Trabajo Fin de Grado
ARQUITECTURA EFÍMERA EN LAS ENTRADAS TRIUNFALES DE CARLOS V EN ITALIA Y ESPAÑA
(1526-1541)
EPHEMERAL ARQUITECTURE IN TRIUMPHAN ENTRIES OF CARLOS V IN ITALY AND SPAIN (1526-1541)
Autora
Mónica Sanz Barberán
Directora
Rebeca Carretero Calvo
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
Departamento de Historia del Arte Curso 2017/2018
1
ÍNDICE
0. RESUMEN.......................................................................................................... 2
1. INTRODUCCIÓN
1.1. Justificación del trabajo………………………………………………….. 3 1.2. Estado de la Cuestión………………………………………………...…... 3 1.3. Objetivos…………………………………………………………………. 6 1.4. Metodología aplicada…………...………………………………………... 7
2. DESARROLLO ANALÍTICO
2.1. Las entrada triunfales desde la Antigüedad hasta el Renacimiento…………………………………………………………….……. 8
2.2. Arquitectura efímera en las entradas triunfales durante la Edad Moderna: los arcos de triunfo.......………………………………………....………………… 9
2.3. La configuración de la entrada triunfal de Carlos V: Génova y Bolonia……………………………………………………………………….... 11
2.4. Entradas triunfales de Carlos V tras la victoria de Túnez………………….................................................................................…. 14
2.5 Entradas triunfales en España: Sevilla y Mallorca…………………….............................................................…………. 24
3. CONCLUSIÓN……………...………………………………………………… 32
4. AGRADECIMIENTOS…………….……….……………………………….... 34
5. BIBLIOGRAFÍA…………………………..……………………………….…. 35
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ARQUITECTURA EFÍMERA EN LAS ENTRADAS TRIUNFALES DE CARLOS V EN ITALIA Y ESPAÑA (1526-1541)
EPHEMERAL ARQUITECTURE IN TRIUMPHAN ENTRIES OF CARLOS V IN ITALY AND SPAIN (1526-1541)
RESUMEN
Las entradas triunfales constituyeron un importante capítulo de festividad
pública y muestra de poder de un soberano hacia el pueblo a lo largo de toda la historia.
Esta ostentación de poder cambió a lo largo de los siglos culminando en el siglo XVI
con un modelo en el que las expresiones artísticas tuvieron un papel importante. El
emperador Carlos V se considera el monarca que mayor fastuosidad concedió a estas
entradas triunfales. En este contexto, el arco de triunfo efímero fue la principal
manifestación artística sirviendo a los artistas para experimentar las nuevas formas y la
configuración de su imagen imperial. En este trabajo, a través del estudio de los arcos
efímeros de las entradas triunfales en Italia y de dos ejemplos realizados en España se
observarán las diferencias y similitudes entre ambos territorios, así como se detectará la
evolución en la tipología y la iconografía usadas en su creación.
ABSTRACT
Triumphant entries were an important part of the public celebrations and,
throughout history, it was used by the sovereing as a tool to show his overcome. This
powerful boasting has changed until XVI were this kind of artist expressions took a
relevant rol. Emperor Carlos V is considered the monarch who gave the most
magnificient he could to the triumphant entries. In the context, the triumphal ephemeral
arc was the main artistic expression to the artists, used by them to experience new
artistic forms and configurate his imperial image. In this investigation, using
information about italian triumphal ephemeral arcs and two spanish examples, we can
notice similarities an differences between both territories and tipology and iconographic
evolution.
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1. INTRODUCCIÓN
1.1. Justificación del trabajo
La elección de este tema para nuestro Trabajo Fin de Grado se debe,
principalmente, a nuestro interés por los arcos de triunfo efímeros que se construyeron
en las entradas triunfales del emperador Carlos V. En particular, nuestra intención ha
sido trazar un recorrido de las entradas triunfales de este monarca en Italia y en España
centrándonos únicamente en las que los cronistas aportaron información sobre la
descripción de los arcos de triunfo efímeros.
Asimismo, queremos destacar que, debido a la falta de tiempo, las diferentes
asignaturas del Grado en Historia del Arte no han podido detenerse en este tema, razón
por la que nos gustaría que este trabajo sirviera como una aproximación al arte efímero
construido en las entradas triunfales para la recepción del monarca, parte del panorama
artístico poco estudiado, además, por sus condiciones perecederas.
1.2. Estado de la cuestión
Respecto a la bibliografía recopilada, hay que tener en cuenta que las
investigaciones sobre los arcos de triunfo efímeros de las entradas triunfales de Carlos
V parten de las descripciones que los cronistas de la época proporcionaron.
En cuanto a las entradas italianas, es preciso señalar que el primer estudio a nivel
internacional es el de André Chastel “Les entreés de Charles V en Italie”, publicado en
1975 en el volumen II de Les fêtes de la Rennaissance, en el que realiza un recorrido
por las entradas triunfales de Carlos V. Este texto nos ha ayudado a seguir un orden
cronológico de dichas entradas, si bien trata los arcos de triunfo de manera general y sin
detallar en profundidad dicha tipología arquitectónica.1
El siguiente título a reseñar es el artículo de Fernando Checa “La entrada de
Carlos V en Milán”, publicado en la revista Goya en 1979. En este texto el autor aborda
el análisis concreto de los arcos de triunfo que se erigieron para la entrada de Carlos V
en dicha ciudad italiana. Checa aporta una reflexión sobre la evolución de los arcos de
1 CHASTEL, A., “Les entreés de Charles V en Italie”, en Jaquot, E. (ed.), Les fêtes de la Reinassance, París, Centre National de la Recherche Scientifique, 1975, vol. II, pp. 197-206.
4
triunfo desde el punto de vista tipológico respecto a las entradas que le preceden.
Además, apunta cómo todo lo ensayado iconográficamente hasta entonces culmina en
esta entrada.2 En 1987 este mismo autor, partiendo de su tesis doctoral realizada en
1980, publica Carlos V y la imagen del héroe en el Renacimiento donde estudia el modo
en que las artes plásticas configuraron su imagen imperial. Asimismo, este libro indaga
desde el punto de vista iconográfico sobre cómo los arcos de triunfo efímero influyeron
en la evolución de la imagen del poder del emperador.3 De igual modo, Roy Strong un
año después, en 1988, publica Arte y poder en el que analiza el contenido simbólico de
las fiestas del Renacimiento a través de varios mandatarios, entre los que se encuentra
Carlos V, reflexionando sobre su política universal. Para ello describe las entradas
italianas de manera general como episodios importantes en su mandato.4 Estas dos
últimas obras serán obras de referencia para los estudios posteriores.
