Karlos Bernabé Martínez Militante de Izquierda Unida.
[IZQUIERDA UNIDA: LA NECESIDAD DE UNA VERDADERA REFUNDACIÓN.]
Izquierda Unida: La necesidad de una verdadera refundación.
Karlos Bernabé
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1-INTRODUCCIÓN 2
2-DISCURSO POLÍTICO: LA PÉRDIDA DE UN LENGUAJE PROPIO. 4
3- MIRANDO A ESTRIBOR: LOS ETERNOS PACTOS A LA DERECHA. 9
4-INSTITUCIONALISMO PASIVO. 11
5-AUSENCIA DE AUTOCRÍTICA. 19
6-IU Y EL CONFLICTO VASCO, UNA CONTRADICCIÓN MUY INCÓMODA.. 20
7- IU Y CCOO: EL AMOR INCONDICIONAL SALE CARO 25
8-CONCLUSIONES: 27
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1-INTRODUCCIÓN La concepción de la crisis como “oportunidad” ha sido un recurso muy manido durante
los últimos años. Especialmente activas han sido las voces de la progresía en este sentido, que
no han dudado en ofrecer absurdas explicaciones de la crisis basadas en “falta de valores”,
“codicia” o “incompetencia política” proponiendo como solución reformas tan simbólicas
como inefectivas. Desviando de paso la atención hacia las causas estructurales del drama
social que vivimos. No podemos obviar tampoco el hecho de que ciertos sectores de la
izquierda supuestamente real han caído en cantos de sirena de ese estilo, participando del
guión político diseñado para estos momentos sin ser capaces de poner el dedo en la llaga del
capitalismo. Es preciso utilizar esa “oportunidad” de la que tanto hablan acerca de la crisis
desde la trinchera de la izquierda, desde posiciones anticapitalistas que aboguen por un
cambio revolucionario que vaya más allá de cambios parciales.
Estamos ante una coyuntura en que los reajustes del capitalismo están siendo tan
salvajes que difícilmente pueden ser ya parapetados bajo las clásicas cortinas de humo del
progreso que hasta hace bien poco eran pan de cada día. Mientras esto sucede, un PSOE que
siempre estuvo a los servicios del capital se ha visto obligado en la pasada legislatura a hacer
más patente su verdadera naturaleza, lo cual ha conllevado una brecha importante con su
base social. A su vez, gran parte de la población está tomando parte en movimientos que
promueven un escepticismo respecto al sistema político. Este descontento , pese a carecer
todavía de una conformación ideológica clara, es símbolo de una ira naciente frente al
sistema. Es en este momento donde la izquierda anticapitalista debe tener la habilidad de
organizarse de forma tal que aúne a esa clase trabajadora que desarrolla , poco a poco, su
conciencia de clase y está en disposición de retomar una lucha que para la clase antagónica
nunca cesó. A este respecto diversas plataformas e iniciativas políticas recientes y antiguas
pueden ser muy esperanzadoras.
Izquierda Unida debe ser, inevitablemente, parte de este proceso. Según sus
documentos tiene como meta última la “transformación del actual sistema capitalista en un
sistema socialista democrático”1 . No obstante se ha producido una disonancia entre objetivo y
1 Estatutos de la IX Asamblea Federal
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método. El carácter reformista del partido, pulido todo a lo largo de la mal mitificada
transición, su aquiescencia con ciertas maniobras de la derecha y la falta de dureza en el
discurso, han tomado cierta hegemonía en una IU que dista mucho de ser peligrosa para el
sistema o de ser el eje sobre el que articular un polo anticapitalista. Por ello y por la creciente
discrepancia entre parte de las bases y las actuaciones de las cúpulas de IU se hace
especialmente necesaria la realización de un debate profundo, sostenido y crítico que, desde
la premisa de que el objetivo último no es reformar el capitalismo sino derrotarlo, contribuya a
clarificar de dónde viene IU, dónde está y a dónde pretende ir en el futuro.
Este texto no tiene pretensiones científicas: no se hace un análisis exhaustivo de las
diversas causas que han podido contribuir a que nos encontremos en una u otra situación ni se
elaboran modelos teóricos robustos que traten de explicarlo. Sí se presenta, sin embargo
suficiente evidencia empírica que, junto con algunas aportaciones teóricas, permiten
defender que no es descabellado sostener ciertas hipótesis que, en mi opinión, deben ser
debatidas. No es otro el objeto de este trabajo: generar una discusión que ayude a clarificar la
naturaleza e ideología de IU y sus consecuencias a nivel social. Lejos de cualquier pretensión
epistemológica de generar conocimiento nítido sobre IU, la meta es buscar elementos que
señalan la brecha entre la base social y parte de las cúpulas y estrategias del partido. Esta
brecha debe servirnos de base para el debate, la autocrítica y la transformación política. Desde
luego que no se tratan todos los temas posibles ni desde todas las ópticas necesarias. Se trata
más bien de una aportación más, a la voluntad de autocrítica que tiene un flujo creciente
desde abajo sin terminar de encontrar respuesta arriba. No es, pues, un trabajo técnico, sino la
síntesis y defensa de una serie de opiniones relativas a Izquierda Unida.
Por otra parte, siempre que se cuestiona una estructura, inevitablemente se está
haciendo crítica de la labor que han desempeñado ciertos sujetos en la misma. Lejos de ser
una crítica personal, este texto tan sólo pretende hacer una crítica política. La labor denodada
de muchísimos militantes que sin apenas gratificación material o social luchan día a día por
una sociedad más justa es obvia y muy meritoria. Sin embargo, reconocer este esfuerzo no
debe ser incompatible con realizar una crítica constructiva del mismo. De lo contrario
descenderíamos suavemente por la pendiente del dogmatismo.
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Aprovecho para pedir disculpas anticipadas por los defectos de estilo, lenguaje y
errores que, dada la premura con que se realizó el trabajo, a buen seguro abundarán en
algunas partes del documento.
2-DISCURSO POLÍTICO: LA PÉRDIDA DE UN LENGUAJE
PROPIO. “Al calificar indistintamente al “burgués” y al proletario como “ciudadano”, para acabar hasta
con los antagonismos verbales, Bernstein identifica al hombre general con el burgués y a la
sociedad humana con la sociedad burguesa”2
Rosa Luxemburgo
Aunque la práctica discursiva es un elemento importante, el valor último del sujeto
revolucionario no reside en la calidad o forma de sus discursos, sino en sus actos, siendo estos
los que determinan aquellos. Este criterio nos permite evaluar a actores y grupos políticos no
tanto en base a lo que dicen como a lo que hacen. ¿Acaso ha habido a lo largo de la historia
alguna facción política que, a la hora de justificar su dominio, no hablara de un mundo mejor y
más justo? ¿Existe en la actualidad algún partido político que no utilice fórmulas similares al
hablar de “desarrollo” o “bienestar social” valiéndose incluso de conceptos de tradición
izquierdista como democracia, popular, trabajadores?. Es por ello que en la acción política, al
menos desde una óptica izquierdista se evalúan, insistimos, hechos y no palabras. Sin
embargo, el discurso también goza de cierta importancia a la hora de analizar un movimiento
político, especialmente si dicho movimiento trata de romper el estatus quo, como debiera ser
el caso de IU. En estos casos, si bien la presencia de palabras no es aval de nada, su ausencia sí
puede ser significativa. Dicho de otra forma: que un grupo político utilice un lenguaje
revolucionario no garantiza que lo sea, pero que nunca lo use o tenga miedo a hacerlo,
posiblemente nos garantice que no lo es. El discurso se convierte entonces en un requisito
necesario pero no suficiente. Ahí reside un problema importante de IU, que es incapaz de
endurecer su lenguaje tanto como la realidad. Las fórmulas que deberíamos defender:
2 Reforma o Revolución. Rosa Luxemburgo
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“anticapitalismo”, “poder popular”, “revolución”, “desobediencia civil”, “socialismo” o bien los
calificativos que no deberíamos temer usar para calificar al estado y sus dirigentes:
“criminales”, “burguesía”, “explotadores” “ladrones” resultan demasiado incómodos de
pronunciar en las comunicaciones oficiales de nuestra organización. Las intervenciones
institucionales son reveladoras a este respecto. Sin perjuicio de que en ciertos momentos o
interacciones con algunos sectores de trabajadores las soflamas más revolucionarias deban
relegarse en aras de mensajes más pedagógicos y emocionales que apelen, si se quiere, al
sentido común, lo que queremos señalar es la sistemática ausencia de un lenguaje rupturista
con el impuesto por el orden establecido. En los debates sobre el estado de la nación habidos
entre 2005 y 2011, junto con las intervenciones en las sesiones de investidura de 2008 y 2011
términos como “clase capitalista”, “explotación” ,“anticapitalismo”, “socialismo”, o “clase
trabajadora”3 brillan directamente por su ausencia. Es como si temiéramos romper la barrera
de lo políticamente correcto perdiendo unos cuantos votantes renegados de la progresía, que
parecen ser nuestro único objetivo. Obviamente, el lenguaje puede variar siempre y cuando se
mantenga fiel a su referente en la realidad. Que IU utilice “ciudadanía” y “trabajadores” en
lugar de “clase trabajadora” no es de por sí relevante, tal vez no pasaría nada si las utilizase
como equivalentes, el problema es, sin embargo, que a este cambio en el lenguaje de nuestra
organización subyace en ocasiones un análisis interclasista en el que se han interiorizado,
como ahora veremos, los conceptos del poder establecido.
