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7
La Leccin
de a
historia
Se ha c b do una poca
l
padre Vassilij con su grupo de artistas haba
acabado un gran fresco sobre las cuatro paredes de
la iglesia de las religiosas de la Santsima Virgen.
a
desde haca algunos das la superiora bromeaba
diciendo que; para festejar la finalizacin de la
obra ella
en
persona hara una buena parrillada.
l
puado de artistas
propuso
al
padre
Vassilij
que puesto que la religiosa antes de convertirse
en
superiora haba sido profesora durante toda la
vida siempre en aulas y bibliotecas sera mejor si
la barbacoa la hacan ellos. As fueron compra-
ron la carne el carbn y prepararon todo.
Lleg el momento de la parrillada.
l
padre Vas-
silij con un artista y la superiora se arremangaron
para encender el fuego. Cuando la brasa estuvo lista
y
ya
haba llegado a la temperatura adecuada pusie-
ron encima la carne.
t:
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eoun r m de lmen dro
Mientras estaba en
el fuego el
ltimo plato
de cevapcici y en torno a la parrilla
se ya
haban
reunido todas las religiosas de la casa y los cinco
artistas,
una
de las jvenes hermanas, Nezka,
se
acerc diciendo: Padre Vassilij, puedo hacerte una
pregunta precisamente de parrillada?.
Por supuesto, respondi Vassilij. Sor
Nezka
reanud:
Durante
la semana escuchando tus
homilas, en las cuales explicabas cada da un trozo
de la obra que estabais haciendo, me asombraba la
certeza con la cual dabas
por
descontado que est
empezando una nueva poca y que, en consecuencia,
nuestra forma de vivir la vida religiosa y de hacer
pastoral cambiar radicalmente. Dicho con toda
franqueza, me pareca
un
poco exagerado. Si me
permites,
un
poco demasiado seguro, como
si
vieras
ya
que ser justo as.
Una pregunta muy distinta que de parrillada
Has elegido precisamente el momento oportuno
Pero, te parece que te responda a una pregunta tan
exigente mientras est la ltima porcin de cepavcici
en el fuego?.
Oh, padre
-brome
Nezka- espero que entre
estos cepavcici est tambin tu porcin.
Y
por tanto,
mientras comes, podras tambin decirnos algo. El
otro da, partiendo precisamente de lo que decas,
hice una reflexin preocupada, por no decir dra-
328
La leccin
de
la historia
mtica, sobre nuestro futuro. Por todo lo que has
dicho, me pareca haber entendido que la Iglesia,
tal como ha sido estructurada y como
se
ha p e r i ~
bido a
s
misma durante los ltimos cuatro o cinco
siglos, est para pasar a una nueva poca en la que
el horizonte espiritual y cultural cambiar radical
mente.
He
sacado la consecuencia de que nosotras,
que fuimos fundadas a comienzos del siglo XIX,
estamos circunscritas a una poca cultural y espi
ritual que prcticamente, en tu opinin, ha termi
nado. Entonces he llegado a la conclusin de esta
es
una posible explicacin de la falta de vocaciones
y de
por
qu nuestra vida
se
ha varado en muchas
dificultades de relaciones entre testarudeces y pro
tagonismos .. Pero no logro casar lo que dices con el
hecho de que el Vaticano
II
indique que se vuelva a
nuestras fuentes. Nosotras, de nuestro fundador, de
santsima memoria, un hombre santo, no logramos
sacar algo que hoy pueda darnos una nueva vitali
dad, un nuevo impulso.
l puso en marcha obras que para su tiempo eran
realmente significativas e importantes y nos ha dado
algunas bases de una espiritualidad que haca de
trasfondo a nuestro trabajo. Pero hoy precisamente
estas obras ya no funcionan. Nosotras mismas, en la
obra, somos la minora, y esta espiritualidad tengo
la sensacin de que no resistir, de lo contrario esta-
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3/20
eo una rama de almendro
ramos un poco ms vivas ... Pero es una sensacin
general no solo nuestra.
Durante
algunos aos he
sido la maestra de novicias mientras las tenamos y
entonces suceda que me reuna con otras maestras
esencialmente de institutos fundados en
el
siglo XIX
cada una con
su
carisma a decir verdad bien trazado.
Pero todos estos carismas a los que nos remitamos
no los vea porque bsicamente hacamos todas ms
o menos las mismas obras las mismas oraciones las
mismas devociones ...
T
me has ofrecido el marco
para aclarar racionalmente los problemas que empe
zaba a advertir y para confirmarme que no se trata de
sensaciones pasajeras sino de signos que deben ser
tomados en serio. Has entendido entonces cuntas
cosas graves ests diciendo?.
Vassilij distribuy los cevapcici Prepar una por
cin tambin para l aadiendo un poco de cebolla
fresca recin
cortada
y de rbano rallado. Dijo:
Bueno
si
estn listos o para quien lo est quizs
podra probar a decir algo.
Tu
pregunta ha sido sufi
cientemente provocadora.
En primer lugar se me ocurre decir que no hay
que despedirse tan rpidamente de los fundadores.
No se
trata de despedirse de ellos sino de acercarse
a ellos espiritualmente. Lo cual significa no tomar
a la letra lo que dicen en sus textos y lo que hicie
ron en sus gestos sino ver cul era
el
modo de su
330
a
leccin de la historia
creatividad en la poca en que vivieron porque
all
dentro hay un mensaje espiritual que va ms all de
su
tiempo. Si no bebemos de ah si no llegamos a su
ltimo horizonte lo que han hecho y pensado como
respuesta a su tiempo no representa ya una inspi
racin no es ya una indicacin para la nueva poca
que
ya
asoma ni tampoco para nuestro tiempo de
transicin.
Ha
podido serlo durante mucho tiempo
mientras el paradigma espiritual y cultural era el
mismo pero hoy este paradigma se ha cerrado.
stratificaciones
Vassilij invit a todos a que
se
sentaran un instante.
Se llev la silla
junto
a la parrilla bromeando sobre
que
si
la conversacin
se
prolongaba pondra an
algo en el fuego.
Mirad
comenz
nuevamente- una de las artes
espirituales ms importantes es la conjuncin de la
contemplacin y el discernimiento. Este es el arte
de los sabios. Normalmente estamos acostumbra
dos a contemplar las cosas pero como nos repite
constantemente el padre Boguljub- nosotros los
cristianos estamos llamados a ser maestros en la
contemplacin de la historia de los acontecimien
tos del flujo del tiempo y de las generaciones.
