Curso de liturgia 05

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TEMA

“La liturgia consta de signos y símbolos”

OBJETIVO

Reconocer y valorar que la liturgia dentro de la vida de la Iglesia está compuesta de signos y símbolos que sirven para la celebración de nuestra fe.

En la vida humana, signos y símbolos ocupan un lugar importante. El hombre, siendo un ser a la vez corporal y espiritual, expresa y percibe las realidades espirituales a través de signos y de símbolos materiales.

Como ser social, el hombre necesita signos y símbolos para comunicarse con los demás, mediante el lenguaje, gestos y acciones. Lo mismo sucede en su relación con Dios.(CEC 1146)

Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro, "ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz", sea sobre todo bajo las especies eucarísticas.

Está presente con su fuerza en los Sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es Él quien habla. Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos" (Mt., 18,20).

Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por El tributa culto al Padre Eterno. (SC 7, CEC 1088)

Una celebración sacramental esta tejida de signos y de símbolos. Según la pedagogía divina de la salvación, su significación tiene su raíz en la obra de la creación y en la cultura humana, se perfila en los acontecimientos de la Antigua Alianza y se revela en plenitud en la persona y la obra de Cristo.(CEC 1145)

CONTEMPLAMOS

La realidad del signo y del símbolo en la vida

cristiana

Se puede distinguir que la Iglesia utiliza y se vale en su liturgia de los signos y símbolos del mundo de los hombres; ya que la comunidad cristiana busca expresar y manifestar su fe a Dios.

de ahí que toda celebración litúrgica está tejida de signos, es decir, de imágenes, símbolos, gestos, objetos, elementos naturales, lugares y tiempos significativos, aun considerando la propia cultura del ser humano.

Toda celebración litúrgica se vale de elementos que le favorezcan a expresar, comunicar y transmitir el mensaje de la experiencia religiosa.

de manera que la tarea concreta de los signos y los símbolos en la liturgia es expresar y comunicar el mundo interior de

la fe de quienes toman parte de la acción litúrgica.

Estos signos y símbolos no solo están en función de la realidad antropológica del hombre, sino responden también a la presencia y realización de una salvación que es dirigida a todos los hombres desde su dimensión histórica y existencial.

La liturgia tiene como tarea introducir al hombre en la contemplación, en la celebración y en la vivencia del Misterio Pascual de Cristo (en el acontecimiento de la salvación)

al utilizar los signos y símbolos, que son las mediaciones de lo sagrado para que el hombre pueda ponerse en contacto con lo divino.

Los signos y símbolos son medios y modos de comunicación entre Dios y el hombre, al igual que sirven para la expresión y la experiencia de lo divino

que llevan al encuentro del hombre.

DENTRO DE ESTOS SIGNOS LITÚRGICOS SE ENCUENTRAN LOS SACRAMENTOS, YA QUE

MANIFIESTAN LA MISIÓN Y LA ACTUACIÓN DE LA IGLESIA COMO SACRAMENTO DE SALVACIÓN.

El encuentro del hombre con Dios puede ser posible con la ayuda de los signos litúrgicos, ya que pondrán de manifiesto la realidad de la santificación del hombre y del culto a Dios que se actúa mediante gestos y palabras.

«La liturgia esta significada mediante signos sensibles y es realizada en manera propia en cada uno de ellos la santificación del hombre». (Cfr. 1153)

CELEBRAMOS LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN EN ACCIONES SIMBÓLICAS.

El plan de Dios es a la vez historia y misterio. Es historia porque se realiza en el acontecimiento Cristo. Es misterio porque la misma y única salvación se presencializa en la persona de Cristo. La Iglesia, y, de modo singular, los signos sacramentales de la liturgia, dejan claro que misterio e historia son inseparables. En efecto, la salvación es un acontecimiento histórico que se perpetúa en el espacio y el tiempo mediante la liturgia.

La liturgia es una acción que se expresa mediante gestos simbólicos. La acción litúrgica no consiste en la reproducción histórica del acontecimiento salvífico. Tampoco consiste en la repetición mimética de unos gestos.

La Eucaristía no es la reconstrucción de lo acaecido en el cenáculo o en la cruz. En primer lugar, porque el hecho histórico es irrepetible y, en segundo lugar, porque la acción litúrgica es algo más que un factor de experiencias psicológicas o emotivas.

