EL DEAN Y EL VILLANO: UN POEMA DE ALFONSO EL SABIO … · 24 da cadeha polo cam. 25 Penhoremos o...

Post on 09-Feb-2019

217 views 0 download

Transcript of EL DEAN Y EL VILLANO: UN POEMA DE ALFONSO EL SABIO … · 24 da cadeha polo cam. 25 Penhoremos o...

ISSN: 1138-9664

1999,2 i33-138

EL DEAN Y EL VILLANO: UN POEMA DE ALFONSOEL SABIO Y UNA CANCIÓN TRADICIONAL

GEMA VALLÍNUniversidadede A Coruña

L a cantigaalfonsí «Penhoremoso dayan»revela, en mi opinión, aspectosde sumointerésen lo queconciernea la métrica,elcontenidoy los ecospopularesqueacoge.

No se trata de un texto demasiadopresenteennuestramemoria,aunquelo hayamosleído másdeunavez, porquesu ritmo ágil, sutonode cancion-cilla, pasan por nosotros tan ligeramente,quequizáno le prestamosla atencióndebida.

Lo encontramosúnicamenteen eh Cancioneiroda Biblioteca Nacional (Cód. 10991), con elnúmero459, y copiadoentreha segundacolumnadel folio 101 rectoy la primeradel verso. Fue edi-tado por M. RodriguesLapaentrelas Cantíkasd’escarn/lo e de mal dizer dos cancioneirosmedievaisga/ego-portugueses. Ofrezco ahorauna nuevalec-tura, siguiendoun criterio muy conservadorencuantoa la ortografía(mantengotambién los sig-nos de nasalidaden la palabraday¿Z y. 1, y en laperífrasisverbalficar-mb ‘d, y. 22). Respectoa lapuntuación,me atengoa las tendenciasactuales.

1 Penhoremoso dayá2 na cadelapolo cam,

3 poysque me ffoy el ifurrar4 meupodengu’e mh o negar;5 er, quanr’ é a meu cuydar,6 esrespenhospesar-lh an,7 ca o quer’eu penhorar8 na cadelapolo cam.9 Penhoremoso dayam

10 <na cadeLapolocam>.

11 Mandou-m’el ifurtar aluor

Coimbra,1965,pp. 54-55.Las lecturasen lasquemeapar-rodesuediciónsoncomentadaseneí momentoenquehablodelversoo versospertinentes;véaseen especialahajo,n. 29.

12 o meupodengomelhor,13 queania e<n>sabor;14 depenhora<r>-lh’ey de pram,15 e filhar-lh’ ey a mayor16 sa cadelapolo cam.17 Penhoremoso dayam18 <na cadelapolo cam>.

19 Peroquerrey-mh’auijr20 com el se <o> consentir;21 mays,sseoc1 non comprir,22 os seuspenhosficar-mM á,23 et querrey-mebem seruir24 dacadehapolo cam.25 Penhoremoso dayam26 nacadelapolo cam.

2. tam—6. desresrenhos—8. ram —9. seda-yam — 13. elabor— 14. Depenhoralhey— 16.Sacadehopolo ram— 17. edayam— 19. queirey-me — 20. conffentv/m — 21. comp\ir/ — 22.ficar \r/ —23. queireyme

TRADUCCIÓN

Tomemosprendaal deán(,) en la perra, por eícan,

1. Puesrobó mi podencoy me lo niega,y, enlo que a mi concierne,estasprendasle han depesar,que le quiero yo prendar la perrapor eícan. Tomemosprendaal deán,en ha perra,por elcan.

II. Mandó queme robaranal albami podencomejor,que teníaen estima;he de prendarlecierta-mente>y tomaréen prendasu perramayor, por ehcan.Tomemosprendaal deán,en la perra,por elcan.

GEMA VALLIÑ EL DEÁNYEL VILLANO UN POEMADEALFONSOELSABIO KUNA CANCIÓNTRADICIONAL

III. Pero quisieraavenirme con él, si lo con-siente; mas si no lo cumple,me quedarécon susprendas,y me serviré biende la perra, por el can.Tomemosprendaal deán,en la perra,por el can.

