RECUPERACIÓN DE SISTEMAS ACUÁTICOS PRÁCTICA 2: SEQUÍAS
2013
BATIRTZE PINEDO AGUIRRE
ÍNDICE 1.‐ DEFINICIÓN
2.‐ TIPOLOGÍA DE SEQUÍAS
2.1.‐ Sequía Meteorológica
2.2.‐ Sequía Agrícola
2.3.‐ Sequía Hidrológica
2.4.‐ Sequía socioeconómica
2.5.‐ Sequía de los Recursos Hídricos
2.6.‐ Diagrama Resumen de las Sequías
3.‐ CARACTERIZACIÓN
3.1.‐ Fuerzas Motrices
3.2.‐ Presiones
3.3.‐ Impactos Generados
3.4.‐ Métodos cuantitativos de Caracterización de las Sequías
4.‐ MEDIDAS DE MITIGACIÓN Y RECUPERACIÓN
4.1.‐ Tipología de Medidas
4.2.‐ Medidas de Mitigación y Recuperación
4.3.‐ Tipo de Flora para Afrontar las Sequías en el Mundo
5.‐ SITUACIÓN DE LAS SEQUÍAS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
5.1.‐ Aspectos Climáticos, Hidrológicos y Territoriales
5.1.1.‐ Situaciones Atmosféricas
5.2.‐ Tipos de Sequías en la Península Ibérica
5.3.‐ Efectos Económicos y Ambientales
5.4.‐ Diferentes Percepciones de la Sequía en el Estado Español
5.5.‐ Actuaciones frente a las Sequías en la Península Ibérica
5.6.‐ Tipos de Cultivos Utilizados en España
6.‐ CONCLUSIONES
7.‐ BIBLIOGRAFÍA
1. DEFINICIÓN
La sequía es una anomalía transitoria en la que la disponibilidad del agua se sitúa por debajo
de los requerimientos estadísticos de un área geográfica dada. Por lo que la cantidad de agua
existente no es suficiente para abastecer las necesidades de las plantas, animales y los
humanos.
2. TIPOLOGÍA DE SEQUÍAS Existen muchas clasificaciones de sequías. Sin embargo, la que aporta mejor información
conceptual sustentada es la propuesta por Wilhite y Glantz (1985), que divide el fenómeno en
cuatro grupos: sequía meteorológica, sequía hidrológica, sequía agrícola y sequía
socioeconómica, pudiéndose añadir un quinto grupo, que son las sequías de los recursos
hídricos.
A continuación, describimos los principales tipos de sequía que se caracterizan por la escasez
de agua y están relacionados con un nivel o tipo de impacto diferente.
2.1. Sequía Meteorológica Decae la precipitación durante un largo período, a menudo se mide por el número de días con
una pluviosidad inferior a un nivel mínimo predeterminado. Está basada en los datos
climáticos, es una expresión de la desviación de la precipitación respecto a la media durante
un periodo de tiempo determinado.
Se puede definir como: un intervalo de tiempo, generalmente con una duración de meses o
años, durante el cual el aporte de humedad en un determinado lugar desciende
consistentemente por debajo de lo climatológicamente esperado o del aporte de humedad
climatológicamente apropiado.
Para cada región en particular la definición de sequía meteorológica varía, en función de las
características del clima regional. Para el caso de España, para las diferentes cuencas
hidrográficas, pueden considerarse años secos aquellos cuya precipitación experimenta la
siguiente reducción respecto a la media anual:
Cantábrico, Duero y Ebro: 15‐25 %
Guadalquivir: 20‐25 %
Guadiana y Tajo: 30 %
Levante y Sureste: 40‐50 %
2.2. Sequía Agrícola Reservas insuficientes de humedad del suelo, para sustentar cultivos o pastos en cualquiera de
sus fases de crecimiento. La agricultura es el sector principal que económicamente se ve
afectado, por la escasez de la precipitación.
Como la cantidad de agua es diferente para cada cultivo, e incluso puede variar a lo largo del
crecimiento de una misma planta, no es posible establecer umbrales de sequía agrícola
válidos, ni tan si quiera para una única área geográfica. Aun así existe alguna definición como
la dada por Kulik (1962), definiéndola como el periodo durante el cual sólo hay 19 mm de agua
disponible en los primeros 20 cm de suelo.
Este tipo de sequía, por depender de las condiciones meteorológicas del cultivo y de las
propiedades del suelo, no es equivalente a la sequía meteorológica. Si los niveles de humedad
en el subsuelo son suficientes para proporcionar agua a un determinado tipo de cultivo,
durante el período que dure la sequía meteorológica, no llegará a producirse una sequía
agrícola.
2.3. Sequía Hidrológica: Hace referencia a una deficiencia en el caudal o volumen de aguas superficiales o subterráneas
(ríos, embalses, lagos, etc.). Al producirse un desfase entre la escasez de lluvias o nieves y la
reducción del caudal de ríos o el nivel de lagos y embalses (ver Gráfica 1), las mediciones
hidrológicas no pueden ser utilizadas como un indicador del inicio de la sequía, pero sí de su
intensidad.
GRÁFICA 1.‐ Desfase temporal en la propagación de anomalías pluviométricas hacia los diferentes niveles del
ciclo hidrológico
A diferencia de la sequía agrícola, que tiene lugar poco después de la meteorológica, la sequía
hidrológica puede demorarse durante meses desde el inicio de la escasez pluviométrica o, si
las lluvias retornan en poco tiempo, no llegan a manifestarse. Por tanto, la secuencia temporal
es:
La capacidad de gestionar los recursos hídricos hace que la sequía hidrológica no dependa
exclusivamente del volumen de agua existente en los depósitos naturales o artificiales, sino
que también es determinante la forma en que se emplea y gestiona el agua embalsada. Linsley
et al (1975), la definen como el periodo durante el cual los caudales son inadecuados para
satisfacer los usos establecidos bajo un determinado sistema de gestión de aguas.
2.4. Sequía Socioeconómica
Se produce cuando la disponibilidad de agua disminuye, hasta el punto de producir daños
(económicos o personales) a la población de la zona afectada, por la escasez de lluvias. Para
hablar de sequía socioeconómica no es necesario que se produzca una restricción del
suministro de agua, sino que basta con que algún sector económico se vea afectado por la
escasez hídrica. La gran presión antrópica sobre el recurso de agua hace que cada vez sea
mayor la incidencia de la sequía socioeconómica, con pérdidas económicas crecientes, incluso
en el caso de una sequía meteorológica leve.
En términos generales, la sequía socioeconómica sucede a la agrícola, pero en regiones menos
desarrolladas, donde este sector tiene un mayor peso en la economía, y su incidencia es más
directa e inmediata que en regiones desarrolladas, la sequía agrícola la constituye en sí misma
el inicio de la sequía socioeconómica.
Son tan determinantes la magnitud y la duración del evento seco, como la forma en que la
economía y la sociedad desarrollan sus actividades, ya que determinadas acciones
incrementan la vulnerabilidad a la existencia de escasez de precipitación. Según la
vulnerabilidad, los efectos de la sequía sobre la economía y la sociedad, medidos en forma de
pérdidas materiales, población afectada o pérdida de vidas humanas, adquirirán mayor o
menor relevancia, llegando a configurar situaciones en las que la sequía es considerada una
catástrofe.
Se destruye la fauna y la flora, reduce las reservas de agua para usos domésticos y para el
funcionamiento de plantas energéticas, especialmente en aquellas regiones donde la lluvia es
normalmente suficiente para tales necesidades.
Además, acarrea fenómenos accidentales de duración variable, marcada por un déficit
anormal de agua, produce una desorganización en la gestión del país, reducción de la
producción, desarrollo de conflictos sociales que pueden ser irreversibles. Afecta mayormente
a zonas semiáridas, donde existe una fuerte variación interanual de las precipitaciones.
