. ¿No me pudo encontrar cosa mejor en la feria, padre?
MADRE---Me espantaría yo, marido, si algo hiciera con seso. Pues qué, ¿con el más
desarrapado de la villa había de estrellarse nuestra hija?
PADRE RICO---Calle por una vez, señora, y no replique más. Es mi voluntad y ya
está hecho. Mañana será la boda.
MADRE---(Furiosa.) ¡Su voluntad, Su voluntad! ¿Y qué voluntad es la suya,
bragazas? ¡Ay mi hija, mi pobre hija!<
PADRE RICO---(Refugiando su confidencia junto al vecino.) También la madre es
buena, amigo. Pero ¡a esa ya no hay quien me la saque de casa! (Se corre la cortina y
vuelve PATRONIO.)
ESCENA III
PATRONIO---Ya veis aquí, señores, cómo principia el cuento. Pronto hemos de ver
cómo se adoba y acaba. Fuerte es la moza; y bien tajado el mancebo. Lo que sea de
su casamiento y fortuna, ahora lo sabréis. Yo me voy a retirar, que el cortejo llega,
y yo salí para advertiros esta razón: que el casamiento se hizo y ya traen a la novia
a casa de su marido. (Saluda al cortejo debodas, que viene por la plaza, y sale. El cortejo
sube al tablado. Vienen dulzainas, tamboriles y panderos. Luego, el PADRE RICO y LA
MADRE; detrás los novios y parejas de mozos y mozas coronados de guirnaldas. Trenzan
una danza de cintas y figuras. Cuando el baile termina, entre relinchos y gritos, el PADRE
RICO toma a la MOZA de la mano y la aparta a un rincón.)
PADRE RICO---Casada eres, hija mía; óyeme ahora un consejo: obedece y sirve a
tu marido, que más sosiego hay en obedecer que no en mandar.
MADRE---(Tomando a la MOZA de la mano y llevándola al otro extremo.) Casada eres,
hija mía; óyeme ahora un consejo: no te dejes ablandar ni por buenas ni por malas;
que al que lame las manos, a ese le dan palos.
PADRE RICO---Ea, señores, retírese ya el cortejo y déjese a los novios en su
soledad hasta otro día. (Hacen la despedida, entre risas y abrazos, y salen todos
cantando. El Mancebo descorre la cortina y entra con la novia en su casa. Está puesta la
mesa y sobre ella un candelabro encendido. Al fondo, por una ventana, se ve la cabeza del
caballo rumiando en el pesebre.
Mientras la MOZA se quita sus galas y guirnaldas, se oye el canto del cortejo alejándose.)
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ESCENA IV MANCEBO---Digo, mujer, que no se cumple con nosotros las costumbre de esta
tierra, que es la de condimentar cena y mesa a los novios sin que nada falte.
MOZA---Pues qué, ¿no ve Ud. ahí todo?
MANCEBO---No veo que hayan dispuesto el
aguamanos.
MOZA---¡Aguamanos! ¿Con esas sale, marido?
Coma y calle, que bien acostumbrado estará, de
vuestra casa, a comer sin lavaros.
MANCEBO---No tal, que siempre he sido pobre,
pero limpio. ¡Lavarme quiero! (Espera. Al ver que
no le atiende, da un puñetazo sobre la mesa alzando
la voz.) ¡Lavarme quiero! (Mira alrededor.) ¡Eh, tú,
don perro: dame agua a las manos! (Otra pausa esperando.) ¡Cómo! ¿No oíste, perro
traidor, que me des agua a las manos? ¡Ah! ¿Callas? ¿No obedeces? ¡Pues aguarda
y verás! (Sale furioso entre cortinas y da de cuchilladas al perro, que aúlla espantado.)
MOZA---Pero ¿qué ha hecho, marido? ¿Al perro ha matado? ¡Miren qué empresa
de hombre!
MANCEBO---Le mandé traer agua y no me obedeció. (Limpia su espada en el mantel
y vuelve los ojos airado alrededor. Se dirige al gato, que se supone al otro lado.) ¡Eh, tú,
don gato: dame agua a las manos!
MOZA---¿Al gato habla, marido?
