Post on 21-Jul-2016
description
NUEVAS ANOTACIONES EN TORNO A LA NOCIÓN DE
`REFERENCIA´: EL ARGUMENTO DE PERMUTACIÓN. Lisardo San Bruno de la Cruz.
En 1980, Putnam realiza una analítica onto-semántica sobre el caso de los ítems deícticos
del léxico cotidiano. Cuando dos individuos profieren la proposición `Este es mi coche ´, el
estado mental de ambos sujetos es semejante; no obstante, el darse de la noción deíctica
`este ´ representa objetos bien distintos. Este caso tan trivial patentiza la imposibilidad de las
llamadas teorías mágicas de la referencia, en las que el estado interno –considerado
holísticamente- hace variar el significado de un ítem, con lo que la misma noción de
`significado ´ sería difícilmente captable sino se conservase una identidad intensional.
Los términos de los géneros naturales también sirven para confutar estas teorías.
Siguiendo con el conocido mundo de la Tierra Gemela, supóngase unos sujetos idénticos a
nosotros, pero con unos conocimientos físico – químicos premodernos. En tal mundo,
cuando un individuo profiere el ítem `agua ´ no se refiere al compuesto químico H2O, sino a
otro diferente. La conclusión de Putnam siempre es la misma: identidad mental entre los
individuos de los dos mundos, pero el mismo concepto denota objetos diferentes; algo así
como el estado interno (mental) globalmente considerado de los sujetos que profieren la
proposición no determina la representación –el significado extensional-
Complicando el ejemplo en que la referencia de `agua ´ es distinta porque
representa sustancias químicas distintas, podría afirmarse que lo que sucede es que existen
dos tipos de agua, y no toda agua es necesariamente H2O. Considérese que el líquido que se
denomina agua en la Tierra Gemela, a parte de ser un compuesto químico diferente, cuando
un terráqueo de nuestro mundo la tomase sentiría un sabor bien distinto, incluso podría
suponerse tóxica, -sus leyes físico – químicas serían obviamente desemejantes al compuesto
H2O. Con todo, aún podría insistirse en que la referencia no queda determinada por el estado
mental individual, sino que queda establecido por la globalidad de estados mentales de una
sociedad comunicacional. Los estados mentales colectivos tampoco fijan la extensión de los
ítems conceptuales. Puede suponerse que los estados mentales colectivos de ambas
comunidades lingüísticas son altamente semejantes, elévese a identidad mental holísticamente
1.
considerad; no obstante, cuando profieren términos de géneros naturales la extensión del
discurso de sus términos es bien distinta, se trata de sustancias, de compuestos químicos
distintos. Ahora bien, ¿significa todo este montaje semántico de dos mundos posibles que el
alumbramiento de los saberes especiales tecno – científicos hace variar la extensión de los
términos? Asertar tal tesitura, aproblemáticamente, nos inmergiría en aporías cuasi –
insolubles.
Putnam afirma que la intensión de los ítems se conserva desde un principio, no
hay variación de significado de los conceptos a pesar del progreso científico. El
descubrimiento químico `El agua es H2O ´ no varía la intensión, ni la extensión ordinario –
colectiva de la comunidad, ahora se cuentan con nuevos usos del ítem, usos tecno – químicos,
la diferencia intensional no queda explicada por los adelantos derivados de los
descubrimientos científicos. Más aún, tampoco la extensión porque los términos de los
géneros naturales como `agua ´ usados en la Tierra y en la Tierra Gemela, aunque el estado
mental de la comunidad lingüística, holísticamente considerada, sea idéntico, sus ítems
denotan sustancias distintas. Los eventos internos ya sean de factura individual o colectiva,
no acotan la extensión de los términos. Putnam argumentó que la “sustancia misma” dirige
la praxis extensional de los ítems. Así lo expresa el propio autor: “Lo que nosotros
queríamos decir con la palabra ` agua ´ abarcaba desde un principio todo aquello que tuviese la
misma naturaleza que la sustancia local identificada por ese término; y nosotros descubrimos
que el agua, en ese sentido era H2O; lo que la gente de la tierra Gemela quería decir con la
palabra `agua ´ abarcaba desde un principio la sustancia de su entorno identificada por ese
término, y sus expertos concluyen que el `agua ´ en ese sentido, era una mezcla de dos
líquidos” (1).
Putnam enfatiza, una vez más, la imposibilidad de fijación extensional vertebrada
en términos de identidad interno- mental, ya sean individual o de forma comunitaria. Este
énfasis le permite aseverar la imposibilidad de ser referenciales los juegos sintácticos
ejecutados por los cerebros en tinas. Lo que se trata de plantear es cómo se fija la extensión de
los conceptos , rechazadas las llamadas teorías mágicas de la referencia con su explicación
sobre los estados mentales (individuales o colectivos). Para analizar el problema que nos
ocupa recuérdese algunas precisiones técnicas lógico – formales. Por ejemplo, la extensión
2.
del ítem `golfo ´ se aplica al conjunto de objetos de las que tal ítem es verdadero; ahora bien,
este término puede contar con una intensión bien distinta dependiendo de la situación en que
se profiere `Golfo ´ puede referirse al conjunto de accidentes costeros, o al conjunto de
individuos libertinos cuando hay ambigüedad en el sentido de términos del léxico natural,
supondremos sub – índices `golfo1 – golfo2 ´ en el término que canonicen diferentes
extensiones.
La noción `yo ´ proferida por individuos desemejantes no es extensional sino una
“función – extensión” (x) de la palabra `yo ´ designa el valor del que profiere, el hablante x y
su extensión consiste solamente en el mismo. El argumento `x ´ se denomina índice en
semántica, se precisa para “todos aquellos parámetros relevantes usados en la descripción del
contexto” (2).
