LOS DERECHOS EN LA CONSTITUCIÓN NACIONAL
Declaraciones de Derechos
El constitucionalismo moderno persiguió el objetivo de consagrar normativamente los
derechos y las libertades de las personas, como modo de limitar los poderes del Estado.
Con este horizonte, la técnica constitucional habitual se estructuró en torno al
reconocimiento de derechos individuales a través de la declaración, bill o catálogo, que
brinda contenido a la parte dogmática de la Constitución.
Así, nuestra Constitución reúne la defensa y promoción de los derechos fundamentales
junto a la limitación del poder del Estado como baluarte de la seguridad de las personas,
y en este último punto se ve plasmado el nexo entre la parte dogmática y la parte orgánica
de la Constitución.
La parte dogmática la encontramos en la primera parte de la Constitución Nacional.
Comprende el Capítulo Primero: Declaraciones, derechos y garantías (art. 1 al 35) y el
Capítulo Segundo: Nuevos derechos y garantías (art 36 al 43).
La instauración y evolución del sistema de derechos de nuestra Constitución posee tres
momentos relevantes:
a) 1853-1860: corresponde a la Constitución histórica atravesada por la concepción
liberal del constitucionalismo clásico o moderno;
b) 1957: se incorpora la tradición del constitucionalismo social a través del artículo 14
bis;
c) 1994: la última reforma otorgó jerarquía constitucional a varios tratados sobre derechos
humanos, complementando de esta forma el plexo de derechos provenientes de la
Constitución histórica.
Otras clasificaciones identifican la etapa de la Constitución histórica con los derechos de
primera generación (libertad, propiedad, seguridad: de neta inspiración liberal); el
constitucionalismo social con los derechos de segunda generación (que surgen de la
concepción del Estado benefactor, reconocen derechos a los trabajadores y, en definitiva,
apuntan a resolver la “cuestión social”); y los derechos introducidos por la reforma de
1994 (caracterizados por ser difusos y porque sus titulares son grupos determinados o la
sociedad en su conjunto, tales como los derechos ambientales) reciben muchas veces el
nombre de derechos de tercera generación.
Asimismo, los derechos reconocidos en el texto constitucional pueden caracterizarse de
la siguiente forma:
-a) los derechos son enumerados o implícitos, de acuerdo a si se los reconoce de forma
expresa o si, por el contrario, aunque no estén determinados en el texto constitucional,
deben considerarse incluidos en él por tratarse de un derecho fundamental.
-b) los derechos obligan al Estado, que es por ello el sujeto pasivo de los derechos,
mientras que su titular o sujeto activo es la persona, tanto nacional como extranjero.
-c) los derechos son relativos, lo que implica que pueden ser reglamentados por la ley,
siempre que no se incurra en una alteración sustancial de su naturaleza.
-d) los derechos deben interpretarse de acuerdo a los principios pro homine (siempre debe
optarse por la solución más favorable a la persona) y favor debilis (debe considerarse de
forma primordial los derechos y la situación del más débil).
Derecho constitucional y derechos humanos:
Los derechos humanos consisten en una serie de facultades, potencias y atributos de los
seres humanos, de los que son titulares por el solo hecho de su condición humana. Sin
embargo, aquí debemos indicar que si bien en la mayor parte de los casos los derechos
constitucionales coinciden con los derechos humanos reconocidos internacionalmente,
esto no es siempre así.
Un ejemplo de nuestro texto constitucional es el artículo 14 bis, que prescribe el derecho
del trabajador a participar de las ganancias de la empresa, mientras que a nivel de los
instrumentos de derechos humanos no existe una cláusula similar. Este caso representa
una diferencia entre el plano del derecho constitucional y los derechos humanos.
En nuestro país, y a partir de la reforma de 1994 una serie de tratados sobre derechos
humanos han adquirido jerarquía constitucional, lo que no implica que hayan ingresado
al texto constitucional sino que lo complementan.
Por ello, en lo que sigue desarrollaremos los derechos constitucionales incluidos en el
texto constitucional.
– CUADRO 1.DERECHOS CIVILES
a) Derechos fundantes: son los derechos que atañen al reconocimiento de la condición
humana y son: Derecho a la vida (implícito art 33 CN, art 29 CN y art 75 inc 22); Derecho
a la integridad física y psíquica (implícito art 5 inc 1 CIDH - art 75 inc 22-, art 18 CN);
Derecho a la salud (Art 42 CN, y art 75 inc 22 y Derecho Judicial –sentencias-); Derecho
a la protección ambiental (Art 41 CN); Derecho a la dignidad personal (implícito art. 5
inc 2 CIDH -art 75 inc 22-, 18 CN).
b) Derecho a la libertad: Postulado principal del liberalismo (el Preámbulo dice que el
objetivo de la nación es asegurar “beneficios de la libertad”) Sus expresiones principales
son: Libertad corporal o física (Art 18 y 14 CN); Libertad de intimidad (Art. 19 CN –
Caso PONZETTI DE BALBIN); Derecho a la identidad (desprendimiento del dcho. a la
intimidad); Libertad de expresión (Arts. 14, 32 y 75 inc. 19 CN); Libertad de comercio e
industria (Art. 14 y 20 CN) Libertad de culto (Arts. 2, 14, 19 y 20 CN).
c) Derecho a la igualdad jurídica (Art 14, 20 y 16 CN)
d) Derecho a la educación (Arts. 5, 25, 14, 75 incs. 18 y 19 CN)
e) Derecho de asociación (Art 14 CN) Derivación de las libertades de expresión y reunión.
Reconocimiento a ciertas formas de asociación: Organización sindical (Art. 14 bis CN)
Partidos políticos (Art. 38 CN) Asociaciones de consumidores y usuarios (Art. 42 CN)
Comunidades de los pueblos argentinos (Art. 75 inc 17 CN).
f) Derecho a un ambiente sano (Art. 41 CN).
g) Derecho de Propiedad (Arts. 14 y 17 CN)-
h) Derecho de Trabajar (Arts. 14, 20 y 14 bis CN)
2. DERECHOS POLITICOS La doctrina ha caracterizado a los derechos políticos como
aquellos cuyos titulares son:
- Ciudadanos o extranjeros expresamente habilitados;
- Entidades políticas reconocidas como tales y cuyo ejercicio solo posee una finalidad
política
a) El derecho de resistencia (art 36 CN)
b) El derecho de sufragio (art 37 CN)
c) El derecho a la igualdad de sexos para acceder a cargos políticos (art 37 CN)
d) Los derechos de los partidos políticos (art 38 CN)
e) El derecho de iniciativa popular (art 39 CN)
f) El derecho de opinión en la consulta popular (art 40 CN)
1. DERECHOS CIVILES:
Derechos fundantes:
Hay ciertos derechos que se consideran fundantes, por representar la condición necesaria
para el ejercicio de todos los demás. La doctrina generalmente los caracteriza como
aquellos derechos que atañen al reconocimiento de la condición humana, y son:
a1) derecho a la vida: la mayor parte de la doctrina lo considera un derecho implícito en
el texto constitucional. Al respecto el art 33 de la CN establece: “Las declaraciones,
derechos y garantías que enumera la Constitución, no serán entendidos como negación de
otros derechos y garantías no enumerados; pero que nacen del principio de la soberanía
del pueblo y de la forma republicana de gobierno”.
Otras opiniones se inclinan por predicarlo de la fórmula del artículo 29 CN, en cuanto
indica que la vida de los argentinos no puede quedar a merced de gobierno o persona
alguna. En numerosas ocasiones, la jurisprudencia de la Corte Suprema ha reconocido el
derecho a la vida como el primer derecho inherente a la persona humana, tutelado por la
Constitución y las leyes.
“Artículo 29 CN.- El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las
Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni
la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el
honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna.
Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los
formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la
patria”.
Ciertamente el derecho a la vida es uno de los derechos irrenunciables de todo ser humano
siendo este derecho el de mayor magnitud, ya que reconoce y procura brindar protección,
a la condición primaria de todo derecho, como es la vida, entendida ésta, como la fuerza
sustancial proveniente de Dios o de la naturaleza que impulsa el obrar del ser humano. El
derecho a la vida, desde siempre ha sido bastamente reconocido y protegido por la
legislación de todo orden.
El Derecho a la vida, es el derecho humano básico, porque su reconocimiento posibilita
todos los demás derechos. La vida es inherente a la persona humana, de modo que no es
posible concebir a ésta, desprovista de aquel atributo. El derecho a la vida, exige que
nadie pueda ser privado de ella arbitrariamente, pues ello constituiría la privación de la
existencia misma de la persona y de sus posibilidades de acceder al resto de las
condiciones que la hacen plenamente humana.
BADENI destaca que es dable referir que la vida, "más que un derecho, constituye una
cualidad inseparable de la condición humana y presupuesto indispensable para su
existencia". En el ámbito de la Cámara Nacional en lo Civil se ha establecido que "en el
ordenamiento legal y constitucional argentino, la existencia de la persona comienza desde
el momento de la concepción, sea en el seno materno o fuera de él, a partir del cual la
persona es titular de derechos y obligaciones, entre ellos el derecho a la vida y a la
integridad física y psíquica" (CNCiv., Sala I, 1999/12/03; La Ley, 2001-C, 824; J.A.,
2000-III-630; ED, 185-412, con nota de Benavente, M. I. El comienzo de la vida. La
protección jurisdiccional a la luz del derecho argentino vigente).
Al respecto, el art 18 de la CN establece “Quedan abolidos para siempre la pena de muerte
por causas políticas…”-
Debemos recordar que a partir del art 75 inc. 22 de la CN, numerosos pactos
internacionales de derechos humanos que reconocen en forma expresa el derecho a la vida
han adquirido jerarquía constitucional.
La declaración universal señala que: todo individuo tiene derecho a la vida (art.3) como
así también el pacto de derechos civiles y políticos dispone que el derecho a la vida es
inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Es por ello que
el derecho a la vida se inicia desde el momento mismo de la concepción, es persona y por
lo tanto origina el derecho a nacer sin que nadie ni ningún obstáculo pueda evitar ese
derecho natural e irrevocable que toda madre debe tener.
a2) derecho a la integridad física y psíquica: Es el derecho al resguardo de la persona, en
toda su extensión, bien sea en su aspecto físico como mental. Se trata de un derecho
implícito en la Constitución (art 33CN), reconocido en innumerables oportunidades por
la jurisprudencia de la Corte Suprema y por la doctrina, que lo considera derivado del
derecho a la vida.
Por su parte, la Convención Interamericana de Derechos Humanos lo reconoce de forma
expresa, en el inciso 1 del artículo 5: “Artículo 5. Derecho a la Integridad Personal 1.
Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral…”
Sus implicaciones se extienden hacia el ámbito del resguardo de la integridad a través,
por ejemplo, de la tipificación de los delitos de lesiones así también como de torturas o
tratos inhumanos o degradantes.
Asimismo la CN establece en su art 18: “Quedan abolidos para siempre la pena de muerte
por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes”.
a3) derecho a la salud: es también un derecho implícito (art 33CN), aunque a partir de la
reforma constitucional de 1994 se lo menciona en el artículo 42 CN referido al ámbito de
consumidores y usuarios de bienes y servicios. La interpretación de la Corte Suprema
también lo ha reconocido, predicándolo del derecho a la vida (“Baricalla”, Fallos
310:112); como obligación del Estado a proteger la salud pública (“Los Saladeristas”,
Fallos 31:274); o como surgido del principio del artículo 19 CN (“Ponzetti de Balbín”,
Fallos 306:1907).
El “nuevo” artículo 42, CN, atiende a la protección de la salud de los usuarios de bienes
y servicios, comprendiendo tal precepto los servicios de salud, siendo los pacientes los
“consumidores” de aquellos.
“Artículo 42 CN.- Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en
la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a
una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato
equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la
educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión
de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la calidad y
eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de consumidores
y de usuarios. La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y
solución de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia
nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones de consumidores y
usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control.”