Para el análisis de los arcos de triunfo de Bolonia, un estudio fundamental ha
sido “Entre Italia y España: los ecos artísticos de la coronación imperial de Bolonia”
recogido en el magnífico volumen La imagen triunfal del Emperador. La jornada de la
coronación imperial de Carlos V en Bolonia y el friso del Ayuntamiento de Tarazona,
dirigido por los profesores Jesús Criado Mainar y Gonzalo M. Borrás Gualis. En él,
ambos autores recopilan toda la repercusión plástica de la entrada triunfal de Carlos V
en Bolonia en diferentes manifestaciones artísticas y realizan una descripción
pormenorizada de los arcos de triunfo para la recepción del Papa y de Carlos V.5
Para tratar de la entrada concreta de Génova, hemos seguido el capítulo
“Soberanos españoles en Génova, entradas triunfales y 'hospedajes' en Casa Doira”,
redactado por Laura Stango en el libro España y Génova. Obras, artistas y
coleccionistas, publicado en 2003. En él se estudia la relación de España y Génova y se
2 CHECA CREMADES, F., “La entrada de Carlos V en Milán el año 1541”, Goya, 151, 1979, pp. 24-31. 3 STRONG, R., Arte y poder. Fiestas del Renacimiento 1450-1650, Madrid, Alianza Editorial, 1988. 4 CHECA CREMADES, F., Carlos V y la imagen del héroe en el Renacimiento, Madrid, Taurus, 1987, pp. 247-250. 5 BORRÁS GUALIS, G. M., y CRIADO MAINAR, J., “Entre Italia y España: los ecos artísticos de la coronación imperial de Bolonia”, en Borrás Gualis, G. M., y Criado Mainar, J. (dirs.), La imagen triunfal del Emperador. La jornada de la coronación imperial de Carlos V en Bolonia y el friso del Ayuntamiento de Tarazona, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000, pp. 19-39.
5
relata la entrada que Carlos V realizó antes de la coronación de Bolonia con una
descripción de los arcos de triunfo.6
En 2011 Blanca González Talavera publicó su tesis doctoral titulada Presencia y
Mecenazgo español en la Florencia Medicea: De Cosme I a Fernando I en la que proporciona
un análisis general de los arcos de triunfo que se erigieron para la recepción de Carlos V
en la ciudad.7
El estudio que ha resultado fundamental para aproximarnos a las entradas
italianas tras la victoria de Túnez ha sido “Las entradas triunfales de Carlos V en Italia”, de
José Manuel Morales Figueroa de 2014. Basándose en las publicaciones de Chastel y de
las crónicas de época del emperador, realiza un recorrido por todas las entradas
triunfales detallando pormenorizadamente estas entradas.8 Un año después este autor
llevó a cabo el artículo “El viaje triunfal de Carlos V por Sicilia tras la victoria de
Túnez”, donde ofrece más datos sobre la entrada triunfal de Palermo y Messina.9 En el
mismo año 2015 Morales preparó el texto “La imagen de la monarquía hispánica a
través de la fiesta en la ciudad de Nápoles” en el que, a partir de las crónicas
conservadas, realiza un estudio muy detallado sobre la iconografía del arco triunfal de la
ciudad.10
En cuanto a los arcos de las entradas triunfales levantados en Mallorca y en
Sevilla son dos las publicaciones para su estudio. Para la entrada en Mallorca, el trabajo
a reseñar ha sido “La exaltación de Carlos V en la arquitectura mallorquina del siglo
XVII”, editado en la revista Mayurqa en 1971. En este artículo el profesor Santiago
Sebastián realiza un análisis de la arquitectura renacentista en la isla puntualizando que
los arcos de triunfo efímeros erigidos para la recepción de Carlos V fueron obras
fundamentales dado que reflejaron el impacto renacentista en este territorio. Además, el
6 BOCCARDO, P., COLOMER, J. L., y DI FABIO, C. (dirs.), España y Génova. Obras, artistas y coleccionistas, Madrid, Centro de Estudios Europa Hispánica y Fundación Carolina, 2003, pp. 70-74. 7 GONZÁLEZ TALAVERA, M. B., Presencia y Mecenazgo español en la Florencia Medicea: De Cosme I a Fernando I, Granada, Universidad de Granada, 2011. 8 MORALES FOLGUERA, J. M., “Las entradas triunfales de Carlos V en Italia”, Diálogos del Arte. Homenaje al profesor Domingo Sánchez-Mesa Martín, Granada, Universidad de Granada, 2014, pp. 327-342. 9 MORALES FOLGUERA, J. M., “El viaje triunfal de Carlos V por Sicilia tras la victoria de Túnez”, IMAGO. Revista de Emblemática y Cultura Visual, 7, 2015, pp. 97-111. 10 MORALES FOLGUERA, J. M., “La imagen de la monarquía hispánica a través de la fiesta en la ciudad de Nápoles”, en García Mahiques, R., y Doménech García, S. (coords.), Valor discursivo del cuerpo en el barroco hispánico, Valencia, Universidad de Valencia, 2015, pp. 375-395.
6
autor describe de manera exhaustiva los arcos de triunfo por primera vez a partir de las
crónicas y gracias a los dibujos comprendidos.11
En cuanto a los arcos sevillanos, la obra esencial ha sido la tesis doctoral de
Mónica Gómez-Salvago Sánchez titulada Fastos de una boda real en la Sevilla del
quinientos (estudio y documentos) y publicada en 1988 donde estudia el enlace
matrimonial entre Carlos V e Isabel de Portugal en 1526. En uno de los capítulos lleva a
cabo el análisis pormenorizado de la iconografía de los arcos de triunfo confeccionados
en la ciudad a este efecto.12
1.3. Objetivos
En sintonía con todo lo anterior, los objetivos de este trabajo académico son:
-Reunir, leer y sintetizar la bibliografía relacionada con las entradas triunfales de
Carlos V en Italia y en España que contengan la información suficiente sobre los arcos
de triunfo efímeros construidos para las mismas.
-Trazar una aproximación a las características de las entradas triunfales desde la
Antigüedad hasta el Renacimiento. En este apartado se reflejan los elementos que se
toman para la configuración de la entrada real de Carlos V, explicando la simbiosis que
se produce del triunfo a la romana y la entrada ceremonial de la Edad Media. Tras esto
procedemos a centrarnos en el arco de triunfo como principal decoración efímera.
-Realizar un recorrido por las ciudades que Carlos V visitó y donde se realizaron
arcos de triunfo para su recepción. En primer lugar, las entradas triunfales que realiza
por la península itálica desde la entrada en Génova hasta la entrada milanesa en 1541.
Por último, nos centramos en las dos entradas en España sobre las que mayor
información poseemos, que son la entrada de Sevilla y la de Mallorca. Tras esto
realizamos una conclusión acerca de la importancia artística de dichas entradas.
11 SEBASTIÁN LÓPEZ, S., “La exaltación de Carlos V en la arquitectura mallorquina del siglo XVII”, Mayurqa, 6, 1971, pp. 99-113. 12 GÓMEZ-SALVAGO SÁNCHEZ, M., Fastos de una boda real en la Sevilla del quinientos (estudio y documentos), Sevilla, Universidad de Sevilla, 1998.
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1.4. Metodología aplicada
La metodología aplicada en la realización de este trabajo académico ha
consistido en los siguientes pasos: en la elaboración de un guión, en la búsqueda de
bibliografía y de material gráfico, en la lectura y análisis de dicha bibliografía, y en la
redacción del trabajo propiamente dicho. Con el primer paso, la elaboración de un
guión, delimitamos el tema que queríamos tratar para la posterior búsqueda de
bibliografía y material gráfico. Posteriormente, llevamos a cabo una selección de la
bibliografía para realizar el estudio del tema en profundidad. Las fuentes bibliográficas
utilizadas pertenecen a los fondos de la Biblioteca María Moliner de la Facultad de
Filosofía y Letras, así como artículos académicos, revistas y documentos disponibles en
internet localizadas a través de buscadores como Dialnet y Academia.edu.
Seguidamente, procedimos a la lectura y análisis de dicha bibliografía realizando una
organización de la información y extrayendo los datos para la creación del estado de la
cuestión. Tras ello, procedimos a la redacción del trabajo propiamente dicho.