Para usos semánticos los índices sirven para detallar caracteres contextuales,
temporales y objetos a los que nos referiremos de forma ostensiva. En la semántica de los
mundos posibles se supone un conjunto de objetos abstractos que denotan versiones actuales
o posibles del mundo, y cada ítem actual o posible lleva aparejada una función. Esta
asociación de una función al término se denomina función – intensión. A `golfo´ se le asocia
(M) donde M representa cada mundo posible en que son posibles el conjunto de objetos que
denotan tal término. De forma similar legislamos los predicados diádicos o n-diádicos como
n-conjuntos de objetos ordenados en cada mundo posible. La intensión de `yo´ en cada mundo
posible varía contextualmente, su función – intención aliará los índices precisos en cada
contexto de uso. Putnam pretende, heredada de Carnap, habilitar la función – intensión
porque determina la extensión en cada mundo posible, y permite diferenciar significado e
intensión. Dos ítems lógicamente equivalentes tendrían idéntica extensión en cada mundo
posible, su intensión sería idéntica; por tanto. Una teoría semántica aquilatada ha de
diferenciar ítems con el mismo significado, y términos que únicamente son formalmente
equivalentes.
La semántica de mundos posibles construye conjuntos de objetos y adscribe funciones
que son de factura extramental- formal, en ningún caso se postulan representaciones- imágenes
mentales o descripciones de tales eventos mentales. Así pues, las diferencias de significado
no son recogidas por la función – intensión – propuesta, comprender un término cualquiera
3.
requiere “algo más” que aparejarlo intensionalmente. De lo que se trata es de indagar el cómo
nos referimos a los objetos extramentales, una vez liquidada la mágica facultad de captación
mental de objetos públicos exteriores a la propia mente, no hay aprehensión o intuición de
entidades fuera de mi mente.
La actitud proposicional `Juan cree que el suelo está encerado´ designa una
proferencia en que el hablante es capaz de referirse a un suelo encerado; pero la creencia del
hablante versa sobre un contexto y unas circunstancias concomitantes con las que
normalmente se encuentra familiarizado el hablante, no es algo así como un proceso mental
inmergido en las interioridades representacionalistas del hablante. Los fenomenólogos
ejercitan la noción de epojé cuando hablan de lo que acontece mentalmente sin contaminación
ontológica alguna, sin referencia a lo real externo. La adscripción de creencias mediante el
método de la puesta entre paréntesis posibilita hablar o describir únicamente estados mentales
sin comprometerse con lo que sucede de facto en el mundo real objetivo. En esta tesitura,
cuando uno de nuestros interlocutores gemelos de la Tierra Gemela profiere `Hay agua en el
cubo ´ se encuentra en un estado mental idéntico al mío si yo mismo hubiera proferido tal
aserción, aunque nuestros conceptos de `agua ´ denotan objetos distintos. Dicho con Putnam:
“El recurso de la puesta entre paréntesis resta las implicaciones de la locución ordinaria de
creencias (todas las implicaciones que se refieran al mundo externo, o a lo que es exterior a la
mente del sujeto pensante)” (3).
La puesta entre paréntesis holística de la batería credencial forma la versión de un
“mundo nocional”. En la tierra Gemela cuentan con el mismo mundo nocional, pero sus
ítems refieren objetualidades distintas a los nuestros. La noción de `significado ´ tradicional
ha quedado diluida. Extensión e intensión no están inherentemente relacionadas al mundo
nocional. Una teoría del significado no puede admitir que el mundo nocional fija la intensión
de los conceptos; intensión, en la que un mundo posible considerado como el actual,
determinaría la extensión de lo ítems y los valores veritativo – funcionales de las
proposiciones.
Tradicionalmente, se creía que los “constreñimientos operacionales” y los
“constreñimientos teóricos” se engarzaban a la forma en que interpretamos las proposiciones
en nuestro léxico. Un constreñimiento operacional afirma que una proposición es verdadera
4.
si y solo si pasa el resultado de la prueba, el test que hemos construido para verificarla. Tal
operacionalismo, en su versión ingenua, ha sido descartado porque la relación corpus teórico
y experiencia es de factura probabilística, y el maridaje formal siempre es incompleto. El
engarce lingüístico – formal teoría – mundo no es únicamente semántico, y se encuentra en
perpetua revisión empírica. Según tal versión operacionalista, los nuevos test de
comprobación, las nuevas pruebas descubiertas se traducen en una variación del significado y
la referencia de los términos. La contrastación de teorías habría de realizarse proposición por
proposición una vez convenido o estipulado operacionalmente el significado de los ítems. No
obstante, Quine describe la contrastación de teorías como una práctica eminentemente
holística en que los corpus teóricos han de habérselas con la experiencia de forma global. La
batería constriccional de factura operacional en la línea del operacionalismo primitivo
pretende, según la analítica de Putnam, subrayar co – relaciones semánticas entre
proposiciones y ciertas circunstancias experienciales. Siguiendo el caso usado por Putnam , la
aseveración `Hay corriente eléctrica por este cable´ queda yesada – ligada con el darse
efectivo de una condición experiencial del tipo `la aguja del voltímetro se mueve al ser
aplicada al cable ´. El significado de la aseveración depende de la maquinaria tecno –
científica empleada en la medición; esto es, si en lugar del voltímetro se usase otro
instrumento podría argumentarse que la noción de `electricidad ´ ha mutado su significado.
