M. Estefanía García Montejo
Asunción Jiménez Trens
Facultad de Letras y de la Educación
Grado en Educación Primaria
2016-2017
Título
Director/es
Facultad
Titulación
Departamento
TRABAJO FIN DE GRADO
Curso Académico
Síndrome Down y Educación Musical
Autor/es
© El autor© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones,
publicaciones.unirioja.esE-mail: [email protected]
Síndrome Down y Educación Musical, trabajo fin de grado de M. Estefanía GarcíaMontejo, dirigido por Asunción Jiménez Trens (publicado por la Universidad de La Rioja),
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Trabajo de Fin de Grado
Síndrome de Down y Educación
Musical
Autor:
María Estefanía García Montejo
Tutor/es: María Asunción Jiménez Trens
Fdo.
Titulación:
Grado en Educación Primaria [206G]
Facultad de Letras y de la Educación
AÑO ACADÉMICO: 2016/2017
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1. RESUMEN Y ABSTRACT
Resumen
Mediante el análisis efectuado, se han localizado escasos estudios sobre los efectos de la
musicoterapia en personas con Síndrome de Down. El trabajo realizado a continuación
refleja aspectos básicos sobre las personas que presentan trisomía 21, la musicoterapia y
su diferencia con la educación musical y el efecto de la música sobre estas personas. En
los últimos tiempos, se ha intentado mejorar la calidad de vida de los trisómicos 21 por
medio de tratamientos musicales, y se ha demostrado que este tipo de terapia ha resultado
muy efectiva en los campos cognitivo, social, emocional y personal. Debido al avance de
la investigación científica en ciencias de la salud, psicología y educación, se ha
comprobado que la musicoterapia es una intervención educativa adecuada y efectiva que,
uniéndolo a una correcta motivación y estimulación, puede aportar grandes beneficios
para las personas que presentan Síndrome de Down.
Abstract
By the analysis done, there has been only few studies about the effects of the music
therapy in persons with Down syndrome. The work then tries to pick up the basics about
people who have trisomy 21, music therapy and its difference with music education and
the effect of music on these persons. In recent years, there has been an attempt to improve
the quality of life of the 21 trisomic through musical treatments, and it has been shown
that this type of therapy is very effective in the following fields, cognitive, social,
emotional and personal. Due to the advancement of scientific research in health,
psychology and education sciences, it has been found that music therapy is an effective
method that, joining a proper motivation and stimulation, can bring great benefits to
people who have Down syndrome.
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ÍNDICE
1. RESUMEN Y ABSTRACT ………........................................................................ 1
2. ÍNDICE ……………................................................................................................ 2
3. INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN ................................................................. 3
4. OBJETIVOS DEL TRABAJO ................................................................................. 4
5. MARCO CONCEPTUAL: PERSONAS CON SÍNDROME DE DOWN Y EFECTOS
DE LA EDUCACIÓN MUSICAL SOBRE ELLAS .................................................... 4
6. PROPUESTA DE UN PROYECTO DE MUSICOTERAPIA QUE MEJORE LAS
COMPETENCIAS DE LOS NIÑOS Y JÓVENES CON SÍNDROME DE DOWN
..................................................................................................................................... 17
7. CONCLUSIONES …………………………………………………...…………... 23
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................... 25
9. ANEXOS ................................................................................................................. 26
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3. INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN
La música es un fenómeno universal que forma parte de la vida de todos los seres
humanos. Tiene el poder de influir en su estado de ánimo, en sus emociones, en su
capacidad cognitiva y en sus relaciones sociales. (Benés de Toro, 2000).
En el primer punto del trabajo se explica qué es el Síndrome de Down y cómo este afecta
a las personas que lo presentan: cómo afecta a sus capacidades cognitivas, a sus relaciones
entre iguales, a sus emociones y a sus características físicas.
También se introduce el tema de la educación musical y se profundiza en cómo esta afecta
de manera positiva a todas las personas, tanto a aquellas que presentan algún trastorno
del desarrollo o discapacidad como a aquellas que no.
Finalmente, en este primer punto se muestran los beneficios que se han encontrado en el
desarrollo de las personas con Síndrome de Down después de introducir en su vida la
musicoterapia. Cómo sus relaciones, la manera de expresar sus emociones, su desarrollo
cognitivo y social se han visto afectadas.
Posteriormente, se proponen una serie de proyectos que podrían llevarse a cabo en
entornos inclusivos, como por ejemplo, cualquier escuela de música que tuviera alumnos
diversos, tanto con trastornos como sin ellos. Cómo se podría trabajar con ellos de manera
que se sintieran motivados y sacando provecho de sus habilidades y capacidades.
La musicoterapia tiene una gran relevancia en el progreso de las personas que presentan
Síndrome de Down, y por desgracia, no hay muchos estudios que traten este tema.
La búsqueda de información y la formación de maestros y profesores en este aspecto es
importante, ya que cada vez son más los colegios y escuelas musicales que cuentan con
trisómicos 21 entre sus alumnos.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que la música está vinculada a la calidad
de vida de estas personas, así como a sus campos sociales, físicos, emocionales,
cognitivos…
Este tema despierta interés, porque se cree que hay una percepción entre los que conocen
como funcionan estas personas, de que tienen una afinidad y predisposición hacia la
música, por lo que es una herramienta imprescindible para su desarrollo, y hay que
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aprovechar esta predisposición para darles posibilidades de mejora en los diferentes
aspectos de su vida.
Un aspecto importante que no se puede pasar por alto, es lo beneficiosa que resulta este
tipo de terapia en cuanto al tiempo de ocio de estas personas. Cuando salen de sus trabajos
y de sus respectivas clases, utilizar su tiempo libre realizando estas actividades es una
forma inclusiva, ya que tienen que compartir intereses, experiencias y aficiones con sus
iguales. Además, a través de la música pueden darse lazos sociales con otras personas sin
Síndrome de Down.
4. OBJETIVOS DEL TRABAJO
Con la realización de este trabajo lo que se pretende conseguir es:
- Conocer de manera más precisa cómo es la personalidad de una persona con
Síndrome de Down.
- Averiguar los efectos de la música en la población con trisomía 21.
- Conocer el estilo de vida de los trisómicos 21.
- Aprender como incluir a una persona con trisomía 21 en la sociedad.
- Averiguar estrategias para trabajar la música con las personas que presentan
Síndrome de Down.
5. MARCO CONCEPTUAL: PERSONAS CON SÍNDROME DE DOWN Y
EFECTOS DE LA EDUCACIÓN MUSICAL SOBRE ELLAS
5.1. PERSONAS CON SÍNDROME DE DOWN
“Las cosas hay que decirlas claramente: la calidad de una civilización se mide por el
respeto que le profesa al más débil de sus miembros. No hay otro criterio para
juzgarla.” Dr. Jérôme Lejeune.
Cuando una sociedad muestra su cara más humana ante las personas que padecen algún
tipo de trastorno o dificultad, y se preocupa por que las mismas se sientan integradas en
ella, entonces puede decirse que es una buena sociedad, ya que no deja a nadie indiferente
y todos los seres humanos, desde el más importante hasta el más insignificante, tienen la
misma cabida dentro de ella.
El Dr. Jerome Lejeune fue un médico francés especialista en genética, al que se considera
padre de la genética moderna, que descubrió, en 1958, que aquello que provocaba la
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aparición del Síndrome de Down era una alteración en el par 21, haciendo que tuviera un
cromosoma añadido, es decir, que apareciera un tercer cromosoma.
Fernández de la Iglesia y Buceta (2003), definen el Síndrome de Down como una
alteración genética que se da debido a una irregularidad en los cromosomas que afecta,
en su totalidad, a las células del organismo presentando un exceso de material genético
en el par 21.
El primer investigador que identificó este trastorno y aportó una descripción sobre las
características de este Síndrome fue un médico británico, cuyo apellido fue el que dio
nombre al mismo, John Langdon Down, en 1866. A su vez, también definió Síndrome
como un conjunto de síntomas.
