8/20/2019 Revista Española de Historia Militar 110
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Tea t ros de
q eraciones
de
ND LUCÍ
V CENTRa
C o n
e s t e
número
a
entrega d e l c o l e c c io n a n t e :
io
L a M Y O R
B T L L
d e
C R R O S d e l a H I S T O R I
8/20/2019 Revista Española de Historia Militar 110
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páginas
320
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21 perfiles,
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3
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enblemas
P.V.P.: €
P V P : suscriptores:
53 €
Por Héctor Suárez íos
y
Bernardo Zarallo Jiménez
Pocos
pilotos
de caza han escrito libros en España. Por primera vez, uno de ellos, se ha
unido
a un
civil apasionado
por la
aviación
militar
para describir
en
profundidad
el
empleo
de l
F-18,
el mejor avión de combate volado en
nuestro
país. Acompañando cada
capítulo
hemos seleccionado
las
mejores fotografías
que
ilustran
los más de
veinte
años que
lleva
el
avión
en España. A pesar del paso del tiempo sigue siendo una extraordinaria plataforma
para cuantas misiones sea necesario. Pensamos que nada ha quedado en el tintero y que
con esta obra cubrimos un hueco
vacío
desde hace muchos años.
u A l u u f i k
Fiis
P 1Ü 2Ü
21 ÍÍ
73
Jnüusifial 5uu
ul. TaJáh: UÍJ l i 2U 2ÍJ J
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ARTILLERÍA DE LOS
REYES CATÓLICO S
EN LA
CONQUISTA
DE GRANADA.
Por Joaquín Gil San
Juan
y Juan
José
Toledo
Navarro
REVISTA
ESPAÑOLA DE
H B T O W MIL IW N
n o
EDITA:
AF EDITORES
LC IZ FH Esnta s
ntrones
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L u i s
G O N Z Á L E Z S E R R A N O ,
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P A Y U D ,
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G O R K A L u i s M A R T Í N E Z ,
FRANCOIS
D E
L A N N O Y ,
A L A I N
C H A Z E T T E ,
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F R A H A N ,
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J . P . P A L L U D , D . F R A N C O I S , LM . D E D I E G O ,
A .
M A R T Í N E Z ,
P .
J A S K Ó L O W S K I ,
J . V .
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D . G U G U E L M I , L .
L A N D I ,
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T O L E D O ,
M.l. GODOY,
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B. ZARALLO,
M.
CARTWRIGHT
C o r r e s p o n s a l e s
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Ilustradores:
L u i s F R E S N O C R E S P O . J U L I O L Ó P E Z C A E I R O ,
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ISSN: 1575 9059
AF ES UNA
EDITORIAL
INDEPENDIENTE Y
ABERTA
Y
NO SE HACE RESPONSABLE, NECESARIAMENTE,
DE LAS
OPINIONES
EXPRESADAS POR LOS AUTORES
EN SUS PROPIOS TRABAJOS. DE IGUAL MANERA,
LOS
A U T O R E S
NO HAN DE COMPARTIR. NECESARIAMENTE,
LA
ÜNEA
E D I T O R I A L DE
LC ÑIZ
FffESWS
EDITORES
ERWIN ROMMEL.
OFICIAL
Y
CABALLERO
Por
Daniel
García
Mataredonda Cepeda
G L O S T E R
«GLADIATOR
8.
a
PARTE)
Por
Carlos
Fresno
Crespo
Y NUESTRAS SECCIONES
HABTUALES
LIBROS
EN EL PRÓXIMO NÚMERO,
ENTRE OTROS,
PUBLICAREMOS
LOS
SIGUIENTES
TRABAJOS:
OBSTÁCULOS
ANTIDESEMBARCO
ALEMANES
DE LA II
GUERRA MUNDIAL.
LA AYUDA MILITAR DE LOS
ESTADOS
UNIDOS A ESPAÑA Y LOS
PACTOS
D E
DEFENSA MUTUA.
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Por Joaquín Gil San Juan y Juan José Toledo Navarro.
En la Guerra de Granada los Reyes Catól icos uti l izaron todos sus recursos durante una
déca-
da, con la finalidad de recuperar la totalidad del territorio peninsular. La verdadera protagonista
de
este conflicto bélico fue la artillería, util izada para los asedios
de
las pob laciones y la ruptu-
ra de sus forti ficaciones. La operación m ás importante fue la conquista de
Málaga
y,
para
ren-
dirla,
se emplearon más de doscientas bocas de fuego. El uso de la art il ler ía, com o medio de
ataque a las fortalezas, es conocido en la Península Ibérica desde el asedio de Huesear por
Ismail
I en
1324, pero
se
intensificó durante
la
segunda campana granadina
1485-1487)
cuan-
do
se
inició un proceso de sistematización, que bajo estricto control del poder real, culminó en
el largo y cruento cerco de Málaga (104 días frente a los 50 d e Co nstantinop la) conv irtiéndo la
en
un a de las principales armas, ya con carácter propio, de la
' 'nueva
monarquía .
Toma de las plazas musulmanas
fortificadas
El único
reino
musulmán existen-
te en la
Península Ibérica
a
finales
de l
siglo
XV era el de Granada,
tes-
tigo
de un remoto y esplendoroso
pasado
de predominio del Islam.
Las crisis
dinásticas de
Cas t i l la
bajo medieval exper imentaron un
giro hacia la
coherencia
y
organiza-
ción interna, logradas
en las
postri-
Arriba: Bombarda completa
de hierro
forja-
do.
Calibre
26.5
cm .
Longitud
total
341,5
cm
Longitud en calibres
12,80. Último
Tercio
de l
Siglo
XV. Alcázar de
Segovia.
Sala de
Armas.
Foto: Aracel i
de l
Rocío
Toledo .
Derecha
Conquista del
Reino
de
Granada.
Según
J. de Mata
Car r iazo .
Historia de
España dirigida po r
Menéndez
Pidal .
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H I S T O R I M I L I T O R
LA
CONQUISTA
DE LA PROVINCIA DE MÁLAGA
merías de dicha centuria, junto a un
cambio
polít ico notable. Sólo
fue
necesario un detonante para preci-
pitar
los
acontecimientos.
La
toma
sorpresiva de Zahara por los grana-
dinos (diciembre
de
1481),
con stitu-
yó la función desencadenante para
instrurnental izar una campaña de
mentalización,
reflejada en las cró-
nicas de la época, qu e veían en
aquélla un casus belli de respuesta
inmediata castellana efectuada con
la conquista de
Alhama
(febrero de
1482), que
suponía
el
inicio
de la
guerra de
Granada.
Los Reyes Catól icos claramente
manifiestaron
su pensamiento y
decisión:
...Y
se puede decir que
hobimos placer desto que ha pasa-
do, lo diremos porque nos da
oca-
sión para poner en obra muy pres-
tame nte lo que teníamos en
pensamiento de hacer y por ventu-
ra algund día se sobreseyera; pero
visto esto, nos entendemos en dar
forma cómo la guerra se faga a los
moros por
todas
partes y de tal
manera que esperamos en Dios
que muy
presto
no
sólo
se
recobra-
rá esta vil la que se perdió... .
Diego
de
Valera, humanista,
diplomático
y consejero real, da
tes-
t imonio de la preexistencia al suce-
so de Zahara de los objetivo s béli-
cos que se había m arcado Fernando
el Católico, antes que dicha ciuda-
dela
fuese tomada
po r
los nazaríes:
era pública fama en esta comarca
que
Vuestra Alteza
los
quería faser
La
guerra en la provincia de Málaga abarca-
rá
un periodo muy
amplío
de la
guerra,
lo que
índica
la
importancia
de su control. El objeti-
vo
final fue su ciudad y su
puerto.
El mapa
es
obra
y
gentileza
de l
profesor
D.
José
Enri-
que López de Coca y Castañer. Universidad
de Málaga.
guerra
en el
verano
venidero, e
sí
esto
así
es,
con
mayor razón
se
debe cree r agora
lo
querrá poner
en
efecto;
e
como quiera, l lustrísimo
Príncipe, que muchos haya en vues-
tro Consejo que saberán dar la
for-
ma para
esto
conveniente... .
Desde la para l i zac ión de la
reconquista, tras la ocupación del
valle
del
Guadalquivir
a
mediados
de l
siglo
XIII, una
larga línea diviso-
ria
separaba
el
Reino
Mazarí de la
Península.
En
torno
a
esta nueva
frontera tuvo lugar una vida llena de
incertidumbre,
ref lejada en un rico
vocabular io: asal tos , incurs iones,
talas, razias,
etc. Se
vivía
en
conti-
nuo estado de alarma, incluso en
épocas de tregua. El cautiverio era
el
fenómeno
más
frecuente, deriva-
do de los enfrentam ientos bélicos e
incidentes fronterizos, dando lugar
a
un
tipo característico
de
rornan-
Los máximos
autores políticos
y
militares
de la
campaña.
D.
Fernando
II de
Aragón
y V
de
Castilla
y
D .-
Isabel I de Casti l la.
Obra
d e
Pedro
de
Mena. Capilla
de los
Reyes. Cate-
dral
de
Málaga.
De la
obra
de
Sauret. Teresa.
L Catedral de
Málaga
C.P.D.M.
Foto: Ignacio del Río.
ees. Las algaradas en campo ene-
migo se efectuaban pese a las
tre-
guas establecidas. Alonso
de
Falen-
cia
testimonia
que
durante
los
periodos
de paz, tanto
m oros como
cristianos disimulaban sus respeti-
vo s ard ides para realizar asaltos
y
represalias que no eran conside-
rados como ruptura de las paces.
Entre las
causas
de la
Guerra
de
Granada
no debe minimizarse el
nuevo
concepto
de Estado
rena-
cent ista, tendente a la un idad y
cent ra l izac ión.
La polít ica de los
Reyes
Cató l icos va a constituir un
ant icipo del pr incip io
uius
regio
eius religio
que va a
imponerse
durante
la
Reforma
hasta el punto
de
configurar
el
mapa confes ional
de
Europa.
El peligro turco,
tan
amenazador
entonces en el oriente europeo,
fue un
factor
muy a
tener
en
cuen-
ta ,
según palabras
de los Reyes
Católicos: A esta guerra no nos
ha movido ni nos mueve deseo de
acrecentar
reinos...
so lamen te
esperando
que la
santa
fe
catól ica
se a acrescentada y la cr ist ianda d
se
quite
de un tan
continuo peligro
como tiene aquí a las puertas, si
estos
infieles
del reino de Granada
no
so n s a c a d o s y e c h a d o s de
España .
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J O Q U Í N G I L S N J U N Y J U N J O S É T O L E D O N V R R O H I S T O R I
M I L I T O R
Ronda.
Delante
de
este nido de
las
águi-
las
Francisco Ramírez
de
Madrid demos-
tró, según el cronista Zurita, ser capitán
famoso
y de
grande industria.
La primera fase de la guerra
(1482-1483) siguió
el
patrón bajo
medieval de incursiones y ataques
por sorpresa, como fue la réplica de
la
conquista de Alhama llevada a
cabo
por el marqués de
Cádiz
(1482). Las
operaciones militares
se
realizaban sin un plan global y de for-
ma intermitente
con la
finalidad
de
coger
desprevenidos a los enemigos.
De
esta manera
se
pretendió atacar
la zona este de Málaga, la Axarquía
en
1483. Partió
la
¡dea
del
maestre
de Santiago que obtuvo el apoyo del
marqués de
Cádiz
y otros nobles,
quienes llegaron a reunir más de dos
mil caballeros y unos mil peones.
Atravesaron
sierras próximas a Col-
menar
y
llegaron
a
Moclinejo
y a la
costa por Bezrniliana pero cuando
se unieron los enemigos de la Anar-
quía
con los
procedentes
de
Málaga,
capitaneados
éstos por El
Zagal,
se
enfrentaron a los
cristianos,
infrin-
giéndoles una de derrota total, con
una matanza de
cerca
de mil cristia-
nos y
otros
mi l
prisioneros.
En
con-
trapartida,
dos expediciones
musul-
manas sufrieron rotundos fracasos,
una de
ellas
en la
Lucena, donde
Boabdil fue
hecho prisionero.
Según Diego
de
Valera Granada
había que conquistarla iniciando la
Mortero
de
anima abocinada, igual
que la
recámara
con
35,5 cm .
de calibre de boca
y 81,4 crn. de
longitud
total (2 calibres]. El
catálogo
del
Museo
de
Artillería
lo
data
a
finales del
siglo
XV y afirma que también
eran denominados
pedreros
pero que arro-
jaban además unos artif icios incendiarios
llamados pellas , como el sitio de Ronda
durante
la
Reconquista . (Foto: Juan José
Toledo.
guerra desde un extremo, de mane-
ra
que no quedasen territorios ene-
migos a las espaldas, y no por el
centro, como se hizo con Alhama,
pues
era muy difícil y
costoso sos-
tenerla. Esta estrategia quedó
demostrada con el fracasado inten-
to de
conquistar Loja
en
1482.
Las luchas
internas
dentro
del
rei-
no nazarí, surgidas a
raíz
de la con-
tienda, facilitaron la labor d el bando
cristiano. Tanto Boabdil, como su
padre Muley Hacen, y el hermano de
éste,
E l
Zagal, necesitaban victorias
para acrecentar su prestigio. La divi-
sión de los nazaríes disminuyó su
capacidad de resistencia, hecho
que contribuyó a facilitar la toma de
Alora en 1484, apoyados los cristia-
nos
en su fuerte artillería, como lo
demuestra la representación de sus
murallas en la sillería del coro de la
catedral de Toledo. Con los mismos
efectivos
bélicos
ese
mismo
año fue
conquistado Setenil.
Los
siguientes asedios, simul-
táneamente, van a ser los de Cár-
rriba Tablero n.e 4 de la catedral de Tole-
do en donde se representa de manera sim-
bólica
los
métodos utilizados,
por un
lado
las armas y por otro la
diplomacia.
ba jo
Tablero
n.
a
13 de la
Catedral
de
Granada.
La toma de Vélez
-Málaga
(27 de
abril de 1487)-.
tama
y
Coín
en
abril
de
1485,
con
la asistencia del propio rey, acom-
pañado
de la
alta jerarquía
de la
nob leza.
No podía faltar un fuerte
apoyo artillero, ya imprescindible
en todos lo s
asedios
y bajo su s
órdenes
se
apretaron
los
comba-
tes de la artillería, hasta que los
de Coín se rindieron a la merced
del monarca. Al día siguiente se
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I S T O R I M IL I T R
l_A CONQUISTA DE LA PROVINCIA DE
MÁLAGA
El
objetivo principal
de la
campaña
de
1487: Málaga y su puerto. Fotografía de
D. Enrique Ramos Puente de principios de
siglo
con el
crucero Torpedero Martín
A lon -
so
Pinzón,
en primer plano. Al fondo, el
Monte Gibralfaro
(Gebel
Faruk o monte del
faro)
con su castillo que domina la ciudad y
su puerto. (Gentileza de
D.
Encarnación
Serrano Ramos. Universidad de Málaga).
sometieron también los habitan-
tes de Cártama. La caída de
ambas poblaciones supuso tam-
bién la
sumisión
de
todo
el valle y
sus
numerosas vecindades.
En días sucesivos el ejército cris-
tiano avanzó hasta las cercanías de
Málaga que,
en
realidad, constituyó
un amago para descongestionar a
Ronda de sus fuerzas militares, par-
ticularmente
de los
gomeres.
Era
una ciudad
de 2.000
vecinos,
y
cabeza
de una
amplia zona habita-
da por 15.000 hombres de pelea,
que
gozaban
de
fama
de ser los
mejores
del
reino
de
Granada.
Según Torres Balbás: En el cen-
tro de un
circo rodeado
de
monta-
ña s
ocupa
la
ciudad
de
Ronda
un a
posición que en la Edad Media
podía considerarse inexpugnable;
era la torre del homenaje, el último
baluarte
de la
fortaleza natural
de
la serranía . La
ciudad,
sobre su
peña, no tenía más agua que la de
la
lluvia,
o la que
discurría
por el
tajo a 50 metros de profundidad.
uperior
Málaga musulmana
según
Emilio
de la Cerda.
1879)
Colección Ayuntamiento
de
Málaga. Patrimonio Municipal.
nferior
Plano
de
Málaga
a
finales
del
siglo
XV según E. de la
Cerda, donde
se
puede ver
todo
el sistema defensivo de la
ciudad. Arrabales amurallados,
barbacanas,
murallas de gran espesor,
etc...
La hueste real hizo una finta de
distanciamiento para despistar qu e
se dirigía a Ronda, acompañada de
su potente
artillería,
que realizó allí
progresos notables, Finieron los
maestros de la artillería unas pellas
grandes de
filo
de cáñamo e pez e
azufre e pólvora, confagionadas con
otros materiales, de tal compostu-
ra, que poniéndoles fuego echauan
de sy por todas partes centellas e
llamas espantosas e quemando
todo cuanto alcangauan;
y el
fuego
que
langauan
de sy por
grande
espagio,
y era tan
riguroso
qu e
nin-
guno osaua matarlo. Ficieron asi-
mismo pelotas redondas grandes e
pequeñas de fierro, e destas facían
muchas en
molde,
de tal manera
templaban
el
fierro,
que se
derretía
como otro metal;
e
estas pelotas
facían grand estrago doquier alcan-
zauan. . . Otrosí con un ingenio vn a
pella grande de fuego dentro de la
gibad,
la
qua l venía
por el
aire
echando
de sí tan
grandes llamas,
qu e ponía espanto en todos los que
la veían. Esta pella
cayó
en la gib-
dat,
e
comengó
de
arder
la
casa
donde acertó .
