El gran valor de esta iglesia es que es el único templo donde los franciscanos, que evangelizaron el antiguo México, permitieron que los indígenas plasmaran sus inquietudes artísticas y religiosas. Los indígenas de Tonantzintla quisieron representar en la cúpula de la capilla el cielo de Tláloc, el dios de la lluvia. Y cada carita que se ve, no es un ángel, sino un indígena que murió por un rayo o ahogado y reencarnó en este cielo.
La pregunta obligada en Tonantzintla es: ¿cuántas caritas -todas de rasgos indígenas- hay en la cúpula de la capilla? Sería extenuante intentar contarlas. Se podría afirmar que no hay ni un centímetro libre en el interior de la iglesia. Su exuberante decoración con motivos indígenas, flores, frutas y plantas expone una mezcla entre el mundo prehispánico y el mundo cristiano.
Si se observa como un cielo cristiano, la cúpula es un cielo dedicado a la Virgen María. Si se mira como un cielo indígena, es un cielo dedicado a Tonantzin
La cúpula, es originaria del año 1600. Todo lo demás fue agregado por la gente del pueblo a través de los años: cuatro retablos de madera cedro laminados en oro, imágenes de San Antonio de Padua, San Francisco de Asis, pinturas de frutos mexicanos: capulines, tejocotes, nanches, guayabas, zapotes, calabazas, cacao.
Foto: Erendira Chavez
Fuente foto:http://www.flickr.com/photos/lahernandez/1578546261/
ESCUELA NACIONAL PREPARTORIA
Plantel 2
ERASMO CASTELLANOS QUINTO
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