CEHEGIN RUTAS MÁGICAS FRANCISCO ORTEGA BUSTAMANTE DEJALAS PASAR SOLAS.

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CEHEGIN

RUTAS MÁGICAS

FRANCISCO ORTEGA BUSTAMANTEDEJALAS PASAR

SOLAS

La noche acaba de empezar y, ya volamos como los murciélagos

Calles con sabor a viejo, como el buen vino que guardaban las bodegas de estas casonas

Rampas y faroles, como únicos testigos de la noche

Cascada iris

Mudos testigos de tiempos vividos, como la “Peña del Judío”

Dos guardianes en la noche, custodian el “Jardín del Pato”

Silencio infinito, pero…si estas paredes hablaran…

Ante la majestuosidad de la sencillez, no caben las palabras

como un faro ante el mitológico “Argos”, se asoma la torre de la Soledad al viajero

Túneles del tiempo, que nos trasladan de cultura en cultura

Chimeneas hacia el universo

Entre murallas medievales, pende la torre colgada del cielo

Torres de muralla agazapadas casi un milenio, cargan a sus espaldas con las viejas leyendas de cuando entonces

El ciprés, como árbol longevo, y firme guardián del tiempo, también conserva su baúl de los recuerdos

Fuente del señor

Mientras la higuera y las paleras beben del agua que se filtra por las viejas y enterradas murallas, la luna se asoma al “puntarrón”, para no perderse la mágia de este lugar

Piedra sobre piedra, se asentaron estas casas, ignorando que un día les cambiarían su nombre de pila, por el de “las casas colgantes”

La higuera que sembró una vez un pájaro, se aferra al tejado, intentando subsistir los mismos años que la centenaria casa

Aún se oyen en el silencio de la noche, las voces calladas por el implacable paso del tiempo, de aquéllas niñas que acudían a esta escuela

Un regalo para la vista, y para todos los sentidos restantes

Las flores en la noche, tienen colores diferentes, pero también nos regalan sus aromas de madrugada

Un gesto de simpatía, que sale de las tinieblas del silencio

Todos los hermanos humanos, deberían tomar buena nota, de estos tres compañeros abrazados en la oscuridad de la noche, y teniendo muy en cuenta, que a veces… la “oscuridad”, no esta en la noche

Casas fundidas entre murallas medievales, se remozan ante los nuevos tiempos, se ponen guapas para que las miren

Un precioso laberinto nocturno, como un gran rompecabezas de casas, pretiles y tejados

Mas de tres siglos de perpetua mirada, de rezos, de invocaciones con toda fe y de resultados, también de fiestas y de “milagros”

Dos testigos de la luz en la noche, pero con más de medio siglo de diferencia, o sea, la “abuela y la nieta”

La forja ceheginera, siempre se bastó por si sola, para embellecer cualquier rincón de nuestra mágicas y sorprendentes calles

Las sordas campanas del tiempo, fueron testigos directos, de cada acontecimiento que por aquí pasaba, así fuera un nacimiento, como el adiós de los que se marchaban

A pesar de los puñales que coronan en su torre, la hermosura recobrada le hace generosa con nosotros, regalándonos esa pincelada de belleza

Los antiguos, que eran antiguos pero no tontos, supieron acostar sus casas de tal manera, que lo firmaron con una frase: “la belleza y la elegancia de un lugar, está en su sencillez”

LOS PINOS DE LA MADRUGADA NOS PERMITIRAN RESPIRAR SU INCONFUNDIBLE OLOR DE MONTE URBANO DESPUES DE PASEAR CASI FLOTANDO POR CADA HISTORIA Y LEYENDA

Fotos: José nieto y Jesús García Pérez

Montaje y textos: Francisco Ortega Bustamante