El
monarca acudió a Ronda con
toda
la artillería el 8 de mayo, con
la cual bombardeó
la
ciudad duran-
te quince días. Además, faltándole
el agua a la ciudad, no tuvo más
remedio que rendirse. Fernando el
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J O A Q U Í N G I L S A N J U A N Y J U A N
J O S É T O L E D O N A V A R R O H I S T O R I
M I L I T R
Católico
fue generoso con los
rón-
denos dándoles libertad para
que
marchasen donde quisieran.
Entre los avances en la utiliza-
ción de la artillería durante la toma
del
impresionante nido
de
águi-
las , como era la ciudad de Ronda
y a la que hemos hecho alusión
anteriormente y que explican la s
fuentes, está
la
primera referencia
conocida de la caída de una ciudad
amurallada por el uso continuado y
más o menos sistemático de
armas de fuego de tiro curvo (téc-
nicamente supone
el tiro por el
segundo cuadrante, de + 45- a
90-, también denominada artillería
de
alta
trayectoria),
cuyo objetivo
principal
fue el
bombardeo
de los
edificios situados dentro de recinto
amura l l ado , en
lugar
de
incidir
directamente
(batir)
sobre los lien-
zo s y las cortinas de las murallas.
La
utilización
de
proyectiles incen-
diarios (pellas), que incidían direc-
tamente sobre las partes mas
débiles, la s techumbres de madera
de los edificios, provocaban incen-
dios
de
efectos demoledores sobre
la moral
de la
población
sitiada, al
mismo tiempo que mermaban las
reservas de agua al tener qu e utili-
zarlas
para
sofocarlos,
como tam-
bién
se
hace referencia.
Al mismo tiempo aparece ya men-
cionada la figura del sistematizador,
Francisco Ramírez de Madrid, qu e
podría ser considerado como el pri-
mer
artillero-ingeniero de la
histo-
ria hispana, a quien Zurita definía
como capitán famoso.
L as piezas utilizadas fueron
cuartagos,
en
palabras
de
Bernal-
d e z que dieron origen a los morte-
ros y
pedreros, piezas caracteriza-
das por su escasa longitud, en las
que la relación entre longitud y
calibre llega al mínimo , siendo su
recámara de
mucho menor calibre
que la
caña, hecho
de
gran impor-
tancia
ya que afianza la teoría plan-
teada
por
historiadores militares
que sitúan
en
España
el
origen
del
uso de la artillería de tiro curvo y la
introducción de los
morteros
en el
ataque de fortalezas en los cam-
pos de batalla europeos.
Conquis tada
Ronda,
s e
estable-
cieron las
capitulaciones
pacíficas
para
la
entrega
de Marbella a
mediados de junio de 1485, dan-
do paso a la organización de l nue-
vo territorio, al que se
incorporó
también Estepona, previamente
conquistada por Enrique IV, que
produjo
un
complejo entramado
administrativo entre ambas,
así
como con las poblaciones de
Benahabis
y
Daydín,
por una
par-
te, e Istán y Ojén, por otra.
Es de destacar la reconstrucción
que se ha realizado de este periodo
en
el que se
produjeron cambios
radicales
políticos, económicos
y
soc ia les , como fue el traslado de
los mudejares al piedemonte, dan-
do paso a la ocupación de Marbella
po r los cristianos viejos.
Los datos de población y rentas,
entre
otros, han sido fruto de la
investigación llevada
a
cabo
en la
numerosa documentación
de los
diversos archivos consultados. E s
interesante el estudio del casco
urbano
y arrabal de Marbella, cuyo
rasgo más característico fue la
construcción de una plaza publica,
como queda reflejada en la panorá-
mica
de
Pedro Texeira.
l
largo sedio
de álaga
c pit l
Al
oeste del
reino
nazarí
sólo
que-
daba
a los cristianos po r tomar Mála-
ga y
Vélez-Málaga,
y con el fin de
ocuparlas
se
dirigió
el
ejército, reuni-
do
en
Córdoba
en
1487.
La
artillería
Izquierda:
Cana de
ríbadoquín,
de los
lla-
mados
chiquitos,
(España
aproximadamen-
te
1450).
Material
de
hierro, técnica
de
fun-
dición. Calibre
30 mm.
longitud
de
anima
84,
longitud
en
calibres
28
(número
de
Inventario
de l
Museo
de l
Ejército 3292).
Según Bernaldez.
(Crón ica,
cap . L X X X I I l .
p á g .
180) éstas fueron
la s
primeras
piezas
que rompieron fuego
en el
sitio
de
Málaga).
Superior: Espingarderos
de
Mesnada
de l
siglo X V como
los que
participaron
en la
conquista
de Málaga. Archivo Histórico Mili-
tar. Madrid.
se
encontraba
en Écija
cuando reci-
bió la orden de ponerse en marcha.
Pocas veces
se
ofreció
a los
milita-
res y a sus
pertrechos sortear tan-
tas dificultades como se oponían a
su
marcha
a Loja,
siendo necesario
el allanamiento de caminos y la colo-
cación de puentes,
hasta
el
punto
de
que
algunos días solamente
se
reco-
rría una legua escasa, lo cual retrasó
su llegada a
Vélez.
Las piezas de artillería que acom-
pañaban
a los
Reyes Católicos eran
Vista antigua desde la iglesia de la Victoria
del Monte y Castillo de
Gibralfaro.
con su
torre albarrana. denominada
Torre
Blanca y
el
corredor amurallado
(coracha)
que la
unía con La A lcazaba.
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H I S T O R I
M I L I T R
LA CONQUISTA
DE LA
PROVINCIA
DE MÁLAGA
muy
numerosas, motivo
por el que
no se inició el asedio hasta qu e lle-
garon a Vélez, ya en la segunda
mitad
de abril de 1487. Esta ciudad
capituló antes
de
f inal izar
el
mes.
Después de ocupar la capital de la
Axarqu ía,
hubo dos intentos de
entregar Málaga al ejército cristiano,
pero
el
Zegri rehusó
la
rendición.
Desde Vé lez las huestes se
pusieron en marcha hacia la capi-
tal , mientras que la art i l lería se
envió por mar y la más pesada des-
de
Antequera. Debido
a la
lluvia
hic ieron
un
alto
en
Bezmi l i ana ,
cubr iéndose
el
úl t imo t recho
por
dif icul tosos caminos,
a
través
de
un
terreno calizo que el mar había
cortado en acant i lados, los cuales
obligaban a serpentear, recorriendo
senderos escabrosos . El 7 de
mayo dieron vistas a las murallas
malagueñas.
En la ciudad se habían refugiado
gran número
de
musulmanes,
qu e
habían sido obligados a abandonar
sus lugares
de
residencia,
tal fue el
caso de los de Ronda, Alora,
Marbe-
l la, etc. Junto a el los estaba un
notable contingente de norteafrica-
nos, dispuestos a mantener por las
armas
la plaza que tos unía con la
península. Estos hombres
de
gue-
rra, conocidos como gomeres, esta-
ban bajo
el
m ando
de El
Zegrí, quien
A
f inales del siglo XV . proliferaron los trata-
dos de
arquitectura
e ingeniería, en los que
se estudiaba su apl icac ión a la c ienc ia y el
arte militar
(tratados
Se Re
militan ).
El
dibujo representa
la expl icación para la rea-
l ización
de una
mina
de pólvora en la
obra
de Francesco di Giorgio Martín,
Trattato
di
Architettura civi le
e
m i l i t a re ,
fechado en
1480. La primera u t i l ización que se conoce
de
un
sistema
s imi lar
en combate fue en
Málaga po r
Franc isco Ramírez
de la
Madrid
de
1487.
además poseía el control de los
elches, o cristianos renegados, que
se
habían concentrado
en la
c iudad.
Igualmente se acogieron en
el la
lo s
monfíes perseguidos por la justicia.
Todos ellos albergaban el propósito
de hacer una defensa de Málaga a
la desesperada, postura que con-
trastaba con el espíritu de entrega,
el
cual llevó
a la
rendición
al
resto
de las poblaciones musulmanas de
la provincia.
La población
civi l
malaci tana,
en
su mayoría, era f iel a Boabdi l ,
sobre todo la inf luyente burguesía
estaba dispuesta a pactar la entre-
ga de la capital , como había ocurri-
do con Ronda; pero la facción mil i-
tar is ta, par t idar ia del
Zagal ,
no
compar t ía
este
cr i ter io, pues
muchos de sus componentes temí-
an las repres alias del rey Fernan-
do,
imponiendo,
por
este
motivo,
la
dictadura del terror para conseguir
una defensa a ultranza.
La c iudad estaba abastecida de
agua dentro de sus murallas, extra-
ída mediante pozos excavados en
una capa f reát ica, que prác t ica-
mente la recorría desde los arraba-
les del norte hasta el mar. Alenta-
dos sus
moradores, part idarios
del
Zagal por el Zegrí, se dispusieron
para rechazar a los sit iadores.
No
sin di f icul tades, las t ropas
cristianas que llegaban por el cami-
no de Vélez penetraron en el interior
por el
arroyo
de La
Caleta, hasta cer-
car
toda la urbe por tierra, mientras
la flota hacía otro
tanto por el
mar.
Hernando
de l
Pulgar, testigo
y
cronista de los hechos, nos ofrece
su visión sobre Málaga: Está asen-
tada en un lugar llano al pie de una
cuesta grande, cercada
de un
muro
redondo for ta lec ido de muchas
Alcazaba y
Gibral faro unidos
por la
Cora-
cha ,
nevados
en los
años cincuenta. Espa-
ci o
político
unido a esp acio m il itar. Con la
caída de
unos
de los dos espac ios, el
otro
caería como
una
f icha
de dominó.
torres gruesas e cercanas unas de
otras. E t iene una ba rrera alta e
fuerte, do ansí mesmo hay m uchas
torres.
E al
cabo
de la
cjbdad
e al
comienzo de la subida de la cuesta,
está fundado
un
a lcázar,
que se
dice el Alcazaba, cercado con dos
muros al tos e muy fuertes e una
barrera. En estas dos
cercas
podi-
mos contar
treinta
e dos tor res
gruesas
e de
maravil losa altura
e
artif icio compuestas.
E
allende
de
éstas t iene en el c ircui to de los
muros otras ochenta torres
media-
nas e menores, cercanas unas de
otras. Desde el alcázar sale una
como cal le cercada de dos muros, y
entre muro y m uro podrá haber seis
pasos
en
ancho,
y
esta calle
co n
los muros que la guardan van
subiendo
la
cuesta arriba, hasta lle-
gar a la cumbre, donde está funda-
Mortero/pedrero (s.
XV )
de 42 cm. de cali-
bre,
sobre
afuste
( recons t ru ido)
que da
idea de su
posición
de tiro en combate .
Museo del
A l c á z a r
de
Segov ia. Sala
de
Armas . A rmas como
ésta, pudieron
ser uti-
l izadas para
la
célebre
mina
co n
pólvora
que ejecu tó Fran cisco Ramírez de Madrid y
que provocó
la
caída
de una torre.
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8
J O Q U Í N
G I L S N J U N Y J U N
J O S É T O LE D O N V R R O
H I S T O R I
M I L I T R
do un
castillo
que se
llama G ibral-
faro; el cual por ser en lo más alto
e
tener muchas
torres, es una
fuer-
za inexpugnable.
En
esta otra parte
de lo llano de la gibdad está una for-
t a l eza
con
seis torres gruesas
e
muy
altas
que se dice
Castil
de
Ginoveses . E después
están
la s
t a r a z a n a s t o r r e a d a s . . . y en una
puerta de la ciudad que va la mar
está
una
torre a lbar rana alta
e muy
ancha que sale de la cerca como un
espolón e
junta
con la mar... .
El campamento del Rey Católico
fue
situado
en la
falda oeste
del
ac tua l cerro de l Monte
Ca lva r io
donde luego
se
construyó
el
san-
tuario y convento de La Victoria. El
de la Reina
llamado
así
posterior-
mente
por su
esposo posteriormen-
te para demostrar la firme intención
de no levantar el sitio, fue ubicado
en un lugar más lejano de la zona d e
combate,
donde después
se
edifica-
ría el convento de La
Trinidad.
La
abundante artillería se
emplazó en los lugares más estra-
B omb a rda
de hierro con dos recámaras
para
su servicio de 215 11 mm. de calibre
fechada a
principios
de l
siglo XVI. aunque
su
gran longitud de calibre no era normal
durante
las
guerras
granadinas, si nos
pue-
de hacer una ¡dea del sistema de funciona-
miento y sus
afustes.
Regalo de la Condesa
de
Montijo al Museo de Artillería.
tégicos, destacando
las
cinco
pesadas lombardas colocadas
en
lo s cerros próximos a la espalda
de
Gibralfaro,
y las
llamadas sie-
te hermanas Kimonas que apun-
taban
a la
zona
de la
puerta
de
Granada . Disparaban estas piezas
gruesos bolaños
de
unos
70
kilos
de peso. Además existían piezas
de ribadoquines, cerbatanas,
pasavolantes, falconetes y corta-
os, así como gran número de inge-
nios (con los que lanzaban algu-
nos
tiros
de
alquitrán), piezas
que
batían sin interrupción los obstá-
culos situados a su frente, produ-
ciendo considerables efectos. La
artillería contra Gibralfaro destro-
zó
varias torres
y una
gran exten-
sión
de
muro hasta
los
cimientos.
Treinta días duraron los prepara-
tivos
del asedio, para el cual se
construyó un foso alrededor de los
muros,
protegido
con una estaca-
da. Con ello se
aisló
a la
ciudad
con la finalidad de que consumiera
su s víveres, minando su moral po r
medio de l constante golpear de la
artillería.
De
esta forma
se
impidie-
ron las s a l i d a s de los s i t i ados y no
se permitía la llegada de refuerzos
ni por tierra ni por mar.
Fernando el Católico, en carta a
su hijo el príncipe Juan resume de
Recámaras de bombarda. Tiene 20,7 cm.
de calibre
y su
longitud
140 cm.
Arma
de la
segunda mitad
de l
siglo
XV y por su
tama-
ño, de las mayores de la época. Foto: Juan
José
Toledo.
esta manera el sitio: Ya habreos
sabido como después de que gané
la giudad de Vé lez-Málaga vine a
asentar
sito
e Real sobre esta giu-
dad de Málaga, e como quier que la
giudad es grande e estuviere for-
negida
de
grand gente
de
guerra,
así de los
naturales
de la
giudad
como de
gente
de otras partes
que a ella se habían recogido, e
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I S T O R I M IL IT R
LA CONQUISTA
DE LA PROVINCIA DE MÁLAGA
9
:tiiT2 Caña
d e
b o m b a r d a
tuvieron
muchos per t rechos
de
artillería... . Los malagueños se
defendían procurando con sus tiros
de
fuego
y con sus ballestas y hon-
das poner en aprieto a los artille-
ros, incluso hacían salidas protegi-
dos por sus torres y almenas.
El general de la artillería recibió
orden de asaltar las dos torres que
había
en los
estribos
de l
puente
de
piedra sobre
el
Guadalmedina.
Los
disparos daban
en una de
el las
sin
llegar
a
derr ibar la,
la
cual
hubo qu e
vo lar la
con pólvora para rendirla,
pero
entonces
los moros se prote-
gieron en la otra que había en la
otra orilla del río y rompieron desde
ella
un
nutrido fuego, hasta
que los
cr ist ianos lograron apoderarse
de
ella
y l legaron a colocar en sus
adarves
el estandarte de Santiago.
Los
castellanos no se l imitaban
a repeler las salidas del enemigo,
sino que realizaron múltiples inten-
tos de
introducirse
en las
for ta le-
zas uti l izando las brechas abiertas
por la artillería, aunque el precio de
éstas
era muy
alto para
las
vidas
humanas
que se
perdían, como
ocurrió, en uno de estos
lances,
al
escalador Ortega del Prado, uno de
los héroes de la guerra.
Fernando el Católico, con motivo
de la llegada de la reina, conminó a
los malagueños a rendirse, como
lo testimonia
Hernando
de l
Pulgar,
después
de
estrechar
el
cerco
de
la
ciudad. Hizo saber
a los
mala-
gueños su
intención
de permane-
ce r en el cerco hasta rendirla, pro-
metiendo
un
tratamiento humano
a
los
ven cidos, dándoles l ibertad
para que ma rchase con sus bienes
a otros
lugares
de
España
o
Áfr ica.
Lo s
sitiados
no
respondieron
a la
invitación
del monarca
confiando
en
las
defensas
de la
ciudad, pero
sobre todo esperaban
qu e
la s con -
diciones climáticas
y las
lluvias obli-
garan a los cristianos a abandonar
su conquista.
El
resultado
de
esta
negociación fu e redoblar el sistema
defensivo, a la vez que amenazaban
con la
muerte
a
todos
aquellos qu e
tratasen de rendirse, como ocurrió
con algunos que eran favorables al
entendimiento con los cristianos y
no se mostraron
diligentes
en la
defensa de la ciudad, los cuales
pagaron con la vida su atrevimiento.
Caña
de bombarda de 30.5 cm . de calibre.
Aunque su exter ior no se diferencia de las
d emás
ex istentes
-s e
puede apreciar la
joya de puntería - el interior
ofrece
la
par-
t i cu lar idad
de que
termina
en superf ic ie
a lambrada (en pendiente), formando lo
que se
l lama
el
re lex ,
lo que
supone
un
adelanto adaptado
a
f ina les
de l
siglo
XV.
tendente
a una
mejor adaptación
de l
pro-
yectil al fondo de l
ánima,
disminuyendo el
escape
de
gases ,
al
m ismo tiempo
qu e
aumenta
la
res is tenc ia
de la
caña
en el
lugar que más la
neces i ta.
