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Repblica de Colombia
Corte Suprema de Justicia
CORTE SUPREMA DE JUSTICIASALA DE CASACIN PENAL
JOS LEONIDAS BUSTOS MARTNEZMagistrado Ponente
AP6544-2014
Radicacin 44162
(Aprobado Acta No.349)
Bogot D.C., veintids (22) de octubre de dos mil
catorce (2014).
Se pronuncia la Sala sobre la admisin de la demanda
de casacin presentada por el defensor deALFONSO
RAFAEL OJEDA PRECIADO, contra la sentencia
condenatoria proferida por el Tribunal Superior de Antioquia
el 5 de marzo de 2014, mediante la cual revoc la emitida por
el Juzgado Penal del Circuito de Yarumal el 23 de agosto de
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2012 y, en su lugar, lo declar penalmente responsable del
delito de homicidio en persona protegida.
ANTECEDENTES FCTICOS
Fueron resumidos por los juzgadores de instancia de la
siguiente manera:
El 20 de julio de 2003, siendo las 11:00 horas, en la vereda
San Pablo del municipio de campamento Antioquia (sic),cuando miembros del ejrcito Nacional(sic)al mando del CR.
ALFONSO RAFAEL OJEDA PRECIADO, comandante de laCompaa Beta de las fuerzas especiales, ocasionaron la
muerte al seor ABEL ADAN POSADA AMARILES y momentos
despus, miembros del Gaula Antioquia al mando del ST.
JAIME ROBERTO HERNNDEZ RINCN, dieron muerte aCARLOS ALONSO GOMEZ GUTIERREZ, encontrndoseles,
segn los militares, al primero, un fusil AK47 calibre 5.56 mm,
236 cartuchos del mismo calibre, un proveedor, un chaleco
multiuso, prendas de uso privativo de las FF.MM., y alsegundo, una subametralladora Max calibre 9 mm, y un
proveedor, siendo presentados como integrantes del Frente 36
ONT-FARC.
ACTUACIN PROCESAL RELEVANTE
Con resolucin del 15 de enero de 2010 la Fiscala
Cuarenta y seis Especializada de Bogot orden la apertura
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de investigacin1, al interior de la cual fueron vinculados
JAIME ROBERTO HERNNDEZ RINCN2
, JULIN JOS
REINA MELO3, HORACIO DE JESS GUTIERREZ VILLA4,
JHON DARO CHAVARRA MAZO5, JHAN CARLOS GELVEZ
ALBARRACN6y ALFONSO RAFAEL OJEDA PRECIADO7.
El 19 de abril de 2011 la Fiscala instructora calific la
investigacin con resolucin de acusacin contra los
procesados8como presuntos responsables del delito de
homicidio en persona protegida, siendo objeto de recurso de
alzada, en virtud del cual fue confirmada parcialmente el 13
de septiembre de 2011, emitiendo llamamiento a juicio en
contra de ALFONSO RAFAEL OJEDA PRECIADO por el
delito de homicidio en la persona protegida de ABEL ADAN
POSADA AMARILES y, a los dems acusados, por el mismo
delito respecto de CARLOS ALFONSO GMEZ
GUTIERREZ9.
1Cfr. Folio 12 del c.2.
2Cfr. Folios 20 y ss del c.2.
3Cfr. Folios 135 y ss del c.2.
4Cfr. Folios 49 y ss del c.2
5Cfr. Folios 76 y ss. del c.2.
6Cfr. Folio 63, del c.2
7Cfr. Folios 271 y ss. del c.2.
8Cfr. Folio 1 y ss. del c.6
9Cfr. Folios 51 y ss. del c. de segunda instancia.
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Surtida la etapa de juicio, el 23 de agosto de 2011 el
Juzgado Penal del Circuito de Yarumal, pronunci sentencia
absolutoria10a favor de todos los procesados, la cual fue
apelada11por el Fiscal Cuarenta y seis adscrito a la Unidad
Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional
Humanitario, siendo revocada por el Tribunal Superior de
Distrito Judicial de Antioquia el 5 de marzo de 201412
respecto de ALFONSO RAFAEL OJEDA PRECIADO, y en su
lugar lo conden a la pena principal de 390 meses de
prisin y multa de 2.750 salarios mnimos mensuales
legales vigentes, sin concederle la suspensin condicional
de la ejecucin de la pena ni la prisin intramural por
domiciliaria y ordenando su captura. La absolucin de los
dems procesados fue confirmada.
LA DEMANDA
Con fundamento en la causal primera, cuerpo segundo del
artculo 207 de la Ley 600 de 2000, plantea el recurrente su
primer cargo contra la sentencia emitida por el Tribunal
Superior de Antioquia, arguyendo falso juicio de identidad
por supresin del protocolo de necropsia y su posterior
10Cfr. Folios 430 y ss. del c.8.
11Cfr. Folios 70 y ss. del c.9.
12Cfr. Folios 193 y ss. c.9.
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adicin. El segundo carg est fundamentado en la
suposicin probatoria de la cadena de custodia, mientras
que los cargos tercero, cuarto, quinto y sexto, en el falso
juicio de existencia por omisin de los testimonios de JAIME
HERNNDEZ RINCN, HORACIO GUTIERREZ VILLA,
JHAN CARLOS GLVEZ ALBARRACN y JHON DARO
CHAVARRA.
Subsidiariamente formula el demandante dos cargos
con fundamento en la causal primera de casacin artculo
207 de la Ley 600 de 2000-, cuerpo segundo. El primero,
por error de hecho por falso raciocinio que deviene de la
violacin del principio lgico de implicacin a travs de la
falacia de la falsa relacin causal, que llev al Tribunal a
concluir que los disparos realizados por la tropa tenan
como objetivo simular un combate para justificar la muerte
de la vctima y; el segundo, por error de hecho por falso
raciocinio por desconocimiento del principio cientfico de
racionalidad al concederle mrito demostrativo al protocolo
de necropsia, elaborado al margen de aqul.
CONSIDERACIONES
La Sala inadmitir la demanda de casacin que se
estudia por no cumplir con los requisitos mnimos referidos
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a la debida sustentacin de los cargos propuestos, la
satisfaccin de los presupuestos bsicos de idoneidad
sustancial necesarios para la realizacin de los fines del
recurso y en aplicacin del principio de trascendencia.
Antes de proceder al anlisis de los cargos sealados
por el defensor, es importante destacar que el presente
asunto procede por el delito de Homicidio en persona
protegida, entendiendo el legislador por tal, pargrafo del
art. 135 de la Ley 599 de 2000-, entre otras:
1. Los integrantes de la poblacin civil.
2. Las personas que no participan en hostilidades y civiles en
poder de la parte adversa.3. Los heridos, enfermos o nufragos puestos fuera de combate.
()
6. Los combatientes que hayan depuesto las armas por captura,
rendicin u otra causa anloga.
De manera tal, que no bastar con la existencia de la
confrontacin armada para deducir indefectiblemente de
ella la calidad de combatiente de la vctima, sino que resulta
imprescindible que en el momento en que se produce el
homicidio, sta ostente tal condicin, pues an bajo el
supuesto de la existencia del combate, pueden presentarse
situaciones en las que, por captura, deposicin de lasarmas, rendicin o cualquier situacin, el otrora
combatiente, adquiera la calidad de persona protegida.
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Justamente por ello, el Derecho internacional
humanitario, integrante del bloque de constitucional
domstico ha consagrado el principio de distincin, que
busca garantizar que las partes en contienda adopten las
medidas necesarias para proteger a la persona humana en
bsqueda de la paz.
Con este cometido, el Protocolo II Adicional a los
Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, relativo a la
proteccin de las vctimas de los conflictos armados sin
carcter internacional dispone:
TITULO II
Trato humano
ARTCULO 4. Garantas fundamentales.
1. Todas las personas que no participen directamente en las
hostilidades, o que hayan dejado de participar en ellas, estn o noprivadas de libertad, tienen derecho a que se respeten su
persona, su honor, sus convicciones y sus prcticas religiosas.
Sern tratadas con humanidad en toda circunstancias, sin
ninguna distincin de carcter desfavorable. Queda prohibidoordenar que no haya supervivientes.
TITULO III
Heridos, enfermos y nufragos
ARTCULO 7. Proteccin y asistencia.
1 Todos los heridos, enfermos y nufragos, hayan o no tomadoparte en el conflicto armado, sern respetados u protegidos.
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2 En toda circunstancia sern tratados humanamente y
recibirn, en toda la medida de lo posible y en el plazo ms breve,
los cuidados mdicos que exija su estado. No se har entre ellosdistincin alguna que no est basada en criterios mdicos..
Por su parte, la Corte Constitucional, en cuanto a la
vinculacin de todos los actores del conflicto armado a los
cnones del Derecho internacional humanitario, ha
considerado que:
Todo lo anterior permite entonces concluir que la obligatoriedad
del derecho internacional humanitario se impone a todas laspartes que participen en un conflicto armado, y no slo a las
Fuerzas Armadas de aquellos Estados que hayan ratificado los
respectivos tratados. No es pues legtimo que un actor armadoirregular, o una fuerza armada estatal, consideren que no tienenque respetar en un conflicto armado las normas mnimas de
humanidad, por no haber suscrito estos actores los convenios
internacionales respectivos, puesto que -se repite- la fuerza
normativa del derecho internacional humanitario deriva de launiversal aceptacin de sus contenidos normativos por los
pueblos civilizados y de la evidencia de los valores de humanidad
que estos instrumentos internacionales recogen. Todos los actores
armados, estatales o no estatales, estn entonces obligados arespetar estas normas que consagran aquellos principios mnimos
de humanidad que no pueden ser derogados ni siquiera en las
peores situaciones de conflicto armado13.
Ahora bien, la aplicacin de estar normas de
proteccin a los no combatientes resulta an ms
imperativa si se considera que el Estatuto Superior ha
dispuesto queen todo caso se respetarn las reglas del derecho
13 Cfr. Corte Constitucional, Sentencia C-225/95-
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internacional humanitario14,y que laLa convivencia pacfica es un
fin bsico del Estado (CP art. 2) y el mvil ltimo de la actividad militarde las fuerzas del orden constitucional. La paz es, adems,
presupuesto del proceso democrtico, libre y abierto, y condicin
necesaria para el goce efectivo de los derechos fundamentales. El lugar
central que ocupa en el ordenamiento constitucional llev a su
consagracin como derecho y deber de obligatorio cumplimiento (CP art.
