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ENCEFALOSCOPIOIS
TOC
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OTO
COGNICIÓN
Inteligencia abstracta en los animalesDiferentes investigaciones revelan que diversas especies pueden clasificar los seres vivos que ven
En los humanos, el habla
contribuye a estructurar
el pensamiento. Mas, como se
sospechaba, el lenguaje no re-
sulta imprescindible para con-
cebir objetos o características
de forma abstracta. Existen
cada vez más indicios de que
especies no humanas logran
agrupar conceptualmente a
otros seres vivos o inanimados
a través de los rasgos comunes
al grupo. ¿Cómo lo consiguen?
En un estudio publicado en
2013 en la revista PeerJ, Jen-
nifer Vonk, de la Universidad
de Oakland, indagó hasta qué
punto cuatro orangutanes y
un gorila del zoológico de To-
ronto acertaban en emparejar
fotografías de animales de un
mismo grupo biológico.
Vonk situó a los simios ante
un ordenador de pantalla táctil;
les enseñó a tocar en el moni-
tor la imagen de un animal
(una serpiente, por ejemplo).
A continuación, mostró a cada
primate de manera simultánea
las imágenes de dos animales,
uno de la misma clase que la
imagen original y otro de dife-
rente especie (siguendo con el
ejemplo, un reptil que no fuera
una serpiente y un ave). Cuan-
do emparejaba correctamente
las imágenes, los premiaba
con una nuez o un fruto seco.
Si erraban, les presentaba una
pantalla negra antes de pasar
al siguiente ensayo.
Tras repetir la prueba cientos
de veces, Vonk observó que los
cinco simios llegaban a cate-
gorizar otros animales mejor
que si lo hiciesen al azar (aun-
que algunos acertaban más que
otros). Los primates aprendie-
ron a clasificar animales de
muy diverso aspecto (tortugas
y serpientes), lo que sugiere
que elaboraban conceptos para
reptiles, además de para otras
especies, basándose no solo en
su aspecto físico.
También los perros parecen
poseer mayores capacidades de
pensamiento abstracto de las
que se les atribuía. Un estudio
publicado en Animal Cognition
en julio de 2013 revela que los
perros reconocen imágenes
de otros canes, sean de la raza
que sean, tan solo viéndolos.
Los resultados sorprenden,
no solo por la gran diversidad
de razas caninas, sino porque
constata que distinguen a sus
congéneres sin usar el olfato.
Otros estudios han hallado la
habilidad de categorización en
chimpancés, osos y palomas,
con lo que se suman a la riada
de investigaciones recientes
que demuestran que las facul-
tades de clasificación abstracta
se encuentran más extendidas
de lo que se pensaba.
Vonk apunta que, hoy por
hoy, todavía se discute si es-
tos experimentos de catego-
rización visual reflejan pensa-
miento abstracto auténtico en
animales. También advierte de
que se necesitan más investiga-
ciones para elucidar las destre-
zas de diferentes animales ante
este tipo de tareas. «Sospecho
que especies diferentes se valen
de diferentes medios», augura
la investigadora.
—Andrea Anderson
La corteza prefrontal alberga en los primates hu-
manos y no humanos la cognición superior, ca-
pacidad que, entre otras funciones, permite razonar
sobre el entorno. El cerebro de los insectos es mucho
más simple; tampoco presenta ninguna región que se
asemeje a una corteza prefrontal. Aun así, en fecha re-
ciente se ha observado que las abejas melíferas saben
distinguir objetos basándose en relaciones mutuas
(«igualdad y diferencia» o «arriba y abajo»).
Investigadores de la Universidad de Toulouse, jun-
to con otros colaboradores, entrenaron a abejas para
que, en un laberinto bifurcado, recorriesen uno de los
brazos a cambio de un premio. A la entrada del labe-
rinto se les mostraba una figura sencilla (un círculo
con franjas verticales blancas y negras). En la bifur-
cación, el inicio de cada recorrido aparecía marcado
COGNICIÓN
Cerebros diminutos, grandes ideasLas abejas parecen comprender relaciones abstractas aunque carecen
de las áreas cerebrales que se creían necesarias para ello
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ETOLOGÍA
Los orangutanes piensan en el mañanaEstos animales pueden esbozar planes para el futuro y comunicarlos al resto de los miembros del clan
Muy pocos animales han demostrado po-
seer la capacidad de pensar de manera
consciente en el futuro; conductas como el aco-
pio de alimentos para invernar, por ejemplo,
suelen verse como una función del instinto.