Las
f recuentes sa l idas de los
defensores ob l igaron
a l
e jérci to
castel lano
a
apretar
el
cerco
valién-
dose de
toda
c lase de sistemas
bélicos para ello, motivo por el que
se
recurrió
a la
utilización
de
minas
con
la finalidad de abrir
posibles
vías de entrada en la ciudad, pero
lo s
sitiados
lograron contrarrestar
las
obras real izadas
por los zapa-
dores cr ist ianos.
Lo s
partidarios
de
capitular
con
los Reyes Católicos iban en aumen-
to
entre
la
población, pese
al
temor
qu e
imponían
los
gomeres
con sus
armas a quienes proponían ta les
soluciones. Por medio de mensajes
lanzados en saetas, e incluso con
enviados secretos,
que a
veces
se
jugaron
la
vida
al ser
descubiertos,
hubo intentos de ac ordar unas capi-
tulaciones, pero nunca l legaron a
conseguir sus deseos de dominar a
su s oponentes para imponer el cri-
terio de rendición a sus conciudada-
nos, a pesar de la precariedad de la
situación de la capital malagueña.
Se requisaron todos los alimen-
tos, hasta el punto de pagar con la
vida
aquellos que se hubieran
guar-
dado algo. Como cons ecuencia del
hambre
no
fueron pocos
los
casos
de
mue r te
po r
inanición, sobre
todo entre los
judíos,
quienes fue-
ron
las primeras víctimas de estas
expo l iac iones.
Por la
ciudad
se
extendía la hambruna y la muerte
en mayor grado
de que los
reyes
creían. La
gente
comía ratas y
otros animales inmundos, dada la
conf iscac ión pract icada
por los
gomeres. La art i l ler ía, en úl t imo
término, sería el factor determinan-
te para romper la resistencia
desesperada de los malagueños.
Alí
Dordux condujo
la
embajada
por parte de los sitiados y llevó
las conversaciones para la entre-
ga de la ciudad, pero sólo obtuvo
beneficio para sí y sus al legados.
La
ciudad se rindió incondicional-
mente
el 18 de
agosto
de
1487.
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T
J O Q U Í N
G I L S N
J U N
Y
J U N
J O S É
T O L E D O
N V R R O H I S T O R I
M I U I R
Todos
lo s m a l a g u e ñ o s f u e r o n
reduc idos
a c aut iver io , medida de
extrema dureza que tuvo mucho
d e
e jemplar i zan te para fu tu ras
anex iones .
Las
cond ic iones
d el
resca te
impuestas fueron el pago de 30
doblas
que
cada
uno
debía entre-
gar por su
libertad. Unas once
mil
personas
fueron reducidas a escla-
vitud y div ididas en tres tercios,
un o para la
Corona,
otro a repart i r
Reco ns t rucc ión
e
art i l lería naval
el
siglo
XV .
Posición de una lombarda en el segundo
puente de la Nao
Santa M aría . Foto: Juan
José To ledo.
entre lo s nobles y un úl t imo dest i-
nado a la redención de caut ivos.
Dentro del
contexto
de la
Guerra
de
Granada, Málaga
fue la excep-
ción,
tanto
por su
duración bien
po r
lo sangrienta, pues los muertos l le-
garon a unas 8.000 víct imas mor-
tales, en mayor proporc ión entre
la s
musu lmanas, como
por la
esclavitud
impuesta a los malague-
ño s
s uperviv ientes. Debemo s des-
tacar la
gran importancia
de la
arti-
llería, cuyos efectos comprobó E l
Zegrí, desde los altos d e G ibralfaro
que con templó l os deso ladores
dest rozos o c a s i o n a d o s por la arti-
zquierda
C o le c c i ó n
de
falconetes
del
Museo
del Ejército. Este t ipo de arma era
de uso
frecuente
en las
naves, ideal para
el combate a corta d is tanc ia y
defensivo,
de la época instalada en las bandas de los
cast i l los de popa y proa. La espiga que los
sustentaba permitía
un ángulo de
tiro
en
horizontal de 3609. Lo logrado de su con-
cepto le permitió
larga perv ivenc ia
en la
art i l lería naval, s iendo conoc ido
en el siglo
SVIII
como ped rero
de bprda .
uperior
Primit ivas piezas navales de hierro
forjado por sistema de duelas. En la
parte
superior
del dibujo de falconete con su
sis-
tema
de carga. (De la obra de G arcía Parre-
no,
Jorge. Las armas navales
españolas'^
Hería en la
c iudad ,
que le
cond ucir í-
an a la
entrega
de la
misma.
8/20/2019 Revista Española de Historia Militar 110
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I S T O R I M IL I T R
[A CONQUISTA DE LA PROVINCIA DE MÁLAGA
La art i l lería alemana
participó
en el cerco
de Maálaga. Bombarda (Die schone Katerie,
la
bella Catarina) de bronce y de una sola
pieza
con
asas
de 390
mm., fundida
por
Jórg Endorfer en Innsbruck en 1487 mismo
año que la campaña malagueña. (Museo del
Armeé
de Paris
M AP 500).
Se tiene consta-
tación por las fuentes de que el emperador
Federico
III. mandó a Málaga dos
ba rcos ,
posiblemente
del tipo nao o
carraca, carga-
dos de
artillería,
como respuesta a la solici-
tud de ayuda realizada por los
Reyes
Católi-
cos .
Foto:
Juan
José Toledo.
spectos técnicos
del
asedio
de álaga
Málaga se convertiría en la pie-
dra
de
toque donde terminaría
de
formarse
la
artillería como arma
independiente, tras enfrentarse a
nuevos
retos. Ante todo,
la
urbe
estaba
ar t i l lada, as í e l
acertado
fuego
que se real izara
desde
la s
mura l l as
dificultaría
la s
operacio-
nes de
asentamiento
y
acercamien-
to de las piezas asaltantes, que
real izaban trincheras en
zig-zag,
incluso d e
noche, anticipando técni-
cas de
asalto
de l
siglo XVI.
La
ciu-
dad no
constituía
un
simple
casco
urbano
amurallado
para
la
guerra
de lanza y
escudo , como
refiere
Zurita a l hablar de las plazas
naza-
ríes; por el contrario era un
siste-
ma
defensivo : arrabales,
barbaca-
na , puerta en recodo, murallas de 5
tros de espesor en algunos pun-
tos del frente de tierra, como han
demostrado los hallazgos arqueoló-
El renacimiento en artillería: Técnica, sim-
bología
y
arte fundido
en
Málaga entre
1054 y 1512.
Cañón
de
bronce
de 18
cm .
de
calibre, longitud de
ánima:
336 cm.
(18,66 calibres de longitud), peso
2.276
kg.
(49.78 quintales
castellanos)
Museo
de
L'Armeé, París. En Málaga solo se funde
en bronce a la moderna , de mayor resis-
tencia
y de una
pieza obteniéndose
caño-
nes más
sencillos, manejables -con muño-
nes que
facilitan
el
transporte
y la
puntería-
aumentando
la
cadencia
de
tiro,
el alcance y la potencia, producto de l apro-
vechamiento en beneficio propio de la
ausencia de
pérdida
d e
gases,
que era
nor-
mal en la artillería de hierro forjado, de la
1 época. Foto: Rosa María Aguilar.
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J O Q U Í N G I L S N J U N Y J U N J O S É T O L E D O N V R R O
H I S T O R I
M I L I T R
Simbología: En la
foto
se
aprec ia
e l escudo
qu e
aparece
en la mi tad del refuerzo que
representa
a la con federac ión de
r e i nos ,
con su carácter patrimonial y su po l í t i ca
exter ior.
E l
c u a r t e l que representa
a l Re ino
de
Ñ ap ó l es
ha
p e r m i t i d o
datar l a
p ieza
entre 1504-1512, al mismo tiempo que
ind ica su propiedad real , como único patro-
c inado r de la
ar t i l ler ía, hecho
qu e s u p one
un cont ro l
exclus ivo
de los medios para e l
uso de la v io lenc ia por el nuevo
estado.
Foto: Vic tor ia
Mateos .
gicos; un puerto defendido po r una
f o r t a l ez a
independiente ( El castil
d e l os
genoveses ),
la
alcazaba
doblemente amurallada
y
conecta-
da con la clave del
sistema,
Gibral-
faro, p o r u n camino amurallado y
a d a p t a d o a l terreno (L a C o r a c h a )
c o n u n a
torre albarrana (Torre Blan-
c a ) , junto
a
otra situada
n o
lejos
d e l
castil
de ios
genoveses anticipan
lo s
conceptos de l a fortificación
a b a s t i o n a d a .
S i m bo l og í a :
R e p r o d u c c i ó n
e n co l o r d e l
escudo de l cañón de París por
Antonio Luis
Mart ín
Gómez .
E n e l
asedio participaron todos
los tipos de artillería utilizados en
la
guerra
de Granada. La
artillería
m e d i a y ligera llegó p o r mar, otro
elemento
i n n o v a d o r ,
directamente
desde
la
recién caída V é l e z - M á l a -
ga, en
tanto
que la pesada provino
d e
Antequera; pero
la d u re z a d e l
c e r c o
de Málaga y la resistencia de
los sitiados hizo necesario aportar
un a
artillería
de
mayor grosor -las
mencionadas hermanas Ximo-
nas -
así como los cuartagos ,
morteros/pedreros, para
tiro
cur-
vo , usados en R o n d a , y que llega-
ro n
30
días después
de que
c o m e n z a r a e l cerco.
El
material
e ra
mayoritariamen-
te de hierro f o r j a d o según el siste-
Simbología :
Escudo
de los Reyes Cató l i cos
en la
Capi l la
Real de Granada . Foto: Juan
José
Toledo.
ba j o La utilización d e l b r o n c e s u p u s o
un
c a m b i o
r ad i ca l
e n e l aspecto
ex t e r i o r
de l as
p i e z a s .
La s toscas bombardas se
convierten
en auténticas obras de
arte,
c o n abundantes ornamentos q u e
i nc l u -
ye n figuras
m i to l ó g i c a s ,
c o m o l a p r e s e n -
te pieza, q u e u t i l i z a a l b a s i l i s c o ani-
m a l
mítico,
d e
c l a r a influencia o r i e n ta l ,
q u e mata con la mirada -la ¡dea es
i n f u nd i r terror a l a t a c a d o y c o n f i a n z a
a l atacante-. A l m i s m o tiempo a p a r e c e n
la s inscripciones, y a s e a p a r a i n d i c a r
p r o p i e d a d o
intención,
e n e l c a s o de lap ieza
d e
P a r i s . a m b a s c o s a s : Q u i e n
a
mi rey no
o v e d e c e r a
d e m i s e g u a r d a r a ,
a n t i c i p a n d o otras q u e e n e l siglo X V I I I ,
s e c o n v e r t i rá n e n l e m a s d e artill ería his-
p a n a :
V i o l a t i Fu lmina
R eg i s
(Los
r a y o s
de l r ey ofendido) o Ultima R a t i o R e g í s
(L a última razón
d e l
rey). F o t o . V i c t o r i a
M a t e o s .
m a d e duelas , y a q ue l a s técni-
ca s
de
fundición
no
podían facili-
tar en un principio grandes blo-
ques férreos. El sistema que
presenta muchas semejanzas con
la
forma en que se hacen los
toneles de madera, se basaba en
la utilización de planchas de hie-
r ro q u e
formaban
e l
cuerpo p r i n c i -
p a l y
cuya longitud debía
d e
corresponder con el
largo desea-
do de l a p i e z a , puestas e n p a ra l e -
lo alrededor de un cilindro/núcleo
d e
piedra
o
madera
a
modo
de e je
y
d e l diámetro de acuerdo a l cali-
bre del ánima que se quería obte-
ner, dándole forma
y
acoplándo-
l a s en caliente mediante forja,
siendo sujetas
a
continuación
co n
aros
o
anillos (manguitos).
E l
conjunto era asegurado mediante
elementos
y
componentes
m á s
gruesos, conformados
en
caliente
y
q u e
quedaban encajados
a l
cuerpo principal al enfriarse.
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H I S T O R I M I L I T R
LA CONQUISTA DE LA PROVINCIA DE MÁLAGA
En cuanto
al
sistema
de
al imen-
tación de las
piezas
era de
retro-
carga -caña y
servidor-
para las de
tiro tenso; y
bombardas ,
pasavo-
lantes,
r i badoqu ines , fa l cone tes
etc., y avancarga para las de tiro
cu r vo , l os men c ionados cuar ta -
gos (morteros pedreros).
Habría
que
mencionar también
otros dos hechos de gran impor-
tanc ia acaecidos durante
e l
si t io:
la mina que real izó Francisco Ramí-
rez de Madrid, con la uti l ización de
pólvora
y un
cuartago (Arantegui
concluye, y
creemos
qu e
acer tada-
mente, qu e
esta
pieza es un mor-
tero), y los combates nava les co n
arma
de
fuego
junto
con un
bom-
bardeo desde los navios al
final
del
sitio. El uso de arti l lería en emb ar-
cac iones a r t i l l adas n o podr ía
entenderse sin la ampl ia exper ien-
cia aportada por la Corona de Ara-
gón
acumulada
en su
política exte-
rior mediterránea.
No obstante, Má laga ,
al
igual
qu e
an tes Cons tan t i nop la ,
n o
cayó
po r el uso
directo
de la
art i l ler ía,
a u n q u e
sus
e fec tos fue ron
d e
gran
impor tancia s iendo compro-
bados
persona lmente por e l mis-
mo rey Fernando que se desp lazó
a la puer ta de G r a n a da con la f ina-
l idad
de
con temp la r
los
estragos
causados
por
tamaña concen t ra -
ción de bocas de fuego. Pero su
larga y sangr ien ta duración , y la
m o r ta n da d
que
a l canzó
a
unos
3.000
cr is t ianos y 5.000 moros,
acentúan
la
impor tancia
de un
cer-
co
in teresant ís imo técn icamente
y que en muchos aspectos prefi -
gura
la s
campañas i ta l i anas
de l
siglo XVI , pudiendo
afirmarse
(como anticipaba D. José Ortega y
Gasset
en un
lejano 1943) que
delante
de
Málaga
se
hace
el
pri-
mer ensayo, aunque
muy
rudimen-
ta r io y
tullido,
de un
ejército
moderno ,
que lo
con ver t ir ía
en e l
cr iso l esp añol de la revo lución
mi l i ta r como re f iere Rene
de
Quatrefages.
La
fa l ta
de
abasteci -
mien tos debido a la e fect iv idad
del bloqueo naval y las disensio-
n es
in ternas terminaron
por
provo-
car
que el 18 de
agosto
de
1487
{28
Sha.baan del 892 a .H.) , la
ciudad aceptara las dracon ianas
co n d i c i o n e s de
cap i tu lac ión ,
impuestas po r Fernando II de Ara-
gón y V de Cast i l la .
Conclusiones:
Málaga
la nueva
artillería y la política mediterrá-
nea del
siglo
XVI
Una vez terminada la guerra gra-
n a d i n a
(1492),
los
m o n a r ca s
pudieron l iberar todas
las
energías
del naciente
estado,
para dirigirlas
a un objetivo pendiente y que algu-
nos autores denominan La ten-
dencia medi ter ránea , y que el pro-
fesor
Luis Suárez denomina
camino de las islas (la diagonal
insular) en el que Málaga se con-
vierte en e l punto más occidenta l
de esa
ruta marítima
que
llegaría
hasta Alejandría.
Por
el lo,
y
para
abastecer
a los
frentes
más
impor-
tantes, Italia en primer lugar y lue-
go
la futura expansión en el norte
de Á fr ica, en 1497, orden a suprimir
la fundición de
Baza,
previamente
establecida en 1495, y t ras ladar
todo
el
mater ial
a
Málaga, donde
ya debía exist i r un polvorín. Los
monarcas ya
habían
ordenado, por
aquel la época, el abandono de la
fabricación oficial de piezas de hie-
rro for jado, por lo que en Málaga se
fundi rá en bronce, de una pieza y
con
muñones.
Los
trabajos
se
ini-
c ia rán a cargo de los fundidores
Maese López y Maestre Francisco,
bajo
la
d i recc ión
del
M a y o r do m o
Rodrigo de Narvá ez, fundiendo su
pr imera
pieza,
un
c a ñ ó n
de 79
quintales, 3 ar robas y 16 l ibras de
metal, el 6 de n oviembre de 1499.
partir de ese momento la fun-
dición empezó un periodo de gran
actividad.
De su
puerto, convertido
para a lgunos en base de la
flota
semipermanente de l Reino de Gra-
na da , sa ld rá
el 5 de
jun io
de
1500
Gonzalo
Fernández de Córdo-
ba rumbo a Mes i na al f ren te de
un a armada de 4 carracas, 2 7 naos
gruesas,
25
galeras,
4
galeotas
y 5
fustas l levando a bordo 4.000 peo-
nes, 300 hombres de armas , 300
jinetes , con un
tren arti l lero
de 65
piezas
de las que 23 estaban ya
fundidas
en
Málaga, indicando
el
buen ritmo de la producción que
algunos autores cifran
en 200
entre
1499
y
1501.
Como conclusión podemos decir
que entre 1487 y 1516, año de la
muerte del rey D. Fernando, Málaga
asistirá a todo un c iclo evolutivo de la
artillería,
que
abarca desde
la
realiza-
da en hierro
forjado
hasta las piezas
de
fundición
en metal o fruslera ,
con un a producción totalmente
asen-
tada y convertida, según palabras de
Braudel,
en estación reguladora (... )
de
Oran, Mers EI-Kebiry
Melilla como
principal abastecedora de la artillería
que es la fuerza y la razón de ser de
las fortalezas africanas .
