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///nos Aires, 25 de agosto de 2014.
AUTOS Y VISTOS
Para resolver en esta causa n° 3692/13 caratulada “Quispe Juan Carlos y
otros s/ infracción ley 26364” del registro de este Juzgado Nacional en lo Criminal y
Correccional Federal n° 4, Secretaría n° 8, respecto de la situación procesal de Alberto
Choquetarqui Marca (DNI n° 94.057.199, nacido el día 7 de agosto de 1977 en La
Paz, Bolivia, hijo de Justo Choquetarqui Ticona y de Modesta Marca Butista,
actualmente desocupado, domiciliado en Beiró n° 166, Glew, partido de Almirante
Brown, provincia de Buenos Aires, defendido por el Dr. Carlos Orestes Cardozo),
Silvio D’ Amore (DNI n° 21.774.387, nacido el 17 de octubre de 1970, domiciliado en
la calle 9° n° 879, de la localidad de Pergamino, hijo de Incola D’ Amore y de Rosa
Ramona Echecopar, defendido por el Dr. Alejandro Freeland), Rodrigo Maximiliano
Garro (DNI n° 27.687.771, nacido el día 4 de octubre de 1979, domiciliado en
Dinamarca n° 3254, Temperley, comerciante textil, defendido por el Dr. Amilcar
Chiodo), Roberto Simoncini (DNI n° 18.346.645, argentino, nacido el día 10 de enero
de 1967, domiciliado en Libertador n° 1717, Vicente López, contador público,
defendido por el Dr. Gustavo César Romano Duffau), Silvia Graciela Bollada (DNI
n° 17.409.202, argentina, nacida el día 1 de junio de 1965, domiciliada en Lagos n°
1061, Pergamino, psicóloga y empresaria textil, defendida por el Dr. Alejandro
Freeland), Juan Carlos Paravicini (DNI n° 8.52.765, nacido el día 20 de febrero de
1951, ingeniero civil, empresario de la industria textil, defendido por el Dr. Alejandro
Martín Becerra), Mario Aldo Rodríguez (DNI n° 4.334.445, nacido el 6 de agosto de
1927, domiciliado en Tres Arroyos 1285, Ahedo Norte, empresario textil, defendido
por el Dr. Javier Leandro Litvack), Ernesto Ponzini (DNI n° 14.186.503, nacido el día
16 de junio de 1960, domiciliado en la calle Esposos Curie n° 173, Pacheco, defendido
por el Dr. Alejandro Martín Becerra), César Fernando Fucks (DNI n° 22.156.494,
argentino, nacido el día 15 de marzo de 1971, domiciliado en Juan Francisco Segui
3535, 1° piso, comerciante, defendido por el Dr. Gustavo Romano Duffau), Sergio
Alejandro Garber (DNI n° 20.350.431, argentino, domiciliado en Ortega y Gaset
1657, 9° piso "A", empresario, defendido por el Dr. Gustavo Romano Duffau) y de
Yim Chang Yul (DNI n° 92.637.124, surcoreano, nacido el día 29 de octubre de 1967
en Corea, domiciliado en Zañiartu 741, defendido por los Dres. Juan Ramón Palacios y
Horacio Hugo Rivero).
Y CONSIDERANDO
I. Hechos imputados
A Silvia Bollada, Silvio D´Amore, Aldo Mario Rodríguez, Sergio
Alejandro Garber, César Fernando Fucks y Roberto Simoncini, el hecho de haber
constituido como parte de su cadena de producción el taller clandestino ubicado
Santander 873/5 el cual estaba a cargo de Juan Carlos Quispe y Wilma Chacolla Marca
para la producción de las prendas de vestir de su marca y donde, como consecuencia de
dicha asociación se explotó laboralmente a treinta y seis personas. En particular, a
partir de las condiciones en las cuales se desarrolló la relación contractual que existió
con los encargados del taller mencionado, el imputado se benefició económicamente en
razón del bajo monto que tuvo que invertir en mano de obra, producto de la
explotación a la cual fueron sometidas justamente aquellas personas que fabricaban las
prendas de vestir que el imputado comercializaba. En estos lugares, quienes
confeccionaban aquellas prendas eran sometidas a extensas jornadas de trabajo –
algunas llegaban a las 13 horas-, se desempeñaban en precarias condiciones de
salubridad, seguridad e higiene, no se encontraban inscriptos en forma regular, y por
ello recibían una remuneración considerablemente inferior a la acordada por la
normativa vigente en el rubro en que se desempeñaban. Como consecuencia de la
particular situación de vulnerabilidad de cada uno de los trabajadores que acogían, se
los explotaba a través del sometimiento a condiciones de servidumbre laboral. Con el
objeto de reducirlos, algunos de los trabajadores fueron captados pagándoles el viaje
desde su país de origen hasta esta ciudad, dinero que luego le fue descontado del
sueldo acordado por su trabajo y prometiéndoseles regularizar su situación al momento
de obtener su documento de identidad argentino. En tal sentido, se valían de la
condición de extranjeros con visa de turista por noventa días y sin permiso de trabajo
que ostentaban estas personas para obtener su mano de obra a costos inferiores a
aquellos previstos por las regulaciones nacionales, principalmente por la vulnerabilidad
en la que los colocaban su situación de inmigrantes, y bajo la promesa de su pronta
regulación. Puntualmente en el inmueble de la calle Santander 873/5 se encontraban las
siguientes personas, Agustín García Álbarez, Efraín Serrano y Santos Alcon
Huanacuni, resultaron ser: 1) David García Álvarez (DNI n° 94.280.227), 2) Julián
Velásquez Alarcón (CI boliviana n° 8299923), 3) Luís Miguel Siñari (CI boliviana n°
6998453), 4) Edgar Cristian Siñari (CI boliviana n° 6977269), 5) Santos Omar Surco
Serrano (CI boliviana n° 8366612), 6) Prima Guzman (DNI n° 94.408. 819), 7) Alfredo
Bricher Caracila (DNI n° 95.086.719), Carlos Huayhua Quispe (CI boliviana n°
685051, 9) Gladys Quispe Ticona, 10) Magdalena Nina Huyza (DNI n° 94.648.301),
11) Crisóstomo Velásquez Alarcón (CI boliviana n° 10908661), 12) Gladys Quinteros
Condori (CI boliviana n° 8058771), 13) Nelson Miranda Luque (DNI peruano n°
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70045686), 14) Fernando Ezequiel Suelza (DNI n° 37.836.803), 15) Israel Limbert
García Chamba (CI boliviana n° 10004316), 16) David Cristian Limache Mamani (CI
boliviana n° 9873679), 17) Gonzalo Macias Guardia (CI boliviana n° 8702103), 1
Nelson Montecinos Villaroel, 19) Leonel Ferdys Catari Chamba, 20) Gabriel Mamani
Ochoa (DNI n° 94.547.46, 21) Sergio Juanqiuina Nina (CI boliviana n° 9.814.619), 22)
Nirmia Flores Barca, 23) Yamila Dalma Tito (DNI n° 38.682.302), 24) Willy Santos
Corani Machicado (DNI n° 94.086.741), 25) Jesús Andre Villalobos Vargas (DNI n°
94.484.976), 26) Juvenal Romero Arancibia (CI boliviana n° 874943, 27) Ema Nina
Catari (DNI n° 94.176.934), 2 Alberto Hilario Laura (CI boliviana n° 349651, 29)
Marco Antonio Zelaya Condori (CI boliviana n° 11109019), 30) Marilin Rosario Siñari
(CI boliviana n° 9073447), 31) Rosario Ferrufino Machaca (CI boliviana n°
36790326), 32) Ariel Romero Arancibia (CI boliviana n° 8686871), 33) María del
Carmen Zelaya Condori (DNI n° 95.067.135). , 34) Herminia Ramos Flores, 35)
Ángeles Camacho Correa (CI boliviana n° 9192074), 36) Miriam Cecilia Corani Laura
(DNI n° 95.072.413), 37) Maria Mahyuri Chino Mamani (CI boliviana n° 09129357).
En este contexto, el resultado del acuerdo recíproco de beneficios económicos
implicaba necesariamente la utilización de mano de obra esclava que fue encontrada en
pésimas condiciones de seguridad, salubridad e higiene, con una remuneración
simbólica, y, como contrapartida, con un costo de producción de sus prendas de vestir
considerablemente inferior al que deberían abonar si las víctimas que confeccionaban
su ropa hubiesen prestado sus funciones conforme la reglamentación laboral vigente.
A Yim Chang Yul el hecho de haber constituido como parte de su
cadena de producción los talleres clandestinos ubicados en Del Barco Centenera
1878/80 y Doblas 1435/7 en los cuales estaba asociado con Valentín Mamani Lecoña y
Graciela Choquetarqui Catari y de Virginia Mamani Lecoña y Alberto Choquetarqui
Marca para la producción de las prendas de vestir de su marca y donde, como
consecuencia de dicha asociación se explotó laboralmente a seis y catorce personas
respectivamente. En particular, a partir de las condiciones en las cuales se desarrolló la
relación contractual que existió con los encargados de los talleres mencionados, el
imputado se benefició económicamente en razón del bajo monto que tuvo que invertir
en mano de obra, producto de la explotación a la cual fueron sometidas justamente
aquellas personas que fabricaban las prendas de vestir que el imputado comercializaba.
En estos lugares, quienes confeccionaban aquellas prendas eran sometidas a extensas
jornadas de trabajo –algunas llegaban a las 13 horas-, se desempeñaban en precarias
condiciones de salubridad, seguridad e higiene, no se encontraban inscriptos en forma
regular, y por ello recibían una remuneración considerablemente inferior a la acordada
por la normativa vigente en el rubro en que se desempeñaban. Por su parte en el
inmueble de la calle Del Barco Centenera 1878/80 se advirtió la existencia de tres
habitaciones ocultas mediante una pared falsa, a las cuales se accedía por medio del
techo. Como consecuencia de la particular situación de vulnerabilidad de cada uno de
los trabajadores que acogían, se los explotaba a través del sometimiento a condiciones
de servidumbre laboral. Con el objeto de reducirlos, algunos de los trabajadores fueron
captados pagándoles el viaje desde su país de origen hasta esta ciudad, dinero que
luego le fue descontado del sueldo acordado por su trabajo y prometiéndoseles
regularizar su situación al momento de obtener su documento de identidad argentino.
En tal sentido, se valían de la condición de extranjeros con visa de turista por noventa
días y sin permiso de trabajo que ostentaban estas personas para obtener su mano de
obra a costos inferiores a aquellos previstos por las regulaciones nacionales,
principalmente por la vulnerabilidad en la que los colocaban su situación de
inmigrantes, y bajo la promesa de su pronta regulación. Puntualmente en el inmueble
de la calle Del Barco Centenera 1878/80 se sometió a Marianela Lourdes Apaza, (DNI
N° 94.249.043); 2. Marcos Titirico Condori, (D.N.I. N° 94.482.344); 3. Efraín Usnayo
Lopez Research, (D.N.I. N° 94.223.456); 4. Raymi Huamani Caseres, (D.N.I. N°
94.866.95; 5. Sara Corani Laura, (D.N.I. N° 94.857.72; y 6. Sabina Condori Quispe,
(D.N.I. N° 94.586.672) y en el ubicado en Doblas 1435/7 a 1. Juan Carlos Carvajal
Cori, (cédula de identidad boliviana N° 8.449.544); 2. Jhon Adam Carvajal Cori,
(D.N.I. N° 95.031.815); 3. José Luis Quispe Coro, (D.N.I. N° 94.039.324); 4. Cynthia
Verónica Angulo Cruz, (cédula de identidad boliviana N° 11.540.87; 5. Carlos
Huayhua Quispe, (D.N.I. N° 95.071.757); 6. Emiliano Laura Marca, (D.N.I. N°
94.262.709); 7. Javier Isidro Choque Machicado, (cédula de identidad boliviana N°
10.906.703); 8. Samuel Salomón Chura Villca, (D.N.I. N° 95.003.764); 9. Cinthia
Juana Corani Laura, (D.N.I. N° 94.484.969); 10. Rosmery Quispe, (cédula de identidad
boliviana N° 7.005.851); 11. Marco Antonio Quispe Coro, (D.N.I. 94.054.511); 12.
Pablo Choque Machicado, (cédula de identidad boliviana N° 7.036.007); 13. René
Quispe Coro, (cédula de identidad boliviana N° 5.557.26; y 14. Josefina Chipana
Flores, (D.N.I. N° 95.038.193)”. En este contexto, el resultado del acuerdo recíproco
de beneficios económicos implicaba necesariamente la utilización de mano de obra
esclava que fue encontrada en pésimas condiciones de seguridad, salubridad e higiene,
con una remuneración simbólica, y, como contrapartida, con un costo de producción de
sus prendas de vestir considerablemente inferior al que deberían abonar si las víctimas
que confeccionaban su ropa hubiesen prestado sus funciones conforme la
reglamentación laboral vigente.
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A Rodrigo Garro, Juan Carlos Paravicini y Ernesto Ponzini el hecho
de haber constituido como parte de su cadena de producción el taller clandestino
ubicado Doblas 1435/7 el cual estaba a cargo de Virginia Mamani Lecoña y Alberto
Choquetarqui Marca para la producción de las prendas de vestir de su marca y donde,
como consecuencia de dicha asociación se explotó laboralmente a catorce personas. En
particular, a partir de las condiciones en las cuales se desarrolló la relación contractual
que existió con los encargados del taller mencionado, el imputado se benefició
económicamente en razón del bajo monto que tuvo que invertir en mano de obra,
producto de la explotación a la cual fueron sometidas justamente aquellas personas que
fabricaban las prendas de vestir que el imputado comercializaba. En estos lugares,
quienes confeccionaban aquellas prendas eran sometidas a extensas jornadas de trabajo
–algunas llegaban a las 13 horas-, se desempeñaban en precarias condiciones de
salubridad, seguridad e higiene, no se encontraban inscriptos en forma regular, y por
ello recibían una remuneración considerablemente inferior a la acordada por la
normativa vigente en el rubro en que se desempeñaban. Como consecuencia de la
particular situación de vulnerabilidad de cada uno de los trabajadores que acogían, se
los explotaba a través del sometimiento a condiciones de servidumbre laboral. Con el
objeto de reducirlos, algunos de los trabajadores fueron captados pagándoles el viaje
desde su país de origen hasta esta ciudad, dinero que luego le fue descontado del
sueldo acordado por su trabajo y prometiéndoseles regularizar su situación al momento
de obtener su documento de identidad argentino. En tal sentido, se valían de la
condición de extranjeros con visa de turista por noventa días y sin permiso de trabajo
que ostentaban estas personas para obtener su mano de obra a costos inferiores a
aquellos previstos por las regulaciones nacionales, principalmente por la vulnerabilidad
en la que los colocaban su situación de inmigrantes, y bajo la promesa de su pronta
regulación. Puntualmente en el inmueble de la calle Doblas 1435/7 se encontraban a 1.
Juan Carlos Carvajal Cori, (cédula de identidad boliviana N° 8.449.544); 2. Jhon Adam
Carvajal Cori, (D.N.I. N° 95.031.815); 3. José Luis Quispe Coro, (D.N.I. N°
94.039.324); 4. Cynthia Verónica Angulo Cruz, (cédula de identidad boliviana N°
11.540.87; 5. Carlos Huayhua Quispe, (D.N.I. N° 95.071.757); 6. Emiliano Laura
Marca, (D.N.I. N° 94.262.709); 7. Javier Isidro Choque Machicado, (cédula de
identidad boliviana N° 10.906.703); 8. Samuel Salomón Chura Villca, (D.N.I. N°
95.003.764); 9. Cinthia Juana Corani Laura, (D.N.I. N° 94.484.969); 10. Rosmery
Quispe, (cédula de identidad boliviana N° 7.005.851); 11. Marco Antonio Quispe
Coro, (D.N.I. 94.054.511); 12. Pablo Choque Machicado, (cédula de identidad
boliviana N° 7.036.007); 13. René Quispe Coro, (cédula de identidad boliviana N°
5.557.26; y 14. Josefina Chipana Flores, (D.N.I. N° 95.038.193)”. En este contexto, el
resultado del acuerdo recíproco de beneficios económicos implicaba necesariamente la
utilización de mano de obra esclava que fue encontrada en pésimas condiciones de
seguridad, salubridad e higiene, con una remuneración simbólica, y, como
contrapartida, con un costo de producción de sus prendas de vestir considerablemente
inferior al que deberían abonar si las víctimas que confeccionaban su ropa hubiesen
prestado sus funciones conforme la reglamentación laboral vigente.
Finalmente a Alberto Choquetarqui Marca el haber formado parte de la
Cooperativa de Trabajo Taverguis, constituida el día 27 de abril de 2006 por Juan
Carlos Quispe Usnayo –en carácter de Presidente- y Wilma Marca Chacolla –
Secretaria-, y de la cual sería tesorero, con la actividad principal de confección de
prendas de vestir, a través de la cual se explotó y sometió laboralmente a cincuenta y
siete personas. Esta funcionaba de hecho en los inmuebles ubicados en Santander
873/5, Del Barco Centenera 1878/80 y Doblas 1435/7, donde habían tres talleres
textiles dedicados a la confección de distintas prendas de vestir, principalmente jeans.
En estos lugares, las personas que allí prestaban funciones eran sometidas a extensas
jornadas de trabajo –algunas llegaban a las 13 horas-, se desempeñaban en precarias
condiciones de salubridad, seguridad e higiene, no se encontraban inscriptos en forma
regular, y por ello recibían una remuneración considerablemente inferior a la acordada
por la normativa vigente en el rubro en que se desempeñaban. En aquellos
establecimientos confeccionaban prendas a las cuales le colocaban las etiquetas de las
marcas “M51”, “Narrow”, “Berry Blue” y “Zurah Jeans”. Así, dependiendo del lugar
en donde prestaban servicios, se le facilitaba vivienda en los correspondientes talleres
o, en su defecto, en el inmueble ubicado en la calle Beauchef 1163 de esta ciudad,
encontrándose todos estos lugares en condiciones de total hacinamiento y precariedad.
Particularmente en el inmueble de la calle Santander 873/5 existían habitaciones a las
cuales se ingresaban por ventanas de aproximadamente sesenta centímetros de alto y
que su techo no superaba el metro y medio de altura. También en ese lugar había
puertas disimuladas en las paredes por las cuales se accedía a una parte del taller que se
pretendía ocultar y en la cual estaba la mayor parte de los trabajadores. Por su parte en
el inmueble de la calle Del Barco Centenera 1878/80 se advirtió la existencia de tres
habitaciones ocultas mediante una pared falsa, a las cuales se accedía por medio del
techo. En función de lo expuesto, y como consecuencia de la particular situación de
vulnerabilidad de cada uno de los trabajadores que acogían, se los explotaba a través
del sometimiento a condiciones de servidumbre laboral. Con el objeto de reducirlos,
algunos de los trabajadores fueron captados pagándoles el viaje desde su país de origen
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hasta esta ciudad, dinero que luego le fue descontado del sueldo acordado por su
trabajo y prometiéndoseles regularizar su situación al momento de obtener su
documento de identidad argentino. En tal sentido, se valían de la condición de
extranjeros con visa de turista por noventa días y sin permiso de trabajo que ostentaban
estas personas para obtener su mano de obra a costos inferiores a aquellos previstos por
las regulaciones nacionales, principalmente por la vulnerabilidad en la que los
colocaban su situación de inmigrantes, y bajo la promesa de su pronta regulación.
Puntualmente, las personas que fueron sometidas en el inmueble de la calle Santander
873/5, el cual se encontraba a cargo de Juan Carlos Quispe, Wilma Marca Chacolla,
Agustín García Álbarez, Efraín Serrano y Santos Alcon Huanacuni, resultaron ser: 1)
David García Álvarez (DNI n° 94.280.227), 2) Julián Velásquez Alarcón (CI boliviana
n° 8299923), 3) Luís Miguel Siñari (CI boliviana n° 6998453), 4) Edgar Cristian Siñari
(CI boliviana n° 6977269), 5) Santos Omar Surco Serrano (CI boliviana n° 8366612),
6) Prima Guzman (DNI n° 94.408. 819), 7) Alfredo Bricher Caracila (DNI n°
95.086.719), Carlos Huayhua Quispe (CI boliviana n° 685051, 9) Gladys Quispe
Ticona, 10) Magdalena Nina Huyza (DNI n° 94.648.301), 11) Crisóstomo Velásquez
Alarcón (CI boliviana n° 10908661), 12) Gladys Quinteros Condori (CI boliviana n°
8058771), 13) Nelson Miranda Luque (DNI peruano n° 70045686), 14) Fernando
Ezequiel Suelza (DNI n° 37.836.803), 15) Israel Limbert García Chamba (CI boliviana
n° 10004316), 16) David Cristian Limache Mamani (CI boliviana n° 9873679), 17)
Gonzalo Macias Guardia (CI boliviana n° 8702103), 1 Nelson Montecinos Villaroel,
19) Leonel Ferdys Catari Chamba, 20) Gabriel Mamani Ochoa (DNI n° 94.547.46, 21)
Sergio Juanqiuina Nina (CI boliviana n° 9.814.619), 22) Nirmia Flores Barca, 23)
Yamila Dalma Tito (DNI n° 38.682.302), 24) Willy Santos Corani Machicado (DNI n°
94.086.741), 25) Jesús Andre Villalobos Vargas (DNI n° 94.484.976), 26) Juvenal
Romero Arancibia (CI boliviana n° 874943, 27) Ema Nina Catari (DNI n° 94.176.934),
2 Alberto Hilario Laura (CI boliviana n° 349651, 29) Marco Antonio Zelaya Condori
(CI boliviana n° 11109019), 30) Marilin Rosario Siñari (CI boliviana n° 9073447), 31)
Rosario Ferrufino Machaca (CI boliviana n° 36790326), 32) Ariel Romero Arancibia
(CI boliviana n° 8686871), 33) María del Carmen Zelaya Condori (DNI n°
95.067.135). , 34) Herminia Ramos Flores, 35) Ángeles Camacho Correa (CI boliviana
n° 9192074), 36) Miriam Cecilia Corani Laura (DNI n° 95.072.413), 37) Maria
Mahyuri Chino Mamani (CI boliviana n° 09129357). Por su parte, las presuntas
víctimas del taller ubicado en Del Barco Centenera N° 1878, donde sus encargados
eran Valentín Mamani Lecoña, y Graciela Choquetarqui Catari, fueron: 1. Marianela
Lourdes Apaza, boliviana, nacida el 13 de agosto de 1984, DNI N° 94.249.043; 2.
Marcos Titirico Condori, boliviano, nacido el 25 de abril de 1981, titular del D.N.I. N°
94.482.344; 3. Efraín Usnayo Lopez Research, boliviano, nacido el 4 de noviembre de
1979, D.N.I. N° 94.223.456; 4. Raymi Huamani Caseres, peruano, D.N.I. N°
94.866.958; 5. Sara Corani Laura, boliviana, nacida el 18 de noviembre de 1990,
D.N.I. N° 94.857.728; y 6. Sabina Condori Quispe, boliviana, nacida el 10 de enero de
1985, D.N.I. N° 94.586.672. Por último, las personas que fueron sometidas en el taller
de la calle Doblas N° 1435/7, siendo sus encargados Virginia Mamani Lecoña y
Alberto Choquetarqui Marca, eran: 1. Juan Carlos Carvajal Cori, boliviano, nacido el
17 de febrero de 1993, cédula de identidad boliviana N° 8.449.544; 2. Jhon Adam
Carvajal Cori, boliviano, nacido el 3 de noviembre de 1984, D.N.I. N° 95.031.815; 3.
José Luis Quispe Coro, boliviano, nacido el 3 de abril de 1982, D.N.I. N° 94.039.324;
4. Cynthia Verónica Angulo Cruz, boliviana, nacida el día 6 de octubre de 1994, cédula
de identidad boliviana N° 11.540.878; 5. Carlos Huayhua Quispe, boliviano, nacido el
15 de marzo de 1981, D.N.I. N° 95.071.757; 6. Emiliano Laura Marca, boliviano,
nacido el 22 de mayo de 1964, D.N.I. N° 94.262.709; 7. Javier Isidro Choque
Machicado, boliviano, nacido 15 de enero de 1993, cédula de identidad boliviana N°
10.906.703; 8. Samuel Salomón Chura Villca, boliviana, nacido el día 8 de junio de
1992, D.N.I. N° 95.003.764; 9. Cinthia Juana Corani Laura, boliviana, nacida el 27 de
enero de 1985, D.N.I. N° 94.484.969; 10. Rosmery Quispe, boliviana, nacida el día 1°
de agosto de 1989, cédula de identidad boliviana N° 7.005.851; 11. Marco Antonio
Quispe Coro, boliviano, nacido el día 12 de julio de 1987, D.N.I. 94.054.511; 12. Pablo
Choque Machicado, boliviano, nacido el día 29 de junio de 1987, cédula de identidad
boliviana N° 7.036.007; 13. René Quispe Coro, boliviana, nacido el día 23 de octubre
de 1984, cédula de identidad boliviana N° 5.557.268; y 14. Josefina Chipana Flores,
boliviana, nacida el día 17 de marzo de 1981, D.N.I. N° 95.038.193.
II. Inicio y trámite de las actuaciones.
Comenzaron el día 30 de abril del año pasado en razón del procedimiento
practicado por la Administración Federal de Ingresos Públicos -en ejercicio de sus
facultades de fiscalización y control- sobre el domicilio de la calle Santander N° 873/5,
destinado a comprobar el regular cumplimiento de las obligaciones provisionales de los
trabajadores que prestaban servicios en ese establecimiento. En ese momento,
advirtieron una serie de irregularidades que los llevaron a sostener que en el lugar
podría haber víctimas del delito de trata.
