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INDICE
INTRODUCCIN..
I. PRIMERA PARTE Un contrapunto entre la concepcin de la revolucin del Che Guevara y la de Len Trotsky . a) La transformacin de la revolucin democrticoburguesa en revolucin socialista... b) El sujeto social de la revolucin: clase obrera o campesinado?........................................................................................................................ c) El sujeto poltico de la revolucin: partido obrero revolucionario o partido militar guerrillero?..................................................................... d) El carcter internacionalista de la revolucin: internacionalismo proletario o internacionalismo tercermundista?.........................................
II. SEGUNDA PARTE La revolucin permanente en Cuba a) La ley del desarrollo desigual y combinado en Cuba.. b) El Movimiento 26 de julio reemplaza al partido obrero revolucionario.. c) La transicin al socialismo en Cuba y el surgimiento del Estado obrero deformado....
III. TERCERA PARTE Trotskismo y guevarismo, estrategias opuestas.. a) Estrategias opuestas.. b) El problema militar del guerrillerismo.. c) Conclusin.......................................................
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Desde la dcada del 60, la figura del Che Guevara se convirti en una de las imgenes que ms ha recorri-
do el mundo. Desde algn suburbio de EE. UU. hasta
las derrumbadas calles de Palestina, su rostro invoca el
espritu de la resistencia contra el imperialismo. Efecti-
vamente, durante los ltimos cuarenta aos, ha genera-
do las mayores inspiraciones en toda juventud que des-
pierta tanto a las ideas del socialismo y de la transfor-
macin revolucionaria de la sociedad, como as tambin
de aquella que centra su atencin en la lucha de libera-
cin de los pueblos oprimidos del mundo que resisten
contra la barbarie imperialista. Su arrojo y entrega,
puestos a prueba en las dursimas condiciones de sus l-
timos das, son un punto de partida para comprender el
espritu de poca del ascenso revolucionario de los aos
60 y 70. Esta es una de las principales razones por la cual los jvenes trabajadores trotskistas del PTS nos ve-
mos en la necesidad de abrir y exponer a los ojos de la
juventud obrera, un debate fraternal sobre las diferen-
cias estratgicas y fundamentales entre el Che Guevara
y el lder revolucionario ruso Len Trotsky.
Hay otra razn por la que tambin se hace necesaria
esta polmica. Son centenares las organizaciones, sobre
todo en Amrica Latina, que se reivindican a s mismas
guevaristas, sin embargo se hace muy difcil encontrar alguna que haciendo suyo el legado terico y poltico
del Che, lo lleve a una prctica consecuente. Distradas
con experimentos barriales y contraculturales, una tras
otra las organizaciones que se reivindican (inconse-
cuentemente) guevaristas capitulan a diversas variantes
burguesas y pequeoburguesas, principalmente a aque-
llas que adoptan formas latinoamericanistas. Es lo que
ocurri ante el nacionalismo burgus de Hugo Chvez y
su socialismo con empresarios, o el capitalismo an-dino de Evo Morales, como los casos ms emblemti-cos. Inclusive, aquellas guerrillas que persisten cuentan
con orientaciones polticas de colaboracin de clase con
fracciones de la burguesa, algo que las acerca mucho
ms al estalinismo-maosmo que al propio guevarismo
(es el caso de las FARC de Colombia y su histrica
bsqueda de acuerdos con el Partido Liberal). Tambin
est el caso de aquellas organizaciones de corte estali-
nista que de forma espuria intentan apropiarse de la fi-
gura del revolucionario latinoamericano, con el fin de
adoptar una pose ms combativa que les permita cubrir
su prctica poltica reformista de alianza con fracciones
burguesas por no sealar aquellos movimientos direc-
tamente burgueses, tal como ocurre con el kirchneris-
mo, variante centroizquierdista del peronismo, que in-
cluso ha llegado a reclamar a un supuesto Che Guevara
peronista! Desarrollar este debate de estrategias entre
ambos revolucionarios tendra esta funcin de reivindi-
car con mayor claridad el legado poltico del Che, a
sabiendas que sufriendo una evolucin en su pensa-
miento en muy poco tiempo, supo pasar de una posicin
reformista-estalinista a otra ms directamente de inde-
pendencia de clase que sintetiz en la consigna Revo-lucin socialista o caricatura de revolucin. Pero acla-ramos que a su vez no es nuestro objetivo identificar a
ambos revolucionarios para hacer confluir sus pensa-
mientos en una corriente revolucionaria nica. Todo lo
contrario, pues nuestro fin es esclarecer diferencias fun-
damentales, incluso, irreconciliables.
A sietes aos de iniciada la gran crisis que sell el comienzo del fin del neoliberalismo, desde la comisin de propaganda (2015) de la Juventud trabajadora (Capi-
tal) del PTS/Frente de Izquierda, compartimos este ma-
terial con el nimo de ayudar a armar a las nuevas gene-
raciones con el legado terico y poltico de los grandes
revolucionarios, principalmente de Len Trotsky, nues-
tro maestro, quin fuera dirigente de la primera revolu-
cin obrera y socialista triunfante de la historia de la
humanidad.
El editor
INTRODUCCIN POR QU UN DEBATE DE ESTRATEGIAS CON EL GUEVARISMO DESDE EL TROTSKISMO? .
5
A continuacin, para un anlisis dinmico de sus
respectivas estrategias, desarrollaremos una compara-
cin (convergencias y divergencias) entre los aspectos
nodales de la concepcin revolucionaria de Trotsky y
del Che. Estos aspectos son cuatro: en primer lugar, el
carcter de la revolucin en los pases de desarrollo ca-
pitalista atrasado (determinado por las tareas estruc-
turales pendientes que esta debe resolver en ellos); en
segundo lugar, la clase social que est llamada a dirigir
la accin revolucionaria de las masas en estos pases pa-
ra resolver estas tareas estructurales pendientes; en ter-
cer lugar, el tipo de organizacin poltica que debe
agrupar a la vanguardia revolucionaria para dirigir a las
masas en la realizacin de dichas tareas; y, finalmente,
el tipo de concepcin internacionalista de la revolucin
que ambos dirigentes poseen1.
CONVERGENCIAS ENTRE TROTSKY Y EL CHE
LA TRANSFORMACIN DE LA REVOLUCIN
DEMOCRATICOBURGUESA EN REVOLUCIN
SOCIALISTA
El pensamiento revolucionario de Len Trotsky y el
del Che Guevara tienen un punto de encuentro
fundamental. Ambos revolucionarios, analizando la
situacin de los explotados y pueblos oprimidos de los
pases con un desarrollo capitalista ms atrasado, ya
sean pases coloniales o semicoloniales, reconocen el
1 Para un estudio ms profundo y desarrollado, ver: Facundo Aguirre
y Ruth Werner, El guevarismo y la revolucin latinoamericana, en Insurgencia Obrera en la Argentina (1969-1976) [Buenos Ai-res, Ediciones IPS, segunda edicin (ampliada)], 2009, p. 273.
papel completamente contrarrevolucionario y cobarde
de las burguesas nacionales.
Durante la lucha por el derrocamiento de los viejos
regmenes feudales y absolutistas de Europa, la burgue-
sa occidental haba cumplido un papel altamente revo-
lucionario, siendo capaz de resolver demandas demo-
crticas profundamente sentidas por el pueblo. Es as
como en 1789 la burguesa francesa haba sido capaz de
liderar una revolucin popular en contra del rey Luis
XVI, con el fin de instaurar una repblica democrtica
que garantizara mayores libertades y expropiara la tierra
de los aristcratas para repartirla entre la gran masa de
campesinos empobrecidos de Francia. Por su parte, po-
cos aos antes, en 1776, la nueva burguesa norteame-
ricana haba logrado liderar una revolucin popular
anticolonial en contra de la Corona britnica conquis-
tando, entre otras cosas, la liberacin nacional y la plena
independencia poltica de Inglaterra. Era la poca de las
revoluciones burguesas y en la cual la clase obrera an
no haba emergido como una nueva clase social revol-
cionaria, por encontrarse en un estado infantil (hecho
que comenzar a cambiar a partir de la Comuna de Pars
de 1848 y el proceso conocido como Primavera de las
Naciones o Primavera de los Pueblos)2.
Sin embargo, en el siglo XX nos encontramos con el
desarrollo de un capitalismo de tipo imperialista, carac-
terizado por cinco aspectos fundamentales: la fusin del
capital bancario con el capital industrial (dando origen
al capital financiero), la concentracin de capital que da
nacimiento a grandes monopolios que ocupan sectores
enteros de la economa, la exportacin de capital de
estos monopolios a pases de atraso econmico (dando
nacimiento a un proletariado concentrado en estos), la
2 Para un estudio ms acabado sobre la comparacin entre la poca de
la revolucin burguesa y la poca de la revolucin proletaria, ver:
Matas Maiello y Emilio Albamonte, En los lmites de la Restaura-cin burguesa, revista Estrategia Internacional N27, [Buenos Aires, FT-CI], marzo de 2011, p. 57.
aparicin (por consiguiente) de Estados opresores y
oprimidos, y el surgimiento de una aristocracia obrera
en los Estados opresores que usufructan de la explota-
cin del proletariado de estos pases de atraso econ-
mico3. La vieja burguesa revolucionara llega al siglo
XX convertida en una clase contrarrevolucionaria y pa-
rasitaria, opresora y saqueadora de otras naciones y
acrrima enemiga de las demandas democrticas ms
sentidas de estos pueblos (como la reparticin de la tie-
rra entre los campesinos o la liberacin nacional).
En el caso de los pases de desarrollo capitalista
atrasado, como los pases latinoamericanos o la Rusia
de comienzos de siglo XX, las burguesas nativas se en-
contraban estrechamente entrelazadas desde el punto de
vista econmico con las burguesas imperialistas de los
pases capitalistas ms desarrollados. Es as como, con
el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, los pases
de Amrica Latina se encuentran convertidos en semi-
colonias norteamericanas y sus clases dirigentes lacayas
de EE.UU. A comienzos del mismo siglo, el desarrollo
econmico ruso se encontraba atrapado bajo el capricho
del capital financiero imperialista europeo, que llev a
Rusia como furgn de cola en la Primera Guerra Mun-
dial, en un pas que contaba con una aplastante pobla-
cin campesina, pobre, analfabeta y profundamente su-
persticiosa (tal como ocurra con la poblacin campesi-
na e indgena de Amrica Latina).
