Palabras de Bienvenida alComité Evaluador del CONAIC
Dr. José Enrique Alvarez Estrada
Tal vez a consecuencia de las pecularidades de nuestra profesión, los informáticos,
ingenieros en computación y telemáticos estamos acostumbrados a convivir con los
errores.
Se nos recibe en la Universidad con la desagradable noticia de que, si bien no se puede
demostrar matemáticamente la corrección de un software, sí su incorrección: basta para
ello con encontrar un solo error.
Es célebre la anécdota de Paul Allen y Bill Gates, quienes acordaron con una gran
empresa usar gratis su mainframe mientras encontraran errores en el sistema... ¡acuerdo
que tuvo que romper el fabricante ante la aparente infinitud de los mismos!
De ser el enemigo, con el tiempo los errores pasan a ser un compañero, y llegan a
convertirse en el mejor amigo del programador. Casi cariñosamente les decimos “bugs”.
Y les dedicamos más tiempo y esfuerzo que a ningún otro aspecto de nuestro quehacer.
Tal vez porque conocemos el riesgo que presenta un bug no detectado. La desagradable
experiencia de la Agencia Espacial Europea en 1996, cuando el cohete Ariane 5 explotó
a los pocos minutos de su despegue por una falla de software (según se supo
posteriormente), es un perenne recordatorio para nuestra profesión de lo que significa no
depurar adecuadamente nuestros sistemas.
Aún sabedores de pelear una batalla perdida, no nos rendimos. Hemos desarrollado
metodologías, ciclos de vida, lenguajes de modelado y un sinfín de herramientas que nos
ayudan a aproximarnos asintóticamente a la perfección, sin jamás tocarla. Así es la
naturaleza de esta disciplina; hemos de aprender a convivir con ella, y sacarle el máximo
partido.
Sabemos que no hay peor tester de un sistema que su propio creador: le traiciona el
subconsciente, pues nadie quiere verle los defectos a su propia creación. Por ello,
siempre tratamos de rodearnos de un equipo de fieles beta testers, cuyo aporte consiste
en detectar y reportar tantos errores como sea posible antes de liberar la versión 1.0, de
modo que el usuario final no tenga que lidiar con ellos.
Nuestros usuarios finales son tanto nuestros estudiantes como las distintas
organizaciones que los contratarán una vez egresados. Si queremos cumplir con el
compromiso social que se nos ha encomendado, nuestro trabajo docente debe estar tan
libre de bugs como sea posible.
Y tal cosa no sería posible sin la colaboración de instituciones como el CONAIC, que
con su experiencia y profesionalismo actúa como un auténtico equipo de beta testers,
detectando todo aquello mejorable en nuestro sistema, poniéndonos sobre aviso y
orientándonos respecto a posibles soluciones.
No hace mucho tiempo liberamos, si me permiten la analogía, nuestra versión 1.0 de la
Ingeniería en Telemática. Ha llegado el momento de someterla a una serie de pruebas
para detectar sus debilidades, y elaborar y liberar los patches necesarios.
Damos la bienvenida a la comisión del CONAIC encargada de auxiliarnos en esta tarea.
Les reiteramos nuestro agradecimiento, pues sabemos que su labor nos ayudará a ser
mejores. Y nos ponemos a su entera disposición para iniciar este proceso de evaluación,
que estamos seguros será todo un éxito y del que saldremos fortalecidos.
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