Eüo Masferrer Kan
Georgina Vences Ruiz Norma Barranco Torres
Elizabeth Díaz Brenis Jaime Mondragón Meló
ET E L
NOIGRAF A TÍA DO D:E P UIE B L Al
tmJt tmm r \
índice PÁGINA CONTENIDO
8 Presentación
Los indios del norte del estado de Puebla Elio Masferrer Kan
ENSAYOS GENERALES
• Ecosistemas, producción y economía 12 El manejo de la naturaleza en la Sierra Norte de Puebla
Miguel Ángel Martínez Alfaro I Elio Masferrer Kan 22 Plantas comestibles en la Sierra Norte de Puebla
Virginia Evangelista Oliva I Francisco Basurto Peña 24 La actividad ganadera en Xochiapulco
Aurora Morgado González I Minerva Glockner Rossainz 25 Producción en Xochiapulco
Aurora Morgado González I Minerva Glockner Rossainz 28 Ecosistemas, producción y economía en Jonotla, Puebla
José Mirón González I Minerva Glockner Rossainz 36 Estructura agraria en Jonotla
José Mirón González I Mi nema Glockner Rossainz 37 Infraestructura productiva de Jonotla, Sierra Norte de puebla
José Mirón González I Minerva Glockner Rossainz • Lengua
39 Las políticas lingüísticas en el Norte de Puebla desde la época prebispánica hasta el Imperio de Maximiliano Guillermo Garrido Cruz
50 Etnónimos del Norte de Puebla Guillermo Garrido Cruz
54 Toponimia indígena del Norte de Puebla Guillermo Garrido Cruz
• Cosmovisión 62 El diluvio y el quinto sol,
marcas indelebles en la conciencia histórica de nahuas y totonacas Maña Elena Aramoni Burguete
PÁGINA CONTENIDO
74 La cosmovisión en el labio y paladar hendido Anabella Barragán Solís I Ornar Femando Ramírez de la Roche
• Danza 78 Las danzas tradicionales del estado de Puebla en el nuevo milenio
Alberto Zarate Rosales NAHUAS • Panorama general
88 El discurso moral de los nahuas de México James Taggart
• Lengua
112 Los prefijos consonanticos de San Miguel Tenango, Puebla Petra Schroeder K. I David Tugg}' Turner
• Cosmovisión
118 San Miguelito y el Talokan: sincretismo dual.
La matriz cultural de una comunidad náhuatl de la Sierra Norte de Puebla María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera
140 Los que tienen el don del conocimiento:
los especialistas rituales nahuas de la Sierra Norte de Puebla Lourdes Baez Cubero
150 Levantamiento de infantes en Zoatecpan, Xochitlán, Puebla Francisco Alberto Basurto Peña I Natalia Molina Martínez
151 Chamanismo de los nahuas de la Sierra Norte Michel Duquesnoy
158 El cueqx) humano y el territorio doméstico Gabriela Montoya Guerrero
• Organización social
162 Los grupos domésticos nahuat de la Sierra Norte de Puebla James M. Taggart. '• •
166 La familia entre los nahuas de la Sierra Norte de Puebla Gabriela Montoya Guerrero
índice PÁGINA CONTENIDO
• Organizaciones etnopolíticas 172 La cooperativa Tosepan Titataniske:
redes sociales - elementos de unificación Gabriela Montoya Guerrero I Elizabeth Díaz Brenis
TOTONACOS
• Panorama general 178 Los totonacos
Elio Masferrer Kan
188 Día de muertos totonaco Iván Gerardo Deance Bravo y Troncoso I Verónica Vázquez Valdés
189 El perdón totonaco ¡van Gerardo Deance Bravo y Troncoso
• Cosmovisión 190 El trueno y el viento, mito y territorio totonaco
Leopoldo Trejo Barrientos 200 El susto y el arcoiris
Georgina Vences Ruiz
201 La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec: el reflejo humanizado de la naturaleza Gabriela Gutiérrez Espinosa
207 Bordado tradicional totonaco Verónica Vázquez Valdés
• Identidad y etnicidad 208 Huehuetla, zona de refugio en apertura
Georgina Vences Ruiz 213 El poder de la costumbre