La liturgia actúa por vía simbólica. La liturgia es el símbolo que une conjuntamente las dos formas operativas, histórica y mistérica, de la única acción salvífica de Dios. El hecho de salvación original se hace de nuevo presente no en su realidad física sino en su realidad nueva de misterio o de acto de salvación de Dios, hoy.

La liturgia es una realidad de orden sacramental y simbólico. La mediación de unos

gestos, de unos símbolos y de unas palabras, tiene la finalidad de poner al hombre en contacto vital con la salvación, o sea, con el misterio de Cristo muerto y resucitado.

La eficacia salvadora de todos estos medios no depende de los mismos sino del propio Cristo que quiso servirse de este modo humano-divino de presencia para entrar en contacto con todos los hombres de todos los tiempos.

Los símbolos se inscriben en lo sagrado, nos introducen en un orden diferente de la realidad. Son lugares de realización del misterio, lo manifiestan aunque no lo abarcan, ni lo agotan... lo sugieren, invitan a la presencia. Es, en definitiva, abrir al hombre a una realidad divina que le sobrepasa.

LA LITURGIA CONSTA DE SIGNOS

La liturgia cristiana es un conjunto de signos (personas, gestos, acciones, cosas, tiempos, lugares, ...).

Todos estos signos no son cosas puramente externas; son siempre una realidad-puente entre un significado ligado al signo mismo y las personas para quienes el signo significa algo.

El signo no es solamente una cosa que nos lleva al conocimiento de otra, es también un medio de comunicación y de encuentro. El signo nunca manifiesta por completo la realidad que expresa y comunica sino que de alguna manera también la esconde.

Los signos elegidos por la Iglesia se han convertido en signos históricos y eficaces de la salvación y del encuentro del hombre con Dios.

Están relacionados, muchas veces, con los signos o gestos utilizados por el mismo Cristo. Los signos sacramentales son signos de la fe, como explícitamente enseña el Vaticano II:

Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios; pero, en cuanto signos, también tienen un fin pedagógico. No sólo suponen la fe, sino que, a la vez, la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y de cosas; por esto se llaman sacramentos de la "fe"…

Por consiguiente, es de suma importancia que los fieles comprendan fácilmente los signos sacramentales y reciban con la mayor frecuencia posible aquellos sacramentos que han sido instituidos para alimentar la vida cristiana. (SC, 59)

Esto quiere decir varias cosas:

los signos expresan la fe de la Iglesia que actúa como sacramento universal de salvación.

suponen y exigen la presencia de la fe en el hombre que celebra el signo sagrado; esta fe es suscitada y se apoya en la Palabra de Dios.

las acciones, los gestos y las palabras sacramentales que constituyen la celebración, también alimentan y nutren la fe que, en definitiva, es un don de Dios y acompaña a la acción ministerial de la Iglesia.

la Iglesia está llamada a explicar a los fieles los signos litúrgicos para que el pueblo de Dios pueda participar activamente, con profundidad. La Iglesia debe introducir a sus hijos en la vivencia del misterio: es lo que se llama mistagogía.

Dimensiones del signo litúrgico

Todo signo litúrgico:

Rememora los hechos y palabras de Cristo, los de la Antigua Alianza que anunciaron y prepararon la plenitud de la salvación.

Demuestran las realidades invisibles presentes, la gracia santificante y el culto a Dios.

Prefigura la gloria que un día se manifestará y el culto a la Jerusalén celestial (Cfr. SC 8).

Prepara al ser humano para hacer vida lo que celebra hoy y espera alcanzar en el futuro.

Podemos dividir los signos litúrgicos en cuatro grupos:

•Las personas: el asamblea, el presidente, los ministros.

•La Palabra y el Canto.

•Las acciones, gestos (de los fieles – acciones de los ministros) y movimientos.

•Los lugares, los elementos y los objetos.

CONFRONTEMONOS

•¿Cuál es la finalidad de la liturgia al utilizar signos y símbolos en la celebración de Fe?

•¿Por qué decimos que el Plan de Dios es historia y misterio?

•¿Cuáles son las dimensiones del signo litúrgico?

•Menciona los cuatro grupos en que se pueden dividir los signos litúrgicos: