El Orden de Dios Para Los Hijos

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EL ORDEN DE DIOS PARA LOS HIJOS

OBEDIENCIA, LA CLAVEEl orden de Dios

para los hijos está comprendido en un solo mandamiento:

"Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor" (Colosenses 3: 20).

Agrada (completamente agradable).

La relación de un niño con Jesús se desarrolla en relación directa con la obediencia que rinde a sus padres.

Jesús vive y obra en la vida de un hijo obediente.

Un hijo obediente es por consiguiente un hijo feliz.

Un niño puede probar la autoridad de sus padres para ver hasta dónde puede ir.

Pero en lo más íntimo quiere estar seguro de que la autoridad de sus padres permanecerá firme y que puede depender de ella.

Un niño puede sentirse molesto por la autoridad de sus padres, aun rebelarse contra ella, pero se rebelará mucho más, aun cuando a menudo lo oculte, contra una falta de autoridad por parte de sus padres. Rom 7:15

La verdad es que todo niño experimentará un profundo contentamiento de espíritu cuando recibe ayuda para caminar en el sendero de la obediencia, pues éste es el foco y la expresión de su relación con Cristo

LA OBEDIENCIA NO ES OPTATIVA

Sobre los padres se coloca una gran carga como es la de tratar siempre con el niño, con el fin de darle el mandato "correcto",

La Biblia no dice, "Hijos, obedeced a vuestros padre; cuando tienen la razón".

Lo que en verdad dice es: "Obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo" ¡ aun si ellos están equivocados! (Efesios 6: 1).

Un padre debe buscar por todos los medios tratar en justicia, correctamente, y en el más tierno amor con sus hijos.

La responsabilidad del niño no es la de pesar y evaluar las decisiones de los padres – obedeciendo aquellas que a él le parecen correctas, y rechazando aquellas con las cuales no está de acuerdo.

Los padres son quienes tienen la responsabilidad de las decisiones.

La responsabilidad del hijo es simplemente obedecer.

En el mandato de obediencia impuesto a los hijos, no se hace mención de excepción alguna.

¿Pero qué debo hacer si mis padres me ordenan algo incorrecto?

Estamos plenamente conscientes de que hay padres y madres que han conducido a sus hijos al pecado.

Hay mandamientos que el niño también debiera conocer, y el traspasar tales mandamientos ya no sería "obediencia en el Señor".

Un niño que tiene razón para temer tales cosas, debe armarse de fe en Dios y no con pensamientos de rebelión.

Debe pedirle a Dios que no permita que las cosas lleguen hasta ese extremo.

Nunca debiéramos vacilar en confesar una genuina equivocación, y pedir perdón de nuestros hijos, por temor de que esto pudiera lesionar nuestra autoridad.

La autoridad de un sargento depende del capitán que lo respalda; la autoridad del capitán depende del comandante del regimiento, y así sigue.

La autoridad de los padres depende de Dios, quien los ha colocado como autoridades sobre sus hijos.

¿ Cómo reaccionará mi hijo si admito mi equivocación?

Dios honra el arrepentimiento honesto y abierto - en los hij os o en los padres.

El temor de perder dignidad y autoridad ante sus hijos por el hecho de confesar una falta es una mentira del diablo.

La autoridad de los padres no es algo propio de ellos, sino que les ha sido dada por Dios.

Cuando los padres se dan cuenta de esto, no vacilarán en admitir sus errores - en verdad, sentirán la necesidad de hacerlo, pues solamente así puede Dios continuar honrando y respaldando plenamente su autoridad.

Toda autoridad viene de Dios, pero es concedida para el bien de quienes están bajo ella.

No debe un padre suspender la autoridad a causa de su propia indignidad.

Los padres deben mantener su posición sobre el conocimiento de que están en lo correcto.

La obediencia voluntaria está basada sobre el fundamento más íntimo de la reverencia.

Al someterse a la voluntad de los padres, los hijos aprenden a someterse a una voluntad más alta que la de ellos

El aprender obediencia es aprender una ley básica de la vida espiritual.

Soren Kierkegaard, el filósofo danés, escribió: "Es difícil creer, no porque sea difícil comprender, sino porque es difícil obedecer."

No olvide que de sus hijos saldrán nuevas generaciones a las que se puede afectar para bien.

A un hijo el amor de su padre le produce seguridad, pero para el padre, un hijo le produce satisfacción, por sentirse correspondido.

Un padre déspota producirá hijos que a su tiempo serán padres déspotas de hijos de la misma clase, en un circulo vicioso, que no tiene fin a menos de que alguien se lo ponga.

Los hijos deben proveer respeto para la buena marca del hogar.

Si un hijo no respeta a los padres, el dia de mañana cuando sea padre eso es lo que va a cosechar. Galatas 6.7.

La falta de respeto ha agrandado lo que los sicologos han llamado la “brecha generacional”.

Este concepto es el que identifica la rebeldía de un joven apegado a la nueva moralidad y la terquedad de un padre atado a sistemas anticuados que destruyen la comunicación con su hijo.

Hijo, acuérdate que el respeto se debe al padre y madre porque tienen la autoridad delegada por Dios, como jefes de la familia.

Surgen problemas cuando no se reconoce esa autoridad delegada por Dios.

¿Qué consideran ustedes que es falta de respeto?

“Desconocer la autoridad; mofarse de sus postulados; desobedecer las ordenes emanadas de los mayores; declararse en abierta rebeldía cuando estos pones normas para la buena marcha del hogar; despreciar a quien ordena y rebajar la imagen que tenemos de los mayores”

LOS HIJOS DEBEN PROVEER AL HOGAR LA OBEDIENCIA

¿Por qué debo obedecer?

La respuesta es porque los padres han pasado por una serie de situaciones que los hijos no han experimentado, y aunque no lo crean, cuando un padre impide hacer algo no es por capricho, con el deseo de herir, sino para evitarle al hijo el dolor de una acción erronea.

LOS HIJOS DEBEN PROVEER LA HONRASe entiende por

honra el respeto especial dado a la persona que lo merezca, y los padres lo merecen tan solo por el hecho de ser los progenitores de la vida.