Putnam advierte que la co – relación signos – contenido óntico se incardina en un cuerpo
teórico holístico, corpus falible y susceptible de revisión.
Existen versiones operacionalistas que han remodelado su anterior
posicionamiento. Pueden estipularse constreñimientos operacionalistas que alíen relaciones
probalísticas entre la experiencia y teoría, las condiciones de verdad de las proposiciones.
También tales constreñimientos serían empíricamente revisables, no se concebirían como
simples convenciones de significado, sino como formas restrictivas de la “clase” de
interpretaciones plausibles. “Así, uno podría restringir la clase de interpretaciones (asignaciones de
intensiones a los predicados de su lenguaje) admisibles, de acuerdo con constreñimientos de la forma:
`una interpretación es admisible si la mayoría de las veces la oración S es verdadera cuando se satisface
la condición experimental E ´ (respectivamente, si la mayoría de las veces la oración S es falsa cuando
satisface E)” (4).
5.
Así concebido, una batería ideal constrictiva operacional no es una mera
convención, es aquello a lo que en la práctica concreta de investigación nos aproximamos.
Los investigadores racionales, suponiendo que ejerciten sus prácticas del mejor modo
posible, restringen la clase de interpretaciones admisibles de acuerdo con una batería de
constreñimientos operacionales impuestos; en algo así, como en un “equilibrio reflexivo”.
Los constreñimientos operacionales en uso impuestos por la comunidad de expertos son
aproximaciones o estimaciones racionales en perpetua revisión. Este tipo de operacionalismo
sofisticado edificado por Brigman de clara inspiración peirceana trataría de trazar un puente
semántico directo entre proposiciones teóricas y sus co-relatos ónticos. Tal puente sería
diseñado por una batería operacional constrictiva definida como una `relación semántica´
directa, en términos probabilísticos, que “pega” lo teórico proposicional a condiciones
experienciales. Tal batería constriccional determina las condiciones veritativas de las
afirmaciones de la teoría, pero no fija la referencia de tales afirmaciones teóricas. En tal
tesitura, debemos asumir que nuestra teoría atribuye un ámbito extensional a sus expresiones
teóricas; atribución por ejemplo, a un ámbito de sense – data engarzado directamente a la
teoría, aún en este caso, la batería de requerimientos operacionales, que co – relaciona signos
teóricos y condiciones experienciales, sería una batería de ligazón semántica directa.
A parte de esta clase de constreñimientos operacionales pueden ejercitarse otro
tipo de constreñimientos relacionados con los caracteres lógico – formales del propio corpus
teórico. Estos son los constreñimientos teóricos impuestos a la hora de seleccionar
interpretaciones plausibles La imposición del principio de causalidad en la teoría es un tipo
de constreñimiento teórico típico. Este tipo de constreñimientos más que para la selección de
interpretaciones posibles se usaba para la aceptación o no de teorías. El principio del
conservadurismo, por ejemplo, refleja el caso propuesto, pero puede ser reducido en clave de
selección interpretativa. Así una teoría que descarte gran cantidad de creencias admitidas en
una comunidad científica, quedaría rechazada si contásemos con otra que diese cuenta de los
mismos fenómenos y conservase nuestra batería credencial inicial. Esto puede ser
reconstruido del siguiente modo: Una interpretación admisible proporciona proposiciones
verdaderas durante mucho tiempo, en tanto no se produzca una revisión de constreñimientos
operacionales excesivamente brusca. El orden de simplicidad es un constreñimiento teórico
6.
aceptado a priori en toda edificación de lógica inductiva sobre la selección hipotética admitida
a partir de unos datos determinados. Expresado con Putnam: “El constreñimiento . `El
conjunto de oraciones verdaderas bajo una interpretación no debe tener un grado inferior de
simplicidad que cualquier otro conjunto que posea las mismas consecuencias observacionales
y experimentales´, correspondería en lógica inductiva al constreñimiento que conmina a
aceptar la hipótesis más simple ( o la más plausible) entre aquellas que son compatibles con
las observaciones que se llevan a cabo” (5).
Interpretar nuestro léxico asignado intensiones a sus ítems se efectuaría mediante
los dos tipos de constreñimientos expuestos, nuestra estructura cognitiva podría estar en
condiciones de reconocer si un corpus teórico ha de contener proposiciones vinculadas con
experiencias a través de la imposición de constreñimientos operacionales probabilísticos. Aún
más, la imposición de tales constreñimientos para la contrastación de léxicos determina la
extensión de los ítems conceptuales, lo que posibilita a la estructura cognitiva interpretar el
nivel de operatividad del esquema conceptual; es decir, la verdad contenida en la batería
proposicional.
La captación de la semántica correcta permitiría a la estructura cognitiva del sujeto
saber cómo el mundo de los objetos ha de darse para que un esquema conceptual sea
verdadero; ya que las intensiones de los términos se edifican a través de los constreñimientos
aceptados. La colectividad racional especialista en su respectivo saber especial dispondría de
algo así como la “información correcta de la contextura lógica – formal y credencial de cierto
esquema conceptual aceptado”; lo que parecería constituir una versión aquilatada del modo
en que queden determinadas la intensión – extensión de los ítems. No obstante, el edificio
diseñado ha sido demolido por Quine. Putnam reconstruye sus argumentaciones para explicar
las fallas del sistema tradicional. La fijación de intención y extensión de las nociones
quedaba determinada a través de la fijación de las condiciones veritativas de las proposiciones.
