UNIVERSIDAD DE COLIMA
Facultad de Arquitectura y Diseño
LA INTEGRACION DE AREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN
URBANA: EL CASO DEL ÁREA METROPOLITANA DE COLIMA
1990 | 2006
Tesis que para obtener el grado de
Maestra en Arquitectura
Presenta:
Arq. Teresita de Jesús Alcántara Díaz
Directora de Tesis:
Dra. en Arq. Martha E. Chávez González
Asesores: Dra. Ma. Soledad Cruz Rodríguez
Dra. en Arq. Reyna Valladares Anguiano
Dr. en Arq. Francisco Javier Cárdenas Munguía
Coquimatlán, Colima, noviembre de 2007.
IV
Agradecimientos
Aprovecho este breve espacio para agradecer a todos los que voluntaria e involuntariamente participaron para hacer posible el logro de esta gran meta que fue la realización de mi maestría y en específico el poder concretar dicho esfuerzo a través de la presente tesis:
Primeramente a DIOS por haberme dado la oportunidad de vivir, por la dicha de disfrutar los momentos felices y por la fortaleza para superar los difíciles;
A mis papas Adiel y Aleyda y mis hermanos Baruch y Farud por ser las personas tan especiales con las que he compartido desde que tengo uso de razón momentos especiales y me han impulsado a ser lo que soy;
A mi esposo Jaime y mi hijo V. Adiel por estar a mi lado, por el amor y amistad incondicional que me han brindado; por su apoyo para salir adelante y por ser el mejor regalo que Dios me ha dado;
A mi directora de tesis, la Dra. Martha Chávez por ser una buena asesora, consejera, maestra y amiga que me guió durante todo este tiempo para poder concretar mi proyecto de investigación en esta tesis;
A mi asesora externa, la Dra. María Soledad Cruz Rodríguez, ya que además de ser especialista en la materia, su asesoría fue clara, oportuna y de calidad para lograr un buen proyecto;
A la Dra. Reyna Valladares y al Dr. Francisco J. Cárdenas que como parte del cuerpo académico de la especialidad compartieron su tiempo, conocimientos y experiencias;
A mis compañeros de la especialidad y de la generación, por haber sido parte de esta etapa de mi vida y por haber compartido conmigo y con Jaime momentos memorables;
Al Registro Agrario Nacional (RAN) en especial al Ing. Carlos Anguiano Silva, jefe del área técnica de dicha delegación, cuyo apoyo, asesoría e información obtenida en el ámbito agrario, fueron claves para el adecuado desarrollo y conclusión de dicho proyecto;
A cada uno de los comisarios ejidales que participaron en la encuesta, cuyos comentarios y experiencias fueron de gran relevancia para comprender la dinámica que se vive al interior del ejido;
Al apoyo técnico proporcionado por Flor Santacruz y Karla González F., en la captura de información y por darme pertinentes observaciones como futuras lectoras; y finalmente
Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por el apoyo económico otorgado para cursar la maestría y generar un estudio en torno a la problemática urbano-rural dentro del Estado de Colima, dejando además un precedente para otras líneas de investigación que se deriven del mismo.
VI
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Índice
Carta de terminación...……………………………………………………….............. II Agradecimientos………………………………………………………………............. IV Índice de cuadros Índice de tablas Índice de figuras Índice de gráficos Índice de mapas Índice de planos Índice de Siglas y Acrónimos………………………………………………………….
VI
X Resumen………………………………………………………………………………... XI Abstract………………………………………………………………………………….. XII Introducción 14
1. Revisión de los estudios de suelo...……………………………… 18
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano……………….. 36
2.1 La ciudad y la expansión urbana………………………………………. 36 2.2 De lo urbano a la metropolización……………………………………... 52 2.3 Metropolización y ciudades medias…………………………………… 56 2.4 Suelo y procesos de urbanización……………………………………. 61
3. La propiedad territorial en México………………………………... 71
3.1 Antecedentes históricos……..………………………………………….. 71 3.2 Artículo 27: la estructura de la propiedad y sus características…… 75
3.3 Reformas al Art. 27 constitucional y su impacto en la propiedad de la tierra a partir de 1992…………………………………
82
3.4 La estructura de la propiedad en Colima……………………………... 91
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima…… 96
4.1 Características de los municipios que integran el AMC……………. 99 4.2 Los ejidos del Área Metropolitana de Colima……………….............. 107
4.2.1 Ejidos en el municipio de Colima…………………………. 107 4.2.2 Ejidos en el municipio de Villa de Álvarez……………...... 113 4.2.3 Ejidos en el municipio de Comala……………………....... 116 4.2.4 Ejidos en el municipio de Coquimatlán…………………... 118 4.2.5 Ejidos en el municipio de Cuauhtémoc…………………... 120 4.3 Expropiaciones…………………………………………………………. 128 4.4 El PROCEDE en la zona de estudio…………………………………. 134 4.5 La adopción de dominio pleno………………………………………… 137
5. La expansión territorial del Área Metropolitana de Colima sobre tierra ejidal 1990-2006……………………………………...
153
5.1 Incorporación de tierra ejidal al proceso de urbanización…………. 153 5.2 Mecanismos utilizados para la transformación del régimen de propiedad………………………………………………………………...
155
VII
5.3 Proyectos surgidos en tierras de origen ejidal ………………………. 164
6. Caracterización y perspectivas de los ejidos del Área Metropolitana de Colima…………………………………………..
177
Bibliografía……………………………………………………………………………… 187 Anexos
Anexo I. Dominios plenos asignados por ejido …………………………….. 196 Anexo II. Asentamientos humanos y proyectos urbanos …………………. 214 Anexo III. Planos parcelados y dominios plenos registrados 1990-2006... 234
Índice de cuadros
Cuadro 1 | Indicadores para la investigación…………….................................. 70 Cuadro 2 | Reformas al artículo 27 (1917-1992)………………………………… 87
Índice de tablas
Tabla 1 | Características geográficas y demográficas del Estado de Colima por municipio al año 2005…………………………………………….
92
Tabla 2 | Estructura de la propiedad de la tierra en el Estado de Colima….. 93 Tabla 3 | Propiedad de la tierra en el Estado de Colima por municipio…….. 95 Tabla 4 | Origen de los ejidos del AMC………………………………………… 124 Tabla 5 | Superficies ejidales y beneficiados por concepto de dotación y
ampliación en el AMC………………………………………………….
126 Tabla 6 | Expropiaciones a los ejidos ubicados en el AMC, 1972-2001……. 130 Tabla 7 | Superficies después de las expropiaciones en los ejidos del
AMC……………………………………………………………………...
133 Tabla 8 | Núcleos agrarios pertenecientes al AMC con cartografía
entregada para su certificación y titulación por municipio…………
136 Tabla 9 | Núcleos agrarios y superficie según el destino de la tierra por
municipio………………………………………………………………...
136 Tabla 10 | Dominios plenos asignados por ejido 1993-2006. Municipio de
Colima……………………………………………………………………
141 Tabla 11 | Dominios plenos asignados por ejido 1993-2006. Municipio de
Villa de Álvarez…………………………………………………………
142 Tabla 12 | Dominios plenos asignados por ejido 1993-2006. Municipio de
Comala…………………………………………………………………..
144 Tabla 13 | Dominios plenos asignados por ejido 1993-2006. Municipio de
Coquimatlán…………………………………………………………….
145 Tabla 14 | Dominios plenos asignados por ejido 1993-2006. Municipio de
Cuauhtémoc…………………………………………………………….
146 Tabla 15 | Total de dominios plenos asignados por municipio 1993-
2006……………………………………………………………………...
147 Tabla 16 | Expropiaciones en ejidos del AMC y principales promoventes,
VIII
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
1972-2001………………………………………………………………. 159 Tabla 17 | Distribución de expropiaciones por causas de utilidad pública…… 160 Tabla 18 | La adopción de dominio pleno en los ejidos del AMC…………….. 161 Tabla 19 | Proyectos urbanos realizados en el AMC por municipio 1990-
2006……………………………………………………………………...
166 Tabla 20 | Proyectos urbanos realizados en suelo ejidal en el AMC por
municipio 1990-2006 ………………………………………………….
168 Tabla 21 | Proyectos urbanos de origen ejidal en el AMC por municipio
mayores a 10 Has. 1990-2006……………………………………….
168 Tabla 22 | Proyectos urbanos en el AMC por tipo de promotor, 1990-2006… 171 Tabla 23 | Proyectos urbanos en el AMC por uso de suelo autorizado, 1990-
2006……………………………………………………………………...
172 Tabla 24 | Superficie desincorporada del régimen ejidal en el AMC por tipo
de mecanismo…………………………………………………………..
175
Índice de figuras
Figura 1 | Modelo A. Modelo de círculos concéntricos …………………………. 41 Figura 2 | Modelo B. Modelo de de sectores radiantes………………………….. 43 Figura 3 | Modelo C. Modelo de núcleos múltiples ……………………………… 45 Figura 4 | Las tres dimensiones independientes del espacio social…………… 47 Figura 5 | El modelo del desarrollo estructural de la ciudad latinoamericana… 50
Índice de gráficos
Gráfico 1 | Distribución porcentual de la propiedad de la tierra en el Estado de Colima……………………………………………………………...
94
Gráfico 2 | División del ejido Villa de Álvarez para la creación del núcleo agrario El Diezmo…………………………………………………….
109
Gráfico 3 | Ejido Villa de Álvarez………………………………………………... 115
Índice de mapas
Mapa 1 | Municipios del Estado de Colima y su localización geográfica……. 91 Mapa 2 | Modificación de los límites para la Zona Conurbada Colima-Villa
de Álvarez, 1997 ………………………………………………………..
98 Mapa 3 | Ubicación de los ejidos Acatitán, Cardona, El Diezmo, Francisco I.
IX
Madero, La Estancia, Lo de Villa y Piscila…………………………… 108 Mapa 4 | Ubicación de los ejidos Villa de Álvarez y Pastores………………… 114 Mapa 5 | Ubicación de los ejidos Comala, El Pedregal y Nogueras………… 116 Mapa 6 | Ubicación de los ejidos Coquimatlán y Los Limones……………….. 120 Mapa 7 | Ubicación de los ejidos El Trapiche y Buenavista………………….. 123 Mapa 8 | Núcleos agrarios ampliados en el AMC 1939-2000……………….. 127 Mapa 9 | Ubicación de los ejidos expropiados por grado de afectación en el
AMC, 1972-2001………………………………………………………..
133
Índice de planos
Plano 1 | Conurbación Colima-Villa de Álvarez en 1981………………………. 96
X
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Índice de Siglas y Acrónimos
AEMA o EEA: Agencia Europea de Medio Ambiente AMC: Área Metropolitana de Colima ANDSA: Almacenes Nacionales de Depósito CFE: Comisión Federal de Electricidad CONAPO: Consejo Nacional de Población CORETT: Comisión para la Regulación de la Tenencia de la Tierra INEGI: Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática IVECOL: Instituto de Vivienda del Estado de Colima LA: Ley Agraria LGAH: Ley General de Asentamientos Humanos NCPE: Nuevo Centro de Población Ejidal o Agrícola PA: Procuraduría Agraria PEA: Población Económicamente Activa PROCEDE: Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos PRONASOL: Programa Nacional de Solidaridad RAN: Registro Agrario Nacional SAM: Sistema Alimentario Mexicano SCT: Secretaría de Comunicaciones y Transportes SEDESOL: Secretaría de Desarrollo Social SEMARNAP: Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca SJF: Suprema Corte de Justicia de la Nación TLCAN: Tratado de Libre Comercio de América del Norte ZMCM: Zona Metropolitana de la Ciudad de México ZMCM: Zona Metropolitana del Valle de México
XI
Resumen
El trabajo que aquí se resume expone los efectos de los cambios en la
legislación agraria en el área metropolitana de Colima con una superficie total de 30 mil 33.20 Has., la cual comprende parte del territorio de los municipios de Colima, Villa de Álvarez, Comala, Coquimatlán y Cuauhtémoc, en los que se concentran 16 núcleos agrarios, de los cuales toda o parte de su superficie ejidal se está integrando y transformando.
Para ello, se hace una revisión de los antecedentes de la propiedad ejidal, la situación prevaleciente después del PROCEDE, los mecanismos de desincorporación del cambio de régimen de propiedad, y la incorporación de suelo ejidal al proceso de urbanización, de acuerdo al tipo de proyectos urbanos realizados y a los actores involucrados.
Palabras clave: suelo ejidal, expansión urbana, procesos de urbanización
XII
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Abstract
The work that is here is summarized, exposes the effects of the changes in the
agrarian legislation in the metropolitan area of Colima with a total surface of 30 thousand 33.20 hectares, which includes part of the territory of the municipalities of Colima, Villa de Alvarez, Comala, Coquimatlán and Cuauhtémoc, territory in which are concentrated sixteen agrarian nuclei, of which everything or part of its ejidal surface is joining and transforming.
For it, a revision becomes of the antecedents of the ejidal property; the prevailing situation once concluded the PROCEDE program, the mechanisms of desincorporación of the change of property regime, and the ejidal ground incorporation to the urbanization process, according to the type of urban projects made and the involved actors.
Key words: common land, urban expansion, processes of urbanization
14
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Introducción
El crecimiento de las ciudades de manera general, es un fenómeno en donde
intervienen diferentes dinámicas que repercuten en la configuración del territorio; una
de ellas es la incorporación de zonas rurales y zonas agrícolas a los centros de
población. Esta situación trae como resultado no sólo cambios en la estructura
urbana de la zona, sino también transformación de los modos de vida de los
habitantes que se van integrando al ámbito rural-urbano y la degradación de los
modos de producción agrícola que se han sacrificado por la presión económica y
social que ha generado la creciente urbanización a costa del desarrollo y la
modernización de las ciudades.
En este sentido, Colima no es la excepción. La conurbación generada con la
ciudad de Villa de Álvarez en las últimas décadas, ha dado la pauta para la
integración paulatina de las localidades más cercanas a ésta.
Para la explicación de este fenómeno en torno al suelo, se toman como
antecedente las investigaciones basadas en la recuperación de plusvalías,
tributación inmobiliaria, proyectos de redesarrollo urbano a gran escala, informalidad
y mercados de suelo urbano.
De manera particular, el estudio sobre la producción de suelo urbano en la
zona conurbada Colima-Villa de Álvarez 1979-2000, realizado por Martha E. Chávez
González (2005), relacionado a la temática de mercados de suelo, es el precedente
de la presente investigación y forma parte del proyecto del mismo nombre financiado
por el CONACYT y la CONAVI. Para tal efecto, se amplia, tanto el área de estudio de
dicha conurbación a un ámbito metropolitano, así como al período de referencia.
Se partió de los siguientes cuestionamientos: ¿de qué manera la legislación
agraria ha incidido en los mecanismos utilizados para la incorporación de la tierra
ejidal al proceso de expansión urbana de la AMC entre 1990 y 2006?; y ¿cuáles han
sido las repercusiones de las modificaciones al artículo. 27 Constitucional en la
Introducción
15
propiedad ejidal de la zona de estudio?; ¿qué agentes urbanos han intervenido en la
incorporación de la tierra ejidal en el proceso de metropolización? y finalmente,
¿cuáles son las características del proceso de urbanización generadas por la
expansión urbana en la AMC durante ese período?
Como respuesta a las interrogantes planteadas, podemos decir de manera
hipotética que en el Área Metropolitana de Colima entre 1990 y 2006, las reformas al
Art. 27 constitucional impulsaron parcialmente la desincorporación de la superficie
del ejido de aquéllos que han estado más cercanos a las zonas urbanas o con
conexión a las mismas por medio de vialidades a través del la construcción de
fraccionamientos, principalmente por la intervención de promotores inmobiliarios
locales, gobernantes en turno y organismos públicos de vivienda.
En este sentido el desarrollo urbano y el uso de suelo dedicado a actividades
rurales resultan incompatibles en términos territoriales cuando el crecimiento urbano
no esta planificado, causando problemas en los ejidos localizados en la periferia
intrametropolitana al ser absorbidos por este crecimiento, modificando su uso y
morfología como producto de los procesos de urbanización y modernización en la
zona.
La presentación del trabajo se estructura en cinco capítulos y un apartado final
de conclusiones. El primer capítulo titulado ―Revisión de los estudios de suelo‖
expone una síntesis de los estudios y enfoques realizados en torno al tema del suelo,
destacando los más recientes y aquellos relacionados con mercados de suelo urbano
y procesos de urbanización tanto de ciudades medias como de zonas
metropolitanas.
Aunado a ello, el conocimiento de las diferentes teorías y modelos que
explican la configuración del territorio y su estructura desde la escala de ciudades,
pasando por las ciudades medias y zonas o áreas metropolitanas es de crucial
importancia para el desarrollo de la presente investigación. En este sentido, el
capítulo 2 titulado ―Configuración del territorio y el ámbito urbano‖ aborda los
principales tópicos en la materia; lo que permitió por una parte demostrar la escala
16
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
sobre la cual se estudia el fenómeno de la expansión urbana y por la otra identificar
los factores inherentes al suelo dentro del contexto capitalista como un bien no
reproducible, escaso y sujeto al incremento de su valor por la plusvalía generada en
la zona y a la especulación por parte de los agentes urbanos o sociales que se
apropian de ella.
Estas formas de apropiación del suelo adquieren particular relevancia de
acuerdo a las distintas modalidades de la propiedad territorial, cuya conformación ha
pasado por un proceso histórico, principalmente en nuestro país, que ha determinado
la definición de diferentes tipos de tenencia: privada, federal, ejidal y comunal.
Es por ello que el capítulo 3, titulado ―La propiedad territorial en México‖
aborda las particularidades de cada uno de los regímenes de propiedad señalados
de acuerdo al artículo 27 constitucional, sus modificaciones a partir de 1992 y su
impacto en la propiedad de la tierra, para después llegar al caso concreto de Colima
y analizar cómo está estructurada la propiedad en la entidad; con la finalidad de
verificar si realmente la propiedad ejidal -como régimen predominante-, merece una
atención especial para fines de nuestro estudio.
Asimismo, el capítulo 4 titulado ―La propiedad ejidal en el Área Metropolitana
de Colima‖ procede a delimitar el área de estudio, se analizan las acciones agrarias
efectuadas en cada uno de los ejidos desde su fundación y ampliaciones realizadas,
así como otras acciones como expropiaciones y la obtención del dominio pleno, la
desincorporación de tierra de este régimen por causas de utilidad pública y su
certificación para, posteriormente, enajenar o destinar la tierra al uso que el
propietario considera más pertinente, llevadas a cabo a raíz de las modificaciones al
27 constitucional.
Posteriormente, el capítulo 5 cuyo título es ―La expansión territorial en el Área
Metropolitana de Colima sobre tierra ejidal 1990-2006‖, se identifican los
mecanismos -de tipo formal- de desincorporación de tierra ejidal a otros tipos de
propiedad previstos en la legislación agraria, así como las vías de incorporación de la
superficie de origen ejidal al desarrollo urbano, con el fin de determinar cuánta ha
Introducción
17
sido la tierra que ha cambiado de régimen y se ha mantenido probablemente a la
espera del mejor postor o ya han sido ocupados por diversos proyectos para fines
urbanos.
Finalmente, el capítulo sexto donde se exponen las conclusiones a manera de
perspectiva se titula ―La propiedad ejidal frente a la expansión urbana. Retos y
perspectivas de los ejidos del Área Metropolitana de Colima‖, se presenta como una
reflexión sobre la problemática que enfrenta hoy en día la propiedad social en
nuestro estado y en un contexto más general, nuestro país.
18
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
1. Revisión de los estudios de suelo
Actualmente, los estudios realizados con relación al tema del suelo en el
mundo se han enfocado principalmente a la investigación de temáticas tales como
recuperación de plusvalías, tributación inmobiliaria, proyectos de redesarrollo urbano
a gran escala, informalidad y mercados de suelo urbano.
De manera particular y respecto a la última temática, existen diversos estudios
de suelo (Calderón, 1984; Carrión, 1987; Clichevsky, 1993; Lungo, 1998) realizados
en ciudades metropolitanas de Latinoamérica como Río de Janeiro, Buenos Aires,
Lima, Quito y San Salvador, entre otras, los cuales han conservado un interés por
analizar el proceso de ocupación –o desocupación existente- al interior o en zonas
cercanas al área urbana de las grandes ciudades, con el fin de explicar el
funcionamiento del mercado de tierras.
En el caso de México, a partir del año 2000 se han generado foros que han
permitido conjuntar una serie de reflexiones derivadas del contexto mexicano y que
han resultado coincidentes con las de otros países latinoamericanos, desde
perspectivas políticas, jurídicas, económicas y sociales para entender el problema
del suelo. En estos foros, se han presentado estudios de caso enfocados, en su
mayoría, a las áreas ubicadas dentro de la Zona Metropolitana del Valle de México
(ZMVM), así como en contextos de otras zonas metropolitanas y de ciudades
medias1 en proceso de metropolización como Acapulco, Colima, Oaxaca, Hermosillo.
Dichos estudios han sido realizados por investigadores como Beatriz García
(1988), Alfonso Iracheta (1984, 2000), Priscilla Conolly (1988), Soledad Cruz (1989,
2001), Javier Delgado (1989), Daniel Hiernaux y Alicia Lindón (2001), y Martha
Schteingart (2003), entre otros, quienes a partir de la década de los ochenta iniciaron
1 Este concepto se explicará más adelante en el capítulo del marco teórico
1. Revisión de los estudios de suelo
19
una aproximación en el tema del suelo y sus problemáticas en el contexto de
grandes ciudades metropolitanas, como es el caso de la ZMVM. Este interés
obedeció a que las entidades que la conforman han presentado un crecimiento
mayor y desordenado con respecto a otras entidades del país, sin considerar las
leyes referidas al suelo urbano, ni la protección al medio ambiente.
Para Alfonso Iracheta, el crecimiento desordenado de la ZMVM está vinculado
a la presencia del mercado privado (legal e ilegal) -que por sus propias
características especulativas y la baja intervención estatal para la regulación de
precios, apropiaciones o usos- ha segregado a una masa de población pobre que
carece de recursos para la adquisición de suelo para vivienda de acuerdo a las
condiciones que impone el mercado (2000:13); afirma que debe aceptarse que el
suelo es al mismo tiempo un bien privado y un bien público, en donde el Estado y el
municipio, deben producir reglas de uso y ejercer una regulación de los mercados
inmobiliarios que aseguren la coordinación del desarrollo urbano y la producción de
bienes públicos (infraestructura, vivienda social, etc.) que nunca serán suministrados
por el mercado (Iracheta, 2000:57). Las variables utilizadas en la investigación fueron
el mercado del suelo, las intervenciones públicas y la formación del precarismo y la
informalidad; instrumentos fiscales y regulatorios de movilización de los incrementos
de valor del suelo para la provisión de infraestructura y servicios urbanos y,
finalmente, la política de suelo para pobres.
Jaime Linares (2005) estudió la evolución de los precios del suelo en la zona
oriente de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), durante el período
de 1960-2005, el análisis le permitió identificar que entre los principales factores que
provocaron que su zona de estudio se convirtiera en una opción viable para la
edificación de vivienda estaba la abundancia de extensos terrenos planos y áridos,
no aptos para labores agropecuarias y en segundo lugar, el nivel de precios de los
terrenos que estaban relativamente al alcance del nivel promedio de ingresos de los
trabajadores, además de las facilidades que otorgaban los fraccionadores para la
20
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
compra de los lotes; y finalmente, la existencia de diversas vías de comunicación a lo
largo de los cuales se fue expandiendo el área urbana (Linares, 2005:18).
Linares incorporó indicadores como transformación de la estructura
económica del país, concentración económica y urbana -medida a través de otros
tres indicadores como valor de la producción, concentración industrial y personal
ocupado-, PEA ocupada por sector y municipio, población rural vs. urbana, densidad,
nivel socioeconómico y precios de suelo urbano. Los resultados obtenidos le
permitieron suponer que ―con el actual modelo neoliberal, las grandes empresas
inmobiliarias, no sólo influyen en forma determinante en el nivel de los precios de
suelo de la zona, sino además, se convierten en los principales promotores y
ejecutores de la planeación urbana, ante la ausencia y retraimiento del Estado en
materia urbana‖ (Linares, 2005:22).
Iracheta y Linares coinciden que ante el crecimiento tanto de la ZMVM como
de la ZMCM, el mercado de tierras y la presencia de diversos actores urbanos era
más evidente ante la baja o nula intervención del Estado. Plantean la importancia de
que sea éste último el que regule las disposiciones que impone el mercado
inmobiliario, para asegurar una mejor planeación de las ciudades y fomentar la
producción de obras y servicios prioritarios para la ciudad.
En contraparte, Eduardo Ramírez (2001) señaló que han existido
experiencias exitosas de grandes desarrollos inmobiliarios llevados a cabo en
reservas territoriales –de ciudades como Tijuana, Hermosillo, Culiacán y
Aguascalientes principalmente a partir de 1970-, denominados como
―macrodesarrollos inmobiliarios‖, los cuales están conduciendo a la planeación,
instrumentación y creación de espacios urbanos autosuficientes y sustentables. Todo
ello, a través de la participación de los propietarios de la tierra, financieros,
inversionistas, desarrolladores inmobiliarios y el gobierno en sus tres niveles, para
que actúen coordinadamente en la incorporación de tierras, financien y realicen
obras e infraestructura prioritarias en materia de vivienda, industria, comercio,
1. Revisión de los estudios de suelo
21
equipamiento urbano y servicios para la ciudad, respetando la traza urbana y usos
de suelo y expidiendo oportunamente las licencias y permisos correspondientes.
Ramírez efectuó un análisis de los costos base y de transacción de las tierras
de vocación agrícola de propiedad ejidal o particular, en el momento de la
negociación con otros agentes económicos, para su incorporación a proyectos
urbanos, y consideró la captación de plusvalías como una estrategia para la
asignación de precios promedios globales de alta densidad económica para cubrir los
costos de la tierra en proyectos con usos de baja o nula densidad económica y con
ello satisfacer las necesidades de tierra para pobres y la protección al ambiente. Para
ello, utilizó indicadores como uso de suelo, propiedad de la tierra, costos de suelo
rural vs. urbano, topografía, ubicación del predio respecto a la mancha urbana y a la
infraestructura vial.
De lo anterior sobresale la importancia de conducir coordinadamente tanto la
regulación como la participación de los principales actores involucrados en el
proceso de incorporación y el adecuado manejo de la tierra de acuerdo a su vocación
y características físicas para ser utilizado con fines urbanos, ante ello surge la
pregunta ¿de qué manera está incidiendo el mercado inmobiliario sobre el suelo rural
cercano a las principales zonas urbanas en nuestra área de estudio?, ¿existe alguna
política de Estado que coadyuve o inhiba esta situación?
Víctor Palacio (2001) analizó la diferencia del valor del suelo rural y urbano
con la teoría del valor-trabajo aplicado a la renta del suelo con la finalidad de
comprender e interpretar la problemática agrícola en tierras altamente productivas y
de qué manera se enfrenta al mercado urbano, tomando como zona de estudio los
estados de San Luís Potosí, Coahuila, Sinaloa, y Guanajuato, en México, durante el
período 1930-1997. A partir de ello concluyó que las tierras agrícolas altamente
productivas, bien ubicadas y con niveles de rentabilidad aceptable, tienden a
desaparecer en la medida en que el mercado urbano ofrece mejores opciones de
ganancias a los dueños y/o inversionistas del campo. Pues los niveles de renta
urbana estuvieron muy por encima de las ganancias y rentas agrícolas, argumenta
22
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
que este crecimiento más o menos constante del precio del suelo tuvo explicación en
la atención al sector agrícola por parte del Estado hasta los años setenta y principio
de los ochenta, así como también por la liberalización de dicho sector a partir de
1983 y en las modificaciones al artículo 27 constitucional (Palacio, 2001: 67). Para su
análisis, Palacio utilizó indicadores como ubicación de los predios agrícolas y
urbanos -relacionándolos con proyectos inmobiliarios-, tasa de crecimiento del precio
de la tierra, productividad de la mano de obra e inversión de capital en el sector
agrícola, renta de suelo, precios de la tierra rural y urbana.
Por su parte, Ma. Soledad Cruz (2001) hizo un estudio para la ZMCM,
partiendo de la relación entre los procesos urbano y agrario en el ejido y el impacto
de la nueva Ley Agraria (LA) en los núcleos agrarios periféricos, como consecuencia
de las modificaciones al artículo 27 Constitucional; refiriéndolo a los cambios en la
definición jurídica de la propiedad social. A partir de eso, identificó la necesidad de
investigar las tendencias que han guiado el proceso de urbanización agraria, así
como determinar si existe un interés real del capital inmobiliario de asociarse con los
ejidatarios para generar desarrollos que coadyuven al crecimiento de la ciudad. Cruz
llegó a la conclusión de que la tenencia ejidal en la zona de estudio ha tenido la
fortaleza necesaria no sólo para sostener la producción agrícola de la periferia rural,
sino para resistir con eficacia la expansión urbana. No obstante, no ha sucedido lo
mismo con la propiedad privada, que en este caso sí se ha visto afectada de manera
importante por la urbanización, permitiéndole la identificación de la existencia de
―modalidades‖ en la propiedad privada y la presencia de diversos agentes sociales
propietarios, que tienen determinaciones impuestas por las características de su
propiedad y que se relacionan de manera diferenciada con el proceso de
urbanización.
Tanto Palacio como Cruz Rodríguez hicieron analizan las modificaciones al
artículo 27 constitucional, pero Palacio le dio un enfoque económico a su estudio
vinculándolo a liberalización del sector agrícola, lo que coadyuvó, según él, a que las
tierras ejidales tendieran a desaparecer en la medida en que el mercado urbano
1. Revisión de los estudios de suelo
23
ofrecía mejores ganancias; Cruz -con un enfoque sociológico-, lo relacionó a los
cambios en la definición jurídica de la propiedad ejidal.
A pesar de que esos dos autores abordan la problemática desde distintos
enfoques, ambos señalan que las tierras ubicadas en ―lugares estratégicos‖ o en la
periferia, independientemente del tipo y características de la propiedad, sí se han
visto afectadas o han tendido a desaparecer ante los procesos de expansión urbana.
En el caso particular de nuestra área de estudio, ¿de qué condicionantes dependen
las tierras para poder resistir al proceso de urbanización o simplemente están en
proceso de desaparición?
Con relación con lo anterior, lo más importante de las modificaciones al
artículo 27 es la privatización del ejido. Esto ha derivado en una serie de
implicaciones que tuvieron como objetivo facilitar la circulación mercantil de las
tierras ejidales, generando la transformación del ―cacicazgo‖ -que ha predominado en
la administración ejidal- y un cambio de funciones del Comisariado. A partir de este
momento, la participación del ejidatario en particular se plantea como fundamental y
se le reconoce la libertad para la disposición de sus parcelas y de contratar créditos y
financiamientos adecuados para la explotación económica de su tierra o en su
defecto, para decidir el uso económico que quisiera darle a la misma. Para ello, el
ejidatario tendría que contar con la titularidad de sus derechos agrarios y una amplia
libertad para asociarse económicamente con otros agentes sociales para la
producción de sus tierras (Cruz Rodríguez, 2001:79-80). Pero estas medidas ¿cómo
se han manifestado en el ámbito rural-urbano y particularmente en el mercado de
suelo en la zona de estudio?
En esta tónica, Rafael Vargas (2001) afirma que ―de los casi 200 millones de
hectáreas, un 51% correspondía a la propiedad social (ejidal y comunal) con cerca
de 30 mil núcleos agrarios de los cuales 23 mil han sido certificados a través del
Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos
(PROCEDE), con lo cual los posesionarios de suelo pudieron tener certeza jurídica
sobre la tenencia y delimitación de sus parcelas‖ (2001:389). Vargas detectó que
24
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
este proceso tiene una vinculación directa con la población urbana y con los
requerimientos de suelo para el desarrollo urbano. Reveló, además, que en la
mayoría de los casos, quienes poseen actualmente los títulos no son los ejidatarios
originales, lo cual nos hace pensar si es la misma situación en el Estado de Colima.
En este sentido, en el mercado de suelo urbano -con la particularidad en nuestro país
de estar marcadamente influido por el suelo ejidal-, se podría esperar una reducción
en los precios del suelo urbanizado del mercado regular motivado por la facilidad
para utilizar el suelo ejidal; sin embargo, también es cierto que está expuesto a la
especulación y acaparamiento por grandes desarrolladores.
Al respecto, podemos señalar que hasta el momento, en muchos estados del
país no se han aplicado las políticas necesarias para hacer más atractiva la oferta en
el mercado regular; en el caso de Aguascalientes (Jiménez, 2000) a pesar de que el
mercado irregular contó con ventajas sobre su opuesto, sólo un reducido número de
habitantes de escasos recursos optó por adquirir suelo en él y la gran mayoría optó
por comprar suelo en el mercado regular que ofrece el sector público. Esto permite
demostrar que ―… al menos en algunos casos el Estado tiene la capacidad de frenar
el desarrollo del mercado informal de suelo a través de políticas públicas…‖
(Jiménez, 2000:204).
Los estudios de Vargas (2001) como el de Jiménez (2000) han mostrado las
diversas formas en que se ha presentado el fenómeno del crecimiento de las
ciudades relacionándolo con el mercado de tierras (regular o irregular) o en palabras
de Iracheta como ―legal o ilegal‖. De acuerdo a Vargas, a nivel nacional el régimen
de propiedad predominante es el ejidal, por ello pudiera esperarse que su
incorporación al desarrollo urbano no estuviera tan marcada por los precios de suelo
y que pudiera resultar más accesible su adquisición por la vía regular para sectores
de menores recursos. Sin embargo, todo esto sigue dependiendo de las políticas del
Estado en materia urbana, ya que a pesar de que las reformas al artículo 27 estaban
encaminadas ―en esencia‖ a mejorar las condiciones del campo y de los que de él
viven –dando libertad a sus dueños sobre el uso y destino de la tierra-, no es
1. Revisión de los estudios de suelo
25
justificable la postura del Estado de mantenerse al margen de la planeación urbana,
dejando a decisión de los diversos agentes o actores urbanos el cómo, cuándo, para
quién, a qué costo y hacia dónde crecer nuestras ciudades.
Además de los trabajos anteriores, existen algunos estudios enfocados a lo
que ha ocurrido con el proceso de urbanización de los municipios y pueblos
pertenecientes o cercanos a zonas metropolitanas. Es el caso de Armando González
(2005), quien analizó el pueblo de San Pablo de las Salinas del municipio de
Tultitlán, ubicado en la ZMCM, revisó las estrategias y procedimientos para organizar
la propiedad del suelo desde el momento en que inicia el proceso de dotación de
tierras hasta la instrumentación del Plan de Desarrollo Urbano Municipal (1710-
2003), en un contexto de interacción de prácticas tradicionales y urbanas. Algunos
ejes de análisis planteados fueron la forma que adquiere la propiedad de la tierra, los
actores sociales que intervienen en la organización del suelo urbano, así como sus
prácticas de ocupación del suelo.
González concluyó que la relación urbano-rural sobre el territorio requiere de
un gobierno que vaya de acuerdo a las nuevas formas de vida de la población, en
donde se apoye el fomento y la permanencia de las prácticas tradicionales.
Asimismo, el hecho de que los habitantes originales reclamen la decisión sobre el
uso del suelo, constituyen para él, límites de gobernabilidad, ya que muchas
iniciativas de gobierno son vistas como provocadoras de la desaparición de la
tradición de los pueblos. En este sentido, los actores compiten por ganar posiciones
e influir al gobierno para acordar las reglas de construcción del espacio urbano
(González, 2005:22).
Un trabajo similar es el de Daniel Hiernaux y Alicia Lindón (2001), quienes
analizaron el crecimiento del Valle de Chalco -ubicado en la ZMCM- durante el
período 1989-2001 asociado al proceso de construcción de gigantescos
fraccionamientos de interés social en lo que fueron tierras privadas, sobre todo
ranchos, así como con una nueva fase de fraccionamientos ilegales en ejidos.
Respecto a la ocupación del suelo periférico pudieron identificar la participación de
26
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
diversos actores, como los fraccionadores y ejidatarios, destacando que todos ellos
se han movido siempre en el marco más amplio de la oferta ilegal e informal de suelo
(Hiernaux, 1995; Hiernaux y Lindón, 1997). Los autores realizaron el análisis de la
periferia desde la micro escala, esto les permitió entender cuestiones como las
condiciones y estilos de vida de los núcleos familiares, la creación de un modo
particular de vida urbana por parte de los vallechalquenses, así como las estrategias
de inserción en la economía metropolitana que recrean constantemente los
habitantes locales. Además, el estudio intentó superar el esquema económico básico
de vendedor-comprador como victimario y víctima, rompiendo con el prejuicio de que
los compradores son ingenuos; indicando que éstos siguen una estrategia de
localización en función de aspectos laborales, ciclos familiares y posibilidad de
obtención de ventajas adicionales como un negocio o un predio más grande; razones
por las cuales pueden preferir trasladarse de un sitio consolidado a una nueva
periferia.
Por su parte, Alejandro Maceda y Cruz Rodríguez (2005) realizó un análisis
sobre el ejido Santa Cruz de Guadalupe, en la ciudad de Puebla, y enfatizó que esa
colonia ha tenido un proceso histórico por etapas, en la que aparece el período de
1970-1980 como el más relevante, ya que se construyó una vía principal de
comunicación –producto del impacto ecológico del ―Programa de Desarrollo Regional
Angelópolis‖- como una de las más importantes acciones de gobierno del estado de
Puebla en esa zona de estudio. Estos hechos generaron que esta zona se convirtiera
en un corredor urbano y comercial, lo cual generó una especulación del suelo urbano
y ejidal. Asimismo, señaló que ante la creciente expansión urbana, los terrenos
ejidales han proporcionado el suelo necesario para este crecimiento, modificando su
uso y provocando una descomposición gradual de la producción agrícola y formas de
vida tradicional -―algunos para bien y otros para mal‖-, ante una constante presión
económica y social producto de los procesos de urbanización y modernización de la
zona.
1. Revisión de los estudios de suelo
27
Esta situación nos lleva a reflexionar si en Colima, el Estado –lejos de ser un
agente regulador y planificador del crecimiento de la ciudad- está fomentando e
interviniendo con acciones encaminadas al ―desarrollo‖ económico de la entidad,
pero olvidando las implicaciones sociales y urbanas que generan estos procesos –
manifestados, generalmente, de manera heterogénea y contrastante- sobre el
territorio.
Por su parte, Alicia Moreno Aquino (2005) hizo una investigación a partir de la
evolución del poder en el ejido de San Pedro Atzompa (Estado de México), en el
período de 1993-2003, vinculándolo con los actores que hicieron posible la
generación de suelo urbano, así como a las relaciones sociales -específicamente de
poder- que se van estructurando en las tierras ejidales que son sometidas al uso
urbano. Encontró que para el caso de estudio el proceso de urbanización del ejido
evolucionó por etapas, con base en las relaciones de poder estructuradas por los
mismos ejidatarios utilizando las concepciones teóricas de Richard Adams (1978), y
señaló que los ejidatarios en la zona de estudio operaban como unidades, ya que
compartían sus tierras y su mismo sistema agrario como medio ambiente y la idea
por vender sus tierras (Moreno Aquino, 2005:3).
Para ello Moreno Aquino distinguió tres diferentes tipos de unidades
operantes: unidades socialmente fragmentadas, coordinadas y centralizadas (unidad
de consenso de mayoría incorporada). En los primeros polígonos que se vendieron
en San Pedro, el ejido operó como ―unidad fragmentada‖ (con poder independiente),
manteniendo una fisonomía amorfa en su estructura urbana; posteriormente, al llegar
a la ―unidad de consenso‖ (asignada), el ordenamiento urbano de las nuevas
colonias fue evidente; y finalmente, la ―unidad de mayoría‖ tomó fuerza en el
momento en que una constructora compró el ejido y planificó un fraccionamiento
habitacional.
De acuerdo a los últimos tres estudios marcados con enfoque sociológico, los
realizados en ejidos de la ZMCM como el de la ciudad de Puebla, analizaron el
crecimiento de la zona y la transformación en el comportamiento y formas de vida
28
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
tradicionales de los ejidatarios o comunidades cercanas. En general, Hiernaux,
Lindón y Aquino, pudieron identificar la aparición de diversos actores sociales -y sus
relaciones de poder que se van estructurando en las tierras ejidales que son
sometidas al uso urbano- tales como los fraccionadores e inclusive los mismos
ejidatarios. Maceda identificó, además, que la construcción de infraestructura vial
como producto de acciones de gobierno a una escala regional fue uno de los factores
clave que contribuyeron a que su zona de estudio se convirtiera en un corredor
urbano y comercial, fomentando la especulación del suelo urbano y ejidal y la
descomposición gradual de la producción agrícola y de formas de vida tradicional
basadas en estrategias de inserción en la economía metropolitana.
Otro de los factores que coadyuvaron al crecimiento de la zona metropolitana
de la ciudad de México, según Hiernaux y Lindón, estaban asociados al proceso de
construcción de gigantescos fraccionamientos de interés social de forma irregular en
tierras de tipo ejidal o en tierras privadas -que en su momento fueron ranchos- y la
estrategia de re-localización en función de ventajas adicionales hacia la periferia.
En lo que respecta al estudio de ciudades medias en vías de metropolización,
uno de los primeros estudios en nuestro país fue el de Beatriz García Peralta (1988),
que analizó la actividad inmobiliaria generada en la ciudad de Querétaro2 para el
período de 1960-1982, influida por el crecimiento urbano y el impulso causado en los
años cincuenta a raíz del inicio del mercado regular coincidiendo con el primer
establecimiento industrial dentro de la capital del Estado. Aunado a ello, estuvieron
asociados diversos hechos con este fenómeno: la construcción de la vía rápida
México-Querétaro, la creación de nuevos fraccionamientos industriales y la
proximidad al mercado más importante del país, es decir, la ZMCM.
En función del eje de análisis, García Peralta definió los diferentes agentes
que intervinieron en la transformación de la tierra rural en urbana y en la producción
inmobiliaria, aportó información general sobre la población, la actividad económica y
2 Cabe mencionar que cuando se empieza a dar el auge de la industrialización en la capital de
Querétaro, todavía era una ciudad media en vías de metropolización y próxima a establecer una estrecha relación con la capital del país.
1. Revisión de los estudios de suelo
29
la evolución urbana del Estado y de la ciudad de Querétaro. Finalmente, muestreó
datos globales sobre la actividad inmobiliaria y sus intervenciones en la ciudad con el
fin de analizar la forma en que se dio el mercado inmobiliario irregular y su diferencia
respecto al regular y del impacto que tuvieron dichas intervenciones en Querétaro.
García Peralta determinó que la actividad inmobiliaria fue realizada por grupos
muy particulares en su área de estudio, ya que los principales agentes que la
operaban se basaban principalmente en la facilidad para incorporar grandes
extensiones de tierra privada a usos urbanos. El impacto que tuvieron estas
operaciones fue de producir una expansión urbana superior a la requerida por el
grado de desarrollo industrial y el incremento de la población en la localidad; sin
embargo, los asentamientos en su mayoría se efectuaron en torno de
fraccionamientos residenciales campestres y sin ofrecerse ninguno de carácter
popular según en lo estudiado, es decir, este desarrollo inmobiliario en la zona no
incidió significativamente en la solución del déficit habitacional de sus habitantes
(1988: 56).
Estudios más completos para otras ciudades medias, son los hechos para el
caso de Aguascalientes en el período de 1975-1988 por Jiménez (2000) y para la
ciudad de Morelia en el período de 1927-1994 por Aguilar (2001) para analizar del
proceso del cambio de un entorno regido bajo la tenencia del suelo ejidal.
La investigación de Jiménez se basó fundamentalmente en el análisis del
mercado irregular y de manera tangencial hizo referencia al estudio del mercado
regular del suelo para vivienda como una manera de contextualizar las
características del primero, especialmente en lo que se refiere al precio del suelo; el
cual fue determinado por variables tales como los agentes y sus relaciones políticas,
sociales y económicas. En dicha investigación se combinaron técnicas cuantitativas3
para recopilar información de precios del mercado regular y también de tipo
3 Información obtenida del periódico durante el período 1975-1996, registrando los precios para lotes
baldíos lo cual permitió generar una clasificación de los tipos de precios de suelo en: residencial, campestre, medio alto, medio, popular, pueblo, ejidos periféricos a la ciudad, industria, barrio, zona centro y ciudad (sin ubicación precisa).
30
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
cualitativas4 para obtener información del mercado irregular con la finalidad de
determinar las variaciones anuales de los precios de suelo para vivienda en estos
dos tipos de mercados durante el mismo período.
Como parte de su estudio, Jiménez señaló que antes de los cambios al
artículo 27 constitucional había tres posibilidades o mecanismos para cambiar la
tenencia del suelo ejidal: expropiación gubernamental, permuta de tierras con
particulares y el establecimiento de una zona urbana ejidal. De igual manera, en la
zona de estudio analizó el por qué para las personas de bajos recursos resultó más
viable el hecho de adquirir suelo dentro del mercado irregular por los costos bajos,
pero sin ningún tipo de servicio; sin embargo, a la larga esto resultaba más caro o al
mismo costo que si lo adquirieran de manera regular por tener que invertir en los
servicios y en la vivienda. Los asentamientos se desarrollaron principalmente sobre
suelo ejidal, aunque también se dieron en propiedad privada. Las desventajas de
este mercado fueron la apropiación de terrenos donde el uso habitacional no es
permitido, por estar asentados sobre tierras productivas -que son los casos más
frecuentes- o en áreas que representaban un riesgo para la salud e incluso para la
propia vida, como pueden ser zonas inundables, bajo líneas de alta tensión o junto a
poliductos de Petróleos Mexicanos (Jiménez, 2000:54).
Respecto al trabajo sobre Morelia, Aguilar (2001) realizó un análisis
cartográfico con cortes de tiempo a los años de 1970 y 1990 con la traza urbana de
Morelia y se sobrepuso la información predial según la tenencia de la tierra (ejidal,
privada o federal). La información generada mostró evidencia para seleccionar 35
ejidos a estudiar. Adicionalmente y como complemento al estudio, extrajo de la
bibliografía una reflexión historiográfica sobre el tema, y su visión histórica del ejido y
la ciudad, la relación entre la ciudad y el campo y las condicionantes de la
incorporación de la tierra al medio urbano. Esto le permitió hacer una interpretación
4 Mediante cuestionarios en los cuales se incluyó información sobre la ubicación y características generales de todos los asentamientos irregulares. Asimismo, se completó la información cualitativa de ambos mercados a través de entrevistas con tomadores de decisiones, planificadores, promotores, desarrolladores de vivienda y académicos.
1. Revisión de los estudios de suelo
31
sobre el desarrollo de Morelia desde su fundación, sus transformaciones por etapas y
una caracterización del proceso de expansión territorial y de su estructura urbana a
través de datos estadísticos; vinculándola, a su vez, con la tenencia de la tierra en
términos agrarios, con la finalidad de situar dos escenarios de la ciudad: uno en el
que la ciudad estaba rodeada por haciendas y ranchos; y su cambio por un entorno
predominantemente ejidal. Finalmente estableció la relación entre el proceso de
desincorporación del ejido de acuerdo con los períodos de gobierno del estado
(1954-1992) y los principales agentes fraccionadores de la tierra. Los principales
indicadores empleados fueron dotación ejidal, expropiaciones, fraccionamientos
autorizados y agentes fraccionadores de la tierra.
