ciento se encontrará en los países menos desarrollados. Esto va a suponertambién que en el año 2.000 el 80 porciento de la población del planeta selocalizará en las áreas geográficas conun nivel de desarrollo todavía insuficiente.
2.- LA TRANSICION DEMOGRAACAy SU INCIDENCIA EN LOS DIFERENTES PAISES
La aceleración demográfica en lospaíses más industrializados -como señala Bonnefous- ha seguido unas pautas bien definidas que se conocen enlíneas generales como Teoría de la transición demográfica. En su formulaciónclásica esta teoría se desarrolla diacr-ónicamente en tres fases perfectamentedelimitadas:
1.a) La fase primitiva, que se caracteriza por unas elevadísimas tasasde natalidad, imprescindibles para
PROBLEMAS ACTUALES DE LA POBLACION1.- PROBLEMAS Da CRECIMIENTO
ACTUAL DE LA POBLACION
La población mundial superaba yaen 1979 la cifra de 4.300 millonesde seres, incrementándose -anual
mente en unos 74 millones. En consecuencia hoy nadie pone en duda de quecon una tasa de incremento anual de 1,7por cien se tiene que producir lógicamente cada tres años un crecimientomundial de casi 220 millones de habitantes, o sea, más o menos el equivalente a las actuales cifras de poblaciónde Estados Unidos. O, si se prefiere emplear un hecho todavía más expresivo,se calcula que cada cinco días la humanidad aumenta en un millón de nuevospobladores del planeta.
Como se puede apreciar, este fenómeno, denominado acertadamente"explosión demográfica", parece teneraún mayor envergadura si lo analiza- .mos en función de la evolución generalde la humanidad como especie. Enefecto, durante los cientos de miles deaños que con cierta precisión se suponéalcanzó la Edad de Piedra, cuando todavía el "homo presapiens", el "homoerectus" y el "homo sapiens" cazaban yrecolectaban alimentos por el sistemadepredatorio del medio natural, la pobléición mundial no sobrepasó con todaseguridad los diez millones de seres.
Nuestro planeta para alcanzar losprimeros mil millones de habitantestuvo que esperar nada menos que alaño 1800 de nuestra era, es decir, unosdos o tres millones de años después deque aparecieran las primeras criaturashumanoides. En cambio, el segundomillar de millones de seres se obtuvo enun intervalo de sólo 130 años, en 1930; yel tercer millar de millones abrevió aúnmás todavía el espacio de tiempo yaque se alcanzó en tan sólo 30 años después, en 1960. A los cuatro mil millones
se llegó en 1975, en un intervalo recordde sólo 15 años de duración. Pero lomás destacable tal vez de todo este fenómeno es que alrededor de 1965 latasa de crecimiento demográfico mundial se elevó por encima del 2 porciento, índice en que las cifras se multiplican por dos cada 30 ó 3? años.
En consecuencia, la acumulaciónverdaderamente explosiva ejerce lasnaturales presiones sobre los recursosmateriales de la Tierra, el medio ambiente y las consabidas desigualdadesen las estructuras socioeconómicas delos actuales habitantes. Evidentemente,estas fortísimas presiones se tienen quepercibir con mayor agudeza en los países menos avanzados donde cientos demillones de personas viven en la pobreza y las calamidades más ignominiosas.
En efecto, el aumento demográficodel Tercer Mundo es sin duda algunauna especie de motor de cambios realesy potenciales por todos los conceptos,tanto como en otro plano pueden serloel agotamiento de recursos no renovables o la presión sobre los océanos y laatmósfera provocada por el espectacular crecimiento industrial de los paísesdesarrollados y en los que, por otrolado, vive únicamente la cuarta parte dela población mundial.
