El Precio de La Redención 3

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“El Precio de la Redención”

¿QUÉ ES LA REDENCIÓN?

• La redención es la acción de redimir o redimirse, particularmente en un sentido religioso.

• El termino redimir se puede traducir de las siguientes

maneras: “rescatar”, “comprar otra vez”, “librar por el pago de rescate “y se puede usar en varios

sentidos.

• Por ejemplo, en el antiguo Israel se le consideraba redimir cuando una persona

quería rescatar o comprar de nuevo algunas propiedades, tierras o esclavos que anteriormente habían sido de él, y que por razones financieras se hallaba

forzado a vender.

• Dios también redimió al pueblo de Israel

cuando estuvo esclavizado en Egipto

por cuatrocientos treinta años por mano

del faraón, y durante el periodo del profeta

Miqueas Dios prometió redimir al pueblo de Israel del cautiverio

babilónico

• Dios siempre ha estado en la mejor disposición para redimir a su pueblo no solo en la antigüedad, sino esa redención se extiende hasta nuestros tiempos, no importando en qué condiciones se encuentre el ser humano, porque él nos ama con amor eterno, porque somos parte de su creación y porque fuimos creados a su imagen y semejanza.

• Tristemente el pecado abrió una brecha que separó al hombre de Dios. Y para redimir al ser humano nuestro padre celestial tuvo que pagar un precio muy alto, por amor a cada uno de nosotros, en estos momentos descubriremos cual fue el precio que el padre tuvo que pagar por nuestra redención a la luz de las escrituras en la primera carta a los Corintios capitulo 6 versículo 20.

“PORQUE HABÉIS SIDO COMPRADOS POR PRECIO”.

(1 Cor.6: 20 primera parte)

"Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único,

para que todo el que cree en él, no

perezca, sino tenga vida eterna” (Juan

3:16).

• “Proporcionaría oportunidades a los hombres; derramaría sobre ellos sus bendiciones; acumularía favor sobre favor, don sobre don, hasta que todo el tesoro del cielo estuviese abierto para aquellos a quienes vino a salvar” ( A Fin de Conocerle pág- 22).

“En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados” (1 Juan 4:10).

• La maravilla del amor divino consiste en que Dios tomó la iniciativa de amarnos. No hubo una influencia superior que lo persuadiera a amar a la humanidad: la motivación emanó enteramente de lo íntimo de Dios.

“Y al tomar la condición de hombre, se humilló a sí mismo, y se hizo obediente

hasta la muerte, y muerte de cruz” ( Filipenses 2:8).

• La obediencia de Jesús lo llevó a entregar su vida. Fue sin duda una humillación el hecho de que Dios se

hiciera hombre, y que después siendo hombre muriera una muerte de oprobio

en la cruz.

• El énfasis se halla no sólo en el hecho de que Cristo murió sino en la clase de muerte que sufrió. Era una muerte que implicaba una gran vergüenza e intenso sufrimiento. La crucifixión la aplicaban los romanos a los esclavos, a los no romanos y a los más viles criminales.

GLORIFICAD, PUES, A DIOS EN VUESTRO CUERPO. (1 COR. 6:20 SEGUNDA PARTE)

“Así, hermanos, os ruego por la misericordia de Dios, que presentéis vuestro cuerpo en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto razonable” ( Romanos 12:1).

• Debido a que los hombres han sido redimidos de la muerte eterna, su deber es hacer todo lo que puedan para mantener su cuerpo en la mejor condición, de modo que puedan glorificar a Dios hasta el máximo sirviéndole en forma aceptable.

• Los seguidores de Cristo no permitirán que sus apetitos y

deseos carnales los dominen, sino que harán que sus cuerpos sirvan a

mentes regeneradas que constantemente están dirigidas por

la sabiduría divina.

“Y habiéndoos revestido de la nueva

naturaleza, que se renueva hasta el

conocimiento pleno, conforme a la imagen

de su creador” (Colosenses 3:10)

• El Dios que amó al mundo de tal manera que dio a su Hijo para salvar a los pecadores, "se agrada" cuando los hombres se apartan de los hábitos con los cuales se destruyen a sí mismos, y se entregan plenamente al Señor.

“¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, que tenéis de Dios, Y que no sois vuestros?”

“Porque habéis sido comprados por precio. Por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo” (1 Corintios 6:19-20)

• El hombre no es dueño de sí mismo; no tiene derecho a usar sus facultades de acuerdo con los deseos e impulsos de su cuerpo pervertido. Él es propiedad de Dios por creación y redención.

GLORIFICAD A DIOS “EN VUESTRO ESPÍRITU, LOS CUALES SON DE DIOS”.(1 Cor. 6: 20 tercera parte)

Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser: espíritu, alma y cuerpo, sea guardado sin culpa para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:23).

• La verdadera santificación es la consagración de todo el ser: "espíritu, alma y cuerpo", el armonioso desarrollo de las facultades físicas, mentales y espirituales, hasta que la imagen de Dios en la cual fue creado el hombre sea perfectamente restaurada.

Ni tampoco ofrezcáis más vuestros miembros como armas al servicio del pecado, sino ofreceos a Dios, como quienes han vuelto de la muerte a la vida; y ofreced vuestros miembros a Dios por instrumentos de justicia” (Romanos 6.13).

• La condición de la mente y del alma depende en gran medida de la condición del cuerpo. Por lo tanto, es esencial que las facultades físicas sean conservadas en óptima salud y en el mejor vigor posible.

CONCLUSIÓN

• Dios ya lo dio todo, dio a su único hijo para pagar la deuda del ser humano. La muerte de Cristo en la cruz del calvario fue el precio que tuvo que pagar Dios para redimir a la humanidad perdida en el pecado.

• Demos gracias al Todopoderoso por ese acto de bondad y de amor, porque a través de ese acto hoy el ser humano encuentra el camino de la salvación y la vida eterna.

• En esta semana de gratitud, más que una ofrenda financiera, entreguemos a nuestro Dios todo nuestro ser, y glorifiquemos a Aquel que dio su vida por nuestra redención con nuestro cuerpo y espíritu los cuales le pertenecen a Él.