2.5. Sequía de los Recursos Hídricos
Se produce cuando el agua es insuficiente para mantener el abastecimiento y es necesario
sobreexplotar recursos naturales. Puede derivar enteramente de un déficit de precipitaciones,
de una mala gestión de los recursos o de la combinación de ambos factores.
2.6. Diagrama Resumen de las Sequías A continuación, se presenta un diagrama de la secuencia de la evolución de los diversos tipos
de sequía operacional (basado en el NDMC de 1995).
3.CARACTERIZACIÓN: Las características fundamentales de una sequía, las describiremos a continuación: las fuerzas
motrices, presiones, los impactos generados y los métodos cuantitativos para caracterizar las
mismas.
3.1. Fuerzas Motrices La sequía es el resultado de una combinación de factores meteorológicos, físicos y humanos.
La principal causa de cualquier sequía es el déficit de precipitación y, en particular, su
duración, distribución e intensidad respecto a la reserva existente, la demanda y el uso del
agua. La temperatura y la evapotranspiración pueden combinarse con la precipitación y
agravar la intensidad y duración de la sequía. La precipitación y la temperatura, a su vez,
vienen determinadas por el modelo de circulación atmosférica. Por tanto, las principales
fuerzas motrices meteorológicas son:
Variaciones en el modelo de circulación atmosférica: ejercen gran influencia en la
pluviosidad y en la temperatura. Los sistemas de altas presiones, se caracterizan por
sus bajas precipitaciones, produciéndose fuertes sequías y olas de calor.
El déficit de precipitación: es el principal factor responsable de la sequía e influye
directamente sobre la humedad del suelo, la recarga de los acuíferos y el caudal de los
ríos, aunque el sistema hidrológico retrasa y suaviza los efectos. Es el indicador de
sequía más utilizado, porque en muchas estaciones existen registros de precipitación a
largo plazo y son de fácil acceso. El déficit hídrico se expresa en función de la
precipitación durante un período seleccionado, generalmente un mes, una estación o
un año natural o hidrológico, comparado con el valor medio a largo plazo durante un
periodo estándar.
La temperatura y la evapotranspiración: la temperatura del aire es fundamental para
determinar el tipo de sequía en una zona.
o Las sequías invernales: se producen cuando la temperatura del aire se
mantiene constantemente por debajo de 0ºC, pues la precipitación se
almacena en forma de nieve y hielo, impidiendo la recarga de los acuíferos y
ríos hasta que suben las temperaturas y comienza el deshielo.
o Las sequías de verano: se asocian con cielos despejados, sol y altas
temperaturas. Todo ello incrementa la evapotranspiración hasta el punto que
prácticamente no se producen lluvias en verano que permitan la recarga de
acuíferos y ríos.
Las altas temperaturas ejercen una presión negativa adicional en los ecosistemas en
tiempo de sequía. El tiempo caluroso y los suelos secos, implican una mayor demanda
de agua para riego, usos recreativos, mayor demanda doméstica y surgen conflictos
por la escasez del agua.
Otros factores humanos y físicos que intervienen dentro de un área dada son:
El grado de almacenamiento natural de la cuenca: es el agua almacenada de forma
natural en la cuenca, como humedal, lagos, ríos y acuíferos que contribuye a
determinar el impacto de un déficit de precipitaciones. Cuando este déficit perdura, el
caudal desciende hasta convertirse enteramente en escorrentía subterránea. Sin
embargo, las cuencas con importante almacenamiento artificial en embalses o recarga
de los acuíferos, regulación del río o ríos con caudales transfronterizos, pueden
soportar el impacto de una sequía durante más tiempo que una cuenca totalmente
natural. Sin embargo, se pueden generar problemas de estrés hídrico, debido a la
variación estacional o interanual existente. Un indicador valioso es el percentil del 90%
de caudal (Q90), que representa los recursos de agua dulce de los que se puede
depender durante una media de 328 días al año.
Los factores socioeconómicos que regulan la demanda de agua: donde mayor
problema existe es en zonas con alta densidad demográfica y donde la producción
agrícola depende del riego, pues surgen problemas de estrés hídrico y
sobreexplotación. Los factores fundamentales que influyen en la demanda de recursos
hídricos son: cambios en la población, distribución y densidad demográfica y los
niveles de vida en general.
Algunas sequías hidrológicas no se deben a causas naturales, y pueden ser
enteramente causadas por el hombre al realizar una extracción excesiva o gestionar
mal los recursos disponibles.
3.2. Presiones A continuación se enumeran las presiones que pueden incrementar el impacto y la frecuencia
de las sequías:
El cambio climático: las simulaciones determinadas, indican que afectará en los
regímenes de los caudales hidrológicos. Últimos estudios, vaticinan que aumentará la
pluviosidad en zonas del norte, pero disminuirá en el resto, una subida general de las
temperaturas, lo cual supondrá un aumento de la evaporación. Se producirá un
cambio en la distribución estacional de la escorrentía:
o La subida de las temperaturas aumento de las precipitaciones invernales, en
forma de lluvia en vez de nieve, con escorrentías en una época del año más
temprana y la reducción o eliminación de los valores máximos de deshielo
primaveral.
o En regiones marítimas aumenta la variabilidad de las escorrentías con
caudales más altos en invierno y más bajos en verano.
La demanda de agua y la disponibilidad de los recursos hídricos: en el caso de Europa,
la demanda para riego ejerce la mayor presión sobre los recursos y se prevé un
aumento de los cultivos de regadío, así como de la demanda para riegos. Sin embargo,
en algunas regiones, la variabilidad de la demanda estacional de agua, hace que
algunas zonas sean especialmente vulnerables a los efectos de la sequía
meteorológica. Son los casos de las demandas no abastecidas por la falta de recursos
hídricos a nivel local y la presión que ejerce el turismo. Además, en algunas regiones,
existen restricciones de abastecimiento en estaciones secas debido a la falta de
regulación de sus abundantes recursos naturales. La sobreexplotación de los recursos,
agrava el impacto hidrológico de una sequía meteorológica, en particular: acuíferos,
que provocan un descenso de la capa freática, la desecación de fuentes y cursos
superiores, la reducción de los de los caudales de los ríos, la destrucción de humedales
y, en las zonas costeras, la intrusión salina en acuíferos.
Los cambios en el uso de los suelos: el tipo de cubierta del suelo influye directamente
en las condiciones de almacenamiento y la respuesta hidrológica de una cuenca y, en
consecuencia en la vulnerabilidad a las sequías. Los cambios en el uso del suelo, como
la forestación, el desmonte, el drenaje de terrenos y la intensificación agrícola pueden
alterar la vulnerabilidad de una región a la sequía. El uso del suelo determina la
cantidad de lluvia que se pierde por evapotranspiración y equilibrio entre la
escorrentía superficial y la infiltración.
La sensibilización medioambiental: ha aumentado la sensibilización ciudadana ante la
fragilidad de los sistemas hídricos y las consecuencias de una sequía para el
medioambiente y para el suministro. Actualmente la extracción de agua se está
realizando por medio de licencias limitadas en tiempo de sequía. Obligatorio
mantener caudales base en los ríos.
3.3. Impactos Generados L a sequías pueden generar impactos serios como son:
Pérdidas en los cultivos agrícolas: falta de desarrollo de los cultivos, están en
detrimento los cultivos tradicionales, los de secano, cultivos adecuados a la demanda
de agua y escasez estacional de la misma.
Forestales: se ha generado estrés hídrico, provocando efectos dañinos en el
crecimiento vegetal, produciéndose enfermedades por el crecimiento anormal de las
plantas e incluso llegando a quedar los terrenos sin fertilidad.
Pérdidas en la ganadería: deshidratación de los animales y enfermedades que se
desarrollan en condiciones de bajo nivel de humedad.
Falta de garantía: en los suministros de agua para los distintos usos.
Deterioro de la calidad del agua: puede acarrear enfermedades para el usuario:
desarrollo de enfermedades como la tuberculosis, entre otras; además de la
destrucción de ecosistemas acuáticos, por la falta de oxígeno y nutrientes.