Así, el personal de AFIP comunicó tal circunstancia a este juzgado y a la
Policía Federal Argentina.
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A raíz de ello, ante la posibilidad de que allí se lleven a cabo conductas
en infracción a las leyes 26.364 y 26.842, se ordenó el allanamiento del domicilio
mencionado, como así también, de aquél ubicado en la calle Beauchef 1163 de esta
ciudad, lugar donde vivían algunas de las personas que prestaban funciones en el taller
ubicado en Santander 873. Así, se comprobó que en este último inmueble funcionaba
un “taller” textil en el que trabajaban más de treinta personas extranjeras.
Respecto del taller, se constató la existencia de una puerta disimulada que
al estar cerrada parecía la continuación de la pared. Detrás de ella estaban las personas
que prestaban funciones en el lugar, máquinas de costura y prendas de vestir de
distintas marcas.
Al momento de llevar a cabo dicha medida, se identificó a treinta y siete
personas trabajando en ese lugar. A su vez, se produjo la detención de Juan Carlos
Quispe, identificado como el dueño del taller, y de Agustín García Álvarez, Efraín
Serrano y Santos Alcón Huanacuni, quienes organizaban y controlaban las actividades
en ese domicilio, bajo las órdenes de aquél. En virtud de ello, el 2 de mayo del año en
curso se les recibió declaración indagatoria de conformidad con lo normado por el
artículo 294 del Código Procesal Penal de la Nación.
Posteriormente, a raíz de los elementos probatorios recolectados en el
allanamiento de la calle Santander 873/5 de esta ciudad, se determinó que Juan Carlos
Quispe era el presidente de la “Cooperativa Taverguis”, a través de la cual
comercializaba la indumentaria que se fabricaba en el taller allanado.
Sumado a ello, del análisis de la prueba reunida hasta ese momento, se
pudo corroborar que también alquilaba otra propiedad en la calle Del Barco Centenera
1878/80 de esta ciudad, habilitada en el año 2009 como un taller textil a nombre de la
cooperativa que presidía, por lo que se resolvió la realización de tareas de inteligencia
en ese lugar.
En esa ocasión, se constató que desde aquel lugar salió una camioneta
traffic cuya titularidad le correspondía al nombrado. Ante tal situación y, al existir la
posibilidad de que allí hubiera un taller de similares características, se ordenó el
allanamiento de ese inmueble, el cual se llevó a cabo el 14 de mayo de este año,
oportunidad en la que se detuvo a Valentín Mamani Lecoña y Graciela Choquetarqui
Catari, encargados del lugar, y se identificó a seis personas que trabajaban allí.
Por último, al momento de efectuarse ese allanamiento, se determinó la
existencia de un tercer taller ubicado en la calle Doblas 1437 de esta ciudad de las
mismas características y que guardaba estrecha vinculación con el objeto procesal de
estas actuaciones, por lo que también fue allanado.
Finalmente en ese procedimiento se detuvo a Virginia Mamani Lecoña y
se identificó a catorce personas, y posteriormente se libró orden de captura respecto de
Alberto Choquetarqui Marca, en función de que, junto con la nombrada, eran los
responsables del funcionamiento del taller.
A raíz de ello, los días 16 y 17 de mayo se ampliaron las declaraciones
indagatorias de aquéllas personas que se encontraban detenidas y se llevaron a cabo las
audiencias de los imputados identificados en los nuevos allanamientos.
Luego, el día 28 de mayo, se procesó sin prisión preventiva a Juan Carlos
Quispe, Wilma Chacolla Marca, Efraín Serrano Mamani, Agustín García Álbarez,
santos Alcón Huanacuni, Valentín Mamani Lecoña, Virginia Mamani Lecoña y
Graciela Choquetarqui Catari por los delitos de trata de personas, reducción a la
servidumbre y facilitación o promoción de inmigrantes ilegales en el país, resolución
que fue confirmada por la alzada.
Posteriormente, el día 5 de julio se le recibió declaración indagatoria a
Alberto Choquetarqui Marca y se dejó sin efecto su orden de captura.
Dado que en cada uno de los domicilios donde funcionaban los talleres
mencionados se encontraron prendas de vestir de las marcas Narrow, M51, Berru Blue
y Zurah Jeans, las cuales podrían estar implicadas con los hechos investigados, se
comenzaron a realizar diversas tareas de inteligencia tendientes a determinar cada uno
de sus domicilios fiscales.
En consecuencia, una vez ubicados, se allanaron cada uno de estos
lugares como también aquéllos de las empresas que formaban parte de su cadena de
producción. A saber: Narrow –Research Textil SRL- Tucumán 540, piso 19 e Hipólito
Irigoyen 4747, Florida Oeste, Vidatex SA, -empresa que intervenía en la cadena de
producción de esta marca- Pinto 1140, Calle 1 y 6 del Parque Industrial e Hilario Lagos
1061, todos de Pergamino, Provincia de Buenos Aires, M51 –Indu Jeans SA,
Avellaneda 3100, Berry Blue, Avellaneda 3376, Zurah Jeans -Hnos Garro SRL-,
Bogotá 2957, piso 4, dpto. A y finalmente Kroppo SRL – empresa que interviene en la
cadena de producción de esta última marca- Guemes 4177, 3° piso, dpto A y José
Hernández 5053 Munro, Provincia de Buenos Aires.
III. Elementos probatorios.
III. a. Pruebas obtenidas a lo largo de la investigación.
a. 1. Nota realizada en función del llamado telefónico recibido en el
juzgado el día 30 de abril de 2013, en el cual el ayudante Ludovico de la División Trata
de Personas de la Policía Federal Argentina hizo saber que en el inmueble de la calle
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Santander 873 funcionaría un taller textil clandestino y que en la vivienda de la calle
Beachuf 1163 vivirían algunas de las personas que allí prestarían funciones (fs. 4).
a. 2. Declaración del comisario de la Policía Federal Argentina Noemí
Rosaura Flores en la que dejó constancia de que el día 30 de abril del año pasado
personal del juzgado le indicó que gente a su cargo concurra al inmueble ubicado en
Santander 873 para entrevistarse con personal de la AFIP con el objeto de tomar
conocimiento de lo que allí sucedía (fs. 13).
a. 3. Copia del acta de procedimiento de la Unidad 34 del Cinturón Sur
de la Gendarmería Nacional Argentina de fojas 378/382.
a. 4. Acta circunstanciada del procedimiento de la Unidad Cinturón Sur
n° 34 de la Gendarmería Nacional Argentina de fojas 387/388
a. 5. Informe de la AFIP realizado respecto del taller de la calle Santander
873/75, de esta ciudad y de Juan Carlos Quispe Usnayo (fojas 403/503).
a. 6. Consulta del índice de titulares del Registro de la Propiedad
Inmueble de Capital Federal, del cual se desprende que el titular del domicilio de la
calle Santander ° 873/75 es Fischetti Nuncio Antonio, mientras que el titular del
domicilio de Beauchef n° 1163/69, de esta ciudad es Graciela Mabel Malaguti (fojas
531/532).
a. 7. Informes del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, respecto
de las marcas “M-51”, “Narrow” (fojas 533/546).
a. 8. Informe de la A.F.I.P., del cual se desprende que la marca “M-51” se
encuentra registrada a nombre de Indu Jeans SA (cuit n° 20-08406063-2), con
domicilio Fiscal, Legal y Real en la avenida Avellaneda 3100, de esta ciudad. Además,
se informó que la denominación “M-51” registra como titular a Eduardo Salomón Srur
y que los integrantes de la sociedad son Mario Aldo Rodríguez y Ayerra Rosio -ver
fojas 575/625-.
a. 9. Informe de la AFIP, allí se informó que Research Textil S.R.L. (cuit
n° 30-69033391-7) sería responsable de la marca “Narrow”, con domicilio Legal y
Real en Condarco 1555, de esta ciudad, y que los integrantes de dichas sociedad son
Sergio Alejandro Garber y César Fernando Fuks. Asimismo, surge que se vinculó a
Vidatex SA (cuit n° 30-70845793-7) con la marca “Narrow”, la cual posee domicilio
Fiscal, Legal y Real en Pinto 1140, Pergamino, provincia de Buenos Aires y en la cual
surge como integrante de la sociedad, Bollada Silva Graciela -ver fojas 626/667 y fojas
915/989-.
a. 10. Informe del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de
las Personas Damnificadas por el Delito de Trata (fojas 1073/1075).
a. 11. Declaración testimonial del Ayudante Rocio Anahí Ludovico de la
División Trata de Personas de la Policía Federal Argentina de la cual se desprende que
entrevistó a tres vecinos del domicilio de la calle Santander 873/75 a fin de que
informen acerca de la existencia del taller clandestino (fojas 1173).
En este sentido, prestó declaración Marcelo Di Giovanni quien manifestó
que suponía la existencia del taller debido al movimiento de personas, vehículo y
maquinaria textil. También, declaró Vanina Laura Garbarini quien refirió que solo
observó el ingreso y egreso de un matrimonio al domicilio allanado, como así también
la concurrencia de camionetas y camiones durante horas de la noche. Por último, de la
declaración de Ivi César Gimigliano se desprende que además de observar el ingreso y
egreso de una persona de sexo masculino y otra de sexo femenino, pudo ver, sobre el
garage del domicilio, la entrada y salida de una camioneta de color blanca (fojas
1175/1177).
a. 12. Constancias de la A.F.I.P. de la cual se desprenden los domicilios
de los contribuyentes de la marca “Narrow”, a saber: “Vidatex S.A.” posee domicilio
en la calle Pinto 1140, Pergamino, provincia de Buenos Aires -no verificado-
“Research Textil S.A.” tiene domicilio fiscal en la calle Tucumán 540, piso 19,
departamento F, de esta ciudad -verificado-, y domicilio legal y real en Condarco 1555,
de esta ciudad -verificación negativa-.
Asimismo, se observa el domicilio de “Indus Jeans S.A.”, contribuyente
de la marca “M-51”, el cual se sita en la avenida Avellaneda n° 3100, de esta ciudad -
verificado-.
En otro orden, surge el domicilio de “Yim Chang Yul”, contribuyente de
la marca “Berry Blue”, cuyo domicilio fiscal es en la avenida Avellaneda n° 3376, de
esta ciudad -verificación positiva- y domicilio legal y real en la calle Sarmiento n°
2454, 3° piso, departamento 16, de esta ciudad -verificación negativa-.
Por último, se lee el domicilio de “Hnos. Gorro S.R.L.”, contribuyente de
la marca “Zurah”, cuyo domicilio fiscal se ubica en la calle Bogotá 2957, piso 4°,
departamento A, de esta ciudad -verificado- y domicilio legal y real en la calle
Dinmarca 3254, Temperley, provincia de Buenos Aires -verificación negativa (fojas
1519/1524).
a. 13. informe de la Procuraduría de Trata de Personas y Secuestros
Extorsivos del que se desprende el resultado de los coeficientes de explotación respecto
de las víctimas halladas al momento de realizarse los allanamientos, en el cual
puntualmente se concluyó que: “las precarias condiciones de salubridad, seguridad e
higiene en las que se desarrollaba la actividad laboral; particularmente, la omisión de
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inscripción de los trabajadores, las condiciones de total hacinamiento tanto el taller de
Santander 873/75, como la vivienda de Beauchef 1163 y las habitaciones ocultas
descubiertas en los talleres de la calle Santander y Del Barco Centenera 1878/80, y
también las habitaciones del taller de Santander a las que se accedía por ventanas de
aproximadamente sesenta centímetros de alto y que sui trecho no superaban el metro y
medio de altura, sumado al coeficiente de abuso derivado del cálculo de la mayor
parte de las víctimas, dejan en claro que estamos ante un caso de explotación sin más”
(fojas 1540/1659).
a. 14. Constancias del Registro de la Propiedad Inmueble, extraídas de
internet, de las cuales se desprenden las titularidades de los domicilios de las calles Del
Barco Centenera 1878, de esta ciudad -cuyos titulares son Álvarez De Rome Teresa
Rosa y Rome Antonio- y Doblas 1435, de esta ciudad -resultando titulares Gelabert
Cristina Irene y Gelabert Eduardo Luís- (fojas 1664/65).
a. 15. Informe remitido desde la AFIP en el cual se aportan copias de
remitos de “Research Textil S.R.L.”, copias de remitos de “Vidatex S.A.” de fojas
1797/1810 y copias de facturas A de la cooperativa de trabajo “Taverguis Limitada” de
fojas 1787/2013.
a. 16. Informe aportado por el Programa Nacional de Rescate y
Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el delito de Trata respecto de su
presentación –coordinada por la Lic. Mariana Schvarz- en los domicilios sitos en la
calle Santander 873/5 y la calle Beauchef 1163, ambos de esta ciudad. En el primer
domicilio personal de dicha entidad constató la presencia de tres encargados, a saber:
Efraín Cerrano Mamani, Agustín García Álvarez y Santos Alarcón Huanacuni.
También surge que, se entrevistó con quien manifestó ser su dueño –Juan Carlos
Quispe Usnayo-. Asimismo, de dicho informe surge que se mantuvieron entrevistas
confidenciales e individuales con los trabajadores que a continuación se detallan: 1)
Crisóstomo Velásquez Alarcón, 2) Julian velásquez Alarcón, 3) Marco Antonio Zelaya
Condori, 4) David García Alvarez, 5) Gladys Quispe Ticona, 6) Alberto Hilario Laura,
7) Cristian García, Cristian Limache Mamani, 9) Rosario Ferrufino Machaca, 10)
Ariel Romero Arancibia, 11) Juvenal Romero Arancibia, 12) Marilin Rosario Siñari,
13) Luís Miguel Siñari, 14) Edgar Cristian Siñari, 15) Israel Lamber García Chamba,
16) Willy Santos Corani Machicado, 17) Herminia Ramos Flores, 1 Gonzalo Masias
Guardia, 19) Alfredo Bricher Caracila, 20) Sergio Juaniquia Nina, 21) Prima Guzman,
22) Gabriel Mamani Ochoa, 23) Ema Nina Catari, 24) Nirmia Flores Barca, 25) Dalma
Camila Tito, 26) Fernando Ezequiel Súbelza, 27) Leonel Ferdis Catari Chamba, 2
Carlos Huayhua Quispe, 29) Nelson Montesinos Villarroel, 30) Santos Omar Surcos
Serrano, 31) Nelson Miranda Luque, 32) Jesús André Villalobos Vargas, 33) Ángeles
Camacho Correa, 34) Gladys Quinteros Condori. Cabe destacar que allí mencionaron
los puntos relevantes de dichas entrevistas y una detallada descripción del lugar.
Por otra parte, y respecto de su presentación en el domicilio de la calle
Beauchef 1163, se constató la presencia de Nena Corani Machicado -esposa de Santos
Alarcón- junto con los tres hijos y, además, tres personas mayores de edad que fueron
identificadas como familiares de trabajadores del lugar, con quienes se mantuvieron
entrevistas confidenciales e individuales, a saber: 1) María del Carmen Zelaya Condori,
2) María Maghyuri Chino Mamani, 3) Miriam Cecilia Corani Laura. Por último, se
hizo mención a los puntos relevantes de dichas entrevistas, plasmaron algunas
consideraciones profesionales y se realizó una detallada descripción del lugar (fojas
1831/1845).
a. 17. Informe remitido desde el Programa Nacional de Rescate y
Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata del que se
desprende que personal de esa institución se presentó en el domicilio de la calle Del
Barco Centenera n° 1878/80, al momento de su allanamiento, y entrevistaron a cada
una de las personas que se encontraban en el lugar, quienes serían presuntos
trabajadores (fojas 1849/1852 y 2091/93).
a. 18. Informe remitido desde el Programa Nacional de Rescate y
Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata del que se
desprende que personal de esa institución se presentó en el domicilio de la calle Doblas
n° 1437, luego de su allanamiento, y entrevistaron a cada una de las personas que se
encontraban en el lugar.
De aquél surge que las personas que allí trabajaban reconocieron a
Virginia Mamani Lecoña y Alberto Choquetarqui Marca como los dueños del lugar y
quienes son responsables del funcionamiento del taller.
Según lo informado, las personas entrevistadas estarían sufriendo una
situación de desarraigo y vulnerabilidad que subsistía al momento de ingresar al país,
hecho que cada uno de ellos realizó en búsqueda de una mejor situación económica.
Por otro lado, según las declaraciones de las profesionales las condiciones de trabajo
eran impuestas unilateralmente, incluso tanto el ingreso como egreso del lugar y el
horario en el cual se llevaba a cabo era controlado por los dueños del taller (fojas
1846/48 y 2087/89).
a. 19. Informes realizados en función de las entrevistas realizadas por
personal de la Oficina de delegados de la Cámara de este Fuero a las víctimas. De
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aquéllas se desprende que cada una de estas personas padece una grave situación
económica y habitacional (fs. 1908/62, 1968/69, 1977/80, 2041/49).
a. 20. Informe del Ministerio de Desarrollo Social en el cual se hace
saber que la Cooperativa de Trabajo Taverguis fue inscripta el día 22 de agosto de
2006 (fojas 2050/68 y 2282/83).
a. 21. Contrato de cesión temporaria de derechos de uso de la marca M51
de Eduardo Salomón Srur a Aldo Mario Rodríguez (fs. 2310/2311).
a. 22. Informe realizado por el personal de la AFIP sobre la
documentación e información obtenida de cada una de las marcas investigadas en la
causa. De aquél se desprenden los siguientes datos (fs. 2597/2770).
Respecto de Vidatex SA y Research Textil SRL: “En base a la
documentación obtenida y a modo de ejemplo, mientras que en el mes de marzo del
2012, Vidatex SA abonaba al taller de Santader 875, de acuerdo a facturas 0001-
00000628, 0001-00000630, 0001-00000631 un total de $12,30 por la confección de
cada prenda, la referida sociedad facturaba a Research Textil SRL, costos unitarios que
oscilan enntre $47,64 a $65,09 en concepto de pantalones Denia (facturas Vidatex SA
n° 001-3070, n° 001-3071, n° 001-3078, n° 001-3066, n° 001-3064 y n° 001-3063)”
De Indus Jeans SA: “Durante los años 2007 a 2009, el taller habría
realizado la confección de pantalones jean, por un precio unitario de $2,00. Siendo que
el costo que el taller consigna en sus planillas es de aproximadamente $1,80. Durante
el año 2010 y hasta aproximadamente 03/2011, Indus Jeans habría abonado $3 por jean
(factura Cooperativa de Trabajo Taverguis Limitada n° 001-00481 a 001-00485 y 001-
00495 a 001-00498. Por su parte de acuerdo a cuaderno con detalles de costos
encontrado en el taller, se observa que para las prendas de la marca, en concepto de
mano de obra totalizaba costos máximos que alcanzarían hasta los $3,331 según marca
M51-corte:21/8-fecha 03/11/2010)”.
Respecto de Hnos Garro SRL –marca Zuraha Jeans-y Kroppo SRL: “se
estableció que habría vínculo directo entre Hnos Garro SRL y el taller a través de
comprobantes de “Mercadería en Tránsito” de Zurha Jeans de Hnos Garro a Kroppo
SRL con domicilio en Doblas 1437, por el que se remiten pantalones jean a
confeccionar”.
También expuso que “sobre la cadena de costos surge de formularios de
mercadería en tránsito de Hnos Garro (por ejemplo n° 0002-00000282 de fecha
19/04/2013) a Kroppo SRL que le abonarían al taller por la confección de cada
pantalón jean la suma de $10.00 (…) Por la misma tarea de confección, en los meses
de abril y mayo de año 2012, el precio abonado ascendía a &6.50
Respecto de la marca Berry Blue: “En el taller de Del Barco Centenera,
Yim Chang Yul es identificado como dador de trabajo por Mamani Lecoña Valentin.
Y, en posterior allanamiento en Avellaneda 3376 CABA, domicilio fiscal de Yim
Chang Yul, se encontró un cuaderno donde se detallan las entregas de trabajo de
Valentin”
a. 23. Vistas fotográficas y declaraciones de los testigos que participaron
en los allanamientos realizados en la causa.
a. 24. Documentación secuestrada en el inmueble de la calle Doblas
1435, relacionada con Alberto Choquetarqui Marca. Se encontraron facturas de las
empresas Telefónica, Metrogas, Recsa Cobranzas y Cablevisión a su nombre.
a. 25. Diferentes actas de asambleas ordinarias de la cooperativa del año
2006 en adelante, encontradas en el inmueble de la calle Santander 873 . Entre ellas, es
posible destacar que, en primer término, en todas Juan Carlos Quispe suscribió como el
presidente. A su vez, en las actas de fecha 13 de mayo del año 2011 y 15 de mayo de
2012, como secretaria firmó Wilma Chacolla Marca. Asimismo, se puede destacar el
acta n° 9 del 5 de abril de 2007 en la cual se designó como tesorero a Valentín Mamani
Lecoña, mientras que en el acta n° 14 del 5 de septiembre de 2007 se asoció a la
cooperativa a Alberto Choquetarqui Marca, Agustín García Alvarez y Virginia Mamani
Lecoña. En el acta n° 22 del 24 de abril de 2008 se observa que la designación de
Alberto Marca Choquetarqui como tesorero de la cooperativa. Además, del acta n° 34
de fecha 10 de marzo de 2009 Valentín Mamani Lecoña y Agustín García Albarez
ceden sus cuotas a Wilma Chacolla Marca.
a. 26. Máquinas secuestradas en Santander 873/5 de esta ciudad: 1
máquina recta SUNSTAR Mod. KM-250B, Serie N° 60608216, 1 máquina recta
SUNSTAR Mod. KM-250B, Serie N° 50414069,1 máquina recta SUNSTAR Mod.
KM-250B, Serie N° 30422953,1 máquina recta SUNSTAR Mod. KM-250B, Serie N°
50813693, 1 máquina recta SUNSTAR Mod. KM-250B, Serie N° 50510653, 1
máquina recta SUNSTAR Mod. KM-250B, Serie N° 14124960, 1 máquina recta
SUNSTAR Mod. KM-250B, Serie N° 51112544, 1 máquina recta SUNSTAR Mod.
KM-250B, Serie N° 30520129, 1 máquina recta doble aguja SUNSTAR Mod. KM-
757BL, Serie N° 80109501, 1 máquina recta doble aguja SUNSTAR Mod. KM-
757BL, Serie N° 70507707, 1 cabezal máquina recta doble aguja SUNSTAR Mod.
KM-757BL, Serie N° 30625163, 1 cabezal máquina recta doble aguja SUNSTAR
Mod. KM-757BL, Serie N° 71204913, 1 máquina recta doble aguja FOMAX Mod.
KDDZ-8872, Serie N° 572026, 1 máquina recta automática JUKY Mod. DDL-9000B-
5H, Serie N° 8DOED11043, 1 máquina recta automática TYPICAL Mod. GC6-8-
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D3E2, Serie N° 260400002, 1 cabezal máquina recta TYPICAL Mod. GC0302CX,
Serie N° 08040602, 1 cabezal máquina recta JACK Mod. JKT-T8388, Serie N°
70803779, 1 máquina metra TAKING TK-926-PL-XL Serie N° S/N, 1 máquina metra
TAKING TK-926-PL-XL Serie N° 0022224, 1 máquina atraque TAKING TK-1842H
Serie N° T203672, 1 máquina atraque TAKING TK-1842H Serie N° T201892,1
máquina atraque neumática JUKY LK-1852, Serie N° LKOWC36388,1 máquina
overlock 5 hilos PEGASUS M732-86, Serie N° 8239201, 1 máquina overlock 5 hilos
PEGASUS M732-86, Serie N° 8321452, 1 máquina overlock 5 hilos PEGASUS
M732-86, Serie N° 8239188, 1 máquina overlock 5 hilos PEGASUS M732-86, Serie
N° 8239195, 1 máquina overlock 5 hilos PEGASUS M732-86, Serie N° 8121635, 1
máquina cinturera SIRUBA HPR0464-254P, Serie N° 472555, 1 máquina cinturera
KANSAI FBX-1104PA-2WAC, Serie N° 0710319, 1 máquina presillado KANSAI B-
2000C, Serie N° 526436, )1 máquina presillado KANSAI B-2000C, Serie N° 314432,
1 máquina bolsillera MITSUBISHI, PLK-A2016F, Serie N° 430652, 1 máquina
bolsillera MITSUBISHI, PLK-A0804F, Serie N° 460891, 1 máquina bolsillera
MITSUBISHI, PLK-B2516, Serie N° 670268, 1 máquina bolsillera MITSUBISHI,
PLK-A2016F, Serie N° ,1 dobladora y planchadora de bolsillo doble DRP, Serie N°
s/n, 1 máquina dobladillo JUKY DLN-6390-7, Serie N° 203EL00071, 1 balancín TKM
Doble, Serie N° s/n, 1 máquina de bordados ZSK Mod. 174/12-330, Serie N° S/N, 1
máquina de bordados ZSK Mod. X1811, Serie N° S/N, 1 máquina volcadora de
botamanga FADEPE Mod. B500, Serie N° 01705082, 1 devanadora de hilos para 1
carrete, eléctrica ELEKTR. SPULER, Serie N° 574181, 1 prensa hidráulica manual
c/mesa y corredera,1 hidrolavadora KARCHER K 5.700 c/manguera, porta lanza y
pistola, 1 desmalezadora a combustible KOMBERG Mod: KBD52KP, 1 colocadora de
tachas a pedal, 8 motores de máquina recta de ½ HP en deshuso,1 máquina de corte
recta 10 pulgadas marca EASYMAN Serie Nº C34458-5, 1 máquina marca SINGER
TYPE 1650 Serie Nº 1279, 1 máquina de coser recta SUNSTAR Mod. KM-250 B
Serie Nº 50813805, 1 máquina de coser recta SUNSTAR Mod. KM-250 B Serie Nº
71107720, 1 máquina de coser recta SUNSTAR Mod. KM-250 B Serie Nº 14121584, 1
máquina de coser recta SUNSTAR Mod. KM-250 B Serie Nº 70908804, 1 máquina de
coser recta SUNSTAR Mod. KM-250 B Serie Nº 71113724, 1 máquina de coser recta
SUNSTAR Mod. KM-250 B Serie Nº 14065000, 1 máquina ojaladora marca
DURKOPP E312/30 Nº Serie 558-31391, 1 Ojaladora Marca AMF REEDE Modelos
S-100 sin numero , 1 máquina pega botones automática EBERLE Modelo MR-7 Serie
Nº 4341, 1 máquina pega botones automática EBERLE Modelo MR-7 Serie Nº 4380, 2
Balancines para colocar remaches identificación de “Maquinarias Bernard” sin
números, 1 maquina collareta Kansai modelo WX-8803F Serie Nº 0735551, 1 cabezal
desarmado Overlock con pie y motor, en desuso, marca CONSEV modelo 51642-35,
sin Nº serie, 1 máquina overlock de 3 hilos marca SIRUBA, modelo 504M2-04, serie
Nº K110037808, 1 máquina de coser recta 2 agujas, Marca SUNSTAR, modelo KM-
757BL, Nº serie 51112696.
a.27.Máquinas secuestradas Del Barco Centenera 1878/80 de esta ciudad:
1 máquina recta SUNSTAR Mod. KM-250B, Serie N° 10006775, 1 máquina recta
SUNSTAR Mod. KM-250B, Serie N° 11A13155, 1 máquina recta SUNSTAR Mod.
