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ISIO
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TIF
ICIA
SNº 183 MARZO AÑO 2018
T E R C E R M I L E N I O
La Iglesia de la Rep. Democrática
del Congo denuncia la violenta
represión sufrida por los católicos,
comunidad que se ha significado
en la defensa de la democracia.
16
en este número...
y además...
EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIASC/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: [email protected]://www.omp.eshttp://www.domund.org
Nº 183. MARZO, 2018
AGUSTINOS RECOLETOSPaseo de La Habana, 167. 28036 Madrid.Tel. 91 345 34 60
COMPAÑÍA DE JESÚSAvda. de la Moncloa, 6. 28003 Madrid. Tel. 91 534 48 10
COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓNEstocolmo, 9. 28022 Madrid. Tel. 91 313 56 40
FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍACardenal Marcelo Spínola, 38. 28016 Madrid.Tel. 91 302 61 99
MISIONERAS DE NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA
(HERMANAS BLANCAS)Asensio Cabanillas, 39. 28003 Madrid. Tel. 91 553 82 60
MISIONEROS CLARETIANOSClara del Rey, 6. 28002 Madrid. Tels. 91 415 23 61 y 91 415 21 99
INSTITUTO ESPAÑOL DE MISIONES EXTRANJERASFerrer del Río, 17. 28028 Madrid. Tel. 91 726 84 27
MERCEDARIAS MISIONERAS DE BÉRRIZFereluz, 2. 1ª A 28039 Madrid. Tel. 91 571 63 03
MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIAMadre Nazaria, 7. 28044 Madrid. Tel. 91 525 32 04
MISIONERAS DE CRISTO JESÚSPeñuelas, 18. 5º A. 28005 Madrid. Tel. 91 517 41 78
MISIONERAS DOMINICAS DEL ROSARIOGeneral Kirkpatrick, 44. 28027 Madrid. Tel. 91 367 36 71
MISIONEROS ESPIRITANOSSanta Engracia, 149. 1º B. 28003 Madrid. Tel. 91 554 21 57 Olivos, 12. 28003 Madrid. Tel. 91 553 36 16
MISIONEROS DE MARIANNHILL Arturo Soria, 249. 28033 Madrid. Tel. 91 359 07 40
MISIONEROS DEL VERBO DIVINO Corazón de María, 19. 5º B. 28002 Madrid. Tel. 91 415 43 55
MISIONEROS OBLATOS DE MARÍA INMACULADA Diego de León, 36. 28006 Madrid. Tel. 91 411 12 12 Pozuelo de Alarcón, Madrid. Tel. 91 352 34 16
PADRES BLANCOSLiebre, 25. 28043 Madrid. Tel. 91 574 04 00
SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS Asura, 34. 28043 Madrid. Tel. 91 300 00 41
coeditores
T E R C E R M I L E N I O
IGLESIA A FONDO
PRIMER PLANO
Infancia Misionera cumple 175 años. Fue
en 1843 cuando Mons. Forbin-Janson puso
en marcha esta iniciativa. Pero ¿quién fue
ese obispo de quien se sirvió el Espíritu
para regalar a la Iglesia esta Obra singular?
INFORME
Con motivo del Día Internacional de
la Mujer, Misioneros centra su atención
sobre un grupo de misioneras especial-
mente comprometidas en el campo de
la emancipación femenina.
7 TRIBUNA "Haced eso enmemoria mía"
12 EL OBSERVADORCUBA - INDIAITALIA - BRASIL
20 ASÍ VA EL MUNDOEGIPTO - COREACOLOMBIA - ECUADOR
36 ENTREVISTAMussie Zerai, premioa la Fraternidad 2018
40 ANIMACIÓN MISIONERA
43 AYUDAMOS A...PAPÚA NUEVA GUINEA, ISLAS SALOMÓN
46 CULTURASan Romero de los Derechos Humanos
52 EN EL OBJETIVO
54 MISIÓN VIVAMás de 25 años de presencia del IEME en Tailandia
24
30
Se cumplen cinco años
del inicio del pontifica-
do del papa Francisco,
lo que, entre otras co-
sas, ha servido para constatar la
apuesta de Jorge Mario Bergoglio
por situar lo misionero como pa-
radigma, como modelo, de lo que
ha de ser la actividad y la vida de
toda la Iglesia. No se trata tanto
de decir que todo en la Iglesia es
misionero, como de que todo lo
que conlleva la apuesta por lan-
zarse a la misión debe empapar
la vida y la pastoral de la Iglesia.
Francisco mostró la sencillez y
humildad del misionero cuando,
desde el balcón desde el que se
proclamó el Habemus Papam, pi-
dió “la bendición de los feligre-
ses”. Quería mostrar desde el
principio que, al igual que los
misioneros y misioneras que lle-
gan a tierras lejanas, venía a
hacerse uno más, a ponerse al
servicio de la comunidad. Y, asu-
miendo sus debilidades y limita-
ciones, pedía a los fieles que ora-
sen por él en su retadora misión.
No quedó ahí la cosa. Muy
pronto quiso manifestar cuál de-
bía ser el foco de una Iglesia,
“hospital de campaña”, que él
quería “pobre y para los pobres”
y, por tanto, entregada al “servi-
cio a los otros, especialmente a
los más pobres, los más débiles,
los más pequeños, el hambriento,
el forastero, el desnudo, el enfer-
mo y el encarcelado”. Francisco
deseaba –y desea– una Iglesia en
salida, de puertas abiertas las 24
horas del día, que no espere a ser
necesitada, sino que sea la que
vaya corriendo allá donde más
falta hace, donde no quiere estar
nadie, en la frontera del abismo,
aun a riesgo de “accidentarse”.
Desprendimiento total, disposi-
ción a ser enviados a donde más
se les necesita, incluso en aque-
llos sitios donde su vida corre pe-
ligro, con el espíritu de estar al
servicio de los más necesitados.
¿Hay algo más misionero en la
propuesta que nos lanza Francis-
co? Solo la motivación que impul-
sa a afrontar semejante aventura
misionera: la convicción de hacer-
lo todo por la alegría de procla-
mar el Evangelio, de ir a anunciar
a Cristo y encontrarlo entre aque-
llos a quienes se ha ido a llevar
este anuncio. “El bien –dice en
Evangelii gaudium– siempre tiende
a comunicarse. Toda experiencia
auténtica de verdad y de belleza
busca por sí misma su expansión,
y cualquier persona que viva una
profunda liberación adquiere ma-
yor sensibilidad ante las necesida-
des de los demás. Comunicándolo,
el bien se arraiga y se desarrolla”.
“La transformación misionera
de la Iglesia” que desea Francisco
requiere de evangelizadores “con
olor a oveja”, de anunciadores del
Evangelio “que se involucran, que
acompañan, que fructifican y fes-
tejan”. Y ha sido el propio Papa
quien ha querido dar ejemplo. Lo
ha demostrado con su misericor-
diosa presencia entre los refugia-
dos, los estigmatizados presos,
los descartados por la pobreza,
los olvidados por el egoísmo... Y
también durante los diversos via-
jes que ha realizado, entre los
que habría que destacar, por
cuanto supuso de riesgo para su
vida, el realizado a la República
Centroafricana, donde, en un ges-
to de descentralización y univer-
salidad, el Santo Padre inauguró
un año jubilar, el Año de la Mise-
ricordia, fuera de Roma.
El sueño de Francisco de esta
opción misionera capaz de empa-
parlo todo no se ha hecho toda-
vía realidad. Hay que seguir tra-
bajando para que vayamos descu-
briendo “el nuevo rostro joven y
hermoso de la Iglesia, que res-
plandece cuando es misionera,
acogedora, libre, fiel, pobre de
medios y rica de amor”.
E D I T O R I A L
EDITA Obras Misionales Pontificias DIRECTOR NACIONAL OMP Anastasio GilDIRECTOR Alfonso Blas DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES RosaLanoix, Rafael Santos, Francisco José Pérez Valero, Dora Rivas, José Beltrán,José Carlos Rodríguez, José Ignacio Rivarés, Israel Íñiguez, Modeste Munimi,
José Ramón Carvallada, María Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, Juan Lázaro Sánchez, VicenteMarqués Ruiz ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael SantosFOTOGRAFÍAS Efe, 123RF SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36
T E R C E R M I L E N I O
Francisco desea una Iglesia que no espere a sernecesitada, sino que vaya corriendo allá donde
más falta hace, donde no quiere estar nadie.
Francisco, la misión como ejemplo
Ángel de la Victoria
Aquí se vive en medio de una realidad todavía
muy marcada por la "superioridad" del hombre.
La pobreza tiene rostros y nombres distintos pe-
ro, muchos de ellos, de mujer.
Misionero javeriano (Camerún)
Juan Ignacio Gutiérrezy María Concepción Fernández-Cuervo
Somos una familia del Camino Neocatecu-
menal; llevamos nueve años acá. Estamos
muy contentos con nuestra misión y muy
agradecidos a la Iglesia, que hoy nos tiene
dando gratis lo que gratis hemos recibido,
y recibiendo mucho más
Familia en misión (Perú)
Amelia Alonso
Llevo 51 años en Perú, con la misma ilusión del primer
día y agradeciendo la acogida, el cariño y lo que valora el
pueblo peruano: el servicio de los religiosos en los diferen-
tes estratos sociales, especialmente en los más desprotegi-
dos, como la sierra y la selva.
