Casilla: 117.EXP: N° 00429-2008-0-2701-JM-CI-01.ESP. Huamán Afán Juan S.M.RECURSO DE CASACIÓN.
SEÑOR PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA MIXTA DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE MADRE DE DIOS.
SOFIA SATURNINA CABRERA BOBADILLA, en el proceso seguido contra la
ASOCIACION DE COMERCIANTES UNIDOS DEL MERCADO MODELO - ACUMM y MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE TAMBOPATA, sobre nulidad
de escritura pública; a usted respetuosamente digo:
I. PRETENSIÓN CASATORIA :
Con fecha 07 de octubre del 2015, he sido notificado de la Sentencia de
Vista de fecha 21 de setiembre del 2015 mediante la cual la Primera Sala Mixta
– Sede Central de la Corte Superior de Justicia de Madre de Dios, (en
adelante, la Sala Mixta), resuelve DECLARAR INFUNDADO el recurso de
apelación interpuesto por Sofía Saturnina Cabrera Bobadilla; y,
CONFIRMARON la sentencia contenida en la Resolución N° 43 que falla
declarando infundada la demanda sobre nulidad de acto jurídico y otro,
interpuesta por Sofía Saturnina Cabrera Bobadilla, contra la Asociación de
Comerciantes Unidos del Mercado Modelo - ACUMM y Municipalidad Provincial
de Tambopata.
En este sentido, no encontrándome conforme con la Sentencia de Vista
de fecha 21 de setiembre del 2015, y al amparo de lo establecido en los
artículos 384°, 386°, 387° y 388° del Código Procesal Civil, interpongo
RECURSO DE CASACIÓN contra la referida Sentencia de Vista, solicitando se
eleve a la instancia Suprema, a fin de que el colegiado funcionalmente superior
(declarando fundado el presente recurso) CASE la resolución impugnada por
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haber incurrido en las infracciones normativas y por contravención de las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso que denuncio; y,
declare, como pedido principal LA NULIDAD de la Sentencia de Vista
impugnada y subordinadamente la REVOCATORIA, de la misma y resuelva
declarar fundada la demanda con expresa condena de costos y costas.
II. ADMISIBILIDAD DEL RECURSO:
En virtud de lo dispuesto en el artículo 387 del Código Procesal Civil,
cumplimos con señalar lo siguiente:
2.1 La resolución que se impugna es una sentencia expedida en
revisión por la Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de
Madre de Dios, que como órgano de segundo grado, resuelve el
conflicto planteado por las partes y pone fin al proceso.
2.2 El recurso de casación lo presento ante el órgano jurisdiccional
que emitió la resolución impugnada, para su elevación conforme a
ley, acompañando copia de la cédula de notificación de la
resolución impugnada y de la expedida en primer grado,
certificada con sello, firma y huella digital, por el abogado que
autoriza el presente recurso y bajo responsabilidad de su
autenticidad.
2.3 El recurso de casación se interpone dentro del plazo de diez (10)
días hábiles contados desde su notificación.
2.4 Se anexa el comprobante de pago de la tasa judicial respectiva
que habilita la tramitación del presente recurso.
III. PROCEDENCIA DEL RECURSO
De conformidad con el artículo 388° del Código Procesal Civil, el recurso
de casación tiene por requisitos de fondo los siguientes:
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1. “Que el recurrente no hubiera consentido previamente la resolución adversa de primera instancia, cuando esta fuere confirmada por la resolución objeto del recurso”.
En el caso de autos, la recurrente no consintió la sentencia de primera
instancia que le era desfavorable al declarar infundada la demanda incoada;
por lo que la impugnó mediante el recurso de apelación correspondiente; con lo
que se demuestra claramente que la citada resolución de primera instancia, por
ser adversa a la recurrente fue impugnada, es decir, no se consintió.
2. “Que se describa con claridad y precisión la infracción normativa o el apartamiento del precedente judicial”.
La resolución materia de la presente impugnación ha incurrido en las
infracciones normativas por interpretación errónea e inaplicación de normas
materiales; y de contravención de las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso.
2.1. Interpretación errónea de una norma de derecho material:
2.1.1. En cuanto a las normas de derecho material que la Sala Mixta ha interpretado erróneamente:
- Artículo 1° de la Ley Nº 26569 - Ley de Privatización de los Mercados
Públicos: “Artículo 1.- La Privatización de los Mercados Públicos de
propiedad de los municipios provinciales o distritales, inclusive
aquellos transferidos o afectados en favor de las Cajas Municipales
de Crédito u otras entidades, conlleva, bajo sanción de nulidad, que
la enajenación o transferencia bajo cualquier título de los puestos y
demás establecimientos y/o servicios de dichos mercados deberá considerar, en primera oferta, a los actuales conductores de los
mismos, que soliciten esta preferencia.” (Subrayado nuestro)
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- Artículo 3° de la Ley Nº 26569 - Ley de Privatización de los Mercados
Públicos: “Artículo 3.- Los actuales conductores de los puestos y
demás establecimientos y/o servicios de los referidos mercados
tienen 30 días calendario de plazo para acogerse a lo dispuesto en la
presente ley. Dicho plazo se contará a partir de la fecha en que sean
notificados de su opción de compra por la entidad responsable del
proceso de privatización de los mercados públicos.” (Subrayado
nuestro)
Para un mejor entendimiento de la infracción normativa que ha cometido
la Sala Mixta, previamente señalaré cuál es el fundamento o el espíritu de la
Ley Nº 26569 - Ley de Privatización de los Mercados Públicos.
