POEMARIO Valery A. Guerrero A.
Viviana P, Ariza S.
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JOSE ASUNCION SILVA
(Bogotá, 1865 - 1896) Poeta colombiano. En la historiografía literaria
suele reconocérsele como el gran iniciador del modernismo en
Hispanoamérica, que el nicaragüense Rubén Darío llevaría a la cúspide.
Dotado de una gran sensibilidad humana y artística y de una notable
inteligencia, tuvo una formación literaria precoz, resultado de un ambiente
familiar cultivado y creativo: José Asunción Silva era hijo del escritor
costumbrista y acomodado comerciante Ricardo Silva, un hombre elegante,
de refinado gusto y descendiente de aristocráticos granadinos
emparentados con el general Santander. Doña Vicenta Gómez, hermosa
dama bogotana y madre del poeta, era hija del diputado Vicente Antonio
Gómez Restrepo, quien desempeñó importantes labores en los primeros
años de la República de la Nueva Granada y falleció tempranamente.
De los hijos del matrimonio Silva-Gómez sólo llegaron a edad adulta José
Asunción, Elvira y Julia, falleciendo en la infancia Alfonso, Inés y Guillermo.
Esta temprana relación con la muerte marcaría al poeta. Ya a los dos años
de edad, José Asunción tenía fama de prodigio en Bogotá. Parece ser que
a esa edad ya sabía leer, escribir e incluso pintar
LOS MADEROS DE SAN JUAN
¡aserrín¡
¡aserran¡
Los maderos de San Juan,
Piden queso piden pan
Los del roque Alfandoque
Los del Rique Alfeñique
¡Los del triqui
Triqui tran¡
Y en las rodillas firmes y duras de la abuela,
con movimiento rítmico se balancea el niño y
ambos agitados y trémulos están, la abuela
se sonríe con maternal cariño más cruza por
su espíritu como un temor extraño por lo que
en lo futuro, de angustia y desengaño los
diaz ignorados del nieto guardaran.
Los maderos de San Juan
Piden queso, piden pan
¡triqui, triqui,
Triqui, tran¡
Esas arrugas ondas recuerdan una historia,
de sufrimientos largos y silenciosa angustia
y sus cabellos blancos como la nieve están.
De un gran dolor el sello marco la frente
mustia y son sus ojos turbios espejos que
empañaron los años, y que a tiempo las
formas reflejaron, de cosas de cosas y seres
que nunca volverán.
Los del roque alfandoque
¡triqui, triqui, triqui, tran
Mañana cuando duerma la anciana yerta y
muda, lejos del mundo vivo, bajo la oscura
tierra, donde otros, en la sombra, donde
hace tiempo están, del nieto a la memoria,
con grande son que encierra, todo el poema
triste de la remota infancia cruzando por la
historia del tiempo y de la distancia de
aquella voz querida las notas vibraran
Los del rique alfeñique
¡ triqui, triqui, triqui, tran¡
Y en tanto en las rodillas cansadas de la
abuela con movimiento rítmico se balancean
el niño y ambos conmovidos y trémulos
están, la abuela se sonríe con maternal
cariño más cruza por su espíritu como un
temor extraño por lo que en lo futuro, de
angustia y desengaño los días ignorados del
nieto guardaran.
¡aserrín¡
¡aserran¡
Los maderos de San Juan,
Piden queso piden pan
Los del roque Alfandoque
Los del Rique Alfeñique
¡Los del triqui
Triqui tran¡
(figura literaria: metáfora)
JUNTOS LOS DOS
Juntos los dos reíamos cierto día…
¡Ay, y reímos tanto que toda aquella
risa bulliciosa se tornó pronto en
llanto¡
Después, juntos los dos, alguna
noche, reímos mucho, tanto, que
quedo como huella de las lágrimas un
misterioso encanto ¡
Nacen hondos suspiros de la orgia
entre las copas cálidas y en el agua
salobre de los mares, se forjan perlas
pálidas ¡
(Figura literaria: metáfora )
MIDNIGHT DREAMS
Anoche, estando solo y ya medio
dormido,
mis sueños de otras épocas se me
han aparecido.