Sierva de San José (Perú)
Yudith PereiraReligiosa de Jesús-María (Sudán del Sur)
P. Pascual SaorínVicario general de Takamatsu (Japón)
Como cura de la diócesis de Cartagena,
trataré de llevar la fe de nuestra Iglesia a
estas tierras. Pido para ello muchas ora-
ciones por las misiones y los misioneros,
así como generosidad a los sacerdotes de
nuestra diócesis para prolongar el "sí" vo-
cacional que le dimos al Señor y extenderlo a regiones y ámbitos donde el
mensaje de libertad del Evangelio todavía no es conocido o está desvirtuado.
Si la Iglesia no es misionera, no es Iglesia. Existimos para evangelizar.
El hecho de estar juntas varias
congregaciones es precioso. Se
reproduce el cielo, con limitacio-
nes humanas. Hay asiáticos, ame-
ricanos, neozelandeses...; de to-
do. Es bonito ver que congrega-
ciones tan diversas somos tan
iguales y que
el carisma de
los cristianos
es enseñar el
amor de Dios
a la gente.frasesyflashes
NÚM. 183, MARZO DE 2018 misioneros 1
Por D. Anastasio Gil. Director Nacional de OMP
T R I B U N A
“HACED ESO EN MEMORIA MÍA”
El 30 de marzo se celebraen la Iglesia católica elJueves Santo. Muchas sonlas conmemoraciones que
hacer presentes en las celebracio-nes litúrgicas de esta jornada: ins-titución de la Eucaristía, gesto dellavatorio de pies, día del amorfraterno, del ministerio sacerdotal,etc. Celebraciones que invitan alencuentro con Jesucristo.
En el ámbito cristiano socialhay un hecho interpelante: el la-vatorio de pies. Evocando elejemplo de Jesús, que se despojade sus vestidos para servir a losmás pobres e invitar a hacer lomismo, se está recuperando estehecho evangélico con el lavatorioa aquellos que tal vez no formanparte de “los nuestros”. En los úl-timos años está teniendo reso-nancia social la opción del papaFrancisco de realizar este gestoentre los más excluidos, ordinaria-mente en un centro penitenciario,sin dejar de lado a nadie por ra-zones de edad, religión o sexo.
Esta “Tribuna” desea dar unsalto en el espacio y trasladarnosa aquellos lugares donde tam-bién se hace realidad esta “me-moria” evangélica. Todo comien-za con la celebración de la misacrismal. Aunque en Occidente es-ta celebración, por razones estra-tégicas, se suele trasladar a losprimeros días de la Semana San-ta, en los países de misión se si-gue reservando, con acierto, a lamañana del Jueves Santo, cuando
el obispo, con su presbiterio,conmemora la institución del sa-cerdocio. ¡Cuántos detalles, enfunción de la eficacia, se hanperdido en nuestras Iglesias!¡Cuántos otros se conservan enfunción de la fidelidad, como lacelebración de la misa crismal,en la mayoría de las Iglesias jó-
venes y nacientes! De nuevoprevalece el tiempo sobre el es-pacio, como recuerda Franciscoen Evangelii gaudium.
Después, en cada comunidad,con las limitaciones propias deltiempo, viene la conmemoraciónde la misa in Coena Domini, don-de brota del corazón de los fielesla acción de gracias por el dondel ministerio sacerdotal. DesdeOccidente necesitamos asomar-nos en silencio contemplativo aestas Iglesias para descubrir có-mo valoran la sacralidad de quie-nes han sido llamados al sacerdo-cio. Mientras que aquí es frecuen-te el “quejido” por el escaso nú-mero de efectivos, allí nace la ac-ción de gracias porque tal vezsea ese Jueves Santo el único quetienen la posibilidad de participaren la Eucaristía; mientras aquíescatimamos un tiempo paraunirnos a la acción de gracias en
esta fiesta del memorial eucarís-tico, allí, sin recursos humanos ymateriales, vibran en una únicaacción donde no hay separaciónentre Eucaristía, adoración y en-cuentro con los más pobres, es-pecialmente los enfermos.
La actualización del “memo-rial” en cualquier parte del mun-
do –también, si me lo permiten,“al otro lado”–, no es una simplevuelta al pasado, sino presenciaviva del Señor en medio de lossuyos. Los misioneros no necesi-tan “salir” al encuentro de losotros para celebrar la Eucaristía olavar los pies a los más sencillos.Todos están en el mismo lugar ypara ellos la celebración del Jue-ves Santo se transforma en unafiesta. Si, además, en medio estáel obispo que garantiza la vincu-lación al sucesor de Pedro, la cele-bración es una verdadera actuali-zación de lo que sucedió en el Ce-náculo y nos fue entregado porJesús. Desde allí los catequistas,ministros extraordinarios de laEucaristía, parten a sus comuni-dades de origen con el tesoromás grande que pueden recibir:la Eucaristía para los enfermos ypara quienes no han podido estarpresentes en la celebración.
Necesitamos asomarnos a las jóvenesIglesias para descubrir cómo valoran lasacralidad de los llamados al sacerdocio.
En mayo de 2018 la Obra
Pontificia de la Infancia Mi-
sionera cumple 175 años.
Fue en 1843 cuando Mons.
Forbin-Janson puso en mar-
cha esta sorprendente inicia-
tiva misionera, la primera
institución mundial dedica-
da a la infancia y la única
–aún hoy– que no es solo
"para" los niños, sino "de"
los niños, con ellos como
protagonistas. Pero ¿quién
fue ese obispo francés de
quien el Espíritu se sirvió
para regalar a la Iglesia
esta Obra singular?
16 misioneros NÚM. 183, MARZO DE 2018
I G L E S I A A F O N D O
El relato de la vida del
fundador de Infancia
Misionera bien daría pa-
ra escribir una novela o
elaborar el guion de una película.
Su trayectoria es un asombroso
ejemplo de la importancia de man-
tener firme el timón en medio de
las vicisitudes. “Yo soy una misión
en esta tierra”, escribe Francisco
en Evangelii gaudium, y Forbin-
Janson pasó casi toda su existencia
en busca de la suya, sabiendo que
esa misión estaba ahí –aunque
nunca acabara de descubrirse del
todo– y que debía perseverar en la
esperanza –aunque los aconteci-
mientos parecieran ir en su con-
tra–. Con razón, el gran poeta Paul
Claudel lo retrató diciendo que
“durante largo tiempo dio a la
Iglesia el raro espectáculo de un
obispo en busca de una vocación”.
Los dos polos de una vidaCarlos-Augusto-María-José For-
bin-Janson nace en París en 1785,
en el seno de una noble familia
militar. Solo cuatro años después,
la Revolución francesa obliga a sus
padres a exiliarse a Alemania, lo
que le lleva a experimentar, muy
de niño y en carne propia, la vida
del refugiado, la persecución, la in-
seguridad, el miedo y la pobreza.
Es uno de los muchos “detalles”
significativos que, desde el princi-
pio, van configurando su biografía
en torno a dos polos: el desvali-
miento de la infancia y la misión
como paradigma del apostolado.
Tras volver a su patria y hacer
la primera comunión, el ya adoles-
cente Forbin-Janson muestra su
sensibilidad caritativa inscribién-
dose en una asociación para ayu-
dar a los más desfavorecidos en
cárceles y hospitales. En la capilla
del Seminario de Misiones Extran-
jeras de París, donde se celebraban
las reuniones, tendrá ocasión de
escuchar referencias de la misión
en China. Con suavidad, pero im-
parable, el segundo polo citado, el
de la dimensión misionera, hace
así su aparición explícitamente.
A Carlos Augusto se le presen-
ta una prometedora carrera cuan-
do Napoleón le nombra auditor en
el Consejo de Estado. Sin embargo,
percibiendo la llamada de Dios, no
se deja seducir por esa perspecti-
va y en 1808 entra en el seminario
de San Sulpicio, en París; allí ten-
drá como compañero al que será
fundador de los Oblatos de María
Inmaculada, san Eugenio de Maze-
nod, y dará muestras de su inquie-
tud misionera. Ordenado sacerdo-
te en 1811, y tras otros destinos
iniciales, acabará regresando a Pa-
rís, donde se ocupará con ilusión
de la formación cristiana de los ni-
ños de su parroquia.
La apasionada labor de aposto-
lado que despliega entonces se
manifiesta de forma especial en su
dedicación a las “misiones popula-
res”, para avivar la fe en la des-
cristianizada Francia posrevolucio-
naria. Se ponen ahí de relieve sus
dotes de elocuencia, y su amor y
generosidad, que le llevan hasta
a desprenderse de ropa para dár-
NÚM. 183, MARZO DE 2018 misioneros 17
sela a los más necesitados. Esta
etapa concluye con su partida a
Tierra Santa en 1817. Ese año y el
siguiente, esta peregrinación le
brinda la experiencia misionera de
predicar retiros en Egipto, Palesti-
na y Turquía.
