H E B E L
RETRATOS poesía
Damarys González Sandoval
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Damarys González Sandoval
RETRATOS
POESÍA
HEBEL
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H E B E L Ediciones Humus| Poesía
RETRATOS poesía
Damarys González Sandoval
Libro ganador de Mención Honorífica
en el Premio Municipal de Literatura
''Rafael Ángel Insausti'', de Venezuela.
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RETRATOS | POESÍA
© Damarys González Sandoval, 2016.
© HEBEL Ediciones
Colección Humus| Poesía
Santiago de Chile, 2016.
www.issuu.com/hebel.ediciones
Imagen de portada: José Daniel Rodríguez.
Diseño y collage: Luis Cruz-Villalobos.
www.benditapoesia.webs.com
Qué es HEBEL. Es un sello editorial sin fines de lucro. Término hebreo que
denota lo efímero, lo vano, lo pasajero, soplo leve que parte veloz. Así, este
sello quiere ser un gesto de frágil permanencia de las palabras, en
ediciones siempre preliminares, que se lanzan por el espacio y tiempo para
hacer bien o simplemente para inquietar la vida, que siempre está en
permanente devenir, en especial la de este "humus que mira el cielo".
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PRÓLOGO
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Galería en penumbra
El poema, igual que un retrato, es una
expresión que selecciona intuitivamente
algunos elementos y confía en la
posibilidad de sugerir con ellos el área no
revelada de la imagen; es el intento de
hacer visible aquello que se ha percibido,
anclándolo mediante un conjunto de
signos que corren el riesgo de exaltarlo o
degradarlo. Se puede transferir a un papel
la última línea de una conversación
interrumpida y remarcar el rostro hasta que
responda a las viejas preguntas que le
hacemos. Algunos Retratos conservarán la
expresión ingenua de los que partieron
engañados, otros huirán hacia el interior de
sí mismos estrellándose contra todas sus
puertas.
Este poemario, el quinto en mi producción,
reúne un conjunto de figuras en claroscuro,
algo así como una exposición de cuadros
resuelta mediante versos trazados con
tonos intensos y difuminados que
pretenden registrar los matices de las
situaciones que originaron esas figuras; son
Retratos que han permanecido en mi
memoria bajo una luz que, desde cierto
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ángulo, transparenta la piel y revela
marcas de hierros candentes veladas por
el tiempo.
Cada persona me ha dejado una huella, y
es en ese orgánico laberinto digital que
queda impreso en todo lo que toca, en
todos sus actos, que intento hilar algunos
versos y fijar con ellos en la página aquello
que ya está grabado en la correa giratoria
de la experiencia. Es así como se ha
convertido en libro esta serie de traslados
al papel de los trazos definitivos que
seleccionó antes la memoria: ese soporte
en el que la emoción graba un rasgo y lo
perpetúa. También he retratado aquí
personas que apenas rocé con la mirada
en algún escenario cotidiano. La mayoría
permaneció inocente del registro; solo los
muertos notaron que yo los retrataba,
nada se puede ocultar a la memoria de los
muertos.
Se adentra el lector en este libro como en
una galería y encuentra que solo algunos
rasgos se acentúan en uno que otro verso,
como si la autora de estos retratos
prefiriera eximirse de confesar identidades
o rendir cuentas. Muchas figuras fueron, de
modo consciente o inconsciente,
escogidas en el interior de las sombras; allí
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donde hay que graduar la mirada para
reconocer las facciones, y ambos, retrato y
retratista, corren el riesgo de volverse
invisibles e incomprensibles; sin embargo, le
queda al lector la disyuntiva de palpar, de
intuir, de investigar más allá de lo que
quedó plasmado.
Una vez avanzada la lectura de estos
Retratos aparecen dos poemas livianos
que sobresalen de la superficie: una
cariátide sostiene una ofrenda de sonidos,
una inquieta mirada de ave se aleja del
nido formado por la trama de finos
pliegues del viejo párpado. Se agita un
enérgico cardumen de asombros
alrededor de esos dos poemas que son
como pequeños faros, tal vez esperados -
por los lectores y por mí- para poder
reconocer alguna ruta desde donde
emprender el retorno.