`` Los constreñimientos operacionales y teóricos impuestos por la comunidad especialista
racional de investigadores fijan las proposiciones verdaderas de su léxico teórico. Lo que
sucede, es que la estipulación de tales constreñimientos no determina la extensión de nuestros
ítems ni directa, ni indirectamente porque no sirve conservar una batería de constreñimientos
que estipulen las proposiciones verdaderas y asignar valores de verdad a las proposiciones
7.
para intentar determinar la extensión de los términos individuales. La extensión de los ítems
individuales, a pesar de la estipulación de constreñimientos de cierta índole que fijan las
condiciones veritativas de cada proposición de un léxico en cada mundo posible, permanece
indeterminada drásticamente. Sería posible interpretar un léxico de varias formas y no se
daría incompatibilidad con los valores de verdad especificados de cada proposición en cada
mundo posible ´´ (6).
El parágrafo de Putnam que hemos citado enfoca la esencia del argumento de
permutación aplicable al andamiaje meta – teórico de la teoría de modelos. Comencemos con
las acotaciones lógico – formales usadas por Putnam para subrayar la indeterminación
extensional - inspiradas en la relatividad ontológica de tradición pragmática - El teorema es
el siguiente:
` TEOREMA:
Sea L un lenguaje con los predicados F1, F2 ... Fk ( no necesariamente monádicos). Sea
I una interpretación que asigna una intensión a cada predicado de L. Entonces, si I es no – trivial, en
el sentido de que al menos un predicado tiene una extensión que ni es vacía ni universal al menos en un
mundo posible, existe una segunda interpretación j que coincide con I, pero que satisface las mismas
oraciones que I en cada mundo posible” (7).
Lo que enuncia tal teorema es la existencia de dos interpretaciones distintas sobre
idéntico léxico que preserva las condiciones veritativas de los predicados no – triviales de tal
léxico en cada mundo posible. La prueba del teorema tal y como la expone el autor que nos
ocupa es la siguiente:
` PRUEBA:
Sean W1, W2 , ... todos los mundos posibles, en alguna ordenación adecuada, y
sea Ui el conjunto de todos los individuos posibles que existen en el mundo Wi. Sea Rij el
conjunto que constituye la extensión del predicado Fi en el mundo posible Wj de acuerdo con I
( si Fij es no mónadico, entonces Rij será un conjunto de ni – tuplos, donde ni es el número de
lugares del argumento de Fi) La estructura Uj ; Rij (i = 1 , 2 , ... K) es el “modelo
proyectado” de L relativo a I en el mundo Wj y ( para i = 1 , 2 , ... K) Rij es la extensión del
predicado Fi en Wj.
8.
Si al menos un predicado, por ejemplo Fu , tiene una extensión Ru j ,
seleccionamos una permutación Pj de Uj tal que P1 (Ruj ) Ruj . De lo contrario sea Pj la
identidad. Ya que Pj es una permutación, la estructura Uj ; Pj (Rij) (i= 1, 2, ... , K) es
isomorfa a Uj; Rij (i = 1, 2, ... , K y , de este modo, es un modelo para las mismas
oraciones de L ( es decir, para las oraciones de L que son verdaderas bajo I en Wj).
Sea j la interpretación de L que asigna al predicado Fi ( i = 1, 2 , ..., K) la
siguiente extensión: la función i (W) , cuyo valor en cualquier mundo posible Wj es Pj (Rij)
En otras palabras, la extensión de Fi en cada Wj bajo la interpretación j se define como Pj
(Rij) . Ya que Uj; (Rij) ( i = 1 , 2 , ... , K) ( por el isomorfismo, en cada mundo posible son
verdaderas las mismas oraciones bajo I y bajo j, y j difiere de I en cada mundo posible en el
que al menos un predicado tiene una extensión no trivial q. E. D.” (8).
El isomorfismo entre dos estructuras en teoría de modelos entraña el que sean
estructuras homólogas, del mismo tipo lógico, elementalmente equivalentes; no obstante,
modelos homólogos no son necesariamente isomórficos. El teorema y la prueba vertida por
Putnam acota una extensión predicativa no trivial, en todos los mundos posibles, pasible de
permutación que preserve el isomorfismo, la equivalencia lógica, y la satisfacción de
idénticas proposiciones teóricas y; sin embargo, los co – relatos ónticos de tales
proposiciones han variado de forma drástica, la referencia vaga –flota-vibra sin una determinación
pretendida. El que una teoría pueda ser modelada y/o reducida a otra no entraña problema
alguno para un formalista, una batería proposicional puede ser representada en múltiples
estructuras distintas, lo relevante es que tales estructuras sean isomórficas. No obstante,
para un enfoque realista metafísico es de capital importancia averiguar si el conjunto óntico al
que se refiere la teoría reductora es idéntico o distinto al conjunto óntico de la teoría reducida,
el realista de cuño metafísico ha extraviado a El Mundo.
Construyamos – ilustremos un ejemplo que muestre el método de la prueba
ofrecida por Putnam sin reparar en la estructura lógico – formal ( teorema, prueba,
comentarios) de la propia prueba. La proposición `El suelo está encerado ´ interpretada al
uso es verdadera en todos los mundos posibles en los que existe un suelo y se encuentra
encerado. `Suelo ´ se refiere a suelos y `estar encerados ´ se refiere a tal actividad cotidiana de
mantenimiento de suelos. Pues bien, nuestra proposición puede ser reinterpretada
9.
vilentamente de manera que `suelo´ denote armarios y `estar encerados´ se refiera a estar
barnizados, sin que tal forma de reinterpretar la proposición inicial varíe sus condiciones
veritativas en cada mundo posible.