El obispo de NancyEn 1824, Forbin-Janson es con-
sagrado obispo de Nancy-Toul, al
nordeste de Francia. Por entonces,
mantiene un contacto muy estre-
cho con misioneros que le escriben
y le solicitan ayuda. Pero no solo
es que estuviera al corriente de la
actualidad de las misiones de Chi-
na: él mismo había acariciado
pronto la idea de ser misionero. De
hecho, cuando la nueva revolución
de 1830 le obliga a dejar su dióce-
sis, acude al Papa para pedirle que
le envíe al Extremo Oriente. Aun-
que Pío VIII accedió a su petición,
su deseo no pudo cumplirse.
Mons. Forbin-Janson sigue des-
plegando una gran actividad cari-
tativa y asistencial, hasta que un
nuevo acontecimiento providen-
cial le permite dar rienda suelta a
su atracción por la evangelización
ad gentes: invitado por obispos
misioneros, marcha a América del
Norte de 1839 a 1841. En Canadá,
en el marco de una naturaleza es-
pectacular, desarrolla sus predica-
ciones ante tribus nómadas, y re-
corre también después Estados
Unidos. Mientras, va creciendo en
él el deseo de crear una fundación
en favor de las misiones.
A su regreso, siguen impactán-
dole las noticias sobre los nume-
rosos niños –y, sobre todo, niñas–
de China que, abandonados o fría-
mente asesinados, morían sin ni
siquiera poder recibir el bautis-
mo. Eran angustiadas peticiones
de auxilio lanzadas por sacerdo-
tes de esa Sociedad de Misiones
Extranjeras de París a la que él
mismo había pensado pertenecer;
a ellas se une el impacto que le
produce un documento anterior
de uno de ellos, el Aviso a las al-
mas caritativas de Europa (1779)
del beato Juan Martín Moyë. La
idea de salvar la inocencia de los
niños de tierras de misión por
medio de la inocencia de los ni-
ños cristianos va fraguando. Los
dos polos de su vida van definiti-
vamente a hacer contacto.
El presente explica el pasado
Con estas inquietudes, en vera-
no de 1842 Mons. Forbin-Janson
acude a Lyon para hablar con Pau-
lina Jaricot, la joven laica que, 20
años antes, había sentado las ba-
ses de la Obra de la Propagación
de la Fe. Piensa en ella como su
mejor interlocutora, y no se equi-
voca. A partir de esta entrevista
decisiva, nuestro protagonista em-
pieza a vislumbrar cómo organizar
la ayuda a los niños de China, que
acabaría plasmándose en un “do-
ble gesto” de los pequeños de su
diócesis: el rezo diario de una ave-
maría más una jaculatoria por los
niños de la misión, y la ofrenda de
una monedita mensual.
18 misioneros NÚM. 183, MARZO DE 2018
El obispo se consagra a este
proyecto para movilizar a los ni-
ños cristianos en favor de sus her-
manos de tierras de misión; una
Obra que, con el nombre de “San-
ta Infancia” –por la infancia de Je-
sús–, queda fundada el 19 de ma-
yo de 1843. Es la respuesta a su in-
quietud de... ¡casi 40 años! Una
fiel espera que lleva al obispo de
Orleans, Mons. Fayet, a escribirle:
“Si las pruebas por las que usted
ha pasado, Monseñor, no hubieran
tenido otra finalidad en los desig-
nios adorables de la Providencia
que la de dejarle a usted el ocio y
la libertad de formar en la Iglesia
una obra tan hermosa, el presente
explicaría el pasado y sería nece-
sario bendecir a Dios, que cambia
el mal en bien y que le conduce a
usted a sus propios fines por los
caminos más extraordinarios”.
Para extender la iniciativa, re-
corre su patria y llega a Bélgica,
donde recibe el apoyo de los reyes
y del nuncio Mons. Joaquín Pecci,
futuro papa León XIII. La Santa In-
fancia obtiene enseguida muy bue-
na acogida en Francia y adhesiones
en todo el mundo, pero también
tiene que vencer resistencias. Sin
embargo, la actividad ágil de For-
bin-Janson acaba por vencer ma-
lentendidos. Porque, al contrario
de lo que temían los más recelosos,
la nueva Obra no debilita, sino que
refuerza la de la Propagación de la
Fe e incluso se anticipa a la de San
Pedro Apóstol –fundada en 1889–,
al cubrir aspectos vocacionales que
luego serán propios de esta.
La recta finalEl fundador es consciente de
que las bases para levantar el edi-
ficio son bien sólidas. En la con-
templación de la infancia del Se-
ñor, descubre una excepcional vía
para acceder al misterio de la En-
carnación, incorporarse a Cristo y
participar de su amor salvador; y,
en los episodios evangélicos en
que Jesús se refiere a los niños, en-
cuentra “un nuevo lenguaje de en-
señanzas y ejemplos” que trasluce
“su formal voluntad de devolver a
la infancia sus derechos desprecia-
dos y añadir privilegios”. Solo res-
ta caminar con confianza: “En
cuanto al éxito, lo esperamos úni-
camente del Señor”, dice.
Para explicar el sentido de la
Obra y organizar su funcionamien-
to, nuestro obispo se sirvirá de su
facilidad de palabra, y demostrará
gran confianza en la propaganda
“publicitaria” y “periodística”. De
hecho, cuatro meses antes de mo-
rir, anuncia la creación –será ya en
1846– de los Anales de la Santa In-
fancia, una especie de correspon-
dencia bidireccional entre los ni-
ños de las Iglesias más consolida-
das y los de las misiones.
Agotado, Mons. Forbin-Janson
fallece cerca de Marsella en julio
de 1844, cuando la Santa Infancia
no ha cumplido ni año y medio. No
puede cumplir su sueño de ir a
China, una vez asentada la Obra,
ni llega a ver los envíos de religio-
sas que, a partir de 1847 –y en
consonancia con otra intuición su-
ya–, atenderán maternalmente las
necesidades de los niños desvali-
dos en la misión. Pero la iniciativa
recibe enseguida el respaldo de los
papas y, en 1922, por concesión de
Pío XI, la calificación de “Pontifi-
cia”. Un apoyo de 175 años que
aún puede resumirse en las pala-
bras de ánimo que Gregorio XVI
dirigió al obispo en los inicios:
“Continúe fundando la Obra. Ver-
daderamente es Obra de Dios. Tie-
ne nuestra bendición”.
RAFAEL SANTOS
NÚM. 183, MARZO DE 2018 misioneros 19
Desde finales del añopasado, la Iglesia cató-lica en la República De-
mocrática del Congosale a las calles de las
principales ciudadespor la democracia y elfin de la dictadura. Apesar de la durísima
represión de las autori-dades, los católicos
congoleños están deci-didos a seguir en la
brecha por el cambio.
24 misioneros NÚM. 183, MARZO DE 2018
UNA IGLESIAPOR LADEMOCRACIA
P R I M E R P L A N O
R. D. DEL CONGOR. D. DEL CONGO
El padre Jean Nkongolo,
párroco de la iglesia de
Saint Dominique en
Kinshasa, nunca podía
imaginar que la misa dominical
del pasado 31 de diciembre iba a
terminar de forma tan abrupta.
Así explicó lo ocurrido ese día a la
agencia France Press: “Abrí las
puertas a las seis de la mañana,
como de costumbre, y no vi nada
extraño. Media hora después, apa-
recieron grupos de hombres ar-
mados, que instalaron puestos de
control en las calles que conducen
a la iglesia y empezaron a regis-
trar a la gente que venía a rezar,
impidiendo pasar a los que no po-
dían mostrar sus tarjetas de elec-
tor. Me extrañó ver a varios hom-
bres desconocidos, todos ellos
vestidos con pantalón negro y ca-
misa blanca, que se mezclaron
con los fieles. Después de la co-
munión, el representante del Co-
mité de los Laicos tomó el micró-
fono y exhortó a la gente a volver
a sus casas sin participar en la
marcha prevista. De repente, uno
de los agentes lanzó un bote de
NÚM. 183, MARZO DE 2018 misioneros 25
gases lacrimógenos que entró en
la iglesia e hirió de gravedad a un
hombre, al quemarle en la espal-
da. Otros abrieron fuego con sus
armas y vi a una mujer caer heri-
da, sangrando por la cabeza”.
La “marcha prevista” de aquel
día era una manifestación pacífica
convocada, a la conclusión de las
misas de fin de año, por la organi-
zación católica Comité Laico de
Coordinación, para exigir el diálo-
go político en la República Demo-
crática del Congo y el respeto a la
Constitución. El Gobierno prohibió
la protesta y, tras una intervención
brutal, al final de ese día, soldados
y policías mataron a ocho perso-
nas (siete en Kinshasa y una en Ka-
nanga), hirieron a 92 y realizaron
180 detenciones. El Comité Laico
no se arredró y convocó nuevas
manifestaciones el domingo 21 de
enero, y en esta segunda ocasión
murieron seis personas, 49 resul-
taron heridas y otras 94 fueron
arrestadas. En muchos casos, los
propios familiares de las perso-
nas muertas encontraron serias
dificultades por parte de la poli-
cía para poder recuperar los
cuerpos de sus seres queridos. El
papa Francisco, que se encontraba
en Perú al final de su visita a Suda-
mérica, pidió a las autoridades
congoleñas “evitar toda forma de
violencia y buscar soluciones ba-
sadas en el bien común”.
De forma más precisa, lo que los
católicos congoleños exigían era el
respeto del Acuerdo de San Silves-
tre; un documento firmado el 31 de
diciembre de 2016, tras arduos me-
ses de negociación entre partida-
rios del presidente Joseph Kabila y
la oposición, y que contó con la
mediación de los obispos católicos.
