OMAR VIOLE
La camiseta del jefe de polica
(Tanke, Cba., circa 1933)
(Fragmentos)
*
Las camisetas somos la prenda que est diciendo a gritos, que el hombre
tiene una inmoralidad que cubrir.
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Cuidad de m!, generacin de hombres entusiasmados en definir la
miseria ajena como si narraras la leccin que conoces de memoria. Yo!
camiseta!, soy el lazarillo que os acompaa y puedo saber la verdad de
vuestras nalgas, que sin m, seran carnes a la intemperie, imposibilitadas
de ir a la oficina. / Hablad de m, lector nefasto!
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En cada camiseta hay una vocacin a camiseta de Jefe de Polica. Todas
las camisetas quieren mandar.
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Las camisetas permanecemos fieles entre nosotras tenemos la misma
fidelidad de los idiotas. Los idiotas en Pelotas (Brasil) son iguales que
los idiotas en Guatemala, y con la misma estructura que los idiotas del
siglo 14. La filosofa y el arte es para alejarse de la vida, no para
penetrar en ella. Por eso las camisetas como el avestruz, guardamos la
cabeza en los vapores del amonaco ntimo.
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Arrancamos en Pelotas (Brasil), las confidencias ms ntimas de la
prenda de vestir menos pretenciosa: la camiseta.
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Soy la pieza de vestir que ha sido hecha para no asombrarme de nada.
Testigo de los ms incorrecto y lo ms angelical, como cubrir. Admiro a
los ngeles del cielo, porque ellos andan desnudos.
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Mi dueo posee una gran cantidad de vrices del libertculo (hablo
de las que se ven, porque las otras, pundonorosas, se han metido
adentro), y ellas le hacen poner el semblante adusto. Cualquiera dira
que se trata de una rigurosa conducta de educacin germana. Slo yo,
que soy la camiseta, s que ese semblante se debe a las almorranas, que
son una porquera dicho sea de paso. Y pensar que estn tan
generalizadas en la sociedad!
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Acepto que tenga olor no muy nacarino la digestin de mi jefe que no es
nada ms que un intestino con pantalones; acepto que tenga olor la
digestin de los presidentes de Comits Polticos de cualquier partido,
pero lo que no es aceptable es la digestin de las novias, que tambin
estn barnizadas de un olor insoportable.
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La ropa es la prenda que se usa frente a la imposibilidad de andar
desnudo. El hombre debiera ir a la calle desnudo, como lo hizo Adn,
pensar que se tuvo que ganar la vida como verdulero!
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El talento como los granos en el culo, impiden sentarse donde uno
desea.
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Entregar el rosquete, para el hombre, sera mil veces ms fro si no fuera
por nuestro ltimo tejido que le da el tenue calor de la hilandera.
Imaginad, lectores, la soledad de una camiseta cuando se queda sola
con el cadver?...
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Adivinar la existencia de los semejantes, es un satanismo que todos
practicamos con deleite, pero qu doloroso es que se sepa nuestra vida.
Por el ojo claro de mi abertura que mira al suelo, y desde la zona llena
de crespones en que acto, oigo, y oigo mucho.
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Desdibujado por la ridiculez, mi dueo dice tonteras. En eso se
parece a los que tienen talento. De qu servira el ingenio si no tuviera
la habilidad de comprender la tontera?... Eso s, mi amo tiene el
ingenuo ingenio de su seriedad, con la que cubre su incapacidad de
meditar. Pero las camisetas conocemos este recurso de las caras serias.
As era el Peludo, aqul ridculo maestro de aldea que lleg a la
Primera Magistratura de la Nacin y que arruinaba el idioma castellano
cuando escriba para las generaciones que vendrn.
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El diablo es una persona que se ocupa en proporcionar sugestiones
novedosas; en cambio Dios, enemigo por razones de oficio (ambos
buscan las almas), deja a los cuerpos a la deriva, sin consejos decisivos
sobre la administracin de las camisetas.
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Entre la iglesia que aconseja mantenerse a base de ayunos y el Diablo,
que en sus prospectos indica la forma de alimentarse bien, no hay ni qu
meditar. Adems, el diablo lo hace con buenas palabras, con las palabras
del novio que era joven y no mal parecido. As entramos todas las
camisetas en los primeros fracasos. Despus los otros fracasos no
cuentan. Los que gravitan son con los que uno se inicia. Los dems
fracasos son una manera de acostumbrarse a ellos.