Pueden definirse las propopiedades de ser un `suelo ´ y `estar encerado´ de acuerdo
con los siguientes casos:
1. `Algún suelo está encerado y algún armario está barnizado'
2. `Algún suelo está encerado y ningún armario está barnizado ´.
3. Ningún caso de 1 y 2 .
Definición de suelo: X es un suelo si y solo si cumple el caso 1 , X es un armario;
o se cumple el caso 2 y X es un suelo; o se cumple el caso 3 y x es un armario.
Definición de estar encerado: X es `estar encerado ´ si y solo sí se cumple el caso
1 y X es estar barnizado; o se cumple el caso 2 y X es estar encerado, o se cumple el caso 3
y X es estar sucio.
La proposición `El suelo está encerado ´ 1 y su reinterpretación `El suelo está
encerado ´2 en los mundos posibles del caso 1 son ambas verdaderas, porque el armario
está barnizado, todos los armarios denotan suelos y estar barnizado se refiere a estar encerado.
Las proposiciones 1 y 2 en los mundos posibles bajo el caso 2, son verdaderas.
Los ítems suelo1 y suelo2 son coextensivos. En las situaciones contrafácticas bajo el caso 3.
`El suelo está encerado ´ y el `El suelo está encerado ´ son ambas falsas ya que el armario no
esta sucio, sino barnizado. Es decir la reinterpretación de la proposición `El suelo está
encerado´1 a la proposición `El suelo está encerado 2 ´ tan solo varía las intensiones de los
términos oracionales, son dos proposiciones que significan lo mismo per definitionem, lo
cual no viola la asignación de las condiciones veritativas de la proposición en cada mundo
posible. Concluyendo: “Se sigue que siempre hay un número infinito de diferentes interpretaciones
de un lenguaje que asignan a las oraciones los valores de verdad correctos en todos los mundos
posibles, sin que importe el modo en que se especifiquen tales valores veritativos” (9).
Las condiciones veritativas de la proposición `El suelo está encerado ´ no puede
excluir el que `suelo ´ se refiera a los armarios. Los valores veritativos asignados a
proposiciones completas dejan indeterminada la extensión de sus términos, la referencia
queda subdeterminada. La reinterpretación de suelo1 como suelo2 no muestra una aporía
10.
desencaminada. Los valores de verdad de las proposiciones por sí mismas no pueden decidir
si nos encontramos ante tal o cual objeto. Puede reinterpretarse `Juan observa un suelo1 ´
como ` Juan observa un suelo2 ´ y ambas contarían con los mismos valores veritativos. En
esta tesitura, cuando Juan tiene la percepción de suelo 1 esta percibiendo el suelo2 . Si se
interroga a nuestro observador qué denota con el término `suelo ´ contestará que suelos, sea
cual sea la extensión en cada mundo posible del término `suelo´ . Sigue la cuestión sin
contestar, cómo se determina la referencia. Plantear la posibilidad de que un ingenio tecno –
mecánico pudiese decidir si son suelos 1 o suelos 2 es recaer en anteriores errores. También
puede argumentarse que cuando Juan observa un suelo se refiere a ciertas propiedades físico –
químicas propias de los objetos característicos y no de otros cualesquiera. En esta tesitura,
Juan cuando observa suelos2 esta refiriéndose a objetos equivocados, el que un suelo se
refiera a suelos depende de sus propiedades intrínsecas. La polaridad propuesta entre
propiedades extrínsecas e intrínsecas no nos permite desacreditar las reinterpretaciones
violentas de las proposiciones frente a una interpretación estandarizada. De lo que se trata es
de reconocer que ninguna propiedad es en sí misma inherente o aliena, la excentricidad o
intrinsicidad depende de cómo nosotros lo estipulemos, y de qué propiedades convengamos
en asignarles un carácter primitivo o básico.
Otra forma de habérselas con la cuestión de la referencia es acudir a un símil
evolucionista. En cierto modo, cotidianamente considerado, léxico, representación mental y
objetos externos se corresponden, hemos evolucionado y sobrevivido gracias a tal mágica
correspondencia. Ciertos pensadores enlazan la cuestión del peregrinaje humano mundano
con la cuestión de que nuestras creencias, holísticamente consideradas, sean verdaderas.
Otros pensadores afirman que nuestro conjunto de creencias científicas actuales mejor
establecidas no precisan ni siquiera ser verdaderas para ser exitosas u observacionalmente
adecuadas, tan solo el método de ensayo y error permite progresar a la ciencia, y no una
correspondencia entre sus términos y los objetos reales. Esta tesitura instrumentalista no ve en
la evolución una idea válida que posibilite una explicación de cómo se fija la referencia a
través de una batería credencial verdadera – objetiva. La égida instrumentalista cree que la
evolución relaciona ítems observacionales con algo así como “posibilidades” constantes de
percepción. La extensión no puede quedar determinada por esta relación, los objetos
11.
perceptibles no son meros constructos a partir de percepciones. Putnam piensa que se
sobrevive, precisamente, porque una gama de nuestras creencias es aproximadamente
verdadera. La cuestión del éxito de nuestras teorías no puede fundamentarse en un método de
ensayo y error. “El ensayo y error no explica porqué nuestras teorías son observacionalmente
adecuadas; tal explicación solo puede darse en relación con las características de la
interacción hombre-medio, siendo estas las que explican el éxito del ensayo y error” (10).