8
2. DESARROLLO ANALÍTICO
2.1. Las entradas triunfales desde la Antigüedad hasta el Renacimiento
Las entradas triunfales han sido una constante en la historia como muestra del
poder del soberano hacia el pueblo. Este tipo de festividad pública cobró importancia en
la Edad Moderna, destacando las entradas triunfales de los primeros Austrias. Entre
ellas, las de Carlos V y Felipe II se consideran una continuación de la entrada solemne
en la Baja Edad Media. Además, se introdujo la idea del triunfo a la romana ya que,
como es sabido, con la llegada del Renacimiento se produjo una recuperación del
mundo clásico.
La ceremonia romana del triunfo tuvo en un primer momento un carácter militar
que, con el paso del tiempo, en época republicana, consolidó el aspecto ceremonial
incorporado en época medieval. En estos desfiles triunfales se realizó el ensalzamiento
al emperador. Justamente fue en tiempos del emperador Augusto cuando se creó un
desfile compuesto por el senado desfilando detrás del soberano como exhibición de su
poder por detrás de la de éste.13
Esta idea ceremonial y de desfile continuó en la Edad Media. Centrándonos en la
Baja Edad Media, las entradas triunfales se convirtieron en una muestra del poder
jerárquico de la sociedad estamental. El rey comenzaba su entrada a las puertas de la
ciudad con la nobleza y una parte de la aristocracia y era recibido por autoridades
eclesiásticas y civiles. Las entradas triunfales suponían un mecanismo de legitimación
del monarca dinásticamente, pero sobre todo de legitimación cristiana. Tal y como
expresa Strong en su libro Arte y poder, “el verdadero centro de las representaciones
simbólicas medievales había sido religioso, la liturgia de la Iglesia, reflejando una
imagen del mundo directamente centrada en Dios, en la cual el lugar del hombre fuese
este monarca o campesino, seguía estando básicamente en la periferia”.14
En este sentido, hay que tener en cuenta el papel primordial de la religión en las
entradas medievales, pues se ponía en constante relación con la cristiandad, tomando
13 CHIVA BELTRÁN, J., El triunfo del Virrey. Glorias Novohispanas: Origen, Apogeo y Ocaso de la entrada virrenial, Castellón, Universitat Jaume I, 2012, p. 35. 14 STRONG, R., Arte y poder..., op. cit., p. 33.
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como referencia simbólica la entrada de Jesús en Jerusalén. Asimismo, se ponía en valor
el Speculum princis, género literario que irá tomando fuerza durante el Renacimiento.15
De esta forma, se advierte un cambio sustancial en las entradas reales en la Edad
Moderna. Con la recuperación del sentido del triunfo clásico y la tradición de
recibimiento y desfile de las entradas medievales, en las entradas reales modernas, en
concreto las de los primeros Austrias, se configuró la idea de entrada triunfal,
manteniendo la herencia medieval de recibimiento, pero incorporando la tradición de
triunfo a la romana ensalzando el esplendor del soberano.
Las entradas triunfales continuaron con la misma tipología durante el reinado de
los Austrias Menores, aunque se puede apreciar una importancia en el poder
monárquico en tanto en cuanto girará en torno al poder absoluto del monarca. De este
modo, la concepción de un diálogo entre el pueblo y el soberano cambió. En la época de
los primeros Austrias el compromiso mutuo entre el rey y los habitantes de ese territorio
era uno de los elementos clave de las entradas triunfales. Sin embargo, a partir del siglo
XVII se convertirán en una muestra de lealtad absoluta hacia la figura del rey.16
2.2. Arquitectura efímera en las entradas triunfales durante la Edad Moderna:
Los arcos de triunfo
Para la recepción del monarca en la ciudad, las instituciones y diferentes
entidades se encargaban de realizar todo un aparato festivo de homenaje organizado
durante los días previos al recibimiento como un acto festivo. Entre todos los
preparativos, la creación de arquitecturas efímeras asumió un papel primordial,
destacando entre ellas la construcción de arcos de triunfo. Con esa idea de recuperación
de triunfo a la romana, en la Edad Moderna se rescató este elemento arquitectónico de la
Roma de la Antigüedad.17
15 Ídem; y PIZARRO GÓMEZ, F. J., Arte y espectáculo en los viajes de Felipe II (1542-1592), Madrid, Ediciones Encuentro, 1999, p. 59. 16 CHIVAS BELTRÁN, J., “Triunfos en la casa de los Austria: Entradas reales en la Corte de Madrid”, Potestas: Religión, poder y monarquía, 4, 2012, pp. 211-228, esp. p. 218. 17 PIZARRO GÓMEZ, F. J., “La ciudad ideal en los siglos XVI y XVII”, Espacio, tiempo y forma. Serie VII, Historia del Arte, 4, 1991, pp. 121-133, esp. p. 121.
10
Como es sabido, el arco de triunfo se erigía en las entradas triunfales de los
militares romanos como conmemoración de una victoria. El asentamiento del uso de
esta tipología arquitectónica se consolidó en época de la Roma Imperial. Hay que tener
en cuenta que su uso se hacía más común cuando había una necesidad de legitimar el
poder y los arcos de triunfo eran una materialización de esa legitimación.18
En la Edad Moderna, con el incipiente humanismo y la recuperación del arte
antiguo, destacó especialmente la figura del emperador Carlos V, que asimiló la
arquitectura clásica como un instrumento más de poder. En este sentido, Strong afirma
que “también serían decisivos en la abierta politización de un estilo arquitectónico,
porque el imperialismo de Carlos V se expresaba simbólicamente por medio de la
arquitectura clásica”.19 Es por ello por lo que los arcos de triunfo efímeros constituyeron
el elemento arquitectónico donde se concentraba todo un programa iconográfico
relacionado con la figura del monarca y el motivo de su recepción. De este modo, la
iconografía cambiaba dependiendo del motivo de la recepción, aunque siempre suponía
una muestra de exaltación real.
No obstante, precediendo al emperador se puede ver el uso e interés por esta
tipología arquitectónica en los reinados de sus abuelos Fernando el Católico y
Maximiliano I. La entrada de Fernando el Católico en Sevilla en 1508, donde se
levantaron una serie de arcos triunfales para su recibimiento, muestra ya el empleo de
estos aparatos efímeros por parte de su rama hispánica. Por otro lado, llama la atención
cómo el emperador Maximiliano mandó realizar un grabado de arco de triunfo a Alberto
Durero en 1515 con la intención de distribuirlo como propaganda imperial. En este
sentido hay que entender que tanto por su rama hispánica como por su rama alemana ya
había sido asimilado el lenguaje clasicista en algunos aspectos, que Carlos V
consolidará.20
En cuanto a la ubicación de los arcos, la ciudad creaba un recorrido intencionado
a modo de vía triunfal como sucedía en época de los emperadores romanos. Tal era la
18 SASTRE DE DIEGO, I., “Pervivencias iconográficas clásicas en el medievo cristiano y musulmán. La ideología de las puertas y arcos triunfales”, IBERIA. Revista de la Antigüedad, 7, 2004, pp. 103-126, esp. pp. 108-111. 19 STRONG, R., Arte y poder…, op. cit., p. 90. 20 ESTRABIDIS CÁRDENAS, R., El grabado en la Lima Virreinal: documento histórico y artístico (siglos XVI al XIX), Lima, Fondo Editorial Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2002, p. 204; y CHIVAS
BELTRÁN, J., “Triunfos en la casa…”, op. cit., pp. 213-214.