MANCEBO---¡Cómo, don falso traidor! ¿También tú callas? Pues qué, ¿no viste lo
que fue del perro, por no obedecer? Prometo que si poco ni más conmigo porfías,
lo mismo te he de hacer a ti que al perro. ¡Dame agua a las manos ahora mismo!
MOZA---Pero, marido, ¿cómo quiere que un gato entienda de aguamanos?
MANCEBO---(Le impone silencio secamente.) Qué, ¿no te mueves todavía? ¡Ah, gato
traidor!<¡Aguarda, aguarda tú también! (Sale entre cortinas. Se oyen unos maullidos
estridentes y vuelve a entrar con el gato ensartado en la espada. Lo tira contra el suelo.)
MOZA---¡Ay mi gato, mi pobre gato querido!<(Lo levanta por el rabo, comprobando
que está muerto. El Mancebo mira en torno cada vez más furioso. Se oye en el patio el
relincho del caballo.)
MANCEBO---Y ahora vos, don caballo. ¡Dame agua a las manos!
MOZA---¡Eso no! ¡Téngase, marido, que perros y gatos muchos hay, pero caballos
no tiene Ud. otro que ése!
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MANCEBO---Y bien, mujer, ¿piensa que porque no tengo otro caballo se ha de
librar de mí si no me atiende? Guárdese de enojarme, o si no, ¡yo juro a Dios que
tan mala suerte le he de dar a
él como a los otros! (Mirándola fijamente avanza hasta ella, que retrocede comenzando a
espantarse.) Y no habrá cosa viva en la casa a quien no hiciera lo mismo. ¡Eh! ¿oíste,
don caballo? ¡Dame pronto agua a las manos!
MOZA---(Se santigua.) ¡Ánimas del Purgatorio! ¡Loco está!
MANCEBO---Qué, ¿no te mueves? ¡Pues toma tú también! ¡Toma! (Le suelta un
pistoletazo. El caballo cae redondo.)
MOZA---¡Dios nos valga,
marido! ¡Muerto es el caballo!
MANCEBO---Pues qué, ¿he de
mandar yo una cosa y no se me
ha de obedecer en mi casa? (Tira
la silla de un puntapié. Vuelve a
mirar a todos lados con furia. Fija
los ojos en ella y dice
reposadamente:) Mujer<, dame
agua a las manos.
MOZA---¿Agua? ¡Ahora
mismo! ¿Por qué no me la pidió
a mi antes, marido? (Corre y vuelve con lavamanos y toalla.) Deje, no se moleste; yo
mismo se las lavaré.
MANCEBO---Bien está. Dame ahora la cena.
MOZA---Sí, sí, sí<, la cena<, ahora mismo. Lo que mande, señor. Aquí est{ la
cena. (Le sirve prodigando sonrisas. Queda en pie mientras él cena.)
MANCEBO---¡Ah!, cómo agradezco al cielo que hiciste a tiempo lo que te mandé.
Que si no, con el enojo que tengo, otro tanto te hubiera hecho a ti como al caballo.
MOZA---¿Y cómo no le había de obedecer, marido? Bien sé yo que no hay gala que
tan bien siente a una mujer como servir y honrar al señor de su casa. Mándeme
cuanto quiera, que yo le juro<
MANCEBO---¡Calla!
MOZA---Sí, sí, sí, perdón.
MANCEBO---Mala está la cena.
MOZA---Sí, sí, sí, mala está.
MANCEBO---Que no vuelva a suceder.
MOZA---No, no, no, no volverá. Yo misma la prepararé mañana.
MANCEBO---Yo me voy ahora a la cama.
MOZA—Sí, sí, sí.
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MANCEBO---Y cuida que nadie me turbe ni desasosiegue, que con la saña que
tuve esta noche no sé si podré dormir. ¡Esa silla!
MOZA---Sí, sí, sí, la silla< (Se apresura a levantarla y ponerla en su lugar.)
MANCEBO---¡Alumbra!
MOZA---Sí, sí, sí.
MANCEBO---¡Y silencio!
MOZA---Silencio. (Le acompaña con el candelabro hasta el umbral, cediendo el paso con
una reverencia. Sale el MANCEBO. Fuera se oye nuevamente la canción de bodas. La MOZA
se vuelve aterrada imponiendo silencio en todas direcciones.) ¡Eh, locos!, ¿qué hacéis?