Así pues, si hemos perdido el lenguaje útil para cuestionar todo un sistema, ¿cómo lo
recuperaremos?. Es ingenuo esperar que el sistema vaya a cuestionarse espontáneamente a sí
mismo a menos que tenga pensado un plan mejor que, a buen seguro, no nos gustará.
Mientras los partidos que pretendan derrotar al sistema no saquen a la luz los conceptos
sobre los que éste perpetúa la explotación, será muy difícil recuperar la conciencia de clase
perdida. Por su parte, el pensamiento dominante ha ido borrando del imaginario colectivo
3 Transcripciones de las intervenciones de IU en los debates sobre los estados de la nación
2005,2006,2007,2009,2010 y 2011 en: http://www.rebelion.org/docs/15349.pdf ;
http://www.izquierda-unida.es/node/844 ; http://www.izquierda-unida.es/node/3547 ;
http://maldicequenoespoco.blogspot.com.es/2009/05/discurso-gaspar-llamazares-en-el-debate.html ;
http://www.youtube.com/watch?v=9quN9mp2gaw (sin transcripción) y http://www1.izquierda-
unida.es/node/9018 respectivamente. Intervenciones en las sesiones de investidura de 2008 y 2011 en:
http://www1.izquierda-unida.es/node/9841
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ciertos conceptos básicos cuyos referentes reales no han desaparecido en absoluto. Que no se
discuta en los parlamentos sobre la lucha de clases no anula la existencia de la misma; la
ausencia de referencia a la explotación y la dictadura del capital tampoco elimina esas
realidades inherentes al sistema y así sucesivamente con muchos otros conceptos. Como
avanzara George Orwell en su 1984 no se puede pensar sobre los términos de los que se
carece, no se puede construir el socialismo si obviamos los conceptos básicos del capitalismo.
Esta estrategia por parte del establishment político es perfectamente lógica, toda vez que al
eliminar estos conceptos se aborta la posibilidad de cuestionarlos. IU, en tanto que grupo que
debiera estar contra el sistema político ha caído en esa trampa lingüística, haciendo suyo un
vocabulario perteneciente al enemigo. Mientras los grandes grupos políticos, mediáticos y
financieros han ido asentando su noción de democracia, libertad, justicia, estado…nosotros ,
en lugar de mantener viva la controversia oponiéndonos a la falta de contenido y al carácter
falaz de esos términos, nos hemos dejado llevar por su dulce harmonía, interiorizándolos y
perdiendo por tanto la capacidad de trascender la significación que se las ha impuesto.
Si antes hablábamos de los términos que no aparecen en las intervenciones de IU
ahora toca mencionar los que sí lo hacen. En los mismos discursos revisados anteriormente
aparecen con cierta recurrencia términos como “democracia” “sistema democrático”
“regeneración democrática” , “empobrecimiento de la democracia” “revitalización
democrática” etc., a todas ellas subyace la idea de que el estado en efecto es democrático
pero no tanto como a IU le gustaría. Se antoja difícil hablar de estados capitalistas “un poco”
democráticos de la misma forma que no se puede hablar de mujeres “un poco” embarazadas.
Existen, en todo caso, sistemas democráticos mejorables, la pregunta es ¿es ese realmente el
caso del capitalismo? ¿es un sistema democrático mejorable o es más bien una dictadura del
capital con coberturas pseudodemocráticas?. Otro tanto sucede con el propio término
“capitalismo” que aparece tímidamente en alguno de estos discursos, especialmente en la
época más reciente (cuando hasta los líderes mundiales, más hábiles y rápidos que nosotros ya
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hablaban también de reformar el capitalismo4). Lo preocupante no es sólo lo poco que
aparecía el concepto sino la forma en que lo hacía, no dejando claro si luchamos contra él o si
pretendemos darle un par de retoques5. Más inquietantes son, si cabe, las referencias a los
“giros” a la derecha del PSOE en los que se insistió en la legislatura 2008-2011. La cuestión es
que para girar a la derecha hemos de presuponer que se ha estado en la izquierda (y lo peor,
que se puede volver con facilidad), a este respecto sería interesante que ciertos sectores de IU
aclararan en qué momento desde 1978 hasta hoy el PSOE ha sido un partido de izquierdas.
Cuesta adivinar base izquierdista entre los GAL, el caso FILESA, el mantenimiento del
concordato con el Vaticano , los procesos de privatización y las alianzas con ciertas dictaduras.
El PSOE no ha girado a la derecha porque siempre estuvo en ella, a despecho de lo que ciertos
sectores de IU vean o quieran ver.
Este empobrecimiento lingüístico ha venido de la mano de una suerte de amnesia
estratégica. Estamos librando cada día pequeñas batallas contra diferentes instancias de poder
sin contribuir a que la población desarrolle una visión holística de la guerra que eso supone
contra el capital. Reformas y ataques de todo tipo parecen ser concebidos como partidas de
ajedrez aisladas en lugar de como partes inseparables de un mismo proceso, la contradicción
capital-trabajo. “Hemos perdido esta reforma, ganaremos la siguiente” parecen pensar
algunos. Pero cada nueva reforma del sistema nos lleva a una situación peor que la anterior,
donde nos encontramos con que en esa nueva situación luchamos una batalla inconexa con la
experiencia previa en la que aspiramos únicamente a contener las nuevas ofensivas, y así
sucesivamente. De esta forma perdemos la perspectiva de una visión global en la que
entendamos que, pese a pequeñas y excepcionales victorias, la dinámica de retroceso social y
consolidación del capital es innegable sin que IU esté utilizando las mismas como prueba
4En las cumbres del g20 habidas desde el 2008 ya se hablaba de reformas estructurales y algunos líderes
del capitalismo hablaban de reformarlo. conclusiones del g20 en la cumbre de 2008 en
http://www.soitu.es/soitu/2008/11/16/actualidad/1226845979_138804.html. “Sarkozy defiende una
reforma "urgente" del capitalismo” en http://www.publico.es/dinero/185297/sarkozy-defiende-una-
reforma-urgente-del-capitalismo
5 “Las soluciones neoliberales para los problemas del capitalismo han fracasado; esas políticas son ya
inviables para garantizar un desarrollo humano sostenible.” Esta frase de Cayo Lara en el discurso de
investidura de 2011 no deja nada claro si estamos tan sólo en contra de las recetas neoliberales o si, por
el contrario, estamos en contra de esas recetas en particular y del capitalismo en general.
