R.F. 147/2013. RECURRENTE: TITULAR DE LA UNIDAD DE ASUNTOS JURÍDICOS DE LA SECRETARÍA DE LA FUNCIÓN PÚBLICA, ENCARGADO DE LA DEFENSA JURÍDICA DEL TITULAR DEL ÁREA DE RESPONSABILIDADES DEL ÓRGANO INTERNO DE CONTROL EN EL INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DE LOS TRABAJADORES DEL ESTADO. OPOSITOR: MARÍA TERESA CRISTALINAS NAVARRO. MAGISTRADO RELATOR: JEAN CLAUDE TRON PETIT.
SECRETARIO: ALFREDO A. MARTÍNEZ JIMÉNEZ.
México, Distrito Federal. Acuerdo del Cuarto Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, correspondiente a la sesión
de veinte de junio de dos mil trece.
VISTOS para resolver los autos del expediente 147/2013, relativo al
recurso de revisión interpuesto por el director General Adjunto
Jurídico Contencioso, por ausencia del titular de la Unidad de Asuntos
Jurídicos de la Secretaría de la Función Pública, encargado de la
defensa del titular del Área de Responsabilidades del Órgano Interno
de Control en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado, en contra de la sentencia dictada el
veinticinco de septiembre de dos mil doce por la Sexta Sala Regional
Metropolitana del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa,
en el juicio contencioso administrativo 13214/08-17-06-1.
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I
ANTECEDENTE DE LA CONTROVERSIA Y
TRÁMITE DEL RECURSO DE REVISIÓN:
Demanda de nulidad.
1. Por escrito presentado el quince de mayo de dos mil ocho, ante
la Oficialía de Partes de las Salas Regionales Metropolitanas del
Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, María Teresa
Cristalinas Navarro, por su propio derecho, promovió juicio
contencioso administrativo en contra de:
RESOLUCIÓN IMPUGNADA:
“La resolución de fecha veintiocho de febrero de dos mil ocho, y notificada el inmediato catorce de marzo, emitida por el titular del Área de Responsabilidades del Órgano Interno de Control en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, (de aquí en adelante ISSSTE) en el expediente N° PAR-457/2007, mediante la cual se resolvió imponerme una sanción administrativa consistente en la: “…INHABILITACIÓN TEMPORAL PARA DESEMPEÑAR EMPLEO, CARGO O COMISIÓN EN EL SERVICIO PÚBLICO POR EL TÉRMINO DE DIEZ AÑOS, PREVIA DESTITUCIÓN…”. ”
AUTORIDADES DEMANDADAS:
“a) titular del Área de Responsabilidades del Órgano Interno de Control en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Como autoridad ordenadora y ejecutora. b) el delegado Regional del ISSSTE en la Zona Oriente como autoridad ejecutora. c) subdirector de Personal del ISSSTE. Como autoridad ejecutora. d) director General de Responsabilidades y Situación Patrimonial de la Secretaría de la Función Pública, como autoridad ejecutora.”
Trámite y resolución del juicio contencioso
administrativo.
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2. De la demanda de nulidad correspondió conocer a la Sexta Sala
Regional Metropolitana del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa, quien la admitió y registró mediante auto de quince de
mayo de dos mil ocho con el número 13214/08-17-06-1 y, seguidos
los trámites legales conducentes, el veinticinco de septiembre de dos
mil doce dictó sentencia, resolviendo bajo los puntos resolutivos
siguientes:
“I.- La parte actora acreditó su pretensión; en consecuencia, II.- Se declara la NULIDAD de la resolución impugnada, la cual fue precisada en el resultando Primero del presente fallo, para los efectos precisados en el último considerando de esta sentencia. III.- NOTIFÍQUESE…”
Interposición y trámite del recurso.
3. Inconforme con la anterior resolución, el director General
Adjunto Jurídico Contencioso, en suplencia por ausencia del titular de
la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de la Función Pública,
encargado de la defensa del titular del Área de Responsabilidades del
Órgano Interno de Control en el Instituto de Seguridad y Servicios
Sociales de los Trabajadores del Estado, interpuso recurso de
revisión, previsto en el artículo 63 de la Ley Federal del Procedimiento
Contencioso Administrativo, el cual fue admitido por el presidente de
este tribunal mediante auto de ocho de marzo de dos mil trece,
ordenó su registro y la formación del expediente R.F. 147/2013.
Turno del recurso.
4. Encontrándose los presentes autos en estado de resolución,
mediante proveído de diez de abril de dos mil trece, fueron turnados al
magistrado Jean Claude Tron Petit, para los efectos del artículo 184,
fracción I, de la Ley de Amparo (anterior); y,
R .F. 147/2013
4
II
C O N S I D E R A N D O :
Competencia.
5. Este Tribunal es competente para conocer del presente recurso
de revisión, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 104,
fracción III, constitucional y 37, fracción V, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación.
Oportunidad.
6. El presente recurso de revisión fue interpuesto dentro del
término de quince días que establece el artículo 63 de la Ley Federal
del Procedimiento Contencioso Administrativo, toda vez que la
sentencia recurrida se notificó a la autoridad el uno de octubre de dos
mil doce1, surtiendo efectos al día hábil siguiente; por lo que el
término para promover el recurso de revisión, comenzó a correr el tres
y concluyó el veinticuatro, ambos del mismo mes y año; por tanto, si el
recurso se presentó el veintitrés de octubre de dos mil doce, el
recurso fue oportuno, debiéndose descontar los días seis, siete, trece,
catorce, veinte y veintiuno de octubre, toda vez que fueron inhábiles
por ser sábados y domingos; así como el día doce de octubre de dos
mil doce fue inhábil por disposición del artículo 23 de la Ley de
Amparo (anterior) y el Tribunal Federal de Justicia Fiscal
Administrativa en el Acuerdo G/1/2012.
Legitimación.
7. La autoridad que interpone el recurso de revisión se encuentra
legitimada de conformidad con lo dispuesto en el artículo 12,
fracciones III y XII, del Reglamento Interior de la Secretaría de la
Función Pública, publicado en el Diario Oficial de la Federación de
quince de abril de dos mil nueve, que dispone: 1 Foja 736 del juicio contencioso administrativo.
R .F. 147/2013
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“Artículo 12.- Corresponderá a la Unidad de Asuntos Jurídicos el ejercicio de las siguientes atribuciones: III. Representar legalmente al Secretario y a las unidades administrativas señaladas en el artículo 3, apartado A, del presente Reglamento en los procedimientos administrativos y jurisdiccionales en que se requiera su intervención; (…) XII. Instrumentar los informes en los juicios de amparo e interponer toda clase de recursos o medios impugnativos, así como actuar en los juicios en que la Secretaría sea parte e intervenir en el cumplimiento de las resoluciones respectivas…”
8. Además, el director General Adjunto Jurídico Contencioso tiene
facultades para suplir por ausencia al titular de la Unidad de Asuntos
Jurídicos de la Secretaría de la Función Pública, conforme a los
artículos 14, fracción VIII, y 89 del Reglamento en cita.
Procedencia del recurso.
9. Previo al estudio del agravio correspondiente, es necesario
precisar la procedencia del recurso de revisión por parte de este
Tribunal Colegiado que resuelve.