22)15.
Dicho lo anterior, pasar la Sala a revisar los cargos
postulados por el libelita:
Primer Cargo Principal:Violacin indirecta de la ley
sustancial por error de hecho generado en un falso juicio de
identidad por supresin de la prueba.
Estima el defensor que esta violacin se provocdebido a la tergiversacin por supresin en que incurri el
Tribunal al valorar del protocolo de necropsia
UYA.NC.2003.04416del 22 de julio de 2003, el cual
transcribe de la siguiente manera:
14 Constitucin Poltica !e Colo"#ia, art. 214.2
15 Cfr. Corte Constitucional, Sentencia $-539/92.
16Cfr. Folio 30 y ss del c.1.
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CONCLUSIONES, COMENTARIOS Y SUGERENCIAS. El cuerpo
evidenci un surco de presin cervical premortem; si bien el
sujeto no falleci por anorexia mecnica (es decir, no fueahorcado), s fue sujetado por el cuello con una cuerda,
ejerciendo con ella una presin suficiente para ocasionar surco
descrito(sic)y remansamiento de sangre en la extremidadceflica, que se puso en evidencia por la gran cianosis de la
cabeza. La presencia de mltiples lesiones constusas en
diferentes partes del cuerpo, muchas de ellas de aspecto vital,
sugieremaltrato premortem.(Destacado del litigante).
Igualmente, predica la misma violacin respecto del
dictamen aclaratorio CM-22-2010-UBBIL17del 16 de junio
de 2010, que transcribe as:
Encuentroprobable, no obstante, que las lesiones postmortem(con lechos plidos, no hemorrgicos) hayan sido ocasionadas
como resultado de la manipulacin del cadver, con fines detransporte (amarre, cada) y que las lesiones descritas en laregin facial y cervical, de las cuales se conserva una fotografa
(que se anexa a esta ampliacin,fueron sufridas en vida.
(Destacado del casacionista), (Subrayas de la Sala queidentifican el texto alterado del original.).
Con base en ello, el recurrente estima que al suprimir
las expresiones que indicaban que las lesiones
esquimiticas que presentaba el occiso en la parte cervical
fueron infringidasprobablementeen vida, el Tribunal
convirti la probabilidad en una certeza.
De esta manera, en opinin del jurista, al momento deapreciar la prueba, el Tribunal echa de menos el juicio de
probabilidad y fuerza la prueba a decir que concertezala
17Cfr. Folio 190 del c.2.
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lesin indicaba que antes de morir ABEL ADAN POSADA
AMARILES haba sido amarrado con una soga al cuello, lo
cual le permiti sostener posteriormente que el procesado
se estaba inventando un combate y mintiendo respecto de
las circunstancias en que se produjo el deceso de la vctima,
cuando ello solo era una conclusin probable.
La Corte considera.
Con el propsito de determinar la procedencia del
primer ataque, la Sala procedi a revisar minuciosamente
las piezas probatorias que segn el impugnante indican la
probabilidad, que no certeza, que la lesin equimitica que
present el occiso en la parte cervical hubiera ocurrido en
vida.
Como consecuencia de ello, esta Corporacin ha
podido determinar que, contrario a lo expuesto por eldefensor, lo que sostuvo el perito forense en la aclaracin de
su dictamen al responder a la pregunta si el cadver de
ABEL ADN prest signos de tortura en vida, fue lo
siguiente:
Encuentro probable, no obstante, que las lesiones postmortem(con lechos plidos, no hemorrgicas) hayan sido ocasionadas
como resultado de la manipulacin del cadver, con fines de
transporte (por amarre, cada,).Lesiones como las descritas
en la regin facial y cervical, de las cuales se conserva
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una fotografa (que se anexa a esta ampliacin), fueron
sufridas en vida.18.(Negritas agregadas).
Obsrvese cmo, en el texto original se separa la segunda
parte del prrafo con un punto seguido, lo cual indica que
finaliza el primer enunciado, y que pasa entonces a
formular la segunda oracin que integra el prrafo,
expresando una nueva opinin.
Siendo ello as, resulta difano que respecto de las
lesiones faciales y cervicales el mdico legista no estim que
exista cientficamente una probabilidad sino una certeza,
como quiera que dentro del mismo prrafo, pero separado
con un punto seguido, se refiere de manera directa,
especfica y concreta a ella, para afirmar contundentemente
que fueron sufridas en vida.
An ms, aunque no fuera as, al realizar un anlisis
integral de estos elementos probatorios y no de manera
insular como pretende el casacionista, la Corporacin
encuentra que repetitivamente, el Galeno forense es
insistente en considerar que la equimosis cervical fue
ocasionada en vida de la vctima.
18Cfr. Folios 196 y 197 del c.2.
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Es as como revisado el informe de necropsia
UYA.NC.2003.044, de julio 22 de 200319
, al describir el
cadver lo hace de la siguiente manera:
evidenci #1 lesin por impacto con proyectil de arma de fuego
en el trax, y mltiples lesiones contusas vitales y postmorten
(sic)en los diferentes segmentos corporales.Particularmente
notoria, una lesin vital, tipo contusin en la regin
cervical, que dibuja la zona de presin de una cuerda extendidadesde la regin cervical media derecha hasta la misma zona
cervical izquierda, a lo largo de la superficie cervical anterior; en
concomitancia, la extremidad ceflica intensamente ciantica..
(Negritas agregadas por la Sala).
Posteriormente, al referir los fenmenos cadavricos de
POSADA AMARILES anota que:
evidenci mltiples lesiones contusas vitales y postmortem en
diferentes regiones;en la regin cervical un surco de presin
vitalpor cuerda.20.(Negritas destacadas por la Corte)
Al puntualizar a los hallazgos de la cabeza:evidenci
mltiples lesiones contusasde aspecto vital.21.(Negritas fuera de
texto original).
Detallando los hallazgos en el cuello, afirm que:
19Cfr. Folios 39 y 40 del c.1
20Cfr.Ibdem, folio 40.
21Cfr. Cfr. Folio 41 c.1.
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evidenci una lesin vital, tipo contusin, que dibuja la zonade presin de una cuerda, extendida desde la regin cervical
media derecha hasta la misma zona cervical a la izquierda, a lolargo de la superficie cervical anterior.22.(Destacado de la Sala)
Cuando report las conclusiones de la necropsia, el Galeno
sostuvo que:
el orificio descrito en la camisa, coincide con el orificio descritoen el hemitrax izquierdo,pero la camiseta no tena
accidentes. El cuerpo evidenci un surco de presin
cervical premortem; si bien el sujeto no falleci por anorexiamecnica (es decir, no fue ahorcado), si fue sujetado por una
cuerda, ejerciendo con ella una presin suficiente para ocasionarel surco descrito y un remansamiento de sangre en la extremidad
ceflica, que se puso en evidencia por la gran cianosis de la
cabeza. La presencia de mltiples lesiones contusas en
diferentes partes del cuerpo sugiere maltratopremortem.23.
Sumado al informe de necropsia, la ampliacin del
informe tcnico mdico legal CM-22-2010-UBBL de 16 de
junio de 201024, mediante el cual se respondi a una
solicitud de aclaracin del peritazgo especifica que:
El surco cervical fue equimtico,razn por la cual fue
clasificado como lesin vital y por tanto premortem..(Negritas de la Corporacin).
22Cfr. bdem40 c.1
23Cfr. Folio 42, c.1
24Cfr. Folio 193 del c.2.
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En el momento de aclarar si las lesiones descritas en la
necropsia fueron premortem o postmortem el legista asevera
que:
Especficamente,un cuerpo muertoal ser golpeado, sea cual
fuere el origen de los golpes,no genera equimosis, niabrasiones epidrmicas hemorrgicas.25.(Resaltado de la Sala).
De esta forma, es claro que de la verificacin del
contenido real del informe pericial y de su anlisis tanto
individual como conjunto con las distintas anotaciones
realizadas por el Galeno en su informe de necropsia y su
ampliacin, que constituyen una unidad en s misma, un
tipo discursivo con unidad de sentido; validan la posturadel Tribunal al atribuir fuerza de certeza a la consideracin
que la lesin esquimitica cervical que present el cadver
de ABEL ADAN POSADA AMARILES fue ocasionada en vida
y, por tanto, el cargo no prospera.
Segundo Cargo Principal.Violacin indirecta de la ley
sustancial por error de hecho que genera falso juicio de
identidad por suposicin de la prueba.
Considera el libelista que al sostener el juzgador de segundo
nivel que contaba con la informacin concreta sobre la
25Cfr.dem.
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muerte de POSADA AMARILES, supuso que en el
expediente exista, en calidad de medio de conviccin, la
cadena de custodia, cuando en realidad esa pieza procesal
no fue allegada, razn por la cual, la fuerza de conviccin y
la autenticidad que se le confiere a elementos de prueba
tales como la vestimenta que llevaba puesto el cadver al
momento de la necropsia, puede ponerse en duda, pues
entre la muerte y el traslado a la morgue o, entre el lapso en
que estuvo en la morgue y el momento en el que lleg el
mdico legista pudo haber sido manipulada con el
propsito de distorsionar la prueba en contra del procesado.
La Sala considera.
Una vez estudiados los apartes de la sentencia del
Tribunal que el recurrente cuestiona, observa la Colegiatura
que la ausencia de duda frente a los aspectos relacionados
con la muerte de POSADA AMARILES, no devino de lavaloracin de la existencia de cadena de custodia, sino de la
apreciacin de la prueba que respecto de ella se predica.
