PROYECTO INTERIORIZACIÓN
CARMELITAS VEDRUNA VALENCIA
2011
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Educación Infantil
3 años
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Autoconocimiento Corporal (reconocer partes del cuerpo, cambios fisiológicos...)
1 El señor Pulgar (Juego de dedos)
2 La canción del cuerpo (Toma de conciencia del propio esquema corporal)
3 El abeto (Trabajo sobre la postura)
4 El jardín (Control del movimiento).
Estímulos sensoriales (Olfato, vista, tacto…)
5 La marionetas (Toma de conciencia de los sentidos)
6 La pelota (Experiencia táctil).
7 ¿Qué hace mi mano? (Escuchar los sonidos del cuerpo)
8 La casa del sueño (Juego de manos)
9 El mimo
Relajación corporal (Parcial)
10 El globo de goma (Toma de conciencia de la respiración)
11 El «muñeco» (Fuerza calmante de la imaginación)
12 El gorila (Crispación / Relajación)
13 La escalera (Trabajo sobre la voz)
Gestionar las propias emociones (Gestionar)
14 Las hojas muertas (Liberación mediante el grito)
15 El periódico (Eliminación de la agresividad)
16 La pelea (Control de la agresividad)
17 Las caretas (Contracción y relajación de la cara)
Atención (Iniciación)
18 El caracol (Aislamiento voluntario)
19 La cara de plastilina (Automasaje de la cara)
20 La ola (Disciplina de los gestos)
21 Los reyes (Postura y comportamiento)
22 El ciego (Confianza y sentido de la responsabilidad)
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Introducción a la contemplación
23 Observar la belleza utilizando la atención plena
24 Hago bien mis trabajos y disfruto con ellos
25 Un rostro bello
26 Pequeñas cosas que nos alegran la vida.
Contemplación de la naturaleza
27 El árbol (Trabajo sobre el arraigo).
28 Las cuatro estaciones
29 Disfrutar de un día de primavera
30 ¡Gracias naturaleza!
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Autoconocimiento Corporal
1. El señor pulgar
Juego de dedos
Objetivos:
- calmarse y relajarse mediante la concentración en una parte del cuerpo (en este
caso, los dedos);
- aprender a cuchichear.
Momento de la práctica:
Para empezar, este ejercicio puede realizarse de manera sistemática al principio de la
tarde, más adelante, al inicio de cualquier momento de reunión.
Organización: Los niños se sientan en sillas dispuestas en círculo.
Desarrollo de la sesión:
• Colóquese entre los alumnos. Muestre la mano, con todos los dedos abiertos, y empiece a
hablar despacio, incluyendo un período de silencio entre cada frase.
- El señor Pulgar tiene sueño.
- Lo voy a acostar.
Doble el pulgar sobre la palma de la mano.
- Cierro la puerta de la cocina.
Doble el índice.
- Cierro la puerta del comedor.
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Doble el dedo medio.
- Cierro la puerta del cuarto de baño.
Doble el anular.
- Cierro la puerta del dormitorio.
Doble el meñique.
Si los niños tienen dificultades para doblar los dedos uno después del otro, pueden
ayudarse con la otra mano.
Las dos frases siguientes deben decirse cuchicheando y mirando el puño cerrado:
- ¿Está aquí el señor Pulgar?
- ¡Chitón! ¡Estoy durmiendo!
Después de cada réplica, deje un tiempo para que se establezca el silencio... Aumente
el tiempo de silencio y baje la intensidad de la voz un poco más cada día. Después, tome de
nuevo la palabra y susurre:
- ¿Está aquí el señor Pulgar?
Deje un tiempo más de silencio y después hable cada vez más fuerte, aunque siempre
con una voz muy dulce:
- ¡Zas! ¡Ya salgo!
Saque el pulgar.
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- Y digo buenos días a todo el mundo.
- ¡Buenos días índice!
Ponga frente a frente el pulgar y el índice.
- ¡Buenos días medio!
Ponga frente a frente el pulgar y el medio.
- ¡Buenos días anular!
Ponga frente a frente el pulgar y el anular.
- ¡Buenos días pequeño meñique!
Ponga frente a frente el pulgar y el meñique.
La introducción de los nombres de los dedos constituye una práctica suplementaria de
esta pequeña sesión.
Para terminar sacuda la mano y relaje los dedos.
2. La canción del cuerpo
Toma de conciencia del propio esquema corporal
Objetivos:
- recuperar la calma de manera muy rápida, incluso en momentos de efervescencia;
- tomar conciencia del esquema corporal:
- empezar a trabajar la estabilidad de manera muy rápida y muy sencilla (al
encontrarse más estable sobre sus pies, el niño aprende a ser más dueño de sí
mismo).
Momento de la práctica: Para empezar, al principio de la tarde. Después, el ejercicio puede
practicarse en cualquier momento del día. Se recomienda especialmente cuando los alumnos
se ponen en fila, una vez terminado el recreo.
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Organización: los niños se sientan o permanecen de pie. Si están sentados, deben tener la
posibilidad de levantarse sin molestarse unos a otros.
Desarrollo de la sesión:
Este ejercicio se presenta en forma de canción.
• Primero invente una melodía fácil de memorizar y después cántela. Anime a los niños a
cantar con usted y a imitar los movimientos que acompañan a las palabras de la canción.
Atención, los movimientos no se hacen mientras se canta sino después de cantar.
— Tengo dos manos para aplaudir.
Aplauda brevemente.
— Tengo dos piernas para correr.
Levántese y corra sin moverse de sitio.
— Tengo dos pies para aguantarme de pie.
Permanezca de pie delante de la silla. Ponga los pies bien planos sobre el suelo.
Espere un poco, el tiempo necesario para que os niños sientan intensa mente el contacto
entre los pies y el suelo.
- Y tengo dos brazos para bailar.
Balancee los brazos por encima de la cabeza y después siéntese de nuevo.
— Tengo dos ojos para mirar.
Mire a un lado y otro (arriba, abajo, a la derecha, a la izquierda pero sin mover la cabeza.
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Esta gimnasia de los ojos es muy relajante y se mostrará muy beneficios para
las actividades de lectura.
• Continúe:
— Tengo dos orificios nasales para respirar.
Inspire fuerte y espire por la nariz.
- Una boca para soplar.
Sople de forma prolongada por la boca.
Esta canción se utiliza durante todo el año porque permite recuperar
rápidamente la calma. Puede ser suficiente con cantar «Tengo dos pies para
aguantarme de pie» al final del recreo para que los niños que entonces se
ponen en fila dejen de moverse y se «equilibren» inmediatamente. Tambén se
puede cantar «Tengo dos ojos para mirar, dos oídos para escuchar» para
captar inmediatamente la atención de los niños.
• • Prolongación
Más allá de su efecto calmante inmediato, este ejercicio puede utilizarse accesoriamente en
matemáticas para trabajar la numeración hasta 2: «Tengo 2 manos, 2 pies, etc.».
3. El abeto
Trabajo sobre la postura
Objetivos:
- tomar conciencia del esquema corporal;
- trabajar la posición de la espalda;
- aprender a relajar los hombros y os brazos.
Momento de la práctica: las primeras veces, después de haber observado el abeto de
Navidad, después de una historia sobre los abetos, etc. Más adelante, en cualquier momento
del día.
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Organización: los niños se sientan o permanecen de pie. Debe preverse un espacio suficiente
entre ellos para que puedan separar los brazos sin molestarse. Si se dispone de bastante
espacio, el ejercicio se realiza delante o alrededor del abeto de Navidad. Si se tiene una
radiografía o un dibujo de la columna vertebral, puede ser interesante mostrarlo a los niños.
Desarrollo de la sesión:
• Pida a los niños que observen el abeto y lo describan; su tronco es muy recto y muy rígido,
sus ramas son flexibles, etc. Si es posible, hágales tocar las ramas para que comprueben su
descripción. Explique:
- Vamos a ponernos rectos como el abeto.
Primero deje que los niños imiten al abeto a su aire, después compruebe su posición; para que
el tronco esté bien recto, hay que fijar bien los pies en el suelo y extender la cabeza hacia
arriba como si se quisiera alcanzar el techo o el cielo. Por el momento, no se ocupe de los
brazos.
Puede corregir la postura de los niños pasando la mano a lo largo de su columna vertebral,
empezando por la parte inferior de la espalda y presionando suficientemente fuerte para que
sientan bien la presión.
Pida a los niños que mantengan la «posición del abeto», una vez que todos la han
comprendido bien.
• Después, explique que las ramas del abeto crecerán, y levante ligeramente los brazos a la
vez que los deja lo más flexibles posible. Insista para que los mantener esta posición a lo largo
del ejercicio.
• A continuación, balancee los brazos juntos hacia adelante y atrás sin forzar.
Al principio, los niños a menudo tienen tendencia a exagerar el moví miento. En un primer
tiempo, déjelos hacer, después explíqueles que e abeto no se mueve por sí mismo, sino que es
el viento el que balancea ¡a ramas y que éstas deben permanecer flexibles.
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Pida a los niños que se imaginen que sopla el viento;
este viento es el que les conduce a balancear los brazos
alternativamente hacia adelante y atrás.
• Siempre manteniendo la misma posición de base (pies
bien afianzados en el suelo y espalda recta), imprima un
ligero movimiento de rotación a partir de las caderas;
sin mover los pies, vuélvase sucesivamente hacia la
derecha y hacia la izquierda, de nuevo hacia la derecha
y así sucesivamente, dejando que les brazos sigan el
movimiento. Insista sobre e1 hecho de que estos
últimos no se mueven por si misinos, sino que siguen el
movimiento del cuerpo. Así, pues, los brazos se
balancean, al principio débilmente y después cada vez
más lejos, alternativamente, lino en dirección al
abdomen y el otro en dirección a la espalda.
• Amplifique el movimiento de rotación poco a poco. Cuando llegue al
impulso máximo, los brazos se elevarán automáticamente y cada mano
tocará la cadera contraria (una pasa por delante y la otra por detrás del
cuerpo).
• Al cabo de un momento, reduzca progresivamente el movimiento de
rotación hasta la Inmovilización progresiva de los brazos. Precise bien a
los niños que el movimiento de los brazos es involuntario y que el impulso
viene solamente de las caderas.
• • Variante
Los niños se sientan Colocan las manos sobre los muslos, con los dedos vueltos hacia el
interior. Los pies se mantienen bien planos en el suelo. Mientras expulsan el aire, y sin mover
las manos, avanzan al máximo los codos hacia delante. Para amplificar todavía más el
movimiento, cierran los ojos muy fuerte y redondean la parte alta de la espalda. Deben forzar
al máximo el movimiento y después relajarse.
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Esta posición permite extender muy fácilmente la parte alta de la espalda. Libera las tensiones
de esta zona y amplifica espontáneamente la respiración. Este ejercicio puede practicarse muy
rápidamente y tiene el mérito de proporcionar un alivio instantáneo.
4. El jardín
Control del movimiento
Objetivos:
- reforzar el arraigo y la estabilidad (mental y física);
- aprender a respetar el propio espacio y el de los demás.
Momento de la práctica: una vez que se domina bien el ejercicio sobre el arraigo (El árbol). Se
repite este último rápidamente para establecer un puente. Una vez comprendido, el ejercicio
presente puede practicarse rápidamente cuando los niños se empujan o se apretujan
demasiado unos contra otros.
Organización: primero en clase, después fuera.
Desarrollo de la sesión
• Explique a los niños.
- Para proteger mejor a nuestro árbol vamos a plantarlo en el centro de un jardín.
Coloque los brazos en la horizontal, a la altura de los hombros. Haga de manera que las puntas
de los dedos de las dos manos se unan por delante. Procure respetar las tres dimensiones:
- Arriba/abajo: los pies están bien apoyados en el suelo; la nuca, muy recta, se estira hacia
arriba.
