Unos días en tierra 1ª parte Capítulo 21

Julio Verne

Veinte mil leguas de viaje submarino

ARONNAX ---Creo que la despensa del Nautilus acogería con agrado legumbres frescas.

CONSEIL -- Tiene razón el señor ,y yo propongo que reservemos en la canoa tres espacios: uno para los frutos, otro para las legumbres y el tercero para la caza, de la que no he visto todavía ni la más pequeña muestra.

NED LAND -Conseil, no hay que desesperar .

ARONNAX-Continuemos, pues, nuestra excursión ,pero con el ojo al acecho. Aunque parezca deshabitada, bien podría albergar la isla algunos individuos menos escrupulosos que nosotros sobre la naturaleza de la caza.

NED LAND -¡Eh! ¡Eh! ( haciendo un significativo movimiento de mandíbulas.)

CONSEIL -Pero, ¡Ned!

NED LAND -Pues, ¿sabe lo que le digo? Que comienzo a comprender los encantos de la antropofagia.

CONSEIL -Pero ¡qué dice, Ned! ¡Usted antropófago! Ya no podré sentirme seguro a su lado, durmiendo en el mismo camarote. ¿Me despertaré un día semidevorado?

NED LAND -Amigo Conseil, le quiero mucho, pero no tanto como para comérmelo sin necesidad.

CONSEIL -No sé, no me fío. ¡Hala, a cazar! Es menester cobrar una pieza como sea, para satisfacer a este caníbal; si no, una de estas mañanas, el señor no hallará más que unos trozos de doméstico para servirle.

ARONNAX -Mientras así iban bromeando, nos adentramos en la espesura del bosque, que, durante dos horas, recorrimos en todos sentidos.