Casación Nº 39661 Luis Alfonso Chacón Lemos
República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Proceso N° 39661
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA DE CASACIÓN PENAL
Magistrado Ponente:
EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER
Aprobado Acta Nº 343
Bogotá, dieciséis (16) de octubre de dos mil trece (2013)
MOTIVO DE LA PROVIDENCIA
Decide la Sala el recurso de casación propuesto por el apoderado del
Tercero Civilmente responsable, Empresa de Energía del Pacífico
S.A., EPSA E.S.P., contra el fallo del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Buga (Sala de Descongestión), que confirmó el emitido en el
Juzgado Cuarto Penal del Circuito (Adjunto) de Palmira (Valle),
mediante el cual fue condenado LUIS ALFONSO CHACÓN LEMOS
como autor responsable de homicidio en modalidad culposa.
SÍNTESIS FÁCTICA Y PROCESAL
1. Los hechos que dieron origen a la presente actuación se
encuentran sintetizados en la providencia censurada así:
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“El 25 de febrero de 2005, aproximadamente a las 14:00 horas, en la vía
Palmira – Buga, a la altura del Km 36 + 500 mts, colisionaron los
vehículos marca Chevrolet Vitara, tipo campero, modelo 2002, de placas
CKD 821, color blanco, conducido por LUIS ALFONSO CHACÓN
LEMOS, quien invadió el carril del vehículo marca Chevrolet, tipo
camioneta, modelo 2000, de placas SDW 151, color rojo, conducido por
Jorge Eliécer Espinosa Ortiz, quien llevaba como pasajero a José
[Francisco] Guevara Figueroa, ciudadano que falleció en el lugar de los
hechos, al volcarse el vehículo en el que se movilizaba, por show
neurogénico [causado] por trauma cráneo encefálico severo”1.
2. Dispuesta la apertura formal de la investigación, y una vez
vinculados a la misma Jorge Eliecer Espinosa Ortiz y LUIS ALFONSO
CHACÓN LEMOS mediante indagatoria, el 11 de octubre de 2006 la
Fiscalía General de la Nación dictó a favor del primero preclusión de
la investigación, y contra el segundo resolución de acusación como
autor del delito de homicidio culposo, previsto en el artículo 109 del
Código Penal, decisión que con ocasión del recurso de apelación
interpuesto por el defensor del último de los nombrados, fue
confirmada el 5 de noviembre de 2008 por la Unidad de Fiscalía
Delegada ante el Tribunal Superior de Cali (Valle)2.
3. En la fase instructiva, la progenitora del fallecido, la esposa de éste
y sus tres hijos, mediante abogado, se constituyeron en Parte Civil,
condición reconocida en providencia de 5 de abril de 2005, en la que
también se vinculó como Tercero Civilmente Responsable a la
empresa SURETING S.A., como propietaria del automotor con el que
el acusado ocasionó el accidente cuando laboraba como operario de
la Empresa de Energía del Pacífico S.A., EPSA E.S.P., la cual
también fue legalmente vinculada el 7 de junio siguiente, de acuerdo
1 Cuaderno del Tribunal, folios 5 y 6.
2 Cuaderno # 1, folios 1, 85-90, y 93-100. Cuaderno # 2, folios 247-258 y 292-325.
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con el llamamiento en garantía propuesto por el Tercero Civilmente
Responsable3.
A su turno la Empresa de Energía del Pacífico S.A., EPSA E.S.P.,
llamó en garantía a las compañías aseguradoras SURAMERICANA DE
SEGUROS S.A., y GENERALI COLOMBIA SEGUROS GENERALES S.A.,
y la apoderada de la Parte Civil presentó luego escritos reformando
su inicial demanda en cuanto a los perjuicios y propendiendo por la
vinculación en calidad de Tercero Civilmente Responsable de la
empresa arriba citada, pretensiones todas resueltas el 27 de julio de
2005 en el sentido de aceptar tales solicitudes, para posteriormente,
el 16 de julio de 2010, acceder a la desvinculación de la segunda
compañía aseguradora llamada en garantía, ante el desistimiento
expresado por la interesada4.
4. La etapa de la causa se inició en el Juzgado Cuarto Penal del
Circuito de Palmira (Valle), cuya titular una vez culminado el debate oral
y público en sesión de 18 de agosto de 2010, casi un año después, el
6 de julio de 2011, se percató que no había practicado el dictamen
pericial para establecer los perjuicios materiales, decretado en la
audiencia preparatoria, razón por la que dispuso su realización
previamente a emitir el correspondiente fallo, y una vez obtenido el
concepto técnico, del que ordenó correr traslado a las partes5, el 20 de
octubre del mismo año el Juez Cuarto Penal del Circuito (Adjunto) de
Palmira, dictó sentencia en los siguientes términos6:
Condenó a LUIS ALFONSO CHACÓN LEMOS, en calidad de autor
responsable del delito atribuido en la acusación, a las penas
3 Cuaderno de la Parte Civil, folios 3-8, 25-28, 37-45, 69-72, 108-110 y 132-134.
4 Cuaderno de la Parte Civil, folios 135-136, 143, 144, 182-188, 201-203, 270, 271 y 274-277.
5 Cuaderno # 2, folios 375, 384, 385, 482-497, 502, 504-511, 517, 519 y 522-527.
6 Cuaderno # 2, folios 537-564.
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principales de dos (2) años de prisión, multa equivalente a veinte (20)
salarios mínimos mensuales legales vigentes, y privación del derecho
a conducir vehículos automotores por tres (3) años, así como a la
accesoria de ley por un lapso igual al de la sanción restrictiva de la
libertad.