Impactos socioeconómicos: mayores costes en la producción de energía, pues la
producción hidroeléctrica no se puede llevar a cabo; en la gestión de los recursos
hídricos; en los sectores de la agricultura, etc.
3.4. Métodos Cuantitativos de Caracterización de las Sequías Cada tipo de sequía es cuantificada para poder establecer la magnitud y duración del periodo
de escasez pluviométrico. Desde el punto de vista antrópìca, que es el que determina que un
evento extremo de la naturaleza de los episodios de escasez pluviométrica, se convierta en un
riesgo natural, Burton et al. (1978) definen siete parámetros con los que caracterizarla:
Uno independiente: magnitud
Cuatro relacionados con la componente temporal: duración, frecuencia, velocidad de
implantación e implantación temporal.
Dos relacionadas con la componente espacial: extensión y dispersión espacial.
Para cuantificar estos parámetros no es suficiente con medir el número de días de lluvia, o
expresar la precipitación en referencia a la escasez de precipitación, sino que es necesario
aplicar cálculos matemáticos con los que establecer detalladamente en qué medida ha habido
déficit pluviométrico y cuáles son los límites temporales del episodio seco. A continuación se
definen los parámetros anteriormente mencionados:
La magnitud: es el déficit medio de precipitación o caudal durante el periodo de
duración del evento seco. Puede medirse como la anomalía (%) o la diferencia (en
valor absoluto) de precipitación o caudal para el periodo seleccionado. Dracup (1980),
señala que además de la magnitud, puede delimitarse la severidad de una sequía,
definida como el déficit acumulado de caudal o precipitación para la duración del
periodo seco.
La duración: es el tiempo (número total de días, meses o años consecutivos) durante el
cual la precipitación o el caudal total registrados son inferiores a la precipitación o
caudal medio de ese mismo periodo. Dracup relaciona los tres parámetros: magnitud,
severidad y duración, de tal forma que partiendo de la siguiente fórmula, cualquiera
de los tres factores se puede conocer:
MAGNITUD = SEVERIDAD / DURACIÓN
La frecuencia: es el número de casos que se producen durante un periodo
determinado. Puede medirse también a través de la probabilidad empírica de que la
precipitación o el caudal sean inferiores a la media, o del periodo de retorno del
evento seco (intervalo medio de tiempo dentro del que puede esperarse que ocurra
una sequía de determinada magnitud).
La velocidad de implantación: es el tiempo transcurrido entre el momento de inicio
del déficit de precipitación o caudal, y el momento en que ese déficit alcanza su valor
máximo.
El espaciamiento temporal: es el tiempo transcurrido entre diversos periodos secos, lo
que nos proporciona una medida de la regularidad o aleatoriedad del fenómeno.
Mediante ese parámetro se obtiene una primera aproximación a la previsibilidad de la
sequía.
La extensión es la superficie total en la que se registra el déficit hídrico.
La dispersión espacial: es la medida del grado de difusión o concentración de la
anomalía del caudal o de precipitación.
En función de los extremos relativos que pueden asignarse a los parámetros espaciales y
temporales, Burton (1978), define la sequía como un riesgo penetrante, dada su frecuencia
intermedia, su larga duración, su lenta velocidad de ataque, su relativa aleatoriedad espacial y
temporal, su gran extensión y su elevada difusión espacial.
Además existe una amplia variedad de índices para caracterizar los eventos. A continuación los
enumeramos, clasificándolos según en la sequía que obtienen resultados más óptimos.
MÉTODOS DE CUANTIFICACIÓN DE LAS SEQUÍAS METEOROLÓGICAS
ÍNDICE DESCRIPCIÓN DEBILIDADES FORTALEZAS ESCALA ZONA APLICACIÓN
PORCENTAJE DE LA PRECIPITACIÓN MEDIA
Es el cociente entre la precipitación total registrada en un periodo determinado y la precipitación
media (normalmente 30 años), del mismo periodo de referencia
Es susceptible, pues la precipitación media es un número abstracto que no tiene por qué ser equivalente a la
mediana de la serie. Dificultad de establecer los umbrales
de sequía, puesto que el %de desviación escogido para una zona
no es aplicable a otra.
E s el índice más sencillo, pues puede ser calculado en zonas con poca disponibilidad de información
climatológica.
En cada zona se aplican unos umbrales diferentes
No diseñado para una zona concreta
CUANTILES (QUINTILES, DECILES Y PERCENTILES)
Dividir la distribución de ocurrencias pluviométricas durante un período temporal suficientemente largo en intervalos quintil, decil o percentil.
Para obtener mayor fiabilidad y que los resultados sean estadísticamente significativos, usar series mínimas de
30 años.
Los quintiles: 0‐20% periodo muy seco, 20‐40% seco, 40‐60% normal, 60‐80%
húmedo y 80‐100% muy húmedo. Si queremos mayor precisión deciles: 0‐10% sequía extrema, 10‐20% severa, 20‐30% moderada, 30‐40% leve, 40‐50% incipiente, 50‐60% humedad incipiente, 60‐70% leve, 70‐80% moderada, 80‐90%
severa, 90‐100% humedad extrema.
No especifica zona de aplicación
DESVIACIÓN ESTANDARIZADA DE LA PRECIPITACIÓN ÍNDICE
ESTANDARIZADO DE PRECIPITACIÓN (SSPI)
Restando a la precipitación total de un determinado periodo la media
aritmética de ese periodo y dividiendo ese resultado entre la desviación típica. Los resultados
presentan una distribución normal.
Problemas en aquellas regiones con una elevada variabilidad
pluviométrica. Si el valor es ‐1, no es válido.
Permite establecer comparaciones entre todo tipo de climas. Se ha
desarrollado el índice estandarizado de precipitación
SPI: Menor que ‐1: se produce sequía, SPI>0 se produce el final de la sequía. Existen tres intervalos: SPI
mayor de ‐1: sequía moderada, SPI(<‐1,5): sequía severa y SPI (<‐2):
sequía extrema.
No especifica zona de actuación
ÍNDICE DE SEVERIDAD DE LA SEQUÍA DE PALMER (PDSI)
Creado para medir las condiciones de humedad. Basado en el balance
hídrico.
Limitado a EE.UU, fuera no tiene éxito su aplicación
Usa numerosas variables para reflejar el aporte y la demanda.
Dividido en cinco clases: (‐0.5,‐0.99):sequía incipiente, (‐1; ‐1,99): sequía suave, (‐2;‐2.99):
sequía moderada, (‐3;‐3.99):sequía grave, (<‐4):sequía extrema.
EE.UU.
ÍNDICE DE SEQUÍA OFERTA – DEMANDA (SSDI)
Creado para medir las condiciones de humedad en el suelo, pero su aplicación es más sencilla que el
PDSI.
Carece de utilidad comparativa, pues los resultados pueden ser más
extremos en una región húmeda que en el ámbito desértico.
Prescinde de valores de: recarga hídrica, escorrentía y pérdida de
humedad en el suelo. Es independiente del clima, luego
precipitación menos evapotranspiración es cero.
dSDDI = P‐Ep Usa muchas variables
Se aplica la escala de Palmer y lo divide en cinco niveles: (‐0.5;‐0.99): sequía incipientes, (‐1;‐1.99): sequía suave, (‐2;‐2.99): sequía moderada, (‐0.5;‐0.99): sequía grave, (<‐4.00)
sequía extrema.
ÍNDICE NORMALIZADO DE PRECIPITACIÓN (NPI)
Creado por Garrido en 1999. Incorpora el poder descriptivo del
PDSI y las ventajas de la estandarización del SPI.
Aplicado a distintas escalas temporales (mensual, estacional y
anual).
NPI establece 4 clases: (‐1;‐1.99): sequía suave, (‐2;‐2.99): moderada, (‐3;‐3.99): severa; (<4): extrema.
Mensualmente aplicada en la provincia de Murcia y en la cuenca del Segura.