Con él se quiso poner fin a la cri-
sis política abierta en el Congo
después de que las elecciones pre-
vistas antes de fin de año no se ce-
lebraran. El acuerdo autorizaba al
presidente a permanecer en el po-
der, de forma excepcional, un año
más (hasta finales de 2017). Según
la Constitución, Kabila –vencedor
de las elecciones de 2006 y 2011–
no puede presentarse a un tercer
mandato, pero, cada vez que se le
ha preguntado sobre sus planes de
futuro, siempre ha respondido de
forma muy vaga, haciendo temer
que quiere eternizarse en el poder.
Las nuevas elecciones están pre-
vistas para diciembre de 2018.
El Gobierno y los partidarios de
Kabila han mantenido siempre que
los retrasos se deben a las dificulta-
des logísticas para organizar unos
comicios en un país del tamaño de
Europa occidental, con una infraes-
tructura muy limitada. Pero la opo-
sición entiende que el presidente no
tiene ninguna intención de dejar el
poder y que su estrategia es exten-
der la violencia por todo el país pa-
ra así tener siempre una excusa con
que justificar nuevos retrasos.
26 misioneros NÚM. 183, MARZO DE 2018
Joseph Kabila, presidente de la R. D. del Congo
La falta de compromiso del
mandatario congoleño hizo que los
obispos se retiraran de la media-
ción política a principios de 2017 y
causó un deterioro grave de las re-
laciones con la Iglesia, hasta el
punto de que, en marzo del año pa-
sado, el Vaticano anunció la cance-
lación de una visita del papa Fran-
cisco al país, prevista para 2017.
No es la primera vez que la
Iglesia católica estaba en vanguar-
dia para exigir cambios políticos
en la R. D. del Congo. En febrero
de 1992, al menos 13 personas
murieron abatidas por las balas de
las fuerzas de seguridad, en una
marcha multitudinaria convocada
a favor de la democratización por
cristianos de Kinshasa. Era la épo-
ca en la que Mobutu Sese Seko vi-
vía sus últimos años de dictadura,
e intentó congelar la Conferencia
Nacional Soberana que, desde ha-
cía ya dos años, procuraba, a du-
ras penas, abrir paso a una transi-
ción pacífica. El presidente de esta
asamblea cívica era el prelado
Laurent Monsengwo, entonces ar-
zobispo de Kisangani y actualmen-
te cardenal y arzobispo de Kinsha-
sa, una de las figuras más respeta-
das en el país y que nunca ha te-
mido enfrentarse a los poderosos.
Una prisión al aire librePoco han cambiado las cosas
desde entonces por lo que se re-
fiere al respeto a los derechos hu-
manos en la República Democráti-
ca del Congo. Durante las protes-
tas de diciembre y de enero, hubo
escenas increíbles de policías y
soldados disparando balas reales a
multitudes que marchaban pací-
ficamente cantando himnos reli-
giosos, y con biblias y rosarios en
sus manos. En muchos casos, los
agentes de seguridad rodearon las
iglesias desde muy temprano, y
entraron en los templos disparan-
do al aire y golpeando con saña a
los fieles que oraban en los ban-
cos. Este fue el caso de la parro-
quia de Saint Michel, en el barrio
de Bandalunmgwa, según narró
su párroco: “Mientras estábamos
rezando, los soldados entraron dis-
parando; mucha gente cayó al
suelo, mientras yo hice lo posible
por no parar la misa”.
Además, durante las protestas
del 22 de enero, la policía detuvo
a doce sacerdotes. Y tras esa fecha
continuaron las acciones de inti-
midación. El 3 de febrero, la poli-
cía detuvo al sacerdote pasionista
Sebastien Yebo cuando acababa
de oficiar la misa en su parroquia
de Saint Robert, en Kinshasa. “Du-
rante la eucaristía, un hombre se
puso delante del altar y empezó a
filmarle. Cuando el cura se bajó de
allí, varios policías empezaron a
golpearle y le arrojaron al remol-
que del vehículo, antes de irse con
él”, contó una religiosa que pre-
senció el incidente. Lo liberaron al
día siguiente, tras un intenso in-
terrogatorio en el que, según
NÚM. 183, MARZO DE 2018 misioneros 27
testimonio del religioso, intenta-
ron implicarle en actos de cola-
boración con la milicia de Kamwi-
na Nsapu, en la región de Kasai.
Kabila, que astutamente inten-
tó presentar una supuesta imagen
de división en la Iglesia católica
por lo que se refiere al apoyo a las
protestas, no contó con la sólida
reacción de las más altas instan-
cias eclesiales. Además de las con-
denas del cardenal Monsengwo,
que comparó la situación en el país
con “una prisión a cielo abierto” y
afirmó que “ya es hora de que los
mediocres se vayan del poder”, el
portavoz de la Conferencia Episco-
pal del Congo (CENCO) insistió en
que ningún obispo del país había
desaprobado la iniciativa del Comi-
té Laico. Por su parte, el nuncio re-
cordó que la Doctrina Social de la
Iglesia apoya la defensa de los de-
rechos políticos y civiles, y criticó
“la reacción desproporcionada de
las fuerzas de seguridad contra los
manifestantes pacíficos”. Según el
nuncio, fueron 134 las parroquias
que fueron atacadas por policías y
soldados. En una circular dirigida a
los obispos, el representante del
Vaticano declaró también que “el
Comité Laico de Coordinación tiene
personalidad jurídica propia den-
tro de la Iglesia católica y puede
organizar sus actividades en todo
el territorio de la archidiócesis”.
Una nueva jornada de protesta es-
taba prevista para el 25 de febrero.
Carta a los gobernantesComo signo de unidad ante es-
ta situación, el 10 de febrero los
sacerdotes, religiosos y religiosas
de Kinshasa publicaron una carta
dirigida a los gobernantes del país,
en la que protestaban contra la re-
presión: “Si vosotros, los dirigen-
tes, sentís la obligación de usar la
violencia contra el pueblo, permi-
tid también que el sacerdote ten-
ga la obligación de denunciar esta
barbarie. Somos conscientes de la
confianza que tenéis en vuestras
armas para reprimir a los pobres
que gritan su sufrimiento y su de-
solación. Pero tened la seguridad
de que si vosotros tenéis las ar-
mas, Dios es quien tiene la victo-
ria”. Tras aconsejar a los respon-
sables que eviten las estrategias
inspiradas en el miedo, el odio y
el egoísmo, les recordaron que
ellos no hacen política, sino que
asumen su misión profética, y de-
nunciaron “el terror, nunca antes
visto, que ha llegado incluso a
desnudar en público a sacerdotes,
insultarlos, brutalizarlos y secues-
trarlos durante el ejercicio de sus
funciones pastorales”.
Lejos de intimidar a la Iglesia
católica, las medidas de represión
28 misioneros NÚM. 183, MARZO DE 2018
P R I M E R P L A N O
del Gobierno de Kabila solo han
conseguido reforzarla más como la
fuerza principal en favor de un
cambio democrático. La Iglesia,
con su carácter no partidista y un
prestigio ganado durante muchas
décadas, está en condiciones de
ocupar este espacio, que corres-
pondería a la oposición política,
pero que, actualmente, los oposi-
tores al régimen no pueden reali-
zar, al aparecer cada vez más dé-
biles y divididos. Las últimas ac-
ciones de los católicos en la calle
siguen los mensajes de la CENCO,
que han pedido a Kabila que de-
clare sin ambages que no buscará
presentarse de nuevo a una ree-
lección, y al pueblo congoleño –lo
hicieron en junio de 2017–, que
“se levante y tome su propio des-
tino en sus manos”. No está claro
que Kabila haya escuchado el men-
saje. Todo parece indicar que el
pueblo congoleño sí.
JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ
pesar detener unaenorme in-
fluencia en la vidapolítica y socialdel país, o preci-samente por eso,ser sacerdote sig-nifica a menudocorrer serios ries-gos en esta na-ción de 75 millo-nes de habitantes,de los que algomás de la mitadson católicos. Losincidentes acaeci-dos a principios
de este año enKinshasa no sonlos únicos en losque miembros delclero han estadoen el punto demira de los ene-migos de la paz.En julio del añopasado, dos curasde la diócesis deBeni-Butembo, enel este, los padresPierre Akilimali yCharles Kipasa,fueron secuestra-dos por hombresarmados en su
parroquia de Bun-yuka, y hasta lafecha se descono-ce su paradero.Sus nombres seañaden a los detres religiososasuncionistas rap-tados en octubrede 2012 en Mbau,a 20 kilómetrosde Beni, y desa-parecidos desdeentonces. Otrosacerdote de lamisma diócesis,Robert Masinda,fue secuestrado el
22 de enero deeste año en suparroquia de Bin-go y puesto en li-bertad al cabo dedos días.