Acogió el resultado de la pericia practicada luego del juicio, y de
conformidad con la misma condenó al procesado a pagar en forma
solidaria con la Empresa de Energía del Pacífico S.A., EPSA E.S.P.,
Tercero Civilmente Responsable, por concepto de los daños
materiales, la suma de ciento ochenta y nueve millones doscientos
cincuenta y un mil cuarenta y seis pesos ($ 189.251.046), distribuidos
en partes iguales entre Ana María Figueroa, Alba Lucy Ramírez
Figueroa, Viviana Marcela y Álvaro Fernando Guevara Ramírez, y
Ruth Mery Guevara Miramag, en su condición de progenitora,
esposa, e hijos del fallecido, en su orden.
A favor de los antes citados, en relación con los perjuicios morales, el
a-quo los tasó con base en la relación y parentesco para con la
víctima, y en tal virtud dispuso idéntico pago solidario en cuantía
equivalente a cien (100) salarios mínimos mensuales legales vigentes
para cada una de las dos primeras y de ciento cincuenta (150)
salarios mínimos mensuales legales vigentes a favor de cada uno de
los tres hijos arriba citados.
También condenó al procesado y al Tercero Civilmente Responsable
a pagar en forma solidaria a Javier Betancourt Ramírez la suma de
tres millones ochocientos mil pesos ($ 3‟800.000), por concepto de las
averías materiales que sufrió el vehículo de aquél (de placas VMT 226),
el cual en la fecha de los hechos éste conducía detrás del automotor
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en el que se transportaba la víctima, y al advertir la colisión, con el fin
de evitar hacer parte de la misma, maniobró el rodante, el cual se
volcó fuera de la vía, sin sufrir lesiones en su humanidad, aspecto
con base en el cual fue aceptado como Parte Civil7.
Finalmente, en el mismo pronunciamiento el a-quo otorgó al acusado
la suspensión condicional de la condena, ordenó la desvinculación de
SURETING S.A., como Tercero Civilmente Responsable, y puntualizó
que el llamado en garantía, esto es, SEGUROS GENERALES
SURAMERICANA S.A., respondería por las condenas civiles impuestas
conforme a los topes estipulados en la respectiva póliza.
5. De la expresada providencia apelaron los apoderados del llamado
en garantía, del Tercero Civilmente Responsable y el defensor del
enjuiciado, impugnación resuelta el 24 de abril de 2012 por la Sala
Dual de Descongestión del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Buga (Valle), en el sentido de confirmar integralmente la decisión
atacada, fallo de segundo grado contra el cual sólo el representante
judicial de la Empresa de Energía del Pacífico S.A., EPSA E.S.P.,
interpuso y sustentó por vía discrecional el recurso de casación, cuya
demanda fue declarada por la Sala formalmente ajustada y respecto
de la misma un delegado de la Procuraduría General de la Nación
rindió el concepto de rigor8.
LA DEMANDA
6. Propone el actor tres cargos sustentados de la siguiente forma:
7 Cuaderno de la Parte Civil, folios 239-251.
8 Cuaderno # 2, folios 563-565, 566-570 y 571 586. Cuaderno del Tribunal, folios 5-32, 45 y 53-54.
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6.1. Con base en el artículo 368, numeral 5 del Código de
Procedimiento Civil, y en armonía con el artículo 140, numeral 6 de
ese compendio normativo, el actor reclama la nulidad de lo actuado a
partir de la audiencia pública de juzgamiento.
Sostiene el recurrente que el vicio enervante por el que reclama el
correspondiente efecto, consistió en la práctica del dictamen pericial
con base en la cual se liquidaron los perjuicios materiales a las
víctimas, toda vez que ello ocurrió fuera de las oportunidades
legalmente previstas en el ordenamiento procesal penal, con
menoscabo del derecho de defensa y de contradicción de la prueba
inherentes al Tercero Civilmente Responsable, anomalía que fue
trascendente por cuanto sin la misma en el fallo de primera instancia,
confirmado por el de segundo grado, el juzgador no hubiese podido
hacer pronunciamiento por el señalado rubro.
6.2. Alega en segundo lugar, con fundamento en el artículo 368,
numeral 2º, del Código de Procedimiento Civil, la incongruencia entre
la pretensión de la Parte Civil en cuanto a los perjuicios morales
expresada en la demanda, y lo decidido acerca de ese aspecto en la
sentencia de primer grado, confirmada en segunda instancia, toda
vez que mientras el aludido sujeto procesal indicó reclamar una suma
igual a cuarenta millones de pesos ($40‟000.000) por cada uno de los
cinco familiares del occiso, lo cual arroja un monto de dos cientos
millones de pesos ($ 200‟000.000), solicitud reiterada en la audiencia
pública, en las providencias censuradas, los funcionarios liquidaron
tal pretensión en el equivalente total a seiscientos cincuenta (650)
salarios mínimos mensuales legales vigentes.
Advierte el recurrente que lo resuelto en las instancias en cuanto a la
susodicha pretensión de la Parte Civil, contraviene lo dispuesto en el
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artículo 305 del ordenamiento procesal civil, pues los juzgadores
produjeron un fallo ultra petita, toda vez que al hacer la conversión a
salarios mínimos de la época (de la demanda de casación - 6 de julio de
2012), la cuantía de la condena en perjuicios morales ascendió a
trescientos sesenta y ocho millones de pesos ($ 368‟000.000),
excediendo en ciento sesenta y ocho millones de pesos ($168‟000.000)
la expresa y reiterada solicitud de la parte interesada.
Con base en lo anterior solicita casar el fallo impugnado y en su lugar
proferir el de reemplazo ajustando la pretensión frente a los perjuicios
morales, a la cantidad demandada por la Parte Civil.
6.3. Por último de manera subsidiaria y con apoyo en el artículo 368,
numeral 1°, inciso segundo, del Código de Procedimiento Civil, el
actor denuncia la violación indirecta de la ley sustancial, a
consecuencia de un error de derecho en la valoración de una
específica prueba.