11
importancia de este recorrido que en muchas ciudades se llegaron a realizar reformas
urbanísticas. Los arcos se disponían en las calles y plazas principales de la ciudad, así
como a las puertas de ingreso de éstas para el momento de su recepción o delante de la
iglesia donde se iba a realizar la ceremonia. Su emplazamiento dependía también de la
institución o entidad que la financiaba puesto que en ocasiones se construían en la calle
que los promotores tenían intención. De esta manera, cofradías, gremios, diversas
entidades y el propio concejo se encargaban de costear su construcción. Por ello, la
financiación de estos arcos de triunfo también condicionaba su iconografía.21
En cuanto a su creación hay que tener en cuenta el compromiso de los artistas
con el nuevo estilo que redescubría el arte antiguo. La construcción de arcos de triunfo
efímeros daba la oportunidad al artista para ensayar estas formas clásicas. Sin embargo,
a diferencia de los arcos de la antigua Roma, los materiales eran perecederos dado que
estaban destinados únicamente a las entradas triunfales y se destruían en cuanto éstas
finalizaban. En este sentido, resulta interesante destacar que las crónicas relatan cómo
en las entradas italianas de Carlos V los artistas se trasladaban a las diferentes ciudades
para participar en las construcciones efímeras.22
2.3. La configuración de la entrada triunfal de Carlos V: Génova y Bolonia
Las primeras entradas triunfales que realizó el emperador en la península Itálica
fueron en Génova y Bolonia. Carlos V partió desde Barcelona el 27 de julio de 1529
con la intención de realizar un viaje que culminaría en la coronación de Bolonia,
considerada una de las mayores fiestas del Renacimiento y que supuso un momento
clave para la consolidación de su Imperio.23
Carlos V llegó a Génova el 12 de agosto de 1529. Para la recepción del
emperador se construyeron varios arcos de triunfo por Perinio de la Vega, artista que
había participado en las decoraciones efímeras para la entrada de Leon X en Florencia
en 1515. El emperador fue recogido por una flota para alcanzar la costa de Génova en la
que se había construido un embarcadero ex profeso donde se encontraba el primero de
los arcos de triunfo. Se erigió de una sola apertura sobre dobles columnas y estaba 21 PIZARRO GÓMEZ, F. J., “La ciudad ideal en…”, op. cit., p. 125. 22 STRONG, R., Arte y poder…, op. cit., p. 91. 23 Ídem; y CHASTEL, A., “Les entreés de Charles V en…”, op, cit., pp. 197-206.
12
coronado por un águila bicéfala, símbolo del Imperio que Carlos V había asumido. El
segundo arco presentaba tres aperturas y estaba ubicado en la plaza de los Giustiniani.
Era de mayores dimensiones y estaba coronado por la figura alegórica de la Justicia.
Asimismo, para su procesión triunfal hasta la basílica, se realizó una vía sacra con una
sucesión de arcos de triunfo al estilo de los césares de la antigua Roma de los que no
nos ha llegado la descripción. Génova era la primera entrada triunfal realizada por el
emperador en Italia, así como en la propia ciudad. Además, fue la primera vez que se
construyeron aparatos de estilo antiguo para la recepción de un mandatario24 [fig. 1].
Fig. 1. Arcos triunfales para la entrada de Carlos V en Genova, 1529. Imagen extraída de BOCCARDO, P.,
COLOMER, J. L., y DI FABIO, C. (dirs.), España y Génova..., op. cit., p 71.
24 BOCCARDO, P., COLOMER, J. L., y DI FABIO, C. (dirs.), España y Génova…, op. cit., pp. 70-74; y STRONG, R., Arte y poder…, op. cit., p. 89.
13
Tras hospedarse en varias ciudades, el emperador hizo su entrada solemne en
Bolonia. La ciudad era el sitio donde el emperador iba a ser doblemente coronado por el
papa Clemente VII reconocido de este modo por la santidad como emperador romano.
Carlos V entró en Bolonia el 5 de Noviembre acompañado por el obispo y las
autoridades civiles que salieron de la localidad para su recibimiento. Tras celebrar todas
las liturgias medievales, se dispuso a realizar el recorrido triunfal hasta llegar a la
basílica de San Petronilo.
En este caso la arquitectura efímera no se erigió exenta, sino que la Porta di San
Felice, por donde el soberano hizo su entrada a la ciudad, se recubrió con materiales
perecederos [fig. 2]. El arco presentaba cuatro medallones con los retratos de César,
Augusto, Tito y Trajano. En la parte inferior se hicieron en relieve unas esculturas
ecuestres de Escipión Africano el Mayor y Julio Camilo. Estos relieves estaban en los
laterales de las imágenes pintadas de cuatro senadores romanos. Todo ello simbolizaba
las características de un buen gobernador, a la altura de los grandes emperadores
romanos, a la que se unía la cualidad de conquistador de territorios que debía tener
prudencia a la hora de gobernar un imperio. En la parte interior de la puerta reforzada se
representaron dos alegorías, el Furor y la Providencia, así como de nuevo dos grandes
emperadores, Octavio Augusto y Numia Pompila. Todo ello evocaba la Paz Augusta
con las alegorías y virtudes requeridas para un gobierno en paz y aludiendo a los
emperadores que lograron mantener un gobierno en armonía. Además, se añadieron
pinturas con temas de la mitología romana y varias representaciones que indicaban la
prosperidad del Imperio, así como la condición de Bolonia como ciudad universitaria y
una serie más de representaciones de las victorias terrestres y marítimas del César.
El segundo de los arcos era de estructura cuadrifonte en el que se decoraron los
cuatro frentes. Dos de ellos se ornaron en la dirección por la que el papa Clemente VII
había hecho su entrada en la ciudad unos días antes. Estos frentes se decoraron con
escenas del Antiguo Testamento reafirmando la paz, así como con historias de la
reedificación del templo y restauración del sacerdocio. En este caso, la iconografía era
una clara alusión a los problemas entre el Papado y Carlos V y al posterior saqueo de la
ciudad de Roma llevado a cabo por las tropas del emperador. En los frentes dedicados al
soberano y por el que él mismo realizó su recorrido también había una alusión a la
Iglesia, en este caso al emperador Constantino y a su conversión al cristianismo. Para
ello se dispusieron tres paneles con la escena de su bautizo, de su genuflexión hacia la
14
Cruz de Cristo y portando el estandarte de los antiguos emperadores romanos. El
segundo arco estaba decorado con paneles con la representación del Concilio de
Constanza, del ascenso pontificio de Martín V y de dos herejes condenados. Todos ellos
fueron hechos en los que el Imperio había apoyado a la Iglesia reafirmándola. Además,
presentaba una inscripción de bienvenida al emperador por parte del papa Clemente
VII.25
Fig. 2. Porta di San Felice de Bolonia recubierta con materiales perecederos, 1530. Imagen extraída de
MORALES FOLGUERA, J. M., “Las entradas triunfales...”, op. cit., p. 330.
25 BORRÁS GUALIS, G. M., y CRIADO MAINAR, J., “Entre Italia y España...”, op. cit., pp. 19-39; MORALES
FOLGUERA, J. M., “Las entradas triunfales...”, op. cit., pp. 329-342; y CHECA CREMADES, F., Carlos V y la imagen..., op. cit., pp. 247-250.
15
2.4. Entradas triunfales de Carlos V tras la victoria de Túnez
Tras la victoria de Túnez, Carlos V emprendió un viaje por Italia que supuso un
momento clave en la configuración de su imagen y propaganda como héroe victorioso.