A pesar de que se espera que en lasdos décadas venideras continúe el sensible y manifiesto descenso de la fecundidad en todas las regiones se prevé noobstante de que éste no va a ser lo suficiente para solucionar la magnitud delproblema y que, por lo tanto, la tasa decrecimiento mundial proseguirá contoda seguridad por encima del 2 porciento para los países menos industrializados. En consecuenCia, en los próximos 20 años, la población mundial según las Naciones Unidas aumentará enmás de mil millones de seres, de loscuales aproximadamente el 90 por
compensar la elevada mortalidad infantil, que se equilibraban con una tambiénfuerte mortalidad general. Los obstáculos más apremiantes con los que se enfrentaba el antiguo crecimiento demográfico -gran cantidad de célibes, matrimonios tardíos, frecuentes conflictosbélicos- eran muy diversos y su incidencia sobre la natalidad y mortalidadconsiderables.
Esta etapa coincide a grandes rasgos con periodos de carestías, malascosechas y escasa productividad agraria ante el atraso tecnológico. A su vez laindefensión médico-sanitaria de las poblaciones ante las embestidas de laspestes y demás contagios morbídicoscontribuían a descompensar sustancialmente y con trágica insistencia el precario equilibrio entre nacimientos y defunciones, provocando a resultas de todoello significativos descensos, cuandono estancamientos demográficos fecurrentes.
2.a) En la segunda fase, que em
pieza aproximadamente en el sigloXVIII, la mortalidad se va reduciendo y,a la vez, la esperanza de vida al nacerinicia un ascenso progresivamente acausa del llamativo despliegue tecnológico, médico y científico. El hambre, res"ponsable principal del debilitamientode los organismos humanos, entra enfranco declive no sólo por el aumentode la producción sino también por lasfacilidades de comercialización de losexcedentes alimentarios a todos los rincones del mundo, gracias al inusitadodesarrollo de los transportes y vías decomunicación. Todo lo cual trae consigo el mantenimiento de las altas tasasde natalidad que dan origen a saldosvegetativos crecientes, incidiendo favorablemente en el rápido crecimiento dela población.
3.a ) La tercera fase coincide con
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Cada cinco días los habitantes del planetaaumentan en un millón
USE LOOPlos cuatro decenios últimos. Los Estados empiezan a adoptar medidas de política demográfica. El nivel de vida alcanzado genera un fuerte ascenso en laesperanza de vida al nacer con la co~si
guiente acumulación de promediosmuy altos en la cúspide de la pirámidede edades de las poblaciones. De otrap¡;¡rte, el ideal de la familia reducidasurge primero entre las parejas socialmente "en ascenso", sobre todo en lasciudades, donde las oportunidades deuna vida mejor para padres e hijos sonelementos consustanciales de la economía industrial en expansión. La preferencia por disminuir el número de hijosse generaliza paulatinamente en los países desarrollados, ayudada por la reducción de la mortalidad infantil. Por lotanto las corrientes malthusianas vanganando terreno a través de los extraordinarios avances en fármacos, dispositivos y artilugios contraconceptivos quede alguna forma consiguen mermarconsiderablemente la natalidad altiempo que actúan como eficaces bridas del crecimiento demográfico, hastael punto que la media de hijos por mujeren edad de procrear, establecida en 2,11empieza a ser un índice que queda demasiado holgado a un conjunto de países - Francia, Austria, Gran Bretaña yRepública Federal Alemana-- ~u.e e!", laactualidad ya no son capaces ni siquierade garantizar el reievo de las generaciones. De ahí que, con cierta vehemenciaalarmista, el demógrafo francés Chaunu haya definido recientemente a estascorrientes anticoncepcionistas de lospaíses más industrializados como deauténtica hecatombe para la civilizaciónoccidental de proseguirse con la reducción natalicia y la implosión demográfica que a consecuencia de ello losafecta.