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Veo una rama de almendro
Ahora bien la contemplacin de la historia no
se
aprende mirando a la historia sino contemplando
la historia de la salvacin en su propia historia.
Y
cuando
se
asume esta ptica muy pronto
se
vislum-
bra que lo que resuena en nosotros no solo depende
de nosotros y de nuestros vecinos sino que hay olas
que atraviesan las pocas histricas y que al final
se
disuelven en nuestras almas.
La historia y nosotros en la historia: se trata de
un organismo y
es
dificil esbozar las fronteras entre
nosotros y el gran mundo la gran historia. No hay
diques secos entre hoy y los siglos lejanos. Estamos
todos trenzados en un tejido nico. Precisamente
como sucede en el fresco. Podemos poner un color
con una sola capa una pincelada fuerte pero
si
todo
el fresco estuviera hecho as sera extremadamente
plano y el efecto que producira sera el cansancio.
Muy pronto el fresco aburrira y se llegara incluso
a rechazarlo a no soportarlo ya.
En
cambio
si
una
parte as pintada con
un
color plano fuerte intenso
se
encontrara en el conjunto de zonas donde hemos
pasado cientos de veces
con
trasparencias con
estratos ligersimos de color entonces la tonalidad
tendra un aspecto profundo vivo una estratifica-
cin de la vida.
La
historia
es
una estratificacin
y
en
estas capas
se
esconde la mina de la sabidura.
Entonces entrar en estas capas significa asomarse
La leccin de la historia
a los meandros de la vida.
Y
cuando te alejas ves
que esta vida
es
un paso continuo de la historia de
la humanidad y de lo creado en el cuerpo de Cristo
una continua transformacin en Eucarista.
a noche
Pero cmo
ha
asumido Cristo la historia?
No
solo en la noche de Beln que el gusto humano
ha velado en algo clido tierno bonito conmove-
dor. No lo
ha
hecho mediante toda su vida hasta
su vuelta al Padre y el
don
de
su
Espritu que
ha
derramado sobre nosotros precisamente en la hora
de la muerte.
l
ha muerto dndonos su aliento
para que lo acojamos y empecemos a vivir. Existen
aspectos dramticos al adoptar la humanidad.
El
triduo pascual
es un
proceso de luces y sombras. Y
el evangelio de Juan est jalonado en das y noches.
Por qu en la creacin del mundo no aparece
nunca la noche sino solo la tarde y luego ya la
maana? No habr acaso
un
motivo? El pecado
nos ha revelado la noche.
La
lgica humana prefiere
el da y rechaza la noche igual que prefiere la vida
y rechaza la muerte.
En
cada ciudad el cementerio
est fuera lejos de las casas.
La
muerte
se
elimina
se
prefiere una va recta ancha fcil triunfante .. Pero
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Veo una fama de almendro
la noche
es
importante, totalmente importante en la
historia de la salvacin. Baste pensar que
en
la reve
lacin bblica la noche hace prcticamente de teln
de fondo a la suprema revelacin de la accin salv
fica de Dios
y
por tanto, a la manifestacin de Dios
como amor.
Era
de noche cuando Moiss sali de
Egipto, la noche estaba en la mitad de su recorrido
cuando la Palabra
se
lanz desde el cielo, era de
noche cuando naci Jess, era de noche cuando fue
traicionado, cuando muri
se
hizo de noche, cuando
resucit era an de noche .. Entonces, la verdadera
contemplacin nos ensea a captar el relato del da
y la noticia de la noche.
Pero,
en
esta
trabazn
de noche y de da, es
interesante sealar una cosa.
El
salmo dice:
El
da
al da le pasa el mensaje, la noche a la noche
se
lo
susurra (Sal 19,3).
No
dice que el da transmite
su mensaje a la noche y la noche se lo susurra al
da, sino que el da, saltando la noche, transmite su
mensaje al da sucesivo. Y la noche, eludiendo el da,
se
lo susurra a la noche siguiente.
Pavel Florenski,
en
un ensayo suyo titulado a
estratificacin
de
la cultura ege \ elabora precisa-
Napl
as
tovanija
egt;jskoj
kul
tury, en
Bo
go
slovskij
ves
tn
ik 2,6, M osc 1913, reto-
mado en Pervye sagiJil
osqfi
l
i
z l
ekcit
po
is
torii Jil
osqfi
li 1, Sergiev Posad 1917,
33-75 y finalmente, en Socnenija
v cetyr
ech
tom
ach n M osc 1994 91-130.
Una
traduccin
iraliana
de esta ltima variante se encuentra en
N. MI
SLER
ed.),
Stratificazioni
Reggio
Emilia 2008,
11
167.
La leccin de la hlstorla
mente esto que estamos diciendo,
es
decir, que a
cada poca histrica le sigue
otra
no de manera
lineal, es decir, no vinculndose
directamente
a
la anterior, sino remitindose a la precedente.
Es
decir,
es
como
si
hubiera, dos recorridos paralelos
que, alternando el uno y el otro, parecen ignorarse
mutuamente.
Hasta
tal punto que Florenski pone
este ejemplo: cuando te levantas por la maana,
saliendo de la noche, no haces lo que has soado de
noche, sino que pones en acto lo has pensado el da
anterior y te dedicas a las preocupaciones del da.
As
se
ve claramente que el da confa el men-
saje al da, saltando, en cierto sentido, la noche. Lo
mismo dicen Soloviev, Berdiaev, Ivanov .. Ivanov
habla de poca orgnica y de poca crtica
2
.
La
poca orgnica es aquella
en
la que se trata de
profundizar la verdad liberadora y fascinante de la
verdadera realidad de las cosas.
Es
una poca en la
que el hombre, la naturaleza, todo lo creado se unen
en una fidelidad unitiva
y por
tanto, constructiva.
Una
poca, pues, que se expresa
mediante
una
mentalidad ms simblica, ms ntegra, dotada del
carcter ininterrumpido de la tradicin , del inte
lecto nico de la cultura . Esto porque la primaca
se
da a la vida, donde cada cosa
es
considerada bajo
2 simbolismo
e
la
grande arte en
E. L.
GA
ITO, L eJl
e
tiea
e
la
poetiea
in Russia,
Florencia 1947, 478-48
1.