La Constitución formal de 1853-1860 no contenía normas sobre derechos sociales, por
ende, tampoco sobre el derecho a la salud. La doctrina y la jurisprudencia hallaron
fundamentación normativa (en la constitución histórica) en el artículo 33 (derechos
implícitos; encuentran su fuente en el espíritu de la Constitución, en su filosofía política).
La reforma de la Constitución Nacional (CN) del año 1957 incorporó, a través del artículo
14 bis, los llamados derechos sociales: de la familia, de los gremios, de la seguridad
social, pero no reconoció expresamente el derecho a la salud. Con la reforma
constitucional de 1994 encontramos una doble protección de los derechos relacionados
con la salud: implícita y explícita. Si bien el constituyente reformador desperdició una
formidable oportunidad para incluir en forma expresa los derechos a la vida y a la salud
en el texto constitucional, surge de éste que, además de emanar como un derecho implícito
conforme la cláusula constitucional contenida en el artículo 33, CN, también incorporó,
por un lado, ciertos preceptos que tienen en cuenta al derecho a la salud y a la protección
de usuarios de servicios de salud y, por otra parte, otorgó jerarquía constitucional a
diversas normas del derecho internacional que reconocen manifiestamente
(reconocimiento explícito) el derecho a la salud (art. 75, inc. 22, CN). El titular del
derecho a la salud: en esta segunda década del siglo XXI la respuesta acomete fulminante:
el titular del derecho humano a la salud es la persona humana. Pero ello no siempre fue
así. Parecería ser que, en el ámbito de la titularidad, la Declaración de la Independencia
de los Estados Unidos de América (1776) y la Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano de la Asamblea Nacional Francesa (1789) se expresaron formalmente en
términos de universalidad; los derechos en ellas proclamados corresponden a todos los
individuos por el mero hecho de su nacimiento (“los hombres nacen y permanecen libres
e iguales en derechos”, afirmaba el art. 1º de la Declaración francesa). Empero, en
relación al contexto socioeconómico en que surgieron, ambas Cartas fueron concebidas
en beneficio de la burguesía; encajaban en un determinado arquetipo de persona: varón,
adulto, ciudadano y propietario. Ya en el siglo XX, la Declaración Universal de Derechos
Humanos (DUDH, ONU, 1948), fue el primer documento de DDHH de alcance universal
en el cual se articularon los derechos y libertades del género humano (hombres y mujeres).
En 1966 se aprobaron los Pactos de DDHH de la ONU: de Derechos Civiles y Políticos
y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. No obstante, los cambios socio
culturales y jurídicos en la sociedad mundial hicieron que se aprobasen nuevos
instrumentos de DDHH para situaciones especiales (por ej., la Convención contra la
Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes). En dicho marco de
tutela de los DDHH, se elaboraron normas internacionales de protección de los derechos
humanos (el derecho a la salud inclusive) de las mujeres, de los niños y niñas, de las
personas mayores, de los discapacitados, de los sufrientes mentales, de las personas según
la orientación sexual e identidad de género, de los pueblos originarios y de los migrantes.
El derecho judicial a través de sus sentencias, ha sido prolífico en la protección del
derecho a la salud de los habitantes de la República Argentina; ello, especialmente, a
partir del rescate de la democracia en el año 1983. Desde entonces, por la revitalización
de la democracia y con fundamento en el derecho internacional de los DDHH (art. 75,
inc. 22, CN), en general, los tribunales de justicia han dado amparo a las personas que
recurren a ellos en busca de justicia cuando les es negado el acceso a la atención de la
salud. En el recorrido del historial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN),
de sus sentencias, se visibiliza un luminoso sendero de protección del derecho humano a
la salud. (Ver el Boletín de Jurisprudencia sobre el “Derecho a la Salud” elaborado por la
Secretaría de Jurisprudencia de la CSJN)
a4) derecho a la protección ambiental: la reforma constitucional de 1994 incluyó de forma
expresa el derecho a contar con un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, a través
del artículo 41 CN.
El “nuevo” artículo 41, CN, menta el derecho a la “preservación del medio ambiente”. En
él se incluye el derecho a una mejor calidad de vida (denominado derecho constitucional
de tercera generación). Los tutelares de este derecho son todos los habitantes, así también
como las “generaciones futuras”, por lo que se reconoce la obligación de respetar el
medioambiente no sólo para asegurar el presente de las vidas humanas sino también el
futuro.
“Artículo 41 CN.- Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano,
equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas
satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y
tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación
de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de
este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del
patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación
ambientales. Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos
mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que
aquéllas alteren las jurisdicciones locales. Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de
residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos”.
a5) derecho a la dignidad personal: se trata de otro derecho implícito (art 33CN),
reconocido de forma expresa en la Convención Interamericana de Derechos Humanos
(art. 5 inc. 2:… "Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos
o degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la
dignidad inherente al ser humano…"). Así, en el fallo “Sejean” la Corte Suprema de
Justicia de la Nación estableció que la dignidad personal es uno de los derechos a los que
se refiere el artículo 33 CN (Fallos, 308:2268).
Su reconocimiento opera además en relación a otros derechos de rango constitucional,
tales como el trato digno en las cárceles, el honor o la propia imagen.
Recordemos que la CN establece en su art 18: “Quedan abolidos para siempre la pena de
muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes”.
b) Derecho a la libertad:
Como postulado principal del liberalismo, la libertad individual se haya reconocida de
forma tanto expresa como implícita en el texto constitucional histórico. El preámbulo de
la Constitución se plantea como uno de los objetivos de la Nación el asegurar los
“beneficios de la libertad”. De modo genérico, se refiere a un espacio suficiente en el que
el individuo es persona jurídica con capacidad de derecho, más un área de intimidad que
se sustrae a la actividad regulativa o de control de cualquier parte del Estado y la forma
genérica de la libertad según la cual “todo lo que no está prohibido está permitido”.
Sus expresiones principales son:
b1) libertad corporal o física: importa el derecho a no ser detenido sin causa justa y
mediante la forma legal establecida, que surge del artículo 18 CN cuando prescribe que
“…nadie puede ser (…) arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad
competente”. Asimismo, incluye además el derecho a la locomoción, contenido en el
artículo 14 CN que establece la facultad de entrar, permanecer, transitar y salir del
territorio argentino.
La libertad física o corporal es del derecho a no ser arrestado sin causa justa y sin forma
legal, descarta la posibilidad de padecer retenciones corporales o forzosas, o de realizar
prestaciones forzosas injustas.
Comprende así, a: La libertad de locomoción o sea el derecho para entrar, permanecer,
transitar y salir del territorio de nuestro país, a todos los habitantes de la nación y que se
encuentra regulado en el artículo 14 de la constitución. Derecho que está relacionado
también con la libertad corporal o física al permitir el desplazamiento, traslado, la
residencia, la radicación o domicilio en el lugar que se elige. y los arts. 11 y 12 que eximen
de los llamados derechos de tránsito a la circulación de carruajes, buques o bestias.
La exigencia de un servicio personal sólo en virtud de ley o sentencia fundada en ley. Art.
17
El arresto sin orden escrita de autoridad competente (orden escrita), ni condenado sin
juicio previo (por delitos contemplados en ley anterior al hecho, procedimiento judicial
realizado por un juez natural de la causa competente, que haya tenido la defensa de sus
derechos en juicio, y por sentencias definitivas). Art. 18.
La garantía constitucional que protege la libertad corporal de todos los habitantes está
contenida en el art. 18 cuando establece que: "nadie puede ser arrestado sino en virtud de
orden escrita de autoridad competente" (y siempre que no haya sido sorprendido in
fraganti cometiendo un delito). La acción para solicitar esta protección es el hábeas
corpus, contenido en el art. 43.
La libertad de locomoción puede ser desglosada en cuatro partes: Derecho a entrar,
permanecer, transitar y salir del territorio argentino.
El derecho de locomoción alude al “ius movendi Estado ambulandi”, importante elemento
de la libertad y derecho fundante al ser el presupuesto para el ejercicio de otros derechos
constitucionales, como los de enseñar, y aprender, trabajar, o publicar ideas, etcétera.
El derecho de entrar al territorio de la nación: Es relativo y por ende está sujeto a
reglamentación razonable. Cualquiera sea el titular de este derecho debe cumplimentar
con esta reglamentación establecida para controlar el acceso y admisión de personas.
La facultad de entrar al país es concedida por la constitución a todo habitante,
extendiéndose ese derecho a los nacionales o ciudadanos, extranjeros (con intención de
residir, art 25), a quien ya es habitante y después de haber salido pretende entrar
nuevamente, a quien pretende ingresar al país sin intención de residir en él. El Estado
regula la entrada y salida (ley 25871) cualquiera sea el sujeto activo debe cumplir con la
reglamentación razonable establecida para controlar (mediante la Dirección Nacional de
Migraciones) el acceso y la admisión de personas.
El derecho de permanecer apunta a una residencia más o menos estable, que puede
considerarse a título de turista, o residente transitorio, y a título de residente permanente.
La permanencia convierte a la persona (que ha ingresado legalmente) en miembro de la
población del estado sometiéndola a su jurisdicción. La forma más duradera de
permanencia es la que confiere propiamente la calidad de habitante. (Según
jurisprudencia de la Corte es habitante el nacional o extranjero que reside en territorio de
nuestro estado con intención de permanecer en él, aunque no tenga constituido un
domicilio con todos sus efectos legales en éste).
El derecho de transitar presupone el de cambiar de residencia o domicilio dentro del país
y el de circular por cualquier medio razonable al efecto, y conforme las limitaciones
fijadas. Existen restricciones (razonables) para este derecho, por ejemplo las penas de
privación de la libertad, los arrestos en virtud de un estado de sitio, los asilados extranjeros
que tienen restricciones al fijar un lugar de radicación, según la CSJN, etc.
El derecho de salir del territorio abarca el de hacerlo con intención definitiva o transitoria.
El habitante que sale del país no pierde su condición de tal por causa de la ausencia.
b2) libertad de intimidad: la fórmula del artículo 19 CN establece una esfera de intimidad
que deja reservadas a Dios y exenta de la autoridad de los magistrados a las llamadas
“acciones privadas de los hombres”, que son caracterizadas como aquellas “que de ningún
modo ofendan al orden, a la moral pública, ni perjudiquen a terceros”.
Se trata del reconocimiento de una zona de reserva personal o individual, que atañe al
principio de autonomía del ser humano. Para que una acción sea considerada dentro de
esta esfera de reserva no hace falta que permanezca ajena al conocimiento de terceros,
puesto que una multiplicidad de conductas que son advertidas por terceros (tales como
usar símbolos religiosos del culto que se profesa) se reputan inherentes a la vida privada.
Si bien el principio de reserva de la esfera de intimidad individual establecido en el
artículo 19 CN implica preservar ese espacio de las intrusiones del Estado, esto no quiere
decir que sea un espacio por fuera del derecho. Por el contrario, el área de libertad forma
parte del mundo jurídico, puesto que es un espacio de licitud jurídicamente relevante.
“Artículo 19 CN.- Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al
orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y
exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado
a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”.
La Corte Suprema de Justicia se ha referido específicamente a esta esfera de reserva
individual en el fallo “Ponzetti de Balbín” (Fallos, 306:1892). Allí, se puntualizó que “(e)l
derecho a la privacidad e intimidad se fundamenta constitucionalmente en el art. 19 de la
ley suprema. En relación directa con la libertad individual protege jurídicamente un
ámbito de autonomía individual constituida por los sentimientos, hábitos y costumbres,
las relaciones familiares, la situación económica, las creencias religiosas, la salud mental
y física y, en suma, las acciones, hechos o actos que, teniendo en cuenta las formas de
vida aceptadas por la comunidad están reservadas al propio individuo y cuyo
conocimiento y divulgación por los extraños significa un peligro real o potencial para la
intimidad.”