ÍNDICE DE ANOMALÍA DE PRECIPITACIÓN (RAI)
Creado por Van Rooy (1965), compara la precipitación de un lugar y momentos determinados, con la media de los 10 valores extremos de anomalías positivas y negativas de
precipitación.
Es un índice poco conocido, sólo citado por Byun y Wilhite en 1999.
Aplicado de forma experimental en áreas muy concretas.
COEFICIENTE HIDOTÉRMICO (HTC) Creado por Selyanov en 1928, se formula de la siguiente forma: HTC=ΣQ/0.1*ΣT, siendo Q la
precipitación y T la tª superior a 10ºC, para un determinado periodo
(habitualmente un mes o una estación vegetativa).
Creado para la ex URSS
ÍNDICE DE SEQUEDAD (SI) Creado por Ped (1975). Refleja la diferencia entre el cociente de las anomalías y la desviación típica de las anomalías de precipitación
ytemperatura. (AT/σAT)‐(AQ/σAQ), donde AT e AQ,
son las anomalías existentes de temperatura y precipitación,
respectivamente.
Creado para el antiguo territorio de la Unión Soviética.
ÍNDICE NACIONAL DE LLUVIA (RI) Creado por Gommes y Petrassi (1994) se calcula país por país, tomando la precipitación media
anual del territorio según el peso de las medias a largo plazo de cada
estación.
No permite una escala espacial de detalle, los resultados surgen en el
ámbito nacional.
Muestra una estrecha relación con la producción agrícola, puesto que al recaer el peso en la precipitación anual, las estaciones en áreas más húmedas de un país tienen una
mayor influencia sobre el índice, que las estaciones de áreas secas.
No queda afectado por anomalías pluviométricas localizadas, la posibilidad de poder calcular el
índice incluso sin disponer de datos de todas las estaciones, y la comparabilidad entre países.
Utilizado básicamente en África.
ÍNDICE DE SEQUÍA (IS) Creado por Guerra y Almarza en 1996, para cuantificar las sequías utilizando dos factores: Déficit
hídrico (F1) y la persistencia (F2). IS=F1*F2. F1: está formulado por el cociente entre la diferencia del valor medio de las precipitaciones de los últimos 12 meses y el valor medio mensual de toda la serie. F2: es un factor de corrección función del
número de meses de déficit hídrico.
Adolece del establecimiento de algún marco de referencia que
permita determinar la intensidad relativa del evento deco.
Bilbao y Madrid
MONITORIZACIÓN SEQUÍA
Más que un índice, es una síntesis de
índices, una reelaboración de diversos indicadores de tipo
meteorológico (PSDI, CMI de Palmer y % de la precipitación media),
edafológico (modelo humedad del USDA y del Centro de Predicción
Climática), hidrológico (percentil del caudal diario) y biológico (índice por satélite de salud de la vegetación),
para la obtención de una clasificación de severidad de la
sequía. Tras el cálculo de los índices, los resultados se cruzan en un tabla para definir cinco tipos de sequías, para ver los impactos principalmente
de la actividad agrícola y el abastecimiento del agua.
D0‐SECO: Impactos menores, pero que causan preocupación; D1‐
SEQUÍA: algunos daños a cultivos; alto riesgo de incendio; ríos,
embalses y pozos con poco agua; escasez inminente agua. D2‐SEVERA: pérdidas moderadas de cultivos y
pastos; riesgos de incendio muy alto; restricción del agua. D3‐EXTREMA: graves pérdidas de cultivos y pastos;
riesgo extremo de incendio; restricciones de agua excesivas. D4‐SEQUÍA EXCEPCIONAL: pérdidas de cultivos y pastos excepcionales y extensivos; riesgos extremos de incendio a gran escala; escasez de agua de embalses; ríos y pozos,
causando restricciones y racionamientos extensivos.
MÉTODOS DE CUANTIFICACIÓN DE LA SEQUÍA HIDROLÓGICA:
ÍNDICE DESCRIPCIÓN DEBILIDADES VARIABLES ESCALA
ÍNDICE HIDROLÓGICO DE SEQUÍA DE PALMER (PHDI)
Surge de modificar el PDSI, destinados a detectar las anomalías de la humedad que afectan a la corriente de agua superficial, la
disponibilidad de agua en el suelo y el nivel de agua en lagos y embalses. El PDSI y el PHDI son casi equivalentes.
Al igual que el PHDI, permanece negativos los meses sucesivos, cuando el PDSI retorne a volores próximos a cero, que es el tiempo necesario de recarga de las reservas
hídricas.
Mismos valores de referencia que el PDSI. Dividido en cinco clases:
(‐0.5,‐0.99):sequía incipiente, (‐1; ‐1,99): sequía suave, (‐2;‐2.99): sequía moderada, (‐3;‐3.99):sequía grave, (<‐4):sequía extrema.
ÍNDICE DE SEQUÍA – DEMANDA (RDI) Desarrollado por Weghorst en 1996, permite conocer el equilibrio entre
oferta y demanda hídrica.
Poco utilizado por su reciente creación. Poco contrastado.
Se incluyen las variables: precipitación, temperatura, espesor de nieve en el suelo, caudal y reservas
almacenadas.
ÍNDICE DE SEQUÍA POR HUMEDAD EN EL SUELO (SMDI)
Desarrollado por Hollinger en 1993, mide las anomalías anuales de
humedad en el suelo, comparadas con el sumatorio del contenido diario de humedad en el suelo durante un
año.
Escasamente usado
ÍNDICE DE SEQUÍA DE KEETCH – BYRAM (KBDI)
Creado por el Servicio Forestal de los EE.UU (USDAFS, 1999), para medir específicamente la incidencia de la
sequía en la capa superficial del suelo y humus (se basa en una capacidad de
retención de agua de 20.32 mm), siendo este factor el mejor indicador para establecer la probabilidad de ocurrencia de un incendio forestal.
Los límites de intervalos del índice determinan el estado: 0‐200 la humedad en el suelo y el combustible son elevadas, por lo que no
contribuyen a la intensidad del fuego. Típico del inicio de la estación de la primavera. 200‐400 típico de final de primavera. Las capas de
humus y detritus se secan y empiezan a contribuir a la intensidad del fuego. 400‐600 típico del final de verano, inicio de otoño. Las capas de humus y detritus contribuyen activamente a la intensidad del fuego y se quemarían activamente. 600‐800 a menudo asociado con las
sequías más severas e incremento de ocurrencia de incendios forestales. Se pueden esperar incendios intensos en los que el
combustible vivo también arderá activamente.
MÉTODOS DE CUANTIFICACIÓN DE LA SEQUÍA AGRÍCOLA ÍNDICE DESCRIPCIÓN DEBILIDADES FORTALEZAS ESCALA/ ZONA APLICACIÓN
ÍNDICE Z (ZINX) Mide la anomalía mensual de humedad de un área para un mes determinado.
Sólo para medir anomalías negativas de humedad de corta duración.
Permite detectar los picos de precipitación durante un periodo de sequía hídrica, que
favorecen a una producción agrícola próxima a la de un año normal.
Límites establecidos por el NCDC (1989). Lo divide en tres intervalos:
‐1.25; ‐1.99 sequía débil a moderada. ‐2; .2,74 sequía fuerte
Menor ‐2.75 sequía extrema.
ÍNDICE DE HUMEDAD DEL CULTIVO (CMI) Palmer en 1968, creó el CMI para medir las variaciones semanales de disponibilidad de
humedad para el cultivo.
El CMI se ajusta a cero en cada época de crecimiento del cultivo, para evitar la
acumulación de anomalías fuera de este periodo.
Usado estrictamente para medir la intensidad de la sequía agrícola, se basa en datos semanales de tª media y precipitación
total, y el valor del CMI de la semana anterior, por lo que responde rápidamente a
variaciones de estas variables.
Usado básicamente en los EE.UU.
ÍNDICE DE SEQUÍA ESPECÍFICO DE CULTIVO (CSDI)
Creado por Meyer en 1993, se realiza el cociente entre el sumatorio de la evapotranspiración calculada para el periodo de crecimiento de determinados cultivos, y la evapotranspiración media de ese mismo periodo.