- Derecha/izquierda: los pies están separados la anchura de la pelvis. Suba los brazos como si
tuviera una pelota bajo cada axila.
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- Delante/detrás: los brazos se extienden hacia delante, de forma que haya un espacio
máximo entre el pecho y las manos. Empuje la región lumbar hacia atrás para eliminar al
máximo toda curvatura.
Para que los niños sientan bien esta zona, puede poner la mano en la región
lumbar y pedir al niño que la empuje con la espalda. Procure que este movimiento
no sea demasiado intenso para evitar que el caiga hacia atrás si quita
bruscamente la mano. Si la posición es correcta, se establece el arraigo y el niño
no se moverá.
Se requieren varias sesiones antes de que los niños dominen las tres dimensiones. Una vez
bien controladas, se puede jugar a colocarse en esta postura lo más rápidamente posible; los
niños se pasean libremente. Ante una señal, todos los desplazamientos se detienen se entra
en el propio jardín lo más deprisa posible. Si se está en la sala de juegos o en el patio, se
puede hacer correr a los niños y a una señal, se inmovilizan y adoptan la postura.
Este ejercicio le permitirá comprobar si los niños han comprendido el control de sus
movimientos.
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Estímulos sensoriales
5. Las marionetas
Toma de conciencia de los movimientos
Objetivos:
- tomar conciencia de los cinco sentidos haciendo abstracción de ellos.
- aprender a elegir entre lo que se ve, o que se oye y lo que se siente,
- abordar de manera lúdica conceptos espaciales corno «encima/debajo»,
«delante/detrás» etc.
Momento de la práctica: durante los momentos de reunión
Organización: los niños se sientan en el suelo, en sillas o en bancos.
Desarrollo de la sesión
• Empiece por cantar «Los fantoches» agitando las manos. Al cantar «ya se van, van, van»,
esconda las manos detrás de la espalda. Deténgase y empiece a hablar:
-Toc, toc, toc,
—¿Quién es?
Saque una mano.
Durante toda la primera parte del juego, la otra mano permanece escondida detrás de la
espalda.
• Continúe:
— Buenos días, soy yo. señora mano. ¿Ha visto a mi hermana?
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—¿Quizás está encima de la cabeza?
Coloque la mano sobre la cabeza.
—¿Quizás está en el bolsillo?
Métase la mano en el bolsillo
— ¿Quizás está en la boca?
Póngase la mano en la boca.
-¿Quizás está bajo la rodilla, bajo la silla, detrás de la nuca?
Lleve la mano hacia los lugares mencionados.
—¿Quizás está detrás de la espalda?
Dejarla un rato detrás de la espalda para que los niños se regocijen con el desenlace que se
espera.
— ¡Aquí está! ¡Mírala!
Las dos manos se reúnen y se ponen a charlar:
— ¡Buenos días! ¿Damos un paseo? ¡Dame el pulgar!
Los dos pulgares se enredan uno con otro, Agite alternativamente las manos sin interrumpir
nunca el contacto entre los pulgares. Puede canturrear mientras las manos «se pasean»
• Después, exclame:
— ¡Oh!
Bostece de manera sostenida y detenga el movimiento de las manos
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Explique:
— Estoy cansada, ¿y si fuéramos a descansar?
—Podríamos descansar sobre la orejas.
Ponga las manos en forma de concha sobre las orejas.
• Deje pasar un poco de tiempo para que los niños se acostumbren y lleguen a percibir el
silencio o los ruidos atenuados. Después, saque una mano y exclame.
— ¡No oía nada! ¡Ahora sólo oigo la mitad!
Mantenga a segunda mano sobre la oreja un poco más y después retírela.
— ¡Ya está! ¡Ya lo oigo todo!
Deje transcurrir un poco de tiempo para que los niños se den cuenta del contraste entre el
silencio que acaban de percibir y los ruidos de la clase, que adquieren entonces otra
dimensión. Después, atraiga su atención sobre la diferencia que hay entre los ruidos cercanos
y los ruidos más lejanos.
• Ahora, las manos se unen de nuevo por los pulgares:
— ¿Y si volviéramos a pasear?
Repita el mismo juego que antes y haga los mismos movimientos.
• Exclame, cuando llegue al episodio de los bostezos:
—¡Oh! Estoy cansada. ¿Y si fuéramos a descansar?
—Podríamos descansar... en los ojos.
Coloque las dos manos en forma de concha sobre los ojos.
Deje pasar un poco de tiempo para que los niños se concentren en la falta de visión.
• Exclame:
— ¡No veo nada!
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Permanezca un rato observando lo que se ve detrás de las palmas de las manos.
• Después quite una mano y constate:
— ¡Oh! ¡Veo la mitad!
Deje un poco de tiempo a los niños para que observen lo que se ve cuando se tiene sólo un
ojo. Aconséjeles que no vuelvan la cabeza, lo cual harán de forma refleja.
• Después quite la otra mano y constate:
—¡Ya está! ¡Ya lo veo todo!
Sin mover la cabeza, observe todo lo que se puede ver cuando se mira hacia arriba, hacia
abajo y a ambos lados de la cabeza.
• A continuación vuelva a pasear:
—¿Y si fuéramos a pasear?
Repita el mismo juego que antes. Esta vez, las manos se colocarán sobre la nariz:
—¡Ya no huelo nada!
Pida a los alumnos que se concentren sobre la desaparición del olfato. Déles un poco de
tiempo para constatar la ausencia de cualquier olor.
• Después quite una mano y exclame:
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—¡Huelo la mitad!
• Quite la otra mano y constate:
-¡Ya está! ¡ Ya lo huelo todo!
Para esta última secuencia, que se refiere al olfato, puede ser pertinente vaporizar un poco de
perfume por la clase.
Este ejercicio, muy lúdico, conduce a los niños a (re)descubrir su entorno visual, sonoro y
olfativo, y a utilizar sus sentidos de manera consciente. Será de gran ayuda para todas las
actividades de observación y escucha, numerosas en educación infantil y... en la vida.
Variante
Con el paso de los días, se puede sustituir la mano por el índice y llamarlo por su nombre. Por
ejemplo, en lugar de decir «Buenos días mano», diga «Buenos días índice, ¿has visto a mi
hermano?». Aparte de este cambio de «protagonista», el ejercicio se desarrollará de manera
similar. Se puede hacer lo mismo con el pulgar.
6. La Pelota
Experiencia táctil
Objetivos:
- eliminar la agresividad;
- experimentar el sentido del tacto, concentrándose en las manos;
- amplificar la respiración.
Momento de la práctica:
las primeras veces, después de una sesión de gimnasia en la que se utilizan pelotas, después
de una sesión de artes plásticas en que se hacen bolas de plastilina, después de un recreo en
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que se han lanzado bolas de nieve, etc. Más adelante, cada vez que los niños manifiesten
agresividad.
Organización:
las primeras veces, el ejercicio se realiza con objetos de forma redonda (bolas de nieve,
pelotas, grandes bolas de plastilina, etc.). Cada niño dispone de uno de estos objetos, así
corno el profesor. Más adelante, se puede prescindir de ellos.
Desarrollo de la sesión
•• Con una pelota
• Los niños están de pie y tienen una pelota cada uno en las manos. El círculo que forman es lo
bastante ancho para que puedan estar con las piernas separadas. El profesor se integra en el
círculo.
• Haga girar lentamente la pelota a la vez que atrae la atención de los niños sobre las
sensaciones que experimentan:
— ¿Es una pelota dura, blanda, caliente, fría, suave, rugosa?
Los niños tendrán una tendencia espontánea a expresar verbalmente sus
constataciones. La primera vez, deje que manifiesten esta espontaneidad. Después,
incítelos a cerrar los ojos y la boca, para que se concentren mejor en sus sensaciones.
• Haga rodar a pelota entre las palmas de las manos, después has la punta de los dedos y de
nuevo entre las palmas. Insista sobre el hecho de que las dos manos deben apretar bien la
pelota. Presione con fuerza como si quisiera aplastarla. Relaje la presión.
Repita varias veces esta alternancia de presión y relajación.
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• Pida a los niños que mantengan su posición: la pelota entre las manos y las piernas
separadas. Levante la pelota, con las dos manos, por encima de la cabeza. Súbala o más arriba
posible y extienda los dos brazos hacia atrás al máximo. Este movimiento, al expandir la caja
torácica, amplifica espontáneamente la inspiración. La cabeza también debe inclinarse hacia
atrás para evitar las tensiones de la nuca. Exagere la tensión hacia arriba y hacia atrás.
• A su señal, los niños relajan las tensiones soplando con fuerza; continúe sujetando el balón
entre las dos manos, lleve los dos brazos hacia abajo con un solo movimiento. Inmovilícelos
poco a poco entre las piernas. Insista para que los niños lo hagan bien; no deben bajar los
brazos sino dejarlos caer. Al llegar entre los pies, imprímales un movimiento de balanceo, que
irá disminuyendo hasta a inmovilidad completa.
Repita el ejercicio varias veces.
• Para acentuar todavía más el movimiento, pida a los niños que imaginen que la pelota pesa
mucho y que es difícil de levantar. Represente esta dificultad; el hecho de esforzarse obliga a
hacer más lentamente el movimiento ascendente, mientras que el movimiento descendente
será más amplio.
•• Sin pelota
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• Pida a los niños que pongan la pelota en el suelo e imaginen que continúan teniéndola en las
manos. Insista; a lo largo del ejercicio, no deberán soltar esta pelota imaginaria.
Es fácil ver si os niños entran en el juego. Compruebe simplemente la posición de
sus manos; deben permanecer una frente a otra; a separación entre ellas debe ser
estable, de manera que la «pelota» no se suelte nunca.
• Haga girar la «pelota» entre las dos manos. Elévela por encima de la cabeza y estire los
brazos hacia atrás.
• Relaje la tensión de una sola vez procurando mantener la posición de las manos y no dejar
caer la «pelota». Los brazos se inmovilizan poco a poco entre las piernas.
• Para terminar, pida a los niños que tomen la pelota de verdad con suavidad. Irán a guardarla
llevándola sobre la cabeza, lo cual les obligará a mantener el cuerpo bien recto.
• Variantes
Cuando no se utiliza ningún soporte, para prolongar la diversión, se puede jugar con la pelota
imaginaria, lanzarla, recuperarla, etc.
• Empiece por lanzar la pelota a muy baja altura, o cual implica solamente un ligero
movimiento de los puños. Se recupera de la misma manera.
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Después, lance esta pelota imaginaria un poco más arriba, utilizando los antebrazos. Láncela
todavía más arriba, estirando esta vez los brazos. Hay que seguir la «pelota» con la mirada. En
el momento de recuperarla, acentúe el movimiento; redondee los brazos y flexione
ligeramente las rodillas, como si la pelota pesara mucho. Para amplificar todavía más el
movimiento y favorecer la extensión del cuerpo, lance la pelota imaginaria todavía más arriba,
más allá del techo, hasta las nubes.
• También se puede jugar con la pelota imaginaria de dos en dos, o en grupo, sentándose en
círculo. Se trata de pasarse la «pelota» lanzándola y haciéndola rodar. Se recupera y se vuelve
a lanzar.
Después de un juego excitante, este ejercicio permite recuperar la calma. Jugar con una pelota
imaginaria obliga a los niños a prestar más atención a los demás que al objeto del juego. La
práctica se muestra muy beneficiosa para la socialización.
7. ¿Qué hace mi
mano?
Escuchar los sentidos del cuerpo
Objetivo:
- desarrollar la aptitud de escucharse a sí mismo, sin dejarse distraer por el exterior.
Momento de la práctica:
- al principio de la tarde. El ejercicio puede hacerse también parcialmente cuando los niños se
muestren muy ruidosos y se quiera captar su atención.
Organización:
- los niños se sientan en círculo o semicírculo en las sillas o los bancos.