Hoy en día, no se puede saber de una manera exacta cuales son los factores que propician
la aparición del Síndrome de Down, pero sí que se puede afirmar que la edad de la madre
es la causa más frecuente. Según ciertos estudios, mujeres con edad avanzada, así como
mujeres de corta edad tienen un mayor riesgo de que sus hijos nazcan con este trastorno.
Fernández de la Iglesia y Buceta (2003), explican de una manera general las
características generales que poseen las personas con Síndrome de Down, ya que, debido
a esta excesiva carga genética, estos individuos presentan muchos rasgos comunes entre
ellos, aunque también cabe mencionar que, dentro de estas cualidades, cada sujeto
presenta una individualidad.
Generalmente, las personas con Síndrome de Down, tienden a tener la cabeza algo más
pequeña de lo normal, los párpados adoptan una forma más estrecha y rasgada, Su nariz
suele ser de un tamaño más reducido. En cuanto a la parte de la boca, los labios son más
gruesos y más destacados de lo normal y la lengua tiene un mayor tamaño. Sus
extremidades suelen ser más cortas que las de las personas que no padecen este síndrome.
Cuando nacen, los bebés con Síndrome de Down tienden a resistirse a la hora de coger
peso, pero a medida que se van desarrollando, sobre todo a partir de su segundo o tercer
año de vida, cogen peso con facilidad y puede darse un problema de sobrepeso, por eso
es conveniente que adopten una dieta adecuada desde el principio y se preocupen por su
estado físico.
Aparte de estas características físicas, también suelen darse, generalmente, problemas de
visión, dificultad auditiva en un 60 u 80% de los casos y, en un alto porcentaje, los bebés
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pueden presentar cardiopatía congénita. Aun así, estos problemas pueden ser corregidos
por medio de intervenciones quirúrgicas durante los primeros años de vida. (Fernández
de la Iglesia y Buceta, 2003).
Es importante destacar que los problemas y dificultades que pueden presentar las personas
con Síndrome de Down no tienen por qué estar, en su totalidad, en cada uno de los
individuos.
Hay que conocer muy bien a estas personas ya que, cada una, aparte de tener las
características propias del síndrome, también tiene unas particularidades que las
diferencian de los demás: su nivel cognitivo, sus intereses, su memoria… “y todo ello sin
olvidar el potente efecto que la estimulación y la educación de calidad, recibida desde
edad temprana y durante toda la vida, ejerce sobre el potencial de aprendizaje y
desarrollo integral de estas personas. precisamente, esa conjunción de genética y
educación marca unas características diferenciales individuales que pueden llegar a ser
muy acusadas” (Jiménez Trens, 2017).
Centrándonos en su desarrollo cognitivo, Fernández de la Iglesia y Buceta (2003),
afirman que los niños que cuentan con esta alteración genética pueden realizar las mismas
tareas cognitivas que otros niños libres de la misma a una edad similar. La única
diferencia es que estos individuos cuentan con un desarrollo más lento y eso les afecta en
otros aspectos de su vida. (Buckley, 2000, citado en Fernández de la Iglesia y Buceta,
2003).
Hay estudios de hace unos años, por ejemplo, los de Pérez-Ríos, Sacristán, Fernández-
Novoa, de los Santos y San Martín, en 1982, citados por Ruiz (2012) que recogen que en
estos sujetos se da una disminución progresiva en cuanto a su nivel de inteligencia.
afirmaban que este descenso se daba en los primeros años de vida de la persona con
Síndrome de Down, aunque no siempre estaba decreciendo, sino que había momentos en
los que se queda estancado. Actualmente, con el progreso de la investigación científica
en ciencias de la salud, psicología y educación, se ha comprobado que esto no es
totalmente exacto, ya que su potencial de aprendizaje y de desarrollo en diversas áreas de
la personalidad de una persona con Síndrome de Down depende de la atención temprana
y de la calidad de la educación experimentada, así como del desarrollo y de sus
capacidades cognitivas.
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Tal y como explica Ruiz (2012), la discapacidad intelectual es un rasgo común de las
personas con Síndrome de Down, aunque se encuentra en diferentes grados. Esto se
observa a la hora de convivir con estas personas diariamente ya que, no siempre se sienten
comprendidas y, en ocasiones, no saben entender qué quieres decirles o lo toman en
sentido literal, como por ejemplo con las bromas o las ironías. Por todo esto, es necesario
explicarles hasta asegurarnos de que nos han entendido o les hemos comprendido.
Les cuesta aportar iniciativas y tienen dificultades a la hora de buscar soluciones a los
problemas o cuando están dentro de una situación imprevista no saben cómo salir. Esto
es así, la mayoría de las veces, cuando las familias tratan de sobreprotegerles y eso no les
beneficia en ningún caso.
Por suerte, las personas con Síndrome de Down, no suelen perder las ganas de
comunicarse e intentan buscar siempre medios para poder hacerlo. (Ruiz, 2012)
Otra característica que aparece en las personas que presentan Síndrome de Down es, que
no les resulta sencillo aceptar los cambios y no dudan en mostrar su desagrado ya que no
se sienten cómodos cuando ven que no dominan la situación.
A la hora de aprender y recoger información, les resulta mucho más sencillo percibirla
por medio de la vía visual que por la auditiva, por lo que su aprendizaje será más eficaz
si se utilizan métodos que requieran observación e imitación.
Dentro del ámbito cognitivo, un punto importante es la memoria. Esta es el aspecto en el
que más se han centrado los investigadores. Los individuos con Síndrome de Down
muestran dificultades para retener varias informaciones, pero también es cierto que
aquello que les interesa lo recuerdan con facilidad. (Ruiz, 2012).
Ruiz (2012) muestra que hay estudios, por ejemplo, los de Broadley, MacDonald y
Buckley, 1995; Laws, 1995, que corroboran que las personas con trisomía 21 presentan
un déficit en la memoria a corto plazo. Sin embargo, no ocurre lo mismo con la memoria
a largo plazo, ya que ésta parece que no se ve afectada (laws, 1995; buckley, 2000, en
ruiz (2012).
Los niños con Síndrome de Down muestran problemas a la hora de desarrollar una
correcta competencia lingüística, sin embargo, a la hora de expresarse de una manera no
verbal no presentan ningún tipo de retraso. Ruiz (2012: 38) recoge una cita de Rondal,
2000, en la cual afirma que “el desarrollo del lenguaje en el Síndrome de Down sigue las
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mismas secuencias y establece las mismas estructuras mentales específicas que en las
personas que no presentan ninguna alteración cromosómica”.
Un léxico reducido, problemas a la hora de crear y entender oraciones y mala
organización del vocabulario que han aprendido son algunos de los problemas que
aparecen en los sujetos que presentan una alteración cromosómica en el par 21. Sin
embargo, se ha investigado y comprobado que la mayoría de estos individuos es capaz de
leer de una manera comprensiva con un nivel de lectura que le permita hacerlo con
fluidez, siempre y cuando les proporcionen los métodos adecuados para sus
características.
Una de las mayores preocupaciones que tienen los padres de las personas con Síndrome
de Down, es que sus hijos no se vean aceptados en la sociedad debido a su discapacidad
cognitiva ya que, hoy en día, se le está dando mucha importancia a la inteligencia dentro
de nuestra sociedad.
En otro orden de cosas, y desde la investigación farmacológica y médica es preciso
mencionar un posible coadyuvante del desarrollo cognitivo de las personas con Síndrome
de Down, se trata de un complemento alimenticio a base de epigalocatequina galato, una
sustancia proveniente del té verde, que ayuda a mejorar el nivel cognitivo de estas
personas siempre que vaya acompañado de una estimulación cognitiva adecuada. Por
medio de este tratamiento y de un trabajo constante por parte de los mismos, pueden
mejorar y desarrollar sus capacidades cognitivas. Sin embargo, este fármaco todavía se
está estudiando ya que solo se ha probado en muestras pequeñas de individuos adultos
que presentan trisomía 21, pero se prevé que llegue a ser un gran avance que mejore la
calidad de vida de estas personas.