3.- CRECIMIENTO INCONTENIBLE DELAS POBLACIONES MAS EMPOBRECIDAS
Mientras que Europa y otras regiones de elevado nivel de vida se instalanplenamente en la etapa de crecimientodemográfico cero, América Latina,Africa y Asia - exceptuando el Japónson testigos de la mayor parte del crecimiento que en la actualidad se está pr-oduciendo, afectando a las tres cuartaspartes de la población mundial. En estasregiones debidamente desarrolladas,las tasas de mortalidad descienden enpicado después del último gran conflicto bélico. En 1977, los índices globales de fallecimientos estaban en torno a12 defunciones por cada mil habitantespor año. Como la natalidad, en cambio,apenas ha experimentado quiebra sustancial alguna, es más, se ha elevado enmuchos países, los excedentes vegetativos no hacen sino crecer rápidamentea un ritmo de 2,1 por ciento cada año. Encontraposición, en la otra parte de lapoblación mundial, en las regiones má~desarrolladas, la tasa anual de crecImiento es mucho menor, de tan sólo 0,7por cien.
No es de extrañar por lo tanto deque muchos países de Asia, Latinoamérica y Africa vean duplicar sus efectivos
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humanos actuales en lo que resta aúnpor consumirse el presente siglo, perocon el agravante de que hoy por hoy yaestán imposibilitados para ofrendar asus respectivas poblaciones unas condiciones mínimas de vida decentes. Enefecto, estos relevantes superávit humanos serán, de hecho lo son ya hoydía, sumamente problemáticos cuandose carece no tanto de recursos naturales(que a veces hasta son abundantísimos)como de medios apropiados para la explotación de aquéllos o de infraestructuras políticas y económicas solventesque permitan la absorción de semiljantes excedentes vegetativos.
La exuberante fecundidad general,avivada por la fuerte proporción de jóvenes, no hace sino acumular un ingente volumen de población en los tramos de edades adecuados para la PfOducción. Lo que a su vez supone la existencia de gran número de jóvenes improductivos, paro o subempleo, trabajoinfantil y femenino más o menos encubierto. En suma, la subutilización de lasfuerzas productivas da origen a situaciones verdaderamente alarmantesagravadas por las tremendas diferencias entre los sectores sociales yeconómicos.
En este sentido tanto 80nnefous,Thomlinson, Clark y muchos otros atentos observadores de estos procesos sociales coinciden en señalar cómo uncambio brusco del índice de crecimiento demográfico si no va acompañado de una modificación profunda deldesarrollo económico y cultural crea desequilibrios duraderos, y cómo la mayoría de los países subdesarrollados están de una u otra forma metidos de llenoen esta tesitura. Ello ha dado pie paraque autores tan dispares como SamirAmín o Leopoldo Senghor afirmen quelas desigualdades en grado superlativoya no aparezcan tanto entre clases do-
minantes y clases oprimidas sino másbien entre naciones ricas y nacionespobres.
No puede ocultarse de cualquierforma la evidencia de los hechos. De ahíque se considere como algo inadmisible el que a principios del presente sigloun individuo medio perteneciente almundo desarrollado tuviera a su alcance'cuatro veces más recursos materiales que cualquier persona del mundosubdesarrollado. Pero más irritante esque en 1970 esa infame relación -lejosde reducirse- haya pasado a ser aúnmás distante, o sea de 40 a 1. Ante locual es previsible que a corto plazo lastensiones que estos desequilibrios pr-ovacarán tendrán que poner a prueba elgrado de solidaridad y capacidad de lacomunidad mundial para hacer frente alas demandas más perentorias de alimentos, cuidados sanitarios y empleo,acuciados por el rápido incremento delnúmero de habitantes. La reciente conferencia de Cancún (México) puso demanifiesto la tradicional insensibilidadde los países más poderosos y ricos (enespecial EE.UU. y Reino Unido) para encontrar soluciones eficaces sin contFapartidas humillantes para los paísesafectados.