Damarys González Sandoval
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RETRATOS
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Mientras afilo el lápiz
Un buen retrato
tiene la perspectiva invertida temporalmente
es una galería de puntos ciegos
Ellos no están de frente ni de perfil, sino sesgados
y cada uno contempla
la sombra voluminosa y llena de habitantes
que estoy dibujando en la espalda del otro
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Una crisálida
a Alejandra Alcalá (1973-2012)
Cualquier intención se desplaza igual que una
flecha
dentro de su piel de servilleta
Ella quisiera que sus heridas sanaran
con cicatrices de acero
entonces tendría una estructura
A veces la voluntad tiene un formato distinto
al embalaje del cuerpo
y ambos se rompen
Es implacable el viento que aleja
cada vez con mayor facilidad las trazas
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Desnudos a la intemperie
Ellos giran con la luna para que la luz no revele
que apenas sujetan un fragmento de la cáscara
que los rodeaba y que ha desaparecido
ante la fuerza de la intemperie
Caen desnudos sobre las baldosas
mientras desovillo la cinta de papel fotográfico
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Retrato en bajo relieve
Él tiene en cada pupila un bajorrelieve
ciertamente laberíntico y centrifugado
pequeña huella dactilar que deja impresa
en lo que observa
aquello que lo observado debe reconocer
El laberinto surcado
también se contrae ante la luz
y se dilata en la sombra
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Efecto engañoso
Él es puramente piel
es una fruta que regenera su cáscara
antes de que alguien termine de mondarla
Toda su sensibilidad está
en esa corteza de forma continua que nace
y concluye donde otros tienen el alma
Su semilla es la herida
Desde cierto ángulo la luz transparenta su piel
y se observan las marcas de hierros candentes
por el paso del tiempo veladas
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Composición de cicatrices
Ella ha permanecido inmóvil ante el roce
de la áspera corteza de los gestos
y las palabras mundanas
que la han lastimado
al ritmo natural de la gravedad
Se afilan las paredes de sus heridas
se prolongan como armas punzantes
y cada palabra que pronuncia tiene
al menos una vocal
que significa escudo
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Dolor: figura de cuerpo entero
El dolor es un huérfano que habita mi cuerpo
se refugia en la oscuridad y me hiere
despacio
resentido
como si yo le debiera algo
Las manos me arden y es inútil
este malabarismo por intentar atraparlo
Cuando se detiene
parece que me contemplara
con sus grandes ojos de ángel solitario
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Una belleza que va a desdibujarse
Debajo del vidrio
tímidamente se descubre entre sus labios
la hermosa dentadura
pequeño collar de perlas ajustado en la
garganta
Ya nunca saldrán de su torso rígido
las gasas blancas
como un velo guardado muy adentro
de su último portarretrato
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Su rostro se ha difuminado
Permaneció sentada
absorta
en su silla mecedora
aun después de la muerte
Penetró algún temible pasaje de su
pensamiento y allí
continúa abriendo gavetas en busca de una
llave
Tal vez todavía encuentra algún sonido
un antiguo juguete sale de la oscura entraña
una cuenta gira y traza una línea
sobre el manto de polvo
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Un velo sobre tu rostro
El tiempo ha desvanecido lentamente
la imagen de tu fotografía
el papel blanquecino se torna amarillo grisáceo
El portarretrato parece el arco
de un puente de piedra
en medio de una neblina que tiene
algo de perdón
renuncia y olvido
A veces sueño que has pasado cerca del vidrio
empañado
y quisiera colgar cascabeles a la orilla de la
muerte
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Presagios
La mirada de la madre gira
dolorosamente alrededor del recién nacido
traza presagios en su piel inmaculada
derriba los cartílagos de sus alas
quillas, timones
pudiera también derribar sus ojos
y dejarle
amorosamente
el ancla
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Un día después de su partida
¿Cuánto durará esta madrugada en la que
como si tuviera otros cuerpos
deambulando dentro de mi cuerpo
estoy tantas veces despierta?