Los sueños de esperanzas, de glorias,
de alegrías
y de felicidades que nunca han sido
mías,
se fueron acercando en lentas
procesiones
y de la alcoba oscura poblaron los
rincones
hubo un silencio grave en todo el
aposento
y en el reloj la péndola detúvose al
momento.
La fragancia indecisa de un olor
olvidado,
llegó como un fantasma y me habló
del pasado.
Vi caras que la tumba desde hace
tiempo esconde,
y oí voces oídas ya no recuerdo
dónde.
Los sueños se acercaron y me vieron
dormido,
se fueron alejando, sin hacerme ruido
y sin pisar los hilos sedosos de la
alfombra
y fueron deshaciéndose y
hundiéndose en la sombra.
(Figuras literarias: epítelo y
personificación)
GILLERMO
VALENCIA
En la trayectoria poética de Guillermo Valencia se pueden reconocer tres etapas. En la
primera tendió al parnasianismo, después siguió la línea del simbolismo francés, y, por
fin, recibió la influencia de Rubén Darío y el modernismo. Su único libro original de versos
fue Ritos (1898), compuesto entre 1896-98 y publicado por segunda vez en Londres, en
1914. Compuso luego muchos otros poemas, algunos incluso de mayor valor que los
de Ritos, buena parte de los cuales fueron publicados en 1948 en su Obra poética
completa. Se dedicó asimismo a las traducciones, campo en el que sería "prolífico y
magistral", según palabras de David Jiménez Panesso. En 1929 publicó un segundo libro
de poemas titulado Catay, en el que recogió distintos poemas chinos, traducidos en verso
al español a partir de una versión francesa en prosa.
La intensa actividad pública de Valencia determinó tal vez la reducida extensión de su
obra poética, ya que ésta se limitó fundamentalmente a Ritos (1898), que amplió en
posteriores ediciones; por eso suele afirmarse que a los 25 años de edad había escrito
Valencia casi toda su obra poética. Ésta, aunque ya se había iniciado tímidamente en el
seminario de Popayán, sólo vino a desarrollarse plenamente en Bogotá, en el entusiasta
contacto con los otros jóvenes poetas de la generación modernista, claramente
inconforme con la tradición.
A LA MEMORIA DE
JOSEFINA
1 De lo que fue un amor, una dulzura
sin par, hecha de ensueño y de alegría, sólo ha quedado la ceniza fría
que retiene esta pálida envoltura.
La orquídea de fantástica hermosura, la mariposa en su policromía
rindieron su fragancia y gallardía al hado que fijó mi desventura.
Sobre el olvido mi recuerdo impera; de su sepulcro mi dolor la arranca; mi fe la cita, mi pasión la espera,
y la vuelvo a la luz, con esa franca sonrisa matinal de primavera:
¡Noble, modesta, cariñosa y blanca!
2 Que te amé sin rival, tú lo supiste y lo sabe el Señor; nunca se liga
la errátil hiedra a la floresta amiga
como se unió tu ser a mi alma triste.
En mi memoria tu vivir persiste con el dulce rumor de una cantiga,
y la nostalgia de tu amor mitiga
mi duelo, que al olvido se resiste.
Diáfano manantial que no se agota, vives en mí, y a mi aridez austera
tu frescura se mezcla gota a gota.
Tú fuiste a mi desierto la palmera,
a mi piélago amargo, la gaviota,
¡y sólo morirás cuando yo muera!
(Figuras literarias: metáfora, personificación, elipsis y epítelo)
AMOR VERDADERO
Tu indiferencia aumenta mi deseo.
Cierro los ojos yo por olvidarte, y
cuando más procuro no mirarte, y más
cierro los ojos más te veo.
Humildemente en pos de ti rastreo.
Humildemente sin lograr cambiarte,
cuando alzas tu desdén como un
baluarte entre tu corazón y mi deseo.
Sé que jamás te alcanzara mi anhelo
que otro feliz levantara tu velo ¡y
estrechara tu juventud en flor¡
Y, es tanto crece mi pasión y avanza
es medio amor amar sin esperanza y
amar sin ella ¡verdadero amor¡
(Figuras literarias: anáfora, elipsis)
ESFINGE
Todo en ti me conturba y todo en ti me engaña, desde tu boca, donde la pasión se adivina
que empurpura los pétalos de esa rosa felina, hasta la rubia movilidad de tu pestaña.
