LA PINTURA DEL SIGLO XIX
HISTORIA DEL ARTE 2º BACHILLERATO
1. INTRODUCCIÓN
El siglo XIX fue una época de grandes cambios
económicos, políticos y sociales que sentaron las bases
del mundo moderno.
1. INTRODUCCIÓN
Se produjo la desaparición del Antiguo Régimen y la
construcción de una nueva sociedad burguesa con
unos proyectos liberales y nacionalistas. La base del poder
de la burguesía era su creciente importancia económica
conquistada a través de los avances de la Revolución
Industrial. Al mismo tiempo que se desarrollaba la
burguesía, una nueva clase obrera, surgida en las fábricas
creadas por la burguesía, comenzaba su andadura política.
En 1848 Marx y Engels publicaron el Manifiesto Comunista.
Las nuevas revoluciones, como la 1848 o la de la Comuna
de París, tuvieron ya impronta obrera.
1. INTRODUCCIÓN
En este contexto histórico, en el que revoluciones y
cambios políticos se sucedían a un ritmo acelerado, se
desarrollaron también movimientos culturales
profundamente comprometidos con su época. En el siglo
XIX se sucedieron tres grandes fases artísticas, cuyas
cesuras coinciden con fechas históricas revolucionarias:
Hasta 1848, es la época del Romanticismo que coexiste con
el Neoclasicismo.
Entre 1848 y 1871, asistimos al auge del Realismo.
En el último tercio del siglo, se desarrolla el Impresionismo.
1. INTRODUCCIÓN
Desde el punto de vista artístico se produjo en el siglo
XIX un cambio en el mercado del arte, con una
clientela cada vez más amplia y la aparición de los
merchantes, que vendían las obras de los artistas;
surgieron también la crítica artística, la litografía y la
fotografía, que fueron un acicate para la creatividad.
Podemos señalar que gran parte de lo que llamamos la
modernidad es obra del siglo XIX.
2. EL ROMANTICISMO
2.1. Características
El Romanticismo es un movimiento cultural, surgido en
Francia, que afecta a la arquitectura, la pintura, la literatura
y la música. Es un grito de libertad, en palabras de Víctor
Hugo en el prólogo de su drama Hernani.
2.1. Características
Una de las dificultades en la delimitación de la pintura
romántica es la inexistencia de un lenguaje plástico
común pues, al ser los pintores enemigos de toda norma,
presentan un abanico de respuestas individuales.
2.1. Características
Podemos establecer rasgos comunes para caracterizar
la pintura romántica, por oposición al clasicismo:
El predominio del color sobre la línea. El color, a diferencia del
Neoclasicismo, se libera del dibujo, de la forma, de los límites
definidos.
La composición libre y dinámica, que no se sujeta a las
viejas normas de armonía y equilibrio.
La sensación de movimiento frente a la solemnidad y
majestuosidad clásicas.
Gestos dramáticos en los personajes.
2.2. Tendencias y autores
En la temática es donde mejor se expresa la originalidad
romántica, por la apertura a nuevas realidades y la
importancia de lo subjetivo. Las direcciones
fundamentales que impulsan al apasionado pintor
romántico son:
2.2. Tendencias y autores
El género histórico, que se impone en las Exposiciones
Nacionales. Es el caso de España con numerosas obras
dedicadas al tema de Colón. El pintor más destacado es
Eduardo Rosales autor del Testamento de Isabel I la
Católica. El nacionalismo en España se manifiesta también en
el costumbrismo, sobre todo el andaluz, en representaciones
de fiestas, toros…
Isabel II, de Federico de Madrazo
Federico de Madrazo, autor de más de
quinientos retratos, realizó este, uno de los
muchos que hiciera de la reina. Fue su pintor
de cámara, y su rostro parece encajar
especialmente en el interés del pintor por
componer mediante armonías de curvas
musicales de la escuela nazarena.
Heredero de una larga tradición en el retrato
regio que prima la pintura de calidades y el
detallismo en la ambientación, ha sido
Madrazo considerado el más fiel intérprete de
la sociedad isabelina.
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros,
de Antonio Gisbert
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros,
de Antonio Gisbert
El Fusilamiento de Torrijos nos narra la ejecución de un importante personaje afín a los
ideales liberales del Partido Progresista en la España de la segunda mitad del XIX. Junto
a Torrijos fueron fusilados muchos de sus compañeros, que el pintor utiliza para
mostrar la entereza y valentía del ser humano ante la proximidad de la muerte. Torrijos,
como el héroe que encarna, se niega a ser vendado por sus verdugos y encara la
muerte abiertamente.
La rendición de Bailén, de José Casado del
Alisal
Evoca la victoria de
las tropas españolas
al mando del
General D. Francisco
Javier Castaños
sobre el por primera
vez derrotado
ejército napoleónico
en la gloriosa Batalla
del 19 de Julio de
1808. Un lienzo que
destaca por su sólida
base de dibujo y el
retrato, aunque,
como sabemos, en
este caso, se trata de
una escena
simbólica.
El testamento de Isabel la Católica, de
Eduardo Rosales
Este es uno de los cuadros más
famosos del Romanticismo
español. Las posturas de los
personajes y sus ademanes nos
conducen directamente hacia la
figura de la reina que yace en su
lecho de muerte. La regente
momentos antes de morir se
dispone a dictar su testamento.
La rodean personajes de su
entorno más cercano, entre ellos,
el rey Fernando apesadumbrado
sentado a su derecha, Juana la
Loca y el cardenal Cisneros. Un
hábil juego de luces y sombras
hace que nos concentremos en la
luminosa figura de Isabel la
Católica.
2.2. Tendencias y autores
En Francia, Delacroix nos muestra su interés por los temas
nacionalistas en La matanza de Quíos, donde exalta las
miserias de la guerra y el heroísmo de los griegos, y por los
temas políticos en La libertad guiando al pueblo, sobre la
insurrección de julio de 1830 en París: una mujer, la Libertad,
arrastra tras de sí al pueblo de Francia, llevando la bandera
tricolor. Delacroix es uno de los mejores coloristas de los
tiempos modernos; se expresa con colores cálidos y
tonalidades fuertes, que recuerdan a Rubens, aplicadas con
pincelada suelta casi de manchas.
La Matanza de Quíos, de Delacroix
Trata aquí el tema de la guerra de la
independencia griega contra los turcos
(1822) y quiere provocar la adhesión
del circunstante exponiéndole la
masacre terrible llevada a cabo por el
ocupante turco. Para la representación
se basó en relatos, se substrajo a
cualesquiera concepciones de la
pintura heroica y presentó una
impresionante imagen de
padecimiento e impotencia ante un
paisaje que combina hermosura y
destrucción.
La libertad guiando al pueblo, de DelacroixDelacroix representa,
con dramatismo
pasional, los sucesos
sangrientos de la
Revolución de julio de
1830, que llevaron al
derrocamiento del rey
Carlos X (1757-1836).
La obra conjuga una
composición rigurosa
con el dinamismo de
las figuras. En el
centro se encuentra la
alegoría de la libertad,
con la bandera
tricolor alzada en
señal de triunfo.
La libertad guiando al pueblo, de Delacroix
En ella se dan cita
toda las formas y
colores de la
composición. En este
cuadro, tal vez el más
conocido del pintor,
las formas recias de la
mujer, con la parte
superior del cuerpo al
desnudo, simbolizan la
fuerza y la capacidad
de resolución de los
revolucionarios
franceses.
2.2. Tendencias y autores
Pasión por los sentimientos, con predilección por los
temas de dolor y de muerte. Gericault en La Balsa de la
Medusa refleja un acontecimiento que conmocionó a la
opinión pública: el naufragio de una fragata cuyos
supervivientes se devoraron unos a otros; los colores terrosos,
la luz violenta, la acumulación de personajes, los escorzos
forzados… contribuyen al efecto dramático.
