UNIVERSIDAD DE MEXICO 19
Por Salltiago GENOVES
ORIGEN Y EVOLUCION DEL HOMBRE
CIENCIA
hueso pélvico l'n la ballena, cIue como sesabe no posce cintura pélvica.
Hoy no poseemos con \~ida Il1á~ tIue loscuatro géneros de antropOides arnba mencionados, con algunas especies, y desdelueao nos vemos forzados a establecercon~paraciones a ellos referidas al quererinterpretar restos fósiles de posibles ancestros del hombre actual, que por general son muy fragmentarios y ú~1icos. EI~
tonces olvidamos con frecuencia que dicha comparación, además de en el espacio,debe establecerse en el l'iel'/'Lpo. Por ejemplo, es frecuente leer -adelantando fO,rzosamente conceptos que se desarrollarandespués- que un resto d~d.o de h?mínidofósil (es deci r. un resto fosil de Plthecanthropus o de Cro-Magnon, pongamos porcaso) "representa -el primero- .unaetapa m.ás avanzada que los antropOidesen el proceso de evolución"; 1 claro estáque ello es cierto si entendemos por evolución, evolución hacia el hontln'e actnal,y por antropoide el antro~?ide que hoyvive. El concepto de evoluC1on es, no obstante, más amplio, y sólo nuestro cgo~en
trismo -mezclado con ideas educativaserróneas de las que hemos llamado vestigios- nos lleva a pen.sar qu~ la .evolución, en este caso, no tiene mas fll1 queel perfeccionamiento del hombre en laforma bajo la que se presenta hoy. Enotras palabras, los pitecantropoides sí representan "una etapa más avanzada" quelos antropoides actuales en el proceso deevolución Que conduce a nl/estra especie,pero desde" luego los pitecantropoides serían una rama fallida o aberrante desdeel punto de vista de la evolución de losantropoides actuales. Esto es: Jos ;\I1tropoi des actuales (chimpancé, gorila, orangután, gibón) constituyen con toda seguridad una rama del orden Primates delque la especie de hombre actual -con to-
LA SUPUESTA DESCENDENCIAA PARTIR DE LOS MONOS Y EL
ESLABO PERDIDO
Carlos Darwill 1809-1882
DESDE que apareció El origen de lasespecies de Darwin, hace casi exactamente un siglo, se han sucedido
una multitud de hipótesis y tesis sobre elorigen del hombre. Es interesante sl:ñalar
·que Darwin no se refiere para nada endicha obra a la supuesta descendencia delhombre actual a partir de antropoides actuales. Sin embargo, por uno de esos fenómenos de transposición de conceptos
que con relativa frecuencia ocurren cuando un hecho científicamente comprobadopasa a la mente de la mayoría (que porlo general no está en condiciones de entenderlo ni le interesa fundamentalmentela co:nprobación cientí fica en sí), Se puede aJJreciar que en el concepto de Jos 1IU
e;;pl:cializar1os pri\";l. vagamente. la i(kade que el hombre d('~riende del ll1ono. oque por lo menos el honÜ>re actual ))asóhace muchos miJe;; de años por lIna etapaevolutiva scmejante a la d~ Jo;; :~Tandesantropoides que Sl' Hn hoy en el zoológico -chimpalicé, gorila, orangután y gibón-. Es más, en forma no precisa, estátan extendida la idea que tiene por centroel concepto anterior. que aun en libros yartículos especializados se hallan, con uastante frecuencia, frases que indican cenclaridad que el autor -posible y cspeculativamente-, recibió cuanclo nir:o estainfluencia educativa de la que no se hapodido deshacer del todo. sando un término biológico, cabría llal11a~- a este fenómeno un vestigio, en el sentido en que sellama así a la aparición de un rudimentode cola en el hombre :1ctu:1l o de rcs~os ('e
la. La falsedad vuela mientras que la verdad llega cojeando penosamente tras ella,de manera que cuando los hombres lIeO"an a desengañarse es ya tarde; la bromaha terminado y el cuento ha producidosu efecto; como el hombre que ha pensado en una respuesta aguda cuando ddiscurso ha cambiado o el público ha partido" o como el médico que encuentra unamedicina infalible cuando el paciente yaha muerto.