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patente de la contradicción capital-trabajo con la que germinar la conciencia de clase que nos
haga pasar a la ofensiva. Dicho de otra forma, ¿si nos opusimos a Maastricht, por qué no lo
recordamos siempre que podemos? ¿Si nos opusimos a los tijeretazos del PSOE en pensiones y
derechos laborales por qué ahora damos el mensaje tácito de que el monstruo de los recortes
es el PP? Hemos de tener el valor de ir más allá de lo inmediato, cuestionando no sólo las
agresiones directas y actuales del poder (una reforma de las pensiones o un salvamento
bancario) sino también, y más importante, las principales herramientas con las que éste se
sustenta, de lo contrario no seremos más que retenes concentrados en salvar este o aquel
árbol mientras todo el bosque arde a nuestro alrededor. No podemos seguir tolerando por
más tiempo que sean las instancias de poder las que establezcan las coordenadas del debate
político cuando la libertad real consiste precisamente, como afirma Slavoj Zizek en “trascender
las coordenadas de una situación dada”6. Debemos discutir cada reforma que practique el
poder, desde luego, pero siempre recordando que más importante que ella, es el contexto en
el que se da y las reglas del juego de las que se sirve. Mantenernos en los esquemas de
confrontación a los que invita de una u otra forma el sistema es un suicidio.
En resumen, a IU le faltan muchas cosas por hacer, pero también por decir. Sólo
podremos realimentar el enterrado debate no sobre cómo gestionar el sistema sino sobre el
sistema en sí recuperando un lenguaje propio, en el que recupere un análisis de la realidad
coherente con nuestros objetivos y los medios de los que necesitemos valernos en este
momento histórico. A este respecto puede abrirse un debate interesante. Está claro que
ciertos grupúsculos de izquierda, tanto políticos como sindicales, se esfuerzan en mantener
una cohesión ideológica brutal, alejándose así de la clase trabajadora. Usan términos y
practican análisis políticos que se antojan imposibles de entender para los trabajadores
alienados y esto no es ninguna solución, pues es pureza sin efecto. Un grupúsculo con una
ideológica ultraizquierdista máxima que se resiste a ser permeable por las clase trabajadora y
que, a su vez, no influye en esta no parece ser el camino. Sin embargo, una organización
política como IU, con una estructura relativamente poderosa que ha asumido totalmente el
lenguaje de las instancias de poder, que se resiste a ser permeable por la izquierda radical y
que ha perdido conceptos básicos del lenguaje de izquierdas, tampoco parece ser la mejor vía.
6 Prólogo al Tratado de la servidumbre liberal de Jean-Léon Beauvois.
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3- MIRANDO A ESTRIBOR: LOS ETERNOS PACTOS A LA
DERECHA. “O acabamos con la política de alianzas establecidas en IU o esta política acabará con nosotros”
7
Juan Manuel Sánchez Gordillo
Es posible que en ciertos momentos históricos haya que barajar las alianzas y
pequeñas cesiones si con estas nos acercamos más a nuestros objetivos últimos. IU nació con
ese espíritu de federación de partidos donde el catalizador fue la negativa a permanecer en la
OTAN pero donde también subyacía la idea de un frente que frenara el avance del capitalismo
auspiciado por PSOE, PP y burguesía periférica. No obstante ello, esa idea tan utópica de
frente popular ha acabado pareciendo más a un frente progresista. Y es que, un breve repaso
de la reciente historia de IU nos muestra que la política de pactos tanto electorales como de
gobierno ha estado orientada siempre hacia la derecha8: verdes, republicanos liberales,
progresistas, socialdemócratas, pasando incluso por la burguesía nacionalista (PNV).9 Toda
suerte de alianzas electorales con partidos de corte progresista (o ni siquiera eso) que, en el
mejor de los casos tenían propuestas con ciertos tintes socialdemócratas, pero que en la
mayoría de ocasiones eran directamente hueras y sin base alguna. Ello llevó aparejado una
falta de conexión, cuando no enfrenamiento directo, hacia otras fuerzas de la izquierda
anticapitalista. Es curioso cómo IU hace ímprobos esfuerzos por aglutinar en su seno a ciertos
sectores de la burguesía o a grupos verdes de dudosa ideología y praxis pero parece sentir
renuencia hacia grupos de corte más revolucionario. Mención aparte merecen nuestras
7 http://www.lamanchaobrera.es/?p=3708
8 Tal vez el abuso del espectro político “tradicional” como continuum izquierda-derecha puede ser algo
tosco pero me he valido de esta noción para simplificar el mensaje.
9 Sería imposible recoger aquí todos los pactos que ha habido en las diferentes esferas. Baste recordar
algunos ejemplos: el pacto de gobierno con el PNV en 2001; la alianza permanente en Catalunya con
ICV; el desgraciado Compromís pel País Valencià en el que se pactó con “verdes” y burgueses
valencianistas y ,por último, los sistemáticos pactos con el PSOE siendo el de la Junta de Andalucía uno
de los más recientes y vergonzantes.
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relaciones con el internacionalismo independentista de Euskal Herria y Catalunya, donde
pareciera que pretendemos ignorar la cuestión de la emancipación nacional como si ésta no
tuviera relación con la económica. O peor, como si realmente no deseáramos ni la una ni la
otra. Todo esto sin olvidar nuestra permanente disposición a ser el bastón de apoyo del PSOE.
Partido que ha contribuido enormemente al apuntalamiento del capitalismo en nuestro estado
y que ha hecho un daño incalculable a la población. Algún día, IU deberá dar algunas
explicaciones y pedir disculpas.
En resumen, IU se ha pretendido erigir como una fuerza dispuesta a converger con
aquellos grupos dispuestos a luchar contra el sistema. Esto es de todo punto falso, pues se han
fomentado las alianzas tanto con el reformismo como con la misma derecha. Además, esto
tiene algo peligroso, cuando IU hace pactos exclusivamente hacia su derecha de alguna forma
está dando el mensaje implícito de que las iniciativas a su izquierda no son válidas o no
merecen la pena, participando así en la política de los medios de comunicación que constriñen
el elenco de posiciones políticas que un ciudadano puede aceptar. En otras palabras, seguro
que a algunos compañeros les irrita que aún haya gente que piense que votar a la izquierda es
votar al PSOE porque el resto es tirar la papeleta. Hagamos un ejercicio de extrapolación e
imaginemos qué sentirán compañeros de ciertos grupos minoritarios con los que podemos
discrepar pero sin dejar de reconocer su anticapitalismo cuando escuchan que el “voto útil”
de la izquierda es el de IU.
Tenemos que insistir además en las consecuencias que dichos pactos nos están
ocasionando. Cada vez son más los trabajadores que reniegan de IU dado que, en última
instancia, perciben que ésta no solventa sus problemas. El caso más reciente y flagrante lo
tenemos en la Junta de Andalucía, donde IU decidió hacer un pacto de gobierno con el PSOE.
Lo primero que hizo la junta fue aplicar recortes bajo la excusa de que, de otra forma, el
gobierno del PP intervendría, por lo que otra salida era imposible. Ni es este el lugar ni yo la
persona indicada para dar lecciones sobre lo que ocurre en Andalucía, pero me gustaría
resaltar dos ideas claves. La primera es que las carencias estructurales que sufre la nación
andaluza así como buena parte de los problemas que la Junta tiene que afrontar son en gran
medida culpa del PSOE con el que se ha pactado. Además, IU-Andalucía se justificó por los
recortes realizados aduciendo que “la consecución del 1.5% de déficit público para
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Andalucía”10 era clave para evitar el lobo del PP. El cinismo de esta justificación no puede ser
mayor porque la limitación constitucional del déficit presupuestario en las AA.PP, (arma clave
para corregir el déficit social) fue obra de una alianza entre PP y PSOE para elevar esta
limitación a rango constitucional.11 O sea, que IU, en pacto con el PSOE, justificó una agresión a
los trabajadores andaluces en base a una norma que implementó previamente su propio socio
gobierno. Uno no sabe que teoría aplicar para explicar estos fenómenos políticos: si la ceguera
social o la conspiración intencional. La segunda cuestión, más teórica pero no menos
importante es bien sencilla, lo posible es un concepto ideológico y no absoluto, la frontera
política entre lo posible y lo imposible no está ni más ni menos que en los medios que uno esté
dispuesto a emplear. En la antigua Roma un mundo sin esclavos era imposible según la
ideología dominante, lo que diferenció a Espartaco de inútiles oradores fue que él utilizó sus
escasas armas para ampliar el horizonte de lo posible en lugar de intentar liberarse siendo el
mejor gladiador, que es equivalente a lo que hace IU luchando en la arena de los parlamentos
mientras los césares de los negocios contemplan el espectáculo. Desde luego que no recortar
en Andalucía era imposible. Y lo era precisamente a fuerza de tragar con las reglas del juego
del capital. Jugar a lo misma estrategia institucionalista de PP y PSOE y estar más preocupados
por limar las contradicciones del capital que de destruirlo, a fuerza de todo eso es como la
frontera de lo posible la marcará siempre el capital, y no los pueblos.
