Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13709303
Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica
Tania Rodrguez SalazarEL DEBATE DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES EN LA PSICOLOGA SOCIAL
Relaciones. Estudios de historia y sociedad, vol. XXIV, nm. 93, invierno, 2003El Colegio de Michoacn, A.C
Mxico
Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista
Relaciones. Estudios de historia y sociedad,ISSN (Versin impresa): [email protected] Colegio de Michoacn, A.CMxico
www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
http://www.redalyc.orghttp://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=13709303http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=137&numero=350http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13709303http://www.redalyc.org/revista.oa?id=137http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13709303http://www.redalyc.org/revista.oa?id=137http://www.redalyc.org/revista.oa?id=137http://www.redalyc.orghttp://www.redalyc.org/revista.oa?id=137
EL DEBATE DE LAS REPRESEN
TACIO
NES
SOC
IALES EN LA PSIC
OLO
GA SO
CIAL
Tan
ia Rod
rgu
ez Salazar*
UN
IVE
RS
IDA
D D
E G
UA
DA
LA
JAR
A
RE
LA
CIO
NE
S
93
, IN
VIE
RN
O
20
03
, V
OL
. X
XIV
5 3
NTRODUCCIN
La teora de las representaciones sociales es una teoraen desarrollo y debate permanente. Han transcurridoms de 40 aos desde su primera formulacin y, sin
embargo, el debate terico, las investigaciones empricas y la integra-cin de planteamientos de orden interdisciplinario son un indicador desu evolucin y su actualidad.
No obstante, el desarrollo de la teora ha sido fuente de mltiples re-flexiones crticas y posturas alternativas. Las principales controversiastericas y metodolgicas se llevan a cabo tanto internamente, entre lacomunidad de tericos o comentadores de las representaciones sociales,como entre modelos alternativos. Destaca en este ltimo aspecto el de-bate surgido entre el modelo de las representaciones sociales (RS) y elmodelo de la psicologa discursiva.
I
El artculo presenta un mapa general sobre la discusin del conceptode representaciones sociales desde la perspectiva de la psicologa so-cial. Se revisan tanto las crticas elaboradas por los propios exponen-tes de la teora de las representaciones sociales como las formuladaspor los tericos de la psicologa discursiva. Este recorrido se realizaconsiderando cuatro aspectos bsicos de la teora de las representa-ciones sociales: fundamentos epistemolgicos; carcter social de lasrepresentaciones sociales; el problema individuo-sociedad y la vincu-lacin de las representaciones sociales con las prcticas. El anlisis re-cupera ciertas aportaciones terico-metodolgicas que han motivadoestas crticas y que podran significar vas alternativas para repensarlos estudios empricos sobre representaciones sociales. As, se haceuna ponderacin del valor terico que ofrecen la retrica y las narrati-vas, que si bien no constituyen soluciones nicas, permiten elaboraruna visin compleja y dinmica de las representaciones sociales en elplano de la investigacin emprica.
(Representaciones sociales, prcticas, psicologa social, narrativas, re-trica)
E L D EBAT E DE L AS R E P R ES ENTAC IONES SOC IA L E S
caciones a procesos cognitivos? dnde se inscriben o estn las repre-sentaciones? en las mentes individuales o entre los individuos a mane-ra de lenguaje, comunicacin e interaccin social?
d) La relacin entre las representaciones y las prcticas: cul es larelacin entre las representaciones y las prcticas sociales?, es una rela-cin causal, descriptiva o de inteligibilidad?, explican las representa-ciones las prcticas?
Para finalizar estas lneas introductorias considero conveniente hacerdos aclaraciones al lector. En primer lugar, es menester indicar que la re-visin que presento sobre el debate de las representaciones sociales esparcial. Deja de lado las confrontaciones clsicas del concepto de repre-sentaciones sociales con el concepto de actitudes, as como la crtica alparadigma de la psicologa social individualista sobre la cual emerge laTRS. El debate que presento se nutre de discusiones ms recientes en elcampo de la psicologa social, estimuladas por nuevos paradigmas deltipo de la psicologa discursiva. En segundo lugar, vale la pena aclararque si bien no se toman posiciones finales en los distintos aspectos quese discuten, he intentado puntualizar posibilidades de conceptualizaciny de instrumentacin metodolgica con un gran potencial heurstico: laretrica y las narrativas. Por ello, a manera de consideraciones finales,se exponen una serie de ideas para tratar de asir la complejidad y dina-mismo de las representaciones sociales en la investigacin emprica.
LAS REPRESENTACIONES SOCIALES: NOCIONES PRELIMINARES
Antes de presentar algunos aspectos fundamentales de la discusin ac-tual de la teora de las representaciones sociales, vale la pena introduciral lector a algunas de sus definiciones y premisas bsicas.
De acuerdo con la representacin histrica que Moscovici (1998)construye para esclarecer las influencias que lo llevaron a desarrollar suTRS, se identifican cuatro fuentes principales: mile Durkheim y su con-cepto de representaciones colectivas; Lucien Lvy-Bruhl y sus plantea-mientos sobre el pensamiento primitivo; Jean Piaget y su teora sobre laconstruccin del mundo en el nio y Freud con su anlisis de la sexuali-dad infantil.
TAN IA RODR GUEZ SA LAZAR
5 4 5 5
La psicologa discursiva relaciona a la teora de las representacionessociales (TRS) con el paradigma individualista y con el reduccionismocognitivista, bajo el argumento de que la obra de Moscovici expresa unadicotoma entre individuo y sociedad, es heredera de la divisin del tra-bajo propuesta por Durkheim entre la sociologa y la psicologa, y estbasada en categoras y procesos mentalistas la propia nocin de repre-sentacin, los procesos de anclaje y objetivacin (Parker 1989; Ibez1992; Potter y Edwards 1999). Las rplicas a estos comentarios crticosbsicamente sostienen que la lectura que los psiclogos discursivos ha-cen de las representaciones sociales son sesgadas y cargadas de mlti-ples malentendidos (Markov 2000; De Rosa 2001; y Banchs 1994).
El inters de presentar esta discusin terica entre lo que para unosson modelos complementarios o compatibles y para otros modelos riva-les radica en que es una fuente de reflexin terica importante. No pre-tendo decidir quien tiene la razn o quien interpreta mejor la teora delas representaciones sociales. Ms bien, aspiro a mostrarle al lector undebate que manifiesta lecturas diferentes de una teora y que, a su vez,ofrece diversas maneras de interpretar las relaciones entre el conoci-miento de sentido comn, el lenguaje, la sociedad y el individuo.
A lo largo del artculo se revisarn las respuestas que los tericos delas representaciones sociales y sus crticos brindan a problemas relevan-tes en dichos mbitos. Los problemas tericos que sern consideradosse agrupan en los siguientes ejes y preguntas de discusin:
a) La fundamentacin epistemolgica: qu representa la represen-tacin? la realidad o conocimientos sociales (otras representaciones)?es la teora de las representaciones sociales construccionista? el cons-truccionismo social es un planteamiento que tiene aspectos en comn ocontrarios a la misma?
b) Lo social y el carcter consensual de las representaciones: qu eslo social de las representaciones sociales? cules son las relaciones quehay entre las representaciones y los grupos sociales? qu tan comparti-das son las representaciones? cmo se transforman?
c) La relacin individuo-sociedad: la teora de las representacionessociales se mantiene en un paradigma individualista y mentalista oefectivamente, como se propone, es una explicacin integral que reco-noce tanto aspectos sociales como psicolgicos? acaso reduce sus expli-
E L D EBAT E DE L AS R E P R ES ENTAC IONES SOC IA L E S
5 7
a) Hacer convencionales los objetos, personas y eventos que encon-tramos. Les otorgan una forma definitiva, las localizan en una categoray gradualmente las establecen como modelo de cierto tipo, distinto ycompartido por un grupo de personas (1984a, 22).
b) Prescribir, en el sentido de que se nos imponen con una fuerzairresistible. Esta fuerza es una combinacin de una estructura que se nospresenta antes de que empecemos a pensar y sobre una tradicin quenos marca qu debemos pensar (1984a, 23).