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Todava tenemos felizmente, un recurso las camisetas: podemos
ganarnos la vida diciendo la verdad y superar al hombre que nos usa,
que para comer, tiene que mentir. Sera buena esta martingala de la
crpula si se comiera bien!, pero la humanidad come residuos! mala
carne! mala verdura! malos vinos! malas mujeres! Las camisetas
vivimos nuestra propia vida, no la vida de las camisetas vecinas. Adems,
siempre estamos con la temperatura febril que nos permite soar. Yo
tena una camiseta amiga, que para escribir versos, tena que hacerlo a
44 gr. Era una camiseta de un poeta catamarqueo!
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Un viento de fronda vate el ala de la camiseta. S! Ya s, mi patrn se ha
rajado un pedo. Es una inmoralidad ocupando tan alto cargo. Por qu
estos cablegramas de la bosta tendrn olor, en los personajes?... No
pueden desodorizar el gas con todos los recursos del oficialismo?... No
vale la pena llegar a tanto para tener el mismo olor que el ltimo de los
infelices.
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Cagar no es malo, lo malo es que sepa que uno se caga! De este
difundido proverbio copian los hombres pblicos. Ellos saben que robar
no es daoso, el peligro est en que los descubran.
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Nuestros ocupantes no necesitan tener cabezas para usarnos, basta que
haya una barriga, un culo humano y alguno que otro objeto por el cual
percibimos que estamos entre gente civilizada.
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Y pensar que muchas veces, bajo la aparente camiseta de un mendigo, se
protege un corazn de verdad. (Esta frase por lo sentimental parece de
una camiseta de Jersey).
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Y as como el hombre anda tras la caza de un mendrugo, nosotras
andamos tras la caza de un culo, aunque sea gordo.
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La camiseta que hace mosca es la que encuentra la oportunidad de
ubicarse en un esfnter que recin se pone de viaje, esfnter imberbe, no
agredido por la civilizacin (Esfnter que recin sea bachiller), esfnter
de 16 a 18 aos y soltero.
*
Pero qu es esto de triunfo?... Ah! Ah! Sin camiseta el hombre no
llega a nada. El caso de Adan y Eva. Los pobres estn muertos y
olvidados como Faustino Sarmiento. Y eso que Sarmiento era un loco
que dej un anecdotario opulento. De los normales no se acuerda
nadie! () Si triunfo significa tener la cara de Ameghino, o el
semblante de Carena (pensador griego) que fue diputado provincial,
prefiero despetalarme entre las brumas de mi noche eterna. Por lo
menos espiando el ombligo de mi jefe me divierto. Veo tierra de la
poca terciaria.
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Cmo no vamos a ser sucias las camisetas?... Si tenemos que cubrir la
carnaza del hombre! El hombre tiene muy mala leche! Es hijo de puta
aunque est cristianado. Y es lgico! Dios lo sac del barro. Pudo
haberlo hecho de porcelana o triza! Pero tena miedo de que ampliara
su vanidad. Si de barro es tan lleno de miserias, qu cosas no habra
supuesto de s, si lo hace con un material que no tenga olor en los
pies?...
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Decir un secreto es como mover el vientre. Nadie puede guardar la
comida muchas semanas. Los secretos es una alcahuetera pblica,
contada para una sola camiseta. Cuando sea necesario saber algo de la
vida de un hombre, hay que leer y conversar con la anatoma de la
camiseta.
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El orden es el origen de la felicidad de los pueblos. Nosotras
reclamamos el Fascio, solamente el Fascio ha de darnos a nosotras,
camisetas desventuradas, la tranquilidad y respeto que merecemos.
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El hombre futuro ya no necesitar camisetas. Ser sin odos y sin manos.