Cada minuto nace revestido de silencio
Percibo el esfuerzo
que hacen los muebles de su alcoba
por sostener la red de sudor perfumado
que ella tejía al andar
Un filamento pende entre el espejo
que lo duplica
y el picaporte
que lo distorsiona
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Naturaleza suspendida
Mis muertos conservan la expresión ingenua
de los que partieron engañados
Así los encuadró mi mente
Coinciden en juventud y en esa bella sonrisa
que en sus rostros significa un desafío
Son máscaras que flotan en un pequeño
teatrino
inocentes de los cuerpos distantes
que los contienen
y sin disculparse partieron
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Estudio para un autorretrato
Es tan delgado el pasaje
de un autorretrato al siguiente
que una alteración, un convenio oscuro
se entromete de uno a uno en ellos
y un punto desvaído luce en la mirada
esa que siempre pareció el orificio de un túnel
En algún momento solo se puede difuminar
la hoja y hacer de ella vago escarceo
aunque no vuelve a ser igual la luz que la dora
bajo el turbio paño
del papel siempre velado y más frágil
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Sombra
El arco de una sonrisa puede revelar
la carga que la está hundiendo
El tiempo deja caer sobre mí
su plomada
y estrella una contra otra
mi columna vertebral de lámparas
soy ahora una oscura torre
de la que se desprenden
ladrillos abiertos como pequeñas cajas
Se desnuda el dolor
erguido
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Boceto de un viejo escenario
Hoy te has ido y el dintel de la puerta
es un bastidor
donde se transparentan recuerdos que guardo
de tu niñez
En tu pensamiento es amplia la perspectiva
en el mío se encaja un negro punto de fuga
Mi memoria hace cántaros con el molde
de tu huella pequeña
y va llenando con ellos el patio donde jugabas
Un pocito de lluvia se oscurece lentamente
en el fondo de cada uno
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Autorretrato cóncavo
Camino dentro de una gran burbuja metálica
que distorsiona mi rostro
y por un momento lo enmudece
La soledad es una urdimbre de distancias
Nace una aguja de reloj en cada espejo
y gira lentamente hacia la sombra
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Retrato de un reflejo
Nació a mi lado el dolor
y me rodeó su reflejo
en el útero de espejos de mi madre
Nacimos del mismo ópalo negro pero él tiene
su cordón adherido a mí
Es un ángel que me ronda
se enfrenta a mi cuerpo y lo observa
en íntima simetría
Es un niño que espera pacientemente
el quejido
y lo lamenta
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La desaparición de mi padre
La muerte rodeó el cuerpo de mi padre
seccionó primero su fuerza
sus gestos, la velocidad de sus pasos
Guardaron la ropa, los discos, el despertador
La voz de mi padre perdió el rumbo de su boca
y golpeaba las transparentes cúpulas de sus ojos
como un pajarito atrapado
Todos lloraban alrededor de aquella oscura caja
que igual a un portarretrato nuevo
aportó al duelo aquella tarde
una imagen parafinada
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Un acordeón de imágenes veladas
Una colección de retratos
fuga lentamente en el tiempo sus naipes de
vidrio
cada uno transfiere rasgos
sobre las transparencias de los rostros más
cercanos
Se levanta y cae continuamente
el acordeón de imágenes veladas
con el movimiento de una larva espectral
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Incontenible
Su caudaloso pensamiento
deshace mis represas de papel
Hay cierta violencia detrás de su alegría
ella puede entrar en batalla
mientras canta o baila y así morir
sin disminuir el ritmo
Tiene en la voz y en la mirada
estampidas
Su vida empezó y se detendrá
tal vez
dos muros más allá de mis fuerzas
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Después del entierro
Mi pensamiento camina detrás del tiempo
recolectando objetos perdidos
los contempla y hace un collage de voces y
sonrisas
encima de su fotografía
Sigo escuchando a cada instante la paletada
de tierra
como un reloj defectuoso
al que en el mismo lugar se le atascara el
segundero
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Un molde pequeño
El contexto es siempre un marco pequeño
irregular, defectuoso
la fotografía se pliega y en esa deformidad
todos pueden reconocer la huella
de la criatura colectiva que camina
sobre los rostros dóciles
Dentro del pequeño portarretrato se siente