4-INSTITUCIONALISMO PASIVO. “Por suerte, cada vez son más las izquierdas que comprenden que, si el poder reside fuera del parlamento,
la lucha fundamental para derrocarlo también tendrá lugar fuera del mismo.” 12
Manuel M. Navarrete
IU presenta una estrategia invariable en la que, en mayor o menor grado, siempre se
da primacía a la lucha institucional sobre la social. Los éxitos, fracasos, avances y retrocesos
han sido ponderados en clave exclusivamente electoral. Asimismo, se ha construido un
10
http://www.iuandalucia.org/sites/default/files/HOJA%20INFORMATIVA%206.pdf
11 http://www.publico.es/espana/392772/psoe-y-pp-pactan-limitar-el-de-cit-en-la-constitucion
12 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=138602
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discurso político falaz que daba a entender que ambiciosos objetivos que, sin ser plenamente
revolucionarios, sí ponían en entredicho al sistema económico, podían ser conseguidos por la
vía estrictamente parlamentaria. En el tercer punto básico del programa electoral de 1986 se
habla de “medidas nacionalizadoras” y en el punto 1A de Reformas de Estructura se
mencionan las “nacionalizaciones de grandes bancos”. También se habla de la
“nacionalización” de las cajas de ahorro en el punto 5 de las Propuestas Económicas para salir
de la crisis en el programa electoral de 201113. Pensar que metas que ponen en entredicho los
privilegios básicos de la clase dominante podían alcanzarse por la vía estrictamente política
suponía ignorar la experiencia histórica global de las luchas de la izquierda donde, en estados
aparentemente democráticos la represión más brutal no ha tardado ni un segundo en aflorar
como respuesta a iniciativas políticas peligrosas para el status quo (véanse la miríada de golpes
de estado y asesinatos políticos en Latinoamérica y África auspiciados por los poderes fácticos;
la II república Española o la complicidad de los medios de (des)información contra ciertas
iniciativas políticas). Sería ingenuo creer que los medios de comunicación adeptos al poder
fueran a permitir una eventual subida electoral de IU que la pusiera en disposición de gobernar
libremente , pero, aun dándose esta eventualidad, sería aún más ingenuo creer que los
enemigos de los trabajadores fueran a quedarse de brazos cruzados perdiendo sus privilegios
por la vía parlamentaria. Ellos son más inteligentes (al parecer) que algunos sectores de la
izquierda: donde estos ven “un juego democrático” los otros ven “una guerra económica”, y
así nos va mientras unos juegan a la política, los otros tiran a matar. Esta tendencia a creer
que los objetivos políticos últimos de IU pueden y deben ser obtenidos por el camino electoral
bien podría ser calificada de institucionalismo14 ya que, insistimos, en un suicida síntoma de
debilidad ideológica, se ha asumido que los mismos mecanismos que ha creado el poder para
apuntalar el sistema, podían ser el único medio con que destruirlo. Lo que ocurre es que esta
estrategia institucionalista ha sido, además, pasiva. Esta pasividad no ha sido, en mi opinión,
13
Programas electorales de 1986 y 2011 disponibles en: http://www.izquierda-
unida.es/sites/default/files/doc/PROGRAMA%20GENERALES%201986.PDF y http://izquierda-
unida.es/sites/default/files/doc/Programa_Electoral_IU_2011_0.pdf respectivamente.
14 Quizá el término más acertado fuera reformismo, ateniéndonos a la visión que del mismo da Rosa
Luxemburgo en Reforma o Revolución. Por mi parte, prefiero hacer énfasis en la táctica institucionalista
donde la institución se concibe no ya como un medio para la reforma, sino como un fin en sí mismo que
fortalece al partido para ,quizá algún día, conseguir la reforma.
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tanto deseo de IU como resultado inevitable de la naturaleza del sistema político, veamos por
qué. Sintetizando mucho podemos afirmar que tenemos dos grandes partidos políticos aliados
a diferentes sectores de la burguesía (con cierta transversalidad en esas alianzas: iglesia,
monarquía etc.) que dotan de legitimidad a su discurso político a través de sus respectivos
medios de comunicación que ejercen un papel proselitista y censor en la sociedad. Esto quiere
decir que para participar del juego “democrático” que las instancias de poder proponen, o se
asumen las premisas que imponen los poderes fácticos o “el que se mueva, no sale en la foto”.
IU, en consonancia con lo dicho más arriba, ha participado plenamente de esta trampa,
preocupándose sobremanera por la imagen que los medios daban de la federación ya que
esta, como bien sabían sus dirigentes, era clave para los resultados electorales. Lo que ocurre
es que estos resultados pueden ser tildados de pasivos puesto que no es descabellado
sostener la hipótesis de que una parte significativa de su varianza puede ser explicada en base
al papel de tales medios y a la coyuntura política mucho más que en base al propio discurso de
IU, veamos:
Tomado de www.wikipedia.org
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Tomado de www.wikipedia.org
Se puede apreciar un aumento constante en votos absolutos, tanto por ciento y
número de escaños desde el nacimiento de la organización hasta las elecciones del año 2000.
Curiosamente los comicios de los años 86, 89, 93 y 96 compartían una variable nada
desdeñable: gobernaba el PSOE. Durante estos años, los sucesivos gobiernos de Felipe
González habían ahondado en los procesos de privatización, las agresiones a los trabajadores,
las políticas antiterroristas rayanas en el fascismo y se había dado un claro posicionamiento
internacional de alianzas hacia los gobiernos capitalistas de occidente (siendo el culmen la
fraudulenta entrada en la OTAN), por no hablar de la corrupción. En resumen, el PSOE había
demostrado, como siempre que ocupa el poder, que era un partido derechas al servicio de los
designios del capital. Tal coyuntura dotaba de gran legitimidad al discurso de IU que se erigía
como alternativa válida no ya de la izquierda revolucionaria, sino de una socialdemocracia
ausente en el PSOE. No era de extrañar, pues, que la tendencia electoral fuera al alza. La
cuestión que hemos de plantearnos es ¿en qué medida esto no era tanto mérito de IU (a
pesar de los bellos y esperanzadores discursos de Anguita) como demérito del PSOE que, al
aplicar las políticas social-liberales que le caracterizaban perdían grandes cantidades de
votantes que, lógicamente, se trasvasaban a IU?. Así pues, la coalición obtuvo su techo
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electoral con más de un 10% de votos y 21 diputados en las elecciones en que el PSOE tocaba
el penúltimo escalón de su hundimiento definitivo como consecuencia de su política
derechista. Esta esperanzadora tendencia se vio truncada tan pronto los secuaces de Felipe se
reestructuraron en la oposición. Desde la misma, el partido pseudoizquierdista regeneró su
discurso, recuperando sus raíces socialdemócratas, apelando a su historia y, por supuesto,
volviendo a referirse a sí mismos como la “izquierda” que nunca fueron. Bien poco tardó IU en
hundirse, perdiendo más de la mitad de votos respecto a 1996 en las generales del año 2000.
