SEGURIDAD JURÍDICA
Dentro de los fines del Derecho encontramos, además de la justicia y la
paz social, a la seguridad jurídica. De acuerdo a SQUELLA1 seguridad es una
palabra que se conecta con las ideas de orientación, orden, protección y
previsibilidad. Por lo mismo, la seguridad jurídica implica entregar a las
personas dicho orden, orientación, protección y previsibilidad.
En cuanto al orden, el derecho lo provee determinando las conductas de
las personas —incluso coactivamente—, señalando las formas de creación de
normas y los modos de exigir su cumplimiento. Respecto a la orientación, el
derecho constituye un referente a la hora de actuar, cada sujeto siguiendo los
lineamentos que encierra su contenido determina su conducta conforme al
mismo. La protección es brindada mediante una serie mecanismos preventivos
y represivos, que por un parte, inhiben el actuar lesivo de algún sujeto, y por
otro, castigan cuando ya lo ha hecho; además de contemplar y reconocer una
serie de garantías y derechos. Por último, en cuanto a la previsibilidad, los
sujetos en tanto existe un orden jurídico saben y pueden representarse las
consecuencias de su actuar2.
Estas ideas generales, permiten definir la seguridad jurídica como “ la
garantía dada al individuo de que su persona, sus bienes y sus derechos no
serán objeto de ataques violentos o que, si éstos llegan a producirse, le serán
aseguradas por la sociedad, protección y reparación”3 Otro definición la da el
autor JORGE MILLAS para quien la seguridad jurídica es “la situación peculiar del
individuo como sujeto activo y pasivo de las relaciones sociales, cuando estas
relaciones se hallan previstas por un estatuto objetivo, conocido y
generalmente observado”4.
La seguridad jurídica entonces vista como una situación, implica el
conocimiento que debe tener una comunidad o que puede llegar a obtener
sobre lo que está permitido, prohibido o mandado, y de las consecuencias que
puede producir su actuar.
1 SQUELLA N., Agustín (2000) Introducción al Derecho. Santiago: Edit. Jurídica de Chile., p. 534.2 Squella (2000) 535.3 DELOs, J. T. Los fines del Derecho.4 MILLAS, Jorge Filosofía del Derecho.
Siguiendo a PACHECO5 la seguridad jurídica presenta las siguientes
acepciones:
a) La seguridad como seguridad por el derecho, en sentido es un elemento
del bien común porque se presenta como garantía a todo atentado
contra los derechos de las personas.
b) La seguridad como certeza del Derecho, exige conocimiento de la
norma, sus consecuencias y su aplicación. En otras palabras, la
seguridad en su contenido. Condiciones:
- Positivación del derecho
- Derecho basado en hechos y no en juicios de valor.
- Que dichos hechos puedan establecerse con el menor margen de
error.
- Que no se encuentre sometido a cambios frecuentes.
c) La seguridad contra las modificaciones del Derecho, esto es, la
seguridad en cuanto no existan modificaciones arbitrarias.
Es así que la seguridad jurídica objetivamente implica la existencia de un
estado de organización, de un orden social, que a su vez permite el
conocimiento o posibilidad de conocimiento del actuar de los sujetos y las
consecuencias de ese actuar; subjetivamente, por otra parte, implica la
convicción que tiene una persona de que la condición de que goza no será
modificada. En este mismo sentido, la seguridad como vivencia, señala
PACHECO6, involucra certeza y confianza.
Es por ello que en principio todo ordenamiento jurídico por su sola
existencia brinda seguridad jurídica.
Siguiendo a SQUELLA7 las condiciones de existencia de la seguridad
jurídica son las siguientes:
1) Existencia de las normas jurídicas que regulen las relaciones sociales
y establezcan las consecuencias jurídicas de su cumplimiento y
desobediencia.
5 PACHECO, Máximo (1990) Teoría del Derecho. 4ª ed. Santiago: Edit. Jurídica de Chile., p. 494.6 PACHECO (1990) 495.7 SQUELLA (2000) 537.
2) Preexistencia de dichas normas a los comportamientos que con
posterioridad va a ser juzgados en la aplicación de las mismas.
3) Objetividad de las normas.
4) Impersonalidad de las normas, que implica la generalidad de la
misma y que no constituya discriminación arbitraria.