CASO PONZETTI DE BALBIN: Encontrándose el doctor Ricardo Balbín internado de
gravedad en la Clínica Ipensa, un fotógrafo sin autorización y por ende de forma
clandestina, toma una fotografía de aquel en dicho estado, que luego fueron publicadas
por la revista "Gente y la actualidad"; lo cual produjo sufrimiento y mortificación de la
familia del Dr. Balbín y la desaprobación de la sociedad en general.
Lo anterior dio origen a una demanda contra la editorial Atlántida propietaria de la revista
citada, los fallos de 1era y 2da instancia dictaron sentencia a favor de la parte actora, por
esto la demandada eleva un recurso extraordinario al cual se declara procedente.
Los límites al derecho a la privacidad son los expresados claramente en el art. 19 de la
Constitución Nacional "... que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública ni
perjudiquen a un tercero". Pertenecen entonces al ámbito íntimo las acciones externas que
no perjudiquen a terceros, siendo este el límite, las demás acciones están fuera de esta
esfera. Otra limitación que sufre el derecho a la intimidad es la del derecho a informar a
la sociedad sobre temas de interés general. Todos los votos hacen referencia al
mencionado artículo pero es el voto del ministro Petracchi el que hace un análisis de este,
y también toma en cuenta al interés general sobre la salud del Dr. Balbín. Como en el
presente caso la violación a la privacidad no ha tenido relación con las acciones o hechos
fuera de sus límites, o sea, no son hechos que perjudiquen a terceros y las fotografías no
eran necesarias para informar sobre el estado del susodicho, cabe inferir que las
limitaciones no han tenido influencia en el fallo de la Corte.
Las normas constitucionales son: el artículo 19 y también el art.75 por partida doble
porque este en su inc.12 obliga dictar el Código Civil el cual contiene el art. 1071bis y
además reconoce y da operatividad a los pactos firmados por el Estado entre los cuales se
encuentra la Convención de Costa Rica y es expresamente el artículo 11de ésta en el cual
se funda el fallo. Este último tiene fuerza constitucional pero no es nombrado en la
sentencia de la corte pero sí en los votos de Caballero, Belluscio y Petracchi; este art.
Expresa en su inc.1 "Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y al
reconocimiento de su dignidad", en su inc.2 "Nadie puede ser objeto de injerencias
arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su
correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación." y en su inc.3 "toda
persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques."
El otro derecho que se relaciona con el caso es el consagrado en el art.13 del pacto de San
José de Costa Rica y en el art. 32 de la Constitución Nacional que es la libertad de
imprenta o la libertad de pensamiento y de expresión según el Pacto.
El contenido asignado al derecho a la intimidad es una cuestión de valores. Puede variar
de un caso a otro, de un damnificado a otro. Tal vez si las circunstancias hubiesen sido
otras, el Dr. Balbín no hubiese fallecido; o no hubiese estado en el estado tal de gravedad,
y también varía con la época, esto ni se discutiría en años anteriores o en el futuro tal vez
no tenga tanta relevancia. Esto se da porque los valores van cambiando con el transcurso
del tiempo.
b3) derecho a la identidad: se considera un desprendimiento del derecho a la intimidad.
Se refiere a la posibilidad del individuo de escoger su opción de vida, de elegir y construir
su proyecto personal de existencia.
De aquí se desprende a su vez el derecho a la identidad biológica, que en este punto es
además una vertiente del derecho a la verdad, y que se refiere a la potestad de conocer la
filiación biológica individual. Desde el momento de su nacimiento, toda persona tiene
derecho a obtener una identidad. ... Todos los niños tienen derecho a poseer una identidad
oficial, es decir, a tener un nombre, un apellido, una nacionalidad y a conocer la identidad
de sus progenitores.
También comprende el derecho a conservar en la intimidad opciones tomadas en el plano
más personal –como ser la opción sexual- como a la exigencia de respeto o tolerancia
frente a tales opciones si uno decide hacerlas públicas.
Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como
cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento
del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo.
En nuestro país, la ley 26.743 ampara el reconocimiento a la identidad de género y
garantiza:
-Desarrollarse libremente como persona conforme a tu identidad de género.
-Recibir un trato digno de acuerdo con dicha identidad.
-Ser identificada/o con tu nombre de pila, tu propia imagen y sexo.
b4) libertad de expresión: se refiere a la libertad de transmitir, de poner en la esfera
pública las opiniones, creencias, ideas del individuo, a través de cualquier medio. La
Constitución histórica no posee una referencia concreta a la libertad de expresión, por lo
que la doctrina la ha situado como contenido de la libertad de prensa, establecida en el
artículo 14 CN. Luego de la reforma de 1994, las cláusulas de los tratados sobre derechos
humanos referidas a la protección amplia de la libertad de expresión han adquirido
jerarquía constitucional, y hoy se entiende prohibida toda clase de censura a las formas
de expresión.
La libertad de expresión es el derecho de hacer público y a transmitir el pensamiento
(ideas, voliciones, sentimientos) a través de las más variadas formas de comunicación
(oral, escrita, TV, Teatro, símbolos, gestos, etc. el Pacto le agrega buscar información).
Es un complemento indispensable del derecho de pensamiento, dada la naturaleza
intrínsecamente social del hombre.
La CN trae tres cláusulas concretas relativas a la libertad de expresión que se refieren a
la especie libertad de prensa:
- El art. 14 que indica que todo habitante cuenta con el derecho de "publicar sus ideas por
medio de la prensa, sin cesura previa".
- El art. 32 añade que el Congreso “no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta
o establezcan sobre ella la jurisdicción federal.”
- El art. 75, inc. 19 asegura, paralelamente, “la libre creación y circulación de las obras
del autor”.
a) el derecho de pensamiento (libertad de pensar, capitulo privilegiado de este derecho es
el de la libertad de creencias y libertad de conciencia), derecho que par la CSJN en el fallo
“Ponzetti de Balbín”, como incluido en el art. 33 de la CN, dentro de los derechos no
enumerados; y
b) el derecho de expresión (libertad de expresión), con sus múltiples especies: derecho de
prensa (escrita, oral, televisiva o cinematográfica), libertad de cultos, libertad de
expresión artística (Ejemplo: espectáculos) y política (manifestaciones, mítines, derecho
de petición, etcétera).
La CSJN estima que hay una libertad constitucional de expresión mucho más amplia que
la de prensa del art 14 y que comprende: a la libertada de creación artística, contenida en
el art. 75, inc, 19; o literaria; la libertad de palabra; la libre expresión cinematográfica; y
las manifestaciones vertidas por medio de la radio y de la TV.
También está protegida en el artículo uno de la constitución nacional en lo referente a la
forma republicana, en el art. 33 (derecho implícito por los forma republicana), el articulo
43 (recurso de amparo), del artículo 68 (protección a legisladores por sus opiniones), del
artículo 83 (publicación de las leyes)
Es la libertad o derecho de expresión el género y la libertad o derecho de prensa una de
sus tantas especies, otra es la libertad de culto.
Por censura previa se entiende a toda medida que implique un control o revisión
anticipada del material que se quiere exteriorizar. Esto significa que dicho material no
puede ser censurado ni controlado antes de que saber a la luz. La prohibición del art. 14
se refiere a todos los medios de expresión y a todo tipo de contenido. Está dirigida a todos
los órganos del poder, poder ejecutivo, legislativo y judicial.
Si bien el material no puede ser realizado antes de su exteriorización, si puede ser revisado
y restringido razonablemente luego de ser exteriorizado. Y si a través de la exteriorización
del material se cometió un abuso o delito (injuria, calumnias, falso testimonio, etc.) su
autor será responsable.
b5) libertad de culto: Para Bidart Campos (hay discrepancia en la doctrina) la libertad
religiosa se desglosa en dos aspectos fundamentales: a) La libertad de conciencia; b) la
libertad de culto.
a) La libertad de conciencia radica en la intimidad del hombre (dentro del ámbito de la
privacidad), y significa el derecho de un hombre frente al estado y a los demás hombres,
para que en su fuero interno no se produzcan interferencias coactivas en materia religiosa
(para otros, como Burdeau y Sagüés, es la libertad de creer lo que quiera, en materia
política, social, filosófica o religiosa).
b) La libertad de culto es la exteriorización y práctica de la libertad de conciencia, de la
religión elegida.
La libertad de conciencia (es un derecho absoluto, ya que no se puede reglamentar, ni
restringir por el Estado y por los demás) es una variante de la libertad de pensamiento y
comprende el derecho a pensar y creer libremente, el derecho de cada uno a formar su
propio juicio (Pío XII), sin interferencias.
La libertad de culto alude al derecho de exteriorizar y practicar determinada confesión
religiosa, es una especie y una proyección de la libertad de conciencia.
La libertad religiosa tiene multiplicidad de contenidos (de las personas, de las iglesias o
confesiones, de cada persona, de la no discriminación, sobre el matrimonio, la asistencia
religiosa a sus fieles, a la formación de sus ministros, etc.), que favorecen a todos los
hombres sin discriminación.
La libertad de Cultos no es absoluta, debe ejercerse conforme a las leyes que reglamentan
su ejercicio. Los arts. 14 y 20 disponen que debe existir una legislación razonable para no
afectar el orden público.
La libertad religiosa tiene límites razonables de: a) el status de preferente de la Iglesia
Católica; b) la moral pública; c) el orden público; d) los derechos de terceros.
El Estado argentino adoptó el sistema del régimen secular frente al poder religioso al
reconocerlo institucional y políticamente aceptando las relaciones del Estado con la
comunidad religiosa (privilegia la religión católica respetando la libertad de cultos, es
decir la formula libertad de cultos sin igualdad de cultos). Esto no implica la oficialidad
de la Iglesia, ni que el catolicismo constituya la religión del estado. Pero tampoco afecta
la libertad de cultos, ni pretende imponer la unidad religiosa. Al disponer en el art. 2º de
la CN que "sostiene el Culto Católico Apostólico Romano", no se refiere a lo económico
(que es una compensación por las expropiaciones que realizó Rivadavia), sino a la unión
moral del Estado y la Iglesia, y al reconocimiento de la Iglesia como persona jurídica de
derecho público, no estatal, o de existencia necesaria, como la calificó Vélez Sarfield.
Nuestro derecho constitucional reconoce la libertad religiosa, al disponer el art. 14 el
derecho a profesar libremente el culto y al admitir (según B. Campos) implícitamente la
libertad de conciencia en el art. 33 y si se le suma el derecho a la intimidad del art. 19
permiten edificar en la Argentina la doctrina de la libertad de conciencia, de creencias y
de culto. El art 20 sobre la libertad de cultos para los extranjeros, el art 2, sobre la
confesionalidad del estado argentino.
Los Tratados Internacionales sobre derechos humanos que gozan de jerarquía
constitucional advierten que la libertad religiosa abarca la de elegir religión, cambiarla,
profesarla en privado y en público, y manifestarla, sea individualmente o en forma
colectiva (Como el Pacto de J de C. Rica. Art. 12, que operan como verdaderas
explicitaciones, de tipo reglamentaria para la argentina, del principio de libertad de culto
del art. 14 de la CN, S, T2, 387).- El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
art. 18 y 20.
La libertad religiosa requiere, como un contenido importante, la admisión estatal de la
objeción de conciencia en todos los campos donde su disponibilidad por el sujeto no
arriesga ni perjudica interese de terceros.
La objeción de conciencia ante los deberes militares : La CSJN en el caso “Portillo” de
1989, admitió por mayoría la objeción de conciencia en el cumplimiento del deber militar
que impone el art. 21 de la CN, pero sólo parcialmente, en cuanto no eximió del servicio
militar a un objetor pero dispuso que lo efectuara sin el empleo de armas.
La Cámara Nacional Electoral rechazó la posibilidad de alegar objeción de conciencia
para eximirse de concurrir al comicio argumentando que la libertad de conciencia y de
religión implica un derecho natural e inviolable de la persona, pero no puede ejercerse en
oposición al bien común. Bidart Campos lo justifica diciendo que con el sufragio no se
causa daño a nadie, y el imperativo religioso no tiene un sustento claro.