Las representaciones son sociales por su carcter compartido, sugnesis en la interaccin y sus funciones. Segn Jodelet (1984, 474-475)lo social interviene de diversas maneras: por el contexto concreto en elcual estn situadas personas y grupos, por la comunicacin que se esta-blece entre ellos, por los cuadros de aprehensin que les proporciona subagaje cultural; por los cdigos, valores e ideologas ligados a las posi-ciones o pertenencias sociales especficas.
Para explicar los procesos que intervienen en la construccinde una representacin social, Moscovici (1961; 1984a; vase tambin Jo-delet 1984; Wagner y Elejabarrieta 1994) seal la existencia de dos me-canismos: la objetivacin y el anclaje, los cuales explican cmo lo socialtransforma un conocimiento en representacin y cmo sta representa-cin transforma lo social.
De acuerdo con Wagner y Elejabarrieta (1994, 822-826) en la investiga-cin sobre RS pueden distinguirse al menos tres campos fundamentales:
a) La ciencia popularizada, que caracteriza la perspectiva de investi-gacin original de las representaciones como conocimiento de sentidocomn que populariza y se apropia de la divulgacin cientfica. Los te-mas de este campo de indagacin son las teoras cientficas, el psicoan-lisis, el marxismo, etctera.
b) La imaginacin cultural, que aborda la construccin cultural delos objetos que pueblan el mundo social, centrndose en el anlisisde objetos con una historia larga, como el gnero, la sexualidad, la mu-jer, el matrimonio, la enfermedad y la locura, entre muchos otros.
c) Condiciones y acontecimientos sociales, que trata sobre condicio-nes y acontecimientos sociales y polticos, donde las representacionesque prevalecen tienen un corto plazo de significacin para la vida so-cial. Los temas caractersticos de este campo giran alrededor del conflic-
TAN IA RODR GUEZ SA LAZAR
5 6
A propsito de su investigacin sobre la representacin social delpsicoanlisis entre el pblico francs, Moscovici public un libro quemarc la pauta en el estudio de las representaciones sociales: El psico-anlisis, su imagen y su pblico, donde el autor formaliz la teora de loque se constituy en un campo novedoso de investigacin al interior dela psicologa social. Para este autor, la representacin social es un pro-ducto de nuestra era moderna. Su surgimiento ha sido favorecido por eldesarrollo de la ciencia y por los procesos de difusin de que es objeto.De esto se deriva la estructuracin de un nuevo sentido comn que ob-tiene sus nutrientes ms directos del saber cientfico, y cuya naturalezano puede entenderse como simple vulgarizacin y/o distorsin de loscontenidos cientficos, sino como procesos de reelaboracin creativos delos mismos (Moscovici 1984b).
Sin embargo, las RS tambin se caracterizan de manera ms genricacomo entidades operativas para el entendimiento, la comunicacin y laactuacin cotidiana. Esto es, como conjuntos ms o menos estructura-dos o imprecisos de nociones, creencias, imgenes, metforas y actitu-des con los que los actores definen las situaciones y llevan a cabo susplanes de accin (Jodelet 1984). Esta ltima forma de concebir las RS pa-rece ser la que ms eco ha tenido en la investigacin emprica en lasciencias sociales.
La teora de las representaciones sociales pretende estudiar el pensa-miento social enfatizando la naturaleza social del pensamiento y la im-portancia del pensamiento en la vida social. Para Moscovici (citado tex-tualmente por Duveen 2001, 12):
Una representacin social tradicionalmente es comprendida como un sis-tema de valores, ideas y prcticas con una doble funcin: primero, estable-cer un orden que permita a los individuos orientarse ellos mismos y mane-jar su mundo material y social; y segundo, permitir que tenga lugar lacomunicacin entre los miembros de una comunidad, proveyndoles uncdigo para nombrar y clasificar los diversos aspectos de su mundo y de suhistoria individual y grupal.
De acuerdo con Moscovici, las representaciones cumplen dos rolesprincipales:
E L D EBAT E DE L AS R E P R ES ENTAC IONES SOC IA L E S
5 9
la representacin pretende representar la realidad y no un conjunto deconocimientos que la sociedad configura. Para sustentar su crtica, citala siguiente afirmacin de Moscovici: no hay nada en la representacinque no est en la realidad, excepto la representacin misma (citado porParker 1989, 103).
No obstante, como sustentan los defensores de la TRS (vase Raty ySnellman 1992; Banchs 1994; De Rosa 2001), en partes sustanciales de suobra Moscovici ha ido en sentido contrario a lo que sealan sus crticos.
Ante las crticas en el plano epistemolgico, Markov (2000) argu-menta que la epistemologa que orienta la TRS es dialgica, en tantoBanchs (1994) encuentra que tanto el construccionismo como la TRS com-parten presupuestos epistemolgicos y ontolgicos (aludidos por Ib-ez), tales como el rechazo de la racionalidad positivista, el giro her-menutico, la dimensin construida de los hechos sociales, la naturalezasocial del conocimiento cientfico, el reconocimiento de la naturale-za simblica e histrica de la realidad social, la importancia del concep-to y fenmeno de la reflexividad, la naturaleza relacional de los fenme-nos sociales, entre otros.
Potter y Edwards (1999) en un artculo donde contraponen la TRScon su modelo de psicologa discursiva, plantean que la primera se de-sarrolla como teora del conocimiento incluyendo explicaciones sobrediferencias entre universos consensuales y reificados, esto es, entre sen-tido comn y conocimiento cientfico. Con ello, Moscovici refuerza ladicotoma entre ciencia (conocimiento de primera mano) y sentido co-mn (conocimiento de segunda mano), al mismo tiempo que favoreceuna visin deshumanizada de la ciencia. A diferencia, la segunda(psicologa discursiva) desarrolla una aproximacin relativista y reflexi-va al conocimiento donde lo que cuenta como conocimiento en diferen-tes marcos sociales y culturales es parte de lo que se pone en juego enlas prcticas discursivas.
A manera de respuesta los defensores de las RS sealan que el cons-truccionismo radical y el relativismo de la psicologa discursiva se refu-tan por s mismos (Markov 2000; De Rosa 2001) en la medida en queno se puede argumentar a favor del relativismo (ni de nada que pre-suponga esencias, verdades o carcter absoluto) siendo relativista.
TAN IA RODR GUEZ SA LAZAR
5 8
to social, tales como la desigualdad social, la xenofobia, los conflictosnacionales, los movimientos de protesta, el desempleo, el aborto, el de-bate ecolgico y el movimiento feminista, entre muchos otros.
LA DISCUSIN EPISTEMOLGICA
La TRS se formul en un momento donde apenas se vislumbraban lasamplias transformaciones que sufrira la filosofa en aos posteriores,aglutinadas genricamente en una autoconciencia disciplinar que se in-terpreta en franca ruptura con la tradicin y que encuentra sus seas deidentidad en el prefijo post que no significa superacin, sino slodesplazamiento, posterioridad.
Los movimientos identificados como postempiricistas, postmetafsi-cos y luego postmodernos minaron los supuestos de base de las cienciassociales que ofrecan un piso comn de entendimiento en torno a la na-turaleza del conocimiento, el papel del lenguaje y el sentido de la histo-ria (Ramrez 2001). Era inevitable que la TRS fuera reinterpretada mstarde a la luz de estas transformaciones, ponindose en duda los su-puestos epistemolgicos que la soportaban.
En esta lnea, el primer cuestionamiento lo constituye el concepto derepresentacin, dada su capital importancia para toda la tradicin filo-sfica moderna centrada en la conciencia. Las representaciones, dicenlos defensores del construccionismo social (Potter y Edwards 1999; Ib-ez 1992), no representan nada en sentido estricto. Una representacinsiempre es una representacin de otra representacin sin posibilidad dellegar a la cosa en s misma o a la interpretacin ltima. Cuando se usala palabra representacin seala Ibez se pone nfasis en la repro-duccin, an si se trata de reproducciones activas ms que de unaconstruccin. El resultado es una tendencia a objetivar la representacinen s misma.
