II Domingo de Pascua Retiro “del Campo” 19 de abril de 2009
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1 Grupo joven
Monición de entrada
Queridos hermanos. ¡Qué alegría
que estemos aquí juntos, en
contacto con la naturaleza,
celebrando esta Eucaristía!
Seguimos en Pascua, y por lo
tanto, alegres por la Resurrección
del Señor.
Todo lo que hemos vivido en
Semana Santa, la pasión, muerte y
resurrección de Cristo, no nos
puede dejar indiferentes. Ahora, a nosotros, nos toca reconocer y vivir en la presencia
de Jesús Resucitado. ¿Seremos capaces de llevarlo en el día a día?
Hoy, en este 2º Domingo de Pascua, el Señor se nos presenta y nos dice: “PAZ A
VOSOTROS” Agarrémonos fuertemente a esa paz. La paz que nos ofrece Jesús. La paz
que es fruto de nuestro encuentro con Él.
Ahora, más que nunca, se nos llama a permanecer en unidad fraterna. Entre todos
podemos hacer mucho por los demás, haciendo presente al Señor.
Comenzamos cantando…
Canto de entrada: Aquí estamos
1. Aquí estamos para vivir unidos,
buscando todos los criterios aunar,
y lo importante es lo que daré,
amor y vida y la amistad encontraré.
FUERA DE AQUI SE PIENSA
QUE ES IMPOSIBLE LLEGAR
A QUE FORMEMOS UNIDOS
UNA GRAN COMUNIDAD,
PERO NOSOTROS SOÑAMOS
PODER LLEGAR A FORMAR
LA UNIDAD DE LOS HOMBRES
Y QUERIENDO LLEGARA.
2. Tú afán y el mío, siempre han de
estar unidos
y nuestro esfuerzo ha de ser realidad.
No demos gritos de un cansancio irreal,
luchemos fuerte por vivir la unidad.
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2 Grupo joven
Monición Primera Lectura
La primera lectura de hoy narra un fragmento de la vida comunitaria de la Iglesia
primitiva. Todos pensaban y sentían lo mismo. Y reunían los bienes y las posesiones de
todos como un patrimonio común. La comunión de vida precisa de la comunión de
bienes que a través del Espíritu Santo crea un vínculo de unidad fuerte y lleno de
esperanza.
PRIMERA LECTURA
LECTURA DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 4, 32-35
En el grupo de los creyentes, todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían
todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenían. Los
apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor con mucho valor.
Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues
los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a
disposición de los apóstoles; luego, se distribuía según lo que necesitaba cada
uno.
Palabra de Dios
Salmo Cantado: Este es el día
Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
¡Aleluya, aleluya!
1. Que lo diga la casa de Israel:
es eterna su misericordia.
Que lo diga la casa de Aarón:
es eterna su misericordia.
Que lo digan los fieles del Señor:
es eterna su misericordia.
2. Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
“La diestra del Señor es poderosa,
es excelsa la diestra del Señor”.
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3 Grupo joven
Monición segunda lectura
En la segunda lectura se incide en la vinculación inseparable entre el amor a Dios y el
amor a los hermanos. Por tanto, si amamos a los Hijos de Dios, es señal de que
amamos a Dios y de que cumplimos sus mandamientos. El auténtico amor a Dios se
demuestra cumpliendo sus mandamientos, tal y como dice el refrán: “Obras son
amores, y no buenas razones”.
Por último, Juan también nos habla de la importancia del Espíritu Santo, vínculo de
unión entre los cristianos, que es en verdad quien da testimonio, porque el Espíritu es
la verdad.
SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN JUAN 5, 1-6
Queridos hermanos:
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a
Aquel que da el ser, ama también al que ha nacido de Él. En esto conocemos
que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus
mandamientos.
Pues en esto consiste el amor a Dios: que guardamos sus mandamientos. Y sus
mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al
mundo.
Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el
que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es el
que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No solo con agua, sino con agua y
con sangre: y el Espíritu es quien da testimonio, porque el espíritu es la verdad.
Palabra de Dios
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4 Grupo joven
Monición al Evangelio
“Dichosos los que crean sin haber visto”. Lo definitivo es el encuentro con Cristo
resucitado. Un encuentro que transforma nuestras vidas, nos hace vivir más felices,
nos posibilita amar, nos invita al perdón… ¿Es posible este cambio en mi vida, en mi
comunidad?
Hoy el evangelio de Juan narra la aparición de Jesús a los discípulos “el primer día de la
semana”, es decir, el domingo. Pero Tomás no estaba y no cree que el Señor se haya
presentado. Su desconfianza se transformará en fe inquebrantable cuando más tarde
se le presenta.
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 19- 31
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: --Paz a vosotros. Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: --Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y dicho esto exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: --Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos. Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: --Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: -- Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo. A los ocho días estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: --Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: --Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Contestó Tomás: --¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo: --¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto. Muchos otros signos que no están escritos en este libro hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre. Palabra del Señor
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Homilía compartida
El sacerdote puede aportar inicialmente algunas palabras sobre las lecturas. Como
alternativa se le propone los siguientes texto en los basar la homilía. Al final se indican
unas preguntas para compartir entre todos.
TEXTO HOMILÍA 1
Las primeras comunidades cristianas así lo entendieron y vivían intensamente en
comunidad su fe en el Resucitado. En los primeros siglos, ser cristiano suponía formar
parte activa de una comunidad que se reunía periódicamente para rezar juntos, para
celebrar la eucaristía y para compartir los problemas y necesidades de cada uno de los
presentes y de los enfermos ausentes. Ser cristiano era pertenecer a una comunidad
cristiana determinada. Un cristiano no practicante hubiera sido algo impensable en
aquel tiempo. El cristianismo o se vivía dentro de una comunidad, o no se vivía de
ninguna manera. Por otra parte, el vivir la fe en comunidad era una necesidad no sólo
religiosa, sino psicológica y social. Eran tiempos difíciles y tenían que apoyarse los unos
en los otros y animarse y defenderse mutuamente. Dentro de la comunidad se percibía
más clara e intensamente la presencia y el espíritu del Resucitado. Hoy la fe cristiana
necesita de la comunidad para crecer y fortalecerse. Primero en la comunidad familiar,
la Iglesia doméstica, que es donde primero aprendemos a vivir nuestra fe. Luego en la
comunidad, donde podemos acudir para poder expresar y acrecentar
comunitariamente nuestra fe. La Iglesia no son las paredes del templo, sino la
comunidad cristiana que se reúne para celebrar comunitariamente su fe en el
Resucitado.
Estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
Se habían reunido, sin duda, para protegerse y animarse, para fortalecer su fe y su
esperanza, mediante la oración comunitaria. Se encontraban temerosos y con la
tentación de encerrarse en su propio circulo. Jesús se presenta entre ellos, se ven
inundados de golpe de una profunda paz y alegría. El Señor les infunde su Espíritu. Y
los envía al mundo para que sean testigos suyos y del Padre.
El ambiente que debe respirarse en nuestras asambleas cristianas, debe de estar llenas
siempre de la paz y la alegría que infunde la presencia y el espíritu del Resucitado. Esta
era la paz y la alegría que le faltaba a Tomás, el Mellizo, porque “no estaba con ellos
cuando vino Jesús”. Le resultaba difícil creer todo lo que le decían y le contaban los
otros discípulos. Deseaba con toda su alma que fuera verdad lo que le decían, pero era
tan extraordinario y tan maravilloso, que le parecía imposible.
Hasta que el mismo Jesús se presentó de nuevo y se dirigió a él personalmente. Todo
terminó con las palabras conmovidas del apóstol: “Señor mío y Dios mío”. Una
jaculatoria que los creyentes hemos repetido millones de veces cuando nos hemos
encontrado cara a cara con Jesucristo. Ahora también Tomás se sintió lleno de paz y
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alegría, porque, también él, se vio inundado y habitado por el espíritu del Resucitado.
En este domingo segundo de Pascua, vamos a pedirle todos nosotros al Señor
Resucitado que nos llene de su Espíritu, para que desaparezcan de nuestra alma todas
las tinieblas de duda, de tristeza y de desesperanza que, a veces, nos cercan.
TEXTO HOMILÍA 2
JESUCRISTO: ¡PRESENTE!
Por Javier Leoz
Sigue sonando, en lo más hondo de nuestras entrañas, el triple aleluya de la Pascua.
No es para menos, la presencia del Señor resucitado, hace que creamos que nuestra
vida está llamada a un fin totalmente distinto: ya no conoce ocaso. Lo último, en
todo caso, es Dios y, Dios, nos da una continuidad eterna.
1.- Llamea alumbrando el cirio pascual. El Señor estará para siempre en medio de
nosotros. No existirá la oscuridad. La luz, ante tanta sombra que nos acecha, tiene un
nombre: Jesucristo resucitado.
Llueve, con el frescor del Espíritu, sobre nuestras cabezas el agua purificadora de la
Pascua. Al igual que aquel pueblo israelita, también nosotros hemos pasado del
dominio de muchos faraones (dinero, poder, frialdad, arrogancia, esclavitud…) al
encuentro con el Señor que nos lava en su Espíritu y nos hace acreedores de una nueva
patria. Dignos de una liberación total.
Pero ¿merece la pena vivir si no hay paz? ¿Sirven de algo tantas luces artificiales en el
mundo si, luego, falla la fraternidad? ¿No estamos, a veces, supeditados a movernos
en una constante violencia y acostumbrándonos a convivir con ella?
2.- Viene el Señor, con la misma fuerza con que lo hizo en el día de la Pascua, y nos
pregona lo que en el mundo hace falta: ¡Paz a vosotros! Pero la paz no es aquella que
proclamamos con lazos y pancartas. No es la paz del fruto de acuerdos internacionales
o personales. La paz que nos trae Jesús, es El mismo. Es la vida interior. Es el
convencimiento, firme y sólido, de que la paz es resultado de la verdad, del buen
comportamiento, de la sed de justicia. El camino, para llegar a la paz, no son las armas,
las grandes potencias ni las rúbricas que, en muchos momentos, son simples y
eventuales escenas políticas.
La paz irrumpirá cuando, lejos de poner a Cristo en la tangente de todo lo habido y por
haber, lo coloquemos en el lugar que le corresponde: en nuestro día a día. En nuestro
pensamiento y en nuestro quehacer o en nuestras decisiones.
II Domingo de Pascua Retiro “del Campo” 19 de abril de 2009
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3.- La presencia del Señor cambia todo de color. Y, el tono de la Pascua, es
precisamente LA VIDA. Una vida que está por encima de intereses partidistas o
personales. Una vida, la de Cristo, que se nos da y se alimenta en la Eucaristía
dominical. Una vida que, cuando está sustentada en Cristo, hace que compartamos
bienes, sentimientos y hasta las mismas ideas sin temor a la contienda.
Segundo domingo de la Pascua. Es el momento de retratarnos ante la cámara
fotográfica de Jesús de Nazaret: ¿Pensamos y sentimos lo mismo? ¿Ponemos algo de lo
nuestro en común? ¿Estamos apegados al “dios tener”? ¿Damos testimonio de nuestra
fe? ¿Se nota la alegría de ser cristianos? ¿Somos valientes a la hora de defender la paz
y la vida de los demás? ¿Amamos a Dios sobre todo? ¿Somos creyentes o simplemente
religiosos? ¿Exigimos demasiado a Dios sobre su presencia en el mundo?
4.- Si, hermanos, estos interrogantes y muchos más que podríamos hacernos en
nuestra comunidad cristiana, son distintos perfiles de ese retrato que –como
cristianos- todos hemos de tener encima de la mesa de nuestra vida cristiana.
Que Jesús, resucitado y siempre presente en nuestras reuniones, sea el motor de
nuestra felicidad, de nuestra ofrenda personal y de todo lo que somos.
Después, entre todos, intentamos responder a algunas de estas cuestiones.
• ¿Cómo he vivido el tiempo de Cuaresma y la Pascua? ¿Se nota en mí que el
Señor ha resucitado?
• ¿Tengo hoy día el valor para dar un fuerte testimonio de Cristo, tal y como lo
hacían las primera comunidades?
• ¿Vivo pendiente de las necesidades de nuestros hermanos?
• Dice la Primera Lectura que “en el grupo de los creyentes, todos pensaban y
sentían lo mismo”. El canto de entrada también hacía referencia a esto. ¿Cómo
veo al Centro de Cooperadores respecto a esa afirmación?
• ¿Me siento nacido de Dios?
• ¿Me cuesta a veces, cómo a Tomás, creer sin haber visto?
II Domingo de Pascua
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8 Grupo joven
Oración de los fieles
(o) Por la Iglesia. Para que sea un lugar en el que los hombres y mujeres de nuestro
tiempo puedan buscar y encontrarse con Jesús. Roguemos al Señor.
(o) Por los países que se encuentran en
que aquello que les separa. Para que sea posible la paz en el mundo. Roguemos al
Señor.
(o) Por las víctimas del terremoto de Italia. Para que la solidaridad de las naciones haga
posible un bienestar general. Roguemos al Señor.
(o) Por nuestro Centro de Cooperadores
esperanza. Para que no nos alejemos de Cristo y vivamos
Roguemos al Señor.
Otras peticiones espontáneas.
Canto final: La Auxiliadora
VIRGEN MARÍA, MADRE DE DIOS
RUEGA POR NOSOTROS Y AYUDANOS.
1. Nuestra vida es un continuo andar
con gran sed de amor y paz.
Nuestro caminar Ella aliviará
con la luz de su mirar.
2. Peregrino soy y cantando voy,
alegría hay en mí.
Es que llevo aquí, en el corazón,
la caricia de su voz.
Retiro “del Campo”
-----Centro Salesianos Cooperadores Triana--------------------------------------------------
Por la Iglesia. Para que sea un lugar en el que los hombres y mujeres de nuestro
puedan buscar y encontrarse con Jesús. Roguemos al Señor.
Por los países que se encuentran en conflicto. Para que miren más lo que les une
que aquello que les separa. Para que sea posible la paz en el mundo. Roguemos al
terremoto de Italia. Para que la solidaridad de las naciones haga
posible un bienestar general. Roguemos al Señor.
uestro Centro de Cooperadores. Para que, unidos, creamos con alegría y
esperanza. Para que no nos alejemos de Cristo y vivamos juntos según su Palabra.
Otras peticiones espontáneas.
Canto final: La Auxiliadora
VIRGEN MARÍA, MADRE DE DIOS
RUEGA POR NOSOTROS Y AYUDANOS.
1. Nuestra vida es un continuo andar
con gran sed de amor y paz.
Ella aliviará
2. Peregrino soy y cantando voy,
Es que llevo aquí, en el corazón,
19 de abril de 2009
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Por la Iglesia. Para que sea un lugar en el que los hombres y mujeres de nuestro
. Para que miren más lo que les une
que aquello que les separa. Para que sea posible la paz en el mundo. Roguemos al
terremoto de Italia. Para que la solidaridad de las naciones haga
creamos con alegría y
según su Palabra.