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EN ESTE NÚMEROCONSEJO EDITORIAL
Lic. José Luis Medina AguiarPresidente
Miembros Ex officio Sen. Martín Orozco Sandoval
Presidente de la Comisión de FederalismoSen. René Juárez Cisneros
Presidente de la Comisión de Desarrollo RegionalGobernador José Francisco Olvera RuizCoordinador de la Comisión de Desarrollo
Metropolitano de la CONagOLic. Antonio González Curi
Coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Segob)
Lic. Javier Pérez TorresDirector general del Instituto para el
Desarrollo Técnico de las Haciendas Públicas
Expertos en FederalismoJosé alberto aguilar IñárrituEduardo andrade Sánchez
Juan José Bañuelos guardadoÁngel Buendía TiradoCésar Camacho Quiroz
Porfirio Camarena CastroJesús alberto Cano Vélez
Diódoro Carrasco altamiranoJosé R. Castelazo
José Luis Flores HernándezHéctor Flores Santana
Mario Luis Fuentes alcaláJosé Francisco guerra y Rullán
Javier guerrero garcíaJosé Trinidad Lanz CárdenasÓscar López Velarde Vega
arturo Núñez JiménezManuel Olimón NolascoMariano Palacios alcocerÓscar Pimentel gonzález
Luis Robles MiajaEugenio Ruiz OrozcoJavier Treviño Cantú
Diego ValadésMauricio Valdés Rodríguez
José guillermo Vallarta PlataJulio Zamora Bátiz
José Luis Medina AguiarDirector general
Daniel E. Medina MartínezDirector Ejecutivo
José Núñez RamosDirector Editorial
Ignacio Sachman TorresDirector Editorial
Nancy Elizabeth Morales MuñizDirectora de arte y DiseñoAlfredo Reyes Rendón
WebmasterRoberto Meléndez FrancoDirector de administración
César Rojas Zitlalpopocatladministración
asesores del Consejo EditorialJavier Lozada León
asesor del Director generalJuan Manuel Álvarez Navarro
asesor Lázaro Santillán Ubilla
asesor
Seminario “Encuentro por la Federación y la Unidad Nacional”
EL FEDERALISTA, Año IV, No 18, Octubre de 2014, es una publicación mensual editada y distribuida por El Federalista Editores, S.A. de C.V. Viaducto Río Becerra 461, interior 1, Colonia Ampliación Nápoles, CP 03840, México, Distrito Federal, teléfono (55) 9000 0378, www.elfederalista.mx, [email protected]. Editor responsable: Ing. Roberto Meléndez Franco. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2010-022609573500-102 otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. ISSN 2007-4328. Certificado de Licitud de Título y Contenido 15446 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registrado en el Padrón Nacional de Medios Impresos. Impresa por Talleres del Grupo Milenio, Avena No. 17, Col. Granjas Esmeralda, C.P. 09810, México, D.F. Todos los derechos reservados.
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SUMARIO OCTUBRE 2014
PRESENTACIÓN
ARTICULISTAS
PORTADA / Título: Tianguis del Sol / Autor: Efraín Becerra Castañeda
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EL FEDERALISTA IMPULSA A LOS PINTORES MEXICANOSMéxico es cuna de grandes artistas en todas las épocas y en los últimos años se ha registrado un renuevo en las diferentes manifestaciones, de manera particular entre los pintores. Es por ello que EL FEDERALISTA, consciente de esa brillante realidad, desea impulsar a esos nuevos artistas del color y del pincel.
Una forma de promocionar a los nuevos talentos y también a los consagrados de la plástica mexicana, es difundiendo sus obras para que sean conocidas y apreciadas. En las páginas de nuestra revista, dichas pinturas engalanan los contenidos. Seguiremos impulsando a estos valores de todas las regiones de México, como corresponde a una publicación federalista.
Agradecemos especialmente al pintor Jorge Cárdenas Aceves, Director General del Portal de Pintores Mexicanos Contemporáneos www.pintoresmexicanos.com
José Luis Medina Aguiar
FEDERALISMO CUESTIONADOJosé Núñez Ramos
EN EL SENADO DE LA REPÚBLICA SE DIO UNA EXPRESIÓN HISTÓRICADEL FEDERALISMOIgnacio Sachman Torres
EL EJECUTIVO, POR UN FEDERALISMO QUE SIGNIFIQUE NODESACUERDO, SINO FUERTE COLABORACIÓNMiguel Ángel Osorio Chong
REFRENDA LA CONAGO SU COMPROMISO CON EL FEDERALISMOCarlos Lozano de la Torre
“NUESTRO FEDERALISMO TIENE FUERTES RAíCES HISTÓRICAS, JURíDICAS y SOCIALES”Miguel Barbosa Huerta
PARA EL PRESIDENTE DE LA CORTE, EL FEDERALISMO ES DECISIÓN FUNDAMENTAL DE LA CONSTITUCIÓNJuan N. Silva Meza
IMPERIOSO EN MéXICO IMPULSAR UNA NUEVA CONSTITUCIÓNPorfirio Muñoz Ledo
MéXICO ES EL ESTADO FEDERAL MÁS CENTRALIzADO DEL MUNDOJavier Hurtado González
HACIA LA SUPERACIÓN DE LA NUEVA CRISIS DEL FEDERALISMO MEXICANOJ. Alberto Aguilar Iñárritu
FEDERALISMO y DEMOCRACIA yA NO SON ALIADOS EN MéXICOAgustín Basave Benítez
REFORMA POLíTICA DE LOS ESTADOS DESDE LOS ESTADOSDaniel Barceló Rojas
UN TRAJE A LA MEDIDA DEL PAíS ENTRE DESCENTRALIzACIÓN E INTEGRACIÓNJosé María Serna de la Garza
INDISPENSABLE REDISEñAR EL SISTEMA MUNICIPALISTALucero Saldaña Pérez
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EfraínBecerra Castañeda
Título:Descanso azul / Autor: Efraín Becerra Castañeda
Toma cursos de dibujo desde la infancia. Incursiona en el arte histriónico apoyando a jóvenes con vocación plásti-ca impartiendo cursos de dibujo en el teatro José Recek.En 2004 es “Concejero ciudadano para el desarrollo cultural del municipio de Puebla”.
Colabora como asistente en restauración de pintura de ca-ballete con el maestro Ángel D´ Márquez Calderón, funda-dor de la Nova escuela poblana, durante 11 años.Participa en diversas exposiciones como CORAZOLES, orga-nizado por el voluntariado México Alemán A.C. 2010, que recorre el mundo y se exhibe en sedes como el Museo Vati-cano, por mencionar alguno.
En 2013 exposición individual “Tierra Mágica” patrocinada por la empresa francesa Suez, en diversas facultades de la BUAP (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla).
Noviembre 2013: Exposición colectiva “El circo y su gente” en la Universidad Mesoamericana, dentro del primer festival uni-versitario de circo.
La universidad mesoamericana le encarga el retrato del pri-mer actor mexicano Héctor Suárez dentro del reconocimien-to como doctor honoris causa para celebrar su trayectoria.
Febrero 2014: Exposición individual “cosmovisión de mi pueblo” Bazar Galeria, San Germain. Los Sapos Puebla.
Marzo 2014: Exposición colectiva “El agua que mueve a México” San Pedro Museo de Arte.
También se le encarga el retrato de Salvador Sánchez Cerén, Jefe de Estado de la República de El Salvador.Agosto-Septiembre: Exposición colectiva “Desnudo Inte-rior” en Galeria Goya México, DF.
Octubre 2014: Exposición individual “TIERRA MISTICA” Octu-bre-Noviembre, invitado por el gobierno de Cuetzalan, Puebla.
Próxima exposición en Chicago Illinois en Diciembre 2014 invitado por el Fomento Cultural México y la Asociación Mexicana de Turismo Cultura “PRESENCIA DE ARTE MEXI-CANO”.En su obra destaca el colorido, manejo de texturas, plasticidad y figura.
Ha tomado varios cursos especializados y estudiado con pintores como el Mtro. Fernando Castellanos Centurión, José Lazcarro, Fidel García, Ramón Almela, entre otros.
Actualmente es considerado un valor plástico de Puebla y México.
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l Senado de la República convocó a un Seminario
con el nombre “Encuentro por la Federación y la
Unidad Nacional”. En El Federalista recibimos con
júbilo la iniciativa de la Cámara Federal depositaria
del Pacto Federal, como muchos le decimos al Sena-
do de la República.
Si bien el evento pasó por una controversia entre grupos
parlamentarios y la inauguración se llevó a cabo sin la anun-
ciada presencia del Presidente de la República, Enrique Peña
Nieto y sin la participación, tampoco, de los Senadores del Par-
tido Acción Nacional ni del Partido del Trabajo, conviene des-
tacar que todos los actores mencionados habían coincidido en
la importancia del tema y la absoluta necesidad de analizar a
profundidad el camino federalista a seguir, tal y como se dijo
en la convocatoria firmada por el Presidente de la Mesa Directi-
va del Senado, Miguel Barbosa Huerta.
Los expertos que participaron tuvieron el punto de coin-
cidencia en lo fundamental: se requiere de una revisión de la
estructura federal, especialmente en ciertos temas de la mayor
JOSé LUIS MEDINA AGUIAR
relevancia, tales como lo fiscal, el gasto público, transparencia,
seguridad, medio ambiente, desarrollo urbano, entre otros.
Por ello, en El Federalista decidimos dedicar el número de
octubre a difundir los resultados del evento. En números poste-
riores, tomaremos a fondo el análisis de lo dicho, para replan-
tear y perfeccionar la propuesta de Agenda Federalista, a vistas
del proceso electoral del año próximo.
Así, en los próximos números tendremos algunas entrevis-
tas con los principales actores del Seminario, para detallar sus
visiones de la problemática y de las opciones de solución.
A pesar de las circunstancias de desencuentro político en
la forma del evento, lo que debe prevalecer es el propósito de
fondo: analizar y retomar la estructura federalista del Estado
Mexicano, para definir y actuar sobre una agenda que corrija
las inercias históricas negativas y permita facilitar el tránsito
político, económico y social que enfrentaremos, a raíz de las re-
formas estructurales logradas en los dos primeros años de este
gobierno. El Federalista buscará siempre contribuir constructi-
vamente en este propósito.
PRESIDENTE DEL CONSEJO EDITORIaL DE EL FEDERaLISTa
ETítulo: El encuentro / Autor: Efraín Becerra Castañeda
Seminario “Encuentro por la Federación y la Unidad Nacional”
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Título: Soplo vital
Autor:Efraín Becerra Castañeda
FederalismoCuestionado
Actores y académicos señalaron debilidades, fortalezas, incongruencias; formularon cuestionamientos y aportaron sugerencias para fortalecer al Federalismo Mexicano
JOSÉ NÚÑEZ RAMOS
11
10 años de que se
cumpla el bicente-
nario del estableci-
miento formal de
la República (4 de
octubre de 1824) con
la promulgación de
la Constitución Federal de los Estados
Unidos Mexicanos, el Federalismo
en nuestro país es motivo permanen-
te de estudio, reflexión, críticas y
propuestas.
La más reciente revisión histórica
se registró hace pocos días durante
el Seminario Encuentro por la Federación
y la Unidad Nacional, organizado por
el Senado, donde actores y expertos
federalistas señalaron debilidades,
reconocieron fortalezas, formularon
cuestionamientos y aportaron suge-
rencias, con el fin de actualizarlo y
fortalecerlo por el bien del país y de los
mexicanos.
Lo que sería una versión actualiza-
da, democrática, abierta y diferente
de las reuniones lopezportillistas de
“La República está reunida” (mismas
que terminaron hace 32 años), la frac-
ción del PAN, secundada por la del PT,
protestaron la víspera de la inaugura-
ción por la asistencia del Presidente
Enrique Peña Nieto, bajo el argumen-
to de que era rendirle pleitesía al Jefe
del Ejecutivo. Además, los panistas
intentaron modificar el formato, con
el propósito de cuestionar directamen-
te al Presidente. Total, ni panistas ni
petistas asistieron al foro, y lo mismo
hizo Peña Nieto, quien evitó la con-
frontación y envió como su represen-
tante al Secretario de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong.
Durante la reunión inaugural, los
representantes de los Tres Poderes de
la Unión, desde sus diferentes posi-
ciones y trincheras, coincidieron en
la necesidad de consolidar y fortalecer
el Federalismo en México, mediante
acuerdos y reformas legislativas que
actualicen y modernicen las atribu-
ciones de los diferentes órdenes de
gobierno, al tiempo que entre ellos
se incremente la coordinación y la
concertación.
Así, el Presidente de la Mesa
Directiva del Senado, Miguel Barbosa
Huerta, afirmó que es momento de
consolidar el Federalismo mexicano
para evitar disparidades regionales y
los desequilibrios entre el Norte y Sur,
porque la desigual recaudación fiscal
y asignación anual del Presupuesto no
favorece nuestro sistema federal.
Luego, el Secretario de Goberna-
ción, Miguel Ángel Osorio Chong, en
representación del Poder Ejecutivo Fe-
deral, aseguró que desde el Gobierno
de la República se impulsa un Federa-
lismo con pleno respeto a la sobera-
nía de los estados, a fin de articular
esfuerzos y potenciar capacidades.
Indicó que a partir del diálogo, la
búsqueda de coincidencias y la gene-
ración de acuerdos entre las principa-
les fuerzas políticas, entre el Congreso
de la Unión y el Gobierno de la Repú-
blica, México vive un momento histó-
rico de transformación nacional que
ha implicado modernizar y reformar
las estructuras fundamentales del
país para detonar todo el potencial.
Fue entonces que advirtió: “Para
que los cambios tengan resultados
duraderos de fondo, deben de venir
acompañados de transformaciones
locales, de la modernización de insti-
tuciones y la generación de mayores
capacidades en todos los órdenes de
gobierno”. Ello, decimos nosotros,
implica modernizar y fortalecer la
doctrina federalista.
En su turno, el Presidente de
la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, Juan Silva Meza, destacó que
la Constitución de 1917 estableció cla-
ramente que la nuestra es una Nación
Federal constituida con la unión de es-
tados libres y soberanos que cedieron,
parcialmente, su independencia y
autonomía, en búsqueda de un mejor
futuro común.
Al referirse implícitamente a
un Federalismo Judicial, formuló el
siguiente exhorto: “En este sentido,
la institución federal de amparo exige
desde su origen que ninguna autori-
dad del país, en ninguna de sus regio-
nes, ni siquiera en el más alejado de
los rincones de nuestra geografía, esté
exenta de comportarse con respeto
absoluto al Estado de derecho”.
El último orador de la sesión in-
augural fue el Presidente en turno de
la Conferencia Nacional de Goberna-
dores (CONAGO), Carlos Lozano de la
Torre, quien sostuvo que el fortaleci-
miento del Federalismo de ninguna
manera significa anular las compe-
tencias constitucionales, ni renunciar
a las responsabilidades señaladas por
la Carta Magna para los diferentes
órdenes de gobierno.
Por el contrario, asentó el también
Gobernador de Aguascalientes, se trata
de hacer más eficiente, transparente
y eficaz el cumplimiento de nuestra
responsabilidad constitucional en la
atención de las necesidades más apre-
miantes de la población. La división
republicana de poderes, acotó, no
significa segmentación sino unidad
nacional en el respeto y la autonomía.
Lozano de la Torre, refrendó el com-
promiso irrenunciable de la CONAGO
con el fortalecimiento del Federalismo,
a fin de que las reformas estructurales
puedan cumplir con su propósito de
transformar al país. Los mexicanos,
afirmó, hemos demostrado que pode-
mos alcanzar acuerdos fundamentales
que se han convertido en reformas de
profundo contenido social y que alien-
tan un nuevo Federalismo en México.
Ahora, es tiempo de mantener esa
unidad para pasar a las transformacio-
nes, porque los cambios no ocurrirán
por sí solos.
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A la sesión inaugural asistie-
ron todos los gobernadores y
el Jefe de Gobierno del Distrito
Federal, senadores, diputados
federales, presidentes de los
Congresos Locales, presidentes
de los Tribunales Superiores de
Justicia, alcaldes, académicos y
expertos federalistas.
Durante tres días, legislado-
res, presidentes de tribunales,
académicos y expertos en el
ramo, expusieron su posición
en torno a las diferentes facetas
de la doctrina federalista a
través de las mesas siguien-
tes: Federalismo en Crisis, Las
Fronteras Norte y Sur, Cien años
de Municipalismo y Tendencias
Culturales y Regionales del
Federalismo.
En la Mesa del Federalismo
en Crisis, los cuatro ponentes
realizaron análisis profundos y
críticos sobre el tema y cues-
tionaron con cierta severidad los
vaivenes federalistas registrados en
los últimos 14 años.
Por un lado, el doctor en derecho
Daniel Barceló Rojas, del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM,
cuestionó que en los últimos años
se haya democratizado el llamado
‘sistema político mexicano’, cuan-
do “en realidad únicamente se ha
experimentado una alternancia en el
poder, pero sin que variara la forma
autoritaria en que se ejerce el poder en
los estados federados”.
Agregó que la democracia repre-
sentativa en los estados de nuestro
país es de baja calidad, “tan de baja
calidad en algunos de ellos, que no
pasa de ser una democracia electoral
que sólo es capaz de garantizar la
ganancia en el poder”.
Aclaró que el desarrollo político
de la República Federal Mexicana, va
en dos velocidades: mientras que en
estados pobres, al sostener que “el
Federalismo es hoy una forma de
convivencia entre regiones distan-
tes, a través del sacrificio de una
parte de su libertad para construir
una gran entidad que les represen-
ta y organiza a todos”.
Advirtió que uno de los peligros
que tiene en la actualidad nuestro
Federalismo, se deriva de los cri-
terios ocupados en la dosificación
de las participaciones de financia-
miento a los estados y municipios
que actualmente rebasa en la
capacidad tributaria de cada una
de las entidades federativas y busca
premiar a quienes aplican mejores
programas de recaudación.
Por ello, concluyo: “Es necesa-
rio replantear nuestro Federalismo
en materia tributaria”.
En su oportunidad, José
Alberto Aguilar Iñárritu, experto
en Federalismo, Reforma del Es-
tado y consejero para la Reforma
Política del Distrito Federal, afirmó que
el Federalismo Mexicano tiene en la ac-
tualidad una de las crisis que a lo largo
de su historia ha presentado, en virtud
de que en los 12 años posteriores a la
llegada de la alternancia política y que
se ha profundizado a lo largo de este
siglo, donde “hay una suerte de abdica-
ción del papel del gobierno central, en
lo federal y se genera lo que yo llamo –lo
voy a decir aquí– “El Confederacionismo
Centralista”.
Asimismo, reconoció los acuerdos
recientes entre los poderes Legislativo
y Ejecutivo que propició el Pacto por
México. Sin embargo, puntualizó: “Pero
en Federalismo estamos peor: ni hemos
construido la nueva institucionalidad
que reclama su crisis; ni tampoco las
fórmulas intermedias o temporales que
permitan mejorar su situación. Este
Seminario es una oportunidad para
buscarlas”.
Explicó: “Como el doctor Barragán,
el ámbito nacional avanza hacia su
democratización, y el respeto y promo-
ción de los derechos humanos se ha
fijado como objetivo; en varios estados
de la República pervive el sistema au-
toritario, y puede aún decirse que se ha
recrudecido después del año 2000.
La estrategia, explicó, parece
ser que los sistemas políticos de
los estados dejarán de ser sistemas
autoritarios por el vaciamiento de
sus potestades. Se opta por la cen-
tralización de las competencias que
han sido ejercidas incorrectamente
por las autoridades de los estados,
órganos constitucionales autóno-
mos incluidos, y se depositan en
los poderes y órganos autónomos
nacionales.
El magistrado Juan Manuel Menes
Llaguno, Presidente del Tribunal
Superior de Justicia del Estado de
Hidalgo, aseguró que existe una crisis
del Federalismo en relación con los
13
asumimos que el Federalismo es una for-
ma de gobierno, no de Estado, es una téc-
nica para organizar los poderes públicos,
por eso hablo de régimen de gobierno,
que resuelve el debate de la coexistencia
entre dos soberanías: la federal y la local,
pero subrayamos que esta forma exige la
actuación coordinada y corresponsable
de sus partes; sin ello, deja de ser eficaz
y fenece. Esa es la crisis que estamos
viviendo ahora”.
Aguilar Iñárritu hizo notar que no
es posible tener un Federalismo actuan-
te y vigoroso, sin contar con un firme
sistema de pesos y contrapesos que
module la relación entre la Federación y
los estados, y la haga operar poniendo en
práctica los principios de subsidiaridad,
coordinación, compensación y trans-
parencia, inherentes de esta forma de
gobierno; tampoco se puede hablar de un
Federalismo robusto, si la relación entre
los gobiernos estatales y los municipales
carece de esos equilibrios y no está funda-
da, tampoco, en la plena positividad de
los mencionados principios.
“Lo que se requiere es un Estado fuer-
te, y éste resulta del reparto equitativo y
sustentable de las competencias. Las so-
luciones efectivas requieren el concurso
de todos”, postuló.
Concluyó su disertación señalando
que “avanzar a una democracia de
resultados exige un nuevo equilibrio
en materia de relaciones interguber-
namentales y “atender el Federalismo,
es atender el problema de la goberna-
bilidad, o de la ingobernabilidad ahí
donde se da”.
El último ponente fue el doctor Javier
Hurtado González, Director General del
Instituto de Estudios del Federalismo
de Jalisco “Prisciliano Sánchez”, quien
considero que el Federalismo no está en
crisis. Lo que está en crisis es un modelo
de Federalismo en México.
¿Y cuál es ese modelo de Federalis-
mo que está en crisis?, preguntó. Él
mismo dio la respuesta: El modelo de
Federalismo descoordinado y también
que va acompañado últimamente del
Federalismo centralizado; del Federa-
lismo con preminencia del Ejecutivo
Federal.
No estoy diciendo un sinsentido,
¿eh?, porque no necesariamente Federa-
lismo es sinónimo de descentralización,
como tampoco Sistema Unitario es sinó-
nimo de descentralización. Hay sistemas
unitarios más descentralizados que los
federales y hay sistemas federales más
centralizados que los unitarios.
Puntualizó con un severo cuestiona-
miento: “México es un caso paradigmá-
tico. Creo yo que México es, sin lugar a
dudas, el Estado Federal más centraliza-
do de los 26 Estados Federales del mundo.
Y eso desde hace años, no de ahora;
siempre hemos sido”.
Para resolver la problemática del
Federalismo en nuestro país, Hurtado
González propuso la creación de un
Consejo para la Coordinación Intergu-
bernamental, el cual sería el ámbito
en el que se analizarían las capacidades
institucionales que dispone cada orden
de gobierno para hacer frente a las de-
mandas y necesidades sociales y, de ser
necesario, acordar una acción coordina-
da. Dicho organismo, agregó, podría ser
integrado por los 31 gobernadores y el Jefe
de Gobierno del Distrito Federal.
Otras voces críticas fueron las si-
guientes:
El político y analista Agustín Basave
Benítez, afirmó que existe una ola cen-
tralizadora a partir de que el PRI recuperó
la Presidencia de la República.
El doctor José de Jesús Covarrubias
Dueñas, Director de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Guadala-
jara, propuso la creación de un tribunal
constitucional que vele por los valores y
principios de la República.
La senadora Lucero Saldaña Pérez,
urgió el rediseño del Sistema Munici-
palista.
Octavio Acosta Arévalo, en nombre
de la Asociación de Autoridades Loca-
les de México (AALMAC), también se
pronunció por rediseñar el municipio
en México, ya que dijo que se encuentra
abandonado.
Ricardo Baptista González, ex alcalde
de Tula, Hidalgo, señaló que el Fede-
ralismo está incompleto, por lo cual es
necesario modificarlo y fortalecerlo.
Otros ponentes, en diversos tonos
y con sus respectivos matices, conclu-
yeron en la necesidad de modificar el
Federalismo, a fin de evitar posiciones
centralistas, lograr un mayor equili-
brio entre los tres órdenes de gobierno
y fortalecer la unidad de los Poderes de
la Unión.
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Título: Hueyna sanando
Autor:Efraín Becerra Castañeda
En el Senado de la República se dio una
IgNAcIO SAchMAN tORRES
expresión históricadel federalismo
15
on la presencia, testi-
monio y participación
de gobernadores, el Jefe
de Gobierno del Distrito
Federal, representantes
de órganos autónomos,
presidentes de los con-
gresos estatales, presidentes de los
tribunales superiores de los esta-
dos, y representantes de los medios
de comunicación, en el Senado de
la República tuvo lugar un evento
considerado como expresión singular
e histórica de Federalismo y parti-
cipación republicana: el Seminario
Encuentro por la Federación y Unidad
Nacional.
Miguel Barbosa Huerta, Pre-
sidente de la Mesa Directiva de la
Cámara de Senadores, y anfitrión de
este encuentro, precisó que es mo-
mento de consolidar el Federalismo
mexicano para evitar disparidades
regionales y los desequilibrios entre
el Norte y Sur, porque la desigual
recaudación fiscal y asignación
anual del Presupuesto no favorece
nuestro sistema federal. Aseguró
que el Seminario sobre Federalismo
es un encuentro republicano, donde
lo importante es nunca perder la
capacidad de establecer un sano
ejercicio de comunicación y diálogo
entre Poderes. “Esta es una obliga-
ción que nos exige la sociedad; quien
no sea capaz de comprenderla, más
tarde que temprano acabará en la
marginación política”.
EJEcUtIvO FEdERAlEn representación del Poder
Ejecutivo Federal, el Secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Oso-
rio Chong, aseguró que desde el
Gobierno de la República se impulsa
un Federalismo con pleno respeto
a la soberanía de los estados, a fin
de articular esfuerzos y potenciar
capacidades.
Se trata de generar condiciones de
corresponsabilidad que permitan
entregar mejores resultados a los
ciudadanos; de abrir espacios para
la toma de decisiones e impulsar
con estrategias y líneas de acción
concretas la participación de los tres
órdenes de gobierno. “Estamos con-
vencidos de que la democracia y el
bienestar de la población comienza
en cada región y en cada localidad.