Al igual que el nivel cognitivo, hablar del desarrollo social y emocional de las personas
con Síndrome de Down es de gran relevancia, ya que estos les van a ayudar a progresar
como personas a lo largo de su vida y, probablemente a estar más incluidos y a ser más
felices. Es importante que alcancen un equilibrio personal, que se sientan satisfechos con
ellos mismos y sepan controlar sus emociones.
Como afirma Ruiz (2009: 134) “la educación de los sentimientos comienza en el hogar,
que es donde se respira el ambiente emocional que ha de envolver al niño a lo largo de
toda su vida”.
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Las personas con Síndrome de Down tienen una personalidad característica, pero hay que
tener cuidado al generalizar, ya que cada individuo presenta rasgos diferentes que los
hacen particulares. Se ha afirmado que estas personas son amables, viven felices, son
cariñosas y siempre están dispuestos a integrarse con los demás, a la hora de realizar
cualquier tarea siempre lo hacen de una manera precisa y cuidadosa, pero también tienen
un carácter por el cual presentan dificultades a la hora de adaptarse a los cambios de su
vida cotidiana, no suelen tomar iniciativas y les cuesta reaccionar antes situaciones
imprevistas.
Los trisómicos 21 suelen tener dificultades a la hora de conocer cuáles son sus
sentimientos, les cuesta explicar qué es lo que sienten, sin embargo, les resulta sencillo
darse cuenta cuando las personas que están a su alrededor se encuentran enfadadas o
disgustadas, y eso les desagrada. También saben diferenciar fácilmente las emociones de
personajes y fotografías. Aunque sepan diferenciar el estado de ánimo de las personas, no
saben ponerse en su lugar ni saber qué es lo que están sintiendo en cada situación, por lo
que, es necesario hacérselo sentir a ellos, solo así, se darán cuenta.
Muchas personas piensan que los niños con Síndrome de Down no se enteran de aquello
que se les dice, por lo que, a veces, se hacen comentarios sin cuidado que podrían
ofenderles. Estos niños, escuchan todo lo que el resto de personas comenta, y cogen eso
como referencia de lo que los demás esperan de ellos.
Ruiz (2012) hace referencia a diversas experiencias de familias que cuentan con un
miembro con Síndrome de Down, y en particular menciona una que me ha resultado
especialmente interesante. Una madre explica lo orgullosa que está de su hija, ya que la
ve en el colegio y percibe que, a pesar de que está aprendiendo conocimientos básicos y
a un ritmo diferente que sus compañeros, es todo un ejemplo, ya que a pesar ello, en la
mayoría de los casos saca su mejor cara a los demás, aunque tenga que estar luchando
contra un sinfín de obstáculos para hacerse un hueco en esta sociedad.
Es interesante porque refleja cómo estos individuos intentan vivir su vida de una manera
positiva a pesar de que se les presenten situaciones desfavorecidas, si tienen una meta se
mentalizan e intentan alcanzarla por medio de un trabajo constante.
Ruiz (2012) insiste en que un punto importante es que las familias hablen a sus seres
queridos sobre su Síndrome de Down, de esta manera ellos comprenderán mejor qué es
lo que les ocurre y lo que esto puede suponer a lo largo de su vida. Es un buen método
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para que estas personas se conozcan mejor y se sientan cómodos con ellos mismos, ya
que sabiéndolo se resolverán muchas de sus dudas y serán conscientes de lo que eso
influye en su desarrollo personal.
Para evolucionar favorablemente dentro del ámbito social, los trisómicos 21 necesitan
interactuar con otras personas ya que, debido a esto, se conocerán mejor a ellos mismos
y se verán en situaciones muy diversas que les harán ponerse a prueba.
Ruiz (2012) explica en su libro que los niños con Síndrome de Down tienden a ser
egocéntricos ya que, aunque no son el centro del mundo, en cierta manera sí que lo son
dentro de su mundo con la gente cercana. Estos niños observan que son los protagonistas,
tanto en la familia como en la escuela, ya que normalmente la gente les conoce, les saluda,
conocen su nombre… Pero cuando se intenta tratarlos de una manera igual la satisfacción
que sienten se convierte en frustración debido a que ya no se sienten especiales, si no que
ven que se han convertido en uno más, y les resulta difícil aceptar ese cambio.
Todo problema tiene solución, y ayudar a estas personas a superar y admitir este cambio
se consigue dándoles un trato natural, es decir, hay que hacerles ver que no por tener
Síndrome de Down hay que favorecerles, sino que hay que tratarles igual que a los demás.
“La integración conlleva la aceptación de su condición de “persona normal”, sin
privilegios especiales”. (Ruiz, 2012: 89).
Además, es muy importante saber, que cuantas más oportunidades les demos a estas
personas de integrarse en la sociedad, más facilidad van a tener para alcanzar una
autonomía que le va a ser de gran utilidad a lo largo de su vida. Como bien explica Ruiz
(2012: 133) “El cambio social se provoca a través del contacto y del aprendizaje
compartido”.
Hay que ser conscientes de que el cambio que nosotros queremos en las personas tiene
mucho que ver con la actitud que nosotros presentemos. Es muy importante que, a la hora
de tratar con personas con Síndrome de Down, sepamos ponernos en su lugar,
necesitamos ser empáticos, para llegar a conocer los sentimientos de estas personas.
Para que la sociedad siga cambiando en cuanto a la inclusión e integración de los
individuos con trisomía 21, tenemos que mostrar una actitud adecuada y positiva, ya que,
sin actitud ni ganas, los medios no sirven.
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Hay que tener claro que estas personas podrán tener limitaciones en las áreas cognitiva e
intelectual, pero cuando se trata de sentimientos y emociones, quieren con pasión y luchan
por conseguir aquello que se proponen.
5.2. EFECTOS DE LA MÚSICA EN LAS PERSONAS CON SÍNDROME DE
DOWN
Una vez explicado el primer punto de este trabajo, vamos a centrarnos en la segunda
parte: la música como educación y terapia para los seres humanos, centrándonos sobre
todo en las personas con Síndrome de Down.
En primer lugar, es necesario saber en qué consiste la música como terapia, qué se trabaja
con ella y que beneficios aporta a las personas.
Como afirma Benés de Toro (2000), La música en sí es universal. Se puede encontrar en
cualquier lugar (televisión, aire libre, tiendas, hogares…) y causa una importante
influencia en la vida del ser humano. Además, tiene una gran variedad de funciones, tales
como expresión emocional, representación simbólica, estética, ayuda y favorece a que
haya una integración en la sociedad, etc.
Otra definición importante es la de terapia, Bruscia (1997) citado en Benés de Toro (2000)
explica que terapia significa “atender, ayudar o tratar”.
Teniendo en cuenta que el objeto de este trabajo es la aproximación al conocimiento de
cómo afecta la música como terapia a las personas con trisomía 21, vamos a centrarnos
en las terapias creativas y artísticas y, dentro de estas, en la musicoterapia. Estas sesiones
pretenden que haya un acercamiento a los sentimientos y emociones para ayudarles a
mejorar su desarrollo personal por medio de técnicas basadas en el lenguaje no verbal y
simbólico. (Benés de Toro, 2000).
Finalmente, una vez descritos por separado los conceptos de música y terapia, vamos a
centrarnos en la idea de musicoterapia. Una definición interesante de este concepto viene
dada por la American Association for Music Therapy (AMTA), que explica que “la
musicoterapia es la utilización de la música para conseguir objetivos terapéuticos con el
fin de facilitar cambios en la conducta. Estos cambios ayudan a que el individuo en
terapia se entienda mejor a sí mismo y a su propio mundo, llegando así a adaptarse mejor
a la sociedad”. (Davis y cols., 2000, citado en Benés de Toro, 2000: 289).
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El trabajo de un musicoterapeuta, es buscar actividades y métodos para conseguir que
estas personas alcancen un mejor nivel personal, emocional, social y cognitivo en su vida.
Puede ser por medio de técnicas en las que ellos tengan que participar activamente (por
ejemplo, cantar una canción o interpretar una partitura con un instrumento musical) y
también a través de la escucha y la audición.