Las siguientes elecciones generales presentaron unos resultados más o menos similares, donde
hubo un insignificante aumento de votos (20.000) pero un también pequeño descenso en
términos porcentuales (-0.50%). En los comicios de 2008 la caída en que se había sumido IU
no varió, cosa no difícil de entender atendiendo a dos razones. Por un lado la laxitud de los
discursos de la dirección que ni en formas ni fondos supo articular nada parecido a una
alternativa no ya al sistema, sino al propio PSOE. En segundo lugar no hay que obviar el hecho
que la legislatura de 2004-2008 se correspondió con el período en que el PSOE, respaldado por
la bonanza macroeconómica, pudo ocultar las acciones y omisiones en favor del capital bajo
guiños sociales tales como la ley de matrimonio homosexual o la de dependencia. Ello
contribuyó a que el apoyo a IU se mantuviese contenido ya que el PSOE seguía siendo, por así
decirlo, un valor alza entre la sociedad más progresista, que había caído en el trampantojo del
talante, bien explicado por Arnaldo Otegi como el hecho de que “se hacen las mismas cosas
pero con una sonrisa, entonces parece que son diferentes”15 Sin embargo, la explosión de la
crisis de deuda y demanda durante la segunda legislatura así como los compromisos históricos
del PSOE con los poderes económicos “obligaron” al gobierno a ejecutar una serie de
reformas criminales contra los trabajadores(obligación que cumplieron gustosamente). Tal
situación dio lugar a lo esperable, un rebote en los resultados de IU que pasó de 1 a 8
diputados, duplicó el tanto por ciento de votos y aumentó en más de 700.000 papeletas.
Volvemos, pues, a hacernos la misma pregunta. ¿Los resultados obtenidos por la coalición el
pasado noviembre fueron mérito del trabajo de base (¿?) en barrios, del discurso de los
líderes, el fortalecimiento de la conciencia de clase y de una praxis política seria y constante o
habrá sido más bien resultado del descontento hacia el PSOE?. Insisto en que no sería
mínimamente científico ni, por tanto, revolucionario, poner estos párrafos como un estudio
15
Declaraciones realizadas en el Forum organizado por el diario Gara en el año 2009.
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sobre la varianza del voto en IU. Sólo tratamos de señalar algunas variables que contribuyan a
mirarlos desde otra perspectiva.
Desde luego que no es negativo que IU reciba votantes del PSOE , quizá estén más
cerca de posicionamientos críticos respecto al mundo que nos rodea que otros de fuerzas más
conservadoras. Por supuesto además que cualquier organización que aspire a ser
revolucionaria debe luchar por la adhesión de votantes de cualquier estrato social. Lo que
ocurre es que esta veleidad electoral en las bases de IU no parece deberse tanto a un cambio
actitudinal serio, estable y coherente en parte de la clase trabajadora como a una especie de
válvula de escape terriblemente eficiente para el orden político. Si te fallan los dos grandes
partidos, vota a un tercero o un cuarto, no gobernarán y, si lo hacen, ahí estaremos para que
no hagan lo que sus bases pretenden, parecen decir casi a gritos los poderes fácticos. No
podemos tampoco soslayar el dato de que el reciente alzamiento electoral dista mucho de las
cifras alcanzadas por la federación en los 90. Esta diferencia negativa bien puede atribuirse,
como hemos dicho, a la propia deriva de IU. Esto significa que esta pasividad ante las
circunstancias políticas sume a nuestra organización en un desprestigio ante los trabajadores.
Y el problema no es sólo eventual desprestigio de parte de I.U. sino la resignación que de ella
se pueda derivar. Si el movimiento del15M ha sido inquietante para el sistema no debería serlo
menos para izquierda institucionalizada. Que un sector significativo y combativo de la
población recoja una serie de demandas básicas en su mayoría coincidentes con los programas
de IU pero que, sin embargo, no sólo no se acerquen a la organización sino que lleguen en
algunos casos a repudiarla por sus actuaciones propias de los políticos liberales, debería
darnos que pensar. Es curioso, acertar en los programas y propuestas y, sin embargo, no ser el
referente de las mayorías que salen a la calle es muy revelador: acierto en el diagnóstico y el
fondo de qué quiere la gente; error en el cómo y en la forma de transmitirlo. En mi opinión,
nuestro espíritu de consenso y nuestra aborrecible tendencia a la cordialidad con todo y todos
hizo a la gente buscar otros mecanismos de lucha que consideraba más acertados, de tal forma
que, compartiendo muchos de los objetivos de I.U. destinos no parecen querer hacer el viaje
en ese coche. Esto, insisto, debería darnos que pensar. El 15-M (o sus sectores más críticos),
lejos de lo que algunos arribistas pretenden, no es una simple reacción contra PP y PSOE, sino
contra el sistema en general. En nuestras manos está seguir jugando a ser un engranaje más de
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ese sistema (“bisagra” dicen algunos) o ser una pieza que contribuya a su destrucción.
Dinamitar el sistema, y no dinamizar.
Para superar esta estrategia institucionalista que parece agotarse cada día tal vez
deberíamos reabrir el debate sobre ciertas cuestiones de fondo tales como nuestra postura
respecto a las instituciones capitalistas y frente a los partidos que las defienden. En este
sentido, toda vez que IU no haga suyos estos principios en los que el PSOE y el PP (y otras
fuerzas burguesas) están en un extremo y las fuerzas anticapitalistas en otro, seguiremos
siendo una barca flotando a merced de las olas de los ciclos y veleidades electorales bien
orquestadas por los medios de comunicación gracias a la alienación de la población . Ora
tendremos un 10 o 15% de votos cuando gobiernos pseudoizquierdistas ataquen a los
trabajadores ora nos hundiremos cuando esos mismos gobernantes se coloquen de nuevo la
careta desde la oposición. Y, pese a quien pese, la revolución no se hará con un puñado de
diputados, ni siquiera, y aquí está la clave, con una mayoría de ellos. Llegados a este punto
percibimos que estamos tocando, siquiera sea tangencialmente, una idea clave de todo grupo
político que se pretenda de izquierdas: la concepción del estado. Podemos partir de la óptica
idealista que ha destilado la cultura dominante en que el estado liberal es resultado último de
la evolución de la sociedad humana y, por tanto, es el órgano de conciliación de intereses en
cuyo marco toda propuesta política es posible siempre y cuando sea hegemónica y se den las
circunstancias adecuadas. Podemos, por el contrario, partir desde una óptica materialista en
que el estado consiste ni más ni menos que en un medio de control utilizado por la clase
dominante, es decir, el estado moderno no es un ente neutral fruto del avance humano sino
que es la herramienta política nacida al socaire de las revoluciones burguesas con el que se
ejerce el domino sobre la clase trabajadora, por lo que entonces todo lo que se salga del
marco capitalista del estado no es posible con las reglas del mismo. IU debe revisar su noción
de estado, pues de ella se derivará toda una praxis política en una dirección u otra. Asumir que
vivimos no sólo en un estado que defiende el capitalismo sino que también es, por así decirlo,
un estado capitalista, puede clarificar las cosas. Ni PSOE ni PP se “equivocaron” en sus brutales
políticas de recortes y ataques la sociedad civil, antes bien al contrario, cumplieron su misión
de salvaguardar los intereses de la clase dominante. Asumir esto implica que no tiene sentido
utilizar un espacio de debate y confrontación institucional para “convencer” al gobierno de
turno de la necesidad de cambiar tal o cual política, pues las decisiones se toman muy lejos (y
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mucho antes) de los parlamentos. Así pues, tendría más sentido una labor institucional que
acelere (y no suavice) contradicciones. Por otro lado, eventualmente se percibe la sensación
de que es a través de esta labor institucional como se espera despertar y articular a la
ciudadanía. El trabajo de, por ejemplo, enmendar unos Presupuestos Generales del Estado,
acaba por ser estéril si no hay una actividad paralela que , en el seno mismo de la clase
trabajadora, explique qué es eso a lo que llaman PGE, qué consecuencias tienen, qué
alternativas tendrían y (quizá lo más importante) por qué son así. Desde luego que es
necesario un trabajo “técnico” que aborde la burocracia del poder y las mentiras que contiene,
pero no podemos reducir nuestros vínculos y construcciones del discurso a esta dimensión.
¿Acaso esperamos que esa inmensa mayoría social que queremos articular lea los
Presupuestos completos y, además, sus correspondientes enmiendas? ¿Esperamos que las
movilizaciones surjan espontáneamente como fruto de una decisión racional fruto de la
información que la gente obtiene sobre la labor institucional de tal o cual grupo?. No podemos
obviar por más tiempo la importancia del aspecto “emocional” del ser humano y que tan
importantes son los procesos de información racional como los de identificación emocional.