Ibez (1988) sostiene que el concepto de representacin (aun cuan-do se le atribuya un carcter de construccin activa) lleva en s mismola impronta epistemolgica de la metfora del espejo que caracteriza alpositivismo. En el mismo sentido Parker (1989) critica que en esta teora
E L D EBAT E DE L AS R E P R ES ENTAC IONES SOC IA L E S
6 1
(cfr. Potter y Wetherell, 1987). El procedimiento metodolgico al que serecurre en el intento por detectar y describir una representacin socialpasa por recoger y analizar una serie de materiales discursivos produ-cidos por individuos particulares, el cual resulta problemtico.
Moscovici (1988, 233) aclara que el consenso que caracteriza a las re-presentaciones sociales es dinmico, no significa uniformidad ni exclu-ye la diversidad: La representacin asume una configuracin dondeconceptos e imgenes pueden coexistir sin ninguna pretensin de uni-formidad, donde la incertidumbre como los malentendidos son tolera-dos, para que la discusin pueda seguir y los pensamientos circular.
La TRS est desarrollando herramientas terico-metodolgicas paradistinguir tipos de representaciones, para valorar las diferencias defuerza o eficacia simblica de las representaciones, as como sustendencias de transformacin. En esta afn Moscovici (1988) distinguetres clases de representaciones: 1) Representaciones hegemnicas, uni-formes o coercitivas, que tienden a prevalecer en las prcticas simbli-cas y afectivas; 2) Representaciones emancipadas, que se derivan de lacirculacin de conocimiento e ideas pertenecientes a subgrupos; 3) Re-presentaciones polmicas, aquellas que son expresadas como acepta-cin y resistencia y creadas en conflictos sociales.
La hiptesis de Abric (1993), por su parte, plantea que cualquier RSest hecha de un cdigo central y un entramado de elementos perifri-cos. El ncleo central de la representacin es estable, coherente, consen-sual y considerablemente influido por la memoria colectiva del grupo ysu sistema de valores (aqu es donde se pueden encontrar temas canni-cos), mientras el sistema perifrico pragmatiza y contextualiza perma-nentemente las determinaciones normativas, resultando de ello el dina-mismo y pluralidad que adoptan las representaciones y que permiteuna modulacin de las mismas en el plano individual.
Asimismo plantea que esta diferenciacin entre elementos perifri-cos y ncleo central ilumina los procesos de transformacin de las re-presentaciones sociales. Particularmente distingue tres procesos: a) latransformacin de resistencia donde los elementos que cambian sonsolo perifricos; b) la transformacin progresiva que ocurre cuando elncleo central es modificado por la integracin de nuevos elementos sinfracturarse el sistema central de elementos; y c) la transformacin total,
TAN IA RODR GUEZ SA LAZAR
6 0
LA NATURALEZA SOCIAL DE LAS REPRESENTACIONES
En la elaboracin del concepto de representaciones se destaca que sunaturaleza social se desprende de un doble factor, a saber, por ser elabo-radas por un grupo y por ser compartidas por el mismo. Asimismo seseala que las RS son reelaboraciones o construcciones activas en losprocesos de comunicacin e interaccin cotidianos.
Sin embargo, las revisiones crticas de la teora han puesto en dudaqu es lo social de la representacin y su carcter de construccin acti-va. Ibez (1988), por ejemplo, juzga desafortunada la sustitucin deltrmino de colectivo por el de social, porque contribuy a la prdida delos vnculos entre representaciones y procesos sociales (grupos socialesde larga duracin, estructuras sociales, estructuras de poder, produccio-nes ideolgicas, etctera). Para este autor, lo social en la teora de lasrepresentaciones sociales se reduce a la suma de producciones indi-viduales.
Como veremos, esta crtica se aplica sobre todo a la organizacin delos estudios empricos ms que a los planteamientos tericos recientes.A lo largo del desarrollo de la teora se encuentran diversas definicionese hiptesis que problematizan la nocin de consenso en las representa-ciones sociales.
La cuestin del consenso
Las representaciones implican significados compartidos y son expresio-nes de consensos grupales, pero no siempre sucede as ni en el mismogrado (Rose et al. 1995). En sus formulaciones, Moscovici (1988), Doise(1991) y Abric (1993) reconocen formas diferenciadas dentro una mismarepresentacin.
No obstante, los estudios empricos (sobre todo los de carcter cuan-titativo) reifican el concepto de consenso y tienden a desconocer la co-existencia de temas opuestos, as como las consecuencias que esto tienepara el funcionamiento de las representaciones en la vida social (Rose,et al., 1995). Muchos de estos estudios operan metodolgicamente conun concepto esttico de representacin social y tienden a presuponer laexistencia de consensos ms que a su extraccin del anlisis emprico
EL DEB
ATE D
E LAS
REPRESEN
TAC
ION
ES S
OC
IALES
63
cin metodolgica. A
qu radica la riqueza de la propuesta de Michael
Billig (1991, 1993) quien plantea la conveniencia de abrir el concepto deRSa la dim
ensin del pensamiento de sentido com
n que no est do-m
esticada ni sistematizada, que no est en consenso sino en conflicto.
La elaboracin retrica de las representaciones sociales nos invita a re-conocer las identidades de quienes argum
entan y los contextos de losargum
entos. Nos invita a com
prender que el pensamiento involucra
aceptacin y rechazo, crtica y justificacin. Ms adelante expondr al-
gunas ventajas que, en mi opinin, tiene este enfoque retrico para el es-
tudio emprico de las representaciones sociales.
Las representaciones y los grupos sociales
Algunas nociones tericas de las representaciones sociales tienen conse-
cuencias importantes para su operacin m
etodolgica. Una de ellas es
la relacin que se establece entre las representaciones y los grupos so-ciales. La explicacin expresa un crculo vicioso en tanto se afirm
a, poruna parte, que los grupos sociales se caracterizan por el hecho de com
-partir ciertas representaciones sociales y, por otra parte, se caracteriza ala representacin social com
o aquello que es compartido por un grupo,
pero no se precisa cmo identificar al grupo con independencia de la re-
presentacin. De hecho, los estudios em
pricos tienden a comenzar con
la definicin de un grupo social homogneo para explicar sus repre-
sentaciones. Esto los confronta con el problema terico-m
etodolgicode que son las representaciones (esto es, el objeto de sus indagaciones)las que delim
itan los grupos (Potter y Wetherell 1987).
Un punto im
portante en esta discusin es que los cientficos socialespor s m
ismos con frecuencia construyen grupos sociales catalogando a
las personas sobre la base de una caracterstica que se juzga que poseen.A
s, los acadmicos producen y com
paran grupos agregados (por ejem-
plo catlicos, estudiantes, mujeres, jvenes, etctera) asum
iendo que es-tas variables que ellos introdujeron por s m
ismas representan una di-
mensin existente o una fuerza que hace diferencias en la vida cotidiana
y en los miem
bros de los grupos. Pero de nuevo, el grupo es slo unagregado de personas definido desde la perspectiva del observador(Vertheggen y Baerveldt 2000).
TAN
IA RO
DRG
UEZ
SA
LAZ
AR
62
directa y completa del ncleo central que ocurre cuando los m
ecanis-m
os de defensa son incapaces de cumplir su rol.
Por su parte, Doise tam
bin intenta evitar una definicin de las re-presentaciones com
o consenso y aceptando la posibilidad de variacio-nes individuales. En este sentido, afirm
a ms que opiniones consensua-
les, las representaciones sociales son: principios organizadores deposiciones que se adoptan respecto a referencias com
unes, y a menudo
permiten una gran variacin entre los individuos (1991, 198).
Las representaciones entonces son ideas, mxim
as o imgenes que
en cierto sentido son virtuales o implcitas. A
s, el principio de organiza-cin reduce la am
bigedad y polisemia inherente a las ideas e im
genesy las hace relevantes en un contexto social dado. D
esde el punto de vistade M
oscovici y Vignaux (1994, 160) hay una profunda analoga entre s-tas dos hiptesis: am
bas tocan los problemas de cm
o las representacio-nes son generadas y se transform
an. Los resultados de estudios em
pricos muestran claram
ente este ca-rcter m
ltiple y diferenciado de las representaciones. Se encuentran re-presentaciones que parecen gozar de m
ayor legitimidad y que estn
construidas en trminos factuales, representaciones que se construyen
deliberadamente m
ediante justificaciones y crticas, as como represen-
taciones que abiertamente subvierten y particularizan sentidos dom
i-nantes. 1
Este reconocimiento de que no todos los contenidos de las repre-
sentaciones sociales sobre un objeto determinado gozan de un nivel
homogneo de aceptacin es fundam
ental para la evolucin del con-cepto. Si bien es im
portante reconocer los aspectos comunes y consen-
suales de las representaciones, se impone evitar su idealizacin.
