Educar a hijos tocache

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Es una presentacion en base a diversos documentos para trabajar con lideres emprendedores de los comites y asociaciones de productores cacaoteros y cafetaleros.

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¿QUÉ DEBEMOS TENER EN CUENTA

PARA UNA EDUCACIÓN

EMPRENDEDORA?

TOCACHE - 2013

Desarrollar una actitud

emprendedora en la vida.

Inculcar una educación

emprendedora a nuestros

hijos es saber reconocer los

rasgos emprendedores en

ellos y aprender a

potenciarlos. Para ello, la

base filosófica es:

Tu trabajo como padre no es

darle siempre que lo pida un

pescado, sino enseñarles a

pescar… y a cocinarlo para

comerlo, desde pequeño.

Buscar y perseguir

objetivos:

Debemos enseñar a nuestros

hijos a luchar por sus metas,

y alcanzar logros, y nada

mejor que empezar

enseñándoles a fijar sus

propios objetivos y a

perseguirlos… ya que nada

mejor que pelear por los

sueños de uno mismo para

entender el valor de pensar a

largo plazo y de esforzarse.

Cambiar los “no puedes” por

los “¿puedes?”:

Muchas veces la principal barrera somos los padres, que con nuestra mejor intención evitamos que se lastimen con algun fracaso, les decimos qué es posible y qué no, y sobre todo, nos pasamos el día diciéndoles lo que no deben hacer en lugar de ayudarles a descubrir y experimentar. Es mejor que ellos tomen sus propias decisiones, haciéndoles reflexionar. Y enseñandoles a pensar

Tenacidad y cultura del esfuerzo:

Una de las características clave que

debemos potenciar en nuestros

hijos es la resistencia a la

frustración, demostrándoles que si

se esfuerzan y son constantes

acabarán consiguiendo sus

objetivos… ya que dependen sobre

todo de ellos. Y deben saber que

para ello deben esforzarse y sudar,

así que aunque nos cueste

debemos evitar que aflore nuestra

vena paternalistas y hacer las

cosas por ellos.

Aprender a equivocarse:

Otro de los temas clave es no corregirlos cada vez que dicen que van a hacer algo sólo porque nosotros sabemos (o creemos que sabemos) que es imposible. Primero hay que dejarles equivocarse, y luego nunca jamás decirles “te lo dije”… sino “No te preocupes, no pasa nada. ¿Que has aprendido?”. Incluso es posible que nos den una sorpresa y consigan hacer lo que pensábamos que era imposible.

Enseñar a encontrar sus propias respuestas:

Nos hemos acostumbrado a

explicarles a nuestros hijos cómo

son las cosas, si dibujan un árbol

azul con paciencia le decimos que

el árbol está mal, que los arboles

son de otro color… lo que a la

larga acaba socavando su propia

imaginación y creatividad.

Creatividad al resolver

problemas:

Es habitual que cada vez que el niño lance la más mínima pregunta sobre cómo funciona algo nos afanemos a responderle en detalle… ello no les ayuda a pensar y sacar sus propias conclusiones. De forma similar, al enfrentarse con un problema no debemos darle inmediatamente la solución (lo más rápido y cómodo para nosotros), sino ayudarle a plantearse cómo se podría resolver. No le des las respuestas correctas, deja que el encuentre las suyas.

Desafiar su capacidad:

Muchas veces la educación

tradicional aburre a los niños, que

se desmotivan con los métodos

repetitivos y basados en la

memoria. El espíritu emprendedor

se fortalece a base de desafíos,

juegos y competiciones… así que

ayuda a tu hijo planteándole

desafíos, por ejemplo, animándole

a reconocer oportunidades

buscando cosas que no funcionan

bien (o lo podrían hacer mejor).

Predicar con el ejemplo:

No sirve de nada que intentemos inculcar ciertos valores y actitudes en nuestros hijos si al final nosotros no los seguimos. Nuestros hijos son muy listos, y saben detectar perfectamente cuándo somos coherentes y cuándo no… así que predica con el ejemplo. Eso no quiere decir que tu tengas que ser emprendedor, sino que adoptes los mismos valores que intentas que él adopte.

Ojo con cambiar todas

estas actitudes

y experiencias por

palabras (“debes

emprender”, “ser su propio

patron es mejor que trabajar

para otro”…etc.). Déjalos

que tomen sus propias

conclusiones sintiendo lo

que es emprender.