Volver a su origen. Ser la mitad bagre y la mitad hombre. Como
ahora!, pero sin ropa interior. Por el odo ingresa la palabra que lastima
el alma y la tranquilidad y las manos sirven para masturbarse, tarea en la
que se entretienen muchas personas ancianas. Tendr dos agujeros,
nico origen de la existencia, por donde entra la vida y por donde salen
las vitaminas de regreso,
*
Menos mal que a nosotras nos perpeta una gran poblacin. Esa
poblacin sucia, que se llama democracia, y las mujeres sucias, que son
la mayora. Hay matronas que si no se hubieran casado, no se habran
cambiado la camiseta. Se la cambian porque hay una persona que las
vigila, que es el marido. Y muchsimas nias pierden la oportunidad de
ser inauguradas por sus novios, porque anda con la ropa interior de la
semana pasada. Lavar la camiseta es tan ridculo como lavar los
calamares. Se les quitara la tinta y el sabor. Nosotras, con sudor, somos
como los calamares en su propia tinta.
*
Cuando mi jefe como le digo al que me usa!, se desparrama demasiado
en actividades urolgicas, yo le aconsejo que racione sus pasiones. Un
Jefe, y mucho ms cuando es de polica, est obligado a almacenar sus
ardores. No se puede dejar al rin que pertenece a los intereses
pblicos, en aras de la vagina desconocida. El tenorio no es ms que un
revolvedor de flujos.
*
Estas confidencias me harn parecer a los ojos pblicos como miserable
camiseta, pero bien vale la pena parecer miserable entretanto miserable
de verdad. Pero nosotras tambin tenemos nuestro corazoncito.
Aoramos un posesionario que ame, pero que no nos tenga las tres
cuarta partes de nuestra existencia cerca de los bidets de las
amuebladas. Un amor sin infecciones gonoccicas como aconseja la
Biblia, sin rganos, sin parsitos, sin mucosas. Un amor que se pueda
gozar meditando, porque ya estamos hartas de gozar en las casas de
citas.
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La inmoralidad est en cubrirse, yo se lo digo a Mi Jefe
*
El goce psquico es el nico goce. El otro, no existira si no fuera
apoyado por la meditacin de gozar. Conviene leerlo a Sergio Freud.
(Esto es psicoanlisis puro!) Sin, que t, lector, eres un desgraciado
que no comprendes. No!, digo, eres feliz! Los desgraciados son los que
se dan cuenta. Adems, como cualquier desgraciado llega a destacarse,
conviene no pasar de ah!
*
Halaga en medio de todo (sic) los olores, pasar a la perpetuidad! El
hombre hace de todo para que le digan un discurso cuando se convierte
en finado. Es claro!, le dicen cosas amables porque se va y deja la
vacante.
Corro peligro cuando me rompa, de que me traten como si fuera la
camiseta de un agente de Polica, yo!, que fui nada menos que la
camiseta del Jefe, del que mandaba!
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No podemos las camisetas exigir equilibrio de las cosas comunes. Todo
est trocado! El hombre ha llegado a la etapa de su verdadero fracaso.
Cada hombre es una isla. La razn se debe a que el corazn humano est
sufriendo un exceso de actividad cardiovascular. () Pero a qu
hablamos de pocas brbaras en que para vivir era necesario meditar.
Hoy las camisetas nos lanzamos a la vida sin ninguna idea.
*
Aqu est la vida constitucional de todos los pases de Amrica. Que las
camisetas de los hombres ms destacados hablen!, y se ver que sus
poseedores las usaron para exhibirlas en alcobas adulterinas. As se ha
generalizado la opinin. Los superhombres que manejan la democracia,
creen que ellos se elevan para tener amantes y pasajes gratis en los
ferrocarriles. Estamos acostumbrados a saber que hay hombres de
Estado porque nos dicen las camisetas de los chauffeurs, que
generalmente ven la chapa oficial que tiene el coche de su patrn. De
otra manera, si no fuera por la chapa, jams comprenderamos de qu se
trata.
*
estos animales hombres, que todo lo hacen por el tero. Trabajan
para una amante, o para la amante del barrio, se fatigan por una esposa,
en suma, el trofeo de nosotras las camisetas, es mucosas y ms mucosas.
No slo de pan vive el hombre, y no slo de mucosas vive la camiseta.
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Oler la camiseta es como olerse a s mismo. No veo que tenga nada de
novedoso esta actividad de olerse. El matrimonio no es ms que dos
olores distintos que se precisan para pagar el alquiler del departamento
y los menesteres. Los olores que se llaman en sociedad, los olores que se
reclaman mutuamente en la democracia. Una mujer como un hombre sin
acento en su camiseta, sera como una estatua, que huele a mrmol, pero
hasta el mrmol desprende un tufillo sabroso. Conviene que se le huela
cualquier zona a las estatuas de los paseos los das lluviosos.