Como hem
os visto, este aspecto ha sido considerado en la evolucinde la TRScon las hiptesis sobre distintos tipos de representacin, del n-cleo central y los elem
entos perifricos, y los principios de organizacin. Sin em
bargo, la crtica a la TRSen el aspecto del consenso se basa so-bretodo en el plano em
prico, en los cuales se observa una simplifica-
1En mi investigacin sobre las representaciones sociales del m
atrimonio en un
entorno urbano de Mxico se m
uestra con claridad que los actores configuran repre-sentaciones con distintos grados de legitim
idad y aceptacin (vase Rodrguez, 2001).
EL DEB
ATE D
E LAS
REPRESEN
TAC
ION
ES S
OC
IALES
65
de representaciones sociales. Se insiste de diversas maneras en que las re-
presentaciones son conocimientos socialm
ente elaborados y compartidos.
Respecto a la crtica que seala un carcter mentalista a la TRShabra
que decir que es fcil encontrar aseveraciones que la justifican, aunqueal m
ismo tiem
po se observa una argumentacin general que si no la
cancela, al menos, le im
prime m
atices importantes. A
s, por ejemplo, Jo-
delet seala: El acto de representacin es un acto de pensamiento por
medio del cual un sujeto se relaciona con un objeto (1984, 475); sin em
-bargo, m
s adelante precisa
[la representacin mental, social] siem
pre significa algo para alguien [...] yhace que aparezca algo de quien la form
ula, la parte de interpretacin como
en el caso del actor. Debido a ello, no es siem
pre reproduccin, sino cons-truccin y conlleva en la com
unicacin una parte de autonoma y de crea-
cin individual o colectiva (1984, 476).
La rplica de los tericos de las representaciones sociales insiste enque el hecho de que las representaciones sociales operen tam
bin en elplano individual, no supone que stas sean individuales ni que su sur-gim
iento tenga ese carcter (Banchs, 1994). Pero an ms, sostienen la
legitimidad y conveniencia de hablar tam
bin de individuos, lo cual lesratifica su calidad de agentes en la constitucin de realidades y evitasu desaparicin o su m
inimizacin, tal y com
o sucede en versiones radi-cales del construccionism
o social. U
n elemento de esta polm
ica es el papel que la teora de las repre-sentaciones otorga al contexto de interaccin social. Potter y W
etherell(1987) cuestionan la supuesta validez transituacional de las representa-ciones sociales bajo el supuesto de que los com
portamientos y la accin
son dependientes de los contextos. Entonces si los contextos determinan
las conductas, no se pueden pensar que las representaciones sirvan como
guas para orientar la accin, an si se las piensa como procesos dinm
icos.Para Ibez (1988) esta crtica carece de fuerza. A
ceptar que tanto lossignificados com
o las conductas son de tipo indexical, esto es, que de-penden de factores de contexto, no significa creer que el individuo dispo-ne de un abanico de representaciones entre las cuales elegir en funcindel contexto. M
s bien basta con suponer que es la propia representa-cin social la que funciona com
o un fenmeno de tipo indexical.
TAN
IA RO
DRG
UEZ
SA
LAZ
AR
64
Este problema m
etodolgico se acrecienta con una cualidad funda-m
ental de la participacin social. Las personas pertenecemos sim
ult-neam
ente a mltiples grupos y categoras sociales y, por consiguiente,
recibimos la im
pronta de distintos marcos institucionales y culturales,
as como tenem
os representaciones compartidas con varios grupos de
filiacin. Si aceptam
os que las representaciones surgen al interior de los gru-pos y operan com
o medios de identidad, cm
o saber para cada casoespecial, para cada estudio em
prico, cul es o cules son las pertenen-cias grupales m
s significativas? cules son los criterios que establecela teora m
s all del criterio ambiguo de tener representaciones com
-partidas?
RELA
CIN
IND
IVIDU
OY
SOCIED
AD
Representantes del construccionismo social y de la psicologa discursi-
va sostienen que la TRS, a pesar de sus esfuerzos contrarios, no logra sa-lirse del paradigm
a individualista y mantiene el reduccionism
o cogniti-vista de la psicologa social tradicional.
Representaciones, individuos y contextos
Con respecto a este eje de discusin terica, se plantea la interrogantesobre dnde se inscriben o estn las representaciones. Segn la interpre-tacin de Parker (1989), M
oscovici concibe que el significado se encuen-tra en las personas (en sus m
entes) ms que entre las personas y la in-
teraccin. Sin embargo, diversos sealam
ientos de Moscovici y otros
representantes de la teora (Jodelet, Wagner, 2D
oise, entre otros) otorganuna im
portancia esencial a la interaccin y al contexto en la elaboracin
2Para Wagner (1995), por ejem
plo, lo social de las representaciones es un atributorelacional que se gesta en las interacciones entre personas, grupos y objetos, pudiendoestos ltim
os ser materiales, im
aginarios o simblicos. Finalm
ente, las representacionescom
unes surgen en los procesos de interaccin social que al nombrar los objetos y
atribuirles valor, estn siendo co-construidos.
EL DEB
ATE D
E LAS
REPRESEN
TAC
ION
ES S
OC
IALES
67
otra parte, primariam
ente en la investigacin emprica orientada al con-
tenido, las representaciones sociales son vistas como atributos in-
dividuales, como estructuras individuales de conocim
ientos y smbolos
que son compartidas entre personas de un grupo o sociedad. Estas dos
formas de conceptualizar las representaciones derivan en diversas in-
terpretaciones, las cuales no siempre son com
patibles (Wagner 1995, 1)
En el campo de las RS se observan dos usos distintos del concepto,
dependiendo de los intereses de explicacin del investigador y del pro-cedim
iento de evaluacin. Doise (citado por W
agner 1995, 4) planteados niveles de anlisis en los estudios sobre representaciones:
a) Nivel individual: el inters de investigacin son las caractersticas
distributivas de la RS . La representacin es evaluada mediante la inves-
tigacin de los elementos com
unes de conocimiento producido por una
muestra de personas. El resultado de la representacin entonces ser la
representacin prototpica de distribucin individual. b) N
ivel social, cultural o grupal: en contraste, si el investigador estinteresado en las caractersticas colectivas de la representacin social,realiza su evaluacin a travs de docum
entos y anlisis de medios o por
encuesta. Esto contribuye a que el resultado sea un punto de vista colec-tivo de la RS,donde los contenidos no slo son opiniones de subgruposm
s o menos im
portantes. As es que se pueden tom
ar en cuenta las di-ferentes versiones, puntos de vista y de elaboracin del m
ismo objeto
social en un grupo social amplio. La representacin global resultante es
una representacin colectiva completa con elem
entos no comunes para
todos los grupos, pero tpica y relevante para uno u otro grupo. Esta re-presentacin social no es parte de un nivel individual de anlisis sino deun nivel supraindividual.