Desarrollo de la sesión
• Empiece por contar la historia:
- ¿ Qué hace mi mano?
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
-Golpea. ¡Pam, pam, pam!
La mano derecha golpea el dorso de la mano izquierda.
-Araña. ¡Grr, grr, grr!
La mano derecha araña el dorso de la mano izquierda.
- Pellizca. ¡Ay, ay, ay!
Pellizque la piel de la palma de la mano.
- Hace cosquillas. ¡Ji, ji, ji!
Hágase cosquillas en la palma de la mano.
-Acaricia. ¡Suave, suave, suave!
Acaricie suavemente la mano.
• Después, vuelva a la historia, pero haciendo intervenir las dos manos
- ¿Qué hacen mis manos?
- Golpean. ¡Pam, pam, pam!
Golpéese las mejillas corno imitando un bofetón.
- Arañan ¡Grr, grr grr!
Aráñese las dos mejillas de arriba abajo.
- Pellizcan ¡Ay, ay, ay!
Pellízquese las dos mejillas.
- Hacen cosquillas. Ji, ji, ji!
Hágase cosquillas en el mentón.
- Acarician. ¡Suave, suave, suave!
Acaríciese la cara.
Los niños deben escuchar bien el sonido producido cada vez. Al escuchar los ruidos del propio
cuerpo, el niño se centra en sí mismo y aprende así a no dejarse distraer por el exterior.
• Explique:
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
- Vamos a dar golpecitos en toda la superficie de la cabeza con la punta de los dedos.
¡Escuchad!
• Haga lo mismo:
- en toda la superficie de la frente;
- en toda la superficie de las mejillas, con la boca cerrada y después abierta;
- en (as mejillas, con los dedos planos;
- en las orejas, con los dedos planos;
- en las orejas, con las manos ahuecadas.
• Extienda un brazo hacia delante, con la palma vuelta hacia el suelo. Golpee a lo largo del
brazo partiendo del hombro hasta el dorso de la mano. Vuelva la palma hacia arriba. Golpee
partiendo de la palma de la mano hasta el hombro.
Haga lo mismo con los puños cerrados sobre el pecho.
Aquí, algunos niños tienen tendencia a poner las manos demasiado abajo, a la altura del
vientre. Para hacerles comprender el movimiento invíteles a dar golpecitos en una línea
imaginaria vertical que pase desde la base del cuello y descienda hasta la parte inferior del
vientre. Para ver que arriba «está duro y hay hueso», mientras que abajo «es blandito»
(donde ellos sitúan el estómago y el abdomen).
• Reanude el ejercicio golpeando «donde está duro».
• Golpee con los dedos planos en toda la superficie del abdomen.
• Golpee después con las manos planas toda la longitud de los muslos.
Diga a los niños que escuchen.
• Golpee ahora los muslos con la punta de los dedos. Escuche: ¡hace ruido! El niño se ve pues
obligado a «escuchar» sus sensaciones en lugar del sonido; centra más la atención en sí
mismo.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
•• Variantes
• Cuando haya demasiado ruido en la clase y se quiera captar la atención de los niños, se
puede utilizar la parte «Golpear en los brazos» de la siguiente manera: golpéese las manos,
ascienda con golpecitos a lo largo de los brazos hasta el centro del pecho y cambie de mano y
descienda golpeando a lo largo del otro brazo hasta la palma de la mano.
• Para desarrollar la capacidad de atención auditiva, se puede jugar «a las adivinanzas»:
- ¿Que hace mi mano?
Escóndase detrás de un biombo y golpéese una parte del cuerpo. Los niños deben intentar
adivinar el lugar que se está golpeando. Muestran que lo han descubierto realizando ellos el
mismo acto.
8. La casa del sueño
Juego de manos
Objetivos:
- tranquilizarse concentrándose sucesivamente sobre diferentes partes del cuerpo.
Momento de la práctica:
al inicio de cada momento de reunión.
Organización:
los niños se sientan en sillas dispuestas en círculo.
Desarrollo de la sesión
Colóquese entre los alumnos. Hable despacio e incluya un período de silencio entre los
diferentes movimientos:
— Doy la vuelta a mi casa.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Pásese la mano alrededor de la cara.
— Cierro la puerta de la cocina.
Póngase la mano sobre la boca.
— Cierro la puerta del comedor.
Apóyese suavemente la mano en la nariz.
— Cierro la puerta del cuarto de baño.
Pásese la mano por un ojo y ciérrelo.
— Cierro la puerta del dormitorio.
Pásese la mano por el otro ojo y ciérrelo.
Después, diga en un susurro:
- Estoy dormido.
Ponga as manos una sobre otra.
Deje descansar la cabeza sobre las manos y haga ver que duerme.
Pida a los niños que sientan que la cabeza pesa mucho y que la pongan sobre las manos, como
si durmieran.
El profesor cierra también los ojos y aprovecha para relajarse. Al participar
plenamente en el juego, muestra a los niños los movimientos que deben hacer y, a
mismo tiempo, saca un provecho personal.
Deje que se establezca el silencio durante un rato. No obstante, ante el menor signo de
agitación, continúe con el ejercicio sin esperar. Tome de nuevo la palabra y susurre.
— Estoy durmiendo.
Pida a los alumnos que mantengan la misma posición (la cabeza sobre las manos), pero que
giren la cabeza hacia el otro lado.
Deje de susurrar pero continúe hablando con una voz suave:
-Me despierto, me estiro, bostezo.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Extienda los brazos lo más lejos posible, primero juntos y después por separado. Bostece
fuerte, incluso ruidosamente, para eliminar todas las tensiones acumuladas.
Junte las manos delante del cuerpo y cruce los dedos (puede ayudar a los niños que no lo
consigan). Manteniendo los dedos cruzados, vuelva las manos hacia el exterior y extienda los
brazos lo más lejos posible del cuerpo.
Espere unos segundos y después eleve los brazos por encima de la cabeza, lo más lejos posible
hacia atrás. Espere de nuevo unos segundos y lleve bruscamente los brazos hacia delante.
Este ejercicio se detiene aquí durante las primeras sesiones.
Prolongación
El profesor puede completarlo con el ejercicio siguiente, El despertador, en general al cabo de
una semana (un poco más tarde si los niños no se cansan o un poco más temprano si dejan de
participar con la misma convicción).
9. El mimo
Objetivos: Dramatizar situaciones graciosas a través de la mímica.
Desarrollo: Preparamos una sesión de mimo, dramatizando una situación sencilla con gran
apoyo gestual, para despertar la risa de nuestro alumnado. La elección de la situación será en
función de la edad de los niños. Podemos utilizar temas clásicos, como caídas graciosas, seguir
o imitar a alguien, que se te escapa un globo, etc.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Podemos buscar ejemplos en Internet de actuaciones de mimos, y verlos previamente para
poder preparar luego nuestra propia representación. A continuación, los alumnos
representarán una situación graciosa que despierte las risas de sus compañeros. Tendremos en
cuenta los siguientes elementos:
• Maquillaje: nos pintamos la cara de blanco y destacamos ojos, boca y cejas.
• Vestimenta: puede ser sencilla e incluir unos guantes, un sombrero, etc.
• Elección de la historia (sencilla y divertida).
• Dramatización: que se hagan gestos claros y exagerados, ruidos graciosos, acompañar con
una música adecuada, etc.
Podemos dar un tiempo para que, de modo individual o por grupos, preparen la sesión de
mimo, y representarla posteriormente ante toda la clase.
Recursos: Vídeos de Internet de Marcel Marceau u otros mimos. Pinturas de maquillaje y
vestimenta adecuada: mallas, camiseta, guantes, sombreros,… Música elegida para la
representación o instrumentos musicales.
Tiempo: Sesiones de una hora.
Observaciones: Puede servir para trabajar la expresividad de cara y cuerpo. Podemos reforzar
el trabajo de los gestos de la cara, y cómo cambian para transmitir diferentes emociones, más
complejas y numerosas con alumnado de mayor edad. También es el momento de trabajar el
gesto preciso, directo, de extremidades y cuerpo, al servicio de la imitación de acciones
sencillas. Otra posibilidad más específica todavía sería la explotación de las manos y su poder
expresivo.
El tema del sonido es muy especial para trabajar en el mimo: músicas muy bien elegidas,
sonidos incisivos y adecuados, y siempre los imprescindibles. Es fundamental, también,
trabajar el papel del silencio en el mimo, su fuerte carácter expresivo, de expectación e incluso
dramático, elemento necesario tanto en la dramatización como entre el auditorio. En palabras
de Marcel Marceau: “El silencio no tiene límites, los impone la palabra”.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Relajación corporal (Parcial)
10. El globo de goma
Toma de conciencia de la respiración
Objetivos:
- tomar conciencia de la respiración y aprender a controlarla (dar a la respiración una
amplitud máxima permite liberar las tensiones del abdomen)
Momento de la práctica:
- al principio de la tarde.
Organización:
los niños se sientan Unos al lado de los otros en sillas o bancos El profesor dispone de uno o
dos globos de goma en los que previamente ha dibujado un rostro y un tronco.
Desarrollo de la sesión
Hinche el globo delante de los niños después deje que se deshinche. Los niños lo observan.
Comente: el aire que se sopla por la boca entra en el globo. Sí lo cerrarnos el aire se queda y el
globo permanece hinchado Si lo dejarnos abierto el aire se escapa y el globo se deshincha.
1r Juego
Imite simplemente la acción de hinchar y después pida a los niños que le ayuden a hinchar el
globo. Para ello, hay que soplar primero con poco aíre y después durante el mayor tiempo
posible.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
2º Juego
Haga como si se hubiera convertido en un globo. Observe el globo deshinchado está blando,
flojo. Pida a los niños que imiten la postura del globo deshinchado: la cabeza cae, los brazos
cuelgan a ambo lados de la silla, los hombros descienden y los ojos miran hacia abajo.
Al principio a los niños les cuesta bajar a mirada porque quieren ver lo que
pasa a su alrededor. Pero una vez que se han familiarizado con el ejercicio lo
consiguen fácilmente.
Mantenga la posición durante unos minutos y después vuelva a 1, Posición normal.
A continuación, hinche ligeramente el globo. Los niños observan e imitan; se enderezan en la
silla y apoyan la espalda en el respaldo los brazos suben hasta que las manos llegan más o
menos a la altura, de los muslos.
Hinche de nuevo el globo, pero esta vez al máximo Los niños observan (es redondo) e imitan;
los ojos se abren, las mejillas se redondean y el pecho se hincha al máximo Permanezca en
esta posición unos minutos reteniendo la respiración.
Finalmente deje que el globo se deshinche de golpe. Los niños observan e imitan, es decir,
vuelven a la posición inicial.
Variante
También se puede ser a la vez el globo y el que lo hincha.
Empiece por imitar las diferentes acciones. Pida a los niños que miren la primera vez antes de
hacer el ejercicio.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Atención, en este ejercicio, se hincha el pecho al mismo tiempo que se
espira, lo cual no es habitual. Se trata de hacer sentir a los niños que el
aire puede bajar y subir, y que se puede respirar con el abdomen y el
pecho. Cuando se emite el sonido ch, el aire debe subir en el pecho. En
otras palabras a cada ch, el abdomen se ahueca un poco mientras el
pecho se hincha.
Parta de la primera posición (el globo deshinchado), Cierre los puños y doble ligeramente los
brazos, de manera que los puños se encuentren a la altura de las caderas. Con los puños
cerrados, emita el sonido ch, con la boca entreabierta, por pequeñas sacudidas (con una
cadencia de alrededor de una espiración por segundo). Al mismo tiempo, lleve los puños hacia
abajo a cada espiración (como si accionara una bomba de mano) y dóblelos un poco más cada
vez. La amplitud del movimiento de «bombeo» de los brazos siempre es el mismo. Por
ejemplo, cuando al inicio los puños están a la altura de las caderas, descienden hasta abajo,
ascienden progresivamente hasta la altura de la cintura, vuelven a descender hasta la altura
de las caderas, ascienden progresivamente hasta al altura del pecho, descienden hasta la
cintura y vuelven a subir.