Cualquier tipo de música es válida para realizar este tipo de aprendizaje: pop-rock,
clásica, jazz, entre otras.
La musicoterapia es un procedimiento por el cual podemos acercarnos a individuos muy
diversos y con características, habilidades y discapacidades muy diferentes.
La terapia por medio de la música se aplica en numerosos campos, como por ejemplo en
la educación, la medicina, la salud mental, entre otras.
Este tipo de terapia abarca diferentes dimensiones que son de gran importancia en la vida
de las personas.
Es interesante destacar que no todas las actividades que se llevan a cabo en este tipo de
terapia van dentro de un marco musical. Del Campo San Vicente (2013) señala que “la
musicoterapia no es siempre solo música; a menudo se entremezcla con otras formas de
arte. Muchas de estas formas de arte interrelacionadas se utilizan en musicoterapia:
escribir canciones, contar una historia musical, dramatizaciones musicales, dibujos,
etc.”
La educación musical y la musicoterapia no son conceptos iguales. La diferencia entre
ambos está en que la musicoterapia muestra una mayor preocupación a la hora de
centrarse en los cambios que presentan los pacientes a nivel personal. Además, la
educación musical solamente se centra en conseguir los objetivos propuestos por cada
curso, sin embargo, la musicoterapia tiene como finalidad trabajar según las capacidades
de cada individuo.
La musicoterapia afecta de manera beneficiosa a la fisiología de las personas,
dependiendo del tipo de música que se escuche y de lo que cada individuo sienta puede
darse un aumento o disminución de las pulsaciones, el sistema respiratorio también se ve
afectado ya que la respiración puede acelerar o ralentizarse, el cerebro se activa, etc.
El campo de las emociones sufre cambios cuando se somete a una persona a este tipo de
actividades. Cualquier ejercicio que haya que realizar con música sirve para que el sujeto
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se exprese y se comunique, por lo que será más sencillo que las personas que lleven a
cabo una terapia de este estilo tengan más soltura y facilidad para mostrar sus
sentimientos y emociones.
Desde un punto de vista psicológico, Benés de Toro (2000: 151) afirma que la música es
una liberación de “emociones no expresadas verbalmente y puede producir cambios en
la personalidad de manera que afloren los sentimientos con mayor facilidad”.
A nivel cognitivo también se muestran beneficios, ya que se da una activación del cerebro
de los individuos que se someten a este tipo de terapia. Como señala Benés de Toro (2000)
la musicoterapia estimula la creatividad y la imaginación de estas personas, ayuda a
recordar información, estimula el lenguaje y la memoria, etc.
Weinberg (1998) citado en Benés de Toro (2000), explicó que gracias a la educación
musical el cerebro de las personas experimentaba una mejora y se conseguían potenciar
las habilidades necesarias para llevar a cabo actividades de otras materias como la lectura
y las matemáticas. Además, la música ayuda a mejorar la capacidad creativa de los
individuos, así como su disposición ante las relaciones sociales y su autoestima.
La dimensión social se ve favorecida cuando se trabaja con música, ya que muchas
actividades se llevan a cabo en grupo, de esta manera los sujetos tienen que dialogar unos
con otros, comunicarse e interactuar entre ellos.
Hay momentos, en los que las personas se sienten más cómodas cuando la música que
escuchan es conocida. Cuando las melodías les resultan familiares se sienten en confianza
y es cuando comienzan a expresar lo que realmente sienten y lo que esa música les inspira
y les hace recordar. Es cuando realmente se adentran en la terapia por completo.
Dentro de los campos que toca la musicoterapia, la audición resulta importante. Dentro
de la misma encontramos tres vertientes que son de verdadera relevancia: “sensorial,
afectiva y mental, ya que el sonido, cuando abandona el oído interno pasa por el nivel
bulbar, luego por el diencefálico y finalmente por el cortical”. (Sanjosé-h, 1997, citado
en Benés de Toro, 2000: 152).
A continuación, vamos a centrarnos en el uso de la musicoterapia con personas
diagnosticadas de Síndrome de Down.
Esta terapia ya empezó a ser utilizada a mediados del siglo XIX en EEUU en unas pocas
escuelas públicas y privadas. Los expertos descubrieron que, por medio del uso de
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guitarras, pianos y percusión, estas personas mostraban una mejora de la comunicación y
las habilidades motoras y sociales. (Davis, Gfeller, Thaut, 2000)
Desgraciadamente, en esa época no había prácticamente clases en la escuela pública que
ofertaran este tipo de terapia, y las pocas que lo hacían instalaban a estos alumnos en
aulas marginadas del resto de compañeros, por lo que los niños con Síndrome de Down
apenas mostraban progreso.
La musicoterapia dedicada a los trisómicos 21, tiene como fin ayudarles a mejorar en sus
relaciones sociales y emocionales, en sus habilidades motoras, en la manera de
comunicarse con su entorno, en sus habilidades académicas y pre-académicas y en su
tiempo de ocio.
Es complicado para las personas con Síndrome de Down interactuar con otros individuos,
por eso las sesiones de musicoterapia destinadas a las mismas añaden canciones y
actividades rítmicas que les motiven y estimulen a encontrarse en un ambiente más
cómodo que facilite estas relaciones, de manera que tomen la iniciativa y cooperen con
las personas de su entorno.
Gracias a la música, los trisómicos 21 sienten una estimulación que les ayuda coordinar
movimientos. Esto es beneficioso ya que, como afirman Davis, Gfeller y Thaut (2000)
“estos movimientos implican al sistema nervioso central, el cual estimula y controla la
actividad muscular”.
En estas personas, el sistema nervioso se desarrolla paulatinamente, por lo que estos
ejercicios les permiten investigar el ambiente, así como sus habilidades motoras y así se
favorece el aprendizaje.
No puede haber una adecuada sesión de musicoterapia sin actividades que no requiera
movimiento, ya que con esto el individuo con Síndrome de Down se familiariza con su
entorno y con aquellos que le rodean. El nivel de dificultad de las acciones puede ir
aumentando dependiendo del estado y la capacidad de cada uno.
En principio los movimientos son libres, pero a medida que el chico o la chica comienzan
a sentirse cómodos, se intenta que estos movimientos comiencen a ir coordinados con la
música que se está escuchando.
Moore y Mathenius (1987) citados en Davis, Gfeller y Thaut (2000) afirman que “las
actividades de motricidad gruesa, como danzar, refuerzan los músculos grandes y
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ayudan a desarrollar la coordinación, agilidad y equilibrio. Las actividades
instrumentales como tocar el piano, la guitarra o el autoarpa, promueven el control de
la motricidad fina, lo cual puede contribuir a mejorar actividades como escribir y
pintar”.
Davis, Gfeller y Thaut (2000) manifiestan que un buen método para mejorar las
habilidades comunicativas de los trisómicos 21 es utilizar canciones, melodías, ritmos…
que ayuden y faciliten a desarrollar el lenguaje expresivo y receptivo. Y, por otra parte,
también facilitan el desarrollo auditivo y vocal.
A la hora de enseñar conceptos académicos, hacerlo con actividades musicales como, por
ejemplo, canciones, motiva al alumno y hace que se muestre más atento e interesado, de
modo que, por medio de este método de aprendizaje, estas personas asocian lo aprendido
a una melodía y, por lo tanto, trabajar con este tipo de estrategias también beneficia a la
memoria.
Cuando se quiere que las personas con Síndrome de Down alcancen un aprendizaje, hay
que tener en cuenta que necesitan tener controladas algunas conductas importantes.
Cuando deben realizar una tarea concreta, les resulta complicado prestar atención durante
un largo período de tiempo. Esto se soluciona por medio de ejercicios musicales, como
audiciones y actividades en las que tengan que manipular objetos, puesto que, como he
mencionado anteriormente, la música ayuda y motiva a estas personas a estar más
centradas porque es algo que les resulta curioso y les estimula.