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Veo
una rama de almendro
llega la noche. Puedes empujar todo lo que quieras
la noche en el da pero el sol arroja la oscuridad
de la noche. Y
el
nuevo da no seguir la actividad de
la noche ni tomar su mensaje sino que buscar ins-
piracin en el da anterior. As hay una continuidad
entre la noche y la noche y entre el da y el da.
La
noche se inspira en la noche anterior y el da en el
da anterior.
Pavel Florenski pone un ejemplo a partir de la
cultura egea que considerando todos sus vnculos
que
se
remontan hasta el neoltico desarrolla una
gran cultura de la vida. Por eso
es
muy simblica.
Tenis presentes todos esos objetos arqueolgicos
hechos de estatuillas de la madre tierra con los cos-
tados anchos? Luego llega una poca que se aleja
radicalmente de esta sensibilidad: es
el momento
de 10 clsico con su elaboracin ideal intelectual.
Es testigo de ello el gran arte clsico y su arquitec-
tura donde
se ve
el dominio del intelecto donde el
arte hace cuerpo con la idea. Venus por ejemplo se
separa muchsimo de estas estatuillas de la madre
tierra. Su imagen
ya
no
es
simblica pero su forma
est plasmada sobre la idea de perfeccin. Se desa-
rrollan un pensamiento y una reflexin cada vez
ms autnomos
tambin
con respecto a la vida.
Ms
an uno
se
dirige a la vida buscando la capa-
cidad de gestionarla de organizarla. Se desarrolla al
La leccin de la historia
mximo la organizacin y el dominio del cosmos
preparando un trasfondo para la ciencia y la tcnica.
luego tambin esta poca empieza a ir hacia su
declive y
se
comienza a vislumbrar el amanecer de
una nueva era. Se advierte una desilusin respecto
de los sistemas utilizados para comprender la vida
se levantan voces escpticas comienza una sistema-
tizacin de las nociones acumuladas la tendencia a
crear manuales que ayuden a transmitir y consolidar
1 que ya se ha descubierto .. No es acaso toda este
inventariado
un
hacer cuentas con
l
cultura pasada?
n
efecto
se
asocia a
un
sentido de muerte difun-
dido a la sensacin de una cultura moribunda.
Pero hay que estar especialmente en guardia
en estos momentos de transicin porque son los
ms difciles cuando surge 1
peor porque son el
perodo de la lucha entre
10
que quiere prolongarse
y las nuevas fuerzas que intentan consolidarse. Pero
la fase posterior llega inexorablemente. Despus
de la poca clsica como recuerda Florenski est
la llegada de Cristo y la Iglesia.
Y
en efecto bajo el
aspecto del lenguaje cultural el paleocristiano y la
dad
Media retoman el relato simblico
es
decir
la vida y elaboran el smbolo
en
el sentido ms
noble que basan en Cristo mismo y la indudable
unidad que l realiza de los dos mundos. Triunfa la
liturgia la poesa el arte
es
la va del conocimiento.
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eo
una rama de almendro
Los cristianos hacen surgir el primado de la vida
del testimonio incluso se podra decir la primaca
del martirio como certificacin ms explcita de la
vida que fluye dentro de ellos. Y precisamente por
esta prioridad de la vida se elaborar y crecer una
cultura que por lo tanto ser necesariamente sim
blica
es
decir reveladora.
El
romnico y el primer bizantino como tambin
los testimonios de la zona siraca copta armenia
desarrollan una arquitectura y un arte que encierran
el misterio de la liturgia y de la teologa: el hombre
prepara ofrece se abre
es
dialgico invoca y Dios
viene acta salva trasfigura.
Es
el triunfo de la
divino-humanidad. Esta poca aunque absoluta
mente nueva -precisamente a causa de la divino
humanidad de Cristo como lugar de la revelacin
de
un
Dios no solitario no mgico no confundido
con las fuerzas csmicas sino Seor de lo creado
que
es
comunin que
es
amor-
desde un punto de
vista cultural encuentra su inspiracin no en la poca
inmediatamente anterior sino en la pre-precedente:
el da vinculado al da y la noche a la noche.
La
baja Edad Media anuncia ya el atardecer y
empiezan a surgir indicios de una nueva etapa: el
Renacimiento la Modernidad. Y este nuevo tiempo
no
se
inspira
en
Basilio Magno
en
Agustn en el
romnico
en
el bizantino sino en la poca anterior
La leccin de la historla
en
Aristteles en lo clsico
en
Apolo en Venus ...
Se desarrollan la racionalidad la metodologa la
tcnica la filosofa lgica preludio de la ciencia
y de su metodologa. Esta vez la organicidad de
la integracin espiritual comunional agpica no
formar parte de la sensibilidad de la nueva poca.
Esta poca reanuda una elaboracin cultural basada
en el individuo. Dios Padre el Dios nico
es
decir
la comunin de tres personas cede el puesto a la
esencia filosfica tanto que se empieza el tratado
desde el
e Deo uno
La
mstica la poesa retro
ceden
ante la claridad de la argumentacin. Se
llega a vertiginosas capacidades de organizacin
de estructuracin. Y se desarrolla un antropocen
trismo radical. Parece una reaccin violenta a las
exageraciones crepusculares de la era anterior que
ya empujaba el predominio de lo divino como ideal
sobre lo humano.
Y
tambin cuando esta nueva
poca crtica que llamamos Modernidad empieza
a llegar a su fin llega lo peor.
El
fin de la Moder
nidad adems de un bao de sangre inagotable ha
sido el triunfo monstruoso de las ideologas sobre el
hombre.
En
nombre de la idea la vida humana no
vale nada. Se ha perdido la visin del hombre. Por
eso amigos nosotros estamos todava aqu
en
este
trnsito
en
esta transicin a la nueva etapa pero ya
se ven despuntar las luces.
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Veo una rama de almendro
Ahora, querida Nezka, quizs intuyes ya la res
puesta a tus preguntas. Comprendes ya que, por
esta alternancia de sensibilidades culturales, para
comprender la visin del
mundo
que existir en
el futuro, no debemos aguar lo que
se
est con
cluyendo.