A cada ascenso de los brazos,
el abdomen se ahueca, el aire sube en el pecho,
los hombros se elevan, el pecho y las mejillas
se hinchan y los brazos se doblan cada vez más.
Al final, los puños llegan a la altura del pecho.
En este estadio, bloquee la
respiración y retenga el aire el mayor
tiempo posible. Después, sople por la boca
para espirar todo el aire de los pulmones
y aflojar todo el cuerpo; primero la cabeza, después los hombros y finalmente el abdomen.
Los brazos siguen el movimiento. Al hincharse de esta manera, la espiración alcanza
automáticamente y por reflejo su amplitud máxima.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Repita el ejercicio tres veces.
11. El muñeco
Fuerza calmante de la imaginación
Objetivos:
-Tomar conciencia de los movimientos que se hacen espontáneamente pena relajarse
para poder repetirlos de manera voluntaria;
- aprender a separarse del muñeco.
Momento de la práctica:
cuando los niños se encuentran y se reúnen para el momento de relajación. También cuando
niño tiene dificultades para separarse de su objeto fetiche.
Organización:
se pide a los niños, tanto a os pequeños como a los mayores, que traigan su «muñeco» o su
peluche fetiche durante una semana. Después se hará el ejercicio con la ayuda del objeto. Hay
que prever vanas bolsas grandes de tela para poner los «muñecos».
Desarrollo de la sesión
Observe la manera en que los niños sujetan su objeto fetiche. Anote las actitudes que tienen,
los cambios físicos, la posición de las manos, la respiración, etc.
Pida a los niños que se concentren sobre la manera en que sujetan su «muñeco»; siguiendo
sus indicaciones, estrechan el «muñeco» en las manos para sentir mejor su textura; aumentan
la presión acercando los dedos; se lo acercan a la cara; lo colocan contra la boca, contra el
cuello, contra el pecho. Termine con una «caricia», con el «muñeco» bien colocado entre os
brazos. Esta etapa conduce a la tranquilidad y la aparición de numerosas sonrisas.
• Después, diga a los niños que se pongan el «muñeco» sobre las rodillas. Deben imaginar que
todavía lo tienen entre las manos. Repita los mismos gestos, los mismos movimientos que
antes, intentando que experimenten las mismas sensaciones de dulzura y calma.
Repita el ejercicio varias veces.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
• Cuando los niños parezcan dispuestos, pídales que dejen su «muñeco» en casa y repita el
ejercicio.
• Empiece por pedir a los niños que cierren los ojos e imaginen que tienen su «muñeco» ante
ellos; tienen que conseguir ver su forma su color; deben llegar a creer que está ahí, sobre sus
rodillas; tiene que sentir su olor, su calor, su textura.
Hágales repetir los mismos movimientos que antes e insista sobre las sensaciones que deben
buscar.
Este ejercicio permite pasar suavemente la prueba de la pérdida del objeto fetiche y encontrar
en uno mismo el consuelo y la sensación de bienestar o de seguridad asociada a él.
12. El gorila
Relajación
Objetivos:
- exagerar las tensiones musculares para tomar conciencia de ellas y poder relajarse;
- trabajar sobre la respiración.
Momento de la práctica:
en el momento ritual de la relajación, al principio de la tarde. Este ejercicio puede repetirse
después parcialmente en cualquier momento del día.
Organización:
los niños se sientan en el suelo, en bancos o en sillas. Este ejercicio también puede realizarse
cuando los niños están de pie, se ponen en fila, vuelven del recreo, etc.
Desarrollo de la sesión
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Para todas las secuencias siguientes, los niños deben respirar de la siguiente manera: soplar al
mismo tiempo que se crispan; mantener la presión unos segundos respirando muy débilmente
y después relajarse inspirando al máximo. El objetivo es aquí producir a la vez una relajación
muscular y una amplificación de la respiración.
-Apriete los dedos lo más fuerte que pueda. Relájese. Repita tres veces.
- Contraiga la cara, los ojos, las mandíbulas y la frente de manera muy intensa. Relájese.
Repita tres veces.
- Eleve los hombros lo más arriba posible. Relájese. Repita tres veces.
- Cruce los brazos al máximo sujetando el omoplato derecho con brazo izquierdo y el
omoplato izquierdo con el brazo derecho. Apriete con todas sus fuerzas. Relájese. Repita tres
veces.
- Cruce los dedos detrás de la nuca, Acerque los dos codos al máximo. Relájese. Repita tres
veces.
- Cruce las piernas; ponga el pie derecho bien plano en el suele después pase la rodilla
izquierda sobre la rodilla derecha. Con mano derecha, sujete el tobillo izquierdo y hágalo subir
lo más arriba posible al mismo tiempo que empuja sobre la rodilla izquierda con la mano
derecha. Relájese. Repita tres veces.
Haga el mismo ejercicio por el otro lado.
Para las secuencias siguientes, coloque las manos planas sobre cuerpo, con las puntas de los
dedos juntas en el centro de las manos. Presione con la punta de los dedos cuando sople; al
inspirar, relaje tensión.
- Coloque las manos en la parte alta del pecho. Presione muy fuerte. Relájese. Repita tres
veces.
Repita el mismo ejercicio colocando las manos sobre el plexo solar que es el estómago.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Coloque el pie derecho sobre la silla mientras está sentado. Con las dos manos, sujete la
pierna y acerque la rodilla al máximo al pecho. Apriete fuerte. Baje la cabeza como para besar
la rodilla, Relájese. Repita tres veces.
Haga el mismo ejercicio con el otro lado.
- Apoye las palmas de las manos una contra la otra, con los dedos orientados hacia arriba,
después empuje con todas sus fuerzas como si cada mano intentara demostrar a la otra que
es la más fuerte. Relájese. Repita tres veces.
- Con las palmas de las manos una contra a otra, cruce los dedos y apriete con todas sus
fuerzas. Relájese. Repita tres veces.
- Para terminar, contraiga de manera simultánea todas las partes del cuerpo: cara, dedos,
hombros, etc. Mantenga la posición el mayor tiempo posible. Relájese. Repita tres veces.
El hecho de amplificar las tensiones permite, por reflejo, amplificar también la relajación.
Sí se tiene prisa y en función del objetivo buscado, se puede practicar
rápidamente una sola secuencia del ejercicio según las necesidades. El
paso de las «manos una contra la otra» también puede utilizarse antes o
después de una actividad gráfica un poco larga, la contracción de la cara
puede realizarse antes de una canción, etc.
13. La escalera
Trabajo sobre la voz
Objetivos:
- eliminar las tensiones en la garganta, el cuello y la boca;
- aprender a regular la voz y hablar más bajo, contribuyendo así a reducir el ruido
ambiental de la clase.
Momento de la práctica:
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
- para empezar, en el momento de un trabajo sobre Cabellos de oro, por ejemplo (utilizando la
voz de los tres osos como apoyo), de una sesión de educación musical dedicada a la voz o de
un trabajo sobre las casas (los niños se imaginan que suben y bajan las escaleras). Más
adelante, cada vez que el volumen sonoro tienda a aumentar.
Organización:
Los niños se sientan en círculo.
Desarrollo de la sesión
• Imite con la mano el acto de subir y después de bajar una escalera. Escuche con los niños el
ascenso y el descenso de una gama de sonidos procedentes de una flauta o de otro
instrumento. Cada vez que la mano se coloca más arriba o más abajo, diga a los niños que es
como si subieran o bajaran un peldaño de la escalera.
• Pida a los alumnos que jueguen a repetir lo que se canta; cante cada una de las vocales
jugando con la longitud, a altura y la potencia del sonido. Ejemplo: produzca una a muy corta
con una voz muy grave, una i muy larga con una voz muy aguda, etc. De esta manera, se
exploran diferentes capacidades vocales.
• Después asocie la altura con los sonidos: una vez muy corto, vez muy largo, después lo más
largo posible hasta que los niños hayan espirado todo el aire. Proponga a los niños que
produzcan algún ejemplo:
— la i lo más aguda posible (hágala muy corta, mediante pequeños gritos sucesivos);
— una i muy larga;
— la i lo más larga posible;
— una e ligeramente más baja (hágala muy corta, mediante pequeños gritos sucesivos);
— una e muy larga;
— la e más larga posible;
— una a un poco más grave, haciendo el mismo trabajo sobre la longitud y la intensidad;
— una u todavía un poco más grave, haciendo del mismo trabajo sobre la longitud y la
intensidad;
— la o lo más grave posible, haciendo el mismo trabajo sobre la longitud y la intensidad.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
• Haga el mismo juego, pero esta vez asociando el sonido, la altura y la posición de las manos,
para sentir las vibraciones producidas por el sonido. Produzca el sonido durante el mayor
tiempo posible. Proponga a los niños que hagan, por ejemplo:
— la i lo más aguda posible, con las manos sobre la cabeza;
— una e ligeramente más baja, con las manos en el cuello;
— una a un poco más grave, con las manos en la parte superior pecho;
— una u todavía un poco más grave, con las manos en el pecho;
— la o lo más grave posible, con as manos en el abdomen.
Aprendiendo a trabajar la voz, los niños consiguen controlarla mejor. En lugar de
repetirles sin cesar que hablen más bajo (lo cual algunos tienen muchas
dificultades para hacer), se les puede aconsejar que hablen «más suave», ya que
las voces agudas son claramente más estresantes.
• • Variante
Tome el ascensor en lugar de subir por la escalera. En otras palabras, deje de marcar pausas
entre cada etapa y encadene las diferentes alturas de sonido como con una flauta, que se
puede hacer escuchar a los niños antes de empezar el ejercicio.
Esta variante permite aumentar todavía más el control de la voz, ya que lo ideal es poder
utilizarla como un instrumento musical.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Gestionar las propias emociones (Gestionar)
14. Las hojas muertas
Liberación mediante el grito
Objetivos:
- liberar las tensiones
- canalizar la agresividad.
Momento de la práctica:
en tiempo seco, cuando el suelo está cubierto de hojas seas.
Organización:
preferentemente en el patio, sobre todo las primeras veces. Más adelante, se puede hacer el
ejercicio en clase. Los niños están de pie. Atención, hay que avisar a los colegas, ¡este ejercicio
es muy ruidoso!
Desarrollo de la sesión
•• En el patio
• Proponga a los niños que desahoguen y lancen las hojas secas en todas direcciones. Después
deben hacer un gran montón con las hojas.
• Reúna a los niños en círculo alrededor del montón. En grupos de dos o tres, deben coger un
montoncito de hojas.
• Los niños mantienen este montón de hojas contra su cuerpo y, una señal suya (que puede
ser, por ejemplo, contar hasta 3), lo lanzan lo más alto posible mientras gritan muy fuerte. Es
importante respetar la señal, porque el hecho de gritar todos juntos libera mucha más energía
que si lo hace cada uno por su cuenta.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Cuando se repita el ejercicio más tarde, refuerce la consigna diciendo:
-Las lanzarnos lo más alto posible; gritamos tan fuerte como podernos , sobre todo, durante el
mayor tiempo posible sin tomar aliento.
Repita este ejercicio tantas veces como sea necesario, ya que el objetivo es permitir que los
niños se desahoguen. Aunque algunos se “vacían” rápidamente, la tensión acumulada por
otros requiere un número importante de repeticiones.
•• En clase
• Pida a los niños que se pongan de pie delante de la silla y después se agachen para hacer ver
que recogen un montón de hojas.
• Cuente hasta 3; entonces cada niño lanza sus «hojas» lo más alto que puede mientras grita
muy fuerte y hace durar el grito el mayor tiempo posible.