Comopuedeobservarse,noshallamosanteunacantigade refram compuestapor tres estrofassin-gulars con dístico inicial y esquemazejelesco.Alfonso X sólo compusootraconel estribilloante-puesto («Non quer’eu donzelafea»; B 476 ¡ V370),y en todoeí corpusprofano apenassonunadocenalas cantigascon formadezéjel2. La quenosocupapresentala particularidad de tenerdoblevuelta, Jo cual la convierteen un unicí¿m dentrode la lírica gallego-portuguesa3.Incluso fuera delmarcode esta,el esquemaestróficoAA bbbabaAAsólo lo hepodidoverificaren unaba//adeanónimadel siglo XIV que perteneceal C/lansonnierd’Oxford (Douce 308)~, por más que la canciónfrancesano repite, comohacela nuestra,el últimoversodel estribillo al final de la mudanza.El versoen cuestión,na cadelapolo cam,apareceahí prácti-camenteigual: tan solo se alteraen la palabraini-cial, demodoquetenemosenla segundaestrofasacadela...en lugarde na cade/a...,y da cade/a...enlaterceray última. Reconocemosel procedimientotipificado por las Leysd’Amorsprovenzalescomoretronxy dansaretronxada.Juntoal trovadorgalle-go PaySoarezdeTaveirós(«<Donas,veeredesa prolque lhi ten»; B 639 1 V 240), el rey Alfonso esquien nos ofreceaquí una de las muestrasmtisantiguasy elaboradasde su empleo en la líricapeninsular5.Confrontada,pues, la estrofacon el

2 C. Alvar, «Apuntes parauna edición de las poesíasde

FernánSoárezdeQuinhones,en EscudosPortugueses.Home-nagema LucianoSstegagnoPicchio (Lisboa, 1991), Pp.3-13.

Véase G. Tavani, Repertorio merrico della lirica galego-porcoghese(Roma, 1967), 18, 32; 14: 1.

« U. Mólk y F. Wolfzerrel, Re[percoire métrique de lapoisieiyríquefranca¡sedesorigenesú1350(Múinchen,1972),n’ 186,p. 181. Véaseeí texto en E Gennrich,Rondeaux,Virelais un,!Bat/arlen (Dresden,1921),p. 184.

Para la historia del retronx en la poesíamedievalde laPenínsula,véanselos trabajosdeV Beltrán «Dezéjelesy dan-sas: orígenesy formaciónde la estrofacon vuelta»,RevistadeFilologíaEspañola,LXIV, 1984,Pp.239-265;«La leonoretadelAmadís>,en Actasdel! Congresode la AsociaciónHispónicadeLiteratura Medievai~Santiagode Compostela,2 al 6deDiciem-bredel9S5(Barcelona,1988), pp. 187-197,ysu monografíaLa canción deamoren el otoño de la EdadMedia (Barcelona,1988),enespecialPp. 188-193.Igualmenteesclarecedora estepropósitoes eJrecienteartículo deM. Morrás«Fortunade lasformas zejelescasen la poesíacastellana,Atalaya. Les Formes

corpusgallego,no debeocultársenosque supecu-liaridad estribaen la combinaciónde dos «anoma-lías»,si bienno desconocidas,sípoco frecuentes:ladoble vuelta del esquemazejelescoy el uso delretronx.

Porotro lado,no debierasorprendernosqueunaesri,tcturacomo esaestuvieraen más de un casodeterminadao favorecidaporei recursoal esquemay la tonadade algún cantarajeno bien conocidopor los contemporáneos.En poemasocasionalescomosonlos vejámenes,en particular,solo esepro-ceder,el máspropioy aundefinitorio del sirvenrés,asegurabala difusión inmediatadeunaspiezascuyamismarazóndesereraexplotarunaanécdotafugazy queperdíangran partedesu fuerzaen la mismamedidaenqueperdieranaccesibilidady, por consi-guiente,actualidad.