Tanto Trotsky como el Che, a travs de sus expe-
riencias, ven el carcter contrarrevolucionario de estas
burguesas. En 1954, en Guatemala, Guevara (antes de convertirse en El Che) participar activamente en las brigadas juveniles que resistieron a la invasin militar
norteamericana en contra del presidente nacionalista
Jacobo Abernz. As fue cmo presenci directamente la
capitulacin de la burguesa y el ejrcito guatemalteco.
3 Para un estudio ms profundo y desarrollado, ver: Vladimir Lenin,
Imperialismo fase superior del capitalismo, en Obras Selectas [Buenos Aires, Ediciones IPS], 2012.
PRIMERA PARTE UN CONTRAPUNTO ENTRE LA CONCEPCIN DE LA REVOLUCIN DEL CHE GUEVARA Y LA DE LEN TROTSKY .
6
Esta experiencia ser determinante para l en su evolu-
cin poltica. Ms tarde confirmar la misma actitud en
la burguesa cubana que, tras la cada de la dictadura de
Batista, pasar de ser oposicin a la misma a convertirse
en agente directo de la contrarrevolucin. En el caso de
Trotsky, ser determinante para l la experiencia revo-
lucionaria rusa de 1905, en donde ve un papel cobarde
por parte de la burguesa nativa ante la dictadura zarista,
pues si bien en un momento inicial se apoy en el movi-
miento de masas para intentar conseguir algunas con-
quistas democrticas, luego de esto se volver opositora
al movimiento revolucionario de las masas. Esta misma
actitud la ver repetirse en 1917 en el mismo pas y pos-
teriormente en 1926 en el proceso revolucionario chino.
Ambos llegan a la conclusin de que las demandas
democrticas y populares sentidas, que las burguesas
del siglo XVII de Francia y Estados Unidos, pudieron
resolver para sus pueblos, no iban a ser resueltas por
ninguna burguesa nativa de estos pases de desarrollo
atrasado. Para Trotsky y el Che no habra, bajo la direc-
cin de estas burguesas, ni reforma agraria efectiva ni
liberacin nacional para las colonias y semicolonias. Al
respecto, en 1966, el Che Guevara declar en su discur-
so de apertura a la Conferencia de la Tricontinental:
Amrica constituye un conjunto ms o menos homogneo, y en la casi totalidad de su territorio los
capitales monopolistas norteamericanos mantienen una
primaca absoluta. Los gobiernos tteres o, en el mejor
de los casos, dbiles y medrosos, no pueden imponerse a
las rdenes del amo yanqui. Los norteamericanos han
llegado casi al mximo de su dominacin poltica y
econmica. Poco ms podran avanzar ya. Cualquier
cambio de la situacin podra convertirse en un retro-
ceso en su primaca. Su poltica es mantener lo conquis-
tado. La lnea de accin se reduce, en el momento
actual, al uso brutal de la fuerza para impedir movimien-
tos de liberacin de cualquier tipo que sean []. Por otra parte, las burguesas autctonas han perdido toda su
capacidad de oposicin al imperialismo y solo forman
su furgn de cola. No hay ms cambios que hacer; o
revolucin socialista o caricatura de revolucin4.
En similar sintona, Trotsky manifest en una
entrevista en el ao 1938 desde su exilio mexicano:
La sociedad latinoamericana como toda sociedad desarrollada o atrasada- est compuesta por tres clases:
la burguesa, la pequeaburguesa y el proletariado. En
la medida en que las tareas son democrticas (en el
amplio sentido histrico), son tareas democrtico-
burguesas, pero ac la burguesa es incapaz de resolver-
las, como lo ha sido en Rusia y en China5.
Ese mismo ao, para el Congreso de fundacin de la
IV Internacional, declar:
Los pases coloniales y semicoloniales son por su misma naturaleza pases atrasados. Pero estos pases
atrasados viven en las condiciones de la dominacin
mundial del imperialismo. Es por eso que su desarrollo
tiene un carcter combinado: renen al mismo tiempo
las formas econmicas ms primitivas y la ltima
palabra de la tcnica y de la civilizacin capitalista. Esto
es lo que determina la poltica del proletariado de los
pases atrasados: est obligado a combinar la lucha por
las tareas ms elementales de la independencia nacional
y la democracia burguesa con la lucha socialista contra
el imperialismo mundial. Las reivindicaciones democr-
ticas, las reivindicaciones transitorias y las tareas de la
revolucin socialista no estn separadas en la lucha por
etapas histricas, sino que surgen inmediatamente las
unas de las otras. [] Los problemas centrales de los pases coloniales y semicoloniales son: la revolucin
agraria, es decir, la liquidacin de la herencia feudal, y
la independencia nacional, es decir, el sacudimiento del
yugo imperialista. Estas dos tareas estn estrechamente
ligadas la una a la otra [] Es imposible rechazar pu-ra y simplemente el programa democrtico; es necesario
que las masas por s mismas sobrepasen este programa
en la lucha. La consigna de la Asamblea Nacional (o
4 Ernesto Guevara, Discurso de apertura del Che Guevara a la
Conferencia de la Tricontinental, 1966, Obras completas [La Habana, Editorial de Ciencias Sociales], 1991, p. 584.
5 Len Trotsky, Discusin sobre Amrica Latina, en Escritos Latinoamericanos [Buenos Aires, Ediciones IPS], 2013, p. 124.
Constituyente) conserva todo su valor en pases como la
China o la India. Es necesario ante todo armar a los
obreros de este programa democrtico. Slo ellos
pueden levantar y unir a los campesinos. Sobre la base
del programa democrtico revolucionario es necesario
oponer los obreros a la burguesa nacional. A una cierta etapa de la movilizacin de las masas bajo las
consignas de la democracia revolucionaria, los soviets
pueden y deben surgir. Su rol histrico en cada perodo
dado, en particular su relacin con la Asamblea
Nacional, est determinado por el nivel poltico del
proletariado, por la ligazn entre este y la clase campe-
sina, por el carcter de la poltica del proletariado. Tarde
o temprano los sviets deben derribar a la democracia
burguesa. Solo ellos son capaces de llevar hasta el final
la revolucin democrtica y abrir as la etapa de la
revolucin socialista6.
De esta forma, ambos revolucionarios concluyen
que las tareas democraticoburguesas pendientes (es
decir, aquellas que no cuestionan el carcter privado de
los medios de produccin como la propiedad de la tierra
o de las fbricas) de estos pases de desarrollo capita-
lista atrasado solo podran ser resueltas en una lucha
irreconciliable contra las burguesas locales atadas al
imperialismo. Por lo tanto, ante la ausencia de una
burguesa revolucionaria, la revolucin democrtico-
burguesa se transformaba en revolucin socialista y
adoptara su programa.
Este es un aspecto fundamental de convergencia
entre el pensamiento revolucionario de Trotsky y el del
Che Guevara, opuesto a la concepcin reformista de los
partidos comunistas estalinizados que, para la realiza-
cin de las tareas democraticoburguesas pendientes,
promovan la colaboracin abierta con una supuesta
burguesa nacional, democrtica y progresista, una
orientacin traidora que desarmaba polticamente a la
clase obrera ante su propia burguesa.
6 dem, La agona mortal del capitalismo (el programa de
transicin)", 1938, El programa de transicin y la fundacin de la
IV Internacional (compilacin) [Buenos Aires, Ediciones IPS], 2007, p. 65.
7
DIVERGENCIAS ENTRE TROTSKY Y EL CHE
EL SUJETO SOCIAL DE LA REVOLUCIN:
CLASE OBRERA O CAMPESINADO?
Sin embargo, las diferencias surgen cuando comen-
zamos a abordar la cuestin sobre qu clase se har de
la direccin de la revolucin ante la ausencia de una
burguesa revolucionaria. Basados en sus propias expe-
riencias, pero extrayendo conclusiones opuestas, Trots-
ky y el Che contrapondrn, en la formulacin de sus es-
trategias, el rol de la clase obrera urbana y el de las ma-
sas rurales.
Apoyado en la experiencia rusa, Trotsky plantear
que la dispersin geogrfica, la heterogeneidad social y
la relacin ntima que mantiene el campesinado con la
pequea propiedad privada de la tierra, le impedirn a
este cumplir un rol independiente de la burguesa (desde
el punto de vista poltico) y hegemnico (desde el punto
de vista social) en la alianza popular que deber someter
a las clases opresoras. Mientras que, por su parte, la cla-
se obrera concentrada en las principales ciudades, cen-
tros del poder econmico y poltico, y responsable del
funcionamiento de la moderna maquinaria capitalista,
estar destinada a cumplir el rol de direccin nacional,
acaudillando tras de s a los campesinos pobres (en
contra de los grandes propietarios de la tierra) y exten-
diendo la revolucin desde las principales ciudades has-
ta lo ms alejado del campo7.
En Resultados y perspectivas, Trotsky seala:
La socialdemocracia, como partido del proletariado, aspira naturalmente a la dominacin poltica de la clase
obrera. El proletariado crece y se fortalece con el creci-
miento del capitalismo. En este sentido, el desarrollo del
7 Para un estudio ms profundo de la dinmica de la revolucin rusa y
el rol del proletariado, ver: Len Trotsky, Resultados y perspec-tivas. Las fuerzas motrices de la revolucin, en La teora de la revolucin permanente (compilacin), [Buenos Aires, Ediciones IPS], 2011, p. 35.
capitalismo es equivalente al desarrollo del proletariado
hacia la dictadura [proletaria]. Pero el da y la hora en
que el poder ha de pasar a manos de la clase obrera no
dependen directamente de la situacin de las fuerzas
productivas sino de las condiciones de la lucha de cla-
ses, de la situacin internacional y, finalmente, de una
serie de elementos subjetivos: tradicin, iniciativa, dis-
posicin para el combate...