Básicamente el fundamento de este reproche estriba en la misma
circunstancia aducida en el primer cargo, en cuanto hace a la práctica
del dictamen que determinó el monto de los perjuicios materiales,
habida cuenta que la pericia la ordenó realizar el a-quo después de
concluida la audiencia pública de juzgamiento, y fue con base en ella
que condenó al procesado y al Tercero Civilmente Responsable al
pago solidario del aludido rubro, pese a que por la aludida
irregularidad la experticia era nula de pleno derecho.
Puntualiza el actor que las normas sustanciales vulneradas fueron los
artículos 29 de la Constitución Política, 97 de la Ley 599 de 2000 y 56
de la Ley 600 de 2000, de acuerdo con los cuales la condena por
perjuicios materiales es viable únicamente cuando se encuentren
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acreditados mediante prueba legal, regular y oportunamente
practicada, lo cual en el presente caso no ocurrió, motivo por el que
solicita casar la sentencia impugnada, y corregir el vicio en el sentido
de declarar no probada la respectiva pretensión y absolver al Tercero
Civilmente Responsable de los perjuicios materiales, ya que la Parte
Civil tenía la carga de la prueba en esa materia y no la cumplió.
CONCEPTO DE LA PROCURADURÍA
7. El agente del Ministerio Público, en lo referente a la primera
censura, asegura que a pesar de ser cierto que el dictamen acerca
de los perjuicios materiales fue practicado después de concluida la
audiencia pública, el equívoco de la réplica consiste en equiparar la
situación del Tercero Civilmente Responsable con la del procesado,
ya que para aquél, en tratándose de la acción civil, su actuación es
contenciosa, patrimonial y dispositiva.
Desde tal perspectiva sostiene el Delegado de la Procuraduría que el
Tercero Civilmente Responsable incumplió sus cargas procesales al
no objetar la prueba técnica en la oportunidad concedida para tal
efecto por el juzgador de primer grado cuando corrió traslado a las
partes del mismo, y por contera el irregular trámite de la prueba
técnica, habiendo cumplido los fines inherentes al mismo, no tiene la
trascendencia de viciar de nulidad la actuación como lo pretende el
impugnante, razón por la que advierte la improsperidad de la queja.
Con base en esos mismos razonamientos el Representante de la
Sociedad entiende respondido el cargo tercero, por la similitud de
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pretensiones, y en consecuencia también considera que ese
reproche no tiene posibilidad de éxito.
Frente a la segunda censura la opinión del Delegado de la
Procuraduría es que se debe casar el fallo atacado, ante la objetiva e
indiscutible estructuración del vicio alegado, pues en efecto el
juzgador de primer grado, avalado por el de segunda instancia, en
cuanto a los perjuicios morales reclamados por la Parte Civil, emitió
una sentencia incongruente con la pretensión que a ese respecto
formuló ese sujeto procesal.
CONSIDERACIONES DE LA CORTE
8. Estima la Sala necesario, antes de abordar la respuesta a los
cargos planteados en la demanda, examinar el interés jurídico de la
Empresa de Energía del Pacífico S.A., EPSA E.S.P., en su calidad de
Tercero Civilmente Responsable, para recurrir en casación la
sentencia de segunda instancia proferida por la Sala Dual de
Descongestión del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Buga.
Para tal propósito importa recordar que, conforme a reiteración
jurisprudencial9, que según el artículo 208 de la Ley 600 de 2000,
Código de Procedimiento Penal aplicable para el presente asunto, si
la casación tiene como objeto lo atinente a la indemnización de
perjuicios, como sucede en este caso, tendrá que fundarse en las
causales y la cuantía que dispone el estatuto procesal civil, sin
consideración a la pena señalada para el delito.
9 Sentencia del 13 de junio de 2013, radicación Nº 40798.
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Al respecto, el artículo 366 del Código de Procedimiento Civil,
modificado por el artículo 1º de la Ley 592 de 2000, señala que la
casación procede “cuando el valor actual de la resolución desfavorable al
recurrente sea o exceda de cuatrocientos veinticinco (425) salarios mínimos
legales mensuales vigentes”.
Así mismo, la Sala ha indicado que el valor de la afectación
patrimonial susceptible de comparación con la norma es aquél que se
encuentra vigente al momento en el cual ha sido proferida la
sentencia de segunda instancia. De acuerdo con la Corte:
“[…] [L]a cuantía del interés para recurrir en casación se determina para la
fecha del fallo de segunda instancia, que es la decisión objeto de
impugnación extraordinaria, en tanto que allí se decide si se impone la
afectación patrimonial cuya cuantía habrá de determinar la viabilidad
jurídica de censurar el fallo en este puntual aspecto”10.
Y, por último, también ha precisado que, en los eventos en los cuales
hay varias víctimas, el interés para recurrir en razón de la cuantía
debe ser establecido en forma independiente en relación con cada
una de ellas. Es decir, no puede derivarse de la suma de las
condenas por perjuicios, incluso cuando el recurrente pretenda con el
recurso debatir la legalidad de todas aquéllas:
“De manera insistente esta Sala de Casación ha señalado, en torno al
tema de la cuantía del interés para recurrir cuando se trate de víctimas
múltiples, que se integra por los montos de las condenas en perjuicios
materiales y morales que por cada una se haya decretado, pero que es
equivocado sumar los perjuicios para tener ese resultado total como una
sola cuantía, pues tal forma de proceder pasa por alto que la pretensión de
cada víctima –o de sus legitimados– es individual y, por tanto, la condena
es de similar estirpe, no colectiva, aunque el llamado a sufragarlo sea una
10
Auto de 16 de junio de 2004, radicación 20625.