KM-250B, Serie N° 10104859, 1 máquina recta SUNSTAR Mod. KM-250B, Serie N°
10104825, 1 máquina recta doble aguja SUNSTAR Mod. KM-757BL, Serie N°
35017370, 1 máquina recta doble aguja SUNSTAR Mod. KM-757BL, Serie N°
10F12374,1 máquina recta doble aguja SUNSTAR Mod. KM-757BL, Serie N° (no se
pudo leer), 1 máquina atracadora TRAKING Mod. TK-1842H, Serie N° T007761, 1
máquina atracadora TRAKING Mod. TK-1842H, Serie N° T024925, 1 overlock de 5
hilos PEGASSUS, Mod. M732-86, Serie N° 8121931, 1 overlock de 5 hilos
PEGASSUS, Mod. M732-86, Serie N° 0434788, 1 tachadora automática JAPSEN
Mod. J-90, Serie N° 117001, 3 cabezales de máquina recta, en desuso, 2 motores de
máquina de ½ HP GEMSI (ambos tiene identificación manuscrita de C1 Y C2), 1
volcadora de cuellos a pedal, 1 tachadora a pedal en deshuso.
a. 28. Máquinas secuestradas en Doblas 1435 de esta ciudad:1 máquina
ojaladora para ojal redondo marca REECE, doble polea, sin N° de serie, 1 máquina de
presillas marca KANSAI, mod. B-2000C, serie N°1114505, 1 máquina tachadora
marca JACK, sin N° de serie,1 máquina recta marca SUNSTAR, mod. KM-250B, serie
N° 80305405, 1 máquina recta marca SUNSTAR, mod. KM-250B, serie N°
81207522,1 máquina recta marca SUNSTAR, mod. KM-250B, serie N° 81207667, 1
máquina recta marca SUNSTAR, mod. KM-250B, serie N° 71003791,1 máquina recta
marca SUNSTAR, mod. KM-250B, serie N° 80211794,1 máquina recta marca
SUNSTAR, mod. KM-250B, serie N° 80305363, 1 máquina recta marca SUNSTAR,
mod. KM-250B, serie N° 10L04585, 1 máquina recta marca SUNSTAR, doble aguja
mod. KM-757BL, serie N° 71112906, 1 máquina recta marca SUNSTAR, doble aguja
mod. KM-757BL, serie N° 11L25478,1 máquina recta marca TYPICAL, doble aguja
mod. GC6220B, serie N° 241130167,1 máquina recta marca TYPICAL, doble aguja
mod. GC6220B, serie N° 280430145,1 máquina overlok 5H marca PEGASUS, mod.
M732-86, serie N° 8239162, 1 máquina overlok 5H marca PEGASUS, mod. M732-86,
serie N° 81915931 máquina overlok 4H marca PEGASUS, mod. M752-17, serie N°
8324121, 1 máquina metralla marca TAKING mod. TK-926-PL-XL, serie N°
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0031554, 1 máquina cinturera marca KANSAI Special mod. DFB-1404WB, serie N°
0727951,1 máquina atracadora marca TYPICAL mod. GT-680-021, serie N°
180390046, 1 máquina tachadora a pedal, marca MC, sin N° de serie, 1 máquina
tachadora a pedal, marca CH, sin N° de serie,1 dobladora de botamanga doble,
amurada al piso, 1 volcadora de bolsillos manual.
a. 29. Informe remitido por la Administración Federal de Ingresos
Públicos, en el cual se hizo sabe rque no surgen en su base de datos relaciones entre
Kroppo SRL y Hnos. Garro SRL o Yimg Chang Yul y que Erneso Ponzini se
desvinculó de dicha empresa en el año 2004 –fs.3257/3258-.
a. 30. Informe remitido por el Centro Demostrativo de Indumentaria, del
cual surge la cantidad de prendas de vestir y retazos secuestrados en cada uno de los
domicilios (ver incidente 7, fojas 69/71)
III. b. Documentación y efectos secuestrados en cada uno de los
allanamientos e inspecciones oculares realizados sobre los domicilios legales de las
empresas de cada una de las marcas implicadas.
Si bien durante los procedimientos realizados se obtuvo gran cantidad de
documentación, en este punto se individualizará aquélla de utilidad para analizar la
posición en la cual se encuentra cada uno de los imputados, cuya situación procesal se
resolverá en la presente.
b. 1. Documentación relacionada con las empresas Research Textil
SRL –marca Narrow- y Vidatex SA –empresa tercerizada-.
Santander 873: El día 30 de abril, durante el procedimiento realizado en
este inmueble se secuestró la siguiente documentación de interés.
1. 1. Carpeta azul con la inscripción “confecciones” en las cuales figura
la marca Narrow.
1. 2. Cuaderno espiral negro que reza “Ledesma Executive” en donde
figura “cheque de narrow” de fechas 10 y 28 de noviembre y 5 y 12 de diciembre de
2012, por una suma total de doscientos setenta y cinco mil pesos.
1. 3. Cuatro cuadernos, uno azul con la inscripción “Avon”, uno naranja
que reza “Quadra” y dos marrones con la inscripción “Magisterio Quality” en donde
figuran manuscrito distintos modelos de prendas de la marca Narrow.
1. 4. Un talonario de facturas “A” de la Cooperativa de Trabajo taverguis
Limitada, donde se encontraron las siguientes facturas a Vidatex SA: De los días 2, 6 y
12 de noviembre de 2012 por la suma de $49.113.90, $48.369.75 y $29.766, por la
cantidad de 3.300, 3.250 y 2.000 prendas respectivamente a $12.30 la unidad. De los
días 28 y 30 de diciembre de 2012 por la suma de $29.766 y 25.830 por la cantidad de
2.000 y 2.100 prendas respectivamente a $12.30 la unidad. Del 1, 18 y 24 de enero de
2013 por la suma de $22.324, 29.766 y 26.789.40 por la cantidad de 1.500, 2.000 y
1.800 prendas respectivamente, a $12.30 la unidad. De los días 8 y 25 de febrero de
2013 ambas por la suma de $18.603,75 por 1250 prendas a $12.30 la unidad. De los
días 6, 13 y 26 de marzo de 2013 por la suma de $18.603.75, $19.347 y $17.859.60 por
la cantidad de 1250, 1300 y 1200 prendas respectivamente, a $12.30 la unidad.
1. 5. Libros anillados números 11, 12, 13, 14 15 y 16 en donde figura la
marca Narrow con las siguientes planillas y sus respectivos “remitos en proceso de
confección” de la Cooperativa de Trabajo Taverguis a Vidatex SA. El n° 11 tiene dos
planillas en las cuales se detallan el trabajo de 1500 y 429 prendas de vestir de fecha 9
y 21 de abril de 2010. El n° 12 tiene siete planilla donde se detallan 1450 prendas de
fecha 31 de mayo de 2010 y 876, 144, 1440, 852, 148 del día 24 de abril hasta el 29 de
junio de 2010 y 1152 del 7 de junio del mismo año. El n° 13 tiene dos planillas donde
figuran 1000 prendas de vestir del día 17 julio de 2010, y 3000 del día 27 de
septiembre del mismo año 10. El n° 14 tiene dos planillas, una donde figuran 1460
prendas del día 11 de noviembre de 2010 y otra sin fecha. El n° 15 tiene cinco
planillas, dos del día 13 de enero de 2011 donde figuran 826 y 1180 prendas de vestir,
y tres más de 504, 420, 848 de los días 2, 12 y 18 de diciembre de 2010. Finalmente, el
cuaderno n° 16 solo una donde se detallan 930 prendas del día 19 de febrero de 2011.
Según lo anotado, el precio por unidad oscila entre $1.5 y 4.
1. 6. Diecisiete notas de la empresa Vidatex SA dirigidas a “Juan Kisper,
Santander 873” en donde cada una de ellas cuenta con un listado de cheques en
conceptos de pagos. Las sumas son: el 14 de enero de 2011 $38.099.40, el 4 de marzo
$18.000, el 13 de mayo $30.826.30, el 7 de junio $61.760, el 23 de junio $17.00, el 22
de julio $10.400, el 4 de agosto $31.395.27, el 8 de octubre de $49.000, el 29 de
octubre $45.000, el 5 de noviembre $30.000 más $40.000, el 17 de noviembre $
50.000, el 28 de diciembre $33.997, el 4 de febrero del año 2012 $ 53.932.10, el 25 de
abril $89.000, el 13 de julio $75.000 y el 24 de agosto $ 132.500.
1. 7. Cinco fotocopias de recibos donde figura el nombre de Juan Carlos
Quispe y Silvio D´Amore.
1. 8. Veintitrés remitos de la empresa Vidatex SA dirigidos a “Juan
Kisper, Santander 873” con fecha desde el 5 de enero de 2011, hasta el 13 de marzo de
2013 por un monto desde $40 hasta $100.000.
1. 9. Una factura a nombre de la Cooperativa de Trabajos Taverguis
Limitada, dirigida a Vidatex SA de fecha 30 de noviembre de 2011 por la suma de $
75.025.20, dos facturas anuladas, cinco factura de fecha 2, 7, 16, 22 y 29 de agosto de
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2012 por una suma total de $141.388.5, cuatro facturas de los días 4, 12, 20 y 26 de
junio de 2012 por una suma total de $254.499.3, cuatro facturas de los días 2, 11, 17 y
24 de mayo de 2012 por una suma total de $136.924.1.
1. 10. Un talonario de la Cooperativa de Trabajo Taverguis Limitada
donde se encontraron veintiocho facturas dirigidas a Vidatex SA desde el 30 de
noviembre de 2011 hasta el 25 de abril de 2012, por un monto total de $920.959.
1. 11. Ocho remitos de entrega de la empresa Vidatex SA dirigidas a
“Kispe” de fecha 15 y 23 de marzo y 1, 6, 9, 12 de abril, todos del año 2013 por un
total de 70.237 artículos para la confección de prendas de vestir.
1. 12. Tres ordenes de pago de la empresa Vidatex SA por la suma de
$180.000, dos de fecha 16 de marzo de 2013 y la restante del día 13 de abril del mismo
año.
1. 13. Seis fotocopias de facturas de la Cooperativa de Trabajo Taverguis
Limitada a Vidatex SA de fecha 18 y 24 de enero por la suma de $56.555.4 y 2, 4, 15 y
25 de febrero de 2013 por la suma de $70.726,69.
1. 14. Una agenda marrón perteneciente a Juan Carlos Quispe con la
anotación “Anibal Narrow”, con el teléfono 15-5228-5359.
1. 15. Cinco cheques originales: Cheque del Banco Citibank para pagar
$25.000 el 30/05/2013, endosado por la empresa Research Textil S.R.L.; Cheque del
Banco Santander Rio de $20.000 para pagar el 30/05/13 de la cuenta 359-000336/8
(11/09) Dr Romulo Nao 2380 2F, CUIT 30711154112 Recalculo SRL; Cheque del
Banco Supervielle para pagar el 14/06/2013 la suma de $40.000 de la cuenta 100-
00002104 001 (09/05), Corporación Lujan S.A. CUIT 30703007984; Cheque del
Banco Citibank por $60.000 a pagar el 30/05/13 de la cuenta 0-208961-713 (05/06)
Luís Martín Fernández, Cuil 20146681183; Cheque del Banco Provincia por $25000 a
pagar el 30/05/2013 con endoso de la firma Research Textil S.R.L.
1.16. Cinco talonarios de “remitos en proceso de confección” con 10
remitos dirigidos a Vidatex SA por un total de 11.364 prendas de vestir entregadas
desde enero a abril del año 2013.
Hipólito Irigoyen 4747, Florida Oeste, Provincia de Buenos Aires-
domicilio fiscal de la empresa Research SRL-: El día 3 de julio de 2013 se allanó
este inmueble, en aquella oportunidad se secuestró la siguiente documentación de
interés.
1.17. Veintiún ordenes de pago de Research Textil SRL a Vidatex SA,
correspondientes al período entre el 10 de abril de 2012, hasta el 14 de mayo de 2013,
por la suma de $8.291.142,03.
1.18. Siete contratos de locación de servicios entre Research Textil SRL
con distintos talleres, cuyo objeto es la confección de prendas de vestir. En uno de los
puntos de la cláusula cuarta “personal afectado a la prestación del servicio” dispone
que “Las partes acuerdan expresamente que el personal afectado a la prestación de
tareas en los talleres, deberá estar sujeto a condiciones dignas de trabajo, con especial
respeto a lo normado en particular por la ley 26.364 (Trata de Personas), así como, en
general, por la ley de contrato de trabajo”.
Tucumán 540, piso 19, dpto “F” -domicilio fiscal de la empresa
Research Textil SRL-: El día 22 de mayo del año pasado se allanó este inmueble, en
aquella oportunidad se secuestró la siguiente documentación de interés.
1.19. Una hoja donde figura “balance 30-6-07 y 30-6-08” donde una de
las empresas proveedoras es Vidatex SA.
1.20. Un listado “resumido de proveedores” de fecha 15 de febrero de
2008, donde uno de ellos es Vidatex SA.
1.21. Copia de un oficio remitido por Sergio Garber al Ministerio de
Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Dirección de Inspección Federal donde hace
saber que la empresa Research SRL comercializa productos propios contando para su
producción con la participación de Vidatex SA.
1.22. Actuaciones donde figura “Análisis Proveedores”, respecto de
Vidatex SA surge “en la factura menciona los tipos de pantalones a valor unitario $
8.5”.
1.23. Fotocopia de factura de Vidatex SA a Research Textil SRL de fecha
28 de febrero de 2008, por 732 pantalones a un precio unitario de 8 pesos con
cincuenta centavos y 920 pantalones a ocho pesos.
Pinto 1140, Pergamino, Provincia de Buenos Aires –domicilio legal
de Vidatex SA-: Al allanarse este lugar se secuestró la siguiente documentación de
interés para la causa.
1.23. Listados de IVA compras de junio, octubre de 2010, marzo de
2012enero, febrero y marzo de 2013 donde figura la Cooperativa de Trabajos Limitada
Taverguis y Research Textil SRL.
1.24. Listados de IVA ventas de febrero y marzo de 2012 y marzo de
2013 donde figura Research Textil SRL
Parque industrial, calle n° 1, casa 6, Pergamino, Provincia de Buenos
Aires –uno de los domicilios donde funciona la empresa Vidatex-: El día 24 de
junio se allanó el inmueble, ocasión en la cual se incauto la siguiente documentación.
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1.25. Copias del Subdiario IVA Compras del mes de septiembre de 2012
donde figura “(Kisper) Coop. Trab. Taverg.”. Una planilla que figura “Kispe” como
confeccionista.
1.26. Siete remitos de Vidatex SA dirigidos a “Kisper Juan”, con
domicilio en Santander 873, de fecha 4,13,16, 20 y 23 de marzo y 6 y 10 de abril de
2013 donde se deja constancia que se remiten 9500 prendas para confección.
1.27. Cuatro fotocopias de facturas de la Cooperativa de Trabajo
Taverguis Limitada de fecha 2, 16, 19 y 27 de marzo de 2012, dirigidas a Vidatex SA,
con domicilio en Blanco Encalada por un total de 8850 prendas de vestir, que su precio
oscila entre doce pesos con treinta centavos y doce pesos con cincuenta centavos.
1.28. Listado con talleristas, entre ellos figura “Kispe”.
1.29. Tres recibos de pago firmados por Quispe por la suma de
diecinueve mil quinientos pesos.
1.30. Cuatro ordenes de pago, dos dirigidas a la Cooperativa de Trabajo
Taverguis Limitada de fecha 13 y 27 de abril de 2013 por la suma total de $140.000.
Las otras dos dirigidas a Research SRL de los días 13 y 30 de marzo de 2013 por la
suma de $388.583.
1.31. Siete remitos de entrega de Vidatex SA, dirigidos a “Kispe” de
fecha 15 y 23 de marzo y 1, 6, 9, 12 y 22 de abril de 2013 por la cantidad de 59.946
etiquetas y cierres de prendas de vestir.
1.32. Actuaciones de la AFIP, donde surge como agente de retención
Research Textil SRL y como sujeto retenido Vidatex SA, los datos de la retención
practicada son por locación de obra y/o servicios no ejecutados en relación de
dependencia.
1.33. Copias de libro de bancos Vidatex SA donde figuran dos pagos
realizado a la Cooperativa de Trabajos Taverguis del 17 y 24 de abril del año 2013 por
un monto de $80.000.
1.34. Nueve comprobantes de compras de Vidatex dirigidas a la
Cooperativa de Trabajo Taverguis Limitada desde el 30 de diciembre de 2012 hasta el
13 de marzo de 2013 por un monto total de $203.148.
1.35. Ocho subdiarios IVA comparas de la empresa Vidatex SA desde
abril del 2011 a mayo 2013 donde figura la Cooperativa de Trabajos Taverguis.
Hilario Lagos 1061, Pergamino Provincia de Buenos Aires –otro de
los domicilios donde se encuentra Vidatex S.A-.
1.36. Cuaderno espiral rayado en el cual constan reiteradas
comunicaciones efectuadas con Juan Carlos Quispe. A modo de ejemplo desde el 28 de
febrero al 4 de mayo se dejó constancia de 17 conversaciones con el nombrado, en uno
de ellos surge “viajar a BS. As”.
1.37. Carpeta gris con planillas de la marca Narrow dirigidas a “Kisper”.
b. 2. Documentación relacionada a la empresa Indu Jeans –marca M
51-.
Santander 873: El día 30 de abril del año pasado se secuestro en dicho
inmueble la siguiente documentación:
2. 1. La agenda marrón referida en el punto “1. 15” donde además
constaban las siguientes anotaciones: “Ariel M51”, teléfono 02320-45-7290 y
“Norberto M51” con el número 155110-1503.
2. 2. Contrato de comodato de inmueble firmado el día 17 de octubre de
2011, entre Dahovi SA “comodante” y Cooperativa de Trabajo Taverguis Limitada
“comodatario” por el cual el comodante cede gratuitamente al comodatario el inmueble
ubicado en Avellaneda 3100 (local donde funcionaba la marca M51) con el objeto de
explotarlo con fines comerciales.
2. 3. Cuaderno marrón que reza “Magisterio Quiality” donde consta la
producción de diversos artículos de la marca “M51”, en total son 45.680 prendas
“entregadas” desde aproximadamente el día seis de agosto de 2012 al 17 de octubre del
mismo año.
2. 4. Carpeta negra que contiene un folio con un recibo de “Mercadería
en Movimiento documento no válido como factura” de Indu Jeans, dirigido a “Quispe”.
Catorce remitos de proceso de confección, desde el mes de mayo hasta julio del año
2010, de la Cooperativa de Trabajo Taverguis dirigidos a Indu Jeans, Avellaneda 3100
por la cantidad de 17.585 prendas. Quince remitos de proceso de confección, desde
enero hasta mayo del año 2011, por la cantidad de 10.084 prendas. Finalmente un
remito del día 7 de septiembre del año 2012 con la cantidad de 14 prendas entregadas.
2. 5. Treinta y cinco recibos de “Mercadería en movimiento, documento
no válido como factura” de Indu Jeans dirigido a la Cooperativa de Trabajo Taverguis,
Santander 873, desde el día 14 de diciembre de 2012, hasta el 24 de abril del año 2013,
por la cantidad de 19.600 prendas y recortes de vestir.
2. 6. Carpeta negra chica con hojas cuadriculadas donde se detalla la
entrega de prendas de vestir desde el mes de agosto de 2006 hasta enero de 2008.
2. 7. Un cuaderno naranja con la inscripción “Quadra” con anotaciones
de entregas realizadas desde el mes de noviembre del año 2012 hasta abril de 2013 de
un total de 34.190 cortes y prendas de vestir.
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2. 8. Una agenda negra y blanca que tiene escrito “Nestor M51”, teléfono
15-5878-0681 y “Julio M51” teléfono 4-484-8073.
2. 9. Tres sobres de papel con la inscripción mayo, junio, julio y agosto
2011 donde en cada uno de ellos figura una planilla con la empresa Indu Jeans con
cifras de $50.457, $56.991, $56.991 y $79.497 respectivamente.
2. 10. Ocho facturas del mes de febrero de 2010 de la Cooperativa de
Trabajo Taverguis dirigidas a Indu Jeans por una suma de $24.768.7. Doce de marzo
de 2010 por un monto de $44.866.8. Ocho de abril de 2010 por una suma de $46.464.
Nueve de mayo de 2010 por la suma de $40.474.5Nueve de junio de 2010 por la suma
de $76.048.5. Nueve del mes de julio de 2010por $51.364.5. Seis de agosto de 2010
por $55.539. Ocho del mes de septiembre de 2010 por $42.834. Siete del mes de
octubre de 2010 por la suma de $51.636.75. Seis facturas de diciembre de 2010 por la
suma de $40.293. Cinco de mayo de 2011 por la suma de $50.457. Cinco de julio de
2011 por la suma de $56.991. Finalmente seis del mes de agosto de 2011 por la suma
de $79.497.
2. 11. Cinco facturas de Indu Jeans, cuatro de fecha 5 de noviembre de
2011 y una del 5 de diciembre del mismo año, todas por un monto total de 991.334.92.
2. 12. Dos fotocopias “Libro IVA compras correspondiente al período
11/2011” donde figura la empresa Indu Jeans por un monto total de $831.690.43.
2. 13. Carpeta negra con folio el cual contiene impresiones de logos de
estampa de la marca M51.
2. 14. Dieciocho cuadernos de espiral –algunos mencionados en el punto
1. 6.- correspondientes a las entregas realizadas a distintas marcas, en su gran mayoría
a M51, desde el mes de diciembre de 2008 hasta noviembre de 2011. Respecto de cada
entrega obra un “remito en proceso de confección” con la cantidad de prendas que la
Cooperativa de Trabajo Taverguis le envió a la empresa Indu Jeans. A modo de
ejemplo el cuaderno n° 19 contiene 36 remitos de proceso de confección con fecha
desde el 20 de septiembre de 2011 hasta el 17 de noviembre del mismo año por un total
de 19.799 prendas de vestir.
2.15. Nueve talonarios de la Cooperativa de trabajo Taverguis
correspondientes a los años 2007 a 2012 con facturas dirigida a la empresa Indu Jeans.
A modo de ejemplo, el talonario correspondiente al año 2007 tiene 27 facturas por un
monto total de $56.180. Uno de los talonarios del 2008, tiene 50 facturas hechas por
mercadería entregada entre julio y diciembre de aquel año por el monto de $131.600.
Uno del año 2009, con 33 facturas correspondientes al periodo entre septiembre y
diciembre de aquel año por un monto $178.102.5.Uno del año 2010 con 30 facturas
correspondientes al periodo entre agosto y diciembre de aquel año por un monto de $
171.075.
2.16. Cinco talonarios de “remito en proceso de producción” -
mencionados en el punto 1.17- dirigidos a Indu Jeans, con un total de 62 remitos por
31.720 prendas entregadas desde enero hasta abril del año 2013. Veinticinco talonarios
del año 2009, veinte del año 2008 y uno del 2012, todos ellos con remitos de entrega de
mercadería dirigidos a Indu Jeans.
2.17. Carpeta que reza Coop. De trabajo “Taverguis”: constan los papeles
de la cooperativa. Entre otros, existe una planilla de actualización de datos de las
cooperativas donde figura Juan Carlos Quispe como presidente, Wilma Chacolla como
secretaria y Luis Chacolla como tesorero. Se encuentran los papeles correspondientes a
la habilitación del Gobierno de la ciudad del año 2006. Documentos relacionados a la
inscripción de ingresos brutos. Contrato de locación de fecha 1/04/11 del inmueble de
la calle Santander por el término de 3 años entre Nuncio Antonio Fischetti, DNI n°
14.008.248 y Juan Carlos Quispe. También existe un contrato del 17/10/11 de
Comodato con la firma DAHOVI S.A. por un local de la avenida Avellaneda 3100 de
esta ciudad.