Parte de nuestra batería credencial se encuentra vinculada con consecuencias
prácticas relativas a posibles acciones provechosas. Bajo una versión cotidiana, las creencias
dirigen una praxis ordinaria que posibilitaría un fin, un propósito esperado. Esta clase
credencial que dirige las acciones hacia la consecución de metas pueden llamarse creencias
directivas; el que sean aproximadamente verdaderas, holísticamente consideradas, garantiza
nuestra supervivencia. Las creencias directivas se encuentra incardinadas en toda la batería
credencial orientadora de nuestra descripción del pulular habitual en la comunidad. Es
necesario que un conjunto de nuestras creencias directivas sean aproximadamente verdaderas,
y que estas deriven del conjunto total credencial que interpreta nuestro mundo estándar, con
lo que es razonable creer en la versión credencial mundana con que contamos como una
versión aproximadamente verdadera, si fuera falsa difícilmente podría concebirse el
fenómeno de la supervivencia.
Es posible que no nos referiramos con nuestra batería credencial a los objetos que
se denotarían en una versión estandarizada. Estamos trayendo a colación una nueva situación
contrafáctica con el habla modal. `Es posible que...´ en que imaginamos una interpretación
no estándar de nuestros términos. Los ítems referentes a nuestras creencias bajo ambas
versiones coinciden. La proposición `Juan cree que la corbata es la apropiada para el
banquete ´ cuenta con los mismos valores de verdad y la misma interpretación en las versiones
estándar y no estándar. Consecuentemente, si las creencias directivas de la versión no
estándar son aproximadamente verdaderas, se logran las metas esperadas y la supervivencia.
Los valores veritativos, no solo del paquete de creencias directivas, sino de cada
proposición tanto de la interpretación habitual como de la versión no etandar son las mismas;
el que creamos que sean aproximadamente verdaderas modulan nuestro “éxito evolutivo” en
ambas situaciones. Nuestras creencias directivas en ambas situaciones están asociadas a las
12.
mismas imágenes mentales (experiencias subjetivas) y los mismos valores de verdad. Dicho
de otra forma, se precisa una aproximación verdadera de una gama suficiente de creencias
directivas que engarcen con acciones pertinentes de acuerdo con cualquier mundo posible.
Evolución significa un tender a baterías credenciales verdaderas, se admite una implicación
de factura gramatical de la evolución sobre la supervivencia en su tendencia a la modulación
de ciertas estructuras gramatológicas, cuyas proposiciones cuentan con condiciones
veritativas, condiciones de acción relevantes (reglas de salida del lenguaje).
No ha de olvidarse que Putnam ha demostrado que la especificación de
condiciones veritativas para posiciones completas no fijan la extensión de sus ítems y tampoco
las condiciones de acción y reglas de salida del léxico o lenguaje. La conclusión: “Se sigue
que es sencillamente un error pensar que la evolución determina una única correspondencia
(o incluso un rango razonable restringido de correspondencias) entre las expresiones
referenciales y los objetos externos” (11).
Así pues, el mundo natural subdetermina la referencia aunque la naturaleza, en
cierto modo, nos insta, nos compele a un uso terminológico vertebrante de una veracidad de
una cantidad suficiente de nuestra batería credencial directiva, directriz eminente en la
consecución de nuestras acciones, nuestra praxis sobre el mundo. La descripción quineana de
la indeterminación de la referencia es la traída a escena por Putnam. Los valores de verdad de
las proposiciones de una notación estipulada como la canónica, y los valores de verdad de otra
notación en que sus predicados y el valor de sus variables han sido reinterpretadas, continúan
siendo idénticas en ambos léxicos. Esta reflexión quineana conmina a Putnam a disolver la
creencia que relaciona ítems con objetos de forma cristalina y allende del contexto.
Retomemos el planteamiento de factura intencionalista. La referencia queda
determinada de acuerdo con nuestras intenciones de representar. Pero contar con una intención
implícita o explícita, no ayuda a abordar el problema, más bien lo ejercita sin resolverlo,
presupone el que nos referimos a tal y cual objeto.
Analícese este par de proposiciones :
1. `Tengo dolor de muelas´
2. `La hierba es verde ´.
13.
Puede considerarse que 1. representa un “estado mental puro”, el horrible estado
de dolor propio de aquel individuo que lo padece en su interior, por así expresarlo. En
cambio, 2. aún coincidiendo que nos imaginamos algo en nuestro interior cuando proferimos
tal aserción, percibimos el hecho fáctico del verdor del objeto de la hierba, esto acontece en el
extradós de mi estructura mental cognitiva. Sentir dolor es un estado mental no contaminado
empíricamente, la información exhibida en `La hierba es verde ´ puede denominarse estado
mental no puro. La cuestión que quiere destacar Putnam en estos ejemplos, aparentemente
obvios es bien conocida: El conocer conjuga estados mentales no – puros. Juan no puede
simplemente creer que la pelota está en el tejado, su creencia ha de ser verdadera; la creencia
por sí sola no aporta información o conocimiento alguno, esto es aportado por el mundo.
Seamos fenomenólogos, la creencia en praxis de epojé (Juan cree que la pelota está en el
tejado) reflejaría un mundo nocional puesto entre paréntesis, una creencia mental pura. Pero
esta creencia sin acotar presupone la veracidad credencial de Juan, se refiere a su
desafortunada acción en que tendió su balón en el tejado, y esto es un hecho real que pende del
mundo.
Las creencias, las intenciones son estados mentales no – puros. Creencias e
intenciones concebidas como mundos nocionales puestos entre paréntesis no determinan la
extensión de los términos en el mundo real. Creencias e intenciones no acotadas
fenomenológicamente presuponen ya su referencia al mundo real. La fenomenología ha
tratado de vertebrar un mundo nocional de estados mentales puros. Así `Pedro cree que la
hierba es verde´ se define como una creencia entre paréntesis en que el predicado es tal en el
mundo nocional de Pedro. Sus ítems se refieren a hierba y al ser verde en su mundo nocional.
