CASA ABIERTA AL TIEMPO
UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA
UNIDAD IZTAPALAPA
DIVISIÓN CIENCIAS SOCIALES Y HUMANiDADES
FILOSOFíA
LA DESCONSTRUCCIÓN DE LA MASCULINIDAD COMO CONSTRUCCldN DE LA DEMOCRACIA
TESIS QUE PRESENTA
GARCiA ROJAS FRANCISCO RAFAEL MATRICULA 92328517
PARA OBTENER EL GRADO DE LICENCIATURA
ANTONIO MOYSÉN L.
OCTUBRE 20OC
Con especial agradecimiento a la Maestra
Azucena Romo Hemández
Que despertó en mi una nueva conciencia.
LA DESCONSTRUCCION DE LA MASCULINIDAD COMO CONSTRUCCION DE
LA DEMOCRACIA
INDICE
Página
. INTRODUCCION .................................................................
I . EL CUERPO COMO SITUACION ..........................................
(El género y el Poder)
II.LA CONSTRUCCION DE LA MASCULINIDAD ...........................
(El Modelo Tradicional)
III.LA CONCIENCIA ÉTICA ORIGINARIA ......................................
(La nueva Masculinidad)
1 . La conciencia y el ser ......................................................
2 . El Cuerpo (Hacia el Otro) ................................................
3 . La conciencia Ética originaria (Punto de partida) ..................
3.1 Filosofía de la Liberación (La Erótica) ..........................
IV.LA UTOPIA COMO MODELO DE IMPOSIBILIDAD Y CRITICA
DE LO VIGENTE ...............................................................
1 . Modelo de imposibilidad .................................................
2 . La crítica de lo vigente ...................................................
V.LA DESCONSTRUCCION DE LA DEMOCRACIA .....................
CONCLUSION ...................................................................
BIBLIOGRAFIA .................................................................
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INTRODUCCION.
A lo largo de la reflexión filosófica y en el estudio de la misma, uno mismo, como
estudiante, se enfrenta a los más variados enfoques de cómo ve el ser humano al
mundo y su relación con éI, en un hacer interdisciplinario. En este enfrentamiento
y surgimiento de la reflexión filosófica, desde el cuestionamiento: ¿De qué esta
constituido el mundo?, ¿Cuál es nuestro origen?, ¿Cómo es el hombre virtuoso?,
¿Qué es la virtud?, ¿Quién o qué es Dios?, ¿Puedo conocerlo?, ¿Qué puedo
conocer?, ¿Cómo accedo al conocimiento?, etc., así cada época, cada espacio, se
cuestiona ciertas problemáticas que son específicas de ellas y no se podrán dar en
otro tiempo, sino se tuviera la herencia reflexiva y la historia del desarrollo
humano. Por ello ahora, parece existir en el ambiente un acto autorreflexivo del
ser humano, sobre qué es lo que ha hecho éI de sí mismo, y entre estas
cuestiones: ¿Por qué elegir la Teoría de Género, y en especial la Masculinidad
como problema teórico y práctico?.
A mi juicio, nos encontramos en una etapa de búsqueda, y a la vez de salida, es
decir, ante los imperiosos avances de la ciencia y la tecnología, y cuando todo
parecía indicar que tendríamos el control y predicción del acontecer humano, nos
topamos ante el precipicio de que estamos en peligro de una hecatombe mundial,
la especie humana ha puesto en riesgo la vida en el planeta. Y con ello pone en la
balanza su propia existencia como raza humana. Es a ello a lo que nos
enfrentamos, a una situación en donde ‘se juega la convivencia de todos, el
destino de la humanidad’, es pues una cuestión primariamente Ética. Entonces,
¿Cuál sería la importancia de la teoría de Género, en esta situación?
2
Consideramos, que no es sólo la teoría de género, Sin0 sus relaciones con el
entramado reflexivo, es decir, como situación primaria, cotidiana y de subsistencia;
es imperante nuestra relación con el otro, con los otros, con el igual y con el
diferente, como género; de estas relaciones se estructuran el conjunto de
relaciones sociales. De modo que el intentar socavar y tener injerencia real en el
entorno de nuestro microcosmos (para influir en el macrocosmos) puede ser la
pauta de una esperanza de proyecto humano, de un continuar su desarrollo hacia
unas relaciones más equitativas, más justas, para el continuo desarrollo del ser
humano. El hecho de pretender unas relaciones de equidad entre los géneros,
implica el replantear las relaciones del mundo primario de los seres humanos,
entre ellos el mundo de la familia. Este replanteamiento reflexivo debe de ir
acompañado de ciertas raíces hundidas en la legalidad consensadas por la
legitimidad.
En la actualidad la perspectiva de género se encuentra acreditada por los diversos
organismos públicos administradores de poder, por ello el paso a seguir es la
reflexión sobre el género, traducida en programas y proyectos de acción, tanto en
el ámbito público como privado, que estimulen la reflexión de la teoría de género y
en este caso de la masculinidad.
El género comprendido como una denotación de las construcciones culturales, es
decir la creación social de las identidades masculinas y femeninas.
Nuestro enfoque reflexivo, parte de una premisa Ética ‘al ver al otro como igual en
la interpelación’, es a nuestro juicio ese primer momento de reflexión sobre nuestra
propia historia el origen de la ‘conciencia f%a originaria’ el punto de partida de
esta reflexión, que se intenta explicar y ampliar. Para ello, señalamos cómo
3
nuestro cuerpo físico se halla imbuido de una herencia biológica y perneado por
un proyecto simbólico que nos ubica en una circunstancia en fxmCret0, en una
situación de género como construcción cultural, por medio del cual accedemos a
una serie de símbolos y valores que ejercen cierto poder de acción o sujeción al
ser humano. Y es el género femenino en particular que en su rehacer su historia y
proponer su liberación, para llegar a la interpelación, de la que exige justicia nos
señala en cierto momento al género masculino, dando con ello origen al
nacimiento de una conciencia interpretativa del ser masculino. Con ello el género
masculino que es interpelado lanza su propuesta de justicia por medio de la razón
ética en un proyecto de critica de lo vigente como desconstrucción de la
masculinidad como construcción de un proyecto de democracia.
Así, a partir de la interpretación y descubrirse (en ese proceso de toma de
conciencia) como masculino opresor y al mismo tiempo en la lucha con los otros
masculinos, con las bases de la crítica feminista y en esta desconstrucción de lo
masculino, se fincan las bases metodológicas y de crítica para la construcción de
su propia conciencia.
La problemática mayor, es la invisibilidad del poder ejercido, establecido como
algo natural e inherente al masculino; que a la vez es su mayor ventaja al ser la
masculinidad tradicional un modelo prácticamente inalcanzable y con ello
traumatizar el propio ser del masculino que en este movimiento de alejamiento de
la realidad (por la imposibilidad del modelo) acercarlo a un proceso reflexivo de
desconstruccion.
En el plano teórico la ‘teoría de género’ ha sido subvaluada debido a SU propio
Origen, dado que es el género femenino quien ha emitido juicios en primera
instancia, e historicamente ha formado parte de los ‘excluidos’, este reflexionar a
luchado contra la subordinación social de las mujeres. Ahora los varones en este
proceso de toma de conciencia debemos luchar por la legitimidad del discurso, de
una nueva masculinidad, pasar de la perspectiva crítica a la estructuración de la
teoría, a su ‘institucionalización’ fundante e interdiciplinaria.
5
Me estremeció la mujer que panó once hijos
En el tiempo de la harina y un kilo de pan
Y los miré endurecerse mascando carijos
(me estremeció porque era mi abuela además)
Me estremecieron mujeres
Que la historia anotó entre laureles
Y otras desconocidas gigantes,
Que no hay libro que las aguante.
Silvio Rodriguez.
I. EL CUERPO COMO SITUACION.
(El Género y el Poder.)
En nuestra manera natural de acceder al mundo, al ser arrojado al exterior,
el ser humano es clasificado, de acuerdo al género al que pertenece (o pertenecerá)
por su constitución genital es decir, su constitución sexual física y biológica, le hará
caer sobre éI toda la serie de características que toma como suyas de acuerdo a su
sexo como construcción simbólica de su género al cual pertenezca biológicamente.
Así su primer entorno le asigna de manera imaginaria las posibles acciones a las
que tendrá acceso de acuerdo a su género y al entorno cultural dominante.
Es decir no sólo su sexo lo determinará y sino también sus características físicas de
raza. Así el cuerpo, como género, implica unas relaciones de poder y construcción
de éste, dado que el cuerpo es considerado el campo primario en donde se
articulan las relaciones de poder. Y en el desarrollo histórico de la humanidad es la
mujer quien ‘l... siempre ha sido, si no la esclava del hombre al menos su vasalla, los
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dos sexos no han compartido nunca el mundo...””’ el mundo ha sido dominado por
los hombres, ellos a partir de su propio cuerpo han definido al mundo, y con
respecto a éI han definido a la mujer. Así la mujer ha padecido, por su estructura
fisiológica un dominio socio-histórico (y por ende económico), es decir, el masculino
(por su poder) ha construido lo que éI cree que es (o debe ser) la naturaleza
femenina o su esencia. De tal modo, que en cada época, se produjo y se
construyó a la mujer que se ‘necesitaba’, considerando que era su condición
natural, olvidando que tanto la mujer como el hombre son productos de las diversas
construcciones culturales y desarrollo histórico, De modo que la mujer ha padecido
en su historia la interpretación de ella misma por parte de los hombres, así desde el
mito griego y el ser relegada a la organización del Oikos, del mundo de lo privado,
dado que desde el punto de vista platónico y aristotélico, los valores de la república
y el beneficio de la totalidad estaban por encima del mundo de lo privado; en la
Edad Media el dominio religioso relegó aún más a la mujer como símbolo de las
pasiones y el pecado; y en los inicios de la Modernidad, y con el liberalismo se
acentúa la división entre lo público y lo privado, el Estado concebido como mal
necesario para dirimir los conflictos entre individuos propietarios que no tenían ley,
es el origen del ‘contrato social’ así entregaban parte de su libertad al Estado, éste
debía garantizar la libertad y respeto de los propietarios, donde éstos entre sus
propiedades incluían a la mujer; posteriormente Marcuse nos hace mención, que la
belleza de la mujer, y la felicidad que promete son fatales en el mundo de trabajo y
civilización, debido a que nos aleja del principio de actuación. De modo que a
(’) Beauvoir, Sirnone., “El Seaundo Sexo.” Tomo I Editorial SigloVeinte Traducción Pablo Palant, México 1992, 4a edición
P. 18.
7
través de la historia humana, a la mujer se le ha ajustado ‘el ideal masculino de
virtud femenino’, en donde toda la serie de atributos que se le dan, son para su
mayor sometimiento al género masculino; algunos ‘valores’ suelen ser la ‘caridad y
la pureza’, principalmente, pues por las prácticas sociales e intercambios de valor
simbólico la mujer ‘lucha’ por mantenerse dentro de los cánones de ‘virtudes
femeninas’, siendo el ámbito de lo privado donde se realzan aprobándose o
fomentándose en el ámbito de lo público, que es dominado por los hombres, lo que
implícitamente provoca que la mujer obtenga un mayor valor simbólico aumentando
con ello su atractivo y facilidad para integrarse al mundo simbólico de lo masculino.
Así el cuerpo queda imbuido de toda una construcción cultural, que es el medio por
el cual se rigen las conductas femeninas y masculinas. Es la mujer (y también el
hombre), la que se ve obligada a adoptar actitudes que la restringen en diversos
ámbitos por medio de la construcción simbólica de su género, es decir, toda una
serie de valores que se tornan en ‘en convicciones personales’, y si las mujeres se
alejan por medio de conductas contrarias a la prescripción cultural, se sentirán y se
les hará ‘culpables, indecentes, manchadas o fáciles’, por los hombres y por las
propias mujeres, el entorno cultural las señalará. Por otra parte, en nuestra
sociedad ‘monogámica’ que tiende a una estructura social de regir el cuerpo por
medio del matrimonio, para que sea ’válido’ ejercer su sexualidad y valorar la
feminidad de la mujer que debe tender a ello, aparecen pues, las características
‘esenciales’ de la vida matrimonial, que conforman un conjunto de virtudes tales
como: La abnegación, dulzura, docilidad y el sacrificio materno, todas ellas parecen
dejar de lado la sexualidad. Debido a que es el matrimonio el medio por el cual la
mujer accede a cierto poder dentro de la familia y dentro de la sociedad se le
8
reconoce y se le asigna el valor de una buena esposa con sus consabidas
consecuencias, es decir: “...si bien la matemidad es una carga llena de dolor y
responsabilidad, es también su Único camino para tener autoridad en el hogar,
poder tomar decisiones y ser respetada por el marido y el resto de la familia..” (*)
A través de su propia sujeción es la única manera de acceder a cierto poder,
¿Cómo renunciar a éI? ¿Cómo transformar la noción de su poder?. Tomando
conciencia de que ese poder la somete aún más, cuestión análoga que puede
tornarse en la reflexión masculina, que trataremos en el siguiente capítulo.
En la actualidad, la mujer se ha integrado gradualmente al trabajo productivo
de manera formal (pues siempre ha estado y no ha sido reconocida), por su propia
necesidad de subsistir y su fuerza de trabajo como mercancía ‘barata’, ello implico
cierta independencia que revirtió a la mujer a poder verse a sí misma, y ver el
entorno con otra perspectiva, y en este nuevo mirar iniciar su propia toma de
conciencia, haciendo e interpretando su propia historia, interpelando a su entorno,
interpelando al otro (masculino) . AI tomar como punto de partida su propia historia,
la mujer se descubre como oprimida y excluida dominada al interpelar, al pedir
justicia, es en esta toma de conciencia que se inicia un proceso de revaloración.
Cabe mencionar que en esta toma de conciencia del oprimido, del dominado (mujer)
que ‘exige justicia’ en la oposición femenino-masculino, el varón también se
descubre como opresor, como dominador y requiere por lo tanto de reconstruirse,
todo ello en la vida cotidiana. En todo este proceso (como proyecto) se lleva a cabo
una revaloración en la interpelación y en el interpelado, siempre y cuando se tome
(2) ) Roffiel, Rosa Maria., ”Nuestra salud ¿se vive o se sufre?.” Periódico La Jornada, Suplemento La doble Jornada #I 12
. o 6 0 5 9 6 p.7.
en una conciencia ética, es decir se quiera una relación entre iguales-distintos en la
relación hombre-mujer. Así en este proceso que inicia la mujer, con el llamado de
los diversos feminismos, al pedir justicia, al intentar el acceso a derechos políticos,
laborales y sociales, que en un sentido formal ha accedido, en contradicción con la
vida cotidiana, (contradicciones del sistema que proponen su propia alteración), en
la actualidad la mujer padece los estragos de sigtos de dominación y dependencia,
los datos estadísticos nos señalan: “De los mil millones de pobres que existen en el
mundo, el 60% son mujeres; dos terceras partes de los más de mil millones de
adultos analfabetos, son mujeres; En promedio a la edad de 18 años las jóvenes
han recibido 4.4 años menos de educación que los jovenes (varones); Anualmente,
500 mil mujeres mueren por complicaciones en el embarazo y 100 mil por abortos
inseguros; En la actualidad las mujeres constituyen el 40% de infectados de SIDA;
Una de cada seis mujeres son víctimas de violación en países industrializados;
Entre el 25 y el 50 YO de la$ mujeres en el mundo ha experimentado en algún grado
la violencia doméstica durante el matrimonio; Las mujeres y sus dependientes
constituyen el 70% de los 23 millones de refugiados en el mundo; El sueldo de las
mujeres es menor que el de los hombres en trabajos similares en todos los países,
en promedio es de 30 al 40% menos. ”‘) Y para ser más especifico, Últimamente la
situación de género a dado lugar a que los estudios de estadísticas y económicos
tomen en cuenta esta visión de género, entendida como equidad para el desarrollo
femenino; las estadísticas señalan, en los estudios realizados por el Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en cuanto a su “Informe 1999 sobre
Desarrollo Humano”, nos indica que: ”México ocupa el treceavo lugar mundial en
r’ Reforma, 8 de Marzo de 1996 P. SA. fuente: Wortwide Facts and Statistics About The Status of Women.
10
cuanto a Desarrollo Humano y el 48 en cuanto a Desarrollo de Género. En
Promedio, una mujer mexicana nace con una expectativa de vida de 75.5 años
(69.5 años el hombre); de las mujeres adultas, el 87.9% están alfabetizadas (92.3%
de hombres); su tasa de matriculación es 69% (71 % los hombres) ... Como se ve, el
Indice de Desarrollo de Género (y Humano) de México (0.778 sobre el óptimo de
1 .OOO) esta años luz del de los países industriales avanzados (0.9159) ... Por
todo lo anterior, consideramos que la problematica nos envuelve a todos, y se
convierte en una cuestión en donde 'se juega la convivencia de todos, el destino de
la humanidad', es pues una cuestión primariamente Ética.
A nuestra manera de entender, la toma de conciencia para iniciar un posible
cambio, es un proceso gradual e histórico. En esta relación de hombre-mujer, (que
como ya se ha mencionado) es una relación primigenia de poder, en donde tanto el
hombre como la mujer reproducen los hilos de su condición, esta reproducción de
poder la consideramos como: "...acciones (que) se insertan ... en sistemas de hábito
(vida cotidiana), constituidos en su mayoría desde la infancia. La acción ideológica
más decisiva para constituir el poder simbólico no se efectúa en la lucha por las
ideas, en lo que puede hacerse patente a la conciencia de los sujetos, sino en esas
relaciones de sentido, no conscientes, que se organizan en el habitus y sólo
podemos conocer a través de Es decir, por nuestra formación de sentido,
dado por el género al cual pertenecemos, éste como relación es una relación de
poder, que se " ... descubre ante todo en la experiencia familiar".(4' ya que desde
antes de nacer nos inscribimos en una cultura que de cierta manera moldeará
(*I La Jornada, 28 de Febrero de 2000, p. 27, Fuente: Informe 1999 sobre Desarrollo Humano. (3) Garcia Canclini, Nestor. "Sociología v Cultura" Introducción Edit. Grijalbo Colecc. 90 #I 1 p.34.
(4) Beauvoir, Op. Cit. TII, p.33..
11
nuestras valoraciones, mediados por un reconocimiento sostenido por un poder
legitimado, así recibimos toda una gama de valoraciones y acciones a seguir de
acuerdo a nuestro género, que en la mayoría de los casos va desde el contacto
físico, visual, auditivo, etc., que a medida que se va desarrollando se acentúa. Así
somos insertados en unas relaciones de poder en donde la finalidad es conservar el
‘bienestar de la totalidad’ que se asegura mediante la reproducción de esquemas
determinados de dominio, que no la cuestionen. En donde “ ... suponemos que
ciertas personas ejercen poder sobre otras ...” @), es decir los que detentan el poder
(consciente o inconscientemente) ‘deciden’ para el bienestar de los que están
sujetos al poder, por medio de estructuras sociales e instituciones que constituyen el
cuerpo social (P.e. la familia). En estas relaciones de poder, una de las
características esenciales del poder es la legitimación (aún cuando se crea que es
algo natural, ya dado) . Así consideramos que “ ... el poder presupone una relación
social (inscrita en un contexto) en el que existe una reciprocidad desequilibrada
(Masculino-Femenino), estrechamente vinculada a un orden social (que se
reproduce) en la realización de fines colectivos. Se habla de un poder legítimo
cuando el estatus de A (autoridad), el mandato, o ambos se encuentran apoyados
en los estándares normativos inscritos en el orden social ... legitimándose,
conservando el orden social, es el asegurar la obediencia.”@) , es que el individuo
crea en las instituciones como necesarias para el orden social, considerando que
parten de un principio de justicia dado por el consenso de los individuos, para que
(*I Beeauvoir, Op. Cit. T.II. Caps. l. La Infancia, II.La Joven, III.La iniciación sexual.
(5) Foucault, Michel., “El Suieto vel Poder.” UNAM. Méx. 1988 P.235
Serrabo Gómez, Enrique., “Leaitimación v Racionalización” Editorial Antropos-UAM, Madrid, 1984. p.38.
12
validen a las instituciones y a la vez las relaciones de poder, (y al poder político, al
poder que nos da el género) . Todo ello dado por y en individuos libres quienes
legitiman el poder sobre ellos mismo, debido a que ceden el poder de decidir (y de
acción) sobre sí mismo como integrantes de un grupo social, o en un orden social.
Así en las relaciones de poder, este poder es legitimado por el que ‘sabe’, adquiere
el estatuto de validar, tiene conocimiento legitimado por las instituciones, al crearlas,
constituirlas y reproducirlas (la familia monogámica, P.e.). Así se plantea la
legitimación de las relaciones de poder, por medio del saber, que se patentiza por
medio de las instituciones que validan un hacer y un actuar es decir una ‘legalidad’
de lo que se puede y lo que no. Por lo que el “ ... Poder se ejerce sobre la vida
cotidiana inmediata que clasifica a los individuos en categorías ... le impone una ley
de verdad que deben reconocer y que los otros deben reconocer ... es una forma de
poder que transforma a los individuos en sujetos.”(n, Es decir, los transforma en
masculinos o femeninos, en el sentido social y cultural, en una situación de genero,
los inserta en un orden social. En la creación circular del legitimar al Poder y el
Poder como legitimador, es el Poder el creador de sentidos, en la vida cotidiana.
Se ha llegado, a un punto en donde, a partir de tomar conciencia del
sometimiento del sentido a través de la historia como género, la mujer ha
cuestionado la llamada ‘naturaleza o esencia femenina’ y es por medio de los
estudios feministas, como se inicia la descontrucción de lo femenino, como corriente
teórica y práctica de lo que es ser femenino. Como toda teoría, el feminismo tiene
toda una gama de diversificaciones, que propugnan diversas estrategias de lucha y
(’) Foucault., Op. Cit. P.231
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de concebir el cambio. En este hacer es imprescindible la mención de: Harriet
Taylor Mill, Virginia Woolf y Simone de Beavuoir, por mencionar algunas“.
Considerando como cuestión metodológica que lo femenino y lo masculino
son una construcción cultural y por lo tanto social e histórica, lo femenino y lo
masculino son pues transformables. A dado lugar a que la mujer someta a juicio los
roles que ha jugado en la historia así corno sus ‘cualidades naturales’, por el hecho
de ser mujer.
La mayoría de los feminismos ante esta situación desigual de Poder de los
géneros consideran que: “Sin un cambio social no hay cambio posible en la
situacion de la mujer. ”...¡a revolución de las mujeres sólo es posible si se da
paralelamente a la lucha de clase~.”(~) también, “ ... si se toma en cuenta el principio
elemental dé que el socialismó pói s í rilismó nó lleva 8 la libeiaci6n femenina y que
ta sola Iiberacibn femenina no conduce al socialismo.”(’o) Las citas anteriores nos
muestran cierta gama de estudios que han ido evolucionando en cuanto al camino
a seguir de la liberación femenina como género, de la propia teoria feminista o de
un cambio social universal de herencia masculina a una reestructuración humanista,
a saber: “Para que las mujeres surjan en el escenario politico como sujetos, deben
constituir su individualidad, parbr del reconocimiento de la diferencia sexual y de
género ... a partir de una crítica al esencialismo, pero que reconozca la diferencia
ii(%) - -
r’ Romo Hernández, Azucena., “La Utopia Femenina.” UNAM 1993 Cap.11 y SS.
Navarro Femanda., ”ldeohgia Patrlarcat” en: La Naturaka Femenina. P.99.
(9’Ambrosi, Garzón, Gutierrk., ”La Naturaleza Femenina Y la Filosofia Política.” en: La Natural eza... P.126
“”Yturbide y Aguilar., “Posibilidades de una nueva Práctica Femenina,” en: La Naturaleza .... P 133.
14
sexual ... Este objetivo no es privativo de las mujeres, sino que ataiie también a los
hombres.”(“) De modo que la mujer, en este interpretarse, se reconstruye,
considerando todo este movimiento como de vital importancia en la actualidad, dado
que por la posición que ha tenido la mujer en la formación de las sociedades, el
reinterpretar y revalorar su función implicando un cambio en su acción cotidiana,
nos Itevaría a una reestructuración social de las relaciones de género y por lo tanto
de Poder. Así pues los masculinos como género I ‘ . . . forman parte de la situación
que aqueja a la mujer, a la pareja y, por IO tanto a ellos mismo s.^^('*) Debido a los
costos que conlleva la tradicional manera de relación de poder entre masculinos y
femeninos, en ello la teoría feminista nos indica (en voz de Cetia Amoros): “...la
teoría feminista no se hace afortunadamente, en un invernadero ni en un páramo,
sino en diálogo, más o menos fluido o, más o menos tenso, con los grandes
paradigmas emancipatorios del pensamiento. En este ‘diálogo’, todo hay que
decirlo, nos desdoblamos y suplimos al inexistente, interiocutor: tenemos que
hacerlo porque rara vez se dignan tomar a las teorías feministas por
interlocutoras Ello implica una relación en la que el hombre ha puesto oídos
sordos al feminismo, y sus luchas o propuesta han sido ‘traicionadas’ por los
diversos movimientos sociales (obreros, sufragistas, ecologistas, etc.) en pos de
una mayor universalidad del cambio social, es decir, de una visión masculinizada,
como genéricamente humano, de necesidades prioritarias, que relegan a un último
término las propuestas feministas, como algo accesorio y que fructificará (en el
(”) Lamas Marta., en Prólogo a: “Feminismo: laualdad v Diferencia.” de Celia Amoros Pág. 17 (Fotocopia.)
(’2) Yturbide y Aguilar., Op. Cit. Pág. 135.
(13) Amorb, Celia., ”Feminismo. Ilustraci6n v Posmodernidad.” en: Didlogos sobre Filosofía y Género, UNAM, p. 25
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mejor de los casos) si el movimiento ‘masculino’ en vanguardia triunfa. Por lo que
en algunos sentidos el movimiento feminista se ‘masculiniza’, porque at intentar
‘resignificar la nueva identidad colectiva’ se debe tener en cuenta, que puede ser
excluyente para algunas mujeres, (por ejemplo la maternidad o la explotación
sexual) por lo que el movimiento feminista, se tomará en un movimiento humano
con ‘tradición emancipadora’.
16
No pudo decir que tuvo miedo, No pudo decir que le dolía, No pudo decir que era salvaje lo que hacia. No pudo llorar como pensaba, No pudo pedir ayuda alguna, No pudo sino tragar en seco su amargura.
Silvio Rodriguez.
Il.LA CONSTRUCCIóN DE LA MASCULINIDAD
(El Modelo Tradicional.)
Es a partir de la interpelación realizada por los estudios feministas, como el
interpelado, el masculino inicia su propia interpretación, que en una primera
instancia surgió como una especie de solidaridad hacia su ‘compañera’,
iniciándose con un ponerse en el lugar del otro, en una actitud de justicia; y entre
los seres masculinos preocupados por ello resalta la mención de John Stuart Mill,
que parte de un principio de justicia y comparando la relación varón-mujer, con la
del Estado-sociedad. Así este autor a más de cien años de distancia, nos
señala el punto medular de la cuestión, “Se objetar& que es un error comparar el
gobierno ejercido por el sexo masculino y las formas de poder injusto ..., puesto
que éstas son arbitrarias y resultado de la mera usurpación, mientras que aquél,
por el contrario es natural. Pero jacaso ha existido alguna vez dominación que no
pareciera natural a 10s que la poseian?.”(14)
Con ello deseamos hacer mención, de la “crítica” a la supuesta situación natural,
poniendo al descubierto el dominio masculino ejercido socialmente y construido.
“Todas las mujeres son educadas desde su niñez en la creencia de que el ideal de
(‘ ‘I Mill, stuart John., La suieci6n de la mujer. Editorial Peninsula, Barcelona 1973. p.169. 17
su carácter es absolutamente opuesto al del hombre: se les enseña a no tener
iniciativa y a no conducirse según su voluntad consciente, sino a someterse y a
consentir en la voluntad de los De esta manera el autor nos torna
conscientes de la situación de la mujer, pero acaso, ¿no sucede lo mismo con el
varón de una manera inversa, en el sentido de la valoración?. Lo que deseamos
resaltar en este caso, es que esta reflexibn la realiza un congénere nuestro
(masculino) que inicia cierta autocrítica: “...los hombres (masculinos), con esa
ineptitud para reconocer su propia obra que caracteriza a los entendimientos poco
analíticos, se figura sin más ni más que el árbol crece por sí mismo de la manera
como lo han hecho crecer ... Pero el sentir que el Poder es algo inherente al
masculino y descubrir que no es así, es la consecuencia de que a pesar de que
estamos en los albores de un nuevo milenio la teoría sobre la masculinidad esta a
la zaga de los grandes avances en las más distintas disciplinas, pues tal parece
que su desarrollo significaría la perdida de Poder; y el propio Mill, ya lo proyectaba,
“...la mayor parte de los miembros del sexo masculino aún no pueden tolerar la
idea de vivir con un igual ...( se) reconocería lo injusto de excluir la mitad de la raza
humana del mayor número de ocupaciones lucrativas y de casi todas las altas
funciones sociales...”(’n es decir del Poder.
n(16)
Partiendo de la consideración de que lo masculino ha sido una
construcción cultural por ende social, discursiva e histórica. La masculinidad se
adquiere, el varón desde su nacimiento es iniciado en el ritual de la aprehensión y
Mill., Op. Cit. P.173.
‘le) Ibid. P.182.
U‘) Ibid. P. 219. 18
acrecentamiento de esta masculinidad, en una primera instancia por la afirmación
de 10s otros para afirmarse a sí mismos (masculinos-femeninos) y como cláusula
de continuidad, los otros masculinos y femeninos, ‘apoyan’ desde su concepción
el camino a seguir hacia la lucha de ‘hacerse hombre’. lniciándose por la
diferencia biológica que parecería ser lo inmutable, pero en la actualidad algunos
autores afirman que “es mucho más fácil modificar los hechos de la naturaleza
que los de la cultura” y los avances biogenéticos los confirmarían. Sin embargo,
la cuestión sería, ¿el por qué y cómo se asignan ciertas características a cada uno
de los géneros? La respuesta ya se ha dado parcialmente, el recorrido del rol
femenino lo ha respondido, pero por otra parte las características de lo femenino y
lo masculino van más allá de lo meramente biológico, dado que el designar lo
masculino y lo femenino es ante los otros, “No es lo mismo sexo biológico que la
identidad asignada o adquirida; si en diferentes culturas cambia lo que se
considera femenino o masculino, obviamente dicha asignación es una
construcción social, una interpretación social de lo biológico.”‘1s’
Así el ser humano conforme va adquiriendo el lenguaje y con ello el bagaje cultural
de su entorno por medio de su género se identifica así mismo por todas sus
manifestaciones (juegos, actitudes, lenguaje, vestido etc.,) en una
retroalimentación, de modo que en este hacerse “...un niño se sabe y asume como
perteneciente al grupo de lo masculino y una niña al de lo femenino, esta
(identidad) se convierte en un tamiz por el que pasan todas sus experiencias ...La
dicotomía masculino-femenino ... establece estereotipos, las más de las veces
rígidos, que condicionan los papeles y limitan las potencialidades humanas ...al
‘“) Lamas, Marta., La ,antropología feminista v la cateaoria “Género”. En: El Género la construcción cultural de la diferencia sexual, p.110-111.
~~ ~~
19
estimular o reprimir los comportamientos en función de su adecuación al
género.”(’g) Por lo que tanto masculinos y femeninos cargamos este tamiz de
interpretación, que en muchas de las ocasiones se nos torna como algo natural y
lo cual debemos de fomentar, ¿pero cuál ha sido el costo de este tamiz cultural?
Las mujeres, con su interpelación nos han golpeado la conciencia mostrándonos
sus condición femenina. ¿Y el varón? ¿Qué ha hecho?. Stuart Mill, nos hace
reflexionar: “Piénsese lo que representa para un chico acercarse a la edad viril en
la creencia que sin mérito alguno ni esfuerzo por parte de éI, aunque sea el más
frívolo y superficial o el más ignorante y estólido de los hombres, por el mero
hecho de haber nacido varón, es superior en derecho a todas y a cada una de las
personas de toda una mitad del género humano ... Pero aún en el caso que
entregue toda su conducta a la dirección de una mujer, sin embargo, si es tonto,
creerá que esa mujer no es ni puede ser su igual en capacidad y juicio; y si no es
tonto, peor todavía, reconocerá la superioridad de la mujer, pero creerá que, a
pesar de su superioridad, tiene derecho de mandar y ella está obligada a
obedecer. ¿Cuál tiene que ser el efecto de esta lección en su carácter?.”(20) No
me deja de causar asombro la actualidad de las lineas anteriores y a la vez un
revuelco en la conciencia, al constatar el paso del tiempo y seguir pagando la
factura de este “poder” masculino.
Así desde el seno familiar se entrena en el aprendizaje de su ‘deber ser‘.
El lenguaje de los otros martillea la conciencia (del ser que se gesta) cincelando su
sensibilidad y su manera de enfrentarse al mundo. Las diversas instituciones,
desde la familia hasta el Estado, pernean el devenir masculino determinando las
Lamas, Marta., Op. Cit. p.? 13-1 14.
Mill., Op. Cit. P.261, 20
acciones a las que tendrá acceso y la valoración de su entorno por medio de la
cultura. “Así durante la mayor parte de su vida tendrá que convencerse y
convencer a los demás de tres cosas: que no es una mujer, que no es un bebe y
que no es homosexual.”(*‘) !De cuanto mundo se automargina el masculino!, En
esta formación del masculino tradicional, que deberá ser por antonomasia activo,
fuerte, seguro de sí mismo, ganador, casi omnipotente ante los demás y con ello
coartar todo símbolo de debilidad, todo símbolo de feminidad, y por ende de
sensibilidad; el masculino ‘no debe’ sentir dolor, tristeza, inseguridad, debilidad,
emociones y mucho menos demostrarlas. Así en esta situación tanto en los
espacios públicos como privados, el masculino ‘aprehende’ a ejercer un
autocontrol con la finalidad de, no sólo preservar su identidad masculina sino para
acrecentarla, todo ello ante sí mismo y ante los otros, para lograr el reconocimiento
que lo afirme como tal. El masculino en esta socialización luchará por la
dominación del mundo, y de sus propias acciones, por el control sobre los otros y
su entorno, tendiendo a una supuesta autosuficiencia, retegándose de su entorno,
pero dominándolo en la ecuación de prescindir de él.
Altegándose así un poder, que ejercerá en sus relaciones con los otros y
sobretodo con los diferentes. La afirmación de su ser ‘hombre’ ira en la medida
de los éxitos obtenidos dentro del mundo masculino, que se reflejan en el dominio
de los otros (mujeres, niños, niñas y ancianos), así como la vida laboral y el éxito
económico. El jugar el rol masculino en nuestra cultura es un constante
reafirmarse por medio de las practicas sociales y sexuales (aunque en muchos de
los casos no sean deseadas ni placenteras). El masculino dominador huye a la
proximidad de la intimidad del igual, dado que la intimidad se encuentra
sexualizada, ello demuestra flaqueza, debilidad ante su igual y ante los otros con
quienes debe sentirse superior. La violencia se caracteriza por ser uno de los
‘sentimientos’ que el masculino no solo demuestra sin la menor oposición, sino tal
parecería que es simbolo de la propia masculinidad, la violencia rige la relación
con los otros masculinos, en la competencia y es el común sometimiento ejercido a
la pareja.
Otro de los grandes costos de la masculinidad, es la salud debido a la
agresividad que debe de mostrar, así como la competividad, el masculino realiza
actividades que ponen en riesgo su salud; por otra parte la represión de su sentir
es indudable que es causante de trastornos psico-emocionales; el asumir el rol de
‘jefe de la casa’, considerarse que debe ser el sostén económico; el masculino
siempre debe estar listo y predispuesto a demostrar su virilidad, no debe fallar;
todo ello y su negativa a pedir ayuda (es síntoma de debilidad), son los precios del
‘poder‘. Y aunque en la actualidad ciertos roles han sufrido transformaciones, la
gran mayoría de ‘hombres’ latinos nos seguimos viendo envueltos en estas
actitudes. La violencia familiar sigue dominando la vida cotidiana; los suicidios
entre los varones en edad productiva, ante el fracaso de su ideal de progreso de
acuerdo a su género son frecuentes y en general el círculo de lo privado continua
inmutable.
La cuestión ahora, sería ¿cómo transformar esta situación? itomando
conciencia de ello?, ¿Cómo?, o empezar por: ¿Queremos cambiar nuestra
22
situación? Ante la afirmación de esta última cuestión y de algunos ‘hombres’
preocupados por ello intentaremos exponer, como se origina la conciencia y su
tránsito hacia una ‘conciencia ética’, que creemos es un paso hacia la construcción
de la ‘nueva masculinidad’.
23
111. LA CONCIENCIA ÉTICA ORIGINARIA
(La nueva masculinidad) .
l. La conciencia y el ser.
Diversas han sido las reflexiones sobre la toma de conciencia y el enfrentamiento
con el otro, como reconocimiento de uno mismo. Para Jean Paul Sartre, desde un
trasfondo cartesiano y fenomenológico, el dato clave para éI es la ‘conciencia
prerreflexiva’, considerado corno el percatarse de los objetos de nuestro entorno,
pero un paso anterior es la conciencia ‘reflexiva’, donde el yo se constituye como
objeto. Para intentar acceder a esta comprensión es necesario mostrar ciertos
cimientos. El autor nos indica en “El ser y la nada.” Las influencias de Heiddeger,
de modo que para Sartre el fenómeno es un indicio de sí mismo, es decir al
enfrentarnos a nuestro entorno ‘chocamos’ con una diversidad de entes en los
cuales “ ... la serie de sus apariciones está vinculada por una razón que no
depende de mi gusto y De modo que el autor reflexiona sobre ‘el ser de
ese aparecer‘, Sartre (consideramos) analizará ‘‘ ... la relación del hombre con el
ser. G 3 ) Partiendo de ese aparecer, es propio de su ser y para nosotros es
captado “ ... por algunos medios de acceso inmediato: el hastío, la náusea et^."(^^) ,
en este acceder al ser del objeto es por medio de su esencia como el objeto cobra
sentido para nosotros, lo hayamos en su fenómeno “ ... el ser del fenómeno
aunque coextensivo al fenómeno, debe escapar a la condición fenoménica..y que,
en consecuencia, desborda y funda el conocimiento que de éI se tiene.”(25) ¿Pero
Sartre, Jean Paul., El ser y la nada., Editorial Alianza Mexico 1989., p.17. (23) Sartre., op. Cit. P. 248. (”) Ibid. P.18.
Ibid. p.20. 24
cómo accedemos al ser? Partiendo de que “Toda conciencia ... es conciencia de
algo.”(26) , de modo que es por medio de la conciencia como accedemos a ‘ese
algo’ es decir, por ella no sólo accedemos al mundo sino en la relación se
‘posiciona’ ante el mundo, se torna ante ella misma, porque “ ... la condición
necesaria y suficiente para que una conciencia cognoscente sea conocimiento de
su objeto es que sea conciencia de sí misma como siendo conocimiento.3’(2n En
este proceso el objeto en referencia no existe en-sí, si no para la conciencia, se
tiene pues conciencia de la conciencia. Es por medio de este ejercicio reflexivo
como se toma ‘existencia posible’ de la conciencia es conciencia de ‘algo’ es
posibilidad de existencia, I ’ . . .la conciencia nace apuntando hacia un ser que no es
ella pero que este otro se ‘existe’, pues IO revela la conciencia. Se
muestra la necesidad del ser I‘ ... la conciencia es un ser para el cual en su ser está
en cuestión su ser en tanto que este ser implica aun ser diferente de éI mismo.”(29)
es decir un ‘en-sí’.
En este camino hacia el ser, partiendo del fenómeno, de nuestro entorno, de lo
real; donde el ‘fenómeno’ es la realidad total. El análisis del fenómeno del ser nos
conduce a el ser en-sí de las interpretaciones pasadas. El ser en-sí es la
conciencia, la existencia humana, el ser para-sí se interroga, es el ser por el cual
se da el mundo. El mundo es construcción de la conciencia a partir de los en-sí
(cosas) conocidos. El mundo aparece en la proyección del ser para sí actual,
hacia su ser como posible. “El ser en-sí puede fundar su nada pero no su ser, en
su descompresión, se nihiliza en un para-sí que se hace en tanto que para-si, su
(2*) Ibid. p.21. (*” Ibid.
Ibid. p.30. Ibid. p.31,
25
propio fundamento; pero su contingencia de en-sí permanece inasible. Es lo que
resta del en-sí en el para-sí como facticidad, y es lo que hace que el para-sí no
tenga sino una necesidad de hecho...@’ Así el mundo surge a partir de la
conciencia. (31)
2.EI cuerpo (Hacia el Otro) .
Partiendo de que Sartre reflexiona sobre ‘la relación del hombre con
el ser‘, y nos muestra el en-sí y para-si, como partes constitutivas del ser-en-el-
mundo; en este ejercicio teórico, el autor aterriza a la facticidad su reflexión
ontológica, y para ello parte de lo ya dado, así es a través del entorno como lo
realiza. Sartre considera que es a partir del ‘cuerpo’, de la naturaleza de mi propio
ser, que es capaz de captar objetos a su alrededor, en esta relación con el cuerpo,
éste no solo ‘choca’ con diversos objetos sino también con otro ‘cuerpo’ “ ... la
naturaleza de mi cuerpo me remite a la existencia del prójimo y a mi ser-para-otro.
Descubro con éI, para la reaiidad humana, otro modo de existencia tan
fundamental como el ser-para-sí, y al que denominaré el ser-para-otro.” Pero,
¿cómo se llega o se accede a este para-otro? . Sartre, que ha llevado su
reflexión sobre nuestra conciencia, en un reflexionar de esta conciencia sobre sí
misma, en ella ‘aparece’, se ‘muestra’ ‘ l . . . un ser que es mi ser sin ser para-mi.’~(~~)
Es decir se ‘descubren’ actitudes de la conciencia, pero que su origen no
pertenece a la conciencia misma. En esta introspección, se aparecen ciertas
(30) . Ibid. p.118. (31) lbid p248. (32) Ibid. p.250.
26
‘emociones o actitudes’ ante algo o alguien. Así Sartre nos da el ejemplo de ía
vergüenza (aún en la actitud de soledad), la vergüenza nos presenta como ‘algo
ante alguien’, una actitud prerreflexiva de aparecer ante alguien, ante otro y en mi
conciencia, realizo el ejercicio de captame mediante el otro pero por mi mismo, en
donde ”... el prójimo es el mediador indispensable entre yo mismo que tengo
vergüenza de mi tal como me aparezco al prójimo.”(33) Pero a través de mi
conciencia que descubre mi acción o actitud; es decir me reconozco y realizo la
acción de inferencia, de juzgar como me juzga el prójimo, soy por el prójimo, mi
vergüenza es ante el prójimo ’ l . . . necesito del prójimo para captar por completo
todas las estructuras de mi ser: El para-sí remite al para -otro.@) El prójimo, que
se nos presenta ‘en la vida cotidiana’, son los seres humanos, que me encuentro a
mí alrededor, para mí son objetos, es decir los objetivo, es la objetividad. Arrojado
y al mundo, en donde ‘yo soy aquel por quien hay un mundo’ y donde para mí
mismo no soy objeto; este relacionarme con otro en el mundo, debe ser una
relación que vaya más allá de la relación ‘objeto para un objeto’ dado que ‘I ...
aquello a que se refiere mi aprehensión del prójimo en el mundo como siendo
probablemente un hombre es a mi posibilidad permanente de ser-visto-por-é1 ....El
ser-visto-por-otro es la verdad del ver-al-otro. . Así es por medio de la ‘mirada’,
por la que se da la relación con el otro, es por medio de la mirada que me muestro
al otro, soy el objeto para una mirada, para una conciencia.
Esta reflexión donde yo me transformo en objeto para una conciencia, es un
operar en mi conciencia y descubre la posibilidad de mi fragilidad al caer en cuenta
que “Con la mirada ajena, la ‘situación’ se me escapa ...y a no soy dueño de la
x, (35)
(33) Ibid. P.251-252. (34’ Ibid. ‘35) lbid. P.285.
27
situación.”(s) AI percatarme de mi enfrentamiento con otra conciencia surgen
situaciones como “ ... el miedo (sentimiento de estar en peligro ante la libertad
ajena), el orgullo o la vergüenza (sentimiento de ser al fin lo que soy, pero en otra
parte, allá, para De modo, que surge ante ‘mi ser-no-revelado’, dado por
el prójimo. Es a través de la mirada del prójimo como descubro un ‘más allá del
mundo’, “Así, el prójimo es ante todo para mí el ser para el cual soy objeto, es
decir, el ser por el cual gano mi ~bjetividad.”‘~~) , me convierto en objeto para el
otro. A este prójimo yo lo capto por su cuerpo y éI me capta como cuerpo, por mi
cuerpo. Sartre en su análisis ontológico del cuerpo nos sintetiza: “Existo mi
cuerpo: es en la primera dimensión de su ser. Mi cuerpo es utilizado y conocido
por el prójimo: esta es su segunda dimensión. Pero, en tanto que soy para otro, el
otro se me devela como sujeto par el cual soy objeto ... Existo pues, para mí como
conocido por otro a título de cuerpo.”(3) , la tercera dimensión ontológica de mi
cuerpo. El cuerpo es un mero vehículo de lo que soy, patentiza mi facticidad en el
mundo. Por el cuerpo entro en relación con los otros, surgen en esta facticidad
‘las relaciones concretas’ con el otro o los otros, como cuerpo. En estas relaciones
consideradas por Sartre como ‘reciprocas e inestables’, surge el conflicto, es decir,
como Soy para el otro; el prójimo me moldea, me recrea, me posee y doy cuenta
de ello por mi conciencia. Mi conciencia quiere recuperar lo poseido por et otro
para reivindicarme como yo mismo, entonces deseo poseer al otro, surgen así
‘actitudes hacia el prójimo’.
En este análisis, partiendo del fenómeno por medio de nuestros sentidos, que
Ibid. P.293. (37) Ibid. P.295.
(39) Ibid. p.377. tbd. p.298.
28
son mediados por las construcciones culturales, que dan sentido a nuestras
sensaciones por medio de la conciencia. De modo que en cada nacimiento de un
nuevo ser, que se lleva a cabo en un contexto histórico, el ser humano actúa de
acuerdo al proyecto o de lo que el se espera, sus mediaciones y posibilidades son
mediadas por el tamiz cultural. Así la libertad, se entenderá como la capacidad de
elección entre varias opciones a las que se puede acceder. Cada elección es una
determinación que hace imposible o tras determinaciones, constituyen, la elección
de mediaciones desde la indeterminación absoluta es imposible, pues se está
determinado históricamente. Pero esta determinación no es absoluta, el hombre
es libre en una parte de sí, la simple capacidad de elección, los pensamientos y
los sentimientos, hacen posible la libertad.
En este intento de comprensión la “Filosofía de la Liberación”, en voz de Enrique
Dussel, nos da ciertas categorías para esta interpretación. Una de ella es la
‘Exterioridad’, la que nos indica el ámbito desde la otra persona libre e
incondicionada por mi sistema y no como parte de mi entorno, es una ‘más allá’ del
horizonte de comprender el ser, de mi proyecto como ser humano
‘predeterminado’, es una trascendentalidad a mi sistema, es un mundo que no se
puede integrar a mi mundo. En el horizonte cuando aparece, ‘un ente y este ente
es un rostro’, cotidianamente se le toma como una función, una mediación, algo
por lo que soy es un medio para mí. Pero existen momentos en que se nos revela
en toda su exterioridad, ya no como un instrumento, es una libertad, una persona
con derechos, no es algo es alguien, es el ‘otro’, entendido como exterioridad, se
me revela como Otro cuando irrumpe como lo más extremadamente diferente (P.e.
el pobre, la mujer, lo exterior a mi sistema.). En ello, el derecho del otro fuera del
29
sistema (el mío) no es un derecho que se justifique por el proyecto del sistema. ES
un derecho absoluto que se funda por su exterioridad, en la constitución real de su
‘dignidad’ de su ‘igualdad’. Esto justifica que el oprimido, el relegado, el pobre, la
mujer, reclame a su opresor, que se considera ‘hombre’ justo dentro de su orden
sin contradicciones, dentro de su sistema (P.e. la masculinidad). Así, el rostro del
que se reclama, la mirada que reclama, lucha por la libertad, por la igualdad, es
persona. Este rostro muestra no sólo la biografía sino toda la cultura, un pueblo,
(un género) de opresión, de exigencia de justicia. Ahora entenderemos, a la
libertad, como una incondicionalidad del otro con respecto al mundo en el que
siempre soy centro, por lo que sí tan sólo soy parte de un sistema funcional, no
soy otro. Se es otro, en tanto que se es exterioridad a la totalidad, al sistema, es
decir, el ser independiente e individual, persona humana. Sin exterioridad, no
puede existir la libertad, ni la persona, porque la conducta estará condicionada
por otro mundo. Como se advierte, el ser humano sólo se constituye y reconoce
como persona en la proximidad (la relación con el otro), no en un solipsismo. La
alienación, se entiende, como la acción por la que la totalidad del sistema absorbe
la exterioridad, se niega al otro. El otro que no es diferente (afirma la totalidad)
sino distinto (siempre otro), tiene su historia; su exterioridad no se le respeta, no se
le deja ser otro. Se le incorpora a lo extraño, a la totalidad ajena, como un
instrumento, como una función. La alienación se hace real cuando la totalidad
extraña se hace hábito, se hace institución, “falocracia”. La alienación llega al
grado de dominación física, pues se reprime cuando se intenta salir del ‘control’
cuando se resiste a tas costumbres o ideas que no siente suyas. En este proceso
reflexivo, surge la categoría de ‘Liberación’, entendida como la praxis que
30
subvierte el orden fenomenológico, y lo perfora hacia una trascendencia metafísica
que es la crítica total a lo establecido, a lo ‘normal’. La persona totalizada, que
cumple el proyecto vigente y sus leyes puede tener conciencia moral, esta es
entendida como la aplicación a una decisión concreta de los principios vigentes del
sistema. Pero existe una capacidad de escuchar la voz del otro, del oprimido, del
que exige justicia; aquel que se nos revela desde más allá del sistema vigente,
esto es la ‘conciencia ética’.
3. La conciencia ética originaria (Punto de partida).
3.1 Filosofia de la Liberación (La Erótica) .
Se llega al punto en que las condiciones sociales de convivencia entre los seres
humanos, maduran ciertas relaciones y con ello dan lugar a la propia maduración
de una Ética, es decir al surgir las contradicciones dentro del sistema, el
interpelado y quien interpela consideran se hallan insertos en un sistema de
injusticia, y las posibles respuestas a esta injusticia no responden a sus
expectativas. Ello da inicio en un movimiento en fa conciencia en el sentido de
que el ‘opresor‘ (masculino) se descubre como ‘oprimido’, en el proceso de ver at
otro cara-a-cara. Se descubre como afectado implicado, en este proceso de
descubrimiento del otro dentro del sistema, en cuanto se logra el reconocimiento
como otro, “Ese respeto y reconocimiento del Otro como otro (ideal o fácticamente)
es el momento ético original (y racional) ... Porque ‘respetar‘ y ‘reconocer‘ el nuevo
Otro ... es el acto é t i a originario racional práctico ...y a que es ‘dar lugar al Otro’ para
31
que intervenga en la argumentación no sólo como igual sino como libre, como
Otro, como sujeto de nuevos derechos.”(40) De tal manera que el punto de partida
dentro de la Filosofía de la Liberación, es la exterioridad, por medio de la cual el
que interpela, toma conciencia o se ‘sabe’ afectado, es el primer paso en el
proceso de liberación. En un proceso similar el que es interpelado al tomar
conciencia de que es ‘afectado’, toma conciencia de su opresión al ver al otro
como igual en un proceso práctico, teórico y discursivo. Por lo que su razón
discursiva se fundars en ese momento ético originario que dará origen al momento
teórico argumentativo de la ética originaria.
El horizonte ontológico de los grupos hegemónicos (masculinos), constituye a los
grupos periféricos oprimidos, como instrumentos y desconoce a éstos como los
otros. La negación del otro, en el caso de la relación varón-mujer, en el nivel de la
erótica dentro de las sociedades falocéntricas, es la negación de la mujer, es el
uxoricidio. En la interacción de los seres humanos, se da la experiencia no sólo
política (hermano-hermano), sino también la experiencia sexual ‘tacto y contacto’
en la intención de sensibilizar el cuerpo del otro. Dussel nos indica que el mundo
erótico ha sido totalizado, en donde se ‘ignora al otro’ y que a diferencia de la
erótica humana normal, es la proximidad la que pone límite y supera al mundo
erótico. Así fa erótica es entendida como: “...el cumplir con el deseo d e l otro cOmQ
otro, como otra carne, como exteri~ridad.”‘~‘) El ser humano es ‘sujeta de la
pulsin de alteridad’, de modo que tiende al otro. Así el acercarse por el tacto, por
la caricia, que es aproximación o proximidad sentida en el que se avanza,
cuestionando sin preguntar hacia el otro como otro, si desea la propuesta, es el
Dussel, Enrique., Etica de la Liberación., Sao Leopoldo, Septiembre 1993. (Fotocopia) p.10. (41) Dussel, Enrique., Filosofia de la Liberación. Editorial Edicol, México 1977. p.91.
32
avanzar intentando no hallar la ‘siempre posible resistencia del otro’. El ritmo
proximidad-lejanía es la historia misma, vivida en el ‘acto er6tico del coito’para
acceder al paroxismo extático, en donde se llega a una realidad ‘más allá’ del
horizonte del mundo, un más allá de la razón como satisfacción del deseo del otro,
es la realización del deseo en La proximidad. Pero en nuestra cultura, el eros es
‘asesinado en la mujer‘, dado que la cultura sexual es dominada por el macho, en
donde esta sexuatidad es ocultada por que la genitalidad es conflictiva para el
hombre, es alteración de la totalidad establecida; y éste constituye a la mujer como
objeto, como su objeto de satisfacción (en el origen latinoamericano la mujer fue
derecho de conquista). Sin embargo en este dominio erótico que lleva a la
insensibilidad del Otro, frigidez, miedo, etc., es decir, uno ejerce su poder (el
masculino) sobre el otro lo “ ... aliena, o se totalizan en un mutuo solipsismo..(Se
vierte) en definitiva, una forma de masturbación mutua, por lo que tiene mucho
también de una experiencia sexual Y lo mismo ocurre en las
relaciones cotidianas con los otros que no se tornan en un igual, las relaciones
masculinas se vuelven solipsistas, el poder en su máximo apogeo. Todo ello
debido a fa irnposici6n del relacionarse con alguien, del otro sexuado (mujer) por
la dominación de ideología machista. Para Dussel, la situación de la mujer
latinoamericana (india, africana y asiática), se torna más violenta debido, no so10 a
Su condición de mujer, sino el pertenecer a una cultura u naciones oprimidas. De
modo que la propuesta es” ... superar el mal, que es la diferencia cultural de 10s
Sexos, es necesario suprimir la diferencia y retornar a la indiferenciación
originaria. . el siguiente esquema nos ayudará a la comprensión de la
propuesta.
I> (43)
(43) Dussel., LiberaMn de la ... Op. Cit. p.121, 34
Esquema
'\ \ k , W T
\ '. la pareja \ """
1 - """-
\
/ 'c; / /
""/
""""
/
la casa / /
35
En donde H, representa al ser humano indiferenciado, lanzado al mundo, se toma
por la escisión originaria, es decir la diferenciación de varón-mujer, por cuestiones
histórico-fisiológicas, en donde la condición del menstruar y embarazo se convierte
en escisión (flecha 1). De ello por la funcionalidad de los seres humano, gestos,
trabajo, sobrevivencia, etc., uno pudo ejercer cierto dominio sobre el otro (flecha 2)
De modo que la propuesta es ‘retornar‘ a la indiferencia, es decir ver al otro como
otro igual, en donde las relaciones se tomen en equilibrio. Por otra parte ante esta
totalidad dominada por el machismo, el otro sexuado, la mujer, se le ha destituido
de su Alteridad y se le asimila al servicio del varón, en donde esta alienación no es
debido a la diferenciación en la totalidad, sino a la totalización machista (flecha 4).
De modo que esta alienación de la mujer, el no respetar su liberación de eros, por
lo que se cumpliría la liberación, al ver al otro como otro, es pues en la mujer, la
forma clitoriana-vaginal de abrirse originalmente al mundo, así como el varón en la
apertura fálica al mundo, constituyen en la proximidad del coito, el servicio o praxis
de liberación del otro como otro, el ritmo sexual como liturgia en el respeto del otro
‘l... como otramente sexuado, como alteridad erótica.”(44) Así, en este encuentro de
igualdad, con el otro, que se lleva a cabo en libertad sexuada diferente, este acto
humano le da nueva dimensión a la relación política (hermano-hermano) y a la
pedagógica (Madre-hijo-Padre. Dussel indica, “Los movimientos de liberación de
la mujer no deben interpretar dicha alienación como la escisión de 10s Sexos sino
COmO la totalización opresora de la mujer por indistinción de su alteridad:
justamente lo contrario. El mal sexual no significa el ejercicio erótico dual (mujer-
varón), sino totalización fálica de la sexualidad..”(45) Así que el movimiento de la
(44) Dussel., Filosofía de la ... Op. Cit. p.95. (45) Dussel., Liberación de la ... Op. Cit. p.123.
36
liberación erótica (flecha 5), debe proponer la superación de esta tOtalizaCiÓn
diferente y acceder a la plenitud alterativa de la sexualidad humana, por la
sensibilización de la carne del otro. Por lo que en este tender a la liberación
erótica, el proyecto es ‘distinción sexual en la libertad y justicia’ (igualdad, flecha
3), se lucha pues contra la ‘moralidad erótica’ y la sexualidad falocrática. En esta
liberación se permitiría al ser humano (varón-mujer) recuperar la sensibilidad
castrada en el dominio sexual machista. Sin embargo en esta totalización puede
darse el caso de que la ‘pareja pueda nuevamente totalizarse’, encerrar y
determinar por esta (nueva) totalidad a los otros, en este caso ‘una casa sin
alteridad’, en donde el otro son los hijos, de modo que “El hijo es negado por la
pareja totalizada porque viene a irrumpir como el otro que pro-voca a la justicia,
interpela por derechos dis-tintos.”(46( Por lo que este interpelar relanza a la pareja
a la historia real, pues la pareja en esta ‘pulsión totalizante’ desea eternizarse sin
terceros; irrumpe el hijo en esta ‘posibilidad de exclusivo autoerotismo’ de la
pareja. Así en esta nueva irrupción, si la ‘sexualidad normal y humana’ es deseo
real del cumplimiento del deseo del otro, en ella surgirá el amor Paterno-Materno
por el hijo, siendo éste pulsión alterativa, deseando la pareja su cumplimiento con
el hijo, ese otro de la pareja. Así la erótica se desborda como pedagógica, la
fecundidad es en la pareja ese deseo de cumplimiento de su amor, en este
cumplimiento erótico se da el testimonio de servicio mutuo. De modo que surge de
ell0 el ‘nuevo hogar‘ donde las relaciones varón-mujer erótica, padres-hijos
pedagógica, y la política se reformulan. Dado que en el machismo el hijo(a) es
deformado hacia la injusticia.
(46( Dussel., Op. Cl.p.124 37
IV. LA UTOPíA COMO MODELO DE IMPOSIBILIDAD Y CRíTICA DE
LO VIGENTE.
(Como creacien de la raz6n Ética originaria).
l. El modelo de imposibilidad.
La utopía, considerada como ‘el no hay tal lugar‘, una propuesta imaginaria, que
puede ser lanzada por un grupo, sociedad, que en la mayoría de los casos es un
ejercicio que propone la solucione ante la adversidad del entorno vivido por los
que la lanzan, como un exigir justicia. Lteva en sí una idea (de sociedad o de
acciones) irrealizable no solo al principio, sino como principio, es ésta una utopía.
Pero habría que cuestionarse la afirmación de ‘irrealizable’, pues a menos que la
historia de la humanidad hubiese concluido, podríamos afirmarlo.
Hinkelammert parte de un sujeto que para considerarlo como ser vivo requiere de
los medios para vivir, requiere de condiciones materiales, como son: su alimento,
su protección al medio que lo rodea, etc., es decir asegurar su subsistencia para
ser sujeto vivo. Para poder atraerse lo necesario para vivir lanza un proyecto,
propone, intenta crear las condiciones para su subsistencia, que responden a:
¿cómo obtener el alimento? ¿Cómo protegerse del medio ambiente?, Etc., Este
vivir, es en sí un proyecto, que encierra posibilidades materiales que lanza
proyectos para su realización hacia diversos fines, para asegurar su vida, para la
posibilidad de vivir como proyecto. Para la realización de estos fines se requiere
de un sujeto práctico que se enfrente a la posibilidad o imposibilidad de SU
realización de acuerdo al acceso a las condiciones materiales y al proyecto de vida
en relación a la elección de estos fines. Donde “El sujeto vivo, al ser
38
necesariamente a la vez sujeto actuante y sujeto práctico, es parte de la
naturaleza sobre la cual actúa persiguiendo sus fines.”(4n
Sin olvidar que “ ... el sujeto práctico no puede actuar a no ser que sea un sujeto
, por lo que es un imperativo, en la elección de fines, aquellos que
satisfagan las necesidades para poder vivir. Y en esta elección surge un criterio
para la ‘satisfacción de las necesidades”, en cuanto a la manera de satisfacerlas
como a la forma de organizar su proyecto de vida, sus prioridades, “La forma de
vivir según algún proyecto de En las líneas anteriores se parte de un
sujeto ‘alejado’ de las relaciones sociales, para el análisis; sin embargo, para
Hinkelammert el “proceso de producción humano, solamente es concebible como
producto social de un conjunto de hombres producida por la división social del
trabajo.”(50) Así al integrar en esta reflexión el proyecto de vida, este está con
relación al ‘acceso’ a la producción social, es decir, la persona en toda sociedad
puede tener las condiciones materiales de proporcionarse su sustento o verse
negado a acceder a estas condiciones, (a ello habría que agregar que
dependiendo de las circunstancias y del desarrollo socio-cultural, del ser en
cuestión las ‘necesidades cambian’, mientras en algunos espacios la necesidad
prioritaria es el alimento diario, en otro espacio y tiempo puede ser la exigencia de
equidad en el plano social derivando por su conciencia, en una razón ética
originaria), materiales de proporcionarse su sustento o verse negado a acceder a
estas condiciones, lo que determina su posibilidad de vivir y al mismo tiempo SU
imposibilidad de llevar a cabo su proyecto de vida, por lo que “Acaparar y
(47) Hinkelarnrnett, Franz J., Crítica de la razón UtÓDica Editorial DEI, Costa Rica 1984 p.240 (48) Hinkelammert., Op. Cit. p. 239. (49) Ibid. p.240. (m) Ibid. P241.
39
concentrar los medios materiales de vida es destruir las posibilidades de vida del
Por lo que el poder, se hace patente a los dominados y limita las
posibilidades desarrollo del dominado, es el dominar por medio de las necesidades
de reproducción de la vida real. Por lo que surge el imperativo de asegurar la vida
y su reproducción, en una ‘institución’ que asegure estas condiciones y al mismo
tiempo la institución legaliza las condiciones de reproducción de los roles del
‘poder‘ en turno. Esta institución (es) es entendida como reguladora de las
relaciones entre sujetos, es para éste autor, una ‘administradora’ de la muerte, en
el sentido de “Donde no hay muerte, no se puede obligar a nadie.”(52). Que
tambibn se puede entender y extender, no sólo como la muerte física sino también
la social, la del reconocimiento y por lo tanto creadora de roles.
De este modo se considera a la muerte como origen de los males, es decir
la carencia de los medios de vida son su consecuencia; así la superación de la
muerte traería consigo la negación de los males, no carencias, no padecimientos;
se tendría la posibilidad de reconocimiento entre sujetos, sin instituciones, pues no
habrá mediación para la satisfacción de las necesidades. Así en la llamada
imaginación trascendental, entendida como: “...la imaginación de una vida plena
pensada a partir de la vivencia de plenitud que proporciona el reconocimiento
entre sujetos en la vida Donde hay una total existencia de los sujetos que
no pueden ser coaccionados por la necesidad, es la radicalidad de la libertad, la
utopía. Sin embargo lo que se intenta es: “Plantear toda la relación entre el
hombre concreto que imagina sus necesidades en términos de la imaginación
trascendental con la inevitable institucionalización de sus relaciones
”’) Ibid. p.242. Ibtd. 259.
(531 Ibid. p.257.
(52) . .
40
sociales.”(M)Así la propuesta la entendemos como la intención de ‘transformar el
sistema institucional” para que garantice la vida humana, considerando que este
transformar es una ‘reformulación de la relación entre necesidades e institución’.
Ello recae en un proceso en el desarrollo del sujeto siempre partiendo del mundo
de las necesidades, es decir el mundo en concreto.
2.La Crítica de lo vigente.
La imaginación trascendental como la propuesta de pensar la vida plena de los
sujetos, en cuanto crítica trascendental, que surge de la situación concreta, para la
solución a la satisfacción de las necesidades (que pueden ser de diversa indole) .
Esta satisfacción de necesidades ha sido una constante preocupación a través de
la historia, es decir la humanidad a ideado, imaginando situaciones para la
satisfacción de estas necesidades, de ahí el surgimiento de la utopía. A la que
ahora consideraremos como histórica, partiendo de que el análisis se hace de la
historia misma. La propuesta de un nuevo orden (utopía) surge desde el propio
sistema, de aquellos que son oprimidos, relegados, o de los propios opresores, en
el surgimiento de la ‘conciencia ética originaria’, (pues viven entre lo que existe
materialmente y socialmente, y a lo que se puede acceder) en el sistema como
seres humanos, exigen justicia, igualdad. De modo que la utopía histórica ha sido
(54) lbid.p.261,. 41
el motor del desarrollo humano y encierra en sí misma ciertas caracteristicas que
la hacen ‘posible’. AI ser deseo, se tiende hacia una posibilidad deseada como
ejercicio ‘racional’ de una sociedad futura que despega del presente concreto,
como ‘limitación histórica del presente’, como crítica de lo vigente y de las
relaciones de convivencia, se realiza, pues, la construcción imaginaria de la
sociedad futura; y tiende hacia el futuro ligado del presente como posibilidad, pues
desde el presente forma sus posibilidades (por la praxis) de aquel o aquellos que
la tienen como factible (por las condiciones materiales y el desarrollo socio-
cultural), así la “... imaginación de la ‘mejor sociedad posible’ tiene que partir de la
‘mejor sociedad concebible’. Luego, la mejor sociedad posible aparece siempre
como una aproximación o anticipación de esta otra sociedad mejor concebible,
pero necesariamente, la mejor sociedad posible es inferior a la mejor sociedad
concebible. Por eso, el contenido de lo posible es siempre algo imposible que da
sentido y dirección a lo Así consideramos que cada nuevo proyecto
se reformula en cada cumplimiento histórico, pues el lance utópico, como crítica de
lo vigente (de los dominados) y como ‘crítica a digerir‘ en el sentido de ceder
espacios de dominio para contrarrestar la crítica. Es decir, la utopía se reformula,
de tal manera que en la crítica de lo vigente, como petición de justicia, de un no
cumplimiento del proyecto de vida, surgido del presente concreto, dado que se
sabe de la posibilidad de su realización, por saber que existen las condiciones
materiales ( y socio-culturales) para ello, este pedir justicia o interpelación, como
proyecto de vida, como proyecto de un nuevo orden, es producto de la razón étito-
discursiva, sostenida por la conciencia ética originaria; Es el ‘‘proyecto nuevo que
(55) Ibid. p.27 42
se va constituyendo (fuera del orden dado) desde la exigencia analéctica del
Otro.”(56) , que va creando las condiciones propicias para el proyecto de los
oprimidos de los no participantes, de los dominados e incluso del que domina; y
que en esta misma creación son éstos los ‘fundantes’, hacia un nuevo orden de
dignidad y justicia. Donde participen todos los afectados.
Así consideramos, que la utopía, es una actividad reflexiva (como lanzamiento de
ella), que parte de la crítica de lo vigente, y a partir de ahí se pueden dar varias
interpretaciones de la propia utopía, pero a nuestro juicio consideramos como más
importante el hecho de que no se pueda llegar a un fin de ella, pues sería como el
propio fin de la historia, como si ya no tuvi6ramos caminos hacia donde dirigirse y
como si la propia humanidad viera cerradas sus posibilidades de un ir más allá.
‘La utopía es una construcción del presente (imaginaria o reflexiva) de la sociedad
futura, pero hunde sus raíces en el presente’ como producto histórico necesario.
(56) Dussel, Enrique., Filosofía Etica Latinoamericana. 6/11 Editorial Edicol México 1977, P.S.
43
V. LA DESCONSTRUCCION DE LA DEMOCRACIA.
(La Añeja tarea)
A lo largo de la historia la democracia ha sido, la gran fuente de la
utopía. Democracia entendida en su más amplio sentido, como una igualdad de
opciones y oportunidades para todos y cada uno de los integrantes de una nación,
estado o toda la sociedad en su conjunto; en la actualidad parece ser el parangón
de la sociedad y la exigencia por antonomasia a todo aquel que intente detentar
cierto poder en cualquier ámbito. Sería interesante reflexionar sobre algunas
interpelaciones que a menudo se escuchan en la vida cotidiana y que tienen que
ver con el círculo de lo privado, y que se podrían resumir en la cuestión siguiente:
‘Te preocupas de todos los derechos del mundo menos del mío.. .’, esta pequeña
frase nos hace hincapié en la relación de todo individuo con el otro en particular,
es decir con aquel con quien de alguna manera comparte algo más allá que una
función dentro del mundo profesional o de trabajo, ese mundo privado en donde
todas las relaciones de poder de la sociedad son redescubiertas por SUS
integrantes, en donde también se juega una función dentro de la llamada
institución de la ‘familia’, y es en ella donde consideramos se estructura de una
manera primaria la función del poder, es decir dentro de esta institución, el poder
juega un papel de planificar la relación dentro de ella y consideramos, ¿cómo es
posible una nueva noción de democracia, si desde la construcción de nuestra
conciencia y valores, la democracia parece ser algo externo a nosotros, como algo
dado por fuera, y que debemos asimilarla como algo ya establecido? Como si la
democracia fuera ajena al ámbito de lo particular, o al menos no se tuviera una
44
participación decisiva en su construcción.
Así entenderemos a la democracia, como; ' l . . . un legado que permite la
coexistencia, no sin dificultades, de mundos y visiones de vida plurales -en donde-
. . . la democracia no es sólo una condición real para el desarrollo de las sociedades
contemporáneas sino un proyecto.. . ''('71 La Democracia entendida como condición
de desarrollo y como proyecto, dada que no es es algo dado y para siempre, nos
finca la posibilidad de su constante construcci6n para el desarrollo humano. En
esta construcción del proyecto democrático que va de la mano de su entorno, es
decir, que tiende a responder a las 'necesidades' de sus propios constructores,
haciendo mención que la democracia como proyecto siempre (o casi siempre) es
lanzado por los que por su conciencia o situación 'sienten' que la democracia o el
momento que viven no responde a sus intereses o proyecto de vida, o para la
sociedad en su conjunto al ver las contradicciones en la vida diaria. Así la
democracia como proyecto se finca en un proceso que debe de confluir en un
cambio de conciencia mediado por la educación en la vida diaria, que derive en
una actitud que invite a reconocer y descubrir a la realidad de una manera crítica.
Pero esta concepción de Democracia como proyecto ¿En qué debe de apoyarse
para propiciar un cambio en la concepción de la democracia en el ámbito de 10
pafiicular? Para concebir que la Democracia no es sólo 'la libertad' de emitir un
0 7 ) Pía Lara, María., La democracia como Drwecto de identidad h c a . Editorial Anthropos, Espatta 1992 p.207-208. 45
voto, sino que ta Democracia sea participación, es decir que la Democracia como
proyecto forme parte de la vida cotidiana del mundo privado y público de los seres
humanos, en donde se establecen las relaciones de poder primigenias y que en
nuestra visión deben de irse transformando cotidianamente por medio de la
práctica democrática en el cambio de conciencia y sus consecuencias en el
constante movimiento, en donde la conciencia ética originaria de cada individuo
sea capaz de crear esa constante construcción de proyecto democrático, donde la
utopía forma parte de ese proyecto inacabado. En este proceso, en la vida diaria
debe influir en el cambio de pautas sociales y culturales que es imprescindible
para el proyecto democrático, por medio de una razón ética originaria de crítica a
la masculinidad tradicional (en nuestro caso). Todo ello debe de configurarse por
medio del hacer político de los implicados dentro de un marco legal que
sustentado por medio de la legitimidad (dado por el consenso de los implicados)
se torne en legalidad.
CONCLUSION
En la actualidad la categoría de género ha adquirido validez, y poco a
poco las diversas disciplinas la toman como un marco teórico válido. Las
diferencias o especificidades presentes en la estructura social asociadas a las
condiciones de género, no eran contempladas o se incorporaban únicamente
particularidades biológicas y por ende se interpretaban como situaciones
naturales. Así diversos sectores como son la niñez y las mujeres eran excluidos
del objeto de la política, o bien no se les consideraba sujetos de ella, y por ello no
participaban en su construcción y no participaban de una manera reconocida,
debido al poder masculino, con sus consabidas consecuencias. Por ello existe un
limitado goce de la libertad y de la igualdad de dichos sectores, y por
consecuencia de todos los sectores, pues ¿cómo se puede disfrutar y vivir la
libertad sí mi otro igual no esta en las mismas condiciones?, y al tomar conciencia
de ello, yo mismo me encuentro limitado al ser un medio de opresión del otro.
La reivindicación de la libertad, y por ello de la Democracia, planteada por los
nuevos movimientos sociales, con una visión de género, que se han organizado a
partir de intereses o valores determinados socialmente, y que luchan por la
igualdad y por la incidencia en el proceso de la toma de decisiones, no cuestionan
el poder de un capitalista o un terrateniente abstracto, sino la figura de poder del
esposo, del padre o madre, institucionalizadas en roles y estructuras de poder
encarnadas en las personas con las cuales cotidianamente se mantiene una
relación afectiva O de autoridad y que inciden en el hacer personal de la vida de
1% Personas. Así la tensión se establece en el ámbito de lo privado, dando lugar
a la exigencia de una ‘regulación’ o vigilancia por parte de la agenda pública.
Dando origen a la conformación de espacios para su discusión y vigilancia pública,
y a la vez la conformación de nuevas cuestiones sobre la regulación del espacio
privado, De modo que este espacio debe de agenciarse su propia constitución
partiendo de una premisa ética.
La democracia es un derecho humano, y en ello resume el espíritu de igualdad
y de libertad que debe estar presente en toda relación humana, y al mismo tiempo
regular las relaciones sociales. La historia de la democracia es la lucha por la
equidad, la igualdad es en definitiva la historia de la construcción y de la
afirmación del sujeto colectiva e individualmente. Así la democracia como
proyecto tiene el desafío de pasar de una democracia representativa a una
democracia participativa, dado que no puede haber democracia si no existe
participación real y consciente en todos los ámbitos, tanto públicos como privados.
La democracia debe tener en cuenta las condiciones de desarrollo de la propia
personalidad, de la llamada ‘calidad de vida’, en donde entran la mayoría de los
grupos excluidos. El reconocimiento de los derechos humanos de estos grupos,
constituye una nueva interpretación de la realidad, ya que representa el
reconocimiento de derechos específicos en el ámbito privado, público, económico
y social, que no sólo atenúan su alta vulnerabilidad -ante un poder institutional y
una cultura dada- sino que, además reconocen el déficit acumulado. La
ampliación de los derechos políticos, como una nueva construcción de la
democracia a partir de una nueva masculinidad, como catapulta de este
movimiento, implica extender la política a otros lugares públicos y privados, que
tradicionalmente no habían sido contemplados corno ámbitos de ejercicio del
48
poder Y de los derechos. Unos porque eran considerados parte del mundo
privado, donde las relaciones sociales no se consideraban teñida por el poder,
corno por ejemplo, la sexualidad y la familia e involucran a sujetos que no habían
sido reconocidos como tales. Otros de carácter público donde la autoridad
jerárquica-masculina goza de absoluta legitimidad, como son las relaciones del
trabajo por ejemplo.
El cumplimiento de estas aspiraciones nos llevaría a la incorporación de planes
de acción de las personas en donde el reconocimiento del otro como igual y con
los mismos derechos, implica una actividad ‘autorreflexiva’, que debe de
generalizarse en una cultura intemalizada de las personas y de las instituciones.
Así el actuar ‘autorreflexivamente’ colectiva e individualmente, teniendo como
base el reconocimiento del otro como igual-distinto, tanto en el ámbito de los
institucionalmente público como en el ámbito de lo privado y cotidiano, plantean un
redimensionamiento de las nociones de democracia y de ciudadanía.
Dimensiones que se pensaban solamente desde el Estado y que necesariamente
hoy abarcan otras dimensiones, incluso las limitadas a los ámbitos más íntimos de
las personas. Así la democracia como proyecto implica la participación de todos
en esta conducta ‘autorreflexiva’ , dando lugar a un mecanismo de autorregulación
O mecanismos de control sobre ámbitos considerados privados, dado que es
necesario incorporar las ‘nuevas colectividades’ en este ejercicio como son la
familia Y la sexualidad, donde participen los implicados en esta autorregulación y
por lo tanto en el ejercicio de la política. La democracia pasa así a no ser
Sokmente objeto del Estado sino que necesariamente se extiende a todos 10s
espacios en 10s que esté presente la relación entre personas, implicando la
49
obligación de tener conciencia de la relación con el otro.
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