• Termine el ejercicio pidiendo a los niños que se desperecen y se den un masaje en la cara
con las dos manos planas sobre ella.
Los niños tienen muy pocas ocasiones de gritar. El hecho de hacerlo colectivamente provoca una descarga de energía inmensa y los deja inmediatamente después en un estado de gran receptividad propicia al aprendizaje.
15. El periódico
Eliminación de la agresividad
Objetivos:
- permitir que se manifieste la agresividad;
- liberar las tensiones relacionadas con las presiones exteriores.
Momento de la práctica:
de manera sistemática al principio de la tarde. Cada vez que aparezcan tensiones entre os
niños o el ambiente sea de sobreexcitación. Debe preverse un tiempo bastante largo (al
menos 20 minutos).
Organización:
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
el profesor o los niños deben aportar periódicos en gran cantidad. Se dispersan las hojas antes
de la sesión. Hay que prever una gran caja que servirá de cubo de basura. Los niños se sientan
en círculo.
Desarrollo de la sesión
• Coloque las hojas de los periódicos por el suelo, en el centro del círculo formado por los
niños. Tome una de estas hojas, muéstrela a todos y explique que el periódico representa
todo lo que nos arremete y nos pone nerviosos: el compañero que nos ha quitado el juguete,
el que nos ha empujado, la lluvia que nos impide salir al patio, etc. Indúzcalos un rato a que
hablen, a que cuenten las situaciones estresantes o irritantes que han vivido. Por ejemplo:
— Este periódico es cuando mi compañero ha escrito en mí dibujo.
Tome una hoja. Arrúguela, rómpala, retuérzala, en suma, hágale todo lo que tenga ganas de
hacerle. Después tirela en el centro del grupo en la caja de cartón prevista para ello.
Repita el ejercicio y haga sufrir la misma suerte a diferentes hojas:
- Esta hoja es porque ella me ha puesto nervioso hace un rato.
-¡Y esta no sé por qué, pero peor para ella!
• Después, pida a los niños que hagan lo mismo todos juntos.
• Repita el ejercicio con periódicos enteros, que los niños pueden romper a su antojo.
Por una vez, no es aconsejable que el maestro participe, porque los niños
pueden tener tendencia a seguir su ritmo en lugar del propio. Como en
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
todos estos tipos de ejercicios, la dosis de energía agresiva es muy
variable de un niño a otro. Déjelos hacer hasta que se cansen.
• Una vez terminado el ejercicio, vaya a buscar la caja. Siguiendo sus indicaciones, un pequeño
grupo de niños pone en ella las hojas estropeadas procurando apretarlas bien. Después
explique:
-¡Ya está! ¡Se acabó! ¡Lo hemos tirado todo! ¡Ahora, nos lavaremos las manos y después
podremos ponernos a trabajar!
• Termine el ejercicio sacudiendo las manos (véase el «enjuague» propuesto en El
despertador) y después soplando (véase el ejercicio titulado El globo de goma).
Cuando la práctica se hace bien, los niños salen de este ejercicio literalmente «vacíos». Entonces son más receptivos y se concentran mejor.
16. La pelea
Control de la agresividad
Objetivos: - conseguir que se manifiesten las tensiones que se crean con
los otros niños;
- conseguir el dominio de la agresividad.
Momento de la práctica: - después de una pelea o una disputa.
Organización: - los niños se sientan en semicírculo. Hay que prever un
espacio suficiente en el centro; debe haber bastante espacio
para que dos niños puedan moverse sin tropezar con los
demás.
Desarrollo de la sesión
• Con motivo de una disputa o una pelea, explique a los niños que, sise comprende la causa de
la pelea, los conflictos pueden solucionarse de una forma no violenta. Puede entablarse una
conversación en este momento. Lance un debate sobre este tema haciendo diferentes
preguntas a los niños:
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
-¿Cómo surgen los conflictos? ¿Cómo solucionarlos? ¿Cómo establecer la diferencia entre
defenderse y agredir?
Las preguntas son abiertas; cada niño da su opinión.
• Termine con la siguiente pregunta:
— ¿Cuáles son las posibles agresiones?
• Todos los niños responden y se representa con mimo cada respuesta. Durante la primera
sesión, el niño que dice que el hecho de dar patadas es un ejemplo de agresión mostrará
(evidentemente en el vacío) la acción que acaba de describir. Los demás niños expresarán
también a acción. El que habla del hecho de tirar del pelo representará el acto en sí mismo.
Todos los niños harán lo propio.
• Durante las sesiones siguientes, el profesor recapitulará en voz alta el conjunto de
situaciones de agresión que los niños hayan propuesto.
• Más tarde, se reducirá la verbalización estrictamente al mínimo. Por ejemplo:
-¡Patadas!
Se representa la acción.
-¡Puñetazos!
Se representa la acción.
• Una vez que los niños estén familiarizados con el ejercicio, se puede encadenar la
representación de la acción sin ninguna palabra, lo cual permitirá concentrarse únicamente en
el movimiento y darle a máxima violencia posible.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Atención, se trata de representar el movimiento de agresividad de forma realista; la cólera
debe parecer real y todos los movimientos deben estar teñidos de agresividad. Este ejercicio
no pretende negar la agresividad sino llegar a canalizarla. Si se consigue crear de forma
voluntaria, es que se domina y, por lo tanto, también se puede hacer desaparecer.
Los niños pueden representar:
— patadas:
Se ponen de pie. Golpean el suelo con el pie muy violentamente y lo más fuerte posible. Dan
patadas hacia delante.
- puñetazos:
Cierran el puño con todas sus fuerzas, golpean delante de ellos y después hacia abajo y hacia
arriba.
Hacen lo mismo con la otra mano y después con las dos manos.
— el hecho de tirar del pelo a un compañero o una compañera:
Representan la acción y después se tiran de su propio pelo. En cuanto se hacen daño,
detienen el movimiento. A medida que avanzan las sesiones, enseñe a los niños a transformar
este movimiento en un acto positivo de masaje del cuero cabelludo. Puede utilizar dos
técnicas:
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
• Agarre un mechón de pelo lo más grande posible y tire suavemente, después, coja un
mechón pequeño y tire menos fuerte, como si quisiera hacer crecer el pelo. Haga lo mismo en
todas las partes de la cabeza.
• Separe los dedos al máximo. Partiendo de las sienes, vaya
subiendo las dos manos por el pelo. Hay que sentir el
deslizamiento de los cabellos entre los dedos. Entonces,
haga presión con los dedos y tire suavemente. Haga lo
mismo partiendo de la nuca y después de la
frente.
— pellizcar:
• Represente primero la acción de pellizcar oponiendo el pulgar a los demás dedos de la
mano, uno después de otro, y apretando lo más intensamente posible. Haga lo mismo con la
otra mano y después con las dos manos simultáneamente. Termine sacudiendo las manos.
• Después pellizque de manera mas concreta; con la mano derecha (los zurdos lo harán con la
izquierda), pellizque suavemente la piel del dorso de la mano izquierda (o derecha) y después
tire suavemente, en diversos lugares. Haga ver a los niños lo fina y extensible que es la piel
haciéndola rodar entre los dedos y jugando con ella. Haga el mismo ejercicio invirtiendo las
manos.
• Proponga otra «forma de pellizco»; con las dos manos, pellizque suavemente y después tire
sucesivamente de la piel de la frente en diferentes lugares, las cejas en toda su longitud, las
mejillas a la altura de los pómulos, en el centro, a lo largo de la mandíbula, etc.
• Termine el ejercicio frotando vigorosamente toda la cara.
• • .Variante
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
• También se puede expresar la cólera a partir de una historia, por ejemplo Cabellos de oro.
Represente entonces la cólera con la cara: frunza las cejas, apriete las mandíbulas, etc.
Observará que los niños tienen dificultades para representar la cólera recurriendo sólo a la
cara. Generalmente, añaden crispaciones de los hombros y las manos, e incluso a veces de
todo el cuerpo. Acepte en un primer tiempo que la cara no sea la única parte del cuerpo que
reproduzca la cólera. Haga observar a los niños la manera en que esta última se manifiesta y
pídales que designen las partes del cuerpo que ponen de manifiesto este sentimiento.
Repita el ejercicio pero insistiendo sobre el hecho de que sólo la cara debe expresar la cólera y
que las manos deben permanecer planas sobre los muslos.
• Después varíe:
- Esta vez vamos a expresar la cólera sólo con las manos y los brazos, con lodo el cuerpo pero
sin la cara, con todo el cuerpo y la cara.
• Para terminar, explique a los niños que van a eliminar toda a cólera que todavía pueda quedar en el cuerpo. Sacuda las manos, las piernas y los brazos como en El despertador. Desperécese y después, ron las manos planas, frótese la cara a su manera.
17. Las caretas
Contracción y relajación de la cara
Objetivo: - aprender a identificar las diferentes emociones y, con
ello, a controlarlas mejor.
Momento de la práctica: — cuando los niños se reúnen, durante las sesiones de
conversación sobre el carnaval y, más adelante,
durante las sesiones de relajación del principio de la
tarde.
Organización: - los niños se sientan y miran al profesor.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Desarrollo de la sesión
• Explique a los niños:
- Para el carnaval, vamos a fabricarnos unas caretas mágicas ¡Mirad!
• Represente varias veces una primera serie de «caretas». Póngase las manos sobre a cabeza,
con los dedos hacia atrás y los brazos delante de la cara. Baje lentamente las manos por la
cara; los dedos salen de la parte alta de la frente y descienden hasta el mentón. A medida que
las manos descienden, hacen descender los ojos, las mejillas y finalmente la boca; la careta
está triste.
Las manos ascienden lentamente, con los dedos dirigidos hacia arriba. Hacen subir la boca,
después las mejillas y por fin los ojos; la careta está alegre.
Levante las manos. Haga comentarios. Haga hablar a los niños y aproveche para enriquecer su
vocabulario y para trabajar sobre los matices, la careta alegre, gozosa, feliz, contenta, triste,
cansada, etc.
A su vez, los niños hacen varias veces el ejercicio.
Para la expresión de la alegría, se puede añadir un pequeño «suplemento» chasqueando los
dedos. Este chasquido es la señal que controla la lucecita que podemos tener en los ojos y que
nos hará todavía más felices.
• Represente varias veces una segunda serie de «caretas». Ponga una mano sobre cada oreja.
Una las manos hasta que cubran toda la cara. A medida que las manos se acercan, las mejillas
se ahuecan, las cejas se fruncen; la careta está enfadada.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Como antes, los niños hablan y enriquecen su vocabulario trabajando sobre los matices; la
careta está enfadada, irritada, furiosa, etc.
Después de este tiempo de observación, los niños reproducen las caretas.
Entre cada careta, procure que los niños pasen por una fase de careta “neutra”, cualificada de
«amable». Esta careta de la tranquilidad puede acompañarse con una ligera sonrisa.
•• Variante
• Invite a los niños a que encuentren otras posibles expresiones como la timidez, el miedo, el
enfurruñamiento, etc. Pídales que las representen y las comenten.
Precise bien a los niños que, como en el ejercicio titulado La pelea, solamente la cara participa
en un primer tiempo en la mímica.
• Después, represente estas expresiones con el cuerpo, pero sin la cara, y a continuación con
el cuerpo y la cara.
• Para terminar, frótese la cara con amplios movimientos circulares con las dos manos; de
esta manera, desaparecen todas las caretas.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Al multiplicar la mímica, aumenta la movilidad de los músculos de la cara, se aprende a
identificar y a nombrar las diferentes emociones, a transformarlas y, por lo tanto, a evitar
dejarse llevar por ellas.
Atención (Iniciación)
18. El caracol
Aislamiento voluntario
Objetivos: - entrenarse en el aislamiento en medio de un
grupo;
- aprender a concentrarse.
Momento de la práctica: -con motivo de un trabajo sobre los caracoles.