Es ahí donde se concretan los logros
que, entre todos, estamos alcanzan-
do”, señaló.
Osorio Chong indicó que a partir
del diálogo, la búsqueda de coinci-
dencias y la generación de acuer-
dos entre las principales fuerzas
políticas, el Congreso de la Unión y
el Gobierno de la República, México
vive un momento histórico de trans-
formación nacional que ha implica-
do modernizar y reformar las estruc-
turas fundamentales del país para
detonar todo el potencial.
Para que los cambios tengan re-
sultados duraderos de fondo, deben
de venir acompañados de transfor-
maciones locales, de la moderniza-
ción de instituciones y la generación
de mayores capacidades en todos los
órdenes de gobierno, sostuvo el se-
cretario de Gobernación. Y dijo que
“las reformas estructurales nunca
han pertenecido a un orden de go-
bierno en particular o a un poder en
específico, sino a la labor conjunta
de todos, para así generar mejores
resultados para los mexicanos”.
POdER JUdIcIAlEn su turno, el Presidente de
la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, Juan N. Silva Meza, destacó
que la Constitución de 1917 estable-
ció claramente que la nuestra es
una Nación Federal constituida con
la unión de estados libres y sobera-
nos que cedieron, parcialmente, su
independencia y autonomía, en bús-
queda de un mejor futuro común.
Esa figura, agregó, fue la res-
puesta histórica a la mutilación te-
rritorial, sufrida por el país frente a
potencias extranjeras y a la mutila-
ción moral, derivada de las guerras
civiles que consumieron gran parte
de la segunda mitad de nuestro siglo
XIX y casi una década del XX.
En este sentido, la institución
federal de amparo exige desde su
origen que ninguna autoridad del
país, en ninguna de sus regiones,
ni siquiera en el más alejado de los
rincones de nuestra geografía, esté
exenta de comportarse con respeto
absoluto al estado de derecho.
c
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cONAgOCarlos Lozano de la Torre, Pre-
sidente en turno de la Conferencia
Nacional de Gobernadores (Cona-
go), enfatizó que el fortalecimiento
del Federalismo de ninguna manera
significa anular las competencias
constitucionales, ni renunciar a
las responsabilidades señaladas por
la Carta Magna para los diferentes
órdenes de gobierno. Por el con-
trario, asentó el también goberna-
dor de Aguascalientes, se trata de
hacer más eficiente, transparente y
eficaz el cumplimiento de nuestra
responsabilidad constitucional en
la atención de las necesidades más
apremiantes de la población. La
división republicana de poderes,
acotó, no significa segmentación
sino unidad nacional en el respeto y
la autonomía.
Lozano de la Torre refrendó el
compromiso irrenunciable de la
Conago con el fortalecimiento del Fe-
deralismo, a fin de que las reformas
estructurales puedan cumplir con su
propósito de transformar al país.
En la puesta en marcha del
Seminario Encuentro por la Fede-
ración y Unidad Nacional se develó
una placa alusiva al evento, en lo
que es, ahora, el Patio del Federa-
lismo.. El Presidente del Senado
dijo que esto fortalece y reafirma el
Pacto Federal.
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NuestroFederalismo,con raíces históricas, jurídicas y sociales: Miguel Barbosa
a vocación federalista de Miguel Barbosa Huer-
ta es evidente. El político poblano, Presidente
de la Mesa Directiva del Senado de la Repúbli-
ca, líder social de la izquierda y pionero por
impulsar el tema de la transparencia y acceso a
la información pública, ahora retoma el tema
de El Federalismo, específicamente con motivo
del Seminario Encuentro por la Federación y la
Unidad Nacional. No ha sido sólo en este evento histórico.
Él tiene en su agenda estratégica para el año de conduc-
ción del Senado de la República, reforzar la coadyuvancia
del Gobierno Federal, en materia de Federalismo Demo-
crático, la política exterior del Estado, la armonización
de los órganos del Senado y la transparencia. Al poner en
marcha el Seminario que nos ocupa, por consiguiente, se
manifestó así:
Bienvenidos al Senado de la República, a todas y a to-
dos los que asisten a este evento inauguratorio del Semi-
nario sobre Federalismo y Unidad Nacional.
La unidad nacional está representada por el Pacto Fede-
ral. Ni más ni menos, hoy en el Senado se reúne la Repú-
blica, los Tres Poderes de la Unión y los gobiernos estatales.
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Saludo la presencia del Ministro Juan
Silva Meza, Presidente de la Suprema
Corte de Justicia;
Del licenciado Miguel Ángel
Osorio Chong, Secretario de Gober-
nación, que asiste en representa-
ción del Presidente de los Estados
Unidos Mexicanos, licenciado
Enrique Peña Nieto;
De los gobernadores de los
estados, acompañados por los presi-
dentes o presidentas de los tribu-
nales superiores de justicia y de los
congresos locales. De los represen-
tantes Presidentes de organismos
Constitucionales Autónomos.
De senadoras y senadores.
Diputadas y diputados federales.
Del Jefe de Gobierno del Distrito
Federal. De representantes de la
sociedad.
Representantes de medios de
información y desde luego de los
medios de información que dan
cobertura a este evento.
Se trata, éste, de un encuentro
republicano. En democracia no
existen unanimidades.
La organización, convocatoria y
participantes en este seminario, lo
representa de manera muy clara.
En democracia, aparecen diver-
gencias que se expresan libremen-
te. Cada parte asume sus decisiones
y responsabilidades.
Lo importante es que nunca
perdamos la capacidad de establecer
un sano ejercicio de comunicación y
diálogo entre Poderes.
Esta es una obligación que nos
exige la sociedad.
Quien no sea capaz de compren-
derla, más tarde que temprano aca-
bará en la marginación política.
Los recintos parlamentarios son el
reflejo de una sociedad democrática.
En éstos, la arquitectura tiene
componentes simbólicos y expresan
un concepto de unidad.
Winston Churchill, cuando explicó
la reconstrucción de la Cámara de
Debates del Parlamento, luego de su
destrucción parcial durante los bom-
bardeos nazis de la Segunda Guerra
Mundial, acuñó una frase:
“Nosotros damos forma a nues-
tros edificios, pero luego ellos nos
moldean a nosotros”.
Estamos en la inauguración de un
seminario que constituye una aporta-
ción del Senado al fortalecimiento de
nuestro Federalismo.
No es un punto de llegada, sino
el punto de partida de una reflexión
colectiva, a favor de una de las de-
cisiones fundamentales del Estado
Mexicano.
Iniciamos este Seminario con un
acto sencillo. Así fue pensado siem-
pre, pero de gran simbolismo, el cual
consiste en declarar este sitio, con la
República reunida, por medio de la
develación de una placa, como El Patio
del Federalismo.
De hoy en adelante, en este Recin-
to, este espacio se conocerá como El
Patio del Federalismo.
El Senado, es el garante del Pacto
Federal, y la Mesa Directiva quiere
expresarlo en este espacio, teniendo
presente nuestra Bandera Nacional y
los Escudos de los Estados y del Distri-
to Federal.
Desde Aguascalientes hasta Zaca-
tecas. La Federación, presente por
medio de sus Escudos.
Se trata de una Iniciativa que nació
en la anterior Mesa Directiva y que
hoy presentamos de manera oficial.
Saludo la presencia del senador
con licencia, Raúl Cervantes Andrade,
Presidente de la Mesa Directiva en el
anterior año de ejercicio y con quien
compartimos esta idea.
En la historia y en la política, exis-
ten definiciones y acciones que expre-
san las aspiraciones de una sociedad o
de un pueblo.
Cuando afirmamos que México
es una República representativa,
democrática, laica y federal, com-
puesta de Estados libres y soberanos,
tal como puede leerse en nuestra
Constitución, no estamos refiriendo
a una realidad y a un reto.
Nuestro Federalismo, tiene
fuertes raíces históricas, jurídicas y
sociales.
La idea de una República Federal
obedece a la visión estratégica de los
hombres y mujeres que han forjado
nuestro país.
Cuando México comenzó su vida
independiente, en aquellos convul-
sos años, cuando a sangre y fuego se
forjó el sentido de nuestra nacio-
nalidad; el territorio mexicano era
vasto: más del doble del que actual-
mente lo integra.
La Constitución de 1824 estable-
ció que la nación mexicana adop-
tada para su gobierno la forma de
República Representativa Popular y
Federal. Un poco más de una década
después, en 1835, los cimientos de la
nación se tambalearon.
Las visiones conservadores,
como las que lamentablemente aún
persisten, asumieron el poder para
establecer un sistema centralista;
desaparecieron los estados y nacie-
ron los departamentos.
Esta visión centralista provocó
inestabilidad por los continuos con-
flictos entre el centro y las regiones
que habían nacido como estados
soberanos.
Siguieron guerras, inter-
venciones armadas, pérdida de
territorio, luchas entre concepcio-
nes de nación y finalmente, una
generación de ilustres mexicanos,
encabezados por Juárez, restauró
el sistema federal.
La Constitución de 1857 expresó
con claridad el carácter federal de
nuestro país; el cual, se reafirmó
y fortaleció en la Constitución de
1917, que se promulgó cuando nos
encontrábamos inmersos en el mo-
vimiento militar, social y político
más importante del siglo XX: la
Revolución Mexicana.
No ha sido fácil lograr que nues-
tro país sea una República Federal.
Es el momento de consolidar nues-
tro Federalismo, las disparidades re-
gionales, los desequilibrios entre el
norte y el sur, la intensa concentra-
ción en un puñado de metrópolis,
como la Ciudad de México, Monte-
rrey, Guadalajara, y recientemente
Puebla, Tijuana y Cancún; así como
los desequilibrios en la aportación
al Producto Interno Brut0, la recau-
dación fiscal y la asignación anual
de recursos presupuestales, no favo-
recen a nuestro Sistema Federal.
Percibo en los titulares de los
Poderes de la Unión, entre los
gobernadores y poderes estatales;
la voluntad de abordar el tema del
Federalismo desde una perspectiva
amplia y de cara al futuro.
Este Seminario constituye una
revisión necesaria para poder deto-
nar el desarrollo, asegurar la justi-
cia y el bienestar para la población
en todos los rincones del país.
Queremos ser un Senado útil y
atento al acontecer de nuestro país.
Por esta razón, expresamos nuestra
preocupación y exigimos el esclare-
cimiento de los hechos violentos en
el estado de Guerrero, sobre muer-
tes y desapariciones.
El Estado Mexicano debe ser ca-
paz de mantener el orden y al mismo
tiempo, garantizar la vigencia de los
derechos humanos. Esto incluye de
forma clara, frente a la sociedad, el
respeto de las fuerzas del orden y de
las Fuerzas Armadas. El caso Tlatlaya
debe quedar esclarecido.
El Senado está atento al acon-
tecer de nuestra sociedad, por eso
expresa la necesidad de que se
escuchen las opiniones y se escu-
chen de manera muy atenta, los
planteamientos de los estudiantes
del Instituto Politécnico Nacional.
Nunca más, condiciones de con-
frontación con estudiantes, como
en 1968 y 1971.
La Cámara de Senadores, en un
ambiente de pluralidad y respeto,
desea contribuir a este esfuerzo por el
bien de la sociedad y la República.
Nuevamente agradezco, en nom-
bre del Senado de la República, en
nombre de los coordinadores parla-
mentarios Emilio Gamboa y Jorge
Emilio González, la presencia de la
República en este recinto.
Bienvenidos. Esta es la casa de las
mexicanas y de los mexicanos.
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El Ejecutivo,por un Federalismo que signifique no desacuerdo, sino fuerte colaboración
iguel Ángel Osorio Chong, Secretario de
Gobernación, estuvo en el Senado de la
República como representante del Poder
Ejecutivo Federal, en la puesta en marcha
del Seminario Federalismo y Unidad Na-
cional. El responsable de la política inter-
na del país habló de lo que significa para
la administración de Enrique Peña Nieto el tema trascen-
dental de El Federalismo. Hizo un balance de éste y de las
perspectivas que se contemplan para su fortalecimiento
en el régimen nacional que vivimos. Así lo planteó:
Acudo con la representación del Presidente de la Repú-
blica, licenciado Enrique Peña Nieto, quien les envía un
respetuoso y reconocimiento permanente
Felicito a las y a los senadores de la República, por
la convocatoria a este evento. En lo particular, saludo y
nuestro reconocimiento al senador Presidente de la Mesa
Directiva, Miguel Barbosa, por el impulso al mismo, pen-
sando más allá de partidos, pensando en el fortalecimien-
to de nuestro Federalismo; pensando en la unidad de to-
dos los mexicanos.
Muchas felicidades.
M
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Señoras y señores, el Federalismo
Mexicano es testigo y resultado de
casi dos siglos de vida como nación
independiente, pero, sobre todo, es
reflejo de nuestra diversidad territorial
y pluralidad política.
El Senado de la República es
un espacio ideal para continuar
la discusión en torno a sus retos y
fortalezas actuales, ya que aquí se
expresa por igual todas las voces de
nuestro Pacto Federal.
Es aquí donde las aportaciones
y esfuerzos de las entidades se con-
jugan en beneficio de la unidad del
país. Así lo simboliza la placa que
hoy debelamos, con los 32 escudos
que representan a los Estados Unidos
Mexicanos.
No hay duda de que nuestra
riqueza se encuentra en cada muni-
cipio, entidad y en cada región; pero
también es cierto que se consolida y
potencia gracias a que todos ellos se
integran en una federación.
El Presidente de la República se
comprometió desde el primer día de
su gobierno a sumar visiones para
encontrar juntos soluciones a los
retos que enfrentamos, pues son los
propios estados y municipios quienes
viven esos desafíos con mayor pre-
cisión. De ahí que impulsamos un
federalismo donde la autonomía no
significa desacuerdo obligado, sino
fuente de colaboración.
Ya desde 1917 el constituyente tuvo
claro que garantizar el desarrollo na-
cional desde lo local requería la par-
ticipación conjunta de los órdenes de
gobierno, razón por la cual existen
facultades concurrentes.
A partir de los años 80’s, tuvo lu-
gar un proceso de descentralización
que dio un nuevo impulso a la auto-
nomía de las entidades y trasladó a
los estados y municipios muchas de
las funciones y servicios que ante-
riormente solamente realizaba el
Gobierno Federal.
Sin embargo, las nuevas respon-
sabilidades constitucionales y lega-
les no siempre fueron acompañadas
del fortalecimiento de las institucio-
nes locales que permitieran su total
cumplimiento, ni se generaron los
mecanismos efectivos de coordina-
ción. Esto resultaba, muchas veces,
entidades locales con facultades
amplias, pero con capacidad de
actuar limitada. En ayuntamientos
que en el papel sí podían atender a
las necesidades de sus habitantes,
pero en la práctica carecían de los
recursos y el conocimiento compar-
tido para hacerlo.
Por eso, la instrucción del Pre-
sidente ha sido impulsar un fede-
ralismo que, con pleno respeto a la
soberanía de los estados, articule
esfuerzos y potencie capacidades.
Se trata de generar condiciones
de corresponsabilidad que permita
entregar mejores resultados a los
ciudadanos; de contar con un meca-
nismo de coordinación más efectivos
para dar respuestas a las deman-
das de toda la población; de abrir
espacios para la toma de decisiones e
impulsar con estrategias y líneas de
acción concretas la participación de
los tres órdenes de gobierno.
Estamos convencidos de que
la democracia y el bienestar de la
población comienza en cada región
y en cada localidad. Es ahí donde se
concretan los logros que, entre todos,
estamos alcanzando.
Hoy, a partir del diálogo, la bús-
queda de coincidencias y la genera-
ción de acuerdos entre las principales
fuerzas políticas, el Congreso de la
Unión y el Gobierno de la República,
México vive un momento histórico de
transformación nacional. Un proceso
que ha implicado modernizar y refor-
mar las estructuras fundamentales
del país para que, con ello, generar
las condiciones que nos permitan
detonar todo nuestro potencial
Pero para que estos cambios
tengan resultados duraderos de
fondo, deben de venir acompañados
de transformaciones locales, de la
modernización de instituciones y la
generación de mayores capacidades
en todos los órdenes de gobierno
Aprovechar al máximo la opor-
tunidad del momento que atraviesa
México, requiere necesariamente re-
flexionar sobre nuestro federalismo,
ya que en cada municipio y entidad,
donde las reformas y los cambios
deben cobrar sentido, con economías
locales más sólidas que ofrezcan más
oportunidades de empleo para sus ha-
bitantes y se traduzcan en una mejor
calidad de vida para los mexicanos
Es ahí, en cada localidad, donde
los esfuerzos conjuntos se deben de
ver reflejados. En un Sistema de Justi-
cia más expedito, en mayor igualdad
entre hombres y mujeres, en más
oportunidades para que la ciudadanía
forme parte de las decisiones públicas
y en la generación de mayores capa-
cidades y aptitudes para competir en
un mundo global.
Por eso, las reformas estructurales
nunca han pertenecido a un orden de
gobierno en particular o a un poder
en específico, sino a la labor conjunta
de todos, para así generar mejores
resultados para los mexicanos.
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Se trata de una colaboración sin
traspasar responsabilidades, de una
coordinación sin infringir compe-
tencias, porque lo más importante
es que la ruta de prosperidad que
hemos trazado juntos para este país,
sea una a la que todo mexicano tenga
acceso, sin importar su origen ni su
circunstancia.
Señoras y señores, la sobera-
nía de nuestra nación se sustenta
en la soberanía de cada una de las
entidades que la integran, al tiempo
que la unidad entre los mexicanos se
refleja en la unidad que significa el
Pacto Federal.
El trabajo en conjunto no pide
que seamos iguales, sino que actue-
mos en igualdad. Por eso el gobierno
de la República trabaja decididamen-
te para que la colaboración se traduz-
ca en un pacto social más justo y más
equitativo.
Por eso la instrucción del Pre-
sidente a toda la administración
pública federal ha sido clara: pasar
de los esfuerzos aislados a la suma
de los esfuerzos. Así lo exige el
momento de definición que vive
México, que ni la división de pode-
res ni la competencia de órdenes
de gobierno sean barreras para su
desarrollo, sino herramientas de
colaboración que impulsen su trans-
formación.
Hemos avanzado juntos en
caminos que se creyeron alguna
vez imposibles. Hoy es hora de dar
muestra una vez más de la grandeza
de nuestro país, este país que tiene
una fortaleza en su federalismo, que
da origen a una diversidad que no
genera competencias, que no genera
disputa, sino que da una unidad que
todos debemos de entender:
La unidad que es respeto, la uni-
dad que es tolerancia, la unidad que
es suma de voluntades a favor de los
mexicanos.
Como lo ha señalado el Presi-
dente de la República, la meta sí es
detonar el crecimiento económico,
pero hacerlo de una manera que
impulse todas las regiones del país
por igual.
Un crecimiento en el que ser del
norte o del sur, vivir en el campo
o vivir en la ciudad no signifi-
que oportunidades de desarrollo
distintas y es en el marco del Pacto
Federal que debemos asegurar que
los estados y municipios histórica-
mente rezagados caminen por la
vía del desarrollo y el crecimiento
sustentable.
Porque un federalismo que fun-
ciona es un federalismo solidario
en el que avanzamos juntos. Un
federalismo eficaz no es aquél que
se limita por las fronteras entre
órdenes de gobierno, sino aquél que
en pleno respeto de las competen-
cias promueve su articulación.
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Título: Mística Tierra
Autor:Efraín Becerra Castañeda
Para el Presidente de la corte, el Federalismoes decisión fundamental de la Constitución
MINIStRO JUAN N. SIlvA MEZA
Jurista mexicano, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación desde 2011.
27
onstitución Política
de los Estados Unidos
Mexicanos de 1917 es-
tableció claramente
que la nuestra es una
Nación Federal cons-
tituida con la unión
de estados libres y soberanos, que
cedieron parcialmente su indepen-
dencia y autonomía en búsqueda
de un mejor futuro común como
nación.
El Federalismo, fue la res-
puesta histórica a la mutilación
territorial sufrida por el país fren-
te a potencias extranjeras, y a la
mutilación moral derivada de las
guerras civiles que consumaron
gran parte de la segunda mitad de
nuestro siglo XIX y casi una déca-
da del XX.
Así, el México de nuestros días
se construyó sobre la aspiración de
ser un país fuerte y unido, bajo el
principio del respeto a los dere-
chos y libertades de las personas
que lo habitan, en línea con lo que
proclama nuestro régimen consti-
tucional desde 1857.
Esta visión que sostiene el te-
jido de la unión nacional, ha sido
reforzada mediante la incorpora-
ción en el Texto Constitucional de
notables reformas, en particular
en nuestro tiempo, en materia de
derechos humanos, de amparo y
justicia penal.
No olvidemos que la tradi-
ción ya asentada entre nosotros,
establece un sistema de revisión
judicial uniforme. Es una de las
piedras angulares de la unidad a
la que aspiramos a la luz del Pacto
Federal.
Por eso, desde el punto de vista
de la impartición de justicia, no
es extraño concebir a la obligación
de todas las jurisdicciones locales,
de someterse a la construcción
jurisprudencial federal, como un
elemento que fortalece la unidad
nacional.
En este sentido, la Institución
Federal de Amparo exige, desde su
origen, que ninguna autoridad del
país, en ninguna de sus regiones,
ni siquiera en el más alejado de
los rincones de nuestra geogra-
fía, esté exenta de comportarse
con respeto absoluto al Estado de
Derecho.
A esta tradición mexicana, se
ha venido ahora a sumar la deci-
sión. Así es ratificada por el Poder
Revisor de la Constitución, de que
los derechos humanos estableci-
dos en ella y en los Tratados Inter-
nacionales firmados y ratificados
por nuestro país, sean también
protegidos y garantizados de ma-
nera invariable, de una región a
otra, de una entidad federativa a
la otra por todas las autoridades.
En virtud de lo que dispone la
Cláusula Federal de nuestro Máxi-
mo Ordenamiento, sabemos que
todas las facultades que no están
expresamente reconocidas a las
autoridades federales, se entende-
rán como exclusivas de las locales.
Es, en este marco, que debe-
mos leer el texto del reciente-
mente modificado artículo 1º y el
mandato que impone su párrafo
III: “Todas las autoridades del
país, están obligadas a regirse
bajo el principio de máximo res-
peto y protección a los derechos
humanos. Frente a la obligación
de cumplir con esta exigencia, no
hay competencia constitucional
que valga”.
Esta es la base de nuestro reno-
vado Sistema Federal.
La Constitución no distin-
gue entre competencias, entre
jurisdicciones, entre autoridades,
cuando se trata de proteger dere-
chos de las personas.
Lo dispuesto en el Artículo Prime-
ro, se ajusta en normas aceptadas
por la comunidad de naciones,
que no pueden cumplirse alegando
razones de derecho interno.
En este contexto, la nueva base
del federalismo mexicano no sólo
es la mejor plataforma para lograr
consolidar el Estado Democrático,
próspero y justo al que todos aspi-
ramos, reforzando el núcleo básico
del Estado de Derecho.
También puede significar hacia
el futuro una gran aportación de
México en el mundo.
Señoras y señores:
A nuestro país le ha venido
bien la organización constitucio-
nal bajo un esquema federal.
El Federalismo es una de las
decisiones políticas fundamenta-
les de nuestra Constitución, uno
de los grandes pilares de nuestra
estructura política, y uno de los
temas en los que, ideológica y
conceptualmente, sin duda, existe
el mayor consenso político.
Hoy, en el México Democrá-
tico, en el que mucho o casi todo
está sujeto a debate, el Federalis-
mo en sí mismo no está a discu-
sión. Las reflexiones en torno a él
están en cómo ser federalistas o
en cómo hacer funcionar mejor el
federalismo, y sobre todo, cómo
profundizamos y hacemos más
eficaz el Federalismo.
México, adoptó la forma de
organización federalista, clara-
mente una fórmula técnica de
distribución de facultades y com-
petencias, pero la empobrecemos
si sólo la entendemos como una
forma de organización; porque el
Federalismo es también un valor
y un principio, es esencialmente
respeto, convivencia y tolerancia a
la diferencia.
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La Federación Mexicana ha vivido
en paz por casi 100 años, bajo un
sistema que apuesta al imperio de
la Constitución y a la vida institu-
cional. Hemos hecho por la Federa-
ción una apuesta de recuperación
moral de los ideales de libertad y
unidad, que dieron origen al país
en la Constitución.
Los impartidores de justicia pen-
samos que el Federalismo puede dar
lugar a un renovado desempeño de fa-
cultades y competencias, que igualan a
todas las instituciones bajo el mandato
expreso de protección de derechos, en
particular, de derechos humanos.
El potencial innovador del modelo
federalista, genera hoy condiciones
constitucionales para, en la unidad,
desarrollar al México de derechos
al que la Constitución aspira desde
cada localidad, desde cada región,
desde cada entidad federativa o desde
la Federación misma. Hoy, nuestra
Constitución configura un Estado
Federal en el que todas las autorida-
des trabajan todos los días para hacer
valer los derechos de las personas.
En el Poder Judicial de la Federa-
ción, en la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, que ha podido atesti-
guar por casi 150 años la capacidad
unificadora de la vida federal;
estamos seguros de que en nuestro
país puede ser mediante la pro-
tección efectiva de los derechos
de todos, un referente mundial de
solución de problemas comunes a
todas las naciones, consolidándose
como un país de prosperidad y de
justicia; como un país de leyes e
instituciones al que todos aspira-
mos; donde el respeto, la certeza y
la seguridad jurídica se garanticen
por el intachable desempeño de
sus jueces.
Nosotros, hoy, solamente cum-
plamos con ella.
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Refrenda laconagosu compromiso con el Federalismo
arlos Lozano de la Torre, Gobernador
constitucional de Aguascalientes y
Presidente de la Conferencia Nacio-
nal de Gobernadores (CONAGO), en
su intervención al ponerse en mar-
cha el Encuentro por la Federación y
la Unidad Nacional, ratificó que esa
Asamblea refrenda su compromiso con el Federalis-
mo. Así lo refirió:
En un marco de respeto a la división republicana
de poderes, la Conferencia Nacional de Gobernadores
hace un reconocimiento al Senado de la República
por la realización de este encuentro histórico que en
el diálogo, el acuerdo y el entendimiento, marca un
precedente en la construcción de un nuevo Federalis-
mo en México.