La libertad de conciencia y de culto tiene como tope las pautas de moral pública previstas
por el art. 19 de la CN que autoriza la intervención de la autoridad pública para resguardar
la vida de un tercero, tal es el caso de los progenitores que se oponían a realizar una
transfusión de sangre de un menor recién nacido, invocando pertenecer a los Testigos de
Jehová. La objeción de conciencia es atendible en casos y situaciones que la moral pública
no reputa como necesarios de realizar.
b6) libertad de comercio o industria: la doctrina la ha predicado de la correlación de los
artículos 14 y 20 CN, de donde surgen los derechos de comerciar, navegar, ejercer
industria lícita, trabajar y ejercer profesión. En el marco amplio, estos derechos
particulares se refieren a lo que es considerado como libertad económica que, al momento
de su reglamentación a través de las leyes específicas, debe respetar ciertas pautas,
contenidas en los incisos 19 y 23 del artículo 75 CN: proveer al desarrollo humano, al
progreso económico con justicia social, al crecimiento armónico de todo el territorio, al
desarrollo del empleo, etc.
“Artículo 14 CN.- Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos
conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda
industria lícita;…”.
“Artículo 20 CN.- Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los
derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión; poseer
bienes raíces, comprarlos y enajenarlos; navegar los ríos y costas; ejercer libremente su
culto; testar y casarse conforme a las leyes. No están obligados a admitir la ciudadanía,
ni a pagar contribuciones forzosas extraordinarias. Obtienen nacionalización residiendo
dos años continuos en la Nación; pero la autoridad puede acortar este término a favor del
que lo solicite, alegando y probando servicios a la República”.
c) Derecho a la igualdad jurídica:
La igualdad es un valor que nos fue revelado por la filosofía antigua griega, pasando por
el humanismo cristiano del siglo IV y cobrando vital importancia con los filósofos
iusnaturalistas e iluministas de los siglos XVI a XIX. Muchos colaboraron en el respaldo
teórico del por qué tal principio filosófico era necesario para el coexistir del hombre. Hoy
en día no cabe duda su necesario respeto y, junto con la libertad, se encuentra respaldado
por la mayoría de las sociedades civilizadas en sus cuerpos de derecho.
Los personajes políticos en nuestra historia no fueron ajenos al hecho de conjugar estos
dos ideales como valores fundamentales para la convivencia en armonía. Ya sea desde
los artículos de Mariano Moreno, influenciado por Jean Jacques Rousseau; hasta los
escritos del tucumano Juan Bautista Alberdi, bajo la influencia del liberalismo, siempre
hubo un intento por compenetrar los principios de la igualdad y la libertad en la sociedad
argentina. Muchos fueron los que con su esfuerzo y dedicación dejaron para la posteridad
tales valores impresos en nuestra Constitución Nacional.
Todos los hombres participan de una igualdad jurídica, que se dirige a evitar la existencia
de discriminaciones arbitrarias entre las personas. De este modo, el derecho a la igualdad
establece que todos los hombres y mujeres son iguales ante la ley, sin que puedan existir
privilegios ni prerrogativas de sangre o títulos nobiliarios. Nuestra Constitución lo
establece de forma expresa en el artículo 16 CN, donde se indica que “La Nación
Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros
personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles
en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y
de las cargas públicas.”.
En una primera parte, el artículo dice "La Nación Argentina no admite prerrogativas de
sangre, ni de nacimiento..." Ello es un legado de la Asamblea Constituyente de 1813
cuando el 2 de febrero de ese año suprimió los títulos de nobleza y le puso fecha final a
la condición de opresión de los esclavos decretando la "libertad de vientres", entrando en
rigor para toda persona que hubiese nacido en territorio argentino desde el 31 de enero de
1813 en adelante. Así, la Argentina reafirmaba su tradición antiesclavista al contrario de
lo que sucedía en Brasil y hasta en el mismo Estados Unidos.
El Dr. Alberto Dalla Via en su libro "Manual de Derecho Constitucional" hace una
mención importante sobre lo que pasaba en los Estados Unidos tiempo después de que
nosotros avalásemos los principios de igualdad en nuestra Constitución de 1853. En el
caso "Dred Scott vs. Sandford" fallado en 1857, pocos años antes de la Guerra de
Secesión, el presidente de la Corte Suprema de los Estados Unidos falla a favor de un
propietario de esclavos declarando inconstitucional una ley del estado de Missouri que
declaraba libres a los esclavos a partir de cierta determinación geográfica, estallando con
ello la guerra civil estadounidense. Es importante esta alusión de la historia de la
jurisprudencia estadounidense por cuanto mientras ellos discutían sobre si el derecho de
propiedad primaba sobre el derecho de la igualdad o no, nosotros ya habíamos
configurado una serie de artículos que daban protección y libertad a todos los esclavos
que se introdujesen por cualquier medio a nuestra tierra. El país ya mostraba una madurez
política de considerable nobleza. Con mucho orgullo la Argentina en la reforma de 1860
complementa el actual art. 15 quedando de esta manera: "En la Nación Argentina no hay
esclavos: los pocos que hoy existen quedan libres desde la jura de esta Constitución; y
una ley especial reglará las indemnizaciones a que dé lugar esta declaración. Todo
contrato de compra y venta de personas es un crimen de que serán responsables los que
lo celebrasen, y el escribano o funcionario que lo autorice. Y los esclavos que de cualquier
modo se introduzcan quedan libres por el solo hecho de pisar el territorio de la
República.".
Por consiguiente es acertada la visión del Dr. Carlos Sánchez Viamonte cuando dice que
para el Derecho Constitucional Argentino lo relativo a la abolición de la nobleza como a
la abolición a la esclavitud tienen un gran interés histórico y corresponde a nuestros
antecedentes como nación. La abolición de todo título de nobleza y la abolición de la
esclavitud, responden a la entronización de la igualdad como principio eje de nuestra
Constitución y consagra expresamente una prohibición lógica e inevitable del principio
de que todos somos iguales ante la ley. ¿Pero a qué hace referencia el enunciado "todos
somos iguales ante la ley"? La igualdad civil se traduce en el reconocimiento uniforme
de los derechos civiles a todos los habitantes (art. 14), incluyendo a los extranjeros (art.
20). El art. 16 dictamina que todos nacemos iguales y que todos somos admisibles en los
empleos sin otra condición que la idoneidad. El enunciado marca la igualdad entendida
en su condición formal, es decir, en principios generales.
Existen dos tipos de igualdad dice el Dr. Bidart Campos: una formal y otra real. La
igualdad formal es aquella en que todos somos considerados como iguales ante la ley,
todos somos sujetos de derecho con iguales derechos civiles. La igualdad real es aquella
en que el Estado juega un rol intervencionista intentando estabilizar la igualdad
económica-social de sus habitantes. Un ejemplo en nuestra Constitución sobre igualdad
real la encontramos en el art. 14 bis.
El art. 16 garantiza la igualdad formal-jurídica de todos sus ciudadanos por cuanto dice:
"Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra
condición que la idoneidad."
Todo hombre puede ser admitido en cualquier empleo sin que haya privilegios para
algunos o restricciones para otros, pero la igualdad como valor ético no puede borrar las
desigualdades en las aptitudes naturales de cada individuo, las cuales son diversas y
distintas.
Quiroga Lavié explica que es totalmente constitucional realizar clasificaciones o
categorizaciones por parte de la ley, pero siempre que no incurra en diferenciaciones
arbitrarias, como ser: por raza, sexo, nacionalidad, lengua, opinión política, etc. Gonzáles
Calderón va más allá de la "justa discriminación" o "discriminación de capacidad" que
permite el art. 16 de la C.N. y reclama: "diferencias naturales existirán siempre.
Únicamente los eternos soñadores, los utopistas sugestionados por una idea irrealizables
buscan la nivelación absoluta de todos..." y continua "...son locuras que sólo encuentran
cabida en las cabezas enfermas de algunos pocos alucinados".
La única condición por la que algunos puedan ser discriminados es por su sabiduría
técnica y/o comportamiento. Nuestra Constitución garantiza que "Todos sus habitantes
son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad."
Entre la doctrina hay una forma casi uniforme de entender el concepto de idoneidad. Para
Linares Quintana es "aptitud o suficiencia para el desempeño de un cargo"; para Bidart
Campos es una aptitud en el sentido técnico, salubre, de edad, moral, etc.; y Gregorio
Badeni la considera una aptitud moral-intelectual.
"La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: No hay en
ella fueros personales ni títulos de nobleza." Linares Quintana comenta que los fueros
tuvieron origen en la edad media y consistía en otorgarle a determinadas personas la
posibilidad de ser juzgadas por sus "iguales", asumían tres formas distintas: fuero militar,
fuero eclesiástico y fuero universitario. Para éste autor, su prohibición constitucional es
una consecuencia obligada del principio de igualdad de todos los habitantes ante la ley.
Sin embargo son constitucionalmente válidos los fueros reales o de causa, que no
importan ningún privilegio personal. Según Rivarola en boca de Linares Quintana: "los
fueros se basan en la naturaleza de los actos o cosas que sirven de fundamento a los
respectivos juicios. Los fueros reales o de causa existen y no implican preeminencia social
alguna: tal como el fuero militar."
Quiroga Lavié reafirma ello y explica que los fueros reales y de causa son excepcionales
pero debido a determinados casos y no a determinadas personas. Por ejemplo, en caso de
motín o desobediencia de militares, podrían ser juzgados por los mismos militares. De
todos modos lo decidido por fueros reales o de causa sólo tendrá validez en la medida en
que fueran sus resoluciones apelables ante la Justicia ordinaria.
La negativa a fueros especiales obedece al principio de igualdad rector de este artículo,
que también propugna la igualdad en los fallos de casos similares. Bidart Campos nos
introduce a un tema muy particular, y son las contradicciones que los fallos pueden
generar y, de esa manera, afectar el principio de igualdad de los juzgados.
Si ya dijimos que la ley es igual para todos, sería obvio decir que debe ser aplicada en
igualdad en casos iguales, pero ello no ocurre muchas veces. Cuando la misma ley es
interpretada en circunstancias similares de modo opuesto por tribunales distintos, hay
violación de la igualdad. La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia estableció que
la desigualdad derivada de la existencia de fallos contradictorios no viola la igualdad, y
que es únicamente el resultado del ejercicio de la potestad de juzgar atribuida a los
diversos tribunales, que aplican la ley conforme su criterio.
Por último, el artículo 16 de la C.N. hace alusión a la igualdad fiscal: "La igualdad es la
base del impuesto y de las cargas públicas." Acá se entiende la igualdad en términos
relativos y no absolutos, ya que sino alguien que tuviese una ganancia de 1000 pesos
pagaría un monto fijo igual que el que tuviera una renta de 25000 pesos.
En materia de impuestos y cargas públicas, Sánchez Viamonte opina que el principio del
art. 16 no excluye la proporcionalidad ni la progresividad. La Jurisprudencia de la
Suprema Corte ha establecido que "consiste en que no se establezcan excepciones o
privilegios que excluyan a unos de lo que se concede a otros en iguales circunstancias".
Asimismo Quiroga Lavié hace una mención que pasa desapercibida por los otros autores
pero que refuerza la opinión de Sánchez Viamonte, es que la proporcionalidad no
significa que el impuesto sólo deba ser proporcional, sino también progresivo en relación
con la riqueza de cada uno, pero..."mientras no se afecte la productividad del capital" y
concluye más adelante "No se pueden establecer tributos discriminatorios que afecten a
personas en forma singular o que graven a un sector en beneficio de otro."