10. La procedencia del presente recurso de revisión se encuentra
debidamente acreditada, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 63, fracción IV, de la Ley Federal de Procedimiento
Contencioso Administrativo en el que se establece que a través de
ese medio de defensa legal se pueden impugnar las resoluciones
dictadas por el Pleno, las Secciones de la Sala Superior o por las
Salas Regionales, cuando las mismas sean relativas a una resolución
dictada en materia de la Ley Federal de Responsabilidades
Administrativas de los Servidores Públicos.
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11. De ahí que si en la especie la sentencia que se recurre es
relativa a una resolución emitida por el titular del Área de
Responsabilidades del Órgano Interno de Control en el Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, es
que en esa consecuencia resulta procedente el recurso de revisión de
que se trata.
Sirve de apoyo a lo anterior, por el criterio que informa, la tesis
2a./J.133/992 de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, cuyo rubro es: “REVISIÓN FISCAL. PROCEDE,
CONFORME AL ARTÍCULO 248, FRACCIÓN IV, DEL CÓDIGO
FISCAL DE LA FEDERACIÓN, CUANDO LA SALA FISCAL DEL
CONOCIMIENTO EMITA UNA SENTENCIA DONDE SE RESUELVA
SOBRE LA VALIDEZ O NULIDAD DE UNA RESOLUCIÓN
DICTADA EN MATERIA DE LA LEY FEDERAL DE
RESPONSABILIDADES ADMINISTRATIVAS DE LOS
SERVIDORES PÚBLICOS.”
Litis en el juicio contencioso administrativo
12. En el juicio contencioso administrativo se demandó la nulidad de
la resolución dictada en el expediente administrativo PAR-457/2007 de
veintiocho de febrero de dos mil ocho, por el titular del Área de
Responsabilidades del Órgano Interno de Control en el Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, por la
que se determina la inhabilitación temporal para desempeñar
empleos, cargos o comisiones en el servicio público por un periodo de
diez años.
13. La Sala Regional del conocimiento considera fundado el
concepto de impugnación primero en el que se aduce, en esencia,
que la resolución no se encuentra debidamente fundada y motivada
2 Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo X, diciembre de mil novecientos noventa y nueve, página 294.
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en cuanto determina que la atención médica proporcionada por la
actora no fue la adecuada para el padecimiento que atendió.
14. Para tal efecto analizó los dictámenes periciales en materia de
medicina y al respecto consideró que:
a) De los dictámenes rendidos por los peritos de la parte actora en
materia de medicina forense y el tercero en discordia, se advierte que
ambos coinciden en que la actora tomó en cuenta los elementos que
le fueron proporcionados de forma clínica, incluyendo los resultados
de laboratorio y gabinete que le fueron solicitados al paciente y a las
consideraciones hechas durante su evaluación. Por lo que concluyen
que la atención brindada se adecuó a la práctica médica y la muerte
de Edgar Yáñez Medina, no se debió a la indebida atención médica,
por lo que no puede atribuirse a la actora mala atención médica.
b) El dictamen rendido por el perito de la autoridad demandada no
merece otorgarle valor probatorio, porque fue omiso en responder las
preguntas del cuestionario propuesto por la actora, lo que impide su
valoración.
c) Así también, en el dictamen médico emitido por los peritos oficiales
de la Coordinación de Planeación, Desarrollo e Innovación
Institucional de la Procuraduría General de la República, se determinó
que fue oportuno y adecuado el tratamiento médico brindado por la
actora, lo que corrobora lo determinado por los peritos de la actora y
el tercero.
15. En este sentido, se otorga valor probatorio a los dictámenes
rendidos por el perito de la actora y el perito tercero, por lo que se
debe declarar la nulidad de la resolución impugnada para el efecto de
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que la autoridad reincorpore a la parte actora al servicio público en los
términos y condiciones en que se venía desempeñando y, además, le
reintegre el total de sueldos que dejó de percibir con motivo de la
ejecución de la sanción que le fue impuesta, al quedar desvirtuada la
irregularidad que le fue atribuida.
Litis en el recurso de revisión.
16. La autoridad recurrente expresa, en su agravio único, lo
siguiente:
a) Que la sala no agota el principio de exhaustividad y congruencia en
términos de lo dispuesto en los artículos 46 y 50 de la Ley Federal de
Procedimiento Contencioso Administrativo, en virtud de que consideró
única y exclusivamente el contenido de la prueba pericial por parte de
la actora y del perito tercero; sin embargo, omite valorar diversas
pruebas como: i) el dictamen de la Comisión Nacional de Arbitraje
Médico 142/07; ii) el dictamen de memorándum DDM-134/2006; y, iii)
el oficio 600.613.7 JSCDR/CQM/1921/06, las cuales son suficientes
para acreditar la responsabilidad administrativa de la servidora
pública.
b) Se realiza una inexacta valoración del dictamen del perito ofrecido
por la autoridad, pues se limita a señalar que el mismo sólo hace
referencia a las notas médicas, cita bibliografía y no responde al
cuestionario, sin que ello sean razonamientos suficientes para fundar
y motivar la valoración del peritaje en comento.
c) No realiza un estudio exhaustivo de las conclusiones alcanzadas
por los peritos, es decir, de su confiabilidad y credibilidad, pues el
perito es sólo un auxiliar y su dictamen constituye una opinión que
debe ser valorada.
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Fijación de la litis.
17. Se circunscribe a determinar sobre la legalidad de la sentencia
emitida el veinticinco de septiembre de dos mil doce por la Sexta Sala
Regional Metropolitana del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa, en cuanto declara la nulidad conforme al agravio
expresado, mismo que se relaciona con aspectos formales.
Análisis del agravio propuesto.
18. El agravio único en su inciso a) en el que se aduce que la sala
no agota el principio de exhaustividad y congruencia en virtud de que
omite valorar diversas pruebas como: i) el dictamen de la Comisión
Nacional de Arbitraje Médico 142/07; ii) el dictamen de memorándum
DDM-134/2006; y, iii) el oficio 600.613.7 JSCDR/CQM/1921/06, las
cuales son suficientes para acreditar la responsabilidad administrativa
de la servidora pública, es infundado.
19. De las constancias que obran en el juicio contencioso
administrativo y que consideró la Sala para dictar la sentencia materia
del presente recurso, destaca el expediente administrativo que remitió
la autoridad demanda y que fue presentado ante la Sala del
conocimiento el siete de julio de dos mil ocho3, así como diversas
pruebas documentales que integran el mismo, de las que no se
advierte que estén agregadas las que precisa la autoridad recurrente
consistentes en i) el dictamen de la Comisión Nacional de Arbitraje
Médico 142/07; ii) el dictamen de memorándum DDM-134/2006; y, iii)
el oficio 600.613.7 JSCDR/CQM/1921/06.
20. En este sentido, si no obran en autos las pruebas a las que se
refiere la autoridad recurrente no es posible que la Sala haya sido
omisa en su análisis. Más aún cuando del análisis sistemático de los
3 Hojas 285 a 365 del juicio contencioso administrativo.
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artículos 14, fracciones II y V, 15, fracción IX, 40 y 41 de la Ley
Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo; 81 y 82 del
Código Federal de Procedimientos Civiles4, se pone de manifiesto que
4 Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo
ARTÍCULO 14. La demanda deberá indicar:
II. La resolución que se impugna. En el caso de que se controvierta un decreto, acuerdo,
acto o resolución de carácter general, precisará la fecha de su publicación.