La Balsa de la Medusa, de Géricault
Tras el
hundimiento de
la Medusa frente
a las costas de
África occidental
en 1816, la balsa
estuvo flotando
en el mar doce
días. De los 149
pasajeros, sólo
diez fueron
rescatados con
vida. La desgracia
fue causada por
el capitán,
protegido por
los Borbones.
La Balsa de la Medusa, de Géricault
La obra causó
una gran
sensación, no
sólo por
reproducir esta
peripecia de
personas
corrientes al
estilo de los
grandes cuadros
de historia, sino
también porque
constituía una
crítica del
régimen.
Oficial de husares a la carga, de Géricault
En esta obra ya aparecen definidas con claridad
muchas de las características del romanticismo. La
composición en planos paralelos al espectador es
abandonada por el gran dinamismo de la diagonal,
recordándonos la composición aquí utilizada al
mundo barroco.
El dibujo de Géricault tiene un carácter muy claro,
herencia de Guérin y resto del neoclasicismo,
mostrándonos el momento anterior a la acción. El
color se muestra como heredero de la tradición
veneciana y flamenca. Se muestra un gusto por el
modelado mediante color. La atmósfera no es la
neoclásica, sino que nos muestra un cierto realismo.
La pincelada es más suelta y visible. El motivo es un
tema de batalla en el que se capta la emoción y la
tensión del momento, reflejado todo de una manera
realista. La perspectiva profunda del caballo se ve
equilibrada por la mirada del húsar hacia atrás.
Coracero herido, de Géricault
Esta obra es más melancólica frente al
carácter heroico de Oficial de husares a la
carga. La postura de la figura tiene un
carácter más concentrado. Aquí todavía se
encuentra en deuda con la composición
clasicista.
Derby de Epson, de Géricault
2.2. Tendencias y autores
Temas exóticos orientales que ya habían sido tratados por el
neoclásico Ingres. Ahora estos temas se enfocan desde una
óptica sensual, como hace Delacroix en La muerte de
Sardanápalo, donde plantea el tema del sadismo. En España el
exotismo es tratado por Fortuny. A veces, los pintores se
evaden de la realidad buscando en la Edad Media un mundo
misterioso y lleno de tensión.
Muerte de Sardanápalo, de Delacroix
Sardanápalo fue el último
rey asirio que al ver
cercada su ciudad (Nínive
en 883 a.C.), hace matar
a las favoritas de su harén
y a sus caballos mientras
él observa. Esta obra se
encuentra basada en un
drama de Lord Byron.
La figura del sátrapa está
estática, en una actitud de
ataraxia, frente al
movimiento del resto. La
composición es en M,
romántica y de fuerte
colorido, con dominio del
rojo y el color de la
sangre y la sensualidad.
Muerte de Sardanápalo, de DelacroixDestacan los escorzos de
la esquina izquierda, y
también el movimiento,
muy dramático, lo que
permite a Delacroix
plasmar el sentimiento
propio del romanticismo.
Existe también un fuerte
contraste entre el negro
y el blanco, siendo y
influencia de lo exótico y
también de la pintura
veneciana de Tiziano y
Veronés. A la izquierda
vemos un caballo
inspirado en los de
Rubens y un esclavo
negro tomado de Tiziano.
La barca de Dante, de Delacroix La obra de este escritor
italiano fue uno de los
temas favoritos del
romanticismo. La tela
recuerda a La barca de
la Medusa de Géricault,
para quien el pintor
había posado. Algunos
críticos vieron en la
composición del joven
artista el dinamismo de
Rubens y el diseño de
Miguel Ángel.
El dinamismo creado
por la composición
contrasta con el
aparente estancamiento
de la barca.
La vicaría, de Mariano Fortuny
2.2. Tendencias y autores
Descubrimiento de la naturaleza, con la que el artista hace
aflorar sus sentimientos, la subjetividad. Destacan los paisajistas
ingleses. Constable era un excelente colorista que aplicaba la
materia con espátula y mostraba un enorme interés por la luz,
como en La catedral de Salisbury.
El molino de Dedham, de ConstableConstable pintó con
gran cariño el paisaje
de su región natal: en
este caso, el molino
de su padre.
Reprodujo de forma
llana y objetiva el
mundo rural en
diversas condiciones
climáticas y en
distintas épocas del
año. Entre 1818 y
1820 aparecieron tres
versiones de la misma
vista. En esa época, su
relación con la
naturaleza era aún
directa e inmediata.
El carro de heno, de Constable
La catedral de Salisbury desde la residencia
del obispo, de Constable
Constable pintó en
repetidas ocasiones
este tema, pensado
originariamente para el
obispo de Salisbury,
quien aparece a la
izquierda del cuadro
con su esposa. La
composición, organizada
de forma artificial,
expresa la consonancia
entre la naturaleza y las
obras humanas. La torre
de la iglesia bañada por
el sol constituye un
testimonio de esta
armonía ofrecida por
Dios.
La catedral de Salisbury desde el campo, de
Constable
Stonehenge, de Constable
2.2. Tendencias y autores
A Turner se le considera antecedente directo del
Impresionismo porque llegó aún más lejos en sus
investigaciones lumínicas, diluyendo las formas, representando
lo accidental, el cambio momentáneo, en obras como Lluvia,
vapor y velocidad o El incendio del Parlamento.
El castillo de Norham, de Turner
Tormenta de nieve en el valle de Aosta, de
Turner
Anibal cruzando los Alpes, de Turner
Lluvia, vapor y velocidad, de TurnerA medida que pasan los
años, en la obra de Turner
van desapareciendo los
motivos. Así aquí es difícil
percibir el motivo real, con
una composición helicoidal
que parte de una
locomotora en movimiento,
mostrándose envuelta en
una masa de vapor y lluvia.
Las masas se disuelven,
creando una sensación de
confusión. El color va del
blanco más puro al negro y
pasa por transiciones del
ocre al rojo del humo, así
como una serie de
plateados propia de Turner.
Lluvia, vapor y velocidad, de Turner
2.2. Tendencias y autores
En Alemania el paisaje tuvo otras connotaciones: una visión casi
religiosa, un paisaje más espiritual, un panteísmo de la
naturaleza. Es el caso de Gaspar David Friedrich, pintor de la
naturaleza desnuda que reina en llanuras heladas o en cumbres
montañosas, en anocheceres, en amaneceres… Muchas veces
aparecen personajes de espaldas como si contemplaran el
paisaje pintado. Algunas de sus obras son Salida de la luna
sobre el mar o Viajero sobre un mar de niebla.
Salida de la luna sobre el mar, de Friedrich
Monje junto al mar, de Friedrich
La costa es uno de los
temas preferidos de
Friedrich. Con ella
logra expresar su
entusiasmo por el
entorno natural. El
artista entendía la
naturaleza como algo
poderoso, cuya
infinitud y majestad
provoca en el hombre
un respeto profundo,
casi religioso. La
pequeñez de la figura
del monje realza este
contraste entre una
naturaleza ilimitada y la
existencia humana.
Monje junto al mar, de Friedrich
Viajero sobre un mar de niebla, de Friedrich
La obra representa a un viajero, al que se ha
identificado con el propio Friedrich, que
encuentra de pie en lo alto de una montaña
elevada, mirando un mar de nubes que queda
debajo. El viajero se encuentra de espaldas.
Viste de negro. Adelanta una pierna y se apoya
en un bastón. Se pueden ver los picos de otras
montañas saliendo entre la niebla, mientras que
una cadena de enormes montañas ocupa el
fondo. La gran extensión de cielo por encima
de las alturas de las montañas del fondo cubre
gran parte del cuadro. Se trata de un paisaje de
la Suiza de Sajonia . Esta pintura también fue
utilizada como carátula del libro “El Conde de
Montecristo” del escritor francés Alexandre
Dumas (padre).