De acuerdo a estos dos últimos estudios tanto Jiménez como Aguilar destacan
la presencia de agentes urbanos –privados, sociales o públicos-, y de los
mecanismos de incorporación utilizados, antes y después de las reformas al artículo
27 constitucional.
Por su parte, Eftychia Bournazou (2001)5 analizó la relación entre el mercado
del suelo y su papel en el proceso de urbanización haciendo un estudio comparativo
de cinco ciudades medias mexicanas (entre 100,000 y 1‘000,000 habitantes):
Orizaba, Aguascalientes, Querétaro, Veracruz y Puebla durante el período de 1970-
1990, en cuyas ciudades se ha presentado un incremento notable de población de
acuerdo al sistema mexicano de ciudades, surgiendo la necesidad de una
reformulación de la política nacional sobre el desarrollo de las mismas, desde una
perspectiva espacial y morfológica. La principal meta de la investigación fue la
determinación de un modelo de crecimiento para las ciudades medias en México. Se
utilizaron variables tales como la expansión territorial, densidad bruta y neta
poblacional, proceso de conurbación, propiedad de la tierra, uso habitacional,
infraestructura regional y local, baldíos urbanos, mercado y valores del suelo, centro
5 Este estudio tomó como base los resultados obtenidos en 1994 de la investigación titulada ―Ciudades en expansión‖, realizados por la misma autora.
32
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
urbano y subcentros comerciales, la traza urbana, red vial primaria y regional, flujos
de tránsito, abastecimiento de agua potable y drenaje, y aspectos ambientales.
De todas las variables urbanas estudiadas destaca el mercado del suelo, por
el impacto que genera como fuerza conductora del crecimiento espacial. La falta de
regulación de las instituciones oficiales deja la determinación de los precios del suelo
a las reglas del mercado libre que actúa como fuerza centrífuga en el territorio
urbano e incorpora de manera acelerada y descontrolada grandes áreas de suelo
periférico a la mancha urbana (Bournazou, 2001:340). Se ilustró, además, la
evolución de los valores del suelo divididos en seis rangos, un corte temporal para
las décadas de 1970, 80 y 90 y su distribución en el área urbana.
Este modelo de crecimiento es uno de los más completos para analizar la
dinámica de la expansión urbana en las ciudades medias, vinculándola desde la
temática de los mercados de suelo, pero con un panorama integral -abordándola
desde aspectos económicos, urbanos y ambientales-. Parte de estos indicadores
serán útiles para ser utilizados en el presente estudio con la finalidad de caracterizar
el crecimiento de la zona de estudio durante un período determinado y el impacto
que la presencia de tierra –de origen ejidal- en la periferia de la ciudad central que
está formada por la conurbación Colima-Villa de Álvarez.
Sobre los estudios de suelo realizados acerca del estado de Colima, Miguel A.
Ortega y Eduardo Gómez (1999) realizaron un estudio a fin de proponer la
incorporación de suelo para vivienda en las ciudades de Colima, Villa de Álvarez,
Tecomán y Manzanillo en el periodo de 1979-1997; en él mencionaron que a raíz del
crecimiento demográfico que ha presentado el estado de Colima en las últimas
décadas ha habido grandes transformaciones originadas por actividades comerciales
y de servicio, pero fue con el gobierno de Griselda Álvarez Ponce de León (1979-
1985) cuando se propuso la creación y ampliación de reservas territoriales
destinadas a la vivienda a través de la expropiación y su regularización con apoyo de
la Comisión para la Regulación de la Tenencia de la Tierra (CORETT), y lo hizo en
siete municipios.
1. Revisión de los estudios de suelo
33
Sin embargo, el propio instituto reconoció que a pesar de esos esfuerzos, las
reservas eran insuficientes en los municipios de Colima, Manzanillo, Tecomán y Villa
de Álvarez. Al respecto, Ortega y Gómez, señalaron que algunos factores como falta
de control, especulación, ventas ilegales, fueron sólo algunos de los obstáculos que
frenaron la creación de reservas territoriales en el estado.
Un estudio posterior realizado por Martha E. Chávez (2005), analizó las
determinantes de la producción de suelo urbano para vivienda en la conurbación
Colima-Villa de Álvarez para el período de 1979-2000. Para ello, realizó una
diferenciación de las formas de acceder al suelo para vivienda (regular o irregular) a
través de los diferentes mercados o submercados. Posteriormente lo relacionó con la
propiedad de la tierra -con una visión historiográfica- y revisó las expropiaciones a
esos ejidos, las causas de utilidad pública y sus beneficiarios. Asimismo, señaló las
repercusiones de la modificación al artículo 27 constitucional, especialmente el
PROCEDE, en los ejidos inmediatos a la conurbación. Adicionalmente, identificó las
transformaciones urbanas por vivienda a través de proyectos urbanos que influyeron
en la expansión de la ciudad, los cuales, a su vez, obligaron a establecer políticas
públicas específicas para transformar el suelo e incorporarlo a la ciudad.
Finalmente la autora expuso una perspectiva general sobre los precios y el
acceso al suelo en la zona de estudio, analizó las colonias y fraccionamientos
producidos de manera regular e irregular en los últimos 30 años y los relacionó de
acuerdo al tipo de promotor o agente social. Los indicadores empleados fueron el
origen de la tierra, el origen de poblamiento habitacional, mercado al que se asocia,
formas de gestión del suelo, localización, superficie total, tipo de promotor de la
colonia o fraccionamiento y forma de producción de la vivienda.
Dicha metodología le permitió señalar que en tierras de propiedad privada se
han desarrollado fraccionamientos promovidos principalmente por la iniciativa
privada; y en terrenos ejidales han surgido sobre todo colonias populares a través de
asentamientos irregulares y desarrollos impulsados por organizaciones sociales o por
la iniciativa privada, situación que se ha facilitado por la modificación al artículo 27
34
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Constitucional en la Zona Conurbada de Colima y Villa de Álvarez (Chávez,
2005:74). Respecto a la expansión de la ciudad, los datos obtenidos por la autora
manifestaron que los ejidatarios tuvieron una buena disposición para ceder su tierra
para usos urbanos y en algunos casos les sirvió para intercambiar tierra por obras
para seguir desarrollando sus actividades agrícolas; en otros casos, se adelantaron a
vender suelo para usos urbanos, aun cuando en su momento, la ley no les permitía
hacerlo (Chávez: 2005:17). En relación al interés del capital por el suelo social,
Chávez detectó un caso de un fraccionador privado en el que una de las vías para
obtener suelo barato fue a través de convertirse en ejidatario, evitando la
constitución de algún tipo de asociación mercantil prevista en la ley agraria, lo que
permitiría posteriormente introducir la tierra al mercado inmobiliario (Ibíd.:409).
Asimismo, Chávez detectó que las decisiones políticas de realizar obras de
infraestructura y vialidad en la conurbación han tenido un efecto determinante en el
crecimiento de la ciudad, el cual facilitaría (en el caso de Colima), la ocupación de
zonas ejidales colindantes a la capital estatal con asentamientos de tipo popular, no
necesariamente precarios (2005:406); ya que el estado de Colima tiene índices
elevados respecto a la introducción de infraestructura y dotación de servicios básicos
para la población. Sin embargo, sería pertinente analizar si esta situación se
presenta de igual manera en toda el área metropolitana de Colima.
En términos generales, se revisaron estudios de caso -desde 1984 al 2005-
realizados en ciudades metropolitanas de Latinoamérica como de ciudades medias
ubicadas en nuestro país. En todas ellas, de una u otra forma, se abordó la temática
del mercado de tierras desde distintos enfoques como el económico, político, social y
urbano. El Estado es uno de los actores que ha destacado en mayor medida sobre el
mercado de tierras; ya sea adecuadamente a través de la participación conjunta con
otros actores urbanos para la creación de grandes proyectos inmobiliarios
detonadores del desarrollo local y regional sin sacrificar las zonas con vocación
agrícola; o inadecuadamente, por su baja o nula intervención en materia regulación
y planeación, así como por la ejecución de políticas o acciones de gobierno
1. Revisión de los estudios de suelo
35
encaminadas a la creación de reservas territoriales insuficientes que no benefician a
los sectores populares de la población, y por desarrollar proyectos urbanos –
vivienda, infraestructura vial y equipamiento- que no obedecen a una estrategia de
consolidación del área urbana sino al costo de la tierra, lo cual ha generado una
desarticulación de la estructura urbana y la expansión desordenada en las zonas de
estudio.
Asimismo, la temática del mercado de tierras ha producido dos submercados
que de acuerdo a algunos autores lo denominan: el legal o ilegal; formal o informal;
regular o irregular. Estas formas de incorporar tierra a las ciudades han estado en
función del nivel de intervención del estado, costo, tenencia de la tierra, localización y
la participación de los actores o agentes urbanos involucrados en este proceso.
Estos actores -privados, sociales o públicos-, han establecido diversos mecanismos
o formas de incorporación de la tierra a usos urbanos, coadyuvados en la actualidad
por las reformas al artículo 27 constitucional que ha originado diversos fenómenos
urbanos, tales como la posibilidad que tiene el propietario de la tierra de enajenar o
asociarse con otros para decidir el destino de la misma y los beneficios que emanen
de ella, dejando la determinación de los precios a las reglas que impone el mercado,
provocando en consecuencia la expansión de la zona a través de la integración de
suelo de origen ejidal al área urbana ubicada en la periferia de las ciudades.
Como se puede observar, la complejidad del fenómeno urbano no sólo ha
generado cambios en la estructura urbana de la zona, sino el cambio de los modos
de vida de los habitantes que se van integrando al ámbito rural-urbano y la
degradación de los modos de producción agrícola que se han sacrificado por la
presión económica y social que ha generado la creciente urbanización a costa del
desarrollo y la modernización de las ciudades.
En el siguiente capitulo se planteará el marco teórico, con la finalidad de
explicar, posteriormente, el proceso de incorporación de tierras ejidales al área
urbana de la zona de estudio.
36
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
2.1 La ciudad y la expansión urbana
La concentración de la población humana en las ciudades constituye un proceso
que se incrementó desde mediados del siglo XIX, pero el concepto de ciudad en
realidad es un fenómeno milenario, aunque existen diversas formas de caracterizarla.
Una de ellas es la del arqueólogo inglés V. Gordon Childe (1954), quien definió
diez criterios para determinar la existencia de una ciudad antigua: la existencia de
especialistas no productivos a tiempo completo (sacerdotes, funcionarios o
trabajadores de servicio); población de talla y densidad suficientes; existencia de un
arte peculiar; escritura y números; actividad científica; sistema tributario que
concentra el excedente de producción; Estado; arquitectura pública monumental;
comercio a larga distancia y existencia de clases sociales.
Estas consideraciones demuestran que el surgimiento de las ciudades se debió
a la conjunción de diversos factores entre los que destacan los de índole geográfica y
tecnológica. Otro factor que contribuyó al desarrollo de las ciudades fue el de tipo
organizativo; es decir, se requirió de un orden social para recoger, almacenar y
distribuir el excedente agrícola. También se dispuso la fuerza de trabajo necesaria
para la construcción en gran escala de edificios públicos, murallas, fortificaciones o
sistemas de riego.
En la actualidad, el mundo ha enfrentado múltiples procesos de cambio, tanto
en el plano de las relaciones económicas como en los valores. En este sentido, se
habla del fenómeno de la globalización6 de los mercados, en el que se consolida un
6 Se entiende por globalización a la tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse,
alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales (Real Academia Española, 2004).
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
37
nuevo poder político en el ámbito internacional, apareciendo el dominio del mercado
como institución central; mientras que la población está aún muy lejos de satisfacer
las necesidades más elementales, con una tendencia al incremento de la pobreza y
la desigualdad.
Dentro de ese proceso, las ciudades en la actualidad son las grandes
protagonistas: sus escalas dinámicas de expansión y reestructuración funcional las
ubican como los ámbitos de los escenarios globales en espacios locales muy
complejos. Las funciones y mecanismos de política de crecimiento urbano –en las
sociedades de régimen capitalista de occidente– y los cambios principales han
sucedido en función de: a) las ciudades como lugares sujetos a la reestructuración
económica y promoción de la competitividad, b) las formas institucionales, c) las
estrategias de acumulación involucradas en el desarrollo económico en ciudades y d)
las regiones que sirven o las abastecen (Carrillo, 2006:7).
A cada fase económica le corresponde un tipo de ciudad, con características
particulares y diferenciadas, las cuales van ligadas de manera paulatina de acuerdo
al desarrollo económico lo que propicia su integración regional en forma de
conurbación, metropolización y/o megalopolización, las cuales están determinadas
por el componente geográfico y organizativo, ya que requieren de un espacio físico,
así como de criterios administrativos precisos.
En la ciudad contemporánea se dan otros fenómenos urbanos como el de la
metápolis o étapolis, en el que las nuevas tecnologías adquieren mayor relevancia,
mientras que los criterios geográficos y organizativos pasan a ser secundarios,
reestructurando de esta manera las relaciones y los nuevos espacios urbanos. De
acuerdo a lo mencionado anteriormente, las ciudades son un espacio físico en el cual
se han generado fenómenos de diversa índole, ubicándolas como las protagonistas
en las que sus escalas dinámicas de expansión y reestructuración funcional las
ubican como los ámbitos de los escenarios globales en espacios locales muy
complejos.
Asimismo, cuando se observa cómo se está desarrollando la ciudad
contemporánea, se aprecia una clara tendencia a la extensión en superficie,
38
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
ocupando cada vez más amplias periferias7, una tendencia a la metropolización y
megalopolización8 de las ciudades, así como un aumento en la congestión y en el
tráfico (Hall, 1996:147). Por lo que, a pesar de una postura opuesta a este
crecimiento en superficie, manifestada por planificadores y académicos, las ciudades
continúan esparciéndose por el territorio (Ducci, 2000:3).
El fenómeno de expansión urbana es en la actualidad un problema que aqueja
a la mayoría de las ciudades del mundo, sean éstas grandes metrópolis, ciudades
intermedias o pequeñas villas; pertenezcan o no a países subdesarrollados. El
fenómeno de expansión generalmente se conforma por dos variables: la baja
densidad de población con respecto al centro urbano consolidado y planificado; y un
diseño casual e informal, donde predomina la yuxtaposición de usos (Caporossi, et
al; 2004:1). Se puede decir que la expansión es producto de un limitado
planeamiento en cuanto a usos y ocupación del suelo, reglas de mercado, políticas
impositivas poco justas y la superposición de atribuciones en estructuras
gubernamentales.
De acuerdo a la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), lo anterior es
el resultado de cambios en el estilo de vida y en las pautas de consumo más que de
un aumento de la población; es decir, una mayor demanda de vivienda, comida,
transporte y turismo supone un aumento en la demanda de suelo (AEMA, 2006:1).
Además, este fenómeno implica altos costos asociados, como llevar servicios a
áreas de expansión no planificadas, situación que se torna menos significativa si se
la plantea dentro de áreas que sí tienen servicios.
Expansión urbana es, para Caporossi, la transformación del territorio rural en
urbano, a través de subdivisiones tanto catastrales como físicas –sin la necesidad de
7 ―…el arrabal es lo que está ‗afuera‘ de la ciudad, mientras que el suburbio es lo que está ‗cerca‘ de la
ciudad. En tanto que la voz ‗periferia‘ tiene un sentido geométrico: es la circunferencia o el contorno de un círculo, en este caso el círculo es la ciudad‖ (Hiernaux y Lindón, 2004:5). 8De acuerdo a Ducci (2001), megalópoli proviene del griego y significa gran ciudad. Se forma por dos
o más ciudades, cuyo crecimiento ha sido tal, que se han unido para formar una gran aglomeración urbana; esto implica la unión física de dos o más zonas metropolitanas.
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
39
recurrir a trámites para su separación-. De hecho, el ―fraccionamiento‖9 sería el
primer acto en la generación de suelo urbano que, sin embargo, resulta insuficiente
para la reproducción de la complejidad que presupone la vida de la ciudad: se
requiere de ciertos niveles de consolidación tanto en términos físicos -estándares
mínimos de infraestructura de servicios y una red vial integrada- como de aquellos
aspectos relacionados con la construcción de significados sociales10 (2004:1).
Asimismo, se habla de expansión urbana descontrolada cuando la tasa de cambio
del uso del suelo de rústico a urbano es superior a la tasa de crecimiento
demográfico de una determinada zona durante un período determinado (AEMA,
2006:1).
Las distintas fases del proceso de crecimiento en las ciudades se han
caracterizado por la expansión de la ciudad hacia un entorno rural, en el que la
conformación periurbana -entendido como espacios plurifuncionales en los que
coexisten características y usos del suelo tanto rurales como urbanas-, muestra una
tendencia de ocupación del territorio, para posteriormente en las áreas más aptas,
optimizar el suelo urbano con edificaciones y una mayor cantidad de población. Estos
son los aspectos que diferencian los términos de expansión y crecimiento, ya que el
primero resulta de un proceso de una mayor generación de suelo urbano con bajas
densidades; mientras que el crecimiento, en realidad, puede considerarse como una
de las últimas fases del proceso urbano, en el que la cantidad de población y el
territorio ocupado por ésta, conservan una relación más directa entre sí.
En términos generales, el proceso de expansión y consolidación ha adquirido
relevancia en un contexto que ha cuestionado, por un lado, el límite físico de lo
urbano respecto a la forma de utilización de sus recursos y, por otro, el impacto
ambiental y agrícola y las consecuencias en los costos de urbanización, en el avance
9 Se define ―fraccionar‖ al acto de dividir algo en partes o fracciones; o a un núcleo residencial
urbanizado (Real Academia Española, 2004). 10
De acuerdo a los fines de la investigación, estos significados están relacionados principalmente en las formas en que actores y grupos sociales se apropian y configuran el territorio y de las tensiones o convergencias que en ese proceso se producen con la intervención del Estado.
40
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
sobre el territorio productivo y en la eficiencia del funcionamiento del sistema urbano
en conjunto.
Se puede observar que tanto Caporossi como la AEMA coinciden en que la
expansión urbana no es producto del aumento de la población -expresada en
términos de densidad-, sino que está regida en términos económicos por las reglas
del mercado, pautas de consumo y de tipo social, y a las dinámicas de apropiación
que generan los actores sociales o urbanos en torno a la tierra. En el caso de
Colima, estos cambios en el estilo de vida de la gente son utilizados como
estrategias de mercado para ofrecer a los clientes distintivos tales como status,
privacidad, seguridad, los cuales han dado origen a muchos fraccionamientos
cerrados de tipo residencial en la periferia de la ciudad, así como tipo de
fraccionamientos para otros niveles socioeconómicos en toda la zona de estudio
caracterizados por los bajos índices de ocupación, lo cual hace pensar que la
demanda no justifica la oferta. Es así que para la zona de estudio, la población no ha
sido determinante en el aumento del área urbana; entonces, ¿qué ha justificado la
oferta de suelo para vivienda y servicios?
De acuerdo a la morfología que genera el proceso de expansión en las
ciudades, ésta puede tener lugar a lo largo de corredores, resultar en una forma de
estrella, en una ciudad alargada, o en áreas más próximas al centro, generando más
o menos una ciudad circular. Puede hacerse ordenadamente -desarrollada en formas
geométricas simples- y puede hacerse desordenadamente (Borthagaray, 2006:2).
La teoría de los modelos clásicos socio-espaciales sobre la estructura
intraurbana y desarrollo urbano de la escuela de Chicago intentaron explicar el
crecimiento de las ciudades, de ese modo Ernest W. Burguess presentó, en 1925, el
modelo de círculos concéntricos como un modelo ideal de expansión urbana; el
modelo de Burgess es una abstracción estática de un proceso dinámico: el ascenso
de las clases más acomodadas ocupan los espacios más dignos, en detrimento del
desplazamiento que someten a los menos afortunados (Burgess, cit. por Hormigo,
2006: 91), así surgen ―una serie de círculos concéntricos numerables‖ (ver figura 1,
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
41
Modelo A), que definen tanto las zonas de expansión urbana como los tipos de
áreas diferenciadas generadas por dicho proceso.
De acuerdo al modelo A, la estructura de la ciudad se comprende a partir de
cinco anillos concéntricos: (1) distrito comercial central; (2) zona de transición; (3)
zona de residencia de obreros industriales o clases populares; (4) zona de alta
residencia para clases medias, (5) zona exterior destinada para residencias de las
clases burguesas y; (10) zona de emigraciones pendulares11. Esta estructura intra-
urbana, producto de un proceso ecológico de crecimiento, respondió a los conceptos
de: expansión-sucesión (tendencia de cada zona interior a extender su zona
mediante una invasión en la zona exterior inmediata), y de movimientos como
concentración-descentralización -los grupos y usos que pueden competir, optarán
por ocupar los lugares centrales, mientras que aquellos que no puedan hacerlo son
segregados hacia las zonas más exteriores- (Burgess, cit. por Hormigo, 2006: 92).
Figura 1 | Modelo A
Modelo de círculos concéntricos Fuente: Hormigo, J.P. (2006), La Evolución de los Factores de Localización de Actividades, p.91
Con relación a esto, Pedro Abramo afirma que el problema de estos modelos
es que no explican la realidad latinoamericana, ya que el orden residencial urbano
emerge de la competencia mercantil de las decisiones de localización. En ese
11
En el modelo de ―Núcleos múltiples‖, se contemplan otras zonas como (6) industria pesada, (7) centro de negocios secundario, (8) residencia suburbana e (9) industria suburbana.
42
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
ambiente, se encuentran personas que toman la decisión, en este caso las familias,
de acuerdo a los recursos que dispongan y que entre sí, buscan agruparse, por lo
tanto sus elecciones serán orientadas por el principio de la ―externalidad de la
vecindad‖12 (Abramo, 2005:18). Como todos los tipos de familias toman
simultáneamente decisiones, ninguna consigue saber de manera anticipada en qué
localización va a decidir vivir cada una de ellas. Esto contradice los esquemas rígidos
basados en la racionalidad de los individuos como el modelo de los círculos
concéntricos.
A pesar de que este modelo no es necesariamente aplicable para ciudades
latinoamericanas por la rigidez en su geometría, ya que focaliza las actividades más
productivas en un punto y dificulta el acceso a los sectores más alejados del centro;
en principio fue base para estudiosos como Negrete y Graizbord, quienes
desarrollaron diversos esquemas para explicar el crecimiento demográfico y espacial
en zonas metropolitanas como la de la ciudad de México. En este sentido, la
aportación que ha dejado Burgess con su modelo es la explicación del fenómeno
metropolitano con base en el desplazamiento paulatino de la población y de las
actividades del centro a la periferia, situación que apenas se empieza a evidenciar en
el área de estudio.
Por ello, el modelo de Burgess fue el punto de partida para otros
investigadores como Homer Hoyt, quien en 1939 propuso el modelo de sectores
radiantes, que complementa el modelo de Burgess, ya que propone un diagrama en
el que los límites impuestos por los círculos concéntricos de Burgess se interrumpen
y se amplían del centro a la periferia, adoptando formas irregulares (ver figura 2,
Modelo B).
12
De acuerdo a los argumentos que presenta Pedro Abramo al discutir los modelos de segregación, señala que Shelling (1978), observa que ―escoger un barrio es escoger a sus vecinos. Optar por un barrio que tenga buenas escuelas, es optar por la vecindad de personas que quieren buenas escuelas‖.
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
43
Figura 2 | Modelo B
Modelo de sectores radiantes Fuente: Hormigo, J.P. (2006), La Evolución de los Factores de Localización de Actividades, p.91
En este sentido, el cambio urbano según Hoyt obedeció a una teoría
relacionada con una diferenciación sectorizada, que no necesariamente estaba
expresada en términos de una expansión concéntrica uniforme; en el cual la
movilidad y el crecimiento, tuvieron como principal objetivo la ―atracción‖ ejercida por
las clases sociales con mayor poder adquisitivo. Son éstas las que, emplazadas
inicialmente en el centro de la ciudad -donde estaba ubicado el empleo-, se irían
desplazando a lo largo de las principales y más rápidas vías de comunicación, en
busca de mejores localizaciones respecto al área central. De acuerdo a la figura 2, se
puede observar que la forma del modelo obedeció a un movimiento centrípeto, del
centro a la periferia, en el que poco a poco, las zonas centrales serían ocupadas por
clases de populares o de menor poder adquisitivo. A pesar de esto, Hoyt argumentó
además que ―la tendencia natural de las áreas de renta elevada era la de
desplazarse hacia la periferia, pero sin abandonar el sector en el que primitivamente
se localizaba‖ (Hoyt cit. por Hormigo, 2006: 93).
En términos generales, los modelos de círculos concéntricos y el de sectores
radiantes planteados por Burgess y Hoyt coincidieron en que la población se
organizaba en torno a un centro dominante formado por el núcleo comercial a partir
del cual la ciudad se iba expandiendo y según se incrementaba la distancia respecto
a él, ésta tendía a disminuir. Esta distribución dio origen a diferentes sectores de tipo
44
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
habitacional diferenciados de acuerdo a las clases sociales de la población -de los
cuales los más cercanos al centro eran destinados para los obreros mientras hacía la
periferia se agrupaban los grupos de mayores ingresos-. Las variables utilizadas en
el modelo -en el que trataban de explicar la estructura y diferenciación urbana para
caracterizar las distintas zonas- fueron los niveles de renta y las posibilidades de
pago asociadas a ellos, cuya interpretación personal viene a reiterar que desde los
modelos clásicos de expansión urbana representados por la escuela de Chicago, se
han caracterizado por la baja densidad de población con respecto al centro urbano
consolidado y planificado, la cual ha sido producto, entre otras cosas por la
producción de suelo determinado por las reglas del mercado señalado anteriormente
por Caporossi.
Por último, dentro de los esquemas considerados como clásicos, el modelo de
los núcleos múltiples o modelos de desarrollo urbano polinuclear (ver Figura 3,
Modelo C) se integra a esta visión estructural aportada desde la ecología humana
clásica. Inicialmente desarrollado por Mackenzie (1933) fueron los geógrafos Harris y
Hullman los que lo desarrollaron retomando como punto de referencia, los conceptos
básicos de los modelos de círculos concéntricos y sectoriales.
El modelo sugirió que la expansión de la ciudad no se produce a partir de un
único distrito central, como señalaban las tesis de Burgess y Hoyt. Para Harris y
Ullman (1945) la estructura urbana se desarrolla a partir de núcleos múltiples e
identificaron cuatro factores, que combinados, motivan el desarrollo de núcleos
independientes: la existencia de actividades que requieren servicios y una
planificación específica; actividades semejantes se agrupan intentando beneficiarse
de las economías de aglomeración que generan; actividades incompatibles se
emplazarán guardando cierta distancia; y, que todas las actividades quedan
sometidas al proceso de selección espacial que el precio del suelo impone (Bailly,
cit. por Hormigo, 2006: 94).
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
45
Figura 3 | Modelo C
Modelo de núcleos múltiples Fuente: Hormigo, J.P. (2006), La Evolución de los Factores de Localización de Actividades, p.91
Por lo que se refiere al tercer modelo o patrón de expansión de la ciudad logró
incorporar –aunque sea en menor escala- otros tipos de usos tales como el industrial
pesado y suburbano, residencial suburbano y centros de negocios. Este patrón de
manera más extensiva, podría ser adecuado para la planeación de regiones de
acuerdo a la distribución y especialización de una zona por actividades comunes,
pero complementarias, con la finalidad de fomentar la integración y el intercambio de
bienes y servicios encaminados hacia un desarrollo económico sustentable.
Por otro lado, el modelo de círculos concéntricos contiene aspectos relevantes
que pueden ser retomados parcialmente para explicar el fenómeno de la expansión
urbana en zonas metropolitanas, lo cual parece complementarse con el modelo de
sectores múltiples, ya que a pesar de ser muy parecido al modelo concéntrico, tiene
la ventaja de no ser tan rígido y geométrico, lo cual permite una mejor distribución de
las actividades en torno a sectores. En principio, este podría ser un esquema
cercano a lo que se manifiesta en la zona de estudio, ya que la ciudad de Colima ha
crecido en torno a la configuración o conformación de anillos ―periféricos‖ un tanto
irregulares, comenzando en sus inicios con la consolidación de la zona centro,
generando el ―primer anillo‖, posteriormente el ―segundo anillo‖ y a partir del año
2000 se ha conformado un ―tercer anillo periférico‖ (inconcluso), el cual sería más
conveniente llamarlo como la vialidad periférica de la ciudad, ya que los dos anillos
46
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
anteriormente señalados, se encuentran ya incorporados a la traza de la ciudad,
consolidándose con una mixtura de usos habitacionales, mixtos y de comercio.
Asimismo, la distribución de los principales usos comerciales y habitacionales se
encuentran concentrados en corredores a lo largo de las principales vialidades, así
como en ciertas zonas muy características de los cinco municipios de estudio para
los sectores de la población altos, media, baja, campestres y populares.
Otras aportaciones como las de Eshref Shevky y sus colaboradores Wendel
Bell y Williams (1955) completaron el enfoque estructuralista: su interés se centraba
en el análisis y descripción de la estructura social de la ciudad denominada ―áreas
sociales‖. El modelo de áreas sociales relacionó la ecología urbana con los estudios
más generales del cambio sociocultural: diferenciación social es sinónimo del
proceso de modernización y de un amplio conjunto de características afines a la
sociedad, y no sólo un proceso exclusivamente urbano (Timms, 1976, cit. por
Hormigo, 2006:94). Sin embargo, ambas perspectivas, siguen compartiendo la idea
de proponer modelos descriptivos de diferenciación y estratificación social.
Los autores establecen de una forma lógica, un sistema de indicadores
estadísticos que les permiten analizar sus suposiciones. Los índices rango-social (o
nivel de vida), urbanización (o modo de vida) y, segregación (o grupo étnico), que
permitan ejemplificar y representar los cambios estructurales relacionados con el
estudio de la moderna estructura social.
La concepción de que el análisis de la diferenciación residencial debía
abordarse desde una perspectiva multidimensional, junto con las posibilidades de
análisis introducidas de la mano de los ordenadores, motivó a algunos autores a
abordar el tema desde un enfoque sistémico estructurando la idea, originaria de
Berry (1965), de que el espacio social se puede definir superponiendo las tres tramas
de estructura espacial definidas por Burgess, Hoyt, Harris y Ullman, y no sólo a partir
de alguna de ellas. El Modelo Compuesto de Berry fue sistematizado por Murdie
(1971), el cual relacionó los modelos clásicos de la estructura urbana con las
tipologías factoriales de las áreas sociales de la siguiente manera: el rango social se
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
47
distribuye de forma sectorial, el familismo o urbanización de forma concéntrica y el
factor de segregación de forma polinuclear. Esta relación compuesta la dejó
expresada de forma visual en la figura 4:
Figura 4 | Las tres dimensiones independientes del espacio social
Fuente: Hormigo, J. P. (2006). La Evolución de los Factores de Localización de Actividades, p. 96.
El modelo de áreas sociales y el ―compuesto‖, complementan la visión clásica
de la configuración de la ciudad, no sólo como resultado de una distribución de la
población en torno a clases sociales, regida por las leyes del mercado en torno a la
utilización del espacio, sino que complementa la perspectiva relacionándola con
aspectos sociales y culturales, permitiendo la integración del espacio físico con el
social. Sin embargo, el planteamiento realizado parece enfocar los aspectos sociales
más en función de la identificación de los grupos étnicos y a su estatus, como por
ejemplo los barrios chinos, latinos y de otros grupos y nacionalidades que
caracterizan a muchas de las ciudades norteamericanas e incluso otros países
europeos, donde el flujo de inmigrantes se va asociando, agrupando y consolidando
en zonas específicas de una ciudad que no es el caso de las ciudades mexicanas.
En los últimos años, la progresiva ampliación de las concentraciones urbanas
y la transformación de la ciudad compacta tradicional ha generado el modelo
48
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
conocido como ―ciudad dispersa o difusa13‖ la cual presenta una estructura
fragmentada como consecuencia de los procesos de suburbanización14 recientes, ha
dado lugar a un importante debate entre geógrafos, urbanistas y
medioambientalistas. Este crecimiento urbano al interior de estos sistemas genera
mayores demandas principalmente de infraestructura y servicios que superan la
capacidad de respuesta de los gobiernos locales, entre las cuales se encuentra una
que compromete de manera más directa el funcionamiento del sistema urbano y que
está relacionada con la movilidad (concepto asociado a las personas o mercancías
que se desplazan o desean desplazarse) y la accesibilidad (asociada a los lugares, a
la posibilidad de obtención del bien, del servicio o del contacto buscado desde un
determinado espacio): es decir, el transporte.
El modelo de ciudad dispersa -ampliamente generalizado en ciudades
anglosajonas-, se consolidó con la plena implantación del capitalismo y el desarrollo
de medios de transporte más eficaces, los cuales permitieron optimizar la movilidad
de personas y bienes a más lugares y en el menor tiempo, modelo que,
posteriormente, ha sido reproducido en las ciudades mexicanas.
Este tipo de ciudad se consolidó con la Carta de Atenas y la llamada
planificación funcionalista. La racionalización planificadora busca zonificar el espacio
asignándole una única función (en muchos casos) de modo que las distintas
13
Durante siglos el éxodo rural fue promovido por el desarrollo económico de las áreas urbanas que ofrecían buenas posibilidades de empleo a los excedentes de mano de obra rural, generados por la progresiva e imparable tecnificación del trabajo del campo (Berry, 1976; Aydalot, 1987, cit. por Ferrás, 2000:5). En la actualidad, la tendencia es a la inversa: el declive de las ciudades tradicionales de la sociedad industrial implica su despoblamiento en favor de un repoblamiento rural en relación directa con el cambio de sentido de los movimientos migratorios tradicionales campo-ciudad, que se transforman en ciudad-campo, y desde el punto de vista jerárquico desde los asentamientos mayores a los menores. 14
La suburbanización es un proceso clásico de las ciudades a través del cual se producen movimientos de desconcentración demográfica hacia su periferia rural inmediata, favorecido por el incremento de la capacidad de movilidad residencial y de los medios de transporte (Hervert, 1973; Clout, 1974, cit. por Ferrás, 2000: 4). Es frecuente asociar la suburbanización con fenómenos de segregación social y de especulación urbanística, por lo que las áreas suburbanas han recibido tradicionalmente una atención especial en las políticas planificadoras de las ciudades (Flowerdew y Boyle, 1992, cit. por Ferrás, 2000: 4); tales como la competencia sobre diferentes usos del suelo, urbano y rurales; y los agentes sociales pretenden rentabilizar al máximo sus intereses que resultan a veces contrapuestos.
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
49
funciones se encuentran separadas unas de otras: la universidad, la industria, la
residencia, las áreas comerciales, las oficinas, etcétera, se separan físicamente. La
conexión entre ellas sólo puede realizarse a través de una densa red de carreteras y
vías segregadas de transporte privado.
La dispersión del crecimiento urbano se puede relacionar con dos elementos
que son definitorios del modelo actual de expansión de la ciudad: a) el crecimiento de
las poblaciones de pequeño tamaño y b) el incremento de los núcleos situados a
mayor distancia de la ciudad central (Pujadas, 2005:4). Las ciudades que obedecen
a este modelo presentan una morfología caracterizada por una expansión sobre el
territorio en forma de mancha de tinta, una disminución de la densidad poblacional a
medida que se aleja del núcleo de la ciudad hasta concretarse en múltiples
desarrollos de baja densidad en las coronas periféricas de la ciudad, y un
protagonismo de la infraestructura vial que conecta las diferentes zonas segregadas
y espaciadas de la ciudad. En cuanto a su fisiología, la especialización de las
actividades urbanas tiene su máxima expresión espacial, es decir, la ciudad se
constituye de una serie de polígonos monofuncionales15 (González Guzmán,
2000:13).
En los modelos citados, los autores de la Escuela de Chicago trataron de
representar los principios de la estructuración urbana en las ciudades
estadounidenses con diferentes métodos y resultados dispares. Sin embargo, a
partir de 1976, dos geógrafos alemanes trataron de explicar el fenómeno de la
expansión urbana con modelos para la ciudad latinoamericana.
En este sentido, Meyer y Bähr (2001) modelaron estos nuevos elementos para
el caso de Santiago de Chile; Janoschka (2002) hizo otro tanto en su modelo de la
ciudad de Buenos Aires y Borsdorf (2002) remodeló su esquema basado en
observaciones y estudios en Santiago, Lima, Quito y Ciudad de México, dando como
resultado uno nuevo. Estudiando los diferentes diseños, Bähr, Borsdorf y Janoschka
llegaron a un modelo común (2002), el cual ha sido adaptado a las tendencias
15
Tales como vivienda, de comercio, de industria, de servicios, de recreación, etc.
50
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
urbanísticas de las últimas décadas, así como los factores de la transformación
económica y la globalización que han modificado en gran parte la estructura urbana.
La ciudad, en el contexto latinoamericano, se explica a partir de importantes
fases de la urbanización, como la época virreinal (1820), la primera fase de
urbanización influida fuertemente por la inmigración europea (1920), la segunda fase
de urbanización marcada por el éxodo rural y la migración interna (1970) y la ciudad
contemporánea (2000). En estas etapas, la ciudad cambió a partir de una estructura
compacta a un perímetro sectorial, y desde un organismo polarizado a una ciudad
fragmentada (ver Figura 5).
Figura 5 | El modelo del desarrollo estructural de la ciudad latinoamericana
Fuente: Borsdorf, A. (2003), Cómo modelar el desarrollo y la dinámica de la ciudad latinoamericana, p. 3.
Actualmente, el proceso de globalización, que ha repercutido en los ámbitos
de la economía, la política, la cultura, la información y el conocimiento, ha influido en
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
51
las estructuras urbanas, pero no sólo en la dirección de una homogeneización, sino
también en la acentuación de particularidades locales o regionales.
Hoy en día solamente dos principios estructurales del pasado todavía
continúan vigentes: la tendencia sectorial-lineal y el crecimiento celular, pero en una
forma marcadamente diferente a las fases anteriores de desarrollo. El ferrocarril,
motor del crecimiento lineal en el siglo XIX, y las pocas autopistas centrífugas
perdieron importancia. Solamente la construcción de nuevas autopistas intraurbanas
modernizadas y ampliadas con capital privado facilitó la aceleración del tránsito, y las
zonas periféricas y periurbanas volvieron a ser atractivas para las clases medias y
altas (Meyer y Bähr, 2001, cit. por Borsdorf, 2003:7). Por una parte, la extensión de
las autopistas acentuó las estructuras lineales, y por otra, constituyó un antecedente
para la formación de estructuras de nodos fragmentados que hoy son las más
notables en el perímetro urbano. Un segundo elemento de la fragmentación de las
ciudades latinoamericanas lo constituyen las tendencias de localización de
elementos funcionales en el espacio urbano.
En el modelo, la fase de fragmentación está simbolizada por la libre
distribución de zonas industriales, por la localización de centros comerciales en toda
la ciudad, orientados a las autopistas intraurbanas y aeropuertos y por la presencia
de barrios cerrados en todo el perímetro urbano y en la periferia extramuros. El
modelo también se refiere al crecimiento del espacio urbano, que ya no es sólo
causado por la presión migratoria. La demanda y consumo de espacio constituyen
una última característica del desarrollo postmoderno de la ciudad latinoamericana
(Borsdorf, 2003:10).
Una vez vistos y analizados los modelos urbanos de acuerdo a las
características que ha presentado el fenómeno de la expansión urbana en la zona de
estudio, el modelo presentado por Borsdorf (2003) para la ciudad latinoamericana, se
tomará como parte del presente estudio, ya que reúne los elementos básicos para
explicar que la dinámica de crecimiento de Colima está relacionado a la presencia de
infraestructura vial que ha permitido conectar los diversos sectores de comercio,
vivienda y servicios distribuidos en toda la zona de estudio.
52
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
2.2 De lo urbano a la metropolización
Como antecedente de los procesos de transformación de las urbes y la nueva
configuración territorial, cabe mencionar que una vez que las ciudades lograron una
consolidación en términos urbanos y funcionales, aconteció un aumento de población
y la dinámica urbana generó conceptos nuevos para explicar esa transformación
territorial que a veces se llama conurbación y otras metropolización.
Metrópoli, proviene del griego mater que significa madre y polis que significa
ciudad, alude en conjunto a la ciudad principal de un país, estado o región. Una
metrópoli está formada por una ciudad que ha alcanzado un alto volumen de
población, así como una gran diversificación de los servicios que presta y de los
trabajos que ofrece (Ducci, 2001). Para la definición de sus componentes, Unikel
(1976) utilizó dos conceptos básicos para el análisis del crecimiento urbano, área
urbana y zona metropolitana.
El área urbana es:
La ciudad misma, más el área contigua edificada, habitada o urbanizada con usos del
suelo no agrícola…presenta una continuidad física en todas su direcciones hasta que
no sea interrumpida en forma notoria por terrenos no urbanos como bosques,
sembradíos o cuerpos de agua (Unikel, 1976: 116).
Zona metropolitana es para Unikel:
…la extensión territorial que incluye a la unidad política administrativa que contiene a la
ciudad central, y a las unidades político administrativas contiguas a ésta que tienen características
urbanas, tales como sitios de trabajo o lugares de residencia de trabajadores dedicados a actividades
no agrícolas, y que mantienen una relación socioeconómica directa, constante e intensa con la ciudad
central, y viceversa (Unikel, 1976: 118).
Unikel (1976) identificó tres indicadores básicos para delimitar la zona
metropolitana. Que los municipios contiguos a la ciudad central manifiesten:
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
53
a) un carácter predominantemente urbano determinado a través de las
siguientes variables: densidad de población, tasa de crecimiento de la
población, la distancia entre el centro y la periferia (para lo cual consideró
los valores de las variables antes mencionadas y determinó de acuerdo a
los mismos una distancia entre el rango de los 20 y 50 kms.), la población
económicamente activa (PEA) no agrícola, el nivel de urbanización y el
valor agregado en la industria de la transformación.
b) La continuidad político y administrativa, y
c) Una interconexión entre el centro y la periferia, respecto a las relaciones
funcionales entre las zonas de trabajo, residencia y cultura; la
descentralización de tareas o por diferentes niveles de actividad
económica, etc.16
El concepto de zona metropolitana es distinto al de área metropolitana o área
urbana propiamente dicha, ya que el límite de la primera comprende delegaciones
y/o municipios completos, incluyendo a todas sus localidades, independientemente
de que éstas formen parte del área urbana continua de la ciudad. Al respecto
Graizbord y Salazar (1986) señalan que ―los límites de la zona metropolitana no son
tan irregulares como los de la continuidad física del área urbana, sino que están
demarcados por unidades político administrativas completas (...). Esta unidad
territorial es distinta al área urbana y constituye una unidad que la engloba‖ (cit. por
CONAPO, 2004: 11).
En este sentido, y para complementar este concepto, Castells (1986)
consideró que la zona metropolitana no sólo es el aumento en dimensión y densidad
de las aglomeraciones urbanas existentes sino que hay que tomar en cuenta los
cambios cualitativos. Para él, los rasgos distintivos de la nueva forma llamada
16 En la actualidad, la nueva revolución tecnológica y la globalización han dejado atrás el criterio de continuidad geográfica, ya que han posibilitado la generación de infraestructura sobre la cual se han articulado diversos procesos productivos, reduciendo las limitaciones impuestas por el tiempo y la distancia, desterritorializando las relaciones y creando condiciones propicias para aumentar la productividad del trabajo en todas las ramas económicas, modificando las formas de producir y, consecuentemente, los modos de vida con un nuevo esquema de ciudades llamadas ―tecnópolis‖ (Castells, 2001).
54
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
metrópolis son la difusión de las acciones y funciones en el espacio y la
interpenetración de las mismas según una dinámica independiente de la contigüidad
geográfica (1986:88-89).
Entonces, el fenómeno de metropolización es el proceso que se presenta
cuando el crecimiento de una ciudad rebasa su límite político administrativo territorial
para conformar un área urbana ubicada en dos o más municipios. Esta
conceptualización fue planteada por primera ocasión por Unikel y Garza (1978),
incorporándole tres componentes: el demográfico, el cual incluye los movimientos
intraurbanos del tipo centro-periferia; el económico, medido a través de la distribución
del empleo; y el territorial, determinado por el grado de fragmentación de las
entidades federativas en municipios.
Posteriormente, María Eugenia Negrete y Héctor Salazar (1986), identificaron
una serie de etapas por las que pasa el proceso metropolitano, en la que señalan
que ―en una primera etapa de la formación de una ciudad, tanto la población como la
actividad económica, la vivienda y los servicios urbanos tienden a concentrarse
físicamente en el centro de la misma (...). Sigue a ésta una segunda fase de
expansión física de la ciudad y de ampliación de su radio de influencia; se genera la
suburbanización y aparecen nuevos centros de trabajo y de concentración de
servicios dentro del área urbana. Si en este proceso la ciudad ‗absorbe‘ una o más
unidades político-administrativas a su alrededor, aparece una (...) zona
metropolitana, la cual consiste en una agregación de municipios que muestra más
precisamente la dimensión real de la ciudad a que se refiere‖ (Negrete y Salazar,
1986, cit. por CONAPO, 2004:11).
Al respecto, Unikel en su momento reconocía el desarrollo de la zona
metropolitana por etapas, sin embargo, a diferencia de Negrete y Salazar explicó la
evolución del proceso metropolitano de manera regular a través de tres etapas en
función del crecimiento y el posterior desplazamiento de la población del área central
a zonas periféricas cada vez más alejadas del centro, originando en consecuencia, el
desarrollo de nuevos centros productivos.
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
55
Con base en los criterios ya señalados, Unikel (1960) obtuvo resultados que le
permitieron realizar la primera clasificación sistemática de zonas metropolitanas en
México; en ella identificó 12 alrededor de otras tantas ciudades mayores de 100 mil
habitantes17 y actualizó la delimitación de la zona metropolitana de la ciudad de
México para 1970. Posteriormente, estos resultados les permitieron a Negrete y
Salazar establecer una clasificación de los municipios en: metropolitanos, no
metropolitanos y en transición, a partir de la cual definen la integración municipal de
las zonas metropolitanas del país.
Recientemente, algunas instituciones federales e investigadores han
propuesto criterios básicos para ampliar los indicadores de delimitación de zonas
metropolitanas en los que, además de los de tamaño y conurbación -definida ésta
última como la unión física entre localidades de dos o más municipios18-; incorporan
indicadores como el carácter urbano del municipio y criterios de integración funcional
relacionados con los desplazamientos de la población ocupada entre los municipios
de residencia y de trabajo (CONAPO, 2003: 28-31); así como otros complementarios
relacionados con la dinámica demográfica y la importancia económica del municipio
(Sobrino, 2003; cit. por CONAPO, 2004:12).
Desafortunadamente, de acuerdo a las investigaciones y estudios de caso
realizados, la creciente metropolización no ha correspondido con una adecuada
planificación del área y una solidaridad territorial, ocasionando una distribución
desordenada en el espacio que debe solucionarse articulando las políticas y
actuaciones necesarias para potenciar la coordinación de los municipios del área
metropolitana.
17
Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, Puebla, Orizaba, Veracruz, Chihuahua, Tampico, León, Torreón, Mérida y San Luis Potosí. 18
Relacionado con esto, la definición de conurbación de la Ley General de Asentamientos Humanos incluye el criterio de temporalidad (presente o futura), y la define como ―la continuidad física y demográfica que formen o tiendan a formar dos o más centros de población [subrayado nuestro]‖ (Art. 2º, Frac. IV).