De la exposición de motivos de la citada Ley se deduce meridianamente
que el legislador estableció mecanismos aplicables a la transferencia de
puestos y demás establecimientos y/o servicios de los mercados públicos de
propiedad de los municipios, entre ellos, el proceso de privatización de los
mercados públicos de propiedad de los municipios provinciales o distritales,
que implica que la enajenación o transferencia bajo cualquier titulo de los
puestos y demás establecimientos y/o servicios de dichos mercados deberá considerar preferentemente (entiéndase que es una obligación impuesta a los responsables del proceso de privatización), en primera oferta, a los actuales conductores de los mismos (de los puestos), bajo sanción de nulidad.
Es decir, el espíritu de la Ley Nº 26569 es que los conductores de los
puestos del mercado tendrán la primera opción para ser beneficiados con la
preferencia de venta que ahí se establece. De no cumplirse con este derecho
preferencial a favor de los actuales conductores, la ley sanciona con nulidad
cualquier acto incompatible con el mecanismo de privatización que regula la
citada ley.
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En nuestro caso, la entidad responsable debió realizar la primera oferta,
de manera obligatoria, a los conductores de los puestos del mercado (Artículo
1° de la Ley Nº 26569); no obstante, de la lectura de la escritura pública de
fecha 22 de junio de 2001 (la que se pretende su nulidad), la primera oferta se
realizó a la Asociación de Comerciantes Unidos del Mercado Modelo –
ACUMM, violando el derecho de preferencia de los conductores de los puestos
del mercado.
Ahora bien, vale hacer la precisión que se ha acreditado en autos que la
demandante y la Municipalidad Provincial de Tambopata celebraron un contrato
de arrendamiento de fecha 03 de junio de 1992, por el cual dicha municipalidad
cedió el puesto de 26.75 metros cuadrados ubicado en bloque 1 pabellón D del
mercado modelo, a cambio de una merced conductiva. Posteriormente, se
constituyó la Asociación de Comerciantes Unidos del Mercado Modelo –
ACUMM (cuya finalidad era administrar el mercado modelo), a quien la
demandante venia cancelando cuotas por concepto de privatización. Es decir,
la demandante ha venido cancelando por cuotas la propiedad del puesto
ubicado en bloque 1 pabellón D del mercado modelo, además, ha venido
poseyendo pacíficamente el mismo puesto, y viene realizando directamente
transacciones comerciales con el público. Por lo que se concluye que al
momento de otorgarse la escritura pública de fecha 22 de junio de 2001 (la cual
se pretende su nulidad) la demandante era la conductora actual de dicho puesto comercial ubicado en el mercado modelo, de acuerdo al artículo 5° del
Reglamento de la Ley N° 265691:
“Artículo 5.- Para los efectos de la Ley, son "conductores
actuales" las personas naturales o jurídicas, que a la fecha de
publicación de la Ley, vienen pagando una renta al respectivo
Concejo o entidad administradora del inmueble en ejecución de
un contrato de concesión, arrendamiento u otra modalidad
contractual traslativa de uso y/o estén en pacífica posesión de
1 Reglamento vigente aprobado por D.S. Nº 004-96-PRES
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los puestos y establecimientos, según corresponda, ubicados
en los distintos mercados públicos y, además, los conduzcan
directamente realizando en ellos transacciones comerciales
con el público.” (Subrayado nuestro).
De esta manera, se ha acreditado que la demandante era la conductora
de un puesto del mercado; sin embargo, la primera oferta no se realizó a su
persona, sino a la Asociación de Comerciantes Unidos del Mercado Modelo –
ACUMM, contraviniéndose lo dispuesto por lo dispuesto en la Ley Nº 26569.
Lo expuesto en párrafos precedentes se resume de la siguiente manera:
el espíritu o fundamento de la Ley Nº 26569 es hacer propietario, preferentemente, a los actuales conductores del mercado, y no a una asociación u otra persona jurídica. De verificarse esto último, la ley impone
la sanción más drástica de los actos jurídicos, a saber, la nulidad.