Es posible que el proletariado de un pas econmi-
camente atrasado llegue antes al poder que en un pas
capitalista evolucionado. En 1871 se hizo cargo cons-
cientemente de la direccin de los asuntos pblicos en el
Pars pequeoburgus, aunque slo por un periodo de
dos meses; pero ni por una sola hora tom el poder en
los grandes centros capitalistas de Inglaterra o de los Es-
tados Unidos. La idea de que la dictadura proletaria de-
pende en algn modo automticamente de las fuerzas y
medios tcnicos de un pas, es un prejuicio de un mate-
rialismo econmico simplificado hasta el extremo. Tal idea no tiene nada en comn con el marxismo. En
nuestra opinin la revolucin rusa crear las condiciones
bajo las cuales el poder puede pasar a manos del pro-
letariado (y, en el caso de una victoria de la revolucin,
as tiene que ser) antes de que los polticos del liberalis-
mo burgus tengan la oportunidad de desplegar comple-
tamente su genio poltico. [] El nmero de proletarios industriales, su grado de con-
centracin, su nivel cultural y su importancia poltica
dependen, sin duda, del grado de desarrollo de la indus-
tria capitalista. Pero esta dependencia no es directa; en-
tre las fuerzas productivas de un pas y las fuerzas polti-
cas de sus clases se interponen, en cada momento, dife-
rentes factores sociales y polticos de carcter nacional e
internacional, que pueden llevar la configuracin polti-
ca correspondiente a unas condiciones econmicas en
una direccin inesperada, e incluso cambiarla por com-
pleto.
Y con respecto a la cuestin del campesinado,
continua:
La poltica de la burguesa liberal capitalista es, a pesar de todas sus vacilaciones y repliegues, a pesar de toda
su traicin, bastante definida. La poltica del proletaria-
do es definida y perfilada an con mayor exactitud. Pero
la poltica de la intelligentsia, a causa de su posicin so-
cial intermedia y de su inconsistencia, la poltica del
campesinado por su heterogeneidad social, por su
posicin intermedia y por su primitivismo, la poltica
de la pequeaburguesa, a su vez, como consecuencia de
su falta de carcter, de su posicin igualmente interme-
dia y de su carencia completa de tradiciones polticas, la
poltica de estos tres grupos sociales es totalmente
indefinida, informe, llena de variadas alternativas y, por
tanto, llena de sorpresas. [] El destino de los intereses revolucionarios ms ele-mentales del campesinado -incluso de la clase ente-
ra campesina- est, por consiguiente, entrelazado con el
destino de toda la revolucin, es decir, con el destino del
proletariado.
El proletariado, hallndose en el poder, se mostrar ante
el campesinado como la clase liberadora. [] Pero sera posible que el campesinado mismo apartase al proletariado y ocupase su sitio? No; eso es imposible.
Toda la experiencia histrica se rebela contra esta
suposicin. La experiencia demuestra que el campesina-
do es completamente incapaz de desempear un papel
poltico independiente. La historia del capitalismo es la
historia de la subyugacin del campo a la ciudad. [] La burguesa rusa cede todas las posiciones revolucio-narias al proletariado. Tendr que ceder tambin la he-
gemona revolucionaria sobre el campesinado. En esta
situacin en la que el poder pasa al proletariado, al cam-
pesinado no le quedar otra solucin que adherirse al r-
gimen de democracia obrera, aunque en este caso, no
manifieste mayor firmeza moral que manifest anterior-
mente al adherirse al rgimen de la burguesa.
Y en Tres concepciones de la revolucin rusa Trot-
sky es mucho ms categrico en cuanto a esta cuestin:
El campesinado est disperso sobre la superficie de un enorme pas cuyos lugares de concentracin claves son
las ciudades. El campesinado es incapaz de formular
siquiera sus propios intereses, en tanto aparecen como
diferentes en cada distrito. La ligazn econmica entre
las provincias la crean el mercado y el ferrocarril, pero
ambos estn en manos de las ciudades. Al tratar de rom-
per con las limitaciones de la aldea y generalizar sus
propios intereses, el campesinado inevitablemente cae
en dependencia poltica de la ciudad. Finalmente, el
campesinado es heterogneo en sus relaciones sociales:
el sector de los kulaks [campesinos ricos] tiende natural-
mente a la alianza con la burguesa urbana, mientras que
los sectores ms pobres de la aldea se inclinan hacia el
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proletariado urbano. En estas condiciones el campesi-
nado como tal es totalmente incapaz de tomar el poder.
Es cierto que en la antigua China las revoluciones lleva-
ron al poder al campesinado o, ms precisamente, a los
dirigentes militares de las insurrecciones campesinas.
Esto llevaba cada vez a una nueva divisin de la tierra y
a la instauracin de una nueva dinasta campesina, a partir de la cual todo empezaba de nuevo; una nueva
concentracin de la tierra, una nueva aristocracia, un
nuevo sistema de usura y una nueva insurreccin. En
tanto la revolucin conserva su carcter netamente
campesino la sociedad es incapaz de salir de estos
crculos viciosos. Esta fue la base de la historia antigua
de Asia, incluyendo la rusa. En Europa, a partir de fines
de la Edad Media, toda insurreccin campesina que
triunfaba no llevaba al poder a un gobierno campesino
sino a un partido urbano de izquierda. Para plantearlo
con ms precisin, una insurreccin campesina tena
xito exactamente en la medida en que lograba fortale-
cer la situacin del sector revolucionario de la poblacin
urbana. En la Rusia burguesa del siglo XX ni hablar
caba de la toma del poder por el campesinado
revolucionario8.
Por su lado, el Che Guevara, apoyndose en la
experiencia cubana, percibir que la influencia poltica
y militar que ejerce la burguesa en las principales ciu-
dades del Tercer Mundo le impedir a la clase obrera
elevarse al rol de clase revolucionaria dirigente, mien-
tras que el alejamiento geogrfico del campesinado
sugiere una ventaja estratgica para la organizacin de
una fuerza revolucionaria que avance sobre las ciuda-
des. De esta forma el Che plantea que el desarrollo de la
revolucin socialista comienza en el campo y avanza
sobre la ciudad en donde culminara el proceso
insurreccional9. Se basar exclusivamente en una visin
tcnica de tipo militar:
8 Len Trotsky, Tres concepciones de la revolucin rusa, en La
teora de la revolucin permanente (compilacin) [Buenos Aires,
Ediciones IPS], 2011, p. 103. 9 Para un estudio ms profundo sobre la concepcin guevarista de la
revolucin en Amrica Latina, ver: Ernesto Guevara, La Guerra de guerrillas, en Obras Escogidas 1957-1967 [La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, Ediciones polticas] 1991, p. 32.
Tres aportaciones fundamentales hizo la Revolucin cubana a la mecnica de los movimientos revolucio-
narios en Amrica. Ellas son: 1) Las fuerzas populares
pueden ganar una guerra contra el Ejrcito. 2) No
siempre hay que esperar a que se den todas las
condiciones para la revolucin; el foco insurreccional
puede crearlas. 3) En la Amrica subdesarrollada el
terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente
el campo []. El tercer aporte es fundamentalmente, de ndole estratgica, y debe ser una llamada de atencin a
quienes pretenden con criterios dogmticos centrar la
lucha de las masas en los movimientos de las ciudades,
olvidando totalmente la inmensa participacin de la
gente del campo en la vida de todos los pases subdesa-
rrollados de Amrica. No es que se desprecie la lucha de
masas obreras, simplemente se analiza con criterio rea-
lista las posibilidades de la lucha armada en las condi-
ciones difciles donde las garantas que suelen adornar
nuestras constituciones estn suspendidas o ignoradas.
En estas condiciones los movimientos obreros deben
hacerse clandestinos, sin armas, en la ilegalidad y arras-
trando peligros enormes; no es tan difcil la situacin en
campo abierto, apoyados los habitantes por la guerrilla
armada y en lugares donde las fuerzas represivas no
pueden llegar10.
Ambos revolucionarios se basarn en argumentos
distintos. Trotsky lo har en el carcter revolucionario a
nivel internacional de la clase obrera en la poca im-
perialista, su rol en la produccin capitalista, su peso
social en los centros del poder econmico y poltico de
las distintas naciones, en la falta de independencia
poltica del campesinado y en la relativa debilidad de
las burguesas nacionales subdesarrolladas en relacin a
la clase obrera, producto de su dependencia con res-
pecto del capital imperialista. En cambio, el Che es es-
cptico del poder de accin de la clase obrera. Para l,
las insurrecciones urbanas estn condenadas a la derrota
frente a la superioridad militar del Estado y, por lo tan-
to, la ciudad es el ltimo lugar a conquistar por la revo-
lucin, dejndola librada en mayor medida a la in-
fluencia de la burguesa. Para el Che, el campo es el
medio en que se desarrolla el agente de cambio hist-
10 Ibdem.
rico, el ejrcito revolucionario: El guerrillero es ante todo un revolucionario agrario11. A partir de aqu, tan-to Trotsky como el Che desarrollarn en sentidos opues-
tos las bases para su estrategia revolucionaria,
llevndolo al extremo, de lo social a lo poltico y a lo
internacional12
.
Segn Facundo Aguirre y Ruth Werner, en El
guevarismo y la revolucin latinoamericana:
El papel hegemnico que, en la lucha de clases, atribuye [el Che Guevara] al campo sobre la ciudad se
basa en una premisa falsa que sostiene el fin de las
insurrecciones urbanas triunfantes debido a la superiori-
dad tcnica de las FF. AA. burguesas. Guevara no toma
en cuenta que, en el propio caso cubano, la accin fun-
damental fue la huelga general en la ciudad de La
Habana, que en enero de 1959 descalabr las ltimas
resistencias del Ejrcito de Batista y desbarat las ma-
niobras del rgimen y de la burguesa para arrebatarle el
poder al M26. Tampoco que fueron las movilizaciones
en la capital las que produjeron el derrocamiento de
Manuel Urrutia, cuando la burguesa intent desalojar a
Fidel. Esta desestimacin terica sorprende, ya que el
Che -al igual que Fidel- reconoca el hecho de que el
elemento urbano fue un factor decisivo en la experiencia
cubana. Pero este reconocimiento fctico no hizo me-lla en su esquema conceptual13.
11 Ibdem. 12 Para un estudio ms desarrollado sobre la Revolucin cubana desde
la ptica del trotskismo, ver: Facundo Aguirre y Gustavo Dunga,
La revolucin permanente en Cuba, revista Estrategia Interna-cional N20 [Buenos Aires, FT-CI], septiembre de 2003.