el rostro firmemente presionado
por la línea de contorno y una mirada
escultórica
que observa
muy de cerca mientras sigue desbastando
con su colección de gubias
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Retrato de un sobreviviente
Ha sido modelada accidentalmente
la figura de un hombre
ya no tiene equilibrio ni armonía
Continúa avanzando
su pequeño cuerpo andrógino
y contempla desde abajo los géneros perdidos
Sus pasos son las puntadas vacilantes
de quien intenta sujetarse al mundo
su desnudez es trágica
volvió a nacer en el mismo cuerpo
y lo recuerda
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Acercamiento
Has modificado el ensamblaje de tu rostro
una y otra vez
acumulando exóticos objetos
en el cauce natural de la risa y las lágrimas
Cada día es más grave la sombra
ya casi no se nota
que la nueva expresión no cicatriza
ni da lugar a que se corrija
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Retrato en alto relieve
El subcutáneo rostro del miedo
tiene facciones alargadas como rascacielos
preciosas catedrales góticas con brillantes
agujas
y pináculos escarpados
Desde allí ella contempla
con el aliento congelado
cada desgarramiento de su piel
envenenada e insensible
cual estribillo indeleble
que anuncia, sin quererlo
la proximidad del fin
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Una caja de música
Mi madre engastó en cada fisura de su cuerpo
una tesela sacada de su propio costado o
espalda
hasta que el mosaico entero
tomó forma de óvalo y empezó a girar
-para ya nunca detenerse-
Solo se escuchaba una caja de música
y algunos objetos sueltos
en su interior
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Maternidad sobre un fondo difuminado
Ella está amamantando y parece
que un pensamiento
cerrara oscuras puertas en sus ojos
Sigue ahí sentada y su mirada fija se aleja
a través del niño hacia un lugar
donde los niños aún no han nacido
Lo único que la sujeta a la realidad
es un casi transparente hilo de leche
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Retrato de un eco
En los rígidos cilindros de tu voz
mis palabras intentan abrirse paso
y se pierden, forasteras
No reconozco el frío metálico
que hiere mis manos cuando me asomo
y dudo que ese sea mi reflejo
Siente conmigo, ven, miente conmigo
Tu voz huyó y dejó en su lugar
una campana invisible alrededor de una piedra
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Isabel
En su mirada
se asoma el extremo del clavo
que la sujeta desde el revés del mundo
Es una niña envejecida y no la corona
la monedita golpeada del clavo
le danzan alrededor los antiguos golpes
amalgamados con los más recientes
y los disculpa con la bondad de quien tiene
el alma hecha de mejillas
Los diamantes de sus ojos
reciben una y otra vez el impacto
de la punta metálica
pero su única grieta tiene el arco propio
de la sonrisa de un niño
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Autorretrato
Tengo en la retina bisturíes
que diseccionan las figuras una y otra vez
solo en su voluminosa transparencia
y las siguen interviniendo
mientras desfilan por mi pensamiento
mi memoria y mis sueños
Se desprende de ellas
la expresión inocente de quienes creen
que continúan andando por las aceras
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Retrato de dos hermanas
Ella esculpe muchos filos en cada palabra
y los atornilla, despacio, en la memoria de su
hermana
la mira fijamente y no se detiene
hasta que encuentra en sus ojos un estallido
mínimo
Cada día debe hacer más presión
porque el tejido de las cicatrices que la
acompañan
es más grueso que el olvido
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La mujer de la mirada perdida
Sus palabras formaron un ovillo
con el que intentó hilvanar de ahí en adelante
la lenta vigilia y el turbio sueño
El estupor la sobrepasaba
Nunca fueron tan iguales las palabras
rodaban fácilmente hacia espacios lúgubres
que ella perseguía en el aire con su mirada
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Estudio para un retrato que quedará inconcluso
Cada cierto tiempo cae en mi memoria
tu perfil de moneda
y me tributa una confesión
a la que nada interrumpe
Giras
soberbio
en hermético silencio
y yo murmuro, penitente
mi rosario de palabras
alrededor de la gran fotografía mental
que me contempla desde de la muerte
y que ya no puede arder
solo se oscurece y se deforma
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Retrato de una mujer callada