En este punto, citamos el artículo 17º del Reglamento de la Ley Nº 26569:
“(…) las secciones de los mercados pasen a dominio
exclusivo de diferentes propietarios y además, estos resulten
ser dueños de áreas de dominio común, la edificación o el
local del mercado que corresponda, quedará comprendido
dentro del régimen de Propiedad Horizontal (…).” (Subrayado
nuestro)
Como podrá apreciar el Colegiado Supremo, la actora teniendo interés
y legitimidad para obrar y encontrando sustento legal, demanda la nulidad del
acto jurídico contenido en la escritura pública de fecha 22 de junio de 2001
celebrado entre la Asociación de Comerciantes Unidos del Mercado Modelo -
ACUMM y Municipalidad Provincial de Tambopata, por el cual éste último
transfiere en propiedad la totalidad del mercado modelo a una persona jurídica,
vale decir, a la mencionada asociación y no a los actuales conductores de los
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puestos del mercado, violando el derecho de preferencia de la demandante,
establecido en el artículo 1º de la Ley Nº 26569. Evidentemente se ha
contravenido el espíritu normativo de la dicha ley, por tanto, debe declararse la
nulidad de la escritura pública de fecha 22 de junio de 2001, de acuerdo al
inciso 7 del artículo 219º del Código Civil.
Ahora bien, en las siguientes líneas pasaré a demostrar el razonamiento
absurdo de la Sala Mixta en el cual interpreta erróneamente el artículo 1° de la
Ley 26569. En efecto, el considerando sexto de la sentencia de vista señala lo
siguiente:
“(…) que la demandante era socia de dicha asociación y que ha venido cancelando letras o cuotas de pago por concepto de privatización, esto es, que la actora junto a
otros socios ha venido pagando un concepto para la adquisición de la totalidad del predio de fecha 22 de junio de 2001 adquirido por la Asociación de Comerciantes Unidos a la Municipalidad Provincial de Tambopata, que
por tanto al haber optado por pagar la adquisición del predio en dichas condiciones es indudable que se ha
sujetado a las reglas internas de dicha asociación de la cual
fue socia.” (Subrayado nuestro)
Apréciese el absurdo razonamiento de los magistrados de la Sala
Mixta. Nadie en su sano juicio cancela letras o cuotas para que una tercera
persona (en nuestro caso, una asociación) adquiera la propiedad de un
inmueble. De cumplirse este supuesto, aquel que viene cancelando las letras o
cuotas se priva de gozar plenamente las facultades inherentes al derecho de
propiedad, reconocidos en nuestra Constitución y en nuestro ordenamiento
jurídico civil y comercial. En efecto, esta persona no podría acceder a créditos
bancarios, afectar dichos bienes y otras operaciones comerciales y financieras
que ofrece nuestro sistema; por el simple hecho de que el bien (que se ha
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cancelado con dinero de quien paga) estaría inscrito a nombre de una tercera
persona. Por ende, la conclusión a la que arriba la Sala Mixta es irrisoria, y a
todas luces contraviene lo dispuesto por la Ley Nº 26569, debido a que este texto normativo, reiteramos, sanciona bajo nulidad, que la transferencia de los puestos sea en primera oferta (obligatoriamente), a los actuales conductores de los puestos de los mercados, y no a una asociación u otra persona jurídica. He ahí, que se concluye que la Sala Mixta incurre en infracción normativa por interpretación errónea de una norma material.
Por si no fuera poco, aunado a lo anteriormente expuesto, pasaremos a
demostrar que la Sala Mixta incurre nuevamente en razonamiento absurdo al
momento de analizar el procedimiento para ejercer el derecho preferente de
opción de compra a favor de los conductores de los puestos del mercado.
En efecto, la misma Ley Nº 26569 establece el procedimiento a seguir
para el mecanismo de privatización y ejercer el derecho preferente de opción
de compra. En su artículo 3º de la mencionada ley señala que se ejercerá la opción de compra a partir de la notificación que remitiera la entidad responsable del proceso de privatización. Este dispositivo normativo
interpretado conjuntamente con el artículo 1º de la misma ley, se concluye que
dicha notificación o comunicación es una formalidad Ad solemnitatem del
procedimiento de privatización para el correcto ejercicio de opción de compra a
favor de los conductores de los puestos del mercado. De incumplirse con esta
formalidad, todo el proceso de privatización se sanciona con nulidad.
Pero es el caso que la sentencia de vista, objeto del presente recurso
extraordinario de casación, señala lo siguiente:
“4. En referencia al procedimiento para la eventual venta del
inmueble precitado por la Municipalidad Provincial de Tambopata a
favor de cualquier tercero, estableció el artículo 1 de la Ley
Nro.26569 un derecho de preferencia u opción de compra a
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favor de los conductores del inmueble que soliciten la misma,
por lo que esta opción de compra (en realidad derecho del conductor del inmueble) frente a la posibilidad de venta del
predio por su titular, se sujetaba a ser ejercida dentro de un plazo
de treinta días a tenor de lo señalado en el artículo 3 de la citada
norma, por ende el eventual comprador debería sujetarse al precio
a ser fijado por el Consejo Nacional de Tasaciones para ser
pagado en un máximo de sesenta meses.” (Subrayado nuestro)
Fíjese como la sentencia de vista considera la opción de compra a favor
de los conductores de los puestos del mercado modelo; no obstante, en el
considerando séptimo erróneamente señala lo siguiente:
“(…) al sostener la demandante que no se le comunicó la opción de
compra del citado inmueble (posiblemente se refiere al puesto o parte del inmueble), en nada ha perjudicado su derecho de
adquisición del puesto de venta, pues aún sin la mencionada comunicación formal, el acto de preferencia para la compraventa logró sus fines, ya que en la fecha del acto jurídico
la demandante (antes conductora) era socia indiscutible.”