13 Facundo Aguirre y Ruth Werner, El guevarismo y la revolucin latinoamericana, en Insurgencia Obrera en la Argentina (1969-1976) [Buenos Aires, Ediciones IPS, segunda edicin (ampliada)], 2009, p. 273.
9
EL SUJETO POLTICO DE LA REVOLUCIN:
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO
O PARTIDO MILITAR GUERRILLERO?
Esta primera divergencia entre Trotsky y el Che lle-
va necesariamente a una segunda divergencia. Si ambos
ven que, ante la ausencia de una burguesa revolucio-
naria en los pases atrasados, la revolucin debe ser lle-
vada adelante por otras clases sociales, qu forma a-
doptara la organizacin de la vanguardia revoluciona-
ria?
Si para Trotsky la clase obrera es el sujeto social de
la revolucin, arrastrando tras de s al campesinado en
una alianza obrera y popular, el sujeto poltico de la
revolucin ser el partido obrero revolucionario: la
fusin entre la intelectualidad marxista revolucionaria y
la vanguardia combativa de la clase obrera, organizada
en un rgimen interno basado en la tradicin leninista
del centralismo democrtico. Su experiencia referente
ser la del Partido Bolchevique de Lenin durante el pro-
ceso revolucionario ruso de 1905 y 1917. Refirindose a
la experiencia de 1917, dice:
Cul era el activo del bolchevismo? Al comienzo de la revolucin slo Lenin tena una concepcin revolu-
cionaria clara, elaborada hasta en los ms mnimos de-
talles. Los cuadros rusos del Partido estaban desperdi-
gados y bastante desorientados. Pero este tena autoridad
sobre los obreros avanzados y Lenin tena una gran
autoridad sobre los cuadros del Partido. Su concepcin
poltica corresponda al desarrollo real de la revolucin
y la ajustaba a cada nuevo acontecimiento. Estos ele-
mentos del activo hicieron maravillas en una situacin revolucionaria, es decir, en condiciones de una encarni-
zada lucha de clases. El Partido aline rpidamente su
poltica hasta hacerla responder a la concepcin de
Lenin, es decir, al autntico curso de la revolucin. Gra-
cias a esto encontr un firme apoyo por parte de decenas
de miles de trabajadores avanzados. En pocos meses,
basndose en el desarrollo de la revolucin, el Partido
fue capaz de convencer a la mayora de los trabajadores
del acierto de sus consignas. Esta mayora, organizada
en los sviets, fue a su vez capaz de atraerse a los
soldados y a los campesinos.
Cmo podra agotarse este desarrollo dinmico y
dialctico mediante una frmula sobre la madurez o inmadurez del proletariado? Un factor colosal de la madurez del proletariado ruso en febrero de 1917 era
Lenin. No haba cado del cielo. Encarnaba la tradicin
revolucionaria de la clase obrera, ya que para que las
consignas de Lenin encontrasen el camino de las masas
era necesario que existiesen cuadros, por muy dbiles
que estos fueran en principio. Era necesario que estos
cuadros tuviesen confianza en su direccin, una con-
fanza fundada en la experiencia del pasado. Rechazar
estos elementos de sus clculos es simplemente ignorar
la revolucin viva, sustituirla por una abstraccin, la relacin de fuerzas, porque el desarrollo de la revolu-cin consiste precisamente en que las relaciones de fuer-
zas experimentan rpidos e incesantes cambios bajo el
impacto de las transformaciones en la conciencia del
proletariado, la atraccin de las capas atrasadas hacia las
avanzadas, la creciente confianza de la clase en sus pro-
pias fuerzas. El principal elemento vital de este proceso
es el partido, de la misma forma que el elemento
principal y vital del partido es su direccin. El papel y la
responsabilidad de la direccin en una poca revolu-
cionaria son de una importancia colosal. []. Lenin constitua uno de los elementos vivos del proceso
histrico. Encarnaba la experiencia y la perspicacia de la
parte ms activa del proletariado. Su aparicin en el
momento preciso en el terreno de la revolucin era ne-
cesaria a fin de movilizar a la vanguardia y de ofrecerle
la posibilidad de conquistar a la clase obrera y a las ma-
sas campesinas. En los momentos cruciales de los giros
histricos la direccin poltica puede convertirse en un
factor tan decisivo como el de un comandante en jefe en
los momentos crticos de la guerra. La historia no es un
proceso automtico. De lo contrario, para qu los diri-
gentes, los partidos, los programas y la lucha
terica?14.
14 Len Trotsky, Clase, partido y direccin por qu ha sido
derrotado el proletariado espaol?, primavera de 1940, Coyoacn,
Mxico. Fue publicado en New International N7, Vol. 1, en di-ciembre de 1940. Esta versin utiliza como base la de Editorial El
Puente, Coleccin La Pluma, Buenos Aires, sin fecha. Ha sido cote-
jada y corregida con las versiones en ingls y francs del Marxists Internet Archive. En este artculo Trotsky est polemizando con un
grupo de comunistas franceses que justifican la derrota de la revol-
cin espaola en una supuesta inmadurez de las masas, rechazando cualquier responsabilidad de la direccin del proletariado.
10
Para el Che, en cambio, la experiencia del M26 lo
llevar a la conclusin de que la forma ms efectiva
para organizar a la vanguardia combativa de una fuerza
revolucionaria (basada en la accin del campesinado)
ser la del partido militar guerrillero. Un partido-
ejrcito centralizado, pero regimentado por la disciplina
militar y que utilizar la dispersin geogrfica del
campesinado (una ventaja estratgica para el Che) como
medio ideal para el desencadenamiento de una fuerza
revolucionaria guerrillera:
El ejrcito guerrillero, ejrcito popular por excelencia, debe tener en cuanto a su composicin individual las
mejores virtudes del mejor soldado del mundo. Debe
basarse en una disciplina estricta. El hecho de que las
formalidades de la vida militar no se adapten a la
guerrillera, que no haya taconeo ni saludo rgido, ni
explicacin sumisa ante el superior, no demuestran de
manera alguna que no haya disciplina15. Analizado el modo operacional de la guerrilla, su forma de lucha y comprendiendo su base de masas solo
nos resta preguntar: por qu lucha el guerrillero? Tene-
mos que llegar a la conclusin inevitable de que el gue-
rrillero es un reformador social, que empua las armas
respondiendo a la protesta airada del pueblo contra sus
opresores y que lucha por cambiar el rgimen social que
mantiene a todos sus hermanos desarmados en el
oprobio y la miseria. Se lanza contra las condiciones
especiales de la institucionalidad de un momento dado y
se dedica a romper, con todo el vigor que las circuns-
tancias permitan, los moldes de esa institucionalidad.
Cuando analicemos ms a fondo la tctica de guerra de
guerrillas, veremos que el guerrillero debe tener un
conocimiento cabal del terreno que pisa, sus trillos de
acceso y escape, posibilidades de maniobrar con rapi-
dez, apoyo del pueblo, naturalmente, y lugares donde
esconderse. Todo esto indica que el guerrillero ejercer
su accin en lugares agrestes y poco poblados, y en es-
tos parajes la lucha del pueblo por sus reivindicaciones
se sita preferentemente y, hasta casi exclusivamente,
en el plano del cambio de la composicin social de la
tenencia de la tierra, es decir, el guerrillero es ante todo
un revolucionario agrario. Interpreta los deseos de la
gran masa campesina de ser duea de la tierra, duea de
15 Ernesto Guevara, Qu es un guerrillero? (1959). Esta versin ha
sido extrada del Marxists Internet Archive.
sus medios de produccin, de sus animales, de todo
aquello que ha anhelado durante aos, de lo que consti-
tuye su vida y constituir tambin su cementerio16. El guerrillero [] es el combatiente de la libertad por excelencia; es el elegido del pueblo, la vanguardia
combatiente del mismo en su lucha por la liberacin.
Porque la guerra de guerrillas no es como se piensa, una
guerra minscula, una guerra de un grupo minoritario
contra un ejrcito poderoso, no; la guerra de guerrillas
es la guerra del pueblo entero contra la opresin domi-
nante. El guerrillero es su vanguardia armada; el ejrcito
lo constituyen todos los habitantes de una regin o de un
pas. Esa es la razn de su fuerza, de su triunfo, a la lar-
ga o a la corta, sobre cualquier poder que trate de opri-
mirlo; es decir, la base y el substratum de la guerrilla es-
t en el pueblo17. El ejemplo que nuestra revolucin ha significado para la Amrica Latina y las enseanzas que implican haber
destruido todas las teoras de saln: hemos demostrado
que un grupo pequeo de hombres decididos, apoyados
por el pueblo y sin miedo a morir si fuera necesario,
puede llegar a imponerse a un ejrcito regular discipli-
nado y derrotarlo definitivamente. Esa es la enseanza
fundamental18.
Ambos estrategas coinciden en que el sujeto poltico
revolucionario, es decir, la fuerza poltica revoluciona-
ria que agrupa a la vanguardia, se constituye en el factor
principal y determinante en la lucha por el derroca-
miento de las clases opresoras. As, el Che seala:
Las condiciones objetivas para la lucha armada es-tn dadas por el hambre del pueblo, la reaccin fren-
te a ese hambre, el temor desatado para aplacar la
reaccin popular y la ola de odio que la represin
crea [pero] faltaron en Amrica condiciones sub-jetivas de las cuales una de las ms importantes es la
conciencia de la posibilidad de la victoria por la va
violenta []. Esas condiciones se crean mediante la
16 dem, La Guerra de guerrillas, en Obras Escogidas 1957-1967 [La
Habana, Editorial de Ciencias Sociales, Ediciones polticas], 1991,
p. 32. 17 dem, Qu es un guerrillero? (1959). Esta versin ha sido extrada
del Marxists Internet Archive. 18 dem, Proyecciones sociales del Ejrcito Rebelde (1959). Esta
versin ha sido extrada del Marxists Internet Archive.
lucha armada, que va haciendo ms clara la nece-
sidad del cambio19.