Para concluir, se puede decir que el principio de la igualdad como valor rector está
presente en nuestra Constitución, tanto en su sentido formal como en su sentido real,
constituyendo así una fuente de "justicia social" para la sociedad actual y la venidera, en
un marco de cooperación mutua para la salvedad de nuestra avenencia y el goce de
nuestras libertades.
Si bien como vimos la Constitución histórica consagraba de esta forma la igualdad formal
–la igualdad ante la ley- la reforma constitucional de 1994 incluyó algunas prescripciones
que avanzan hacia la consagración material de la igualdad. Así, el art. 75 inc. 23 establece
la competencia del Congreso de la Nación para legislar y promover medidas de acción
positiva a fines de garantizar la igualdad real de oportunidades y de trato. Sumado a ello,
la norma identifica ciertos grupos que deben considerarse preeminentes a los fines de
estas medidas, tales como los niños, las mujeres, los ancianos y los discapacitados,
reconociendo de esta forma en el plano normativo ciertas desigualdades materiales
presentes en la conformación actual de la sociedad.
d) Derecho a la educación:
El derecho a la educación es un derecho humano reconocido ya en muchas constituciones
internacionales y en muchos textos internacionales relativos a los derechos humanos y se
entiende como el derecho a una educación primaria gratuita obligatoria para todos los
niños, una obligación a desarrollar una educación secundaria accesible para todos los
jóvenes (sin distinción racial), como también un acceso equitativo a la educación superior,
y una responsabilidad de proveer educación básica a los individuos que no han
completado la educación primaria. Adicionalmente a estas previsiones sobre acceso a la
educación abarca también la obligación de eliminar la discriminación en todos los niveles
del sistema educativo, fijar estándares mínimos y mejorar la calidad.
Este derecho está contenido en numerosos tratados internacionales de derechos humanos
pero su formulación más extensa se encuentra en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, ratificado por casi todos los
países del mundo. El Pacto en su artículo 13 reconoce el derecho de toda persona a la
educación.
Contenido del artículo 13 del Pacto: "Los Estados convienen en que la educación debe
orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su obra
hacia dignidad, y debe fortalecer el respeto por los derechos humanos y las libertades
fundamentales. Convienen asimismo en que la educación debe capacitar a todas las
personas para participar efectivamente en una sociedad libre, favorecer la comprensión,
la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y entre todos los grupos raciales, étnicos
o religiosos, y promover las actividades de las Naciones Unidas en pro del mantenimiento
de la paz. La "enseñanza primaria debe ser obligatoria y accesible a todos gratuitamente";
La "enseñanza secundaria, en sus diferentes formas, incluso la enseñanza secundaria
técnica y profesional, debe ser generalizada y hacerse accesible a todos, por cuantos
medios sean apropiados, y en particular por la implantación progresiva de la enseñanza
gratuita"; la "enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base
de la capacidad de cada uno, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la
implantación progresiva de la enseñanza gratuita"; Debe "fomentarse o intensificarse, en
la medida de lo posible, la educación fundamental para aquellas personas que no hayan
recibido o terminado el ciclo completo de instrucción primaria"; "Debe proseguir
activamente el desarrollo del sistema escolar en todos los ciclos de la enseñanza,
implantar un sistema adecuado de becas, y mejorar continuamente las condiciones
materiales del cuerpo docente". Además este mismo tratado dice que los "Estados Partes
en el presente Pacto se comprometen a respetar la libertad de los padres y, en su caso, de
los tutores legales, de escoger para sus hijos o pupilos escuelas distintas de las creadas
por las autoridades públicas, siempre que aquéllas satisfagan las normas mínimas que el
Estado prescriba o apruebe en materia de enseñanza, y de hacer que sus hijos o pupilos
reciban la educación religiosa o moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones."
Nuestra Constitución Nacional reconoce el derecho a la educación en su art. 14:
“Artículo 14.- Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos
conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: … de enseñar y aprender”.
Se establece aquí un área de libertad en relación al acceso a la educación, que sin embargo
debe compaginarse con la facultad del Estado de establecer la forma y los contenidos de
los planes de enseñanza que poseen carácter obligatorio. En el plano de la educación
estatal, se deben respetar los principios de gratuidad y equidad.
El art. 14 reconoce el derecho de enseñar y aprender. Tiene el alcance de habilitar a toda
persona o a toda asociación para impartir enseñanza, y a todo habitante para recibirla. Lo
que importa es el efecto jurídico que surge de tal enseñanza, como el reconocimiento por
parte del estado de los títulos, diplomas, etc. de los estudios cursados. En la actualidad
este derecho se amplía al derecho a la educación, a la cultura a informarse e investigar y
al derecho a difundir conocimientos, informaciones o investigaciones.
El derecho de enseñar es la facultad de educar a quien lo necesite, transmitiéndole
conocimientos. Este derecho es ejercido, en primer lugar, por los padres con relación a
los hijos, por la familia en general, la iglesia y las instituciones educativas (escuelas,
universidades, etc).
El derecho de aprender es adquirir conocimientos, elegir maestros, escuelas, métodos de
aprendizaje y orientación de la enseñanza.
El estado debe reglamentar este derecho para evitar que sea utilizado en perjuicio mental
de las personas o poner en peligro la paz social.
La enseñanza pública debe ser gratuita y equitativa, es decir, gratuita para todos y
equitativa para las personas que no cuentan con recursos reciba por parte del estado ayuda
(becas, subsidios para estudiar, etc)
La libertad de cátedra es un derecho a favor del que enseña, le permite transmitir sus
conocimientos a su criterio e ideología conforme a la reglamentación del estado.
La reforma constitucional de 1994 introdujo lineamientos específicos en cuanto al
derecho a la educación y la cultura. En especial, el inciso 19 del artículo 75 dispone como
facultad del Congreso el sancionar leyes de organización y de base de la educación “que
consoliden la unidad nacional respetando las particularidades provinciales y locales; que
aseguren la responsabilidad indelegable del Estado, la participación de la familia y la
sociedad, la promoción de los valores democráticos y la igualdad de oportunidades y
posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen los principios de gratuidad y
equidad de la educación pública estatal y la autonomía y autarquía de las universidades
nacionales.”
Otros artículos de la CN referidos a la educación son:
-Art. 5: las provincias deben garantizar la educación primaria.
-Art. 25: otorga a los extranjeros a enseñar ciencias y artes.
-Art. 75 inc. 18: Atribución del congreso de organizar la educación en todos los niveles.
-Art. 75 inc. 19: Le corresponde al congreso: sancionar leyes para dar base y organización
educativa; para responsabilizar al estado de la educación, participación de la familia, etc.;
para asegurar la igualdad de oportunidades y posibilidades para educarse, sin
discriminación; garantizar los principios de gratuidad y equidad de la educación pública
estatal.
La Constitución Nacional en su Art. 75 inc. 19 garantiza a las universidades su autonomía,
que supone la posibilidad de regirse por sus propias normas, designar sus autoridades y
personal y disponer sobre su presupuesto.
Art. 75 inc. 19: “Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con
justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a
la formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la
investigación y al desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento.
Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio; promover
políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de
provincias y regiones. Para estas iniciativas, el Senado será Cámara de origen. Sancionar
leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional
respetando las particularidades provinciales y locales: que aseguren la responsabilidad
indelegable del Estado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción de los
valores democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación
alguna; y que garanticen los principios de gratuidad y equidad de la educación pública
estatal y la autonomía y autarquía de las universidades nacionales. Dictar leyes que
protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras del
autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales.”
e) Derecho de asociación:
Nosotros conocemos dos disposiciones con respecto a la libertad de asociación: la del
artículo 14, el clásico artículo de nuestra constitución, cuando consagra la libertad de
asociación con fines útiles por un lado.- Se advierte inmediatamente que este concepto,
que era el único que se sancionó en la constitución del 53 y nada más que eso sobre la
libertad de asociación, está ya definiendo cuál era la conducta del estado que creó la
constitución del 53 en materia de asociación: libertad y neutralidad, libertad e
indiferencia.; “si Ud. quiere se asocia y si Ud. no quiere, no le impongo ni me interesa-
que se asocie”; esa es la actitud de la constitución del 53.
Posteriormente vemos que solamente se ha producido un cambio con la incorporación del
artículo 14 bis (1957), porque en él hay una disposición que solamente habla de las
asociaciones profesionales, que no son las asociaciones profesionales liberales, de
profesión liberales, sino que son las asociaciones obreras, de trabajadores, nada más, lo
cual está dando también el signo de que estamos en otra época, aquello de que los
trabajadores tenían que asociarse para lograr sin fines y ya la constitución no ha podido
ser indiferente a eso. Ante las fuerzas de las asociaciones el estado nuestro ha tomado una
conducta y entonces ha establecido que el trabajador tiene la libertad de asociarse en
asociaciones organizadas libre y democráticamente sin otro requisito que su inscripción.
Parecería entonces que la libertad del artículo 14 bis, o que la realidad asociativa para los
sindicatos, para los núcleos obreros, fuera de una total libertad; incluso también, de una
cierta indiferencia, una indiferencia a cómo se puedan organizar entre ellos y a no dar
ninguna preferencia a nada. Parecería que acá se reitera el principio de libertad del clásico
artículo 14. Pensamos que sí, que en cierta medida esa puede haber sido la intención, pero
entonces volvamos al planteo originario: ¿esa fórmula así interpretada armoniza con la
realidad actual?. Opinamos que no. Por lo pronto, tenemos que advertir que en artículo
14 y en las dos referencias que se hacen a las asociaciones hay que distinguir la libertad
de asociarse por una parte y la libertad de la asociación, por otra. Bidart Campos nos va
a decir que las dos son exigencias constitucionales; la libertad de asociarse que implica la
libertad de no asociarse y la libertad de la asociación que implica la exigencia
constitucional de que el estado no se meta en el régimen interno de ésta.
Ahora bien, nosotros advertimos sin embargo que el principio es ese de la libertad, pero
que ha tenido sus diferentes aplicaciones con relación a las distintas modalidades de la
asociación. La libertad de asociación, entonces, no es absoluta y ha sido también
reglamentada por el legislador; y es que ha sido reglamentada no solo por lo ya expresado
de que las asociaciones tienen distintos fines y que hay que atender a los fines para
también de acuerdo a ello proveer a los medios hay asociaciones que necesitan estímulo
del legislador y otras que no lo necesitan no sólo .es eso, sino que hay que tener en cuenta
una cosa importante para establecer cuál debe ser la vigencia del principio de la libertad
de asociación en la constitución; hay que desde ya reiterar que no es absoluto puesto que
el mismo 14 ya lo establece. No hay una libertad absoluta para nada y para la asociación
tampoco la hay, pero es que en la asociación se da algo que obligue a re considerar
seriamente cuáles pueden ser los límites y hasta dónde puede llegar esta libertad que la
asociación compromete, el hecho de que la asociación conjuga valores que a veces se
oponen.
El artículo 14 CN reconoce el derecho de libre asociación, que se expresa en la facultad
de unirse para formar grupos o asociaciones con finalidades lícitas. La doctrina lo ha
considerado habitualmente una derivación de las libertades de expresión y reunión.
“Artículo 14 CN.- Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos
conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio;…de asociarse con fines útiles…”.
El texto constitucional reformado en 1994 ha agregado el reconocimiento a ciertas formas
específicas de asociación, por fuera de los principios generales del art. 14 y del artículo
14 bis en lo que atañe a la organización sindical:
a) los partidos políticos, según el artículo 38 CN;
b) asociaciones de consumidores y usuarios, según el artículo 42;
c) comunidades de los pueblos aborígenes argentinos, según el artículo 75 inc. 17.
f) Derecho a un ambiente sano:
Este derecho fue establecido a partir de la reforma constitucional de 1994 en el art. 41 de
la Constitución Nacional cuando se habilito un nuevo derecho de los llamados de tercera
generación estableciéndose verdaderos principios rectores de derecho ambiental:
“Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el
desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades
presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de
preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer,
según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la
utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y
cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de
protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas
alteren las jurisdicciones locales. Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos
actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos”.