Creo que hay buenasrazones para conjeturarque nuestracantigaentraen ha categoríade las ins-piradasen un obrapreexistente.El estribillo mues-tra, en efecto, extraordinariacoincidenciacon laletra que acompañabaa un baile enormementepopular en el Siglo de Oro español(y, por otrolado,vivo todavíaen el folklore peninsular),eh lla-madovil/ano, cuyaforma másdivulgadarezabaasí:

Al villano se lo dan,la cebollacon el pan6.

Es importantenotar queno nos enfrentamoscon una mera concordanciade ritmo y medida.El arquetiporítmicoquese realizaencadaunadelas lineas de nuestrosdos textoses, desdeluego,exactamenteel mismo (éoóoéoó),pero ademásllama la atención la perfecta conformidad deambosen la texturafonéticay aunmorfosintácri-ca: si eí «o dayam»gallego muestraya una nota-ble analogíacon el castellano<«lo dan»,el parale-lismo se extiende en seguida rigurosamenteatodos los factoresdel verso, desdeeí esqueletogramatical (con sus dos núcleos en torno a unsustantivo femenino y Otro masculino, con lapreposicióncomo eje articulador)hastala ceñidacorrespondenciaacústica (na cade/a/la cebo//a,poío can/cone/pan).

fixesduns la poisie rin MoyenÁge ronzan (liOO-ISOW, n” 3,1997,pp. 113-134(y en especial120-121).

M. Frenk, Corpus de la antigua lírica popular hispónica

Ñ)iosXVaXVII,), Costaba,Madrid, 1987,n” 1540,pp. 739-741, y Suplemento(1992), p. 38.

1341999, 2:133-138

GEMA VALLÍN EL DEÁNYEL VILLANO UNPOEMADEALFONSOEL SABIOYUNA CANCIÓNTRADICIONAL

Unasconcomitanciastan estrechasdifícilmentepuedensuponersinoque el escarniodel e/ayáapro-vechala métricay la melodíadel vil/ano. Es verdadqueel segundono aparecedocumentadohastalosalrededoresde 1530, pero ya entoncesFernánLópezdeYanguaslo presentacomo cosa«deanta-ño», en tanto Luis Alfonso de Carvallo,al comen-tarlo en relación al origen mismo de la palabravillancico, no deja de catalogarlo como «letraviexa»7. Es verdad asimismoque tales declaracio-nes no puedentomarsesin más como testimoniode que el vil/anocorrieraya en los tiemposdel reySabio, pero dos consideraciones,cuandomenos,confirman la extrema verosimilitud de ~ue asífuera.

En primer lugar, la tradicionalidadde nuestrocantarcillo,con las variantespropiasde unatrans-misión ininterrumpida, no es ninguna hipótesis,sino unarealidadacreditadapor suampliasuper-vivencia en el folklore de nuestrosdías,y no soloen Castilla, sino en todala Península,de Cataluñaa Portugal («Al vilhano se le dho, 1 cebolheta,porro e páo’>,seguíacantándoseno hacemuchoenMirandado Douro). Los cuatrosiglos quemedianentreel XVI y el XX anulancualquiersuspicaciasobreha posibilidaddeque unatonadapopularenla época alfonsina haya llegado viva y fecundahastaeh Renacimiento.

Porotraparte,¿cómopodríasorprendernosqueen el ambientedeAlfonso circulara,fueracelebra-do y se remedaraun villancico como el de «lacebollacon el pan»?.El siglo XIII es ha edaddeorode la sátiracontrael villano. Los dicterioscontraelrústicogrosero,bobo,sucio,siempreahíto («fartadbien un villano...», caricaturizabala Razón deamor, y. 220)8,y hediondo(«donvillano, harto deajos», increpa aún don Quijote a Sancho,pararecomendarlemás tarde: «No comasajos y cebo-llas, porqueno saquenpor eí olor tu villanería»)9,suenanentoncesen toda la literaturaeuropea’0,y

Véansej. lvi. AUn, El cancioneroespañolde cipo rradi-

cion4 Taurus,Madrid, 1968, n0 339, Pp. 508-509,para lacita deLópezdeYanguas;y L. A.. deCarvallo, CisnedeApolo,cd. A. PorquetasMayo, CSIC, Madrid, 1957,11,p. 1, p. 220.