Considerando la disposición natural quetienen muchos hombres a mentir, y enlas mul ti tudes acreer, me he quedadoperplejo al reflexionar sobre aquella máxima, tan frecuente en todas las bocas,de que a la larga vencerá la verdad. Aquíha estado esta isla nuestra, yaciendo acausa del más grande partido político quehemos tenido en veinte años, bajo la influencia de tales personas y consejos cuyoprincipio e interés en corromper nuestrascostumbres, cegar nuestro entendimiento,agotar nuestra salud y, con el tiempo,destruir nuestra constitución tanto en laiglesia como en el Estado, hasta que, finalmente, fuimos traídos hasta el borde mismo de la ruina; sin embargo, por mediode perpetuas falsedades, no hemos sidonunca capaces de disting-ui r entr~ nue?tras amigos y enemigos. Hemos Visto como una gran parte del dinero de la naciónha ido a parar a las manos de aquellosque por su nacimiento, educación. y mérito no podían pretender nada meJ~r quellevar las libreas de nuestros cnados;mientras que otro que, por su crédito, calidades y fortuna fueron solamente capaces de darle reputación y éxito a la revolución no sólo fueron dejados a unlado por peligrosos e inútiles, ~ino l?anchados por el escándalo de ser pcobll1os,hombres de principios arbitrarios :v pensionistas de Francia; mientras que la verdad, de la que se dice que yace en unpozo, parece enterrada ahora baJO unmontón de piedras. Pero recuerdo queera una queja usual entre los. whigs, quela mayor parte de los terraterllente~ no seencontraban de acuerdo con sus 1l1tereses, lo que algunos de los m~s sabios vieron como un mal agüero; y vimos que f.uecon la mayor de las dificultade? que.pudleron resel-var para sí la mayona, mientrasque la corte y el ministerio se encontrabande acuerdo con el otro lado hasta queaprendieron aqu.el~os admira?les eXJ?edientes para decidir las eleccIOnes e ~n
fluir en los lejanos distritos desde la Clll
oacI alegando poderosos moti\'o~.. Perotodo esto era mera fuerza y coaCClon sostenida. sin embargo, por el más diestroa rti ficio y administración. hasta que elpueblo empezó ~ ~?mprender que S~IS Pl:0piedades, su rehglon y la .monarqtlla llllS
ma se encontraban en peligTo; cuando losvimos esperar vorazmente la primera ocasión para aprovecharse. Pero de este poderoso cambio en lo' ánimos del pueblohablaré con más amplitud en algún trabajo futuro; en el que intentaré desengañadas o engañosas que esperan o pretenden que se trata de una breve locurae11. el ,-ulgode la que pronto ha oe recubrarse; mientras que yo creo que aparecerá ser distinto .en sus causas, síntomasy. consecuencias ); demostrará ser un granejemplo para ilustrar la máxima que mencionaba hace poco de que finalmente(aunque a veces demasiado tarde) prevalece la verdad.
(Trad. de Rafael l\uiz Han·e1I).
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t. C. W/J~/t:1<
......II
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Aclararemos, para terminar, otro de loserrores en que se incurre todavía hoy, apesar de que ya hace muchos años huboquien señalase 10 incompleto de la teoría darwinista, en cierto aspecto, y queha llevado a concebir lo que Darwin llamó "selección natural" -y a lo que Spencer añadió en su concepción filosófica,"supervivencia del más apto"-, comouna "lucha por la existencia" ("el fuertesobrevive, el débil perece", "come o serás comido", etc.), en fin, como si el concepto de selección natural estuviese necesariamente basado en esas ideas.
Es justo sef:alar que en El origen delas especies Darwin escribió: "Debo decir que uso el término lucha por la existencia en un sentido amplio :v metafórico,incluyendo la dependencia de un ser enotro: e incluyendo no sólo la vida del individuo sino la facilidad que posea paradeiar descendientes." Sin embargo, habiéndose expresado así, pronto olvida elconcepto de "dependencia" v continúa enel resto de la obra refiriéndose :1 la "lucha per la existencia" en términos decomeetencia. Esto es, tanto él como su incondicional Th. Huxley hicieron demasiado hincapié y erraron un tanto en laformulación del factor competencia, y engran parte o totalmente ignoraron o suhf'stimarcn el factor cooperación. No lenieron. P11 otras palabras, al fac~or cooperac:ón el lu~ar clebido en el concepto de~elección natur;>l en ¡::articular, V en lasdescripc¡ones del cO:lcepto evolutivo engenera\.