ÍNDICE DE APORTE DE AGUA SUPERFICIAL (SWSI)
Desarrollado por Shafer y Dezman (1982), para permitir una mejor aplicación del PDSI en EE.UU,
donde el índice de Palmer no era efectivo.
Problemas en regiones con topografía variada, donde los suelos no son
homogéneos o hay precipitación nival.
Gran cantidad de variables: cubierta nivosa, corriente superficial de agua, precipitación y reservas hídricas, ponderando cada variable según su contribución al agua superficial
existente en cada cuenca.
Oscila entre: +4.2 extremadamente húmedo
… ‐4.2 sequía extrema
LLUVIAS DEPENDIENTES (DR) Define las lluvias dependientes como aquellas que se producen en tres de cada cuatro años (Hargreaves, 1974), o en cuatro de cada cinco años (Dancette y Hall, 1979). Se trata sólo de un
valor de referencia, a partir del cual la producción agrícola queda comprometida y que sirve como límite singular por debajo del cual se produce una sequía agrícola, mientras que por encima indica que las precipitaciones son fiables
para el ciclo económico.
Una variación de este índice es la tasa de fiabilidad, que señala la relación entre las lluvias dependen y la precipitación media.
El valor DR varía en África entre el 40‐50% de la media anual cerca del Sahara, y el
80% de la media en las zonas con precipitación anual de 700‐800 mm.
ÍNDICE DM DE SEQUEDAD – HUMEDAD Creado por Meshcherskaya y Blazhevich en 1997. Es un índice espacial basado en dos
fórmulas: una para calcular las condiciones de sequedad (índice D) y la otra para el exceso de
humedad (índice M). Una vez establecida la situación de cada
estación, los índices M y D son sometidos a una media areal, obteniendo como resultado el % de territorio afectado por condiciones de sequía o humedad, para el periodo considerado (se aplicó para mayo‐junio, que es el que más influye en el
crecimiento del cereal en el granero exsoviético). Finalmente, el índice DM se
obtiene por la diferencia entre los 2 índices: Si es positivo el área padece sequía; si es
negativo, predominan condiciones de humedad.
Como el área productora de la ex URSS se caracteriza por tener una correlación
negativa entre precipitación y temperatura, los autores establecen los
umbrales a partir de los cuales un determinado periodo es seco
(precipitación inferior al 80% de la media y anomalía positiva de tª inferior a 1ºC) o
húmedo (precipitación superior a un 120% de la media y anomalía negativa de tª
superior a 1ºC).
Creado para el área reproductora de grano en la antigua exURSS.
Los umbrales de referencia se establecen en tres intervalos: seco, normal y húmedo. Cada uno de los cuales, se reparten el 33%
de las ocurrencias.
4. MEDIDAS DE MITIGACIÓN Y DE RECUPERACIÓN Es necesario plantear medidas con el objetivo de evitar un deterioro en las masas de agua
mientras la sequía se encuentre en fases de prealerta y alerta, pasando a incidir en medidas
que minimicen el deterioro de las masas de agua una vez se alcance el umbral de emergencia.
Asimismo, se adoptan medidas con las que se obtenga una recuperación del estado de las
masas de agua en el momento que la sequía se mitigue, superando el umbral de emergencia
en el proceso de retorno a la normalidad.
4.1. Tipología de Medidas En la siguiente tabla se recoge esquemáticamente la tipología de medidas de mitigación. El
estado en la que se encuentra la sequía, se define mediante el establecimiento de un
indicador.
TIPOLOGÍA DE LAS MEDIDAS DE MITIGACIÓN
ESTADO Normalidad Prealerta Alerta Emergencia
OBJETIVO Planificación Control – Información
Conservación Restricciones
TIPO DE MEDIDA
Estrategias Tácticas Emergencia
A continuación, se realiza una breve descripción de cada una de ellas:
Las medidas estratégicas: se desarrollan en estado de normalidad – prealerta y están
encaminadas a prevenir el deterioro del estado de las masas de agua incrementando
las disponibilidades, reduciendo las demandas y mejorando la eficiencia en el uso del
agua.
TIPOS DE MEDIDAS ESTRATÉGICAS O PREVENTIVAS
MEDIDAS PARA EL FORTALECIMIENTO DE LA OFERTA DE AGUA CON ACTUACIONES INFRAESTRUCTURA: Regulación, captación, desalación, transporte, interconexión…
MEDIDAS EN EL SISTEMA DE GESTIÓN: uso conjunto, intercambio de derechos, mantenimiento de reservas…
MEDIDAS PARA LA RACIONALIZACIÓN DE LA DEMANDA DE AGUA: mejora y modernización de infraestructuras y sistemas de aplicación del agua, fomento del ahorro, reutilización y reciclaje
MEDIDAS DE CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN DEL RECURSO Y DE LOS ECOSISTEMAS ACUÁTICOS
Las medidas tácticas: tienen por finalidad conservar los recursos mediante mejoras en
la gestión, uso conjunto de aguas superficiales y subterráneas y ahorros voluntarios en
las grandes unidades de consumo, persiguiendo también una prevención del deterioro
de las masas de agua. Para ello es necesario tener informados a los administrados
mediante campañas de concienciación y fomento de un uso del agua sostenible.
Conforme avanza la sequía puede ser necesario incorporar restricciones en usos no
esenciales y penalizar consumos excesivos.
Estas medidas tácticas se desarrollan a partir del estado de alerta y son actuaciones a
corto plazo planificadas.
Las medidas de emergencia: se activan en el estado de igual denominación, cuando ya
está avanzada la sequía, varían en función de la gravedad de la misma y su extensión o
grado de afección del territorio. Tienen por finalidad alargar al máximo tiempo posible
los recursos disponibles, para lo que es necesario establecer restricciones a los usos
menos prioritarios e incluso generalizar las restricciones en fases avanzadas, con el fin
de minimizar el deterioro de las masas de agua. A su vez, en el momento del paso por
este umbral hacia la normalidad, se preveen medidas para la recuperación, lo más
rápida posible, del estado de las citadas masas de agua.
4.2. Medidas de Mitigación de las Sequías A continuación, se han propuesto diferentes medidas, para mitigar las sequías:
1.‐ Estudio de reutilización de aguas residuales de los abastecimientos urbanos para
aprovechamiento de parques, jardines y campos de golf en épocas de sequía, evitándose
de esta manera un mayor consumo de la red de agua potable.
2.‐ Instar a las industrias a la realización de estudios en los que se analice la posibilidad de
aprovechamiento y reciclaje de sus propias aguas de vertido.
3.‐ Estudios de optimización de la gestión de aguas superficiales y subterráneas. La utilización
de las aguas subterráneas es una de las posibles formas de incrementar la oferta de los
recursos para satisfacer temporalmente las demandas. La utilización conjunta de los recursos
superficiales y subterráneos, mediante una correcta gestión de la explotación, podría satisfacer
la demanda. Así se aprovecharía la complementariedad hidrológica de los embalses
superficiales y de los acuíferos, aumentando la garantía de suministro.
4.‐ Estrecho control en la calidad de las masas de agua subterránea para prevenir su
deterioro: realizando un control de la cantidad (piezométrica) y calidad (química).
Especialmente cuando se considere como medida la redistribución de recursos
incrementando las extracciones de agua procedente de los acuíferos.
5.‐ Estudio para proponer la reasignación coyuntural de recursos. Partiendo del conocimiento
de los recursos hídricos existentes y sus demandas asociadas, se debe planificar la posibilidad
de asignar un recurso para cubrir otra demanda en caso de necesidad, en función de ciertas
prioridades.
6.‐ Mantenimiento de infraestructuras que estén actualmente en desuso y que se han podido
emplear o, en su lugar, podrán utilizarse para la superación de épocas de sequías. Esto implica
tener en cuenta las obras de rehabilitación precisas para la plena operatividad de estas
infraestructuras: cambio de equipos de bombeo, renovación del equipamiento eléctrico y de
instrumentación, reparación de conducciones, etc.