Fuera de las sesiones de relajación, este
ejercicio puede utilizarse puntualmente
cuando los niños estén especialmente
excitados.
Organización: - los niños se sientan en círculo en el suelo, en
sillas o bancos. En el centro del grupo, en el
suelo o sobre una mesa, se colocan los
caracoles.
Desarrollo de la sesión
Pida a los niños que observen la tranquilidad que muestran los caracoles. Atraiga su
atención sobre la manera en que se desplazan, sobre los momentos en que salen del
caparazón, sobre las razones por las que vuelven a entrar, sobre los contactos que establecen
entre ellos, etc.
A partir de estas observaciones, continúe la conversación; cuando tenemos miedo,
estamos cansados o necesitamos aislarnos, tener un caparazón y poder esconderse en él debe
ser muy agradable. Pida a los niños que se pregunten sobre la manera de hacerlo, incluso sin
caparazón.
Las siguientes secuencias deben hacerse de forma muy lenta, a ritmo... de caracol.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Póngase las manos sobre los ojos a modo de concha, para no ver durante unos
segundos.
Esta secuencia, que puede repetirse en todo momento, permite
descansar a vista y la mente de manera muy rápida.
- Colóquese las manos en forma de concha sobre las orejas para no oír nada.
- Dóblese sobre si mismo; doble la cabeza, después los hombros y la espalda. Junte los antebrazos y coloque las manos sobre la cabeza, un poco hacia atrás, de manera que pueda extender la nuca, y baje la cabeza un poco más. Mantenga la posición unos minutos y des- pues relaje lentamente las manos. A continuación, enderece la espalda, después el cuello y finalmente la cabeza.
Variante
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Vaya a practicar en el gimnasio con los niños.
• Póngase de rodillas, Coloque las manos sobre la nuca con los dedos cruzados.
• Acerque lentamente la frente al suelo.
• Espere unos minutos. Insista para que los niños hagan el vacío y se concentren en sus
sensaciones.
• Lleve los brazos hacia atrás, con las palmas de las manos vueltas hacia arriba y la frente en el
suelo.
• Tiéndase de espaldas. Doble las rodillas. Sujétese las rodillas con las manos y ruede como
una bola acercando al máximo las rodillas a la cara.
Este ejercicio contribuye a estirar las vértebras y relajar los hombros.
19. La cara de plastilina
Automasaje de la cara
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Objetivos: - relajar sucesivamente cada parte de la cara;
- tomar conciencia de las tensiones y de la
manera en que se manifiestan físicamente.
Momento de la práctica: - una vez aprendidas las posiciones de los
dedos, este ejercicio puede practicarse,
parcialmente, en cualquier momento del día,
antes o después de las actividades que
requieren mucha concentración. Es
beneficioso antes de las actividades de canto,
porque, al relajar los músculos de la cara,
permite liberar la voz. El trabajo sobre el oído
favorece las actividades de escucha.
Organización: - los niños se sientan en la silla, en círculo o en
semicírculo. Se quitan los pasadores y las gafas
antes de empezar.
Desarrollo de la sesión
•• La cabeza
• Coloque las manos planas sobre la cabeza. Déjelas inmóviles durante unos segundos.
Empiece a frotar la cabeza (arriba, detrás y a los lados) con las manos planas. Frote primero
suavemente y después cada vez más fuerte.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
La continuación del ejercicio es bastante sorprendente para los niños. Haga primero
el ejercicio usted solo; los niños lo imitarán en un segundo tiempo.
• Deje descansar las manos sobre la cabeza, con los dedos ligeramente separados Levante un
poco las palmas de las manos y deje sólo las punta de los dedos en contacto con la cabeza.
Presione intensamente con el extremo de los dedos y, sin despegarlos de la piel, imprima un
movimiento de delante atrás.
Este movimiento hará que la piel se deslice sobre el cráneo. Si los niños tienen
dificultades para realizar este movimiento, propóngales que se froten primero el
cuero cabelludo con la punta de los dedos. Después deben presionar más fuerte
con los dedos planos, por así decir, sobre el pelo, e imprimir un movimiento de
vaivén sin despegar los dedos.
• Separe ligeramente las manos y repita el mismo trabajo de delante atrás un poco más abajo,
a los lados de la cabeza.
• Haga descender las manos a ambos lados de la cabeza (con la palma a la altura de las orejas)
e imprima un movimiento de vaivén, de arriba abajo y después de delante atrás, siempre con
la punta de los dedos bien fija sobre la piel de la cabeza.
Estos movimientos producen una ligera sensación de calor muy agradable, que contribuye a
tranquilizar a los niños.
•• La cara
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
• Ponga las palmas de las manos sobre los ojos. Déjelas inmóviles unos segundos. Después,
levante las manos y presione con los dedos la parte superior de la frente. Igual que antes,
imprima un suave movimiento de vaivén, de arriba abajo, sin despegar los dedos de los ojos.
• Ponga los dedos sobre las cejas, presione y efectúe minúsculas rotaciones.
• Ponga los dedos suavemente sobre los ojos y después bajo los párpados hasta sentir el
hueso de los pómulos. Presione con la punta de los dedos y efectúe también minúsculas
rotaciones.
• Baje las manos hasta el mentón y después separe ligeramente dedos. Siempre presionando
con la punta de los dedos y sin girarlos, efectúe los mismos movimientos de rotación.
• Coloque las manos sobre los ojos, con la base de la palma sobre el hueco de la órbita.
Frótese los ojos con la base de la palma y después baje las manos planas hasta el mentón
presionando muy fuerte.
•• Las orejas
• Para oír mejor, podemos hacer crecer las orejas. Para ello, sujete la parte superior de la
oreja y tire de ella hacia arriba. Haga lo mismo en todo el contorno de la oreja hasta el lóbulo.
Tire de este último hacia abajo (no deben hacerlo los niños que llevan pendientes).
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
• Para terminar, frótese toda la cara vigorosamente con las manos planas, en todos los
sentidos, y acabe alisando el conjunto de la cara; para ello, parta del centro y estire la piel
hacia los lados.
• Estírese y bostece,
Los niños están ahora listos para escuchar; su atención está centrada en la audición.
20. La ola
Disciplina de los gestos
Objetivos: - experimentar una sensación de seguridad ligada al
acto de balancearse;
- socializarse adaptando el movimiento al de los
demás,
- crear una sensación de grupo; flexibilizar las
articulaciones.
Momento de la práctica: - después de haber abordado un tema sobre los barcos
o el mar.
Organización: - los niños se sientan unos al lado de los otros en
sillas muy juntas o, mejor, en bancos.
Desarrollo de la sesión
• Se empieza cantando una canción relacionada con el tema de los barcos, por ejemplo:
«Había una vez un barquito chiquitito», o cualquier canción de su repertorio. Mientras cantan,
los niños siguen el ritmo de la melodía mediante un ligero balanceo del tronco, lo cual hacen
con frecuencia de forma espontánea.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
• Después, se toman de los brazos; cada niño coge el brazo de su compañero, dobla el brazo y
coloca las manos sobre las caderas. Se balancean así durante el tiempo que dure la canción
elegida.
• Después se repite el mismo juego, pero esta vez sujetándose con un brazo encima del otro,
Estos ejercicios obligan a los niños a adaptar su movimiento a los demás y crean una intensa
sensación de grupo.
• Haga repetir el ejercicio a los niños, pero sin contacto con el compañero, lo cual obliga a
adaptarse a los movimientos de los demás a través de la mirada y la sensación. En lugar de
balancear el tronco, deben balancear solamente el antebrazo. Con el codo pegado al cuerpo
balancean el antebrazo derecho de derecha a izquierda, de la misma manera que se marca, en
música, un compás de dos tiempos.
Cuando los niños han integrado el movimiento, hágales observar que los brazos se golpean, se
molestan, mientras que en el mar las olas van todas en el mismo sentido. Intente que muevan
el brazo en el mismo sentido y en el mismo momento que el vecino. Repita el ejercicio con el
brazo izquierdo.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
• Los niños balancean ahora sólo la cabeza. Deben buscar las diferentes maneras de mover la
cabeza: menearla, inclinarla, entre tanto la nuca se mantiene recta y la cabeza gira
alternativamente a derecha e izquierda. Los ojos siguen el movimiento; se mira al compañero
de la derecha y después al de la izquierda, de acuerdo con el ritmo de la canción.
• Haga el mismo ejercicio con el tobillo. Los niños cruzan la pierna derecha sobre a pierna
izquierda. Esta vez, el tobillo derecho es el que seguirá la oleada.
Después, se invierten las piernas.
• Los niños descansan los pies en el suelo. Explíqueles que se trata ahora de hacer la ola
solamente con los ojos; deben mirar alternativamente a derecha e izquierda procurando no
mover la cabeza.
Al principio, no prolongue este ejercicio, porque es cansado para los niños. Dedique cada vez
más tiempo a lo largo de las sesiones.
Balancearse es siempre relajante para los niños. Al pasar del balanceo de todo el cuerpo a
movimientos más pequeños, el niño aprende a controlar mejor estos últimos y a evitar el
balanceo que adoptan espontáneamente muchos niños en situaciones de estrés (por ejemplo,
durante una recitación ante la clase).
21. Los reyes
Postura y comportamiento
Objetivos: -trabajar sobre la postura;
- descubrir cómo influye la posición del cuerpo sobre el
comportamiento;
Momento de la práctica: - primero, en el momento de la Epifanía, con motivo de un
intercambio verbal sobre el tema.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Después, en cualquier momento, siempre que los niños estén
de pie, por ejemplo, durante los desplazamientos.
Organización: - se necesita una corona de rey. El ejercicio puede hacerse
también con una corona para cada niño (eventualmente, se
utilizarán las coronas que hayan hecho los propios niños).
Puede ser interesante, antes del ejercicio, mirar fotos o
dibujos de reyes y concentrarse en la postura adoptada por
ellos. Los niños se sientan en círculo o en semicírculo, pero
deben tener la posibilidad de levantarse delante de la silla.
Desarrollo de la sesión
• Pida a los niños que formen un círculo. Designe a un niño, que se colocará en el centro del
círculo, de cara a los demás, y desempeñará el papel de rey. Póngale la corona en la cabeza.
Pídale que camine como lo hace un rey, que mire a todo el mundo desde arriba, que se
desplace despacio, que sea consciente de su valor y de su importancia.
• Después, pídale que haga «el payaso», que patalee, salte, imite una gresca, etc. La corona
caerá inevitablemente. Concluya:
- ¡Si queremos ser ‘como un rey», es importante que adoptemos una postura real!
• Para ayudar al niño a adoptar una «marcha real», puede ponerle una capa larga sobre los
hombros que llegue hasta el suelo; esto le obligará a caminar más despacio.
Repita el ejercicio varias veces cambiando los papeles; las niñas pueden convertirse en reinas
o princesas, los niños, en reyes o príncipes.
• El niño que ha servido de modelo deja la corona y se une al círculo. Todos los niños se
colocan en la cabeza una corona imaginaria y se ponen de pie, inmóviles.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
• Después, anímeles a desplazarse procurando que la «corona» que tienen en la cabeza no se
caiga.
• Haga algunas pausas. Durante ellas, los niños pueden quitarse la corona y abandonar
su «postura real». Se moverán, harán muecas, etc.
• A su señal, deben colocarse de nuevo la corona, convertirse en reyes y adoptar de nuevo una «postura digna».
22. El ciego
Confianza y sentido de la responsabilidad
Objetivos: - crear un clima de confianza entre los niños;
- trabajar sobre el sentido de la responsabilidad y la confianza.
Momento de la práctica: - en lugar de una sesión de danza, de expresión corporal o de
juegos colectivos.
Organización: - se practica en un espacio vacío, sin obstáculos peligrosos, o
bien en la sala de juegos o el patio.