Todo en ti me es adverso, tu sonrisa me daña
como un hechizo, y en tu plática divina por un campo de flores la falacia camina fríamente cual una ponzoñosa alimaña.
Con tu rostro de mártir eres una venganza.
Tus manecitas estrangularon mi esperanza, y es tu flor un euforbio semiculto entre tules.
Tu lámpara alimentan alas de mariposa,
arda en ella este verso que me inspiró tu prosa: ¡eres una mentira con los ojos azules!
(figuras literarias: metáfora)
MIGUEL
RASCH ISLA
(1887-1953) poeta y ensayista
Colombiano nacido en barranquilla en
1889 autor de una vasta obra poética y
de numerosos ensayos, brillo con luz
propia en el panorama literario de su
época
De su obra merecen destacarse sus
poemarios (a flor de alma)(cuando las
hojas caen falleció en1953
TUS OJOS
Estábamos a solas en el parque silente la tarde en desmayadas medias tintas moría, y era tal el encanto que en las cosas había
que daban como ganas de besar el ambiente.
Primavera llegaba y el retoño incipiente -anuncio placentero de la flor- verdecía, y el alma contagiada del milagro del día,
florecía lo mismo que el jardín renaciente.
Ella escrutaba el cielo con fijeza tan honda, que el verdor transparente de sus ojos letales tomó de pronto un verde sensitivo de fronda.
Yo la miré y ansioso de halagar sus antojos, la dije ante los tiernos brotes primaverales:
-Esta vez ha empezado la estación en tus ojos.
(Figuras literarias: metáfora, personificación)
EL SECRETO
Guardo en mi triste corazón inquieto un recóndito amor. Nadie lo ha visto
ni lo verá jamás, pues lo revisto
-para hacerlo más mío- del secreto.
Ella lo inspira en mí, pero discreto nunca lo nombro ni en mirarla insisto cuando, por un feliz don imprevisto,
de su vago mirar soy el objeto...
Callada vive en mis ensueños como en virgen concha adormecida perla,
o leve aroma en repulido pomo.
Y si presiento en mi inquietud perderla, al alma bajo y con temor me asomo,
para poder, sin que me miren, verla.
(Figuras literarias: metáfora)
ECLIPSE
En medio a mis congojas, en mitad de mi hastío, tu recuerdo lejano, tu recuerdo clemente,
vino, desde las sombras, a posarse en mi frente y a decirme que aún vive nuestro amor, amor mío.
Perdóname! La culpa del injusto desvío
fue del hombre que sueña, no del hombre que siente. Mira: puede en su rumbo desviarse la corriente
pero la imagen sigue reflejada en el río.
Tu recuerdo en mi alma se nubló como aquella lumbre de los luceros que en la noche callada se eclipsa si las nubes se detienen ante ella.
Mi olvido fue una nube que ya va de partida, y tu amor es la estrella que un momento eclipsada
sigue irradiando inmóvil en lo azul de mi vida.
(Figuras literarias: metáfora)
GREGORIO
CASTAÑEDA
Gregorio Castañeda Aragón, (Santa Marta 1884-1960) Estudio en Ciénaga y
Barranquilla. Funcionario público y diplomático en Ecuador, Brasil, Guatemala y
Puerto Rico. Periodista, escribió varios libros de crónicas, memorias cuentos y
novelas. Perteneció al grupo de la revista Voces, sus libros de versos Mascaras
de Bronces (1916); Campanas de Gloria (1919); Rincones del Mar (1925);
Mástiles al Sol (1945); Islas Flotantes (1959), Gregorio Castañeda Aragon, El
poeta del Mar (1994), Publicación realizada por el Instituto de Cultura del
Magdalena. Leída como una ineludible carta de presentación al inmenso
realismo mágico de la costa caribe y aún más, siendo su obra la mayor poesía
hacia la belleza del mar, sus secretos, tesoros, vivencias e historias, Gregorio
Castañeda Aragónes El Poeta del Mar.