También en laregión de Kasai,donde un san-griento conflictoque se libra desde2016 entre la mi-licia de KamwinaNsapu y el Go-bierno ha provo-cado más de unmillón de despla-zados, el semina-
rio de la diócesisde Kananga fueatacado y saquea-do por hombresarmados en febre-ro de 2017. Poresas mismas fe-chas, hubo variosataques contra al-gunas iglesias enKinshasa, al mis-mo tiempo queaparecieron octa-villas anónimasllamando a losciudadanos a"destruir iglesias yescuelas católi-
cas". La parroquiade Saint Domini-que fue vandaliza-da y su sagrarioapareció roto. Elcardenal Mon-sengwo reaccionócon un comunica-do en el que de-nunció "estos ac-tos de violenciaque pretenden su-mir al país en elcaos y, en particu-lar, sabotear lamisión de paz yreconciliación dela Iglesia".
No es país para curas
NÚM. 183, MARZO DE 2018 misioneros 29
A
En Irán también hay in-
dignados. O, al menos,
por primera vez se ha in-
tuido algo similar en las
calles. Tal fue, para la opinión pú-
blica internacional, la sorpresa que
generaron las protestas que se
multiplicaron en el país a partir del
pasado 28 de diciembre, que algu-
nos llegaron a bautizarlas como
una “primavera persa”. Una apre-
ciación algo optimista, teniendo en
cuenta que las réplicas se diluyeron
en apenas una semana; pero signi-
ficativas, en cualquier caso, en
cuanto que se trata de las manifes-
taciones con mayor respaldo social
desde las cuestionadas elecciones
de 2009, que dieron la victoria al ex
presidente Mahmud Ahmadineyad.
Si bien en aquella ocasión fue-
ron los grupos opositores políti-
cos y las élites intelectuales del
país las que mostraron sus discre-
pancias en Teherán, ahora la reac-
ción ha venido desde abajo, desde
las clases trabajadoras, y se ha ac-
tivado en las periferias de la na-
ción. Es más, la capital no fue el
foco de las movilizaciones, sino
Mashhad, el segundo núcleo urba-
no en importancia del país, emi-
nentemente conservador, al que
siguieron otras 70 ciudades de
provincias, especialmente en la re-
gión del noroeste, donde se con-
centran las principales minorías,
como los kurdos y árabes.
Pero ¿qué fue lo que desató es-
tas revueltas? La filtración de un
26 misioneros NÚM. 182, FEBRERO DE 2018
El régimen iraníha diluido las pro-
testas popularescontra la corrup-
ción y la pobreza,cerrándose los
resquicios demo-cráticos y de res-peto a la libertad
religiosa que sevislumbraban.
AMAGO DE ”PRIMAVERA PERSA”IRÁN
borrador de los presupuestos del
Gobierno del actual presidente, el
moderado Hassan Rohaní, en el
que no solo se contemplaban re-
cortes sociales, sino un aumento
de los impuestos y del precio de
la gasolina y los alimentos, de-
jando, además, al descubierto las
prebendas de los clérigos más in-
fluyentes del país y los millona-
rios gastos del Ejecutivo en mate-
ria militar y propaganda.
A esto se une que los ciudada-
nos tampoco han percibido en su
día a día la supuesta bonanza que
llegaría tras la retirada, el pasado
año, de las sanciones de la comu-
nidad internacional, toda vez que
se negociaron los límites del pro-
grama nuclear iraní. El paro ha su-
bido hasta el 12,6% y entre los jó-
venes roza ya el 30%. Este polvo-
rín es el que propició que los más
humildes se echaran a la calle al
grito de “Pan, trabajo y libertad”.
Movimiento VerdeNacía así el llamado Movimien-
to Verde, que aglutinaba a colecti-
vos muy diversos en torno a un
descontento social y político más
generalizado que nunca. Los gri-
tos en las marchas se dirigían con-
tra Rohaní, pero también contra el
líder supremo, Alí Jameini, con el
que mantiene un enfrentamiento
abierto. Incluso por primera vez
en las protestas se escuchaban vo-
ces que solicitaban el final del ré-
gimen de 1979.
Sin embargo, la falta de lide-
razgo y de un objetivo común de-
finido, más allá de las tres pala-
bras que conforman el lema épico
que encabezó las protestas, ha he-
cho que las expectativas sobre un
verdadero vuelco político en Irán
se esfumaran. Ni tan siquiera el
principal opositor político, Mir-Ho-sein Musaví, ha podido rentabili-
zar estas revueltas a su favor. No
solo por encontrarse en arresto
domiciliario, sino porque esta reac-
ción popular ha ido más allá de los
parlamentarios progresistas a los
que representa.
Es más, se da por hecho que
apenas tendrá incidencia a medio
plazo en la popularidad del Ejecu-
tivo, a pesar de su respuesta con
mano de hierro, que se ha traduci-
do en más de una treintena de
muertos y centenares de encarce-
lados. De la misma manera, tam-
poco parece que se vea peligrar el
apoyo iraní al dictador sirio Bas-har al-Assad, y con ello el respal-
do implícito a Hezbollah. Prueba
de ello son las acusaciones lan-
NÚM. 182, FEBRERO DE 2018 misioneros 27
Hassan Rohaní, presidente de Irán
zadas por el Gobierno y la Presi-
dencia a Israel y Estados Unidos
de ser los verdaderos promotores
de las movilizaciones.
Luchas internas y corrupción
“Vuelven a emerger las luchas
intestinas en el seno del régimen
entre la vieja guardia y los secto-
res más jóvenes, en un Estado en
el que el Consejo de los Guardia-
nes controla a los candidatos ele-
gibles. Las reformas necesarias se
han reivindicado en las calles, pe-
ro el régimen ha agitado el fan-
tasma habitual del «enemigo ex-
terno»”, analiza José Ángel LópezJiménez, profesor de Derecho In-
ternacional Público de la Universi-
dad Pontificia Comillas/ICADE. Pa-
ra el investigador, “el levanta-
miento de las sanciones interna-
cionales, como contraprestación
del acuerdo nuclear, no ha mejora-
do la situación de un Estado ane-
gado por la corrupción y el desvío
de fondos hacia grupos e institu-
ciones religiosas, grupos políticos
de presión en el exterior, hacia la
Guardia Revolucionaria y la inter-
vención militar en Siria”.
Menos aún se verá nutrida la
esperanza de lograr una mayor li-
bertad religiosa, con el consi-
guiente reconocimiento de mino-
rías como los cristianos, frente a
un 99% de la población musulma-
na. Así, aunque los grandes ayato-
lás ya son historia, esto no signifi-
ca que no tengan influencia cléri-
gos radicales que de alguna mane-
ra supervisan, cuando no determi-
nan, las decisiones de la clase po-
lítica y económica del país.
“Los estándares democráticos
en la región son tan mínimos que
pueden presentar a Irán como una
suerte de democracia sui géneris.
Sin embargo, es un régimen tute-
lado por las autoridades religiosas,
que van consolidando posiciones
en un área geopolítica convulsa”,
reflexiona López Jiménez, quien
detalla cómo el régimen iraní vive
“en abierto enfrentamiento con su
enemigo religioso y en lucha por
el liderazgo regional –Arabia Sau-
dí–, y en el punto de mira de un
atrabiliario presidente estadouni-
dense, carente de experiencia in-
ternacional y del menor instinto
diplomático –como la decisión re-
ciente sobre Jerusalén–, firme alia-
do de Riad y de Israel”.
Así, en el tablero iraní, donde
las fichas del poder político y reli-
gioso se entremezclan, la sharía
ejerce de columna vertebral de un
Código Penal nacional en el que la
apostasía sigue pagándose con la
pena de muerte.
Menguante presencia cristiana
Si antes de la revolución islá-
mica los cristianos eran más de
300.000, en una población de 42
millones de habitantes, hoy no su-
peran los 80.000, entre 80 millo-
nes de iraníes. La mayoría, en tor-
no a 50.000, son ortodoxos, y los
católicos no superan los 10.000, o
lo que es lo mismo, el 0,35% de la
población, concentrados en Tehe-
28 misioneros NÚM. 182, FEBRERO DE 2018
P R I M E R P L A N O
rán, Ispahan y Urmya, las tres dió-
cesis existentes en el país. Y eso
que la presencia de la Iglesia no
es, relativamente, reciente. Así, la
catedral de Nuestra Señora del Ro-
sario en Ispahan data de 1681, de
la mano de los dominicos, reflejo
de la fuerte presencia del catolicis-
mo en aquel momento.
A pesar de este escenario, el ar-
zobispo armenio (no católico) de
Teherán, Sebouh Sarkissian, no
considera que su comunidad esté
amenazada en su día a día. Lo cier-
to es que la ley les protege, pero
deja muy limitada su capacidad de
acción. “Hay libertad religiosa, se-
gún lo que se entienda por este
término”, dice, en tanto que se ha
dado un paso atrás en el anuncio
del Evangelio, debido a la pena
capital que acompaña todo inten-
to de “proselitismo”. “En nuestras
Iglesias tradicionales –armenia, si-
ria y caldea–, en los últimos cien
años, no se ha dado ningún caso
de persecución”, afirma el prelado,
quien reconoce que, de puertas
para dentro, sí se les deja celebrar
la eucaristía, pero con toda expre-
sión pública acotada.
Lo cierto es que el informe
anual que elabora Estados Unidos
contabiliza hasta 600 cristianos
detenidos desde 2010, especial-
mente de comunidades evangéli-
cas, precisamente aquellas que
han acentuado su labor de evan-
gelización y cuentan con musul-
manes conversos. En el mismo in-
forme se denuncia que, durante el
último año, “el Gobierno, a través
de los medios de comunicación,
ha generado un mayor número de
contenidos para promover el sen-
timiento anticristiano, además de
publicar panfletos en esta misma
línea”. Junto a los protestantes, la
comunidad baha’is constituye el
grupo religioso más perseguido
por parte del régimen.