4.- DISTRIBUCION INTERNA DE LASPOBLACIONES
El género humano está hoy dia pFesente en todos los rincones del planetaconvirtiéndolo de hecho en una auténtica "ecúmene". Son, por lo tanto, relativamente exiguos los lugares geográficos que por sus condiciones naturalestodavía rechacen los asentamientos humanos puesto que los rigores ~e
dioambientales más extremos han Sidoabatidos por la tenacidad del hombre ysu enorme capacidad tecnológica. Decualquier forma es fácil verificar la exis-
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tencia de vastas zonas de débil densidad y de otras con hábitat extraordinariamente compacto, como se da en lasgrandes ciudades donde priman lasconstrucciones en vertical. El fenómenode la concentración urbana es lo queimpera hoy en todo sitio de tal formaque el "medio natural" cede su lugar alllamado "medio técnico", y este trasvase es irreversible alcanzando cadavez a más naciones y, en particular, a losque hasta no hace mucho tiempo apenas contaban con urbes de ciertaconsideración.
En consecuencia, la agricultura re·trocede en todas partes y se desarrollaprematuramente el sector terciario sinunas sólidas estructuras industrialesprovocando tasas de excedentes laborales cada vez más altas en los paísespobres. Proceso parecido, aunque porrazones bien distintas, se está tambiénproduciendo en los paises industrializados a consecuencia del incontenibleprogreso científico-técnico que segregalógicamente cifras de desempleoconsiderables.
Pero es más, el "éxodo rural" conduce tanto a la disminución del "medionatural" como al detrimento de las zonas agrícolas. El problema como se vees grave ya que si las necesidades nodejan de aumentar, las reservas mundiales de suelos cultivables sí resultan,en cambio, amenazadas por diversosconductos, contando, además, con quelas posibilidades de explotación agricola de nuevas tierras son limitadas yrequieren inversiones fortísimas que nosiempre pueden realizar los países quemás lo necesitan.
Para mayor "inri", la erosión artificial que se está produciendo a consecuencia de una pésima utilización delsuelo, no hace sino acelerar cada vezmás la degradación de las tierras en función de que no posibilitan la existenciade una capa vegetal renovable y suficiente. Indudablemente esta degradación no es de ahora y depende de laprecocidad e intensidad en la explotación de las mismas. En el curso de unalarga historia el hombre ha tenido queenfrentarse con el medio y dominarlo,pero debido a la incuria o a la ignorancia, a veces, lo ha empobrecido con suactividad. El fuego para la caza o la agricultura itinerante ha provocado la desaparición del bosque. La irrigación de regiones áridas ha traído como consecuencia la salinización de los suelos y,por consiguiente, la pérdida de tierrascultivables cuando el drenaje es insuficiente para evacuar sales de las zonasregadas.
El proceso se ha acelerado aúnmás si cabe desde finales del sigla XIXcon el crecimiento demográfico y la industrialización. Sobre estos hechos sehan realizado averiguaciones y se vioque si antiguamente se requerían siglospara agotar un suelo fértil, hoy día bastan tan sólo algunos decenios paraarruinar la edafologia de numerosos lugares. En América del Norte y del Surigual que en Africa y regiones de Asia, latala intensiva de los bosques, la desaparición de las plantas herbáceas y de lacapa vegetal del suelo han favorecido la
erosión, las inundaciones y la sequía;por lo tanto, los suelos carentes de lamás mínima protección se hacen sensiblemente vulnerables a los agentes erosivos y son finalmente destruidos.
Según esti.maciones de las Naciones Unidas se calcula en 500 millonesde hectáreas de tierras cultivables lasque se han perdido ya sea por la erosión, ya sea por la salinización; dos tercios de la superficie boscosa mundialtambién han sucumbido para destinarsus suelos a otras actividades de la producción; ciento cincuenta especies o razas animales salvajes escasean o se hallan en peligro de extinción. La erosión,el deterioro de los suelos, la desaparición del bosque, los destrozos en lascuencas pluviales y la destrucción de lavida vegetal y animal prosiguen e incluso se aceleran en ciertas regiones delglobo. Todo lo cual parece señalar quelas áreas de repulsión de los asentamientos humanos están incrementándose paulatinamente.