Asimismo, la CONAGO expresa un reconocimien-
to a los tres Poderes de la Unión por su presencia en
este Foro; pero sobre todo, porque el cumplimiento de
su responsabilidad constitucional están fortaleciendo
a nuestro país en sus leyes e instituciones.
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OCTUBRE 2014ELFE
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Saludo al señor secretario de Gober-
nación, Miguel Ángel Osorio Chong,
y en su persona, la CONAGO envía un
reconocimiento al Presidente de la
República por su voluntad política para
impulsar la transformación de México,
de la mano con los tres órdenes y
poderes de Gobierno, con las distintas
fuerzas políticas y la sociedad, para
que las reformas estructurales puedan
traducirse en cambios necesarios,
profundos y permanentes.
Saludo al senador Miguel Bar-
bosa Huerta, Presidente de la Mesa
Directiva del Senado de la Repú-
blica; al Ministro Juan Silva Mesa,
Presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
De igual manera a los señores sena-
dores y diputados del Congreso de la
Unión, a los ministros del Poder Judi-
cial, a mis compañeros gobernadores y
al Jefe de Gobierno del Distrito Federal;
a los presidentes de los Congresos
Estatales y de la Asamblea del Dis-
trito Federal; a los presidentes de los
Tribunales Superiores de Justicia de los
estados y a los señores secretarios de
estados que están aquí con nosotros. A
los académicos, especialistas, medios
de comunicación y a los demás invi-
tados especiales que nos acompañan:
muchas gracias.
Señores representantes de los tres
órdenes y poderes del gobierno del
Estado Mexicano, señoras y señores:
El nacimiento de México como
nación independiente significó para
nuestro país apropiarse de su propio
destino y buscar el establecimiento de
un régimen que permitiera a la orga-
nización territorial, social y económica
de la nueva nación.
Particularmente en el Federalismo
hemos encontrado el camino para con-
figurar un Estado laico, democrático
y moderno, con una división republi-
cana de poderes y el reconocimiento
de los derechos humanos, sociales y
políticos de todos los mexicanos.
La Constitución Política de 1917,
define con claridad que nuestro actual
Sistema Federal es el resultado de la
voluntad del pueblo mexicano, con
estados libres y soberanos, pero unidos
en una federación bajo los principios
de nuestra Carta Magna. Por eso el
federalismo jamás será un asunto de
partidos, sino resultado de la voluntad,
unidad, coordinación y compromiso de
los tres órdenes y poderes del gobierno
para caminar junto con la sociedad en
la consolidación de una democracia
efectiva del Estado de Derecho y de un
bienestar social sin exclusiones, por-
que la división republicana de poderes
no significa segmentación, significa
33
unidad nacional en el respeto y la
autonomía.
El Pacto por México que convocó e
integran las propuestas de las princi-
pales fuerzas políticas de nuestro país,
nos ha permitido sacar adelante en el
consenso y en el acuerdo las grandes
reformas que buscan descentralizar
sus beneficios económicos y sociales a
todas las regiones y estados de nuestro
país en el marco de un federalismo
más articulado pero, sobre todo, más
equitativo.
Los mexicanos hemos demostrado
que podemos alcanzar acuerdos fun-
damentales que se han convertido en
reformas de profundo contenido social
y que alientan un nuevo federalismo
en nuestro país.
Ahora es tiempo de mantener esa
unidad para pasar de las reformas a las
transformaciones, porque los cambios
no ocurrirán por sí solos, ni un federa-
lismo auténtico se alcanza por decreto
En un clima de respeto, coordina-
ción y entendimiento, y por encima
de orígenes partidistas, la Conferencia
Nacional de Gobernadores ha podido
construir con el Presidente de la Repú-
blica y el Gobierno Federal para avanzar
en los grandes temas nacionales en el
marco de una planeación regional que
es construida junto con las entidades
federativas. Sobre todo, porque el gran
reto de las reformas estructurales es
lograr el equilibrio en el desarrollo de
las regiones para que no convivan en
un mismo territorio tres Méxicos dis-
tintos: el norte, el centro y el sur, sino
para que México sea uno solo, con todo
su potencial de crecimiento económi-
co, competitividad y bienestar social,
porque una sola es nuestra bandera.
De manera particular, comparti-
mos el desafío de hacer que la edu-
cación sea la gran fuerza de cambio
social en todo nuestro país, porque es
el instrumento más eficaz de preven-
ción y la mejor herramienta con la que
contaremos los mexicanos para lograr
la gran transformación de México en la
unidad nacional.
Por eso, el fortalecimiento del fe-
deralismo en nuestro país de ninguna
manera significa anular las compe-
tencias constitucionales ni renunciar
a las responsabilidades señaladas por
nuestra Constitución Política para los
diferentes órdenes de gobierno. Por el
contrario, significa ser más eficiente,
transparente y eficaz el cumplimiento
de nuestra responsabilidad constitu-
cional en la atención de las necesidades
más apremiantes de la población
Señoras y señores:
En este encuentro histórico que ha
reunido la sede del Senado de la Repú-
blica a los diferentes órdenes y poderes
del Estado Mexicano, la Conferencia
Nacional de Gobernadores refrenda
su compromiso irrenunciable con el
fortalecimiento del federalismo, para
que las reformas estructurales puedan
cumplir con su propósito de transfor-
mar nuestro país.
Asimismo reiteramos nuestro reco-
nocimiento al Senado de la Republica
por esta convocatoria republicana,
que es inédita en nuestra historia para
establecer un diálogo permanente por
un federalismo que represente más
oportunidades de bienestar a todos los
mexicanos, sobre todo porque el Sena-
do de la República es la cuna histórica
del federalismo mexicano, donde
convergen la unidad y la participación
equitativa de las entidades federativas.
De manera muy personal deseo
expresar mi respeto y aprecio por el
Senado de la República, al que siempre
guardare un recuerdo muy especial,
porque como senador fortalecí mi
deseo de servir a México, al lado de
muchos amigos que en la actualidad
continúan desempeñando una labor
legislativa o responsabilidades como
gobernadores o secretarios de Estado
y con quienes tuve la oportunidad de
construir propuestas que se convir-
tieron en leyes a favor de todos los
mexicanos.
Al mismo tiempo, desde este recin-
to, la CONAGO expresa su respaldo al
Presidente de la República para que
este federalismo más articulado siga
consolidándose con una visión com-
partida del desarrollo, más coordinado
y corresponsable, en un clima de res-
peto, cordialidad y vinculación perma-
nente. En este momento crucial para
México la unidad de todos los mexica-
nos y de los tres órdenes y poderes de
gobierno, es una responsabilidad que
no podemos soslayar.
Ha llegado el tiempo de asumir
nuestro compromiso de mirar hacia
adelante y de seguir fortaleciendo
nuestra voluntad y capacidad de diálo-
go, acuerdo y consenso, porque toda-
vía tenemos muchos retos por resolver
en todos los rubros del desarrollo,
pero no en el aislamiento, sino en la
unidad para acelerar los cambios que
se requieren en las distintas regiones y
estados de nuestro país.
Hace cien años, en el estado de
Aguascalientes la soberana Conven-
ción Revolucionaria del 14 fue capaz
de reunir distintas facciones que an-
tepusieron sus lealtades y objetivos
al interés superior de la nación.
El legado de la soberana conven-
ción se mantiene más vivo que nun-
ca en el presente, porque si aquella
generación de mexicanos buscó
transitar de las armas a las normas,
en el Siglo XXI debemos transitar de
las reformas a las transformaciones,
en un dialogo plural y en el que na-
die está ni debe sentirse excluido.
Porque México es un proyecto
que necesita del compromiso y del
esfuerzo de todos para que siga
avanzando por la vía de un federalis-
mo moderno, más equitativo y que
sea un instrumento de unidad para
todos los mexicanos.
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uego de advertir que México vive un federalismo que en realidad es-
conde un centralismo, Porfirio Muñoz Ledo -político e intelectual de
enorme trayectoria y experto en la especialidad-, urgió por reformas
que pugnen por repartir mejor el poder en la geografía nacional, e
indicó que el asunto es tan complejo que la sola revisión del tema
federalista impulsa a la elaboración de una nueva Constitución.
En el marco del Seminario organizado por el Senado sobre Fede-
ralismo y la Unidad Nacional, Muñoz Ledo destacó que lo primero por estable-
cer en una renovada arquitectura Constitucional es definir qué le corresponde
a cada quien entre Federación, estados y municipios, en tanto criticó que no
tengamos en el país -por falta de cultura política- una idea clara de lo que es el
Federalismo.
l
Imperioso enMéxico impulsarla creación de una nuevaConstitución: Muñoz Ledo
Conferencia Magistral El Federalismo Mexicano que presentó en el Seminario Encuentro por la Federación y la Unidad Nacional del Senado de la República
Javier Lozada León
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Ex Secretario del Trabajo y Educación
Pública, ex senador de la República,
ex diputado federal, ex embajador en
la ONU y ante la Unión Europea, el
especialista señaló que la Constitu-
ción de 1917, por efectos de la Revolu-
ción, formuló normas enormemente
centralistas que provocaron excesos
de la Federación.
Y detalló:
“El Federalismo mexicano nació
mal: las participaciones a estados y
municipios no son una distribución
equitativa de los fondos públicos
sino una limosna pública, mientras
el Municipio ejerce tan sólo potes-
tades derivadas del control de los
gobernadores…”
Versión estenográfica de su par-
ticipación:
Hoy, dentro del Seminario Encuentro
por la Federación y la Unidad Nacio-
nal, tendremos una conferencia ma-
gistral que será dictada por el maestro
Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega.
Para hacer la presentación formal
de nuestro destacado y distinguido
visitante, así como de la conferencia
que dictará, tiene el uso de la pala-
bra el maestro Alejandro Encinas
Nájera, Director General de Estudios
Estratégicos del Instituto Belisario
Domínguez, del Senado Mexicano
MAESTRO ALEJANDRO ENCINAS
NÁJERA: Muy buenas tardes.
Para mí es un honor haber recibido la
invitación de la Mesa Directiva para
moderar esta conferencia magistral,
impartida por Porfirio Muñoz Ledo.
Tomaría muchísimo tiempo
dar cuenta de la trayectoria de este
distinguido político, por lo que me
limitaría a decir que si hay un hom-
bre que desde el ámbito intelectual y
político ha estudiado de manera sis-
temática el Federalismo en México,
y desde una perspectiva de estadista,
es Porfirio Muñoz Ledo.
Así que, sin mayor preámbulo
le cedo la palabra. Escuchémoslo
atentamente.
MAESTRO PORFIRIO MUÑOZ
LEDO: Muy buenos días. Agradez-
co la gentil invitación del Senado
en este Seminario sobre Federalis-
mo en México.
Esta es una de las grandes refor-
mas pendientes de la Constitución.
Pero la verdad es también que el
asunto es tan prolijo y tan comple-
jo, que la sola revisión del tema fe-
deralista nos obliga a la elaboración
de una nueva Constitución.
Si por ejemplo, para estas refor-
mas llamadas estructurales hubo
modificación a 20 o más artículos de
la Constitución; si para la prime-
ra reforma electoral en serio, que
hicimos en ’76, donde metimos lo
del Distrito Federal, se reformaron
16 artículos, imagínense lo que
significará en todo lo largo y ancho
de la Constitución volverle a dar una
forma federal.
Debo decirles que el tema se ha
discutido a lo largo de toda la vida,
de todas las legislaturas. Estadísti-
camente, el artículo de la Constitu-
ción que más iniciativas de reforma
formales ha recibido es el artículo 73
de la Constitución. Van más de 90. El
artículo 73 es aquel que determina las
facultades de la Cámara de Diputa-
dos; por lo tanto, son facultades fe-
derales, son facultades federales las
del Ejecutivo, las del Judicial y las del
Legislativo; y se ha venido haciendo
grande a través de los años y tiene Bis
y Bis y Bis y Bis. Y eso ha mermado
las facultades de los estados.
El otro tema es que los munici-
pios no cuentan en esta danza. Son
los hermanos menores del Sistema
Federalista Mexicano. Se ha llega-
do al colmo de que el título V de la
Constitución reza: de la Federación,
los estados y el Distrito Federal, y los
municipios no existen; se van den-
tro de este título el artículo 115
Pero, ¿cuál es en México –y es el
tema por el que voy a entrar– la na-
turaleza jurídica de los municipios?
Porque me interesa ver la Federación
en su conjunto.
Primero, diré que me agrada so-
bremanera que haya titulado a esta
parte del ciclo “La visión descentrali-
zada del Estado” o algo semejante.
Yo sostengo que el Estado
nacional puede revisarse transver-
salmente, desde grandes enfoques.
Uno, por ejemplo, es el de los dere-
chos humanos. Vamos a peinar la
Constitución a la luz de los derechos
humanos.
Lo otro que ha estado muy en boga
y al que se le llama genéricamente
“Reforma del Estado”: es la reforma,
37
el cambio de la forma de gobierno,
incluso de la forma de Estado. Vamos
a hacer un presidencialismo, parla-
mentarismo, un semiparlamentaris-
mo, o a cambiar la forma de Estado y
nos convertimos en una monarquía.
Ese ha sido el tema que he llamado las
“candilejas”.
Otro es el de transparencia y
papel de la sociedad en las activida-
des públicas y Régimen de Medios
de Comunicación, pero en fin. Todos
estos documentos que aquí trai-
go, que corresponden a 10 años de
esfuerzo que han hecho las organiza-
ciones de municipalistas en México,
sobre todo, lo que nos aportan es una
visión descentralizada del Estado.
Dentro de esta óptica, lo que
más nos interesa es repartir el poder
en el territorio nacional. Esta no es
cuestión de broma. Y los que lean
curiosamente los periódicos les
habrá llamado la atención: yo hice
un artículo, se los recomiendo, hace
15 días en el Universal, que se llama
“Escocia, una consulta”.
La gente cree que los Estados-
naciones existen para siempre. Se les
olvida que hay naciones dentro de los
propios Estados; lo que se descubrió
dramáticamente en Europa con la
implosión de la Unión Soviética y
de Yugoslavia. Actualmente hay 48
países en el Consejo de Europa. Per-
dieron por una nariz los escoceses,
pero quizá ganen por una nariz los
catalanes, sí.
El mundo está en movimiento y
hay que saber que el poder original
viene de las comunidades; comuni-
dades, cualquier nombre que hayan
recibido, que ahora le llamamos
“comunidades tribales”, que ahora
llamamos “pueblos antiguos” que se
van conformando en civilizaciones
por agregación, por conquistas, por
matrimonios, por supeditaciones de
otro tipo.
Esto es, primero son las uni-
dades políticas locales que luego
se van enlazando unas con otras
hasta formar los estados naciona-
les. Del siglo XVII, del siglo XVIII
al siglo XIX, al siglo XX, lo que más
importó fue la constitución de los
Estados Nacionales. Pero con el
propósito, en muchas ocasiones,
de que dieran espacios a las unida-
des previas a ella, que habían cons-
tituido el poder original –y no me
extiendo más–. Mi amigo, recién
fallecido, Arnaldo Córdova, solía
decir que primero fue la soberanía
de los pueblos y luego la soberanía
nacional.
Los pueblos primero fueron
soberanos y se defendieron frente a
los ataques e intentos de vasallaje.
Ahí está la historia literaria de Es-
paña como Fuente Ovejuna: venía
el Comendador y no volvía a salir,
y se sabía quién lo había matado,
pero llevaba la culpa toda la comu-
nidad en su conjunto. Ahí el origen
del poder político comunitario: es
lo primero que es.
Voy a entrar al primer término.
Estoy haciendo aquí la síntesis que
ya hice verbalmente.
Vivimos un Federalismo que
en realidad esconde un centralis-
mo. La complejidad de los asuntos
nacionales y la propia globalización
han orillado al fortalecimiento
formal del Estado Nación, en detri-
mento de sus partes.
Difícilmente encontrarán uste-
des en el mapa universal de las con-
tribuciones fiscales, un país en el
cual el poder central cobre más del
80 por ciento de los impuestos, sin
contar las participaciones de PEMEX
que llegan al cien por ciento.
No hay ningún país que yo haya re-
conocido -y debo decirles que trabajé
muy de cerca, porque me interesó
el tema-, con las comunidades
territoriales de Europa que perciban
menos del tres por ciento de todo lo
que se recauda en el país.
Entonces este país, como decía
críticamente Lucas Alamán, es
feudalista, es rentista, vive de sus
rentas y es limosnero abajo. Lo que
las participaciones significan no son
una distribución equitativa de los
fondos públicos; son una limosna
pública, en algunos casos.
Nosotros pensamos que en
virtud de lo estipulado en el artículo
39, la soberanía pertenece a todos.
La soberanía es un fenómeno que
abarca a la nación en su conjunto.
Lo que nunca me he explicado ni
puedo entender es que en la defini-
ción de la federación mexicana apa-
rezca, en el artículo 41 (yo desafío al
que tenga una Constitución vigen-
te), que el poder nacional se ejerce
en la escala de sus competencias, se
reparte entre el gobierno federal y
los gobiernos de los estados, quie-
nes integran o quienes representan
a la soberanía nacional y se convier-
ten en estados.
Entonces, una pregunta que me
hago hace mucho tiempo es: ¿y qué
son los municipios? -Son expresión
de soberanía, la gente va a votar, sí,
eligiendo un alcalde y un regidor,
aparte de la distribución federal de
competencias. Entonces, ¿es una
elección de sociedad de alumnos,
por decir algo, o es parte constituti-
va del Estado Mexicano?
No cabe duda que es lo último.
Lo que se ha reclamado en este país
es la soberanía a partir de los pue-
blos, siempre. Primero comenzó la
idea de la soberanía de los munici-
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pios, de los que existían entonces,
respecto del todo nacional. Fue
Primo de Verdad, en 1808, cuando
el Rey estaba cautivo y él reclamó
la soberanía para los municipios y
para los pueblos de este país.
No me extiendo en los antece-
dentes históricos. Simplemente
digo que la naturaleza del munici-
pio implica una parte del ejercicio
de la soberanía: el reconocimiento
de la porción de soberanía que le
corresponde al municipio. Este es el
principio de una reorganización del
sistema federal del país.
Léete el Artículo 41, por favor;
segundo párrafo.
MAESTRO ALEJANDRO ENCINAS
NÁJERA: Me pide nuestro ponente
que lea el Artículo 41:
“El pueblo ejerce su soberanía
por medio de los Poderes de la Unión
en los casos de la competencia de
éstos y por los de los estados. En lo
que toca a sus regímenes interiores,
en los términos respectivamente
establecidos por la presente Consti-
tución Federal y las particulares de
los Estados, las que en ningún caso
podrán contravenir las estipulacio-
nes del Pacto Federal”.
MAESTRO PORFIRIO MUÑOZ
LEDO: ¿Si la soberanía la ejercen los
estados y la Federación, qué ejerce el
municipio? -Esa es la gran pregunta.
Ejerce potestades derivadas, deri-
vadas del control de los gobernadores.
La mayor parte de las ponencias
que constan en esa Iniciativa de Re-
forma Federalista, abarcaron los más
diversos, los más complejos, asuntos
que estaban a consideración.
Se recibieron más de 760 ponen-
cias, de las cuales 15 provenían de
universidades y 32 de organizacio-
nes políticas, incluso de partidos
políticos.
Lo primero que hay que definir en
una nueva arquitectura consti-
tucional, es qué le corresponde a
cada quién; qué le corresponde a
la Federación, a los Estados y a los
Municipios.
Aquí voy a decir una blasfe-
mia: el ataque frontal que se hizo
al recientemente creado Instituto
Nacional Electoral, no tuvo funda-
mentos claros.
Se dijo que se está violentan-
do el Federalismo. Yo no estoy de
acuerdo.
La facultad, el derecho nacio-
nal, por lo tanto federal, es partici-
par en las elecciones nacionales, y
así debe estar en el Artículo 36 de la
Constitución.
No dice si el órgano que va a
contar los votos es nacional, fede-
ral, estatal o municipal. No lo dice.
El derecho es votar y ser votado.
En los Estados Unidos de Améri-
ca, por un sistema que arrastra del
Siglo XIX muy curioso, con prima-
rias, todo lo que ustedes conocen,
permaneció hasta hoy el privilegio
de los municipios de contar los vo-
tos de las elecciones presidenciales.
Es un ejemplo; hay muchos otros.
En México puede prevalecer;
puede prevalecer el que sea una
sola entidad nacional, sí, la que
cuente los votos y desarrolle el
proceso y tenga incluso la instancia
judicial; no necesitan organizarlo,
ni a nivel de Estado ni a nivel de
municipio.
Lo que pasa es que –y voy a ex-
plicarlo– no tenemos, por falta de
cultura política, una idea clara de
lo que es el Federalismo. El Federa-
lismo no es el régimen político más
extendido en la tierra; hay muchas
otras formas de descentralización
política, que son más eficaces.
Voy brevemente a la historia.
Cuando México nace como nación
independiente, hay un solo Federa-
lismo, el de los Estados Unidos, el
de la Constitución de Filadelfia, que
se formó de modo natural porque se
rebelaron las 13 provincias en con-
tra del dominio inglés y se pusieron
a gobernarse a sí mismas; tardó 17
años en elaborarse la Constitución.
No querían nombrar Presidente de
la República ni Banco Central. Fue
realmente un conjunto de provin-
cias, con sus facultades propias,
las que se fueron sumando a una
Federación.
Pero nosotros no teníamos un
modelo y, se dice, que algún cons-
tituyente encontró por ahí perdi-
do, en una librería de Puebla, una
mala traducción de la Constitución
americana, y esa la tomaron como
modelo.
Debo decir, con plena concien-
cia, que otra cosa hubiera pasado
si los constituyentes de ‘24, que
habían estado en Cádiz como
diputados americanos, hubieran
tomado también lineamientos de
la Constitución de Cádiz. Claro que
España no era un Estado Federati-
vo, claro que en Europa no había
estados federativos pero había,
desde la Edad Media, estados que se
regían por otro tipo de arreglos en-
tre principados, ducados, etcétera,
y funcionaban como estados: como
Estados-Nación.
Entonces, la Constitución de
Cádiz había avanzado en la multi-
plicación de los municipios, en las
diputaciones provinciales y en el
reparto o descentralización de pode-
res hacia las provincias y hacia las
regiones, eso es muy importante.
Pero no era un modelo federal sino
un modelo monárquico y era Espa-
39
ña, finalmente la potencia contra la
que habían luchado los mexicanos.
Entonces, ¿qué es lo que se está
planteando?, y lo voy a dejar a gran-
des trazos y espero que se entienda,
porque es complejo el tema central
del municipio ya lo toqué.
Ahora voy a tocar el tema cen-
tral de la relación entre el Gobier-
no Federal y los gobiernos de los
estados.
Si leemos el artículo 73 –al que ya
me referí– veremos que es un artí-
culo kilométrico que, salvo algunas
facultades que el Estado debe com-
partir, que el Gobierno Federal debe
compartir con los estados, casi todo
está atribuido al Gobierno Federal.
Si ustedes leen la fracción 27 del
123, se refiere a las contribuciones,
es una lista inmensa de contribu-
ciones que corresponden al Estado
Federal; y se quedan muy poqui-
tas –el predial, etcétera– para la
Federación.
Este es un sistema que vive del
préstamo. El dinero es de la Federa-
ción y lo presta, mediante partici-
paciones, a los estados, que van con
carácter mendicante a la Cámara de
Diputados a que les den lo que han
recaudado.
Lo primero, es una reforma com-
petencial y fiscal de la federación.
El artículo 124 dice, por una par-
te, que las facultades originales son
de los estados y solamente las que
queden serán de la federación.
Desde que comenzaron los
estados federales las concedieron
a la federación porque, si no, no se
hubieran podido constituir la políti-
ca Exterior ni el Ejército, ¿verdad?,
esas facultades que protegían al
conjunto. Pero nunca se les ocurrió
pasarle un chorizo de facultades a
la federación para que las fuera a
implementar dentro de los estados
a través de delegados.
¿Por qué se hizo esto? Porque el
federalismo mexicano nació mal.
Fue un federalismo en taparrabos.
Lean los libros de Josefina Zorai-
da del Colegio de México sobre la
primera parte de la Independencia
de México.
Eran elites muy distinguidas en
Guadalajara, en Mérida, donde se
quisiera, pero una miseria absoluta,
un analfabetismo absoluto y falta de
recursos, falta de actividades. Las
minas que explotaron los españoles,
se volvió jurisdicción federal, obvia-
mente, e incluso las encomiendas,
que era la distribución de los indios
para labrar la tierra y sus evoluciones
se convirtieron el poder federal.
Lo primero que nosotros tendría-
mos que hacer en un federalismo serio
es cambiar y decir, así como dice el
artículo 124 que las facultades son con-
feridas a la federación, que solamente
las conferidas a la federación son las
excepcionalmente no cubiertas por
los estados. Darle pocas atribuciones
al Poder Federal, muy importantes, y
redistribuir. Para allá va el federalis-
mo mexicano. Me tocará verlo a mí, le
tocará verlo a ustedes, porque así van
todos los países del mundo. Se ocupan
de cosas fundamentales.
¿Sobre cuántas leyes creen ustedes
que se aboca el Congreso Norteamerica-
no? Los grandes temas: la unidad nacio-
nal, sí; la seguridad externa del Estado;
coordinación de seguridad interna del
Estado; relaciones exteriores; cuestio-
nes generales de salud y ya. Y todas las
demás atribuciones se van a los estados.
Ha habido una manumisión
mental y una manumisión consentida
por los estados de la república. Hay es-
tados de la unión –pienso en el Estado
de México, que es el más poblado– que
tiene más extensión territorial que 42
estados nacionales.