Es as que el Tribunal gener su juicio de conviccin
de responsabilidad en los hallazgos que arroj el registro
civil de defuncin, la necropsia que el 22 de julio de 2003
practic el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses,
Unidad Local de Yarumal y la aclaracin que del mismo
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realiz la Unidad Bsica de Bello de esa misma entidad, en
donde se determin que sobre el cuerpo de la vctima
existan lesiones causadaspremortem, tal como lo fue el
surco cervical equimtico, advirtiendo eso s, que no
encontraba violentada la cadena de custodia y que por ello,
mal podra sealarse que el cuerpo examinado no era el de
POSADA AMARILES, o que existiera duda sobre los
procedimientos realizados e, incluso, trae a colacin una
cita jurisprudencial de esta Colegiatura26, segn la cual,
aun cuando se suscitara algn reproche contra la cadena
de custodia ello no implicara necesariamente la ilegalidad
del medio probatorio, sino tan solo el cuestionamiento de su
fuerza de conviccin, postura que no ha sido variada a la
fecha.
De esta forma, considera la Sala que el juzgador de segundo
grado no le asign en momento alguno fuerza probatoria a
la cadena de custodia como lo sostiene el recurrente, sino
que se refiri a ella para negar la existencia de su violacin
y otorgarle plena fuerza probatoria a los elementos de juicio
que estaba valorando.
Se percibe igualmente, que al establecer los supuestos
fcticos de la conducta incriminada, el Tribunal retoma las
pruebas que estima determinantes en la resolucin del caso
26Se refera a la SCSJ de 8 de octubre de 2008, R. 28195
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y las valora concluyendo que la informacin que deviene de
ellas es tan precisa que no existe duda de que el cuerpo al
que se le practic el informe de necropsia es el de ABEL
ADN POSADA AMARILES.
Lo cierto es que pese a las aseceraciones del
impugnante que su propsito no es cuestionar la legalidad
de la cadena de custodia27, parte de su alegacin consiste
en controvertir la ausencia de documentos que demuestren
su existencia, para derivar de ello duda respecto de las
circunstancias que rodearon la muerte de la vctima, como
lo fue la forma en que el cuerpo se transport hacia la
morgue, la autenticidad de los elementos de prueba
observados en la necropsia por el mdico legista o los
tcnicos balsticos, la vestimenta que llevaba puesto
POSADA AMARILES ya queEntre su muerte y traslado a la
morgue bien pudo ser manipulada (cambiada o modificada en su
aspecto) la ropa que cubra el cuerpo de Adn Posada, puesto que en
ese lapso no se asegur el cadver mediante el mecanismo de la
cadena de custodia. O pudo ser alterada durante el lapso que estuvo
en la morgue, mientras llegaba el legista.28,con lo cual, deriva la
discusin a la legalidad del instrumento de conservacin de
identidad de la prueba, bajo el pretexto de haber otorgado el
juez de segunda instancia mrito suasorio a la cadena de
custodia.
27Cfr. Folio 13 de la demanda de casacin.
28Cfr. Ibdem folio 16.
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Si lo que pretenda el accionante era cuestionar la
autenticidad de los elementos probatorios valorados por el
ad quem, debi entonces dirigir su pretensin a cuestionar
la legalidad con que las pruebas fueron incorporadas al
proceso a travs del error de hecho por falso raciocinio, por
su incidencia en el poder persuasivo de la prueba y no
cuestionando una supuesta valoracin probatoria de la
cadena de custodia, que dicho sea de paso, no constituye
prueba, pues tal y como lo ha sostenido esta Corporacin29:
[la cadena de custodia] no constituye un fin en s mismo, sino
un medio a travs del cual se busca asegurar la autenticidad del
elemento probatorio o la evidencia fsica en el proceso penal; de talmanera que si el protocolo establecido se cumple correctamente, lanormatividad procesal presume que el elemento o la evidencia que
se pretende hacer valer en el juicio, son genuinos.
Ahora bien, ello no significa como pareciera entenderlo eldemandante- que si no se satisface el procedimiento, o no se lleva a
cabo en la forma correcta, el elemento probatorio o la evidenciafsica se afecten de ilegalidad por este solo motivo y deban por ello
marginarse del acervo probatorio..
La equvoca argumentacin del libelista estima
vulnerado el artculo 288 de la Ley 600 de 2000, sin tener en
consideracin que esa norma no tiene la condicin de
precepto sustancial, pues solo sirve de instrumento para
alcanzar los fines de los cnones sustantivos, defecto que
ignora lo previsto en el numeral 1 del artculo 207 de este
29Cfr. CSJ. SP. Julio 3 de 20013, R.38128
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mismo cuerpo normativo al disponer que la casacin procede
cuando la sentencia sea violatoria de una norma de derecho sustancial.
As las cosas, la propuesta del libelista no se encuentra
llamada a prosperar.
Tercer, Cuarto, Quinto y Sexto Cargo Principal.Violacin
indirecta de la ley sustancial por error de hecho que genera
falso juicio de existencia por omisin de los testimonios de
JAIME HERNNDEZ RINCN,HORACIO GUTIERREZ
VILLA,JHAN CARLOS GLVEZ ALBARRACNyJHON
DARO CHAVARRA, respectivamente.
Cuestiona el casacionista que elad quemhaya
revocado la sentencia absolutoria emitida por ela quo, sin
valorar la totalidad de las pruebas tenidas en cuenta por
este para fundamentar su decisin, como son los
testimonios vertidos por los militares que participaron en el
operativo en el que perdi la vida POSADA AMARILES.
Sostiene el defensor que si el propsito del Tribunal
era revocar la sentencia de primera instancia, como en
efecto lo hizo, debi revalorar ntegramente el acervo
probatorio en que se fundament esa decisin,
especialmente las declaraciones de los testigos presenciales
de los hechos, que constituyeron uno de los principales
20
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fundamentos del fallo. Contrario a ello, aduce el libelista, el
juzgador de segundo grado ignor estas pruebas.
Respecto al testimonio deJAIME HERNNDEZ
RINCN, enfatiza que no fue mencionado en la decisin del
Tribunal, lo que produjo que en ella se sostuviera que el
enfrentamiento armado entre la guerrilla y el ejrcito haba
sido un invento de los militares involucrados en estos
hechos, mientras que, contrario a esta valoracin, este
testigo presencial de los sucesos asegur que luego de llegar
al objetivo, el Capitn OJEDA desarrollla situacin que dio
como resultado la baja en el combate del sujeto Abel Adn Posada
Amariles,lo cual, de haber sido tenido en cuenta, habra
conllevado al Tribunal a concluir que el informe de
necropsia era apenas una visin unilateral o fragmentada
de los hechos, y con ello su juicio sobre la responsabilidad
de su representado no hubiera sido de certeza.
En cuanto a la omisin del testimonio deHORACIO
GUTIERREZ VILLA, quien segn el libelista tambin
presenci los hechos y quien afirmque(los sujetos) estaban en
esa misma rea, ellos nos detectaron inmediatamente nos abrieron
fuego, nosotros respondimos eso fue un combate de encuentro,
aduce que no fue nombrado en el cuerpo de la sentencia
que repara y mucho menos valorado.
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La omisin de esta prueba, en cuanto seala que s
existi el combate en que muri ABEL ADN POSADA, tuvo
para el impugnante el efecto de producir una equivocada
certeza del dictamen de necropsia contraria a la
probabilidad que ofreca, de manera tal que de no haberse
omitido la declaracin de GUTIERREZ VILLA, la conclusin
obligada era que lo dicho en l constitua una visin
fragmentada de los hechos, luego la certeza sobre la
responsabilidad de OJEDA PRECIADO hubiera decado y el
fallo tendra un sentido cualitativamente diferente pues
sera absolutorio.
En lo concerniente a la omisin del testimonio de
JHAN CARLOS GLVEZ ALBARRACNconsidera el
demandante que si se apreciara este testimonio, la
sentencia objeto del recurso perdera solidez probatoria,
puesto que el deponente fue contundente en sealar que las
Fuerzas Especiales haban reaccionado a un ataque de laguerrilla y en esos momentos dieron de baja a uno de ellos.
Este relato de los sucesos ofrecido por un testigo
presencial fue para el recurrente desatendido en la
sentencia con el propsito de dejarla sin soporte,
permitindole al juez colegiado de instancia deducir del
dictamen de necropsia certeza en torno a la responsabilidad
de ALFONSO RAFAEL OJEDA PRECIADO, pues en caso de
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haber tenido en cuenta el testimonio de GLVEZ
ALBARRACN habra concluido que lo dicho en el reporte de
autopsia era apenas un enfoque parcial de los hechos,
tendiendo que aceptar que para hacerse con una visin de
conjunto era necesario conocer y valorar razonadamente la
versin de cada uno de los militares que participaron en los
sucesos.
Finalmente, asevera el jurista que la omisin del
testimonio deJHON DARO CHAVARRA debilita
considerablemente el fallo condenatorio, en cuanto afirma
que luego de caminar toda la noche, las Fuerzas Especiales
entraron en contacto con el objetivo y dieron de baja a un
bandido, por ah a las doce o una de la tarde, lo cual
constitua un elemento de juicio adicional para sostener que
era cierto que el Capitn OJEDA PRECIADO haba actuado
en medio de un combate o que, por lo menos, haba duda
en torno a si la muerte fue consecuencia de unenfrentamiento armado o de una ejecucin extrajudicial.
Considera la Corte.
Ha sido constante esta Corporacin30en afirmar que el
recurso extraordinario de casacin no debe ser interpretado
desde sus causales, sino que se encuentra llamado a atender
30Cfr. CSJ. AP. de octubre 20 de 2005, Rad. 2406.
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a los fines que el legislador le ha trazado, razn por la cual,
adquiere una connotacin axiolgica mayor, vinculada con
los propsitos del proceso penal y con el modelo de Estado en
el que se inscribe.
Por tal motivo, la parte que pretenda la revocatoria,
modificacin o aclaracin de una providencia judicial emitida
como producto del debate probatorio realizado en las
instancias de juzgamiento, cuando del falso juicio de
existencia por omisin se trate, tiene la carga de demostrar,
no solo la existencia del error, sino tambin su idoneidad y
trascendencia; es decir, se encuentra compelido a acreditar
que de haberse valorado el material probatorio excluido, el
sentido de la determinacin hubiera sido diferente,
precisamente, el perseguido por el interviniente.