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sola persona, natural o jurídica”11.
8.1. Atendiendo lo anterior, el valor más alto de la resolución
desfavorable en cuanto a las víctimas que conforman la Parte Civil,
está determinado por la condena civil a favor de uno cualquiera de
los hijos del fallecido, a quienes por perjuicios materiales les fue
reconocida una suma equivalente a sesenta y seis coma setenta y
nueve (66,79) salarios mínimos mensuales legales vigentes12 y por
perjuicios morales ciento cincuenta (150) salarios mínimos mensuales
legales vigentes, lo cual arroja un total muy inferior al
condicionamiento del interés para recurrir para el Tercero Civilmente
Responsable.
Es más, si se observa el alcance de los cargos formulados en la
impugnación por ese sujeto procesal, es evidente que el actor
repudia la condena en perjuicios materiales para cada uno de los
familiares del occiso (66,79 smmlv) y lo que excedió la pretensión de la
Parte Civil en cuanto al daño moral, diferencia que equivale a setenta
y nueve coma cuarenta y un (79,41) salarios mínimos mensuales
legales vigentes13, lo cual arroja como valor más alto de la resolución
desfavorable una cantidad de apenas ciento cuarenta y seis coma
dos (146,2) salarios mínimos mensuales legales vigentes, monto
ostensiblemente inferior a la limitante del artículo 366 del Código de
Procedimiento Civil, modificado por el artículo 1º de la Ley 592 de
2000.
11
Auto de 12 de diciembre de 2012, radicación 39986. En este caso, el demandante era el defensor del
procesado y, a la vez, el apoderado del tercero civilmente responsable. En el mismo sentido, autos de
11 de diciembre de 2003, radicación 19058, y 26 de septiembre de 2007, radicación 27934, entre otros. 12
Cantidad que se obtiene al dividir por cinco el total de $ 189’251.046 reconocidos en general como
perjuicios materiales a los parientes de José Francisco Guevara Figueroa, y luego al resultado obtenido
se divide por $ 566.700, que ese el valor del salario mínimo mensual legales vigente para el momento
del fallo de segunda instancia, según Decreto 4919 de 2011. 13
Esta cifra se obtiene de convertir 150 smmlv., a pesos, al producto obtenido se le restan $
40’000.000 que es el valor de la pretensión individual en cuanto a perjuicios morales, y el resultado de
esa operación, que es de $ 45’005.000, se divide por el valor del salario mínimo mensual legal vigente.
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8.2. Consecuente con lo puntualizado en principio habría que concluir
que el actor en el presente asunto carece de interés para recurrir,
empero, como éste acudió a la casación por la vía discrecional,
aduciendo la violación de las garantías fundamentales de la parte que
representa, esto es, el Tercero Civilmente Responsable, tal
invocación, siempre que en efecto así se demuestre, le permite
acceder al mecanismo extraordinario, conforme así lo ha reconocido
la jurisprudencia, en los siguientes términos:
“Aunque nadie niega que el fundamento de la obligación de reparar
siempre es el mismo, a saber, el daño causado con el delito,
independientemente de que su reclamación se haga en el proceso civil o
en el penal, no puede desconocerse que la vinculación del tercero
civilmente responsable a éste último amplía sus opciones de
intervención, por lo menos en materia de casación, ante el abanico de
posibilidades que contempla el sistema, y de las cuales puede
beneficiarse en su condición de sujeto procesal […], pues de
conformidad con el artículo 141 de la Ley 600 de 2000 el tercero
civilmente responsable es titular de ‘los mismos derechos y facultades de
cualquier sujeto procesal’.
”Pero por encima de ese reconocimiento legal, existen otras razones de
orden constitucional que llevan a la Sala a prohijar ahora la tesis de que
el tercero civilmente responsable tiene pleno derecho para reclamar a
través de la vía de la casación excepcional la protección de sus garantías
fundamentales, y también desde luego, para solicitar por esa misma vía
la unificación o desarrollo de la jurisprudencia en temas propios de su
interés.
”Las garantías procesales, derivadas de los artículos 13 y 29 de la Carta
Política, obligan de manera directa y preferente, superponiéndose a las
disposiciones legales. Lo que significa que para hacer valer una garantía
fundamental, reivindicarla y exigir las sanciones pertinentes por su
violación, basta la fuerza de la eficacia directa del texto constitucional,
como bastión hermenéutico de las normas subordinadas, para cumplir el
cometido anunciado, cual es el de afianzar la justicia.
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”Expresado de otra manera, la posibilidad de examinar en sede
casacional una sentencia dictada en un juicio con hipotética violación de
las garantías fundamentales de uno de los sujetos procesales, no puede
quedar condicionada a un aspecto meramente formal cuando aquélla ha
sido planteada de manera clara, precisa y suficiente o resulta evidente a
los ojos de la Corte.
”En otras palabras, el factor cuantía en tales eventos, no puede
constituirse en licencia para el desconocimiento de principios, valores,
derechos y garantías propios del orden constitucional colombiano, entre
ellos, el debido proceso, la igualdad y el acceso a una adecuada
administración de justicia.
”La naturaleza misma de una de las razones fundamentales de la
casación por la vía excepcional, a saber, la protección de las garantías
fundamentales, hace que ella pueda configurarse en relación con
cualquier sujeto procesal, entre ellos, el tercero civilmente responsable,
independientemente del interés que le asista por razón de la cuantía. Por
lo tanto, no encuentra la Sala que exista un principio de razón suficiente
que justifique su exclusión para interponer el recurso cuando, sin reunir la
condición para acceder a la casación por la vía ordinaria, en los términos
del artículo 208 de la Ley 600 de 2000, lo alegue como necesario para la
protección de sus garantías fundamentales o el desarrollo de la
jurisprudencia.