Cito por Enzo Franchini,El manuscrito, la lenguay elser literario de la «Razónde amor>,, CSIC, Madrid, 1993.

Don Quijote de la Mancha, II, 35 y 43.~> Desdeloslibros pionerosdeA. Húnerbolfy D. Mcdi-

ni, ambosde 1894, la bibliografía sobreeí temaes copiosa.Vid, solo la obradeconjuntodeKarhryn Cravdal, Vilain and

Courtois: TransgressiveParody in Oid French Liceracure of che

ni siquierala escasezde textos conservadosnosimpide apreciar que también la Españaalfonsípracticacon notableasiduidadel dicterio del villa-no comocontrafigurade todoslosvalores.

Sin salir de los cancioneirosy de la citadaRazónde amor, comprobamosque decirvillano es decir«torp e brav[o] e mal barragan»(«Eu ben me cuí-dava que e? avoleza»; B 1630 ¡ V 1164), y des-mentir hastala másinsignificantehuella de corte-sanía, porque«o mal vilan non pode saber¡ defazendade bóadonanada»(«JoanSoares,de pranas melhores»;B 11811V786); por el contrario,sicualquier faltade tactocorreel riesgode serinme-diatamentetratadade«vilania» («Achou-s’unhispoqueeu sei un dia»; 8 1601 IV 1131),si cualquierdescuidopuedeacarrearel reprochede proceder«vilanamente» («Ansur Moniz, muit’ouve granpesar»;8 482 l V 65), negarleeí caráctervillanescoesun excelenteencarecimientodecualquieraccion:«Unashuyastien [e]n la mano,¡ sabet, non ie lasdio vilano» (74-75), «Yo non fiz aquícomo vila-no...» (102). Que«Ah villano se lo dan...»exístreraya por esasfechasy se oyeracon gustoen semejan-te contexto,fuesecual fuesesu procedencia,es unaconjerurano solo plausible,sino que encajapun-tualmentecon todoslos indicios disponibles.

No se me ocurreunaalternativamásconsisten-te a la vinculaciónquepropongo.Supuestoque larelación formal entre los dos estribillos parecedemasiadoajustadapara ser ilusoria1¼resultaríaabsurdopostularun prototipocomúnquereunie-ra a su vez todos los rasgosque enlazana ambos.Frentea la boga y la perduraciónmultisecuharesdel villano, eh poemaalfonsínuncadebióir muchomasallá de ha corte y del mundillo trovadoresco:

Twelfth an,! ThirceenchCenturies,Uiversityof NebraskaPress,1989, y, paraalgunasperspectivasmásmonográficasy otrasabundantesreferencias,C. C. Belletti, «JI problemadella ler-teraturaanrivillanescamedievalee le metamorfosidel villanoaei FabSauzdi JeanBodel» (1977), ensu libro Saggidisocio-logia del testo>nedievale, Edizioni dell ‘Orso, Turín, 1993, Pp.55-75; P Freedman,«Sainreréet sauvagerie:deuz imagesdtípaysananMuyenAge», Annales,XLVII (1992), Pp. 539-560,y 1’. Tucel, «II conigianomoraliazaro,II villano admiomestica-ro. Notesu alcuni resti medio-francesi«,O<naggio a Gianfran-co Folena, Programma,Padua,1993,1, Pp. 497-521.