Dice Trotsky, por otro lado, en alusin a la situacin
del partido revolucionario durante el estallido de la
Guerra civil espaola:
Es cierto que en el curso de una revolucin, es decir, cuando los acontecimientos se suceden a un ritmo ace-
lerado, un partido dbil puede convertirse rpidamente
en un partido poderoso con la nica condicin de que
comprenda con lucidez el curso de la revolucin y de
que posea cuadros probados que no se dejen exaltar por
las palabras o aterrorizar por la represin. Pero es
necesario que un partido de estas condiciones exista
desde mucho antes de la revolucin, en la medida en
que el proceso de seleccin de cuadros exige plazos
considerables, de los que no se dispone durante la re-
volucin misma20.
Sin embargo, el partido militar guerrillero y el
partido obrero revolucionario son dos formas opuestas
de organizacin, y por su propia naturaleza intervienen
en el proceso revolucionario de manera distinta:
En los momentos previos, para la tradicin militante del marxismo -en la que se inscribe el trotskismo- la
iniciativa de las fuerzas revolucionarias consiste en pre-
parar las condiciones subjetivas de la lucha de clases y
en intervenir en las condiciones objetivas dadas, para
permitir que las masas y su vanguardia avancen lo ms
posible en el camino de la lucha y la organizacin
revolucionaria. La visin del Che Guevara deduce de las
caractersticas inhumanas de la dominacin capitalista la
madurez de las condiciones econmicas, polticas y
sociales para una revolucin. Abstrae la iniciativa de las
fuerzas revolucionarias de la realidad social especfica.
Su subjetivismo identifica la iniciativa de las fuerzas
revolucionarias con la voluntad de los revolucionarios,
puesta en juego en la lucha armada 21.
19 dem, Cuba: caso excepcional o vanguardia de la lucha contra el
colonialismo?, 9 de abril de 1961, op. cit., p. 403. 20 Len Trotsky, op cit. 21 Facundo Aguirre y Ruth Werner, El guevarismo y la revolucin la-
tinoamericana, en Insurgencia Obrera en la Argentina (1969-1976)
11
La intervencin en las condiciones objetivas dadas
puede ser muy variada: desde la participacin en los
sindicatos, la lucha econmica o por las demandas
democrticas, la demostracin de fuerza en las calles, la
lucha ideolgica y terica en contra de la influencia de
la burguesa, en el terreno electoral o parlamentario.
Son todas intervenciones en condiciones impuestas por
la burguesa, sujetas a la correlacin de fuerza de las
clases sociales, al vaivn del estado de nimo de las
mismas, a la situacin econmica y a la geopoltica
regional e internacional, y que tienen como objetivo
preparar las condiciones subjetivas elevando la con-
ciencia del proletariado al punto de convertirlo en
fuerza poltica revolucionaria, es decir, prepararlo para
la toma del poder. Sin embargo, el Che Guevara, al
reducir la accin de la vanguardia a la accin armada
del foco guerrillero desde el campo, subestima la
necesidad de preparar estas condiciones subjetivas,
considerando la accin guerrillera como el estmulo
fundamental para el desarrollo de esta conciencia. Su
intervencin se encuentra en los hechos por fuera de las
grandes experiencias de las masas. Esta oposicin es el
correlato lgico del rol que, por un lado, otorga Trotsky
a la clase obrera en la moderna sociedad capitalista in-cluyendo a los pases de desarrollo capitalista atrasado
por ser interdependientes del centro imperialista- y, por
otro, el que otorga el Che al campesinado desde una p-
tica esencialmente tercermundista:
Segn esta visin [la del Che Guevara], el ejrcito gue-rrillero que debe comenzar a formarse desde la expe-
riencia original del foco rural hasta desarrollarse como
ejrcito campesino de masas, reemplaza a la estrategia
insurreccionalista clsica del marxismo, que apuesta a
que la organizacin de las milicias y el armamento sea
tomado por las organizaciones autodeterminadas de las
masas (consejos obreros y campesinos o sviets que or-
ganizan sus propias milicias), que juegan el papel de
fuerza militar de las masas revolucionarias en las crisis
fundamentales del orden burgus y, posteriormente, en
la constitucin del Estado obrero 22.
[Buenos Aires, Ediciones IPS, segunda edicin (ampliada)], 2009,
p. 273. 22 dem.
Si para el trotskismo el proceso revolucionario sin-tetiza sus fases, proyecta sus tiempos y define sus tareas
en torno a la relacin que se establece entre la autode-
terminacin de las masas y la accin poltica de un par-
tido revolucionario, el guevarismo, en cambio, sosten-dr una concepcin gradualista en torno a la lucha ar-mada y la revolucin, concibiendo la constitucin del ejrcito como un producto de la acumulacin, en tiem-pos prolongados y etapas predeterminadas, de fuerza y
experiencia combatiente, otorgando un papel auxiliar a las masas, sustituyendo de esta manera la experiencia necesaria de los trabajadores y el pueblo por un cuerpo
de revolucionarios dispuesto a intervenir en la realidad,
desde fuera de esa experiencia23.
LA CONCEPCION INTERNACIONALISTA
DE LA REVOLUCIN:
INTERNACIONALISMO PROLETARIO O
INTERNACIONALISMO TERCERMUNDISTA?
Esta primera y segunda divergencias llevadas al
extremo, tendr su mxima expresin en la concepcin
internacionalista de la revolucin. Ambos revoluciona-
rios parten de la base de que efectivamente una revo-
lucin que se encierra en sus fronteras nacionales est
condenada a morir, por la accin de permanente hostili-
dad del imperialismo y el capital. Sin embargo, esta
concepcin internacionalista de la revolucin se conce-
bir en cada revolucionario de acuerdo a su propio es-
quema del desarrollo de la revolucin a escala na-
cional.
Para el Che, el rol central en la lucha revolucionaria
a escala internacional, y como nica va para derrotar al
imperialismo, estar en los oprimidos de los pases de
desarrollo capitalista atrasado: el Tercer Mundo. Es una
proyeccin a escala internacional de su esquema revo-
lucionario a nivel nacional del campo avanzando por
sobre la ciudad. Esto lo lleva a devaluar el rol estrat-
gico del proletariado de los pases imperialistas, identi-
23 dem.
ficando en l intereses comunes con sus propias burgue-
sas. Es, as, un internacionalismo tercermundista.
Esta visin lo orientar a hacer el llamado a crear
dos, tres, muchos Vietnam, a participar activamente en el proceso de liberacin en el Congo y a extender el
proceso revolucionario en Amrica Latina con su incur-
sin en la guerrilla boliviana. Sin embargo, un ao des-
pus de su cada en combate, entrarn en escena los des-
tacamentos juveniles y proletarios de los pases imperia-
listas, como ocurri con el Mayo francs de 1968, las
movilizaciones de masas en EE. UU. en contra de la
Guerra de Vietnam -que finalizara en 1973 con una de-
rrota humillante para el imperialismo norteamericano-,
el Otoo Caliente italiano, la oleada huelgustica inter-
nacional que cruzar Europa, el levantamiento armado
portugus en contra de la dictadura de Salazar en 1974
y el proceso de descomposicin de la dictadura fran-
quista en Espaa. El teln de fondo de este ascenso de
masas internacional ser el fin del boom econmico de
posguerra24
, que tendr su mxima expresin en la cri-
sis econmica del petrleo en EE. UU. en 1973 y la re-
cesin generalizada de la economa capitalista interna-
cional en 1975.
24 El boom de posguerra fue un periodo histrico del siglo XX que
tuvo como punto inicial la recomposicin orgnica del capital a
partir de la reconstruccin de Europa tras su destruccin producto
de la Segunda Guerra Mundial. El capitalismo, en crisis desde la dcada del 30, vio en la reconstruccin de Europa una va para reconstituir los mercados. Este boom econmico signific un desa-
rrollo parcial de las fuerzas productivas -estancadas desde la crisis y destruidas significativamente con la guerra- lo que se expres en
una mejora en las condiciones laborales y de vida de la clase obrera
de los pases imperialistas, con importantes conquistas en materia de seguridad social y servicios pblicos. Esto trajo como conse-
cuencia un desplazamiento del epicentro de la lucha de clases desde
los pases imperialistas al Tercer Mundo, y sera el marco histrico que llevara al Che Guevara, equivocadamente, a justificar su es-
quema conceptual de la revolucin antimperialista identificando
intereses comunes de la clase obrera de los pases del primer mundo con sus respectivas burguesas imperialistas. Las conquistas del
boom de posguerra sern desbaratadas con las contrarreformas de
un nuevo perodo histrico: el neoliberalismo, tras la derrota del ascenso de masas de la dcada del 70. Para un estudio ms profu-ndo, ver: Matas Maiello y Emilio Albamonte, En los lmites de la Restauracin burguesa, revista Estrategia Internacional N27 [Buenos Aires, FT-CI], marzo de 2011, p. 57.
12
Por su parte, para Trotsky, el carcter internacional
del capitalismo, y por lo tanto de la clase obrera como
su anttesis, lo lleva a reconocer el rol central del pro-
letariado de los pases imperialistas, desde donde se
somete a la clase obrera y pueblos oprimidos del resto
de los pases. El rol determinante de las principales ciu-
dades por sobre cada nacin refleja en Trotsky una pro-
yeccin a escala internacional del rol determinante de
los principales pases imperialistas y su proletariado,
como los centros del poder del capitalismo mundial. Es
as, en esencia, un internacionalismo proletario.
Esta visin, por ejemplo, llevar a Trotsky a tener
una constante tensin en el desarrollo del proceso revo-
lucionario en Alemania -la potencia imperialista ms a-
vanzada de la poca- luego del triunfo de la toma del
poder por la clase obrera en la Rusia de 1917. Trotsky
ve que una derrota de la revolucin alemana significara
un estancamiento en el desarrollo de la onda expansiva
de la Revolucin rusa, ponindola en peligro, mientras
que un triunfo del proletariado alemn dara un impulso
colosal a la revolucin obrera y socialista internacional,
compensando con el avance tecnolgico e industrial
alemn el atraso del desarrollo de las fuerzas
productivas rusas, permitiendo elevarlas y as abrir
camino en la construccin de la sociedad comunista.