Iván Gerardo Deance Bravo y Troncoso 214 Los mestizos criollos en la Sierra
Elizabeth Díaz Brenis
PÁGINA CONTENIDO
OTOMÍES • Panorama general
216 Otomíes del estado de Puebla: tecnología, organización ritual y cosmovisión Jaques Galinier
226 La serpiente y la salud reproductiva entre los otomíes Carlos Guadalupe Heiras Rodríguez
• Migración y globalización 227 Poblamiento y migración otomí en el actual estado de Puebla
y zonas vecinas
Carlos Guadalupe Heiras Rodríguez 234 La leche y el semen: el intercambio de dones entre los otomíes
Carlos Guadalupe Heiras Rodríguez TEPEHUAS
• Panorama general 238 Tepehuas de Puebla
Carlos Guadalupe Heiras Rodríguez • Migración y globalización
260 Los tepehuas de Huehuetla: historia, cultura, globalización David Lagunas Arias
268 índice de colaboradores
271 índice fotográfico
275 Bibliografía
T O T O N A C O S • C O S M O V I S I Ó N 201
La visión del mundo y el cuerpo femenino en Cuautepec: el reflejo humanizado de la naturaleza
Gabriela Gutiérrez Espinosa
El presente ensayo ha sido elaborado con datos obtenidos
durante los años 1997 y 1998 en la comunidad de Cuau
tepec, municipio deTlacuilotepec.'
Tlacuilotepec se ubica al nordeste del estado de Pue
bla, Sierra Madre Oriental comúnmente denominada como
Sierra Norte de Puebla, entre los paralelos 20" 22' 06" y
20° 26' 18" de latitud norte y los meridianos 97" 07' 00"
de longitud occidental. Ubicada en un sitio estratégico
entre la cabecera municipal y la principal salida hacia
Xicotepec de Juárez, la urbe más cercana a esta área, se ha
visto influida a través del tiempo por el flujo de gente pro
cedente de distintas formaciones culturales (básicamente
nahuas y mestizos). Su población en ! 990 fue de 851. habi
tantes" y su principal medio de subsistencia, además de la
producción de autoconsumo, se basa en la producción y
comercialización del café, así como en el trabajo asalaria
do en dos grandes fincas cafetaleras ubicadas en la comu
nidad o en las urbes más cercanas.
E l c o n c e p t o de c o s m o v i s i ó n
El eje fundamental en el estudio de la antropología ha sido
el análisis del ser humano y de sus múltiples formas de ser
y de hacer en el mundo. ¿Por qué las diferencias y porqué
las similitudes entre las sociedades? En la búsqueda de las
complejas respuestas han ido surgiendo la ¡denudad, la
estructura, la etnicidad, la raza, el lenguaje, o la
cosmovisión —entre otros— como conceptos clave que
le permitan a las Ciencias Humanas explicarse de algún
modo esta variabilidad cultural.
La cosmovisión o mundo de vida, es el reflejo humani
zado de la naturaleza, la sociedad, la persona en sociedad
y de todo aquello que impacta a los sentidos conformado
en una totalidad, nos referimos aquí a una totalidad como
ámbito de desarrollo creada por un mismo grupo social y
no a una comunidad aislada de la interacción con otras
formaciones culturales; la visión del mundo es pues, una
abstracción social de la realidad, un ámbito conceptual-
explicativo creado por el ser humano a partir de su necesi
dad de proveer de sentido a todo aquello que sus sentidos
perciben. Acuñado desde la filosofía, este término se
retomó por la arqueología para referirse a las ideas que
del mundo tenían los distintos pueblos en la antigüedad.
Hoy día este concepto es una importante herramienta para
la antropología, ya que le ha permitido una mayor com
prensión de los distintos procesos culturales a los que
estudia.