Dos hombres contemplando la luna, de
Friedrich
Acantilados blancos en Rügen, de Friedrich
Este cuadro es un ejemplo del
descubrimiento de paisajes y de puntos de
mira poco habituales. Las escarpadas rocas
dan paso a una vista profunda que se abre a
la inmensidad del mar. El primer plano ofrece
poco espacio a los caminantes. De esta
situación límite se desprende una serenidad
algo opresiva.
Mar helado, de FriedrichEste cuadro se denominó
en un primer momento
La esperanza frustrada, en
recuerdo de una obra
anterior que representa
el naufragio de un buque
llamado Esperanza. La
pintura simboliza los
esfuerzos vanos del
hombre por adentrarse
en tierras lejanas y
descubrir los secretos de
Dios. Al mismo tiempo, la
obra refleja la pérdida de
las esperanzas patrióticas
por parte de Friedrich al
inicio de la época de la
Restauración.
Mar helado, de Friedrich
3. EL REALISMO
3.1. Introducción
Suele considerarse la fecha de 1848 como el hito de
apertura de un nuevo periodo de la historia y, por tanto,
de la historia del arte. 1848 supuso, en Francia, el final del
régimen monárquico de Luis Felipe de Orleans y la
instauración de la Segunda República Francesa, así como
la implantación del sufragio universal. Fue también el año
del Manifiesto Comunista y, por ello, fecha emblemática
para las reivindicaciones de la clase obrera.
3.1. Introducción
Asimismo asistimos a un notable progreso tecnológico,
relacionado con la Segunda Revolución industrial. En
filosofía es la época del Positivismo, corriente
representada por Augusto Comte, que sustituía al
idealismo romántico. El Positivismo exaltaba la ciencia
como instrumento para el desarrollo humano.
3.1. Introducción
En este contexto apareció una nueva generación de
intelectuales, literatos y artistas que apostaron por la
creación de un hombre nuevo, que supiera encararse con
la realidad y marchar hacia el futuro, que prefiriera la
observación objetiva al subjetivismo de los románticos.
3.1. Introducción
El descubrimiento de la fotografía causó gran impacto
en la pintura, que en adelante hubo de tener en cuenta la
competencia y los descubrimientos del arte fotográfico.
3.2. Características y autores
La pintura se caracteriza por un cambio en los temas y en
su tratamiento. Refleja las realidades sociales del
pueblo. Surge el tema denuncia sobre la realidad de los
trabajadores urbanos o de los campesinos; aparece un
nuevo héroe, el hombre trabajador, sea metalúrgico,
picapedrero, científico o pensador. El antihéroe es la
mujer: prostitutas, amantes, etc., las mismas que aparecían
en la literatura de Flaubert o de Maupassant.
3.2. Características y autores
La ola del realismo afectó con mayor o menor fuerza a
todos los países de Europa, pero es Francia el país que
mejor representa la pintura realista:
3.2. Características y autores
En el paisaje, muy influido por la fotografía, destaca Corot
que practicó una pintura inspirada directamente de la
naturaleza. Estudia tan cuidadosamente la luz, que a él y a los
integrantes de la Escuela de Barbizón se les considera
antecesores de los impresionistas.
La catedral de Chartres, de Camille Corot
Corot recorrió incansablemente numerosos
rincones de Francia, que luego reproducía en
sus cuadros. Son frecuentes los paisajes con
monumentos arquitectónicos perfectamente
identificables y animados a veces con
pequeñas figuras. Estos paisajes están
siempre impregnados de un cierto lirismo y
ello se debe, según el propio pintor
confesaba, a que mientras busco la imitación
concienzuda, no pierdo ni un instante la
emoción... Lo real es una parte del arte pero
el sentimiento lo completa; si estamos
verdaderamente conmovidos, la sinceridad
de nuestra emoción se transmitirá a los
demás.
El puente de Nantes, de Camille Corot
Corot empleaba en su
método de trabajo la
toma de apuntes del
natural, a los que
proporcionaba un lirismo
especial. No de otro
modo podría ser si se
tiene en cuenta esta
confesión del artista:
"Mientras busco la imitación
concienzuda, no pierdo ni un
instante la emoción... Lo real
es una parte del arte, pero
el sentimiento lo completa.
Si estamos verdaderamente
conmovidos, la sinceridad de
nuestra emoción se
transmitirá a los demás".
Vacas en el pastizal, de Théodore Rousseau
3.2. Características y autores
La temática social tiene entre sus representantes a Courbet.
Fue un activo militante revolucionario, socialista, teórico del
Realismo. El taller, es un alegato donde muestra los tipos más
variados del mundo proletario. Los picapedreros son los
héroes de trabajos duros y miserables. El entierro de Ornans
refleja la estética del feísmo.
Los picapedreros, de Courbet
Los picapedreros, de Courbet
El entierro de Ornans, de Courbet
Se trata de una de las obras “realistas”, en la que Courbet representa un entierro en su
población natal. La novedad estriba en plasmar una escena de género con el formato
tradicional de la pintura histórica y en mostrar a los protagonistas a tamaño natural.
El entierro de Ornans, de Courbet
La obra incluye un repertorio de retratos, característicos y no embellecidos. Esta
representación monumental y prosaica de las gentes del pueblo, así como el motivo en
sí, fueron considerados un escándalo por muchos coetáneos.
El taller del pintor, de Courbet
El taller del pintor, de Courbet
Courbet atestiguó con este cuadro su especial fuerza creativa. La sociedad de la época
aparece dividida en dos grupos: aquel que participa en el mundo del arte, como sus
amigos y patrocinadores (a la derecha), y aquel que el arte le resulta indiferente.
El taller del pintor, de Courbet
En el centro figura el propio Courbet. El niño y la mujer desnuda son los símbolos de la
comprensión no falseada y sensorial de las verdades, que están al alcance también de
quienes contemplan las obras de arte.
El sueño, de CourbetEn este capcioso
cuadro Courbet
rompe
conscientemente
con los tabúes
culturales.
Mediante esta
nueva forma de
representación
consigue introducir
en la pintura de
alto rango el tema
del amor entre dos
mujeres, presente
en obras impresas
y en ilustraciones, y
considerado
“perverso”.
El sueño, de CourbetLos dos desnudos
no tienen nada de
vulgar, sino que se
muestran como
algo totalmente
natural. Los
cuerpos y la
expresión de los
sentimientos se
celebran como un
regalo de la
naturaleza.
El origen del mundo, de CourbetEs un cuadro realizado por
Gustave Courbet en 1866. Es
una pintura al óleo sobre
lienzo, de unos 55 cm por
46 cm, que representa en
primer plano un pubis
femenino, el de un tronco de
mujer desnudo, reclinado
sobre las sábanas de un lecho y
que tiene las piernas separadas.
La escala, el encuadre y el
punto de vista elegidos por el
artista supusieron una radical
novedad respecto de toda la
tradición pictórica anterior,
produciendo en el espectador
una fuerte impresión de
sensualidad y erotismo.
3.2. Características y autores
Daumier destaca como dibujante satírico y como pintor de
clases humildes. Sus obras parecen caricaturas, que no son otra
cosa que una exaltación brutal de la realidad. Su estilo es muy
lineal, de modo que da a las figuras perfil sinuoso. Es autor de
El vagón de tercera, y de otros temas sociales, con gran
intensidad expresiva en los personajes.
La Lavandera, de Daumier
Si los personajes negativos de las obras de Daumier eran
los abogados, los médicos o los profesionales de la Justicia
-es decir, los integrantes de la burguesía- los positivos
serán los trabajadores, las lavanderas, los campesinos o los
actores de feria, enlazando así con el Realismo de su
amigo Courbet. En este caso una mujer regresa de lavar la
ropa en el Sena acompañada de su hija, que lleva en su
mano la paleta para sacudir. Suben por una empinada
escalera, lo que está suponiendo un gran esfuerzo a la
pequeña como apreciamos por su gesto, mientras la
madre la mira casi con compasión.