A diferencia del Che, Trotsky ser un activo
partcipe en la construccin del partido mundial de la
revolucin socialista. Luego de la bancarrota de la
Segunda Internacional (que le dio al imperialismo
alemn los crditos de la Primera Guerra Mundial),
Trotsky y Lenin, apoyndose en la toma del poder por
el Partido Bolchevique, convocarn a la constitucin de
una nueva internacional revolucionaria, la Tercera Inter-
nacional (o Internacional Comunista), que goz de
cuatro exitosos congresos que sintetizaron las grandes
lecciones revolucionarias del periodo. Luego de la
burocratizacin de la Tercera Internacional, producto
del avance del estalinismo en ella y en el nuevo Partido
Comunista ruso, y tras apreciar la imposibilidad de
regenerarla con una orientacin revolucionaria, Trotsky
y el sector ms avanzado de la Oposicin de Izquierda
convocarn a comunistas de todo el mundo -opositores
a Stalin y su burocracia- para la constitucin de una
nueva internacional revolucionaria, la Cuarta Interna-
cional, que tomar como base los cuatro primeros
congresos de la Tercera, la teora de la revolucin
permanente y promover un programa de transicin a
la revolucin socialista. De esta forma vemos que la
concepcin internacionalista de Trotsky pertenece a la
de la tradicin revolucionaria del marxismo clsico, que
lo llevar permanentemente a reunir a los partidos
obreros revolucionarios de todo el mundo para actuar
internacionalmente como un partido mundial nico, por
el derrocamiento del sistema capitalista, el imperialis-
mo, la revolucin social y por la construccin del comu-
nismo. La concepcin internacionalista tercermundista
del Che Guevara le impidi avanzar en una proeza de
caractersticas similares, ms all de su colaboracin
activa en procesos de liberacin nacional y el llamado a
la Tricontinental: mientras Cuba era gobernada
burocrticamente por el Partido Comunista Cubano, el
Che se esforzaba por impulsar guerrillas en el Tercer
Mundo.
13
En este contrapunto pudimos abordar, desde los
esquemas conceptuales de ambos dirigentes revolucio-
narios, los aspectos nodales que separan aguas entre
trotskismo y guevarismo, y vimos cmo la concepcin
revolucionaria del Che Guevara contradice las bases
fundamentales del pensamiento marxista clsico de
Marx, Engels, Luxemburg, Lenin y Trotsky. Sin embar-
go, esto nos lleva necesariamente a buscar las causas
que expliquen el triunfo de la Revolucin cubana
iniciada en 1959. Si abordamos la cuestin desde la
ptica del trotskismo, qu explicacin tiene el triunfo
de un proceso revolucionario que a simple vista y en
boca de sus protagonistas refuta los fundamentos de
Len Trotsky y el marxismo clsico?
LA LEY DEL DESARROLLO DESIGUAL Y COMBINADO
EN CUBA25
Segn el trotskista norteamericano George Novack,
la ley del desarrollo desigual y combinado es una de las leyes fundamentales de la historia humana, ha operado en las principales etapas de la historia y pue-de clarificar algunos de los ms importantes fenmenos
sociales y problemas polticos de nuestra poca26. Segn l:
La ley del desarrollo desigual y combinado es una ley cientfica de la ms amplia aplicacin en el proceso his-
trico. Tiene un carcter dual o, mejor dicho, es una fu-
sin de dos leyes ntimamente relacionadas. Su primer
aspecto se refiere a las distintas proporciones en el cre-
cimiento de la vida social. El segundo, a la correlacin
concreta de estos factores desigualmente desarrollados
en el proceso histrico.
Los aspectos fundamentales de la ley pueden ser breve-
mente ejemplificados de la siguiente manera:
1. El factor ms importante del progreso humano es el
dominio del hombre sobre las fuerzas de produccin.
Todo avance histrico se produce por un crecimiento
ms rpido o ms lento de las fuerzas productivas en
este o aquel segmento de la sociedad, debido a las dife-
rencias en las condiciones naturales y en las conexiones
histricas. Estas disparidades dan un carcter de expan-
sin o compresin a toda una poca histrica e imparte
distintas proporciones de crecimiento a los diferentes
pueblos, a las diferentes ramas de la economa, a las di-
25 Para un estudio ms profundo, ver: George Novack, La ley del
desarrollo desigual y combinado de la sociedad. Fue publicado por Novack por primera vez en 1957 bajo el seudnimo de William F.
Warde en Labour Review Vol. 2 No. 1 (enero) y No. 2 (marzo-abril). Esta versin ha sido extrada del Internet Marxist Archive y
tiene como base la traduccin hecha por Editorial Pluma, Bogot,
1974. 26 George Novack, op. cit.
SEGUNDA PARTE LA REVOLUCIN PERMANENTE EN CUBA
.
14
ferentes clases, instituciones sociales y campos de cultu-
ra. Esta es la esencia de la ley del desarrollo desigual.
Estas variaciones entre los mltiples factores de la histo-
ria dan la base para el surgimiento de un fenmeno
excepcional, en el cual las caractersticas de una etapa
ms baja del desarrollo social se mezclan con las de otra
superior.
2. Estas formaciones combinadas tienen un carcter
altamente contradictorio y exhiben marcadas peculiari-
dades. Ellas pueden desviarse mucho de las reglas y
efectuar tal oscilacin como para producir un salto cua-
litativo en la evolucin social y capacitar a pueblos anti-
guamente atrasados para superar por un cierto tiempo a
los ms avanzados. Esta es la esencia de la ley del desa-
rrollo combinado. Es obvio que estas dos leyes, estos
dos aspectos de una sola ley, no actan al mismo nivel.
La desigualdad del desarrollo precede cualquier combi-
nacin de factores desarrollados desproporcionalmente.
La segunda ley crece sobre y depende de la primera. Y a
su vez esta acta sobre aquella y la afecta en su poste-
rior funcionamiento27.
En La revolucin permanente en Cuba, de Facundo
Aguirre y Gustavo Dunga, se sostiene:
En Cuba se manifest con todo su rigor histrico la ley ms general del desarrollo desigual y combinado. Esta
ley, formulada por Len Trotsky para explicar las condi-
ciones histricas de la revolucin socialista, presupone
la idea de que un pas atrasado o semicolonial, en la -
poca imperialista, no sigue en las distintas fases de su
desarrollo un curso lineal que imita las distintas etapas
de la evolucin de las metrpolis capitalistas, sino que
avanza a saltos, combinando los elementos propios de
su atraso con las condiciones y los avances impuestos
por la dominacin y la penetracin del capital imperia-
lista en dichos pases. Es esta ley histrica la que univer-
saliza y pone a la orden del da en los pases atrasados la
moderna lucha entre las clases como medio de resolu-
cin de sus contradicciones28.
27 dem. 28 Facundo Aguirre y Gustavo Dunga, La revolucin permanente en
Cuba, revista Estrategia Internacional N20, [Buenos Aires, FT-CI] septiembre de 2003.
Es esta visin propia del trotskismo la que nos per-
mite explicar una serie de hechos particulares que se
dieron en la isla caribea y que desembocaron en el pro-
ceso revolucionario iniciado en 1959.
La ley del desarrollo desigual y combinado signific
para Cuba que los problemas estructurales de la semi-
colonial nacin caribea no podan ser resueltos a travs
de un proceso evolutivo del desarrollo del capitalismo
cubano, como haba ocurrido en Francia o Estados Uni-
dos, sino por el contrario saltando etapas, a travs de la
superacin y supresin del rgimen burgus cubano. El
ingreso temprano del capitalismo en las relaciones eco-
nmicas de la isla, hizo que se acentuara la dependencia
a las metrpolis capitalistas (primero Espaa, luego Es-
tados Unidos). La oligarqua, la burguesa cubana y su
Estado se constituyeron siguiendo estos parmetros de
dependencia, agravados en el siglo XX por su cercana
con los EEUU, originndose una clase dominante dbil
y completamente antinacional, sometida a las rdenes
del capital norteamericano.
A finales del siglo XIX, el movimiento republicano
independentista martiano se concibi a s mismo como
una fuerza impulsora de la segunda independencia de
Amrica contra el naciente imperialismo yanqui. Sin
embargo, no encontr las vas para resolverlo. Muerto
Jos Mart en combate, las oligarquas criollas controlan
el movimiento nacional y optan por liberarse del yugo
espaol sometiendo a la isla al yugo norteamericano,
garantizando tal sojuzgamiento en la constitucin polti-
ca del Estado cubano y manteniendo la propiedad terra-
teniente. La tarda independencia formal de Cuba de
1902 se da en el momento histrico en que el capitalis-
mo est dando pasos al imperialismo, y los EE. UU.
proyectan su dominacin sobre Amrica Latina.
La formacin de una nacin independiente no pudo
ser resuelta por las viejas clases de hacendados y
comerciantes que slo buscaban un mercado para su
azcar. Su consecuencia fue que Cuba se vio postergada
en su desarrollo por la aceptacin de su papel en la divi-
sin internacional del trabajo como productor y abaste-
cedor de azcar esencialmente al mercado norteameri-cano y polticamente por las subsiguientes intervn-ciones imperialistas.
Aguirre y Dunga prosiguen:
Fue la revolucin contra la dictadura de Machado de 1933, la que dio las pistas sobre quin era el sujeto ca-
paz de llevar adelante la emancipacin cubana: la clase
obrera y su alianza con el campesinado y la pequeabur-
guesa urbana. Nuevamente la ley del desarrollo desi-
gual y combinado muestra su valor histrico: puestos a
optar por una independencia conquistada por masas su-
blevadas o la postergacin de la nacin cubana, la bur-
guesa y la oligarqua criolla recurren a los servicios del
entonces sargento Fulgencio Batista para poner fin al
movimiento subversivo y relanzar los vnculos de some-
timiento con EE. UU. En esta ocasin la clase obrera da
signos de que en sus fuerzas radican las posibilidades de
un cambio de orden en Cuba. La huelga general que ter-
mina con la dictadura, la fortaleza y politizacin de los
sindicatos, el surgimiento embrionario de soviets en el
oriente son una prueba de ello. La carencia de autono-
ma de la clase obrera con respecto a la pequeabur-
guesa, que se explica por su inmadurez poltica, agrava-
da por la orientacin ultraizquierdista del llamado ter-cer periodo29 del estalinismo cubano impiden al prole-tariado resolver a su favor y de las masas campesinas
esta revolucin30.