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Slo las camisetas de las mujeres virtuosas son las favorecidas. La virtud
es ni ms ni menos, que el premio al olor y a la arruga, con asistencias de
las autoridades.
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Soy la camiseta del ms alto copete de Pelotas (Brasil). Sueo y
ensueo. Hasta ronco. En la vida real las camisetas como las amantes,
tenemos callos y roncamos.
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Pero ensoemos. Es seductor abolirse. Todo es alcaloide: El sueo el
ms grande de ellos.
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La camiseta de Mussolini, la camiseta de Hitler, estn enteradas del
fracaso del corazn humano. Para que estas camisetas fueran
atendibles, en la curiosidad sedienta de actos monstruosos, tuvieron
que negar la madre que lo haba nutrido. S!, echaron abajo todas las
camisetas de los siglos y la historia cultural, cay, hecha aicos!
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El clasicismo era un seor que tambin tena hemorroides como mi jefe
y estos paralticos generales, Mussolini y Hitler, realizaron sus
espiroquetas. Con la mayor reserva, estoy informada por una camiseta
italiana, que Mussolini es especfico y que se trata malamente su les.
Mussolini es un paranoico como Cristbal Coln y Domingo Faustino
Sarmiento, que mascaba hojas de coca y no se hizo nunca ni siquiera un
Nueve catorce. Quin asegura lo contrario?...
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Como soy una camiseta de mangas cortas, en la euforia por decirlo todo
se me astilla el hilo oracional.
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A propsito de la ropa de afuera, no la de adentro, por qu se vestirn
de uniforme los hombres para distinguirse?... Puede creer ms en Dios
un hombre sucio que se viste de cura?---(vase las manos de los curas y
la tierra que conservan en las uas).
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Las camisetas debemos callar. Callar no es acatamiento. El asco tambin
nos zurce la boca a nosotras, las camisetas.
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En la letrina humana intervienen dos poderosos elementos para la
formacin de los pueblos. Ellos son: el asco y el odio. El asco anula,
porque los motivos repugnantes alejan, y el odio, que elabora en su
marmita y gesta en su vientre las arquitecturas ms grandiosas de la
tierra. Yo conoc una camiseta de un pobre desgraciado (generalmente
los desgraciados se creen felices), y frente a esta dolorosa
comprobacin despert su odio a la humanidad, y para mostrarle que no
lo era, grit reiteradamente su fe y ah est y estar.
Este desgraciado es Jess de Nazareth (Lase Jess en una Casa de
Departamentos, de Omar Viole).
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El odio es el nico amigo que secretea, as como el diablo es el nico
enemigo de las monjas y las hermanas de la caridad. El odio aconseja.
Dios abandona y lo somete a prueba. Por qu Dios, que tiene podero,
no lo seca de un decreto al Diablo, como hacen los que estn en el poder
pblico, con los que ellos no aman?...
*
La camiseta del Diablo es amiga de todas las camisetas. No hace
distintivo. Estrictamente republicana. Pero la Camiseta de Dios es
aristcrata
*
El disfraz es la nica diferencia que tienen los mendigos. Las matronas se
disfrazan de pudientes para disfrazar sus miserias. El mendigo
autntico, es una persona que est lejos de la miseria y que slo se
concreta a ofrecer el drama externo de las privaciones.
*
el hombre se pudre ms pronto que nosotras. Las camisetas duramos
unos das ms.
*
Pasamos gran parte de nuestra existencia en medios (sic) de fermentos
y de hongos, pero nuestra respiracin intramolecular, est pagada con
la sacarosa que traemos a las carnes que protegemos. Nosotras somos
las protectoras. Pero en sociedad se niega nuestra obra. El hombre
aborreci y sumi en el anonimato a las camisetas que le hicieron bien
(Lase la historia del mundo).
*
Todos los calefones de las pasiones encendidas, las del oro, las de la
carne, las del mando. Hasta este culo que abrigo se siente Nern en la
poca del radio y de los bares automticos.
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