El estado de Colima es más grande
que varios estados nacionales. Así estoy
hablando de las islas de El Caribe, así es-
toy hablando de los principados árabes,
hay 42, creo 43 estrados nacionales que
tienen menos de cinco millones de
habitantes, sí.
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Algunos permanecen bajo tutela
colonial, por esa razón. Francia
mantiene la tutela colonial sobre
islas de El Caribe, Holanda ya las está
soltando una por una, Gran Bretaña
lo hizo hace mucho tiempo.
Yo no le voy a sugerir al estado
de Jalisco que tenga ejército propio
y que tenga embajadores propios y
que tenga un gobierno completo,
pero afirmo que puede hacerlo, con
precariedad.
He tratado a embajadores de
Malta, embajadores de Estonia, a
embajadores de Lituania, a emba-
jadores de la República de El Cairo,
pueden ser diplomacias precarias,
pero existen.
Cómo es posible que conglome-
rados humanos con una identidad a
veces muy postiza, sobre todo entre
los países africanos, que en realidad
son una confederación de tribus y
no aludo a ningún partido político
nacional, tiene la fuerza suficiente
para jugar el excedente nacional,
combinados con otros estados.
Así nosotros, y no me voy a ex-
tender, delegaríamos una inmensa
facultad, cantidad de facultades en
los estados y los municipios.
¿Cómo?
Hay tres fórmulas: una que ela-
boró y, debo decirlo, con mucha pre-
cisión, el actual Presidente del PRI,
César Camacho, que me acompañó
a la ciudad de Venecia, donde yo era
observador en una comisión que se
llama Comisión de Democracia y
significa que se alientan, que se estu-
dian proyectos que pueden aumentar
la democracia en un país.
Él planteó no mal, con mucha
coherencia, lo que llamó la doctri-
na canadiense. Los canadienses le
hacen al revés y estoy hablando de la
esencia del federalismo, del cogollo:
los canadienses le dan las faculta-
des expresas, pero muy amplias, a
los miembros de la federación y les
dejan las facultades residuales, sí,
a la confederación en su conjunto,
pero son enormes las competencias
que tienen los estados de Canadá.
Pongo un solo ejemplo: el gas. En
Canadá no han podido cambiar su
padrón de hidrocarburos, porque hay
un Estado que produce la mayor par-
te de los hidrocarburos del mundo.
La Constitución mexicana, por
efecto de la revolución, quiso hacer
normas enormemente centralistas.
Otro de sus grandes pecados, que
se vuelve a poner de moda en una
dimensión ya de locura, es que el
Estado Nación Mexicano considera
que hay recursos de una magnitud
tal que deben ser manejados por la
Federación: las minas, depósitos y
yacimientos de hidrocarburos.
Los concede en 1899 a compañías
extranjeras pero, desde Francisco
I. Madero, empiezan a reclamar la
potestad sobre esos yacimientos que
finalmente conquista el General
Cárdenas.
Hubo quizá excesos de la Federa-
ción. Los hubo en la explotación
del recurso, depredación del medio
ambiente, vicio, desplazamiento del
personal local por personal importa-
do, corrupción, etcétera.
Pero a mí me parece que era lógico
que Petróleos Mexicanos comenzara
por un monopolio sobre los hidrocar-
buros. ¿Y ahora qué va a hacer?
Mejor habérselo dado al munici-
pio de Guadalajara que a la Shell. A lo
mejor hubiera hecho un mejor papel.
Entonces, hay temas más intere-
santes que voy a tratar, no sin antes
decir que la solución constitucional
yo la veo del modo más sencillo:
Que no hay ningún invento, hay
que leer Constituciones: la del Estado
francés, la rusa, la norteamericana.
La República Federativa Mexicana
trata: Las facultades de las autori-
dades de la Federación serán tales y,
después, se van otorgando facultades
a los estados o municipios.
O bien el problema es el Poder
Legislativo. Claro que también hay
que podar facultades del Ejecutivo y
hay que hacer una Reforma Judicial
41
y en profundidad para que haya un
control difuso de la Constitución,
fundamentalmente. Hoy en el Ejecu-
tivo están por acá, por allá, y acullá
las atribuciones. Es decir, el 73 dice
“serán potestad”, etcétera…
En algunos acápites, pienso en
cuestiones de medio ambiente, dice:
Pienso en educación, que se com-
partirá esa facultad con los estados
y con los municipios bajo distintas
fórmulas.
Yo he propuesto no algo muy
extremo: que se quede el Artículo 73
y que diga: son, Apartado “A”, son
facultades expresas de la Federación
5, 6, 7, las que sean; no más.
Son facultades de los estados;
son facultades concurrentes, serán
por la Federación, estados, mu-
nicipios, tales: salud, educación,
caminos, comunicaciones, medio
ambiente. Entonces ahí se comparte
entre los dos.
Y luego, un último, todas las de-
más facultades no comprendidas en
este capítulo, se tendrán reservados
a los estados. A los municipios no
porque no tienen Congreso, en este
caso. Yo creo que esto sería tremen-
damente importante.
Hay una Iniciativa, la del antiguo
senador Alejandro Sobarzo, que está
por ahí perdida, y que es de lo más
interesante.
Nosotros le hemos dado para ade-
lante; nadie está en contra, pero yo
no sé quién tiene miedo a ejecutarla.
Se las voy a explicar, si les intere-
sa. Es Federación, federalismo puro:
El territorio insular de la Federa-
ción, que son las islas.
¿Por qué las islas son de la Federa-
ción y no son de los Estados? Esta es
una muy buena pregunta, ¿no es así?
Hay una sola isla bajo el control
de un Estado, que es la Isla del Car-
men, que está unida a tierra. Todas
las demás son islas administradas
por la Federación.
Yo no le pediría administrar las
Islas Marías, porque debe ser muy la-
toso lidiar todos los días con los presos;
pero las islas, los cayos y los arrecifes
pertenecen a la Federación cuando
podrían, en esta iniciativa, pertenecer
a los estados, a los estados con litoral.
Y aquellas que se encuentren hasta
15 millas náuticas, y aquellas que se
encuentren más lejos, pueden ser
solicitadas por estados sin litoral. Gua-
najuato puede explotar una isla “x”,
donde no interviene la Federación.
Esta es una idea luminosa que se
ha venido echando para atrás. ¿Qué
perdería la Federación con entregar
la jurisdicción de las islas?
Aquí el Gobierno Federal lo hizo
al revés, pero tuvo una buena idea:
en vez de pedir una isla, hizo pisci-
nas artificiales y playas artificiales
en el Distrito Federal.
Todo estado de la República debie-
ra tener acceso a un territorio insular,
¿están ustedes de acuerdo o no?
Porque además, no hay ni un
censo ni un cuidado. Las razones de
carácter militar, que son las que han
predominado, se pueden resolver:
pueden patrullar esas islas el Ejército,
la Marina, que está ahora también,
como patrullan las calles de México.
Es exactamente igual.
Bueno, nosotros le citamos –y voy
a irme más aprisa–: “combatir la asi-
metría que hay en el esquema Federal
Mexicano”, es el segundo tema que
voy a tratar. Y el tercero es el de la
autonomía del Distrito Federal.
Nosotros hemos promovido con
mucha constancia y con ferocidad,
cuando fue necesario, la asociatividad
de los municipios, y ese es el tema
que creo que más importa aquí.
La asociatividad de los municipios,
de los estados, puede ser asociativi-
dad voluntaria o determinada por la
Constitución. Creo que estamos en
una doble situación:
Yo entiendo por asociatividad
dos cosas diferentes. Uno, la capaci-
dad de reunirse, todos los estados y
formar una organización que no sea
el Gobierno Federal. Ya empiezan los
miedos.
CONAGO. Tuve que ver en la
creación de CONAGO, porque a mí,
mi función como representante
de México en Europa me pedía que
tuviera dos organismos paralelos a
los de allá: el Consejo Territorial,
ellos tienen un Consejo Territorial de
Europa; y el Consejo Económico y So-
cial, que nunca se pudo armar aquí.
Lo hicimos por internet y se
escandalizaron. Invitamos a las
organizaciones, profesores que se
interesaran en Europa, y ahí fueron
como cien, con dinero de sus univer-
sidades o de sus bolsillos; ¿Y resultó?
¡Claro que resultó! Muy movido,
resultó como se debía: la gente dijo lo
que quería decir.
Entonces, yo digo: la asimetría
debe terminarse, primero, porque
siendo el Senado el representante –es
muy importante– de la Federación;
porque simbólicamente algunas
facultades concedidas a los estados
pasaron a la Federación. Sobre todas
estas importantes federales que les
dije, Ejército, etcétera, quedaron
controles magros que hay que revisar
también en el estatuto del Senado,
como es analizar la política exterior.
¿Quién quisiera analizarla? Irte a
tu casa y leerla y decirle a tu familia
que no te gustó; vetar o aprobar re-
presentantes diplomáticos o consula-
res; citar a comparecer al Secretario
de Relaciones, no son facultades
42
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y, la más importante, ratificar los
tratados. Pero ratificar los tratados
merece casi duplicar la cámara o
tener un conjunto de senadores de
amplia formación.
Pasan por aquí por el Senado una
enorme cantidad de tratados que ya
llevan el sello de Relaciones Exte-
riores o que no lo llevan, pero pasan
aquí sin discusión.
En la Cámara de Diputados pasan
ciertos tratados en silencio también.
Aquí en el Senado, ¿cuándo? –Perdón,
si no hay senadores hay asesores que
no me quitarán la verdad– se toca
una campanita, se toca, ahora ha de
ser un timbre ultrasónico, y era que
había llegado el momento de la sesión
secreta –Fíjense qué es la crónica–, en-
tonces los periodistas se iban; sesión
secreta, porque la Constitución dice
que los asuntos de política exterior se
discuten en sesiones secretas.
Imagínense qué sería eso en la
democracia, no digo norteamericana,
venezolana o guatemalteca, que todo
lo que sea acuerdos con el exterior
debe discutirse en secreto.
¿Y qué pasaba? Se iban los senado-
res al café, todos, y se quedaban los
periodistas en la sala de prensa con
las pantallas abiertas. Entonces no
era una sesión secreta, era una sesión
electrónica; estaban más cómodos los
periodistas con las pantallas, oyendo.
A mí se me ocurrió, habiendo
sido embajador, pedirle a líder de la
Cámara que siendo sesión secreta yo
participara, entonces participé en la
discusión de 19 tratados, en los cuales
nadie habló.
Yo hice observaciones. Claro,
no sirvieron para nada, ya estaba la
aplanadora.
Por eso México no tiene buen
sabor de lo que son sus tratados, y
me perdonan, pero no todo mundo
me recibe de buena fe y con conoci-
miento que México haya aceptado
los tratados de derechos humanos
como derecho constitucional, porque
tiene el Tratado de Dolores Hidalgo,
la pérdida del territorio nacional, el
Tratado de la Mesilla, los Acuerdos de
Bucareli, el Tratado Mclane-Ocampo
y, el más ominoso del todos, el Trata-
do Latinoamericano de Libre Comer-
cio llamado NAFTA.
Se tiene que corregir esa asime-
tría de mucho poder a un órgano
del Senado para que vea los tratados
internacionales y, en mi criterio, no
se ofendan, deben pasar a la Cámara
de Diputados.
Hay acuerdos ejecutivos que
no pasan a esta cámara, que son la
mayor parte. Son acuerdos entre los
Estados Unidos u otros países y el
Gobierno de México, sobre temas que
luego se revelan secretos que había
derecho para los dums, o los drums,
que se llaman, que establecieron
derechos sobre presencia de agentes
extranjeros.
El Ejecutivo de la Unión, al mar-
gen del Congreso, hizo una política
de seguridad externa que es lesiva a
la nación.
Ahora, la senadora Rosario Green
se esforzó por una ley que, siendo
moderada, la apoyé en la Cámara de
Diputados con un pliego de reservas:
que el Senado diera todos los acuer-
dos ejecutivos; nosotros propusimos
que los acuerdos ejecutivos desapa-
recieran, porque no están en la ley
de tratados y no obligan a los estados
nacionales, que desaparecían o que
se convertían en tratados.
Que así le hacen los americanos.
El Tratado de Libre Comercio en Mé-
xico ¿Qué es? Un tratado que obliga
a todas las partes de la federación.
¿Qué es en los Estados Unidos? Un
acuerdo, no obliga a nadie, se resuel-
ven los conflictos en un panel, es un
tratado terriblemente asimétrico.
Este es el fortalecimiento del
Senado en lo que hace a la política
interna, también debe ser revisado.
Existe un artículo 76, fracción quin-
ta, sobre desaparición de poderes,
que luego de una decisión de la ley
reglamentaria, que está muy bien
hecha, es una ley elaborada por el
licenciado Jesús Reyes Heroles, no sé
si como diputado o como Secretario
de Gobernación.
No es una ilegalidad, contiene
las causales por las cuales no garan-
tiza un gobierno, la gobernabilidad
de un Estado, y no por razones ideo-
lógicas, sino fáusticas.
Yo estuve anteayer en Michoacán
y con todo respeto por el señor go-
bernador, dije: pero qué hace aquí,
por qué no se siguió el camino legal,
no, es que queremos que esté el se-
ñor Castillo. Y les digo, bueno, pero
hasta las elecciones ¿no? después de
las elecciones ya no, ya éste era un
virrey permanente.
Pero, dije, no pudo haber el Estado
Federal y sus municipios en el Senado
aplicar, creo que es la fracción dos del
artículo tres, de la Ley Reglamentaria
del artículo quinto, del artículo sép-
timo de la Constitución, diciendo por
ingobernabilidad, por incapacidad de
conducir, de mantener la paz pública
y conducir los asuntos ordinarios del
estado, alguna cosa así.
Pues claro que en ese caso estaba
Michoacán, se hace una desaparición
de poderes y se hace un gobierno ad
hoc, pero los intereses personales,
las grillas, los partidos, y vivimos
una situación anómala; tenemos un
virrey ahí y tenemos un gobernador
que acaban de sacar interino, que no
tiene ninguna fuerza.
43
¿A quién es atribuible la responsabi-
lidad pública?
No quiero extenderme, pero hay
muchos problemas ahí.
Por último, creo en la asocia-
tividad propiamente dicha. Estoy
a favor, quiero decirlo, de que
CONAGO sea un ente constitucio-
nal, es otra visión del federalismo.
Hay los senadores que representan
a los estados y hay los estados que
se representan a sí mismos, sobre
todo con los senadores de lista, que
no son electos.
Creo que la bandera, porque ya
vi el folleto, de CONAGO es muy
justa, constitucional CONAGO.
Pienso en la constitucionalización
de las asociaciones municipales.
Ahí ustedes tienen una decisión.
La primera vez que funcio-
nó CONAGO fue en el Puerto de
Veracruz, bajo la Presidencia del
licenciado Miguel Alemán Valdés,
tuve el honor de ser invitado a dar
una ponencia sobre lo que era una
confederación de estados; y dije:
“en un país federalista debe de ser
un órgano de la Federación”. Pien-
sen, no implica el Senado, tiene
otras funciones.
El organizador suponía que yo
sabía más de organizaciones territo-
riales de gobernadores en estados
federales, y hablé.
Pero cuál no sería mi sorpresa
que en la mesa de los gobernadores,
mi sorpresa agradable, estuvieron los
tres, tres representantes de los muni-
cipios, entre ellos Ricardo Bautista,
estaba uno por el PAN, que son dos, y
uno por el PRI, que es muy activo.
Me pareció muy bien. Presenté
un proyecto de Reforma del Estado,
que lo tomara CONAGO, ya que no
lo tomó el Gobierno Federal, y Fox
lo tiró, lo dio a CONAGO y digan:
hagan ustedes el proyecto de la nue-
va Constitución.
Váyanse todos a Guerrero, al
Congreso de la Anáhuac, y ahí
júntense todas las legislaturas en el
Congreso de la Anáhuac, yo los ayu-
do, ya tenemos lugar, ya tenemos
bonito alojamiento.
¿Qué pasa? Que ustedes señores,
no ustedes gobernadores; ustedes,
Poderes Legislativos del Estado, no
han enviado ninguna ley al Congre-
so. Esto es espantoso. Así como digo
que no había habido un solo Tratado
discutido por los senadores.
Conocía la biblioteca que estaba
junto a mi oficina y dije: a ver, bus-
ca la Carta de las Naciones Unidas,
qué comentarios tiene, qué discusio-
nes. ¡Ninguna!
La Carta Interamericana: a ver,
quiénes hablaron y qué dijeron.
¡Nadie!
A ver, la Convención Internacional
de Derechos Humanos. ¡Nadie!
Empezaron a hablar nuestros
legisladores en la Esfera Internacio-
nal, comenzaron a salir y fueron a
importantes congresos y dieron su
punto de vista.
Pero no se reflejó eso en el voto de
la Cámara. Fue allá en la Asamblea que
hizo el instrumento internacional.
Entonces yo propongo la participa-
ción de los senadores en el orden inter-
nacional, y desde luego está propuesta
la participación de todos los gobiernos,
a través del Consejo de la Cooperación,
en donde va a estar CONAGO, en las
acciones de cooperación con los esta-
dos de otros países.
Por último. Tenemos que tocar un
tema que es muy delicado:
Primero. ¿Estarían dispuestos,
los gobernadores y las autoridades
políticas de los estados, a dar ingreso,
con un método adecuado, a la Cámara
de Diputados, a la suscripción de
tratados?
Yo fui Presidente de la Comisión
de Relaciones Exteriores de la Cámara
de Diputados, y sí lo pude hacer, con
mucho cuidado, con algunos tropie-
zos, pero lo hicimos.
Compartir la revisión de los trata-
dos internacionales con el Senado. Hay
razones, ¿por qué?
Si la soberanía es nacional, perte-
nece a todos, no debe ser monopoliza-
da por una elite. Y vale mucho la pena
que la Cámara intervenga.
Otro tema: el de la integración.
Acatamiento de los principios inter-
nacionales en materia básica para los
estados y la federación.
El tema del subsuelo desde el
punto de vista del sentido común es
del que posee la tierra. El área en zonas
sujetas a tutela –según una expresión
que reza todavía en la Carta de Nacio-
nes Unidas– también tenían arreglos,
pero las tierras no eran nacionales,
eran de particulares.
44
OCTUBRE 2014ELFE
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Poco a poco los extranjeros fueron
sustituidos por los jeques, ahora
deben hablar mita y mita, pero en la
época de los jeques ellos concedían
la explotación del subsuelo en los
territorios de su país, y era el tres por
ciento para todo lo recaudado; todo.
Su tres por ciento sobre las ganancias,
que eran fortunas al principio.
Si aquí se descubre un manto
petrolero importante aquí, los sena-
dores pondrán el grito en el cielo si
ven llegar las excavadoras y los postes
de PEMEX. Si esto ocurriera frente al
Palacio de las Artes también, en una
zona urbana.
Sin embargo, en zonas no urbanas
o alejadas, PEMEX ha explorado y ha
explotado donde cree conveniente.
Según el 169 de la OIT tienen juris-
dicción sobre el subsuelo los pueblos
indios y hay tres cosas que tienen que
hacer: uno, la consulta, informar;
dos, el permiso y, tres, la explotación y
el tanto, tienen derecho a un tanto;
pueden cobrar lo que sale de la tierra,
es parte de su patrimonio. Entonces,
está claramente estipulado.
Yo hice un discurso en Chicoa-
sén donde, con cifras en la mano,
dije qué porcentaje de hidrocarbu-
ros salía de Chiapas y qué porcenta-
je de fuerza eléctrica, era notable,
porcentajes muy altos, por el 40,
por el 60 por ciento.
Dije que con que le hubieran
dado un derecho al tanto, ya Chia-
pas tendría las mejores universida-
des del mundo y no sólo un gober-
nador viajero, algo más que eso.
Entonces ese es un tema fundamen-
tal de la nación, porque tiene que
ver el municipio.
Hay más: Le voy a mandar a
quien le interese, convenciones so-
bre municipios; pero sobre pueblos
indios y pueblos originarios, son
categóricos y son definitivas en los
procesos de descolonización.
Termino: el pecado mayor -que
me perdonen todos los liberales
revolucionarios y nacionales revolu-
cionarios-, es que el artículo 27 de la
Constitución dice, fracción prime-
ra, que la tierra y los suelos son pro-
piedad de la nación; segundo, ter-
cero, cuarto, ya están todos, aguas,
submarinos y el cuarto comienza
diciendo: para los efectos anteriores
el Ejecutivo de la Unión dictará los
decretos, dará las concesiones.
Entonces en el artículo 27 Pastor
Rouaix, que es el autor, poblano,
un gran ingeniero, transcribe los
derechos de la corona española,
porque la corona española vivía en
pleito constante con los criollos,
cuando Hernán Cortes se quería lle-
var todo, dijo “a mí me das el quin-
to para el Rey y el resto o explotas”.
Entonces, el control que la corona de
España tuvo sobre los explotadores
de los yacimientos fue tremendo. Es
natural que la independencia los tra-
ta de conservar, igual que el control
que la Colonia tiene sobre la Iglesia y
son grandes pleitos porque, del Siglo
XIX y sobre todo el final.
Entonces, digo: debe haber una
distribución equitativa en la última
iniciativa que envió la Comisión
respectiva a la Cámara de Diputados
sobre Pueblos Indios. Me permití
introducir las reformas al Artículo
27 Constitucional, que establece
las relaciones de los pueblos indios
con la territorialidad y con la sub
territorialidad.
Finalmente, me han pedido que
hable del tema del Distrito Federal.
Dos categorías de mexicanos,
ciudadanos, estuvieron tradicio-
nalmente excluidos del derecho al
voto: los mexicanos residentes en
el extranjero y los habitantes del
Distrito Federal.
En 1976 logramos revertir estas
dos tendencias y llegar a acuerdos.
Desgraciadamente los acuer-
dos en materia de mexicanos en el
exterior, fueron filtrados por una
trama de distancias que termina-
ron en un voto por corresponden-
cia, cuyo costo es infinitamente
superior a los resultados prácticos
que dan.
Yo los invito a volver sobre
el tema de los mexicanos en el
extranjero. Ya se les pasó el tiempo
electoral para ahora, pero queda el
2018. Hay un proyecto completo,
un proyecto de reformas que daría
acceso a todos los ciudadanos mexi-
canos, al voto.
El otro tema, era que los habi-
tantes del Distrito Federal, siendo
ciudadanos a carta cabal, no tenían
derecho a nombrar a sus autoridades.
45
No lo tenían sobre todo desde que
los municipios que existieron desde
1852, cuando se funda el municipio
de Coyoacán, hasta el año de 1928,
en que fueron suprimidos con la
reelección de Álvaro Obregón, la
Ciudad tuvo municipios, pocos,
muchos, regulares, pobres, aisla-
dos, de todo tipo, cambiantes.
En todos, por ejemplo, está
Xochimilco; no lo pudieron dejar,
Milpa Alta y Tláhuac, menos; Álva-
ro Obregón fue muy posterior; ade-
más, fue un tributo que rendimos
al que cerró los municipios, que es
una de las grandes contradicciones
de México: que haya una Delega-
ción Álvaro Obregón en honor del
señor que tomó la decisión de supri-
mir los municipios.
Bueno, contradicciones, sabe-
mos, hay por todos lados. Entonces,
tenemos una situación absoluta-
mente desproporcionada respecto
de los derechos que, conforme a los
tratados internacionales, tienen los
pueblos indios.
Porque no se trata sólo de poder
hablar su lengua, su lengua en las
escuelas o de que tengan tribunales
propios. En el movimiento auto-
nomista de los indígenas, que es lo
que en México se ha soslayado, está
presente el problema de la territo-
rialidad. Son movimientos ecológi-
cos, son movimientos en protección
de la naturaleza.
Ahora, dentro de esta lógica
aparece lo del DF. Lo del Distrito
Federal está muy claramente ex-
puesto, porque hay en un momen-
to al cual llegamos al máximo de
concentración en 28: había un re-
gente de la Ciudad de México, con
unas 16 delegaciones que fueron
del año ‘70, con el que se clienteli-
zaba la Ciudad.
La Reforma del Distrito Federal im-
plica cambiar este esquema, porque
el Jefe de Gobierno ya no tendría de-
pendencia alguna del Gobierno Fede-
ral. Las facultades que quedan como
ratificar al Procurador y ratificar al
Jefe de Seguridad Pública, desapare-
cerá. Eso ya está acordado.
Les voy a decir lo que está en
principio acordado, aunque del plato
a la boca se cae la sopa. Está acor-
dado, acordado, que sea autónomo
completamente del Gobierno Federal
en sus decisiones.
Está acordado que siga siendo
capital federal. Está acordado que
tenga una Constitución propia. Nos
regimos por un estatuto de gobierno
que expidió el Congreso de la Unión;
esos estatutos se llamaban “Cartas
Reales”, en la antigüedad: eran las
cartas de autonomía que daban los
reyes para esperar a que crecieran.
Eran primeros permisos; pero prove-
nían de la autoridad.
Se trata de que sea una Consti-
tución elaborada exclusivamente
por personal electo en el Distrito Fe-
deral. Subsiste una diferencia, que
se zanjará en breve si es la próxima
Asamblea del DF la que cumple el
papel de Constituyente o si, como
algunos pensamos, debiera haber un
Constituyente ad hoc.
Hay muchas tendencias hacia
la primera, porque simplifica las
cosas y siempre la simplificación es
buscada por quienes tienen arduas
negociaciones, que se prolongan en
el tiempo.
Hay un acuerdo sobre que se
establecerá por Ley Federal un Esta-
tuto Metropolitano. Hay tres ideas:
una, o hay una disposición sobre
zonas metropolitanas y conurbadas
en todo el país, si hay dos variantes:
las que están en todo el país, dentro
de un solo estado o las que rebasan
un estado.
No es lo mismo la zona conurbada
de Monterrey, de Guadalajara, que
son plenamente neolonesas y tapa-
tías; Tlaquepaque es parte de una
zona conurbada que, por ejemplo, la
zona conurbada de La Laguna, que
tiene tendencias separatistas claras.