Además, en este territorio surgió ese descubrimiento de la Antigüedad, constituyendo el
lugar propicio donde los artistas ensayaron las formas
La primera gran entrada triunfal que realizó Carlos V en una ciudad italiana tras
este éxito militar fue en Palermo el 12 de septiembre de 1535. El emperador fue
recibido a las puertas de la ciudad por el presidente del reino palmarés junto con los
magistrados, la nobleza y las autoridades civiles y religiosas de Palermo. El soberano
entró en la ciudad con prisioneros esclavizados y cristianos liberados tras la conquista
de Túnez. De esta forma, este episodio se ponía en relación con las entradas realizadas
en la antigua Roma con el desfile triunfal.
El primero de los arcos efímeros se dispuso en la calle de Cassaro, la principal
de la ciudad. El único dato que ha llegado a nuestros días es que el arco estaba coronado
por una escultura del emperador victorioso. El segundo arco del recorrido triunfal estaba
ubicado en la plaza de la Bocceria. Éste se decoraba con escenas de la conquista de
Túnez, así como con la huida de Barbarroja. Por último, se colocó un arco en la calle de
la Fieravechia que contenía una victoria como símbolo de la paz que el emperador había
restaurado. Así, comprobamos cómo, en efecto, toda la iconografía de estos arcos estaba
relacionada con la reciente victoria de Túnez.
El emperador abandonó la ciudad el 14 de octubre para dirigirse a Messina
donde realizó una gran entrada triunfal de la que se han conservado grabados de
arquitectura efímera erigida en su honor. De camino a Messina el emperador visitó
varios territorios de Sicilia entre los que se puede destacar la ciudad de Troina donde se
sabe que se levantaron arcos de triunfo al estilo antiguo para su recepción, aunque no se
conserva ninguna descripción. Sin embargo, sí nos han llegado varias crónicas de la
entrada triunfal en Messina, así como estampas de la época de los arcos de triunfo
efímeros. Los grabados han sido atribuidos al pintor Polidoro di Caravaggio, encargado
de construir los seis arcos de triunfo para el recorrido que Carlos V iba a realizar por la
ciudad, financiados por el Senado de la localidad. En la elaboración de su programa
iconográfico participaron varios miembros de la Academia milanesa, como el arquitecto
Domenico Carralas. Gracias a la identificación de los autores de las obras efímeras nos
16
acercamos a la posición del artista en esta época, pues a partir de entonces se consolidó
la idea de que los artistas conocían la Antigüedad y no sólo desempeñaban un papel
importante en la realización de aparatos efímeros, sino también en la planificación
urbana para la recepción del dignatario.
Carlos V ingresó en la ciudad el 21 de octubre de 1535. Esta entrada es una
muestra de las características propias de la entrada triunfal de la Edad Moderna dado
que, por un lado, mantenía las raíces del recibimiento medieval, pues Carlos V fue
recibido a las puertas de la ciudad por los mandatarios y, por otro, realizó una serie de
juramentos hacia la población. Los tres primeros arcos de triunfo se dispusieron antes
de entrar a la ciudad, en el camino el Domo. En ellos se usó la simbología vegetal para
aludir a las virtudes del emperador. El primero estaba compuesto por seis columnas
adornadas con laurel, aludiendo a la Victoria. Además, en la parte superior del arco se
colocó una Victoria alada portando en su mano una corona de laurel. El segundo arco
tenía sus columnas adornadas con roble, símbolo de fuerza y valentía. La parte superior
se coronaba con una figura de Hércules, otro de los personajes mitológicos con los que
Carlos V se identificaba. El último de los tres estaba adornado con hiedra en señal de
Concordia. El cuarto arco estaba rematado por la diosa Minerva representada con una
rama de olivo en la mano y todo el arco decorado con olivo, símbolo de Paz. Todos los
arcos estaban dedicados respectivamente a los atributos que debían tener tanto el
emperador como su Imperio. El quinto arco es el que más difería del resto y el más
innovador pues tenía un diseño cuadrifonte en el que se representaban las estaciones del
año en varios de sus pórticos con elementos de cada estación. En él se disponían las
armas de la ciudad y el centro estaba coronado por las armas del emperador.
En la puerta de San Antonio se ubicó un arco con dieciocho columnas en tres
hileras conformando pórticos. En la parte superior de estos se colocaron dos victorias
con palmas en las manos. Además, se dispusieron las armas del emperador y de la
ciudad. Ambas fachadas contenían textos que proclamaban sus victorias en África y la
restauración de la paz [fig. 3].26 Por último, en el puente de la Dogana se erigió un
último arco coronado con arquitrabe, friso y cornisa. Presentaba dos pares de columnas
con capiteles sobre basas en las que se habían representado figuras de tritones. El
arquitrabe estaba adornado con el carro de Neptuno con más tritones [fig. 4]. 26 MORALES FOLGUERA, J. M., “El viaje triunfal de Carlos V...”, op. cit., pp. 97-110; y STRONG, R., Arte y poder…, op. cit., p. 91.
17
Fig. 3. Arco de triunfo efímero para la entrada en Messina en 1535. Imagen extraída de MORALES
FOLGUERA, J. M., “El viaje triunfal de Carlos V...”, op. cit., p. 107.
Fig. 4. Arco de triunfo para la entrada en Messina 1535. Imagen incluida en MORALES
FOLGUERA, J. M., “El viaje triunfal de Carlos V...”, op. cit., pp. 97-110; y en STRONG, R., Arte y poder…,
op. cit., p. 10.
18
Carlos V continuó su viaje imperial por Italia hacia el reino de Nápoles. Fue
recibido en la ciudad de Cosenza y de allí se trasladó a Nápoles, siendo ésta la primera
vez que esta población recibía la visita de un monarca español.
El arco de triunfo efímero se erigió en la puerta Capuana por la que hizo el
ingreso. El arco estaba compuesto de ocho columnas en el frente interno hacia el
exterior de la ciudad. Las basas de las columnas presentaban decoración marítima como
remos despedazados y la alegoría del río Bragada y de África vencida, haciendo alusión
a las batallas en el continente africano. En las cornisas se colocaron cuatro colosos de
Escipión el Africano, Aníbal, Alejandro de Macedonia y Julio César, personajes ilustres
que habían conquistado territorios en este continente. El frente hacia el exterior
contenía, además, cinco cuadros en los vanos del arco con acontecimientos de sus
periplos por Túnez, como la toma de Goleta o la huida de Barbarroja. En el otro frente
del arco aparecían otras ocho columnas con decoración en las basas con varios
elementos como trompetas o escenas de sacrificios. En las cornisas se colocaron cuatro
figuras de mandatarios de la casa de los Austrias como Segismundo, Alberto, Federico y
Maximiliano. Al igual que en el frente exterior se dispusieron cuadros encima de los
vanos del arco con acontecimientos en Hungría y Viena y una dedicatoria del Senado de
la ciudad. En los laterales de los arcos se dispusieron once escenas variadas
respectivamente con personajes mitológicos y alegorías. De este modo, toda la
iconografía del arco pretendía ensalzar la imagen del emperador a través de sus
antepasados o relacionándole con los conquistadores de la Antigüedad, así como con la
batalla de Túnez.27
Tras la entrada en Nápoles, Carlos V se dirigió a Roma donde hizo su entrada el
5 de abril de 1536. El recorrido realizado por el emperador coincidía con la vía triunfal
que recorrieron los antiguos emperadores romanos. Roma era la ciudad propicia para
relacionar al emperador con el antiguo Imperio romano, pues el papa Paulo III llevó a
cabo una serie de reformas urbanísticas derribando varias construcciones medievales
con el fin de recuperar la vía triunfal y unir los arcos de triunfo de los emperadores
Constantino, Vespasiano y Septimio Severo. En la plaza de San Marcos se encontraba el
arco de triunfo efímero del que se conserva un dibujo [fig. 5].