JOSÉ BELTRÁN
n un país donde el reco-nocimiento de los dere-chos fundamentales no
se vislumbra en sus leyes y enel que las mujeres siempre es-tán varios escalones por deba-jo, desde el pasado mes deseptiembre la Iglesia apostóli-ca armenia (no católica) cuen-ta con una mujer ordenadadiaconisa, la primera en un si-
glo. Se llama Ani-Kristi Man-velian, es médica anestesistay tiene 24 años.
Mientras en Roma la comi-sión que estudia esta figura seencuentra trabajando sobre lacuestión, el citado arzobispode esa Iglesia, Sebouh Sar-kissian, ha mostrado su con-fianza en una mujer que, des-de pequeña, ya asumió labo-res como acólito durante lascelebraciones: "Lo que he he-cho está de acuerdo con latradición de nuestra Iglesia ar-menia", defiende, convencidode que ello supone un pasoadelante para "revitalizar laparticipación de las mujeres ennuestra vida litúrgica", segúnrecoge la agencia Fides.
E
Una diaconisaen un régimen
de hombres
Una diaconisaen un régimen
de hombres
NÚM. 182, FEBRERO DE 2018 misioneros 29
I N F O R M E
ueda mucho por hacerpor ellas! ¡Lo más bá-sico todavía está singarantizar!”. Es la rei-vindicación que lanza
al aire Carmen Gómez, sierva deSan José. Un grito que podríancompartir todas las misioneras es-pañolas que se desviven en loscinco continentes por dignificar alas mujeres a las que acompañanen su día a día, sea a las indígenasolvidadas en la Amazonía, a quie-nes viven atrapadas por la pobre-za en las villas más empobrecidasde Buenos Aires o a las adolescen-tes víctimas de la trata que deam-bulan sin encontrar salida a la es-
clavitud que las tiene atrapadas enlas afueras de Manila.
Son “activistas” del Evangelio,que huyen del calificativo “femi-nista”, pero que reivindican con suentrega, y sin necesidad de pan-cartas ni manifiesto, la igualdad yla justicia que las mujeres se me-recen, así como el acceso a la edu-cación más básica, que les permi-ta tener herramientas para sacaradelante, no solo a sus familias, si-no a la sociedad, que necesita deeste genio femenino para dar unvuelco al ritmo del planeta. A ellastambién se dirige ONU Mujeres,con la vista puesta en la convoca-toria del 8 de marzo, Día Interna-
30 misioneros NÚM. 183, MARZO DE 2018
Q¡“El 8 de marzo muchas deellas no estarán detrás de
una pancarta reclamando losderechos de las mujeres. Y
no lo harán porque se encon-trarán a pie de obra, en los
suburbios o en el campo, de-fendiendo la dignidad de
aquellas que no cuentan parala sociedad. Son las misione-
ras que trabajan en el campode la emancipación femeni-
na, sea en un centro médico,en un aula, en casas de aco-
gida, en plena calle...
cional de la Mujer, bajo el lema“Ahora es el momento: las activis-tas rurales y urbanas transformanla vida de las mujeres”.
Y es que el número de mujeresy niñas que viven en condicionesde pobreza asciende a 300 millo-nes. En algunos casos, la estigma-tización es doble, si a las diferen-cias por motivo de sexo se sumanlas raciales. Según el informe Hacer
las promesas realidad, elaboradocon la mirada puesta en la Agenda2030 de Desarrollo Sostenible, dosaños y medio después de la adop-ción de esta hoja de ruta global, seconstata que solo se ha avanzadoalgo en 10 de los 54 indicadoresque se marcaron para valorar elprogreso en esta materia. Más dela mitad de las mujeres y niñas queviven en países en vías de desarro-llo carecen al menos de uno de es-tos recursos: agua limpia, instala-ciones sanitarias básicas o una vi-vienda suficiente para vivir.
El estudio también alerta de quela brecha salarial se mantiene enun 23% y que una de cada cincomujeres menores de 50 años expe-rimentó violencia física o sexual amanos de su pareja en los últimosdoce meses. Todos estos lastres ha-cen que la directora ejecutiva deONU Mujeres, Phumzile Mlambo
Ngnuka, no se muestre optimista yaugure que, “a menos que se acele-re considerablemente el progresoen materia de igualdad de género,la comunidad internacional no po-drá cumplir su palabra” respecto alo marcado en la Agenda.
Una patrona paralas trabajadoras
Para la Iglesia, esta preocupa-ción por dignificar a la mujer seadelanta con creces a NacionesUnidas. Prueba de ello son el grannúmero de fundadores que se sin-
tieron enviados a crear institutosde vida consagrada con el únicoobjetivo de reconocer los derechosde ellas, no solo en el ámbito edu-cativo, sino en todos ámbitos de locotidiano. Es el caso de santa Bo-
nifacia, fundadora de la congrega-ción de las Siervas de San José, na-cida para ayudar a las mujeres enriesgo de exclusión social a encon-trar un empleo decente. Tanto esasí que ha sido propuesta para quese convierta en patrona de la mu-jer trabajadora.
“Sería tan acertado... Ella encar-na perfectamente la figura de lalucha por los derechos laborales fe-meninos. Bonifacia es ejemplo dequienes han afrontado la orfandady otras dificultades de la vida des-de un empleo digno, siguiendo aJesús, trabajador de Nazaret”, ex-presa Carmen, que acumula 36años de experiencia en Perú. En2013, esta misionera fue galardo-nada con el Premio Nacional de De-rechos Humanos de este país porsu labor en defensa de las tribus delos awajun wampis del Amazonas.Carmen se negó a firmar un infor-me oficial que pasaba por alto lavulneración que habían sufrido losindígenas en sus tierras y que aca-bó en 2009 con la muerte de 34personas. Su voz de denuncia hizoque los crímenes no cayeran en elolvido y se determinaran responsa-bilidades políticas y penales.
Orensana, hija de maestros,tras seis años como provincial enAmérica, va ahora destinada a Co-
chabamba (Bolivia). “Voy a una co-munidad donde la mujer es nues-tra prioridad cien por cien”, expli-ca respecto al cerro Ushpa Ushpa,barriada marginal situada en unazona montañosa, a nueve kilóme-tros del centro donde las siervasde San José llegaron hace diezaños. “Vivimos con los emigrantesdel campo, quechuahablantes, aquienes ofrecemos una primeraacogida, y, a través de nuestraONG Taller de Solidaridad, les faci-litamos el acceso a una primera al-fabetización”, expone, lamentandola precariedad en la que se en-cuentran las que serán sus veci-nas: “Es humillante que una mujercon 25 años y cuatro hijos no se-pa ni escribir. Es importante queaprendan, porque así podrán ayu-dar a sus hijos cuando vuelvan delcolegio con las tareas”.
El otro foco de atención paraellas en Ushpa Ushpa es la sociali-zación femenina. “Si bien es ciertoque los bolivianos son muy activosen la vida pública, hay que empo-derar a las mujeres para que denun salto en la participación socialy política. Nos centramos muchoen que sean ellas quienes reclamenestos derechos, las que busquen yconformen espacios donde tenganvoz”, reflexiona la misionera galle-ga, que ve en esta conciencia degrupo la vía principal para acabarcon lacras como la violencia do-méstica: “En nuestros proyectoseducativos siempre incluimossesiones centradas en la lucha
NÚM. 183, MARZO DE 2018 misioneros 31
Carmen Gómez, religiosa de la congre-gación de las Siervas de San José, llevamás de 35 años defendiendo los dere-chos de los pueblos indígenas.
contra el maltrato. Hacerlas caeren la cuenta de que «yo soy igual
que mi esposo» no resulta sencillo,porque hablamos de una sociedadque todavía es muy machista. Sinembargo, hemos comprobado hacepoco cómo va calando el mensaje,pues, ante un caso de feminicidioque vivimos en el barrio, pudimosver cómo toda la comunidad sevolcaba para que no quedara im-pune ese crimen”.
Por ellas y para ellasPilar Laria llegó con 20 años a
Brasil. Hoy, 59 años después, puededecir que ni un solo día se ha arre-
pentido de su vocación. “Nuncadesisto, siento que todo lo que ha-go tiene sentido por y para ellas”.Y eso que no ha tenido desafíossencillos. En realidad, ningunaoblata del Santísimo Redentor lotiene fácil, en tanto que su carismanace para acompañar a las niñas,jóvenes y mujeres que se ven in-mersas en contextos de prostitu-ción o que son víctimas de tratacon fines de explotación sexual.
Destinada actualmente en BeloHorizonte, Pilar ha recorrido granparte del país amazónico: São Pau-lo, Curitiba, Florianópolis, Santos ySalvador de Bahía. “Cuando llegué
de España, nuestro trabajo se cen-traba en un internado con niñas de12 a 18 años procedentes de con-textos complicados, que nos envia-ban los juzgados de menores”, re-cuerda sobre aquella primera eta-pa. “Sin embargo, en toda la con-gregación entramos en un serioproceso de reflexión que nos llevóa apostar por volver a las raíces dela misión iniciada por nuestrosfundadores, José María Benito Se-
rra y Antonia María de la Miseri-
cordia”. Fue entonces cuando estasoblatas dieron el salto para trabajardirectamente en la defensa de losderechos y en la búsqueda de opor-tunidades de promoción e inclu-sión de las mujeres vejadas en los15 países donde están presentes.