Un equipo de antropólogos de la Universidad
de Zúrich publicó en 2013 en PLoS ONE que los
orangutanes selváticos eran capaces de percibir
el futuro, prepararse para él, y comunicar sus
planes futuros a otros congéneres.
Durante años, los investigadores observaron
en Sumatra a 15 orangutanes machos dominan-
tes. Estos animales merodean por inmensos pa-
rajes de densa jungla y emiten cada par de horas
potentes gritos, de modo que las hembras con
las que se aparean y a las que protegen puedan
localizarlos y seguirlos. Los chillidos sirven,
asimismo, para ahuyentar a otros machos de
rango inferior que puedan hallarse en las in-
mediaciones.
Aunque ya se habían observado antes tales vocalizacio-
nes, los nuevos datos revelan que estos primates orientan
la última llamada diaria (un aullido especialmente prolon-
gado) en la dirección hacia la que viajarán a la mañana del
día siguiente. El resto de los miembros del clan toman nota
de su mensaje: al oír esta llamada, las hembras detienen su
marcha, se acomodan para pernoctar y, por la mañana, em-
piezan su viaje en la dirección indicada la víspera anterior
por sus congéneres.
Los científicos concluyen que los machos dominantes pla-
nifican su ruta por adelantado y la comunican a otros oran-
gutanes del área. Reconocen, no obstante, que estos líderes
del clan podrían no pretender el efecto sobre sus seguidores.
«No sabemos si los orangutanes son conscientes de ello. Esta
planificación no tiene por qué serlo. Pero cada vez resulta más
difícil sostener que no tienen algún tipo de mente propia»,
señala Karin Isler, coautora del estudio.
—Isaac Bédard
con una señal: un círculo con franjas ver-
ticales, en uno; un círculo con franjas ho-
rizontales, en el otro. Los investigadores
recompensaban a las abejas si avanzaban
por el ramal marcado con la señal que se
les había mostrado a la entrada; otras fue-
ron entrenadas para que se introdujeran
por el brazo que estaba marcado con el se-
gundo motivo.
Una vez hubieron aprendido si «el mis-
mo» o «el otro» dibujo indicaba el camino
correcto, se modificó la situación: en la en-
trada se presentó un manchón de color (en
lugar de un motivo a franjas) a las abejas.
En la bifurcación, uno de los recorridos
aparecía marcado con ese mismo color; el
otro, con uno distinto. Los insectos optaron
de nuevo por el camino correcto. En otras
palabras, las abejas aplicaban su compren-
sión sobre «igual o distinto» a estímulos
novedosos. Otros experimentos similares
constataron que también eran capaces de
dominar los conceptos de «arriba o abajo»
y «derecha o izquierda».
Tales hallazgos arrojan luz a la evolución
de la inteligencia. Según Aurore Avarguès-
Weber, coautora del estudio aparecido en
octubre de 2013 en Proceedings of the Royal
Society B, los éxitos de las abejas hacen pre-
sumir que este tipo de cognición abstracta
es anterior a la evolución del cerebro de
los mamíferos. Junto con Martin Giurfa,
otro coautor, conjetura que las destrezas de
orientación y sociabilidad pueden originar
el aprendizaje de conceptos. Todo ello lleva
a suponer que el pensamiento abstracto
existe en especies cuyo sistema nervioso
difiere por completo del nuestro.
—Issa McKinnon
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ENCEFALOSCOPIO
Si creemos tener fiebre, recurrimos a un
termómetro y nos tomamos la tem-
peratura. Pero en enfermedades como el
alzhéimer o el párkinson, no existe un
instrumento sencillo para identificar sus
huellas biológicas. Afloran ahora nuevas
esperanzas gracias a ciertos láseres. En un
nuevo estudio se propone que una técnica
láser, considerada inocua para humanos,
permitiría identificar los característicos
grumos de proteínas delatoras de estas
enfermedades.