56
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
2.3 Metropolización y ciudades medias
El desarrollo urbano se puede entender mediante la clasificación de las
ciudades en metrópolis, ciudades medias y ciudades pequeñas. Una vez definidos
los conceptos y fenómenos relativos a las zonas metropolitanas, se presenta una
explicación acerca del concepto de ―regiones‖ y ―ciudades medias‖, para analizar sus
características y tendencias con el objetivo de tener un panorama general de la
clasificación utilizada para diferenciar a las ciudades de nuestro país, y poder
clasificar a las del estado de Colima.
En los últimos años, el tema del desarrollo regional ha merecido un análisis
importante desde distintas perspectivas que intentan identificar los mecanismos a
través de los cuales las regiones pueden crecer en función de las actividades
económicas localizadas en ellas. Podría pensarse que con el proceso que ha
generado la globalización, la importancia de retomar este concepto y la de estudiar
las regiones ha disminuido. Lo anterior debido a que aspectos que antiguamente
fueron tan importantes para la toma de decisiones de localización de las empresas,
como el acceso a los recursos naturales y la cercanía a los grandes centros de
consumo, prácticamente han perdido parte de su importancia, ya que el avance en la
tecnología del transporte y de las comunicaciones permiten a las empresas ubicarse
en lugares alejados de donde se concentran los recursos físicos o el mercado, y aún
así ganar ventajas comparativas y competitivas. Sin embargo, las decisiones de
ubicación geográfica siguen siendo de gran relevancia para las empresas, por lo que
los estudios regionales mantienen su vigencia y son más pertinentes que antes, pues
es en las regiones donde hoy se ubican las principales ventajas competitivas y
también donde se manifiesta la gran disparidad que la globalización ha provocado.
Al respecto, es necesario señalar la relevancia e influencia de las instituciones
locales, así como los patrones culturales y sociales que prevalecen en una región
determinada, pues son elementos clave para entender la posibilidad de una región
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
57
para atraer inversiones y para promover su crecimiento y desarrollo socioeconómico
(Macías, 2004: 5).
Más allá de los criterios de población y relación funcional entre la ciudad
central y las localidades contiguas que dan origen a la delimitación de una zona y su
denominación como área metropolitana, es necesario visualizar el desarrollo de la
zona de estudio desde la perspectiva de una región, en el cual cada población pueda
crecer en función de las actividades económicas localizadas en ellas, y en lugar de
generar dependencia con la ciudad central, puedan en su conjunto complementarse.
En este sentido, los gobiernos locales, tal como lo mencionó Macías juegan un papel
importante, ya que en la medida en que ofrezcan las condiciones necesarias –
principalmente en términos de infraestructura y servicios-, y que la sociedad conviva
en un marco de respeto y seguridad para la conservación de la identidad social y
cultural, serán atractores de inversión para el desarrollo económico de sus
habitantes.
Por otro lado, de acuerdo con Estrada (cit. por Macías 2004:10), el concepto
de ciudad media se maneja como el ―conjunto de procesos sociales, económicos,
políticos y culturales que son específicos de las ciudades que, sin ser pequeñas
comunidades, tampoco son grandes metrópolis; lo cual en sí mismas, adquieren una
significación propia‖.
Sin embargo, para Gustavo Garza las ciudades medias que más han crecido
en los últimos años son aquellos núcleos que se encuentran asociados con las
grandes metrópolis19 (cit. por Macías, 2004:8-9). Por lo tanto, la definición de ciudad
media tendría que partir de la clasificación que el investigador haga para tipificar
también a las metrópolis y a las pequeñas ciudades, así las ciudades medias son las
que se ubican en el rango entre los 50 mil y 500 mil habitantes (Garza cit. por
Macías, 2004: 10). Otras clasificaciones son las que las ubican en el rango entre los
50 mil y los 100 mil habitantes, pero por lo que podemos observar, no existe una
clasificación de ciudad media completamente aceptada, ya que depende del universo
19
Cuernavaca, Querétaro y Toluca con la Ciudad de México; Aguascalientes y León con Guadalajara, y Saltillo con Monterrey.
58
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
que se está estudiando. En este sentido, las ciudades medias con proyección estatal
serían las que ―se estructuran como enlace entre varias microrregiones del estado y
otros estados. Su importancia radica por los servicios que proporcionan a todos los
núcleos poblacionales de varias microrregiones‖ (Macías, 2004: 11).
De acuerdo al Sistema Urbano Nacional, el concepto de ciudades medias en
nuestro país se utiliza para caracterizar aquellas ciudades que tienen una población
entre los cien mil y un millón de habitantes (SUN, 2000), su dinamismo se explica por
el ‖estancamiento económico nacional, la Ciudad de México pierde su capacidad de
recepción de nuevas grandes masas migratorias. Este fenómeno conduce a una
reorientación de esas masas hacia los centros regionales, o sea las ciudades
medias…‖ (Bournazou, 2005:339).
Bournazou realizó una clasificación de acuerdo al crecimiento de estas
ciudades y la transformación de su estructura urbana en: ciudades medias
tradicionales (con población entre 100,000 y 250,000 habitantes), ciudades medias
en expansión (desde 250,000 hasta 750,000) y metrópolis regionales (ciudades
medias que rebasan o se acercan al millón de habitantes). Y de todas las variables
urbanas estudiadas por ella destaca el mercado del suelo, por su gran impacto como
fuerza conductora del crecimiento espacial. La falta de injerencia de las instituciones
oficiales deja la determinación de los precios del suelo a las reglas del mercado libre
que actúa como fuerza centrífuga en el territorio urbano e incorpora de manera
acelerada y descontrolada grandes áreas de suelo periférico a la mancha urbana.
(Bournazou, 2005:340).
De acuerdo a este indicador, la autora determinó un patrón para poder
analizar la evolución del mercado y su papel en el proceso de urbanización. En el
caso de la ciudad media en expansión20, la caracteriza desde el punto de vista
espacial por una fuerte expansión de la periferia, y no en una redensificación del área
20 Se explicará y analizará con mayor detalle las características de las ciudades medias en expansión, ya que por su definición es la que mejor se adapta a nuestra zona de estudio para poder abordar el fenómeno.
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
59
urbana existente. En este sentido, esta expansión hacia la periferia rebasa por
mucho las necesidades de la población de esas ciudades.
Este proceso de fragmentación y dispersión del área urbana explica la baja en
las densidades brutas de las ciudades medias en proceso de expansión que se
explica por los siguientes fenómenos (Bournazou, 2005: 351):
a) La existencia de numerosos baldíos urbanos que se retiran de la oferta
existente de suelo.
b) El desarrollo del nuevo mercado sobre terrenos de menores precios
ubicados en la lejana periferia que generan mayor plusvalía, fragmentando de
esta manera el área urbana.
c) Las nuevas formas de vivienda con densidades mínimas: por un lado las
zonas habitacionales de alto nivel en la periferia con grandes áreas verdes e
infraestructura y servicios de lujo que ocupan grandes áreas y por el otro los
espacios periféricos escasamente poblados en donde proliferan los
asentamientos espontáneos con vivienda precaria.
Esa repentina ampliación territorial durante el primer período de expansión de
la ciudad media tradicional, dice Bournazou, se ha realizado sobre terrenos
periféricos de propiedad privada. En una segunda etapa, cuando esas reservas se
ven agotadas el crecimiento se lleva a cabo sobre tierras aledañas ejidales y/o
comunales. Sin embargo, en algunos casos se ha podido observar el proceso
inverso: la ocupación previa de tierras ejidales antes de la ocupación total de los
terrenos privados, fenómeno regido por la lógica de la mayor plusvalía generada en
el caso de la incorporación de terrenos de tenencia social.
Es necesario señalar que esta autora, realizó un estudio para explicar el
fenómeno de la expansión de las ciudades, estableciendo categorías -para fines de
su análisis-, de acuerdo a la cantidad de población. Esta metodología es diferente de
los otros autores señalados anteriormente (Unikel, Graizbord, Negrete, Salazar,
Garza y Castells) los cuales definieron principalmente el crecimiento de la ciudad
conforme a criterios de continuidad fisico-geografico e influencia entre las localidad
cercanas. Tanto el criterio de cantidad de población (número de habitantes) como el
60
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
de continuidad física y relación funcional son complementarios, ya que sin población
o su constante aumento, difícilmente una ciudad se convertiría en un área urbana y,
posteriormente, en una zona metropolitana, y así sucesivamente; aunque es
necesario matizar este criterio, ya que de acuerdo a la teoría, el aumento de
población no es proporcional al incremento de consumo del territorio destinado para
fines urbanos.
Por lo tanto, para definir el contexto en el que se ha estado desarrollando el
fenómeno en el área de estudio se utilizarán dos conceptos: el primero de ellos es el
de área metropolitana, ya que a pesar de haberse determinado por decreto hace una
década los límites que incluyen a la conurbación Colima-Villa de Álvarez junto con
sus localidades cercanas como una zona metropolitana, el hecho de no considerar
los municipios completos, permite redefinir dicho polígono como un Área
Metropolitana, de acuerdo a la conceptualización realizada por Graizbord y Salazar.
El segundo, es el de una ciudad media en expansión de acuerdo a Bournazou
-concebido desde una perspectiva de consolidación-, ya que por la cantidad de
población y cuyos procesos de crecimiento y dispersión de la urbanización hacia la
periferia de manera fragmentada, apenas están evidenciando la aparición de otros
fenómenos determinados por el mercado de suelo, el cual ha impuesto una lógica de
utilización y apropiación desmedida de este recurso natural dominado por la lógica
capitalista, rebasando por mucho, las necesidades de las ciudades de Colima, Villa
de Álvarez y de sus localidades cercanas.
Respecto a la región inmediata, la nueva ciudad en expansión tiene gran
impacto en los valores del suelo de las localidades vecinas (pequeñas ciudades o
núcleos rurales) las cuales se incorporan gradualmente al área principal y
experimentan gran revalorización en sus precios (conurbación). Además el sistema
vial de este tipo de ciudades sigue la nueva lógica del mercado del suelo que tiende
a la expansión masiva hacia fuera con la formación de una vasta periferia. En lugar
de una redensificación del área urbana existente y el mejoramiento correspondiente
de la vialidad local, se opta por el desarrollo de sistema vial primario de vías rápidas
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
61
que comunican de manera eficiente el centro con la nueva periferia y alientan aún
más la expansión de ésta última.
Al respecto, el encarecimiento del suelo urbano es uno de los factores más
importantes para la expansión acelerada, ya que los inversionistas públicos así como
privados se retiran cada vez más hacia la periferia lejana en búsqueda de precios
accesibles para la realización de sus proyectos (Bournazou, 2005:353).
Por ello, la dinámica a través de la cual este mercado inmobiliario de las
ciudades medias se expande, se diferencia y se segrega, reflejando la ausencia de la
planeación y la autora plantea cuál debería ser el papel de ésta última en el
desarrollo urbano expansivo de las ciudades medias.
Definidos los fenómenos generados en la ciudad, tanto en zonas como en
áreas metropolitanas (enfoque sobre el cual se explicará el fenómeno en la zona de
estudio) y la forma de apropiación del suelo urbano, el cual, de acuerdo a los
estudios realizados, se ha determinado hasta el momento por la ubicación, costo y
normatividad que el estado impone para su regulación de acuerdo al régimen de
propiedad (el cual se abordará en el capítulo 3); antes se hará una revisión del
concepto de suelo como recurso básico, su importancia en la dinámica urbana así
como de los fenómenos que acontecen en nuestras ciudades en la actualidad.
2.4 Suelo y procesos de urbanización
En ocasiones el término tierra y suelo son empleados de manera indistinta. Sin
embargo, físicamente la tierra consta de varios componentes, del cual el suelo es
sólo la parte superficial y es el que en términos urbanos se utiliza, es decir, el terreno
sólido donde se puede edificar. Todas las capas de la tierra, en su conjunto, forman
un recurso que pertenece a la naturaleza, y constituye por ende, un recurso natural
(Chávez, 2005:34). Asimismo, el ―suelo‖, cuya palabra se deriva del latín solum, que
significa suelo, tierra o parcela, es un recurso natural que implica diversas
posibilidades de aprovechamiento determinadas por el conocimiento de sus
cualidades para satisfacer necesidades específicas.
62
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
El suelo cumple múltiples funciones naturales como la captación y el
almacenamiento del agua, energía y nutrientes; y coadyuva al proceso de
descomposición y reciclamiento natural, en donde se desarrolla la flora y la fauna.
Sin embargo, todos esos procesos internos carecen de valor para el mercado,
aunque la resultante de todos estos procesos naturales, permiten a los seres
humanos su aprovechamiento de acuerdo a diversas actividades agrícolas, mineras,
forestales, hídricas, etc., cuya explotación combinada con la utilización de productos
que alteran su composición por las demandas del mercado ha ido deteriorando, no
sólo el suelo, sino el conjunto de este sistema natural (Chávez, 2005:35).
Es por eso que el suelo puede considerársele como el elemento básico del
lugar (Molotch, 1976) y un recurso estratégico (Iracheta, 1984), sobre el cual se
producen subdivisiones y servicios que lo definen como "tierra urbana", que en su
conjunto -en términos urbanos- es el soporte de las edificaciones en el cual se
desarrollan y expanden nuestras ciudades, así como un bien transferible en el
mercado que permite obtener riqueza y poder.
La tierra tiene la capacidad de soportar edificios en los que se desenvuelve
una actividad productiva concreta; es decir, se adecua para la creación de algo
distinto. Este proceso implica capital, movilización de trabajo, de instrumentos y
materias para manipular el medio y transformarlo, para luego utilizarlo y consumirlo.
En las ciudades capitalistas, el producto de esta transformación asume el carácter de
una clase de mercancías específicas, las mercancías inmobiliarias, caracterizado por
la unión del espacio construido al suelo sobre el que se produce (Cernadas y Ostuni,
2005: 3).
El suelo, a diferencia de aquellas mercancías que operan como condiciones
de producción de otras, se caracteriza por no ser reproducible por el capital. "Esta
característica hace que la propiedad adquiera un papel adicional como requisito
inicial para que el producto tome el carácter de mercancía‖ 21 (Cernadas y Ostuni,
s.f.:5). Otra diferencia relevante es que el suelo, en el caso urbano -además de la
21
Es subrayado nuestro.
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
63
relación que establece con el proceso productivo de la construcción denominado por
Jaramillo (1994) ―articulación primaria‖- se relaciona con las actividades que se
desarrollan sobre el espacio construido, cada una de ellas con una dinámica propia.
Esta paradoja lleva a pensar que el suelo, a pesar de ser un recurso y bien
natural irreproducible, sus virtudes se determinan de acuerdo a la capacidad de
brindar un espacio urbano, es decir, un lugar físico para la edificación y el desarrollo
de actividades articuladas. De acuerdo a Topalov (1979) visualiza este recurso -
desde la perspectiva económica y capitalista- como resultado de un proceso de
producción, además de permitir formas de consumo material y simbólico que le son
propias. Esto lleva a la siguiente pregunta ¿por qué el suelo tiene un valor si nadie lo
produce? En esta lógica el valor del suelo va de acuerdo a lo que pueda hacerse
―encima‖ de él, así como otros factores tales como el uso destinado y la extensión
(superficie) del mismo, visto en conjunto como un producto del mercado el cual a
diferencia de otros bienes su valor no va en relación a la demanda sino con los
agentes que la poseen y usufructúan con ella para fines urbanos.
A partir de lo expuesto, se puede señalar que la tierra urbana adquiere
peculiaridades en lo que respecta a los agentes que aparecen en los procesos
económicos que se desarrollan, al tipo de transacciones sobre los terrenos que
predominan entre estos agentes, y al significado social que adquieren las distintas
modalidades de la propiedad territorial.
La transformación del suelo implica el poder asignar a determinadas áreas
usos específicos, y como señala Clichevsky (1989, cit. por Cernadas y Otsuni,
2006:4) según el tipo de agente que actúe en el mercado, cada uno tiene una
estrategia definida respecto de la porción de tierra que produce y/o comercializa. No
cuesta imaginar eventuales tensiones entre el estado, el sector privado y grupos de
la sociedad civil. Por ejemplo, el estado actúa como regulador del sector privado
interviniendo tanto en la producción del suelo como en su comercialización, en forma
directa o indirecta (implementando políticas sobre otros sectores que tengan
repercusiones sobre el mercado de tierras). Las intervenciones realizadas por el
estado (o la ausencia de ellas), pueden afectar intereses sectoriales, en lo
64
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
relacionado con las situaciones de legalidad e ilegalidad en la tenencia de la tierra en
las ciudades.
En América Latina, la aparición de los agentes en los distintos submercados -
formal o informal- 22 está en relación con el grado de concentración de la propiedad y
de la economía en su conjunto.
Esta problemática se ha caracterizado por la existencia de un amplio sector de
la población que no tiene la capacidad económica ni acceso a los mecanismos de
crédito para obtener una vivienda en los mercados formales, por lo que desde el
punto de vista de la demanda, existe un déficit habitacional permanente y
acumulativo, en donde las necesidades rebasan a la producción y el abastecimiento
de viviendas que afecta tanto a los sectores de bajos ingresos como también a los
sectores medios de la población (Mollá, 2006:84-85).
En este sentido, Chávez (2005) señaló que dentro de la zona conurbada
Colima-Villa de Álvarez, el crecimiento de la ciudad sí obedeció a la producción de
vivienda, pero no ha sido para atender las necesidades habitacionales, ya que se
han detectado la desocupación de lotes y de vivienda terminada. Esta situación, ha
generado una problemática respecto al uso irracional del suelo, especialmente en
tierras de origen ejidal ya que por su cercanía a las zonas urbanas, son las más
susceptibles a urbanizarse a costa de su productividad agrícola.
Hasta el momento se ha explicado que el suelo urbano como un bien no
reproducible y escaso, no sólo permite la generación de la edificación, sino que
además, al poseer un terreno se puede obtener un beneficio conocido como renta. El
propietario equipara la percepción de su renta periódica a la de un interés, y así
aparece la posesión de un derecho jurídico como equivalente a una magnitud de
capital. Sobre este principio se construye el precio del suelo, atributo fundamental
para que éste pueda volverse intercambiable. El precio entonces, ya no estará
determinado exclusivamente por el valor o por el precio de producción de la
22
A lo largo del presente estudio se hará referencia a los mercados formales e informales, a la legalidad e ilegalidad, a lo regular y lo irregular, y para los efectos de esta investigación las tres dualidades son intercambiables.
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
65
mercancía, sino que resultará del derecho que tiene el propietario de un inmueble de
apropiarse de una porción del valor adicional producido socialmente.
Dicho de otro modo, la renta inmobiliaria implica un aumento de precio del
inmueble, producto de los cambios en las condiciones de producción y la plusvalía
que genera su localización. Así, la renta se incluye en el precio que se paga por el
uso del suelo urbano para la producción de espacio construido, captando parte del
valor que dicho proceso implica. De esta manera, la renta del suelo urbano ―produce
una apropiación desigual en términos sociales de los beneficios que provienen de la
tierra" (Carrión, 1989; cit. por Cernadas y Otsuni, 2006:5).
Siguiendo la lógica capitalista, la renta está en función al posible valor que se
puede obtener con el inmueble y la plusvalía que genere tanto su uso y localización,
aunado a los servicios e infraestructura cercana disponible. En general, se maneja
una lógica de generar capital con lo inmobiliario, donde los agentes urbanos tales
como los promotores, conciben la tierra de acuerdo a su posible uso y a la edificación
de un proyecto determinado, calculando el valor total del proyecto o de manera
específica, la cantidad que podrían pagar los posibles compradores por el terreno.
Por eso, el actor que determina el valor del suelo dentro del mercado no es
precisamente el propietario, sino el promotor o desarrollador inmobiliario.
En México, Linares señaló que la renta del suelo urbano al representar una
parte significativa de las ganancias que obtiene el fraccionador como producto de su
carácter no renovable, irreproducible a voluntad, monopolizable y sujeto a
especulación23, buscará evidentemente incrementarla mediante las facilidades que la
nueva ley agraria le otorgue, por lo cual desplazará de sus medios de producción a
múltiples ejidatarios y pequeños propietarios, para poner al servicio de los
demandantes efectivos, el suelo urbano (Linares, 2005:4).
De acuerdo a la teoría del mercado capitalista, al aumentar la oferta de suelo
urbano se esperaría una reducción de costos, sin embargo, el mercado de suelo está
sujeto a la especulación por parte de los agentes urbanos que comercian con ella,
23
Se le conoce como especular o especulación a las operaciones comerciales y financieras que se practican con mercancías, valores o efectos públicos, con la esperanza de obtener beneficios o lucros basados en las variaciones de los precios o de los cambios (Real Academia Española, 2004).
66
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
generando expectativas en torno a su posible uso o a factores que puedan
incrementar plusvalía. La localización, la superficie, las características físicas del
terreno, así como la existencia de infraestructura y servicios disponibles y su
regulación de acuerdo al régimen de propiedad de la tierra son determinantes del
precio del suelo urbano.
En este contexto, cabe definir el concepto de propiedad de la tierra, para Cruz
Rodríguez (2001) ―la propiedad de la tierra ha sido el punto de partida para el análisis
de diferentes problemáticas que van desde la estructura agraria hasta el papel que
juega en la determinación de los procesos urbanos. Su conformación ha pasado por
un largo proceso histórico que ha determinado la definición de diferentes tipos de
tenencia: privada, federal y ejidal y comunal, que conllevan a la formación de
diversas relaciones sociales en torno a ella, y con esto, a la presencia también de
actores sociales disímiles‖ (Cruz Rodríguez, 2001:25).
La autora encontró que en documentos ejidales existen clasificaciones que
aluden a varios tipo de propiedad como ranchos, haciendas, pequeñas propiedades
particulares, pequeñas propiedades, terrenos de los pueblos, pequeñas propiedades
de los pueblos (ubicadas fuera del fundo legal), y pueblos (fundo legal); las cuales no
están reconocidas por la Constitución, la ley agraria y la ley de bienes nacionales.
Sin embargo, en México existen modos de propiedad que no están contemplados en
la legislación, por lo que esto parece dar a entender que el reparto agrario generó
efectos diferenciados (Chávez, 2005:93-96).
Beatriz García (1988), por su parte, sin ahondar en las particularidades de la
propiedad privada, clasificó de manera similar a Cruz Rodríguez a la propiedad
afirmando además que mucha de la tierra que pertenece a cualquiera de los
regímenes anteriormente mencionados, se encuentra próxima a las ciudades y está
siendo incorporada a usos urbanos. En el estado de Colima, los tipos de propiedad
existentes son la privada, ejidal y comunal, sin embargo, sólo el entorno inmediato a
Villa de Álvarez está rodeado de pequeñas propiedades, pero actualmente la
expansión de la ciudad ya está sobre sus áreas ejidales.
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
67
En términos generales se mostró un panorama para conocer las diferentes
teorías y modelos que tuvieron como finalidad explicar la configuración del territorio
y su estructuración dentro del ámbito urbano desde la escala de ciudades pasando
por las ciudades medias y finalmente a las zonas o áreas metropolitanas. Lo anterior
con la intención de dar a conocer al lector la escala sobre la cual se tratará de
estudiar el fenómeno de la expansión urbana, se detectaron factores inherentes al
suelo dentro del contexto capitalista como un bien no reproducible, escaso y sujeto al
incremento de su valor por la plusvalía generada en la zona y a la especulación por
parte de los agentes urbanos o sociales que se apropian de ella.
La forma de acceso a la tierra puede darse a través de dos submercados: el
formal y el informal, que en este caso la opción que termine eligiendo el comprador
final estará determinado por el precio y por la normatividad o estrategias que
impongan los gobiernos locales para desalentar la compra de lotes que carezcan de
certeza jurídica, sin infraestructura, servicios o en zonas que representen un peligro
para sus habitantes.
En este contexto el régimen de propiedad adquiere una importancia para fines
de nuestro estudio, ya que de manera específica el régimen de propiedad ejidal –
dedicado a actividades productivas para satisfacer de bienes de consumo para la
población es el más susceptible a modificar su uso original, por otro uso que genere
mayor beneficio económico para sus propietarios en función de la lógica capitalista,
proceso facilitado por las modificaciones al 27 constitucional, por ello es pertinente
analizar el caso de estudio.
La continuidad de los municipios en el área estudiada se presenta no sólo en
su tejido urbano, sino también en la interdependencia hacia el centro de generación
de oferta y demanda de empleo y de servicios básicos para el incremento o
mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, creando así una ciudad-región
con un carácter de defensa de identidades locales al interior de sus células. La
conurbación es sólo física para dos municipios, pero virtual y sumamente intensa en
los aspectos económicos y sociales para las tres poblaciones continuas restantes.
68
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Al respecto, el polígono que constituye el área de la futura expansión, el cual
fue redefinido por medio del decreto de modificación de los límites de la conurbación
Colima-Villa de Álvarez (1997), incluye solamente parte de la superficie de los
municipios de Colima, Villa de Álvarez, Comala, Coquimatlán y Cuauhtémoc, por lo
cual de acuerdo a la conceptualización dada por Graizbord y Salazar,
denominaremos el caso de estudio como el Área Metropolitana de Colima (AMC),
ya que el polígono no incluye la totalidad de los municipios antes mencionados, sin
embargo, este concepto no aplica en su totalidad, ya que ésta no presenta una
continuidad física del área edificada con el resto de las localidades contiguas; sin
embargo, tal como lo señala Manuel Castells (1986), adquiere mayor relevancia el
criterio funcional y la dinámica económica y social, entre la ciudad central y las
localidades cercanas que estén incluidas dentro del límite metropolitano.
En este sentido, el caso de estudio, hasta el momento se encuentra en un
proceso de consolidación urbana, el cual a mediano o largo plazo, ampliará sus
límites de crecimiento lo que seguramente lo convertirá en una zona metropolitana.
Es por ello que el suelo, como con potencial a ser urbanizado, principalmente es que
se encuentra bajo el régimen ejidal es el que ocupa especial atención para fines de
este estudio, para verificar si efectivamente la tierra de propiedad ejidal existente
puede tener la fortaleza a su interior para seguir subsistiendo o está en un proceso
de desaparición.
Bajo este régimen de propiedad, el suelo representa el recurso y patrimonio
del que disponen los ejidatarios para producir en ella y obtener los beneficios que de
ella emanan, y que además en conjunto representa el ambiente natural donde
persiste el modo de vida rural de los pueblos y comunidades que forman el AMC.
Para analizar la propiedad ejidal en función de su integración a la dinámica
urbana, la pregunta central y las que se derivan de ésta, que servirán como ejes de
análisis para esta investigación son: ¿de qué manera la legislación agraria ha
incidido en los mecanismos utilizados para la incorporación de la tierra ejidal al
proceso de expansión urbana de la AMC entre 1990 y 2006?; y ¿cuáles han sido
2. Configuración del territorio y el ámbito urbano
69
las repercusiones de las modificaciones al artículo. 27 Constitucional en la propiedad
ejidal de la zona de estudio?; ¿qué agentes urbanos han intervenido en la
incorporación de la tierra ejidal en el proceso de metropolización? y finalmente,
¿cuáles son las características del proceso de urbanización generadas por la
expansión urbana en la AMC durante ese período?
Nuestra hipótesis pretende probar que en el Área Metropolitana de Colima
entre 1990 y 2006, las reformas al Art. 27 constitucional impulsaron parcialmente la
desincorporación de la superficie del ejido de aquéllos que han estado más cercanos
a las zonas urbanas o con conexión a las mismas por medio de vialidades a través
del la construcción de fraccionamientos, principalmente por la intervención de
promotores inmobiliarios locales, gobernantes en turno y organismos públicos de
vivienda.
En este sentido el desarrollo urbano y el uso de suelo dedicado a actividades
rurales resultan incompatibles en términos territoriales cuando el crecimiento urbano
no esta planificado, causando problemas en los ejidos localizados en la periferia
intrametropolitana al ser absorbidos por este crecimiento, modificando su uso y
morfología como producto de los procesos de urbanización y modernización en la
zona.
A partir de lo anterior, se determinaron las variables e indicadores básicos
para el estudio que permitieran corroborar la validez de la hipótesis planteada. Los
indicadores empleados fueron la propiedad de le tierra (privada, ejidal, comunal,
municipal, estatal y federal), origen del ejido (nombre, localización, año de
fundación o dotación, superficie, el número de beneficiarios; así como identificar los
predios o fincas que fueron afectadas para la dotación y quiénes fueron sus
propietarios); otras acciones agrarias como ampliaciones, expropiaciones, el
proceso de certificación a través del PROCEDE, y los dominios plenos registrados en
los núcleos agrarios de estudio. Con la información recabada a partir de los
indicadores anteriores, se requirió detectar los mecanismos de desincorporación
de suelo social al desarrollo urbano tales como las expropiaciones y ventas
(enajenaciones) utilizadas a través de la realización de proyectos urbanos o
70
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
inmobiliarias ejidales, y el tipo de mercado de suelo al que puede acceder, ya sea
regular o irregular (ver cuadro 1).
Cuadro 1 | Indicadores para la investigación
Variable Indicador Categoría
a) Tipo de propiedad Privada
Ejidal
Comunal
Municipal
Estatal
federal
b) Origen del ejido Nombre
Localización
Año de fundación
Superficie (Has.)
Beneficiados
Tierras o fincas afectadas para su dotación
propietarios
c) Otras acciones agrarias Ampliaciones
Expropiaciones
Certificación
Dominio Pleno
d) Mecanismos de desincorporación
Expropiaciones
Enajenaciones Inmobiliarias ejidales
Proyectos urbanos
e) Tipo de mercado de suelo Regular
irregular
El siguiente capítulo abordará las particularidades de cada uno de los
regímenes de propiedad señalados de acuerdo al artículo 27 constitucional, sus
modificaciones a partir de 1992 y su impacto en la propiedad de la tierra, para
después llegar al caso concreto de Colima y analizar cómo está estructurada la
propiedad en la entidad; con la finalidad de verificar si realmente la propiedad ejidal
-como régimen predominante-, merece una atención especial para fines de nuestro
estudio.
71
3. La propiedad territorial en México
3.1 Antecedentes históricos
La propiedad de la tierra ha sido, a través de los inicios de la humanidad,
motivo de conflictos. Los hombres luchan por poseer territorios; las guerras de finales
del siglo XX han tenido como finalidad, en esencia, la expansión. Tradicionalmente,
se ha considerado a la tierra como el bien más preciado; la riqueza va casi siempre
con relación directa a la cantidad de tierra que se posea.
Durante el siglo XIX, el campesinado mexicano desempeñó el papel de fuerza
principal en los procesos de cambio y consolidación del estado nacional. Este sector
de la población rural, propietario o no de la tierra, pero siempre explotado por otros
grupos sociales, tuvo una importancia fundamental en la vida política de la época.
Los distintos lugares en que las relaciones sociales de producción ocupaban
sus servicios, los convertían en una unidad heterogénea dividida en: peones
acasillados24, peones alquilados, medieros y aparceros; colonos, arrendatarios,
enganchadores, comuneros y rancheros. Las luchas de estos diferentes sectores a
los que se les denominó campesinado, desempeñaron también diversos roles según
las coyunturas políticas por las que atravesó el país durante el siglo pasado. Los
campesinos, sin constituir una clase social, llegaron a organizarse y a diferenciarse
como un sector específico de intereses sociales en momentos clave, que los llevó a
luchar y a enfrentarse a diferentes instancias y estructuras de poder.
Los movimientos campesinos representaron las diferentes manifestaciones de
descontento contra el sistema social que los oprimía. Este enfrentamiento se
expresó, fundamentalmente, a través de los diferentes intentos por recuperar sus
24
de acuerdo al Artículo 45 del Código Agrario (1934) consideraba como ―acasillados‖ a aquellos trabajadores de las fincas agrícolas que, ocupando casa en las mismas sin pagar renta, dependían económicamente del salario que perciben por sus servicios.
72
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
tierras. Al respecto, el diferente proceso y ritmo de despojo de tierras que sufrieron
los campesinos a lo largo del siglo XIX fue lo que dio lugar a la diversidad de
demandas y de formas que adoptaron las luchas por la tierra. Aquellos que fueron de
mayor trascendencia en la vida política del país, siempre tuvieron la participación de
las clases sociales ajenas a los campesinos que, al dirigirlos, los manipulaban y
utilizaban en empresas importantes a nivel nacional.
La lucha por la independencia no cambió las cosas; el latifundio resurgió y
hubo necesidad de leyes de Reforma, para desamortizar los bienes del clero pero,
lamentablemente, al subastarse dichos bienes, sólo pudieron comprarlos los que
tenían dinero, fue así como se incrementó notoriamente el latifundio civil, cuya
máxima expresión fue durante el gobierno de Porfirio Díaz y terminó con la
revolución de 1910 (García Ramírez, 1993:410), denominada por los historiadores
como Revolución Mexicana.
Ese movimiento revolucionario (1910-1940) fue uno de los episodios más
intensos y definitorios de esta lucha y representó un conjunto de revueltas agrarias
que promovió el reparto de tierras en plena insurrección armada, logrando la Ley
Agraria de 1915. Posteriormente, este conjunto de acciones se institucionalizaron a
través de la Constitución del 5 de febrero de 1917 promulgada en la ciudad de
Querétaro25, donde los principales postulados lo constituyeron el artículo 3º -
referente a la educación-, el 123 -que protege los derechos de los trabajadores-, y el
artículo 27 constitucional. Este artículo habría de establecer para el país una nueva
estructura de propiedad y en el cual se estableció que la propiedad es de la Nación,
misma que puede hacer con esos bienes lo más adecuado teniendo en cuenta el
interés público.
La Constitución de 1917 fue la materialización de los ideales revolucionarios
que fueron elevados a la categoría de normas constitucionales. En ella se incluían
avanzados principios de reformas sociales y derechos en favor de obreros y
25
la cual cambió las características liberales individualistas observadas en la de 1857 por un sistema
social humanista
3. La propiedad territorial en México
73
campesinos, que crearon la posibilidad de un reparto agrario, primero a los pueblos y
luego a los individuos organizados, generando la llamada ―propiedad social‖
compuesta por ejidos y comunidades agrarias.
El artículo 27 constitucional dictó medidas para el fraccionamiento del
latifundio y fue hasta el régimen de Álvaro Obregón (1920-1924) cuando se dio un
mayor impulso a la distribución de la tierra. Durante el período de 1917-1934, la
consolidación del reparto de la tierra estaba lejos de resolverse. Las seis
administraciones presidenciales en dicho período redistribuyeron 10 millones de
hectáreas; mientras que el presidente Lázaro Cárdenas, en seis años (1934-1940),
entregó cerca de 19 millones de hectáreas a 729 mil ejidatarios. El Código Agrario
aprobado en la administración de Cárdenas (en 1934), estableció los medios legales
por los cuales los trabajadores de las haciendas (peones) podían convertirse en
dueños de las tierras. Otros puntos relevantes para fines de nuestro estudio fueron la
prohibición de la renta de las parcelas ejidales y la confirmación de las leyes de
parcelación de la tierra de labor, además se dejó en uso común los pastizales y
bosques, se declararon inafectables las haciendas bien organizadas que
constituyeran una unidad agrícola industrial, cuya eficiencia se rompería si fueran
fraccionadas (Cruz Rodríguez, 2001: 48). Con la rápida distribución de la propiedad,
finalmente el ejido se tornó en una forma permanente de tenencia en el interior.
El período de 1940-1952 marcó una ruptura importante con las características
de la política agraria del período precedente. En el panorama nacional, se
encontraban tres cuestiones claramente definidas: la primera, era el marco de la II
Guerra Mundial y la consecuente demanda de productos agrícolas. La segunda se
refería al nuevo proyecto económico del país, que privilegiaba el desarrollo industrial.
La tercera fue la ―irreversibilidad‖ de la presencia del ejido en la vida nacional.
Al finalizar la década de los 50, ya se sentían los efectos de las políticas
anteriores, la disminución del reparto agrario, la falta de créditos e infraestructura
para el sector ejidal y los escasos recursos del ejido para sobrevivir productivamente,
74
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
generaron un ascenso considerable de las luchas campesinas. Lo cual obligó a los
gobiernos posteriores, a poner nuevamente en marcha la distribución de tierras26.
En la década de los sesenta, los empresarios agrarios ya no sembraban
granos básicos, pero quienes lo hacían eran la mayoría de los campesinos y era sólo
para el autoconsumo. La sustitución de cultivos y la presencia de las agroindustrias -
procedimientos inadecuados de modernización tecnológica implantados por
organizaciones gubernamentales de investigación y desarrollo rural-, significaron la
caída de los precios de los productos agrarios y una marcada disminución del
empleo de mano de obra agrícola, lo cual propició la búsqueda de otras fuentes de
trabajo.
Por otra parte, las administraciones de José López Portillo (1976-1982) y
Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), en varias ocasiones, hicieron
modificaciones similares a las de la llamada contrarreforma en los años cuarenta y
cincuenta, procurando sustituir la reforma agraria por políticas destinadas al aumento
de la productividad. Los pequeños productores fueron puestos de lado, en cuanto
que la agricultura de gran escala y los ganaderos recibieron la mayoría de los
subsidios, inversiones y ayudas financieras. Asimismo, se implementó una política
económica que apostaba a orientar la dinamización de la economía a partir de
priorizar las exportaciones, de integrar la economía nacional a la global, y de
modernizar los procesos productivos.
El gobierno salinista (1988-1994) hizo una crítica importante a las políticas
agrarias tradicionales con el objeto de plantear nuevos criterios con respecto al papel
de la intervención del estado en el agro y la creación de los mecanismos que
estimularan la modernización de los diferentes sectores agrarios. Se identificó que la
reforma agraria, después de más de seis décadas, presentó los siguientes resultados
y generó ventajas como: los pequeños productores intensificaron la producción y la
26 El período de 1940 a 1958, conocido como la Contrarreforma, las políticas agrarias fueron
modificadas destinando las mejores tierras para las medianas y grandes haciendas y el límite de la pequeña propiedad fue ampliado a 100 hectáreas de tierra fértil o su equivalente en áreas de calidad inferior.
3. La propiedad territorial en México
75
comercialización, manteniendo sus ingresos a pesar de cultivar áreas menores; evitó
el éxodo de población rural, que de otro modo podría estar desempleada en las
ciudades; impidió las revueltas en el medio rural en cuanto la economía se
desarrollaba; y, convirtió a los beneficiarios en los principales productores de
alimento básicos del país.
Sin embargo, tuvo fallas tales como la poca preservación de los recursos
naturales existentes en las áreas integradas al proceso productivo agrícola; lenta
distribución de los títulos de tierra; suministro tardío e inadecuado de crédito y
asistencia técnica, dejando muchos beneficiarios sin atender y acarreando la
disminución de su potencial económico; algunos grandes propietarios rurales no
fueron afectados por la reforma agraria, generando una cierta injusticia en el
proceso; la distribución de tierras fue usada como una forma de apadrinamiento
político, frecuentemente usado para reprimir a los campesinos y mantenerlos en "su
lugar"; y se observó que muchos campesinos no se beneficiaron.
En este sentido, se consideró que las formas de propiedad surgidas de su
aplicación, como el ejido, las comunidades y los minifundios causaron una
ineficiencia económica, puesto que no respondieron a las necesidades productivas
del país (Cruz, 2001:77). Estas consideraciones, según algunos autores (Cruz, 2001;
García Ramírez, 1993), entre otros, constituyeron las principales justificaciones que
condujeron a la modificación al artículo 27 constitucional.
3.2 Artículo 27: la estructura de la propiedad y sus características
Antes de las reformas de 1992, el derecho de propiedad era una institución
clave y definitoria del modelo de organización económica y política existente de la
sociedad mexicana. Desde la perspectiva económica, el régimen de propiedad define
las reglas de apropiación de los bienes y la asignación de los recursos disponibles
para el aprovechamiento productivo; asimismo, determina los alcances y límites para
ejercer el control sobre los bienes apropiables, y las condiciones de circulación y
transferencia de los mismos de unas manos a otras, así como los incentivos o
76
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
inhibiciones para su explotación y, por tanto, las condiciones de existencia y
funcionamiento del mercado.
Desde la perspectiva política, el régimen de propiedad define quiénes y en qué
medida tienen el control sobre los bienes y los recursos disponibles, determinando el
margen de autonomía frente a otros actores y también su capacidad para influir y
orientar a la comunidad en su conjunto. En buena medida, el régimen de propiedad
existente en una sociedad determina el equilibrio de fuerzas que está en la base del
Estado.
El punto de partida para entender los alcances y límites del derecho de
propiedad en México se encuentra en el concepto de ―propiedad originaria‖ del
artículo 27 constitucional.
El concepto constituye una aportación original de la asamblea constituyente de
1917, que pareció tener relación con la tradición jurídica proveniente de la etapa
virreinal, en el sentido que de la misma forma en que el Rey español tenía el carácter
de ―señor‖ sobre los territorios de las llamadas Indias durante la época, la
Constitución de 1917 definió que la Nación tendría la propiedad originaria sobre las
tierras y aguas comprendidas dentro del territorio nacional.
En este sentido, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJF) ha
reconocido que:
―Al independizarse la Colonia, la República Mexicana asumió todos los derechos de propiedad
que a los reyes de España correspondía, y, por lo mismo, este patrimonio ingresó a la nación
toda, y no a las partes que entonces constituían el territorio (provincias, intendencias,
capitanías, etcétera) y mucho menos, pudo pasar ese patrimonio a los Estados de la
República, cuya existencia ni siquiera estaba entonces bien definida‖ (SJF, cit. por Serna,
2005:6).
Una de las consecuencias más importantes de este concepto de propiedad
originaria, es que define el carácter derivado de las diversas formas de apropiación
3. La propiedad territorial en México
77
de bienes permitida por el sistema jurídico mexicano. Es decir, la propiedad pública,
la privada y la social, derivan y están sujetas a la Nación propietaria originaria.
En el marco de las reglas constitucionales descritas relativas a las relaciones
patrimoniales en México, la propiedad privada fue regulada de forma distinta a como
la habían concebido los liberales del siglo XIX. En lugar de ser considerada como un
derecho natural que debía permanecer intocado e inalterado por el Estado, pasó a
ser un derecho relativo, derivado de un derecho superior (el de la propiedad
originaria de la Nación), y sujeto en razón de ello a la posibilidad de regulación por
parte del propio Estado, por medio de la imposición de las ―modalidades‖ que dicte el
interés público.
Dichas modalidades han implicado el establecimiento de ciertos límites al
ejercicio del derecho de propiedad privada. Dichos límites podrían resumirse de la
siguiente forma:
a) No todos los bienes pueden ser objeto de apropiación privada. Los bienes
definidos como del dominio directo o propiedad de la nación, no pueden ser objeto de
propiedad privada.
b) La propiedad privada agraria, en el ámbito rural, tiene límites precisos en cuanto a
su extensión, establecidos en el artículo 27 constitucional fracciones IV y XV.
c) Existen límites en cuanto a la capacidad legal de los extranjeros para ser
propietarios de bienes raíces dentro del territorio nacional.
d) También hay límites en cuanto a la capacidad de algunas personas para
tener en propiedad ciertos bienes. Por ejemplo, las asociaciones religiosas pueden
adquirir, poseer o administrar exclusivamente los bienes que sean indispensables
para su objeto, como los requisitos y limitaciones que fije la ley. Y lo propio sucede
respecto de las instituciones de beneficencia pública y privada en cuanto a su
capacidad legal para tener en propiedad bienes raíces (Art. 27 constitucional,
fracciones II y III).
e) El uso de la propiedad privada por parte de los propietarios puede ser
limitado por diversas leyes de carácter administrativo, como las leyes de
asentamientos humanos o desarrollo urbano y las leyes sobre equilibrio ecológico y
78
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
protección al medio ambiente, además de la ley sobre monumentos históricos y
zonas arqueológicas, entre otras.
f) La propiedad privada puede ser expropiada u ocupada, por causas de
utilidad pública y mediante indemnización.
Pero como se mencionó anteriormente, no todos los bienes son objeto de
apropiación bajo la forma de propiedad privada. De hecho, la Constitución de 1917
señala expresamente que hay cierto tipo de bienes que corresponden al ―dominio
directo‖ de la Nación o que son ―propiedad‖ de ésta, y que no son susceptibles de ser
apropiados por los particulares. Además, dispone que el dominio sobre estos bienes
es inalienable e imprescriptible, es decir, no se pueden vender a otras personas con
la petición de que salgan del patrimonio de la Nación. Todos estos conceptos, a su
vez, son la base constitucional de la propiedad pública en México.
Este tipo de propiedad, se encuentra clasificada en dos regímenes jurídicos
distintos: la que es propiedad de la nación y de la federación, y la de los estados o
municipios. La primera reconoce las tierras nacionales y denomina propiedad pública
a los bienes territoriales federales, esta ley divide en dos tipos el dominio del suelo
federal: ―terrenos de dominio público (o de uso común), en los cuales incluyen calles
y plazas (las cuales son para el servicio público), monumentos artísticos,
monumentos arqueológicos, terrenos ganados al mar, a corrientes (de ríos y
arroyos), a vasos de manera natural o artificial y a los terrenos de organismos
descentralizados federales‖ (Chávez, 2005:58), los cuales en conjunto son
inalienables, imprescriptibles e inembargables. La segunda clasificación está
conformada por tierras que el estado adquiere como reserva para usos urbanos
como la dotación de infraestructura, equipamiento, servicios básicos y para su
administración, a través de diversos institutos para la creación de vivienda de tipo
popular.
El estado, a través de la reforma de 1983 al artículo 25 constitucional, también
incluyó al sector privado como actor del desarrollo, esto significó, además, un
compromiso estatal de estímulo y protección al sector privado al establecer en el
3. La propiedad territorial en México
79
último párrafo de dicho artículo que ―La ley alentará y protegerá la actividad
económica que realicen los particulares y proveerá las condiciones para que el
desenvolvimiento del sector privado contribuya al desarrollo económico nacional, en
los términos que establece esta constitución‖ (Art. 25 constitucional).
La reforma también definió las reglas para que el Estado participara o se
asociara con los sectores social y privado en la ejecución de las áreas prioritarias.
Según el régimen constitucional respectivo, no es indispensable que el sector público
participe en todas las áreas prioritarias del desarrollo. En principio, su participación
es opcional y es posible que dichas áreas sean atendidas sólo por el sector privado o
social, o también con la concurrencia del sector público.
En cuanto a la tierra bajo el régimen ejidal, originalmente se trataba de las
tierras comunes que eran dedicadas a satisfacer las necesidades colectivas del
pueblo (como el pastoreo y la recolección de leña). Posteriormente, su formación fue
producto de la lucha campesina derivada del movimiento revolucionario de 1910 para
la entrega de tierras a los campesinos; por lo que su control, administración y
organización productiva estaba a cargo de los ejidatarios. Cabe señalar que esta
situación permitió mantener a las tierras de algunos núcleos ejidales fuera del
mercado de suelo, sin embargo, esto no constituyó un obstáculo para que fueran
incorporadas a otro tipo de usos. La expropiación por utilidad pública se planteó -
hasta antes de las modificaciones al artículo 27 constitucional en 1992- como la
única forma de desincorporar las tierras del régimen ejidal (Cruz, 2001:70).