Cada día la hermana Pilar acu-de al centro de las oblatas: “Lashermanas más jóvenes son las quetrabajan en primera línea dondeestán las chicas, para intentar quedejen la calle. Yo estoy centrada enla acogida de la mujer. Lo hacemosa través de diferentes herramien-tas, que parten siempre de la es-cucha, del encuentro con ellas. Apartir de ahí es cuando podemosorientarlas, aconsejarlas, hacerlesver sus posibilidades”.
Son tantos los rostros y las his-torias de dolor que han pasado por
32 misioneros NÚM. 183, MARZO DE 2018
La Hna. Pilar Laria, oblata del Stmo. Re-dentor en Brasil, forma parte del equipode pastoral de la mujer de Belo Horizonte.
sus manos que esta misionera ala-vesa, de la localidad de Espejo, semuestra incapaz de quedarse conuna sola. “Cada mujer que acom-paño me llama más la atención.Porque cada una de ellas tiene unaherida diferente, aunque tengan encomún otros dramas, como el bajonivel de escolaridad o el abandonopor parte de la familia”, explica Pi-lar, convencida de que “lo funda-mental es estar abiertas a lo queellas nos cuentan sin juzgarlas ycon mucha paciencia, porque es lamejor manera que tenemos paraentender las causas que las lleva-ron a quedar atrapadas”.
En este contexto de margina-ción, la misionera reconoce que “nohay muchas posibilidades de quepuedan escapar del pozo en el queestán. Aun así, salga una o salgancuatro, hay que darlo todo por ellashasta el final y hacerles ver que hayoportunidad, que tienen futuro. Elproceso es lento y duro, porque enmuchos casos no tienen nadie enquien apoyarse”. En ese momento,trae a su memoria el comentarioque le dejaba caer una chica queatendió hace unos días: “Por mí,quiero salir. Pero, ¿dónde voy a con-seguir trabajo tal y como estoy?”.
Así, la única arma con la quecuentan las oblatas es la fidelidadcreativa al Evangelio, que se tradu-
ce en una amplia cartera de pro-yectos en red con institucioneseclesiales y públicas, con el fin de
dotar a las víctimas de autoestimay formación suficientes para lograruna inserción cualificada y el ejer-cicio pleno de sus derechos. “Tie-nen que convencerse de que su vi-da tiene valor y de que son ciuda-danas de primera como los demás,pero para ello la sociedad tambiéntiene que dejar de estigmatizarlas yde guiarse por estereotipos”, de-nuncia esta religiosa, que siemprepone todas estas reivindicacionesen manos de Dios: “Confío muchoen que Él siempre las protege y, poreso, mi oración es tenerlas presen-
tes para que les dé las fuerzas sufi-cientes para cuando llegue el mo-mento de iniciar una nueva vida”.
Dentro de las acciones de pre-vención, sensibilización, protec-ción, asistencia y denuncia contrala trata de personas, Pilar destacael papel que está desempeñando elpapa Francisco, especialmente através del Grupo Santa Marta: “Meadmira el Santo Padre, porque seha volcado con los más abandona-dos, está al lado de los más desfa-vorecidos y me da mucha fuerza”.
Recetas de autoestimaInyecciones de autoestima y
la formación como antídoto pa-
NÚM. 183, MARZO DE 2018 misioneros 33
DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER I N F O R M E
Amaya Modrego, mercedaria de Bérriz,lleva 14 años en la R. D. del Congo,donde actualmente centra su labor enla atención a la maternidad.
ra luchar contra la exclusión sontambién las dos recetas que dis-
pensa cada día Amaya Modrego
en el centro de salud congoleño enel que se entrega cada día paradignificar a las mujeres a las queacompaña. “La educación de to-dos, en especial de ellas, es lo másurgente para que este país salgaadelante. Invertir en este derechoes la base para ponerlas en valor,para que dejen de ser «violadas»en todos los sentidos”.
Esta mercedaria de Bérriz lleva14 años en el país africano, actual-mente destinada en Lugumbashi,una localidad de la región congole-ña de Katanga, a unos 18 kilóme-tros de la frontera con Zambia. Pa-ra ella, la atención a la maternidad,que ofrece con el resto de personalmédico, es el punto de partida pa-ra un amplio programa de forma-ción para las mujeres de la zona.
“Aprovechamos las posibilida-des que nos da, por ejemplo, elcontrol prenatal para hacer unacampaña de sensibilización sobrecómo tienen que llevar el embara-zo y el parto, pero también paraadvertirles de los peligros del siday otras enfermedades de transmi-sión sexual”, comenta esta misio-nera. Ella se sirve de esta primeratoma de contacto para convocar a
las madres –una vez que dan aluz– a charlas sobre temas quevan más allá de recomendacionespara ayudar a que sus hijos crez-can sanos: “Además de darles he-rramientas sobre higiene y nutri-ción, es nuestro momento para ha-blarles de los derechos de las mu-jeres con sesiones muy sencillas,pero efectivas, de unos 15 minu-tos”, detalla esta religiosa pamplo-nica de 51 años, que recibe cadadía en el centro a unas 40 mujeresabiertas a la escucha.
“Estos encuentros intentamosreforzarlos y promocionarlos enparticular en torno al 8 de marzo,que celebramos con especial inten-sidad a todos los niveles”, apostilla,convencida de que esta labor es al-go más que una gota en el océano:“Si tomamos como referencia otroslugares vecinos, sí hemos podidover que el esfuerzo para lograr quelas mujeres aprendan da frutos, encuanto que en nuestra zona ha dis-minuido la malnutrición infantil. Lohemos conseguido poco a poco y, enmuchas ocasiones, supone volver aempezar”. Esta preocupación deAmaya está creciendo especialmen-te en los últimos meses, dada la in-estabilidad del país. Aun así, estáconvencida de que “apostar por lamujer es apostar por la familia y
por el futuro de esta sociedad, queson los niños. Detrás de cada mujerhay un gran peso, un gran trabajoque hay que impulsar”.
“Si alguien puede transformarla realidad africana, es la mujer.Para mí es una bendición ser mu-jer y tener la oportunidad de ayu-dar a otras mujeres, pero tambiéntrabajar y vivir con ellas, descubrirtoda su riqueza”. En el centro desalud la mayoría de las empleadasson mujeres y, en su comunidadreligiosa, Amaya es la única espa-ñola, compartiendo vida con otrasseis hermanas congoleñas. Uncompartir intercultural que ali-menta su vocación misionera:“Merece la pena gastar la vida porotras mujeres, aun cuando la reali-dad es desafiante. Allí donde este-mos, sé que hacemos poquito, pe-ro mi poquito en este lugar deÁfrica da sentido a lo que soy”.
Tras las huellas de JesúsCon este mismo entusiasmo y
esperanza vive Emilia Vicente
Fuentes, hermana de María Repara-dora que ha desarrollado su voca-ción misionera durante más de 20años en los suburbios de desplaza-dos de la guerra en Colombia, peroespecialmente con los refugiadossalvadoreños, en plena selva pana-
34 misioneros NÚM. 183, MARZO DE 2018
meña. “Han pasado más de 50 añosy sigo tras las huellas de Jesús. Leshe llegado a querer tanto que se mepartía el alma cuando volvía a Es-paña sin saber si podría retornar denuevo”, explica la religiosa, que ac-tualmente reside en la comunidadvalenciana de Benimassent.
“Dios me ha regalado en la mi-sión un sinfín de madres, padres,hermanos, hijos, amigas y amigos,en una Iglesia viva, servidora detodos. Una Iglesia de Jesús tan hu-mana y evangélica como nuncapude soñar”, señala agradecida,después de volcarse en la forma-ción catequética inicial y la pro-moción de los ministerios laicales,poniendo en valor las dimensioneslitúrgicas, profética y social.
En 1982 la congregación fuellamada a formar parte del equipode la misión de Costa Abajo de Co-lón –en Panamá– para crear, acom-pañar y animar pequeñas comuni-dades eclesiales de base, en la zo-na conocida como Ciudad Romero.Pilar reconoce que “los exiliadospor la guerra civil salvadoreña mehan enseñado a caminar en soli-daridad como comunidad de her-manos. Orientaron nuestros pasosjunto a ellos, sintiéndonos comocreyentes «pueblo que es Iglesia eIglesia que es pueblo», y como re-
paradoras, «mujeres del pueblo pa-ra Dios y de Dios para el pueblo»”.
Dentro de esta tarea evangeli-zadora, la misionera española se
centró en la promoción de la mu-jer: “Me encomendaron la misiónde dar talleres ocupacionales a lasmujeres –costura y demás– y tra-tar de capacitar a las mayores pa-ra que, al volver a El Salvador, sehicieran cargo de los niños peque-ños. Así, las mujeres jóvenes que-darían libres para poder ayudar alos hombres a construir las vivien-das y los espacios comunitariosnecesarios, en el nuevo pobladoque formarían cuando llegaran asu tierra”. Este empeño de educa-
ción integral femenina se traducíaen cursos y dinámicas varios, perotambién en espacios donde com-partir ocio y vida.