Es
preciso recurrir a lo que exista antes
de la poca moderna, del mismo modo que, para
comprender la filosofa de la edad moderna, era
necesario dirigirse a la filosofa antigua.
Grandes pensadores, tanto aquellos que he men
cionado antes, como del Occidente
-baste
pensar
en Romano Guardini o en Henri de Lubac- con
mucha lucidez han intuido todo esto. El Vaticano II
fue precisamente la celebracin eclesial de semejante
intuicin y la apertura de la Iglesia a la nueva poca.
De joven tuve la oportunidad de reunirme con De
Lubac, que pas una vez por nuestro monasterio.
Confieso que entonces no le entend, pero ahora
comprendo muy bien cuando nos deca que la mag
nitud del Vaticano II consiste sobre todo en poner
a la Iglesia en una actitud de no discusin con el
mundo, sino de sorpresa respecto de
l
inspirndose
en el primer milenio, en la poca patrstica. Entonces
no entenda a De Lubac, cuando le escuchbamos
tras la cena, mientras deca que nuestra poca y la de
maana sern mucho ms parecidas a la alta
Edad
Media
que a la poca moderna o al siglo pasado ..
La leccln de la hlstorla
Mira, Nezka, todo el esfuerzo que hicimos en
estas ltimas dcadas, o incluso en este ltimo siglo,
para ir al paso con el mundo, para fundar todo sobre
las ciencias auxiliares, para desarrollar las metodo
logas pastorales basndonos sobre las tcnicas de
esta cultura, era una trampa. Era una tentacin. Y
nosotros, como estpidos, hemos cado dentro, sin
obtener nada. Tambin el estudio de los padres y del
monacato antiguo
se
hizo de manera abstracta, aca
dmica, sin una participacin en la vida. Ha sido el
estudio de los textos.
Aun
con toda la gratitud que
debemos a estos estudios por el hecho de que nos
han devuelto los escritos de padres, dichos estudios
tienen el lmite de habernos presentado a los padres
d
Od d
.
omo pensa ores con 1 eas o
octnnas
como
si
fueran telogos de hoy ignorando la dimensin
eclesial de su pensamiento, y la comunin que noso
tros vivimos con ellos en el nico cuerpo de Cristo.
O bien prueba a pensar
en
las vocaciones:
Cuntos esfuerzos, cuntas comisiones hemos
creado sin que pasara nada Est claro que las voca
ciones para una vida y para obras estructuradas a
partir de una sensibilidad cultural propia de una
poca pasada
ya
no existirn, porque estamos
ya
en
otro tiempo La vida religiosa pensada, ordenada y
realizada principalmente con estructuras mentales,
organizativas y operativas propias de una poca cr-
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eo una rama de almendro
primer amor de la teologa que la traduccin de la
teologa es ya la pastoral y que la vida espiritual es
el fundamento del pensamiento. Estoy convencido
de que en el futuro ms que la idea contar la visin
ms que cualquier otra cosa surgir la importancia
de la persona y la vida estar vinculada a la capa-
cidad de traducir la
comunin
en las formas de
nuestra existencia y de hacer emerger una cultura
que respira que est viva y que
se
enraza en
un
misterio inagotable. Hay que dar vida tambin a las
cosas ya muertas que cargamos de la poca que nos
ha precedido y que han sido elaboradas indepen-
dientemente de la vida sin considerar a la persona
la comunin donde tambin el conocimiento est
roto y cada ciencia
es
un todo en
s
mismo. Tambin
la historia del arte demuestra cmo un arte que no
nazca de la vida real sino del pensamiento y del
ideal en la poca posterior se reelabora de forma
que llega a ser capaz de expresar la vida y de servir
a la vida. Precisamente el arte de los cristianos
certifica este aprovechamiento. Por ello tambin
hoy no se trata de rechazar sino de absorber en un
organismo vital todo el capital muerto de los cono-
cimientos de nuestro pasado.
S nuestra tarea la de los religiosos
es
exacta-
mente
eso: comprometernos
en
elaborar y hacer
emerger el paradigma de la nueva poca orgnica.
a
leccin de la historia
Esta es la gran vocacin de la vida religiosa
hoy
Todo el resto querida Nezka y queridos amigos
son detalles que nos mantienen ocupados que nos
hacen sentir que trabajamos pero que siguen siendo
absolutamente estriles porque la noche ha pasado
y la aurora de la nueva poca est ya muy avanzada.
Hoy por ejemplo para nosotros insistir sobre los
carismas que nos distinguen sobre las obras que flo-
recan an hace cincuenta u ochenta aos significa
no ser espirituales
es
decir no ser capaces de con-
templar la historia.
En
el horizonte
se
asoma
ya
una poca que nos
invita a llevar adelante el mensaje de la vida. Por lo
tanto
se
ha acabado todo el enorme andamio ela-
borado con una racionalidad separada de la vida y
que ya no nos puede ofrecer nada significativo.
En
esta poca pasada hemos puntualizado casi todo
respecto a Dios a Cristo al hombre .. pero
hoyes
evidente que de lo que ya no hemos sido capaces
es de indicar a Cristo hacerlo presente. As hemos
enjaulado a Dios en tantas nociones que su pater-
nidad ya no
ha
aparecido.
Ms
an
Dios
como
amor no lograba traspirar a travs de la enorme
especulacin y de todas las rgidas metodologas que
utilizbamos para demostrar la existencia. l final
tambin el hombre
se
ha
convertido en vctima de
s mismo. Lo que l mismo ha producido le est
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eo
una
rama de almendro
sofocando. No solo en el sentido ecolgico, con
la amenaza de lo creado, sino tambin intelectual
y psquicamente. Todo esto dentro de no mucho
parecer a aos luz.
Y
junto
a estas cosas, tambin
ha realizado su curso el devocionismo tan cargado
que acompaaba nuestro intelectualismo abstracto.
No
tiene ningn sentido ocuparse an de pequeos
detalles de una ceremoniosidad litrgica lastrada
por devocionismos teolgicamente dbiles, porque
ya est viniendo el da, en que se nos pedir volver
a beber de una tradicin cuyo relato
es
homogneo,
orgnico, donde la oracin, el pensamiento y la vida
debern volver a estar unidos. No hay
ya
tiempo que
perder en ocuparse del prestigio de la Iglesia y de su
influencia, como si se tratase de una sociedad para
la promocin de los valores y de las obras a lado de
otras muchas estructuras y sociedades y en compe
tencia con ellos.
