Semana del 30 de May al 05 de Junio
2016
[TESOROS DE LA BIBLIA] [SEAMOS MEJORES
MAESTROS] [NUESTRA VIDA CRISTIANA]
[ATALAYA]
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GRACIAS!!
30 de mayo a 5 de junio
SALMOS 26-33
Canción 23 y oración
Palabras de introducción (3 mins. o menos)
TESOROS DE LA BIBLIA
“Pidámosle valor a Jehová” (10 mins.):
Sl 27:1-3. Pensar que Jehová es nuestra luz nos da
valor (w12 15/7 págs. 22, 23 párrs. 3-6).
(Salmo 27:1-3) Jehová es mi luz y mi salvación. ¿De
quién he de temer? Jehová es la plaza fuerte de mi vida.
¿De quién he de sentir pavor? 2 Cuando los
malhechores se acercaron contra mí para comer mi
carne, ellos, que eran mis adversarios y mis enemigos
personalmente, ellos mismos tropezaron
y cayeron. 3 Aunque arme tienda contra mí un
campamento, mi corazón no temerá. Aunque contra mí
se levante guerra, aun entonces estaré confiando.
“¿De quién he de sentir pavor?”
3. ¿En qué sentido es Jehová nuestra luz, pero qué
debemos hacer?
3 La metáfora “Jehová es mi luz” destaca el hecho de
que él nos libera de la ignorancia y la oscuridad
espirituales (Sal. 27:1). En sentido literal, una luz puede
revelar algún peligro u obstáculo que haya en nuestro
camino. Sin embargo, no lo elimina, así que hemos de
actuar en consonancia con lo que vemos. De igual
modo, Jehová nos revela el significado básico de los
sucesos mundiales, nos advierte de los peligros de este
sistema de cosas y nos da principios bíblicos que
siempre funcionan, pero debemos aplicar lo que
aprendemos. De esa forma actuaremos con verdadera
sabiduría, tal como el salmista que escribió: “Tu
mandamiento me hace más sabio que mis enemigos
[...]. He llegado a tener más perspicacia que todos mis
maestros” (Sal. 119:98, 99, 130).
4. a) ¿Por qué pudo decir David con total confianza:
“Jehová es [...] mi salvación”? b) ¿Cuándo en particular
será Jehová nuestra salvación?
4 A juzgar por lo que leemos en Salmo 27:1, David
debía de estar recordando que Jehová lo había salvado
en ocasiones anteriores. Por ejemplo, lo libró “de la
garra del león y de la garra del oso”. También le dio la
victoria sobre el gigante Goliat. Más tarde, lo protegió
cada vez que el rey Saúl trató de atravesarlo con una
lanza (1 Sam. 17:37, 49, 50; 18:11, 12; 19:10). ¡Con
razón pudo David decir con total confianza: “Jehová es
[...] mi salvación”! Durante “la gran tribulación” que se
aproxima, Jehová también protegerá a sus siervos, de
manera que será para ellos lo que fue para David: su
salvación (Rev. 7:14; 2 Ped. 2:9).
RECORDEMOS TODAS SUS VICTORIAS
5, 6. a) ¿Cómo pueden los recuerdos infundirnos valor?
b) ¿Por qué nos infunde valor analizar lo que Jehová ha
hecho por sus siervos?
5 Un factor importante para cultivar el valor se pone de
manifiesto en Salmo 27:2, 3 (léase). David rememoró
ocasiones en las que Jehová lo había librado de
diversos peligros (1 Sam. 17:34-37). Pensar en ello le
infundió plena confianza para encarar hasta la peor de
las adversidades. ¿Y usted? ¿Recuerda cómo Jehová le
ayudó en el pasado? ¿Le infunden valor esos
recuerdos? Por ejemplo, ¿oró intensamente respecto a
algún problema grave y entonces vio cómo Jehová le
dio sabiduría o fuerzas para afrontarlo? ¿O se acuerda
de cómo desaparecieron circunstancias que le impedían
servir a Dios con gozo, o de cómo se abrió ante usted
“una puerta grande” para ampliar su servicio sagrado?
(1 Cor. 16:9.) ¿Cómo se siente cuando medita en ello?
¿Verdad que esas experiencias lo convencen de que
Jehová puede ayudarlo a superar o aguantar hasta los
peores obstáculos o adversidades? (Rom. 5:3-5.)
6 ¿Y si un gobierno poderoso tramara exterminar a los
testigos de Jehová como pueblo organizado? En
tiempos modernos ha habido muchos hombres que lo
han intentado, pero han fracasado. Si reflexionamos en
lo que Jehová ha hecho por su pueblo anteriormente,
podremos mirar con confianza al futuro (Dan. 3:28).
Sl 27:4. Sentir aprecio por la adoración verdadera
nos da fuerzas (w12 15/7 pág. 24 párr. 7).
(Salmo 27:4) Una cosa he pedido a Jehová... es lo que buscaré, que pueda morar en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la agradabilidad de Jehová y para mirar con aprecio a su templo.
“¿De quién he de sentir pavor?”
7, 8. a) Según Salmo 27:4, ¿qué le pidió David a
Jehová? b) ¿Qué es el gran templo espiritual de
Jehová, y cómo lo adoramos en él?
7 Otro requisito esencial para ser valerosos es amar
la adoración pura (léase Salmo 27:4). En los días de
David, “la casa de Jehová” era el tabernáculo. Pero
David mismo hizo los preparativos para el templo, la
imponente estructura que su hijo Salomón construyó
después. Siglos más tarde, Jesús reveló que ya no
sería necesario adorar a Dios en un gran edificio que
contara con la bendición divina (Juan 4:21-23). En los
capítulos 8 a 10 de Hebreos, el apóstol Pablo indicó
que llegó a existir un gran templo espiritual en el año
29 de nuestra era, cuando Jesús se bautizó y se
presentó para hacer la voluntad de Jehová (Heb.
10:10). Este gran templo espiritual es el sistema que
Dios ha establecido para que podamos acercarnos a
él mediante nuestra fe en el sacrificio redentor de
Jesús. ¿Cómo lo adoramos en ese templo? Orando
“con corazones sinceros en la plena seguridad de la
fe”, declarando nuestra esperanza públicamente sin
titubear y animando a otros siervos de Dios en las
reuniones de la congregación y en la adoración en
familia (Heb. 10:22-25). Valorar la adoración pura
nos fortalece en estos críticos últimos días.
Sl 27:10. Jehová está dispuesto a apoyar a sus
leales cuando otros los abandonan (w12 15/7
pág. 24 párrs. 9, 10).
(Salmo 27:10) En caso de que mi propio padre y mi propia madre de veras me dejaran, aun Jehová mismo me acogería.
“¿De quién he de sentir pavor?”
9, 10. ¿Qué significa la garantía expresada en Salmo
27:10?
9 David expresa su plena confianza en la ayuda de
Jehová con estas vigorosas palabras: “En caso de que
mi propio padre y mi propia madre de veras me
dejaran, aun Jehová mismo me acogería” (Sal. 27:10).
Los sucesos relatados en el capítulo 22 de Primero de
Samuel nos llevan a la conclusión de que los padres
de David no lo abandonaron. Sin embargo, en
nuestros tiempos hay muchos siervos de Dios que sí
han tenido que sufrir el total rechazo de su familia y
que han encontrado ayuda y protección en la
afectuosa congregación cristiana.
10 Puesto que Jehová está dispuesto a apoyar a sus
leales cuando otros los abandonan, ¿no los sostendrá
también en cualquier otro tipo de dificultad? Por
ejemplo, si nos preocupa cómo llevar el pan a casa,
podemos estar seguros de que Jehová nos ayudará
(Heb. 13:5, 6). Él entiende las circunstancias y
necesidades de todos sus siervos fieles.
Busquemos perlas escondidas (8 mins.):
Sl 26:6. ¿De qué modo marchamos simbólicamente
alrededor del altar de Jehová como hizo David? (w06
15/5 pág. 19 párr. 11).
(Salmo 26:6) Lavaré mis manos en la inocencia misma,
y ciertamente marcharé alrededor de tu altar, oh Jehová,
Puntos sobresalientes del libro primero de los Salmos
26:6. ¿De qué modo marchamos simbólicamente
alrededor del altar de Jehová como hizo David? Este
altar representa la voluntad de Jehová de aceptar el
sacrificio de Jesucristo para redimir a la humanidad
(Hebreos 8:5; 10:5-10). Nosotros marchamos
alrededor del altar de Jehová al poner fe en ese
sacrificio.
Sl 32:8. ¿Cuál es uno de los beneficios de recibir la
perspicacia que da Jehová? (w09 1/6 pág. 5 párr.
3).
(Salmo 32:8) “Te haré tener perspicacia, y te instruiré en el camino en que debes ir. Ciertamente daré consejo con mi ojo sobre ti.
La mejor guía para la vida
En las Escrituras, Dios hace esta promesa: “Te haré
tener perspicacia, y te instruiré en el camino en que
debes ir. Ciertamente [te] daré consejo” (Salmo 32:8).
Como vemos, Dios no solo nos da consejos, sino
también perspicacia, es decir, capacidad para analizar
las situaciones en profundidad. Gracias a ella,
podemos encaminar nuestra vida en la dirección
correcta, en lugar de desperdiciarla yendo tras
ambiciones vacías.
¿Qué me enseña sobre Jehová la lectura bíblica de
esta semana?
¿Qué ideas de la lectura bíblica de esta semana
pueden servirme en la predicación?
Lectura de la Biblia (4 mins. o menos): Sl 32:1-33:8
(Salmos 32:1-33:8) Feliz es aquel cuya sublevación le es perdonada, cuyo pecado le es cubierto.
2 Feliz es el
hombre en cuya cuenta Jehová no imputa error, y en cuyo espíritu no hay engaño.
3 Cuando me quedé
callado, se me gastaron los huesos por mi gemir todo el día.
4 Porque día y noche tu mano estaba pesada sobre
mí. La humedad de mi vida se ha cambiado como en el calor seco del verano. Sélah.
5 Por fin te confesé mi
pecado, y no encubrí mi error. Dije: “Haré confesión acerca de mis transgresiones a Jehová”. Y tú mismo perdonaste el error de mis pecados. Sélah.
