LA TRASCENDENCIA EN GABRIEL MARCEL
Por: Martha Lucía Castro de Rico *
En este artículo se hablará solamente del as-
pecto epistemológico, donde se trata de mostrar
en el pensamiento de Gabriel Marcel, una teoría
del conocimiento muy diferente a la tradicional,
basándose en lo que es el problema y el misterio,
sus relaciones con la filosofía y la manera de
abordarlos, haciendo énfasis, por una parte, en
la relación existente entre participación y re-
flexión segunda y por otra, destacando la creati-
vidad como factor fundamental de su filosofía.
Para enfocar mejor el tema propuesto, se
presenta el siguiente cuadro donde se expone en
forma clara el pensamiento marceliano.
El plano A, es el plano del tener, en el se en-
cuentra el problema como objeto de la ciencia; en
ese plano estoy “YO” conformado por un cuerpo
y un espíritu; este es el plano de la exterioridad.
“YO” no estoy solo; Hay muchos otros “YO”, con
ellos puedo hablar y establecer una comunica-
ción; todavía me encuentro en el plano de la ex-
terioridad; “YO” me encuentro con otro; se esta-
blece una cierta intimidad que se da por medio
del amor. Ese otro se convierte en un “TU” para
“YO” formando un “NOSOTROS”, no hay comu-
nicación sino comunión. El “TU” es presencia pa-
ra el “YO” y viceversa; esto es lo que Marcel lla-
ma intersubjetividad. Empezamos a trascender el
plano de la exterioridad a la interioridad.
Encontramos en el límite de los dos planos, la
muerte (situación límite) que es la separación del
cuerpo y el espíritu; Para Marcel, la muerte es la
liberación para un espíritu que tiende hacia Dios
por medio del amor.
El plano B es el plano del Ser; el método pa-
ra llegar a ese plano es la reflexión; ese plano lo
alcanzamos por medio de la fe, la esperanza, el
amor, el diálogo con Dios, es decir, la plegaria.
Es así como se vence la muerte.
Dios es el Ser, el Tu Absoluto, se nos pre-
senta por medio de la revelación, nos ilumina pe-
ro no podemos cuestionarlo. Es misterio. En el
campo del Ser quedan superados todos los dua-
lismos: Espíritu- cuerpo, ya que el espíritu ha si-
do separado del cuerpo por medio de la muerte.
Filosofía- ciencia, porque en la ciencia se da el
sujeto que conoce y el objeto conocido. En el
campo del Ser no hay dualismo porque yo no
puedo salirme del concepto ser para contem-
plarme desde afuera, es decir que “YO” como ser
no puedo objetivarme.
Se observa que la filosofía marceliana tiene
gran similitud con la religión católica: En ambas
nos encontramos de paso en este mundo; la
muerte es la liberación de un cuerpo que nos im-
pide realizarnos plenamente; Dios es un misterio
que no se puede cuestionar, llegamos a Dios por
medio de las virtudes que la religión católica lla-
ma teologales: fe, esperanza y caridad. Dios se
nos revela, nos ilumina.
Teniendo en cuenta lo planteado anterior-
mente, se proponen, a manera de reflexión, los
siguientes interrogantes:
- ¿Será cierto que el problema interfiere la rea-
lización espiritual del hombre?
- ¿El problema da las bases concretas a la fi-
losofía para sus reflexiones?
- ¿Será válido decir que el problema degrada
la filosofía?
- ¿Realmente el misterio nos puede servir co-
mo objeto de la filosofía?
- ¿Se puede mezclar la filosofía con la reli-
gión?
- ¿Puede ser válida una filosofía basada en el
subjetivismo vivencial?
BBIOGRAFÍA DE GABRIEL MARCEL
Marcel nació el 7 de diciembre de 1889, de
madre judía y padre católico; este último fue con-
sejero de estado, ministro plenipotenciario, direc-
tor de Bellas Artes, cargos que le permitieron rea-
lizar muchos viajes en compañía de su hijo. Lo
anterior, unido a la educación que Gabriel Marcel
recibió, hicieron que este desarrollara principal-
mente su intelectualidad beneficiándose de la
cultura europea.
Gabriel Marcel estudió filosofía en La Sorbo-
na y buscó en las artes y las letras un lugar de
encuentro con los demás; dicho encuentro logró
su mayor realización con la experiencia que tuvo
al prestar sus servicios a la Cruz Roja durante la
segunda guerra mundial. Sus primeros pasos de
filósofo los inicia como monitor de filosofía a la
edad de 20 años, a los 22 empieza a ejercer co-
mo profesor.
En el año de 1929 Marcel se convierte al ca-
tolicismo y decide hacerse bautizar dando fin a la
gran preocupación que desde la juventud le asal-
taba, sobre este problema. Su búsqueda quizá,
por estar muy relacionada con la religión, se defi-
nió para él en el mencionado suceso.
Marcel volcó todo su pensamiento filosófico
en sus obras, basándose en el análisis y obser-
vación del ser humano, teniendo en cuenta sus
sentimientos, angustias y vivencias en general.
Sus obras más importantes fueron las si-
guientes:
- Journal Métaphysique (1927)
- Être et Avoir. (1935)
- Réflexions sur la Foi 1938)
- Du Refus a L’Invocation (1940)
- Homo Viator (1944
- Les hommes contre L’Humain (1951)
- Le Mystère de L’Être (1951)
- L’Homme Problématique (1955)
- Presence et Inmortalité (1959)
*Licenciada en filosofía y Letras, Universidad de
Caldas.
Magister en Educación, Universidad Pedagógica
Nacional.
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