La Lavandera, de Daumier
Curiosamente, Daumier no define los rostros, pero las
expresiones de ambas figuras están soberbiamente
captadas. Al fondo podemos vislumbrar los tejados de los
edificios parisinos sobre los que se recortan madre e hija,
obtenidas a contraluz. La ejecución no puede ser más
rápida, aplicando una pincelada densa que diluye los
negros contornos que sirven de base. Los colores
oscuros, tristes, pueden sintonizar con la vida de ambas
mujeres mientras que la luz del fondo podría tratarse de
un halo de esperanza.
Vagón de tercera, de Daumier
Don Quijote y Sancho Panza, de Daumier
Son frecuentes las referencias literarias en la
producción de Daumier. Así hay referencias
a El enfermo imaginario de Molière, a Fábulas
de la Fontaine o al Quijote de Cervantes,
como en esta escena. Sancho cabalga en su
rucio en primer plano, recibiendo una
fuerte iluminación mientras la figura
desgarbada y estilizada de don Quijote se
aprecia al fondo, en sombras. Ambas figuras
se sitúan en un paisaje desforestado, casi
desértico. La personalidad más práctica y
terrenal de Sancho se refuerza al estar más
elaborada su figura mientras que la
espiritualidad y el idealismo de don Alonso
se encarnan en una ligera silueta. Debido a
sus problemas visuales, Daumier trabaja al
final de su vida con manchas, acercándose al
Expresionismo.
3.2. Características y autores
Millet es el pintor de los trabajadores del campo, pero con
una visión algo idílica, ajena a las preocupaciones proletarias;
dignifica la dureza de la vida de los campesinos, sobre todo
mediante suaves efectos lumínicos, como en Las espigadoras
o en El Ángelus.
El sembrador, de Millet
Las espigadoras, de Millet
Su interés estriba en
mostrar la verdadera cara
del trabajo rural, en su
aspecto más duro, alejado
de idealizaciones bucólicas.
En Las espigadoras
presenta a tres mujeres en
plena faena, agachadas para
recoger las espigas; son
mujeres de carne y hueso,
ataviadas con los ropajes
de la región de Normandía
donde el pintor vivía. Al
fondo contemplamos los
almieres y la carga de la
carreta, en un ambiente de
atardecer que envuelve
toda la escena.
Las espigadoras, de Millet
Quizá ese efecto lumínico
haga enlazar a Millet con el
Impresionismo, aunque el
artista no se interese aún
por ese tipo de conceptos
ya que su deseo es criticar
las duras condiciones de
las espigadoras. Los
colores son vivos, aplicados
con seguridad para resaltar
el dibujo firme, acentuando
los volúmenes en una de
las obras más impactantes
del movimiento realista.
El Ángelus, de Millet
Millet muestra a dos
campesinos orando y dando
gracias a Dios por la
cosecha obtenida con el
sudor y el esfuerzo de
muchos días. El hombre y la
mujer agachan piadosamente
las cabezas, agarrando él su
sombrero y llevando ella sus
manos al pecho. A sus pies
contemplamos la cesta con
los frutos y el apero de
labor. La escena se desarrolla
al atardecer, quedando las
dos figuras en zonas de luz y
sombra respectivamente, en
un contraste lumínico.
4. IMPRESIONISMO
Es un movimiento artístico francés del último tercio del
siglo XIX. Hasta entonces, se había aceptado
unánimemente que un cuadro era una forma de
representar la realidad. Por el contrario, los
impresionistas concibieron su pintura como una forma
específica de percibir el mundo. Fue una revolución y
el principio de la liberación total que ha permitido a los
pintores posteriores desarrollarse en el arte de imaginar,
en lugar del arte de imitar.
4.1. Precedentes
Grandes maestros habían anticipado la técnica del
impresionismo: Tiziano, Velázquez, Hals, Goya y, sobre
todo, múltiples pintores del mismo siglo XIX como los
paisajistas ingleses Constable yTurner, o franceses
como Corot y los integrantes de la escuela de
Barbizon.
4.1. Precedentes
No obstante, será Manet el guía, el referente del
Impresionismo. Eduard Manet, que recogió las enseñanzas
del pasado con su gran admiración por maestros como
Velázquez y Goya, transgredió los convencionalismos de
la pintura académica en cuanto al tratamiento de los
temas, del color, de la perspectiva, en obras como
Olimpia, El pífano y Retrato de Emilio Zola.
Olympia, de ManetPara su desnudo no
necesitó diosas ni
musas como en el
Renacimiento y en el
Barroco, sino que
representaba el
desnudo de una
prostituta, una mujer de
la vida contemporánea.
Para captar la realidad y
la fugacidad utilizó la
pincelada rápida y
empastada, rasgo que
identificará al
Impresionismo. Por ello
podría decirse que
Manet fue su precursor.
Olympia, de ManetLa piel blanquecina está
en armonía con otros
“tonos claros” del
lecho, almohadón,
cubierta, etc. Su factura
es clara y su visión
naturalista. Su pincel
grueso es utilizado con
prudencia. No forma
grumos de color en sus
cuadros sino una masa
uniforme. Las sombras
quedan limitadas a los
contornos de las figuras.
Utiliza diferentes tonos
claros que resaltan
sobre las diferentes
tonalidades oscuras del
fondo.
El pífano, de ManetManet pintó El pífano influido por la manera de los
retratos de Velázquez que había admirado en el Museo
del Prado de Madrid. En particular, le impresionó Pablo
de Valladolid, un retrato de un actor de la época en
que desaparecen el fondo o cualquier objeto que sirva
de referencia, excepto la propia sombra del personaje.
Como en el cuadro del pintor español, Manet concibe
un fondo sin profundidad, en que los planos vertical y
horizontal son apenas distinguibles. En opinión de
Peter H. Feist, El pífano muestra la atracción de Manet
por «el efecto decorativo de unas figuras individuales
de gran tamaño, con contornos enfáticos y colocadas
ante una superficie de fondo». Frente al fondo
monocromo, resalta la figura enérgicamente coloreada
en base a una paleta reducida pero de colores vivos, en
la que predomina la técnica del empaste: el negro muy
nítido de la guerrera y los zapatos, el rojo de los
pantalones, el blanco de la bandolera, etc. Como
resultado, la figura destaca «firme, armoniosa y viva».
Retrato de Emilio Zola, de Manet
El fusilamiento del Emperador Maximiliano,
de Manet
4.1. Precedentes
En 1863, el jurado del Salón oficial de París rechazó más
de 4.000 obras, lo que provocó una oleada de protestas
que forzó a Napoleón III a autorizar la celebración de un
Salón de los Rechazados. La estrella del Salón sería
Manet gracias al escándalo que suscitó Le dejeuner sur
l’herbe (Desayuno sobre la hierba) una obra
rompedora, que chocaba con la doble moral burguesa,
pero que no era en absoluto impresionista. Manet no fue
impresionista hasta su madurez.
Desayuno en la Hierba, de Manet
El tema:
conversación de
figuras vestidas y
desnudas en una
pradera.
Desayuno en la Hierba, de ManetLa técnica es
absolutamente
revolucionaria: diferentes
grados en la intensidad
de los verdes
proporcionan la
sensación de
transparencia del agua, de
humedad del bosque. En
medio destaca la figura
desnuda resplandeciente.
La luz se difunde por el
aire en todo el cuadro
yuxtaponiendo zonas
claras y oscuras por todo
el lienzo. Suprime el
color negro que no
existe en la naturaleza.
Argenteuil, de Manet
En verano de 1874, Manet se
translada con su familia a Argenteuil,
una vez allí, compra un bote que
transforma en taller flotante y pasa
una de las temporadas más felices
de su vida, allí en Argenteuil pintará
más de cien cuadros, los cuáles
ofrecerán una visión del paisaje
alegre y llena de luz, realizada con
una gama cromática reducida.