”Nada más contrario a los fines de un Estado Social de Derecho que
admitir que, a pesar de que una persona fue condenada con violación de
sus garantías fundamentales, no pueda acceder a este mecanismo
excepcional de defensa judicial, creado precisamente para su protección,
sólo porque la cuantía de la condena impuesta no le alcanza para alegar
su interés jurídico.
”La Casación, ha señalado la Corte Constitucional, ‘no tiene como única
finalidad la de preservar el interés privado que cada una de las partes
procesales demanda de la administración de justicia, sino, además, el
interés supremo colectivo que tiene el Estado y la comunidad en la
conservación, respeto y garantía de la norma jurídica, con el fin de
asegurar, conforme al Preámbulo de la Constitución un marco de justicia
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material, efectiva, concreta y comprometida con el anhelo de orden y paz,
que le asiste como derecho, a todas las personas’14.
”Pero además, no puede obviarse por su vital importancia en la
sustentación de esta propuesta interpretativa, que en materia civil los
condenados con violación de sus garantías procesales, sin límites en la
cuantía o la naturaleza del asunto, tienen como mecanismo de defensa
judicial el recurso extraordinario de revisión, que de acuerdo con el
artículo 379 del Código de Procedimiento Civil procede ‘contra la
sentencias ejecutoriadas de la Corte Suprema, los tribunales superiores,
los jueces de circuito, municipales y de menores’, y cuyas causales
incluyen la protección al debido proceso, entre ellas, las determinadas en
los numerales 7º y 8º del artículo 380 ídem, del siguiente tenor:
”‘7. Estar el recurrente (en revisión) en alguno de los casos de indebida
representación o falta de notificación o emplazamiento contemplados en
el artículo 152, siempre que no haya saneado la nulidad.
”‘8. Existir nulidad originada en la sentencia que puso fin al proceso y que
no era susceptible de recurso’
”Precisamente, en consideración a la naturaleza de esas especiales
causales de revisión en el área civil, la Corte Constitucional en el fallo C-
269 de 1998, declaró inexequible el inciso final del artículo 379 del
Código de Procedimiento Civil que exceptuaba del recurso a las
sentencias dictadas por los jueces municipales en única instancia. Entre
otras reflexiones del juez constitucional, se destacan las siguientes por
ser pertinentes para el tema estudiado:
”‘(...) el restablecimiento de derechos y principios como los que busca
restituir el recurso de revisión, no pueden depender de la cuantía.
”‘Lo dicho hasta aquí, es aún más ostensible cuando ciertas causales,
como las contenidas en los numerales 7, 8, y 9 del artículo 380, (indebida
representación o falta de notificación o emplazamiento, la nulidad
originada en la sentencia que puso fin al proceso y de ser la sentencia
contraria a otra anterior que constituya cosa juzgada entre las partes del
proceso en que aquella fue dictada), no pueden ser alegadas en una
segunda instancia, porque, precisamente, estos procesos carecen de
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Corte Constitucional. Sentencia C-215 de mayo de 2.000. M.P. Antonio Barrera Carbonell.
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esta instancia procesal. No aceptar, entonces, la procedencia de este
recurso para los procesos de única instancia, sería contrario a la justicia
que inspira el Estado Social de Derecho.
”‘No existe, además, razón alguna que justifique razonablemente la
procedencia de este recurso en procesos de menor y mayor cuantía, y
excluirla para los de mínima cuantía.
”‘Así las cosas, la improcedencia del recurso extraordinario de revisión en
esta clase de procesos, donde el único factor determinante para negarla
es la cuantía, es contraria a derecho. El factor cuantía, en este caso, no
puede convertirse en patente de corso para el desconocimiento de
principios, valores, derechos y garantías propios de orden constitucional
colombiano, como la justicia, la igualdad y el acceso a una adecuada
administración de justicia. Vale la pena citar el siguiente fallo de esta
Corporación, donde se sostuvo lo siguiente:
”„...no hay duda que la distribución del trabajo al interior del aparato
judicial requiere de la adopción de criterios que, tanto horizontal como
verticalmente, aseguren el cumplimiento de la noble función que la Carta
le asigna. Ciertamente, la racionalización en la administración de justicia
obliga a la adopción de técnicas que aseguren prontitud y eficiencia y no
solo justicia en su dispensación. Para ello es razonable introducir el factor
cuantía como elemento determinante de la competencia, pero la cuantía
referida a un quantum objetivo (...). Pero del factor cuantía no se sigue
pues una autorización genérica para violar otras disposiciones
constitucionales, particularmente las más caras - los derechos y sus
garantías -.‟ (Subrayas fuera de texto) (Cfr. Corte Constitucional.
Sentencia C-345 de 1993. Magistrado ponente, doctor Alejandro
Martínez Caballero)‟.
”Por lo tanto, si los civilmente responsables demandados en un proceso
civil tienen un recurso de defensa para contrarrestar la eventual violación
de su derecho al debido proceso, después de dictada la sentencia de
segunda instancia, también lo deben tener los civilmente responsables
demandados en un proceso penal. Y como en esta última especialidad
no procede el recurso de revisión en los términos consagrados en la
legislación civil, debe abrírseles la puerta de la casación por la vía
discrecional, como mecanismo de defensa judicial en tales eventos,
activando así el principio de igualdad que irradia el sistema procesal.
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”Pero de otro lado, téngase en cuenta que la constitucionalización del
principio de prevalencia del derecho sustancial (artículo 228) se proyecta
sobre el ámbito de las regulaciones procesales para adecuarlas a la
defensa de la ley y de los derechos, y a la búsqueda de la vigencia de un
orden justo, objetivos supremos consagrados en la Carta Política.