7.‐ Estudios de viabilidad de la variación de las cotas superiores de volúmenes de intercambio
posible de cada sistema hídrico.
8.‐ Necesidad de disposición, por parte de las administraciones públicas, de los medios
necesarios: humanos, técnicos y económicos, para incrementar la capacidad de control sobre
los regadíos y evitar la existencia de aprovechamientos sin derecho o fuera de turno.
9.‐Intensificación del control de los regadíos, evitando o mitigando de esta manera el abuso
con las correspondientes sanciones, así como la existencia de aprovechamientos sin derecho o
fuera de turno.
10.‐ Intensificar el control y vigilancia de los caudales ambientales en los puntos de control
establecidos, para evitar la existencia de grandes presiones en los ríos.
11.‐ Imposición de licencias limitadas para la extracción de agua y liberar el caudal de manera
controlada las reservas hídricas.
12.‐ Intensificación de la vigilancia sobre los vertidos, sobre la operatividad de las plantas
depuradoras y sobre la aplicación de las buenas prácticas agrícolas para evitar el deterioro de
las masas de agua.
13.‐ Prohibir el uso de mangueras y bombeo mediante disposiciones en tiempo de sequía en
estado de emergencia. Si fuera necesario realizar el suministro con camiones cisterna, para
atender el consumo humano.
14.‐ Aumento del esfuerzo en la potabilización de aguas procedentes de embalses cuya calidad
se haya deteriorado y su destino sea el abastecimiento urbano.
15.‐ Endurecimiento, dentro del intervalo legalmente establecido, de las sanciones que
corresponda en caso de no cumplir las normas acatadas.
16.‐Comunicación a la Red Eléctrica, en su calidad de Operador del Sistema Eléctrico, de las
medidas que se vayan a ir adoptando en las sucesivas fases de sequía, a fin de que puedan
emprender las acciones que consideren oportunas.
17.‐ A medida que se observe que la posibilidad de que se avecine una sequía aumente,
conviene establecer una mayor vigilancia de las variables que puedan indicarnos la evolución
de la sequía cada sistema de explotación.
18.‐ Se debe incrementar el control de indicadores de sequía. Una vez realizada la primera
fase, de indicadores generales, es recomendable realizar una segunda, con indicadores que
tengan en cuenta el análisis de otras variables hidrológicas que muestren el estado de la
sequía en los diferentes subsistemas. Además es conveniente incluir la medición de la calidad
de las masas de agua en los embalses destinados a abastecimiento urbano.
19.‐ Mejora de la gestión de los recursos hídricos para atenuar la presión del turismo y
prevenir el incremento insostenible previsto.
20.‐ Diseño de campañas de educación y concienciación para favorecer el ahorro de agua por
parte del ciudadano. Se persigue la reducción de su consumo sin necesidad de realizar
intervenciones técnicas sobre los sistemas de suministro o sobre los dispositivos de consumo
21.‐ Modificación coyuntural de las tarifas de abastecimiento, como de concienciación
ciudadana. Además, los cortes de agua están influyendo en la concienciación de la población
de que el agua es un bien limitado.
22.‐ Fomento de otras técnicas de riego que ahorren agua, como el riego por goteo, el uso de
aguas residuales tratadas como alternativa al agua potable para el riego…
23.‐ Activación de campañas de ahorro con las siguientes recomendaciones a las comunidades
de regantes:
Uso racional del agua
Mejora de los sistemas de aplicación de agua a la tierra
Ordenación de cultivos
Supresión de pérdidas en las conducciones
Elaboración de calendario de riegos para la obtención de un mejor reparto del
recurso entre todos los usuarios
Recomendación de cultivos de menor vulnerabilidad frente a la sequía
24.‐ Los abastecimientos urbanos, cuando no dispongan de Plan de Emergencia, se deben
imponer medidas drásticas de restricción al consumo con prohibiciones de:
Riego de jardines, praderas, árboles, zonas verdes y deportivas, de carácter público
o privado.
Riego y baldeo de viales, calles, sendas y aceras, de carácter público o privado.
Llenado de todo tipo de piscinas de uso privado.
Fuentes para consumo humano que no dispongan de elementos automáticos de
cierre.
Lavado con manguera de toda clase de vehículos, salvo si la limpieza la efectúa una
empresa dedicada a esta actividad.
Instalaciones de refrigeración y acondicionamiento privado que no tengan en
funcionamiento sistemas de recuperación.
4.3. Tipo de Flora Para Afrontar Las Sequías en el Mundo: Arbustos: Abutilon Hibridum, Arundinaria, Aucuba, Carpenteria Californiaca, Cleyera
Japonica, Coprosoma Repens, Cotoneaster, C. Microphyllus, Cycadacae, Eunonymus
Fortunei, Laurus nobilis, Ligustrum, Nandina Doméstica, Pittosporum, Sarcoccea, entre
otras.
Especies que se usan en zonas áridas de África, que necesitan una pluviosidad baja
(400‐700mm) son: Acacia Mellifera, Acacia Nilotica, Acacia Senegal, Bauhinia
Rufescens, Commiphora Africana, Euphorbia Balsamifera, Jatropha Curcas, Prosopis
Juliflora, Ziziphus Mauritiana, entre otras.
Tras un estudio realizado por el GIT de Mejoramiento Genético y Biotecnología de
INFOR en 2009, han llegado a las siguientes conclusiones:
o E. Camaldulensis es una especie reconocida por su capacidad de prosperar y
producir cosechas aceptables en suelos relativamente pobres y durante una
estación seca prolongada. Está siendo aplicada en la zona del Mediterráneo.
o E. Cladocalyx, E. Sideroxylon y E. Tereticomis son otras tres especies, que
tienen características similares a la anteriormente descrita.
o En zonas más áridas se comportan mejor las siguientes especies: E.cladocalyx y
C. Maculata.
o Además, para restaurar áreas secas y degradadas se están plantando especies
del tipo: Palma Sancona (Syagrus Sancona).
5. SITUACIÓN DE LAS SEQUÍAS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA: Es un fenómeno común a las condiciones climáticas de España y Portugal, por estar situadas
geográficamente entre la zona de circulación general del oeste de latitudes medias y el área de
influencia del anticiclón subtropical de los Azores. Los efectos pluviométricos de las secuencias
de sequía se manifiestan en mayor grado en las regiones meridionales de la península Ibérica.
España y Portugal son dos de los países más afectados de la Unión Europea por las sequías,
debido a la cantidad de población expuesta cuando se produce una secuencia de sequía y por
la frecuencia de aparición de estos episodios.
5.1. Aspectos Climáticos, Hidrológicos y Territoriales
Según los datos recogidos en los últimos años, en el conjunto de la Península Ibérica llueve lo
suficiente como para que se puedan abastecer las demandas existentes, tanto en España como
en Portugal. A esto hay que señalar que la irregularidad interanual e intraanual de estas
precipitaciones es una nota característica de los climas ibéricos. Además, dada la extensión
territorial y la distribución de los relieves en el conjunto de la Península Ibérica, estas lluvias
muestran un reparto regional muy desigual, las mayores cantidades se encuentran en las zonas
montañosas y áreas expuestas a los flujos húmedos del atlántico (borrascas frontales),
mientras que hay un descenso gradual hacia el sur, que se agrava a medida que nos acercamos
al territorio situado en el sureste. La sequía estival, no es un rasgo mediterráneo, sino de la
influencia subtropical que ejerce el Anticiclón subtropical de las Azores en esta época del año,
cuando su ascenso latitudinal, impide el paso normal de las borrascas y anticiclónica se vuelve
más persistente en el resto de estaciones del año, se darán las condiciones necesarias para el
desarrollo de un año de sequía, y si se mantiene esta circunstancia atmosférica durante más de
un año, se desarrollará una secuencia de sequía. Esto es un hecho común en la península
Ibérica, por su propia posición geográfica a caballo entre la zona de circulación del Oeste de las
latitudes medias planetarias y el área de influencia subtropical, representada en este caso por
el Anticiclón de las Azores.