En esta escena fueron los
protagonistas su cuñado, Rudolph
Leenhoof, y una joven desconocida,
habitual en los bailes de remeros.
Ambas figuras se sitúan sobre una
barca, bajo la luz del sol veraniego,
luz del atardecer de un momento
determinado.
Bar del Folies-Bergère, de Manet
4.1. Precedentes
En 1874, un grupo de pintores decidieron no presentar
sus obras en el Salón, para realizar una exposición
independiente, en unos locales que les había cedido el
fotógrafo Félix Nadar. Allí fueron calificados por el crítico
de arte Leroi como impresionistas, burlándose del título
del cuadro Impression, soleil levant (Impresión, sol
naciente), de Claude Monet.
Impresión, Sol naciente, de Monet
Impresión, Sol naciente, de Monet
El crítico Louis Leroy se valió del
nombre de esta obra de Monet de
1874 en el artículo satírico que
escribió sobre la exposición del mismo
año y gracias al cual recibió su nombre
el movimiento.
El mismo pintor había decidido ese
título, más bien impreciso, porque
suponía que nadie reconocería en el
cuadro la vista del Havre, que era lo
que había pintado. Los tonos violáceos
inundan la tela y sólo el negro de la
pequeña barca y el rojo del sol ponen
una nota de color. Este carácter de
boceto fue lo que molestó a los
críticos, que no entendieron en un
principio las experimentaciones de
muchos de los impresionistas.
Impresión, Sol naciente, de Monet
Es una imagen
tomada
directamente del
natural por
Monet en Le
Havre,
representando
las neblinas del
puerto al
amanecer
mientras que el
sol "lucha" por
despuntar,
creando
magníficos
reflejos
anaranjados en el
mar y en el cielo.
Impresión, Sol naciente, de MonetLa sensación
atmosférica domina
una escena en
donde las formas
desaparecen casi
por completo. Los
colores han sido
aplicados con
pinceladas rápidas y
empastadas,
apreciándose la
dirección del pincel
a simple vista,
resultando una
imagen de enorme
atractivo tanto por
su significado como
por su estética.
4.2. Caracteres del Impresionismo
Los temas son triviales; no existe en el impresionismo
ninguna lección moral. Prefieren el paisaje, los ambientes
burgueses, las imágenes intrascendentes de la vida
ciudadana, sus propios retratos y los de sus amigos, etc.
4.2. Caracteres del Impresionismo
Se interesan por la visión inmediata del natural, por el
trabajo al aire libre (plein air), buscando directamente
las sensaciones sensoriales.
4.2. Caracteres del Impresionismo
La luz es fundamental en la pintura impresionista.
Mediante la luz captan el momento, la hora del día, los
rayos del sol a través de las hojas de los árboles, los
reflejos en el agua. La luz logra dar la sensación de lo
instantáneo, de lo fugitivo. Hay una gran influencia de la
fotografía.
4.2. Caracteres del Impresionismo
Preferencia por la pincelada suelta, por el abandono
del dibujo a favor del color. No mezclan los colores en la
paleta sino que los aplican directamente sobre el lienzo,
en pequeñas pinceladas, de modo que sea la retina del
espectador quien se encargue de mezclarlos. El cuadro
impresionista está formado por una yuxtaposición de
tonos puros. Los impresionistas conocían los
descubrimientos científicos de Rood y Chevreul respecto
al color, aunque lo interpretaban de forma instintiva.
4.2. Caracteres del Impresionismo
Aplican la teoría de los colores. Según ésta existen tres
colores primarios, amarillo, rojo y azul, y tres secundarios o
binarios, el naranja, el verde y el violeta. La unión de dos
primarios origina su binario correspondiente. Un binario
se exalta junto al primario no componente, por ejemplo
el naranja junto al azul; y este azul se llama complementario
del naranja. Los impresionistas no utilizaban el negro
(salvo raras excepciones) e incluso las sombras dejan de
ser oscuras para colorearse con tintas complementarias.
4.2. Caracteres del Impresionismo
Por último, la fotografía influye en su pintura con la
captación del momento, y con unos encuadres muy
atrevidos.
La técnica impresionista
Pintar de forma impresionista significa representar lo
visto con los propios ojos, la realidad tal y como aparece
ante la mirada del artista. El centro de la atención es la
vida cotidiana, antes el ocio que el trabajo, el cielo, el mar,
los paisajes. Los impresionistas tienen especial interés por
los rasgos dinámicos de la realidad, en la que se pueden
observar cambios rápidos, transformaciones y
movimientos, luces y colores. Se inclinan por los tonos
luminosos, destacando cómo la apariencia cromática de
un objeto cambia según el entorno o la iluminación.
La técnica impresionista
Los impresionistas descubrieron que se da una impresión
más intensa y clara de un color cuando se juntan en la
superficie del cuadro manchas de otros colores puros,
que se mezclan en los ojos del observador. Lo que
legitimaba su quehacer era experimentar y desarrollar
una nueva manera de ver, por lo que el tema elegido
carecía para ellos de verdadera importancia.
4.3. Principales pintores impresionistas
Monet fue el más consecuente de los impresionistas. Se
inclinaba por el paisaje, tema que nunca abandonaría. Su
pintura nos comunica las sensaciones atmosféricas. La luz
será una gran protagonista en su obra, prefiriendo, sobre
todo, los reflejos en el agua. En sus series, como la
Estación de San Lázaro o la Catedral de Rouen, repite
el mismo tema a diferentes horas del día, variando los
efectos pasajeros con la luz.
Boulevard de los Capuchinos, de Monet
Monet realizó dos versiones
de este cuadro, una de las
cuales presentó en la
primera exposición
impresionista de 1874. El
pintor tomó la imagen desde
la ventana del estudio del
fotógrafo Nadar.
La composición se
encuentra muy bien
estructurada con sus
verticales marcadas por
árboles y edificios y el gentío
diminuto a sus pies. Esta tela
no gustó a los críticos de
entonces que la
consideraron una especie de
horrible borrón.
La estación de San Lázaro, de Monet
Cuando Monet
decidió pintar la
estación de trenes
que unía Normandía
con Argenteuil, no
sólo consiguió un
permiso para hacerlo,
sino que también
logró que algunos
trenes cambiaran sus
horarios para poder
pintarlos en
diferentes momentos
lumínicos. Realizó
numerosas versiones
de la estación, todas
en el año 1877.
La estación de San Lázaro, de Monet
En ellas se contempla
cómo la mancha de
color inunda la
superficie y el objeto
ya comienza a
desmaterializarse. Si
bien es cierto que la
temática de los
trenes era una de las
que estaban en boga
en la época, a Monet
le había llamado la
atención sobre todo
la atmósfera que se
creaba con la
combinación de la luz
del sol, el metal, el
humo y los cristales.
Álamos a orillas del Epte, de MonetEsta obra pertenece a una de las series más
importantes de las realizadas por Monet,
antes de la catedral de Ruán. En ella se
evidencia la importancia concedida por el
pintor a la captación de la luz a diferentes
horas del día. La aplicación del color es
pastosa y las tonalidades juegan con las
líneas ascendentes de la composición: los
colores más cálidos debajo, los más fríos en
la zona superior. La luz y las sombras se
encuentran modeladas a partir de las
gradaciones cromáticas; nunca aplica Monet
negro o blanco. El tema de la obra ha
pasado a ser totalmente secundario. De allí
que el pintor realizara varias telas sobre un
mismo motivo. Lo importante era la
experimentación con la luz y sus efectos
sobre el color.
Catedral de Rouen, de Monet
Campo de amapolas, de MonetLas flores interesan a
Monet desde un punto
de vista estético, no
botánico. De allí que no
sea fácil detectar los
diferentes tipos. Lo que
sí es posible captar son
las íntimas sensaciones
que le producía al pintor
la visión de la naturaleza.
Las flores aparecen
como gráciles y livianas
manchas de óleo que
salpican el paisaje. A lo
lejos, en colores más
fríos, la arquitectura se
confunde con un grupo
de árboles.