Si se tiene en consideración que alritmo del consumo de recursos naturales de los países industrializados no sepuede hacer frente a una población de
cerca de 15 mil millones de habitantes,cifra que se alcanzará al término de lamitad del XXI, es evidente que se tienepoco tiempo por delante para organizarde forma racional el uso del agua y latierra, perfeccionar los métodos de tratamiento de las aguas utilizadas y buscar nuevos recursos que añadir a los yaexistentes.
Una buena parte de las destrucciones medioambientales que se estánefectuando se realiza en "beneficio" delas aglomeraciones urbanas y el tipo decultura que estas últimas generan. Elcaso de los Estados Unidos del Nortenos puede servir de linterna al r~specto.En efecto, en aquel país casi dos hectáreas de terrenos son absorbidas cadaminuto para la construcción de autopistas, expansión urbana, aeropuertos,aparcamientos y otras muchas exigencias de las grandes urbes.
Como se da la circunstancia de que
ya más del 50 por ciento de la poblaciónmundial vive actualmente en zonas urbanas; como quiera que esta tendenciase sostiene y de momento nada demuestra que se va a detener, muypronto las tres 'cuartas partes de la población mundial residirá en el interior derecintos urbanos, que en consecuenciadesbordarán sus actuales perímetros yse fundirán para formar "megalópolis",como las que se extienden de Bastan aV'IIashington, de Tokyo a Yokohama y alo largo de las orillas del Rhin.
El fenómeno de crecimiento de lasgrandes ciudades se está extendiendoen los países menos desarrollados,mientras se observa una determinadatendencia a su estancamiento en lospaíses más desarrollados, como consecuencia de los elevados costes económicos que el crecimiento urbano haprovocado. En un informe de las Naciones Unidas se señala, en relación coneste problema, que una de las vías desolución para el futuro es la potenciaCión de las áreas rurales en donde seasegure un nivel de vida digno, que permita un creciente interés de residir en elcampo.
5.- El PROBLEMA DE lOSRECURSOS Y LA POBLACION
Si la cuarta parte de la poblaciónmundial se localiza en países industrializados, concentra casi el 80 por cientode los recursos, el 99,5 por ciento de lainvestigación y el 33 por ciento de lapoblación adulta total, es evidente queel problema de la distribución de recursos no puede pasar de ningún modoinadvertido. Máxime cuando de los sesenta millones de habitantes que mueren anualmente, alrededor de 20 millones lo hacen por hambre. Frente al consumo y hasta despilfarro de recursos delos países ricos, los alimentos que consumen los habitantes del Tercer Mundoestán en una proporción descompensada.
Obsérvese que se están barajandocifras globales que encierran erroresimportantes pues se igualan sectores
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Entre las más recientes propuestas derefundamentación de la arquitectura hanadquirido singular relevancia las que encuentran en la ciudad el marco en el que laforma arquitectónica adquiere un nuevosentido. Diversas ideas de la ciudad soninvocadas, en cambio, en el momento dedefinir el marco proyectual en el que deberia inscribirse la arquitectura. El propio estatuto de la noción de ciudad es diferentesegún los casos.
Una de las hipótesis más reiteradaspor la crítica arquitectónica durante los últimos tiempos es la de considerar que losaños setenta han supuesto la difinitiva superación histórica y cultural del "movimiento moderno". Ello implica una interpretación tanto del sentido cultural de la arquitectura moderna como del signo ideológicode la propia idea de modernidad.
Sobre todos estos planteamientos girael trabajo de Helio Piñón, para quien "lacondición de vanguardia, por su propia definición, es incompatible con el criterio decalidad estética". Del epílogo del libro queremos recoger esta frase: "Desde las afueras, con escrúpulo de quienes se sabendistantes de los salones donde la culturaarquitectónica cuece sus habas, asistimosperplejos a un espectáculo cuyo desenlaceno parece fácil adivinar".