V. Las pruebas que ofrezca.
En caso de que se ofrezca prueba pericial o testimonial se precisarán los hechos sobre los
que deban versar y señalarán los nombres y domicilios del perito o de los testigos.
En caso de que ofrezca pruebas documentales, podrá ofrecer también el expediente
administrativo en que se haya dictado la resolución impugnada.
Se entiende por expediente administrativo el que contenga toda la información relacionada
con el procedimiento que dio lugar a la resolución impugnada; dicha documentación será la
que corresponda al inicio del procedimiento, los actos administrativos posteriores y a la
resolución impugnada. La remisión del expediente administrativo no incluirá las
documentales privadas del actor, salvo que las especifique como ofrecidas. El expediente
administrativo será remitido en un solo ejemplar por la autoridad, el cual estará en la Sala
correspondiente a disposición de las partes que pretendan consultarlo.
ARTÍCULO 15. El demandante deberá adjuntar a su demanda:
IX. Las pruebas documentales que ofrezca.
Los particulares demandantes deberán señalar, sin acompañar, los documentos que fueron
considerados en el procedimiento administrativo como información confidencial o comercial
reservada. La Sala solicitará los documentos antes de cerrar la instrucción.
Cuando las pruebas documentales no obren en poder del demandante o cuando no hubiera
podido obtenerlas a pesar de tratarse de documentos que legalmente se encuentren a su
disposición, éste deberá señalar el archivo o lugar en que se encuentra para que a su costa
se mande expedir copia de ellos o se requiera su remisión, cuando ésta sea legalmente
posible. Para este efecto deberá identificar con toda precisión los documentos y tratándose
de los que pueda tener a su disposición, bastará con que acompañe copia de la solicitud
debidamente presentada por lo menos cinco días antes de la interposición de la demanda.
Se entiende que el demandante tiene a su disposición los documentos, cuando legalmente
pueda obtener copia autorizada de los originales o de las constancias.
Si no se adjuntan a la demanda los documentos a que se refiere este precepto, el
Magistrado Instructor requerirá al promovente para que los presente dentro del plazo de
cinco días. Cuando el promovente no los presente dentro de dicho plazo y se trate de los
documentos a que se refieren las fracciones I a VI, se tendrá por no presentada la
demanda. Si se trata de las pruebas a que se refieren las fracciones VII, VIII y IX, las
mismas se tendrán por no ofrecidas.
Cuando en el documento en el que conste la resolución impugnada a que se refiere la
fracción III de este artículo, se haga referencia a información confidencial proporcionada
por terceros independientes, obtenida en el ejercicio de las facultades que en materia de
operaciones entre partes relacionadas establece la Ley del Impuesto sobre la Renta, el
demandante se abstendrá de revelar dicha información. La información confidencial a que
se refiere la ley citada, no podrá ponerse a disposición de los autorizados en la demanda
para oír y recibir notificaciones, salvo que se trate de los representantes a que se refieren
R .F. 147/2013
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en el juicio contencioso administrativo, por regla general, la formación
del material de conocimiento en el proceso constituye una carga para
las partes y condiciona la actuación de la Sala desde que no puede
referirse a otros hechos que a los alegados por aquéllas y sean
probados.
21. Asimismo, se desprende de los preceptos legales citados, que
existen dos reglas fundamentales para distribuir la carga de la prueba:
a) La parte actora debe probar los fundamentos de hecho de su
pretensión y la parte demandada los de su excepción o defensa
los artículos 46, fracción IV, quinto párrafo, y 48, fracción VII, segundo párrafo del Código
Fiscal de la Federación.
ARTÍCULO 40. En los juicios que se tramiten ante este Tribunal, el actor que pretende se
reconozca o se haga efectivo un derecho subjetivo, deberá probar los hechos de los que
deriva su derecho y la violación del mismo, cuando ésta consista en hechos positivos y el
demandado de sus excepciones.
En los juicios que se tramiten ante el Tribunal, serán admisibles toda clase de pruebas,
excepto la de confesión de las autoridades mediante absolución de posiciones y la petición
de informes, salvo que los informes se limiten a hechos que consten en documentos que
obren en poder de las autoridades.
Las pruebas supervenientes podrán presentarse siempre que no se haya dictado
sentencia. En este caso, se ordenará dar vista a la contraparte para que en el plazo de
cinco días exprese lo que a su derecho convenga.
ARTÍCULO 41. El Magistrado Instructor, hasta antes de que se cierre la instrucción, para
un mejor conocimiento de los hechos controvertidos, podrá acordar la exhibición de
cualquier documento que tenga relación con los mismos, ordenar la práctica de cualquier
diligencia o proveer la preparación y desahogo de la prueba pericial cuando se planteen
cuestiones de carácter técnico y no hubiere sido ofrecida por las partes.
El Magistrado Ponente podrá proponer al Pleno o a la Sección, se reabra la instrucción
para los efectos señalados anteriormente.”
Código Federal de Procedimientos Civiles.
“ARTÍCULO 81. El actor debe probar los hechos constitutivos de su acción y el reo los de
sus excepciones.
ARTÍCULO 82. El que niega sólo está obligado a probar:
I. Cuando la negación envuelva la afirmación expresa de un hecho;
II. Cuando se desconozca la presunción legal que tenga a su favor el colitigante, y
III. Cuando se desconozca la capacidad.”
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(artículo 40 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo); y,
b) Únicamente el que afirma tiene la carga de la prueba de sus
afirmaciones de hecho; el que niega sólo debe probar cuando la
negación envuelva la afirmación expresa de un hecho (artículo 82,
fracción I, del código adjetivo civil citado), entre otros casos
excepcionales.
22. En este orden de ideas, resulta que si la autoridad ahora
recurrente no asumió con diligencia la carga de la prueba de sus
pretensiones, al no estar al pendiente del desarrollo procesal del juicio
ya que no constató que el expediente administrativo que ella misma
remitió se encontrara debidamente integrado, o bien, en exhibir las
pruebas a las que se refiere si en todo caso no obraban en aquél, es
evidente que la Sala no podía ocuparse, sin lesionar la garantía de
defensa (bilateralidad, igualdad) y guardar un equilibrio en los
intereses de las partes, de saber de la existencia de dichos medios de
pruebas.
23. Por tanto, no debe beneficiarse a quien adopta una actitud de
pasividad y no aporta los elementos o documentación que obren en
su poder y resulten decisivos para la solución del asunto. En ese
caso, es decir, ante la falta de prueba del demandado a aportarla por
contar con ella, el juzgador no debe actuar oficiosamente,
subsanando las deficiencias del interesado y, en consecuencia, no
debe beneficiarse de la prerrogativa prevista en el artículo 41 de la
Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo que se
establece la facultad del magistrado instructor para, entre otros casos,
ordenar la práctica de cualquier diligencia para un mejor conocimiento
del asunto, incluso reabriendo la instrucción, con lo que se reconoce
R .F. 147/2013
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que aunque la regla general de que a las partes corresponde la carga
de la prueba de sus pretensiones no es del todo absoluta, también lo
es que dicho Tribunal puede ordenar la práctica de cualquier prueba o
perfeccionar las ofrecidas, cuando la actitud de la parte actora no sea
pasiva y tenga, además, la posibilidad de exhibir los documentos faltantes.