Desarrollo de la sesión
• Coloque a los niños en círculo. Pídales que cierren los ojos y que los vuelvan a abrir.
Pregunte a los niños:
- ¿Podemos pasear con los ojos cerrados?
Deje que los niños se expresen:
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
- Podemos golpearnos, hacernos daño, etc.
• Proponga:
- ¡Vamos a jugar a los ciegos!
Los niños se colocan de dos en dos; uno hará de ciego y el otro de guía. El ciego cierra los ojos
y coloca la mano sobre la mano del «vidente». Espere unos segundos a que todos los niños
hayan adoptado una posición cómoda, El guía se desplaza después por la habitación sujetando
al «ciego» por la mano y haciendo que evite los obstáculos.
Avise a los niños de que hay que avanzar muy despacio y de que los niños que hagan tropezar
al «ciego» que les corresponde con un obstáculo serán inmediatamente eliminados del juego.
En las primeras sesiones, algunos niños no pueden impedir abrir los ojos. Sin embargo, poco a
poco, el profesor verá crecer, por la expresión del rostro y la posición de la mano, un
sentimiento de confianza impresionante.
La duración de este ejercicio depende de las reacciones de los niños. Si se observa que algunos
empiezan a abrir los ojos, es mejor parar. Deje unos minutos para hacer comentarios y
después invierta los papeles. El tiempo dedicado al ejercicio aumentará a medida que
progresen las sesiones.
•• Variante
Más tarde, este ejercicio puede hacerse con tres niños: un «ciego» con dos guías. De esta
manera, se crea dificultad suplementaria (la coordinación de dos guías).
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Introducción a la contemplación
23. Observar la belleza
utilizando la atención plena
Objetivos: Recrearse en la belleza mediante la atención plena.
Desarrollo de la sesión
Podemos utilizar aquí algunas de las propuestas que ya expusimos en la sección 5 del Capítulo 6, cuando nos referíamos a Contemplar con placer una imagen, escuchar una música, o ambas cosas a la vez. En ese mismo capítulo, en la sección final, expusimos también algunos ejemplos de actividades por niveles, que son perfectamente aplicables para potenciar la fortaleza de Apreciación de la belleza (en concreto, las actividades tituladas “Disfrutar de un día de primavera” y “Observando una obra de arte”). Para cualquiera de esas propuestas, u otras en esa línea que se nos ocurran, la clave es sugerir a los alumnos que serenen por unos instantes su mente, que olviden sus preocupaciones y otros pensamientos ajenos, y se dejen llenar por las impresiones de lo que están viendo y oyendo. Recursos: Láminas ilustradas, cuadros y obras de arte en general, paisajes proyectados en una pantalla mediante un videoproyector y una presentación en PowerPoint, grabaciones de sonidos de la naturaleza o piezas musicales, o también combinaciones de imágenes y sonido, etc. Observaciones: Si realizamos estas actividades con cierta regularidad, podremos crear el hábito de disfrutar de las cosas bellas con atención plena, serenidad y profundo disfrute. Desde la escuela, tenemos una importante oportunidad de crear hábitos de contemplación y de escucha que nos permitan despertar el sentido estético, el gusto por contemplar imágenes bellas y escuchar música y sonidos agradables. La “Apreciación de la belleza y la excelencia”, además de ser una importante fortaleza personal, constituye una potencial fuente de disfrute y felicidad que nos puede deparar importantes satisfacciones a lo largo de nuestra vida.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
24. Hago bien mis
trabajos y disfruto con ellos
Objetivos: Deleitarse contemplando la belleza y la excelencia en el propio
trabajo. Proponerse mejorar aquellas cosas que no nos salen del todo bien.
Desarrollo de la sesión
En este mismo capítulo, cuando hablamos de las fortalezas nº 2 y 4, dedicamos un apartado a cómo “Apreciar el aprendizaje por lo que nos aporta en el presente”. Allí comentábamos la importancia de saber disfrutar del aprendizaje en sí mismo, aquí y ahora, y no solo por lo que nos aportará en el futuro. Esto guarda una estrecha relación también con la fortaleza de Apreciación de la belleza y la excelencia: saber disfrutar de las cosas que hacemos bien, así como esforzarnos en hacerlas bien para que sean fuente de disfrute para nosotros. Más que una actividad puntual, se trata de que el profesorado tenga en cuenta estas reflexiones de modo habitual, y que aproveche determinados momentos para hacer conscientes a los alumnos acerca de sus propios trabajos y recrearse en su belleza. Podemos plantear varias estrategias: –Al realizar determinadas tareas en clase, les iremos guiando para que descubran “placeres ocultos” en el trabajo. Por ejemplo, en una tarea de caligrafía, les pediremos que se concentren en el placer de deslizar el lápiz concentradamente en cada trazo, planteando cada línea del cuaderno como un reto que podemos superar, y disfrutando de lo bien que nos está quedando. Con algunos alumnos hemos realizado la siguiente experiencia: pedirles que se imaginen que la página de caligrafía es una montaña que estamos escalando, y al acabar cada línea llegamos a un nuevo “campo base” y finalmente a la cumbre; hemos comprobado que su motivación e interés aumentan, y más aún si vamos haciéndoles observar la belleza de sus trazos y les animamos a seguir mejorando su letra. –Cuando los alumnos se encuentren trabajando individualmente, podemos solicitar su atención y decirles: “¡Vamos a detenernos durante un minuto a contemplar lo que hemos hecho, y a disfrutar de lo bien que nos ha salido!” Si no nos ha quedado bien del todo, intentaremos corregir lo que se pueda, o bien nos propondremos que lo siguiente que hagamos lo perfeccionaremos más para poder disfrutarlo mejor. –Una variación de la estrategia anterior consiste en pedirles que saquen algún cuaderno en el que hayan trabajado un rato antes o en días pasados, y solicitarles que se recreen en “saborear” la contemplación de aquellas cosas que les han salido bien: la letra correctamente
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
trazada, el orden y la limpieza en la página, las ideas originales que han sabido plasmar, un dibujo bellamente realizado, etc. También les pediremos que tengan en cuenta las cosas que no les han salido tan bien, y que se propongan mejorarlas de aquí en adelante. Para hacer más efectiva esta estrategia, tras contemplar individualmente sus cuadernos, haremos una puesta en común para que expresen en voz alta y compartan con los demás sus valoraciones, tanto acerca de lo que han hecho bien como de lo que necesitan mejorar. Tiempo: Cualquier situación en la que los alumnos estén realizando trabajo individual, o bien queramos que revisen trabajos ya hechos. Observaciones: Una variación de esta actividad consiste en apreciar un trabajo bien hecho por otra persona. Para evitar comparaciones y situaciones de rivalidad en el propio grupo clase, podemos traer como ejemplo trabajos hechos por alumnos de otros grupos, de forma completamente anónima, de modo que nuestros alumnos no sepan de qué curso es ese trabajo ni quién es el autor.
25. Un rostro bello
Objetivos: Apreciar la belleza de un rostro y disfrutar con su contemplación.
Expresar sentimientos de modo verbal y gestual. Potenciar la concentración.
Desarrollo de la sesión
Buscaremos previamente una imagen de un rostro bello, por ejemplo a través del servicio de imágenes de Google, tecleando “rostro feliz” o alguna expresión similar y escogiendo alguna fotografía bonita con la cara de un niño o un adulto. La imagen que elijamos la proyectaremos en clase y nos servirá de eje en torno al cual desarrollar la actividad. Una vez que hemos explicado a los alumnos lo que vamos a hacer, proyectamos la imagen en una pantalla y les pedimos que, durante un par de minutos, la observen atentamente y con tranquilidad, sin pensar en nada en especial, sino procurando sentir intensamente las emociones que esa imagen les transmite. Después, iniciamos un coloquio en torno a estas cuestiones: • ¿Os parece bonita esta cara? ¿Por qué? • ¿Cómo creéis que se siente esa persona?: alegre, tranquila, feliz, contenta,… A continuación podemos hacer un juego de “poner caras”, tratando de expresar con gestos faciales emociones como la alegría, la tristeza, la tranquilidad, el miedo, etc. Después, volvemos a la imagen de partida y tratamos de poner la misma cara que esa persona, y nos concentramos durante un par de minutos en sentir lo mismo que puede experimentar esa persona, disfrutando de la sensación de paz, tranquilidad o felicidad que nos inspira.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Recursos: Imágenes obtenidas en Internet. Ordenador y videoproyector. Tiempo: 10 ó 15 minutos. Observaciones: 1) Puede ser interesante proyectar también alguna cara fea o con expresión grotesca, para contrastar las sensaciones que nos producen las imágenes hermosas frente a las desagradables. 2) Hay que tener cuidado para evitar que los alumnos valoren a las personas por su rostro y no aprecien a quienes no son hermosos. Para ello, podemos introducir en el coloquio la idea de que en toda persona hay algo bello: aunque no esté en su rostro, debemos saber buscarlo en sus palabras, sus gestos o en la “belleza interior” de su carácter.
26. Pequeñas cosas que nos alegran la vida
Objetivos: Disfrutar de la belleza de las cosas cotidianas. Favorecer la relajación y la concentración.
Desarrollo de la sesión
Comenzaremos hablando con los niños acerca de que, en nuestra vida diaria, a menudo vamos muy deprisa y no nos damos cuenta de muchos pequeños detalles hermosos que nos pasan desapercibidos. A nuestro alrededor hay gran cantidad de cosas bonitas que nos pueden hacer sentir felices, pero a veces es preciso estar muy atentos para darse cuenta de ellas y disfrutarlas. Para poner en práctica esto, les explicamos que vamos a salir al patio y, en silencio y tranquilidad, cada uno va a observar algo bello que le haga sentir bien. Si hemos trabajado ya con los alumnos la práctica de meditar caminando, podemos salir de clase andando despacio y en silencio, concentrados en nuestros pasos y nuestra respiración (a la vuelta, haremos lo mismo). Una vez en el patio, nos sentaremos en el suelo en corro y les pediremos que, en silencio, se concentren en una o dos cosas que les parezcan bonitas, bellas o agradables y que les hagan sentir bien; a los más pequeños les podemos sugerir algunas: el color del cielo y la forma de las nubes, la brisa fresca, el canto de un pájaro, el sonido de las hojas de los árboles mecidas por el viento, el aroma de la hierba, el calor del sol sobre nuestra piel,… Después de unos minutos, nos levantamos tranquilamente y vamos volviendo en silencio y concentración al aula, disfrutando de la meditación caminando. Una vez en clase, pediremos a los alumnos que escojan una cosa que les haya parecido bella y agradable, y que escriban una breve frase o poesía que la describa, junto con un dibujo alusivo. A los más pequeños les pediremos, previamente, que pongan en común las cosas que les han gustado y les han hecho disfrutar, y, si todavía no dominan bien la escritura, les diremos que hagan el dibujo y luego les ayudaremos a escribir una palabra o frase sencilla, de acuerdo con sus posibilidades.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Con los escritos y dibujos de todos los alumnos, haremos una recopilación y la encuadernaremos: será nuestro “Libro de las pequeñas cosas bellas”. Este libro se lo podrán llevar a casa rotativamente para que lo vean las familias, y luego se quedará en clase para poder consultarlo y tener un bonito recuerdo de esta actividad. Recursos: El patio del recreo, con los alumnos sentados en el suelo en corro, en un momento en que no haya otros grupos de alumnos allí, aprovechando un día que haga buen tiempo. Tiempo: 30 ó 40 minutos. Observaciones: Podemos realizar esta actividad más veces –incluso sin necesidad de salir del aula–, para que no sea una mera actividad puntual, potenciando así el hábito de detenerse, serenarse, tomar conciencia de lo que sucede a nuestro alrededor y disfrutar de las cosas bellas que nos rodean.