Avellaneda 3100: El día 22 de mayo de 2013 se allanó este inmueble
donde funcionaba la empresa Indu Jeans, durante dicha medida no se secuestró
documentación de interés para la causa.
b. 3. Documentación relacionada con las empresas Hermanos Garro
–marca Zurah Jeans- y Kroppo SRL –empresa tercerizada-.
Doblas 1435/37: Durante el allanamiento realizado en el taller textil
clandestino ubicado en este lugar, se secuestró la siguiente documentación relacionada
con la empresa mencionada precedentemente.
3.1. Un cuaderno Negro con la inscripción “maxsi Zuray” con el número
telefónico 46371-1050 y 15-3078-7505.
3.2. Nueve remitos de mercadería en tránsito de Zurah Jeans dirigidos a
Kroppo SRL con domicilio en Doblas 1437 de fecha 5 de noviembre de 2012, 6, 26 y
28 de marzo y 13, 19, 23 y 29 de abril de 2013, por un total de 8336 prendas de vestir.
3.3. Tres planillas a nombre de Alberto, donde consta la entrega de
prendas realizadas durante los años 2006, 2007 y 2008 donde el precio oscila entre los
ochenta centavos y un peso con cincuenta centavos.
Bogota 2957, 4 piso, dptos. A y B -domicilio de la empresa Hnos.
Garro SRL-: El día 22 de mayo de 2013 se allanó este inmueble, oportunidad en la
que se secuestró la siguiente información de interés.
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3.4. Carpeta verde con carátula a nombre de Alberto, con un acta de
notificación de libertad, en el marco de esta causa, de Virginia Mamani Lecoña de
fecha 15 de mayo de 2013. Una hoja manuscrita con datos de la causa. Una
notificación al propietario del inmueble ubicado en Doblas 1437 de la Dirección
Nacional de Migraciones. Diecisiete facturas de Zurah Jeans dirigidas a Kroppo SRL
con domicilio en doblas 1437, en uno de ellos figura Alberto Choque. Dentro de esta
carpeta surgen otras facturas de Zurah Jeans SRL dirigidas a Kroppo SRL con distintos
domicilios.
3.5. Carpeta gris que consta “Talleres 2012”, una de sus carátulas dice
“Alberto”, allí hay 56 facturas de Zurah Jeans dirigidas a Kroppo SRL con domicilio
en la calle Doblas 1437.
3.6. Carpetas grises que figuran “compra 2011” y “telas 2011”, existen
recibos de venta de telas a Kroppo SRL.
3.7. Carpeta gris “compra 2010” con diecisiete remitos de mercadería en
tránsito del año 2010 de Zurah Jeans a Kroppo SRL con domicilio en la calle Doblas
1437 con sus respectivas órdenes de pago.
3.8. Carpeta gris y celeste “talleres 2011”. Hay una carátula que dice
“Alberto” con veinticuatro remitos de mercadería en tránsito del año 2011 dirigidas a
Kroppo SRL, con domicilio en Doblas 1437, con sus respectivas órdenes de pago. En
la misma carpeta hay una carátula “Valentín” con quince remitos de mercadería en
tránsito de Zurah Jeans a Kroppo SRL con domicilio en la calle Del Barco Centenera
1878. Una hoja manuscrita que dice “Juan Carlos” con dos números de teléfono y
“Vilma sra.” con otro número de teléfono.
3.9. Cuaderno espiral color azul donde surge anotado “taller Alberto
$3000, $17480”.
José Hernández 5053, Munro Provincia de Buenos Aires –domicilio
de explotación de Kroppo SRL-: El día 24 de junio del año pasado se secuestró la
siguiente documentación.
3.10. Cuaderno espiral que en su tapa dice “NBA Pistons”, allí surge
manuscrito “Blacki –Red, M51”, “Narrow César 4586-0030”, Alberto 15-5428-3302,
15-5888-4254”.
3.11. Libro de actas de la empresa Kroppo SRL donde surge como socio
gerente Juan Carlos Paravicini
b. 4. Documentación relacionada con la marca Berry Blue.
Doblas 1437: Al realizar el allanamiento en dicho inmueble se encontró
la siguiente documentación.
4.1. Dos remitos para traslado de mercadería de la marca Berry Blue, de
fecha 18 y 23 de abril de 2013, dirigido a Alberto Choque, con domicilio en Doblas
1437 en la cual se remiten un total de 1570 prendas de vestir.
Del barco Centenera 1878: Allí se incautó la siguiente documentación
de interés.
4.2. Cuatro remitos para traslado de mercadería de Berry Blue, de fecha
28 de marzo, 12 y 22 de abril y 9 de mayo de 2013, dirigidos a Valentín con domicilio
en la calle Del Barco Centenera 1878, por un total de 7915 prendas de vestir.
4.3. Un cuaderno negro –referido en el punto 3.1.- que contiene las
inscripciones “Patricia Berry” y “Marcelo Berry” con los números telefónicos 15-
3476-6881, 4582-7113 y 15-3474-629.
4.4. Una agenda con espiral donde surgen anotaciones de Berry Blue y
prendas entregadas a dicha marca.
4.5. Un cuaderno de tapa color violeta con anotaciones de prendas
entregadas a Berry Blue durante el año 2012, por un total de 46.266.
Avellaneda 3376: El día 22 de mayo del año 2013 se allanó dicho
inmueble, en aquella oportunidad se secuestró la siguiente documentación.
4.6. Cuaderno de tapa color rosa donde surgen los distintos modelos de
prendas de vestir, muchos de ellos asignados a “Valentin”. En su tapa también figuran
números telefónicos de “cuñado de Valentin”-11-3052-4948, 15-3545-1339- e “hija de
Valentin” -15-4058-6839-.
4.7. Cuaderno espiral en cuya contratapa figura inscripto “Doblas 1437”
III. c. Declaraciones testimoniales de las víctimas:
En el presente detallaré y resumiré los dichos de las víctimas
identificadas en cada taller.
Declaraciones de las víctimas del taller de la calle Santander 873/75:
c. 1. Testigo 1: de su declaración se desprende que: llegó al país en julio
de 2009 y empezó trabajando en otro taller en la localidad de Mataderos. Su hermana
la pagó el pasaje. En el taller de Don Carlos empezó a trabajar en agosto de 2010 y allí
cobra alrededor de dos mil ochocientos pesos ($ 2.800) por mes, sueldo que lo
conformaba. Trabajaba por prenda confeccionada y quería seguir trabajando en el lugar
(fojas 121/123).
c. 2. Testigo 2: llegó al país hace 7 años. Trabajó alternadamente en el
taller de la calle Santander. Vino porque su sueldo en Bolivia era muy bajo y el dinero
que ganaba no le alcanzaba. Manifestó haber pagado sus pasajes. En el taller cobraba
dos mil setecientos cincuenta pesos ($ 2750) mensuales (fojas 124/126).
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c. 3. Testigo 3: refirió haber llegado al país en el año 2007 con su pareja y
haber pagado sus propios pasajes. Comenzó a trabajar en el taller en febrero de 2011.
Su salario mensual es de alrededor de dos mil quinientos pesos ($ 2.500) (fojas
127/128).
c. 4. Testigo 4: Llegó al país en enero de 2009, en esa oportunidad Quispe
le pagó el pasaje. Luego, volvió a Bolivia y regreso nuevamente en junio de 2010. En
el taller no trabajaba, solo se encargaba del cuidado de los niños y por ello recibía un
salario de mil doscientos pesos ($ 1.200) mensuales (fojas 129/131).
c. 5. Testigo 5: manifestó que llegó al país en el año 2008 por cuestiones
laborales y se pagó su pasaje. Comenzó trabajando en un taller cerca de la Plaza
Virreyes y después, en el año 2010 entró a trabajar en el taller de la calle Santander.
Por último, manifestó cobrar entre tres mil quinientos y cuatro mil pesos ($ 3500 y $
4000) mensuales y sentirse bien en el taller (fojas 132/134).
c. 6. Testigo 6: en mayo de 2007 arribó al país por razones de trabajo. Su
hermano lo recomendó ya que trabajaba en el taller. Por un tiempo probó trabajar en la
construcción pero luego volvió al taller. Refirió cobrar tres mil quinientos pesos ($
3500) por mes y estar tranquilo en su trabajo (fojas 135/136).
c. 7. Testigo 7: En el año 2009 arribó al país para trabajar en el taller sito
en la calle Santander y su padre le pagó el pasaje. Manifestó que si bien tenia la
dirección de Santander, para buscar trabajo primero empezó a trabajar en un taller sito
en la localidad de Mariano Acosta, provincia de Buenos Aires. Desde agosto del año
pasado que trabaja en el taller de la calle Santander y ganaba entre dos mil y dos mil
seiscientos pesos ($ 2000 y $ 2600) mensuales y estaba a gusto con su trabajo (fojas
137/139).
c. 8. Testigo 8: llegó por motivos económicos en el año 2008. Refirió
haber pagado su pasaje y trabajar como cocinera de 7.30 a 21.30. Asimismo, hizo saber
que cobra dos mil ochocientos pesos ($ 2800) por mes y que el responsable y dueño del
taller es Don Carlos y que además, Agustín, Don Santos y Don Efraín son encargados
(fojas 140/142).
c. 9. Testigo 9 -menor-: Refirió haber venido al país en febrero de este
año y que empezó a trabajar hace menos de un mes en el taller. Además, declaró que el
pasaje se lo pagaron sus padres y que su idea era trabajar un mes y volverse a Bolivia.
Respecto del sueldo, dijo que le pagarían alrededor de tres mil quinientos pesos ($
3500) pero que todavía no había cobrado su primer sueldo porque no se cumplió un
mes desde que empezó a trabajar (fojas 144/146).
c. 10. Testigo 10: llegó al país a fines de diciembre del año 2012 porque
en Bolivia le dijeron que había un buen taller para trabajar acá en Argentina. Refirió
que lo ascendieron rápido y que ahora cobra alrededor de cuatro mil pesos ($ 4000)
pesos. Manifestó que el dueño del taller es Don Quispe y no tuvo quejas en torno a las
condiciones del taller (fojas 147/149).
c. 11. Testigo 11: vino en mayo de 2011 a visitar a sus hermanos y en
aquella oportunidad el pasaje se lo pagó su padre. Su prima le recomendó trabajar en el
taller y allí trabaja desde hace ocho meses. Cobra alrededor de dos mil setecientos
pesos ($ 2700) por mes. Por último, no hizo ninguna queja ni manifestación en contra
de su condición laboral y de vivienda (fojas 150/151).
c. 12. Testigo 12: llegó a principios de 2008 porque su hermano mayor
trabajaba en el taller. Juan Carlos Quispe le mandó el pasaje para trasladarse hasta
Buenos Aires y se lo descontó de su primer sueldo. Es sobrino de Efraín Serrano (fojas
152/154).
c. 13. Testigo 13: llegó al país en enero de 2012 por motivos económicos.
El pasaje se lo pagó Don Carlos Quispe y luego se lo descontó de su primer sueldo. Al
principio le pagaban mil quinientos pesos ($ 1500) y en la actualidad cobraba dos mil
quinientos ($ 2500) (fojas 155/157).
c. 14. Testigo 14: vino a Argentina en julio de 2011 (en esa fecha era
menor) porque sus hermanos ya vivían acá. Ellos le habrían pagado el pasaje. Comenzó
a trabajar en el taller por recomendación de una amiga. Su sueldo era de dos mil
quinientos pesos ($ 2500) y estaba contenta de trabajar en ese lugar (fojas 158/160).
c. 15. Testigo 15: llegó al país en el año 2009, pero sólo estuvo dos meses
y se volvió a Bolivia. En febrero del año en curso regresó, vino a visitar a un hermano
y decidió quedarse porque no tenía dinero para regresar. Manifestó que en Bolivia un
amigo le dio el número de Don Carlos “por las dudas”. Así fue que, luego de hablar
con Don Carlos, comenzó a trabajar en el taller. Dijo que el pasaje se lo pago su
hermano mediante un giro y que estaba contenta en el taller y se quiere quedar ahí
(161/163).
c. 16. Testigo 16: llegó al país en abril de 2012 porque en Argentina
había más posibilidades laborales que en Bolivia. El pasaje se lo pagó su tío. Comenzó
trabajando en una verdulería pero después se cansó y por medio de un amigo de
facebook comenzó a trabajar en el taller. Cobraba dos mil seiscientos pesos ($ 2600)
por mes y considera que las condiciones de trabajo y vivienda que tenía eran buenas
(fojas 164/166).
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c. 17. Testigo 17: llegó hace tres años aproximadamente porque aquí
estaba su hermano, quien trabajaba en el taller y quien ya regresó a Bolivia. Refirió
haber llegado por avión y que su hermano le pagó el pasaje. Cobraba trescientos pesos
($ 300) por mes y no refirió ninguna queja respecto de sus condiciones laborales (fojas
167/168).
c. 18. Testigo 18: vino en marzo de 2012 porque consideraba que en
Argentina se ganaba más dinero que en Bolivia. El pasaje se lo pagó Don Carlos
mediante un giro. Después ese monto le fue descontado en cuotas en los dos primeros
sueldos. Le pagan dos mil quinientos pesos ($ 2500) por mes y estaba conforme con su
lugar de trabajo (fojas 169/171).
c. 19. Testigo 19: llegó al país solo en el año 2004 (no se condice con lo
dicho por la testigo 3). Indicó que él mismo pagó su pasaje y que cobraba entre dos mil
setecientos y tres mil pesos ($ 2700 y $ 3000) por mes. No manifestó ninguna queja en
torno a sus condiciones laborales (fojas 172/173).
c. 20. Testigo 20: llegó al país en el año 2003, junto con amigos. En el
año 2007 regresó a Bolivia, pero al poco tiempo vino nuevamente a Argentina. Aquí
trabajó en distintos rubros. Conoció a Don Carlos en una cancha en la villa y trabaja en
el taller desde hace 4 años de forma intermitente. Refirió que cobraba entre tres mil
quinientos y cuatro mil peso ($ 3500 y $ 4000) mensuales (fojas 174/175).
c. 21. Testigo 21: llegó al país hace 7 años. Aquí, comenzó vendiendo en
la calle y desde hace 5 años trabaja en el taller de Don Carlos. Manifestó que un amigo
que trabajaba en el taller se lo recomendó para que vaya y que pagó su propio pasaje.
Por último, hizo saber que en los últimos 5 años trabajó alternadamente en ese lugar
(fojas 176/177).
c. 22. Testigo 22: llegó al país hace cuatro o cinco años, lo trajo su
hermano. Refirió que vino con la idea de buscar trabajo en algún taller y que comenzó
a trabajar para Don Carlos hace dos años. Allí cobraba tres mil pesos ($ 3.000) por mes
(fojas 193/194).
c. 23. Testigo 23: llegó al país en el año 2010 (por ese entonces era
menor) con sus primos y su hermano, ellos ya estaban viviendo acá y ella quiso venir a
conocer. Manifestó que el pasaje se lo pagaron sus primos y su hermano y que empezó
a trabajar en lo de Don Carlos en febrero de 2011, cuando era menor de edad. Además,
refirió que antes no trabajó en ningún lugar y que allí comenzó ganando muy poco pero
actualmente cobraba dos mil quinientos pesos ($ 2500) (fojas 195/196).
c. 24. Testigo 24: nació en Argentina. Refirió que antes de trabajar en
este taller, trabajaba en otro que se encuentra en la localidad de Merlo. Que cobraba
dos mil quinientos pesos ($ 2500) por mes y su labor era limpieza de las prendas (fojas
197/198).
c. 25. Testigo 25: llegó al país en el año 2005 porque acá vivía su
hermano. Refirió que su padre le pagó el pasaje y que trabajaba en el taller desde hace
un año y medio. Además, que al principio cobraba mil quinientos pesos ($ 1500) y
luego le fueron aumentando de a poco. En su declaración, no efectuó quejas respecto
del taller (fojas 199/200).
c. 26. Testigo 26: llegó al país en septiembre de 2011 porque un amigo le
dijo que había trabajo en un taller textil. Vino en colectivo y supuestamente él se pagó
el pasaje. Refiere que ese mismo mes comenzó a trabajar en el taller de la calle
Santander y que su sueldo era de mil trescientos pesos ($ 1.300) mensuales (fojas
201/203).
c. 27. Testigo 27: indicó que llegó al país en marzo de 2012, junto a sus
esposo después de casarse. Refirió que Don Carlos les envío dinero para que ambos
pagaran sus pasajes y que actualmente ella no trabaja en el taller, sólo vive ahí debido a
que estuvo embarazada y su embarazo fue de riesgo. Actualmente solo trabaja su
marido, quien recibe dos mil quinientos pesos ($ 2500) por mes (fojas 204/206).
c. 28. Testigo 28: nació en Argentina. Refiere que trabaja desde hace
ocho meses ahí y que cobraba tres mil quinientos pesos ($ 3500) por mes. Estaba
contento con el trato de Don Carlos hacía ellos (fojas 207/209).
c. 29. Testigo 29: llegó por primera vez al país en el año 2010 y luego en
2011 se volvió a Bolivia. Regresó a Argentina en febrero de 2012, porque quería ver a
su hermana y conocer más el país. Refiere que trabajaba en el taller desde hacía casi un
año y medio, y que cobraba entre dos mil quinientos y tres mil pesos ($ 2.500 y $
3.000) de forma mensual (fojas 210/212).
c. 30. Testigo 30: llegó al país en febrero de 2013 por motivos laborales.
Declara haber pagado el pasaje por sus medios, pero admitió que vino por la referencia
de un tal Don Carlos. A la semana de llegar al país comenzó a trabajar en el taller de
Don Carlos y allí cobraba dos mil setecientos pesos ($ 2.700) (fojas 213/215).
c. 31. Testigo 31: llegó al país en 2009 y vino de visita a la casa de sus
primos. El pasaje lo pagó por sus medios. Refirió que en el taller le pagan dos mil
quinientos pesos ($ 2500) mensuales aproximadamente y que Don Carlos le descuenta
trescientos pesos ($ 300) mensuales por la habitación que tiene en el mismo lugar
donde trabaja. Manifestó que en el taller estaba cómodo y que quería seguir trabajando
(fojas 216/218).
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c. 32. Testigo 32: llegó al país hace un mes porque tiene un primo acá y
quería buscar trabajo. Viajó en bus, el cual pagó por sus propios medios. Refirió que en
el taller le iban a pagar por producción, pero desconoce cual iba a ser su sueldo ya que
no llegó a cumplir un mes de trabajo (fojas 219/220).
c. 33. Testigo 33: llegó al país el 25 de diciembre de 2012 por motivos
laborales. Refirió haber abonado por sus medios el pasaje y que al día siguiente ya
tenía trabajo en el taller de Don Carlos. Ingresó allí por referencia de su hermano,
quien había trabajado anteriormente en el lugar. Le pagaban entre dos mil cuatrocientos
y dos mil quinientos pesos ($ 2400 y $ 2500) por mes y manifestó estar contento con el
funcionamiento del taller (fojas 221/223).
c. 34. Testigo 34: ingresó al país en agosto de 2010 por motivos
laborales. Refirió que en principio trabajó en actividades de costura en un taller
ubicado en la calle Cobos, sin poder precisar su numeración, en la villa 1-11-14, cuyo
dueño le abonó el pasaje en micro desde Bolivia. Luego cambió de trabajo y desde
hace ya dos años que trabaja en el taller de Don Carlos y cobra por ello dos mil
quinientos pesos ($ 2.500) mensuales (fojas 224/226).
c. 35. Testigo 35: llegó al país en el año 2008 en busca de trabajo. Refirió
que viajó en bus y se pagó el pasaje por sus medios. Que trabaja en el taller cito en la
calle Santander n° 873/75 desde hace dos años, al cual conoció por referencia de un
amigo. Asimismo, hace saber que trabaja menos horas que el resto de sus compañeros
porque un hijo de dos años y once meses y que cobraba dos mil pesos ($ 2000) por
mes. Vivía en una habitación del taller y por ello pagaba trescientos pesos ($ 300)
(fojas 227/229).
c. 36. Testigo 36: llegó al país en abril de 2012. En principio su idea fue
venir a visitar a su madre que reside acá, pero luego decidió quedarse. Viajó en bus y el
pasaje lo abonó con su propia plata. Refirió que comenzó a trabajar en el taller de Don
Carlos en noviembre de 2012 y allí cobraba la suma de dos mil ochocientos pesos ($
2800) (fojas 230/231).
c. 37. Testigo 37: llegó al país hace un año aproximadamente, y vino a
visitar a su hermana. Refirió que viajó en micro y se pagó su pasaje, que trabaja desde
hace 4 meses en el taller de Santander, y que por ello gana entre dos mil seiscientos y
dos mil ochocientos pesos ($ 2600 y $ 2800) por mes (fojas 232/233).
Declaraciones de las víctimas del taller de la calle Del Barco
Centenera n° 1880, de esta ciudad:
c. 38. Testigo 38: manifestó que ingresó al país pro primera vez en el año
2006 y estuvo hasta el 2007 realizando trabajos de construcción. Luego, regresó al país
en el año 2008 y comenzó a trabajar en un taller de costura. Que en el año 2009 trabajó
en el taller cito en la calle Santander 873 y allí ganaba tres mil pesos ($ 3000) por mes.
Hacía solo 20 días que trabajaba en el taller de la calle Del Barco Centenera. Refirió
que Don Valentín le dijo que cobraría cuatro mil pesos ($ 4000) por mes y que lo iba a
poner en blanco (fojas 1054/57).
c. 39. Testigo 39: llegó al país en enero de 2007 y el pasaje se lo pagó su
padre. Previo a trabajar en el taller de la calle Del Barco Centenera n° 1880, trabajó en
una verdulería. Hacía tres meses vivía en ese domicilio pero sólo trabajó allí las últimas
tres semanas. Manifestó que estaba cómoda con su trabajo ya que Valentín la iba a
poner en blanco (fojas 1058/1060).
c. 40. Testigo 40: refirió que llegó al país en diciembre de 2011 junto con
una amiga. Manifestó que todavía no cobró su primer sueldo porque no se cumplió un
mes desde que trabaja ahí y que no duerme en ese lugar ya que alquila una pieza en la
villa 1-11-14. Asimismo, hizo saber que trabajaban con barbijo debido a la gran
cantidad de polvillo que existía por el trabajo que realizaban (fojas 1061/63).
c. 41. Testigo 41: llegó al país en 2009. Desde ese año hasta 2011 vivió
en el domicilio de la calle Beauchef 1163 y trabajó en el taller de la calle Santander.
Ese año regresó a Perú y luego volvió a Argentina, y desde entonces alquila una pieza
en la villa 1-11-14. Trabajaba en el taller desde el 28 de abril del año en curso, motivo
por el cual aún no había cobrado su primer sueldo (fojas 1064/66).
c. 42. Testigo 42: llegó al país en el año 2003 junto con un amigo.
Manifestó que trabajaba en el taller desde hace 15 días y que vivía en una habitación
junto con su mujer y sus dos hijos. Que tal habitación se encuentra en el domicilio de al
lado del taller y ésta le fue proporcionada por Valentín; por ella no pagaba ningún
gasto (fojas 1067/69).
c. 43. Testigo 43: llegó al país por primera vez en el año 2007. Manifestó
que fue contratada por Don Valentín para realizar trabajos de cocinera en el taller y que
vivía ahí junto a su familia (fojas 1070/1072).
Cabe destacar que todos ellos en sus declaraciones hicieron mención a
que trabajan en el lugar desde hace veinte días aproximadamente, en el mismo horario
y por igual sueldo. Asimismo, hicieron mención a que Valentin era el encargado del
lugar.
Declaraciones de las víctimas del taller de la calle Doblas n° 1435/37,
de esta ciudad:
c. 44. Testigo 44: vino a la Argentina en abril del 2013. Refirió que
trabajaba en el taller de lunes a viernes de 7 a 21 horas, los sábados de 7 a 12 horas, y
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que no sabía cuánto iba a cobrar. Además, declaró que vivía y comía en ese lugar, el
cual estaba sucio y tenía mucho polvo, motivo por el que utilizaban barbijos (fojas
1192/94).
c. 45. Testigo 45: llegó al país en el año 2010, en micro y él mismo pagó
su pasaje. Manifestó que en abril de este año se presentó junto con su novia en el taller
y solicitó trabajo; así comenzó a trabajar en el lugar en el horario de 7 a 21 horas.
Refirió que no había cobrado su primer sueldo y que Alberto le dijo que cobraría entre
tres mil quinientos y cuatro mil pesos ($ 3500 y $ 4000) por mes (fojas 1195/97).
c. 46. Testigo 46: llegó al país hace nueve o diez años aproximadamente.