24. En otro orden de ideas, en cuanto a los argumentos
identificados con los incisos b) y c) del agravio expresado, en el que
se aduce que la Sala realiza una inexacta valoración del dictamen
ofrecido por la autoridad y no es exhaustiva en el estudio de las
conclusiones alcanzadas por los peritos en cuanto a su confiabilidad y
credibilidad, son infundados.
25. La prueba pericial en medicina forense se anunció, según se
determinó en la sentencia que se analiza y lo cual no es materia de
controversia, para dilucidar si la atención médica prestada por la aquí
opositora al paciente Edgar Yáñez Medina, fue la adecuada para el
padecimiento presentado. Para estos efectos las partes designaron a
sus respectivos peritos y la Sala designó a un perito tercero en
discordia, en virtud de la discrepancia de los dictámenes de los peritos
de las partes.
26. Este Tribunal Colegiado estima necesario hacer una reflexión
sobre la práctica médica, el significado de la lex artis y hacer algunas
consideraciones sobre el error médico y las actitudes negligentes que
pudieren surgir en la práctica profesional, en virtud de que en los
procedimientos administrativos disciplinarios contra profesionales
sanitarios aparece siempre el término lex artis y la valoración que el
juez debe realizar de la actuación profesional que se enjuicia,
auxiliado por peritos.
27. El ejercicio de la medicina está fundamentado en que el
profesional que la practica: a) posee conocimientos científicos; b) que
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permanentemente se está actualizando; c) que ha desarrollado
habilidades y destrezas que le permiten una interpretación correcta de
los síntomas y signos que presenta un paciente; y, d) la formulación
de un diagnóstico probable que debe afirmarse o descartarse con la
realización de los procedimientos y los exámenes para aplicar los
tratamientos pertinentes. El objetivo de la evaluación respectiva, es
identificar si el acto médico5 se realizó o no de acuerdo con los
procedimientos y la literatura médica universalmente aceptada, así
como en la adopción de una tecnología sanitaria o procedimiento
médico pertinente. Todo este proceso debe ser realizado con la
debida diligencia, pericia y prudencia.
28. Así también, se ha destacado que la indicación médica y la lex
artis son dos conceptos que se hallan estrictamente vinculados, pero
esencialmente distintos. La indicación terapéutica consiste,
fundamentalmente, en una tarea de valoración, de ponderación de los
beneficios y riesgos objetivamente previsibles para la salud del
paciente, que puede entrañar la aplicación de una u otra medida
terapéutica; mientras que en la lex artis se trata de, una vez emitido
ese juicio, aplicar adecuada y correctamente el tratamiento indicado.
29. Entonces, la indicación responde al “sí del tratamiento”, a si
debe aplicarse esta u otra medida; mientras que la lex artis se refiere
5 Uno de los conceptos de mayor importancia y de mayor problematicidad para el Derecho
Sanitario (disciplina jurídica especial que define las relaciones entre los usuarios o pacientes y los sistemas nacionales de salud) ha sido el de acto médico. En el derecho mexicano, la referencia normativa por antonomasia se encuentra en el artículo 32 de la Ley General de Salud que estipula: "Se entiende por atención médica el conjunto de servicios que se proporcionan al individuo, con el fin de proteger, promover y restaurar su salud, la cual podrá apoyarse de medios
electrónicos de acuerdo con las normas oficiales mexicanas que al efecto expida la Secretaría de Salud " Es generalmente aceptado que el acto médico, posee las siguientes características: la profesionalidad, pues solamente el profesional de la medicina puede efectuar un acto médico. La ejecución típica, es decir su ejecución conforme a la denominada “Lex Artis ad Hoc”, sujeta a las normas de excelencia de ese momento. El tener por objetivo la curación o rehabilitación del enfermo y la licitud, o sea su concordancia con las normas legales. (El acto médico. Implicaciones éticas y legales. Fernando Guzmán, Eduardo Franco, María Cristina Morales de Barrios, Juan Mendoza Vega. Bogotá, D.C. Editoriales memorables. http://www.dgdi-conamed.salud.gob.mx/Documentos/pdf/curso_comisionados/Acto%20medico.pdf).
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al “cómo del tratamiento”, al procedimiento o método que se ha de
seguir.
30. La Lex Artis Médica o “estado del arte médico” no es sino el
conjunto de normas o criterios valorativos que el médico en posesión
de conocimientos, habilidades y destrezas debe aplicarlos
diligentemente en la situación concreta de un enfermo y que han sido
universalmente aceptadas por sus pares. Los profesionales de la
salud han de decidir cuáles de estas normas, procedimientos y de
esos conocimientos adquiridos en el estudio y la práctica, son
aplicables al paciente, cuya salud les ha sido encomendada, de modo
que la obligación del primero se caracteriza como una obligación de
medios o diligencia, comprometiéndose únicamente a emplear todos
los recursos que tenga a su disposición, sin garantizar un resultado
final curativo.
31. Lo contrario, supondría que cualquier persona, por el simple
hecho de someterse a un tratamiento, cualquiera que este sea,
tendría ya asegurado, por lo menos, una indemnización en el
supuesto de que el resultado obtenido no fuera el pretendido. Por
tanto, es necesario romper, en ocasiones, la presumida relación de
causalidad entre la no consecución del resultado pretendido, es decir,
el restablecimiento de la salud del paciente, y la actuación negligente
o irresponsable del médico, puesto que, además, no son pocos los
casos en que las consecuencias dañosas producidas tienen su causa
u origen, no en la asistencia prestada por el médico contraria a la lex
artis, sino en las patologías previas y a menudo gravísimas que
presentan los pacientes.
32. Al respecto, el artículo 9º del Reglamento de la Ley General de
Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica,
señala:
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“Artículo 9o.- La atención médica deberá llevarse a efecto de
conformidad con los principios científicos y éticos que orientan
la práctica médica.”
33. Por su parte, el artículo 2, fracciones XIV y XV, del Reglamento
de Procedimientos para la Atención de Quejas Médicas y Gestión
Pericial de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, expresa a la
letra:
“Artículo 2o.- Para efectos de este Reglamento, se entenderá por:
XIV. PRINCIPIOS CIENTIFICOS DE LA PRACTICA MEDICA (LEX ARTIS MEDICA).- El conjunto de reglas para el ejercicio médico contenidas en la literatura universalmente aceptada, en las cuales se establecen los medios ordinarios para la atención médica y los criterios para su empleo;
XV. PRINCIPIOS ETICOS DE LA PRACTICA MEDICA.- El conjunto de reglas bioéticas y deontológicas universalmente aceptadas para la atención médica;”
34. En este sentido, resulta que la medicina no es una ciencia
exacta, por lo que no puede pronosticar ni asegurar resultados
favorables en todos los casos. Hay limitaciones propias del
profesional en la interpretación de los hechos, como cuando el
cuadro clínico no se ha manifestado completamente. En otras
ocasiones, es el paciente quien no comprende los riesgos y beneficios
de un procedimiento diagnóstico o terapéutico, o entrega información
incompleta de sus síntomas. Por último, las circunstancias en que se
da una relación clínica pueden limitar la certeza del diagnóstico y la
eficacia de medidas terapéuticas.