Análisis del artículo:
"...apto para el desarrollo humano...". Se hace notar que ese mismo ambiente debe ser
conducente a la trascendencia del hombre, permitiéndole mostrarse y realizarse a través
del disfrute. Se recuerda asimismo el concepto de desarrollo humano en la noción
"pascaliana" de desarrollo, a saber: "es el desarrollo de todos los hombres y de 'el todo'
del hombre". El desarrollo conlleva al progreso y poco sirve progresar si no se hace de la
mano de la responsabilidad. No sirve el progreso por sí mismo es decir no se justifica si
este avance no se acompaña con la idea armonizadora de la Paz. Fue nuestro Santo Padre
quien apuntó en noviembre del año 1989 que: "cuando el hombre está en paz con la
naturaleza se encuentra en paz consigo mismo y así integra su paz con la creación que lo
antecede".
"...y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin
comprometer las de las generaciones futuras;...". Dentro de esa búsqueda de un desarrollo
que no solamente asegure al hombre de hoy sino a los hombres del futuro la posibilidad
de un desarrollo aceptable, se dice que se debe preservar en las actividades de producción
la capacidad del ambiente para poder dar satisfacción a las necesidades presentes sin
contribuir al trastabillamiento de los hombres del mañana. Es una manera de establecer
un compromiso hacia el futuro, es decir lo que se considera el derecho intergeneracional,
o sea que aquellos que van a heredar este ambiente puedan vivir en condiciones tan buenas
o aún mejores. En otras palabras se habla del eco desarrollo y del desarrollo sustentable
es decir aquel en el cual el ambiente ya pasa a formar parte inescindible de las condiciones
necesarias para el progreso humano.
"...y tienen el deber de preservarlo...". En la medida en que se establece un derecho
corresponde a los ciudadanos el deber de preservación, este principio es de vieja data en
los sistemas constitucionales comparados y está presente en la legislación provincial que
en lo atinente a estos aspectos es de línea de avanzada.
"...El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo
establezca la ley. ...". El concepto de daño ambiental tiene alguna particularidad
probablemente con respecto a la noción de daño que se maneja habitualmente a través del
Código Civil. Cuando se dice "prioritariamente" se está haciendo un señalamiento de ese
sentido. La primera prioridad será recomponer el daño volviendo a la situación ex ante,
lo que suele ser sumamente difícil y casi todas las veces imposible en materia ambiental.
La reglamentación del presente punto constituirá sin duda la tarea más importante a
desarrollar. Sin embargo, en oportunidad de producir despacho el miembro informante en
la Convención Nacional Constituyente dejó sentado que se pueden lograr situaciones
nuevas que, si no equivalentes, por lo menos constituyan situaciones en las cuales el daño
sea menor o en las que el nuevo balance creado sea aceptable o satisfactorio. Asimismo
se señaló que el hecho de dar prioridad a la recomposición de la situación ex ante para
recuperar un ámbito absolutamente satisfactorio y ordenado en cuanto a las prioridades,
no obsta a que no exista la obligación de resarcir cuando el daño se produzca y no se
vuelva al estado de situación previo. La idea es no dar rienda libre al principio
contaminador pagador.
"...las autoridades proveerán a la protección de este derecho,...". El segundo párrafo
establece las obligaciones del Estado. Se ha utilizado la expresión "proveerá" por
corresponder a un término utilizado en la Constitución de 1853 y que la Comisión de
estudio consideró importante mantener.
"...a la utilización racional de los recursos naturales...". El Estado también deberá proveer
a este respecto, esto implica conocer esos recursos para poder establecer previamente la
razonabilidad de su uso, puesto que frente al desconocimiento la utilización de los mismos
puede ser dañina y producir perjuicios irreversibles. El criterio racional es utilizado en la
legislación argentina con verdadera voluntad proteccionista, la interpretación de este
aspecto depende del significado que cada uno como intérprete de la ley entiende por
racional.
"... a la preservación del patrimonio natural y cultural...". También se consagra la
obligación del Estado de proveer a la preservación del patrimonio natural entendiendo
por tal el conjunto de los paisajes, restos fósiles, cuerpos celestes que constituyen no solo
bienes naturales sino un patrimonio de valor científico muy importante para nuestro país.
Asimismo se contempla la preservación cultural, entendiendo por cultura a todo elemento
distintivo o diferenciador de los pueblos. Siempre es prudente recordar que el
conocimiento de los pueblos de la antigüedad nos ha llegado mediante el estudio de sus
culturas. Se entiende por cultura todo lo vinculado con las obras y desarrollos urbanísticos
y arquitectónicos de valor estético e histórico que nos permite seguir el desarrollo
nacional como sociedad. El concepto abarca los restos fósiles, arqueológicos y
antropológicos.
"... y de la diversidad biológica...". Previo a la consideración de la diversidad biológica
se considera la diversidad genética. Es necesario hacer referencia a la importancia que
tiene para la preservación y mantenimiento del equilibrio de la vida y los sistemas en la
Tierra, tanto en la fauna, la flora como la vida microbiana. Este es un patrimonio de gran
importancia por su aporte a la alimentación y salud de una población cada vez más
numerosa con menores expectativas de satisfacer totalmente sus exigencias. Aquí se dan
cita la clasificación y características de los recursos naturales.
La diversidad genética es parte de un concepto más amplio que es la diversidad biológica,
es decir, la variedad de las especies y de los ecosistemas. De tal manera que cuando se
habla de la diversidad genética en rigor debemos hacer extensivo el concepto a la
preservación de la diversidad biológica, dejando en claro que la importancia de la
diversidad genética, que se menciona específicamente está dada por la riqueza del aporte
que brinda y por el tránsito que se produce hacia los países desarrollados desde los
subdesarrollados.
El tema de la biodiversidad fue tratado en la Cumbre de Río de Janeiro. El Convenio
sobre Biodiversidad firmado por nuestro país comienza con un señalamiento sobre la
obligación de los estados, y dice en su preámbulo: " La conservación de la diversidad
biológica es patrimonio común de toda la Humanidad, y todos los Estados tienen derechos
soberanos sobre sus propios recursos biológicos siendo responsables de la conservación
de su diversidad biológica y de la utilización sostenible de sus recursos biológicos".
"...y a la información y educación ambientales...". En cuanto a la información es
importante señalar que no solo debe ser accesible a los efectos que la población pueda ser
informada, tomar decisiones y dar opinión sobre los problemas ambientales que puedan
afectarla directamente sino que además es trascendente que el estado provea información
haciendo lo que corresponda para producirla en los casos en que no exista, a efectos de
que la racionalidad de las decisiones pueda ser puesta efectivamente en marcha.
Con respecto a la educación ambiental se refiere tanto a la formal, en todos los niveles
educativos, como la informal, es decir que pueda llegar por todos los medios y a toda la
población sin ninguna clase de discriminaciones. Las sociedades conocedoras de sus
derechos y respetuosas de sus obligaciones son las que manifiestan comportamientos
aceptables y ecológicamente positivos.
"... corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos
de protección y a las provincias las necesarias para complementarlas, sin que aquellas
alteren las jurisdicciones locales...". El tercer párrafo se refiere a la legislación y
atribuciones de los distintos niveles de gobierno en cuanto a la legislación ambiental. Los
fenómenos ambientales se caracterizan por su localización y movilidad, lo cual los hace
divisibles de distintas maneras. El fenómeno ambiental es en general un sujeto de la
geografía y de la meteorología. Un fenómeno de contaminación producido en un lugar
cualquiera es trasladado transfronterizamente a distintos sitios del planeta por corrientes
térmicas y en ese proceso sufre transformaciones químicas por ejemplo los CFC
fabricados en el Hemisferio Norte y el deterioro de la Capa de Ozono en la Antártida.
Dentro de cada territorio, la responsabilidad en los temas ambientales corresponde a la
jurisdicción en la que se localizan. Las responsabilidades de los gobiernos locales son
primarias. Las provincias tienen una responsabilidad absolutamente fundamental en el
manejo de los asuntos ambientales. Pero corresponde a la Nación dictar una legislación
de base con los presupuestos mínimos necesarios que aseguren por una parte iguales
condiciones de protección a todos los habitantes de la Nación en cualquier lugar en que
estos se encuentren y, por la otra que asuman la necesidad del establecimiento de las
normas vinculadas con los procesos globales de preservación ambiental.
De tal manera que la Nación tendrá que dictar esas normas de base (piso), dejando a cargo
de los gobiernos provinciales y locales la responsabilidad en la legislación y jurisdicción
en esos niveles (techo). La lógica nos indica que las provincias conocen fehacientemente
el material sobre el cual están llamados a legislar y de ninguna manera están obligadas a
adoptar medidas por debajo de los requerimientos provinciales.
"... Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual y potencialmente
peligrosos y de los radioactivos.". En el último párrafo se menciona la prohibición de
ingresar al territorio nacional residuos actual o potencialmente peligrosos y residuos
radioactivos. Se discrimina en cuanto a la expresión “potencialmente peligrosos” puesto
que fue puesta en función de aquellos materiales que son residuos peligrosos pero que,
acondicionados de determinada manera, pueden ser considerados como que carecen de
esa peligrosidad. En cuanto a la especificación en forma particularizada de los residuos
radioactivos, cabe señalar que, si bien estos son residuos peligrosos, se consideró
necesario efectuar esa discriminación porque generalmente todos los residuos nucleares
se tratan de manera independiente en el ámbito internacional. Se sigue en este punto lo
dispuesto en el Convenio de Basilea referido al transporte transfronterizo de residuos
peligrosos donde se especifica particularmente que no están incluidos dentro de este
capítulo los residuos radioactivos.
Sucede lo mismo en la ley nacional. La comisión que integró la constituyente consideró
la necesidad de mencionarlos en forma particularizada. La correlatividad del Art. 41
encuentra entre otros su punto de contacto el PREAMBULO y el Art. 124 in fine.
g) El derecho de propiedad:
Se trata de uno de los derechos protegido con mayor fuerza por el constitucionalismo
clásico o moderno, lo que se explica por el lugar privilegiado que ocupa la propiedad en
la concepción liberal. Nuestra Constitución reconoce este derecho en los artículos 14 y
17 CN. Los titulares de este derecho son tanto los individuos como las personas jurídicas,
mientras que sujeto pasivo de este derecho puede ser el Estado y el resto de los
particulares o personas de existencia ideal, desde que la fórmula del artículo 17 prescribe
la inviolabilidad de la propiedad privada.
Por su parte, el contenido de este derecho ha sido identificado en doctrina y en
jurisprudencia con todos los bienes materiales e inmateriales susceptibles de apreciación
económica.