Autorretrato, de Monet
Barcas de recreo en Argenteuil, de Monet
Siendo uno de los primeros
pintores que se atrevió a salir de
su estudio armado de óleos, telas
y pinceles, Monet sólo trabajaba
en el interior después de haber
hecho un boceto de la primera
impresión, que era mucho más
que un mero ensayo. Cuando se
instaló en Argenteuil, dispuso su
estudio en una barca para poder
observar el paisaje acuático que
conformaban las naves con sus
velas desplegadas. El blanco de las
velas se recorta sobre un brillante
cielo azul que se confunde en el
horizonte con el agua. Las
pinceladas son gruesas y libres,
cargadas generosamente de color.
4.3. Principales pintores impresionistas
A partir de la década de los 80 su pintura tuvo un
proceso desmaterializador, como en la serie de Ninfeas,
disolviendo las formas casi hasta hacer desaparecer los
objetos, para lograr mejor la sensación de lo efímero.
Ningún impresionista llegó tan lejos diluyendo la
apariencia; por esto, ha sido tan valorado por los artistas
abstractos.
Ninfeas, de Monet
En cualquier cuadro de una serie -La catedral de
Ruán, Las ninfeas, etc.- no pretende fijar lo que es,
lo que permanece, sino plasmar lo que cambia, el
devenir. En 1883 Monet compra una casa en
Giverny. Allí pinta Las ninfeas del estanque de su
jardín. Las escenas más complejas de esta serie son
las que representan el lago sin orillas. Son
composiciones planas, sin perspectiva, donde se
confunden tres espacios: uno, más concreto, la
superficie donde flotan los nenúfares; los otros dos,
más difusos, constan sólo de destellos: el cielo
reflejado y el fondo que se entrevé en la
transparencia del agua. Poesía de un paisaje donde
se funden vegetación, cielo y agua. Preocupado por
los efectos estéticos de la combinación de colores,
realiza un arte esencialmente decorativo; un
mundo de sugestiones que potencia al máximo las
posibilidades de la sensación.
El estanque de nenúfares, de Monet
Tan estructurado y colorido
como su obra pictórica fue el
jardín que el pintor fue
planificando y plantando en su
casa de Giverny. Éste pasaría,
con el tiempo, a ser una especie
de paraíso privado y el tema
principal de sus cuadros. En este
caso, Monet juega con los
colores complementarios verde
y azul logrando un efecto muy
decorativo.
El puente de Westminster , de MonetA principios de 1900,
Monet realiza diferentes
vistas de Londres. Uno
de sus temas favoritos
es el Támesis y sus
puentes. Tanto el
parlamento como el
puente parecen prontos
a desaparecer en las
brumas azules, beiges y
violáceas, y el único
punto concreto de
observación lo
constituyen las figuras
negras en primer plano.
El agua y el cielo
también se confunden
entre sí.
4.3. Principales pintores impresionistas
Renoir concedía más importancia que Monet a la figura
humana sobre todo a la femenina, que nos recuerda a
Rubens. Las superficies de sus cuadros son generalmente
más pulidas que las espesas y pastosas de los otros
impresionistas. Es una excepción por cuanto utiliza, en
ocasiones, el color negro. La obra más conocida de
Renoir es El Molino de la Galette. Sus temas
intrascendentes, sus toques sueltos y vigorosos, ilustran
con fidelidad su idea de cómo tenía que ser un cuadro
(“para mí, un cuadro debe ser una cosa amable, risueña, y
bonita... ya hay en la vida suficientes cosas fastidiosas para
que nosotros hagamos aún más”).
Autorretrato, de Renoir
Comida a orilla del río, de RenoirAnterior a “El Almuerzo
de los Remeros”, esta
obra se evidencia como
un verdadero estudio de
la mancha de color. El
óleo cubre toda la
superficie sin dejar un
resquicio en blanco, los
contornos se confunden,
el blanco del mantel se
pierde en el blanco de
las camisetas de los
remeros. Sólo la mujer
aparece como una masa
de sombra, en vivo
contraste con la
luminosidad de la escena.
Comida a orilla del río, de RenoirLas caras y las manos de
los personajes son
meras manchas. En lo
que respecta a la
composición, Renoir
intenta transmitir la
calma de la sobremesa a
través de suaves líneas
diagonales y se
despreocupa de crear
una marcada división
entre el primer y el
segundo plano, si bien es
cierto que una suave
línea naranja que deja
correr sobre el agua
separa a ésta del cielo.
Almuerzo de remeros, de RenoirEl artista comenzó a trabajar
en este cuadro en abril de
1881 y lo concluyó en julio del
mismo año. Para llevarlo a
cabo, reunió a sus más
cercanos amigos y modelos en
la terraza de "L'Auberge du
Pére Fournaise", un
restaurante famoso por su
cocina ubicado en la isla de
Chatou, al oeste de París y a
orillas del Sena. El
establecimiento se encontraba
cerca de una zona de baños, La
Grenouillére, entonces muy
frecuentada por los parisienses
que huían de la gran ciudad
para pasar un día al aire libre.
El Molino de la Galette, de Renoir
El Moulin de la Galette
era el lugar de ocio
preferido para la vida
bohemia. Era un viejo
molino abandonado en la
cima de Montmartre
donde se hacían bailes los
días de fiesta.
El Molino de la Galette, de Renoir
La escena del baile al aire
libre en el barrio de
Montmartre, en el viejo
“Molino de la Torta”, sirve
a Renoir como pretexto
para ejecutar una serie de
experimentos sobre los
efectos de la luz y la
sombra sobre el color. Un
pálido azul acompañado
de manchas claras de
color inunda toda la
superficie del lienzo
transformando todos los
colores que encuentra a
su paso, como si de un
filtro se tratara.
El Molino de la Galette, de Renoir
El pintor logra así reflejar
la atmósfera fresca y
diáfana de una tarde de
verano. La composición es
algo desordenada, pero
gracias a ello el artista
puede transmitir más que
correctamente el tema: la
animación y la alegría que
inundaba a los jóvenes
que cada domingo acudían
al popular baile.
4.3. Principales pintores impresionistas
Degas no se ajustó a los parámetros impresionistas.
Pintó el mundo de las carreras de caballos y las bailarinas
de la ópera. Nunca trabajó al aire libre y buscó los puntos
de vista insólitos, los escorzos forzados, las visiones en
picado. Se le considera impresionista por compartir el
gusto por el color, el interés por la luz y por lo efímero.
Obras: El descanso, Ensayo en el ballet de la ópera, En
las carreras.
Autorretrato, de Degas
El ensayo en el escenario, de Degas
Clase de danza en la Ópera, de Degas
Clase de danza, de Degas
El descanso, de Degas
El café-concierto Les Ambassadeurs, de
Degas
Mujer secándose el pie, de Degas
Las planchadoras, de Degas
4.3. Principales pintores impresionistas
Sisley fue un pintor de origen inglés que pasó la mayor
parte de su vida en Francia. Gran defensor de la obra al
aire libre y gran amigo de Monet, sus temas preferidos
fueron los paisajes de los alrededores de París, como en
Nieve en Louveciennes.
Nieve en Louveciennes, de Sisley
4.3. Principales pintores impresionistas
Pissarro, pintor de la vida trabajadora, así como de la
animación de la gran ciudad (Boulevard Montmartre al
atardecer), llegó a experimentar el puntillismo, tendencia
que abandonó para volver al impresionismo.
Los tejados rojos, rincón de un pueblo en
invierno, de Pisarro
Boulevard Montmartre al atardecer, de
Pisarro
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
Los pintores post impresionistas reflexionaron a partir
del Impresionismo. Asumieron que este no era el inicio de
un nuevo camino sino un punto final y buscaron nuevas
soluciones pictóricas.