De lo que no hay duda es de que cualquier creencia ejercita el representar algo, presuponen,
precisamente, la capacidad de referir. En la misma tesitura se encuentra cualquier acto
intencional presupone el referirse a, mi intención presupone una extensión determinada, es su
componente ineludible, la contiene. Aún seguimos buceando en el problema suscitado en
torno a la referencia, y el hecho intuitivo innegable es que nuestros términos, nuestras
representaciones, contienen una extensión.
Estipúlese que una versión admisible satisface los dos tipos de constreñimientos
aludidos anteriormente. Puede pensarse en una versión admisible no – intencional de nuestro
14.
léxico, en un mundo nocional, puestas en epojé, creencias – intenciones, se descarta la
indeterminación referencial . En la situación contrafáctica descrita por los ítems `suelo 1´ y
`suelo 2 ´ no hay ambigüedad veritativa, los términos son componentes de proposiciones con
idénticos valores de verdad, pero en mi mundo nocional `suelo 2´ se refiere a armarios, su
referente nocional es distinto.
La reinterpretación drástica efectuada sobre todo un léxico no alteraría sus
condiciones veritativas, aunque se haya realizado cambios extensionales en los términos.
Más aún, las versiones operadas sobre el léxico pueden preservar los constreñimientos
operacionales y teóricos. De forma que se asigne una función intensional a cada término que
fijaría su extensión en cada estado contrafáctico diseñado. Con ello nuestro mundo nocional
puro, nuestra batería credencial, a la hora de establecer los referentes objetivos externos a los
ítems, imágenes o cualesquiera representaciones usadas en nuestra estructura cognitiva al
reflexionar, determina sin ambigüedad la extensión de los términos en cada interpretación.
Ahora bien, el que suelo nocional y armario nocional son distintos solo se traduce en una
diferencia objetivable si el número de versiones o interpretaciones es únicamente uno. Si las
versiones admisibles son varias, como ocurre cuando la directriz en la elección de las mismas
es de factura operacional – teórica constrictiva, entonces dos ítems con extensiones distintas
en cada versión admisible, pueden contar con los mismos “referentes potenciales” en tanto se
consideran holísticamente las versiones admisibles. Las diferencias entre los ítems
nocionales no señalan diferencias entre objetos distintos. Con las palabras de Putnam: “Del
hecho de que los gatos nocionales sean distintos de las cerezas nocionales no se sigue que
haya conjuntos disyuntos es de gatos- en- sí – mismos y cerezas – en – sí – mismas; y si
esto resulta tan penoso es porque los constreñimientos operacionales más los teóricos son el medio
natural para permitir que el contexto empírico determine la interpretación (o interpretaciones)
admisibles del sistema representacional de un sujeto” (12).
La factura constrictiva operacional y teórica ayuda a fijar los valores de verdad de
las proposiciones de nuestro léxico, pero las cuestiones extensionales quedan indeterminadas.
Hartry Field, releyendo la teoría de la verdad de Tarsky, ha intentado solucionar
el problema de la referencia en términos fisicalistas, ha pretendido naturalizar la referencia
estableciendo una relación causal entre ítems (representaciones o imágenes mentales) y
15.
objetos. Reconstruyendo el argumento de Field: (1) `x “se refiere a” y si solo si x “mantiene”
R con y ´; consideramos a (1) verdadera. Siendo `R ´ una relación definible en términos
fisicalistas sin ayuda de nociones semánticas, si (1) es verdadera y empíricamente verificable,
su valor veritativo queda determinado en un léxico en que la extensión se fija por
constreñimientos operacionales y teóricos. Lo que tenemos es una proposición que compone
nuestra versión teórica del mundo en el “límite ideal” o “ equilibrio reflexivo”. Una vez más,
determinar el valor veritativo de nuestra proposición no determina la extensión de sus
términos. ¿Cuál sería la referencia de `x mantiene R con y ´ , si solo queda fijada por
nuestros constreñimientos?.
Como dice Putnam: “Cada modelo admisible de nuestro lenguaje – objeto tendrá su
correspondiente modelo en nuestro meta lenguaje , en el cual (1) se cumpla. La interpretación de `x
mantinene R con y ´ fijará la interpretación de `x se refiere a y´. Pero esta solo será una relación en
cada modelo admisible; de ninguna manera servirá para acotar el número de interpretaciones posibles”
(13).
Lo que pretende afirmar Field mediante la proposición (1) es una correlación
definida entre los ítems y sus extensiones; sin embargo, las correlaciones que se pueden
establecer, incluso las que satisfacen nuestra selección de constreñimientos son demasiadas.
Tan es así, que sigue siendo incierto cómo se elige `R ´ en nuestra proposición, no es la
verificación empírica esta depende de nuestra batería de constreñimientos, no son las
intenciones porque en la elección de `R ´ como relación definible en un léxico naturalizado
está ejercitada precisamente nuestras intenciones. Estamos situados ante el enigma de nuevo,
`R ´ constituye la referencia es un hecho al que aún no se le ha podido subsumir bajo una
explicación, parece un enigma primordial de corte metafísico – mítico.