6 Debido a
esto, todo el que es leal te orará tan sólo en el tiempo que se te pueda hallar. En cuanto a la inundación de muchas aguas, no lo tocarán a él mismo.
7 Tú eres un
escondrijo para mí; me salvaguardarás de la angustia misma. Me cercarás con gritos de gozo al proveer escape. Sélah.
8 “Te haré tener perspicacia, y te
instruiré en el camino en que debes ir. Ciertamente daré consejo con mi ojo sobre ti.
9 No se hagan como un
caballo o mulo sin entendimiento, cuya fogosidad ha de reprimirse hasta por un freno o cabestro antes que se acerquen a ti.”
10 Son muchos los dolores que tiene el
inicuo; pero en cuanto al que confía en Jehová, la bondad amorosa misma lo cerca.
11 Regocíjense en
Jehová y estén gozosos, ustedes los justos; y clamen gozosamente, todos ustedes los que son rectos de corazón.
33 Clamen gozosamente, oh justos, a causa de Jehová. De parte de los rectos la alabanza es propia.
2 Den
gracias a Jehová con el arpa; con un instrumento de diez cuerdas prodúzcanle melodía.
3 Cántenle una
canción nueva; esmérense en tocar las cuerdas junto con gozoso gritar.
4 Porque la palabra de Jehová
es recta, y toda su obra es en fidelidad. 5 Él es amador
de justicia y derecho. De la bondad amorosa de Jehová está llena la tierra.
6 Por la palabra de Jehová los cielos
mismos fueron hechos, y por el espíritu de su boca todo el ejército de ellos.
7 Él está reuniendo como por una
presa las aguas del mar, poniendo en almacenes las aguas agitadas.
8 Teman a Jehová [los de] toda la
tierra. Ante él atemorícense todos los habitantes de la tierra productiva.
SEAMOS MEJORES MAESTROS
Primera conversación (2 mins. o menos): kt. Lea
un texto bíblico usando su teléfono o tableta.
Revisita (4 mins. o menos): Demuestre cómo
ofrecer un curso bíblico a alguien a quien le lleva
mensualmente las revistas enseñándole el video
¿Cómo son nuestros cursos bíblicos? desde JW
Library.
Curso bíblico (6 mins. o menos): jl lección 9. De
manera breve, enséñele al estudiante cómo
puede usar JW Library para prepararse las
reuniones.
LECCIÓN 9
¿Cuál es la mejor forma de prepararse para las
reuniones?
Un testigo de Jehová estudiando para una reunión de
congregación
Camboya
Un testigo de Jehová estudiando para una reunión de
congregación
Una testigo de Jehová participando en una reunión
Ucrania
Si usted estudia la Biblia con un testigo de Jehová,
seguramente trata de preparar de antemano la
lección. A fin de conseguir mayores beneficios,
conviene hacer lo mismo para las reuniones.
Obtendrá los mejores resultados si se ciñe a un
programa.
Determine cuándo y dónde estudiar. ¿En qué
momento del día puede concentrarse mejor?
¿Temprano en la mañana antes de empezar a
trabajar, o tarde en la noche cuando los niños ya
están acostados? Incluso si no dispone de mucho
tiempo, determine cuánto va a dedicar al estudio y no
deje que nada lo desvíe de su objetivo. Busque un
lugar tranquilo y elimine las distracciones apagando
la radio, la televisión y el teléfono. Orar antes de
comenzar le ayudará a olvidar las inquietudes del día
y concentrarse en la Palabra de Dios (Filipenses 4:6,
7).
Marque las palabras clave y esté listo para participar.
Empiece por hacerse una idea general del tema.
Fíjese en el título del artículo o capítulo, observe
cómo cada subtítulo se relaciona con el tema,
examine las láminas y lea las preguntas de repaso que
resaltan las ideas centrales. Luego, lea cada párrafo y
busque la respuesta a la pregunta correspondiente.
Busque en la Biblia los textos que no están copiados y
trate de ver cómo sustentan el tema (Hechos 17:11).
Cuando encuentre la respuesta, subraye o resalte
unas pocas palabras o frases clave que le ayuden a
recordarla. Así, durante la reunión podrá levantar la
mano si lo desea y hacer un breve comentario con sus
propias palabras.
Examinando los distintos temas que se tratan cada
semana en las reuniones, usted añadirá nuevas ideas
a su “tesoro” de conocimiento bíblico (Mateo 13:51,
52).
¿Cómo puede planificar un programa de estudio para
las reuniones?
¿Cómo puede prepararse para hacer un comentario
en la reunión?
PARA SABER MÁS
Siguiendo el método expuesto arriba, prepárese para
el Estudio de La Atalaya o el Estudio Bíblico de la
Congregación. Con la ayuda de su maestro, prepare
un comentario para la próxima reunión.
NUESTRA VIDA CRISTIANA
Canción 130
Necesidades de la congregación (15 mins.): Como
alternativa, analice con el auditorio las lecciones que
podemos sacar del Anuario (yb16 págs. 112, 113;
135, 136).
INDONESIA
Un precursor muy valiente
André Elias
AÑO DE NACIMIENTO: 1915
AÑO DE BAUTISMO: 1940
OTROS DATOS: Fue un precursor valiente que se
mantuvo firme ante interrogatorios y amenazas.
André Elias
DURANTE la segunda guerra mundial, el hermano
Elias y su esposa, Josephine, comparecieron ante las
autoridades en Sukabumi (Java Occidental) en el
cuartel general de la temida Kempeitai, la policía
militar japonesa. Interrogaron primero a André y lo
bombardearon con preguntas como: “¿Quiénes son
los testigos de Jehová? ¿Eres enemigo del gobierno
japonés? ¿Eres un espía?”.
“Somos siervos del Dios todopoderoso y no hemos
hecho nada malo”, respondió André. Entonces el
comandante bajó de la pared una espada samurái y la
sostuvo en alto.
“¡Debería matarte ya!”, vociferó. André apoyó la
cabeza en el escritorio y oró en silencio. Tras una
larga pausa se oyeron unas risotadas. “¡Eres muy
valiente!”, le dijo el comandante. A continuación
llamó a Josephine. Al ver que su testimonio coincidía
con el de André, gritó: “¡Ustedes no son espías... largo
de aquí!”
Varios meses después, André fue delatado por “falsos
hermanos” y encarcelado (2 Cor. 11:26). Durante
varios meses, sobrevivió comiendo desperdicios que
recogía del desagüe de la celda. Los carceleros no
consiguieron que transigiera. Cuando Josephine pudo
visitarlo, André le dijo susurrando a través de las
rejas: “No te preocupes. Sea que me maten o me
liberen, seguiré fiel a Jehová. Prefiero morir antes que
convertirme en un traidor”.
Tras pasar seis meses en la cárcel, André se encargó
de su propia defensa ante el Tribunal Supremo de
Yakarta y fue puesto en libertad.
Alrededor de 30 años después, cuando el gobierno
indonesio prohibió de nuevo a los testigos de Jehová,
el fiscal de distrito de Manado (Célebes
Septentrional) citó a André en su oficina.
—¿Sabía usted que los testigos de Jehová están
prohibidos? —preguntó.
—Sí, señor —respondió André.
—Entonces, ¿ya está listo para cambiar de religión?
—añadió el fiscal.
André se inclinó hacia adelante y, con un expresivo
gesto, se golpeó el pecho y declaró con toda
convicción: “¡Ni arrancándome el corazón lograrán
que cambie de fe!”.
El fiscal le pidió a André que se marchara y nunca
volvió a molestarlo.
André murió en el año 2000, a la edad de 85 años,
después de haber sido un entusiasta precursor por
unos sesenta años.
Violencia en Sumba
Cuando las noticias de la prohibición llegaron a todo
el archipiélago, la Comunión de Iglesias de Indonesia
pidió a sus miembros que informaran a las
autoridades de cualquier actividad de los Testigos.
Esto desencadenó una ola de arrestos e
interrogatorios en muchas islas.
En Waingapu (isla de Sumba), el comandante militar
de distrito llamó a 23 hermanos a su campamento
para exigirles que firmaran una declaración de
renuncia a su fe. Como los hermanos se negaron, el
comandante les ordenó presentarse al día siguiente.
Los 23 tuvieron que caminar 14 kilómetros (8 millas)
de ida y vuelta.
A la mañana siguiente, se presentaron ante el
comandante, que les hizo dar un paso al frente uno
por uno para firmar la declaración. Cuando se
negaban, los soldados usaban ramas espinosas para
golpearlos con tanta brutalidad que los hermanos a
veces caían inconscientes. Todos lo veían mientras
esperaban su turno. De repente, el joven Mone Kele
dio un paso adelante y escribió algo en la declaración.
Los corazones de los otros hermanos se encogieron,
mientras que el comandante enloqueció de rabia.
Mone había escrito: “Estoy decidido a ser testigo de
Jehová para siempre”. Lo golpearon tanto que
terminó en el hospital. Aun así, su amistad con Jehová
permaneció intacta.
Durante once días, el comandante trató de hacer que
los hermanos renegaran de su fe. Los obligaba a estar
parados todo el día bajo el sol tropical, y los forzaba a
gatear varios kilómetros y correr largas distancias
cargando mucho peso. Además, mientras les ponía
una bayoneta en el cuello, les ordenaba saludar la
bandera. Con todo, los hermanos se negaban y el
comandante ordenaba que los golpearan todavía más.
Cada mañana, los hermanos caminaban fatigados
hasta el campamento, sin saber qué torturas sufrirían
ese día. Por el camino, oraban juntos y se animaban
los unos a los otros a mantenerse leales. Y cada
noche, volvían a sus casas doloridos y
ensangrentados, arrastrando los pies, pero felices de
haber sido fieles a Jehová un día más.
Al enterarse, los hermanos de la sucursal enviaron
varios telegramas protestando por el maltrato que
recibían aquellos Testigos. Los destinatarios eran el
máximo comandante de Yakarta, el comandante de
división de Bali, el comandante regional de Timor, el
comandante de Waingapu y otras autoridades. El
oficial de Waingapu se avergonzó de la difusión por
todo el país de sus actos crueles, y dejó de perseguir a
los hermanos.