El artículo 27 constitucional también contuvo, hasta 1992, las reglas relativas
al programa de reforma agraria, cuyo objetivo primordial fue fraccionar los grandes
latifundios existentes en el país mediante expropiaciones a efecto de redistribuir la
propiedad de la tierra. Por vía de la reforma agraria se repartieron alrededor de 100
millones de hectáreas a más de dos millones de campesinos. Dos fueron los tipos de
acciones mediante las cuales operó dicho programa de reforma: la acción de
restitución, para aquellos reclamantes de tierra (pueblos, rancherías,
congregaciones, tribus) que tuvieran títulos sobre la tierra de la cual habían sido
despojados por los grandes latifundios y las haciendas; y la acción de dotación
80
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
llamada ejido27, para aquellos grupos de campesinos sin ningún tipo de título sobre
tierra alguna.
El ejercicio de estos dos tipos de acción y el consiguiente reparto de tierras,
dio lugar a dos tipos de propiedad rural o social: la comunal y la ejidal, cuyos titulares
no son los individuos, sino el núcleo de población conformado por grupos de
campesinos. La cantidad de tierra sujeta a este tipo de propiedad equivalía alrededor
del 50% de la superficie del territorio mexicano.
Con la propiedad ejidal y comunal, se buscó dar respuesta al problema
agrario, cuya caracterización principal estaba en la dicotomía —producto de la
conquista y el virreinato— de individuos sin tierra, sin derechos y sin trabajo, por un
lado, y de grandes latifundistas, por otro, y se concretaría con la reforma agraria
cuyos objetivos fueron:
a) La distribución gratuita de tierra a poblaciones que carecían de ella, en la
forma de dotación llamada ejido.
b) Crear con ello una nueva estructura de tenencia que reemplazara el antiguo
sistema latifundista y permitiera un crecimiento agrícola acelerado.
c) Se destacó el respeto a la propiedad comunal de los pueblos,
especialmente las comunidades indígenas, a quienes se autorizó para disfrutar en
común las tierras, bosques y aguas que les pertenecieran.
El régimen de estos dos tipos de propiedad rural fue básicamente el mismo, el
cual hasta 1992 se caracterizó por lo siguiente:
27 Aunque en el Artículo 27 constitucional no se define lo que es un ejido, se menciona como tal y, en
la práctica, el concepto se ha aplicado a los núcleos de población dotándolos de tierras a través de los procedimientos señalados en la Ley. Sin embargo, la palabra ejido se refería, originalmente, a las tierras comunales que se encontraban a la salida de los pueblos y que servían para el usufructo colectivo (para ganado y recolección de madera), y éste era el significado que tradicionalmente se le daba en México, antes de la reforma agraria. De hecho, en la terminología común, el concepto ejido se refiere a la comunidad de campesinos que han recibido tierras de esta forma (ejidatarios) y el conjunto de tierras que les corresponden. Su patrimonio está formado por tierras de cultivo (área parcelada), otras para satisfacer necesidades colectivas (uso común) y otra más para urbanizar y poblar (fundo legal), principalmente.
3. La propiedad territorial en México
81
a) Limitaciones en cuanto al derecho de disposición (es decir, en cuanto a la
circulación de la tierra en el mercado de suelo), es decir, la tierra comunal o ejidal no
podía ser vendida.
b) Prohibición de cambiar del régimen comunal o ejidal al régimen de
propiedad privada.
c) Prohibición de asociarse con inversionistas privados.
Esto, a grandes rasgos, fueron los objetivos en materia agraria delineados en
la Constitución de 1917, dejando muchos aspectos para reglamentos e
interpretaciones posteriores. En este sentido, el artículo 27 constitucional fue
tomando forma solo, paulatinamente -aunque siempre dentro del marco general
establecido en 1917- y cambió con frecuencia de dirección y de ritmo en la práctica.
La organización interna más apropiada para el ejido siguió un trayecto
paralelo, en función del papel que le tocó desempeñar dentro de la estructura
agrícola general del país y de las tendencias predominantes en cada época. Por lo
tanto, en este marco institucional debe situarse la creación de la mayoría de los
ejidos.
Ahora bien, no todos los ejidos de la República fueron dotados con la misma
cantidad y calidad de recursos. Muchos factores intervinieron en esta diferenciación
que, en parte, es responsable de las variaciones en la eficiencia económica y el
funcionamiento institucional de los mismos.
En primer lugar, juegan un papel los diferentes recursos naturales en las
diversas regiones del país (los ejidos del norte con promedios de dotación de 20
hectáreas); en segundo, la densidad demográfica de cada zona (los ejidos del centro
del país con promedio de dotación de entre tres y cuatro hectáreas) y su relación con
la estructura de tenencia en la época del reparto agrario; y en tercer lugar, el proceso
mismo de la distribución, caracterizado en sus distintas etapas por aspectos
particulares de tipo jurídico, técnico, político e ideológico, que se han manifestado en
la modificación paulatina de la unidad mínima de dotación ejidal.
Así, desde 1917 se han venido creando ejidos casi ininterrumpidamente, pero
la función económica atribuida a éstos ha cambiado de forma gradual; primero se les
82
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
consideró como fuentes de ingresos complementarios a los salarios ganados en las
grandes fincas (periodo comprendido por el modelo primario exportador
principalmente en los años veinte), luego como pequeñas fincas de subsistencia para
los grupos rurales más atrasados. Posteriormente se le asignó durante los años
cuarenta, un papel primordial en la producción agrícola y, con la reforma de 1992,
finalmente tiene objetivos productivos semejantes a los del sector agrícola privado
(Assenato y de León, cit. por Procuraduría Agraria, s.f.: 2-3).
3.3 Reformas al artículo 27 constitucional y su impacto en la propiedad de la tierra a partir de 1992
Después de la Revolución Mexicana, los movimientos sociales fueron
conducidos por los campesinos pobres de los ejidos. La lucha principal era por el
acceso a la tierra, pero en algunos momentos, la producción de insumos y alimentos
se tornó más importante. En los años sesenta, los movimientos estudiantiles y el
auge de la Teología de la Liberación tuvieron influencia en las transformaciones de
las organizaciones campesinas.
En 1980 el gobierno federal instrumentó el Sistema Alimentario Mexicano
(SAM), como un programa diseñado para incrementar la producción de alimentos
básicos, mediante estrategias y mecanismos como facilitar el acceso a crédito y el
establecimiento de precios de garantía a la producción, entre otros estímulos,
buscando aumentar la producción de alimentos hasta alcanzar la autosuficiencia; así
como establecer canales de distribución y acceso a estos alimentos entre los
sectores de menores recursos económicos.
La reestructuración en el campo inició desde la crisis de 1982 que obligó a una
reducción sustancial de los recursos canalizados al sector, pero fue hasta 1991 en
que se profundizó y definió claramente el proyecto modernizador del Estado. El
fracaso del SAM evidenció los enormes rezagos estructurales del agro mexicano y el
deterioro productivo en el que se encontraba inmersa la mayoría de los productores
rurales.
3. La propiedad territorial en México
83
De ese modo, A partir de 1983 se inició una tendencia de producción agrícola
decreciente que no se revertiría durante toda la década. La producción de los
principales granos básicos disminuyó en los siguientes años, al tiempo que las
importaciones se incrementaron considerablemente, colocando en los signos
negativos la balanza comercial agropecuaria. Sólo ciertos cultivos como el sorgo, la
soya y el trigo aumentaron su volumen durante algunos años del periodo, en
detrimento del maíz y el frijol. El sector agrícola mantuvo su rezago relativo, a pesar
de que se desarrollaron procesos destinados a fincar los cimientos de una
reestructuración productiva basada en la modernización de las zonas de mayor
desarrollo capitalista y de los cultivos de punta ligados al mercado agroexportador,
así como en la desarticulación de la economía tradicional campesina (Medina et al.,
s.f.:70).
Todos los cambios en la estructura económica, implicaban cambios
jurídico-políticos, es decir, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
debía reformar algunos artículos, como es el 2728, que ha observado reformas
sustanciales, desde sus primeros 75 años de vida constitucional; sin embargo, nunca
había sufrido un cambio tan drástico como el propuesto por la administración
salinista29 (Medina Ciriaco, 2006:12-17).
En este sentido, en la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari
(1989-1994) se promovió la modificación de los artículos constitucionales 3, 5, 24, 27
y 130. Se establecieron las nuevas bases para el desarrollo económico, mediante
reformas para replantear las relaciones entre Estado y sociedad, con la intención de
avanzar en la llamada modernización del país.
28
La última modificación fue realizada el 6 de enero de 1992 29 La introducción de las políticas de libre mercado y la retirada de los créditos al sector rural
provocaron un descontento general entre los productores. Es por ello que en septiembre de 1990, cerca de 10,000 campesinos del Noroeste, del Bajío y del Sur marcharon hacia la Ciudad de México exigiendo, entre otras medidas, la modificación de la política agraria. Para los campesinos, la principal propuesta de reformas al artículo 27 era dar continuidad al contrato social de 1917 y su expansión. Por tanto, exigían una política definida para estimular la agricultura, con garantías de intensificar la producción rural del país y la autosuficiencia alimentaria, para asegurar la participación de los campesinos en la administración y los procesos de decisión, así como, para estimular y preservar la autonomía de las organizaciones campesinas.
84
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Algunos de los mecanismos implementados incluyeron: reestructuración del
sector privado (formación de los nuevos grupos financieros y su relación con la
industria, el comercio y el campo, fundado en las políticas de exportación y
comercialización internacional); negociación del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN), con Canadá y los Estados Unidos; redefinición del papel
del agro y de los nuevos agrupamientos sociales rurales y su impacto en la economía
nacional (reformas al artículo 27 constitucional); elaboración de políticas urgentes de
bienestar social tales como el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL);
conformación de un nuevo estatuto jurídico para regular las relaciones entre el capital
y el trabajo, y reconocimiento legal del Estado a las Iglesias (reformas a los artículos
3, 5, 24 y 130 de la Constitución).
Durante la administración salinista se dieron tres cambios importantes en las
políticas sociales:
1. En el nuevo papel que se otorgaba al Estado como actor comprometido
con la justicia y el bienestar, la política social se colocó como el centro y eje de la
acción pública, prueba de ello fue el incremento significativo que se dio al gasto
público durante ese sexenio, pasando de 21 a 55 por ciento del presupuesto del
gasto federal.
2. Bajo los nuevos paradigmas del desarrollo, la política social se planteó
como objetivo primordial el acceso de toda la población a unos servicios mínimos, lo
que podía satisfacer en distintas modalidades y con la participación de actores
sociales y privados.
3. Un tercer cambio radicó en que la población se volvió corresponsable de la
política social, mediante una mayor participación (Ceja, 2004:15).
Algunos de los efectos de estas reformas provocaron en el sector
agropecuario, por un lado, la agudización del problema de la autosuficiencia
alimentaria y la incapacidad del sistema financiero rural en proveer al sector con
capital para inversiones de largo plazo en "tecnologías competitivas‖ y, por el otro,
los esquemas de asociación han contribuido a fortalecer el poder económico de los
3. La propiedad territorial en México
85
grandes empresarios, industriales y comerciales, que operan en las cadenas de los
sistemas-producto del sector agropecuario y forestal. Así, el ingreso generado en
estas actividades ha tendido a concentrarse en pocas manos y la migración rural se
vio incrementada.
La inversión pública y el gasto público destinados al sector, se mantuvieron en
términos reales al mismo nivel de 1988, descendiendo su importancia relativa dentro
del presupuesto (Tapia, s.f.:7). La estrategia salinista, por su parte, lejos de buscar
nuevos caminos, profundizó el proceso de liberación de la agricultura mexicana y su
privatización avanzó decididamente30.
La apertura de las fronteras económicas repercutió de manera significativa, en
primer lugar, porque México redujo enormemente los aranceles para la importación
en un plazo muy corto y de manera unilateral, lo que colocó a los productores
exportadores estadounidense en condiciones ventajosas; en segundo, porque la
entrada masiva de productos agropecuarios sin ningún control afectó los precios
nacionales con tendencia a la baja.
En este sentido, las reformas realizadas al Artículo 27 constitucional, junto con
las políticas agrícolas promovidas por el gobierno federal de la época propiciaron el
proceso de reestructuración del campo.
Abelardo Rodríguez reformó el artículo 27 constitucional el 30 de diciembre de
1933, publicándose en el Diario Oficial de la Federación del 10 de enero de 1934,
cambió la Ley Carranza que protegía el derecho de los propietarios afectados a
30 En un corto periodo se precisaron los principales ejes de la nueva política tendientes a la
disminución de la participación estatal en el sector a través de la privatización de empresas estatales; la desregulación de los mercados de productoras agrícolas, liberalización de precios, eliminación de subsidios y la anulación de los gravámenes a las importaciones. La eliminación de los subsidios y la privatización o extinción de muchas agencias públicas del sector rural, afectaron el acceso al crédito, seguros, a los mercados, a tecnologías modernas, semillas mejoradas, agua y riego, asistencia técnica e infraestructura básica y aumentaron los costos de insumos y servicios. El abandono de los campesinos por los programas del sistema financiero rural y el cierre de la Aseguradora Nacional Agrícola y Pecuaria S.A. fueron parte del desmantelamiento del sector rural. Recortes en los préstamos además de la redirección de los préstamos hacia los grandes productores, y el debilitamiento de las instituciones fue acompañado por la falta de establecimiento de agencias financieras privadas en las comunidades.
86
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
acudir al juicio de amparo cuando en los procedimientos agrarios se violaban sus
garantías individuales, mediante una reforma constitucional. A partir de esa
publicación, los propietarios afectados por resoluciones presidenciales que afectaran
sus tierras, estaban imposibilitados para acudir al juicio de amparo, por más
arbitrariedades que se cometieran en su contra.
La segunda reforma al artículo 27, fue la del 6 de diciembre de 1937, en ésta
se adicionaron aspectos agrarios de importancia, como el derecho de los núcleos de
población para el disfrute común de tierras, bosques y aguas que les hubiesen sido
restituidas; señalando que la federación es componente para resolver los conflictos
de las comunidades indígenas. Posteriormente, el 12 de febrero de 1947, estableció
la unidad individual de dotación fijando una extensión mínima de diez hectáreas de
riego, también establece el recurso de amparo en materia agraria a favor de los
pequeños propietarios. Años después, el 3 de febrero de 1983, se agregaron nuevos
conceptos, tales como la impartición de justicia agraria y desarrollo rural integral.
Por otra parte, mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación del 10 de agosto de 1987, se elevó a rango constitucional los principios
de preservación y restauración del equilibrio ecológico así como la protección del
ambiente. Los preceptos constitucionales reformados fueron
a) el artículo 27 párrafo tercero, el cual concede a la nación:
El derecho para imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el
interés público, así como regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los
elementos naturales susceptibles de apropiación con objeto de cuidar su
conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las
condiciones de vida de la población rural y urbana. En consecuencia se dictarán las
medidas necesarias para prevenir y restaurar el equilibrio ecológico.
b) El artículo 73, fracción XXIX-G de la constitución, señala como facultad del H.
Congreso de la Unión: ―expedir leyes que establezcan la concurrencia del gobierno
federal, los gobiernos de los estados y de los municipios, en el ámbito de sus
3. La propiedad territorial en México
87
respectivas competencias, en materia de protección y preservación y restauración el
equilibrio ecológico‖.
Finalmente, la reforma más contundente al artículo 27, fue la del 6 de enero de
1992, cuyo objetivo era liberar la tierra y ponerla a disposición del mercado, a efecto
de ―capitalizar el campo‖. En este sentido, las principales reformas al artículo fueron
dar certidumbre al campo y el fin del reparto agrario, capitalizar el campo por medio
de nuevas formas de asociación, proteger y fortalecer la vida ejidal y comunal,
justicia agraria a través de la creación de Tribunales Agrarios31 dotados de
autonomía y plena jurisdicción y una Procuraduría Agraria (ver cuadro 2).
Cuadro 2 | Reformas al artículo 27 (1917-1992)
1934, enero 10
Ref o rm as en XVIII f racciones (elim in ación d e con t roversias,
red acción ; se com p let a la d oct r ina revo lucionar ia en m at er ia
agrar ia)
1937, d iciem b re
6
Fracción VII, ju r isd icción f ed eral en con f lict os com unales y
com un id ad es agrar ias.
1947, f eb rero 12 Fracción X, am p liación d e d o t ación a ejid o s en 10 hect áreas; XIV,
am p aro a in af ect ab les y XV, no af ect ación a p eq ueñ a p ro p ied ad en
exp lo t ación .
1983, f eb rero 3
Fracción XIX, garan t ía d el p r incip io d e segur id ad jur íd ica en la
t enencia d e t ier ra; XX, d esar ro llo r ural in t egral.
1987, agost o 10 Pár raf o t ercero , m o d alid ad es a la p rop ied ad p r ivad a p ara
p reservar y rest aurar el eq uilib r io eco lóg ico .
1992, enero 6
Se d eroga la d o t ación d e t ier ra y creación d e nuevos cen t ros d e
p ob lación agr íco la; socied ad es com erciales p od rán ser
p rop iet ar ias; se d ero ga p roh ib ición d e ad q uir ir b ienes raíces o
cap it ales so b re p ob laciones agr íco las; lib er t ad d e asociación a
ejid at ar ios y com unero s; se d eroga f racciones sob re o rgan ism o s d e
im p ar t ición d e just icia agrar ia y sus m ecan ism os; p roh ib ición d e
lat if und ios; creación d e Tr ib un ales Agrar ios.
Fuente: Sayeg, J. (1992), El Constitucionalismo social mexicano, en Medina et al. (s.f.), Estructura socioeconómica de México II, p. 73.
Los aspectos fundamentales que sustentaba el Artículo 27 en la versión
anterior eran:
a) Desaparición del latifundio.
31
la creación de los Tribunales Agrarios, como órganos jurisdiccionales plenos, pues antes el presidente de la República y la Secretaría de la Reforma Agraria, asumían en sí mismos, dos poderes, el Judicial y el Ejecutivo, en contradicción a lo establecido por el Artículo 49 Constitucional.
88
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
b) Establecimiento de la pequeña propiedad.
c) Dotación de tierras.
d) Señalamiento de autoridades agrarias.
e) Integración de la reforma agraria (dotación de los medios para explotar la
tierra).
En cambio, las reformas anunciadas en el III Informe de Gobierno de Carlos
Salinas de Gortari aprobadas en enero de 1992, esencialmente fueron:
a) Fin del reparto agrario.
b) Apertura del campo hacia sociedades mercantiles.
c) Libertad de asociación.
d) Creación de tribunales agrarios (Medina et al., s.f.:72).
Los objetivos de la nueva ley eran disminuir el crecimiento del minifundio,
promoviendo inversiones para aumentar la producción, con la promesa del
presidente Salinas de generar más empleos y crear organizaciones para los
trabajadores agrícolas. Sin embargo, las reformas rompieron con los mecanismos
básicos de defensa de la población rural mayoritaria y abrió las puertas al capital
privado hacia un esquema de mercado que no asegura la suficiencia alimentaria, ni
una efectiva modernización de los medios de producción, ni menos aún la elevación
del ingreso rural; su contenido destacaba incrementar la intervención del capital
privado en el agro mexicano, para que finalmente pudiera competir con las
importaciones de productos agropecuarios libres de aranceles.
Por su parte, para fines de nuestro estudio, uno de los principales cambios
consistió en la forma de tenencia de la tierra. Dichas modificaciones tendieron a
eliminar aspectos que podrían haber creado inseguridad en la tenencia de la tierra,
no sólo afirmando los límites y condiciones ya dadas a la ―pequeña propiedad‖, sino
disminuyendo la posibilidad de afectación agraria, incluso en los casos en que se
trataba de propiedades que no cumplían una función social productiva.
En este sentido, las nuevas reformas eliminaron todo lo relacionado con el
esquema de afectaciones, conservó los límites máximos a los que puede aspirar un
3. La propiedad territorial en México
89
propietario y redefinió lo siguiente: ―Se considerará pequeña propiedad agrícola la
que no exceda de 100 hectáreas de riego o humedad de primera o sus equivalentes
en otras clases de tierra‖ (Medina et al., s.f.:74). Se suprimió la idea o el concepto de
tierras de explotación, lo que vuelve inafectable a los pequeños propietarios que por
causas diversas, decidieran retirar sus tierras de cultivo por uno o varios ciclos
productivos.
El fin de reparto agrario elevado a rango constitucional constituyó otro de los
elementos clave de la reforma. Dentro de este esquema, incluso ―los excedentes‖ de
la propiedad privada quedan liberados de la ilegalidad –dejan de ser objeto de
afectación agraria para convertirse en recursos que el propietario tendría la
posibilidad de vender, en su propio beneficio, en el límite de un año32. Otro punto de
importancia es la concesión del dominio pleno sobre el sistema parcelario de los
ejidos y la posibilidad de cambio de régimen de propiedad de ejidal a privado.
De esta manera las reformas constitucionales al Artículo 27 han dado
seguridad plena a las grandes extensiones de tierra y han posibilitado la
liberalización de las tierras ejidales y comunales. Sin embargo, algunos críticos han
considerado que las principales consecuencias han sido la ruptura del contrato social
rural, la privatización del ejido, la destrucción de las comunidades agrarias indígenas,
la creación de nuevas formas de concentración de la tierra y la expulsión de millones
de familias rurales para las ciudades.
Anteriormente, las formas más comunes de acceso a la tierra en México eran
por arrendamiento33, la subcontratación, la hipoteca, el préstamo y la aparcería34. De
32 Esta línea de apoyo a la propiedad privada en cualquiera de sus formas quedó reafirmada con una
propuesta adicional: que los ganaderos dedicaran una parte de sus tierras a uso agrícola, manteniendo –sin peligro de afectación- los límites determinados de extensión territorial. 33
Contrato mediante el cual una persona llamada arrendador transfiere temporalmente el uso o goce
de una cosa, a otra denominada arrendatario, quien paga por ello un precio cierto. La Ley Agraria (LA), publicada en el Diario Oficial de la Federación el 26 de febrero de 1992 -la cual derogó a la Ley Federal de la Reforma Agraria (LFRA)-, permite la celebración de este contrato a los núcleos respecto de sus tierras de uso común y a los ejidatarios y comuneros sobre sus parcelas (véase LA, artículos 45 y 79). 34
Explotación agrícola con base en un contrato entre el propietario de la tierra y el campesino que la
trabaja, por virtud del cual este último toma el nombre de aparcero y se compromete a pagar al titular, en concepto de arriendo, una parte de los productos de la explotación. En la LA los ejidatarios y
90
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
acuerdo con algunos estudiosos (Aguilar, 2001; Cruz, 2001; Vargas, 2001; Chávez,
2005; Hernández, 2005; Olivera, 2005; entre otros) después de la reforma y con el
Programa de Certificación de Derechos Ejidales y solares urbanos (PROCEDE), el
mercado de tierra se ha movilizado en forma de compra y venta, arrendamiento y
otras formas de transacción de tierra entre los miembros de las comunidades rurales
y con terceras personas ajenas al campo.
En 1995, la población de México que vivía en áreas urbanas era el 73% y más
del 60% del crecimiento urbano ocurrió por medio de la apropiación ilegal de las
tierras del ejido, de ahí que el programa "100 ciudades" de la Secretaría de
Desarrollo Social (SEDESOL) anunció la urbanización de 120 mil hectáreas de tierra
de ejidos para la expansión de las principales ciudades mexicanas.
Pero el sistema de propiedad del ejido abarca mucho más que el México rural;
la mitad de las tierras comunales se encuentran cerca de las ciudades que más
crecen en el país35. La reforma de 1992 ha permitido que los dueños de las tierras
comunales se asocien con inversionistas privados o vendan sus tierras a empresas
de construcción civil o se conviertan en víctimas del desarrollo urbano que destituye
a la comunidad de su tierra e identidad.
Hasta aquí se ha realizado una revisión de los antecedentes que generaron
una estructura de la propiedad de la tierra en nuestro país y la importancia que tuvo
el artículo 27, en sus orígenes como una función social que coadyuvó a la dotación
de tierras para el campesinado mexicano. Sin embargo, las reformas realizadas en
1992 dentro de un marco de una economía neoliberal reestructuraron dicha función
social, facultando a los ejidatarios la certidumbre jurídica sobre las parcelas y la
posibilidad de asignarle un uso a las mismas que resultara más beneficioso. A
comuneros tienen el derecho de celebrar este tipo de contratos con integrantes del núcleo o con terceros (véase LA, artículos 45 y 79). 35 Tales como Cancún, Tijuana y otros núcleos tales como Ensenada, La Paz y Nogales (Noroeste),
Ciudad Juárez (Norte), Querétaro y Zamora (Centro-Norte), así como Cuernavaca y Tlaxcala en la zona centro. De igual manera en otras entidades impera la influencia de sus principales centros urbanos y zonas metropolitanas cercanas a ellas, tales como Baja California y Baja California Sur, Quintana Roo y Campeche (Corona y Tuirán, s.f: 22).
3. La propiedad territorial en México
91
continuación, se abordarán de manera preliminar, las características generales del
Estado de Colima y cómo está distribuida la tierra en términos de régimen de
propiedad, con la finalidad de revisar la importancia que tiene la tierra ejidal en el
desarrollo urbano del Estado y de manera más específica, el área de estudio.
3.4 La estructura de la propiedad en Colima
El Estado de Colima se encuentra en el occidente de la República Mexicana,
colinda al norte con Jalisco; al este con Jalisco y Michoacán; al sur con Michoacán y
el Océano Pacífico y; al oeste, con el Océano Pacífico y Jalisco. Ocupa el vigésimo
octavo lugar a nivel nacional en extensión territorial36, tiene una superficie de
5,490.27 km2 (INEGI, 2005), que representa el 0.3% de la superficie del territorio
nacional (ver mapa 1).
Mapa 1 | Municipios del Estado de Colima y su localización geográfica
36
y ocupa el 4° lugar entre los estados más pequeños después de Tlaxcala, Morelos y el Distrito
Federal
92
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Se divide, para efectos políticos administrativos, en 10 municipios: Armería,
Colima, Comala, Coquimatlán, Cuauhtémoc, Ixtlahuacán, Minatitlán, Manzanillo,
Tecomán y Villa de Álvarez37 (ver mapa 1). De los 567,996 habitantes en la entidad,
Manzanillo (tiene 137,842), Colima -capital del estado- (132,273), Villa de Álvarez
(100,121) y Tecomán (98,150), ocupan los cuatro primeros lugares en cantidad y
densidad poblacional, los cuales en conjunto representan el 82% del total de
población en la entidad.
Además, los datos presentados reflejan que estas cuatro municipalidades
concentran en sus respectivas localidades urbanas más del 89% de dicha población
(tabla 1), lo cual refleja la actividad económica generada en las ciudades por la
vocación de la zona, la accesibilidad y ubicación geográfica que los ha señalado
como puntos estratégicos dentro de un escenario local, regional o global destacando
por su actividad económica y dinámica urbana.
Tabla 1 | Características geográficas y demográficas del Estado de Colima por municipio al año 2005
Municipio
Habitantes
Extensión territorial
(Km2)
% respecto a la sup. total de la
entidad
Densidad de
población
Población
urbana
Estatal
567,996
5,490.27*
Armería 24,939 341.60 6.22 73.01 21,098
Colima 132,273 668.20 12.17 197.95 121,427
Comala 19,495 254 4.63 76.75 8,519
Coquimatlán 17,363 328 5.97 52.94 11,373
Cuauhtémoc 25,576 373.20 6.80 68.53 18,952
Ixtlahuacán 4,759 468.70 8.54 10.15 2,123
Manzanillo 137,842 1,578.40 28.75 87.33 112,617
Minatitlán 7,478 215 3.92 34.78 3,515
Tecomán 98,150 834.77 15.20 117.58 87,550
Villa de Álvarez
100,121 428.40 7.80 233.71 97,718
* Otras fuentes señalan extensiones territoriales para la entidad de 5625 y 5142.56 Km2
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del INEGI, II Conteo de Población y Vivienda, 2005; y Enciclopedia de los municipios de México
37
por decreto no. 119 publicado en el Periódico Oficial El Estado de Colima de fecha 3 de junio de
1967
3. La propiedad territorial en México
93
En cuanto a la superficie total del estado, se tenían contabilizadas hasta
septiembre de 2006, un total de 546,600 Has. de tierra, clasificada de acuerdo al
régimen de propiedad en ejidal, comunal, privada, federal –o terrenos nacionales-,
colonias agrícolas y otros (zonas urbanas, cuerpos de agua, zonas federales, entre
otros).
En este sentido, el régimen de propiedad predominante en la entidad es el
ejidal, con el 56.43% de la superficie total, es decir 308 mil 439 Has. distribuidas en
162 núcleos ejidales, la mayoría ejecutados38, beneficiando a 15 mil 157 ejidatarios
en todo el estado. En segundo lugar, le sigue la propiedad privada (35.10%), con un
total de 191 mil 838 Has. distribuidas en 4 mil 331 predios de pequeña propiedad a lo
largo de la superficie estatal.
A esa superficie le siguen otros tipos de propiedad39 con un 7.39%, repartida
en 278 predios que suman un total de 40 mil 396 Has., y finalmente, está la
propiedad comunal, con el 1.08% constituida por 2 núcleos agrarios en una superficie
de 5 mil 926.84 Has., para 318 comuneros o beneficiados (ver tablas 2 y gráfico 1).
Tabla 2 | Estructura de la propiedad de la tierra en el Estado de Colima
NUCLEOS
ARARIOS BENEFICIADOS PREDIOS
SUPERFICIE
(Has.) %
Ejecutados 162 15157 308,439.00 56.43
No ejecutados 1 83 361.00
Ejecutados 2 318 5,927.00 1.08
No ejecutados 0 0 1,287.18
0 0 0 0.00 -
4331 191,838.00 35.10
0 0.00 -
278 40,396.00 7.39
Ejecutados 164 15475 4740 546,600.00 100.00
No ejecutados 1 83 1,287.18
SUPERFICIE TOTAL: 546,600 HAS. NO. DE MUNICIPIOS: 10
TIPO DE TENENCIA
Ejidal
Comunal
Colonias
Privada
Terrenos Nacionales
Otros ( Zonas urbanas, Cuerpos de
agua, Zonas federales, etc.)
TOTAL
38
Significa dar cumplimiento de una obligación legal para la dotación y ampliación de tierras dispuesta a través de una resolución presidencial. 39
Cabe señalar que de acuerdo a la clasificación mencionada el estado no tiene terrenos de propiedad de la nación ni como colonias agrícolas
94
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Fuente: Registro Agrario Nacional. Última actualización septiembre de 2006
estructura agraria
56.4335.10
7.39 1.08
Ejidal
Privada
Otros
Comunal
Gráfico 1 | Distribución porcentual de la propiedad de la tierra en el Estado de Colima
Fuente: tabla 2
Una vez identificado el régimen de propiedad predominante en la entidad, los
cinco municipios que más propiedad social tienen son: Manzanillo, con 101 mil 954
Has. distribuida en 41 núcleos agrarios, cuya superficie equivale al 33% respecto al
total del área ejidal y aproximadamente al 19% del total de superficie del estado.
En ese orden de importancia le sigue Tecomán con 34 mil 052 Has. en 24
ejidos; Colima con 33 mil 428 Has. repartidas en 21 ejidos; Coquimatlán con 31 mil
312 Has. en 13 núcleos agrarios y finalmente Armería con un total de 26 mil 368 Has.
organizadas en 10 núcleos agrarios. Cabe señalar que el municipio que menos suelo
ejidal tiene es el de Villa de Álvarez con únicamente 5 mil 662 Has., correspondientes
al 1.8% del total de superficie ejidal y al 1% de la totalidad de la superficie del estado.
Respecto a la propiedad privada, la mayoría de los municipios presentan
superficies relativamente similares con un promedio de alrededor de 19 mil
hectáreas. Finalmente, los municipios que más tierra en régimen de pequeña
propiedad tienen son Colima y el último lugar lo ocupa Armería, con un total de 36 mil
732 y 8 mil 367 Has. clasificadas en este régimen, respectivamente.
También, se identificaron dos comunidades ubicadas en el municipio de
Comala (Zacualpan) y la comunidad de Ixtlahuacán, en el municipio del mismo
3. La propiedad territorial en México
95
nombre, con superficies de 5 mil 735 y 192 Has., de suelo bajo el régimen comunal,
respectivamente (ver tabla 3).
Tabla 3 | Propiedad de la tierra en el Estado de Colima por municipio
Manzanillo 101,954 19,044 - 13,254 134,252 41 3,260 657 - -
Tecomán 34,052 33,989 - 6,449 74,490 24 2,133 901 - -
Colima 33,428 36,732 - 3,849 74,009 21 1,633 768 - -
Coquimatlán 31,312 12,817 - 1,562 45,691 13 1,401 277 - -
Armería 26,368 8,367 - 5,591 40,326 10 2,006 207 - -
Cuauhtémoc 24,389 12,213 - 1,984 38,586 11 2,115 373 - -
Ixtlahuacán 23,496 10,478 192 1,221 35,387 11 749 139 1 19
Minatitlán 18,840 19,333 - 1,442 39,615 12 726 228 - -
Comala 8,938 17,975 5,735 3,982 36,630 12 721 450 1 299
Villa de Alvarez 5,662 20,890 - 1,062 27,614 7 413 331 - -
Total 308,439 191,838 5,927 40,396 546,600 162 15,157 4,331 2 318
Comuni
dades
Comun
eros
MPO.
FORMAS DE TENENCIA DE LA TIERRA
(Has.)NUMERO DE
Superficie
Ejidal
Pequeña
PropiedadComunal
Otros (zonas
Urbanas,
Federales,
Cuerpos de
agua, etc.)
Total EjidosEjidata
rios
Predios
Pequeña
Propiedad
Fuente: Tercer informe de gobierno 2006, período octubre 2005-septiembre 2006
Con esos datos respecto a la estructura de la propiedad en el estado de
Colima, se puede observar que de acuerdo a la superficie total, más del 56% de la
tierra disponible pertenece al régimen ejidal. En este sentido, se confirma la
pertinencia de este trabajo, de acuerdo a la magnitud del fenómeno en el área de
estudio, considerando los cambios ocurridos a partir de 1992 en la organización
interna de los núcleos agrarios que pertenecen al AMC.
En el siguiente capítulo se delimitará el área de estudio, se analizarán las
acciones agrarias efectuadas en cada uno de los ejidos desde su fundación y
ampliaciones realizadas, así como otras acciones como expropiaciones y la
obtención del dominio pleno, la desincorporación de tierra de este régimen por
causas de utilidad pública y su certificación para, posteriormente, enajenar o destinar
la tierra al uso que el propietario considera más pertinente, llevadas a cabo a raíz de
las modificaciones al 27 constitucional.
96
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
El proceso de metropolización en Colima tiene sus orígenes desde el siglo
XVII, cuando por decreto los asentamientos contiguos de Colima y Villa de
Almoloyan (hoy ciudad de Villa de Álvarez) se separaron para pertenecer a dos
territorios jurisdiccionales que, sin embargo, siguieron conservando la estrecha
relación de crecimiento que los llevaría a formar la primera conurbación del Estado
en 1881. Los instrumentos de planeación aparecieron hasta 1940, cuando se definió,
por primera vez, un plano regulador que definió la estructura urbana de los dos
asentamientos, pero declarándose de manera oficial por decreto la dinámica de
conurbación hasta 198040 (ver plano 1).
40
publicado el 12 de julio de 1980 en el Periódico Oficial El Estado de Colima
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
97
Plano 1 | Conurbación Colima-Villa de Álvarez en 1981
Fuente: Chávez, M. (2005), Producción de suelo urbano en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez 1979-2000, p. 253
Fue en el período de la administración estatal de la Licda. Griselda Álvarez
que se reconoció a Colima y Villa de Álvarez como una unidad geográfica,
económica y social, declarando el límite de la zona conurbada mediante un radio de
11 kilómetros, cuyo centro se localizaba en el punto de intersección entre los límites
municipales y una recta que unía los dos centros históricos.
En 1997 la redefinición de los límites de la zona conurbada empezaron a
considerar dinámicas urbanas contiguas, pertenecientes a los municipios de
Comala41 que concentra gran parte del territorio de reserva ambiental de la región,
así como un centro turístico-cultural de defensa de la identidad colimense;
Cuauhtémoc42 como un territorio afectado por su localización intermedia a lo largo
del corredor económico regional Guadalajara-Colima-Manzanillo; y Coquimatlán43
como el principal distrito de agricultura de riego de la región y en donde se encuentra
uno de los campus de la Universidad de Colima44, el cual genera un flujo continuo
diario de población estudiantil y población en general hacia el centro de Colima (ver
mapa 2).
La continuidad de los municipios se presenta no sólo en su tejido urbano, sino
también en la interdependencia hacia el centro de generación de oferta y demanda
de empleo y de servicios básicos para el incremento o mejoramiento de la calidad de
vida de sus habitantes, creando así una ciudad-región con un carácter de defensa de
identidades locales al interior de sus células. La conurbación es sólo física para dos
municipios, pero virtual y sumamente intensa en los aspectos económicos y sociales
para las tres poblaciones continuas restantes.
41
A una distancia de 6 kilómetros al Noroeste de la ciudad de Colima. 42
Localizado a 15 kilómetros al Noreste de la conurbación. 43
Ubicado a 10 kilómetros al Suroeste de la ciudad capital. 44
En éste se encuentran las áreas relacionadas con las ingenierías, ahí tiene su sede la Facultad de Arquitectura y Diseño.
98
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Mapa 2 | Modificación de los límites para la Zona Conurbada Colima-Villa de Álvarez, publicado
en el Periódico Oficial El Estado de Colima, el 15 de noviembre de 1997.
El polígono que constituye el área de la futura expansión fue redefinido por
medio del decreto de modificación de los límites de la conurbación Colima-Villa de
Álvarez de 1997, incluye solamente parte de la superficie de los municipios de
Colima, Villa de Álvarez, Comala, Coquimatlán y Cuauhtémoc, por lo cual, de
acuerdo a la definición de Graizbord y Salazar (1986), denominaremos Área
Metropolitana de Colima (AMC), ya que el polígono no incluye la totalidad de los
municipios antes mencionados, sin embargo, este concepto no aplica en su totalidad,
ya que ésta no presenta una continuidad física del área edificada con el resto de las
localidades contiguas, pero tal y como lo señala Castells (1986), hay mayor
relevancia en la dinámica económica y social, así como en la relación funcional entre
la ciudad central y las localidades cercanas que están contempladas dentro del límite
metropolitano. La zona de estudio, hasta el momento se encuentra en un proceso de
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
99
consolidación urbana, el cual a mediano o largo plazo ampliará sus límites de
crecimiento, lo que seguramente lo convertirá en una zona metropolitana.
4.1 Características de los municipios que integran el AMC
El municipio principal del Área Metropolitana de Colima se localiza en el Valle
de Colima tiene una altura promedio de 550 metros sobre el nivel del mar, limita al
norte con el municipio de Cuauhtémoc, al sur con los de Ixtlahuacán y Tecomán; al
sureste con municipio de Chinicuila, Michoacán; al este con el municipio de Pihuamo,
Jalisco; al oeste con el municipio de Coquimatlán y al noroeste con el de Villa de
Álvarez, tiene una extensión territorial de 668.2 km2.
Colima tiene un clima cálido subhúmedo con lluvias en verano y tiene terrenos
suaves y ricos en materia orgánica, los cuales son aptos para el uso agrícola y la
ganadería. La agricultura de riego más importante se encuentra en la parte oeste del
municipio, en el que cerca de 70 mil hectáreas se destinan a este uso con cultivos
como maíz, arroz, frijol y café, los cuales equivalen al 10.25% del área municipal.
De los 132 mil 273 habitantes del municipio contabilizados en el año 2005 e
integrados en 126 localidades (INEGI, Conteo de población y vivienda), más del 91%
vivía en la cabecera municipal, la cual ya integró en su área urbana a las
comunidades de El Diezmo y La Estancia. La población urbana se concentra
principalmente en la localidad de Colima -cabecera municipal y capital del estado45.
La ciudad de Colima tiene una superficie de aproximadamente 3 mil 200 Has.,
en las que se han construido, desde 1957 a la fecha, aproximadamente 110 colonias
y/o fraccionamientos; está perfectamente comunicada y a sólo 50 kilómetros de
algunas de las mejores playas del litoral colimense.
En el municipio de Colima la primera dotación fue otorgada en 1918 para
constituir el ejido Asmoles y la última en 1987 para el núcleo agrario El Astillero de
Arriba, con esas acciones se le asignaron un total de 33 mil 428 hectáreas de suelo
45
Tepames, Lo de Villa, Piscila, El Chanal, Estampilla, Las Guásimas, Los Ortices, Tinajas, Loma de Juárez, Puerta de Anzar, La Pradera y Los Asmoles, son algunas de sus principales poblaciones rurales.
100
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
social, de los cuales 5,442.25 Has. son de uso común, 29 mil 419.99 son de tierra
parcelada y 371.71 Has. son para el asentamiento humano; la propiedad ejidal es el
régimen de propiedad de la tierra predominante en este municipio, seguido por la
propiedad privada. Colima, con sus 21 ejidos46 es el municipio que más núcleos
agrarios tiene a nivel metropolitano y el tercero a nivel estatal, después de Manzanillo
y Tecomán.
El segundo municipio del AMC es el de Villa de Álvarez47, limita al norte con el
de Comala; al suroeste, con el de Colima; al noroeste con el de Minatitlán; al
suroeste con el de Coquimatlán y al este con el municipio de Cuauhtémoc. Tiene una
superficie total de 428.4 km2, esto es el 7.8% de la superficie estatal, y ocupa el
quinto lugar entre los diez municipios del estado.
Villa de Álvarez tiene una población de 100 mil 121 habitantes (INEGI: 2005),
de ésta, el 97.6% radica Villa de Álvarez -la principal localidad urbana del
municipio48-, tiene un clima cálido subhúmedo y semicálido subhúmedo con lluvias
en verano.
El uso del suelo está distribuido de la siguiente manera: el 60% del territorio
es de uso forestal; 35% es utilizado para la explotación agrícola y solamente un 5%
para la explotación pecuaria. Respecto a la calidad de los suelos, y en orden de
importancia, de las 27, 017 hectáreas de tierra que posee Villa de Álvarez, 8,996
Has. son de calidad agrícola (33.3%); 7,925 corresponden a tierras maderables, no
maderables e improductivas (29.33%); 6,484 son cerriles (25%); y, por último, 3,612
Has. son llanuras, esto es 13.37% de la superficie total.
47
Antes de la llegada de los españoles al estado de Colima, el poblado indígena existente se llamaba Almolonia. El municipio recibe su actual designación de dos fuentes distintas: El título de Villa lo hereda del pueblo de San Francisco de Almoloyan, fundado en 1553 y elevado a Villa de San Francisco de Almoloyan el 10 de Septiembre de 1824. Posteriormente, el 15 de septiembre de 1860 su nombre cambia a Villa de Álvarez, en honor al Gobernador de Colima, Manuel Álvarez, asesinado tres años antes. Mediante decreto No. 146 del gobierno del estado del 28 de junio de 1991, toma un nuevo nombre la cabecera municipal; Ciudad Villa de Álvarez. 48
El 2.4% restante, reside en localidades rurales como El Mixcoate, Pueblo Nuevo, Juluapan, Picachos, Joyitas, Nuevo Naranjal, La Lima, Pastores y El Chivato.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
101
La superficie agrícola es de tres tipos: de temporal, que representa el 89.8%
del área total con 7,784.4 Has.; en segundo lugar están las tierras de riego con un
9.5% y 821.6 Has.; y finalmente de humedal, que constituye el 7% restante con un
total de 63.5 Has. En la agricultura se cultivan cítricos y cultivos perennes49; en la
piscicultura se tiene un estanque para la cría de peces en las localidades Pueblo
Nuevo y Agua Dulce; en el Nuevo Naranjal existen estanques para la acuacultura y
también tienen actividad ganadera.
La mayor parte del suelo del municipio de Villa de Álvarez pertenece al
régimen de propiedad privada, la parte restante es suelo ejidal, sobre esto último, en
el municipio la primera dotación le fue otorgada en 1935 y la última en 1979, para los
ejidos de Agua Dulce, así como para El Mixcuate y el Naranjal, respectivamente; con
esas acciones, se le asignaron por dotación a este municipio una superficie de 5 mil
578.71 hectáreas de suelo social, de las 6 mil 949.43 hectáreas que tiene50 (INEGI,
2006:15). En todo el estado, este municipio es el que menos suelo social tiene,
dividido en los ejidos Agua Dulce, Juluapan, El Mixcuate, Villa de Álvarez, El
Naranjal, Pastores y Pueblo Nuevo; el régimen de propiedad predominante es el
privado.
El tercer municipio de Comala51
, cuya cabecera forma parte del AMC, se encuentra
situado al norte del estado, a una altura de 600 metros sobre el nivel del mar, por su
cercanía al volcán de Colima, parte de su territorio se localiza en una zona
montañosa caracterizada por un conjunto de lomeríos, cañadas y arroyos con clima
cálido subhúmedo.
La cabecera municipal de Comala se encuentra a una distancia de 6
kilómetros de la ciudad de Colima, el municipio limita al norte con el de Zapotitlán,
49
Cítricos como: Sandía, arroz, chile verde, jitomate, tomate verde y pepino. Perennes: Café, tamarindo, limón, papaya, aguacate, guanabana y ciruela. 50
En esta superficie ya están incluidas las superficies otorgadas por ampliación. 51
Estudios realizados por varios arqueólogos (ver Olay Barrientos 1997 y 2004) estiman que los pobladores más antiguos del territorio de Comala datan de hace más de 3,000 años, dando origen a la llamada fase Comala
51; a este lugar se le dio la categoría de municipio en 1964, con un área de 254
Km2 (5.20% de la superficie del estado), fue de los pocos asentamientos en el estado de Colima en
que la población campesina luchó por la tierra, derivado de ello, ahí se obtuvo la primera dotación (Zacualpan) en la entidad y al final de ese proceso se constituyeron 14 núcleos ejidales.
102
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Jalisco; al este colinda con el de Cuauhtémoc y Villa de Álvarez, ambos en el estado
de Colima; al sur limita con Villa de Álvarez y al oeste con éste último municipio y con
el de Minatitlán. En su territorio se desarrollan 100 localidades, el 81% menores de
50 habitantes, la mayor concentración está en la cabecera con una población, que en
el año 2000 tenía 8 mil 273 habitantes52, le sigue Suchitlán, por su número de
habitantes, que en el año de referencia eran 3 mil 802 y Nogueras, otro asentamiento
cercano a la cabecera municipal, el cual tenía 314 habitantes; de acuerdo al censo
más reciente, la municipalidad tiene una población aproximada de 19 mil 495
habitantes (INEGI, 2005).
De acuerdo al convenio de modificación de límites de la zona conurbada de
Colima-Villa de Álvarez publicado en 1997, el centro de población Comala se incluyó
en la zona metropolitana de Colima, quedando los ejidos de Nogueras, El Pedregal y
Comala dentro de ella. Las localidades objeto de este documento se localizan muy
cerca de la cabecera municipal: El Pedregal53 a menos de un kilómetro, Nogueras a
1 Km. y Suchitlán a 10 Km.; de hecho, las dos primeras prácticamente se han
conurbado con la cabecera.
Desde el punto de vista geográfico, en la parte sur del municipio se presenta
un clima cálido subhúmedo; al norte es de clima más húmedo, y al suroeste hay un
clima intermedio entre los anteriores por el grado de humedad, la mayor parte de la
superficie es de uso forestal, y ocupa un área importante la agricultura, y en menor
cantidad la destinada a la actividad pecuaria.