La distincin entre estos niveles de anlisis es relevante para articu-lar una aproxim
acin vinculante. De acuerdo con Valencia y Elejabarrie-
ta (1994) el modelo de las representaciones sociales ofrece insum
os im-
portantes para estudiar las relaciones entre los procesos macro y m
icroque juegan un rol en la eleccin racional. A
rgumentan, parafraseando el
concepto de patrn cultural de la antropologa, que la representacinsocial puede ser reinterpretada com
o un rango de alternativas posiblesaceptables desde las cuales las personas pueden seleccionar un curso deaccin (H
andel citado en Valencia y Elejabarrieta 1994, 5). Su tesis es
TAN
IA RO
DRG
UEZ
SA
LAZ
AR
66
La respuesta a esta clase de crticas discute dos formas de pensar al
individuo, como agente o determ
inado por el contexto. Para De Rosa
(2001), en el enfoque del anlisis del discurso radical, el individuo sociales una clase de actor dentro de un contexto argum
entativo. Se trata deun actor que no posee scripts
internos que muevan sus acciones, sino
que es movido por una situacin circunscrita en el tiem
po y el espacio.Si bien los construccionistas reconocen que el individuo es m
ovido porm
etas, evitan pensar esas metas com
o procesos o entidades internas yprefieren com
prender las acciones como sugeridas por el contexto inter-
personal. Sin embargo, dentro de esta visin ontolgica antim
entalis-ta, el sujeto no tiene un rol de agente, el sujeto es actuado por el contex-to y no construye significados el sujeto es construido por significadosdefinidos situacional y provisionalm
ente. 3A
simism
o se cuestiona si los discursos (y sus contenidos: opiniones,conductas, representaciones, etctera) reflejan la constante adaptacinpragm
tica a la variacin de situaciones, cul es el rol que tiene el pasa-do o la m
emoria en la direccin de la accin? (D
e Rosa 2001). La teora de las representaciones sociales integra una explicacin
psicolgica y social. Otorga im
portancia tanto a los aspectos cognitivos,los cuales no pueden ser negados, y a los aspectos de constitucin socialde lo real, as com
o a la gnesis y funciones sociales de las mism
as.Com
o lo plantea Moscovici y M
arkov (1998, 255): Estudiando las re-presentaciones sociales, uno debe estudiar tanto la cultura com
o el pen-sam
iento del individuo.
Niveles de anlisis
El concepto de representacin social es multifactico. Por una parte se
concibe como un proceso de com
unicacin y discurso, en el curso delcual los significados y objetos sociales son generados y elaborados. Por
3De acuerdo con el construccionism
o social la gente no habla sino ms bien es
hablada por el discurso. Las personas se vuelven tteres de las ideas de las que (errnea-m
ente) creen ser las propietarias, y sus acciones son determinadas por una estructura de
ideales y lenguaje ms que por sus elecciones y decisiones propias. A
caso somos las vic-
timas desconocidas de los discursos? (Burr citado por D
e Rosa (2001, 20).
EL DEB
ATE D
E LAS
REPRESEN
TAC
ION
ES S
OC
IALES
69
parte, insiste en su tendencia al reduccionismo cognitivo bajo el argu-
mento de que no aborda el m
bito de la accin social (Potter y Edwards
1999).
Relacin entre las representaciones y las prcticas
El punto de partida de la discusin interna sobre la relacin entre lascreencias y las prcticas es la com
prensin de las representaciones so-ciales com
o sistemas de conocim
iento racional. 5A
lo largo del desarrollo de la teora se atribuyen a las representacio-nes sociales bsicam
ente dos funciones con relacin a las prcticas: sir-ven para orientar o guiar la accin, pero tam
bin cumplen un papel de
justificacin de conocimientos y prcticas. D
e este modo se afirm
a quesi bien las personas actan de acuerdo con sus representaciones, tam
-bin las personas cam
bian sus representaciones en funcin de sus com-
portamientos y prcticas.
En opinin de Valencia y Elejabarrieta (1994), las funciones atribui-das a las representaciones sociales nos ayudan a observar los m
odelosracionalista y racionalizante com
o partes de un sistema de explicacin
recursivo. Por una parte, algunos investigadores encuentran represen-taciones que son racionalizaciones (explicaciones o justificaciones deprcticas sociales previas de los individuos o grupos). D
esde este puntode vista, las representaciones resultan de cam
bios en las prcticas. Porotra parte, otros investigadores sugieren que las representaciones sontransposiciones (resultado de intercam
bios) de discursos ideolgicos
TAN
IA RO
DRG
UEZ
SA
LAZ
AR
68
que las representaciones sociales marcan la agenda para la tom
a de de-cisiones y, en cuanto tales, son un m
arco para investigar la interaccinentre creencias colectivas, sociales e individuales.
Para Wagner (1995) el nivel de anlisis que goza de m
ayor profun-didad y poder explicativo es el colectivo o social. Sostiene la tesis que elanlisis de un proceso social puede servir para explicar el sistem
a de co-nocim
iento individual, pero el anlisis de un proceso individual no pue-de ser usado para explicar lo social. En su opinin, el nivel colectivo deanlisis perm
ite evaluar no solamente las opiniones de un subgrupo
ms o m
enos importante, sino tom
ar en cuenta diferentes versiones,puntos de vista y la elaboracin que sobre un m
ismo objeto realizan di-
ferentes subgrupos al interior de un grupo social amplio: El sistem
acolectivo del grupo de com
prensin, justificacin y racionalizacin desus prcticas define el m
arco dentro del cual los miem
bros del grupopueden lograr un entendim
iento de su situacin social y de su identi-dad (1995, 10).
El argumento parece convincente y otorga a la teora una alternati-
va para salir completam
ente del paradigma individualista, sin la necesi-
dad de renunciar al anlisis en el nivel individual. Operar m
etodolgi-cam
ente estos planteamientos supone basar los estudios em
pricos nosolam
ente en el anlisis de materiales discursivos individuales, sino
considerando tambin textos de carcter pblico com
o los que hacencircular los m
edios de comunicacin, las instituciones, los m
ovimientos
sociales, entre muchos otros.
REPRESEN
TACIO
NES
YPR
CTICAS
SOCIA
LES
Uno de los puntos m
s importantes de reflexin y polm
ica en el campo
de la TRSes el anlisis de la relacin entre las creencias y las prcticas. Ladiscusin interna se ha centrado sobre todo con relacin a presupuestosque se m
anifiestan en los estudios empricos. 4La crtica externa, por su
4La relacin entre las representaciones sociales y las acciones ha sido objeto denum
erosos estudios que marcan que en virtud de las diferencias en la representacin, la
conducta varia notablemente: "A
l igual que la representacin de la enfermedad orienta
la decisin de consultar un mdico, la representacin del cuerpo determ
ina la higienecorporal y las reglas que se observan para m
antener una buena forma fsica, la repre-
sentacin social de la infancia de un urbanista influir sus proyectos de terrenos dejuego" (Farr 1984, 504).
5La racionalidad que se atribuye a las representaciones sociales se basa en el argu-m
ento de que en la vida social los individuos raramente creen y actan sin consultar
explcita o implcitam
ente la sabidura social y cultural disponible, esto es, el conoci-m
iento compartido y los sistem
as de creencias de los grupos y subgrupos a los que per-tenecen. En este sentido, el adjetivo racional se aplica a todo el pensam
iento/creen-cias/conductas en la m
edida en que se conforman a una interpretacin de la realidad
colectivamente establecida (W
agner 1993, 238).
EL DEB
ATE D
E LAS
REPRESEN
TAC
ION
ES S
OC
IALES
71
una representacin especfica Rsim
plemente describe el hecho de que
el individuo adems har B
como im
plicado por R. Sostener Ry actuar
acorde es un complejo inseparable llam
ado socialmente pensam
ien-to/conducta racional (1993, 245).
Por su parte, Duveen (1994, 5) asegura que la categora que m
ejordescribe la relacin entre las representaciones y las prcticas no es la ex-plicacin sino la inteligibilidad:
De tal m
odo que resulta mejor decir que, desde la perspectiva del investiga-
dor, la interpretacin que se ofrece hace inteligibles las actividades y con-ductas en trm
inos de una representacin social particular y que una partede esta interpretacin es tam
bin presupuesta como parte de las activida-
des y conductas con significado que los actores involucran como partici-
pantes del universo simblico de esa representacin.
Para comprender la salida que ofrece D
uveen al problema de la rela-
cin entre las representaciones y las prcticas, vale la pena referir suconcepto de prctica. D
esde su punto de vista, la nocin de prctica im-
plica algo ms que la identificacin de un patrn sistem
tico de activi-dad. El sentido de prctica em
erge cuando esas actividades pueden serinterpretados com
o acciones significativas o con significado (Duveen
1994). Sin embargo, para este autor decir que las representaciones pro-
ducen patrones de actividad inteligibles no significa afirmar que las re-
presentaciones sean consideradas causas de las actividades sino ms
bien que las acciones se vuelven prcticas cuando son interpretadasdentro de la estructura de una representacin.