Quizá no convengadescuidartampocoque la únicaglosadel villano queconocemos(incluidaeneiMétododegul-tarra, 1626, de Luis de Briceño,en M. Prenk,no 1 540B, p.739) constaigualmentede una primeramudanzade seis ver-sos,con vueltazejelesca:«Al villano cesta trudo¡ danlepanyagotecrudo

135

1999,2:133-138

GE/VM VALLÍN EL DEÁNYEL VILLANO UNPOEM4DEALFONSOELSABIO YUNA CANCIÓNTRADICIONAL

difícilmente podemospensaren estecomo mode-lo de aquel. En cambio,eh empleode unacophillade largacirculacióncomo soportede una cantigade escarnioentrasin problemasen los hábitosdela lírica jocosade la EdadMedia, desdeeh sirven-tés provenzaly los Carmina Burana; y, al tiempoquenosilustra sobrelas técnicasy hastácticaspoé-ticas deAlfonso X, contribuyea explicarnosciertaspeculiaridadesde «Penhoremoso dayá...»dentrode suproducciónprofana, invitándonosaacome-ter exploracionessimilares en el marcomásvastode todo el cancionerode burlasgallego-portugués.

Porlo querespecraah contenido,desdeel mismoestribillo, con el tonocómplicedel plural «Penho-remos...»,la cantigaadquiereel tonode unabromacelebradaen un ambientede camaradería,en esacombinacióndepoesía,pullasy amistadque,desdeGuilhem de Peirieu y sus «companho»,y junto alos «senhor»de Raimbautd’Aurenga,tantasmues-trasdebuenaliteraturay buenhumorha dejadoenla tradición románica, y particularmenteen laPenínsulaIbérica. No podemos,pues,entenderahpie de ha letrani ha situaciónquecaricaturizani elretratode los personajesquepresenta.

En teoría, eh deánle ha robadoal soberanounpodenco,que en estecontextoreconocemosinme-diatamenteno como un chuchocualquiera,sinocomoun preciosoperrode caza12;y Alfonso,comocorrespondea] codificadordel Libro de/asleyeso dehas Partidas, se proponeprocederescrupulosamen-te segúnderecho,prendandoah clérigo, como sehacecon un deudor,hastaserresarcido:en concre-to, tomándoleal deán unaprendaanálogay equi-valentea ha deuda,la «maior>«de susperras13.

No seríasorprendenteque detrásde esapeque-ña farsa hubieraalgunaanécdotareal, convenien-tementemaquilladay deformada:los piquesy lastrifulcas, mayoreso menores,por culpade las aves,

12 Rica documentaciónen R. Lorenzo, La traducción

gallegade la (irónica Genera/yde/aCrónicade (‘astil/a, vol. II,Glosario (Orense,1977), 5v. podengo,p. 1015.

> La prenda tiene un importante papel en eí derecho

medieval,pero todo pareceindicar queaquí se conremplaenespecialla situaciónde quien selatoma paracompensarunadeuda.Es eí uso másnormalen las cantigasdeescarnio:‘<Unescudeirovi oj’ arrufado¡por tomar pcnhora Maior Carcia,¡por dinheirospoucosquelhi devia (B 1454/Y 1064);«Adona fremosado Soveral ¡ á demi dinheirosper preir aral ¡que veess a mi, u non ouvess’al, ¡ un dia ralbadoa cas dcDon Corral; ¡ e é perjurada,ca non fez en nada ¡ e bararoumal, ¡ ca desravegada¡ será penhorad’ a ¡ quc dobt osinaí (B 1351 ¡ Y 958).

animales o lancesde cazaeran frecuentesen unmundo en que tan importante lugar ocupabaelentretenimientoseñorial por excelencia’ . Perotampocoes imposible que todo eh pretextoargu-mentaldel robo del podencono pasede unasitua-ción creadaad /loc parareírsedel deána cuentadesu barraganaaplicandoy subrayandounacalifica-ción comunísimapara la mujer lujuriosa y laramera, y sobre todo para un arquetipo tanexpuestoa la ignonimia como era la mancebadeun chérigoil: pues,en efecto,apenases necesariorecordar que perra sigue siendo denominacióncorrientede ha prostituta, y que cadela, de cate//a,comparteha raíz de cachondo(de ~ adje-tivo que en su acepción fundamental, todavíasegúnel diccionarioacadémico,«dícesedela perrasalida»16