Mapa donde
se
pueden
ver las fundiciones
ar t i l l e ras de la Península Ibér ica durante
los
siglos
XV al
XIII.
Es cur ioso
notar
que la
fundición malagueña pierde importancia
a
favor
de
Sevil la,
cuando
la
política
medite-
r ránea de la
monarquía hispana
deja
paso
plenamente a la
at lánt ica. (Mapa extraído
Pérez
Ruiz, An ton io Apor tac iones del
ejér-
cito a la antigua
técnica nacional . Histor ia
de tres
fundiciones
de
hierra
en los
siglos
XVI
al XVIII '1 . Revista Ejérci to n.9 215.
Diciembre
de 1957). La importancia de la
fundición
malagueña
se entiende
mucho
mejor dentro
de la
geo polí t ica
de los
reinos
hispanos durante
los
siglos
XV y
XVI .
La
t endenc ia
mediterránea es fruto de la
unión de
intereses
castel lano-aragoneses.
FUNDICIONES DE H I E R R O
Y
BRONCE EN LOS SIGLOS XVaX VIl
mrrvrttt (for/j
cstefe/
M Y Ú S C U L S
• Gr xtes febrtc f
i n ú s c u l s fábricas m nor s
8/20/2019 Revista Española de Historia Militar 110
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Por
Daniel García-Matarredona Cepeda
Si existe alguien en la nómina de grandes héroes indiscutibles del siglo XX, éste es Erwin
Rommel.
apodado Wustenfuchs
Zorro
del Desierto), amigo de sus hombres y querido por
su s
enemigos
hasta
el punto de que sus victorias eran casi más admiradas por ellos que por
lo s propios
alemanes
Siempre
han
existido líderes
natos y hombres qu e sobresalen
de
su
alrededor como luces
que
guían
en la
noche
de la
mediocri-
dad. Estos hombres que despun-
tan sobre los demás son siempre
una minoría pero dentro de esa
minoría
existen
varias posibilida-
des: están los más odiados o los
más admirados; luego están esos
otros que simplemente se encuen-
tran por encima de los elegidos.
Son aquellos que son indiscutidos
no sólo por los propios sino tam-
bién
por los
extraños
y por los que
están enfrente de ellos. A ese
reducido club pertenece E rw in
Johannes Eugen Rommel un hom-
bre que triunfó y que casi fue más
admirado y
querido
por sus
enemi-
gos en el campo de batalla que por
sus propios jefes y compañeros.
Aunque si alguien con excepción
de su propia familia le adoró fue-
ron
sus propios hombres. Aquellos
soldados que
le
acompañaron en
Caporetto o en África y que
sabían
que con él estaban seguros en lo
que
hacían. Rommel
era un
oficial
que sabía estar en el campo de
batalla y en los salones del poder
infundiendo siempre esa personali-
dad que lo llena todo cuando un
hombre que la posee entra en el
lugar donde los demás se ven en la
necesidad de reconocer su aplas-
tante superioridad personal y pro-
fesional.
La indiscutible personalidad de
Rommel es la que ha hecho que sea
el único miembro importante del Ter-
cer
Reich
que disponga de un museo
propio. Sin embargo pese a su enor
me admiración por Hitler nunca se
inscribió en el Partido Nacional
Socialista
Alemán. Asimismo
es
conocida
una frase suya hacia su
propia
esposa
en la que le dio su
opinión sobre sus
militantes:
«son
una banda de matones callejeros
Es una lástima que Hitler tenga que
verse asociado con el los». Esto fue
antes
de 1939 y nunca más en pri-
vado o público volvió a opinar sobre
el
tema.
Su
muerte
por misteriosa
-realmente no se
sabe
si se
suicidó
o
le
dispararon
en la cabeza- es el
triste final para un hombre que se
consideraba a sí mismo un soldado
profesional y que como tal debía
ale
jarse de la política. Rommel admira
ba a Hitler por sus cualidades como
líder hasta que los sucesos que
pro
vocaron
el derrumbe del Afrikakorps
en 1942 propiciaron
que
criticara
su
falta de visión estratégica; a finales
de 1943 se disolvió por completo la
imagen
que
había creado
del
líder
alemán.
biografía personal
Nació
un 15 de
noviembre
de
1891 en el pequeño pueblo de
Heidenheim and der Brentz a unos
45 km. de Ulm en el
Reino
de
Würtemberg estado federado
del
Reich alemán. Sus padres Erwin y
Helene
eran respetados
y conoci
dos
miembros
de
familias burgue-
sas de la región; su abuelo y su
padre profesores de matemáticas
y su
abuelo materno gobernador
de la provincia de Ulm. En 1898.
durante su niñez su padre fue
nombrado director del Realgymna
sium de Aalen un prestigioso cen-
tro de educación donde cursaría
sus estudios
medios
y en el cual
ya iba a empezar a destacar por
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D A N I E L
G A R C ÍA M A T A R R E D O N D A C E P E D A I S T O R I M I L I T A R
ser un
alumno,
que sin
apenas
estudiar, sacaba las mejores notas
del
centro.
De
forma radical, al alcanzar la
adolescencia, se convirtió en otra
persona, se interesó por diversos
deportes: esquí o ciclismo, mejo-
rando también sus notas, que ya
eran las propias de un superdota-
do. También comenzó a relacionar-
se mucho más con los otros alum-
nos y empezó ya a demostrar sus
dotes de liderazgo con ellos. Su
interés por lo desconocido le llevó
hacia el campo de la ingeniería,
fabricando incluso un avión que no
sabemos si llegó a volar; pero la
oposición
de su padre a que reali-
zase aquellos estudios le arrastró a
alistarse en el Ejército. Trató de
entrar en regimientos de artillería e
ingenieros, para ser finalmente
admitido el 19 de julio de 1910 en
el Infantería Regiment 124 -Kónig
Wilhelm
/-, más conocido por el 6.9
de
Wurttemberg, donde ingresó
como
aspirante. Previamente y
durante el reconocimiento médico,
le diagnosticaron una hernia ingui-
nal, por lo que hubo de operarse
antes de entrar en el periodo de for-
mación.
Real izó
ésta,
como era
entonces de rigor, mientras pasaba
por los empleos de
soldado,
cabo y
finalmente sargento durante los
seis primeros meses de estancia
en el regimiento. Finalmente, ingre-
só en la Kriegsschule (academia
mi l i t a r )
de
Danzig. Al l í conoció
a
Lucien
Marie
Mollin. el único amor
de su
vida
y con la que se
casaría
más adelante, en 1916, durante un
permiso de guerra, pese a la oposi
ción
de su futuro suegro, un acau-
dalado propietario
de
Prusia
Orien-
tal. Rommel tendría un único
hijo,
Mannfred, que ocuparía importan-
te s cargos políticos
en la
República
Federal
de Alemania.
Rommel y la Gran
Guerra
En
el
conflicto
de
1914-18,
que
inició como alférez
(teniente
de 2.s),
fue donde cimentó su leyenda de
héroe, estratega
y
conductor
de
hombres.
A l
inicio
de la
Guerra
su
Regimiento estaba adscrito al
XIII
Cuerpo
de Wurtemberg,
bajo
el
man-
do
del general von Fabek, que a su
vez
se
encontraba dentro
del dispo-
sitivo
que iba a
actuar sobre Bélgica
y Holanda.
La Unidad de
Rommel
se
sitúo en las Ardenas en agosto de
1914 y casi inmediatamente él
empezó a despuntar. A l inicio de las
operaciones, cerca
de
Longwy fron-
tera franco-belga) dirigió una patrulla
con dos
soldados
y un
sargento
con
los que atacó a un grupo de france-
ses, unos veinte, a los que mataron
o hirieron, retirándose sin bajas.
Un mes después, mientras reali-
zaba una misión de
enlace,
se topó
con cinco soldados franceses,
mató a dos de ellos y cuando se
quedó
sin
munición cargó
la bayo-
neta contra
los
restantes,
que
huyeron. En el altercado recibió un
disparo en el
muslo.
Por
est
acción
le
concedieron
su
primera
condecoración,
la
Cruz
de Hierro
de
Segunda Clase.
Y
aprendió
una
lección
que
luego confesó
en sus
memorias: -E n combate cercano,
la victoria es del que tiene una bala
de
más en el cargador-.
La Cruz
de
Hierro
de
Primera Cla-
se la consiguió el 29 de enero de
1915,
infiltrándose
en las líneas
francesas con su sección,
cerca
de
Argonne,
aprovechando un tramo
desenfilado
de las
alambradas.
Capturó cuatro casamatas, y repe-
lió varios contraataques. Cuando
entendió que nadie iba a apoyar su
iniciativa, se retiró con tan sólo
doce bajas. Primero fue reprendi-
do, pero finalmente condecorado.
En octubre
fue
ascendido
a
ooer-
leutnant
(teniente de 1.
a
), siendo
trasladado al
WG B
(Wütembergische
Gebirsbataitlon).
Asimismo
perma-
neció acantonado en los Vosgos, sin
ningún tipo
de
acción.
En
esta época
se interesó por las fortificaciones y
atrincheramientos, haciéndose un
consumado estratega en estas lides.
Trasladado en agosto de 1916 al
Alpenkorps,
actuó en la campaña
rumana con la posibilidad de ser un
jefe independiente y no dudó en apro-
vecharlo. Su capacidad para hostigar
a los rumanos le acabó poniendo al
frente de una unidad de
asalto,
con
la que
entre
el 10 y el 18 de
agosto
logró un sonado éxito, en el que fue
herido en un brazo.
El 26 de octubre de 1917 llegó al
frente italiano. En la Batalla
de
Capo
refto
(11.
a
batalla
del
Isonzo)
se le
asignó
el
mando
de una
unidad
de
reserva para dos batallones bávaros.
Los bávaros
se
quedaran atascados
en su movimiento, pero Rommel les
rodeó por detrás, por un estrecho
pasillo asaltó
las
posiciones italianas
y en poco tiempo capturó más de mil
italianos.
Informó
a su jefe,
envián-
dole los prisioneros, y éste le reforzó
con cuatro compañías más. Montó
una emboscada
cerca
de Monte
Matajur y capturó otros
2.000
hom-
bres. Al no tener resistencia, conti-
nuó su avance y localizó un
campa-
mento italiano; se presentó en el
centro del mismo e informa a los ita-
lianos de que estaban rodeados y
que les
daba quince minutos
para
rendirse. Transcurrido este tiempo,
1.900 hombres engrosaban
su
lista
de prisioneros. Cincuenta horas des-
pués
de
iniciada
su incursión,
tomó
el
Monte Matajur. con un saldo de 19
kilómetros de penetración en
territo-
rio enemigo,
150
oficiales,
9.000
soldados
y 81 cañones capturados,
todo ello realizado con una fuerza
inferior a cinco compañías. Sin
toda-
vía haberse repuesto del esfuerzo,
entró nuevamente en combate reali-
zando un
golpe
de mano
magistral.
Junto a seis de sus hombres se
encordó y pasó a nado las gélidas
aguas
del río
Piave.
En
medio
de la
noche y con la pequeña guarnición de
Lognaroni dormida, se hicieron con
ella
y
abrieron
una
puerta
de
entrada
para
los siguientes movimientos
ale-
manes en la zona. Sus jefes, que pre-
ferían un héroe vivo a muerto y que
ya le habían concedido el ascenso a
capitán y la condecoración prusiana
Pour le Mérite , le enviaron de per-
miso trasladándole
al
Comando
General
64,
donde acabó
la
Guerra
haciendo labores de Estado Mayor.
Un a
époc difícil
pero reveladora
Terminada la
Gran Guerra
en
la
que la
rendición prácticamente
incondicional de Alemania causó
un auténtico shock entre la mayo-
ría de los militares, no obstante,
cien
mil de
esos hombres
y
cuatro
mil oficiales fueron seleccionados
para cubrir las nuevas fuerzas
armadas alemanas,
que
siguiendo
las instrucciones
del
Armisticio
debían de crearse, organizadas
para evitar un vacío de poder, que
hubiese sido aprovechado para la
introducción del poder soviético en
A leman ia .
Erw in
Rommel fue uno
de los hombres seleccionados por
el general Hans von Seeckt por sus
especiales cualidades
de
discipli-
na, capacidad formativa. valor y
decisión en la acción, así
como
por
su
condecoración
por
Caporetto,
que
rara
vez era
poseída
por un
ofi-
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I S T O R I
M I L I T A R E R W I N R O M M E L O F IC IA L Y C A B A L L E R O
cial tan joven. La idea era tener un
pequeño Ejército, pero que pudiera
crecer rápidamente, si la situación
permitía
un
rearme alemán.
En
primer lugar. Rommel buscó a
su esposa y reorganizó s u vida fami-
liar,
mientras era
destinado
a la
cuenca
de l Ruhr
para mantenimien-
to del orden público. De esta época
es
la anécdota de unos sindicalistas
bolcheviques que se mofaron de él y
de su condecoración Pour le Mérite,
algo que nunca olvidaría. De ahí
paso al Infanterie Regime nt 13 en
Stutgart y posteriormente a la Aca-
demia de Infantería de Dresde, don-
de
utilizó
sus propios apuntes y
mapas hechos a mano por él y que
repasaba con sus alumnos para
descubrir
los
errores cometidos.
Otra anécdota,
muy suya, fue cuan-
do ante la lacónica respuesta de un
alumno, le inquirió diciéndole: -Y a
sé lo que
opina
el
Estado Mayor
ahora dígame
lo que
opina usted ,
reflejo perfecto de su idea de la or-
mación militar.
Su primer contacto con Hitler fue
el
31 de enero de 1933, cuando
debía formar con su batallón frente
al Führer. Le informaron de que
delante se situaría una sección de
SS por motivos de seguridad; como
si le hubiesen insultado se negó a
Francia, mayo
de
1940.
E l general
Erwin
Rommel
con el
portadocumentos
y los pris-
máticos,
examina el terreno al pie de la
carretera Scarpe-Abschnitt.
Los
carros Panzer
38(t)
de la
7.
Panzer División,
esperan
sus
órdenes. Bundesarchiv 146-199 O43-20a.)
que sus hombres formasen adu-
ciendo que: -S í el Jefe del Estado
no estaba seguro con sus solda-
dos,
no
tenía intención
de
hacerles
formar-. La intervención de Himmler
y de Goebbels zanjó el asunto y
Hitler en persona felicitó a Rommel
por su concepto de l honor y la exce-
lente
presencia de sus hombres. El
15 de octubre ascendió a teniente
coronel y fue destinado a la Acade-
mia Militar de Postdam, donde apar-
te de su trabajo habitual, se encar-
gó de la instrucción de las
Juventudes Hitlerianas, aunque por
poco tiempo, pues su opinión era
que se debía educar a la juventud
en
sus
habilidades militares, otra
cosa
era el
convertir
la
organización
Instantánea tomada el 30 de septiembre
de 1934 en la
Katserpfalz
de
Goslar;
un a
Ehrenkompanie de r Reichswehr rinde
hono-
res al Reichskanzler Adolf Hitler. durante la
celebración
de l Reichsbauerntages. A la
derecha de l
Führer podemos
ver al
Haupt-
mann
Erwin
Rommel. (Bundesarchiv 183-
1987-0313-503.]
en militar. Fue relevado al poco de
su
cargo
en las Hitlerjügend.
Sus memorias y los apuntes que
había ido
tomando,
sobre todo
durante
la Gran G uerra, junto con los
temas de sus clases acabaron vol-
cados en su única obra Infanterie
Greift An» La infantería ataca). F ue
un éxito sin precedentes en todo el
mundo, traduciéndose a casi todos
los
idiomas europeos.
Su
principal
lector
fue el
propio
Führer que orde-
nó
su
ascenso
a
coronel;
era el 9 de
noviembre de 1938. Pidió el mando
de la
Wiener
Neustad,
pero
e l
Führer
prefirió
designarlo jefe de l
Fürerbe-
gleitbaillon,
guardia personal de
Hitler, lo que
provocó
que
tuviese
un
trato diario
con él. Un año después,
el 23 de agosto, fue ascendido a
general
y
nombrado jefe
de
seguri-
dad del
Cuartel General
d el Führer.
l
comienzo
de la
Segunda
Guerra
Mundial
En
su
puesto
de
jefe
de
seguri-
dad, acompañó a Hitler durante la
campaña de Polonia. E l
Führer
tenía predilección
por
este general
procedente de la clase media y no
de la
nobleza como
la
mayoría
del
Estado Mayor,
y que
además,
no
tenía
problema
en
decir
lo que
pensaba sobre la estrategia mili-
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D A N I E L
G A R C ÍA M A T A R R E D O N D A C E P E D A
I S T O R I
MILITAR
En
junio
de
1940.
al
final
de la campana d e
Francia,
el
Genera/mayor Érwin
Romme l
departe
distendidamente co n oficiales de
su división. A su derecha, probablemente
el
Oberst Karl Rotnenburg
RK el
3.6.1940
y condecorado con la
cruz
Pour le
Merite
y
el Haupímann Schulz jefe de la
l.Kp
Panzer
Regiment
25. que
llegaría
a
Generalmajory
mandaría la 7.
Panzer
División. Bundesar-
chiv
146
1972045-08.)
tar y que se negaba a entrar en
discusiones políticas. Gracias
a
esta relación consiguió
su
primer
mando importante. Un día el
Führer
le preguntó que era lo que más le
gustaría, Rommel no lo
dudo:
El
mando de una división
blindada .
