Post on 19-Mar-2016
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Conclusiones
Los profesionales de emergencias y seguridad:
1. Hemos detectado que existen deficiencias en cuanto a conocimiento por parte de
los profesionales de los servicios de emergencia y seguridad de las peculiaridades
de cada una de las discapacidades.
2. No podemos olvidar que en una situación de emergencia, normalmente las
primeras personas que van a intervenir son las que están integradas en los Equipos
de Primera Intervención. Este personal tiene que conocer también esas
peculiaridades, incluso con una mayor diligencia, puesto que son los primeros en
apoyar a posibles personas con discapacidades diversas en los escenarios en los que
se pueda iniciar una situación de emergencia.
3. Para poder adaptarse a las limitaciones de cada persona, es imprescindible tener
estrategias básicas para poder detectar una discapacidad con rapidez en contextos
de emergencia, especialmente en aquellas discapacidades “menos visibles”.
4. Las dificultades que pueden tener personas con discapacidad en situaciones de
emergencias son extraordinarias por lo que requiere de medidas excepcionales
positivas que aseguren el éxito y minimicen el impacto. Sería oportuno la creación
de procesos, dentro de cada dispositivo, que establecieran las actuaciones
concretas en cuanto a la atención a personas con discapacidad en diferentes
contextos de emergencias.
5. La incidencia de la discapacidad en nuestra sociedad hace inevitable que cualquier
profesional de emergencias tenga que enfrentarse a este tipo de situaciones.
6. Los servicios de emergencias acudirán a requerimiento de los responsables del
centro, y requerirán información exacta de qué ocurre y dónde ocurre.
7. En los caso de que existan personas con discapacidad, también requerirán conocer
“qué tipo de discapacidad” y “dónde se encuentran”
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Conclusiones
La comunidad educativa:
1. El colectivo docente también tiene que estar familiarizado con cada una de las
discapacidades, dado que en cualquier momento de su carrera profesional pueden
contar entre su alumnado con alguna persona con discapacidad.
2. Son los docentes los que se convierten en los primeros equipos de intervención, y
sobre los que cae la primera responsabilidad de iniciar los procedimientos de
actuación, dado que conocen el alumnado, y viven en primera persona la situación
de emergencia.
3. También cae esta responsabilidad sobre el personal de servicio, colaboradores,
profesores de apoyo, monitores, etc.
4. Sobre el personal docente recae la responsabilidad de formar a todos los alumnos
para actuar en caso de emergencia. No es preciso organizar un simulacro, sino en el
día a día, los docentes pueden ir inculcando determinadas actuaciones, símbolos,
señales, etc., que “como un juego” los alumnos conozcan la forma de actuar. Al
tiempo, debe hacer partícipes al resto de alumnos de la forma en que pueden
colaborar con sus compañeros con discapacidad.
5. Quien mejor ayuda es quien está al lado. Esta es una máxima que cae por propia
lógica. La ayuda más inmediata, la proporciona quien está al lado de la persona que
la necesita. Es a estos a quienes hay que formar antes que al resto, tienen que
saber “cómo pueden ayudar”
6. Es muy importante hacer una distribución funcional de las aulas en los centros,
teniendo en cuenta las circunstancias que rodearían a una situación de emergencia
y la evacuación de las mismas
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Conclusiones
Sobre los colectivos de discapacitados y sus entidades:
1. Los colectivos de discapacitados insisten en la necesidad de articular soluciones
para poder ser atendidos de una forma eficaz en situaciones de emergencia.
2. Las asociaciones de discapacitados están realizando una labor importantísima para
acercar a la sociedad a los colectivos y que la sensibilización de todos sea una
realidad.
3. Es necesario reconocer el enorme esfuerzo que realizan para hacer cada día la vida
más fácil a sus familiares. Sin la existencia de estas Asociaciones el camino
recorrido estaría en un punto mucho más lejano.
4. Es necesario garantizar la capacidad de todas las personas con discapacidad de
poder avisar a los servicios de emergencia, sin que existan barreras que lo
dificulten, y siempre que se pueda, que lo hagan de manera plenamente autónoma
desde cualquier lugar y con garantías de comprensión.
5. El reto de los colectivos de discapacitados de eliminar las barreras y “lograr entrar”
en los lugares inaccesibles parece casi superado, ahora queda superar el “lograr
salir”
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Conclusiones
Necesidad de formación continua y conjunta:
1. La mejor forma de resolver positivamente este tipo de situaciones desconcertantes
e inesperadas para personas con discapacidad, es preparando y dando
herramientas para poder actuar adecuadamente cuando se den, por lo que la
implicación del profesorado en desarrollar habilidades de afrontamiento en este
tipo de situaciones y practicar posibles situaciones de emergencias, minimizarán el
impacto que puedan tener en personas con discapacidad.
2. Es preciso realizar acciones conjuntas de formación como la que hemos llevado a
cabo, y que se incorporen a los diferentes Planes de Formación de los colectivos
docentes y de los cuerpos de seguridad y emergencias, así como programar
formación para todos los colectivos relacionados, entre los que tienen que incluirse
a esos equipos.