Refirió que Vicky le ofreció trabajar de 7 a 20 horas por un sueldo de entre tres mil
quinientos y cuatro mil pesos ($ 3500 y $ 4000) mensuales, pero que todavía no había
cobrado ya que hacía solo tres semanas trabajaba en el lugar (fojas 1199/1200).
c. 47. Testigo 47: refirió que llegó al país con su esposo, a quien lo
recomendó Jhon en enero o febrero de este año, para trabajar en el taller, y que allí
trabajó de lunes a viernes de 7 a 21 horas y los sábados de 7 a 13 horas. Además, que le
iban a pagar dos mil pesos ($ 2000) a ella como ayudante y entre tres mil quinientos y
cuatro mil ($ 3500 y $ 4000) a su esposo. Manifestó que el día del allanamiento, por la
mañana, Alberto fue al taller y dijo que iban a allanar y que había que sacar las cosas, y
se fue al mediodía. Aclaró que antes de que llegue Alberto, llegó su hermano, quien
sería dueño de un taller que también habría sido allanado. Indicó que Alberto se habría
ido en busca de un abogado, y que supieron que allanarían Doblas por la dirección que
tenía en su DNI un trabajador del otro local allanado. Por otro lado, refirió que cuando
arribaron a Liniers -Buenos Aires-, se tomaron un taxi directo al taller, el cual fue
abonado por Don Alberto, quien les mostró el lugar donde iban a trabajar y dormir.
Asimismo, refirió que la trataron mal cuando se enteraron que estaba embarazada. Ella
quería descansar por el tema del embarazo y le dijeron que si descansaba no se le iba a
pagar nada, ni siquiera lo que había trabajado las semanas anteriores. Declaró además,
que las condiciones del lugar eran malas, no había ventilación, adentro era sofocante y
que cuando llovía les entraba agua. Debido a que su situación migratoria es irregular,
no tiene documento argentino, quería sacar el documento pero no la dejaban salir.
Asimismo, aclaró que no se los dejaba salir libremente, y si salían Vicky los hacía salir
de uno en uno y todos debían volver antes de las 21 horas (fojas 1201/1204).
c. 48. Testigo 48. Refirió que llegó al país hace cinco años
aproximadamente y que comenzó a trabajar en este lugar el lunes previo al
allanamiento. Antes, trabajaba en el taller de Don Carlos y teniendo en cuenta ese
domicilio había sido allanado, estaba sin trabajo. Le dijeron que en ese lugar trabajaría
de 7.00 a 20.00 horas (fojas 1207/1209).
c. 49. Testigo 49: Refirió que ingresó al país en el año 1999 y comenzó a
trabajar en el taller de Doblas 1435 en febrero de este año, fecha en la que además
empezó a vivir en el lugar. Previo a comenzar a trabajar, se entrevistó con Virginia
Mamani, quien le hizo saber que cumpliría funciones de 8 a 19 horas y recibiría un
sueldo de dos mil ochocientos pesos ($ 2800) mensuales (fojas 1210/1212).
c. 50. Testigo 50: llegó a Argentina en agosto de 2012 y aquí conoció a
Virginia, quien le dijo que iba a abrir un taller y le hizo una oferta laboral. Luego
volvió a Bolivia y en abril de este año regresó al país con la intención de trabajar en el
taller de Doblas 1435, de esta ciudad. Allí comenzó a trabajar el 15 de abril del año en
curso, por lo que cobraría más de tres mi pesos ($ 3000) mensuales. Su situación
migratoria es irregular (fojas 1213/1215).
c. 51. Testigo 51: Comenzó a trabajar en abril de este año. Refirió que al
principio no habían instalado correctamente la luz y era peligroso ya que los cables
pasaban por abajo, pero luego realizó las instalaciones. Asimismo, hizo saber que no
había matafuegos y que no tenía llave de entrada, por lo que cada vez que salía y
regresaba a su casa, tenía tocar timbre. Pos su trabajo iba a cobrar entres tres mil y tres
mil quinientos pesos ($ 3000 y 3500) mensuales y si en la ropa había alguna falla, le
hacían descuentos. Por último, manifestó que a veces la dueña del taller lo retaba
debido a que su esposa estaba embarazada y no podía trabajar (fojas 1216/19).
c. 52. Testigo 52: llegó al país hace cuatro años y estuvo trabajando en el
taller de Don Carlos, en la calle Santander. Allí trabajó un año y luego se volvió a
Bolivia y regresó al país en enero del año en curso. Al poco tiempo comenzó a trabajar
en el taller de Doblas como cocinera. Allí también vivía. Su tarea era limpiar y cocinar
y su sueldo sería de cuatro mil pesos ($ 4000) mensuales. Por último, refirió que tenía
llaves del taller y de su habitación (fojas 1222/1224).
c. 53. Testigo 53: Comenzó a trabajar en el taller en abril de este año,
donde además vivía. Refirió que trabajaba como cocinera y en la limpieza, y le habían
dicho que iba a cobrar cuatro mil pesos ($ 4000) mensuales. También declaró que el
lugar estaba limpio pero que no había ventiladores ni aire acondicionado y solo
contaban con una ventana chica que estaba en la cocina y que no tenía llaves pero se
las iban a dar. No tiene documento argentino y su situación migratoria es irregular
(fojas 1225/1227).
c. 54. Testigo 54: llegó a Argentina en el 2005. En principio trabajó en
una verdulería y luego en algunos talleres. Comenzó a trabajar en el taller en abril de
Poder Judicial de la Nación U
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este año, el horario sería de lunas a viernes de 8 a 19 horas y los sábados de 8 a 13
horas, y cobraría la suma de dos mil ochocientos pesos ($ 2800) mensuales. Se
dedicaba a la utilización de la máquina recta (fojas 1228/1230).
c. 55. Testigo 55: ingresó al país en abril de 2013 con su hermano, que
anteriormente había trabajado acá en un taller. Apenas llegaron se tomaron un taxi y
fueron al taller de Doblas, no fueron a ningún otro lugar. Refirió que allí se instaló en
una habitación con su esposa y su hija, y en otra habitación, su hermano y su otro hijo.
Trabajaba de 7.30 a 21:00 horas, su función era ayudante y según sus compañeros iba a
cobrar un sueldo mínimo de entre dos mil ochocientos y tres mil pesos ($ 2800 y 3000)
por mes (fojas 1231/1233).
c. 56. Testigo 56: llegó al país en marzo de 2013 y comenzó a trabajar en
el taller de Doblas en el mes de abril. Refirió que trabajaba en el taller de 8.00 a 19.00
horas y su remuneración sería de dos mil ochocientos pesos ($ 2800) por mes.
También, manifestó que aceptó trabajar en el taller ya que Virginia le ofreció una
habitación a cambio sin tener que pagar alquiler. Su situación migratoria es irregular
(fojas 1234/1236).
c. 57. Testigo 57: Refirió que anteriormente ya vivió en este país y el año
pasado regresó. Al principio trabajó en otro taller de la calle Echeandia, pero en abril
comenzó a trabajar en el taller de Doblas ya que le quedaba más cerca del colegio de su
hija. Allí trabajaba de lunes a viernes de 7.00 a 21.00 horas y los sábados de 7.00 a
13.00 horas, por lo que debía cobrar cuatro mil pesos ($ 4000) mensuales (fojas
1237/1240).
IV. Descargos.
El día 5 de julio del año pasado prestó en el juzgado Alberto
Choquetarqui Marca, oportunidad en la cual se negó a declarar.
El día 17 de febrero de este año se le recibió declaración indagatoria a
Silvio D´Amore. En aquel momento, el imputado se negó a responder preguntas y
realizó su descargo por escrito. En esa presentación expuso que se desempeña como
accionista y director suplente de la empresa Vidatex SA, desconoció el hecho imputado
y sostuvo que nunca tuvo noticia alguna de que la Coopertativa de Trabajo Taverguis
fuera un taller clandestino. Dijo que “alguna vez” concurrió a dicho taller y que en esas
oportunidades pudo observar que aquél funcionaba en un ambiente amplio y cómodo
de trabajo, bien acondicionado, luminoso, con gente trabajando con máquinas
modernas, en orden y con prolijidad. Sostuvo que la relación de Vidatex SA con ese
proveedor es “relativamente reciente” (fs. 3083)
El 18 de febrero se presentó Rodrigo Maximiliano Garro –socio gerente
de Hnos. Garro SRL, Zurah Jeans-, quien conforme el derecho otorgado por el artículo
294 del Código Procesal Penal de la Nación, se negó a declarar.
El 19 de marzo, prestó declaración indagatoria Roberto Simoncini –
Gerente de Research Textil SRL-. Al comenzar con su declaracion hizo una reseña
sobre la forma en la cual se confecciona la ropa de la marca Narrow. Respecto del
esquema de abastecimiento de prendas de vestir señaló que existen diversos
“…procesos productivos que son variados y complejos son llevados a cabo por
empresas especializadas en cada uno que por experiencia, volumen y economía de
escala no conviene ni es interesante integrar en una sola empresa. Ejemplo de esto son
los lavaderos industriales, las tintorerías, bordadores, estampadores, fabricantes de
tela, la confección…”. Continuó su relato explicando que existen productos que la
empresa fábrica y otros que se compran ya terminados, sea en nuestro país o el
extranjero.
Señaló que Vidatex SA es una de las tres empresas que se encarga del
proceso productivo de las prendas que confecciona Research SRL. Que represento el
7,8 por ciento del total de compras de la compañía, hace sólo dos modelos de jeans,
Research le provee telas, avíos y diseño y Vidatex SA entrega el producto terminado.
Luego hizo referencia a la rentabilidad y forma de pago de uno de los
artículos que Vidatex SA confecciona -13061-. Sostuvo que “…el costo presupuestado
oportunamente por Vidatex SA fue de $ 93, 92 centavos, cuyo costo de confección era
de $37,50, sustancialmente superior a los mínimos que para la confección de prendas
similares establece el ministerio de trabajo en la publicación de la tarifa de salarios
mínimos, ley 12.713 “Confección en todo el ámbito del país” vigente desde el primero
de diciembre de 2012, cuyos valores oscilan entre $13.49 centavos para los talles entre
32 y 42 y $28.98 centavos para los talles 82 al 86, estos talles no los fabricamos.
Nosotros pagábamos más porque los valores del mercado son superiores y sabemos
que hay parte del proceso productivo que se hace internamente en Vidatex SA, el corte
por ejemplo, esto son valores que no tenemos conocimiento.
A continuación, me gustaría explicar la rentabilidad de la citada prenda
de vestir tanto para el minorista como para Research Textil SRL. El precio al público
era de $430 que restado el IVA queda un precio neto para el minorista de $355,37,
entendiendo que los gastos de operación de un local minorista no son inferiores al 33
por ciento de la venta neta, y que el costo de este artículo para el minorista es de $195,
la utilidad bruta para el minorista estaría en el orden de los $43,10, siendo la utilidad
neta, luego de impuesto a las ganancias de $28,02, lo que equivale al 7,9 por ciento
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sobre el precio de venta neto. Para Research Textil SRL, partiendo el precio de $195 y
restando los $93,92 pagados a Vidatex SA y el resto de los gastos tanto variables como
fijos e incluso el impuesto a las ganancias, queda una utilidad final para Research
Textil SRL de $23, 93 es el 12, 3 por ciento sobre la venta…”.
Expuso que la producción encargada a Vidatex SA durante el año pasado
fue de aproximadamente 100.000 prendas de vestir, y que no está en condiciones de
decir cuantas personas se necesita para confeccionar esa cantidad porque su empresa
no fabrica jeans.
Por su parte, respecto de los cheques de Research Textil SRL que fueron
encontrados en Santander 873 dijo que desconoce las firmas. Finalmente presentó un
escrito donde hizo saber que los cheques que se habían secuestrado en el taller de
Santander 873 fueron entregados a Vidatex SA como parte de pago de las facturas
3675, 3683, 3684, 3690, 3692, 3697, 3698, 3699, 3700 y 3703 que formaron parte de la
orden de pago n° 0000-00003322.
Respecto del transportista dijo que era contratado por Vidatex SA. Para
finalizar, hizo referencia a su experiencia laboral y a la conducta intachable que tiene la
empresa donde trabaja.
El día 26 de marzo, Silvia Graciela Bollada – presidente de Vidatex SA-
declaró en este juzgado. En aquella oportunidad presentó un escrito como descargo y
luego contestó preguntas. Indicó que la persona que les presentó a la Cooperativa de
Trabajo Taverguis fue Daniel Perrota, un proveedor de servicios de venta y reparación
de máquinas industriales que tiene relación con la empresa desde su inicio. Luego
indicó que dicha cooperativa funcionaba acorde los recaudos legales, estaba inscripta y
fue debidamente controlada por los órganos competentes.
Siguió su relato explicando que Vidatex SA tiene su propio taller y sólo
en ocasiones terceriza parte de la confección de las prendas que fabrica. Manifestó que
no existió un “asociación” con Taverguis, simplemente una relación comercial. De
hecho sostuvo que “…no es cierto que el taller, en rigor la Cooperativa de Trabajo
Taverguis fuera clandestina, estaba inscripta en todos los registros tanto de
Cooperativas como en los fiscales, emitía facturas y recibos…”.
Dijo que la relación que existía era como cualquier otro; se remite la
mercadería, el proveedor tasa el trabajo por unidad y emite la correspondiente factura,
se paga el trabajo y entrega la prenda confeccionada. Sostuvo que no tiene “…por qué
saber el porcentaje de dinero que la contraparte destina al pago de los salarios de sus
trabajadores…”. Además dijo que no existe motivo alguno para pensar que el bajo
monto de la mano de obra sólo se explica a partir de la explotación a la que son
sometidos los trabajadores dado que la ley de trabajo 12.713 sugiere un piso a abonar
de $12 y la Cooperativa facturaba $12,30.
Continuó su relato diciendo que no conoce ni tiene por qué conocer las
condiciones particulares en las que se encontraban los trabajadores ni que existía con la
Cooperativa un “acuerdo recíproco de beneficios económicos”.
Luego comenzó a responder preguntas. Expresó que Vidatex SA se creó
en el año 2002 y desde ese entonces fue presidente. Dijo que hace más de 20 años esta
en el rubro textil. Respecto de la manera en la cual conoció al taller, expuso que Daniel
Perrota se lo presentó, que él es una persona que arregla las máquinas de su taller. En
una oportunidad le dijo que conocía “…un boliviano que estaba en Buenos Aires que
tenía muy buenas máquinas y trabajaba muy bien, con muy buena terminación. Debido
a que Quispe viajaba habitualmente a Pergamino por el tema de las máquinas para su
taller, en uno de sus viajes se contactó con Silvio Damore y fue a nuestra fábrica, nos
contó lo que hacía, como trabajaba. Al tiempo fuimos a ver su taller y vimos que era
una fábrica con muy buenas máquinas donde todos estaban trabajando. Todo estaba
muy prolijo, y nos llamó la atención las máquinas que tenía, que eran mucho mejores y
modernas que las nuestras, la mayoría automatizada. Vimos que la gente trabajaba
cómoda, bien, con calefacción central y aire acondicionado, lo que nos llamó la
atención gratamente porque estas condiciones no son habituales…”.
Respecto de la cantidad de prendas que el taller de Quispe producía,
manifestó que no era siempre la misma, variaba en función del trabajo que Vidatex SA
tuviera ya que su empresa posee un taller propio y otros en Pergamino; el resto lo
confeccionan en dicho lugar. Manifestó que algunos meses podía entregar hasta tres
mil prendas y otros quinientas. Expuso que le resulta dificultoso señalar cuántas
personas se necesitan para confeccionar dicha cantidad debido al largo proceso de
producción.
También manifestó que estuvo en el taller de la calle Santander 873, pero
no sabe la cantidad de gente que había, que trataba con Juan Carlos Quispe, que ella
contrataba el transportista y finalmente, al hacer referencia respecto de las máquinas,
sostuvo que las que causan más trabajo de manejar para los empleadores son las
manuales.
El día 27 de marzo declaró Juan Carlos Paravicini –presidente de
Kroppo SRL-. El nombrado presentó un escrito en el cual expresó que no conoce a
Alberto Choquetarqui Marca ni a Virginia Mamani Lecoña. Sostuvo que su empresa
nunca comercializó ni una sola prenda de vestir que fuera confeccionada en los talleres
mencionados en la causa, no de Zurah Jeans o Berry Blue.
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Refirió que Kroppo nunca realizó ningún servicio ni compra a “Hnos
Garro”. Sostuvo que no alcanza a comprender el motivo por el cual esta empresa
emitió remitos con el nombre de Kroppo. En este sentido, expresó que según su parecer
esta empresa utilizó su nombre seguramente para ocultar sus verdaderos dueños ya que
como surge de la investigación, sus condiciones de trabajo no eran las adecuadas.
Para llegar a aquella conclusión se basó en cuatro elementos
contundentes: 1) el domicilio consignado en los remitos y notas de mercadería en
transito no es el de Tropo, 2) las ordenes de pago correspondientes a aquellos remitos,
secuestradas en los allanamientos no están dirigidas a Kroppo, sino a una cantidad de
talleres distintos, con diferentes nombres de fantasía, 3) durante el allanamiento
realizado en el domicilio de Kroppo no se encontró ni un solo papel que vincule a la
empresa con el taller de la calle Doblas, no con la marca de la ropa allí confeccionadas
ni con la empresa titular de la marca, 4) de la documentación secuestrada a Hnos.
Garro hay facturas y otra documentación contable de distintos lavaderos que
intervienen en la producción de sus prendas de vestir y ninguno de ellos es el de
Kroppo. Finalmente, solicitó distintas medidas probatorias tendientes a acreditar los
hechos expuestos.
Luego, al comenzar con su descargo, dijo que su empresa se dedica en un
noventa por ciento al lavado de prendas de vestir que se realiza en el domicilio de la
calle José Hernández 5053, Munro, con su propio personal. El restante diez por ciento
de su trabajo es hacer prendas de vestir de su propia marca Von & Dungen.
Luego refirió “…no tengo conocimiento alguno ni algún tipo de relación con la
empresa Hnos Garro, las marcas Zurah Jeans, Blue Berry ni con los talleres
nombrados, no conozco a ninguno de sus integrantes. Por eso es que siento usurpado
el nombre de Kroppo, porque vi la documentación que se obtuvieron en los talleres y
en Zurah Jeans donde figura que Kroppo esta mandando a confeccionar a bordar y a
estampar, Kroppo para terceros ni borda, ni confecciona ni estampa…”.
Luego, al preguntarle sobre los remitos de mercadería en tránsito de
Zurah Jeans dirigidos a Kroppo, encontrados en el taller ubicado en Doblas 1437
refirió “…La nota de mercadería en transito sirve para cuando alguien mando
mercadería a hacer un proceso a otro lado, o sea esta en transito, la marca me la
entrega a mi, yo la lavo y luego la remito con mi camioneta a un bordador o a un
estampador o a un taller de plancha y terminación. La persona que va en la camioneta
necesita el remito de mercadería en transito por si lo para la policía que está en la
calle, no se usa como factura contable, únicamente se hace al fin trasladarla. Yo
presumo que usaron mi nombra para mandar a distintos talleres mercadería para
confeccionar, bordar y estampar para evitar que las policía los pare y no tengan nada
(…) No tengo la menor idea, esta mercadería jamás pasó por Kroppo, no conozco a
Alberto ni a Zurah Jeans ni a los Hnos Garro. El CUIT si es mío pero eso es
fácilmente averiguable porque yo dejo mi número cada vez que tengo que comprar
algo en cualquier lugar…”.
Finalmente, al preguntarle el motivo por el cual se secuestraron en el
domicilio de Hnos. Garro facturas y remitos de Kroppo por compra de telas respondió
“…No se que hacen ahí, no estoy seguro si son nuestras o falsificadas, voy a intentar
confirmarlo mediante un estudio contable pero no lo puedo asegurar porque es una
empresa familiar y no guardamos tantos recaudos. Igualmente quiero dejar constancia
que el domicilio de entrega es en la calle Bogota donde funciona Hnos Garro y no en
nuestra empresa, eso no tiene sentido…”.
El día 31 de marzo, se presentó Mario Aldo Rodríguez –presidente de
Indu Jeans-, en aquella oportunidad presentó un escrito y se negó a responder
preguntas. En dicha presentación refirió que hace aproximadamente seis años, Juan
Carlos Quispe se presentó en su local de Avellaneda 3100 ofreciendo su trabajo y que
luego de un tiempo lo contactó para conversar acerca de las condiciones de trabajo.
Además, manifestó que en aquella oportunidad, le solicitó que exhiba la
correspondiente habilitación del taller, encontrándose en condiciones de ser explotado.
En consecuencia, sostuve que “…no puede hablarse de taller
clandestino, desde el momento que el mismo se encontraba habilitado por las
correspondientes autoridades. Es obvio que, en forma previa a dicha habilitación,
dicho taller debe haber tenido una inspección por parte de funcionarios del Gobierno
de la Ciudad de Bueno Aires, quienes, evidentemente, no habrían observado ninguna
anomalía o circunstancia que les llamara la atención, ya que si así fuera deberían
haber dejado plasmado ello, por lo cual, sostner que para la producción de las
prendas de M 51 se utilizó un taller clandestino resulta una falacia...”.
Luego manifestó que varios empleados de la empresa concurrieron al
inmueble de la calle Santander oportunidad en la que fueron atendido por Quispe en un
“…pasillo largo donde había varios bultos…”. A continuación de su relato dijo que
desconocía en forma absoluta la relación que Quispe tenía con quienes allí trabajaban,
desconociendo la forma en que habían entrado al país o prestaban funciones en el
taller.
Continuó diciendo que la mecánica de trabajo que tenía con el taller era
normal, sea para retirar los cortes de jeans o entregar las prendas terminadas. Dijo que
ocasionalmente personal de su empresa concurría al taller para la entrega o retiro de las
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prendas, en esas oportunidades se estacionaba “de culata” la camioneta en el garaje
del inmueble y se cargaban los bultos, “… no habiendo razón alguna para que se
ingrese al taller propiamente dicho, resultando lo precedentemente expuesto las
razones por las cuáles se desconocían las condiciones en que se prestaban las
tareas…”.
Luego sostuvo que dicho taller no formaba parte de su empresa, sino que
aquélla era contratada por ésta. Afirmó que prueba de ello es que además de las
prendas de vestir de su marca, fabricaban otras que incluso eran su competencia. Dijo
que no existió una relación de dependencia, sino que únicamente su empresa tercerizó
el trabajo. Sostuvo que la razón por la cual se hace esto es pura y exclusivamente
económica, “…es menor el costo para la empresa de confeccionar las prendas en un
taller independiente que la contratación de empleados para tal fin, circunstancia que
no puede implicar, de ninguna manera, la comisión de un ilícito…”.
También dijo que en ningún momento la empresa consideró utilizar
personas explotadas para así obtener un beneficio económico. Indicó que prueba de
ello es que Indu Jeans emplea 80 personas, las cuales se encuentran debidamente
registradas. Además expuso que no existe forma alguna de conocer el dinero que
Quispe le pagaba a las personas que prestaban funciones en su taller.
Por otro lado, dijo que el hecho de que tanto su empresa como así
también la Cooperativa Taverguis fueron asesoradas contablemente por el mismo
profesional no resulta un elemento incriminatorio, ya que su contador posee entre su
clientela muchas otras empresas.
Finalmente, sostuvo que no pueden imputársele ninguna de las acciones o
verbos típicos contenidos en los delitos por los cuales ya fueron procesadas algunas de
las personas investigadas en esta causa, ya que no puede reducirse a una persona a
esclavitud o servidumbre si no se la conoce.
El día 31 de marzo, se presentó Ernesto Ponzini –ex directivo de la
empresa Kroppo SRL-. Al prestar declaración sostuvo que desde el año 2004 no forma
parte de dicha sociedad. En dicha audiencia presentó el contrato de cesión de cuotas
sociales.
El día 10 de abril César Fernando Fucks y Sergio Alejandro Garber
presentaron cada uno el mismo escrito. En aquél hicieron una breve reseña sobre la
actividad de su marca, sostuvieron que sus funciones son el análisis y estudio de
tendencias, tanto de moda como de comercialización y el diseño de colecciones,
temporadas de verano e invierno. Sostuvieron que son ajenos al hecho que se les
imputa por lo sostenido por su otro socio, Roberto Simoncini; no respondieron
preguntas.
Finalmente, Yim Chang Yul, el día 11 de abril de este año comenzó su
declaración diciendo que se sentía muy consternado porque él sólo le había dado
trabajo a la gente. Respecto de los talleres dijo que él solo sabe que el ubicado en
Doblas esta a cargo del hermano del taller de Del Barco Centenera.
Indicó que estudió confección pero no sabe hacer jeans, por eso delegaba
su trabajo. Dijo que sólo fue al taller hasta la puerta, nunca entró.
Luego, al preguntarle desde cuando tiene una relación con los talleres
dijo desde el año pasado, y cundo se le exhibió un cuaderno con información del año
2012, dijo que lo desconocía.
Sostuvo que no sabe cuantas personas trabajan en el taller pero que
calcula que eran seis o siete. Luego, expuso que los cortes los retiraba el tallerista de su
local y del taller el encargado de lavar las prendas. Que le pagaba entre $13 y $14
pesos por prenda, que tiene que pagar un poco más por prenda ya que son una marca
chica y eso dificulta conseguir taller.
V. Valoración
V.1. Introducción y hechos ya demostrados en la causa.
El día 28 de mayo del año pasado se procesó sin prisión preventiva a
Juan Carlos Quispe Usnayo, Efraín Serrano Mamani, Agustín García Álbarez, Santos
Alcón Huanacuni, Wilma Chacolla Marca, Valentín Mamani Lecoña, Virginia Mamani
Lecoña, y Graciela Catari Choquetarqui por considerarlos coautores y partícipes
necesarios del delito de trata de personas, reducción a la servidumbre y facilitación y
promoción de inmigrantes ilegales en nuestro país.