(Subrayado nuestro).
En principio, la comunicación que hace referencia la demandante, se
refiere, obviamente, a la notificación para ejercer el derecho de preferencia de
opción de compra (textualmente lo señala la Ley Nº 26569), por tanto, no tiene
sustento que la Sala Mixta tenga dudas al respecto cuando señala “(…) al
sostener la demandante que no se le comunicó la opción de compra del citado
inmueble (posiblemente se refiere al puesto o parte del inmueble) (…)”.
En segundo lugar, del texto citado se aprecia que la Sala Mixta (de igual manera el órgano jurisdiccional de primera instancia) ha recurrido a la teoría de los actos propios. En efecto, la Sala Mixta considera que al
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momento de otorgarse la escritura pública de fecha 22 de junio de 2001, la
demandante era socia indiscutible de la Asociación de Comerciantes Unidos
del Mercado Modelo – ACUMM, es decir, tenía pleno conocimiento de las
negociaciones y actividades que realizaba la referida asociación, y por tanto,
mal haría la demandante en desconocer dichos actos.
Seguidamente, aplicando dicha teoría, la Sala Mixta llega a la siguiente
conclusión: es innecesaria la comunicación o notificación para ejercer el derecho preferente de opción de compra cuando se verifica que el beneficiado es socio o miembro de la entidad responsable de la privatización del mercado. Totalmente absurdo.
Al respecto, cabe hacer las siguientes interrogantes:
1.- ¿es correcto que en el presente caso la Sala Mixta recurra a la teoría
de actos propios? Creemos que no, dado que el acto que se sanciona con
nulidad no se aplica la teoría de actos propios, por ser justamente la ley quien
sanciona con nulidad cuando se vulnera lo dispuesto en su contenido
normativo, esto es, que la primera oferta debió realizarse de manera necesaria,
obligatoria e ineludiblemente a los conductores de los puestos del mercado, y
no a una asociación u otra persona jurídica. Por tanto, cuando la Sala Mixta
recurre a la teoría de los actos propios, vulnera flagrantemente el derecho
preferencial de los conductores de los puestos del mercado. Dicho sea de
paso, esta teoría no ha sido alegada por ninguna de las partes procesales, por
lo que su aplicación deviene en arbitraria toda vez que no ha sido invocado por
los codemandados.
2.- ¿En aplicación de dicha teoría, es correcto afirmar que cuando el
conductor de un puesto del mercado es asociado o miembro de la entidad
responsable del proceso de privatización, debe prescindirse de la comunicación
o notificación que hiciera referencia el artículo 3º de la Ley Nº 26569?
Definitivamente no, pues como señaláramos líneas arriba, dicha comunicación o notificación es una formalidad Ad solemnitatem para la validez del acto de transferencia o privatización de los puestos a favor de
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los conductores. No se puede concluir que por ser socio o miembro de la
entidad responsable del proceso de privatización del mercado se omita la
notificación o comunicación que hiciera referencia el artículo 3 de la Ley Nº
26569, de lo contrario ¿desde cuándo se contabiliza el plazo de 30 días que
señala el mismo dispositivo normativo?
Nuevamente, la Sala Mixta incurre en infracción normativa al interpretar
erróneamente el artículo 3º de la Ley 26569, pues como señalamos, dicha
notificación o comunicación es una de formalidad Ad solemnitatem, y su
incumplimiento deviene en nulo todo el proceso de privatización.
A manera de conclusión de este apartado, reiteramos que el espíritu de la
ley Nº 26569 es que los conductores de los puestos del mercado adquieran
preferentemente la propiedad de los mismos (y no hacer propietario a una
persona jurídica); y para garantizar esta finalidad, la ley sanciona con nulidad
cuando no se ha previsto la formalidad requerida para el ejercicio del derecho
preferente de opción de compra a favor de los conductores del puesto, esto es,
la comunicación o notificación que hace referencia el artículo 3º de la Ley Nº
26569. De incumplirse con lo dispuesto por la citada ley (como ha sucedido en
el presente caso), todo el proceso de privatización deviene en nulo. Además,
en el presente caso, la Sala Mixta indebidamente recurre a la teoría de los actos propios, dado que el acto jurídico que se pretende su nulidad no se aplica dicha teoría, por ser justamente la ley quien sanciona con nulidad de no
cumplirse con lo dispuesto en su contenido normativo.