Si la anécdotaevocadaen la cantigadifícilmen-te puedeserotra cosaqueunacarícatura,no cabepensar,en cambio,quesusprotagonistasseanpuraficción. El deán lujurioso y ladrón de podencosmuestraun perfil frecuenteenla vida y en la reali-dadmedieval: el clérigoque acumuhalas condicio-nesde «hubricuset fornicator,impudicuset vena-tonY, dondelo último es a suvez imagendetodolo otro. Perounaburla del estilo de la de Alfonsosolo es graciosacuandose desrinaa zaherira unindividuo real, a uno de los miembrosdel círculode cofradespoéticos.Un vejamennuncaesentera-menteficticio. Por ahí, unafigura queya conoce-mos, por otra de las mejores cantigasde donAlfonso, se nos presentacon todaslas condicionesdel candidatoideal: aquelpicarescodeánde Cádiza quien nunca faltaban«no leiro» mujeres a hasque,«perfor~a de foder»,alucinabahastael extre-

~ Últimamente,cf P Galloni, JI cerco e il lupo. Cacciaecultura nohiliare nc1Medioevo,Laterza,Bari, 1993. Un testi-monio histórico dc una disputaa propósitodel préstamodeunosgalgos,condesenlacetrágico,puedeverseen L. deVega,El caha//ero de Olmedo,cd. E. Rico, Cátedra,Madrid, 1987,Pp. 41-42.

‘~ Vid, solo R. MenéndezPidal, Textosmedievalesespaño-les. Edicionescriticasy estudios Espasa-Calpe,Madrid, 1976,yM. Chevalier, «la mancebadel abad,en Homenajea]. A.Maravalí, C. 1.5., Madrid, 1985,1, Pp. 413-418.

Vid. J. CorominasyJ. A. Pascual,D(]EELL s.v. cachon-do y cadillo. Para los insulios de e«a índole, cf. M. Madero,Manosviolentas,palabrasvedadas.La injuria en CastillayLeón(s,~losxiiz-xv), Taurus,Madrid, 1992, Pp. 150-155.En Cali-c,a«cadela tienetodavíala connotaciónde mujer fácil.

17 ‘lomo la cita del mcncionadolibro de P Galloni, 1/cervoe il lupo, p. 116.

1361999, 2: i33-138

GEMA VALLÍN EL DEÁNYEL VILLANO UNPOEMA DEALFONSOEL SABIO Y UNA CANCIÓNTRADICIONAL

mo de queíes parecieran«grous¡ os corvos»18.Lafalta de documentaciónnos impide asignarle porlo menosun nombre,y solopodemostenerla cer-tezade queel poemahadellevarnosa un momen-to posteriora la ereccióndeCádizcomoobispado,en 1263, y quizá especialmentehacia noviembrede 1267, cuandoeh Rey firmaba en Jerez docu-mentosqueimplicabanah cabildogadiranoi9.

La razonablesuposiciónde que el deánde losdosescarniosalfonsíeses eí mismosujetonosllevade ha manoa unaposibleidentificacióndesucade-la. Perod’Ambroa y JoanBavecanos cuentanlasandanzasy los trapicheosdeha desventuradaMayorGarcía,siempredeposadaenposada2i,siemprea laúltima pregunta22,y siempresin embargotan pre-ocupadapor ha salvacióndesu alma,que no podíano ya «sen clérigo viver», sino sin tener al hado«douso tres>’23. A su vez, Pedr’ Amigo de Sevilhanosofreceunaprecisiónsignificativa:

Maior García[vi] tan pobr’ ogano,que nuncatan pobr’ ontramohhervi,que, se non fosseo arcediano,non avia quedeitarsobresi;ar cobroupois sob< eha o daian;e, peraqueloque1W antr’ ambosdan,an& ehatodacoberrade pano24.

18 «Ao daiande Cálezcu achei«< (B 493 ¡ V 76);estudiada

por E MárquezVillanueva, «Las lecturasdel deánde Cádiz»,CuadernosHispanoamericanos,n0 395, 1983,pp. 331-345.

Comp. E MárquezVillanueva,arr. cit., 331 y340-341,n. 4; y vid, abajo,n. 23.