Las fibrillas de amiloide se presentan
en muchas neuropatías. Hoy por hoy, la
única forma de detectarlas en el cerebro
es mediante disección post mórtem o
con escáneres de emisión de positrones
muy costosos. En un estudio publicado
en Nature Photonics en diciembre de
2013, los autores usaron la espectrosco-
pía escáner-Z para examinar las fibrillas
de amiloide. Resulta que el plegamiento
anómalo de las proteínas hace que ab-
sorban más luz que el tejido sano, por
lo que, teóricamente, un láser podría de-
tectar su presencia. Con todo, son solo
los primeros pasos; no se sabe todavía
si otras proteínas del organismo podrían
perturbar la detección, explica el direc-
TERAPIA
¿Se ha sobrevalorado la meditación?Muchos de los beneficios atribuidos a esta práctica poseen escaso respaldo científico
Quienes ejercitan la meditación
están convencidos de que con
ello mejoran su salud y bienestar. Un
número creciente de estudios así lo in-
dican. Sin embargo, el diseño de nume-
rosas de las investigaciones deja mucho
que desear. Para elucidar la cuestión,
un equipo de la Universidad Johns
Hopkins ha revisado en fecha reciente
hasta el más mínimo detalle de ensa-
yos clínicos ya publicados. ¿Resultado?
Si bien la meditación parece proporcio-
nar un modesto alivio en los estados de
ansiedad, depresión y dolor, se requie-
ren más trabajos de calidad para juzgar
su efecto en ciertos trastornos.
Madhav Goyal, profesor auxiliar de medicina en la Johns Hop-
kins, y sus colaboradores seleccionaron un total de 47 ensayos
clínicos publicados a lo largo de 2012 y que evaluaban los efectos
de la meditación en trastornos diagnosticados. Otro de los re-
quisitos era que los estudios analizados contaran con probandos
repartidos al azar en dos grupos: uno de meditación y otro de
control (personas que hubiesen seguido otro tipo de intervención
durante un tiempo similar al del grupo de comparación). Asimis-
mo, examinaron si los investigadores de cada ensayo sabían qué
tipo de intervención se había administrado a los voluntarios —lo
ideal sería que no lo supieran, ya que ese dato puede influir en
la evaluación—. Solo el 3 por ciento de los estudios cumplían
criterios tan estrictos.
Según los resultados que se publi-
caron en enero de este año en JAMA
Internal Medicine, existen indicios, no
muy concluyentes, de que la medita-
ción de consciencia plena alivia el dolor,
la ansiedad y la depresión; en estos dos
últimos casos, de manera similar a una
terapia con antidepresivos.
La meditación de consciencia plena,
una de las técnicas más investigadas,
consiste en fijar la atención en el aquí
y ahora. Los científicos no dispusieron
de datos suficientes para evaluar otros
beneficios de esta técnica ni los efectos
de otras formas de meditación (prác-
ticas basadas en mantras, entre otras).
Goyal sostiene que la escasez de resultados refleja la falta de
conocimientos para establecer conclusiones definitivas. Ello se
debe, entre otros motivos, a que no es fácil obtener fondos para
investigaciones de calidad sobre la meditación. «Esa es, en parte,
la razón de que los ensayos que estamos revisando se basen en
muestras pequeñas y que muchos de ellos presenten una calidad
deficiente», afirma Goyal. Además, la meditación puede proporcio-
nar un abanico de beneficios más allá del tratamiento de ciertos
trastornos, por lo que resultan difíciles de cuantificar.
Alan Goroll, profesor de medicina en la Universidad Harvard,
confía en que los resultados sirvan de estímulo para enfocar estas
cuestiones de modo científico.