Este ámbito simbólico que es el mundo de vida, no
es meramente subjetivo (creación de los sujetos) sino
también objetivo, pues responde a un mundo objetivo y se
forja precisamente en la relación de los sujetos con él
(experiencia), de tal forma que el individuo experimenta
al mundo, lo interpreta (codifica y simboliza) y lo recrea a
través de la comunicación con los que comparten dicha
experiencia y también con quienes no la comparten (la co
municación incluye lo que se calla así como la diferencia).
De este modo, las distinciones se hacen mayores a medida
que la experiencia comunitaria se aleja de un determinado
proyecto grupal (identidad).
De manera general, diré que un grupo identitario tien
de a compartir una misma visión del mundo, pero que ello
no implica la homogeneidad en su interior, aquélla incluye
las contradicciones propias de toda creación subjetiva y de
los cambios físicos e históricos del medio en que se crea y
se recrea. De este modo, tenemos pues desniveles y varia
bles a partir de las propias jerarquías sociales.
Considero que una de esas variables al interior de
cualquier grupo humano, se encuentra en el género, si bien
no comparto la idea de que la universal opresión de las
mujeres les proporcione a todas el mismo modo de "ser
E T N O G R A F Í A D E L E S T A D O DE P U E B L A
mujer", sí creo que existe en cualquier grupo humano una
posición claramente diferenciada y la reinterpretación de
un hecho biológico tan evidente y trascendental como lo es
el sexo. Esta es una variable determinante en la estruc
turación y la consecución de los roles sociales, es decir, las
distintas clases de actuaciones que los individuos juegan
en su sociedad. Así pues, la forma en que se experimenta al
mundo y se le reproduce, tiene que ver con las posiciones
desde las cuales se vive, es decir, los roles sociales.
La mujer, en todo caso, suele desempeñar roles tras
cendentales en la transmisión de las cosmovisiones, pues
se encuentra en una posición de tendencia conservadora,
al acceder tardíamente a participar en los cambios de su
entorno en comparación con los hombres. Por otro lado
suele ser ella la encargada de la socialización primaria de
las nuevas generaciones, transmitiendo y retransmitiendo
el sistema de valores preponderante en el mundo vivido.
De este modo, la cosmovisión femenina, es el acervo de
conocimiento sobre el mundo y la forma en que se estable
cen las relaciones con él desde la perspectiva de una
determinada identidad cultural femenina, en este caso,
la identidad totonaca.
Los roles femeninos y la religión
Los roles son distintos tipos de actuaciones que el indivi
duo ejerce en su sociedad, éstos no implican únicamente
el seguir las normas establecidas para su acción, sino que
además existen mecanismos que logran que los individuos
se identifiquen plenamente con los papeles desempeñados,
pues se hace necesario que el individuo sienta también
como adecuados para sí mismo ése tipo de comportamien
to,5 es decir, no únicamente se requiere que una mujer se
comporte como madre, sino que, para que asuma plena
mente su papel, se requiere que sea madre, "sea lo que
fuere ser en la sociedad en cuestión". 6
La conformación de los roles en esta comuni
responde aún a ciertos rasgos prehispánicos que en
opinión, siguen siendo determinantes y no sólo remanen
y es por ello que a pesar de la readaptación de los antigu
roles o de la aparición de otros nuevos, la simbolizad
del espacio se codifica básicamente desde aquella pe
pectiva y lo hace principalmente a través de la religión;.
La institución religiosa, como una de las principal
proveedoras de sentidos y de normas, proporciona tambl
las principales bases explicativas del mundo vivido. Com
es bien sabido, la evangelización católica fue procesada
acuerdo a los particulares complejos de creencias, mitos
ritos preponderantes en cada grupo étnico dando paso así1
a diferentes formas sincréticas condensadas en torno
catolicismo. A pesar de que hoy en día la comunidad d§
Cuautepec se encuentra en franca división debido a la re|
evangelización católica sufrida hace aproximadamente unos?