Ya se
ha desvanecido la experiencia
de una Iglesia organizada de manera semi estatal,
o paraimperial. n el horizonte se vislumbra ya la
era que nos pide que seamos sal, luz y levadura, que
impregnemos desde dentro este
mundo
con una
inspiracin espiritual.
Ha
acabado el tiempo de la
luz proyectada desde el exterior, pero nos sumergi
remos en el da cuyo sol viene desde dentro, como
desde la Eucarista. Y ahora tenemos tambin
un
obispo de Roma que vive su magisterio de pontfice
a leccln de la historia
con esta teologa propia del Vaticano
JI.
Se espera
mucho que uno haga ver la fisonoma original de la
Iglesia Palabras, gestos, decisiones que
se
inspiran
en
una poca orgnica, que hacen respirar
un
aire
nuevo, haciendo ver con valenta que se ha acabado
una fase paraimperial de la comunidad eclesial y
que empieza el tiempo en que lo que importa
es
la manifestacin de la vida nueva en la Iglesia, que
es el lugar donde el Padre misericordioso acoge al
hombre herido por el pecado y lo cura, para que en
Cristo pueda redescubrirse como nueva criatura.
i
pnico
ni
nostalgia
En este momento podra surgir la pregunta: pero,
cmo
se
sobrevive en pocas que llevan adelante
un tipo de caracterizacin cultural menos favorable
a la comunicacin de la
fe?
Se me ocurre decir que
no es cuestin de supervivencia.
s
un proceso, y
est claro que, incluso en pocas en las que es ms
difcil comunicar la fe, existe siempre la Iglesia que
no
se
deja arrastrar por una lgica de poder intelec
tual, cultural, socio-poltico, econmico, sino que
conserva la vida silenciosa del cuerpo de Cristo. n
cada fase histrica de este tipo, hay minoras signifi
cativas. Pero, como son diferentes, no son tenidas en
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eoun r m de lme ndro
cuenta. Ms an a menudo son marginadas. Siem
pre hay pastores que velan como en la noche de
Beln. Hay siempre un guardia que vela de noche.
Y
como los pastores no eran considerados gran
cosa as lo son esos santos silenciosos quizs nunca
proclamados como tales durante la noche. Surgen
solo cuando viene el da.
En
la noche es importante
no dejarse arrastrar demasiado no dejarse asustar
intimidar pero sobre todo no dejarse implicar en la
mentalidad dominante.
Probad a pensar lo delicada que
es
la cuestin de
la Iglesia en los continentes en los cuales la evan
gelizacin ha tenido lugar en la poca moderna
donde fue llevada adelante por
un
cristianismo
con
una impronta
semiestatal: Amrica del Sur
frica Asia .. Ahora entendis
por
qu en estas
tierras surgen espontneamente cada vez ms te
logos y pensadores que quisieran engancharse al
da anterior a las culturas indgenas
y
sin embargo
advierten que de por s no pueden seguir el relato
de ese da aunque de todas maneras nosotros perte
necemos al relato del da de Cristo. Podis intuir lo
urgente que es en estas Iglesias el redescubrimiento
de una poca cultural homognea por sensibilidad
pero cristiana y por lo tanto del primer milenio
cristiano para poder hacer el relato
hoy.
De
lo con
trario como la historia de los aos recientes lamen-
La leccin de la historia
tablemente nos est confirmando pese al enorme
empeo en la evangelizacin el planteamiento de
la Iglesia en estas zonas no resiste el despertar de
la nueva poca sino que
se
siente perdido y sigue
actuando haciendo palanca sobre lo que les era
propio en los ltimos cuatro o cinco siglos es decir
una realidad que se est acabando como una etapa
de la historia que durante un perodo est llamada
a reposar.
Mirad de por s para nuestra generacin las
preguntas realmente superfluas son dos. La primera
es cmo superar la poca crtica de la Modernidad.
Esta no es en absoluto la pregunta de nuestra gene
racin ni de muchas de las prximas porque dicha
fase cultural ya ha concluido. Y la segunda pregunta
no actual
es
la de preguntarse cmo la Iglesia puede
recuperar sus posiciones de los siglos XV y XIX
y XX. Se trata de cuestiones verdaderamente fuera
de lugar porque nuestra pregunta verdadera
es
la
de cmo continuar el trabajo de la poca anterior
el trabajo sobre la vida. Aqu est nuestra tragedia:
no hemos conseguido hacer ver a Cristo no hemos
conseguido hacer ver la libre unin de lo divino y
de lo humano pero hemos hecho palanca sobre las
estructuras de fuerza de la disciplina mientras que
la vida de las personas
se
mueve sobre la libre adhe
sin.
Al
final de esta poca no conseguimos hacer
7/25/2019 La leccin de la Historia (M. Rupnik)
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eo unarama
e
almendro
emerger un testimonio de Iglesia como vida como
fiesta como manifestacin de
una
humanidad pe n
tecostal festiva como abundancia de vida. Cmo
no? Estamos llegando al final de este tiempo con
revoluciones guerras con una cultura de la muerte
la manipulacin del origen y del final de la vida. La
cuestin s la vida Hemos desarrollado una enorme
cultura intelectual religiosa para ser incisivos en la
cultura del mundo y estamos acabando con una
demudacin de dicha cultura precisamente porque
no estaba impregnada de vida. Ms an nuestra
racionalidad era el trasfondo de una gran actividad
de grandes estructuras de grandes obras que al final
han engullido a las propias personas.
En este escenario
s
podran contar muchsimas
cosas. Pero todo esto debe ser acogido de manera
contemplativa.
No
s trata de criticar no s trata
de saber cmo cambiar.
No s
trata en efecto de
cambiar. Se trata de despertarse y de empezar a
hacer lo que
s
decidi el da anterior no lo que
formaba parte de estos ltimos siglos. Estas son
las alternancias culturales histricas que no deben
ser comprendidas segn una estructura hegeliana
simplemente como el encadenamiento de
un
prin
cipio positivo y de uno negativo caminando hacia
la sntesis de los dos.
No
s
trata de ver cmo las
fases histricas contribuyen a la manifestacin de
a
leccin
e la
historia
un
espritu absoluto que ms all de los aconteci
mientos histricos contina su auto manifestacin.