Estudio bíblico de la congregación (30 mins.): ia
cap. 16 párrs. 16-29, el recuadro “Una profecía
cumplida” y las preguntas de repaso del capítulo.
Fue valiente y habló
16, 17. a) ¿Cuándo le llegó el “tiempo de hablar” a
Ester? b) ¿En qué sentido era Ester distinta de
Vasti?
16 Ester no se atreve a seguir poniendo a prueba la
paciencia de su esposo, así que decide contarle todo
en el segundo banquete. Pero ¿cómo hacerlo? El rey
mismo se lo pone en bandeja cuando vuelve a
preguntarle qué es lo que desea pedirle (Est. 7:2). Por
fin ha llegado el “tiempo de hablar”.
(Ester 7:2) El rey ahora dijo a Ester también el segundo
día durante el banquete de vino: “¿Cuál es tu petición,
oh Ester la reina? Que aun se te dé. ¿Y cuál es tu
solicitud? ¡Hasta la mitad de la gobernación real... que
aun sea hecho!”.
17 Ahora bien, ¿qué hace Ester antes de responder al
rey? No es difícil imaginarla haciéndole una oración
silenciosa a Dios. Y entonces, con valentía, pronuncia
estas palabras: “Si he hallado favor a tus ojos, oh rey,
y si al rey de veras le parece bien, que se me dé mi
propia alma por petición mía, y mi pueblo por
solicitud mía” (Est. 7:3). Observemos que le asegura
al rey que respetará su decisión. ¡Qué distinta de
Vasti, la reina anterior, que había humillado a
propósito a su esposo! (Est. 1:10-12.) Lo que es más,
Ester no lo critica por la insensatez de confiar en
Hamán. Más bien, le suplica que la proteja porque su
vida corre peligro.
(Ester 7:3) Ante esto, Ester la reina contestó y dijo: “Si he hallado favor a tus ojos, oh rey, y si al rey de veras le parece bien, que se me dé mi propia alma por petición mía, y mi pueblo por solicitud mía.
(Ester 1:10-12) Al séptimo día, cuando el corazón del rey estaba de humor alegre por el vino, él dijo a Mehumán, Biztá, Harboná, Bigtá y Abagtá, Zetar y Carcás, los siete oficiales de la corte que ministraban a la persona del rey Asuero,
11 que trajeran ante el rey a
Vasti la reina, con su adorno de realeza puesto sobre la cabeza, para mostrar a los pueblos y a los príncipes su belleza; porque era de hermosa apariencia.
12 Pero la
reina Vasti siguió rehusando venir de acuerdo con la palabra del rey que se le [transmitió] mediante los oficiales de la corte. Ante esto, el rey se indignó en gran manera, y su furia misma se encendió dentro de él.
18. ¿Cómo le expuso Ester el problema al rey?
18 Sin duda, la solicitud de Ester conmueve y, al
mismo tiempo, asombra al rey. ¿Cómo es posible que
alguien se haya atrevido a amenazar de muerte a la
reina? Ella prosigue: “Hemos sido vendidos, yo y mi
pueblo, para que se nos aniquile, mate y destruya.
Ahora bien, si se nos hubiera vendido para
simplemente ser esclavos y simplemente ser siervas,
me habría quedado callada. Pero la angustia no es
apropiada cuando resulta en perjuicio para el rey”
(Est. 7:4). Notemos que Ester expone con franqueza
el problema, pero añade que se habría quedado
callada si ella y su pueblo hubieran sido vendidos
como esclavos. Sin embargo, ella tenía que hablar,
porque el genocidio que se planeaba ejecutar también
perjudicaría al propio rey.
(Ester 7:4) Porque hemos sido vendidos, yo y mi
pueblo, para que se nos aniquile, mate y destruya.
Ahora bien, si se nos hubiera vendido para simplemente
[ser] esclavos y simplemente [ser] siervas, me habría
quedado callada. Pero la angustia no es apropiada
cuando [resulta en] perjuicio para el rey”.
19. ¿Qué nos enseña el ejemplo de Ester sobre
cómo tratar asuntos delicados?
19 Ester supo tratar un asunto delicado con sabiduría
y tacto, usando la persuasión. Su ejemplo nos enseña
que, si alguna vez necesitamos exponerle un
problema grave a un ser amado o a una persona con
autoridad, es importante que seamos pacientes,
respetuosos y sinceros (Prov. 16:21, 23).
(Proverbios 16:21) El que es sabio de corazón será llamado entendido, y el que es dulce de labios añade persuasiva.
(Proverbios 16:23) El corazón del sabio hace que su boca muestre perspicacia, y a sus labios añade persuasiva.
20, 21. a) ¿Cómo desenmascaró Ester a Hamán, y
cuál fue la reacción inicial del rey? b) ¿Qué hizo
Hamán cuando salió a la luz que era un cobarde
manipulador?
20 Al escuchar las palabras de Ester, Asuero le
pregunta: “¿Quién es este, y precisamente dónde está
el que se ha envalentonado para obrar así?”. Imagine
a Ester señalando con el dedo mientras dice: “El
hombre, el adversario y enemigo, es este miserable
Hamán”. Todo parece detenerse por un instante.
Hamán siente cómo el pánico va apoderándose de él.
Una mirada al enfurecido rostro de Asuero le basta
para entender que su situación es desesperada: el rey
ha comprendido que su consejero de confianza lo ha
manipulado. ¡Le hizo firmar un decreto que
significaría la muerte de su amada esposa! Sintiendo
que la ira lo domina, Asuero sale a toda prisa al
jardín, en un intento por calmarse (Est. 7:5-7).
(Ester 7:5-7) El rey Asuero ahora dijo, sí, pasó a decir a
Ester la reina: “¿Quién es este, y precisamente dónde
está el que se ha envalentonado para obrar así?”. 6 Entonces Ester dijo: “El hombre, el adversario y
enemigo, es este miserable Hamán”. En cuanto a
Hamán, se aterrorizó a causa del rey y de la reina. 7 En
cuanto al rey, él se levantó en su furia del banquete de
vino [para ir] al jardín del palacio; y Hamán mismo se
puso de pie para presentar solicitud por su alma a Ester
la reina, porque vio que lo malo había sido determinado
contra él por el rey.
21 Expuesto como el cobarde manipulador que es,
Hamán cae a los pies de la reina para pedirle
clemencia. Cuando el rey vuelve a entrar y lo ve
rogándole a Ester encima de su diván, se enfurece y lo
acusa de intentar violar a la reina en su propio
palacio. ¡Hamán ha firmado su sentencia de muerte!
Acto seguido, se lo llevan con el rostro cubierto.
Entonces, un funcionario le revela al rey que su
malvado consejero había levantado un enorme
madero para colgar a Mardoqueo. De inmediato,
Asuero toma una tajante decisión: ¡el propio Hamán
será colgado en él! (Est. 7:8-10.)
(Ester 7:8-10) Y el rey mismo volvió del jardín del
palacio a la casa del banquete de vino; y Hamán estaba
caído sobre el lecho en que estaba Ester. En
consecuencia, el rey dijo: “¿Acaso también se ha de
forzar a la reina, estando yo en la casa?”. La palabra
misma salió de la boca del rey, y a Hamán le cubrieron
el rostro. 9 Harboná, uno de los oficiales de la corte
delante del rey, ahora dijo: “También, el madero que
Hamán hizo para Mardoqueo, el que había hablado lo
bueno respecto al rey, está plantado en casa de
Hamán... cincuenta codos de alto”. A lo que dijo el rey:
“Cuélguenlo en él”. 10
Y procedieron a colgar a Hamán
en el madero que él había preparado para Mardoqueo; y
la furia misma del rey se apaciguó.
22. ¿Cómo nos enseña el ejemplo de Ester que
nunca debemos perder la fe ni la esperanza?
22 En el mundo en que vivimos, es fácil llegar a
pensar que la justicia nunca triunfará. ¿Se ha sentido
usted alguna vez así? Ester jamás perdió la fe y la
esperanza, ni tampoco se amargó. Llegado el
momento, se puso con valor de parte de la justicia y
dejó los asuntos en manos de Jehová. Hagamos
nosotros igual. Dios sigue siendo el mismo que en
aquel entonces. Sigue siendo capaz de atrapar en sus
propias trampas a quienes actúan con maldad y
astucia, tal como hizo en el caso de Hamán (lea Salmo
7:11-16).
(Salmo 7:11-16) Dios es un Juez justo, y Dios está
arrojando denunciaciones todos los días. 12
Si alguien
no regresa, Él afilará su espada, ciertamente doblará su
arco, y lo alistará [para disparar]. 13
Y para sí mismo
tiene que preparar los instrumentos de muerte; hará que
sus flechas sean llameantes. 14
¡Mira! Hay quien está
preñado de lo que es perjudicial, y ha concebido
conturbación, y de seguro dará a luz falsedad. 15
Un
hoyo ha excavado, y procedió a cavarlo; pero caerá en
el agujero [que] él se puso a hacer. 16
Su conturbación
volverá sobre su propia cabeza, y sobre la coronilla de
su cabeza descenderá su propia violencia.
Defendió con altruismo a Jehová y su pueblo
23. a) ¿Cómo recompensó el rey a Mardoqueo y a
Ester? b) ¿Cómo se cumplió la profecía de Jacob
acerca de Benjamín? (Vea el recuadro “Una
profecía cumplida”.)
23 Finalmente, el rey se entera de que Mardoqueo no
solo es el leal súbdito que impidió su asesinato, sino
también el padre adoptivo de Ester, y lo nombra
primer ministro en lugar de Hamán. A Ester le da la
casa y la inmensa fortuna de Hamán, y ella las pone a
cargo de Mardoqueo (Est. 8:1, 2).
(Ester 8:1, 2) Aquel día el rey Asuero dio a Ester la
reina la casa de Hamán, el que estuvo mostrando
hostilidad a los judíos; y Mardoqueo mismo entró
delante del rey, porque Ester había informado lo que él
era respecto a ella. 2 Entonces el rey se quitó el anillo de
sellar que le había quitado a Hamán y se lo dio a
Mardoqueo; y Ester pasó a colocar a Mardoqueo sobre
la casa de Hamán.