PUERTO DE COLOR
Ahogándose en la sorda catarata
del mar, se oye en la tarde la marimba
Porteña: una sonrisa
Tristona, de marimba
Es el músico un negro grave y flaco
Que habla en ingles meloso
Y fuma su tabaco
De Virginia, amarillo y oloroso
En puertos de color que el sol estaña
-Cristóbal, Fort - de - France, Puerto España - De esta música lánguida sus lloros
En verdes, claros puertos de palmeras, Con multicolores banderas
Y muelles con negros y con loros.
(Figuras literarias: metáfora, personificación)
NOCHES DE PUERTO
Es la alta noche. Un bergantín se aleja, Y se oye el discurrir de los marinos
Por la playa. La brisa aúlla y se queja
En los blancos velámenes latinos.
Larga en el agua sus bermejos arcos
En faro. El campanil la hora - golpea
Y la elástica sombra de los barcos
Persigue como un perro la marea.
A la salobre paz de las riberas
Llegan risas y voces extranjeras
Con el ebrio tumulto de las olas,
Y entre las notas de un cantar de ausente
Viene un verso de amor de allá, del puente
De las pesadas naves españolas.
(Figuras literarias: personificación)
MAR
Mar de vidrio, mar de vidrios rotos,
este mar
de esta costa.
Las gaviotas
se rompen las alas
en las botellas verdes,
rotas,
de la taberna
del mar.
Vidrios
del Cantábrico,
vidrios
del golfo de México,
catástrofe
de bar.
Figuras literarias: metáfora)
PORFIRIO BARBA JACOB
(Seudónimo de Miguel Ángel Osorio Benítez; Santa Rosa de Osos, 1883 -
México, 1942) Poeta y periodista colombiano polémico e influyente, cuya
obra suele clasificarse dentro de un modernismo ecléctico. En su primera
juventud fue un sencillo maestro de escuela rural en Antioquia, donde
fundó la campesina Escuela de la Iniciación. A los 23 años, habiéndose
trasladado de Antioquia a Barranquilla, comenzó a publicar sus primeros
poemas, entre ellos laParábola del retorno, muy conocida en Colombia.
Después, con algunos amigos trovadores colombianos, se trasladó a
México.
SOBERVIA
Le pedí un sublime canto que endulzara
mi rudo, monótono y áspero vivir.
El me dio una alondra de rima encantada...
¡Yo quería mil!
Le pedí un ejemplo del ritmo seguro
con que yo pudiera gobernar mi afán.
Me dio un arroyuelo, murmullo nocturno...
¡Yo quería un mar!
Le pedí una hoguera de ardor nunca extinto,
para que a mis sueños prestase calor.
Me dio una luciérnaga de menguado brillo...
¡Yo quería un sol!
Qué vana es la vida, qué inútil mi impulso,
y el verdor edénico, y el azul Abril...
¡Oh sórdido guía del viaje nocturno!
¡Yo quiero morir!
(figuras literarias: metáfora,elipsis)
SABIDURIA
Nada a las fuerzas próvidas demando,
pues mi propia virtud he comprendido.
Me basta oír el perennal ruido
que en la concha marina está sonando.
Y un lecho duro y un ensueño blando;
y ante la luz, en vela mi sentido
para advertir la sombra que al olvido
el ser impulsa y no sabemos cuándo...
Fijar las lonas de mi móvil tienda
junto a los calcinados precipicios
de donde un soplo de misterio ascienda;
y al amparo de númenes propicios,
en dilatada soledad tremenda
bruñir mi obra y cultivar mis vicios
(Figuras literarias: metáfora)
FUTURO
Decid cuando yo muera... (¡y el día esté lejano!)
Soberbio y desdeñoso, pródigo y turbulento,
en el vital deliquio por siempre insaciado,
era la llama al viento...
Vagó, sensual y triste, por las islas de su América;
en un pinar de Honduras vigorizó el aliento;
la tierra mexicana le dio su rebeldía,
su libertad, su fuerza... Y era una llama al viento.
De simas no sondadas subía a las estrellas;
un gran dolor incógnito vibraba por su acento;
fue sabio en sus abismos, y humilde, humilde, humilde,
porque no es nada una llamita al viento.
Y supo cosas lúgubres, tan hondas y letales,
que nunca humana lira jamás esclareció,
y nadie ha comprendido su trágico lamento...
Era una llama al viento y el viento la apagó.
(Figuras literarias: metáfora, epítelo, personificación)