veinticinco años y en los últimos tiempos por el arribo
nuevas sectas protestantes, las creencias populares Q
torno a la naturaleza, las relaciones sociales y el cuerpo
continúan manifestando una interpretación propia que no
puede entenderse, sino dentro de un sistema de creencias
de raíz prehispánica. La religión mayoritaria ejercida en es';
población, presenta características de la religión indíge:
cuyos nexos con la religión católica se reducen básicamente;
al uso de la iglesia, las imágenes de los santos como espa-¿
ció ritual y la amalgama de los preceptos bíblicos con la
mitología nativa. Sería absurdo negar las influencias ejer
cidas desde otros sistemas simbólicos, que por lo demás
tendrían que ser investigados minuciosamente con el;
propósito de arrojar luz al problema del origen de dichas
creencias, sin embargo considero que por ser tan recien-/
tes no han terminado de ejercer los cambios estructurales;
en el sistema simbólico más antiguo, es decir, en la lógica
T O T O N A C O S • C O S M O V I S I Ó N
profunda que sustenta sus ideas.
I Otra inst i tución en la que suelen transmitirse y
estructurarse los roles de cada individuo es la familia, que
en el caso que nos ocupa es la familia extensa, en la cual se
encuentra sustentada la unidad doméstica familiar, o
espacio compartido por diversas familias nucleares
emparentadas entre sí. Es en la familia en donde se trans
miten a través de la socialización primaria los roles a seguir
y donde, debido a las necesidades de subsistencia, se
replantean o instituyen nuevas normas para desempeñar
los (caso expulsión femenina vs. masculina como mano de
obra asalariada).
I La mujer juega pues, entre los totonacos de esta co
munidad, un papel predominantemente conservador, sí,
pero sumamente flexible y variado tanto al interior como al
exterior de ella. Al interior, su principal actuación gira en
torno a reproducción de la unidad doméstica familiar a
partir de los roles tradicionales de madre, esposa, abuela,
etc. Se encarga de elaborar los alimentos y resolver las
necesidades cotidianas de los miembros de la familia pues
aunque sea socialmente aceptado que un hombre desem
peñe también este tipo de tareas, sigue siendo trabajo
femenino. Sin embargo, la mujer juega también al nivel
productivo un importante papel ya que es ella la encargada
de mantener el "solar" además de que pueden también
acudir a la parcela a efectuar diversas tareas relacionadas
con la siembra y la cosecha por lo que poseen un conoci
miento preciso de las fechas y las condiciones idóneas para
realizar estas labores.
; En el trabajo remunerado, las mujeres totonacas de
: Cuautepec, participan activamente y aunque suelen ser las
más jóvenes quienes se emplean como jornaleras en las
t fincas de café, es esta una actividad bastante recurrida por
mujeres de cualquier edad que necesitan o quieren ganar
i dinero.
Algunos de los roles tradicionales que las mujeres
ejercen al exterior de la familia y por los cuales perciben
también honorarios, además de un prestigio especial en la
comunidad, son los de curandera y/o partera. Ambos roles
juegan un papel fundamental en los sistemas de conoci
miento del mundo, ya que poseen un acervo simbólico y
cultural privilegiado que ha sido heredado por los princi
pales especialistas a través del tiempo. Por otro lado, su
posición les permite una comunicación permanente con
una amplia gama de población, ya sea en el tiempo —des
de el nacimiento (parteras) hasta la muerte (curanderas)—
como en relación con las distintas jerarquías existentes
(niños, mujeres y hombres de todas las edades y condi
ciones físicas y sociales). Por supuesto esta comunicación
implica un diálogo, en tanto que, por un lado, aprehenden
el conocimiento de los demás y su asimilación respecto de
la experiencia en relación con el mundo, por el otro, trans
miten el cúmulo simbólico referente al entorno y la rela
ción con él, los eventos vitales de mayor trascendencia y el
conocimiento del cuerpo humano.
Hasta aquí he intentado exponer la importancia que
los roles femeninos ejercen en la comunidad y el desem
peño de la institución católica en la consecución de ellos.
A continuación trataré de inventariar y desentrañar las cons
tantes en la percepción del mundo desde la perspectiva de
las mujeres totonacas a través de los roles que ejercen en
su comunidad.