24, 25. a) ¿Por qué no se dio por satisfecha la
reina tras poner al descubierto el complot de
Hamán? b) ¿Cómo volvió a arriesgar su vida
Ester?
24 Ahora que Ester y Mardoqueo ya están a salvo,
¿puede la reina respirar tranquila? Podría hacerlo si
fuera una mujer egoísta, pero ella no solo piensa en
su propio bienestar. En esos momentos, el decreto de
Hamán que ordena el exterminio de todos los judíos
está llegando hasta el último rincón del imperio.
Hamán había recurrido a lo que obviamente era una
práctica espiritista a fin de determinar el mejor día
para llevar a cabo su despiadado ataque. Dice la
Biblia que había echado la suerte, o, según el idioma
original, Pur (Est. 9:24-26). Todavía faltan meses
para que llegue ese día, pero se va acercando
rápidamente. ¿Podrá evitarse la tragedia?
(Ester 9:24-26) Porque Hamán hijo de Hamedata, el
agaguita, el que mostró hostilidad a todos los judíos,
había tramado él mismo contra los judíos para
destruirlos, y había hecho echar Pur, es decir, la Suerte,
para inquietarlos y destruirlos. 25
Pero cuando Ester
entró delante del rey, él dijo con el documento escrito:
“Que esta mala trama que él ha tramado contra los
judíos recaiga sobre su propia cabeza”; y los colgaron a
él y a sus hijos en el madero. 26
Por eso llamaron a
estos días Purim, por el nombre del Pur. Por eso, de
acuerdo con todas las palabras de esta carta, y lo que
habían visto en cuanto a esto, y lo que les había
sobrevenido,
25 Con altruismo, sin pensar en ella misma, Ester
vuelve a arriesgar su vida presentándose otra vez
ante el rey sin una invitación oficial. Esta vez llora por
su pueblo y le suplica a su esposo que anule el
terrible edicto. Sin embargo, las leyes que se
promulgan en nombre de los monarcas persas no
pueden cambiarse (Dan. 6:12, 15). Por eso, el rey
faculta a Ester y a Mardoqueo para que dicten una ley
nueva. Como resultado, se envía un segundo decreto
que permite que los judíos luchen en su defensa. Los
mensajeros galopan hasta los confines del imperio
para llevarles la buena noticia, y la esperanza vuelve
a brillar en muchos corazones (Est. 8:3-16).
¿Podemos imaginarnos la escena? Judíos de todo el
inmenso territorio persa armándose y preparándose
para la batalla, algo que jamás habrían podido hacer
sin el nuevo edicto. Pero quedaba por ver otra
cuestión más importante aún: ¿apoyaría “Jehová de
los ejércitos” a su pueblo? (1 Sam. 17:45.)
(Daniel 6:12) Entonces fue cuando se acercaron y estuvieron diciendo delante del rey, acerca del entredicho del rey: “¿No hay un entredicho que has firmado en el sentido de que cualquier hombre que haga petición de cualquier dios u hombre por treinta días excepto de ti, oh rey, sea arrojado en el foso de los leones?”. El rey respondía y decía: “El asunto está bien establecido según la ley de los medos y los persas, que no se anula”.
(Daniel 6:15) Finalmente estos hombres físicamente capacitados mismos entraron en tropel al rey, y estuvieron diciendo al rey: “Fíjate, oh rey, que la ley que pertenece a los medos y los persas es que cualquier entredicho o estatuto que el rey mismo establece no ha de ser cambiado”.
(Ester 8:3-16) Además, Ester volvió a hablar delante del rey y cayó ante sus pies y lloró y suplicó el favor de él para que apartara la maldad de Hamán el agaguita, y su trama que este había tramado contra los judíos. 4 Entonces el rey extendió el cetro de oro hacia Ester,
por lo cual Ester se levantó y estuvo de pie delante del rey.
5 Ella ahora dijo: “Si al rey de veras le parece bien, y
si he hallado favor ante él, y la cosa es correcta ante el rey, y yo soy buena a sus ojos, que se escriba para deshacer los documentos escritos, la trama de Hamán hijo de Hamedata el agaguita, que él escribió para destruir a los judíos que están en todos los distritos jurisdiccionales del rey.
6 Pues ¿cómo podré [soportarlo]
cuando tenga que mirar la calamidad que hallará a mi pueblo, y cómo podré [soportarlo] cuando tenga que mirar la destrucción de mis parientes?”.
7 Así que el rey
Asuero dijo a Ester la reina y a Mardoqueo el judío: “¡Miren! La casa de Hamán la he dado a Ester, y a él lo han colgado en el madero, por razón de que alargó la mano contra los judíos.
8 Y ustedes mismos escriban a
favor de los judíos de acuerdo con lo que sea bueno a sus propios ojos, en nombre del rey, y séllen[lo] con el anillo de sellar del rey; pues un escrito que se escribe en nombre del rey y se sella con el anillo de sellar del rey no es posible deshacerlo”.
9 En conformidad, se llamó a
los secretarios del rey en aquel tiempo, en el tercer mes, es decir, el mes de Siván, el [día] veintitrés de él; y se efectuó la escritura conforme a todo lo que Mardoqueo ordenó a los judíos y a los sátrapas y a los gobernadores y a los príncipes de los distritos jurisdiccionales que había desde la India hasta Etiopía, ciento veintisiete distritos jurisdiccionales, [a] cada distrito jurisdiccional en su propio estilo de escribir y [a] cada pueblo en su propia lengua, y a los judíos en su propio estilo de escribir y en su propia lengua.
10 Y él
procedió a escribir en el nombre del rey Asuero y a
sellar con el anillo de sellar del rey, y a enviar documentos escritos por mano de los correos a caballo, montados en caballos de posta usados en el servicio real, hijos de yeguas veloces,
11 que el rey otorgaba
[permiso] a los judíos que se hallaban en todas las diferentes ciudades para congregarse y ponerse de pie en defensa de sus almas, para aniquilar y matar y destruir a toda la fuerza del pueblo y del distrito jurisdiccional que estuviera mostrándoles hostilidad, pequeñuelos y mujeres, y para saquear su despojo, 12
en un mismo día en todos los distritos jurisdiccionales del rey Asuero, el [día] trece del mes duodécimo, es decir, el mes de Adar.
13 Una copia del escrito había de
darse como ley en todas partes de todos los diferentes distritos jurisdiccionales, publicada a todos los pueblos, a fin de que los judíos estuvieran listos para este día, para vengarse en sus enemigos.
14 Los correos mismos,
montados en caballos de posta usados en el servicio real, salieron, instados adelante e impelidos a velocidad por la palabra del rey; y la ley misma se dio en Susa el castillo.
15 En cuanto a Mardoqueo, él salió de delante
del rey en ropaje regio de paño azul y lino, con una corona grande de oro, y una capa de tela finísima, aun de lana teñida de púrpura rojiza. Y la ciudad de Susa misma lanzó chillidos [de alegría] y estuvo gozosa. 16
Para los judíos hubo luz y regocijo y alborozo y honra.
(1 Samuel 17:45) A su vez, David dijo al filisteo: “Tú vienes a mí con una espada y con una lanza y con una jabalina, pero yo voy a ti con el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de las líneas de batalla de Israel, a quien tú has desafiado con escarnio.
26, 27. a) ¿Cómo fue la victoria que Jehová le dio a
su pueblo? b) ¿Qué profecía se cumplió con la
muerte de los hijos de Hamán?
26 Cuando por fin llega el día designado, el pueblo de
Dios está listo. De hecho, muchos funcionarios persas
se han puesto de su lado, pues la noticia de que el
nuevo primer ministro es Mardoqueo el judío se ha
extendido por todo el imperio. ¡Qué gran victoria
otorga Jehová a su pueblo! A fin de protegerlo de
terribles represalias, se encarga de que sus enemigos
sufran una derrota total (Est. 9:1-6).* Nota: * El rey
concedió a los judíos un segundo día para aniquilar a
sus enemigos (Est. 9:12-14). Hasta el día de hoy, los
judíos conmemoran esa victoria todos los años en el
mes de adar, que corresponde a finales de febrero y
principios de marzo. Es la fiesta de Purim, llamada así
por las suertes que echó Hamán en su empeño por
destruir al pueblo de Israel.
(Ester 9:1-6) Y en el mes duodécimo, es decir, el mes
de Adar, en el día trece de este, cuando la palabra del
rey y su ley habían de ser ejecutadas, en el día que los
enemigos de los judíos habían esperado para
enseñorearse dominantemente de ellos, aun hubo un
volverse a lo contrario, puesto que los judíos mismos se
enseñorearon dominantemente de los que los odiaban. 2 Los judíos se congregaron en sus ciudades, en todos
los distritos jurisdiccionales del rey Asuero, para echar
mano a los que buscaban su perjuicio, y ningún hombre
se mantuvo firme ante ellos, porque el pavor de ellos
había caído sobre todos los pueblos. 3 Y todos los
príncipes de los distritos jurisdiccionales, y los sátrapas,
y los gobernadores, y los que manejaban el negocio que
pertenecía al rey estaban ayudando a los judíos, porque
el pavor de Mardoqueo había caído sobre ellos. 4 Porque Mardoqueo era grande en la casa del rey, y su
fama corría por todos los distritos jurisdiccionales,
porque el hombre Mardoqueo iba engrandeciéndose
más y más. 5 Y los judíos se pusieron a derribar a todos
sus enemigos con un degüello a espada, y con una
matanza y destrucción, y fueron haciendo conforme a su
gusto con los que los odiaban. 6 Y en Susa el castillo los
judíos mataron, y hubo una destrucción de quinientos
hombres.
27 Además, a los diez hijos de Hamán también se les
ha dado muerte, por lo que Mardoqueo podrá
administrar sin peligro la que anteriormente fue la
casa de ellos (Est. 9:7-10). De este modo, Dios
cumplió su profecía de destruir por completo a los
amalequitas, que habían demostrado ser enemigos
declarados de su pueblo (Deut. 25:17-19). Es muy
posible que los hijos de Hamán fueran los últimos
miembros de esa nación condenada a desaparecer.
(Ester 9:7-10) También a Parsandatá y Dalfón y Aspatá 8 y Poratá y Adalía y Aridatá
9 y Parmastá y Arisai y
Aridai y Vaizata 10
—los diez hijos de Hamán hijo de Hamedata, el que mostró hostilidad a los judíos— los mataron; pero en el botín no pusieron la mano.