”Por ello, la ley —artículo 216 del Código de Procedimiento Penal que
rige el caso— ha facultado a la Corte para casar de oficio los fallos
emitidos en procesos afectados de nulidad y aquellos donde sea
ostensible la vulneración de garantías fundamentales, facultad que por
supuesto y en razón del principio de igualdad, no se encuentra excluida
para el caso en que la situación generadora de la nulidad o la violación
de la garantía fundamental afecte al tercero civilmente responsable.
”En tales casos, la competencia ilimitada de la Corte le permitirá casar el
fallo impugnado, aún sin la necesidad de que el interesado solicite la
admisión de la casación discrecional o cumpla los requerimientos legales
para acceder a la casación común, pues bastará que el asunto arribe a
esta Corporación con una demanda que si bien en sentido estricto no
cumple con las exigencias formales, si deja traslucir la presencia de un
defecto invalidante, o por lo menos observable a simple vista por la Sala.
”De las anteriores reflexiones, a la luz de la normatividad contenida en la
Ley 600 de 2000, se concluye lo siguiente:
”a) El interés jurídico por razón de la cuantía es el principio general que
gobierna la posibilidad que tiene el tercero civilmente responsable para
acceder a la casación por la vía ordinaria, en los términos y las
condiciones fijadas en la ley, cuando ‘únicamente’ cuestiona los
perjuicios.
”b) Si lo que busca es la protección de sus garantías fundamentales o el
desarrollo de la jurisprudencia podrá acudir a la vía que corresponda de
acuerdo a la pena fijada para el delito, con prescindencia de la cuantía de
los perjuicios decretados en la sentencia. En cualquiera de tales eventos,
deberá cumplir las exigencias formales inherentes al instituto, ya sea por
la vía ordinaria o por la discrecional, según lo admita el caso.
”c) Con base en la facultad especial que la ley penal le otorga a la Corte,
ésta puede casar oficiosamente el fallo a favor del tercero civilmente
Casación Nº 39661 Luis Alfonso Chacón Lemos
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responsable, prescindiendo de cualquier exigencia formal, cuando lo
considere necesario para que prevalezca el derecho material y el orden
constitucional”15.
9. Pues bien, aclarado lo anterior, puede la Sala hacer las siguientes
precisiones en relación con el estudio de las réplicas formuladas en la
demanda:
9.1. Los cargos primero y tercero, por presentar identidad en cuanto
al vicio denunciado, serán objeto de un pronunciamiento de fondo de
manera conjunta, pues el problema jurídico que subyace en ambos y
que fue planteado por el recurrente, tiene que ver con la vulneración
de la garantía fundamental al debido proceso, en su manifestación de
derecho a la defensa y contradicción probatoria, dado que se alega
que la condena por concepto de los perjuicios materiales en disfavor
del procesado y del Tercero Civilmente Responsable se fundamento
en una prueba obtenida con violación de esas prerrogativas
superiores.
9.2. También resulta, con base en la propuesta del actor, necesario el
pronunciamiento de la Corte frente al segundo cargo, pues esa
censura se relaciona con el desconocimiento del principio procesal de
congruencia en materia civil, vicio que de ser verídico comporta una
afrenta a la garantía fundamental de defensa, conforme a criterio
jurisprudencial reiterado, motivo por el que resulta viable el recurso
extraordinario por la vía discrecional.
10. La Sala, al abordar el estudio del primer problema jurídico que
está convocada a resolver, encuentra que, de manera contraria al
concepto del Delegado de la Procuraduría, la réplica propuesta en los
15
Sentencia de casación de 23 de agosto de 2005, radicación Nº 23718.
Casación Nº 39661 Luis Alfonso Chacón Lemos
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cargos primero y tercero sí está llamada a prosperar, aunque no con
el alcance que reclama el casacionista.
En efecto, de acuerdo con el artículo 54 de la Ley 600 de 2000,
relacionado con las formalidades de la acción civil cuando es ejercida
como subsidiaria o aneja a la penal, aquella está regida por las
normas señaladas en el citado estatuto adjetivo, así como por las
pertinentes de los Códigos Civil y de Procedimiento Civil, en cuanto
no se opongan a la naturaleza del proceso penal.
Impera recordar que el debido proceso, en cualquier disciplina, como
manifestación del principio lógico antecedente-consecuente, se
relaciona con una sucesión compuesta, escalonada y consecutiva de
actos preclusivos y reglados en el correspondiente ordenamiento
adjetivo, sucesión concatenada que tiene por objeto, en materia
penal, el de establecer mas allá de toda duda la configuración de una
conducta descrita en la ley como punible y la consecuente
responsabilidad del imputado.
Como el delito es fuente de la obligación de reparar los perjuicios
materiales y morales ocasionados con el mismo (Ley 599 de 2000,
artículo 94 y Código Civil, artículo 2341), la acreditación de estos, bien de
oficio por parte del funcionario, o ya mediante el ejercicio o promoción
de la acción civil en el proceso penal por el perjudicado, debe
hacerse mediante las pruebas contempladas en la ley, regular y
oportunamente allegadas o practicadas (Ley 600 de 2000, artículo 232).
En el presente asunto, como se desprende de la síntesis procesal y
lo denuncia en forma concreta el actor en los cargos analizados, el
único medio de prueba con base en el cual se establecieron los
Casación Nº 39661 Luis Alfonso Chacón Lemos
19 República de Colombia
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perjuicios materiales, lo constituyó un dictamen practicado por la juez
luego de concluida la audiencia pública de juzgamiento, esto es, por
fuera de la oportunidad legal prevista en la ley procesal penal para la
aducción de medios de conocimiento en la fase de la causa (Ley 600
de 2000, artículo 401).