El
15 de febrero de 1940 tomó el
mando
de la 7. Panzer Divison en
Godesberg, reemplazando al gene-
ral Georg Stumme, que pasó a
mandar el XL C.E. Motorizado. Fal-
taban tan sólo tres meses para la
invasión de Francia. Esos meses
fueron muy intensos: preparación,
maniobras y , sobre todo conocer a
sus hombres. La campaña en
Francia convirtió su unidad en la
Gespenter-Division (la División
Fantasma), debido a su facilidad
de maniobra, anticipación y veloci-
dad,
que a
veces hacía
que el
pro-
pio Al to Mando desconociese su
posición. Repelió frente a
Ar ras
un
contra-ataque inglés y convirtió la
retaguardia inglesa en un caos.
Pero
lo más
importante
fue que
comenzó a crear la imagen que le
retrataría para siempre: subido
en
la
tórrela de un blindado, con una
gorra
de
faena
y la cara
bronceada
y
endurecida
por la intemperie,
mientras de su cuello colgaba su
condecoración al valor,
proyectan-
do su liderazgo frente a sus hom-
bres que le seguían sin rechistar y
sin descanso. Rommel presumía
que
habían vuelto
los
tiempos
de
Federico el Grande, en los cuales
los caudillos cabalgaban a la cabe-
za
de sus
ejércitos.
Entre sus
muchas decisiones para la
historia,
figura
la de
utilizar
los
cañones
antiaéreos
de 88
mm. contra
los
car ros Matilda,
ya que los cañones
de
37 mm. de los
carros alemanes
y
los PaK del mismo
calibre eran
totalmente
ineficaces contra
su
blindaje. El 27 de mayo recibió la
Cruz
de Caballero, primera gran
condecoración de la campaña. Días
después entró en Lille ante la sor-
presa
de los civiles franceses que
gritaban: Los bárbaros han l lega-
do . El 18 de
junio
tomó el Puerto
de
Cherburgo, cerca
del
Canal,
para sorpresa francesa.
Rommel era un héroe famoso y
entraba
en la
concepción
que el
Führer necesitaba para sus con-
ductores
de hombres, que
fueran
héroes y los tuvo en
Dietl
el héroe
de la nieve y Rommel
que se
con-
virtió
en el héroe del sol en la
campaña africana.
Afriknkorps.
Enero de 1941 marca el punto
inicial
de l
Afrikakorps.
E l
desastre
italiano en el norte africano impul-
sa
a
Hitler
a
acudir
en su
ayuda.
Para ello creó
un
Cuerpo Expedicio-
nario, nombrando al recién ascen-
dido teniente general E rw in Rom-
mel para mandarlo. Fue entonces
cuando verdaderamente Rommel
iba a entrar en el Olimpo de los
Héroes .
Ya antes
de
llegar
a
África,
comenzó a planificar operaciones,
como cuando desde Sicilia ordenó
bombardear Bengasi.
Se
enfrentó
inmediatamente
con el que
sería
su superior, el Genérale
d'Armata
ítalo Gariboldi, m uy poco flexible y
conservador.
Nada más llegar reor-
ganizó en pocos días a los maltre-
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E R W I N R O M M E L O F IC I A L
Y C B L L E R O
chos italianos,
puso
en
orden
a sus
unidades
alemanas,
la 15. Panzer
División y la 5.
leichte
Divis/on y
comenzó sus p laneamientos. Su
pr imera
pet ic ión so l ic i tando
refuerzos, se concretó en unida-
des
aéreas
de
Junkers
Ju 87
Síu-
ka s
y Messerschmett Bf 110, pa ra
que
apoyeasen
las
acciones terres-
tres. Luego, los bomba rderos basa-
dos
en
Sicil ia
se
centrarían
más en
machacar
la
Cirenaica,
que por
Malta y.
mientras, pidió
a
Gariboldi
qu e resistiera
en
Sirte,
a la vez que
él organizaba un ataque contra los
británicos. Seguidamente comenzó
sus
famosos reconocimientos
aéreos
y con
ellos
la
conciencia
de
que
había
que
actuar antes
del
verano,
por lo que
preparó
un
plan
para
mayo,
consistente
en
atacar
Cirenaica y
avanzar
por el
norte
de
Egipto hasta el canal de Suez. Los
italianos quedaron sorprendidos de
su
audacia
y
aprobaron
el
plan,
pero cuando el 19 de marzo lo pre-
sentó
en
persona
en
Berlín, le con-
testaron que él estaba en Áfr ica
para actuar
de
bloqueo
de los
ingle-
se s
en Tripolitania y que con las
fuerzas que se le habían entregado
no
debía ir más allá de Bengasi;
con ese objetivo debía enviar un
informe, a final de
abril,
sobre la
posible reconquista de Cirenaica.
De vuelta,
el 25 de
marzo, marcó
una serie
de
directivas para tomar
El Agheila y sus reservas de agua.
Mersa
Brega y Jalo, esta última
para evitar un flanqueo británico.
Seguramente,
en ese momento no
tenía planif icada ninguna otra
maniobra para el futuro.
irenaica
a
Tobruk .
El 31 de marzo
decidió
atacar
simultáneamente por la costa y por
el interior, haciendo tres ejes de
progresión, simplemente flanquean-
do Bengasi y asegurando posicio-
nes. Pero, los británicos tenían la
idea de que los alemanes, que pro-
Febrero de
1941: llegada
de las
primeras
unidades del Deutschen Afr ikakorps a Trípoli.
El
Generat leutnant Rommel
es recibido por
las
autoridades italianas.
A la
derecha
de
Rommel el Genéra le
d Armata
Gariboldi.
comandante de las
tropas
italianas
en el
Norte de Áfr ica y Gobernador de Libia.
Seguidamente
presiden
un
desfile
de las
fue rzas italianas
y las
alemanas
recién
desembarcadas. En la segunda fotografía
podemos ver también al
Genera lmajo r
Johannes
Streich,
comandante de la 5.
Leichte Div ison
Bundesarchiv 1011424
0258-31 y
13a.
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En
los reconocimiento aéreos del terreno donde desplegar sus tropas que. en oca-
siones. Rommel efectuaba en persona solía utilizar las Fieseler Fi 156C torch de
la
Wüstennotstaffel
1.
Ilustraciones: Luis Fresno
C respo
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H I S T O R I M I L I T R
gresaban
con los
italianos, podían
ser
problemáticos;
ya disponían
de la
máquina descifradora
ltra y
podían conocer
las
órdenes
que se
transmitían
entre los mandos
ita-
lianos y alemanes. Wavell. que no
disponía de
muchos
carros de com-
bate,
decidió retirarse
a
posiciones
más seguras,
sobre
todo
para
evi-
ta r
perder
los
blindados
que tenía,
para
más
adelante,
una vez
conoci-
da la fuerza real alemana, efectuar
un avance coordinado que acabara
con el
problema. Pero
su
máquina
Ultra
tenía
el
mismo problema
que
el Estado Mayor Alemán o el propio
Estado Mayor
de
Rommel, nadie
sabía cuál
iba a ser la
próxima
orden,
ni qué
pasaba
por la
cabeza
de
Rommel mientras
ésta, desde
su
avión Fiesler
Fi 156
Store/?
vigi-
laba
e l
campo
y
decidía aterrizar
Ilustraciones y página siguiente: Rommel a bordo de un
mittels hwerer
Etnhetts-Galán-
degángiger Wehrmachts-Personenkraftwageb -simplificado:
m.gl.Einheits-Pkw-; este inter-
minable nombre puede traducirse como transporte de personal medio estándar todo
terre-
no. En
total
se
fabricaron 22.000 unidades
de
este
modelo
entre
1937 y
1943.
Inicialmente conocidos como Horch 901. Opel
901 o
Wanderer 901. dependiendo
de quien
fuera
el fabricante tenían las ruedas de repuesto colocadas en los costados d el vehículo,
y
sobresaliendo d el
suelo
permitían mejorar las capacidad
todo
terreno de l vehículo
-ilus-
traciones
superiores-. A
partir
de
1940 apareció
una
versión
simplificada, que
tenía
las
ruedas
de repuesto en el interior de l habitáculo, y a la denominación anterior se le añadió
el sufi jo Type
40 -ilustraciones inferiores-.
Existen
numerosas fotos d e Rommel utilizando
este
tipo
de vehículos en sus dos
variantes.
Ilustraciones: Julio López
Caeiro.
En junio de 1941. encontramos al
coman-
dante
de Panzer-Armee
-Afnka- durante
una
visita al Cuartel General de la 21.
Panzer
División. Sobre
u n
mapa desplegado para
la
ocasión
el
Genera/mayor Georg
von Bis-
marck explica
a
Rommal
la
situación
de su
división así como el despliegue de las
fuer-
zas
enemigas. Seguidamente. Rommel
d a
instrucciones sobre
el
terreno para
prose-
guir las operaciones. Este método d e buscar
respuesta a los problemas en el propio cam-
po de
batalla
y no
proceder
con
rígidos pla-
nes
preestablecidos descolocará continua-
mente
a sus adversarios. Bundesarchiv
1011-785-0286-25 y
33.|
junto al jefe de
cada unidad para
transmitirle lo que
debía
o no
hacer
en
cada momento.
Era el
líder
al
estilo
de
Federico
el Grande, que
montado
en su
caballo volador
marchaba al
frente
de sus
tropas,
y
al
observar
el
inesperado repliegue
inglés decidió sobre la
marcha
avanzar
tras
ellos.
La retirada ingle-
sa,
basada
en
preservar
sus
blin-
dados, fue un
desastre; informaron
a
Wave l
de
que,
aparte de los
carros
que destruían los alemanes.
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M L™
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Y
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C E P E D A
H I S T O R I M I L I T R
A l organizarse e l Gepanzerter
efehlsstaffel
beim
Kdo.Panzergruppe Afrika.
se le
dotó
con 4 leichtef Funkpanzerwagen Sd.Kfz. 250/3. Uno
de
ellos, bautizado
Greif».
fue
ampliamente
uti l izado por Rommel... Bundesarchiv
1011-443-1589-09,
03. 11 y 1011-785-0255-06 -en la
página
siguiente-.
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28
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I S T O R I
M IL ITA R
se
perdía por
avería
uno
cada
15
km. Los
jefe s b ritánicos
que se
reti-
raban obs ervaban cómo inmediata-
mente los alemanes
tomaban
sus
antiguas posiciones y ante la posi-
bi l idad de no poder sujetarse en
las nuevas repetían
el
repliegue.
Una
s ituación desesperante.
En el otro bando la falta de com-
bustible era acuciante, nadie había
previsto un avance continuo en pro-
fundidad, quizás sólo en la cabeza
de Rommel estaba previsto, y los
je fes
de unidad tenían que detener
la marcha hasta recibir carburante.
Para Rommel éste era su principal
problema, convirtió en prioritario el
vaciar los
depósitos
de los
vehícu-
los br itánicos
en
cuanto
fuesen
capturados ,
y más
aun también
convirtió en prioritarios los objeti-
vos que significasen capturar agua
o gasolina. Mientras tanto,
los
bri-
tánicos continuaban retirándose
ante
lo que
c reían
un
ataque
mucho mayor. E l número de prisio-
neros
aumentaba
de
forma expo-
nencial,
sin
distingos pues empe-
zaron a caer generales y sus
estados
mayores.
Rommel
no
des-
cansaba un momento; él mismo
dirigió una acción del Maschinen-
gewehr-Bataülon
8 el día 5 de abril.
Estaba siempre
en el ojo del hura-
...
Otros
dos de los
leichter
Funkpanzerwa-
gen Sd.Kfz. 250/3. orgánicos del
Gepanzer
te r Befehlsstaffeí Kdo.Panzergruppe Afri-
ka
también
fueron
bautizados
e
identificados
con su nombre
rotulado
con
caracteres
de gran
tamaño: -Adler-
e
-/ge/-;
ambos fueron ocasionalmente utilizados por
Rommel. al no estar
disponible -Greif-.
I lustración:
Julio
López
Cae i ro
can. Para el 8 de
abril quería iniciar
el
ataque
a
Tobruk. pero
si
bien
él
estaba
ya
allí, todavía ap enas habían
llegado sus tropas y hubo de espe-
rar, pues Mechili. una posición
intermedia antes
de
Tobruk, tardó
en caer y, cuando lo hizo, Rommel
había
perdido un día y
bastantes
británicos, qu e estaban en medio
del avance de las columna s alema-
no-italianas
habían
aprovechado
para
escabul l irse hacia
E l
Adem
y
Tobruk.
Faltaban todavía nueve días para
que
tuviese
que
presentar
su
infor-
me de cómo tomar Cirenaica y el
trabajo
estaba
casi terminado en la
real idad.
Wave l
preparó un plan
para
defender Tobruk cuando voló
allí
el 8 de
abril pero
cuando lo ter-
minó de exponer a sus generales
ya
estaba obsoleto. Tobruk estaba
prácticamente rodeado. El fantas-
ma de Dunkerque planeaba sobre
Tobruk.
Pero Wavel decidió defen-
derlo hasta el último hombre y
comenzó a minar su perímetro. Se
le acababa de terminar la sue rte a
El Generalleutnant Rommel en compañía del
Genera/mayor Fróhlich. liegerführer -Afrika-
pr imavera.
1941 .
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E R W IN R O M M E L O F IC IA L
Y
C A B A L L E R O
Dos de los vehículos en dotación en
Befehlsstaffel Kdo.Panzergruppe -Afrika-,
fueron
los AEC
Dorchester
ACV
bautizados
•Moritz-
y -Max>. El
Dorchester
era un vehí-
culo de
mando, amplío
y confortable,
cons-
truido sobre el chasis del camión Matador
qu e
resultó
muy
apreciado
por el
mando
alemán,
qu e
reutil izó
los que pudo captu-
r a r
Hay constancia de que al menos fueron
capturados
cuatro de estos
vehícu los
a
los que los alemanes denominaron -Mam-
moth -,
tres
de
ellos capturados
por el
Aufklárungs Abteilung
3 los
días
7 y 8 de
abril en la región de
Mechili. Eran
los
vehí-
culos
del /. .Gen. Sir
Richard O Connor.
assistant
commander del
8th
Army,
del
Lt.Gen. Sir
Philip
Neams VC comandante
de l 8th Army de l Maj.
Gen.
Gambier-Parry.
comandante de la 2nd Armoured División.
Bundesarchiv
146-1980-0
24-27a.)
I lustración: Julio
López Caeiro.
Rommel, pues
su
guerra
era de
movimiento,
y sin
saberlo
los
britá-
nicos
le
habían condenado
a la
ina-
nición
de la
guerra
de posiciones.
uelt empez r
En
noviembre la situación dio un
giro
inesperado, mientras a Rom-
mel simplemente le habían repues-
to sus
pérdidas,
los
británicos
se
habían volcado con el nuevo jefe en
el área.
Alan Cunninghan, que lanzó
la Operación Crusader». Después
de
duros combates, Tobruk fue libe-
rado
y
Rommel
se vio obligado a
retroceder
hasta El
Agheila.
A
prin-
cipios
de
1942,
el Panzer-Armee
•Afrika
recibió refuerzos, especial-
mente
en
forma
de la 90.
Leichte
Afrika
División
que
apoyó eficaz-
mente
un
contraataque
que
llevó
el
frente hasta
la
línea defensiva bri-
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H I S T O R I M I L I T R
La
instantánea está tomada en junio de 1942. durante la batalla de Gazala.
y nos muestra al Generalmajor Georg von Bismarck que se encontraba diri-
giendo
su
unidad
-la 21. Panzer
División-, desde
los
vehículos
de su
estado may or -semiorugas dotados de antenas de marco-, cuando se
presentó Rommel para interesarse
por el
devenir
de las
operaciones
y pro-
porcionar nuevas instrucciones.
El G eneral leutnan von
Bismarck
posible-
mente fue el más carismático de los comandantes de la 21.
Panzer
Divi-
sión pero permaneció poco tiempo a su mando: lo asumió el 19 febrero
de
1942
y resultó herido el 21 de julio -dejando interinamente el
mando
al Oberst
Alfred Bruer-, se reincorporó a principios de agosto y murió en
acción -durante la batalla del Alamein-, el 31 de ese mismo mes. El vehí-
culo que se ve tras los generales es un letchler
Gepanzerter
Beobach-
tungskraftwagen
-puesto
de
observación acorazado
de
artillería-
Sd.Kfz.
253. que perteneció al Art it lerie
Reg iment
155 y que fue transformado en
vehículo de mando y comunicaciones. Bundesarchiv 101l-784-0232-37a.
tánica de Gazala. El nuevo jefe británico, Neil Ritchie, no
supo contrarrestar a Rommel y éste le empujó en mayo has-
ta la
frontera egipcia. Tobruk cayó,
s in
necesidad
de un
nue-
vo asedio, y Ma rsa
Matruth
se convirtió en el bastión, ya en
territo rio egipcio, del que el genera l Auc hinleck disponía
para poder frenar a Rommel. El 30 de junio los británicos
crearon una línea defensiva en El Alemein y decidieron re sis-
tir como fuera. A partir de ese
momento
y durante más de
Verano de
1942.
el Generaloberst
Erwin Rommel examina
la
situación
con
oficiales
de su Estado Mayor; a su derecha el Obersf Eduard
Cra-
semann. comandante del Ar t il lerte-Regimenf fmot. 33 de la 15.
Panzer
Div is ión. En mayo de 1942. Crasemann
asumió
temporalmente el man-
do
de la
división
-26.05.42 - 15.07.42- al
resultar herido
su
coman-
dante
el Generalmajor
Gustav
von
Vaerst.
En la
foto
de la
página siguien-
te vemos nuevamente a Rommel impartiendo instrucciones al Oberst
Eduard
C rasema nn, sentado a su lado en el asiento trasero de un Horch
901
Type
40. Bundesarchiv
1011-785-0287
08.)