(Deuteronomio 25:17-19) ”Debe haber un recordar de lo que Amaleq te hizo en el camino cuando ustedes iban saliendo de Egipto,
18 cómo salió a tu encuentro en el
camino y procedió a herir en tu zaga a todos los que venían rezagados tras de ti, mientras te hallabas agotado y fatigado; y no temió a Dios.
19 Y tiene que
suceder que cuando Jehová tu Dios te haya dado
descanso de todos tus enemigos en derredor en la tierra que Jehová tu Dios te da como herencia para tomar posesión de ella, debes borrar la mención de Amaleq de debajo de los cielos. No debes olvidar.
28, 29. a) ¿Por qué era la voluntad de Jehová que
su pueblo luchara en tiempos de Ester? b) ¿En qué
sentido es una bendición contar con el ejemplo de
Ester?
28 La joven Ester tuvo que asumir responsabilidades
muy serias, como dictar decretos reales que
implicarían luchas y ejecuciones. Sin duda, aquella
tarea no debió ser nada fácil. Pero la voluntad de
Jehová exigía que su pueblo no fuera exterminado,
pues de la nación de Israel saldría el Mesías
prometido, la única esperanza para la humanidad
(Gén. 22:18). Afortunadamente, los siervos de Dios de
la actualidad ya no tenemos necesidad de participar
en luchas de ese tipo, pues cuando Jesús vino a la
Tierra, prohibió a sus discípulos que tomaran las
armas (Mat. 26:52).
(Génesis 22:18) Y mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra debido a que has escuchado mi voz‟”.
(Mateo 26:52) Entonces Jesús le dijo: “Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que toman la espada perecerán por la espada.
29 No obstante, los cristianos sí participamos en una
lucha espiritual, ya que nuestro enemigo, Satanás,
está más ansioso que nunca por acabar con nuestra fe
en Jehová (lea 2 Corintios 10:3, 4). Pero podremos
salir victoriosos si imitamos el ejemplo de Ester. Ella
supo afrontar los problemas con tacto, sabiduría y
paciencia, siendo valerosa y defendiendo con
altruismo al pueblo de Dios. ¡Qué gran bendición es
contar con su ejemplo de fe!
(2 Corintios 10:3, 4) Porque aunque andamos en la
carne, no guerreamos según [lo que somos en la] carne. 4 Porque las armas de nuestro guerrear no son carnales,
sino poderosas por Dios para derrumbar cosas
fuertemente atrincheradas.
Repaso de esta reunión y adelanto de la próxima (3
mins.)
Canción 16 y oración
ATALAYA
Jehová aprueba a quienes tienen fe en él
“Sean imitadores de los que mediante fe y paciencia
heredan las promesas” (HEB. 6:12).
CANCIONES 86 Y 54
¿CÓMO RESPONDERÍA? ¿Cómo puede ayudarnos a resistir la influencia del mundo el ejemplo de Jefté y su hija? ¿Qué principios bíblicos podrían ayudarnos cuando tengamos problemas con otros hermanos? ¿Cómo lo ha animado este artículo a hacer sacrificios por el Reino? 1, 2. ¿A qué reto se enfrentan Jefté y su hija?
LA ESPERA de la joven ha terminado: por fin su padre
regresa de la batalla, sano y salvo, y ella sale
corriendo a recibirlo. Está muy contenta porque han
vencido al enemigo. Pero en vez de unirse a los
cantos y danzas de su hija, él rasga sus vestiduras
manchadas por la batalla y, con el corazón roto,
exclama: “¡Ay, hija mía!”. Entonces le dice algo que
cambiará la vida de la joven para siempre, que
acabará con sus sueños de tener una vida como la de
cualquier otra mujer. ¿Cómo responde ella? Sin
dudarlo, anima a su padre a cumplir la promesa que
le hizo a Jehová. ¡Cuánta fe demuestra su respuesta!
Está segura de que obedecer a Dios siempre será lo
mejor, sin importar lo que él le pida (Juec. 11:34-37).
Su padre se siente muy orgulloso. Sabe que a Jehová
le alegra que ella quiera apoyar su decisión.
(Jueces 11:34-37) Por fin Jefté vino a Mizpá, a su casa, y, ¡mire!, ¡su hija salía a su encuentro con toque de panderetas y baile! Ahora bien, ella era absolutamente
la única hija. Además de ella, él no tenía ni hijo ni hija. 35
Y aconteció que, cuando él alcanzó a verla, empezó a rasgar sus prendas de vestir y a decir: “¡Ay, hija mía! Realmente has hecho que me doble, y tú misma has llegado a ser la que yo estuve obligando a extrañamiento. Y yo... yo he abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás”.
36 Pero ella le dijo: “Padre
mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca, puesto que Jehová ha ejecutado para ti actos de venganza sobre tus enemigos, los hijos de Ammón”.
37 Y pasó a decir a
su padre: “Que se me haga esta cosa: Déjame por dos meses, y deja que me vaya, y ciertamente descenderé sobre las montañas, y déjame llorar mi virginidad, yo y mis compañeras”.
2 La hija de Jefté teme a Dios. Ambos confían en él y
en su manera de hacer las cosas, aunque a veces no
sea fácil. Están seguros de que cualquier sacrificio
vale la pena con tal de complacerlo.
3. ¿Qué nos enseña el ejemplo de Jefté y su hija?
3 Nosotros sabemos que tener fe en Jehová no
siempre es fácil. De hecho, tenemos que luchar
intensamente para mantenerla (Jud. 3). Algo que nos
ayudará a lograrlo será examinar los desafíos a los
que se enfrentaron Jefté y su hija y ver cómo los
vencieron. ¿Qué hicieron para no perder la fe en
Jehová?
(Judas 3) Amados, aunque estaba haciendo todo esfuerzo por escribirles acerca de la salvación que tenemos en común, se me hizo necesario escribirles para exhortarlos a que luchen tenazmente por la fe que una vez para siempre fue entregada a los santos.
MANTENGAMOS LA FE A PESAR DEL MUNDO QUE
NOS RODEA
4, 5. a) ¿Qué debían hacer los israelitas cuando
entraran en la Tierra Prometida? b) Según el
Salmo 106, ¿qué les pasó a los israelitas por ser
desobedientes?
4 Jefté y su hija podían ver todos los días las terribles
consecuencias de perder la fe. Unos trescientos años
antes, Dios había mandado a los israelitas que
eliminaran a todos los paganos que vivían en la
Tierra Prometida (Deut. 7:1-4). Pero no lo
obedecieron, y muchos terminaron igual que los
cananeos: adorando dioses falsos y participando en
prácticas inmorales y degeneradas (lea Salmo
106:34-39).
(Deuteronomio 7:1-4) ”Cuando Jehová tu Dios por fin te introduzca en la tierra a la cual vas para tomar posesión de ella, entonces tendrá que quitar de delante de ti naciones populosas: los hititas y los guirgaseos y los amorreos y los cananeos y los perizitas y los heveos y los jebuseos, siete naciones más populosas y más fuertes que tú.
2 Y Jehová tu Dios ciertamente las
abandonará en tus manos, y tendrás que derrotarlas. Sin falta debes darlas por entero a la destrucción. No debes celebrar ningún pacto con ellas ni mostrarles ningún favor.
3 Y no debes formar ninguna alianza
matrimonial con ellas. No debes dar tu hija al hijo de él, ni debes tomar su hija para tu hijo.
4 Porque él apartará
a tu hijo de seguirme, y ellos ciertamente servirán a otros dioses; y la cólera de Jehová realmente se encenderá contra ustedes, y él ciertamente te aniquilará de prisa.
(Salmo 106:34-39) No aniquilaron a los pueblos, como Jehová les había dicho.
35 Y empezaron a mezclarse
con las naciones, y se pusieron a aprender sus obras. 36
Y siguieron sirviendo a sus ídolos, y estos llegaron a ser un lazo para ellos.
37 Y sacrificaban sus hijos y sus
hijas a demonios. 38
De modo que siguieron vertiendo sangre inocente, la sangre de sus hijos y sus hijas, que sacrificaron a los ídolos de Canaán; y la tierra quedó contaminada con el derramamiento de sangre.
39 Y se
hicieron inmundos por sus obras, y siguieron teniendo ayuntamiento inmoral por sus tratos.
5 Su desobediencia les costó la aprobación de Dios,
quien ya no los protegería de sus enemigos (Juec. 2:1-
3, 11-15; Sal. 106:40-43). Debió ser una época muy
difícil para las familias que amaban a Dios y querían
mantenerse leales. A pesar de todo, hubo algunas que
no perdieron la fe. Además de Jefté y su hija,
recordemos a Elqaná, Ana y Samuel, quienes estaban
decididos a obtener la aprobación de Dios (1 Sam.
1:20-28; 2:26).
(Jueces 2:1-3) Entonces el ángel de Jehová subió de Guilgal a Bokim y dijo: “Yo procedí a hacerlos subir de Egipto y a introducirlos en la tierra acerca de la cual juré a sus antepasados. Además, dije yo: „Nunca romperé mi pacto con ustedes.
2 Y en cuanto a ustedes, no deben
celebrar un pacto con los habitantes de esta tierra. Sus altares los deben demoler‟. Pero ustedes no han escuchado mi voz. ¿Por qué han hecho esto?
3 Por lo
tanto, yo, a mi vez, he dicho: „No los expulsaré de delante de ustedes, y tendrán que llegar a ser lazos para ustedes, y sus dioses les servirán de señuelo‟”.
(Jueces 2:11-15) Y los hijos de Israel se pusieron a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, y a servir a los Baales.
12 Así abandonaron a Jehová el Dios de sus
padres que los había sacado de la tierra de Egipto, y se pusieron a seguir a otros dioses de entre los dioses de
los pueblos que estaban todo en derredor de ellos, y empezaron a inclinarse ante ellos, de modo que ofendieron a Jehová.
13 Así abandonaron a Jehová y se
pusieron a servir a Baal y a las imágenes de Astoret. 14
Con esto, la cólera de Jehová se encendió contra Israel, de modo que los dio en manos de los pilladores, y estos empezaron a saquearlos, y él procedió a venderlos en manos de sus enemigos de alrededor, y ya no pudieron mantenerse firmes delante de sus enemigos.