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
En el Postimpresionismo encontramos dos vías
diferentes:
Metódica, que sistematiza y ordena, representada por Seurat
y Cezanne.
Expresiva simbólica, que valora lo emotivo, a la que
pertenecen Van Gogh, Gauguin y Toulouse Lautrec.
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
George Seurat aspira a dar al Impresionismo una base
científica, por lo que su obra es cerebral. Su técnica es el
Puntillismo, es decir, que pinta puntos homogéneos de
color sin mezcla que producen un encadenamiento
continuo de contrastes elementales. Su obra más
conocida es Una tarde de domingo en la Grande Jatte.
Una tarde de domingo en la Grande Jatte,
de Seurat
Bañistas en Asnières, de Seurat
El puerto de Saint-Tropez, de SignacImpresionado por la técnica
divisionista de Seurat, Signac
comenzó también a
experimentar con la
fragmentación de la
superficie por medio del
punto del color. La
construcción de las figuras la
realizó a partir de toques y
manchas de color cercanas
unas otras, de manera tal que
a medida que el observador
se aleja del cuadro, se van
mezclando. No obstante,
Signac se mantiene fiel a los
principios impresionistas, sin
llegar al cientificismo
cromático de Seurat.
Palacio de los Papas en Aviñón, de Signac
Gran Canal de Venecia, de Signac
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
Paul Cezanne poseyó una concepción tan completa del
arte que generaciones de pintores han seguido su camino.
Comenzó como impresionista puro, pintando al aire libre
y adoptando una pincelada breve.
A partir de 1878, residiendo en Aix en Provence, el arte
de Cezanne se simplifica, adquiriendo sus formas un claro
sentido geométrico. En sus propias palabras, intentaba
tratar la naturaleza por el cilindro, la esfera y el cono… Su
paleta se basa en tonos naranjas, azules y verdes.
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
Entre sus obras destacan las Naturalezas muertas, con
gran predilección por las manzanas. Pintó también paisajes
de La montaña de Santa Victoria, series de Bañistas,
retratos (Retrato de un campesino) y escenas de café
como Los jugadores de cartas.
La montaña de Santa Victoria, de Cezanne
Las grandes bañistas, de Cezanne
Las mujeres se
muestran desnudas ante
un fondo de paisaje en
el que no hay nada
definido y en el que
abundan las tonalidades
malvas. Estas figuras son
macizas, casi
escultóricas, en parte
debido al empleo de
una línea oscura que
delimita sus contornos.
Sin embargo, los rostros
han desaparecido,
siendo sustituidos por
máscaras, como
también haría Picasso.
Las grandes bañistas, de Cezanne
El color es aplicado
con violencia, mediante
largas pinceladas en las
que emplea espátula.
Las tonalidades claras y
alegres de sus
primeros años dan
paso a tonos oscuros.
Su proceso de
recuperación de la
forma a través del
color ha concluido; el
Impresionismo ya es
algo sólido y duradero,
como el arte de los
museos.
Los jugadores de cartas, de Cezanne
Este lienzo es el más
famoso de la serie de
cuadros que Cezanne
pintó en la década de
1890. Los
protagonistas de las
telas son los
campesinos de Aix y el
jardinero del Jas de
Bouffan, residencia
veraniega del pintor,
Vallier.
Los jugadores de cartas, de CezanneAntes de ponerse a
pintar realizó
numerosos estudios.
Las dos figuras se
sientan a ambos lados
de una pequeña mesa,
uno frente al otro,
sobre la que apoyan
los codos. Están
concentrados en el
juego, interesándose
Cezanne en captar sus
expresiones, y se
presentan tocados
con sendos
sombreros típicos de
las clases sociales
humildes de Provenza.
Los jugadores de cartas, de CezanneLa iluminación artificial
se manifiesta en las
sombras,
especialmente en el
reflejo blanco de la
botella. El color es el
protagonista del lienzo,
que inunda todos los
rincones de la obra. El
hombre de la derecha
viste una chaqueta de
tonalidades grises
amarillentas y su
compañero está
vestido con una
chaqueta y un pantalón
de tonalidades de la
misma gama.
Los jugadores de cartas, de Cezanne
A diferencia de la
primera pintura de
Cézanne, en este
trabajo, prima el
volumen y la forma
sobre la luz,
obteniendo ese
volumen gracias al
color en estado puro.
La aplicación del color
se realiza a base de
fluidas pinceladas que
conforman facetas.
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
Por su búsqueda de lo permanente y lo esencial, tuvo
influencia decisiva en el Cubismo.
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
Para Van Gogh, el arte tenía un sentido casi religioso. Su
agitada existencia terminó trágicamente en el suicidio y su
pintura traduce el fuego interior que le producía su
enfermedad mental. Su pincelada es rápida, gestual y
expresiva, el colorido es vibrante y las formas
serpenteantes, flamígeras.
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
Entre su abundante obra destacan los autorretratos,
retratos (El doctor Gachet), cuadros de flores (Los
girasoles y Los lirios), paisajes (Campos de trigo; Noche
estrellada; La iglesia de Auvers) e interiores (La
habitación del pintor).
Comedores de patatas, de Van Gogh
El puente levadizo, de Van Gogh
El café nocturno, de Van Gogh
El café de noche, de Van Gogh
La habitación en Arlés, de Van Gogh
Noche estrellada, de Van Gogh
Esta famosa escena
resulta una de las
más vigorosas y
sugerentes realizadas
por Vincent. En
pocas obras ha
mostrado la
naturaleza con tanta
fuerza como aquí.
Vincent se encuentra
recluido en el
manicomio de Saint-
Rémy desde el mes
de mayo de 1889 y
muestra en sus
imágenes lo que
contempla desde su
ventana.
Iglesia de Auvers-sur-Oise, de Van GoghQuizá sea ésta la obra más emblemática de las 80
imágenes realizadas por Vincent durante sus dos
meses de estancia en el pueblo de Auvers-sur-
Oise, al noroeste de París, donde había sido
enviado por Theo, cansado de Arlés. En esa
estancia estuvo atendido por el doctor Gachet.
Las luces nocturnas siempre llamaron la atención
de Van Gogh, bien fuese la luz de las estrellas, bien
la de la luz artificial. De nuevo recurre a la luz
nocturna, teniendo como protagonista una
pequeña iglesia gótica, que adquiere por el efecto
lumínico una sorprendente sensación
fantasmagórica. Como buen impresionista (no
olvidemos que Van Gogh aprendió de Pissarro y se
inició en este movimiento pictórico) se preocupa
por captar la sombra de la construcción,
apreciándose claramente tanto en el sendero
como en el césped, al tomar un tono más oscuro.
Autorretrato, de Van Gogh
Retrato del doctor Gachet, de Van Gogh
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
Por su visión subjetiva, por proyectar sus sentimientos en
la pintura transmitiéndonos su soledad, por su angustia y
su fracaso como artista (no vendió ninguna de sus obras),
se considera a Van Gogh un claro antecedente del
Expresionismo.
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
Paul Gauguin fue un pintor vocacional que abandonó el
bienestar económico e incluso a su familia para buscar la
autenticidad primero en Bretaña y más tarde en Tahití.
Adoptó el procedimiento del cloisonismo, consistente en
pintar con tintas planas, delimitadas con un trazo lineal
fuerte y nítido: es una técnica que recuerda los esmaltes y
las vidrieras. Sus obras, al contrario que las de Van Gogh,
dan sensación de estatismo.
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
En obras como Mata Mua, El caballo blanco, Never
More, Arearea y Mujeres tahitianas supo liberarse de
los colores reales de la naturaleza y, debido a esa
autonomía del color, se le considera antecedente del
Fauvismo.
¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? A
dónde vamos? de Gaguin
Salve María, de Gauguin
Mujeres de Haití, de Gauguin
El Cristo amarillo, de Gauguin
Arearea, de Gauguin
5. LOS PINTORES POSTIMPRESIONISTAS
Toulouse Lautrec destacó como cartelista. Su pintura
oscila entre lo expresivo, con un gran sentido crítico, y lo
decorativo. Fue pintor de los ambientes de los cabarets
parisinos, de los alegres y sórdidos interiores de la gran
ciudad. Una de sus obras más conocida es Baile en el
Moulin Rouge.
Baile en el Moulin Rouge, de Toulouse-
LautrecLa inauguración del
"Moulin Rouge" en
1889 supuso para
Toulouse-Lautrec uno
de los momentos más
felices de su vida ya
que se iniciaba una
fructífera relación
con el local de moda
más importante de
París. En el vestíbulo
de ingreso se
encontraba su obra.
Más tarde realizará
diversos carteles
publicitarios del
templo del ocio
parisino.
Ambassadeurs, de Toulouse-Lautrec
Uno de los personajes más emblemáticos de
Montmartre era Aristide Bruant, un cantautor
famoso por sus letras desgarradas sobre la lucha de
los obreros y los marginados. A pesar de su
temática proletaria tuvo un enorme éxito lo que le
permitió arrendar uno de los templos nocturnos de
París: Le Chat Noir, al que cambió el nombre por Le
Mirliton, convirtiéndose en el nuevo centro de
reunión de los artistas bohemios. En Le Mirliton
expuso Toulouse-Lautrec al público por primera vez
y en la revista del mismo nombre publicó algunas
litografías. Este cartel lo realizó Henri con motivo
de la actuación de Bruant en el Ambassadeurs, el
mejor café-concert al aire libre de París -situado en
los Campos Elíseos- del que Degas tiene magníficas
imágenes. Toda la ciudad fue empapelada con los
carteles, lo que contribuyó al éxito de Lautrec.
Ambassadeurs, de Toulouse-Lautrec
La dureza del cantautor ha sido perfectamente
interpretada por Henri en esta imagen donde se
pone de manifiesto su relación con los grabados
japoneses.
El diván japonés, de Toulouse-LautrecToulouse-Lautrec conseguirá bastante fama
como cartelista, anunciando especialmente los
locales nocturnos que frecuentaba. En este
caso se trata del café-concert Divan Japonais,
lugar en el que se intentaba crear un ambiente
pseudo-oriental cuando todo lo que procedía
de Oriente llamaba la atención. En primer
plano están Jane Avril -famosa bailarina del
Moulin Rouge- y el crítico simbolista Edouard
du Jardin. Tras ellos aparecen los cuellos de los
contrabajos, los brazos del director de
orquesta y, sobre el escenario, la silueta
inconfundible de Yvette Guilbert, la cantante
del local que se convertiría en la obsesión del
pintor.
El diván japonés, de Toulouse-LautrecLa influencia de la fotografía es muy marcada,
como observamos al cortar los planos
pictóricos - e incluso la cabeza de Yvette -. El
agobio espacial, con los planos muy unidos
entre sí, es otra de las características de este
excelente cartel en el que apreciamos cierta
deuda con Degas.
6. EL IMPRESIONISMO EN ESPAÑA
La técnica de “manchas”, que rompe con la factura
retocada de la mayoría de los cuadros de historia, se
anticipa en Rosales y Fortuny, pero faltaba todavía un
paso, separarse del taller y entregarse a la captación de
los paisajes vivos, a plain air. Algunos maestros viajan a
París y conocen la nueva sensibilidad; así Zuloaga traba
contacto con la obra de Toulouse-Lautrec, y Regoyos a su
regreso aplica en sus paisajes cántabros las técnicas del
impresionismo. Pero, sobre todo, el movimiento del
último cuarto de siglo está representado por el
valenciano Joaquín Sorolla.
6. EL IMPRESIONISMO EN ESPAÑA
La obra de Joaquín Sorolla asombra por su fecundidad;
casi tres mil cuadros y más de 20.000 dibujos y apuntes.
Durante algún tiempo cultivó los temas de historia, pero
un viaje a París le inclinó hacia una mayor sensibilidad por
los temas del presente.
Y aún dicen que el pescado es caro, de
Sorolla
6. EL IMPRESIONISMO EN ESPAÑA
La luz de Valencia termina de incorporarle a la estética
impresionista; no obstante, su parentesco con la escuela
francesa es discutible. Sorolla mantiene en muchos de sus
cuadros un dibujo poderoso y afronta problemas de
composición y movimiento de los que poco se cuidaron
los pintores franceses.
Cosiendo la vela, de Sorolla
6. EL IMPRESIONISMO EN ESPAÑA
El estudio de Velázquez y Goya influye, sin duda, en su
diseño de los temas. De su obra destacan sus escenas
valencianas de playa y pesca, en las que una técnica suelta
de mancha gruesa capta la vibración lumínica del cielo
mediterráneo y sus brillos en las velas desplegadas, en las
arenas y, sobre todo, en los cuerpos mojados de los niños
que juegan en la orilla de la playa.
El balandrito, de Sorolla
7. ESCULTURA IMPRESIONISTA
El Impresionismo influye en la escultura a través de
estudiar las posibilidades del material y los efectos de lo
inacabado. Se produce una renovación de los ideales de la
escultura alejándola de los modelos clásicos. Rodin es
uno de sus máximos representantes, con él aparece un
nuevo leguaje escultórico.
7. ESCULTURA IMPRESIONISTA
Aplica la técnica impresionista a la escultura: valora el
fragmento, lo inacabado como parte esencial de la
realidad. Se produce una nueva valoración de la superficie,
del espacio, de la textura y el volumen. Con la rugosidad
de las superficies y la multiplicación de planos obtiene
efectos de luz y da fuerza colosal a sus figuras. El acabado
rugoso y abocetado provoca que la luz vibre y produzca
efectos lumínicos muy próximos al impresionismo.
Introduce juegos lumínicos en la escultura y el sentido del
movimiento. Destacan entre sus obras: El Beso, Retrato
de Balzac, El pensador y Los burgueses de Calais.
Pertenece también al grupo escultórico de
Las Puertas del Infierno. Es importante el
movimiento de las obras de Rodin, los
diferentes ángulos y puntos de vista que nos
ofrecen nuevos detalles, más información
sobre la obra (por un lado parece que se
besan, por el otro no). Uno de los métodos
de Rodin era llevar modelos desnudos a su
taller y hacerles girar y moverse para
encontrar la postura ideal que le inspirase.
También serán importantes las obras
inacabadas, la sensación de dinamismo, de
que todo es cambiante, de que la obra no es
igual según el lugar desde donde sea
apreciada, el ritmo de la composición
(formada con las posturas, los brazos, cómo
éstos se entrelazan, etc.)
El Beso, de Rodin
Retrato de Balzac, de Rodin
Emile Zola encargó a Rodin, en nombre de la
Société des Gens de Lettres, diseñar una estatua
del novelista Honoré de Balzac que murió en
1850.
El pensador, de Rodin
Pertenece al grupo escultórico de Las Puertas
del Infierno, monumental grupo escultórico
que mide 6 m. de alto, 4 de ancho y 1 de
profundidad. Contiene 180 figuras con
dimensiones de entre los 15 cm y más de un 1
m. y fueron encargadas en 1880. El Pensador
es el símbolo de la escultura de Rodin.
Aglutina todas las características del autor. La
escultura llega a traspasar su sentido literario
(ya que en su origen es el retrato del poeta
Dante que se ve afectado por todo lo que está
viendo –en las puertas–), y ahora con la
escultura a grandes dimensiones adquiere un
significado totalmente diferente, trata de
expresar algo más universal y que se
identificará con el destino del hombre.
El pensador, de Rodin
Se trata de un hombre sentado, reclinado, con
la cabeza ladeada hacia abajo, en una postura
de pensamiento, pasividad, soledad,
preocupación, etc. El Pensador está fundido
en bronce.
Los burgueses de Calais, de Rodin
Los burgueses de Calais, de Rodin
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