2.1.2. Habiendo concluido que todo el proceso de privatización se encuentra incursa en una causal de nulidad absoluta, la Sala Mixta ha inaplicado el:
- “Inciso 7 del artículo 219 del Código Civil.- El acto jurídico es nulo:
(…)
7. Cuando la ley lo declare nulo”
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Previamente, cabe señalar que en la demanda interpuesta se señaló que
el acto jurídico contenido en la escritura pública de fecha 22 de junio de 2001
celebrado entre los codemandados, se afectó y desconoció lo establecido en el
artículo 1º y 3º de la Ley Nº 26569, por tanto todo el proceso de privatización se
encuentra afectada de nulidad absoluta encuadrándose dicha figura en la
causal establecida en el numeral 7) del artículo 219 del Código Civil.
No obstante, como podrá apreciar el Colegiado Supremo, en la
sentencia de vista de fecha 21 de setiembre de 2015, omite pronunciarse al
respecto (de igual manera lo hace la sentencia de primera instancia), pese a
que se ha acreditado que todo el proceso de privatización se encuentra viciada
con una causal de nulidad absoluta.
Al respecto, haciendo un comentario de la causal de nulidad contenida
en el inciso 7 del artículo 219 del Código Civil, doctrina autorizada señala lo
siguiente:
“El inciso bajo comentario (se refiere al numeral 7) del
artículo 219 del Código Civil) le reserva al legislador la
posibilidad de sancionar directamente con nulidad al negocio
que presente alguna "disconformidad". Aun cuando el
legislador puede emplear la herramienta otorgada por este
inciso para no dejar duda de que ciertos negocios deben ser
considerados nulos, la lógica indica que dicha herramienta
debe ser utilizada para declarar nulos a determinados
negocios que estén afectados por "anomalías" distintas de
las descritas en los demás incisos del artículo 219 del
Código Civil.”2
2 Comentario de Freddy Escobar Rozas, en “Código Civil Comentado” – Tomo I (Título Preliminar, Derecho de las personas y Acto jurídico)
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En efecto, el legislador puede imponer la sanción de nulidad de actos
jurídicos cuando considere que existe alguna disconformidad o anomalía en la
celebración de dichos actos. En el presente caso, la disconformidad o anomalía
se configura cuando se vulnera lo dispuesto en el artículo 1° de la Ley N°
26569 y cuando no se cumple con las formalidades requeridas para el ejercicio
del derecho preferente que le corresponde a los conductores de los puestos del
mercado, por tanto, el legislador ha dispuesto sancionar con nulidad dicho acto
jurídico, debiendo declararse como tal de acuerdo a la norma material que ha
inaplicado la Sala Mixta.
A manera de conclusión de este apartado, reiteramos en el presente caso
no aplica la teoría de los actos propios (como indebidamente incurre la
sentencia de vista), dado que el propio legislador a dispuesto sancionar con
nulidad aquellos actos jurídicos que contravengan lo dispuesto en los artículos
1° y 3° de la Ley N° 26569; en otras palabras, la escritura pública de fecha 22
de junio de 2001 realizó la primera oferta de los puestos a una asociación y no
a los conductores de los puestos del mercado (vulnerándose el derecho
preferente de opción de compra), por tanto, dicho escritura pública es nula y a
la cual no se le aplica la teoría de actos propios, como erróneamente ha
concluido la Sala Mixta y el juzgado de origen.
2.2. “Contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso”.
Las normas que garantizan el derecho a un debido proceso que la Sala
Mixta ha contravenido son:
- El artículo 130° inciso 5 de la Constitución Política del Estado: “Son
principios y derechos de la función jurisdiccional: (…) 5. La
motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las
instancias, excepto los decretos de mero trámite, con mención
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expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se
sustentan”.
- El artículo 12° de la Ley Orgánica del Poder Judicial: “Todas las
resoluciones, con exclusión de las de mero trámite, son motivadas,
bajo responsabilidad, con expresión de los fundamentos en que se
sustentan. Esta disposición alcanza a los órganos jurisdiccionales de
segunda instancia que absuelven el grado, en cuyo caso, la
reproducción de los fundamentos de la resolución recurrida, no
constituye motivación suficiente”.
- El Artículo 50° inciso 6 del Código Procesal Civil: “Son deberes de
los Jueces en el proceso: 6. Fundamentar los autos y las sentencias,
respetando los principios de jerarquía de las normas y el de
congruencia”.
- El artículo 122 incisos 3 y 4 del Código Procesal Civil: “Las
resoluciones contienen: 3. La mención sucesiva de los puntos sobre
los que versa la resolución con las consideraciones, en orden
numérico correlativo, de los fundamentos de hecho que sustentan la
decisión, y los respectivos de derecho con la cita de la norma o
normas aplicables en cada punto, según el mérito de lo actuado; 4.
La expresión clara y precisa de lo que se decide u ordena, respecto
de todos los puntos controvertidos. Si el Juez denegase una petición
por falta de algún requisito o por una cita errónea de la norma
aplicable a su criterio, deberá en forma expresa indicar el requisito
faltante y la norma correspondiente”.