Se piensa –es mi pensamiento– que
cada una de esas realidades que son
distintas deben tener su propia ley
federal o acuerdo particular. Se está
decantando, está en iniciativa la idea
de que haya una ley. Tiene que ser
federal, porque abarca tanto Hidalgo,
como el Estado de México, como la
Ciudad de México. Hay muy buen am-
biente, incluso ya hay pasos adelante.
Habrá un estatuto de capitalidad
de la Ciudad de México con el Gobier-
no Federal, lentamente, porque va a
tardar mucho tiempo en entenderse.
Lentamente se va a ir entendiendo
que el propietario del terreno somos
nosotros y que nuestros inquilinos
son los poderes federales. Esto no se
le puede haber dicho a Hernán Cor-
tés, los hubiera matado, a Antonio
López de Santa Anna, a Porfirio Díaz,
a Álvaro Obregón. Tú eres el inquili-
no, bueno, va a ser el inquilino.
Porque es sede de los poderes
federales, es capital de la República,
es simbólica y sede de los poderes
federales, pero no está establecido del
todo el territorio del Distrito Federal.
En Cuajimalpa no hay instituciones
federales, las que las haya las vamos a
censar; vamos a tener un censo de ins-
tituciones federales y sedes diplomáti-
cas para saber cuál es el cuidado de las
mismas y atenderlas. Pero, a cambio,
la federación nos lo va a pagar, como
cualquier buen inquilino, lo que
hagamos para el mejoramiento de los
edificios federales.
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Cambia –no lo digan muy fuerte–
cambia el concepto. Incluso yo estuve
insistiendo, no quedó así en donde se
asientan los poderes federales. Yo de-
cía, la Capital de la República alberga
los poderes federales; alberga –esa era
mi fórmula– los poderes federales y es
Capital de la República.
Nombre de la capital, se eligió
la idea de Estado Nación, dicho en
términos internacionales. Estado no,
porque nos obliga a aplicar todo el 114 y
todo el 115 y el tema municipal es muy
complicado.
¿A qué voy a ir ahora? Será Ciudad
de México, va a ser el nombre. Ya
ven ustedes que la propaganda es
CDMEX, va a ser Ciudad de México.
No sé si a algunos les duela, dejamos
de ser defeños, se acabó el D.F., el
D.F. porque no es un Distrito de la
Federación, es una ciudad.
Todas las líneas aéreas del mundo
dicen: “Se viaja Tokio-México”; “se
viaja Buenos Aires-México” y México
es el nombre de la capital.
En principio, salvo lo que de-
cidan los legisladores, se llamará
Ciudad de México.
Esas son las modificaciones funda-
mentales.
Queda una, que es la más discuti-
ble, y es la que se refiere a la división
territorial del Distrito Federal; a varias
organizaciones les hubiera gustado,
a mí también, que las delegaciones
actuales se tuvieran por municipios.
Le puedes llamar municipio, pero
ya no es municipio. Entonces, se tiene
que buscar un tipo de unidad política
en el Distrito Federal que equilibre con
el gobierno de la ciudad, que tenga
autoridad y recursos suficientes para
resolver los problemas, sí, y que no
rompa la articulación urbana.
Y para terminar diré que debe-
rá haber acuerdos en el número de
alcaldías. No se sabe, los partidos andan
diciendo que entre 24 y 26. A mí me
pareció poco; a Arnaldo Córdoba le pa-
recía poquísimo, él decía que había que
hablar de 80 o 90 como en París, bueno,
corresponde a la necesidad demográfica.
Tomando en cuenta el promedio
de los municipios del país, tendríamos
unos 40 ó 45 ó 50. Entonces, yo no tengo
intervención en esto, va a haber plebisci-
tos, van a opinar los delegados. Para mí
una cifra cercana a los 30, 35, sería muy
adecuado.
De otra manera y estoy hablando,
perdón, quizá no tenga todo el público
el mismo interés en el tema o tal vez
sí, estoy hablando con los actores del
Distrito Federal, digo: si no son regula-
res de tamaño las alcaldías, pues deben
tener un nivel de gobierno abajo.
Desde los aztecas este país tiene barrios,
luego tuvo colonias, tiene comunidades,
por qué no reconocer la personalidad,
si no todos son subdelegados, ya no son
delegados, pero sí se necesitará que se
elabore una constitución propia, no
tiene por qué decirse.
Soy muy partidario de que estén
subdivididas las delegaciones en enti-
dades más pequeñas, sí; yo soy de la
Colonia Del Valle, pues me gustaría ver
la Colonia del Valle figurando en algún
lado, junto con sus vecinos, con la
Narvarte y con órganos de participación
democrática.
En dado caso el proyecto es notable
y quiero decirles por qué la conferencia
se ha prolongado en exceso, que sería
la primea constitución democrática,
la primera constitución actualizada
de América Latina en este siglo, y no
sé si del mundo. A ver cómo sale, si el
pueblo nos aprueba.
Muchas gracias
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Título: Culto a las ánimas
Autor:Efraín Becerra Castañeda
JAvIER hURtAdO gONZálEZ
Doctor en Ciencia Política y Director general del Instituto de Estudios del Federalismo “Prisciliano Sánchez.
(Ponencia presentada en el Seminario “Encuentro por la Federación y la Unidad Nacional”, organizado por el Senado de la República).
México es el EstadoFederalmás centralizado del mundo
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oy a tratar de dividir
mi intervención en
tres grandes aparta-
dos: primeramente,
quisiera fijar una pri-
mera reflexión o posi-
cionamiento respecto
al asunto del centralismo, federa-
lismo y democracia; esto, porque lo
que he escuchado el día de hoy, lo
que escuché también en la televisión
en la noche, en un programa de tele-
visión. En segundo lugar, haré cinco
breves reflexiones sobre la situación
actual del Federalismo en México,
para concluir si se encuentra o no
en crisis. Y finalmente, propondré
a ustedes, al Senado, aquí por el
digno conducto del senador Zoé,
cinco propuestas muy sencillas,
muy claras, muy concretas de cómo
podríamos hacer funcionar mejor el
Federalismo.
Entonces, si ustedes me lo per-
miten, iniciaría:
Miren ustedes, yo no puedo venir
a hablar a un Foro de Federalismo,
a favor del Centralismo, ni por más
que trate de asociarlo con la demo-
cracia. A mí me parece que ahí, en
esa asociación, hay una confusión
conceptual:
Para mí, el concepto de demo-
cracia tiene que ver con el sistema
político. Es un concepto que nos
remite a los análisis de los sistemas
políticos: el sistema político demo-
crático, el sistema político autorita-
rio, el sistema político totalitario,
de partido único, teocrático, lo que
quieran ustedes.
Federalismo nos remite al
sistema de organización política,
y aquí voy a diferir un poco con mi
estimado amigo Alberto Aguilar. Y
entonces, sistema de organización
política quiere decir: federalismo
o centralismo o estados unitarios,
autonomías o confederaciones.
Y sistema de gobierno quiere decir:
parlamentarismo, presidencialismo
y semipresidencialismo.
De tal manera que yo no pue-
do mezclar las cosas, yo no puedo
asociar centralismo con democra-
cia; como tampoco federalismo con
democracia, son variables indepen-
dientes, no tiene nada que ver una
con la otra.
A mí no se me olvida que en
una campaña; y no quiero citar al
que llegó a ser Presidente, y luego
andaba en campaña en esa época,
dijo: “Vamos a terminar en México
con el viejo presidencialismo, para
instaurar el auténtico federalismo”.
“¡Qué es eso!”, dije yo.
Lo correcto es decir: “Vamos
a terminar en México con el viejo
presidencialismo, para implan-
tar un parlamentarismo” o bien:
“vamos a terminar en México con
el centralismo, para implantar el
federalismo”. Eso sí.
Entonces, no confundamos las
cosas y no hagamos depender una
cosa de la otra; porque no quisiera que
detrás de eso haya un objetivo insano.
Si yo les dije que no puedo venir
a hablar a nombre del Centralismo,
tampoco vengo a decirles a ustedes
que el Federalismo es un sistema
de organización política cualitati-
vamente superior al Centralismo,
a las comunidades autonómicas y
que es el que mejor se relaciona con
la democracia. No, no voy a hacer
eso tampoco.
Para mí, el Federalismo es otro
sistema de organización política,
con las mismas cualidades y defec-
tos que tiene el sistema unitario.
Ninguno es jerárquica ni cualitati-
vamente superior al otro.
Pero de la misma manera, y eso
tampoco se puede aceptar, yo puedo
decir: “la democracia sólo puede
existir en el Centralismo”; porque
en este país ha habido un fracaso
y un abandono de las responsabi-
lidades del Gobierno Federal o del
gobierno central, y eso ha permitido
que en los estados existan autócra-
tas, señores de horca y cuchillo, y
que sean los reductos del tradiciona-
lismo en México.
Yo no puedo aceptar eso. Quizá
soy muy provinciano y no vengo
muy seguido al Distrito Federal, voy
a venir más seguido para nutrirme
de cuáles son esas obsolescencias
que existen en los estados; porque yo
vengo de un estado y observo, claro,
algunos problemas, ¿no?, en los con-
troles, en el sistema de distribución
de competencias y todo esto.
También observo problemas de
falta de eficacia democrática, de
incapacidad de los gobernadores
de poder tomar decisiones porque
tienen un gobierno dividido. Hoy en
día, en 20 estados de la República
existen gobernadores que su partido
no tiene mayoría absoluta en el
Congreso; entonces yo no sé cómo
pueden hacer y aplicar la ley del
chicharronero, definitivamente no
me lo explico.
Ahora, si me dicen: “Es que hay
gobernadores que se las arreglan
para que no obstante eso, imponer su
voluntad”; bueno, señores, entonces
ese es un asunto del proceso político
y de las aptitudes o incapacidades y
cualidades o capacidades personales
de los políticos. Pero no se la acha-
quemos ni al diseño del sistema de
Gobierno ni al Federalismo como
sistema de organización política.
Para terminar esta reflexión,
que me parece importante, yo me
pregunto: ¿por qué, entonces, si
fuera cierto, cómo era que entonces
en la época del partido hegemónico
existía partido hegemónico o siste-
ma autoritario con democracia en
los estados? No me lo explico.
v
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OCTUBRE 2014ELFE
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O bien, tampoco me cabe cómo
es posible, aceptando que hay dos
Méxicos –el México de los estados y
el México de la ciudad de México,
llámese Distrito Federal y Gobierno
Federal–, en donde es una situación
de una locomotora que va adelante en
la democratización y en la moderni-
zación del país; y sin embargo pervive
en esta realidad, reductos ultratradi-
cionalistas como los del siglo XIX. No
me checa, sinceramente se los digo.
¿A qué atribuyo eso? Eso lo atri-
buyo a que hay una confusión de los
conceptos, son cosas distintas.
Entonces, para terminar con
esta reflexión, el problema es que en
esto ha habido una argumentación
a modo; una argumentación a modo
porque de eso se ha valido el Gobier-
no Federal para que entonces, en vez
de buscar salidas institucionales y
constitucionales que puedan permitir
la ampliación de las esferas democrá-
ticas en las entidades federativas y
la eficiencia administrativa y guber-
namental en las autoridades locales;
entonces llega y dice: “Vénganse para
acá, ustedes son incapaces de hacer
todo y ahora el que lo voy a hacer soy
yo, a través de la expedición de leyes
generales”. ¡Qué bonito!, ¿no?
Porque si en verdad hubiera con-
gruencia, por qué no dice entonces –si
en realidad ese es el problema de Mé-
xico– que ahí parece muy interesante.
Yo creo que ese es el quid del asunto
actualmente desde el punto de vista
político en el país.
Esta situación –digámoslo– esquizoi-
de, esta situación bipolar, las dos rea-
lidades, ¿no? El sistema democrático y
moderno en valor del federal y el sistema
tradicional y atrasado en las estructuras
locales. Ese es el asunto fundamental.
Bueno, y si eso fuera cierto o
como dicen los abogados, aceptando
sin conceder, bueno, entonces manos
a la obra.
¿Y por qué entonces la situación es
unilateral? Porque esto se resuelve a
través de la preminencia del Go-
bierno Federal y la expedición de las
leyes generales a través de lo cual se
está modificando drásticamente el
esquema competencial previsto por el
constituyente de 1917. ¿Y la Suprema
Corte? Bien, gracias.
Insisto, creo que vale la pena
repensar esto del tradicionalismo
en los estados. Para concluir, nada
más quisiera recordarles a ustedes,
muchos de los avances en este país se
dieron en los estados y voy a mencio-
nar algunos:
La primera alternancia se dio en
un estado; el primer gobierno dividi-
do se dio en un estado; la Credencial
para Votar con Fotografía surgió en
un estado; la segunda vuelta electoral
se aplicó en un estado, y aquí todavía
no se aplica a nivel federal; las figuras
de democracia directa nacieron en los
estados; las fiscalías, las figuras de
las fiscalías nacieron en los estados:
Chihuahua, Durango y ahora Jalisco,
y ahora la va a copiar la federación.
Más aún. En febrero de este año,
2014, en la adecuación o armoniza-
ción en la legislación local electoral
con la federal y la constitucional,
Aguascalientes ya estableció y creó
el gobierno de coalición. Y a nivel
federal todavía no existe.
¿Quién es el que está por detrás,
la federación o los estados?
¿A quién o a qué conviene afirmar
esto?
Yo no vengo a defender a ningún
gobernador ni a los gobernadores,
que se defiendan solos, pero no me
parece a mí correcto afirmar cuestio-
nes que lógicamente no checan y que
la evidencia impide corroborarlo.
Dicho lo anterior, paso a hacer las
siguientes cinco reflexiones breves
e importantes. Creo que son la parte
que sigue.
Yo creo que los problemas que pre-
senta actualmente el Federalismo son
producto de cinco cuestiones básicas,
rapidísimo. Miren, es mi convicción
que en los últimos 37 años México se
ha dedicado a discutir desde 1977 las
reglas de acceso al poder, no hemos
discutido nunca para nada las reglas
del ejercicio de la distribución del po-
der y queremos más o menos entrarle
a las reglas del control del poder.
De tal manera que la asignatura
pendiente en este país –y aquí Alberto
51
Aguilar no me dejará mentir– desde
que empezaron con las discusiones
de la reforma del Estado, siempre la
que se les olvida en los procesos, la
llamada “Reforma del Estado”, es la
modificación y el análisis del análisis
del esquema competencial mexicano.
Tibia y tímidamente hemos
avanzado un poco en las relaciones
Ejecutivo-Ejecutivo, pero sin resolver
los problemas.
Yo creo que ya ha llegado el
momento de que se avance en esta
materia, México se ponga al tiempo,
salde esa deuda que tiene con los
procesos de modernización política,
acompasar los progresos que han
existido en el artículo 2º, donde se ha
definido a la nación mexicana como
única e indivisible, pero sustentada
en la pluriculturalidad de sus comu-
nidades y hace falta reconocer la plu-
ralidad política que también México
es un país que tiene un sistema de
gobierno “ta, ta, ta” y un Sistema de
Evaluación Política, sí, pero también
está sustentado en la pluralidad polí-
tica de sus ciudadanos.
Y también continuar con el 141
constitucional, para establecer
también algunos principios, no sólo
que tengan que ver a los principios
que deben de guiar a los procesos
electorales, sino también los princi-
pios que deben de guiar las relacio-
nes entre órdenes de gobierno. Y
menciono el 141 constitucional porque
ahí dice que México se organiza bajo
un Sistema Federal y de acuerdo con
los principios del Pacto Federal. Esos
principios no están establecidos en la
Constitución, ni los sabemos ni los
conocemos. Se tratan de deducir con
dificultades.
Segundo, rápido. En este vacío de
que no se han discutido los esque-
mas de las reglas del acceso al poder,
del ejercicio del poder y del control
del poder, se da en el contexto de
la complejización de las demandas
sociales y de la complejización de la
gobernabilidad.
En el contexto, eso por lo que tie-
ne que ver ahí con la cuestión social
y el Sistema de Evaluación Política,
en el contexto de un Sistema Presi-
dencial de Gobierno con gobierno
dividido que hemos tenido en este
país de manera reiterada desde 1997,
¿sí?, y que por decreto está ahí en
la Constitución y que va a seguir
existiendo.
Y ya no solamente eso, hago
paréntesis, ahora ya por virtud de
la reforma constitucional aprobada
para 2014, ahora ya por decreto en
todos los estados de la República, yo
pienso que por esta visión de que hay
que someter a los gobernadores, ya se
van a crear por decreto en los estados
gobiernos divididos; porque el prin-
cipio es establecido en la fracción V
del 54 constitucional, de que ningún
partido puede tener más del ocho por
ciento de la sobre representación, ya
está aplicable en todos los estados.
Así es que si ahora tenemos 20
gobiernos divididos, después del
2015 van a ser 31 entidades con go-
biernos divididos, y espero que ahí
no sigan diciendo: “Es que los gober-
nadores hacen de las suyas”. Entonces,
no sé qué es lo que se quiera.
Eso se ha dado en el contexto de un
gobierno dividido y de una compleji-
dad de las demandas y de la goberna-
bilidad.
Esto ha traído, a su vez, como conse-
cuencia que exista como evidencia una
ausencia de dispositivos institucionales
y constitucionales para la coordinación
gubernamental y, por lo tanto, una
debilidad y parálisis o ineficacia de los
tres órdenes de gobierno. Son los tres
órdenes de gobierno, están en la misma
situación, porque no existen salidas
institucionales y constitucionales, ni si-
quiera para acordar la coordinación gu-
bernamental entre órdenes de gobierno,
ni mucho menos tampoco para superar
una situación de gobierno dividido.
Tercero. Para resolver esto se inventó
el Pacto por México, pero el Pacto por
México orientado esencialmente a
establecer acuerdos entre el Ejecutivo
y el Legislativo con una débil o nula
participación de los demás órdenes de
gobierno. Consecuencia de todo ello:
expedición en lo que va de este periodo
gubernamental federal del Ejecutivo en
turno, van ocho leyes generales que se
expiden y están ahí en el tintero anun-
ciadas ya, otras ocho más en transito-
rios de las reformas constitucionales o
en la fracción P del 73 constitucional, de
la fracción XXIX. Ahí están anunciadas
las leyes generales; todo, todo. Esto no
funciona, expides una ley general.
Esta situación, cuarta reflexión, se
ha dado también en el contexto de una
ausencia de espacios o instituciones
para la concertación y la coordinación y
de vacíos para las reformas constitucio-
nales, lo cual ha traído como conse-
cuencia la dificultad del control de la
constitucionalidad de las reformas cons-
titucionales, e incluso si esto se refiriera
solamente a su procedimiento, lo que de
alguna manera se ha dificultado.
52
OCTUBRE 2014ELFE
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Quinta reflexión y última. Pese a lo
anterior, yo considero que el federa-
lismo no está en crisis. Lo que está
en crisis es un modelo de federalis-
mo en México.
¿Y cuál es ese modelo de federa-
lismo que está en crisis? El modelo
de federalismo descoordinado y
también que va acompañado última-
mente del federalismo centralizado;
del federalismo con preminencia del
Ejecutivo Federal.
No estoy diciendo un sinsentido,
¿eh?, porque no necesariamente
Federalismo es sinónimo de descen-
tralización, como tampoco Sistema
Unitario es sinónimo de descentrali-
zación. Hay sistemas unitarios más
descentralizados que los federales y
hay sistemas federales más centrali-
zados que los unitarios.
México es un caso paradigmático.
Creo yo que México es, sin lugar a
dudas, el Estado Federal más centra-
lizado de los 26 Estados Federales del
mundo. Y eso desde hace años, no de
ahora; siempre hemos sido.
¿Qué es lo que propongo?
Rapidísimo, si me lo permiten,
en primer lugar, al felicitarlos por
esta iniciativa, señor senador, y a
la Mesa Directiva y al Senado de la
República, en primer lugar, institu-
cionalizar este encuentro, pero que
este encuentro no esté sujeto a volun-
tades, a condiciones o a coyunturas
políticas ni mucho menos que haya
fuerzas políticas que no lleguen, por-
que no sé qué razones tuvieron para
no hacerlo.
Este encuentro transformarlo
en un consejo para la coordinación
intergubernamental. No quiero
decir un consejo federal, porque eso
sonaría como una instancia nueva,
pero sí hace falta un Consejo para
la Coordinación Intergubernamen-
tal, que obligatoriamente debería
reunirse al menos una vez al año y
su atribución sería conocer, discutir,
concertar y arreglar problemas y
necesidades que se presenten en los
distintos ámbitos del territorio na-
cional para, de manera consensua-
da, buscar alternativas de solución
que involucren a dos o más órdenes
de gobierno.
Este consejo gubernamental se-
ría el ámbito en el que se analizarían
las capacidades institucionales que
dispone cada orden de gobierno para
hacer frente a las demandas y nece-
sidades sociales y, de ser necesario,
acordar una acción coordinada.
De ello se podría derivar un
acuerdo de coordinación y/o coope-
ración gubernamental o bien una
reforma legal o constitucional a
presentarse ante el Congreso de la
Unión.
Rápidamente, este consejo gu-
bernamental, considero, no es una
receta, pero es una reflexión, una
propuesta, podrían integrarlo los 31
gobernadores y el jefe de gobierno
del Distrito Federal.
Ya no sería la CONAGO, porque
entonces aquí entrarían los presi-
dentes de las 31 legislaturas locales y
el de la Asamblea de Representantes
del Distrito Federal, que me parce a
mí que son muy importantes.
Por favor, si no reconocen eso, me
parecería más importante una reunión
de legisladores locales con los legisla-
dores federales, que una reunión de
la CONAGO. Yo no sé un gobernador,
cuando no tenga mayoría, pues en
realidad qué gobierna.
Luego, 32 senadores por cada enti-
dad federativa y el Distrito Federal de-
signados por la Junta de Coordinación
Política del Senado; cinco representan-
tes del Ejecutivo federal designados por
el titular; cinco diputados federales y
32 presidentes municipales de los mu-
nicipios más poblados del país, a razón
de uno por cada entidad federativa.
Este consejo debería reunirse al
menos una vez al año, en el mes de
septiembre. Podrá también reunirse
cuando sea necesario a convoca-
toria expresa del Presidente de la
República, por la mayoría absoluta
de los integrante de la Cámara de
Senadores, por la mayoría de los
gobernadores, más la mayoría de
los congresos locales o bien los dos
juntos o bien la mayoría de los pre-
sidentes municipales.
Segunda propuesta: adicionar
al 71 constitucional para estable-
cer que toda iniciativa de reforma
constitucional que tenga que ver con
la modificación de competencias
entre órdenes de gobierno, tenga que
ser presentada ante el Senado de la
República, como cámara de origen y
que una vez presentada ésta, previo
a su discusión y votación en el propio
Senado, debería ésta remitirse a las
legislaturas locales para que en un
plazo perentorio, las legislaturas lo-
cales establezcan su posicionamien-
to, no significa votación, simplemen-
te posicionamiento.
Es una especie como la moción
constructiva de censura que existe en
el sistema alemán para la moción de
censura al canciller, mismo posicio-
namiento que debería ser tomado en
cuenta en las deliberaciones del Con-
greso de la Unión al respecto, pero
integren a las legislaturas locales a
que se expresen, por favor, díganles
de qué se trata.
Tercero: reformar al 135 constitu-
cional para establecer que la votación
necesaria para considerar una refor-
ma constitucional aprobada por una
legislatura local debe ser por las dos
terceras partes de sus integrantes.
No puede seguir estando la cosa
como está actualmente, de manera
imprecisa. Ya la Corte se ha pronun-
ciado sobre esta situación, no hay
acuerdo al respecto.
53
No puede ser que en un criterio se fije
el Congreso de la Unión dos terceras
partes y la de las legislaturas locales
no se diga qué tipo de mayoría se
requiere.
Es evidente que se requiere, es
evidente que deberían existir las dos
terceras partes. Como no está explíci-
to en la Constitución, creo que sería
muy importante que se estableciera
esto y creo que eso vendría a poner
una suerte como de garantía o de sal-
vaguarda, para que no se estuvieran
haciendo tantas reformas constitucio-
nales al vapor, que en el fondo vienen
a modificar drásticamente la distribu-
ción de competencias y el propio 124
constitucional.
Cuarta –y ya casi termino–: co-
rrespondencia con Albero, coincido,
agregar una fracción décima al 116
constitucional, la capacidad de aso-
ciación entre estados circunvecinos,
al menos para asuntos de seguridad,
de turismo, de promoción económi-
ca, de lo que ustedes quieran, sin
transgredir los principios del Pacto
Federal.
Esta discusión estuvo presente
desde el constituyente de 1857 y el
diputado Ignacio Ramírez se pre-
guntaba y planteaba la necesidad de
que se permitiera la asociación entre
estados, sin que significara la trans-
gresión del Pacto Federal.
Creo que esto es muy importante
y necesario, es más, es un atavismo
ahora que existen zonas metropoli-
tanas interestatales, cómo es posible
que existan zonas metropolitanas
interestatales y se prohíba la asocia-
ción entre estados, por favor.
Y quinto, finalmente termino,
introducir en el artículo 40 constitu-
cional la cláusula de lealtad federal,
en la que se establezcan los princi-
pios de solidaridad, subsidiariedad,
responsabilidad, confianza recíproca
y respeto mutuo en el marco de un
federalismo cooperativo y de concer-
tación, para asumir una conducta
leal que tome en cuenta los intereses
del conjunto, para alcanzar coope-
rativamente la funcionalidad de la
estructura federal.
Se trata, señoras y señores, de
pasar del juego de suma cero, que ha
caracterizado la relaciones entre el
gobierno del federalismo mexicano,
es decir, en donde lo que gana un
orden de gobierno tiene que ser a
costa de lo que pierda el otro, para
establecer un juego se suma positiva,
en donde se privilegie el fortaleci-
miento de la estructura federal, no
del gobierno federal.
Lo anterior, que es muy senci-
llo, en síntesis implicaría iniciar
una nueva etapa en la evolución del
federalismo mexicano, la etapa del
federalismo coordinado que deman-
da ya la nación mexicana.