Respecto a la flora, la superficie con vegetación natural está compuesta por
selva baja con especies caducifolias, bosque con especies latofoliadas y
52
El resto de sus poblaciones se distribuyen de la siguiente manera: cuatro son menores a los 100 habitantes, diez son menores a los 500, una localidad es menor a mil habitantes, dos menores a los dos mil y una menor a los cinco mil. 53
Su población está agregada a la de la cabecera municipal.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
103
asociaciones especiales de vegetación con materiales subinermes54. La fauna de
este municipio la componen mamíferos55, roedores56 y aves57.
El municipio de Comala tiene un entorno natural donde la flora y la fauna se
integran junto con el paisaje del volcán de Colima, el cual sirve de base del desarrollo
de la región. El área de bosques es muy amplia, predominando los árboles de gran
follaje que forman un área verde en la que cerca del área urbana actual de la
cabecera sobresalen varias huertas, por lo anterior, esta municipalidad destaca en el
estado de Colima por sus áreas protegidas, éstas son el Parque Nacional "Volcán de
Colima"58; El Jabalí, área de protección forestal y refugio de la fauna silvestre59;
reserva de la Biosfera de la Sierra de Manantlán60; y Las Huertas de Comala, área de
protección de los recursos naturales61. Además de las anteriores disposiciones, por
las características de la arquitectura, se declaró la protección del centro histórico
mediante el decreto presidencial del 30 de noviembre de 1988.
De acuerdo a los alcances de este trabajo, sólo mencionaremos que las áreas
protegidas manifiestan la riqueza natural de Comala y de ellas, sólo una se
encuentra en la cabecera municipal, la de las huertas62, esta zona abarca una
superficie de 167-01-00 Has., por sus cualidades, desde 1996 tiene un reglamento
interno consensuado y aprobado de manera interna por los propietarios de las
huertas. Esta zona es el punto de conexión entre Comala y Nogueras.
54
Compuesta por nogal, cóbano, parota, higuera, rosa morada, primavera, tepemezquite, huizache, guásima, ciprés, fresno, pino; en frutales, el mango, ciruelo, guamúchil, nance, chico zapote y mamey. 55
Como venados, zorras, coyotes, tejones, mapaches, tlacuaches y jabalíes. 56
Ardillas, tesmos y tuzas, entre otras especies. 57
Como palomas, torcazas, codornices, urracas, chachalacas, pájaros carpinteros, churíos, ticuces, zopilotes, tecolotes, gavilanes, queleles, pericos, tapa caminos y calandrias. 58
Por decreto presidencial del 3 de agosto de 1936, que abarca una superficie aproximada de 22 mil hectáreas, de la cual sólo el 12.25% está en la jurisdicción de Comala. 59
Mediante decreto presidencial del 14 de agosto de 1981, sobre una superficie de 5 mil 178.56 hectáreas. 60
Por decreto presidencial del 5 de marzo de 1987, que protege un área de 139 mil 577.12 hectáreas distribuidas en los municipios de Comala y Minatitlán en el estado de Colima y del estado de Jalisco. 61
decreto presidencial de 1988, con una superficie de aproximadamente 167.01 hectáreas. 62
En la zona de las huertas, convergen tres tipos de propiedad de la tierra: federal, ejidal, y la privada, pero la administración les corresponde al gobierno estatal y a la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales, no obstante, aun cuando tiene bien definido su plan de manejo, éste no opera.
104
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
El reparto agrario en el Estado de Colima inició en 1917 en el municipio de
Comala, la primera dotación le fue otorgada en 1918 y la última en 1966, con esas
acciones, se le asignaron un total de 11 mil 14.45 hectáreas de suelo social;
actualmente, el régimen de propiedad de la tierra predominante en el municipio es el
ejidal, después le sigue el comunal y en tercer lugar la propiedad privada.
El municipio de Comala está integrado por 12 ejidos: Campo Cuatro, Comala,
Laguna Seca, Los Colomos, San Antonio, Cofradía de Suchitlán, El Pedregal, La
Becerrera, La Caja, Nogueras, Suchitlán y El Remate; y por la comunidad de
Zacualpan63. El primer ejido fundado en la municipalidad fue el de Suchitlán (1918) y
la última resolución en ejecutarse fue la del ejido El Remate, en el año de 1987,
beneficiando a un total de 1618 personas.
Por otra parte, el municipio de Coquimatlán, donde se encuentran dos
localidades incluidas en el AMC, se encuentra a 10 km. de la ciudad de Colima,
ocupa el centro del territorio del estado, limita al norte con el municipio de Villa de
Álvarez, al sur con Armería y Tecomán, al este con el municipio de Colima, al oeste
con Manzanillo y al noroeste con Minatitlán. La superficie total del municipio es de
320.19 kilómetros cuadrados lo que representa 9.33 % con respecto a la superficie
total del estado.
La población global de la municipalidad es de 17 mil 363 habitantes, de los
cuales el 65.5% radica en la cabecera municipal –localidad urbana- y el 34.5%
restante radica en otras localidades rurales64.
Casi todo el municipio de Coquimatlán posee un clima cálido sub-húmedo
seco, la aptitud del suelo en el municipio se utiliza en 24.81% para la agricultura con
sembradíos de riego y de temporal; el 75.19% está cubierto por monte bajo, bosques
y pastizales encontrándose enclavadas en esta superficie las 3,746 viviendas de la
cabecera municipal y sus 12 poblados.
63
En estos núcleos ejidales estaba el ejido Lagunitas; sin embargo, por el hecho de pertenecer territorialmente al Estado de Jalisco, actualmente ese estado lo regula y administra, dejando de pertenecer el municipio de Comala, Col. 64
Siendo las más importantes: Pueblo Juárez, Agua Zarca, El Chical, La Esperanza, El Poblado, Los Limones, La Sidra y El Algodonal.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
105
Entre las actividades económicas que se practican en Coquimatlán están la
agricultura, la cual es la base fundamental de la economía del municipio, el total de
hectáreas cultivables es de 10,744, de las cuales 6 mil 682 son de riego y 4 mil 62 de
temporal y como cultivos principales se encuentra el maíz, limón, y arroz, así como
frutales y hortalizas; la ganadería65, la pesca a nivel rudimentario66, y finalmente la
minería67.
En Coquimatlán, la primera dotación fue otorgada en 1918 para el ejido del
mismo nombre, primero fundado a nivel metropolitano, las últimas acciones agrarias
fueron registradas en 1981 en los ejidos Lic. Luis Echeverría Álvarez y Cruz de
Piedra. El municipio está integrado por 13 ejidos: Coquimatlán, Cruz de Piedra,
Agua Zarca, El Chical, El Ranchito, Lic. Luis Echeverría Álvarez, Pueblo Juárez, Jala,
La Esperanza, La Sidra, Los Limones, El Colomo y El Algodonal. En general, este
municipio es, después de Colima, el que más superficie social tiene en la zona de
estudio, con un total de 33 mil 600.28 hectáreas de suelo social distribuidas en todo
el territorio municipal.
Finalmente, el municipio de Cuauhtémoc68
aporta una localidad a la AMC,
limita con el municipio de Tonila, Jalisco; al este con el de Pihuamo, Jalisco.; al sur y
sureste con el de Colima y al oeste con los de Comala y Villa de Álvarez, presenta
una altitud máxima de 2,700 metros sobre el nivel del mar y una mínima de 600. Este
municipio tiene una superficie de 3 mil 732 k2, la cabecera municipal se encuentra a
15 Km. de distancia de la capital del Estado.
65
Con la cría de ganado bovino, porcino, caprino, caballar y aves. 66
Capturándose principalmente langostinos y chacales, existiendo también estanques de siembra de tilapia. 67
Explotándose yacimientos ferríferos del cerro Náhuatl, yeso, mármol y calizas. 68
Después de la conquista de México (1521) se estableció el Virreinato siendo su primer virrey D. Antonio de Mendoza, quién dispuso la construcción de la brecha llamada desde sus orígenes Camino Real de Colima desde México hasta el Puerto de Manzanillo. Esta histórica vía pasa por el centro de lo que hoy es la cabecera y Municipio de Cuauhtémoc. Desde principios del siglo pasado a orillas de este Camino Real se establecieron rancherías cuyos asentamientos fueron creciendo al grado que para el año de 1850 era esta comunidad reconocida como los Ranchos de San Jerónimo. Ya en 1870 se le denominaba congregación. En 1979, por decreto número 176 del Congreso del Estado se elevó a la categoría del Pueblo llevando el nombre de Guatimozín. Posteriormente, correspondió al Gobernador Felipe Valle elevar esta jurisdicción a la categoría de Municipio Libre con el nombre de Cuauhtémoc, el 15 de Enero de 1919.
106
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Hasta el 2005, el municipio tenía una población de 25 mil 576 habitantes
(INEGI), el 74.1% están concentrados en las localidades tales como la cabecera
municipal de Cuauhtémoc, Quesería, El Trapiche, Buenavista y Alcaraces. El 25.9%
restante radica en poblaciones rurales y rancherías con menos de 1,000 habitantes
y están a pocos kilómetros de la cabecera municipal69.
Los climas del municipio por su grado de humedad son subhúmedos y con
relación a su temperatura, cálidos. Entre otros aspectos, la riqueza natural
sobresaliente es la forestal, la parte norte del municipio posee maderas finas de alta
estima, como caoba, pino, nogal, encino, y en la parte media y baja se producen
parotas y primaveras, útiles en la industria y artesanías muebleras locales. Por lo que
se refiere a la fauna, pese a la destrucción del bosque, se encuentra un gran número
de mamíferos silvestres70 y aves71.
Cuauhtémoc tiene un amplio porcentaje de población económicamente activa
por sus fuentes propias y por su cercanía con la capital del Estado, el 50% del suelo
se destina a la actividad agrícola, un 30% al uso forestal, el resto es para el
desarrollo pecuario, vivienda, espacios y servicios públicos. Dentro del área agrícola
ocupa el primer lugar en el estado en el cultivo de la caña de azúcar abastecedora
del Ingenio Quesería, zona norte.
En los valles, concretamente en Buenavista, se cultiva arroz de calidad,
producción que destaca en primer sitio en el Estado de Colima, en menor escala se
produce maíz, frijol, sorgo grano, jícama, jamaica, camote, árboles frutales y
pastizales; además tienen cultivos cíclicos72 y también de tipo perenne73. En el área
de ganadería se produce en mayoría ganado bovino, y reviste singular importancia
69
Las localidades son Palmillas, Chiapa, Alzada, Ocotillo, Cerro Colorado, San Joaquín, Montitlán, El Parían, El Cóbano, Bajío de la Leona, La Parotita, así como diversos caseríos aislados. 70
Tales como jaguares, onzas, puma americano, coyotes, zorros, gatos montés, cacomixtles, tejones (coatí), mapaches, tlacuaches, venados, ardillas, conejos, serpientes diversas y roedores. 71
Como zopilotes, águilas, cuervos, gavilanes, lechuzas, tecolotes, jilgueros, tzentzontles, gorriones, mirlos, golondrinas, jardineros, tordos, palomas, codornices, torcacitas, zanates y peces en estanques y ríos. 72
Jitomate, sorgo, tomate verde, pepinos, jícama y camote. 73
Tamarindo, aguacate, cereza, guayaba, macadamia y nopales.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
107
desde épocas de las haciendas, aprovechando el sistema de abrevaderos y pastos
inducidos.
Respecto a la tenencia de la tierra, predomina la de tipo ejidal y el resto es
propiedad privada. El municipio de Cuauhtémoc tiene una superficie de suelo social
en su territorio de 23 mil 989.49 hectáreas; de las cuales 1 mil 296.30 son de uso
común, 22 mil 510.23 Has. son de tierra parcelada y 182.96 son para el
asentamiento humano (INEGI, 2006:15). Esta superficie está integrada en 11 ejidos:
Alcaraces, Alzada, Buenavista, Cerro Colorado, Cuauhtémoc, Palmillas, Quesería,
Vicente Pinto, El Trapiche, Felipe Chávez y el ejido Fernández.
4.2 Los ejidos del Área Metropolitana de Colima
Los ejidos comprendidos dentro del Área Metropolitana de Colima y que forman
parte del presente estudio son los siguientes: en el municipio de Colima están
Cardona, El Diezmo, Francisco I. Madero, La Estancia, Lo de Villa, Acatitán y Piscila;
en el municipio de Villa de Álvarez, los núcleos agrarios de Villa de Álvarez y
Pastores; en el municipio de Comala los ejidos de Comala, Nogueras y El Pedregal;
en Coquimatlán los ejidos Coquimatlán y Los Limones; finalmente, en Cuauhtémoc
están ubicados los ejidos de El Trapiche y una fracción del ejido Buenavista (ver
plano 2).
En el presente apartado se hará un a revisión acerca del proceso de fundación
de los 16 núcleos agrarios incluidos en el área metropolitana de Colima, así como de
las ampliaciones solicitadas y, en algunos casos, concedidas; así como los
antecedentes se organizaron por municipio, para una mejor lectura.
4.2.1 Ejidos en el municipio de Colima
Como ya se mencionó, en el municipio de Colima, los ejidos a estudiar son
siete, de los cuales cinco se encuentran cercanos a la conurbación Colima-Villa de
108
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Álvarez, éstos son: El Diezmo, Francisco I. Madero, La Estancia, Cardona, ubicados
en la parte norte y oriente y hacia el surponiente, del ejido Lo de Villa.
Los dos ejidos restantes de este municipio, es decir, los núcleos de Acatitán y
Piscila se encuentran hacia el suroriente, en los cuales sólo una fracción de éstos se
encuentra dentro de los límites del Área Metropolitana de Colima (ver mapa 3).
Mapa 3 | Ubicación de los ejidos Acatitán, Cardona, El Diezmo, Francisco I. Madero, La
Estancia, Lo de Villa y Piscila
En el caso de El Diezmo, los vecinos de la fracción del mismo nombre
solicitaron su segregación del poblado de Villa de Álvarez para formar un nuevo ejido
(ver gráfico 2). Originalmente, el núcleo de Villa de Álvarez estaba formado por
cuatro porciones separadas entre sí –provenientes de la afectación a la hacienda de
la Estancia-, siendo El Diezmo una de ellas, con una superficie de 987 Has.,
quedando constituido por 80 parcelas para los 79 ejidatarios que existían en el
mismo y la parcela escolar, cada una de 12 Has. y las 27 restantes se destinarían
para la formación de la zona urbana y para los servicios colectivos del mismo.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
109
El resto del núcleo agrario de Villa de Álvarez quedaría como unidad ejidal
bajo la misma denominación que había tenido con una superficie total de 1245 Has.,
para usufructo de 90 ejidatarios residentes en ese lugar. Esta acción agraria en
definitiva se otorgó por resolución presidencial a los 26 días del mes de enero de
1949.
Gráfico 2 | División del ejido Villa de Álvarez para la creación del núcleo agrario El Diezmo Fuente: Chávez, M. (2005), Producción de suelo urbano en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez 1979-2000, p. 91.
El Moralete (Colonia Francisco I. Madero), se creó a raíz de la solicitud de
dotación de ejidos del 6 de noviembre de 1931, pero fue improcedente, aunque
posteriormente se revisó el caso, determinando que el núcleo solicitante estaba
formado por 45 individuos con derecho a dotación y se encontraba ubicado en
terrenos de la hacienda de La Estancia, propiedad del señor Luis Brizuela, esta finca
tenía terrenos suficientes para soportar la dotación, autorizando dicha acción agraria
en definitiva con una superficie total de 593 Has. de esta hacienda, con 368 Has. de
terrenos de temporal, para las necesidades agrícolas de los mencionados vecinos y
para formar la parcela escolar; y 225 Has. de terrenos de agostadero para las
110
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
necesidades colectivas de los mismos. La resolución presidencial se dio el 28 de
mayo de 1934.
El ejido La Estancia surgió por la petición, en 1936, de los vecinos del poblado
de La Estancia, se señaló como única finca afectable la hacienda del mismo nombre
como una sola unidad perteneciente a la sucesión de Luis Brizuela, y que a pesar de
haberse detectado un fraccionamiento en esta finca en 1935, se consideró
improcedente, ya que no existía en el terreno ningún amojonamiento que
determinara las porciones en que fue dividida, circunstancias que hicieron suponer
que el fraccionamiento aludido se hizo con el objeto de eludir la afectación a través
de la aplicación de las leyes agrarias.
Por ello, se concedió la posesión provisional y se dotó en definitiva al núcleo
solicitante con una superficie de 1325-30 Has., de las que 904 serían de temporal,
para beneficiar a 112 capacitados en materia agraria con la formación de 112
parcelas y una más para la parcela escolar y 421-30 Has. de agostadero para los
usos colectivos de los beneficiados. La resolución presidencial se dio tres años
después de la solicitud, a los 8 días del mes de febrero de 1939; publicada en el
Diario Oficial de la Federación el 2 de septiembre, y ejecutada el 1º de junio del
mismo año.
En el caso de Cardona, la solicitud fue realizada por los vecinos de la
ranchería de ese nombre en 1924, que resultó procedente y fue dotada con una
superficie de 210 Has. de terreno de temporal de primera, de segunda y de
agostadero tomados en su totalidad de la hacienda de La Estancia. Sin embargo,
posteriormente se consideró que los terrenos asignados no eran suficientes para
satisfacer sus necesidades, por lo que finalmente se asignó una dotación individual
de 8 Has. de tierras que eran de temporal y cerriles en su mayor parte con algo de
riego, sumando un total de 336 Has., autorizadas por resolución presidencial con
fecha de 25 de noviembre de 1925.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
111
Posteriormente, este ejido fue beneficiado con dos ampliaciones74 con una
superficie de 321 Has., permitiéndole incrementar la superficie de dicho núcleo a un
total de 612 hectáreas.
Por su parte, el ejido Lo de Villa se originó cuando el 7 de julio de 1936 los
vecinos del poblado solicitaron la dotación de ejidos para satisfacer sus necesidades
económicas75, se les concedió, por resolución presidencial del 5 de julio de 1939, una
superficie total de 345 Has. de la fracción de la finca La Albarradita y anexas,
propiedad de María Teresa Irasábal, 70 Has. de agostadero con 60% laborable, de la
fracción de la finca La Albarradita y anexas, propiedad del señor Francisco de la
Macorra, 54 Has. de agostadero con 60% laborable; y de las fincas de El Pedregal y
El Espinal, pertenecientes a José María Ahumada, 281 Has. de agostadero con 75%
laborable; destinándose los terrenos laborables para formar 30 parcelas incluyendo
la escolar y los restantes para los usos colectivos de los solicitantes.
A este núcleo agrario le fue autorizada una ampliación por 125 Has. el 10 de
mayo de 1976, para 72 beneficiados, logrando incrementar su superficie a un total de
470 Has.
La fundación del ejido Acatitán fue promovida por los vecinos del poblado del
mismo nombre en el año de 193476 y aprobada con una superficie total de 770 Has.
74
Autorizadas con fecha de 5 de septiembre de 1939 y 5 de enero de 1976. 75
Se identificó que dichos vecinos eran esencialmente agricultores y que los predios afectables en el ese caso eran la fracción de la Albarradita y anexas, que aún cuando disponían de 179-50 Has. de agostadero, se le podían afectar solamente 70 Has.; en virtud de la cesión espontánea hecha por los propietarios sobre la fracción de la Albarradita, aun cuando disponía también de 179 Has. que la hacían esta propiedad inafectable conforme a la ley, solamente podrían tomarse 54 Has; así como otra fracción del predio El Pedregal y el Espinal, con una superficie total de 2 mil 582 Has. 76
La información recabada señaló que el núcleo solicitante se encontraba ubicado en terrenos de la hacienda de Acatitán y que por esta circunstancia sus vecinos que eran agricultores cultivaban principalmente maíz y frijol. Se determinó que la Hacienda de Acatitán y su anexo El Mezquite fueron planificadas con 3-20 has. de riego, 240 has. de temporal, 881-20 has. de agostadero de buena calidad y 484-60 has. de cerril. Se listaron a 110 habitantes agrupados en 29 familias, de los cuales 43 fueron considerados con derecho a dotación quienes fueron objetados por el propietario de la hacienda a afectar, quién argumentó que algunos de los individuos listados no eran vecinos del lugar, las viudas que figuraban en dicho padrón no tenían familia a quien sostener, o bien, que algunos de los solicitantes eran peones de la finca, testimonios que en su mayoría fueron rechazados por no contar con documentos oficiales que validaran dichos señalamientos.
112
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
de las cuales 352 son labor y 418 Has. son de agostadero, otorgando la posesión
provisional de la superficie dotada en el año de 1935.
Sin embargo, después de otra revisión censal, se detectó que finalmente eran
26 los vecinos del poblado que tenían derecho a parcela ejidal, procediendo a
conceder en dotación definitiva y modificando la resolución aprobada por el
gobernador del estado, una superficie total de 715 Has. tomadas de la hacienda de
Acatitán con 210 Has. de temporal y 3 de riego que se destinaron para formar 27
parcelas, incluida una parcela destinada para la escuela del lugar y 306 Has. de
agostadero y 142 Has. de terrenos cerriles para los usos comunales de los
solicitantes. Finalmente, la resolución presidencial para la dotación del ejido Acatitán
fue emitida el 1 de julio de 1936 y no ha tenido ampliación alguna.
El último ejido del municipio de Colima es el de Piscila, su fundación fue
promovida en septiembre del año 1935, dentro del radio de afectación legal que se
encontraba, en primer término, la hacienda de Piscila, con una extensión según el
levantamiento practicado, de 2 mil 684 Has. de las que 373 eran de temporal, 798
de agostadero con 10% laborable, 1502 Has. de cerriles y 11 Has. ocupadas por el
casco y caserío del poblado. En segundo término y como más inmediata al núcleo
gestor, se encontraba, además la hacienda del Alpuyeque, en la parte sur, propiedad
del Banco Hipotecario de Crédito Territorial Mexicano S.A., con una superficie de 900
Has. según datos del Registro Público de la Propiedad; sin embargo, el
levantamiento realizado señalaba para tal finca un total de 606.50 Has., de las que
508 eran de temporal y 98.50 de agostadero y cerriles.
Una vez realizados los trámites correspondientes, la Comisión Agraria Mixta
emitió su dictamen el 25 de abril de 1936, proponiendo una dotación de 848 Has. de
terrenos de temporal y agostadero, dictamen que el gobernador del Estado confirmó
en todas sus partes, habiéndose dado la posesión provisional el 1º. de mayo de
1936.
Sin embargo, se realizó una nueva revisión del padrón de beneficiados, con la
finalidad de emitir la sentencia definitiva, en ese momento se comprobó que existían
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
113
80 individuos con derecho a dotación y, por consiguiente, con derecho a una mayor
superficie que la previamente propuesta, por tal motivo se procedió a modificar el
fallo del gobernador del estado y a conceder al núcleo de referencia una dotación de
1759.80 Has. provenientes de la hacienda de Piscila, propiedad del Sr. Lic. Primo
Villa Michel, con 373 Has. de temporal, 530 de agostadero con 10% laborable y 596
Has. cerriles; y de la hacienda de Alpuyeque en la parte sur, perteneciente al Banco
Hipotecario de Crédito Territorial Mexicano, S.A., con 222.30 Has. de temporal y 38-
50 de agostadero; las tierras de labor sirvieron para formar 81 parcelas, incluyendo
una parcela escolar, y las de agostadero y cerriles para los usos comunales del
poblado beneficiado. La resolución presidencial fue emitida el día 8 de julio del año
1936.
Respecto a ampliaciones, este ejido fue beneficiado con una, publicada el 5 de
noviembre de 1941, otorgando una superficie de 1,380 Has. (casi igual a la que fue
dada para su fundación), sumando un total de 3,139.80 Has.
4.2.2 Ejidos en el municipio de Villa de Álvarez
Los ejidos del municipio de Villa de Álvarez, parte de este estudio, son el Villa
de Álvarez y Pastores, ubicados al poniente y norte de la conurbación,
respectivamente, pero solamente está incluida una fracción de cada ejido dentro del
límite metropolitano (ver mapa 4).
En el caso del ejido de Villa de Álvarez, el 7 de octubre de 1931 los vecinos de
ese poblado solicitaron la dotación de tierras, procediendo al censo general y
agropecuario, habiéndose listado a 1980 habitantes77.
Entre las fincas afectables, dentro del radio legal de 7 kilómetros, alrededor del
núcleo gestor, se encontraban la hacienda de La Estancia, la de La Capacha, los
predios denominados El Pedregal y El Espinal, la finca de El Torreón, así como los
predios de El Cortijo y Albarradita.
77
a partir de dicho censo se hizo de conocimiento que el fundo legal y la zona urbanizada comprendía una superficie de 129 Has., encontrándose rodeado de pequeñas propiedades con una superficie de 6067-80 Has. careciendo sus vecinos de terrenos comunales.
114
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Mapa 4 | Ubicación de los ejidos Villa de Álvarez y Pastores
Posteriormente se determinó la dotación, considerando que las fincas
afectables eran La Estancia, El Torreón, El Cortijo, La Albarradita, La Capacha, El
Pedregal y El Espinal78 con un total de 2 mil 232 Has., que en total formarían 252
parcelas, incluyendo la parcela escolar. Esta resolución presidencial se emitió el 01
de octubre de 1935 (ver gráfico 3).
A pesar de que a este ejido le fueron desagregadas las 970 Has. por medio de
una división que sirvieron otorgarles a los pobladores de El Diezmo, el 10 de mayo
de 1976 le fue otorgada una ampliación por 214 Has., quedando finalmente con un
total de 1,459 Has. para este núcleo agrario.
78
La dotación fue de la siguiente manera: de La Estancia, 987 Has. de temporal; de el Torreón, 78-60 Has. de igual calidad; de El Cortijo, 89-60 Has. también de temporal; de la Albarradita 36 Has. igualmente de temporal; de la Capacha 403-63 Has. de la calidad últimamente dicha y de El Pedregal y el Espinal, 421-17 Has. de temporal y 216 Has. de agostadero.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
115
Gráfico 3 | Ejido Villa de Álvarez
Fuente: Chávez, M. (2005), Producción de suelo urbano en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez 1979-2000, p. 90
En 1938, los vecinos del poblado de Pastores solicitaron la dotación de tierras
por carecer de ellas para satisfacer sus necesidades, los predios afectables eran la
fracción de la ex hacienda de Pastores, con superficie de 177-22-61 Has., propiedad
de la señora Ángela Virgen Vda. de Brizuela, dueña también del predio rústico ―El
Cuatán‖, ubicado en el municipio de Ixtlahuacán, donde se le señaló su pequeña
propiedad inafectable y la fracción de ―Joyitas‖, con superficie de 118 Has. propiedad
de José María Ahumada, dueño, además, de los ranchos ―El Espinal‖ y ―El Pedregal‖,
con superficie en conjunto de 1808 Has. de terrenos de temporal y agostadero.
La posesión provisional al ejido Pastores se otorgó el 12 de febrero de 1939 y
se dotó en definitiva a la población solicitante el 24 de enero de 1940, una
superficie79 total de 275-71-89 Has. Con las superficies de temporal se formaron 24
parcelas, inclusive la escolar, y los terrenos de agostadero destinados para los usos
comunales de los beneficiados.
79
Tomada de la fracción de Pastores, 177-22-61 Has. de temporal, y de la fracción de Joyitas, 14-77-39 Has. de temporal y 83-71-89 Has. de agostadero para cría de ganado.
116
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
4.2.3 Ejidos en el municipio de Comala
Los núcleos agrarios que se encuentran dentro del límite del AMC del
municipio de Comala son tres: Comala, Nogueras y El Pedregal (ver mapa 5).
Mapa 5 | Ubicación de los ejidos Comala, El Pedregal y Nogueras
El ejido Comala se localiza en la cabecera del municipio del mismo nombre,
surgió por la petición de sus vecinos y al cumplir con la categoría jurídica de
pueblo80, requisito establecido en los artículos 1º. y 2º. del reglamento agrario del
estado de Colima, pudieron solicitar tierras81.
La finca susceptible de afectar, para formar el núcleo agrario de Comala, era
la de los señores Vergara y Rangel, la Hacienda de Nogueras, pero los propietarios
expusieron su oposición para la dotación solicitada argumentando que de las 1811
has. de que disponía la finca eran las mínimas imprescindibles para el sostenimiento
80 Corroborada por el gobernador del estado de Colima mediante certificado expedido el 13 de mayo de 1925. 81
Petición hecha mediante escrito del 15 de marzo de 1925 dirigido al gobernador del estado.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
117
de la industria de la caña de azúcar, y además que dicha finca ya había contribuido
para la dotación definitiva de Suchitlán82.
Según los planos presentados por Francisco Rangel, la hacienda de
Nogueras, antes de toda afectación tenía 3899 Has., de las que, habiéndose
expropiado 1,028 para dotar definitivamente al pueblo de Suchitlán, le quedaban
2,871 Has., superficie que aún afectándose, no se lesionaría la industrialización de la
caña.
Otras fincas con posibilidad de aprovechamiento se localizaban en los
terrenos de La Providencia y su anexo ―La Laguna‖, que estaban en jurisdicción de
Villa de Álvarez, con una superficie total de 405 Has., pertenecientes al Lic. Enrique
O. de Lamadrid y su esposa. Finalmente, se concedió a los vecinos del poblado de
Comala una dotación de 1,212 Has.83, de acuerdo a la resolución presidencial dada
el 28 de febrero de 1929, beneficiando a 355 personas.
El ejido Nogueras se fundó a raíz de la resolución del presidente Lázaro
Cárdenas en 1940, publicada como decreto presidencial dos años más tarde; quien
lo dotó de 354 Has.84; tierras que se tomarían de la ya mencionada Hacienda de
Nogueras (ver plano 3), en la resolución se dejaron a salvo los derechos de 64
capacitados para quienes no alcanzó a fijarse parcela por falta de tierras para cultivo,
para que en su oportunidad y ante las autoridades correspondientes, promovieran la
creación de un nuevo centro de población agrícola. Sin embargo, a pesar de que en
82
Sin embargo, la Comisión Local Agraria emitió el dictamen del 24 de noviembre de 1926, en el entendido de que el pueblo de Comala tenía derecho al disfrute de tierras, no era procedente dotarlo afectando las fincas circunvecinas, sino por medio de la aplicación al art. 3º. del reglamento agrario, es decir, concediéndole tierras nacionales donde las haya y para aquellos campesinos que las solicitaran; esto debido a que la hacienda de Nogueras constituía una unidad agrícola industrial. 83
La dotación estaba integrada por 405 Has., del rancho La Providencia, de pastal laborable, cuyos propietarios (Enrique O. de la Madrid y María Castro de De la Madrid), tenían grandes extensiones de tierra (además de Comala, tenían tierras en Tecomán, y en Manzanillo); la dotación se complementó con 807 Has., de la hacienda Nogueras, en este caso los propietarios defendieron su tierra bajo el argumento de que se trataba de una unidad industrial, cuya extensión real, según la subdelegación de la Comisión Agraria en Colima, sumaba 2,871 Has. 84
De esta superficie, 18 Has. eran de riego, 55 de agostadero laborable, 44 de temporal y 231 de agostadero y monte, con 20% de laborable, más otras 6 hectáreas de monte que se reserva para la zona urbanizada del núcleo solicitante, destinándose los terrenos de riego y laborables para formar 22 parcelas inclusive la escolar. Así como en el ejido de Suchitlán, la superficie registrada por el RAN como ejecutada en Nogueras, asciende a 265.80 Has.
118
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
su momento los avecindados de la localidad de Nogueras eran los que requerían de
tierras adicionales para satisfacer sus necesidades, los pobladores de Comala fueron
quienes solicitaron la creación del nuevo centro de población agrícola o ejidal
denominado El Pedregal.
En 1952 un grupo de avecindados impulsaron la creación de un nuevo centro
de población agrícola, El Pedregal, por carecer de las tierras indispensables para
satisfacer sus necesidades económicas, de acuerdo con los trabajos técnicos
practicados se comprobó que para su creación resultaban afectables varias
propiedades, entre ellas una superficie total de 310-17-66 Has. de diversas
calidades, que se tomaron de los predios Fracción IV de El Pedregal, de Ramón
Aguirre Valencia 168-40-00 Has., de las cuales 35 eran de riego; 133.40 eran de
temporal susceptible de cultivo y 83.60 de temporal del predio ―Tejería y
Camposanto‖ del mismo propietario y 58-17-66 Has. de las cuales 35 eran de riego y
humedad y 23-17-66 de temporal, propiedad del C. Severo Aguirre Fuentes en la
Fracción IV del predio El Pedregal; destinándose dentro de éstas 20 Has. de
temporal para la parcela escolar y 2-17-66 para la zona urbana del poblado,
decretándose para el efecto la expropiación correspondiente, quedando 288 Has.
para que se explotaran colectivamente por los capacitados85. La resolución
presidencial fue dada en 20 de septiembre de 1963 y publicada mediante decreto en
el mes de noviembre de ese mismo año.
4.2.4 Ejidos en el municipio de Coquimatlán
En el municipio de Coquimatlán, varios vecinos del pueblo solicitaron, en
1916, dotación de tierras. De conformidad con el gobernador del estado, en enero de
1917, se determinó procedente, con fundamento en el artículo 9º. de la ley de 6 de
enero de 1915 y 27 de la constitución general de la República el Ejecutivo de la
85
Los beneficiados tenían además como condicionante que si no se presentaran o se avecinaran en el nuevo poblado en un término de 6 meses contados a partir de la fecha de publicación de dicho fallo, perderían sus derechos.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
119
Unión resolvió reconstruir los ejidos al pueblo de Coquimatlán y la extensión que
debía dotarse al pueblo fue la que, en unión de los ejidos y fundo legal que ya tenía
hasta ese momento, integraron la extensión de 1755.61 Has. localizadas alrededor
del casco de la población (ver mapa 6), procediéndose a expropiar a los propietarios
colindantes con arreglo a la Ley.
Cabe señalar que este ejido ha sido beneficiado en cuatro ocasiones por
motivos de ampliación, la primera de ellas registrada en 1943 y la última en el año
2000, ya que en cada solicitud se comprobaba la existencia de capacitados que
carecían de tierras indispensables para satisfacer sus necesidades y las que les
fueron concedidas por dotación estaban totalmente aprovechadas, por lo que se
resolvió de manera favorable otorgar a sus pobladores un total de 3 mil 542.18 Has.,
para 444 beneficiados.
En cuanto a los vecinos del poblado Los Limones solicitaron dotación de
tierras el 8 de octubre de 1931, los datos recabados en la zona indicaban la
posibilidad de afectar varias propiedades86, finalmente se determinó que las fincas
afectables para la dotación de que se trataba eran las de La Albarrada, la de El
Balcón y los terrenos propiedad del Sr. Hilario G. Castañeda; atendiendo a la calidad
de las tierras de dichos predios y a otras circunstancias.
De acuerdo a lo dispuesto por los artículos 47, 49 del Código Agrario, se
procedió a conceder en dotación definitiva a los vecinos de Los Limones una
superficie total de 464 Has. de los terrenos propiedad del Sr. Hilario G. Castañeda,
64 de riego y 16 de temporal; de la hacienda de El Balcón, 58 Has. de temporal y de
la hacienda de La Albarrada, 326 Has. de agostadero para cría de ganado; en el
concepto de que los terrenos de riego y los de temporal se destinarán para formar 24
86 Entre otras fincas estaban ―El Balcón‖ colindante con el poblado peticionario, propiedad de los Sres.
Morrill, tenía una extensión superficial de 831-35 Has. consideradas, en general, como de temporal; que la hacienda de ―La Albarrada‖, propiedad del Sr. José de la Macorra, tenía una superficie de 939-81-35 Has. de las que 176 Has. eran de riego con plantaciones de coco de agua y otras clases de árboles frutales en explotación, estando 3 Has. de la superficie últimamente dicha ocupadas por el casco de la finca, 10 Has. de riego y el resto de temporal y agostadero para cría de ganado; y que los terrenos propiedad del Sr. Hilario G. Castañeda, constaban de una superficie aproximada de 4,000 Has. de los cuales 260 Has. son de riego, 600 Has. de temporal y el resto de agostadero, monte bajo y cerril.
120
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
parcelas, 25 de ellas para igual número de capacitados y la restante para la escuela
del lugar; y los terrenos de agostadero para la cría de ganado para los usos
colectivos de los solicitantes.
Por lo tanto, se emitió la resolución presidencial con fecha de 3 de junio de
1936, posteriormente a este ejido le fueron autorizadas dos ampliaciones, la primera
de ellas en 1943, con una superficie de 104 Has. y la última en el año 1976, con 125
Has., dando un total para este ejido de 693 hectáreas para 101 beneficiados (ver
mapa 6).
Mapa 6 | Ubicación de los ejidos Coquimatlán y Los Limones
4.2.5 Ejidos en el municipio de Cuauhtémoc
En el caso del municipio de Cuauhtémoc, el primer ejido fundado por decreto
presidencial fue en 1917 y la última dotación registrada fue para el ejido Cerro
Colorado, en el año de 1941, beneficiando a un total de 1473 personas. Para fines de
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
121
este estudio, los ejidos a analizar incluidos dentro del límite metropolitano son El
Trapiche y Buenavista.
Los vecinos del poblado de El Trapiche, municipio de Cuauhtémoc, con fecha
5 de marzo de 1935, solicitaron la dotación de tierras, por su parte, se detectó que el
poblado gestor se encontraba enclavado en terrenos del potrero La Cuadrilla,
propiedad de la Sra. Josefina Negrete, el cual formaba parte de la hacienda El
Trapiche, cuyo principal cultivo en la zona era el maíz, y en menor escala el del arroz
y frijol; como afectables dentro del radio de 7 kilómetros se localizaban los predios de
la hacienda El Trapiche en su fracción sur, propiedad de la sucesión de Salvador M.
Ochoa, con 256-04 Has., de las cuales 150 Has. estaban cultivadas con limoneros y
el resto de temporal.
Además de esas tierras estaban la hacienda La Capacha y sus anexos El
Chanal y Potrero Nuevo, propiedad de María Isabel Álvarez García, con 1739 Has.
de agostadero, con un 60% laborable; la hacienda La Estancia, perteneciente a Luis
Brizuela, con 2370 Has. de temporal y agostadero; y la Hacienda La Palma,
propiedad de los Sres. Salvador y Enrique Ochoa, con 668 Has. de agostadero, 70%
laborables, encontrándose tres cuartas partes del predio proindiviso y una cuarta
parte formada por dos potreros los cuales estaban escriturados por separado a favor
de los Sres. Salvador y Enrique Ochoa.
A pesar de que las fincas La Capacha, La Estancia y La Palma se
encontraban fraccionadas, se desconocieron estos fraccionamientos por haberlos
efectuado entre los días del 5 al 15 de marzo de 193587, de ese modo, se procedió a
conceder, por resolución presidencial del 9 de junio de 1937, al núcleo peticionario
una dotación de 1053 has, que se tomaron de la fracción sur de la hacienda El
Trapiche, 100 Has. eran de temporal; de La Estancia, 303 Has. de temporal y 177 de
87
Con la finalidad de eludir la aplicación del Código Agrario, existiendo la circunstancia de que las escrituras respectivas fueron inscritas en el Registro Público de la Propiedad, precisamente en el lapso comprendido entre la fecha real de la solicitud de ejidos y la que dolosamente fue alterada aparte y que por razones desconocidas, la publicación de la mencionada solicitud se hizo con mucha posterioridad a la fecha en que fue recibida por el Ejecutivo del Estado, dando lugar a que varias fincas que pudieran ser afectadas se fraccionaran y quedaran estas fracciones registradas con anterioridad a la citada publicación.
122
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
agostadero; de la hacienda La Capacha y sus anexos El Chanal y Potrero Nuevo,
373 Has. de agostadero con un 60% laborable y de la Palma 100 Has. de agostadero
con un 70% laborable.
Las tierras cultivables se destinaron a la formación de 87 parcelas, incluida la
escolar –para 86 beneficiados-, y las tierras de otras clases para los usos comunales
del poblado beneficiado; la fracción sur de El Trapiche quedó reducida a la pequeña
propiedad constituida por 150 Has. de riego ocupadas por huertas de limoneros y el
resto de los predios afectados les quedaba una extensión mayor a la pequeña
propiedad.
También los vecinos del núcleo de Buenavista solicitaron la constitución de un
ejido, el 8 de octubre de 1931, por lo que el gobernador del estado procedió en
definitiva a conceder a los vecinos del poblado de Buenavista una superficie total de
3,936 Has. de la hacienda del mismo nombre, propiedad del Sr. Roberto Mendoza,
con 1968 de labor y 1968 de agostadero y monte, superficies que se destinarían
tanto para las necesidades agrícolas como colectivas de los 245 beneficiados del
núcleo gestor y para la parcela escolar reglamentaria. Dichas disposiciones de
dotación se emitieron de manera oficial mediante resolución presidencial con fecha
de 9 de noviembre de 1938.
A este ejido, le fueron autorizadas un total de 367.52 Has. por concepto de
dos ampliaciones, en los años de 1994 y 1995, quedando una superficie global para
este ejido de 3 mil 763.52 Has., para sus beneficiados (ver mapa 7).
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
123
Mapa 7 | Ubicación de los ejidos El Trapiche y Buenavista
En resumen, sobre el origen de los ejidos es necesario mencionar que la
superficie de dotación autorizada por decreto presidencial para la constitución de un
ejido, no siempre es la misma que la superficie de dotación otorgada o ejecutada. De
manera particular, esta situación se observó en los núcleos de Coquimatlán, en el
cual se autorizaron 1755.61 hectáreas, de las cuales solamente se otorgaron 724; y
en el ejido Nogueras, en el cual, de las 354 Has. otorgadas, únicamente se ejecutó
una superficie de 265.80.
Asimismo podemos señalar que la primera acción agraria por concepto de
dotación en el área de estudio fue registrada para la creación del ejido Coquimatlán,
en el año de 1918, con una superficie ejecutada de 724 Has., beneficiando a 197
avecindados y la última en 1963, promovida como un nuevo centro de población
agrícola o ejidal (NCPE) para los solicitantes del poblado de Comala, denominado ―El
Pedregal‖, con un total de 310.18 Has. destinadas para crear 57 parcelas para igual
número de beneficiarios, así como para la ubicación de la parcela escolar y el nuevo
asentamiento humano.
124
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
De todos los ejidos, Buenavista fue el que, de acuerdo a su extensión, resultó
mayormente favorecido con un total de 3 mil 396 Has., que representa el 19.84% de
la superficie ejidal total de dotación en el área de estudio; mientras que para el caso
de Pastores, le fueron otorgadas únicamente 275.71 Has., es decir, el 1.61% del total
de esta misma superficie de dotación antes referida.
Respecto a la fecha en que fueron autorizados mediante decreto presidencial,
cuatro se registraron en el año 1936, y tres en 193988. En términos generales
podemos señalar que el origen de los ejidos del AMC procedió de la afectación de
predios, fincas o haciendas cercanas o dentro de un radio próximo al núcleo de
población solicitante, cuyas tierras, en su mayoría, estaban dedicadas a las
actividades agrícolas o ganaderas.
La superficie original autorizada para creación de los 16 ejidos que forman
parte de nuestro estudio es de de 16 mil 533.79 Has. repartidas entre 1757
beneficiados (ver tabla 4).
Tabla 4 | Origen de los ejidos del AMC
MUNICIPIO EJIDO
AÑO DE
DOTACION
*
SUP.
DOTADA
ORIGINAL
(has)
NO. DE
BENEFICI
ADOS
PREDIOS O FINCAS
AFECTADAS PARA
OTORGAR LA DOTACION PROPIETARIO(S)
Cardona 1926 336.00 127 Hacienda La Estancia Luis Brizuela
Francisco I.
Madero 1934 593.00 45 Hacienda La Estancia Luis Brizuela
Acatitán 1936 715.00 26 Hacienda de Acatitán Luis Brizuela
Hacienda de Piscila Primo Villa Michel
Hacienda del Alpuyeque
Banco Hipotecario de Crédito
Territorial Mexicano S.A.
fracción de Hacienda La
Albarradita y anexos José de la Macorra
Terrenos particulares Ma. Teresa Irazábal
Finca El PedregalFinca El Espinal
La Estancia 1939 1,325.30 112 Hacienda La Estancia Luis Brizuela
El Diezmo 1949 987.00 79
Ejido Villa de Alvarez
(provenientes de la Hacienda
La Estancia)
Ejidatarios de Villa de
Alvarez/ Luis Brizuela
ColimaPiscila 1936 1,759.80 80
Lo de Villa 1939 345.00 101 José María Ahumada
88
en 1936: Acatitán, Piscila, Villa de Álvarez y Los Limones; y en 1939: Lo de Villa, La Estancia y Buenavista.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
125
MUNICIPIO EJIDO
AÑO DE
DOTACION
*
SUP.
DOTADA
ORIGINAL
(has)
NO. DE
BENEFICI
ADOS
PREDIOS O FINCAS
AFECTADAS PARA
OTORGAR LA DOTACION PROPIETARIO(S)
Hacienda La Estancia Luis Brizuela
Rancho El Torreón Isaura Vidriales de Dávalos
Rancho El Cortijo Daniel Inda
Hacienda La Albarradita José de la Macorra
Hacienda La Capacha María Isabel Àlvarez
Rancho El PedregalRancho El Espinal
fracción de la exhacienda de
Pastores
Angela Virgen Vda. de
Brizuelafracción de Joyitas José María Ahumada
Hacienda Nogueras Sociedad Vergara y Rangel
Rancho La Providencia
Enrique O. de Lamadrid y
esposa
Nogueras**** 1942 354.00 22 Hacienda Nogueras Sociedad Vergara y Rangel
Fracción IV de El Pedregal
Ramón Aguirre Valencia/
Severo Aguirre Fuentes
Predio Tejería y Camposanto Ramón Aguirre Valencia
Coquimatlán**
*** 1918 1,755.61 197
predios colindantes al casco
de la población SD
Hacienda La Albarradita José de la Macorra
Hacienda de El Balcón Sres. Morrillterrenos privados Hilario G. Castañeda
fracción sur de la Hacienda
El Trapiche Salvador M. Ochoa
Hacienda La Estancia Luis Brizuela
Hacienda la Capacha
Hacienda El Chanal
Potrero NuevoHacienda La Palma Salvador y Enrique Ochoa
Buenavista****
** 1939 3,936.00 245 Hacienda Buenavista Roberto Mendoza
17,653.60 1757Total
Villa de AlvarezVilla de
Álvarez** 1936 2,232.00 136 José María Ahumada
Pastores 1940 275.71 69
Comala
Comala*** 1930 1,212.00
1936 464.00
350
El Pedregal 1963 310.18 57
25
Cuauhtémoc
El Trapiche 1937 1,053.00 86
Ma. Isabel Álvarez García
Coquimatlán
Los Limones
Nota: en este cuadro están las superficies otorgadas por decreto, sin embargo, en lo subsecuente se hará referencia a la superficie real ejecutada por las autoridades agrarias. * Datos obtenidos de los decretos presidenciales que hacen oficial la dotación de los ejidos aprobados mediante Resolución Presidencial. **Ejido aprobado mediante resolución presidencial en 1929 ***De las 354.00 Has. autorizadas por decreto presidencial, fueron ejecutadas únicamente 265.80. ****Ejido aprobado mediante resolución presidencial en 1917. La superficie autorizada por decreto fue de 1755.61 Has., sin embargo, sólo fueron ejecutadas 724.00 hectáreas *****Ejido autorizado mediante resolución presidencial en 1938 SD= Sin Dato Fuente: elaboración propia con base en las resoluciones presidenciales, decretos de dotación publicados en el Diario Oficial de la Federación y bases de datos del RAN.