Débe concederse a Kropotkin d mérito de haber sido el primero en señalarestes errores en ctrtículos publ;carlos enseptiembre de 1890 V junio de 1896. Sinembargo: como dije, 'hoy se sigue aún confrecuencia avlicando el concepto de selección natural en la forma limitada V U'l
t;'i1~O elju;voca en que se hizo en 1859.Hay que deiar bien sentaclo,. por su importancia biológica en relación con la Pakontología Humana, que no todo es lucha; que como dijo Kropotkin, "Afortunadamente, la competencia no constituyela reg-la ni en el reino animal ni entre Joshombres. Se limita entre los animales aperíodos excepcionales, v la selección natural encuentra otros campos mejores para su actividad. Se crean mejores condiciones gracias a la eliminación de la competencia por medio de la ayuda mutua, dela cooperación." Bastarán unos ejemplos.
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no hay eslabón perdido, no lo hubo n.uncao no existió jamás en el concepto populary a veces académico que de él se tiene.El círculo que encierra la circunferenc!ade estrellitas en el esquema, es muy ampl:oen el tiempo y en el espacio, y en él encontraríamos una serie de seres suficientemente generalizados, esto es, todavía noespecializados y que podrían dar lugara formas posteriores de diverso aspecto.Pero estos seres, cuya evolució:l -comoveremos en el artículo siguiente- no esarmónica (es decir, no evolucionan a lamisma velocidad manos, pies y piernas.tronco, cráneo, etc.), no pueden ser porlo tanto únicos ni en el tiempo ni en elespacio; de ahí lo erróneo del conc~pto
de eslabón perdido.Es sabido que los restos fósiles co
rres¡::ondientes a esa amplia zona témp.oroespacial de los que dispone el antropólogo,son incompletos y fragmentarios. Orllrre,al tener necesidad -'--dehir.o él la disarmonía- de contar con un buen :lÚl11ero decaracterísticas antes de fijar la posic:ónele un ejemplar dado dentro de nn I':radiente evolutivo, que el diagnóstico debeser, v de hecho es en muchos casos, sólotentativo. a reserva de que hallazgos posteriort's, puedan proporcionar lluevas datos. Es por lo tanto arries¡;ado aventurarmucho sohre el aspecto de partes óseasen restos fósiles de los que nos ocu?amos,cl1e no estén en estrecha relacióil "10rfO
("yolt!tiva con H'S'OS cuya posició:¡ estéb;en establecida. Es concepto erróneo pensar que cuando hablamos del "hombrefósil de .Tava" por ejemplo, contamos conun esqueleto completo V en buenas conrlic:ones, ya que orir;inalmente no se hallómás que una calota cranean;¡. un fémurv unos dientes. (Muchos anos después,1936-39, van Künigswald encontró otrosrestes fragmentarios de cráneo.)
Es éste otro concepto que es r:ecesario poner en claro. Mientras que en algunas formas fósiles no homíllidas y enalgunas homínidas es posible in: :rir rlaspecto físico geaeral -y por ende elestado e\-olutivc- de todo un' individuoa partir, pongamos por caso. de tinos molares. un trozo de mandíbula o un fragmento de pelvis. es bien arriesgado ir muylejos cuando existen razones para sospechar qu~ se trate de restüs de individuospertenecientes a grupos en estado de transición evolutiva, ya sea ésta total -relativa a todo el csqucleto- o parcia\.
das sus variantes geográfic~~, ambientalesmorfológicas- es tamblen una rama,
;in que. podamos establecer entre ambasotras comparaciones que no sean las estrictamente morfológicas pero no de gradiente filético.
En un mundo tan mecanizado ~?mo elactual, se me ocurre la comparaclOn ~Iu.e
se ilustra en el diagrama. El automo':ll1920 -Pithecanthropus- no es masevolucionado que la motocicleta 1957-antropoides actuales- más que si entendemos por evolucionado -erróneamente- todo aquello que conduzca a lalínea automóvil 1957 -homínidos-, encuyo caso, de hec~o, :~ comparación. esabsurda. Pero si hlpotehcamente consIderamos como evolucionado 10 que conducea la motocicleta 1957, el automóvil másmoderno resultaría notablemente "pocoevolucionado".