54
OCTUBRE 2014ELFE
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Título: “El Sitial de los Quetzales o Reyna del Huipil
Autor:Efraín Becerra Castañeda
J. AlbERtO AgUIlAR IÑáRRItU
Consejero para la Reforma Política del Distrito Federal y miembro del Consejo Editorial de El Federalista
hacia la superación de la nueva crisis del Federalismo mexicano
55
nir sin fusionar y dife-
renciar sin dividir, fue
el principio que es-
tableció el dictamen
que emitió Senado el
27 de abril de 2006 con
el objeto de realizar
varias reformas constitucionales en
materia de federalismo1. Una feliz
manera de expresar un propósito pro-
gresista para gobernar y desarrollar
el territorio de la nación mexicana.
Porque el Federalismo en Méxi-
co, además de ser una posición ideo-
lógica libertaria y progresista que
acepta la posibilidad de la unidad en
la diversidad, ha sido la fórmula his-
tórica que nos permitió constituir-
nos en nación y mantener unidas
sus partes con el todo, y cuando lo
olvidamos, sufrir la amputación del
territorio nacional.
Desde su nacimiento, el Federa-
lismo dista mucho de haber tenido
una historia lineal, lo constatan
varias irrupciones centralistas que,
en nombre de la urgencia, hicieron a
un lado lo importante al cancelar esa
forma de gobierno. Otras veces, las
más frecuentes, se proclama el fede-
ralismo, pero se actúa con sustancia
centralista. Esto no sólo a lo largo de
las muy conocidas luchas del siglo
XIX, sino durante el siglo XX y ahora
de nuevo, en las primeras décadas
del siglo XXI.
1 Ver: Dictamen de las comisiones de Puntos Constitucionales, de Federalismo y Desarrollo Municipal, de Salud y Seguridad Social, de Estu-dios Legislativos, de Estudios Legislativos Prim-era y de Estudios Legislativos Segunda, sobre reformas constitucionales en materia de feder-alismo. entre otros intervinieron los Senadores: Cesar Camacho Quiroz, por las comisiones, para fundamentar el dictamen, quien presento propuestas de modificación. Cesar Jáuregui Robles, PAN. David Jiménez González, PRI. Raymundo Cárdenas Hernández, PRD. Jesús Galván Muñoz, PAN. Juan José Rodríguez Prats, PAN. Manuel Bartlett Díaz, PRI. Carlos Madrazo Limón, PAN. Dulce Maria Sauri RIancho, PRI. Oscar Luebbert Gutiérrez, PRI. Alfredo Reyes Velázquez, PAN. Juan José Rodríguez Prats, PAN. Jorge Zermeño infante, PAN. Jueves 27 de Abril de 2006. Tercer Año de Ejercicio. Se-gundo Período Ordinario
Sí, las crisis del Federalismo mexica-
no han sido varias y variadas, entre
las más recientes destaca aquella
que al colapso del régimen de la
Revolución en 1982 puso de mani-
fiesto el agotamiento de esa forma
de federalismo unitario que dominó el
siglo XX, bajo el supuesto de tener
una soberanía superior a la suma de
los estados, y que llevó a reformar
el artículo 115 en 1983, -dando lugar
a una serie reformas posteriores al
mismo-, con el objeto de refundar
desde la base la gobernabilidad del
territorio lastimada por la crisis. La
secuelas del sismo de 1985 en la Ciu-
dad de México, pusieron también
de manifiesto el agotamiento de
esa forma de gobernar el territorio,
dando inicio al debate sobre la auto-
nomía de gobierno de la Ciudad que
estamos muy cerca de concluir.
La siguiente crisis del Federa-
lismo se comienza a observar con
el advenimiento de la alternancia,
y se profundizaría en lo que va del
siglo XXI, cuando los esfuerzos del
llamado Nuevo Federalismo, que se pro-
movieron durante los últimos años
del siglo pasado para descentralizar
autoridad y recursos, culmina-
ron por un lado, en el paulatino
abandono desde el gobierno federal
de políticas de desarrollo regional,
urbano, agrario e industrial, y sus
correlativas como la educación y la
tecnología, concertadas con los es-
tados y municipios, y por otro lado,
con el progresivo retiro de gobierno
federal, en el impulso al desarro-
llo político de la democracia en el
ámbito de los gobiernos estatales y
municipales.
La Federación fue perdiendo el
diálogo entre sus partes para ceder
esos espacios de responsabilidad
compartida, a una suerte de centra-
lismo-confederacionista, minima-
lista, opaco y dilapidador, donde las
agendas del Gobierno Federal y de
los gobiernos de los estados comen-
zaron a padecer de autismo. Duran-
te una docena de años, en particular
durante los últimos seis, cada quien
caminaba por su lado, encontrándo-
se en el reparto de las participacio-
nes federales derivadas del petróleo
y confrontándose en lo electoral, en
materia de seguridad, y cuando no,
en la retención de los recursos pre-
supuestales y en los debates sobre
el ritmo del endeudamiento local.
Tuvieron, los estados y los munici-
pios, que reencontrar en sus propios
ámbitos, la CONAGO y las distintas
organizaciones que agrupan a los
municipios, los espacios de la deli-
beración federativa perdida.
Se repartieron recursos desorde-
nadamente y a manos llenas, no hay
que olvidar que entre 2000 y 2012
los gobiernos federales recibieron
recursos por concepto de petróleo
el equivalente a más de dos veces y
media el Plan Marshall.2 Sólo el Ins-
tituto Mexicano para la competiti-
vidad (IMCO) calculó que entre 2006
y 2008 todas las transferencias a las
entidades de la República sumaron
2 De 2000 a 2011, el valor de las exportacio-nes petroleras le permitió a los gobiernos del presidente Fox y del presidente Calderón, in-gresar cerca de 326, 044 mil millones usd, (Fox: 133,772.252 mil millones usd y Calderón hasta 2011: 192,271.717 mil millones usd). En 2011 el precio por barril de la mezcla mexicana fue de 101.00 usd y 2012 rondó 116.00 usd y más. Si traemos a valor presente los 13 mil millones usd aplicados a partir de 1947 durante cuatro años fiscales, por el denominado Plan Marshall (Programa de Recuperación Europea, ERP), para la reconstrucción de 17 países europeos devas-tados por la segunda guerra mundial, conside-rando que la capacidad de compra de un dólar de 1948 equivaldría en 2011 a lo que se podía adquirir con 9.33 dólares, significa que en ese último año todo el Programa de Recuperación Europea equivaldría a 121,336.390 mil millones de usd. Luego entonces, se puede concluir que los gobiernos del PAN recibieron hasta 2011 por concepto de petróleo más de dos veces y media los recursos que permitieron que Europa Occi-dental se reconstruyera después de la Segunda Guerra Mundial, y sólo el presidente Calderón, una vez y media los mismos. Ver ¿Cómo Sanar la Columna Vertebral del Estado? José Alberto Aguilar Iñárritu. p.24. El Federalista. Noviembre-Diciembre 2012. Año 2. Núm. 3.
U
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2.4 millones de millones de pesos,
equivalentes a 33% más dinero que
el plan de ayuda para reconstruir
Europa.3
Es decir, al final se repartía
dinero sin control, al tiempo que
se cancelaba la política y, lo más
grave, se olvidaba que autonomía
no significa autarquía y que ser
gobierno federal implica no des-
entenderse de la conducción de la
nación en todas sus partes.
Es muy claro que en esta materia
como en casi todas las relativas al régi-
men de gobierno, la democracia no ha
podido terminar de constituir las insti-
tuciones que reclama esta nueva época
de la República. El complicado diálogo
entre el Legislativo y el Ejecutivo de
los últimos años, dio lugar al Pacto por
México para poder avanzar superando
las restricciones que impone nuestra
actual forma constitucional, pero su
indiscutible éxito no implica que la ta-
rea esté concluida. En el federalismo
estamos peor, no hemos construido ni
la nueva institucionalidad que recla-
ma su crisis, ni tampoco las fórmulas
intermedias y temporales que permi-
tan mejorar su situación.
Con el Doctor Barragán4 asumi-
mos que el Federalismo es una forma de
gobierno, no de Estado, es una técnica para
organizar los poderes públicos que resuelve
el debate de la coexistencia entre dos
soberanías, la federal y la local, pero
subrayamos que esta forma exige de la
actuación coordinada y corresponsable
de sus partes, sin la cual deja de ser
eficaz y fenece.
3 Ver El Plan Marshall Mexicano equivale a 1.6 millones de millones de pesos. La suma de todas las transferencias a las entidades de la República, entre 2006 y 2008, sumaron 2.4 millones de millones de pesos. Nuestros gober-nadores y alcaldes gastaron en 3 años, 33% más dinero del plan de ayuda para reconstruir Europa. Instituto Mexicano para la competi-tividad (IMCO) http://elmensajeenlabotella.typepad.com/blog/presupuesto/4 El federalismo mexicano. Visión histórico constitucional . Barragán Barragán, José. ISBN 970-32-4421-8. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. 2007
Así como no es posible tener un
federalismo actuante y vigoroso sin
contar con un firme sistema de pesos
y contrapesos que module la relación
entre la Federación y los estados, y la
haga operar poniendo en práctica los
principios de subsidiaridad, coordi-
nación, compensación y trasparen-
cia, inherentes a esta forma de go-
bierno, tampoco se puede hablar de
un federalismo robusto si la relación
entre los gobiernos estatales y muni-
cipales carece de esos equilibrios y no
está fundada en la plena positividad
de los mencionados principios. Ahí
radica buena parte del problema
actual en este campo, y no se solu-
ciona convirtiendo la emergencia en
normalidad, al sustituir funciones
locales con estructuras federales o
acotando la autonomía de las enti-
dades federativas y los municipios;
ambas son apuestas riesgosas por la
eficacia, que terminan por perder
sustentación.
Ejemplos de lo anterior hay varios
y amenazan con multiplicarse. En lo
electoral se han querido solucionar
problemas inherentes al insuficiente
desarrollo de la división de poderes
en los estados, engordando al IFE
para crear el INE y poniendo en ries-
go su certeza. En seguridad donde es
obligado optimizar la permanencia
de la fuerza federal sustituta, com-
pensando esa acción con la re-ex-
presión y el desarrollo de las fuerzas
locales, el progreso local se observa
insuficiente. En materia presupues-
tal la inaplazable exigencia de tras-
parencia y rendición de cuentas y de
una mayor participación en el esfuer-
zo recaudador federal de los estados
y municipios, tiene poco avance y se
ha preferido limitar las atribuciones
locales para endeudarse.
En fin, ha llegado el momento
de proponernos superar esa cons-
tante centralista en nuestra his-
toria que atrofia el Federalismo
al mantener la preeminencia del
gobierno federal sobre los estata-
les y de estos con respecto a los
municipales, a partir hacer de la
corresponsabilidad una hoja de
ruta trazada con el concurso de
la República re-unida, es decir,
vuelta a unir.
Así hemos cursado del fede-
ralismo fundacional de 1824, al
liberal de 1857 y de ahí, a partir
de 1917, al federalismo unitario,
y ahora al confederacionismo-
centralista de los últimos doce
años. El actual gobierno tiene por
delante la posibilidad de construir
el federalismo democrático y co-
rresponsable que reclama el siglo
XXI, esta reunión que convoca a
dos poderes es testimonio de esa
voluntad de cambio.
Es momento de regresarle al
artículo 124 constitucional su
sentido original, dejando sin
efecto la mudanza interpretativa
denominada cláusula residual,
que invirtió 180 grados su sentido
original al acompasar la creciente
supremacía federal sobre lo local
y paternalistamente subordinar
e irresponsabilizar a los estados
y a los municipios respecto de su
quehacer fundante en este pacto
federal.
El artículo 124 constitucional
consigna que: “Las facultades que
no están expresamente concedidas por
esta Constitución a los funcionarios
federales, se entienden reservadas a
los Estados”.
La esencia de esta norma se
remonta al voto particular de Ma-
riano Otero en el Acta de Reformas
del 21 de mayo de 1847, donde esta-
blecía que: “Los Poderes de la Unión
derivan todos de la Constitución, y se
limitan sólo al ejercicio de las faculta-
des expresamente designadas en ella
57
misma, sin que se entiendan permitidas
otras por falta de expresa restricción”5.
Su base es que la soberanía deviene
del pueblo que habita el territorio
que conforma a los municipios y los
estados, a quienes otorga la titularidad
de los derechos de su representación,
pero conserva sus prerrogativas en la
ampliación de los mismos, y les ordena
unirse en el Pacto Federal. Lo cual im-
plica dotar a la Federación de atribucio-
nes exclusivas y limitadas a través de la
Constitución General de la República,
al tiempo que mantener, -en una suerte de
libertad negativa-, la titularidad de todas
lo demás, vigentes o futuras, para su
propio ejercicio y disfrute.
En la obra citada, el Dr. José Barra-
gán6 con razón especifica que no hay
habitantes federales, sino comunida-
des originarias, ni tampoco territorio
originalmente federal, sino el otorga-
do por los Estados para el asentamien-
to de los poderes de la unión. Asunto
de particular importancia ante los
debates actuales sobre la plena auto-
nomía de la Ciudad de México.
México no necesita de un go-
bierno central imponente que a
final achica no sólo el tamaño y el
potencial del país, sino su viabilidad
misma. Lo que se requiere es un Esta-
do fuerte y este resulta del reparto
equitativo y sustentable de atribucio-
nes y competencias entre sus partes.
5 Una inteligente fórmula que rescataba las posiciones que diferentes diputaciones provin-ciales, -como las de Jalisco, Yucatán, Veracruz y Querétaro-, defendieron en los debates de 1824 y que en 1847 nació con el fin de regular la ex-cesiva gravitación del Congreso de la Unión de entonces sobre los gobiernos estatales. Su virtud fue establecer con precisión las reglas de la co-existencia del mandato soberano que el pueblo otorga a dos instancias de gobierno: la federal y la estatal, y por extensión a la municipal. Ver: Dic-tamen de las comisiones de puntos constitucio-nales, de federalismo y desarrollo municipal, de salud y seguridad social, de estudios legislativos, de estudios legislativos primera y de estudios legislativos segunda, sobre reformas constitucio-nales en materia de federalismo. Jueves 27 de Abril de 2006. Tercer Año de Ejercicio. Segundo Período Ordinario6 Ídem Dr. José Barragán.
Las soluciones nacionales efectivas
requieren el concurso de la mayoría
de los mexicanos.
Lo deseable es que bajo el
principio de máxima proximidad
del ciudadano con la autoridad,
en el nivel local se atiendan los
asuntos locales con plena flexibi-
lidad y sin más restricciones que
las explícitamente pactadas en el
acuerdo federalista, para alcanzar
un diseño competencial equitativo,
cooperativo e incluyente, a partir de
siete criterios básicos: Subsidiaridad,
coordinación, compensación, cooperación,
transparencia, rendición de cuentas y parti-
cipación ciudadana.
Avanzar hacia una democracia de
resultados, demanda hoy un nuevo
equilibrio en materia de relaciones
intergubernamentales. Su óptima
funcionalidad requiere estimular la
cooperación y la coordinación como
fórmula de la relación entre el gobier-
no nacional y cada gobierno local; y
también para hacer lo propio entre
los gobiernos locales, de manera
horizontal.
Hoy en un mundo global, donde
la asociación regional es un eje del
58
OCTUBRE 2014ELFE
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progreso, el Federalismo mexicano
del siglo XXI debe abrir la puerta a la
interacción de políticas regionales y a la
creación de un cuarto nivel de gobierno
para gestionar adecuadamente, poten-
ciar y aprovechar las ventajas compe-
titivas de las cuencas regionales, áreas
metropolitanas y comarcales del país, a
nivel del mercado interno y global
Permitir las alianzas o asociacio-
nes entre estados y entre municipios,
aspecto vital para desarrollar a México
desde sus regiones y desarrollar hori-
zontalmente su potencial claramente
desperdiciado.
Explorar con racionalidad las fa-
cultades concurrentes de las entida-
des federativas, particularmente en
el ámbito fiscal, y asumir de manera
compartida y responsable el esfuerzo
por el desarrollo nacional a partir
del regional, entre todos los miem-
bros del Pacto Federal.
También, avanzar hacia el fede-
ralismo democrático, es apoyar de
manera decidida la edificación de la
Ciudad de México, entidad federa-
tiva, capital federal, cuya constitu-
ción cercana a la celebración del cen-
tenario de la general de la República
contribuirá a ensanchar las avenidas
por las que transite nuestro nuevo
diseño federalista.
Trabajar desde una metodología
federalista la necesidad de estable-
cer criterios de homogeneidad en
áreas como la fiscal, seguridad o
el ámbito electoral, con vistas a la
creación de instituciones y elabo-
ración normas generales que mejor
tutelen los derechos consagrados.
En síntesis, se trata de asumir que
los problemas del federalismo se
resuelven profundizando el pro-
pio Federalismo, no impulsando
acciones centralistas bajo prome-
sas de eficacia, supuestos ahorros
o mejores tutelas, que al final no
sólo incumplen su oferta, sino que
dañan el pacto federal y con ello la
funcionalidad de lo que se quería
solucionar.
El nombre del juego es hacer
política de Estado para reorganizar
el sistema federal del país y con
ese nuevo sistema competencial,
transitar decididamente hacia la
edificación del régimen de gobier-
no que exige nuestra democracia.
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OCTUBRE 2014ELFE
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Título: Xóchitl (retrato de niña)
Autor:Efraín Becerra Castañeda
Federalismo ydemocracia ya no son aliadosen méxico
AgUStíN bASAvE bENítEZ
Conferencia Magistral, en el marco del Seminario por la Federación y la Unidad Nacional, organizado por el Senado de la República
61
o voy a hablar sobre el
Federalismo desde el
punto de vista histórico
y político
Lo que quiero plati-
carles es la evolución del
Federalismo de jure y el
Centralismo de facto en este país,
que se han ido entreverando desde
nuestros orígenes, desde la Inde-
pendencia de este México nuestro. Y
cómo eso nos ha llevado a la situa-
ción actual que voy a explicar en un
momento más.
En 1824, México era un país evi-
dentemente grande, el territorio na-
cional era mucho más extenso que el
actual: diverso, incomunicado. Desde
el punto de vista geográfico, etnoló-
gico, cabía la sensatez de crear un sis-
tema federal. Era muy difícil pensar
que un país de esas dimensiones y de
esa diversidad, fuese centralista.
Pero desde el punto de vista po-
lítico, de una República en ciernes,
que acababa de obtener su indepen-
dencia un par de años atrás –estoy
pensando ya en el constituyente del
‘24–; con esa dispersión demográfica,
con esa falta de comunicación y –si
me valen la expresión– de control
político, era muy difícil pensar en Fe-
deralismo. Todo apuntaba a tener un
orden, si no centralista, sí un poco
más concentrado en la capital.
Así lo pensó mi ilustre paisano,
Fray Servando Teresa de Mier, quien
en el constituyente del ’24 se erigió
en el líder –digamos– de los antife-
deralistas. No era un centralista,
eso no es verdad, Fray Servando no
era un centralista; pero sí era una
persona que México se tenía que ir
descentralizando gradualmente.
Y se oponía a su amigo Ramos
Arizpe, que estaba del otro lado
como líder del grupo, de la fracción
–si me valen la expresión– federa-
lista, se oponía a la idea de hacer
lo que Fray Servando llamaba “una
imitación extra lógica”.
Él decía: “Estamos copiando el
modelo norteamericano, el mode-
lo de Estados Unidos y lo estamos
copiando además equivocadamen-
te, porque allá –decía él– fueron
13 colonias que se independizaron
del imperio británico, cada una
por su lado, y después se unieron y
firmaron un pacto federal y consti-
tuyeron una federación”. Y él decía:
“La Nueva España, ahora México, es
un todo que vamos a fragmentar ar-
tificialmente creando estados libres
y soberanos para crear una federa-
ción”. Eso es a lo que se refería Mier
cuando hablaba de una imitación
extra lógica.
Él decía que en México deberían
irse descentralizando los poderes
gradualmente, en la medida en la
que se avanzara en términos socia-
les o de la sociedad políticamente
organizada que, en buena tesis, es
el Estado, y que soltar las amarras,
soltar los hilos del poder, de forma
inmediata, como lo proponía Ramos
Arizpe, iba a provocar un caos, iba a
provocar turbulencias y, por tanto,
iba a tener consecuencias negativas
para el país
De hecho, él, de alguna manera,
predice que vamos a perder parte
del territorio nacional a manos de
Estados Unidos. Su discurso se le
conoce como “El discurso de las
profecías”, por eso. Sabemos que los
federalistas dicen lo contario, que
no perdimos a Texas ni el resto del
territorio que nos robó Estados Uni-
dos, porque hubiese sido México fe-
deralista, sino al contrario, porque
en 1836 Santana impulsó las siete
leyes y el centralismo, y entonces se
independizó Texas. Casualmente 10
años fue república independiente
y después se anexó a la federación
norteamericana.
Pero ese debate entre Fray Servando
y Ramos Arizpe fue un debate mara-
villoso. Yo creo que vale la pena, se
los recomiendo ampliamente a quie-
nes no lo hayan leído, que lo lean,
porque ahí, entre otras cosas, hay lo
que yo llamo “el primer –y quizás el
último– discurso antidemagógico de
un legislador mexicano”.
Fray Servando, en el debate con
Ramos Arizpe, hubo un momento
en que Ramos Arizpe dice: “No dis-
cutamos más, el pueblo de México
quiere el federalismo”, y entonces
Fray Servando subió a la tribuna y
le dice: “Perdóname, diputado, ¿el
pueblo de México quiere el federalis-
mo? –dice– Paremos, detengamos a
la primer persona que vaya pasando
afuera del Congreso, preguntémosle
qué es federalismo y doy mi pescue-
zo si no dice que qué clase de animal
raro es ese. El pueblo ni sabe qué es
el federalismo, ni le interesa. Nos
eligió a nosotros, hombres de gran-
des luces –dice Fray Servando, con
esa megalomanía que lo caracteriza–
para que, acuciando nuestra inteli-
gencia y nuestra cultura, decidamos
lo que es mejor para el pueblo. So-
mos sus árbitros y compromisarios,
no sus mandaderos”, dice Mier.
El debate, a mi juicio, lo gana
Fray Servando y, sin embargo, la
votación la gana Ramos Arizpe y Mé-
xico se convierte en una República
Federal.
Pero ya sabemos lo que pasó.
Lo que pasó en esa primera mitad
del siglo XIX es que fue una etapa
de grandes turbulencias sociales,
políticas, de enorme inestabilidad,
de cuartelazos, sazonadas, golpes
de Estado, cambios de régimen,
etcétera, y que no fue sino hasta que
llega al poder, después de la reforma
y después del imperio de Maximilia-
no, Benito Juárez, que empieza él a
jalar uno a uno los hilos del poder y
Y
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OCTUBRE 2014ELFE
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a concentrarlos en la Presidencia de
la República. Es decir, a expensas,
tanto de los otros dos órdenes de go-
bierno como de los otros dos poderes
de la unión.
Juárez concentra en la Presidencia
de la República el poder necesario para
que políticamente el país fuera viable,
digamos, manejable. Y después viene
Porfirio Díaz y, lo que Juárez empezó,
lo culmina con creces. Y, si bien la
Constitución, tanto la del 24 como la
de 1857 siguen diciendo que México es
un país federal, una República Federal
y siguen existiendo estas tesis fede-
ralistas de estados libres y soberanos,
pues en la praxis lo que teníamos era
un centralismo de facto, en donde
el Presidente de la República no sólo
controlaba a los otros dos poderes de
la unión, sino también controlaba a
gobernadores y alcaldes.
Se logró la Pax Porfiriana, el con-
trol político del país. Nadie se tomó
la molestia de modificar la Consti-
tución, porque en este país tenemos
una tradición –ya muy vieja– de poner
la norma muy lejos de la realidad, en
la cual nos preocupa muy poco si la
norma es inalcanzable, inaplicable,
porque pareciera que la norma no
tiene como propósito guiar o encau-
sar el comportamiento cotidiano de
la sociedad, sino aspirar algún día a
llegar a ser algún tipo de país que no
somos ahora.
Seguíamos siendo en teoría una
federación y en la praxis un país tre-
mendamente centralista.
Cuando llega la revolución, los
ideólogos y los políticos también,
revolucionarios, juzgan pertinente
cambiar muchas cosas, pero no el
centralismo de facto de México.
Más allá de los poderes de por sí
extensos que la Constitución de 1917 le
daba al Presidente de la República, se
crearon estos que Carpizo llamó “los
poderes metaconstitucionales”. Es de-
cir, había una serie de reglas no escri-
tas –que son las que guían, por cierto,
a este país desde sus inicios. Cuando
la norma está tan lejos de la reali-
dad, esa brecha siempre se llena con
códigos de reglas no escritas, que son
los que realmente se aplican– decía,
había reglas no escritas, que además
de esas facultades constitucionales le
daba otras al presidente para tener un
poder inmenso y prácticamente sin
contrapesos.
Así funcionó México más o menos
de 1929, sobre todo en 1938, porque
fue el Cardenismo el que realmente
forjó el presidencialismo mexicano.
Digamos, de 1938 al año 2000, aunque
con eficacia menguante ya al final.
Pero es otra vez ese centralismo
en la praxis no se preocupó nunca
por cambiar o adecuar las normas a
la realidad. Dejó el país como lo que
es, jurídicamente era una República
Federal. Funcionó como una Repúbli-
ca Imperial, totalmente concentrado
el poder en ese cruce de vertical y
horizontal, en esa cruz con la que se
crucificó a México, en buena medida,
del Presidente hacia abajo, contro-
lando a gobernadores y a alcaldes y
hacia los lados controlando a la Su-
prema Corte de Justicia y al Congreso
de la Unión.
Cuando se viene la transición demo-
crática y no me voy a meter aquí a
discutir cuándo empieza la transición
democrática, porque todavía no nos
hemos puesto de acuerdo los politó-
logos, pero cuando ya México entra
a finales del Siglo pasado, en la tran-
sición democrática de lleno y se da la
alternancia, un poquito antes de la
alternancia, tres años antes, en 1997,
se cambia la correlación de fuerzas en
el congreso y el congreso empieza a
constituirse en un verdadero contra-
peso al Presidente de la República.