126
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Por otra parte, de la totalidad de los ejidos, únicamente la mitad de ellos
resultaron beneficiados por ampliación89; mientras que la mitad restante, no
aumentaron su superficie original (ver tabla 5).
La primera acción agraria por este concepto fue registrada en 1939 para el
ejido Cardona con 276 Has., y la última en el año 2000 para Coquimatlán con una
superficie total de 65.75 Has. para 97 beneficiados. Por su parte, Piscila fue el ejido
al que con una sola ampliación incrementó su superficie en un 78% obteniendo 1380
Has. adicionales a las 1759.80 Has. que tenía originalmente.
En un caso similar se encuentra Coquimatlán con cuatro ampliaciones
autorizadas, la última solicitud fue resuelta por el Tribunal Superior Agrario,
obteniendo un total de 1786.57 Has., superficie, inclusive mayor, a la dotada
originalmente, incrementando su área más de tres veces.
La superficie autorizada y ejecutada por ampliación en los ejidos que lo
solicitaron, fue de 4 mil 578.38 Has. para 610 beneficiados, generando un total de 20
mil 125.17 Has. de superficie ejidal en el área de estudio, para 2366 beneficiados
aproximadamente (ver tabla 5 y mapa 8).
Tabla 5 | Superficies ejidales y beneficiados por concepto de dotación y ampliación en el AMC
EJIDO
AÑO DE
DOTACION*
SUP. DE
DOTACION
EJECUTADA
BENEF. POR
DOTACION
NO. DE
AMPLIACI
ONES
FECHA
PUBLICACION
DOF*
SUP.
EJECUTA
DA (HAS)
BENEF. POR
AMPLIACION
TOTAL
BENEF.
SUP.
TOTAL
(HAS.)
5-sep-39 276.00 SD
5-ene-76 45.00 58
Francisco I.
Madero 1934 593.00 45 0 - 0.00 0 45 593.00
Acatitán 1936 715.00 26 0 - 0.00 0 26 715.00
Piscila 1936 1,759.80 80 1 5-nov-41 1380.00 SD 80 3,139.80
Lo de Villa 1939 345.00 101 1 10-may-76 125.00 72 173 470.00
La Estancia 1939 1,325.30 112 0 - 0.00 0 112 1,325.30El Diezmo 1949 987.00 79 0 - 0.00 0 79 987.00
Villa de
Álvarez*** 1936 1,245.00 136 1 10-may-76 214.00 SD 136 1,459.00
Pastores**** 1940 275.71 69 1 10-nov-77 200.29 46 115 476.00
Comala 1930 1,212.00 350 0 - 0.00 0 350 1,212.00
Nogueras 1942 265.80 22 0 - 0.00 0 22 265.80El Pedregal 1963 310.18 57 0 - 0.00 0 57 310.18
Cardona** 1926 2127336.00 185 612.00
89
Cardona, Piscila, Lo de Villa, Villa de Álvarez, Pastores, Coquimatlán, Los Limones y Buenavista.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
127
EJIDO
AÑO DE
DOTACION*
SUP. DE
DOTACION
EJECUTADA
BENEF. POR
DOTACION
NO. DE
AMPLIACI
ONES
FECHA
PUBLICACION
DOF*
SUP.
EJECUTA
DA (HAS)
BENEF. POR
AMPLIACION
TOTAL
BENEF.
SUP.
TOTAL
(HAS.)
28-may-43 1029.30 79
31-ago-64 391.52 17
18-sep-80 300.00 54
6-jul-94
1-ago-00
2-abr-43 104.00 SD
10-may-76 125.00 76
El Trapiche 1937 1,053.00 86 0 - 0.00 0 86 1,053.00
3-may-94 147.00 11118-jul-95 220.52 SD
15,546.79 1757 14 2367 20,125.17
65.75 97
Coquimatlán*
**** 1918 724.00 197 4
3,936.00
444 2,510.57
225
2 356
Los Limones 464.00 101
245Buenavista 1939
Total
693.00
4,303.52
1936
*Dato obtenido de los decretos presidenciales que hacen oficial la dotación y ampliación de los ejidos aprobados mediante Resolución Presidencial **Con la información obtenida, la segunda ampliación de este ejido se encuentra publicada en el Diario Oficial, sin embargo, no aparece en los registros del RAN como ejecutada. ***La superficie total de se redujo debido a que en 1949 se dividieron 987.00 Has. con las cuales se constituyó el ejido El Diezmo. ****De las 265.81 Has. autorizadas por decreto, solamente se ejecutaron 200.29 Has. *****En la segunda ampliación la superficie autorizada fue de 455.54 Has.; sin embargo, fueron ejecutadas únicamente 391.52 Has. Asimismo por concepto de la cuarta ampliación del ejido se tomó en cuenta la superficie de 65.75 Has. autorizada por el Tribunal Superior Agrario, dejando sin efecto el decreto de ampliación con fecha de 6 de julio de 1994 por una superficie de 559.63 Has. SD= Sin Dato Fuente: elaboración propia con base en decretos y Resoluciones presidenciales y bases de datos del Registro Agrario Nacional
128
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Ampliados Sin ampliación
Mapa 8 | Núcleos agrarios ampliados en el AMC, 1939-2000
Fuente: Elaboración propia con base en la Tabla 5
4.3 Expropiaciones
Una vez realizada la dotación de tierras para los vecinos de las localidades
pertenecientes al AMC y los ejidos analizados en este trabajo, así como muchos
otros en el municipio y el Estado han sido objeto de acciones agrarias tales como la
expropiación y certificación90, las cuales han propiciado la desincorporación de parte
de la superficie de tierra de origen ejidal.
En la zona de estudio, por el concepto de expropiación fueron
desincorporadas un total de 821.02 Has., en nueve ejidos ubicados en los cinco
90
Este tema se abordará en el siguiente apartado
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
129
municipios, mientras que los siete ejidos restantes no perdieron superficie por estas
acciones.
En los siete ejidos estudiados del municipio de Colima, al que más superficie le
han desincorporado es al ejido La Estancia, con un total de 317.98 Has. en ocho
autorizaciones; en el Francisco I. Madero se expropiaron un total de 147.57 Has. en
5 autorizaciones91, en el núcleo agrario de El Diezmo fue desincorporada una
superficie total de 53.05 Has. en 9 expropiaciones92.
Respecto al ejido Piscila, solamente le fueron expropiadas en una ocasión 3.50
Has.93; y en el ejido Acatitán otra expropiación por 0.42 Has.94, ambas a favor de la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para la construcción de la
carretera Colima-Manzanillo en el tramo correspondiente a Colima-Tecomán, petición
solicitada con fecha de 24 de julio de 1986.
En el municipio de Villa de Álvarez solamente hubo dos expropiaciones
en el ejido del mismo nombre, por un total de 8.85 Has. para la construcción de
infraestructura. En el caso de los ejidos del municipio de Comala, solamente a El
Pedregal se le expropiaron 2.31 hectáreas por el paso del acueducto Zacualpan-
Colima a favor de la antes Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y
Pesca (SEMARNAP)95.
En Coquimatlán hubo tres expropiaciones en el ejido del mismo nombre por un
total de 18.60 Has.96, a favor de la CORETT con la finalidad de regularizar y vender los
terrenos a los avecindados.
Finalmente, en el municipio de Cuauhtémoc ocurrieron solamente tres
expropiaciones, todas autorizadas en el ejido Buenavista con un total de 268.70
Has., de las cuales dos de ellas fueron a favor del gobierno del estado de Colima y
91
Autorizadas todas ellas por decreto presidencial, con fechas de 25 de octubre de 1978, 28 de abril de 1994, 25 de octubre de 1976, 14 y 18 de julio de 1972, respectivamente. 92
Para revisar con detalle los beneficiarios de estas expropiaciones consultar Chávez, M. (2005). Producción de suelo urbano en Colima Villa de Álvarez, 1979-2000. 93
El 29 de enero de 1992. 94
Autorizada el 6 de diciembre de 1993. 95
Con fecha de 6 de febrero de 1997. 96
La primera registrada el 10 de diciembre de 1984 y la última el 16 de febrero de 2001.
130
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
para la SCT para la construcción del inmueble y acceso al Aeropuerto de Colima97.
La otra expropiación fue a favor de la CORETT con una superficie de 59.72 Has. con
la finalidad de regularizar y vender terrenos a los avecindados así como para la
construcción de viviendas de interés social98.
De los nueve ejidos afectados en 33 acciones agrarias registradas desde el año
1972 hasta el 2001, la superficie total expropiada fue de 834.05 Has. (ver tabla 6).
Los principales promoventes de éstas fueron, por orden de importancia, el gobierno
del estado y un ayuntamiento (el de Colima), con 468.64 Has. (56.19%); le sigue la
CORETT con una superficie total de 319.31 Has. (38.28%), después la SCT con 34.51
Has. (4.14%); y, otros promoventes99 con 11.59 Has. expropiadas (1.39%).
Tabla 6 | Expropiaciones a los ejidos ubicados en el AMC 1972-2001
Mpo. Ejido
Fecha de
decreto Superficie Has. Promovente Causa de utilidad pública
Acatitan 6-dic-93 0.42 SCT
Construcción carretera
Colima-Mzo (tramo Colima-
Tecoman) N$ 11,084.29
0.42
Francisco I. Madero 14-jul-72 1.17
Almacenes
Nacionales de
Depósito S.A.
Construcción de una
bodega 46,743.56
Francisco I. Madero 18-jul-72 1.01 CFE
Construcción de
subestación de distribución
de fluido eléctrico 50,720.00
Francisco I. Madero 25-oct-76 13.82 SOP/ SCT
Construcción del
libramiento Colima 207,310.75
Francisco I. Madero 25-oct-78 95.70 CORETT
Lotificar, titular y crear una
reserva territorial 5,742,162.00
Francisco I. Madero 28-abr-94 35.87 Gobierno del Estado
Destinar al ordenamiento
urbano y ecológico y crear
reservas territoriales para
el desarrollo urbano y
vivienda N$ 56,940.31
147.58
El Diezmo 1-sep-76 6.08 SOP/ SCT
Construcción del
libramiento Colima 72,918.00
El Diezmo 31-oct-78 12.06 CORETT
Regularizar y vender
terrenos 602,810.00
El Diezmo 17-dic-87 2.95
H. Ayuntamiento de
Colima
Construcción y operación
de unidad deportiva 487,573.35
Indemnización ($
precios corrientes)
Subtotal
Subtotal
Co
lim
a
97
Autorizadas el 5 de marzo de 1984 y el 22 de octubre de 1987, respectivamente. 98
Con fecha de 24 de diciembre de 1984. 99
CFE, SEMARNAP, SSyBS y la empresa Almacenes Centrales de Depósito S.A.(ANDSA).
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
131
Mpo. Ejido
Fecha de
decreto Superficie Has. Promovente Causa de utilidad pública
El Diezmo 23-oct-89 13.21 SEDUE
Crear reservas de suelo
para la ciudad de Colima 14,198,414.00
El Diezmo 19-jun-91 11.22 CORETT
Regularizar y vender
terrenos 115,977,617.00
El Diezmo 21-may-97 3.74 SEMARNAP
Construcción obra
hidáulica acueducto
Zacualpan-Colima 130,798.50
El Diezmo 1-ago-98 0.80 SSyBS
Construcción del Hospital
Universitario 5,485.50
El Diezmo 3-may-99 1.16 SEDUR
Prolongación libramiento
Colima-Guadalajara 26,632.61
El Diezmo 31-6-00 1.85 SEDUR
Prolongación anillo
periférico 5,518.29
53.06
La Estancia 5-dic-84 2.00 Gobierno del Estado
Construcción de un parque
recreativo 400,000.00
La Estancia 11-mar-85 47.97 CORETT
Regularizar y vender
terrenos a los avecindados 1,918,853.52
La Estancia 7-nov-85 10.10
H. Ayuntamiento de
Colima
Construcción de una
unidad deportiva 1,525,425.26
La Estancia 19-dic-89 18.81 CORETT
Regularizar y vender
terrenos a los avecindados 102,572,483.00
La Estancia 29-dic-93 41.23 CORETT
Regularizar y vender
terrenos a los avecindados N$ 366,936.32
La Estancia 28-abr-94 188.46 Gobierno del Estado
Destinar al ordenamiento
urbano y ecológico y crear
reservas territoriales para
el desarrollo urbano y
vivienda N$ 297,956.52
La Estancia 26-may-94 8.44 SCT
Construcción del
libramiento Colima N$ 160,337.20
La Estancia 31-ago-99 0.97 CORETT
Regularizar y vender
terrenos a los avecindados 20,642.28
317.98
Piscila 29-ene-92 3.51 SCT
Construcción carretera
Colima-Mzo (tramo Colima-
Tecoman) 42,104,400.00
3.51
Villa de Alvarez 2-dic-91 2.56 CFE
Construcción de la
subestación Colima IV 127,992,750.00
Villa de Alvarez 4-feb-93 6.30 Gobierno del Estado
Construcción del
libramiento Colima 138,557.01
8.86
El Pedregal 6-feb-97 2.31 SEMARNAP
Construcción de la obra
hidráulica del acueducto
Zacualpan-Colima 80,934.00
2.31
Coquimatlán 10-dic-84 18.61 CORETT
Regularizar y vender
terrenos a los avecindados 930,385.00
Coquimatlán 28-sep-98 8.51 CORETT
Regularizar y vender
terrenos a los avecindados 124,763.73
Coquimatlán 16-feb-01 4.51 CORETT
Regularizar y vender
terrenos a los avecindados 74,169.37
31.63
Co
lim
a
Subtotal
Co
ma
la
Subtotal
Indemnización ($
precios corrientes)
Subtotal
Subtotal
Vil
la d
e
Álv
are
z
Subtotal
Co
qu
ima
tla
n
Subtotal
132
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Mpo. Ejido
Fecha de
decreto Superficie Has. Promovente Causa de utilidad pública
Buenavista 5-mar-84 206.74 Gobierno del Estado
Construcción del
Aeropuerto de Colima
"Buenavista" 31,762,734.43
Buenavista 24-dic-84 59.72 CORETT
Regularizar y vender
terrenos a los avecindados
y construcción de viviendas
de interes social 7,166,796.00
Buenavista 22-oct-87 2.24 SCT
Construcción de camino de
acceso al Aeropuerto de
Colima 672,646.80
268.70
834.05Superficie total expropiada
Cu
au
hté
mo
c
Subtotal
Indemnización ($
precios corrientes)
Fuente: elaboración propia con base en los decretos expropiatorios proporcionados por el Registro Agrario Nacional y al Cuadro 1 de Chávez, M. (2005). Producción de suelo urbano en Colima Villa de Álvarez, 1979-2000.
De acuerdo a lo anterior podemos clasificar los ejidos de acuerdo a su grado de
pérdida de tierra:
a) ejidos cuyas expropiaciones han desincorporado aproximadamente una cuarta
parte de su superficie, encontrándose primeramente el ejido Francisco I.
Madero con 24.88%, seguido del ejido La Estancia con un 23.99%; siendo los
principales promoventes la CORETT, el gobierno del estado de Colima y la
SCT.
b) ejidos en donde las acciones agrarias por concepto de expropiación sólo han
afectado en menos del diez por ciento la superficie ejidal, en el cual se ubican
los ejidos: Buenavista (6.24%), El Diezmo (5.38%), Coquimatlán (1.26%), El
Pedregal (0.75%), Villa de Álvarez (0.61%), Piscila (0.11%) y Acatitán
(0.06%).
c) ejidos que no han tenido expropiaciones, son los núcleos agrarios Lo de Villa,
Cardona, Pastores, Comala, Nogueras, Los Limones y El Trapiche, que el
total de su tierra (ver tabla 7 y mapa 9).
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
133
Tabla 7 | Superficies después de las expropiaciones en los ejidos ubicados en el AMC
Ejido
Fecha de
decreto de
fundación
Dotación total
Has.*
Superficie
expropiada
Has.
Superficie restante
Has.
Francisco I. 15-ago-34 593.00 147.58 445.42
La Estancia 1-jun-39 1325.30 317.98 1007.32Buenavista 11-jul-39 4303.52 268.70 4034.82
%
75.11
76.0193.76
El Diezmo 13-abr-49 987.00 53.06 933.94
Coquimatlán 14-ene-18 2510.57 31.63 2478.94
El Pedregal 11-nov-63 310.18 2.31 307.86
Villa de Álvarez 21-ene-36 1459.00 8.86 1450.14
Piscila 25-sep-36 3139.80 3.51 3136.29
Acatitan 29-jul-36 715.00 0.42 714.58
Lo de Villa 5-jul-39 470.00 0.00 470.00
Cardona 13-feb-26 612.00 0.00 612.00
Comala 28-feb-30 1212.00 0.00 1212.00
Nogueras 17-mar-42 265.80 0.00 265.80
Los Limones 3-jul-36 693.00 0.00 693.00
El Trapiche 5-jul-37 1053.00 0.00 1053.00Pastores 12-mar-40 476.00 0.00 476.00
98.74
94.62
99.39
100.00
100.00
100.00
99.89
100.00
100.00
99.94
99.25
Fuente: Cuadro Expropiaciones en los ejidos del AMC
100.00
100.00
* Se tomó en cuenta la superficie total ejecutada por concepto de dotación y ampliación. Fuente: elaboración propia con base en los datos de la Tabla 6
134
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Clasificación A: Clasificación B: Clasificación C:
ejidos afectados ejidos medianamente afectados
Sin afectación
Mapa 9 | Ubicación de los ejidos expropiados por grado de afectación en el AMC, 1972-2001
4.4 El PROCEDE en la zona de estudio
Las reformas al artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos consistieron en dar certidumbre jurídica en el campo, promover su
capitalización, proteger y fortalecer la vida ejidal y comunal mediante el otorgamiento
del rango constitucional a las reformas de propiedad ejidal y comunal de la tierra.
La legislación agraria de 1992 reglamenta la propiedad de las tierras dedicadas a
las actividades agrícolas, pecuarias y forestales de nuestro país; la vida de los
núcleos de población ejidales y comunales; y las formas de relación y asociación de
los productores rurales, las instituciones gubernamentales que tendrán relación con
el agro y la manera de impartir justicia agraria.
Algunas de las actividades derivadas de lo anterior se regulan dentro del
Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos
(PROCEDE), el cual se creó en 1992 y comenzó a implementarse un año más tarde en
el Estado de Colima, como un programa del gobierno federal, en donde la
incorporación de los núcleos agrarios era voluntaria y gratuita para los beneficiarios,
tales como los ejidatarios, comuneros, avecindados y posesionarios.
En dicho programa participan fundamentalmente tres instituciones:
Procuraduría Agraria (PA), que informa, asesora y promueve la ejecución del
PROCEDE en los núcleos agrarios, garantizando la observancia de los derechos de los
núcleos de población ejidal y comunal, así como a los beneficiarios; el Registro
Agrario Nacional (RAN) que participa en la delimitación, registro y emisión de
certificados y títulos, y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI) con la realización de los trabajos técnico-operativos de identificación,
ubicación geográfica precisa y medición de los linderos y superficies de las tierras
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
135
ejidales y comunales, así como los relativos a la generación de la cartografía
respectiva.
La importancia de este programa no sólo deriva de un criterio cuantitativo,
dado que potencialmente podrían ser certificadas las 103 millones de hectáreas, que
se encuentran bajo el régimen de tenencia ejidal o comunal, distribuidas a lo largo
del país, que corresponden al 53% del territorio nacional (INEGI, 2006: 4).
Además, según la versión oficial, se trata de una acción redistributiva que
implica la transferencia de tierra al patrimonio particular de ejidatarios y comuneros
que anteriormente sólo tenían derecho a usufructuarla. Es decir, este programa ha
definido y constituido los derechos de propiedad sobre la superficie de ejidos y
comunidades –por lo menos ese era uno de los objetivos que pretendían alcanzar
con dichas acciones-.
En agosto de 2003, a diez años de operación del PROCEDE, se realizó el pre-
cierre a nivel nacional de actividades interinstitucionales que permitieron consolidar la
seguridad jurídica del 95.70% de los núcleos agrarios100, los cuales se incorporaron
voluntaria y gratuitamente al programa en el estado de Colima, entidad que se
sumaba en esa etapa a Nuevo León, Aguascalientes, Baja California Sur, Tlaxcala y
Querétaro.
En el 2006, únicamente eran diez los estados que de acuerdo al último avance
presentado al 31 de octubre de ese año excedían del 90% de avance en la
certificación de sus ejidos101, siendo el estado de Colima, el que ocupó el tercer lugar
con un 94% con una superficie certificada de 297 mil 241 hectáreas de un total de
316 mil 609 hectáreas de suelo social existente en el estado, y un 99.39% respecto
al total de núcleos agrarios existentes en la entidad.
De los 10 municipios que integran el estado de Colima, con un total de 164
núcleos agrarios, 163 tienen cartografía entregada al INEGI, quedando únicamente el
núcleo agrario Francisco Villa, del municipio de Manzanillo, por certificarse. Esto
100
El programa permitió expedir un total de 43 mil 115 certificados parcelarios mediante la certificación de 270 mil 387 hectáreas. 101
Baja California Sur, Coahuila, Colima, Quintana Roo, Baja California, Chihuahua, Querétaro, Sinaloa, Tlaxcala y Yucatán.
136
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
quiere decir que en los cinco municipios que forman parte del límite metropolitano,
los 16 ejidos estudiados a la fecha se encuentran certificados (ver tabla 8).
Tabla 8 | Núcleos agrarios pertenecientes al AMC con cartografía entregada para su
certificación y titulación por municipio
MUNICIPIO TOTAL
CON CARTOGRAFÍA
ENTREGADA
ESTATAL 164 163
COLIMA 21 21
VILLA DE ALVAREZ 7 7
COMALA 13 13
COQUIMATLAN 13 13
CUAUHTEMOC 11 11 Fuente: INEGI, (2006), Núcleos Agrarios. Tabulados Básicos por Municipio. Colima. Abril 1992-agosto 2006.
Respecto al suelo ejidal, la superficie parcelada, de uso común y para el
asentamiento humano, Colima es el municipio que con sus 21 núcleos agrarios tiene
un total de 35 mil 233.06 hectáreas de suelo social, de las cuales 29 mil 419.99 Has.
(83.50%), son de tierras ejidales. Por otro lado, el municipio que menos superficie
social tiene es el de Villa de Álvarez, con tan sólo 7 núcleos agrarios, con una
superficie de 6 mil 949.43 Has. y de éstas 4 mil 47.71 (58.24%) son de tipo ejidal
(tabla 9).
Tabla 9 | Núcleos agrarios y superficie según el destino de la tierra por municipio
MUNICIPIO NUCLEOS AGRARIOS
TOTAL
(Has.)
USO COMUN
(Has.)
PACELADA
(Has.)
ASENTAMIENTO
HUMANO
(Has.)
ESTATAL 163 319,938.60 72,858.49 243,366.68 3,713.42
COLIMA 21 35,233.96 5,442.25 29,419.99 371.71
VILLA DE ALVAREZ 7 6,949.43 2,799.26 4,047.71 102.47
COMALA 13 16,190.33 7,253.07 8,654.55 272.71
COQUIMATLAN 13 33,600.28 15,590.50 17,862.69 147.08
CUAUHTEMOC 11 23,989.49 1,296.30 22,510.23 182.96
Fuente: INEGI, (2006), Núcleos Agrarios. Tabulados Básicos por Municipio. Colima. Abril 1992-agosto 2006.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
137
Con respecto a los avances del PROCEDE en los ejidos analizados, podemos
mencionar que la certificación empezó en 1993 en el ejido Francisco I. Madero y el
último fue el de Pastores, que lo hizo a partir de abril de 1995, permitiéndole rectificar
su superficie, la cual ligeramente menor a la que había sido inclusive ejecutada por
concepto de dotación y ampliación.
4.5 La adopción de dominio pleno
Una vez medida, delimitada y certificada la superficie ejidal en cada núcleo
agrario, la Ley Agraria permite la obtención del dominio pleno a cada ejidatario que lo
solicite.
La adopción del dominio pleno es aquella acción que ejercita el ejidatario con
autorización previa de la asamblea de formalidades especiales, por virtud de la cual
la parcela sobre la cual tiene derechos cambia de régimen a propiedad plena del
ejidatario titular y se sustrae del patrimonio del ejido (Ley Agraria, artículos 81-83);
para formalizar esta figura, el ejidatario deberá solicitar al RAN la expedición del título
de propiedad correspondiente y la cancelación de la inscripción de la parcela como
propiedad del ejido; dicho título deberá inscribirse en el Registro Público de la
Propiedad y a partir de ese momento se regirá por el derecho común.
Cabe mencionar que es requisito para la adopción del dominio pleno que la
asamblea autorice dicho dominio, que las parcelas objeto del acuerdo hayan sido
delimitadas y asignadas de conformidad con la normatividad. Una vez obtenido el
dominio pleno la tierra pasa a ser propiedad de cada ejidatario.
En nuestro período de estudio, de las 715 hectáreas integradas en 26 parcelas
que les fueron entregadas al ejido Acatitán por dotación, se han registrado 19
autorizaciones de dominio pleno con una superficie de 190 Has., es decir el 73% del
total de las parcelas y el 27% de la superficie total del ejido por este medio.
En lo que respecta al tipo de propietario, en el momento de realizar el trámite,
12 titulares (63%) conservaron sus derechos sobre la propiedad o lo cedieron a
familiares -aunque ya no pertenezcan al régimen ejidal-, mientras que los 7 restantes
138
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
(37%), cedieron directamente los derechos a particulares o realizaron las
enajenaciones de sus tierras en ese mismo año. Posteriormente, se realizaron 4
enajenaciones más entre los años 2004 y 2005; registrando en dos de ellas el trámite
de subdivisión.
En el ejido El Diezmo, de las 79 parcelas en una superficie total de 987 Has.
entregadas por dotación, mediante resolución presidencial, es el núcleo agrario que
tiene mayor cantidad de dominios plenos autorizados a la fecha: 52 autorizaciones, el
66% del total de las parcelas registradas; entre 1994 a 2005 se ha desincorporado
del régimen ejidal, por este medio, un total de 537 Has. correspondiente al 66% de la
superficie total.
En lo referente al tipo de propietario, de esas 52 autorizaciones, 45 de ellas
(87%) fueron otorgadas al titular original o a un familiar, mientras que las 7 restantes
(13%) cedieron sus derechos a particulares. Sin embargo, durante el periodo de
1996 a 2005, en el 54% de las autorizaciones que suman una superficie de 279.07
Has., se han registrado enajenaciones -ya sea por venta directa una vez obtenido el
dominio pleno o por ventas posteriores- principalmente al Instituto de Vivienda del
Estado de Colima (IVECOL), el gobierno del estado, instituciones universitarias
(Universidad de Colima), promotores inmobiliarios y a particulares.
Asimismo, en El Diezmo se registró en 20 parcelas el trámite de subdivisión,
logrando con ello el fraccionamiento de la tierra para su venta a diversos agentes o
actores urbanos en superficies, en promedio, menores a las diez hectáreas. Lo
anterior ha generado implicaciones tales como la diversidad de usos de suelo de
acuerdo a las necesidades o intereses de cada propietario, así como una alteración a
la calidad ambiental tanto de la tierra urbanizada como de la zona en su conjunto.
En el ejido Francisco I. Madero, en el período de 1996 a 2005, de las 45
parcelas en las 593 Has. otorgadas por dotación, en 27 de ellas han obtenido el
dominio pleno con una superficie de 317.82 Has.; es decir, se han desincorporado
del régimen ejidal el 60% del total de las parcelas y el 53.6% de la superficie total por
esta vía.
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
139
Por una parte, del total de autorizaciones, 15 de ellas fueron asignadas en su
momento al propietario original o familiar (56%) y las 12 restantes (44%) cedieron
automáticamente los derechos a particulares. Por la otra, este mecanismo ha
permitido a muchos propietarios realizar enajenaciones posteriores, es decir, 232
Has. en 21 acciones registradas entre 1997 y 2006 -exceptuando el año 2002-; ocho
de las cuales fueron registradas a favor de promotores inmobiliarios102, siete al
IVECOL, dos a organismos sociales103, una a favor del Ayuntamiento de Colima y las
tres restantes a particulares; adicionalmente se ha subdividido la tierra en siete
parcelas han realizado dicho trámite, coadyuvando al fraccionamiento de la tierra en
superficies menores a las 10 hectáreas.
En el núcleo agrario de La Estancia, entre 1996 y 2006, de las 1 mil 325.35
Has. (divididas en 112 parcelas) otorgadas por dotación, en 15 de ellas han obtenido
el dominio pleno, se trata de una superficie de 162.74 Has., que equivale al 13% del
total de las parcelas y al 12% de la superficie desincorporada del régimen ejidal por
esta vía.
En lo que se refiere al tipo de propietario, en 13 de los casos (87%) las
autorizaciones fueron asignadas a los propietarios originales o familiares directos,
quienes han conservado los derechos sobre su propiedad, aunque ya no
pertenezcan al régimen ejidal, mientras las dos autorizaciones restantes (13%)
fueron cedidas directamente a particulares. Sólo en tres parcelas se registraron
ventas posteriores a la adopción del dominio pleno, en partes proporcionales al
IVECOL, promotores privados y a particulares, acciones registradas entre los años
2002 y 2005. En este caso no se registró trámite alguno para la subdivisión.
En Lo de Villa, de las 470 hectáreas divididas en 173 parcelas otorgadas por
dotación y ampliación, sólo en 11 de ellas han obtenido el dominio pleno con una
superficie aproximada de 107.31 Has., por lo que a la fecha se ha desincorporado del
102
Siete enajenaciones registradas a favor de Inmobiliaria Hotelera de Occidente, S.A. de C.V., y una a favor de Desarrollos Inmobiliarios y Construcciones del Pacífico, S.A. de C.V. 103
Una enajenación a favor de Movimiento Popular Miguel Hidalgo y la otra para Unión de Colonos del Estado de Colima F.O.R.A.S.
140
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
citado núcleo agrario por esta vía, el 6% del total de las parcelas, lo cual representa
el 23% de la superficie total del ejido.
En lo que respecta al tipo de propietario, el 81% transfirieron los derechos a
particulares al momento de la autorización del trámite, mientras que el 19% de los
titulares conservaron los derechos sobre sus parcelas -o lo cedieron a familiares
directos- a pesar de que dejaron de pertenecer al régimen ejidal. Posteriormente,
entre los años 2000 y 2006, la propiedad ha sido transferida a favor de particulares.
Asimismo, se registraron dos parcelas subdivididas, de las cuales una fue enajenada
en el 2005 a un particular; y la otra fue adquirida en el 2003 por una industria
cervecera (Grupo Modelo), con la finalidad de construir en la entidad -de acuerdo a la
información proporcionada por la prensa-, la planta de procesamiento más grande de
Iberoamérica.
Finalmente, se desconoce si el titular particular que adquirió los derechos
sobre una superficie de 60.30 Has., correspondientes a 6 de las 11 parcelas
desincorporadas, sigue teniendo –por lo menos hasta el año de 2006- la propiedad
de las mismas, ya que esta información no fue encontrada en los registros de la
Dirección de Catastro del Estado de Colima.
En el ejido Piscila, entre 2000 y 2006, de las 3 mil 139.80 Has. que fueron
otorgadas por dotación y ampliación, en 12 de ellas han obtenido el dominio pleno
con una superficie de 86.93 Has., desincorporación correspondiente al 2.76% de la
superficie total a través de esta vía.
En lo que se refiere al tipo de propietario, el 50% conservó sus derechos sobre
la propiedad o lo cedieron a familiares directos, mientras que el 50% restante los
transfirió a particulares. Solamente se detectaron dos enajenaciones a favor de
particulares entre el 2002 y 2005, de las cuales en sólo una de ellas, se registró el
trámite de subdivisión, lo cual permitió fraccionar la tierra en siete porciones menores
a una hectárea, las cuales fueron repartidas entre miembros de la misma familia.
Finalmente, en el núcleo agrario de Cardona, en el periodo de estudio, no se
registraron adopciones de dominio pleno (ver tabla 10).
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
141
Tabla 10 | Dominios plenos asignados por ejido 1993-2006. Municipio de Colima
Asignación
de dominio
Superficie
(Has.)
Asignación
al mismo
propietario o
familiar
Cambios de
propietario
A terceros
realizadas
en el
mismo año
del trámite
Posteriores
al año del
trámite
Sin
venta
Sin
dato
El Diezmo 79 987.00 52 537.07 45 7 1 27 22 2 20Francisco I
Madero 45 593.00 27 317.83 15 12 3 18 5 1 7
Acatitán 26 715.00 19 190.01 12 7 4 4 10 1 2
La Estancia 112 1325.30 15 162.74 13 2 1 2 12 0 0
Lo de Villa 173 470.00 11 107.31 9 2 0 3 2 6 2
Piscilia* 80 3139.80 12 86.93 6 6 0 2 10 0 1
Cardona* 185 612.00 0 0.00 0 0 0 0 0 0 0
Total 700 7842.10 136 1401.89 100 36 9 56 61 10 32
Parcelas con
trámite de
subdivisión
Dominios plenos registrados Enajenaciones
Núm.
Total de
parcelas
Sup. total
(Has.)Ejido
*en el caso de los ejidos de Piscila y Cardona, se desconoce el dato del número total de parcelas entregadas por ampliación, por lo cual se presenta como referencia, el número de parcelas conocidas. Fuente: elaboración propia a partir de la base de datos del RAN y Dirección de Catastro del Gobierno del Estado de Colima.
En el municipio de Villa de Álvarez, en el ejido Pastores en el período 1999-
2005, de las 476 Has. divididas en 115 parcelas que fueron otorgadas por dotación y
ampliación, solamente en 22 de ellas han obtenido el dominio pleno con una
superficie de 199.96 Has., lo cual equivale al 19.13% del total de las parcelas y a un
72.5% de la superficie total desincorporada del régimen ejidal por esta vía.
Además, con relación al tipo de propietario, de las 22 asignaciones de dominio
pleno, el 68% de los titulares originales solicitó para sí mismo o familiares directos la
asignación del dominio pleno, mientras que el 32% realizó directamente la
transferencia de los derechos a un particular. Posteriormente, se han registrado
enajenaciones en nueve de las 22 parcelas (41%) a favor de particulares entre los
años 2002 y 2005, y se registró el trámite de subdivisión en una parcela.
En el núcleo agrario de Villa de Álvarez, en el período de 1996 a 2006, de las
1 mil 459 Has. que le quedaron al ejido104, en 46 parcelas se ha autorizado la
asignación de dominio pleno de una superficie aproximada de 516 Has, lo cual
equivale a la desincorporación del régimen ejidal por esta vía del 35% de la
superficie total (ver tabla 11).
104
En esta superficie ya esta contemplada la división realizada a favor del ejido el Diezmo (1949), así como la ampliación que le fue autorizada más la ampliación que le fue autorizada en mayo de 1976.
142
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Asimismo, en el 72% de las propiedades (33 parcelas) fueron autorizadas a
nombre del propietario original y parientes directos, mientras que el 28% restante –
correspondiente a 13 parcelas-, fueron transferidos los derechos directamente a un
particular.
De los datos disponibles, se tienen registradas enajenaciones realizadas a
favor de promotores inmobiliarios y particulares equivalentes al 11%; y en 22% de los
casos, la propiedad sigue estando a nombre de la persona que le fue autorizado el
dominio pleno. Se desconoce el dato del 67% restante debido a la falta de
información que no se encuentra registrada en la Dirección de Catastro del Estado.
Por otra parte, se tiene el dato de tres parcelas que realizaron el trámite de
subdivisión entre los años 1999 y 2006, en el que una de ellas, le permitió a su
propietario fraccionar el predio en cinco porciones para conservar una fracción de
éstas y las cuatro restantes para ser enajenadas a un promotor inmobiliario y a tres
particulares.
Tabla 11 | Dominios plenos asignados por ejido 1993-2006. Municipio de Villa de Álvarez
Asignación
de dominio
Superficie
(Has.)
Asignación
al mismo
propietario o
familiar
Cambios de
propietario
A terceros
realizadas
en el
mismo año
del trámite
Posteriores
al año del
trámite
Sin
venta
Sin
dato
Villa de
Alvarez* 136 1459.00 46 516.00 33 13 1 4 10 31 3
Pastores 115 476.00 22 199.97 15 7 2 7 13 0 1
Total 251 1935.00 68 715.97 48 20 3 11 23 31 4
Enajenaciones
Ejido
Núm.
Total de
parcelas
Sup. Total
(Has.)
Parcelas con
trámite de
subdivisión
Dominios plenos registrados
*en el caso de este núcleo agrario, se desconoce el dato del número total de parcelas entregadas por ampliación, por lo cual se presenta como referencia, el número de parcelas conocidas. Fuente: elaboración propia a partir de la base de datos del RAN y Dirección de Catastro del Gobierno del Estado de Colima.
En el municipio de Comala, en el ejido del mismo nombre, en el período de
1998 a 2005, de las 1 mil 212 Has. divididas en 350 parcelas que fueron otorgadas
por dotación, en 31 de ellas integradas en una superficie de 338.64 Has., han sido
desincorporadas del régimen ejidal a través de la vía de la otorgamiento del dominio
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
143
pleno. Lo anterior representa el 9% del total de las parcelas y a un 28% de la
superficie total.
Al momento de obtener la autorización, en 26 de los casos (84%) los titulares
originales o parientes cercanos conservaron los derechos sobre las parcelas,
mientras que en los cinco casos restantes (16%), cedieron automáticamente los
derechos a particulares. En este mismo sentido, a la fecha, en el 45% de los casos,
todavía siguen conservando la titularidad de las tierras, sin embargo, en el 55%
restante, se han registrado enajenaciones principalmente a particulares y en menor
escala a promotores inmobiliarios105. Dichas acciones fueron realizadas entre los
años 1998 y 2006. También, se registraron 4 parcelas con trámite de subdivisión.
En el núcleo agrario de El Pedregal en el período de 1999 a 2004, de las
310.18 Has. divididas en 57 parcelas que fueron otorgadas por dotación, sólo nueve
de ellas han obtenido el dominio pleno. Lo anterior equivale a una superficie de 91.85
Has., lo cual representa el 16% del total de las parcelas e indica que el 30% de la
superficie total fue desincorporado por este medio del régimen ejidal.
En lo que se refiere al tipo de propietario, siete parcelas (78%) realizaron el
trámite a favor de ellos mismos o de familiares cercanos a ellos, mientras que las dos
restantes (22%), cedieron directamente a particulares; posteriormente, se registraron
enajenaciones en seis de las once parcelas (67%), durante los años 2001 a 2006,
solamente a particulares. Asimismo, en dos parcelas se registró el trámite de
subdivisión, lo cual ha permitido enajenar la tierra a más de una persona, aunque
está acción no ha sido significativa hasta el momento.
En el ejido de Nogueras en el período de 1997 a 2004, de las 265.80 Has.
divididas en 22 parcelas que fueron otorgadas por dotación, sólo en 14 de ellas han
obtenido el dominio pleno con una superficie de 48.64 Has, equivalente en términos
generales al 64% del total de las parcelas e indica que el 18% de la superficie total
fue desincorporada del régimen ejidal por esta vía.
105
Las enajenaciones fueron a favor de Impulsora Comercial Colimense S.A. de C.V. en el año 1998, JCL Construcciones S.A. de C.V., Constructora e Inmobiliaria Ramar, S.A. de C.V. y Pueblo Mágico Desarrollo, S.A. de C.V., las tres en el año 2006.
144
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
En el momento de la autorización, el 64% conservaron sus derechos (9
parcelas), y el 36% restante (cinco parcelas) los transfirieron directamente a un
particular. Solamente en cuatro de los 14 dominios plenos -entre los años 2004 a
2006- los propietarios han recurrido a la enajenación de tierras a favor de particulares
(29%) y hasta el año 2006, no se han registrado parcelas subdivididas (ver tabla 12).
Tabla 12 | Dominios plenos asignados por ejido 1993-2006. Municipio de Comala
Asignación
de dominio
Superficie
(Has.)
Asignación
al mismo
propietario o
familiar
Cambios de
propietario*
A terceros
realizadas
en el
mismo año
del trámite
Posteriores
al año del
trámite
Sin
venta
Sin
dato
Comala 350 1212.00 31 338.64 26 5 2 15 14 0 4
El Pedregal 57 310.18 9 91.86 7 2 1 5 3 0 2
Nogueras 22 265.80 14 48.65 9 5 0 4 8 2 0
Total 429 1787.98 54 479.15 42 12 3 24 25 2 6
Ejido
Núm.
Total de
parcelas
Sup. total
(Has.)
Parcelas con
trámite de
subdivisión
Dominios plenos registrados Enajenaciones
Fuente: elaboración propia a partir de la base de datos del RAN y Dirección de Catastro Estatal y municipal.
En el municipio de Coquimatlán, para el caso de Los Limones, de las 693
Has. que se le certificaron, a partir de 2003 y hasta el 2005, 16 parcelas han obtenido
el dominio pleno con una superficie de 186.44 Has., lo cual equivale al 12% de la
superficie total, la cual dejó de pertenecer al régimen ejidal.
En lo referente al tipo de propietario, en el 31% de los casos (cinco parcelas),
los titulares originales o familiares que solicitaron la adopción del dominio pleno, a la
fecha siguen todavía conservando los derechos sobre el predio; y el 69% (11
parcelas) enajenaron en el 2005 a un particular en el mismo año en que les fue
autorizado el trámite.
Cabe señalar que en el 62% restante, se detectó que la Dirección de Catastro
del Estado no tiene los registros de un particular, el cual solicitó en el 2003, la
transferencia de derechos por una superficie total de 142.35 Has., es decir,
solamente se tienen registrados los nombres de los propietarios originales, los cuales
fueron obtenidos del RAN. En este sentido, se desconoce, si esta persona enajenó
las parcelas a sus titulares originales o los registros de la dependencia estatal no se
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
145
encuentran actualizados. Por otra parte no se registraron otro tipo de trámites tales
como la subdivisión realizados en los predios (ver tabla 13).
En el ejido Coquimatlán no se ha registrado asignaciones de dominio pleno
en las parcelas.
Tabla 13 | Dominios plenos asignados por ejido 1993-2006. Municipio de Coquimatlán
Asignación
de dominio
Superficie
(Has.)
Asignación
al mismo
propietario o
familiar
Cambios de
propietario*
A terceros
realizadas
en el
mismo año
del trámite
Posteriores
al año del
trámite
Sin
venta
Sin
dato
Los Limones* 101 693.00 16 186.44 5 11 1 0 15 0 0
Coquimatlán 0 2510.57 0 0.00 0 0 0 0 0 0 0
Total 101 3203.57 16 186.44 5 11 1 0 15 0 0
Ejido
Núm.
Total de
parcelas
Sup. total
(Has.)
Parcelas con
trámite de
subdivisión
Dominios plenos registrados Enajenaciones
*en el caso de este núcleo agrario, se desconoce el dato del número total de parcelas entregadas por ampliación, por lo cual se presenta como referencia, el número de parcelas conocidas. Fuente: elaboración propia a partir de la base de datos del Registro Agrario Nacional y Dirección de Catastro del Gobierno del Estado de Colima.
Para el núcleo agrario de El Trapiche, ubicado en el municipio de
Cuauhtémoc, de las 1,053 Has. divididas en 86 parcelas que fueron otorgadas por
dotación, entre 1997 al 2006, en 52 de ellas han obtenido el dominio pleno con una
superficie de 428.21 Has., lo cual equivale al 61% del total de las parcelas y se
desincorporó del régimen ejidal por este medio un 41% de la superficie total.
En lo que se refiere al tipo de propietario, en 35 parcelas (67%) el trámite fue
autorizado a nombre del titular original o familiar directo; mientras que en 17 de las
mismas (33%) cedió directamente sus derechos a un particular. Se han registrado
además, enajenaciones entre los años 1998 y 2006 en el 54% de los casos, de los
cuales, el 27% se ha realizado a favor del IVECOL, de una superficie aproximada de
60 hectáreas y la superficie restante correspondiente a 367.68 Has. (73%) se ha
enajenado a favor particulares y se registraron 12 parcelas subdivididas.
Finalmente, en el ejido Buenavista, de las 4 mil 303.52 Has. otorgadas por
dotación y ampliaciones, solamente en tres de ellas han obtenido el dominio pleno en
el año 2002, con una superficie de 19.13 Has., lo cual equivale al 0.4% de la
superficie total, que ha dejado de pertenecer por este medio al régimen ejidal.
146
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
En lo que se refiere al tipo de propietario, en dos de las parcelas,
correspondientes al 67% siguen conservando a la fecha los derechos sobre su
propiedad, mientras que en la restante (33%), cedió sus derechos automáticamente
en el año 2002 y a su vez enajenó a un particular en ese mismo año. Al 2006, no se
han registrado trámites de otra índole en las parcelas (ver tabla 14).
Tabla 14 | Dominios plenos asignados por ejido 1993-2006. Municipio de Cuauhtémoc
Asignación
de dominio
Superficie
(Has.)
Asignación
al mismo
propietario o
familiar
Cambios de
propietario*
A terceros
realizadas
en el
mismo año
del trámite
Posteriores
al año del
trámite
Sin
venta
Sin
dato
El Trapiche 86 1053.00 52 428.21 35 17 14 14 24 0 12
Buenavista* 356 4303.52 3 19.13 2 1 1 0 2 0 0
Total 442 5356.52 55 447.34 37 18 15 14 26 0 12
Ejido
Núm.
Total de
parcelas
Sup. total
(Has.)
Parcelas con
trámite de
subdivisión
Dominios plenos registrados Enajenaciones
*en el caso de este núcleo agrario, se desconoce el dato del número total de parcelas entregadas por ampliación, por lo cual se presenta como referencia, el número de parcelas conocidas. Fuente: elaboración propia a partir de la base de datos del Registro Agrario Nacional y Dirección de Catastro del Gobierno del Estado de Colima.
Finalmente, a nivel global, en los cinco municipios que integran nuestra área
de estudio, se han efectuado un total de 204 asignaciones de dominio pleno en una
superficie de 3 mil 230.67 Has., correspondiente al 16% del total de la superficie
ejidal.
El primer lugar en asignaciones de dominio pleno lo ocupa Colima, seguido
por Villa de Álvarez, luego Comala, después Cuauhtémoc y al final Coquimatlán.
Del total de parcelas desincorporadas, el 46% aún siguen sin cambio de
propietario, el 41% ya enajenaron desde la asignación del dominio pleno o
posteriormente, y el 13% se desconoce la situación actual, ya que no se tenían los
datos disponibles en los registros en la Dirección de Catastro de Gobierno del Estado
de Colima.
Por otra parte, en el 16% de los casos, se ha recurrido a la subdivisión como
trámite adicional para fraccionar la tierra y distribuirlo entre varios propietarios (tabla
15).
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
147
Tabla 15 | Total de dominios plenos asignados por Municipio 1993-2006
Asignación
de dominio
Superficie
(Has.)