No no
s
trata en absoluto de esto. Se trata de una
contemplacin litrgica eucarstica. Se trata de
tomar
la perspectiva del ritmo del o litrgico
cmo mediante la alternancia de los tiempos y de
las pocas madura la sabidura del cuerpo de Cristo
que
s
la Iglesia que cada vez ms ntegramente
s
adhiere a su cabeza a Cristo por amor en el amor
y con amor como esposa del cordero sacrificado
muerto resucitado y sentado a la derecha del Padre.
Se trata de la contemplacin de la divino-humani
dad de Cristo.
En
este sentido poco importa en s
si s
de da o de noche.
rincipio de trasfiguracin
Lo que emerge de la contemplacin espiritual
de la alternancia de las pocas culturales s que la
primaca de la vida est garantizada por el acon
tecimiento de Cristo y de la Iglesia.
Mirando
los
captulos de despedida del evangelio de Juan sus
cartas as como las cartas de Pablo los Hechos de
los apstoles y el Apocalipsis constatamos que la
vida en
Cristo
s
realmente la manifestacin de
una humanidad que revela el amor de Dios Padre
v ~
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eo una rama de almendro
y que
se
desarrolla y
se
realiza como una humani-
dad filial. Por eso el primado de la vida nueva la
primaca de la comunin como participacin del
hombre
en
la vida de Dios Padre Hijo y Espritu
Santo es la esencia de nuestra fe. Segn nuestra
fe precisamente a causa de la manifestacin de la
vida como comunin de las personas la existencia
se
articula a la manera del smbolo. Es decir uno
penetra
en
el otro manifiesta al otro
mediante
uno nos unimos al otro
.
. La relacin se enraza
siempre en la comunin eclesial y por tanto en la
gracia de la participacin
en
la vida divina. La vida
misma
es
la luz que hace comprender esta vida pre-
cisamente como comunin. Por eso la inteligencia
llega a
su
plena realizacin en una lgica sacramen-
tal donde
se
contempla el conjunto donde se
ve
uno y todo uno en todo y todo en uno.
Por eso cuando la Iglesia
se
encuentra
en
una
poca cultural orgnica
es
la luz del discernimiento
la que hace ver de qu vida
se
trata y cul es la vida
verdadera. La poca orgnica da la primaca a la
vida que las ideas y las leyes debern luego conser-
var y desarrollar. Pero la pregunta de fondo
es:
cul
es
esta vida a la que
se
le da el primado? Puede ser
una vida no solo entendida segn un estilo pagano
sino incluso concebida de
un
modo tan falso que
sea devastadora. Y no sirve combatir la poca que
La leccin de la historia
ha acabado segn su estilo es decir las ideas con las
ideas y las leyes con las leyes ... Se trata ms bien
de manifestar otra cualidad de vida que suscitar
otra inteligencia y promover tambin una nueva
comprensin y organizacin de la ley. Para esto
la Iglesia que en cada poca afirma la primaca de
una
vida que
es
luz
es
tambin la medicina que
preserva de los diversos misticismos de los vitalis-
mos
es
decir de una visin pagana de la vitalidad
que constituye el principal peligro de una poca
orgnica. Como esta poca nace reaccionando
contra el extremismo de una poca crtica donde
la naturaleza y la sociedad gestionaban todo ahora la
naturaleza y la sociedad deben adaptarse al sujeto
a sus gustos y a sus aspiraciones.
En
estas pocas la
Iglesia mantendr entonces constantemente unidas
la vida y la comunin incluso sostenindolas con
una inteligencia simblica. Mientras que
en
las
pocas crticas la Iglesia precisamente porque no
puede renunciar al primado de la vida de la per-
sona y de una mentalidad simblica sacramental
se convierte en defensa de la vida y luz crtica para
la poca crtica misma. Es capaz de desmantelar y
desenmascarar las fascinaciones idoltricas de la
razn del mtodo del sistema ..
Los
cristianos precisamente
porque
estn
en
Cristo no pueden nunca
estar sometidos
a un
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Veo un r m de lmendro
movimiento cultural cualquiera, tanto en las pocas
orgnicas como en las pocas crticas. Y nosotros,
los religiosos, situados en el corazn de la Iglesia
como explicitacin de la novedad de vida, del pri
mado de la vida, de la comunin, estamos llamados
a una particular creatividad,
una
creatividad inmu
ne a
1
que puede ser dominante en
el
mundo, para
ser propositiva, como sal y levadura, como la luz
de la vida que hemos recibido como regalo. Esto
vale especialmente en los momentos difciles de
trnsito como el que estamos viviendo, sobre todo
porque la poca que
se
concluye, una poca crtica,
ha conseguido absorbemos e imponernos mucha de
su mentalidad, muchos de sus criterios, alejndonos
de la vida.
Nezka,
podemos
concluir
esta
pregunta de
parrillada diciendo que has sido precisamente el
motivo gracias al cual ahora podemos irnos siendo
ms conscientes de la vocacin de la Iglesia
en
este tiempo y de la nuestra propia dentro de ella.
No perdamos ms tiempo con cosas que no favo
recen en nosotros la vida del Hijo y no abren al
conocimiento experiencial del Padre. Empecemos
a limpiar nuestras instituciones, nuestras obras,
de toda la morralla, aunque parezca de extrema
actualidad para el hombre contemporneo, pero no
es promocin y revelacin de la vida que confluye
a leccin de l histori
en el Padre, porque nos es dada por l, en el Hijo.
Es tiempo de orientarse con todas las fuerzas hacia
1
que el Espritu Santo llama las Iglesias y dejar
caer todas las soluciones condicionadas
por
una
poca que no quiere admitir que
ya
ha pasado.
Ya
no es el tiempo del neobarroco, el neohumanismo,
de todos los "neo-", ni de los minimalismos, sino
que es el tiempo de la creatividad de una Iglesia
proyectada hacia el cumplimiento.