Cuerpo femenino y naturaleza
Como ejes básicos que sostienen el sistema de símbolos,
existe entre las totonacas de Cuautepec, la creencia en dos
cargas9 básicas que contribuyen al equilibrio del mundo y
que resumiré en lo frío y lo caliente. Si bien no considero
que esta diada sea privativa del sistema de creencias
204 E T N O G R A F Í A D E L E S T A D O DE P U E B L A
52. Mujeres cargando leña
totonaco o ni siquiera indígena mesoamericano,1 0 sí creo
que la articulación de ese eje respecto a las distintas áreas
que conforman a la cosmovisión, se caracterizan y se ar
ticulan de formas particulares de acuerdo a la relación
que cada cultura ejerce con su entorno. De ese modo, la
concepción del universo integrado por un fluir de energías
cálidas o frías que corresponden de algún modo a una vi
sión "genérica" del universo (lo femenino como integrado
por la calidad fría y lo masculino por lo cálido), es carac
terística de las cosmovisiones mesoamericanas.
El universo se encuentra estructurado por estas cali
dades anímicas, no hay evento, ni ámbito que se escape a
esta lógica, desde la perspectiva científica equivaldría a algo
así como pensar en el cuadro de elementos químicos que
integra a cualquier tipo de materia o energía, aunque la
bipolaridad frío-caliente va aún más allá, dado que incluso
las relaciones entre personas y los sentimientos que se sus
citan entre ellas, tales como la envidia, pueden manifestar
dichas esencias.
La simbolización del cuerpo femenino, se manifiesta
de forma patente en las funciones que lo distinguen clara
mente frente al cuerpo masculino. La vinculación entre las
creencias y la mitología acerca de los eventos y elementos
naturales y el cuerpo es tan estrecha, que es difícil separar
las, aunque sólo sea con intenciones metodológicas.
La menstruación, el parto, el puerperio y la lactancia,
son situaciones liminales provistas de una gran producción
ritual, la naturaleza por su parte se encuentra impregnada
de relatos míticos acerca de la tierra, el rayo, el agua y la
lluvia, la cueva, el arco iris y la luna, todos ellos elementos
considerados femeninos o con alguna implicación referente
al sexo femenino que evidencian claramente la con
cepción que se tiene de la naturaleza en relación con los
relatos acerca de las funciones y disfunciones del cuerpo
femenino. . . 'i
En torno al cuerpo, la mujer suele seguir una serie d i » prácticas con el fin de conservar su equilibrio. Concebid™ dentro del sistema dual como una entidad de tendendiB
"fría" el tratamiento del que se le hace objeto va dirigidoaS
evitar la pérdida de calor que pudiera aumentar la frialdad Yj
propia del cuerpo femenino, por esta razón y debido a l i j a
pérdida de sangre — y con elia calor— durante la men$9 truación o el parto, se ejerce la prohibición de recibirá baños con agua "cruda" (que no ha pasado por el fuegos para eliminar su frialdad) o la ingesta de aumentos ácidpM
u otros que son considerados fríos. En estos casos, d e b 9 más bien recuperarse el calor perdido, de modo que du-a
rante el puerperio, la mujer ha de seguir una serie d e p r o j
hibiciones y recomendaciones en prosecución de é se f inS
Después de parir, se le baña con agua hervida a tem-ffl
peratura tibia con una serie de "yerbitas" consideradas d 3
esencia cálida. Su alimentación debe ser vigilada, sel
recomienda el caldo de pollo evitando cocinarlo con de-| terminadas verduras. Además de eso, el acto sexual duralB te la cuarentena queda tajantemente prohibido medianía
severa advertencia que la partera hace al marido, ya<nB según ellas, se puede matar a una mujer de este modo. <«
Ya desde el embarazo, la mujer debió tener extrema] precaución en no exponerse a los efectos de un eclipsü
solar, ni de la luna llena, y procuró no comer alimentosa
ácidos para prevenir cualquier malformación en su hijo 0:
complicaciones durante el parto. S¡
Durante la lactancia, existen también algunas precauja
ciones básicas: no dejar la mantilla con que se limpianlpffl
excesos de leche — o derramar la leche m i s m a — sobre la;
tierra, para que la madre no pierda este -alimento definiti
vamente. La explicación que ellas dan, es que las hormigas,
pueden venir y hacerse de los restos del precioso líquido^
Para entender esto diré que la hormiga es un elementó
característico de la mitología totonaca, vinculado siempre
T O T O N A C O S • C O S M O V I S I Ó N 205
a la tierra e interpuesto entre hombres y dioses. De este mo
do, podemos interpretar la creencia, como la prohibición
de devolver a la tierra aquél alimento destinado a los hom
bres cuando aún es necesario para la vida. De no ser así,
se corre el riesgo de que los dioses, que han otorgado todo
\o a los hombres, lo retire de manera definitiva.