En consecuencia, no basta el sealamiento y la
verificacin del yerro, pues resulta adems indispensable que
pruebe su gravedad, lo que se consigue cuando logra
acreditar que la omisin en que se incurri y solo ella, fue la
generadora del resultado que se censura, para lo cual, basta
realizar un fcil ejercicio intelectual consistente en suprimir
imaginariamente del proceso el material probatorio echado
de menos y demostrar que los elementos restantes resultan
insuficientes para sostener la decisin que genera la
inconformidad.
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En otros trminos, la demostracin de la trascendencia
del error en punto de lo resuelto, debe dirigirse a evidenciar
cmo la exclusin del medio criticado dentro del contexto
general de lo aducido probatoriamente, de ser valorado,
imprescindiblemente conducira a una decisin ms
favorable para la parte actora31.
De lo anterior surge entonces, que luego de la
acreditacin del error, el demandante debe analizar los
dems medios de conviccin que soportaron el fallo, para
demostrarle a la Corte que estos son incapaces de cumplir
con las exigencias que requiere la determinacin frente a la
que presenta su inconformidad, pues en caso contrario, su
postulacin estar llamada al fracaso por ser intrascendente,
ya que los medios de prueba restantes soportaran con
suficiencia la decisin adoptada.
Contrario a lo expuesto, en el asunto que se analiza,
pese a que el defensor destaca las pruebas hurfanas de
valoracin por la segunda instancia, acomodndose a los
rigores de la tcnica de casacin, deja de lado la
demostracin de cmo la sustraccin de estos medios de
conviccin socava los fundamentos del fallo, pues se
conforma con indicar que de haberse apreciado los
31Entre otros, CSJ AP, 5 feb. 2007, Rad. 26382; CSJ AP, 11 jul. 2007, Rad. 27689;CSJ AP, 24 abril 2013, Rad. 40.849; y CSJ AP, 11 dic. 2013, Rad. 42755.
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testimonios omitidos, la valoracin de la necropsia y su
ampliacin se hubiera producido en un sentido diferente al
que el juzgador le asign.
As las cosas, lo que realmente pretende el casacionista
sin conseguirlo, es que se vare el grado de conviccin que el
juez de segundo grado le asign al informe de necropsia y a
su posterior ampliacin, los cuales dieron pie al Tribunal
para condenar al procesado por los delitos imputados,
olvidando que no es viable desarrollar dos ataques de diversa
naturaleza bajo el mismo cargo (el falso juicio de existencia
de los testimonios, sumados al falso juicio de identidad del
informe de necropsia y su ampliacin), debido al principio de
autonoma que rige la casacin y que, justamente, pretende
que las postulaciones se presenten de manera independiente
para evitar mezclas argumentativas y conceptuales como las
que se han originado en este asunto32.
Pese a que la demanda no realiza el ejercicio tendiente a
demostrar la trascendencia del error en los trminos en que
anteriormente ha sido planteado, lo cual es suficiente para
rechazar el cargo, la Sala proceder a referirse a cada uno de
los testimonios omitidos, con el fin de establecer su alcance
probatorio frente a los enunciados fcticos establecidos por el
Tribunal, con el objetivo de determinar si ellos, tanto
32Cfr. CSJ. SP, febrero 21 de 2007, Rad. 26.578.
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individualmente considerados, como articulados con las
dems pruebas obrantes en el proceso, arrojan una
construccin de la verdad procesal con un grado de
probabilidad mayor al extrado por el juzgador de segundo
nivel.
En concreto, la Sala establecer el mrito que le
corresponde a los testimonios prescindidos, siguiendo los
postulados de la sana crtica33y determinar si la estimacin
de la prueba omitida, integrada en el universo probatorio de
la actuacin, da lugar a variar las conclusiones del fallo; por
cuanto, no basta para alcanzar la prosperidad del cargo, que
la prueba no haya sido considerada por el fallador, sino que
esa ausencia valorativa debe ser trascendente respecto del
sentido de la decisin, de manera que, al integrarla al pleno
probatorio, tenga fuerza suficiente para alterar la facticidad
avalada por el Tribunal.
De manera que, la inadvertencia de la prueba que se
demanda, no basta para configurar el vicio, sino que resulta
indefectible que al ser incorporada derribe el juicio de
aceptabilidad de la facticidad deducida a travs de los dems
medios de prueba considerados por elad quempara
fundamentar su decisin, de modo tal que al introducir la
33CSJ AP, 26 de jun. 2002, Rad. 11451; CSJ AP, 22 jul. 2010, Rad. 34367; y CSJ AP,28 de agosto 2013, Rad. 41759, entre otros.
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valoracin de la prueba ausente, la verdad procesal
construida en el fallo se muestre ajena al control racional y
decaiga su estndar de certeza.
Con este derrotero, al analizar el caso bajo estudio, se
advierte que si bien en la demanda se identifica la prueba
sobre la cual recay la omisin, el actor no fundamenta
adecuadamente la trascendencia del yerro, pues se
circunscribe inicialmente a sealar lo que, en su sentir,
demuestran los contenidos no apreciados, sin integrar su
valoracin a las pruebas con sustento en las cuales el fallador
edific la condena.
En efecto, el casacionista transcribe los apartes de las
exposiciones que favorecen su postura defensiva, sin
reconocer las contradicciones individuales que se suscitaron,
como las discordancias entre estas versiones con los
enunciados fcticos que se extraen de otros medios de
conviccin obrantes en el plenario, ejercicio que la Salarealizar.
Una variable que se debe atender a la hora de valorar las
declaraciones acusadas de haber sido omitidas, consiste en
reparar que quienes ofrecieron la informacin tambin fungen
como procesados, razn por la cual, no puede dejarse de ladoque durante sus deposiciones tenan un inters especial en
su resultado y por tanto recae sobre ellas un manto de
sospecha.
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La Corte Constitucional34
ha sido clara en sealar lasdiferencias que existen entre un indagado y un testigo
exponiendo que:
Al respecto, la Corte encuentra que existen numerosas diferencias
ontolgicas entre las figuras del indagado y el testigo. As, el indagadoes( i ) sujeto de la accin penal; ( ii ) sobre l recae la investigacin penal;
( iii ) es titular de los derechos a guardar silencio, no pudiendo serapreciado tal comportamiento como un indicio en su contra, y a noautoincriminarse, y por ende, la declaracin que rinde es voluntaria, libre
de todo apremio; ( iv ) constitucionalmente no est obligado a declarar
contra su cnyuge, compaero permanente o parientes dentro del cuarto
grado de consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil; ( v )durante la indagatoria debe estar asistido por su defensor de confianza o
de oficio, quienes no podrn interrogarlo; y ( vi ) le asiste el derecho a
solicitar la ampliacin de su indagatoria. Por el contrario, el testigo ( i ) no
es sujeto de la accin penal; ( ii ) est obligado a declarar bajo juramento,no pudiendo ser obligado a hacerlo contra s mismo o contra su cnyuge
compaera o compaero permanente o parientes dentro del cuarto grado
de consaguinidad, segundo de afinidad o primero civil; ( iii ) de llegar a
faltar a la verdad o la calle total o parcialmente, puede ser sancionadopenalmente por el delito de falso testimonio; y ( iv ) todos los sujetos
procesales pueden interrogarlo..
Al no tener idntica naturaleza, las declaraciones
vertidas por los indagados deben ser valoradas con sumo
cuidado, puesto que al ser expuestas como parte de su
defensa, provienen de un interesado en el resultado de lalitis
y, por tanto, su aceptabilidad debe ser justipreciada teniendo
en cuenta la posibilidad de que el inters personal que recae
sobre la sentencia que habr de proferirse incida en la
veracidad de la declaracin.
34Cfr. Corte Constitucional, Sentencia C-573/06, de julio 12.
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En este orden de ideas, es preciso destacar que loselementos aducidos por el recurrente como hurfanos de
valoracin se contaren a las diligencias de declaracin que
JAIME ROBERTO HERNNDEZ RINCN, HORACIO DE
JESS GUTIERREZ VILLA, JHAN CARLOS GLVEZ
ALBARRACN y JHON DARO CHAVARRA MAZO, realizaron
ante el Juzgado Veintids de Instruccin Penal Militar, de las
cuales deduce su vocacin para desquiciar el fallo, olvidando
que los procesados, en calidad de coautores impropios,
expusieron su versin sobre los hechos en dos oportunidades
adicionales: (i) la diligencia de indagatoria y (ii) su posterior
ampliacin, que rindieron libre de todo apremio, sin estar
obligados a autoincriminarse, pudiendo entonces faltar a la
verdad frente a los hechos que los compromete, pues
justamente por ello, el juramento, entendido como garanta
de veracidad, se desnaturaliza cuando se trata de indagados,
razn por la cual no se encuentran en la misma posicin que
el testigo como pretende hacerlo ver el demandante, pues sus
versiones estn influidas por la posibilidad de afectar con
ellas su inters procesal personal de obtener la absolucin de
responsabilidad.
Con base en este razonamiento, en aras de determinar si
efectivamente las afirmaciones de los estos cuatro procesados
tienen la contundencia precisada para que la racionalidad de
los argumentos probatorios y fcticos deducidos por el
Tribunal pierdan contundencia, la Sala evaluar la
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persistencia y uniformidad entre las distintas versiones
rendidas por cada uno de los cuatro procesados; la existenteentre las diversas aserciones realizadas por ellos; su alcance
probatorio al ser introducidas y sopesadas con las dems
pruebas obrantes en el proceso y su verosimilitud.
Igualmente, a fin de evitar distractores en este
razonamiento, resulta pertinente aclarar que el hecho que se
debe demostrar con la incorporacin de las declaraciones es
la carencia de la condicin de persona protegida que
ostentaba la vctima al momento de drsele muerte, vale
decir, que su homicidio se produjo cuando tena la calidad de
combatiente, por tratarse del delito de homicidio en persona
protegida, ya que si ste acaeci en el momento en que el
interfecto tena esta categora, su muerte ser lcita a la luz
del Derecho penal y del Derecho internacional humanitario.