15 Por dondequiera que salían, la mano de
Jehová resultaba estar contra ellos para calamidad, tal como había hablado Jehová y tal como les había jurado Jehová; y llegaron a estar en muy grave aprieto.
(Salmo 106:40-43) Y la cólera de Jehová empezó a arder contra su pueblo, y él llegó a detestar su herencia. 41
Y repetidas veces los dio en mano de las naciones, para que los gobernaran los que los odiaban,
42 y para
que sus enemigos los oprimieran, y para que fueran sojuzgados bajo la mano de ellos.
43 Muchas veces los
libraba, pero ellos mismos se portaban con rebeldía en su proceder desobediente, y eran rebajados por su error.
(1 Samuel 1:20-28) Así, a la vuelta de un año, aconteció que Ana quedó encinta y dio a luz un hijo y procedió a llamarlo por nombre Samuel, porque, dijo ella, “es a Jehová a quien lo he pedido”.
21 Con el tiempo el
hombre Elqaná subió con toda su casa a sacrificar para Jehová el sacrificio anual y su ofrenda de voto.
22 En
cuanto a Ana, ella no subió, porque había dicho a su esposo: “Tan pronto como el muchacho sea destetado, tengo que llevarlo, y tiene que presentarse delante de Jehová y morar allí hasta tiempo indefinido”.
23 Ante
esto, Elqaná su esposo le dijo: “Haz lo que sea bueno a tus ojos. Quédate en casa hasta que lo destetes. Solo que Jehová realice su palabra”. De modo que la mujer se quedó en casa y siguió amamantando a su hijo hasta que lo destetó.
24 Por consiguiente, tan pronto como lo
hubo destetado, lo subió consigo, junto con un toro de tres años y un efá de harina y un jarrón de vino, y procedió a entrar en la casa de Jehová, en Siló. Y el muchacho estaba con ella.
25 Entonces degollaron el
toro y llevaron el muchacho a Elí. 26
Con eso, ella dijo: “¡Dispénsame, señor mío! Por la vida de tu alma, señor mío, yo soy la mujer que estuvo de pie contigo en este lugar para orar a Jehová.
27 Respecto a este muchacho
oré que Jehová me concediera mi petición que le pedí. 28
Y yo, a mi vez, lo he prestado a Jehová. Todos los días que en efecto él exista, es uno solicitado para Jehová”. Y él procedió a inclinarse allí ante Jehová.
(1 Samuel 2:26) Mientras tanto, el muchacho Samuel iba creciendo y haciéndose más agradable, tanto desde el punto de vista de Jehová como del de los hombres.
6. a) ¿Qué cosas promueve el mundo de hoy? b)
¿Qué debemos esforzarnos por hacer?
6 Las personas de hoy piensan y actúan de manera
similar a los cananeos: promueven el sexo, la
violencia y el materialismo. Jehová desea protegernos
y nos da claras advertencias, como hizo con los
israelitas. ¿Aprenderemos de los errores que
cometieron? (1 Cor. 10:6-11). Debemos esforzarnos
al máximo para arrancar de nuestra mente cualquier
forma de pensar que se parezca a la de los cananeos
(Rom. 12:2). ¿Lo estamos haciendo?
(1 Corintios 10:6-11) Ahora bien, estas cosas llegaron a ser nuestros ejemplos, para que nosotros no seamos personas que deseen cosas perjudiciales, tal como ellos las desearon.
7 Ni nos hagamos idólatras, como hicieron
algunos de ellos; así como está escrito: “Se sentó el pueblo a comer y beber, y se levantaron para divertirse”. 8 Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos
cometieron fornicación, de modo que cayeron, veintitrés mil [de ellos] en un día.
9 Ni pongamos a Jehová a
prueba, como algunos de ellos [lo] pusieron a prueba, de modo que perecieron por las serpientes.
10 Ni
seamos murmuradores, así como algunos de ellos murmuraron, de modo que perecieron por el destructor. 11
Pues bien, estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos, y fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.
(Romanos 12:2) Y cesen de amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.
MANTENGAMOS LA FE A PESAR DE LAS
DECEPCIONES
7. a) ¿Cómo trataron a Jefté sus propios hermanos
y los ancianos de Israel? b) ¿Cómo actuó Jefté?
7 Por ser desobedientes, los israelitas fueron
oprimidos por los ammonitas y los filisteos en los
días de Jefté (Juec. 10:7, 8). Las naciones enemigas no
fueron el único problema de Jefté. También le
causaron dificultades sus hermanos y los ancianos de
Israel. Como sus medio hermanos lo odiaban tanto y
sentían tantos celos, lo expulsaron de la tierra que
legalmente le pertenecía por ser el mayor (Juec. 11:1-
3). Pero Jefté no dejó que ese trato cruel lo afectara;
actuó como un hombre espiritual. Cuando los
ancianos de la nación le rogaron que los ayudara, él
no les dio la espalda (Juec. 11:4-11). ¿Por qué actuó
así?
(Jueces 10:7, 8) Ante esto, la cólera de Jehová se encendió contra Israel, de modo que los vendió en mano de los filisteos y en mano de los hijos de Ammón.
8 Por
lo tanto, estos destrozaron a los hijos de Israel y los oprimieron mucho aquel año... por dieciocho años, a todos los hijos de Israel que estaban en el lado del
Jordán de la tierra de los amorreos que estaba en Galaad.
(Jueces 11:1-3) Ahora bien, Jefté el galaadita se había hecho hombre poderoso y valiente, y era hijo de una prostituta, y Galaad había llegado a ser padre de Jefté. 2 Y la esposa de Galaad siguió dándole hijos. Cuando
los hijos de la esposa se desarrollaron, procedieron a expulsar a Jefté y a decirle: “No debes tener herencia en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer”.
3 De modo que Jefté huyó a causa de sus
hermanos y se puso a morar en la tierra de Tob. Y siguieron juntándose a Jefté hombres ociosos, y salían con él.
(Jueces 11:4-11) Y después de una temporada aconteció que los hijos de Ammón empezaron a pelear contra Israel.
5 Y aconteció que cuando los hijos de
Ammón efectivamente pelearon contra Israel, los ancianos de Galaad fueron inmediatamente a sacar a Jefté de la tierra de Tob.
6 Entonces dijeron a Jefté:
“Ven, sí, y sirve como comandante nuestro, y peleemos contra los hijos de Ammón”.
7 Pero Jefté dijo a los
ancianos de Galaad: “¿No fueron ustedes los que me odiaron, de modo que me expulsaron de la casa de mi padre? ¿Y por qué han venido a mí ahora justamente cuando están en angustia?”.
8 Ante esto, los ancianos
de Galaad dijeron a Jefté: “Por eso ahora nos hemos vuelto a ti, y tienes que ir con nosotros y pelear contra los hijos de Ammón, y tienes que llegar a ser para nosotros cabeza de todos los habitantes de Galaad”. 9 De modo que Jefté dijo a los ancianos de Galaad: “Si
me están llevando de vuelta para pelear contra los hijos de Ammón, y Jehová de veras los abandona en mi mano, ¡yo, por mi parte, llegaré a ser cabeza de ustedes!”.
10 A su vez, los ancianos de Galaad dijeron a
Jefté: “Resulte Jehová ser el oidor entre nosotros si la manera en que lo hiciéramos no fuera conforme a tu palabra”.
11 En consecuencia, Jefté fue con los ancianos
de Galaad, y el pueblo lo puso sobre sí como cabeza y comandante. Y Jefté procedió a hablar todas sus palabras delante de Jehová en Mizpá.
8, 9. a) ¿Qué principios de la Ley de Moisés
ayudaron a Jefté? b) ¿Qué era lo más importante
para Jefté?
8 Jefté era más que un gran guerrero. Conocía muy
bien la Ley de Moisés y la historia de Israel. Dicha
historia lo ayudó a entender claramente lo que estaba
bien y lo que estaba mal desde el punto de vista de
Jehová (Juec. 11:12-27). Jefté dejó que los principios
de la Ley guiaran su forma de pensar y sentir. Sabía
que Jehová odia el rencor, que desea que todos sus
siervos se amen. Además, la Ley le enseñó que no
estaba bien ignorar a quien necesitara ayuda, aun si
fuera alguien que lo odiara (lea Éxodo 23:5 y Levítico
19:17, 18).
(Jueces 11:12-27) Entonces Jefté envió mensajeros al rey de los hijos de Ammón, y dijo: “¿Qué tengo que ver contigo, para que hayas venido contra mí para pelear en mi tierra?”.
13 De modo que el rey de los hijos de Ammón
dijo a los mensajeros de Jefté: “Se debe a que Israel tomó mi tierra cuando subió de Egipto, desde el Arnón hasta el Jaboq y hasta el Jordán. Y ahora, en efecto, devuélvela pacíficamente”.
14 Pero Jefté volvió a enviar
mensajeros al rey de los hijos de Ammón 15
y le dijo: “Esto es lo que ha dicho Jefté: „Israel no tomó la tierra de Moab ni la tierra de los hijos de Ammón.
16 Porque
cuando subió de Egipto, Israel fue andando por el desierto hasta el mar Rojo y logró llegar a Qadés. 17
Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: “Déjame pasar, por favor, por tu tierra”, y el rey de Edom no escuchó. Y también al rey de Moab envió, y él no consintió. E Israel continuó morando en Qadés. 18
Cuando siguieron andando por el desierto, dieron la vuelta a la tierra de Edom y a la tierra de Moab de modo que marcharon en dirección al nacimiento del sol, en lo que toca a la tierra de Moab, y se pusieron a acampar en la región de Arnón; y no pasaron dentro del límite de Moab, porque Arnón era el límite de Moab.
19 ”‟Después
de eso Israel envió mensajeros a Sehón el rey de los amorreos, el rey de Hesbón, y le dijo Israel: “Déjanos pasar, por favor, por tu tierra a mi propio lugar”.