• K i Respecto a las principales dolencias que afectan a la
salud en general, éstas se atribuyen a un desequilibrio
anímico, les es absurdo pensar en una mera causa física,
aún en el caso de disfunciones provocadas por accidentes,
.el "susto" provocado por ellos o el "enfriamiento" de la
•parte afectada, pueden empeorar la situación. Aún las
¡más jóvenes, que han cursado algún nivel de educación
escolarizada y podrían manejarse desde conceptos inser-
Idos por la medicina occidental, tienden más bien a amal
gamar ambos tipos de creencias otorgando mayor énfasis
i - 14 B desequilibrio anímico. Este tipo de desequilibrios
'suele ser provocados por causas de diversa índole: ya sean
las "envidias" o la "mala voluntad" que se reciben de otras
personas o debido a los "efluvios" de cargas predomi
nantes en ciertos individuos —como puede ser el "mal de
|pjo"— también influye la ingesta de alimentos de una coli
ndad contraproducente al equilibrio ideal (nunca perfecto)
|del cuerpo humano.
P : La naturaleza, no escapa de los influjos de estas cargas
pnergéticas, de hecho, recordemos que para ellas, el uni
verso está hecho así; cruzar espacios físicos y cronológicos
peligrosos por poseer cargas demasiado frías (cuevas, ríos,
^noches de luna llena, etc.) o excesivamente cálidas (época
• d e canícula) puede provocar igualmente enfermedades
• d e distintos tipos.
mí' A continuación he clasificado metodológicamente las
•patologías detectadas, de acuerdo a las causas que les atri-
Bmiyen las informantes en tres tipos:
1) Físicas: aquellas debidas a accidentes o excesos
físicos y que se manifiestan con una sintomatología que
puede detectarse anatómicamente tales como abscesos,
dolores, musculares, heridas o disfunciones estomacales.
Estos padecimientos suelen curarlos las curanderas o las
hueseras, según el caso, aplicando lavados con infusiones,
emplastos o "rameadas" con diversas yerbas medicinales.
2) Esenciales: Son aquellas que se atribuyen a un
determinado desequilibrio de la carga interna y que se
manifiestan con diversos síntomas físicos (dolor corporal,
debilidad, etc.) pueden resultar en el "venteado" o la dia
rrea. Se atribuye a un cambio brusco de temperatura (sali
da de un temazcal a la lluvia o al frío) y se cura de forma
similar a las del anterior apartado.
3) Anímicas: Las patologías de índole psicológica o de
estado de ánimo: pérdida de memoria o de la conciencia,
cansancio, confusión, llanto incontenible, enamoramientos,
abandono de la familia y todo tipo de cambios de conducta
que contravienen a la ética totonaca. Entre ellas el "ojo", el
susto, el mal aire y la brujería. Suelen suceder a personas
de naturaleza considerada débil o que se encuentran en un
momento deücado de sus vidas (recién nacidos o bebés,
ancianos, mujeres recién paridas, etc.). Los especialistas
que atienden estos casos son los brujos, quienes también
pueden provocar el mal y no sólo curarlo, a través de la
adivinación y de diversos rituales encaminados a contra
rrestar el exceso de la carga anímica insertada en el enfer
mo. En ocasiones, y dependiendo del caso, los curanderos
también pueden llegar a curar estos desajustes.