—Melinda Wenner Moyer
NEUROCIENCIA
Detección por láser de neuropatíasInvestigan métodos para detectar enfermedades como el alzhéimer y el párkinson
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DERECHO
Disparé obligado por mi cerebroLas defensas basadas en pruebas neurocientíficas inundan las audiencias
No hace mucho, la mera presentación
de un escáner cerebral en un proce-
so judicial daba pie a titulares. Ya no. To-
dos los años se emplean las ciencias de la
mente y el cerebro en cientos de decisiones
judiciales para fundamentar la resolución.
No solo se recurre a escáneres cerebrales,
sino a un abanico de estudios probatorios
de que ciertas áreas del cerebro, como la
amígdala o la corteza cingulada anterior,
están implicadas en tal o cual respuesta.
En breve: «lo cerebral» es el nuevo amor
de la profesión legal.
Nita Farahany, profesora de derecho en
la Universidad Duke, expuso en el con-
greso de la Sociedad de Neurociencias de
2013 cuán frecuente es este flechazo. Con
ayuda de un equipo de veinte estudian-
tes cribó un inmenso acervo de datos.
Descubrió que de 2005 a 2012, en más de
1500 resoluciones, el juzgado de apelación
mencionaba pruebas neurológicas (tanto
genéticas como conductuales) que pre-
sentaba la defensa de casos criminales.
«La petición mayor que realizan los su-
jetos es: “Por favor, reduzcan mi castigo,
pues yo era más impulsivo e imprudente
que mis prójimos, y más proclive a ser
agresivo, con menos control de mí mis-
mo que los demás», explicó Farahany en
rueda de prensa.
La mayoría de los neurocientíficos opi-
nan que el estudio de escáneres cerebrales
puede orientar hacia una visión general
de las raíces de la violencia, pero que las
neuroimágenes individuales carecen de
la especificidad necesaria como elemento
de prueba. Según afirmó el pasado año el
psiquiatra Steven Hyman en una sesión
de la reunión anual de la Asociación Nor-
teamericana para el Progreso de la Cien-
cia: «En ningún caso le diría a una junta
de calificación penitenciaria si debe o no
debe conceder la condicional a un recluso
basándome en escáneres individuales de
su cerebro, porque no permiten conocer
los determinantes de la conducta de ese
individuo».
Sin embargo, no parece que importe mu-
cho la opinión de los juristas académicos
sobre la conveniencia de admitir escáneres
cerebrales en las vistas. Farahany observó
que, en la mayor parte de los casos en los
que se presentaron pruebas neurológicas,
el fallo fue desfavorable para el acusado,
pero no en todos. En alguno, sumamente
curioso, el acusado consiguió revocar un
fallo, culpando a su defensa de no haber
comprobado si sufría alguna anomalía ce-
rebral. «Podría aceptarse que la defensa ha
sido incompetente si se hubiera dormido
durante toda la vista, si muriera durante el
proceso o si obviase la investigación de una
anomalía cerebral», señaló Farahani, quien
adivirtió de que la llegada de la neurocien-
cia a los tribunales está cambiando los con-
ceptos fundamentales de resposabilidad y
culpabilidad. «¿Habremos de seguir soste-
niendo que los individuos son responsables
de sus actos cuando hayamos comprendido
los conceptos de impulsividad?»
Ocurra lo que ocurra, lo seguro es que
jueces y jurados van a oír mucho más sobre
la amígdala y la corteza orbitofrontal.
—Gary Stix
tor del estudio, Piotr Hancyc, químico de la sueca
Universidad Chalmers de Tecnología.
En el experimento mencionado se utilizaron fi-
brillas suspendidas en cuarzo, y el paso siguiente
consistirá en extender la técnica a tejido vivo. Este
método, si es viable, podría suponer un gran avance
en el diagnóstico de estas enfermedades, en opinión
de Daofen Chen, un director de programas en la ins-
titución estadounidense que se ocupa de las neuro-
patías y los accidentes vasculares en el cerebro. «Se
podrían iniciar mucho antes los tratamientos, con
grandes ventajas», apunta Chen.
—Ajai Raj
NEUROIMÁGENES EN EL JUICIO Un radiólogo destaca la falta de materia
encefálica en el escáner cerebral de un
asesino, durante un juicio en Kentucky.