Entre las representaciones y el discurso como accin
Como parte de la crtica del reduccionism
o cognitivo, Potter y Edwards
(1999, 448) sealan que la teora de Moscovici no provee ninguna elabo-
racin terica sobre la accin, debido a que concibe las representacionesprim
ariamente com
o fenmenos cognitivos (aunque en algunas ocasio-
nes sean consideradas como objetos culturales) que ayudan a las perso-
nas a producir sentido sobre el mundo. A
diferencia, dicen, la psicologadiscursiva focaliza su atencin en un enorm
e rango de prcticas y tcni-
TAN
IA RO
DRG
UEZ
SA
LAZ
AR
70
dentro de grupos sociales. Desde este punto de vista, las representacio-
nes son antecedentes de la conducta, ancladas en sistemas de creencias
ampliam
ente compartidos entre los m
iembros de un grupo. La tenden-
cia ms interesante es, sin em
bargo, pensar que el modelo recursivo de
las representaciones sociales sostiene una posicin intermedia entre es-
tas posiciones. As, las representaciones tendran que ser vistas com
o ra-cionalizaciones de prcticas sociales previas y com
o transposiciones devalores e ideologas sostenidas por individuos y grupos
Desde una perspectiva de anlisis m
etaterico sobre la explicacincientfica se cuestiona que las representaciones puedan ser consideradascausas de las prcticas. Para W
agner (1993) una presuposicin comn
en los trabajos empricos sobre representaciones es aquella que m
arcauna relacin causal que va de la representacin a la conducta. D
e aquque se elaboren hiptesis que intentan explicar determ
inadas prcticaspor la existencia de representaciones sociales particulares.
El argumento de W
agner (1994) es que no podemos probar que las
acciones sean consecuencia de las creencias, debido a que tanto las ac-ciones com
o las creencias son expresiones que sostienen las represen-taciones, las cuales podem
os inferir a travs de procedimientos inter-
pretativos que pueden ser aplicados por igual a las creencias que a lasacciones. Las representaciones y prcticas no pueden, o no deben ser se-paradas conceptualm
ente. La prctica es parte integral de la representa-cin y no algo vinculado a o determ
inado por la representacin.Com
entando el planteamiento de W
agner sobre la relacin entre lasrepresentaciones y las prcticas, D
uveen (1994) afirma que si la defini-
cin de Moscovici seala que la representacin social es un sistem
a devalores, ideas y prcticas entonces es una falacia separar los valores ylas ideas de las prcticas, as com
o suponer que los primeros causan las
segundas. Por el contrario, desde esta perspectiva los valores, las ideas,as com
o las prcticas son considerados como elem
entos de significa-cin de la m
isma representacin.
Si no se puede sostener una relacin causal que va de la representa-cin a las prcticas, entonces cul es el tipo de relacin que la investiga-cin puede poner de m
anifiesto? Wagner (1993) supone que el tipo de
asociacin que hay entre las creencias y las prcticas de los individuoses una relacin de descripcin: Conociendo que un individuo sostiene
EL DEB
ATE D
E LAS
REPRESEN
TAC
ION
ES S
OC
IALES
73
bin sociologistas (antimentalistas radicales). A
su vez, nos llama la
atencin sobre la importancia del anlisis de las prcticas discursivas
para el anlisis de las representaciones sociales, en una actitud de inter-locucin e intercam
bio de mtodos y conceptos entre m
odelos que, apesar de las diferencias sustanciales, tienen puntos en com
n. En m
i opinin la crtica del construccionismo ha contribuido a que
los tericos o usuarios del ensamblaje terico de las representaciones so-
ciales se esfuercen cada vez ms en sistem
atizar, ampliar y hacer expl-
citos su carcter de construcciones y su papel constituyente de realida-des. El debate y la com
petencia, a final de cuentas, siempre es una
fuente de reflexividad y de innovacin.Las reflexiones que hem
os estado revisando son de vital importan-
cia para evitar reificar el concepto y adoptar una caracterizacin relacio-nal y dinm
ica de las representaciones. Valga la pena una cita ms de
Moscovici y M
arkov (1998, 153): De hecho, desde el punto de vista di-
nmico, las representaciones sociales aparecen com
o una red de ideas,m
etforas e imgenes, m
s o menos vinculadas y, por consiguiente, m
sm
viles y fluidas que las teoras.La concepcin dinm
ica de las representaciones se sustenta en la hi-ptesis de la polifasia cognitiva (M
oscovici y Markov 1998). La cual
destaca que de manera cotidiana tendem
os a emplear diversos m
odosde pensar, incluso opuestos, por lo que las representaciones pueden te-ner distinto carcter, a saber, m
etafrico o lgico, abstracto o concreto,im
personal o personal, entre muchas otras posibilidades.
Representaciones y retrica
Uno de los problem
as para el estudio de las representaciones sociales escm
o estudiar simultneam
ente los aspectos compartidos y no com
par-tidos de las creencias m
odernas. Una m
anera de estudiar esto es exami-
nando el contexto argumentativo de expresin de actitudes y creencias.
Esto es, examinar los tpicos y procesos del discurso donde dos o m
spersonas argum
enten sus puntos de vista uno a otro. Mediante la conver-
sacin es posible observar los aspectos argumentativos, los puntos de vis-
ta comunes, y la discusin de tpicos de controversia (vase Billig 1993).
El planteamiento de Billig (1993) sugiere un concepto m
s dinmico
TAN
IA RO
DRG
UEZ
SA
LAZ
AR
72
cas que las personas establecen mientras viven sus relaciones interper-
sonales, realizan sus actividades, abarcando una variedad de dominios
culturales.El planteam
iento de la psicologa discursiva a favor de las accionessociales en su carcter lingstico (textos y habla) y con su insistencia enel carcter contextual de los significados y de las prcticas discursivas,es cuestionada por los defensores de la TRS. D
e Rosa (2001) indica que lainvestigacin del anlisis del discurso radical est basada en una sinc-doque, en la cual la parte (el discurso observable) reem
plaza al todo, lacom
unicacin con todos sus elementos y procesos.
Para Moscovici (1998, 154), sin em
bargo, la perspectiva del anlisisdel discurso no contradice su teora sino m
s bien contribuye a su desa-rrollo:
la mayor parte de la investigacin del discurso no contradice la teora de las
representaciones sociales. Al contrario, la com
plementan y profundizan en
dicho aspecto. Preguntarse entonces si el lenguaje o la representacin es elm
ejor modelo no puede tener m
s sentido psicolgico que preguntarse siun hom
bre camina con su pierna izquierda o su pierna derecha.
CO
NSID
ERACIO
NES
FINA
LES
Am
anera de consideraciones finales quisiera presentar una serie de opi-niones y enseanzas que este debate puede ofrecer a los investigadoressobre representaciones sociales.
Ante todo creo que nos previene de adoptar un concepto de repre-
sentaciones sociales esttico e individualista en lugar de una elabo-racin dinm
ica y social. 6Nos invita a insistir en considerar las repre-
sentaciones como construcciones sociales y a m
antener una actitudreflexiva respecto a tentaciones psicologistas (m
entalistas), pero tam-
6Es relativamente com
n adoptar trminos estticos e individualistas m
s quedinm
icos y socialmente co-construidos. Estos m
alentendidos afectan la investigacinem
prica de las representaciones sociales en trminos de la eleccin de conceptos y m
to-dos utilizados, aunque no es algo privativo de dicha teora (M
arkov 2000).
EL DEB
ATE D
E LAS
REPRESEN
TAC
ION
ES S
OC
IALES
75
todologa que permita explorar las representaciones de un grupo o clase
social que se presupone importante en el diseo de investigacin sin
perder de vista el impacto de otras pertenencias grupales.