De forma muy general, hemos tratado de exponer
algunos apuntes que nos ilustren sobre distintas áreas sig
nificativas de la cosmovisión femenina entre las totonacas
de ésta comunidad; claro que muchas de estas creencias
son compartidas por los hombres, sin embargo, la particu
laridad de ellas radican en que integran un determinado
E T N O G R A F Í A D E L E S T A D O D E P U E B L A
acervo de conocimiento al cual se ha accedido desde un
particular punto de vista obtenido desde la perspectiva de
los roles genéricamente establecidos: "Ser mujer totonaca".
Conclusiones
La identidad de la mujer totonaca, responde a los parti
culares propios de la formación histórico-social, no de
manera pasiva, sino como sujeto actuante en concordan
cia con el resto de su grupo identitario. Por esta razón:
La relación con el universo en que vive y la reproduc
ción que de ese espacio simbóüco, tiende a reproducirse y
a cambiar en cada caso, de acuerdo con las expni.m
formadas por el grupo a través de los roles social nía
determinados. A pesar de su confinamiento so< u l
mujer sigue siendo sujeto activo de la formación y liu
formación de la cosmovisión.
Cualquier intento de transformación debe üidflfl
primero en la lógica profunda de la cosmovisión del
afectado pues más allá de una categoría abstracta, tcucii
un término de índole dialéctica, subjetiva en su concepl
pero respondiendo a la objetividad del mundo a par!ir
cual se crea. Apelar a ella significa un intento de compi |
sión y respeto hacia la otredad.
Este material tuvo como resultado el proyecto de investigación para obtener el grado de licenciatura en antropología social, ENAII, l ' l XI Censo Nacional de Población, México, INEGI, 1990. Uno de los generadores del concepto fue el filósofo Wilhelm Dilthey (1833-1911) en su Theorieder Weltanschanungen, Wilhelm Dilil Teorías de las concepciones del mundo, versión española: Julián Marías, México, Alianza Editorial Mexicana, 1990. Con esto no quiero decir que "ser mujer" en una posición con tendencia conservadora, sea sujeto pasivo. Como sujeto activo, establ prioridades y reelabora los sentidos de su mundo.
Peter Berger y Tilomas Luckmann, La construcción social de la realidad, Buenos Aires, Amorrortu, 1995; Peter Berger, El dosel sagra Elementos para una sociología de la religión, Buenos Aires, Amorrortu, 1969, p. 27. ídem.
Recordemos que la conquista, el coloniaje y los posteriores cambios históricos y sociales no tienen más de 500 años de antigüedad comparación con una formación independiente de más de muy anterior. Huerto cercano al hogar del que se obtienen productos de origen animal y vegetal para cumplimentar la dieta cotidiana. Según Alfredo López Austin para las culturas mesoamericanas, las cargas anímicas que constituyen todo ser animado e inanimado pu estar constituida por dos fuerzas contrapuestas pero complementarias: la luminosa-caliente-seca y la oscura-fría-húmeda. Alfredo Le Austin, "La religión, la magia y la cosmovisión" en Historia antigua de México. El Horizonte posclásico y algunos aspectos intelecto de las culturas Mesoamericanas, Linda Manzanilla y Leonardo López Lujan (coords.), vol. 3, México, Porríia/INAH/UNAM, 1995. Existe suficiente documentación histórica y antropológica respecto a una tendencia generalizada entre diversas culturas humanas, se una concepción bipolar del universo.
Como lo es la luna, de carácter masculino pero a quien se atribuye la menstruación. 12
El uso del temazcal es casi nulo en esta comunidad, aunque aún es posible encontrar dos o tres en algunas casas de gente de edad. Evidentemente el acto sexual implica una pérdida de calor, si no sólo de la mujer, sí con riesgo para ella debido al deÜcado equilibrk su temperamento de por sí ya frío. 14
Alfredo López Austin, "La religión, la magia... ídem. La canícula es un periodo seco, cargado de "mal aire" y que según informantes se da entre el 15 de julio y el 15 de agosto atribuyendo a ésta época ciertas epidemias y enfermedades.
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