Además, este tipo de tareas, favorecen que los individuos con Síndrome de Down,
aprendan a seguir una serie de instrucciones cuando se trata de realizar un ejercicio. Por
ejemplo, si una actividad tiene instrucciones en la letra de la canción que se vaya utilizar,
será de gran ayuda para estas personas a la hora de aprender cómo seguir cualquier
instrucción que se les dé.
Aparte de utilizar la música como método para favorecer las habilidades y el aprendizaje
de estas personas, también les ayuda en su tiempo de ocio, puesto que algunos individuos
no saben qué hacer cuando salen de sus trabajos o de sus horas de clase. Sin embargo,
con la música, se les anima a que, si saben o conocen algún instrumento, creen grupos o
realicen actuaciones, que vayan a conciertos del estilo de música que les guste, que salgan
a bailar, etc.
16
Finalmente, como ya hemos visto, la música es un fenómeno universal, es decir, que se
encuentra en todas partes y al alcance de todo el mundo. Es una buena herramienta para
trabajar con las personas que sufren algún tipo de trastorno, enfermedad o problema
personal, ya que, debido a su flexibilidad, se pueden llevar a cabo actividades adaptadas
a sus necesidades, de manera que las dificultades o miedos que presenten vayan
disminuyendo y empiecen a coger confianza y seguridad en ellos mismos y se sientan
más cómodos y tranquilos.
Después de haber revisado y consultado la literatura científica, quiero concluir esta parte
teórica contrastando la información recogida anteriormente con unas entrevistas que he
realizado a expertos tanto en el campo musical como educativo.
Las entrevistas han ido dirigidas al director de una escuela de música que practica la
inclusión y a una madre y un padre de hijas con Síndrome de Down que asisten a esta
escuela desde hace unos ocho o diez años aproximadamente. En esta escuela cuentan con
niños, jóvenes y adultos de toda condición y también con alumnos trisómicos 21.
En esta escuela de música, estudian seis alumnos de varias edades que presentan
Síndrome de Down, con los que se realizan diferentes actividades dependiendo de sus
capacidades, así como de su edad.
Con los pequeños se hace más hincapié en ayudarles a conseguir una mejora en la
coordinación, el ritmo, el oído… Y los mayores reciben clases tanto de lenguaje musical
como de instrumento.
Los tres entrevistados entrevistados coinciden en que, gracias a la educación musical,
estas personas han mostrado una gran evolución en diversos ámbitos de su vida.
Por un lado, se observa una mejora a nivel cognitivo, ya que el hecho de saber interpretar
y descifrar una partitura, así como aprender la digitación adecuada para su instrumento,
son pasos de gran relevancia para ellos.
Los individuos que no presentan Síndrome de Down, tienden a realizar cualquier tarea de
manera mecánica, pero esto no es tan sencillo para los trisómicos 21, ya que ellos primero
tienen que adquirir esos conocimientos mecánicos para poder soltarse a la hora de realizar
las actividades que se les propongan.
Como se ha visto a lo largo del estudio teórico y como figura en estas entrevistas, la
memoria se ve beneficiada por varios motivos. Según el director de la escuela, entre estos
17
motivos destacan una correcta motivación y un buen método de trabajo. Gracias a estos,
los alumnos no muestran dificultades a la hora de recordar todo lo aprendido en los cursos
anteriores. Bien es cierto, que al inicio del siguiente curso hace falta alguna clase de
repaso para afianzar los conceptos y las digitaciones aprendidas, pero esto es algo que se
da en todos los alumnos, tanto con trisomía 21 como sin ella.
También afirma que el mejor método de trabajo es ir peldaño a peldaño, es decir, para
conseguir alcanzar el aprendizaje propuesto hay que ir superando pequeñas tareas, de
manera que poco a poco la dificultad de estas vaya aumentando gradualmente, pero ellos
se vean capaces de ir logrando los objetivos propuestos.
Los entrevistados afirman que tanto en el campo social, como el personal y el emocional
también se ven afectados positivamente, ya que cuando se realizan recitales, audiciones
y conciertos, todos estos alumnos tienen que enfrentarse a una serie de situaciones
diferentes pero muy beneficiosas para ellos. Tocar delante de un público y tener que
amoldarse a un grupo de músicos cuando la actividad consiste en interpretar
conjuntamente son momentos muy importantes para estas personas, ya que así van
aprendiendo a controlar los nervios, la timidez, aprenden a ser responsables y a
organizarse, mejoran su capacidad de actuación…
Finalmente, al ver el apoyo que reciben de los demás, las personas con Síndrome de Down
se sienten realizadas, satisfechas y orgullosas con el trabajo bien hecho y valoradas, ya
que su esfuerzo y trabajo se ven reconocidos.
Véase ANEXO para la lectura de las entrevistas completas.
6. PROPUESTA DE UN PROYECTO DE MUSICOTERAPIA QUE MEJORE LAS
COMPETENCIAS DE LOS NIÑOS Y JÓVENES CON SÍNDROME DE DOWN
Se presenta a continuación un proyecto fundamentado en el marco teórico expuesto. No
ha sido posible llevarlo a la práctica, pero sería interesante ver cómo las personas con
Síndrome de Down reaccionan ante las mismas y, de esta manera, podríamos comprobar
si realmente hay un efecto positivo en estos individuos.
Cuando se quiere trabajar una serie de actividades con personas que presentan Síndrome
de Down a través de la musicoterapia, hay que tener claros los campos que se quieren
fortalecer. En este caso, tal y como se ha mostrado en la teoría, son el campo cognitivo,
social, emocional y personal, puesto que son los más afectados.
18
Es muy complicado separar estos ámbitos ya que, cualquier actividad que se vaya a
proponer va a necesitar de todos ellos, es decir, un ejercicio en el que se quiera trabajar
la capacidad social, también va a contener aspectos emocionales, cognitivos y personales,
por lo tanto, todos los campos van unidos y resultaría complicado separarlos.
Como se ha explicado anteriormente, la música como terapia ayuda a mejorar muchos
aspectos de la vida de los trisómicos 21, por lo que, cuando se trabaja con ellos, hay que
saber qué es lo que se quiere conseguir, es decir, con qué finalidad vamos a llevar a cabo
esas actividades.
En este caso los objetivos que se espera alcanzar son los siguientes:
- Favorecer y mejorar la memoria y la capacidad de atención.
- Trabajar la comprensión de letras y canciones, así como la manera de expresarse.
- Desarrollar las capacidades creativa e imaginativa.
- Impulsar el estado de iniciativa a la hora de proponer actividades o animarse a
ejecutar las acciones propuestas.
- Mejorar la autoestima y la confianza por medio de ejercicios emocionales.
- Expresar verbal y corporalmente las emociones sugeridas por diferentes
audiciones.
- Fomentar la expresión emocional en grupo, mostrar sus sentimientos y
pensamientos.
- Aumentar la seguridad de cada individuo con él mismo y superar el miedo
escénico.
- Fomentar las relaciones entre iguales con vistas a lograr la inclusión.
- Propiciar el establecimiento de lazos de amistad entre ellos.
- Adquirir habilidades sociales adecuadas a la hora de comportarse en grupo, tales
como turnos de palabra, saber estar en silencio, escuchar, disponibilidad de ayuda
al resto de compañeros, etc.
- Favorecer la participación en las actividades propuestas.
- Desarrollar la competencia cultural mediante la aproximación a grandes obras
musicales.
Aparte de los objetivos, es importante conocer las competencias básicas que estas
personas deben alcanzar gracias a esta puesta en práctica:
- Competencia lingüística
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- Habilidades musicales: tocar un instrumento, discriminación auditiva, entonación,
lectura e interpretación de partituras…
- Habilidad y capacidad para organizarse.
- Capacidad para trabajar conjuntamente con otros individuos.
- Sentido de la iniciativa.
Hay varios proyectos que se podrían trabajar con estas personas, ya que se encuentran en
un entorno inclusivo, con otros alumnos que no presentan ningún tipo de trastorno y
podrían ayudarse unos a otros.