De manera que tambin analizar la Sala si las declaraciones
de estos procesados son idneas para demostrar tal supuesto
fctico.
As las cosas, se configuran dos variables: por un lado,
la afirmacin del recurrente que JAIME HERNNDEZ
RINCN, al igual que los otros procesados cuyas deposiciones
se omitieron, fueron testigo presenciales de los hechos y que
por ello no pueden ser dejadas de apreciar y, por otro lado, la
consideracin que la descripcin tpica del delito exige probar
la muerte de POSADA AMARILES en situacin de
combatiente, vale decir, cuando tena la condicin de persona
31
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no protegida por el Derecho de la guerra. Surge entonces
necesario referirse a ambos extremos valorativos.
Pues bien, aun partiendo de la veracidad de la existencia
del combate, al analizar cuidadosamente las piezas
procesales, salta a la vista que JAIME HERNNDEZ RINCN
no pudo haber sido testigo presencial de la muerte en
combate la vctima, puesto que, segn sus propias
aseveraciones l no estuvo presente en el desarrollo del
enfrentamiento armado en el momento en que ella
supuestamente se produjo, como quiera que se encontraba
realizando una operacin envolvente en un lugar distante al
de los sucesos.
Es as como las afirmaciones inicialmente vertidas en su
informe sobre los hechos ocurridos el 20 de julio de 2003 en
la vereda San Pablo del Municipio de Campamento,
Antioquia35, aseguran que de acuerdo a la orden de
operaciones JAGUAR, la Compaa Beta de las Fuerzas
Especiales al mando del Capitn ALFONSO RAFAEL OJEDA
PRECIADO y la Unidad Operativa del Gaula Antioquia al
mando suyo, estaban realizando una operacin de rescate de
dos mujeres secuestradas por el Frente 36 ONT de las FARC y
que en desarrollo de esa operacin, alrededor de las 11:00
a.m.la Compaa Beta(no la suya), entr en contacto con
los guerrilleros en la vereda San Pablo, y que en la maniobra
que efectu el primer destacamentoal mando del Sargento
35Cfr. Folio 12 del c.1. Informe del 28 de julio de 2003.
32
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Segundo SALGADO GIRALDO fue abatido en combate ABEL
ADAN POSADA AMARILES.
Sin embargo, posteriormente, cuando declar ante la
Justicia Penal Militar36, fue enftico en aseverar que siendo
aproximadamente las 11:00 horasla Compaa Beta del
Batalln de Fuerzas Especialesnmero 2 al mando del
Capitn OJEDA entr en contacto,quien desarroll la
situaciny dio como resultado labaja en combatedel sujeto
ADAN POSADA AMARILES37.
Pese a lo anterior, al preguntrsele a OJEDA PRECIADO
por la misin que tena su compaa y cmo estaban
distribuidos en el terreno durante la operacin manifiesta:
Iniciando la infiltracin quiero decir que venamos dos grupos mi
compaa B de las fuerzas especiales al mando mo y el pelotn del
grupo Gaula Antioquia que venan al mando del TE.HERNNDEZRINCN JAIME y el a su vez estaba bajo las ordenes(sic)del seorCT GARZON REY para la poca comandante del Gaula Antioquia,
cuando nosotrosmi compaa vena avanzando de primeroynosotros al ser sorprendido por el fuego mi compaa por le fuego(sic)enemigo reaccionaron y fue ah donde se abati al bandidoABEL ADAN POSADA AMARILES que fue reconocido posteriormente
con sus nombres cuando la Fiscala le efectu e levantamiento(sic),
el pelotn del grupo Gaula Antioquia la mando del TE.
HERNNDEZ (sic)por otro sector bastante retirado no
recuerdo que distancia no puedo precisar la distanciaen unregistro fueron sorprendidos tambin con fuego nutrido del
enemigo y posteriormente el TE me reporta la baja de otrobandido, puedo precisar que estaban comoa unos dos o tres
kilmetrosretirados del sector donde me encontraba con mi
36Cfr. Folio 26 del c.1.
37Cfr. Folio 26 del c.1.
33
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compaa38.(Negritas de la Sala).
As las cosas, existe disparidad entre lo afirmado por
JAIME ROBERTO HERNNDEZ RINCN y lo indicado por
ALFONSO RAFAEL OJEDA PRECIADO respecto a la presencia
del primero en el momento en que se dio muerte a la vctima,
pues segn el propio OJEDA PRECIADO, los separaban unos
dos o tres kilmetros de distancia.
Posteriormente, con ocasin de su indagatoria39, JAIME
HERNNDEZ manifest que:
sobre las 10 u 11 de la maana aproximadamente la guerrillaataca a la Unidad de Fuerzas Especiales,quienes son los que van
delante de nosotrosy son los que llevan el esfuerzo principal.Esta
Unidad desarrolla la situaciny el seor CT. OJEDA, me pide queefecte un registro o maniobra envolvente, apoyndolo hacia el sector
donde presuntamente se estn dirigiendo los guerrilleros. Inicio la
maniobra envolvente que es bsicamente una oreja al sector donde estnsiendo atacadas las Fuerzas Especiales y en el movimiento, somos
atacados igualmente por la guerrilla y a este ataque reaccionamos,
ordeno armar bases de fuego, que es la hilera con un soldado al lado del
otro, de frente hacia donde nos estn disparando, para poder repeler estecombate. El combate dura aproximadamente de 5 a 10 minutos,
durante el combate el CT. OJEDA reporta que tiene un guerrillero
muerto en combatey solita apoyo areo a la Cuarta Brigada, quienresponde afirmativamente que lo iban a enviar de inmediato. Terminado
una vez el combate con la guerrilla cesan los disparos, ordeno hacer alto
al fuego y ordeno verificar mis hombres a los comandantes de escuadraposterior al combate, quienes me reportan que se encuentran con ninguna
novedad. Posterior al combate ordeno un registro sobre el sector donde se
desarroll la situacin y se da inicio al registro del rea; al efectuar el
38Cfr. Folio 224 del c.1.
39Cfr. Folio 20 del c.2.
34
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registro me informan que hay un guerrillero muerto en combate, en este
momento no recuerdo quin me inform y a la vezyo reportoal CT
OJEDA, quien informa de la situacin a la cuarta brigada y solicitainmediatamente un apoyo de Fiscala y Polica la lugar de los hechos,para efectuar el levantamiento. Llega el apoyo areo, un helicptero arpa
de la fuerza area, helicptero que es de combate40. (Resaltado fuera detexto original).
De manera que, si los procesados tenan que reportarse
las bajas dadas, era porque no estaban en el lugar en que
ellas se produjeron.
Es ms, al inquirrsele a HERNNDEZ RINCN si la
operacin se realiz de manera conjunta contesta:Toda la
operacin se hizo de manera conjuntahasta el sector de los combates
donde cada unidad tiene un sector, digmoslo as e iniciado el
primer combate es donde nos dividimos41.
Y al interrogarlo si haba tenido la posibilidad de
observar al otro sujeto muerto, vale decir, a POSADA
AMARILES, contest:No, no tuve la posibilidad porque estaban
con el CT. OJEDA42.
Obsrvese entonces que el declarante dice que hubo un
combate pero que la muerte de POSADA AMARILES le fue
reportada, porque cada uno estaba en un sector, que segn
OJEDA PRECIADO distaba unos dos o tres kilmetros y que
por ello no tuvo la posibilidad de ver al sujeto muerto.
40Cfr. Folio 99 del c.5.
41Cfr. Folio 27 del c.2
42Cfr. Folio 28 c.2.
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Luego, en la diligencia de ampliacin de indagatoria43
HERNNDEZ RINCN, sostuvo que:
El grupo de las fuerzas especialessiempre iba adelante()Continuamos caminando y 20 minutos despus aproximadamente, seescuchan unos disparos en la parte de adelante donde van las FUERZAS
ESPECIALESy me informael CAPITAN OJEDA que era el comandantede este grupo, que los haban hostigado y haban entrado en combate con
este grupo de guerrilla,en ese momentome da la orden que con migrupo del GAULA avancemos hacia la parte alta por donde
supuestamente estaba huyendo la guerrilla () mientras se desarrollan
los combatesle informoal CAPITN OJEDA de mi situacin y l
posteriormente informa a la IV Brigada, ya que el nico medio decomunicacin con la Brigada era por telfono satelital, porque en este sitio
y desde haca muchos kilmetrosse haba perdido la seal de radiodebido a que no hay repetidoras en la zona. EL CAPITAN OJEDA pide a
su vez apoyo areo, los combates duran aproximadamente de 15 a 20
minutos,terminado el contacto armado, el CAPITAN OJEDA meinforma que tiene una baja de un bandido.
De manera que este declarante supo de la muerte de la
vctima por lo que le informaron mas no porque lo hubiera
presenciado. En esta misma diligencia de ampliacin de
indagatoria se le solita precisar la distancia que haba entre
las Fuerzas Especiales y la Unidad operativa del Gaula, ante
lo cual afirm:
La distancia que se mantena siempre con las FUERZAS
ESPECIALES era relativa debido al terreno, peroen el momento de los
combates calculo que tenamos uno 800 a 1000 metros dediferencia de distancia() creo que los disparos de las fuerzas
especialestodava se escuchabancuando nosotros fuimos atacados44.
43Cfr. Folio 101 del c.5
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Se ratifica por el propio declarante que no estuvopresente en el lugar de la muerte pues haba una distancia
que los separaba que solo le permita escuchar.
De igual manera, al interrogrsele si las Fuerzas
Especiales y el Gaula se haban desplazado juntos desde el
lugar de los combates, indic queLas FUERZAS ESPECIALES
siempre iban adelante y siempre manutuvimos una distancia
prudente entre cada grupo, aproximadamente 15 minutos de
distancia45,y que luego de los combates no se reuni con el
Capitn OJEDA46, al igual que asegur que durante la
confrontacinno tuvo visibilidad47del grupo de las Fuerzas
Especiales.
De esta forma, claramente se puede concluir que JAIME
HERNNDEZ RINCN, no estuvo presente en el momento de
la baja de POSADA AMARILES durante el desarrollo del
supuesto combate del grupo de las Fuerzas Especiales con la
guerrilla, sino que supo de l por el reporte que de ello le
hiciera OJEDA PRECIADO por telfono satelital y no porque
lo presenciara.
