Post on 17-Jan-2016
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Más allá de los dragones.
Más allá de los dragones.
Cuando se llega al límite del conocimiento en cualquier rama de la ciencia sus
expositores entonces se ven en la necesidad de introducir o crear elementos o
creencias, que expliquen la realidad de su rincón del mundo; luego se presenta
una nueva necesidad: confirmar la creencia o rechazarla y crear una nueva. Es
aquí donde de repente nos encontramos inmersos en un fascinante ciclo de
evolución de creencias a conocimientos a través de hechos.
Nuestra concepción del mundo ha cambiado, como lo documenta la
astronomía, algunas culturas lo han plasmado de diferente manera, demos un
vistazo:
El génesis, postula que somos parte de una creación ordenada, que
existe un creador de la tierra, el cielo, el agua y el aire, implicando un
orden a nuestra visión de la naturaleza… aún está vigente.
Los egipcios plantearon la existencia de un sistema funcional de dioses,
el dios Shu, el aire, la diosa Nut, el cielo, el dios Geb, la tierra. Cada uno
con tareas específicas.
Los griegos lo explican de una forma racional, las estrellas y los
planetas se mueven uniformemente en forma circular, por un sistema de
esferas concéntricas, transparentes y cristalinas hechas de material
celestial.
Europa revoluciona el conocimiento y en el siglo XVI afirma, mediante
hechos observados, que tales esferas no existen. Adelantados ya hacia
el siglo XIX postula la existencia de un nuevo planeta y, una vez más,
mediante hechos observados, añade un nuevo planeta al esquema de
los griegos, Neptuno.
Pero debemos aceptar que existen variedad de dragones, por lo que la biología
nos da cuenta de nuestra concepción del ser humano:
En el siglo XVI surgen los primeros microscopios ópticos y con ellos la
observación de las células humanas, ese era el límite, ¿más allá?, mas
allá estaban los “homúnculos”, hombrecitos que habitaban en el interior
de los espermatozoides.
¿Y nuestra concepción del universo?, la física de partículas es una ciencia
contemporánea que también caza dragones:
Adentrados en el siglo XX, 1964, un cazador, Peter Higgs, postula la
existencia de un campo que dota de masa a las partículas elementales
(los electrones, los protones, los neutrones y otras), lo llama “el campo
de Higgs”.
Siglo XX…el dragón es cazado… julio de 2012, la Organización
Europea para la Investigación Nuclear, CERN, anuncia el
descubrimiento de un bosón que al parecer es la partícula mediadora en
el campo de Higgs, “el bosón de Higgs”. Faltan piezas pero continúa la
investigación.
Un dragón más aun por cazar por la física de partículas, la materia
oscura, materia no visible que estabiliza a los cúmulos de galaxias para
no disgregarse en el espacio, la teoría de la súper-simetría predice la
existencia de la materia oscura.
Un límite establecido por hechos observados, la expansión acelerada
del universo, ¿más allá?, se postula la existencia de la energía oscura
para darle una causa al hecho observado.
La adquisición de conocimientos plantea necesidades para conseguir sus
objetivos, confirmar o rechazar, tales como recursos e inversiones y tal vez lo más
importante: imaginación.
Mas allá hay dragones, no es más que un planteamiento de necesidades y
desafíos, creemos firmemente que los limites no hacen más que despertar la
curiosidad y la inquietud y si bien pudiera conllevar algo de miedo este se
convierte en combustible para… ir mas allá y cazar los dragones.
Referencia:
Trimble, V. & Martínez V. J. (2013). Más allá de los dragones. En: Conec,
divulgación & investigación. Recuperado el 27 de mayo de 2014, de
http://www.conec.es/2013/11/mas-all%C3%A1-hay-dragones/