Se podrían trabajar actividades por medio de la percusión corporal, que consiste en
interpretar sonidos de la vida cotidiana, de animales, naturaleza, etc. Por medio del propio
cuerpo, de esta manera podrían conocerse mejor e investigar su cuerpo como instrumento
musical.
Otro proyecto interesante, sería organizar excursiones con todos los alumnos para acudir
a escuchar diferentes agrupaciones musicales, orquestas, bandas… las cuales
interpretasen las grandes obras musicales que se han compuesto a lo largo de la historia,
de manera que estos alumnos comiencen a educar su oído, se aficionen a escuchar música,
aprendan sobre cómo se toca en grupo, qué disciplinas hay que seguir, etc.
El proyecto que más juego podría dar a la hora de trabajar con estos alumnos y que es el
que se va a explicar a continuación, sería crear un teatro musical, o lo que es lo mismo,
un musical.
Se trata de una técnica muy completa, en la que se trabajarían todos los campos que se
quieren favorecer en los trisómicos 21: el campo emocional, social, físico, personal y
cognitivo. Y, además, contiene los objetivos y competencias que se quieren trabajar con
estas personas.
En primer lugar, se reuniría a todos los alumnos con los que contamos en la escuela de
música (tanto con Síndrome de Down como sin él, ya que se trata de una escuela
inclusiva).
Una vez concentrados, se les explicaría que se va a realizar un proyecto, que consiste en
llevar a cabo un teatro musical en el que todos van a participar, y cada uno lo hará
aprovechando sus habilidades y conocimientos.
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Para lograr el objetivo de representar un musical, antes se tienen que ejecutar una serie
de pequeñas tareas que, a medida que se vayan completando acerquen a estos alumnos a
su meta.
Lo primero de todo, sería decidir qué musical se quiere representar. Para ello, se escribiría
una lista con varios musicales y se dedicarían varias sesiones para ver estos musicales
propuestos y, de esta manera, los alumnos podrían elegir cual es el que más les gusta, por
medio de una votación.
La lista que se les mostraría sería la siguiente: La Bella y la Bestia, Dirty Dancing,
Mamma Mia, Grease y El Fantasma de la Ópera.
Imaginemos que estos alumnos han votado realmente y el musical elegido para
representar es el de Grease.
Cuando ya tuviesen el título del musical, se comenzarían a repartir los papeles y las tareas
propias para conseguir el objetivo propuesto.
Se comenzaría visualizando de nuevo el musical para que cada alumno decidiera qué
papel quería desempeñar dentro de la obra: actuando, bailando, cantando, creando el
decorado, montando la música…
El reparto de actores se llevaría a cabo por medio de audiciones, en las que los alumnos
tendrían que leer el guion e intentar interpretar, de manera improvisada, el papel al que
quieren acceder.
A continuación, cuando los actores estuvieran adjudicados, se distribuirían el resto de
tareas. En todas ellas, incluyendo la tarea de actuar, habría personas con trisomía 21 y sin
ella, ya que todos los alumnos estarían en igualdad de oportunidades.
En todas las categorías: actuar, bailar, tocar, decorar… habría un responsable al que los
alumnos tendrían que acudir si hubiera algún problema o imprevisto.
Si un alumno tuviera dificultades a la hora de realizar la tarea asignada, se le adaptaría
hasta el punto de que no necesitase un gran esfuerzo para conseguir llevarla a cabo, por
ejemplo, si un alumno no supiera cómo interpretar una partitura, se le ajustaría de tal
manera que esta quedase adecuada a sus capacidades y habilidades.
Cuando el proyecto estuviera avanzado, se buscarían profesionales de cada campo, para
que vinieran a explicar a los alumnos la importancia de cada uno de ellos, así como darles
21
pequeños trucos que estos pudiesen interiorizar y utilizar a la hora de la representación
final.
Bajo mi punto de vista, todas estas tareas, son muy importantes, ya que favorecen el trato
entre iguales y hacen que las personas con Síndrome de Down se sientan realizadas y
útiles dentro de la escuela. Además, si se fomenta un ambiente adecuado, en el que todos
los compañeros están dispuestos a ayudar y a echarles una mano cuando lo necesiten,
estas personas van a sentirse integradas y esto hará que su autoestima, confianza y
seguridad se vean beneficiadas.
Si todos trabajasen en equipo y se mostrasen solidarios unos con otros sin necesidad de
que nadie sobresaliera entre los demás, este proyecto no tendría ningún problema para
realizarse y alcanzar la meta que se ha propuesto: representar el musical.
Los recursos que se necesitarían para conseguir nuestro objetivo serían los siguientes:
- Todos los alumnos de la escuela de música.
- Profesores destinados a apoyar y coordinar a los alumnos.
- Equipo de música.
- Dvd.
- Instrumentos musicales.
- Partituras.
- Altavoces.
- Voces y cuerpo.
- Escenario.
- Escuela de música para ensayar.
- Materiales adecuados para decorar el escenario.
- Micrófonos.
- Equipo de iluminación.
Una vez que se han propuesto los posibles proyectos y se ha explicado el que se considera
más relevante, toca centrarse en la manera de evaluar a estos alumnos y al proyecto en sí.
Para ello, se va a hacer una previsión de evaluación que serviría para darse cuenta de la
eficacia del proyecto y su correcta ejecución.
22
La evaluación es importante ya que gracias a ella se puede valorar el trabajo realizado por
los alumnos, si se ha visto un progreso a la hora de realizar las tareas, si todos han hecho
el mismo esfuerzo o sin embargo alguno se ha quedado estancado…
A la hora de evaluar, hay que tener en cuentan varios factores, pero yo me quiero centrar
en tres: los familiares de los alumnos, los propios alumnos y los profesores de la escuela.
En primer lugar, los familiares de los alumnos son los que van a aportar información que
los profesores no conoces, por ejemplo, cuanto tiempo han dedicado en casa al estudio de
partituras, bailes, recogida de información… que se necesita para que el proyecto
progrese. Los que viven con ellos, son los que ven si se encuentran motivados, si tienen
interés, etc. Además, ellos desde fuera tienen una visión más objetiva de cómo ha quedado
el proyecto, si se ha visto reflejado el trabajo que han visto en sus casas por parte de sus
hijos, si el trabajo de los profesores ha sido adecuado, si todos han trabajado por igual,
etc.
Que los propios alumnos sepan evaluar su esfuerzo y trabajo es importante, eso quiere
decir que se dan cuenta cuando, por medio de un trabajo bien hecho las cosas salen bien
y son reconocidas y valoradas y, sin embargo, cuando uno no se esfuerza lo suficiente no
se siente tan orgulloso de lo que ha conseguido.
Un buen método para trabajar la evaluación con los alumnos es por medio de grupo de
discusión, que ellos cuenten cómo se han sentido, si han visto dificultades a la hora de
desarrollar las tareas que se les había propuesto o si han sabido llevarlas a cabo sin
problemas, si se han visto acogidos por el resto de compañeros, que cosas creen que han
hecho bien y cuales piensan que deberían mejorar para la próxima vez, etc.
Hay que insistir en que muestren sus sentimientos, si se sienten orgullosos del trabajo que
expliquen por qué, y si no lo están que hagan lo propio. Qué actividades les han parecido
más complicadas, cómo se han sentido cuando han pedido ayuda y sus compañeros le han
echado una mano… También podría dedicarse un tiempo a comentar cómo les ha
parecido el trabajo de los demás de una manera educada y correcta, que acciones podrían
mejorar, etc.
Los profesores son los que pueden evaluar la parte interna del proyecto, cómo se ha vivido
desde dentro de la escuela, cómo se han ido desarrollando las tareas (si han salido o no
como se esperaba), si el trabajo de los alumnos se ha visto reflejado, si las adaptaciones
23
realizadas han sido suficientes o no han servido, etc. Todo esto se conoce gracias a
diferentes métodos, como la observación; comprobando que las partituras, bailes,
decorado, etc. Se encuentra terminado el día planteado, entre otros.
