La noche justo antes de los bosques probablemente sea uno de los textos
teatrales más conmovedores de las últimas décadas del siglo XX. Koltès, que tras su
temprana muerte a causa del sida en 1989, a sus 41 años, se convirtió en un autor de
culto y luego en un clásico de la dramaturgia francesa contemporánea, escribió esta
obra en 1977, cuando tenía 29 años. Cuarenta años más tarde, es sorprendente la
actualidad y la potencia literaria del texto, tal vez precisamente porque no siempre
contiene la corrección política que se fue imponiendo años después. Koltès se hace
heredero del mejor Genet y escribe sin ningún tipo de autocensura un monólogo lúcido,
envolvente, incómodo y ambiguo que nos pone delante a un inmigrante que da vueltas
por la ciudad y que interpela a pecho descubierto a un otro que no se sabe muy bien
quién es. Un retrato de la soledad urbana, del sentimiento de extranjería, de la
frustración y desclasamiento y también de la ternura y la necesidad del otro de los que
nos hablan desde la conciencia de su diferencia.
A pesar de ser uno de los grandes textos dramáticos del siglo XX, es una obra no
tan conocida ni representada en España. De hecho, la hasta por ahora única edición
española del texto, con una traducción del año 89, se encuentra agotada desde hace
muchos años. Por invitación del festival Veranos de la Villa de Madrid, Fernando
Renjifo se lanza a la puesta en escena de esta obra y para ello realiza una traducción
propia, publicada por la editorial Continta me tienes coincidiendo con el estreno. Una
traducción literaria pensada tanto para la lectura como desde y para la escena. Renjifo
plantea una puesta en escena minimalista apoyándose sólo en el texto y en el trabajo
de interpretación del actor, dando a entender que ante un texto así, poco hay que hacer
más que intentar transmitirlo con fidelidad, descubrir sus capas y matices y dejar que
hable por sí solo.
Foto: Enrique Escorza
Texto: Bernard-‐Marie Koltès Traducción y dirección: Fernando Renjifo
Interpretación: Juan Ceacero Espacio sonoro: Óscar Villegas
Iluminación: Isaac Torres, Fernando Renjifo Producción ejecutiva, contratación: Carlos San Isidro / GRC Artists
Producción de Veranos de la Villa 2018 (Madrid),
en colaboración con Conde Duque
(Duración aproximada: 1h 15)
__________________
Estreno: Veranos de la Villa, 29 y 30 de agosto 2018 (Parque de las Delicias, Rocódromo de la pasarela al Parque Enrique Tierno Galván, Madrid) Otras presentaciones: MADRID: Conde Duque, Patio Sur, del 20 de septiembre al 12 de octubre 2018 BILBAO: La Fundición, 9 y 10 de marzo 2018 VALENCIA: Espai Mutant, 6 y 7 de abril 2018
Fernando Renjifo, entre otras cosas, es escritor y creador escénico. Lleva desde
los años 90 trabajando en la escritura y la dirección teatral, transitando entre el teatro
de texto (por lo general, de autoría propia), los proyectos participativos, el teatro
performativo, la performance y las artes visuales e instalativas vinculadas a la escena.
Durante muchos años su trabajo estuvo vinculado a la compañía La República en
Madrid, con la que creó una decena de obras. Ha generado también proyectos y
creaciones con equipos de México, Brasil, Líbano, Níger, Guatemala… Algunos de sus
proyectos más importantes han sido Homo politicus y El lugar y la palabra. Aparte de a
la creación escénica, se dedica a la escritura, la traducción y a la colaboración con
diferentes proyectos culturales como asesor, redactor de contenidos o comisario.
Desde hace años vive entre España y fuera de España, entre el campo y la ciudad.
Juan Ceacero, natural de Úbeda (Jaén), es Licenciado en Arte Dramático
(Interpretación textual) por la RESAD en 2005. Completa su formación con la SITI
Company en el Skidmore College (EE.UU.), entrenándose también en las técnicas
Suzuki y Viewpoints. Como actor de teatro ha trabajado con directores como Pablo
Messiez, Miguel del Arco, Andrés Lima, Denise Despeyroux, Sonia Sebastián, Paco
Azorín o Luis D’Ors. Ha trabajado también en la Compañía Nacional de Teatro Clásico y
en el Centro Dramático Nacional. En el ámbito audiovisual ha participado en series
como “Centro médico” (TVE1), “Amar en tiempos revueltos” (TVE1), “El comisario”
(Tele5), “Con dos tacones” (TVE1) y en cortometrajes como El álbum blanco, de Félix
Viscarret y Proceso de revelado, de Manuel F. Torres.