Asignación
al mismo
propietario o
familiar
Cambios de
propietario*
A terceros
realizadas
en el
mismo año
del trámite
Posteriores
al año del
trámite
Sin
venta
Sin
dato
Colima 576 7842.10 136 1401.89 100 36 9 56 61 10 32Villa de
Alvarez 251 1935.00 68 715.97 48 20 3 11 23 31 4
Comala 429 1787.98 54 479.15 42 12 3 24 25 2 6
Cuauhtémoc 442 5356.52 55 447.34 37 18 15 14 26 0 12
Coquimatlán 545 3203.57 16 186.44 5 11 1 0 15 0 0Total 2,243 20125.17 329 3230.79 232 97 31 105 150 43 54
Ejido
Núm.
Total de
parcelas
Sup. total
(Has.)
Parcelas con
trámite de
subdivisión
Dominios plenos registrados Enajenaciones
Fuente: Tablas 10 a 14
En síntesis, los aspectos más importantes en este capítulo, es que una vez
que se reconoció la capacidad de los avecindados y sujetos con derecho a dotación
para obtener tierras por ese medio, con la finalidad de satisfacer sus necesidades
económicas, se dotaron de tierras a los solicitantes, provenientes de las haciendas y
grandes predios cercanos que no pudieron comprobar su inafectabilidad.
A los 16 núcleos agrarios se les otorgó una superficie de 16 mil 533.79 Has.
de tierra social ejecutada en cada una de las localidades, sólo la mitad de dichos
ejidos aumentaron su superficie a través de la ampliación en un 18%, con un total de
20 mil 125.17 Has. ejecutadas por medio de esas dos acciones agrarias; los cinco
ejidos más beneficiados fueron Buenavista (4303.52 Has.), Piscila (3139.80 Has.),
Coquimatlán (2510.57 Has.), Villa de Álvarez106 (1459 Has.) y La Estancia con
1325.30 Has., respectivamente.
Como ya se mencionó, a pesar de que la dotación y la ampliación tenían como
objetivo cumplir una función social a favor del campo y sus habitantes; la
expropiación, en contraparte, fue utilizada bajo el concepto de ―causa de utilidad
pública‖, de acuerdo al artículo 27, las cuales, han sido encaminadas para la
regularización, ordenamiento y la provisión de infraestructura y servicios para el
desarrollo de áreas urbanas o de una región.
106
A pesar de que se dividieron 987 Has. para la constitución el ejido el Diezmo, fue una de las localidades más beneficiadas por concepto de dotación y ampliación.
148
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
De manera particular, los ejidos estudiados resultaron afectados en 33
ocasiones por concepto de las expropiaciones entre los años 1972 y 2001, el total de
las expropiaciones ocasionó la desincorporación de suelo ejidal correspondiente al
4% de la superficie total, y en el caso de La Estancia y Francisco I. Madero,
perdieron por este medio aproximadamente el 24 y el 15% de su superficie total,
respectivamente.
Las causas de utilidad pública fueron principalmente, la creación de reservas
territoriales adquiridas en su mayoría por Gobierno de Estado y administradas por el
antecedente del IVECOL, para promover la regularización de terrenos que habían sido
ocupados por asentamientos irregulares, la creación de equipamiento en el que
destaca la construcción del aeropuerto ―Buenavista‖ y la generación del tramo
carretero Colima-Manzanillo y el libramiento Colima con la finalidad de conectar la
zona con otros puntos estratégicos de la entidad y del país. Posteriormente, veremos
cómo estas acciones en su conjunto influyeron y determinaron el proceso de
desincorporación tierra ejidal de los núcleos agrarios más cercanos a la conurbación.
Por otra parte, el Programa Federal de Certificación (PROCEDE) en su pre-
cierre en la entidad en el año 2003, tuvo un avance del 99%, y al año 2006, de los
164 núcleos agrarios existentes en el Estado, 163 se encuentran ya certificados y en
el caso de los ejidos del área de estudio todos se acogieron al programa. Las
repercusiones ―implícitas‖ de estas iniciativas han coadyuvado a la desincorporación
del ejido, al otorgarles certificados parcelarios que avalan la superficie real de la
tierra y los derechos de propiedad sobre la misma, el cual constituye un requisito
indispensable para la adopción del dominio pleno, es decir, trámite por el cual la
tierra cambia de régimen de propiedad, sustrayéndose del patrimonio del ejido. Con
ello, el propietario tiene la posibilidad de enajenar y cambiarle su uso de acuerdo a
sus intereses cuando así lo crea necesario.
Los principales beneficios detectados por los ejidatarios respecto al PROCEDE
son la certidumbre jurídica por la definición de las parcelas, con el fin de dejar un
patrimonio a su familia en fracciones o para tener la posibilidad de vender y hacer
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
149
negocio. Se detectó que el programa de certificación, además de tener resultados
positivos en los ejidos y sus beneficiarios, también ha sido motivo de conflictos de
otra índole.
En el caso particular de La Estancia, antes de la certificación, los aguajes se
aprovechaban en común para el mantenimiento del ganado y una vez que las
parcelas fueron delimitadas quedaron en propiedades de algunas personas, las
cuales han mostrado renuencia para permitir el acceso al resto de los ejidatarios a
estas tomas de agua, situación que hasta el momento no se ha podido resolver.
Asimismo, los ejidatarios manifiestan que algunas de las repercusiones del
PROCEDE ha sido en los cambios de uso de suelo, que ha promovido que haya más
beneficiados por la plusvalía que adquieren los terrenos cercanos a las zonas
urbanas y da la posibilidad a los campesinos de dedicarse a otra actividad que no
sea el campo y puedan vivir de otra manera, quizás para ellos mejor que como hasta
hoy.
Por lo que respecta al dominio pleno, el total asignaciones otorgadas en los
ejidos de estudio fueron 329 con una superficie de 3 mil 230.79 hectáreas. Los
únicos ejidos que durante el período de estudio no lo solicitaron fueron Cardona y
Coquimatlán.
En lo particular, las primeras asignaciones de dominio pleno fueron realizadas
en 1994 en el ejido El Diezmo y otros más le han seguido hasta la fecha. Este ejido,
con un total de 52 solicitudes y una superficie de 533.34 hectáreas, junto con el de
Buenavista con 3 solicitudes que amparan 19.13 Has., son los que ocupan el primer
y último lugar en superficie con dominio pleno107. La primera situación se puede
explicar, ya que el Diezmo es un área ubicada al norponiente de la conurbación,
actualmente en proceso de urbanización y es donde se están ubicando los
desarrollos inmobiliarios destinados a las clases sociales económicamente más
pudientes, actualmente es la zona con mayor dinamismo económico de toda la
conurbación.
107 En ese orden de importancia están los ejidos Villa de Álvarez, El Trapiche, Comala, Francisco I. Madero, Pastores, Acatitán, Los Limones, La Estancia, Lo de Villa, El Pedregal y Piscila.
150
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Una situación observada108 es que cuando aparecen personas diferentes a los
propietarios originales o familiares, quiere decir, efectivamente, que "enajenaron" o
vendieron, ya sea a otro ejidatario o un avecindado del núcleo de población al que
pertenezca. Esta venta pudo ser antes que se solicitara el dominio pleno o al mismo
tiempo de la realización del trámite, tal como la normatividad lo prevé, de
conformidad a los artículos 80 a 82 de la Ley Agraria.
También se detectó que las personas que figuran como titulares de esas
asignaciones de dominio pleno, ya vendieron, pero ahora sí, a particulares no
pertenecientes al poblado, ni ejidatarios sino a promotores inmobiliarios, gobierno del
estado, IVECOL, etc.
Además, existen ejidatarios que han solicitado el dominio pleno con el fin de
tener certeza jurídica sobre su parcela y no necesariamente para su venta, los
cuales, en su mayoría, han solicitado trámites de subdivisión, con la finalidad de
dividir la tierra para conservar una fracción para sí mismos y la(s) restante(s),
venderlas al mejor postor(es).
En algunos casos de Colima y Comala, las personas que solicitaron el dominio
pleno de sus parcelas, ya han vendido, y los compradores, en su mayoría, son
grupos de 3 a 5 personas que construyen alguna cabaña o ranchito, bajo la
modalidad de copropietarios; clandestinamente introducen luz y muchas veces
también agua, lo que hace de esto una situación de irregularidad y que cambien de
un uso agrícola a habitacional campestre (AG a H1), aunque legalmente son
copropietarios y de manera individual no tienen ninguna certeza jurídica.
En otros de los casos, solicitan el dominio pleno con la finalidad de enajenar a
desarrolladores particulares o empresas para la realización de proyectos en la
entidad. Tal es el caso de la cervecera del Grupo Modelo, que adquirió más de 300
hectáreas de terreno, de las cuales el ejido los Limones y Lo de Villa enajenaron,
108
A través de una entrevista realizada a un ex funcionario del área de obras públicas y desarrollo urbano del municipio de Comala
4. La propiedad ejidal en el Área Metropolitana de Colima
151
mediante la asignación del dominio pleno, un aproximado de 130 y 50 Has.; para
esta importante empresa109, respectivamente.
Por el contrario, de la misma manera existe una acción agraria llamada
Incorporación de Tierras al Régimen Ejidal (ITRE), en la cual las tierras de dominio
pleno pasan a ser ejidales. En la legislación anterior se determinaba que cuando el
núcleo adquiriera terrenos con recursos propios, créditos o por cualquier medio legal,
podría, por acuerdo de asamblea, solicitar su incorporación al régimen ejidal,
siguiendo el procedimiento establecido para la acción de ampliación de ejido, por lo
que dicha incorporación culminaba con la resolución presidencial correspondiente.
Un ejemplo de lo anterior dentro del área de estudio se dio en el ejido
Pastores, en el municipio de Villa de Álvarez. Por decreto presidencial publicado con
fecha del 2 de junio de 1999, se señaló que 228 grupos de campesinos venían
ocupando y explotando de manera continua desde hacía ya más de cinco años en
actividades agropecuarias, 783 predios rústicos de propiedad privada sin contar con
los títulos correspondientes, cuyas superficies sumaban 82,120-64-20 Has. ubicadas
en diversos Estados de la República. Por mandato del presidente en turno, el Lic.
Ernesto Zedillo Ponce de León, procedió a decretar la expropiación a favor del
gobierno federal de la superficie anteriormente señalada, cubriendo la indemnización
a las personas que acreditaran tener derecho a la misma.
De esa superficie total, el ejido Pastores resultó beneficiado mediante esa
acción agraria, con una superficie de 28-86-48 hectáreas para el grupo campesino de
Pastores (los cuales fueron incorporados al ejido del mismo nombre), tomadas de la
fracción del predio denominado ―La Montrica‖, en el municipio de Villa de Álvarez.
109
Información obtenida de manera verbal por el Registro Agrario Nacional, Procuraduría Agraria,
Delegación Colima; así como entrevistas realizadas a los comisarios de cada núcleo agrario. Sin embargo, en la información presentada en la Tabla 10, se desconoce el por qué la Dirección de Catastro Municipal no tiene el registro de cuáles parcelas y la superficie que pasaron -en su momento- a ser propiedad del Grupo Modelo.
152
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
El siguiente capítulo se verán los mecanismos –de tipo formal- de
desincorporación de tierra ejidal a otros tipos de propiedad previstos en la legislación
agraria, así como las vías de incorporación de la superficie de origen ejidal al
desarrollo urbano, con el fin de determinar cuánta ha sido la tierra que ha cambiado
de régimen y se ha mantenido probablemente a la espera del mejor postor o ya han
sido ocupados por diversos proyectos para fines urbanos.
153
5. La expansión territorial en el Área Metropolitana de Colima sobre tierra ejidal 1990-2006
5.1 Incorporación de tierra ejidal al proceso de urbanización
En México, desde la época posrevolucionaria y especialmente en las últimas
décadas, la incorporación al desarrollo urbano de tierra de propiedad social -ejidos y
comunidades- ha presentado grandes problemas para el desarrollo urbano en
México, ya que a partir de la situación general de la tenencia de la tierra en el país,
se establece que de los casi 200 millones de hectáreas, un 51% corresponde a la
propiedad social (ejidal y comunal) con cerca de 30 mil núcleos agrarios distribuidos
e incluidos en las áreas de crecimiento de los principales centros urbanos.
Aun cuando en el marco legal ha existido la figura de la expropiación como
medio para desincorporar las tierras del régimen de propiedad social, para
incorporarlas al desarrollo urbano, hace falta una política pública clara y dinámica en
la materia, dirigida a generar una mayor participación de los estados y municipios en
los procesos de desincorporación del suelo de origen social para la creación de
reservas territoriales en nuestro país110.
Esta situación ha provocado que más de la mitad del desarrollo urbano en
México sea consecuencia de los procesos de ocupación irregular, seguidos por la
regularización, lo cual constituye en la actualidad un círculo vicioso que se ha venido
desarrollando con un dinamismo superior al de la ocupación formal de terrenos en
algunas ciudades, especialmente en sectores de menores ingresos, pero que no son
los únicos. Esta incorporación se ha dado por dos vías: la formal y la informal
110
En el caso de los procedimientos de regularización de la tenencia de la tierra o la expedición de títulos de propiedad privada en tierra de propiedad social, se requiere de un proceso de desincorporación, con la finalidad de que la tierra cambie a un marco jurídico donde la titularidad de la tierra pueda ser transferida a un particular.
154
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
(Hernández: 2005:3), aunque la irregularidad en la ciudad de Colima y el resto del
área de estudio no ha generado problemas evidentes en tierras de origen social.
Sin embargo no es un solo elemento el que define las formas de acceso al
suelo en las diferentes ciudades mexicanas, pero sí hay por lo menos un elemento
en común en todo el país, con relación a la apertura del suelo de propiedad social al
mercado legal y éste es el de la reforma hecha al artículo 27 constitucional en el año
de 1992, cuyo efecto principal en el área de estudio fue diversificar los mecanismos
de incorporación de suelo de propiedad social al mercado inmobiliario urbano y
provocar un auge del libre mercado del suelo de origen ejidal.
Con la reforma de 1992 al artículo 27, por primera vez se permite la venta del
suelo ejidal y comunal, lo cual facilitaría reemplazar la venta ilegal por su
incorporación ordenada al desarrollo urbano. De los resultados obtenidos en el área
de estudio, entre el reparto agrario y los cambios al 27 constitucional, se incorporaron
al Área Metropolitana de Colima tres mil 595.28 hectáreas de suelo ejidal, a partir de
diversos mecanismos.
Desde que se concluyó el Proceso de Certificación111, se ha contenido la
irregularidad –referida a la venta de lotes en suelo ejidal sin escrituras– en la zona,
por lo menos hasta el año 2006. Pero tal y como lo afirma Chávez, los programas de
desarrollo urbano, sobre todo los vigentes, se han ido ajustando a las necesidades
de los promotores urbanos, que junto con el gobierno del Estado de Colima –a través
de su instituto de vivienda-, son los que han aprovechado mayormente las
disposiciones de la nueva ley agraria (Chávez, 2005:1). Al respecto, la adquisición de
111
Con base en los lineamientos de la Ley Agraria y de la Ley General de Asentamiento Humanos, y de que el PROCEDE avanzaba en el proceso de certificación de la tenencia de la tierra ejidal y comunal, se pusieron en marcha nuevos mecanismos para incorporar legalmente suelo al desarrollo urbano. Estos procedimientos de incorporación de suelo eran equivalentes a la conformación de reservas territoriales, aunque sólo son considerados así hasta 1996 cuando se creó un programa a nivel nacional en donde quedaron incluidos todos, el cual fue conocido como el Programa de Incorporación de Suelo Social al Desarrollo Urbano (PISO). Dicho programa fue el resultado de una de las líneas de acción del Programa 100 Ciudades ya actualizado, el cual se deriva a su vez del Plan Nacional de desarrollo Urbano 1995-2000. El programa PISO tiene como objetivo lograr la disponibilidad del suelo necesario en las ciudades para satisfacer los requerimientos de vivienda, de equipamiento urbano y de la propia expansión.
5. La expansión territorial en el AMC sobre tierra ejidal 1990-2006
155
tierra por parte de ambos agentes urbanos entre 1990 y 2006 ha sido de 407.85 y
232.80 Has., lo cual en conjunto equivale al 80% de los proyectos urbanos en tierras
de origen ejidal, respectivamente.
En el AMC dicha situación se sigue reflejando en ese mismo grado de
importancia, y hay que destacar que a pesar de que el gobierno del Estado ha
intervenido a través de su instituto de vivienda con un total de 18 mil 346 lotes
urbanizados en toda el área de estudio, de los cuales 12 mil 085 lotes (66%) se han
desarrollado en tierras de origen ejidal, en realidad no ha resuelto el problema de la
vivienda para los sectores populares, debido a las reducidas características del
inmueble, la distante y desarticulada ubicación de dichos conjuntos habitacionales,
deficiente urbanización y la falta de equipamientos, infraestructura y servicios
básicos para satisfacer las necesidades de la población112.
Por otro lado, el auge del mercado inmobiliario como resultado de los nuevos
mecanismos de incorporación de suelo ejidal al desarrollo urbano, pone de
manifiesto la participación de los sectores no populares de la población, una escasa
participación de las instituciones públicas de vivienda en el desarrollo urbano y un
predominio del mercado libre de suelo en el cual los gobiernos municipales fungen
como facilitadores.
5.2 Mecanismos utilizados para la transformación del cambio del régimen de propiedad
De acuerdo a la literatura consultada, tanto Hernández como Olivera (2005)
coinciden en que las actuales disposiciones en materia agraria para realizar la
desincorporación de la tierra de origen social, para su posterior incorporación al
desarrollo urbano por el mercado formal, se basan en los siguientes mecanismos: a)
expropiación, b) compra-venta –a través de la adopción de dominio pleno en
parcelas– y c) aportación de tierras de uso común a inmobiliarias ejidales. Estos
mecanismos son los que se han presentado en la zona de estudio.
112
Esto lo confirma en su análisis Juan Antonio Calderón Mafud (2007), en su trabajo Vivienda progresiva en la zona metropolitana de Colima.
156
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Hernández (2005:19) menciona, además de los anteriores mecanismos, la
titulación de solares urbanos y Olivera (2005:4) la enajenación de bienes federales
para la incorporación de suelo de origen social al desarrollo urbano. Estas
modalidades se han empleado para los casos en los que la tierra de origen social
sea incorporada tanto por la vía formal o regular –sin ocupación previa de la tierra–,
como informal o irregular, por la vía de regularización, es decir, cuando la tierra ya ha
sido ocupada por asentamientos irregulares.
A continuación, se presentan los principales mecanismos que están
contemplados en la actual legislación en materia agraria para la desincorporación de
tierra de origen ejidal para su posterior incorporación al desarrollo urbano.
a.1) Expropiación
La expropiación es una acción del estado que se puede realizar, incluso en
contra de la voluntad de los afectados, siempre y cuando se justifique por una de las
causas de utilidad pública y se realice mediante el pago de una indemnización.
Dichas disposiciones están contenidas en el Art. 93 de la Ley Agraria, la cual dispone
que:
Art. 93. Los bienes ejidales y comunales podrán ser expropiados por alguna o
algunas de las siguientes causas de utilidad pública:
I. El establecimiento, explotación o conservación de un servicio o función
públicos;
II. La realización de acciones para el ordenamiento urbano y ecológico, así
como la creación y ampliación de reservas territoriales y áreas para el
desarrollo urbano, la vivienda, la industria y el turismo;
III. La realización de acciones para promover y ordenar el desarrollo y la
conservación de los recursos agropecuarios, forestales y pesqueros;
IV. Explotación del petróleo, su procesamiento y conducción, la explotación
de otros elementos naturales pertenecientes a la nación y la instalación
de plantas de beneficio asociadas a dichas explotaciones;
5. La expansión territorial en el AMC sobre tierra ejidal 1990-2006
157
V. Regularización de la tenencia de la tierra urbana y rural;
VI. Creación, fomento y conservación de unidades de producción de bienes
o servicios de indudable beneficio para la comunidad;
VII. La construcción de puentes, carreteras, ferrocarriles, campos de
aterrizaje y demás obras que faciliten el transporte, así como aquellas
sujetas a la ley de vías generales de comunicación y líneas de
conducción de energía, obras hidráulicas, sus pasos de acceso y demás
obras relacionadas; y
Las demás previstas en la ley de expropiación y otras leyes.
En el caso de expropiación con fines de regularizar, este mecanismo implica
trabajos técnicos, la cual se puede dividir en las siguientes etapas:
1) Etapa de desincorporación: es el acto agrario por medio del cual la tierra
deja de ser propiedad social y se incorpora a otro régimen de propiedad.
Aquí solamente intervienen los sujetos agrarios, las autoridades agrarias
y el promovente. Dicho acto se fundamenta en el artículo 93 fracción V
de la citada Ley Agraria.
2) Etapa de incorporación al desarrollo urbano: consiste en obtener las
autorizaciones locales en materia de desarrollo urbano para lo cual
intervienen el promovente y las autoridades competentes en la materia.
Cabe señalar que en algunos casos, las autorizaciones para regularizar
asentamientos irregulares no pueden llevarse a cabo en aquéllos predios
que por alguna causa no hayan sido autorizados para su urbanización,
tales como las zonas de protección, de alto riesgo o fuera de los límites
de regulación de los programas de desarrollo urbano (LGAH, Artículo 9
fracción XI).
3) Etapa de contratación y escrituración: una vez definida la propiedad de la
tierra mediante la desincorporación y obtenidas las autorizaciones
correspondientes, el promotor notifica a los posesionarios que ya están
dadas las condiciones para que mediante pago de una contraprestación
158
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
al promovente o de forma gratuita, el posesionario pueda obtener un
título de propiedad inscrito en el registro público de la propiedad.
Por lo que se refiere al monto de la contraprestación, ésta será a un
precio que pueda ser cubierto por los beneficiarios y el necesario para
cubrir los gastos de los trabajos de regularización y el pago de
indemnización al núcleo agrario realizado por el promoverte. (LA, Artículo
94).
a.2) Expropiación concertada
Dentro de la expropiación, existe otra modalidad denominada ―expropiación
concertada‖, en el cual la concertación es el elemento que la distingue de las otras
expropiaciones. Es aplicable a las tierras parceladas del ejido, a las tierras de uso
común y a las superficies para el asentamiento humano, en el cual además de estar
fundamentada en una causa de utilidad pública es el esquema que ha utilizado la
Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra (CORETT) para la
regularización de los asentamientos humanos irregulares -otorgándole a la tierra una
nueva situación jurídica que permite su incorporación al desarrollo urbano- o
inclusive para incorporar superficies de terreno libres de ocupación, en las que se
puede planear un desarrollo urbano ordenado.
En el caso de las expropiaciones promovidas por la CORETT es conveniente
que se hagan de manera concertada, ya que esta política ha permitido la solución
pacífica de conflictos de intereses muy complejos, y fomenta la comunicación con los
sujetos agrarios y avecindados con la finalidad de evitar su oposición y así acelerar
su conclusión.
Como se mencionó en el capítulo anterior, en la zona de estudio se han
efectuado 33 acciones agrarias a través de este mecanismo para la construcción de
infraestructura, vialidades, equipamiento, así como creación de reservas territoriales
y la regularización de asentamientos irregulares, esto ha permitido incorporar una
superficie de 834.5 hectáreas de suelo social a la zona, correspondiente al 4.15% de
5. La expansión territorial en el AMC sobre tierra ejidal 1990-2006
159
la superficie total de los ejidos de estudio, y de los cuales, el 63.19% corresponden
solamente a tierras ubicadas en la conurbación Colima-Villa de Álvarez.
En este sentido, el gobierno del Estado de Colima y la CORETT han sido los
principales promoventes de expropiaciones en varios ejidos de la zona de estudio113,
correspondiente al 91.32% de la superficie total expropiada (ver tabla 16).
Tabla 16 | Expropiaciones en ejidos del AMC y principales promoventes, 1972-2001
Promoverte
Superficie expropiada
(Has.)
%
CORETT 319.31 38.28
Gobierno del Estado 442.38 53.04
Gobiernos Locales (ayuntamientos) 13.05 1.57
Dependencias federales (SCT, SEDUE, CFE, SEMARNAP y SSyBS)
58.14 6.97
Otros 1.17 0.14
Total 834.05 100
Fuente: elaboración propia con base en la Tabla 6
Las primeras acciones en esta materia se registraron en el año 1978, en los
ejidos Francisco I. Madero y El Diezmo y la última en el 2001, del ejido Coquimatlán.
Una de las principales causas de utilidad pública fue la adquisición de reservas de
suelo para el desarrollo urbano y vivienda, con 333.24 Has., correspondientes al
39.95% de la superficie total expropiada. En segundo lugar, correspondió a la
regularización de los asentamientos humanos con 223.61 Has. (26.81%), le sigue la
adquisición de terrenos para la construcción de equipamientos de carácter regional
como el aeropuerto de Buenavista, cercano a la ciudad de Colima, así como otros de
tipo recreativo y deportivo; la construcción de infraestructura vial con 43.82 Has.
(5.25%); obras de infraestructura hidráulica y eléctrica con una superficie de 9.62
Has. (1.15%) y; finalmente la utilización del suelo para otros usos con un total de
1.17 Has., correspondiente al 0.15% del total de tierra de origen ejidal expropiado, en
total suman 834.05 Has. expropiadas (ver tabla 17).
113
Francisco I. Madero, El Diezmo, La Estancia, Villa de Álvarez, Coquimatlán y Buenavista
160
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Tabla 17 | Distribución de expropiaciones por causas de utilidad pública
Causa de utilidad pública
Superficie expropiada
(Has.)
%
Reservas de suelo para el desarrollo urbano y vivienda 333.24 39.95
Regularización de asentamientos humanos 223.61 26.81
Equipamientos 222.59 26.69
Vías de comunicación 43.82 5.25
Obras de infraestructura 9.62 1.15
Otro 1.17 0.15
Total 834.05 100
Fuente: elaboración propia con base en la Tabla 6
b) Adopción de dominio pleno
Es el único mecanismo mediante el cual la tierra de propiedad social se
privatiza, pero la adopción del dominio pleno solamente aplica a las tierras
parceladas del ejido y no a las tierras de uso común ni a las tierras para
asentamiento humano. Es una decisión que toman lo ejidatarios en lo individual,
aunque ya una vez concluido el PROCEDE, es una disposición de la Asamblea ejidal.
Cuando se ha adoptado el dominio pleno los titulares del suelo pueden comerciarlo y
enajenarlo de manera directa.
Esto último es precisamente una de las razones por las que los propietarios de
tierras ejidales no se han asociado para realizar proyectos urbanos o productivos en
sus parcelas, de acuerdo a lo estipulado por la normatividad agraria, han preferido
vender. En el caso de La Estancia, anteriormente se les vendía a los llamados
―coyotes‖, los cuales lotificaban de manera ilegal, sin introducir servicios ni otorgar
escrituras para sus futuros ocupantes, situación que ha dejado de presentarse por lo
menos hasta el año en el que fue realizado este estudio.
De acuerdo a los datos presentados en el capítulo anterior, la adopción del
dominio pleno ha sido el mecanismo más recurrente por el que han optado los
ejidatarios; es decir, de las 329 asignaciones de dominio pleno en 14 de los 16
ejidos, solamente en los núcleos agrarios de Colima y Villa de Álvarez representan
5. La expansión territorial en el AMC sobre tierra ejidal 1990-2006
161
en conjunto el 62% del total de las autorizaciones; seguidos por Cuauhtémoc (17%),
Comala (16%) y finalmente Coquimatlán con un 5% (ver tabla 18).
Tabla 18 | La adopción de dominio pleno en los ejidos del AMC
Municipio Total de ejidos con dominio pleno*
Total de dominios plenos
%
Colima 6 136 41
V. de Álvarez 2 68 21
Cuauhtémoc 2 55 17
Comala 3 54 16
Coquimatlán 1 16 5
Total 14 329 100
* Total de ejidos de estudio por municipio donde se registraron asignaciones de dominio pleno
Fuente: Tabla 15
En el caso de los ejidos Los Limones y Lo de Villa, una de las enajenaciones
de tierra más importantes fue vendida al Grupo Modelo, de la cual, el ejido Los
Limones vendió aproximadamente 130 Has. y Lo de Villa poco más de 50 Has. para
un megaproyecto, que aunque a la fecha no se ha llevado a cabo, actualmente se ha
estado sembrando caña en el predio ―por parte de un político asociado, con el ex
gobernador Fernando Moreno Peña"; sin embargo, se desconoce el manejo legal de
los mismos.
En el caso de los ejidos Francisco I. Madero y El Diezmo han efectuado
ventas de contado, tanto a particulares como a desarrolladores inmobiliarios,
principalmente, con el fin de fraccionar. De igual manera, en los núcleos agrarios de
Villa de Álvarez y El Trapiche, grupos de ejidatarios han enajenado principalmente en
la zona cercana a El Chanal y La Capacha, para proyectos de tipo habitacional
campestre.
En el caso del núcleo agrario de Comala, el comisario señaló que las ventas,
en su mayoría, han sido destinadas para fraccionar o en algunos casos, para
mantenerla como reserva y con ello aumentar el valor de la tierra. En el 2006, se
162
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
concretó la enajenación de una superficie 34 Has.114 a la empresa Pueblo Mágico
Desarrollo S.A. de C.V., para la realización de un fraccionamiento habitacional
campestre y un campo de golf en la zona115. Una de las causas que han coadyuvado
a la venta de tierra en Comala y de manera específica en el ejido son las
colindancias con las localidades de El Chanal y El Chivato, así como el atractivo que
tiene este municipio por su clima, vegetación, paisaje y por la cercanía a la
conurbación, como se mencionó en el capítulo 4.
En el ejido Cardona, ya se mencionó que a pesar de no tener asignación de
dominios plenos, se han realizado enajenaciones únicamente entre los mismos
ejidatarios o parientes de los mismos, por asamblea. En este caso, los nuevos
propietarios han adquirido la calidad de posesionarios con la finalidad de no tener los
mismos derechos y obligaciones que los ejidatarios.
b) Aportación de tierras de uso común a sociedades mercantiles o civiles
Esta modalidad de incorporación es producto de una decisión de la Asamblea
ejidal aplicable a las tierras de uso común y consisten en la posibilidad de asociación
de los miembros del núcleo agrario en lo individual o como persona moral. La
asociación se puede dar con los sectores público, social y privado116.
Respecto a este último punto, el 67% de los comisarios entrevistados
considera positiva la posibilidad de asociarse con sectores privados o sociales, el
22% lo considera negativo y al 11% restante no les interesa. Los ejidatarios
mantienen esta perspectiva porque el campo ya no les resulta rentable, sin embargo,
114
de las cuales 9.5 Has. eran originalmente de uso común y en el 2005 fueron asignadas con dominio pleno al Sr. Carlos Valencia Cabrera 115
Se señaló además, que los costos de transacción variaron entre $680,000 y $1‘000,000 por Ha., dependiendo del agua disponible en el terreno 116 Los primeros esquemas para constituir lo que en un principio se llamaron compañías ejidales de
desarrollo urbano se dieron entre 1992 y 1994 como pruebas piloto; también se les ha denominado joint-ventures. La participación del sector privado en el ejido, sin embargo, no es nueva, ya que la modalidad de permuta que hasta 1971 permitía adquirir tierra ejidal en una ciudad a cambio de otra de características parecidas en otro lugar, sirvió para que desarrolladores privados construyeran complejos turísticos, parques industriales y vivienda no popular.
5. La expansión territorial en el AMC sobre tierra ejidal 1990-2006
163
su decisión está en función del tipo de proyecto, aunque mantienen sus reservas
porque existen dos factores principales: el primero es porque en muchos de los
casos, al interior del ejido no existe organización ni la cultura de agruparse y trabajar
en equipo para realizar algún proyecto en conjunto; y en segundo, muestran
renuencia o desconfianza para llevar a cabo algún proyecto principalmente con el
sector empresarial, argumentando que pierden control de decisión porque sienten
―que los quieren perjudicar‖, por no conocer adecuadamente los esquemas de
asociación, así como sus desventajas o posibles desventajas.
De ahí que sobre la asociación, el 67% de los ejidatarios en el área de estudio
considera beneficioso este tipo de mecanismo porque consideran que lo que requiere
el núcleo agrario y sus integrantes es capital, y con estas acciones mejoraría la
economía tanto de la zona como de muchos ejidatarios y, en consecuencia, les
generaría plusvalía al resto de las parcelas. Asimismo, de acuerdo a la perspectiva
del núcleo agrario Francisco I. Madero, se puede obtener más dinero por esta vía
que venderlo a particulares y, además, se tiene el apoyo tanto del Registro Agrario
Nacional como de la Procuraduría Agraria.
Por otra parte, el 33% que dijo que no les conviene la asociación es por la falta
del conocimiento de todos los trámites requeridos y, sobre todo, por los costos
―implícitos‖ derivados de la generación de este tipo de proyectos bajo este esquema
asociativo, tales como el destinar una parte de la tierra para la creación de vialidades
y la dotación de equipamiento o infraestructura al mismo, lo cual va por cuenta del
ejidatario.
En el caso particular de Cardona, su líder defiende la idea de ver la tierra
como un patrimonio y señaló que fue uno de los ejidos que nació en 1926 a raíz del
movimiento cristero.
De los ejidos estudiados, sólo el Francisco I. Madero (o Moralete) ha
gestionado un proyecto inmobiliario. Para su realización, requirieron cambiar el
destino de una parcela a uso común, para lo cual se asignaron 5.55% de las tierras,
en lo individual a 16 ejidatarios con la finalidad de aportarla, e inscribir en el Registro
Agrario Nacional, la constitución de una sociedad mercantil inmobiliaria, denominada
164
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
―El Moralete S.A. de C.V.‖, cuyo proyecto fue tratado en la asamblea el 13 de mayo
de 2002. Las acciones de la aportación fueron a partes iguales de 15 ejidatarios
beneficiados con los derechos de uso común del ejido117; la experiencia fue
analizada por Chávez (2005) y hasta la fecha sigue siendo la única en el estado de
Colima.
Por otra parte, a los ejidatarios se les cuestionó si ellos mismos o alguien de
su ejido había participado o realizado proyecto urbano y/o productivo en sus
parcelas, el 78% no lo ha hecho porque consideran que hay poca participación para
trabajar y para solicitar apoyos a nivel grupal, mientras que del 22% restante, la
mitad dijo que fue realizado un solo proyecto con fines urbanos en el ejido Francisco
I. Madero -fraccionamiento Francisco Villa III que ya se mencionó - y la otra mitad
mencionó que en el núcleo de Villa de Álvarez se realizó un proyecto de tipo
productivo destinado a la siembra de árboles de exportación, así como una granja de
pescado tilapia; adicionalmente, en Los Limones apenas está en proceso la gestión
de recursos para realizar un proyecto de corrales de manejo.
En el ejido El Diezmo, ya no se consideraba como una opción la generación
de proyectos productivos y la gestión de recursos, ya que -según lo mencionaron-, el
gobierno les retiró los apoyos para realizarlos debido a que no resultaba factible,
porque ―ya los absorbió la mancha urbana‖.
A continuación, se presentan aquellos proyectos desarrollados en tierras de
origen ejidal realizados con la participación de los diversos actores urbanos, quienes
poseen o en muchos de los casos han promovido la tierra de origen social para fines
urbanos.
5.3 Proyectos surgidos en tierra de origen ejidal
De acuerdo con la fracción V del artículo 115 Constitucional, corresponde a los
municipios controlar el desarrollo urbano, para lo cual le es reconocido un conjunto
117
La parcela objeto de la aportación está legalizada con el certificado parcelario número 000000007353 a favor del ejido Francisco I. Madero, de acuerdo al acta de asamblea del 26 de diciembre de 1993 e inscrita en el Registro Agrario Nacional bajo el folio 06FD00007353.
5. La expansión territorial en el AMC sobre tierra ejidal 1990-2006
165
de atribuciones, entre las que se incluyen formular, aprobar y administrar la
zonificación y planes de desarrollo urbano municipales; participar en la creación y
administración de sus reservas territoriales; autorizar, controlar y vigilar la utilización
del suelo en el ámbito de su competencia; intervenir en la regularización de la
tenencia de la tierra urbana; otorgar licencias y permisos para construcciones; y
participar en la creación y administración de zonas de reservas ecológicas y en la
elaboración y aplicación de programas de ordenamiento en esta materia.
La autorización de fraccionamientos es una actividad del Estado que tiene
impacto directo en las políticas de crecimiento y ordenamiento urbano, en el
aprovechamiento de las reservas territoriales y en la utilización racional del suelo
urbano para orientar el desarrollo sustentable de las ciudades de nuestro estado y el
general del país. En la mayor parte de los países se reconoce como una función
propia de la autoridad más cercana a la sociedad, la relativa al desarrollo urbano,
incluyendo la regulación y autorización de fraccionamientos, parques industriales y
centros comerciales y de servicios, considerando, además, que son las autoridades
locales las responsables de la provisión de servicios básicos como agua potable,
alcantarillado, áreas verdes, vialidades, alumbrado público y seguridad ciudadana.
En el estado de Colima, cada municipio tiene las facultades que le confiere el
artículo 21 de la Ley de Asentamientos Humanos del Estado, entre ellas la regulación
del suelo a través de los programas de desarrollo municipales y de centros de
población.
En el Área Metropolitana de Colima, los municipios de Colima, seguido por
Villa de Álvarez, son los que han autorizado el mayor número de proyectos urbanos y
desarrollos habitacionales en el periodo 1990-2006, algunos de origen regular o
irregular, en propiedad privada o en propiedad que en su momento fue de tipo ejidal,
ocupación hecha con diversos tipos de usos de suelo e intensidades de edificación.
166
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Específicamente, en el Área Metropolitana de Colima se han identificado un
total de 269 proyectos urbanos118 -realizados principalmente por la vía regular y muy
pocos por la irregular -distribuidos en parte de los territorios de los cinco municipios.
De los proyectos realizados, independientemente del régimen de propiedad
del suelo, en el municipio de Colima se han hecho 120 proyectos, con una superficie
total de 1,110.17 Has., siguiéndole en ese orden Villa de Álvarez con 109 proyectos
(en 1,154.32 Has.), Comala con 24 (desarrollados en 167.04 Has.), Cuauhtémoc con
11 (en una superficie de 47.26 Has.) y, finalmente, Coquimatlán con 5 proyectos (en
18.47 Has.), en suma se produjo una superficie urbanizada de 2 mil 497.25
hectáreas. Cabe señalar que de acuerdo a los datos disponibles, Colima y Villa de
Álvarez tienen, hasta el momento, una cantidad similar de proyectos y superficie
urbanizada, pues en conjunto representan el 85% del total de proyectos realizados
en el AMC (ver tabla 19).
Tabla 19 | Proyectos urbanos realizados en el AMC por municipio, 1990-2006
Municipio
Total de proyectos
urbanos
Superficie
(Has.)
Colima 120 1110.17
V. de Alvarez 109 1154.32
Comala 24 167.04
Cuauhtémoc* 11 47.26
Coquimatlán 5 18.47Total 269 2497.25
* Solamente se consideraron los proyectos urbanos realizados en la localidad de El Trapiche.
Fuente: Elaboración propia con base en el Periódico Oficial El Estado de Colima; Chávez (2005), Producción de suelo urbano para vivienda en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez 1979-2000, y Plano urbano de Colima y Villa de Álvarez, versión 2006.
118
La mayoría de ellos detectados a través de su publicación en el Periódico Oficial El Estado de Colima y el plano urbano de la ciudad de Colima y Villa de Álvarez, versión 2006. Asimismo, en este estudio no se contemplan proyectos de tipo condominal, para ello ver el trabajo de Juárez Martínez (2007), Fraccionamientos cerrados entre la segregación y la integración urbana en una ciudad media. El caso Colima-Villa de Álvarez 1980-2005
5. La expansión territorial en el AMC sobre tierra ejidal 1990-2006
167
De los 269 proyectos realizados, 86 han sido construidos en tierras de origen
ejidal, con una superficie total urbanizada de 804.82 Has., correspondientes al 32%
de los proyectos realizados en la zona.
En el municipio de Colima se han llevado a cabo 68 proyectos, con una
superficie de 689.92 Has., seguido por Comala con siete proyectos en 47.41 Has.,
Villa de Álvarez con seis proyectos realizados en 39.75 Has. y, finalmente,
Cuauhtémoc con cinco proyectos en una superficie total de 27.74 Has. de suelo
ejidal.
En el área de estudio Colima tiene un mayor número de proyectos en tierras
de origen ejidal porque siete de los 16 ejidos se encuentran en este municipio.
Por otra parte y aunque Comala tenga, en general, menos proyectos
autorizados que Villa de Álvarez, ocupa el segundo lugar de suelo urbanizado en
tierras de origen ejidal, con 47.41 Has., lo cual representa el 5.89% del suelo
urbanizado en la zona.
En los casos de Villa de Álvarez y Cuauhtémoc, la poca cantidad de proyectos
de este tipo se debe a que en ambos casos cada uno tiene solamente dos ejidos
dentro del área de estudio y, en el caso de Villa de Álvarez muy poca superficie de
origen social está cercana a la conurbación, y en el segundo, solamente se han
considerado los proyectos realizados en la localidad de El Trapiche,
respectivamente. Finalmente, en Coquimatlán en el período analizado, no se han
registrado proyectos en tierras de origen social (ver tabla 20).
Tabla 20 | Proyectos urbanos realizados en suelo ejidal en el AMC por municipio, 1990-2006
168
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Municipio
Proyectos en suelo
de origen ejidal
Superficie
(Has.) %*
Colima 68 689.92 85.78%
V. de Alvarez 6 39.75 4.94%
Comala 7 47.41 5.89%
Cuauhtémoc** 5 27.74 3.45%
Coquimatlán 0 0 0.00%
Total 86 804.82 100% * Porcentaje respecto a la totalidad de la superficie urbanizada ** Solamente se consideran los proyectos urbanos realizados en la localidad de El Trapiche Fuente: elaboración propia con base en el Periódico Oficial El Estado de Colima; Chávez (2005), Producción de suelo urbano para vivienda en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez 1979-2000, y Plano urbano de Colima y Villa de Álvarez, versión 2006.
Una de las características de los proyectos desarrollados en suelo de origen
ejidal es la urbanización de amplias extensiones de tierra. En el AMC, de los 86
proyectos en suelo de origen social, 35 se han efectuado en superficies mayores a
10 Has., con una superficie total de 555.45 Has. De igual manera que en el caso
anterior, Colima sigue ocupando el primer lugar en la lista, con 31 proyectos urbanos
en una superficie de 486.30 Has.
Los lugares restantes los ocupan Comala con un proyecto en una superficie
de 34 Has., Villa de Álvarez con dos proyectos en 23.61 Has., y Cuauhtémoc con un
proyecto en una superficie de 11.54 de suelo social ubicado en la localidad de El
Trapiche (ver tabla 21).
Tabla 21 | Proyectos urbanos de origen ejidal en el AMC por municipio mayores a 10 Has.,
1990-2006
Municipio
Total de
proyectos
urbanos
Superficie
(Has.)
Proyectos
mayores a 10
Has.
Superficie
(Has.)
Colima 68 689.92 31 486.30
Comala 7 47.41 1 34.00
V. de Alvarez 6 39.75 2 23.61
Cuauhtémoc* 5 27.74 1 11.54
Coquimatlán 0 0 0 0
Total 86 804.82 35 555.45
5. La expansión territorial en el AMC sobre tierra ejidal 1990-2006
169
* Solamente se consideran los proyectos urbanos realizados en la localidad de El Trapiche.
Fuente: Tabla 20
Por otra parte, es necesario hacer una consideración sobre los proyectos, con
base al tipo de agente o promotor que se apropia la tierra para fines urbanos, de
acuerdo a los datos recabados, los principales agentes identificados son: el
inmobiliario –que en muchos casos realiza la función de desarrollador y no siempre
es el mismo propietario de la tierra-, el promotor particular –que casi siempre son los
mismos propietarios del terreno, quienes en su mayoría son grupos de personas
identificadas como condueños, copropietarios y socios-; gobierno –representado
principalmente por el Instituto de Vivienda del Estado, así como los gobiernos
locales, estatal y federal, además de algunas asociaciones civiles y sindicatos.
En este análisis, de acuerdo a los proyectos identificados en toda el AMC,
destaca en primer lugar el agente público o gobierno, es decir, el Gobierno del
Estado a través del IVECOL, organismo descentralizado, con un total de 36 proyectos
en una superficie de 407.85 Has., realizados entre 1990 y el 2006, realizados en los
municipios de Colima y Comala. Los ejidos en los que se han concentrado estas
acciones o proyectos son La Estancia, Francisco I. Madero, El Diezmo, Villa de
Álvarez y finalmente El Pedregal, respectivamente.
De manera particular, en el ejido La Estancia, de los 22 asentamientos
humanos irregulares detectados en la zona, 20 fueron regularizados por IVECOL119
como parte de un programa con ese fin en la zona; uno de los proyectos nuevos fue
promovido por el Ayuntamiento de Colima, a raíz de una expropiación en 1995 con
una superficie aproximada de 10.10 has., pertenecientes al mismo ejido, en el cual
se construyó la unidad deportiva "5 de Mayo", como estaba subutilizada, las
autoridades decidieron construir en una fracción, vivienda tipo progresiva.
119
Las colonias son San Rafael, Moctezuma, Cuauhtémoc, Vicente Guerrero, San José Norte y San José Sur, Jardines de la Estancia, El Pedregal, Oriental Norte y Oriental Sur, Virgencita Norte, Revolución, Camino Real 1a. y 2a. sección, Lázaro Cárdenas, Burócratas, Luis Donaldo Colosio, Francisco I. Madero, El Paraíso, Jardines del Sol y La Guadalupe, para mayores datos sobre el tema ver los trabajos de Chávez (2005) y el de Flores Mendoza (2006).
170
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
En segundo lugar, destaca la participación de los promotores inmobiliarios o
desarrolladores, quienes han llevado a cabo 20 proyectos en una superficie de
232.80 Has. Este tipo de agentes han construido sus proyectos -habitacionales en su
mayoría-, principalmente en los municipios de Colima (16), Villa de Álvarez (3) y
Comala con uno. Los núcleos agrarios en los que han desarrollado los proyectos son
El Diezmo, Francisco I. Madero, La Estancia, Villa de Álvarez y Comala,
respectivamente.
Las empresas identificadas son representativas de la localidad tales como:
Diseño y Edificaciones de Colima (DECSA)120, S.A. de C.V., Ardica Construcciones
S.A. de C.V.121, SEAL Bienes Raíces S.A. de C.V.122, Geométrica S.A. de C.V. y
Casa Colima S.A. de C.V., así como otras con menor participación como
Construcciones Ochoa Llamas S.A. de C.V., Desarrolladora Carman S.A. de C.V.,
Concenter S.A. de C.V., Impulsora Comercial Colimense, S.A. de C.V., Inmobiliaria
Villa Magna S.A. de C.V., Inmobiliaria Brun S.A. de C.V., Grupo Aro Constructores
S.A. de C.V., Pueblo Mágico Desarrollo S.A. de C.V., y Sociedad Civil Guillermo
Francisco Brun Sucesores.
En el tercer lugar de participación por tipo de agentes involucrados en la
incorporación de tierras ejidales a la expansión urbana son los particulares, con 24
proyectos distribuidos en casi todos los municipios –con excepción de Coquimatlán-
en una extensión de 114.42 hectáreas (ver tabla 20). Los ejidos donde han surgido
estos proyectos son El Diezmo, Francisco I. Madero, La Estancia, Pastores, El
Pedregal, Comala, Villa de Álvarez y El Trapiche.