El derecho de propiedad es sin duda alguna uno de los pilares fundamentales sobre los
que se sostienen las sociedades prósperas y activas. La Argentina fue pensada desde su
nacimiento con un régimen jurídico en el que estaba fuertemente protegido el derecho
individual a la propiedad. El mismo estaba contemplado en el Estatuto provisional de
1815 (artículo 1°), en el Reglamento provisional de 1817 ( artículo 1°), en la Constitución
de 1819 (artículo 109) y en la Constitución de 1826 ( artículo 159). Es, siguiendo esta
línea de protección que en la Constitución Nacional de 1853/60 consagra el derecho de
propiedad como un derecho “casi absoluto” que surge claramente del juego de los
artículos 14 y 17 de la misma. El fundamento que inspiró a nuestros constituyentes
deviene del constitucionalismo liberal clásico, que reconoce – entre otras fuentes- por un
lado la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de agosto de 1789
enuncia en artículo 22 como derechos naturales e imprescriptibles del hombre a la
libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. Sintetizados en dos;
Libertad y Propiedad, siendo el segundo expresión concreta del primero. Por otro lado, la
Constitución Americana de 1787 que contempla la protección de la propiedad como
derecho individual básico en la enmienda V3 – ratificada en 1791- y, nuevamente en la
enmienda XIV 4 – ratificada en 1868-. No es caprichoso este doble tratamiento, en el caso
de la enmienda V se refiere a la propiedad dentro de un marco de derechos de las personas
acusadas y de las exigencias procesales respecto de la privación de la propiedad. En el
caso de la XIV enmienda se relaciona con los derechos de las personas nacidas o
naturalizadas en los Estados Unidos, al establecer que ” Tampoco un Estado privará a una
persona... o de la propiedad sin el debido proceso de ley” está relacionado con el concepto
de “estado”, entendiéndose no solamente los organismos del gobierno estadual sino los
organismos del gobierno local cuando actúan so color de la autoridad oficial aunque sea
contrariamente a la ley estadual6 La concepción de “inviolabilidad” de la propiedad
plasmada en el artículo 17 de la constitución Nacional, tiene como contracara el término
“confiscatoriedad”, prohibida por la misma norma constitucional, de manera que de la
simple lectura de la norma surge claramente que todo acto o ley del que resulte una
violación al derecho de propiedad, importa una confiscación. Es en este contexto la
constitución expresamente rechaza determinados tipos confiscatorios, tales como los
servicios personales, las confiscaciones dispuestas por sentencia penal y las requisiciones
hechas por fuerzas armadas o ejércitos en campaña, modalidad frecuente en los tiempos
en que la constitución fue sancionada.
Claro está que, como todo derecho la inviolabilidad de la propiedad no es “absoluto” sino
que, en aras de salvaguardar la convivencia social es susceptible de reglamentación
razonable. Sólo se admiten, taxativamente – a nuestro criterio- tres excepciones al
principio de inviolabilidad, que surgen claramente del texto constitucional.
-La primera, es la que encabeza el artículo 17 estableciendo que “La propiedad es
inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de
sentencia fundada en ley...”. La propiedad en este caso puede perderse por una sentencia
judicial que así lo ordena, con independencia de la voluntad del titular del derecho. La
transmisión tiene lugar por la sola fuerza de la sentencia que la autoriza, siempre que esté
fundada en una ley que la autoriza y una decisión judicial que la ordena. Esta protección
ampara contar cualquier violación de la propiedad privada proveniente tanto del Estado
como de particulares.
-La segunda de las limitaciones, proveniente del derecho francés es la institución de la
expropiación, contemplada en la Declaración de los Derechos del Hombre y del
ciudadano (artículo 17). Nuestra Constitución toma textuales los extremos allí plasmados
para que la expropiación revista carácter constitucional y ellos son; una ley previa que
declare la necesidad de utilidad pública del bien a expropiarse y, una indemnización justa.
-La tercera limitación, es la que se refiere al poder de imposición del Estado facultad
derivada del poder soberano del mismo. Este poder encuentra su justificación en el deber
de los habitantes a la contribución del sostenimiento del Estado, en tal sentido el artículo
4 de la constitución nacional expresa “... las demás contribuciones que equitativa y
proporcionalmente a la población imponga la Congreso General...”, en consonancia con
ello el artículo 17 establece “... Sólo el Congreso impone las contribuciones que se
expresan en el artículo 4...”. Esta facultad de imponer tributos, si bien es esencial al poder
estatal el origen de su desarrollo constitucional, se remonta al derecho inglés. La presión
fiscal ejercida por el rey sobre los nobles tenían como contraparte las concesiones
realizadas por el soberano a través de “cartas o bills “, posteriormente convertidas en
garantías a favor de todos los habitantes de los Estados Democráticos de Derecho; tal el
caso de la Carta Magna inglesa de 1215. Es dentro de este contexto, que en esta primera
etapa nuestra Corte dicta sentencias que implican una protección clara y definida de la
propiedad privada en consonancia con la normativa constitucional. Así en “Hileret y
Rodríguez v. Provincia de Tucumán” (1903) el Máximo Tribunal expresa “... Que si fuese
aceptable la reglamentación impuesta al azúcar, podría hacerse extensiva a toda la
actividad industrial, y la vida económica de la Nación con las libertades que la fomentan,
quedarían confiscadas en manos de legislaturas o congresos que usurparían por
ingeniosos reglamentos todos los derechos individuales (...) y así hasta caer en un
comunismo de Estado en el que los gobiernos serían los regentes de la industria y del
comercio, y los árbitros del capital y de la propiedad privada” ( Considerando 24°)
Siguiendo el criterio “amplio” de las normas jurídicas que lo inspiran; es que la Corte
define el derecho de propiedad en “Bourdié c/ Municipalidad de la Capital” (1925)
establece que “...las palabras libertad y propiedad comprensivas de toda vida social y
política, son términos constitucionales y deben ser tomados en el sentido más amplio. El
término propiedad, cuando se emplea en los artículos 14 y 17 de la constitución o en otras
disposiciones de ese estatuto comprende, como lo ha dicho esta Corte, todos los intereses
apreciables que el hombre pueda poseer fuera de sí mismo, fuera de su vida y de su
libertad. Todo derecho que tenga un valor reconocido como tal por la ley, sea que se
origine en las relaciones de derecho privado, sea que nazca de actos administrativos
(derechos subjetivos privados o públicos), a condición de que su titular disponga de una
acción contra cualquiera que intente interrumpirlo en su goce así sea el Estado mismo,
integra el concepto constitucional de propiedad....” (5° párrafo)
La reforma constitucional de 1994 ha extendido las limitaciones a este derecho –que con
anterioridad a la reforma estaban restringidas a ciertas utilidades sociales como el derecho
a la servidumbre o lo referente al trabajo y la seguridad social en el artículo 14bis CN-
estableciendo ciertas restricciones que han sido caracterizadas como sociales, a saber: a)
derecho de consumidores en el artículo 42 CN; b) derecho a un ambiente sano (art. 41);
etcétera.
“Artículo 14 CN.- Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos
conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber:… de usar y disponer de su
propiedad;…”.
“Artículo 17 CN.- La propiedad es inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser
privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley. La expropiación por causa de
utilidad pública, debe ser calificada por ley y previamente indemnizada. Sólo el Congreso
impone las contribuciones que se expresan en el Artículo 4º. Ningún servicio personal es
exigible, sino en virtud de ley o de sentencia fundada en ley. Todo autor o inventor es
propietario exclusivo de su obra, invento o descubrimiento, por el término que le acuerde
la ley. La confiscación de bienes queda borrada para siempre del Código Penal argentino.
Ningún cuerpo armado puede hacer requisiciones, ni exigir auxilios de ninguna especie”.
h) Derecho a trabajar:
El trabajo humano reputado como un derecho de las personas se encuentra contenido en
los artículos 14 y 20 CN, y no admite diferencias para nacionales o extranjeros. Mientras
el sujeto activo de este derecho es el individuo o las personas jurídicas que se constituyen
con una finalidad lícita, el sujeto pasivo es el Estado y los demás hombres y mujeres.
“Artículo 14 CN.- Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos
conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda
industria lícita;…”.
“Artículo 20 CN.- Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los
derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión;… ”.
Con la reforma del constitucionalismo social el Estado no sólo debe omitir limitar de
modo arbitrario el derecho de trabajar, sino que está obligado por una nueva fase del
ejercicio de este derecho, que en doctrina se ha denominado “derecho al trabajo”. Ello
implica el derecho a conseguir ocupación, y frente a ello la tarea del Estado es fomentar
un orden social y económico que posibilite el ingreso al mercado laboral de todos los
hombres y mujeres en condiciones de trabajar.
h) Derecho a trabajar:
El trabajo humano reputado como un derecho de las personas se encuentra contenido en
los artículos 14 y 20 CN, y no admite diferencias para nacionales o extranjeros. Mientras
el sujeto activo de este derecho es el individuo o las personas jurídicas que se constituyen
con una finalidad lícita, el sujeto pasivo es el Estado y los demás hombres y mujeres.
“Artículo 14 CN.- Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos
conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda
industria lícita;…”.
“Artículo 20 CN.- Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los
derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión;… ”.
Con la reforma del constitucionalismo social el Estado no sólo debe omitir limitar de
modo arbitrario el derecho de trabajar, sino que está obligado por una nueva fase del
ejercicio de este derecho, que en doctrina se ha denominado “derecho al trabajo”. Ello
implica el derecho a conseguir ocupación, y frente a ello la tarea del Estado es fomentar
un orden social y económico que posibilite el ingreso al mercado laboral de todos los
hombres y mujeres en condiciones de trabajar.
Este es el espíritu del artículo 14 bis CN, introducido por la reforma de 1957: “Artículo
14 bis CN.- El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que
asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor, jornada limitada;
descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual
remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control
de la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario;
estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática, reconocida
por la simple inscripción en un registro especial. Queda garantizado a los gremios:
concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y al arbitraje; el
derecho de huelga. Los representantes gremiales gozarán de las garantías necesarias para
el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo.
El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e
irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a
cargo de entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica,
administradas por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir
superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la
familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a
una vivienda digna".
El artículo 14 bis fue uno de los dos únicos agregados que se hizo al texto de la
Constitución Argentina de 1853 (con las reformas de 1860, 1866 y 1898) como resultado
de la reforma constitucional de 1957. La norma incluyó en la Constitución, algunos
derechos correspondientes al constitucionalismo social, luego de que la reforma
constitucional de 1949 fuera derogada por una proclama militar en 1956. Debido a que el
texto fue aprobado por una convención constituyente convocada por una dictadura y en
elecciones no libres, la reforma fue cuestionada en su validez por diversos juristas y
sectores políticos. La Convención Constituyente de 1994 convalidó la norma.
El artículo 14 bis tiene sus antecedentes en el Derecho del trabajo, corriente normativa
que excluyó del Derecho civil la regulación de las relaciones entre trabajadores y
empleadores, estableciendo su autonomía como rama del Derecho. El Derecho del trabajo
se diferencia del Derecho civil por partir de la base del reconocimiento de la desigualdad
entre ambas partes del contrato de trabajo, estableciendo protecciones y mínimos de
irrenunciables a favor de la parte trabajadora. Las primeras leyes reconociendo derechos
a los trabajadores surgieron en Europa en la segunda mitad del siglo XIX. En Argentina
la primera ley de derecho laboral fue la ley de descanso dominical nº 4661 aprobada en
1905, presentada por el primer diputado socialista de América, Alfredo Palacios.
La importancia social del Derecho del trabajo, llevó a que sus principios y principales
normas comenzaran a ser incorporadas a las constituciones escritas que se habían
generalizado en el siglo XIX, en un movimiento conocido como constitucionalismo
social. México en 1917 fue el primer país del mundo en incorporar los derechos de los
trabajadores a su Constitución. En Argentina el constitucionalismo social tuvo su primera
expresión en la Constitución de la Provincia de Santa Fe de 1921 -a nivel provincial- y
en la reforma constitucional de 1949, ambas derogadas por mecanismos de facto.
La reforma constitucional de 1949 incluyó los derechos de los trabajadores en el artículo
37. El artículo 37 estableció también la igualdad jurídica entre varones y mujeres, la
protección de la familia, la maternidad y la niñez, los derechos de la ancianidad y los
derechos culturales, entre ellos la gratuidad de la educación primaria y la autonomía
universitaria. Esta reforma fue derogada por una proclama de la dictadura cívico-militar
instalada en 1955, restaurando el texto liberal de la Constitución de 1853.
Con la reforma del constitucionalismo social el Estado no sólo debe omitir limitar de
modo arbitrario el derecho de trabajar, sino que está obligado por una nueva fase del
ejercicio de este derecho, que en doctrina se ha denominado “derecho al trabajo”. Ello
implica el derecho a conseguir ocupación, y frente a ello la tarea del Estado es fomentar
un orden social y económico que posibilite el ingreso al mercado laboral de todos los
hombres y mujeres en condiciones de trabajar.
Este es el espíritu del artículo 14 bis CN, introducido por la reforma de 1957. Allí se
establecen los derechos del hombre en relación al trabajo.