Sera con la revolucin cubana de 1959 con la que
se podran resolver las demandas democrticoburguesas
pendientes -como la reforma agraria y la real indepen-
dencia nacional-, justamente porque el pueblo armado
impuso la ruptura con la burguesa cubana y abri el ca-
mino a la transicin al socialismo a travs de la gesta-
cin del primer Estado obrero de Amrica Latina. Aqu
tambin se debela con toda su fuerza la veracidad de la
teora del desarrollo desigual y combinado de Len
Trotsky.
29 Se le conoce como tercer perodo a una orientacin impulsada por
Stalin y la direccin del PC ruso entre 1929 y 1934, que consista en
alentar polticas sectarias ultraizquierdistas en los diversos partidos comunistas del mundo con el fin de evitar la unidad de accin en las
calles de la vanguardia obrera (identificada con el PC) con sectores
ms atrasados, ante la emergencia del fascismo. El caso ms desas-troso fue el alemn, que tuvo como resultado el ascenso de Hitler al
poder, la destruccin de las organizaciones obreras, la persecucin
de la izquierda y la preparacin de la Segunda Guerra Mundial. 30 Facundo Aguirre y Gustavo Dunga, op. cit.
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EL MOVIMIENTO 26 DE JULIO REEMPLAZA AL
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO
La teora trotskiana de la revolucin permanente
seala que, sean las que fueren las primeras etapas epi-sdicas de la revolucin en los distintos pases, la reali-
zacin de la alianza revolucionaria del proletariado con
las masas campesinas solo es concebible bajo la direc-
cin poltica de la vanguardia proletaria organizada en
partido comunista31. Sin embargo, Cuba careca de un partido obrero revolucionario fuertemente constituido,
dejando el terreno libre para que la pequeaburguesa
ms radicalizada polticamente asumiera, ante su propia
sorpresa, la conduccin de un proceso revolucionario
democrtico que desembocara en una revolucin socia-
lista. El partido poltico que cumpli este rol fue el
Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro:
El M26, que representaba polticamente al ala radical de la pequeaburguesa, se vio imposibilitado de llevar
adelante su programa de mayor democracia y justicia social, vindose en la obligacin en el transcurso de la lucha de tener que incorporar las demandas sociales del
campesinado y los pobres urbanos. El intento de alcan-
zar sus metas dentro del orden burgus desnud sus l-
mites. Castro y su movimiento se convirtieron en agen-
tes excepcionales, no previstos, del proceso histrico, y
direccin de un movimiento de masas que empuja la re-
volucin frente a las agresiones del imperialismo, supe-
rando los lmites del capitalismo32.
El Movimiento 26 de Julio era un movimiento na-
cionalista cubano, antimperialista y democrtico basado
31 Trotsky, Len, Qu es la revolucin permanente? (tesis funda-
mentales), en La teora de la revolucin permanente (compila-cin), CEIP Len Trotsky [Buenos Aires, Ediciones IPS], 2009, p.
354. Aqu Trotsky utiliza la formulacin partido comunista como ejemplo de la experiencia ms avanzada de un partido obrero revo-lucionario, en el marco de la lucha en el seno de la Internacional
Comunista contra las tendencias degenerativas del estalinismo. Con
la imposicin del estalinismo en el PC y la IC, ya irreversible, esta formulacin quedar en desuso, tomando como referencia histrica
al partido Bolchevique (que luego de la revolucin de 1917 haba
cambiado su nombre a Partido Comunista Ruso) 32 Facundo Aguirre y Gustavo Dunga, op. cit.
en las ideas del independentista Jos Mart, lder dem-
crata republicano y representante de la pequeaburgue-
sa anticolonial. Fue la expresin armada del Partido del
Pueblo Cubano, conocido tambin como Partido Orto-
doxo, un partido pequeoburgus que denunciaba la co-
rrupcin del gobernante Partido Autntico. Uno de los
nuevos principales referentes del Partido Ortodoxo era
Fidel Castro, quien junto a un importante destacamento
de militantes de la Juventud Ortodoxa asaltaron, sin xi-
to, el 26 de julio de 1953, el cuartel Moncada para po-
ner fin a la dictadura de Fulgencio Batista. De este in-
tento fallido y en el exilio surge el Movimiento 26 de
Julio. El M26 tena como objetivo restaurar la democra-
cia burguesa y sus instituciones constitucionales. El 12
de julio de 1957, desde la trinchera guerrillera, Fidel
Castro, Ral Chibs y Felipe Pazos redactan el Mani-
fiesto de la Sierra Maestra, un documento que concentra
el pensamiento y los objetivos del M26. En l se sea-
lan polticas de progreso social dentro del marco de la
institucionalidad burguesa cubana:
Unir es lo nico patritico en esta hora. Unir en lo que tienen de comn todos los sectores polticos, revolucio-
narios y sociales que combaten la dictadura. Y qu tie-
nen de comn todos los partidos polticos de oposicin,
los sectores revolucionarios y las instituciones cvicas?
El deseo de poner fin al rgimen de fuerza, las violacio-
nes a los derechos individuales, los crmenes infames y
buscar la paz que todos anhelamos por el nico camino
posible que es el encauzamiento democrtico y constitu-
cional del pas. [] Es que los rebeldes de la Sierra Maestra no queremos elecciones libres, un rgimen de-
mocrtico, un gobierno constitucional? [] Queremos elecciones, pero con una condicin: elecciones verdade-
ramente libres, democrticas, imparciales. [] Las elec-ciones deben ser presididas por un gobierno provisional
neutral, con el respaldo de todos, que sustituya la dicta-
dura para propiciar la paz y conducir al pas a la norma-
lidad democrtica y constitucional. Esta debe ser la con-
signa de un gran frente cvico revolucionario que com-
prenda todos los partidos polticos de oposicin, todas
las instituciones cvicas y todas las fuerzas revoluciona-
rias33.
33 Fidel Castro, Ral Chibs y Felipe Pazos, Manifiesto de la Sierra
Maestra, 12 de julio de 1957, Cuba. Apareci en Bohemia, el 28 de
Entre sus propuestas podemos encontrar:
2) Designar desde ahora una figura llamada a presidir el gobierno provisional, cuya eleccin en prenda de de-
sinters por parte de los lderes oposicionistas y de im-
parcialidad por el que resulte sealado, quede a cargo
del conjunto de instituciones cvicas. [] 4) Declarar que el Frente Cvico-Revolucionario no
invoca ni acepta la mediacin o intervencin alguna de
otra nacin en los asuntos internos de Cuba. Que en
cambio, respalda las denuncias que por violacin de
derechos humanos han hecho los emigrados cubanos
ante los organismos internacionales y pide al gobierno
de los Estados Unidos, que en tanto persista el actual
rgimen de terror y dictadura, suspenda todos los envos
de armas a Cuba.
5) Declarar que el Frente Cvico-Revolucionario, por
tradicin republicana e independentista no aceptara que
gobernara provisionalmente la Repblica ningn tipo de
Junta Militar.
6) Declarar que el Frente Cvico-Revolucionario alberga
el propsito de apartar al Ejrcito de la poltica y garan-
tizar la intangibilidad de los Institutos Armados. [] 7) Declarar bajo formal promesa, que el gobierno
provisional celebrar elecciones generales para todos los
cargos del Estado, las provincias y los municipios en el
trmino de un ao bajo las normas de la Constitucin
del 40 y el Cdigo Electoral del 43 y entregar el poder
inmediatamente al candidato que resulte electo34.
julio de 1957 bajo el ttulo de Al pueblo de Cuba. Esta versin ha
sido extrada del sitio web de la Familia Chibs, www.chibas.org. 34 Ibdem.
16
Segn el Manifiesto, este gobierno provisional debe-
r garantizar:
A) Libertad inmediata para todos los presos polticos, civiles y militares. B) Garanta absoluta a la libertad de
informacin, a la prensa radial y escrita y de todos los
derechos individuales y polticos garantizados por la
Constitucin. [] F) Democratizacin de la poltica sin-dical promoviendo elecciones libres en todos los sindi-
catos y federaciones de industrias. [] H) Sentar las ba-ses para una reforma agraria que tienda a la distribucin
de las tierras baldas y a convertir en propietarios a to-
dos los colonos, aparceros, arrendatarios y precaristas
que posean pequeas parcelas de tierras, bien sean pro-
piedad del Estado o particulares, previa indemnizacin a
los anteriores propietarios. I) Adopcin de una poltica
financiera sana que resguarde la estabilidad de nuestra
moneda y tienda a utilizar el crdito de la Nacin en o-
bras reproductivas. J) Aceleracin del proceso de indus-
trializacin y creacin de nuevos empleos35.
Podemos sealar, como observamos ms arriba,
que el Manifiesto de la Sierra Maestra obedece a un es-
pritu pequeoburgus republicano, constitucional, de-
mocrtico y nacionalista. Posteriormente, el 20 de julio
de 1958, se celebrar el Pacto de Caracas, en donde
confluyen y firman un documento que materializa el
Frente-Cvico Revolucionario propuesto en el Manifies-
to de la Sierra Maestra. En el Pacto de Caracas firman
adems de Fidel Castro, como representante del M26,
dirigentes de otras fuerzas democrticas, burguesas y
pequeoburguesas. El documento sealar claramente
una poltica insurreccional, pero con una poltica de co-
laboracin de clases con la burguesa:
35 Ibdem.
Tres puntos son los pilares de esta unin de las fuerzas oposicionistas cubanas. Primero: estrategia comn de
lucha para derrocar la tirana mediante la insurreccin
armada, reforzando en un plazo mnimo todos los fren-
tes de combate, armando a los miles de cubanos que
estn dispuestos a combatir por la libertad. Movilizacin
popular de todas las fuerzas obreras, cvicas, profesio-
nales, econmicas, para culminar el esfuerzo cvico en
una gran huelga general, y el blico en una accin arma-
da conjuntamente con todo el pas. De este empeo co-
mn, Cuba surgir libre y se evitar nueva y dolorosa e-
fusin de sangre de las mejores reservas de la patria. La
victoria ser posible siempre, pero ms tarda, de no
coordinarse las actividades de las fuerzas oposicionistas.