Un grupo político que se dedica principalmente a hacer una labor eminentemente institucional
y que cada cuatro años activa , como cualquier otro, la maquinaria electoral es justamente eso,
un partido político más, por muy razonables que sean las intenciones y objetivos.
En resumen, podemos hablar del institucionalismo pasivo de IU como la tendencia a
insistir en la llegada y escalada en las instituciones del sistema como método para la
consecución de unos objetivos políticos determinados, olvidando que tanto los resultados
electorales como el margen de maniobra en las instituciones están altamente determinados
por factores situacionales controlados en lo esencial por poderes fácticos contrarios a nuestras
iniciativas. Siendo esto un problema no sólo para la propia IU, sino para el resto de fuerzas
que sí están intentando crear un verdadero contrapoder fuera de los parlamentos (y que
utilizan estos para romper el sistema y no limarlo) que se ven lastradas por utopismos
reformistas siempre traicionados por sus propias contradicciones. Debemos elegir, o nos
alineamos con esa izquierda social donde aún no estamos, o nos ahogamos en el marasmo de
los parlamentos, los escaños y la autocomplacencia. Julio Anguita habló de las dos orillas e IU
parece empeñada en seguir ahogándose en el río.
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5-AUSENCIA DE AUTOCRÍTICA.
-IU ha mantenido una activa política de pactos de gobierno con el PSOE en numerosas
instituciones.
-El PSOE es parte de la derecha.
- Ergo: IU ha mantenido una activa política de pactos de gobierno en numerosas instituciones
con la derecha (o, al menos, con una parte de ella).
Quizá alguien tenga algo en contra de alguno de los antecedentes del silogismo que,
por lo demás, creo que se corresponde con la realidad. Ante algo tan palmario uno puede
tomar dos estrategias: la más madura y revolucionaria o la más oportunista y
pseudoizquierdista. La primera consistiría en fomentar el debate interno, en hacer
declaraciones públicas manifiestamente autocríticas y, por supuesto, en buscar fórmulas y
prácticas que permitan subsanar estas desviaciones en lo sucesivo. Esto es lo que no ha
sucedido en IU, o no al menos a los niveles que debiera y nunca de forma pública y
observable.
La otra táctica, más infantil, triste y reformista, es echar balones fuera, silbar y hacer
como si nada hubiera sucedido, culpabilizar al resto y buscar salir incólumes de un accidente
que nosotros mismos hemos provocado. Tras la oscura época que hemos vivido (y aún
vivimos) donde imperan las investiduras incondicionales al PSOE y los pactos de gobierno con
esta misma formación, la ausencia de autocríticas al respecto ha sido apabullante. Hemos
ofrecido nuestra mano en ayuntamientos, diputaciones y parlamentos a un partido que ha
destrozado sistemáticamente a los trabajadores beneficiando al capital(no creo que valga la
pena extenderse más aquí habiendo grandes datos, obras e informes que avalan la naturaleza
del PSOE). Como lógica consecuencia de ello IU ha perdido fuerza en las urnas y en las calles,
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se ha acelerado la atomización de la izquierda16 por cuanto que había gente que no toleraba
más que su rostro y nombre estuvieran asociados a nuestras siglas, y ¿qué ha hecho IU? .Ha
centrado la causa de su debacle en la ley electoral, el bloqueo mediático y la alienación de los
trabajadores. Bien, no seré yo quien niegue la importancia de estas tres variables: existen y
nos suponen un grave problema. Pero una cosa es reconocer el papel de nuestros enemigos
(hay que hacerlo) y otra ignorar nuestros errores. ¿Qué esperábamos en las elecciones de
2008 cuando IU se vio a pique de quedarse fuera del parlamento?, ¿que la gente no votara al
PSOE cuando nosotros mismos éramos el claro ejemplo de que entre un diputado más del
PSOE o uno de IU tanto daba que daba lo mismo?. Pasó lo que tenía que pasar. La única tímida
respuesta de IU a toda esta situación fue la famosa “refundación”, la cual ha consistido más en
la palabra que en los hechos, puesto que la estructura y método de IU sigue siendo muy
similar, la única novedad , si se me permite, han sido algunos compañeros como Cayo Lara o
Alberto Garzón, gratas novedades pero insuficientes, puesto que sigue sin tener cabida el
mensaje autocrítico, hasta el punto de que el nuevo coordinador general se presentó como el
representante del consenso. El problema es que en ciertos conflictos políticos el término
consenso tiene un sinónimo muy interesante: statu quo. Mucho nos tememos que por
desgracia ese consenso acrítico pueda ser el lastre de la necesaria refundación.
En resumen, ante el retroceso y atomización de la izquierda, IU, que es el grupo
político de este signo que más se ha institucionalizado y que ha sido, para bien o para mal, lo
más cercano a un referente del pueblo trabajador español durante algún tiempo, ha carecido
de autocrítica explícita a sus posicionamientos erróneos, lo cual nos hace porfiar en una táctica
parlamentaria y reformista cuya inefectividad es cada vez más obvia.
6-IU Y EL CONFLICTO VASCO, UNA CONTRADICCIÓN MUY
INCÓMODA.. “Lo que nos distingue a los independentistas de izquierda de los neoliberales del PNV es que frente a nuestra
reflexión de que es vasco o vasca todo aquel que vive y trabaja en Euskal Herria, la alternativa del PNV es que sobre
16
Corriente Roja o Izquierda Anticapitalista son claros ejemplos de esta división en la que, al margen de
lo correctas o no que sean sus razones, algo tendrá IU que ver en ellas. Veremos si en un futuro próximo
la CUT-BAI, un auténtico referente, no sigue el mismo camino.
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todo es vasca la empresa que paga impuestos en las diputaciones que controla el PNV” 17
Arnaldo Otegi
El conflicto vasco tiene la peculiaridad de ser (o haber sido) violento en el sentido más
amplio de la palabra. Hasta hace bien poco han convivido en Euskal Herria la violencia física y
personal con la estructural y grupal, que es la violencia que ejercen los gobiernos cuando
conculcan derechos y libertades. A día de hoy una de ellas sigue activa. No podemos caer en la
falacia de analizar de manera mecánica el conflicto. Es decir, “si ahora hay violencia ahora y
sólo ahora puedo entender una respuesta y si no la hay (o yo no la veo), no hay respuesta que
valga”. No, es un proceso histórico y la violencia estructural que el país vasco ha venido
padeciendo tiene un hilo de continuidad desde la represión posbélica y franquista (si no
anterior) hasta la actualidad, con sus más y sus menos, con sus cambios en el grado o en las
formas, pero con continuidad. Para entendernos, Gernika, Xiqui, Otaegi y Jon Anza18 son parte
de un mismo proceso de acumulación de experiencia en la población vasca y no podemos
entenderlos de forma estanca. Esto nos vale para no simplificar el conflicto, no reducirlo a un
análisis maniqueo de buenos contra malos donde sólo hay conductas estereotipadas y
mecánicas. Es un conflicto, con causas enraizadas en nuestra historia y con dimensiones muy
complejas de abordar donde los juicios emocionales no son el camino de resolverlo.
Sin embargo, a la hora de que nosotros, como organización, nos posicionemos en este
conflicto, parece afectarnos en exceso que su carácter violento es más explícito por un lado
que por otro (requiere menos esfuerzo cognitivo oír una bomba o ver una pistola que percibir
la falta de democracia, escuchar los gritos de un torturado, comprender lo que es viajar
1000km en autobús para visitar durante 45 minutos a un hijo injustamente detenido o percibir
la ira popular por un periódico cerrado)19. Los medios de comunicación españoles se encargan
de construir una capciosa dicotomía en torno al conflicto: “buenos contra malos”
17
http://www.youtube.com/watch?v=48y9LsBeVkk
18 Jon Anza es, posiblemente, el último de una larga vista de activistas del MLNV represaliados por los
estados francés y español. El donostiarra desapareció en extrañas circunstancias en un viaje en el
estado francés y su cadáver apareció sin identificar 11 meses más tarde en una morgue de Toulouse.
http://www.diagonalperiodico.net/La-guerra-sucia-planea-sobre-el.html
19 Más información sobre la represión en Euskal Herria en el libro Homenaje a Euskal Herria escrito por
el Magistrado Joaquín Navarro.
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“democracia contra asesinos” tratando, como afirmó lúcidamente Iñaki Soto, de reducir
falazmente un conflicto político a “una perversión moral(…) un caso clínico colectivo”20 . Es en
estas situaciones donde los voceros del estado acorralan y difaman a todo aquel que no
participe de los axiomas impuestos. Por tanto, es también en estos momentos donde una
organización revolucionaria debe elegir: o da el mensaje más aséptico y políticamente correcto
cayendo así en la pobreza teórica y la cortesía del sistema, o da el más acorde a un análisis
serio e izquierdista de la situación, por incómodo y radical que este pueda llegar a ser en un
contexto dado. Adivinen qué hicieron los dirigentes de IU en esta situación. Voy a citar dos
ejemplos de cuál ha sido la actitud de nuestra organización y de parte de sus prolongaciones
políticas en Euskal Herria, véanse Ezker-Batua o Ezker-Anitza.
Hace ya un par de años encontré, no sin cierto asombro, que en la página web del
partido en Euskadi rutilaba un eslogan electoral de lo más desconcertante: “Ni nacionalismo,
Ni españolismo, SÓLO IZQUIERDA”21. Curiosa forma de omitir la indisociabilidad de la cuestión
nal y la económica. De la misma forma que no podemos entender el triunfo del islamismo
radical sin analizar el neocolonialismo de los países árabes, no podemos entender la forja de
una conciencia nacional y la forma política en que esta se encauza sin analizar la realidad
capitalista del estado que la oprime. Sin embargo, con ánimo de salvaguardar nuestra
apariencia de “niño bueno” ante los medios españoles se ha renunciado hasta el punto de
renegar de todo lo que huela a abertzale. Pero como bien sabemos que en Euskal Herria la
población con más conciencia asume que la emancipación de clase viene de la mano de la
nacional, renegamos también del españolismo, en un patético juego de equilibrio donde
inventamos una categoría platónica de Izquierda que se eleva por encima de las circunstancias
nacionales del pueblo vasco para ir a posarse a un mundo de las ideas donde sólo vivía IU.
Bien, podrá decirse que era sólo un eslogan, y es cierto, un eslogan además incompleto puesto
que nombra el nacionalismo pero no el internacionalismo e independentismo, que son cosa
distinta. En cualquier caso, un eslogan, sin ser per se el problema, puede ser el síntoma del
mismo. 20
http://www.gara.net/paperezkoa/20111021/298473/es/Ahora-hay-que-demostrar-si-sin-violencia-
todo-es-posible
21 http://www.elcorreo.com/vizcaya/20090212/mas-actualidad/politica/nacionalismo-espanolismo-
solo-izquierda-200902121345.html
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Por otro lado están las recientes novedades en el conflicto vasco. E.T.A anuncia el cese
definitivo de su lucha armada en aras de la creación de un marco de negociación. Bien, que la
brunete mediática se lanzara a dar ladridos y que los políticos liberales comenzaran el desfile
de vanagloria, victimismo y falsos análisis de victoria era de esperar. Lo que no esperaba de
ninguna de las formas fueron las declaraciones que nacieron de la dirigencia de IU.
Recordemos algunas de las sentencias del compañero Cayo Lara al respecto: “bienvenidos (a
E.TA) a la vida democrática”22(¡?), "Se trata de una gran victoria de las fuerzas democráticas
que hemos defendido siempre la aplicación del Estado de Derecho"23. Por no hablar de que
declaró a la televisión que había llegado el momento de la entrega de armas para que éstas
fueran custodiadas por el estado24. Me pregunto si nuestro coordinador pensaba de verdad
que vivíamos en un estado democrático cuando hizo sus declaraciones. Es curioso que haya
cientos de miles de jóvenes (y de no tan jóvenes) gritando en las calles “Lo llaman democracia
y no lo es” y otros miles de activistas sacándole las vergüenzas a un estado donde impera la
dictadura del capital, para que entonces llegara IU, con románticas palabras a hablar de un
teórico triunfo de la democracia en el conflicto vasco. No sé ni dónde estaba el triunfo ni
dónde la democracia, pero hemos de definir nuestras posiciones, o el estado no es
democrático y por tanto no es de derecho o sí lo es, pero no puede no serlo para acercarse al
15-M para pasar luego a convertirse en un estado ideal cuando hablamos de E.T.A. Eso es
oportunismo, y del más barato. Parece urgente un análisis de la postura de otorgar al “Estado
de derecho” la prerrogativa de custodiar las armas de un movimiento ajeno al mismo: estar en
contra de E.T.A no tiene absolutamente nada que ver con estar a favor del estado, ese discurso
maniqueo es peligroso. Y es que, habrá que preguntarse de qué estado hablaba el compañero
Lara, si del mismo que viene de la guerra de Irak, pasando por Afganistán y Libia y que
comercia con Israel y Marruecos o si hablaba de algún estado celtíbero socialista y
democrático que desconocemos. El estado español, ese que también practicó terrorismo de
estado y mató a vascos inocentes (víctimas de las que se olvidó Cayo Lara en su reacción ante
el comunicado de ETA), por qué no decirlo, ¿es ese estado el que debe arrogarse el monopolio 22
http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2011/10/21/cayo-lara-califica-posibilidad-
eta/458660.html
23 http://www.izquierda-unida.es/node/9388
24 http://www.izquierda-unida.es/node/9414
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de las armas? ¿el mismo estado que utiliza la violencia para defender los intereses de los
mercados?. ¿Se dan cuenta de cuán traicionero es guiarse por los criterios morales del poder?
¿Ven lo imposible que es no caer en contradicciones cuando los conflictos dan su lado más
descarnado?. Si elegimos el camino de lo que algunos quieren oír en lugar de lo que debemos
decir traicionando así lo que nuestro análisis nos muestra de la realidad, tarde o temprano nos
veremos abocados a los postulados del sistema. Si pensamos con sus criterios, construiremos
sus ideas. Quizá debamos asumir que no hay democracia en Euskadi (como no la hay en el
resto del estado), pero si callamos por temor a que nos asocien a la izquierda abertzale o a
perder un titular en un diario progresista estaremos, ahora sí, haciéndole el juego a la derecha,
a toda ella.
En resumen, una IU que, por diversos y complejos motivos no ha sabido o querido
amoldar sus políticas a los conflictos nacionales periféricos. Especialmente al de Euskal Herria
que es quizá donde el independentismo socialista tenga más vigor. Hemos sido un partido que
ha tratado de prolongar un esquema de reformismo posibilista en una sociedad donde sí hay
referentes de lucha obrera tanto en lo sindical25 como en lo político , o , si no lo son, están
desde luego más cerca de serlo que nosotros. Y es que estos grupos representan una lucha
global inseparable (la nacional y la económica) mientras IU ha tratado de representar una
izquierda apátrida pero que, inevitablemente, se estaba alineando con los intereses del estado
español, pues obviando la cuestión nacional se favorece el statu quo del conflicto. Es decir, las
prolongaciones (o equivalentes) de IU en Euskal Herria, si fueran grupos revolucionarios quizá
no existirían, o lo harían como una sensibilidad en el seno de la izquierda abertzale, o tal vez
como puente entre el pueblo trabajador español y el vasco, pero siempre desde la postura
izquierdista del respeto y la lucha activa por el derecho de autodeterminación de los pueblos.
Esta idea fue, parece, bien entendida por ciertas bases de Ezker Batua, cuando, previa
fundación del Alternatiba, pasaron a incardinarse en el seno de la izquierda abertzale. Sin
embargo, otros han resultado en una prolongación ideológica de un estado antidemocrático
en una nación que, cada vez con más razón, desea luchar contra el mismo.
25
El sindicato vasco de clase LAB ha participado en diversas movilizaciones y huelgas generales desde el
estallido de la crisis (hasta tres en el período 2008-2011) siendo la mayoría de ellas bloqueadas o
entorpecidas por CCOO.
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25 | P á g i n a
7- IU Y CCOO: EL AMOR INCONDICIONAL SALE CARO “La máquina burocrática de los sindicatos aún funciona y es un arma poderosa en manos de los dirigentes sindicales
reformistas.(…)Pero no pueden contener a las masas para siempre y, cuanto más lo hagan, más violenta será la
explosión cuando ésta llegue. Y llegará”
Alan Woods
En el último periodo de restauración borbónica, el pueblo español viene sufriendo
ataques sistemáticos en todo lo relativo a sus derechos laborales y sociales. Por mucho que se
quiera hacer un análisis optimista de la transición posfranquista, las pequeñas conquistas de
derechos han sido pírricas y siempre acompañadas de importantes retrocesos. Las pequeñas
concesiones a los trabajadores, un magro desarrollo de una caricatura de estado del
bienestar26 o algunos avances político-sociales no fueron óbice para la consolidación de las
políticas neoliberales en el estado español de mano de UCD, PSOE y PP. Políticas que sentaron
las bases propicias para crear la lamentable situación en que hoy nos encontramos. Ante
todas estas ofensivas del capital el sindicato de CCOO parece haber hecho suyas las tesis del
“resistir es vencer” abogando siempre por un clima de “consenso” “paz social” y de
“negociación” con el que resistir y nunca atacar. Bien, estos barros han traído sus inevitables
lodos. Los sindicatos mayoritarios han entrado en una táctica 27. La pregunta es qué interés
tiene resistir por resistir. A quién están esperando CCOO y UGT, a qué aliado oculto que
venga y nos salve de las garras de la patronal y sus gobiernos mientras ellos se entregan
afanosamente a negociar de mala manera las medidas que el gobierno implementa,
repudiando toda forma de ofensiva por parte de los trabajadores que vaya más allá de
26
Más información sobre el déficit social en el estado español en la obra de Vicenç Navarro El
subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias. A menudo los sindicatos y sectores de la
progresía ensalzan la transición democrática y hablan de defender el estado del bienestar. La realidad
española es muy otra pues ni hubo tal transición ni se desarrolló un estado del bienestar al estilo
“europeo”.
27 Como muestra de este entreguismo dos botones muy recientes: El pacto por la moderación salarial y
el de las reformas de las pensiones. En
http://economia.elpais.com/economia/2012/01/24/actualidad/1327393974_850215.html y
http://www.corrienteroja.net/index.php?option=com_k2&view=item&id=26:ccoo-y-ugt-consuman-la-
canallada-firman-el-pacto-social&Itemid=173
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simbólicas e inefectivas huelgas de un día. Quizá la respuesta es bien sencilla, no esperan a
nadie. Las cúpulas se han entregado a un funambulismo político en el que asimilar las
agresiones del capital y dosificarlas con el marketing suficiente para que los trabajadores no se
rebelen contra el orden, pero especialmente para que los trabajadores no se rebelen contra
unos sindicatos que lejos de actuar como un bisturí contra el cáncer del capital, lo hacen como
un anestésico que deja que la enfermedad avance sin que el pueblo lo perciba. Hemos de
tener un carácter crítico que nos permita asumir una realidad empírica: los sindicatos
mayoritarios se han dedicado principalmente a negociar retrocesos, no a proponer avances.
Las cúpulas de CC.OO. no han impugnado en momento alguno el modelo de crecimiento del
capitalismo ni el marco político construido a su amparo. Antes bien al contrario, la única la
labor ha sido la defensa de los trabajadores en conflictos puntuales, sin atender al marco
estructural en que estos se daban. ¿Qué valor tiene negociar con una empresa el número de
despidos o la reducción del salario si no se impugna en momento alguno el poder que esa
empresa tiene para hacer lo que hace?, ¿no sería eso posponer el problema?. Siempre
quedará algo que defender y siempre puede darse otra vuelta de tuerca a la explotación. Un
sindicato de clase no es el que se dedica a que esa tuerca gire lenta, sino el que trata de
invertir el sentido en el que gira. CC.OO., y así lo creemos muchos, está muy lejos de ese papel.
No podemos olvidar tampoco la complicidad tácita que se da entre las cúpulas de este
sindicato y el PSOE, posicionamiento que dice mucho del supuesto carácter de clase del
sindicato.
En cualquier caso, no es cosa de disertar aquí sobre qué hace o deja de hacer CCOO, es
un tema complejo que queda grande a este trabajo, tampoco se trata de reflexionar sobre la
acción sindical en la lucha anticapitalista. Además, es preciso hacer la delicada distinción, entre
el sindicalismo de base y la sospechosa actuación de sus cúpulas. La cuestión es,pues, algo más
trivial, y no es más que la necesidad de revisar el papel acrítico, condescendiente y cómplice
de las cúpulas de IU con las de CCOO, pues éstas últimas dejan cada día más claro que actúan
como un muro de contención que el sistema utiliza contra los trabajadores, y no a la inversa.
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8-CONCLUSIONES: Obviamente este trabajo no es imparcial, a lo largo del documento parto de la premisa
de que IU en efecto es una fuerza anticapitalista y socialista. Dada su reciente trayectoria esto
dista mucho de ser cierto, por ello IU debe abrir un debate amplio con el que se clarifique su
verdadera naturaleza. Sólo así sabremos quién encaja y quién no, quién está invitado a la
convergencia en el seno del partido y quién a enrolarse en formaciones de otro cariz. Hemos
de significarnos a través de una rica discusión de tal forma que sepamos con precisión qué
somos, dejando de jugar a la vaguedad de objetivos políticos con los que aunar posturas
irreconciliables. Esta discusión debe ser de fondo, desde las bases y sin la asfixia de la premura
de rígidas asambleas. Debemos decidir, en tanto que organización política, si queremos ser un
partido político que acepta el sistema demoliberal y que concibe pequeñas reformas de tinte
socialdemócrata como objeto último de nuestra actividad o si, por el contrario, asumimos
posiciones más revolucionarias en que la lucha por la reforma se entienda como medio con el
que acelerar las contradicciones del sistema para pasar en última instancia a realizar un
profundo cambio de las relaciones económicas que imperan en la sociedad por los medios que
sean necesarios. Por todo ello, IU quizá debería revisar ciertas estrategias concretas:
La forma básica de lucha: no podemos seguir entendiendo la lucha electoral dentro del
esquema capitalista como el frente principal en lugar de asumir que ésta debe ser, en
todo caso, un subproducto de una lucha a nivel social y extrainstitucional
La política de pactos.
Nuestras líneas rojas, debemos precisar las posiciones básicas y concretas que
defendemos de forma tal que el crecimiento de IU y su eterna aspiración a converger
con otras organizaciones estén condicionados al respeto de esas fronteras.
Nuestra ubicación en el panorama político. Debemos decidir , de nuevo, dónde está el
río y qué fuerzas políticas están en cada orilla.
El papel respecto a las cúpulas de los sindicatos mayoritarios. Especialmente CC.OO.
cuya historia y presente están inevitablemente ligados al nuestro.
Izquierda Unida: La necesidad de una verdadera refundación.
Karlos Bernabé
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Nuestra relación con los sectores socialistas del independentismo periférico que no
pretenden sólo la liberación nacional sino también la superación del actual sistema
económico.
Nuestro posicionamiento frente a la “democracia” liberal y sus instituciones debiendo
debatir sobre el papel de las mismas en la sociedad así como el uso que queremos
hacer de ellas. Decidiendo pues si atribuimos al estado un carácter neutral de
conciliación de intereses o si, por el contrario, lo identificamos como un estado de
clase.
La postura de IU respecto a actos de desobediencia civil e insurrección popular que,
respetando los derechos humanos, luchan activamente contra el orden establecido
desde una perspectiva izquierdista.
Como verán, a lo largo del documento se destila una forma particular y parcial de ver
el partido. No hay intención alguna de que IU asuma esta perspectiva (insisto en que puede
haber errores de bulto y los análisis deben ser mucho más complejos). Se trata más bien de
una excusa razonable para urgir al necesario debate sobre estos y otros pilares del partido. Así
pues, no se busca más que apoyo a los motivos que de este documento se derivan para
justificar el debate y verdadera refundación de Izquierda Unida.
Izquierda Unida: La necesidad de una verdadera refundación.
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