De aquí la utilidad de la Paleontropología que trata de ir descendiendo en unalínea evolutiva hasta encontrar los puntos de contacto, tanto cronológicos comomorfológicos, con otra u otras. Así esque nos vemos forzados a veces a formular hipótesis basadas sólo en estudios quesiguen la secuencia que señala la linea depuntos ( ) por carecer de otros da-tos, aunque el método a seguir sería elque indica la línea de rayas (- - -).
No creo haber insistido demasiado sobre estos detalles básicos, ni que la comparación sea pueril, puesto que podríaseñalar el anterior error de pbnteamiento en gran número de trabajos publicadosen los últimos años. N o se trata de unacuestión de palabras. Aunque en ciertosaspectos morfológicos se. puede decir-entre comilIas- que, por ejemplo, ell-'ithecar:thropus presenta "algunas características morfológicas de :lspecto intermedio entre el hO:llbre actual V los antropoides actuales". ello no implica que seaun intermedio genealó¡;ico: el automóvilpuede presentar características intermedias entre la motocicleta v el avión, o elavión entre el dirigible v el automóvil. e:1ciert.os aspectos mecánicos. ¡::ero nunca, apartIr del motor de explosión, podemos situar a uno como descendiente o progenitor ancestral del o.tro.
Hay que hacer notar que a medida quedescendemos en el tiempo. podemos :l.clarar relacionando, pero, lo ln:smo que eneste esquema bs cosas se ('cmplican :11existir otras relaciones más ·dlá de lo flueaquí. ?enominamos motor de ,~xplosión.ta~lbl~n en Paleoantro¡::ología surgen com-'plIcaclor:es al tratar de encontrar ese punto común de donde pedamos hacer arrancar, de forma única y defil1itiva, los .:11cestros del hombre y de los antropoidesactuales; esto es, a 10 que se ha daJo enllamar el esla.'Ján perdido y cuyo significado hay que aclarar.
Si tratamos hoy de concretar cuál es elmexicano típico por sus características somáticas nos encontraríamos o con una abstracción resultado de la medida de todoslos mexicanos, otemíes. yucatecus, tarascos, etc., o con que sólo podremos definirlo a grandt;s rasgos. que desde luegose sobrepondran con los de las ctras poblaciones vecinas -wbre todo. en este caso, hacia el sur- v fuera de los límitesde la nación Méxiéo. En otras palahras,o no hay un mexicano tipo o hay muchos.Pues bien, lo mismo oCl1rre con ,~I célebrey ficticio eslabón perdido. O no hay ning-uno. o hay muchos. Penetranflu va ('nPaleoantropología podemos afinna'r que
'loo
PLASTICAS
Arboles blancos
UNIVERSIDAO DE MEXICO
La mayoría de los pájaros emigran haCia el sur al llegar el invierno, evitandoasi la competencia. Muchos roedoresduermen todo el tiempo en que la competencia sería grande, y así la evitan. Alhallarse en número excesivo en un río,los castores se dividen en dos grupos, losviejos yendo río abajo, los jóvenes ríoarriba. La lucha por la existencia poseepues otro carácter bien distinto al de "comer o ser comido". Si imaginamos dosespecies de bacterias -como lo ha ejempli ficado Dobzhansky-, que se multiplican en la misma probeta, alimentándosedel mismo producto, veremos que "compiten" entre sí en el sentido de que cuantomás alimento consuma una especie, menos le quedará a la otra, pero las bacterias no se devoran entre sí. En un teatroestamos respirando todos, pero ahí se acaba la competencia, la lucha. S. J. Holmes
ARTESGIRONELLAPor Raúl FLORES GUERRERO
L A MAYOR PARTE de la yida el pintorAlberto Gironella * transcurre entrelos muros de su estudio, ámbito bre
ve lleno de libros, de muebles de estilos recién muertqs, de graneles les¡c¡ejos qt~~
reflejan maniquíes vestidos a la moda delsiglo XIX, de bGtellas y frascos de mil formas, y en medio de todo esto, como señorde un mundo rico en imágenes y luces debodegón, el caballete de pintor junto a lamesa en que descansan los pinceles, lasresinas, la paleta y la piedra litográficacubierta de colores frescos, dispuestossiempre a imprimir vida a un lienzo.