Por consiguiente, segn las propias aserciones de
44Cfr. Folio 103 c.5
45Cfr. Folio 104 del c.5.
46Cfr.dem.
47Cfr. Folio 97 del c.5.
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HERNNDEZ RINCN, tuvo conocimiento de la baja por la
informacin que le brindara el Capitn OJEDA, puesto que lse encontraba en otro lugar supuestamente desarrollando
otro combate, razn por la cual mal podra decirse que
presenci la muerte en combate de POSADA AMARILES y por
ello, JAIME ROBERTO HERNNDE RINCN no fue testigo
presencial de la muerte en combate de ABEL ADAN.
Al mismo tiempo, la Sala considera otras
contradicciones en las declaraciones de este procesado y
OJEDA PRECIADO, como que el cuerpo de la persona dada
de baja fue sacado en camillas improvisadas y que despus
de caminar dos o tres horasencontraronen el camino unas
bestias en donde cargaron los muertos48;mientras que,
ALFONSO RAFAEL afirma que las mulas fueronprestadaspor
los habitantes de la regin49. As mismo existe contradiccin
con la declaracin de JHON DARO CHAVARRA, quien hizo
parte del grupo que comandaba JAIME HERNNDEZ
RINCN, y quien sostuvo que solo se encontraron con las
Fuerzas Especiales en la ramada, que no vio la forma en que
las Fuerzas Especiales transportaban a la persona dada de
baja por ellos, y que no sabe si lo transportaron en caballo o
en camilla50, lo cual resulta inexplicable pues tanto JAIME
HERNNDEZ como JHON DARO CHAVARRA hacan parte
del mismo grupo, participaron en el supuesto combate y
48Cfr. Folio 27 del c.2. y 102 del c.5.
49Cfr. Folio 223 del c.5.
50Cfr. Folio 97 del c.5.
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regresaron juntos, sin que se justifique la falta de
consistencia en la forma en que consiguieron las bestias enque sacaron los cuerpos y si los sacaron juntos.
As las cosas, la Corte encuentra que segn la versin
del Teniente JAIME ROBERTO HERNNDEZ RINCN, no fue
testigo presencial de la muerte en calidad de combatiente de
la vctima como lo afirma el demandante, pues su compaa
se encontraba a una distancia bastante retirada.
Adicionalmente a estas razones, es importante resaltar
que con ocasin de la diligencia de ampliacin de indagatoria
rendida por el procesado OJEDA PRECIADO, puso de
manifiesto lo que sigue:
Aqu quiero aclarar que el TE HERNANDEZ, comandante del
GAULA, ese mismo day en horas de la tarde, ms o menos
entre las 16:00 a 18:00 horas, lleg el teniente HERNNDEZ,comandante del Gaula lleg a un lugar cercano donde yo me
encontraba, no me acuerdo la distancia, y me reportpor radioque tena una baja y que ya le haba informado esa situacin a
su comandante. Tambin quiero dejar claro que tampocoescuch ningn combate a parte del que se present con mi
unidad en las horas de las 11:00 a 11:30 horas, es aqu en
donde le solicito con todo respeto que se oriente la
investigacin y se establezca por qu los del grupo GAULA
aparecieron con un sujeto muerto51. Tambin quiero dejarleclaro que el mando de la operacin JAGUAR lo llevaba el TE
HERNANDEZ RINCON JAIME, como estaba establecido en la
orden fragmentaria No. 087 y firmada por el CT. GARZON REYHERNANDO, Comandante del GAULA Antioquia en ese momento.
Quiero aclarar que en horas de la maana minutos antes
de que se me presentara el combate, los del GAULA haban
51Cfr. Folio 297 c.3.
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reportado la captura de un sujeto con un arma corta, sinembargo inmediatamente entro en combate y no supe ms sobre
ese asunto, pero esa comunicacin fue entre radioperadores y miradioperador era el soldado profesional TIQUE LOAIZA EDWIN52.
Y cuando se le solicit su ratificacin sobre la
informacin declarada expres:
Si seor, me RATIFICO, pero no puedo asegurar que el capturado
sea la misma persona que ellos reportan como baja en combate.
Quiero agregar que cuando me devolva con el occiso, ya
en las horas de la tarde, entre las 16:00 a 17:00 horas,
estaba medio oscureciendo y sonaron unos disparos,tome
(sic) el radio, me comunique (sic) con el TE HERNANDEZ y lepregunte (sic) que haba pasado y me report algo, que no
recuerdo le dije que si lo apoyaba y me contesto (sic) que no, que
l desarrollaba la situacin y despus no supe ms. Al cabo demedia o una hora me report una baja de un sujeto y que a suvez ya lo haba informado al comando del GAULA53.
Es as como el deponente que durante el transcurrir
procesal vena afirmando la existencia de dos combates,
ahora esgrime que solo hubo uno, el que l sostuvo claro
est, y que en realidad s hubo una persona retenida desdelas horas de la maana por parte de JAIME HERNNDEZ
RINCN, justamente, en el lapso en que los vecinos54de
CARLOS ALFONSO GMEZ GUTIERREZ la otra vctima- lo
vieron por ltima vez con vida, luego de lo cual apareci
muerto en poder del ejrcito, quienes por lo dems, no los
52Cfr. Folio 297 del c.3.
53Cfr. Folio 298 del c.3.5
54Cfr. Folio 240 del c.2., 245 del c.2; Folio 247 del c.2. declaracin de Asael deJess Montoya Gonzlez.
40
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dejaban pasar hacia el sector en donde se encontraban55.
La gravedad de las afirmaciones de OJEDA PRECIADO
salta a la vista, como quiera que con fundamento en ella se
tiene que: (i) JAIME HERNNDEZ report un nico capturado
en las horas de la maana56, quien portaba un arma corta57;
(ii) entre las 16:00 y las 17:00 horas sonaron unos disparos,
que no son descritos como combate, (iii) JAIME HERNNDEZ
adujo que su grupo dio de baja a una persona (CARLOS
ALONSO GMEZ GUTIRREZ), cuando realizaba una
maniobra envolvente contra los guerrilleros que estaban en
combate con las Fuerzas Especiales del Capitn OJEDA; (iv)
ALFONSO RAFAEL OJEDA sostuvo que tampoco escuch
ningn combate a parte del que se present con mi unidad en las
horas de las 11:00 a 11:30 horas, es aqu en donde le solicito con
todo respeto que se oriente la investigacin y se establezca por
qu los del grupo GAULA aparecieron con un sujeto muerto58;(v)
no hubo una maniobra envolvente (vi) no hubo combate que
requiriera una maniobra envolvente para la proteccin u
ataque (v) ello es porque en realidad no hubo combate y por
tanto (vi) las vctimas no eran combatientes.
55Cfr. Folio 247 del c.2.
56Tngase en cuenta que segn las declaraciones de Asael de Jess MontoyaGonzlez y Elda Amparo Gmez Gutirrez, CARLOS ALONSO GMEZ GUTIERREZfue retenido por el Ejrcito a las 10:00 a.m. Cfr. Folios 241 y 245 respectivamente,
del c.2.
57Considrese que Elda Amparo Gmez Gutirrez sostuvo en una de susdeclaraciones que el da de los hechos su hijo CARLOS ALONSO GMEZGUTIRREZ portaba un revlver. Cfr. Folio 36 reverso del c.1.
58Cfr. Folio 297 del c.3.
41
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No le extraa a la Corte que JAIME HERNNDEZ
RINCN haya decidido guardar silencio cuando se lepregunt acerca de estas afirmaciones realizadas por OJEDA
PRECIADO, pues ante su contundencia nada habra que
decirse.
As las cosas, las declaraciones de JAIME HERNNDEZ
RINCN, acerca de la existencia de los combates y de la
muerte de ABEL ADAN POSADA AMARILES en calidad de
combatiente carecen de toda credibilidad, al tiempo que su
incoherencia resalta la fuerza probatoria de la prueba tenida
en cuenta por el Tribunal para emitir decisin de condena.
Este testimonio no logra desvirtuar que POSADA
AMARILES hubiera sido sometido a tortura antes de
producirse su muerte y que se encontrara en situacin de no
combatiente; como tampoco por qu razn mientras su
cuerpo se encontraba impactado por arma de fuego, la
camiseta que vesta no tena ningn agujero; razones que
sirvieron de fundamento al Tribunal para emitir fallo
condenatorio en contra de OJEDA PRECIADO.
Sumado a lo anterior, llama la atencin de la
Colegiatura la cantidad de municin gastada en el operativo
que HERNNDEZ RINCN report en su informe de
patrullaje del 26 de julio de 200359, en la que se relacionan
210 cartuchos calibre 5.56 mm, 210 cartuchos calibre 7.62
59Cfr. Folio 8 del c.1.
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mm y 4 granadas de 40 mm. Sin embargo, posteriormente,
el 13 de agosto del mismo ao60
, en el acta del 12 de agostode 2013 se report por cuenta del operativo 345 cartuchos
calibre 5.56 mm., y no se hizo alusin alguna a los cartuchos
calibre 7.62 ni a las 4 granadas 40 mm., evidencindose una
fuerte contradiccin entre ellos.
Por otra parte, la cantidad de municin gastada, no
concuerda con el proceder de fuerzas militares especializadas
que participaron en l, recurdese que el Grupo Gaula es una
unidad lite conformada por personas altamente calificadas
para llevar a cabo operaciones de rescate a secuestrados y el
desmantelamiento de bandas criminales que menoscaban la
libertad personal61, al tiempo que el destacamento que
comandaba el OJEDA PRECIADO era un Grupo Especial; por
lo tanto, se trataba de soldados profesionales, entrenados
para afrontar graves situaciones, que contaba adems con un
cuerpo especial de francotiradores, lo cual no es concordante
con el gasto de municin que debi producirse en un combate
que no dur no ms de 15 minutos.