20 Y
Sehón no se sintió seguro acerca de que Israel cruzara por su territorio, y Sehón se puso a reunir a todo su pueblo y a acampar en Jáhaz y a pelear contra Israel. 21
Ante esto, Jehová el Dios de Israel dio a Sehón y todo su pueblo en mano de Israel, de manera que ellos los hirieron, e Israel tomó posesión de toda la tierra de los amorreos que habitaban aquella tierra.
22 Así tomaron
posesión de todo el territorio de los amorreos desde el Arnón hasta el Jaboq y desde el desierto hasta el Jordán.
23 ”‟Y ahora Jehová el Dios de Israel fue quien
desposeyó a los amorreos de delante de su pueblo Israel, y tú, por tu parte, quisieras desposeerlos. 24
¿Acaso no es a cualquiera a quien Kemós tu dios te hace desposeer que tú desposees? Y todo aquel a quien Jehová nuestro Dios ha desposeído de delante de nosotros es al que nosotros desposeeremos.
25 Y ahora,
¿eres tú mejor de manera alguna que Balac hijo de Zipor, el rey de Moab? ¿Contendió él alguna vez con Israel, o peleó alguna vez contra ellos?
26 Mientras Israel
estaba morando en Hesbón y sus pueblos dependientes, y en Aroer y sus pueblos dependientes, y en todas las ciudades que están junto a las márgenes del Arnón por trescientos años, ¿por qué, pues, nunca los arrebataste durante aquel tiempo?
27 En cuanto a mí,
yo no he pecado contra ti, pero tú estás tratando mal conmigo al pelear contra mí. Que Jehová el Juez juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Ammón‟”.
(Éxodo 23:5) Si vieras echado debajo de su carga el asno de alguien que te odia, entonces debes guardarte de dejarlo. Junto con él, sin falta has de librarlo.
(Levítico 19:17, 18) ”‟No debes odiar a tu hermano en tu corazón. Debes sin falta censurar a tu asociado, para que no cargues pecado junto con él.
18 ”‟No debes tomar
venganza ni tener rencor contra los hijos de tu pueblo; y tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Jehová.
9 Es posible que el ejemplo de otros hombres de fe
también lo ayudara. Uno fue José, que fue bueno con
sus hermanos aunque lo odiaban (Gén. 37:4; 45:4, 5).
Pensar en ese y otros ejemplos quizás ayudó a Jefté a
comportarse de una manera que agradara a Jehová.
Es cierto que le dolió muchísimo que sus hermanos lo
trataran mal, pero nada iba a impedir que apoyara a
Jehová y a su pueblo (Juec. 11:9). Para él, defender el
nombre de Dios era lo más importante, más que
cualquier otra cosa. Su determinación de no perder la
fe lo benefició a él y a los israelitas (Heb. 11:32, 33).
(Génesis 37:4) Cuando sus hermanos llegaron a ver que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, empezaron a odiarlo, y no podían hablarle pacíficamente.
(Génesis 45:4, 5) De modo que José dijo a sus hermanos: “Acérquense a mí, por favor”. Con eso, se le acercaron. Entonces dijo: “Yo soy José su hermano, a quien ustedes vendieron en [manos de] Egipto.
5 Pero
ahora no se sientan heridos y no se encolericen contra ustedes mismos por haberme vendido acá; porque para la conservación de vida me ha enviado Dios delante de ustedes.
(Jueces 11:9) De modo que Jefté dijo a los ancianos de Galaad: “Si me están llevando de vuelta para pelear contra los hijos de Ammón, y Jehová de veras los abandona en mi mano, ¡yo, por mi parte, llegaré a ser cabeza de ustedes!”.
(Hebreos 11:32, 33) ¿Y qué más diré? Porque me faltará tiempo si sigo contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como también de Samuel y de los [demás] profetas,
33 que por fe
derrotaron reinos en conflicto, efectuaron justicia, obtuvieron promesas, taparon bocas de leones,
10. ¿Cómo nos ayudan las normas de Jehová a
actuar como cristianos?
10 Puede que en ocasiones haya hermanos que nos
traten mal o nos decepcionen. ¿Qué haremos? Si el
ejemplo de Jefté nos ha llegado al corazón, no
permitiremos que problemas como esos nos impidan
servir a Jehová. Tampoco perderemos el deseo de ir a
las reuniones o de estar con los hermanos. Al igual
que Jefté, las normas de Jehová nos pueden ayudar a
superar situaciones difíciles y a ser un buen ejemplo
para los demás (Rom. 12:20, 21; Col. 3:13).
(Romanos 12:20, 21) Pero, “si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque haciendo esto amontonarás brasas ardientes
sobre su cabeza”. 21
No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien.
(Colosenses 3:13) Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes.
LOS SACRIFICIOS QUE HACEMOS MUESTRAN
CÓMO ESTÁ NUESTRA FE
11, 12. a) ¿Qué promesa hizo Jefté? b) ¿Qué
tendría que hacer para cumplir esa promesa?
11 Jefté sabía que necesitaba la ayuda de Jehová para
liberar a Israel de los ammonitas. Le prometió que, si
le daba la victoria, entregaría “como ofrenda
quemada” a la primera persona que saliera a recibirlo
al volver de la batalla (Juec. 11:30, 31). ¿Qué tendría
que hacer para cumplir esa promesa?
12 Jehová odia los sacrificios humanos, así que está
claro que Jefté no tenía la intención de sacrificar
literalmente a nadie (Deut. 18:9, 10). Según la Ley de
Moisés, la ofrenda quemada se entregaba por
completo a Jehová. Por lo tanto, Jefté estaba
prometiendo que ofrecería a una persona para que se
dedicara exclusivamente a servir a Jehová en el
tabernáculo toda la vida. Dios estuvo de acuerdo y lo
bendijo con una victoria aplastante sobre el enemigo
(Juec. 11:32, 33). ¿A quién entregaría Jefté como
“ofrenda quemada”?
(Jueces 11:30, 31) Entonces Jefté hizo un voto a Jehová y dijo: “Si tú sin falta das a los hijos de Ammón en mi mano,
31 entonces tiene que suceder que el que
venga saliendo, que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando yo vuelva en paz de los hijos de Ammón, tiene que llegar a ser entonces de Jehová, y tengo que ofrecer a ese como ofrenda quemada”.
13, 14. ¿Qué nos enseña Jueces 11:35 sobre la fe
de Jefté?
13 ¿Recuerda la escena que se describe al principio
del artículo? Cuando Jefté regresa de la batalla, la
primera persona que sale a recibirlo es su única hija,
a la que tanto quiere. ¿Cumplirá su promesa? ¿La
entregará para que pase el resto de su vida sirviendo
en el tabernáculo?
14 Una vez más, los principios de la Ley de Dios
seguramente lo ayudaron a tomar la decisión
correcta. Tal vez recordó las palabras de Éxodo
23:19, que decían que el pueblo de Dios debía estar
dispuesto a dar lo mejor a Jehová. La Ley también
mandaba cumplir los votos o promesas: “En caso de
que un hombre haga un voto a Jehová [...], no debe
violar su palabra. Conforme a todo lo que haya salido
de su boca debe hacer” (Núm. 30:2). Igual que Ana,
quien probablemente vivió en la misma época, Jefté
tenía que cumplir su palabra, aunque sabía lo que eso
significaría para él y para su hija. Él no tenía más
hijos: ella era su única esperanza de que alguien
heredara su nombre y sus posesiones (Juec. 11:34). A
pesar de todo, Jefté dijo: “He abierto mi boca a Jehová,
y no puedo volverme atrás” (Juec. 11:35). Demostró
tener fe aunque tuvo que pagar un precio muy alto, y
Jehová lo bendijo por ello. ¿Habría tomado usted la
misma decisión?
(Éxodo 23:19) ”Lo mejor de los primeros frutos maduros de tu suelo has de traer a la casa de Jehová tu Dios. ”No debes cocer el cabrito en la leche de su madre.
(Números 30:2) En caso de que un hombre haga un voto a Jehová o jure un juramento para atar sobre su alma un voto de abstinencia, no debe violar su palabra. Conforme a todo lo que haya salido de su boca debe hacer.
(Jueces 11:34) Por fin Jefté vino a Mizpá, a su casa, y, ¡mire!, ¡su hija salía a su encuentro con toque de panderetas y baile! Ahora bien, ella era absolutamente la única hija. Además de ella, él no tenía ni hijo ni hija.
(Jueces 11:35) Y aconteció que, cuando él alcanzó a verla, empezó a rasgar sus prendas de vestir y a decir: “¡Ay, hija mía! Realmente has hecho que me doble, y tú misma has llegado a ser la que yo estuve obligando a extrañamiento. Y yo... yo he abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás”.
15. a) ¿Qué promesa hicimos cuando nos dedicamos a
Jehová? b) ¿Cómo podemos demostrar que tenemos
fe?
15 Cuando dedicamos nuestra vida a Jehová, le
hicimos un voto. Le prometimos que, sin importar lo
que pasara, siempre haríamos su voluntad. Y
sabíamos que eso supondría hacer sacrificios. Ahora
bien, nuestro deseo de obedecer a Jehová se pone a
prueba especialmente cuando se nos pide hacer algo
que no nos gusta. Pero si hacemos sacrificios y
servimos a Dios aunque no sea fácil, demostraremos
que tenemos fe. Las bendiciones siempre serán
mucho mayores que cualquier sacrificio que
hagamos, por muy doloroso que sea (Mal. 3:10).
Ahora volvamos a la historia de Jefté. ¿Qué pasó con
su hija?
(Malaquías 3:10) Traigan todas las décimas partes al almacén, para que llegue a haber alimento en mi casa; y pruébenme, por favor, en cuanto a esto —ha dicho Jehová de los ejércitos—, a ver si no les abro las compuertas de los cielos y realmente vacío sobre ustedes una bendición hasta que no haya más carencia.”
16. ¿Cómo reaccionó la hija de Jefté al conocer la
promesa de su padre? (Vea el dibujo del
principio).
16 Seguramente no fue fácil para la hija de Jefté
aceptar las consecuencias del voto de su padre. Ese
voto no era como el de Ana, que dedicó a su hijo
Samuel para que fuera nazareo y sirviera en el
tabernáculo (1 Sam. 1:11). Los nazareos podían
casarse y tener hijos, pero la hija de Jefté sería una
“ofrenda quemada”: se entregaría por completo a
Dios y no podría formar una familia (Juec. 11:37-40).