35. Dado la gran variabilidad y complejidad que rodean a una
condición clínica concreta, algunas dependientes del profesional,
otras de las condiciones particulares del paciente, por los recursos o
infraestructura que se disponga y, finalmente, por las circunstancias
que la rodean, no es posible aplicar la misma normativa en todos los
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17
casos, sino que estas deben adecuarse al caso concreto, por tanto, la
"Lex artis ad hoc" puede decirse que se trata de un concepto jurídico
indeterminado que debe establecerse en cada caso. Por eso se habla
de lex artis medica ad hoc6, en que el médico a través de un proceso
de deliberación las aplica con prudencia a la situación clínica concreta
y en la medida de las condiciones reinantes.
36. La intervención médica se ajustará a la técnica correcta y será
conforme, por tanto, a la lex artis cuando no sea contraria a la técnica
establecida por la indicación ni al cuidado debido.
37. El ejercicio profesional, empero, no termina en la sola
competencia del médico para la toma de decisiones frente a una
situación clínica determinada. Lo anterior seria reducir el acto médico
a la idea de la aplicación del conocimiento del experto en una
determinada área del saber. Hay además actitudes de alto valor
moral, que deben acompañar a todo acto médico.
38. El actuar profesional debe ser enriquecido con virtudes tales
como el respeto a la autonomía del paciente, el cuidado, el conocer
responsablemente los límites de su capacidad y sobre todo la
prudencia en su actuar.
6 El concepto de "Lex artis ad hoc" es una construcción jurisprudencial que se ha ido perfilando
en varias sentencias a lo largo de los años, siendo quizás la más significativa de todas ellas la del Tribunal Supremo (Sala de lo Civil) de fecha 11 de marzo de 1991 (RJ 1991/2209, ponente: Excmo. Sr. D. Luis Martínez Calcerrada y Gómez, que la define como "…aquel criterio valorativo de la corrección del concreto acto médico ejecutado por el profesional de la medicina - ciencia o arte médico que tiene en cuenta las especiales características de su autor, de la profesión, de la complejidad y trascendencia vital del paciente y, en su caso, de la influencia en otros factores endógenos -estado e intervención del enfermo, de sus familiares, o de la misma organización sanitaria-, para calificar dicho acto de conforme o no con la técnica normal requerida (derivando de ello tanto el acervo de exigencias o requisitos de legitimación o actuación lícita, de la correspondiente eficacia de los servicios prestados, y, en particular, de la posible responsabilidad de su autor/médico por el resultado de su intervención o acto médico ejecutado)".
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39. Así también debe dejarse asentado la diferencia ente mala
práctica médica (malpraxis) y el error médico.
40. Se ha señalado que la medicina no es una ciencia exacta, es
más bien un arte de las probabilidades. Hay matices en el curso de
una enfermedad o padecimientos que pueden inducir a diagnósticos y
terapias equivocadas.
41. El error en medicina puede producirse por una interpretación
errada de los hechos clínicos por parte del médico, lo que lleva a
diagnósticos y terapias equivocadas. Hay aquí un juicio equivocado
de la realidad, que lo lleva a decisiones erradas. Este tipo de error,
aunque no exime de responsabilidad al médico que lo comete, no
reviste la gravedad de la negligencia médica. Se habla entonces de
un error excusable.
42. Lo que se le pide al “buen médico” es aplicar sus conocimientos,
habilidades y destrezas con diligencia, compartiendo con el paciente
la información pertinente, haciéndole presente sus dudas y certezas,
tomando en cuenta los valores y creencias del paciente en la toma de
decisiones y actuando con responsabilidad y prudencia.
43. El término malpraxis médica se ha acuñado para señalar
conductas impropias del profesional frente a un paciente, que no se
siguen las normas que señala la lex artis medica, pero no hay aquí un
error de juicio, sino que, o la actuación del médico que está en
posesión de conocimientos y habilidades no ha sido diligente, o éste
ha actuado con impericia e imprudencia frente a una situación clínica
para la cual no está capacitado. Este tipo de conducta médica
constituye un error médico inexcusable, y el médico debe responder
por esta conducta inapropiada.
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44. Por tanto, la responsabilidad profesional está subordinada a la
previa acreditación de una clara negligencia en la prestación de los
servicios, independientemente del resultado.
45. Precisado lo anterior, ahora se harán algunas consideraciones
en relación con la valoración de la prueba pericial.
46. La valoración de la prueba pericial está comprendida dentro del
sistema denominado de pruebas libres o de libre convicción, que son
las que se fundan en la sana crítica, en experiencias, conocimientos
científicos, técnicos o propios de un oficio y que constituyen las reglas
del correcto entendimiento humano.
47. En éstas interactúan las reglas de lo lógica, con las reglas de la
experiencia del Juez, que contribuyen a que pueda analizar la prueba,
con arreglo a la sana razón y a un conocimiento empírico y de
experiencia de las cosas. Esos principios se encuentran previstos en
los artículos 197 y 211 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
de aplicación supletoria a la Ley Federal de Procedimiento
Contencioso Administrativo, al establecer, en lo que interesa
respectivamente, que el tribunal goza de la más amplia libertad para
hacer el análisis de las pruebas rendidas; para determinar el valor de
las mismas, unas enfrente de las otras, y para fijar el resultado final de
dicha valuación contradictoria; y que el valor de la prueba pericial
quedará a la prudente apreciación del tribunal.
48. De modo que, salvo en aquellos casos en que la ley otorga el
valor probatorio a una prueba, el Juez debe decidir con arreglo a la
sana crítica. Las reglas de la sana crítica consisten en su sentido
formal en una operación lógica. Las máximas de experiencia
contribuyen tanto a los principios lógicos como a la valoración de la
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prueba.
49. La sana crítica es, además de la aplicación de la lógica, la
correcta apreciación de ciertas proposiciones de experiencia de que
todo hombre se sirve en la vida.
50. Por otra parte, el peritaje es una actividad humana de carácter
procesal, desarrollada en virtud de encargo judicial, por personas
distintas de las partes del proceso, especialmente calificadas por su
experiencia o conocimientos técnicos, artísticos o científicos, y
mediante la cual se suministran al Juez conocimientos, reglas,
principios, criterios, argumentos o razones para la formación de su
convencimiento, pero ajenos al derecho y pertinentes a disciplinas
científicas, tecnológicas o artísticas, preferentemente, respecto de
ciertos hechos también especiales cuya percepción o cuyo
entendimiento escapa a las aptitudes del común de la gente y
requieren esa capacidad particular para su adecuada percepción y la
correcta verificación de sus relaciones con otros hechos, de sus
causas y de sus efectos o, simplemente, para su apreciación e
interpretación.
51. Así, el perito a través de su conocimiento especializado en una
ciencia, técnica o arte, ilustra al juez sobre la percepción de hechos o
de prácticas para complementar el conocimiento de lo que ignora y
para integrar su capacidad de comprensión y, asimismo, para la
deducción cuando la aplicación de las reglas de la experiencia exigen
cierta aptitud o preparación técnica que el juez no tiene.