El dislate cometido por el juzgador, sin embargo, lo que constituye es
un atentado contra el debido proceso probatorio, el cual atañe al
conjunto de requisitos y formalidades previstas en la ley para la
formación, validez y eficacia de la prueba, pues en la sistemática
procesal penal aquella debe ceñirse a principios basilares, como son
los de legalidad, publicidad y contradicción, so pena de desnaturalizar
el respectivo acto probatorio, ocasionando la nulidad del mismo
cuando efectivamente el desacato de aquellos se traduce en
irrespeto de las garantías de alguna de las partes.
El principio de legalidad tiene relación con la previsión de que
únicamente se consideran “medios de prueba la inspección, la peritación, el
documento, el testimonio, la confesión y el indicio”16, asistiendo al funcionario
el deber de valorar la práctica de otras pruebas no previstas en el
ordenamiento procesal penal, de acuerdo con las disposiciones que
las regulen y respetando los derechos fundamentales, esto es, que
respecto de los medios de prueba está llamado a observar lo
prescrito en la Constitución Política, en los tratados internacionales
vigentes en Colombia y en la ley acerca de derechos humanos.
A su turno, el principio de publicidad, tiene arraigo en nuestra Carta
Fundamental e implica que en un Estado social y democrático quien
sea sindicado de una conducta punible tiene derecho a un proceso
16
Ley 600 de 2000, artículo 233.
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20 República de Colombia
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público, lo que impide que en desarrollo del mismo pueda concebirse
la aducción de pruebas ocultas o secretas; es decir, que todo medio
de conocimiento debe introducirse o incorporarse en los momentos
previstos en la ley para tal efecto, con el fin de asegurar su cabal
conocimiento por los sujetos procesales y demás intervinientes17.
El principio de contradicción, halla asiento en la Constitución Política
y como norma rectora que es del ordenamiento penal adjetivo18,
irradia todo el proceso judicial imponiendo la igualdad de
oportunidades para las partes e intervinientes de ejercer la defensa
de sus derechos; en materia probatoria comprende el derecho a
ofrecer y producir pruebas cuando corresponda, el de controlar
plenamente la producción de las pruebas ofrecidas por las otras
partes, el de alegar acerca del mérito de las mismas y el de realizar
todas las observaciones que sean pertinentes durante el curso del
debate19.
Adicionalmente a los anteriores principios, cada medio de prueba
tiene dispuesto en la ley su propio debido proceso20, pero la
conculcación de aquéllos o de éste frente a determinado elemento de
convicción, eventualmente generará su desestimación o falta de
consideración como fundamento de la decisión judicial; esa es la
consecuencia a la sanción impuesta en el artículo 29 de la
Constitución Política de Colombia, al precisar tal norma que es “nula
de pleno derecho, la prueba obtenida con violación del debido proceso”, siendo
preciso recordad que “nulidad de pleno derecho”, de acuerdo con
arraigada doctrina, significa inexistencia jurídica del medio probatorio,
17
Ídem, artículo 236. 18
Ley 600 de 2000, artículo 13. 19
Jauchen, Eduardo M. Ob. Cit. Pág. 545; López Barja Quiroga, Jacobo. Ob. Cit. Pág. 346. 20
Ley 600 de 2000, artículos 244-304.
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21 República de Colombia
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lo cual da lugar a la exclusión de la prueba del acervo probatorio en el
que ha de fundarse una decisión judicial.
Los anteriores razonamientos permiten advertir, entonces, que la
consecuencia de la irregularidad denunciada y en efecto acreditada
por el actor, determina, no la nulidad de la actuación, sino la
imposibilidad de valorar el dictamen pericial extemporáneamente
practicado por el a-quo para la acreditación de los perjuicios
materiales, tasados en esa experticia en la suma de ciento ochenta y
nueve millones doscientos cincuenta y un mil cuarenta y seis pesos ($
189.251.046), lo cual a su vez implica la abstención del proferimiento
de condena alguna por ese aspecto, sentido en el que la Corte
casará parcialmente el fallo atacado, en decisión que se hará
extensiva a la situación del procesado y del llamado en garantía.
11. Igual fortuna, desde ahora lo anuncia la Sala, tiene el cargo
segundo, dado que es de objetiva constatación la violación del
principio de congruencia en materia civil, según el cual la
sentencia, en términos generales, debe guardar correspondencia
con los hechos y pretensiones de la parte actora, así como con
los hechos y excepciones de la demandada.
El artículo 305 del Código de Procedimiento Civil, modificado por
el artículo 1º del Decreto 2282 de 1989, regula el principio de
congruencia en materia civil, al señalar que:
“La sentencia deberá estar en consonancia con los hechos y las
pretensiones aducidos en la demanda y en las demás oportunidades
que este Código contempla, y con las excepciones que aparezcan
probadas y hubieren sido alegadas si así lo exige la ley.
Casación Nº 39661 Luis Alfonso Chacón Lemos
22 República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
”No podrá condenarse al demandado por cantidad superior o por
objeto distinto al pretendido en la demanda, ni por causa diferente a
la invocada en ésta.
”Si lo pedido por el demandante excede de lo probado, se le
reconocerá solamente lo último.
”En la sentencia se tendrá en cuenta cualquier hecho modificativo o
extintivo del derecho sustancial sobre el cual verse el litigio, ocurrido
después de haberse propuesto la demanda, siempre que aparezca
probado y que haya sido alegado por la parte interesada a más
tardar en su alegato de conclusión, y cuando éste no proceda, antes
de que entre el expediente al Despacho para sentencia, o que la ley
permita considerarlo de oficio”.