- El artículo 50 inciso 6 del Código Procesal Civil: “Son deberes de los
Jueces en el proceso: 6. Fundamentar los autos y las sentencias,
bajo sanción de nulidad, respetando los principios de jerarquía de las
normas y el de congruencia”.
Las normas legales antes citadas (específicamente el art. 130° inciso 5
de la C.P.; art. 12° de la L. O del PJ; y, art. 50° inc, 6, art. 122 incs. 3 y 4 y art.
50 inc. 6 del CPC) están referidas a la obligación del órgano jurisdiccional de
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MOTIVAR sus resoluciones. “La motivación de las resoluciones judiciales
constituye un elemento del debido proceso y además se ha considerado como
principio y derecho de la función jurisdiccional. Cumple esencialmente dos
funciones, endoprocesal y extraprocesal. La primera tiene lugar al interior del
proceso respecto de las partes, terceros legitimados y de los propios órganos
jurisdiccionales. La segunda función extraprocesal tiene lugar en el ámbito
externo del proceso y está dirigida al control del comportamiento funcional de
los órganos jurisdiccionales. La motivación puede ser suficiente, insuficiente o
aparente, así como puede existir ausencia de la misma” (CAS. N° 4872-06-
LIMA). Si la motivación es insuficiente, aparente, o carece de la misma, se
contrapone al principio de la debida motivación legal.
Asimismo, reiterada jurisprudencia constitucional ha señalado que la
motivación de las sentencias debe ser: i) suficiente (se refiere, básicamente, al
mínimo de motivación exigible atendiendo a las razones de hecho o de derecho
indispensables para asumir que la decisión está debidamente motivada); ii)
congruente (el derecho a la debida motivación de las resoluciones obliga a los
órganos judiciales a resolver las pretensiones de las partes de manera
congruente con los términos en que vengan planteadas, sin cometer, por lo
tanto, desviaciones que supongan modificación o alteración del debate
procesal (incongruencia activa). Desde luego, no cualquier nivel en que se
produzca tal incumplimiento genera de inmediato la posibilidad de su control. El
incumplimiento total de dicha obligación, es decir, el dejar incontestadas las
pretensiones, o el desviar la decisión del marco del debate judicial generando
indefensión, constituye vulneración del derecho a la tutela judicial y también del
derecho a la motivación de la sentencia (incongruencia omisiva); iii) fáctica (determinar las circunstancias fácticas que permiten llegar a una conclusión,
esto es, que se identifiquen debidamente las razones o justificaciones en la que
se sustentarían las premisas y su conclusión. Debiéndose dar a conocer las
razones que sustentan dichas premisas fácticas); iv) normativa (Se refiere al
sustento jurídico de las conclusiones de la sentencia); v) contener motivación interna (la falta de motivación interna se presenta en una doble dimensión; por
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un lado, cuando existe invalidez de una inferencia a partir de las premisas que
establece previamente el Juez en su decisión; y, por otro lado, cuando existe
incoherencia narrativa, que a la postre se presenta como un discurso
absolutamente confuso incapaz de transmitir, de modo coherente, las razones
en las que se apoya la decisión); y, vi) motivación externa (se refiere a la
justificación de la premisas. Controla la motivación interna en el sentido que el
razonamiento lógico jurídico tiene que respetar los parámetros
constitucionales).3
Ahora bien, la denuncia contra la sentencia de vista de fecha 21 de
setiembre de 2015, está referida a la contravención de las normas que
garantizan el debido proceso, por contravenir los elementos característicos de
una sentencia debidamente motivada, y que fuera señalado en el párrafo
precedente.
Para un mejor entendimiento de esta denuncia, debemos señalar que el
presente proceso de nulidad de escritura pública ha presentado vicios de
nulidad que ha merituado que en un primer momento fuese declarado nula la
sentencia de primera instancia de fecha 22 de julio del 2010.
En efecto, en un primer momento el órgano jurisdiccional emitió la
sentencia contenida en la Resolución Nº 23 de fecha 22 de julio de 2010 que
declaro infundada la demanda; la misma fue objeto de impugnación vía recurso
de apelación interpuesto por la demandante, siendo que el superior jerárquico
mediante Resolución Nº 27 de fecha 17 de enero de 2011 (en adelante primera
sentencia de vista) declaró nula la sentencia de primera instancia y se ordenó
que el juzgado de origen emita nueva sentencia atendiendo los considerandos
de la primera sentencia de vista.
3 Sentencia del Tribunal Constitucional, EXP. N.° 00728-2008-PHC/TC, sobre el recurso de agravio constitucional interpuesto por Giuliana Flor de María Llamoja Hilares contra la sentencia expedida por la Primera Sala Penal para Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima.