52. Luego, al Juez corresponde apreciar el mérito de convicción que
debe reconocerle al dictamen, el cual debe ser relevante y
concretamente útil para decidir sobre los hechos del caso, sin que
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esté obligado a aceptarlo cuando no reúne los requisitos
indispensables para su validez y eficacia.
53. De ahí que si el perito se limita a emitir su dictamen, pero sin
explicar las razones que lo condujeron a sus conclusiones, éste
carecerá de eficacia probatoria y lo mismo será si sus explicaciones
no son claras o aparecen contradictorias o deficientes, o bien, que no
tenga las características siguientes:
i) Que la evidencia científica sea relevante para el caso
concreto en estudio, es decir, que a través de la misma pueda
efectivamente conocerse la verdad de los hechos sujetos a
prueba; y,
ii) Que la evidencia científica sea fidedigna, esto es, que se
haya arribado a ella a través del método científico, para lo cual
se requiere, generalmente, que la teoría o técnica científica de
que se trate:
a. Haya sido sujeta a pruebas empíricas, o sea, que la misma
haya sido sujeta a pruebas de refutabilidad;
b. Haya sido sujeta a la opinión, revisión y aceptación de la
comunidad científica;
c. Se conozca su margen de error potencial; y,
d. Existan estándares que controlen su aplicación.
54. En este orden de ideas, el juez, en muchos casos, carecerá de
conocimientos sobre la materia, por lo cual no estará en situación de
saber si las explicaciones técnicas, artísticas o científicas del perito
adolecen o no de error, y entonces deberá admitirlas como ciertas, a
menos que sea evidente su falta de lógica, su oscuridad o su
deficiencia, pero en otros casos, el Juez puede estar en condiciones
de apreciar el valor de esos fundamentos y de rechazarlos por
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contradecir normas generales de la experiencia o hechos notorios o
los conocimientos personales que tenga sobre la materia y que le
parezcan seguros u otras pruebas que obren en el proceso y que le
dé un mayor grado de convicción o por ser contradictorios, sin que
importe que sea un dictamen uniforme de dos peritos.
55. La claridad en las conclusiones debe basarse en un proceso y
razonamiento argumentativo previo, el cual es indispensable para que
aparezcan exactas y el Juez pueda adoptarlas, su firmeza o la
ausencia de vacilaciones es necesaria para que sean convincentes; la
lógica relación entre ellas y los fundamentos que las respaldan debe
existir siempre para que merezcan absoluta credibilidad, no bastando
asertos dogmáticos. Si unos buenos fundamentos van acompañados
de unas malas conclusiones o si no existe armonía entre aquéllos y
éstas o si el perito no aparece seguro de sus conceptos, el dictamen
no puede tener eficacia probatoria.
56. En conclusión, al juez corresponde analizar los dictámenes para
resolver a cuál da preferencia o si prescinde de ellos, de acuerdo con
sus condiciones intrínsecas, la pericia de sus autores y el examen de
sus conclusiones o motivaciones, esto es, el dictamen no lo obliga, ya
que de considerarlo así implicaría admitir que el perito usurpe o
cuando menos sustituya la función jurisdiccional.
57. En este orden de ideas, lo expresado en el sentido de que la
Sala realiza una indebida valoración del dictamen del perito ofrecido
por la autoridad, pues se limita a señalar que el mismo sólo hace
referencia a las notas médicas, citas bibliográficas y no responde al
cuestionario, sin que ello sean razonamientos suficientes para fundar
y motivar la valoración del peritaje en comento, es infundado.
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58. La Sala en relación con el aspecto puesto a debate consideró,
efectivamente, que los dictámenes rendidos por los peritos de la
autoridad demandada no merecen, porque fueron omisos en
responder las preguntas del cuestionario propuesto por la actora, lo
que impide su valoración.
59. Consideración que a juicio de este Tribunal Colegiado es
acertada. Los artículos 14, fracción V, 20, fracción VII, 21, fracciones
III y IV, y 43 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo7, señalan que el actor en su demanda y el demandado
7 Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo
“ARTÍCULO 14.- La demanda deberá indicar:
V. Las pruebas que ofrezca.
En caso de que se ofrezca prueba pericial o testimonial se precisarán los hechos sobre los que deban versar y señalarán los nombres y domicilios del perito o de los testigos. ARTÍCULO 20.- El demandado en su contestación y en la contestación de la ampliación de la demanda, expresará: VII. En caso de que se ofrezca prueba pericial o testimonial, se precisarán los hechos sobre los que deban versar y se señalarán los nombres y domicilios del perito o de los testigos. Sin estos señalamientos se tendrán por no ofrecidas dichas pruebas. ARTÍCULO 21.- El demandado deberá adjuntar a su contestación:
III. El cuestionario que debe desahogar el perito, el cual deberá ir firmado por el demandado. IV. En su caso, la ampliación del cuestionario para el desahogo de la pericial ofrecida por el demandante. ARTÍCULO 43.- La prueba pericial se sujetará a lo siguiente: I. En el acuerdo que recaiga a la contestación de la demanda o de su ampliación, se requerirá a las partes para que dentro del plazo de diez días presenten a sus peritos, a fin de que acrediten que reúnen los requisitos correspondientes, acepten el cargo y protesten su legal desempeño, apercibiéndolas de que si no lo hacen sin justa causa, o la persona propuesta no acepta el cargo o no reúne los requisitos de ley, sólo se considerará el peritaje de quien haya cumplimentado el requerimiento. II. El Magistrado Instructor, cuando a su juicio deba presidir la diligencia y lo permita la naturaleza de ésta, señalará lugar, día y hora para el desahogo de la prueba pericial, pudiendo pedir a los peritos todas las aclaraciones que estime conducentes, y exigirles la práctica de nuevas diligencias. III. En los acuerdos por los que se discierna del cargo a cada perito, el Magistrado Instructor concederá un plazo mínimo de quince días para que rinda y ratifique su dictamen, con el apercibimiento a la parte que lo propuso de que únicamente se considerarán los dictámenes rendidos dentro del plazo concedido. IV. Por una sola vez y por causa que lo justifique, comunicada al instructor antes de vencer los plazos mencionados en este artículo, las partes podrán solicitar la ampliación del plazo para rendir el dictamen o la sustitución de su perito, señalando en este caso, el nombre y domicilio de la
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en su contestación deberán expresar, destacando, para el caso, que
tratándose de pruebas y, concretamente de la pericial, se precisarán
los hechos sobre los que deban versar y se deberá adjuntar el
cuestionario que el perito debe desahogar y el trámite para su
preparación.
60. Se tiene entonces que conforme a los numerales citados
también, se desprende que en el juicio contencioso administrativo la
prueba pericial se integra formal y materialmente con los siguientes
elementos: (i) la designación de peritos que hagan las partes y, en su
caso, la Sala; (ii) la presentación del cuestionario que deberán
responder los peritos; (iii) la adición al cuestionario por las demás
partes; (iv) la aceptación del cargo de perito; y, (v) la presentación de
los dictámenes correspondientes.
61. Así, es evidente que la pericial constituye un medio probatorio
complejo; de tal manera que su debida y legal integración y
preparación están sujetas a la participación de las partes y del propio
juzgador, a fin de que su desahogo cumpla con los fines y los
principios por los que se rige.