En
este nuevo
paradigma, nuestro compromiso
es
por una vida el
uno en el otro. Se trata de un paradigma comunio
nal, donde dentro de uno emerge el rostro del otro
y este rostro nos implica, porque quien nos enva
es el Amor mismo. Tratamos de captar la inspi
racin, porque ahora ya no
se
tratar de hacer un
proyecto para luego llevarlo a cabo. Ayudmonos,
mediante la memoria, la sabidura de la Iglesia, a
nombrar 1 que la vida trata de expresar mientras
fluye en nosotros, mientras discurre bajo la corteza
del mundo, bajo los acontecimientos que ocurren
Al dar la precedencia a la vida en el Espritu, que
es la comunin con
el
Padre en el Hijo, se genera la
vida, se llega a ser fecundos. El hombre cuya vida da
fruto es el hombre vivo, y por ello feliz. A pesar de
que nuestro tiempo est contaminado por el olor de
la muerte,
es
el tiempo
en
el que el Seor nos pide,
como a Jeremas: "Q ves, Jeremas?". Y Jeremas
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Veo una
rama
de
lmendro
responde: "Veo una rama de almendro". Y el Seor
aade: Has visto bien, porque yo velo sobre mi
palabra para realizarla" (c[Jer 1,11-12). Los reli
giosos son como esta rama de almendro, que tiende
toda ella hacia la primavera para poder florecen>.
nstrucciones e despedida
Los artistas y las religiosas ya estaban colocando
la parilla, apagando el fuego, apilando las sillas.
Algunos de ellos haban empezado a recoger en la
camioneta los utensilios usados para el fresco, los
cartones, los colores ... Mientras estaban casi listos
para partir, lleg al patio
un
coche, precisamente
del monasterio de Vassilij. Lo conduca el monje
Andrei y llevaba a Boguljub. Boguljub, en efecto,
quera ver esta ltima obra del grupo de artistas.
De
por
s era una costumbre de Boguljub ir a ver
las obras del padre Vassilij, si no estaban demasiado
alejadas del monasterio. Esto le gustaba a Boguljub
como un pequeo pasatiempo, pero era tambin
una costumbre adoptada cuando Vassilij era todava
joven y era importante que el anciano monje fuera
y les comunicara sus consideraciones. Por tanto, era
un rasgo que permaneca de la escuela de Boguljub
en Vassilij.
CO
la
leccin
de
la histori
La alegra de los artistas y de las religiosas se
dispar al cielo inmediatamente. Todos entraron
enseguida en la iglesia. Con
un
andar lento, Bogul
jub pas de una escena a otra, y luego se detuvo en
el centro y gir lentamente alrededor. Era evidente
que se alegraba en el corazn, ms an, que se
zambulla dentro de l, como si participara en un
dilogo interior. Se par ante la gran Anunciacin.
De pie, alIado, Vassilij dijo: Padre, concluyamos
esta obra con una palabra tuya Hblanos durante
un instante de la Virgen y Madre, visto que toda la
Iglesia est llena de sus imgenes, de los misterios
de su vida respecto a Cristo, al Espritu Santo y a
la Iglesia.
Boguljub acogi inmediatamente la invitacin.
Tus tres estrellas, que indican tres momentos de
tu virginidad, nos ponen ante ti con admiracin y
veneracin. Por ello, pedimos l Seor, l que t has
acogido con total disponibilidad, es decir, l Espritu
Santo, Seor que da la vida, que fortalezca
en
noso
tros el conocimiento del misterio por participacin,
y no por un conocimiento solo intelectual.
Oh, Virgen antes del parto, que el Espritu por
medio de ti ilumine los horizontes de nuestro cora
zn para creer que la unin entre el hombre y Dios
es posible, es real. Sin embargo, no segn la manera
de los hombres o incluso de lo creado inferior, sino
;r I
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18/20
eoun r m de lmendro
segn el modo de Dios.
T
nos testimonias que esta
unin
es
tan total que implica a todo lo que nosotros
podemos llamar
persona
nuestra carne, nues-
tros sentidos, sentimientos, intelecto
y
sobre todo,
nuestra voluntad. Es una obra del Padre de tu Hijo,
que ha defendido tu voluntad respecto del pecado,
que ha defendido tu persona ante una voluntad
incapaz de amar. Hoy y maana ser de nuevo fun-
damentalla
conciencia del hecho de que tu Hijo
no ha fundado una religin, sino que ha abierto
el
camino de la
fe.
Entonces, la pregunta ser:
es
real-
mente posible la unin con Dios? T, en tu Hijo, nos
das testimonio a travs de los siglos de que la unin
entre el hombre y Dios
es
posible,
es
real y total.
No
se
aplasta lo humano con lo divino y no nos defen-
demos ante lo divino para podernos desarrollar. Es
una libre adhesin de amor. Entonces el enfoque
que se manifestar no ser el de una
fe
que busca una
influencia en la sociedad mediante estructuras que
no son aptas para la libre adhesin. No buscaremos
canales de influencia sobre las personas, para con-
vencerlas. Ya no hay argumentos que buscar para la
futura generacin, porque volver actual el amor que
en tu Hijo ha unido a la humanidad con la divinidad
en una persona. S, la unin que
se
ha abierto en ti,
una unin tan total que lleva a la persona humana al
cumplimiento.
La leccin
de
la historia
La
segunda estrella nos recuerda tu virginidad
durante el parto.
T
acogiste al Verbo, has hecho
espacio a la comunicacin del Espritu Santo que
comunica la vida filial, comunica al Hijo. Por eso
hemos llegado al cumplimiento: eres Madre. S,
Virgen y Madre Seor, que das la vida y que derra-
mas en nuestros corazones el amor, haz que veamos
juntas a la Virgen y a la Madre. Gua nuestra mente,
para que no salga nunca del horizonte de la visin
de la persona, que es la Virgen Madre. Libranos y
protgenos de las herejas, de los errores, que con
trgicas consecuencias separan la virginidad de la
maternidad.
El
tiempo que ya est naciendo no nos
preguntar si somos vrgenes y clibes, sino si como
vrgenes y clibes, somos madres y padres. Por esto,
pedimos tu intercesin. Te pedimos que intercedas,
que el
Espritu Santo
visite
tu
Iglesia para que,
pasando el umbral de un nuevo tiempo, no nos for-
memos ya como hasta ahora, subrayando de forma
casi exclusiva el celibato y la virginidad. Este error
nos ha gastado, cansado y ha suscitado
en
la gente
incluso un rechazo. Pero
t,
suplica por nosotros
al Padre para que enve al Espritu Santo y limpie
nuestra
mente
con la fe, de
manera
que seamos
castos, pero padres, vrgenes, pero madres, con calor
en el rostro, en la mirada, en las palabras, porque las
madres y los padres entienden de vida, mientras que
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Veo
un r m de lmendro
los clibes y los vrgenes corren el riesgo de enten
der de ideales y de teoras que, sin embargo, la vida
no sigue y no busca.