3. Es fundamental, que más allá de la celebración de estas Jornadas, se aseguren
procesos de formación, fundamentalmente prácticos, que aseguren que todo
profesional que trabaje en emergencias conozca herramientas básicas para adaptar
su trabajo a personas con discapacidad.
4. Igualmente es preciso formar a la sociedad a través de campañas de comunicación
orientadas para lograr la sensibilización y fomento del conocimiento de las medidas
a adoptar ante una situación de emergencia.
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Conclusiones
Aunar esfuerzos:
1. Es preciso aunar los trabajos que se vienen realizando en este aspecto por parte de
las diferentes entidades relacionadas. Este camino no puede quedar en estas
Jornadas, sino continuar con el grupo de trabajo y encauzar los estudios realizados
para darle repercusión a nivel nacional. Para ello nos basaremos en el convenio de
colaboración que la APGES tiene con Fundación ONCE para realizar un estudio
sobre la Evacuación de Personas con Discapacidad en situaciones de emergencia.
2. La colaboración en una situación de emergencia es fundamental. Los profesionales
de emergencias son quienes mejor conocen la forma de minimizar los riesgos y las
personas de apoyo de las personas con discapacidad quienes mejor les conocen,
por lo que siempre que la persona vaya acompañada de una persona de apoyo
(profesional, padre, voluntario,...), la comunicación e interacción a través suya
puede hacer más accesible la información para ellos
3. Estos estudios y las soluciones que se planteen deben contar con la participación y
la validación de los colectivos de discapacitados, dado que son ellos los
destinatarios de las soluciones planteadas.
4. El trabajo que se realice en este ámbito será aprovechable para toda la sociedad,
dado que no solo es el educativo el entorno en el que se pueden ver involucradas
personas con discapacidad en una situación de emergencia (centros sanitarios,
hoteles, edificios públicos, centros comerciales, etc.)
5. Todos podemos convertirnos en alguna situación en discapacitados, cuando una de
nuestras capacidades se vea mermada. En estos casos, los discapacitados nos
podrán enseñar. Es preciso que todos sepamos “Qué hacer”, “Cómo hacer”,
“Cuándo hacer” y “Quien lo hace”, respecto a todas las tareas a llevar a cabo
durante una situación de emergencia, con la particularidad de que tienen que
realizarse casi simultáneas y es preciso priorizar la aplicación de cada una de las
medidas.
6. Los primeros que actúan (docentes y personal que figura en el Plan de
Autoprotección del Centro) serán los que evalúen y decidan si tienen que avisar a
los servicios de emergencias.
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Conclusiones
Sistematizar la información, herramientas ágiles. Tecnología.
1. Sería conveniente normalizar la información disponible para los servicios de
emergencia respecto a los centros docentes y las peculiaridades de las personas que
se encuentran en su interior.
2. De nada sirve que existan datos aislados en cada uno de los sistemas. Es preciso
articular un sistema que cuente con toda la información necesaria. Para ello es
necesario normalizar la información y aunarla y actualizarla en un punto común y
accesible a todos los servicios de emergencia.
3. La existencia de empresas que implican una parte importante de su capital y
empeñan esfuerzos de I+D+i para lograr la eliminación de las diferentes barreras
también está haciendo mucho más fácil el camino.
4. El empleo de las tecnologías de la información será una de las claves para conseguir
la potenciación de las capacidades de todas las personas, y por supuesto, las de las
personas que presentan alguna “discapacidad”.. La tecnología nos iguala a todos,
haciendo accesible a quienes tienen una discapacidad a los mismos recursos que el
resto.
5. Llevar un registro de las situaciones de emergencias en personas con Discapacidad
podría ayudar a establecer áreas de mejora concretas.
6. Desarrollar guías de buenas prácticas sencillas y directas para la actuación en las
diferentes situaciones de emergencias, pueden servir de ayuda para cualquier
profesional que se enfrente a una situación de emergencias, en diferentes
contextos (evacuación de un edificio, urgencia sanitaria, intervención policial,…)
7. El reto de todos: Apoyarnos en las capacidades de cada uno en cada tipo de
situación, para conseguir la máxima autonomía posible.
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Conclusiones
A los poderes públicos.
1. No debemos ni queremos suplir a los poderes públicos.
2. No queremos asumir sus obligaciones. Pero sí queremos inquietarles para que
reaccionen, porque aunque hablemos de colegios, con la seguridad no se juega.
3. Los poderes públicos deben hacer un esfuerzo en dotar de los recursos y formación
necesaria para que los encargados de dar atención durante la emergencia puedan
realizarla de una forma óptima.
4. Los poderes públicos tienen que poner todo su empeño en articular las medidas
necesarias para fomentar la igualdad de oportunidades de todas las personas en la
sociedad, y lograr que todas las personas con discapacidad puedan ejercer sus
derechos y desenvolverse con normalidad.
5. Son los poderes públicos los responsables de articular medidas para el fomento de
las capacidades de las personas en cualquier entorno y situación, para conseguir la
igualdad plena de todos los ciudadanos.