La metodologa que, desde m
i perspectiva, se vislumbra ideal son
las narrativas. De hecho, Laszl (1997), retom
ando la diferenciacin deBruner entre pensam
iento narrativo y pensamiento lgico, supone que
las representaciones sociales se organizan narrativamente, siendo el
pensamiento narrativo el que trata sobre la intencin hum
ana y la ac-cin, as com
o las vicisitudes y consecuencias que marcan su curso.
Mediante las narraciones es posible considerar com
o significativaslas pertenencias grupales e institucionales que el hablante espontnea-m
ente vincula a un objeto social particular. Significa un acceso a las re-presentaciones en concordancia con las prcticas cotidianas y sus con-textos (Rodrguez 2001, 85).
La importancia de las narrativas radica en que son la base m
isma de
la vida social y del pensamiento ordinario o de sentido com
n. Las na-rraciones posibilitan las relaciones hum
anas complejas en la m
edida enque nos habilitan para inform
ar y actuar simultneam
ente sobre los de-m
s. Carrithers sostiene que la narracin de historias es quiz la capa-cidad hum
ana ms poderosa, que es la de com
prender los humores,
pensamientos y planes propios y ajenos y la m
etamorfosis de esos esta-
dos mentales en un largo flujo de accin (1992, 110).
En las narrativas cotidianas atribuimos e identificam
os actores (indi-viduos portadores de estatus y roles), intenciones, 7saberes, flujos de ac-cin, acontecim
ientos, escenarios, movim
ientos y desenlaces. Atravs
de ellas comprendem
os no solamente cam
bios en los acontecimientos y
las circunstancias, sino tambin en la conciencia de los actores. Com
-prender una tram
a es, por consiguiente, tener cierta nocin de los cam-
bios en el mbito interior del pensam
iento de los participantes as como
TAN
IA RO
DRG
UEZ
SA
LAZ
AR
74
de representaciones que integra la posibilidad de ambigedades, ten-
siones o fragmentaciones. Considerar su carcter argum
entativo y deli-berativo, es aceptar la m
ovilidad de la significacin cotidiana y las ca-pacidades reflexivas de los actores. El sentido com
n no slo categorizay asim
ila construcciones culturales, sino tambin es capaz de particula-
rizar, de hacer valer excepciones o posiciones alternativas.D
esde mi punto de vista, estas sugerencias para interpretar retrica-
mente el pensam
iento social, y el pensamiento de sentido com
n en par-ticular, son claves para la teora de las representaciones sociales, porque:
1) Posibilita el anlisis de cmo los actores reconocen y enfrentan la
diversidad cultural y juegan estratgicamente con elem
entos en dispu-ta, protegiendo la propia identidad. N
os abre paso para analizar las re-presentaciones sociales en el nivel de anlisis colectivo.
2) Contribuye al anlisis de las representaciones sociales como m
e-dios para la construccin de identidades que siem
pre se definen frentea una alteridad, frente a un otro. A
simism
o, facilita analizar la cons-truccin relacional de los significados (cfr. M
arkov, 2000). El planteam
iento de la retrica enriquece el concepto de representa-cin social en la m
edida en que sus funciones no se restringen a finesprcticos de entendim
iento y coordinacin de la accin, sino tambin a
la elaboracin reflexiva de la accin y el mundo. Los actores son consi-
derados sujetos sociales competentes capaces no slo de categorizar y
asimilar, sino tam
bin de particularizar y hacer valer posiciones alterna-tivas (vase Rodrguez 2002).
Representaciones y narraciones
Como se ha planteado, los actores participan en diversas instituciones y
grupos sociales que influyen sus maneras de com
prender los objetos,haciendo que stos puedan ser contradictorios. Por lo general, la deci-sin m
etodolgica de qu grupo es el importante para explorar las re-
presentaciones de un objeto social particular procede de presuposicio-nes del investigador m
s o menos sustentadas.
Esta forma de construir la grupalidad en la indagacin em
prica escriticable por guiarse m
s por la perspectiva del observador que por lade los propios agentes sociales. D
e ah la importancia de buscar una m
e-
7Para Carrithers la intencionalidad est en la base de nuestra conciencia sobrenosotros m
ismos y los dem
s. Implica la capacidad de representarnos las representa-
ciones de los otros: La clave consiste en que cuando unas personas piensan acerca deotras lo hacen de una m
anera determinada, com
o poseedoras de pensamientos, planes,
ambiciones y conocim
ientos, lo mism
o que ellas. Esta es la actitud intencional deD
ennet, pero aqu toma un giro adicional, que consiste en la posibilidad de representar
las actitudes y el conocimiento recproco de todos los dem
s (1992, 90).
EL DEB
ATE D
E LAS
REPRESEN
TAC
ION
ES S
OC
IALES
77
BILLIG, M
. et al.,Ideological dilemm
as. Asocial psichology of everyday thinking, Lon-
don, SAG
E1988.B
ILLIG, Michael, Ideology and opinions. Studies in rethorical psychology,London,
SAG
E, 1991., Studying the thinking society: social representations, rhetoric, and atti-
tudes, en: Breakwell, G
lynis y David Canter (eds.), Em
pirical approaches tosocial representations, O
xford, Clarendon press, 1993.B
RUN
ER, Jerome,Realidad m
ental y mundos posibles. Los actos de la im
aginacin quedan sentido a la experiencia, Barcelona, G
edisa, 1988 (1986).C
ARRITH
ERS, Michael, Por qu los hum
anos tenemos culturas?,M
adrid, Alianza
Editorial, 1995 (1992).D
ERO
SA , Annam
aria, The boomerang effect of the radicalism
of discourse ana-lysis: no com
munication w
ithout representations, no representations with-
out comm
unication. Theory and Method in Societal Psychology, Pecs,
Hungra (26-29 abril 2001); versin borrador disponible en (10/08/02):
http://ww
w.europhd.psi.uniroma1.it/pdf/derosa2001.pdf
DO
ISE, Wilhem
, Las representaciones sociales: presentacin de un campo de in-
vestigacin, en: Anthropos 27, Barcelona, 1991.D
UVEEN, G
erard, Unalysed residues: representations and behaviours. A
com-
ment on W
. Wagner, en:Papers on Social Representations, vol. 3, 1994, dis-
ponible en (10/08/02): http://ww
w.sw
p.uni-linz.ac.at/content/psr/psrindex.htm
, Introduction: The power of ideas, en: M
oscovici, Serge, Social representa-tions. Explorations in social psychology, N
ueva York, New
York University
Press, 2001.E
CHEBA
RRAE. A
. y GO
NZA
LESC., J. L. Social knowledge, identities and social
practices, en: Papers on Social Representations, vol. 2(2), 1993, pp. 117-125,disponible en (10/08/02): http://w
ww.sw
p.uni-linz.ac.at/content/psr/psrindex.htm
FARR, R.M
., Las representaciones sociales, en: Serge Moscovici, editor, Psicologa
social, II, Barcelona, Paids, 1986(1984).H
ABERM
AS,Jrgen, Teora de la accin com
unicativa II. Crtica de la razn funciona-lista, M
adrid, Taurus, 1987.H
ARR, Rom
, Some Reflections on the Concept of Social Representation, en:
Social Research,vol. 51 (4), 1984.IB
EZ, Tom
s, Ideologas de la vida cotidiana, Barcelona, Sendal, 1988.
TAN
IA RO
DRG
UEZ
SA
LAZ
AR
76
de los cambios en el paisaje exterior de los acontecim
ientos(Carrithers1992, 123).
Las narrativas son instrumentos para superar el dilem
a de la investi-gacin em
prica sobre representaciones sociales que se basa en materia-
les discursivos individuales. Tienen la ventaja de recuperar el carctertem
poral de la experiencia y los referentes sociales y culturales, esto es,de vincular lo colectivo en lo individual. A
l contar historias, las perso-nas no pueden dejar de abordar el tem
a de cmo les ha ido a los sujetos
involucrados en ellas y cul ha sido la suerte de los colectivos a los quepertenecen (H
abermas 1987). A
s, se pueden generar explicaciones enlos niveles individual y colectivo de las representaciones sociales.