¡Callad, no turbéisa mi marido; si no, todos, todos somos aquí muertos esta noche!
(Va apagándose la música lejos.
Ella impone silencio hacia el público andando en puntillas, mientras corre la cortina
suavemente.) ¡Silencio! ¡Silencio! todos, por Dios<, que duerme mi señor! (Queda el
teatro a oscuras un momento. Canta el gallo del alba y empieza a amanecer.)
ESCENA V (Ante la cortina)
(Sale sigilosamente el PADRE DE LA MOZA y escucha con la mano en la oreja.)
PADRE RICO---Nada< Por mi fe que es sospechoso tanto silencio. ¿Qué habrá
pasado aquí?
(Llama.) ¡Mi yerno!< ¡Mi yerno!< (Sale en Mancebo.) ¡Eh!, ¿qué tal?
MANCEBO---Ya está mansa la serpiente.
PADRE RICO---Imposible. ¿Mansa mi hija?
MANCEBO---Como una cordera.
PADRE RICO---Maravilla grande es ésa. ¿Pues cómo te la pudiste arreglar para
conseguir tal milagro?
MANCEBO---Tirando fuerte de la rienda desde el principio. Le mandé traer agua
al perro, y como no lo hizo, lo maté a cuchilladas delante de ella. Hice luego lo
mismo con el gato. Y después, con el caballo. Así que cuando le mandé traer agua a
ella, lo hizo volando por miedo a correr la misma suerte. Y yo le juro a Ud. que, de
hoy en adelante, va a ser su hija la mujer más bien mandada del mundo. Y juntos
tendremos muy buena vida.
PADRE RICO---Diablo, diablo, rapaz<, y qué gran idea me estás dando. Si yo
pudiera hacer lo mismo con la madre<,que también es buena!
MANCEBO---No sé que le diga, mi suegro, sino que nunca segundas partes fueron
buenas. Y que se acuerde de aquellos versos del Conde Lucanor:
“si al principio no muestras bien quién eres, nunca podrás después cuando
quisieres.” Silencio. Ahí viene su mujer.
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PADRE RICO---Por tu alma, rapaz, ¡déjame esa espada!
MANCEBO---Tómela. Y que el cielo le ayude. Adiós, mi suegro. (Sale. Descorre la
cortina. El PADRE adopta una gallarda actitud apoyado en su espada, y entra la MADRE.)
ESCENA ÚLTIMA
MADRE---¿Qué hace Ud. aquí, marido, tan temprano y con una espada desnuda?
PADRE RICO---(Autoritario.) ¿Y quién eres tú para preguntarme nada señora?
MADRE---¡Cómo! ¿Que quién soy yo, dice?
PADRE RICO---Habla cuando te manden y mucho cuidado con enojarme.
MADRE---¡Hola, marido! ¿Esas tenemos? (Canta el gallo en el corral.)
PADRE RICO---Y antes de replicar más palabras, mira bien lo que voy a hacer. Eh,
tú, don gallo: ¡tráeme agua a las manos!
MADRE---Pero ¿qué hace don Fulano? ¿Al gallo está hablando?
PADRE RICO---Silencio, y ojo a lo que va a pasar aquí. ¡Eh, gallo traidor!, ¿no oíste
que me des agua a las manos? Qué, ¿no obedecerás por las buenas? ¡Pues aguarda,
aguarda!< (Sale furioso al corral, donde se oyen cintarazos y algarabía de gallos y
gallinas.)
MADRE---Ya< ¡Arroz se nos prepara! (Se remanga los brazos esperando tranquila.
Vuelve el PADRE trayendo al gallo por el cuello.)
PADRE RICO---¿Viste lo que fue de este gallo maldito por no me obedecer?
MADRE---Sí, bien lo entiendo. Pero tarde se acordó, marido. Por ahí debiera haber
empezado hace treinta años, que ahora ya nos conocemos demasiado, y de nada le
valdría conmigo aunque matara Ud cien caballos. (Arrebatándole el gallo y
golpeándole con él.) ¡Ande adentro, flojo! ¡Ande, ande!< (Telón)
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