AP
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ENCEFALOSCOPIO
Nada como un buen descan-
so nocturno para sentirse
divinamente por la mañana.
Los buenos hábitos de sueño no
se limitan a restaurar la función
cognitiva noche tras noche. Se-
gún constata un estudio publi-
cado en Journal of Neuroscience,
a largo plazo también pueden
fortalecer el cerebro.
Investigadores de la Univer-
sidad de Wisconsin-Madison
han observado que durante el
sueño se incrementa la activi-
dad de genes implicados en la
producción de oligodendroci-
tos, células de la neuroglía res-
ponsables del recubrimiento
de mielina de las neuronas. La
mielina constituye el mate-
rial aislante del cerebro. Esta
sustancia grasa envuelve los
axones de las células neuro-
nales, lo cual permite que las
señales eléctricas viajen de
forma rápida y eficiente hasta
otras neuronas. La deficiencia
de mielina constituye una de
las causas básicas de la escle-
rosis múltiple y contribuye a
la aparición de síntomas como
el cansancio, disfunciones en la
visión y la audición, y falta de
coordinación.
En este estudio, ratones dor-
midos incrementaron la acti-
vidad génica relacionada con
la síntesis de oligodendrocitos,
mientras que los múridos que
se mantuvieron despiertos o
privados de sueño mostraron
una mayor actividad de genes
relacionados con el estrés y la
muerte celular. Chiara Cirelli,
una de las autoras, explica que
el sueño ayuda a las células a
regenerarse y repararse a sí
mismas, al permitir que el orga-
nismo produzca nueva mielina
cuando esta se ha deteriorado.
No obstante, es probable que
la reparación celular requiera
semanas o meses, por lo que
resulta difícil pensar que un
buen sueño ocasional sirva de
mucho.
—Roni Jacobson
SUEÑO
A la larga, dormir bien protege el cerebroDurante el sueño aumenta la producción de células de la neuroglía
PSICOTERAPIA
Superar la inseguridad lesivaVinculan la necesidad de saber lo que va a ocurrir con la ansiedad
Muchas personas no soportan la in-
certidumbre. Ese temor al porvenir
afecta el estado anímico y la salud, señalan
cada vez más investigaciones. La intoleran-
cia al no saber qué pasará se encuentra
vinculada a trastornos mentales como la
ansiedad y la depresión, según confirma
un artículo publicado en Journal of Clinical
Psychology en junio de 2013. Los resulta-
dos que se citan revelan, asimismo, fuertes
vínculos de ese sentimiento con las crisis
de pánico.
Quienes sufren ese temor buscan seguri-
dad en diversas conductas: la reiteración de
comprobaciones (¿He cerrado la puerta con
llave? ¿He apagado el fuego?), la planifica-
ción minuciosa y la búsqueda de consejos
que les apacigüen. Rumian y se angustian
por el porvenir y huyen de situaciones
desconocidas. Se ha descubierto, lo que
tal vez no sorprenda, que la intolerancia a
la incertidumbre se halla relacionada con
el desorden obsesivo-compulsivo y con la
propensión al acaparamiento, aunque mu-
chas personas sufren síntomas menos cla-
ros que enturbian su calidad de vida pero
no llegan a cumplir los criterios diagnós-
ticos de trastorno mental.
Una combinación de estrategias tera-
péuticas puede ayudar a quienes se ven
frenados por su temor ante lo descono-
cido. La terapia cognitivo-conductual se
dirige a la naturaleza de la incertidum-
bre y la falta de control, explica James F.
Boswell, de la Universidad de Boston y uno
de los coautores del estudio. Según indica
Boswell, en una sesión se trata de cambiar
el pen samiento de que la incertidumbre
es mala y que conduce inevitablemente a
resultados negativos.
El aumento gradual de exposición en
vivo a situaciones de incertidumbre (por
ejemplo, ir a un nuevo restaurante sin antes
consultar el menú en Internet) puede ayu-
dar a los pacientes a superar su desazón. Por
lo general, se logra que el sujeto compren-
da que la presunción de que la inseguridad
finalizará en resultados negativos es falsa.