Algunas notas de traducción y dirección:
La manera que consigue Koltès en este texto de encarnarse en el otro lo convierte en una de esas obras literarias que pone el dedo en la llaga en un asunto que, desde hace décadas y hasta hoy, perturba nuestra contemporaneidad: la otredad y la diferencia. Aquí nos habla un otro que no sabemos muy bien quién es, ni por qué nos toca o a veces incomoda tanto lo que dice, pero que nos hace inevitablemente interlocutores, como si generara en nosotros una cierta responsabilidad. Un otro del que tal vez lo más bello y trascendente sea lo que se nos escapa de él. ____________________ Creo que es comprensible que haya pocos lectores de literatura dramática. Un texto pensado para la escena muchas veces se vuelve árido o incompleto a la lectura, desprovisto de toda la creatividad escénica que le debe ser añadida. Pero, para mí, hay textos iluminados que gozan de esa doble naturaleza, trascendiendo el papel tanto como la escena. Creo que estamos ante una de esas obras, donde teatralidad y valor literario no sólo son indistinguibles sino que se retroalimentan más allá de si son leídas o puestas en escena. En preservar esta incestuosa dualidad (o unidad) ha consistido una de las mayores dificultades de traducción de este texto. El estado mental que transparenta se concreta en una fluidez discursiva, rítmica y sonora, aunque llena de saltos y elipsis, que creo, es la clave de su teatralidad. He intentado conjugar su vuelo poético y literario con su vocación escénica (o viceversa), algo no siempre evidente, pero con la confianza en que en esa fricción y equilibrio reside parte de su enigma y grandeza. En definitiva, creo que pocos textos dramáticos se pueden leer con tanto placer y fluidez como éste, y que pocas obras literarias llevan intrínseca una teatralidad tan clara. Escrito en 1977 en un contexto urbano en Francia (una Francia que poco tiene que ver con la España de la época, donde, por ejemplo, la presencia de inmigrantes era insignificante), me resulta sorprendente su vigencia y actualidad: han cambiado los tiempos, las realidades y las mentalidades, pero aquello de lo que habla nos sigue atañendo profundamente. Esa confianza en la esencialidad –y contemporaneidad– del texto es la que me ha guiado en su traducción, por encima del intento de recrear el contexto original o de hacer una traslación demasiado forzada a un aquí y ahora. Tal vez el único signo de antigüedad del texto –que no se sujeta a la corrección político-‐literaria que se impuso en décadas posteriores– sea una absoluta falta de autocensura, permitiéndose expresiones y opiniones tal vez chocantes a los oídos de hoy: respecto a esto, he intentado ser lo más fiel posible, sin limar asperezas a nuestros correccionados oídos: escuchar al otro es escuchar al otro, hace cuarenta años y hoy. Por otro lado –y en esto ha consistido quizá lo más difícil– creo reconocer en la voz a la que da voz Koltès una cierta y sutil extrañeza en la lengua, como un habla de quien la conoce y domina pero tal vez no como lengua primera o nativa, tal vez desde otro imaginario. Intentar recrear esto supone una doble traslación para forzar nuestra lengua a ser hablada desde ese otro imaginario, cuya extrañeza no es necesariamente simétrica a cómo se articula esa extrañeza en francés. La lengua, por mucho que se
domine, nunca deja de ser un imaginario desde el que se habla, y ese desplazamiento de imaginarios puede producir curiosos efectos. Sólo hay un aspecto en el que me he permitido deliberadamente interpretar con cierta holgura: todo el (abundante) léxico correspondiente a calificativos y grupos sociales (loubards, loulous, joules, minets…), términos llenos de connotaciones difícilmente trasladables en el tiempo y en el espacio, incluso algunos casi en desuso en francés. Ante esta dificultad, antes que caer en rigores y anacronismos tal vez estériles y despistantes, he optado por una traducción intuitiva y funcional, intentando rescatar, sin caer en excesivos casticismos (no sin margen de error ni cierta reinterpretación ideológica-‐local-‐histórica inevitable), el que he sospechado era el espíritu profundo de esos términos que ponen, también, el dedo en la llaga de la otredad. Formalmente, después de valorarlo con detenimiento, he mantenido con la mayor fidelidad posible la puntuación del texto original, sobre todo en lo que concierne al particular uso de los guiones, entendiendo este uso como expresivo y renunciando deliberadamente a su adecuación a la corrección ortográfica española, intento que, creo, no aportaría demasiado y supondría una excesiva interpretación, siendo su puntuación una de las señas de identidad de este texto. A pesar de mi familiaridad y comunión con este texto (que conocí hace unos veinte años, antes como espectador que como lector, y que desde entonces me ha acompañado en mi percepción del mundo), su traducción me ha resultado de una dificultad máxima. Me preocupaba no traicionar el juego entre opacidad y transparencia, sus distintos registros, su extrema coloquialidad, su vuelo poético, su ritmo y sonoridad, siendo engañosa y traicionera la cercanía entre las lenguas, así como resbaladizo el intento de traslación espacio-‐temporal de la situación que presenta. Hasta aquí el intento. Confieso que mis razones para traducir este texto han sido primeramente el placer de conocer sus entrañas e intentar descubrir sus capas; convivir con él, una vez más, durante meses, en vigilia y en sueños; hacer recordar que este texto existe, que vuelva a estar en las librerías, que generaciones que no lo conocen lo conozcan; y, tal vez sobre todo, tener una traducción con la que me sienta a gusto como para ponerla en escena. Por lo demás, que el propio texto y su traducción, con sus aciertos y errores, hablen por sí solos.
Fernando Renjifo, para la edición de La noche justo antes de los bosques, en Continta me tienes, Madrid, 2018
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