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M IL IT A R
quince días, ambos ejércitos, esca-
sos de municiones, carburante y
agua, lucharon casi
más por
super-
vivencia que por ganar. Este tiempo
y la batalla de
Alam Halfa
que le
siguió acabaron con las esperanzas
y
las
fuerzas
Ítalo-alemanas.
Rom-
mel estaba al límite de su capaci-
dad en
hombres
y
logística
y
enfren-
te, un nuevo jefe, Montgomery,
apoyado por ingentes cantidades
de nuevo material y muchos más
hombres
se iba a
enfrentar
con él
de nuevo en El Alemein, en un com-
bate que duró casi dos meses. Tras
la batalla, el A frikaKorps había prác-
ticamente desaparecido, y pese a
los esfuerzos y la imaginación de
Rommel.
su retirada se convirtió en
una auténtica agonía.
Pero
Montgo-
mery no fue en ningún momento
capaz
de
asestarle
un
golpe defini-
tivo, pues también en la retirada
Rommel
fue un
maestro.
La
retirada
de El
Alemein supuso
la
primera
desautorización por parte de Hitler
Junio de
1942. Rommel
y el O erst/eufnaní
Fritz
Hermann
Michael
Bayerlein.
jefe
de
Estado Mayor del Deutsches Afrika
Korps
contemplan
el puerto de
Tobruck
desde un
Horch 901 Type 40 y. seguidamente,
hacen
su
entrada
en la
población, recientemente
ocupada, encabezando el
Kampfstaffel
DAK.
(Bundesarchiv
1011 785-0299-22a y 08a.)
hacia Rommel: el Führer revocó la
orden
de
retirada
y
ordenó
al
ejérci-
to alemán resistir hasta el último
hombre en sus posiciones. A rega-
ñadientes,
El
Zorro
del
Desierto
acató la orden y suspendió la
retira-
da, aunque un día más tarde deci-
dió
insubordinarse
y
volvió
a
orde-
nar
la
retirada. Aunque Rommel
nunca
sufrió
sanciones por
ello,
jamás volvería a confiar en el Füh
r r Tras la derrota en El Alemein,
las fuerzas de Rommel plantearon
una estrategia de guerrilla y embos-
cada contra sus perseguidores y no
vo lv ie ron
a plantear una batalla
campal
hasta su llegada a Túnez,
pues de repente las cosas se
estropearon del todo; los aliados
habían desembarcado
el 8 de
noviembre en Argelia y ahora Rom-
mel estaba atrapado entre dos
grandes Ejércitos.
Su canto del cisne fue la victoria
sobre
los
americanos
en
Kasserine,
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33
Lo s éx i tos logrados po r Rommel a comien-
zo s d e 1942, cuando todo
parecía
estar per-
dido, impresionaron a las autoridades italia-
nas,
por lo que le
confirieron
al
comandante
del
Panzer Armee
la Gran Cruz de la orden
Colonial
de la
Estrel la
orden creada
en
1914 destinada
a los
autóctonos
de las
colonias
y
excepcionalmente
a
italianos).
En
una sencilla ceremonia, desarrollada el
28 de abril de 1942. en presencia de ofi-
ciales
y
suboficiales
í talo-germanos, el
general Bastico impuso a Rommel la conde-
coración.
Esta
condecoración no fue sino e l
preludio
de una
recompensa
mayor;
unas
semanas
después recibiría la
dignidad
suprema de Generat feldmarschal i
Bunde-
sarchiv
1011-784-0212-32
y 34.)
el 6 de
marzo
de 1943,
aunque
en
realidad la derrota fue para el pro-
pio Rommel, ya que al no disponer
de medios
hubo
de
pararse tras
el
choque y no pudo aprovechar su
éxito. Esto acabó
definitivamente
con él
que, enfermo,
fue
evacuado
a Italia y luego a Alemania. Cinco
días después
fue
condecorado
con
la
Cruz
de Caballero con Hojas de
Roble,
Espadas y
Diamantes.
Su s
hombres se convertirían en prisio-
neros de guerra pocos meses des*
pues,
bajo el mando de su sucesor.
el
general von Armin. Tras su eva-
cuación
de Túnez. Rommel pasó un
tiempo
oculto en una villa solariega
en
Alemania, tras
su
infructuoso
intento
de
persuadir
a
Hitler
de la
desesperada situación del Afrika
Korps; su estancia en Alemania fue
mantenida bajo secreto
de
Estado.
ya que la propaganda oficial seguía
hablando de él como si estuviese
aún en el frente de
Áfr ica,
para man-
tener alta la moral alemana, que le
consideraba su máximo héroe.
muro
del
Atlántico
La
inminencia
de la
invasión
alia-
da en el oeste de Europa, hizo que
Hitler le nombrara Comandante del
Grupo de Ejércitos B, responsable
de defender la costa francesa.
Sabiendo que disponía de pocos
meses, Rommel hizo lo posible por
incrementar el
ritmo
de fortifica-
ción de la costa atlántica; se colo-
ca ron
millones de minas y miles de
trampas anticarro, así como obstá-
culos en las playas y los campos
susceptibles
de
sufrir
los
desem-
barcos y
avances aliados.
Una de
las
máximas más reconocidas de
Junio de 1942. Acto en el que Adolf Hitler
entrega a Rommel e l bastón de mando y la
insignias
que acreditaban su ascenso a
General feldmarschal l . Bundesarchiv 1011-
785-0299-223 y 08a.)
Rommel,
era que las
minas eran
las mejores de sus tropas: una
mina bien colocada era más valio-
sa que tres soldados de infantería.
Pidió que los carros de combate
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Un a de las pr imeras
tareas
que
asumió
el
Generalfeldmarschalt E rw in
Rommel al
tomar posesión del mando del
Heeresgruppe
B. fue la potenciación de las defensas del
Muro
del Atlántico,
sembrando
de
obstácu-
los
antidesembarco
las
playas
de la
Francia
atlántica.
En la
instantánea. Rommel
y los
oficiales de su Estado Mayor inspencionan
unos obstáculos
de madera,
conocidos
como
hemmbalk,
que instalados en
la
orilla
del
océano, sumergidos
en el
periodo
de
marea alta
a un
metro
de
profundidad,
se
les solía dotar de cuchillas de acero
stahl-
messer)
para desfondar barcazas
de
desembarco
o de
minas
en su
extremo,
que
las destruían. En la
Atlantikwalt
los alema-
nes dieron muestra de una gran creatividad
en
materia
de
trampas. Bundesarchiv
1011-
719-0243-33.)
estuvieran dispersos
en
pequeñas
unidades, que debían apoyar a las
posiciones bien fortificadas, situa-
das tan cerca del frente como fue-
se posible, de modo que no tuvie-
ran que moverse demasiado y no
se
apelotonasen cuando
comenza-
ra la invasión. Tenía muy claro que
la invasión debía ser detenida en
la s playas. Sin embargo, su jefe
superior Gerd vo n Rundstedt, deci-
dió que no era posible detener la
invasión
cerca de las playas debido
a
la enorme potencia de fuego de
la flota aliada y pensó que los blin-
dados deberían estar formados en
grandes unidades tierra adentro, y
cerca del eje de progresión hacia
París camino previsible de la mis-
ma, para poder contraatacar
a los
aliados cuando penetraran en terri-
torio
francés.
Cuando
se
pidió
a
Hitler
que
eligiese
un
plan,
no
pudo
optar por ninguno, y situó los
carros en un
punto
intermedio, cer-
ca para von Rundstedt, pero lejos
de lo que Rommel necesitaba.
Durante el Día D, bastantes
carros alemanes, sobre todo de la
12. SS-Panzer División estuvieron
cerca de las playas y crearon el caos
en
algunas tropas aliadas, pero la
negativa de Hitler a liberar las reser-
va s Panzer. pese a la aplastante
superioridad numérica aliada, sepul-
tó los éxitos conseguidos y dejó a
las playas en manos aliadas.
La instantánea está
tomada el 22 de
diciembre de 1943. durante
una de
las
numerosas
nspecciones
a la
Attantikwall.
En esta ocasión al
sector
de Dunkerque. Junto al Generalfeld-
marschalt Erwin Rommel podemos ver al
Generalteutnant
Karl Sievers. comandante de la 16.
Luftwaffen Feld Division. Bundesarchiv 1011 295 1599-08a.
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Arriba: Febrero
de 1944. el
Generalfeld
marschall Erwin Rommel e n
Hendaya,
jun-
to a la frontera española, durante u na ron-
da
de inspecciones al Muro Atlántico; le
acompaña
el Genera/ de r Infanterie Hans
vo n Obstfelder -a su derecha-, comandan-
te del
L X X X V I .
Armeekorps. En la segunda
instantánea, tomada
en la
misma fecha
y
lugar, está acompañado por el Vizeadmirai
Friedrich Ruge detrás de Rommel con cha-
quetón de
cuero)-
y nuevamente von Obst-
felder. Ruge era su consejero en la cons-
t rucción del muro de l Atlántico e n todo lo
qu e concierne a los aspectos navales.
Bundesarch iv
1011-263-1595-32 y 18.)
ommel y la
conspiración
Nunca se
sabrá
co n
certeza
la
posible implicación
de
Rommel
en
el complot del 20 de julio de 1944
para
acabar
con la
vida
de
Hitler,
pero, conociéndole,
difícilmente se
le
puede encuadrar entre los impli-
cados en el
mismo.
Tras el
desembarco
de
Norman-
día, Rommel ejercía su cargo visitan-
do un cuartel general tras otro a fin
de
coordinar
las
acciones
de
cada
jefe. El 17 de julio de 1944 visitó por
la
mañana los cuarteles generales
de las 276. y 277.
Infanterie ivisio
n n
Al mediodía se reunió co n Sepp
Dietrich en el cuartel general de l
II
SS
Panzer Korps y
hacia
las
cuatro
de
la tarde se encaminó a su propio
cuartel general.
A
pesar
de
evitar
las
carreteras principales su coche fue
ametrallado
por una pareja de Spitfi
res de la RAF; una de las ráfagas
hirió
a su
conductor,
hizo que el auto-
móvil se estrellara fuera de la
carre-
tera,
quedando boca abajo
en un
canal
de
riego cercano. Rommel
salió despedido del vehículo y quedó
tendido
en el centro de la carretera,
inconsciente y con graves
heridas.
Los doctores
que le
atendieron
se
mostraron
muy pesimistas en cuan-
to a sus expectativas de superviven-
cia. La mayor parte del
tiempo esta-
ba
inconsciente. Se
despertaba
de
forma esporádica, pero era incapaz
de
moverse
y
apenas lograba articu-
lar
palabras.
Mientras tanto, cuando tres días
después el coronel von Stauffen-
berg atentaba contra
Hitler
median-
te un
artefacto explosivo, Rommel
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se
debatía entre
la vida y la muerte
en una sala de operaciones. Fue el
Dr .
Esch, uno de los
mejores neu-
rocirujanos de
Alemania, quien
intentó reconstruir
su
destrozada
cabeza,
con sorprendente éxito:
Rommel
se
quedó
con el ojo
izquierdo totalmente cerrado, sor-
do del
oído izquierdo
y con
terribles
jaquecas,
pero vivo.
Dos
días antes de este acciden-
te, Rommel había entregado al sus-
tituto de von Rundstedt una versión
ampliada y actualizada de su infor-
me anterior, pidiendo
que
fuera
remitido de inmediato al Führer. En
dicho informe llegaba a las mismas
conclusiones
que en el
anterior:
la
guerra en el Oeste no podía ganar-
se militarmente, y sugería que se
llegase a un cese inmediato de las
hostilidades con los Aliados a fin
de poder concentrarse en el frente
oriental, quizá incluso
sugiriendo
una alianza conjunta contra la
U.R.S.S. Vo n Kluge
envió este infor-
me
días después del accidente,
aumentando los rumores contra
Rommel. Sin embargo, es evidente
que
las dos piezas claves del
com-
plot. Cari Friedrich Goerdler y el
Generaloberst Ludwig Beck. habían
puesto sus ojos en Rommel para
que les apoyara. Necesitaban una
figura mediática que pudiera con-
trarrestar
ante
el pueblo alemán la
sombra de cualquiera de los lugar-
tenientes
de
Hitler
que
intentara
ocupar su lugar, y también les
hacía falta un militar de prestigio y
alto rango que pudiera unir bajo su
mando
al
ejército, enfrentándose
a
las SS, si fuera
necesario,
y no
había nadie que cumpliera esos
requisitos mejor que
Erwin
Rommel.
que se había convertido en el per-
sonaje más popular en Alemania
después
del
propio Hitler.
Los conspiradores tenían dos
contactos con
Rommel:
uno era
Kar l Strolin. alcalde permanente
de Stuttgart y
antiguo amigo
y
camarada de armas de Rommel, y
el
Generalteutnant Hans Speidel,
jefe
de
Estado Mayor
de
Rommel
en Francia. Tanto Strolin como
Speidel, afirmaron que los conspi-
radores tenían reservado el papel
de
presidente
en
funciones
para
Rommel, y que el Mariscal de Cam-
po no tenía conocimiento de qué
papel se le reservaba en el com-
plot. Sin embargo, existen versio-
nes
sobre las intenciones de Rom-
mel. Strolin afirmaba
que
Rommel
desconocía la intención de
asesi-
nar
al Führer, mientras Speidel
contaba que Rommel sabía que se
pretendía matar a Hitler y que se
mostraba contrario, para poder uz-
garle. El almirante Fr iedr ich Ruge
dijo
que le habían comunicado que
Rommel
estaba en contra de ase-
sinar a
Hitler para evitar convertir-
lo en un
mártir.
Los diversos inte-
rrogatorios
y
detenidos nunca
implicaron directamente
a
Rommel,
ni nunca hubo prueba alguna con-
tra él.
Pero
sus
enemigos siempre
alentaron
las
sospechas.
n muerte misteriosa
Rommel pasó la convalecencia
del accidente en su casa, con su
hijo y su esposa, un ordenanza y e l
capitán
Aldinger, así como un
servi-
cio
de centinela durante los prime-
ros días, inexplicablemente retira-
do por una orden de altas
instancias: Erwin aseguraba
que
sus
enemigos
en el
Alto Estado
Mayor confabulaban
en su
contra.
El
7 de octubre se le ordenó a Rom-
mel que acudiera el día 10 a Berlín
para
una
entrevista, aunque Rommel
se negó alegando seguir consejos
médicos,
aunque confesó
a su
hijo
temer que no llegaría con vida a
Berlín si iniciaba el viaje.
El 13 de
octubre
el
Cuartel
General Central puso
en
conoci-
miento de Rommel que el día 14
recibiría la visita de los generales
Wilhelm
Burgdorf
y
Ernst Maisel.
del Estado Mayor General. Nadie
Fotografía tomada el 1 de febrero de
1944. en
Lacanau Océan.
por el
fotógrafo
de la PK 696. Müller. En ella el
Generatfetd-
marschall
Erwin Rommel
se
dirige
a
compo-
nentes
de la
-Indischen Legión-,
Infanterie
Regiment ind.)
950. En la imagen podemos
ver al Generalleutnant Hermann Meyer-
Rabingen.
comanante
de la
159.
Reserve
División
-unidad en la que
estaba
encua-
drado el IR (ind.) 950- y al
Oberstleutnant
Günther
Krappe.
jefe del citado regimiento.
Bundesarchiv 101I-263-159 04.}
sabe qué comentaron en realidad
los
dos generales mientras esta-
ban a solas con Rommel. pero
cuando ambos salieron
de la
casa,
Rommel conversó con su esposa
unos momentos. Lucie Rommel
declaró que las palabras de su
marido fueron: «Vengo a despedir-
me. Dentro de un cuarto de hora
estaré muerto. Sospechan que
tomé parte en
el
intento de
asesi-
na r a Hitler. Al
parecer,
m i nombre
estaba en una lista hecha por Goer-
deler en la que se me consideraba
futuro presidente del Reich...
Jamás
he visto a Goerdeler... Ellos
dicen
que von Stülpnagel, Speidel y
vo n Hofacker
me han
denunciado.
Es
el mismo método qu e emplean
siempre. Les he contestado que es
mentira, pero
aún así el
Führer
me
da a elegir entre el veneno o ser
juzgado
por el
tribunal popular.
...amenazándole
con
tomar
repre-
salias contra su familia si no se
suicidaba. Tras
esto,
subió al
coche donde le esperaban Burg-
dorf y Maisel. Según dec la ra ron
posteriormente tanto Maisel como
el
chófer
del
vehículo,
se
dirigieron
por la
carretera
en
dirección
a
Ulm
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14 de enero de 1944. el General feldmars-
chall Rommel y y el Oberbefehlshaber West.
General fe ldmarschal l
Gerd
vo n
Rundstedt,
en
el
Cuartel General
de
este último, exami-
nan la situación defensiva de las tropas ale-
manas
apostadas en la costa. Bundesar-
chiv
1011-718-0149-093.)
durante unos minutos. Luego Burg-
dorf
les
ordenó parar
en el
arcén
y
salir ambos a caminar por la carre-
tera,
alejándose del coche, mien-
tras él se quedaba dentro con el
mariscal. Al cabo de unos minutos
Burgdorf
salió también
y les
llamó.
A l
acercarse, declararon haber vis-
to a Rommel encorvado y tendido
en e l asiento trasero, con la gorra y
el bastón de mariscal en el
suelo
del
vehículo, agonizando. Media
hora después. Aldinger recibía la
noticia de que Rommel había sufri-
do
un
derrame
cerebral
fatal.