27 MORALES FOLGUERA, J. M., “La imagen de la monarquía hispánica...”, op. cit., pp. 375-395.
19
El arco fue construido por Antonio da Sangallo quien supervisaba la obra y tenía
varios artistas trabajando para el encargo. Entre los artistas sabemos que colaboraron
Francesco Salvati y el flamenco Martin van Heemskerk. El arco era de planta cuadrada
con cuatro columnas de plata a cada lado con capiteles de oro. En los frisos se pintaron
ocho escenas en referencia a distintos episodios de la batalla y victoria de Túnez: por un
lado, se reflejó la toma de Goleta y la de Túnez; en otro cuadro al emperador y varios
cristianos a quienes había liberado; en el tercero, la guerra en África, la victoria contra
los turcos y una batalla marítima; en cada lado del arco, dos figuras de emperadores
haciendo cuatro en total que eran Alberto, Maximiliano, Federico y Rodolfo; en el
frontis, la ciudad de Roma y a los lados las armas del papa y las del emperador,
mientras que en el otro frente, aparecía el triunfo de África y la batalla de Goleta.
Fig. 5. Arco de triunfo para la entrada en Roma en 1536. Extraído de STRONG, R., Arte y
poder…, op. cit., Ilustraciones.
20
La entrada de Carlos V en Roma es considerada una de las más importantes del
emperador, pues supuso una reconciliación con la ciudad tras su saqueo acaecido en
1527. Además, era la urbe donde los emperadores de la Antigüedad realizaban su
entrada triunfal bajo los arcos erigidos en su honor, componente recuperado en la Edad
Moderna y que Carlos V supo materializar como ningún otro mandatario de la época.
Tras su estancia en Roma el emperador se dirigió a la ciudad de Siena a la que
llegó el 24 de abril. Tras todo el proceso ceremonial se dispuso a realizar el recorrido
triunfal. Se construyeron una serie de arcos de triunfo de los que no tenemos una
descripción detallada. No obstante, sabemos que el principal se dedicaba a las virtudes y
alegorías. De esta forma, se representaba a la Fe señalando el cielo o a la Caridad
portando en la mano una llama de fuego.
Tras su estancia en Siena, el emperador hizo su entrada triunfal en Florencia el
28 de abril. Fue recibido por un cortejo compuesto por varios miembros del clero
florentino hasta llegar a la Porta Romana donde Alejandro de Medici, duque de
Florencia, le entregó las llaves de la ciudad. Según las crónicas, la entrada triunfal en
Florencia era una síntesis desde el punto de vista iconográfico de todas las entradas que
le habían precedido en la península. Para ella se decoraron puertas con ornato efímero y
se construyeron arcos por parte de varios artistas como Vasari que realizó un arco en la
Puerta de San Felice y la decoración de la puerta de San Piero Gattolini, o los pintores
Ridolfo Guirlandio y Cristofano Gherardi.28
El primer arco de triunfo se ubicó en la entrada de la ciudad en la actual Via San
Monaca y es el que mejor se describe en las crónicas. Estaba adornado con una serie de
figuras y pinturas. Por un lado, aparecían representadas las virtudes teologales que
hacían referencia al príncipe virtuoso y, por otro, se realizaron dos lienzos, uno de ellos
en alusión al episodio de la defensa de Viena y el otro a la coronación de su hermano.
Otro de los arcos, que se encontraba orientado hacia la Plaza de San Felice, contenía
figuras de prisioneros moros y turcos, así como otro lienzo en el que se mostraba la ruta
de Carlos V hacia los barbaros con la representación de la fe y la justicia. Por último, se
28 MORALES FOLGUERA, J. M., “Las entradas triunfales…”, op. cit., pp. 329-242; y STRONG, R., Arte y poder…, op. cit., p. 92. y CHECA CREMADES, F., Carlos V y la imagen…, op. cit., p .102.
21
colocaron las alegorías de Asia y África, dos continentes conquistados por el
emperador.29
Carlos V finalizó su viaje por la ciudad de Lucca, donde se sabe que se
construyeron aparatos efímeros para su recepción. No obstante, cuatro años más tarde,
Carlos V hizo su entrada triunfal en Milán en el año 1541. En este caso, el emperador
emprendió visitó la ciudad con motivo de la toma de Argel.30
En el primer arco aparecían la figura de Marte, alegoría de la guerra, así como la
de Júpiter, como representación del poder. Además, se podía ver la efigie de Hércules,
utilizada en numerosas entradas triunfales precedentes, pues aludía a las virtudes
propias de justicia y fortaleza con las que Carlos V se relacionaba constantemente.
Sobre la imagen de Hércules se colocó un cuadro con la Toma de Goleta. Por último, se
representó a Jasón, en alusión a la relación del emperador con la orden del Toisón de
Oro, y se dispusieron estatuas de las siete virtudes [fig. 6].
El segundo arco presentaba un solo vano y estaba compuesto por dos cuerpos.
En la parte superior se instaló el emblema imperial del águila con la bola del mundo
[fig. 7]. En la parte delantera del arco se situaron dos columnas adornadas por sendas
serpientes comiéndose a una figura. Por último, en la parte superior se colocaron dos
ángeles sujetando una corona imperial. Llamaba la atención la forma cóncava de los
laterales, imitando el aparejo, en la que se aprecia la introducción de propuestas
manieristas.
El tercer arco se relaciona con los emperadores romanos [fig. 8] Presentaba un
solo vano y estaba compuesto por tres cuerpos, coronados por un frontón triangular. En
él, aparecían representados César, Augusto, Trajano y Constantino. En la parte delantera
del arco se hacía referencia a la ciudad de Milán. Por último, el cuarto arco evocaba la
victoria imperial [fig. 9]. Contaba con un solo vano y en la parte superior se dispuso una
gran figura ecuestre del emperador pisando a tres gigantes de procedencia africana,
29 GONZÁLEZ TALAVERA, M. B., Presencia y Mecenazgo..., op. cit., pp. 33-36; y MORALES FOLGUERA, J. M., “Las entradas triunfales…”, op. cit., pp. 329-242. 30 Ídem.
22
turca e india, representación común en la iconografía del poder como muestra de
personaje victorioso.31
Fig. 6. Arco de triunfo para la entrada en Milán de 1541. Extraído de CHECA CREMADES, F., “La
entrada de Carlos V...”, op. cit., p. 24.
31 CHECA CREMADES, F., “La entrada de Carlos V...”, op. cit., pp. 24-31; MORALES FOLGUERA, J. M., “Las entradas triunfales…”, op. cit., pp. 329-242; y CHECA CREMADES, F., Carlos V y la imagen…, op. cit., p. 102.
23
Fig. 7. Arco de triunfo para la entrada en Milán de 1541. Extraído de CHECA CREMADES, F., “La entrada
de Carlos V...”, op. cit., p. 25.
Fig. 8. Arco de triunfo para la entrada en Milán de 1541. Extraído de CHECA CREMADES, F., “La entrada
de Carlos V...”, op. cit., p. 26.
24
Fig. 9. Arco de triunfo para la entrada en Milán de 1541. Extraído de CHECA CREMADES, F., “La
entrada de Carlos V...”, op. cit., p. 27.