5) Publicidad de las normas por medios que aseguren su oportuno e
íntegro conocimiento por parte de los sujetos.
6) Autoridad de las normas, pues deben tener la garantía del poder
público.
A su vez de acuerdo a Füller se requiere:
a) La eficacia del Derecho, la norma debe ser aplicada y obedecida.
b) Estabilidad, sin perjuicio de reformas.
c) Precisión de la norma, delimitar claramente la conducta regulada y su
sanción.
d) Igualdad en la aplicación de la norma, con un mínimo de
excepciones.
e) Conocimiento de la norma por sus destinatarios.
Por otro lado, se dice también que la seguridad jurídica es una
dimensión ontológica del derecho, pues ésta tiene una mayor vinculación con la
vida jurídica al poder sólo ser realizada a través del mismo (no así como la
justicia o la paz que no necesariamente se vinculan a él); además en el
derecho ella halla su condición de existencia, puesto que ya la sola existencia
de un orden jurídico provee de seguridad; y por último, sin ella un derecho no
puede ser considerado propiamente como derecho8
Sin embargo, la seguridad jurídica, para otros autores como Radbruch,
no se provee por la sola existencia de un ordenamiento jurídico, ya que por una
parte han existido algunos donde ella es escasa e incluso nula, y por otra, no
se puede realizar con la sola positivización, ya que ha de ampararse en cierta
legitimidad que implica el reconocimiento de ciertos valores indispensables en
el desarrollo social, en otras palabras, ha de presuponer la existencia de un
Estado de Derecho.
8 SQUELLA N. (2000) 538.
Manifestaciones de la seguridad jurídica:
1. Ficción de conocimiento de la ley. Art. 8 del CC “Nadie puede alegar la
ignorancia de la ley una vez que ésta haya entrado en vigencia”. En
virtud de este conocimiento, aunque sea presunto, se cumple con el
aspecto objetivo y subjetivo de la seguridad jurídica, pues alberga en sí
la existencia de un orden social y además implica la confianza en que
los demás individuos conocen la norma, y en consecuencia, puedan
cumplirla.
2. Principio de reserva legal en materia penal y tributaria. Art. 19 Nº 3 inc.
final “Ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se
sanciona esté expresamente descrita en ella”. Art. 19 Nº 20 La
constitución asegura a todas las personas “la igual repartición de los
tributos en proporción a sus rentas o en la progresión que fije la ley…”.
Manifestaciones de los principios nula poena sine lege, y sin ley no hay
tributo. Estas constituyen garantías en la realización de la seguridad
jurídica ya que previenen y otorgan el conocimiento necesario para
adecuar las conductas.
3. Irretroactividad de la ley. Como ya se estudió el semestre pasado, la
irretroactividad de la ley asegura que éstas no sean aplicadas a casos
acaecidos con anterioridad a su entrada en vigencia, por lo que se
vincula estrechamente con la ficción de conocimiento de la ley.
4. Cosa juzgada. Al estudiar la jurisprudencia como fuente del derecho,
vimos cómo una vez dictada la sentencia, y encontrándose ésta firme y
ejecutoriada de acuerdo a lo dispuesto en el art 174 CPC, no se podía
volver a discutir el asunto, eso sí, una vez cumplida la triple identidad.
En virtud de este efecto de las sentencias judiciales, se permite la
conclusión de los conflictos jurídicos, ayudando a la concreción de la
seguridad jurídica, puesto que aquél que haya ganado o perdido, sabrá
que ese conflicto no podrá renacer.
5. Prescripción: La prescripción constituye un modo de extinguir las
acciones y derechos de un individuo por no haberlas ejercido durante un
cierto lapso de tiempo o bien un modo de adquirir una cosa por haberla
poseído por un cierto período, en ambos casos, cumpliendo los demás
requisitos legales. La prescripción es una institución transversal, la
encontramos en casi todas las ramas del derecho, pero su regulación
más acaba se encuentra en el Código Civil Arts. 2492 y ss., en virtud de
la misma, se espera la conclusión de los conflictos y consolidación de
los derechos, pues no se puede vivir todo el tiempo con el miedo a que
un acreedor exija el cumplimiento de una deuda, ni mucho menos
esperando que aquel dueño negligente pretenda recuperar la cosa que
ha olvidado.
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