Se llevó el cadáver al hospital de
Ulm,
pero se prohibió realizarle la
autopsia. Tras
e l
velatorio,
e l
cadá-
ver fue incinerado y las cenizas ente-
rradas
en
Herrlingen tras
un
funeral
de Estado el 18 de octubre y la
declaración
de un día de
luto
nacio-
nal. Himmler hizo llegar
a la
viuda
de
Rommel
una nota en la que
declara-
ba
conocer
los detalles de la
muerte
de su
marido,
diciendo estar horrori-
zado
y que
nunca
se
habría prestado
a
algo
semejante.
Burgdorf
murió en la
caída
de
Ber-
lín. Maisel. sobrevivió a la guerra, y
durante
el
juicio
de
desnazificación
contó la verdad sobre la
muerte
de
Rommel, luego
confirmada
por su
viuda,
su
hijo
y
Aldinger.
La
opinión
pública
y los
veteranos
que
habían
servido con
Rommel
s e
escandaliza-
ron al conocerla.
Página siguiente: Retrato oficial de l General-
feldmarschall Erwin
Rommel.
Bundesarchiv
183-R95989.)
ommel el hombre
El carácter de
Rommel
era,
según su familia y
amigos,
calma-
do,
respetuoso
y
realista. Algo
tacaño,
aficionado
a la mecánica,
al campo, al montañismo, al
esquí...
no
tenía
más
interés
que
su profesión y su familia, tenía sen-
tido del humor y bromeaba con sus
soldados. Schmidt,
su
ayudante
y
autor de Con
Rommel
en el
desierto» siempre defendió que el
Zorro
del Desierto era un hombre
que inspiraba conf ianza, seguridad
y lealtad en sus subordinados, y
que sus oficiales le tenían tal res-
peto
que jamás ponían en duda
sus órdenes. Era un jefe exigente y
rígido, pero responsable y ce rca n o ,
lo que le granjeó el cariño de la tro-
pa. A
nivel
táctico era un líder
dota-
do de
Fingerspitzengefühl una
intuición táctica),
que le
permitía
escuchar al
terreno,
leerlo, a sim-
ple
vista
o en
mapa, yendo
por
delante del adversario, según el
capitán Hartmann, camarada de
Rommel
en el frente italiano « e/
frente
está
donde esté Rommel .
Lo extraordinario de sus acciones y
su sentido del honor, llevó al maris-
cal
Sir Claude Auchinleck a emitir, en
1941,
una
orden
en la que
exhorta-
ba a todos los oficiales británicos,
los mismos que le habían puesto su
mote,
a no referirse nunca a Rommel
para evitar que aumentara su fama.
Instantáneas de la página 40: La muerte de
Rommel
oficialmente
muerto
a
consecuen-
cia
de sus heridas) d io lugar a un día de
due-
lo nacional y a grandiosos fuenerales
duran-
te los
cuales
e l
decorado n acional-socialista
estuvo omnipresente. En la imagen superior
Gerd von
Rundstedt. frente al micrófono,
haciendo el elogio fúnebre del valeroso
Generalfeldmarschal l . presentándolo como
un
incondicional
del
Führer
y su
régimen,..
Los
pésames hipócritas no dejaron de afluir
a
la residencia de Rommel. enviados por los
jerarcas del régimen tales como Bormann.
Goebbels.
Ribbentrop o
Himmler.
en los que
se condolían por ia muerte de l mariscal. El
culmen del cinismo lo
protagonizó
e l propio
Hitler
qu e dirigió a la viuda e l telegrama
siguiente: Acepte, le
ruego
mi profunda
simpatía po r vuestro esposo. E l nombre del
mariscal Rommel permanecerá
siempre
aso-
ciado
a los
heroicos combates
de
Norte
de
África . En la foto inferior: Los restos morta-
les de Rommel colocados en un armón de
artillería y
cubiertos
con una
inmensa ban-
dera
atraviesan las calles de la ciudad de
Ulm. Bundesarchiv 183-J30702 y 183-
J 30704.)
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P or
arlos Fresno respo
Ilustraciones de Julio López
aeiro
y Luis Fresno respo
Como ya mencionamos en la página 210 de la revista n.2 108/109 el 31 de mayo la B Flight of 112
Squadron
fue trasferida a Summit, Sudán, con el fin de hacer
fente
a las tropas italianas destacadas en el
Á f r i ca
Oriental Italiana.
El 1 de
septiembrefue redenominada K Flight siendo
una
unidad independiente. Inicialmente
dispuso
de los 8
aviones
que integraban la B Flight
-K6134,
K6135,
K6143, K7948.
K7969,
K7974,
K7977 y
K7986-, siendo inicialmente reforzados for otros tres procedentes del 33 Squadron -L7612. L7614 y
L7619-.
El
15 de
septiembre
de
1940
se
produjo
la
primera baja, cuando
el K7986 se
estrelló durante
el
aterrizaje
en
Port Sudan.
E l
día 6 de noviembre las fuerzas británicas en Sudán iniciaron una ofensiva para capturar el fuerte italiano
de Gallabat as í como para ocupar Metemma. que se encontraba a poca distancia de la frontera. E l contingente
aéreo
de la
Roya/
Air Forcé lo componía 6
V ickers
Wellesleys 2 Vickers Vincents, 6 Gloster Gauntlets 10 Gloster
Gladiators -de la
K
Flight del 1
SAAF
Squadron- y 4 Hawker Hardys -de la Rhodesian Air Forcé-.
Lo s
Gladiators de la K Flight qu e patrullaban a l este de Metemma, fueron sorprendidos por una formación
que se estima en 6 o 7 Fiat CR 42 Falco de la
412.É
Squadrigtia, mandada por el capitano Raff i que les atacó
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C R L O S
F R E S N O C R E S P O
I S T O R I
M I L I T R
con el sol a sus espaldas. El Fl ight Lieutenant Kenneth Howard Savage fue derribado, pilotando el
L7614,
pere-
ciendo en la acción; el Pilot Officer Kirk (K7969) se vio obligado a lanzarse en paracaidas y el avión L7612, pilo-
tado por el Pilot Officer Jack Hamlyn resultó tan dañado en el combate que tuvo que realizar una aterrizaje en
catástrofe, aunque Hamlyn resultó ileso.
Ese
mismo
día en
otro encuentro
el
K7977.
fue
abatido
por
otro CR.42
en el área de Gallabat, pereciendo su piloto el Flight Officer i.
M. Hayward.
El 22 de diciembre, el Gladiator matri-
culado K7974, colisionó contra
una
choza durante
el despegue
desde Port Sudan, resultando destruido
por el
incendio que se produjo a continuación.
Para
reponer estas bajas se recibieron los aviones matriculados: N5629,
N5815, N5828. N5833.
N5895.
N5896 y
N5917.
Las únicas victorias logradas por esta unidad consistieron en
el derribo de un Savo ia S.M.79, reivindicado por el Flight Lieutenant John Evelyn Secular -pilotando el Gladiator
N5828-
Mersa
Tak la i
en el área de
A sm ara
(fuentes italinas no reconocen esta pérdida) y un Fiat
CR.32 rec la-
mado
por el
Pilot Officer Stanley Antón
Stan
Wells,
el 26 de
febrero
de
1941 sobre Kub-Kub.
El
1 de abril de 1941 la unidad fue disuelta en Aqir, Palestina, convirtiéndose en el 250 Squadron y reequi-
pado con Curtiss Tomahawks.
La ilustración coresponde a l Gladiator Mk.l
K6134
de la K Flight, pilotado por el Flight Lieutenant J. E.
Scoular. Sudán, finales de 1940.
En el mismo teatro de operaciones actuó el 1 SAAF Squadron South African Air Forcé), estacionado en Kenya.
El 1 Squadron fue reconstituido en
febrero
de 1940 por renumeración del 6 Squadron en
Ciudad
El Cabo, y al ini-
cio de la guerra con Italia, en junio de 1940, estaba de guarnición en el aeródromo de Waj ir en Kenia. estando
equipado
con 6
biplanos Hawker Furyy
4 Hawk e r
Hurricane Mk.l; aunque
ya en
mayo
un
grupo
de
pilotos había
partido hacia Egipto para hacerse cargo de una docena de Gladiator, que se vieron incrementados por otros 11
posteriormente.
La primera misión operativa del 1 SAAF Squadron tuvo lugar el 19 de junio de 1940, al dar escolta a 3 Junkers
Ju 86Z del 12 SAAF Squadron que bombardearon la base italiana de Yavello.
Hasta febrero de 1941, en que los Gladiator fueron dados de baja, los pilotos del 1
SAAF
Squadron -volan-
do en este tipo de aviones- reclamaron el derribo de 15 Fiat CR.42 -además de otro sin confirmar-,
Savoia
S.M.81
y 2 Caproni Ca.133, la destrucción en el suelo de 4 Fiat CR.42 y 6 Ca.133 y haber causado daños a 2
Savoia S.M.79,
S.M.81
y
Ca.133.
El mayor de los ases sudafricanos fue el Captain Brian John Lister Piggy Boyle que abatió 3 Fiat CR.32 Falco.
Además
en una
acción llevada
a
cabo
el 18 de octubre de
1940
en
compañía
de los
Lieutenant
Robín
Pare
y
Andrew Duncan, contra el campo de aviación de Barentu. destruyeron en el suelo, conjuntamente, 3 Fiat CR.4 2
de
la 412.
5
Squadriglia y cinco Caproni
Ca.133.
y causaron daños a un trimotor Savoia S.M.79 Sparviero.
Finalmente,
el 3 de
febrero
de
1941,
en
compañía
de
otros cinco pilotos,
la
unidad despegó
de
«P retor ia- -como
era conocido el campo avanzado desde donde operaba el 1 Squadron- con las primeras luces del día. Cinco de
ellos -entre
los que se
encontraba
el
Captain
Boyle-,
siendo
los
demás pilotos: Lieutenant Andrew Duncan,
Lieutenant Robin Pare, Lieutenant Servaas de K. Viljoen y Lieutenant H. P. Smith, llegaron a l objetivo; comenza-
ron a las
11:45
una
nueva acción
de
castigo contra
el
campo
de
aviación
de
Gondar.
Los pilotos
sudafricanos
detectaron cinco Caproni Ca.133 en las pistas y les atacaron. Cuando se retiraron vieron a los cinco aviones en
llamas además
de un
Savoia S.M.81; aunque fuentes italianas sólo confirmaron
la
pérdida
de uno de los
Caproni.
Otros tres escuadrones sudafricanos estuvieron equipados con Gladiator.
El 2 Squadron se formó en Kenya el 1 de octubre de 1940, equipado con Hawker Hurricane, Hawker
Furyy
8 Gladiator Mk.\\. En
abril
de 1941 fue trasladado a Egipto y reequipado con Curtiss Tomahawk
Mk.llB.
Durante
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I S T O R I M I L I T A R
E L A V I Ó N Y s u s
C O L O R E S G L O S T E R
G L D I T O R
VIII)
la s operaciones
no
reivindicó ninguna victoria sobre
los
italianos,
sin
embargo tuvo
que
deplorar
la
pérdida
de dos
Gladiator El matriculado N5813 fue alcanzado por fuego antiaéreo el 9 de octubre de 1940, teniendo que efec-
tuar un aterrizaje de emergencia en una isla del Nilo, 16 kilómetros al sur de
Juba,
posándose en catástrofe: el
piloto Lieutenant B. R. Dimmock resultó con heridas de menor consideración. El 23 de ese mismo mes, el N5826
se
estrellaba en Nanyuk mientras efectuaba un vuelo acrobático a baja altura, matando a su piloto Lieutenant A.
McDonald.
El 3 Squadron
S A A F
fue reconstituido en Waterkloof el 9 de septiembre de 1940 con Hawker Hurricane Mk.l.
Participó en los
combates
de Somalia y Abisinia hasta
finales
de 1941 donde
reclamó
la destrucción de 100 avio-
nes italianos 24 en combate aéreo). Seguidamente fue disuelto en Asmara. Para reponer las bajas de Hurricane.
el
28 de
marzo
de
1941
le
entregaron
12
Gladiator Mk.ll -N2278,
N2280,
N2283. N2285, N2286, N2287.
N2288. N2289, N2290, N2292, N2293 y
N2294-,
en su mayoría procedentes del 94 Squadron de la RAF. Su
actuación
en
operaciones debió
ser
anodina, pues sólo el Lieutenant
G ea r y
reclamó
el
derribo
de un
Ca.133 sobre
Debra el 19 de abril de 1941.
El 5 Squadron
SAAF.
fue una unidad equipada con Curtiss Mohawk Mk.V, que entre su
filas
contó con el
Gladiator matriculado N5820, posiblemente
en
cometidos
de
enlace.
El 26 de
marzo
de
1939
fue
reconstituido
en
Khormaksar
el 94
Squadron
de la
RAF -había sido disuelto
el
30 de junio de
1919 .
para protección del puerto de
Aden,
equipado con 8 G/ad/atorMk.ll y otros 8 Mk.l en
reser-
va. Realizó frecuentes patrullas
hasta la
Somalia
Británica. Durante sus
combates
con la
aviación italiana,
sus
pilotos reclamaron el derribo de 3 Fiat C R . 4 2 y dos S a v o i a
S.M.81.
así como la destrucción en tierra de otros 3
Fiat CR.42 y daños a un Savoia S.M.79 y un Fiat CR.42.
El 2 de mayo de 1941. aviones iraquíes efectuaron varios ataques contra la base de Habbaniya, en poder de
los británicos. Durante dichos ataques fueron destruidos 6
Gladiator.
2 Ha wker Audaxy un Airspeed Ox ford El día
5, al combate acudieron el 94 Squadron y la Luftwaffe. en apoyo del gobierno de Raschid Ali el Ghailani. Durante
los combates que siguieron hasta el día 23 los
pilotos
del 94 Squadron reclamaron la destrucción de 2
Messerschmitt Bf 110 y un
Heinkel
He 111
sobre
Iraq.
Tras ceder sus Gladiator a los sudafricanos, a finales de mayo , el escuadrón se trasladó a Egipto y fue ree-
quipado con Hurricane.
Con los elementos del 1 Squadron de la Southern Rhodesia Air Forcé, el 22 de abril de 1940 fue reconsti-
tuido el 237 Rhodesia) Squadron, bajo el control de la Roya/ Air Forcé, en la frontera con Abisinia. Inicialmente
operó con biplanos Hawker Audax, Harty Hardyen previsión de ataques italianos procedentes del norte. En otoño
de 1940
fue
transferido
al
Sudán para operar contra Eritrea. siendo reequipado
con
Westland Lysanders
y 11
Gloster Gladiators.
El único piloto
que
acreditó victorias sobre
los
aviones italianos
fue el
Fíying Officer Peter Hugh
Swayne
Simmonds, que reivindicó el derribo de un CR.42 16.03.4 y la destrucción en tierra de un Fiat CR.32 , un Savoia
S.M.79 y un Caproni
Ca.133
en el campo de aviación de Cer-Cer, durante un ataque realizado el día 29 de abril
de 1941, en compañía de los
Fíying
Officers Spencer y Robinson.
En mayo de 1941 el escuadrón fue trasladado a Egipto y reequipado con Hawker Hurricane.
La ilustración corresponde
al
avión utilizado
por el Fíying
Officer
Peter
Hugh Swayne Simmond
el 29 de
abril
de 1941 durante
el
mencionado raid contra Cer-Cer.
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La
isla
de
Malta
que se
encuentra
en
medio
del
Mediterráneo
era la
base pr in-
cipal de la Mediterranean Fleet pero cuando la flota trasladó su base a
A le jandr ía .
la importancia de la
isla
disminuyó. Con la firma del armisticio franco-alemán en
junio de 1940. creció una vez más. En la isla había
tres
aeródromos: Hal Far.
Luga
y Takali pero
el Air
Ministry seguía siendo reacio
a
enviar unidades
de
caza
-útiles
en otros frentes- a lo que consideraba una causa perdida. El HMS -Glorious» que
había servido brevemente en el Mediterráneo a comienzos del año. al llegar a Malta
descargó
18 Sea
G/ad/aíor-N5518
a
N5535-
que
fueron almacenados
en
cajas
en
Ka la f rana .
como aviones
r e se rva
del 802 Squadron Al ser destinado a aguas metro-
politanas para tomar parte en la campaña de Noruega al hacer escala en Malta el
12 de abril embarcó 3 de los Sea Gladiator almacenados. Cuando el HMS -fag/e-
llegó a Alejandría recibió cuatro Sea Gladiator para protección de caza de los
stocks de Egipto. Al final tres de los aviones que se encontraban embalados en
Malta fueron enviados
a
Egipto para
sustituir a estos.
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46
C R L O S F R E S N O C R E S P O
I S T O R I M I L I T R
La
ilustración corresponde
al Sea
Gladiator matriculado N5520. último
de los
aviones
de
este
tipo
operativos
en Malta con la decoración utilizada durante su pertenecía a la Hal Far Fighter Flight; en la página siguiente cuan-
do ya estaba encuadrado en el 261
Squadron.
En marzo de 1940. se creó una escuadrilla de caza con base en Hal Far con pilotos voluntarios y. en abril
se autorizó a montar cuatro de los Sea Gladiator mantenidos en reserva -los matriculados
N5519 N5520 N5522
y N5531- a los que se desmontó el gancho de apontaje y el carenado para el bote salvavidas y se añadieron
chapas blindadas al mamparo de la carlinga. También se les instalaron hélices tripalas de paso variable.
En
mayo fueron acondicionados otros dos Sea G/ad/ator-N5524 y N5529- y cuando la tarde del 10 de junio
de 1940 Italia declaró
la guerra la unidad fue
puesta
en
estado
de
alerta. Había siete
pilotos que
entre todos
habían acumulado
80
horas
de
experiencia
en
este tipo
de
aviones.