A continuación analizaremos los tres párrafos del mencionado artículo:
-PRIMER PARRAFO. DERECHO INDIVIDUAL DEL TRABAJO.
El trabajo en todas sus formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al
trabajador: La idea de que "el trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de
las leyes", ha sostenido las leyes protectoras, no solo de las formas típicas del trabajo,
sino de las formas atípicas, cada vez más difundidas: trabajo doméstico, construcción,
rural, a domicilio, semi-autónomo, etc.
a) condiciones dignas y equitativas de labor: Se refiere a las condiciones del lugar donde
se realiza el trabajo: comodidad, higiene, salubridad, seguridad y que todos los
trabajadores disfruten de las mismas condiciones. Tampoco se cumple ciertamente,
todavía hay gente trabajando con recursos escasos.
b) jornada limitada: Una jornada normal conlleva de 8 horas diarias o de 48 horas
semanales según ley 11.544 art 1, sin embargo en muchos casos no son cumplidas se
extiende a varias horas más sin elección del empleado.
c) descanso y vacaciones pagados: Todo trabajador gozará de un periodo mínimo y
continuo de descanso anual remunerado (art 150 LCT), El cual es obligatorio y varía
dependiendo del periodo laboral realizado.
"Artículo 150 LCT.- .Licencia ordinaria. El trabajador gozará de un período mínimo y
continuado de descanso anual remunerado por los siguientes plazos: a) De catorce (14)
días corridos cuando la antigüedad en el empleo no exceda de cinco (5) años. b) De
veintiún (21) días corridos cuando siendo la antigüedad mayor de cinco (5) años no
exceda de diez (10). c) De veintiocho (28) días corridos cuando la antigüedad siendo
mayor de diez (10) años no exceda de veinte (20). d) De treinta y cinco (35) días corridos
cuando la antigüedad exceda de veinte (20) años. Para determinar la extensión de las
vacaciones atendiendo a la antigüedad en el empleo, se computará como tal aquélla que
tendría el trabajador al 31 de diciembre del año que correspondan las mismas".
d) retribución justa: La retribución dependerá del trabajo realizado, igual remuneración
por igual tarea, sin diferenciar por razones de sexo o nacionalidad, en muchos casos
todavía existe diferencia de remuneración entre hombre-mujer en el mismo puesto. (art.
81 LCT)
"Artículo 81 LCT.- .Igualdad de trato. El empleador debe dispensar a todos los
trabajadores igual trato en identidad de situaciones. Se considerará que existe trato
desigual cuando se produzcan discriminaciones arbitrarias fundadas en razones de sexo,
religión o raza, pero no cuando el diferente tratamiento responda a principios de bien
común, como el que se sustente en la mayor eficacia, laboriosidad o contracción a sus
tareas por parte del trabajador".
e) salario mínimo vital y móvil: Significa que la remuneración no puede ser menor a lo
que el empleado necesita para vivir y cubrir sus necesidades básicas y las de su familia.
Móvil significa que debe actualizarse periódicamente para no perder su poder adquisitivo,
los gremios son los que interceden para que esto se cumpla. La garantía de "salario
mínimo vital y móvil" ha tendido a ser una herramienta útil para reducir la desigualdad
social.
f) igual remuneración por igual tarea: La norma de "igual retribución por igual tarea"
también ha contribuido a reducir la desigualdad social, así como a combatir las asimetrías
entre varones y mujeres en el mercado de trabajo.
g) participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y
colaboración en la dirección.
h) protección contra el despido arbitrario: La garantía de "protección contra el despido
arbitrario" se ha expresado en Argentina como la obligación del empleador de pagar al
trabajador una indemnización en caso de despido sin justa causa. La indemnización por
despido ha sido objeto de constantes críticas por parte de algunos sectores de los
empleadores.
"Artículo 245 LCT.- .Indemnización por antigüedad o despido. En los casos de despido
dispuesto por el empleador sin justa causa, habiendo o no mediado preaviso, éste deberá
abonar al trabajador una indemnización equivalente a UN (1) mes de sueldo por cada año
de servicio o fracción mayor de TRES (3) meses, tomando como base la mejor
remuneración mensual, normal y habitual devengada durante el último año o durante el
tiempo de prestación de servicios si éste fuera menor. Dicha base no podrá exceder el
equivalente de TRES (3) veces el importe mensual de la suma que resulte del promedio
de todas las remuneraciones previstas en el convenio colectivo de trabajo aplicable al
trabajador, al momento del despido, por la jornada legal o convencional, excluida la
antigüedad. Al MINISTERIO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL le
corresponderá fijar y publicar el promedio resultante, juntamente con las escalas salariales
de cada Convenio Colectivo de Trabajo. Para aquellos trabajadores excluidos del
convenio colectivo de trabajo el tope establecido en el párrafo anterior será el del
convenio aplicable al establecimiento donde preste servicios o al convenio más favorable,
en el caso de que hubiera más de uno. Para aquellos trabajadores remunerados a comisión
o con remuneraciones variables, será de aplicación el convenio al que pertenezcan o aquel
que se aplique en la empresa o establecimiento donde preste servicios, si éste fuere más
favorable. El importe de esta indemnización en ningún caso podrá ser inferior a UN (1)
mes de sueldo calculado sobre la base del sistema establecido en el primer párrafo".
i) estabilidad del empleado público: La estabilidad del empleado público llevó a sancionar
estatutos que impiden el despido arbitrario de los empleados públicos. Sin embargo á
partir de los años 1990 el Estado Argentino ha comenzado a contratar masivamente a sus
empleados mediante sistemas no-laborales que permiten el despido arbitrario sin
indemnización.
j) organización sindical libre y democrática: Organización sindical libre y democrática,
reconocida por la simple inscripción en un registro especial: Los trabajadores tiene
derecho a organizarse en sindicatos. La CN le impone dos condiciones: que los
trabajadores tengan la libertad de decidir si se afilian o no, y la elección se sus autoridades
debe hacerse por el voto libre y secreto. Esto si se cumple, con sus condiciones descriptas.
La garantía de una "organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple
inscripción en un registro especial" ha impulsado mecanismos de pluralidad sindical,
como la posibilidad de cualquier grupo de trabajadores de crear sindicatos "simplemente
inscriptos", aún sin tener que demostrar mayor representatividad.
-SEGUNDO PARRAFO. DERECHO COLECTIVO DEL TRABAJO.
El segundo párrafo del artículo 14 bis está dedicado a los "derechos de los gremios". En
Argentina la palabra "gremio" suele ser usada como sinónimo de "sindicato", pero
también como sinónimo el grupo colectivo de trabajadores que pertenecen a un mismo
oficio o una misma rama de la producción. Durante el debate, los autores del despacho
aclararon que era en este segundo significado, como colectivo de trabajadores de un
mismo oficio o rama, que habían utilizado el término en el artículo. Cornaglia sostiene
que, en este párrafo, los convencionales de 1957 estaban garantizando derechos de
incidencia colectiva.
a)Queda garantizado a los gremios concertar convenios colectivos de trabajo: Se tratan
de contratos que se celebra en forma colectiva, entre el gremio y la asociación patronal.
Esto se cumple y es para el beneficio del trabajador, resguardando sus derechos.
b)Recurrir a la conciliación y al arbitraje: Son medios pacíficos para resolver conflictos
laborales, Se llevan a cabo ante el Ministerio de Trabajo. En la conciliación se trata de
acercar las partes. El arbitraje en este caso el Ministerio actúa como mediador tratando de
solucionar el pleito. La referencia a la conciliación y al arbitraje ha creado un mecanismo
legal de resolución de conflictos, regulado por ley, para que en caso de huelgas o medidas
de acción directa como los despidos colectivos, se pueda abrir un período previo de 15
días de negociaciones entre empleadores y sindicatos moderadas por el Estado. Esto se
cumple y es necesario para no llegar a la huelga como método próximo.
c)El derecho de huelga: Es la paralización del trabajo que los empleados usan como medio
de presión para lograr mejoras o para que se reconozcan derechos y pretensiones. Para
evitar abusos está reglamentada por las leyes laborales. Esto se cumple y es uno de los
métodos más utilizados por los empleados, con limitaciones, a los empleadores no les
conviene económicamente.
El derecho de huelga había sido tratado en la reforma constitucional de 1949 y finalmente
se optó por no incluirlo, debido a que los constituyentes consideraban la huelga como un
hecho -y no como un derecho- que no podía ser limitado ni reglamentado. Durante el
debate en 1957, Bravo aclaró expresamente que la Comisión había adoptado la postura
de considerarlo como un "derecho colectivo" y no como un "derecho individual" del
trabajador, garantizando una protección amplia, que incluía las huelgas de solidaridad,
las huelgas de empleados estatales y los piquetes.
d)Los representantes gremiales gozaran de las garantías necesarias para el cumplimiento
de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo: Se asegura a los
delegados el libre cumplimento de su gestión y la estabilidad en sus empleos.
Las garantías de estabilidad para los representantes gremiales, conocidas como "fuero
sindical", establecieron la prohibición absoluta de despedir, no solo al dirigente sindical,
sino al delegado de los trabajadores en el lugar de trabajo.
-TERCER PARRAFO: SEGURIDAD SOCIAL.
La referencia a un sistema de seguridad social integral otorgada por el Estado no se ha
cumplido. El Estado solo parcialmente ha otorgado seguridad social, y ese rol se ha
reducido a partir de los años 1990, año en el cual se privatizaron las pensiones y
jubilaciones con un sistema de Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones
privadas, establecidas por Ley Nº 24.241 de 1993 y dejadas son efecto en 2009. En la
primera década y media del siglo XXI la seguridad social volvió a ampliarse con
mecanismos como la Asignación Universal por Hijo y las jubilaciones para amas de casa
y trabajadores informales.
a)Seguro social: Nunca existió, porque el sistema funciona sobre la base de servicios
sindicales (obras sociales) de descuento obligatorio, establecido progresivamente desde
la década de 1930 y consolidado con la Ley Nº 18.610 sancionada en 1970, actualmente
regulado por la Ley N° 23.660.
Estas deben ser administradas por los interesados con la participación del Estado. No
puede existir superposición de aportes; esto significa que no se puede aportar más de una
vez por el mismo riesgo Ej: si tiene varios empleos, no se le podría retener sino en uno
de ellos el aporte para el seguro social. Esto se cumple.
b)Jubilaciones y pensiones móviles: Se llama jubilación al haber que percibe un individuo
después de haber cumplido con los años de trabajo. Pensión es el haber que perciben
ciertos familiares del jubilado fallecido. Ambos deben ser móviles. Esto se cumple,
aunque la parte de móvil este más atrasada, porque las liquidaciones del Estado
históricamente han sido menores que la inflación, y han dado lugar a masivos juicios por
parte de los ancianos contra el Estado.
c)Protección integral a la familia: La frase fue rechazada por el bloque demócrata
cristiano, que amenazó con abandonar la sesión si no se restringía a la "familia legítima".
El bien de familia existe desde el año 1954, establecido por la Ley Nº 14.394.
La compensación económica familiar se instrumentó en la forma de "salario familiar"
sobre un sistema de cámaras compensadoras administradas por el Estado, reguladas por
la Ley Nº Ley 24.714, que ha demostrado ser un sistema bastante eficiente debido al
mecanismo colectivo compensatorio entre empleadores y que ha sido universalizado con
la Asignación Universal por Hijo establecida por el Decreto Nº 1602/2009, con el fin de
incluir a los hijos de trabajadores y trabajadoras no registrados.
Al aumentar los gastos de las personas, la ley trata de compensarlo económicamente,
estableciendo las asignaciones familiares por esposa, hijos, nacimiento, escolaridad. Esto
si se cumple, las asignaciones son muchas y variadas.
d)El cumplimiento de la garantía de acceso a una vivienda digna ha oscilado mucho en el
tiempo, debido a la variedad de sistemas y planes para cumplir la garantía.
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