62. En estas condiciones, es dable sostener que si los peritos
designados por la autoridad demandada en el juicio natural, Jaime
Cárdenas Camacho y Gerardo Pasos Altamirano, al rendir su
nueva persona propuesta. La parte que haya sustituido a su perito conforme a la fracción I, ya no podrá hacerlo en el caso previsto en la fracción III de este precepto. V. El perito tercero será designado por la Sala Regional de entre los que tenga adscritos. En el caso de que no hubiere perito adscrito en la ciencia o arte sobre el cual verse el peritaje, la Sala designará bajo su responsabilidad a la persona que deba rendir dicho dictamen. Cuando haya lugar a designar perito tercero valuador, el nombramiento deberá recaer en una institución de crédito, debiendo cubrirse sus honorarios por las partes. En los demás casos los cubrirá el Tribunal. En el auto en que se designe perito tercero, se le concederá un plazo mínimo de quince días para que rinda su dictamen.
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respectivo dictamen pericial8, hacen referencia a las notas médicas y
citas bibliografías, pero, efectivamente, no responden al cuestionario
propuesto por la parte actora, resulta entonces que no se ajustan a
litis sobre la cual la parte actora anunció la prueba pericial, lo cual
hace nugatoria la finalidad que los numerales de la Ley Federal de
Procedimiento Contencioso Administrativo antes precisados
persiguen, que es la de acotar la litis de la prueba a los aspectos
técnicos, científicos o artísticos específicos que las partes en el juicio
persiguen y que el juzgador consideró idóneos para allegarse de los
conocimientos mínimos, no propios de su oficio, en la medida posible,
sobre la cual versa la prueba pericial médica.
63. En razón de lo anterior, es que si los dictámenes periciales
rendidos por los peritos de la autoridad demandada no siguen los
requisitos legales que al efecto rigen la prueba pericial, es entonces
que la Sala actuó de manera legal al no otorgarles valor probatorio,
pues es evidente que, en el caso, los peritos se limitaron a emitir una
opinión, pero sin explicar las razones y ajustarse a la litis que los
condujeron a sus conclusiones, por lo que no resultan relevantes ni
útiles para decidir sobre los hechos del caso; aunado a que sus
conclusiones no fueron compartidas por otros especialistas en la
materia; razones por las que los dictámenes carecen de eficacia
probatoria.
64. Bajo este mismo contexto, resulta también desafortunado lo
manifestado por la recurrente en el sentido de que la Sala no realiza
un estudio exhaustivo de las conclusiones alcanzadas por los peritos
de la actora y el tercero en discordia, es decir, de su confiabilidad y
credibilidad, pues el perito es sólo un auxiliar y su dictamen constituye
una opinión que debe ser valorada.
8 Hojas 616 a 654 y 655 a 659 del juicio contencioso administrativo.
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65. La Sala para declarar la nulidad de la resolución impugnada
consideró que los dictámenes rendidos por los peritos de la parte
actora y el tercero en discordia en materia de medicina forense, son
coincidentes en que la parte actora, en la atención médica cuya
debida diligencia se cuestiona, tomó en cuenta los elementos que le
fueron proporcionados de forma clínica, incluyendo los resultados de
laboratorio y gabinete que le fueron solicitados al paciente y a las
consideraciones hechas durante su evaluación, por lo que la atención
brindada se adecuó a la práctica médica y la muerte de Edgar Yáñez
Medina, no se debió a la indebida atención médica.
66. Así también, la Sala en adición a la conclusión en los
dictámenes de los peritos de la parte actora y del tercero en discordia,
consideró el diverso dictamen médico emitido por los peritos oficiales
de la Coordinación de Planeación, Desarrollo e Innovación
Institucional de la Procuraduría General de la República, en el que se
determinó que fue oportuno y adecuado el tratamiento médico
brindado por la actora.
67. En este sentido, este Tribunal considera que la valoración que la
Sala realiza de los dictámenes periciales rendidos por los peritos de la
parte actora y del tercero en discordia no carecen de exhaustividad,
como se aduce por la recurrente, puesto que de su lectura se puede
constatar que dan respuesta al cuestionario que formuló la parte
actora, y realizan una serie de conclusiones claras, relevantes y útiles
para el juzgador9 sobre los hechos del caso, ante el desconocimiento
de dicha ciencia y en relación con la debida atención médica
prestada, para poder arribar a la conclusión de que ésta fue
adecuada, lo cual incluso se corrobora con la prueba documental
consistente en el dictamen médico de los peritos oficiales de la
Coordinación de Planeación, Desarrollo e Innovación Institucional de
9 Ibídem hojas 613 y 687.
R .F. 147/2013
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la Procuraduría General de la República, en el sentido de que fue
oportuno y adecuado el tratamiento médico brindado por la actora, por
lo que la juzgadora sí apreció el mérito de convicción de los
dictámenes y, por tanto, la conclusión de que no existe malpraxis es
conforme con las circunstancias particulares acaecidas respecto de
los conocimientos, habilidades y destrezas que los dictámenes
periciales antes precisados evidenciaron de la profesional sanitaria.
68. En esas condiciones, al haber resultado desafortunados los
argumentos analizados, lo procedente es declarar infundado el
presente recurso.
Consecuencias de lo fallado.
69. Atento a la problemática y pretensiones deducidas y toda vez
que no prosperaron los argumentos del agravio esgrimido por la
autoridad, debe declararse infundado este recurso de revisión. Por lo
que debe prevalecer la legalidad de la sentencia que declaró la
nulidad de la resolución dictada en el expediente administrativo PAR-
457/2007 de veintiocho de febrero de dos mil ocho, por el titular del
Área de Responsabilidades del Órgano Interno de Control en el
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del
Estado, por la que se determina la inhabilitación temporal para
desempeñar empleos, cargos o comisiones en el servicio público por
un periodo de diez años, declaratoria de nulidad que implica que la
autoridad demandada, reincorpore a la parte actora al servicio público
en los términos y condiciones en que se venía desempeñando y,
además, le reintegre el total de sueldos que dejó de percibir con
motivo de la ejecución de la sanción que le fue impuesta, al quedar
desvirtuada la irregularidad que le fue atribuida.
Por lo expuesto y fundado,
SE RESUELVE:
R .F. 147/2013
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ÚNICO.- Es infundado el recurso de revisión interpuesto por el titular
de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de la Función
Pública, encargado de la defensa jurídica del titular del Área de
Responsabilidades del Órgano Interno de Control en el Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, en
contra de la sentencia pronunciada por la Sexta Sala Regional
Metropolitana del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa,
el veinticinco de septiembre de dos mil doce, en juicio contencioso
administrativo 13214/08-17-06-1.
NOTIFÍQUESE; con testimonio de esta resolución, devuélvanse los
autos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca
como asunto concluido.
ASÍ, por unanimidad de votos de los señores magistrados Patricio
González-Loyola Pérez (Presidente), Jesús Antonio Nazar Sevilla y
Jean Claude Tron Petit, lo resolvió este Cuarto Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, siendo relator el tercero de
los nombrados.
Firman; los magistrados, con la intervención de la secretaria de
acuerdos, quien autoriza y da fe.
PRESIDENTE
PATRICIO GONZÁLEZ-LOYOLA PÉREZ.
MAGISTRADO
JESÚS ANTONIO NAZAR SEVILLA.