5.1.1.‐ Situaciones Atmosféricas En la tabla siguiente, podemos llevar a cabo una clasificación, dependiendo de los climas
existentes en la Península, con las causas que producen las situaciones lluviosas o de ausencia
de lluvia:
CONJUNTO CLIMÁTICO SITUACIONES LLUVIOSAS SITUACIONES NO LLUVIOSAS
Climas de influencia atlántica ‐Borrascas atlánticas vinculadas a vaguadas de aire polar marítimo en altitud ‐Borrascas vinculadas a
advecciones de aire ártico marítimo (N)
‐Anticiclones vinculados a dorsales de aire tropical
marítimo (SO‐NE) ‐Anticiclones asociados a crestas de aire tropical
continental (S‐N) ‐Anticiclones de bloqueo
vinculados a circulaciones de tipo retrógrado
Climas de interior (continentalizados)
‐Borrascas atlánticas de aire polar marítimo en altitud ‐Borrascas vinculadas a
advecciones de aire ártico marítimo (N)
‐Desarrollos ciclogenéticos mediterráneos (baja de Argel,
baja Blear)
‐Anticiclones vinculados a dorsales de aire tropical
marítimo (SO‐NE) ‐Anticiclones asociados a crestas de aire tropical
continental (S‐N)
Climas de influencia mediterránea
‐Desarrollos ciclogenéticos mediterráneos (baja de Argel,
baja Balear) ‐Bajas vinculadas a gotas frías
sobre el Golfo de Cádiz. ‐Situaciones de borde de anticiclón vinculadas a circulaciones de carácter
retrógrado.
‐Anticiclones vinculados a dorsales de aire tropical
marítimo (SO‐NE) ‐Anticiclones asociados a crestas de aire tropical
continental (S‐N) ‐En el Sureste, paso de
frentes atlánticos desgastados tras su tránsito por la península (situaciones
de poniente).
5.2. Tipos de Sequías en la Península Ibérica
A partir del análisis de datos pluviométricos y efectos territoriales y económicos padecidos por
la mengua coyuntural de lluvias en las regiones ibéricas a lo largo del siglo XX, es posible
distinguir cuatro tipos básicos de sequía en España y Portugal, con una repercusión territorial
bien definida. A continuación, mostraremos un cuadro síntesis con las cuatro tipologías:
TIPOS DE SEQUÍA Y TERRITORIOS AFECTADOS CONFIGURACIONES ATMOSFÉRICAS CAUSANTES DE SEQUÍA
RASGOS BÁSICOS
SEQUÍA IBÉRICA Coyuntural
Toda la Península Ibérica (Portugal incluido), Baleares y Canarias
‐Dorsales de aire subtropical marítimo ‐Crestas saharianas
‐Dorsales anticiclónicas derivadas de situaciones de retrogresión de ondas que abrazan la totalidad
del territorio peninsular.
‐Rachas prolongadas de jornadas con dorsal subtropical en meses no estivales
‐Suelen desarrollarse “hiatos pluviométricos” ‐Concluyen con un episodio mensual de lluvias
abundantes ‐Aumento de jornadas invernales con heladas y
nieblas ‐Veranos atmosféricamente inquietos
‐Históricamente ha causado éxodo rural y emigraciones exteriores
‐Desabastecimientos urbanos de agua en poblaciones con precaria planificación de
recursos, graves daños económicos en la actividad agraria.
SEQUÍA CANTÁBRICA Eventual
Franja de clima oceánico del norte de España, norte de Castilla. Depresión del Ebro hasta
Aragón
‐Crestas saharianas ‐Dorsales anticiclónicas derivadas de situaciones de retrogresión de ondas con eje al norte de 45º N, que sitúan una vaguada (o depresión fría en altitud) en la mitad meridional de la península
Ibérica ‐Borrascas frontales con rumbo suroeste‐noreste que penetran por el Golfo de Cádiz (efecto Foehn
en la fachada cantábrica)
‐Descenso de precipitaciones que se cifra entre el 15 y 30% respecto a la lluvia normal anual.
‐Concluyen con un episodio estacional de lluvias abundantes
‐Coinciden con años de abundantes lluvias en la mitad sur peninsular
‐Las sequías de principios de siglo forzaron la emigración a América
‐La sequía de 1988‐90 manifestó la necesidad de una mejor planificación de recursos para fines
urbanos en la franja cantábrica.
SEQUÍA SURESTINA Estructural
Región climática del sureste peninsular
‐Dorsales de aire subtropical marítimo ‐Crestas saharianas con eje sobre 5º E (situaciones
mixtas vaguada / crestas) ‐Circulación zonal
‐Prolongan la duración de las secuencias de sequía ibéricas
‐Concluyen con un gran episodio de lluvias torrenciales.
‐Borrascas frontales procedentes del atlántico que penetran en la Península Ibérica por el noroeste o
suroeste.
‐Adaptación tradicional de actividades a la escasez natural de precipitaciones.
‐Históricamente han forzado éxodo rural y emigración al norte de África.
‐El trasvase Tajo‐Segura ha creado una falsa sensación de seguridad en años secos.
SEQUÍA CANARIA Estructural
Archipiélago canario. Muy afectadas las islas orientales.
‐Dorsales de aire subtropical marítimo. Alta de Ozores en superficie, tiempo de alisios. ‐Baja sahariana, advecciones saharianas
‐Ausencia de advecciones invernales intensas de aire polar o ártico.
‐Las rachas secas más prolongadas en las islas orientales.
‐Incremento de jornadas de tiempo sur en años muy secos
‐Suelen finalizar con un episodio de lluvias intensas
‐La presencia de desaladoras mitiga el impacto de la falta de lluvias en las ciudades
‐Imposibilidad de practicar, en las medianías, cultivos de patatas. Descenso del rendimiento de
la vid.
5.3. Efectos Económicos y Ambientales
Las sequías son uno de los peligros naturales que ocasionan repercusiones socio‐económicas y
territoriales más amplias en la península Ibérica. Las sequías ibéricas causan daños en el
conjunto del territorio ibérico, con grado diverso, de ahí que la cuantificación de daños sea
compleja. Es cierto que la actividad agraria es siempre la más afectada por las secuencias de
sequías, al ser la más expuesta a las condiciones ambientales, pero junto a ello la producción
hidroeléctrica o las actividades urbano‐turísticas pueden resultar también perjudicadas por la
falta de agua. En el periodo 1990‐95 se calcula que las pérdidas económicas ascendieron a
4400 millones de euros.
Además existe otro daño importante asociado con las sequías, como es el desabastecimiento
de agua de núcleos rurales y urbanos. Se han sucedido diferentes programas:
Plan Agua Roja: 1981‐83: para solucionar problemas de abastecimiento de agua
potable en diversas localidades españolas (Badajoz, Toledo y Sevilla) que se quedaron
sin agua, durante esos años. 2,7 millones de personas se vieron afectadas por las
sequías de estos años.
Plan Metasequía: plan desarrollado a principios de los años 90, que contempló la
ejecución de una serie de plantas desaladoras en diferentes localidades del litoral
mediterráneo español y los dos archipiélagos, para evitar problemas de
abastecimiento.
Año 2005, fue uno de los años hidrológicos más seco de las últimas décadas, muchos
municipios se vieron obligados a recurrir a camiones cisternas para el abastecimiento,
sobre todo en zonas de Cataluña y Aragón.
Además, es obligatorio destacar los daños que recaen en los efectos ambientales vinculados a
las sequías, que se manifiestan en la pérdida de agua en lagunas y humedales y en la
proliferación de incendios forestales, que, en años secos, experimentan un incremento
irracional.
Debido al descenso en el nivel de las láminas de agua de lagunas y humedales, llegando incluso
a su completa desecación, se ven muy afectadas la fauna y la vegetación que se desarrolla en
estos espacios húmedos.