La Sala de Casación Penal de la Corte se ha referido a este principio
procesal, por ejemplo, en el fallo del 13 de abril de 2011, en el que
concluyó que:
“…en materia civil, el juez, en su sentencia, no puede reconocer lo que
no se le ha pedido (extra petita), ni más de lo pedido (ultra petita), ni dejar
de resolver lo que le fue solicitado (citra petita), pues en cualquiera de
tales eventos estaría desbordando, positiva o negativamente, los límites
de su potestad, como ha sido decantado pacifica y reiteradamente por la
jurisprudencia civil, entre otras decisiones, en la sentencia del 22 de
febrero de 2002, en la cual se dijo que:
”„En virtud del principio de la congruencia, la sentencia debe estar en
consonancia con los hechos y las pretensiones aducidos en la demanda,
motivo por el cual no le permite al juzgador desbordar cualitativa o
cuantitativamente la pretensión y sus fundamentos, como tampoco dejar
de resolver sobre lo que fue solicitado o debió ser objeto de
pronunciamiento, de donde se colige que habrá incongruencia si el fallo
resulta omiso o diminuto (citra petita), o cuando se excede sobre el
thema decidendum, cual sucede si el fallo se profiere sobre lo que jamás
se reclamó de la jurisdicción (extra petita), o cuando se concede más de
lo pedido (ultra petita)‟21.
21
Referencia: Expediente No. 6666
Casación Nº 39661 Luis Alfonso Chacón Lemos
23 República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
”Principio que por supuesto irradia en toda su extensión la acción civil
cuando se ejerce dentro del proceso penal, al punto que si la sentencia
que pone fin al debate, recae sobre materias no debatidas en el curso del
mismo, ausentes de la relación jurídico-procesal trabada, la
incongruencia se traduce inexorablemente en una violación clara del
derecho de defensa de la parte afectada con ella”22.
En el presente asunto, tal y como lo puso de presente el demandante
y es confirmado de manera objetiva tanto por la Sala como por el
Delegado de la Procuraduría, es evidente la incongruencia entre la
pretensión de la Parte Civil en cuanto a los perjuicios morales
expresada en la demanda, y lo decidido acerca de ese aspecto en la
sentencia de primer grado, confirmada en segunda instancia.
El aludido sujeto procesal indicó en la demanda, y en la respectiva
modificación, que por concepto de perjuicios morales aspiraba a una
suma igual a cuarenta millones de pesos ($ 40‟000.000) por cada uno
de los cinco familiares del occiso, lo cual arroja un monto de dos
cientos millones de pesos ($ 200‟000.000), solicitud reiterada en la
audiencia pública, sin embargo, en las providencias censuradas, que
forman una unidad jurídica al coincidir en el mismo sentido, se liquidó
tal pretensión en el equivalente total a seiscientos cincuenta (650)
salarios mínimos mensuales legales vigentes, así: ciento cincuenta
(150) para cada uno de los tres hijos del fallecido y cien (100) tanto
para su progenitora como para la cónyuge.
El rubro total de perjuicios morales, debidamente convertido, es
equivalente a trescientos sesenta y ocho millones de pesos ($
368‟000.000), es decir que excede en ciento sesenta y ocho millones
($168‟000.000) la expresa y reiterada solicitud de la parte interesada,
por lo que para preservar el principio rector y garantía procesal de
22
Radicación Nº. 34.145. En Igual sentido sentencia del 7 de marzo de 2012, radicación Nº 34816 y
auto sentencia del 13 de marzo de 2013, radicación Nº 37285.
Casación Nº 39661 Luis Alfonso Chacón Lemos
24 República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
congruencia, constituye un imperativo jurídico casar la sentencia
impugnada para ajustar ese rubro a la pretensión de la parte actora
en materia civil.
Con base en lo anterior la Sala Casara la sentencia recurrida en el
sentido de reducir la indemnización por concepto de perjuicios
morales a la suma de doscientos millones de pesos ($ 200.000.0000),
distribuidos en parte iguales entre Ana María Figueroa, Alba Lucy
Ramírez Figueroa, Viviana Marcela y Álvaro Fernando Guevara
Ramírez, y Ruth Mery Guevara Miramag, constituidos en Parte Civil
en el presente asunto.
En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Penal de la Corte
Suprema de Justicia, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley,
RESUELVE:
1. CASAR PARCIALMENTE con base en los cargos planteados en
la demanda estudiada, el fallo emitido el 12 de abril de 2012 por el
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Buga (Sala de Descongestión),
que confirmó el emitido en el Juzgado Cuarto Penal del Circuito
(Adjunto) de Palmira (Valle). En consecuencia de lo anterior, según lo
puntualizado en los puntos diez y once de la parte motiva:
2. REVOCAR la condena por perjuicios materiales en cuantía de
ciento ochenta y nueve millones doscientos cincuenta y un mil
cuarenta y seis pesos ($ 189.251.046) estimada en la sentencia de
Casación Nº 39661 Luis Alfonso Chacón Lemos
25 República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
primera instancia a favor de Ana María Figueroa, Alba Lucy Ramírez
Figueroa, Viviana Marcela y Álvaro Fernando Guevara Ramírez, y
Ruth Mery Guevara Miramag, constituidos en Parte Civil en el
presente asunto.
3. REFORMAR la condena en perjuicios morales reconocida a favor
del aludido sujeto procesal, en el sentido de ajustar su monto a
doscientos millones de pesos ($ 200.000.000), de acuerdo con la
pretensión formulada por su representante, suma que se distribuirá
en partes iguales entre sus beneficiarios.
4. En los demás aspectos se mantiene incólume la sentencia
censurada.
Contra esta providencia no procede recurso alguno.
Notifíquese y devuélvase al Despacho de origen.
JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ
JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO
EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER MARÍA DEL ROSARIO GONZÁLEZ MUÑOZ
Casación Nº 39661 Luis Alfonso Chacón Lemos
26 República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
GUSTAVO E. MALO FERNÁNDEZ LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO
NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA
Secretaria
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