La incongruencia en cuanto a la detonacin de las
granadas encuentra un respaldo ms en las aseveraciones del
indagado JOS ARBOLEDA CASTAEDA, quien fungi de
centinela, y quien advera haber escuchado el eco de las
granadas, mientras que JHON DARO CHAVARRA asegura
60Cfr. Folio 263 del c.3.
61Cfr. Ley 282 de 1996.
43
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que ellos no fueron atacados con explosivos62, razn por la
cual se concluye que los declarantes mienten una vez ms.
Curiosamente, los cuerpos de los abatidos el da de los
hechos, no presentaron rastros de esquirlas de las granadas
accionadas o de otros disparos que permitieran deducir la
existencia real de su muerte como combatientes e, incluso, de
la existencia del combate mismo. Recurdese adicionalmente
que los militares afirmaron que CARLOS ALFONSO GMEZ
GUTIERREZ fue encontrado con dos granadas, lo cual resulta
poco creble pues pese al rigor del pretendido combate no
fueron accionadas.
Por las razones antes expuestas el cargo aqu analizado se
inadmitir.
Cuarto Cargo principal.Violacin indirecta de la ley
sustancial por error de hecho que genera falso juicio de
existencia por omisin del testimonio de HORACIOGUTIERREZ VILLA.
Como se ha venido sosteniendo, la jurisprudencia de
la Sala ha sido pacfica en afirmar que cuando en sede de
casacin se propone la violacin indirecta de la ley
sustancial derivada de un error de hecho en la valoracin
probatoria por falso juicio de existencia al omitir valorar el
62Cfr. Folio 96 del c.5.
44
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contenido material de un medio de conocimiento que hace
parte de la actuacin y que fue legalmente incorporado, el
yerro tiene que ser relevante, es decir, que frente a la
valoracin en conjunto de la prueba efectuada por el
Tribunal, o de ambas instancias, de ser el caso, su
exclusin conducira necesariamente, a adoptar una
decisin distinta a la impugnada.
As las cosas, al igual que acontece con el Teniente
JAIME HERNNDEZ RINCN, el soldado HORACIO
GUTIERREZ VILLA no fue testigo presencial de la muerte de
POSADA AMARILES en condicin de combatiente, pues al
interrogrsele en la declaracin rendida ante el Juzgado
Veintids de Instruccin Penal Militar, por la ubicacin del
grupo Gaula y de las Fuerzas Especiales en el terreno,
afirm queLlegamos conjuntamente a una Y y los de las Fuerzas
especiales cogieron a mano derecha y nosotros cogimos a mano
izquierda63.
Posteriormente, en la diligencia de indagatoria al
preguntrsele a qu distancia se encontrabanduranteel
combate las Fuerzas Especiales y el grupo GAULA, afirm
quese encontrabanbastante lejos, pero no se con exactitud a
63Cfr. Folio 98 del c.1.
45
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cuanto64,y quela operacin se hizo de manera conjuntahasta que
se inici el combate65
.
De manera tal que si el testigo se encontraba bastante lejos
de las Fuerzas Especiales en el momento en que
supuestamente se desarrollaba el combate, no pudo haber
tenido conocimiento directo y presencial de las condiciones
en que el deceso se produjo.
En esta va de interpretacin, la Corte encuentra que
las declaraciones de GUTIERREZ VILLA no tienen el
potencial suficiente para derruir el fallo del Tribunal, pues
los apartes de la declaracin transcritos por el demandante
no tienen en cuenta aspectos de fundamental importancia
como la incoherencia sobre la existencia de disparos
despus de las dos de la tarde, puesto que mientras
GUTIERREZ VILLA, afirma que no los hubo en las horas de
la tarde66, como se ha dejado por sentado, OJEDA
PRECIADO y TIQUE LOAIZA lo desmiente al informar
respectivamente que:
cuando me devolva con el occiso, ya en las horas de la
tarde, entre las 16:00 a 17:00 horas, estaba medio
oscureciendo y sonaron unos disparos,tome (sic) el radio, me
comunique (sic) con el TE HERNANDEZ y le pregunte (sic) que
64Cfr. Folio 55 del c.2.
65Cfr.dem
66Cfr. Folio 58 del c.2.
46
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haba pasado y me report algo, que no recuerdo le dije que si lo
apoyaba y me contesto (sic) que no, que l desarrollaba la
situacin y despus no supe ms. Al cabo de media o una horame report una baja de un sujeto y que a su vez ya lo haba
informado al comando del GAULA67.
A su turno, cuando se le pregunt si haba escuchado
otro combate en la zona, EDWIN TIQUE LOAIZA, afirm:
No, ninguno, solo unos poquitos disparos que ya le dije que
hubieron(sic)como a las 4 o 5 de la tarde68.
Declaracin que refuerza la postura que indica que en
el momento de la muerte de POSADA AMARILES el
procesado JAIME HERNNDEZ no se encontraba presente y
que la operacin envolvente que realiz y el combate que se
suscit estando en ello tampoco existi.
Es importante tener en cuenta que este declarante
igualmente manifest que la distancia que haba entre ellos
(Fuerzas Especiales) y el grupo Gaula era de 50 minutos a
una hora de distancia69y que no se utilizaron granadas70,
pese a haber sido reportadas como gastos de la operacin,
lo cual robustece el planteamiento del Truibunal, pues los
procesados mienten.
67Cfr. Folio 298 del c.3.5
68Cfr. Folio 43 del c.5.
69Cfr. Folio 40 del c.5.
70Cfr.dem.
47
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Con la declaracin de GUTIERREZ VILLA tampoco se
justifican las lesiones que present la vctima en su cuello y
que fueron dictaminadas por medicina legal como
anteriores al momento de la muerte.
Ante la falta de correspondencia entre los distintos
relatos ofrecidos por el declarante, su inters en el resultado
del proceso, sus afirmaciones de ausencia del lugar y
momento en que se produjo la muerte a POSADA
AMARILES y la falta de capacidad para derribar la prueba
objetiva que seala la existencia de maltrato por
contusiones y traccin mecnica en el cuello de la vctima
este cargo no prospera.
Quinto Cargo principal.Violacin indirecta de la ley
sustancial por error de hecho que genera falso juicio de
existencia por omisin del testimonio deJHAN CARLOSGLVEZ ALBARRACN.
Es importante advertir que este testigo tambin formaba
parte del grupo GAULA que particip en la operacin
JAGUAR71y, por tanto, no estuvo en el momento en que se
produjo el supuesto deceso como combatiente, pues tal como
lo afirmLas Fuerzas especiales siempre iban delante de nosotros,
71Cfr. Folios 63 y 65 del c.2.
48
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llevbamos buena distancia y los del GAULA bamos a tras(sic)de ellos,
a cierta distancia tambin
72
y que liba atrs y escuch los disparosadelante,a mucha distancia73,que estaban a cierta distancia
cada soldado del otroy respecto de las Fuerzas Especiales, ellos
estaban muy delante de m,estaban lejos74,postura reiterada en
su ampliacin de indagatoria75.
De igual forma, este militar, que comparta la mismaposicin en terreno de JAIME HERNNDEZ RINCN, inform
que el cuerpo de CARLOS ALFONSO GOMEZ GUTIERREZ fue
cargado en unas bestias que l haba alquilado y que se
encontraron con las Fuerzas Especiales en el trapiche, a
donde llegaron con el muerto de ellos, que tena botas
pantaneras. Tngase en cuenta que en la deposicin de
HERNNDEZ RINCN se haba sostenido que luego de
caminar dos o tres horasencontraronen el camino unas
bestias en donde cargaronlos muertos76.
Del mismo modo, las afirmaciones producidas en las
declaraciones que se reclaman tampoco son unvocas con la
vertida por LUIS ALBERTO AGUDELO MORENO77, quien
form parte del grupo de las Fuerzas Especiales y sostuvo
72Cfr. Folio 66 del c.2.
73Cfr. Folio 609 del c.2.
74Cfr. Folio 70 del c.2.
75Cfr. Folio 82, c.5.
76Cfr. Folio 27 del c.2.
77Cfr. Folio 4 del c.5.
49
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queellos iban solosy quedurante el tiempo que l permaneci
en el sector en donde sucedieron los hechosno vio al grupo Gaulay que tampoco amanecieron con ellos la noche siguiente de los
hechos78, circunstancia que fue igualmente asegurada por
JAIRO SANDOVAL MINA79, integrante de las Fuerzas
Especiales, lo cual, una vez ms, desmiente el hecho de un
combate conjunto o la presencia de los declarantes en el
momento del homicidio de POSADA AMARILES, pues la
informacin suministrada por el procesado GELVEZ
ALBARRACN, no se produjo con fundamento en su
presencia en el momento de la muerte en condicin de
combatiente de POSADA AMARILES, ya que se encontraba
en un lugar distante y es incongruente con las brindadas
por otros declarantes. Adems, no consigue explicar o
rebatir el informe de necropsia y su ampliacin y presenta
mltiples contradicciones que le resta fuerza probatoria. El
cargo no prospera.
Sexto Cargo Principal.Violacin indirecta de la ley
sustancial por error de hecho que genera falso juicio de
existencia por omisin del testimonio de JHON DARO
CHAVARRA.
78Cfr. Folio 7 del c.5
79Cfr. Folio 31 del c.5
50
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Este procesado, al igual que los anteriores, fue
integrante de la Unidad Militar del grupo GAULA en
Antioquia80que particip en el operativo JAGUAR y por
tanto, no pudo haber sido testigo presencial de la muerte en
calidad de combatiente de POSADA AMARILES pues segn
las afirmaciones que rindi durante su diligencia de
indagatoria al interrogrsele si antes de la muerte de ste
tuvieron contacto con l,contest no se nada, porque ellos
entraron en combate primero ynosotros nos encontrbamos para
otro lado, haciendo el envolvimiento que nos haban ordenado81,y al
cuestionrsele por la distancia que haba entre ellos afirm
Siempre estbamosbastante retirados82,postura reiterada durante
su ampliacin de indagatoria83
.