A ello se une la pérdida de calidad de las aguas superficiales y subterráneas o la falta de
recursos pluviométricos y el descenso de niveles piezométricos en los acuíferos. En algunos
acuíferos del sureste de la península Ibérica se han comprobado descensos de 20 m en sus
niveles en años de sequía severa.
5.4. Diferentes Percepciones de la Sequía en el Estado Español
TIPO DE PERCEPCIÓN CARACTERÍSTICAS DE LA PERCEPCIÓN
PERCEPCIÓN TRADICIONAL Adaptación de las condiciones naturales de cada territorio: ‐Selección de cultivos resistentes a la sequía en espacios áridos‐Aprovechamiento de aguas pluviales en los domicilios (aljibes)
‐Aprovechamiento de aguas de avenida
PERCEPCIÓN DE LAS ADMINISTRACIONES
‐La sequía es un fenómeno que permite justificar la ausencia de actuaciones necesarias para paliar la falta de agua en una
región. ‐No se desea que se produzca una sequía, pero cuando tiene lugar se remite a su consideración como fenómeno natural
extraordinario.
LA SEQUÍA PARA LA AGRICULTURA PLUVIAL
‐La sequía provoca abandono de campos ‐Si las parcelas se sitúan en laderas se activan los procesos
erosivos.
LA SEQUÍA EN REGADÍOS EXTENSIVOS
‐Ante una secuencia de sequía es preciso encontrar recursos de agua.
‐Se acude a la explotación de aguas subterráneas ‐Se demandan aguas foráneas (trasvases)
LA SEQUÍA PARA LA AGRICULTURA DE VANGUARDIA
‐Esta agricultura requiere agua, pero no lluvia in situ, porque mancha frutos, actica plagas y reduce, en definitiva, el valor
comercial de los productos. ‐Se recurre al procedimiento de “siembra de nubes” con
yoduro de plata para evitar la lluvia en las parcelas. ‐No hay preocupación por la sequía mientras hayan recursos
de agua para poder regar.
LA SEQUÍA EN LA CIUDAD ‐No se percibe el problema de la sequía mientras salga agua del grifo.
‐Las restricciones de agua provocan protestas en demanda de soluciones.
LA SEQUÍA PARA LA ACTIVIDAD TURÍSTICA
‐El turismo de sol y playa, y, en general, las actividades de ocio al aire libre, valora la abundancia de días despejados, sin
lluvia. ‐No se percibe el problema de la sequía mientras esté
asegurado el abastecimiento domiciliario. ‐La mala planificación de recursos de agua provoca problemas
de restricciones.
PERCEPCIÓN AMBIENTAL DE LA SEQUÍA
‐Se vinculan los episodios de sequía a la cuestión del cambio climático
‐Se aprovechan las épocas secas para crear un estado de opinión sensible al problema de la desertización.
5.5. Actuaciones Frente a las Sequías en la Península Ibérica
ACTUACIONES MEDIDAS
ACTUACIONES TRADICIONALES ‐Acueductos ‐Embalses
‐Perforación de pozos ‐Aprovechamiento de aguas pluviales (aljibes)
‐Riegos de turbias ‐Rogativas pro pluviam
ACTUACIONES ENCAMINADAS A INCREMENTAR KA OFERTA DE RECURSOS
EXISTENTES
‐Incremento artificial de precipitaciones ‐Sobreexplotación de acuíferos
‐Trasvases ‐Desalación de aguas marinas y salobres
continentales
ACTUACIONES ORIENTADAS AL APROVECHAMIENTO RACIONAL DE LOS
RECURSOS EXISTENTES
‐Educación ambiental. Medidas de ahorro en los domicilios.
‐Planificación racional de los usos agrarios del agua (políticas agrarias, ordenación de regadíos, selección de cultivos rentables, adopción de sistemas de riego localizado) ‐Reutilización de guas residuales depuradas ‐Control de pérdidas y moderación del gasto
en espacios urbanos.
** Actualmente una de las normativas que están teniendo importancia en el control de las
sequías es la Normativa Marco del Agua y la nueva sensibilidad ambiental que rige la
planificación y gestión de los recursos de agua, están incentivando medidas orientadas a
satisfacer las demandas con un menor impacto territorial (depuración y reutilización, y
desalinización); en lugar de grandes obras públicas (grandes embalses, trasvases…).
5.6. Tipos de Cultivos Utilizados en España
Los cultivos que se usan en España de secano, es decir, que no necesitan abundante riego son:
Cereales: cebada, trigo, avena, centeno
Legumbres: garbanzos, guisantes, habas
Árboles frutales: almendro, albaricoquero, olivo.
Otros árboles: algarrobo
Vid
Hortícolas: cebollas, melones, tomates.
6. CONCLUSIONES: Las conclusiones a las que se pueden llegar, teniendo en cuenta los textos estudiados son las
siguientes:
1.‐ Aunque una sequía es fácil de reconocer, es complicado solucionarla.
2.‐ La sequía es el resultado de una combinación de factores meteorológicos, físicos y
humanos. Siendo la causa principal, el déficit de lluvias. Además, la evapotranspiración y la
temperatura, pueden agravar el problema. En cuanto a los factores humanos, destaca el
crecimiento demográfico, las prácticas agrícolas, la modificación del uso del suelo…
Climatológicamente, se puede ver afectado por cambios en el modelo de circulación
atmosférica.
3.‐ La gravedad de una sequía no es simplemente una función de la magnitud del déficit de
precipitación, sino que depende del momento del déficit y de su extensión geográfica.
4.‐ La temperatura es una importante fuerza motriz en las sequías de verano e invierno.
5.‐ Las recientes sequías han demostrado que los factores socioeconómicos impulsan la
demanda de agua y hacen que sean vulnerables a la sequía, incluso en zonas más húmedas.
6.‐ Las recientes sequías han favorecido la concienciación ciudadana sobre la fragilidad de los
recursos hídricos en muchas áreas y las consecuencias de la sequía para el ambiente y el
suministro de agua.
7.‐ Los principales impactos de la sequía son: problemas de suministro de agua debido a la
escasez de la misma y deterioro de su calidad, la pérdida del cultivo y ganado, el aumento de la
contaminación de los ecosistemas de agua dulce y la extinción regional de especies animales.
8.‐ Es fundamental la gestión de la demanda de agua, para conseguir una reducción del
consumo y reducir la vulnerabilidad del sistema.
9.‐ Para alcanzar el objetivo de una gestión sostenible del agua es necesario alcanzar un
equilibrio entre los usos extractivos, usos en el cauce, vertidos de efluentes y el impacto de las
fuentes difusas.
10.‐ Es fundamental la mejora del rendimiento de los servicios de distribución: mejora de
infraestructuras, mejora de la organización y gestión, mejora en la determinación de las
necesidades de los cultivos…
11.‐ En épocas de sequía se recurre a las aguas subterráneas de los acuíferos, utilización de
embalses, transvases entre cuencas.
12.‐ Faltan técnicas que predigan la exactitud de la proveniencia de una sequía y existen pocas
recomendaciones técnicas para la gestión del agua en situaciones de sequía.
7. BIBLIOGRAFÍA http://es.wikipedia.org/wiki/Sequ%C3%ADa
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¿Riesgos Naturales? Sequías e inundaciones I. Autor: Jorge Olcina Cantos, edición del
año2006, editado por editorial Davinci.
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0CEEQFjAC&url=http%3A%2F%2Fwww.cdmb.gov.co%2Fweb%2Findex.php%3Foption
%3Dcom_docman%26task%3Ddoc_download%26gid%3D802%26Itemid%3D470&ei=D
DnlUZCLNIic0AW40IDACA&usg=AFQjCNFqnSBYy‐
hsYmclAdHiYpaxMqZdSg&sig2=KZcxBjenckysEyGsmQBy5A&bvm=bv.48705608,d.d2k
http://www.ibiblio.org/jardines/articulo6/articulo6.html
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