Reflexión histórica dela arquitectura. moderna '
Este es el título de un libro de HelioPiñón -catedrático de Proyectasen laEscuela de Arquitectura de Barce
lona-- que ha sido recientemente publicado en Ediciones de Bolsillo por la editorialPenínsula. El libro reúne varios trabajos del
, autor y responde al propósito de analizarlos presupuestos básicos de la cultura arquitectónica contemporánea, identificandoel sentido que adquieren determinadasdoctrinas al asumir la condición devanguardia.
Los años setenta han supuesto, en loque a arquitectura se refiere, la institucionalización de la diversidad doctrinal comotrasfondo de la actividad de proyecto: lacoexistencia de sistemas teóricos y estéticos apoyados en presupuestos diferentescon un notable grado de coherencia interna, parece propiciar nuevos parámetrosde producción y crítica, dotados cada unode ellos de su propia objetividad.
La persistente proclamación de lamuerte de la arquitectura -"del agotamiento de su función ideológica en la permanente reorganización del capita~ no haimpedído que los arquitectos creadorescontinúen actuando, enfrentándose a loscondicionantes del medio socio-culturalcon los instrumentos que el conocimientode la idea de su propia función les proporcionan.
Ramón Diaz Hernández
la limitación de la natalidad pueden darresultados positivos y ser útiles parauna disminución de las dificultades económicas si su realización se apoyara enuna transformación general económico-social y cultural. En caso contrario,resultarán sin efecto".
Por esto, paralelamente a la luchapor obtener la plena soberanía política yeconómica, hingUna disminución de lanatalidad puede eximir a los países endesarrollo de la necesidad de trabajarenérgicamente por la expansión del sistema educativo, la realización de la reforma agraria, la modernización de laproducción agrícola, la industrializacióny el control de los mecanismos de comercialización interiores y exteriores,porque el único camino para la soluciónde los problemas de la población en lospaíses del Tercer Mundo lo constituye lamáxima movilización de todas sus fuerzas por una radical reorganización de laeconomía, la sociedad y la cultura.
justificada. No se puede planificar concierto éxito el desarrollo económico sintener en cuenta los factores demográficos y sin intentar influir sobre ellos paraconseguir la mayor armonía entre incremento de la población y progreso.económico. Puesto que en el transcurso dela edificación económ ica y cultural,como demuestra la experiencia histórica, se desarrolla regularmente unatendencia a la disminución de la natalidad, existen todos los fundamentospara acelerar esa tendencia a través deuna consciente política demográfica. Enotras palabras, las medidas relativas a
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Las áreas de repulsión de los asentamientoshumanos están incrementándose continuamente
lidades alimenticias de los países subdesarrollados aumentara en 150 porciento. Ahora bien, como el objetivoesencial es el de mejorar la cantidad y lacalidad de la nutrición humana, paraafrontar con {éxito el crecimiento demográfico, que se supone, tendrían queacrecentarse en un 393 por ciento dichas disponibilidades en los países delTercer Mundo, y en un 274 por ciento enel conjunto del planeta. En consecuencia la magnitud del reto es tan elevadaque no se tiene la certeza de que estosobjetivos puedan ser alcanzados plenamente en las fechas previstas. Al revés,las estadísticas siguen manifustando sutestarudez al representarnos el panorama actual que no puede ser mástriste: existen en la actualidad unos 460millones de personas que viven en situación de hambre permanente y alrededor de 500 millones de personas quese encuentran al borde de morir por inanición, de los cuales la mitad son niños.
Por lo que es obligado afirmar conD.I. Valentej "que la aspiración a regularla reproducción de la población mientras se resuelven los problemas del desarrollo económico está plenamente
PROBLEMASACTUALES DELA POBLACION
muy dispares, tanto geográficos comosociales. De cualquier forma se estimaen unos 500 millones de personas lasque padecen de subalimentación crónica. En 1966, un estudio realizado porla F.A.O. advertía que para mantener enel año 2.000 el actual nivel nutritivo seprecisaba que el conjunto de disponibi-
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