Bajo mi punto de vista, un proyecto es eficaz cuando se recoge todo lo que se ha planteado
al principio de este punto, es decir, cuando los objetivos propuestos han sido alcanzados
por los alumnos a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje; cuando estos
mismos han adquirido las competencias que se han planteado y cuando las evaluaciones
de las familias, los alumnos y los profesores han sido satisfactorias y se ha visto una
evolución en los niveles cognitivos, sociales, emocionales, físicos y personales de los
alumnos.
7.- CONCLUSIONES
Una vez realizado este trabajo, se ha comprobado la escasez de investigaciones e
información que hay sobre este tema. Un tema tan importante como es el de los efectos
de la terapia musical sobre las personas que presentan Síndrome de Down.
Cada vez hay más centros escolares y musicales que reciben a trisómicos 21, con la
finalidad de ayudarles a mejorar su calidad de vida. Esto significa que aquellas personas
que reciben esta terapia musical se ven altamente beneficiadas en el desarrollo de sus
habilidades y capacidades.
Antes de iniciar el trabajo, era consciente de que la música tenía el poder de hacer a estas
personas más felices, pero no intuía que pudiera haber tantos efectos positivos sobre estos
individuos.
Hemos descubierto que las personas que presentan Síndrome de Down tienen unas
características comunes, pero que todas ellas son particulares a la vez. Ningún trisómico
21 es igual a otro, aunque físicamente pueda dar la sensación de que sí.
Aparte de los avances que se van consiguiendo para estos individuos, como algún
complemento alimenticio mencionado a lo largo del trabajo que mejora sus capacidades
cognitivas, es de gran relevancia conocer que, por medio de la música las personas con
trisomía 21 pueden relacionarse de una manera más placentera con sus iguales, que puede
mejorar su manera de comunicarse, y que pueden realizar tareas propuestas de la misma
manera que los demás, adaptándose a sus tiempos y con las ayudas que se necesiten. Todo
esto hace que se sientan valoradas, incluidas dentro de su entorno y es fabuloso saber que
24
por medio de algo tan bonito como es la música, haya personas que puedan mantener una
calidad de vida mejor y que se puedan sentirse un miembro más dentro de esta sociedad.
25
8. REFERENCIAS BIBLIGRÁFICAS
Benes de Toro, M. (2000). Fundamentos de musicoterapia. Madrid: Morata.
Davis, W., Gfeller, K., & Thaut, M. (2000). Introduccion a la musicoterapia. Barcelona:
Boileau.
Del Campo san Vicente, P. (2013). La música en musicoterapia, Brocar, 37, 145-154.
De la Torre, R. et al. (2016). Safety and efficacy of cognitive training plus
epigallocatechin-3-gallate in young adults with down's syndrome (tesdad): a double-
blind, randomised, placebo-controlled, phase 2 trial.
DOWN ESPAÑA (2016). El ensayo clínico con el compuesto del té verde muestra mejoras cognitivas en personas con síndrome de Down. Disponible en www.sindromedown.net. Consultado el día 17/06/2017.
Fernandez de la Iglesia, J., & Buceta, M. (2003). La educacion de personas con sindrome
de Down. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela.
Fundación Jérôme Lejeune. (2017). Jérôme Lejeune, disponible en
http://www.fundacionlejeune.es/ Consultado el 12/06/2017.
Jiménez Trens, M.A. (2017). Educación Especial en Educación Infantil. Apuntes de la
asignatura en 4º de GEP. Documento inédito. Universidad de La Rioja.
Ruiz, E. (2004). Programa de educación emocional para niños y jóvenes con síndrome de
Down. Revista Síndrome de Down, 21, 84-93.
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educación emocional. Aplicación práctica en niños con síndrome de Down. Revista
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Ruiz Rodriguez, E. (2012). Erase una vez-- el Sindrome de Down, 2. Madrid: CEPE
(Ciencias de la Educacion Preescolar y Especial).
Troncoso, M., & Flórez, J. (2011). Comprensión en la lectura de las personas con
síndrome de Down. Revista Síndrome De Down., 28, 50-59.
26
9. ANEXOS
ANEXO 1: Entrevistas realizadas a especialistas en el ámbito musical y educativo
ENTREVISTA DIRECTOR ESCUELA DE MÚSICA
- ¿Cuántos alumnos/as con síndrome de Down estudian en esta escuela de
música?
Actualmente, contamos con seis alumnos en la escuela.
- ¿Qué instrumentos practican?
Un chico practica saxofón y batería, otro saxofón, una chica toca la guitarra
española, otra chica la guitarra española y la guitarra eléctrica y dos niños la flauta
dulce.
- Aparte del instrumento, ¿Realizan algún otro estudio musical dentro de la
escuela?
Sí, con los más pequeños realizamos clases de música y movimiento, en las que
trabajamos sobre todo el ritmo, la coordinación, el oído…
Los mayores estudian lenguaje musical y los que son adultos tienen una clase de
lenguaje musical para adultos.
Lo más importante de estas clases es que tienen que compartir lo que estudian y
aprenden con los demás.
- ¿Cuánto tiempo llevan estudiando y practicando?
El que más tiempo lleva, acude a la escuela desde hace unos 14 años, el resto entre
3 y 10 años.
27
- ¿Creen que han mostrado una evolución desde su inicio en la escuela hasta el
día de hoy? ¿En qué aspectos?
Si. Han conseguido un mayor dominio técnico del instrumento, tocar con público
y escuchar al resto de compañeros, subirse a un escenario y poder dominar los
nervios…
La evolución, cada uno de los seis alumnos que hay ahora y ha habido antes, es
como la del resto de alumnos, aunque llega un momento en que el esfuerzo que
tienen que hacer para subir un peldaño es tan grande que a veces no compensa,
pero lo más importante es que consiguen alcanzar un dominio del instrumento y
así pueden disfrutar de lo que hacen.
- ¿Cómo piensan que los estudios musicales favorecen en el desarrollo
cognitivo, emocional, personal y social de estos alumnos/as?
Desarrollo cognitivo: Les ayuda a adquirir una rutina, una responsabilidad que
hace que tengan que saber organizarse y pensar lo que tienen que hacer.
Las personas sin Síndrome de Down hacemos las cosas de manera más mecánica,
sin embargo, estos individuos tienen que aprender lo mecánico para poder llevar
a cabo las actividades que se les propone, pero es más o menos parecido a una
persona que no presenta estas características específicas.
A veces, se encuentran con dificultades de ritmo, coordinación y concentración,
porque cualquier alumno sin ningún tipo de trastorno puede mantener una
concentración durante un período largo de tiempo, pero a los síndrome de Down
les cuesta más mantener la atención y se les nota mucho en su expresión si se
sienten a gusto o no. Con algunos de ellos hay que pelear para conseguir que en
el momento de actuar mantengan la concentración hasta el final sin perder el hilo.
La memoria también se ve afectada de una manera positiva en estas personas
gracias a la educación musical. De un año para otro mantienen los contenidos
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aprendidos en los cursos anteriores, si bien es cierto que hace falta algún repaso
inicial, finalmente acaban por recordarlo rápido.
La memoria se trabaja gracias a estas actividades y al método utilizado, poco a
poco y paso a paso. No hay que querer correr, hay que seguir los ejercicios punto
por punto hasta alcanzar el objetivo final que es completar la actividad. Lo que
tocaron hace meses pueden tocarlo más adelante porque solo con repasar, como
ha estado bien trabajado solo le hace falta recordarlo porque se ha quedado en su
memoria.
Personal y social: Un reto y un juego, todos los alumnos de la escuela comparten
escenario con un alumno con síndrome de Down. Para estas personas tocar con el
resto de compañeros es un gran logro y se sienten realizados. Tienen sus partituras
adaptadas, pero se les integra con los demás, y se ven reconocidos y eso les hace
sentirse felices.
Emocional: Se sienten satisfechos, orgullosos… Aparte de que puedan sentirse
con más miedo al principio, cuando ven que su trabajo se ve recompensado y
valorado se sienten motivados y valorados. Cualquier cosa emocional a estas
personas les va a afectar más que al resto.