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En la parte pertinente del considerando quinto de la primera sentencia
de vista, la Sala Mixta conformada por los Magistrados Loayza Torreblanca, Rodas Huamani y Pichihua Torres advierten que la sentencia de primera
instancia contiene una motivación aparente; y como tal, la misma debe ser
declarada nula.
Asimismo, en el considerando sexto de la primera sentencia de vista se
aprecia que la Sala Mixta advierte errores en la ortografía y redacción de la
sentencia de primera instancia y que estos deben ser subsanados:
“SEXTO.- De autos se desprende que el señor Magistrado de
primera instancia no fundamentó válidamente su sentencia, tan
solamente se ha limitado en hacer mención muy limitadamente
en su considerando sexto (ultimo parte) y séptimo para
finalmente llegar a dictar la resolución final materia de
cuestionamiento, en su considerando sexto refiere “ QUE LA
DEMANDANTE MAL PRODRIA ALEGAR
DESCONOCIMIENTO DE LAS NEGOCIACIONES
REALIZADAS POR LA ASOCIACIÓN, MAXIME SI DEL
COMUNICADO DESVINCULACIÓN TOTAL DE “ACUMM”,
QUE OBRA A FOLIO CIENTO VEINTICUATRO Y SIGUIENTE,
SE DESPRENDE PLANO (quiso decir pleno) CONOCIMIENTO DE LAS ACTIVIDADES DESARROLLADAS
POR LA ASOCIACIÓN, ASI DE LAS NORMAS LEGALES
PERTINENTE PARA LA OBTENCIÓN DE LOS FINES
PERSEGUIDOS POR LOS INTEGRANTES DE LA
ASOCIACIÓN. De la misma forma en su considerando séptimo
textualmente consigna “QUE ESTANDO AL CONSIDERANDO
PRECEDENTE LA DEMANDADA (debió decir demandante) PUDO HABER SOLICITADO SU DERECHO PREFERENTE
DE PRIMERA OFERTA DE VENTA, SIENDO ESTE ACTO
INDEPENDIENTE A LA VOLUNTAD DE LOS DEMANDADOS,
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POR LO QUE SIENDO ASÍ NO SE OBSERVA CAUSAL
ALGUNA DE NULIDAD, DEBIENDO DESESTIMARSE LA
DEMANDA”; evidente error del señor Juez, por cuanto estos párrafos no pueden ser fundamento valido para emitir una resolución final que pone fin a una instancia dentro del proceso ya que no contiene una debida motivación o argumentación fáctica y normativa; por lo
mismo se ha vulnerado lo establecido en el artículo 139 inciso
5 de la Constitución Política del Perú.” (Subrayado nuestro).
El fin por el cual trascribo literalmente el considerando sexto de la
primera sentencia de vista, es para que el Colegiado Supremo aprecie que en
dicha sentencia, la Sala Mixta advirtió errores de ortografía y redacción en el
sentencia de primera instancia, los cuales debieron subsanarse en la siguiente
sentencia de primera instancia, sin perjuicio de que en esta nueva oportunidad
motive debidamente la nueva sentencia.
Pero es el caso que la nueva sentencia que emitió el órgano jurisdiccional de primera instancia es un calco y copia del mismo contenido de su primera sentencia. Es decir, la sentencia contenida en la Resolución Nº 43 de fecha 23 de marzo de 2015, es idéntica a la primera sentencia contenida en la Resolución Nº 23 de fecha 22 de julio de 2010. Incluso con los mismos errores de redacción y de ortografía. Por tanto, se concluye aquí, que el juez de primera instancia hizo caso omiso a lo ordenado por la Sala Mixta.
No obstante, lo más absurdo de la manera en cómo se desarrolló este
proceso y se afectó gravemente los derechos fundamentales de la
demandante, es que la Sala Mixta conformada ahora por los Magistrados
Navinta Huamani, Luque Mamani y Loayza Torreblanca (este último Magistrado integró la Sala Mixta anterior) confirmó la sentencia emitida en
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segunda oportunidad por el juez de primera instancia; a pesar de haber
realizado objeciones en la primera oportunidad.
Como podrá apreciar el Colegiado Supremo, la Sala Mixta ha confirmado
una sentencia que en un primer momento declaro nula (por presentar
motivación aparente) y que en una segunda oportunidad, sorprendentemente,
confirmo los mismos argumentos de la sentencia anulada. Esta sentencia confirmatoria de la Sala Mixta es la que es objeto del presente recurso extraordinario de casación, de la cual solicitamos su nulidad y revocatoria, por contravenir evidentemente las normas que garantizan el derecho al debido proceso.