R .F. 147/2013
29
MAGISTRADO
JEAN CLAUDE TRON PETIT.
SECRETARIA DE ACUERDOS
LIC. ERIKA GABRIELA MEJÍA ALVAREZ.
COTEJO: LIC. ALFREDO A. MARTÍNEZ JIMÉNEZ.
AAMJ/Dor.
ESTA FOJA ES PARTE FINAL DE LA RESOLUCIÓN DICTADA EN EL R.F. 147/2013, INTERPUESTO POR EL TITULAR DE LA UNIDAD DE ASUNTOS JURÍDICOS DE LA SECRETARÍA DE LA FUNCIÓN PÚBLICA, FALLADA EL VEINTE DE JUNIO DE DOS MIL TRECE, POR UNANIMIDAD DE VOTOS. DOY FE.
EN LA SESIÓN CELEBRADA CON ESTA FECHA SE RESOLVIÓ POR UNANIMIDAD DE VOTOS EL PROYECTO FORMULADO POR EL MAGISTRADO PONENTE EN EL SENTIDO DE “ÚNICO.- ES INFUNDADO EL RECURSO DE REVISIÓN INTERPUESTO POR EL TITULAR DE LA UNIDAD DE ASUNTOS JURÍDICOS DE LA SECRETARÍA DE LA FUNCIÓN PÚBLICA, ENCARGADO DE LA DEFENSA JURÍDICA DEL TITULAR DEL ÁREA DE RESPONSABILIDADES DEL ÓRGANO INTERNO DE CONTROL EN EL INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DE LOS TRABAJADORES DEL ESTADO…”. MÉXICO, DISTRITO FEDERAL A VEINTE DE JUNIO DE DOS MIL TRECE. DOY FE.
DEVUELTO A LA SECRETARÍA DE
ACUERDOS, CON ENGROSE EN
FECHA:_______________
R .F. 147/2013
30
MAGISTRADO: Jean Claude Tron Petit.
I. DATOS DEL ASUNTO
TIPO DE ASUNTO: R.F.
NÚMERO: 147/2013
QUEJOSO O ACTOR: María Teresa Cristalinas Navarro.
RECURRENTE (S): Titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de la Función Pública.
MAGISTRADO RELATOR: Jean Claude Tron Petit. SECRETARIO: Alfredo A. Martínez Jiménez. SESIÓN: 20-junio-2013. ÍNDICE PÁGINAS
Actos reclamados y autoridades responsables 2
Resolución cuestionada 3
Trámite y turno 3
Competencia, oportunidad y legitimación 4-5
Estudio 5-27
Resolutivo(s) 28
ACTO RECLAMADO: Sentencia emitida por la Sexta Sala Regional Metropolitana del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa en el juicio contencioso administrativo 13214/08-17-06-1. FECHA: Veinticinco de septiembre de dos mil doce MATERIA: Servidores Públicos (federal). COMPETENCIA DELEGADA: Sí No DERECHOS HUMANOS VIOLADOS: TEMA PRINCIPAL: Inhabilitación por el plazo de diez años, para desempeñar empleos, cargos o comisiones en el servicio público.
II. DATOS DE LA DECISIÓN TEMA DE LA DECISIÓN: Legalidad valoración dictámenes periciales en medicina forense. PROBLEMA(S):
Aspectos procesales
Violación procedimental
Violación formal
R .F. 147/2013
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Violación de fondo Hechos: Prueba Calificación
Derecho: Interpretación Relevancia PROPUESTA: Declarar infundado el recurso. SÍNTESIS DE LAS RAZONES: El argumento identificado con el inciso a) es infundado. Ello porque si la autoridad ahora recurrente no asumió con diligencia la carga de la prueba de sus pretensiones, al no estar al pendiente del desarrollo procesal del juicio ya que no constató que el expediente administrativo que ella misma remitió se encontrara debidamente integrado, o bien, en exhibir las pruebas a las que se refiere si en todo caso no obraban en aquél, es evidente que la Sala no podía ocuparse, sin lesionar la garantía de defensa (bilateralidad, igualdad) y guardar un equilibrio en los intereses de las partes, de saber de la existencia de dichos medios de pruebas. Por tanto, no debe beneficiarse a quien adopta una actitud de pasividad y no aporta los elementos o documentación que obren en su poder y resulten decisivos para la solución del asunto. En ese caso, es decir, ante la falta de prueba del obligado a aportarla por contar con ella, el juzgador no debe actuar oficiosamente, subsanando las deficiencias del interesado y, en consecuencia, no debe beneficiarse de la prerrogativa prevista en el artículo 41 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo que se establece la facultad del magistrado instructor para, entre otros casos, ordenar la práctica de cualquier diligencia para un mejor conocimiento del asunto, incluso reabriendo la instrucción, con lo que se reconoce que aunque la regla general de que a las partes corresponde la carga de la prueba de sus pretensiones no es del todo absoluta, también lo es que dicho Tribunal puede ordenar la práctica de cualquier prueba o perfeccionar las ofrecidas, cuando la actitud de la parte actora no sea pasiva y tenga, además, la posibilidad de exhibir los documentos faltantes. En otro orden de ideas, en cuanto a los argumentos identificados con los incisos b) y c) del agravio expresado, en el que se aduce que la Sala realiza una inexacta valoración del dictamen ofrecido por la autoridad y no es exhaustiva en el estudio de las conclusiones alcanzadas por los peritos en cuanto a su confiabilidad y credibilidad, son infundados. Lo anterior, porque es dable sostener que si los peritos designados por la autoridad demandada en el juicio natural, Jaime Cárdenas Camacho y Gerardo Pasos Altamirano, al rendir su respectivo dictamen pericial , hacen referencia a las notas médicas y cita bibliografía, pero, efectivamente, no responden al cuestionario propuesto por la parte actora, resulta entonces que no se ajustan a litis sobre la cual la parte actora anunció la prueba pericial, lo cual hace nugatoria la finalidad que los numerales de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo antes precisados persiguen, que es la de acotar la litis de la prueba a los aspectos específicos que las partes en el juicio persiguen y que el juzgador consideró idóneos para conocer, en la medida posible, la materia sobre la cual versa la prueba pericial médica. Bajo este mismo contexto, resulta también desafortunado el argumento de la recurrente en el sentido de que la Sala no realiza un estudio exhaustivo de las conclusiones alcanzadas por los peritos. Este Tribunal considera que la valoración que la Sala realiza de los dictámenes periciales rendidos por los peritos de la parte actora y del tercero en discordia no carecen de exhaustividad, como se aduce por la recurrente, puesto que de su lectura se puede constatar que dan respuesta al cuestionario que formuló la parte actora, y realizan una serie de conclusiones claras para el juzgador, ante el desconocimiento de dicha ciencia y en relación con la debida atención médica prestada, para poder arribar a la conclusión de que ésta
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fue adecuada, lo cual incluso se corrobora con la prueba documental consistente en el dictamen médico de los peritos oficiales de la Coordinación de Planeación, Desarrollo e Innovación Institucional de la Procuraduría General de la República, en el sentido de que fue oportuno y adecuado el tratamiento médico brindado por la actora, por lo que la juzgadora sí apreció el mérito de convicción de los dictámenes. VOTACIÓN: Unanimidad Mayoría Voto*
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