Ella nació con la voz invertida
se quiebran las palabras dentro de su cuerpo
su piel apenas contiene un reloj de arena
demasiado lleno
La punta de un grito se mella después
de dos o tres vueltas
Sobre la superficie blanquecina de los
fragmentos
parpadea un foco de luz fría y lejana
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El filo azul de tus ojos
a Menena Lovera
El tiempo ha trazado en tus párpados
una trama de finos pliegues
nidos que continúan aguardando el reposo
de tu inquieta mirada de ave
Un enérgico cardumen de asombros
se agita en tus ojos marinos y recorre
incontenible
la accidentada superficie del mundo
Tu virginal curiosidad danza
sobre la espalda del tiempo y lo doma
Tal vez dibujarás así
un día
el último salto
sin que la vejez te alcance
sin que la vejez lo entienda
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Retrato iluminado por el fuego
Su alma era apenas una velita encendida
ella la envolvió en un largo tapiz de
escenografías
y ofreció a la mirada inquisidora del mundo
el falso espejo
sin saber que aquella mirada puntiaguda
también contemplaba el señuelo desde
adentro
Observo las capas distorsionadas
y reducidas bajo las líneas negras
de las que brota como un terrible cultivo
el fuego
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Segundo retrato de mi padre
a Ismael González (1932-2004)
Trazaron mi camino tus pasos, padre
Apostaste a las cosas ante las cuales no había
más salida que ser valiente
Apenas hubo suficiente espacio
para que un pie se moviera
mordido por el que venía detrás
perdiste para siempre el descanso
tus pasos nerviosos continuaron bordando
círculos y nudos en mi mente
y las preguntas
se encajaron como puntadas de una máquina
atorada en el desvelo
Yo tampoco supe qué hacer
cómo sacarte de ahí
cómo no hundirme contigo
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Retrato de una joven triste
Estaba carcomida su estructura
por una tristeza soberbia que avanzaba
secretamente y que sería capaz
de tomar aquel cuerpo como sarcófago
antes que permitir que la exhibieran
¿Quién prometió que detrás de mi piel
–servilleta de arcilla-
habría ricos relieves y cultivos nobles?
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Figura suspendida en el aire
Estaba sola
y pendía
de una fracción de libertad
que la balanceaba violentamente
entre ambos extremos del pensamiento
Prendieron de su cintura un armador sin vestido
una jaula
y toda la familia colgó cuentas de cristal
para detectar las réplicas del sismo
ella también colgó cristales en su frente
y aprendió a andar a tientas
dentro de un cuerpo casi detenido
y discretamente observado
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Retrato de una cariátide
a Virginia Edit Perrone
Sus pies estaban fijos
en un punto de la tierra y desde allí
como una cariátide
sostenía una perenne ofrenda de sonidos
Sus sentidos peregrinaban por lejanos territorios
y luego volvían a sumergirse
en el cauce de su voz
Sus breves poemas eran cicatrices
de versos que se elevaron
y encajaron de nuevo en su cuerpo
como finas lanzas
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Figura sobre fondo blanco
En el espejo
coinciden y se defraudan
dos extraños idénticos que continúan
huyendo
El olvido ha soltado con delicadeza
las manos de mis seres amados
y cada día intenta reemplazarlos
por desconocidos
También se llevó mis cosas de siempre
A veces solo puedo hablar del olvido
de lo que ya no le debo
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Acerca del maquillaje
Las sombras aplicadas
a los párpados de un cadáver
recibirán el mismo tratamiento
que las sombras tostadas del paisaje
La tierra deberá pintarse más oscura
en el borde del párpado y se aclarará
en delicado ascenso
hasta desaparecer en el difuminado horizonte
donde fue interrumpida la mirada
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Retrato de mujer campesina
Tal vez cuando era niña
el campo alcanzaba la altura de sus mejillas
y desde que lo perdió se le cayó la mirada
Avanza nerviosa
acordonada por la orgánica sombra
de la multitud
El mundo no encuentra en su rostro
los matices del fingimiento
los convencionalismos por el bienestar humano
El mundo avanza nervioso
en dirección contraria
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Bosquejo
Alguien arroja una piedra
desde el revés de la laguna
y aparecen las ondas sobre el pensamiento en
calma
Un sueño recién nacido se mece