2.5. Entradas triunfales en España: Sevilla y Mallorca
-Sevilla
Carlos V visitó Sevilla con motivo de la celebración de su boda con Isabel de
Portugal en 1526. El recorrido triunfal que realizaron coincidía con el que la ciudad
llevaba a cabo para la procesión del Corpus Christi. De este modo, la emperatriz entró
cuatro días antes que el emperador, siguiendo el mismo itinerario y atravesando los siete
arcos de triunfo que se habían erigido para la recepción. Los arcos fueron realizados por
el arquitecto municipal Diego de Riaño, el escultor italiano Pietro Torrigiano y el pintor
Alejo Fernández. En esta ocasión, su programa iconográfico se centraba en las virtudes
morales y cristianas que debía poseer el soberano, el virtuosismo del príncipe cristiano.
Para entonces, las formas de la Antigüedad en el Renacimiento ya se habían extendido,
25
pues hay que recordar que Fernando VII ya contó con arcos de triunfo al estilo antiguo
para su entrada en esta misma ciudad. Sin embargo, desde el punto de vista iconográfico
se continuaba con esta idea estrechamente relacionada con el cristianismo, ya que fue a
partir de la Batalla de Túnez donde se despliega toda esa iconografía clásica para
desarrollar la imagen heroica del emperador [fig. 10].32
El primero de los arcos se situó en la puerta de la Macarena y estaba dedicado a
la Prudencia. Presentaba tres vanos en el frontal y uno en cada lateral. En la parte
superior aparecía el soberano bien ataviado con la bola del mundo, haciendo alusión a la
universalidad de su poder. Bajo la figura del emperador se representaba a la Prudencia
como una mujer portando un espejo en la mano, y debajo de ésta aparecía la Ignorancia
con los ojos tapados con un vendaje. En el lado izquierdo se representaban las virtudes
que favorecen a la Prudencia coronadas, mientras que, en el lado contrario, presionados,
se mostraban a los vicios que la corrompen. En el arco colateral derecho se disponía la
virtud del Entendimiento en forma de ángel y, frente a ella, la Memoria como una mujer
vuelta hacia atrás mirando una serie de objetos. Por su parte, en el del arco izquierdo
aparecía la Torpeza como una mujer con un hocico de cerdo y, frente a ésta, el Olvido
como un hombre durmiendo. Además de una serie de representaciones más, en el
interior del arco se mostraba la Disciplina militar y la Constancia, así como el escudo de
armas del Imperio, de España y de las Quinas de Portugal.
El segundo arco se levantó junto a la iglesia de Santa María y estaba dedicado a
la Fortaleza. En este caso presentaba únicamente tres vanos frontales, siendo el central
de mayor envergadura. La representación del emperador cambiaba según a qué virtud
estuviera dedicado, de modo que aquí se representaba con armadura y la espada
desnuda, símbolo de su justicia. La distribución en cuanto al primer arco no varió, pues
bajo el emperador se dispuso la Fortaleza armada y bajo ésta la Soberbia que se
representaba intentando levantarse. A la izquierda de la Fortaleza, se instalaron las
virtudes que le acompañan coronadas y portando palmas y a su izquierda los vicios
contrarios que se presentaban muertos. En los arcos colaterales, primero en el de la
derecha, estaba Horacio, personaje heroico de Roma que defendió el puente de camino a
Roma y, frente a éste, la Victoria guiando un carro triunfal. En el arco izquierdo se
representó el Miedo con las manos en los ojos y el pecho y el Denuesto. 32 BONET CORREA, A., “La arquitectura efímera del barroco en España”, Norba-Arte, 13, 1993, p. 28; y GÓMEZ-SALVAGO SÁNCHEZ, M., Fastos de una boda real..., op. cit., pp. 126-148.
26
Fig. 10. Arcos de triunfo para la entrada en Sevilla de 1526. Extraído de GÓMEZ-SALVAGO
SÁNCHEZ, M., Fastos de una boda real..., op. cit., p. 131.
El tercer arco se ubicada en la calle de San Marcos y estaba dedicado a la
Clemencia. El emperador en este caso se mostraba desarmado con la espada sin envestir
y el yelmo sin colocar. Bajo él se representaba a la Clemencia con la mano hacia el
emperador y pisando a la Ira que se mordía las manos. A ambos lados se dispusieron las
virtudes y los vicios de la Clemencia. Éste, al igual que el arco de la Macarena,
presentaba dos colaterales. En el de la derecha se representaba al Socorro como un
hombre sujetando a otro. Frente a éste, la Compasión como una mujer dando a un
hombre desnudo. En el de la izquierda estaba la Crueldad como una mujer matando a un
niño pequeño y, a la derecha, la Destrucción.
27
El cuarto arco estaba dedicado a la Paz y se ubicada en la calle de Santa
Catalina. Este arco solo presentaba un vano. El emperador estaba representado con las
manos juntas y ataviado con una toga. A sus pies se situó la Paz portando una rama de
olivo y bajo ella la Discordia con dos puñales. En este caso no se pintaron las virtudes
ni los vicios que correspondían a la Paz. En la parte inferior del arco se presentaba un
pastor y un lobo entre su rebaño, relacionando a Cristo como Buen Pastor.
El quinto arco ubicado en la calle de San Isidoro estaba dedicado a la Justicia. Se
representaba al emperador armado con un cetro y una espada, la Justicia también con
una espada y, a sus pies, la Injuria con una balanza y, de nuevo, las virtudes y los vicios
en los flancos. En el arco colateral derecho aparecía la Religión como una mujer con
libros y, enfrentada, la Verdad con un sol en la mano, mientras que en el arco colateral
izquierdo se representaba la Superstición como un hombre con libros y en frente la
Mentira con un lobo vestido con piel de oveja.
En el sexto arco se podía ver una variación iconográfica puesto que estaba
dedicado a las tres virtudes teologales y estaba situado en la plaza del Salvador. En este
arco no se representaba al emperador y en lugar de la virtud aparecían las tres virtudes
teologales labrando coronas de distinto material. Así, la Fe labraba una de hierro, la
Esperanza de plata y la caridad de Oro. También fueron representadas la Alabanza y la
Eternidad.
El último y séptimo arco se instaló en las gradas de la iglesia. En la parte
superior aparecía la Fama alada con la trompeta subida sobre una bola del mundo. Bajo
ésta, la Gloria coronaba a la representación del emperador y de la emperatriz. En uno de
los arcos laterales se mostraba la Contemplación mirando a una esfera y, en frente, la
Pulcritud como un hombre armado. En el otro arco figuraba el Trabajo como un hombre
con sus bueyes y el Descanso coronado.33
-Mallorca
En 1541 el emperador entró en Mallorca el 13 de octubre cuando se encontraba
de camino a la expedición de Argel. La realización de estos arcos constituye un episodio
33 Ídem.
28
importante desde el punto de vista artístico para la ciudad ya que fue un territorio en el
que las formas renacentistas tardaron en fraguar tendiendo aún por las formas góticas.
Estos arcos de triunfo supusieron una de las primeras manifestaciones renacentistas en
la isla.34
Se construyeron cinco arcos de triunfo por parte de diferentes instituciones y
corporaciones. Se realizaron dibujos de estas construcciones provisionales que se
recogieron en el Libre de la benaventurada vinguda del emperador y rey don Carlos en
la sua ciutat de Mallorques, publicado en 1542
El primero de los arcos fue erigido en el muelle donde se recibió al emperador,
siendo construido por los jurados y diseñado por Gabriel Santpol [fig. 11]. Presentaba
un pórtico de cuatro columnas imitando jaspes dispuestas sobre grandes pedestales. En
la parte superior se construyó una balaustrada coronada con el escudo imperial. En
dicha balaustrada se acomodaron varias figuras, entre las que cabe destacar una alegoría
de la ciudad y los personajes titulares de la ciudad, Raimundo Lulio y Santa Práxedes.