Pero cuando llega la alternancia,
el entonces Presidente Fox decide que
lo que hay que hacer no es cambiar
al Estado Mexicano, no es hacer
una gran reforma del Estado, como
muchos proponíamos, sino aplicar
la ley, como dice el lugar común, el
cliché mexicano: en este país no hay
que crear nuevas leyes, hay que apli-
car la ley, pero el problema es que la
ley no está hecha para aplicarse, hay
que cambiar la ley.
Y el Presidente Fox dijo: hay que
aplicar la ley y entonces, si le suman
esa decisión política al hecho de que
desaparecía el único contrapeso que
habían tenido en México durante
todo el Siglo XX prácticamente los
gobernadores, que era el propio
63
Presidente de la República, pues lo que
tuvimos fue la recreación a escala del
presidencialismo discrecional en cada
uno de los estados.
Si antes el Presidente de la Repú-
blica por sí mismo, por interpósita
persona, por el Secretario de Hacienda,
por el de Gobernación, pudiera dar un
manotazo en la mesa, jalarle las orejas
al gobernador, ponerlo en orden, ya no
podía hacerlo, el Presidente ya no era
del PRI, era del PAN.
La mayoría de los gobernadores,
la gran mayoría eran del PRI y por
lo tanto la correa de transmisión del
presidencialismo mexicano, que era el
partido, se había roto y los gobernado-
res entonces se erigían en lo que son
a la fecha: señores feudales, que no
tienen contrapesos internos reales.
Por siempre he dicho que en Méxi-
co no tenemos en realidad federalismo
sino “feuderalismo”.
Los gobernadores entonces empe-
zaron a hacer y deshacer, porque ¿cuál
era la razón principal por la cual los
gobernadores le obedecían al Presiden-
te en los tiempos del viejo régimen, del
antiguo régimen?
Pues era simple y sencillamente
que el Presidente de la República era
el jefe del PRI, jefe máximo de ese
partido, y los gobernadores eran,
primero todos y luego en su inmensa
mayoría, del PRI.
Si el Presidente les sugería, les
insinuaba o les ordenaba una línea
de acción y no la seguían, pues su
futuro político se veía seriamente
comprometido.
Pero cuando el Presidente es del
PAN y la mayoría de los gobernadores
son del PRI, esa manera de contro-
larlos desaparece y los gobernadores
adquieren un poder incontrastable en
sus entidades federativas.
No puedo generalizar, sería
simplista, reduccionista de mi parte,
no puedo hablar como si todos los
gobernadores y todos los gobiernos de
los estados se comportaran igual, no es
así, pero sí puedo decir que cuando hay
un gobernador con la suficiente astu-
cia, sagacidad y fuerza política, tiene la
capacidad, los recursos, están dadas las
condiciones para que controle su estado
de manera prácticamente absoluta.
No sucede en todos los casos, pero
está la potencial estructura política
para que se pueda hacer. ¿Por qué?
Porque un gobernador avezado, se las
puede ingeniar para controlar su con-
greso local aún y cuando su partido no
tenga mayoría, aún en esos casos.
Se las puede ingeniar para controlar
a su Tribunal Superior de Justicia, para
controlar a sus órganos autónomos, el
Instituto de Transparencia, el órgano
electoral, ahora se llaman OPLES, que
ya están ahí semi separados, pero son
prioritarios; a la prensa local en buena
medida y salvo honrosas excepciones.
Estoy hablando en todos los casos,
no quiero estar repitiendo esta frase
como si fuera mantra, “salvo honro-
sas excepciones”, porque así es, por
supuesto que hay legisladores locales,
diputados locales, que son de oposición
y que ejercen su papel de oposición
contra sus gobernadores, con gran
dignidad y gran valentía; por supuesto
que hay jueces que asumen su papel
autónomo y no se dejan controlar y no
se dejan manipular por el gobernador.
Por supuesto que hay periódicos
locales que se le rebelan al gobernador;
por supuesto que hay órganos elec-
torales o miembros de esos órganos
autónomos que también asumen su
papel, pero todos estos son honrosas,
honrosísimas excepciones, porque la
regla general, por desgracia, es que el
gobernador controla prácticamente
todo en su estado.
¿Qué ha pasado entonces?
Lo que ha pasado es muy intere-
sante, es que dos conceptos que antes
eran hermanos, digámoslo así, y que
avanzaban de la mano uno del otro,
democracia y federalismo, demo-
cratización y federalización real, se
volvieron de aliados a enemigos y llegó
el momento y eso es lo que estamos
viviendo hoy en México, en el cual
federalizar, en el sentido de otorgar
más poderes a los estados, empezando
por el ejecutivo estatal, peor podría ser
incluso a cualquier otro órgano, que a
fin de cuentas los controla el ejecutivo
estatal, federalizar es ir en contra de la
transición democrática en los estados.
Esa es la realidad que estamos
viviendo en México: federalismo y
democracia ya no son aliados en México
y esta realidad está provocando una
oleada centralizadora, pero ahora ya no
de facto sino de jure.
Estamos viendo una serie de ini-
ciativas que algunas de ellas ya se han
convertido en leyes, que recogen otra
vez el poder y lo vuelven a depositar en
el centro. Eso es lo que estamos viendo.
Pero esto que estamos viendo tiene
una explicación política, no es casuali-
dad, no es capricho de nadie quitarle o
tratar de quitarle poder a los goberna-
dores, es un imperativo de viabilidad
política del país, es evitar esa balcani-
zación política que estamos viendo con
esos señoríos feudales a los que hacía
referencia: hay algunos que hablan de
los virreyes pero no, el virrey le reporta-
ba al rey y él no le reporta a nadie.
Ahora los gobernadores del PRI
vuelven poco a poco a reportar al Presi-
dente porque otra vez es del PRI, y este
es un fenómeno que vamos a empezar a
ver. Se va a reconstruir ese presidencia-
lismo vertical.
Pero lo que vemos hoy por hoy son
gobernadores que no tienen realmente
contrapesos dentro de sus entidades.
Eso es lo que estamos viendo.
Y esa oleada, esa resaca de normas
que le empiezan a quitar poder a los
Estados, es resultado de ello.
En eso se inscribe la idea de crear
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OCTUBRE 2014ELFE
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normas de transparencia nacionales,
federales, una ley electoral nacional,
federal, un Código Penal Único.
Todo eso se inscribe en el mismo
contexto político, que es quitarles po-
der a los gobernadores, controlar ese
poderío irrefrenable de los gobernado-
res. Esa es la realidad política.
Lo que pasó en México fue muy
sencillo: cuando creíamos que ya
había culminado la transición de-
mocrática nos dimos cuenta que nos
faltaban 31 “transicionsitos democráti-
cos” y que lo que se había dado a nivel
nacional, que por cierto a mi juicio no
está culminado, o sea, si hay deba-
te sobre cuándo inició la transición
democrática en México es menos, lo
es menos o hay menos discusión en
torno a que no ha terminado.
Por lo menos esa es mi opinión: la
transición democrática en México no
ha culminado.
Porque la transición democrática,
una transición democrática presupone
pasar de un régimen excluyente a un
régimen incluyente, de un régimen
que excluye a unos o a varios actores
políticos, pero se incluye a todos.
Y en México pasamos de un régi-
men que excluía a todos los partidos
políticos, menos al PRI, a uno que
incluye a todos pero que no acaba de
incluir cabalmente a la izquierda. Eso
es lo que estamos viendo.
Y para mí, toda transición política
termina en un nuevo acuerdo en lo
fundamental.
Así ha pasado en prácticamente
todos los países, y aquí no.
Pero bueno, decía: nos dimos
cuenta de que nos faltaban 31 transi-
ciones democráticas.
Y que la manera en la que a nivel
nacional, federal, aquí en la Ciudad
de México empezamos a ver prensa,
una prensa más crítica, medios más
críticos, empezamos a ver después
partidos más fuertes, que contrapesa-
ban al PRI –estoy hablando del Siglo
XX–, que empezaron a contrapesar
gradualmente al PRI, empezamos a
ver un Poder Judicial Federal cada vez
más fuerte, más autónomo.
Empezamos a ver un Congreso
cada vez más plural, sobre todo a
partir del 97 y por lo tanto menos
manipulable.
Eso que vimos aquí en la Ciudad
de México, eso no se ha visto en los Es-
tados de la República. Otra vez, salvo
honrosas excepciones.
Entonces, la lógica política –y esa
es una lógica inconfesable, nadie se
las va a decir–, no creo que venga aquí
ningún político nacional a decirles:
“la verdad, es que estamos centrali-
zando al país; estamos centralizando
normativamente a México porque
queremos quitarle fuero a los gober-
nadores”. Es muy difícil decir eso,
pero esa es la realidad.
Ahora, ese poder que se les está
quitando a los gobernadores, ¿a
quién se le está otorgando? -Pues
al Congreso de la Unión en buena
medida; a la partidocracia también
en buena medida.
Pero se les está quitando a los
gobernadores porque se tomó una
decisión política, tácita, que es: -Entre
federalizar y democratizar, vamos a
democratizar.
Es una decisión teórica, implícita,
decía, pero se tomó esa decisión.
El federalismo fiscal es otra cosa.
Ahí no me voy a meter, porque no es
mi tema y es un terreno, un suelo muy
pantanoso para un politólogo como
yo. No me voy a meter en el federalis-
mo fiscal. Esa es harina de otro costal.
Pero el federalismo político, si me
valen la expresión, está muy claro. Es:
o se aplica la norma federalista y se le
da más fuero a los gobernadores, que
no van a actuar a favor de la demo-
cracia en sus estados, o se empieza a
revertir esa norma descentralizadora,
y se empieza a concentrar el Poder otra
vez en el Ejecutivo Federal, o en México
porque muchas veces no es en el Eje-
cutivo Federal, es en el Congreso de la
Unión, por ejemplo.
O en órganos autónomos, por
ejemplo, esto que pasó en el INE, en
el Instituto Nacional Electoral, pues
esa es la idea. No le vamos a quitar el
Poder a los gobernadores de nombrar
a sus consejeros de sus institutos
locales electorales, para dárselo al
Presidente; ni siquiera al Congreso.
Se lo vamos a dar al INE, al Instituto
Nacional Electoral.
Ah, bueno, en el INE actúa la parti-
docracia también, pero lo va a tener el
INE. No importa a quién se le dé.
El consenso político en este país
es, no importa a quién se le concedan
atribuciones que se les quita a los
gobernadores; lo que importa es que
se les quite.
Y en esas estamos. En esas estamos
porque seguimos entercados en que no
podemos, por ejemplo, hacer una nue-
va Constitución en este país. Seguimos
con que de 1917 al 2017, con motivo del
Centenario de nuestra Constitución,
no es una buena idea crear una nueva
Constitución, o al menos una nueva
constitucionalidad.
Seguimos aferrados a eso y por ello
hacemos reformas, parches, otra vez
más parches a la Constitución.
Es que tenemos este fenómeno
de centralización casuística, si me
permiten otra vez la expresión, de
tomar una ley y decir: “bueno, cada
Estado tiene una ley diferente en esto;
lo vamos a homologar, vamos a crear
una Legislación Nacional Única en
diversos ámbitos”.
Es la realidad de esa balcanización
política, de ese Poder incontrastable de
los gobernadores la que está llevando a
esa centralización inequitativa.
Yo soy federalista, yo soy regio-
montano, y como buen regiomontano
65soy federalista porque allá padecimos el
centralismo, en esa época, en tiempos
mozos.
Pero también soy realista y estoy
consciente de que mantener esa descen-
tralización política de México, es atentar
en contra de la democracia, es permitir
que gobernadores de los Estados –y hablo
de todos los partidos políticos, ¿eh?--;
yo hablaba del Siglo XX del PRI por ser
el Partido hegemónico, pero hoy en los
gobernadores, cuando hablo de gober-
nadores que pueden controlar todos los
estados; hablo de gobernadores del PRI,
del PAN, y del PRD, de todos. No es un
problema de un Partido Político, es un
problema de estructura.
Entonces, decía, esa realidad me
hace aceptar a regañadientes ese reflujo,
esa resaca centralizadora que estamos
viviendo.
Que quizá sea temporal, porque lo
ideal sería no amarrar a los gobernado-
res desde el centro; sino amarrarlos allá,
en sus estados, y que esos contrapesos
que más o menos empiezan a funcio-
nar acá, a nivel nacional, empiezan a
funcionar allá. Y que realmente los Con-
gresos contrapesen a sus gobernadores
y que realmente los poderes judiciales,
estatales, contrapesen a los gobernado-
res; y que realmente toda la sociedad,
sobre todo la sociedad civil, actúe y
pueda criticar al gobernador, enfren-
tarse al gobernador si es necesario, sin
temor a represalias o a que se acabe o
pierda su trabajo, incluso su vida.
Eso es a lo que debemos aspirar.
Deberíamos aspirar a que esa transi-
ción democrática que se viene mane-
jando, se dé en los estados, y que no
sea necesario centralizar legislativa-
mente a México. Pero eso, eso no está
cerca; esa es una aspiración que nos
queda todavía muy lejos.
Por eso digo que pese a ser fede-
ralista y pese a haber padecido los
efectos del centralismo en tiempos,
en etapas todavía como habitante
de la ciudad de Monterrey, acepto a
regañadientes el centralismo, ahora sí
de jure, que estamos viendo nacer en
México.
Porque yo también, si me obligan
a escoger entre Federalismo y Demo-
cracia, ojalá que pudieran estar las
dos; pero si me obligan escoger, escojo
la Democracia.
dR. AgUStíN bASAvE bENítEZ
Agustín Basave, es doctor en
Ciencias Políticas por la Universidad de
Oxford, Inglaterra. Maestro en Admi-
nistración Pública y Políticas Públicas,
en la Universidad de Purdue, Estados
Unidos y, también, Licenciado en Siste-
mas de Computación Administrativa,
del Tecnológico de Monterrey.
Ha sido profesor de la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales de la
Universidad Nacional Autónoma de
México, Investigador del Instituto de
Investigaciones Sociales de la UNAM y
Director fundador del Departamento de
Ciencia Política del Tecnológico de Mon-
terrey, campus Ciudad de México.
Director de Posgrado de la Universi-
dad Iberoamericana y jefe de la Oficina
de Vinculación y Relaciones Externas,
de esa Universidad.
Ha sido articulista de diversos
medios impresos y ha colaborado como
analista en numerosos programas
de opinión, tanto en radio como en
televisión.
En el sector público, fue diputado
por Nuevo León en la Quincuagésima
Quinta Legislatura del Congreso de la
Unión. Secretario Ejecutivo de la Confe-
rencia Permanente de Partidos Políticos
de América Latina y el Caribe. Presiden-
te Nacional de la Fundación Colosio, así
como embajador de México en Irlanda,
entre otras actividades.
El doctor Basave es autor de diversos
libros. entre ellos“El México mestizo”,
“Historia silenciosa”, “Soñar no cuesta
nada”, “El sueño es vida”, “Antología
de Andrés Molina Enríquez, con la
Revolución a cuestas”, “El Nacionalis-
mo” y “Mexicanidad y esquizofrenia”, al
tiempo que ha participado con diversos
artículos y en obras colectivas.
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OCTUBRE 2014ELFE
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Título: Liturgia a Tláloc
Autor:Efraín Becerra Castañeda
Reforma política de los estadosdesde los estados
dANIEl bARcEló ROJAS
Doctor en Derecho y académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNaM.
67
aré una aproximación
desde la perspectiva
de los estados, porque
ese ha sido mi campo
de estudio y actual-
mente en eso estoy
trabajando en la Re-
forma Política de los estados desde
los estados.
Mi exposición la voy a dividir en
cuatro partes: en primer término,
voy a hacer un comentario sobre
las condiciones de la democracia
representativa en los estados. En
segundo lugar, voy a hablar sobre
las respuestas al problema de la per-
manencia y aun en algunos casos,
del recrudecimiento de los sistemas
autoritarios en los estados, del año
2000 a la fecha. En tercer lugar,
hablaré de las causas constitucio-
nales que facilitan la pervivencia de
sistemas demoautoritarios en los
estados. Y en cuarto término, habla-
ré de las soluciones constitucionales
de las que venimos hablando en el
Instituto de Investigaciones Jurídi-
cas de la UNAM, tanto en el texto
constitucional federal, como en las
constituciones de los estados.
Bien, empiezo pues, con el
comentario sobre las condiciones de
la democracia representativa en los
estados:
Y cito a Gustavo Madero, presi-
dente del Partido Acción Nacional,
que ocupó la Presidencia –como
todos sabemos– de la República
durante dos sexenios consecutivos;
y ha gobernado varios estados desde
1989, en que se produce la primera
alternancia en el ámbito estatal en
Baja California. Dijo recientemen-
te, en una entrevista concedida al
diario español El País, a pregunta
del reportero:
La pregunta es: “¿Y qué queda
del legado de su tío abuelo, Francis-
co I. Madero?”. Y dice Gustavo Made-
ro: “Queda la democracia pendiente
que falta en México. El autoritarismo
se ha refugiado en los gobiernos de
los estados; ahí falta la competencia,
la transparencia, la rendición de
cuentas, el respeto al voto”.
Yo comparto, desde luego, el
diagnóstico del señor Madero,
pero con algún matiz. Si bien con
significativas diferencias entre
estados –esto lo enfatizo mucho–,
puede señalarse que la democracia
representativa en los estados de la
República Mexicana, es actualmen-
te de baja calidad.
Tan de baja calidad en algunos
de ellos, que no pasa de ser una de-
mocracia electoral que sólo es capaz
de garantizar la alternancia en el
poder; pero no el ejercicio del poder
político sujeto a derecho por parte
de las autoridades locales. Son sis-
temas políticos demoautoritarios,
según la definición que hace Karl
Loewenstein del sistema político
demoautoritario.
Es posible otorgar tal califica-
ción a los sistemas políticos de los
estados, tanto por la forma en que
se ejerce el poder en los estados que
permite arbitrariedad, y su sínto-
ma más ostensible, la corrupción
ímpleme; como por sus resultados
sociales de pobreza y desigualdad
social por el pobre desempeño de los
gobiernos estatales.
No es por tanto casualidad que
el “latinobarómetro” refleje un
desencanto de la ciudadanía mexi-
cana, con lo que impropiamente se
ha llamado “democratización del
sistema político estatal mexicano”;
cuando en realidad únicamente se
ha experimentado una alternancia
en el poder, pero sin que variara la
forma autoritaria en que se ejerce el
poder en los estados federados.
Hoy en día, 37 por ciento de los
mexicanos apoya sin reservas el
sistema democrático; pero el 54 por
ciento expresa dudas sobre el mismo
y apoyaría un sistema autoritario.
Esto es lo que dicen encuestas.
Al respecto, cabe hacer la acla-
ración que el desarrollo político de
la República Federal Mexicana, va
en dos velocidades: mientras que
en el ámbito nacional avanza hacia
su democratización, y el respeto y
promoción de los derechos humanos
se ha fijado como objetivo; en varios
estados de la República pervive el
sistema autoritario, y puede aun de-
cirse que se ha recrudecido después
del año 2000.
¿Cuáles han sido las respuestas al
problema del que vengo hablando, el
recrudecimiento del sistema político
autoritario de los estados, del año
2000 a la fecha?
En primer lugar, ha habido
respuestas locales. La democratiza-
ción del sistema político mexicano
en el ámbito Federal, tuvo su primer
impulso desde los estados y munici-
pios en los años 80’s. Tal estrategia
aún persiste actualmente. El estado
de Tabasco, por ejemplo, intenta
impulsar la democratización del sis-
tema político por medio de lo que se
ha llamado localmente “El Acuerdo
Político por Tabasco” al que convocó
el gobernador Arturo Núñez Jiménez.
Esto también, desde luego, en el
Distrito Federal se viene haciendo
un ejercicio muy similar y otros es-
tados también han emprendido esta
ruta. Sin embargo, tiene el incon-
veniente de que quienes participan
ahí, especialmente los legisladores
locales, tienen un horizonte de sólo
tres años y eso les hace cambiar sus
intereses de corto plazo por los inte-
reses de mediano y largo plazo de la
ciudadanía.
Bien, ahora comento cuáles han
sido las respuestas federales. Y aquí
debemos dividir el liderazgo presiden-
h
68
OCTUBRE 2014ELFE
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STA.M
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cial del PAN del 2000 al 2012 –incluso
se podría hacer una diferenciación,
desde luego– cómo atendió este tema
Vicente Fox y cómo lo atendió, por su
parte, Felipe Calderón, y luego el lide-
razgo del Presidente Peña Nieto y del
Pacto por México del 2012 a la fecha.
Del liderazgo presidencial del
2000 al 2012. En sustitución del sis-
tema metaconstitucional centralista
que se vino abajo con la alternancia
en el Poder Ejecutivo Federal en el
año 2000, se debió de haber esta-
blecido un sistema constitucional
en los estados de corte federalista,
tal y como lo indica la Constitución
Federal en el artículo 40 y 41. Es de-
cir, se debió establecer de hecho y de
derecho la Constitución estatal como
norma suprema local, con su respec-
tivo sistema de controles y equili-
brios estatales; pero no se actuó en
este sentido y se dejó que el sistema
político de los estados evolucionara
sin una debida planificación, porque
quienes llegaron al poder en el 2000
y gobernaron hasta el 2012, conside-
raban que con la mera alternancia en
el Poder Ejecutivo de los estados sería
suficiente para transformar el Siste-
ma Político en el ámbito subnacional.
En el sexenio de Calderón, habría
que añadir a ello que la forma en que
llega al poder presidencial, recorde-
mos, sumamente cuestionado por
una de las fuerzas políticas princi-
pales, impide que haya acuerdos
concretamente con el PRD y eso
bloquea esa posibilidad. Sigue esta
inercia que deja a los estados actuar
por sí mismos.
¿Qué pasa posteriormente en el
año 2012 cuando cambia la Presi-
dencia? Vuelve el PRI, y desde la
Presidencia se impulsa un Pacto por
México. El titular del Poder Ejecutivo
impulsa este Pacto por México con los
dirigentes de los principales partidos
políticos nacionales de oposición.
En este periodo, el objetivo priorita-
rio ha sido la gobernabilidad de los
estados sobre pautas establecidas
desde la Ciudad de México. Se recurre
al cambio político de los estados
impulsando reformas a la Cons-
titución Federal o mediante leyes
federales por medio de las cuales se
reduce el espacio constitucional de
los estados. El INE es su ejemplo más
reciente, pero también se pueden
citar los ejemplos del IFAI o la CNDH,
que se han dirigido como órganos
de apelación nacional de los órganos
homólogos locales, y muchos otros
ejemplos más.
La estrategia parece ser que los
sistemas políticos de los estados
dejarán de ser sistemas autoritarios
por el vaciamiento de sus potesta-
des. Se opta por la centralización
de las competencias que han sido
ejercidas incorrectamente por las
autoridades de los estados, órganos
constitucionales autónomos inclui-
dos, y se depositan en los poderes y
órganos autónomos nacionales.
No se ha seguido la estrategia
adoptada por otras federaciones del
mundo que, ante problemas pareci-
dos de patologías en los sistemas de
los estados, han optado por correc-
tivos que son consecuentes con el
Sistema Federal. Ahí cito y dirijo a
quienes estén interesados en este
tema, una obra del doctor Alan Tarr,
que precisamente habla sobre cómo
cambian los sistemas federales.
Desde la perspectiva de los aca-
démicos que valoramos altamente
el federalismo como un doble siste-
ma de control del poder horizontal
y vertical, estimamos que la estra-
tegia de centralización de compe-
tencias tiene grandes riesgos, para
suprimir autoritarismos locales se
puede estar construyendo las bases
de un autoritarismo infinitamen-
te más potente: El autoritarismo
nacional.
Señalar este peligro no es nuevo
en la Teoría Constitucional. El peli-
gro de la implantación de un sistema
autoritario centralista se debatió
hace más de 200 años en los Estados
Unidos y remito la lectura del fede-
ralista que es justamente esto, un
esquema de lo que hoy llamaríamos
“transición democrática” pensando
en la posibilidad de que el Presidente
se pudiera constituir como una figu-
ra autoritaria. Y a esto dirigen sus
esfuerzos los constituyentes nortea-
mericanos para reducir ese peligro.
Hay que señalar que hace 200
años en México también se discutió
la forma de evitar la instauración de
un régimen unipersonal autoritario
en los albores de nuestro constitu-
cionalismo, y por ello se dividió el
ejercicio del poder presidencial en
tres personas en la Constitución de
69
Apatzingán. Se estableció que los
representantes de las provincias,
de manera igualitaria, elegirían al
supremo, y como por horario del sis-
tema de control del poder, la Consti-
tución de Apatzingán, que el próximo
22 de octubre cumple 200 años,
separó tajantemente la competencia
del poder constituyente para hacer
y reformar constituciones de los
poderes constituidos, especialmente
del Poder Legislativo, que sólo podía
hacer leyes, pero no una constitu-
ción y tampoco podía reformarla sin
consulta directa al pueblo.
Con diferencias de diseño
constitucional, pero con la misma
inquietud del autoritarismo central,
las constituciones federales de 1824
y 1857 establecieron al federalis-
mo como salvaguarda del Sistema
Democrático y del control de poder
presidencial.
Hay, sin embargo –debo decir-
lo–, académicos que valoran más el
Sistema Centralista y que refutarían
punto por punto lo que acabo de decir,
pero, insisto, yo estoy defendiendo la
postura federalista en la Casa del Fe-
deralismo del Senado de la República.
En tercer término podemos ver
una respuesta interamericana a las
funciones autoritarias en los estados
mexicanos.
Cito la Sentencia Radilla y, parti-
cularmente, la de Campo Algodonero,
emitida por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, que puede
ser considerada como una respuesta
–como señalé– contra las funciones
autoritarias de los estados mexicanos.