entre la sonrisa infantil y la mirada perdida
Duendecillo del silencio
potrillo que nace y se yergue
preparado para alejarse
Los sueños no mueren
solo se ensucian y deambulan
Son livianas criaturas que a veces
viajan junto a las ferias visitando los pueblos
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Figura dentro de figura
Mientras camina su pensamiento dibuja
huellas en sentido contrario
Cadena de pasos velados que se ovillan
y hacen más pesada su isla
Su cuerpo es un estuche
donde permanece guardado
escuchando el zumbido
del dinámico engranaje del mundo
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Penumbra
Corro sin cesar sobre una plataforma que gira
y me devuelve
No consigo orientarme por las estrellas
que forman un anillo
Escucho mi respiración y mi pulso
amplificados
Tropiezo una y otra vez con tu cráneo
que navega mi ceniciento subsuelo
Sabes que de aquí no puedo mudarme
igual que de aquella casa
que mi memoria es una región sin garantías
un depósito de bienes que tienden a
multiplicarse
peces de cobre y panes negros
que jamás pudieron ser repartidos
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Escenario de un sueño
Un cuerpo comienza a hundirse
entre cientos de relojes que giran al revés
se despegan algunos números
pronto se atascarán las agujas
Al alcanzar la vejez descubres
que los sueños fueron construidos
con objetos que no funcionaban
y que has habitado el mismo escenario
con entusiasmo
desesperación
y resentimiento
Tal vez tu única satisfacción será
contemplar el rostro risueño de una criatura
que nació con la promesa de hundirse
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Retrato de un escultor ciego
Un escultor ciego desbasta
su propia figura
brotan de sus manos las óseas herramientas
se acumulan en el piso residuos de arcilla roja
Se desproporciona un costado
luego el otro
tiene la percepción mellada y aún siente
que es voluminoso su tejido
Su torso apenas enmarca
la grieta que le surca el costado
allí donde he metido mi mano
y he palpado las cuerdas tensas
que se fugan hacia el balcón
de un diminuto titiritero
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Mi taller
Hago mis dibujos en un angosto pasillo de la
memoria
no puedo avanzar ni devolverme
Con los ojos cerrados palpo
hasta el ardor
las paredes de cada herida
Invoco
Un sistema de signos intenta encerrar
la defectuosa proyección
de figuras traslúcidas que repiten
incesantemente
su último gesto
F I N
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SOBRE LA AUTORA
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Damarys González Sandoval. Poeta y
artista plástico, nacida en Caracas en
1973. Actualmente reside en Carayaca,
Estado Vargas. Es Licenciada en Artes
Plásticas, mención pintura, egresada del
Instituto Universitario de Estudios Superiores
de Artes Plásticas Armando Reverón (hoy
UNEARTE), en el año 2004. Ha dictado
talleres de sensibilización literaria por
medio de la poesía en diversas
instituciones educativas. Ha participado
en un sinnúmero de recitales de poesía y
festivales literarios nacionales. Ha sido
merecedora del Segundo lugar en la
Primera Edición de la Bienal de Poesía
Juan José Breca, por su poemario:
„‟Silueta de una meditación‟‟ (Casa de la
Poesía de Vargas, Estado Vargas, 2011) y
del Primer lugar en la Segunda Edición de
la misma Bienal con su poemario „‟El velo
de tinta se ha desdibujado en el agua‟‟
(Casa de la Poesía de Vargas, Estado
Vargas, 2013). Recibió Mención Honorífica
en el IV Concurso “Por una Venezuela
literaria” con su poemario „‟Inasible como
el dibujo secreto del vuelo de los pájaros‟‟
(Negro Sobre Blanco Grupo Editorial,
Caracas, 2014). Recibió Mención
Honorífica en el Premio Municipal de
Literatura “Rafael Ángel Insausti” con su
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poemario „‟Retratos‟‟. Ha publicado en
diversas revistas literarias. Su poesía figura
en la antología colectiva Poetas de
Vargas, tomo 1 (2008), la antología
colectiva „‟Yo soy mujer‟‟ (Movimiento
Mujeres Poetas Internacional, 2012) y en
la antología colectiva del 9.º Festival
Mundial de Poesía de Venezuela (2012).
Tiene en su haber los poemarios:
Mariposas en el suelo (El Perro y La Rana,
2014), El velo de tinta se ha desdibujado
en el agua (CENAL, 2014), Inasible como
el dibujo secreto del vuelo de los pájaros
(Negro Sobre Blanco, 2014) y „‟Retratos‟‟
(Negro Sobre Blanco, 2015).
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