2<> En susranciacreo aceptablela propuestade W. Mert-man,‘<Zu Tcxr undInhairder alrporrugiesischenCantigasles-carnho e de mal dizer, Zeitschrfifue romanischePhilolngie.LXXXII (1966),pp.308-319(específicamente,318),mientrassorprendequeE MárquezVillanueva,art. cir., pp. 341-342,10, confundaa Maior Garcíacon la célebreBalteira.

21 Perod’Ambroa , «Major Garcíaesr’ omiziada»,B 1578.22 JoanBaveca,«Un escudeirovi oj’ arrufado,>,B 1454 ¡

V 1064; vid, arriba, o. 13.2.3 Baveca,«MaiorGarcíasempr’ ol[ul dizer”, Ii 1455/V

1064.24 V 1205. Notemosque el juglar gallego Pedr Amigo

estuvomuy ligado a la cortedeAlfonso y que lasfechasdesobiografíapermiten relacionaresta cantigacon las sátirasdeldeán,esdecir, siuarlaen la décadade los sesenta(vid enpar-ricular Y. Beltrán, «Tipos y temas trovadorescos.111. PedroAmigo de Sevilba, (uadernosdefilología rom4nica, 1, «Estu-dios Gallegos«,1989, pp. 31-37, y ‘<Pedr Amigo deSevilba’,en Dicionjrio daLiteraturaMedievalGalegaePortuguesa,coor-dinadopor Giulia Lancianiy GiuseppeTavani,Caminho,Lis-boa, 1993,pp. 519-520).De laestrecharelación¡iteraríaentrePedroAmigo, Bavecay Arnbroa (este quizá ya fallecido en

Uno delos clérigosqueprotegena la infeliz sol-daderaes,pues,un deán.Perono olvidemosquealde nuestropoemase proponeAlfonso «filhar-lh[e]a maíor 1 sa cadela».La sintaxisnos llama ha aten-clon: no es imposible, pero esperaríamos«a sacade/a maior. ¿Deberíamoseditar, por tanto, <«fil-har-lh’ ei a Maior, ¡ sa cadela>?No nosapresure-mos a poner ha mayúsculay ha coma. Probable-mente estamos ante un equívoco deliberado,donde maiorfuncionaa la vezcomo meroadjeti-vo y como nombrepropio, y dondela construc-ción un tanto singular, favorecida por ha rima yreforzadapor la pausaversal,dapie a entenderpri-merounacosay despuésotra. Una ambigúedaddeesetipo no es solo bien propiadel género25,sinoqueseguramentedebemospercibirlaen eí mismoverso que nos ocupa: «filhar-hh’ ei a Maior» nosolo vale literalmente‘quitarle, robarle a MaiorGarcía’,sino que esverosímilqueparodieel moti-vo de ha «sehorquemh Amor faz fihhar>«26, el sem-piterno «<flíhar por senhor»del cancioneroamoro-so, al caboinevitablementeen la órbita del penhoro ‘prenda deamor’27.

Dehecho,todala cantigasemuevedentrode unmareoclaramenteparódico, en el ámbito de unafictio iuris, de un simulacrode derecho.Los fuerosdan multitud de ejemplosde ha prolija y variabletipología de penasque la Edad Media españolaestablecióparael robo,ha lesióno lamuertedeani-males tanvaliososcomo los perrosde cazay pasto-reo28, incluida en sucaso la posibilidaddepzknora-re, (de)penboraro prendaral transgresor29.Juntoatal (de)penborary a los penhosconsecuenciadel

1261; cf. C. Alvar, “Las poesíasdePeto Garcia d’ Ambroa»,StudiMediolaeinieVo/gari. XXXII, 1986, pp. 21-31) dacuen-ra en particularel texto del primero«jobam Bavecae Perod’Ambroa, B 16641V 1198 (G. Marroni, «Le poesiedi PedrAmigo de Sevilha»,EstrartodagliAnna/i dell’ Istituto universi-tono orienta/e,Napoli, 1968,pp. 315-317).