Tu
Hijo ha
cumplido con su misin sin quebrar
una caa vacilante. As, aydanos a realizar nuestra
misin, a vivir nuestra obra pastoral, a desempear
nuestro apostolado sin herir.
Tu
maternidad no
ha
herido tu carne. Para tu parto no eran necesarios
ni dolor, ni sangre.
Oye
el nuevo tiempo pueda ser
aquel en que la Iglesia, sobre todo nosotros, religio
sos, podamos acercarnos a la gente sin intereses por
nosotros, de manera que la Iglesia pueda dar a luz
a sus hijos virginalmente, como nos enseaban los
santos padres. La poca que
se ha
concluido
ha
sido
una poca de fuertes estructuras, de fuerte raciona
lidad, de una gran disciplina .. Y quizs por eso ha
quedado tanta rabia,
tanto
rechazo, mientras que
la divino-humanidad
es la libre adhesin. El Seor
deca: Dichosos vosotros si... .
La tercera estrella nos hace pedir la gracia de la
perseverancia en la redencin, en la vida nueva, en
el cumplimiento que vivimos
en
Cristo Jess. T te
has realizado y no has vuelto atrs. Ensanos la
bienaventuranza de la realizacin, para no ceder a
la
nostalgia de
Egipto, para no
plegarnos
a la
aoranza de la ley de Moiss,
para
no secundar
la nostalgia de las prcticas ascticas de las grandes
67
a
leccin de l histori
tradiciones fuera de nuestra fe, sino que seamos
libres,
porque
tu
Hijo
nos ha liberado para que
permaneciramos libres, para no
tener
ya miedo
de nosotros mismos, para no
tener
necesidad de
demostrar o defender algo, porque tu
Hijo
nos ha
liberado de nosotros mismos. El nico verdadero
gran enemigo, el nico dragn que trata siempre de
salir de la oscuridad y devorar todo es el demonio
del individualismo, del subjetivismo. Pero tu
Hijo
ha
vencido el mal, ha derrotado al demonio y nos ha
hecho hijos libres: en primer lugar, libres de nosotros
mismos para que conozcamos al Padre. Y t, Virgen
y Madre, eres tan ntima al Padre que generas a su
Hijo como hombre. Cbrenos bajo tu manto.
En la poca que viene, esta tercera estrella ser no
menos importante que las otras dos. a san Pablo
en
su carta a los glatas amonesta trgicamente:
Habis roto con Cristo [
...
] habis salido del
mbito de la gracia (Gl 5,4). Cristo no sirve para
nada cuando
se
cede a la tentacin de que en su
seguimiento haya que introducir prcticas, ascesis,
especulaciones que hacen palanca sobre el individuo,
sobre nosotros, para reportar el mrito al puesto de
la gracia, el esfuerzo y el compromiso al puesto del
ofrecimiento
en
el amor. Oye bajo tu proteccin
e intercesin la Santsima Trinidad gue los pasos
de la nueva poca
en
la paz, en la alegra que tu
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20/20
eo una rama de almendro
Hijo ha venido a traernos y en la bienaventuranza
de que estamos en Cristo Jess, que somos suyos.
Qye
tu proteccin sea tan fuerte que,
si
tuviramos
que testimoniar la novedad de la vida incluso de
manera sangrienta, no nos echemos atrs, sino que
podamos ser consumidos en una sola gran acogida.
La verdad de tu misterio es siempre una verifica
cin de nuestra fe. T has acogido, mientras que
los estriles
se
comprometan. Pero, sin la accin
de Dios, ninguna pareja estril en todo el Antiguo
Testamento
ha
generado la vida. T eres
Madre
para la acogida. Qye no
se
debilite nunca la
fe
de
que el Seor realiza su palabra Porque, cuando se
debilita la fe nacen los idealismos.
Es
fcil entonces
hacer del celibato o la virginidad un ideal, porque
es
una eleccin nuestra,
es
una decisin nuestra, una
obra nuestra. Pero para que los clibes y las vrge
nes lleguen a ser padres y madres hace falta la fe
hace falta la acogida de la vida nueva,
es
necesario
abrirse
al
don. Esto significa rechazar y sentir como
extraa a nosotros una mentalidad que hace palanca
sobre nosotros, sobre nuestra accin, porque este
es
el camino de la esterilidad. Y del mismo modo no
acoger la mentalidad que acta sobre el ideal, porque
es
fundamentalmente una mentalidad dualista.
Tu
persona testifica que no
se
desliza natural
mente de lo humano a lo divino, y que lo espiri-
a
leccin de la historia
tual y lo divino no son algo ideal gestionado por
10
humano Tu persona
atestigua,
precisamente
porque eres virgen, que ningn principio de este
mundo
ha penetrado dentro de ti, fuente sellada,
jardn
cerrado. Tu
maternidad certifica que la
unin esponsal
es
verdadera y real, y no termina en
el esposo y en la esposa, sino que
se
realiza en la
maternidad.
Oh, seno dichoso, que teji la carne al Verbo,
oh
Santsima Virgen que, como Madre, nos has dado
al
Hijo
de Dios, verdadero hombre y verdadero
Dios Y dichosos nosotros que, tras la sucesin de
las pocas y de las generaciones, podemos de forma
libre, natural y familiar unirnos a los santos padres,
a los santos icongrafos, a los santos escultores de
un tiempo para profesar hoy la misma
fe
verdadera.
Boguljub
se
gir hacia el grupo de las religiosas
y de los artistas. Dio un paso hacia Vassilij, le dio
un
abrazo fraternal,
se
recogi durante
un
instante
y concluy: El Seor permanezca con vosotros.
con tu espritu.
Descienda sobre vosotros la bendicin del Dios
Padre de la misericordia, de su Hijo, nuestro Seor
y Salvador, y del Espritu Santo que nos inserta en
el Hijo y nos hace decir
abba Ahora
y siempre, y
por los siglos de los siglos.
Amn.
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