- ¿Qué trato reciben estas personas dentro de la escuela? (si se les dan clases
individuales o están integrados con el resto)
Principalmente tienen clases individuales, y cuando tocan en grupo pues son
grupales.
Alguna vez se ha creado una orquesta solo con estos alumnos y con algunos
profesores tocando a su lado como apoyo.
- ¿Qué tipo de actividades se trabajan con estos alumnos?
Las actividades que trabajamos los parecidas a las que realizamos con el resto,
notas largas al principio, alguna escala y posteriormente canciones.
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En esta escuela llevamos a cabo un proceso pedagógico que hay que seguir con
todos los alumnos que, bajo mi punto de vista no se hace en muchos lugares, que
es seguir pasito a pasito e ir aumentando la dificultad gradualmente, dependiendo
de los logros que vaya adquiriendo cada uno.
- Experiencias
Voy a contarte una serie de anécdotas, experiencias y proyectos que muestran
mejor la manera de ser de estos alumnos.
Un día, les pidieron a ver si podían tocar en ASPRODEMA para una boda de dos
trabajadores del centro. Fueron los cinco alumnos que había entonces con su
programa preparado. Les dieron la entrada para comenzar a tocar, pero, de
repente, se pararon y no supieron seguir de la emoción que les entró cuando vieron
a los novios emocionados. Al final, pudieron completar la obra y quedaron muy
satisfechos con el trabajo realizado.
Han tocado en muchos sitios, en muchos escenarios y con muchas formaciones.
En el caso de uno de los alumnos, ha habido un proceso de motivación, la cual es
muy importante para el aprendizaje de estas personas. A este chico siempre había
alguna chica de la escuela que le gustaba, y el profesor les preguntaba si podían ir
a escuchar a su alumno al final de la clase, cosa que para él era lo más maravilloso.
El gesto de las compañeras de querer ir a escucharle fue muy importante y le
motivaba a querer hacer las cosas mejor.
Hace unos meses, grabaron un vídeo. Todos los alumnos con síndrome de Down
de la escuela, juegan a baloncesto también. Uno de los alumnos preguntó si podían
tener un himno para su equipo. Sin dudarlo, entre un amigo de la familia, que
también estudia música, y el director de la escuela crearon la letra y la música del
himno de su equipo.
Lo grabaron, de manera profesional, en una escuela de música. En la canción
participan los alumnos de la escuela de música, con sus respectivos instrumentos,
30
y un coro de niños que les acompañaron. A veces tuvieron problemillas con la
letra, pero gracias al esfuerzo supieron sacarla delante de una manera maravillosa
y envidiable.
Cuando tocan con más gente o realizan algún tipo de solo, tienen un director
especial solo para ellos, que les marca las entradas, la nota con la que tienen que
entrar… Pero en todo momento se muestran centrados, y cuando finalizan, en su
cara se refleja la emoción y satisfacción del trabajo bien hecho y de que el esfuerzo
ha merecido la pena.
Hay proyectos que les cuestan algo más, como uno de jazz que intentaron hacer y
no termino de salir.
Los padres de estos chavales intentan darles la mayor autonomía posible, para que
luego esa autonomía sepan llevarla a cabo en cualquier aspecto de su vida
cotidiana, y eso se muestra en la escuela de música.
Hay un grupo de música llamado mochila 21, creado por “el Drogas”, guitarrista
del grupo Barricada, y está compuesto con músicos profesionales como apoyo y
músicos con Síndrome de Down. Es un ambiente más rockero.
Todas las anécdotas y vivencias contadas tienen mucho que ver con compartir
experiencias con los demás, que es algo muy importante para ellos y sus relaciones
personales, sociales y emocionales.
Todos los vídeos de actuaciones y proyectos están recogidos en nuestra página
web:
http://piccoloysaxo.com/
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ENTREVISTA FAMILIAR DE ALUMNO CON SÍNDROME DE DOWN
- ¿Qué instrumento toca su hijo/a?
Mi hija practica guitarra clásica.
- ¿Cuánto tiempo dedica a la música fuera de la escuela?
Últimamente, sobre todo este último mes en el que está muy estimulada, ya que
los padres hemos estado más al tanto de lo que tiene que hacer, está tocando
todos los días. El tiempo lo decide ella, ya que tiene autonomía para tomar sus
propias decisiones.
Gracias a esto, su profesor le ha reconocido el esfuerzo y el trabajo, y le dijo que
había mejorado en la velocidad, en la precisión… y eso para ella fue muy
gratificante.
- ¿Hace mucho que acude a una escuela de música?
Lleva unos 8 o 9 años.
- ¿Cómo piensa que afecta esta educación musical a su hijo/a?
De manera muy positiva, pienso que es muy importante para su desarrollo
cognitivo, por lo que significa interpretar una partitura, descifrarla, interpretarla
hacerla sonido… Además, se educa el sentido estético y artístico y el tiempo
libre y de ocio que tiene, lo dedica a actividades enriquecedoras para ella.
Cuando hay audiciones y recitales, es muy importante para ella, porque se
enfrenta a una disciplina que le ayuda a mejorar y superar los nervios, la
timidez, desarrolla la responsabilidad y aprende a saber enfrentarse a tocar ante
el público.
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Alguna vez han hecho algún combo entre chicos y chicas con síndrome de
Down y sin él, de personas de su edad y ha sido extraordinario, una actividad
inclusiva y muy interesante.
- ¿Cómo piensa que la música beneficia a su hijo/a en su desarrollo cognitivo,
personal, social y emocional?
Emocional, le hace sentirse muy bien porque hace una actividad que es difícil
pero que le acerca a los demás, le hace sentirse más incluida y todo eso le
proporciona una felicidad y un bienestar personal muy importante.
- ¿Nota diferencia en su hijo/a desde que inició sus estudios musicales? ¿En
qué?
Eso es muy difícil de apreciar, porque la convivencia nuestra es tan intensa en el
día a día… Sí que la he visto progresar, pero no puedo calificar ni cuantificar
con una palabra la evolución que va teniendo.
ENTREVISTA A UN PADRE DE UNA ALUMNA CON SÍNDROME DE DOWN
- ¿Qué instrumento toca su hijo/a?
Toca la guitarra eléctrica, empezó con la española y luego se cambió a la
eléctrica.
- ¿Cuánto tiempo dedica a la música fuera de la escuela?
Dedicará más o menos 2 horas a la semana, porque solo va un día a la escuela de
música y es una clase de media hora.
- ¿Hace mucho que acude a una escuela de música?
Sí, más de 10 años.
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- ¿Cómo piensa que afecta esta educación musical a su hijo/a? ¿Cómo piensa
que la música beneficia a su hijo/a en su desarrollo cognitivo, personal,
social y emocional?
Esta educación afecta de manera muy positiva a mi hija, ya que siempre hemos
querido que realizase actividades que le hicieran mejorar sus habilidades
sociales y que estuviera integrada como una más, y en la escuela de música se
encuentra en perfecta relación con el resto de compañeros.
Cognitivamente le exige, le afianza y le hace crecer en muchos aspectos, desde
la manualidad fina como es tocar la guitarra hasta lo que es retener e interpretar
las partituras que se le propone.
Emocionalmente, le hace crecer en autoestima, gana en seguridad con el hecho
de tocar e interpretar música con otras personas en recitales, etc. Se siente
satisfecha y valorada.
- ¿Nota diferencia en su hijo/a desde que inició sus estudios musicales? ¿En
qué?
Si, se nota un gran progreso.
Se nota en que ella se implica más en las cosas, le entusiasma la música tanto
como para practicarla como para oírla, también le gusta el baile. Y cuando
nosotros hemos tenido dudas de si debía o no continuar, ella no las tenía, quería
continuar ya que le compensa.
Es cierto que a veces le cuesta, pero con disciplina y esfuerzo va consiguiendo
todo aquello que se propone.
En cuanto al ámbito social ella siempre ha sido muy extrovertida, ya que hace
baile, teatro, baloncesto… asique la faceta social es parecida antes que ahora.
34
Ella valora todo esto como un valor que le hace sentirse mejor consigo misma.
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