Otro pensador, Saul Kripke,
(`kripkenstein´) ha teorizado sobre la referencia de términos
naturalizados y nombres propios cercenando las tesis descripcionistas de Frege, Russell,
Strawson y Searle entre otros. Proposiciones como `El Everest es el Gaurisanker ´,
`Hesperus es Phosphorus ´, `Cicerón es Tulio ´, `El calor es el movimiento de las moléculas´,
`La luz es un haz de fotones´, muestran identidades necesarias, verdades necesarias
físicamente necesarias. Nuestras identidades teóricas son de hecho verdaderas en nuestro
mundo, los interlocutores cuando expresan los términos conceptuales como `luz ´, `calor ´ o
16.
nombres propios como `Tulio ´ `Everest ´ intencionalmente acotan sus extensiones según
patrones físico – químicos últimos de composición, en el caso de ítems naturalizados o cadenas
causales en la red comunicacional, en el caso de los nombres propios. Tales nociones son
concebidas por Kripke como designadores rígidos en sentido fuerte, son proposiciones
necesariamente verdaderas en todo mundo posible o situacional contrafáctica. Según Kripke,
`La luz es un haz de fotones o la radiación electromagnética entre ciertos límites de longitud
de honda ´ es un enunciado metafísicamente necesario, verdadero en cualquier situación
contrafáctica. Empíricamente se descubre el hecho de que la luz es un haz de fotones, y no es
posible que no sea de esta forma, definirla la luz de otra forma sería nombrar o referirse a algo
que se asemeja a ella, pero no sería ella misma. Dice Kripke: “ Las identidades teóricas
características, tales como ` El calor es el movimiento de las moléculas ¨ , no son verdades
contingentes, sino verdades necesarias, y aquí desde luego no quiero decir solamente físicamente
necesarias, sino necesarias en el más alto grado. La necesidad física pudiera resultar la necesidad en el
más alto grado, pudiera ser que cuando algo es físicamente necesario, es siempre necesario tout court”
(14).
La objeción de Putnam sobre el particular apunta al hecho de que Kripke explica la
necesidad metafísica, verdad en toda situación contrafáctica posible, bajo un prisma físico –
químicalista y por el haz intencional – extensional de los individuos de una comunidad de
hablantes sobre “ Los hechos mundanos”. La situación de la relación de referencia `R ´
concebida en términos naturalizados, en algún léxico preminente de las llamadas ciencias
duras, presupone exactamente lo que pretende explicar cuál es la intención extensional de los
ítems; el que se defina fisicalistícamente la referencia implica en la praxis definitoria de
factura naturalizada la misma noción que se trata de definir.
En términos putnamíanos: “La opinión de Kripke según la cual `El agua es H2O ´
es verdadera en todos los mundos posibles podría ser acertada incluso si la referencia en el
mundo real se fijase solo por constreñimientos operacionales y teóricos; su punto de vista
presupone la referencia, no nos dice si la referencia está determinada o qué es la referencia”
(15).
Más aún, considerar `R ´ como la relación de referencia determinada
fisicalistícamente supone constituir un montaje metafísico último, en que algo así como un
hecho metafísico independiente de nuestros constreñimientos y nuestro haz intencional
17.
posibilita la relación de referencia. Las correlaciones que pueden
trabarse enter el mundo y nuestro lenguaje son, poco menos, que
infinitas como infinitos son los objetos mundanos ( la multiplicidad
diversa de determinaciones de la que habla Hegel en `La lógica de la
esencia ´ argumentando magistralmente en 1813 como es algo
indeterminado cuál de las determinaciones, múltiples de contenido
de un daseyn, un algo concreto,es lo esencial-fundamental en tanto
grund: su razón óntica). La proposición de Field de corte tarskiano `x se refiere a y si y solo si x mantiene una relación R con y ´, aún aceptando que sus condiciones veritativas dependen de la corrección empírica (de acuerdo a nuestros constreñimientos ) , no excluye las múltiples correspondencias candidatas a la elección de `R´ como la única relación de referencia determinada. Podría admitirse que la referencia , aunque fijada parcialmente, sea pasible de n-interpretaciones , de n-versiones admisibles y la maquinaria restrictivo-constriccional ser metafísicamente correcta. El que `x se refiera a y ´ en una versión admisible dejaría la noción de `referencia´no-explicitada, como un algo metafísicamente último, la magia que barniza los ítems semánticos. No ha de olvidarse lo que Putnam ha acentuado a lo largo de esta exposición: `` Démonos cuenta de que todas estas infinitas teorías metafísicas son compatibles con las mismas oraciones, con la misma teoría del mundo y con la misma metodología óptima para descubrir lo que es verdadero ´´ (16). AVE ATQUE VALE. Batería de notas : 1.-Putnam, H. : `Razón , verdad e historia ´. Trad. J. M. Esteban Cloquell. Madrid, Tecnos 1981, pág. 36. 2.-Putnam, H. :`Razón… ´Ob. cit. pág. 37. 3.-Putnam, H. : `Razón … ´Ob. cit. pág. 40. 4.-Putnam, H. : `Razón …´ Ob. cit. pág. 41. 5.-Putnam, H. : `Razón …´ Ob. cit. pág. 43. 6.-Putnam, H. :`Razón ...´ . Ob. cit. pág. 44. 7.-Putnam, H. : `Razón …´Ob. Cit. pág. 215. 8.- Ibidem. 9.-Putnam, H. : `Razón …´Ob. cit. pág. 46. 10.-Putanm, H, :`Razón …´Ob. cit. pág. 50. 11.-Putnam, H. :`Razón …´Ob. cit. pág. 52. 12.-Putnam, H. : `Razón …´Ob. cit. pág. 55.
13.-Putnam, H, : `Razón …´Ob. cit. pág. 56. 14.- Kripke , S. : `El nombrar y la necesidad ´. Trad. M. M. Valdés . U. N. A. M., 1985 , págs. 106-107 . 15.- Putnam, H. : `Razón …´Ob. cit. pág. 58.