Cabe señalar que la diferencia entre la participación de los promotores y los
particulares123 está en la superficie desarrollada en los proyectos, ya que a pesar de
120
Con la participación del Arq. Enrique Cárdenas Longoria 121
Con la participación de Sergio y Claudio Jacobo Arias Díaz 122
Representada por Sergio Bayardo Velasco y con la participación de Juan Antonio Bayardo Osorio 123
Se detectaron los siguientes promotores particulares: Ana Sofía Vargas Villaseñor, Clemencia Vázquez Ramos y Cond.; Griselda Llamas López, Guillermo Valencia Mendoza, Héctor Rodrigo Vergara Pérez, Javier Navarro Bautista y Cond., Jesús Avalos Pérez, José Ma. Solano F. y socios, Leonor García Collaz, Luis Salazar Rincón, Luz del Carmen Díaz Villanueva, Manuel Mendoza Mesina, Napoleón Gómez Herrera, Norberto, Delia y Pedro Antonio Pérez Rebolledo, Pablo Radillo
5. La expansión territorial en el AMC sobre tierra ejidal 1990-2006
171
que éstos últimos realizaron 4 proyectos más que los primeros, la diferencia en
hectáreas es de casi el doble.
Las asociaciones sólo han participado con tres desarrollos realizados en el
período antes descrito en los municipios de Colima y Villa de Álvarez, con una
superficie total de 29.81 Has. de tierras de origen ejidal urbanizadas, en los ejidos de
Francisco I. Madero, El Diezmo y Villa de Álvarez. Finalmente, se encuentran los
proyectos en tres casos sin una definición respecto al tipo de promotor; uno ubicado
en el ejido La Estancia (Prados de la Estancia), otra en Comala (Automotel Los
Portales) y la última en El Trapiche (Frac. La Lagunilla del Camino Real) distribuidos
en una superficie de 19.94 Has., (ver tabla 22).
Tabla 22 | Proyectos urbanos en el AMC por tipo de promotor, 1990-2006
PU
Sup.
(Has.) PU
Sup.
(Has.) PU
Sup.
(Has.) PU
Sup.
(Has.) PU
Sup.
(Has.) PU
Sup.
(Has.)
Colima 68 689.92 35 402.85 16 172.19 14 84.57 2 21.28 1 9.03
Comala 7 47.41 1 5.00 1 34.00 4 7.41 - - 1 1.00
V. de Alvarez 6 39.75 - - 3 26.61 2 4.61 1 8.53 - -
Cuauhtémoc 5 27.74 - - - - 4 17.83 - - 1 9.90
Coquimatlán 0 0.00 - - - - - - - - - -Total 86 804.82 36 407.85 20 232.80 24 114.42 3 29.81 3 19.94
MUNICIPIO Total Inmobiliario ParticularGobierno Asociaciones Sin Dato
TIPO DE PROMOTOR
PU: Proyectos Urbanos Fuente: Elaboración propia con base en el Periódico Oficial El Estado de Colima; Chávez (2005), Producción de suelo urbano para vivienda en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez 1979-2000 y registros de fraccionamientos obtenidos de la Dirección de Desarrollo Urbano municipales.
Respecto a los usos de suelo derivados de los 86 proyectos urbanos
realizados en tierras de origen ejidal en el AMC, puede señalarse que en 55 de estos
proyectos han sido para desarrollos habitacionales de mediana (H3) y alta densidad
(H4) predominantemente; de los cuales 50 proyectos, se han realizado en el
municipio de Colima en una superficie de 556.81 Has., seguido por Villa de Álvarez
con tres desarrollos (en una superficie de 32.14 Has.) y finalmente Comala con dos
proyectos y una superficie de 5.62 Has.
Carrillo, Roberto Elizondo Jáuregui, Salvador Cobián Castro, Sergio de la Madrid Ceballos y Cond., Sergio Humberto López García y Cond.; Sergio Humberto López Romero, Tomás Cárdenas Torres, Vicente Villaseñor Salas y Virginia Pacheco Lizama.
172
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
En segundo lugar se encuentra la categoría habitacional densidad baja124 con
un total de 23 desarrollos destinados a vivienda ubicados en cuatro de los cinco
municipios de estudio, con una superficie total de 162.94 Has., predominando la
municipalidad de Colima, Comala y Cuauhtémoc en este tipo de desarrollos, con
superficies de 86.80, 40.80 y 27.74 Has., respectivamente. Le siguen a este registro,
los usos comerciales con un total de cinco proyectos, los cuales en conjunto, se
encuentran en el municipio de Colima, en una superficie de 10.22 Has.
En contraparte, se detectó que de los 86 proyectos urbanos en comento,
solamente tres se distribuyen entre usos de servicios, industriales y equipamiento –
áreas verdes, equipamiento institucional y especial-, con tan sólo un proyecto urbano
por cada uso, con una superficie total de 37.09 Has., en total125 (ver tabla 23).
Tabla 23 | Proyectos urbanos en el AMC por uso de suelo autorizado, 1990-2006
PU
Sup.
(Has.) PU
Sup.
(Has.) PU
Sup.
(Has.) PU
Sup.
(Has.) PU
Sup.
(Has.) PU
Sup.
(Has.) PU
Sup.
(Has.)
Colima 68 689.92 50 556.81 11 86.80 5 10.22 - - 1 9.05 1 27.04
Comala 7 47.41 2 5.62 4 40.80 - - 1 1.00 - - - -
V. de Alvarez 6 39.75 3 32.14 3 7.61 - - - - - - - -
Cuauhtémoc 5 27.74 - - 5 27.74 - - - - - - - -
Coquimatlán 0 0.00 - - - - - - - - - - - -Total 86 804.82 55 594.56 23 162.94 5 10.22 1 1.00 1 9.05 1 27.04
Total
MUNICIPIO
Habitacional
Densidad
Baja (GH, H1
y H2) Comercial
Habitacional
Densidad
Alta (H3 y H4)
Equipamiento
(EI, EV, EE)Servicios Industrial
USO DE SUELO
PU: Proyectos Urbanos Fuente: elaboración propia con base en el Periódico Oficial El Estado de Colima y Plano de Zonificación de PDU de Colima vigente.
124
Para fines de este estudio esta denominación agrupó a los usos GH (granjas y huertos), H1 (habitacional campestre) y H2 (habitacional densidad baja) 125
El proyecto en servicios es el Automotel Los Portales, ubicado en el municipio y ejido de Comala, en una superficie aproximada de una hectárea; el industrial es el proyecto registrado como Circuitos Mexicanos, ubicado en el municipio de Colima en el ejido El Diezmo, con una superficie de 9.05 Has.; y finalmente, en el municipio de Colima, el proyecto del Hospital General y Complejo Administrativo de Colima, promovido por Gobierno del Estado sobre una superficie de 27.04 Has. en tierras pertenecientes al ejido El Diezmo.
5. La expansión territorial en el AMC sobre tierra ejidal 1990-2006
173
Con respecto al mercado irregular del suelo, de acuerdo a la información
proporcionada por los ejidatarios, el 56% de los entrevistados señaló que no existen
asentamientos irregulares, mientras el 44% restante mencionó que sí los hay y
corresponden a los ejidos de La Estancia, Francisco I. Madero, El Diezmo y Cardona.
En el caso del núcleo agrario de La Estancia, se identificaron asentamientos al sur de
la cancha deportiva ―5 de Mayo‖ y en los límites de este ejido con el de Cardona,
cercano a las vías del ferrocarril, que en ambos casos, al 2006 sólo se han registrado
ventas irregulares y la lotificación sin la introducción de servicios ni permisos
correspondientes para su urbanización y escrituración; se desconoce la persona o
grupo que promueve dichas ventas.
En el caso del ejido Francisco I. Madero, dichos asentamientos se ubican en el
Libramiento Oriente, cercano al cruce de dicha vialidad con la vía del ferrocarril que
va hacia Manzanillo con la propiedad conocida como ―Granja Jorge Fernández‖. En
el tercer caso, se detectó la existencia de asentamientos irregulares en 3 parcelas
ubicadas en la zona de Las Américas, más una parcela de aproximadamente 12 Has.
cercana a la colonia El Diezmo.
Finalmente, una situación muy particular se detectó en el ejido Cardona, ya
que el líder de este núcleo reveló que se ha dado una apropiación de una superficie
de 45 Has. correspondiente a tierras de uso común, que en su momento quedaron
intestados y están en la necesidad de hacer un testamento para regularizar la
tenencia de la tierra para sus beneficiados.
Hasta aquí, se puede mencionar, en términos generales, que de las 179 mil
780 hectáreas que constituyen el territorio de los cinco municipios de estudio, 20 mil
125.17 Has. pertenecen al régimen ejidal, y de éstas, se han desincorporado un total
de 4 mil 76.74 Has. correspondientes al 20% de la superficie global de dichas
municipalidades.
Respecto a la superficie desincorporada por tipo de mecanismo, podemos
señalar que de acuerdo a los datos presentados, las expropiaciones realizadas en el
período comprendido entre 1972 y el 2001, suman un total de 834.05 hectáreas
174
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
desincorporadas por esta vía, destacando los ejidos La Estancia, Francisco I. Madero
en el municipio de Colima y El Trapiche, en el municipio de Cuauhtémoc; cuyos
núcleos representan en conjunto, el 88% de la superficie total expropiada.
En este sentido, la tierra ha sido utilizada para la realización de proyectos
urbanos con un área de 792.92 Has., correspondientes al 4% de la superficie total
ejidal, principalmente para usos habitacionales. Sin embargo, resulta importante
señalar que existe una superficie de tierra desincorporada restante de 2 mil 437.87
Has., las cuales a la fecha todavía no han sido urbanizadas para la realización de
algún proyecto urbano.
Se desconoce a ciencia cierta el motivo o fin de la desincorporación, pero
resulta claro que esas tierras, que en muchos de los casos están cercanas a las
cabeceras municipales o a la conurbación, resultan las más susceptibles de utilizarse
en el momento más conveniente para fines urbanos, esto es, se está especulando
con ella.
Finalmente, está el caso de la inmobiliaria ejidal, que de acuerdo al estudio
efectuado por Chávez (2005), solamente ha habido una inmobiliaria ejidal de tipo
mixta en la que surgió el fraccionamiento denominado ―Francisco Villa III‖, en una
superficie de 11.90 Has. Esta acción representó a nivel global el 0.06% de tierra de
origen social desincorporada por este mecanismo (ver tabla 24).
5. La expansión territorial en el AMC sobre tierra ejidal 1990-2006
175
Tabla 24 | Superficie desincorporada del régimen ejidal en el AMC por tipo de mecanismo
Suelo sin
urbanizar*
Proyectos
urbanos por
municipio Total
Colima 66,820.00 7,842.10 1,936.34 522.55 723.87 678.02 1401.89 11.90
Acatitán 715.00 190.43 0.42 0.00 190.01 0
Cardona 612.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0
El Diezmo 987.00 590.13 53.06 205.97 537.07 0
Francisco I.
Madero 593.00 477.31 147.58 159.70 317.83 11.9
La Estancia 1325.30 480.72 317.98 232.09 162.74 0
Lo de Villa 470.00 107.31 0.00 0.00 107.31 0
Piscila 3139.80 90.44 3.51 0.00 86.93 0
Villa de Álvarez* 80.27
V. de Alvarez 42,840.00 1,935.00 724.83 8.86 676.22 39.75 715.97 0.00
Villa de Álvarez 1459.00 524.86 8.86 35.07 516.00 0
Pastores 476.00 199.97 0.00 1.68 199.97 0
Comala** 3.00
Comala 25,400.00 1,787.98 481.46 2.31 431.74 47.41 479.15 0.00
Comala 1212.00 338.64 0.00 41.80 338.64 0
El Pedregal 310.18 94.17 2.31 5.62 91.86 0
Nogueras 265.80 48.65 0.00 0.00 48.65 0
Cuauhtémoc 37,320.00 5,356.52 716.04 268.70 419.60 27.74 447.34 0.00
El Trapiche 1053.00 428.21 0.00 27.74 428.21 0
Buenavista 4303.52 287.83 268.70 0.00 19.13 0
Coquimatlán 32,800.00 3,203.57 218.07 31.63 186.44 0.00 186.44 0.00
Coquimatlán 2510.57 31.63 31.63 0.00 0.00 0
Los Limones 693.00 186.44 0.00 0.00 186.44 0
Total 179,780.00 20,125.17 4,076.74 834.05 2,437.87 792.92 3230.79 11.90
Superficie desincorporada por mecanismo (Has.)
Dominios Plenos
1993-2006
Inmob.
Ejidales
Expropiaci
ones
1972-2001
Municipio/
Ejido
Superficie
total del
municipio
(Has.)
Superficie
ejidal zona
de estudio
Superficie
desincorpora
da del
régimen ejidal
* Se incluyen en esta categoría las parcelas que siguen perteneciendo a la persona a la que se le asignó el dominio pleno, así como las compra-ventas realizadas a terceros. Fuente: Títulos de Propiedad por la asignación de dominio pleno en los 16 ejidos de estudio, decretos expropiatorios, publicaciones del Periódico Oficial El Estado de Colima y Chávez (2005), Producción de suelo urbano en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez 1979-2000
Los datos hasta ahora expuestos, permiten demostrar que el mecanismo más
empleado para incorporar tierras al desarrollo urbano por la vía formal ha sido la
adopción del dominio pleno para la realización de fraccionamientos, que en su
mayoría han sido para sectores medios y bajos de la población. Sin embargo, estas
acciones no han sido determinantes para la desaparición de la tierra ejidal en la
zona, pero sí representan una presión constante para los ejidatarios, que de manera
176
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
paulatina, se están viendo absorbidos por el área urbana, modificando sus formas y
estilos de vida rural.
En el siguiente capítulo se presentará una reflexión sobre la problemática que
enfrenta hoy en día la propiedad social en nuestro estado y en un contexto más
general, nuestro país.
177
6. La propiedad ejidal frente a la expansión urbana. Retos y perspectivas de los ejidos del Área Metropolitana de Colima
A partir de las reformas al artículo 27 constitucional de 1992, la política
neoliberal se pronunció por la certidumbre jurídica y darles la posibilidad de decidir a
los ejidatarios, cuál era el mejor destino para la tierra de acuerdo a los beneficios que
podrían obtener de la misma. En este sentido, la propiedad ejidal, la cual –con o sin
aptitud para producir bienes de consumo para la sociedad-, es hoy por hoy, la más
susceptible de cambiar su uso y aptitud para fines del desarrollo urbano.
En ese sentido, al principio nos preguntábamos ¿de qué manera la
legislación agraria ha incidido en la diversificación de los mecanismos
utilizados para la incorporación de la tierra ejidal al proceso de expansión
urbana de la AMC entre 1990 y 2006?; y ¿cuáles han sido las repercusiones de las
modificaciones al artículo 27 Constitucional en la propiedad ejidal de la zona de
estudio?; ¿qué agentes urbanos han intervenido en la incorporación de la tierra ejidal
en el proceso de metropolización? y finalmente, ¿cuáles son las características del
proceso de urbanización generadas por la expansión urbana en el AMC durante ese
período?
De acuerdo a lo anterior, se pretendía probar que en el Área Metropolitana de
Colima entre 1990 y 2006, las reformas al Art. 27 constitucional impulsaron
parcialmente la desincorporación de la superficie del ejido de aquéllos que han
estado más cercanos a las zonas urbanas o con conexión a las mismas por medio de
vialidades a través de la construcción de fraccionamientos principalmente por la
intervención de promotores inmobiliarios locales, gobernantes en turno y organismos
públicos de vivienda.
Por otro lado, el desarrollo urbano y el uso de suelo dedicado a actividades
rurales resultan incompatibles en términos territoriales cuando el crecimiento urbano
no está planificado, causando problemas en los ejidos localizados en la periferia
178
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
intrametropolitana al ser absorbidos por este crecimiento, modificando su uso y
morfología como producto de los procesos de urbanización y modernización en la
zona.
Es por ello que al final de esta investigación en el área y período de estudio se
corroboró que las reformas al artículo 27 constitucional realizadas en 1992
otorgaron libertad a los campesinos para decidir el destino o beneficio que
quisieran obtener de la tierra (venderla, hipotecarla, transferirla). Una de las
principales consecuencias de dichas modificaciones al 27 en nuestro país, de
acuerdo con Cruz Rodríguez (2001), ha sido la privatización del ejido; sin embargo,
esto se comprobó parcialmente, ya que sólo han coadyuvado a la desincorporación
menor al veinte por ciento de la superficie de origen social en los núcleos agrarios
estudiados. Además, el hecho de desincorporar la tierra del régimen ejidal no
significó que se destinara a usos urbanos, ya que eso ha dependido de la ubicación
de la parcela con respecto al centro urbano más cercano.
La concentración urbana en la entidad más dinámica es la ciudad y cabecera
municipal de Villa de Álvarez, la cual a pesar de tener en su mayoría tierra en
régimen de pequeña propiedad, su conurbación con la ciudad de Colima, la coloca
en un punto estratégico para el desarrollo y expansión del área urbana hacia ahí.
Respecto a los mecanismos legales e ilegales de desincorporación de tierra
ejidal identificados en el área de estudio por la vía formal fueron tres: las
expropiaciones, la adopción del dominio pleno sobre las parcelas y la
conformación de inmobiliarias ejidales-; y por la informal son dos: la generación de
asentamientos irregulares vía compra-ventas ilegales -a través de la lotificación de
la parcela sin la introducción de servicios básicos ni permisos para su ocupación-, y
la invasión de tierras en suelo de uso común del ejido Cardona.
Sobre los mecanismos utilizados por la vía formal, podemos señalar que se
consideró un acierto por parte del Gobierno del Estado de Colima la expropiación de
las áreas donde se ubicaban los asentamientos irregulares en la zona oriente para
regularizarlas, ya que estas acciones fueron hasta cierto punto determinantes para
6. La propiedad ejidal frente a la expansión urbana. Retos y perspectivas de los ejidos del AMC
179
frenar la irregularidad en la zona de estudio; sin embargo, la expropiación pudo
haber sido en su momento, un mecanismo encaminado principalmente para la
creación de reservas territoriales cercanas a la conurbación. Desafortunadamente,
estas acciones no fueron aprovechadas por los gobiernos locales para la planeación
y el ordenamiento de las zonas de influencia y el apoyo a los sectores populares a
través de políticas habitacionales que generaran vivienda a bajo costo con la
infraestructura, equipamiento y servicios básicos ya disponibles, así como de
condiciones adecuadas en superficie que les permitieran a sus habitantes la
ocupación de sus viviendas a largo plazo y vivir de una manera más digna.
En lo referente a la creación de inmobiliarias ejidales, a pesar de ser en sí
mismo un mecanismo viable, los ejidatarios todavía no tienen la confianza de realizar
asociaciones en las que pongan en juego su único recurso: la tierra. Sin embargo, en
junio de 2007 -antes de haber finalizado el estudio-, se detectó que el Gobierno del
Estado de Colima, a través de la Procuraduría Agraria, ha promovido la conjunción
de todos los ejidatarios de la entidad para plantearles la posibilidad de crear
proyectos a través de asociaciones o inmobiliarias ejidales para la incorporación de
tierra de origen social al desarrollo urbano.
En lo concerniente a los dominios plenos, éstos son un mecanismo que
originalmente se plantearon como un instrumento que permitiera dar certidumbre
jurídica a sus posesionarios a través de la entrega de títulos de propiedad, con la
respectiva delimitación de sus parcelas, así como de los títulos de solares en favor
de los individuos que integraban los núcleos agrarios que así lo aprobaran y
solicitaran, con la posibilidad de enajenar y cambiarle su uso de acuerdo a sus
intereses cuando así lo consideraran necesario.
Del total de los ejidos estudiados, a partir de 1994 y hasta a la fecha, el 87.5%
han recurrido al trámite de adopción de dominio pleno, a excepción de los núcleos de
Coquimatlán y Cardona, que por su ubicación relativamente alejada de la
conurbación, no se ha hecho atractiva la venta de parcelas a un buen precio, o
simplemente, los ejidatarios no se han visto en la necesidad de vender.
180
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
De los 14 ejidos restantes, El Diezmo, Villa de Álvarez, El Trapiche, Comala y
Francisco Madero son los que ocupan las primeras cinco posiciones de acuerdo a la
mayor cantidad de superficie desincorporada del régimen ejidal. Como conclusión, se
ha identificado para el municipio de Colima que los dominios plenos registrados en
los ejidos de El Diezmo, Francisco I. Madero y La Estancia, se encuentran
principalmente distribuidos sobre las vialidades Camino Real, 3er Anillo Periférico,
Marcelino García Barragán mejor conocido como el libramiento carretero Manzanillo-
Guadalajara y las vías del ferrocarril (ver mapa 10).
Mapa 10 | Ubicación de las parcelas asignadas con dominio pleno en los ejidos de El Diezmo,
Francisco I. Madero y La Estancia, vinculados con la infraestructura vial de la zona
Blvd. Camino Real
Línea FFCC
Marcelino García
Barragán
3 Anillo Periférico
6. La propiedad ejidal frente a la expansión urbana. Retos y perspectivas de los ejidos del AMC
181
En este sentido, esta situación ha sido posible debido a las modificaciones al
artículo 27 en materia de certidumbre jurídica, generando beneficios adicionales para
los ejidatarios al delimitar la superficie de las parcelas y designarles un titular -a
través de un certificado parcelario-, cuyo propietario decidirá en el momento más
conveniente, si conserva la tierra, la escriturará a favor de un familiar o familiares, si
se asociará con algún particular o promotor inmobiliario -para destinarlo al desarrollo
urbano o con un uso diferente al original-, o simplemente la enajenará al mejor postor
o postores en una o varias fracciones. En su momento, Vargas (2001) detectó que
este proceso tiene una vinculación directa con la población urbana y con los
requerimientos de suelo para el desarrollo urbano. Reveló, además, que en la
mayoría de los casos (situación observada en el área de estudio), ya que del total de
asignaciones de dominio pleno, más del cuarenta y dos por ciento ya no pertenecen
a los titulares originales.
A pesar de ello, cabe señalar que no todos los ejidatarios que adoptan el
dominio pleno deciden inmediatamente enajenar, ni tampoco una vez que se ha
enajenado la tierra los nuevos propietarios deciden urbanizar; pero es un hecho que
por este mecanismo, la tierra ha sido desincorporada del régimen ejidal y tarde o
temprano, las zonas urbanas más cercanas a estas tierras generarán una mayor
plusvalía en ellas y ejercerán una mayor presión por incorporarla al desarrollo
urbano.
Esta presión a la que se enfrentan muchos ejidatarios, por su cercanía al área
urbana, ha generado otro tipo de conflictos, en el 56% de los casos se han
detectado problemas tales como tiraderos de basura en las parcelas y caminos saca
cosechas; robo constante de leña, cosecha y ganado; así como el tránsito e invasión
de lienzos por terrenos de uso agrícola. En el 44% restante, aún no se han visto
afectados por la expansión de la ciudad, debido a que hasta el momento se
encuentran alejados del área urbana.
En síntesis, la adopción de dominio pleno ha sido el mecanismo formal
más utilizado para la desincorporación de tierras ejidales en la zona de estudio.
182
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Cabe señalar, que por sí mismo, dicho mecanismo no constituye una vía de
incorporación de suelo de origen ejidal a la ciudad, sino a través de la creación de
fraccionamientos y obras públicas tales como infraestructura, vialidades y
equipamiento para el desarrollo de la ciudad.
Respecto a los principales agentes involucrados en apropiación de la tierra
para fines urbanos en tierras de origen ejidal son los públicos, representados por el
gobierno del Estado de Colima a través del IVECOL. Dicho instituto ha intervenido
en el desarrollo urbano promoviendo proyectos habitacionales de alta densidad y
regularizaciones en el 38% de los casos con una superficie total de 383.20 Has.,
ubicadas al oriente del municipio de Colima y al poniente de Comala.
Asimismo, vale la pena hacer mención de la importancia del papel que juegan
los gobiernos estatales y locales, ya que pueden determinar estrategias con la
intención de propiciar o fomentar el desarrollo urbano hacia ciertas zonas.
Respecto a los agentes privados, identificados como los promotores
inmobiliarios locales, fungen en muchos de los casos como urbanizadores y
constructores. Asimismo, los promotores no son siempre los propietarios, es decir,
establecen contratos en participación para urbanizar la tierra y el propietario pone la
tierra y recibe finalmente a cambio su ganancia en términos de lotes urbanizados.
Se identificó también que las inmobiliarias están adquiriendo suelo de manera
estratégica más allá de sus expectativas de producción, apropiándose de la tierra en
pocas manos con el fin de crear reservas territoriales, anticipándose a la expansión
de la ciudad incrementando las expectativas sobre el aumento de renta con el
posible cambio de uso o la introducción de servicios, infraestructura y equipamiento
en la zona.
En ese orden le siguen los promotores particulares, destacando que a pesar
de que ellos no son en muchos de los casos los propietarios de la tierra, negocian
con éstos a través de un ―contrato en participación‖ para que como socios y
propietarios aporten la tierra y los promotores –con capital, conocimiento, mano de
obra y equipo-, realicen los trámites necesarios, urbanicen la tierra y vendan como
6. La propiedad ejidal frente a la expansión urbana. Retos y perspectivas de los ejidos del AMC
183
producto final vivienda terminada. Cabe señalar que se identificó que sólo en algunos
casos, los propietarios también fungieron como promotores, los cuales han realizado
los trámites requeridos para la autorización y urbanización de sus proyectos.
En el último lugar de intervención se encuentran las asociaciones y los
proyectos sin referencia al promotor de la tierra con el 7% del total de proyectos y
una superficie urbanizada de 49.74 Has.
Así como el IVECOL, los promotores inmobiliarios y particulares han centrado
sus esfuerzos en la construcción de fraccionamientos de alta densidad, también han
realizado otros proyectos que van desde los campestres y proyectos con densidades
medias, hasta giros comerciales y de servicios. En este sentido, concluimos además
que el grado de intervención de dichos agentes está ligado a la posibilidad
económica de adquirir tierra en grandes extensiones.
Es importante señalar que en el AMC la tierra ha sido parcialmente
desincorporada y ninguno de los ejidos en su interior ha desaparecido
completamente. La tierra ejidal que ha sido absorbida territorialmente por la
urbanización, se ha vuelto improductiva, ya que problemas como el robo de ganado y
cosecha, tira de basura e invasión de linderos; ha generado que los ejidatarios les
cueste trabajo seguir con sus formas de producción y de vida que antes tenían.
También existe presión para los ejidatarios sobre el qué hacer y en qué
momento. Se encuentran a la expectativa y son susceptibles de que sus tierras se
sometan a especulación, lo cual los hace vulnerables. Desconocen la ley en muchos
de los casos -o saben lo necesario solamente en cuestiones referentes a la
certificación, enajenaciones, dominios plenos y derechos de preferencia-, pero
desconocen la legislación urbana. Muchos ejidatarios se encuentran con la
necesidad de vender y a veces se ven influidos por posibles compradores debido a
su cercanía con el área urbana o, por el contrario, tienen miedo a ser expropiados
por el pago de la indemnización en valor catastral, de acuerdo a como se contempla
en la legislación, que paga la tierra a un precio bajo, beneficiando más los intereses
particulares que la ―causa de utilidad pública‖.
184
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Ante esta situación muchos ejidatarios han preferido reubicarse, es decir,
vender y comprar en otro lugar, aunque sea pequeña propiedad. En el caso del ejido
El Diezmo, su líder agrario funge como asesor y promueve la venta de sus parcelas
al mejor costo posible bajo la consigna de ―vender, pero bien vendido‖. Esta paradoja
lleva a pensar sobre la posibilidad de vender o de conservar un patrimonio que fue
creado con un fin social. Por ello, surgen las siguientes preguntas en el agro
colimense, ¿vendo o me rezago?, ¿vendo y me reubico? o ¿ya no se necesita que el
suelo produzca?
Esta problemática va más allá de vender o reubicarse, y en la medida que
exista una estrategia clara del gobierno hacia el agro para crear infraestructura como
caminos, agua y luz, traerá como consecuencia una mejora en la productividad de
las tierras y evitaría con esto la invasión de la urbanización hacia esas zonas y la
pérdida de la calidad productiva de las tierras.
En otro orden de ideas, en las tierras que han sido invadidas por la
urbanización, el tipo de proyectos desarrollados en el área de estudio han sido
principalmente de tipo habitacional, a través de fraccionamientos, en mayor
proporción que otros usos. El gobierno ha adquirido tierra para destinarla a
vivienda de alta densidad bajo el esquema de ―vivienda progresiva‖, sin embargo,
cabe cuestionar las condiciones de habitabilidad de dichos conjuntos, ya que en
muchos de los casos se miden las políticas de vivienda a nivel federal, en términos
de cantidad de acuerdo a las metas planteadas, en vez de la calidad de los conjuntos
y de sus ocupantes que ahí habitarán quizás toda su vida.
Los promotores, por su parte, consideran que la vivienda de alta densidad se
ha vuelvo un esquema que al parecer les ha convenido seguir haciendo, porque
existe una población demandante que puede acceder a ella (vivienda económica),
respecto a otros tipos de vivienda como la de tipo medio o residencial, de acuerdo a
lo que se cotiza ante el INFONAVIT. Sin embargo, el estudio realizado por García
González (2005), demuestra la problemática que ha traído la producción de vivienda
de interés social en la zona conurbada de Colima-Villa de Álvarez, donde un gran
6. La propiedad ejidal frente a la expansión urbana. Retos y perspectivas de los ejidos del AMC
185
sector de la población, a pesar de ser vivienda tipo económica, no pueden acceder a
ella por no cumplir con los requisitos mínimos que impone este instituto.
En este sentido, se evidencia la importancia no solamente de proyectar los
programas de desarrollo urbano sino de adquirir reservas territoriales por parte de los
gobiernos locales o estatales para ofertar suelo por la vía formal a bajo costo. En el
caso de estudio, el gobierno del estado de Colima sí lo hizo mientras que los
municipios no. Desafortunadamente, los programas de desarrollo urbano no se han
utilizado para plasmar estrategias relativas a la adquisición de tierra con la finalidad
de consolidar, contener o coadyuvar el crecimiento hacia ciertas zonas.
En este sentido, los proyectos realizados por el IVECOL por su ubicación no
han seguido una lógica de ubicación con respecto a la traza urbana, sino más bien a
la disponibilidad de tierra, ya que no se concentran en una misma zona. Esto ha
generado una fragmentación de la estructura urbana y corrobora lo señalado por
Chávez (2005) y Calderón Mafud (2007), respecto a las intenciones del IVECOL: no
les interesa si hay equipamiento o infraestructura disponible, lo cual ha provocado
que se desarticule el crecimiento.
Por su parte, la lógica capitalista de los promotores inmobiliarios ha hecho que
ofrezcan al mercado proyectos de acuerdo a su accesibilidad, porque es parte de lo
que le ofrecen al cliente, pero no con la intención de consolidar el área urbana, sino
más bien han propiciado una dispersión por el territorio.
Con esto podemos ver que tanto el IVECOL como algunos promotores
inmobiliarios de origen local, han sido los principales agentes urbanos que han
detentado la tierra para usos urbanos, los cuales, todavía tienen ―reservas‖ para
seguir produciendo suelo urbano para la expansión de la ciudad, la cual ha estado en
función de las acciones de gobierno en materia de infraestructura y servicios, y
nuevos proyectos –como el caso del cuarto anillo periférico- que le han otorgado una
plusvalía, muchas veces intangible, pero real a los terrenos que se encuentran a su
paso, inclusive si son de origen ejidal.
186
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
Finalmente, una posible consecuencia de los efectos de la Ley Agraria vigente
es que podría fomentar nuevamente el latifundio, ya que entre varias personas
podrían adquirir la totalidad del ejido (sabiendo que cada uno no puede adquirir mas
del 5% de las tierras totales de un mismo ejido), pero realizan la misma estrategia y
compran en los demás ejidos. ¿Y que pasa cuando ese grupo en su mayoría son
prestanombres y sólo uno es el que en realidad detenta la tierra en la zona? Esa
situación se podría estar dando con los gobernantes o líderes de partidos. Sin
embargo, y a pesar de que fue un comentario realizado por un ejidatario, valdría la
pena verificar en futuras investigaciones si en realidad esta situación se ha estado
presentando.
En este sentido, se deja sobre la mesa algunos de los posibles nichos de
investigación relacionados con el presente proyecto tales como:
Analizar aspectos relacionados con la calidad ambiental en los ejidos,
principalmente con la pérdida de productividad de las parcelas agrícolas.
Profundizar en la contextualización del proceso productivo y de renta de suelo
con referencias a contextos macroeconómicos
Determinar qué está pasando con la tierra que ha sido desincorporada del
régimen ejidal, pero que actualmente no está siendo utilizada ni para fines
urbanos ni para producir. ¿Qué beneficios directos e indirectos les trae
consigo esta situación a sus propietarios?
Determinar los costos de la tierra y costos de transacción de compra-venta de
las parcelas, haciendo una comparación entre los precios de tierras de origen
ejidal y de pequeña propiedad; y
Analizar las nuevas dinámicas de las tierras de pequeña propiedad donde se
han empezado a reubicar los ex ejidatarios.
187
Bibliografía
ABRAMO, P. (2005). La ciudad Caleidoscópica: mercados de suelo y segmentación
socioespacial. Dinámica de los mercados de suelo (formal e informal) y forma híbrida
de las ciudades latinoamericanas, presentado en el Primer Congreso Nacional de
Suelo Urbano, México.
AGUILAR, F. (2001). Morelia. Urbanización en tierra ejidal. Universidad Autónoma
Metropolitana, Edo. de México.
ASSENNATTO, S. y de León, P. (s.f.). La democracia interna en el ejido en
publicaciones de la Procuraduría Agraria en línea disponible en
http://www.pa.gob.mx/publica/pa070408.htm
BORSDORF, A. (2003), Cómo modelar el desarrollo y la dinámica de la ciudad
latinoamericana, revista EURE, vol. 29 no. 86, mayo; disponible en
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0250-71612003008600002&script=sci_arttext
BORTHAGARAY, A. (2006). Propuestas para ciudades latinoamericanas: cambio de
proyectos de capital intensivos a proyectos de inteligencia intensiva. Efectos
económicos, sociales y de medio ambiente en la asignación de recursos públicos.
XXXIII Seminario Internacional de Presupuesto Público. Obtenido en
www.apapp.org.py/files/seminario-2006/miercoles-26/Andres%20Borthagaray.doc
BOURNAZOU, E. (2001). El mercado del suelo y su papel en el proceso de
urbanización. Compendio del Primer Seminario Internacional de Mercados de Suelo
Urbano, (pp. 339-355).
CAPOROSSI, C.; Díaz, F. y Romo, C. (2004). Consideraciones sobre el Crecimiento
Periurbano: Procesos de expansión y consolidación urbana en la periferia de
Córdoba. Temas de Ciencia y Tecnología, 2, Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina. Obtenido en secyt.unc.edu.ar/Temas/Temas5/Caporossi.htm
188
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
CARRILLO, J. (2006). Planeación de la movilidad urbana sustentable, Universidad
Veracruzana, 1-11. Obtenido de la Red Mundial el 17 de mayo de 2006 en:
http://www.sedesol.gob.mx/sitiosdeinteres/PonenciaVer/Documentos/Presentaciones
CASTELLS, M. (1986). Problemas de investigación en sociología urbana. 11a. ed.,
trad. de Enrique Grilló, México, Siglo Veintiuno Editores.
CEJA, C. (2004). La política social mexicana de cara a la pobreza. Scripta Nova
Revista Electrónica de geografía y ciencias sociales, VIII. Obtenido en la Red
Mundial el 15 de diciembre de 2005: http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-176.htm
CERNADAS, V. y Otsuni, F. (2006). Algunas reflexiones sobre las transformaciones
en el precio del suelo en un contexto de renovación urbana: el caso de la Boca.
Revista Electrónica Mundo Urbano, (pp.1-16). Obtenido en la Red Mundial el 31 de
marzo de 2006: http://www.mundourbano.unq.edu.ar
CHÁVEZ, M. (2005). Producción de suelo urbano en la Zona Conurbada Colima-Villa
de Álvarez 1979-2000. Tesis doctoral. Universidad de Colima, Facultad de
Arquitectura y Diseño, Coquimatlán.
CHILDE, V.G. (1954). Los orígenes de la civilización, Fondo de cultura económica,
México.
CLICHEVSKY, N. (2002). Tierra vacante en ciudades latinoamericanas (comp.).
Lincoln Institute of Land Policy, Ontario.
SEDESOL, CONAPO e INEGI. (2004). Delimitación de las Zonas Metropolitanas en
México. 1ª. Ed. México.
CONOLLY, P. (1988). Crecimiento urbano, densidad de población y mercado
inmobiliario, Revista A, IX, núm. 25, 1-29.
CRUZ, M.S. (2001). Propiedad, poblamiento y periferia rural en la Zona Metropolitana
de la ciudad de México, Red de Investigación Urbana y Universidad Autónoma
Metropolitana Unidad Azcapotzalco, México, D.F.
-------- y Azuela, A. (1989). La institucionalización de las colonias populares y la
política urbana en la ciudad de México (1940-1946), Revista Sociológica, UAM
Azcapotzalco, año 4, núm. 9, 1-17.
Bibliografía
189
DELGADO, J. (1989). De los anillos a la segregación. La ciudad de México, 1959-
1987, Estudios Demográficos y Urbanos. 4, 241-245.
DUCCI, M.E. (2001). Introducción al urbanismo. Conceptos Básicos. Ed. Trillas,
México.
--------- (2000), Santiago: territorios y anhelos y temores. Efectos sociales y
espaciales de la expansión urbana, Revista EURE, vol. 26, no. 79, diciembre de
2000, disponible en http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/196/19607901.pdf
FERRÁS, C. (2000), Ciudad dispersa, aldea virtual y revolución tecnológica.
Reflexión acerca de sus relaciones y significado social en Scripta Nova, Revista
Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, no. 69(68), 1 de agosto de 2000, p. 1-
12
GARCÍA, B. (1988). La actividad inmobiliaria en la ciudad de Querétaro 1960-1982.
Instituto de investigaciones sociales, Universidad Nacional Autónoma de México,
México, D.F.
GARCÍA R., S. (1993). Elementos de Derecho Procesal Agrario, Porrúa, México.
GONZALEZ, A. (2005). Las estrategias y procedimientos en torno a la organización
del suelo, en espacios de interacción ubano-rural en la periferia de la Zona
Metropolitana de la Ciudad de México. El caso del pueblo de San Pablo de las
Salinas, Municipio de Tultitlán. Actas del I Congreso Nacional de Suelo Urbano (pp.
1-25).
GONZÁLEZ, C. (2004), El transporte y la ciudad, en el contexto de la sostenibilidad
urbana. Universidad del Valle, Cali-Colombia, disponible en
azimuth.univalle.edu.co/tranyciu.htm
GRAIZBORD, B. y Salazar, H. (1986); en Delimitación de las zonas metropolitanas
de México (2004), documento digital generado por SEDESOL, CONAPO e INEGI,
disponible en http://www.conapo.gob.mx/publicaciones/ZMdelimita/01.pdf
HALL, P. (1996), The Global City, en International Science Journal, p. 147
190
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
HIERNAUX, D. y Lindón A. (2001). Vida urbana y ocupación del suelo en el Valle de
Chalco. Compendio del Primer Seminario Internacional de Mercados de Suelo
Urbano (pp. 199-216).
HERNÁNDEZ, A. (2005), Mecánicas de incorporación de suelo de origen social al
desarrollo urbano. Actas del I Congreso Nacional de Suelo Urbano (pp. 1-27).
HORMIGO, J.P. (2006). La Evolución de los Factores de Localización de Actividades,
Universidad Politécnica de Cataluña. Disponible en:
bibliotecnica.upc.es/PFC/arxius/migrats/54987-8.pdf
IRACHETA, A. y Smolka, M. (2000). Los pobres de la ciudad y la tierra. El Colegio
Mexiquense A.C. y Lincoln Institute of Land Policy, Zinacantepec, Edo. de México.
----- (1984). El suelo, recurso estratégico para el desarrollo urbano. Universidad
Autónoma del Estado de México, Toluca, Edo. de México.
JIMENEZ, E. (2000). El principio de la irregularidad. Mercado de suelo para vivienda
en Aguascalientes, 1975-1998. Universidad de Guadalajara y Centro de
Investigaciones y estudios multidisciplinarios de Aguascalientes, México, D.F.
LINARES, J. (2005). Evolución de los precios del suelo urbano en el oriente de la
Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) 1960-2005, Actas del I
Congreso Nacional de Suelo Urbano (pp. 1-23).
MACEDA, A. (2005). La integración de las áreas ejidales al crecimiento urbano de la
Ciudad de Puebla. El caso de Santa Cruz de Guadalupe. Actas del I Congreso
Nacional de Suelo Urbano (pp. 1-9).
MACIAS, A. (2004). Crecimiento económico y competitividad en las regiones. Las
ciudades medias de Jalisco: el caso de Zapotlán El Grande. Revista Región y
Sociedad, XVI, 39-82
MEDINA, M.; Martínez, C.; Romero, H. y Sosa, I. (s.f.). Estructura Socioeconómica
de México II, El nuevo modelo de desarrollo y los cambios en la estructura
socioeconómica de México de 1980 hasta nuestros días, Colegio de Bachilleres,
México, p.1-122. Obtenido en la Red Mundial el 18 de noviembre de 2006:
Bibliografía
191
www.conevyt.org.mx/bachilleres/material_bachilleres/cb6/6sempdf/esemiipdf/eseme2
_fas.pdf
MEDINA C., S. (2006). La reforma al artículo 27 constitucional y el fin de la propiedad
social de la tierra en México. Colegio de México. pp.1-21. Obtenido de la Red
Mundial el 23 de junio de 2006: www.cmq.edu.mx/docinvest/document/DI121407.pdf
MOLLÁ, M. (2006). El crecimiento de los asentamientos irregulares en áreas
protegidas. La delegación Tlalpan. Revista en Investigaciones geográficas, 60, p.83-
109. Obtenido en la Red Mundial el 23 de noviembre de 2006:
http://www.igeograf.unam.mx/instituto/publicaciones/boletin/bol60/b60art5.pdf
MORENO, A. (2005). Relaciones de poder en el proceso de urbanización. Evolución
de poder en el ejido de San Pedro Atzompa, municipio de Tecámac, Estado de
México, de 1993 a 2003. Actas del I Congreso Nacional de Suelo Urbano (pp. 1-16).
NEGRETE, M. y Salazar, H. (1986) en Delimitación de las zonas metropolitanas de
México (2004).
OLAY, M. (2004). Arqueología de Colima en Braniff Cornejo Beatriz (coord.).
Introducción a la arqueología del Occidente de México (colección orígenes).
Universidad de Colima- CONANULTA-INAH, México.
OLAY, M. (1997). Memoria del tiempo. La arqueología de Colima. Universidad de
Colima-Gobierno del Estado de Colima-CNCA, México (Historia General de Colima,
Tomo 1).
OLIVERA, G. (2005). La reforma al artículo 27 y la incorporación de las tierras
ejidales al mercado legal de suelo urbano en México, Scripta Nova, Revista
electrónica de geografía y ciencias sociales, IX, p.1-11. Obtenido en la Red Mundial
el 18 de octubre de 2006: www.ub.es/geocrit/sn/sn-194-33.htm
ORTEGA, M. y Gómez, E. (1999). Propuesta para la incorporación de suelo para
vivienda en las ciudades de Colima, Villa de Álvarez, Tecomán y Manzanillo en el
Estado de Colima (1979-1997), Universidad de Colima. Coquimatlán.
192
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
PALACIO, V. (2001). Las tierras de alta productividad frente al mercado de tierra
urbano. Compendio del Primer Seminario Internacional de Mercados de Suelo (pp.
60-80).
PUJADAS, I. (2005), De la ciudad compacta a la ciudad dispersa: movilidad
residencial en la Región Metropolitana de Barcelona, 1982-2000; presentado en la
XXV Conferencia Internacional de Población, versión digital disponible en
iussp2005.princeton.edu/download.aspx?submissionId=50809
RAMIREZ, E. (2001). Formación de precios y plusvalías en la expansión urbana
sobre terrenos rurales. Compendio del Primer Seminario Internacional de Mercados
de Suelo Urbano (pp. 27-36).
SCHTEINGART, M. y Salazar, C. (2003). Expansión urbana, protección ambiental y
actores sociales en la Ciudad de México, Revista de Estudios Demográficos y
Desarrollo Urbano, México, 18, 433-460.
SOBRINO, J. (2003) en Delimitación de las zonas metropolitanas de México (2004).
TAPIA Castañeda, Víctor M. (s.f.). Seguridad Alimentaria, una visión contemporánea,
Obtenido de la Red Mundial el 8 de mayo de 2006:
http://www.edomexico.gob.mx/cemapem/paramo/param3/htm/p3Seguridad%20alime
ntaria%20una%20vision%20contemporanea.htm
UNIKEL, L. (1976), El desarrollo urbano de México. El Colegio de México. México.
VARGAS, R. (2001). Impacto del suelo de origen social en los mercados de suelo
urbano. Compendio del Primer Seminario Internacional de Mercados de Suelo
Urbano (pp. 389-413).
Otras fuentes:
Agencia Europa del Medio Ambiente (2006) en EEA Briefing, La expansión urbana
descontrolada en Europa. Obtenida en la Red Mundial el 26 de julio de 2006:
http://reports.eea.europa.eu/briefing_2006_4/es/eea_briefing_4_2006-ES.pdf
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Bibliografía
193
Diarios Oficiales de la Federación. Publicación de Decretos de ampliación. Obtenidos
en la Red Mundial: www.dof.gob.mx
Diarios Oficiales de la Federación. Publicación de Decretos expropiatorios. Obtenidos
en la Red Mundial: www.dof.gob.mx
Enciclopedia de los municipios de México. Obtenido en la Red Mundial: www.e-
local.gob.mx/wb2/ELOCAL/ELOC_Enciclopedia
Ley Agraria
III Informe de gobierno del Estado de Colima, período octubre 2005-septiembre 2006
INEGI, (2006), Núcleos Agrarios. Tabulados Básicos por Municipio. Colima. Abril
1992-Agosto 2006.
INEGI. II Conteo de Población y Vivienda 2005
Periódico Oficial El Estado de Colima, publicaciones del período 1990-2006.
Consulta de documentos en Archivo de Gobierno del Estado y en la Red Mundial:
http://148.235.70.104/periodico/peri/indexp.php
RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Acatitán, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Cardona, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido El Diezmo, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Francisco I. Madero, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido La Estancia, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Lo de Villa, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Piscila, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Buenavista, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido El Trapiche, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Villa de Álvarez, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Pastores, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Coquimatlán, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Los Limones, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Comala, consulta en archivo RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido Nogueras, fotocopias RAN. Resolución presidencial de dotación del ejido El Pedregal, fotocopias RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Acatitán, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Cardona, consulta en archivo
194
LA INTEGRACIÓN DE ÁREAS EJIDALES A LA EXPANSIÓN URBANA
El caso del Área Metropolitana de Colima 1990-2006
RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido El Diezmo, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Francisco I. Madero, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido La Estancia, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Lo de Villa, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Piscila, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Buenavista, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido El Trapiche, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Villa de Álvarez, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Pastores, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Coquimatlán, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Los Limones, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Comala, consulta en archivo RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido Nogueras, fotocopias RAN. Asignaciones de dominios plenos del ejido El Pedregal, fotocopias
Top Related