Ante ello, es necesario destacar la respuesta ofrecida
durante la diligencia de ampliacin de indagatoria, al
inquirrsele por las circunstancias en que se realiz la baja
dada por las Fuerzas Especiales a POSADA AMARILES, a lo
que respondi:no se como, ellos entraron en combate, no se como
sucedera (sic)84;y al inquirrsele respecto a si fueron
atacados con material explosivo, manifestNo, a nosotros no
nos atacaron con explosivos, solamente plomo. Y a las FUERZAS
ESPECIALES no se(sic)porque ellos eran los que estaban all en el
80Cfr. Folio 79 del c.2.
81Cfr. Folio 80 del c,.2,
82Cfr. Folio 81 del c.2.
83Cfr. Folio 82 del c.5.
84Cfr. Folio 94 del c.5.
51
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ataque de la guerrilla85,con lo cual, se resalta que este
declarante no pudo haber sido testigo presencial de la
muerte en condicin de combatiente de ABEL ADAN.
Resultan muy extraas las explicaciones expuestas
por CAHVARRA MAZO durante la diligencia de declaracin
realizada ante el Juzgado Veintids de Instruccin Penal
Militar de Medelln cuando se le requiere que informe
cundo fue abatido POSADA AMARILES y si ese contacto
armado se realiz en conjunto entre el gripo Gaula y las
Fuerzas Especiales, a lo cual respondi:
Cuando la primera baja fue cuando entr(sic)las FuerzasEspeciales en contacto armado, nosotros vena detrs(sic), lasFuerzas especiales venan punteando. PREGUNTADO.----Informe
al despacho si ustedes se identificaron como tropas del Ejrcito
Nacional.---CONTESTO.--- No, porque recibimos fuego de ellosy
se llevaron a la seora secuestrada a penas al inicio del
combate86.(Negritas de la Sala)
Esta sorprendente declaracin respecto de la presenciade una secuestrada al inicio del supuesto combate es
curiosamente omitida por los dems declarantes, lo cual
resulta inexplicable, constituyendo unlapsusen la historia
que los militares se propusieron contar. Del mismo modo,
al preguntrsele si ellos haban manipulado los cadveres y
las armas, respondi:
85Cfr. Folio 96 del c.5.
86Cfr. Folio 110 del c.1.
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Se recogieronlos cadaveres(sic)con cuidado y las armas,porque no entro la autoridad judicial por lo peligroso del terreno87
y los sacamos en bestia hacia el plan de las Rosas88.
As las cosas, el deponente hace referencia a la forma
en que se recogieron losdespojos mortales de las dos
vctimas, cuando en las dems declaraciones y en las
posteriores suyas, informa que solo vieron elcadver de
POSADA AMARILES al llegar al trapiche. Por ello, racional
es concluir que los interrogados mintieron respecto de la
existencia de los combates y de la muerte en condicin de
combatientes de las vctimas.
Por otra parte, son varias las contradicciones en que
incurre este deponente, pues durante su indagatoria
sostuvo que vio a POSADA AMARILES en donde
amanecieron y que la vctima tena puestas botas decaucho, mientras que durante su ampliacin de indagatoria
afirm que hubo solo un combate89, que la baja de las
Fuerzas Especiales tena botas de caucho90y que
pernoctaron con ellos los das 19, 20 y 21 de julio91.
87Cfr. Folio 110 del c.1.
88Cfr. Folio 11 1 del c.1.
89Cfr. Folio 95 del c.5
90Cfr. Folio 96 del c.5
91Cfr.dem.
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Ahora bien, si se tiene en cuenta que se reportaron
dos granadas como parte de la municin consumida en
combate, y que este militar advera, al igual que otros, no
haber sido atacados con explosivos, racionalmente debe
concluir la Corporacin que las afirmaciones de los
procesados no son dignos de credibilidad.
Igualmente realiza aserciones contradictorias pues en
una primera oportunidad afirma que el nmero de
guerrilleros participantes en el supuesto combate fue entre
18 a 2292, para despus afirmar que no vio a los sujetos que
les disparaban93; que el combate se extendi entre de 20 a
25 minutos94, para despus sostener que lo fue entre las 10
a.m. y la 1:00 p.m. A adicionalmente, en el informe sobre
los hechos rendido por OJEDA PRECIADO95, que
corresponde a la informacin que reposa en la Brigada de
las Fuerzas Especiales de la Base Militar de Tolemaida96no
se da cuenta de la presencia de JHON DARO CHAVARRA
el da de los hechos.
92Cfr. Folio 108 del c.1.
93Cfr. Folio 76 del c.2.
94Cfr. Folio 109 del c.1.
95Cfr. Folios 179 y 189 del c.2.
96Cfr. Folio 197 del c.3.
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A lo largo de esta decisin la Sala ha hecho alusin a las
aseveraciones de los declarantes respecto a que el cuerpo de
POSADA AMARILES llevaba puestas botas pantaneras.
Este detalle se ha puesto de manifiesto con el propsito de
destacar la grave contradiccin entre todos ellos conOJEDA
PRECIADO quien durante su ampliacin de indagatoria
manifest que observ al occiso POSADA AMARILES
tendido boca arriba, con el uniforme pareciendo que lo
estuvieran arrastrando o halando por parte del enemigo,sin las
respectivas botasy su fusil AK 47 al lado97,y seguidamente,observamos la forma de tratar de llevarse al sujeto que dimos de
baja por parte de la subversin98.
El igual sentido, el enjuiciado JAIRO SANDOVAL
MINA, indicando en su injurada que al parecer a POSADA
AMARILES le quitaron las botas99.
As las cosas, mientras unos deponentes aseguran que
la vctima tena botas pantaneras (con las que sueleidentificarse a la guerrilla), el propio OJEDA PRECIADO
dice que no las tena y que l percibi cmo el grupo
subversivo trat de llevarse el cuerpo de la vctima (por las
botas que se llevaron), afirmacin es inverosmil para la
Corte pues habra que aceptar que al grupo ilegal les
97Cfr. Folio 295 c.3.
98Cfr. Folio 296 del c.3.
99Cfr. Folio 33 del c.5.
55
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interes ms recuperar las botas pantaneras que el fusil AK
47 y los 236 cartuchos que supuestamente tena el occiso y
que ms tarde reportaron como material de guerra
incautado. Los procesados mienten.
Por otra parte, durante la diligencia de injurada del
soldado LUIS ALBERTO AGUDELO MORENO de las
Fuerzas Especiales inform quedurante el tiempo que l
permaneci en el lugar en donde ocurrieron los hechos
no vio al grupo GAULA Antioquia100, respecto a la
dotacin que llevaba su destacamento era unfusil M-16 A2,
una ametralladora M-249, un mortero, todos llevbamos dos granadas
de manos M-26 INDUMIL, granadas de 40 mm y el lanzagranadas M-
203 que se ensambla al fusil101,granadas que pese al rigor del
combate no fueron accionadas segn unos procesados,
-mientras que por otros s, como se ha visto-, pero sin dejar
seales de su detonacin en los cuerpos de las vctimas, lo
cual indica claramente que en verdad el combate no existi.
A su turno, el soldado JOSE OMAR CARDOZO
PACHECO102, declar que fue agregado al GAULA Antioquia
con su equipo de tiradores de alta precisin, pero que no
estuvo en el desarrollo de los hechos como tampoco us las
armas; es decir, contando con un equipo de francotiradores
100Cfr. Folio 7 del c.5.
101Cfr. Folio 7 del c.5
102Cfr. Folio 19 de c.5
56
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profesionales, estos no fueron llamados a intervenir en los
hechos para menguar la severidad del combate; ello es
porque en realidad nunca hubo un combate.
En indagatoria rendida por EDWIN TIQUE LOAIZA103
afirma que no transmiti ninguna indicaciones por radio al
Grupo GAULA, por orden del Capitn OJEDA PRECIADO, y
que la comunicacin entre este y el Teniente HERNNDEZ
se produjo con anterioridad al combate104. Igualmente
aduce que el cuerpo tena botas de caucho pantaneras105.
Tampoco puede desestimar la Sala, que los rganos de
investigacin del Estado no contaran con reportes de
antecedentes judiciales o de investigaciones de ABEL ADN
POSADA. As lo certific el Departamento Administrativo de
Seguridad D.A.S. mediante oficio 23.875SIAN del DGOP-
SIES-GIDE-ARRAJ-587578, de septiembre 5 de 2006106; la
Oficina Informtica Grupo CISAD- Sistema de informacin
SIAN, de la Fiscala General de la Nacin107, de agosto 30 de
2006, pues luego de consultar los archivos vigentes a nivel
nacional sobre antecedente y anotaciones, ordenes de
captura, medidas de aseguramiento, preclusiones,
103Cfr. Folio 39 del c.5
104Cfr.Idem.
105Cfr. Folio 41 del c.5
106Cfr. Folio 143 del c.1.
107Cfr. Folio 150 del c.1.
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cesaciones por indemnizacin integral y sentencias
condenatorias ejecutoriadas, no se hallaron registros.
As mismo, no se obtuvo resultado positivo en la
Seccin de Anlisis Criminal, Variable Subversin de la
Fiscala General de la Nacin, respecto de la existencia de
anotaciones relacionadas con la pertenencia de POSADA
AMARILES al frente 36 de las FARC108, informacin que es
acorde a la establecida por el Cuerpo Tcnico de
Investigacin Judicial -CTI- de la Fiscala General de la
Nacin, ya que de acuerdo al informe 582392109, mediante
el cual se ampli los informes emitidos con fundamento en
las misiones de trabajo 13008 (SIG 1154121) y 13019 (SIG
1154399), el funcionario comisionado Carlos Alberto
Herrera advierte que segn la Direccin de inteligencia del
Ejrcito, ABEL ADAN POSADA AMARILES no registraba
anotaciones de pertenencia al frente 36 de las FARC, como
tambin lo certific el Programa de Sistematizacin Integral
del Sistema Penitenciario y Carcelario SISIPEC110.
Siendo ello as, la adscripcin de la vctima al 36
Frente de las FARC era desconocida para en las fuentes
oficiales del Estado, lo cual constituye una variable
108Cfr. Folio 203 del c.3.
109Cfr. Folio 231 y 246 del c.4
110Cfr. Folios 232 y 247 del c.4.
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