De igual forma, cabe señalar que la primera sentencia de vista al advertir
los vicios de la primera sentencia de primera instancia, realizó objeciones que
debieron ser motivados en la nueva sentencia de primera instancia de fecha 23
de marzo de 2015; no obstante, como señaláramos en los párrafos
precedentes, el órgano jurisdiccional de primera instancia hizo caso omiso a lo
ordenado por la Sala Mixta. En efecto, la primera sentencia de vista en su
considerando séptimo señaló lo siguiente:
“SEPTIMO.- Siendo así, el Magistrado de inferior jerarquía
previamente tendrá que motivar su resolución, en cuanto se
refiere en el extremo de que si la demandante participo o no como asociado en la Asociación de Comerciantes
Unidos del Mercado Modelo de Puerto Maldonado para
realizar el acto jurídico de trasferencia del inmueble (mercado
modelo), igualmente se cumplió o no con lo establecido por el artículo 1 de la Ley 26569 y demás normas que es de aplicación al caso concreto que establecen los mecanismos aplicables a la trasferencia de puestos y
demás establecimientos y/o servicios de los mercados
públicos de propiedad de los municipios, de la misma forma si
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la demandante tenía conocimiento o no de esta compraventa y si asistió las diversas reuniones en las que se acordó la venta en su conjunto del mercado modelo de esta ciudad por parte del Municipio y demás ítems
fijados en los puntos controvertidos, de tal forma se puede
llegar a la convicción de emitir una sentencia conforme a
derecho y debidamente motivada o fundamentada sin que
exista en ello una motivación aparente (…)” (Subrayado
nuestro).
Estas objeciones realizadas por la Sala Mixta no fueron motivadas en la
nueva sentencia de primera instancia; sin embargo, como ya precisamos líneas
arriba, sorprendentemente, la Sala Mixta conformada ahora por los
Magistrados Navinta Huamani, Luque Mamani y Loayza Torreblanca (este
último Magistrado integró la Sala Mixta anterior) confirmó los mismos
argumentos de la sentencia anulada. Esta sentencia confirmatoria de la Sala
Mixta es la que es objeto del presente recurso extraordinario de casación, de la
cual solicitamos su nulidad y revocatoria.
Aun así, esta sentencia de vista confirmatoria y que es objeto del presente
recurso de casación, no ha resuelto íntegramente las objeciones que hiciese en
la primera sentencia de vista, siendo que tampoco ha existido pronunciamiento
alguno en la segunda sentencia de primera instancia de fecha 22 de marzo de
2015.
Para citar ejemplos de esta última afirmación, ni la segunda sentencia de primera instancia ni mucho menos la sentencia de vista de fecha 21 de setiembre de 2015, ha motivado debidamente si se cumplió o no con lo establecido por el artículo 1 de la Ley 26569; o si la demandante tenía conocimiento o no de la compraventa y si asistió o no a las diversas reuniones de la asociación.
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Por ende, se concluye que la sentencia de vista de fecha 21 de setiembre
de 2015 no contiene una debida motivación o argumentación fáctica y
normativa, debido a que dicha sentencia no ha determinado las circunstancias
fácticas, estos es, que se identifiquen debidamente las razones o justificaciones
que permitan llegar a una conclusión, y que ésta a su vez, mantenga sustento
jurídico.
Nótese, por tanto, como la Sala Mixta ha contravenido flagrantemente las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso.
3. “Que se demuestre la incidencia directa de la infracción sobre la decisión impugnada”.
La infracción normativa denunciada consiste en la interpretación errónea
de los artículos 1º y 3º de la Ley Nº 26569; e inaplicación del artículo 219°
inciso 7 del Código Civil; y, en la contravención de las normas que garantizan el
derecho a un debido proceso, como son el art. 130° inc. 5 de la Constitución
Política, art. 12° de la Ley Orgánica del Poder Judicial, artículo 50° inc. 6 del
Código Procesal Civil; tienen incidencia directa sobre lo resuelto por la Sala
Mixta en la resolución materia del presente recurso, ya que en el supuesto que
hubiera aplicado debidamente la normativa indicada, la resolución expedida
hubiera sido una que se ajuste a las disposiciones normativas vigentes y con la
motivación suficiente, por lo que se hubiera revocado la sentencia de primera
instancia que declara INFUNDADA la demanda.
4. “Que se indique si el pedido casatorio es anulatorio o revocatorio”.
El presente pedido casatorio es para que se declare, pedido principal LA NULIDAD de la Sentencia de Vista impugnada; y subordinadamente la
REVOCATORIA, de la misma; y resuelva revocar la sentencia de primera
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instancia que declara infundada la demanda con expresa condena de costos y costas.
POR TANTO:
A la Sala Mixta, solicito se sirva conceder el presente recurso de casación y
elevar el expediente a la Corte Suprema de Justicia de la República para que,
en sede casatoria, CASE la sentencia impugnada en la forma solicitada, por ser
de justicia.
PRIMER OTROSÍ DIGO: Que, acompaño copia de la cédula de notificación de
la resolución impugnada y de la expedida en primer grado, certificada con sello,
firma y huella digital, por el abogado que autoriza el recurso.
SEGUNDO OTROSÍ DIGO: Que, adjunto al presente escrito el arancel judicial
correspondiente por concepto del recurso de casación y de cédulas de
notificación suficientes.
Puerto Maldonado, 22 de octubre del 2015.
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