Contemplación de la naturaleza
27. El árbol
Trabajo sobre el arraigo
Objetivos: - adquirir más estabilidad;
- ser capaz de mantener la posición sin dejarse
desestabilizar por los demás.
Momento de la práctica: - al principio, un día de buen tiempo. Este
ejercicio tiene relación con todo lo que se
refiere a las plantaciones. Se realiza
preferentemente después de haber observado
bien las raíces de las lentejas o de diferentes
semillas sembradas con anterioridad y los
niños hayan comprendido bien que los
vegetales están vivos, que viven, respiran, se
alimentan, pueden ponerse enfermos, etc.
Organización: - si es posible, se observa de cerca un árbol
imponente antes de hacer el ejercicio. Todos
se sientan en círculo, por el suelo, alrededor
del árbol. El ejercicio se hace allí, si es posible,
al menos las primeras veces. Más adelante,
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
puede hacerse en clase o en la sala de
relajación.
Desarrollo de la sesión
• Haga preguntas a los niños sobre el árbol:
- ¿ Cómo es? ¿Cómo se mantiene de pie? ¿Se mueve? ¿Respira?
Llame la atención sobre el hecho de que el árbol parece fuerte y poderoso.
- Para comprobarlo, vamos a intentar empujarlo y moverlo.
• Pida a los niños, reunidos en diferentes grupos, que intenten empujar el tronco del árbol
para desplazarlo. Explique o haga adivinarles la razón por la cual el árbol se sostiene tan bien:
- Se mantiene recto. Tiene raíces profundas.
• Explique a los niños lo que deberán hacer a continuación:
- Ahora vamos a intentar ser tan fuertes como él.
Se abordarán tres dimensiones:
— Arriba/abajo: el árbol es grande. Su copa se extiende hasta el cielo y sus raíces se hunden
muy profundamente en la tierra.
— Derecha/izquierda: al árbol tiene raíces y ramas que se extienden a partir del tronco.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
— Delante/detrás: el árbol es ancho y estable. No se dobla hacia delante no se inclina hacia
atrás.
Las diferentes dimensiones pueden abordarse por separado al principio hasta que
los niños hayan comprendido bien la comodidad que proporcionan. En efecto, la
«postura del árbol», cuando se adopta con facilidad y naturalidad, aporta una
sensación de seguridad y estabilidad muy cómoda. Con rapidez, pida a los niños
que se fijen simultáneamente en estas tres dimensiones. Más tarde, los niños las
adoptarán de forma espontánea.
Empiece con la primera dimensión.
— Arriba/abajo:
• Colóquese como un árbol, bien recto. Explique a los niños que para que el árbol se
mantenga de pie, sus raíces han tenido que ramificarse. Para ser tan fuerte como un árbol,
hay que separar los pies más o menos la anchura de la pelvis. Los pies están bien paralelos, es
decir, que su borde exterior es recto (por ejemplo, puede utilizar el trazado de una baldosa
como referencia). Diga a los niños que se imaginen que las raíces crecen bajo los pies, que se
hunden muy profundamente en la tierra, todavía más profundamente, cada vez más
profundamente:
- Bajo nuestros pies crecen raíces que se hundirán cada vez más profundamente en la tierra. Ya
nada podrá hacernos mover. Las raíces se hunden, se hunden, se hunden. ¡Estamos plantados,
no nos pueden arrancar!
• Extienda ahora la espalda hacia el cielo. Para ayudarse, diga a los niños que imaginen que
alguien les tira suavemente del pelo, justo en la parte más alta de la cabeza, como para
hacerlos crecer. Para que se representen mejor el proceso, invite a los niños a tocar esta zona,
a coger un mechón de pelo y tirar suavemente. Después relájese, manteniendo la misma
posición.
Este arraigo permite reforzar la «presencia» de los niños; toman conciencia de estar ahí y
ahora y, en una palabra, aprenden a mantener «los pies en el suelo». Además, el estiramiento
hacia arriba aporta inmediatamente la sensación de ser «mayor», es decir, más razonable,
más desarraigado de las emociones.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Pero el árbol se estabiliza también gracias a las ramas, distribuidas a la derecha y a la
izquierda. Aquí interviene la segunda dimensión.
— Derecha/izquierda:
• Las ramas del árbol crecen; con los brazos colgando, levante las manos hasta la horizontal (el
movimiento moviliza solamente la muñeca). Mantenga esta posición durante unos instantes.
Relájese. Las ramas crecen un poco más; con los brazos todavía colgando, levante los
antebrazos hasta la horizontal (el movimiento parte del codo). Mantenga la posición unos
instantes. Relájese. Las ramas continúan creciendo; levante esta vez los brazos desde los
hombros. Mantenga los brazos en cruz unos instantes. Relájese.
Esta postura es cansada. Para hacerla más fácil, pida a los niño se imaginen que tienen una
pelota grande bajo las axilas y que los brazos se apoyan en ella.
Compruebe que los niños han comprendido esta idea observando la posición de
sus brazos; si han conseguido «instalar la pelota», los brazos estarán más
flexibles, menos tensos, ligeramente redondeados podrán mantener la posición
mucho más tiempo.
Esta posición da a los niños una gran sensación de estabilidad y equilibrio; tienen la impresión
de «estirarse» y disponer de «su lugar».
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Finalmente, hay que abordar la tercera dimensión.
- Delante/detrás:
• Insista para que los niños mantengan la posición; en efecto, aunque haga viento, el árbol no
se mueve. Para ello, no hay que estar encorvado ni arqueado. Muestre lo que no conviene
hacer exagerando las malas posiciones. Antes de encontrar el equilibrio correcto balancéese
ligeramente hacia delante y hacia atrás, cada vez más despacio hasta que alcance el punto de
equilibrio. Es un poco como dejar que un péndulo o una plomada se inmovilicen lentamente
• Para equilibrarse, también hay que doblar muy ligeramente las rodillas y mantener la parte
inferior de la espalda muy plana, en la zona lumbar, eliminando la curvatura al máximo sin por
ello encorvarse hacia delante. Para conseguirlo, ponga la mano, si es necesario, en la parte
inferior de a espalda de los niños y pídales que le empujen la mano con la espalda.
Para los niños que no lo consiguen realmente o simplemente para comprender
esta posición, puede demostrarla acostándose de espaldas; con las rodillas
dobladas y los pies bien planos en el suelo, apóyese en los pies y toque el suelo
con la parte baja de la espalda.
Esta posición evita arquear el tronco. Proporciona un equilibrio a la vez físico y mental, y da a
los niños una sensación de estabilidad y seguridad.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Cuando estas tres dimensiones se han captado bien, se obtiene una gran sensación de seguridad. Como el árbol, el niño se siente enraizado.
28. Las cuatro
estaciones
Objetivos: Apreciar la belleza que nos ofrecen los cambios
estacionales de la naturaleza. Desarrollo: La naturaleza nos brinda ocasiones incomparables para
poder reconocer y apreciar la belleza, y sus cambios estacionales nos ofrecen situaciones para trabajar con el alumnado diversas posibilidades, adaptándolas en función del nivel educativo:
Desarrollo de la sesión
–Contemplar imágenes de la naturaleza en distintas estaciones. Podemos seleccionar fotografías en Internet y proyectarlas en clase, pidiendo a los alumnos que las contemplen con atención plena. Utilizaremos imágenes correspondientes a la primavera, el verano, el otoño y el invierno. Posteriormente, realizaremos una puesta en común en la que los alumnos expresarán qué emociones les ha suscitado esta contemplación, que comenten los cambios que se producen en los paisajes y que traten de explicar qué elementos nos producen satisfacción al contemplarlos: los colores, la luz el contraste de formas, los recuerdos que nos evocan,… –La actividad anterior de contemplación se puede realizar escuchando al mismo tiempo alguna música apropiada (resultarían muy adecuadas Las cuatro estaciones, de Vivaldi). En la puesta en común, podríamos añadir como tema de conversación qué relación han apreciado entre esa música y las imágenes que han contemplado. –También podemos salir al patio en determinados momentos del año y contemplar el paisaje que pueda verse desde allí, tratando de comparar los elementos que van variando a lo largo del tiempo. –Los alumnos pueden traer fotografías de paisajes que hayan hecho en viajes o excursiones con su familia, proyectarlas en clase y que comenten sus experiencias, así como lo que sintieron cuando estuvieron en esos lugares. –En Educación Artística, podemos utilizar los cambios estacionales para pintar paisajes en distintas épocas del año, o bien un mismo paisaje en diferentes estaciones,
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
analizando qué elementos variamos y relacionando estos cambios con nuestros sentimientos al contemplarlos. Recursos: Imágenes de Internet. Fotografías tomadas por los alumnos. Materiales de pintura. 29. Disfrutar de un día
de primavera
Objetivos: Como en la actividad anterior. Desarrollo de la sesión
Aprovechamos una mañana soleada para disfrutarla y “saborearla” al aire libre. Salimos al patio, nos sentamos en corro y nos disponemos a vivir intensamente utilizando todos los sentidos. Primero nos sentamos, después nos tumbamos y cerramos los ojos. Permanecemos así unos minutos. Poco a poco nos vamos incorporando y expresamos todo lo que hemos sentido y apreciado: • La vista: el color de los árboles, del cielo, la forma de las nubes,... • El tacto: el suelo que está duro, el aire que nos acaricia,... • El olfato: el aroma de la hierba o de unas flores cercanas,... • El oído: recordamos los sonidos que hemos escuchado, quién o qué los producía y de dónde provenían. Entre todos nos damos cuenta de que, cuando salimos al patio normalmente, no percibimos tal cantidad de sensaciones y no somos tan conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor. Recursos: El patio del recreo, con los alumnos sentados en el suelo en corro, en un momento en que no haya otros grupos de alumnos allí. Tiempo: 20 ó 30 minutos. Observaciones: Al salir al patio y al volver al aula, podemos aprovechar para practicar la “meditación caminando”.
30. ¡Gracias naturaleza!
Objetivos: Sentir gratitud hacia las cosas positivas que nos aporta el medio natural.
PROYECTO INTERIORIZACIÓN
Desarrollo de la sesión
La naturaleza es un ejemplo constante de generosidad: continuamente recibimos de ella la luz, el calor, el aire, el agua, los frutos que nos alimentan, el paisaje que nos embelesa,… El medio natural que nos rodea nos proporciona los elementos necesarios para vivir, y también para disfrutar y ser felices. Pero, como sucede con todas las cosas cotidianas, no siempre reconocemos su importancia ni la valoramos en toda su plenitud. Podemos comenzar esta actividad pidiendo a los alumnos que nos digan cosas concretas de la naturaleza que recibimos a diario y que contribuyen a nuestra vida y nuestro bienestar. Con las aportaciones de los alumnos, haremos un listado en la pizarra. Intentaremos reflexionar acerca de los diversos reinos de la naturaleza y lo que nos aportan los minerales, vegetales y animales, tanto materialmente como en aspectos no materiales (belleza, protección, compañía,…). A continuación, podemos pensar y expresar qué cosas proceden de la naturaleza pero, además, han sido elaboradas, transformadas o distribuidas gracias al trabajo de otras personas –el pan, la miel, los alimentos a base de pasta, la fruta, el arroz, nuestra ropa y calzado, etc.–. Tras esta fase de análisis y valoración de lo que recibimos de la naturaleza, podemos realizar dos actividades: –Escribir cartas de agradecimiento: al agua, al aire, a los bosques, a los animales, a las personas que nos hacen llegar los productos transformados de la naturaleza,… –Pensar en la necesidad de proteger más activamente a la naturaleza e iniciar alguna campaña en este sentido, relacionada con aspectos que hayan surgido en el debate inicial con los alumnos: la defensa de los animales, la promoción del reciclaje de residuos, la contaminación del aire y del agua,… Tiempo: Una sesión de una hora. Prever más sesiones, si se decide implicarse en alguna campaña de protección de la naturaleza.
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