“Es importante la capacitación,pero, en circunstancias tan excep-cionales como las que sufren quie-nes huyen de su tierra, es necesa-rio que las mujeres recuperen laalegría, ya que son muchos los te-mores y las incógnitas que envuel-ven su presente y su futuro”, ex-plica la misionera reparadora, su-brayando el papel fundamentalque juega la comunidad eclesial eneste intento de recuperar la ilusióny la esperanza.
JOSÉ BELTRÁN
NÚM. 183, MARZO DE 2018 misioneros 35
Emilia Vicente Fuentes, hermana de MaríaReparadora, es misionera en Panamá.
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ES- - / - - - - / - - - - / - - / - - - - - - - - - -Entidad Oficina D.C. Número de CuentaFirma del titular de la cuenta
Si Dios es amor, la caridad
no puede tener fronte-
ras”. Lo dijo, hace más de
1.500 años, un Papa y santo ex-
cepcional: León Magno. Hoy, co-
mo ayer, la afirmación del gran
papa León sigue siendo muy cier-
ta. Y sigue siendo, además, un
gran desafío para todos los cris-
tianos: la caridad no puede ni de-
be tener fronteras.
Los católicos españoles acaban
de demostrar y poner a prueba
que están en sintonía con esa
muy vieja, muy válida, y muy ne-
cesaria afirmación del Santo Padre
León. Tan es así que la caridad de
los creyentes españoles –que no
tiene fronteras– esta vez ha llega-
do bien lejos: hasta dos países
que están más allá de la Cochin-
china, en la lejana Oceanía. Hasta
Papúa Nueva Guinea y las Islas
Salomón. ¡Ahí es nada! Ambas na-
ciones, como se sabe, forman par-
te de la Commonwealth. Por eso,
su reina es la veterana Isabel IIde Inglaterra, quien cumple 92
primaveras este 21 de abril.
Para 16 proyectosEn efecto: la Obra Pontificia
para la Propagación de la Fe, en
su Asamblea General, celebrada
en mayo de 2016, encomendó a
las Obras Misionales de España la
financiación de 16 proyectos a
desarrollar en ambos países isle-
ños de la Melanesia.
Cuatro diócesis, de las 22 que
hay en ambos países, han sido las
destinatarias de los 16 subsidios
asignados. De ellos, 4 son subsi-
dios ordinarios, es decir, destina-
dos a diócesis nuevas o de reciente
implantación, que dependen de la
Congregación para la Evangeliza-
ción de los Pueblos; 2 más, para
hacer posible la catequesis; y los
10 restantes, para la construcción
de diversos inmuebles.
El monto total de los donati-
vos aportados por los católicos
españoles para poder hacer rea-
lidad los 16 proyectos citados
AY U D A M O S A . . .
NÚM. 183, MARZO DE 2018 misioneros 43
Más de 273.000 euros
para Papúa Nueva Guinea e Islas Salomón
“
asciende, en números redondos,
a más de 273.000 euros. Exac-
tamente, a 273.891,49�.
El número total de habitantes
que viven en Papúa Nueva Guinea
y en las Islas Salomón ronda los
siete millones de personas: 6,3
millones, en la isla partida de Pa-
púa Nueva Guinea (la mitad más
occidental pertenece a Indonesia);
y 650.000, en las Islas Salomón.
Todos son cristianos. En su mayor
parte, protestantes. Se calcula
que un 27% son católicos.
Las necesidadesdel paraiso
Quien las visitó, lo sabe: Pa-
púa e Islas Salomón (archipiélago
con más de 990 islas) son dos
maravillosos paraísos terrenales.
Pero... no es oro todo lo que relu-
ce. Lo contaba, el propio obispo
titular de Alotau-Sideia, monseñor
Rolando Crisóstomo Santos, que
es filipino y vicenciano, en una
no tan vieja crónica. Baste su tes-
timonio –la suya es una de las
cuatro diócesis beneficiadas– para
dejar constancia de la realidad
que se vive en aquellas antípodas
y de lo útil que resulta la ayuda
enviada por las OMP de España.
A las afueras de Puerto Mo-
resby, capital de Papúa Nueva Gui-
nea, está Bomana. En Bomana es-
tá el seminario del Espíritu Santo.
Y también, el cementerio, donde
4.000 soldados desconocidos, de
Papúa y de Australia, que cayeron
en la II Guerra Mundial, descan-
san en paz. “Ninguno es nortea-
mericano –escribe monseñor San-
tos–. Los muertos estadouniden-
ses fueron enviados a sus casas
para ser enterrados. Las inscrip-
ciones, en lápidas blancas, todas
idénticas, dicen: «Un soldado de
la guerra de 1939-1945. Conocido
por Dios». Es un lugar sereno pe-
ro, a la vez, aleccionador”.
“Todo el mundo se prenda del
bello entorno natural y de la at-
mósfera libre de polución”, dice,
también, el obispo filipino. “Pero,
tarde o temprano –añade–, todos
aprendemos tres cosas sobre las
que debemos estar precavidos:
los raskols o delincuentes comu-
nes, el paludismo, y la mortífera
papú negra. El año que yo vine
los raskols nos robaron todas las
provisiones de nuestra despensa
por valor de 1.188 dólares. Un
año antes asaltaron la casa de los
franciscanos y dispararon en la
pierna a dos seminaristas”.
Otro problema es el paludis-
mo. Cada año lo contraen algu-
nos estudiantes. Los síntomas
son conocidos: dolor de cabeza,
mareos, vómitos, malestar corpo-
ral, fiebre... El P. Homero Marínasiste a los pacientes: hace su
informe al médico y les suminis-
tra medicamentos.
En tercer lugar está la papú
negra, pequeña serpiente veneno-
sa, cuya picadura puede matar en
15 minutos. Abunda en los terre-
nos del seminario. A escasos me-
ses de llegar el P. Homero, el rep-
44 misioneros NÚM. 183, MARZO DE 2018
A Y U D A M O S A . . .
til picó a un seminarista, que tu-
vo la suerte de sobrevivir.
Socios generososAhora, el padre Homero, co-
lombiano, de la Congregación de
la Misión y párroco de la parro-
quia de Wapipi, ha supervisado la
construcción de la escuela de pri-
maria de Bonegay, financiada con
la ayuda española.
Y cuenta que la vieja escuela
estaba hecha, por todo material, a
base de arbustos viejos. Y que
hoy, con el aula doble terminada,
los niños están felices y pueden
estudiar mejor. Cuando llueve, ya
no pasa lo de antes. Ahora, ni
ellos ni sus libros y otros materia-
les escolares se mojarán. Tan orgu-
llosos están de su nueva escuela
que dicen, convencidos, que es la
escuela más hermosa de la isla.
El propio obispo de Alotau-Si-
deia, monseñor Santos, explica:
“Estuve allí para la inauguración
de la nueva escuela de primaria, el
4 de junio de 2016. Celebramos la
eucaristía y, luego, bendije el aula
doble. La escuela tiene dos maes-
tros y un alumnado que supera el
centenar de niños. La mayoría es-
tuvieron presentes. También más
de 120 personas del pueblo. Dado
que el jefe acaba de fallecer, la ce-
lebración fue sobria. No hubo bai-
les tradicionales. Sin embargo, sí
compartieron una comida común y
también hubo presentación de re-
galos para los invitados”.
Y monseñor Santos concluye:
“Como cabeza de la Agencia de
Educación Católica en la provincia
de Milne Bay, agradezco humilde-
mente a todos nuestros amables
benefactores de la Infancia Misio-
nera en España por su generosa
donación y asistencia a nuestros
niños y escuelas. Ustedes han si-
do nuestros socios generosos para
que podamos proporcionar una
buena educación cristiana a nues-
tros hijos y cultivarlos para que
sean apóstoles misioneros por de-
recho propio, y continuar el traba-
jo de evangelización en estas re-
motas islas del Pacífico”.
Con una población de 245.000
habitantes, la diócesis de monse-
ñor Santos tiene más de 40.000
católicos. Para su atención pasto-
ral cuenta con 43 religiosos y 23
sacerdotes. Uno de ellos es misio-
nero español. Pero no es el único.
Que todo el archipiélago está
sembrado de nombres españoles:
la Isla de Ramos, San Jorge, las is-
las Florecida, Galera, Buenavista,
San Dimas, y Guadalupe, Guadal-
canal, islas de San Nicolás, San Je-
rónimo y Arrecifes, San Marcos,
San Cristóbal, Tres Marías, San
Juan... Porque españoles fueron
los primeros colonizadores de
aquellas maravillosas islas a las
que bautizaron islas del Rey Salo-
món, porque arribaron, con el
berciano Álvaro de Mendaña a la
cabeza, empujados por el deseo
de hacer realidad la historia bíbli-
ca de las minas del rey Salomón.
No encontraron el tan soñado
oro... Sí, un pueblo hospitalario y
acogedor. Y también, el paludis-
mo, enfermedad que causó la
muerte del navegante Mendaña.
Las islas siguen llamándose de Sa-
lomón, como él las bautizó.
JUAN DE VILLACOBOS
NÚM. 183, MARZO DE 2018 misioneros 45
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