Se adoptó este temperamento, en función de las constancias obtenidas a
lo largo de la causa, a partir de las cuales se logró determinar que en los inmuebles
ubicados en Santander 873, Doblas 1437 y Del Barco Centenera 1878 funcionaban tres
talleres textiles clandestinos, en donde se fabricaban prendas de vestir de las marcas
“Narrow”, “Bery Blue”, “Zurah Jeans” y “M51”. Aquella tarea estaban a cargo 57
personas -en su mayoría de nacionalidad boliviana- las cuales prestaban funciones, en
algunos casos más de 12 horas diarias, en condiciones precarias de higiene, salubridad
y seguridad, y bajo las órdenes de quienes fueron procesados.
Se logró determinar que con el fin de someter a sus víctimas, sacar un
provecho económico por sus servicios, y darle a ello un marco de legalidad, las
personas que fueron procesadas, crearon el día 27 de abril del año 2006, la Cooperativa
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de Trabajo Taverguis, cuyo presidente era Juan Carlos Quispe y su domicilio fue fijado
en el inmueble de la calle Santander 873.
De las distintas actas secuestradas, se comprobó que todas estas personas
se conocían y tenían relación al menos desde esa época. De aquéllas surge que se
designó como tesorero a Valentín Mamani Lecoña, que se asociaron Alberto
Choquetarqui Marca, Agustín García Alvarez y Virginia Mamani Lecoña y Wilma
Chacolla Marca era la secretaria.
Se constató que la cooperativa funcionaba en los tres inmuebles
allanados, de hecho se secuestraron los contratos de alquiler de Santander 873 y Del
Barco Centenera 1878, a nombre de Juan Carlos Quispe, y en algunos de los
documentos de las personas que prestaban funciones en este último, figuraba su
domicilio en la calle Doblas 1437. Incluso una de las víctimas identificadas durante el
allanamiento realizado en Santander 873 también fue encontrada durante el
allanamiento que se hizo con posterioridad en Doblas 1437.
A partir de las declaraciones testimoniales de las víctimas, se determinó
que estas personas cumplían distintos roles en los diferentes domicilios allanados. Se
identificó a Juan Carlos Quispe y a Wilma Chacolla Marca como los principales
encargados de controlar lo que sucedía en los tres talleres, a Agustín García Álbarez,
Efraín Serrano y Santos Alcón Huanacuni, como las tres personas de controlar los
movimientos de las víctimas que se encontraban en Santander 873, siempre bajo el
mando de Quispe y Chacolla Marca, a Valentín Mamani Lecoña y Graciela
Choquetarqui Catari, como los encargados del taller ubicado en del barco Centenera
1878/80 y a Virginia Mamani Lecoña como aquella que controlaba a las personas del
taller ubicado en la calle Doblas 1437, también las víctimas de este inmueble hicieron
referencia que Alberto Choquetarqui Marca –marido de Virginia Mamani Lecoña- era
el otro encargado del lugar. De esta persona se hará referencia más adelante, cuando se
valore su situación procesal.
Por otra parte, debe destacarse que en los tres talleres no se
confeccionaban prendas de las mismas marcas, sino que se encontraban distribuidas.
En el inmueble de Santander se hacía ropa de las marcas “M51”, “Narrow”, en Del
Barco Centenera de la marca “Berry Blue” y “Zurah Jeans” y en Doblas de “Zurah
Jeans”. Ello se acreditó a raíz del secuestro de las etiquetas correspondientes y prendas
de vestir en cada inmueble, como así también, por los remitos y facturas expedidos por
la cooperativa.
A partir de la basta documentación secuestrada, se constató que la
cooperativa se creó con el fin de que sus integrantes obtengan un rédito económico en
función de la confección de las prendas de vestir de las marcas mencionadas, realizada
por las víctimas que fueron explotadas bajo sus órdenes.
Para ello, captaban a sus victimas directamente de Bolivia, quienes en su
país de origen se encontraban en condiciones socio-económicas precarias y en
consecuencia se aprovechaban de ello para traerlas al país a prestar funciones en los
distintos talleres clandestinos. De hecho, las víctimas, desde un comienzo contraían
deudas con estas personas, quien le pagaban los pasajes y luego le descontaban el
dinero correspondiente de sus primeros salarios.
Una vez que llegaban a estos talleres, las víctimas esperanzadas de
conseguir un trabajo digno y bien pago para cubrir con sus necesidades básicas, se
encontraban con que las condiciones a las cuales fueron sometidas.
En definitiva, se constató que los elementos de contexto que permitieron
atribuirles las conductas imputadas a las personas que fueron procesadas por el delito
de trata, reducción a la servidumbre y facilitación o promoción de permanencia a los
inmigrantes ilegales en nuestro país fueron los siguientes:
a. Circunstancias personales de los trabajadores reclutados:
En su mayoría eran personas de nacionalidad Boliviana –sin
documentación argentina- que se fueron de su país y dejaron sus costumbres en busca
de un mejor nivel de vida, producto de la situación de extrema pobreza y
vulnerabilidad en la que se encontraban.
En efecto, buena parte de las personas llevadas a los talleres, provienen
de familias pobres y no contaban con al menos una básica educación; y además se
constató que para que vinieran a prestar sus servicios les hacían saber que ganarían más
dinero, que vivirían en mejores condiciones y que así mejorarían sus condiciones de
vida.
b. Pago:
Se comprobó que a las víctimas les pagaba en efectivo, entre mil y dos
mil pesos por mes, que se les hacía firmar un comprobante que quedaba en poder de
Juan Carlos Quispe. El pago correspondiente era abonado personalmente por el
nombrado, quien en ocasiones les daba un adelanto de dinero que luego era descontado
del correspondiente sueldo. Además, por supuesto que ninguno de ellos estaba
inscripto en forma regular.
c. Jornada laboral:
Se llegó a corroborar que la mayoría de las víctimas cumplía servicios
durante doce horas diarias de lunes a viernes, y los días sábados aproximadamente
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ocho horas. Además, que se los multaba por comenzar con sus funciones sólo diez
minutos mas tarde de lo debido.
Incluso algunas de las víctimas expresaron que hacían horas extras, por lo
tanto llegaban a prestar funciones durante más de doce horas.
d. Condiciones de los talleres:
Todos los talleres se encontraban en similares condiciones. Se trata de
lugares cerrados, sin una buena ventilación, con baja luminosidad y una notoria falta de
orden e higiene.
Existió una confusión entre el lugar donde prestaban servicios y vivían.
En función de los allanamientos, filmaciones e inspecciones oculares hechas, se
comprobó la existencia de habitaciones ubicadas en nichos con techos de ochenta
centímetros de altura y sin ninguna ventilación.
En los aquellos inmuebles existían puertas simuladas en la pared por
donde se accedía a los talleres propiamente dichos, paredes falsas que ocultaban
cuartos donde se alojaban las víctimas, a los cuales únicamente se accedía por el techo
de los inmuebles.
La construcción edilicia de los lugares era sumamente precaria desde
muchos aspectos, pero principalmente en lo concerniente a una escasa luminosidad en
el lugar, falta de higiene y escasa cantidad de instalaciones sanitarias, como así también
de resguardos para los trabajadores. La cantidad de polvo que había en el ambiente
obligaba a las víctimas a prestar sus servicios con barbijos.
e. Engaño o falsas promesas sobre el tipo y las condiciones de
trabajo.
Todas las víctimas fueron engañadas sobre las condiciones de trabajo que
se les ofreció oportunamente, no se cumplió con lo prometido. De hecho es evidente
que ninguna de ellas conocía con exactitud las condiciones a las cuales serían
sometidas
Al ser reclutados se les prometió un salario de cuatro mil pesos cuando en
verdad, una vez que llegaban a los talleres, la suma que se les abonaba no era superior
a los dos mil pesos por mes
Asimismo, se pudo determinar que existió un engaño de parte de los
integrantes de la cooperativa ya que les prometían a las víctimas que los iban a poner
en blanco, es decir, que los iba a registrar debidamente como trabajadores, pero ello
nunca sucedió.
f. Confinamiento físico o restricción de salidas en el lugar de trabajo:
De las declaraciones de las víctimas surge que al llegar al país se dirigían
desde la propia terminal directamente a los talleres y que no conocían otra alternativa
más que esa, y también que desconocían los derechos laborales que poseían.
Sólo podían salir los días domingos, y lo hacían todos juntos bajo la
supervisión de los imputados. Prácticamente no tenían actividades por fuera de sus
funciones. Se hallaban contenidos dentro de su contexto laboral y con sus compañeros
de vivienda, con quienes organizaban el mantenimiento de la vivienda. Ejemplo de ello
son sus testimonios, de los cuales se desprende que en algunas oportunidades “Don
Carlos” los llevó a todos a su quinta a pasar el día.
g. Coacción psicológica (amenazas) y Violencia física.
De la documentación secuestrada surge que las víctimas eran controladas
estrictamente con el cumplimiento del horario, siendo que se registraban las tardanzas
de diez minutos que tenían.
Asimismo, se comprobó la existencia de cámaras por medio de las cuales
se vigilaban a los trabajadores. Así, por ejemplo, al ser consultado por aquéllas algunas
de las víctimas refirieron “Si, por medio de las cámaras éramos controlados por
Carlos Quispe.”. Otra sostuvo “Las cámaras estaban en la puerta, en el garage y una
adentro, apuntando a los trabajadores. Juan Carlos Quispe era quien controlaba las
cámaras. Tenía las cámaras para controlar a las personas que trabajaban en la planta
baja, si veía que no estaban trabajando le pedía a uno de los encargados que se
concentren en el trabajo…”.
También se determinó que se aplicaban multas por no limpiar los baños o
el propio lugar. Así, varios testigos señalaron que si no cumplían con la limpieza, se les
descontaban 50 o 100 pesos de su sueldo. Al respecto, uno de los testigos dijo “A veces
nos olvidamos de hacer la limpieza de los baños o el lugar y nos descuenta del sueldo
cien pesos de multa por no haber hecho la limpieza y compra refrescos para que tomen
los demás…”(sic.). Otro sostuvo, “había multa. Los que no limpiaban del grupo les
descontaban 50 pesos por persona, que iban a los que limpiaban para comprar
gaseosas y eso.” (sic.).
El control que sufrían las victima quedó reflejado en sus declaraciones,
de algunas surge que “…en el trabajo del día a día había tres encargados que eran
quienes decían que tipo de trabajo teníamos que hacer. Yo trabajaba con e encargado
de arriba que se llama Don Santos Alcon. El era el encargado de arriba, que era el
lugar donde yo trabajaba… …Además, había otros encargados, uno abajo y otro
afuera que se llaman Don Efraín –el de abajo- y Don Agustin –afuera-…”.
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Si bien no se ejerció directamente violencia física sobre las víctimas, no
puede dejar de señalarse que resulta a las claras que tenían un estricto control de la
labor que efectuaban y que si se llegaban a retrasar en su hora de llegada o no cumplían
rigurosamente con su labor o con la limpieza, sufrían importantes descuentos en sus
haberes.
h. Falta de posibilidades de higiene y alimentación adecuada.
Hacinamiento.
Se comprobó que en los tres talleres allanados a las víctimas se les
facilitaba la comida diaria y el alojamiento, la mayoría de ellas vivía en el mismo lugar
donde prestaba funciones, es decir en los talleres textiles con falta de luminosidad,
hacinamiento, ventilación e higiene.
Se estableció que ninguno de los tres talleres tenía un comedor para que
las victimas pudieran alimentarse de una manera cómoda, generalmente lo hacían en el
mismo lugar donde prestaban funciones.
V.2. Producción tercerizada. Responsabilidad solidaria según la
normativa laboral vigente. Incidencia en la conducta penalmente reprochable.
Los elementos detallados precedentemente permitieron ordenar el
procesamiento por los delitos de trata, reducción a la servidumbre y facilitación y
permanencia de extranjeros ilegales en el país.
A continuación, se hará un análisis de la responsabilidad que tuvieron los
demás imputados en la causa sobre la situación que vivieron cada una de las víctimas
que fueron sometidas en los talleres textiles mencionados en autos.
En este sentido, entiendo que corresponde iniciar este apartado, haciendo
una mención de la manera en la cual se lleva a cabo el empleo tercerizado en la
industria textil.
A partir de los reiterados informes realizados por la Administración
Federal de Ingresos Públicos -el órgano encargado de fiscalizar la cadena de
producción de esta industria-, puede afirmarse que la mayoría de la producción de
prendas de vestir se encuentra tercerizada fuera de las empresas, generalmente en más
de un taller. Aquéllas, en algunos casos, subcontratan con otras dedicadas a la
confección de prendas de vestir y, en otros, lo hacen directamente con distintos talleres
textiles. Incluso, en algunas ocasiones, las empresas subcontratadas también delegan
parte de su trabajo a los talleres textiles.
Esta modalidad se encuentra inmersa en un contexto de informalidad
absoluta, debido a que en la gran mayoría de estos lugares no se cumplen con las leyes
laborales vigentes, y como se verá más adelante, en muchos casos existen severas
violaciones de los derechos humanos de las personas que allí prestan funciones.
Las empresas titulares de las marcas eligen producir sus prendas de esta
manera porque en condiciones normales de trabajo no lograrían fabricar la cantidad
que el mercado demanda. Para ello, necesitarían más empleados y maquinaria y, en
consecuencia, una mayor inversión. Por lo tanto, al contratar con este tipo de talleres,
se aseguran de cumplir con su producción, desembolsando una suma de dinero
considerablemente inferior al que gastarían cumpliendo con las normas laborales
vigentes. Evidentemente, todo se reduce a un interés económico de las marcas, de
producir sus prendas de vestir al más bajo costo posible y obtener por su venta una
mayor ganancia.
De un estudio realizado por la Fundación La Alameda y citado por la
Administración Nacional de Ingresos Públicos se pudo determinar que “…la
distribución de la cadena de valor sigue un patrón altamente asimétrico: el fabricante
(la marca) paga al tallerista aproximadamente un 3.12% del valor final de la prenda,
de los cuales el 1.8% lo percibe el trabajador. De acuerdo a estas estimaciones, la
materia prima equivale a un 11%. El intermediario, en el caso de que lo hubiera,
“muerde” el 19.5%. En concepto de impuestos, la marca abona un 21.9%, mientras
que el alquiler del comercio representa un 10.4%. Resultando de la ecuación de la
cadena: la ganancia de la marca oscila entre un 54% y un 34% -en caso de existir
intermediario-…” (Fundación La Alameda; cit por Goldberg Alejandro –Director-).
Este es un claro ejemplo del bajo costo que le insume a la marca contratar con un taller
textil donde no se respeta la ley y en donde se paga al encargado de aquél alrededor del
3% del valor de la prenda mientras que a aquellas personas que efectivamente las
confeccionan menos de un 2% del valor total.
En función de lo expuesto, puede afirmarse que la existencia de estos
talleres resulta una consecuencia directa de esta modalidad de contratación, donde sus
principales responsables son las marcas. Tal afirmación se sustenta también en la ley
laboral vigente. Al respecto, el artículo 4 de la ley 12.713 que regula el trabajo a
domicilio, y puntualmente aquél realizado en lo talleres textiles, estipula que “los
empresarios, los intermediarios y los talleristas que contraten un trabajo a domicilio
son responsables solidariamente: a) del pago de los salarios fijados por las comisiones
respectivas. Esta responsabilidad para el empresario, cuando el trabajo se ha
contratado por un intermediario o tallerista, sólo alcanza hasta el importe de dos
meses de remuneración, o hasta el valor de un trabajo determinado, cuando su
ejecución ocupe un plazo mayor; b) de los accidentes del trabajo y de las condiciones
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en que éste se realice, excepto cuando el trabajo se ejecute o cuando el accidente
ocurra en el domicilio privado del obrero; c) De las obligaciones establecidas en el
artículo 32 de esta ley”.
Sumado a ello, el artículo 30 de la ley 20.744, de contrato de trabajo
dispone que “Quienes cedan total o parcialmente a otros el establecimiento o
explotación habilitado a su nombre, o contraten o subcontraten, cualquiera sea el acto
que le dé origen, trabajos o servicios correspondientes a la actividad normal y
específica propia del establecimiento, dentro o fuera de su ámbito, deberán exigir a
sus contratistas o subcontratistas el adecuado cumplimiento de las normas relativas al
trabajo y los organismos de seguridad social.
Los cedentes, contratistas o subcontratistas deberán exigir además a sus
cesionarios o subcontratistas el número del Código Único de Identificación Laboral de
cada uno de los trabajadores que presten servicios y la constancia de pago de las
remuneraciones, copia firmada de los comprobantes de pago mensuales al sistema de
la seguridad social, una cuenta corriente bancaria de la cual sea titular y una
cobertura por riesgos del trabajo. Esta responsabilidad del principal de ejercer el
control sobre el cumplimiento de las obligaciones que tienen los cesionarios o
subcontratistas respecto de cada uno de los trabajadores que presten servicios, no
podrá delegarse en terceros y deberá ser exhibido cada uno de los comprobantes y
constancias a pedido del trabajador y/o de la autoridad administrativa. El
incumplimiento de alguno de los requisitos harán responsable solidariamente al
principal por las obligaciones de los cesionarios, contratistas o subcontratistas
respecto del personal que ocuparen en la prestación de dichos trabajos o servicios y
que fueren emergentes de la relación laboral incluyendo su extinción y de las
obligaciones de la seguridad social".
Las leyes citadas atribuyen responsabilidad a todos los eslabones de la
cadena de producción tercerizada en la industria textil, poniéndolos en un pie de
igualdad ante las obligaciones contraídas con las personas que, en definitiva,
confeccionan las prendas de vestir. Incluso, la ley indica que las empresas serán
responsables de controlar a los subcontratistas para que cumplan con las obligaciones
contraídas con sus trabajadores.
Como se ve, las marcas deben intervenir en toda su producción, aún
cuando no la realice el personal de su empresa. Dicha responsabilidad recae sobre
aquéllas que contratan con cualquier taller textil, independientemente de si allí se
cumple o no con las normas dispuestas por la legislación correspondiente. Incluso,
también deben responder los titulares de las empresas que contraten con talleres
textiles donde se explote laboralmente a las personas que allí presten servicios.
Lo expuesto demuestra que efectivamente las empresas dueñas de las
marcas son responsables de toda su cadena de producción y las encargadas de controlar
que se haga conforme a la ley. La atribución de estas obligaciones resulta adecuada ya
que las marcas son las que generan el funcionamiento de la industria textil en todos sus
estratos y las principales beneficiadas al nutrirse de mano de obra esclava por el redito
económico que ello implica
Es evidente que las empresas saben con quien contratan y la forma en la
que se prestan funciones en los talleres textiles; ya que, justamente, son estas
características las que ellas buscan para abaratar los costos de producción y aumentar
sus ganancias que, como fue dicho, es el fin por el cual se terceriza la producción a
talleres textiles.
En definitiva, considero que si los directivos de las marcas conocen las
condiciones en las cuales prestan funciones las personas que fabrican sus prendas de
vestir –situación presupuesta por la ley-, y además tienen la intención de producirlas en
estos lugares, podrá reprocharse su conducta penalmente.
En el mismo sentido se expidió el fiscal a cargo de la Procuraduría de
Trata de Personas y Secuestros Extorsivos. Al respecto sostuvo que los directivos de
las marcas aquí implicadas conocen, o por lo menos deben conocer, la situación en la
cual se encuentran sus trabajadores. Sostuvo esta postura en función de las cargas que
deben cumplir los directivos de las marcas respecto de la registración de los talleres, la
obtención de habilitación para la ejecución de trabajo a domicilio, la obligación de
llevar el libro autorizado y rubricado por la autoridad de aplicación –art. 5, 6 y 7 de la
ley 12.713-, cuestiones que no fueron cumplidas por los directivos aquí implicados.
Incluso mantuvo que sus conductas encuadraron en el artículo 35 de la ley
12.713, el cual contempla los casos graves que implican el abuso por parte de los
empresarios, en el aprovechamiento de la indefensión de los trabajadores mediante el
pago de salarios considerablemente inferiores a los que se deben abonar –ver fs.
3265/71-.
Entonces, en función de los argumentos expuestos, a continuación se verá
que los directivos de las marcas -en función de la normativa expuesta precedentemente
y la producción de una cantidad de prendas de vestir en determinado tiempo y costo-
debían, como buenos hombres de negocio, conocer la forma en la cual las personas que
allí prestaban funciones se desempeñaban.
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V.3 Factores determinantes del conocimiento en general y particular.
Intención de producción. Reproche penal.
Como se señalo, las marcas intentan abaratar costos en su cadena de
producción y para ello buscan que los talleres textiles como los investigados en esta
causa produzcan sus prendas de vestir. Sus directivos saben que, por lo general, las
personas explotadas son extranjeras, viven en el mismo lugar donde cumplen sus
funciones, no están inscriptas regularmente y por lo tanto que no cuentan con aportes ni
obra social que los cubran y, además, que prestan funciones durante jornadas que,
cuanto menos, son más extensas que las estipuladas por la ley.
Se puede afirmar que la gran mayoría de las marcas que eligen a estos
lugares tienen conocimiento de estas condiciones de vida porque, justamente, son
aquéllas las que influyen directamente sobre el bajo costo de producción, principal
interés de cada una de ellas. Evidentemente, los gastos se abaratan cuando hay que
pagarles a personas que buscan cubrir sus necesidades básicas sin importar cómo,
incluso siendo explotados, aunque no tengan conciencia de ello. Esta situación deja a la
vista el estado de vulnerabilidad en el que se encuentran las víctimas y la indiferencia –
cuanto menos- por parte de los directivos de las marcas.
Si bien, en el punto siguiente se analizará cada caso en particular, a modo
de ejemplo y con el objeto de plasmar lo expuesto precedentemente en un caso
concreto, haré referencia al informe remido por la Administración Federal de Ingresos
Públicos –prueba a.22-. De aquél surge que en el taller textil ubicado en Santander 873
una de las marcas involucradas pagaba, en determinado período, la suma de dos pesos
por la confección de cada pantalón –jeans-. Aquí, se tiene probado el conocimiento de
que las personas que producían estas prendas lo hacían de la forma corroborada en la
causa, ya que de ninguna otra manera se podría abonar lo confección de una prenda de
vestir a tan bajo costo. Por lo tanto, la continuación en el tiempo de esta relación, deja
en evidencia la intención de que este taller sea un eslabón en la cadena de producción.
Al conocer las condiciones en las cuales prestaban funciones las personas
que allí se encontraban, y la intención de contratar -devenida de aquel conocimiento-
torna reprochable penalmente la conducta de cualquier empresa que aporte su materia
prima para que se confeccione su ropa en talleres como estos.
V. 4 Evacuación de citas. Acreditación en particular del rol de cada
uno de los imputados en la causa. Encargados de talleres, directivos y titulares de
las empresas implicadas en la causa y talleristas.
Al haber determinado la forma en la cual los directivos de las empresas
de la industria textil se encuentran vinculados a la explotación de las personas que
prestan funciones en talleres como los investigados en esta causa, resulta oportuno
realizar un análisis en particular de la situación de cada uno de los directivos de las
marcas vinculadas en la causa.
Antes de comenzar, cabe destacar que cada uno de ellos, al momento de
prestar declaración indagatoria, expresó que no tenían conocimiento de la forma en la
cual se encontraban las personas que allí prestaban funciones. Entonces, a continuación
se realizará un análisis de la prueba obtenida a lo largo de la causa y se contrastará con
los dichos de cada uno de ellos, para luego determinar si participaron en el hecho
imputado.
V.4.a. Situación procesal de Silvia Bollada y Silvio D´Amore –
Presidente y Presidente suplente de Vidatex SA-.
Como se determinó, la empresa Vidatex SA tuvo una relación comercial
con Reseach Textil SRL desde el año 2007 y con la Cooperativa de Trabajo Taverguis
por lo menos desde el año 2010. Esta empresa, desde aquel entonces, se dedicó a
producir parte de la confección de la marca Narrow, recibía la materia prima y luego se
la entregaba al taller de Juan Carlos Quispe –pruebas 1.5, 1.8, 1.19, 1.25, 1.26, 1,32,
entre otras-.
Tanto Silvio D´Amore como Silvia Bollada, sostuvieron que no tenían
conocimiento de que el taller donde funcionaba la cooperativa fuera clandestino. En
este sentido, Bollada sostuvo que “…no es cierto que el taller, en rigor la Cooperativa
de Trabajo Taverguis fuera clandestina, estaba inscripta en todas los registros tanto
de cooperativas como en los fiscales, emitía facturas y recibos…”. Esta afirmación
resulta una falacia ya que, justamente, Juan Carlos Quispe y Wilma Chacolla Marca,
como así también los demás integrantes de la cooperativa, la crearon para otorgarle un
marco de legalidad a la conducta reprochada, tal como fue valorado en la resolución
del día 28 de mayo del año pasado y reseñado en el punto “V.1” de la presente. En
consecuencia, ellos estaban al tanto de dicha fachada ficticia en razón de las
circunstancias personales de los trabajadores, el pago que recibían por las jornadas
laborales que llevaban adelante y las condiciones miserables en las cuales se
desempeñaban.