A esta, yo particularmente le tengo
una enorme confianza, pues implica
el establecimiento del control difuso
de constitucionalidad y de convencio-
nalidad a cargo de los jueces locales.
Ello obligará a que hagamos una tarea
que debimos haber hecho desde hace
muchos años, que es fortalecer los
poderes judiciales de los estados.
En mi opinión, los efectos de
la Sentencia Radilla y de Campo
Algodonero, pueden llegar a ser
tan profundos en México como la
Reforma Política de 1977, que cambió
el panorama en los congresos de los
estados.
Paso ahora al tercer apartado de mi
exposición, a las causas constituciona-
les que facilitan la pervivencia de los
sistemas autoritarios en los estados.
La primera causa de problemas
de diseño en las constituciones de los
estados es que existe un diseño cons-
titucional presidencialista. Esto es,
de un presidencialismo exacerbado
hiperpresidencialismo. Y sus carac-
terísticas es, en primer lugar, que
hay un Poder Ejecutivo sin control
intraorgánico.
En segundo lugar, hay un Poder
Ejecutivo sin control fuerte de legali-
dad administrativa. Y también aquí
incluyo a los ayuntamientos.
Y en tercer lugar, hay un Poder
Ejecutivo sin control de constitu-
cionalidad local en buena parte de
los estados y esto se debe porque las
constituciones de la revolución siguie-
ron el esquema que a nivel federal
impulsó Venustiano Carranza, orien-
tado por las disquisiciones de Emilio
Rabasa y este esquema básicamente
pugnaba por fortalecer al Presidente
de la República, en demérito del Poder
Legislativo, de las potestades de con-
trol del Poder Legislativo.
Rabasa hacía el diagnóstico de
que el problema de la inestabilidad
política de México en el Siglo XIX se
explicaba en buena medida por lo que
él llamaba el exceso de competencias
de control del control del Poder Legis-
lativo sobre el Presidente y entonces
eso le lleva a sugerirle a Carranza y
Carranza desde luego adopta este
sistema de un presidencialismo
blindado contra el control del Poder
Legislativo y es básicamente el que
tenemos y que ahora se ha estado
desmontando mediante diferentes
medidas, que se han tomado justa-
mente en esta legislatura.
Además de estos, en los estados
hay un Poder Judicial menguado y
esta no es ninguna casualidad. Hay
un profesor de la Universidad de
Chicago, Tom Ginsburg, que se dedica
a estudiar cuál es la función de los po-
deres judiciales en los sistemas auto-
ritarios y él dice que están diseñados
para no tener dientes, son como tigres
vegetarianos, porque no se les otorga
competencias constitucionales.
Y precisamente en la Constitu-
ción es donde están los derechos polí-
ticos de los ciudadanos y los controles
sobre el Poder Ejecutivo por parte del
Congreso y el propio Poder Judicial,
de tal manera que hacer los tribuna-
les de legalidad, simple y sencilla-
mente por una vía bastante, digamos
que sólo los especialistas en Derecho
pueden percibir con toda claridad, se
desapodera al Poder Judicial y se le
deja siendo un poder inocuo.
Sin embargo, parece ser que
hay un Estado de Derecho, pero en
realidad no hay cómo someter a los
gobernadores.
La segunda causa del problema
constitucional y ésta a nivel central,
es el centralismo judicial atribuible
a la legislación federal de control
constitucional y de amparo y aquí
hay mucho por hacer por el Senado
de la República.
En primer lugar hay un control
constitucional concentrado y esto
hace que se pudran algunos proble-
mas políticos de los estados, proble-
mas políticos muy importantes y
no es problema de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, sino lo que
sucede es que se le ha recargado con
los problemas políticos de todos los
estados y de los municipios y cuando
70
OCTUBRE 2014ELFE
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llegan problemas políticos de los
estados, lo que hace la Suprema Corte,
como hace cualquier otro tribunal, es
que los pone a la cola.
Entonces va a atenderlos, en
promedio, cuatro años después de que
llegaron, cuando ya no es la misma
legislatura o cuando los ayuntamientos
ya cambiaron, en fin y cuando el pro-
blema político que eso generó ya escaló
y se salió de cauce.
Entonces, este es uno de los proble-
mas que tenemos.
El otro es el amparo, el exceso, el
abuso al que puede conducir el amparo,
cuando jueces federales, con funda-
mento y con la intención de proteger
derechos fundamentales, invaden com-
petencias de los estados.
La tercera causa es una falla de
diseño en la garantía política de la
democracia en el estado federal. En el
origen, como les dije, el sistema federal
norteamericano lo que hizo fue construir
una garantía política de la democracia y
estableció la intervención reconstructiva
de los poderes federales sobre los estados,
cuando existe un colapso de la democra-
cia en un estado, cuando un estado no es
capaz de defender los derechos humanos
y de mantener la democracia en su esta-
do, hay un colapso y entonces los poderes
federales pueden intervenir.
Es, por ejemplo, hoy podríamos pen-
sar en el caso de Michoacán, un colapso
que ha habido ahí. El problema de este
diseño es que sigue siendo muy váli-
do, el problema es que este diseño sólo
estableció como escenario el colapso total
constitucional de un estado y no cuando
va bajando de calidad poco a poco, que es
lo que viene sucediendo precisamente en
México, pero que ha pasado también en
los Estados Unidos, incluso en la Unión
Europea, es decir, no son problemas
privativos nuestros.
Ahora hablaré sobre las soluciones
constitucionales y me referiré al texto
constitucional federal y a las constitu-
ciones de los estados y con esto voy a
concluir.
Es posible sugerir un diseño institu-
cional para ensanchar los contrapesos
a los ejecutivos locales, de equilibrio
de poderes y el empoderamiento de
los ciudadanos, que pasa por reformas
profundas a las constituciones de los
estados.
Pero antes de mencionarlas debo
señalar tres cuestiones previas al diseño
constitucional estatal, que dependen
del texto constitucional federal o de le-
yes federales, es decir, no todo depende
del diseño constitucional de los estados
para promover en clave federalista la
democratización y el fortalecimiento
del Estado de Derecho en el ámbito
nacional.
Primera cuestión que ha de resolver-
se desde la federación es la conducción
de la operación del control difuso de
constitucionalidad y de convencionali-
dad, es decir, de reconstruir el federalis-
mo judicial en México, que depende en
buena medida de la política judicial de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación,
que en este ´punto está dividida entre
seis y cinco ministros.
En 2015 se eligen dos nuevos
ministros de la Suprema Corte, lo que
redundará en mayor centralización o
mayor descentralización, según a los
ministros que se elijan y ahí desde
luego el Senado de la República tiene
la palabra.
La segunda cuestión a resolver es la
reforma del sistema electoral del federa-
lismo. Progresivamente, desde 1977 se ha
alterado la forma en que se elige el poder
revisor de la Constitución. Los estados
dejaron de ser la unidad básica de la geo-
grafía electoral para elegir a los miem-
bros del poder revisor de la Constitución
y esto ha tenido como efecto reformas
constitucionales centralizadoras.
No es casualidad que el artículo más
reformado de la Constitución Federal sea
el 73 precisamente, por medio del cual se
centralizan competencias a los poderes
federales. Por la misma razón tampoco
es casualidad que para el cambio políti-
co en los estados se entienda siempre en
clave centralista.
Tercera cuestión, la reforma del
procedimiento de reforma de la Consti-
tución Federal.
La llave para reformar la Consti-
tución Federal debe encontrarse en
los ciudadanos mediante referéndum
obligatorio o potestativo. Ello evitará
que para la reforma constitucional
federal, un partido político, llámese
PRI, PAN, Partido verde, PRD, Morena,
el que quieran, a través de sus miem-
bros integrantes del poder revisor de la
Constitución, pueda ejercer disciplina
de voto horizontal y verticalmente, es
decir, pueda exigir disciplina de voto en
la cámaras de Congreso de la Unión y en
las legislaturas de los estados.
El ejemplo es Suiza, allí se ha enten-
dido que la única forma de evitar que
la democracia de partidos termine por
controlar el proceso de cambio constitu-
cional, es la consulta directa al pueblo,
que no necesariamente milita o es sim-
patizante de algún partido político.
Finalmente me referiré al diseño
constitucional de los estados telegrá-
ficamente y este diseño debe buscar el
requerido de poderes y el empodera-
miento de los ciudadanos, hacer de la
constitución estatal norma suprema,
es el objetivo.
En primer lugar se debe fortalecer
el control intraorgánico del Poder
Ejecutivo, y para ello se requiere
establecer el gabinete y las potestades
constitucionales del gabinete en la
Constitución de los estados.
Entre otras, una decisión que
debería de hacerse de manera colegia-
da, es la elaboración y aprobación del
programa de Gobierno y desde luego del
presupuesto de egresos en los estados.
La segunda cuestión es que hay que
fortalecer cuantitativa y cualitativa-
71
mente el control del Congreso sobre el
Ejecutivo. Y aquí en este punto, vale
decir que no es igual y no debemos de
tomar a pie de puntillas lo que se dis-
cute como un buen modelo de diseño
constitucional federal y replicarlo en
los estados.
Doy, por ejemplo, la conformación
del número de integrantes de las Cá-
maras del Congreso de la Unión.
Yo no comparto personalmente
que se reduzca el nivel de diputados
federales.
Pero el problema es que este debate
se ha repetido en los estados y resulta
que estados como Baja California Sur,
o como Coahuila, que ya tenían pocos
diputados, han reducido, o al menos
en Coahuila, han reducido más el
número de diputados.
¿Y cuál es el problema de esto? El
problema es que el que controla al Po-
der Ejecutivo es el Poder Legislativo.
Y en todas las democracias el que
controla al gobernador en turno y a
los miembros de su Gabinete, son los
diputados de oposición.
De ahí que tenga que haber un
número suficiente de diputados de
oposición al Partido en el Gobierno
para que se pueda ejercer un control
sobre el Gobernador y sobre los miem-
bros de su Gabinete.
Si no existe un número suficiente
de diputados, entonces nadie controla
al Poder Ejecutivo.
También hay que establecer como
una medida para fortalecer el Congre-
so de los Estados, elevar el estatus del
presupuesto a ley.
No debe de ser temido, como
actualmente es, como un endeble acto
administrativo que pueden cambiar al
día siguiente, que es aprobado por el
Congreso. Debe tener estatus de ley.
De tal manera que cualquier modifi-
cación al presupuesto, a la ley de Presu-
puestos de Egresos, pueda y tenga que
ir nuevamente al Congreso del Estado.
Desde luego aquí puede haber la
Iniciativa Preferente. Eso, vamos,
está muy explorado en el derecho
comparado.
Finalmente, también aquí in-
troducir un servicio de carrera en los
congresos de los estados.
También, una medida para el
requerido poder es fortalecer al Poder
Judicial.
Establecer competencias de control
constitucional local y fortalecer el con-
trol de legalidad administrativa.
Entre otras cosas, aunque ya
algunos estados lo han hecho, hay que
pasar el Tribunal de lo Contencioso
Administrativo al Poder Judicial de los
Estados.
En todas las democracias del
mundo, el tribunal más importante,
después del Tribunal Constitucio-
nal –al menos en las europeas--, es el
Tribunal de lo Contencioso Adminis-
trativo.
Y aquí realmente le hemos puesto
poca atención y ese es
precisamente el que
controla los excesos
de autoridad, de los
miembros del Poder
Ejecutivo o de los
Ayuntamientos, de
manera tal que hay
que fortalecerlo.
También, había
que reformar el gobier-
no municipal. Y una
de las cuestiones que
se ha dejado siempre
de lado en las discusio-
nes que ha habido en
las Cámaras del Con-
greso de la Unión, es la
reforma del Municipio,
del ayuntamiento, de
la forma de gobierno
municipal. Aquí hay
que ponerle mucha
atención.
Igualmente al control de desempeño
institucional de los órganos constitu-
cionales autónomos.
Hay que fortalecer el control
intra orgánico e inter orgánico de los
órganos constitucionales autónomos.
Y aquí habría que decir no sólo a nivel
estatal sino también a nivel nacional.
Las universidades públicas no pue-
den dejar de ser contempladas en los
procesos de cambio político en los es-
tados porque muchas de ellas han sido
enclaves de los sistemas autoritarios.
Y, finalmente, el proceso de Re-
forma Constitucional en los Estados,
que tiene que estar, como ya decía yo
antes, radicado en el pueblo vía refe-
réndum obligatorio o potestativo.
72
OCTUBRE 2014ELFE
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Título: Color, luz y contraste
Autor:Efraín Becerra Castañeda
Un traje a la medida del país,entre descentralización e integración
JOSÉ MARíA SERNA
73
oy a hacer un comentario
muy breve. Básicamente
es decir lo que dijo el doc-
tor Basave, pero en clave
normativa. Y el punto de
partida es el mismo, he-
mos tenido, tenemos un
sistema federal muy centralizado.
En clave normativa hay dos
manifestaciones principales: uno,
que el artículo 73 constitucional, que
es de los artículos más extensos de la
Constitución, es de los más reforma-
dos. Muchas de esas reformas han
significado absorción de competencias
por parte de la Federación en manos
del Congreso de la Unión.
La otra manifestación normativa
de esa centralización es el Sistema Na-
cional de Coordinación Fiscal, como lo
acaba de mencionar el licenciado.
Ese sistema surgió o se fue for-
mando a partir de la Constitución de
1917. El sistema político que surgió a
después de la Revolución, que tenía de
suyo una lógica centralizadora.
Ya desde el sistema político, el
Sistema de Partido Hegemónico tenía
una lógica centralizadora. Impregnó
al Sistema Federal su funcionamien-
to; y no nada más su funcionamiento,
sino también su diseño normativo e
institucional.
Ese sistema de partido hegemó-
nico ya no existe. Hoy tenemos un
sistema multipartidista, tenemos
gobiernos divididos, tenemos gober-
nadores que tienen poder, influencia
real, como lo mencionaba el doctor
Basave, y esto ha llevado a una serie
de debates desde hace por lo menos 20
años, acerca de cómo rehacer o cómo
repensar el diseño institucional de
nuestro sistema federal.
Menciono muy rápidamente al-
gunos programas que ya han existido
de reforma o intentos de reforma de
nuestro sistema federal y los mencio-
no porque siempre un seminario va a
avanzar hacia una posible reformu-
lación de nuestro sistema federal.
Habría que tomar en cuenta todos los
documentos y programas que ya exis-
ten, no podemos empezar de cero.
Programa para un nuevo federalis-
mo 1995-2000 del Presidente Zedillo,
ahí se hablaba de la necesidad de
impulsar una redistribución de facul-
tades, funciones, responsabilidades,
recursos del Gobierno Federal hacia
estados y municipios.
Los distintos documentos que ha
producido la Conferencia Nacional de
Gobernadores, desde la Declaración
de Mazatlán, de 2001, que fue un
antecedente de la propia CONAGO,
hasta la Declaración de Cuatro Ciéne-
gas de 2003, en donde el Presidente
de la República y los gobernadores
acordaron construir un nuevo sistema
federal sustentado en el principio
cooperativo, diferencial, gradual, par-
ticipativo, equitativo, corresponsable,
solidario y subsidiario.
Acordaron también ahí convocar a
una Convención Nacional Hacendaria
en donde se revisara el esquema de
federalismo fiscal. Esa Convención
Nacional Hacendaria se reunió entre
febrero y agosto de 2004 y produjo una
serie de documentos y de diagnósticos
increíbles, en términos cuantitativos
y cualitativos.
En temas grandes de gasto públi-
co, ingreso, deuda pública, patrimo-
nio público, modernización de la ad-
ministración tributaria, colaboración
y coordinación intergubernamen-
tales, transparencia, fiscalización y
rendición de cuentas. Esa informa-
ción está ahí y no derivó en una gran
reforma de nuestro federalismo fiscal.
Está también el Programa Especial
para un Auténtico Federalismo 2002-
2006, en donde otra vez se planteó la
necesidad de transferencia de facul-
tades, funciones, responsabilidades,
recursos de la federación a los estados.
Hay una agenda o en esos años se
conformó lo que se denominó Agenda
desde lo Local, un programa cuyo
objetivo fue promover el desarrollo
integral de los municipios a través del
fortalecimiento de sus capacidades de
gestión.
En 2007 se expidió la Ley para la
Reforma del Estado, cuyo objeto fue
establecer los mecanismos para el
análisis, negociación y construcción
de acuerdos para la concreción del
proceso de reforma del Estado.
Hubo cinco temas, uno de los
temas fue federalismo. Ahí están
los foros y los diagnósticos que se
realizaron en el marco de esta Ley para
la Reforma del Estado, que no llegó a
una revisión fundamental de nuestro
sistema federal.
Hay iniciativas de reforma consti-
tucional de legisladores federales en lo
particular; está la de César Camacho
Quiroz, la de Ramón Galindo, la de
Melquiades Morales; desde la perspec-
tiva metropolitana está la de Demetrio
Sodi de la Tijera y la de la Comisión
de Desarrollo Metropolitano de la
Cámara de Diputados en la legislatura
pasada, propuesta que encabezó la di-
putada Alma Carolina Llano Austria.
Y aparte de todos esos documen-
tos, que podrían ser muy útiles para
la reflexión actual, hay una serie de
institutos y universidades que desde
hace tiempo vienen trabajando estos
temas. Uno de ellos es el Instituto de
Investigaciones Jurídicas, el Centro de
Investigación y Docencia Económica;
también esa red de académicos que
se llama Red de Investigadores en
Gobiernos Locales Mexicanos, mejor
conocido por sus siglas IGLOM, que
tiene sus propias propuestas acerca de
una posible reestructuración de nues-
tro sistema federal.
Termino con una última reflexión:
en todos estos documentos que acabo
de mencionar hay dos temas domi-
v
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OCTUBRE 2014ELFE
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X
nantes, la reforma hacendaria y la
necesidad de descentralizar, la idea de
evolución.
Sin embargo, existe un desfase –y
aquí me conecto con lo que decía el
doctor– entre lo que dicen todos esos
planes que van por el lado de la lógica
de la descentralización del sistema
federal y lo que ha ocurrido en la
realidad.
Lo que ha ocurrido en la realidad
de las Reformas Constitucionales que
ha habido en los últimos 30 años y
que de alguna manera han afectado al
sistema federal.
¿Dónde está el desfase? En todo sis-
tema federal hay una atención entre
dos lógicas: la lógica de la descentrali-
zación y la lógica que puede llamarse
de la integración.
La lógica de la descentralización
tiene sus propias técnicas de organi-
zación jurídica. Nos lleva a fórmulas
como la del Artículo 124 Constitucio-
nal, o a mecanismos como los conve-
nios de conferencias de facultades.
La lógica de la integración tiene
también sus propias técnicas de
organización jurídica. Nos lleva no a
la idea de devolución o de descentra-
lización, sino a la idea de armoniza-
ción, homologación, colaboración,
coordinación.
Si uno se pregunta: ¿las Reformas
Constitucionales de los últimos 30
años que han afectado al sistema fede-
ral, qué lógica han seguido?
Sin duda, es la lógica de la inte-
gración. Es decir, de la armonización,
de la homologación, de la unifica-
ción. Podría incluso decirse de la
centralización.
¿Qué resúmenes son los que se han
producido a través de esas Reformas
Constitucionales? Son los bien cono-
cidos regímenes de bases de coordi-
nación, de facultades concurrentes, o
regímenes híbridos de facultades con-
currentes y de coordinación, la creación
de sistemas nacionales integradores
de órganos a nivel nacional, e incluso
la federalización de materias, o el es-
tablecimiento de estándares mínimos
nacionales en determinadas materias.
Termino simplemente diciendo
que si queremos avanzar en el tema
federal hay que revisar toda esa ex-
periencia y toda esa discusión que se
viene dando en el país desde hace por
lo menos 30 años, ahí están todos esos
documentos.
Y hay que pensar en un traje a la
medida, en un traje a la medida del
país, que resuelva el tema de cuál debe
ser el punto de equilibrio adecuado
entre descentralización e integración.
75
76
OCTUBRE 2014ELFE
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Títul
o: H
álito
subli
me /
Aut
or: E
fraín
Bece
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asta
ñeda
77
ucero Saldaña Pérez, Secretaria de la Mesa Directiva del Senado de la
República, representantes de autoridades locales, especialistas y aca-
démicos, coincidieron en que es necesario fortalecer y rediseñar al
municipio.
Al encabezar la Mesa: “100 Años de Municipalismo” del Seminario
Encuentro por la Federación y la Unidad Nacional, la legisladora po-
blana Saldaña Pérez sostuvo que el país requiere de un nuevo estilo de
gobierno o de gobernanza, en el que se le dé su lugar al municipio y éste a su vez
logre la equidad de género.
La senadora del PRI resaltó que de los 2 mil 441 municipios del país, sólo el 6.8
por ciento de éstos, son gobernados actualmente por una mujer. Cuestionó en
consecuencia que si es este el gobierno más antiguo de México, por qué hay tan
pocas presidentas municipales e incluso resaltó el hecho de que Baja California y
Quintana Roo no cuentan con una Alcaldesa.
l
Por rediseñar el sistema municipal,la Senadora LuceroSaldaña Pérez
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OCTUBRE 2014ELFE
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Conocedora profunda del municipalis-
mo y del Federalismo, Lucero Saldaña
Pérez cuenta con una amplia expe-
riencia y participación en la toma de
decisiones, desde que fue Presidenta de
la Fundación Colosio, Puebla. Promoto-
ra de programas de desarrollo comuni-
tario en beneficio de la familia campe-
sina, cooperativas y organizaciones de
avicultura, horticultura, porcicultura,
agroindustria, reforestación y uso nacio-
nal de leña combustible.
De 2001 a 2006 fue Senadora en
las LVIII y LIX Legislaturas; secretaria
de la Mesa Directiva, presidente de
la Comisión Especial Encargada de la
Conmemoración del Quincuagésimo
Aniversario del Voto de la Mujer en
México, secretaria de la Comisión de
Relaciones Exteriores - Europa y África,
integrante de las Comisión de Comercio
y Fomento Industrial.
Citar esta trayectoria política es ne-
cesario por la importancia de su partici-
pación en el Encuentro por la Federación
y la Unidad Nacional. En la Mesa que
encabezó “100 Años de Municipalismo”,
indicó que sólo el 27.6 de quienes ocupan
el cargo síndico son mujeres y se tiene
una proporción de 38.2 por ciento de re-
gidoras, por lo que subrayó que existen
dos retos en el Federalismo: el de asegu-
rar la participación y la corresponsabili-
dad de la sociedad civil en las decisiones
fundamentales de los municipios, así
como transitar a la paridad política,
toda vez que sólo el 7 por ciento de los
municipios son presididos por mujeres;
enfatizó que éstos se encuentran muy
lejanos a alcanzar dicha igualdad. Su
planteamiento fue contundente: redise-
ñar el sistema municipalista.
En el Encuentro por la Federación y
la Unidad Nacional del Senado de la Re-
pública, hubo varias mesas de análisis
y discusión sobre los temas específicos
que se habían acordado y que tuvieron
su eje central en el Federalismo. La Mesa
“100 Años de Municipalismo” logró
un impacto relevante. Además de la
tesis de la senadora Lucero Saldaña
Pérez, hubo otras participaciones
destacadas, como la de Octavio Acosta
Arévalo, de la Asociación Autoridades
Locales de México.
Él consideró que se necesita redise-
ñar el municipio, modificar la cultura
partidista, fortalecer la organización
ciudadana y vigorizar la capacidad eco-
nómica de los gobiernos locales. Si no
hay capacidad económica, las condicio-
nes para el desarrollo de este orden de
gobierno van a ser limitadas, necesita-
mos marcos jurídicos adecuados.
Comentó que actualmente
autoridades, funcionarios estatales
y federales y gobernadores siguen
pensando que el municipio es una
especie de subordinado, que debe obe-
decer al estado y al Gobierno Federal,
lo que implica, dijo, ciertamente una
subordinación, “pero el Federalismo
determina no una subordinación,
sino una coordinación”.
Ricardo Baptista González, ex pre-
sidente municipal de Tula de Allende,
Hidalgo, consideró que el Federalismo
está incompleto, por lo que es tiempo,
dijo, que el Senado de la República reto-
me el asunto y rediseñe el municipio.
Sostuvo que el municipio mexicano
es el gran olvidado del Federalismo, y
el ciudadano es el que no ha recibido los
beneficios de un Federalismo que lo ha
excluido del desarrollo por no formar
parte del Pacto Federal.
Los municipios no estamos pe-
leados con los gobernadores; nadie
ve al orden de gobierno estatal como
adversario, pero queremos una coor-
dinación y articulación que es nece-
saria y obligatoria y, sobre todo, que
la gente viva mejor. Así que el Se-
nado tiene un gran compromiso: la
revisión del Federalismo Mexicano
pero, sobre todo, que al municipio
se le dé el lugar y competencia que
le corresponde para mejorar al país.
En la Mesa: “¿Está en crisis el muni-
cipio?”, el Presidente de la Asociación
de Autoridades Locales de México,
Sergio Luna Cortés, aseguró que se ha
establecido un modelo de Federalismo
centralizado, el cual se ha caracteriza-
do por tener un centralismo político y
económico en el que hay inequidad de
la distribución del presupuesto y de las
facultades municipales.
No puede haber un país fuerte si
sus localidades no lo son, y el Federa-
lismo no consideró a los municipios,
sino que los pone en desventaja. Por
ello es necesario tomar alternativas
distintas a fin de cambiar y fortalecer
la situación del sistema municipalis-
ta, puntualizó.
En representación de la Aso-
ciación de Municipios de México,
Guillermo González Martínez afirmó
que los municipios no están en crisis,
sino el modelo de régimen muni-
cipal, pues se creó hace 100 años y
claramente está agotado.
Dijo que no se ha tenido la capaci-
dad política para desarrollar reformas
que renueven el modelo, pero que
es indispensable a fin de respetar y
clarificar la dignidad de las localidades,
porque las normas y políticas actuales
representan una camisa de fuerza que
les impide cumplir con sus objetivos.
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OCTUBRE 2014ELFE
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Título: Fertilidad / Autor: Efreín Becerra Castañeda