Pág
ina1
Por un camino moderno que bordea las ruinas del complejo termal se llega al
ingreso en la villa (1) por la entrada monumental en forma de arco romano de tres ojos,
originariamente flanqueada de columnas de mármol.
Tras la entrada llegamos a un gran patio poligonal (1 bis) pavimentado de piedra
blanca y con un pórtico de columnas de mármol con pavimento de mosaicos.
Del patio poligonal, por la escalinata que sube a la derecha, se entra en la parte
central de la villa. Nos encontramos una gran sala rectangular, el tablinium (2), que de la
antigua decoración en mosaico
todavía conserva en el centro parte
de figuras masculinas ricamente
vestidas, destacando el que se
supone el dueño con una corona de
laurel. De ahí se accede al gran
peristilo (3), un patio porticado
rodeado de columnas en sus cuatro
lados, con una complicada fuente en
su centro; los cuatro lados del
pórtico están decorados con
mosaicos en cuadrados con cabezas
de animales.
Antes de desembocar en el
pasillo norte del peristilo, se observa
desde la altura la palestra de las
termas (4) con forma de atrio
transversal que tiene en su suelo un
mosaico polícromo que representa
una escena de juegos circenses con
la entrega del premio al equipo
ganador. Destaca en esta zona los
mosaicos de una pequeña sala
trapezoidal (5), donde está
representada la familia del dueño
(dominus) que se prepara para entrar
en las termas.
Los mosaicos de la villa
romana del Casale en Piazza
Armerina (Sicilia).
Vista aérea del conjunto de la villa.
Pág
ina2
Las estancias en torno al peristilo o patio cuadrado.
Siguiendo a lo largo del lado norte del
peristilo se encuentran una serie de estancias con
pavimento de tipo geométrico y figurado.
La sala (6) tiene un mosaico con diseños
de octógonos, cruces y hexágonos alargados,
cortado en el sector meridional en la época
normanda por un horno para cocer vasijas
cerámicas; la sala (7) presenta un mosaico en
blanco y negro con cuadrados, hexágonos y
estrellas de cuatro puntas; la sala (8) tiene una
pavimentación con escenas de danza
desarrolladas en dos registros, cada uno contiene
tres pares de danzantes; las sala (9) tiene un
mosaico policromo cuyo motivo principal está
constituido por un mosaico polícromo de grandes estrellas de ocho puntas alternadas con
rombos; la sala (11) tiene un mosaico de diseño geométrico de grandes hexágonos, alternan
círculos con las cuatro estaciones como tema principal (la primavera representada por un
delicado busto femenino; el verano por un efebo coronado de espigas; el otoño por una
jovencita pensativa; el invierno por una figura masculina con un manto sobre la espalda; la
sala (12) exhibía un mosaico con motivo de peces con amorcillos desnudos y vestidos
intentando echar las redes desde una barca.
Hacia el extremo este del pórtico septentrional se encuentra una de las estancias
más interesantes por la compleja y polícroma decoración musiva figurada: es la salita de la
pequeña caza (13). Se distribuye en cinco registros que describen los episodios de una
Escena de la Pequeña Caza (nº 13).
Plano del conjunto de la villa del Casale, los números que aparecen se corresponden con el
texto.
Pág
ina3
entretenida batida de caza: la salida de los cazadores con los perros; el sacrificio a Diana en
medio del bosque; la caza de los tordos el halcón que uno de los cazadores se apresta a
lanzar; caza de la zorra perseguida por los perros; caza de las liebres con perros y lanzas;
caza del jabalí; caza de los ciervos con la colocación de redes por cazadores a caballo; y el
centro, el final de la actividad, el banquete al aire libre en un claro del bosque, debajo de
un toldo rojo colocado entre dos encinas. En el lado oriental del peristilo se extiende el largo espacio alargado rematado
en ábsides en sus lados cortos (16), por donde se accedía a varias salas y a un espacio
basilical representativo donde se hacían los recibimientos oficiales y que está en un nivel
más alto. En los dos
ábsides los
mosaicos
representan una
personificación de
provincias, tal vez
Armenia por el oso
y la pantera en el
ábside norte y
África con el
elefante y el tigre en
el ábside sur. Entre
estas dos regiones
de los extremos del
espacio se
desarrollan los
episodios de una
grandiosa caza,
donde aparecen hombres y fieras. El tigre ataca al cabrito, la pantera al antílope, el
leopardo persigue a los ciervos, el león muerde… Más interesante es la escena de la
captura de los animales vivos destinados al circo: el hipopótamo, el rinoceronte, el macho
cabrío, el búfalo, el tigre, los avestruces, la pantera… son capturados con lazos o con
trampas de cabritos como cebos en el fondo. Asiste a la batida un personaje austero, de
largos brazos, túnica y clámide ricamente ornamentadas, con el característico birrete
cilíndrico: en este personaje los sostenedores de la pertenencia de esta villa al emperador
Maximiano Hercúleo ven la figura misma del tetrarca. Después de la batida el botín vivo y
muerto es transportado en el interior de grandes jaulas sobre carros hacia dos barcos, bajo
la vigilancia de funcionarios ricamente ataviados.
En el pórtico meridional del gran peristilo se abren algunos ambientes destinados
a sala de estar y reposo: la sala (17), con mosaicos en recuadros polícromos y huellas de
frescos en las paredes, servía como vestíbulo a la sala (18), llamada de las diez chicas en
bikini: sobre un primer suelo de mosaico de diseño geométrico fue, más tarde, en el siglo
IV después de C., superpuesto un mosaico con la representación en dos registros de diez
chicas ligeras de ropa, probablemente hacía referencia a las exhibiciones acuáticas bien
documentadas en el repertorio del teatro tardorromano.
A la derecha de la sala de las diez chicas está la sala de Orfeo (19), gran sala de
estar que acogía en el ábside la estatua de Apolo Liceo (una copia de una obra famosa de
Praxíteles); el mosaico representa en un tratamiento complejo el mito de Orfeo, el mítico
cantor tracio, aquí representado sentado sobre una roca, intentando tocar la lira, mientras a
su alrededor si amontonan árboles embrujados, animales y pájaros.
Vista de un detalle de la escena de la Gran Caza (16).
Pág
ina4
Las estancias al este del pasillo de la Gran Caza.
En el centro de este largo espacio se abre un aula basilical (16 bis) con amplio
ábside al fondo y que contenía originariamente una estatua, está todo el espacio
pavimentado con mármol polícromo.
Al sur del aula basilical (16 bis) encontramos una serie de estancias de las que
vamos a hablar. Así a través de un atrio en exedra (20), con un pequeño pórtico con cuatro
columnas alrededor de una fuente (ninfeo), encontramos un espacio con un suelo de
mosaicos con escenas de amorcillos pescadores, se accede a la gran sala absidial llamada
sala de Arión (21), por el mosaico que representa al poeta de Metimna, el cual sobre el
dorso de un delfín fue transportado por el mar, mientras suena dulcemente la cítara y en
torno a ellos se agolpan las Nereidas y monstruos marinos y terrestres. De la puerta
meridional del atrio con exedra se entra en el vestíbulo del Pequeño circo (22), su mosaico
exhibe una graciosa escena de juegos circenses con cuatro pequeños aurigas sobre cuatro
cuadrigas tiradas por pájaros y palmípedos de colores, imitando los colores de los cuatro
equipos clásicos del circo de Roma (el blanco, el rojo, el verde y el azul), en la
representación están haciendo una carrera en torno a la spina del circo. Desde esta sala
pasamos a otra llamada de los coros de los actores (23), en su ábside unas jóvenes tejen
coronas, en el lado rectangular están representados los coros de la comedia y de la tragedia.
Desde la puerta al norte del atrio (20) se accede al vestíbulo de Heros y Pan (24),
donde se representa la lucha entre Pan, con cuerpo de cabra, y el alado Heros, lucha
presenciada por un árbitro con la barba acabada en punta.
De este vestíbulo se pasa al Cubículo de los jóvenes cazadores (25), habitación con
nicho rectangular, donde el mosaico describe una escena con toque de humor: el tema es la
caza, pero los cazadores son niños a los que las niñas cuelgan flores.
Regresando hacia el acueducto y bordeándolo hacia el norte, se alcanza un grupo de
estancias a la izquierda del aula basilical (16 bis): la estancia (26) presenta un mosaico
que representa a Polifemo que, sentado sobre el Etna, recibe el vino que le ofrece Ulises
con la intención de embriagarlo; la habitación (27), espacio con ábside, está pavimentado
con mosaico con motivos de estrellas y medallones de laurel, que en su interior muestran
Escena del Pequeño Circo (nº 22).
Pág
ina5
una gran variedad de frutas; la (28), con nicho rectangular, tiene una representación
musivaria que representa las estaciones, y un gran círculo central de escena erótica, un
chico y una chica se dan un beso en un abrazo amoroso.
Espacios en torno al patio elíptico.
Volviendo hacia atrás y siguiendo el acueducto, cruzando una puertecita, se sale a
un pequeño espacio irregular y descubierto, que comunica el corredor de la Gran Caza con
un grupo de estancias dispuestas al norte y al sur de un patio elíptico.
El patio elíptico (29) estaba rodeado en tres de sus lados por un pórtico sobre
pilares y en el lado occidental presentaba una curva o exedra con tres grandes ábsides;
tenía una fuente en el centro, y otra más pequeña a la misma distancia del pórtico oriental.
Los pórticos tenían paredes revestidas de pinturas al fresco de las que se han conservado
huellas, y un suelo de mosaico polícromo con espirales de acanto que rodeaban torsos de
animales domésticos, fieras, pájaros y flores. Los mosaicos de las estancias al norte del
patio representaban escenas de actividades agrícolas: una (30) el transporte y el pisado de
las uvas por parte de amorcillos desnudos o con túnicas cortas; otra (31), una vivaz escena
de vendimia con una serie de geniecillos alados tratando de recoger uvas y depositarlas
dentro de cestos.
Las estancias del sur (32) (33) presentan escenas con amorcillos pescadores con
edificios al fondo sobre la orilla del mar.
Del patio elíptico, mediante
una pequeña escalinata, se entra en
la Gran Sala o Triclinio (34),
constituido por un espacio
cuadrangular central y tres
profundos ábsides que contenían en
sus orígenes estatuas imperiales y
de divinidades. La pavimentación
musiva contiene composiciones
grandiosas. En el el amplio y
cuadrado espacio central están
desarrolladas escenas sobre los
Trabajos de Hércules: domando a
los caballos de Diomedes, la
serpiente en el jardín de las
Hespérides, la hidra de Lerna, el jabalí de Erimanto, el león de Nemea, el toro de
Maratón…
La potencia plástica y la sabiduría compositiva del complejo musivo han hecho
pensar en la intervención de un gran maestro, llamado, por esta obra el “Maestro de los
trabajos de Hércules”. La misma calidad se encuentra en los tres ábsides. En el ábside
norte se desarrolla en un paisaje dos escenas de metamorfosis: a la izquierda, la joven
Dafne que trata de huir de Apolo; a la derecha Ciparasso en un árbol por el dolor de haber
matado al ciervo favorito de Apolo. La superficie absidal presenta la glorificación de
Hércules que, desnudo y barbado con la piel de león, domina el centro del espacio con su
potente figura, asistido por Dionisos y rodeado de una síntesis de sus gestas. En el ábside
oriental, en el paisaje se desarrollan pequeñas escenas: Erión liberada del monstruo marino
y Eudimion yacente; en la superficie absidal, cinco poderosos gigantes, con audaces
posturas, intentando arrancarse las flechas disparadas por Hércules. En el ábside
meridional está Licurgo que trata de matar a la ménade Ambrosia con el hacha doble,
retenido por el cortejo de las ménades y amenazado por la pantera.
Detalle de Los trabajos de Hércules (nº 34).
Pág
ina6
El complejo termal.
Salidos del complejo residencial y volviendo a pasar delante del ingreso, se vuelve
al norte, hacia el complejo termal, del que ya hemos visto la palestra (4), y se accede al
frigidarium (35), gran sala octogonal cubierta de mosaicos con escenas marinas (barcas,
amorcillos pescadores, variedad de seres marinos), provista de profundas exedras con la
función de apodytheria o vestíbulo (mosaicos con escenas de jovencitas que se desnudan y
de jovencitos que se visten), y de dos piscinas (una de planta trilobular, la otra como una
larga bañera absidada) una enfrente de la otra. Siguen la pequeña sala cuadrada de las
unctiones (36), como sugiere la escena representada en el mosaico, con jóvenes siervos que
masajean al dominus después del baño; el tepidarium (37), larga sala con remates en ábside
en los extremos, donde la falta del mosaico, perdido, permite observar las estructura del
calentamiento del agua; el calidaria (38), tres salas yustapuestas (las dos meridionales
terminadas en ábside, la septentrional conservando la bañera rectangular provista de
praefurnia (cámara de combustión de un horno).
Reconstrucción gráfica y esquemática de la zona de baños.
Top Related