~s Recordaréúnicamenteun paralelobasadoen el juegocon el mismonombre de pila. «A Maior Moniz dei ja ourratamanha de Alfonso (B 481 /V 64).

26 PerodeVeer, B 1061 ¡ Y 651-652.2 «Todaviapenhorquerrei¡ flíhar por mi» (joban Soarez

Somesso,A 15 1 [3 108). Parapignus,prenda,como ‘personaquerida,vid. J. Corominas-J.A. Pascual,sv. prenda.

28 Basteremitiral útil vocabulariode Iberoscastellanoscom-pilado por Pilar e Inés Carrasco,UniversidaddeGranada,1995.

29 En el valiosísimo Glosario de R. Lorenzo figura sólopenorar, no depenorar(paralelo al castellanoant. deprender‘aprehender’).Con rodo,en documentosjurídicos de la épocala forma que nos interesaaparecedocumentadatímidamente(comolas formasapenh,ernpenh,sohpenh,etc.; véanseen la

1371999,2: 133-138

GEMA VALLÍN EL DEÁN YEL VILLANO UNPOEMA DEALFONSOEL SABIOYUNA CANCIÓN7RADICIONAL

flírtar y negar la acusación,y ademásde los obviosaviar, comprir, consentir,a eseámbitojurídico per-tenece incluso eí término que en principio nossuenam~s‘poético’: alvor. DoñaCarolinalo enten-día como nombrepropio, postulandoque eí perrorobadosellamabani másni menosque «<Alvor>, entanto Lapalo devuelvea su indudablevalor literal(a alvor ‘ao romper da alva’), pero no capra sus

versiónportuguesadel Foro Rea4ed.1. deAcevedoFerreira,vol.II Glossório, Lisboa, 1987, p. 113); así, en el cartulario delmonasterioorensanode Rocasencontramosdenpenorary den-pinorar. (Agradezcoa X. Varelaestainformación,facilitadaporelfondode textosinformatizadosdel Instituto daLingunGale-ga).Supuestoello, nótesequeen ej y. 14, leemosdepenhorar(sin descartardel todo unaperifrasis:‘lh’ey depenhorar»),mien-trasLapano dudaencorregir epenhorar,con lo cual la sintaxisesmásfluida, cierro.Si la enmiendaIberaacertada,quizáhabríaquerepararenqueeí mismo versocuartodela estrofaanteriorempiezacon destespenhos,entendiendoqueel copistahavaci-ladoal buscarel verso correspondientey haretenido un ele-menrode la primeracoplapasándoloalasegunda.Claro quetambién podría haberocurrido una asimilación en sentido

implicacioneslegales:pues,ahí, lo quehacehaevo-cación de ha primera luz del día es introducir—podríamosparafrasear—el agravantede nocturni-dad.Porque,en efecto,aunsi dejamosdehadoquea Maria Gentahe hurtaban«ceveyra» e «avea» alamanecer,conviene no descuidarque también halegislaciónde la épocaconsiderabacomo agravantequeun delitose realizara«de nuyteso al albor»30.

contrario:en ci versocuartode laprimeraestrofa,elamanuen-sepudoponerdestes[p]enhospor contaminaciónde depenhorar.Comosea,aquísí aceptamoslacorreccióndeLapa,aunquenosriente la idea de un crucede construccionespropiciadopor laríma: estespenhospesar-lh’an • desrespenhospesar-II/a.

3» Me limito a citar, por la claridadquesuponeeí uso delmismo giro, un pasajedel Fuero Generalde Navarra. ed. EWaltman,en TheEleceronic7?xrs and ConcordancesofMedie-valNavarro-AragoneseManuscríiots,cd. 1. Nitri y L. Kasten,Madison, 1997.La cantigade Roi Paezde Ribela sobreMariaGenraes E 1439 ¡ y 1049; cf eí repasodc las “Variacionessobreel alba: a propósitode algunascantigasgallego-portu-guesas”,O mar das canezkas,Xunta de Galicia, Santiago deCompostela,1999, pp. 329-344.

1381999,2: i33-138