También ambos imputados dijeron que habían entrado al taller, y Bollada
sostuvo que le “…había llamado la atención gratamente…” las condiciones en las que
prestaban funciones las personas que allí se encontraban. Evidentemente, esto también
resulta un desacierto ya que ninguna persona, y mucho menos aquellas con veinte años
de experiencia en la industria textil, como los aquí imputados, puede sostener una cosa
semejante. Recuérdese que las víctimas no sólo prestaban funciones en aquel inmueble,
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sino que también vivían en las condiciones descritas, por ejemplo, muchas dormían en
nichos que no superaban los ochenta centímetros de altura. Si bien estos lugares
estaban separados del taller, pertenecían al mismo inmueble. Además de estos datos,
hay uno que no puede pasarse por alto; la puerta simulada en la pared. No hay otro
hecho más claro que permita demostrar la intención de ocultar la situación de
explotación que sufrieron las víctimas que allí se encontraban, y evidentemente, los
imputados lo conocían, porque de lo contrario no existe manera alguna de afirmar que
el caudal de trabajo que tercerizaban a este taller lo hicieran solo las personas que se
encontraban prestando funciones delante de esta puerta, sobre todo, cuando había
meses que este taller confeccionaba más de tres mil prendas –prueba 1.4-, incluso, tal
como fue expuesto en la prueba 1.11., durante los meses de marzo y abril de 2013,
Vidatex SA le entregó al taller más de setenta mil artículos para su confección –en este
sentido, también obsérvense pruebas 1.26 y 1.31-
El vínculo laboral que los unió desde hacía más de tres años, permitió
que tengan absoluto conocimiento de lo que allí sucedía, de hecho se secuestraron
cuadernos con anotaciones de reiteradas comunicaciones telefónicas con Juan Carlos
Quispe. A modo de ejemplo, desde el 28 de febrero al 4 de mayo se verificaron
aproximadamente diecisiete llamados al taller del nombrado -prueba 1.36-. También,
en el taller de Santander 873, se secuestraron varios cheques emitidos por Research
Textil SRL dados como parte de pago a Vidatex SA, con los cuales esta empresa le
pagó a Juan Carlos Quispe por la confección de las prendas –pruebas 1.6 y 1.15
Todos estos elementos, me permiten afirmar que los directivos de la
empresa Vidatex SA tenían pleno conocimiento de la forma en la cual se encontraban
las víctimas que prestaban funciones en el taller ubicado en Santander 873, y por lo
tanto son penalmente responsables de los hechos de explotación a los cuales fueron
sometidas.
V.4.b. Situación procesal de Aldo Mario Rodríguez -Presidente de
Indu Jeans SA-.
Quedó demostrado que en el taller de la calle Santander 873 se
confeccionaban prendas de vestir de la marca “M51”. Durante el allanamiento
realizado en aquel lugar se secuestró una gran cantidad de prendas de vestir y etiquetas
de esta marca.
A partir de la prueba obtenida, se constató que desde el año 2007 esta
empresa tuvo una relación comercial con el taller de Juan Carlos Quispe, de hecho se
secuestraron facturas y remitos de mercadería en tránsito correspondientes a aquel año,
hasta el 2013. Desde el año 2007, hasta 2009 la marca le abonaba al taller $2 por
unidad; desde el año 2010 hasta 2011 $3 por unidad –prueba b.2.15 y a.2.2-.
El vínculo comercial fue tan estrecho que compartían el mismo contador,
incluso también se secuestró un contrato de comodato, de fecha 17 de octubre de 2011,
entre Dahovi SA “comodante” y Cooperativa de Trabajo Taverguis Limitada
“comodatario” por el cual el comodante cede gratuitamente al comodatario el inmueble
ubicado en Avellaneda 3100 con el objeto de explotarlo con fines comerciales,
recuérdese que en esta dirección funcionaba el local de la marca M51 –prueba b.2.2 y
b.2.17-.
Estas pruebas desacreditan por completo los dichos del imputado
respecto del desconocimiento que tenía de la forma en la cual se prestaban servicios en
el taller allanado. Ninguna persona puede sostener tal afirmación después de
relacionarse laboralmente durante 6 años, compartiendo el mismo contador e incluso
obteniendo el local donde se venden sus prendas de vestir gracias a un contrato firmado
por su tallerista.
Evidentemente, los dichos expuestos por el imputado no son más que una
estrategia defensiva tendiente a desvincularse del hecho imputado. La postura que
tomó durante su descargo, respecto de que “…no puede hablarse de un taller
clandestino desde el momento que el mismo se encontraba habilitado por las
correspondientes autoridades…” es un argumento débil, dado que aquél estaba
habilitado e igualmente se explotaban personas. Es que el ámbito de conocimiento
(dolo) que se le atribuye no es el del empleado municipal que habilitó el lugar, sino el
del empresario que contrata determinada producción de prendas de vestir a un taller.
Así, si uno se situara en el ámbito de conocimiento que alega la defensa sería imposible
que contratara con el taller porque nunca, con las personas y las máquinas (capacidad
productiva) que poseía el taller realmente, podrían haber hecho frente a la demanda.
Incluso, sostuvo que “…es menor el costo para la empresa de
confeccionar las prendas en un taller independiente que la contratación de empleados
para tal fin, circunstancia que no puede implicar, de ninguna manera, la comisión de
un ilícito…”. Si bien esta afirmación, en principio, no resulta reprochable, lo cierto es
que hay que observarla en el contexto en el cual la industria textil se desarrolla. Como
fue dicho en el acápite anterior, los talleres textiles, como los allanados en la causa,
existen gracias a que hay empresas que buscan obtener de ellos una ventaja económica
extraordinaria.
Entonces, el bajo costo al que hace referencia el imputado es
consecuencia directa de la forma en la cual estos talleres producen las prendas de vestir
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de las marcas que les entregan su materia prima. Por lo tanto, la afirmación hecha por
Rodríguez no es más que la aceptación y el conocimiento de las condiciones en que se
producían las prendas que él vendía, ya que debería preguntarse cuáles son los motivos
por los que la producción en estos talleres resulta más barata.
El conocimiento de estas condiciones se encuentra probado también por
la cantidad de prendas hechas en el taller. Se secuestraron distintos cuadernos con
anotaciones donde se consignó la entrega de 45.680 prendas desde aproximadamente el
día seis de agosto de 2012 al 17 de octubre del mismo año, y 34.190 desde el mes de
noviembre del año 2012 hasta abril de 2013. Las personas que prestaban funciones en
ese taller confeccionaron casi 75.000 prendas en nueve meses, cantidad que pudieron
cubrir sólo prestando funciones de manera ininterrumpida por más de 12 horas diarias
–pruebas b.2.3 y b.2.5-.
Lo hasta aquí expuesto deja en evidencia que el imputado conoció el
funcionamiento del taller textil ubicado en la calle Santander, y además, que le entregó
la materia prima para confeccionen sus prendas de vestir, hechos que lo
responsabilizan penalmente de las condiciones sufridas por las víctimas.
V.4.c. Situación procesal de Rodrigo Garro, socio gerente de
Hermanos Garro SRL –Zurah Jeans-.
A partir del allanamiento realizado en el taller ubicado en Doblas 1435,
se constató que allí se confeccionaban prendas de vestir de la marca Zurah Jeans. En
aquella oportunidad se secuestraron etiquetas y prendas de vestir de esta marca. Por tal
motivo, se allanó su domicilio fiscal, ubicado en la calle Bogotá 2957, cuarto piso “A”
y “B”, y luego se le recibió declaración indagatoria, oportunidad en la cual no hizo
declaraciones alguna.
De las constancias reunidas en la causa, puedo afirmar, con el grado de
certeza que requiere esta etapa, que Rodrigo Garro tuvo absoluto conocimiento de las
condiciones en que se encontraban las víctimas que confeccionaban las prendas de
vestir de su marca.
Las pruebas obtenidas son contundentes en este sentido. En primer lugar,
y como se hará referencia en el pinto “V.4.f.”, se demostró que utilizó a la empresa
Kroppo SRL como una pantalla para intentar desligarse de cualquier tipo de
responsabilidad, confeccionaba facturas y remitos de mercadería en transito dirigidos a
esta empresa pero con su domicilio en el taller y dirigidos a “Alberto”, cuando en
verdad fue él quien se vinculaba directamente con el taller. En consecuencia, entiendo
que su forma de actuar deja en evidencia el conocimiento que tenía respecto del
funcionamiento del taller, puesto que de lo contrario no se entendería el motivo por el
cual fingió esta situación.
A partir de las facturas y remitos encontrados, se demostró que, cuanto
menos, desde el año 2010 este taller confecciona sus prendas de vestir. Además, a
partir de las constancias obrantes en la causa, se puede afirmar que no sólo los unió una
relación comercial. Durante el allanamiento realizado en el domicilio fiscal de su
empresa, se secuestró una orden de libertad de Virgina Mamani Lecoña, y una hoja con
anotaciones de esta causa. Aquella documentación secuestrada, demuestra que además
tenía un interés sobre la situación personal de la encargada del taller, no sólo por la
relación que tuviera con ella, sino también por la incidencia que la investigación
tuviera sobre él.
Además del vínculo que existió con los encargados, se corroboró que
tuvo contacto con los principales referentes de la Cooperativa de Trabajo Taverguis,
Juan Carlos Quispe, Wilma Chacolla Marca y Valentín Mamani Lecoña. De su agenda
secuestrada surgen los números telefónicos de estas personas y el taller de la calle Del
Barco Centenera 1878. –pruebas a. 29, b.3.4, b.3.7, b.3.8-
El conocimiento en general que tuvo de la cooperativa, y en particular
sobre la situación del taller ubicado en la calle Doblas, permite hacerlo responsable de
la explotación que sufrieron las víctimas del aquel taller. En este sentido, se comprobó
que periódicamente le suministraba la materia prima con la cual se hacían los
pantalones de su marca. En efecto, se secuestraron remitos de mercadería en tránsito de
fecha 5 de noviembre de 2012, 6, 26 y 28 de marzo y 13, 19, 23 y 29 de abril de 2013,
por un total de 8336 prendas de vestir, los cuales permiten demostrar la asiduidad con
la cual se hacían las entregas de mercadería y en consecuencia la carga horaria que
tenían las víctimas para cumplir con su demanda. –prueba b.3.2-
V.4.d. Situación procesal de Yim Chang Yul –titular de la Marca
Berry Blue-.
Con el objeto de analizar su situación, cabe recordar que se comprobó
que en los talleres de Doblas 1435 y Del Barco Centenera 1878 se confeccionaban
prendas de vestir de su marca.
Durante su declaración indagatoria dijo que estaba consternado por lo
que le había sucedido, ya que él sólo les había dado trabajo a las personas que allí se
encontraban. Sostuvo que no tenía conocimiento de lo que ocurría en ambos talleres y
que nunca había entrado, sólo había ido dos o tres veces hasta la puerta.
Más allá de que con sus dichos intentó negar el conocimiento que tenía
de estos dos talleres, resultan contundentes los datos que surgen del cuaderno
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secuestrado en el inmueble del taller de la calle Del Barco Centenera -detallado en la
prueba b.4.5-. Allí hay varias anotaciones en la cuales se deja constancia de la entrega
46.266 prendas durante el año 2012.
La información obtenida, desacredita por completo su relato. Por un lado,
confirma su relación con los talleres desde el año 2012, cuestión que fue negada por el
imputado en su declaración indagatoria, y por el otro, la cantidad exorbitante de
prendas fabricadas, demuestra la intensidad con la cual debían prestar funciones las
victimas que allí se encontraban. Ninguna persona, y mucho menos alguien con
experiencia en el negocio -como reconoció ser Yim Chang Yul-, puede sostener que
dichas prendas fueran confeccionadas por la cantidad de personas que prestaban
funciones en los talleres allanados, de no ser por las condiciones y, sobre todo, por las
extensísimas jornadas que cumplían a diario; muchas que superaban las doce horas.
Es así como el imputado logró beneficiarse económicamente, ya que el
patrimonio que necesitó para cubrir los gastos de las personas que se encontraban en
estos talleres fue considerablemente menor al que hubiera tenido que afrontar para
pagarle a las personas necesarias para producir esta cantidad de prendas de vestir.
Incluso, reconoció que para confeccionar sus prendas, se necesitaba entre 6 y 8
personas, o sea que cada una de éstas tendría que hacer por día aproximadamente 18
prendas de vestir durante los 365 días del año. Con este dato, queda demostrado que los
titulares de las marcas ya tienen incorporadas las condiciones en las cuales prestan
funciones las víctimas y hasta le resultan naturales.
Dicho esto, y si bien no surgen datos de cuál era el precio que abonaba
por prenda –según él entre 12 y 14 pesos-, lo cierto es que en definitiva esto resulta
irrelevante porque auque se acercase al precio pactado por la ley, ninguna persona
puede someter a jornadas laborales tan exhaustivas, incluso, pagándole lo adecuado.
Por lo expuesto hasta recién, puede afirmarse que Yim Chang Yul tenía
conocimiento del funcionamiento de los talleres y así le entregaba las telas para que
confeccionen sus prendas de vestir, lo que lleva a concluir que tenía la intención de
comerciar con sus encargados y por lo tanto es penalmente responsable de la
explotación que sufrieron las victimas que se encontraban en los talleres ubicados en
Doblas 1435 y Del Barco Centenera 1878.
V.4.e. Situación procesal de Sergio Alejandro Garber, César
Fernando Fucks y Roberto Simoncini -Socios de Research Textil SRL-.
Quedó comprobado que Research Textil SRL, utilizó a Vidatex SA como
parte de su cadena de producción, situación que incluso fue reconocida por los
directivos de ambas empresas.
Al momento de prestar declaración indagatoria, Fucks y Garber,
desconocieron el hecho que se les imputó y se remitieron a los dichos de Simoncini,
encargado de producción en Research Textil SRL. Al respecto, el nombrado sostuvo
que Vidatex SA es una de las tres empresas a las cuales Research Textil SRL terceriza
la producción de sus prendas, entregándole telas, avíos y diseño para que confeccionen
dos tipos de pantalones.
En este sentido, explicó que su empresa le entrega a Vidatex SA la
materia prima y ésta le devuelve el producto confeccionado. Dijo que del transporte de
la mercadería como del producto terminado –aproximadamente 100.000 mil prendas
por año- se encarga Vidatex SA.
Al preguntarle sobre los cheques endosados por su empresa –prueba
1.15.- refirió que fueron entregados a Vidatex SA como parte de pago de las facturas
3675, 3683, 3684, 3690, 3692, 3697, 3698, 3699 3700 y 3703 que formaron parte de la
orden de pago n°00000-00003322; adjunto fotocopia de dicha documentación.
Si bien el taller textil de Quispe formó parte de la cadena de producción
de la marca Narrow, lo cierto es que a lo largo de la investigación no se encontró
ningún elemento que posibilite probar que los directivos de esta empresa tenían
conocimiento del taller ubicado en Santander 873. Al respecto, vale aclarar que toda la
documentación que se secuestró en dicho taller está relacionada con Vidatex SA y no
con Research Textil SRL, sólo los cheques mencionados anteriormente, de los cuales
sus directivos pudieron acreditar que fueron entregados a Vidatex SA como parte de
pago. En igual sentido, de sus domicilios fiscales no se obtuvo ningún tipo de
información que la relacionara con el taller o la cooperativa de Quispe.
Entonces, entiendo que si bien deberán responder “como empresarios”
por las obligaciones contraídas en función de la ley laboral vigente, lo cierto es que al
no tener conocimiento de que este taller textil formaba parte de su cadena de
producción, no podrá reprochársele penalmente la conducta atribuida.
V.4.f. Situación procesal de Juan Carlos Paravicini y Ernesto Ponzini
–Socio Gerente y ex socio de Kroppo SRL-.
Según las constancias obtenidas en la causa, la empresa Kroppo SRL,
habría sido contratada por Hnos. Garro –Zurah Jeans- para confeccionar sus prendas de
vestir. De hecho, tanto en el taller ubicado en Doblas como así también en el domicilio
fiscal de Hnos Garro, se secuestraron varios remitos de mercadería en tránsito de dicha
empresa dirigidos a Kroppo SRL pero con domicilio en el taller textil -no en el de su
empresa- a nombre de Alberto. Además, en el domicilio fiscal de Hnos. Garro se
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secuestraron recibos de venta de telas a Kroppo SRL. En el inmueble allanado de
Kroppo SRL –Jose Hernandez 5053, Munro-, no se encontró documentación de interés.
Al prestar declaración indagatoria, Juan Carlos Paravicini, expresó que
jamás había tenido vínculo con dicha empresa, y que entiende que usaron su nombre
para ocultarse y evitar ser investigados. Al respecto indicó que todas las facturas y
remitos de mercadería en transito están dirigidas al domicilio del taller textil, a nombre
de Alberto, ninguna a su domicilio. Además, que la principal actividad de su empresa
es el lavado de prendas de vestir y no la confección, y que en su domicilio allanado no
se secuestró nada que lo vincule al hecho investigado.
Cuando se le preguntó por la documentación secuestrada indicó, que no
sabía si aquellas facturas o remitos eran originales, indicó que su CUIT era correcto
pero muy fácil de obtener. Respecto de los remitos de Dai Vak a Kroppo por la compra
de telas encontrados en el domicilio fiscal de Hnos Garro, indicó que el domicilio de
entrega que allí figuraba no era el suyo sino el de dicha empresa.
En función de las constancias obtenidas, y el relato del imputado, se
solicitó a la Administración Federal de Ingresos Públicos que informe si de su base de
datos surge algún tipo de relación comercial entre Hnos. Garro y Kroppo SRL; de las
actuaciones remitidas no surge dato alguno –prueba a.29-
En este sentido, cabe destacar que los dichos de Pravicini tienen relación
con las pruebas obtenidas. En efecto, no se encontró en el domicilio allanado de su
empresa documentación alguna que permita vincularlo con la marca investigada. En
este sentido, la Administración Federal de Ingresos Públicos también informó que de
sus registros no surge relación comercial entre ambas.
Por otro lado, si bien se secuestraron facturas y remitos de mercadería de
dirigidos a Kroppo SRL, y recibos de compra de telas a su nombre, lo cierto es que en
ninguno figuraba su domicilio, todo lo contrario, en los remitos apareció el domicilio
del taller de Doblas y dirigidas a Alberto, y en las facturas de compra el domicilio
fiscal de Hnos Garro. Tales circunstancias, dejan en evidencia que la materia prima con
la cual se hacían los jeans no estuvo nunca en manos de la empresa y por lo tanto que
la relación comercial, en definitiva, existió directamente entre el taller y la marca.
En consecuencia, teniendo en cuenta que no se pudo acreditar la
participación de Kroppo SRL en la cadena de producción de las prendas de vestir de la
marca Zurah Jeans, entiendo que corresponde tomar un temperamento
desincriminatorio respecto de Paravicini y Ponzini.
Sobre esta última persona, además queda decir que se desvinculó de
dicha empresa en el año 2004, según lo informado por la Administración Federal de
Ingresos Públicos, luego de recibirle declaración indagatoria –ver fojas 3525-
V.4.g. Situación procesal de Alberto Choquetarqui Marca.
Tal como ocurrió con Virginia Mamani Lecoña, su concubina y la ortra
persona encargada del taller ubicado en Doblas 1435, puedo sostener que el nombrado,
por lo menos desde el mes de septiembre de 2007, tuvo una relación con Juan Carlos
Quispe, Wilma Chacolla Marca, y todos los integrantes de la cooperativa investigada,
ya que fue en ese entonces que comenzó a ser parte de aquélla –prueba a.26-.
Es claro que a partir de esa relación, tuvo un rol preponderante dentro de
esta organización, al punto tal que estuvo encargado del taller ubicado en la calle
Doblas 1435/7. Tal afirmación, se puede hacer porque él fue reconocido como tal por
todas las personas que trabajaban en el lugar, y por ende, como quien las vigilaba y
sometía a jornadas laborales que se extendían por doce horas, en condiciones
habitacionales miserables –entre otras, declaración c. 45 y c. 47-.
No hay duda de que fue el encargado del taller, ya que allí se secuestraron
distintas facturas de servicios públicos del inmueble a su nombre, lo que deja en
evidencia que era quien disponía del dinero que se obtenía gracias a la explotación de
las personas que allí prestaban funciones –prueba a. 25-.
En consecuencia, teniendo en cuenta los hechos probados en la causa y
referidos en el punto “V.1.” puedo concluir que Alberto Choquetarqui Marca fue uno
de las personas que integró la Cooperativa de Trabajo Taverguis con el objeto de
explotar laboralmente a distintas personas y que su participación se acotó a someter a
aquéllas que prestaban funciones en al taller de la calle Doblas 1435/7.
Al haber acreditado la participación en los hechos imputados de la
mayoría de las personas que aquí se resolverá su situación procesal, a continuación
realizaré un encuadre jurídico de las conductas reprochadas.
VI. Calificación.
VI. 1. Introducción. Encuadre jurídico.
El día 28 de mayo del año pasado, se procesó a Juan Carlos Quispe,
Wilma Chaolla Marca, Agustín García Albarez, Santos Alcón Huanacuni, Efraín
Serrano Mamani, Virginia Mamani Lecoña, Graciela Choquetarqui Catari y Valentin
Mamani Lecoña -dueños y encargados de los talleres textiles allanados- por los delitos
de reducción a la servidumbre, trata de personas y facilitación y promoción de
inmigrantes ilegales en el país.
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Se encuadraron sus conductas según el momento en el cual explotaron a
cada una de sus víctimas. Esta distinción se hizo porque desde el día 5 de enero del año
pasado se encuentra vigente la ley 26.842, la cual modificó sustancialmente la ley
26.364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas que regía hasta ese entonces.
En consecuencia, los hechos que se ejecutaron durante la vigencia de
ambas leyes fueron calificados como constitutivos de los delitos de reducción a la
servidumbre en concurso ideal con trata de personas, agravado por los incisos primero,
segundo y tercero, conforme lo normado en la ley 26.364 mientras que los realizados
luego de la reforma legislativa se calificaron como trata de persona agravado por los
incisos primero, cuarto, quinto, sexto y finalmente por haberse consumado la
explotación y realizado sobre un menor de edad.
Además se los procesó por la promoción y facilitación de la permanencia
ilegal de extranjeros en nuestro país, delito previsto en el artículo 117 y agravado por el
119 de la ley 25.871.
El encuadre jurídico se realizó en función de las pruebas obtenidas y los
hechos probados, los cuales fueron reseñados en el punto “V.1”de esta resolución. Para
ello, se analizaron los siguientes artículos.
a. Art.140 del Código Penal que reprime al “…que redujere a una
persona a servidumbre…”. Si bien la norma también prevé otras conductas típicas, ésta
fue la que encuadró en los hechos llevados a cabo por los encargados de los talleres.
Al respecto, sostuve que la reducción a la servidumbre es la colocación
de una persona bajo el dominio y propiedad de otra, en una situación de objeto. Y, por
lo tanto, la voluntad de los autores de este delito no esta dirigida únicamente a
restringir la libertad física del sujeto pasivo, sino que va más allá; es decir que busca
tener un dominio sobre su psiquis. Estas cuestiones fueron probadas a partir de las
condiciones en las cuales prestaban funciones las víctimas y el quebrantamiento que
los imputados lograron sobre su voluntad.
b. Art. 145 bis del Código Penal, según la redacción de la ley 26.364.
Aquél artículo reprimía a quien “…captare, trasportare o trasladare, dentro del país o
desde o hacia el exterior, acogiere personas mayores de dieciocho años de edad,
cuando mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de
intimidación o coerción, abuso de autoridad o de una situación de vulnerabilidad,
concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una
persona que tenga autoridad sobre la víctima, con fines de explotación será reprimido
con prisión de tres a seis años…”.
Sus agravantes se daban cuando “…el autor fuere ascendiente, cónyuge,
afín en línea recta, hermano, tutor, persona conviviente, curador, encargado de la
educación o guarda, ministro de algún culto reconocido o no, o funcionario
público…” cuando “…el hecho fuere cometido por tres o más persona en forma
organizada…” y cuando “…las víctimas fueren tres o más…”.
Este delito intentó abarcar todas las conductas vinculadas a la trata,
alcanzando la consumación de una sola de ellas para configurarlo. Las conductas
llevadas a cabo por los imputados fueron la captación y acogimiento de sus víctimas.
La primera estuvo relacionada con el engaño que les causaron a las víctimas para luego
someterlas a su voluntad. La segunda -perteneciente al último eslabón de la cadena- la
hicieron proporcionándoles un lugar para vivir. Por supuesto que ambas conductas
fueron realizadas con la intensión final de explotar a sus víctimas.
c. Art.145 bis el Código Penal, según la redacción de la ley 26.842 que
estipula que “…será reprimido con prisión de cuatro a ocho años, el que ofreciere,
captare, trasladare, recibiere o acogiere personas con fines de explotación, ya sea
dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros países, aunque mediare el
consentimiento de la víctima…”.
Ahora, sus agraventes se encuentran enumerados en el artículo 145 ter.
Forman parte de ellos los hechos que se ejecutaran mediante los medios comisivos que
se encontraban en el antiguo artículo, la particular situación de las víctimas y autores
del delito y la consumación de la explotación a la que refiere la norma.
Además, a diferencia del artículo anterior, en este, ya desde su lectura se
desprende que el delito en cuestión se consumará aún con el consentimiento que
hubiera prestado una persona sometida a una situación de explotación. Esta
manifestación de voluntad de la víctima pierde total relevancia debido al contexto en la
cual se expresa, es evidente que ninguna persona podría consentir su explotación, salvo
que no tenga conciencia de lo que esta sucediendo, tal como pasó en este caso.
d. Art. 117 según la ley 25.871. Este artículo indica que “… será
reprimido con prisión o reclusión de uno a seis años el que promoviere o facilitare la
permanencia ilegal de extranjeros en el Territorio de la República Argentina con el fin
de obtener directa o indirectamente un beneficio…”, agravadas por el artículo 119 por
haberse cometido “…con violencia, intimidación o engaño o abuso de la necesidad o
inexperiencia de la víctima…”.
