Porque es tan importante la Educación Inclusiva dentro de las Necesidades Educativas Especiales
Al analizar la importancia de la Educación inclusiva dentro de las aulas con necesidades
especiales o afuera de ella, surgen conceptos diferentes, los cuales se deben aclarar
desde un comienzo. Es por esto que es bueno saber que la “Educación Inclusiva” es el
proceso por medio del cual se responde a las diferentes necesidades educativas a los
estudiantes, es decir, que el ambiente escolar se va modificando de acuerdo a las
necesidades que presente cada uno, para satisfacerlas completamente.
Una Escuela Inclusiva permite que esto se cumpla, ya que no le importa el sexo, raza,
edad, deficiencia, debido a que cada estudiante tiene derecho a participar de todos los
beneficios que existen, en este caso sería el derecho a estudiar y si este no se da,
estaríamos excluyéndolos.
Anteriormente se hablaba sobre la integración dentro de la educación, donde solo se
integraba a la persona que estaba siendo excluida, en este caso eran las personas con
necesidades especiales, a través de los años, con las leyes a favor de la infancia, se
fueron dando para que esto no fuera así, ya que sucedía que en la integración eran
pocos los beneficiados, y no eran acogidos con amor, se sentían a veces obligados a
estar pendientes de estas personas, que en verdad necesitan el apoyo tanto de la
escuela como de la institución.
Estas leyes también permitieron que cambiara el concepto de integración, a inclusión,
que era mucho más diferente al primero, lo que hacía notar que la inclusión permitía
que nadie se queda afuera de las instituciones tanto en el ámbito educativo, como
físico y social, ya que no era simplemente colocarlo en la clase, sino brindarle las
herramientas necesarias para que este aprenda y se desarrolle normalmente.
La consideración del alumno como ser único y singular obliga a los sistemas educativos
a proveer recursos, medios y fines que integren a “todos”, cada uno con sus
características y necesidades. De ahí surge el concepto de “necesidad educativa
especial” que se refiere a la manifestación por parte del alumno de una mayor
dificultad para aprender significativamente con respecto a la mayoría de los niños de
su edad o que presenta una incapacidad que le impide o dificulta el uso de las
instalaciones escolares. Así pues, el alumno que en un periodo concreto o a lo largo de
su escolarización requiere una atención específica de apoyo educativo, bien por
motivos de discapacidad física, psíquica o sensorial, por presentar trastornos graves de
personalidad o de conducta o por encontrarse en alguna situación socialmente
desfavorecida, recibe la consideración de alumno con necesidades educativas
especiales (ACNEE) lo que supone que, según los principios de no discriminación y
normalización, tendrá que recibir la atención especial que precise en la escuela
ordinaria para lograr su total integración en la sociedad (Legislación MEC y
Comunidades Autónomas).
El objetivo de la educación básica universal se definió con fuerza en la Conferencia
Mundial sobre Educación para Todos, celebrada en Jomtien (Tailandia), en marzo de
1990, donde quedó aprobada una “Declaración Mundial sobre educación para todos”
en la que se reafirmaba la noción de la educación como derecho humano fundamental
y se instaba a las naciones del mundo a intensificar sus esfuerzos para atender las
necesidades básicas de aprendizaje de todas las personas. Se aprobó, asimismo, un
“marco de acción” en el que se definían los objetivos y las estrategias para alcanzar
esta meta en el año 2000. Pero el año 2000 llegó y esta “prioridad urgente” no se
había materializado. Ese mismo año, en el Foro Mundial sobre Educación que tuvo
lugar en Dakar (Senegal), se reafirmaron las ideas anteriores y se establecieron nuevos
plazos: la educación primaria debería ser obligatoria y universal antes de 2015 y con
respecto a las desigualdades de género en la educación primaria y secundaria se
convino en que deberían quedar eliminadas antes de 2005. Entre ambos eventos, se
celebraba en Salamanca (1994) la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas
Especiales que supuso un gran impulso para la “educación integradora”. Las
recomendaciones de esta Conferencia se fundaron precisamente en el principio de
integración y en ella se adoptó una “Declaración sobre principios, política y práctica
para las necesidades educativas especiales” así como también se acordó un “marco de
acción”. Los puntos principales de la Declaración de Salamanca fueron: el
reconocimiento de que cada niño tiene características, intereses, capacidades y
necesidades de aprendizaje que le son propios; que los sistemas educativos deben
diseñarse y los programas aplicarse de modo que tengan en cuenta toda la gama de
esas diferentes características y necesidades; que los niños que tienen necesidades
educativas especiales deben gozar de acceso a las escuelas ordinarias y éstas deberán
acogerlos en un contexto pedagógico centrado en el alumno que satisfaga sus
necesidades. Por último, se hace hincapié en que las escuelas ordinarias, siguiendo
esta orientación integradora, representan el medio más eficaz para combatir las
actitudes discriminatorias, creando comunidades de acogida, construyendo una
sociedad integradora y logrando una educación para todos.
Es muy importante resaltar que a partir de la reunión que se dio a favor de la “La
educación para todos, debido a que desde ahí se comienza a mirar la importancia de
incluir a todas las personas que se encuentran excluidas dentro de la educación, y es
así que se comienzan a plantear nuevas estrategias para la mejora de la educación con
las personas que presenten necesidades educativas especiales, para favorecer su
desarrollo y ampliar la cobertura, calidad de la educación.
Según el profesor Porter, las claves del éxito de la inclusión, observado después de diez
años de trabajo en las escuelas de Woodstock (Canadá), son:
La implicación de todos los estamentos con responsabilidad
La voluntad decidida de los educadores y de las familias (de personas con
discapacidad y sin ella) para superar los problemas que irán surgiendo.
Los recursos empleados (personales, materiales y sociales).
La toma de conciencia por parte de todos de que la inclusión no es una receta
ni un programa a corto plazo con el éxito garantizado: es una actitud mental
ante los problemas planteados en relación con la enseñanza para personas con
discapacidad.
Estos retos los que nos dan a entender es que debemos tener un actitud
positiva respecto a la importancia de incluir a cada persona, en cualquier
ámbito, ya que si se comienza desde ahora, más adelante será fácil adaptarse y
ayudar a las personas con necesidades educativas, la idea es que las estrategias
no se queden solo en un papel, si no que se apliquen para la mejora de la
educación inclusiva.
Las familias deben aprender a comprender, a escuchar, y deben tener un
liderazgo para fortalecer los derechos que cada uno tiene, porque de que sirve
saber que cuentas con unos derechos, si a la hora de saber que se te están
vulnerando, no los utilizas en ningún momento, se debe saber de todas las
leyes que existen a favor de las personas con necesidades educativas
especiales, para evitar que pasen por encima de estas, no sean excluidas, si no
que cada uno ponga su grano de arena para facilitar la inclusión.
BIBLIOGRAFIA
ARDANAZ LEONOR La escuela inclusiva : prácticas y reflexiones 1 ed., marzo 2004 Barcelona; Caracas, Graó; Laboratorio Educativo, 2004
Tema abierto de Educación Inclusiva. Materiales de Apoyo para Responsables de Políticas Educativas. UNESCO.
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