Segundo: conducir al pas, a la cada del tirano median-
te un breve gobierno provisional, a su normalidad, en-
cauzndola por el procedimiento constitucional y de-
mocrtico. Tercero, programa mnimo de gobierno que
garantice el castigo de los culpables, los derechos de los
trabajadores, el orden, la paz, la libertad, el cumpli-
miento de los compromisos internacionales y el pro-
greso econmico, social e institucional del pueblo
cubano. [] A los militares decimos que ha llegado el instante de que nieguen su apoyo a la tirana; que con-
fiamos en ellos, que sabemos que hay hombres dignos
en las fuerzas armadas y que si en el pasado centenares
de oficiales, clases y soldados han pagado con la vida, la
prisin, el destierro o el retiro su amor a la libertad y su
oposicin a la tirana, muchos quedan en esa actitud. Es-
ta no es una guerra contra los institutos armados de
la Repblica, sino contra Batista, nico obstculo a la
paz que desean, anhelan y necesitan todos los cubanos,
civiles y militares. A los obreros, a los estudiantes, a los
profesionales, a los comerciantes e industriales, como
a los colonos, hacendados y campesinos, a los cubanos
de todas las religiones, ideologas o razas, pedimos que
se unan a este esfuerzo libertador, que derrocar a la
infame tirana que durante aos ha regado con sangre el
suelo de la patria, segando sus mejores reservas huma-
nas, arruinando su economa, perturbando hasta sus ci-
mientos todas las instituciones cubanas, al interrumpir el
proceso democrtico y constitucional del pas, al que ha
conducido a esta cruenta guerra civil que finalizar con
el triunfo de la revolucin por el esfuerzo unido de to-
dos. Ha llegado la hora de que la inteligencia, el patrio-
tismo, el valor y el civismo de sus hombres y mujeres
salve a la patria oprimida con la decisin de todos los
que sentimos muy en lo hondo el destino histrico de
.
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nuestra nacin, su derecho a ser libre y a constituir en la
comunidad democrtica, como forma esencial de la vi-
da, el porvenir hermoso a que tiene derecho por su His-
toria y por las inmensas posibilidades que le dan sus ri-
quezas naturales y la capacidad indudable de sus hi-
jos36.
El carcter pequeoburgus republicano, democr-
tico y constitucional del Manifiesto de la Sierra Maestra
y el Pacto de Caracas, sumado al origen del M26, expli-
ca el por qu del apoyo de la oposicin burguesa a la
guerrilla de Fidel Castro. Esta oposicin buscaba resta-
blecer la relacin de dependencia con Estados Unidos
bajo conductos institucionales democrticos, dado el
desprestigio regional de Batista. Su expresin concreta
ser la constitucin -con el aval del M26 y tras la cada
de la dictadura- del gobierno burgus provisional de
cinco meses liderado por el abogado Manuel Urrutia, o-
positor civil a la dictadura.
Sin embargo, la dinmica particular del proceso re-
volucionario llev a que para que se diera el avance del
M26 a travs de su penetracin en el campesinado, la
guerrilla tendra que incorporar las demandas ms sent-
das del campesino cubano, como el derecho a la tierra,
y luego las demandas obreras y de los pobres urbanos.
36 El Pacto de Caracas fue redactado por Fidel Castro como represen-
tante del Movimiento 26 de Julio y firmado tambin por Carlos Pro
Socarrs de la Organizacin Autntica, expresidente cubano derro-cado por Batista, E. Rodrguez Loeche del Directorio Revolucio-
nario, David Salvador, Orlando Blanco, Pascasio Lineras, Lauro
Blanco, Jos M. Aguilera y ngel Cofio de Unidad Obrera; Ma-nuel A. de Varona del republicano Partido Cubano Revolucionario
(Autntico); Lincoln Rodn del Partido Demcrata; Jos Puente y
Omar Fernndez de la Federacin de Estudiantes de la Universidad, el capitn Gabino Rodrguez Villaverde, ex oficial del Ejrcito, Jus-
to Carrillo Hernndez del Grupo Montecristi, ngel Mara Santos
Buch del Movimiento de Resistencia Cvica, y por el doctor Jos Mir Cardona como coordinador secretario general. Jos Mir Car-
dona fue elegido tras la cada de Batista como Primer Ministro en el
Gobierno Provisional de Urrutia, pero dos aos despus, luego del giro comunista de Fidel se exiliar en Estados Unidos y junto a Jus-
to Carrillo (Montecristi) y Manuel Antonio de Varona (PCR-A) co-
laborarn activamente con la CIA para derrocar a Fidel con la inva-sin a Baha Cochinos. Esta versin del Pacto de Caracas ha sido
extrada del sitio web de la Organizacin Autntica en el exilio nor-
teamericano www.autentico.org. Organizacin Autntica fue poste-riormente una fuerza contrarrevolucionaria.
Esto llev a que el M26 tendiera a radicalizarse en su
programa (el propio Che Guevara es producto de este
proceso de radicalizacin constituyndose finalmente en
el ala izquierda del M26) lo que le cost, tras derrocar a
Batista, el distanciamiento con la burguesa y con un
propio sector de derecha del M26 que se opuso a la in-
corporacin de demandas de transformacin social, pa-
sndose al campo de la contrarrevolucin37
.
Es este factor subjetivo, la aparicin de un movi-
miento insurgente polticamente pequeoburgus y re-
publicano, jacobino, el que concentra las contradic-ciones y particularidades del proceso revolucionario cu-
bano:
Castro y sus compaeros fueron sobrepasados por la accin combinada de dos fuerzas antagnicas: la del im-
perialismo que se pone a la cabeza de la contrarre-
volucin y la de las masas que en defensa de la revolu-
cin se arman y movilizan. Fidel frente a esta situacin
se ve obligado a radicalizar sus respuestas. Una sincro-
na excepcional de factores objetivos e histricos actu
37 Es el caso de varios lderes y referentes de la guerrilla como Huber
Matos, Manuel Artime o Humberto Sor Marn. El primero fue co-
mandante de la 9 columna del Ejrcito Rebelde y estaba orientado
a establecer en Cuba un gobierno nacionalista contrario a las refor-
mas sociales. Acusado de sedicin estuvo 20 aos preso en Cuba para luego exiliarse en Miami; el segundo, militante catlico y
combatiente rebelde, pasar a la contrarrevolucin como lder de la
Brigada de Asalto 2506 en la fracasada invasin imperialista yanqui de Baha Cochinos; y el tercero, tambin comandante del Ejrcito
Rebelde, tras ser Ministro de Agricultura en el nuevo gobierno, di-
mitir denunciando el giro comunista de Fidel y viajar a EE. UU. para recibir armamento y explosivos con el fin de organizar atenta-
dos terroristas contrarrevolucionarios en Cuba. Incluso, entre los
autores junto a Fidel del Manifiesto de la Sierra Maestra se encuen-tran otros dos nombres: Ral Chibs y Felipe Pazos. El primero,
hermano del lder del Partido Ortodoxo, Eduardo Chibs, ser co-
mandante del Ejrcito Rebelde y responsable del financiamiento y abastecimiento blico del mismo, pero tras denunciar el giro comu-
nista de Fidel se exiliar en EE. UU. desde donde combatir y de-
nunciar al castrismo con propaganda. El segundo, era un importan-te economista, representante de la burguesa desarrollista cubana,
que tras la cada de Batista sera asignado como presidente del Ban-
co Nacional de Cuba, pero pasar a la contrarrevolucin como cola-borador econmico de EE. UU. con la Alianza para el Progreso, un
proyecto desarrollista imperialista que tena como objetivo detener
el avance de la influencia revolucionaria cubana con promesas de reformas estructurales para Amrica Latina.
de una forma tal que permite el desenlace de los aconte-
cimientos, conjugando una estructura caracterizada por
la combinacin de los siguientes elementos: la alianza
con la burguesa que haba permitido la cada de la dic-
tadura y que tuvo su smbolo en el corto Gobierno de
Manuel Urrutia se vio rota rpidamente; los capitalistas
y terratenientes cubanos se suman al imperialismo y se
enfrentan al gobierno revolucionario; cuando la revolu-
cin intenta llevar adelante las primeras medidas que
responden a las demandas sociales de la poblacin (con-
gelamiento y rebaja de alquileres, congelamiento de tari-
fas, ajusticiamiento de los representantes del rgimen y
la creacin del INRA, que impulsa la reforma agraria),
la burguesa decide abandonar al gobierno revolucio-
nario. El bloque de fuerzas sociales que haba permitido
la cada de Batista se rompe. El imperialismo a su vez
conspira abiertamente contra el Gobierno cubano y sus-
pende la compra de azcar a la isla. Todo esto obliga a
Castro y Guevara a apelar al movimiento de masas para
lograr la supervivencia de la revolucin, y a radicalizar
las medidas del Gobierno38.
El 1 de enero Batista escapa de Cuba y entran las
tropas rebeldes a las principales ciudades. El 3 de enero
se establece el Gobierno Provisional presidido por Urru-
tia. Fidel se mantiene como Comandante del Ejrcito
Rebelde. En abril Fidel visita Estados Unidos pero
Eisenhower se niega a recibirlo. En mayo se impulsa la
Reforma Agraria con las expropiaciones a los latifun-
distas. En junio el Gobierno de Urrutia cuestiona la ra-
dicalizacin de las reformas y el giro comunista de los
rebeldes, incitando a la cada de Fidel. Las ciudades se
movilizan en su defensa y cae el Gobierno de Urrutia.
En julio el comandante Matos denuncia el giro comu-
nista y es encarcelado, y en agosto el dictador domini-
cano Rafael Trujillo promueve una invasin a Cuba. En
febrero de 1960 ante el distanciamiento de Estados
Unidos -por la cada de Urrutia y las expropiaciones-, la
isla establece acuerdos comerciales con la Unin Sovi-
tica. Un mes ms tarde Estados Unidos organiza un a-
tentado en Cuba en donde mueren ms de cien perso-
nas. Para octubre Estados Unidos prohbe todo tipo de
exportacin a Cuba por lo que sta aumenta las expro-
38 Facundo Aguirre y Gustavo Dunga, op. cit.
18
piaciones contra empresas norteamericanas. Un mes
despus Guevara consigue acuerdos comerciales c
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