Entre
las
04:30
y las
05:00
de la mañana del día 11.
los
primeros de un
total
de 55 Savoia
S.M.79
escol-
tados por 18 Machi MC.200 despegaron de varios aeródromos de Sicilia para atacar Hal Far La Valetta y la base
de hidroaviones de Kalafrana. Tres Sea Gladiator que permanecían en estado de alerta recibieron la orden de
depegar. El
Flight
Lieutenant George Burges se topó con una formación de nueve
S.M.79
que regresaban a sus
base y dañó a uno de los bombarderos del 52.2 Gruppo. Otro de los Sea Gladiator pilotado por el Flight Officer
Timbar Woods que acababa de dañar a otros dos trimotores fue atacado por el Macchi pilotado por el tenente
Giuseppe Pescóla de la 79.a
Squadriglia, 6.
s Gruppo CT. Al final Woods consiguió zafarse y logró lanzarle unas
ráfagas y el
Macchi
fue
visto
por
última
vez en
picado despidiendo humo negro pero consiguió llegar
a su
base.
Horas más tarde un solitaria S.M.79 sobrevoló la isla con la intención de evaluar los daños causados por el ata-
que de la
mañana.
Dos Sea
Gladiator despegaron
y el
Flight Officer John Waters. pilotando
el N5520
consiguió
dañar al avión que pertenecía al 34.
2 Sformo
de BT.
El
día 12 los S.M.79 de la 60.- Squadriglia repitieron el ataque. John Waters. pilotando nuevamente el
N5520
logró dañar
a uno de los
incursores.
El día 15 los Sea Gladiator dañaron otro S.M.79 de una formación de 10 aviones del 11
B
Stormode BT que.
escoltados por 9 Macchi
MC.200.
bombardearon la
isla.
El
día 21 dos de los Sea Gladiator sufrieron daños en sendos accidentes pero logró completarse uno a par-
tir de
componentes
del
otro; además
se
retiraron
del
almacenamiento otros
dos
ejemplares
que
tras
ser monta-
do s fueron asignados a la Hal Far Fighter Flight.
Ese
mismo
día 21.
llegaron
a la
isla
los
primeros Hawker Hurricane pero
no
entraron
en
combate hasta
comenzado julio: por entonces no había mecánicos en la isla preparados para realizar el mantenimiento de estos
aviones y
mantener
en
vuelo
los Sea
Gladiator tenía prioridad absoluta.
Por
fin
el día 22 se lograría la primera victoria sobre los italianos: Burges y Woods derribaron el S.M.79 de
la
216.s
Squadriglia
-pilotado
por el tenente Francesco
Solimene-.
que realizaba un reconocimiento sobre
Kalafrana
El
día
siguiente
nuevamente Burges y Woods interceptaron unos bombardeos sin éxito. Burges
-que
pilota-
ba
el N5519- fue
atacado
por uno de los
Macchi
MC.200 de la
88.
§
Squadriglia
que
daban escolta
a los
bom-
barderos.
En el combate que se desarrolló a continuación el avión italiano pilotado por el sargente
maggiore
Lamberto Molinelli fue derribado. Al aterrizar Woods chocó con un avión blanco Queen Bee dañando su avión.
El día 28
Woods atacó
a una
pareja
de
S.M.79 reivindicando
la
destrucción
de uno de los
aviones italianos.
siéndole acreditada la victoria. En realidad el aparato italiano consiguió
llegar
a su base. Se trataba de un avión
del 11.s Stormo de BT pilotado por el
íeneníe
Remo Maccani.
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H I S T O R I
M I L I T R
AVIÓN
Y SUS COLORES: GlOSTER GlADIATOR
El
11 de
julio.
Charles
Keighly-Peach,
pilotando el
N5517,
derribó un
S.M.79
de la
194.3 Squadriglia. 90.s
Gruppo,
30.
9
Stormo
CT, pilotado por el
sottotenente Remo
Maccagni.
E l
día 13,
Keighly-Peach reivindicó
el
derribo
de
otro
S.M.79 en
solitario
y K.L.
Keith otro trimotor. Ambos
pilotos reclamaron el derribo de un tercer bombardero compartido. Pero fuentes italianas sólo admiten la pérdi
da
de un
Savoia
S.M.81
de la
200.
5
Squadriglia,
92.
Q
Gruppo,
pilotado por el
sottotenente
Enrico Capapezza.
Por aquellas fechas los Hurricane empezaban a aparecer en gran número en los cielos de Malta y los Sea
Gladiator sólo se utilizaban cuando era absolutamente necesario.
El día 29, P.W.V. Massy. a bordo del N5512, reivindicó el derribo de un
S.M.79;
aunque el avión no ha podi-
do ser identificado, el derribo está confirmado por el rescate de uno de los tripulantes por el crucero de la Royal
Navy
HMS
«Capefown».
En la mañana de 31 de julio, un solitario S.M.79 realizaba una
misión
de reconocimiento, escoltado en la dis-
tancia
por 9 Fiat CR.42
Falco
Ninguno de los
Hurricanes
estaban operativos, así que tres Sea
Gladiator
despe-
garon para interceptarlo. Al ver a los biplanos británicos el bombardeo dio la vuelta y la escolta picó para atacar.
El Sea Gladiator
matriculado N5519
-que
había sido bautizado Charit y está representado en la ilustación de
las páginas 44 y 45- fue alcanzado en el depósito de combustible, por lo que su piloto, el Flight Officer Hartley
se vio obligado a lanzarse en paracaídas. Mientras el
Flight Officer
Timber Woods daba cuenta de un CR.42 de
la
75.
8
Squadriglia,
23.
e
Gruppo
CT.
pilotado
por el
capitano
Antonio Chiodi.
A
finales
de mes la
situación
de la
caza en Malta era preocupante, la
disponibilidad
de aviones era muy baja, no había repuestos para los
Hurricanes
y los Sea Gladiator sólo se mantenían en vuelo canibalizando los aviones más dañados. Sim embargo, la ayuda
venía en
camino
y
nuevos
Hurricanes
empezaban
a llegar,
aunque
los Sea Gladiator
seguían siendo necesarios
para
la defensa de la
isla
y lo seguirían siendo hasta finales de año.
Con
la llegada de los
refuerzos,
el 2 de agosto de 1940 las dos
flights
de
caza
que defendían Malta -la
Malta
Fighter
Flight
dotada
con
Gloster Sea
Gladiator y la No. 418 Flight RAF equipada con Hawker Hurricanes- se fusio-
naron constituyendo el 261 Squadron.
E l 2 de noviembre
tres
cazas, entre los que se encontraba el Sea Gladiator
N5520,
pilotado por el Flight
Lieutenant George Burges- interceptaron
una
formación
de 20
S.M.79.
escoltados
por 11
Macchi
MC.200
y 5
Fiat
CR.42.
Tras
el combate. Burges reivindicó el derribo de un CR.42 y probablemente otro dañado, pero no hay con-
firmación en fuentes italianas. El día 8 de ese mes. Kack Sewell y O.J .R. Nicholls derribaron un Cant Z.501 de
la
186.
a
Squadriglia
de R.M., pilotado por el
tenente
Paolo
Primatesta.
Con
fecha 31 de diciembre de 1940, el inventario del 261 Squadron ascendía a 16 Hurricanes más 4 en
reserva y 4 Sea Gladiator
y
y
otros tantos embalados
que
servían como banco
de
piezas
de
recambio.
La
última
vicoria de un Sea Gladiatores Malta la protagonizó Kack Sewell, el 24 de enero de 1941, al derri-
bar
un Ju 88 del 4./LG1 pilotado por el
Unteroffizier
Gustav Ulrich.
En un bombardeo realizado el 4 de febrero, un Sea Gladiator
-probablemente
el
N5513-
fue destruido y otros
dos seriamente dañados.
Con la llegada a Malta del 185 Squadron equipado con Hurricanes, el 21 de mayo de 1941, el 261 Squadron
fue disuelto
y sus
efectivos absorvidos
por el
nuevo escuadrón.
El escuadrón fue reconstituido en la base de la RAF en Habbaniyah,
Iraq
el 12 de julio de 1941. equipado
con una mezcla de Gladiators
y
Hurricanes. Su cometido era la defensa de los puertos del Golfo Pérsico y sus ter-
minales petrolíferas, realizando desplazamientos periódicos a Palestina y Chipre. En enero de 1942 fue trasferi-
do a
Haifa.
en
Palestina,
y
reequipado completamente
con
Hawker
Hurricane
Mk.IlB.
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48
L I B R O S
I S T O R I MILI™
C H A R S frente a la BLITZ
KRIEG
Historia
y cam uflajes de
to s
carros
franceses en
la
campaña
de 194
Alberto
Rodrigo Ramos
Editorial:
Un a China
en mi
zapato
S.L
23,5
X 16 5 cm.
112
Páginas
ISBN: 978-84-61SO030-3
Durante la batalla de
Francia entre
el 10 de
mayo y el 22 de
junio
de
1940
el
mundo contempló
asombrado
la
rauda
y
con-
tundente derrota de uno de
lo s
ejércitos más podero-
so s
de l
mundo
por una
for-
ma de
guerra revoluciona-
ria
la Bhtzkrieg.
L os
franceses disponían
de
más
blindados
de pres-
taciones similares cuando
no superiores a sus
adver-
sar ios : pero pronto iba a
ponerse de manifiesto que
más
importante
que el
número era el uso que de
ellos se hacía.
L as
fuerzas acoraza das
francesas
entraron
en
com-
bate
co n
unos planteamien-
to s desfasados y hábilmen-
te engañadas se
vieron
envueltas
en
unos terribles
enfrentamientos.
confusos
frenéticos y
desesperados
que
no podían ganar. Esta
es su
historia...
MARRUECOS ¡17 a las
17
Joquín Gil
Honduvilla
Guadalturía
ediciones
Rústica 15 5 x 22 cm .
542 páginas.
ISBN: 97S64-936867-<H
Marruecos
¡17 a las
17
estudia
el
alzamiento mili-
tar en el Protectorado espa-
ñol de Marruecos y en las
plazas
de soberanía de Ceu-
ta y
Melilla.
En sus
páginas
el lector podrá conocer a
los hombres que formaban
parte
de l
Ejército
de África y
la
realidad del alzamiento
afr icano.
El
autor,
a
través
de un estudio de documen-
tación inédito
hasta la
fecha en el que destaca un
análisis de los procedimien-
to s
judiciales abiertos a los
militares
que no se suma-
ron al
golpe,
ha procedido a
la reconstrucción de los
he c ho s
que
determinaron
que en
apenas dieciséis
horas
todo el Protectorado
quedara en manos subleva-
das. Huyendo de la visión
tradicional; creada por los
vencedores
de que
aque-
llas
fuerzas actuaron
de
for-
ma monolí t ica acatando
con ciega obediencia
las
órdenes emanadas
de los
conspiradores y evitando
también inercias revanchis-
tas este trabajo analiza a
las pr imeras víc t imas de
aquel conflicto:
los
milita-
res que por di ferentes
motivos no se posicionaron
con sus
compañeros
de
armas.
S e descubre de e s t a
manera
a un Ejército
frac-
turado donde grupos muy
radic a l izado s
po r
a m b o s
extremos de l abanico
polí-
tico
condicionaron con sus
actitudes a los de m ás
h a s t a c o nve r t i r aque l las
horas
del
a lzam ie nt o
en
África en una pequeña gue-
rra
civil en la que no sólo
se enfrentaron ideologías
opuestas, sino en la que
también jugaron factores
tan
personales como la
e nv id ia
el
re nc o r
o los
celos profesionales entre
compañeros.
G N R L H A N S S P E I D E L
INVASIÓN
9
INVASIÓN 1944
General Hans Speidel
Inédita Editores
23 X 15 cm.
Tapa
dura
Pliego con fotografías
240
páginas
ISBN: 97&84-92400-40-9
P.V.P.:
20.50 €
Pocas personas
pueden
contar
con
exactitud cómo
vivió
el
d e s e m b a r c o
de
No rm andí a
el
mando ale-
mán. El general Sp eidel
jefe
de l
Est ado May o r
del
m ar isc a l Ro m m e l e n t r e
abr i l
y julio de
1944
no
sólo describe los aconteci-
mientos
que
precedieron
se ñalaro n y
siguieron
el
desembarco
del 6 de
junio
de Normandía.
sino que
no s sum e rge e n lo s
e nf re n t am ie nt o s e n t re
Rommel. Von R u n ds t ed t y
Hit ler para poner en mar-
cha un
plan
defensivo ef i-
caz
y en
cómo
se intentó
hacer frente a la invasión
A l i ada
una vez el desem-
bar co fue un hecho. Es
también de
especial inte-
rés el relato sobre el papel
jugado
por Rommel y una
gran mayoría
de
m ando s
d e s t a c a d o s
en e l
Frente
O c c ide nt a l
en el
c o m plo t
contra Hitler, y que terminó
co n la muerte de Rommel
y Von
Kluge
y la detención
de l propio Speidel.
El
G e ne ra l Hans
Spei -
del est recho co laborado r
de l mariscal Rommel ela-
boró
el
plan
de
d e f e n s a
con t r a
el desembarco
alia-
do y
dirigió
la s
o p e r a c i o -
nes en las
c o ndic io ne s
impuestas
por el
Fürer.
Ade m ás participó en la
conjura
para matar
a
Hit ler
el 20 de ju l io de 1944.
cu yo f rac aso pro vo c ó su
ar r es t o por la
G e s t a p o .
Tras la Se gunda G ue r ra
Mundial
fue el
reorganiza-
do r de l E jérc i t o a le m án
ocupando
la
jefatura
del
Mando Central de la OTAN
en Europa.
•Una
notable
contribu-
ción a la literatura acerca
de la campaña de
Nor-
mandía. ...) Todo lo que
relata
acerca
de la
derro-
ta alemana es del máxi-
mo
interés.
New
York
He ra ld Tr ibune Bo o k
R ev i ew .
PRESENTACIÓN
DEL AUTOR
D.
ELADIO BALDOVÍN RUIZ
EN EL
C E N T R O C U L T U R A L
DE LOS
EJÉRCITOS
Con la asistencia y presentación del
Excmo. Sr. D.
José
M ena A g u a do
Gran
Vía . 3
-
Madr id
27 de octubre
19.30
horas
8/20/2019 Revista Española de Historia Militar 110
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M E T R L L D O R S
175 páginas
329
fotografías
P.V.P.:
45 €
P.V.P: suscriptores:
Por
Artemio ontera
Pérez
Este
libro
narra la historia -antecedentes, concepción, desarrollo, fabricación y empleo- de dos de las mejores
ametralladoras
que en el mundo han sido: la MG.34 y le MG.42 En
ellas
cifro la
Wehrmacht la potencia de fuego de su
Infantería
y.
si bien
es cierto que su calidad no defraudó las esperanzas
depositadas
en ambas, también lo es que nunca estuvieron
disponibles
en cantidad
suficiente para satisfacer por completo las
ingentes
necesidades de armas automáticas generadas por la Segunda Guerra Mundial.
primeros
tiempos de la msma.
en
extensión
proporcional
a la importancia de su empleo.
Desfilan,
asi. por sus páginas las
máquinas
de que disponía el Reichsheer antes de la llegada de Hitler al poder, las proyectadas al
filo
del
rearme del III Reich que no
llegaron
a
cuajar
las de
uso
aeronáutico, desechadas por la Luttwatte que acabaron encontrando empleo en
tierra,
las procedentes de los
países
anexionados -Aus t r ia .
Checoslovaquia- y las que fueron bolín de guerra en los que fueron invadidos. Para todas ellas hubo
algún
puesto, aunque fuera de importancia secundana, en que emplearse y relevar en el a las
ametralladoras reglamentarias
-MG.34
y MG.42- que. asi
pudieron
consagrarse
mayoritanamente
a msiones de primera linea.
TROPAS DE CASA
REAL
Historia
Orgánica
Eladio Baldovín Ruiz
Encuademación
en cantoné 17 x 24 cm.
272
páginas
Por
instinto
de conservación, todos los caudillos y reyes se rodearon en campaña de una
escolta para
su
seguridad
más inmediata,
seguridad también necesaria
en la
paz ,
en la Corte,
donde posiblemente fuera más necesaria la
fidelidad
y vigilancia de las guardias para salvaguar-
dar su persona y trono. Asi, tropas o cuerpos dedicados a la custodia de la Real Persona del
Soberano,
su
familia
y
Corte, asi como para contribuir
al
lustre
y
esplendor
del
Trono
con distin-
to nombre, vestimenta, armamento, procedencia o nación, aparecen en todos los países y épo-
cas;
que,
dada su proximdad al Monarca, disfrutaron de privilegios que no tenían el resto de las
huestes o tuerzas de los ejércitos.
Este
libro
está dedicado a la historia orgánica de las tropas de la Casa Real españoa.
haciendo un itinerario cronoógico por todas las que se han
ido
sucediendo hasta el momento pre-
sente.
Pero por sus
características
diferentes,
se han
considerado tres
periodos
en su
vida:
El
pri-
mero durante la dinastía de los
Austrías,
desde los
Reyes
Católicos a Carlos II, de 1500 a
1700;
el
segundo, la dinastía
Bortón
hasta el trienio
Liberal,
de 1701 a 1821. época donde alcanzan estas
tropas
su
mayor auge,
y el
tercero desde 1821 hasta
su
progresiva desaparición
y
conversión
en
elemento
de
protocoo
y
honores. Para
concluir con la
actual Guardia
de S. M. don
Juan Carlos
I.
Solicítelos
a
Alcañiz Fresno
s C /Cromo. P 18 20 Polígono
Industrial San Cristóbal. Teléf.:
983 20 69 28 983 39 05 83
F a x
983 39 53 36 983 21 26 76
Apartado
de Correos n-: 2038 E 47012 VALLADOLID
España)
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