En el arco aparecían representadas dos pinturas de dos personajes de la mitología griega
que simulando la Fuerza y la Precaución.
En la calle de la Cadena se erigió el segundo de los arcos por parte de la
Universidad [fig. 12]. Constaba de dos pares de pilares dóricos a cada lado sobre
grandes pedestales. En el interior del arco estaba representada Hércules arrojando sus
dos atributos lejos de sí y señalando a la figura del emperador. Sobre la clave del único
vano, se colocó la alegoría de la Victoria. Por último, en la parte superior dos ángeles
portaban un cartel con una inscripción.
El siguiente arco fue levantado por el Cabildo Catedralicio [fig. 13]. Estaba
articulado por dos pilares dispuestos sobre grandes pedestales y rematado con un
frontón triangular con las armas del emperador inscritas en un tondo. Asimismo, fueron
representadas las siete virtudes aludiendo a las que el emperador debía asumir.
34 SEBASTIÁN LÓPEZ, S., “La exaltación de Carlos V...”, op. cit., pp. 99-113.
29
Fig. 11. Arco de triunfo efímero para la entrada en Mallorca, 1541. Extraído de SEBASTIÁN LÓPEZ, S., “La exaltación de Carlos V...”, op. cit., p. 103.
Fig. 12. Arco de triunfo efímero para la entrada en Mallorca, 1541. Extraído de SEBASTIÁN LÓPEZ, S., “La exaltación de Carlos V...”, op. cit., p. 107.
30
Fig. 13. Arco de triunfo efímero para la entrada en Mallorca, 1541. Tomado de SEBASTIÁN LÓPEZ, S., “La exaltación de Carlos V...”, op. cit., p. 109.
El cuarto arco fue el de mayores dimensiones construidas con cuatro columnas a
cada lado. Estaba ubicado en el portal del Mirador, siendo financiado por la cofradía de
San Pedro y San Bernardo [fig. 14]. En el interior del arco había dos hornacinas que
contenían las figuras tutelares de la ciudad al igual que el arco de los jurados. En la
clave se dispuso el escudo imperial flanqueado por dos personajes. La parte superior del
arco se construyó a base de un potente entablamento y una teoría de arquillos corridos
entre los que se colocaron banderas.
El último de los arcos fue levantado en la calle de San Juan, sufragado por los
mercaderes, hecho que manifiesta el poder ostentado por este gremio [fig. 15]. El arco
estaba rematado por un frontón triangular en cuyo vértice se colocó la figura tutelar del
gremio. Además, en el trasdós del arco se representó la ciudad con un ejército,
aludiendo a Jerusalén.35
35 Ibídem; y CHECA CREMADES, F., Carlos V y la imagen…, op. cit., p. 117.
31
Fig. 14. Arco de triunfo para la entrada en Mallorca, 1541. Extraído de SEBASTIÁN LÓPEZ, S., “La exaltación de Carlos V...”, op. cit., p. 111.
Fig. 15. Arco de triunfo para la entrada en Mallorca, 1541. Extraído de SEBASTIÁN LÓPEZ, S., “La
exaltación de Carlos V...”, op. cit., p. 105.
32
3. CONCLUSIONES
Este trabajo ha tenido como objetivo primordial la descripción de los arcos de
triunfo efímeros que se construyeron para las entradas triunfales de Carlos V en
diferentes ciudades italianas. Como se ha podido observar, en las primeras entradas
italianas de Carlos V en Génova y Bolonia se hizo uso de tipologías arquitectónicas
clásicas, así como de una iconografía relacionada con el motivo de la entrada.
Sin embargo, las entradas triunfales desarrolladas tras la victoria de Túnez
tuvieron consecuencias importantes en la configuración de su imagen imperial,
basándose principalmente en la del héroe militar. Para ello, se empleó una iconografía
relacionada con la propia campaña tunecina en todas las entradas. Así, dependiendo de
la ciudad en la que el monarca ingresaba prevalecía la presencia de un tipo de
iconografía más que otra. En este sentido, se ha podido comprobar cómo en la entrada
triunfal de Roma se representaron a los antiguos emperadores romanos para
relacionarlos directamente con la figura de Carlos V. Todas estas expresiones
culminaron en la entrada en Milán de 1541 donde se aprecia una reunión de los ensayos
iconográficos de las entradas precedentes y, desde el punto de vista tipológico, se puede
observar una evolución en la construcción de los arcos de triunfo desde una tipología
clásica hacia ensayos ya manieristas.
Por su parte, y como ha quedado dicho, en el territorio español dos de las
entradas que proporcionan mayor información sobre los arcos de triunfo son la entrada
triunfal en Sevilla, llevada a cabo en 1526, y la de Mallorca, acaecida en 1541. En
ambas se puede apreciar una diferencia en cuanto a tipología e iconografía de los arcos
italianos, pues en el caso sevillano Carlos V todavía no había realizado sus viajes a la
península itálica donde se configura la tipología de entrada triunfal del emperador. Por
este motivo, los arcos hacen referencia fundamentalmente a las virtudes del monarca
como príncipe cristiano. En el caso de la entrada a Mallorca, posterior a las entradas
italianas, se comprueba la evolución respecto a la de Sevilla y el uso de formas y
tipologías clásicas para la creación de los arcos, así como la plasmación de la imagen de
Carlos V que se había configurado ya en Italia.
El modelo de entrada triunfal que se consolidó en la época de Carlos V
continuará para los festejos de las entradas de su heredero Felipe II. El príncipe
emprendió un viaje por la península italiana y atravesó Alemania para realizar entradas
33
triunfales en los Países Bajos comenzando en Bruselas donde se encontró con su padre
y avanzaron juntos por diferentes ciudades. La entrada en Amberes el 10 de septiembre
de 1549 es una de las más famosas del siglo XVI y supuso la culminación de todos los
ensayos a nivel artístico y festivo de las entradas triunfales que la preceden.
En el discurso que Carlos V dio en Bruselas en 1556 el día de su abdicación hizo
un resumen de los viajes que había realizado durante su mandato señalando: “Nueve
veces fui a Alemania la alta, seis he pasado en España, siete en Italia, diez he venido
aquí a Flandes, cuatro en tiempos de paz y de guerra he entrado en Francia, dos en
Inglaterra, otras dos fui contra África, las cuales todas son cuarenta, sin otros caminos
de menos cuenta que por visitar mis tierras tengo hechos”. Con estas palabras Carlos V
manifestó la importancia de estos viajes para su política imperialista.36
36 DE CADENAS Y VICENT, V., Diario del Emperador Carlos V, Madrid, Hidalguía, 1992, p. 7.
34
4. AGRADECIMIENTOS
En primer lugar, me gustaría dar las gracias a la profesora Rebeca Carretero
Calvo por su profesionalidad y por haber despertado en mí el interés en este panorama
artístico de arquitectura efímera que desconocía y que me ha entusiasmado. También
agradecer a los miembros del Tribunal su atención y su tiempo en la lectura y
valoración de este trabajo. Por último, quiero agradecer a mi familia y mis amigos, en
especial a mi hermano, su apoyo incondicional.
35
5. BIBLIOGRAFÍA
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