La obra de Alberto Gironella, discutible, es por eso mismo importante. Dibujante de línea fina, hace a~gún. ti~n:-Po, aúltimas fechas su tendenCIa plctonca loha llevado al empleo de agresivos y fuertes trazos negros que no tratan de bosquejar perfiles. de un. modo naturali~ta
sino que, anunCIando pmceladas .p?~teno
res, preconizan la estructura defmltlva desus obras. Existen, como dibujos, en función de los cuadros que de ellos van a nacer; de allí su potencialidad expresiva.
He seguido la creación de Alberto Gironella paso a paso. Tal vez sea por elloque, como el mismo pintor, vea yo los cuadros hasta ahora realizados en su exactasignificación, es decir, no como creaciones definitivas, sino como e! producto final de una serie de experiencias llevadasa cabo con el objeto predominante de hallar un lenguaje plástico que le permitalanzarse, ahora sí segura y sólidamente,al espléndido campo de la plenitud ,:readora. Tal vez por eso mismo 'cengo laconvicción de que ningún otro pintor desu generación está capacitado, como Gironella, para sostener en el futuro cercano el prestigio de México en el panoramade la pintura contemporánea. El cuent::!con armas efectivas y únicamente válidasen la órbita de! arte: una básica calidad
* Alberto GironelJa expuso recientemente suobra en la Galería Proteo de la Ciudad de México, '
dijo recientemente: "La supervivencia delorganismo dependerá en primer términode la aptitud que exista entre sus elementos constituyentes para llevarse bien unocon otro. Los grupos en los que las partes constituyentes accionan con metas encontratadas, serán rápidamente descartadas."
Una serie de hallazgos de primates fósiles hechos en los últimos años --homínidos o no homínidos-, aun en fecha reciente, y a los que nos referiremos en elfuturo, está haciendo alterar muchos delos conceptos más o menos clásicos queposeíamos sobre Paleoantropología. Noson espectaculares pero sí básicos para elenfoque del árbol filogenético de nuestraespecie.
1 Boule et VaI1ois, 1952. Les Hommes fossi/es,
Tirano Banderas
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estética en sus obras y una clara conciencia del objetivo artístico de su expresión;obj etivo distinto, desde luego, al de losartistas postrevolucionarios, como corr.esponde a un tiempo nuevo, a un nuevo tIpode artistas y a una personalidad diferente.
En el momento en que inició su aprendizaje pictórico, Gironella eligió sus ~aes
tras: e! primero fue Bracque despues lohan sido Velázquez, Gaya y Rembrandt.Como para Gironella las limitaciones técnicas constituyen un crimen de leso arte,se ha lanzado al estudio de los grandesmaestros -a falta de las obras mismas, enlas mejores reproducciones que ha podid?conseguir- impulsado por la Juve11Ilpreocupación de conocer los caminos queconducen a la inmortalidad. Es por eso queno le sucederá encontrarse, de repente,con que ha descubierto algún mediterráneo de la pintura. El sabe de veladuras yde fransparencias porque con las páginasdel Doerner subrayadas y el tacto de losojos bien despierto ha hurgado en lasobras de Rembrandt hasta encontrar e!encarnado que precisamente necesita enalguna de sus creaciones personales.Amante de los brillos y las luces se exalta cuando acierta con los "realces en blanco" que hielan al filo de una espada o hacen profunda y viva una mirada. j Cuántas veces cerrando las persianas de su estudio, se' deja deslumbrar por la luminosidad que desde e! fondo de los cuadrossigue vibrando en la penumbra gracias alas capas subyacentes de pintura blancamodeladas por su enérgico pincel!
l.a obra actual de Alberto Gironellapuede ser considerada bajo tres ~spect?s,
cada uno de ellos animado por 111tencIOnes plásticas y representativas diferentes:a) los retratos -jamás directos, sino intencionadamente imaginativos-; b) laspinturas de objetos inertes -q'ue vandesde las naturalezas muertas hasta e! hacinamiento de hierros oxidados-; y c)los cuadros de paisajes. Estas tres fases,independientes como género, tienen desde luego puntos inevitables de contactoen el tratamiento plástico, por más que encada ocasión este tratamiento, que de hecho constituye la forma en el arte de Gi·ronella, muestre matices de acuerdo conla naturaleza de cada terna.
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