BIBLIO
GRA
FA
ABRIC,Jean Claude Central system
, peripheral system. Roles and dynam
ics ofsocial representations, en: Papers on social representations, vol. 2, 1993, dis-ponible en (10/09/02): http://w
ww
.swp.uni-linz.ac.at/content/psr/
psrindex.htm, Specific processes of Social Representations, en: Papers on Social Repre-
sentations, vol. 5(1), 1996, pp. 77-80, disponible en (10/09/02): http://w
ww.sw
p.uni-linz.ac.at/content/psr/psrindex.htmA
LLAN
SOTTIR, A
.; JOVCH
ELOVITCH, S.; STATO
POU
LOU, A
., Social Representations:the versatility of a concept, en: Papers on Social Representations, vol. 2, 1993,disponible en (10/08/02): http://w
ww.sw
p.uni-linz.ac.at/content/psr/psrindex.htm
AU
GO
USTIN
OS, M
. y LEE PEN
NY, S., Reconciliation. The genesis of a new
socialrepresentation, en: Papers on Social Representations, vol. 10, 2001, disponibleen (10/09/02): http://w
ww.sw
p.uni-linz.ac.at/content/psr/psrindex.htmB
AN
CHS, M
ara A., Las representaciones sociales: sugerencias sobre una alterna-
tiva terica y un rol posible para los psiclogos sociales en latinoamrica,
en: Jmenez, B. (com
p.),Aportes crticos a la psicologa en latinoamrica, G
ua-dalajara, ED
UG, 1990.
, Decostruyendo una deconstruccin, en: Papers on Social Representations,
vol. 3 (1), 1994, disponible en (10/09/02): http://ww
w.swp.uni-linz.ac.at/
content/psr/psrindex.htm
EL DEB
ATE D
E LAS
REPRESEN
TAC
ION
ES S
OC
IALES
79
PO
TTER, Jonathan y Margaret W
ETHERELL, D
iscourse and social psychology, Lon-dres, SA
GE, 1987.
RATY, H
annu y LeilaSNELLM
AN, M
aking the unfamiliar fam
iliar. Some notes on
the criticism of the theory of Social Representations, en: Papers on Social Re-
presentations, vol. 1(1), 1992, pp 3-13, disponible en (20/08/02): http://w
ww.sw
p.uni-linz.ac.at/content/psr/psrindex.htmR
AM
REZ P., Jorge, Innovacin metodolgica en una poca de ruptura. A
puntespara su com
prensin, en: Mara Luisa Tarrs (coord.), O
bservar, escuchar ycom
prender. Sobre la tradicin cualitativa en la investigacin social, Mxico, El
Colegio de Mxico-Facultad Latinoam
ericana de Ciencias Sociales (FLACSO),
2001. R
OD
RGU
EZS., Tania, Las razones del m
atrimonio. Representaciones, relatos de vida y
sociedad, Guadalajara, Editorial CU
CSH-UdeG, 2001., Representar para actuar, representar para pensar, en: Celia del Palacio
(comp.), Cultura, com
unicacin y poltica, Guadalajara, Editorial CU
CSH-UdeG,2002.
RO
SE, D., D
. EFRA
IMet al., Q
uestioning consensus in Social RepresentationsTheory, en: Papers on Social Representations,vol. 4, 1995, disponible en(20/08/02): http://w
ww.sw
p.uni-linz.ac.at/content/psr/psrindex.htmV
ALEN
CIA, Jos F. y Fran ELEJA
BARRIETA, Rationality and social representations:
some notes on the relationship betw
een rational choice theory and social re-presentations theory; en: Papers on Social Representations, vol. 3, 1994, dis-ponible en (20/08/02): http://w
ww
.swp.uni-linz.ac.at/content/psr/
psrindex.htmV
ERTHEG
GEN, Theo y CorB
AERVELD
T, From shared representations to consen-
sually coordinated actions: Towards an intrinsically social psychology. Po-
nencia presentada en l8th conference of the International Society for TheoreticalPsychology (ISTP), abril 25-28, 2000, Sydney, disponible en (15/08/02):http://m
embers.shaw.ca/ncpg/verheggen_baerveldt.htm
lW
AG
NER, W
olfgang, Gerard D
UVEEN
et al.,Theory and method on social repre-
sentations, en: Asian Journal of Social Psychology, vol. 2 (1), 1999.W
AG
NER, W
olgang, Can representations explain social behavour? Adiscussin
of Social Representations as rational systems, en: Papers on Social Represen-
tations, vol. 2 (3), 1993, disponible en (20/08/02): http://ww
w.swp.uni-
linz.ac.at/content/psr/psrindex.htm
TAN
IA RO
DRG
UEZ
SA
LAZ
AR
78
, Some critical com
ments about the theory of Social Representations. D
is-cussion of Raty &
Snellman, en: Papers on Social Representations, vol. 1(1),
1992, pp. 21-26, disponible en (20/08/02): http://ww
w.swp.uni-linz.ac.at/
content/psr/psrindex.htmJO
DELET , D
enise, La representacin social: fenmeno, concepto y teora, en: Ser-
ge Moscovici, editor, Psicologa Social, II, Buenos A
ires, Paidos, 1986 (1984).L
ASZL , Jnos, N
arrative organisation of Social Representations, en: Papers onSocial Representations, vol. 6(2), 1997, pp. 155-172, disponible en (20/08/02):http://w
ww.sw
p.uni-linz.ac.at/content/psr/psrindex.htmM
ARKO
V, Ivana, Am
de or How
to Get Rid of It: Social Representations form
a dialogical perspective, en: Culture & Psychology, Londres, Sage, vol. 6 (4),
2000, pp. 416-460M
OSCO
VICI, Serge, El psicoanlisis su imagen y su pblico, A
rgentina, Huem
ul,1979(1961).
, The phenomenon of social representations, en: G
erard Duveen, editor,
Social representations. Explorations in social psychology, Nueva York, N
ewYork U
niversity Press, 2001(1984a)., D
e la ciencia al sentido comn, en: Psicologa social,Barcelona, Paids,
tomo II,1986 (1984b).
, Notes tow
ards a description of social representations, en: European jour-nal of social psychology, vol. 18, 1988.
MO
SCOVICI, Serge y G
eorgesVIG
NA
UX, The concept of them
ata; en: Gerard D
u-veen, editor, Social representations. Explorations in social psychology, N
uevaYork, N
ew York U
niversity Press, 2001(1994).M
OSCO
VICI, Serge y IvanaM
ARKO
V, Ideas and their development: A
dialoguebetw
een Serge Moscovici and Ivana M
arkov, en: Gerard D
uveen, editor,Social representations. Explorations in social psychology, N
ueva York, New
York University Press, 2001(1998).
PARKER, Ian The crisis in m
odern social psychology, Londres, Routledge, 1989.PO
TTER, Jonathan y MichaelBILLIG, Re-representing representations. D
iscussionof Raty &
Snellman, en: Papers on Social Representations, vol. 1(1), 1992, pp.
15-20, disponible en (20/08/02): http://ww
w.sw
p.uni-linz.ac.at/con-tent/psr/psrindex.htm
PO
TTER, Jonathan y Dereck
EDW
ARD
S, Social Representations and discursivepsychology. From
cognition to action, en: Culture & Psychology, Londres,
Sage Publications, vol. 5 (4), 1999, pp. 447-458
TAN
IA RO
DRG
UEZ
SA
LAZ
AR
80
, Speaking is acting is representation, en: Papers on Social Representations,vol. 3 (2), 1994, disponible en (20/08/02): http://w
ww.sw
p.uni-linz.ac.at/content/psr/psrindex.htm
, Description, explanation and m
ethod in social representations research,en:Papers on Social Representations, vol. 4, 1995, disponible en (20/08/02):http://w
ww.sw
p.uni-linz.ac.at/content/psr/psrindex.htmW
AG
NER , W
olgang y FranE
LEJABA
RRIETA, Representaciones sociales, en: Mora-
les, J. Francisco (editor) Psicologa Social, Madrid, U
NED-M
acGraw
-Hill, 1997
(1994).
FECHA
DE
ACEPTA
CIN
DEL
ARTCU
LO:21 de noviembre de 2002
FECHA
DE
RECEPCIN
DE
LAVERSI
NFIN
AL :19 de diciem
bre de 2002
Top Related