Como era la hija del líder de Israel que había
conseguido la victoria, podría haberse casado con el
mejor hombre del lugar. En vez de eso, iba a ser una
humilde sierva que trabajaría en el tabernáculo.
¿Cómo reaccionó la joven? Demostró que servir a
Jehová era lo más importante en su vida cuando dijo:
“Padre mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz
conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca”
(Juec. 11:36). Sacrificó sus sueños de tener esposo e
hijos con tal de servir a Dios. ¿Cómo podemos
imitarla?
(1 Samuel 1:11) Y pasó a hacer un voto y decir: “Oh Jehová de los ejércitos, si miras sin falta la aflicción de tu esclava y realmente te acuerdas de mí, y no te olvidas de tu esclava y realmente das a tu esclava prole varón, yo ciertamente lo daré a Jehová todos los días de su vida, y no vendrá navaja sobre su cabeza”.
(Jueces 11:37-40) Y pasó a decir a su padre: “Que se me haga esta cosa: Déjame por dos meses, y deja que me vaya, y ciertamente descenderé sobre las montañas, y déjame llorar mi virginidad, yo y mis compañeras”. 38
Ante esto, él dijo: “¡Ve!”. De modo que la envió por dos meses; y ella siguió yendo, ella con sus compañeras, y llorando su virginidad sobre las montañas.
39 Y al cabo de dos meses aconteció que
vino de regreso a su padre, después de lo cual él llevó a cabo su voto que había hecho tocante a ella. En cuanto a ella, nunca tuvo relaciones [sexuales] con ningún hombre. Y vino a ser disposición reglamentaria en Israel:
40 De año en año las hijas de Israel iban a dar
encomio a la hija de Jefté el galaadita, cuatro días en el año.
(Jueces 11:36) Pero ella le dijo: “Padre mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca, puesto que Jehová ha ejecutado para ti actos de venganza sobre tus enemigos, los hijos de Ammón”.
17. a) ¿Qué podemos hacer para imitar la fe de
Jefté y su hija? b) ¿Por qué lo animan a usted las
palabras de Hebreos 6:10-12?
17 Miles de jóvenes cristianos, hombres y mujeres,
están dispuestos a sacrificar su deseo de casarse o
tener hijos, al menos por ahora. Lo hacen porque
desean entregarse al servicio a Jehová. También hay
hermanos de más edad que tal vez sacrifican el
tiempo que podrían pasar con sus hijos y nietos con
tal de trabajar en la construcción de los edificios que
usamos para servir a Dios. O quizás lo hagan para
asistir a la Escuela para Evangelizadores del Reino y
servir en algún lugar donde se necesiten más
publicadores. Y otros dejan a un lado sus asuntos
personales para participar en las campañas en la
temporada de la Conmemoración. A Dios le alegra
mucho que le sirvamos de todo corazón. Nunca
olvidará a quienes lo aman ni todo lo que han hecho
por él (lea Hebreos 6:10-12). ¿Qué hay de usted? ¿Ha
pensado en algún sacrificio que pueda hacer para
servir más a Jehová?
(Hebreos 6:10-12) Porque Dios no es injusto para
olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para
con su nombre, por el hecho de que han servido a los
santos y continúan sirviendo. 11
Pero deseamos que
cada uno de ustedes muestre la misma diligencia a fin
de tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin, 12
para que no se hagan indolentes, sino que sean
imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan
las promesas.
¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?
18, 19. a) ¿Qué hemos aprendido de Jefté y su
hija? b) ¿Cómo podemos imitarlos?
18 Jefté se enfrentó a muchas dificultades a lo largo
de su vida, pero siempre tomó en cuenta el punto de
vista de Jehová al tomar decisiones. No dejó que la
maldad que lo rodeaba influyera en él. No perdió la fe
aunque lo decepcionaron las cosas que hicieron los
demás. Los sacrificios de Jefté y su hija no fueron en
vano, pues Jehová los bendijo y los utilizó para
promover la adoración verdadera. En una época en la
que muchos rechazaron las leyes de Dios, ellos las
obedecieron fielmente.
19 La Biblia dice que tenemos que imitar a “los que
mediante fe y paciencia heredan las promesas” (Heb.
6:12). Imitemos a Jefté y a su hija. Demostremos por
nuestra manera de vivir que creemos en esta verdad
fundamental: Jehová aprueba a quienes tienen fe en
él.
(Hebreos 6:12) para que no se hagan indolentes, sino que sean imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan las promesas.
Canción 23
Jehová es mi fuerza
Vista alternativa del documento
(Isaías 12:2)
1. Oh Dios, tú eres mi fuerza y poder,
en ti confío con todo mi ser.
Fiel testimonio de ti quiero dar
aunque la gente no quiera escuchar.
(ESTRIBILLO)
¡Mi Roca, Jehová, mi fuerza y poder!
Tu ilustre nombre ensalzaré.
Omnipotente, glorioso Señor,
eres mi torre, mi Libertador.
2. Me regocijo en tu luz y verdad,
lumbre que guía mi paso al andar.
Tus mandamientos feliz cumpliré,
fiel a tu Reino por siempre seré.
(ESTRIBILLO)
¡Mi Roca, Jehová, mi fuerza y poder!
Tu ilustre nombre ensalzaré.
Omnipotente, glorioso Señor,
eres mi torre, mi Libertador.
3. Tu voluntad me complazco en hacer
pese a la lucha con el Diablo cruel.
Aun si la vida me llega a quitar,
mi integridad mantendré hasta el final.
(ESTRIBILLO)
¡Mi Roca, Jehová, mi fuerza y poder!
Tu ilustre nombre ensalzaré.
Omnipotente, glorioso Señor,
eres mi torre, mi Libertador.
(Véanse también 2 Sam. 22:3; Sal. 18:2; Isa. 43:12.)
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Canción 130
El milagro de la vida
Vista alternativa del documento
(Salmo 36:9)
1. Nace un bebé; brota una flor;
cae la lluvia; sale el Sol: ¡qué bendición!
El Creador nos da aire, tierra y mar;
cada día es un hermoso don de Jehová.
(ESTRIBILLO)
Y ¿cómo pagaré la bondad de Dios?
Le daré mi obediencia y mi corazón.
Vivir es un placer, es un privilegio,
regalo del Señor, milagro de Jehová.
2. En la vida habrá quien se cansará,
quien dirá: “Maldice a Dios y muere ya”.
Como Job seré; no me rendiré
y las gracias por la vida siempre daré.
(ESTRIBILLO)
Y ¿cómo pagaré la bondad de Dios?
Amaré al semejante con el corazón.
Vivir es un placer, es un privilegio,
regalo del Señor, milagro de Jehová.
(Véanse también Job 2:9; Sal. 34:12; Ecl. 8:15; Mat.
22:37-40; Rom. 6:23.) volver
Canción 16
¡Huyan al Reino de Dios!
Vista alternativa del documento
(Sofonías 2:3)
1. Oh mansos, busquen al Dios verdadero,
busquen justicia y sincera humildad;
tal vez así quedarán al abrigo
de la destrucción que vendrá.
(ESTRIBILLO)
Huyan al Reino, refúgiense en él,
denle su fiel adhesión.
Recibirán protección y cuidado,
no verán más aflicción.
2. Si tienen sed de verdad y justicia,
no hay por qué continuar en dolor;
sigan la senda que Dios ha trazado,
sométanse a Cristo, el Señor.
(ESTRIBILLO)
Huyan al Reino, refúgiense en él,
denle su fiel adhesión.
Recibirán protección y cuidado,
no verán más aflicción.
3. Alcen al fin la cabeza gozosos,
todo demuestra que el Reino nació;
busquen la luz procedente del cielo
y sirvan a Dios con fervor.
(ESTRIBILLO)
Huyan al Reino, refúgiense en él,
denle su fiel adhesión.
Recibirán protección y cuidado,
no verán más aflicción.
(Véanse también Sal. 59:16; Pro. 18:10; 1 Cor. 16:13.)
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Canción 86
Fieles siervas de Dios
Vista alternativa del documento
(Romanos 16:2)
1. Sara, Ester, María, Rut y otras
fueron modelos de fe y lealtad.
Su devoción a Dios fue lo principal.
De su historia un registro se guardó;
de otras no se dice ni su nombre,
mas también gozaron del gran amor de Dios.
2. Su fiel amor, bondad y valentía
les merecieron la aprobación de Dios.
Tales virtudes un bello adorno son.
Su ejemplo todos hemos de imitar.
Muy amadas son nuestras hermanas.
¡Que Jehová las colme de gran felicidad!
3. Madres, esposas, hijas y hermanas
que se desviven por agradar a Dios,
sigan mostrando modestia y sumisión.
Su labor jamás olvidará Jehová.
Si tú eres una fiel cristiana,
tenlo por seguro: el premio alcanzarás.
(Véanse también Fili. 4:3; 1 Tim. 2:9, 10; 1 Ped. 3:4, 5.)
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Canción 54
La fe que necesitamos
Vista alternativa del documento
(Hebreos 10:38, 39)
1. En la antigüedad, Jehová utilizó
profetas que hablaron por él.
Hoy habla por Cristo, nuestro Señor,
quien perfecciona la fe.
(ESTRIBILLO)
¿Es tu fe vibrante y real?
Solo así podrás resistir.
¿Se traduce en obras de amor?
Con esa fe podrás sobrevivir.
2. Jesús nos mandó ir a predicar
las nuevas a toda nación.
Con intrepidez, sin desfallecer,
cumplimos nuestra misión.
(ESTRIBILLO)
¿Es tu fe vibrante y real?
Solo así podrás resistir.
¿Se traduce en obras de amor?
Con esa fe podrás sobrevivir.
3. Un ancla segura y firme es la fe
en medio de la tempestad.
No temas al Diablo ni al mundo hostil
y sigue fiel a Jehová.
(ESTRIBILLO)
¿Es tu fe vibrante y real?
Solo así podrás resistir.
¿Se traduce en obras de amor?
Con esa fe podrás sobrevivir.
(Véanse también Rom. 10:10; Efe. 3:12; Heb. 11:6; 1
Juan 5:4.) volver
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