«En definitiva, se trata de que la persona
aprenda a percibir la incertidumbre de dis-
tinto modo», señala Boswell.
—Tori Rodriguez
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Se ha señalado que la capa-
cidad de lectura va pareja
al estatus socioeconómico.
Ahora bien, según Nina Kraus
y sus colaboradores de la Uni-
versidad Noroccidental, la mú-
sica podría ayudar a salvar la
brecha.
El equipo de Kraus evaluó
las facultades auditivas de
adolescentes de 14 y 15 años y
agrupados por su situación eco-
nómica y social (un parámetro
fue el grado de educación de
su madre). Se efectuaron elec-
troencefalogramas a cada su-
jeto mientras se le repetía una
sílaba, bien con un leve ruido
de fondo o bien sin sonido al-
guno. Los chicos con madres de
nivel cultural inferior mostra-
ban una actividad cerebral más
débil, ruidosa y variable en res-
puesta al sonido; también una
mayor actividad en ausencia
de él. Estos jóvenes obtuvieron,
asimismo, puntuaciones más
bajas en las pruebas de lectura
y de memoria de trabajo.
Kraus sugiere que valdría la
pena investigar si la formación
musical puede ayudar en este
tipo de déficits auditivos. En in-
vestigaciones anteriores ha des-
cubierto que los músicos gozan
de un abanico de ventajas audi-
tivas en comparación con el res-
to de las personas; entre ellas,
una percepción más clara del
habla en ambientes ruidosos.
Si bien el equipo admite que
su hallazgo puede deberse a las
dificultades preexistentes en
los probandos, que predispo-
nen a estos a elegir la música
como profesión o afición, cier-
tos estudios revelan que la for-
mación musical, sea individual
o en grupo, mejora la respuesta
al habla.
En fecha más reciente, el gru-
po de Kraus ha demostrado que
los efectos son duraderos. A tra-
vés del estudio de 44 adultos de
edades comprendidas entre los
55 y los 76 años hallaron que
una formación musical de cua-
tro o más años en la infancia
se vinculaba con respuestas
neurales al habla más rápidas,
a pesar de que hacía más de 40
años que estos adultos no ha-
bían tocado un instrumento.
—Simon Makin
COMPORTAMIENTO
Cantar para estar en formaEntonar canciones en vez de limitarse a oírlas mejora el efecto del ejercicio físico
Los cánticos de los presos, de los solda-
dos en la instrucción, de los marine-
ros... Desde siempre se ha practicado el
canto rítmico durante el ejercicio físico
intenso. Investigaciones recientes confir-
man la importancia de esta combinación:
el entrenamiento resulta menos agotador
si se canta, según revela un pequeño estu-
dio publicado en Proceedings of the Natio-
nal Academy of Sciences USA.
La mitad de los participantes de la in-
vestigación crearon música mientras se
ejercitaban mediante un programa que tra-
ducía sus movimientos en tonadas. Estos
probandos ejercieron la misma fuerza al
trabajar con pesas que quienes meramen-
te oían alguna música durante el ejercicio.
Pero los primeros consumieron menos oxí-
geno durante su rutina (una medida de la
fatiga) y tuvieron la impresión de que el
esfuerzo les resultaba menos fatigoso que
a los meros escuchantes.
La producción de música puede aliviar
el ejercicio porque activa el control motor
emotivo, postula Thomas Fritz, miembro
postdoctoral en el Instituto Max Planck
de Ciencias de la Cognición y el Cerebro
Humano en Leipzig e investigador prin-
cipal del trabajo. Mientras que el control
motor emotivo es responsable de actos
espontáneos (una sonrisa sincera), el con-
trol motor deliberado interviene en actos
deliberados y con una finalidad (una falsa
sonrisa). Fritz explica que la activación del
primero de estos sistemas puede ser tan
sencilla como cantar durante la marcha o
trabajar con pesas al ritmo de canciones.
—Allison Bond
COGNICIÓN
Tocar un instrumento favorece la lecturaAprender música puede reducir las diferencias en la capacidad lectora
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