Este delito encuadró en la conducta llevada a cabo por los imputados, ya
que, sistemáticamente, como parte de una “política de empresa”, y con la intención de
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obtener un beneficio, le facilitaron a cada una de sus víctimas la permanencia en este
país al brindarles un lugar donde prestar funciones y vivir.
VI. 2. Autoría y participación criminal.
Luego de haber indicado los delitos por los cuales se procesó a los
dueños y encargados de los talleres textiles, en este punto, analizaré la forma en la que
participaron las personas a las cuales se resolverá su situación procesal.
En primer lugar, haré referencia a los socios, directivos y dueños de las
empresas Indu Jeans SA, Vidatex SA, Research Textil SRL y Hnos. Garro SRL que
tuvieron conocimiento e intención de producir sus prendas de vestir en los talleres
textiles investigados. En este sentido, estimo que cada una de estas personas tuvo
ingerencia sobre los hechos calificados en el punto anterior. Con su conducta y al no
tomar los recaudos exigidos por la ley, en cuanto a la registración de los talleres, la
habilitación correspondiente y los libros que deberían haber llevado, crearon un riesgo
jurídicamente desaprobado que objetivamente los hace responsables de las conductas
tipificadas en la ley de trata de personas.
Si bien los directivos de las marcas no fueron quienes ejecutaron las
conductas reprochables penalmente, debido a que no eran las dueñas o encargadas de
los talleres, y por ende no ejercieron el control probado sobre las víctimas, lo cierto es
que actuaron de la misma forma que ellos, es decir con el dolo de explotar a las
víctimas para así enriquecerse indebidamente.
La participación -en sentido jurídico- implica hacer un aporte útil en la
conducta delictiva realizada por aquella persona que tiene el dominio del hecho-autor-.
Pero además, para la conformación del dolo, se requiere que aquella contribución se
realice con el conocimiento y la intención de hacerlo en la comisión del delito. El
mismo estándar se aplica a los partícipes, puesto que ninguna diferencia existe en la
jurisprudencia respecto al dolo exigido entre ellos y al autor1. Por ejemplo, la CNCC
expresamente se refiere al dolo del partícipe utilizando la misma frase que utiliza para
el dolo del autor, definiéndolo como el “conocimiento y la voluntad de cooperar en el
hecho ilícito ajeno”2.
Entonces, para ser partícipe de un delito, el agente debe actuar con
conocimiento acerca de la conducta descripta por la norma penal.
1 Ver, por ejemplo, CNCCF, Sala II, causa “Alderete”, N° 26.378, reg. 29.290, del 9/12/08.
2 Sala I, causa N° 34.509, “Pellegrini”, del 2/09/08.
Existen distintas formas jurídicamente relevantes de cooperar, algunas
sin las cuales no podría haberse llevado a cabo el hecho en el cual se participó, y otras,
que no resultan esenciales para la comisión del delito.
Al respecto, entiendo que por el rol que cumplen las empresas textiles
dentro de la cadena de producción, su participación resulta esencial para llevar a cabo
los hechos delictivos como los aquí investigados. Sin su aporte e intención de
enriquecerse en forma ilegítima, no existirían talleres textiles como los señalados en
esta causa.
Por lo tanto, considero que los directivos y dueños de las empresas aquí
implicadas, que conocían las condiciones en las cuales prestaban funciones las víctimas
que allí se encontraban y que justamente aquel contexto fue el que los incitó a hacer
parte de su cadena de producción a estos lugares, son partícipes necesarios –conforme
las disposiciones previstas en el art. 45 del C.P.- de los delitos cometidos por los
dueños y encargados de aquellos lugares. Gracias al aporte que realizaron, y la
intención de producir sus prendas de vestir sacando un provecho económico
extraordinario, los dueños y encargados de los talleres ubicados en Santander 873,
Doblas 1435 y del Barco Centenera 1878 participaron en la explotación de todas las
víctimas que allí se encontraban.
Su aporte es esencial, debido a que las marcas en general, como estas en
particular, son las que solventan esta industria y compran las telas que luego le
entregan a los talleres como los aquí investigados para que confeccionen sus prendas
de vestir. En definitiva, empresas como estas, son parte del eje en el cual gira la
industria textil, sin las cuáles los talleres como los aquí investigados no existirían
debido a que no poseen el respaldo económico suficiente que les permita funcionar
independientemente sin la solvencia que tienen las marcas.
En consecuencia, entiendo que también fueron partícipes de delito
promoción y facilitación de inmigrantes extranjeros en nuestro país, agravado por
haberse cometido con abuso de necesidad -previsto en los artículos 117 y 119 de la ley
25.871-. Como fue dicho, en la industria textil clandestina se buscan a inmigrantes
ilegales ya que su condición resulta más favorable para los explotadores, debido a que
sus víctimas son desarraigadas y colocadas en una situación aún más vulnerable.
Entonces, siendo los directivos y dueños de estas marcas los responsables de la
existencia de los talleres como los aquí investigados, también lo son de las personas
que prestan funciones en situaciones migratorias irregulares.
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Dicho esto, y conforme la calificación adoptada, a continuación, se
identificará la participación en la explotación que cada imputado tuvo sobre las
víctimas identificadas en la causa.
a. Santander 873: A Silvia Bollada, Silvio D´Amore, Aldo Mario
Rodríguez, Alejandro Garber, César Fernando Fucks y Roberto Simoncini, cuyas
prendas de la marcas Narrow y M51 se fabricaban en aquel taller, haber participado de
la reducción a la servidumbre –art. 140 del C.P.- de las víctimas de identidad reservada
números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 14, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25,
26, 27, 28, 29, 31, 33, 34, 35 y 36.
Asimismo, en haber participado del delito de trata de personas –conforme
art. 145 bis de la ley 26.364- de las mismas personas indicadas precedentemente. Esta
conducta se agravará por haberse cometido con la participación de más de tres personas
y porque las víctimas fueron más de tres.
También, la participación en la trata de personas –conforme la redacción
del art. 145 bis de la ley 26.842- de los testigos de identidad reservada número 9, 15,
30, 32 y 37. Esta conducta se agravará porque se realizaron aprovechándose de la
situación de vulnerabilidad de las víctimas, porque ellas fueron más de tres, porque
participaron más de tres personas en la comisión de estos hechos, porque se consumó
su explotación y porque se lo hizo a un menor de 18 años de edad –testigo n° 9-.
Finalmente se imputará haber participado en la facilitación de la
permanencia de 16 extranjeros ilegales que se encontraban en aquel lugar, agravada su
conducta por haberse cometido por abuso de necesidad.
b. Del Barco Centenera 1878: A Yim Chang Yul haber participado del
delito de trata de personas –art 145 bis de la ley 26.842- de todas las personas que se
encontraban en aquel lugar, donde se confeccionaban las prendas de vestir de su marca.
Esta conducta se agravará porque se realizaron aprovechándose de la situación de
vulnerabilidad de las víctimas, porque ellas fueron más de tres, porque participaron
más de tres personas en la comisión de estos hechos, porque se consumó su
explotación.
c. Doblas 1435: A Yim Chang Yul y a Rodrigo Garro haber participado
del delito de trata de personas –art. 145 bis de la ley 26.842- de todas las personas que
se encontraban en aquel lugar, donde se confeccionaban las prendas de vestir de sus
marcas. Esta conducta se agravará porque se realizaron aprovechándose de la situación
de vulnerabilidad de las víctimas, porque ellas fueron más de tres, porque participaron
más de tres personas en la comisión de estos hechos, porque se consumó su
explotación.
También, la participación en la facilitación de la permanencia de 6
extranjeros ilegales que se encontraban en aquel lugar, agravada su conducta por
haberse cometido por abuso de necesidad.
Dicho esto, queda calificar la conducta llevada a cabo por Alberto
Choquetarqui Marca. Al igual que Virginia Mamani Lecoña, su mujer y la otra
encargada de taller ubicado en la calle Doblas 1435 su conducta encuadra en el artículo
145 bis de la ley 26.842.
En este sentido, con las pruebas obtenidas en la causa pudo determinarse
que fue coautor de este delito ya que tuvo absoluto dominio de lo que sucedió dentro
del taller donde sometió a sus víctimas. En aquel lugar les brindó alojamiento y las
sometió a jornadas laborales que superaban las doce horas, en condiciones de
seguridad, higiene y salubridad deplorables con un solo objetivo, explotarlas
laboralmente.
Por lo tanto, se encuentran reunidos los elementos objetivos y subjetivos
necesarios para configurar este delito. Por un lado, recibió y acogió a sus victimas en el
taller a su cargo, y por el otro, lo hizo con la voluntad de explotarlos laboralmente,
conducta que efectivamente llevó a cabo.
Su conducta será agravada porque se realizaron aprovechándose de la
situación de vulnerabilidad de las víctimas, porque ellas fueron más de tres, porque
participaron más de tres personas en la comisión de estos hechos, porque se consumó
su explotación y porque vivía junto a ellas.
VI. 3. Concursos.
Luego de haber encuadrado jurídicamente los hechos corroborados en
esta causa, se analizará la manera en que ellos concurren.
Los delitos de reducción a la servidumbre y trata de personas –conforme
la ley 26.364- lo harán en forma ideal, ya que las conductas llevadas a cabo por los
imputados encuadran en ambos tipos penales, aquí existe lo que la doctrina denomina
“unidad de acción”, es decir la manifestación de la voluntad de llevar a cabo un
determinado plan. De igual manera lo hará la facilitación y promoción de inmigrantes
ilegales en nuestro país.
Por otro lado, vale aclarar que el sometimiento que sufrió cada una de
las víctimas, resultan hechos aislados y escindibles unos de otros, ya que el dolo con el
cual actuaron los agentes se reiteró en cada oportunidad. En consecuencia, a cada uno
de ellos se le imputará la misma cantidad de hechos que personas hayan tratado o
reducido a la servidumbre.
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Finalmente, la facilitación o promoción de inmigrantes extranjeros
concursará también en forma ideal.
VII. Prisión preventiva.
A los efectos de evaluar si corresponde o no el dictado de la prisión
preventiva de los imputados, y siempre bajo la inteligencia de que las pautas para
disponer el encarcelamiento antes del dictado de una sentencia condenatoria no pueden
estar directamente condicionadas y definidas por la penalidad del delito de que se trata,
sino por los fines del proceso, que son: la averiguación de la verdad y el cumplimiento
del derecho material (artículo 280 del Código Procesal de la Nación) entiendo que
resulta necesario analizar sus situaciones, sin perjuicio de las pautas objetivas que rigen
al instituto en estudio -según lo dispuesto en el artículo 312 del Código Procesal Penal
de la Nación-.
La pena en expectativa es un dato objetivo cierto e importante que debe
ser ponderado, pero si los fines perseguidos se ven resguardados por otros medios
menos graves, y en ese sentido los peligros procesales de entorpecimiento de la
investigación y de peligro de fuga se ven neutralizados, no existirá necesidad de aplicar
una medida cautelar de privación de la libertad durante el curso del proceso.
La existencia de los peligros procesales no se presume, y es por ello que
se exige un juicio acerca de su presencia. El tribunal debe atender a las circunstancias
objetivas y ciertas que, en el caso concreto, permiten formular un juicio sobre la
existencia probable del peligro que genera la necesidad de la medida de coerción. Así
lo ha entendido la Sala III de la Cámara Nacional de Casación Penal, al sostener que
las reglas en materia de encarcelamiento preventivo no constituyen una presunción iure
et de iure, sino que deben interpretarse armónicamente con el principio de inocencia,
de tal modo solo constituyen un elemento más a valorar, con otros indicios probados
que hagan presumir el riesgo de frustración del juicio (causa n° 5473, “Macchieraldo,
Aquiles Alberto”, del 22/12/04, reg. 843/2004).
Si bien la pena con la que se amenaza un determinado ilícito resulta un
parámetro importante a estos efectos, sólo los elementos particulares de cada caso
pueden fundar válidamente -en tanto permitan presumir razonablemente la existencia
de estos riesgos procesales- el encarcelamiento preventivo de un imputado (CCC, Sala
I, causa n° 21.143 “Barbará, Rodrigo Ruy”, del 10/11/03).
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha dicho que la prisión
preventiva tiene como fundamento evitar que se frustre la acción de la justicia, esto es,
que se entorpezca la investigación o que se eluda su decisión, por lo que la sola
referencia a la pena establecida para el delito por el que se lo acusa no constituye
fundamento válido para su dictado; debiéndose precisar en cada caso cuáles son las
circunstancias concretas de la causa que permiten presumir fundadamente que el
imputado intentará burlar la acción de la justicia (320:2105 y 321:3630).
Entonces, en el caso concreto, una vez satisfechos los requisitos exigibles
a partir de la gravedad del hecho investigado y la escala penal en abstracto prevista por
el delito atribuido, se debe analizar si existen en autos elementos de convicción
suficientes para fundar la proporcionalidad, necesidad y razonabilidad del medio
legalmente previsto para asegurar el desarrollo de la investigación y el cumplimiento
de la decisión final que podría dictarse.
En este sentido, sin perjuicio de la calificación legal asignada al hecho
imputado, y no obstante la condena que oportunamente pudiera recaer sobre
imputados, habré de dictar sus procesamientos sin prisión preventiva, por no darse por
el momento ninguna de las hipótesis establecidas por el artículo 312 del C.P.P.N., ni
aquellas fijadas por el art. 319 del mismo ordenamiento procesal.
Al respecto, y si bien la calificación legal al hecho imputado supera
ampliamente el máximo de pena de ocho años establecido por el art. 316, segundo
párrafo, primera parte, del C.P.P.N., lo cierto es que en las presentes actuaciones no
existen elementos que hagan presumir que evadirán el accionar de la justicia, como así
tampoco que pondrán obstáculos en la investigación. Ello por cuanto todos poseen
arraigo familiar en el país que permite localizarlos en el caso de que recuperasen su
libertad. A su vez, debo agregar que ninguno posee antecedentes, siendo ésta la
primera vez que recaerá una resolución de mérito sobre ellos.
Entiendo que a esta altura ya se han desarrollado todas aquellas medidas
conducentes al esclarecimiento del hecho investigado –allanamientos, peritaje,
declaraciones testimoniales de las víctimas-, de manera tal que los encausados no
podrían desarrollar, en esta instancia, comportamiento alguno que comprometa el éxito
de la investigación.
Sumado a lo expuesto, lo cierto es que la privación de la libertad es una
medida cautelar de excepción, motivo por el cual considero que en este caso en
particular no corresponde adoptar tal temperamento.
Por lo esgrimido, considero que corresponde mantener en libertad a la
totalidad de los imputados.
Con el fin de garantizar que se encuentren a derecho en las actuaciones y
de conformidad con lo establecido por el art. 310 del C.P.P.N., se les impondrá la
obligación de presentarse cada quince días, haciéndoles saber que deberán comparecer
ante cualquier citación proveniente de este tribunal, que deberán informar cualquier
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cambio de domicilio y que no podrán ausentarse de aquél que constituyan por más de
veinticuatro horas sin dar aviso.
VIII. Embargos.
Que en cuanto al embargo que prevé el art. 518 del C.P.P., cabe señalar
que la Excma. Cámara del fuero ha sostenido que la naturaleza de la medida cautelar
del auto que ordena el embargo tiene como fin garantizar en medida suficiente una
eventual pena pecuniaria o las costas del proceso (fijadas en $69,67) y el
aseguramiento de las responsabilidades civiles emergentes, conforme lo dispone el
artículo 518 del C.P.P.N. (“Zacharzenia, Gustavo s / embargo” del 13/11/97, c. 29.204,
reg. 961, entre otros).
En ese marco, entiendo que las sumas a la que arribaré tendrán su fuente
de atención en la naturaleza jurídica de la medida, conforme se viene sosteniendo.
Asimismo, se tendrán en consideración que las costas que puedan imponerse que, si
bien de momento no son objeto de regulación, consistirán -art. 533 del C.P.P.- en el
pago de la tasa de justicia, en los honorarios devengados por los abogados, y en los
demás gastos que se hubieren originado por la tramitación de la causa.
De igual modo, consideraré la eventual necesidad de reparar el daño
emergente ocasionado a las víctimas y su cantidad, los sueldos no abonados a éstas por
la prestación del servicios correspondientes, y que podría ser de aplicación la multa del
art. 22 bis del Código Penal.
En consecuencia, teniendo en cuenta todo lo dicho y la especial
participación de cada uno de los imputados –directivos de las marcas implicadas-,
quienes, como ya se afirmó, son los que sustentan y realizan el aporte económico sin la
cual esta actividad no podría llevarse a cabo, fijaré el monto del embargo para cada uno
de ellos en la suma de quinientos mil pesos ($500.000) monto que considero
suficientes para garantizar los rubros indicados precedentemente, salvo el de Alberto
Choquetarqui Marca que se hará por la suma de ciento veinte mil pesos ($120.000).
Por todo lo expuesto, de conformidad con los razonamientos esgrimidos
y las normas legales citadas, entiendo que corresponde y así;
RESUELVO:
I. Dictar el PROCESAMIENTO, sin prisión preventiva, de Silvia
Bollada cuyas demás constancias personales obran en autos por considerarla partícipe
necesario del delito de reducción a la servidumbre –art. 140 CP- en concurso ideal con
trata de personas –conforme art. 145 bis de la ley 26.364- agravado por haber
participado más de tres personas y porque las víctimas fueron más de tres, realizado en
treinta y dos oportunidades, los cuales concurren en forma real con el delito de trata de
personas –art. 145 bis de la ley 26.842- agravado por los incisos 1, 2, 3 y 7 según art.
145 ter., reiterado en cinco oportunidades. Los cuales también concurren en forma
ideal con los delitos de facilitación y promoción de inmigrantes extranjeros en el país
realizado en 16 oportunidades y agravado gracias a haberse abusado del estado de
necesidad de estas personas -artículos 117 y 119 de la ley 25.871-. Todo ello conforme
los artículos 45, 54 y 55 del Código Penal, 306 y 312 del Código Procesal Penal de la
Nación.
II. Mandar a trabar embargo sobre los bienes y/o dinero de la
nombrada hasta cubrir la suma de quinientos mil pesos ($500.000), conforme lo
dispuesto por el artículo 518 del Código Procesal Penal de la Nación.
III. Dictar el PROCESAMIENTO, sin prisión preventiva, de Silvio
D´Amore cuyas demás constancias personales obran en autos por considerarlo
partícipe necesario del delito de reducción a la servidumbre –art. 140 CP- en concurso
ideal con trata de personas –conforme art. 145 bis de la ley 26.364- agravado por haber
participado más de tres personas y porque las víctimas fueron más de tres, realizado en
treinta y dos oportunidades, los cuales concurren en forma real con el delito de trata de
personas –art. 145 bis de la ley 26.842- agravado por los incisos 1, 2, 3 y 7 según art.
145 ter., reiterado en cinco oportunidades. Los cuales también concurren en forma
ideal con los delitos de facilitación y promoción de inmigrantes extranjeros en el país
realizado en 16 oportunidades y agravado gracias a haberse abusado del estado de
necesidad de estas personas -artículos 117 y 119 de la ley 25.871-. Todo ello conforme
los artículos 45, 54 y 55 del Código Penal, 306 y 312 del Código Procesal Penal de la
Nación.
IV. Mandar a trabar embargo sobre los bienes y/o dinero del
nombrado hasta cubrir la suma de quinientos mil pesos ($500.000), conforme lo
dispuesto por el artículo 518 del Código Procesal Penal de la Nación.
V. Dictar el PROCESAMIENTO, sin prisión preventiva, de Aldo
Mario Rodríguez, cuyas demás constancias personales obran en autos por
considerarlo partícipe necesario del delito de reducción a la servidumbre –art. 140 CP-
en concurso ideal con trata de personas –conforme art. 145 bis de la ley 26.364-
agravado por haber participado más de tres personas y porque las víctimas fueron más
de tres, realizado en treinta y dos oportunidades, los cuales concurren en forma real con
el delito de trata de personas –art. 145 bis de la ley 26.842- agravado por los incisos 1,
2, 3 y 7 según art. 145 ter., reiterado en cinco oportunidades. Los cuales también
concurren en forma ideal con los delitos de facilitación y promoción de inmigrantes
extranjeros en el país realizado en 16 oportunidades y agravado gracias a haberse
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abusado del estado de necesidad de estas personas -artículos 117 y 119 de la ley
25.871-. Todo ello conforme los artículos 45, 54 y 55 del Código Penal, 306 y 312 del
Código Procesal Penal de la Nación.
VI. Mandar a trabar embargo sobre los bienes y/o dinero del
nombrado hasta cubrir la suma de quinientos mil pesos ($500.000), conforme lo
dispuesto por el artículo 518 del Código Procesal Penal de la Nación.
VII. Dictar el PROCESAMIENTO, sin prisión preventiva, de Yim
Chang Yul, cuyas demás condiciones personales obran en autos, por considerarlo
partícipe necesario del delito de trata de personas –art. 145 bis de la ley 26.842-
agravado por los incisos 1, 2, 3, y 7 –art. 145 ter.-, reiterado en veinte oportunidades,
conducta que concurrirá en forma ideal con el delito de facilitación y promoción de
inmigrantes extranjeros en el país realizado en seis oportunidades y agravado gracias a
haberse abusado del estado de necesidad de estas personas -artículos 117 y 119 de la
ley 25.871-. Todo ello conforme los artículos 45, 54 y 55 del Código Penal, 306 y 312
del Código Procesal Penal de la Nación.
VIII. Mandar a trabar embargo sobre los bienes y/o dinero del
nombrado hasta cubrir la suma de quinientos mil pesos ($500.000), conforme lo
dispuesto por el artículo 518 del Código Procesal Penal de la Nación.
IX. Dictar el PROCESAMIENTO, sin prisión preventiva, de Rodrigo
Garro, cuyas demás condiciones personales obran en autos, por considerarlo partícipe
necesario del delito de trata de personas –art. 145 bis de la ley 26.842- agravado por los
incisos 1, 2, 3, y 7 –art. 145 ter.-, reiterado en catorce oportunidades, conducta que
concurrirá en forma ideal con el delito de facilitación y promoción de inmigrantes
extranjeros en el país realizado en seis oportunidades y agravado gracias a haberse
abusado del estado de necesidad de estas personas -artículos 117 y 119 de la ley
25.871-. Todo ello conforme los artículos 45, 54 y 55 del Código Penal, 306 y 312 del
Código Procesal Penal de la Nación.
X. Mandar a trabar embargo sobre los bienes y/o dinero del nombrado
hasta cubrir la suma de quinientos mil pesos ($500.000), conforme lo dispuesto por el
artículo 518 del Código Procesal Penal de la Nación.
XI. Dictar el PROCESAMIENTO, sin prisión preventiva, de Alberto
Choquetarqui Marca, cuyas demás condiciones personales obran en autos, por
considerarlo coautor del delito de trata de personas -artículo 145 bis de la ley 26.842-
agravado por los incisos primero, cuarto, quinto, sexto y finalmente por haberse
consumado la explotación y reiterado en catorce oportunidades, el cual concurre en
forma ideal con el delito de facilitación o promoción de inmigrantes ilegales en el país
(artículo 117 de la ley 25.871) reiterado en seis oportunidades y agravado por haberlo
consumado gracias al abuso de necesidad de las víctimas (artículos 117 y 119 de la ley
25.871). Todo ello en función de los artículos 45 y 55 del Código Penal y 306 y 312
del Código Procesal Penal de la Nación.
XII. Mandar a trabar embargo sobre los bienes y/o dinero del
nombrado hasta cubrir la suma de ciento veinte mil pesos ($120.000), conforme lo
dispuesto por el artículo 518 del Código Procesal Penal de la Nación.
XIII. Dictar el SOBRESEIMIENTO de Juan Paravicini, conforme lo
normado en el artículo 336, inciso cuarto, del Código Procesal Penal de la Nación,
dejando expresa mención que la presente investigación no afectará el buen nombre y
honor del imputado.
XIV. Dictar el SOBRESEIMIENTO de Ernesto Ponzini, conforme lo
normado en el artículo 336, inciso cuarto, del Código Procesal Penal de la Nación,
dejando expresa mención que la presente investigación no afectará el buen nombre y
honor del imputado.
XV. Dictar el SOBRESEIMIENTO de César Fernando Fucks,
conforme lo normado en el artículo 336, inciso cuarto, del Código Procesal Penal de la
Nación, dejando expresa mención que la presente investigación no afectará el buen
nombre y honor del imputado.
XVI. Dictar el SOBRESEIMIENTO de Alejandro Garber, conforme
lo normado en el artículo 336, inciso cuarto, del Código Procesal Penal de la Nación,
dejando expresa mención que la presente investigación no afectará el buen nombre y
honor del imputado.
XVII. Dictar el SOBRESEIMIENTO de Roberto Simoncini,
conforme lo normado en el artículo 336, inciso cuarto, del Código Procesal Penal de la
Nación, dejando expresa mención que la presente investigación no afectará el buen
nombre y honor del imputado.
XVIII. Líbrense las correspondientes cédulas a fin de notificar
personalmente a los imputados, quienes deberán comparecer dentro de las 48 horas de
notificados.
Firmado: Ariel Lijo, juez federal
Ante mí: Juan Tomás Rodríguez Ponte, secretario
Poder Judicial de la Nación U
SO
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ICIA
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En el día de la fecha se cumplió con lo ordenado. Conste.
En se notificó al fiscal. Conste.
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